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HISTORIA I DE GUERRERO

ASESOR:
FEDERICO MARTÍNEZ ÁNGEL

ALUMNA:
MARIA MAGDALENA BASILIO MARTINEZ

CICLO ESCOLAR:
2022 – 2023
1. TAINOS
Los taínos fueron el primer pueblo indígena con el que Colón contactó tras la
llegada al Nuevo Mundo. Entonces habitaban buena parte del Caribe, desde lo
que hoy son las Bahamas a Cuba, Jamaica, la Española o Puerto Rico. Sin
embargo, se trata de una de las culturas más desconocidas de la América
precolombina, prácticamente olvidada frente a la fama de otras más populares,
hasta el punto de que incluso se la ha considerado «extinta». Ahora, un equipo
internacional de investigadores ha proporcionado la primera evidencia genética
clara de que lejos de desaparecer, los taínos aún están entre nosotros. Aquellos
que vivieron asombrados (y aterrorizados) la llegada de los colonizadores tiene
descendientes vivos.
La clave ha sido el hallazgo de un diente de una mujer de hace mil años
encontrado en una cueva en la isla de Eleuthera en las Bahamas, que ha
permitido secuenciar el primer genoma humano completo del Caribe. La mujer
vivió en algún momento entre los siglos VIII y X, al menos 500 años antes de que
Colón tocara tierra.
Los científicos compararon ese genoma antiguo con el de 104 puertorriqueños
contemporáneos incluidos en el Proyecto 1000 Genomas. De esta forma,
descubrieron que estos están más estrechamente relacionados con los taínos que
con cualquier otro grupo indígena en las Américas. Tal vínculo había sido sugerido
previamente por otros estudios basados en el ADN moderno, pero este es el
primero en recurrir a un genoma antiguo. Sin embargo, argumentan que es poco
probable que esta característica sea exclusiva de los puertorriqueños y están
convencidos de que los estudios futuros revelarán legados genéticos similares en
otras comunidades del Caribe.
Los hallazgos
pueden ser
especialmente
significativos
para las
personas que
han reclamado
durante mucho
tiempo el
patrimonio
indígena taíno, a
pesar de
algunas narraciones históricas que incorrectamente los califican de «extintos».
Tales tergiversaciones han sido fuertemente criticadas por historiadores y
arqueólogos, así como por las mismas comunidades descendientes, pero hasta
ahora carecían de una evidencia genética clara para apoyar su caso.
2. TRIBUS AMAZONAS
El Amazonas es el río más grande y caudaloso del mundo. Sus 7.020 km de
extensión atraviesan casi toda América del Sur de
Occidente a Oriente. A su alrededor, crece una
inmensa selva tropical conocida como la selva del
Amazonas que, junto con el río, forman lo que se
conoce como la región de la Amazonia. Esta increíble
selva dibuja una imponente barrera natural que
posibilita que sus pueblos originarios se mantengan
aislados del resto del mundo.
Las tribus de la selva amazónica han logrado sobrevivir en este entorno gracias a
su entendimiento con la naturaleza. Este equilibrio perfecto entre el ser humano y
la madre tierra ha ayudado a preservar la Amazonía en su estado natural. Brasil,
Perú y Colombia son las zonas del Amazonas con más presencia de pueblos
indígenas. Aprendamos un poco más sobre ellos gracias a los estudios realizados
por los antropólogos.
Las 5 tribus indígenas de la selva amazónica
Piripkura (Brasil)
Los Piripkura son un grupo de unas 20 personas que fueron encontrados por
primera vez en los años 80. La ubicación de su poblado se halla en la región de
Mato Grosso. Su lengua es el tupi-kawahib. Una familia de idiomas que comparten
con otras tribus indígenas del Brasil.
Hoy día, las cosas han cambiado considerablemente para este pueblo del
Amazonas. Con la crisis del Covid 19 la protección de la tribu Piripkura disminuyó
considerablemente. Los invasores han aprovechado esta circunstancia para tratar
de invadir sus tierras, lo que indicaría que el destino de este pueblo indígena
podría estar tristemente marcado.
Kawahiva (Brasil)
Hace unos años la población de esta tribu de la selva amazónica alcanzaba un
total de 50 personas. Hoy se sabe que pueden ser bastantes menos habitantes.
Esto es debido a que las tribus del Amazonas son perseguidas por madereros e
invasores en busca de la riqueza de la selva. Esta circunstancia impide a los
pueblos amazónicos cultivar sus tierras y reproducirse. Básicamente su sustento
depende de la pesca y la caza. Por el momento, el territorio de los Kawahiva no es
un lugar protegido, por lo que su desaparición podría estar muy cerca. La falta de
respeto por el medio ambiente por parte de los madereros, ha llevado a esta tribu
a abandonar sus hogares para protegerse del asedio de los invasores. Las ONGs
han advertido: “sin selva no hay Kawahivas”.

