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¿Qué es el Acuerdo de París y qué supone para el planeta?

Un evento global: Conferencia de las Partes de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre el
Cambio Climático (COP21). Un lugar y un año: la capital francesa, 2015. Y un hito histórico: por
primera vez tanto los países desarrollados como en vías de desarrollo se comprometían a reducir las
emisiones de gases de efecto invernadero (GEI), fundamentalmente las de dióxido de carbono
(CO2). En este evento climático nacía el Acuerdo de París. Lo firmaron 195 naciones y, a primeros
de 2021, lo habían ratificado 189.

Fue en 1972, con la Conferencia de Estocolmo, cuando se hizo visible la conciencia colectiva por el
cuidado del planeta. Desde entonces se han emitido más de un millar de leyes para proteger el
medioambiente. Las políticas ambientales son muy diversas y dependen en gran medida de las
características y necesidades de cada región. Sin embargo, en los últimos años el mundo ha
marcado objetivos comunes para hacer frente al mayor desafío: el cambio climático. Si todos los
países cumplen, la temperatura del planeta en el año 2100 será 2,1 °C más alta que antes de la
revolución industrial.

El triple objetivo del Acuerdo de París sigue siendo limitar el aumento medio de la temperatura global
a 2 grados centígrados respecto a los niveles preindustriales, redoblar esfuerzos para no superar la
cota de 1,5 grados a final de este siglo y alcanzar la neutralidad climática en 2050, es decir, que la
cantidad de CO2 liberado a la atmósfera (el principal gas causante del calentamiento global) por la
actividad humana sea equivalente a la que absorben los sumideros naturales, como los bosques.

¿Qué es el Acuerdo de París?

Desde 2020, el Acuerdo de París ha sustituido al Protocolo de Kyoto como principal régimen
climático internacional. La gran diferencia entre ambos es que en el anterior solo los países
desarrollados tenían la obligación de recortar sus emisiones un 5% de media anual entre 2008 y
2012, respecto a las del año tomado como base: 1990.

Unidad y financiación verde

Otra gran diferencia: el cumplimiento del Acuerdo de París se considera voluntario, sin embargo la
presentación de compromisos es vinculante, involucra a todas las naciones y, también por vez
primera, a actores no estatales como gobiernos regionales y locales, empresas, inversores y la
sociedad civil. Estos actores se agrupan en la plataforma NAZCA, con más de 18.200 integrantes y
más de 27.000 acciones e iniciativas climáticas, según cifras de su web.

Además, el Acuerdo impulsa la inversión sostenible al alinear la financiación con sus objetivos
climáticos a partir de criterios ambientales, sociales y de gobierno corporativo. La finalidad de esta
medida clave es que las entidades financieras y los mercados redirijan flujos de capital hacia
proyectos verdes.

En otras palabras, su implementación implica la superación paulatina de las energías fósiles (carbón,
petróleo y gas), el principio del reinado de las energías renovables (solar fotovoltaica, eólica,
biomasa, hidráulica, biocarburantes…) y revertir la tradicional tendencia de crecer a costa de
contaminar más.

Más deterioro, más acción


OBJETIVOS DE DESARROLLO SOSTENIBLE

¿Qué sabes de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS)?

El 25 de septiembre de 2015 los líderes mundiales adoptaron 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible


(ODS) para proteger el planeta, luchar contra la pobreza y tratar de erradicarla con el objetivo de
construir un mundo más próspero, justo y sostenible para las generaciones futuras. Estos objetivos
se fijaron dentro de la Agenda 2030 sobre el desarrollo sostenible.

Pero los avances del Acuerdo son insuficientes respecto a los plazos y objetivos previstos. Así lo
advierte el secretario general de la ONU, António Guterres, que pide más ambición, más
determinación y más rapidez al actuar. Señala que el deterioro de la naturaleza se acelera, a pesar
incluso del derrumbe de la actividad mundial por la pandemia y de la revisión al alza de los
compromisos por parte de la mayoría de los estados.

El Acuerdo tenía previsto para 2020 el primer examen quinquenal de las contribuciones nacionales a
la reducción de emisiones, con nuevos compromisos para los próximos cinco años. Pero en
ausencia de la COP26 de Glasgow, aplazada para 2021 por el COVID 19, la ONU celebró el 12 de
diciembre de 2020 la Cumbre de Ambición Climática para reforzar los objetivos de París.

Resultado: 45 países actualizaron sus planes de recorte de emisiones de CO2 durante la próxima
década, 24 se comprometieron a alcanzar en 2050 la neutralidad de carbono y 20 presentaron
planes más sólidos de adaptación y resiliencia.

También queda pendiente la regulación del mercado de carbono, el conocido artículo 6 del Acuerdo
—el principal escollo en las negociaciones—, que ordena el comercio mundial de derechos de
emisiones. ¿Cómo? Permite a un país que ha reducido el porcentaje asignado vender el monto
sobrante a los que no consigan recortar el suyo. Algunos actores recelan de su contabilidad y su
eficacia.

China, el mayor emisor global de CO2, dice que quiere alcanzar su pico de emisiones en 2030 y ser
neutral en carbono antes de 2060. Japón y Corea del Sur pretenden lograrlo 10 años antes.

Estados Unidos ha regresado al Acuerdo —el entonces presidente Trump solicitó en 2017 su salida,
que se hizo efectiva en noviembre de 2020— y ha anunciado una inversión de 1,7 billones de
dólares en energías limpias para la próxima década. Reino Unido promete un recorte de emisiones
del 68%, desde el 53%, para 2030. Y la Unión Europea ha elevado ese objetivo del 40% al 55% para
la misma fecha e impulsa su política de sostenibilidad con las inversiones del Pacto Verde.

El cambio climático es una realidad global. Copa los primeros cinco puestos del informe de riesgos
internacionales de 2020 del Foro Económico Mundial de Davos. Alarma la acelerada pérdida de
biodiversidad, el auge de las temperaturas extremas, los desastres naturales, el estrés hídrico y el
impacto socioeconómico de todos estos fenómenos.

Dos datos recientes lo constatan: un millón de especies está en peligro de extinción, según un
informe de 2019 de la Plataforma Intergubernamental de Ciencia y Política sobre Biodiversidad y
Servicios de los Ecosistemas. Y 2020 será uno de los tres años más cálidos desde que existen
registros pese a los confinamientos y la caída de la actividad económica —entre enero y octubre, la
temperatura media global fue 1,2 grados centígrados superior a los niveles preindustriales (1850-
1900)—, según el último estudio de la Organización Meteorológica Mundial publicado en diciembre.

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