Madrecita mía,
madrecita tierna,
déjame decirte
dulzuras extremas.
Es tuyo mi cuerpo
que juntaste en ramo;
deja revolverlo
sobre tu regazo
Madre, tú eres la dulzura,
tus manos son la ternura,
que nos brinda protección.
Es la sonrisa tu esencia,
que marca la diferencia
al entregarnos amor.
Nos entibia tu mirada
y la paciencia es tu aliada,
esforzada en tu labor.
¡Tantas noches de desvelo!
tanta lágrima y pañuelo
¡para darnos lo mejor!
Tantas horas dedicadas
con sonrisas dibujadas
para hamacar mi soñar.
Entre besos, entre abrazos
fuiste creando los lazos
porque tú eres ejemplar.
Quiero agradecerte
que estés en mi vida.
Sé que puedo contar contigo
en momentos difíciles
Sé que puedo compartir mis alegrías,
y sé que nuestra amistad
se sustenta en mutuo amor.
Cómo no quererte,
si eres la razón de mi existencia
Cómo no quererte
si me guías en camino justo.
Cómo no quererte
si aprendí de tus consejos.
Cómo no quererte
si diste toda tu vida por mi
Cómo no quererte
si tú eres la más grande para mi
Cómo no quererte
si de tu bello interior
me supiste cuidar y amar
Cómo no decir
que eres mi adoración
Cómo no entregarte
todo mi corazón.
Madre, madre, tú me besas,
pero yo te beso más,
y el enjambre de mis besos
no te deja ni mirar…
Los ojitos que me diste
me los tengo que gastar
en seguirte por los valles,
por el cielo y por el mar…
Son tus manos la ternura,
tu regazo protección
tus palabras melodía,
que tranquiliza mi inquieto corazón.
Tu mirada que me arrulla
y tus besos el amor,
grandes alas que sostienen,
cual ángel que me brinda su sincero amor.
Madre, ángel de mi guarda,
dame siempre tu amor y protección
que en mi sueño y pensamiento,
yo te llevo, dulce amor.
Son tus ojos la ternura,
son tus manos mi calor
tu sonrisa mi alegría
madre, ángel de mi corazón.