Korubos (Brasil y Perú)


Las tierras de la tribu de los Korubos se encuentran entre Brasil y Perú. Para estos
pueblos del Amazonas las fronteras nunca han existido. Por este motivo, llevan
aquí desde hace siglos compartiendo territorio con otros pueblos de la selva
amazónica. Incluso con algunos grupos que aún no han sido contactados por los
descubridores de la civilización moderna. Los Korubos son cazadores, pescadores
y recolectores. Su día a día, se desarrolla en armonía con la naturaleza a la que le
devuelven todo lo que toman de ella. La principal amenaza de esta tribu indígena
son las enfermedades que contraen cuando entran en contacto con personas de
otros lugares.
Nahua (Perú)
Las tribus indígenas del Amazonas peruano son el resultado de la unión de
diferentes pueblos que han habitado esta zona durante muchos años. Esto les ha
permitido heredar una gran tradición cultural cuya evolución se ha producido a
partir de las mezclas con otros pueblos aislados. No obstante, esta unión no les ha
impedido mantener su propia identidad gracias a la cual sobreviven en la
inmensidad de la selva amazónica. El pueblo Nahua, también conocido como los
Yora, habitan tradicionalmente en zonas altas de los bosques, así como en las
cabeceras de los ríos.
Nukak (Colombia)
Los Nukaks son un pueblo que representa una gran riqueza para el mundo. Por
desgracia, desde el momento en que en 1988 contactaron con la civilización
moderna, sus habitantes están desapareciendo. De hecho, los estudios reflejan
que su población se ha reducido en un 50%. Asimismo, el conflicto que vive el
país colombiano, también ha empujado a la progresiva desaparición de esta tribu
indígena. Por lo general, los Nukaks vivían en pequeños grupos de no más de 10
personas y se dedicaban a la caza y la recolección de frutos.
En la actualidad, se calcula que unos 5.000 indígenas siguen viviendo en toda la
cuenca del Amazonas de manera aislada, pero sometidos a graves peligros. En
Club Marco Polo puedes reservar tu viaje a América del Sur para conocer esta
situación, así como las acciones que hay puestas en marcha para la protección y
preservación de las tribus indígenas del Amazonas.
3. PUEBLO COLOMBIANOS
De los veintiún países en los que trabaja Ayuda en Acción, Colombia es una de las
naciones con un mayor número de comunidades indígenas en Latinoamérica.
Si bien en cifras (1,2 millones de personas) sus cifras están alejadas de las de
México (4,4 millones) y el Perú (3.2 millones) y más cercanas a países como
Bolivia (1,5 millones), el vínculo especial que mantiene nuestra ONG con
Colombia nos ha demostrado que las poblaciones indígenas colombianas son,
muy a menudo, de las más desconocidas del continente.
Historia de las comunidades indígenas colombianas
No fue hasta la ratificación de la Constitución Política de Colombia de 1991
cuando se reconoció la multiplicidad étnica del país y se permitió a las
comunidades indígenas participar en la vida pública y política de Colombia,
permitiendo su entrada en el Congreso de la República.
En la práctica, Colombia arrastra un grave problema de desatención de los
pueblos originales que todavía necesitará de años para encontrar una solución
contra la marginación y a favor de la inclusión social plena, para seguir luchando
contra la distintivita de sus pueblos, el derecho a su propia cultura y tradición, las
mejoras sociales y económicas en un marco de abuso, saqueo y explotación de
las minorías y el derecho preferencial que permita resarcir a estas comunidades
indígenas de todo lo perdido a lo largo de décadas y siglos.
Hoy, Colombia se enfrenta a tres grandes retos en relación con los pueblos
indígenas:
1. Intercambios culturales que abandonen la integración total frente al
reconocimiento, respeto y defensa de la diversidad étnica y cultural.
2. Servicios centrados en zonas urbanas que abandonan, parcialmente, las
zonas rurales donde vive un gran porcentaje de estos pueblos.
