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GRAFENO, el material de Dios

Grafeno, el material que marcará la nueva era de la electrónica

Desde hace un par de años nos viene


sonando el nombre de un material que
parece abrirnos las puertas de un futuro muy
prometedor con dispositivos electrónicos
extremadamente eficientes, resistentes y
capaces de superar las presentes barreras
tecnológicas de la miniaturización: el
grafeno.
Este material, en el que la Comisión Europea
ha anunciado que invertirá mil millones de euros en proyectos de investigación, nos acerca
hacia un punto de inflexión en el que la tecnología que conocemos dará un enorme salto
cualitativo presentándonos dispositivos electrónicos flexibles, implantes biocompatibles de
pequeño tamaño, líneas de alta tensión de alta conductividad o memorias de gran capacidad;
dispositivos que sin darnos cuenta se irían alejando de uno de los materiales que ha marcado
nuestra tecnología en los últimos 70 años: el silicio.

¿Qué es el grafeno?

El grafeno es un material compuesto por carbono


puro; de hecho, su composición química es idéntica
al diamante o al grafito y la diferencia estriba en la
estructura en la que se organizan los átomos de este
elemento (que es lo que conoce como alotropía). En
el caso del grafeno, la estructura de los átomos y los
enlaces entre estos forman una especie de teselado
hexagonal (igual que los panales de abeja) que
comenzó a estudiarse en los años 30, aunque nos
parezca un material muy nuevo, y a finales de los
años 40 se publicaron algunos estudios de
caracterización del material. Por aquel entonces, sin embargo, se determinó que era un
material inestable y no se le prestó demasiada atención.
En este sentido, al grafeno se le ha definido como hidrocarburo aromático
policíclico infinitamente alternante de anillos de solo seis átomos de carbono. La molécula más
grande de este tipo contiene 222 átomos de carbono o 37 «unidades de benceno» separadas.4
Las cifras de la oración anterior son las contenidas en el resumen de la cita. Debería ser: 111
átomos de carbono y 111 átomos de hidrógeno o, más simple, 222 átomos, lo cual resulta de
37 × 6 (átomos de carbono –o de hidrógeno– del benceno, de fórmula C6H6) = 222, o bien:
18,5 anillos de benceno: 18,5 x 12 (átomos del benceno) = 222.
La opción de «unidades» fue para obtener una cifra redonda (37), y por consiguiente evitar la
expresión fraccionaria (18,5).

Hubo que esperar a nuestra época para que Andre Geim y a Konstantin Novoselov trabajasen,
en la Universidad de Mánchester, en su caracterización y su asilamiento a temperatura
ambiente (un trabajo por el que recibirían el Premio Nobel de Física en el año 2010).
El grafeno tiene el potencial de revolucionar muchos aspectos de nuestra vida al mismo
tiempo.

Cómo se obtiene el grafeno y por qué no se ha usado hasta ahora.

Después de haber descubierto qué es el grafeno, cuáles son sus propiedades y para qué sirve
este fantástico material, hacemos una pequeña parada para explicarte por qué no se ha usado
el grafeno hasta ahora.

Proceso de fabricación del grafeno.

Siendo un material con tantísimas aplicaciones y ventajas sobre el resto, algún problema
debería haber para que no estuviésemos disfrutando de sus ventajas desde hace años (más
aun cuando el grafeno se obtiene del carbono, un elemento muy común en la naturaleza). En
efecto, el grafeno no es fácil de producir a nivel industrial. Ésto se debe a que, para su
utilización en aplicaciones 2D, es necesario conseguir láminas extensas, muy finas y de una
alta pureza.
Los procesos de fabricación del grafeno no son especialmente simples, por lo que se requiere
todo un entramado industrial que permita su producción. Como hasta ahora no conocíamos
realmente el potencial del grafeno, su producción no estaba “automatizada”, caso contrario al
de su principal competidor: el silicio. Por supuesto, la maquinaria ya se ha puesto en marcha
y cada vez resulta más y más simple y barato obtener grafeno.
Los 4 métodos principales de obtención del grafeno.

