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Materia:

Estética Clásica y
Medieval
Apunte: completo
Carrera: Letras

2020
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Programa de :

Universidad Nacional de Córdoba ESTÉTICA CLÁSICA Y MEDIEVAL


Facultad de Filosofía y Humanidades (027C)
Escuela de Letras
Año Lectivo:
2020
Carreras: Profesorado y Licenciatura de Letras Clásicas Cuatrimestral

Escuela: Letras Carga Horaria: 64 horas

Planes: 1986 Hs. Semanales: 4

Ubicación en la Currícula: 3° año

Equipo de Profesores: Dr. Gustavo Veneciano, Profesor Adjunto, dedicación semi-exclusiva


(A cargo del dictado de la asignatura)

1. Fundamentación

La estética, entendida como las respuestas del hombre ante el hecho u objeto artístico y
las reflexiones sobre él, se remonta en el pensamiento occidental a los griegos cuyas
especulaciones sobre la naturaleza de la experiencia estética han modelado profundamente
nuestra cultura. Tanto la poesía como las canciones, la escultura, la pintura, la arquitectura,
etc. fueron evaluadas, juzgadas y discutidas en Grecia y Roma mucho antes de que Alexander
Baumgarten publicara su Aesthetica en 1750 y surgiera la estética como disciplina filosófica
independiente.
Aunque desde la invención de este término por parte del filósofo berlinés el concepto
central de la idea ha sido la belleza, los estudios sobre estética antigua comprenden diferentes
tópicos y problemas tales como el sentido de la belleza y el asombro o la admiración (thauma)
ante diversas formas artísticas y naturales, el área de la experiencia sensorial que produce en
los hombres los sentimientos de belleza y de admiración, el de la producción humana de lo
que suele denominarse las “bellas artes” o la producción de objetos estéticos, cantidad de
temas y problemas asociados específicamente con la actividad artística del hombre, diferentes
técnicas literarias o retóricas, y principios de armonía, composición, etc., la crítica literaria
cuyas bases se fundan precisamente en la antigüedad griega. A partir de estas
consideraciones, nuestra intención es centrarnos precisamente en las discusiones de crítica y
teorías literarias ya que consideramos que pueden ser de mayor provecho para los alumnos de
Letras, principales destinatarios de esta asignatura.
Es común que, al hablar de ideas estéticas y de procesos de composición poética en la

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antigüedad, el canon presente tres grandes hitos: Platón, Aristóteles y Horacio. Sin embargo,
pocos se cuestionan el simple hecho de que entre Aristóteles y Horacio existen casi 3 siglos de
distancia y que después de Horacio también existieron pensadores que trataron de dilucidar
aspectos del fenómeno estético y literario en el mundo grecorromano, sin hablar de toda la
reflexión, asistemática tal vez, del hecho poético o artístico anterior a Platón y Aristóteles, que
podemos denominar “poéticas implícitas”.
Más allá de un ordenamiento más o menos cronológico de los autores estudiados, la
asignatura se centrará, en seguir cinco tendencias o principios (Verdenius 1983) que
caracterizan la crítica literaria griega: el principio de la Forma, de la Habilidad, de la
Autoridad, de la Inspiración y el de la Contemplación. Asimismo, es preciso agregar que una
de las preocupaciones fundamentales es aquello que tiene que ver con la manifestación de la
dimensión estética unida a una dimensión ética o hacer visible su fractura en algunas
corrientes de pensamiento.
Como esta asignatura corresponde al tercer año de Letras Clásicas y puede ser cursada
como materia optativa por alumnos de Letras Modernas, Filosofía e Historia, no se exige el
conocimiento de griego y de latín para su cursado. Por tal motivo, los pasajes seleccionados
serán leídos en traducciones al español, aunque se prevé que los alumnos de Letras Clásicas
trabajen confrontando los textos originales.
Vale aclarar, por último, que una materia que tenga como objetivo dar un panorama de
las reflexiones y discusiones estéticas y de crítica literaria que se produjeron en la antigüedad
griega y latina en un semestre no puede ser más que selectiva. La vastedad de temas
implicados obliga a presentar numerosas lagunas que pueden ser llenadas posteriormente con
el dictado de seminarios de autores o textos determinados.

2. Objetivos

– Realizar una delimitación del metalenguaje utilizado por poetas y filósofos al analizar la
actividad poética y fundar la crítica literaria.
– Analizar críticamente obras y pasajes representativos de las reflexiones estéticas producidas
en la antigüedad griega y latina y valorar su importancia en la tradición literaria de Occidente.
– Aprender a utilizar diferentes herramientas para acceder al sentido de los textos antiguos.

3. Propósitos

– Promover la discusión para encontrar diferentes maneras de abordar los textos sobre
estética de la antigua Grecia y Roma.
– Incentivar la reflexión sobre los problemas de estética y crítica literaria como forma de
abordar las obras literarias antiguas y modernas.
– Crear el hábito de manejar diferentes herramientas para acceder al sentido de las obras
literarias y filosóficas, ya sean herramientas metodológicas, informáticas, o de otro tipo.

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4. Contenidos del Curso
Estos contenidos expresan una expectativa de máxima. A causa de las actuales circunstancias
provocadas por el Covid-19, algunos contenidos propuestos pueden modificarse o suprimirse.

A) Poéticas implícitas y explícitas desde la antigua epopeya hasta Aristóteles

A. 1: Las primeras representaciones de la actividad poética en Occidente

Presentación homérica del poeta. Primera reflexión metapoética en Hesíodo.


Textos: Homero, Ilíada, I.1-7, II.484-493, IX.182-191; Odisea, I.1-10, I.325-359, VIII.24-108,
VIII.248-369, VIII.471-543, XII.37-56, XII.165-200, XXII.330-353; Hesíodo, Teogonía, 1-115.

A. 2: Las poéticas de los líricos y los comediógrafos

La estructura, la verdad y el beneficio en la poética pindárica. La poética cómica de


Aristófanes y su crítica de la tragedia.
Textos: Píndaro, Olímpica 9 (Olímpica 1 y 2), Nemea 3; Aristófanes, Ranas; Antífanes, fr.
189.

A. 3: La llegada de los filósofos: reflexiones sobre las dimensiones estéticas y éticas

La poética del entusiasmo de Demócrito. La crítica de Platón a la actividad poética: mímesis y


entusiasmo. La mirada de Platón sobre la tragedia. La mímesis y la sistematización de la
discusión sobre la tragedia en Aristóteles. La Poética perdida sobre la comedia.
Textos: Demócrito B 17, 18 y 21; Platón, Ion, República 376e-398b9 y 595a-608b10;
Aristóteles, Poética; Anónimo, Tractatus Coislinianus.

B) Poéticas implícitas y explícitas después de Aristóteles

B. 1: Reflexiones y discusiones post-Aristotélicas en lengua griega

La reconstrucción de la crítica alejandrina a partir de los P.Herc. de Filodemo. El problema de


la división del arte poética (techne poietike): Neoptólemo de Paros y Filodemo. La
preocupación por el estilo. Las bases de lo sublime en Pseudo-Longino. Plutarco y su enfoque
en el lector.
Textos: Filodemo, Sobre los poemas V (selección); Dionisio de Halicarnaso, Sobre la
composición literaria 25-26; Pseudo-Longino, De lo sublime; Plutarco, Cómo debe el joven
escuchar poesía.

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B. 2: Reflexiones y discusiones post-Aristotélicas en lengua latina
El orador ideal y el decorum en Cicerón. Horacio y la actividad poética. Quintiliano: pathos y
enargeia en el discurso retórico y poético.
Textos: Cicerón, El orador (75-121); Horacio, Epistola a los Pisones (= Arte poética);
Quintiliano pasajes de Sobre la enseñanza de la oratoria (libro II.4.2 y X.1-2).

B. 3: Edad Media: La época del cristianismo y el surgimiento de las ideas nacionales


Agustín: la música entre proporción y movimiento. Dante y la valoración de la lengua
nacional.
Textos: Agustín, Sobre la musica Libro I; Dante, De vulgari eloquentia (selección de pasajes
del libro II).

5. Bibliografía (selección provisoria)

5.a. Textos traducidos al español


Aristófanes, Comedias III. Lisístrata, Las tesmoforias, Las ranas, La Asamblea de mujeres,
Pluto, intro., tr. y notras de L. M. Macía Aparicio, Gredos, Madrid 2007.
Aristóteles, Poética, tr., notas e intro. de Eduardo Sinnot, Ediciones Colihue, Buenos Aires,
2011.
Aristóteles – Horacio, Artes poéticas, ed. bilingüe de A. González, Taurus, Madrid 1987.
Dante Alighieri, Obras Completas, tomo II, Aguilar, Barcelona, 2006.
Demetrio, Sobre el estilo, ‘Longino’, Sobre lo sublime, tr., intr. y notas de José García López,
Gredos, Madrid 1979.
Dionisio de Halicarnaso, Sobre la composición literaria, Sobre Dinarco y Cartas, intr. tr.
notas, G. Galán Vioque y M. A. Márquez Guerrero, Gredos, Madrid 2001.
Fragmentos de la comedia media, intr. tr. y notas de J. Sanchis Llopis, R. Montañés Gómez y
J. Pérez Asensio, Gredos, Madrid 2007.
Hesíodo, Obras y fragmentos. Teogonía, Trabajos y Días, Escudo, Fragmentos, Certamen,
intr. tr. y notas de A Pérez Jiménez y A. Martínez Diez, Grtedos, Madrid 1978.
Homero, Ilíada, tr., pr. y notas de E. Crespo Güemes, Gredos, Madrid 1996.
Homero, Odisea, tr. de J. M. Pavón, intr. de M. Fernández-Galiano, Gredos, Madrid 1982.
Horacio, Sátiras, Epístolas, Arte Poética, tr., intr. y notas de José Luis Moralejo, Gredos,
Madrid 2008.
Los filósofos presocráticos III, intr., tr. y notas A. Poratti, C. Eggers et al., Gredos, Madrid
1980.
Píndaro, Odas y fragmentos. Olímpicas, Píticas, Nemeas, Ístmicas, Fragmentos, intr. tr. y
notas de A. Ortega, Gredos, Madrid 1984.
Platón, Diálogos, vol IV, República, intr. tr. y notas de C. Eggers Lan, Gredos, Madrid 1986
(reimp 1988).
Pseudo-Longino, De lo sublime, trd. De C. Molina & R. Oyarzun, Ediciones Metales Pesados,
Santiago de Chile 2007.
Plutarco, Obras morales y de costumbre (Moralia), tomo 1, intro. tr. y notas de Concepción

4
Morales Otal y José García López, Gredos, Madrid 1992.
San Agustín, Sobre la música, seis libros, int., tr., y notas de Jesús Luque Moreno y Antonio
López Eisman, Gredos, Madrid 2007.

5.b. Colección de textos traducidos al español y a otras lenguas


Bychkov, Oleg & Sheppard, Anne, Greek and Roman Aesthetics, Cambridge University Press,
Cambridge 2004.
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Tatarkiewicz, Wladyslaw, Historia de la estética, vol. 1: La estética antigua, Akal, Madrid
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Tatarkiewicz, Wladyslaw, Storia dell’ estetica, vol. 2: L’estetica medievale, Einaudi, Torino
1979.

5.c. Ediciones de textos, ediciones bilingües y comentarios de obras griegas y


latinas
Anónimo, Sobre lo Sublime; Aristóteles, Poética, ed. y trad. José Alsina Clota, Bosch,
Barcelona 1977.
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Veneciano, Gustavo, “Relevancia de la dimensión metapoética en la Teogonía de Hesíodo”
(mecanografiado, en edición para el libro Cuadernos de cátedra Ordia Prima, vol 1:
épica, editado por Guadalupe Erro).
Verdenius, W. J., “The Principles of Greek Literary Criticism”, Mnemosyne 36 (1983) 14-59.
Weaire, Gavin, “Dionysius of Halicarnassus’ Professional Situation and the De Thucydide”,
Phoenix 59 (2005) 246-266.
Wiater, Nicolas, The Ideology of Classicism. Language, History, and Identity in Dionysius of
Halicarnassus, De Gruyter, Berlin 2011.
Williams, H.G.D., “Shattering Tradition: A Rejection of Analysis by Genre in Horace’s Ars
poetica”, Akroterion 58 (2013) 61-77.
Wohl, Victoria, "The Function of Literature", en Martin Hose & David Schenker (eds.), A
Companion to Greek Literature, Wiley-Blackwell, Malden & Oxford 2015, 476-487.
Wright, Matthew, The Comedian as Critic. Greek Old Comedy and Poetics, Bristol Classical
Press, London 2012.
Xenophontos, Sophia, Ethical Education in Plutarch. Moralising Agents and Contexts, de
Gruyter, Berlin 2016.
Zanker, Graham, Modes of Viewing in Hellenistic Poetry and Art, University of Wisconsin
Press, Madison 2007.

10
Zanker, Graham, “Enargeia in the Ancient Criticism of Poetry”, Rheinisches Museum 124
(1981) 297-311.

REGIMEN DE CURSADO

Las condiciones de dictado, cursado, asistencia y evaluación de las asignaturas pertenecientes a las
carreras de Letras de la Facultad de Filosofía y Humanidades se encuentran reguladas por el siguiente
marco normativo, disponible en la web
Régimen alumno: RES HCS 408/02 DEL HCS. ANEXO “A” RES DECANAL Nº 593/02.
Régimen de estudiante trabajador: RES 172/2012
Régimen de Licencia Estudiantil: ORD HCS 12/2010
y por las excepcionalidades vigentes por la emergencia sanitaria, a saber:
- Resolución Decanal 205/20 en lo relativo a las readecuaciones de contenidos y evaluaciones de las
asignaturas de dictado virtual en el contexto del Aislamiento Social Preventivo y Obligatorio del
primer cuatrimestre, extendida por la Resolución HCD 85/2020 de la fase de distanciamiento social al
segundo cuatrimestre, especialmente en su Anexo: “Documento de Trabajo para el fortalecimiento de
la inclusión estudiantil.
- Resolución Decanal 331/20, en lo referente a la implementación del Certificado Unico para
estudiantes con Restricciones de Acceso al Cursado Virtual (CURA), extendida al segundo
cuatrimestre por la Resolución HCD 84/2020.
El conocimiento de la reglamentación vigente es responsabilidad de docentes y estudiantes.

EVALUACIÓN

Los instrumentos de evaluación previstos, aunque esto puede modificarse a partir de las
actuales circunstancias y de las reglamentaciones vigentes, son los siguientes:
. 2 Evaluaciones parciales individuales integradoras.

. 1 recuperatorio de evaluaciones parciales.

. Coloquio (para alumnos promocionales): trabajo monográfico individual (máx. 8 págs.)


. Examen final (para alumnos regulares o libres).

Las evaluaciones en este contexto de aislamiento y comunicación virtual serán domiciliarias y


enviadas por mail.

CRONOGRAMA (fechas tentativas)

Fechas de prácticos y parciales


Parcial 1: 6 de octubre
Parcial 2: 27 de octubre

Recuperatorio: 11 de noviembre

11
ESTÉTICA CLÁSICA Y MEDIEVAL
-Escuela de Letras-

Apuntes (obras y pasajes seleccionados)


Primera parte

Dr. Gustavo Veneciano (Prof. Adjunto S/D a cargo)

2020 (Segundo semestre)


A) Poéticas implícitas y explícitas desde la antigua
epopeya hasta Aristóteles
A. 1: Las primeras representaciones de la actividad poética en Occidente

Textos:
Homero, Ilíada, I.1-7, II.484-493, IX.182-191.
Homero, Odisea, I.1-10, I.325-359, VIII.24-108, VIII.248-369, VIII.471-543, XII.37-56,
XII.165-200, XXII.330-353.
Hesíodo, Teogonía, 1-115.
BIBLIOTECA CLÁSICA GREDOS, 150 HOMERO

EDITORIAL GREDOS
M. W. EDWARDS, Homer, poet of the Iliad, Baltimore, 1987.
J . GRIFFIN,Homer on life and death, Oxford, 1980.
-, Hornero, trad. esp., Madrid, 1984.
A. HEUBECK, Die homerische Frage, Darmstadt, 1984.
Homer. Tradition und Neurerung, ed. J . Latacz, Darmstadt, 1979.
G. S. KIRK, The songs of Homer, Cambridge, 1%2.
-, Homer and the epic, Cambridge, 1965.
A. LESKY,Historia de la literatura griega, trad. esp.. Madrid, 1968.
-, «Horneros», Realenzyklopüdie der klassischen Altertumswissen-
schaft, 11 SuppL-Band (1967).
P. MAZON,P. CHANTRAINE. P. COLLART, R. LANOUMIER, Introduc-
-
tion a I'lliade, París, 1937. '
La cólera canta, oh diosa, del Pelida Aquiles,
D. L. PAQE,History and the Homeric Iliad, Berkeley, 1959. maldita, que causó a los aqueos incontables dolores,
A. Ruu DE ELVIRA,Mitología clásica, Madrid, 1975. precipitó al Hades muchas valientes vidas
W . Scwan>-O. S~iirnm,Geschichte der griechischen Literatur, 1 Teil. de héroes y a ellos mismos los lhizo presa para los perros
Die klassische Periode der griechischen Literatur, 1 Band Die grie- y para todas las aves -y así se cumplía el plan de Zeus-, s
chische Literatur vor der attischen Hegemonie, Munich, 1959 ( = desde que por primera vez se separaron tras haber reñido
1929). el A a a , soberano de hombres, y A N s , de la casta de Zeus.
A. J. B. WACE-F.H. STUBBINGS,
A Companion tu Homer, Londres, ¿Quién de los dioses lanzó a ambos a entablar disputa?
1962. El hijo de Leto y de Zeus. Pue:s, irritado contra el rey,
una maligna peste suscitó en el ejército, y perecían las huestes
porque al sacerdote- había deshonrado
IX. NOTAA LA TRADUCCIÓN el Atrida. Pues aquél llegó a las veloces naves de los aqueos
cargado de inmensos rescates para liberar a su hija,
llevando en sus manos las ínfulas del flechador Apolo
La traducción que sigue esta: en prosa y pretende, sobre todo, en lo alto del áureo cetro, y suplicaba a todos los aqueos,
verter con precisión el contenido del original, aun a sabiendas de pero sobre todo a los dos Atridas, ordenadores de huestes:
la enorme distancia que separa la lengua homérica del español ac- «iOh Atridas y demás aqueos, de buenas grebas!
tual. Cada línea de mi traducción corresponde casi sin excepción Que los dioses, dueños de las olímpicas moradas, os concedan
al contenido de cada hexámetro. En la medida de lo posible, el or-
den de palabras de la traducción es el mismo que el del original. La primera palabra del poema cumple la misma funcidn que el título
Las fórmulas repetidas del texto original tienen una traducción tam- en los libros modernos. Tambitn en la primera frase se indica a partir de
bién repetida. Cada término distinto en griego se corresponde casi qut momento de la leyenda comienza el poema. Los escolios dan títulos
siempre a un término distinto en la traducción. Las notas han sido a distintas partes del poema, muchas de las cuales coinciden con un canto
reducidas al mínimo y sólo pretenden orientar la lectura, nunca ex- completo; en el caso de1 canto 1, e1 titulo tradicional es el de «Cólera» (MP-
hibir erudición. nis).
430 Terminada la faena y dispuesto el banquete, más adelante entre gritos, y el prado se llena de algarabía,
participaron del festín, y nadie careció de equitativa porción. tan numerosas eran las tribus de los que desde naves y tiendas
Después de saciar el apetito de bebida y de comida, afluían a la llanura escamandria; y por debajo la tierra 465
entre ellos tomó la palabra Néstor, anciano conductor de carros: pavorosamente resonaba bajo los pasos de los guerreros y los caballos.
«iCloriosísimo Agamenón Atrida, soberano de hombres! Se detuvieron en la florida pradera escamandria,
435 NO sigamos hablando más otra vez, ni todavía largo rato incontables como las hojas y flores que nacen en primavera.
demoremos la accion que el dios pone en nuestras manos. igual que las bandadas numerosas de espesas moscas
Los heraldos a la hueste de los aqueos, de broncineas túnicas, que vagan con errantes giros por el pastoril establo 470
convoquen y congreguen junto a las naves; en la estación primaveral, cuando las cántaras rezuman de leche,
y nosotros, juntos como aquí, el ancho ejército de los aqueos tantos aqueos, de melenuda calbellera, frente a los troyane
w recorramos, para despertar cuanto antes al feroz Ares 24.» se fueron apostando en el llano, ávidos d e hacerles a ~ i c o s .
Así habló, y no lo desatendió Agamenón, soberano de hombres. Como los cabreros a los ta:lados rebailos de cabras
que al punto ordenó a los heraldos, de sonora voz, disgregan fácilmente de los ajeinos al mezclarse en el pasto, 475
pregonar alarma a los aqueos, de melenuda cabellera. así los jefes los ordenaban en grupos separados aquí y allá
Aquéllos fueron pregonándola, y éstos se reunieron muy aprisa. para ir a la batalla y, en mediio, el poderoso Agamenón,
445 A ambos lados del Atrida, los reyes, criados por Zeus, corrían
con los ojos y la cabeza como Zeus, que se deleita con el rayo,
enardecidos hacidndolos formar, y en medio la ojizarca Atenea con la cintura como Ares, y con el pecho como Posidón.
con la muy venerable égida, incólume a la vejez y a la muerte, igual que en la vacada el buey m8s sobresaliente de todos,
de la que penden, enteramente áureos, cien borlones, el toro, se destaca entre las vacas reunidas a su alrededor,
todos bellamente trenzados y del valor de cien bueyes cada uno. así volvió Zeus al Atrida aquel día
450 Con ella atravesó presurosa la hueste de los aqueos.
destacado entre todos y sobresdiente entre tantos héroes.
instándoles a marchar, e infundió a cada uno brío Decidme ahora, Musas, duellas de olímpicas moradas 2 5 ,
en el corazón para combatir y luchar con denuedo. pues vosotras sois diosas, estáiis presentes y sabéis todo, 485
En seguida el combate les resultó más dulce que regresar mientras que nosotros sólo oírnos la fama y no sabemos nada,
en las huecas naves a la querida tierra patria. quihes eran los príncipes y los caudillos de los dánaos.
455 Igual que el voraz fuego abrasa un indescriptible bosque El grueso de las tropas yo no podría enumerarlo ni nombrarlo,
en las cimas de un monte, y desde lejos brilla la claridad, ni aunque tuviera diez lenguas y diez bocas,
así desde el portentoso bronce de los que iban en marcha voz inquebrantable y un bronc.íneo corazón en mi interior,
el luminoso fulgor ascendió por el éter y llegó al cielo. si las Olímpicas Musas, de Zeiis, portador de la égida,
Como las numerosas razas de las volátiles aves, hijas, no recordaran'a cuantos llegaron al pie de Ilio.
460 gansos o grullas o cisnes, de luengos cuellos,
Pero .sí nombraré a los jefes y la totalidad de las naves 26.
en la asiática pradera a los lados de los cauces del Caistro '' El verso da comienzo solemrie al famoso «Catálogo de las naves».
revolotean acá y allá gallardas con sus alas, posándose El mismo verso se utiliza en XI 2118, XIV 508 y XVI 112, también para
abrir pasajes especialmente importaintes.
24 La batalla. 26 El «Catálogo de las naves)) que sigue enumera veintinueve contingen-
CANTO IX 27 1

la bella Epea y Pedaso, rica en viiiedos '42. guiRando los ojos a cada uno, pero, sobre todo, a Ulises, 180
Todas están próximas al mar, en los confines de la arenosa Pilo. para que trataran de convencer arl intachable Pelida.
En ellas habitan hombres ricos en corderos, ricos en bueyes, Los dos marcharon a lo largo de la ribera del fragoroso mar
155 que seguramente lo honrarán con obsequios como a un dios invocando sin cesar al dueiio de la tierra y agitador del suelo,
y, sumisos bajo su cetro, cumplirán sus leyes prósperas. para poder convencer fácilmente las altivas mientes del Eácida '44.
Esto es lo que llevaría a cabo en su favor si depone la ira. Llegaron ambos a las tiendas y ;a las naves de los mirmídones 18s
Que se deje subyugar -sólo Hades es implacable e indomable; y lo hallaron deleitándose el ánimo con la sonora fórminge '45,
por eso es para los mortales el más odioso de todos los dioses- bella, primorosa, que encima tenía un argénteo clavijero.
160 y que se someta a mí, por cuanto que soy rey en mayor grado La había ganado de los despojos al destruir la ciudad de Eetión
y por cuanto que me jacto de ser en edad mayor.» y con ella se recreaba el corazóni y cantaba gestas de héroe$.
Respondió entonces Néstor, el anciano conductor de carros: Sólo Patroclo en silencio estaba sentado frente a él, 190
«iGloriosisimo Atrida Agamenón, soberano de hombres! aguardando a que el Eácida dejara de cantar.
Ya no son desdeiiables los dones que ofreces al soberano Aquiles. Los dos avanzaron, con Ulises, de la casta de Zeus, en cabeza,
165 Mas, ea, enviemos comisionados elegidos, que cuanto antes y se detuvieron ante él. Saltó atónito Aquiles
vayan a la tienda del Pelida Aquiles. con la fórminge, abandonando el asiento donde estaba sentado.
;Venga! Obedezcan aquellos a quienes yo designe. Igualmente, Patroclo, al ver a b s hombres, se levantó. 195
Que en primer lugar vaya por delante Fénix, caro a Zeus, Brindando por los dos, dijo Aqiiiles, el de los pies ligeros:
y luego el alto Ayante y Ulises, de la casta de Zeus .'41 «iSalud a ambos! ¡Amigos sois los que venís! Algo urge
170 De los heraldos, que Odio y Euríbates los escolten. a quienes, aun en mi enojo. sois los más queridos de los aqueos.))
Traed agua para las manos y ordenad silencio Tras hablar así, el divino Aquiles los invitó a entrar
para congráciarnos con Zeus Crónida, a ver si se apiada.» y les ofreció asiento en sillas y $en purpúreos tapetes. 200
Así habló, y sus palabras resultaron del agrado de todos. Luego dirigió la palabra a Patroclo, que estaba cerca:
Al punto los heraldos vertieron agua sobre sus manos. «Prepara una cratera mayor, hijo de Menecio,
17s LOS muchachos colmaron crateras de bebida, haz una mezcla más fuerte y dispón una copa para cada uno:
que repartieron entre todos tras ofrendar las primicias en copas. son los hombres más amigos quienes están bajo mi techo.»
Y tras hacer la libación y beber cuanto su ánimo apetecía, Asi habló, y Patroclo obedeció a su compañero. 205
salieron uno tras otro de la tienda del Atrida Agamenón. Entre tanto, él puso un gran tajlón al resplandor del fuego,
Les prodigó encargos Néstor, el anciano conductor de carros, colocó en él el lomo de una oveja y el de una pingüe cabra
y la cinta de un suculento cerdo, floreciente de sebo.
Automedonte tenía el tajón, y el divino Aquiles los troceaba.
'41 Ninguna de estas ciudades es mencionada en el catálogo de las naves.
La situación geográfica que les atribuye el verso 153 hace difícil de explicar
por que pertenecen al reino de Agamenón, y no al de Néstor o al de Menelao. '"
145
Peleo era hijo de Éaco.
La forminge es un instrumento musical de cuerdas sin caja de reso-
14' En los versos 182 SS. se habla sólo de dos heraldos, mientras que
aquí se indica que son tres los comisionados del consejo que van ante Aqui- nancia. El número de cuerdas que tienen los testimonios arqueológicos con-
les con los ofrecimientos de Agamenón. servados es variable.
BIBLIOTECA CLÁSICA GREDOS, 48 HOMERO

ODISEA
INTRODUCCIÓN DE
M A N U E L FERNÁNDEZ-GALIANO

TRADUCCIÓN DE
JOSÉ M A N U E L , PABÓN

EDITORIAL CiREDOS
CANTO 1

Musa, dime del hábil varón que en su largo extravio,


tras haber arrasado el alcázar sagrado de Troya,
conoció las ciudades y el genio dr: innúmeras gentes.
Illuchos males pasó por las rutas marinas luchando
por sí mismo y su vida y la vuelta al hogar de sus 5
[hombres,
pe:ro a Cstos no pudo salvarlos coln todo su empeíío,
que en las propias locuras hallaron la muerte. ¡Insensatos!
Devoraron las vacas del Sol Hipeirión e, irritada
l,a deidad, los privó de la luz del regreso. Principio
da a contar donde quieras, joh dnosa nacida de Zeus! lo

Cuantos antes habían esquivado la abrupta ruina,


en sus casas estaban a salvo del mar y la guerra;
sólo a él, que añoraba en dolor su mujer y sus lares,
retenfale la augusta Calipso, divina entre diosas,
en sus cóncavas grutas, ansiosa de hacerlo su esposo. 15
Vino al cabo, al rodar de los añlos, aquel en que habían
decretado los dioses que el heroe volviese a sus casas
en las tierras de ítaca. En vano seguía con sus penas
y sin ver a los suyos. Dolidas las otras deidades,
disentía Posidón de continuo, encolnado en su ira 20
contra Ulises divino, que erraba dle vuelta a su patria.
106 ODISEA CANTO 1:

los galanes preparen la boda y apresten los dones que después de bañarte y haber esparcido tu mente
cuantos cumple ofrecer por la hija querida a los suyos. puedas ir a tu nave gozoso con iun buen regalo
Y a ti mismo un consejo prudente si quieres seguirlo: de gran precio que yo he de entregarte: ha de ser una
280 ve y escoge la nave mejor y con veinte remeros [alhaja
sal e intenta saber de tu padre perdido hace tanto, como suele a los huéspedes dar algún huésped amigo..
ya te venga a informar algún hombre, ya! escuches la fama
que venida de Zeus esparce su voz por el mundo; Contestando a su vez dijo Aitena, la diosa ojizarca:
marchii a Pilo primero e inquiere de Néstor divino; «NOdetengas mi marcha, que :ya se me tarda el camino, 31s
28s desde :Pila ve a Esparta y pregúntale allí a Menelao, y ese don que tu afecto te impulsa a ofrecerme se quede
que el postrero volvió de los dánaos ves,tidos de bronce; para el tiempo en que pase de vuelta a mi patria; y
y, si nuevas te dan de que vive y regresa tu padre, [entonces
por muy grande que sea tu aflicción persewera hasta un año, tenlo bien escogido, que no queidará sin retorno..
mas, si sabes que ha mucrto y no cuenta en los vivos, retorna
2% sin mayor dilación a la patria querida y levanta Tal diciendo marchóse de allá la ojizarca Atenea
en su :honor un gran túmulo, ofrécele fú.nebres dones, como un ave que escapa a la vista; dejóle en el alma 320
cuantos bien te parezca, y entrega tu madre a otro esposo. fortaleza y valor y un recuerdo más vivo que antes
Una vez que lo hagas y acabes aquello que digo dle su padre querido; notándolo luego en su mente
te pondrás a pensar con la mente y el alma en el modo le tomó el estupor y llegó a conocerla por diosa.
29s de matar a esos hombres aquí en tu palacio, ya sea Nias bien pronto el divino varón se reunió con los otros.
con engaños, ya en lucha a la luz, pues en nada te cuadra
que te muestres aún niño: eres ya muy mayor para ello. Un aedo famoso cantaba en mitad y sentados 325
¿Por ventura no escuchas la fama ganada en el mundo los demás en silencio le oían; narraba el regreso
desastroso de Ilión que a los dánaos impuso Atenea.
por Orestes divino vengando la muerte paterna
300 en Egisto falaz, matador de su padre glorioso?
En el piso de arriba fue a heirir aquel canto divino
Tú, querido, también, pues te veo tan alto y gallardo,
a la hija de Icario, discreta Pendope: al punto
ten valor y que alaben tus hechos los hombres futuros;
descendió de su estancia tomando la larga escalera, 324
mas yo debo bajar, que ya es hora, a la rápida nave
mas no sola, seguíanla de cerca dos siervas; y cuancio
y buscar a mi gente que ansiosa me espera; tú sigue la mujer entre todas divina avist6 a sus galanes,
305 vigilándolo todo y atiende a cumplir miis consejos..
a la puerta quedó del salón bien labrado, ajustóse
el espléndido velo, cubrió sus mejillas, las fieles
El discreto Telémaco entonces le dijo en respuesta: servidoras pusiéronse a un lado y a otro y, dejando 335
~Foirastero,has hablado en verdad con afecto que corriese su llanto, le dijo al aledo divino:
[entrañable,
como un padre a su hijo: no habré de olvidar tus palabras. «Otras muchas leyendas, joh Femio!, conoces de cierto
Pero, jea!, domina tus prisas y quédate un poco, (de:guerreros y dioses, que hechizain las mentes humanas
108 ODISEA CANTO 1:

al cantar del aedo; entona una de ellas y beban semejante a su voz a las mismas deidades. Mañana,
340 en silencio su vino esos hombres, mas corta ese canto c:on la luz de la aurora, saldremos al ágora todos
desdichado; royéndome va el corazón en el pecho, y bien claro os diré cuanto tengo en el ánimo. Habréis
pues en mí como en nadie se ceba un (dolor sin olvido, de dejar estas salas: id, pues, preparad otras mesas
que tal es el esposo que añoro en perpetuo recuerdo, y comed de lo vuestro invitándoo~spor turno; no obstante, 375
cuya fama ha llenado la Hélade y tierras de Argos., si pensáis que es mejor y más grato seguir devorando
la fortuna de un solo varón sin gastar de lo propio,
Y el discreto Telémaco entonces le dijo en respuesta: dlevoradla, mas yo he de clamar a los dioses eternos
345
por si Zeus me concede el castigo de tales desmanes
«¿Por qué, oh madre, le impides al hárbil aedo que trate
y algún día en mi mismo palacio morís sin venganza.» 380
de agr,adar como quiera su genio le inspire? La culpa
no la tiene el cantor, sino Zeus, que reparte sus dones
Tal les dijo Telémaco y ellos, mordiendo sus labios,
y los da a cada cual de los hombres según su talante.
sle admiraban del nuevo valor qu.e mostraba al hablarles.
350 No llevemos a mal que éste diga el funesto destino
de los dánaos; la gente celebra entre todos los cantos Pero Antínoo, nacido de Eupites, al fin replicóle:
el postrero, el más nuevo que viene a halagar sus oídos.
«De seguro, Telémaco, inspiran los dioses palabras
A escu~charlose avengan tu mente y tu ,alma, que Ulises
tíln ufanas y te hacen hablar con tamaña osadía, 385
no fue solo en perder allá en Troya la lilz del regreso;
mas que el hijo de Crono no quiera otorgarte en la tierra
355 mucho!; otros varones cayeron también; mas tú vete
itaquesa que bañan los mares el reino paterno.,
a tus salas de nuevo y atiende a tus pro'pias labores,
al telar y a la rueca, y ordena, asimismo, a tus siervas
Y el discreto Telémaco entonces le dijo en respuesta:
aplicarse al trabajo; el hablar les compete a los hombres
.Aunque a mal me lo lleves, Antínoo, tendré que decirte
y entre! todos a mí, porque tengo el poder en la casa.,
que, si Zeus me lo da, tomaré de buen grado ese reino. 390
¿#Oes que piensas tal vez que reinar es la gran desventura
360 Admirada la madre tornóse y marchó a su aposento d~elos hombres? No así, bien de cierto, que el rey por de
con el recio discurso del hijo grabado en el alma. [pronto
A los ailtos subió de sus siervas seguida y al llanto tiene bien abastada su casa y sin par es su honra.
se entregó por Ulises, su esposo. Por fi:n dulce sueño Plero hay otros reyes en Itaca, jbvenes unos
en sus párpados vino a verter la ojizarca Atenea. y mayores los otros, ya son mult.itud: que se quede 395
uno de ellos al frente del reino, :pues ha muerto Ulises;
365 LOS galanes gritaban allá por la sala sombría. yo seré soberano en mi casa, mandando en los siervos
Todos ellos ansiaban yacer con Penélope; entonces que ganó para mí en los combatt:~Ulises divino.,
el discreto Telémaco hablóles así: «Pretendientes
que con esa insolente altivez asediáis a mi madre, Mas el hijo de Pólibo, Eurímasco, habló de este modo:
del banquete gocemos en paz y que tal griterío «Reservado en sus haldas, Telémaco, tienen los dioses 400
370 cese al punto, que es dulce escuchar a un cantor como éste, el secreto del dánao que habrá die reinar en la isla;
208 ODISEA CANTO VI11 209

U.na vez que en la gran asamblea estuvieron reunidos, Doce ovejas Alcínoo mató para ellos y ocho
25 el primero de todos Alcínoo tomó la plalabra: dentiblancos marranos, dos bueyes de pasos de rueda, 60
y después del desuello adobaron un rico banquete.
«Escuchad, regidores y jefes del pueblo feacio, Trajo en tanto el heraldo al piadoso cantor, al que amando
y sabed lo que el alma en el pecho me impulsa a deciros: sobremodo la Musa otorgó con un mal una gracia:
este huésped -no sé quién él sea- llegó hasta mi casa lo privó de la vista, le dio dulce voz; y Pontónoo
vagabundo e ignoro si vino de pueblos de oriente fue a ponerle en mitad del convite un sillón guarnecido 65
30 o de ocaso; nos pide socorro en su ruta. Veamos de tachones de plata, apoyó10 en esguida columna,
de prestárselo, pues, como siempre lo hicimos con todos, dle una percha colgó sobre él la gran lira sonora
que ni él ni otro alguno que llegue ai mis casas en ellas y ensayóle a cogerla de allí por sí solo; le puso
quedará en aflicción largo tiempo por falta de ayuda. pioir delante una mesa pulida, una cesta con panes
Ante todo a las olas saquemos un negro navío y una copa de vino que fuera bebitendo a su gusto. 70
35 no estrenado en el mar, y elegidme cincuenta muchachos
con dos jefes: que sean los mejores de siempre en el pueblo. A los ricos manjares dispuestos tendieron sus manos
Y primero que vayan y aten los remos al banco; y, :saciado que hubieron su sed y apetito, la Musa
luego vuelvan aquí a preparar sin tardanza en mi casa al .aedo inspiró que cantase de hazañas de héroes,
el festín: les daré provisión abundante:. A los mozos de una acción cuya fama llegó por entonces al cielo
40 esto vengo en mandar, y vosotros, los reyes que el cetro anchuroso: la riña entre Ulises y A.quiles Pelida 75
en la mano empuñáis, llegad a mi hermoso palacio, cuando estaban sentados al rico festín de los dioses.
festejemos al huésped, que nadie rehiúse. A más de ello, Se lanzaban palabras teyibles y a un tiempo gozaba
a Demódoco hacedme venir, el aedo divino, entre sí Agamenón por la lid de tan bravos aqueos;
a quien dio la deidad entre todos el don de hechizarnos él. teniala de tiempo anunciada por boca de Apolo
45 con el canto que el alma le impulsa a entonar.» Así dijo cimndo el porche de piedra cruzara de Pito divina 80
y marchó por delante; siguieron sus pasos los reyes por oír SU presagio: empezaba a rondar la desgracia
portadores de cetro y en tanto el heraldo fue en busca a t:royanos y dánaos por trazas del. máximo Zeus.
del cantor. Elegidos los mozos, bajaron, conforme
les habían ordenado, a la orilla del miar infecundo Tal cantaba aquel ínclito aedo y Ulises, tomando
sa y, una vez que llegaron al sitio en que estaba la nave, en sus manos fornidas la túnica grande y purpúrea,
arrastraron primero e1 oscuro bajel a las aguas se: la echó por encima y tapó el bello rostro. Sentía 85
y, ya a flote, en su fondo cargaron la vela y el mástil gran rubor de llorar ante aquellos feacios; a veces,
y cogieron los remos a estrobos de piel, todo ello al cesar en su canto el aedo divino, sus lloros
según es regla y uso; tendieron el blanco velamen, enjugaba y, del rostro apartando el vestido, ofrecía
55 fondearon la nave y volvieron de nuevo a las casas libación a los dioses del vaso de dos cavidades.
espaciosas de Alcínoo, el prudente dle entrañas: repletos Mas tornaba el aedo a empezar su canción, siempre a ruegos 40
encontraron los porches, el patio y ltas salas de hombres de: 1'0s nobles feacios gustosos de aquellas historias,
congregados ya allí, muchedumbre d(e ancianos y mozos. y tapando su cara de nuevo volvía a. los sollozos.
210 ODISEA CANTO VII[I

No hubo nadie en verdad que notara sils llantos; Alcínoo En la lucha penosa probáronse luego y Euríalo
solamente al hallarse más cerca observáridolo estaba. la1 partida ganó a los mejores; Anifíalo en el salto
95 Diose cuenta de todo al oír sus profundos suspiros a ninguno del pueblo encontró superior, mas Elatres
y sin inás dijo así a los feacios, gozosos remeros: e11 el disco su fuerza mostró sobre todos y un púgil
no se halló como el buen Laodamante, nacido de Alcínoo. IM
«Escuchad, regidores y jefes del pueblo feacio,
satisfecho nos tiene ya el gusto la buena comida Cuando ya les sació el corazón el placer de los juegos,
y la liira también, compañera del rico banquete; Laodamante, el nacido de Alcínoo, les dijo a los otros:
100 vamos fuerz, por tanto, probemos en todos los juegos
nuestras fuerzas y así pueda el huésped contar a los suyos, #Mis amigos, venid: preguntemos al huésped si sabe
cuando vuelva a su hogar, la ventaja que a todos sacamos y ha probado algún juego; en verdad no es de vil contextura:
en luchar con el cuerpo y los puños y en salto y carrera.» recios pies, recios muslos, las manos entrambas fornidas, 135
es, robusto su cuello, respira vigor, ni le falta
Tal diciendo marchó por delante, siguieron los otros; juventud; pero está quebrantado por males sin cuento.
los despre:ndiendo el heraldo del gancho la lira sonora Bien me digo que no hay otra plagia que igual que el oceano
a Demódoco asió por la mano, condújolo fuera desbarate y dé fin a un varón por más fperte que sea.»
del sallón y guiólo después por el mismo camino
que llevaban los nobles feacios a ver el certamen. Mas Euríalo dejándose oír contlestó de este modo: 140
Hacia el ágora iban: seguíanlo millares de hombres, ~Laodamante,has hablado en verdad con gran tino; mas
iio multitud incontable. Pusiéronse en pie luego muchos [anda,
y esfo:rzados mancebos: Acróneo y Ocíalo y Elatres; ve tú mismo a invitarlo y discurre lo que has de decirle.,
levantaronse Nautes y Primnes, Anquíallo y Eretmes
y sigu:iéronlos Pontes y Prores, Toón y Ambesíneo Al oír sus palabras el prócer nacido de Alcfnoo,
y con ellos Anfíalo, el varón que engendró Polineo h e a ponerse en mitad del concurso y habló con Ulises:
lis el Tectónida; Euríalo el de Náubolo, igual al dios Ares a ¡Padre huésped, ven tú con nosotros, comparte los 145
homicida. en belleza y en cuerpo mejor que ninguno [juegos,
de los otros feacios después del cabal Laodamante. si es que alguno aprendiste! Sin dluda que ya los conoces,
Y se alzaron también los tres hijos de ,4lcínoo intachable, pues no existe una gloria mayor para el hombre que aquello
Laodaimante seguido de Halio y el gran Clitoneo. que realizan sus pies y sus manos., Acude a la prueba
120 La carrera ante todo ensayaron: tomaron la linde jr disipa las cuitas que afligen tu a.lma, que poco
de que habían de partir, a la llana salieron a un tiempo, se habrá ya de tardar tu partida: la nave en las olas iso
se lanzaron veloces alzando una gran pollvareda f'ondeada se halla y a punto los bmuenos remeros.>
y el cabal Clitoneo ganóles con mucho a los otros:
cuanto alcanza al arar en barbecho yugada de mulas Contestando a su vez dijo Ulises;, el fértil en trazas:
12s les sacó de ventaja al volver donde estaba la gente. ~Laodamante,¿por qué me afligís con tamaña propuesta?
214 ODISEA CANTO V1:II 215

disparando una flecha, por muchos amigos que en torno y nos gustan de siempre el banlquete, la cítara, el baile,
procuraran cubrirle lanzándome en contra las suyas. los vestidos bien limpios, los bañios templados, los lechos.
Filoctetes no más con el arco solía aventajarme Vamos, pues, bailarines feacios, los más distinguidos, 250
220 cada vez que en las tierras de Troya flechaban los dánaos,
a danzar y que el huésped, de vuelta a su casa, refiera
mas me tengo por muy superior a los otros mortales a los suyos cuál es la ventaja que a todos sacamos
que hoy están sobre el haz de la tierra y consumen sus en llevar una nave,. en carreras, en cantos y en danza;
[trigos. que le traiga a Demódoco alguno la lira sonora,
Con 101shombres de antaño no quiero en verdad pues sin duda en mi casa olvidada quedó., Tal Alcínoo, 255
[compararme, semejante a los dioses, decíales; alzóse un heraldo, ..
con Hcracles o Eurito el de Ecalia, pues ellos llegaron que tornó con la cóncava lira de casa del rey,
u5 a medirse en flechar con las mismas deidades eternas; y pusiéronse en pie nueve jueces sacados del pueblo
pero el último pronto por ello murió, pues no vino qiue en los juegos solían disponer cada cosa; allanaron
la vejez a alcanzarle en sus salas: colérico Apolo e11su torno el lugar, despejaron hermosa explanada 260
le mató por haberle retado a tirar con el arco. y,, llegando el heraldo a Demódoco, puso en su mano
Cori la lanza también sé llegar más allá que los otros el sonoro instrumento; ya en medio el cantor, b s donceles,
230 con saietas: tan sólo en correr temería qiue un feacio casi niños aún, sabedores del bailie, en contorno,
me venciese: maltrecho salí de las olas inmensas a compás golpearon la pista puliida y Ulises
y crueles del mar, que el cuidado de cada jornada el veloz centellar de sus pies contemplaba embebido. 265
me falltó en el bajel y han perdido el vigor mis rodillas.,
Preludiaba el cantor bellarnentcr en la lira su canto
Tal les dijo. Suspensos los otros guardaron silencio; del amor de Afrodita, de hermosa diadema, y de Ares
235 sólo a Alcínoo se oyó que le dijo en respuesta: «Extranjero, que en la casa de Hefesto a hurtadillas se unieron un día
cuanto) has dicho no ha estado en verd.ad desprovisto de tras pagar ricamente el amante la1 infamia del lecho
[ingenio del señor del hogar; mas el Sol fue a contárselo a éste, 270
y has querido mostrar el vaIor que en ti hay, con enojo pues los vio desde arriba a los dos en amor abrazados.
por haberse acercado este hombre en mitad del certamen Cuando Hefesto escuchó su punzante relato, a la fragua
a zahelrir tu virtud con palabras que nadie empleara el camino emprendió meditando en el fondo del pecho
240 de tener enseñado su ánimo a hablar con mesura. mil desastres; montó sobre el banco un gran yunque y a
Mas rirtCn lo que voy a decirte, que puedas un día [golpes
referirlo a otro héroe que venga a tus salas y coma unas trabas labró sin engarces ni fallas, capaces 275
con tui esposa y tus hijos volviendo tu mente al recuerdo de: aguantar cualquier fuerza. Tramado el engaño y en ira
del vigor que tenemos en lides que Zeus como propias contra Ares, al cuarto marchó donde estaba su lecho;
245 nos mostró, como ya a nuestros padres: verdad que no a los pies que sosten le prestaban y todo en redondo
[somos sujetó aquellos lazos, mas otros clolgó en la techumbre
luchadores perfectos de cuerpos ni puños, mas nadie cual finísima tela de araña, invisible a los ojos 280
nos supera en correr con los pies ni en regatas de naves (de! las mismas deidades felices, ardid sin parejo.
216 ODISEA CANTO VIII 217

Viendo ya alrededor de la cama tendido el engaño, Mas veréis a esos dos cómo y,acen en junto amorosos
simuló que marchaba hacia Lemnos, la sdida plaza :y a mi lecho subidos. ¡Dolor que ime toma al mirarlos!
asentada en la tierra, por él preferida entre todas. Tardarán, bien de cierto, en poder variar de postura 315
285 Pero Ares de riendas de oro en despierta vigilia ]por amor que se tengan y pronto vendrán a cansarse
le observaba y al ver cómo Hefesto, el artífice insigne, imo y otro de estar en la cama, mas no ha de soltarlos
de camino salía, marchó en derechura a sus casas esle ardid y atadura hasta tanto que el padre me vuelva
anhelante de amor por la hermosa Citera. La diosa cuanto yo le entregué por la cínica moza, que tiene
regresaba de ver a su padre, el Cronión poderoso, 11iJa hermosa, en verdad, pero bien disoluta.» Así dijo 320
290 y no bien se sentó cuando Ares entró en la morada. y a su hogar de broncíneos portales vinieron los dioses:
llegó allí Posidón, el que abraza las tierras, y Hermes
Con la mano tomando su mano le habló de este modo: saludable, y el rey que dispara de lejos, Apolo,
«Ven al lecho, querida, gocemos en él descansados, porque s610 a las diosas retuvo el pudor en sus casas. '
pues Hefesto no está por aquí; no hace mucho que a Y de pie en el umbral los eternos dadores de bienes, 32s
[Lemnos una risa sin fin levantóse en sus almas felices
se marchó a visitar a los sintis de bárbara lengua., observando las trazas del hábil Hdesto; y alguno
murmuró de este modo mirando al que estaba a su lado:
295 Tal diciendo agradable le hizo el yacer a su lado
y marchando los dos ocuparon el lecho: al instante las maldades no triunfan y el lento adelanta al ligero:
se corrieron los lazos que urdiera el iingenio de Hefesto ruií Hefesto con ser tan pesado le dio caza a Ares, 330
y no rnás se pudieron mover ni estirar pie ni mano. que es el dios más veloz del Olimpo; valióse de astucias,
Comprendieron entonces que estaban cog:idos y a un tiempo pues es cojo, y el otro le habrá de! pagar su adulterio.,
3w acercabase a ellos el ínclito cojo, empreindido
el regreso a mitad del camino de Lemnos: su nueva De este modo entre sf conversaban los dioses y Apolo
desven.tura había oído del Sol, su seguro vigía. e1 augusto, nacido de Zeus, hablábale a Hermes:
A sus casas tornaba llevando la angustia en el pecho «;Dime, oh Hermes divino, de bienes dador, mensajero! 335
y par6 en el umbral dominado por ira salvaje, ?.Tú quisieras también, aun sujeto por trabas tan recias,
305 invocando con gritos furiosos a todos los dioses: ein sus lechos al lado dormir de Afrodita dorada?,

uPa.dre Zeus, dioses todos de vida feliz, inmortales, Contestándole dijo, a su vez, el heraldo Argifonte:
contemplad estas obras risibles, mas ya^ intolerables, a ¡Ojalá fuera así, flechador rey Apolo, y sujeto

cómo, siendo yo cojo, Afrodita, nacida cle Zeus, por cadenas tres veces más duras (que aquél, y aun a vista 340
me deshonra sin tregua en su amor al maléfico Ares dle vosotros los dioses y a un tiempo de todas las diosas
310 por ser él agraciado y tener buenas piernas. Y es cierto consiguiera yo al lado dormir de Afrodita dorada! D
que lisiado nací, mas la culpa ¿quién otro la tiene
que mii padre y mi madre? ¡Pudieran n.o haberme Tal habló y en los dioses eternos brotó una gran risa.
[engendrado! Posidón quedó serio; no obstante, le instaba sin tregua
218 ODISEA CANTO VIII 219

345 al artífice Hefesto glorioso a dejar libre a Ares 1;a lanzaba uno de ellos, doblando su cuerpo de espaldas,
y, volviéndose a él, le decía en aladas palabras: a. las nubes sombrías y el otro salt,ando con fuerza 375
recogíala al caer, aún no puestos los pies en el suelo.
«Desanúdalo: yo te prometo ante todos los dioses IJna vez que se hubieron probado en tirar a lo alto,
que te habrá de pagar cuanto es justo según tú lo pides., empezaron los dos a bailar sobre el suelo fecundo
con mudanzas sin fin y entretant.0 los otros muchachos
A s u vez replicándole dijo el períncli.to cojo: pa1:meaban de pie por la pista: su'bía gran estruendo. 380
350 «Po:sidón, que la tierra rodeas, no exijas tal cosa,
porque ¿quién da fianza a las deudas que tienen los viles? Y hete a Ulises divino que habló dirigiéndose al rey:
¿Cómo voy a apresarte yo a ti o a las otras deidades <Prez y honor de tus gentes, AJcínoo, señor poderoso,
cuando Ares a un tiempo se zafe de deudas y lazos?, anunciaste no haber bailadores iguales a éstos;
a ].a vista quedó y el asombro me embarga al mirarlo.,
Contestóle, a su vez, Posidón, que sacude la tierra:
355 «Si él, Hefesto, consigue escaparse y olvida su deuda Asi dijo; alegróse el augusto e intrépido Alctnoo 385
cuando1 esté en libertad, por mí mismo prometo pagarla., y volviéndose habló a los feacios, gozosos remeros:
escuchad, regidores y jefes del pueblo feacio.
Y al instante le dijo, a su vez, el peirínclito cojo: NIuy juicioso se muestra a mi ver nulestro huésped; mas, jea!,
UNOes posible ni bien me estaría rehusar tu palabra., ofr~ezcámosleel don de hospedaje, como es de justicia:
doce reyes ilustres aquí sobre el pueblo gobiernan
Tal diciendo sus lazos soltaba la fuerza de Hefesto conno jefes, y yo al lado de ellos nie cuento el treceno.
3m y, al sentir uno y otro aflojarse su recia atadura, Va!ya, pues, cada cual y le traiga y regálele un manto
de la cama saltaron y a Tracia él se fue mientras ella, bie:n lavado, una túnica, un peso de oro. Juntemos
la risueña Afrodita, partió para Pafo de Chipre, los obsequios de todos, con ello en las manos se venga
donde tiene su templo y su altar siempre lleno de ofrendas. d:isfrutando en su pecho a cenar con nosotros y Euríalo
Al llegar la lavaron las Gracias, la ungie:ron de aceite acompañe sus dones con frases de agrado, pues antes
365 inmortial, del que brilla en la piel de los dioses eternos, d:iri.gió al forastero palabras de tal desmesura.,
y vistidronla ropas preciosas, hechizo a :los ojos.
'Tal les dijo. Asintiendo los otro!;, mand6 cada uno
Tales cosas contaba el perinclito aed~oy Ulises a siu heraldo que allí le trajera sus propios presentes,
escuch;indo gozaba en su alma y también los feacios, mias Euríalo dejándose oír contestó de esta suerte:
remadores de palas ingentes, gloriosos marinos.
<xPrezy honor de tu pueblo, ioh Alcínoo, señor poderoso!,
370 Mas Alcínoo mandó a Laodamante y a Halio, que hacían yo {daré a nuestro huésped contento según tú lo mandas:
la pareja mejor, sin rival en danzar, que bailasen que sea suya esta espada, toda ella de bronce y con puño
ellos solos: tomando en las manos la hermosa pelota taichonado de plata y su vaina en rnarfil aserrado
fabricada y teñida de rojo por Pólibo insigne, poco ha que la guarda: en verdad rica prenda se lleva., 40s
222 ODISEA CANTO VI11 223

y que, vuelto a mi hogar, goce yo de la luz del regreso. Si refieres aquello del modo que fue, yo al momento
Cada día en mi casa te habré de invocar como a diosa a:nte todos habré de afirmar que algún dios favorable
y por siempre jamás, que tú, hija, me diste la vida., te .ha otorgado la gracia del canto divino., Así dijo
y el aedo, movido del dios, modulaba su canto
Tal diciendo marchóse a ocupar un sillón junto al rey, d'esde el punto en que aquellos argivos, después de dar 500

470 cuyos hombres partían el manjar y mezclaban el vino. [fuego


Al cantor siempre fiel, a Demódoco, honrado del pueblo, a Iris tiendas, se hicieron al mar en las sólidas naves.
acercó de la mano un heraldo y en medio sentólo :Del caballo en la entraña escond:idos, los otros en tomo
del banquete apoyándolo en alta columna; y Ulises, se ;agrupaban de Ulises ya en medio de Troya; los teucros
el fecundo en ingenios, cortando un pedazo de lomo, por sí mismos lo habían arrastrad10 al alcázar y, erguido
475 pues quedaba aún mucho del cerdo de blancos colmillos, en mitad, discutían a su pie y en confuso alboroto. 505
entregCile al heraldo aquel trozo bosante de grasa. Tres sentencias allí se escuchaban: romper con el bronce
implacable la hueca madera, llevarllo arrastrando
a la cima y dejarlo caer por las rocas, guardarlo
rLle!va,heraldo -le dijo-, esta carne ai Demódoco y coma
como ofrenda preciosa a los dioses. Y fue esta postrera
a placeir: quiero honrarle aunque esté yo afligido; de parte
la que luego se había de cumplir, pues conforme al destino 510
de cua:lquier ser humano que pise la tie:rra, la honra
la c:iudad debería perecer una vez que albergase
480 y el respeto mayor los aedos merecen, que a ellos
al caballo de tablas ingente en que! estaban los dánaos
sus cantares la Musa enseñó por amor de su razas.
mári ardidos tramando a los teucros matanza y ruina.
'Y contaba despues el saqueo que aquéllos hicieron
Tal le dijo, tomóla el heraldo, la puso en los dedos tras; fluir del caballo dejando su hueca emboscada: 515
del egregio Demódoco y éste alegróse en su alma. caidia cual por un lado pillaba el alcázar excelso,
pe:ro Ulises, dijérase Ares, marchó :hacia las casas
A lcis ricos manjares dispuestos lanzaron sus manos dr: IDeífobo; al lado llevaba al sin par Menelao.
48s y, una vez que tuvieron saciados su sedl y apetito, Allí -dijo- empeñó su más duro combate, mas pronto
dirigióse a Demódoco Ulises, el rico en ingenios: la victoria inclinó a su favor la mrignánima Atena. 520
a jOlh Demódoco! Téngote en más que a ningún otro
[hombre,
ya te haya enseñado la Musa nacida de Zeus Tales cosas contaba aquel ínclito aedo y Ulises
o ya A:polo, pues cantas tan bien lo ocurrido a los dánaos, caln!sumiase dejando ir el llanto por ambas mejillas.
490 sus trabajos, sus penas, su largo afanar, cual si hubieras Conio llora la esposa estrechando en el suelo al esposo
enconti-ádote allí o escuchado a un testigo. Mas, jea!, que en la lucha cayó ante los muros a vista del pueblo
cambia ya de canción y celebra el ardid del caballo por salvar de ruina a su patria y sus hijos; le mira 525
de madera, que Epeo fabricó con la ayudla de Atena que se agita perdiendo el respiro can bascas de muerte
y que Ulises divino llev6 con engaño al alcázar y abrazada con 61 grita y gime; la hueste contraria
495 tras 1le:narlo de hombres que luego asolaron a Troya. le g~olpeapor detrás con las lanzas los hombros y, al cabo,
224 ODISEA CANTO VIII: 225

se la lleva cautiva a vivir en miseria y en pena y en tal modo oí contar en un tiempo a Nausítoo, mi
530 con el rostro marchito de tanto dolor; así Ulises [padre:
de sus ojos dejaba caer un misérrimo llanto. 61 solía decirnos que el gran Posición, indignado 565
No hubo nadie en verdad que notara sus lloros; Alcínoo con nosotros por ser para todos indemnes guiadores
solamente, al hallarse más cerca, lo estaba observando; por el mar, destruiríanos un recio bajel algún día
diose cuenta de todo al oír sus profunldos suspiros ya a la vuelta de un tal salvamento, en las aguas brumosas,
535 v sin más les habló a los feacios, gozosos remerosi y, además, cerraría la ciudad con <enormemontaña.
Esto hablaba el anciano. ¿Se habrá de cumplir? ¿Incumplido 570
«Escuchad, regidores y jefes del pueblo feacio. quledará por ventura? Al arbitrio del dios sigue todo.
Tiempo es ya que suspenda Demódoco el son melodioso Pero, jea!, pon mente a esto otro y explica fielmente.
de la lira; no a todos es grato el cantar; desde el punto ¿Por qué sitios viajaste errabundo? ¿A quC tierras llegaste
que empezamos la cena y se ha alzado el aedo divino, y qué pueblos has visto o ciudades de buena vivienda,
540 nuestro huésped no deja de dar lastimeros sollozos ya habitados por hombres malvados, groseros, injustos 575
y algun grave dolor le acongoja, sin duda, en el pecho. o benignos al huésped, con sano temor de los dioses?
Cese, pues, aquel canto y el gozo, igualmente, se extienda Di, ¿por qué los suspiros y el llanto que hinchaban tu
a hospedantes y huésped, que así nos será bien a todos, [pecho
Preparado el viaje está ya del honrado extranjero al oír las desgracias de Ilión y 101s dánaos argivos?
545 y los dones preciosos que en muestra de amor le ofrecimos: Volluntad ello fue de los dioses que urdieron a tantos
suplicantes y huéspedes son a manera de hermanos lzi mina por dar que cantar a los hombres futuros. 580
para todo varón no insensato del todo. Tú, huésped, ¿Por ventura delante de Troya perdiste a un pariente
no me ocultes con trazas astutas aquello que quiero esforzado y de pro, un cuñado o un yerno, los seres
de tu boca saber, que a ti cumple también declararlo. que: nos son más queridos después del linaje y la sangre?
jjo Habla y di cómo allá te llamaban tu padre y tu madre, ¿(O tal vez a un amigo, algun hombre de buenas entrañas
tus vecinos y aquellos que habitan los pueblos cercanos. y esforzado valor? En verdad no inferior a un hermano 585
En vcrdad no hay mortal que carezca de nombre, ya sea lkga a ser un amigo leal y discreto de mente.,
miserable, ya egregio, una vez que nacio, pues a todos
se lo ponen sus padres después de engendrarlos. Y dime
555 cuáles son tu país, tu ciudad y tu raza, que puedan
conducirte hasta allí rumbeando en su mente las naves;
los feacios no tienen pilotos ni saben de aquellos
gobernalles que suelen llevar los demás; sus bajeles
tienen ciencia y sentidos de hombres, por ellos distinguen
SM) las ciudades de todos los pueblos, sus pingües campiñas,
y atraviesan a toda carrera la sima del agua
encubiertas en niebla y en sombra: no hay miedo con ellas
de morir en naufragio o sufrir daño alguno. Mas esto
286 ODISEA CANTO XII 2117

la padecen los otros! Mas, jea!, bebed dulce vino te conviene seguir después de ello. Tú mismo, pensando,
y comed todo el día; llegada la noche saldréis lo tendrás que escoger entre dos que se ofrecen: el uno
25 en la nave, que yo os mostraré vuestra ruta y remedio corre al pie de imponentes peñascos en donde resuena
os daré contra toda funesta añagaza que os pueda e1 inmenso oleaje que en ellos revienta Anfitrita, 60
producir nuevos daños en tierra o en mar.' Así dijo, la de azules pupilas. Errantes los llaman los dioses.
persuadido quedó por su voz nuestro espíritu prócer Ni a las naves es fácil pasar por allí ni siquiera
y estuvimos sentados allí hasta el ocaso comiendo ai las mansas palomas que llevan si Zeus la ambrosía.
30 los tasajos sin fin y bebiendo del vino eixquisito. porque siempre aquel tajo escarpado arrebátale alguna,
aunque al punto la suple con otra Zeus padre; tampoco 6s
A la puesta del sol y el venir de la noche, mis hombres hiasta ahora baje1 que allí entrara ha escapado del paso,
a dormir se marcharon al pie del varado navío pues las olas del mar y un turbiáin de mortíferos fuegos
y ella entonces, cogiendo mi mano y llirvándome aparte, con tablones de barcos arramblan y cuerpos de hombres.
tras hacerme sentar reclinóse a mi lado y me hizo ZJna nave crucera tan s610 salvó aquel paraje:
35 mil preguntas de aquella aventura. Yo a todo respuesta fue: la célebre Argo al volver de las tierras de Eetes; 70
con verdad le fui dando; al fin díjome Circe, la augusta: ya lanzada marchaba a chocar con las rocas gigantes
cuando Hera, que amaba a Jasón, desvióla al mar libre.
'Así, pues, todo eso ha quedado cumplido; tú escucha
lo que voy a decir y consérvete un dios su recuerdo. La otra ruta se abre entre dos promontorios. La cima
Lo primero que encuentres en ruta será a las Sirenas, de uno de ellos se clava en el cielo anchuroso, cubierta
40 que a los hombres hechizan venidos allá. Quien incauto
de una nube perenne y oscura: jarnás, ni en los días 75
se les l'lega y escucha su voz, nunca más de regreso de verano u otoño, la baña la luz. Ningún hombre
el país de sus padres verá ni a la esposa querida a~quelmonte pudiera escalar ni asentarse en la cumbre
ni a los tiernos hijuelos que en torno le alegren el alma. aun teniendo diez pares de pies y diez pares de manos,
Con su aguda canción las Sirenas lo atraen y le dejan porque es lisa la escarpa lo mismo que piedra pulida.
45 para siempre en sus prados; la playa está llena de huesos 'Tenebrosa caverna se abre a mitad de su altura 80
y de cuerpos marchitos con piel agostada. Tú cruza orientada a las sombras de ocaso y al Erebo: a ella
sin pariarte y obtura con masa de cera nielosa puesto el caso acostad, noble Ulises, el hueco navío.
el oído a los tuyos: no escuche ninguno aquel canto; Ni el más hábil arquero podría desde el fondo del barco
s61o tú lo podrás escuchar si así quieres, mas antes con su flecha alcanzar la oquedad de la cueva en que Escila
50 han de atarte de manos y pies en la nave ligera.
vilve haciendo sentir desde allí sus horribles aullidos. 85
Que te fijen erguido con cuerdas al palo: en tal guisa Se parece su grito, en verdad, al (de un tierno cachorro,
gozarás cuando dejen oír su canción las !Sirenas. mias su cuerpo es de un monstruo maligno, al que nadie
Y si imploras por caso a los tuyos o mandas te suelten, [gozara
te a t a r h cada vez con más lazos. Al cabo tus hombres de inirar aunque fuese algún dios quien lo hallara a su paso;
55 lograrán rebasar con la nave la playa en que viven
tilene en él doce patas, mas todas pequeñas, deformes,
esas magas. No puedo decirte de fijo qué rumbo y son seis sus larguísimos cuellos y horribles cabezas 90
290 ODISEA CANTO XI:I 291

Afligido yo entonces les dije a mis hoinbres: < iOh amigos! a. esta voz que en dulzores de miel de los labios nos fluye.
No eijtá bien que uno solo ni dos los oráculos sepan Cluien la escucha contento se va conociendo mil cosas:
155 que me ha hecho, prolija, a mí Circe, la diosa entre diosas. los trabajos sabemos que allá por la Tróade y sus campos
Así a todos los he de contar, que quedéis enterados, de los dioses impuso el poder a troyanos y argivos 190
ya ncis toque morir, ya rehuyamos la parca y la muerte. y aun aquello que ocurre doquier en la tierra fecunda.'
Lo primero exhortóme a evitar a las magas Sirenas,
su canción hechicera, sus prados floridos: yo solo Tal decían exhalando dulcfsimia voz y en mi pecho
160 escuclharlas podré, pero antes habéis de trabarme yo anhelaba escucharlas. Frunciendo mis cejas mandaba
con cruel atadura que quede sujeto en mi puesto. a mis hombres soltar mi atadura; bogaban doblados
Bien erguido del mástil al pie me ataréis con maromas c~ontrael remo y en pie Perimeides y Euríloco, echando 195
y, si acaso os imploro u os mando aflojar esas cuerdas, sobre mí nuevas cuerdas, forzaban cruelmente sus nudos.
me echaréis sin piedad nuevos nudos.' Con estas palabras Cuando al fin las dejamos a t r h y no más se escuchaba
16s declai-ábales yo cada cosa a mis fieles amigos. voz alguna o canción de Sirenas, mis fieles amigos
se sacaron la cera que yo en sus oídos había
Entretanto la sólida nave en su curso ligero colocado al venir y libráronme a mí de mis lazos. 2M)
se enfrentó a las Sirenas: un soplo feliz la impelía,
mas de pronto cesó aquella brisa, una calma profunda Ya a lo lejos perdíase la isla y noté por delante
se sintió alrededor: algún dios alisaba las olas. el vapor de unas olas inmensas, sentí sus bramidos,
170 Levanitáronse entonces mis hombres, plegaron la vela,
el espanto a mis hombres tomó y escaparon los remos
la dejaron caer en el fondo del barco y, sentándose al remo,
de sus manos; oyóse silbar en el agua a las palas
blanqueaban de espumas el mar con la:; palas pulidas.
y paróse la nave al negarle los brazos su empuje. 205
Yo entretanto cogí el bronce agudo, corté un pan de cera
y, partiéndolo en trozos pequeños, los fui pellizcando
Recorriendo yo, en tanto, el bajel reanimaba a los míos
175 con nni mano robusta: ablandáronse pronto, que eran
y acercábame al uno y al otro con frases de halago:
poderosos mis dedos y el fuego del sol de lo alto.
Uno ;iuno a mis hombres con ellos tapé los oídos 'iOh queridos! No somos de cierto novatos en males,
y, a su vez, a la nave me ataron de piernas y manos ni este caso es peor que el encuentro del fiero ciclope
en el mástil, derecho, con fuertes maromas y, luego, que con fuerza sin par encerrónos en cóncava gruta; 210
180 a azotar con los remos volvieron el mar espumante. aun de aquello escapamos merced a mi arrojo, mis trazas
y mi ingenio. Lo mismo de ahora será con el tiempo
Ya1 distaba la costa no más que el alcance de un grito un recuerdo y no más, pero haced lo que voy a deciros:
y la nave crucera volaba, mas bien percibieron Los remeros los remos coged, afirmaos en los bancos
las Sirenas su paso y alzaron su canto sonoro: y, calando en las aguas, remad con vigor, por si Zeus 21s
'Llega acá, de los dánaos honor, glo~riosísimoUlises, nos concede salir de este paso y rehuir la desgracia.
18s de tu marcha refrena el ardor para oír nuestro canto, Por tu parte, piloto, pues riges aquí el gobernalle,
porque nadie en su negro bajel pasa a~quísin que atienda oye atento mi orden e imprímela bien en tu mente:
458 ODISEA CANTO XXI:I 459

temerloso al herir de cabezas y el suelo humeaba de un sillón tachonado de plata y la hermosa cratera,
310 todo en sangre. Y en esto Leodes, corriendo hacia Ulises, y, avanzando de un salto hacia Ulises, se echó a sus rodillas,
le abrazó las rodillas y dijo en aladas palabras: abrazólas y, en súplica, habló co:n aladas palabras:
*A tus plantas estoy, noble Ulises; respeta mi vida, aA tus plantas estoy, noble Ulises; respeta mi vida,
ten piedad, que yo nunca a ninguna mujer en tu casa ten piedad, que bien pronto te habrá de doler si matases 345
dije o hice una ofensa: antes bien, a los otros galanes a un cantor cuyos versos recrean a dioses y a hombres.
31s procuré disuadir cada vez que intentaban tal cosa Nunca tuve maestro y el cielo mis múltiples tonos
sin lograr retraer de maldades sus manlos. Por tales eri la mente me inspira y aun creo poder celebrarte
desafuieros aquí han alcanzado su negrio destino. como a un dios a ti mismo: no quieras segar mi garganta,
Y ahora yo que su haníspice era, del todo inocente, que Telémaco, el hijo a quien a.mas, bien puede decirte íso
¿también voy a morir? ¿No tendrá el bluen obrar que jamás por mi gusto o deseo :lleguC yo a tu casa
[recompensa?, a cantar en los muchos festines dle aquellos galanes.
Con violencia obligábanme a ello: eran más y más fuertes.,
320 Mas Ulises sagaz le miró torvamentei y le dijo:
*Pues te ufanas asi de haber sido su haníspice, hubiste Así dijo: escuchó10 TelBmaco, eil fuerte y augusto,
de pedir muchas veces aqui en estas salas que nunca y, al momento, volvióse a su padre y habló de este modo: 355
para rnás se cumpliese el regreso feliz, que mi esposa tent te, padre, y aparta tu espada de un hombre sin
te siguiese a tu casa y te diese unos hijios en ella: [culpa;
32s en justicia no habrás de escapar al dolor de la muerte., y aun habrá que salvar al heraldo Medonte, que estuvo
al cuidado de mi en nuestra casar cuando era yo niiio,
Tal diciendo empuñaba en su mano robusta una espada si es que no lo han matado el poriquero o Filetio o contigo
que en el suelo encontró, desprendida del brazo a Agelao se topó cuando ciego de furia cruzabas la sala., 360
moribundo: embutida sin más por mitad de su cuello
y él c:iyó dando un grito y el polvo cubmrió su cabeza. Oyó aquello el discreto Medonte, que estaba debajo
de: un sillón, encogido y cubierto con una reciente
330 Pero Femio, el cantor que a sus gustos forzado tenían :piel de vaca queriendo esquivar a la parca sombria.
los galanes, trataba a su vez de esquivair la ruina. Al momento surgió del sillón, se quitó aquel pellejo,
Alli eetaba de pie, con la lira sonora en las manos, ,a TelCmaco vino de un salto, se echó a sus rodillas, 363
junto al mismo portillo: dudaba en su mente si habria at~razólasy, en súplica, habló con. aladas palabras:
de escapar de la sala y venir a sentarse en el patio a ¡Ay, querido! Heme aquí, tú reténte y retén a tu padre,
335 junto al ara de Zeus, al que Ulises y el viejo Laertes :no me mate, en su fuerza sin par, con la punta del bronce,
habían, ido otro tiempo a quemar tantos muslos de toros, :irritado por esos galanes que aquí destruían
o lanzarse implorante a abrazar las rodillas del rey. isu.s haciendas, y a ti, joh insensatsos!, trataban sin honra., 370
Meditando entre sí, comprendió que mejor le seria
ir derecho a abrazarse a los pies del ILaertíada: tendido Sonrikndose Ulises, el rico en iingenios, le dijo:
340 dejó, pues, en el suelo su combo instrumento, entremedias #Nada temas, pues 6ste te dio salvación y rescate
BIBLIOTECA CLÁSICA GREDOS

OBRAS
FRAGMLENTOS
TEOGON~A- TRAB.4JOS Y D:[AS - ESCUDO - FRAGMENTOS
CERTAMEN

INTRODUCC16N, TRADUCCl6N Y NOTAS DE

AURELIO PÉREZ JIMCNEZ


Y
ALFONSO M A R T ~ N E ZDIEZ

EDITORIAL GREDOS
68 OBRAS

Lectura
Verso de Solrnseiz Lectura nuestra
710 tras l p ~ b opunto
~ tras Ept80~ coma
tras lpyov coma tras Epyov punto MAZON
789 tras ~ É p a qcoma tras ~ f p punto
q alto MAZQ
886-991 atetizado hasta
sin atetizar MAZON
V 991
A E Ú T E ~ en
93042 atetizado sin atetizar MAZON

Comencemos nuestro canto por


las jMusas Heliconíadas, que ha-
Musa
~ ó la~ montaña grande y divina
en el ~ ~ l i bita11
del 'Helicón. Con sus pies delica-
dos danzan en torno a una fuen-
te de violáceos reflejos y al altar del muy poderoso
Cronión. Después de lava]: su piel suave en las aguas s
del Permeso, en la Fuente del Caballo o en el divino
Olmeo, forman bellos y deliciosos coros en la cumbre
del Helicón y se cimbrearn vivamente sobre sus pies.
Partiendo de allí, envuelltas en densa niebla marchan io
al abrigo de la noche, lanzando al viento su maraville
sa voz, con himnos a Zeus portador de la égida, a la
augusta Hera argiva calzada con doradas sandalias, a
la hija de Zeus portador de la égida, Atenea de ojos
glaucos, a Febo Apolo y a la asaeteadora Artemis, a i a
Posidón que abarca y sacude la tierra, a la venerable
Temis, a Afrodita de ojos vivos, [a Hebe de áurea co-
rona, a la bella Dione, a Eos, al alto Helios y a la
brillante Selene,] a Leto, a Jápeto, a Cronos de retor-
cida mente, a Gea, al espacioso Océano, a la negra 20
Noche y a la restante estirpe sagrada de sempiternos
Inmortales l .