3. Saqueos, expolios y violencia por parte de grupos armados ilegales y falta
de control del Estado en territorios indígenas.
Asimismo, en el cálculo de las poblaciones indígenas en Colombia se suma un
nuevo factor que ha quedado lejos del control de los gobiernos y que ha sido
ampliamente criticado por las comunidades: los gobiernos no incluyen en sus
cifras a indígenas que hayan migrado a las ciudades en busca de mejores
oportunidades, los censos oficiales de muchos países tienden a reducir el tamaño
de sus poblaciones indígenas apoyando la tesis de "ladinización", es decir, el
proceso de transculturación de un indígena a la cultura predominante.
La defensa de las comunidades indígenas en Colombia
Colombia, sin embargo, ha iniciado un largo viaje por la defensa de sus tribus más
representativas, tratando de preservar los aspectos culturales de los pueblos
wayú, arhuaco o emberá, entre otros, de los que vamos a hablar a continuación
con más detalle.
El pueblo wayú: entre Colombia y Venezuela
El pueblo wayú vive en la península de Guajira, una de las zonas más
septentrionales de Sudamérica, y representan el 20 % de la población indígena en
Colombia, si bien más de un 50 % de su población vive en Venezuela. Los wayuus
o guajiros hablan casi en su totalidad wayuunaiki como lengua materna y un 32 %
de los mismos también habla castellano. Sus raíces se encuentran en los pueblos
arawak que llegaron a la región alrededor del 150 ANE y su organización se da en
clanes patriarcales que practican la poligamia y refuerzan los matrimonios
mediante acuerdos políticos y económicos entre las familias.
En las tierras altas, los pastos o nariños
Entre las comunidades indígenas más extensas en Colombia se encuentran
también los pastos (55.739 personas), quienes no conservan su dialecto debido a
los continuos intercambios culturales. Los pastos fueron la tribu más numerosa de
la zona interandina de Nariño, una sociedad agraria con una gran espiritualidad
unida a la tierra; entre los rituales principales de la comunidad se conserva la
guayusa chapil, un hervido tradicional que permite a sus miembros un contacto
más directo con la naturaleza.
Los dispersos emberá o chocó
El carácter más expansivo y disperso, tanto por línea paterna como materna, para
forjar alianzas con otros grupos ha permitido a los emberá preservar una población
de más de 68.000 entre Colombia, Panamá y Ecuador.
Los emberá, o chocó en Colombia, viven en parcelas construidas a lo largo del
caudal del río Curiche, aunque otras familias de la comunidad también habitan
zonas de montaña, de selva y mar; tienen su propia organización social, centrada
en la caza y la pesca y han preservado su lengua: el waunaan. Sin embargo, quizá
lo más interesante sea su visión cosmológica: el jaibanismo, que considera
prioritario el contacto con los espíritus o jai del agua (Dojura), los espíritus madre
de animales y plantas (Wandra) y los jai de animales selváticos, que consideran
transformaciones del espíritu de los humanos que han fallecido (Antumiá).
Otras comunidades indígenas en Colombia
Aunque el gobierno colombiano ya reconoce 87 grupos indígenas distintos, la
Organización Nacional Indígena de Colombia mantiene que hay 102 comunidades
distintas. En 2005, se contabilizó a casi 1.400.000 personas indígenas: es decir, el
3,5 % de la población del país. Otras comunidades destacadas son los pueblos
guambinos, agricultores organizados en grupos domésticos patrilocales, los
arhuacos, que han abandonado en gran parte la agricultura tradicional por la
producción de café, así como los uitoto o los pueblos amazónicos ticuna y nukak
maku.
Sus poblaciones varían entre unos cientos de individuos y decenas de miles, pero
cualquiera de estas comunidades indígenas en
Colombia guarda una historia, una visión del
mundo y una cultura que en Ayuda en Acción
creemos que es digna de ser preservada y
empoderada como parte de nuestro conocimiento
como especie y por derecho propio de los
pueblos.