1) Exfoliación de grafito: Éste método consiste básicamente en arrancar de forma


mecánica (mediante algún tipo de material adherente) láminas de un trozo de grafito.
Éste proceso de obtención del grafeno es realmente simple (se puede hacer en casa)
y se consigue un grafeno bastante puro. El problema es que las cantidades resultantes
suelen ser ínfimas y, además, no siempre se consiguen monocapas de grafeno.
2) Deposición de átomos de carbono: Aquí la idea es calentar el carbono lo suficiente
como para tenerlo suspendido en “el aire” y después dejar que se enfríe para que, al
depositarse sobre un sustrato, se formen láminas de grafeno bastante homogéneas.
Utilizando este proceso de fabricación de grafeno se pueden conseguir mayores
cantidades de material. Sin embargo, los costes de producción son relativamente altos.
3) Oxidación-Reducción de óxido de grafeno: Utilizando reacciones redox se puede
conseguir que el oxido de grafeno (que es un material bastante más fácil de conseguir
en grandes cantidades) sea purificado hasta convertirse en grafeno. Para ello, se oxida
el grafeno con sustancias químicas, por ejemplo, que contengan hidrógeno (que, junto
al oxígeno, formará agua) y posteriormente se reduce con elementos compuestos de
carbono para “rellenar los huecos” formados en el proceso anterior.
4) Obtención de grafeno de forma artificial: Además de los procesos anteriores, se
puede operar sobre el grafeno cual cirujano, manipulando moléculas de óxido de
grafeno hasta conseguir el resultado deseado. Evidentemente se trata de un proceso
mucho más costoso, pero permite manipular el grafeno hasta dotarlo de las
características mecánicas y eléctricas que se deseen. Se trata, sin duda, de uno de los
métodos que más está destacando para obtener grafeno.

¿Y por qué es importante el grafeno? ¿Qué puede aportar un derivado del carbono al
mundo de la tecnología? El grafeno es un material muy flexible y resistente (gran elasticidad
y dureza, con una dureza muy superior a la del acero y cercana al diamante), es transparente,
es capaz de autoenfriarse y autorepararse, tiene una resistividad muy baja (apenas se calienta
al transportar corriente y, por tanto, apenas hay pérdidas por efecto Joule), consume menos
energía que el silicio y también es capaz de generar electricidad en presencia de luz y,
siguiendo con la comparativa con el silicio, también puede ser dopado con otros materiales
para variar sus propiedades.

El grafeno en el ámbito de la electrónica

Las propiedades que presenta el grafeno han hecho


que este material se haya postulado como un
complemento e incluso como un sustituto del silicio en
el ámbito de la electrónica y los circuitos integrados,
así como la base sobre la que construir los ansiados
súperconductores que nos permitan evolucionar
nuestras líneas de alta tensión para transportar energía de manera eficiente a nuestros
hogares.
A día de hoy, el grafeno es el eje sobre el que giran un gran número de investigaciones de
todo el mundo, tanto para desarrollar procesos de fabricación del material (que hagan viable
su uso masivo) como para su integración en dispositivos electrónicos. En el año 2008, IBM
anunció uno de sus trabajos de I+D con grafeno, desarrollando transistores que trabajaban a
26 GHz, una cota que superaría años más tarde llegando a los 100 GHz y los 300 GHz.
Samsung es otra de las compañías que han trabajado con el grafeno en el desarrollo de
transistores y, recientemente, presentaron el
Barristor, un transistor de silicio y grafeno
ideal para trabajar en aplicaciones con
conmutaciones muy rápidas y abrir la puerta
al desarrollo de microprocesadores capaces
de alcanzar las centenas de GHz o, incluso,
llegar al THz de frecuencia de
funcionamiento.