' Se ha dicho de este Catálogo que es un programa de la


Teogonia en sucesión inversa; se ha pensado que es una breve
70 OBRAS

Ellas precisamente enseñaron una vez a Hesíodo un de verdades; y sabemos, cuando queremos, proclamar
bello canto mientras apacentaba sus ovejas al pie del la verdad.n
divino Helicón. Este mensaje a mí en primer lugar me Así dijeron las hijas bienhabladas del poderoso Zeus. 30

25 dirigieron las diosas, las Musas Olímpicas, hijas de Y me dieron un cetro después de cortar una admirable
Zeus portador de la égida: rama de florido laurel. Infiundiéronme voz divina para
<<iPastoresdel campo, triste oprobio, vientres tan celebrar el futuro y el pasado y me encargaron alabar
sólo! Sabemos decir muchas mentiras con apariencia con himnos la estirpe de los felices Sempiternas y
cantarles siempre a ellas mismas al principio y al final.
alusión al material de que dispone el poeta para su obra y se Mas, ja qué me detengo con esto en torno a la encina 35
han querido introducir correcciones o atetizar algunos nombres. o la roca? *.
Lo cierto es que Hesíodo al componer este Catálogo no ha se-
guido las normas genealógicas que rigen los otros de la Teo-
gonía. f Expresión proverbial de sentido dudoso. M. L. WEST, en
A simple vista, podría parecer que la relación y el orden de un exhaustivo análisis del pasaje en cuestidn (Theogony..., pá-
los dioses citados es anárquico; pero un análisis más detallado ginas 167-9), recoge los diferentes testimonios de la Literatura
del contenido nos permite observar ciertas normas en la com- griega en que aparecen juntas la encina y la roca. Destacan entre
posición: ellos Odisea, XIX 163, que parece aludir al origen de los hom-
La asociación familiar entre Zeus, Hera (su principal espo- bres a partir de la encina y de la roca, e Iliada XXII 126-7,
sa), Atenea, Apolo y Artemis (sus hijos) y Posidón (su herma- donde se aplica a la conversació~n.
no), puede explicar el orden de estos primeros dioses. A con- W. J. VERDENIUS(citado por VWT)había interpretado el verso
tinuación se cita a Temis (otra esposa de Zeus) y Afrodita que de Hesiodo como «hablar sobre los asuntos privados de uno*
en los Himnos Homéricos aparece asociada a Temis; Afrodita partiendo del sentido de descendencia atribuido a dichos obje-
sugiere a Hebe (la Juventud) y a Dione (su madre en Homero), tos ( = uhablar sobre el origen propio*). WEST que se muestra
cuya asociación con Leto es tambidn tradicional en los Himnos. escéptico respecto a la tesis de VERDENIUS,pasa luego a exami-
Por último, estas dos diosas, ambas Titánides, sugieren a Jápe- nar las distintas posibilidades que el proverbio puede tener en
to, Cronos y, retrospectivamente, a Gea, Océano, Aurora, Helioc su referencia al lenguaje:
y Noche, divinidades elementales. Es curiosa la ausencia de - ¿Para qud hacer digresiones?
Urano. - ¿Por qué voy dando vueltas'? (comienza por la necesidad de
Las coincidencias con Homero y los Himnos permiten suponer iniciar el canto por las Musas y ahora vuelve al mismo tema).
que el Catálogo no Fuera elaboración de Hesíodo, sino una lista - ¿Para qué presumir de mi iniciación poética?
popular que el poeta recibe de la tradición (Cf. M. L. WEST, - ¿A qué detenerse en lo menos importante en lugar de c e
Theogony, pág. 156) e inserta en su poema. En todo caso, como menzar ya con lo esencial?
advierte B. SNELL (Las fuentes..., pág. 85), con él. Hesíodo quie- - ¿Para quC contar lo que na~dieva a creer?
re mostrar a Zeus en su función de soberano, resaltada más Pero ninguna de estas posibi:lidades parece convencer a WEST,
adelante en el Mito de la Sucesión. que insiste en el valor 'local de Perí con acusativo en la epoca
Desde este punto de vista, B. SNELLbusca la clave del Catá- temprana; de acuerdo con este valor, no podemos entender aen
logo en la dignidad y santidad de los dioses enumerados: Zeus relación con la piedra o la encinar, sino .dando vueltas alrede-
aparece como portador de la égida, símbolo de su poder; Hera dor de la piedra o la encina..
como señora, esposa de Zeus; Posidón sigue a las divinidades H. HOFPMANN, en un articulo sobre el mismo tema (aHesiod
celestes como dios de un elemento más estkril, el mar; y así Theogonie v. 353, y Gymnasiunr 78 (1971), 90-97), ha demostrado
sucesivamente: el Derecho divino precede al Amor; éste a la en cambio que la preposición citada puede tener ese valor no
Belleza representada en Hebe, etc., para terminar con personifi- local que le atribuía VERDEN~JSel cual ha vuelto a defender
caciones naturales como la Aurora, el Sol y la Noche. nuevamente su teoría más verosímil desputs del comentario de
OBRAS

¡Ea, tú! 3, comencemos por las chos días, nueve jóvenes de iguales pensamientos, inte- 60
Musas
Musas que a Zeus padre con him- resadas sólo por el canto y con un corazón exento de
en el olimpo nos alegran su inmenso corazón dolores en su pecho, dio a luz aquélla, cerca de la más
dentro del Olimpo, narrando al alta cumbre del nevado Olimpo.
unísono el presente, el pasado y Allí forman alegres coros y habitan suntuosos pala-
el futuro. Infatigable brota de sus bocas la grata voz. cios. Junto a ellas viven, entre fiestas, las Gracias e
40 Se torna resplandeciente la mansión del muy resonan- Hímero. Y una deliciosa voz lanzando por su boca, can- 6 5
te Zeus padre al propagarse el delicado canto de las tan y celebran las normas y sabias costumbres de to-
diosas y retumba la nevada cumbre del Olimpo y los pa- dos los Inmortales, [lanzando al viento su encantadora
lacios de los Inmortales. voz].
Ellas, lanzando al viento su voz inmortal, alaban con Aquéllas iban entonces hacia el Olimpo, engalanadas
45 SU canto primero, desde el origen, la augusta estirpe con su bello canto, inmortal melodía. Retumbaba en
de los dioses a 10s que engendró Gea y el vasto Urano tomo la oscura tierra al son de sus cantos, y un deli- 70
y los que de aquéllos nacieron, los dioses dadores de cioso ruido subía de debaajode sus pies al tiempo que
bienes. Luego, a Zeus padre de dioses y hombres, [al marchaban al palacio de su padre. Reina aquél sobre el
comienzo y al final de su canto, celebran las diosas], cielo y es dueño del trueno y del llameante rayo, desde
cámo sobresale con mucho entre los dioses y es el de que venció con su poder al padre Cronos. Perfecta-
so más poder. Y cuando cantan la raza de los hombres y mente repartió por igual todas las cosas entre los In-
los violentos Gigantes, regocijan el corazón de Zeus mortales y fijó sus prerrogativas.
dentro del Olimpo las Musas Olímpicas, hijas de Zeus Esto cantaban las Musas que habitan las mansiones 75
portador de la égida. olímpicas, las nueve hijas nacidas del poderoso Zeus:
Las alumb~óen Pieria, amancebada con el padre Cró- Clío, Euterpe, Talía, Melpómene, Terpsícore, Erato, Po-
nida, Mnemósine, señora de las colinas de Eleuter, limnia, Urania y Calíope 4. Esta es la más importante
55 como olvido de males y remedio de preocupaciones. de todas, pues ella asiste a los venerables reyes. 80
Nueve noches se unió con ella el prudente Zeus su-
biendo ,a su lecho sagrado, lejos de los Inmortales. Y
Visto aislada y superfici~almente, el Catálogo de las Musas
cuando ya era el momento y dieron la vuelta las esta. inaerto entre el canto de las Musas Olímpicas y la referencia a
ciones, con el paso de los meses, y se cumplieron mu- su acción sobre los hombres, no nos dice nada. A este respecto,
nos parece oportuno reproducir unas palabras de P. WALCOT que
HOFFMANN (cf. W. J. VERDENIUS, -Notes on the Prozrn of He- recogemos de TH. PH. FELDMAN, apersonification and Structure
siod's Thepgonyn, Mneinosyne IV, 23 (1972). 240-1). in Hesiod's Theogonyr, Sym,b. Osl. 47 (1971), 28, nota 70: aS610
Por nuestra parte creemos que el sentido del verso sigue cuando se ha reconocido que el propio acto de creación está
siendo oscuro y hemos preferido conservar la ambigüedad del implicado cada vez que Hesíodo interrumpe su narración para
texto griego traduciendo la preposición por *en t o m o m, que ofrecer una lista d e nombres, puede extraerse algún sentido del
puede .entenderse en sentido local (WEST) O d e relación (VER- catalogo de nombres de las Musas o de la Teogonía como un
DENIUS). todo.. Pero, jcuáles son las fases de ese acto de creación?
' El poeta se dirige a si mismo. Hasta PINDARO(Pítica 1 81) Los nueve hombres que nos da Hesíodo significan respectiva-
no se encuentra otro ejemplo en la poesía griega. mente: uLa que da fama, L.a muy encantadora, La festiva, La
OBRAS

Al que honran las hijas del po- mento resuelve sabiamente un pleito por grande que
Acción de deroso Zeus y advierten que des- sea. Pues aquí radica el que los reyes sean sabios, en
las Mwas
entre los ciende de los reyes vástagos de que hacen cumplir en el @ora los actos de reparación
hombres Zeus, a éste le derraman sobre su a favor de la gente agraviada fácilmente, con persua- 90
lengua una dulce gota de miel y sivas y complacientes palabras. Y cuando se dirige al
85 de su boca fluyen melifluas palabras. Todos fijan en tribunal, como a un dios le propician con dulce res-
él su mirada cuando interpreta las leyes divinas con peto y él brilla en medio del vulgo. ¡Tan sagrado es el
rectas sentencias 5 y él con firmes palabras en un mo- don de las Musas para los hombres!
De las Musas y del flechador Apolo descienden los 95
que canta, La que ama el baile, La deliciosa, La de variados aedos y citaristas que hay sobre la tierra; y de Zeus,
himnos, La celestial y La de bella voz. los reyes. ¡Dichoso aquel de quien se prendan las Mu-
Pues bien, esos nombres, como se ha sugerido más de una
vez, son anticipados a lo largo de la descripción anterior con sas! Dulce le brota la voz de la boca. Pues si alguien,
palabras que de una forma u otra se relacionan con ellos. Así víctima de una desgracia, con el alma recién desga-
el de Clío por la frecuente repetición del verbo celebrar* rrada se consume afligido en su corazón, luego que un
(klei6) y el sustantivo afaman (kléos), el de Euterpe por la aedo servidor de las Musaa cante las gestas de los an- ioo
forma íérpousi de v. 37, Taiía, Melpómene y Terpsícore por las
constantes referencias al canto (p. ej., rnélponlai en v. 66) y la
tiguos y ensalce a los feilices dioses que habitan el
danza, Erato en el epíteto eratós (adelicioso»)y Polimnia por la Olimpo, al punto se olvida aquél de sus penas y ya no
variedad de sus himnos (cf. w. 11 y ss.). se acuerda de ninguna desgracia. ¡Rápidamente cambian
En cuanto al origen del nombre Urania, B. SNELL lo ha ex- el ánimo los regalos de las diosas!
plicado por e1 adjetivo Olímpicas de v. 25, señalando que uHe- iSalud, hijas de Zeus! Otorgad-
s í d o significa con ello que la Poesía, como dice Homero, llega
hasta el cielo hacia allí propagada por las Musas por encima del
me el hechizo de vuestro canto.
Invocación
espacio y del tiempo», pero nos parece más afortunada la expli- v programa Celebrad la estirpe sagrada de los los
cación de FRIEDL~NDER que se basa en la frase aque reina en el sempitemos Inmortales, los que
cielo, de v. 71 (para las citas cE. K. DEICHGR~ER, aDie Musen, naci&on de Gea y del estrellado
Nereiden und Okeaninen in Hesiods Theogoniea (Abhandlungen Urano, los que nacieron de la tenebrosa Noche y los
der Geistes- und Sozialwissenschaft Klasse. Akademie der
Wissenschaften und der Literatur, Wiesbaden, 1965, págs. 182-3); que crió el salobre Ponto. [Decid también cómo nacie-
la objeción de K. DEICHGR~FJER de que esa frase no tiene que mientos; referida luego al plano social, vino a significar el ve-
ver de forma inmediata con las Musas, no es convincente en redicto o sentencia que vuelve a enderezar lo torcido. Por su
cuanto que la soberanía de Zeus en el cielo es el tema Eunda- parte, thémis era el asiento que ocupaban los areyes en la
mental de su canto en el Proemio. Asamblea para administrar justicia (cf. M. S . RUIPÉREZ, ~ H i s -
Por último, la importancia concedida a Calíope ha sido co- toria de Thémis en Homeron, jEmerita 28 [1960], 99 SS.) y de ahí
rrectamente explicada por B. SNELL(Las fuentes ..., pág. 71). que vino a significar el aDerecho divino. que esos reyes podían
pone su nombre en relación con el papel desempeñado por las interpretar gracias a las atribiuciones conferidas por Zeus me-
Musas entre los hombres: es la que otorga una abella voz, diante el b k u l o símbolo de su potestad. Ellos conocen así esas
tanto en timbre como en contenido; viene a ser así la repre- thémistes y en el juicio tienen que restablecer su alteraci6n
sentante de lo que las propias Musas dicen a Hesíodo: aY sa- mediante las díkai o averedictosn, que, como se ve mejor en
bemos también, cuando queremos, proclamar la verdad,. Trabajos (p. ej., v. 36 y 221). pueden ser .rectas, o .torcidas.
La díke, en su origen, es el orden normal de los aconteci- según se ajusten o no a las thémistes.
76 OBRAS

ron al comienzo los dioses, la tierra, los ríos, el ílimi- Luego, acostada con Urano,
tado ponto de agitadas olas y, allí arriba, los relucien- alumlbró a Océano de profundas
i i o tes astros y el anchuroso cielo.] Y los descendientes Hijos de Gea
y Urano corrientes, a Ceo, a Crío, a Hipe-
de aquéllos, los dioses dadores de bienes, cómo se re- rión, a Jápeto, a Tea, a Rea, a 135
partieron la riqueza, cómo se dividieron los honores y Temis, a Mnemósine, a Febe de
cómo además, por primera vez, habitaron el muy abrup- áurea corona y>a la amable Tetis. Después de ellos
to Olimpo. Inspiradme esto, Musas que desde un prin- nació el más joven, Cronos, de mente retorcida, el más
l i s cipio habitáis las mansiones olímpicas, y decidme 10 terrible de los hijos y se llenó de un intenso odio
que hubo antes de aquéllos. hacia su padre.
En primer lugar existió el Caos. Dio a luz además a los Cíclopes de soberbio espíritu,
Después Gea la de amplio pecho, a Brontes, a Estéropes y al violento Arges, que rega- 149
Cosmogonía sede siempre segura de todos 10s laron a Zeus el trueno y le fabricaron el rayo. Éstos
Inmortales que habitan la nevada en lo demás eran semejantes a los dioses, [pero en
cumbre del Olimpo. [En el fondo medio de su frente había un solo ojo]. Cíclopes era su
de la tierra de anchos caminos existió el tenebroso nombre por eponimia 6, ya que, efectivamente, un solo 145
120 Tártaro.] Por último, Eros, el más hermoso entre los
ojo completamente redondo se hallaba en su frente. El
dioses inmortales, que afloja los miembros y cautiva de vigor, la fuerza y los recursos presidían sus actos.
todos los dioses y todos los hombres el corazón y la También de Gea y Urario nacieron otros tres hijos
sensata voluntad en sus pechos. enormes y violentos cuyo nombre no debe pronunciar-
Del Caos surgieron Érebo y la negra Noche. De la se 7: Coto, Briareo y Giges, monstruosos engendros. Cien lso
125 Noche a su vez nacieron el Eter y el Día, a los que
brazos informes salían agitadamente de sus hombros y
alumbró preñada en contacto amoroso con Brebo. a cada uno le nacían cincuenta cabezas de los hombros,
Gea alumbró primero al estrellado Urano con sus sobre robustos miembros. Una fuerza terriblemente po-
mismas pr~porciones,para que la contuviera por todas derosa se albergaba en su enorme cuerpo.
partes y poder ser así sede siempre segura para los
felices dioses. También dio a luz a las grandes Mon-
tañas, deliciosa morada de diosas, las Ninfas que habi-
130 tan en los boscosos montes. Ella igualmente parió al
estéril piélago de agitadas olas, el Ponto, sin mediar el
grato comercio.
En griego kiklos significa aredondon y 6rs avistan.
' La expresión responde al temor de nombrar a los dioses
infernales por su nombre. La misma actitud apotropaica se ob-
serva en Teogonia v. 310 (cf. n. 41 y 60 a Trabajos). Sin embargo,
como seiiala M. L. WEST (Theogony, n. a 148), si bien esta creen-
cia es el punto de partida para tales expresiones, Hesíodo no
parece tenerla en cuenta aquí, ya que inmediatamente da sus
nombres.
A. 2: Las poéticas de los líricos y los comediógrafos

Textos:

Píndaro, Olímpica 9 (Olímpica 1 y 2), Nemea 3.


Aristófanes, Ranas.
Antífanes, fr. 189.
BIBLIOTECA CLASICA GREDOS, 68

ODAS

OLIMPICAS - P Í ~ ' I C A S- N E M E A S
~ S T M ~ C A- SF R A G M E N T O S

INTRODUCCIONES. TRAD'UCCION Y NOTAS DE


ALFONSO ORTEGA

EDITORIAL GREDOS
A HIER6N IDE SIRACUSA.
VENCEDOR EN LAS C.IRRERAS DE CABALLOS

Primera de las cuatro odas compuestas por Plndaro en honor de Hierón.


tirano de Siracusa. A ésta siguieroni las Pfricas 11. 111 y 1. celebrando sus
otros triunfos deportivos. Hierón, el m8s brillante y afortunado de los cua-
tro hermanos -Gelón, Trasibulo y Polizalo-. hijos de Din6menes. reir16
en Siracusa desde el 476 al 467 a. C., al morir Gel6n y asumir la regencia
en nombre de su sobrino. que no lleg:o a gobernar. Precisamente el año 476.
obtuvo su caballo Ferenico la victoriia ollmpica que canta el poeta. Es pro-
bable que Plndaro asistiera personailmente a la ejecución coral de la oda
en un banquete ofrecido en la corte siracusana (VV.10-11). La victoria más
importante y deseada. la de cuadrigais. que Plndaro le augura en versos 108
rs.. se hizo realidad mas tarde. el 4611. aunque fue BAOU~LIDES quien la cantó
en su d a 111.
Métrica: versos e6licos y y8rnbicos.

Lo mejor, de un lado, es el agua y, de otro, el oro -cual encen-


[dido fuego
en la noche- puja sobre toda riqueza que al hombre engrandece.
Pero si atléticas lides celebrar
deseas, corazón mío,
5 no busques más cálido que el sol posidón. desde que de la bañera purificante
otro astro brillando en el día por el desierto éter, lo sacara Cloto,
ni ensalzar podriamos competición mejor que la de Olimpia. de marfil ornado su reluciente hombro.
Desde allí el himno multiafamado se trenza s i , es verdad que hay muchas maravillas, pero a veces también
en las almas de los sabios, para que canten el rumor de los mortales va más allá del verídico relato:
10 al hijo de Crono los que llegan al opulento engafian por entero las fábulas
y venturoso hogar de Hierón, tejidas de variopintas menitiras.

Esrr. 11
El encanto de la poesia, que hace dulce todas las cosas a los mor- 30
que el cetro mantenedor de justicia gobierna en Sicilia dispensando honor, incluso hacle que lo increíble [tales,
rica en frutos, cosechando las cimas de las virtudes todas, sea creíble muchas veces.
y espléndidamente se adorna también Pero los dias venideros
15 con la delicia de la música y los versos, son los testigos más sabios.
como los que cual niños alegres junto a su amigable Y es conveniente al hombre proclamar las cosas buenas 35
mesa cantamos con frecuencia nosotros varones. de los dioses. Pues menor será su culpa.
iVamos!, la dórica lira del clavo Hijo de Tántalo, de ti diré cosas contrarias a mis predecesores:
descuelga, si en algo el encanto de Pisa y Ferenico Cuando tu padre invitó a irreprochable
tu mente abismó en los más dulces pensamientos, banquete en s u querida Sipilo,
20 cuando junto al Alfeo corrió, su cuerpo ofreciendo a los dioses festín de agradecida réplica,
entregando a la carrera sin ayuda de espuelas, entonces te raptó el señor del brillante tridente,
y con la victoria maridó a su dueño,
Anr.
Epodo dominado en su entrafia por el deseo, y en áureas yeguas
al rey de Siracusa, que se goza en los caballos. te llevó al excelso palacio de i!eus en todo lugar venerado.
Brilla en su honor el prestigio A l l í en próximo tiempo
en la colonia de nobles varones de Pélope el lidio. llegó también Ganimedes,
25 De él se enamoró el que circunda la tierra, el muy poderoso de Olimpia (VV.65-69). - [261 Ciort?: diosa del nacimiento y del destino,
junto con sus hermanas Atropo y Laquesis, representadas en el fron-
[9] Sabios: poetas y conocedores del arte. -[lo] Hijo de Crono:
Zeus. - [17] Ddrica lira: se refiere a la forma del instrumento (U. VON,
-
tón oriental del Partenón. al extremo izquierdo de Atenea. (271 De
marfil: el antiguo mito referla de Tdntalo que ofreció s u propio hijo
Wi~ainowi~z-MOELLENDORFF, Pindaros, Berlín, 1922, pdgs. 233-234). no en un banquete a los dioses. A excepci6n de Demkter. que comió un
a la melodla que e s eólica, como se dice en el verso 102. - [18] Pisa: hombro del nino, los demas diose!s advirtieron el engafio. Por interven-
lugar junto a Olimpia, nombre usado despuks en vez de la misma Olim.. ción de Hermes recobró la vida PClope y recibió, trasplantado, un hom-
pia. Ferenico: el nombre de este caballo significa *portador de bro de marfil. Pindaro, que corrige los cuadros horrendos del mito.
victoria*. - [19] Pindaro fue testigo de esta victoria en Olimpia. - [20:I hace que Posidón se enamore del nifio. cuando Cloto saca de la banera
Alfeo: río junto al hip6drom0, que tenla a su izquierda el Estadio. - [241 al joven resucitado. El brillo del marfil es retenido como elemento
Pélope: hijo de Tdntalo, que fue rey de Sfpilo, junto al monte del mis-
mo nombre en Lidia (cf. v. M), consiguió el gobierno de Pisa cerca
-
poético. [35] Programa purificador de antiguos mitos. propio de
Pindaro. - [441 Ganimedes: escariciador de Zeus en el Olimpo (01. X
76 ODAS

45 a Zeus destinado para el mismo servicio. Anr.


Como habías desaparecido, y ni a tu madre, por mucho conseguir de su padre, el rey de Pisa, a la gloriosa Hipodamía. 70
que buscaron, te llevaron los hombres, Y acercándose a la mar grisácea, solo en la oscuridad
pronto cont6 en secreto alguno de los envidiosos vecinos invocó al Señor del tridente
que en el sumo instante del agua hirviendo al fuego, de grave bramido. Y a él
con un cuchillo te trocearon miembro a mienbro, cabe sus pies, muy cerca. se le apareció.
50 y que en sus mesas, al plato postrero, tus carnes pélope le dijo: aSi en algo los amables dones de Cipris, 75
se repartieron y comieron. se cumplen, Posidón, para agradecimiento a ti,
detén la lanza de Enómao broncínea
Epod.
y llévame sobre el carro más raudo
Pero a mí me es imposible acusar de .vientre loco. a uno cual-
a Élide y úneme con la victoriia.
de los dioses felices. Me niego. [quiera
Porque, tras de matar a trece héroes
Pago de mal genero alcanza con frecuencia a los blasfemos.
pretendientes, dilata la boda
Si en verdad a algún hombre mortal los guardianes del Olimpo
5s honraron, ése fue Tántalo. Pero él, por cierto,
no pudo digerir su enorme dicha, y por su desmesura cobró Epod.
el castigo terrible; que el Padre Zeus
suspendió sobre él la piedra pesada de su hija. El gran peligro no sorprende a un hombre sin coraje.
que siempre se esfuerza en apartar de su cabeza Entre quienes el morir es destino, ¿por que uno
y queda ajeno a todo gozo. debería consumir, en la oscuridad sentado, en vano una vejez
sin nombre, privado de toda cosa bella? Mas para mí
. Esir. 111
ese combate
60 Esta vida tiene él, sin remedio a mano, a tormentos atada, dispuesto estP. ¡Quieras tú darme el éxito querido!* 85
cuarto suplicio a otros tres, porque a los lnmortales robó Así dijo. Y no se acogió a inútiles
y dio a sus coetáneos, colegas de festín, palabras. Para glorificarlo, el idios
el néctar y ambrosía,
le dio un carro de oro y corceles de alas incansables.
con los cuales le hicieran inmortal.
Pero si algún hombre, al hacer algo, espera quedar oculto
a la divinidad, se engaña. de Phdaro, en haber robado ambriosla y nCctar a los dioses. El quinto
65 Por esa razón le expulsaron de nuevo los Inmortales a su hijo tormento seria para Tdntalo la vuelta de su hijo Pelope a la tierra. - [70]
Hipodamta: hija de En6mao. rey de: Pisa. A éste se le habla profetizado
entre la raza, otra vez, de los hombres, la de rápido sino.
que moriría cuando su hija se casara. A todos los pretendientes los
Y, cuando en la flor de la edad, invitaba a una carrera de cuadriga5 y con su lanza los mataba durante
el bozo le iba cubriendo de oscuro el mentón, la competición. Pélope lo venci6 con ayuda del auriga de En6ma0, Mlr-
pensó, como propuesta boda. tilo, que aflojó los tornillos de una rueda al carro de su seilor. En6mao
cayó, y PClope lo mat6 con su lanza, y se apoder6 de Hipodamía
105).- [49] Los dioses. - [61] Cuarto suplicio: la piedra suspendida so- y del reino de Pisa. Para Píndaro la victoria fue por gracia de Po-
bre CI. Los otros tres castigos eran la sed, el hambre y la desesperanza sidón. - [75] Cipris: Afrodita. especialmente venerada en el santuario
de que no terminarían jarnds. Su crimen consistió. según la revisi611 de Pafos en Chipre. - 178) Blide: regi6n donde est6 Olimpia. - [89]
ODAS

Esir. IV Epod.
Y abatió el poder de Enómao y tomó a la doncella por compaiie- con la rauda cuadriga espero cantar para ti,
[ra de lecho. si encuentro el camino qule ayude mis palabras
Seis hijos le dio a luz. conductores de pueblos, deseosos de ho- y llego a la soleada colina de Crono. Para mi, sí.
90 Y ahora se goza de espléndidos [nores. alimenta con fuerza la Musa el dardo más vigoroso.
sacrificios cruentos, por cosas distintas son grand.es unos u otros.
reposando junto al curso del Alfeo, Pero la cima más alta se alza
teniendo un sepulcro atendido junto a un altar para los reyes. ¡NO otees más; lejos!
que visitan forasteros innúmeros. Y la gloria ¡Dado te sea caminar este tiempo en la cumbre,
desde lejos fulgura, la de las Olimpladas en las pistas y a mi otro tanto, asociarme
95 de Pélope, donde la velocidad de los pies rivaliza a los vencedores, siendo afamado por mi poético saber
y las cumbres de la fuerza, audaces contra toda fatiga. entre los griegos por doquiera!
Y el que vence, para el resto de su vida
-

tiene. dulce cual la miel, bonanza de mediodía, vívace, de la melodla. - [1101 Con la rauda cuadriga: victoria consegui-
da en la Olimpíada del 468 y caintada por Baquilides. - [ l l l ] Colina
de Crono: al norte del recinto de Olimpia, llamada así en honor de
Ani.
Crono, padre de Zeus.
gracias a los premios logrados. La dicha de cada día siempre
iüü se presenta como bien sumo a todo mortal. Preciso es
que yo corone a aquél, a Hierón, con hípica tonada
en eólico canto.
Y seguro estoy de que a ningún otro varón hospitalario,
de los de ahora al menos, que ambas cosas domine. que sea
conocedor de lo Bello y más soberano en su poder,
105 podré engalanar con los pliegues gloriosos de mis himnos.
La divinidad, que es tutora de tus nobles
afanes, de ellos se cuida,
asumiendo esta cuita, Hierón.
Y si en ella no cesa de repente.
todavía más dulce victoria

- -

Seis hijos: los escoliastas dan. con variantes, los nombres de Crisipo.
Atreo, Tiestes, Plistenes, que se completan en número con otros como
Piteo, Alchtoo. Wipalcmo. Diante y Pelope 11. Atreo y Tiestes son los
-
mas famosos. [lo11 Hípica tonada: quizb designa el movimiento &gil.
pero a Terón, por su cuadriga. triunfal,
se debe celebrar, justo en su respeto a los extranjeros,
baluarte de Agrigento,
primor de renombrados padres que la ciudad enaltece.

~niisrrofa
Tras soportar en su corazón ciolores innúmeros,
santa morada ocuparon ellos a orilla del río, y de Sicilia fueron
ojo, y una vida siguió fijada por el destino, 10
que prestaba riqueza y encanto
A TER6N DE AGRIGENTO. a sus genuinas virtudes.
VENCEDOR EN LA CUADRlGA iOh Zeus, hijo de Crono y de Rea, que el asiento del Olimpo do-
la cima de los Juegos y el curso del Alfeo, [minas,
enardecido por nuestros cantos
sé con ellos benigno y conserva en adelante la paterna campiña
Epodo
a la prole futura! De las acciones realizadas, 15
Terón. tirano de Agrigento (488-472 a. C.), consiguib esta victoria ollmpi-
sea con justicia o contra justicia,
ca el 476. El poeta canta aqul m i s las virtudes del rey que el triunfo mismo.
ni el Tiempo, el padre de todo, puede lograr
A estas debe seguir felicidad m i s alli de la muerte. No siempre la familia
que no se haya cumplido s8utérmino.
de Emmknides, abuelo de Terbn -a ella pertenecieron tambitn Polinices.
Edipo y Layo-. se vio acompafiada de la dicha. El destino de los hombres Pero olvido podría llegar en medio de feliz fortuna.
es inconstante. Pero al infortunio sigue la ventura. como ocurri6 a las hijas Pues entre nobles alegrlas muere la pena
de Cadrno. padre de todos los Emmenidas. La felicidad de la ultratumba que renueva su ira, dominada, 20
es interpretada con doctrina pitagbrica. en cuya religión e s t i iniciado Terbn
y de la cual ofrece el poeta el arcano sobre la irasmigracibn de las almas.
Mttrica: combinaciones ylmbicas.
cuando el destino de la divinidad envía
su bendición hasta sublime cumbre. Mi palabra conviene a las
[hijas
de Cadmo, las de hermoso trono. que sufrieron inmensos dolores.
¡Himnos que domináis la lira! Mas una aflicción gravosa sucumbe
¿Qué dios, qué héroe, qué hombre deberemos cantar? ante dichas mayores.
En verdad es Pisa de Zeus. Mas el Juego de Olimpia
lo estableció Heracles ros: recuérdese la familia d e Edipo e n el mito. E n la epoca hist6rica,
cual primicia de su victoria. los avatares d e EmmCnides, abuelo, y d e TelCmaco, bisabuelo d e Te-
rbn, procedentes d e Rodas y fundadores d e Agrigento el 580. - [91 Santa
[l] Himnos: la palabra tiene mhs poder e importancia que la m e l o morada Zeus la habla regalado a PersCfone como presente de sus b e
dla acompañante. - [3] Heracles, cf. 01. 111 y X. -
[8] Dolores innume- das con Hades. - [231 Cadmo: mlt.ico fundador d e Tebas. S u hija Séme-
58. - 6
82 ODAS

25 Vive con los Oiimpicos la que murió en el fragor Mas qued6 vivo Tersandro, al caer Polinices,
del rayo, la de larga cabellera, Sémele, y la ama en los certarnenes juveniles
Palas por siempre y en los combates de la guerra
y Zeus Padre, y mucho la ama su hijo, el coronado de hiedra. estimado, retoño defensor para la casa de los Adrástidas. 45
susto es por eso que quien de e:lla tiene la raíz de su semilla,
Anr.
el hijo de Enesidamo,
Y cuentan también que en el mar, reciba los cantos elogiosos y el sonar de las liras.
con las marinas hijas de Nereo, vida inmortal
30 se ha dispensado a Ino para todo el tiempo. Anr.
Ciertamente, de los mortales al menos no hay señalado Pues él mismo en Olimpia
término alguno de la muerte, recibió el galardón, y en Pitia y en el Istmo
ni cuándo concluiremos un tranquilo día, hijo del sol, a su hermano co-regente las coimunes Gracias trajeron 50
con incólume dicha: las guirnaldas de las cuadrigas en la carrera
corrientes, unas y otras veces diversas, de las doce vueltas. La victoria libera
llegan a los hombres con alegrías y angustias. de aflicciones a quien prueba el combate.
La riqueza, engalanada de virtudes.
Epod.
de unas y otras cosas otorga1
35 Así el Destino, que la ancestral la hora oportuna. conduciendo i i profunda empresa: cazadora,
fortuna de estos (Emménidas)mantiene dichosa, con la bendición
venida de los dioses trae también algún sufrimiento, Epod.
que pasa a su vez a tiempo futuro, astro brillante (la riqueza), la mas verdadera 55
desde que a Layo mató su fatal hijo, luz para el hombre. Y si uno la tiene, conoce el futuro:
al hacérsele encontradizo, y cumplióse que las almas malvadas de los que aquí murieron,
40 la antigua palabra en Pitia predicha. al punto (tras la muerte)
reciben castigo "* y que cuant~oen este Reino de Zeus
Esir. 111 impíamente se hizo, otro bajo t.ierra lo juzga
Tras ver esto la amarga Erinia, dictando sentencia con odiosa fuerza. 60
con recíproca muerte le extinguió la estirpe guerrera.
. .

po y Yocasia. muertos en lucha fratricida (Esquilo, Siete contra Tebas;


le, amada por Zeus. murió abrasada por sus rayos al desear ver al Sófocles. Antigonah - [ 4 3 ] Tersandio: hijo de Polinices y de Argeya,
dios en toda su majestad. El hijo de ambos, Dioniso, fue criado por hija del rey Adrasto de Argos. TomO parte como uno de los Eplgonos
Ino, otra hija de Cadmo. Hera. celosa, perturb6 la razón al marido en la segunda campana contra Tebas, diez anos despuks de la muerte
de esta ultima -Atamante-, que la persiguió hasta que. huyendo, ca- -
de su padre. Pertenece a la prosapia de los ErnmCnidas. [46] Hijo
y ó al mar con s u hijo Melicertes. Alli obtuvieron la inmortalidad bajo de Enesidamo: Terón. - [SO] Hermano co-regente: Jenkrates. Triunfó
el nombre de Leucótea y' Palemón, en compafih de Nereo, dios ma- en Delfos el 490 (Pít. VI). En los Juegos fstmicos venció quizá en el
- - -
rino. 1271 Coronado & hiedra Dioniso. [38] Fatal hijo: Edipo. [401 470 (Isrm. 11). Gracias: divinidades del encanto juvenil y del espiritu,
Euterpe, Eufrósina y Talia. - [S41 Cazadora: alusión al juego de pala-
-
Pitia: lit. Pitdn. antiguo nombre de Delfos. [41] E r i n k diosa de la
bras entre el nombre de ThLron y t14etbn *el que cazas. - [S71 Almas:
-
venganza. [42] Recfproca muerte: Eteocles y Polinices, hijos de Edi-
ODAS

Estr. 1V Peleo y Cadmo, en medio de ellos, se cuentan honrados;


En iguales noches siempre, y después que con plegarias el corazón de Zeus ablandara,
y en iguales días gozando del sol, los justos reciben aquí trajo a Aquiles su madre,, 80
menos dolorosa existencia, no removiendo la tierra Estr. V
con la fuerza de su brazo ( ~ ~ u i l eque
s ) a Héctor derribd, de Troya
ni las aguas del mar inexpugnable e impertérrita columna, y a Cicno a la muerte llevó
65 por vana ganancia, sino que junto a los honrados y al Etíope hijo de Eos. Muchios rápidos dardos
por los dioses, los que se complacían en guardar los juramentos tengo debajo de mi codo
participan de una vida dentro de la aljaba,
sin lágrimas, al par que los otros arrastran un tormento que alzan su voz para los entemdidos; mas para la masa 85
que no puede sufrir la mirada. necesitan intérpretes. Sabio es el que conoce muchas cosas
gracias a la naturaleza;
Anr.
los que conocen, empero, por aprendizaje, cual dos fieros
Cuantos osaron, en cambio, morando tres veces
cuervos graznen en vano con (charlatana lengua
en uno y otro lado, mantener por entero su alma
Anr.
70 alejada de injusticia, recorren el camino de Zeus
hasta la torre de Crono. Allí con sus soplos contra el ave divina de Zeus.
las brisas ocednicas envuelven la Isla Dirige ahora hacia el banco tu arco, jea. corazón! ¿A quién al-
de los Bienaventurados; y flores de oro relucen, de nuestro manso espíritu de nuevo, lanzando [canzamos 90
unas de la tierra, nacidas de fúlgidos árboles. flechas gloriosas? Por cierto.
y otras el agua las crla, hacia Agrigento apuntando
con cuyas guirnaldas enlazan sus manos y trenzan coronas anunciaré la palabra jurada con veraz sentido:
*a ningún otro hombre en cien años engendró la ciudad
Epod. más generoso de corazón con los amigos y de mano más liberal
75 según la justa decisión de Radamanto, Epod.
a quien tiene como asesor suyo dispuesto el Gran Padre, que Terónm. Pero el hastlo su alabanza holló 95
el esposo de Rea que ocupa no acompañado de justicia, sino que por obra de hombres locos
el trono más alto entre todos. pretende la murmuración poner olvido a las bellas acciones
de los nobles; mas igual que la arena escapa a la cuenta:
las que pecaban en el m& alld y deben purgar despuh en la existeri- ¿quién podría proclamar
cia terrena. - [61] Iguales noches: idea de la primavera eterna. - [7Ul cuántas alegrías dio también él a los otros?
Camino de Zeus: el que Zeus mismo recorre para llegar a la Isla de
olfmpicos.- [781 Peieo: padre de Aquiles y esposo de Tetis. Esta consi-
los Bienaventurados (cf. E. ROHDE, Psyche: The cult of souls and b e h f
guió de Zeus la inmortalidad para el hijo común. - [S21 Cicno: hijo
in immortality Among the Greeks, vol. 11, Londres, 1925, pAg. 213, n.
de Posidón; peleó como aliado de Troya contra los griegos. - [E31 Hijo
2). Torre de Crono: según otra versión este dios estada desterrado en
de Eos: Memnón, hijo de Aurora y Titono. Murió en combate con Aqui-
el TArtaro. Hesíodo lo hace ya sefior de los Bienaventuiados. En esta
les. Plndaro compara los dardos con los versos y el arco con el don
tradición esta Plndaro. - [75] Radamanto: un hijo de Zeus. juez en gel
de la poesía. - [SS] Ave divina de Zeuc: el dguila. - [93] Cien años: los
infierno. - [76] Gran Padre: Crono. - [77] Reo: madre de los dioscs
pasados aproximadamente desde la fundación de Agrigento.
112 ODAS

70 y a su abuelo infundió ánimo


que a la vejez resista.
Del Hades por cierto se olvida
el hombre al que el éxito alcanza.
Ani.
Pero es preciso que yo, despertando un recuerdo, proclame
75 el primor triunfal de las manos a la estirpe de Blepsias:
sexta es ya la corona para ellos trenzada,
de los Juegos que reportan guirnaldas.
Y también los muertos tienen su parte A EFARMOSTO DE OPUNTE,
en lo que hacemos de acuerdo a los ritos. VENCEDOR EN LA PALESTRA
El polvo no encubre
80 la fama querida de los parientes.
Epod.
De la Hija de Hermes, Angella, oyéndolo Ifión,
anunciará a Calimaco el refulgente honor La oda fue cantada durante el cortejo procesional de acci6n de gracias
en Olimpia logrado, que Zeus a su estirpe hacia el santuario de Ayax, héroe locrio, en la ciudad de Opunte, patria
otorgó. ¡Quiera kl dispensar hazañas gloriosas del vencedor Efarrnosto (466). que estaba situada en el estrecho frente a
85 sobre gloriosas hazañas, y que aparte punzantes dolencias! la isla de Eubea. Una rama de los llocrios se habla establecido en el golfo
Ruego que al destino de sus dichas no ponga envidia divisora, de Corinto. Plndaro recuerda el reimoio pasado de los locrios de Opunte.
sino que concediendo una vida sin penas en cuyos lugares se pone el mito de Deucali6n y Pirra, la única pareja su-
a ellos engrandezca y a la ciudad. perviviente del diluvio griego. Por mandato de Zeus, arrojaron piedras tras
dr si. y surgi6 una nueva generacih de hombres, entre ellos los primeros
SS.] Describe el sentimiento por la derrota en los rivales. - 1811 H ~ P reyes locrios. Uno de ellos, Locrio. qlued6 sin descendencia. De una princesa
mes: mensajero d e los dioses; el mensaje -Angelfa- aparece personi. engendro Zeus un hijo y se lo entre156a Locrio en adopci6n. El niíio recibió
ficado en u n s e r divino. Ifidn: tio de Alcimedonte. Este, ya difunto,, el nombre del abuelo. Opunte, y fue un nuevo comienzo de este pueblo.
trasmite el anuncio d e victoria a Callmaco, padre d e Alcirnedonte. - 184 Tras la alabanza del olirnpionica se cuentan tales leyendas, para volver de
SS.] Los deseos d e prosperidad para la familia del vencedor y para su1 nuevo a los elogios finales de Efarmosio.
isla n o hallaron cumplimiento. Pronto fue sometida a las cargas tribu.. Metrica: versos eólicos.
tarias impuestas p o r Atenas.
Estro/a I
El Canto de Arqulloco,
que resuena en Olimpia,
el triple ritornelo 'Vencedor gloriosos, con ardor entonado,

i11 El -Cantow de Arquiloco: antiguo canto triunfal e n honor d e He-


racles. atribuido a Arqulloco, con el q u e se acompafiaba a l olimpionica
114 ODAS

bastó para ir delante de Efarmosto que, cabe el collado Eslr. I I


de Crono, cortejo coral celebró con sus caros amigos. se hacen. Pues, jcómo
5 Mas ahora tú con dardos como ésos, salidos pudo Heracles
de los arcos de las Musas que a lo lejos alcanzan, contra el tridente blandir en su mano la maza,
copioso llega hasta Zeus, el de rayo de púrpura, cuando apostado ante Pilos le resistió Posidón,
y a la cima sagrada de flide, le resistió también con su arco de plata luchando
que antafio, sabemos, el héroe lidio Pélope Febo. y ni el Hades dejaba inmóvil su vara
10 conquistó cual bellísima dote esponsal de Hipodamía; con la que guía hacia abajo los cuerpos mortales, a la ruta pro-
de los que fenecen? ¡Aleja de mi [funda 35
Aniíslrofa
esa fabula, boca!
y lanza la dulce y alada
Porque insultar a los dioses
flecha hacia Pitia:
es odioso ingenio, y jactarse 21 destiempo
en verdad ninguna palabra que toques caerá por los suelos,
cuando pulsas la lira en honor de las luchas del hombre Ani.
de la famosa Opunte, celebrando a su hijo y a ella, suena a canciones de locos.
1 5 a la cual por destino obtuvo Temis y su hija, la salvadora ¡No repitas como un charlatán 40
y muy gloriosa Eunomia. Ella florece en victorias tales cosas! La guerra y toda contienda
cabe tu corriente, Castalia, aparta de los Inmortales. - A la ciudad de Protogenia
y la del Alfeo: conduce tu lengua, donde por decreto de Zeus, que lanza los true-
los primores de las coronas, allí conseguidas, a la célebre Pirra y Deucalión, del Parnaso bajados, [nos,
20 madre de los locrios exaltan, la ciudad de arboledas esplhdidas. se hicieron su casa primera y, sin tener parte en el lecho,
fundaron una raza de piedra, de origen igual. 45
Epodo
Laoi .piedras* se llamaron ellos.
Yo, sí, a esta querida ciudad
¡Para éstos despierta la ruta sonora de versos!
deseo inflamar con mis cantos ardientes,
¡Alaba el vino añejo, y las flores de los himnos
y, mas rápido aun que valiente caballo
y que nave con alas, por todo lugar Epod.
25 mandaré este mensaje, si con mano alguna por el hado guiada nuevos! Se cuenta
cultivo el selecto jardin de las Gracias; que la tierra negra
pues ellas dispensan el encanto. la inundó la violencia del agua. mas
Pero hbroes y sabios por gracia del hado los hombres
-- -
SS.]Heracles peleó contra Neleo, rey de Pilos. de cuya parte se pusie-
coronado hacia el altar de Zeus. -[S] Dardos: como en v. 11, compara- ron Posidbn. padre de Neleo, Apdo y Hades. - [341 Plndaro quiere re-
cidn con la poesla y el canto. Ver tambien 01. 11 83 SS.- [9] Cf. 01. tirar esta leyenda que no hace hsonor a los dioses. - [42] Prorogenia:
1 24 SS.y 78. -[lo] Pitia: lit. Pitón, Delfos, en cuyos Juegos triunfó lit. *la primer nacida., hija de Dieucalión y Pirra. La caja de madera,
tarnbih Efarmosto. - [15-161 Temis: diosa del Derecho; Eunomía, de en que se salvaron. se posó sobre el monte Parnaso. - [45] Raza de
la ley justa. Ella: la ciudad de Opunte. - [ll] Castalia: fuente al pie piedra: juego de palabras entre kiol apuebios~.y ldes .piedra.. - [48]
del recinto de Apdo en Delfos. - [20] Madre: la ciudad de Opunte. - [29 Vino añejo: es la historia del diluvio: los himnos nuevos, lo que el poe-
que por arte de Zeus la marea de repente de suerte que al buen entendedor enseñó a conocer
recogió el agua estancada. De aquellos laoi el espíritu valiente de Patroclo.
procedlan vuestros antepasados de broncineos escudos Desde aquel día el hijo de Tetiis en la guerra funesta
55 desde un principio, hijos de las hijas de la raza Epod.
de Jápeto y de los muy poderosos Crónidas, le avisó que jamás
reyes en su patria siempre, se pusiera en la línea de ataque alejado
de su lanza domadora de hombres.
Estr. 111 ¡Ojalá pueda ser yo un .inventapalabras.
hasta que el Señor del Olimpo capaz de avanzar en el carro de las Musas!
raptó a la hija de Opunte ¡Osadía y abarcante talento
del país d e los epeos. y plácido
,
me acompañen! Para honrar la Hospitalidad y la Virtud
con ella se maridó en las sierras del Ménalo, y la trajo vine por causa de las ístmicaa coronas de Lamprómaco,
60 a Locro para que a éste no abatiera el tiempo, imponiéndole un cuando ambos hermanos tiriunfaron
privado de hijos. Excelsa semilla llevaba en sí [destino
su esposa, y el héroe Ilenóse de gozo al ver a su hijo adoptivo, Esir. IV
y por igual nombre le llamó a lo largo de un mismo día.
de sus abuelo materno, Otros dos combates triunfales;
65 pujante var6n en belleza en las puertas de Corinto llegaron después
y hazañas. Y le dio la ciudad y el gobernar a su pueblo. y esotros también para Efarmosto en el valle de Nemea.
En Argos tuvo gloria entre hombres, como niAo en Atenas.
Anr.
¡Y,separado de los imberbes, cómo aguantó en Maratón
Y vinieron a él huéspedes amigos, extranjeros el combate de rivales mayores por las copas de plata! 90
de Argos y de Tebas, Con ágil astucia,
los Arcadios y también los Pisatas. y sin caer, superando a los hombres
Pero entre los nuevos colonos honró sobre todo al hijo de Actor recorrió el circuito, jentre qué aclamaciones!,
70 y de Egina: a Menecio. Cuyo hijo con los Atridas lleno de encanto y belleza, ac,abando hermosísima hazaña.
llegó a la llanura de Teutra y resistió al lado de Aquiles
él solo, cuando a los dánaos valientes hizo Télefo huir A ni.

y arrojó hasta las naves en la playa varadas; De otra parte, ante el pueblo parrasio
apareció digno de admiración1
en la fiesta de Zeus Liceo,
ta refiere de los locrios. - [56] Jdpeto: titan, hijo de Urano y de Gea
(Cielo y Tierra) y abuelo de Deucalión. - [58] Hija de Opunte: Capie, rey Télefo. - [761 Hijo de Tetis: Aquiles. - [82] Lamprdmaco: pariente
tuvo de Zeus un hijo que se llam6 como el abuelo y fundó la ciudad de Efarmosto y amigo de los tebanos. QuizA pidib él a Plndaro esta
de su mismo nombre. Epeos: antiguo nombre de los habitantes de oda. - 1861 Efarmosto venci6 otras dos veces en los htmicos. Sigue
Blide. - [S91 MLnalo: monte en el sur de Arcadia. - [69] Acloc padre una lista de otros triunfos en los Juegos Nemeos, en Argos y en Ate-
-
de Menecio. Era el esposo mortal de Egina y abuelo de Patroclo. [711 nas. En Marat6n eran los Juegos en honor de Heracles, y como premio
Teufra: región de Misia en el Asia Menor. Los griegos. en su camino se obtenía una bandeja de plata. ,AquI recibid Efarrnosto licencia para
a Troya, arribaron alll equivocadamente y fueron rechazados por el competir con los adultos. - 1951 h e b l o parrasio: Parrasia era una pe-
118 ODAS

y cuando el manto, caliente remedio de gélidos vientos,


obtuvo en Pelene. La tumba de Yolao [fales.
y la marina Eleusis defienden el renombre de sus gozos triun-
100 Por naturaleza nos viene todo cuanto es mejor. Pero la mayoría
de los hombres con aprendidos recursos
se esfuerzan por lograr la gloria.
Mas no es el peor infortunio que quede en silencio
cuanto ocurre sin la ayuda de Dios. Pues hay muchos caminos

Epod.
105 que llevan más lejos que otros, A HAGESIDAMO. LOCRIO EPICEFIRIO.
y no a todos nos alimenta VENCEDOR EN EL PUGILATO DE NINOS
el mismo único deseo. Toda arte
es ardua. Mas tu, al ofrecer este premio
del combate, grita animoso a lo alto:
i 10 .Este hombre, por designio divino, ha llegado
a ser fuerte de brazos, diestro en músculos. de valiente mirada,
y en la fiesta, oh Ayax, hijo de Ileo, Pindaro habia prometido celebrar con una gran oda la victoria del joven
púgil Hagesidamo de Lkride. obtenida en Olimpia el 476. En aquella oca-
triunfante puso la corona en tu altar..
sión escribió el breve poema de veiniie versos. es decir, la O l h p i c a XI. En
la Olfmpica X quiere el poeta cumpllir tal promesa, aunque sea, quizh, dos
queña región archdica en torno a l monte Liceo. donde habla un templo
años m6s tarde (474?). con pago corr,espondiente de intereses. lo que equiva-
dedicado a Zeus. - [98] Pelene: en Acaya. con Juegos e n honor d e Apo-
le a decir con un poema mayor. Trcis esta disculpa, alaba CI la ciudad de
lo. El premio en ellos e r a una capa de lana. - [99] En Eleusis se honra-
ba a Demeter. - [IIZ] Ayax: hijo d e Ileo, llamado el menor -distinto Lócride. en el Sur de Italia, y la victoria de Hagesidamo. que iras breve
de Ayax de Salamina- que luch6 tambikn en Troya. Procedía de Opun- vacilación. gracias a su entrenador Ilas, alcanz6 merecido triunfo. Se narra
t e y allí se le veneraba como un héroe. Ileo e s tambikn denominado, seguidamente. recordando el tema de la fundación de las Olimpladas, cómo
más generalmente. Oileo. Cf. H ~ s l o wfr. , 235. Heracles peleó con Augias y estableció premios. a lo cual sigue un cathlogo
de los primeros vencedores en Olimpia. El encomio de la ciudad. de Hagesi-
damo y de su belleza cierra la d a , .
Métrica: combinación de yambo!~,y versos e6licos.

Es t rota 1
Leed el nombre del vencedor olímpico,
el hijo de Arquéstrato, en qué lugar
de mi alma esta escrito; aunque le debía una dulce canción,
lo he tenido olvidado. iOh Musa, y también tú, hija

121 Arqudstrato: padre d e Hagesidamo. -[lo] Guijarro: slmil para


indicar el reproche por la tardanza e n celebrar la victoria. La ola e s
224 ODAS

y con siete en Nemea -las de casa son mhs en número-


en el agón de Zeus. ¡Este último, oh ciudadanos, con cantos y
[danzas
celebrad en honor de Timodemo a su glorioso retorno!
25 ¡Empezad a cantar con dulcisona voz!

Peloponeso. - [23] Las de casa: en Atica. - [251 El grito triunfal co-


menzaba: .iCloria a quien hermosa victoria logró!.. El himno fue com- NEMEA 111 (475?)
puesto por Arquiloco (cf. 01. I X 1 SS.).
A ARlSTOCLlDES DE EGINA.
VENCEDOR EN EL PANCRACIO

El destinatario de esta oda es ya un hombre de avanzada edad que tiene


una brillante ejecutoria de triunfos ritléticos. como pancraciasta. en Nemea.
Epidauro y Mégara (v. 84). Se canto en una fiesta conmemorativa de la vic-
toria nemea -quizá, el 475- en e!l Theórion, casa sacerdotal del templo
de Apdo en Egina. a cuyo colegio pudo pertenecer el atleta Aristoclides.
Pindaro comienza con una súplica a la Musa. tiernamente apelada amadre
de los poetas., para que regale su voz a los cantores en honor del atleta
que trajo prestigio a Egina y cuya gloria toc6 ya la cumbre m&s alta. Al
encomio de esta isla y de su famosa estirpe de EAcidas (Peleo. Telamón.
Aquiles) se entrega el poeta, tras el recuerdo de Heracles. espejo de heroicas
hazafias. En todos ellos fue mAs imlportante la disposici6n natural. aunque
la educación (como la que dispensaba Ouir6n) y el entrenamiento tengan
también su valor. Plndaro elogia cuatro virtudes de Aristoclides. como ado-
lescente, como hombre maduro. como anciano y como conocedor de la si-
tuación presente.
Métrica: versos eolicos y yhmbicos.

Estrofa 1
iOh augusta Musa, madre nuestra, yo te suplico,
en el sacro mes de Nemea ven a la hospitalaria
isla doria de Egina! Pues allí, cabe el agua

[2] Mes de Nemea: en el que se celebraban los Juegos Nemeos, hacia


mediados d e nuestro mes d e julio, cada tres años, en el segundo y
68.- 15
226 ODAS

del Asopo, aguardan arquitectos de dulcisonantes Estr. 11


5 cortejos festivos, los jóvenes, que añoran tu voz. E] héroe-dios las puso cual tes8tigosgloriosos del viaje marino
Siente sed cada cosa por algo diverso, al extremo del mundo. Y dom~eñóen la mar fieras
mas el triunfo atlético ama sobre todo el canto, enormes, y por sí mismo exploró las corrientes [torno,
el más favorable acompañante de coronas y hazañas. de las marismas, por donde arribó a la meta indicadora del re- 25
y señaló el límite de la tierra. -Pero, espíritu mío j a qué extraño
Anrístrofa
desvías mi ruta?
De ese canto concede abundancia que de mi espíritu mane. para prez de Éaco -digo yo- y de su estirpe debes guiar la Musa.
10 ¡Comienza en honor del Señor del cielo cubierto de nubes, tú, La suma de lo justo conviene a ;aquel dicho: .alaba a los nobles,,
[Hija,
el himno agradable! Yo quiero unirlo a las voces de aquellos Ant.
y a la lira. Un amable trabajo tendrá Y amoqes de cosas lejanas... no son los mejores, para que un hom- 30

la delicia de la tierra (el Coro), en la que los Mirmidones [bre los tenga.
habitaron primeros. a cuyo pueblo de antiguo famoso ¡Busca en propia casa! Conveniente gloria encontraste tú,
15 no mancilló con oprobio Aristoclides, gracias para cantar algo dulce. En antiguas hazañas
a tu providencia, aunque debilitado quedara en la muy esforzada gozóse el príncipe Peleo, haciéndose a cuchillo su lanza gigante.
E1 también se apoderó de Yolcos, solo, sin tropa,
Epodo y a Tetis, ninfa del mar, retuvo 35
marcha del pancracio. Pero él, cual bhlsamo curador de agota- con esfuerzo. El muy poderoso Telamón,
[dores golpes
compañero de Yolao, derribó a Laomedonte;
en el llano profundo de Nemea, trae a casa la hermosa victoria.
Si él, que es hermoso y hace lo que cuadra a su bella figura, Epod.
20 a las más altas acciones viriles subió y un día contra el poder de las Amazonas, armadas de arcos.
-el hijo de Aristófanes- (recordar debe que) no es cosa fácil le siguió. y jamás el temor, que a los hombres domeña,
avanzar adelante por la mar intransitable allende las columnas le turbó la fuerza del alma.
[de Heracles. Por innata nobleza pesa uno mucho. 40
Mas el que sólo posee lo aprendido -hombre oscuro
que anhela ora esto, ora aquellc+ jamás con pie firme
cuarto año de cada Olimpiada. - [4]Asopo: río de Egina, no el hornóni- bajó a la pelea, y miles de haziañas ensaya con mente sin meta.
mo de Beocia. - [S]Jdvenes: los miembros del coro. -[lo] Hija: la Mu-
sa. hija de Zeus y de Mnemósina (Memoria). como todas las restantes
hermanas. - [13] Mirmidones: al morir los habitantes de la isla a cau- gos de la Humanidad (cf. 01. 111 44). - [261 Como en Pít. X I 39 SS.,
sa de una peste, Zeus convirtió gran número de hormigas en hombres el poeta se avisa a si mismo sobre su aparente divagación. para entrar
para consuelo de Eaco, hijo suyo y de la ninfa Egina. Minnekes es en el ciclo épico de Egina. - [28] Eaco, cf. 01. VI11 30 SS.; Pít. VI11
el vocablo griego para significar hormigas. Estos formarlan la pobla- 22. Para encomiar acciones heroicas hay materia en Egina, y no e s
ci6n de Egina y de Ptla en Tesalia, de donde procede Aquiles, nieto menester acudir a materias lejanas. como el mito de Heracles. - [33]
de eaco. - [20]Arisrdfanes: padre de Aristoclides.- [21]Columnas de Peleo: hijo de &aco y padre de Aquiles. Yolcos: ciudad de Tesalia, don-
Heracles: Gibraltar, límite del mundo antiguo por Occidente. Heracles de rein6 Pelias, y de cuyo puerto partió la expedición de los Argonau-
lleg6 hasta aquí liberando la tierra conocida de monstruos y de enemi- tas (cf. Pít. IV. y Nem. IV 54 SS.). - [36] Telamón: hermano de Peleo.
ODAS NEMEAS

Estr. 111 Esrr. IV


El rubio Aquiles, morando en la casa de Filira, [manos ~ r i l l a n d oa 10 lejos queda'la luz de los hijos de eaco, desde allí,
niño aún, a fuer de juego, emprendía notables acciones. Con sus [desde Troya:
45 haciendo vibrar muchas veces la lanza, de poco hierro ¡Zeus!, porque tuya es su sangre. y tuyo el agón, que el himno 65
guarnecida, semejante a los vientos, [en su dardos
en lucha dio muerte a leones salvajes alzó por la voz de los jóvenes. celebrando la patria alegria.
y abatió jabalíes; y sus cuerpos al hijo de Crono, Grito de júbilo conviene a Ariistoclides, portador de victoria,
al Centauro, aún palpitantes llevaba, que esta isla asoció a palabra gloriosa
cuando tenia seis años, primero, y en todo tiempo, después; y a las luminosas cuitas (de lia Poesía)
50 de él se asombraban Artemis y la osada Atenea, el sagrado Teario de Apolo. E.n la prueba se muestra 70
la meta de aquello en lo que )uno llega a ser más egregio:
Anr.
cuando mataba los ciervos sin perros ni redes dolosas, ~nt.
pues a fuerza de pies les podía. Este relato retengo yo, dicho como un niño entre niños, cpal hombre entre hombres, lo tercero
por hombres de antaño: Quirón, el de alta prudencia, dentro, en entre ancianos varones, cuál sea la parte que uno y otro tenemos,
de piedra crió a Jasón. y a Asclepio después, [SUgruta nosotros, raza mortal; y a cuatro virtudes impulsa también
SS a quien enseñó el uso de remedios con mano suave. la vida mortal y ordena pensar el momento oportuno. 75
Llevó a casar a su vez a la hija de Nereo, No estás lejos de ello.iAlégraie, amigo! Yo te envio
la de senos radiantes, y su vastago más poderoso esta miel mezclada con cándida
le cuidó, en todo lo noble acreciendo su ánimo, leche, y heñido la ciñe espumioso rocío,
bebida de cantos en los aires de flautas eblicas,
Epod.
de suerte que luego, llevado por los brios marinos del viento Epod.
60 hacia Troya, resistiera el grito de guerra, de lanzas vibrante, tarde por cierto. Pero entre. las aves es rápida el Aguila
de licios y frigios que al punto da alcance, espiando de lejos,
y Dárdanos; y sus manos arremetiendo contra lanceros Etíopes, a la presa cruenta en sus garras;
en las mientes grabóse los cuervos graznantes, en cambio, las bajas dehesas habitan.
que a su casa después no volviera de nuevo su jefe,
el primo violento de Héleno, Memnón.

ayudó a Heracles y a su sobrino Yolao contra Laomedonte. que no no y Eos (Aurora). Titono era hermano de Prlamo, rey de Troya, y
quiso remunerar el trabajo de ellos. Cf. estos episodios en Nem. IV de éste era hijo último Héleno, herido por Menelao (IfiadaXIII 58(1599).
25 cs., e [stm. VI 27 SS. - [43] Filim: madre del Centauro Quirón (cf. que no vuelve a aparecer en el poema homérico (cf. 01. 11 83). - [701
-
PII. IV 102 SS.). [54] Jasdn, cf. Pir. IV 102 ss. Asclepio, cf. Plt. 111 5 Teario: colegio donde se reunían los theorol, funcionarios con carhcter
sacerdotal al servicio del templo de Apolo. - [79/80] Flautas edlicas:
-
SS. y 67. [56] Hija de Nereo: Tetis. madre de Aquiles. - [62] Ddrda-
tono musical de la oda. Compai-ación de su creación poética con el
nos: troyanos; licios y frigios sus aliados. - 1631 Memndn: hijo de Tito-
230 ODAS

Para ti ciertamente, porque quísolo Clío -hermoso es su trono-,


en virtud de tu arrojo, portador de victoria,
desde Nemea y Epidauro y Mégara ha brillado la luz de tu fama.

vuelo del aguila frente a la de sus rivales, cuervos graznantes. - [S41


Clío: musa de la historia, que conservara el recuerdo d e las victorias
de Aristoclides. - [85] Nemea: Juegos en honor de Zeus, igual que en
Mégara; en Epidauro. en honor de Asclepio. dios d e la medicina. NEMEA IV (473?)

A TIMASARCO DE EGINA.
VENCEDOR EN U PALESTRA

El joven luchador de palestra enciomiado en esta oda. del afio 473 proba-
blemente. por su triunfo en Nemea pertenecla a una familia de excelente
tradición deportiva, as1 como de egregios músicos y poetas de Egina. Timb
crito. el padre de Timasarco, habla sido un buen tafiedor de citara. Esto
explica el comienzo de la oda, en el que se pone de relieve el efecto pslquice
terapéutico del arte de los sonidos. La menci6n de Tebas. donde Timasarco
triunfó una vez, evoca el recuerdo de Heracles, con quien un egineta, Tela-
món -hijo de fisco-, colabor6 en la venganza contra el troyano Laomedon-
te. El relato se interrumpe para dirigirse Pfndaro m i m o contra un rival
y para hablar de su propia energla poética, que el destino llevará a su cima
( V V . 3743). Torna al encomio de los IEQcidas. de los exitos de la familia del

vencedor, que cont6 tambiCn con un p t a . y termina por la alabanza del


ateniense Melesias, el entrenador de Timasarco.
Métrica: dlmetros y versos e6licos.

Estrofa 1
El mejor médico de fatigas, tras el fallo de jueces,
es la Alegría, y las sabias
hijas de las Musas, las cancioines, la enhechizan con su chlido
Ni el agua caliente pone, por cierto, talmente suaves [tacto.
los miembros, cual la loa que acompaiia la lira. 5
ARISTÓFANES

COMEDIAS 10
LISÍSTRATA - LAS TESMO FO RIAS - LAS RANAS
LA ASAM BLEA DE LAS M UJERES - PLUTO

INTRODUCCIONES, TRADUCCIÓN Y NOTAS DE

LUIS M. MACÍA APARICIO

&
BIBLIOTECA GREDOS
LAS RANAS
PERSONAJES

Jantias
Dioniso
Heracles
Un muerto
Caronte
Coro de ranas
Coro de iniciados
Éaco
Criada de Perséfone
Dos posaderas
Criado de Plutón
Eurípides
Esquilo
Plutón
LAS RANAS

ESCENA

(Al fondo de la orquestra hay dos casas: la de Heracles a la derecha y la de


Plutón a la izquierda. Dioniso y su esclavo Jantias entran por la derecha. El
dios, calzado con coturnos, lleva un vestido de mujer color azafrán y sobre
él una piel de león. Lleva también la clava en la mano. Jantias, sentado en
un burro, lleva a la espalda un bastón sobre el que cuelga el hato de su amo.)

Ja n t ia s

¿Qué, señor, digo uno de los chistes de costumbre con los que se
ríen siempre los espectadores?

D io n is o

Bueno, por Zeus, lo que quieras, salvo «estoy hecho polvo».


Guárdate de decirlo, que todo el mundo está ya harto de eso.

Ja n t ia s

¿Y tampoco alguna otra agudeza?

D io n is o

Siempre que no sea «¡Cómo padezco!».


216 COMEDIAS

Ja n t ia s

¿Entonces, qué? ¿Digo lo más gracioso de todo?

D io n is o

Sí, por Zeus, con toda confianza; pero procura tan sólo no decir
aquello de...

Ja n t ia s

¿El qué?

D io n is o

... que te estás giñando, mientras te cambias el fardo de lado.

Ja n t ia s

¿Ni tampoco que con semejante carga sobre mí, si no me la ali


gera alguien, terminaré por soltar un cuesco?

D io n is o

No, no, te lo ruego. Espera a que sienta ganas de vomitar.

Ja n t ia s

¿Qué necesidad hay entonces de que yo lleve estos bártulos, si no


puedo hacer nada de lo que hacen siempre en las comedias todos
los Frínicos, Licis y Amipsias que llevan bártulos?4

D io n is o

No lo hagas ahora, que yo, cuando como espectador oigo algu


no de esos inventos, salgo del teatro un año más viejo por lo
menos.

4 Son nombres típicos de esclavos. Aristófanes critica como en otros lugares,


cf. Ran. 735ss., el recurso al chiste fácil basado en esas situaciones que caracteri
zaba las obras de sus antecesores.
LAS RANAS 217

Ja n t ia s

Pues sí que es entonces tres veces desgraciado este cuello mío,


porque padece y no puede soltar el chiste.

D io n is o

¿Y qué? ¿No es acaso esto insolencia y molicie en demasía: que


yo, siendo como soy Dioniso, hijo del tonel de vino, vaya andan
do y me fatigue, mientras a este otro lo lleve montado para que no
pene ni tenga que llevar carga?

Ja n t ia s

¿Es que yo no llevo?

D io n is o

¿Cómo has de llevar, si vas montado?

Ja n t ia s

Llevando esto que tú ves (Señala elfardo)

D io n is o

¿Cómo?

Ja n t ia s

Con mucho esfuerzo5.

D io n is o

¿Y no es cierto que el peso que tú llevas lo lleva el burro?

Ja n t ia s

El que yo aguanto y llevo, no. Por Zeus que no.

5 Sorpresa: Jantias no responde a Dioniso, pues está preocupado sólo por sí


mismo.
218 COMEDIAS

Dio n is o

¿Y cómo dices que llevas tú que eres llevado por otro?

Ja n t ia s

No lo sé; pero este hombro mío está hecho polvo.

D io n is o

Pues bien, ya que afirmas que el burro no te sirve de ayuda, le


vanta tú el burro y carga con él.

Ja n t ia s

¡Ay, desdichado de mí! ¿Por qué no participaría yo en la nauma-


quia6? En ese caso te enviaría yo ahora aquejarte bien lejos.

D io n is o

Baja de ahí, granuja, que andando el camino estoy cerca de esta


puerta, el punto adonde en primer lugar he de dirigirme ¡Esclavi-
to, esclavo digo, esclavo!

He r ac l es

¿Quién ha golpeado la puerta? Cual centauro se ha lanzado sobre


ella sea quien sea (Ve a Dioniso con su extraño atuendo) Dime,
¿qué es esto exactamente?

D io n is o

(A Jantias) El esclavo...

Ja n t ia s

¿Qué sucede?

6 En la batalla naval de las Arginusas (406 a. C.). Todos los esclavos que par
ticiparon en ella recibieron como premio su libertad.
LAS RANAS 219

D io n is o

¿No te has dado cuenta?

Ja n t ia s

¿De qué?

D io n is o

De cuánto miedo le doy.

Ja n t ia s

(Aparte) Sí, por Zeus, por si estás loco.

He r ac l es

Por Deméter, no consigo no reírme. Y eso que me muerdo; pues


nada, me río.

D io n is o

Demonio de hombre, acércate, que necesito algo de ti.

He r ac l es

Nada, que no puedo calmar mi risa, viendo una piel de león so


bre un vestido azafranado ¿Qué sentido tiene? ¿Por qué van
juntos unos coturnos y una maza7? ¿A qué lugar de la tierra te
dirigías?

D io n is o

Iba de tripulante con Clístenes.

H e r a c le s

¿Y luchaste en la naumaquia?

7 Similar extrafleza ante el incongruente atuendo de Agatón muestra el pa


riente de Eurípides en los w . 135ss. de Las tesmoforias.
220 COMEDIAS

D io n is o

Y hasta hundimos barcos enemigos. Doce o trece.

He r ac l es

¿Vosotros dos?

D io n is o

Sí, por Apolo.

Ja n t ia s

(Aparte) Y entonces me desperté.

D io n is o

Y cuando a bordo de la nave estaba yo leyendo la Andrómeda


para mis adentros, un deseo sacudió de pronto mi corazón no sa
bes con qué fuerza.

H e r a c le s

¿Un deseo? ¿Cómo de grande?

D io n is o

Pequeño, como Molón más o menos8.

He r ac l es

¿De una mujer?

D io n is o

Qué va.

8 Los escolios advierten de que lo dice en broma, pues el tal Molón, si se


trata de un actor que protagonizó algunas piezas de Eurípides, era muy corpu
lento.
LAS RANAS 221

H e r a c le s

¿De un muchacho, entonces?

D io n is o

Nada de eso.

He r ac l es

Sino de un hombre.

D io n is o

¡Apapay!

He r ac l es

¿Estuviste con Clístenes?

D io n is o

No te burles de mí, hermano. No es eso, sino que me va mal. Tal


es la pasión que me consume.

He r ac l es

¿Cuál, hermanito?

D io n is o

No puedo explicarlo; sin embargo te lo diré a ti por medio de un


acertijo. ¿Has sentido alguna vez un deseo repentino de puré de
legumbres?

He r ac l es

¿De puré de legumbres? ¡Caramba, diez mil veces en mi vida!

D io n is o

¿Digo ya entonces lo evidente o sigo hablando?


222 COMEDIAS

He r ac l es

De puré de legumbres, no, que ya lo entiendo muy bien.

D io n is o

Pues así de grande es el deseo que me devora por Eurípides.

H e r a c le s

¿Así? ¿Por un muerto?

D io n is o

Y ningún hombre me convencería de que yo no fuera a bus


carlo.

H e r a c le s

¿Hasta abajo? ¿Hasta el Hades?

D io n is o

¡Por Zeus! Y aunque estuviera aún más abajo.

He r ac l es

¿Y qué es lo que quieres?

D io n is o

Necesito un poeta de talento, «pues los unos ya no son y otros


son malos9».

H e r a c le s

¿Cómo? ¿No vive Iofonte10?

9 Es un verso del Eneo de Eurípides.


10 Hijo de Sófocles. De él se decía que recibía la ayuda de su padre a la hora
de componer sus obras. Veáse más adelante, w . 78ss.
LAS RANAS 223

D io n is o

Eso es lo único que queda de bueno, si es que algo queda, porque


no sé yo con plena certeza cómo está ese asunto.

He r ac l es

¿Y por qué no haces subir a Sófocles antes que a Eurípides, si tie


nes que llevarte a alguien de allí abajo?

D io n is o

No antes de que compruebe qué puede hacer Iofonte si lo dejan


solo, sin Sófocles. Además Eurípides, como un bribón que era,
haría todo lo posible por escaparse de allí conmigo; el otro, en
cambio, a todo se hacía aquí y a todo se hace allí.

He r ac l es

¿Y dónde está Agatón11?

D io n is o

Me ha abandonado y se ha ido. Era un buen poeta a quien echan


de menos los amigos.

He r ac l es

¿A qué lugar de la tierra se fue el desgraciado?

Dio n is o

Al banquete de los Bienaventurados.

He r ac l es

¿Y Jenocles?

" Ridiculizado por Aristófanes en Las tesmoforias, Agatón contaba con el


favor de nuestro poeta.
224 COMEDIAS

D io n is o

¡Así se muriera, por Zeus!

He r ac l es

¿Pitángelo12?

Ja n t ia s

(Aparte) De mí ni una palabra; y eso que me estoy fastidiando a


modo este hombro.

He r ac l es

¿No hay acaso allí otros mozalbetes — más de diez mil— que es
criben tragedias y que le llevan un estadio de ventaja a Eurípides
en ser parlanchines?

D io n is o

Ésos no son más que desecho y palabrería, música de golondri


nas, corruptores del arte, estrellas fugaces — sí alguna vez consi
guen un coro— , gente que sólo una vez en su vida ha meado
apuntando a la tragedia. Pero no encontrarías un poeta creativo,
aunque lo buscaras; uno que dijera bien alto palabras nobles.

He r ac l es

¿Creativo en qué sentido?

D io n is o

Creativo en este sentido: uno cuya voz emitiera alguna aventura


da novedad, del estilo de «éter, habitáculo de Zeus», «el pie del
tiempo» o «mente que no quiere jurar por las víctimas, pero len
gua perjura independiente de la mente13».

12 Jenocles es uno de los hijos de Carcino con el que se mete Aristófanes en nu


merosas ocasiones, cf. Nub. 1261ss., Paz 90ss., etc. Pitángelo es un desconocido.
13 Parodias de versos y expresiones de Eurípides. El primero, cambiando aquí
LAS RANAS 225

He r ac l es

¿Eso te gusta a ti?

D io n is o

Estoy más que loco por ello.

He r ac l es

Eso son sólo tontunas. Y tú eres de la misma opinión.

D io n is o

No vivas mi pensamiento, que tienes vivienda propia.

He r ac l es

Pues bien. Todo eso me parece, sencillamente, una completa por


quería.

D io n is o

Tú enséñame a darse atracones14.

Ja n t ia s

(Aparte) Y de mí ni una palabra.

D io n is o

La razón por la que he venido aquí, equipado así a imitación tuya,


es que quiero que me señales, por si yo los necesito, a los que te
acogieron en tiempos, cuando fuiste a buscar a Cerbero. Indíca
melos, y también los lagos, panaderías, prostíbulos, estaciones,
bifurcaciones, fuentes, caminos, ciudades, alojamientos y alber
gues en que haya menos chinches.

una palabra (pero no en Las tesmoforias 272, donde vuelve a imitarse), está to
mado de su Melanipa; el segundo es igual a Bacantes 888; el tercero se parece al
612 del Hipólito y vuelve a imitarse en Las tesmoforias 275.
14 O sea, zapatero a tus zapatos.
226 COMEDIAS

J a n tia s

(Aparté) Y de mí ni una palabra.

H e r a c le s

¿Te atreverás, pues, a ir, infeliz?

D io n is o

Y tú, ni una palabra en contra. Dinos, en cambio, por qué camino


llegaremos antes abajo, al Hades. Y que no sea ni muy caliente ni
excesivamente frío.

He r ac l es

Veamos cuál te indico primero ¿Cuál? Hay uno que sale de una
cuerda y un taburete; te cuelgas y ya está.

D io n is o

¡Basta! ¡Qué ahogo eso que dices15!

He r ac l es

Hay entonces un sendero breve y muy machacado. Pasa por el


mortero.

D io n is o

¿Te refieres a la cicuta?

He r ac l es

Eso es.

D io n is o

Es frío y desapacible. Enseguida se te hielan las piernas.

15 Hay un juego de palabras con alusión a una parte de la parábasis y del


agón, llamada pingos, ahogo, porque la carencia de pausas entre los versos obli
gaba a recitarlos seguidos, sin tomar aire.
LAS RANAS 227

He r ac l es

¿Quieres que te diga uno rápido y cuesta abajo?

D io n is o

Sí, por Zeus, que yo no soy muy andarín.

H e r a c le s

Deslízate ahora hasta el Cerámico.

D io n is o

¿Y luego, qué?

H e r a c le s

Te subes a la torre más alta.

Dio n is o

¿Y qué hago?

He r ac l es

Mira desde allí cuándo tiran la antorcha16, y cuando los especta


dores digan «tirada está», tírate tú también.

D io n is o

¿Adonde?

He r ac l es

Abajo.

16 Había tres carreras nocturnas con antorchas, dedicadas a Atenea, Hefesto


y Prometeo. El trayecto partía de los jardines de Academo en el Cerámico y lle
gaba hasta la puerta de Dipilón.
228 COMEDIAS

D io n is o

Y me rompo dos membranas del cerebro. No quiero andar ese


camino.

He r ac l es

¿Cuál, entonces?

D io n is o

El mismo que tomaste tú para bajar.

He r ac l es

Pero el trayecto es largo. En efecto, enseguida llegarás a una la


guna enorme y totalmente insondable.

D io n is o

¿Cómo la cruzaré?

He r ac l es

En una barquita, poco más o menos así de grande, te hará cruzar


un anciano por el precio de dos óbolos17.

D io n is o

¡Ay, cuánto poder tienen en todas partes los dos óbolos! ¿Cómo
llegaron hasta allí?

He r ac l es

Los llevó Teseo18. A continuación verás innumerables serpientes


y bichos espantosísimos.

17 Dos óbolos costaba la entrada al teatro.


18 Cuando bajó al Hades a rescatar a Perséfone, se supone.
LAS RANAS 229

Dio n is o

No me inquietes ni me asustes: no me harás desistir.

He r ac l es

Luego, mucho fango y mierda perenne; y en medio de ella los


que alguna vez han ofendido a un huésped, o le han dado un me
neo a un jovencito sin pagarle lo prometido, o le han dado una pa
liza a su madre o un puñetazo en la mandíbula a su padre, o han 150
jurado en falso.

D io n is o

Por los dioses, que habría que añadir a todos ésos al que aprende
la danza pírrica de Cinesias o se hace sacar una copia de una ti
rada de versos de Mórsimo.

He r ac l es

A partir de ahí te rodeará una música de flautas y verás una luz


bellísima, como aquí, y matas de mirto y cortejos felices de hom
bres y mujeres y mucho batir de palmas.

D io n is o

¿Y quiénes son ésos?

He r ac l es

Los iniciados.

Ja n t ia s

(Aparté) Por Zeus, que yo estoy aquí como un burro celebrando


los Misterios19, pero ya no voy a llevar esta carga más tiempo. 160
(,Suelta el fardo)

19 Es decir, sin participar en nada mientras otros se divierten.


230 COMEDIAS

He r ac l es

Ellos te explicarán cualquier cosa que pidas, porque viven muy


cerquita del camino, al lado mismo, a las puertas de Plutón. Así
pues, que te vaya muy bien, hermano.

Dio n is o

Que tengas salud tú también, por Zeus. Y tú (a Jantias) vuelve a


cargar los bártulos.

Ja n t ia s

¿Antes incluso de haberlos puesto en el suelo?

D io n is o

Y bien rápido.

Ja n t ia s

No, por favor, te lo suplico. Alquílate mejor a uno que lleven a


enterrar y vaya hacia allá.

D io n is o

¿Y si no lo encuentro?

Ja n t ia s

Entonces me llevas a mí.

D io n is o

170 Dices bien, que ahí llevan a enterrar a ese muerto ¡Eh, tú! ¡A ti te
digo, al muerto! ¡Tú, hombre! ¿Quieres llevar estos bultos al Hades?

Un muer t o

¿Como cuántos?

D io n is o

Los que ves.


LAS RANAS 231

Muer t o

¿Me pagarás dos dracmas de sueldo?

Dio n is o

No, por Zeus. Menos.

Muer t o

(A los que lo llevan) Vosotros, seguid camino.

D io n is o

Aguarda, hombre de dios, a ver si nos arreglamos.

Mue r t o

Si no pones aquí dos dracmas, no sigas hablando.

Dio n is o

Toma nueve óbolos

Mue r t o

¡Antes revivir20!

Ja n t ia s

¡Qué humos se da el maldito! Ya gemirá. Yo me largo.

D io n is o

(A Jantias) Tú sí que eres bueno y noble. Vayamos a la barquita.

Ca r o nt e

¡Oop, a la orilla!

20 Es, evidentemente, lo que menos desearía un muerto, del mismo modo que
un vivo diría «antes morir». Nueve óbolos son una dracma y media.
232 COMEDIAS

Ja n t ia s

¿Qué es eso?

D io n is o

¿Eso? Por Zeus, el lago que nos decía. Y veo una barca.

Ja n t ia s

Por Posidón, ése es Caronte.

D io n is o

¿Qué hay, Caronte, qué hay, Caronte, qué hay, Caronte?

Ca r o nt e

¿Quién ha puesto fin a sus males y negocios? ¿Quién llega a la


llanura del Leteo, a Peinaburros, a los Cerberios, a los cuervos,
junto al cabo Ténaro21?

D io n is o

Yo.

C a r o n te

Embárcate enseguida donde sea.

D io n is o

¿Crees de verdad que arribarás a los cuervos?

Ca r o nt e

Sí, por Zeus, lo haré por ti. Sube de una vez.

21 El Leteo es el río del Infierno; decir Peinaburros es como decir «a ninguna


parte», se trata de una expresión proverbial; Cerberios es una creación de Aristó
fanes, hecha a partir del nombre del can Cerbero; en el cabo Ténaro en Laconia se
localizaba una de las entradas del Hades.
LAS RANAS 233

Dio n is o

Tú aquí, esclavo.

Ca r o nt e

No llevo al esclavo, salvo si luchó en la naumaquia por su


vi... anda22.

Ja n t ia s

No lo hice, por Zeus. Tenía los ojos pochos.

Ca r o nt e

En ese caso, da la vuelta al lago a la carrera.

Ja n t ia s

¿Y dónde espero?

Ca r o nt e

Junto a la Piedra de la Sequedad, en el embarcadero.

Dio n is o

¿Comprendes?

Ja n t ia s

Comprendo muy bien ¡Ay, infeliz de mí, con quién me he topado


por salir de casa!

Ca r o nt e

(A Dioniso) Siéntate junto al remo. Si hay algún otro pasajero,


que se dé prisa. Eh, tú ¿qué haces?

22 Sorpresa, se espera vida o libertad y dice carne, lo que trata de reproducir


nuestra traducción.
234 COMEDIAS

D io n is o

¿Qué hago? Sólo sentarme junto al remo, como tú me ordenaste,

Ca r o nt e

Ven a sentarte aquí más bien, barrigón.

D io n is o

200 Ya está.

Ca r o nt e

Adelanta las dos manos y extiéndelas,

D io n is o

Ya está. (Caronte le pone un remo en cada manó)

Ca r o nt e

No te canses de mantenerlas así; aprieta fuerte y rema con afán.

D io n is o

¿Cómo voy a poder remar si carezco de experiencia y no tengo


nada que ver con el mar ni soy salaminio?

Ca r o nt e

Fácilmente, porque oirás bellísimas canciones en cuanto eches


mano al remo.

D io n is o

¿De quiénes?

Ca r o nt e

De unas ranas-cisne. Algo maravilloso.

D io n is o

Da la orden entonces.
LAS RANAS 235

Ca r o nt e

¡Oopop, oopop!

La s Ra na s

¡Brekekekex, koax, koax; brekekekex, koax, koax! 210


Lacustres hijas de las fuentes,
el acorde son de nuestros himnos
emitamos, nuestra melodiosa
canción, koax, koax,
que en honor del Nisio
hijo de Zeus, Dioniso,
en Limnas hacemos resonar,
cuando bien cargado de vino
en la Fiesta de las Marmitas23
a mi recinto llega el pueblo en tropel.
¡Brekekekex, koax, koax! 220

D io n is o

A mí empieza a dolerme la rabadilla, koax, koax.

R anas

¡Brekekekex, koax, koax!

D io n is o

Claro que a vosotras no os importa.

R anas

¡Brekekekex, koax, koax!

23 El tercer día de la fiesta que da nombre al mes de Antesterión, las Anteste-


rias, cf. Los acarnienses 961.
236 COMEDIAS

Dio n is o

Así os murierais de tanto «koax»; no sois nada más que koax.

Ra na s

Es posible, metomentodo.
Es que a mí me aman las Musas de hermosa lira
230 y Pan de córneos pies, pu es se solaza con el son del
[icaramillo ;
y ante mí se alegra también el citarista Apolo
a causa de la caña, que, soporte de la lira,
dentro del agua en los charcos cuido.
¡Brekekekex, koax, koax!

D io n is o

Y a mí me han salido ampollas y el culo me suda hace rato. Al fi


nal, después de tanto asomarse, acabará por hablar.

R anas

¡Brekekekx, koax, koax!

D io n is o

240 Basta ya, cantarín linaje.

Ra na s

Más aún
nos haremos oír, si alguna vez
en los días soleados
saltamos a través de los juncos
y el carrizo, solazándonos en el sonido
de muchas zambullidas de nuestra canción;
o si, huyendo de la lluvia de Zeus,
en las profundidades un coro acuático
de muchos tonos entonamos
con las burbujas de agua en ebullición.
LAS RANAS 237

D io n is o

(Tirándose un pedo) ¡Brekekekex, koax, koax! Eso lo he tomado 250


de vosotras.

Ra na s

Mal lo pasaremos, entonces.

Dio n is o

Peor aún yo, si la palmo remando.

Ra na s

¡Brekekekex, koax, koax!

D io n is o

Gemid, gemid. No me importa.

Ra na s

Pues bien, seguiremos croando todo el día, mientras nos resista la 260
garganta.

Dio n is o

¡Brekekekex, koax, koax! A este menda no lo derrotaréis.

Ra na s

Ni tú a nosotras, de ninguna manera.

D io n is o

Ni vosotras a mí, jamás; que croaré yo también, si es necesario,


el día entero, hasta que os gane con este «koax» (se tira un pedo)
¡Brekekekex, koax, koax! Estaba claro que yo iba a terminar con
vuestro «koax».
238 COMEDIAS

Ca r o nt e

¡Eh, vale, vale! Deja ahí al lado los dos remos. Desembarca, paga
el pasaje.

D io n is o

270 Toma, pues, tus dos óbolos. A ver, Jantias. ¿Dónde está Jantias?
¡Eh, Jantias!

Ja n t ia s

¡Jau!

Dio n is o

Ven aquí.

Ja n t ia s

Hola, señor.

D io n is o

¿Qué había por allí?

Ja n t ia s

Tinieblas y fango.

Dio n is o

¿Viste allí en algún sitio a esos parricidas y perjuros que aquél


nos decía?

Ja n t ia s

¿Tú no?

D io n is o

Yo sí, por Posidón; (Señalando al público) en este momento los


veo. Vamos, ¿qué hacemos?
LAS RANAS 239

Ja n t ia s

Lo mejor es que sigamos, pues éste es el lugar de las bestias


horribles que nos decía aquél.

Dio n is o

Cómo se lamentará. Fanfarroneaba para que yo me asustara, por- 280


que me veía belicoso y quería hacerme la competencia. Es que no
hay cosa más presumida que Fleracles. En cuanto a mí, ya me
gustaría toparme con alguno de esos bichos y sostener un com
bate digno de este camino.

Ja n t ia s

Eso es, por Zeus. Precisamente noto cierto ruido.

D io n is o

(Asustado) ¿ D ó n d e , d ó n d e está?

Ja n t ia s

Viene de detrás.

Dio n is o

Ve detrás.

Ja n t ia s

Ahora está delante.

D io n is o

Ve delante ahora.

Ja n t ia s

Y, por Zeus, que veo una bestia enorme.

D io n is o

¿Cómo es?
240 COMEDIAS

Ja n t ia s

Horrible. Y toma toda clase de formas. Antes era un buey, hace


un momento, un mulo, y ahora es una mujer guapísima.

D io n is o

¿Dónde está? Voy hacia ella.

Ja n t ia s

Ya no es una mujer, ahora es un perro.

D io n is o

Evidentemente es Empusa.

Ja n t ia s

Por lo menos, todo su rostro resplandece de fuego.

D io n is o

¿Y tiene una pata de bronce?

Ja n t ia s

Sí, por Posidón, y la otra de boñiga de vaca, entérate.

D io n is o

¿Adonde podría escaparme?

Ja n t ia s

¿Y yo, adonde?

Dio n is o

(Va a la primera fila, la de las autoridades) ¡Sacerdote mío, pro


tégeme para que pueda compartir el banquete contigo!

Ja n t ia s

¡Estamos perdidos, oh señor Heracles!


LAS RANAS 241

D io n is o

No me invoques, hombre, te lo suplico, ni pronuncies mi nombre.

Ja n t ia s

Dioniso, entonces.

D io n is o

Eso todavía menos.

Ja n t ia s

¡Sigue por donde ibas; aquí, aquí, señor!

D io n is o

¿Qué pasa?

Ja n t ia s

Recobra el ánimo. Todo nos va bien y, como Hegéloco, podemos


decir «pues tras las olas veo de nuevo la comadreja24». Empusa
se ha largado.

D io n is o

Júralo.

Ja n t ia s

Por Zeus.

D io n is o

Júralo otra vez.

24 En griego bonanza y comadreja se distinguen sólo por el acento. Hegéloco


es, según los escolios, el actor que recitando el v. 279 dei Orestes de Eurípides
confundió ambas palabras, como hizo con otras palabras el que hemos llamado
Embarullómaco, citado en el v. 22 de La asamblea de las mujeres.
242 COMEDIAS

Ja n t ia s

Por Zeus.

D io n is o

Júralo.

Ja n t ia s

Por Zeus.

D io n is o

¡Infeliz de mí! ¡Qué pálido me puse al verla!

Ja n t ia s

Pues ella, de miedo, se puso más colorada que tú25.

D io n is o

310 ¡Ay de mí! ¿De dónde me cayó encima esa desgracia? ¿A qué
dios culparé de mi muerte? ¿«Al éter, habitáculo de Zeus, o al pie
del tiempo»?

Ja n t ia s

¡Eh, tú!

D io n is o

¿Qué pasa?

Ja n t ia s

¿No has oído?

Dio n is o

¿Qué?

25 Sorpresa, pues habría sido de esperar «pálida».


LAS RANAS 243

Ja n t ia s

Un aire de flautas.

D io n is o

Sí; y me ha llegado un aroma de antorchas de lo más místico.


Acurruquémonos en algún lugar tranquilo y escuchemos.

Co r o de In i c ia d o s

¡Yaco, oh Yaco!
¡Yaco, oh Yaco!

Ja n t ia s

Esto es aquello, señor. En algún sitio de este lugar celebran sus ri


tos esos iniciados de los que nos hablaba aquél. Parece que can
tan a Yaco, como cuando cruzan el ágora26.

D io n is o

Eso me parece también a mí. Conque lo mejor será permanecer


en calma, si queremos verlo todo claramente.

Co ro

(Estrofa) ¡Oh, Yaco muy honrado que estas sedes


[habitas,
Yaco, oh Yaco,
ven a este prado a danzar,
acércate a estos sagrados romeros,
agitando en torno a tu cabeza

26 Algunos manuscritos y comentaristas antiguos leen aquí Diagoras no


d i ’agorás, .que presenta la edición que seguimos. Con esta lectura se alude al mo
mento en que los iniciados cantaban a Yaco mientras cruzaban el ágora en su tras
lado procesional. Los escolios conocen y comentan la otra lectura, que mencio
naría al poeta melio Diágoras, ateo como Sócrates según esa fuente (respecto a
esto último, cf. Las nubes 830 con nota).
244 COMEDIAS

una corona de muchos frutos


330 cubierta de mirto, y haciendo resonar con fuerte
p ie la irrefrenable
y bulliciosa,
la que de las Gracias mucha p a rte tiene, la santa, la
[sagrada
danza de los santos iniciados !

Ja n t ia s

¡Oh, soberana muy honrada hija de Deméter! ¡Qué agradable


aroma de carne de cerdo me ha llegado!