4. INDIGENAS DEL SUR


En América Latina existen actualmente 522 pueblos indígenas que van desde la
Patagonia hasta el norte de México, pasando por distintas áreas geográficas como
Amazonía, Andes, Caribe Continental, Baja Centroamérica y Mesoamérica.
Por países, Brasil es el que tiene más diversidad de pueblos indígenas con 241,
que representa una población de 734,127 personas. Colombia, con 83 (1,392,623
habitantes) es el segundo país con más cantidad de pueblos, seguido por México
con 67 (9,504,184 personas) y en cuarta posición Perú con 43 (3,919,314
individuos).
En el otro extremo está El Salvador con tan sólo 3 pueblos indígenas (13,310
personas), Belice con 4 (38,562 habitantes) y Surinam con 5 (6,601 individuos). En
el caso del Caribe insular, como Antigua y Barbuda y Santa Lucía, hay pocos
datos sobre la supervivencia de pueblos nativos.
México, Bolivia, Guatemala, Perú y Colombia reúnen al 87% de indígenas de
América Latina y el Caribe. El restante 13% de la población indígena reside en 20
Estados distintos.
Destacan cinco pueblos con varios millones de personas como los Quechua,
Nahua, Aymara, Maya yucateco y Ki’che, y seis con poblaciones entre medio y un
millón de habitantes como los Mapuche, Maya q’eqchí, Kaqchikel, Mam, Mixteco y
Otomí.
5. INCAS
Los incas fueron la civilización más compleja que se desarrolló en la América del
Sur, constituyendo un vasto imperio que abarcó los actuales países de Perú,
Bolivia, gran parte de Ecuador, el noroeste de Argentina y el norte de Chile
El origen de los incas se remonta al siglo XII de la era cristiana, cuando tras una
larga migración se asentaron las primeras familias en el valle de Cuzco. Todo este
proceso nos ha sido narrado en el mito fundacional inca, que considera a Manco
Capac como su primer gobernante y fundador de la ciudad del Cuzco.
Una serie de tribus, como los huallas, alcabizas y poques , poblaban entonces
estas tierras y los incas tuvieron que luchar por muchos años para consolidar su
dominio sobre el valle hacia el siglo XIV.
Bajo el reinado del noveno Inca Pachacuti (1438-1471) se inició la expansión de
los incas, tras vencer a la poderosa Confederación Chanca que asolaba al Cuzco.
Desde entonces, los ejércitos incas fueron incontenibles y rápidamente sometieron
a los lupacas y collas de la actual Bolivia, a los huancas y tarmas del valle del
Urubamba y penetraron hacia el norte hasta la futura ciudad de Quito.
Entre las campañas de Pachacuti sobresalió aquella que culminó en la sujeción
del pujante señorío Chimú , empresa que fue liderada por el hijo de Pachacuti,
Topa Inca Yupanqui en 1465
Topa Inca Yupanqui o Túpac Inca fue el mayor conquistador y el verdadero
organizador del Tahuantinsuyo o imperio de los cuatro lados. Su reinado se
extendió entre 1471 y 1493, durante el cual se agregaron al poderío inca inmensas
regiones como el altiplano boliviano, el norte y centro de Chile, el noroeste
argentino hasta Mendoza y algunas regiones selváticas. Luego de estas
conquistas, Túpac Yupanqui se abocó a la administración de tan extenso imperio,
repartiendo las tierras y perfeccionado las instituciones que tendrían a su cargo el
manejo del Tahuantinsuyo. Con Huayna Capac (1493-1525) se cerró el ciclo de
las grandes conquistas incas, interrumpido bruscamente por la presencia europea
en Centroamérica, cuyas enfermedades se adelantaron a los conquistadores y
terminaron con la vida del inca.
El Tahuantinsuyo se extendía por diversas regiones geográficas, donde
encontramos una importante variedad de climas y vegetación. A grandes rasgos
se pueden distinguir tres zonas: la costa, la sierra y la selva. La costa comprende
una franja desértica de unos cincuenta kilómetros de ancho, surcada por
numerosos ríos que bajan de los Andes y forman valles aptos para el
asentamiento humano.
La riqueza marina y la agricultura de frijoles, camotes o pepinos en los valles
permitieron el florecimiento de distintas culturas desde tiempos muy antiguos,
como por ejemplo los Mochica y Nazca.
La sierra está constituida por una serie de cadenas montañosas que en su
conjunto forman la Cordillera de los Andes. Entre estas cadenas hay mesetas
altiplánicas, protegidas de los vientos, bien irrigadas y de clima templado, que
fueron aprovechadas para el establecimiento por parte de diferentes culturas como
Tiahuanaco y Huari.
La flora y fauna de la sierra está determinada por la altura; mientras en las tierras
bajas (hasta 2.500 metros) se cultivan verduras y frutas como las paltas, papayas,
chirimoyas, lúcumas o tunas, hacia los 3.500 metros predomina absolutamente el
cultivo del maíz, además de porotos y la cría de cuyes.
En las alturas empinadas sobre los 3.500 metros, por último, se practica la
ganadería de llamas y alpacas y se siembra una enorme variedad de papas.
La selva o ceja se extiende por todo el flanco oriental de los Andes entre los 400 y
los 1.000 metros sobre el nivel del mar. Presenta altas temperaturas producto de
su clima subtropical, donde se desarrollan especialmente las plantaciones de
coca, mandioca, papaya, plátanos y ají. Entre la fauna hay monos, pavas,
