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Una estancia en el abismo

Alejandro Mautino

L a poesía en Áncash, en las últi-


mas décadas, ha traído valiosas
propuestas como las de Manuel
Cerna con Poemas perdidos (1998), Glo-
ria Díaz con Canto bajo el agua (2007),
de representación, las relaciones que
vinculan al “yo” con la casa, el cuerpo
y la familia. De esta manera, este último
espacio que debería funcionar como el
espacio “feliz” se torna intermitente
Ricardo Ayllón con Un poco de aire en e incompleto, pues sigue apareciendo
una boca impura (2008), César Quispe el vacío, la soledad, las distancias y lo
con Una piedra desplomada (2010), Dante fugaz en las relaciones interpersonales
Lecca con Breve tratado de ternura (2014), en las que solo la figura simbólica de la
Wilder Caururo con Pájaro: escrito para hija se presenta como una luz esperan-
no matar (2014), Juan Carlos Lucano zadora en el paisaje oscuro. Por ejem-
con El reino de las desolaciones (2016), plo, en el poema “I” de esta sección
Antonio Sarmiento con La colina inte- se observa la construcción figurativa
rior (2016) y Elí Urbina con El abismo de la hija: “Y yo la resguardo lejano y
del hombre (2020). En estos poemarios distante/ Como aquel que quiere adue-
se advierte una poética heterogénea ñarse de sus sueños,/ Pero a la vez no
nutrida de la fuerte presencia del espa- desea despertarla con sus interrogan-
cio marino y, en algunos casos, del tes/ Y reflexiones de viejo andante”
espacio andino. Al mismo tiempo una (p. 37); o en contraste, el poema “II”,
poética cosmopolita que bebe de las en el que se lee la ausencia del ele-
fuentes de múltiples tradiciones cultu- mento esperanzador: “Hoy la casa ha
rales y de los cambios socioculturales amanecido con ganas de arañarme el
de la época. Una estancia en el abismo corazón/ Devorarme los sueños/ Piso-
Entre estos autores emerge Juan Juan Carlos Lucano tearme la dignidad” (p. 39).
Carlos Lucano (Chimbote, 1975), Ornitorrinco editores En la tercera sección aparece
quien hoy nos entrega Una estancia en Lima, 2020 el peso angustioso de la condición
el abismo (2020), volumen que contiene 56 pp. humana a través de las constantes sim-
veinte poemas divididos en tres sec- bólicas judeocristianas. En ese sentido,
ciones. En el prólogo, Bernardo Rafael se pueden leer los siguientes versos de
Álvarez menciona que este libro “bien tono sentencioso: “El que se arrastra/
podría ser considerado algo así como ilustrativas, pues se repiten con una No es la llaga abierta del crucifijo/ Ni
el siguiente capítulo de El reino de las clara marca de unidad semántica. Verbi- el que resucita a los tres días” (p. 49).
desolaciones, porque, me parece, deso- gracia, en el poema “I”, se lee: “Estoy No obstante, al igual que en la anterior
lación es lo que sigue envolviendo al cansado de este cansancio/ Que me sección, se deja notar la esperanza, al
poeta” (p. 14). Efectivamente, en este arrebata el sueño en un instante/ Y menos en el poema “IV”, en el que
nuevo libro se amplían algunos tópi- me estrella contra el suelo” (p. 21). se lee: “Si quieres soportar el tiempo,
cos ya representados por Lucano en Mientras que, en el poema “II”, se lee: hermano/ Ve, apura/ Y agárrate firme
su anterior libro El reino de las desola- “Estoy hecho un despojo que ya nadie de un sueño preparado con una poca
ciones (2016). Por ejemplo, la noción siquiera repugna/ Camino resistiendo esperanza” (p. 50).
de hundimiento y caída del yo poé- las burlas/ La sacada de lengua de la Una estancia en el abismo de Juan
tico en medio de un universo hostil y imagen en mi espejo” (p. 22). De igual Carlos Lucano transita en el territo-
desesperanzado, no obstante, con la forma, en el poema “III”, se lee: “He rio de lo angustiante de la condición
novedad paradójica que, de modo inter- visto un hombre cansado/ Desde el humana. En esta la sensación de hun-
mitente, aparece una luz de esperanza alba hasta cerrar la sábana/ Nada ha dimiento o del vacío provocado por la
bajo algunas figuras simbólicas como podido despertar mi esperanza/ Solo ansiedad, la fugacidad del tiempo y el
la familia y los hijos. ha quedado un rastro de una costra ser, el dolor o la tristeza profunda sin
De esta manera, entre los tópicos amarga” (p. 24). Como se puede adver- sentido, que se manifiesta a través del
más relevantes que se representan en tir, las isotopías vinculadas a la violen- lenguaje poético, las imágenes duras y
el ars creativo de este libro, encon- cia del tiempo sobre el ser, el cuerpo pesimistas bajo el influjo del pensa-
tramos que en la primera sección el y la vida coadyuban a que este “yo” miento posmoderno tan marcado en la
tema predominante es la violencia en pierda su aura, se asuma atormentado poética de Lucano. De esta manera, la
la vida del hombre, la brutalidad per tanto en su paisaje interior como exte- desolación, la noción de hundimiento y
se, la violencia como forma cotidiana rior que estructura a la voz poética. el abismo gobiernan sobre el elemento
que hace zozobrar la naturaleza del En la segunda sección pode- simbólico del espacio, el cuerpo y el
ser. Algunas constantes sémicas como mos advertir algunos temas que se tiempo, donde está el hombre, el ser,
hastío, cansancio, despojo, agotamiento, enlazan con la sección anterior. Sin el cristo humano en sus múltiples y
caída, soledad, entre otras, pueden ser embargo, en esta se enfatiza, a nivel hondas caídas cotidianas.

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