D io n is o

Cálmate, que puede que eches mano a una morcilla.

Co r o

340 (Antístrofa) Despierta, que viene agitando luminarias en


[sus manos
— ¡Yaco, oh Yaco!—
el lucífero astro de la fiesta nocturna.
Y con la luz se ilumina el prado;
se mueven las rodillas de los viejos
y sacuden sus cuitas
y los largos plazos de sus viejos años
350 bajo el influjo de la sagrada fiesta.
Y tú, alumbrando con la antorcha,
a toda marcha haz salir a esta húmeda planicie florida
a la juventud que form a coros, ¡oh bienaventurado!

Co r if e o

¡Fuera el mal agüero! Que ceda el sitio a nuestras danzas corales


quien no es ducho en discursos o no tiene un pensamiento puro;
o no sabe ni baila las danzas de las nobles Musas; o no ha sido
iniciado en los misterios báquicos de la poesía de Cratino el
LAS RANAS 245

Cometeros27; o se divierte con versos burlescos que no vienen a


cuento, no es pacífico con sus conciudadanos o no aplaca la discor
dia hostil, sino que la despierta y aviva, ansioso de beneficio pri- 360
vado; o desempeñando un cargo público en tiempos difíciles para
la ciudad se deja corromper por regalos; o entrega a traición un
puesto de guardia o barcos; o exporta de Egina lo que está prohi
bido — como si fuera ese Torición de mal hado, el recaudador del
vigésimo— , haciendo llegar a Epidauro cuero para barcos, velas
y pez; o convence a otro de que dé dinero para los barcos del ene
migo; o pone perdidas las imágenes de Hécate, cantando en los
coros cíclicos; o siendo un orador profesional reduce a mordiscos
la paga de los poetas, porque sale en las comedias de las fiestas
nacionales en honor de Dioniso28. Es a ésos a los que digo, vuel
vo a decir y aún por tercera vez les insisto que cedan su sitio a los
coros de los iniciados; y vosotros, reavivad de nuevo el canto y
nuestras acciones que duran toda la noche, las apropiadas para 370
esta fiesta.

Co ro

Corred todos sin temor


a los floridos repliegues
de los prados, haciendo ruidos y burlas,
bromeando y criticando.
El desayuno ha sido suficiente.
En marcha, y procura ensalzar
con nobleza a la Salvadora,

27 Cometoros es un epíteto de Dioniso. Aplicárselo a Cratino supone un ho


nor para este poeta, rival de Aristófanes pero respetado por él.
28 Se concentran diversas alusiones: el que ensució las estatuas de Hécate (so
lía haberlas a la entrada de las casas) fue el denostado poeta Cinesias (cf. La
asamblea 329); la subvención para los barcos del enemigo apunta a Alcibiades,
cf. P l u t a r c o Ale. 35; el político que redujo la paga de los poetas, Agirrio según
el escolio al v. 102 de La asamblea y Arquino según el escolio a este verso que
comentamos.
246 COMEDIAS

modulando la voz,
380 a la que afirma
que el país salvará para siempre,
aunque no quiera Torición.

Co r if e o

Y ahora, ea. Entonad otra clase de himno a la soberana que nos


trae los frutos, a la diosa Deméter, adornándola con divinas me
lodías.

Co r o

(Estr .) Deméter, soberana de las orgías


sagradas, ponte a nuestro lado
y salva a tu coro,
y haz que yo, sin temores, todo el día
me divierta y baile.
(Antístr.)
390 Que diga muchas cosas graciosas
y muchas serias, y que,
bromeando y divirtiéndome,
como cuadra a esta fiesta tuya,
me ciña yo las bandas de vencedor en el concurso.

Co r if e o

Venga, vamos. Llamad también ahora con vuestras canciones al


dios amable. Que venga aquí él, compañero de viaje de este coro.

Co r o

¡Yaco muy honrado, que el canto dulcísimo


de la fiesta inventaste, ven aquí con nosotros
400 ante la diosa
y muestra cómo sin esfuerzo
recorres un largo camino!
¡Yaco, amigo de la danza, escóltame!
LAS RANAS 247

Tú eres el que p o r broma y tacañería


recortaste estas babuchas
y estos harapos,
y hallaste el modo de que actuáramos
y bailáramos sin gastar un chavo29.
¡Yaco, amigo de la danza, escóltame!
Es que mirando de soslayo acabo de ver
ahora mismo a una chavalita preciosa, 410
una compañera de actuación,
que p o r su camisita desgarrada
deja asomar una teta.
¡Yaco, amigo de la danza, escóltame!

Ja n t ia s

Lo que es yo, siempre estoy dispuesto a acompañar; y ahora quie


ro actuar y bailar junto a ella.

Dio n is o

Lo mismo que yo.

Co ro

¿Queréis de verdad que juntos


nos burlemos de Arquedemo,
que después de siete años no ha echado aún los cofrades30?
Y ahora hace el demagogo
entre los muertos de arriba 420

29 Se trata de una puya al oorego: no ha sido generoso al sufragar los gastos


de su coro.
30 El chiste se basa en el parecido que hay en griego entre «miembros de una
hermandad, cofrades» y «dientes definitivos». El tal Arquedemo llevaba siete
años en Atenas y no había conseguido aún ser admitido en ninguna fratría —de
ahí nuestro «echar cofrades»— , lo que le habría supuesto convertirse en ciudada
no ateniense.
248 COMEDIAS

y está en primera línea de la ruindad.


Y del llijo de Clístenes he oído
que entre las tumbas se depila
el culo y se desgarra las mandíbulas;
que, bien inclinado, se golpea
y a voces y a gritos llama
a Telameto, uno de Villapajas31.
Y de ese Calías dicen,
del hijo de Hiponico,
430 que a guisa de p iel de león se ha puesto
un cono para luchar en la naumaquia

D io n is o

¿Se nos podría decir en qué punto de este lugar vive Plutón? So
mos dos extranjeros recién llegados.

Co r if e o

No has de alejarte mucho ni volver a preguntarme; entérate, has


llegado a la mismísima puerta.

D io n iso

Arriba con esto otra vez, esclavo.

Ja n t ia s

¿Qué era, pues, lo que pasaba? Nada, la misma canción de siem


pre respecto a los bártulos32.

Co r if e o

440 Corred ahora al corro sagrado de la diosa, al florido recinto, ju


gueteando, vosotros que tenéis parte en la fiesta amada de los

31 Nombre y lugar ficticios, cf. La asamblea v. 979 y su nota.


32 En el texto dice «Corinto, hijo de Zeus», frase que los corintios, orgullosos
de su linaje, repetían constantemente viniera a cuento o no.
LAS RANAS 249

dioses. Que yo me voy con estas mozas y con estas mujeres, lle
vando la luz sagrada adonde festejan a la diosa toda la noche.

Co ro

Corramos hacia los prados


floridos de muchas rosas,
actuando a nuestro modo, 450
con el coro más hermoso,
que dirigen junto a nosotros
las felices Moiras.
Sólo para nosotros existe el sol
y su luz apacible,
para los que hemos sido iniciados
y nos portamos de un modo
piadoso con los extranjeros
y con los ciudadanos.

DIONISO

Ea ¿de qué modo golpeo la puerta? ¿De cuál? ¿Cómo golpearán 460
aquí las puertas los lugareños?

Ja n t ia s

No te demores y dale a la puerta con el porte y la resolución de


Heracles.

D io n is o

¡Esclavo, esclavo!

Éa c o

¿Quién es?

D io n is o

Heracles el fortachón.
250 COMEDIAS

ÉACO

¡Oh tú, infame, sinvergüenza y atrevido, maldito, más que mal


dito y requetemaldito33, que sacaste de aquí a Cerbero, nuestro
perro, que estaba a mi cuidado, agarrándolo del cuello, y te diste
media vuelta y te largaste con él! Pero ahora la situación es más
470 normal: ahora montan la guardia contra ti esa roca de corazón ne
gro de la Estige y el acantilado del Aqueronte que chorrea sangre,
y los perros del Cocito, que por todas partes corren, y la Equidna
de cien cabezas, que te desgarrará las entrañas; de tus pulmones
se agarrará una murena tartesia y tus dos riñones, ensangrenta
dos, junto con las otras visceras, te los harán trocitos las Gorgo
nas titrasias, «hacia las que yo dirijo mi p ie caminante».

Ja n t ia s

¡Eh, tú! ¿Qué has hecho?

D io n is o

Ya lo he cagado todo. Puedes llamar al dios.

Ja n t ia s

480 ¡Qué irrisión! Levántate deprisa, antes de que te vea algún extraño.

D io n is o

Estoy que me caigo. Ea, tráeme una esponja para el... corazón.

Ja n t ia s

Toma, acércatela ¿Pero, dónde está? ¡Oh, dioses dorados! ¿Ahí


tienes tú el corazón?

D io n is o

Es que del miedo se me ha colocado en el bajo vientre.

33 La misma expresión que utiliza Hermes ante la llegada de Trigeo en lo


vv. 183ss. d$ La paz.
LAS RANAS 251

Ja n t ia s

Eres el más cobarde de los dioses y de los hombres.

D io n is o

¿Yo? ¿Cómo voy a ser cobarde, si te he pedido una esponja? Eso


no lo habría hecho cualquier otro hombre.

Ja n t ia s

¿Sino qué?

D io n is o

Si de verdad era cobarde, se habría quedado tumbado olisqueán


dolo; y yo, en cambio, me levanté e incluso me aseé. 490

Ja n t ia s

Una machada, por Posidón.

D io n is o

Eso creo, por Zeus. ¿Y tú, qué? ¿No te dio miedo el ruido de sus
palabras y de sus amenazas?

Ja n t ia s

No, por Zeus; ni presté atención.

D io n is o

Pues muy bien. Ya que eres resuelto y valiente, conviértete tú en


mí, cogiendo esta clava y esta piel de león, a ver si de verdad
tienes tantos cojones. En cuanto a mí, voy a ser tu portaequi
pajes.

Ja n t ia s

Pues cógelo a toda prisa. ¿Qué remedio sino obedecer? Y aho


ra mira a Jantiheracles, a ver si soy cobarde y me comporto a 500
tu manera.
252 COMEDIAS

Dio n is o

Claro que no, por Zeus, sino como el bribón que eres, venido de
Melite. Vamos ya, levantaré estos bártulos.

Cr ia d a

¡Has vuelto, queridísimo Heracles! Entra aquí, porque la dio


sa, en cuanto se enteró de tu llegada, se puso al instante a co
cer panes, puso al fuego dos o tres marmitas de guisantes, ha
510 hecho asar un buey entero, hornea pasteles y golosinas... Pero
entra.

Ja n t ia s

Magnífico, me parece bien.

Cr ia d a

Por Apolo, no consentiré que te marches ahora que ha guisado


unos pajaritos y cocido unas golosinas, y ha hecho una mezcla de
vino dulcísima. Vamos, entra conmigo.

Ja n t ia s

Sí, está muy bien.

Cr ia d a

¿Estás de broma? No te dejaré ir, porque ahí dentro están dis


puestas para ti una flautista preciosa y dos o tres bailarinas.

Ja n t ia s

¿Cómo dices? ¿Bailarinas?

Cr ia d a

Unas niñas apenas, y recién depiladas. Vamos, entra, que el coci


nero va a sacar ya del fuego las rodajas de pescado y están po
niendo la mesa.
LAS RANAS 253

Ja n t ia s

Vete ya, y di ante todo a las bailarinas de dentro que ahora entro 520
yo. Tú, esclavo, acompáñame con los bártulos.

D io n is o

¡Alto ahí, tú! ¿No te tomarás en serio el que yo por broma te haya
puesto hecho un Heracles? No me seas tan listillo, Jantias; vuel
ve a levantar esos fardos y llévalos.

Ja n t ia s

¿Y eso? ¿Es que piensas privarme de lo que tú mismo me diste?

D io n is o

Y no pronto, ya mismo lo hago. Al suelo la piel de león.

Ja n t ia s

Pongo a los dioses por testigos y a ellos me acojo.

D io n is o

¿A qué dioses? ¿No es acaso una idea estúpida e insensata que tú, 530
mortal y esclavo como eres, te creas el hijo de Alcmena?

Ja n t ia s

No te preocupes, está bien, tómala. Quizá alguna vez me necesi


tes, si los dioses lo quieren.

Co ro

(Estr.) Esto es cosa de un tío


con cabeza e inteligencia
y que ha navegado mucho:
cambiar de posición constantemente
hacia el lado en que van bien las cosas
y no quedarse quieto,
como un retrato pintado, con una sola
254 COMEDIAS

actitud. Cambiar de sitio


buscando lo más cómodo
540 es cosa de hombres listos,
de la pasta de TerámenesVi.

DIONISO

Cosa de risa seria


que Jantias, que es un esclavo,
entre mantas de Mileto
envuelto le diera un meneo
a la bailarina, y luego pidiera el orinal;
y yo, mientras, mirando hacia él,
me echara mano al pijo, y él,
como un bellaco que es,
me viera y de un puñetazo
que me sacudiera me echara fuera
de la mandíbula los dientes de delante

Po sa de r a 1

550 ¡Plátane, Plátane, ven! ¡Aquí está aquel bribón que entró un día a
nuestra posada y se comió dieciséis panes...!

P o sa d era 2

Es verdad, por Zeus. Es él.

Ja n t ia s

(,Aparte) La desgracia viene sobre alguno.

34 Un político verdaderamente camaleónico a juzgar por T u c Í d i d e s {Libro


vm ) y L i s ia s (Discurso xil) entre otros testimonios: complicado en la revuelta oli
gárquica del 411 pasaba después por el restaurador de la democracia. Su facilidad
de adaptarse a cualquier circunstancia le valió el sobrenombre de «coturno», el
calzado de la tragedia que como no tiene forma vale lo mismo para los dos pies.
En este pasaje se le trae a colación por su habilidad para zafarse de sus responsa
bilidades en las consecuencias de la batalla de las Arginusas.
LAS RANAS 255

Po s a d e r a 1

Y se comió, además, veinte tajadas de carne guisada, a medio


óbolo la pieza.

Ja n t ia s

(Aparte) Alguien se va a llevar su merecido.

Po s a d e r a 1

y un montón de ajos.

D io n is o

Tú deliras, mujer, y no sabes lo que dices.

Po sa d er a 1

Más bien es que, como llevas coturnos, no creías que te conocie


ra todavía. ¿Y qué? Aún no he mencionado las enormes cantida
des de pescado en salazón.

Po s a d e r a 2

Por Zeus, infeliz; ni el queso fresco que éste se zampó en el mis


mísimo molde.

Po s a d e r a 1

Y luego, cuando yo me ocupaba del pago, me echó una mirada


aterradora y se puso a mugir.

Ja n t ia s

(Aparte) Ése es su modo de actuar. Así se comporta siempre.

Po s a d e r a 1

Y desenfundó la espada con pinta de loco.

Po s a d e r a 2

Sí, por Zeus, desgraciada.


256 COMEDIAS

Po sa de r a 1

Y nosotras dos, llenas de miedo, subimos de un brinco al desván


y él se largó de un salto, llevándose los cestos.

Ja n t ia s

(Aparte) También ése es su modo de actuar.

Po sa de r a 1

Pues habría que hacer algo. Ea, llámame aquí a Cleón, nuestro
protector.

POSADERA 2

5 70 Y al mío si lo encuentras, a Hipérbolo35.

Po sa de r a 1

...para que hagamos trizas a éste. ¡Oh, garganta criminal, con qué
gusto te rompería golpeándote con una piedra las muelas con
las que devoraste mis mercancías!

Ja n t ia s

(Aparté) Yo por mi parte te arrojaría al Báratro36.

Po sa de r a 2

Y yo, con una hoz, te rebanaría el gañote con el que diste cuenta
de mis embutidos.

35 Los extranjeros —y las posaderas lo son— no podían actuar por su cuenta


ante los tribunales, sino que necesitaban un representante o protector. Cleón e Hi
pérbolo, los denostados demagogos, siguen mangoneando y extorsionando inclu
so después de muertos.
36 Nombre del barranco de Atenas al que arrojaban a ciertos condenados,
cf. nota al v. 1089 de La asamblea. El de Esparta se llamaba Céada según Tucí-
DIDES 1 134.
LAS RANAS 257

Po sa de r a 1

Bien, me voy a ver a Cleón, que hoy mismo dará cuenta de éste,
citándolo ajuicio.

D io n is o

(Tratando de escurrir el bulto ) ¡Que me muera de la peor muer


te, si no amo a Jantias!

Ja n t ia s

Ya sé qué piensas, ya lo sé, no hables más: no volveré a conver


tirme otra vez en Heracles.

D io n is o

No digas eso, Jantitas.

Ja n t ia s

¿Cómo podría yo, esclavo como soy y mortal, además, ser el hijo
de Alcmena?

D io n is o

Ya sé que estás enfadado, ya lo sé; y haces bien. Mira, aunque me 580


golpees no protestaré; pero si logro para el resto del tiempo qui
tarte esas ropas que llevas, que desde las mismas raíces me mue
ra yo de la peor muerte, y mi mujer y mis hijos... y Arquedemo el
legañoso37.

37 La imprecación es completamente vana y grotesca: Dioniso, como inmor


tal, no puede morir y como dios soltero no tiene esposa ni hijos. En último térmi
no, la mención de Arquedemo (cf. v. 416) introduce un elemento de sorpresa: es
el habitual giro inesperado. Sin embargo, curiosamente parece ser la mención de
éste la que convence a Jantias, quizá porque es lo único concreto de lo que dice
Dioniso.
258 COMEDIAS

Ja n t ia s

Admito tu juramento y lo acepto con esa condición.

CORO

(Antístrofa) Ahora es cosa tuya, ahora que


590 has cogido el atuendo
que llevabas antes. Desde el principio vuelve
a recomponer tu figura
y a mirar otra vez de modo aterrador,
acordándote del dios
al que tú mismo representas.
Mas si te cogen desbarrando
o das muestras de cobardía,
fuerza será que de nuevo
te eches al hombro los bártulos.

Ja n t ia s

No hacéis mal, amigos, recomendándomelo,


pues resulta que y o mismo
600 cavilaba eso hace poco.
Seguro que éste, en cuanto pase algo bueno,
quitarme estas ropas de nuevo
intentará, bien lo sé.
Aun así, me procuraré
una valiente figura
y una mirada de orégano.
Falta hace, al parecer, pues oigo
cierto ruido en la puerta.

ÉACO

Atad enseguida a ese robaperros para que reciba su merecido;


daos prisa.
LAS RANAS 259

Dio n is o

(Aparté) La desgracia viene sobre alguno.

Ja n t ia s

Id a los cuervos; no os acerquéis.

ÉACO

Vaya. Conque luchas. ¡Eh, Dítilas, Esceblias, Párdocas, venid


aquí y luchad con este individuo!

D io n is o

Ya tiene bemoles que éste, ladrón de lo ajeno, esté dando golpes. 610

ÉACO

Es algo verdaderamente fuera de lo común.

D io n is o

Es indignante y terrible.

Ja n t ia s

Pues bien, por Zeus, estoy dispuesto a morir si alguna vez vine
aquí o si he robado algo tuyo que valga un cabello. Y voy a obrar
contigo con toda nobleza. Coge a este esclavo mío aquí presente
y dale tormento, y si encuentras que soy culpable, puedes coger
me y matarme.

ÉACO

¿Y cómo le doy tormento?

Ja n t ia s

De todas las formas posibles. Le atas a una escalera, le cuel


gas, le azotas con el látigo de puntas, le arrancas la piel a tiras, 620
le descoyuntas los miembros; puedes también echarle vinagre
en las narices, ponerle ladrillos encima, cualquier cosa. Abs-
260 COMEDIAS

tente tan sólo de golpearle con ramas de peral o con una cebo
lleta38.

ÉACO

Es justo lo que dices. Y por si te estropeo un poco a tu esclavo con


los golpes, depositaré una fianza.

Ja n t ia s

No la necesito. Coge a éste y dale tormento.

ÉACO

Aquí mismo, para que hable en tu presencia. Tú, al suelo ense


guida esos trastos y procura no decir ni una mentira.

D io n is o

Le digo bien alto a todo el mundo que yo soy inmortal y no se me


puede dar tortura; y en caso contrario, responderás de ello ante ti
mismo39.

ÉACO

630 ¿Qué es lo que dices?

D io n is o

Que soy inmortal, afirmo: Dioniso, hijo de Zeus; y éste, un es


clavo.

ÉACO

¿Oíste eso?

38 Comparada con las torturas que recomienda, la prohibición es ridicula. Se


trata de un nuevo efecto de sorpresa.
39 Junto a Minos y Radamantis, Éaco era uno de los tres jueces del Hades.
LAS RANAS 261

Ja n t ia s

Sí. Y ahora con más razón que antes hay que azotarlo, pues si es
un dios no lo sentirá.

D io n is o

¿Y por qué, ya que según tú también eres un dios, no recibes los


mismos golpes que yo?

Ja n t ia s

Justo es lo que dices. En cuanto a ti, hazte a la idea de que no


es un dios cualquiera de nosotros dos que dé el primer grito o
deje ver muestras de preocupación, por pequeños que sean los
golpes.

ÉACO

Es evidente que tú eres un hombre cabal, pues encaminas tus pa- 640
sos hacia la justicia. Ea, desnudaos.

Ja n t ia s

¿Cómo harás para damos tormento con equidad?

ÉACO

Es sencillo: un golpe a uno y un golpe a otro.

Ja n t ia s

Bien dicho (Éaco le golpea). Ya está, observa ahora si me ves in


mutarme.

ÉACO

¿Ya te golpeé?

Ja n t ia s

No, por Zeus, no me ha parecido que lo hayas hecho en ningún


sitio.
262 COMEDIAS

ÉACO

Voy ahora con este otro. Le arrearé.

Dio n is o

¿Cuándo?

ÉACO

Ya te arreé.

D io n is o

¿Y entonces, cómo es que ni he estornudado?

ÉACO

¿Qué sé yo? Lo intentaré de nuevo con éste.

Ja n t ia s

Vamos, date prisa. ¡Atatay!

ÉACO

¿Cómo que «atatay»? ¿Es que te ha dolido?

Ja n t ia s

650 No, por Zeus. Es que me puse a pensar cuándo eran las Fiestas de
Heracles en Diomeas.

ÉACO

¡Este hombre es un santo! Allá que me voy de nuevo.

D io n is o

¡Huy, huy!

ÉACO

¿Qué pasa?
LAS RANAS 263

D io n is o

Veo unos jinetes.

ÉACO

¿Y por qué lloras?

D io n is o

Es que me ha llegado un olor a cebollas.

ÉACO

O sea, que nada te preocupa.

Dio n is o

Nada me importa.

ÉACO

Pues voy otra vez con éste.

Ja n t ia s

¡Ay de mí!

ÉACO

¿Qué pasa?

Ja n t ia s

Sácame la espina.

ÉACO

¿Qué ocurre, pues? Allá que me voy de nuevo.

D io n is o

¡Apolo!... que en algún lugar moras de Délos o Pito.


264 COMEDIAS

Ja n t ia s

660 Le dolió. ¿No oíste?

D io n is o

¿A mí? ¡Quia! Es que recordaba un yambo de Hiponacte40.

Ja n t ia s

(A Éaco) No estás sacando nada. Machácale los flancos.

ÉACO

No, por Zeus. (A Dioniso) A ver, presenta ahora el vientre.

D io n is o

¡Posidón!

Ja n t ia s

Le ha dolido a alguien.

D io n is o

...que desde los abismos, el cabo E geoy el glauco Ponto señoreas41.

ÉACO

Por Deméter, no consigo enterarme de cuál de vosotros es un


670 dios. Venga, entrad ambos, que ya os conocerá el amo y Perséfo-
ne, que para eso son dioses los dos.

D io n is o

Está bien lo que dices; pero yo habría querido que hubieras pen
sado eso antes de llevarme los golpes.

40 El verso figura entre los fragmentos de Ananio (4 D). La errónea atribu


ción podría deberse a una confusión de Aristófanes, pero quizá es fingida y sirve
para resaltar la momentánea turbación de Dioniso.
41 Verso del Laocoonte de Sófocles.
LAS RANAS 265

Co ro

(Estrofa) Musa, pósate sobre los sagrados coros, y que tu


[venida haga gratas
mis canciones;
observa la n umerosísima multitud de personas, en la que
[sapiencias
a miríadas se hallan,
más amantes de los honores que Cleofonte, sobre cuyos
charlatanes labios terriblemente brama 680
una golondrina tracia,
posada en bárbaro pétalo.
Y balbucea el plañidero nomo del ruiseñor,
pues morirá
aunque la votación quede igualada.

Co r if e o

Es de justicia que el coro sagrado recomiende y enseñe lo mejor


para la ciudad. Y lo primero que nos parece es que todos los ciu
dadanos deben ser iguales y que hay que acabar con los temores.
Y si alguno erró, engañado por los manejos de Frínico42, mi opi
nión es que es preciso que los que metieron la pata entonces puedan 690
arrojar de sí la culpa y liberarse de su error de otrora. Afirmo,
además, que no debe haber nadie privado de sus derechos en la
ciudad. Y es que resulta vergonzoso que unos que no han inter
venido más que en un combate naval se hayan convertido al pun
to en plateenses y en señores en vez de esclavos43. Y yo no podría

42 Fue uno de los promotores de la revuelta oligárquica del 411. Aristófanes,


partidario, de la reconciliación y la paz, quiere que se olvide todo.
43 Se refiere a los esclavos que, como ya hemos dicho, recibieron su libertad
como premio a su participación en la victoriosa (aunque de consecuencias desas
trosas) batalla naval de las Islas Arginusas. Los habitantes de Platea de Beocia
eran muy queridos en Atenas, ciudad de la que eran lealísimos aliados desde las
Guerras Médicas.
266 COMEDIAS

decir que eso no esté bien, que lo aplaudo, porque es la única me


dida sensata que habéis aprobado; pero también es razonable que
a éstos, que — ellos y también sus padres— han librado ya mu
chas naumaquias a vuestro lado y son de vuestra misma sangre
les disculpéis esa única falta, si os lo piden. Vamos, deponed
vuestra irritación vosotros que sois sapientísimos por naturaleza;
700 hagamos de buen grado parientes, ciudadanos y dueños de dere
chos a todos los hombres que alguna vez han luchado a nuestro
lado en una naumaquia. Y si, por el contrario, nos damos impor
tancia y nos mostramos demasiado orgullosos, y lo hacemos en
un momento en que la ciudad se encuentra a merced de las olas,
en el futuro parecerá que no hemos sido sensatos.

Co r o

(Antístrofa) Y si yo aprecio correctamente


la vida y el carácter de un hombre que
aún ha de lamentarse,
no es mucho el tiempo en el que ese mono que ahora nos
[molesta
— el pequeño Clígenes,
710 el más canalla de todos los bañistas que
controlan sus negocios mezclando ceniza con sosa falsa y
[con polvos
y con tierra de Cimolo—
no es mucho el tiempo que vivirá entre nosotros.
Viendo la situación,
no es favorable a la paz, para que no le dejen desnudo un
[día que borracho
ande por las calles sin bastón.

Co r if e o

Muchas veces he tenido la impresión de que a esta ciudad le suce-


720 de lo mismo con sus ciudadanos nobles y buenos que con las mo
nedas antiguas y el oro nuevo. Y es que no usamos en absoluto
LAS RANAS 267

aquéllas, que no están falsificadas, sino que, al parecer, son las


más bellas de todas y las únicas bien acuñadas y de valor contan
te y sonante en todo el mundo, igual entre los griegos que entre
los bárbaros, y sí estas otras, esa mierda de piezas de bronce, acu
ñadas ayer o anteayer y que son del peor cuño. E igual sucede con
los ciudadanos, porque insultamos a todos cuantos sabemos que
son bien nacidos, sensatos, justos, buenos y nobles, educados en las
palestras, en los coros y en la música, y en cambio echamos mano
para todo de esas piezas de bronce, esos extranjeros, esos cabezas
de panocha, esa basura nacida de basura, esos recién llegados de 730
los que en otro tiempo probablemente nuestra ciudad no se habría
servido sin tomar precauciones ni siquiera para usarlos como chi
vos expiatorios. Pero aún es tiempo, insensatos, de que cambiéis
vuestra manera de ser y echéis mano de los buenos, porque se ha
blará bien de vosotros, si tenéis éxito, y si fracasáis habrá sido,
por lo menos, empleando una madera digna de confianza, y si as
ocurre algo malo, serán los sabios los que crean que sufrís.

C r ia d o d e P lu t ó n

Por Zeus Salvador, tu amo es un hombre cabal.

Ja n t ia s

(Aparte) ¿Cómo no va a ser cabal, si no sabe más que beber y follar? 740

Cr ia d o

¡No atizarte tan pronto como te arrancó la confesión de que sien


do un esclavo pretendías pasar por amo!

Ja n t ia s

Lo habría lamentado.

Cr ia d o

Realmente acabas de actuar como cuadra a un esclavo; eso mis


mo me gusta hacer a mí.
268 COMEDIAS

JANTIAS

¿Qué te gusta hacer, por favor?

Cr ia d o

Es como si contemplara la revelación del Misterio44 cada vez que


maldigo a escondidas de mi señor.

Ja n t ia s

¿Y cuando lleno de golpes te escapas murmurando hacia la


puerta?

Cr ia d o

También eso me gusta.

Ja n t ia s

¿Y cuando te metes donde no debes?

Cr ia d o

Ten por cierto, por Zeus, que nada mejor que eso conozco.

Ja n t ia s

750 ¡Oh Zeus, protector de mi ralea! ¿Y cuando a hurtadillas oyes lo


que charlan tus señores?

Cr ia d o

Simplemente me vuelvo más que loco.

Ja n t ia s

¿Y cuando vas a cotillear con esos chismes a la puerta?

44 El colmo de 1a felicidad, tal com o la sentirían los que, superada la etapa de


iniciación, fueran admitidos finalmente a contemplar la revelación de los Miste
rios de Eleusis.
LAS RANAS 269

Cr ia d o

¿Yo? Por Zeus, cuando hago eso, me corro de gusto.

Ja n t ia s

¡Febo Apolo! Ea, pon sobre mí tu diestra y permíteme que te


abrace y abrázame tú también; y dime, por Zeus, que los latiga
zos comparte con nosotros45, qué ruido es ése de dentro, esas vo
ces y esos insultos.

Cr ia d o

Esquilo y Eurípides.

Ja n t ia s

¡Ah!

Cr ia d o

Un asunto, un asunto importante está en marcha entre los muer


tos, un gran asunto, y hay una clara división en dos bandos.

Ja n t ia s

¿Con qué motivo?

Cr ia d o

Existe aquí una ley respecto a todas las artes que denotan gran
deza y habilidad: el mejor de cuantos se ejercitan en la misma
arte recibe sus alimentos en el Pritaneo y ocupa un trono al lado
de Plutón.

Ja n t ia s

Entiendo.

45 No hay que tomarlo en sentido literal ni como alusión a algún mito en el


que Zeus los reciba. Los esclavos reclaman el patronazgo de Zeus, su confianza y
compañerismo y para ello no hay nada mejor que compartir la vida de cada día.
270 COMEDIAS

Cr ia d o

Y cuando llega otro artista mejor que él tiene que cederle el


puesto.

Ja n t ia s

¿Y por qué le ha inquietado eso a Esquilo?

Cr ia d o

Él ocupaba el trono de la tragedia, pues era el que mejor domina


ba tal arte.

Ja n t ia s

770 ¿Y ahora, quién es?

Cr ia d o

Cuando bajó Eurípides, se presentó a los robacapas, carteristas,


perforamuros y parricidas, de los que hay multitud en el Hades, y
ellos, al escuchar sus controversias, sus sutilezas y sus vueltas,
enloquecieron y le creyeron el más sabio; y él, infatuado, se apo
deró del trono en el que se sentaba Esquilo.

Ja n t ia s

¿Y no le tiraban cosas?

Cr ia d o

No, por Zeus, sino que el pueblo reclamaba a voces un juicio para
780 ver cuál de los dos era más sabio en su arte.

Ja n t ia s

¿El pueblo de los bellacos?

Cr ia d o

Sí, por Zeus; y los gritos llegaban al cielo.


LAS RANAS 271

Ja n t ia s

¿Y no había otros aliados con Esquilo?

Cr ia d o

Hay poca gente buena, lo mismo que por aquí {Señalando hacia
los espectadores).

Ja n t ia s

¿Y qué se propone hacer entonces Plutón?

Cr ia d o

Un concurso entre los dos: un juicio, una prueba sobre su arte sin
perder tiempo.

Ja n t ia s

¿Y entonces cómo es que Sófocles no ha reclamado también el trono?

Cr ia d o

Él no, por Zeus; cuando bajó, abrazó a Esquilo y le levantó la dies


tra y sin pelea le cedió el trono. Y ahora, como dice Clidémides46,
está dispuesto a quedarse a la expectativa. Y si vence Esquilo, se
mantendrá en su lugar, y si no, afirma que está dispuesto a compe
tir respecto a su arte con Eurípides.

Ja n t ia s

¿Así que se va a hacer?

Cr ia d o

Sí, por Zeus, dentro de un momento. Aquí mismo se disputará la


terrible porfía. La música va a ser pesada en una balanza.

46 Personaje sin identificar. Los escolios dicen que según Calístrato tiene el
mismo nombre que un hijo de Sófocles y que según Apolonio era un actor que pro
tagonizó alguna de las obras del trágico, pero que ni uno ni otro pueden probarlo.
272 COMEDIAS

Ja n t ia s

¿Y entonces? ¿Van a sisar en el peso de la tragedia?

Cr ia d o

Y van a traer reglas y escuadras de medir versos y moldes cua


drados...

Ja n t ia s

800 ¿Es que van a hacer ladrillos?

Cr ia d o

...trazadoras de diámetros y ángulos, pues según Eurípides hay


que comparar las tragedias verso por verso.

Ja n t ia s

Pues creo que Esquilo estará muy cabreado.

Cr ia d o

Por lo menos, echa la cabeza abajo con mirada de toro.

J a n tia s

¿Y quién juzgará el concurso?

Cr ia d o

Eso resultó un problema, pues ambos competidores descubrieron


que faltaban hombres sabios. Y es que Esquilo no se ponía de
acuerdo con los atenienses...

Ja n t ia s

Posiblemente creyó que había demasiados perforamuros.

Cr ia d o

...y consideraba al resto incapaz de juzgar sobre la calidad de los


810 poetas. Por fin se lo encargaron a tu amo, como experto que es en
LAS RANAS 273

esa arte. Mas entremos, pues cuando los amos están ocupados
nos vienen golpes encima.

Co ro

Seguro que el de la voz tonante sentirá dentro una terrible


[cólera,
en cuanto vea a su rival de oficio, el agudo charlatán,
afilándose el colmillo. Presa entonces de terrible locura
le bizquearán los ojos.
Se entablará una rutilante pelea de empenachadas
[palabras
y atrevidas sutilezas cuando el que trabaja con el cincel
se defienda del ingenioso varón cuyas palabras 820
cabalgan. Erizando los pelos que en ristra recorren su
[cuello
y jrunciendo espantosamente el entrecejo, lanzará rugiendo
sus palabras interminables tirándolas de una en una
[como tablones de barco
con su soplido de gigante41.
Allí la que en la boca trabaja, la catadora de versos, la
[hábil oradora,
la lengua, desplegándose y soltando el freno de la envidia,
cortará las palabras y reducirá a un juego de sutilezas
lo que tanto esfuerzo cuesta a los pulmones.

Eu r ípid e s

No abandonaré el trono, déjame en paz, pues afirmo que soy muy 830
superior en el arte a éste.

D io n is o

Esquilo ¿por qué callas? Ya oyes lo que dice.

47 Esquilo, favorito del coro, es majestuoso; Eurípides es sofístico.


274 COMEDIAS

Eu r ípid e s

Primero se dará aires de hombre importante, como en sus trage


dias, contando siempre hechos prodigiosos.

D io n is o

D e m o n io de h o m b re , n o te p a s e s .

Eu r ípid e s

Yo me conozco a ése y le tengo calado desde hace tiempo. Un


hombre que produce fieras, de presumida lengua, con una boca
sin freno, sin dominio y sin puertas, que de todo charla sin apuro,
inventor de pomposas palabras.

Es q u il o

840 ¿De verdad, hijo de la diosa rústica? ¿Tú, coleccionista de estu


pideces, poeta de mendigos, remendador de andrajos, vas a ve
nirme con ésas? No te va a gustar haber dicho eso.

D io n is o

Calma, Esquilo, y no te abandones a la cólera, calentando tus en


trañas con el resentimiento.

Es q u il o

No lo haré, desde luego, antes de demostrarle claramente a este


poeta de cojos cuánto ha sido su atrevimiento, teniendo en cuen
ta cómo es él.

D io n is o

Un cordero, sacad un cordero negro, esclavos, que se prepara a


desencadenarse un tifón.

Es q u il o

¡Oh, tú que reuniste monodias de Creta y que diste cabida en tu


850 arte a impíos matrimonios... !
LAS RANAS 275

D io n is o

¡Alto ahí, tú, honorabilísimo Esquilo! Y tú, Eurípides, desgracia


do, lárgate y aléjate de la granizada si estás en tus cabales, para
que bajo el impulso de la cólera no te sacuda un golpe con una
palabra importante y te haga saltar... el Télefo48. En cuanto a ti,
Esquilo, pregunta y déjate preguntar sin cólera, tranquilo. No está
bien que unos poetas se insulten como si fueran panaderas, que tú
estás dando gritos como una encina quemada.

Eu r ípid e s

Estoy listo, y no me desnudo, a morder el primero o a dejar que 860


me muerdan si éste lo prefiere respecto a los versos y las can
ciones corales, la nervadura de las tragedias. Sí, por Peleo, por
Eolo, por Meleagro y hasta por Télefo.

D io n is o

¿Y tú por tu parte, qué te propones hacer? Di, Esquilo.

Esq u il o

Desearía no celebrar el concurso en este lugar, porque la lucha


entre nosotros sería desigual.

D io n is o

¿Y eso?

Esq u il o

Porque mi poesía no se murió conmigo y, en cambio, la suya sí


que murió con él, por lo que tendrá algo que recitar. Sin embar
go, puesto que ésa es tu opinión, habrá que hacerlo. 870

48 Sorpresa, pues se esperaría «los sesos» o algo así. Télefo es una de las tra
gedias de Eurípides más parodiadas por Aristófanes, cf. por ejemplo, Los acar-
nienses, vv. 400ss.
276 COMEDIAS

D io n is o

Pues que alguien me proporcione fuego e incienso para que haga


una plegaria antes de juzgar con la máxima sensibilidad el con
curso de vuestras agudezas. (Al coro) Y vosotros, acompañadme
entonando una canción a las Musas.

Co ro

¡Oh, nueve vírgenes hijas de Zeus, castas


Musas, que contempláis la mente inteligente, creadora de
[livianas palabras,
de los hombres que las fi'ases martillean, cuando en disputa
[entran
oponiendo discursos con habilidad y tortuosas estrata
gemas;
venid a ver qué pujanza
hay en las bocas de ambos y proporcionadles ·.
palabrasy migajas de versos!
Porque el gran certamen de la sabiduría está a punto de
[iniciarse.

D io n is o

Invocad también vosotros dos, antes de empezar a hablar.

Esq u il o

¡Oh, Deméter que mi espíritu nutres, haz que sea yo digno de tus
Misterios!

Dio n is o

(A Eurípides) Y tú también, coge un poco de incienso y haz la


ofrenda.

Eu r ípid e s

Paso. Otros son los dioses a los que yo invoco.


LAS RANAS 277

D io n is o

¿Dioses particulares tuyos, de nuevo cuño?

Eu r ípid e s

Totalmente. 890

D io n is o

Invoca en ese caso a tus dioses privados.

Eu r ípid e s

¡Oh, Éter mi pitanza, Base de la lengua, Comprensión, Narices


de buen olfato! ¡Que refute yo bien con todas las frases con las
que lo intente!

Co r o

([Estr.) Pites nosotros deseamos


escucharos a los dos, hombres sabios. ¿Qué camino
destructor emprenderán vuestras palabras?
Pues vuestra lengua es acerba
y ánimo no os falta a ninguno
ni se paran vuestras mentes. 900
Conque es lógico esperar
que uno diga algo fino
y bien pulido
y el otro, arrancando con raíces y todo
los vocablos, caiga encima
y termine con tanto florecimiento de palabras.

Co r if e o

Pero hay que empezar a hablar cuanto antes. Y tratad de hacerlo


con finura, sin semblanzas y otras cosas por el estilo que cual
quiera puede usar.
278 COMEDIAS

Eu r ípid e s

Pues bien, de mi persona y de qué clase de poeta soy hablaré en


último término; primero voy a probar respecto a éste que era
un charlatán y un embaucador, y a revelar los medios de que se
valía para engañar a los espectadores que conseguía, unos idiotas
910 acostumbrados a Frínico49. En efecto, nada más comenzar sus
obras hacía aparecer sentado a un personaje velado, un Aquiles o
una Níobe, sin enseñar jamás su rostro, meros figurantes de tra
gedia, que no rechistaban ni tanto así.

D io n iso

Desde luego que no, por Zeus.

Eu r ípid e s

El coro se apoyaba en una ristra de cuatro cantos, uno detrás de


otro. Y aquéllos, a callar.

D io n is o

A mí me gustaba ese silencio, y me complacía más que esos char


latanes de ahora.

Eu r ípid e s

Porque eres tonto, entérate.

D io n is o

Sí , eso creo yo también. ¿Y por qué hacía eso este individuo?

E u r íp id e s

Por pura charlatanería, para que el espectador esperase sentado a


920 que Níobe articulara alguna palabra. Y la pieza seguía su curso.

49 Se refiere ahora al antiguo poeta trágico, en cuyas obras apenas había ac


ción y diálogo y sí mucha intervención del coro. Esta técnica arcaica de construir
la tragedia se la criticará enseguida Eurípides a Esquilo.
LAS RANAS 279

D io n is o

Maldito tunante, qué bien me engañaba. (A Esquiló) ¿Por qué te


agitas y te sientes molesto?

Eu r ípid e s

Porque le estoy desenmascarando. Y luego, después de todas esas


tontunas y con la obra ya a medias, soltaba doce palabras grandes
como bueyes, unas palabras cejudas y empenachadas, terrorífi
cas como el coco e incomprensibles para los espectadores.

Esq u il o

¡Desdichado de mí!

D io n is o

¡Calla!

E u r íp id e s

Lo que es de claro, ni una sola palabra.

D io n is o

(A Esquilo) No hagas rechinar los dientes.

Eu r ípid e s

Sólo Escamandros, fosas, águilas-grifo labradas en bronce sa


liendo de un escudo y palabras montadas a caballo que no eran
fáciles de comprender.

D io n is o

Sí, por los dioses. Como que yo una vez, hace ya mucho tiempo, 930
me pasé la noche en vela tratando de descubrir qué pájaro era su
hipogallo negro.

Es q u il o

Era un emblema grabado sobre los barcos, so ignorante.


280 COMEDIAS

D io n is o

¡Y yo que me creía que era Erixis, el hijo de Fílóxeno!

E u r íp id e s

¿Y acaso hacía falta poner gallos en las tragedias?

Esq u il o

¿Y tú, enemigo de los dioses, qué clase de seres ponías?

E u r íp id e s

Por Zeus que hipogallos y cabraciervos de esos que pintan en los


tapices persas, como tú, no. Cuando recibí de ti el arte, preñada al
940 principio de tanta fatuidad y tantas palabras pesadas, lo primero
que hice fue aligerarla y quitarle pesadez por medio de versitos y
digresiones... y acelgas blancas, añadiendo un poco de jugo de
frivolidad extraído de los libros. Luego la hice crecer con mono
dias, añadiendo a la mezcla un poco de Cefisofonte50. Por lo de
más, yo no parloteaba ni ponía personajes en escena mezclando
las cosas al buen tuntún, sino que el primero que salía en mis pie
zas descubría al punto los datos personales de la obra.

Esq u il o

Más te valía eso, por Zeus, que revelar los tuyos51.

Eu r ípid e s

Además, desde los primeros versos yo no dejaba a nadie inactivo,

50 Según los escolios, Cefisofonte era un esclavo de Eurípides a quien ayuda


ba en su trabajo, sobre todo en la composición de los pasajes líricos. Se decía que
mantenía relaciones con la mujer del poeta.
51 Los prólogos de las tragedias de Eurípides suelen describir pormenoriza-
damente las circunstancias de lugar y tiempo, así como proporcionan la comple
ta identificación de los personajes. En referencia a todo ello, Aristófanes emplea
la palabra genos, familia, linaje, etc., y ello le permite hacer un chiste con los «da
tos personales» de Eurípides.
LAS RANAS 281

sino que en mis obras hablaban igual la mujer que el esclavo, el


señor, la jovencita casadera y la vieja.

Esq u il o

¿Y no sería menester que murieras por tamaño atrevimiento? 950

E u r íp id e s

No, por Apolo. Democracia pura es eso que hacía.

D io n is o

Deja eso, compañero. No te quedaría muy bien una digresión res


pecto a eso.

Eu r ípid e s

Además enseñé a éstos (el público ) a parlotear...

Esq u il o

Desde luego que sí. Y ojalá que antes de enseñarles te hubieras


partido por enmedio.

Eu r ípid e s

...a usar reglas delicadas y medidores de versos, a pensar, a ob


servar, a comprender, a gustar de los giros, a maquinar, a sospe
char de lo malo y a darle vueltas a todo...

Es q u il o

Desde luego que sí.

Eu r ípid e s

... poniendo en escena asuntos domésticos, que todos tratamos ha


bitualmente y de los que entendemos, y con los que yo me some
tía a la crítica general, ya que como éstos (el público) entendían 960
del tema, podían criticar mi arte; pero yo no emprendía compli
cados caminos, desviando a éstos del sentido común y dejándolos
282 COMEDIAS

atónitos a base de Cienos y Memnones montados en corceles en


jaezados. Vas a saber tú quiénes son los discípulos de cada uno de
nosotros: los de éste son Formisio y Megéneto Manes, hombres
barbudos de lanza y trompeta, cuyas estupideces hacen que se
doblen los pinos; los míos, Clitofonte y el elegante Terámenes.

D io n is o

¿Terámenes? Un hombre sabio y muy apto para todo, uno que si


se encuentra en apuros y a punto de perecer sale de un salto de su
970 desgracia: como que no es de Quíos, sino de Ceos.

Eu r ípid e s

(Más rápido) Así pues, yo hice a éstos reparar en esas cosas, in


troduciendo en el teatro el cálculo y la observación, conque des
de ahora pueden imaginarlo todo. Y han aprendido, entre otras
muchas cosas, a manejar sus casas mejor que antes y a fijarse en
cosas como «¿en qué situación está mi asunto?», «¿cómo va
eso?» y «¿quién se ocupa de eso?».

D io n is o

980 ( Vivo también) Claro que sí, por los dioses. Hoy en día todo ate
niense al entrar en casa da un grito a sus criados y pregunta:
«¿dónde está la marmita?» «¿quién se ha comido la cabeza de la
anchoa?» «¿se me rompió el plato del año pasado?» «¿dónde está
el ajo de ayer?» «¿quién se zampó las aceitunas?». En cambio an-
990 tes se quedaban sentados hechos unos estúpidos, unos simples,
bien pegados a las sayas de sus madres.

Co r o

(Antistrofa) Ya lo ves, glorioso Aquiles52.

52 Primer verso de Los mirmidones de Esquilo. La antistrofa, cantada por e


coro, da comienzo a la segunda parte del agón.
LAS RANAS 283

¿Ytú, venga, qué dirás al respecto? Procura sólo


que no te domine el amor propio
y te ponga fuera del límite de los olivos,53
pues sus acusaciones han sido terribles.
Mas intenta, hombre cabal,
no responderle con ira;
carga más bien las velas
y usa sólo sus bordes, 1000
y luego, poco a poco, avanza
y estáte atento, hasta que
un viento suave y continuo consigas.

Co r if e o

Mas, oh tú el primer heleno que construyó palabras nobles como


torres y que adornó el habla de la tragedia, ten confianza y deja
libre la fuente.

Esq u il o 54

Estoy enfadado por este encuentro, y se me revuelven las tripas


por tener que responderle a éste. Sin embargo, para que no diga
que no tengo respuesta, (a Eurípides) contéstame: ¿por qué razón
hay que admirar a un poeta?

Eu r ípid e s

Por su destreza y su capacidad educadora, y porque hacemos me


jores a los hombres en la ciudad.

53 Fuera de límites en general, de las líneas marcadas por una señal. Los es
colios explican que una hilera de olivos marcaba los límites del hipódromo.
54 Como muestra suplementaria del estilo ampuloso de Esquilo frente a Eurí
pides, Aristófanes hace que el alegato de aquél se recite en tetrámetros trocaicos
catalécticos, verso más extenso que los yámbicos empleados en la intervención
de Eurípides.
284 COMEDIAS

Esq u il o

1010 ¿Y si tú no has hecho eso, sino que como resultado de tus ense
ñanzas se han hecho unos criminales los que eran nobles y hon
rados, qué dirías que mereces?

Eu r ípid e s

Morir. No tienes que preguntarlo.

Esq u il o

Observa, pues, cómo eran los hombres que de mí recibiste: hom


bres de bien, de cuatro codos de altura, y no ciudadanos que es
curren el bulto, parlanchines de mercado, payasos y granujas,
como ahora; gente que respiraba lanzas y picas, y cascos de blanco
penacho y yelmos, y grebas y corazones de siete capas de piel de
buey.

Eu r ípid e s

Aquí viene ya la desgracia. Hablando de cascos volverás a ma


tarme.

D io n is o

¿Y qué es lo que hiciste para enseñar a éstos a ser tan caba


les? Habla, Esquilo, no nos lo pongas difícil infatuándote de
1020 orgullo.

Esq u il o

E sc r ib í u n dram a lle n o d e A res.

D io n is o

¿Cuál?

Es q u il o

Los Siete contra Tebas. Todo hombre que lo veía sentía el deseo
de ser fuego destructor.
LAS RANAS 285

D io n is o

Eso estuvo mal hecho por tu parte, pues lo que lograste es ha


cer a los tebanos más valientes en la guerra. Toma este cachete
por eso.

Esq u il o

No me lo des. También vosotros pudisteis ejercitaros en ello,


pero no os entró afición. Luego, después de aquella pieza,
hice representar Los persas y con ella traté de inculcar el de
seo de derrotar siempre a los enemigos. Me salió una obra re
donda.

D io n is o

Bien que me gustó a mí el lamento por Darío muerto: el coro ba


tió palmas con sus manos más o menos así y dijo «¡Yavoé!»

Esq u il o

Ésos son los temas en que deben ejercitarse los poetas. Y mira, en 1030
efecto, desde los primeros tiempos cómo los poetas de más noble
corazón son los que más útiles han resultado. Ahí está Orfeo, que
nos enseñó los Misterios y a abstenemos de los muertos; y Mu
seo, la curación de las enfermedades y los oráculos; y Hesíodo, el
trabajo del campo, las estaciones de los frutos y el arado. ¿Y el
divino Homero, de dónde tanto honor y gloria como tiene, sino
de que nos enseñó las cosas más nobles: ejércitos ordenados, la
virtud y el armamento de los varones?

D io n is o

Pues al torpe de Pantacles no le enseñó, porque anteayer, cuando


salía en procesión, se puso a fijar el penacho en su casco después
de habérselo ajustado en torno a la cabeza.

Es q u il o

Pero sí a muchos otros hombres excelentes; y entre ellos nuestro


286 COMEDIAS

1040 héroe Lámaco55. De todos aquéllos mi mente sacó la argamasa de


la que crear personajes llenos de virtud, como Patroclo y Teucro
de corazón de león, hasta cuya talla recomendaría yo a cada ciu
dadano que se estirase cada vez que oiga una trompeta de guerra.
Pero, desde luego, en mis poemas jamás hubo una Fedra puta ni
una Estenebea56, y no hay nadie que pueda mentar una sola mu
jer enamorada en mis tragedias.

Eu r ípid e s

No, por Zeus. En ti no hay nunca nada de Afrodita.

Esq u il o

Ni tiene por qué. En cambio en ti y en tus obras está presente en


demasía, tanto que te derribó a ti mismo57.

D io n is o

Sí, por Zeus, en eso tiene razón, porque los males que escribiste
respecto a otras los sufriste tú mismo con los mismos golpes.

Eu r ípid e s

¿Y qué mal hacen, oh tú el más vil de los hombres, mis Estene-


beas a la ciudad?

Esq u il o

1050 Haber convencido a nobles mujeres de honrados esposos de que


beban la cicuta, avergonzadas a causa de tus Belerofontes.

55 Aunque antagonista de Diceópolis en Los acarnienses y derrotado por éi,


Lámaco, famoso general ateniense que mandó, junto a Nicias y Alcibiades, la ne
fasta campaña de Sicilia en la que murió (cf. TucÍD. VI 8; 101). es un personaje
del agrado de nuestro poeta, cf. Thesm. 841.
56 Heroínas de tragedias de Eurípides. Ambas, ante la negativa de sus ama
dos, Hipólito y Belerofonte respectivamente, los acusaron falsamente ante sus
maridos de haber intentado seducirlas.
57 Cf. lo dicho respecto a Cefisofonte en la nota 50.
LAS RANAS 287

Eu r ípid e s

¿Acaso no era cierto ese tema que compuse sobre Fedra?

Esq u il o

Sí, por Zeus, bien cierto; pero el poeta debe ocultar la perversi
dad y no llevarla a escena y sacar enseñanzas de ello, pues a los
niños pequeños los educa el maestro y a los hombres en sazón,
lós poetas. Conque menester es que hablemos sólo de las cosas
más nobles.

Eu r ípid e s

¿Y tú crees que son enseñanzas nobles esas palabras que tú suel


tas; de la altura del Licabeto o el Parnaso, cuando habría que usar
un lenguaje más a la medida del hombre?

Esq u il o

Pero, desgraciado, forzoso es engendrar palabras de la misma


medida que los pensamientos y opiniones, que son grandes. Por
lo demás, es apropiado que los semidioses empleen para hablar 1060
palabras más bien grandes, pues también llevan unos mantos mu
cho más solemnes que nosotros. Tú has corrompido mis nobles
enseñanzas.

Eu r ípid e s

¿Haciendo qué?

Es q u il o

Ante todo, cubriendo de harapos a los reyes, para que la gente los
creyera dignos de lástima.

E u r íp id e s

¿Y qué daño hacía con eso?


288 COMEDIAS

Esq u il o

Por esa razón ningún rico consentía en ser trierarca58: envolvién


dose en harapos se lamentaba y se declaraba pobre.

D io n is o

Es verdad, por Deméter, pero llevando por debajo un manto de


lana bien gruesa. Y después de engañar a la gente con esas excu
sas, asomaban la gaita en el mercado del pescado.

Es q u il o

Además enseñaste a cultivar la charlatanería y la verborrea, lo


que ha vaciado las palestras y madurado el culo de jovenzuelos
1070 deslenguados y convencido a los paralios59 de discutir con sus je
fes. Sin embargo, mientras yo viví, no sabían reclamar otra cosa
que su pan ni decir sino «Ripapái».

Dio n is o

Desde luego, por Apolo, y tirar pedos delante de la boca de los ta-
lamitas60, llenar de mierda al que come al lado y sacudirle a al
guien al bajar del barco. En cambio ahora discuten y no reman, y
navegan sin rumbo fijo, de acá para allá.

58 De ios impuestos directos o liturgias que habían de pagar los ricos la trie-
rarquía era el más oneroso. El trierarca tenía que pagar el equipamiento comple
to de una nave de guerra que después comandaba él mismo ayudado por un pi
loto de oficio. Respecto a los reyes harapientos, véase Los acarnienses, 418ss.
con nota.
59 El adjetivo es ambiguo: paralios son en el Atica los habitantes de la región
costera, como pedieos son los de la llanura y dicterios los de la montaña; la pala
bra designa también a los marineros de la Páralos, una de las naves oficiales de
Atenas, que se sublevaron en apoyo de la democracia durante la revuelta oligár
quica del 411, cf. Tucíd. VIII 73; 74; 83.
60 Los remeros de la fila más profunda de los trirremes. Tranitas y zeugitas
remaban en las filas de arriba.
LAS RANAS 289

Esq u il o

(Más rápido) ¿De qué mal no es él responsable? ¿No ha puesto


en escena alcahuetas y mujeres que alumbran en los templos, se 1080
acuestan con sus hermanos y afirman que la vida no es vida?
A consecuencia de todo eso, nuestra ciudad está hasta los topes
de escribanos, payasos e individuos que hacen el mono ante el pue
blo y constantemente lo engañan; y por falta de ejercicio no hay
hoy nadie capaz de llevar ni siquiera una antorcha.

D io n is o

(Rápido también) Seguro que no, por Zeus. Como que me sequé
de risa en las Panateneas, cuando cierto individuo lento corría 1090
agachando la cabeza, pálido, bebido, perdiendo terreno y pasán
dolo fatal; y luego los del Cerámico, que estaban en las puertas,
le daban golpes en la barriga, en el pecho, en los costados y en el
culo, y él, ante esa lluvia de golpes, se tiró un pedo, con cuyo so
plido apagó su antorcha, y se escapó.

Co ro

(Estrofa) Grande es el caso, mucha la riña, encarnizada


\viene la lucha.
Dificil tarea es, pues, discernir, 1100
cuando uno tira con energía
y otro puede darse la vuelta y resistir con todas sus fuerzas.
Mas no sigáis parados en el mismo lugar,
porque muchas y variadas son las vías de vuestra inteli-
[gencia.
Conque sobre lo que hayáis de disputar
hablad, lanzaos y despellejad
lo antiguo igual que lo nuevo;
arriesgaos a decir algo sutil y con seso.
(Antístrofa) Y si os da miedo que la ignorancia 11lo
del público no le permita
captar las sutilezas que ambos digáis,
290 COMEDIAS

no temáis, porque eso ya no es así.


Que ya son muy veteranos,
y cada uno tiene su libro61y puede entender vuestra destreza.
Por naturaleza son, además, magníficos,
y ahora están aún más agudos.
No temáis, pues, nada y tocad
todos los temas, convencidos de que éste es un público de
[sabios.

Eu r ípid e s

Pues bien, voy a fijarme en tus prólogos. Someteré a prueba como


1120 primer punto de la destreza de éste esa parte que es la primera de
la tragedia: resultaban oscuros para explicar los acontecimientos.

Dio n is o

¿Con cuál de ellos vas a hacer la prueba?

Eu r ípid e s

Hay muchos. (A Esquilo) Recítame en primer lugar el de La


Orestía.

61 Los escolios no comentan este verso que para Van Leeuwen fue añadido
como toda la tirada en que se encuentra, en la segunda representación de la pieza.
El sentido es claro: los competidores no deben temer, pues cada espectador puede
cotejar o mirar cuantas veces desee su libro (el rollo de papiro al que los griegos
llamaban biblíon) y captar la exactitud de los versos y su sutileza. Ahora bien,
¿qué clase de libro es ése y, sobre todo, es creíble que cada espectador llevara uno?
Responder a la segunda pregunta es suficiente y nos parece muy poco creíble: En
ningún espectáculo teatral los espectadores dejan de mirar al escenario para cote
jar lo que oyen con la versión escrita de la obra; por otra parte, no hay certeza de
que el nivel de alfabetización en la Atenas de Aristófanes foera tan alto como para
que todos los espectadores supieran leer y tampoco parece posible que la «indus
tria editorial» de la época diera abasto para tan enorme cantidad de ejemplares ni
que, en caso de haberlos, todos los ciudadanos pudieran poseer el suyo: las biblio
tecas eran cosa de la gente rica o cultivada. Por todas esas razones creemos que el
asunto debe considerarse una de las muchas bromas de Aristófanes.
LAS RANAS 291

D io n is o

Ea, a callar todo el mundo. Habla tú, Esquilo.

Es q u il o

«¡Oh, Hermes subterráneo, que miras por el reino de mi padre,


sé tú mi salvador y mi aliado, te lo ruego! Aquí vuelvo a este país,
y regreso...62'».

D io n is o

¿Alguna crítica?

Eu r ípid e s

Más de doce.

D io n is o

Pero si en total son sólo tres versos. 1130

E u r íp id e s

Y cada uno tiene veinte faltas.

D io n is o

Esquilo, será mejor que te calles, pues si no se verá que tus faltas
no se acaban en esos tres trímetros.

Esq u il o

¿Callarme yo ante éste?

D io n is o

Hazme caso.

62 La trilogía de la Orestea consta de Agamenón, Las Coéforas, cuyos versos


iniciales recita Esquilo, y Las Euménides. Su tema es el bien conocido de la ven
ganza de Orestes en las personas de su madre Clitemestra y el amante de ésta,
Egisto, del asesinato de su padre, Agamenón, a su regreso de Troya.
292 COMEDIAS

Eu r ípid e s

Enseguida está la primera falta, y llega de aquí al cielo.

E s q u ilo

¿No ves que eres un bocazas?

Eu r ípid e s

Poco me importa.

Esq u il o

¿En qué yerro según tú?

E u r íp id e s

Recita otra vez desde el principio.

Esq u il o

«¡Oh, Hermes subterráneo, que miras por el reino de mi padre!».

E u r íp id e s

i 140 ¿No dice eso Orestes sobre la tumba de su difunto padre?

Es q u il o

Así es.

Eu r ípid e s

¿Y dice acaso que eso por lo que «miraba» Hermes era cuando el
padre de aquél perecía violentamente a manos de una mujer me
diante ocultos engaños?

Esq u il o

No, no es a ése, sino al Benefactor al que llamaba Hermes Sub


terráneo; y lo demuestra cuando dice que ese don le viene de su
padre.
LAS RANAS 293

Eu r ípid e s

Tu error es mayor que lo qué yo mismo desearía, porque si le vie


ne de su padre ese don subterráneo...

Dio n is o

... entonces sería un profanador de tumbas a ojos de su padre.

Esq u il o

Dioniso, el vino que bebes no huele a flores. 1150

D io n is o

Recítale otro, y tú, atento a los fallos.

Esq u il o

«Sé tú mi salvador y mi aliado, te lo ruego. Aquí vuelvo a este


país, y regreso...».

Eu r ípid e s

Dos veces nos dice lo mismo el sabio Esquilo.

D io n is o

¿Cómo dos veces?

Eu r ípid e s

Fíjate en las palabras, que yo te lo explico: «aquí vuelvo a este


país», dice «y regreso». «Volver» y «regresar» es lo mismo.

D io n is o

Sí, por Zeus, como si uno le dijese a su vecino: «préstame la ar


tesa o, si lo prefieres, la amasadera».

Esq u il o

Nada de eso, hombre lenguaraz, no es lo mismo. Y es un verso 1160


magnífico.
294 COMEDIAS

Eu r ípid e s

¿Cómo es eso? Muéstrame en qué sentido lo dices.

E s q u il o

«Venir» al país es propio del que tiene una patria: ha venido, y no


tiene que ver con ninguna circunstancia; el que «vuelve y regre
sa» es el desterrado.

D io n is o

Muy bien, por Apolo ¿Qué dices tú, Eurípides?

E u r íp id e s

Yo afirmo que Orestes no regresaba a su patria, pues vino a es


condidas, sin permiso de las autoridades.

D io n is o

Muy bien, por Hermes, pero no entiendo lo que dices.

E u r íp id e s

E n to n c e s p a s a a o tro v erso .

D io n is o

1170 Venga, tú, pasa a otro deprisa; y tú fíjate en los defectos.

E s q u il o

En este túmulo de su tumba subido, a mi padre proclamo que me


escuche y me oiga...

E u r íp id e s

Otra repetición: «escuchar» y «oír» es, evidentemente, lo mismo.

E s q u il o

Porque habla a muertos, malvado, a quienes no se llega ni repi


tiendo las cosas tres veces ¿Y cómo hacías tú los prólogos?
LAS RANAS 295

Eu r ípid e s

Yo lo explicaré. Y si digo dos veces lo mismo o ves alguna cosa


que no venga a cuento, podrás criticarme.

D io n is o

Ea, recita, que yo no tengo otro afán sino catar la corrección de i leo
los versos de tus prólogos.

Eu r ípid e s

«Fue Edipo un hombre afortunado al principio...»

D io n is o

De eso nada, por Zeus, sino infortunado por naturaleza. Uno a


quien, antes de existir, le había vaticinado Apolo que mataría a su
padre, antes de llegar a vivir. ¿Cómo iba a ser ése «un hombre
afortunado al principio?»

Eu r ípid e s

«...mas después se convirtió en el más desgraciado de los


hombres».

Esq u il o

De eso nada, por Zeus. Jamás dejó de serlo ¿Cómo, si no? Recién
nacido y en pleno invierno, lo expusieron en un cacharro de barro 1190
para que no alcanzara la edad de convertirse en matador de su pa
dre; después llegó a rastras a casa de Pólibo con los dos pies hin
chados; luego, aunque él era joven, desposó a una mujer vieja,
que era, además, su madre; y luego se arrancó los ojos.

D io n is o

Más feliz habría sido de haber sido estratego con Erasínides63.

63 Uno de los generales victoriosos en las Arginusas pero condenados por no


296 COMEDIAS

Eu r ípid e s

Sandeces; que yo hago muy bien los prólogos.

Esq u il o

Pues bien, no me voy a poner a hurgar en las palabras de todos los


versos, pero con la ayuda de los dioses me voy a cargar todos tus
1200 prólogos con un lecitio64.

E u r íp id e s

¿Mis prólogos tú? ¿Con un lecitio?

Esq u il o

Con uno solo. Es que escribes de forma que siempre encaja «le
citio», «velloncíto» y «saquíto» en tus trímetros yámbicos. Te lo
demostraré ahora mismo.

E u r íp id e s

¡Ya está! ¿Tú lo demostrarás?

Esq u il o

Eso digo.

D io n is o

Pues has de recitar.

recoger de] mar a Jos muertos en ella. En Atenas fueron ejecutados los que se pre
sentaron al juicio.
64 El chiste se basa en el doble significado de esa palabra: el lecitio es un vaso
usado en los ritos funerarios y el nombre de un verso trocaico cuya secuencia de
cantidades, - V - V - V - , coincide con la porción de trímetro yámbico que va des
de la cesura pentemímeres hasta el final. El nombre de ese verso procede de este
pasaje que comentamos en el que la expresión lekythion apólesen se repite siete
veces. Al añadir a cada comienzo de verso de Eurípides dicha expresión, dicho le
citio, Esquilo arruina los versos euripideos, que resultan ridículos.
LAS RANAS 297

Eu r ípid e s

«Egipto, como el relato más extendido difunde, con sus cincuen


ta hijas a Argos con náutico remo arribando...»

Es q u il o

«...un lecitio escacharró».

D io n is o

¿Qué fue eso del lecitio? Lo va a lamentar. Dile otro prólogo,


para que yo lo compruebe de nuevo. 1210

Eu r ípid e s

«Dioniso, con tirsos y pieles de cervato revestido, por entre los


pinos, Parnaso abajo saltando, al frente de su coro...»

Esq u il o

«...un lecitio escacharró».

D io n is o

¡Ay de mí! ¡Volví a despistarme por culpa del lecitio!

Eu r ípid e s

No será nada, pues a este prólogo no podrá encajarle el lecitio;


«No hay ningún hombre que sea feliz en todo, pues el que bien
nació no tiene medios y el mal nacido...»

Esq u il o

«...un lecitio escacharró».

D io n is o

Eurípides.

Eu r ípid e s

¿Qué?
298 COMEDIAS

D io n is o

1220 Creo que hay que cargar velas, pues este lecitio va a soplar mucho,

Eu r ípid e s

No me preocupa ni lo más mínimo, por Deméter. Ahora mismo le


va a saltar de las manos de un golpe.

D io n is o

Ea, recita otro y guárdate del lecitio.

Eu r ípid e s

«Una vez Cadmo, el hijo de Agenor, abandonando la ciudad de


Sidón...»

Esq u il o

«...un lecitio escacharró».

D io n is o

¡Demonio de hombre! Cómprale el lecitio para que no nos fasti


die los prólogos.

E u r íp id e s

¿Cómo? ¿Comprárselo yo a ése?

D io n is o

Si me haces caso.

Eu r ípid e s

1230 De eso nada, porque podré recitar muchos prólogos donde ése no
pueda encajar el lecitio: «Pélope el Tantálida, en camino hacia
Pisa sobre veloces yeguas...»

Esq u il o

«...un lecitio escacharró».


LAS RANAS 29 9

Dio n is o

¿Ves? Ha vuelto a encajar el lecitio de nuevo. Vamos, amigo, aún


es tiempo. Págale sea como sea; por sólo un óbolo tendrás un le
citio precioso.

Eu r ípid e s

Aún no, por Zeus, todavía tengo a montones: «Eneo una vez en el
campo...»

Esq u il o

«...un lecitio escacharró».

Eu r ípid e s

Déjame recitar primero el verso completo: «Eneo una vez en el


campo cogió una enorme espiga, y ofreciendo en sacrificio las 1240
primicias...»

Es q u il o

«...un lecitio escacharró».

D io n is o

¿En pleno sacrificio? ¿Y quién se lo rompió?

Eu r ípid e s

Deja, amigo. Que lo diga con éste: «Zeus, conforme la Verdad en


persona afirma...»

D io n is o

Estás perdido, pues dirá «un lecitio escacharró», porque ese leci
tio está hecho para tus prólogos, como el jugo de higos para los
ojos65. Déjalo y, por los dioses, pasa a sus coros.

65 Cf., en clave de broma, la receta que recomendaría Blépiro a Neoclides en


los w . 404ss. de La asamblea.
30 0 COMEDIAS

Eu r ípid e s

Pues bien, tengo en qué basarme para demostrar que es un mal


1250 poeta lírico y que siempre compone el mismo poema.

Co ro

¿Qué va a pasar ahora?


Pues yo querría saber
qué defecto achacará
al que más numerosos
y bellos coros
compuso nunca hasta ahora.
Atónito me tiene por dónde
podrá criticar a éste,
al soberano del arte de Baco,
1260 y temo que algo le suceda.

Eu r ípid e s

Unos coros realmente admirables, se demostrará enseguida: To


das sus canciones las reduciré yo a una y la misma.

D io n is o

Y yo llevaré la cuenta, cogiendo las fichas de votación.

E u r íp id e s

Ftiota Aquiles ¿por qué, enterado de esta mortandad,


¡ay! tu esfuerzo en ayuda no aportas?
A Hermes honramos los ribereños de este lago
como ancestro de nuestra raza.
¡Ay! tu esfuerzo en ayuda no aportas.

D io n iso

Ésos son dos esfuerzos, Esquilo66.

66 No es infrecuente, en efecto, que en los imponentes coros de Esquilo se re·


LAS RANAS 301

Eu r ípid e s

Hijo deAtreo, el más glorioso de los aqueos, soberano de mucha 1270


hueste, hazme caso, ¡ay! tu esfuerzo en ayuda no aportas.

D io n is o

Con este esfuerzo ya van tres, Esquilo.

Eu r ípid e s

¡Fuera el mal agüero! Los melisonomos cerca están de abrir la


[casa de Artemis.
¡Ay! Tu esfuerzo en ayuda no aportas.
Potestad tengo para relatar el hado feliz que el camino de los
[héroes acompaña.
¡Ay! Tu esfuerzo en ayuda no aportas.

D io n is o

¡Oh, Zeus soberano, qué cantidad de esfuerzos! Desde luego,


quiero ir a tomar un baño, pues del esfuerzo se me han inflamado 1280
los riñones.

Eu r ípid e s

No antes de oír otra tirada de versos líricos, extraída de los que ha


compuesto según el nomo citaródico.

Dio n is o

Adelante, date prisa, y no metas el esfuerzo.

Eu r ípid e s

«¡Cómo el poder de doble trono de los


aqueos, de la juventud helena,

pita un verso a modo de estribillo. Esa costumbre es la que trata de ridiculizar Eurí
pides.
302 COMEDIAS

toflattotrat, toflattotrat,
a la Esfinge, la canina presidenta de los días desgraciados,
[envía,
1290 toflattotrat, toflattotrat,
pájaro impetuoso de lanza y eficiente brazo provisto,
toflattotrat, toflattotrat,
que un encuentro ha procurado con las ardientes
perras que el éter surcan,
toflattotrat, toflattotrat,
esos monstruos que sobre Ayante se ciernen,
toflattotrat, toflattotrat!»

D io n is o

¿Qué es eso de toflattotrat? ¿Has sacado esa cantinela de Mara


tón o de los que tiran de la cuerda de los pozos67?

Es q u il o

Nada de eso. Las he tomado de bellas fuentes y a bellos resulta-


1300 dos las llevo, para que no se me vea regando el mismo prado de
las Musas sagradas que Frínico. Él saca sus temas de todas par
tes: cancioncillas de putas, escolios de Meleto, aires de flauta
carios, trenos y cantos corales. Quedará claro enseguida: que al
guien me traiga la lira; mas ¿qué falta hace una lira para esa por
quería? A ver ¿dónde está la que toca las castañuelas? Ven aquí,
Musa de Eurípides, que cuadra entonar contigo esta clase de
cantos líricos. (Aparece una joven desnuda, tocando las casta
ñuelas)

67 Todo el canto es un puro sinsentido que no tiene más propósito que repeti
machaconamente el estribillo. En Maratón podría habérselo oído Esquilo a algún
persa, ya que luchó en aquella batalla. La mención de los poceros se debe a que
el mencionado estribillo se parece al ruido que hace la cuerda en la garrucha.
LAS RANAS 303

D io n is o

(Aparte) Esa Musa nunca ha tenido que ver con Lesbos, seguro
que no.

Es q u il o 68

Oh, alciones que sobre las inagotables olas 1310


del mar parloteáis,
mojando con húmedas gotas
de rocío la superficie de vuestras alas.
Y vosotras que en los rincones del techo,
arañas, con los dedos teeeeendéis
vuestras telas en telar tejidas
producto de la melodiosa lanzadera,
donde el delfin, amigo de la flauta,
junto a las proas de espolón oscuro hacía saltar
oráculos y distancias. 1320
Alegría de la viña en flor,
pámpano del racimo que la fatiga quitas,
Arrodéame criatura, con tus brazos.
(A Dioniso) ¿Te has fijado en ese pie?69

D io n is o

Me he fÿado.

Esq u il o

¿Y tú, te has fÿado?

68 En respuesta a la parodia de Eurípides, Esquilo reúne caprichosamente di


versos versos de aquél y carga las tintas en ciertos rasgos propios de su estilo.
69 Con el «arrodéame» del v. 1321 trato de reflejar la innovación sobre la que
Esquilo intenta llamar la atención de Dioniso: todos los versos anteriores, de tipo
coriámbico, presentaban una base eolia de dos sílabas (- -, - V, V -), como es nor
mal en ellos; pero aquél tenía tres (V V -).
304 COMEDIAS

Eu r ípid e s

Me he fijado.

E s q u il o

¿ Y componiendo tú así,
que con las doce artes
de d ren e haces tus versos líricos,
te atreves a criticar los míos?
Así son tus coros; pero quiero aún pasar revista a tu forma de
componer monodias.
¡Oh, sombría oscuridad
de la Noche! ¿Qué infeliz sueño
me envías desde las avenidas
de Hades invisible, dotado
de un alma que no es alma,
un hijo de la negra Noche, una espantosa
visión, vestida de luto, que muerte,
muerte contempla y tiene unas largas uñas?
Ea, siervos, encendedme una antorcha,
recoged en frascos la humedad del río y calentad agua
1340 por si de ese ensueño divino me libro.
¡Ay, soberano del ponto,
ahora es la ocasión!
¡Ay, los que compartís mi casa,
contemplad estos prodigios!
Me ha robado el gallo
Glice, y se ha ido.
¡Oh, Ninfas que en los montes nacéis!
Anda, Manía, cógela.
Y yo, la infortunada,
ocupada me hallaba en mis propias
labores, una cesta llena de lino
teeendiendo con mis manos
y haciendo un ovillo
LAS RANAS 305

para llevarlo a la plaza 1350


al alba y venderlo.
Mas él alzó el vuelo, alzó el vuelo hacia el éter
sobre la punta de sus larguísimas alas,
y a m í cuitas, cuitas dejóme
y lágrimas, lágrimas de mis ojos
derramaba, derramaba infortunada.
Mas, oh cretenses vástagos del Ida,
tomad los arcos y acudid en mi auxilio
y agitad vuestros miembros rodeando la casa.
Y a la vez la niña Dictina, la preciosa Artemis,
venga por todo el palacio trayendo consigo sus perritos. 1360
Y tú, hija de Zeus, sosteniendo en alto dos
antorchas de viva llama en tus manos,
Hécate, alúmbrame el camino hasta Glice,
que quiero ir a su casa a hacer unas pesquisas10.

D io n is o

Dejaos ya de cánticos.

E s q u il o

También yo tengo bastante, y lo que quiero es conducir ya a éste


a la balanza, que será el único juez de nuestra poesía, ya que ella
controlará el peso de nuestras expresiones.

D io n is o

Id allá ahora, pues también yo necesito pesar el arte de los poetas


igual que el queso en el mercado. (Traen una balanza enorme)

70 Esquilo parodia la costumbre de Eurípides de repetir una palabra en el mismo


verso o en inmediata vecindad, amén de otros rasgos de su estilo menos perceptibles
en la traducción. Por otra parte, se parodia también el apego a lo concreto de Eurípi
des, que bajo el elevado lenguaje que usa expone un asunto tan nimio como el robo
de un gallo entre vecinas. Respecto a las pesquisas, cf. la nota a Las nubes, v. 498.
306 COMEDIAS

Co r o

1370 Sí que son liantes los listos.


He aquí un nuevo prodigio,
una novedad totalmente fuera de lo común.
¿Quién si no habría tenido esa idea?
Desde luego, si un tipo cualquiera
me lo hubiera dicho,
no lo habría creído, que pensaría
que él decía sandeces.

D io n is o

Venid ya. Colocaos junto a los platillos.

Es q u il o y Eu r ípid e s

Ya está.

D io n is o

Coged cada uno sus versos en la mano y recitadlos. Y no dejéis


1380 de hacerlo hasta que yo os diga «cucú»

Esq u il o y Eu r ípid e s

Ya los tenemos.

D io n is o

Ahora recitad vuestros versos de cara a la balanza.

E u r íp id e s

¡Ojalá la naveArgo no hubiera volado!

Es q u il o

¡Oh, río Esperqueo y pastizales que bueyes apacientan!

D io n iso

Cucú.
LAS RANAS 307

Es q u il o y Eu r ípid e s

Dejado está.

D io n is o

El platillo de éste baja mucho más abajo.

Eu r ípid e s

¿Y eso por qué?

D io n is o

¿Por qué? Ha metido un río, humedeciendo su verso como hacen


con la lana los vendedores de lana, y en cambio tú has puesto un
verso alado.

E u r íp id e s

Que vuelva a recitar otro y me lo oponga.

D io n is o

Coged los versos, pues, de nuevo.

Esq u il o y Eu r ípid e s

Ea, ya está.

D io n is o

Recita. 1390

Eu r ípid e s

El único templo de Persuasión es la Palabra.

Esq u il o

La única divinidad que no ama los regalos es la Muerte.

D io n is o

Dejadlo.
308 COMEDIAS

Es q u il o y Eu r ípid e s

Dejado.

D io n is o

Vuelve a bajar el de éste, pues ha metido la Muerte, que es el mal


más pesado.

Eu r ípid e s

Y yo la Persuasión. Y he soltado un verso perfecto.

Dio n is o

La persuasión es cosa ligera y no tiene espíritu. Conque busca


ahora uno de los que pesen mucho, uno fuerte y extenso que in
cline la balanza a tu favor.

Eu r ípid e s

¿Y dónde tengo yo versos de esa clase, dónde?

Dio n is o

1400 Te lo diré: Aquiles tiró los dados y sacó dos ases y un cuatro. Va
mos, recitad, que ésta es vuestra última ronda.

Eu r ípid e s

Tomó con su diestra un leño, pesado como el hierro.

E s q u ilo

Un carro sobre otro carro, un cadáver sobre otro cadáver.

D io n is o

Te engañó otra vez.

Eu r ípid e s

¿Cómo?
LAS RANAS 309

Dio n is o

Ha puesto dos carros y dos cadáveres. Ni cien egipcios los levan


tarían71.

E s q u il o

Que no me venga a mí ya verso por verso, sino que se suban a la


balanza él, sus hijos, su mujer y Cefisofonte, todos bien cargados
de libros, y yo recitaré tan sólo dos versos de los míos. (Se llevan 1410
la balanza y aparece Plutóri)

Dio n is o

Estos hombres me son queridos y yo no los juzgaré, pues no quie


ro indisponerme con ninguno de ellos, ya que uno me parece un
sabio y con el otro disfruto.

Pl u t ó n

¿Y no vas a terminar ninguno de los negocios que aquí te trajeron?

D io n is o

¿Y si me decido por uno?

Pl u t ó n

Te largas con el que escojas, y así no te marchas de vacío.

D io n is o

Te lo agradezco. (A Esquilo y Eurípides) Ea, escuchadme unas


palabritas: yo bajé aquí a buscar un poeta.

E u r íp id e s

¿Para qué?

71 Los egipcios tenían ya en la antigüedad bien ganada fama de hacer obras


colosales.
310 COMEDIAS

D io n is o

Para que la ciudad, una vez salvada, pueda organizar coros. Con-
1420 que me parece que me llevaré conmigo a aquel de vosotros que
vaya a dar los mejores consejos a la ciudad. Veamos en primer lu
gar, qué opinión tiene cada uno respecto a Alcibiades, porque a la
ciudad le está costando decidir72.

E u r íp id e s

¿Y qué opinión tiene ella respecto a él?

D io n is o

¿Cuál? Le añora y le aborrece, pero desea tenerlo. Mas decid


vosotros qué opináis al respecto.

Eu r ípid e s

Yo odio al ciudadano que se muestra lento para ayudar a su patria


y diligente para causarle los mayores daños; que tiene salidas
para todos sus problemas pero es incapaz ante los de la ciudad.

D io n is o

1430 Bien ¡oh, Posidón! ¿Y tú qué opinas?

Esq u il o

Ante todo, la ciudad no debe criar un león, pero si se cría uno, hay
que plegarse a sus caprichos.

72 Fue uno de los personajes más apasionantes de la historia de Atenas. Favo


rito del pueblo, fixe uno de los tres generales nombrados para mandar la expedi
ción a Sicilia, pero su implicación en el escándalo de la mutilación de los Hermes
y la profanación de los Misterios le obligaron a pasarse a Esparta, aunque regre
só a su patria en olor de multitud y con la convicción popular de que él era el único
capaz de salvarla; sin embargo, reveses militares le impidieron tomar parte direc
ta en la batalla final, la de Egospótamos, de la Guerra del Peloponeso. Realmente
su persona dividió en dos bandos a la opinión pública de Atenas.
LAS RANAS 311

DIONISO

Por Zeus Salvador, sí que tengo difícil la decisión. Sabio es lo que


dijo uno y claro lo del otro. Bien, manifestad aún otra opinión
cada uno, la que tenéis respecto a la salvación de la ciudad.

Eu r ípid e s

Habría que hacer de Cleócrito unas alas para Cinesias; los vien
tos los elevarían por encima de la planicie marina...

D io n is o

Es gracioso, sí. ¿Y qué sentido tiene?

Eu r ípid e s

Es por si entraban en un combate naval: provistos de ampollas de 1440


vinagre, podrían echárselas a los ojos a los enemigos. (En tono
serio) Yo sé el medio y quiero explicarlo.

D io n is o

Habla.

Eu r ípid e s

Hay que tener por seguro lo que ahora nos hace desconfiar y no
fiarse de lo que ahora parece seguro.

D io n is o

¿Cómo? No entiendo. Habla con un poco más de claridad y me


nos sapiencia.

Eu r ípid e s

Si desconfiáramos de los ciudadanos en quienes ahora confia


mos y utilizáramos los que no utilizamos, nos salvaríamos, por
que si en nuestra situación actual las cosas nos van mal, es segu
ro que haciendo lo contrario nos salvaríamos. 1450
312 COMEDIAS

D io n is o

Muy bien ¡oh, Palamedes73, oh naturaleza sapientísima! ¿Eso lo


has descubierto tú o Cefisofonte?

Eu r ípid e s

Yo solito; lo de las ampollas de vinagre, Cefisofonte.

D io n is o

¿Qué dices tú?

Esq u il o

Indícame primero cómo son los hombres que la ciudad emplea


ahora. ¿Son acaso honrados?

D io n is o

¡De qué! A ésos los odia a muerte; en cambio se complace con


los granujas.

Esq u il o

No es por su gusto; tiene que usarlos a la fuerza ¿Cómo podría, pues,


salvarse una ciudad a la que no le va bien ir de gala ni de trapillo?