perdices, tortugas, hormigas con abdómenes cargados de grasa y proteínas
comestibles y una infinidad de aves.
Es preciso señalar que la población de esta inmensa área se las ingenió para
adaptarse a los distintos hábitat y sacar el mejor provecho a sus recursos. Desde
la pesca en la orilla del mar hasta la ganadería auquénida en las alturas andinas,
los hombres y mujeres se vincularon a través de fluidos intercambios.Productos
Manufacturados Artesanales Peruanos
En ese contexto, los incas tuvieron el gran mérito de poner a disposición de
pueblos muy disímiles entre sí una mayor variedad de productos alimenticios y de
uso cotidiano, aprovechando al máximo los recursos obtenidos en los diversos
pisos ecológicos.
6. MAYAS
La cultura maya es considerada una de las civilizaciones más importantes de
Mesoamérica. Realizaron grandes aportaciones a la arquitectura, astronomía,
medicina y matemáticas. Su legado e historia han inspirado un sinfín de
investigaciones para descifrar cómo vivían y por qué abandonaron sus
esplendorosas ciudades. Los mayas ocuparon una considerable superficie dentro
de Mesoamérica. Existen vestigios arqueológicos en los estados de Yucatán,
Campeche, Quintana Roo, Chiapas y Tabasco en México. También en los países
centroamericanos de Guatemala y Belice, así como porciones de Honduras y El
Salvador.
Las primeras ciudades mayas
Las primeras ciudades de la cultura maya surgieron en la región del Soconusco
(actual Chiapas y Guatemala) alrededor del año 2000 a. de C. Destacan ciudades
como El Mirador y Tikal en Guatemala. En México, surgió Calakmul, quien rivalizó
por mucho tiempo con Tikal por la supremacía en la región.
La época de esplendor
Fue durante el periodo clásico cuando hubo un importante auge arquitectónico,
cultural y artístico. En esta época surgieron las ciudades mayas más importantes
como: Cobá, cuya cercanía con el puerto de Xel-Há la hacía un significativo punto
comercial. Chichén Itzá cobró notoriedad y creció en influencia durante este
periodo. A finales de esta época surgió Tulum y aprovechó su ubicación
estratégica como puerto mercante. También destacaron los periodos de esplendor
de Comalcalco, Palenque y Yaxchilán, entre otras. ¡Visita las principales zonas
arqueológicas de la Riviera Maya con Xcaret Expeditions!
El declive de la civilización
Es uno de los misterios mayas que persisten hasta nuestros días. Hasta ahora, no
se ha podido demostrar de manera contundente el motivo de su declive. Han
surgido teorías sobre épocas agudas de sequía, migración o guerras, aunque los
estudiosos coinciden que, a la llegada de los españoles, ya habían abandonado la
mayoría de las grandes ciudades.
La importancia del Juego de Pelota
El juego de pelota fue un ritual religioso fundamental entre los mayas. En el libro
sagrado del Popol Vuh se relata la historia de cómo los gemelos Hunab Kú e
Ixbalanqué, después de varios intentos, consiguen vencer a los señores de
Xibalbá (inframundo) en el juego de pelota.
Avances científicos
Los mayas antiguos tuvieron notables avances científicos en arquitectura,
pudiendo recrear luces y sombras como en los equinoccios o los fenómenos
acústicos. En astronomía, destacan la precisión de sus calendarios solar y lunar.
Además, es muy relevante su avance en matemáticas, con un sistema vigesimal y
el uso del cero más allá de representar la ausencia.
Dioses mayas
Las deidades mayas estuvieron presentes en todos los aspectos de la vida.
Destacan Hunab Ku, el padre de los dioses; Itzamná, el dios del sol y la sabiduría;
y Chaac, el dios de la lluvia. También son de especial relevancia Kukulcán como
dios del viento y que desciende como serpiente emplumada cada equinoccio en
Chichén Itzá. Ixchel es la diosa de la luna, la fertilidad y el agua, y en la Travesía
Sagrada Maya se recrea un ritual antiguo para visitar su oráculo en Cozumel,
partiendo en canoas desde Xcaret.
Arquitectura
La cultura maya tuvo sobresalientes avances en arquitectura, en muchas
ocasiones ligados a aspectos religiosos o al movimiento de los astros en la bóveda
celeste. Además, se nutrió con la influencia de otras culturas prehispánicas, en
especial del centro de México. En la actualidad, ocho sitios arqueológicos mayas
están reconocidos como Patrimonio de la Humanidad y la mitad de ellos se
encuentran en México: Palenque, Calakmul, Uxmal y Chichén Itzá.
Arte maya
Los mayas fueron prolíficos en manifestaciones artísticas. Se desarrollaron en
campos como alfarería con vasijas y jarrones; también en muralismo, como el que
se conserva en el Templo de los Frescos en Tulum. Son notables los trabajos en
piedra como los dinteles en relieve y estelas como las encontradas en Cobá,
además de los trabajos en estuco como los célebres mascarones de Kohunlich.
Redes comerciales
Los antiguos mayas establecieron amplias rutas comerciales. Primero entre las
distintas ciudades con gobiernos autónomos a través de los Sacbeob o caminos
blancos, y después vía marítima. Algunos historiadores los conocen como “los
fenicios de América”, pues sus redes de comercio llegaron hasta sitios tan
distintas como Tabasco en el Golfo de México o América Central.
HISTORIA I DE GUERRERO