Transistor Grafeno Samsung

¿Y por qué combinar el grafeno con el


silicio? Gordon Moore, uno de los
fundadores de Intel, enunció en abril de
1965 la conocida como Ley de Moore, un
postulado que decía que
aproximadamente cada dos años se
duplicaba el número de transistores en un
circuito integrado y, por tanto, también se reducía el tamaño de estos para que el factor de
forma no creciese en demasía.
Este postulado, hoy en día, sigue estando vigente: nuestros microprocesadores cada vez
tienen más transistores y estos son cada vez más pequeños. Sin embargo, estamos llegando
a los propios límites del silicio. Dicho de otra forma, cada vez nos acercamos más a un tamaño
de transistor que no se podría reducir más sin riesgo de inestabilidades, una barrera que el
grafeno puede ayudar a superar y, precisamente, por eso está presente en esta nueva
generación de transistores que se está desarrollando en muchos de estos centros de
investigación.
De hecho, tanto Samsung como la UCLA (Universidad de California – Los Ángeles) trabajan
en un proyecto de investigación para miniaturizar, aún más, las memorias flash y superar la
barrera de los 22 nanómetros para llegar a un objetivo de tamaño de 10 nanómetros. Memorias
flash más pequeñas nos permitirían aumentar, sustancialmente, la capacidad de
almacenamiento de nuestros dispositivos sin necesidad de aumentar su tamaño o su factor de
forma, algo en lo que se verían beneficiados los smartphones, tabletas y dispositivos
multimedia del futuro.

El futuro al que le transporta el grafeno


El grafeno nos está abriendo las puertas de un
futuro de dispositivos mucho más pequeños
pero, a su vez, mucho más potentes: un
escenario en el que podremos trabajar con
dispositivos de gran velocidad y transmitir datos,
de manera inalámbrica, a velocidades del orden
de los terabits por segundo y visualizar toda esta
información en pantallas flexibles que recuperan
su forma original tras sufrir cualquier clase de deformación.
¿Y cuándo llegará este futuro tan fascinante? La respuesta a esta pregunta, realmente, no
es nada sencilla, pero existen algunos estudios que apuntan a 2024 como la fecha de la
explosión del grafeno. Según James D. Meindl, responsable del centro de investigación de
nanoelectrónica del Georgia Institute of Technology, el grafeno no sustituirá al silicio de los
componentes y dispositivos comerciales hasta dentro de algo más de 10 años, es decir, hasta
que no alcancemos un punto muerto en nuestros actuales procesos de fabricación, momento
en el que la famosa Ley de Moore dejaría de cumplirse (algo que se dice que ocurrirá en 2024,
cuando lleguemos al límite de la tecnología con los 7 nanómetros de tamaño de transistor).
Aunque el grafeno se convierta en el “material de moda”, esto no implica que abandonemos el
silicio como la base de nuestra tecnología; de hecho, estamos viendo cómo las investigaciones
caminan por una senda en la que el grafeno
actúa como un complemento del silicio y son
varias las voces que afirman que el grafeno no
tienen por qué significar el fin de la era del
silicio. En este sentido, el físico holandés Walt
de Heer es una de las voces que más se ha
alzado en esta tesis:
Un material fascinante que, sin duda, cada vez estará más presente en baterías, pantallas y
todo tipo de dispositivos que lleguen al mercado en los próximos años.

Composición Química

 El grafeno es una alotropía del carbono; la cual consiste en un teselado hexagonal


plano (como un panal de abeja) formado por enlaces covalentes de átomos de carbono.
Es una lamina bidimensional aunque puede adoptar diversas formas tridimensionales
como se verá más adelante.
 El grafeno consiste en una lámina bidimensional de átomos de carbono.
 El grafeno es un material completamente nuevo, no sólo es el material más delgado
jamás obtenido sino también el más fuerte. El Grafeno conduce la electricidad tan bien
como el cobre y como conductor de calor “supera a todos los materiales conocidos”.
Además, es casi completamente transparente.
Estructura