D io n is o

1460 Encuentra el medio, por Zeus, si has de subir de nuevo.

Es q u il o

Lo explicaré allí; aquí no quiero hacerlo.

73 Es uno de los prototipos del inventor, de la persona imaginativa y con chis


pa. Se le atribuye la invención del alfabeto y fue él quien buscó formas de entre
tenimiento para los héroes aqueos durante la tediosa espera en Áulide previa a la
partida hacia Troya, inventando numerosos juegos. Ulises, que posiblemente no
podía soportar la existencia de un competidor semejante, consiguió que lo conde
naran a muerte acusado de traición.
LAS RANAS 313

D io n is o

Nada de eso, tú. Hazles llegar tus buenos consejos desde aquí.

E s q u il o

Que consideren suya la tierra de los enemigos y de los enemigos


la suya, y recursos sus barcos y un engorro sus recursos74.

D io n is o

Bien, salvo que el juez se va a beber esto él solo.

Pl u t ó n

Decide.

D io n is o

Esta será mi decisión respecto a vosotros: elegiré exactamente al


que mi alma desea.

E u r íp id e s

Escoge a tus amigos, recordando los dioses por quienes juraste 1470
llevarme de aquí a mi casa.

D io n is o

Mi lengua juró, pero yo elegiré a Esquilo.

E u r íp id e s

¿Qué has hecho, canalla entre los canallas?

D io n is o

¿Yo? Hé decidido la victoria de Esquilo. ¿Por qué no?

74 Las ideas de Esquilo se asemejan bastante a las que defendió Pericles en el


transcurso de la guerra.
314 COMEDIAS

Eu r ípid e s

¿Cómo me miras a la cara después de hacerme esa faena?

D io n is o

¿Dónde está la faena, si al público no se lo parece?

E u r íp id e s

¡Hombre ruin! ¿Dejarás que yo perezca?

D io n is o

¿Quién sabe si el vivir es perecer; respirar, banquetear y dor


mir... un velloncillo?

PLUTÓN

Entrad entonces, Dioniso.

D io n is o

¿Para qué?

Pl ut ó n

Para que os haga yo los honores antes de vuestra partida.

D io n is o

1480 Bien dices, por Zeus. No le pongo reparos al asunto.

Co ro

(Estrofa) Feliz el hombre que tiene


una inteligencia perfecta:
hay muchos indicios para apreciarlo.
Porque éste que ha parecido sensato
se marcha de nuevo, de vuelta a su casa,
para bien de su ciudad
y para el bien de sus
parientes y amigos;
LAS RANAS 315

y eso por ser inteligente. 1490


(Antistrofa) Es grato dejar de parlotear
sentado al lado de Sócrates,
desentendiéndose de la música
y abandonando las principales reglas
del arte dramático.
Y eso de fatuos discursos
y banalidades farfullar,
dedicándoles mucho tiempo,
es propio del que está loco.

Pl ut ó n

Ve en buena hora, Esquilo. Márchate y salva esta ciudad con tus 1500
buenos consejos y educa a los insensatos, que son muchos. Y ve
a llevarle esto (una espada) a Cleofonte y esto otro (una soga) a
los recaudadores, Mírmex y Nicómaco, y esto otro (una copa
de veneno) a Arquénomo. Y diles a ésos que vengan enseguida
conmigo y que no tarden. Y si no llegan pronto, yo los mandaré
a toda prisa bajo tierra, por Apolo, con Adimanto, hijo de Leu-
cólofo, tras marcarlos a fuego y atarles juntos los pies con gri- 1510
lletes.

Esq u il o

Lo haré. Y tú, entrega mi puesto a Sófocles para que lo cuide y lo


preserve, por si algún día regreso, pues él es, a mi juicio, el se
gundo en sabiduría. Y acuérdate bien, para que ese sinvergüenza,
embaucador y bufón jamás se siente en mi trono, ni aunque sea 1520
contra su voluntad.

Pl ut ó n

Alumbradle, pues, vosotros, con las sagradas antorchas y llevadle


en procesión, acompañándolo con el canto de sus melodías y sus
canciones. (Se forma un cortejo para acompañar a Esquilo)
316 COMEDIAS

Co r if e o

Concededle, en primer lugar, demonios subterráneos, un buen


viaje a este poeta, que se marcha alzándose hacia la luz, y conce-
1530 dedle a la ciudad los buenos propósitos de grandes bienes. De
este modo esperamos librarnos de nuestras enormes desgracias y
de lamentables encuentros con las armas en la mano. Que luche
Cleofonte —y todo el que quiera— en los campos de su patria75.

75 La guerra no debe afectar a Atenas. Este Cleofonte, un demagogo, era ex


tranjero, de origen tracio, cf. vv. 879ss.
FRAGMENTOS
DE LA COMEDIA MEDIA

INTRODUCCIÓN, TRADUCCIÓN Y NOTAS DE


JORDI SANCHIS LLOPIS, RUBÉN MONTAÑÉS GÓMEZ
Y JORDI PÉREZ ASENSIO

fk
EDITORIAL GREDOS
Asesor para la sección griega: C a r l o s G a r c ía G u a l .

Según las normas de la B. C. G,, la traducción de esta obra ha sido revisada


por L u is M . M a c ía A p a r ic io .

© EDITORIAL GREDOS, S. A.

López de Hoyos, 141, Madrid, 2007.


www.editorialgredos.com

Depósito Legal: M. 22.000-2007


ISBN 978-84-249-2872-8
Impreso en España. Printed in Spain.
Impreso en Top Printer Plus
390 FRAGMENTOS DE LA COMEDIA MEDIA

20 Aquéllas eran bodas y juergas,


las de jóvenes...

LA POESÍA

189. At e n e o , V I 222 A. Puesto que preguntas,... lo que se dije


ron los eruditos reunidos en la cena, pensando que nosotros descubri
mos algunas novedades, te recordaremos lo dicho por Antífanes en La
poesía 1079 de la siguiente manera:

Bienaventurada composición es
la tragedia en todo, pues en primer lugar los argumentos
son conocidos por los espectadores,
ya antes de hablar nadie; de manera que el poeta
5 sólo debe recordarlos. En efecto, si a Edipo 1080 1 menciono,
todo lo demás ya lo conocen: a su padre Layo1081,
a su madre Yocasta, qué hijas, qué hijos tuvo,
lo que él sufrirá, qué ha hecho. Si, a su vez,

1079 Título también de una comedia de Aristófanes. Para A. R ostagn i («Da


Aristofane e da Antifane ad Aristotele», Studi in onore di G. Funaioli, Roma,
1955, 406-417), Ateneo o los manuscritos se equivocaron al atribuir el frag
mento que sigue a la comedia de Antífanes y no a Aristófanes; pero en contra
de esta opinión se pronunció O. B ianco («II frammento della Poíesis di Anti
fane ed un prologo anonimo», Rivista di Cultura classica e medioevale 3
[1961], 91-98). Sobre el fragmento que sigue, véase J. L. Sanchis Llopis, «Un
testimonio cómico de la tragedia postclásica», Actes del Xé Simposi de la Sec-
ció Catalana de la SEEC, Tarragona, 1992, 301-305.
loso g j famoso rey mítico de Tebas, hijo de Layo y Yocasta, que sin saber
lo mató a su padre y se casó con su madre, y cuya historia es conocida sobre
todo por las tragedias de Sófocles Edipo rey y Edipo en Colono, (cf. A p o lo
d o r o , III 5, 7). La leyenda de Edipo también fue llevada a la escena en el si
glo IV a. C. por Carcino y Teodectes.
1081 Hijo de Lábdaco, rey de Tebas, padre de Edipo y esposo, según la ver
sión más conocida, de Yocasta. La muerte de Layo a manos de su hijo Edipo
fue la primera expresión de la maldición de Pélope, por haber raptado Layo a
su hijo Crisipo, de quien se había enamorado (A p o l o d o r o , I I I 5, 5; 7-8).
ANTÍFANES 391

dijera uno «Alcmeón» 1082, ha dicho también


al punto todos sus hijos, que enloquecido mató 10
a su madre, y que encolerizado Adrasto 1083 seguidamente
llegará y partirá de nuevo - o - ^ -
Y (cuando) nada puedan decir ya,
y por completo hayan agotado sus recursos dramáticos,
levantan como si fuera un dedo la máquina 1084 15
y los espectadores ya tienen bastante.
Nosotros, en cambio, no contamos con eso, sino que todo hay
que inventarlo, nombres nuevos, (sucesos nuevos,
argumentos nuevos) y luego lo f que ha sucedido
antes, lo del momento presente, el desenlace, 20
la entrada en materia. Si una sola de estas cosas se deja
un Cremes o un Fidón 1085, se le silba,

1082 Véase A le x is 157 K.-A. Las idas y venidas en la acción dramática, a


las que parece referirse Antífanes en el v. 12, estarían en consonancia con las
tendencias melodramáticas de la tragedia postclásica. Del tratamiento dramáti
co del enfrentamiento entre Alcmeón y Adrasto (v. 11) conservamos el testi
monio de Los epígonos de S ó f o c l e s (fr. 187 R).
1083 Rey de Argos y padre de Argía, esposa de Polinices. Organizó la fraca
sada expedición de siete caudillos contra Tebas para restituir a su yerno en el
trono; sólo sobrevivió Adrasto. Diez años después comandó en otra incursión
contra Tebas, llamada «de los Epígonos», a los hijos de los muertos en la ante
rior (cf. A p o l o d o r o , I I I 6; P a u s a n i a s , 1 43,1 y IX 9).
1084 En P l a t ó n (Crátilo 425d) leemos esta misma idea, y A r i s t ó t e l e s
(Poética 1 5 ,1454b 2-6) se pronunciaba en contra del uso de las máquinas para
la solución de conflictos trágicos.
1085 Dos nom bres de personajes frecuentes en las comedias: Cremes es
un viejo en Las asambleístas de A ristófanes, así como en La de Andros, El
atormentador de sí mismo y Formión de Terencio (en cam bio, un jo v en en
El eunuco ); Fidón es el padre de Estrepsíades en A r i s t ó f a n e s (Las nubes
134). Del carácter paradigm ático de estos nom bres da m uestra la alusión a
Cremes (y a Fídilo) para aludir a dos personajes cualesquiera de com edia
en A l c i f r ó n (IV 2, 5), así como la m ención de Cremes en H o r a c i o (Arte
poética 94).
392 FRAGMENTOS DE LA COMEDIA MEDIA

en tanto que a un Peleo o a un Teucro se le permite hacerlo


[ todo 1086.

EL DEL PONTO

190. At e n e o , VH 302 F. hypogástrion («ventrecha») se usa referido


al pescado, pero raramente a los cerdos y a los demás animales. No está
claro a qué criaturas apücó Antífanes hypogástrion en El del Ponto1087:

Quien acaso ha ido a comprar


con magnanimidad para éstas, que la peor muerte tengan,
ventresca — ¡Posidón la destruya!—
y se apresta a disponer noblemente
con ella una costilla 1088.

1086 Peleo es rey de Ptía, en Tesalia, hijo de Éaco y Endeis, hermano de Te


lamón y hermanastro de Foco. Sobre todo se le conoce como esposo de Tetis,
hija de Nereo, y padre de Aquiles (A polodoro, III12, 7 - 13, 8). En cuanto a
Teucro, existe un primer personaje con ese nombre, hijo del río frigio Esca-
mandro y de la ninfa Idea, emigrado a la Tróade e iniciador de la estirpe de los
reyes troyanos; casó a su hija Batía con Dárdano, que sería su sucesor (A p olo
doro, III 12, 1-2). Esto, sin embargo, no debe inducir a confusión con el per
sonaje a quien se refiere este fragmento: un guerrero aqueo, de Salamina, hijo
de Telamón y Hesíone, y hermanastro de Ayax, junto con el que combatió en
Troya, destacando como arquero, aunque a su regreso Telamón se negó a reci
birlo por no haber impedido la muerte de su hermano (Iliada VIII 261-334;
Pausanias, 1 28,11). Peleo es un personaje de A ndróm aca de Eurípides; Teu
cro, del Ayax de Sófocles. El primero es mencionado por H oracio (Arte p o é ti
ca 96) como ejemplo de personaje trágico. En cuanto a la idea que todo el frag
mento expresa, ya A r istó fa n e s (Los caballeros 516) consideraba la dirección
de un coro cómico la más difícil de las tareas; D ífilo (29.4 K.-A.) volvió sobre
la idea de Antífanes de que los poetas trágicos son los únicos a los que es posi
ble hacer todo. El presente fragmento pertenecía muy posiblemente al prólogo
de la comedia y no es improbable que fuera ejecutado por la Poesía o la Co
media misma personificadas.
1087 Véase la comedia de Alexis con el mismo título, también atestiguado
en Epígenes y Timocles.
1088 Kock vio en este fragmento, un tanto oscuro, las palabras de un escla
vo indignado con su amo, que malgasta su patrimonio con prostitutas.
A. 3: La llegada de los filósofos:
reflexiones sobre las dimensiones estéticas y éticas

Textos:

Demócrito B 17, 18 y 21.


Platón, Ion, República 376e-398b9 y 595a-608b10 y Las leyes 652-654e2 y 816d3-817e4.
Aristóteles, Poética.
Anónimo, Tractatus Coislinianus.
BIBLIOTECA CLÁSICA GREDOS, 28

LOS FIILOSOFOS

INTRODUCCIONES, TRADUCCIONES Y NOTAS


POR
ARMANDO PORATTI, CONRADO EGGERS LAN,
M A R ~ AISABEL SANTA CRUZ DE PRUNES
Y NÉSTOR~ LUIS CORDERO

EDITORIAL GREDOS
388 LOS FIL~SOFOS
PRESOC~TICOS LEUCIPO 'Y DEM~CRITO 389

sol y la luna no le pertenecían, sino que eran anti- ribIe a1 oscuro, expresándose en estos términos: «Cuan-
guasn m . . . do el conocimiento oscuro ya no puede ver algo en
mayor pequeñez ni puede escucharlo, ni olerlo, ni gus-
836 (68 B 6) S. E., Adv. Math. VI1 137: Con ayuda
tado, ni percibirlo por el tacto.. .D.
de este principio debe reconocer el hombre que está
alejado de la verdad. 842 (68 B 12) CENSOR.,18, 8: Según Demócrito, el
gran año consta de ochenta y dos años comunes con
837 (68 B 7 ) S. E., Adv. Math. VI1 137: Este argu-
meses intercalares en número de veintiocho.
mento muestra también, por cierto, que nada sabemos
sobre cosa alguna, sino que en todos los hombres su 843 (68 B 13) APOL. IDIsc., De pron. pág. 65, 15:
opinión es una reforma (de su disposición). Demócrito usa con mucha frecuencia el «emeu» así
como también el aeméon 3'0.
838 (68 B 8 ) S. E., Adv. Math. VI1 137: Resultará,
sin embargo, evidente, que no nos es accesible el co- 844 (68 B 15)311AGATÉMI.,
1 1, 2: La tierra es oblonga
nocer qué es en realidad cada una de las cosas. y su longitud es una vez y medía mayor que su ancho.
839 (68 B 9) S. E., Adv. Math. VI1 135: A lo que es 845 (68 B 16) MAN. TEOD.,
De metr. VI 489, 20: De-
no lo comprendemos en forma inmutable, sino sólo en mócrito atribuye a Museo la introducción del hexá-
tanto cambia conforme a la disposición de nuestro metro dactílico.
cuerpo y de lo que en él penetra o le ofrece resis-
846 (68 B 17) CIC.,De orar. 11 46, 194: ...No se puede
tencia.
ser un gran poeta ... sin inflamación de ánimo y sin
840 (68 B 10) S. E., Adv. Math. VI1 136: Que no una especie de hálito de locura.
comprendemos cómo es en realidad cada cosa o cómo
847 (68 B 18) CLEM.,Strom. V I 168: Lo que un poeta
no es, se ha puesto en claro de múltiples maneras.
escribe con entusiasmo e inspiración divina es, sin
841 (68 B 11) S. E., Adv. Math. VI1 138: En los duda, bello.
«Criterios* dice Demócrito que dos son las formas
848 (68 B 19) EUST., Esc. a Hom., 11. 111 1, pág. 370,
de conocimiento: uno... «genuino»..., el otro, «oscuro»...
(139) Y dice textuaImente: «Hay dos formas de cono- 15: Llaman ugernma» a :la letra gamma los jónicos y
cimiento, uno genuino, el otro oscuro; al oscuro per- en especial Demócrito, quien también denomina «mo»
tenece todo lo siguiente: vista, oído, olfato, gusto y a la letra my.
tacto; el otro, que se distingue de éste, es el genuino».
A continuación estima el conocimiento genuino prefe- 310 emeu y eméo son, respectivamente, las formas contracta
y no contracta del genitivo del pronombre personal de primera
persona singular.
307 NO incluirnos aquí las tres presuritas reelaboraciones 311 En la recopilación de: DK figuran como fragmento 14
de la Pequeña cosmolugía de Dembcnto, que figuran en DK extractos del calendario astronómico atribuido a Ikmócrito.
como complemento del fragmento 5, por las razones señaladas Hemos incluido estos pasajes, de dudosa autenticidad, como
antes, en la w f u 157. texto núm. 563. Cf. nota 194,.
390 LOS FIL~sOFOS PRESOCRATICOS LEUCIPO Y DEM~CRITO 391

849 (68 B 20) Esc. a DION.TRAC.,pág. 184, 3: 1.0s porque tal orientación ].as vuelve feracísimas, sin que
nombres de las letras son indeclinables... aunque en el vino que de ellas se t:labora sea por eso de primera
Demócrito aparecen declinadas: dice, en efecto, adél- calidad.
tatosa y athétatoss
857 (68 B 27a) COL~JM., IX 14, 6: Demócrito nos
850 (68 B 21) D I ~ NCRIS., 36, 1: Homero, poseedor trasmite que las abejas :pueden generarse de un novillo
de una naturaleza divina, ordenó con belleza las más muerto.
diversas palabras.
858 (68 B 28) Co~vnn., XI 3, 2: Dembcrito en su
851 (68 B 22) PORF.,Cuest. hom. 1 274, 9: El águila libro intitulado aGeórgicor, dice que proceden impru-
tiene huesos negros. dentemente quienes rodean sus jardines con murallas,
porque un muro de adobe, constantemente expuesto
852 (68 B 23) ESC. ABTV a HoM., 11. VI1 390: Las
a lluvias y temporales, no puede perdurar, y construirlo
palabras de Homero: a ¡Ojalá hubiera muerto antes! B... de piedra exige un gasto desproporcionado a su valor.
las dice el heraldo (troyano). .. para sí mismo y que- Quien quisiera rodear con un cerco una amplia por-
damente, como piensa Demócrito, considerando incon- ción de terreno tendría necesidad de invertir todo su
veniente que puedan decirse en público (frente a los patrimonio.
aqueos).
859 (68 B 29) APOLON. CIT., Zn Hipp., pág. 6, 29:
853 (68 B 24) EUST., Esc. a Hom., Od. XV 376, Demócrito llamaba acan.toa (ámbe) al borde que rodea
pág. 1784: Demócrito llama «Pobreza* a la madre de la cavidad del escudo.
Eumeo.
860 (68 B 29a) APOL. Dfsc., De pron., pág. 92, 20:
854 (68 B 25) EUST.,ESC.a Honz., Od. XII 65, pági- ~Noso~~o avosotrosio,
s~, xellos~ (formas contractas y
na 1713: ...Y la ambrosía son los vapores de los que no contractas).
el sol se nutre.
861 (68 B 30) CLEM.,Strom. V 103: Pocos son, entre
Crát. 16, pág. 5, 25: Demó-
855 (68 B 26) PROCLO,
los hombres razonables, aquellos que tendiendo sus
crito, quien afirma que los nombres son convenciona- manos hacia el lugar que nosotros, los griegos, llama-
les, lo prueba mediante cuatro breves argumentacio- mos ahora aire, dicen: Todo lo delibera Zeus en sí
nes ... Él mismo llama a la primera argumentación mismo y todo lo sabe, todo puede darlo y quitarlo y
a poiisemiaio, a la segunda, aequivalencia*, a la tercera,
él es rey de todas las cosas.
meto nimia^, y a la cuarta, aanonimiaio.
862 (68 B 31) CLEM.,,Paed. 1 6: La medicina cura
856 (68 B 27) COLUM.,111 12, 5: Demócrito aconseja las enfermedades del cuerpo, mientras que la sabiduría
que las viñas han de estar expuestas hacia el norte, libera al alma de pasbnes.

Genitivos singulares de los nombres de las letras ddlta 863 (68 B 32) CLEM.,Paed. 94: El acoplamiento es
y thdta. Cf. texto núm. 706 y nota 280. una pequeña apoplejía, porque el hombre se evade del
BIBLIOTECA CLASICA GREDOS, 37

1
APoLOG~A. CRITÓN, EUTIFR~N,ION, LISIS, ~ R M I D E S ,
HIPIAS MENOR, ~ I P I A SMAYOR; LAQUES, PROTAGORAS
-

INTRODUCCI~NGENERAL POR
EMILIO L I L E DWIGO
~

TRADUCCI~H Y NOTAS POR


J. CALONGE RUIZ, E. L L E D ~M G O , C. GARC~AGUAL

EDITORIAL GREDOS
Florencia, 1954, y H. F u s ~ i u c , Ion. Griechisch-deutsch, Munich,
1963. Excelente introducción ofrece la edici6n de J. D. GARC~A
BMXA,Platón: El Banquete, Ion, México, 1944. De las ediciones
antiguas es todavia utilizable la de Sr. C. S-, The Ion of
Plato, with introduction, text and notes, Oxford, 1909.

BIBLIOGRAFIA
ION
H . G . GADMER,Plato und die Dichter, Francfort, 1934.
J . MORREAU,d.es th- platoniciens de l ' l o n ~ , Revue des
Erudes Crexques 52 (1939), 419-428.

262.
d ' l o n de Platon~,Mnemosyne 111, 11 (1943), 233-
W . J . VERDBNIIJS,
S~CRATBS. - ¡Bienvenido, Ion! ¿De dónde nos acabas 530a
C. LA D m , ~ T h eproblem of Plato's Ion., The journai of de volver ahora? ¿De tu patria, Éfeso?
aestherics aná art mitickm 10 (1951), 2634. ION.-De ninguna manera, oh Sócrates, sino de
M. S. R w .Sobre la cronologla del Ion de Platbn., Epidauro, de las fiestas de: Asclepio.
Aegyptus, 33 (1953), 241-246. -
W. ¿Celebran, acaso, los de Epidauro en honor
H. DILLER,~Problemedes platonischen Ion., Hermes 83 (1955), del dios, juegos de rapsodos?
171-187. ION. - Ciertamente; y además de todo lo que tiene
H. FLASEAR, Der Dialog Ion als Zeugnis platonischer Philosophie, que ver con las musas.
Beriín, 1958. !S&.- ¿Y quC? Seguro que has competido. ¿Qué
E. A. WYLLER,aPlatons Ion. Versuch einer Interpretation~,Sym-
tal lo has hecho?
bolae O s l o e t ~ ~34a (1958). 19-38.
L. GIL,LOS antiguos y la uinspiraciónm poética, Madrid, 1%7. ION.-NOS hemos ilevado los primeros premios, S 6 b
crates.
Sdc.- j A ~ ise habla! P:rocura,pues, que sea nuestra
también la victoria en las Panateneas l .
ION. -LO será, si el dilos quiere.
S&. -Por cierto, Ion, que muchas veces os he en-
vidiado a vosotros, los rapsodos, a causa de vuestro
arte; vais siempre adornados en lo que se refiere al
aspecto externo, y os prescentáis lo más bellamente que
podéis, como corresponde a vuestro arte, y al par ne-
cesitáis frecuentar a todos los buenos poetas y, pnn-
1 Mbs importante que las fiestas de Epidauro, en honor del
dios de la medicina, era el gran festival que Atenas organizaba
para honrar a su diosa. Entne otras competiciones, destacaban
los concursos entre rapsodos.
cipalmente, a Homero el mejor y más divino de ellos, que me considero digno de ser coronado por los homé-
y penetrar no sólo sus palabras, sino su pensamiento2. r i & ~4 con una corona de oro.
c Todo esto es envidiable. Porque no sena buen rapsodo S&.-Yo, por mi parte, me tomaré tiempo para 531a
aquel que no entienda lo que dice el poeta. Conviene, escucharte; pero ahora respóndeme a esto, ¿eres capaz
pues, que el rapsodo llegue a ser un intérprete del dis- bicamente de hablar sobre Homero, o también sobre
curso del poeta, ante los que le escuchan, ya que sena Hesíodo y Arquíloco?
imposible, a quien no conoce lo que el poeta dice, ex- ION.- NO, no, únicamente sobre Homero. A mí me
presarlo bellamente. ¿No es digno de envidia todo esto? parece ya bastante.
ION.-Verdad dices, oh Sócrates. A mí, al menos, %c. - ¿Hay algo sobre lo que Homero y Hesíodo
ha sido esto lo más trabajoso de mi arte, por eso creo dicen las mismas cosas?
que de todos los hombres soy quien dice las cosas más ION.-Ya lo creo, y muchas.
hermosas sobre Homero; de manera que ni Metrodoro =c. -Y acerca de ellas, ¿qué expondrías tú más b
d de Lamsaco, ni Estesímbroto de Tasos, ni Glaucón3, ni bellamente, lo que dice Homero o lo que dice Hesíodo?
ninguno de los que hayan existido alguna vez, han sa- ION.-Me daría igual, !Sócrates, si es que se refieren
bido decir tantos y tan bellos pensamientos sobre Ho- a lo mismo.
mero, como yo. S6c. -Y, ¿con respecto a aquello sobre lo que no
Sbc.- ¡Magnífico, Ion! Es claro, pues, que no rehusa- dicen las mismas cosas? Sobre el arte adivinatorio, por
rás hacer una prueba ante mi. ejemplo, ambos, Homero y Hesíodo, dicen algo de él.
ION.- Ciertamente.
ION. -Antes al contrario, Sócrates, creo que es digno %C. - Entonces, aquellas cosas sobre las que, ha-
de oírse lo bien que he adornado a Homero, de modo
blando de adivinación, están de acuerdo los dos poetas
y aquellas otras sobre las que difieren, jserías tú quien
2 Es interesante la distinción que surge en este pasaje. Lo mejor las explicase o uno de los buenos adivinos?
dicho -ta legdmena- precisa de mesis, de percepción audi- ION.-Uno de los adivinos.
tiva inteligente. El verbo syniemi, uno de los que constituyen el Sdc. - Y si tú fueras adivino, y fueras capaz de in-
campo semántica del conocimiento, tiene el sentido de captar
algo por el ofdo y seguir mentalmente esa percepción; un pensar terpretar aquellas cosas en las que concuerdan, ¿no
constituido, pues, por la interpretación de lo dicho; un primer sabrías, quizá, interpretar aquellas en las que difieren?
brote hermenéutiw que florecer& en el Fedro. La terminología -
ION. ES claro.
de toda lo que dice Wrates a Ion en este pasaje alude a esta S6c. - ¿Cómo es, pues, que tú eres experto en Ho- c
dualidad entre lo dicho Y su sentido. mero y no en Hesíodo o en alguno de los otros poetas?
3 Metmdom de G s a c o , discípulo de Anaxágoras, explica-
ba alegóricamente los poemas homtricos. Los héroes eran fuer- ¿O es que Homero habla de cosas distintas de las que
-
zas o6&cas, y el Oliipo, una especie de organismo. Estesím- hablan todos los otros poetas? ¿No trata la mayoría
bmto de Tasos era tambiCn otro rapsodo del siglo v. del cual de las veces de guerra, de las mutuas relaciones entre
hay abundantes referencias. Más difícil de precisar es Glaucón,
tal vez el de Región, autor de un tratado sobre los antiguos 4 Homtridas, rapsodos de Quíos, que se decían descendientes
paetas y al que Arist6teles menciona en su Pottica (1461b 1). o de Homero. Cf. 2s. Rmm, uDie Homeriden,, Acta Antigua,
bien el de Teos, del que tarnbih habla en la Retdrica (1403b 26). 1970, 1-29.
hombres buenos y malos, entre artesanos u hombres muchas personas que hablan sobre idéntico asunto, al
sin oficio? ¿No habla también de cómo se relacionan que dice bien y al que mal. (3 en caso de que no reconoz-
los dioses entre sí y de su trato con los hombres, de al que habla mal, es claro que tampoco al que bien; 532a
los fenómenos del cielo y del infierno, del nacimiento al menos tratlndose del miismo asunto.
d de los dioses y los héroes? ¿No son estas cosas sobre ION.-Así es.
las que Homero hizo su poesía? %c. - iDe modo que el mismo es experto en ambos?
-
ION. Evidentemente, oh Sócrates. ION.- Sí.
Sbc.- Pero cómo, ¿es que los otros poetas no lo %c. - Y bien, tú dices que Homero y los otros poe-
hicieron sobre las mismas? tas, entre los que están Hesíodo y Arquíloco, hablan
-
ION. Sí, Sócrates, pero no han poetizado de la mis- de las mismas cosas, pero no lo mismo, sino que uno
ma manera que Homero. bien y los otros peor.
-
Sbc. iC6m0, pues?, ¿peor? ION.- Y digo verdad.
ION. - Con mucho. Sdc. -Luego si tú conoices al que habla bien, cono-
S6c. -Y Homero, ¿mejor? cerás sin duda que hablan peor los que peor hablan. b
ION. -Sin duda que mejor, por Zeus. ION.- ESO parece.
-
S6c. Y bien, querido, insuperable Ion, cuando
S6c. -Así, pues, amigo, diciendo que Ion es tan
muchos hablan de los números y uno lo hace mejor,
¿podrá alguien reconocer con certeza al que asi habla? capaz sobre Homero como sobre los otros poetas no
e ION.-YO digo que sí. erraremos, ya que llega a afirmar que el mismo critico
S6c.-Y jes el mismo el que distingue a los que podrá serlo de cuantos hablan de las mismas cosas, y
hablan mal, o es otro? que, prácticamente, casi to'dos los poetas poetizan sobre
-
ION. El mismo, sin duda. los mismos temas.
Sbc. - Por tanto, Cste será aquel que posea la cien- ION.- ¿Cuál es, entonces, la causa, oh Sócrates, de
cia de los números. que yo, cuando alguien habla conmigo de algún otro
-
ION. Si. poeta, no me concentro y soy incapaz de contribuir en c
S&.- ¿Entonces qué? Cuando, entre muchos que el diálogo con algo digno de mención y me encuentro
hablan de cuáles deben ser los alimentos sanos, uno como adormilado? Pero si alguno saca a relucir el nom-
habla mejor, ¿habrá alguien capaz de saber que dice bre de Homero, me espabillo rápidamente, pongo en ello
cosas excelentes el que las dice, y otro, a su vez, de mis cinco sentidos y no me falta qué decir.
conocer que habla mal, el que así habla?, o ¿son el %c.-No es difícil, a~migo,conjeturarlo; pues a
mismo? todos es patente que tú no estás capacitado para hablar
ION. - ES claro que el mismo. de Homero gracias a una técnica y ciencia; porque si
Sbc. - ¿Y quién será? jQud nombre le daremos? fueras capaz de hablar por una cierta tbcnica, también
ION. -Médico. serías capaz de hacerlo sobre los otros poetas, pues en
Sóc.-Por tanto diremos, en resumidas cuentas, cierta manera, la poética es un todo. 20 no?
que es siempre el mismo quien sabrá distinguir, entre ION.- Si.
d Súc. - Pues si se toma otra técnica cualquiera con- ION. - No, por Júpiter, sin duda que no.
siderada como un todo, ¿no se encuentra en todas ellas %c. - ¿Cómo es eso? Has visto tú en la escultura
el mismo género de investigación? Qué es lo que yo a quien, a propósito de Dédlalo el de Metión, o Epeo el b
entiendo por esto, ¿querrás oírlo de mí, Ion? de Panopeo, o Teodoro de iSamos6, o de algún otro es-
ION. - Por Zeus, que es esto lo que quiero, Sócrates. cultor concreto, sea capaz de explicar lo que hizo bien,
Pues yo me complazco oyéndoos a vosotros los que y en las obras de otros escultores esté perplejo y ador-
sabéis. milado y no tenga nada que decir?
Sóc. - ¡Qué más quisiera yo que estuvieses en lo ION. - Por Zeus, que yo no he visto a nadie así.
cierto, oh Ion! Sois vosotros, más bien, los que sois %C. - Además, según yo creo, ni en el sonar de flauta
sabios, los rapsodos y actores y aquellos cuyos poemas o de cítara, ni en el canto con cítara, ni en el de los r a p
cantáis. Yo no digo, pues, sino la verdad que corres- sodos has visto nunca a un hombre que, a propósito de
e ponde a un hombre corriente. Por lo demás, con res- Olimpo, o de Tamiras, o de Orfeo, o de Femio el r a p c
peto a lo que te acabo de decir, fíjate qué baladí y sodo-de $taca7, sea capaz de hacer un comentario y
trivial es, para cualquiera, el reconocer lo que decía de que acerca de Ion de Éfes'o se encuentre en un apuro
que la investigación es la misma, cuando alguien toma y no sepa explicar lo que recita bien y lo que no.
una tdcnica en su totalidad. Hagámoslo así en nuestro ION. - No tengo nada que oponerte, Sócrates. Pero
discurso: ¿no existe una técnica de la pintura en ge- yo tengo el convencimiento íntimo de que, sobre Ho-
neral? mero, hablo mejor y con más facilidad que nadie, y
ION.,-Si. todos los demás afirman que yo hablo bien, cosa que
-
Sóc. Sin duda que hay y ha habido muchos pin-
6 Dédalo, el mítico escultor,, patrón de los artesanos atenien-
tores buenos y medianos.
ses, que transformó el arte escultórico al dar movimiento a sus
ION. -Sí, por cierto. figuras. Hay diversas leyendas .-el laberinto, las alas de su hijo
Súc. - ¿Has visto tú alguna vez a alguien, a pro- Icaro, etc.- en tomo a su noimbre. Platón lo cita varias veces
pósito de Polignoto el hijo de Aglaofón, que sea capaz (Eutifrón l l b c ; Alcibfades 1 1121a; Hipias Mayor 2821; Menón
533a de mostrar lo bueno y lo malo que pintó, y que, por el 97d; Leyes 677d). Aristóteles se refiere tambikn al movimiento
de sus figuras (De Anima 406b 18; Política 1453b 35). El tema de
contrario, sea incapaz cuando se trata de otros pintores, Dédalo, ha sido brillantemente estudiado por F. FRONTISI-Du-
y que si alguien le enseña las obras de estos otros, está crcovx, Dédale. Mythologie de I!'artisan en Crece antique, París,
como adormilado y perplejo y no tiene nada que decir, 1975.- Epeo, el constructor del caballo de Troya, con la ayuda
pero si tiene que manifestar su opinión sobre Polignoto de Atenea (Horno, Odisea VI11 493). - Teodoro, escultor que
o sobre cualquier otro que a ti te parezca, entonces se utilizó para sus estatuas moldes de bronce fundido. Vivió a
mediados del siglo VI y pertenece a aquella generaci6n de jonios
despierta, pone en ello sus cinco sentidos y no cesa de inventores y ñlósofos. (Hwóoaro 1 51; 111 41).
decir cosas? 7 A Olimpo se le atribuye la invención de la música (PLAT~N,
Banquete 2lSe). - Tamiras, canitor tracio que Homero cita (Zlía-
da TI 595) y que, junto con Orfeo y Lino, está entre las persona-
5 Polignoto de Tasos, cuya actividad como pintor se des- -
lidades legendarias de la música. Femio, rapsodo fonado a
arrolló entre los años 480 al 440, en Atenas. Pintó. sobre todo, cantar ante los pretendientes de Penklope (Odisea 1 154; XXII
escenas mitológicas. 330).
no me ocurre si se trata de otros poetas. Mira, pues, nos, sino cuando penetran en las regiones de la a r m o
qué es esto. nía y el ritmo poseidos por Baco, y, lo mismo que las
Sbc.-Ya miro, Ion, y es más, intento mostrarte lo bacantes sacan de los ríos, en su arrobamiento, miel y
d que me parece que es. Porque no es una técnica lo que leche, cosa que no les ocurre serenas, de la misma ma-
hay en ti al hablar bien sobre Homero; tal como yo nera trabaja el ánimo de 101spoetas, según lo que ellos
decía hace un momento, una fuerza divina es la que te mismos dicen. Porque son ellos, por cierto, los poetas,
quienes nos hablan de que, como las abejas, liban los
mueve, parecida a la que hay en la piedra que Eurípi-
des llam6 magnética y la mayoría, heráclea Por cierto cantos que nos ofrecen de las fuentes melifluas que hay
que esta piedra no s610 atrae a los anillos de hierro, en ciertos jardines y sotos de las musas, y que revolo- b
sino que mete en ellos una fuerza tal, que pueden hacer tean también como ellas lo. Y es verdad lo que dicen.
e lo mismo que la piedra, o sea, atraer otros anillos, de porque es una cosa leve, (alada y sagrada el poeta, y
modo que a veces se forma una gran cadena de anillos no está en condiciones de poetizar antes de que esté
de hierro que penden unos de otros. A todos ellos les endiosado, demente, y no lhabite ya más en él la inte-
viene la fuerza que los sustenta de aquella piedra. Así, ligencia. Mientras posea este don, le es imposible al
también, la Musa misma crea inspirados, y por medio hombre poetizar y profetizar I1. Pero no es en virtud
de eiios empiezan a encadenarse otros en este entusias- de una técnica como hacen todas estas cosas y hablan
mo. De ahí que todos los poetas Cpicos, los buenos, no tanto y tan bellamente sobre sus temas, cual te ocurre c
es en virtud de una técnica por lo que dicen todos esos a ti con Homero, sino por una predisposición divina,
beiios poemas, sino porque están endiosados y posesos. según la cual cada uno es capaz de hacer bien aquello
534a Esto mismo le ocurre a los buenos líricos, e igual que hacia lo que la Musa le dirige; uno compone ditiram-
los que caen en el delirio de los Coribantesg no están b o ~ otro
, loas, otro danzas, otro epopeyas, otro yam-
en sus cabales al bailar, así también los poetas líricos bos. En las demás cosas cada uno de ellos es incompe-
hacen sus bellas composiciones no cuando están sere- tente. Porque no es gracias a una técnica por lo que
son capaces de hablar así, sino por un poder divino,
puesto que si supiesen, en virtud de una técnica, ha-
8 Se refiere a la piedra imantada. La cita de Euripides co- blar bien de algo, sabrían hablar bien de todas las
rresponde a un fragmento de su Oineus (ed.NAUCK~, 567). aMag- cosas. Y si la divinidad les priva de la razón y se sirve
n6tica~,probablemente de Magnesia, territorio en la península de ellos como se sirve de sus profetas y adivinos es d
tesalia. Heraclea es una ciudad de Asia Menor al Sur de Mag-
nesia. El magnetismo fue conocido ya por los primeros cien- para que, nosotros, que los oímos, sepamos que no son
tificos griegos. Tales de Mileto nos habla ya de él. TambiCn,
Demócrito, Empédocles y Diógenes de Apolonia. Alejandro de
10 El tema de los jardines (de Adonis lo ha estudiado última-
Afrodisia nos legó un tratado .Sobre la piedra heraclea.. El
tema de la inspiraci6n paética aparece ya en la Apología (22b-c), mente, con originalidad y erudición, M. DETIENNE, Les jardins
Menón (99d), Fedro 245a sigs.) y Leyes (719c), donde se habla dlAdonis. La mythologie des aromates en Crece, París, 1972.
11 Todo el pasaje es una hermosa definición y explicación
del tema como de un .viejo mito*.
9 Los coribantes eran sacerdotes de Cibeles que, al son de del discutido tema de la inspirjación poética. Indudablemente hay
ciertas melodías, caían en una especie de frenesí, al modo de aquí una velada alusión a los; mecanismos inconscientes de la
las orgías báquicas. (Cf. EuRtPmes, Bacantes 708 sigs.) creación artística.
ION 259
ellos, privados de razón como están, los que dicen uInbral, dándose a conocer ante los pretendientes y
cosas tan excelentes, sino que es la divinidad misma los dardos a sus pies 13, O a Aquiles abalan-
quien las dice y quien, a través de ellos, nos habla. La zándose sobre Héctor 14, O iun momento emocionante de
mejor prueba para esta afirmación la aporta Tínico a , Hécuba o .Priamo15, ¿te encuentras en-
~ ~ d r ó m a cde
de Calcis u,que jamás hizo un poema digno de recordar- tonces en plena conciencia. o estás, más bien, fuera de
se con excepción de ese peán que todos cantan, quizá ti y crees que tu alma, llena de entusiasmo por los c
el m& hermoso de todos los poemas líricos; y que, sucesos que refieres, se hialla presente en ellos, bien
e según él mismo decía, era aun hallazgo de las musasw. sea en ftaca o en Troya o donde quiera que tenga lugar
Con esto, me parece a mí que la divinidad nos muestra tu relato?
claramente, para que no vacilemos más, que todos ION.- ¡Qué evidente es, Sócrates, la prueba que adu-
estos hermosos poemas no son de factura humana ni ces! Te contestaré, pues, nio ocultándote nada. En efec-
hechos por los hombres, sino divinos y creados por los to, cuando yo recito algo emocionante, se me llenan
dioses, y que los poetas no son otra cosa que intérpre- 10s ojos de lágrimas; si es algo terrible o funesto, se
tes de los dioses, poseídos cada uno por aquel que los me erizan los cabellos y palpita mi corazón.
domine. Para mostrar esto, el dios, a propósito, cantó, Sóc.- Por consiguiente, oh Ion, idiremos que está d
sirviéndose de un poeta insignificante, el más hermoso en su razón ese hombre qpe, adornado con vestiduras
535a poema lírico. ¿No te parece Ion, que estoy en lo cierto? llamativas y coronas doradas, se lamenta en los sacri-
IQN.- Sí, ¡por Zeus! Claro que sí: me has llegado ficios y en las fiestas solemnes, sin que sea por habér-
al alma, no sé de qué manera, con tus palabras, oh sele estropeado algo de lo que lleva encima, o experi-
S6crates, y me parece que los buenos poetas por una menta temor entre más de veinte mil personas que se
especie de predisposición divina expresan todo aquello hallan amistosamente dispuestas hacia él, y ninguna
que los dioses les comunican. de ellas le roba o le hace daño?
Sdc.- ¿No sois vosotros los rapsodos, a su vez, los ION. - ¡NO, por Zeus! En absoluto, oh Sócrates,
que interpretáis las obras de los poetas? si te voy a hablar con franqueza.
ION.-También es verdad. Sóc.-Tú sabes, sin embargo, que a la mayona de
!S&.- ¿Os habéis convertido, pues, en intérpretes los espectadores les provocáis todas esas cosas.
de intérpretes? ION.-Y mucho que 1.0 sé. pues los veo siempre e
ION.- Enteramente. desde mi tribuna, llorandlo, con mirada sombría, ató-
b Súc. -Dime, pues, oh Ion, y no me ocultes lo que nitos ante lo que se está diciendo. Pero conviene que
voy a preguntarte. Cuando tú recitas bien los poe- les preste extraordinaria ;atención, ya que, si los hago
mas épicos y sobrecoges profundamente a los espec- llorar, seré yo quien ría al recibir el dinero, mientras
tadores, ya sea que cantes a Ulises saltando sobre el
12 Tinico, poeta anterior a Pindaro, autor de un famoso 13Odisea XXII 1 sigs.
pán en honor de Apo10.-Porfirio, en el De abstinentia (ed. 14Zlíada XII 312 sigs.
N A U Q ~M),
~ , nos habla de la gran estima en que Esquilo tiene al 15Iliada VI 370 sigs. (Antirómaca), XII 405 sigs. (Hécuba),
poeta de Calcis. XXIV 188 (Príamo).
ION

que, si hago que se rían, me tocará llorar a mí al per- al hablar de Homero que ;al hablar de los otros poetas,
derlo. te diré que es porque tú no ensalzas a Homero en virtud
Sóc.- ¿No sabes que tal espectador es el último de una técnica, sino de un don divino.
de esos anillos, a los que yo me refería, que por medio ION. -Dices bien, Sócrates. No obstante, me extra-
de la piedra de Heraclea toman la fuerza unos de otros, ñaría que, por muy bien que hablases, llegaras a con-
53th y que tú, rapsodo y aedo, eres el anillo intermedio y vencerme de que yo ensalzo a Hornero, poseso y de-
que el mismo poeta es el primero? La divinidad por lirante. Estoy seguro de que no opinarías lo mismo,
medio de todos éstos arrastra el alma de los hombres si me oyeses hablar de él.
a donde quiere, enganchándolos en esta fuerza a unos Sóc. - Ya estoy deseando oírte; pero no antes de
con otros. Y lo mismo que pasaba con esa piedra, se que me hayas contestado a esto: ¿De cuál de los temas e
forma aquí una enorme cadena de danzantes, de maes- de que habla Homero, hablas tú mejor? Porque seguro
tros de coros y de subordinados suspendidos, uno al que no sobre todos.
lado del otro, de los anillos que penden de la Musa. ION.- Has de saber, Skkrates, que no hay ninguno
Y cada poeta depende de su Musa respectiva. Nosotros del que no hable.
b expresamos esto, diciendo que está poseído, o 10 que Sóc. - Pero no de todos aquellos que quizás des-
es lo mismo que está dominado. De estos primeros conozcas, y que, sin embairgo, Homero menciona.
anillos que son los poetas, penden a su vez otros que
ION.- ¿Y cuáles son estos temas que Homero trata
participan en este entusiasmo, unos por Orfeo, otros
y yo, a pesar de todo, desconozco?
por Museo, la mayoría, sin embargo, están poseídos
y dominados por Homero. Tú perteneces a éstos, oh S6c. - ¿No trata Homero largamente y en muchos 537a
Ion, que están poseídos por Homero; por eso cuando lugares sobre técnicas? Por ejemplo, sobre la técnica de
alguien canta a algún otro poeta, te duermes y no conducir un carro, si me acuerdo de la cita, te lo diré.
tienes nada que decir, pero si se deja oír un canto de -
ION. Deja que lo digia yo, que lo tengo ahora en la
tu poeta, te despiertas inmediatamente, brinca tu alma memoria.
c y se te ocurren muchas cosas; porque no es por una Sóc. - Dime, pues, lo (que Néctor habló con su hijo
tCcnica o ciencia por lo que tú dices sobre Homero las Antíloco, cuando le exholrta a tener cuidado con las
cosas que dices, sino por un don divino, una especie de vueltas en la carrera de caballos en honor de Patroclo:
posesión, y lo mismo que aquellos que, presos en el ION.- a Y tú inclinate ligeramente, en la bien traba-
tumulto de los coribantes, no tienen el oído presto sino jada silla hacia la izquierda de ella, y al caballo de la b
para aquel canto que procede del dios que les posee, derecha anímale aguijont-dndolo y aflójale las bridas.
y le siguen con abundancia de gestos y palabras y no se El caballo de la izquierda se acerque tanto a la meta
preocupan de ningún otro, de la misma manera, tú, oh que parezca que el cubo1 de la bien trabajada rueda,
Ion, cuando alguien saca a relucir a Homero, te sobran haya de rozar el límite. Pero cuida de no chocar con la
d cosas que decir, mientras que si se trata de otro poeta piedra» '6.
te ocurre lo contrario. La causa, pues, de esto que me
preguntabas, de por qué no tienes la misma facilidad 16 Ilfada XXIII 335-340.
ION 263

c -
Cóc. Basta, oh Ion, ¿quién distinguirá mejor si Sóc. -Dime ahora lo que antes te iba a preguntar: 538a
estos versos están bien o no lo están, el médico o el si en tu opinión, con respecto a las técnicas en general,
auriga? ocurre que quizá por medio de la misma técnica cono-
ION.- El auriga, sin duda. cemos necesariamente las mismas cosas, y que, por
-
Súc. ¿Porque posee esta técnica o por alguna otra medio de otra, no las conocemos, sino que al ser otra,
causa? conocemos necesariamente otras cosas.
ION.- Porque posee esta técnica. ION.-Así me parece, oh Sócrates.
Sdc. -Y ¿no es verdad que a cada una de estas téc- Sóc. -Quien no posee, pues, una técnica, no está
nicas le ha sido concedida por la divinidad la facultad capacitado para conocer bien lo que se dice o se hace
de entender en un dominio concreto, porque aquellas en el dominio de esa técni'ca.
cosas que conocemos por la técnica del timonel, no las ION.- Dices verdad. b
conocemos por la medicina? Sóc. - Y iquidn en 101s versos que has recitado,
ION.- Seguro que no. sabrá mejor si Homero ha.bla con exactitud o no, tú o
Sdc. - Ni por la medicina, las que conocemos por la un auriga?
arquitectura. ION.-Un auriga.
ION.- NO, por cierto. %C. -Tú eres, por cierto, rapsodo, pero no auriga.
d &c. -Y así con todas las técnicas: ¿lo que conoce- ION.- Sí.
mos por una no lo conocemos por la otra? Pero antes %C. -Y la técnica del rapsodo, jes distinta a la del
respóndeme a esto: jcrees tú que una técnica es dis- auriga?
tinta de otra? -
ION. Si.
-
ION. Si. Sbc. -Luego si es dist:inta, será, pues, un saber de
cosas distintas.
Sdc. -Así pues, lo mismo que yo hago, que cuando
ION.- Sí.
un saber es de unos objetos y otro de otros, llamo de
S ~ C-Más
. a6n; cuando Homero dice que Hecamede
distinta manera a las técnicas, ¿lo harías tú también?
la concubina de Néstor da una mixtura a Macaón heri- c
-
ION. Sí. do, y dice poco más o menos:
e Sbc. -Porque si fuera una ciencia de los mismos
objetos, ¿por qué tendríamos que dar un nombre a «Al vino de Pramnio dice, añadió queso de cabra, ralla-
una, y otro nombre a otra, cuando se podrían saber las do con un rallador de bronce, junto con la cebolla con-
mismas cosas por las dos? Igual que yo conozco que dimento de la bebida, 17,
Cstos son cinco dedos y tú estás de acuerdo conmigo ¿a quién pertenece aquí dictaminar si Homero habla o
en ello; si te preguntase si tú y yo lo sabemos gracias no con exactitud, al médico o al rapsodo?
a la misma técnica, o sea la aritmética, o gracias a ION.-Al médico.
alguna otra, responderías, sin duda, que gracias a la &c. - Y cuando Homeiro dice:
misma.
-
ION. Sí.
ION 265

d aSe precipitó en lo profundo, semejante al plomo, fijo grienta, viva y aún palpittznte, que no se habfa olvidado
al cuerno de u n buey montaraz y se sumerje llevando de la lucha, pues mordíd, a quien lo llevaba, en el pecho
la muerte a los ávidos peces, la, junto a la garganta, dobilándose hacia atrás; el águila
¿de quién diremos que es propio juzgar sobre la recti-
lo dejó caer a tierra trcnspasada de dolor, echándolo
tud de lo que aquí se dice, de la técnica del pescador o
sobre la muchedumbre, y chillando se alejó en alas del
de la del rapsodo? vientos ". d
ION.- Está claro, oh Sócrates, que de la del pesca- yo diría que estas cosas y otras parecidas son las que
dor. tiene que analizar y juzgar el adivino.
-
S6c. Imagínate ahora que eres tu quien pregunta ION.- Estás diciendo la verdad, oh Sócrates.
e y que lo haces así: apuesto que tú, oh Sócrates, en- Wc. - Y tú también h dices, oh Ion, al & m a r esto.
cuentras en Homero, a propósito de estas artes, las Sigamos. pues, y lo mismo que yo escogí de la Odisea
que a cada uno compete juzgar, mira, pues, si descubres, y de la Zlúdda aquellos p,asajes que tienen que ver con e
con respecto al adivino y al arte adivinatorio, qué clase el adivino, con el médico y con el pescador, de la mis-
de cosas son las que conviene que sea capaz de discer- ma manera búscame tú, :ya que estás mucho mAs fami-
nir para saber si un poeta es bueno o malo,. Fíjate liarizado que yo con Hornero, aquellos pasajes que son
qué fAcil y exactamente te responderé. En muchos pa- asunto del rapsodo y del arte del rapsodo, aquellos que
sajes de la Odisea habla Homero de este asunto, por le pertenece a C1 estudiarlos y juzgarlos, mejor que a
ejemplo, cuando el adivino Teociímeno, del linaje de hombre alguno.
Melampo dice a los pretendientes: ION.- YO afirmo, oh Sócrates, que son todos.
!%c. - No, Ion, no eres tú quien afirma que todos.
539au iDesgraciados! , ¡qué mal es el que padecéis! La noche O jes que eres tan desmiemoriado? Sin embargo, no le
os envuelve la cabeza, el rostro y las rodillas; u n la- va a un rapsodo la falta de memoria.
mento resuena, y lloran las mejillas; y el pórtico y el ION.- Pero, ¿qué es lo que he olvidado?
patio están llenos de sombras que se encaminan al E r e W. -No te acuerdas de que tú mismo has dicho 540a
b bo, al reino de la noche, el sol ha desaparecido del cielo, que el arte del rapsodo es distinto del arte del auriga.
y se extiende una tiniebla horribles ". ION.-Me acuerdo.
Y en varios lugares de la Ilíada, concretamente en el -
W. ¿Y no es verd.ad que tú estabas de acuerdo
combate ante el muro, dice: en decir que, siendo distinto, tratará cosas distintas?
ION.- Sí.
a u n pájaro volaba sobre ellos que intentaban pasar !%c. - Entonces, ni el arte del rapsodo, ni el raps*
(el foso), u n águila de alto vuelo, asustando a la gente, do mismo versarán, como tú dices, sobre todas las cosas.
c llevando en sus garras una monstruosa serpiente, san- ION.-Tal vez, oh SCicrates, con excepción de esas
cosas que tú has mencionado.
18 Ilíada XXIV m2.
* Odisea XX 351-357. Ilíada XII M)O-207.
oh Ion, si una cabalgadura es buena? ¿Por el del jinete,
b Súc.- Por aesas cosas, entiendes tú lo que se refiere
o por el del &arista?» ¿Qué me responderías?
a las otras artes. Pero, entonces, ¿sobre qué cosas ver-
ION.- Por el del jinete, diría yo.
sará tu arte, si no versa sobre todo?
Sbc. - Por con~iguient~e,si supieses distinguir a
ION.-En mi opinión, sobre aquellas cosas que son
que tocan bien la cítara, tendrías que convenir
propias de que las diga un hombre o una mujer, un
en que lo sabes en cuanto que tú mismo eres
esclavo o un libre, el que es mandado o el que manda.
citarista, y no en cuanto jinete.
Sdc. - ¿Acaso afirmas que el lenguaje propio del
ION.- Sí.
que manda un barco combatido, en alta mar, por la tem-
S6c. - Y puesto que conoces la estrategia, ¿por qué
pestad lo conoce mejor el rapsodo que el timonel?
la conoces?, ¿porque eres general, o porque eres un buen
ION.- NO, sino que será el timonel.
rapsodo?
c W. -Y el lenguaje propio de quien manda en un
ION.-Yo creo que no se distinguen estas dos cosas.
enfermo, ¿lo conocerá mejor el rapsodo que el médico?
S6c. - ¿Cómo? ¿Dices que no se diferencian en 541a
ION.-Tampoco.
nada? (Afirmas, pues, que son la misma cosa el arte
Sbc.- Pero sí lo que se refiere a un esclavo, afir- del rapsodo y el del general, o son distintos?
mas tú.
ION.- A mí me parece que son la misma.
-
ION. Si. Sbc. - Por tanto, aquel que es un buen rapsodo será
W. - Por ejemplo, el lenguaje propio de un esclavo, también un buen general.
pastor de bueyes, para amansar a sus reses solivianta-
ION.- Exactamente, oh Sócrates.
das, les el rapsodo quien lo sabrá mejor y no el pastor?
Sbc. -Y, a su vez, quien es un buen genera1 será
ION.-NO por cierto. también un buen rapsodo.
S6c. -Quizá, entonces, ¿lo que diría una mujer que ION.-NO, ya esto no nne lo parece.
hila lana, sobre este trabajo de hilar? S6c. -Pero a ti te parece que el buen rapsodo es b
ION.- NO. también buen general.
d S&. - Entonces, tal vez, lo que diría un general para ION.-Ciertamente.
arengar a sus soldados. Sbc. -Tú eres, pues, ell mejor rapsodo entre los he-
ION.- Sí; éstas son las cosas que conoce el rapsodo. lenos.
-
Sbc. iCómo! ¿El arte del rapsodo es, pues, el arte ION.- Y con mucho, o11 Sócrates.
del general? Sbc. - {También el me:jor general de Grecia?
ION.-Al menos, yo sabría qué es lo que tiene que ION.- Seguro, oh Sócrates; todo esto lo he apren-
decir un general. dido yo de Homero.
%c. - Por los dioses, ioh Ion, ¿cómo es, pues, que
Sbc. - Posiblemente tienes tú también, oh Ion, ta- siendo el mejor de los helenos, en ambas cosas, como
lento estratkgico. Y supuesto también que fueras un general y como rapsodo, vas recitando de un sitio para
buen jinete al paso que un tocador de cítara, conocenas otro, y no te dedicas a hacer la guerra?, ¿o es que te
los caballos que son buenos o malos para montar. Pero parece que entre los griegos hay más necesidad de rap- c
e si yo te pregunto: «¿Por medio de qué arte sabes tú,
sodos coronados con coronas de oro, que de generales? pero, de hecho, oh Ion, si dices la verdad cuando e
ION.- ES que nuestra ciudad, oh Sócrates, está g c afirmas que es por una técnica y una ciencia por lo que
bernada y dirigida militarmente por vosotros 11, y no eres capaz de ensalzar a Eíomero, eres injusto, sin em-
necesita de un general; y la vuestra y la de los lacede bargo; porque, asegurando que sabes muchas y bellas
monios no me escogería a mí por jefe; pues vosotros cosas sobre Homero y dic:iendo que me las vas a mos-
tenéis conciencia de que os bastáis a vosotros mismos. trar, te burlas de mí y estás muy lejos de mostrármelas,
Sbc.- iOh querido Ion! ¿No conoces a Apolodoro de y ni me quieres indicar cuáles son los temas sobre los
Cícico? 2. que tú estás versado, a pesar de que te lo .ruego insis-
ION.- ¿A quién? tentemente, sino que, como Proteo, tomas todas las
formas y vas de arriba para abajo, hasta que, por últi-
Sóc. -A aquel al que, aunque extranjero, han es- mo, habiéndoteme escapad.0,te me apareces como gene-
d gido muchas veces los atenienses como general; y tam- ral, por no mostrarme lo %versadoque estás en la cien- 542a
bién a Fanbstenes de Andros y Heraclides de Clazóme- cia de Hornero. Si, como acabo de decir, eres experto
nas23, que siendo extranjeros, como eran, por haber en Homero y, habiéndome prometido enseñarme esta
mostrado su capacidad, la ciudad los designaba para técnica, te burlas de mí, entonces cometes una injus-
estrategas y para otros cargos públicos. ¿No escogerían, ticia; pero si, por el contrario, no eres experto, sino que,
pues, a Ion de Éfeso como general y lo honrarían como debido a una predisposición divina y poseído por Ho-
tal, si le encontrasen digno de ello? ¿Es que los de Éfe- mero, dices, sin saberlas realmente, muchas y bellas
so no sois, desde tiempo inmemorial, atenienses? ¿Es cosas sobre este poeta - c o m o yo he afirmado de ti-,
que Efeso es menos que otra ciudad? entonces no es culpa tuya. Elige, pues, por quién quieres
ser tenido, por un hombre: injusto o por un hombre di-
21 Referencia a Efeso, que, desde el 394 al 392, estuvo de vino.
nuevo bajo inlluencia ateniense. Si no se piensa en los años ION.-Hay una gran diferencia, oh Sócrates. Es b
anteriores al 415 en que también estuvo unida a Atenas, las mucho más hermoso ser tenido por divino.
fechas anteriores nos permitirían datar el diálogo en tomo al Cbc. -Así pues, esto, que es lo más hermoso, es lo
394. Cf. M. S. R u m h ~ z ,&obre la cronología del Ion de Platón*,
Aegyptus 33 (1953), 241-246, que s i t h su composición también que te concedemos, a sa'ber, que ensalzas a Homero
entre 391 y 391, ayudandose de otro argumento. porque estás poseído por ,undios; pero no porque seas
n Apolodom de Cícico, del que apenas encontramos referen- un experto.
cias exactas. Cf. V. VON W ~ O \ N I T ZAristoteles
, und Athen 1
1893, pág. 188, 4.
u Fanóstenes elegido estratego en el 40847, después que en
el 411; y a la caída de su ciudad, vino a Atenas, donde adquirió
la ciudadanía (JENO~NTE, Helbnicas 1 5, 18 sigs.). - Heraclides
de Clazómenas, que en el afio 400 debió de adquirir también la
ciudadanía ateniense. Se sabe de él que había elevado el salario
de los jueces de la asamblea ( A R I S T ~ TConstitucidn
E~~, de los
atenienses 41, 3) con el fin de que se acudiera a las asambleas
en número suficiente para la validez de las votaciones.
BIBLIOTECA CLASICA GREDOS, 94

INTRODUCCI~N. T R A D U C C I ~ NY NOTAS
POR

CONRADO EGGERS L A N

EDITORIAL GREDOS
-¡Por Zeus! -exclamó Glaucón-. Difícilmente no -No parece ir contra la naturaleza.
lo sean: -Ahora bien, no te parece que, para llegar a ser un
c -Sin embargo, es necesario que sean mansos con verdadero guardián. se requiere aún algo más que lo
sus compatriotas y feroces frente a sus enemigos. De dicho: a la fogosidad, añadir el ser filósofo por natura-
otro modo, no aguardarán a que otros los destruyan, leza?
sino que ellos mismos serán los primeros en actuar. -¿Cómo? -inquirió Glaucón-. No me doy cuenta. 3760
-Es verdad -contestó. -También esto lo percibirás en los perros: algo dig-
-En ese raso -dije-, ¿qué haremos? ¿Dónde en- no de admiración en un animal.
contraremos un carácter que sea a la vez manso y de -¿Qué cosa?
gran fogosidad? Porque sin duda una naturaleza fogosa -Que, al ver un desconocido, aun cuando no haya
es opuesta a otra mansa. sufrido antes nada malo de parte de éste, se enfurece
-Eso parece. con él; en cambio, al ver a un conocido, aunque éste
-Pero si está privado de alguna de esas dos cualida- jamás le haya hecho bien alguno, lo recibe con alegría.
des nunca llegará a ser un buen guardián. Y parece ¿No te has maravillado nunca de eso?
d imposible que estén ambas, por lo cual el resultado es -Hasta ahora no había prestado mucha atención a
que es imposible que haya un buen guardián. eso -respondió Glaucón-, pero es patente que obra
-Me temo que sí. de esa manera.
Me quedé un momento dudando, y, tras revisar en -Bien, ése es un rasgo exquisito de la naturaleza
silencio lo dicho anteriormente, dije: del perro, el de ser verdaderamente amante del conoci- b
-Con razón, amigo, estábamos envueltos en dudas; miento, o sea, filósofo.
pues hemos dejado de lado la comparación que había- -¿De qué modo?
mos propuesto. -De este modo: no distingue un aspecto amigo de
-¿A qué te refieres? un enemigo por ningún otro medio que por haber cono-
-No nos hemos dado cuenta de que, de hecho, exis- cido el primero y desconocido el segundo. Y bien, jcó-
ten naturalezas tales como las que no podíamos conce- mo no habría de ser amante de aprender quien delimita
bir, que poseen aquellas cualidades opuestas. mediante el conocimiento y el desconocimiento lo pro-
-¿ Dónde? pio de lo ajeno?
-Se las ve también en otros animales, pero ante to- -No puede ser de ninguna otra manera.
do en el que nosotros hemos parangonado con el guar- -¿Y acaso no es lo mismo -proseguí- el ser aman-
e dián. Seguramente has advertido el cariicter que por te de aprender y el ser filósofo? 9.
naturaleza tienen los perros de raza: éstos son mansísi- -Es lo mismo, en efecto.
mos con los que conocen y a los que están habituados, -¿Admitiremos confiadamente, entonces, que, tam-
pero todo lo contrario frente a los desconocidos. bién en el caso del hombre, si queremos que alguien c
-Ahora lo veo.
-Se trata, pues, de algo posible -declaré-, y nues- Traducimos philomath@s (.amante de aprender.) y translitera-
tra búsqueda de un guardián de esa índole no va contra rnos simplemente philósophos (*amante de la sabiduría.).
la naturaleza.
sea manso frente a los familiares y conocidos debe ser -iAsí es!
por naturaleza filósofo y amante de aprender? -¿Y no hay que educarlos por medio de ambas 377n
-Admitámoslo -respondió. clases, y en primer lugar por medio de los discursos
-Filósofo, fogoso, rápido y fuerte, por consiguiente, falsos?
ha de ser, por naturaleza, el que pueda llegar a ser el -No entiendo qué quieres decir.
guardián señorial de nuestro Estado. -¿No entiendes -pregunté- que primeramente con-
-Absolutamente en todo de acuerdo. tamos a los niños mitos, y qué éstos son en general fal-
-Así ha de ser por naturaleza. Ahora bien, ¿de qué sos, aunque también haya en ellos algo de verdad? Y
modo debemos criarlos y educarlos? Y ¿no nos será útil antes que de la gimnasia haremos uso de los mitos.
d ese examen para divisar aquello en vista de lo cual -Es como dices.
examinamos todo: cómo nacen en el Estado la justicia -Por eso dije que debemos ocuparnos antes en la
y la injusticia? Lo digo para no omitir un concepto im- música que en la gimnástica.
portante ni extendernos más de la cuenta. -Correcto -respondió Adimanto.
Y el hermano de Glaucón intervino: -¿Y no sabes que el comienzo es en toda tarea de
-Por mi parte -dijo-, espero que tal examen nos suma importancia, sobre todo para alguien que sea b
sea útil para ese fin. joven y tierno? Porque, más que en cualquier otro mo-
-¡Por Zeus! -repliqué-. No debemos entonces mento, es entonces moldeado y marcado con el sello con
abandonarlo, incluso aunque el examen resulte más ex- que se quiere estampar a cada uno.
tenso. -Así es.
-No, por cierto. -En tal caso, ¿hemos de permitir que los niños es-
-Adelante, pues, y, como si estuviéramos contando cuchen con tanta facilidad mitos cualesquiera forjados
mitos, mientras tengamos tiempo para ello, eduquemos por cualesquiera autores. y que en sus almas reciban
e en teoría a nuestros hombres. opiniones en su mavor parte opuestas a aquellas que
-Hagámoslo. pensamos deberían tener al llegar a grandes?
-¿Y qué clase de educación les daremos? ¿No será -De ningún modo lo permitiremos.
difícil hallar otra mejor que la que ha sido descubierta -Primeramente, parece que debemos supervisar a ,

hace mucho tiempo, la gimnástica para el cuerpo y la los forjadores de mitos, y admitirlos cuando estén bien c
música para el alma? hechos y rechazarlos en caso contrario. Y persuadire-
-Será difícil, en efecto. mos a las ayas y a las madres a que cuenten a los niños
-Pues bien, ¿no comenzaremos por la música antes los mitos que hemos admitido, y con éstos modelare-
que por la gimnástica? mos sus almas mucho más que sus cuerpos con las ma-
-Ciertamente. nos. Respecto a los que se cuentan ahora, habrá que
-¿Y en la música incluyes discursos o no? rechazar la mayoría.
-Por mi parte sí. -¿Cuáles son éstos?
-Ahora bien, hay dos clases de discurso, uno verda- -En los mitos mayores -respondí- podremos ob-
dero y otro falso. servar también los menores. El sello, en efecto, debe
REPUBLICA 11 137

ser el mismo, y han de tener el mismo efecto tanto los -En efecto -dijo-, esos relatos presentan dificul-
d mayores como los menores. ¿Eres de otro parecer? tades.
-No, pero no advierto cuáles son los que denomi- -Y no deben ser narrados en nuestro Estado, Adi-
nas 'mayores'. manto, como tampoco hay que decir, a un joven que b
-Aquellos que nos cuentan Hesíodo y Homero, y nos escucha, que al cometer los delitos más extremos
también otros poetas, pues son ellos quienes han com- no haría nada asombroso, o que si su padre delinque
puesto los falsos mitos que se han narrado y aún se y él lo castiga de cualquier modo, sólo haria lo mismo
narran a los hombres. que los dioses primeros y más importantes.
-¿A qué mitos te refieres y qué es lo que censuras -¡No, por Zeus! Tampoco a mí me parecen cosas
en ellos? adecuadas para narrar.
-Lo que en primer lugar hay que censurar -y más -Ni admitamos en absoluto que los dioses hagan
que cualquier otra cosa- es sobre todo el caso de las la guerra a dioses, se confabulen o combatan unos
mentiras innobles. contra otros; pues nada de eso es cierto: al menos si c
e -¿A qué llamas así? exigimos que los que van a guardar el Estado conside-
-Al caso en que se representan mal con el lenguaje ren como lo más vergonzoso el disputar entre sí. Y con
los dioses y los héroes, tal como un pintor que no pinta menor razón aún han de narrarse -o representarse en
retratos semejantes a lo que se ha propuesto pintar. bordados- gigantomaquias y muchos otros enfrenta-
-Es en efecto correcto censurar tales casos. Pero mientos de toda clase de dioses y héroes con sus pa-
jcuáles serían en aquellos que estamos examinando, y rientes y prójimos. Antes bien, si queremos persuadir-
de qué modo? los de que ningún ciudadano ha disputado jamás con
-Primeramente -expliqué-, aquel que dijo la men- otro y de que eso habría sido un sacrilegio, tales cosas
tira más grande respecto de las cosas más importantes son las que, tanto los ancianos como las ancianas,
es el que forjó la innoble mentira de que Urano obró deberán contar a los niños desde la infancia; y aun d
del modo que Hesíodo le atribuye y de cómo Cronos llegados a adultos, hay que forzar a los poetas a compo-
37aa se vengó de e1 'O. En cuanto a las acciones de Cronos ner, para éstos, mitos de índole afín a aquélla. Narrar
y los padecimientos que sufrió a manos de su hijo ", en cambio, los encadenamientos de Hera por su hijo o
incluso si fueran ciertas, no me parece que deban con- que Hefesto fue arrojado fuera del Olimpo por su padre
tarse con tanta ligereza a los niños aún irreflexivos. Se- cuando intentó impedir que éste golpeara a su madre,
ría preferible guardar silencio; pero si fuera necesario así como cuantas batallas entre dioses ha compuesto
contarlos, que unos pocos los oyesen secretamente, tras Homero, no lo permitiremos en nuestro Estado, hayan
haber sacrificado no un cerdo sino una víctima más im- sido compuestos con sentido alegórico o sin él. El niño,
portante y difícil de conseguir, de manera que tuvieran en efecto, no es capaz de discernir lo que es alegórico
acceso a la audición la menor cantidad posible de niños. de lo que no lo es, y las impresiones que a esa edad
reciben suelen ser las más difíciles de borrar y las que e
lo Cf. Teogonia 154-182. menos pueden ser cambiadas. Por ese motivo, tal vez,
" Idem 453-500. debe ponerse el máximo cuidado en los primeros rela-
tos que los niños oyen, de modo que escuchen los mitos -Sí.
más bellos que se hayan compuesto en vista a la exce- -En ese caso, lo bueno no es causa de todas las co-
lencia. sas; es causa de las cosas que están bien, no de las malas.
-Eso e s razonable -repuso Adimanto-. Pero si al- -Absolutamente de acuerdo -expresó Adimanto. c
guien nos preguntara aún, concretamente, qué cosa son -Por consiguiente -proseguí-, dado que Dios es
éstas y cuáles son los mitos a que nos referimos, ¿qué - bueno, no podría ser causa de todo, como dice la mayo-
contestaríamos? ría de la gente; sería sólo causante de unas pocas cosas
Y yo le contesté: que acontecen a los hombres, pero inocente de la ma-
379a -En este momento, ni tú ni yo somos poetas sino yor parte de ellas. En efecto, las cosas buenas que nos
fundadores de un Estado. Y a los fundadores de un Es- suceden son muchas menos que las malas, y si de las
tado corresponde conocer las pautas según las cuales buenas no debe haber otra causa que el dios, de las ma-
los poetas deben forjar los mitos y de las cuales no de- las debe buscarse otra causa.
ben apartarse sus creaciones; mas no corresponde a di- -Gran verdad me parece que dices.
chos fundadores componer mitos. -Pero entonces no debemos admitir, ni por parte
-Correcto -dijo-, pero precisamente en relación de Homero ni por parte de ningún otro poeta, errores
con este mismo punto: ¿cuáles serían estas pautas refe- tales acerca de los dioses como los que cometen tonta- d
rentes al modo de hablar sobre los dioses? mente, al decir que «dos toneles yacen en el suelo fren-
-Aproximadametite éstas: debe representarse siem- te a Zeus» 12, llenos de suertes: propicias en el prime-
pre al dios como es realmente, ya sea en versos épicos ro, desdichadas en el otro, y que aquel a quien Zeus
o líricos o en la tragedia. ha otorgado una mezcla de ambas " «encuentra a ve-
-Eso es necesario. ces el bien, a veces el mal» ', pero que a aquel a quien
-Ahora bien, ¿no es el dios realmente bueno por sí, Zeus no le otorga la mezcla sino los males inmezclados,
b y de ese modo debe hablarse de él? «una desdichada miseria lo hace emigrar por sobre la
-¡Claro! tierra divina» 15. Ni admitiremos tampoco que se diga e
-Pero nada que sea bueno es perjudicial. 20 no? que Zeus es para nosotros dispensador de bienes y de
-Me parece que no puede ser perjudicial. males. En cuanto a la violación de los juramentos y pac-
-¿Y acaso lo que no es perjudicial perjudica? tos en que ha incurrido Pándaro, si alguien afirma que
-De ningún modo. se ha producido por causa de Pallas Atenea y de Zeus
-Lo que no perjudica ¿produce algún mal? no lo aprobaremos, como tampoco que haya tenido
-Tampoco.
-Y lo que no produce mal alguno ¿podría ser causa l2 11. XXIV 527. Las palabras siguientes parafrasean el v. 528: .de
de un mal? dones que se distribuyen, malos en un caso, buenos en el otro..
l 3 Paráfrasis del v. 529; sólo falta el epíteto de Zeus, .quien se
-No veo cómo.
deleita con el rayo..
-Pues bien, jes benéfico lo bueno? l4 Idem 530. La frase siguiente es una paráfrasis muy libre del
-Sí. v. 531.
-¿Es, entonces, causa de un bienestar? I S Idem v. 532.
380a lugar una discordia y un juicio de los dioses por obra ajustarse los discursos acerca de los dioses, si se habla,
de Temis y de Zeus 16. Ni debemos permitir que los jó- los poemas, si se compone: que el dios no es causa
venes oigan cosas como las que dice Esquilo, a saber, que de todas las cosas, sino sólo de las buenas.
un dios hace crecer la culpa entre los hombres, -Y eso basta.
cuando quiere arruinar una casa por completo 17. -Veamos ahora la segunda: ¿crees que el dios es d
un hechicero capaz de mostrarse, por medio de artifi-
Y si algún poeta canta los padecimientos de Níobe en cios, en momentos distintos con aspectos distintos, de
yambos como éstos, o los referidos a los Pelópidas o manera tal que a veces él mismo aparece y altera su
a los troyanos o algún otro tema de esa índole, no le p-opio aspecto de muchas formas, en tanto otras veces
hemos de permitir que diga que esos pesares son obra nos engaña, haciéndonos creer tales cosas acerca de él?
de un dios, o, si lo dice, debe idear una explicación co- iNo crees, por el contrario, que el dios es simple y es,
mo la que nosotros buscamos ahora, declarando que el de todos los seres, quien menos puede abandonar su
b dios ha producido cosas justas y buenas, y que los que propio aspecto?
,
han sido castigados se han beneficiado con ello. Pero -Ahora mismo no podría contestarte.
afirmar que son infortunados los que expían sus delitos -Pues dime: jno es forzoso que si alguien abandona
y que el autor de sus infortunios es el dios, no hemos su propio aspecto lo haga transformándose por sí mis-
de permitírselo al poeta. Si dijera, por el contrario, que mo o por obra de otro? e

los malos son infortunados porque necesitaban de un -Sí, es forzoso.


castigo, y que se han beneficiado por obra del dios al -En el caso de que sea por obra de otro hallaremos
expiar sus delitos, eso sí se lo permitiremos. En cuanto que las cosas mejores son las que menos pueden ser
a que Dios, que es bueno, se ha convertido en causante alteradas o modificadas. Por ejemplo, el cuerpo más sa-
de males para alguien, debemos oponernos por todos no y más robusto es el que menos puede ser alterado
los medios a que sea dicho o escuchado en nuestro Es- por obra de alimentos, bebidas y fatigas, así como la
tado, si pretendemos que esté regido por leyes adecua- planta más fuerte es la que menos puede ser alterada 3 8 1 ~

c das; ni el hombre más joven ni el más anciano narrarán por obra del calor solar, o de los vientos y otros acci-
tales mitos, estén en verso o en prosa, puesto que se- dentes similares.
rían relatos sacrílegos, y ni son convenientes para noso- -Sin duda.
tros ni coherentes entre sí. -¿Y no es el alma más vigorosa y más sabia la que
-Sumo mi voto al tuyo -repuso Adimanto- en fa- menos puede ser perturbada o modificada por cualquier
vor de esta ley: también a mí me place. factor externo?
-Esta será, pues, la primera de las leyes y de las -Sí.
pautas que conciernen a los dioses, a la cual deberán -Y también cabe suponer que, por la misma razón,
todos los objetos fabricados: utensilios, edificaciones y
vestimentas, si han sido bien elaborados y se hallan en
l6 Cf. 11. X X 1-74. buen estado, son los que menos pueden ser alterados
l7 ESQUILO, fr. 156 NAUCK. por la acción del tiempo y de las diversas influencias.
-Es cierto. Ni que nadie cuente mentiras acerca de Proteo l9 y de
-Por consiguiente, todo lo que es excelente, sea por Tetis 20, ni presente a Hera -en tragedias u otro tipo
b naturaleza, sea por arte o por ambas a la vez, es lo que de poemas- transfomándose en una sacerdotisa men-
menor modificación admite por obra de otro. digando
-Así parece. para los hijos -dadores de vida- de Inaco, el rey
-Pues bien, tanto el dios como las cualidades pro- [de Argos 2'.
pias del dios en todo sentido son perfectas.
-Claro que sí. Y que no nos pretendan engañar con muchas otras fal- e
-Por ese motivo, el dios es quien menos podría adop sedades similares, ni que las madres, convencidas por
tar formas múltiples. estos poetas, asusten a sus hijos contándoles indebida-
-En efecto, nadie podría menos que él. mente mitos según los cuales ciertos dioses rondan de
-Pero jacaso no podría él mismo transformarse y noche, con apariencias semejantes a las de muchos ex-
alterarse por si solo? tranjeros de las más diversas regiones, para no blasfe-
-Evidentemente, si es cierto que se altera. mar contra los dioses y hacer a la vez a sus hijos más
-¿Se transformaría en lo mejor y más bello o en cobardes.
lo peor y más feo que él mismo? -Deben evitarlo.
-En lo peor, necesariamente -respondió-, siempre -Pero jno podría suceder que los dioses mismos no
c que sea cierto que se altera. Pues hemos dicho que al puedan transformarse, y nos hagan creer que se mani-
dios nada le falta en cuanto a belleza y a perfección. fiestan de diversos modos, echando mano a engaños y
-Has hablado correctamente. Y si es así, Adimanto, brujerías?
jte parece que alguno de los dioses o de los hombres -Tal vez.
se volvería, voluntariamente, peor en algún sentido? -En ese caso, testaría un dios dispuesto a mentir, 3820
-Es imposible. con palabras o actos, recurriendo a una falsa apariencia?
-En tal caso, es imposible que un dios esté dispues- -No sé.
to a alterarse; creo, por el contrario, que cada uno de -¿No sabes acaso que la verdadera mentira -si se
los dioses, por ser el más bello y mejor posible, ha de puede hablar así- es odiada por todos los dioses y
permanecer siempre simplemente, en su propia forma. hombres?
-Todo eso me parece forzoso. -¿Qué quieres decir?
-Pues entonces, mi querido amigo, que ningún -Esto: que nadie está dispuesto a ser engañado vo-
d poeta nos venga a decir que luntariamente en lo que de sí mismo más le importa
dioses, semejantes a extranjeros de todas las partes, l9 En Od. IV se narran las sucesivas transformaciones de Proteo
tomando toda clase de apariencias, visitan las ciu- en león. dragón, pantera, jabalí. agua y árbol, para intentar inútilmen-
[dades 18. te escapar de Menelao y sus hombres.
20 Las transformaciones de Tetis para escapar al matrimonio con

Peleo son cantadas por PINDARO, Nerneas IV 62 SS. (nota de Adam).


l8 Od. XVII 485-486. 2' Esoui~o,fr. 168 NAUCK.
ni respecto de las cosas que más le importan, sino que él cómo han sido los hechos de la antigüedad, asimilara
teme sobre todo ser engañado en cuanto a eso. la mentira a la verdad?
-Aún no te entiendo. -No. eso sería ridículo.
-Lo que sucede -dije- es que piensas que me -Por consiguiente, no puede hallarse en Dios un poe-
b refiero a algo maravilloso. Pero lo que yo quiero decir ta mentiroso.
es que lo que menos admitiría cualquier hombre es ser -Me parece que no.
engañado y estar engañado en el alma con respecto a -¿Mentiría, entonces, por temor a sus enemigos? e
la realidad y, sin darse cuenta, aloja allí la mentira y -Eso menos aún.
la retiene; y que esto es lo que es más detestado. -¿O por la insensatez o arranque de locura de sus
-Ciertamente. amigos?
-Y sin duda es lo más correcto de todo llamar a -No -dijo Adimanto-, porque ningún loco o insen-
eso, como lo hice hace apenas un momento, «una verda- sato es amigo de Dios.
dera mentiras: la ignorancia en el alma de quien está -En tal caso, no hay motivo alguno para que Dios
engañado. Porque la mentira expresada en palabras es mienta.
sólo una imitación de la que afecta al alma; es una -No lo hay.
c imagen que surge posteriormente, pero no una mentira -Por ende, lo propio de Dios y lo divino es en todo
absolutamente pura. ¿No es así? sentido ajeno a la mentira.
-Muy de acuerdo. -Por completo.
-Por consiguiente, la mentira real no es sólo odiosa -Por lo tanto, el dios es absolutamente simple y ve-
para los dioses, sino también para los hombres. raz tanto en sus hechos como en sus palabras, y él mis-
-Así me parece. mo no se transforma ni engaña a los demás por medio
-En cuanto a la mentira expresada en palabras, de una aparición o de discursos o del envío de signos,
jcuándo y a quién es útil Como para no merecer ser sea en vigilia o durante el sueño.
odiosa? ¿No se volverá útil, tal como un remedio que -Al decirlo tú, también me parece a mí. 3830
se emplea preventivamente, frente a los enemigos, y tam- -Entonces estarás de acuerdo conmigo en cuanto
bién cuando los llamados amigos intentan hacer algo a la segunda pauta a la que hay que atenerse para ha-
malo, por un arranque de locura o de algún tipo de in- blar y obrar respecto de los dioses: que no son hechice-
sensatez? Y también en la composición de los mitos de ros que se transformen a sí mismos ni nos induzcan
d que acabamos de hablar jno tornamos a la mentira útil a equivocarnos de palabra o acto.
cuando, por desconocer hasta qué punto son ciertos los -Estoy de acuerdo.
hechos de la antigüedad, la asimilamos lo más posible -Por consiguiente, aun cuando alabemos muchas
a la verdad? cosas en Homero, no elogiaremos el pasaje en que se
-Sin duda. refiere el mensaje que, mientras duerme Agamenón, le
-Pero jen cuál de estos casos la mentira será útil envía Zeus 12, ni tampoco aquellos versos de Esquilo
al dios? ¿Acaso sería en el caso de que, por desconocer
22 Cf. 11. 11 1-34.