ASESOR:
FEDERICO MARTÍNEZ ÁNGEL

ALUMNA:
MARIA MAGDALENA BASILIO MARTINEZ

CICLO ESCOLAR:
2022 – 2023
LAS ANTILLAS (Proceso de conquista)
La presencia de los españoles en las Antillas
produjo distintas reacciones por parte de los
nativos, predominando en el comienzo una
acogida favorable y cálida. La hospitalidad
hacia los recién llegados se manifestó, por
ejemplo, en los intentos por establecer un
diálogo con Colón, en la entrega de
alimentos y obsequios y el alojamiento los
españoles en sus poblados. En La Española, sobresalió la figura de Guacanagarí,
cacique del Marién en el noreste de la isla, quien trabó amistad con el Almirante y
aceptó la construcción del fuerte Navidad en sus dominios (diciembre de 1492).
Así las cosas, Colón retornó tranquilo a España confiando en una rápida sumisión
de los aborígenes de las Antillas.
El panorama sería muy diferente al regresar el
Almirante en 1493. Una vez desembarcado en la isla,
Colón observó las ruinas del fuerte Navidad, mientras
un acongojado Guacanagarí lo recibió en su bohío y
explicó lo sucedido. La guarnición se había
comportado en forma abusiva con los indígenas,
especialmente con las mujeres, lo cual motivó una
furiosa reacción de caciques vecinos, encabezados por
Caonabó, quienes incendiaron el fuerte y mataron a los treinta españoles que allí
había. El ataque no pudo ser repelido, a pesar del apoyo que Guacanagarí y su
gente prestaron a los sitiados. Una nueva realidad cobraba forma: la resistencia al
invasor que, en adelante, sería una constante de todo el proceso de conquista de
América, al igual que la actitud colaboracionista de facciones indígenas con los
españoles.
Las represalias de Colón y sus sucesores con los
nativos en el sentido de "meterle miedo a la
gente", sólo engendraron más violencia y
motivaron mayores tentativas por
enfrentar a los extranjeros. Otras cargas
impuestas a los taínos, como los tributos en
oro y algodón, también generaron recelos.
Caonabó sería el primer gran conductor de la
resistencia taína hasta su apresamiento y muerte; luego su mujer Anacaona
continuó la lucha hasta que, engañada por el gobernador Ovando, fue quemada
viva junto a otros caciques. En otras islas, la resistencia se expresó en
alzamientos como el liderado por el célebre Hatuey en Cuba.
La rebelión taína más exitosa fue, sin lugar a dudas, la encabezada por el
denominado Enriquillo en La Española. Enriquillo era hijo del cacique Maxicatex,
muerto junto a Anacaona, había pasado su infancia en un convento de los
franciscanos y recibió de las autoridades un grupo de indígenas y tierras para sus
sustentos. Un problema muy puntual de índole personal provocó la rebelión del
cacique en 1519, quien instó a otros señores a la sublevación. Se enfrentó a los
españoles hasta 1533, valiéndose de un acertado plan de guerrillas en las
montañas de la isla. Su posición casi invulnerable en los refugios que
proporcionaban los montes, forzó a los españoles a la negociación y les significó
cuantiosos gastos del erario real. Enriquillo falleció en paz y triunfante en sus
dominios, sin poder ser desalojado nunca.
Las rebeliones antillanas implicaron asimismo el abandono de los conucos, para
derrotar al invasor dejándolo sin alimentos. Lo mismo derivó en una elevada
mortandad indígena a causa del hambre. El desgano vital y los suicidios colectivos
constituyeron otras de las facetas que adquirió la resistencia, incidiendo
significativamente en la fuerte caída demográfica de las Antillas.
CENTROAMERICA Y COLOMBIA (Proceso de conquista)
Una vez consolidado el dominio hispano en las Antillas,
concretamente en La Española, algunos capitanes ávidos
de riqueza, honra y poder consiguieron autorizaciones de
la corona para realizar las llamadas empresas de rescate.
Se trataba de tomar contacto con los indígenas de Tierra
Firme (actualmente las costas atlánticas de
Centroamérica y Colombia), para intercambiar con ellos
chucherías por oro.
Los contactos esporádicos fueron aumentando hasta que
Alonso de Ojeda y Diego de Nicuesa obtuvieron del rey el
título de gobernadores de Urabá o Nueva Andalucía
(costa noroeste de Colombia) y Veragua o Castilla de Oro (costa atlántica de
Panamá, llamada Darién) respectivamente en 1508. La primera ciudad fundada en
el continente americano fue Santa María la Antigua del Darién en 1510, la cual se
constituyó en el centro de la gobernación de Castilla de Oro.
La conquista de estas áreas tuvo un carácter muy frágil, especialmente en la costa
colombiana. Ello debido a la impenetrable selva costera, el riguroso clima
subtropical y las numerosas tribus nativas que dispersaban a los españoles con
sus ataques por sorpresa y les causaban muchas bajas producto de sus flechas
envenenadas.
En esta segunda plataforma de conquista sobresalió la figura de Vasco Núñez de
Balboa, quien arribó en 1510 a Tierra Firme. Gracias a su iniciativa y don de
mando rápidamente se ganó el aprecio de los soldados y constituyó un liderazgo
opuesto a Ojeda y Nicuesa. Desde Santa María la Antigua realizó varias
expediciones en dirección al Darién, donde trabó amistad con algunos caciques
indígenas de la zona y obtuvo las primeras noticias del Océano Pacífico y de un
reino llamado Pirú, ubicado al sur.
En 1513, al frente de 190 españoles y 810 indígenas, Balboa
se dirigió al istmo de Panamá. Tras una penosa marcha, los
67 sobrevivientes de la comitiva vislumbraron desde las
alturas el Mar del Sur, que luego recibió el nombre de Océano
Pacífico. Al fin se había alcanzado uno de los objetivos del
ciclo colombino: encontrar un paso para poder acceder a las
lejanas Islas Orientales de las especies.
Todo estaba dado para que Balboa asumiera el gobierno de
Castilla de Oro y continuara la conquista en esa región. No
obstante, intrigas cortesanas motivaron el nombramiento de Pedro de Arias Dávila,
conocido después como el Furor Domini Pedrarias, en calidad de gobernador.
Arribó a sus dominios en 1514, acompañado por 1.200 hombres destinados a
colonizar el Darién.Fundaciones en Castilla de Oro
No tardaron en generarse los conflictos de poder entre Balboa y Pedrarias y, a
pesar de que el primero se convirtió en yerno del gobernador, fue apresado y
acusado de traición.
En 1519, Balboa fue ejecutado en la recientemente fundada
ciudad de Panamá, frente al mar que él había avistado unos
años antes. Desde Panamá, Pedrarias prosiguió la
incorporación de territorios a su gobernación, agregando en la
década de 1520 las actuales zonas de Nicaragua y Honduras.
Pedro de los Ríos, sucesor de Pedrarias, afianzó la conquista y
autorizó nuevas expediciones por el Pacífico. Colombia y
Venezuela, mientras tanto, no fueron colonizadas y solamente
sirvieron de refugio a los buscadores de perlas que se
concentraron en las islas de Cubagua y Margarita. La conquista
definitiva del interior colombiano recién se concretaría a partir
de la segunda mitad del siglo XVI.