El grafeno es una sustancia formada por carbono puro, con átomos dispuestos en patrón
regular hexagonal, similar al grafito, pero en una hoja de un átomo de espesor. Se considera
100 veces más fuerte que el acero y su densidad es aproximadamente la misma que la de la
fibra de carbono, y es aproximadamente cinco veces más ligero que el aluminio, una lámina
de 1 metro cuadrado pesa tan solo 0,77 miligramos.
Es un alótropo del carbono, un teselado hexagonal plano formado por átomos de carbono y
enlaces covalentes que se generan a partir de la superposición de los híbridos sp2 de los
carbonos enlazados.
El Premio Nobel de Física de 2010 se les otorgó a los científicos Andréy Gueim y Konstantín
Novosiólov por sus revolucionarios descubrimientos acerca de este material.
Mediante la hibridación sp2 se explican mejor los ángulos de enlace, a 120°, de la estructura
hexagonal del grafeno. Como cada uno de los carbonos contiene cuatro electrones de valencia
en el estado hibridado, tres de esos electrones se alojan en los híbridos sp2, y forman el
esqueleto de enlaces covalentes simples de la estructura.
El electrón sobrante se aloja en un orbital atómico tipo P perpendicular al plano de los híbridos.
El solapamiento lateral de dichos orbitales da lugar a formación de orbitales de tipo π. Algunas
de estas combinaciones propician un gigantesco orbital molecular deslocalizado entre todos
los átomos de carbono que constituyen la capa de grafeno.
El nombre proviene de intercambio –en el vocablo grafito– de sufijos: «ito» por «eno»: propio
de los carbonos con enlaces dobles. En realidad, la estructura del grafito puede considerarse
una pila de gran cantidad de láminas de grafeno superpuestas.3 Los enlaces entre las distintas
capas de grafeno apiladas se deben a fuerzas de Van der Waals e interacciones de los
orbitales π de los átomos de carbono.
Estructura cristalina del grafito. Se ilustran las interacciones de las diversas capas de anillos
aromáticos condensados.
En el grafeno la longitud de los enlaces carbono-carbono es de aproximadamente 142 pm
(picómetros). Es el componente estructural básico de todos los demás elementos grafíticos,
incluidos el propio grafito, los nanotubos de carbono y los fullerenos.
A esta estructura también se le puede considerar una molécula aromática extremadamente
extensa en las dos direcciones espaciales. Es decir, sería el caso límite de una familia de
moléculas planas de hidrocarburos aromáticos policíclicos denominada grafenos.
Formula
Propiedades

Entre las propiedades más destacadas de este material se incluyen:


 Alta conductividad térmica y eléctrica.
 Semiconductor.
 Alta elasticidad y dureza.
 Resistencia (el material más resistente del mundo).
 El grafeno puede reaccionar químicamente con otras sustancias para formar
compuestos con diferentes propiedades, lo que dota a este material de gran potencial
de desarrollo.
 Soporta la radiación ionizante.
 Es muy ligero, como la fibra de carbono, pero más flexible.
 Menor efecto Joule, se calienta menos al conducir los electrones.
 Consume menos electricidad para una misma tarea que el silicio.

Consiguen producir grafeno 100 veces más barato

El abaratamiento de los costes de producir grafeno lo


acerca cada vez más a nuestros dispositivos.
El proceso consiste en la utilización de un nanotubo de
carbono de pared doble, en cuyo interior se han hecho
crecer las cadenas de carbono que, ahí confinadas, adoptan una gran estabilidad.
Así, se obtiene un sistema híbrido formado por dos de los formatos del carbono; los
nanotubos y el carbino, consiguiendo con ello una serie de propiedades inigualables.

Demuestran que el grafeno puede interactuar


directamente con las neuronas
Por primera vez han implantado electrodos de grafeno en
neuronas, que permitirían tratar enfermedades como el
Parkinson o controlar prótesis.
Además, posee una resistencia a la flexión brutal; tanto
que, para que os hagáis una idea, uno de sus
descubridores lo describió a través de una supuesta hamaca de un metro cuadrado
de superficie y un sólo átomo de espesor. Esta curiosa hamaca de grafeno sería
capaz de resistir sobre ella cuatro kilos, aproximadamente la masa de un gato. ¿Poco,
no? Sí, pero la hamaca por sí misma pesaría menos de un miligramo,
aproximadamente uno de los bigotes del gatito.

El Nuevo Material el Carbino

Cuando éramos pequeños solíamos estudiar en el colegio que el material más duro
y resistente de todos los conocidos es el diamante.
¡El único material capaz de rayar el vidrio! Nuestras cabecitas de niño de primaria se
volvían locas imaginando al diamante como un supermaterial, capaz de lograr
grandes cosas. Sin embargo, ni es cierto que sea el único que puede rayar el vidrio,
ni sigue siendo el material más duro y resistente conocido. El primero en quitarle el
puesto fue el grafeno; que, aún teniendo una dureza similar, posee otras muchas
ventajas como la resistencia al desgaste y la capacidad de soportar grandes pesos.
Después, en 2013, calcularon las propiedades del carbino, un
material duro, resistente y maravilloso; el material del futuro, sin duda. Pero los
científicos no conseguían fabricarlo de forma estable, por lo que su gozo cayó en un
pozo. Sin embargo, la ciencia hoy está de enhorabuena, pues un grupo de
investigadores de la Universidad de Viena ha conseguido estabilizarlo, dando el
pistoletazo de salida de la que será la nueva era de los supermateriales.