94 - 10
b en los cuales Tetis dice que Apolo, cantando en sus
bodas,
exaltó mi feliz progenie
con vidas extensas, libres de enfermedades.
Y tras decir todo esto, celebró mi fortuna, cara a
[los dioses,
con un pean con que deleitó mi corazón.
Y yo no imaginaba que la boca divina de Febo,
plena del arte de la profecía, fuera mentirosa.
Pero este mismo dios que cantaba, el mismo que
[asistió al festín -En lo tocante a los dioses -proseguí-, me parece 386a
en persona, y que había predicho todo aquello fue que esta índole de cosas es la que debemos permitir
quien asesinó a mi hijo 23. o prohibir que, ya desde nifios, oigan quienes hayan de
honrar a los dioses y a sus propios padres, así como
c Cuando un poeta diga cosas de tal índole acerca de los quienes no vayan a tener en poco la amistad entre sí.
dioses, nos encolerizaremos con él y no le facilitaremos -También a nosotros nos parece, y creo que correc-
un coro. Tampoco permitiremos que su obra sea utili- tamente.
zada para la educación de los jóvenes; al menos si nos -Pues veamos; si deben ser valientes, ¿no conviene
proponemos que los guardianes respeten a los dioses acaso que se les diga cosas que les hagan temer la muer-
y se aproximen a lo divino, en la medida que eso es te lo menos posible? ¿O consideras que alguien que dé b
posible para un hombre. cabida dentro de sí a ese temor alguna vez llegará a
-En cuanto a mí -respondió Adimant-, estoy com- ser valiente?
pletamente de acuerdo con estas pautas; y, llegado el -No, por Zeus, no lo creo.
caso, las adoptaría como leyes. -¿Y te parece que el que crea que el Hades l exis-
te y es terrible no ha de temer a la muerte y la preferi-
z3 Esoui~o.fr. 350. 1-9, NAUCK.
El primer verso es acomodado por rá en el combate antes que a la derrota y a la esclavitud?
Platón a su propia redacción. -De ningún modo.
-Pues entonces será necesario, creo, que supervise-
mos también a los que se ponen a contar tales clases
de mitos, y que les pidamos que no desacrediten tan
absolutamente lo que concierne al Hades, sino que más
bien lo elogien; ya que lo que relatan ahora no es cierto
ni provechoso para los que vayan a ser combatientes.

La morada subterrhea del dios Hades o Plut6n.


-Será necesario, en efecto. lamentando tal destino y abandonando la juven-
-En tal caso, borremos de nuestra mente todas las [tud en pleno vigor '.
cosas de esa índole, comenzando por versos como éstos:
Preferiría ser u n labrador que fuera siervo de otro También éstos: 387a

hombre, a su vez pobre y de muy pocos bienes, Y el alma se marchó bajo tierra, como si fuera
antes que reinar sobre todos los muertos l . lanzando u n chillido B. [humo,

O éstos: y estos otros:


que quede a la vista de mortales e inmortales la así como los murciélagos, en el fondo de la gruta
[morada [sagrada,
temible y tenebrosa, a la cual incluso los dioses revolotean chillando, cuando alguno de ellos se
[aborrecen '. [desprende
de la fila adherida a la roca, y se aferran unos
Y también: [a otros,
asi las [almas de los pretendientes] avanzaban chi-
¡Ay, por los dioses, es cierto, pues, que en la mora- [llando '.
[da de Hades existe
el alma ' como imagen, aunque en ella no haya
Por ello solicitaremos a Homero y a los demás poetas b
[mente en absoluto! 5 .
que no se encolericen si tachamos los versos que hemos
citado y todos los que sean de esa índole, no porque
O aquel que dice:
estimemos que no sean poéticos o que no agraden a la
para él el ser sabio; las sombras, en cambio, lo mayoría, sino, al contrario, porque cuanto más @ti-
[rodean 6 . cos, tanto menos conviene que los escuchen niños y hom-
bres que tienen que ser libres y temer más a la esclavi-
tud que a la muerte.
-De acuerdo en todo.
Desde los miembros el alma partió volando hacia -Debemos rechazar, además, todos los nombres te-
[el Hades, rroríficos y temibles que hallamos en tales descripcio-
nes, como 'los que se lamentan' lo, 'las aborrecidas',
2 Od. XI 489491.
11. X X 64-65. 11. XVI 856-857.
*Alma. era el significado de psyché para Platón, aun cuando pa- 8 11. XXIII 1w101.
ra Homero era más bien el aliento vital cuando se pierde. Cf. B. SNELL, Od. XXIV 6-9.
Die Entdeckung des Geistes, 3.' ed., Hamburgo. 1955, págs. 1742. '0 En griego kókytos, que tambíh sirve de nombre al río del Ha-
11. XXIII 103-104. des Cocito; otro rlo, el Estige, está emparentado al verbo de la expre-
Od. X 495. sión siguiente, stugéo, .aborrecer*.
c 'los que están en las zonas inferiores', 'los manes' y -Naturalmente.
todas aquellas denominaciones del mismo tipo que ha- -En tal caso, será correcto que eliminemos los la-
cen estremecer a todos los que los escuchan. Y tal vez mentos de los varones de renombre, y que los refira-
eso convenga en otros casos; pero nosotros temeremos mos a las mujeres -y no a aquellas que son valiosas-
que, a raíz de un estremecimiento de esa índole, los guar- y a los hombres viles, de modo que, a quienes decimos 3880
dianes se tornen más templados y suaves de lo necesario. que hemos de educar para la vigilancia del país, les de-
-Y nuestros temores estarán fundados. sagrade parecerse a éstos.
-¿Suprimiremos, pues, aquellos nombres? -Correcto.
-Sí. -Nuevamente a Homero, así como a los demás poe-
-¿No habrá que hablar y componer poemas según tas, pediremos que no presenten a Aquiles, hijo de una
pautas opuestas a aquéllas? diosa,
-Evidentemente. tendido por momentos de costado, por momentos
d -¿Omitiremos también las quejas y los lamentos por [con el rostro hacia arriba,
parte de varones de alta consideración? por momentos boca abajo, y tras levantarse,
-Es necesario, al menos si nos atenemos a lo dicho a veces de pie, vagando agitadamente por la ori-
anteriormente. [lla del mar estéril ";
-Examina ahora si hemos procedido correctamente
en tales supresiones. ¿Afirmaremos que un hombre ra- ni tampoco b
zonable no juzgará que, para otro hombre razonable del recogiendo con ambas manos negra ceniza
cual sea compañero, la muerte sea terrible? y derramándola sobre su cabeza 12,
-Lo afirmaremos, en efecto.
-Por ende no ha de haber lamentos por él, como ni quejándose y lamentándose de tantas otras cosas co-
si le hubiese acontecido algo terrible. mo las que Homero ha descrito. Y que no presente a
-No, ciertamente. Príamo, próximo a los dioses por su genealogía,
-Y a ello debemos añadir que el hombre que es de
ese modo será el que más se baste a sí mismo para vivir suplicando y arrojándose en el fango,
e bien; y que se diferencia de los demás en que es quien llamando a cada varón por su nombre ".
menos necesita de otro.
-Es verdad. Y mucho más que en estos casos, les pediremos que no
-Y para él, menos que para nadie, será terrible ver- representen a divinidades lamentándose y exclamando
se privado de un hijo o de un hermano, o bien de rique- jay, desgraciada de mí! ¡ay, desdichada madre del mejor c
zas o de cualquier otro bien. [de los héroes! l 4
-Menos que para nadie, es cierto. " 11. X X N 10-12. En el v. 12 Platón sustituye palabras.
-Y será también quien menos se lamente cuando '' 11. X X I I I 23-24.
le acontezca una desgracia de esa índole, y el que con l3 11. X X I I 414-415.
mayor moderación la soportará. l4 11. XVIII 54.
Y si así retratan a los dioses, que al menos no se atre- -Me parece que sí.
van a presentar al más grande de los dioses tan distor- -Por consiguiente, es inaceptable que se presente
sionadamente como para que exclame: a hombres de valía dominados por la risa, y mucho 3890
menos si se trata de dioses.
[Ay de mí, un hombre que me es querido es el que con -Por cierto.
[mis ojos -En tal caso, tampoco aceptaremos a Homero co-
veo perseguido alrededor de la ciudad, y aflige mi cora-
sas como éstas acerca de los dioses:
[zón! l 5
O bien: y una risa interminable brotó entre los dioses bienaven-
[turados,
¡Ay de mí; Sarpedón, el más amado por mí entre los hom- cuando vieron a Hefesto moverse presurosamente por to-
[bres l6 [da la casa 17.
ha sido destinado a morir a manos del menecíada Patro-
[clo! -De acuerdo con tu argumento, no se puede acep-
tar esto.
En efecto, mi querido Adimanto, si nuestros jóvenes es- -Mío será si me lo quieres adjudicar -repuse-; de
cucharan seriamente tales cosas y no se echasen a reír todos modos, en efecto, no se puede aceptar. b
por tratarse de palabras indignas, menos aún un hom- -Pero además la verdad debe ser muy estimada. Por-
bre podría considerarlas indignas de sí mismo, y nadie que si hace un momento hemos hablado correctamente,
le reprocharía si se le ocurriera decir o hacer algo de y la mentira es en realidad inútil para los dioses, aun-
esa índole; tal hombre, por el contrario, ante los más que útil para los hombres bajo la forma de un reme-
pequeiios infortunios, prorrumpiría en una multitud de dio 18, es evidente que semejante remedio debe ser re-
quejas y lamentaciones, sin sentir vergüenza ni tener senado a los médicos, mientras que los profanos no
paciencia. deben tocarlos.
e -Lo que dices es cierto. -Es evidente.
-Pero no conviene que ocurra eso, tal como nuestro -Si es adecuado que algunos hombres mientan, és-
razonamiento acaba de mostrarnos, y a él debemos ate- tos serán los que gobiernan el Estado, y que frente a
nernos, por lo menos hasta que alguien nos convenza sus enemigos o frente a los ciudadanos mientan para
con otro mejor. beneficio del Estado; a todos los demás les estará veda-
-De acuerdo. do. Y si un particular miente a los gobernantes, dire- c
-No obstante, no conviene que los guardianes sean mos que su falta es igual o mayor que la del enfemo
gente pronta para reírse, ya que, por lo común, cuando al médico o que la del atleta a su adiestrador cuando
alguien se abandona a una risa violenta, esto provoca no les dicen la verdad respecto de las afecciones de su
a su vez una reacción violenta. propio cuerpo; o que la del marinero que no dice al pi-
l5 11. XXII 168-169. l7 11. 1 599-600.
16 11. XVI 433-434. l8 Supra 11 382c-d.
loto la verdad acerca de la nave y su tripulación ni cuál -Sí, están bien dichos.
es su condición o la de sus compañeros. -Veamos este otro:
-Es muy cierto.
atontado por el vino, poseedor de ojos de perro y de un
-Entonces, si quien gobierna sorprende a otro min-
d tiendo en el Estado [corazón de ciervo 22.
entre los que son artesanos: (Están bien este verso y los que lo siguen, así como 390a
un adivino, un médico de males, un carpintero en ma- todas aquellas otras insolencias que, en prosa o en poe-
[deras Iq, sía, sean dichas por un ciudadano a los gobernantes?
lo castigará por introducir una práctica capaz de sub- -No, no están bien.
vertir y arruinar un Estado del mismo modo que una -En efecto, no creo que sean cosas adecuadas para
nave. que escuchen los jóvenes respecto de la moderación. Cla-
-Así será, siempre que los hechos se ajusten a nues- ro que no hay que asombrarse de que les produzcan
tras palabras. alguna clase de placer. ¿Cuál es tu opinión sobre esto?
-Ahora bien, ¿no necesitarán moderación nuestros -La misma que la tuya.
jóvenes? -Pues bien; cuando un poeta hace decir al más sa-
-¡Claro que sí! bio de los hombres z' que lo que le parece más bello
-Pero la moderación, en lo que concierne a la mul- de todo es el momento cuando
titud, ¿no consiste principalmente en obedecer a los que
al lado están las mesas abundantes,
e gobiernan y en gobernar uno mismo a los placeres que
en pan y carne, mientras el escanciador saca el vino de
conciernen a las bebidas, a las comidas y al sexo?
[la crátera,
-Así me parece, al menos.
lo lleva y lo vierte en las copas 24,
-Diremos, entonces, que están bien dichas palabras
como las que Homero pone en boca de Diomedes:
¿crees que para un joven es apropiado escuchar tales
siéntate callado, amigo, y obedece la orden cosas en cuanto a su templanza? ¿Y acaso podemos afir-
marlo de aquel verso que dice que
y los versos que siguen a éste:
los aqueos avanzaban respirando con ánimo vigoroso, el destino más lamentable que pueda tocar en suerte es
lentamente, temiendo a sus comandantes2', [morir de hambre? 25

y los demás de esa índole. ¿O bien narrar que Zeus, el único despierto mientras
los demás dioses dormían, tras olvidar f~cilrnentetodas
l9 Od. XVII 383-384.
11. IV 412. 11. 1 225.
2' A pesar de lo anunciado por Platón, estos versos no siguen al 23 Ulises.
que acaba de citar, y se hallan en cantos diferentes entre sí: el prime- 24 Od. IX 8-10.
ro, en 111 8, y el segundo en IV 431, siempre de la Iiíada Od. XII 342.
c las maquinaciones que había ideado, impulsado por la Tampoco debe alabarse a Fénix, el maestro de Aquiles,
pasión sexual, al ver a Hera se excitó de modo tal, que como si hubiese hablado correctamente al aconsejarle
ni siquiera quiso llegar a su alcoba, sino que prefirió que, si recibía los dones, acudiera en auxilio de los
acostarse con ella sobre el piso, alegando que era presa aqueos, pero que, si no los recibía, no dejara su ira de
de un deseo tal como no lo había poseído ni siquiera lado Ni admitiremos considerar al mismo Aquiles
la primera vez que se acostaron juntos, apegado a las riquezas hasta el punto de recibir dones
de Agamenón " y estar así dispuesto a devolver un ca-
a escondidas de sus queridos padres ", dáver tras recibir una compensación, pero de otro mo- 3910
do no ".
o bien contar que Ares y Afrodita fueron encadenados -Por cierto -dijo Adimanto- que no hemos de elo-
por Hefesto por cosas de esa índole? 2 1 . giar tales relatos.
-¡No, por Zeus! No me parece que sea apropiado. -Y dudo, sólo porque se trata de Homero, en afir-
d -Si se narra, por el contrario, cómo renombrados mar que es impío hablar así de Aquiles y en creer a
varones dan pruebas de perseverancia, de palabra o ac- los otros que los narran; como también que Aquiles di-
to, como ésta: ce a Apolo:
golpeándose el pecho, increpó a su corazón con estas Me engañaste, Apolo, el más funesto de todos los dioses;
[palabras: y, por cierto, te lo haría pagar si contara con el poder
sopórtalo, corazón; ya otra vez afrontaste algo más ho- [para ello
[rrible '8,
hay que contemplarlas y escucharlas. En cuanto a que Aquiles obrara desobedeciendo al río, b

-Estoy totalmente de acuerdo. siendo éste un dios, y estuviera dispuesto a combatir-


lo"; o que, respecto de sus cabellos, consagrados a
-Ni tampoco debemos permitir que los varones que
otro río, el Esperqueo, dijera
educamos sean sobornables o apegados a las riquezas.
e -De ningún modo. desearía ofrecer mi cabellera al héroe Patroclo 35,

-Ni que se les canten versos como el que dice:


-

los presentes persuaden a los dioses, así como a los 3' Cf. 11. IX 515-518.
[reyes más respetables '9 3' En 11. XIX 278-279,los presentes de Agamenón son conduci-
dos a la nave de Aquiles, pero éste vuelve al combate no por ese moti-
vo, sino para vengar la muerte de Patroclo.
11. XIV 396. 32 Aunque en 11. XXIV 593-594Aquiles dice que ha devuelto el

Cf. Od. VI11 266-328. cadáver de Héctor a su padre por el pago de un rescate, pero la verda-
28 Od. X X 17-18. dera razón e s la de que su madre Tetis le aconseja que asi lo haga
Según el antiguo léxico Suda, este verso ha sido atribuido tar- para no irritar a los dioses (XXIV 560-562,cf. 133-137).
diamente a Hesiodo. Cf. E U ~ P I D E S , 964-965:aun proverbio dice
Medea 33 11. XXII 15 y 20.
que los dones persuaden a los diosesl. y el oro vale para los mortales 34 11. XXI 314 SS.
más que millares de palabras.. 35 11. XXIII 151.
que era ya cadáver, y haya procedido así, no debe ser no son en nada mejores que los hombres. Tales afirma-
creído. Y a su vez, en lo concerniente a las vueltas alre- ciones, como acabamos de decir, son sacrílegas y fal- e
dedor de la tumba de Patroclo, donde era arrastrado el sas, puesto que hemos demostrado que es imposible que
cadáver de Héctor 36, y el sacrificio de cautivos vivos se generen males a partir de los dioses.
sobre la pira 37, diremos que todas estas cosas que se -Claro que sí.
han contado no son ciertas. Tampoco permitiremos que -Tales afirmaciones, además, son perniciosas para
c se haga creer a nuestros jóvenes que Aquiles (hijo de quienes las escuchan. Pues todo hombre se perdonara
una diosa y de Peleo -el más moderado de los hombres a sí mismo tras obrar mal, si está convencido de que
y descendiente de Zeus en tercer grado-, así como edu- cosas semejantes hacen y han hecho también
cado por el sapientísimo Quirón) haya sido presa de una
confusión tal, que diera cabida dentro de sí a dos enfer- los parientes de los dioses,
más próximos a Zeus, de quienes hay, en el éter
medades opuestas entre sí: el servilismo que acompaña
del monte Ideo, un altar a Zeus paterno,
al apego a las riquezas, y el menosprecio tanto respecto
y en quienes no se ha extinguido aún la sangre divi-
de los dioses como de los hombres.
-Tienes razón. [na 39.
-Por consiguiente -proseguí-, no debemos dejar-
Por esta razón hay que poner término a semejantes mi-
nos convencer por estas cosas, ni consentir que se afir-
tos, no sea que creen en nuestros jóvenes una fuerte 392a
d me que Teseo, hijo de Posidón, y Pirítoo, hijo de Zeus,
hayan emprendido tan terribles raptos '*, o que cual- inclinación hacia la vileza.
-Sin duda.
quier otro héroe o hijo de un dios se haya atrevido a
-En tal caso (qué clase de discursos restan para
cometer obras horribles o sacrílegas como aquellas de
delimitar aquellos que se deben relatar de aquellos que
las que ahora mendazmente se les acusa. Más bien he-
no? Ya ha sido expuesto, en efecto, cómo se debe ha-
mos de obligar a los poetas a afirmar que esas obras
blar acerca de los dioses y acerca de los demonios, así
no han sido cometidas por aquéllos, o bien que aquéllos
no son hijos de dioses; pero no decir que ambas cosas como de los héroes y de los que habitan en el Hades.
-Así es.
son ciertas e intentar persuadir a nuestros jóvenes de
-Y lo que resta ¿no será lo que concierne a los hom-
que los dioses engendran algo malo y de que los héroes
bres?
-Evidentemente.
" Il. XXIV 14-16. -Pero nos es imposible ordenar esto, mi querido ami-
" 11. XXIII 175-176. go, al menos por el momento.
Se refiere a la leyenda. según la cual Pirítoo ayudó a Teseo a
raptar a Helena y, en retribución, Teseo ayudó a Pirítoo a raptar a -¿Por qué?
PersCfona. que hallamos en I s d c r u ~ ~Xs (.Elogio de Helena.) 18-20. -Porque creo que, a partir de lo admitido, hemos
Isócrates compara el más conocido -para nosotros- rapto de Helena de afirmar que los poetas y narradores hablan mal
por Alejandro-Paris con el de Perséfona por el dios Hades (cf. el Him-
no *homéricow A Demkter, donde no se menciona para nada a Teseo
ni a Piritoo). 39 De la tragedia Níobe. de ESQUILO
(fr. 155 DINDORP).
b acerca de los hombres en los temas más importantes, -Esto también necesito que me lo enseñes más cla-
al decir que hay muchos injustos felices y en cambio ramente.
justos desdichados, y que cometer injusticias da prove- -¡Parece que soy un ridículo y oscuro maestro!
cho si pasa inadvertido, en tanto la justicia es un bien -exclamé-. Pues entonces, tal como los que son inca-
ajeno para el justo, y lo propio de éste su perjuicio. ¿Pro- paces de hacerse entender, no me referiré al conjunto de
hibiremos que se digan tales cosas y prescribiremos que la cuestión sino que, tras separar de allí una parte, e
se canten y cuenten mitos en sentido opuesto a aqué- intentaré mostrarte en ésta lo que pretendo. Dime: tú
llas, o no te parece? conoces el comienzo de la Ilíada, donde el poeta cuenta
-Sí, bien lo sé. que Crises pidió a Agamenón la devolución de su hija,
-Y en caso de que estés de acuerdo en que lo que y que éste se encolerizó, por lo cual Crises, al ver que
digo es cierto, ¿podré afirmar que estás de acuerdo en no tenía éxito, imploró al dios contra los aqueos M. 3930
lo que buscamos desde un comienzo? -Por cierto.
-Lo has pensado correctamente. -Por lo tanto, sabes que hasta esos versos,
c -Por lo tanto, dado que se debe hablar acerca de
y suplicó a todos los aqueos,
los hombres con discursos de tal índole, jnos pondre-
y en particular a los dos Atridas, caudillos de pueblos 41,
mos de acuerdo en eso cuando descubramos qué es la
justicia y cómo ésta, por su naturaleza, da provecho al habla el poeta mismo sin tratar de cambiar nuestra idea
que la posee, tanto si parece o no ser justo?
de que es él mismo y no otro quien habla. Pero después
-Muy cierto.
de los versos citados habla como si él mismo fuera b
-Finalicemos entonces lo concerniente a los discur- Crises, e intenta hacernos creer que no es Homero el
sos; en cuanto a su dicción, creo que debe ser examina- que habla sino el sacerdote, que es un anciano. Y apro-
da a continuación, de modo que nos quede perfectamente ximadamente así ha compuesto todo el resto de la na-
analizado tanto lo que debe decirse como el modo en rración sobre lo que ha acontecido en Ilión, en ftaca 42
que debe ser dicho. y en la Odisea íntegra.
Aquí me interrumpió Adimanto: -De acuerdo.
-No comprendo qué es lo que quieres decir -mani- -Pues bien, hay narración no sólo cuando se refie-
festó. ren los discursos sostenidos en cada ocasión, sino tam-
d -Sin embargo -insistí-, debes comprenderlo; tal bién cuando se relata lo'que sucede entre los discursos.
tal vez lo aprehendas mejor de esta manera: jacaso no -Naturalmente.
sucede que todo cuanto es relatado por compositores -Pero cuando se presenta un discurso como si fuera c
de mitos o por poetas es una narración de cosas que otro el que habla, jno diremos que asemeja lo más posi-
han pasado, de cosas que pasan y cosas que pasarán?
-¿Y de qué otro modo podría ser? " Il. 1 8-42.
-Pero la narración que llevan a cabo puede ser sim- 41 Idem 15-16.
ple, o bien producida por medio de la imitación, o por Ilión e s otro nombre de Troya; haca es la isla de la cual es
ambas cosas a la vez. rey Ulises, y en la que transcurre pane de la Odisea.
ble su propia dicción a la de cada personaje que, según p l o ~y los sacrificios de víctimas que él había ofrecido,
anticipa, ha de hablar? en nombre de eso le imploraba que sus lágrimas fueran
-Lo diremos, en efecto. por los aqueos con dardos del diosn '). Así
-Y asemejarse uno mismo a otro en habla o aspec- -concluí- se crea, mi amigo, una narración simple,
to jno es imitar a aquel al cual uno se asemeja? sin imitación. b
-Sí. -Entiendo -contestó Adimanto.
-En el caso presente, por lo tanto, parece que tanto -Comprende del mismo modo que se produce un
éste como los demás poetas componen la narración me- tipo de narración opuesta a aquélla, cuando se supri-
diante imitaciones. men los relatos que intercala el poeta entre los discur-
-Estoy muy de acuerdo. sos y se dejan sólo los diálogos.
-En cambio, si el poeta nunca se escondiese, toda -También comprendo esto: es lo que sucede en la
su poesía y su narración serían producidas sin imita- tragedia.
d ción alguna. Para que no me vayas a decir que no -Has pensado muy correctamente -dije-, y creo
comprendes cómo podría suceder esto, te lo explicaré. que ahora puedo hacerte claro aquello que anteriormente
Si Homero, tras decir que Crises llegó trayendo el res- no pude: que hay, en primer lugar, un tipo de poesía
cate de su hija, como suplicante a los aqueos pero espe- y composición de mitos íntegramente imitativa -como c
cialmente a los reyes, continuase hablando no como si tú dices, la tragedia y la comedia-; en segundo lugar,
se hubiera convertido en Crises sino como si fuera aún el que se produce a través del recital del poeta, y que
Homero, te percatarás de que no habría imitación sino lo hallarás en los ditirambos, más que en cualquier otra
narración simple. Habría sido algo aproximadamente así parte; y en tercer lugar, el que se crea por ambos pro-
(me expreso en prosa, pues no soy poeta): aAl llegar, cedimientos, tanto en la poesía épica como en muchos
e el sacerdote rogó que los dioses permitiesen a los aqueos otros lugares, si me entiendes.
conquistar Troya y conservar la vida, y que éstos libe- -Ahora capto lo que antes querías decir.
raran a su hija tras aceptar el rescate, y respetando al -Recuerda que antes afirmamos también que ya ha-
dios. Cuando él dijo estas cosas, los aqueos lo aproba- bíamos hablado de lo que se debe decir, pero que aún
ron reverentemente, pero Agamenón se irritó y lo con- quedaba por examinar cómo se debe decir.
minó a partir inmediatamente y no volver, ya que de -Lo recuerdo.
nada le valdrían el báculo y las guirnaldas del dios. Y -Pues bien, aquello a lo cual me refería era que d
le dijo que, antes de liberar a su hija, ésta envejecería sería necesario ponernos de acuerdo sobre si hemos de
en Argos junto a él; y le ordenó marcharse y que no permitir que los poetas nos compongan las narraciones
394a lo irritase más, si quería regresar a su casa sano y sólo imitando, o bien imitando en parte sí, en parte no
salvo. Al escuchar esto, el anciano se atemorizó y se -y en cada caso, qué es lo que imitarán-, o si no les
marchó en silencio. Pero cuando se alejó del campamen- permitiremos imitar.
to rogó extensamente a Apolo, invocando al dios por
sus diversos epítetos y pidiéndole que, si recordaba que 3 Lo que aquí enirecomillarnos es la paráfrasis que Platón hace
alguna vez le habían sido gratos la edificación de tem- del pasaje de 11. 1 1742.
-Adivino lo que estás proponiendo examinar: si he- pequeñas aún, de manera que es incapaz de imitar bien
mos de admitir o no en nuestro Estado la tragedia y muchas cosas, o de hacer las cosas mismas a las cuales
la comedia. [as imitaciones se asemejan.
-Tal vez -contesté-, pero tal vez también algo de -Es muy cierto.
más importancia que eso, aunque yo mismo no lo sé -Por consiguiente, si hemos de mantener nuestra pri-
aún, sino que allí adonde la argumentación, como el vien- mera regla, según la cual nuestros guardianes debían
to, nos lleve, hacia allí debemos ir. ser relevados de todos los demás oficios para ser arte-
-Dices bien. sanos de la libertad del Estado en sentido estricto, sin c
e -Ahora, Adimanto, observa lo siguiente: {deben ser ocuparse de ninguna otra cosa que no conduzca a ésta,
nuestros guardianes aptos para la imitación, o no? ¿De no será conveniente que hagan o imiten cualquier otra.
lo que hemos dicho antes no se sigue acaso que cada Pero si imitan, correspondería que imiten ya desde ni-
uno realiza bien un solo oficio, no muchos, y que, si ños los tipos que les son apropiados: valientes, modera-
trata de aplicarse a muchos, fracasa en todos sin poder dos, piadosos, libres y todos los de esa índole. En cam-
ser tenido en cuenta en ninguno? bio, no debe practicarse ni el servilismo ni el ser hábil
-No puede ser de otro modo. en imitarlo -como ninguna otra bajeza-. para que no
-Y el mismo argumento cabe con respecto a la imi- suceda que, a raíz de la imitación, se compenetren con
tación: que un mismo hombre no es capaz de imitar mu- su realidad. ¿Acaso no has advertido que, cuando las d
chas cosas tan bien como lo hace con una sola. imitaciones se llevan a cabo desde la juventud y duran-
-Ciertamente. te mucho tiempo, se instauran en los hábitos y en la
395a -Mucho menos, por ende, podrá ejercitar oficios de naturaleza misma de la persona, en cuanto al cuerpo,
alto valor simultáneamente con la imitación de muchas a la voz y al pensamiento?
cosas, por hábil que sea al imitar, puesto que incluso -Sí, lo he advertido.
los dos tipos de imitación que parecen ser tan vecinos -No toleraremos. pues, que aquellos por los cuales
entre sí -como la comedia y la tragedia- no pueden debemos preocupamos, y que se espera que lleguen a
ser practicados bien por las mismas personas. ¿O no ser hombres de bien, si son varones, imiten a una mu-
llamabas hace un momento imitaciones a estas dos jer, joven o anciana, que injuria a su marido o desafía
formas? a los dioses, con la mayor jactancia porque piensa que
-Sí, y tienes razón al afirmar que no pueden ser es dichosa, o bien porque está sumida en infortunios,
los mismos poetas los que creen ambas. penas y lamentos. Y mucho menos que representen a e
-Tampoco se puede a la vez ser rapsoda y actor. una mujer enferma o enamorada o a punto de dar a luz.
-Sin duda. -De ningún modo.
-Ni siquiera los actores que actúan en las comedias -Ni tampoco a esclavas o a esclavos, al menos reali-
b son los mismos que en las tragedias; sin embargo, todas zando actos serviles.
éstas son formas de imitación. {No es así? -Tampoco.
-E incluso más que esto, Adimanto: me parece que -Ni que representen a hombres viles y cobardes,
la naturaleza humana está desmenuzada en partes más que hagan lo contrario de lo que hemos dicho ya, insul-
tándose y ridiculizándose unos a otros y diciendo obs- de que el imitado sea indigno de tal varón, éste no esta-
3960 cenidades, ebrios o sobrios, y cuantas otras palabras rá dispuesto a imitar seriamente a alguien inferior a
o acciones de esa índole con que se degradan a sí mis- 61, salvo en las escasas oportunidades en que el imitado
mos y a los otros. Creo también que no se los debe acos- haga algo de valor; y de todos modos se avergonzará,
tumbrar a imitar, ni en palabras ni en actos, a los que en parte por carecer de práctica en la imitación de ta-
enloquecen. Hay que conocer, en efecto, a los locos y les personajes, en parte por sentir repulsión hacia el
a los malvados, hombres o mujeres, pero no se debe amoldarse él mismo y adaptarse a los tipos de baja ra- e
obrar como ellos ni imitarlos. lea; desdeñará estas cosas, excepto como pasatiempo.
-Es una gran verdad. -Es natural.
-En cuanto a los herreros y a los que ejercen algún -Por consiguiente, usará el tipo de narrativa que
otro oficio, o a los remeros que hacen avanzar a una describíamos hace unos momentos a propósito de los
nave, o a quienes les marcan el tiempo a aquéllos, o versos de Homero, y su modo de relatar participará tan-
b cualquier otra cosa de esa índole, ¿deben los guardia- to de la imitación como de la narración simple, pero
nes imitarlos o no? la parte de imitación será breve dentro de un texto ex-
-¿Y cómo podría admitirse eso, si ni siquiera se les tenso. ¿ Entiendes?
permitirá prestarles atención a esos oficios? -Sí, y creo que así ha de ser forzosamente el proto-
-Pues bien, limitarán acaso los relinchos de los ca- tipo de relator.
ballos, los mugidos de los toros, el murmullo de los ríos, -En tal caso, el relator que no sea como ése será 397a
el estrépito del mar, los truenos y otros ruidos similares? tanto más mediocre, preferirá imitar todo y no conside-
-No, ya que no se les permitirá enloquecer o que rará nada indigno de él, de modo que tratará de imitar
.imiten a los locos. seriamente y ante muchos todo lo que acabamos de men-
-Entonces, si entiendo lo que quieres decir, hay una cionar: truenos, ruidos de vientos y granizo, de ejes de
especie de dicción y narrativa a que recurre el hombre ruedas y poleas, trompetas, flautas, siringas y sonidos
c verdaderamente valioso cuando necesita decir algo, y de todos los instrumentos, así como voces de perros,
otra especie completamente distinta, de la que se servi- ovejas y pájaros. Y así todo su relato estará for-
rá el hombre que, por naturaleza y educación, es lo con- mado por imitaciones de sonidos y gestos, y muy poco b
trario de aquél. de narración.
-¿Y cuáles son esas especies? -Forzosamente.
-Me parece que, cuando un varón cabal llega, en -Tales son, pues, los dos tipos de narrativa a los
la narración, a alguna frase o acción propias de un hom- que me refería.
bre de bien, estará dispuesto a interpretar dicho pasa- -Esos son, en efecto.
je, sin avergonzarse de tal imitación, máxime si imita al -Y en un caso las variaciones son pequeñas, y, una
d hombre de bien que obra de modo firme y sabio; pero vez que se asignan al texto la armonía y el ritmo ade-
estará menos dispuesto, y en menos ocasiones, si se tra- cuados, sucede que el que recita correctamente sólo ne-
ta de imitar a alguien presa de enfermedades, o de amo- cesita recitar según la misma cadencia y en una misma
res, o de ebriedad o algún otro padecimiento. Y en caso armonía -ya que son pocas las variaciones-, y en un
ritmo análogamente parejo. c
-Así es. pusiera hacer una exhibición de sus poemas, creo que
-En el otro caso se requiere lo contrario: todas las nos prosternaríamos ante él como ante alguien digno
armonías y todos los ritmos, si es que ha de recitarse de culto, maravilloso y encantador, pero le diríamos que
del modo que le es propio, ya que cuenta con varieda- en nuestro Estado r.o hay hombre alguno como él ni
des de toda forma. está permitido que llegue a haberlo, y lo mandaríamos
-Con toda razón. a otro Estado, tras derramar mirra sobre su cabeza y
-Y todos los poetas y los que cuentan algo echan haberla coronado con cintillas de lana. En cuanto a no-
mano a uno u otro tipo de recitación de los ya mencio- sotros, emplearemos un poeta y narrador de mitos más
nados, o bien a alguno que resulte de la mezcla de austero y menos agradable, pero que nos sea más pro- b
ambos. "echoso, que imite el modo de hablar del hombre de
-Necesariamente. bien y que cuente sus relatos ajustándose a aquellas pau-
d -Pero ¿qué haremos? ¿Admitiremos en nuestro Es- tas que hemos prescrito desde el comienzo, cuando nos
tado todos estos tipos, o bien alguno de ellos en estado dispusimos a educar a los militares.
puro, o bien uno mezclado con el otro? -Así haríamos, en efecto, si depende de nosotros.
-Si mi opinión se impone, admitiremos la imitación -Me parece, mi querido amigo, que ya hemos dado
pura del hombre de bien. completamente término a la descripción de la parte de
-Mi querido Adimanto, también es agradable el ti- la música que concierne a los discursos y mitos, pues
po mixto; pero mucho más agradable para los niños, hemos hablado de lo que hay que decir y de cómo hay
así como para sus maestros y para la mayoría de la mu- que decirlo.
chedumbre, es el opuesto al que tú eliges. -También a mí me parece.
-Ciertamente, ese tipo es el que agrada más. -Después de eso resta lo que atañe al carácter de c
-Con mucha probabilidad, sin embargo, dirás que los cantos y de las melodías.
ese tipo no se adecua a nuestra organización política, -Es evidente.
e porque en nuestro Estado el hombre no se desdobla ni -Seguramente todos pueden darse cuenta de lo que
se multiplica, ya que cada uno hace una sola cosa. hay que decir acerca de tales asuntos, para concordar
-No se adecua, en efecto. con las pautas ya mencionadas.
-Por esa razón, en nuestro Estado únicamente ha- Glaucón se echó a reír:
llaremos al zapatero que fabrica calzado sin ser piloto -En lo que a mí toca, Sócrates -dijo-, temo que-
además de fabricante, y al labriego que es labriego, pe- dar excluido de esos 'todos', pues por el momento no
ro no juez al mismo tiempo que labriego, y al militar me es posible conjeturar qué es lo que debemos decir;
que es militar y no es comerciante además de ser mili- no obstante, algo barrunto.
tar, y así con todo el resto. -En todo caso, ha de serte posible hablar de un d
-Así es. primer punto: la melodía está compuesta por tres ele-
-De ese modo, si arribara a nuestro Estado un hom- mentos, a saber, texto, armonía y ritmo.
398a bre cuya destreza lo capacitara para asumir las más -Eso sí.
variadas formas y para imitar todas las cosas y se pro-
su interior. En nada hace diferencia si dicho Estado exis-
te o va a existir en algún lado, pues él actuará sólo en
esa política, y en ninguna otra.
-Es probable.

-Y es por muchas otras razones por lo que conside- 5950


ro que hemos fundado el Estado de un modo entera-
mente correcto, y puedo decir que esto ocurre sobre
todo con lo discurrido acerca de la poesía l .
-¿A qué te refieres?
-Al no aceptar de ningún modo la poesía imitativa;
en efecto, según me parece, ahora resulta absolutamen-
te claro que no debe ser admitida, visto que hemos dis-
cernido las partes del alma 2 . b
-¿Qué quieres significar con eso?
-A vosotros os lo puedo decir, pues no iréis a acu-
sarme ante los poetas trágicos y todos los que hacen
imitaciones: da la impresión de que todas las obras de
esa índole son la perdición del espíritu de quienes las
escuchan, cuando no poseen, como antídoto, el saber
acerca de cómo son.
-¿Qué tienes en mente al hablar así?
-Te lo dire, aunque un cierto amor y respeto que
tengo desde niño por Hornero se opone a que hable. Pa-
rece, en efecto, que éste se ha convertido en el primer c
maestro y guía de todos estos nobles poetas trágicos.
Pero como no se debe honrar más a un hombre que a
la verdad, entonces pienso que debo decírtelo.

Cf. 111 394d.


Cf. IV 435b SS.
-De acuerdo. -De ningún modo podría.
-Escucha, pues; o, más bien, responde. -Mira ahora qué nombre darás a este artesano.
-Pregúntame. -¿A qué artesano? C

-¿Podrías decirme en líneas generales qué es la imi- -Al que produce todas aquellas cosas que hace ca-
tación? Porque yo mismo no comprendo bien a qué apun- da uno de los trabajadores manuales.
ta esta palabra. -Hablas de un hombre hábil y sorprendente.
-¿Y acaso crees que yo lo comprenderé? -Espera, y pronto dirás más que eso. Pues este mis-
-No sería insólito, porque muchas veces los que tie- mo artesano es capaz, no sólo de hacer todos los mue-
5960 nen la vista menos clara perciben antes que los de bles, sino también de producir todas las plantas, todos
mirada más aguda. los animales y a él mismo; y además de Cstos, fabrica
-Así será -replicó Glaucón-; pero, estando tú pre- la tierra y el cielo, los dioses y cuanto hay en el cielo
sente, no me animo a decir ni siquiera lo que resulta y en el Hades bajo tierra.
manifiesto; mira entonces tú mismo. -¡Hablas de un maestro maravilloso! d
-En ese caso, ¿quieres que comencemos examinan- -¿Dudas de lo que digo? Dime: ¿te parece que no
do esto por medio del método acostumbrado? Pues creo existe un artesano de esa índole, o bien que se puede
que acostumbrábamos a postular una Idea única para llegar a ser creador de estas cosas de un cierto modo,
cada multiplicidad de cosas a las que damos el mismo y de otro modo no? ¿No te percatas de que tú también
nombre '. ¿O no me entiendes? eres capaz de hacer todas estas cosas de un cierto modo?
-Sí, te entiendo. -¿Y cuál es este modo?
-Tomemos ahora la multiplicidad que prefieras. Por -No es difícil, sino que es hecho por artesanos rápi-
b ejemplo, si te parece bien, hay muchas camas y mesas. damente y en todas partes; inclusive con el máximo de
-Claro que sí. rapidez, si quieres tomar un espejo y hacerlo girar
-Pero Ideas de estos muebles hay dos: una de la hacia todos lados: pronto harás el sol y lo que hay en e
cama y otra de la mesa. el cielo, pronto la tierra, pronto a ti mismo y a todos
-Sí. los animales, plantas y artefactos, y todas las cosas de
-¿Y no acostumbramos también a decir que el arte- que acabo de hablar.
sano dirige la mirada hacia la Idea cuando hace las ca- -Sí, en su apariencia, pero no en lo que son verda-
mas o las mesas de las cuales nos servimos, y todas deramente.
las demás cosas de la misma manera? '. Pues ningún -Bien; y vienes en ayuda del argumento en el mo-
artesano podría fabricar la Idea en sí. O ¿de qué modo mento requerido. Uno de estos artesanos es el pintor,
podría? creo. ¿O no?
-Claro que sí.
3 Cf. VI 507b y nota 20 al libro VI. -Pienso que dirás que lo que hace no es real, aun-
Cf. Cráiilo 389a SS.; aunque allí el modelo del carpintero que que de algún modo el pintor hace la cama. ¿No es
hace la lanzadera no es una Idea trascendente; aquí sí lo es, y por
vez primera, ya que anteriormente no han sido mencionadas Ideas de verdad?
objetos fabricados por el hombre. -Sí, pero también esto en apariencia.
597a -¿Y el fabricante de camas? Pues hace un momento -¿Y esto cómo?
decías que no hace la Idea -aquello por lo cual deci- -Porque si hiciera sólo dos, nuevamente aparecería
mos que la cama es cama- sino una cama particular. una, de la cual aquellas dos compartirían la Idea; y ésta
-Lo decía, en efecto. sería la Cama que es, no las otras dos.
-Por lo tanto, si no fabrica lo que realriiente es, no -Correcto. .
fabrica lo real sino algo que es semejante a lo real mas -Pienso que esto era sabido por Dios, quien, que- d
no es real. De modo que, si alguien dijera que la obra riendo ser realmente creador de una cama realmente
del fabricante de camas o de cualquier otro trabajador existente y no un fabricante particular de una cama par-
manual es completamente real, correría el riesgo de no ticular, produjo una sola por naturaleza.
decir la verdad. -Así parece.
-Al menos así les parecería a aquellos que manejan -¿Quieres entonces que demos a éste el nombre de
estos argumentos. 'productor de naturalezas' respecto de la cama, o algún
-Por consiguiente, no hemos de asombrarnos si tal otro semejante?
obra resulta algo oscuro en relación con la verdad. -Es justo, ya que ha producido en la naturaleza tanto
b -No nos asombraremos. este objeto como todos los demás.
-¿Quieres ahora que, en base a estos ejemplos, in- -¿Y en cuanto al carpintero? ¿No diremos que es
vestiguemos qué cosa es la imitación? artesano de una cama?
-Si te parece. -Sí.
-¿No son tres las camas que se nos aparecen, de -¿Acaso diremos que también el pintor es artesano
una de las cuales decimos que existe en la naturaleza y productor de una cama?
y que, según pienso, ha sido fabricada por Dios? ¿O por -De ninguna manera.
quién más podría haberlo sido? -Pero, ¿que dirás de éste en relación con la cama?
-Por nadie más, creo. -A mí me parece que la manera más razonable de e
-Otra, la que hace el carpintero. designarlo es 'imitador' de aquello de lo cual los otros
-Sí. son artesanos.
-Y la tercera, la que hace el pintor. ¿No es así? -Sea; ¿llamas consiguientemente 'imitador' al autor
-Sea. del tercer producto contando a partir de la naturaleza?
-Entonces el pintor, el carpintero, Dios, estos tres -De acuerdo.
presiden tres tipos de camas. -Entonces también el poeta trágico, si es imitador,
-Tres, efectivamente. será el tercero contando a partir del rey y de la ver-
c -En lo que toca a Dios, ya sea porque no quiso, ya
sea porque alguna necesidad pendió sobre él para que Dice Adam: #Cuando nos dice que Dios construye la Idea de Ca-
ma, quiere decir que la ldea del Bien es la fuente de esa Idea ... y que
no hiciera más que una única cama en la naturaleza,
la Idea del Bien es rey del mundo de las Ideas ... pero es bastante posi-
el caso es que hizo sólo una, la Cama que es en sí mis- ble que la expresión misma fuera proverbial en tiempos de Platón,
ma. Dos o más camas de tal índole, en cambio, no han y se refiriera originariamente a la persona que era subsiguiente en
sido ni serán producidas por Dios. el orden de sucesión al trono persas.
dad por naturaleza, y lo mismo con todos los demás uno conoce, y que no hay nada en que él no sea enten- d
imitadores. dido con mayor precisión que cualquier otro, es necesa-
-Así parece. rio replicar a tal persona que es muy cándida y que,
-Estamos de acuerdo en cuanto al imitador. Dime al parecer, ha dado con algún hechicero o imitador que
5980 ahora lo siguiente con respecto al pintor: ¿qué es lo que lo ha engañado; de modo que, si le ha parecido que era
crees que intentará imitar, lo que en cada caso está en alguien omnisapiente, ha sido por no ser capaz de dis-
la naturaleza o las obras de los artesanos? cernir la ciencia de la ignorancia y de la imitación.
-Las obras de los artesanos. -Gran verdad.
-¿Tal como son o tal como aparecen? Delimita más -Después de esto debemos examinar la tragedia y
aún esto. a su adalid, Homero, puesto que hemos oído a algunos e
. -¿Qué quieres decir? decir que éstos conocen todas las artes, todos los asun-
-Esto: si contemplas una cama de costado o de fren- tos humanos en relación con la excelencia y el malogro
te o de cualquier otro modo, ¿difiere en algo de sí mis- e incluso los asuntos divinos. Porque dicen que es nece-
ma, o no difiere en nada, aunque parece diversa? Y lo sario que un buen poeta, si va a componer debidamente
mismo con lo demás. lo que compone, componga con conocimiento; de otro
-Parece diferir, pero no difiere en nada. modo no será capaz de componer. Hay que examinar,
b -Examina ahora esto: ¿qué es lo que persigue la pin- pues, si estos comentaristas, al encontrarse con seme-
tura con respecto a cada objeto, imitar a lo que es tal jantes imitadores, no han sido engañados, y al ver sus
como es o a lo que aparece tal como aparece? O sea, obras no se percatan de que están alejadas en tres ve- 5990
jes imitación de la realidad o de la apariencia? ces de lo real, y de que es fácil componer cuando no
-De la apariencia. se conoce la verdad; pues estos poetas componen cosas
-En tal caso el arte mimético está sin duda lejos aparentes e irreales. O bien, si tiene algo de peso lo que
de la verdad, según parece; y por eso produce todas las afirman tales comentaristas, los buenos poetas conocen
cosas pero toca apenas un poco de cada una, y este po- realmente las cosas que a la mayoría le parece que di-
co es una imagen. Por ejemplo, el pintor, digamos, re- cen bien.
tratará a un zapatero, a un carpintero y a todos los de- -En efecto, debe indagarse eso.
más artesanos, aunque no tenga ninguna experiencia en -¿Piensas entonces que, si alguien fuera capaz de
c estas artes. No obstante, si es buen pintor, al retratar crear tanto el objeto que es imitado como su imagen,
a un carpintero y mostrar su cuadro de lejos, engañará pondría su celo en entregarse a la artesanía de las imá-
a niños y a hombres insensatos, haciéndoles creer que genes, y que en su vida antepondría esto a lo demás, b
es un carpintero de verdad. como siendo lo mejor?
-Sin duda. -No, por cierto.
-Pienso entonces, amigo mío, que respecto de todas -Pienso, antes bien, que, si fuera entendido verda-
estas cosas hemos de pensar lo siguiente: si alguien vie- deramente en aquellas cosas que imita, se esforzaría por
ne a avisarnos que ha hallado a un hombre entendido las cosas efectivas mucho más que por sus imitaciones,
en todos los oficios y en todas aquellas cosas que cada e intentaría dejar tras de sí muchas obras bellas como
recuerdo suyo y anhelaría más ser celebrado que ser -¿Pero se cuentan de él obras propias de un sabio,
el que celebra a otros. tales como invenciones ingeniosas múltiples para las
-Creo que sí, pues serían bien distintos el honor artes o para algún otro tipo de actividad, del mismo
y el provecho. modo que se cuentan respecto de Tales de Mileto y
-De otras cosas no pediremos cuentas a Homero Anacarsis el escita?
c ni a ningún otro de los poetas, preguntándoles si algu- -Nada de esa índole.
no de ellos era médico o sólo imitador de los discursos -Pero si no se puede decir nada de él en lo público,
de los médicos, ni preguntaremos a quiénes se dice que jsí en lo privado? ¿Se cuenta que Homero mismo, mien-
cualquiera de los poetas antiguos o recientes ha sana- tras vivía, ha dirigido la educación de algunos que lo
do, como Asclepio, o qué discípulos en medicina ha de- han amado por su trato y que han legado a sus suce- b
jado tras de sí, como éste dejó a sus descendientes, ni sores alguna vía homérica de vida, tal como Pitágoras
los interrogaremos en lo tocante a las otras artes; dejé- fue amado excepcionalmente por esto, al punto que sus
moslo pasar. Pero en cuanto a los asuntos más bellos sucesores aún hoy denominan 'pitagórico' un modo de
e importantes de los que Homero se propone hablar, vida por el cual resultan distintos de los demás hombres?
lo relativo a la guerra y al oficio del general, al gobier- -No, nada de eso se cuenta. Pues en cuanto a Creó-
no de los Estados y a la educación del hombre, tal vez filo, el discípulo de Homero, Sócrates, tal vez parezca
d sea justo preguntarle inquisitivamente: querido Ho- más ridículo por su educación que por su nombre 6 , si
mero, si no es cierto que respecto a la excelencia seas es cierto lo que se cuenta acerca de Homero; pues se
el tercero contando a partir de la verdad, ni que seas cuenta que éste padeció en vida un gran descuido por c
un artesano de imágenes como el que hemos definido parte de aquél.
como imitador, sino que eres segundo y capaz de cono- -En efecto, se cuenta eso. Pero ¿piensas, Glaucón,
cer cuáles ocupaciones tornan mejores a los hombres que, si Homero hubiese sido realmente capaz de educar
y cuáles peores en privado y en público, dinos: ¿cuál a los hombres y hacerlos mejorar, no habría hecho nu-
Estado fue mejor gobernado gracias a ti, como Lacede- merosos discípulos que lo honraran y amaran? Sin em-
monia gracias a Licurgo, y, gracias a muchos otros, nu- bargo, el caso es que Protágoras de Abdera, Pródico de
e merosos Estados grandes y pequeños? ¿Qué Estado te Ceos y muchos otros, en sus lecciones privadas, podían
atribuye ser buen legislador en su beneficio, como inculcar en sus contemporáneos la idea de que no se- d
lo atribuyen Italia y Sicilia a Carondas y nosotros rían capaces de administrar ni su casa ni su Estado si
a Solón? ¿Y a ti cuál Estado? ¿Puedes mencionar ellos no supervisaban su educación, y por esta sabidu-
uno?^. ría eran amados hasta tal punto que por poco sus discí-
-No creo -dijo Glaucón-, pues ni siquiera lo men- pulos no los paseaban sobre sus hombros; los contem-
cionan los devotos de Homero. poráneos de Homero, por el contrario, si éste hubiera
600a -¿Y qué guerra se recuerda del tiempo de Homero podido ayudar a los hombres respecto a la excelencia,
que haya sido bien conducida bajo su mando o siguien-
do su consejo? Por SU composición etimológica, eCreófilon significaría algo así
-Ninguna. como .de la tribu de la carnem.
¿le habrían permitido a éste y a Hesíodo ir recitando -Sí.
sus poemas de un lado a otro? Más bien ¿no se habrían -Pero no dejemos a medias lo dicho, sino mirémos-
e aferrado a ellos más que al oro y los habrían obligado lo debidamente.
a vivir consigo en sus casas y, en caso de no persuadir- -Habla.
los, no los habrían seguido por cualquier lado por donde -El pintor, decimos, pinta las riendas y el freno.
fueran, hasta sacar suficiente partido de su enseñanza? -Sí.
-Creo, Sócrates, que dices absolutamente la verdad. -Pero son el talabartero y el herrero quienes las
-Dejamos establecido, por lo tanto, que todos los hacen.
poetas, comenzando por Homero, son imitadores de imá- -De acuerdo.
genes de la excelencia y de las otras cosas que crean, -Ahora bien, les el pintor quien sabe cómo deben
sin tener nunca acceso a la verdad; antes bien, como ser las riendas y el freno? ¿O no es tampoco el que las
6010 acabamos de decir, el pintor, al no estar versado en hace, el herrero y el talabartero, sino que quien sabe
el arte de la zapatería, hará lo que parezca un zapatero es sólo aquel que sabe servirse de tales cosas, el jinete?
a los profanos en dicho arte, que juzgan sólo en base -Muy cierto.
a colores y a figuras. -¿Y no diremos que eso es así acerca de todas las
-De acuerdo. cosas?
-Así también, se me ocurre, podemos decir que el -¿De qué modo?
poeta colorea cada una de las artes con palabras y fra- -Con respecto a cada cosa hay tres artes: el del que d
ses, aunque él mismo sólo está versado en el imitar, la usa, el del que la hace y el del que la imita.
de modo que a los que juzgan sólo en base a palabras -Sí.
les parezca que se expresa muy bien, cuando, con el -Y la excelencia, belleza y rectitud de cada instru-
debido metro, ritmo y armonía, habla acerca del arte mento, ser viviente o acción, (están referidas a otra co-
de la zapatería o acerca del arte del militar o respecto sa que al uso que les corresponde por naturaleza o que
b de cualquier otro; tan poderoso es el hechizo que pro- fue tenido en cuenta al fabricarlas?
ducen estas cosas. Porque si se desnudan las obras de -A ninguna otra cosa.
los poetas del colorido musical y se las reduce a lo que -Es de toda necesidad, por consiguiente, que el que
dicen en sí mismas, creo que sabes el papel que hacen, usa una cosa sea el más experimentado en ella, y que
pues ya lo habrás observado. pueda informar al fabricante los efectos buenos o ma-
-Sí, por cierto. los que se producen en su uso. Por ejemplo, el flautista
-Se parecen a esos rostros que son jóvenes pero no informa al fabricante de flautas sobre las flautas que e
bellos, tal como se los ve cuando han dejado atrás la sirven para tocar, le ordenará cómo debe hacerlas, y
flor de la juventud. aquél cumplirá sus órdenes.
-Absolutamente de acuerdo. -Claro que sí.
-Ven ahora y observa esto. Decimos que el creador -De este modo, el entendido informa sobre-cuáles
de imágenes, el imitador, no está versado para nada en son las flautas buenas y malas, y el otro, confiando en
c lo que es sino en lo que parece. ¿No es así? él, las fabrica.
-Sí. -Sí.
-Respecto del mismo instrumento, por consiguien- -¿Y respecto de qué parte del hombre posee el po-
te, el fabricante poseerá una recta opinión en lo tocante der que posee?
a su bondad y maldad, debido a su relación con el en- -¿A cuál parte te refieres?
602a tendido, y al verse obligado a atender al entendido, en -A ésta: una misma magnitud, según la veamos de
tanto que éste, que es quien usa el objeto, es el que cerca o de lejos, no nos parece igual.
posee el conocimiento. -No, en efecto.
-De acuerdo. -Y las mismas cosas parecen curvas o rectas según
-En cuanto al imitador, ja partir del uso será que se las contemple dentro del agua o fuera de ésta, o cón-
posee conocimiento acerca de si lo que pinta es bello cavas y convexas por el error de la vista en lo relativo
y recto o no? ¿O acaso tendrá una opinión correcta de- a los colores, y es patente que se produce todo este d
bido a la relación forzosa con el entendido y por haber tipo de perturbación en nuestra alma. Y es a esta dolen-
sido instruido por él sobre cómo pintar? cia de la naturaleza que se dirige la pintura sombreada
-Ni una cosa ni la otra. -a la que no le falta nada para el embrujamiento-,
-El imitador, por ende, no tendrá conocimiento ni la prestidigitación y todos los demás artificios de esa
opinión recta de las cosas que imita, en cuanto a su índole.
bondad o maldad. -Es cierto.
-Parece que no. -Y el medir, el contar y el pesar se han acreditado
-¡Pues encantador es el imitador poético en cuanto como los más agraciados auxiliares para evitar esto, de
a sabiduría de las cosas que hace! modo que no impere en nosotros lo que parece mayor
-No precisamente encantador. y menor, más numeroso o más pesado, sino lo que cal-
b -No obstante, aunque no sepa si cada cosa es bue- cula, mide y pesa.
na o mala, imitará de todos modos; sólo que, a lo que -Claro.
parece, ha de imitar lo que pasa por bello para la multi- -Pero ¿no es esto función del alma razonada? e
tud ignorante. -De ésta, en efecto.
-No podría ser de otro modo. -Y a ésta, tras haber medido y declarado que cier-
-Entonces parece que estamos razonablemente de tas cosas son mayores o menores que otras o iguales
acuerdo en que el imitador no conoce nada digno de a éstas, con frecuencia las mismas cosas aparecen co-
mención en lo tocante a aquello que imita, sino que la mo contrarias al mismo tiempo.
imitación es como un juego que no debe ser tomado -Sí.
en serio; y los que se abocan a la poesía trágica, sea -Pero jno hemos dicho que es imposible para la mis-
en yambos o en metro épico, son todos imitadores ma parte del alma emitir a la vez opiniones contrarias
como los que más. sobre lo mismo?
-Muy de acuerdo. -Sí, y lo dijimos correctamente.
c -¡Por Zeus! ¿No es esta imitación algo situado en -Por consiguiente, la parte que opina al margen 603a
el tercer lugar a partir de la verdad? de la medición no puede ser la misma que la que opina
según la medición.
-No, en efecto. como sucedía con la vista, entra en discordia interior
-Ahora bien, la parte que confía en la medición y y sostiene opiniones contrarias al mismo tiempo respecto
en el cálculo ha de ser la mejor del alma. de los mismos objetos y se halla así, también en sus
-Sin duda. actos, en disensión y en lucha contra sí mismo? Pero
-Por lo tanto, lo que se le opone es algo correspon- recuerdo algo que hace que no sea necesario que con-
diente a nuestras partes inferiores. vengamos en este punto; pues en nuestra argumenta-
-Necesariamente. ción precedente7 hemos estado suficientemente de
-Pues fue queriendo llegar a un acuerdo sobre esto acuerdo en que nuestra alma está colmada de miles de
que dije que la pintura y en general todo arte mimético contradicciones de esta índole, que se suscitan al mis-
realiza su obra lejos de la verdad, y que se asocia con mo tiempo.
aquella parte de nosotros que está lejos de la sabiduría -Y hemos estado de acuerdo correctamente.
b y que es su querida y amiga sin apuntar a nada sano -Correctamente, en efecto; pero entonces pasamos
ni verdadero. por alto algo que ahora me parece indispensable ex- e
-Absolutamente de acuerdo. poner.
-Por consiguiente, el arte mimético es algo inferior -¿Qué cosa?
que, conviviendo con algo inferior, engendra algo infe- -Decíamos entonces8 que un hombre razonable
rior. que sufra una desgracia tal como la pérdida de un hijo
-Así parece. o de cualquier otra cosa que estime en mucho la sobre-
-¿Y esto lo decimos sólo de la imitación que con- llevará con mayor facilidad que los demás.
cierne a la vista, o también de la que concierne al oído, -De acuerdo.
a. la que llamamos 'poesía'? -Examinemos ahora si no siente ningún agobio, o
-Probablemente también de ésta. bien, si, siendo esto imposible, de algún modo modera
-Pero no nos confiemos tan sólo en la analogía con su dolor.
la pintura, sino marchemos hasta la parte del espíritu -Más bien es esto lo cierto.
c con la que trata la poesía imitativa y veamos si es infe- -Dime todavía esto: ¿cuándo piensas que comba- 6040
rior o valiosa. tirá más el sufrimiento y lo resistirá, cuando es visto
-Hay que hacerlo. por sus semejantes o cuando se queda en la soledad so-
-Propongamos la cuestión así: la poesía imitativa lo consigo mismo?
imita, digamos, a hombres que llevan a cabo acciones -Cuando es visto por otros; y la diferencia es grande.
voluntarias o forzadas, y que, a consecuencia de este -Al estar solo, en cambio, creo que se atreverá a
actuar, se creen felices o desdichados; y que en todos proferir muchos gritos que le daría vergüenza que al-
estos casos se lamentan o se regocijan. ¿Queda algo apar- guien los escuchara, y hará muchas cosas que no con-
te de esto? sentiría que alguien le viera hacerlas.
-No, nada.
-Pues bien, en todas estas situaciones, jse mantie-
d ne el hombre de acuerdo consigo mismo? ¿O bien,
-Así es. -Es evidente.
-¿Y no es la razón y la ley las que lo inducen a -En cambio, la parte que conduce al recuerdo de
b resistir, mientras que es su afección la que lo arrastra lo acontecido y a las quejas, siendo inconsolable, ¿no
hacia el sufrimiento? diremos que es la parte irracional, perezosa y amiga
-Es verdad. de la cobardía?
-Pero cuando se suscitan en el hombre al mismo -Lo diremos, por cierto.
tiempo dos movimientos opuestos respecto de lo mis- -Y es la parte irritable la que cuenta con imitacio- e
mo, decimos que necesariamente hay en él dos partes. nes abundantes y variadas, en tanto que el carácter sa-
-Sin duda. bio y calmo, siempre semejante a sí mismo, no es fácil
-Y que una de ellas está dispuesta a obedecer la de imitar, ni de aprehender cuando es imitado, sobre
ley en lo que ésta le dicta. todo por los hombres de toda índole congregados en el
-¿Cómo? teatro para un festival; porque la imitación estaría pre-
-De algún modo la ley dice que lo más positivo es sentando un carácter que les es ajeno.
guardar al máximo la calma en los infortunios y no irri- -Absolutamente de acuerdo. 605a
tarse, dado que no está claro qué hay de bueno y de -Por lo demás, es patente que el poeta imitativo no
malo en tales sucesos, que no se adelanta nada en está relacionado por naturaleza con la mejor parte del
c afrontarlos coléricamente y que además ninguno de alma, ni su habilidad está inclinada a agradarla, si quiere
los asuntos humanos es digno de gran inquietud; y que ser popular entre el gentío, sino que por naturaleza se
la aflicción se torna un obstáculo para lo que debe- relaciona con el carácter irritable y variado, debido a
ría sobrevenir rápidamente en nuestra ayuda en tales que éste es fácil de imitar.
casos. -Es evidente.
-¿A qué te refieres? -Por lo tanto, es justo que lo ataquemos y que lo
-A la reflexión sobre lo que ha acontecido. Como pongamos como correlato del pintor; pues se le aseme-
cuando se echan los dados, frente a la suerte echada ja en que produce cosas inferiores en relación con la
hay que disponer los propios asuntos del modo que la verdad, y también se le parece en cuanto trata con la b
razón escoja como el mejor; y no hacer como niños, que, parte inferior del alma y no con la mejor. Y así también
tras haberse golpeado, se agarran la parte afectada y es en justicia que no lo admitiremos en un Estado que
pasan el tiempo dando gritos, sino acostumbrar al alma vaya a ser bien legislado, porque despierta a dicha par-
d a darse a la curación rápidamente y a levantar la parte te del alma, la alimenta y fortalece, mientras echa a per-
caída y lastimada, suprimiendo la lamentación con el der a la parte racional, tal como el que hace prevalecer
remedio. políticamente a los malvados y les entrega el Estado,
-Sin duda es éste el modo más correcto de compor- haciendo sucumbir a los más distinguidos. Del mismo
tarse ante los infortunios. modo diremos que el poeta imitativo implanta en el al-
-Por lo tanto, decimos que la mejor parte de noso- ma particular de cada uno un mal gobierno, congracián-
tros es la que está dispuesta a obedecer este razona- dose con la parte insensata de ella, que no diferencia r
miento. lo mayor de lo menor y que considera a las mismas co-
sas tanto grandes como pequeñas, que fabrica imáge- que los poetas satisfacen y deleitan; en tanto que lo que
nes y se mantiene a gran distancia de la verdad. es por naturaleza lo mejor de nosotros, dado que no
-De acuerdo. ha sido suficientemente educado ni por la razón ni por
-Pero aún no hemos formulado la mayor acusación la costumbre, afloja la vigilancia de la parte quejum- b
contra la poesía; pues lo más terrible es su capacidad brosa, en cuanto que lo que contempla son aflicciones
de dañar incluso a los hombres de bien, con excepción ajenas, y no ve nada vergonzoso en elogiar y compade-
de unos pocos. cer a otro que, diciéndose hombre de bien, se lamenta
-¿Cómo no va a ser lo más terrible, si hace eso? de modo inoportuno, sino que estima que extrae de allí
-Escucha y examina. Cuando los mejores de noso- un beneficio, el placer, y no aceptaría verse privado de
tros oímos a Homero o a alguno de los poetas trágicos él por haber desdeñado el poema en su conjunto. Pien-
d que imitan a algún héroe en medio de una aflicción, ex- s o , en efecto, que pocos pueden compartir la reflexión
tendiéndose durante largas frases en lamentos, cantan- de que lo que experimentamos de las aflicciones ajenas
do y golpeándose el pecho, bien sabes que nos regocija- revierte sobre nosotros mismos, pues después de haber
nios y, abandonándonos nosotros mismos, los seguimos nutrido y fortalecido la conmiseración respecto de otros,
con simpatía y elogiamos calurosamente como buen poe- no es fácil reprimirla en nuestros propios padecimientos.
ta al que hasta tal punto nos pone en esa disposición. -Es muy cierto. C

-¡Claro que lo sé bien! -¿Y no rige el mismo argumento respecto de lo ri-


-Pero cuando se suscita un pesar en nosotros mis- dículo? Porque cuando escuchas en la comedia o en la
mos, date cuenta de que nos enorgullecemos de lo con- conversación privada payasadas que a ti mismo te aver-
e trario, a saber, de poder guardar calma y aguantarnos, gonzaría decir, y lo gozas intensamente en lugar de de-
en el pensamiento de que esto es lo que corresponde testarlo como perversidad, ¿no haces lo mismo que en
a un varón, y que lo que antes alabábamos corresponde el caso de lo patético? En efecto, esta disposición a ha-
a una mujer. cer reír que reprimías, en ti mismo, por medio de la
-Me doy cuenta. razón, por temor a la reputación de payaso, ahora la
-¿Pero es correcto este elogio, cuando al ver un hom- liberas; y tras haber fortalecido este impulso juvenil,
bre de tal índole que nosotros mismos no aceptaríamos con frecuencia te dejas arrastrar inadvertidamente has-
ser, sino que nos avergonzaríamos, no sentimos abomi- ta el punto de convertirte en un comediante en la char-
nación sino que nos regocijamos y lo alabamos? la habitual.
-No, por Zeus, eso no parece razonable. -Por cierto que sí.
606a -Claro está, al menos si lo examinas de este modo. -Y en cuanto a las pasiones sexuales y a la cólera d
-¿De qué modo? y a cuantos apetitos hay en el alma, dolorosos o agrada-
-Ten en cuenta que la parte del alma que entonces bles, de los cuales podemos decir que acompañan a to-
reprimíamos por la fuerza en las desgracias personales, das nuestras acciones, ¿no produce la imitación poética
la que estaba hambrienta de lágrimas y de quejidos y los mismos efectos? Pues alimenta y riega estas cosas,
buscaba satisfacerse adecuadamente -pues está en su cuando deberían secarse, y las instituye en gobernantes
naturaleza el desear tales cosas-, ésa es la parte a la de nosotros, cuando deberían obedecer para que nos vol-
vamos mejores y más dichosos en lugar de peores y más porque,son pobres,,, y mil otras señales de este antago-
desdichados. nismo. No obstante, quede dicho que, si la poesía imita-
-No puedo decir que sea de otro modo. tiva y dirigida al placer puede alegar alguna razón por
e -Por lo tanto, Glaucón, cuando encuentres a quie- la que es necesario que exista en un Estado bien gober-
nes alaban a Homero diciendo que este poeta ha educa- nado, la admitiremos complacidos, conscientes como es-
do a la Hélade, y que con respecto a la administración tamos de ser hechizados por ella. Pero sería sacrílego
y educación de los asuntos humanos es digno de que renunciar a lo que creemos verdadero. Dime, amigo mío,
se lo tome para estudiar, y que hay que disponer toda ¿no te dejas embrujar tú también por la poesía, sobre d
nuestra vida de acuerdo con lo que prescribe dicho poe- todo cuando la contemplas a través de Homero?
6070 ta, debemos amarlos y saludarlos como a las mejores -Sí, mucho.
personas que sea posible encontrar, y convenir con ellos -¿Será justo, entonces, permitirle regresar a nues-
en que Homero es el más grande poeta y el primero tro Estado, una vez hecha su defensa en verso lírico
de los trágicos, pero hay que saber también que, en cuan- o en cualquier otro tipo de metro?
to a poesía, sólo deben admitirse en nuestro Estado los -De acuerdo.
himnos a los dioses y las alabanzas a los hombres bue- -Concederemos también a sus protectores -aquellos
nos. Si en cambio recibes a la Musa dulzona, sea en que no son poetas sino amantes de la poesía- que, en
versos líricos o épicos, el placer y el dolor reinarán en prosa, aleguen a su favor que no sólo es agradable sino
tu Estado en lugar de la ley y de la razón que la comu- también beneficiosa tanto respecto de la organización
nidad juzgue siempre la mejor. política como de la vida humana, y los escucharemos
-Es una gran verdad. gustosamente; pues seguramente ganaríamos si se reve- e
b . -Esto es lo que quería decir como disculpa, al re- la ser no sólo agradable sino también beneficiosa.
tornar a la poesía, por haberla desterrado del Estado, -¿Y cómo no hemos de ganar?
por ser ella de la índole que es: la razón nos lo ha exigi- -Pero si no pueden alegar nada, mi querido amigo,
do. Y digámosle además, para que no nos acuse de du- haremos como los que han estado enamorados y luego
ros y torpes, que la desavenencia entre la filosofía y consideran que ese amor no es provechoso y, aunque
la poesía es de antigua data. Leemos, por ejemplo, ala les duela, lo dejan; así también nosotros, llevados por
perra gruñona que ladra a su amo» 9 , «importante en el amor que hacia esta poesía ha engendrado la educa-
c la charla vacía de los tontos,,, «la multitud de las ca- ción de nuestras bellas instituciones políticas, estare- 6080
bezas excesivamente sabias» 'O, ulos pensadores sutiles mos complacidos en que se acredite con el máximo de
bondad y verdad; pero, hasta tanto no sea capaz de de-
9 Adam y Wilamowitz (Plaion 11. Berlín, 1919, pág. 385) compa- fenderse, la oiremos repitiéndonos el mismo argumento
ran esta cita con la de Leyes XII 967b. donde se dice que los poetas que hemos enunciado, como un encantamiento, para pre-
ncomparan a los filósofos con perros que acostumbran a ladrar de cavernos de volver a caer en el amor infantil, que es
balde.. Se entiende entonces que la perra es la filosofía. Todas estas
frases alusivas a la filosofía corresponden a poetas que no ha sido
el de la multitud; la oiremos, por consiguiente, con el
posible identificar. pensamiento de que no cabe tomar en serio a la poesía
'O Recordamos al lector que seguimos el texto de Adam. de tal índole, como si fuera seria y adherida a la verdad,
b y de que el oyente debe estar en guardia contra ella, -Sí.
temiendo por su gobierno interior, y de que ha de creer -¿Y lo piensas como yo? e
lo que hemos dicho sobre la poesía. -¿De qué modo?
-Convengo por completo contigo. -Todo lo que corrompe y destruye es lo malo, lo
-Grande, en efecto, es la contienda, mi querido Glau- que preserva y beneficia es lo bueno.
cón, mucho más grande de lo que parece, entre llegar -De acuerdo.
a ser bueno o malo; de modo que ni atraídos por el ho- -¿Y dices que para cada cosa hay algo malo y algo
nor o por las riquezas o por ningún cargo, ni siquiera bueno? Por ejemplo, la oftalmía para los ojos, la en- 6090
por la poesía, vale la pena descuidar la justicia o el res- fermedad para el cuerpo entero, el nublo para el trigo,
to de la excelencia. la putrefacción para la madera, el orín para el bronce
-Convengo contigo en vista de lo expuesto, y pienso y el hierro, y, como digo, prácticamente para todas y
que cualquiera también convendrá. cada una de las cosas, un mal y una enfermedad que
-Con todo, no hemos expuesto las mayores retribu- le corresponden por naturaleza.
ciones de la excelencia y los premios propuestos. -Así es.
-Hablas de algo extraordinariamente grande, si es -Y cuando alguno de estos males sobreviene a una
que existe otra cosa más grande que las ya mencionadas. cosa, jno hace acaso perversa a la cosa a la que sobre-
-Pero ¿qué podría llegar a ser grande en un tiempo viene, terminando por disolverla y destruirla?
tan pequeño? Pues todo el tiempo que transcurre desde -Claro que sí.
la niñez hasta la vejez es poco en comparación con la -Por consiguiente, el mal que por naturaleza corres-
totalidad del tiempo. ponde a cada cosa y la perversión la destruyen; y, si
-Desde luego no es nada. no la destruye el mal, ninguna otra cosa podrá ya
d -Ahora bien, ¿piensas que una cosa inmortal ha d e , corromperla. En efecto, el bien jamás la destruirá, ni b
esforzarse en lo tocante a este breve tiempo, pero no tampoco lo que no es ni malo ni bueno.
en lo tocante a la totalidad? -Sin lugar a dudas.
-No lo pienso, pero ¿qué quieres decir con eso? -Por lo tanto, si descubrimos algún ser en el cual
-¿No te percatas de que nuestra alma es inmortal haya un mal que lo envilece pero que no puede disol-
y jamás perece? verlo ni destruirlo, ¿no sabremos con eso que un ser
Y Glaucón, mirándome sorprendido, exclamó: de tal naturaleza no puede perecer?
-No, ipor Zeus! Pero ¿puedes decir eso? -Probablemente.
-Debo estarlo, y pienso que tú también, pues no es -Pues bien, ¿no hay para el alma algo que la hace
nada difícil. mala?
-Para mí sí, pero con gusto oiría de ti eso que no -Por cierto que sí, todas las cosas que hemos enu-
es difícil. merado, como la injusticia, la inmoderación, la cobar- c
-Escucha. día y la ignorancia.
-Habla. -¿Y acaso alguno de estos males la disuelve o des-
-¿Llamas a algo 'bueno' y a algo 'malo'? truye? Mira que no nos engañemos creyendo que el hom-
VI11
LEYES
(LIBROS 1-VI)

INTRODUCCI~N,TRADUCCI~NY NOTAS DE

FRANCISCO LIS1

EDITORIAL GREDOS
652a AT.-A continuación, así parece, debemos examinar, si
estas instituciones sólo poseen el beneficio de ver de qué
índole somos ', o si, en la utilización correcta de las reunio-
nes con vino, también hay un gran beneficio digno de gran
esfuerzo. ¿Qué decimos, pues? Lo hay, según parece querer
indicamos nuestro argumento. Escuchemos con atención de
b qué manera y cómo, no sea que éste nos enrede de alguna
forma.
CL.-Habla pues.
AT.-Bien, deseo recordar nuevamente qué decimos
653a que es la educación correcta2, pues, tal como barrunto aho-
ra, su preservación se encuentra en esta institución si está
bien ordenada.
CL.-Haces grandes afirmaciones.
AT.-Bien, afirmo que placer y dolor son la primera
percepción infantil, y es en ellos en quienes surge por pri-
mera vez la virtud y el vicio del alma. En lo que atañe a la
inteligencia y las opiniones firmes verdaderas, tiene fortuna
aquel al que se le añadieran aunque más no fuera en la ve-
jez3. En todo caso, perfecto es el hombre que las posee a
b ellas y a todos los bienes que hay en ellas. Llamo educación
a la virtud que surge en los niños por primera vez. Si en las

' Cf. 1 649d-650b.


Cf. 1 643b-644b.
' Cf. CICERÓN,Sobre losfines V 21.
almas de los que aún no pueden comprender con la razón4
se generan correctamente placer, amistad, dolor y odio y si,
cuando pueden captar la razón5, coinciden con ella en que
han sido acostumbrados correctamente por las costumbres
adecuadas, esta concordancia plena es la virtud6. Si separa-
ras por medio de la definición7 lo que de ella8 corresponde
a la crianza adecuada en lo que concierne a los placeres y
los dolores, de tal manera que se odie lo que es necesario c
odiar y se ame lo que hay que amar directamente desde el
principio hasta el final, y lo llamaras educación, le darías, al
menos en mi opinión, un nombre correcto.
La traducción sigue la lectura de J. BURNET, Platonis ..., y los códi-
ces frente a la de Eusebio y la propuesta por G. MULLER, Aujbau..., pág. 8.
Si lógon lambánein significara aquí aceptar la definición dada por la
ciudad de lo que se debe amar u odiar, como pretende G. MULLER(Auf-
bau..., pág. 8), no se entendería lo que sigue, porque los niños deben acep-
tar desde el primer momento la definición de virtud que la ciudad les impo-
ne por medio de la educación, pero sólo la comprenderán cuando alcancen
la edad adulta y es entonces, al darse la coincidencia entre comprensión y
costumbre, cuando se alcanza la virtud. Cf. E. B. ENGLAND, Laws..., 1, pág.
273, con pasajes. Lógos aquí retoma logismós de 1 645a1.
Cf. República IV 401c-402a.
' En todo el pasaje hay un juego de palabras intraducible con los dife-
rentes significados de lógos ('razón' en el doble sentido de facultad de
discurrir y motivo, 'definición', etc.). La traducción refleja la interpreta-
ción del pasaje que hago y los matices que encuentro en él, contrarios a la
exposición de KL. SCHOPSDAU, Nomoi ..., pág. 256.
Autts (= 'de ella') se refiere a symphónía (= 'coincidencia'). En esa
coincidencia hay dos partes, una referida a la captación racional del lógos
de la ciudad y del hombre correcto, y otra a la realización de ese lógos en
las acciones del ciudadano en la forma de conducta. Esta última parte es
la que constituye la educación. Por esa misma razón, la coincidencia co-
mo unión del lógos con el hábito adecuado es lo que produce la virtud y,
por tanto, se habla de 'coincidencia plena', e. d. que simpasa ha sido to-
mado con symphonia, que es el sujeto de la oración. Esto, además, es
aconsejable por la posición del m2n y la oposición establecida con el de
siguiente. Posición contraria en KL. SCHOPSDAU, Nomoi..., pág. 257.
CL.-Por cierto, extranjero, nos parece que tienes razón
tanto en lo que dijiste antes como en lo que dices ahora de la
educación '.
AT.-Mu~ bien, pues. En la vida de los hombres, mu-
chos de estos placeres y dolores correctamente formados
que constituyen la educación se relajan y se destruyen. Los
dioses, apiadándose del género humano que, por naturaleza,
está sometido a tantas fatigas, dispusieron como descanso
d de sus penurias la alternancia de fiestas lo, y, para que recu-
peren su estado originario, les dieron a las Musas l 1 y a
Apolo, el guía de las Musas 12,así como a Dioniso l3 como
compañeros de sus festivales, y también la educación que se
produce en las fiestas que celebran junto con los dioses14.

Cf. supra, 1 643d-644a.


'O Suprimiendo tois theois del texto de J. BURNET,Platonis ..., por ser
una glosa (cf. F. AST, Leges ..., en nota al pasaje, y G. MULLER,AuJ
bau..., pág. 12). Posición contraria en KL. SCHOPSDAU, Nomoi.. ., pág. 259.
" Las nueve hijas de Zeus y Mnemósine que son las diosas patronas
de la poesía, la literatura y la música.
l2 Aunque la unión de Apolo con las Musas se remonta a HOMERO (Ilía-
da I 604), el primer testimonio como jefe o guía de las Musas es el de PíN-
DARO (fiag. 94c MAEHLER). Cf. KL. SCHOPSDAU, Nomoi ...,págs. 259 s.
l 3 Hijo de Sémele y Zeus y dios del vino, estaba vinculado a cultos
mistéricos de un alto contenido emocional. Tanto su culto como su figura
parecen haberse originado en Tracia.
l4 La traducción acepta el texto y la puntuación de J. BURNET, Plato-
nis. .., y toma la frase hína epanorthontai como referida a toda la oración.
La frase destaca la función educativa de las festividades. El verbo puede
tener un significado intransitivo, tal como ha sido traducido aquí (cf. el
pasaje paralelo de República 1 361a-b) y tomar como sujeto a los ciuda-
danos, como se ha hecho en la traducción, o interpretarlo como transitivo
(el significado más frecuente y el generalmente adoptado, pero que no
tiene en cuenta el pasaje paralelo de la República citado) y tomar como
sujeto a los dioses (las Musas, Dioniso y Apolo) y la educación. Para esta
última interpretación falta un objeto directo que debería completarse con
LEYES11 245

Debemos ver si estamos repitiendo l 5 ahora un discurso cuya


verdad se adecua a la naturaleza o no. Afirma que práctica-
mente ningún joven puede tener quietos ni el cuerpo ni la
voz, sino que intenta moverse constantemente y hablar, unas e

veces saltando y brincando, como si bailara con placer y ju-


gara al mismo tiempo, otras profiriendo todo tipo de soni-
dos. Los otros animales no perciben el orden ni el desorden
en los movimientos l6 que llevan el nombre de ritmo l7 y ar-
monía''. Sostiene, además, que los dioses que dijimos que
nos han sido dados como compañeros de danza son los que 654a

algún elemento del contexto (génos, de dl, p. ej.). Difícilmente pueden


ser objeto de epanorthontai las fiestas, como pretende KL. SCHOPSDAU,
Nomoi ..., pág. 260, puesto que eso no da ningún significado coherente.
No son necesarias, por tanto, las modificaciones propuestas por L. A.
POST,((Some enmendations...», pág. 36, y G. MULLER,Aufbau..., pág.
12. Tampoco hace falta el sugestivo tóte por te en d5 propuesto por KL.
SCHOPSDAU, Nomoi ..., pág. 260, que deja a la construcción sin conectiva
y la convierte irremisiblemente en objeto de epanorthontai, dando como
resultado un verdadero galimatías.
l 5 Hay un juego de palabras intraducible con la palabra hymnein que
significa tanto 'repetir reiteradamente' (cf. Vi1 549d-e) como 'elevar un
himno', con lo cual hay también una alusión a las Musas, Apolo y Dioniso
mencionados más arriba. Cf. E. B. ENGLAND, Laws ...,1, págs. 275 s.
Los movimientos incluyen los cambios de los sonidos de la voz. La
educación consiste, por tanto, en el canto (cambio o movimiento de la voz)
y la danza (movimiento del cuerpo). Esta división se corresponde con la de
la educación en gimnasia y música, tal como la expresa PLATÓNmás ade-
lante (672c) y era común en Grecia (cf. C. R i m , Gesetze..., 11, pág. 23).
l7 Ritmo es el orden en el movimiento (cf. infra, 664e). Ese orden
puede ser movimiento del cuerpo, de la voz o de los sonidos musicales.
De todas maneras, la utilización de los términos es muy diversa de la ac-
tual y está sujeta a grandes variaciones (E. B. ENGLAND, Laws..., 1, págs.
276 s.; KL. SCHOPSDAU, Nomoi ..., págs. 262 s.). Aquí hace referencia al
orden del movimiento del cuerpo.
I s Armonía es el efecto de la yuxtaposición de notas musicales de di-
ferente altura (cf. infra, 665a). Cf. nota anterior. Aquí harmonía significa
el orden en el movimiento de la voz.
nos otorgan el sentido del ritmo y de la armonía acompaña-
do de placer, con el que éstos nos mueven y nos dirigen en
la danza, enlazándonos unos con otros con cantos y bailes y
que los llaman coros porque el nombre de la alegría perte-
nece a su naturalezalg. ¿Aceptamos esto como primer pun-
to? ¿Suponemos que la primera educación se produce a tra-
vés de las Musas y de Apolo 20,o cómo hacemos?
CL.-Suponemos que se hace así.
AT.-Entonces, ¿no carecerá de entrenamiento en la
danza coral el que no tiene educación, mientras que hemos
b de considerar que el educado está suficientemente entrenado
en ella?
CL.-Efectivamente.
AT.-La danza coral se compone en conjunto de danza
y canto 21.
CL.-Necesariamente.
AT.-Por tanto, el que haya recibido una buena educa-
ción debería ser capaz de cantar y bailar bien.
CL.-Así parece.
A~.-Consideremos, pues, qué es lo que estamos di-
ciendo ahora.