IMPERIO INCA (Proceso de conquista)


Las primeras noticias sobre la existencia del fabuloso reino del Pirú, llegaron a
oídas de los españoles asentados en Castilla de Oro desde comienzos del siglo
XVI. Las autoridades de dicha gobernación Pedrarias Dávila y Pedro de los Ríos
enviaron expediciones de reconocimiento al Pacífico sur a partir de la década de
1520. Entre todas ellas, sobresalieron las que realizó una sociedad compuesta por
dos veteranos soldados: Diego de Almagro y Francisco Pizarro. En su tercer viaje
a la América del Sur Pizarro desembarcó cerca de la localidad de Tumbez (1532),
que formaba parte del Tahuantinsuyo inca.
En Tumbez, Pizarro no encontró las facilidades que había tenido
Cortés en México; no hubo regalos ni emisarios ni espontáneas
muestras de amistad, pero sí halló un camino que conducía
hacia la sierra. Los españoles siguieron avanzando hasta
enterarse de la cercana presencia del Sapa Inca Atahualpa en
los baños de Cajamarca. Un total de 168 hombres penetraron
en el poblado de Cajamarca en noviembre de 1532, donde se
produciría el primer encuentro entre Atahualpa y Pizarro.
A la sazón, Atahualpa se encontraba en esta región
descansando de las duras campañas que había sostenido contra
su hermanastro Huáscar por la sucesión al máximo cargo del
Tahuantinsuyo. Victorioso, Atahualpa era agasajado por el señor
de Chincha, pero sus generales estaban en distintas regiones del
imperio imponiendo el nuevo orden. La presencia de una avanzada de españoles,
al mando de Hernando de Soto, lo sorprendió en estas circunstancias y accedió a
concurrir a una entrevista con Pizarro en la plaza de Cajamarca.
La entrevista era un ardid tramado por Pizarro para apresar al Inca.
En efecto, cuando Atahualpa llegó a la plaza al frente de su ejército
desarmado y con la intención de negociar con Pizarro de acuerdo
con la lógica bélica inca, fue atacado por sorpresa por la hueste
oculta en los alrededores. Así se produjo el denominado desbande
de Cajamarca que culminó en la prisión del Inca y su posterior
ejecución. Este hecho desconcertó por completo a la clase
dirigente del Tahuantinsuyo, cuya capacidad de respuesta fue
mínima. Los peninsulares, en cambio, reforzados con un
contingente arribado al mando de Almagro, tomaron raudamente el
camino al Cuzco.
El avance fue rápido y en noviembre de 1533 la hueste hispana se encontró a las
puertas de la capital del Tahuantinsuyo, Cuzco. La derrota y muerte de Atahualpa
y el rencor de los cuzqueños hacia el Inca ejecutado permitieron que los
españoles ingresaran a la ciudad sin oposición. Incluso, fueron recibidos por
Manco II, quien se convirtió en Sapa Inca con el beneplácito de los recién
llegados. La débil resistencia al mando del general Quisquis no pudo impedir el
ascenso de Manco II ni la consolidación de la presencia española en la región.
Pronto, Manco Inca II se dio cuenta que sólo
era utilizado por los invasores para controlar
a la población indígena. Ello, sumado a
problemas personales con los hermanos
Pizarro quienes en el fondo no respetaban
su alta jerarquía, contribuyó a un cambio de
actitud. Secretamente Manco inició los
preparativos para salir del Cuzco e iniciar un
levantamiento contra los españoles. A
comienzos de 1536 estalló el alzamiento, aprovechando la partida de una
expedición encabezada por Almagro hacia Chile. Así, el poder en el Perú quedaría
exclusivamente en manos de los españoles.
CONO SUR
La conquista de la escasamente explorada América meridional
arrancó desde el Perú y tuvo dos vertientes principales: Chile
y el Río de la Plata. Se trataba de tierras remotas con límites
imprecisos que llegaban hasta el Estrecho de Magallanes,
recorrido por este navegante en 1520. La información sobre la
población aborigen era igualmente deficiente e incluso
circulaban rumores acerca de la existencia de magnificas
riquezas. Estos rumores eran alimentados por los incas, para
incitar a los españoles a dejar el Perú y proseguir su marcha
hacia el sur.
El primero que se aventuró fue el adelantado Diego de Almagro, quien salió del
Cuzco en julio de 1535 acompañado por 1.200 hombres. Luego de una penosa
travesía por el altiplano, cruzó los Andes y arribó a la región de Copiapó al año
siguiente. No pudo permanecer en esas tierras, denominadas Chile, debido a la
rebelión de Manco Inca y la ausencia de centros urbanos indígenas de
consideración.
El capitán extremeño Pedro de Valdivia, distinguido en las guerras civiles del Perú,
dirigió y financió en gran parte la expedición que
concluiría en la conquista del centro de Chile, el
reconocimiento de Cuyo y del Tucumán. Sin mayores
dificultades sometió a los atacameños y diaguitas del
norte de Chile y a agrupaciones nativas menores del
centro del territorio. Después de cruzar el árido desierto
de Atacama, siguiendo uno de los tantos caminos incas,
fundó en 1541 la ciudad de Santiago del Nuevo Extremo
en el valle del río Mapocho.
Luego de esta fundación Valdivia se dirigió al sur, donde habitaban los mapuches.
La intención era extender sus dominios al máximo, razón por la cual se
establecieron numerosos asentamientos que dispersaron sus escasas fuerzas en
un vasto territorio. Si bien en un comienzo Valdivia no encontró una resistencia
indígena organizada, pronto los nativos reaccionaron con las armas frente a la
presencia hispana. Ya en 1550 se registró el primer gran combate entre mapuches
y españoles en torno al río Biobío; solo era el comienzo de una larga guerra que
se extendería hasta mediados del siglo XVII. El año de 1553 se produjo un
importante levantamiento de los indígenas de las regiones de Arauco y Tucapel.
Valdivia fue muerto y la conquista de Chile se tornó inestable, situación que se
mantuvo durante gran parte del siglo XVI.
La región del Río de la Plata no se incorporó
sino hacia fines del siglo XVI, debido al poco
interés que despertó en los expedicionarios que se concentraron en Perú y Chile,
tierras que ofrecían mayores riquezas. Fundamentalmente para evitar el
asentamiento de los portugueses en la zona, se procedió a la fundación de
algunas ciudades a partir de Asunción, misión encomendada a Juan de Garay
desde 1573. La dispersión y escasez de la población indígena caracterizó el
proceso que se desarrolló sin mayores conmociones, en comparación con otras
zonas de América.