¿Cuáles son las formas conocidas del carbono?

El carbono elemental se puede manifestar de


muchas formas, como el diamante, el grafito,
el grafeno, los fullerenos, los nanotubos y el
carbino.
Uno está especialmente familiarizados con los
dos primeros, pues son muy comunes en
nuestras vidas. Puede que no se tenga muchos
diamantes en casa, pero sabe lo que son, y el grafito estamos hartos de usarlo en las
minas de los lápices. En cuanto al resto son conocidos por su superconductividad y
su gran resistencia térmica, al igual que los nanotubos de carbono, que poseen un
gran número de aplicaciones debido a estas características. Sin embargo, todos ellos
quedan eclipsados por el grafeno, que reúne todas esas propiedades y muchas más;
por lo que, entre otras aplicaciones, se baraja como sustituto del silicio en el campo
de la electrónica.

¿Qué es el carbino?

Vale, todo esto suena muy bien; ¿pero qué pasa con el carbino? Aunque
hace cincuenta años que se estudia, las propiedades de este material fueron
descritas por primera vez en 2013, tras las investigaciones de un grupo
de científicos de la Universidad de Rice, en Houston. Consta de una cadena
de átomos de carbono unidos, bien por enlaces triples alternados con simples,
bien por enlaces dobles consecutivos; de modo que se obtiene una conformación
muy flexible a la par que resistente, superando con creces los récords batidos por
el grafeno.

Científicos descubren el Q-carbono, más duro que el


diamante

¿Existe una material más duro que el diamante? Sí, es


otra forma del carbono y se llama Q-carbono.
Sin embargo, posee un gran inconveniente, pues su
estructura es muy inestable en la naturaleza, por lo que
resulta imposible su uso en condiciones ambientales.
Por eso, lograr estabilizarla en el laboratorio se ha convertido en la obsesión de
muchos científicos; que, hasta ahora, sólo habían conseguido una pequeñísima
cadena de 44 átomos.
Pero el momento ha llegado, pues Thomas Pichler y sus colaboradores han
estabilizado una cadena con la friolera de 6.400 átomos y el mecanismo utilizado ha
sido bastante sencillo.

¿Cuáles serán las posibles aplicaciones del carbino?

Los científicos responsables del hallazgo, entre los que se encuentran algunos
investigadores de la Universidad del País Vasco, confían en la habilidad del carbino
para generar una gran revolución en el campo de los supermateriales. De hecho,
según los estudios teóricos que han realizado, el híbrido formado por el carbino y
los nanotubos podría adquirir un carácter metálico debido a la transferencia de
carga entre ambos componentes. Por eso, podría ser de un gran interés en el área
de los nanodispotivos.

Borofeno, el super rival del Grafeno


Bborofeno (borophene): crean un nuevo material con una estructura similar a la del
grafeno, pero con propiedades conductoras todavía mejores.
Por otro lado, la cadena de carbino por sí misma también posee unas propiedades
únicas, ya que este material no sólo es mucho más duro, flexible y resistente que el
grafeno y el diamante, sino que también presenta un gran número de
características interesantes para el campo de la nanoelectrónica, como el desarrollo de
nuevos semiconductores magnéticos, baterías de alta densidad de carga o transporte
de spin cuántico, una tecnología emergente que podría cobrar una gran importancia
en la producción de dispositivos de almacenamiento masivo.
Eso sí, para conseguir todo esto será necesario conseguir sacar la cadena del
nanotubo y que permanezca estable después. Pero bueno, hace unos años enlazar
de forma estable más de unas decenas de átomos parecía una locura y aquí estamos,
hablándoos de una cadena de 6.400 átomos. Entonces, puede que pronto os
contemos que han logrado dar el último paso, ¿no?

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