'' Juego de palabras intraducible entre chorós ('baile', 'danza') y


chará ('alegría', 'placer', 'deleite', 'goce'). La derivación filológica del
primer término del segundo tiene una importancia fundamental en el ám-
bito del contenido, puesto que el placer y la alegría son fenómenos con-
comitantes del movimiento (G. MULLER,Auflau ..., pág. 11).
'O Dioniso no se menciona en esta ocasión, contrariamente a lo que
sucede más arriba, porque dirige la educación de los adultos, ya que para
Platón, el proceso educativo no finaliza nunca; G. MULLER,Aufbau ...,
págs. 11 s.; cf. supra, Introducción, págs. 57-65.
" Choreía designa originariamente una danza en círculo acompañada
de música y canto, mientras que órchésis es la danza de un solo individuo
en sentido específico, y en sentido lato designa todo tipo de movimiento;
KL. SCHOPSDAU, Nomoi ..., pág. 264.
CL.-¿Qué?
AT.-Decimos manta bien y baila bien)). ¿Agregamos
acaso: «si canta asuntos bellos y baila temas bellos)) o no22? c
CL.-Lo agregamos.
AT.-¿Y qué sucedería si alguien piensa que las cosas
bellas son bellas y las feas, feas y así las utiliza?23,¿el que
es así estará mejor educado en la danza coral y la música o
el que eventualmente puede poner con suficiencia su cuerpo
y su voz al servicio de lo que piensa que es bello, pero se
alegra con las cosas que no son bellas y no odia lo que no es
bello? ¿O aquel que no es muy bueno con su voz y su cuer-
po ni capaz de concebir, pero se corrige con el placer y el d
dolor, alegrándose con cuanto es bello y disgustándose con
todo lo que no es bello?
CL.-Te refieres a algo muy importante de la educación,
extranjero.
AT.-Entonces, si nosotros tres llegamos a conocer lo
bello en el canto y el baile, conocemos al correctamente
educado y al que no lo ha sido. Pero si ignoramos eso, tam-
poco podríamos conocer nunca con claridad si hay una for-
ma de preservar la educación y dónde la hay,24¿no es así e
acaso?
CL.-Así es, por cierto.
AT.-A continuación, por tanto, como si fuéramos pe-
rras rastreadoras, debemos descubrir una bella postura25,

22 Juego de palabras intraducible con kalós ('bello'), que en determi-


nados contextos significa 'bueno' y 'bien'.
23 La conversación se desliza sobre la ambigüedad de los términos
kalós ('bello', 'bueno') y aischrós ('feo', 'vergonzoso') y pasa una y otra
vez del ámbito ético al estético y a la inversa.
24 Cf. supra, 652b-653a.
25 Entiendo aquí por postura (schtma) los movimientos corporales
plasmados por el ritmo (C. R~I-~ER, Gesetze..., 11, pág. 31).
una melodía26bella, así como un canto y una danza bellos.
Pero si esto se nos llega a escapar, el discurso acerca de la
educación correcta, sea ésta griega o bárbara, sería vano.
CL.-Sí.
AT.-Sea pues. ¿Cuál debemos decir que es la postura o
la melodía bella? ¡Venga!, ¿se da que las posturas y sonidos
655a del alma valiente en dificultades y de la cobarde en la mis-
ma situación sean semejantes?
CL.-¿Y cómo lo serían, cuando ni siquiera lo es el co-
lor? 27.
AT.-Bien dicho, compañero. Pero de hecho, en la mú-
sica hay posturas y melodías2*, puesto que la música se
compone de movimiento del cuerpo y de variaciones de la
voz, de modo que debe tener movimientos apropiados y
buenas variaciones en la voz. No es posible que se exprese
correctamente el que metafóricamente dice que la melodía o
la postura tiene un buen color, como lo hacen los maestros
de coros. Sin embargo, no sólo es posible encontrar un cali-
ficativo correcto para la postura o la melodía del cobarde o
del valiente, sino que incluso puede aplicarse una denomi-
nación correcta: a las de los valientes, bellas, y a las de los
b cobardes, feas. Para que no nos extendamos demasiado en
todo esto, sean bellas simplemente todas las posturas y me-
lodías que se atienen a la virtud del alma o del cuerpo, sea
de ella misma o de una imagen, y las que dependen del vi-
cio, todo lo contrario.

26 Melodía (mélos) es la sucesión de tonos musicales, en terminología


platónica el movimiento de la voz configurado por la armonía (C. h-
TTER, Gesetze ..., 11, pág. 31).
27 Alusión al cambio de color que se produce en el rostro del cobarde
ante un peligro.
28 La música se compone de la unión de lo que modernamente se de-
nominaría música (el arte de combinar los sonidos) y la danza.
LEYES 11 249

CL.-Haces una propuesta correcta y sea también nues-


tra respuesta ahora que esto es así.
AT.-Todavía queda lo siguiente. ¿Acaso nos alegrare-
mos todos de la misma manera con las mismas danzas co- c
rales o estamos muy lejos de ello?
CL.-Absolutamente lejos, incluso.
AT.-¿Qué decimos pues que podría ser lo que nos ha
llevado lejos? ¿Acaso para todos nosotros no son bellas las
mismas cosas?, ¿o quizá, aunque son las mismas, no pare-
cen serlo? Pues nunca nadie dirá, supongo, que los bailes
del vicio son más hermosos que los de la virtud ni que se
alegra con las posturas de la depravación, mientras que los
demás son devotos de una Musa contraria a la suya. Y sin
embargo, la mayoría sostiene que la corrección de la música
se encuentra en su capacidad de proporcionar placer a las d
almas. Pero no es en absoluto aceptable ni piadoso procla-
mar esto, es probable que lo siguiente nos lleve por caminos
más diferentes todavía.
C~.-kQué?
AT.-Dado que los bailes corales son imitaciones2' de
conductas que se dan en acciones, circunstancias y caracte-
res de toda clase, es necesario que, entre los que las repre-
sentan por medio de imitaciones, aquellos para los que lo
dicho, lo puesto en música o incluso lo bailado de una cierta
manera coincide con su conducta, ya sea porque está de

29 La poesía y el arte tienen para PLATÓN un carácter imitativo que es


discutido largamente en la República a propósito de la crítica a los poe-
tas, sobre todo en los libros 111 (especialmente 395c-d y 398c-403c) y X
(principalmente 600c-e). En la República la crítica a los poetas se en-
cuentra en el primer plano. Por ello, podría parecer que hay una perspec-
tiva más negativa respecto de la imitación que no aparece en las Leyes.
Un análisis más profundo muestra, empero, que ambas obras coinciden
en el análisis de la naturaleza y función de la imitación en el arte.
e acuerdo con su naturaleza, su costumbre o con ambas cosas,
se alegren con ello, lo alaben y digan que es hermoso,
mientras que aquellos a cuya índole, carácter o cierta forma
habitual de ser se opone no puedan alegrarse ni alabarlo y
digan que es feo3'. Aquellos a los que les acontece poseer
una naturaleza recta pero una educación contraria, o una
65% educación correcta y una índole contraria suelen alabar de
manera contraria a lo que los deleita, pues dicen que cada
una de estas cosas es placentera, pero mala. Y frente a los
otros que creen prudentes, se avergüenzan de hacer movi-
mientos semejantes con el cuerpo, se avergüenzan de can-
tarlas como si seriamente proclamaran lo que está bien,
aunque se alegran en su interior.
CL.-Tienes toda la razón.
AT.-¿Acaso, pues, se perjudica en algo el que se alegra
con las posturas o las melodías del vicio o tienen algún be-
neficio los que sienten placer con lo contrario?
CL.-Es probable, al menos.
b AT.-¿ES probable o incluso necesario que sea lo mis-
mo que cuando alguien, al relacionarse con los caracteres
malvados de los malos hombres, no los odia, sino que se
alegra de admitirlos, aunque entre bromas los critica, ya que
sueña con la depravación de la conducta3'? Es necesario,

'O El placer que despierta en el alma del sujeto depende de la natura-


leza del objeto placentero según el principio de que lo semejante ama a lo
semejante. Cf. IV 716c-d, VI11 837a; República IX 581c-583a; ARISTÓ-
TELES, Política VI1 7, 1342a 25-26.
" Auto2 se refiere a la situación o al estado en el que se encuentran los
malos caracteres, tal como lo muestra el tÓte siguiente; cf. G . MULLER,
Aujbau..., pág. 19; E. B. ENGLAND, Laws ..., 1, pág. 284, que prefiere
hauto2, así como KL SCHOPSDAU, Nomoi ..., pág. 276. Contrariamente a
lo que supone este último, la lectio diffilior es auto2 y no heautoc. Por
otro lado, la lección de A parece ser más originaria, puesto que el co-
rrector de O la introduce, a pesar de que el manuscrito poseía lo que era
LEYES 11 25 1

quizás, que el que se alegra se asemeje en ese momento a


aquello con lo que se alegra, aunque, eventualmente, le dé
vergüenza alabarlo. Y ciertamente, qué bien mayor o mal
más profundo podríamos decir que llegaremos a obtener de
toda necesidad que éste?
CL.-Creo, ciertamente, que ninguno.
AT.-¿Creemos que, donde las leyes reglen correcta- c
mente la educación y el juego32de las Musas, o incluso allí
donde lo vayan a hacer en un futuro, se les permitirá a los
autores que el poeta, valiéndose en su poesía del ritmo, la
música o la palabra que le apeteciere, enseñe en los coros a
los hijos jóvenes de los respetuosos de la ley y haga de ellos
lo que azarosamente se diere en lo que hace a la virtud o al
vicio? 33.
CL.-Eso no tiene ningún sentido, ¿cómo podría tenerlo?
AT.-Sin embargo, en la actualidad, al menos, es posi-
ble hacerlo, en realidad, en casi todos los estados, salvo en d
Egipto 34.

la corrección más sencilla, a saber hauto2 kace SCHOPSDAU). La idea es


que el que critica sólo pro forma al malo, goza con esa conducta o con la
depravación del que la lleva a cabo (suponiendo un cambio del plural ge-
neralizador de b2 a un singular que aumenta la concreción de la imagen,
algo que en las Leyes ocurre con bastante frecuencia; cf., p. ej., 668~4-8:
poiémát6n en c5 y auto2 en c8; 670e6-671al: tois d6 [referido a los
miembros del coro de ancianos] en e6 frente a hikanhn ep6id6n en a l ; a
la inversa, 671~4-d3),no con la suya propia que, de hecho, aún no se ha
desviado y todavía no ha trasladado a sí mismo esa forma de actuar.
I 2 Juego de palabras intraducible entre paideía (= 'educación') y pai-
diá (= 'juego'); cf. VI1 803c, VI11 832d. La paronomasia tiene por finali-
dad subrayar la relación existente entre juego y educación, tal como se
pusiera de manifiesto en 1 643b-d; C. RITTER,Gesetze..., 11, págs. 16 s.;
KL. SCHOPSDAU, Nomoi ..., pág. 276.
'' Cf. infra, 11 661c y VI1 801c-d.
34 Cf. VI1 799a-e.
CL.-¿Cómo dices que las leyes reglan tal cosa en
Egipto?
A T . - T ~ ~sólo escucharlo produce asombro. Una vez,
hace mucho tiempo, así parece, decidieron aplicar esta regla
que ahora damos nosotros, a saber, que los jóvenes del esta-
do deben ejercitar habitualmente bellas posturas y bellas
melodías para formar sus hábitos. Una vez que las ordena-
ron, hicieron público en los templos cuáles son y de qué
manera son las que son y ni a los pintores ni a los otros que
realizan también figuras de cualquier tipo que sea35les era
e posible innovar en contra de estas formas36,y ni siquiera
concebir cualesquiera otras que no fueran las tradicionales.
Tampoco ahora es posible innovar, ni en estas posturas ni
en nada de la música. Si observas, descubrirás allí que las
obras pintadas o moldeadas hace miles de años n o son
miles de años por decir, sino realmente- no son ni más be-
657a llas ni más feas que las que se hacen ahora, sino que están
hechas según 37 la misma técnica 38.
CL.-Es asombroso lo que relatas.
AT.-NO. Por el contrario, más bien legislativo y ex-
traordinariamente político 39. Sin duda, allí podrías encontrar

No hay ninguna necesidad de modificar el texto del manuscrito, ya


que hay una búsqueda intencional de contraste con hopoi' átta de d9. La
braquilogía puede completarse del contexto, entendiendo el kai como ad-
verbio. Por ej., hopoi' átta ten ph$sin estín (cf. Gorgias 465a3). Por ello,
la crux de KL. SCHOPSDAU, Nomoi ..., pág. 278, es innecesaria.
36 Juego de palabras intraducible con schima en su doble sentido de
'figura' y 'postura'
37 Tomando el acusativo de relación con el mismo significado que si
hubiera un katá antes; cf. E. B. ENGLAND,Laws ..., 1, pág. 286.
'* Estas características del arte egipcio vuelven a ser tratadas en VI1
799a-b.
39 Platón llama la atención en varias oportunidades a lo largo del diá-
logo acerca de la negatividad de los cambios en la legislación.
LEYES 11 253

otras cosas que están mal. Sin embargo, lo de la música está


bien y vale la pena reflexionar sobre el hecho de que, como
parece, en tales asuntos, pudieran establecerse por ley me-
lodías que produjeran la corrección natura140. Mas esto de-
bería ser obra de un dios o de algún hombre de origen divi-
no, tal como dicen allí que las melodías que se conservaron b
durante todo este gran período de tiempo son obras de
1sis4'. Por tanto, lo que yo estaba diciendo4', si, de alguna
forma, alguien pudiera también captar su corrección, debe-
ría animarse a convertir esas melodías en ley y prescrip-
~ i ó nDe ~ ~esta
. forma, la búsqueda de placer y dolor, es de-
cir, el estar intentando constantemente utilizar un nuevo tipo
de música44,no tiene prácticamente poder para destruir la
danza sagrada llamándola anticuada. En efecto, allí no pare-
ce en absoluto capaz de destruirla, sino todo lo contrario.
CL.-A partir de lo que tú acabas de decir parece que c
esto sería así.

40 A falta de una solución mejor, la traducción sigue la eliminación


del tharrounta propuesta por Madvig. No obstante, es digno de conside-
ración el intento de explicación de KL. SCHOPSDAU, Nomoi ..., págs. 278
s., aunque la dificultad principal sigue siendo el sujeto del participio.
4' La diosa Isis ocupaba en la religión egipcia un lugar fundamental
en las creencias relacionadas con el más allá. Era una de las divinidades
que protegían a los muertos de sus enemigos y, a la vez, una gran maga,
cuyos encantamientos protegían contra las enfermedades, en especial las
mordeduras de escorpiones y picaduras de serpientes. En el siglo IV su
culto había llegado ya a Atenas, donde se la adoraba como protectora de
los navegantes. De la época ptolemaica han llegado papiros con cantos
cultuales a Isis que podrían ser el origen de esta atribución que hace Pla-
tón a la diosa de las leyes sobre la música; cf. KL.SCHOPSDAU, Nomoi ...,
pág. 279.
42 657a.
43 Cf. VI1 799e-800b.
" Tomando el genitivo tod... christhai como genitivo apositivo; cf.
KG, 1, § 402d, pág. 264.
AT.-¿NOS animamos a decir, pues, que la utilización
de la música y el juego junto con la danza es correcta cuan-
do se da de la siguiente manera? ¿Nos alegramos cuando
creemos estar bien y cuando nos alegramos creemos, a su
vez, estar bien? ¿Acaso no es así?
CL.-Así es, en efecto.
AT.-Además, en tal situación, cuando nos alegramos,
no podemos estar tranquilos 45.
c~.-Así es.
d AT.-¿NO están dispuestos, acaso, nuestros jóvenes a dan-
zar, mientras que los viejos, por nuestra parte, pensamos que
pasamos convenientemente el tiempo al mirar su espectáculo
y disfrutar con su juego y su celebración, porque ahora nuestra
agilidad nos ha abandonado y como la deseamos y nos alegra-
mos con ella, organizamos certámenes para los que nos pueden
empujar en mayor medida a la juventud en el recuerdo?
CL.-Es totalmente verdad.
AT.-¿Acaso, pues, creemos que la mayoría emplea
tontamente el argumento que se utiliza hoy en día acerca de
los que celebran una fiesta: que hay que pensar que es el
e más hábil y juzgar que se impone el que más nos haga estar
contentos y alegramos? Puesto que en tales fiestas vamos a
permitir la diversión, debemos honrar más al que hace dis-
frutar más y al mayor número y, lo que acabo de decir, darle
658a la victoria. ¿Acaso no sólo se sostiene esto con razón sino
que también se haría bien, si sucediera así?
CL.-Podría ser.
AT.-Mas, querido amigo, no juzguemos tal asunto a la
ligera46,sino considerémoslo, dividiéndolo en partes de la
45 Cf. VI1 81 5e-816a.
46 Paronomasia entre tácha ('quizá'), que contesta Clinias, y tach?
('rápidamente', 'a la ligera'), dificilmente traducible. Cf. F. Asr, Leges.. .,
nota al pasaje.
LEYES 11 255

siguiente manera. ¿Qué sucedería si alguien alguna vez or-


ganizara simplemente un certamen cualquiera, sin determi-
nar si es gimnástico, musical o hípico, sino que, reuniendo a
todos los habitantes del estado, proclamara el certamen y,
tras poner los premios, invitara al que quiera venir a com-
petir en el placer exclusivamente, y anuncie que la victoria b
se concederá a quien haga disfrutar más a los espectadores,
sin que se esté obligado a hacerlo de una manera determina-
da, sino47que obtendrá el premio el que se imponga en ha-
cer en mayor grado eso mismo y se juzgue que es el que,
entre los competidores, llega a producir más placer -¿qué
pensamos que ocurriría a partir de este anuncio?-48.
CL.-¿A qué te refieres?
AT.-Es probable, pienso, que el uno ejecutara, como
Homero, una rapsodia4'; otro, una canción acompañada por
lira5'; otro, una tragedia; otro, una comedia. Y no sería de
extrañar que alguno que hubiera hecho incluso una exhibi-
ción de marionetas5' creyera haber vencido. Entre todos es- c
tos competidores y otros diferentes que irían por miríadas,
¿podemos decir con justicia quién vencería?
47 La traducción conserva el d ' de los manuscritos y sobreentiende la
principal que falta a partir de nikétéria en a9, interpretando toda la cons-
trucción como una braquilogía.
48 La traducción de este pasaje sigue parcialmente la interpretación de
E. B. ENGLAND, Laws ..., 1, pág. 290.
49 Recitación de poemas épicos que por lo común no iba acompañada
de instrumentos. Cf. Ion 535d-e, Repzíblica X 600d, Certamen de Home-
ro y Hesíodo, VV. 56,254-256 (ALLEN).
El citaredo, e. d. el que acompaña su canción con la lira y no el ci-
tarista como erróneamente lo define el diccionario de la RAE, cantaba
poesías de Homero y otros poetas con una melodía que había creado é1
mismo.
Juego de palabras intraducible entre thaumastón ('admirable', 'sor-
prendente', 'extraño', = 'extrañar' en la traducción) y tháumata ('mario-
netas').
CL.-Preguntas algo extraño, pues ¿quién podría res-
ponderte esto como si supiera, antes de escuchar y de haber
oído personalmente a cada uno de los competidores?
AT.-¿Qu~ hacemos pues? ¿Deseáis que os dé yo mis-
mo esa respuesta extraña?
CL. En efecto.
A T . - ~ u ~ sbien, si juzgaran niños muy pequeños, elegi-
rían al que mostró las marionetas, ¿o no?
d CL.-Por cierto.
AT.-Si acaso son rapaces más grandes, al que repre-
sentó las comedias; las mujeres educadas y los jóvenes
adolescentes, así como, quizá, casi la inmensa mayoría, la
tragedia.
CL.-ES probable, sin duda.
AT.-Nosotros los viejos, quizá diríamos que venció
por mucho un rapsoda que hubiera recitado bien la Iliada, la
Odisea o alguno de los poemas de Hesíodo, porque es lo
que con mayor placer escuchamos. ¿Quién hubiera sido
correcto que venciera? Esto es lo que viene a continuación,
¿o no?
CL.-Sí.
e AT.-ES evidente que vosotros y yo debemos decir que
vencieron bien los que eligieron los de nuestra edad. Pues
nos parece que la e ~ p e r i e n c i ade~ ~ese grupo de gente es por
mucho la mejor que se puede encontrar ahora en cualquier
ciudad de cualquier lugar.
CL.-Efectivamente.

Entendiendo éthos como 'experiencia' ( M . FICINO, Opera; C. RIT-


TER,Gesetze ..., 11, pág. 42; KL. SCHOPSDAU, Plato, Werke..., 1, pág. 95),
no como 'hábito' (T. J. SAUNDERS, Laws ...), 'foma de pensar' (B. Jo-
m,Dialogues ...; U. SCHOPSDAU, Nomoi ...), 'forma de actuar' (E. B.
ENGLAND, Laws..., 1, pág. 291) o 'eficacia de nuestra experiencia' (sic, J.
M. PABÓN,M. FERNÁNDEZ GALIANO,Leyes. ..).
AT.-También yo estoy de acuerdo con el vulgo en que
es necesario juzgar la música por el placer, pero, por cierto,
659a no por el de cualquiera, sino que, me atrevo a decir, la Musa
más hermosa es aquella que deleita a los mejores y sufi-
cientemente educados, y, en especial, la que proporciona
placer a aquel único que se distingue por su excelencia y su
educación. Por eso sostenemos que los jueces de tales
asuntos necesitan de la virtud, porque deben ser partícipes
de toda la inteligencias3 restante y, además, de la valentía.
Pues el verdadero juez debe juzgar no porque se entera por
la platea, aturdido tanto por el alboroto de la multitud como
por su propia incultura, ni, tampoco, en una actitud fácil,
b proferir abiertamente por su boca, con la que invocó a los
dioses cuando iba a juzgar54,un veredicto mentiroso, contra
su buen saber y entender, por debilidad y cobardía. Pues el
juez está sentado no como sino más bien como
maestro de los espectadores, como debe ser, para oponerse a
los que dan a los espectadores un placer que no es ni conve-
niente ni correcto. Eso era posible con la antigua costumbre
griega, no como la siciliana e italiana actual, que lo deja al
arbitrio de la muchedumbre de los espectadores y juzga
quién ha vencido por las manos alzadas y que ha destmido,
por un lado, a los poetas mismos -ya que escriben para el

Phróngsis se está refiriendo a la virtud integral, el buen juez debe


poseerla y no sólo la valentía de la que se está hablando y que se repre-'
sentará en escena. Cf. 1 632c-d.
" En Atenas, los jueces de los certámenes dramáticos debían jurar
que iban a ser imparciales (cf. ARISTOFANES, Asambleistas 1160; DEMOS-
TENES, XXI 17, 64-65). Existe una disposición similar en Magnesia (XII
948e-949a).
En Atenas, los jueces se sentaban en un sitio de honor especial-
mente reservado para ellos (cf. LISIAS,Sobre la herida intencional (IV) 3-
5; PLUTARCO, Vidasparalelas, Cimón VI11 7-8,483E-F). En los certáme-
nes gimnásticos, los jueces actuaban de pie.
placer de los jueces, que es grosero, de modo que los es-
pectadores se educan a sí mismos- y, por otro, corrompió
los placeres del teatro. Pues los que escuchan algo mejor
que sus propios caracteres alcanzan necesariamente un pla-
cer mejor, ahora les ocurre todo lo contrario por su propia
culpa. ¿Qué nos quiere indicar lo que ha desarrollado ahora
nuestra conversación? Observad si es lo siguiente.
CL.-¿Qué?
AT.-Me parece que la conversación vuelve por tercera
d O cuarta 56 vez al mismo punto, que la educación consiste
en arrastrar y conducir 57 a los niños hacia la definicións8
correctamente dada por la ley y que, por experiencia,
tanto los más aptos como los más viejos también creen
que es realmente correcta. Por tanto, para que el alma del
niño no se acostumbre a alegrarse y a sufrir de forma
contraria a la ley y a los convencidos por la ley, sino
que, al sentir alegría o desagrado lo haga con las mismas
cosas que el anciano, las que llamamos canciones pare-
cen haberse convertido ahora en encantamientos 59 para

Cf. I643b-644b, 644d- 645c; 11 653a-c, 656b.


s7 Cf. 1 644d-645c. El término ag@ ('conducción', = 'conducir' en el
texto) se utiliza como sinónimo de paideia (= 'educación') también en 11
673a y VI1 819a. Era, probablemente, el término que también usaban los
espartanos para designar la educación, aunque sólo hay testimonio explícito
de ello en época posterior a la platónica. G. R. MORROW,Plato's Cretan
city ...,pág. 301, nota 14, y supra, Introducción, págs. 59, n. 117, 129.
Juego de palabras intraducible con dos acepciones del término ló-
gos ('discurso' y 'definición').
s9 Como es habitual, Platón toma la medicina como ejemplo. Los en-
cantamiento~se utilizan originariamente para curar enfermedades (cf.
HOMERO, Odisea XIX 457). Los encantamientos eran utilizados por figu-
ras como Orfeo, Pitágoras y Epiménides. En PLATÓN,la palabra se suele
usar para designar también la influencia sobre el alma (Fedón 77e, 114d;
Cármides 157a; Teeteto 157c; Menón 80a; Eutidemo 289e), una función
que tendrá una gran importancia en las Leyes, donde se utiliza especial-
LEYES II 259

las almas6', elaborados para alcanzar la concordancia que


decimos6'. Pero como las almas de los jóvenes no pueden
soportar la seriedad, parece que se las llama juegos y can-
ciones y se practican como tales, tal como los que se ocupan
de esa tarea intentan ofrecer a los enfermos y a los que tie-
nen el cuerpo débil la alimentación Útil entre comidas y be- 660a
bidas agradables, mientras que la de los productos nocivos
entre cosas desagradables, para que se acostumbren correc-
tamente a recibir con alegría la una y odiar la otra. Igual-
mente, con la ayuda de bellas palabras y halagos, el verda-
dero legislador convencerá -y lo obligará si no obedece-
al poeta de que componga poesía correctamente, plasmando
en tiempos de danza las posturas y en tonos musicales las
melodías de los hombres prudentes, valientes y absoluta-
mente buenos 62.
CL.-¡Por Zeus!, extranjero, ¿te parece que ahora com- b
ponen así los poemas en las otras ciudades? Pues yo, al me-
nos, por lo que veo, con excepción de nosotros y los lace-
demonios, no sé que se lleve a la práctica lo que tú dices,
sino que veo que en la danza y en todo el resto de la música
aparece siempre algo nuevo, cambiado no por las leyes, sino
por algunos placeres desordenados que están muy lejos de
ser y permanecer idénticos, como tú interpretas en Egipto63,
no siendo nunca los mismos 64.

mente para describir la acción que debe tener el preámbulo de la ley


(véase la nota siguiente). Cf.KL.SCHOPSDAU,Nomoi ..., págs. 288 SS.
60 Cf. infra, 664b, 665c, 670c-671a; VI 773d-e; X 903a-b, para el en-
cantamiento como instmmento utilizado para conducir a los ciudadanos a
la conducta correcta.
653b.
62 655a-b.
656d-657a.
" Cf. supra, 656d, 657b-c.
AT.-Excelente, Clinias. Pero si creíste que dije lo que
tú dices como si sucediera ahora, no me asombraría si hu-
biera hecho y sufrido eso por no haber expresado clara-
mente lo que pienso. En efecto, quizá expuse algunas cosas
que quiero que sucedan respecto de la música de modo que
te pareciera decir eso. No es en absoluto placentero, aunque
a veces es necesario, criticar cosas imposibles de mejorar y
muy adelantadas en su equivocación. Pero puesto que tú
d también estás de acuerdo en eso, veamos, Lafirmas que esto
se da más entre vosotros y éstos que entre los otros griegos?
CL.-Sin duda.
AT.-¿Y qué sucedería si entre los otros también fuera
de esa manera? ¿Acaso no diríamos que las cosas serían
mejores así que si suceden como suceden ahora?
CL.-Sería mucho mejor, pienso, si fueran como son
entre éstos y entre nosotros y todavía más si sucedieran co-
mo acabas de decir que deben suceder.
AT.-Venga, pongámonos ahora de acuerdo. ¿No son
e las cosas que se afirman entre vosotros en la educación en
su conjunto y en la música en particular las siguientes?
Obligáis a los poetas a decir que el hombe bueno, por ser
prudente y justo es bienaventurado y feliz, ya sea grande y
fuerte o pequeño y débil, tenga o no riquezas. Pero que aun-
que sea más rico que C i n i r a ~y ~Midas66,
~ si es injusto, es
'* Ciniras era un rey sacerdote legendario de Chipre (cf. Zlíada XI
20), que tenía fama de ser especialmente hermoso y rico. También se lo
celebraba como inventor y creador de cultura.
Midas, rey mítico de Frigia que representaba el poder y la riqueza,
originariamente también la sabiduría, aunque luego se convirtió en el pa-
radigma de la necedad humana, ya que su pasión por el oro le trajo la
desgracia. Midas había conseguido de Dioniso el don de convertir en oro
todo lo que tocara, de modo que no pudo comer ni beber. El texto es una
paráfrasis de TIRTEO,frag. 12, 6 BERGK(= 9, 6 DIEHL= 9, 6 GENTILI-
PRATO= 1 2 , 6 WEST).
infeliz y vive miserablemente. También afirma vuestro
poeta, si dice correctamente, no podria recordar ni celebrar
a un hombre que no hiciera y poseyera todas las cosas lla-
madas bellas con justicia y, sobre todo, por ser tal, asaltara 661a
a piejrme cuerpo a cuerpo a los enemigos67,mientras que
si es injusto ojalá no osara ver la carniceria sangrienta68ni
venciera en la carrera a Bóreas 69 el tracio 70 ni nunca llega-
ra a alcanzar ningún otro de los llamados bienes7'. Pues
aquellos que el vulgo llama bienes, no llevan correctamente
dicho nombre. Pues se dice que el más importante es la sa-
lud; el segundo, la belleza física; el tercero, la riqueza, y un
sinnúmero de otras cosas se denominan bienes, en especial, b
tener una vista y un oído agudos, así como, en general, que
sus sentidos perciban bien, además, el hacer lo que se quiera
con poderes tiránicos, y la cumbre de toda felicidad, el vol-
verse inmortal lo más rápidamente posible, poseyendo todas
estas cosas. Pero vosotros y también yo, creo, sostenemos
que todas estas cosas son las mejores posesiones para los
hombres justos y piadosos, pero todas son pésimas para los
injustos, comehando por la salud, y, sobre todo, el ver, el
escuchar y percibir y, en general, el vivir, si es inmortal to-
do el tiempo y se poseen los así llamados bienes, excepto la
justicia y la virtud completa, es un mal grandísimo y el me-

frag. 12, 12 BERGK(= 9, 12 DIEHL= 9, 12 GENTILI-PRATO


67 TIRTEO, =
12, 12 WEST).
" TIRTEO,frag. 12, 11 BERGK(= 9, 1 1 DIEIU= 9, 1 1 GENTILI-PRATO
=
12, 1 1 WEST).Cf. 1 629e.
69 Bóreas, viento del NE. Su país de origen podía ser Tracia, Escitia o
el Cáucaso. Se lo consideraba el rey de los vientos, de una gran fuerza y
frío. Traía nieve y oscuridad. También era considerado símbolo de la ra-
pidez.
'O TIRTEO, frag. 12, 4 BERGK(= 9, 4 DIEHL= 9, 4 GENTILI-PRATO =
12,4 WEST).
7' Cf. República 111 392a-b.
nor que un hombre semejante sobreviva la menor cantidad
de tiempo. Convenceréis y obligaréis, creo, a decir lo que
digo a vuestros poetas, y además, a que enseñen así a vues-
tros jóvenes, poniéndolo en los tiempos de danza y en los
tonos de música adecuados. ¿O no? Mirad. En efecto, yo
d digo claramente que los así llamados males son bienes para
los injustos, pero para los justos, males, y que los bienes,
son para los buenos realmente bienes, pero para los malos,
males. Lo que preguntaba, pues, Lacaso existe acuerdo entre
vosotros y yo, o no?
CL.-Para mí, hasta un cierto punto, estamos claramente
de acuerdo en algunas cosas, pero en otras, en absoluto.
AT.-¿Acaso no os convenzo de que el que posee salud,
riqueza y poder tiránico absolutamente -y, además, os
e añado una fuerza y una valentía imponentes acompañadas
de inmortalidad- y al que no le han sucedido ninguno de
los así llamados males, sino que tiene en sí sólo injusticia e
insolencia, que el que vive así no llega a ser feliz sino cla-
ramente infeliz?
CL.-Has dado en el clavo.
AT.-Sea. ¿Qué argumentos debo72usar, entonces, des-
pués de esto? Porque, ciertamente, ¿no os parece que el
6620 hombre fuerte, bello, rico y que hiciera durante toda su vida
lo que deseara, si fuera injusto e insolente, necesariamente
tendría una vida vergonzosa? ¿Podríais estar de acuerdo al
menos en que es vergonzosa?
CL.-Totalmente de acuerdo.

'' Tomando el hemas como un plural mayestático. La respuesta de


Clinias ha sido irónica -como no podía ser de otra manera- y el ate-
niense trata de encontrar un argumento para lograr el acuerdo. Como
muestra lo que sigue no se trata de what must be our next step? (así erró-
neamente E. B. ENGLAND, Laws ..., 1, pág. 299), sino de ver qué nuevos
argumentos pueden encontrarse en defensa de la posición del ateniense.
AT.-¿Y qué pasa con «mala»?
CL.-Eso ya no es lo mismo.
AT.-¿Y qué pasa con «no placentera e inconveniente
para él))?
CL.-¿Y cómo podríamos concederte todavía esto?
AT.-¿Preguntas cómo? Si un dios, amigos, así parece, b
nos pusiera de acuerdo, ya que ahora casi cantamos músicas
distintas73.Pues a mí, por cierto, esto me parece tan necesa-
rio que, amigo Clinias, ni siquiera es tan claro que Creta sea
una isla. Si yo fuera legislador, intentaría obligar a los poe-
tas y a todos los habitantes de la ciudad a hablar de esta
forma, e impondría casi el castigo máximo si alguien en el
país dijera que hay algunos hombres que, aunque malos, vi-
ven con placer74o que lo que es útil y provechoso es una c
cosa y lo justo otra, y también convencería a mis ciudadanos
de que sostuvieran muchas otras afirmaciones diferentes de
las que hacen ahora los cretenses y los lacedemonios, como
parece, y me imagino que también, quizás, los demás seres
humanos. ¡Venga pues!, ¡por Zeus y por Apolo!, gente
magnífica, si les preguntáramos a estos mismos dioses que
os han dado vuestras leyes7? «¿Es la vida más justa la más
placentera, o hay dos vidas, de las que una es la más pla- d
centera y la otra la más justa?)). Si dijeran que dos, les
plantearíamos, quizá, una nueva pregunta, si realmente qui-
siéramos interrogarlos correctamente, «¿Quiénes debemos
decir que son más felices, los que viven la vida más justa o
73 Juego de palabras intraducible entre symphonia, que tiene un valor
musical ('sonido conjunto', 'acorde') del que se derivan los otros signifí-
cados como 'acuerdo' y aphido ('cantar diferente', 'desafinar', 'estar en
desacuerdo'). En el término symphonia hay también una referencia a la
coincidencia entre costumbre y raciocinio que constituye la virtud; cf.
supra, 653b-c.
74 Cf. República 111 392b.
75 Cf. 1 624a.
los que viven la más placentera?)). Si nos dijeran que los
que viven la más placentera, su discurso sería realmente ab-
surdo. Pero no quiero que se ponga tal cosa en boca de los
e dioses, sino que prefiero que se haga con nuestros padres y
legisladores. Demos por hecho que se ha preguntado lo que
dije antes al padre y legislador y supongamos que éste ha
dicho que el que vive la vida más placentera es el más feliz.
A continuación yo le diría: ((Padre, ¿no es que quieres que
yo viva de la manera más feliz?, sin embargo no dejas nun-
ca de exhortarme a que viva de la manera más justa)). En
efecto, el que está dispuesto de esta manera, sea legislador o
padre, se mostraría, creo, absurdamente incapaz de hablar
de manera coherente consigo mismo. Pero si, otra vez, pro-
clamara que la vida más justa es la más feliz, cualquiera que
6630 escuchara inquiriría por qué la ley alaba lo que en ella hay
de más fuerte que el placer como algo bueno y bello. Pues
¿qué bien obtendría el justo separado del placer? ¡Venga!, la
fama y la alabanza de los hombres y los dioses Lacaso son
un bien y algo hermoso, aunque no placentero, pero la mala
fama, lo contrario?76.En absoluto, querido legislador, dire-
mos. ¿Acaso el no cometer injusticia a nadie ni el sufrir in-
justicia de nadie, aunque no placentero, es un bien o algo
bello, mientras que lo contrario es placentero, pero vergon-
zoso y malo?
CL.-¿Y cómo lo serían?
AT.-Entonces, el discurso que no separa lo placentero
b y lo justo, como tampoco lo bueno y lo bello es creíble al
menos, si no otra cosa, para el que quiere vivir la vida pia-
dosa y justa, de modo que para el legislador el más vergon-
zoso y el más contrario de los discursos es el que no afirma
que estas cosas son así. Pues nadie querría dejarse conven-
" Cf.República X 612d-e; 613b, e y también SOLÓN,frag. 13, 9-13
BERGK(= 1,9-13 DIEHL= GENTILI-PRATO = 13,9-13 WI:ST).
LEYES 11 265

cer de hacer aquello de lo que no se sigue más la alegría que


el dolor. Lo que se ve desde lejos produce, prácticamente a
todos, una visión turbia77y sobre todo a los niños, si el le-
gislador no llega a imponer la opinión contraria, quitándole
las tinieblas, y no llega a convencer de una manera u otra
con costumbres, alabanzas y razonamientos de que las cosas
justas e injustas son como dibujos sombreado^^^, que dan la
ilusión de profundidad, y que las injustas son las que se
oponen manifiestamente a la opinión del justo, aunque, ob-
servadas desde la perspectiva del injusto y malo parezcan
placenteras y, las menos placenteras, las justas; pero desde
la del justo son totalmente contrarias para cualquiera en am-
bos casos 79.
CL.-ES obvio.
AT.-¿E~ cuanto a la verdad, cuál de los dos juicios di-
remos que es más poderoso? ¿Acaso el del alma peor o el de
la mejor?

77 La palabra utilizada skotodinia significa también 'vértigo, mareo' y


Platón la usa para indicar el mareo que produce una percepción y los jui-
cios infundados que de ella surgen (cf. Teeteto 155c-d).
78 Se trata de una técnica inventada por el ateniense Apolodoro a me-
diados del siglo v a. C.,que consistía en producir en la pintura efectos
ilusionistas que se basaban en la distancia del observador. Parecería que
era algo similar al claroscuro que intentaba provocar la impresión de tri-
dimensionalidad a través del contraste entre luz y sombras; KL. SCHOPS-
DAU,Nomoi.. ., pág. 303. Para las diferentes técnicas existentes y la posi-
ción de Platón respecto de la pintura, cf. E. KEULS,((Plato on paintingn,
American Journal of Philology 95 (1974), 100-127. N. DEMAND, ((Plato
and the painters)), Phoenix 29 (1975), 1-20, ve un cambio en la actitud de
Platón hacia la pintura, sobre todo en relación con su posición hacia la
técnica pictórica destinada a crear efectos visuales que dieran la ilusión
de tridimensionalidad. Sobre la valoración negativa del arte plástico en la
educación, cf. M. AISSEN-CREWTT, ((Paideia und bildende Kunsto, Rhei-
nisches Museum 132 (1989), 266-279, especialmente págs. 267-274.
79 Cf.Republica IX 586b-c.
d CL.-Necesariamente, supongo, el de la mejor.
AT.-Necesariamente, por tanto, la vida injusta no sólo
es más vergonzosa y más fea, sino también realmente me-
nos placentera que la vida justa y piadosa.
CL.-Por lo menos según el presente argumento, así pa-
rece, amigos.
AT.-Un legislador de algún valor, por pequeño que
sea, incluso si no hubiera sido esto tal como ahora nos ha
persuadido el argumento que es, si se hubiera atrevido a de-
cir alguna otra mentira a los jóvenes por su bien, ¿es posible
e que hubiera dicho una mentira más provechosa que ésta y
que fuera más eficaz para que todos actúen justamente, no
por coacción, sino por propia voluntad? 'O.
CL.-La verdad es bella, extranjero, y firme; mas en
verdad no parece que sea fácil de hacer creer.
AT.-Sea. ¿El cuento fabuloso del sidonios' es fácil de
creer, aunque es tan increíble, y otros innumerables relatos?
CL.-¿Cuáles?
A~.+ue una vez de unos dientes que habían sido
plantados nacieron hoplitasS2.Un legislador tiene precisa-

s' El tema de la mentira provechosa ha sido ampliamente tratado en


las interpretaciones de la segunda mitad de este siglo a raíz del libro de
K. POPPER,The open society and its enemies (=La sociedad abierta y sus
enemigos), 1, The spell of Plato, Londres, 5." edición, 1966. Aparece tam-
bién en República 11 382c-d; 111 389b, 414b-c. No obstante, en este pasa-
je, el ateniense deja convenientemente sentado que él considera verdade-
ro este argumento.
" Alusión a Cadmo, el fundador de Tebas.
Cadmo, que había sido enviado por su padre Agenor en busca de
su hermana Europa, raptada por Zeus, vaga en compañía de su madre por
diferentes regiones y permanece en Tracia hasta la muerte de ella. Un
oráculo de Apolo lo envía a fundar una ciudad en Beocia. Llega al lugar
que será la futura Tebas, donde mata al dragón sagrado y, por consejo de
Atenea, siembra sus dientes en la tierra. De los dientes crecen soldados
LEYES 11 267

mente aquí un gran ejemplo de persuasión en aquello en lo


que alguien puede tratar eventualmente de persuadir a las
almas jóvenes, de modo que él sólo debe observar y descu- 6640
brir de qué tendría que convencer a la ciudad para hacer el
mayor bien y encontrar todos los medios para ello: de qué
manera la comunidad entera se expresaría en eso todo lo
unitariamente que fuera posible a lo largo de toda su exis-
tencia, en canciones, cuentos y discursos. Pero si os parece
que se debe actuar de una forma diferente a ésta, nada nos
impide mostrar nuestro desacuerdo con el argumento en
esto.
CL.-No me parece que ninguno de nosotros dos pueda b
nunca poner esto en cuestión.
AT.-Por consiguiente, me correspondería decir lo que
sigue. Sostengo, pues, que todos los coros, que son tress3,
deben encantar las almas aún jóvenes y tiernas de los niños,
contando todas las cosas hermosas que hemos referido y
que todavía podríamos referir, pero de las que lo principal
sea lo siguiente: cuando digamos que los dioses afirman que
la vida más placentera y la mejor son la misma, diremos
también la verdad más absoluta y convenceremos más a los c
que debemos convencer que si hablamos de otra manera.
CL.-ES imposible no estar de acuerdo con lo que dices.
AT.-En primer lugar, lo más correcto sería que el coro
infantil de las Musas 84 entrara primero en escena para cantar
estas cosas con toda seriedad y a toda la ciudad; en segundo
armados que luchan entre sí, de los que quedan finalmente sólo cinco,
que serán los ancestros de los tebanos.
" Por primera vez se mencionan tres coros. PLUTARCO (Vidas para-
lelas, Licurgo 21, 3, 104B; Moralia, Instituciones lacedemonias 15,
238A-B; cf. ATENEO, XV 678C) informa de que los espartanos tenían tres
coros, de ancianos, de hombres y de jóvenes.
84 El coro infantil era en honor a las Musas probablemente por la im-
portancia que éstas tenían en la educación de los jóvenes.
término, el de los de hasta treinta años, invocando al PeánS5
como testigo de la verdad de lo que se afirma y rogándole
d que, con su persuasión, se muestre propicio para con los jó-
venes. También es necesario que canten, en tercer lugar, los
que han superado los treinta años hasta los sesenta. Pero a
los que han pasado esta edad --dado que ya no son capaces
de soportar el esfuerzo que exige el cantos6- debemos de-
jarlos como narradores, divinamente inspirados, de leyendas
acerca de los mismos caracteres típicos.
CL.-Pero, extranjero, ¿a qué te refieres con este tercer
coro?, pues no comprendemos con toda claridad lo que
quieres decir acerca de él.
AT.-Sin embargo, es por él que expusimos práctica-
mente la mayoría de los argumentos anteriores.
e CL.-Todavía no nos damos cuenta. Intenta expresarte
con mayor claridad aún.
AT.-Dijimos, si lo tenemos presente, al comienzo de
este tema87que la naturaleza de todos los jóvenes, al ser fo-
gosa, no sería capaz de tener en calma ni su cuerpo ni la
voz, sino que hablaría siempre de manera desordenada y
estaría dando brincos, y que ninguno de los otros animales
percibiría el orden de estos dos, pero que la naturaleza del
ser humano sería la única que tiene esa capacidad. El nom-
bre del orden del movimiento sería ritmo, al de la voz,
665a cuando se mezclan lo agudo y lo grave de ella, se le aplica-
s' Pean era originalmente un dios que curaba las enfermedades. Lue-
go se convirtió en epíteto de otros dioses que asumieron esa característi-
ca, como Asclepio y, en especial, Apolo. Es probable que el coro aquí
mencionado entonara un peán, e. d. una canción en honor a Apolo que
invocaba al dios.
86 El canto en los coros exigía, por un lado, la realización de ejerci-
cios para la voz que iban unidos a períodos de ayuno y, por otro lado,
agilidad y resistencia para las danzas.
87 653d-e.
IX
LEYES
(LIBROS VII-XII)

INTRODUCCI~N,
TRADUCCIÓN Y NOTAS DE

FRANCISCO LIS1

EDITORIAL GREDOS
LEYES VII 61

Hemos terminado la descripción de las posturas y acti-


tudes de los cuerpos hermosos y las almas nobles en las
danzas corales y hemos expuesto cómo deben ser éstas.
Ahora debemos observar y conocer los cuerpos feos y los
pensamientos vergonzosos y a aquellos que se han dedicado
a las bromas cómicas que provocan risas con lo que dicen,
cantan, bailan y con las imitaciones representadas en forma
de comedia de todos éstos caracteres. Pues no es posible
comprender lo serio sin lo ridículo ni lo contrario sin todo lo e
contrarioO' , si uno quiere llegar a tener discernimiento, aun-
que, por otra parte, debe ser capaz de hacer ambas cosas si
quiere llegar a ser mínimamente virtuoso 12', sino que es ne-
cesario que las aprenda para que nunca haga o diga cosas
ridículas por ignorancia, cuando no debe en absoluto. Hay
que encargar a los esclavos y a extranjeros a sueldo que ha-
gan tales imitaciones. Nunca debe haber ninguna seriedad
en estas cosas, ni ningún libre, mujer u hombre, debe apare-
cer aprendiéndolas, sino que continuamente debe represen-
tarse alguna imitación cómica nueva122.Todo lo que son
juegos, pues, con cosas ridículas, lo que ahora todos deno-
minamos comedia, debe quedar establecido así por la ley y 8170
la norma123.Si en alguna ocasión llegara a suceder que vi-
nieran a nosotros algunos de nuestros autores serios - e s o
dicen-, los trágicos, y nos preguntaran lo siguiente: «Ex-
tranjeros, ¿podemos frecuentar el territorio de vuestro esta-
do o no, y, además, podemos traer y representar nuestra

I2O Cf. Fedón 97d.


I2l Cf. República 111 394e-396e.
122 De manera tal que los habitantes de la ciudad no puedan aprender-
se las actitudes incorrectas por la repetición de las mismas piezas teatra-
les; cf. supra, 797d-798a; C. R I ~ R Gesetze
, ..., 11, pág. 190; E. B. EN-
G L A N D , Laws ..., 11, pág. 306.
12' Cf. nota 55 a este libro, y XI 935e.
poesía, o qué habéis decidido hacer en tales asuntos?)),
¿qué sería correcto contestar a esos grandes varones, pues?
b A mí me parece que lo siguiente: «Excelsos extranjeros, di-
remos, también nosotros somos poetas de la tragedia más
bella y mejor que sea posible. Todo nuestro sistema político
consiste en una imitación de la vida más bella y mejor, lo
que, por cierto, nosotros sostenemos que es realmente la
tragedia más verdadera. Poetas, ciertamente, sois vosotros,
pero también nosotros somos poetas de las mismas cosas,
autores y actores que rivalizan con vosotros en el drama
más bello, del que por naturaleza sólo la ley verdadera pue-
de ofrecer una representación, tal como es nuestra esperan-
za 124. NO creáis, por cierto, que nosotros os dejaremos algu-
na vez levantar tan fácilmente escenarios en la plaza y
presentar las actuaciones de actores de bella voz, que hablen
más fuerte que nosotros ni que os e~cargaremosdirigiros a
los niños, las mujeres y a todo el populacho, diciendo de las
mismas costumbres e instituciones cosas que no son las mis-
mas que las que decimos nosotros, sino, por lo general,
contrarias en su mayor parte. Pero es que estaríamos com-
d pletamente locos, no sólo nosotros sino también cualquier
ciudad que os permitiera hacer lo que estamos diciendo aho-
ra, antes de que su magistratura juzgara si lo que habéis
compuesto se puede decir y es apto para ser dicho en públi-
co o si no. Ahora bien, hijos descendientes de las débiles
Musas, mostrad primero a los magistrados vuestras cancio-
nes que nosotros las compararemos con las nuestras y, en
caso de que sea evidente que dicen lo mismo o mejor lo que
nosotros decimos, os permitiremos hacer una representa-

124 Cf. 1 644c-d.


LEYES 'VII 63

ción ' 2 5 , pero si no, amigos, nunca podríamos dejaros))'26.


Éstas, entonces, deben ser las costumbres que ordenan las e
leyes en el caso de la música coral y del aprendizaje de estas
cosas, distintas las de los esclavos de las de los amos, si os
parece también a vosotros.
CL.-¿Cómo no vamos a ser de la misma opinión, por
lo menos en este caso?
AT.-Bien, hay aún tres materias de estudio para los
hombres libres: el cálculo y los números 127 constituyen una
disciplina; también el arte de la medida de la extensión, de
la superficie y la p r ~ f u n d i d a d 'forman,
~~ como un único
ámbito, la segunda materia, mientras que la tercera es el es-
tudio de las revoluciones de los cuerpos celestes, cómo es el
movimiento natural de unos en relación con los otros. No es 818a
necesario que la mayoría estudie todo eso hasta alcanzar un
conocimiento exacto, sino unos pocos, que mencionaremos
cuando hayamos progresado hasta la final de la expo-
sición 12', pues convendría que se hiciera así. Pero si bien es
vergonzoso que el común de los ciudadanos no sepa todo lo

L25 A pesar de la apariencia de censura radical que puede transmitir el


pasaje, el procedimiento es similar al que se utilizaba en Atenas. Para po-
der representar una tragedia, el autor primero debía lograr que un magis-
trado le ((diera un coro)). En las dionisíacas era el encargado de esa cen-
sura el arconte epónimo, mientras que en las leneas lo era el rey (G. R.
MOKKOW, Plato 'S Cretan city...,pág. 375).
126 Cf. supra, 801c-d. Compárense los pasajes paralelos de República
11 383c; 111 398a-b.
'21 Cf. República VI 525a. Los matemáticos griegos distinguían la
aritmética (((ciencia de los números))) de la ciencia encargada de los cál-
culos (logistiké; cf. J. ADAM,The Republic of Plato. Edited with critica1
notes, commentary and appendices by J. A., Cambridge, 1902, 11, pág.
113). En este pasaje, Platón los integra en un ámbito de conocimiento.
L28 La profundidad implica también la solidez de los cuerpos y no
sólo su dimensión geométrica; C . RITTEK,Gesetze..., 11, págs. 221 s.
L29 Se refiere a los miembros de la junta nocturna; cf. XII 965b-968b.
BIBLIOTECA CLÁSICA GREDOS, 390 ARISTÓTELES

POETICA

MAGNA
MORALIA
INTRODUCCIONES. TRADUCCIÓN Y NOTAS DE

TERESA MARTÍNEZ MANZANO


Y
LEONARDO RODRÍGUEZ DUPLÁ

E D IT O R IA L G R ED O S
34 POÉTICA

S. H a l l iw e l l , The Aesthetics of Mimesis, Princeton (N.J.), 2002.


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M. L u s e r k e , Die aristotelische Katharsis, Hildesheim, 1991. Iunción tiene cada una, cómo hay que construir los argumentos
L.-E. P a l a c io s , «La estructura del poema en Aristóteles», en para que la obra resulte bien, del número y la naturaleza de
Coloquios de historia y estructura de la obra literaria, sus partes, e igualmente de las demás cosas que pertenecen a la
Madrid, 1971, págs. 207-213. misma investigación, comenzando primero, como es natural,
—, «De la razón histórica a la razón poética», Revista de Filo por las primeras cuestiones.
sofía, 2 “serie 9 (1986), págs. 5-14. La epopeya y la poesía trágica, la comedia, la poesía diti-
A. O. R o r t y (ed.), Essays on Aristotle’s Poetics, Princeton (NJ), rámbica y la mayor parte del arte de tocar la flauta y del de tañer
1992. la cítara, todas son, en conjunto, imitaciones. Pero se diferen
W. Sc h a d e w a l d t , «Furcht und Mitleid?», Mermes 83 (1955), cian entre sí en tres aspectos: ya por imitar con medios distin
págs. 129-171. tos, ya por imitar cosas distintas, ya por imitar de forma distinta
J. Va h l e n , Beitrage zu Aristóteles' Poetik, Leipzig-Berlín, 1914 y no de la misma manera.
(reimpr. Hildesheim, 1965). Pues, del mismo modo que algunos imitan con ayuda de
B. W e in b e r g , History of Literary Criticism in the Italian Re colores y formas muchas cosas, haciendo imágenes de ellas
no issance, 2 vols., Chicago, 1961. (unos mediante el arte y otros por la práctica) y otros lo hacen
con la voz, así también, en las artes mencionadas, todas llevan
a cabo la imitación mediante el ritmo, la palabra y la armonía,
utilizando estos recursos por separado o combinándolos. Por
ejemplo, el arte de tocar la flauta y el de tañer la cítara, y cual
quier otro arte que tenga una función semejante, como el de
tocar la siringa, utilizan sólo la armonía y el ritmo. Por su parte,
el arte de la danza imita con el ritmo pero sin la armonía, pues
36 ARISTÓTELES POÉTICA 37

los bailarines imitan caracteres, pasiones y acciones mediante In poesía ditirámbica4, la nómica5, la tragedia y la comedia. Sin
ritmos a los que se da forma plástica. embargo, se diferencian en que unas utilizan todos los medios
En cambio, el arte que imita sólo con palabras en prosa o en a la vez, mientras otras lo hacen por partes. Tales son —afir
i447b verso (sea combinando varios metros, sea utilizando un único mo— las diferencias entre las artes según los medios con los
tipo de metro), hasta ahora no ha recibido nombre. Pues no dis que se lleva a cabo la imitación.
ponemos de ningún término que se aplique en común a los mi Por otra parte, puesto que quienes imitan representan a per 1448a 2
mos de Sofrón y .(enarco1y a los discursos socráticos, ni tam sonas en acción, y es forzoso que éstas sean nobles o viles (pues
poco cuando la imitación se hace mediante trímetros, versos los caracteres casi siempre se reducen a estos dos tipos, ya que,
elegiacos o algún otro metro semejante. Cierto que la gente aso en lo que hace al carácter, todos los hombres se distinguen por
cia la creación poética al verso y a unos los llama poetas elegia el vicio o por la virtud), imitan a personas mejores que noso
cos y a otros poetas épicos; pero los denominan poetas no en tros, peores o semejantes. Lo mismo hacen los pintores: Polig-
razón de la imitación, sino porque tienen en común escribir en noto pintaba a personas mejores, Pausón a peores y Dionisio6 a
verso. De hecho, si alguien da a conocer una obra en verso so personas semejantes a nosotros. Es evidente que cada una de las
bre algún tema médico o relativo a la naturaleza, suelen llamar imitaciones que se han mencionado contendrá estas diferencias
lo poeta. Pero nada tienen en común Homero y Empédocies2 y será distinta por imitar cosas distintas de la manera indicada.
salvo el verso, por lo que lo justo es llamar al primero poeta y Porque en la danza y en la interpretación con flauta o con cítara
al segundo investigador de la naturaleza más que poeta. Igual pueden darse estas divergencias, y también en la prosa y en el
mente, si alguien realiza la imitación combinando todos los ver verso sin acompañamiento musical. Por ejemplo, Homero imita
sos, como hizo Queremón3en el Centauro, que es una rapsodia a personas mejores, Cleofonte a los que son iguales que noso
en la que se combinan todos los versos, también a él debe lla tros, y en cambio Hegemón de Tasos, que fue el primero en
mársele poeta. Así pues, sobre estos asuntos queden estableci componer parodias, y Nicócares7, que escribió la Deilíada,
das estas distinciones.
Pero hay algunas artes que utilizan todos los medios men 4 Los ditirambos son cantos corales dedicados a Dioniso.
cionados —me refiero al ritmo, la melodía y el metro— , como ' El nomo era un poema lírico interpretado por el coro. A diferencia de la
tragedia y la comedia, que alternaban las partes recitadas con las cantadas, el
nomo era enteramente cantado.
1 Los mimos de Sofrón y de su hijo Jenarco, activos en Siracusa a finales 6 Polignoto de Tasos (ca. 490-ca. 425) fue el mejor pintor griego del siglo
del siglo v, eran piezas dialogadas breves, compuestas en prosa rítmica, que v. Decoró con sus pinturas numerosos edificios públicos, entre ellos la Estoa,
representaban escenas de la vida cotidiana. lo que le valió la concesión de la ciudadanía ateniense. De Pausón no se cono
Los fragmentos de Empédocies (ca. 492-433) que se conservan están ce la patria, ni se sabe a punto fijo cuándo vivió; A r is t ó t e l e s recomienda en
escritos, efectivamente, en hexámetros, que es también el verso de las obras l’ol. 1340a 36 que los jóvenes no contemplen sus obras, sino las de Polignoto
homéricas. y otros pintores con significación moral. El tercer pintor parece ser Dionisio de
3 Poeta trágico contemporáneo de A r is t ó t e l e s , quien en Ret. 1413b 13 alu (’olofón, contemporáneo de Polignoto, aunque también podría tratarse de Dio
de a él como autor de obras para ser leídas, no representadas. De su obra Cen nisio de Argo, activo en la primera mitad del siglo v.
tauro apenas se conservan unos versos. 7 Cleofonte fue un poeta trágico ateniense del siglo iv; A r is t ó t e l e s critica
38 ARISTÓTELES POÉTICA 39

imitan a personas peores. Y con los ditirambos y los nomos lo surgió cuando tenían democracia, como los sicilianos10, pues de
mismo: se podría imitar como Timoteo y Filoxeno***12hicieron en Sicilia era el poeta Epicarmo, que fue muy anterior a Quiónides
sus Cíclopes. En esto consiste también la diferencia que separa y Magnes"; mientras que la tragedia la reivindican algunos do
a la tragedia de la comedia. Pues ésta tiende a imitar a personas rios del Peloponeso— poniendo como prueba sus nombres.
peores que las reales, y aquélla a personas mejores. I líos dicen, en efecto, que llaman kSmai a los aledaños de las
Además de esto hay una tercera diferencia: el modo como se ciudades —que los atenienses llaman démoi— , y que el nom
imita cada una de estas cosas. Efectivamente, utilizando los mis bre de «comediantes» procede, no de kómázein'2, sino del he
mos medios es posible imitar las mismas cosas ya mediante la cho de que, despreciados y expulsados de la ciudad, vagaban
narración —pasándose por otro, como hace Homero, o siendo por las komai. Y aducen asimismo que ellos para decir «hacer»
el mismo y sin cambiar— , ya haciendo que todos los que son emplean la palabra drán, mientras que los atenienses dicen i44Xh
imitados actúen y obren. práttein.
Así pues, como dijimos al principio, estas tres son las dife Sobre el número y la índole de las diferencias que se dan en
rencias que presenta la imitación: en los medios, en los objetos la imitación, valga lo dicho.
y en el modo de imitar. De suerte que con arreglo a uno de estos Dos parecen ser las razones de que haya surgido el arte poé- 4
criterios Sófocles sería imitador del mismo modo que lo es Ho lica en general, y ambas son de carácter natural. Efectivamente,
mero, ya que ambos imitan a personas nobles; pero con arreglo imitar es algo connatural a los hombres desde que son niños, y
a otro criterio sería imitador del mismo modo que Aristófanes,
debido a que ambos imitan a gente que actúa y obra.
111 Los «megarenses de aquí» son los habitantes de la ciudad doria de Méga-
Algunos dicen que estas obras se llaman «dramas» por eso:
ia, situada a unos cuarenta kilómetros al oeste de Atenas, mientras que «los
porque imitan a quienes «obran»9. Y por esta razón los dorios |megarenses] sicilianos» se refiere a los habitantes de Mégara Hiblea, colonia
reivindican la invención de la tragedia y la comedia —la come íundada por Mégara en las proximidades de Siracusa. El que Aristóteles llame
dia la reivindican tanto los megarenses de aquí, arguyendo que •megarenses de aquí» a los habitantes de la Mégara próxima al Ática hace
pensar que la Poética fue compuesta durante una de las dos estancias del filó
sofo en Atenas. Por otra parte, se sabe que Mégara disfrutó de un régimen de
mocrático a comienzos del siglo vi, tras la deposición del tirano Teages. Es de
en Ret. 1408a 15 su costumbre de combinar términos usuales con adjetivos suponer que la mayor libertad de expresión favoreciera durante ese período el
elevados (por ejemplo, «augusta higuera»), Hegemón de Tasos, activo en Ate desarrollo de la comedia.
nas a finales del siglo v, compuso parodias de tema épico en hexámetros; Ni- 11 Epicarmo, uno de los más célebres poetas antiguos, cultivó la comedia
cócares fue un poeta cómico contemporáneo de Aristófanes. en Siracusa desde finales del siglo vi. De Quiónides se cree que fue el vencedor
* Timoteo de Mileto (ca. 450-360) fue el gran renovador de la técnica en las Dionisíacas de 486, mientras la primera victoria conocida de Magnes en
musical a finales del siglo v. Tanto él como Filoxeno de Citera (ca. 435-380) ese festival es de 472. Como en realidad Epicarmo no fue «muy anterior» a
compusieron poemas ditirámbicos sobre el cíclope Polifemo, que, en el caso de ellos, algunos intérpretes atribuyen a Aristóteles un error cronológico, mientras
Filoxeno, eran una caricatura del tirano Dionisio 1 de Siracusa. que otros sostienen que el texto decía originalmente «no muy anterior».
11 El verbo drán. de la misma raíz que drdma, significaba en dialecto dorio 12 Verbo que significa «ir por las calles cantando al son de la flauta», y
«obrar». luego «tomar parte en una procesión dionisíaca».
40 ARISTÓTELES POÉTICA 41

en eso se diferencian de los restantes seres vivos: en que el verosímil que hubiese muchos; pero sí se pueden citar a partir
hombre es el ser más proclive a la imitación y adquiere los pri de Homero, como su Margites's y otros poemas semejantes, en
meros conocimientos mediante la imitación; y además todos se los cuales se introdujo también, por lo adecuado que era, el ver
complacen con las imitaciones. so yámbico, el cual sigue llamándose así, pues en este verso se
Prueba de esto último es lo que sucede de hecho. Pues hasta lanzaban burlas unos a otros1516. De modo que entre los antiguos
nos complace contemplar imágenes muy fieles de cosas que, en unos se hicieron poetas de versos heroicos y otros poetas de
sí mismas, son desagradables de ver, como ocurre con las for versos yámbicos. Y del mismo modo que Homero fue el poeta
mas de las criaturas más repulsivas y de los cadáveres. La razón por excelencia en el tratamiento de temas elevados (pues fue
es que aprender es algo sumamente grato no sólo para los filó único no sólo por la calidad, sino también por el carácter dra
sofos, sino igualmente para los demás hombres, si bien partici mático de sus imitaciones), también fue el primero en esbozar
pan de ello en escasa medida. Por ello se complacen en ver las la forma de la comedia, componiendo poemas dramáticos cuyo
imágenes, porque al contemplarlas resulta que aprenden y de objeto era, no lo vituperable, sino lo risible. Pues lo que la lila
ducen qué es cada cosa, por ejemplo, que esta figura representa ila y la Odisea son para las tragedias, lo es el Margites para las i449a
a tal persona13. Porque, si el objeto representado no ha sido vis comedias.
to con anterioridad, la imagen no producirá placer en tanto que Una vez nacidas la tragedia y la comedia, de aquellos que se
imitación, sino por la ejecución, el color o alguna otra causa inclinaban a uno u otro tipo de poesía según su talante natural,
semejante. unos se convirtieron de poetas yámbicos en autores de come
Siendo pues natural en nosotros el imitar, y también la ar dias y otros de poetas épicos en poetas trágicos, debido a que
monía y el ritmo (pues es evidente que los metros son parte de estos géneros poéticos eran de mayor entidad y más estimados
los ritmos), desde un principio quienes estaban especialmente que aquéllos.
dotados para ello fueron avanzando poco a poco y crearon la Ahora bien, examinar si la tragedia ha alcanzado o no un
poesía partiendo de improvisaciones. desarrollo pleno en sus formas17, juzgando este problema tanto
La poesía se dividió según el carácter propio de cada uno. en sí mismo como en relación con el público, ésa es ya otra
Así, los más graves imitaban las acciones nobles, es decir, las cuestión. Nacida18en un principio de la improvisación —tanto
de quienes son de esta condición, y los más vulgares las de los
malos, componiendo en primer lugar invectivas, del mismo modo 15 Poema épico burlesco que en la Antigüedad se atribuía a Homero y del
que los otros hacían himnos y encomios. De ningún autor ante que sólo se conservan algunos fragmentos. Compuesto en hexámetros épicos y
rior a Homero podemos citar un poema semejante14, aunque es trímetros yámbicos, narra las aventuras de un héroe ridículo.
16 El verbo iambízein significa «lanzarse burlas».
17 La expresión tois eídesin («en sus formas») se refiere probablemente a
13 Sobre el deleite que procura al hombre la contemplación de la obra de los cuatro tipos de tragedia que se distinguirán en 1455b 35 ss.; pero también
arte, porque de este modo va descifrando las correspondencias entre modelo e es posible que se refiera a las partes (cuantitativas o cualitativas) de la tragedia,
imitación y así va aprendiendo, cf. Reláfica 1371b. en cuyo caso habría que traducir «en sus partes constitutivas».
14 Es decir, una invectiva. 18 Leyendo genoménés en lugar de genoméné.
42 ARISTÓTELES POÉTICA 43

la tragedia como la comedia, la una a partir de los que entona una parte de lo feo22. Pues lo risible es un defecto, una fealdad
ban el ditirambo, la otra a partir de quienes ejecutaban los can que no comporta dolor ni destrucción, como, sin ir más lejos, la
tos fálteos, que aún ahora siguen siendo costumbre en muchas máscara cómica es algo feo y deforme pero sin dolor.
ciudades— , la tragedia creció poco a poco al desarrollar los Pues bien, no han caído en el olvido ni las transformaciones
poetas cuantos elementos de ella iban apareciendo. Y tras expe experimentadas por la tragedia ni aquellos a quienes se debie
rimentar muchos cambios, la tragedia dejó de transformarse ron; en cambio, la comedia se ha olvidado por no haber sido
una vez hubo alcanzado su naturaleza propia. tomada en serio desde el principio. Pues se tardó mucho en que 144%

Esquilo fue el primero en aumentar de uno a dos el núme el arconte concediese un coro de comediantes, el cual hasta en
ro de actores, reducir las intervenciones del coro y conceder al tonces se componía de voluntarios. Y sólo desde el momento en
diálogo el papel más destacado. Sófocles aumentó el número a que la comedia adquirió determinadas formas se tiene recuerdo
tres e introdujo la escenografía. Además se fue ganando en am de los llamados poetas cómicos. Sin embargo, se ignora quién
plitud1 dejando atrás los argumentos breves y la dicción risible introdujo las máscaras, los prólogos, la pluralidad de actores y
que procedía de su origen satírico, con el tiempo ganó en digni las demás cosas semejantes. La construcción de argumentos2’ la
dad. Y el verso dejó de ser el tetrámetro y pasó a ser el yámbico. introdujeron Epicarmo y Formis24. Esto, en un principio, vino
Pues al principio utilizaban el tetrámetro por ser la poesía de de Sicilia; por su parte, Crates25fue el primero entre los atenien
carácter satírico y más próxima a la danza, pero al introducirse ses que, prescindiendo de la forma yámbica26, comenzó a tratar
el diálogo211, la propia naturaleza encontró el verso adecuado. temas universales y componer argumentos.
Efectivamente, el yámbico es el verso más apropiado para el La epopeya coincide con la tragedia en que ambas son imi
diálogo, y prueba de ello es que al conversar entre nosotros taciones de personas serias, hechas en lenguaje versificado,
utilizamos gran cantidad de yambos, mientras que rara vez usa pero se diferencian por el hecho de emplear aquélla un único
mos hexámetros y con ellos nos salimos del tono propio de la metro y ser un relato. Mas también por la duración: la tragedia
conversación. En cuanto al numero de episodios21 y cómo dicen intenta, en la medida de lo posible, contenerse en un solo reco-
que se embelleció cada una de las demás partes, baste con lo
dicho. Pues seguramente sería muy prolijo exponerlo de forma
22 El adjetivo aischrós, además de su sentido estético («feo»), tiene un sen-
pormenorizada.
lido moral («vergonzoso»).
5 La comedia es, como dijimos, imitación de hombres peores, 22 Es decir, de argumentos complejos, frente a la mera sucesión de escenas
pero no respecto a todo tipo de maldad, sino que lo risible es burlescas.
24 Poco se sabe de este poeta, siciliano como Epicarmo (cf n. 11) y contem
poráneo suyo. Kassel, siguiendo a Susemihl, suprime los nombres de ambos
19 El griego mégelhos significa «grandeza» tanto en el sentido de amplitud poetas por considerarlos una interpolación. Si se sigue este criterio, la traduc
de dimensiones como en el de categoría o dignidad. Ambas traducciones son ción habría de decir: «la construcción de argumentos vino, en un principio, de
posibles, a la vista de lo que sigue. Sicilia etc.».
20 Hasta entonces todas las partes eran cantadas. 2' Comediógrafo activo en Atenas entre 450 y 430.
21 Adoptamos la puntuación que propone Hardy para este pasaje. 26 Que es la propia de la sátira.
44 ARISTÓTELES POÉTICA 45

rrido del sol27 o excederlo en poco; en cambio, la epopeya es ción» quiero decir la composición misma de los versos, mien
ilimitada en el tiempo y en ello se diferencia, si bien al principio tras que «canto» tiene un sentido enteramente claro111.
se hacía esto por igual en las tragedias y en las epopeyas. Dado que es imitación de una acción y se realiza a cargo de
En cuanto a sus partes constitutivas28, unas son comunes y personajes que actúan, los cuales es preciso que sean de un de-
otras son específicas de la tragedia. Por ello quien sepa de tra terminado tipo por su carácter y pensamiento (pues en función
gedias buenas y malas sabrá también de epopeyas. Efectiva de éstos decimos que las acciones son de una índole determina 1450a

mente, los elementos de que consta la epopeya se dan en la da), (dos son las causas naturales de las acciones: el pensamien
tragedia, pero no todos los que se dan en ésta se hallan en to y el carácter]31, y en ellas radica el éxito o el fracaso de todos.
la epopeya. El argumento es la imitación de la acción, pues con «argumen
6 Del arte de imitar en hexámetros y de la comedia trataremos to» me refiero al entramado de los hechos. Llamo «caracteres»
más tarde. Hablemos ahora sobre la tragedia recogiendo la de a aquello en virtud de lo cual decimos que los que actúan son de
finición de su esencia que resulta de lo que hemos dicho. La una índole determinada. Y llamo «pensamiento» a todo aquello
tragedia es, pues, la imitación de una acción seria y completa, mediante lo cual, al hablar, se muestra algo o bien se manifiesta
de cierta dimensión, en un lenguaje condimentado que usa por una opinión.
separado cada clase de condimento en las distintas partes, con Necesariamente, pues, las partes de toda tragedia habrán de
personajes que actúan y no mediante una narración, y que lleva ser seis, y en función de ellas la tragedia será de una índole de
a cabo mediante la compasión y el temor la purificación de pa terminada. Son éstas: el argumento, los caracteres, la dicción, el
siones tales. Cuando digo «lenguaje condimentado» me refiero pensamiento, la puesta en escena y el canto. En efecto, los me
a que tiene ritmo y armonía, es decir, canto29*;y con «por sepa dios con los que se imita son dos partes32; el modo como se
rado cada clase de condimento» me refiero a que unas partes se imita, una33; y el objeto de la imitación, tres34, y no hay más
llevan a cabo sólo mediante el verso y otras, a su vez, mediante partes que éstas. De estos elementos se han servido los poetas
el canto. trágicos35, pues toda tragedia incluye por igual puesta en esce
Y puesto que la imitación se realiza actuando, necesaria na, carácter, argumento, dicción, canto y pensamiento.
mente serán parte de la tragedia, en primer lugar, la disposición
de la puesta en escena, y después el canto y la dicción, ya que 111 También cabría traducir como hacen Rostagni y Schmitt: «y llamo canto
con estos dos elementos se lleva a cabo la imitación. Con «dic- a lo que tiene un poder totalmente manifiesto».
11 Esta frase es puesta entre corchetes por Kassel, pero otros estudiosos del
texto la conservan; si se elimina, hay que entender que el «ellas» de la frase
~7 Probablemente Aristóteles se refiere al tiempo representado, no a la du siguiente no remite a «causas» sino a «acciones».
ración de la representación. 52 A saber, la dicción y el canto.
Se refiere a las llamadas «partes cualitativas», que serán presentadas en 33 La puesta en escena.
seguida (cf 1049b 31-1050a 8). 34 El argumento, los caracteres y el pensamiento.
29 Mantenemos las palabras kai mélos, atetizadas por Kassel, y damos valor 35 El pasaje presenta grandes dificultades; nuestra traducción prescinde de
explicativo a kaí. las palabras ouk olígoi auton hos eipetn.
46 ARISTÓTELES POÉTICA 47

De estos elementos, el más importante es el entramado de tragedia; lo segundo son los caracteres (algo semejante sucede
los hechos. Pues la tragedia es imitación, no de los hombres, en la pintura: porque si alguien pintase con los más bellos colo 1450b
sino de las acciones y de la vida. [Tanto la felicidad como la res pero mezclados sin orden ni concierto, no complacería tanto
desgracia estriban en la acción, y el fin es un cierto tipo de ac como quien bosqueja una imagen en blanco y negro). La trage
ción, no una cualidad. Por los caracteres se es de tal o cual dia es imitación de una acción, y por mor de la acción general
manera, pero por las acciones se es feliz o lo contrario]36. En mente imita también a las personas que realizan la acción.
consecuencia, los actores no actúan para imitar los caracteres, Lo tercero es el pensamiento, es decir, el ser capaz de decir
sino que incluyen los caracteres por mor de las acciones. De cosas pertinentes y que hagan al caso, lo cual es precisamente,
modo que los hechos, es decir, el argumento constituye el fin de en el ámbito de los discursos, la función de la política y la retó
la tragedia, y el fin es lo más importante de todo. rica. Efectivamente, los poetas antiguos creaban personajes que
Además, sin acción no puede haber tragedia, pero sin carac hablaban al modo político, mientras que los modernos lo hacen
teres sí puede haberla. Pues las tragedias de la mayoría de los al modo retórico.
poetas modernos carecen de caracteres y en general son mu El carácter es aquello que revela la elección, qué cosas elige
chos los poetas de este tipo, como sucede también entre los o evita uno en circunstancias en las que no está claro'' por ello
pintores con Zeuxis si se le compara con Polignoto. Porque Po- no tienen carácter los razonamientos en los que falta por com
lignoto era un buen pintor de caracteres, pero la pintura de pleto lo que elige o rehuye el que habla— , y hay pensamiento
Zeuxis no conlleva carácter alguno. allí donde se muestra que algo es o no es, o bien se enuncia una
Es más, aunque se encadenen parlamentos que expresen el idea general.
carácter y que estén bien logrados desde el punto de vista de la En cuarto lugar está la dicción38; con este término me refie
dicción y el pensamiento, no se conseguirá lo que hemos dicho ro, como se ha señalado antes, a la expresión mediante pala
que era la función de la tragedia; en cambio, se logrará mucho bras, la cual tiene la misma función en verso que en prosa.
más si la tragedia se sirve deficientemente de estos recursos y De las demás partes, el canto es el más importante de los
en cambio tiene argumento, es decir, entramado de hechos. condimentos; en cuanto a la escenificación, es cautivadora, sí,
Además, los recursos más importantes con los que cuenta la pero es más ajena al arte y menos particular del arte poética. Pues
tragedia para embargar el ánimo — las peripecias y los recono la eficacia de la tragedia existe aun sin representación y actores,
cimientos— son partes del argumento. y, además, para la realización de las puestas en escena es más
Otro indicio de ello es el hecho de que también los que se importante el arte del que fabrica el utillaje que el de los poetas.1
inician en la composición poética logran la maestría en la dic
ción y los caracteres antes que en el entramado de la acción,
como ocurre también con casi todos los poetas antiguos. 11 Algunos editores, entre ellos Bekker y Kassel, consideran interpolada la
cláusula «elige...claro», la cual falta en la versión árabe; otros creen que se
Así pues, el argumento es el principio y como el alma de la trata de un texto desplazado y ensayan diversos intentos de reconstrucción.
'» Omitimos las palabras tón mén lógón, probablemente interpoladas y que
Kassel considera interpolado el texto entre corchetes. faltan en la versión árabe.
48 ARISTÓTELES POÉTICA 49

7 Hechas estas distinciones, digamos seguidamente cuál debe cien tragedias, competirían con arreglo a la clepsidra, como di
ser el entramado de las acciones, ya que éste es el elemento pri cen que se hacía en otro tiempo39. En cambio, el límite según la
mero y más importante de la tragedia. Ya hemos establecido naturaleza misma de la cosa es éste: cuanto más largo sea el
que la tragedia es imitación de una acción acabada y completa argumento —siempre que sea comprensible—, tanto más bello
que tenga cierta extensión: pues puede darse algo completo que con arreglo a la extensión. Por establecer una definición simple,
no tenga ninguna extensión. «Completo» es aquello que tiene un límite suficiente es el de aquella extensión en la cual, al su-
principio, medio y fin. «Principio» es aquello que no sigue ne cederse los acontecimientos en virtud de la verosimilitud o de
cesariamente a otra cosa, mientras que detrás de ello se da o la necesidad, pueda darse la transformación del infortunio en
sucede de forma natural otra cosa; «fin», por el contrario, es prosperidad o de la prosperidad en infortunio.
aquello que necesariamente o en la mayoría de las ocasiones El argumento no posee unidad, como algunos creen, por re- s
sigue por naturaleza a otra cosa pero sin que tras ello suceda íerirse a un solo personaje. Pues son muchas, muchísimas, las
ninguna otra; y «medio», aquello que se da después de una cosa cosas que le suceden a un personaje, algunas de las cuales no
y antes de otra. constituyen ninguna unidad. Así también, muchas son las ac
Por tanto, es preciso que los argumentos bien construidos no ciones de un único personaje de las que no se sigue ninguna
comiencen ni acaben en un punto cualquiera, sino que se aten acción unitaria. Por ello parecen equivocarse todos los poetas
gan a los principios expuestos. que han compuesto una Heracleida, una Teseida y poemas de
Además, puesto que lo bello, sea un ser vivo o cualquier este tipo40. Creen efectivamente que, puesto que Heracles era
acción que esté compuesta de partes, no sólo debe tener tales uno, también el argumento había de resultar unitario. En cam
partes ordenadas, sino que también debe tener un tamaño que bio, Homero, del mismo modo que aventaja a los demás por
no sea aleatorio —ya que la belleza depende del tamaño y el oirás cosas, también ésta parece haberla comprendido bien, sea
orden, y por ello un ser vivo no puede ser bello si es muy peque por arte o por un don natural. Pues al componer la Odisea no
ño (pues la visión se vuelve confusa cuando su duración se escribió todo cuanto le ocurrió a Odiseo, como que fue herido
aproxima a la de un instante imperceptible) o muy grande (pues en el Parnaso41 o que fingió enloquecer en la concentración de
usía la visión no se da al mismo tiempo, sino que los que observan
pierden de vista la unidad y la totalidad), por ejemplo si un ser
■» Parece improbable que la duración de las piezas teatrales haya sido con
vivo midiese diez mil estadios—; en consecuencia, lo mismo notada nunca con ayuda de una clepsidra, y en todo caso no hay noticia histó
que es preciso que los cuerpos y los seres vivos tengan un tama rica de ello. Por este motivo se han buscado otras interpretaciones del pasaje,
ño, pero éste debe ser abarcable con la vista, así también los como la de Janko, que traduce: «competirían ‘contra clepsidra’, como se suele
argumentos han de tener una duración que pueda retenerse en la decir».
memoria. *’ Se sabe de distintos poemas épicos centrados ya en la figura del héroe
dorio Heracles, ya en la del héroe ateniense Teseo. Unos y otros debían de
El límite de la duración que se establece en función de los adolecer de falta de unidad, en vista de la gran cantidad de aventuras que la
certámenes teatrales y de su contemplación por parte del públi tradición atribuía a estos personajes.
co no es cosa del arte; pues si fuese preciso que compitiesen 11 A la edad de dieciséis años, Odiseo fue herido por un jabalí en el monte
50 ARISTÓTELES POÉTICA 51

las tropas42—ninguno de estos dos hechos era necesario o vero propios a los personajes. «Particular» es, por ejemplo, qué hizo
símil que se produjera por haber sucedido el otro— , sino que Alcibíades o qué le pasó.
compuso la Odisea en torno a una única acción del tipo que de Pues bien, esto está ya claro en el caso de la comedia: pues
cimos, y lo mismo la Ufada. sólo tras haber compuesto el argumento recurriendo a situacio
Así pues, del mismo modo que en las otras artes imitativas nes verosímiles, asignan al azar los nombres, y no componen
la imitación que tiene unidad lo es de una sola cosa, así también poemas sobre un individuo en particular, como hacían los poe-
es preciso que el argumento, puesto que es imitación de una las yámbicos; en cambio, en el caso de la tragedia se atienen a
acción, lo sea de una acción sola y que ésta sea completa, y que los nombres tradicionales. La razón es que lo posible es creíble:
las partes de las acciones estén ensambladas de tal modo que si lo que nunca ha sucedido no creemos que sea posible, mientras
una de ellas se cambia de lugar o se suprime, el conjunto se al que lo que ha sucedido es evidente que es posible, ya que no
tere y se trastorne, pues aquello que por añadirse o quitarse no habría sucedido si no fuese posible.
provoca ningún efecto manifiesto, no es parte alguna del todo. No obstante, también hay algunas tragedias en las que uno o
9 De lo dicho se desprende claramente asimismo que no es dos nombres son conocidos, mientras que los restantes son in
misión del poeta el contar las cosas que han sucedido43, sino ventados; y en otras no hay ninguno conocido, por ejemplo en
aquellas que podrían suceder, es decir, las que son posibles se- el Anteo de Agatón44: en esta obra, efectivamente, tanto los he
1451b gún lo verosímil o lo necesario. Pues el historiador y el poeta no chos como los nombres son inventados por igual, y no por ello
se diferencian por expresarse en verso o en prosa (pues se po deleita menos. De modo que no hay que procurar a toda costa
dría poner en verso la obra de Heródoto, pero sería un tipo de atenerse a los argumentos tradicionales sobre los que versan las
historia lo mismo en verso que en prosa), sino por esto: por tragedias. Y es que es ridicula esta pretensión, puesto que los
decir el uno lo sucedido y el otro lo que podría suceder. Por esta argumentos conocidos son conocidos para unos pocos y sin em
razón la poesía es más filosófica y más seria que la historia. bargo deleitan a todos.
Pues la poesía dice más bien lo universal, y la historia lo parti Así pues, de esto se desprende que el poeta debe ser creador
cular. «Universal» es el tipo de cosas que corresponde hacer o de argumentos más que de versos, por cuanto es poeta en virtud
decir a cierto tipo de persona con arreglo a lo verosímil o lo de la imitación, y lo que imita son acciones. Y si acontece que
necesario; a esto aspira la poesía, aunque luego asigne nombres se ocupa de cosas que han sucedido, no es menos poeta por ello;
pues nada impide que algunas de las cosas sucedidas sean tales
Parnaso. Aunque H o m e r o narra este hecho (Oil. XIX 392-466), pues permite que hayan sucedido verosímilmente45, en virtud de lo cual el
explicar que Euriclea reconozca al héroe por la cicatriz que le dejara esa herida, poeta se ocupa de ellas.
es claro que la anécdota del jabalí no forma parte del argumento de la obra.
42 Cuando las tropas griegas concentradas en Áulide estaban a punto de
zarpar para Troya, Odiseo se fingió loco para no ir a la guerra. 44 Trágico ateniense activo a finales del siglo v; no se ha conservado su
43 Es decir, todos los acontecimientos particulares, pues muchos de ellos no Anteo.
conforman un todo orgánico, y muchos, aunque le hayan pasado a la misma 45 De acuerdo con Kassel, omitimos los términos ka¡ dynatá genésthai, que
persona, no tienen conexión con el resto. no aparecen en la versión árabe.
52 ARISTÓTELES POÉTICA 53

