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Grafeno, el milagro de la nueva era.

Campo María, Chinchilla Yulieth, Cordero Heylen, Gómez Jhoseth, Montes


Fabian, Olivella Elkin, Valdez Stefany.

El grafeno es un material doblemente milagroso. Primero, por sus propiedades que


le otorgan múltiples aplicaciones, y segundo, porque es muy abundante en la
naturaleza. Y aunque se ha desarrollado oposición en el campo científico e industrial
sobre el uso de este material, este podría solucionar muchas de las problemáticas
actuales. Se trata de un nuevo material formado por una lámina de carbono puro de
un átomo de espesor, en donde los átomos forman paneles de abejas.
Se hace énfasis en que estamos frente a uno de los materiales más prometedores
en la actualidad, por ser un material mucho más duro que un diamante, ser un
excelente conductor de corriente eléctrica y su gran maleabilidad, esta última es
muy rara en este material ya que los materiales duros suelen ser muy poco
maleables y muy frágiles. Esto proporciona todo un mundo de aplicaciones para
este material.
Para comenzar a describir sus características, en estudios realizados por los
científicos André Geim y Konstantin Novoselov en 2004 se descubrió que es un
millón de veces más fino que una hoja de papel, es extremadamente ligero, pero al
mismo tiempo, extraordinariamente fuerte, una lámina de un metro cuadrado sólo
pesa 0,77 gramos. Es transparente, flexible, impermeable, no contamina, y es más
duro que el diamante, 200 veces más fuerte que el acero y más flexible que la fibra
de carbono. Además, es superconductor: 100 veces más rápido que el silicio usado
en los chips.
Gracias a todas estas propiedades el grafeno tiene utilizaciones en la electrónica ya
que podría emplearse en la fabricación de microchips o de transistores, ambos
elementos imprescindibles en prácticamente todos los dispositivos electrónicos. En
la informática, puesto que el grafeno permitirá el desarrollo de ordenadores mucho
más rápidos y con un menor consumo eléctrico que los actuales de silicio.

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Además, se estima que un disco duro de este compuesto, del mismo tamaño que
uno de los empleados actualmente, podría almacenar hasta mil veces más
información. En el sector energético debido que el grafeno permitirá la creación de
baterías de larga duración que apenas tardarán unos segundos en cargarse.
Conjuntamente, las energías renovables pasarán a un plano más relevante, ya que,
entre otros, las placas solares recubiertas de este material serán mucho más
eficientes, permitirán una forma más ecológica de consumo energético y será más
económico. En la industria del blindaje gracias a la extrema dureza de este, unida a
su capacidad de moldearse y a su ligereza, lo hace un compuesto ideal para ser
empleado en esta industria. Chalecos antibalas, cascos y multitud de elementos de
protección que se emplean por diversos profesionales pasarán a ser mucho más
ligeros y seguros.
En el campo de la electrónica se están produciendo tintas conductoras basadas en
grafeno que se pueden utilizar para fabricar antenas de identificación por
radiofrecuencia y contactos eléctricos. El grafeno también permite desarrollar
pantallas flexibles, planas, transparentes y móviles ultra finos, lo que ha
revolucionado el mundo de la tecnología móvil y las pantallas táctiles.

Una de las más interesantes aplicaciones del grafeno es su mejoría en el


crecimiento y la síntesis, los cuales generan una mejor ejecución en el efecto del
campo de biosensores transistor, mediante la obtención de las mono capas del
óxido de grafeno, que se utilizaran posteriormente al crecimiento del RGO
(Reducción de óxido de grafeno) para obtener un transductor homogénea altamente
conductora y altamente eléctrico adecuado para efecto de campo biosensores
transistores.

Para poder hacernos una idea de en cuántos campos distintos puede aplicarse el
grafeno, es necesario echar un vistazo a nuestro alrededor y ver todo lo que nos
rodea. Computadores, carros, teléfonos móviles y equipos de música son, por
mencionar sólo algunos de ellos, cosas que encontramos frecuentemente en
nuestra vida cotidiana en las que el grafeno se podría llegar a aplicar. Por sus

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propiedades, el grafeno puede servir como material en la fabricación de aviones,
satélites espaciales o automóviles, haciéndolos más seguros. También en la
construcción de edificios, pues los convertiría en más resistentes.

La obtención del grafeno ha abierto una nueva era en el campo de la química física
y de la ciencia de materiales, desde entonces, han surgido gran número de
aplicaciones debido a sus propiedades electrónicas, mecánicas, ópticas y térmicas.
Existen varios métodos para la obtención del grafeno, como son la apertura de
nanotubos y nano fibras, la intercalación de metales alcalinos en el grafito o la
segregación y precipitación de carbono en sustratos metálicos. Además, teniendo
en cuenta la imparable actividad investigadora en la búsqueda de nuevas vías de
síntesis o la mejora de las ya existentes, es de esperar importantes avances a corto
plazo.

El principal problema en la aplicación del grafeno es su producción a gran escala.


Actualmente las investigaciones en la producción del grafeno van por la exfoliación
del grafito transfiriendo hojas de grafeno desde el grafito y por crecimiento epitaxial.
Científicos famosos en el campo de la tecnología, como el físico Walt De Heer,
apoyan el uso del grafeno como un nuevo material con el que se podrán hacer cosas
que el silíceo no puede hacer pero que en ningún caso será sustituto, de hecho, De
Heer afirma “Nadie que conozca el mundillo puede decir esto seriamente”.

A pesar de esto, las necesidades de producción para transistores y sensores son


ínfimas en comparación con las necesidades de otras aplicaciones, por lo que están
únicamente interesados en grafeno CVD (por deposición química de vapor), que
produce grafeno de esas características a muy pequeña escala.

El resto de aplicaciones precisa de cantidades muchos órdenes de magnitud


mayores, que sólo pueden obtenerse a partir de un material que lo contenga y sea
abundante y barato como el grafito. Por métodos escalables, primero se desarrolló
el grafeno (por exfoliación del 100 años antes descubierto óxido de grafito), que
consiste en mono láminas o muy pocas láminas basadas en grafeno, con multitud
de grupos oxigenados y defectos estructurales tanto en plano como en borde.

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Si bien este grafeno se obtiene con rendimientos muy satisfactorios, tiene
propiedades mermadas: los defectos y el oxígeno producen que las láminas tengan
la aromaticidad rota, por tanto, no tengan conductividad eléctrica ni térmica, además
de que las propiedades mecánicas son un 20% de las teóricas del grafeno. Se han
desarrollado procesos de reducción (eliminación de oxígeno) que, aunque
recuperan en gran medida la conductividad eléctrica y térmica del grafeno, este
sigue teniendo defectos y sus propiedades mecánicas no mejoran. Posteriormente,
se desarrolló el grafeno prístino por exfoliación de grafito en fase líquida. Grafeno
de verdad, sin defectos, sin oxígeno, conductor y resistente.

En conclusión, el grafeno, si bien no es un material perfecto, es un “milagro”


científico, por sus propiedades tanto físicas como químicas, y va a tener mucha
importancia en la industria cuando se reformen sus métodos de producción a gran
escala, dándole así todas las aplicaciones posibles para contribuir y compensar las
necesidades sociales y tecnológicas.

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