MAYAS
El territorio habitado por los mayas al momento de la llegada
de los españoles comprendía, a grandes rasgos, el sur de
México, la actual Guatemala, parte de Honduras y la
península del Yucatán. Se trataba de regiones cubiertas en
importante medida por una espesa selva tropical que era
muy difícil de penetrar. Si bien esta zona ya había sido
avistada por los españoles a partir del tercer viaje de Colón
(1498-1500), recién se procedió a su conquista una vez
consolidado el dominio de Centroamérica y el valle de México.
Los primeros intentos por doblegar a los diversos grupos
mayas corrieron por cuenta de Hernán Cortés, quien en 1523
envió a su lugarteniente Pedro de Alvarado a las tierras bajas
en Guatemala. En esta expedición participaron una vez más
los indígenas amigos de Tlaxcala, convertidos en valiosos
auxiliares de los 300 hombres que acompañaban a Alvarado.
A diferencia de lo ocurrido en México, los mayas, entre ellos
los grupos cakchiqueles y quichés, decidieron oponerse
desde el comienzo a la ocupación de sus tierras. No obstante,
en 1525 Alvarado había logrado derrotar las agrupaciones mayas más numerosas
de la región de Guatemala, aunque las hostilidades siguieron siendo intensas
hasta el año de 1530. El principal asentamiento hispano fundado en estos años
fue Santiago de Guatemala, erigida originalmente sobre la ciudad cakchiquel de
Iximché.
Distinta fue la situación en Yucatán, cuya
conquista había sido encomendada a Francisco
de Montejo en 1527. Su intento falló y tuvo que
dejar la empresa en manos de su hijo. Al ingresar
éste en los territorios del Yucatán sostuvo
encuentros tanto cordiales como hostiles con los
nativos. Mientras los pobladores de la antigua
Uxmal lo recibieron amistosamente, los
habitantes de los restos de Chichén Itzá y
Mayapán lo enfrentaron por las armas. Tras varios años de reñidos encuentros, en
1541 Montejo consiguió dominar la mayor parte del Yucatán, fundando la ciudad
de Mérida al año siguiente. Empero, se mantuvo un enclave maya independiente
en el Tayasal, a orillas del lago Petén, hasta 1697.

LAS ANTILLAS (Resistencia indígena)


Respecto a la drástica disminución de la población aborigen de las Antillas,
disponemos únicamente de cifras para La Española. Dichas cifras, no obstante,
nos permiten comprender la magnitud de la hecatombe demográfica ocurrida en
todo el espacio antillano, que fue la región donde más rápidamente desapareció la
población nativa debido a la irrupción europea.
Según un censo realizado en 1514 por Miguel de Pasamonte y Rodrigo de
Alburquerque en La Española, la isla estaba poblada por unos 5.000 españoles,
repartidos en 14 poblados, y aproximadamente 26.300 indígenas. Considerando
que la población precolombina sobrepasaba los 350.000 habitantes, en apenas
veinte años había desaparecido más de un 90% de los indígenas de La Española,
lo que constituye uno de los casos más dramáticos en la historia de la humanidad.
El decrecimiento de los taínos de esta isla se presentó de la siguiente manera:

Año Número de indígenas


1494 377.559
1495 360.699
1496 344.837
1497 329.672
1498 315.171
1499 301.314
1500 288.063
1501 275.395
1502 263.284
1503 251.706
1504 188.780
1505 141.585
1506 106.189
1507 79.642
1508 59.732
1509 44.799
1510 33.523
CENTROAMERICA Y COLOMBIA (Resistencia Indígena)
Desgraciadamente, no existen estudios minuciosos
relacionados con la evolución de la población
indígena en Centroamérica. De todas maneras, el
número de habitantes en relación a otras regiones
de América era muy escaso y fue rápidamente
dominado por los conquistadores. Salvo algunos
grupos étnicos aislados, como por ejemplo los
mezquitos de Nicaragua, la mayor parte de la
población nativa sucumbió durante el proceso de
conquista.
En la actual Colombia, las tasas de mortalidad fueron muy elevadas, según se
desprende del siguiente cuadro:
Región 1535-1540 1560
Costa Atlántica 500.000 60.000

Valle del Cauca 1.000.000 160.000


Alto Magdalena 300.000 120.000

Vertientes del Magdalena 400.000 180.000


Altiplanicie Central 1.200.000 400.000
Altiplanicie del Sur 400.000 140.000

Resto 200.000 200.000


Total 4.000.000 1.260.000

En fin, si observamos el cuadro, podemos concluir, una vez más, que la


hecatombe demográfica afectó a todas las regiones de la América Indígena,
independiente del carácter que tuvo la conquista en las distintas zonas.
IMPERIO INCA (Resistencia indígena)
Partiendo de la base que la población del Tahuantinsuyo llegaba a los 10 o 12
millones de habitantes antes de la irrupción europea, podemos señalar que
disminuyó aproximadamente en un 75% hacia 1561. Ese año se realizaron
diversos censos de población tributaria en el antiguo incario, llegándose a una
cifra de alrededor de 2,5 millones de habitantes en aquel entonces. Por lo tanto, la
hecatombe demográfica no alcanzó las proporciones que tuvo en las Antillas o en
México, aunque no deja de ser considerable.

El historiador francés Nathan Wachtel en su ya clásico texto Los vencidos. Los


indios del Perú frente a la conquista española sintetizan de manera notable las
opiniones sobre la demografía peruana de este período, apoyado en vastas
evidencias documentales. Sus conclusiones nos han servido de base en las cifras
que entregamos en esta sección.
CONO SUR (Resistencia indígena)
Para el cono sur americano no solo carecemos de fuentes confiables para estudiar
la demografía indígena, sino también penan por su ausencia estudios modernos
sobre el tema. Salvo para el caso de los mapuches, que hacia fines del siglo XVI
habían disminuido de 800.000 a 160.000 habitantes, no existen cifras ni análisis
de otros pueblos para esta época. Así, no podemos formarnos una idea precisa
acerca de la hecatombe demográfica en las comunidades diaguitas, atacameños o
calchaquíes, entre muchas otras.

MAYAS (Resistencia indígena)


Lo único que podemos afirmar con certeza en relación con este aspecto, es una
mortandad superior al 50% de la población maya durante la conquista; es decir,
habrían perecido alrededor de 3 millones de indígenas. Los factores que
mayormente incidieron en la mortalidad fueron la violencia de los enfrentamientos
contra los españoles y las enfermedades que portaban los mismos
conquistadores. Actualmente, la población maya alcanza unos dos millones de
personas.

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