De los argumentos y acciones simples, los episódicos son necesidad o verosímilmente, de lo que haya ocurrido previa
los peores. Llamo «episódico» al argumento en el cual los epi mente. Pues hay mucha diferencia en que unas cosas sucedan a
sodios se suceden unos a otros sin ser ni verosímiles ni necesa causa de otras cosas o después de otras cosas.
rios. Tales son los que componen los poetas malos por ser ma La peripecia es, como se ha dicho, el vuelco en el curso de
los, y los buenos en atención a los actores. Pues al componer los acontecimientos, y ello, como decimos, de modo verosímil
piezas para los certámenes y amplificar el argumento más allá o necesario. Así, por ejemplo, en el Edipo, el que llega para
1452a de sus posibilidades, a menudo se ven forzados a distorsionar la alegrar a Edipo y librarle del temor en lo concerniente a su ma
secuencia de los hechos. dre, al revelarle quién es Edipo, logra el efecto contrario4*. Y en
La imitación no lo es sólo de una acción completa, sino tam el Linceo49*,éste es conducido a morir mientras Dánao lo acom
bién de hechos que suscitan temor y compasión, y éstos se pro paña para matarlo, pero, a consecuencia de los acontecimientos
ducen sobre todo y especialmente46 cuando tienen lugar de for precedentes, resulta que éste muere y aquél se salva.
ma inopinada, sí, pero unos a causa de otros. Pues de este modo El reconocimiento es, como su nombre indica, el paso de la
causarán mayor asombro que si se producen de forma casual o ignorancia al conocimiento, y por tanto a la amistad o al odio,
fortuita, ya que incluso de los sucesos fortuitos los que despier por parte de quienes están destinados a la felicidad o la desdi
tan mayor asombro son aquellos que parecen haber sucedido de cha51’. El reconocimiento más hermoso se produce cuando se da
forma deliberada, como cuando la estatua de Milis en Argos al tiempo que la peripecia, como el que sucede en el Edipo51.
mató al culpable de la muerte de Mitis cayéndole encima cuan Pero existen, desde luego, otros tipos de reconocimiento, ya
do la contemplaba. Tales cosas no parece que sucedan por azar. que también respecto de seres inanimados y acontecimientos
De modo que esta clase de argumentos serán necesariamente
más bellos.
48 Cf. Edipo Rey 924 ss.
10 De los argumentos, unos son simples y otros complejos, m Se refiere a una tragedia de este título debida al dramaturgo y retórico
pues también las acciones de las que los argumentos son imita Teodectes, amigo de Aristóteles. Aunque la pieza no se ha conservado, se sabe
ciones son, por su propia naturaleza, de estas dos clases. Llamo que relataba la historia de las hijas de Dánao, a quienes su padre ordena que
«simple» a la acción en la que —al desarrollarse ella de forma maten a sus prometidos. Hipermnestra desobedece y deja con vida a Linceo,
pero es descubierta cuando da a luz a un hijo de éste. Dánao ordena entonces la
continua y unitaria, tal como se ha definido47— el cambio de
muerte de Linceo, pero, por circunstancias que se desconocen, termina siendo
fortuna se produce sin peripecia ni reconocimiento; y llamo él quien muere. Veremos que Aristóteles vuelve a referirse a esta obra en
«compleja» a la acción en la cual el cambio de fortuna implica 1455b 29.
reconocimiento o peripecia, o ambos. Estas cosas han de surgir 511 Destinados por el poeta, que es quien decide la suerte de sus personajes,
del propio entramado del argumento, de modo que se sigan, por no por el Destino, concepto ajeno a la filosofía de Aristóteles. Pero el sintagma
¡Sn hórismérwn ha sido interpretado de diversas maneras, lo que ha dado lugar
a traducciones alternativas de esta frase, como «en relación con cosas que de-
46 Los dos úllimos términos (kai mállon) fueron atetizados por Ellebodio y Imen la buena o mala fortuna» o «por parte de quienes se encuentran en un
más tarde por Spengel; también Kassel los considera una interpolación. estado definido en relación con la buena o mala fortuna».
47 La unidad de la acción ha sido tratada en el capítulo 7. 51 Cf. Edipo Rey 924 ss.
54 ARISTÓTELES POÉTICA 55

fortuitos puede ocurrir52 como se ha dicho, y es posible recono mentos constitutivos55 las hemos tratado antes. Las partes cuan
cer asimismo si alguien ha hecho algo o no lo ha hecho. Sin titativas, es decir, las secciones separadas en las que se divide,
embargo, el reconocimiento más propio del argumento, es de son las siguientes: prólogo, episodio, éxodo y parte coral, divi
cir, el más propio de la acción, es el que se ha dicho. Porque diéndose esta última en párodo y estásimo. Estas partes son co
1452b semejante reconocimiento y peripecia conllevarán compasión o munes a todas las tragedias, mientras que los cantos desde la
temor (supuesto que la tragedia es imitación de este tipo de ac escena56*y los kommoí51 son peculiares de algunas.
ciones5’), puesto que tanto la buena como la mala fortuna esta El prólogo es una parte completa de la tragedia que antecede
rán en función de tales cosas. Y puesto que el reconocimiento a la entrada del coro; el episodio es una parte completa de la
es reconocimiento de individuos, hay reconocimientos en los iragedia que está entre dos cantos corales completos; el éxodo
que sólo uno reconoce al otro, cuando se vuelve evidente quién es una parte completa de la tragedia tras la cual no hay canto del
es el otro; pero a veces es preciso que ambos se reconozcan coro; de la parte coral el párodo es la primera intervención com
mutuamente, como Ifigenia fue reconocida por Orestes por el pleta del coro y el estásimo es el canto del coro que carece de
envío de la carta, pero era preciso además el reconocimiento de anapestos y troqueos; el kommós es un lamento común al coro
éste por parte de Ifigenia54. y a los actores de la escena.
Estas son, así pues, dos partes del argumento: la peripecia y Las partes de la tragedia que hay que emplear como sus ele
el reconocimiento. La tercera es el sufrimiento. De estas partes, mentos constitutivos las hemos tratado antes. Las partes cuanti
la peripecia y el reconocimiento han sido tratados. Por su parte, tativas, es decir, las secciones separadas en las que se divide,
el sufrimiento es una acción destructora o dolorosa, como las son las que se acaba de decir58*.
muertes en escena, los dolores punzantes, las heridas y cuantas A continuación de lo que se acaba de decir, habría que tratar 13
cosas son similares. de las cosas que deben procurar y las que deben evitar quienes
12 Las partes de la tragedia que hay que emplear como sus ele- componen argumentos, y por qué medios se alcanza el efecto
propio de la tragedia.
Puesto que es preciso que la composición de la tragedia más
52 Leyendo symhaínein por symbaínei. bella no sea simple sino compleja, y que ésta sea imitadora de
53 Es decir, de acciones que suscitan tales sentimientos.
sucesos temibles y dignos de compasión (pues esto es lo propio
54 C/. E u r ípid e s , Ifigenia entre los lauros 727-841. En la escena aludida,
Ifigenia, encargada de sacrificar a dos prisioneros griegos, decide hacer perdo
nar a uno de ellos y mandarlo de vuelta a Grecia con una carta para sus fami ss Es decir, las «partes cualitativas» cuyo análisis se inició en el capítulo 6.
liares en Argos. Por si la carta se pierde, la acompaña de un mensaje verbal. 56 Es decir, los cantos ejecutados por los actores a título individual, mien
Esto provoca el reconocimiento inmediato por parte de Orestes, el otro prisio tras que las intervenciones corales provenían de la orchéstra.
nero, que es hermano de Ifigenia y destinatario del mensaje. A su vez, Orestes 57 Se trata de un canto dialogado en el que se alternan los actores, que están
revela su identidad a su hermana y la convence de que él es Orestes recordando en escena, y el coro, situado como sabemos en la orchéstra.
hechos de la vida familiar de él conocidos. De este modo el reconocimiento es 5» Este párrafo repite, como es notorio, las primeras líneas del capítulo. Se
mutuo. El argumento completo de esta tragedia es presentado más adelante por lia añadido únicamente «como sus elementos constitutivos», que taita en la
el propio Aristóteles (cf. 1455b 3-15). repetición.
56 ARISTÓTELES POÉTICA 57

de este tipo de imitación), lo primero que resulta evidente es pertenecientes a estirpes semejantes. En consecuencia, es preci
que no conviene que aparezcan hombres virtuosos mudando de so que el argumento bien concebido sea simple y no doble,
la felicidad a la desgracia, pues esto no es temible ni digno como sostienen algunos, y que pase no de la desdicha a la feli
de compasión, sino escandaloso; ni tampoco malvados pasando de cidad, sino al contrario, de la felicidad a la desdicha, y no por
la desgracia a la felicidad, ya que esto es lo más ajeno a la tra una maldad sino por un gran error por parte de un hombre del
gedia que cabe (pues nada tiene de aquello que debe tener, por tipo que se ha indicado, o de uno mejor antes que peor. Prueba
que no despierta ni un sentimiento humanitario, ni compasión, de ello es lo que de hecho sucede: al principio, en efecto, los
1453a ni temor); ni tampoco que alguien sumamente malo caiga de la poetas elegían los argumentos al azar; ahora, en cambio, las
felicidad a la desgracia, pues una trama semejante podría susci tragedias más hermosas se componen en torno a unas pocas
tar un sentimiento humanitario, pero no de compasión ni de te familias, por ejemplo sobre Alcmeón, Edipo, Orestes, Melea-
mor (ya que la compasión se refiere a quien es desgraciado sin gro, Tiestes, Télefo5162*y sobre los demás a los que les ha sucedido
merecerlo y el temor a quien es semejante a nosotros59, y la com padecer o cometer cosas terribles.
pasión se da respecto de quien no lo merece y el temor respecto Así pues, la tragedia más hermosa, según el arte poética,
de quien es semejante; de modo que el caso no será digno de resulta de una composición de estas características. Por eso
compasión ni de temor). también cometen el mismo error aquellos que reprochan a Eurí
Por consiguiente, queda el que está a mitad de camino entre pides que haga esto en sus tragedias y que la mayoría de ellas
éstos. Y tal es el que ni sobresale por su virtud y justicia, ni acabe en desgracia. Pues esto es, como se ha dicho, lo correcto.
muda a una situación de desdicha por su vicio y maldad, sino Y la prueba más concluyente está en que en los escenarios, es
por algún error611, y es de aquellos que gozan de gran fama y decir, al competir en los certámenes dramáticos, este tipo de
prosperidad, como Edipo y Tiestes61 y los hombres distinguidos piezas se revelan como las más trágicas, si se representan co
rrectamente, y Eurípides, aunque los otros aspectos no los ad
51 Omitimos «y la compasión se da respecto de quien no lo merece y el te ministre de forma adecuada, se revela, sin embargo, como el
mor respecto de quien es semejante», que es reiterativo y además falta en el
más trágico de los poetas.
códice riccardiano.
“ Contra lo que puede sugerir la construcción de la frase, la hamartía no es
La segunda mejor hechura, que algunos consideran la mejor
una falta o defecto de orden moral, sino un error de juicio que termina teniendo de todas, es la que tiene una trama doble, como la Odisea, y
consecuencias fatales. En los ejemplos propuestos a continuación por Aristóte termina de forma opuesta para los mejores y los peores. Se opi
les, el error se reliere a la identidad de algunos personajes del drama. na que es la mejor debido a la falta de criterio del público, pues
61 Ambos son protagonistas de tragedias de Sófocles. En Edipo Rey, tantas los poetas se pliegan a los espectadores y componen según el
veces citada en la Poética, el protagonista, ignorando de quién es hijo, mata a su
deseo de éstos. Sin embargo, no es éste el placer que depara la
padre y se casa con su madre; al saberse todo, la madre se quita la vida y Edipo
se arranca los ojos. En Tiestes en Sición —obra que no se ha conservado— el
protagonista comete incesto con Pelopia sin saber que ésta es su hija; al cono 62 Sobre Edipo y Tiestes, véase la nota anterior. Tanto Alcmeón como
cerse muchos años más tarde la identidad de ambos, Pelopia se quita la vida, Orestes mataron a sus madres para vengar a sus padres, mientras que Meleagro
mientras que Egisto, fruto de aquella relación, termina matando a su padre. y Télefo mataron a sus tíos por accidente.
58 ARISTÓTELES POÉTICA 59

tragedia, sino más bien el propio de la comedia. Aquí, efectiva dre, o una madre a un hijo, o un hijo a una madre, o bien tienen
mente, aquellos que más enemigos son en la leyenda, como intención de hacerlo, o llevan a cabo alguna acción de este tipo,
Orestes y Egisto, llegan al final a hacerse amigos y nadie muere ésos son los casos que hay que buscar.
a manos de nadie. Ciertamente no es posible alterar los argumentos recibidos
1453b 14 El elemento de temor y el de compasión pueden nacer de la -me refiero, por ejemplo, a Clitemnestra muriendo a manos de
puesta en escena, pero también es posible que nazcan del propio ()restes o a Erifila a manos de Alcmeón64— , pero es preciso que
entramado de los hechos, lo cual es preferible y propio de un el poeta invente por sí mismo, es decir, que utilice adecuada
poeta mejor. Es preciso, por tanto, que se componga el argu mente los argumentos tradicionales. Expliquemos con mayor
mento de forma tal que, aun sin verlo representado, el que escu claridad a qué nos referimos con lo de «adecuadamente».
cha el desarrollo de los hechos se estremezca y sienta compasión Es posible, en efecto, que la acción se produzca como en
a raíz de los acontecimientos, cosas que precisamente puede ex los antiguos poetas, que creaban personajes que obraban con
perimentar quien escuche el argumento del Edipo. En cambio, el plena conciencia y conocimiento, como Eurípides creó a Me-
procurar estos sentimientos a través de la puesta en escena es dea matando a sus hijos65. O es posible que estén a punto de
menos propio del arte y requiere gastos para el montaje. Y aque ltacer algo a sabiendas, pero no lo hagan66. Pero también es
llos que mediante la puesta en escena procuran, no lo temible, posible que se cometa algo terrible, pero que se cometa sin
sino sólo lo prodigioso, nada tienen que ver con la tragedia, ya saberlo y que después se reconozca la relación de parentesco,
que no hay que buscar en la tragedia todo tipo de placer, sino como el Edipo de Sófocles67 —ello sucede fuera del drama68,
el que le es propio. Y puesto que el poeta debe proporcionar por
medio de la imitación el placer derivado de la compasión y el
64 Se trata de dos célebres matricidios, como ya se indicó en la nota 61.
temor, es evidente que ello ha de estribar en los hechos. « En la tragedia de Eurípides, Medea mata a sus hijos para vengarse así de
Así pues, examinemos, entre los acontecimientos, cuáles se su marido, Jasón, que la ha abandonado.
consideran terribles y cuáles lamentables. Es forzoso que este 66 Aceptando la propuesta de Gudeman de añadir la frase (estín Je gignós-
tipo de acciones tenga lugar entre amigos o entre enemigos o kontas mellisai kai mépráxai). De este modo se satisfacen las exigencias lógi
entre quienes no son ni lo uno ni lo otro. Si se trata de un ene cas riel pasaje: en la línea 36 se dice «pues sólo cabe actuar o no actuar, y a
sabiendas o sin saberlo», de donde se sigue que las posibilidades son cuatro,
migo contra otro enemigo, no despertará compasión ni lo que
uua de las cuales —justamente la restituida por Gudeman— se habría perdido
haga ni lo que planee hacer, salvo por el sufrimiento mismo; y en el texto griego conservado. Esta propuesta de reconstrucción es avalada por
tampoco cuando no hay relación ni de amistad ni de enemistad. la línea 37, en la que se menciona como una de las posibilidades consideradas
En cambio, cuando los sufrimientos se producen entre allega ■da del personaje que está a punto de hacer algo a sabiendas pero no lo hace».
dos63, como cuando un hermano mata a otro, o un hijo a un pa- Además, la frase restituida por Gudeman se conserva en la versión árabe del
texto, aunque falta en los manuscritos griegos.
67 Véase nota 61.
w El campo semántico de la expresión en luis philíais es mucho más am hK Tanto la muerte de Layo a manos de su hijo Edipo como el matrimonio
plio que el de las relaciones familiares, pues comprende asimismo las relacio de éste con su madre ocurren años antes del momento representado en la
nes de afecto y amistad entre quienes no son parientes. obra.
60 ARISTÓTELES POÉTICA 61

pero puede suceder en la misma tragedia, como el Alcmeón Itt de ello, pues ahí no está presente lo moralmente repulsivo y
de Ast ¡clamante69o Telégono en el Oelíseo herido70— . Pero exis el reconocimiento resulta sobrecogedor. La que tiene más fuer
te una cuarta71 posibilidad además de éstas: que se esté a punto de za es la última74; me refiero, por ejemplo, a cuando, en el Cres
perpetrar algo irremediable por desconocimiento y uno se fonte, Mérope se apresta a matar a su hijo pero no lo mata, sino
dé cuenta antes de hacerlo. Y fuera de éstas no hay más posi que lo reconoce75, y en la ¡figenia, cuando la hermana reconoce
bilidades: pues sólo cabe actuar o no actuar, y a sabiendas o sin ni hermano76, y en la Hele, cuando el hijo se disponía a entregar
saberlo. a la madre, pero la reconoce77. Por ello, como se dijo antes, las
De estas posibilidades, la peor72 es la del personaje que está tragedias no versan sobre muchas estirpes. Pues los poetas, al
a punto de hacer algo a sabiendas pero no lo hace, pues es mo tratar de conseguir un efecto semejante en sus argumentos, des
ralmente repulsiva pero no trágica, ya que falta en ella el sufri cubrieron cómo hacerlo no merced al arte, sino por casualidad.
miento. Por ello ningún poeta crea algo semejante, si no es en De modo que se ven obligados a ocuparse de las familias en las
1454a contadas ocasiones, como en la Antífona la actitud de Hemón que se han dado tales desgracias.
hacia Creonte73. La segunda peor posibilidad es la del personaje Sobre el entramado de los hechos y sobre cómo deben ser
que lleva a cabo la acción. Mejor es llevarla a cabo sin conoci los argumentos, baste con lo dicho.
miento previo y, sólo después de haberla realizado, darse cuen- Sobre los caracteres, cuatro son las cosas que hay que pro- is
curar. La primera y más importante, que sean buenos. La trage
dia tendrá carácter si, tal como se dijo78, las palabras o la ac
69 Astidamante fue el más prolífico autor trágico del siglo iv; obtuvo quin ción ponen de manifiesto una decisión, sea cual sea; y si ésta es
ce victorias en certámenes dramáticos celebrados entre 372 y 340. En su trage buena, el carácter también lo será. Y esto es posible en cual
dia Alcmeón, que no se conserva, Alcmeón mata a su madre sin conocer su
identidad.
quier tipo de personaje, porque una mujer o un esclavo pueden
711 En esta tragedia de Sófocles, que tampoco se conserva, la hechicera Cir
ce envía a su hijo Telégono en busca de su padre, que no es otro que Odiseo. 74 No se refiere a la última de las ya consideradas en este párrafo, sino a una
Llegado una noche a ítaca, Telégono lucha con su padre y lo hiere de muerte posibilidad distinta de la que se va a poner un ejemplo a renglón seguido.
sin saber quién es. 75 La tragedia de Eurípides cuenta la historia de Cresfonte, el único hijo
71 En los manuscritos griegos se lee «tercera» (tritón)-, pero dado que he del rey de Mesenia que escapa con vida cuando el usurpador Polifonte mata al
mos añadido una posibilidad (cf n. 65), hemos de prescindir de esta palabra, rey y toma por esposa a Mérope, la reina. El usurpador pone precio a la cabeza
como hace Gudeman, o bien leer en su lugar «cuarta» (tétartori), que es lo que de Cresfonte, circunstancia que éste aprovecha para regresar a su patria fin
hemos hecho. giendo haber matado al fugitivo. No sólo logra ser creído por Polifonte, sino
7" Tras haber distinguido en el párrafo anterior las cuatro posibilidades de lambién por Mérope, que decide vengar la muerte de su hijo. Cuando está a
acuerdo con un criterio lógico, en este párrafo Aristóteles las ordena atendien punto de matar a Cresfonte con una hacha mientras duerme, se produce el re
do a su calidad como recursos de la poesía trágica. conocimiento.
73 En la tragedia de Sófocles, Hemón intenta matar a Creonte, su padre, por 16 Véase nota 54.
considerarlo responsable del suicidio de Antígona, pero, al huir éste, cambia 77 No se sabe quién es el autor de la tragedia Hele, ni se conoce su argu
de idea y con la misma espada con la que había amenazado a su padre se sui mento.
cida. ™ Cf. 1450b 8.
62 ARISTÓTELES POÉTICA 63

ser buenos, aunque quizás el primero de estos tipos es inferior cu Aíílide, pues la suplicante en nada se parece a la de des
y el segundo completamente vil79. pués83.
La segunda es que sean apropiados. Pues es posible que una Es preciso también en los caracteres, igual que en el entra-
mujer sea viril por su carácter, pero no es apropiado en una mujer mudo de los hechos, buscar siempre lo necesario o lo verosímil,
el ser tan viril o capaz. tic modo que sea necesario o verosímil que tal personaje diga o
La tercera es que sean verosímiles. Pues esto es algo distinto de litiga tales cosas y que sea necesario o verosímil que después de
hacer el carácter bueno y adecuado del modo como se ha dicho. luí cosa suceda tal otra.
La cuarta es que sean consecuentes. Pues aun cuando la per Es evidente que también los desenlaces de los argumentos
sona que es objeto de la imitación sea inconsecuente y se le su han de resultar del propio argumento y no como en la Medea t454h
ponga un carácter semejante, debe ser, pese a todo, consecuen mediante un deus ex machina84, o en la ¡liada lo concerniente a
temente inconsecuente. la partida de los barcos85. Sino que tal recurso hay que utilizarlo
Hay ejemplos de innecesaria maldad de carácter, como el pura lo que queda fuera del drama, sea para lo que ha sucedido
Menelao del Orestes80; o de carácter inconveniente e inapropia untes y el hombre es incapaz de conocer, sea para lo que suce
do, como el lamento de Odiseo en la Escila81 y el parlamento derá después y que precisa de predicción o anuncio. Pues a
de Melanipe82; o de carácter inconsecuente, como la Ifigenia los dioses les reconocemos la facultad de verlo todo. Pero en los
hechos no debe haber nada irracional, y si lo hay, que sea fuera
de Itt tragedia, como lo que ocurre en el Edipo de Sófocles86.
79 Sobre la inferioridad de la mujer respecto del varón, cf. Misiona de los
animales 608b 8. Sobre la vileza del esclavo, cf. Política 1254b 19 y 1260b I.
En la tragedia de Eurípides, Menelao se niega a prestar auxilio a su so *■' Cuando Ifigenia descubre que su padre va a sacrificarla para que los
brino Orestes, pese a que esta actitud no viene exigida por el argumento. pliegos tengan viento favorable en su singladura hacia Troya, se muestra ho-
La Escila era un ditirambo de Timoteo que no se ha conservado. En la miri/.ada y suplica por su vida. Sin embargo, más adelante acepta lo que con
escena aludida, Odiseo llora a sus compañeros devorados por el monstruo. sidera su destino y se muestra dispuesta a morir por la causa griega.
Aristóteles sugiere que llorar es impropio de un héroe como Odiseo. Al final de la Medea de Eurípides, la protagonista se salva inopinada
Aunque la Melanipe la Sabia de Eurípides se ha perdido, se conoce su mente de la venganza de su marido gracias a la intervención del dios Helios, su
argumento general y el contenido concreto del parlamento al que se refiere iiliuclo, que la lleva en su carro a Atenas.
Aristóteles. En ausencia del padre de Melanipe, ésta da a luz dos gemelos, »' En el canto segundo de la llíada (II 109-210) Agamenón propone a
Iruto de su relación con Poseidón. Los pequeños son abandonados en un lugar los griegos que levanten el sitio a Troya, suban a los barcos y vuelvan a casa.
apartado para que mueran, pero cuando vuelve el padre de Melanipe se descu I n realidad lo hace para excitar su ardor bélico, pero obtiene el resultado
bre que una vaca los ha amamantado, salvándoles la vida. Creyendo que, por i miliario, pues la mayoría se muestra dispuesta a regresar. En ese momento
algún extraño y ominoso prodigio, los gemelos son hijos del animal que los ha Interviene la diosa Atenea, que al inspirar a Odiseo la decisión de evitar la
criado, el padre de Menalipe decide darles muerte. Y es entonces cuando Me partida de los barcos (cosa que logra), impide el fracaso de los combatientes
lanipe intenta salvarles la vida pronunciando un parlamento en el que sostiene «liegos.
que es imposible que un animal dé a luz criaturas humanas. Pero al ser su modo "" Irracional es lo que, por no ser necesario ni tan siquiera verosímil, resul-
de argumentar estrictamente científico, presupone conocimientos que en la in ajeno a la acción dramática. El elemento irracional del Edipo Rey aludido
época se tenían por impropios de una mujer. aquí por Aristóteles es, seguramente, el mismo que se menciona en 1460a 30:
64 ARISTÓTELES POÉTICA 65

Y puesto que la tragedia es imitación de hombres mejores l irias. De éstas unas están en el cuerpo, como las cicatrices, y
que nosotros, es preciso que hagamos como los buenos retratis-J oirás son externas, como los collares91 y como, en la Tiro, el
tas. Y es que, en efecto, éstos, aun cuando reproducen la forma reconocimiento por la barca92. Estos recursos son susceptibles
particular de sus modelos y buscan el parecido, los pintan más de ser utilizados con mayor o menor habilidad; por ejemplo,
hermosos. Así también, el poeta, al imitar a gentes irascibles, Odiseo, gracias a su cicatriz, fue reconocido de una forma por
indolentes o con otros rasgos semejantes de carácter, debe re la nodriza y de otra distinta por los porqueros93. Pues los reco
presentarlos como tales, pero a la vez nobles. Así, Homero hace nocimientos en los que las señales sirven de prueba, y todos los
a Aquiles bueno, a la vez que un paradigma de obstinación1*7. de este tipo, son más ajenos al arte, mientras que los que resul
Estas son las cosas que hay que cuidar; y además de éstas, tan de la peripecia son mejores, como el del Lavatorio.
hay que guardarse de las sensaciones contrarias a las que nece En segundo lugar están los reconocimientos tramados por el
sariamente se siguen del arte poética. Pues, en efecto, con rela poeta, razón por la cual son ajenos al arte, por ejemplo cuando en
ción a éstas se puede a menudo incurrir en error. Sin embargo, la Ifigenia Orestes da a conocer que es Orestes94. Pues ella es re
ya se ha hablado suficientemente sobre estas cuestiones en los conocida por medio de la carta, mientras que él mismo dice lo que
tratados publicados81*. el poeta quiere, pero no lo que requiere el argumento. Por esto
16 Qué es el reconocimiento, se ha dicho antes. En cuanto a los este reconocimiento es cercano al error que se ha mencionado, ya
tipos de reconocimiento, el primero es el más ajeno al arte y el que Orestes podría haber portado igualmente algunas señales.
que se utiliza más a menudo por falta de inventiva: el reconoci ()tro ejemplo es la voz de la lanzadera en el Tereo de Sófocles95.
miento por medio de señales. De éstas unas son congénitas,
como «la lanza que portan los terrígenas»89 o las estrellas como
pus-, el aquí aludido debe de ser el más joven, activo en la primera mitad del
las que aparecen en el Tiestas de Cárcino90, y otras son adqui-
siglo iv.
1.1 El reconocimiento de una persona por los objetos con que fue abandona
resulta inverosímil, en efecto, que Edipo no haya indagado antes las circuns da en su canastillo —como un collar— era un recurso frecuente en el drama
tancias de la muerte de quien le ha precedido en el trono. griego; ocurre, por ejemplo, en el lón de Eurípides.
*7 Esta frase es considerada corrupta por Kassel. Nuestra traducción adopta 1.2 En la tragedia de Sófocles, los hijos de Tiro son abandonados a la deriva
la enmienda propuesta por Janko: hoíon ton Achilléa agathón kaiparádeigma en una barquita, la cual es conservada y permite que mucho tiempo después la
sklérótétos Horneros. madre los reconozca.
Posiblemente en el diálogo Sobre los poetas. M En la escena del lavatorio (Od. XIX 386-475), Odiseo es reconocido por
m Según la leyenda, la señal de nacimiento en forma de lanza permitía re la anciana nodriza sin él pretenderlo; en cambio, es el propio Odiseo quien se
conocer a los descendientes de los terrígenas tebanos, que brotaron de los dien vale de la cicatriz para demostrar su identidad al porquero y al vaquero (Od.
tes del dragón sembrados por Cadmo. El texto entrecomillado es, probable XXI 205-225).
mente, cita de una tragedia perdida. 'M Ifigenia entre los tamos 795-826.
Las estrellas son una señal de nacimiento de los que, como Tiestes, « Tereo, casado con Proene, violó a su cuñada Filomela, a la que además
.descienden de Pélope, y remite al hombro de marfil que los dioses propor arrancó la lengua para evitar que denunciara el crimen. Pero Filomela reveló el
cionaron a éste cuando le devolvieron la vida. Se conocen dos trágicos de secreto a su hermana tejiendo una tela decorada con una escena en la que ña
nombre Cárcino; el mayor de ellos es parodiado por Aristófanes en las Avis- uaba lo acontecido.
66 ARISTOTELES POÉTICA 67

El tercer tipo se produce mediante el recuerdo, cuando al Hay también un tipo de reconocimiento construido a partir
1455a ver algo se comprende cierta cosa, como en los Ciprios de Di- de un falso razonamiento del público, como en el Odiseo, el
ceógenes, cuando al ver el cuadro el personaje se echó a llo falso mensajero102, porque el hecho de tensar el arco y que nin
rar96; y el reconocimiento en el «Relato de Alcínoo», cuando al gún otro sea capaz de hacerlo es algo urdido por el poeta y es
escuchar al citarista y acordarse, Odiseo rompió a llorar, a raíz una premisa, al igual que si dijera que reconocería el arco sin
de lo cual ambos fueron reconocidos97. haberlo visto; el hacer que por medio del arco Odiseo se dé a
El cuarto tipo se logra mediante una deducción, como en las conocer es un falso razonamiento103.
Coéforas: «ha llegado uno parecido; pero no hay nadie pareci El mejor reconocimiento de todos es el que nace de los pro
do salvo Orestes; por tanto ése es quien ha llegado»98. Y el re pios hechos, cuando la sorpresa se produce por situaciones ve
conocimiento propuesto por el sofista Poliido a propósito de rosímiles, como en el Edipo de Sófocles y en la Ifigenia, pues
Iligenia: decía, en efecto, que era natural que Orestes dedujese es natural querer entregar una carta104. Efectivamente éstos son
que, habiendo sido sacrificada su hermana, a él le correspondía los únicos que tienen lugar sin señales artificiosas ni collares.
serlo99. Y en el Tideo de Teodectes, porque habiendo llegado 1,os segundos mejores son los que se producen mediante de
para encontrar al hijo, él mismo muere100. Y el reconocimiento ducción.
que tiene lugar en Los hijos de Finco, porque al ver ellas el lu Al construir los argumentos y completarlos por medio de la 17
gar dedujeron su destino: que en ese lugar les estaba fijado mo dicción, es preciso que el poeta se los imagine del modo más
rir, ya que allí habían sido abandonados ellos101. vivo. Pues de este modo, visualizándolos con la mayor nitidez,
como si asistiera a los acontecimientos, podrá descubrir lo conve
niente y de ningún modo le pasarán inadvertidas las contradiccio
96 Diceógcnes fue uu poeta trágico de finales del siglo v. Nada se sabe de
su obra Ciprios. nes. Una prueba de ello es lo que se censuraba a Cárcinol0S: efec-
" En Ocl. VIII 521 ss. Odiseo llora al oír al bardo Demodoco cantar la livamente, Anfiarao surgía del templo, fallo que pasó inadvertido
historia del Caballo de Troya. Esto lleva a que Odiseo revele su identidad a
Alcínoo y le relate sus aventuras (Od. 1X-XII).
™ En las Coéforas de Esquilo, Electra encuentra junto a la tumba paterna
un mechón de cabello semejante al suyo, y luego una pisada que también se moto para que murieran, incitado por el odio que les profesaba su madrastra.
asemeja a las suyas; de aquí deduce que su hermano ha venido. I ns niños fueron salvados, y las personas culpables —entre las que había va
No se sabe a ciencia cierta quién es este Poliido. Se ha conjeturado que rias mujeres, a juzgar por el femenino plural idoüsai— castigadas en el escena
pueda tratarse de Poliido de Selimbria, autor de ditirambos activo a comienzos rio del crimen. Pero aunque se conozca el argumento, no se sabe a qué tragedia
del siglo tv. Al parecer, Poliido propuso una manera de mejorar el reconoci alude Aristóteles en concreto.
miento de Orestes por su hermana: sería natural que, a punto de ser sacrificado, 1112 Obra perdida de autor desconocido.
Oí estes reflexionara en voz alta sobre el hecho de que su destino iba a ser el 103 Nuestra traducción de este párrafo oscurísimo es sólo tentativa.
mismo que el de su hermana, y que, al oír esto Iligenia, lo reconociera. 104 Sobre la entrega de la carta como ocasión del reconocimiento véase
1110 Nada se sabe de esta obra de Teodectes. Las versiones conocidas de la 1452b 6 con nota 54.
historia de Tideo, padre de Diomedes, no encajan con lo relatado aquí. 1115 Muy probablemente el mismo autor citado en 1454b 23. Nada se sabe
"" Según la leyenda, Fineo cegó a sus hijos y los abandonó en un lugar re- de la obra aquí criticada.
68 ARISTÓTELES POÉTICA 69

al poeta por no haber visualizado la escena"16, así que la obra sacrificada no sólo era el destino de su hermana, sino también
fracasó al ser representada porque disgustó a los espectadores, i el suyo propio; y de ahí le vino la salvación. Tras esto y ya
En la medida de lo posible el poeta debe completar los argu asignados los nombres, se debe secuenciar la trama, pero de
mentos adoptando los correspondientes estados de ánimo107, ya modo que los episodios sean apropiados, como, en el caso
que, dados los mismos talentos naturales, los poetas más per de Orestes, el ataque de locura a causa del cual fue apresado y
suasivos son aquellos que experimentan las pasiones, y con ma la salvación por medio de la purificación"1.
yor realismo agita el que está agitado y enoja el que está irri En los dramas, los episodios son breves, mientras que la
tado. Por ello el arte poética es propia de hombres de talento epopeya se prolonga por ellos. Efectivamente, el tema de la
natural o de exaltados. Pues los primeros tienen facilidad para Odisea no es largo: un hombre está ausente de su casa durante
amoldarse y los segundos para enajenarse. muchos años, bajo la estrecha vigilancia de Poseidón y solo;
Los argumentos108, tanto los ya compuestos como los que él además las cosas en su casa marchan de tal manera que su ha
1455b mismo inventa, debe exponerlos el poeta en líneas generales, y cienda es consumida por pretendientes y su hijo es objeto de
sólo después dotarlos de episodios y amplificarlos. Qué quiero asechanzas; pero él vuelve después de múltiples tribulaciones
decir con contemplar las líneas generales, se puede ilustrar con y, tras darse a conocer a algunos, se lanza al ataque, se salva y
la Ifigenia: una muchacha es ofrecida en sacrificio y desaparece, aniquila a los enemigos. Lo específico de la Odisea es esto, lo
misteriosamente de la vista de sus sacrificadores, se establece! demás son episodios.
luego en otro territorio, en el que era costumbre sacrificar a los Toda tragedia tiene nudo y desenlace. Los elementos exter
extranjeros a la diosa, y obtiene esa función sacerdotal. Pasado nos a la trama, y a menudo algunos de los internos, constituyen
un tiempo sucede que el hermano de la sacerdotisa llega allí. el nudo; el resto es el desenlace. Llamo nudo a lo que va desde el
Pero el hecho de que el dios le ordenó que fuera allí, por alguna comienzo hasta aquella parte inmediatamente anterior al paso a
razón que no pertenece al esbozo general109, y su propósito al ir, la dicha o la desgracia; y llamo desenlace a lo que va desde el
quedan fuera del argumento. Al llegar fue apresado, y cuando | comienzo de ese paso hasta el final; por ejemplo, en el Linceo
iba a ser sacrif icado, se dio a conocer, sea como lo ideó Eurípi de Teodectes112 el nudo es lo que ha sucedido previamente y el
des, sea como Poliido110, diciendo, de modo verosímil, que ser rapto del niño y luego de ellos mismos (...); el desenlace, lo que
va desde la petición de la pena de muerte hasta el final.
Reemplazando tón theatén por ton poiétén, como hizo Butcher y tras él
Cuatro son las clases de tragedia (pues otras tantas se dijo
muchos otros (aunque no Kassel). El sentido del pasaje es controvertido; posi
blemente el tallo recordado por Aristóteles consiste en que Anfiarao ya se ha 111 El ataque de locura es adecuado por enlazar con un aspecto importante
bía ¡do del sitio de donde ahora sale. de la imagen tradicional de Orestes, al que persiguen las Furias en castigo por
1117 Este parece ser el sentido de tota schémasin. su matricidio. A su vez, la necesidad de purificar en el mar tanto a las víctimas
1118 En esta ocasión, lógoi en lugar del habitual mythoi. como la estatua de la diosa, contaminada por la presencia de un asesino, es la
Conservando las palabras diá tina aitían éxó toú kathólou, eliminadas excusa, muy adecuada al argumento, con la que Ifigenia logra la salvación de
por Kassel. los protagonistas.
110 Véase nota 99. 112 Véase nota 49.
70 ARISTÓTELES POÉTICA 71

que eran sus partes113): la compleja, cuyo conjunto lo forman Imber existido poetas buenos en cada una de las partes, exigen
1456a peripecia y reconocimiento; la de sufrimientos, por ejemplo, los de uno solo que sobresalga en la especialidad propia de cada
Ayuntes'14y los lxiones'l5; la de caracteres, como las Ftiótides'16y uno. Pero quizá no es razonable decir que una tragedia es dis-
el Peleo"1-, y en cuarto lugar t - t " 8, como las Fórcides"9 y el itula o es la misma atendiendo a otra cosa que a su argumento,
Prometeo120 y cuantas suceden en el Hades. A ser posible hay es decir, a si su nudo y desenlace son el mismo. Son muchos los
que intentar que una tragedia contenga todas esas partes y, si que construyen bien el nudo pero mal el desenlace; sin embar
no, las más importantes y el mayor número posible; sobre todo go, es preciso dominar siempre ambas cosas121.
en vista del modo como se critica ahora a los poetas: pues al También hay que recordar lo que se ha dicho en muchas
ocasiones y no convertir la tragedia en una composición épica
113 Lo cierto es que en ningún lugar de la Poética se dice que las partes de la llamo «épica» a la que consta de múltiples argumentos ,
tragedia sean cuatro. Quizá Aristóteles esté pensando en las cuatro más impor como si uno compusiera una tragedia con el argumento com
tantes de las seis «partes cualitativas» distinguidas en el capítulo 6, es decir: el pleto de la llíadu. Pues en esta obra, debido a su extensión, sus
argumento, el carácter, el pensamiento y la dicción (con exclusión del canto y partes reciben el tamaño adecuado, mientras que en los dramas
de la puesta en escena: cf. 1450b 15-20).
el resultado se aparta mucho de las expectativas. Prueba de ello
111 Son numerosas las tragedias dedicadas a la figura de Áyax, el más gran
de guerrero griego después de Aquiles. El Áyax de Sófocles termina con el
es que cuantos compusieron un Saqueo de Ilion entero y no por
enloquecimiento y suicidio del héroe, que no soporta no haber recibido las ar partes como Eurípides122, o una Níobe y no como Esquilo1-',
mas de Aquiles tras la muerte de éste. fracasan o tienen malos resultados en las competiciones, pues
lxión, rey de los lapitas de Tesalia, mató a su suegro para recuperar lo hasta Agatón fracasó sólo por esto. En cambio, en las peripe
que había pagado por su esposa, por lo que luc considerado el primer asesino cias y en las acciones simples logran su propósito de forma
de la humanidad. Más tarde intentó violar a Hera, en castigo de lo cual fue
admirable, a saber, el efecto trágico y el sentimiento humanita
atado a una rueda que giraba sin cesar y arrojado al Tártaro. La historia de
lxión fue también tema frecuente de los trágicos. rio. Es lo que ocurre cuando alguien que es ingenioso pero malo
1 I nulo de una tragedia de Sófocles que no se conserva; tampoco se cono
ce su contenido. El título alude a Ftia, la patria de Aquiles.
Tanto Sófocles como Eurípides escribieron sendas tragedias con este tí 121 Leyendo con Bywater y Hardy ámphóaei krateisthai. Kassel, en cam
tulo. El héroe tesalio Peleo lúe el padre de Aquiles. Entre otras muchas aven- bio, acepta la enmienda amphótera artikroteisthai («armonizar ambas cosas»),
turas, participó en la caza calidonia y en la expedición de los argonautas. mientras que García Ycbra sigue la lectura del códice parisino ámphóaei kro-
"K Para subsanar esta corrupción (oes) se han propuesto varias conjeturas tefsthai («que ambas cosas sean siempre aplaudidas»),
basadas en criterios paleográficos: ópsis («espectacular»), teratodes («de por 122 El saqueo de Ilion, debido a Arctino de Mileto (ca. 700 a. C.), es un poe
tentos»), epeisodiidés («de episodios»), Pero quizá la hipótesis más verosímil ma del ciclo épico que da continuidad a la litada. Parle de su contenido es
es hapie («simple»), lectura que se apoya en el paralelo con 1459b 9. dramatizado por Eurípides en sus tragedias Las troyanas y Hécuba.
El título alude a las hijas del dios marino Forcis, que casó con Ceto y 123 Sorprende la mención de la Níobe, pues si bien consta que Esquilo com
lúe padre de las gruyas y de las gorgonas. Esquilo escribió una tragedia titula puso una tragedia con este título, no existían poemas épicos sobre esa figura.
da así. Se ha propuesto sustituir Níobe por Tebaida, enmienda avalada por la versión
De la trilogía dedicada por Esquilo a Prometeo se conserva una obra, árabe. Esquilo dramatizó la parte culminante del ciclo tebano en Los Siete con
Prometeo Encadenado. tra Tebas.
72 ARISTÓTELES POÉTICA 73

resulta engañado, como Sísifo*124, o cuando alguien valiente perdí unidor y producirse por medio de la palabra. Pues ¿cuál sería la
injusto resulta vencido. Y esto es verosímil, como dice Agatón;II Iunción del hablante si el efecto se produjera como es debido
pues es verosímil que sucedan también muchas cosas inverosíl .in necesidad de sus palabras?
miles125. Entre las cosas concernientes a la dicción, un aspecto digno
Y es preciso considerar al coro como uno de los actores y ile examen es el de los tipos de dicción, cuyo conocimiento es
que sea una parte del conjunto y participe en la acción, no comdl Iii opio del arte del actor y de quien está versado en tal arte; por
en Eurípides, sino como en Sófocles. En los demás poetas, las i'iemplo, qué es un mandato y qué una súplica, un relato, una
partes cantadas son tan ajenas al argumento, que igualmente iimenaza, una pregunta, una respuesta y cualquier otra cosa de
podrían pertenecer a otra tragedia. Por ello cantan interludios; i sle género. Efectivamente, a causa del conocimiento o descono-
habiendo sido Agatón quien inauguró esta práctica. Pero ¿qué i imiento de estas cosas no puede hacerse al arte poética ningún
diferencia hay entre cantar interludios y adaptar un parlamento icproche digno de ser tomado en serio. Pues ¿cómo puede nadie
o un episodio entero, llevándolo de una pieza a otra? considerar como error lo que Protágoras reprocha a Homero: que
19 De las otras partes ya se ha hablado; quedarían por tratar la .i! decir «canta, oh diosa, la cólera», creyendo hacer una súplica,
dicción y el pensamiento. Por lo que hace al pensamiento, valga en realidad da una orden? Pues —según dice él— el mandar
lo expuesto en mi Retórica, pues es más propio de esa investi-'í hacer o no hacer algo es una orden127. Por ello, quede a un lado
gación. Entra en el ámbito del pensamiento todo aquello que ha i'Nlu cuestión, por ser propia de otro arte y no del arte poética.
de producirse por el lenguaje. Sus partes son el demostrar, el Éstas son las partes de la dicción en su conjunto: elemen- 20
1456b refutar y el suscitar pasiones (como la compasión, el temor, la lo, sílaba, ligadura, nombre, verbo, articulación, flexión, enun
ira y otras semejantes) y también el amplificar o el minimi ciado128.
zar126. Es evidente que también en las acciones dramáticas el El elemento es un sonido indivisible, pero no cualquier so-
poeta debe servirse de estos mismos elementos cuando tenga!
que hacer que las cosas resulten dignas de compasión o de te 127 Este pasaje ha sido incorporado por Diels-Kranz a los testimonios sobre
mor, importantes o verosímiles. Con la única diferencia de quej IVi n Ac o r a s como fragmento A 29. El sofista critica a Homero la incorrección
estos efectos en el drama han de aparecer sin explicación algu-1 lingüística que supone, a su juicio, dirigir a la Musa una súplica por medio de
111111 orden. La reflexión supone un elocuente testimonio del interés pionero
na, mientras que los de la oratoria deben ser suscitados por el
de los sofistas por el lenguaje, la corrección gramatical y la crítica literaria.
1» En tiempos de Aristóteles, la gramática no estaba constituida aún como
124 El ejemplo elegido sorprende, pues no se sabe que Sísifo, gran engaña disciplina científica encargada de definir los elementos estructurales del len
dor, fuera nunca engañado. guaje o los principios de su funcionamiento. Por ello, la doctrina gramatical
124 En la Retorica (1402a 10 s.) se cita el dístico de Agatón: «Bien pudiera que Aristóteles presenta en este capítulo y en el siguiente difiere considerable
decir cualquiera que lo verosímil es / que les ocurran a los mortales muchas mente de la que ha llegado a nosotros a partir de la célebre Gramática de
cosas inverosímiles». Iliimisio Tracio, la cual tiene una notable aportación procedente del pensa
I“A “El amplificar o el minimizar», es decir, emplear argumentos que miento estoico. Hemos optado por traducir los términos en su sentido literal,
subrayan o atenúan la importancia de algo (cf. aúxein kai meioún en Ret. ■m buscar equivalencias forzadas con la terminología creada posteriormente
1403a 17). |im la tradición gramatical.

74 ARISTÓTELES POÉTICA 75

nido, sino aquel del que por naturaleza resulta un sonido conil La articulación132es un sonido carente de significado que in
puesto. Pues también los animales profieren sonidos indivisi dica el comienzo, el final o la división de una frase, como el
bles, pero a ninguno de éstos lo llamo elemento. Las clases de umphí, el perí y otras. O bien, un sonido carente de significado
elemento son: vocal, semivocal y mudo. que ni impide ni produce un único sonido dotado de significado
Vocal es aquel que, sin producirse contacto129, tiene un son¡J a partir de varios sonidos y que por naturaleza se coloca tanto
do audible. Semivocal el que mediante dicho contacto tiene un en los extremos como en el medio.
sonido audible, por ejemplo la s y la r. Mudo el que, producién El nombre133 es un sonido compuesto, con significado y sin
dose el contacto, no tiene ningún sonido por sí mismo, pero se indicación de tiempo, ninguna de cuyas partes tiene significado
hace audible con los elementos que sí tienen sonido, por ejem-1 por sí misma. En efecto, en los nombres dobles no utilizamos
pío la g y la d. Estos elementos se diferencian por la forma que sus partes como si tuviesen por sí mismas un significado; en el
adopta la boca, por los lugares de articulación, por la aspiración nombre «Teodoro», por ejemplo, «doro» no tiene significado.
o falta de aspiración, por ser largos o breves, y también por su El verbo es un sonido compuesto, con significado e indica
acento agudo, grave o intermedio. Pero sus particularidades de ción de tiempo, ninguna de cuyas partes significa nada por sí
ben estudiarse en los tratados de métrica. misma, como ocurre también en los nombres. Así, «hombre» o
La sílaba es un sonido carente de significado y compuesto •blanco» no indican cuándo, en cambio «camina» o «ha cami
de un elemento mudo y otro que tiene sonido. Así gr sin a no es nado» añaden a su significado propio, en un caso, el tiempo
una sílaba130, pero con a sí lo es, como en gra. Pero también el presente, y en otro, el tiempo pasado.
examen de estas diferencias corresponde a la métrica. La inflexión134es propia del nombre o del verbo. Unas veces
La ligadura131 es un sonido carente de significado que ni significa «de esto» o «para esto» y las demás relaciones seme
1457a impide ni produce un único sonido significativo compuesto de: jantes; otras veces «con uno solo» o «con muchos», como por
varios sonidos, que por su naturaleza se sitúa tanto en los extreJj ejemplo «hombres» u «hombre»; otras, las maneras de expre
mos como en el medio, pero al que no conviene colocar en elj sarse, como por ejemplo si es una pregunta o una orden: porque
comienzo de la frase de forma independiente; por ejemplo:; «¿caminó?» o «¡camina!» constituye una flexión verbal según
mén, hetoi, dé. O bien, un sonido carente de significado que, a estas modalidades.
partir de más de un sonido con significado, produce por natura-I El enunciado es un sonido compuesto y dotado de significa-
leza un solo sonido dotado de significado.
132 El término árthron designa en los tratados gramaticales el artículo y el
129 Es decir, sin que la lengua se apoye sobre las otras partes de la boca. I pronombre relativo. Aquí, sin embargo, se aparta de esos significados.
130 Pasaje corrupto; aceptamos el añadido de «no», propuesto porGudematfl ' 15 Como se verá más adelante, «nombre» tiene aquí un sentido muy amplio,
a partir de la versión árabe. pues comprende, además de los nombres propiamente dichos, los adjetivos y
131 En los tratados gramaticales posteriores el término syndesmos significa adverbios.
«conjunción». Aquí, sin embargo, parece referirse a ciertas partículas conecti 134 «Inflexión» parece preferible a «caso» (pese a que ptósis viene de pipió,
vas. El presente párrafo nos ha llegado en muy mal estado. Los códices griegos «caer»), pues el término incluye, además de declinaciones y conjugaciones, los
discrepan entre sí y de la versión árabe. cambios de sentido derivados de un cambio en la entonación.
76 ARISTÓTELES POÉTICA 77

do, algunas de cuyas partes poseen significado por sí mismas La metáfora es la trasposición de un nombre ajeno, sea del
(pues no todo enunciado consta de verbos y nombres —pongo género a la especie, o de la especie al género, o de la especie a
por caso la definición del hombre115—, sino que es posible que la especie, o de manera analógica. Digo del género a la especie
haya un enunciado que carezca de verbos, si bien tendrá siempre como en «he aquí mi nave parada»119, porque «estar anclado»
una parte dotada de algún significado), como en «Cleón camina» es una manera de «estar parado»; de la especie al género como
la palabra «Cleón». El enunciado posee unidad de una de estas en «en verdad diez mil hazañas ha realizado Odiseo»140, porque
dos maneras: o bien porque significa una sola cosa, o bien porque «diez mil» es mucho, y es la expresión empleada aquí en lugar
está compuesto de varias partes unidas por una ligadura; la / lia del «muchas»; de la especie a la especie, como en «habiéndole
da,, por ejemplo, es un enunciado por la ligazón entre sus partes,: sacado la vida con el bronce» y «habiendo cortado con el afila
y la definición del hombre lo es por significar una sola cosa. do bronce», porque aquí el «sacar» es cortar y el «cortar» sacar,
21 Las clases de nombres son el simple — llamo simple a aquel ya que ambas son formas de quitar141. Hablo de analogía cuan
que no está compuesto de partes dotadas de significado, como do el segundo término tiene una relación con el primero similar
tierra— y el doble. De esta segunda clase unos están compues a la que tiene el cuarto con el tercero; porque se podrá decir en
tos de una parte con significado y otra carente de él (con la lugar del segundo término el cuarto o en lugar del cuarto el se
salvedad de que no tienen significado o carecen de él dentro del gundo. Y en ocasiones se añade aquello con lo que guarda rela
nombre116) y otros de dos partes con significado. Pero también ción el término reemplazado. Me refiero, por ejemplo, a que
puede haber un nombre de tres, cuatro o más partes, como la una copa es a Dioniso lo que un escudo a Ares. Así pues, se
mayor parte de los nombres masaliotas, por ejemplo Hermocai- podrá decir de la copa que es «el escudo de Dioniso» y del es
cojanto1351637*(***). cudo que es «la copa de Ares». O bien la vejez es a la vida lo que
1457b Todo nombre es o usual, o voz exótica, o metáfora, o ador la tarde es al día. Se podrá decir, por consiguiente, que la tarde
no, o inventado, o alargado, o abreviado, o alterado. es «la vejez del día» o también, como Empédocles, que la vejez
Llamo nombre usual al que utilizamos todos nosotros, y voz es «la tarde de la vida» o «el ocaso de la vida».
exótica a la que utilizan otros. De modo que es evidente que el Pero hay casos en los que no existe un nombre establecido
mismo nombre puede ser a la vez exótico y usual, pero no para liara algunos de los términos de la analogía; sin embargo, no
los mismos: en efecto, sígynon es nombre usual para los chi por ello dejarán de expresarse de modo semejante. Por ejemplo,
priotas, pero para nosotros es exótico118. la acción de esparcir el grano se llama sembrar, mientras que la
acción de esparcir rayos de sol no tiene nombre. Sin embargo,
135 Las definiciones del hombre como «animal racional» o «animal bípedo» esta última acción guarda con el sol la misma relación que el
carecen, en efecto, de verbo.
136 Recuérdese lo dicho sobre el nombre «Teodoro» en 1457a 13.
137 Nombre compuesto a partir de los nombres de tres ríos del Asia Menor, Odisea I 185, XXIV 308.
concretamente de la zona de donde procedían los fundadores de Masaba (hoy 14,1 ¡liada II 272.
Marsella). 141 Los dos ejemplos de metáfora se deben a Empédocl es (Frags. 138 y 143
I3S El término sígynon significa «lanza», que en ático se dice clóry. 1l-K), a quien se volverá citar pocas líneas después.
78 ARISTÓTELES POÉTICA 79

sembrar con el grano, y por ello se ha dicho «sembrando un los que acaban en las vocales que siempre son largas (es decir,
rayo creado por un dios»142143. eta y omega); y, entre las vocales que pueden alargarse, los que
Pero también es posible utilizar este tipo de metáfora de otra acaban en alpha; de manera que resultan iguales en número las
forma distinta: dando a una cosa el nombre de otra al tiempo que terminaciones de los nombres masculinos y femeninos, ya que
se niega algo que es propio de ésta; por ejemplo, si al escudo se la psi y la xi son compuestas. En consonante no acaba ningún
le llamase «copa», no «de Ares», sino «sin vino» (***)'« nombre, ni tampoco en vocal breve. En iota acaban tres sola
Nombre inventado es aquel que, sin haber sido empleado en mente: méli («miel»), kómmi («goma») y péperi («pimienta»).
absoluto por nadie, lo establece el propio poeta; parece, en efec En ypsi Ion, cinco (***). Los nombres neutros acaban en esas
to, que algunos son de este tipo, como cuando se denomina «ra letras y en «y y sigma.
mas» a los cuernos o «rezador» al sacerdote144. La excelencia de la dicción estriba en que sea clara pero no 22

1458a El nombre puede ser alargado o abreviado; es lo uno si es baja. La más clara, ciertamente, es la que se construye a base de
utilizado con una vocal más larga de la que le es propia o con términos147usuales, pero resulta baja. Ejemplo de ello es la poe
una sílaba añadida; lo otro, si se le ha suprimido algo. Es alar sía de Cleofonte148 y la de Estáñelo149. Por el contrario, es so
gado, por ejemplo, póteos por poleos («de la ciudad»), o lemne y evita la vulgaridad aquella que se vale de términos inu
Péléiádeó por Péleídou («hijo de Peleo»); son abreviados, por suales. Llamo inusual al nombre exótico, a la metáfora, al
ejemplo, krí (por krithé: «cebada»), do (por doma: «casa») y óps alargamiento y a todo lo que se sale de lo corriente. Pero si al
por ópsis («mirada») en «la visión de ambos ojos se hace una guien hace todo de esta guisa, su poema o será un enigma o in
sola»145. currirá en barbarismo: enigma si consta de metáforas, y bar-
El nombre es alterado cuando se conserva una parte del tér barismo si consta de términos exóticos. Pues el concepto de
mino y se inventa la otra, como dexiterón en vez de dexión enigma es éste: que al enunciar hechos reales se reúnan térmi
(«derecho») en «a la altura del pecho derecho»146. nos incompatibles. Ciertamente, ello no es posible hacerlo me
Considerados los nombres en sí mismos, unos son masculi diante la combinación del resto de los nombres, pero sí cabe
nos, otros femeninos y otros neutros. Masculinos son cuantos hacerlo mediante una combinación de metáforas, como en «a
acaban en ny, rho, sigma y en las letras en las que esta última un hombre vi que con fuego bronce sobre un hombre soldaba»15"
entra como componente (que son dos: psi y xi). Femeninos son
147 La palabra ónoma, que hasta ahora hemos traducido como «nombre» (véa
142 Cita de autor desconocido. se nota 133), adquiere a partir de aquí una significación más amplia que compren
143 Posiblemente la laguna se referiría a la variante del nombre antes deno de también a los verbos. En tales casos traduciremos ónoma por «término».
minada «adorno» (kósmos: 1457b 2). 148 En 1448a 12 se indicó que los personajes de Cleofonte eran normales y
144 El término arétér («rezador») aparece dos veces en la ¡liada (1 11 y V corrientes, ni mejores ni peores que la media; al parecer, el lenguaje empleado
78); en cambio, no hay constancia del uso de érnyx («cuernos») en los poemas por este poeta estaba en consonancia con la vulgaridad de sus personajes.
homéricos. 149 Trágico ateniense de finales del siglo v.
145 Cita del poem a de E m pé d o c l e s Sobre la naturaleza (Frag. 88 D-K). 150 Este famoso enigma, que A r is t ó t e l e s cita también en Ret. 1405b 2, se
146 ¡liada V 393. refiere a un médico que, para extraer sangre del paciente, le aplica una ventosa
80 ARISTÓTELES POÉTICA 81

y enigmas semejantes. Por su parte, de los términos exóticos Ciertamente, el hacer en cierto modo ostentación de esta
resulta el barbarismo. manera de expresarse es ridículo, ya que la mesura es una exi
En consecuencia, es necesario mezclar de alguna manera gencia común a todas las partes de la dicción. Pues quien emplee
todos estos recursos, ya que unos procurarán un carácter no vul inadecuadamente metáforas, términos exóticos y demás figuras,
gar ni bajo a la dicción (como el término exótico, la metáfora, logrará el mismo efecto que quien deliberadamente busca hacer
el adorno y las restantes clases que se han mencionado), mien reír.
tras que el nombre usual aportará claridad. Cuán superior es, en cambio, el uso apropiado de estos re
■458b Contribuyen en no poca medida a la claridad de la dicción y cursos, puede observarse en la épica155 introduciendo en el ver
a que no sea vulgar los alargamientos, los apócopes y las altera so los términos usuales. Porque si se sustituyen el término exó
ciones de los términos. Pues por un lado, por el hecho de ser tico, las metáforas y las demás figuras por términos usuales, se
distintos de lo usual y apartarse de lo acostumbrado, evitarán la verá que decimos la verdad. Por ejemplo, Esquilo y Eurípides
vulgaridad; por otro, por participar de lo acostumbrado, subsis compusieron un mismo verso yámbico, pero habiendo cambia
tirá la claridad. do este último una sola palabra, poniendo en lugar del término
De modo que quienes censuran este tipo de lenguaje y ridi usual y acostumbrado uno extraño, un verso resulta bello y el
culizan al poeta151 no tienen razón en su reproche, por ejemplo olio vulgar. Efectivamente, Esquilo dice en su Filoctetes:
Euclides el Viejo152, que para mostrar que es fácil componer si
se permite alargar los nombres cuanto uno quiera, compuso de La úlcera que come las carnes de mi pie.
esta guisa aquellos versos satíricos: «Vi a Epicares dirigirse a
Maratón»153 y «no t- - f su eléboro»154. Eurípides, en cambio, sustituyó «come» por «engulle»156157.Y
lo mismo si en
de bronce previamente calentada al fuego; al enfriarse el metal, produce una
contracción del aire atrapado dentro de la ventosa, lo que favorece la succión Ahora, siendo un hombre insignificante, sin valor y sin apa
de la sangre. El enigma combina, en efecto, dos metáforas: a la ventosa o cam riencia, a mí...'51
pana se la denomina «bronce» (paso del género a la especie), y al aplicarla al
cuerpo del paciente se lo denomina «soldar» (paso de una especie a otra).
se empleasen los términos usuales y se cambiase por
151 Posiblemente Homero, en cuyos hexámetros es frecuente el alargamien
to de vocales.
152 Se ignora quién era este Euclides.
153 Verso ripioso en el que se logra el hexámetro alargando arbitrariamente
la primera vocal de Epichárén («Epicares») y la primera de badízonta («dirigir 155 Como los ejemplos que siguen no están tomados de poemas épicos,
se»); el efecto cómico es reforzado por el hecho de que el verbo badízó suena Janko ha propuesto sustituir epi ton epón («en la épica») por epi ton
prosaico. Epicares, objeto de la burla, era un político ateniense de conducta epektetaménón («en los [términos] alargados»). Esta enmienda salva la dificul
dudosa. tad, pero es arriesgada por no contar con apoyo en la tradición manuscrita.
1 1 Algunos completan «no preparando su eléboro». El eléboro era una 156 Citas de dos obras perdidas de Esquilo y Eurípides, respectivamente.
planta medicinal que se empleaba para curar la locura. 157 Odisea IX 515.
82 ARISTÓTELES POÉTICA 83

Ahora, siendo un hombre pequeño, débil y feo, a mí... lenguaje sea metafórico, pues esto es lo único que no es posible
lomar de otro, y es señal de talento. Pues el hacer buenas metá
Y en vez de foras supone percibir las semejanzas.
De los nombres, los dobles son los que más convienen a los
tras poner en el suelo un indecoroso asiento y una mezquina ditirambos, mientras que los nombres exóticos son adecuados
mesam , para los versos heroicos y las metáforas para los yámbicos. En
los versos heroicos todos los recursos que se han mencionado
se dijese son útiles, mientras que en los yámbicos, por el hecho de ser los
que más imitan la lengua conversacional, van bien aquellos
tras poner en el suelo un mal asiento y una pequeña mesa. nombres que podrían utilizarse en la prosa: tales son el nombre
usual, la metáfora y el adorno.
Y en vez de Sobre la tragedia, es decir, la imitación por medio de la ac
ción, bástenos con lo dicho.
las riberas braman™ Acerca de la poesía narrativa que imita por medio del verso, 23
es evidente que los argumentos, al igual que en las tragedias,
se dijese deben componerse de forma dramática y en torno a una úni
ca acción entera y completa que tenga principio, medio y final,
las riberas gritan. para que, como un ser vivo único y entero, depare el placer que
le es propio; y que las composiciones no se parezcan a los rela
Arífrades160, por su parte, se burlaba de los trágicos por uti tos históricos, en los cuales necesariamente se expone, no una
lizar expresiones que nadie decía en la conversación corriente, única acción, sino un único período de tiempo, a saber, cuantos
como «de las inoradas lejos» en vez de «lejos de las moradas», sucesos tuvieron lugar en ese período en torno a una o más per
sonas, cada uno de los cuales tiene una relación meramente ca
torno a Aquiles», y demás expresiones semejantes. Pero debido sual con los otros. Pues del mismo modo que la batalla naval de
a que todas estas expresiones no son de uso corriente, evitan la Salamina y la batalla contra los cartagineses en Sicilia tuvieron
vulgaridad en la dicción, cosa que Arífrades ignoraba. lugar al mismo tiempo161, pero no perseguían en absoluto el
Es importante el utilizar adecuadamente cada uno de los re mismo fin, así también en períodos de tiempo sucesivos se pro
cursos que se han mencionado, tanto los nombres compuestos duce a veces un acontecimiento después de otro sin que de ellos
como los extraños, pero lo más importante con mucho es que el resulte en absoluto un fin común. Y eso hace, prácticamente, la
mayoría de los poetas. Por ello, como ya dijimos162, también en
158 Odisea XX 259.
159 tliada XVII 265. 161 Así lo afirma H h r ó d o t o , Vil 166.
160 No se conoce su identidad. 162 Véase 1451a 23.
84 ARISTÓTELES POÉTICA 85

esto Homero parece divino en comparación con los demás, por suerte: la ¡liada la hizo simple y de sentimientos, y la Odi
no haber intentado tampoco relatar la guerra entera, aunque ésta sea, compleja (pues hay reconocimiento por doquier) y de ca
tuviera comienzo y final. Pues el argumento habría resultado racteres. Y además aventajó a todos por su dicción y pensa
demasiado largo y no fácilmente abarcable, o bien moderado miento.
por su extensión pero enrevesado por su variedad. Lo que hizo, La epopeya se diferencia por la extensión de la composición
en cambio, lúe tomar una parte determinada de la guerra y va y por el verso. En cuanto a la extensión, el límite conveniente
lerse de muchas otras como episodios, por ejemplo el Catálogo es el que se ha apuntado166: ha de ser posible abarcar con una
de las naves y otros episodios, dividiendo así el poema. sola mirada el principio y el fin. Y así sería si las composiciones
Los otros poetas, por el contrario, componen la obra en tor fuesen más breves que las antiguas167*169, pero se aproximasen en
no a un solo personaje, un único período de tiempo o una única extensión al conjunto de tragedias que se representan en una
145% acción compuesta de muchas partes, como el que compuso Los única audición1611. La epopeya puede alargarse en extensión mer
cantos ciprios y La pequeña Ilíadam . Por esta razón, la / liada ced a un rasgo muy propio de ella, ya que mientras en la trage
y la Odisea dan materia, cada una de ellas, para una única tra dia no es posible imitar muchas partes de una acción que se
gedia o a lo sumo dos; en cambio, Los cantos ciprios dan mate realizan a la vez, sino únicamente la parte que tiene lugar en el
ria para muchas, y La pequeña litada para más de ocho, como escenario y es representada por los actores, en la epopeya, por
El juicio de las armas, Filoctetes, Neoptólemo, Eurípilo, Po el hecho de ser una narración, es posible incorporar muchas
breza, Las lacedemonias, El saco de Ilion, La partida, Sinón y partes que se realizan a la vez, por medio de las cuales, si son
Las troyanas'M. apropiadas, crece la extensión del poema. De manera que la
24 Además, la epopeya debe tener las mismas clases que la epopeya tiene esta ventaja a la hora de lograr grandiosidad, pro
tragedia165, es decir: simple o compleja, de caracteres o de sufri curar variedad al oyente y secuenciar la trama con episodios
mientos. Y sus parles, salvo el canto y la puesta en escena, son desiguales. Pues lo que siempre es igual cansa enseguida y hace
las mismas; en efecto, es preciso que haya peripecias, reconoci que las tragedias fracasen.
mientos y sufrimientos, y además que sus pensamientos y su En cuanto al verso, la experiencia ha mostrado que el heroi
dicción estén bien elaborados. co se adapta bien a la epopeya. Pues si se hiciese una imitación
Homero ha hecho uso de todo ello de modo enteramente sa narrativa en algún otro verso o en muchos, resultaría evidente
tisfactorio, ya que compuso cada uno de los dos poemas de esta mente inapropiado. Porque el heroico es el más reposado167 y
grandioso de los versos (por lo cual también es el que admite en
163 Estos dos poemas épicos, ambos perdidos, eran parte del Ciclo Troyano.
Los cantos ciprios relataban los orígenes de la guerra hasta la llegada de los
griegos a Troya. La pequeña litada comprendía el período desde la muerte de Cf. 1451a 9-15.
Aquiles hasta el saco de Troya por los griegos. 167 Es decir, más breves que la llíada o la Odisea.
No pocos editores, entre ellos Kassel, consideran que esta lista se debe, En las Grandes Dionisíacas se representaban tres tragedias seguidas
en todo o en parte, a una interpolación. cada día. Según Lucas, esto supone entre cuatro y cinco mil versos.
165 Véase 14.55b 32 s. 169 Por contraposición al «movidos» de pocas líneas más abajo.
86 ARISTÓTELES POÉTICA 87

mayor medida términos exóticos y metáforas, pues también en mediante una falsa inferencia. Pues cuando al existir o produ
esto la imitación narrativa supera a las demás), mientras que el cirse una cosa también existe o se produce otra, los hombres
verso yámbico y el tetrámetro son movidos, el uno apropiado dan en creer que si existe esta última, también la primera existe
14ooa para la danza y el otro para la actuación. Y el resultado sería más o se produce. Pero esto es falso. Por ello, si lo primero es falso
extraño aún si alguien los mezclase, como hizo Queremón1™. Por pero existiendo esto es forzoso que otra cosa exista o se produz
eso nadie ha hecho una composición larga en otro metro que no ca, es preciso añadir esta otra cosa. Porque por el hecho de sa
sea el heroico, sino que, como dijimos171, la naturaleza misma ber que ella es verdadera nuestra alma infiere falsamente que
enseña a elegir el verso que es apropiado para ella. también lo primero lo es. Ejemplo de ello es lo que ocurre en el
Homero merece ser ensalzado por muchas otras cosas, pero Lavatoriom .
sobre todo por ser el único poeta que no ignora qué debe hacer Debe preferirse lo imposible verosímil antes que lo posible
él mismo. En efecto, el poeta debe hablar lo menos posible a increíble. Y los argumentos no deben componerse de partes irra
título personal, ya que no es así como un poeta imita. Lo cierto cionales, sino que en la medida de lo posible no deben tener
es que el resto de los poetas intervienen personalmente a lo lar nada irracional y, si no, que sea al margen del argumento, como
go del poema, pero imitan poco y en pocas ocasiones. Él, en el no saber Edipo cómo murió Layo173174; pero no en el drama,
cambio, tras un breve proemio introduce de inmediato a un como en la Electro los que refieren lo sucedido en los Juegos
hombre o una mujer o cualquier otro personaje, pero ninguno Pídeos175176, o en Los misios el mudo que llega de Tegea a Mi-
carece de carácter sino que todos lo tienen. sial7\ De modo que resulta ridículo decir que sin lo irracional el
Cieitamente, en las tragedias hay que introducir lo maravi
lloso, mientras que lo irracional, que es la causa principal de
173 El pasaje aludido es Odisea XIX 220-248. La talsa interencia cometida
que nos maravillemos, tiene más cabida en la epopeya, debido por Penélope puede formularse así: puesto que el extranjero ha descrito correc
a que no se ve a quien actúa. Porque el pasaje de la persecución tamente el modo como iba vestido Odiseo, se sigue que ha visto a Odiseo y que
de Héctor172, puesto en escena, resultaría evidentemente ridículo: cuanto dice es verdad. Pero es evidente que es posible describir correctamente
los unos parados y sin perseguirlo, y el otro haciéndoles señas a quien no hemos visto, por ejemplo si previamente hemos oído la descripción a
con la cabeza para que no lo persigan; en las epopeyas, en cam otra persona que sí lo ha visto; y de hecho no tardará en descubrirse que el
extranjero no es otro que el propio Odiseo.
bio, estas cosas no se notan. Por otra parte, lo maravilloso es 174 Es realmente extraño que Edipo, al acceder al trono, no se preocupara de
agradable, y prueba de ello es que todo el mundo al contar las averiguar las circunstancias de la muerte de su predecesor; pero, por fortuna
cosas exagera, en la idea de que así agradan. para la calidad de la tragedia, este comportamiento sorprendente queda fuera
Ha sido sobre todo Homero quien ha enseñado a los otros de la acción del drama. Cf. 1454b 5 y nota 86.
poetas a introducir elementos falsos como es debido, a saber, 175 S ó f o c l e s comete un anacronismo en su Eleclra 680-763 cuando uno de
los personajes afirma que Orestes murió en un choque de carros durante la ce
lebración de unos Juegos Píticos, pues estos juegos se instituyeron siglos des
1711 Cf. 1447b 21. pués de la Guerra de Troya.
171 Cf. 1449a 24 y 1459b 32. 176 Esquilo y Sófocles compusieron sendas tragedias tituladas Los misios,
172 ¡liada XXII 131 ss. pero ninguna de ellas se ha conservado. El «mudo» aquí aludido es 1élefo, quien
88 ARISTÓTELES POÉTICA 89

argumento se echaría a perder. Y es que se debe evitar por prin Además, el criterio de corrección no es el mismo en la polí
cipio componer tales argumentos. Ahora bien, si se compone tica que en la poética, ni en cualquier otro arte que en la poética.
uno y resulta lo bastante razonable, entonces debe admitirse En el arte poética considerada en sí misma el error puede ser de
incluso un absurdo17'. Pues también los elementos irracionales dos tipos: error en el arte mismo y error accidental. Pues si uno
de la Odisea referentes a la exposición serían evidentemente se hubiese propuesto representar correctamente un caballo,
insoportables si los hubiese compuesto un mal poeta. Pero lo pero fracasara a causa de180 su incapacidad'81, el error sería del
cierto es que el poeta disimula lo absurdo condimentándolo con arte; en cambio, si se propusiera representarlo no del modo co
los demás componentes buenos. rrecto, sino con el caballo adelantando a la vez las dos patas
En cuanto a la dicción, hay que esmerarse especialmente derechas, entonces se trataría de un error en un arte en particu
con ella en las partes en las que la acción se detiene y que no son lar (como el arte médica u otro arte cualquiera), no de un error
ni de caracteres ni de pensamientos; pues la dicción en exceso en el arte poética. De modo que es preciso resolver las críticas
brillante oculta, en cambio, los caracteres y los pensamientos. contenidas en estos problemas examinándolas a partir de estos
Acerca de los problemas178 y sus soluciones, cuántas y cuá principios.
les son sus clases, podría resultar claro si se consideran del si En primer lugar182, las que se vierten contra el arte en sí. Si
guiente modo: puesto que el poeta es un imitador como lo es el el poeta ha ideado cosas imposibles, ha errado. Pero bien está si
pintor o cualquier otro autor de imágenes, es forzoso que imite se consigue con ello el fin del arte (y el fin ya se ha señalado18’),
siempre una de estas tres cosas: o bien las cosas como eran o es decir, si de esta forma se hace más sobrecogedora esta u otra
son, o bien como se dice o se cree que son, o bien como deben parte del poema. Ejemplo de ello es la persecución de Héctor184.
ser. Estas cosas se expresan mediante una dicción en la cual hay
términos exóticos, metáforas y numerosos cambios en las pala
180 En este punto hay una laguna. Nuestra traducción da por buena la con
bras179; pues esto se lo permitimos a los poetas. jetura híppon orillos, hémarte el' en toi mimésasthai di’, que se debe a Vahlen
a excepción del término híppon, añadido por Janko.
tras quedar contaminado por haber dado muerte a su tío, realiza el largo viaje de 181 Entiéndase: su incapacidad como pintor o escultor.
Tegea (en el Peloponeso) a Misia (en Asia Menor) sin hablar con nadie. No sa 182 A partir de aquí Aristóteles expone las diversas vías por las que pueden
bemos por qué Aristóteles considera desafortunado este rasgo de la tragedia. resolverse las críticas a Homero y a los poetas en general: I. El error del poeta
177 Kassel tiene serias dudas sobre la corrección de esta frase, pero la mayor se justifica en atención al fin que persigue el arte poética. 2. El error sería cen
parte de los intérpretes la consideran válida. surable en el ámbito de un arte concreto (la zoología, por ejemplo) pero no en
178 Se trata de dificultades planteadas por los textos de Homero. Al ser los el del arte poética. 3. El poeta representa las cosas, no como son, sino como
poemas de este autor centrales en la educación de los griegos, la crítica textual deberían ser. 4. La opinión común coincide con lo expresado por el poeta. 5. Lo
homérica estaba muy desarrollada en tiempos de Aristóteles e incluso antes. El que dice el poeta es cierto, aunque no lo parezca o se ponga en duda. 6. La
propio Aristóteles compuso unos Problemas homéricos en seis libros, en los aparente maldad de una acción o una expresión se explica en ocasiones aten
que defendía al poeta de muchas de las críticas vertidas contra él. En esa obra, diendo a las circunstancias del caso. 7. La supuesta dificultad de un pasaje re
de la que sólo se conservan fragmentos, se basa seguramente este capítulo. sulta de una errónea interpretación del texto.
Según Lucas, estos cambios de las palabras consisten en su alargamien 183 El fin es suscitar los sentimientos trágicos.
to o contracción (cf. 1458a 1-7). 184 Cf. 1460a 15.
90 ARISTÓTELES POÉTICA 91

Sin embargo, si el fin también hubiera podido lograrse mejor o Respecto a si un personaje ha dicho o hecho algo bien o mal,
igual de bien conforme al arte que se ocupa de estas cuestiones, no sólo hay que examinar aquello que se ha hecho o dicho en sí
entonces no estaría bien cometer errores185, ya que es preciso, si mismo, mirando si es noble o mezquino, sino también a aquel
se puede, no cometer ninguno en absoluto. que actúa o habla, considerando a quién se dirige, cuándo, cómo
Por otra parte, el error ¿de cuál de los dos tipos es, de los o por qué razón, por ejemplo, si es para lograr un bien mayor o
que afectan al arte o de los que obedecen a alguna circunstancia para evitar un mal mayor.
accidental? Porque el error sería menor si el artista no supiera Otros problemas hay que resolverlos examinando la dicción,
que una cierva no tiene cuernos que si la pintara fallando en la por ejemplo, suponiendo un término exótico en aquello de «en
imitación. primer lugar a los mulos»189, porque quizá no se esté refiriendo
Además, si se objeta que las cosas representadas no son ver Homero a las acémilas, sino a los vigilantes; y en cuanto a Do-
daderas, hay que resolver la objeción replicando que «quizás de lón, «que realmente era de mala figura»190, quizá no se refiere a
berían serlo»186, como también Sófocles dijo de sí mismo que re que su cuerpo fuese contrahecho, sino a que su rostro era feo,
presentaba a los personajes como deberían ser, mientras que porque los cretenses llaman de buena figura a quien tiene un
Eurípides los representaba tal cual son. rostro hermoso; y aquello de «haz la mezcla más fuerte»191quizá
Y si lo representado no es de ninguna de las dos maneras, no se refiere a vino puro, como para borrachos, sino a que la
cabe apelar a que «así se dice», como en lo concerniente a los haga más rápido.
dioses. Pues quizá ni es mejor representarlos así ni es conforme Otras cosas se dicen metafóricamente, como «todos, dioses
a la verdad, pero llegado el caso cabe replicar como a Jenófa- y hombres, dormían durante toda la noche»; como a la vez se
nes187: «De todas formas así se dice». dice «en verdad, cada vez que miraba hacia la llanura troyana...,
1461a Otras cosas quizá no es que sean mejores, sino que fueron un alboroto de flautas y siringas»192, se sigue que todos se dice
así, como lo relativo a las armas: «sus lanzas enhiestas sobre las
conteras»188. Pues así era costumbre entonces, como todavía 18.1 llíacla 1 50. Zoilo, crítico de Homero contemporáneo de Aristóteles,
hoy entre los Ilirios. consideraba inapropiado que las saetas con las que Apolo castiga a los griegos
por haber ofendido a su sacerdote maten en primer lugar, no a los culpables,
sino a los mulos y a los perros.
185 Conservando el hémartésthai suprimido por Kassel. ™ ¡liada X 316. En este mismo pasaje Homero afirma que Dolón era
186 La traducción no tiene en cuenta el añadido de hós después de isós pro «ligero de pies», lo cual, a juicio de los críticos, contradice su presunta defor
puesto por Vahlen y aceptado por Kassel. midad.
187 J e n ó f a n k s d e C o l o f ó n (ca. 510-ca. 475 a. C.) criticó a Homero y Hesíodo 11.1 ¡liada IX 203. Al recibir a los emisarios griegos, Aquiles pide a Patroclo
por representar a los dioses como semejantes a los hombres (Fragm. 14 D.-K.) que tome una crátera para el vino y haga la mezcla fuerte. Zoilo (véase nota
y aquejados por sus mismos vicios (Fragm. 11 D.-K.). 189) objetaba que eso era adecuado para un festín de borrachos, no para una
188 ¡liada X 152. Cuando Odiseo va a despertar a Diomedes, lo encuentra dur reunión en la que se habían de tratar asuntos graves.
miendo rodeado de sus compañeros, con las lanzas clavadas en tierra. Los críticos 1,2 ¡liada X 1 (cita inexacta) y 11- 13. El presunto error de Homero consiste
de Homero objetaban que colocar así las lanzas supone arriesgarse a que caigan a esta vez en que primero afirma que todos duermen y luego añade que los (ro
mitad de noche y despierten a quienes duermen; luego Homero se equivoca. yanos, lejos de dormir, celebran su victoria.
92 ARISTÓTELES POÉTICA 93

en lugar de muchos recurriendo a la metáfora, pues todo es mu Otras más por ambigüedad: «la noche ha recorrido la mayor
cho. Y también aquello de «ella era la única que no participaba»193 parte»200, pues la mayor parte es ambiguo.
se dice metafóricamente, pues lo más conocido es único. Otras por un hábito de dicción: al vino mezclado se le llama
Otros problemas se resuelven en virtud de la prosodia194, simplemente vino; lo que explica que el poeta dijera aquello de
como hizo Hipias de Tasos195 con lo de «le concedemos alcan «una greba de estaño recién labrado»201; y a los que trabajan el
zar la gloria»19'’ y aquello otro de «de lo que una parte se pudre hierro se les llama broncistas, y del mismo modo se dice que
con la lluvia»197*. Ganimedes escancia vino a Zeus, pese a que los dioses no beben
Otras dificultades se resuelven por la puntuación1911, como en vino. Pero esto se podría entender también como una metáfora.
los versos de Empédocles: «al punto brotaban mortales las cosas Cuando un término parece que significa algo contradictorio,
que antes aprendieron a ser inmortales y mezcladas las que antes hay que examinar cuántos podrían ser sus significados en esa
estaban sin mezcla»199. frase. Por ejemplo, en aquello de «en ella se detuvo la broncí
nea lanza»202hay que examinar de cuántas formas es posible que
se haya detenido allí, de esta forma o de aquélla, como mejor
195 lilaila XVIII 489. En este caso se acusa a Homero de haber cometido un
acierte uno a concebirlo; exactamente al contrario de como dice
error astronómico elemental, pues afirma que la Osa es la única constelación
«que no participaba en el baño en el Océano», es decir, la única que no se
Glaucón203: que algunos parten de antemano de un supuesto in 1461b

oculta tras el horizonte. fundado y, dándolo por bueno, extraen sus conclusiones, y cen
1,4 En los dos ejemplos que siguen, un cambio en la acentuación supone suran al poeta por haber dicho lo que ellos creen que ha dicho
una alteración del sentido de la frase (recuérdese que en tiempos de Aristóteles
el griego se escribía sin acentos ni espíritus).
193 No se sabe quién fuera este Hipias, que en todo caso ha de distinguirse segunda parte de esta frase, puede significar «mezcladas las que antes estaban
del conocido sofista Hipias de Elis. sin mezcla» o «sin mezcla las que antes estaban mezcladas».
196 ¡liada XXI 297. El tratamiento de este ejemplo en Refutaciones sofísti 2,10 llíada X 252 s. Aquí la dificultad es de tipo aritmético: si han transcu
cas 166b I revela que en el texto homérico manejado por Aristóteles estas pa rrido más de dos tercios de la noche, no puede quedar todavía un tercio. Aris
labras figuraban en / liada II 15. en el pasaje en que se describe el sueño que tóteles replica que pléón («más») también puede significar «la mayor parte»,
Zeus envía a Agamenón para engañarle con la promesa de la victoria. Nume en cuyo caso lo que Homero dice es que ha transcurrido la mayor parte de los
rosos críticos, entre ellos P l a t ó n (República II 383A) se habían escandalizado dos primeros tercios de la noche, y no más de dos tercios.
de que el dios empleara tales artes. La solución propuesta por Hipias consiste 21,1 llíada X XI592. La objeción consiste en que el estaño es un material muy
en cambiar el acento de dídomen, pasándolo de la primera a la segunda sílaba, poco adecuado para hacer grebas. Aristóteles sostiene que aquí «estaño» quiere
de modo que la responsabilidad por el engaño recaiga, no sobre Zeus, sino so decir «bronce»; el bronce, en efecto, se fabrica fundiendo estaño y cobre.
bre el sueño. 2112 llíada XX 272. La lanza de fresno arrojada por Eneas atraviesa tres de las
197 / liada XXIII 328. En este pasaje se habla de un tocón de pino o encina. cinco capas de que está hecho el escudo de Aquiles. Esto parece imposible,
Dependiendo de cómo se acentúe la palabra ou, el texto homérico describirá su pues la capa de oro, en la que se detiene la lanza, es la capa exterior. Aristóteles
madera como podrida por la lluvia o no. sostiene que en ese contexto el verbo detener se emplea en el sentido de frenar
I9,< En tiempos de Aristóteles, los textos se escribían sin espacios entre las o absorber en parte el ímpetu de la lanza.
palabras ni signos de puntuación. 20:1 Tal vez se refiera al intérprete de Homero mencionado en P l a t ó n , lón
199 E m pé d o c l e s , Fiat;. 35, 14-15 D-K. Dependiendo de cómo se puntúe la 530D.
94 ARISTÓTELES POÉTICA 95

si es contrario a su opinión. Esto es lo que ha pasado en el caso irracional, como hace Eurípides con Egeo207, o a la maldad, como
de Icario. Pues creen que él era lacedemonio y por ello les pa pasa en el Orestes con la maldad de Menelao208.
rece extraño que Telémaco no se encontrara con él cuando fue Así pues, las críticas que se hacen son de cinco especies: que
a Lacedcmonia204. Pero quizás es como dicen los cefalonios: ase son cosas imposibles, o ilógicas, o nocivas, o contradictorias, o
guran, en efecto, que Odiseo tomó mujer entre ellos y que el contrarias a las exigencias del arte. Y las soluciones deben bus
personaje en cuestión es Icadio y no Icario. Es probable que el carse a partir de las posibilidades consideradas, que son doce.
problema se haya generado por este error. Cuál de las dos es mejor, la imitación épica o la trágica, es 26

En general, lo imposible hay que explicarlo apelando a exi algo que podría suscitar dudas. Pues si la mejor es la menos
gencias de la poesía, a lo que es mejor o a la opinión general. vulgar y tal es siempre aquella que se dirige a los mejores es
Efectivamente, en relación con las exigencias de la poesía es pectadores, es evidente que la que lo imita todo es demasiado
preferible algo convincente aunque imposible a algo posible vulgar. Porque, efectivamente, como si el público no entendie
pero no convincente205. Pues quizá sea imposible que haya hom se si el actor no exagera, realizan muchísimos movimientos,
bres tales como Zeuxis los pintó, pero es mejor así, ya que el como los malos flautistas, que ruedan cuando hay que imitar el
artista debe superar al modelo206. vuelo del disco y arrastran al corifeo si tocan la Estila209. Así
Lo irracional debe explicarse remitiendo a lo que la gente pues, la tragedia es tal y como los actores antiguos creían que
dice; debe explicarse así y por el hecho de que en alguna oca eran sus sucesores: Minisco210, en efecto, llamaba a Calípides211
sión no hay tal irracionalidad. Pues es verosímil que también «mono» por exagerar en exceso, y la misma fama circulaba
sucedan cosas al margen de lo verosímil. también en torno a Píndaro212. La relación de éstos con aquéllos 1462a

Las cosas que se dicen de forma contradictoria hay que exa es la que guarda el arte entero de la tragedia respecto de la epo
minarlas igual que las refutaciones dialécticas, considerando si peya. Pues se dice que ésta es para espectadores superiores que
es lo mismo y se refiere a lo mismo y de la misma manera; por en nada precisan de gesticulación, mientras que la tragedia es
tanto, deben ponerse en relación con lo que el propio poeta dice adecuada para un público inferior. Luego, si es vulgar, es evi
o bien con lo que puede suponer una persona sensata. dente que será peor.
El reproche que se hace a la irracionalidad y a la maldad está
justificado cuando, sin ser necesario en absoluto, se recurre a lo 207 En la Medea de Eurípides, la llegada a Corinto del rey ateniense Egeo, en
el momento justo para ofrecer asilo a Medea, no está suficientemente justifica
da.
204 Icario era padre de Penélope y por tanto abuelo de Telémaco. Si Icario era 208 Cf. 1454a 29 con nota.
lacedemonio, como suponen los críticos de Homero, es sorprendente que Telé- 2IW Obra de Timoteo citada ya en 1454a 30.
maco no se viera con su abuelo durante su estancia en Esparta (Odisea IV). 210 De Minisco de Cálcide, activo entre 460 y 420, se sabe que actuó en obras
205 Cf. 1460a 26-27. de Esquilo.
206 Al comienzo de esta frase hay una laguna; hemos añadido las palabras 211 Actor de quien se cuenta en el Banquete de J k n o f o n t b (III 1) que se jac
«Pues quizá sea imposible» aceptando la propuesta de reconstrucción de Gom- taba de su capacidad para hacer verter lágrimas al público.
perz, basada en la versión árabe. 212 Actor de quien no se tiene más noticia que este texto.

96 ARISTÓTELES POÉTICA 97

Pero, en primer lugar, esta acusación no afecta al arte poéti-1 modo que si componen un único argumento, o bien parece que
ca sino al arte del actor, puesto que es posible acompañar la se queda corto, si se expone con concisión, o diluido, si se aco
actuación de gestos superfluos incluso al recitar un poema épi- i moda a la extensión adecuada para este verso. Me refiero a
co—como Sosístrato213— , o al cantar—como hacía Mnasíteo de cuando se compone de varias acciones, al modo como la ¡liada
Opunte214— . En segundo lugar, no todo movimiento es reproba y la Odisea tienen muchas partes de este tipo, las cuales tienen
ble, a menos que también condenemos la danza, sino sólo el de extensión por sí mismas. Con todo, estos poemas están com
los malos actores, que es lo que precisamente se reprochaba a puestos de la mejor manera posible y son, en lo que cabe, imi
Calípides, y ahora a otros, alegando que imitan a mujeres de tación de una única acción. Así pues, si la tragedia sobresale en
condición servil. Además, la tragedia, incluso sin movimiento, lodos estos aspectos y también en la función propia del arte
produce el efecto que le es propio, igual que la epopeya, pues (pues la tragedia y la epopeya deben proporcionar no un placer
mediante la lectura se pone de manifiesto cuál es su calidad. 1 cualquiera, sino el que se ha dicho), es evidente que será supe
Así pues, si realmente la tragedia es superior en lo demás, no es rior, ya que logra su fin mejor que la epopeya.
necesario que se dé en ella este defecto215. Por tanto, acerca de la tragedia y la epopeya en sí mismas,
Añadamos que la tragedia es superior porque tiene todo de sus clases y partes, de cuántas son y en qué se diferencian, de
cuanto tiene la epopeya (ya que hasta puede utilizar el verso de cuáles son las causas de que estén bien hechas o no, y de las
ésta) y además un elemento no desdeñable como la música y las críticas que se les pueden hacer y cómo refutarlas, baste con lo
puestas en escena216, mediante el cual se combinan los placeres! I dicho.
de la manera más evidente. Pero además la tragedia resulta cía- ¡!¡
ra tanto en la lectura como en las representaciones. Y es supe-i H
rior asimismo por el hecho de que el fin de la imitación se al-
1462b canza en una extensión menor (pues lo más concentrado es más
agradable que lo que se diluye en un tiempo prolongado; me
refiero, pongo por caso, a que alguien pusiese el Edipo de Sófo
cles en tantos versos como la Ilíada). Además, la imitación que
hacen los poetas épicos es menos unitaria (y prueba de ello es • ¡
que de cualquier imitación épica salen varias tragedias), de

213 Nada se sabe de este recitador de poemas épicos.
214 Tampoco tenemos noticias de este cantante.
215 La frase, tal y como se nos ha transmitido, presenta un defecto lógico,
pues el rechazo de la acusación de vulgaridad vertida contra la tragedia se sigue V
de las razones expuestas en las líneas anteriores, y no de la presunta superiori- 1
dad de la tragedia en otros aspectos, la cual será demostrada en lo que sigue. l |
21(1 Las palabras «y las puestas en escena» son atetizadas por Kassel.
Tractatus Coislinianus
traducción provisoria
Gustavo Veneciano

A partir del texto editado por Richard Janko, Aristotle on Comedy. Towards a
reconstruction of Poetics II, University of California Press, Berkeley - Los Angeles
1984.

Octubre 2016
1 2

Tractatus Coislinianus (e cod. Paris. Coislin. 120) Tratado coisliniano (a partir del códice parisino de Coislin 120)
I Τῆς ποιήσεως ἡ μὲν ἀμίμητος

ἱστορική παιδευτική
I La poesía no mimética, dividida en histórica y educativa, que a su vez
se subdivide en instructiva y teorética.
ὑφηγητική θεωρητική

II ἡ δὲ μιμητική II La mimética se divide, por un lado, en narrativa y, por el otro, en


dramática y de acción, que a su vez se divide en comedia, tragedia, mimos y
dramas satíricos.
τὸ μὲν ἀπαγγελτικόν τὸ δὲ δραματικὸν καὶ πρακτικόν

κωμῳδία τραγῳδία μίμους σατύρους III La tragedia expulsa del alma los sentimientos de temor a través de la
piedad y del terror. Y (dice que) busca tener la proporción debida de temor.
III ἡ τραγῳδία ὑφαιρεῖ τὰ φοβερὰ παθήματα τῆς ψυχῆς δι’ οἴκτου καὶ Tiene en su origen a la pena.
δέους· [καὶ ὅτι] συμμετρίαν θέλει ἔχειν τοῦ φόβου· ἔχει δὲ μητέρα τὴν
λύπην. IV La comedia es la imitación de una acción risible y carente de magni-
tud, completa, <con un lenguaje aderezado>, cada una de las partes adereza-
IV κωμῳδία ἐστὶ μίμησις πράξεως γελοίας καὶ ἀμοίρου μεγέθους, das por separado en diferentes formas, (imitación) por medio de personajes
τελείας, <ἡδυσμένῳ λόγῳ> χωρὶς ἑκάστῳ τῶν μορίων ἐν τοῖς εἴδεσι, en acción y no por medio de la narración, que logra por medio del placer y la
δρώντων καὶ <οὐ> δι’ ἀπαγγελίας, δι’ ἡδονῆς καὶ γέλωτος περαίνουσα τὴν risa la catarsis de esos sentimientos. Tiene en su origen a la risa.
τῶν τοιούτων παθημάτων κάθαρσιν. ἔχει δὲ μητέρα τὸν γέλωτα.

V γίνεται δὲ ὁ γέλως V la risa surge


– ἀπὸ τῆς λέξεως – de la dicción
– ἀπὸ τῶν πραγμάτων – de las acciones
VI 1. κατὰ ὁμωνυμίαν VI 1. por homonimia
2 <κατὰ> συνωνυμίαν 2 <por> sinonimia
3 <κατὰ> ἀδολεσχίαν 3 <por> repetición
4a <κατὰ> παρωνυμίαν, παρὰ 4a <por> paronimia,
πρόσθεσιν καὶ por adición y
ἀφαίρεσιν, sustracción,
4b <παρὰ> ὑποκόρισμα, 4b <por> diminutivos
4c <παρὰ> ἐξαλλαγήν. 4c <por> variación.
[ – φωνῇ [a través del sonido
– τοῖς ὁμογενέσι] o cosas similares]
5 <κατὰ παρῳδίαν> 5 <por parodia>
6 <κατὰ μεταφοράν 6 <por metáfora,
– φωνῇ a través del sonido,
– τοῖς ὁμογενέσι> por cosas similares>
7 <κατὰ> σχῆμα λέξεως. 7 <por> la forma de hablar
3 4

VI ὁ ἐκ τῶν πραγμάτων γέλως· VI la risa (surge) de las acciones


1 <ἐκ τῆς ἀπάτης 1 <por engaño
2 ἐκ τῆς ὁμοιώσεως, χρήσει <ἢ πρὸς τὸ βέλτιον ἢ πρὸς τὸ 2 por asimilación, utilizada hacia lo mejor o hacia lo peor>>
χεῖρον.>> 3 por lo imposible
3 ἐκ τοῦ ἀδυνάτου 4 por lo posible e inconsecuente
4 ἐκ τοῦ δυνατοῦ καὶ ἀνακολούθου 5 por lo contrario a lo esperado
5 ἐκ τῶν παρὰ προσδοκίαν 6 por hacer malvados a los personajes
6 ἐκ τοῦ κατασκευάζειν τὰ πρόσωπα πρὸς τὸ μοχθηρόν 7 por el uso de la danza vulgar
7 ἐκ τοῦ χρῆσθαι φορτικῇ ὀρχήσει 8 cuando alguien que tiene poder, desatendiendo las cosas impor-
8 ὅταν τις τῶν ἐξουσίαν ἐχόντων παρεὶς τὰ μέγιστα <τὰ> tantes, se ocupa de las más triviales
φαυλότατα λαμβάνῃ. 9 cuando el razonamiento es incoherente y no tiene ninguna secuen-
9 ὅταν ἀσυνάρτητος ὁ λόγος ᾖ καὶ μηδεμίαν ἀκολουθίαν ἔχων. cia ordenada
VII διαφέρει ἡ κωμῳδία τῆς λοιδορίας, ἐπεὶ ἡ μὲν λοιδορία VII La comedia se diferencia de la ofensa ya que la ofensa repasa abierta-
ἀπαρακαλύπτως τὰ προσόντα κακὰ διέξεισιν, ἡ δὲ δεῖται τῆς καλουμένης mente las malas (acciones o cualidades) que están unidas (al hombre), y esta
ἐμφάσεως. requiere la llamada “reflexión”.
VIII ὁ σκώπτων ἐλέγχειν θέλει ἁμαρτήματα τῆς ψυχῆς καὶ τοῦ VIII El chistoso pone a prueba las faltas del alma y del cuerpo.
σώματος.
IX Tiene que haber una determinada proporción de temor en las trage-
IX συμμετρία τοῦ φόβου θέλει εἶναι ἐν ταῖς τραγῳδίαις καὶ τοῦ dias y de risa en las comedias.
γελοίου ἐν ταῖς κωμῳδίαις.
X Partes de la comedia: trama, carácter, pensamiento, dicción, melo-
X κωμῳδίας εἴδη· μῦθος, ἦθος, διάνοια, λέξις, μέλος, ὄψις. día, espectáculo.
XI μῦθος κωμικός ἐστιν ὁ περὶ γελοίας πράξεις ἔχων τὴν σύστασιν. XI La trama cómica es la que tiene una estructura sobre asuntos risibles.
XII ἤθη κωμῳδίας τά τε βωμολόχα καὶ τὰ εἰρωνικὰ καὶ τὰ τῶν XII Los caracteres cómicos son los bufones, los irónicos y los pretencio-
ἀλαζόνων. sos.
XIII διανοίας μέρη δύο, γνώμη καὶ πίστις. <πίστεις πέντε>· ὅρκοι, XIII Hay dos partes del pensamiento: opinión y prueba. <Cinco prue-
συνθῆκαι, μαρτυρίαι, βάσανοι, νόμοι. bas>: juramentos, acuerdos, testimonios, torturas y leyes.
XIVa κωμική ἐστι λέξις κοινὴ καὶ δημώδης. XIVa La dicción cómica es común y popular.
XIVb δεῖ τὸν κωμῳδοποιὸν τὴν πάτριον αὐτῶν γλῶσσαν τοῖς προσώποις XIVb Es necesario que el poeta cómico confiera a los personajes su propia
περιτιθέναι, τὴν δὲ ἐπιχώριον αὐτῷ ἐκείνῳ. lengua nativa, y él mismo la (lengua) local.
XVa μέλος τῆς μουσικῆς ἐστιν ἴδιον· ὅθεν ἀπ’ ἐκείνης τὰς αὐτοτελεῖς XVa La melodía es propia de la música y por eso será necesario que tome
ἀφορμὰς δεήσει λαμβάνειν. de ella sus principios completos en sí mismos.
XVb ἡ ὄψις μεγάλην χρείαν τοῖς δράμασι τὴν † συμφωνίαν παρέχει. XVb El espectáculo brinda como gran ventaja para los dramas lo † acorde.
XVI ὁ μῦθος καὶ ἡ λέξις καὶ τὸ μέλος ἐν πάσαις κωμῳδίαις θεωροῦνται, XVI La trama, la dicción y la melodía aparecen en todas las comedias,
διάνοιαι δὲ καὶ ἦθος καὶ ὄψις ἐν <οὐκ> ὀλίγαις. mientras que el pensamiento, el carácter y el espectáculo en <no> pocas.
5 6

XVII μέρη τῆς κωμῳδίας τέσσαρα· πρόλογος, χορικόν, ἐπεισόδιον, XVII Cuatro son las partes de la comedia: prólogo, elemento coral, episo-
ἔξοδος. dio, éxodo.
1 πρόλογός ἐστιν μόριον κωμῳδίας τὸ μέχρι τῆς εἰσόδου τοῦ χοροῦ. 1 Prólogo es la parte de la comedia que se extiende hasta la entrada del coro.
2 χορικόν ἐστι τὸ ὑπὸ τοῦ χοροῦ μέλος ᾀδόμενον, ὅταν ἔχῃ μέγεθος ἱκανόν. 2 El elemento coral es el canto entonado por el coro, cuando tiene suficien-
3 ἐπεισόδιόν ἐστι τὸ μεταξὺ δύο χορικῶν μελῶν. te extensión.
4 ἔξοδός ἐστι τὸ ἐπὶ τέλει λεγόμενον τοῦ χοροῦ. 3 El episodio es lo que está entre dos cantos del coro.
4 El éxodo es lo dicho al final por el coro.
XVIII τῆς κωμῳδίας·
– παλαιά, ἡ πλεονάζουσα τῷ γελοίῳ XVIII de la comedia:
– νέα, ἡ τοῦτο μὲν προϊεμένη, πρὸς δὲ τὸ σεμνὸν ῥέπουσα – antigua, que abunda en lo risible
– μέση, ἡ ἀπ’ ἀμφοῖν μεμιγμένη. – nueva, la que desestima esto y se inclina hacia lo serio.
– media, que tiene una mezcla de ambas.
ESTÉTICA CLÁSICA Y MEDIEVAL
-Escuela de Letras-

Apuntes (obras y pasajes seleccionados)


Segunda parte

Dr. Gustavo Veneciano (Prof. Adjunto S/D a cargo)

2020 (Segundo semestre)


B) Poéticas implícitas y explícitas después de Aristóteles
B. 1: REFLEXIONES Y DISCUSIONES POST-ARISTOTÉLICAS EN LENGUA GRIEGA

Textos:
Filodemo, Sobre los poemas V (selección).
Demetrio, Sobre el estilo (capítulos 3 y 5).
Dionisio de Halicarnaso, Sobre la composición literaria 25-26.
Pseudo-Longino, De lo sublime.
Plutarco, Cómo debe el joven escuchar poesía.
Filodemo, De los poemas (περὶ ποιημάτων)

Libro 5 (ε), columnas III-XV


trad. Gustavo Veneciano

(III) ... Heráclides ... pues al decir que ... el poeta ... a los oyentes, y
beneficia ... si dijo que produce un beneficio en favor de la excelencia (πρὸς
ἀρετήν), es evidente de las afirmaciones anteriores... si dijo de otra manera...
(IV) ... (hombre) desafortunado, porque, como existen muchas cosas
beneficiosas (πολλῶν ὠφελιῶν), no definió (διώρισεν) qué tipo (de beneficio) se le
debía exigir (al poeta) y el hecho de que no enseñó a través de qué placeres él
deleita, sino que en ambos casos dejó sin definir la excelencia (ἀρετὴν) del poeta.
Y porque expulsó de la excelencia los más bellos versos de los más famosos
poetas –de unos, la mayoría (de sus versos); de otros, todos– por no aportar
ningún beneficio.
¿Por qué es necesario, en efecto, hablar de esos que preservan el daño más
grande (βλάβην μεγίστην), que hay en ellos mismos, y por qué, según su
discurso, el que beneficia en el más alto grado será el más perfecto? Nadie
puede (ser beneficiado) por el conocimiento de la medicina o la filosofía o
muchos otros conocimientos si intenta alcanzar el más alto grado con su labor
poética.
Además, cuando escribe que el poeta que deleita (τὸν τέρποντα), y no el
que beneficia (οὐκ ὠφελοῦντα), es poético, (V) aunque desconozca el contenido
(τὰ πράγματα μὴ εἰδέναι), parece entender que toda descripción del contenido es
beneficiosa, lo que es evidentemente falso. Porque, si una descripción no es
beneficiosa, nada se opone a que el poeta que conoce el contenido y lo describe
poéticamente no produzca ningún beneficio. Además, sobrecarga
innecesariamente al poeta estimado (δοκίμωι ποιητῆι) con el estudio completo y
preciso de los usos acostumbrados del lenguaje de acuerdo con los dialectos, ya
que es suficiente (saber) aquel en el que eligió escribir. Y no por ... tener el
conocimiento de la música (μουσικῆς ἐπιστήμην). Y por ... un tal ... en todos los
sentidos. En resumidas cuentas, para los poetas es necesario el conocimiento de
toda la geometría, de toda la geografía ... y de la náutica ... de lo que es
apropiado ... cuanto no pertenece completamente a la práctica de una ejecución
(χειρουργικά)
(VI) ... pero más bien ... de la práctica de una ejecución. Si ... posible ...
(Heráclides? dice que) la primera y mínima de las cosas bien planeadas de

1
antemano es la concisión (τῶν εὖ προνοουμένων τὸ συντόμως) y ..., pero de los
pensamientos (τῶν νοημάτων) lo persuasivo y lo vívido, y ambas cosas son
propias del arte (τῆς τέχνης) y del poeta. Entonces, se debe investigar qué quiere
decir “la primera” y “la mínima”. Si “la primera” es, en efecto, un término que
significa “las cosas planeadas de antemano”, no entiendo por qué dice que esta
es “la primera” de muchas otras cosas. Y me pregunto por qué dice que lo
conciso y lo vívido es la mínima parte (ἐλάχιστον εἶπε τὴν συντομίαν καὶ τὴν
ἐνάργειαν), aunque nada ... y si dijo (VII) que es lο mejor, ¿cómo al mismo
tiempo es también “lo mínimo”? ¿Cómo lo vívido y lo conciso son mejores que
todas las otras (cualidades) que pertenecen al arte poético (τηι ποητικῆι)? ¿Por
qué es necesario describir el contenido vívida y persuasivamente, cuando no
solo muchas cosas falsas sino también absolutamente míticas son descriptas por
los poetas de la manera más vívida? ¿Por qué es una cuestión valiosa discutir el
que ambas cosas pertenecen tanto al arte como al poeta? Pues no hay nada
particular (en esto para los poetas), sino que también los escritores en prosa
(πεζογράφοι) presentan concisión y vividez. Pero por el arte y por el poeta
vienen, de este modo, no solamente estas cosas, sino simplemente todas las que
pueden percibirse (διαφαίνεται).
A las cosas establecidas anteriormente le hace agregados cuando dice que
a los más sólidos y más grandes de los poemas el poeta inserta esplendor y
dignidad (τὸ πολυτελῶς καὶ ἐμβριθῶς), y no baratijas y liviandad (καὶ μῆ εὐτελῶς
μηδ’ ἐλαφρῶς), y que esto depende de la mano y de la dedicación (πραγματείαν)
del poeta, como si tuviera como material (ὕλην) una espléndida cantidad de
personajes y (VIII) caracteres y una investigación de historias particulares, de
temas (ὑποθέσεων) y de la verdad en ellos y sus cualidades particulares
(ἰδιότητος).
Ahora, yo me pregunto a qué llama los poemas más sólidos y más grandes
(στερεὰ καὶ μείζω) ... cambiar. ¿Y cómo los versos que carecen de vigor discrepan
de los grandilocuentes? ¿Cómo piensa que solamente estos tipos de versos y los
que son regulares (μέσα) necesitan magnificencia? ¿Cómo es que existe incluso
un tema en los poemas regulares o más bien en los sólidos? ¿Y qué tipo es
espléndido y no liviano? Pienso que es preciso suprimir las baratijas y la
liviandad también de esos versos. A partir de esto, ¿por qué, por Zeus, no
podrían ofrecerse relatos particulares y un tema y una verdad y cosas
particulares? ... Entonces, la magnificencia ... la verdad de estas cosas ... en
ficciones (πλάσμασι) ...

2
(IX) ... ¿En qué se diferencia el hecho de que “dependa de la mano y la
dedicación del poeta” (cf. VII. 33-35) del hecho de que “son propias del arte y de
los poetas” (cf. VI. 17-19)? No entiendo cómo puso primero esta (dedicación?,
práctica?, ejecución?) ¿Y qué tenemos que entender por “material”, sobre el que
nos concentramos? De hecho, ... al explicar (?) cuenta historias particulares y un
tema y una verdad. No obstante, no entiendo por qué añade la verdad. ...
(X) ... poetizar... que es necesario que mil ventajas pertenezcan a ... junto a
aquellas ... pero ... de los versos y de los discursos (en prosa) (ποιημάτων καὶ
λόγων). Y los contenidos (τὰ πράγματα) ... Pero acepto completamente el hecho
de que junto con el poetizar bien (εὖ ποιεῖν) está ... del excelente poeta y el hecho
de que aquel que poetiza bien difiere del excelente poeta. Pues alguno puede,
después de tomar una historia inverosímil (ἄλογον μῦθον) y un tema (ὑπόθεσιν),
trabajarlos poéticamente, y algunos poetas así han existido. Pero el poeta
excelente y perfecto es aquel que se considera que hace una elección también de
esos (sc. los contenidos).
Ahora, el que ... como en Homero y en Sófocles ...
(XI) ... Acepto que el que algunos que tocan la flauta no son excelentes
flautistas (αὐλητάς) se corresponde con la afirmación de que el que poetiza bien
es diferente del poeta excelente. Nada hay para criticarle cuando recurre a los
músicos como testigos para decir algo verdadero. Pero cuando afirma que al
hacer esta distinción divide este tema en dos y (XII) que el poetizar mismo (αὐτὸ
τὸ ποιεῖν) no podría tomar una parte menor (que los contenidos?), sino incluso
una mayor, pienso que está diciendo lo mismo que “es más valioso en el arte
poética estar bien compuesto que tener pensamientos ricos” (τοῦ τὰ διανοήματ’
ἔχειν πολυτελῆ).
Ahora bien, de aquellas opiniones registradas por Filomelo, los que
piensan que aquel que tiene el mismo nivel en las historias, en la creación de
otros personajes y en la dicción es el mejor poeta, dicen sin duda lo correcto,
pero no están definiendo (οὐ διορίζουσι) qué es un poeta excelente. Porque uno
podría señalar estas características también como excelencia (ἀρετήν) respecto
del compositor de mimos, del compositor de relatos milagrosos o
probablemente de algún escritor en prosa (συνγραφέως). Pero que la dicción y el
contenido (τὴν λέξιν καὶ τὰ πράγματα) son igualmente necesarios es algo
razonable. Pero Praxífanes dice algo diferente acerca de la excelencia en el libro
I de su Acerca de los poemas: si alguna vez el contenido es ... Y, a su vez, Demetrio
de Bizancio (XIII) escribió otras cosas, ya que afirma que es necesario concebir
primero de manera elegante el bello poema (τὸ καλὸν πόημα) y luego tomar las

3
palabras que no difieran (es decir, que sean apropiadas) de los contenidos que
subyacen (ὑποτεταγμένων), y finalmente componer bellamente la labor de la
dicción (τῆς λέξεως ἐξεργασίαν καλῶς συνκεῖσθαι) ... que se entienda que estas
cosas figuran como centrales entre sus escritos. Pues el hecho de que asuma que
ellas caracterizan al poeta excelente es algo muy insensato. Sin embargo, no está
investigando qué es un poema bello, más aún, ni siquiera qué es lo más
importante de él y qué es lo que debe dejarse de lado, sino que (está
investigando) qué es conveniente que de él esté primero, qué segundo y qué
debe presentar (el poeta) en último lugar; pero esto podría adaptarse
absolutamente a todos (los escritores?). Porque es necesario que estas mismas
cosas se piensen bien (νοηθῆναι καλῶς) y que (el escritor) tome las palabras
adecuadas y que estas sean bien trabajadas (ἐξεργασθῆναι) conforme la dicción.
Por su parte, Neoptólemo parece que desacertadamente separó (οὐκ ὀρθῶς
... χωρίζειν) la composición de la dicción (τὴν σύνθεσιν τῆς λέξεως) de los
pensamientos (τῶν διανοημάτων), (XIV) ya que dice que de ninguna manera ella
es una parte menor o mayor que la otra, como hemos observado. De manera
absurda, Neoptólemo presenta al que posee el arte poética y su capacidad (τὴν
τέχνην καὶ τὴν δύναμιν ἔχοντα τὴν ποιητικὴν) como una especie (εἶδος) de ese arte
junto con el poema y la poiesis. ¿Cómo es esto? Porque tenía que haber llamado
más bien poiesis a las disposiciones (τὰς διαθέσεις), o mejor aún (debería haber
llamado) a los poemas “trabajos” (ἔργα) y a las poieseis como “tejidos” y “poeta”
a la persona que tiene la capacidad y trabaja de acuerdo con ella. Pero si llama
“poético” al trabajo (ἐργασίαν, ejecución), cuando así se llama el arte, entonces él
es un ignorante. Además, da risa que diga que el poeta es una especie (εἶδος) de
esta (= τέχνη ποιητική). Y también es asombroso de su parte que solamente el
tema (τὴν ὐπόθεσιν) sea parte de la poiesis, cuando el poema y todas las cosas en
general son parte de la poiesis. Pues la poiesis es también un poema, como por
ejemplo La Ilíada, pero sus primeros treinta versos son poema y no poiesis.
(XV) Y (es asombroso) que la composición de la dicción pertenezca al
poema y no los pensamientos ... las acciones y la creación de los personajes;
pero si dice que algo ha sido compuesto en el nivel de la dicción, incluso allí,
por Zeus, no es posible que algo haya sido compuesto separado de estos otros.
A mí me parece que componer la acción (συνκεῖσθαι τὴν πρᾶξιν) es algo
particular del componer la dicción (συνκεῖσθαι τὴν λέξιν). Y paso por alto que
estas cosas son parte del poeta, tanto el tema como la composición, porque es
este el que crea todo (ὁ γὰρ πάντα ποιῶν οὗτός ἐστιν). Pero Neoptólemo escribió
tontamente que los temas y los poemas no comparten los errores (τῶν

4
ἁμαρτιῶν) con el poeta. Pues, cuando los poemas y los temas de la poiesis de baja
calidad son malos, lo son porque el poeta se equivoca (ἁμαρτάνοντος τοῦ
ποιητοῦ). Decir que de las (tres) especies (τῶν εἰδῶν) los poemas son los que
están primeros (πρωτεύειν) ... no fue muy agudo de su parte. Si, en efecto, quería
decir que un poema está primero dentro de un orden (ἐν τῆι τάξει), lo dijo de
una manera completamente extraña. Pero si quería decir que es mejor (βέλτιον),
¿cómo es el poema más que la poiesis que también lo ha incluido?

Bibliografía

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5
BIBLIOTECA CLASICA GREDOS

SOBRE EiL ESTILO

'LONGINO '

SOBRE LO SUBLIME

INTRODUCCI~N, T R A D U C C I ~ NY NOTAS DE

m , ' . % r : ~LÓPEZ
cf~

EDITORIIAL GREDOS
Asesor para la sección griega: CARU~SGARC~A
CUAL.

Según las normas de la B.C.G., Ia traduccidn de esta obra


ha sido revisada por CARLOSGAR& GUAL.

O EDITORIAL CREDOS, S. A.
DEMETRIO
Sánchez Pacheco, 81, Madrid. España, 1979.

SOBRE EL ESTILO

Depósito Legal: M. 1077-1979.

ISBN 84-249-3519-5.
Gráficas Cóndor, S. A., Sánchez Pacheco, 81, Madrid, 1979.4835.
cias que inspiran horror. Por ejemplo, cuando describe
a la persona más desagradable, al Cíclope:
A Nadie me lo comeiré el último, a los demás los
primeros 1".

Es el regalo de hospitalidad del Cíclope. Del resto de


CAPITULO 111 su comportamiento nada lo mostró tan horrible: ni
cuando se come a dos de los compañeros de Odiseo, ni
por su puerta de piedra, n.i por su maza, como por esta
broma.
128. El estilo elegante es de expresión graciosa y 131. Jenofonte emplea también estos recursos de
brillante. De las gracias del lenguaje, las unas, las de estilo y por medio de gracias de lenguaje introduce un
los poetas, son más grandes y más solemnes, mientras gran efecto, como el pasaje en el que describe a una
que otras son vulgares y más cómicas, parecidas a bro- bailarina armada: ~Preguritado(un griego) por un pa-
mas, como las de Aristóteles, Sofrón y Lisias. Se decía, flagonio si sus mujeres les acompañaban a la guerra,
por ejemplo, de una anciana que use podrían contar 'Sí', dijo, 'y fueron ellas las que hicieron huir al rey'» 132.
más fácilmente sus dientes que sus dedos* y de un hom- A causa de la gracia, el gran efecto del pasaje es doble:
bre que «se ganó tantos dracmas como azotes mereció por un lado porque no eran mujeres las que les acom-
recibir, IB. Tales agudezas en nada se diferencian de las pañaban, sino las amazonas; por otro, porque el Rey
bromas ni están lejos de la bufonada cómica. era tan débil que fue puesto en fuga por mujeres.
129. Y el verso: 132. Las formas de las gracias de lenguaje son tantas
y de tales características. Las hay que residen en el
Las ninfas juegan con ella y Leto se alegra en su tema, como por ejemplo, 110s jardines de las ninfas, los
corazdn 130 cantos de himeneo, los amores o toda la poesía de Safo.
Y Tales asuntos, aunque sean dichos por Hiponacte 'U, son
y es fdcil de reconocer; pero todas son hermosas graciosos y el tema es alegire por sí mismo. Nadie podría
cantar un himeneo estando irritado, ni cambiaría por
Estas son 'las llamadas gracias solemnes y grandes. medio del estilo al dios del Amor en una Erinis o en
130. Hornero las usa a veces para dar intensidad y un gigante, ni las risas en llanto.
énfasis a la narración. Incluso cuando bromea es más
temible y parece haber sido el primero en inventar gra- 131 Odisea IX 369.
132 Anábasis VI 1, 12-13.
LISIAS, Frs. 1 5 y 275 (Baiter-Sauppe). En la edición de 133 Poeta yámbico de efeso (s. VI a. de C.), inventor del M-
Radermacher se lee Arist6fanes y no Aristóteles entre los escri- metro yámbico llamado escazonte (acojo.) o coliambo, al hacer
tores citados. espondeo (- -) e1 último yambo (, -). Este es un verso satírico y
la Odisea VI 101106 y 108. Descripción d e Nausfcaa. su autor ha sido considerado como el inventor de la parodia.
72 SOBRE EL ESTILO

133. De modo que hay a veces una cierta gracia en temas. Así pues, indicaremos las fuentes por separado.
los temas, pero también el lenguaje puede hacerlos más En primer lugar, las del lenguaje.
graciosos, como en: 137. Precisamente la primera gracia es la que tiene
su origen en la brevedad, cuando el mismo pensamien-
Pues cuando la hija de Pandáreo, la aceitunada to alargado es desagradable, por la rapidez de expre-
golondrina, entona su hermosa canción, al comenzar sión se convierte en algo agradable, como en Jenofonte:
la nueva primavera lM. ((En realidad éste no tiene nada de común con Grecia,
pues yo mismo lo vi con las dos orejas perforadas como
Aquí hay una golondrina, que es un pajarillo delicioso, un lidio; y así eran 1%. La expresión «y así erarP, que se
y la primavera, que es agradable por naturaleza, pero posee cierta gracia por su brevedad; en cambio,
con el lenguaje empleado el pensamiento se embellem si fuera alargada con un mayor número de palabras,
en gran manera y es más amable con términos aplica- por ejemplo: *Lo que decía era verdad, pues el hombre
dos a un pájaro, como uaceitunadan e «hija de Pandá- tenía perforadas evidentemente las orejas,, tendríamos
reo,, que son toques personales del poeta. en lugar de una gracia una desnuda narración.
134. Muchas veces existen también temas poco atraic- 138. Muchas veces se expresan dos pensamientos por
tivos e incluso repulsivos por naturaleza, pero se con- medio de una expresión para producir un cierto encan-
vierten en agradables por obra del escritor. Parece que to, como cuando alguien decía de una amazona dur-
fue Jenofonte el primero en descubrirlo. Tomando una miendo: «su arco yacía puesto en tensión junto a ella
persona tenebrosa y sombría como el persa Aglaitadas y su carcaj lleno, el escudo junto a su cabeza; pero
encontró d medio de hacer esta broma agradable: ulEs ellas no sueltan nunca scis cinturonesn ln. Aquí se habla
más fácil obtener de ti fuego que una sonrisas por una parte de la costumbre sobre el cinturón y por
135. Este es también el tipo de gracia más poderoso otra que ella no se desatt5 el cinturón; dos ideas en una
y el que depende sobre todo del que lo dice. El terna sola expresión. A partir de esta brevedad se consigue
puede ser por naturaleza horrible y hostil a la gracia, una cierta elegancia de estilo.
como en el caso de Aglaitadas, pero el escritor demucrs- 139. Una segunda fuente de la gracia de estilo pro-
tra que, incluso a partir de tales asuntos, es posible cede del orden de palabras. Un mismo pensamiento
bromear, como también lo es sentir frío con el calor colocado al principio o a. la mitad de la frase puede no
y calor con el frío. tener gracia, pero co1oc;ido al final es gracioso, como
136. Ahora, después que han quedado señalados los cuando Jenofonte dice (de Ciro que: uLe da también
tipos de gracias, cuáles son y en qué consisten, vamos presentes: un caballo, uili manto, un collar y la prome-
a señalar las fuentes de donde proceden las graci,as. sa de no saquear su territorio, lB. Entre todos los d e
Para nosotros unas estaban en el lenguaje, otras en Ilos
1% Anábasis 111 1, 31.
Autor desconocido. Cf. RHYS ROBERTS, Demetrius ..., phg. 236
1 3 HOMBRO, Odisea XIX 518-519. En la leyenda griega la go- nota 136, 4. La expresión griega de .desatarse el cinturón~alude
londrina era una joven, hija de Pandáreo, convertida en ave. a la pérdida de la virginidadl.
Ciropedia XI 2, 15. 1 3 Andbasis 1 2, 27.
74 SOBRE EL ESTILO

nes es el último, «la promesa de no saquear su tern- ~ q u el


í encanto está en la palabra atraes*, que se re-
torios, el que tiene cierta gracia, por ser un regalo ex- fiere siempre a la misma persona.
traño y peculiar. Mas la causa de esa gracia en el estilo 142. Muchas otras gracias de estilo se podrían citar.
es su colocación en la frase. Ciertamente habría care- También resultan, por ejemplo, de la elección de pala-
cido de atractivo alguno, si $10hubiera colocado en pri- bras o por la metáfora, como en la descripción de la
mer lugar, diciendo: «Le da presentes: la promesa de cigarra:
no saquear su territorio, un caballo, un manto y un co- Derrama de sus alas unuz sonora canción, cuando
l l a r ~ En
. cambio, él pone primero los presentes usuales ella toca su canto, que vuela sobre la ardiente
y deja para el final el nuevo y desacostumbrado. Por [oscuridad 142.
todo esto se produce la gracia de estilo.
140. Las gracias de estilo que resultan del uso de las, 143. O a través de C...) un nombre compuesto y di-
figuras son obvias y muy numerosas en Safo. Por ejem- tirámbico:
plo, por medio de la repetición 139,cuando la novia le:
dice a su virginidad: Oh Plutón, soberano de negras alas,
haz esto terrible más que las alas.. . 1".
Virginidad, virginidad, ¿adónde, abandonándome, te
has marchado?
Estos juegos de lenguaje son más propios de la comedia
y ella le responde con la misma figura: y de la poesía satírica.
144. O también por una expresión común, como
Nunca más volveré a ti, nunca más volvere la. cuando Aristóteles dice: «cuando más centrado estoy
en mí, tanto más enamorado me siento de los mitos, 14;
Esto posee más encanto que si se hubiera dicho una a través de palabras derivadas, como escribe en el mis-
sola vez y sin la figura. Sin embargo, la repetición par mo pasaje: «Cuanto más solitario y concentrado estoy,
rece haber sido inventada especialmente para dar ener- tanto más enamorado me siento de los mitos». La pala-
gía al estilo. Pero Safo sabe emplear la energía más bra «concentrado» tiene iin carácter más común, pero
apasionada con cierto encanto. la palabra usolitarior, está formada sobre aso lo^.
141. Algunas veces ella consigue efectos graciosos 145. Muchas palabras tienen un encanto, cuando son
con el uso de la anáfora, como cuando habla de la es- aplicadas a una cosa especial. como en: «Este pájaro es
trella vespertina: un adulador y un canallas la. Aquí la gracia viene de
que uno se mofa de un pájaro como si fuera una per-
Oh estrella de la tarde, tú lo traes todo,
dice, tú traes la oveja, tú traes la cabra,
tú traes el hijo a la madreM1. 142 A m o , Fr. 2i3 (Lobel-Page).
-
143 Fragmenta Adespota, 963 (Page). El sentido de la frase es
139 El termino griego es anadfplüsis. oscuro.
144 Fr. 668 (Rose). Cf. el párrafo 97.
140 Fr. 114 (Lobel-Page).
14s Autor desconocido.
141 Fr. 104a (Lobel-Page).
76 SOBRE EL ESTILO

sona y porque se aplican al pájaro nombres desacos- 149. La misma figura se halla en las palabras de
tumbrados. Tales gracias de estilo proceden de las pa- Telémac0: «Dos perros estaban atados delante del patio
labras mismas. y puedo incluso decir sus nombres, pero, ¿qué sacaría
146. También de la comparación surge la gracia, c e yo con decirte sus nombres?~149. Pues éste, cambiando
mo cuando Safo dice de un hombre incomparable: su pensamiento en medio de la frase y callándose los
nombres, hace una bromai.
Sobresaliente, como el cantor de Lesbos entre los 150. Igualmente la cita del verso de otro escritor
[extranjeros l*. puede tener cierto encantol. Aristóteles, en alguna parte,
Pues aquí la comparación más que grandeza produjo mofándose de Zeus, porque no fulmina con el rayo a
gracia, aunque hubiera podido decir sobresaliente como los malvados, dice:
la luna entre los demás astros o como el sol más brillan- Pero derriba su propio templo y 'a Sunion
te, o usar otras comparaciones más poéticas. [promontorio de Atenas' lS0
147. Sofrón emplea también la misma figura, cuando1
dice: Parece en verdad como si no fuera de Zeus de quien se
mofara, sino de Homero y del verso homérico, y esto
Mira, tantas hojas y briznas arrojan los niños sobre hace que el encanto sea rnayor.
los hombres, como dicen, querida amiga, que los 151. Algunas alegonas encierran también cierta chis-
[troyanoi; morrería, como en la frase: aDelfios, vuestra perra lleva
arrojaron con barro sobre Ayante 1". un niño en su vientren lS1,o las palabras de Sofrón sobre
La comparación es graciosa, pues se burla de los tro- los ancianos: «Aquí estoy con vosotros, hombres de ca-
yanos al tratarlos como niños. bellos del mismo color que los míos, dispuesto a hacer-
148. Hay un encanto propio de la poesía de Safa, me a la mar, esperando un viento favorable para la
conseguido por medio de la metabol8. Después de hai- navegación, pues las áncoras para hombres de nuestra
ber dicho algo, lo modifica, como si cambiara su peni- edad son pesadas»'". Y !sus alegorías sobre la mujer,
samiento; por ejemplo: cuando habla de peces, «crustáceos y dulces moluscos,
golosina de las mujeres v i u d a s ~ l Tales
~ ~ . cosas son de
Elevad hacia lo alto el techo, carpinteros, mal gusto y demasiado parecidas al mimo 153.
el esposo avanza semejante a Ares, más
aito que un hombre de elevada estatura 14. Autor desconocido.
150 Nubes 401, parodia de HOMERO, Odisea 111 278.
151 Lyrica Fragmenta Adespota 742-743 (BergV). .Perra. es, en
Ella se interrumpe a sí misma, porque había empleado
griego, un insulto típico = uprostituta, mujer desvergonzada^, con-
una hipérbole imposible y porque ningún hombre es siderándose el perro un símbdo de la desvergüenza. Recuérdese
igual a Ares. el origen de ,los acínicos~.
152 Fr. 52 (Kaibel). Cf. nota 127.
146 Fr. 106 (Lobel-Page). 153 Fr. 24. El mimo es unai especie de pequeña pieza teatral
147 Fr. 32 (Kaibel). Cf. nota 127. en prosa, que trata escenas de! la vida diana. Sofrón fue el autor
148 Fr. 111 (Lobel-Page). de la Antigüedad más famoso por ese tipo de obras. Cf. nota 127.
78 SOBRE EL ESTILO

152. Hay también cierto encanto en lo inesperado, muestra cierto encanto y a la vez son reproches velados.
como cuando el Cíclope dice: 156. En efecto, tantas son las gracias que dependen
El último me comeré a Nadie'". del lenguaje y sus fuentes. En los temas las gracias se
consiguen con el uso de im proverbio, pues por natura-
Pues tal regalo de hospitalidad no lo esperaban ni Odi- leza un proverbio es un tema gracioso. Sofrón, por ejern-
seo ni el lector. Y Aristófanes escribe de Sócrates: plo, dice: uEpioles, que :ya apio16 a su padres y en
Él derritió primero cera y después tomó un compás otro sitio: uPint6 al león a partir de la garra; pulió un
y robd un manto de la palestra '5s cucharón; peló un cominos la. Emplea dos o tres pro-
verbios sucesivamente para que se multipliquen los en-
153. La gracia procede aquí de dos fuentes. No sólo cantos de su estilo. En efecto, casi todos los proverbios
se añade algo inesperado, sino que no tiene relación a.1- existentes se pueden escoger de las obras de Sofrón.
guna con lo que precede. Esta falta de relación se 157. Una fábula introducida a su debido tiempo es
denomina gríphos (adivinanza). Un ejemplo de esto es, muy graciosa, sobre todo la que es sobre un tema co-
en Sofrón, Bulias en su entrada en escena como orador, nocido, como cuando Aristóteles escribe de un águila
pues no dice nada coherente consigo mismo, y otro en que umurió de hambre curvando el pico y que ella su-
el prólogo de Menandro en su obra La mujer de Me- frió esto porque en otro tiempo, siendo hombre, cometió
senia m. injusticia con un huéspecia E1 emplea en verdad una
154. Con frecuencia miembros semejantes producen fábula conocida generalmente.
cierta gracia de estilo, como cuando Aristóteles dice: 158. También podemos formar muchas fábulas apro-
uYo fui desde Atenas a Estagira a causa del Rey, el piadas y convenientes a inuestro tema. Como aquel que
grande, y desde Estagira a Atenas a causa de una tor- hablando del gato dice que C...] el gato mengua y en-
menta grandes m. Al terminar los dos miembros con la gorda con la luna y luego añade de su invención que:
misma palabra consigue un cierto encanto. Si quitias .de ahí la fábula de que la luna engendró al gatos 1". La
en el segundo de los miembros la palabra ugrande:~, gracia no estará sólo en la invención, sino que la fábula
desaparecerá también la gracia. por sí misma muestra cierta gracia al hacer al gato hijo
155. Algunas veces reproches velados son semejantes de la luna.
a las gracias de estilo. Por ejemplo, en Jenofonte l", H[e- 159. Muchas veces tarnbién la gracia en el estilo re-
raclides, que se aproxima a cada uno de los comensales sulta de una confusi6n por miedo, como cuando uno
y le persuade para que dé a Seutes lo que pueda. Esto siente miedo sin motivo hacia una correa por confun-
dirla con una serpiente, o la boca de un horno con un
HOMERO, Odisea IX 369.
Nubes 149 y 178479.
155
Cf. SOFR~N, Fr. 109 (Kaibel), y MENANDRO, Fr. 268 (Koerte). m Fr. 68 (Kaibel). El sentido es oscuro.
160 Fr. 110 (Kaibel). El sentido es describir una situación ente-
Fr. 669 (Rose). Cf. parrafo 29 nota. Aquí hemos colocado
el adjetivo agrande. al final por la referencia concreta a esta ra a partir de detalles o circunstancias pequeñas.
161 Historia de los animales IX 619a16.
circunstancia en el texto griego. Somos conscientes, no obstante,
162 Autor desconocido. Cf. lntroduccidn: El autor y la fecha de
que la cadencia y constmcción en castellano no son las usuales.
1 9 Anábasis VI1 3, 15 SS. composición.
80 SOBRE EL ESTILO

abismo en la tierra. Tales situaciones son más bien pro- cosas pueden ser tan diferentes como Tersites lo es
pias de la comedia. de Eros la.
160. También las comparaciones son graciosas, como 164. Se diferencian también por el léxico. Pues lo
si tú comparas un gallo a un persa porque éste lleva se acompaña de (adorno y palabras bellas, que
turbante empinado; y a un rey por el color purpúreo de son las que, sobre todo, piroducen el encanto. Por ejem-
su ropa o porque nosotros saltamos, cuando canta el plo: .La tierra de abundantes coronas se llena de co-
gallo, como si hubiera gritado el Rey y sentimos miedo. lores» l~ y aquello de «golondrina aceitunada* 170. Lo ri-
161. Las gracias en la comedia surgen del empleo de dículo emplea palabras vulgares y comunes, como en
las hipérboles. Cada hipérbole es algo imposible, así la frase: «cuanto más solitario y concentrado estoy, tan-
Aristófanes dice de la voracidad de los persas que: «Asa- to más enamorado me siento de los mitos» 17'.
ban bueyes al horno en lugar de pan* lW. Y otro escri- 165. Además, lo ridículo se desvanece con el adorno
tor escribe de los tracios que: aMedoces, su rey, llevaba del estilo y en lugar de producir risa produce asombro.
un buey entero en su mandíbula, 1". No obstante, se deben emplear las gracias de estilo con
162. De la misma clase son frases como: «más sano moderación. El adornar lo ridículo con la expresión es
que una calabaza*, «más calvo que un cielo sin nubes» como hermosear un mono.
y las de Safo: 166. Por eso Safo, cuando canta a la belleza, lo hace
con palabras bellas y dulces. También cuando canta al
sus cantos eran más dulces que los sones amor, a la primavera y al martin pescador. Cada pala-
de un arpa lidia, más dorados que el oro '&. bra bella está bordada en su poesía y algunas palabras
las creó ella persona1ment.e.
El encanto de todas estas expresiones [diferentes como 167. De forma diferente se mofa del novio rústico
son unas de las otras] se encuentra en el uso de la hi- y del portero en la boda. Entonces emplea expresiones
pérbole. más vulgares y palabras rnás de la prosa que poéticas,
163. Lo ridículo y lo gracioso son diferentes, en pri- de tal modo que estos poemas suyos son más para ser
mer lugar, por su temática. Temática de lo gracioso son hablados que cantados. No se adaptan a la danza o a la
los jardines, las ninfas, los amores, que no producen lira, a no ser que existiera un coro conversacional.
risa. Ridículos son Iro y Tersites 167. En realidad ambas 168. Sobre todo, ambos tipos de estilo se diferencian
en su intención, pues no son iguales los propósitos del
escritor gracioso y del bromista, sino que el uno quiere
16.i Aves 486-487 y 490.
ARIST~FANES, alegramos, mientras el otro hacernos reír. Y nuestras
la Acarnienses 8586. reacciones son diferentes: risa en un caso y elogio en
165 Autor desconocido. el otro.
166 S O F R ~ N ,Fr. 108 y 34 (Kaibel), y Smo, Fr. 156 (Page).
167 Iro, mendigo en H O M ~ O ,
Odisea XVIII 5, etc., y Tersites, 168 Dios del amor en la mil.ologia griega.
un soldado deforme, bizco y cojo, del ejército de los aqueos, 169 Fragmenta Adespota 964 (Page).
que se atreve a insultar a Agamenón, hasta que Odiseo le da un 170 HOMERO, Odisea XIX 518. Cf. el piírrafo 133.
golpe y lo calla, en Ilíada 11 212 SS. 171 Fr. 668 (Rose). Cf. el piírrafo 144.
ARIST~TELES,
82 SOBRE EL ESTILO

169. También por los lugares donde se dan son di- cienes como: «Una klEma2'ís egipcian significa un hom-
ferentes. Pues también allí, en el drama satírico y en la bre grande y negro, y «carnero de mar» un estúpido en
comedia, se dan juntas las artes de la risa y de la gracia. el mar '". Se pueden usar e:xpresiones de este tipo, pero,
La tragedia acepta con frecuencia las gracias de estilo, si no podemos quedamos en eso, deberemos de huir de
pero la risa es su enemigo. Uno no podría imaginar una las burlas como si fueran ultrajes.
tragedia que nos hiciera reír, puesto que escribiría un 173. Las palabras que llamamos hermosas contribu-
drama satírico en lugar de una tragedia. yen también a un estilo gracioso. Teofrasto las define
170. A veces, personas sensatas usan las bromas en así: «La belleza de una palabra es lo que agrada al oído
momentos oportunos, como en las fiestas y los banque- o al ojo o lo que es apreciado por el pensamientos lT6.
tes, así como para increpar a los hombres de vida fácil. 174. Son expresiones agradables a la vista: «de color
Como: «El saco de harina que brilla de lejos, 172,la PO(> rosa*, «de piel fresca como las flores». Todo lo que es
sía de Crates '73 y «el elogio de la sopa de lentejasu, que agradable de ver, es también bello al pronunciarlo. Agra-
uno puede Ieer en una reunión de personas de vida li- dables al oído son nombres como: Kallístratos y An-
cenciosa. Tal es el carácter en su mayoría de los Cínicos. n d n , pues el choque de Ila doble «ln es sonoro y tam-
Tales bromas hacen el papel de máximas y de pro- bién el de las dos un».
verbios. 175. Y, en general, por eufonía los escritores áticos
171. Una indicación del carácter de una persona son añaden una « m diciendo DemosthtnZn y Sókrátt?n17h.
sus chistes; éstos pueden indicar falta de seriedad o 1,i- Hay palabras que por su pensamiento son más aprecia-
bertinaje. Como uno que ofrecía el vino que había sidlo das, como archáioi (antiguos) que es más noble que
derramado en tierra con las palabras: uPeleo en lugar palaiói (viejos), ya que la palabra archáioi es más apre-
de Eneon 174,pues la antítesis sobre los nombres propios ciada.
y premeditación denuncian una frialdad de carácter y 176. Entre los músicos se dice que una palabra es
una mala educación. asuaven, «áspera», «bien proporcionadau o «enfática,.
172. En las burlas hay una cierta comparación, pues Una palabra suave está compuesta s610 o principalmente
la antítesis es ingeniosa. Se pueden emplear compara-

INNES,Ancient ..., pág. i04 nota, toma el término griego 175 INNES, Ancient ..., pág. 204, explica así estas expresiones,
tefaugds (que brilla de lejos) como nombre propio y dice: (Te- después de considerar el texto como corrupto: d a klErnatís es
lauges) un asceta pitagórico, contemporáneo de Sócrates, del que una planta alta y los egipcios negros, de ahí el hombre grande
se burlaba Esquines de Esfetom. Cf. párrafo 291 nota. También y negro. La oveja es un animal proverbialmente tonto, de ahí
RA~ERMACH~R en su edición toma aquí a Telauges como nombre que este hombre sea tonto como una oveja, cuando 61 está en el
propio. mar. Las budas son inteligentes, pues en realidad se trata de
173 Filósofo (365-285 a. de C.), que tras su llegada a Atenas una klEmatís egipcia, no de una planta, y de un pez llamado
fue convertido al cinismo por Di6genes de Sinope. Entre sus una oveja..
parodias de los poemas antiguos se incluye un elogio de la 176 En su obra Perí féxeos.
sopa de lentejas, la dieta del pobre. Cf. Fr. 89, 92 (Nauckz). 1 7 h El acusativo normal de estos nombres acaba en -E. La -n
174 LOS nombres de estos dos famosos hdroes están formados final, aquí considerada eufónica, es analógica del acusativo de
sobre las palabras pWds (barro, fango) y dinos (vino). otras declinaciones.
84 SOBRE EL ESTILO

de vocales, por ejemplo: Aias. Bébroke ln es una pala- de tal placer penetrarh en nosotros sin darnos cuenta.
bra áspera y su misma aspereza es debida a que su so- Este tipo de composición se halla sobre todo en los
nido imita la acción que expresa. Una palabra es bien peripatéticos, en Platón, llenofonte y Heródoto; quizá
proporcionada, cuando participa de los dos caracteres también con frecuencia en Demóstenes, sin embargo
y mezcla por igual las letras. Tucídides lo evita.
177. El énfasis de una palabra es debido a tres cua- 182. Como ejemplos de esto se podrían tomar los
lidades: a la amplitud de su pronunciación, a la longi- siguientes; Dicearco, por ejemplo, dice: «En Elea de
tud de sus sílabas y a su forma. Brontd 178 por brontir Italia, siendo ya un hombre anciano de edad avanza-
puede ser un ejemplo. Su aspereza la debe a la primera da» 179, en donde las finales de los dos miembros poseen
sílaba y su longitud a la segunda por la vocal larga; la una cierta cadencia mdtrica, pero permanece oculta a
amplitud por ser un dorismo, pues los dorios acostum- causa de la estrecha unión de las palabras, y así se pro-
bran a abrir las vocales. Por esto las comedias no sle duce un gran placer.
escriben en dorio, sino en un ático agudo. El dialecto 183. La elegancia
- de Platón se debe muchas veces al
ático tiene cierto carácter terso y popular y por eso es ritmo, que se alarga en cierto sentido y que no tiene
apropiado a tales bromas. base ni amplitud fijas. La primera hace al estilo senci-
178. Todas estas cosas han de ser discutidas unas llo y vigoroso y la segundla elevado. Sus miembros pa-
junto a otras en otra ocasión. De las palabras mencio- recen que resbalan unos sobre otros, sin ser absoluta-
nadas sólo las suaves deben ser empleadas por poseer mente métricos ni no métricos, como, por ejemplo, en - -

cierta elegancia. el pasaje sobre la música, cuando dice: «Decíamos hace


179. El estilo elegante se deriva también de la coni- un momento, 1".
posición, aunque no es fácil hablar de este estilo. Pues 184. Y de nuevo: tarareando sones y deleitándose
ninguno de los escritores anteriores ha hablado de la en la canción pasa su vida enteras la, y -después: «En
composición elegante, sin embargo, yo voy a tratar de primer lugar, si tuviera uin síntoma de cólera como el
hacerlo lo mejor que pueda. acero lo ablandarían Así la expresión es claramente
180. En verdad, cierto placer y gracia se producen elegante y suena a canción. Pero si cambiando el orden
si construimos nuestra composición con metros ent'e- dijeras: uLo ablandaria como el acero, o «él pasa en-
ros o medios. Desde luego, no de forma que los metros tera la vida^, privarías al. pasaje de su gracia, que re-
sean aparentes cuando las palabras estén unidas, sino
179 Fr. 33 (Müller). El texto griego es: En Eiéai tZs Ztalías,
que, si uno divide la frase en partes, y las analiza, sólo
presMtitln CdL ten hélikían dnta. Dicearco, griego de Mesana, fue
entonces podamos descubrir por nosotros mismos que un penpatético, discípulo de Aristóteles y contemporáneo de Teo-
son metros. frasto (s. IV-111 a. de C.).
181. E incluso si hay sólo una simple cadencia mé- 1" República 111 411 A.
181 República 111 411 B. S1510 en el original griego se puede
trica tendremos el mismo efecto agradable. La gracia
apreciar el ritmo del que nos habla el autor. En el primer ejem-
plo hay 16 sílabas breves y 10 largas mezcladas, siendo las cuatro
177 Devorado. últimas breves (ton btUn h6Mn). Si se pone h616n ton bton se
178 Trueno. cambia también el ritmo.
86 SOBRE EL ESTILO

side únicamente en el ritmo y no en el pensamiento ni 189. La composición es afectada cuando es anapésti-


en el léxico. ca y parecida sobre todo a medidas métricas quebra-
185. Platón emplea de nuevo un ritmo delicioso, cuan- das y poco dignas, como son por su carácter blando los
do habla de los instrumentos musicales: uTe queda la sotadeos, por ejemplo: ~Habiéndotesecado con calor,
lira en la ciudad. 1". Si cambiando el orden dijeras: uen cúbrete» y
la ciudad te queda la lira*, harías lo mismo que si cam-
Agitando la lanza de fresno del monte Pelión en
biaras el ritmo. Y añade: «Y por el contrario, para los
su hombro derecho 186,
pastores en los campos habría una especie de siringa» la2.
A causa, pues, del alargamiento y de la amplitud de las
sílabas, ha imitado en cierto modo muy graciosamente en lugar de
el sonido de una siringa. Esto será obvio a uno que diga. Agitando del monte Pelión la lanza de fresno en
la frase, después de cambiar el orden de las palabras. su hombro derecho'".
186. En relación con la elegancia en la composicióni
baste con lo expuesto, pues el tema es difícil. Se ha1 El verso cambiado, cuánto se parece a aquellos hombres
tratado de las características del estilo elegante, eri que según los escritores de fábulas fueron transforma-
dónde y cómo se origina. Y así como junto al estilo so- dos en mujeres. Todo esto sobre el estilo afectado.
lemne se encuentra el frío, del mismo modo junto al
estilo elegante se halla el contrario, y a él le doy el
s El metro anapéstico en griego en su forma bisica (, ,-
nombre común de «afectado.. Este, como todos los de-
más, se da en tres sitios.
-
1
, -) tiene dos largas que pueden ser sustituidas por dos bre-
ves y las cuatro breves por (dos largas (= ;;=). Cf., por
187. En el pensamiento, como cuando uno dice: «El ejemplo, D. K O R ~ ~ I E WGriechische
~KI, ..., págs. 87-100.
Centauro cabalgando sobre sí mismo* ls3, y cuando unal, 186 S ~ ~ A DFr.
E S17
, (Powell) y Fr. 4a (Powell). Sótades vivió en
al oír que Alejandro quería participar en las carreras la época de Tdomeo Filadelfo. El uso del término sotadeo para
indicar un ritmo débil y afectado es probablemente de época
de Olimpia, dijo: ~Alefandro,corre a lo largo del nomi- tardía. En griego dicen así los dos frs.: Ske1i.s kdumütI kálYps6n
bre de tu madres (es decir, Olimpiade). y sdi& mZlh5n PEnddÜ d w b n kat'dMn. que corresponde al ver-
188. Se podría dar también en las palabras, como: so de la cita siguiente con el cambio de lugar de las palabras
«Reía en algún lugar la rosa de dulce color» lm. La me- melíen y dexidn.
"1 HOMERO,Zlíada XXII 133. El texto griego es: s¿!iCn PEiIldü
táfora «reían no es en absoluto apropiada y, ni siquiera rnZltln k¿ítá dLxión &non.
en poesía, un hombre en su sano juicio podría usar un
compuesto como ude dulce color. (hZdjchroon); o como
dijo uno: «el pino silbaba con las suaves brisas, la4. De
esta forma en relación con el léxico.

182 República 111 399 D. Cf. nota 181.


1s Autores desconocidos.
Autores desconocidos.
100 SOBRE EL ESTILO

tan cruel no debían haber sido descritos con término:;


como «en cierto modo» y «molestaba», sino con pala-
bras grandilocuentes y apropiadas al asunto.
238. En la composición la aridez se produce cuando
se emplean con frecuencia frases breves (kómmata), co-
mo en Pos Aforismos: «La vida es breve, el arte largo,
la oportunidad pasajera, la experiencia engañosa»w1. CAPITULO V
O cuando en relación con un asunto importante se in-
terrumpe el miembro y no se completa. Por ejempla~,
alguien, al acusar a Arístides, porque no estuvo presente
en la batalla de Salamina, dijo: «Pero Deméter llegó sin
ser llamada y luchó a nuestro lado, pero Arístides non m'. 240. En relación con el estilo vigoroso es claro, por
Aquí el corte brusco es inapropiado e inoportuno. Tales lo demás, por lo que se ha dicho anteriormente, que
cortes bruscos deben ser empleados en otros contextos,. este estilo, como los estilos descritos anteriormente, tie-
239. Sin embargo, el pensamiento es con frecuenciia ne un triple origen. Hay asuntos que por sí mismos son
en sí mismo frío o como lo llamamos ahora «afectado,, vigorosos, de tal forma que los que hacen uso de ellos
mientras que la composición es cortante y trata de ocull- parecen vigorosos, aunque no hablen vigorosamente. Por
tar la audacia del pensamiento. Alguien dice, por ejemi- ejemplo Teopompom describe a las tocadoras de flau-
plo, de uno que abraza a su esposa muerta: «Él no abrai- tas en el Pireo, los burdeles, los flautistas, cantadores
za ya a la mujern El sentido lo puede ver incluso uin y danzantes, y al emplear todas estas palabras que son
ciego, se dice, pero la composición acortada de la fras'e vigorosas parece vigoroso, aunque se exprese pobre-
oculta en cierta manera la audacia del tema y produce mente.
lo que ahora llamamos «aridez afectadan, que está for- 241. En relación con la composición este estilo sur-
mada por dos males, por la afectación del tema y por giría, en primer lugar, si se sustituyeran los miembros
la aridez de la composición. por frases cortas. La extensión destruye la fuerza, mien-
tras que la expresión es rnás vigorosa, si se manifiesta
mucho en pocas palabras.. Un ejemplo de esto lo tene-
m HIP~CRATES, Aforismos. Cf. el párrafo 4. Los términos grie-
gos para &ases breves. y amiembroa son kdmmata y kdlon. mos en la respuesta de los lacedernonios a Filipo: «Dio-
m Autor desconocido. nisio en Corinton 233. Si hubiera alargado el pensamien-
2 1 HIP~CRATES,Aforismos. CE. el párrafo 4. El término griego to, diciendo: ~Dionisio,halbiendo sido desposeido de su
se emplea para la unidn carnal entre el marido y la mujer. poder, vive pobremente en Corinto trabajando como
maestro de escuela», hubiera resultado casi un relato,
más que un reproche.

212 Fr. 320 (Mülier).


CE. la nota 12.
102 SOBRE EL ESTILO

242. También en otras circunstancias los lacedemo. 247. Las antítesis y los paralelismos en los períodos
nios por naturaleza se expresaban con brevedad. La bre- deben ser evitados, pues producen un estilo pomposo
vedad es más enérgica y autoritaria, mientras que el no vigoroso e incluso, coi1 frecuencia, frío en lugar de
hablar extensamente es propio de la petición y la sú- vigoroso. Por ejemplo, Teopompo, hablando contra los
plica. amigos de Filipo, deshizo todo el vigor de su invectiva
243. Por este motivo las expresiones simbólicas po- con la antítesis siguiente: «Siendo asesinos por natura-
seen fuerza por su analogía con las formas concisas del leza, eran libertinos en sus costumbres»z7. El oyente,
lenguaje. A través de una breve alocución se debe adi- al fijar su atención en la excesiva elaboración o, más
vinar la mayor parte del significado, como a través de bien, en el amaneramiento de lo que se dice, se olvida
los símbolos. Así el dicho: «Las cigarras os cantarán de toda indignación.
desde la tierra» ", es más enérgico expresado así alegó- 248. Muchas veces, sin embargo, nos veremos como
ricamente que si hubiera dicho simplemente: «Vuestros obligados, por la misma ]naturaleza de los temas trata-
árboles serán cortados». dos, a componer con precisión, pero también con ener-
244. Es necesario que los períodos estén unidos al gía, como en el pasaje de Demóstenes: del mismo mo-
final. El estilo periódico es vigoroso, mientras que la do que si alguno de aquilllos hubiera sido condenado,
estructura suelta es más sencilla y señal de un carácter tú no habrías propuesto este decreto, así, si tú eres
ingenuo, como todo el estilo antiguo. Los antiguos son condenado ahora, otro no lo propondrán 238. Pues el tema
sencillos. en sí mismo y el orden de palabras exigían claramente
245. De todo ello se deduce que en el estilo vigoroso la composición que crece naturalmente con ellos. Y ni
se deben evitar las formas arcaicas, tanto del carácter con la violencia hubiera podido construir fácilmente
como del ritmo y refugiarse especialmente en el estilo la frase de otra forma. En muchos temas componemos
vigoroso que ahora está en boga. En los miembros, cal- como los que van corriendo cuesta abajo arrastrados
dencias tales como: «Me he comprometido para defeni- por los mismos temas.
der lo mejor que yo pueda a estos clientes» 235, tienen 249. También contribuye a producir vigor el colocar
mucho del ritmo que he mencionado. al final lo más enérgico, ya que, si se coloca en medio,
246. Incluso la violencia origina un cierto vigor en se desvanece como en el ejemplo de Antístenes: «Pues
la composición. Pues con frecuencia la aspereza en el apenas causará dolor un1 hombre levantándose de un
sonido es también vigorosa, como los caminos ásperos. lecho de ramas secasnm. Si un escritor lo cambiara de
Un ejemplo de esto son las palabras de Demóstenes:
UOSpriva a vosotros del derecho a concederla»236. 237 Fr. 249 (Müller). Cf. el párrafo 27.
Contra Aristdcrates 99. Cf. d párrafo 31.
239 Fr. 67 (ed. de F. W. A. IMULLACH, Fragmenta Philosophorum
Cf. la nota 101. Graecorum, París, 1860-81).Anitfstenes de Atenas (455360 a. de C.)
215 Cf. las notas 13, 16 y 23. El ritmo de la frase en griego eis seguidor de Sócrates y probable fundador de la secta chica. In-
el siguiente: - ,,- ,- - - ,- - ,- ,,- fluy6 posiblemente en Diógenes de Sinope y en los Estoicos. .Un
236 DKM~SIENES, Contra Leptines 1: En griego: m á s to doúnrzi hombre...S seria igual a así e!$de origen humilde.. Cf. DURASSIER,
hymín exéinai. Demetrius ..., pAg. 105.
104 SOBRE EL ESTILO

este modo: pues apenas, levantándose de un lecho de 255. En algunas ocasiones la cacofonía produce vi-
ramas secas, un hombre causará dolor», diciendo lo gor, especialmente si el tema tratado lo requiere, como
mismo, nadie creerá que dice lo mismo. en el verso homérico:
250. Y la antítesis, a la que me he referido en el Los troyanos se estremecieron, cuando vieron la
caso de Teopompo, ni era apropiada incluso en Demós- [retorcida serpiente 243.
tenes, donde se dice: «Tú iniciabas en los misterios, yo
era iniciado; tú enseñabas, yo iba a clase; tú eras actor Hubiera podido salvar el verso, a la vez que lo cons-
de tercer orden, yo era espectador; tú eras silbado, yo truía más eufónicamente, así:
silbaba8 2 a . A través de un elaborado paralelismo pro-
duce más la impresión de estar bromeando que de estar 'Los troyanos se estremecieron, cuando la retorcida
indignado. [serpiente vieron,
251. A un estilo vigoroso le conviene una serie inin-
terrumpida de períodos, aunque no sea apropiada a pero así ni el que habla ni la misma serpiente hubieran
otros estilos. Colocados unos a continuación de otros podido causar una impresión tan grande.
se parecerán a líneas de versos recitados unos detrás 256. Siguiendo este ejemplo, podemos aventurar
de los otros y esto a una medida vigorosa, como los otros cambios experimentales parecidos, como: égrap
coliambos "l. sen un (hubiera escrito) en vez de pánta an égrapsen,
252. Sin embargo, los períodos serán a la vez fre- paregéneto ouchí en lugar de ou paregéneto (no se pre-
cuentes y cortos, quiero decir de dos miembros, ya que sentó).
periodos de muchos miembros darían un pasaje bello, 257. Y terminarenos algunas veces la frase con las
pero no vigoroso. conjunciones de o te, a pesar de que se nos enseña a
253. Del mismo modo la brevedad de expresión es huir de tales terminaciones. Pero en muchas ocasiones
útil en este estilo, de forma que el guardar silencio será tales finales serán útiles, como en la frase: UNOlo ala-
muchas veces más impresionante. Por ejemplo, Demós- bó, aunque se lo merecía, sino que lo insultómu4. O co-
tenes dice: ayo podría por mi parte ... pero no quiero rno en: uEsceno por una parte (te), Escolo por la otra
decir nada ofensivo, mas éste me acusa desde una po- En Homero, la grandeza de estilo lo producía
sición ventajosas 242. El silencio del orador aquí es más el terminar con conjunciones.
fuerte que cualquier réplica que hubiera podido hacer. 258. Algunas veces se conseguiría también un estilo
254. Y, por los dioses, C...] posiblemente también la vigoroso, si uno se expresara así: uEl destruyó con su
oscuridad produce con frecuencia vigor, pues una idea
sugerida es más impresionante, mientras que no se hace
243 HOMERO, Zlíada X I I 208. En griego el primer verso termina
caso alguno a aquello que se manifiesta llanamente.
fd6n aibMn 6phin y el segundo oph'ln aiolon éid¿án,lo demás es
igual.
240 Sobre la corona 265. 2« En griego la frase termina con una partícula así: Ztírnase
"1 Cf. nota 133. de. Se trata de un autor desc:onocido.
242 Sobre la corona 3. 245 HOMERO, Ilfada 11 497.
106 SOBRE EL ESTILO

insensatez y su impiedad lo santo y lo sagrado»%. En soy tu igual en eso». Causa risa la naturalidad del len-
general, la suavidad y eufonía son propias más bien de guaje, pero el énfasis ocu.lto es vigoroso. Se puede decir,
un estilo elegante y no de un estilo vigoroso. Y estos en general, que toda for~nade discurso cínico recuerda
estilos parecen los más opuestos entre sí. a un perro dispuesto a :morder, inclirso mientras hace
259. Sin embargo, ocurre con frecuencia que por una fiestas.
broma que se añade se produce la apariencia de un 262. Este método lo usarán también a veces los ora-
cierto vigor, como sucede en las comedias; y todo el dores, y en realidad lo h.an usado ya en el pasado. Así,
estilo de los Cínicos es de esta clase. Las palabras de Lisias, cuando dice al amante de una vieja: «Era más
Crates son un ejemplo: fácil contar sus dientes que sus dedos»a9. Con lo que
describió a la vieja de 1.a forma más repulsiva y a la
Hay una tierra, Pera, e n medio del oscuro h u m o 247. vez más ridícula. Y Homero en su frase ya citada:
260. Está también el dicho de Diógenesm en Olim- A Nadie yo m e f o comeré el último250.
pia, cuando al final de una carrera de hoplitas, corrien-.
do se proclamó a sí mismo vencedor de los juegos olím.. 263. Vamos a hablar seguidamente de cómo se con-
picos sobre todos los hombres por su virtud intachable.. sigue un estilo vigoroso con las figuras. En primer lu-
Estas palabras producen a la vez risa y admiración, y gar con las figuras de pensamiento, por ejemplo, con
lo que se dice es a la vez ligeramente mordaz. la figura llamada «omisión»: «Yo paso por alto Olinto,
261. Así lo son sus palabras a un hermoso joven.. Metone y Apolonia y las treinta y dos ciudades de Tra-
Pues mientras luchaba con él, Diógenes 24a adoptó de cia» 251. En estas palabras el orador ha dicho todas las
improviso una posición indecorosa y el muchacho se: cosas que quería, mientras que afirma que las ha pa-
asustó y se apartó: «Ten valor, mi querido niño, yo nal sado por alto, como si tuviera que decir otras más
importantes.
264. La figura aposidpZsis, ya mencionada anterior-
Autor desconocido. En griego se repite cuatro veces la par. mente, que tiene el mismo carácter, hará la expresión
ticda te. más vigorosa.
247 La poética descripción del país utópico de Pera, paraíso
265. Para producir vigor en el estilo se puede em-
cínico (cf. DI&. LAERCIO, VI, 85). empieza con este verso en el
que Crates parodia el verso de Homero citado en el párrafo 113. plear la figura de pensamiento llamada «prosopopeya»,
Allí se trataba, como se recordará, de la isla de Creta. El sig- como en: «Imaginaos que vuestros antepasados os hi-
nificado de la palabra Pera (.alforjas) y la parodia cooperan a cieran estos reproches y os dijeran estas cosas, o la
la comicidad del pasaje. Hélade o la ciudad donde nacisteis, tomando la figura
248 Cf. las notas 173 y 239. Diógenes de Sinope ( m 3 2 5 a. de C.).
Fundador de la secta cínica y que vivía en un barril. Los datos
de una mujer» m.
en torno a su vida son dudosos, ya que poco después de su 249 Fr. 1 5 (Baiter-Sauppe). Cf. el párrafo 128.
muerte se convirtió en un personaje de leyenda, de novelas
pedagógicas y de diálogos satíricos. Discípulo suyo fue Crates. HOMERO, Odisea 1X 3ó9. Cf. el párrafo 130.
251 DEM~STENES, Filfpicas 111 26.
Según GRUBE,A Greek ..., phg. 119 nota 261, probablemente trae
táutZi haya de entenderse kérkoi, membrum virile. 252 Autor desconocido.
108 SOBRE EL ESTILO

266. Como Platón en su oración fúnebre: «iOh niños, 270. Podríamos emplmear también la figura llamada
que sois de padres nobles!* *3. Él no habla en nombre .clímax». Un ejemplo de la misma lo tenemos en De-
propio, sino en el de sus padres. Por la personificación móstenes: «Y no dije esas cosas y después no hice la
el pasaje se muestra mucho más enérgico y vehemente, propuesta; ni hice una propuesta y no tomé parte en
más aún, se hace sencillamente dramático. la embajada; ni formé parte de la embajada y fracasé
267. Las formas y las figuras de pensamiento, por en el intento de conven.cer a los tebanosmm. La frase
ello, se han de emplear en la forma que se ha dicho. se parece un poco al que va subiendo cada vez más
Todos los ejemplos que hemos citado pueden servir alto. Si uno la escribiera así: «Habiendo expresado mis
de ilustración. Las figuras del lenguaje cuanto más há-, puntos de vista y propuesto una resolución, tomé parte
bilmente sean elegidas tanto más vigoroso harán el dis-, en Ia embajada y convencí a los tebanosn, sólo habría
curso. Así, con la repetición: «Tebas, Tebas, la ciudad. hecho una exposición de los hechos, pero ésta carece-
vecina, ha sido arrancada de la mitad de Grecia»". ría de fuerza.
La repetición del nombre (Tebas) da más energía al. 271. En resumen, las figuras del lenguaje, sobre todo
pasaje. la falta de conjunciones, ayudan al orador a la actua-
268. Lo mismo se puede decir de la figura llamada1 ción y al debate, esto es, le proporcionan vigor. En
«anáfora»: «Contra ti mismo lo llamas, contra las le.. relación con ambas figuras baste lo que hemos dicho.
yes lo llamas, contra la democracia 10 Ilamasnm. Aquji 272. En este estilo vigoroso empléese el mismo léxi-
la figura en cuestión es triple. Como se ha dicho es; co que en el estilo elevado, naturalmente no con el
«epanáfora» por la repetición de la misma palabra al mismo fin. El uso de metáforas puede producir vehe-
principio de cada frase y «asíndeton» por la falta de: mencia, como en el ejernplo: «Pitón, que insolente des-
conjunciones y homoiotéleuton por el final repetido «lo bordaba sobre vosotros un torrente enorme de elo-
llamasn. El vigor en el estilo procede de la acumula,. cuencia~m.
ción de las tres figuras. Si escribiéramos así: «Contra 273. Y hablando con símiles, como la frase de De-
ti mismo, las leyes y la democracia lo llamas,, se per- móstenes: «Este decreto hizo que se alejara, como una
dería tambidn junto con las figuras el vigor del estilo. nube, el peligro que entonces se cernía sobre la
269. Se debe saber que más que ninguna otra figura ciudad* Z9.
el asíndeton produce vigor en el estilo. Por ejemplo:: 274. Las comparacioines no son apropiadas al estilo
«Pasa a través del mercado, hinchando sus mejillas, ar- vigoroso por su longitud. Por ejemplo: «Como un perro
queando sus cejas, caminando con el mismo paso que de raza, pero inexperto, se lanza temerariamente sobre
PitoclesnZs6.Si unes estas frases con conjunciones, el
efecto será más suave.
Sobre la corona 179.
m DEM~STENES,
Sobre la corona 136. Cf. el parrafo 80. Tam-
253 Mentxeno 246 D. poco en el ongind griego es igml el ejemplo en los dos párrafos.
m E~QUINES, Contra Ctesifonte 133. Cf. nota 203. Demetno sigue citando de memoria, al parecer.
m Ibidem, 202. 259 Sobre la corona 188. El ritmo de esta frase sirve como
2% De
DEM~STENES, f a falsa embajada 442. ejemplo tambidn en Sobre lo sublime 39, 4 .
110 SOBRE EL ESTILO

un jabalí» 260. Hay en estas palabras belleza y perfección, acusamos a alguien. Así la acusación primera contra
pero el estilo vigoroso exige algo impetuoso y conciso Esquines y la segunda co:ntra Filipo.
y se parece a luchadores que se golpean de cerca. 279. El estilo vigoroso también se consigue si, al
275. También las palabras compuestas producen un hablar, hacemos preguntas a los oyentes sin resolverlas
estilo vigoroso, como se ve en el lenguaje corriente, que nosotros: apero, cuando aquél se anexionaba Eubea y
las forma, muchas veces, dotándolas de vigor. Por ejem- la preparaba como una base de ataque contra el Atica,
plo: ten chamaitipen (golpeada sobre el suelo, prostitu- al hacer estas cosas, ¿cometía injusticia y violaba la
ta), ton parapléga (atacado de demencia) y otras pala- paz o no?, 263. El orador coloca en una situación apura-
bras parecidas. En los oradores se pueden encontrar da al oyente, que se parece a uno que es puesto a prue-
muchos ejemplos iguales. ba y no puede contestar. Si, cambiando la frase, dijera:
276. Nos debemos esforzar en emplear palabras apro- acometía injusticia y violaba la paz» se parecería a uno
piadas a los temas. Así, de un hombre que ha obrado que está dando una información clara y no a uno que
con violencia y sin escrúpulos diremos que «se abrió está haciendo una acusación.
camino a la fuerza»; de un hombre que usó de la vio- 280. La figura llamada aepímone, va más allá de la
lencia abiertamente y con imprudencia, que «se abrió mera exposición del temai y contribuye en gran medida
camino a hachazos, suprimió todos los obstáculosu; de a dar fuerza al estilo. Uri ejemplo de esta figura lo te-
uno que ha obrado con engaño y con secreto, que aper- nemos en Demóstenes: ~Atenienses,una terrible enfer-
foró su camino,, o que «se escapó*, o cualquier otra medad se ha abatido sobre Grecia.. .D 2H (si se cambiara
expresión apropiada al tema. la frase no sería tan vigorosa).
277. Una elevación repentina en la tensión emocio- 281. También el llamado «eufemismo» pertenecería
nal es no sólo impresionante, sino también de gran fuer- quizá al estilo vigoroso, convirtiendo en favorables las
za. Por ejemplo: «Esquines, no es necesario que tú cuan- cosas desfavorables y en piadosos actos impíos. Como
do hables ocultes tu mano, sino que la ocultes cuando cuando un orador pedía que fundieran las estatuas do-
seas embajador^ 261. radas de la Victoria y se empleara el oro en la guerra
278. Y: «cuando aquél se anexionaba Eubea ...D 262. y no dijo así sin más: uVamos a destruir las Victorias
La elevación de tono (epanástasis) no está aquí para for- para la guerra,, pues esto hubiera sonado mal y habría
mar un estilo grandioso, sino para hacerlo vigoroso. sido un insulto a las diosas. Por ello, empleando una
Esto sucede cuando, en medio de nuestra exaltación, manera eufemística, dijo: «Busquemos la colaboración
- -
de las Victorias para la guerra»265.Esta frase parece
260 JENOFONTE,Ciropedia 1 4, 21. Cf. el párrafo 89, en donde
no aparece el termino ainexpertom (cfpeiros),que parece una glosa 263 Ibídem.
al demerariamentem (aprono2tOs). En el texto griego de Jenofonte 264 De la falsa embajada 424. De todas formas, s61o una lec-
si tenemos ápeiros, que Demetrio no recoge, como hemos dicho tura completa del pasaje puede dar idea de la figura.
en el párrafo 89. además de otras pequeñas variaciones, como es 265 Autor desconocido. Cf. RADERMACHER, Demetrii ..., págs. 118-
usual en ,las citas de este tratado. 119, en donde dice que el autor de estas palabras debió ser un
261 DEMÓSTENES, De la falsa embajada 421. orador ático muy antiguo. Al parecer ~ui&liano (Institutio ora-
262 DEM~S'IENES, Sobre la corona 71. toria I X 2 , 92) ya conocía las circunstancias relacionadas con
112 SOBRE EL ESTILO

indicar no que uno destruye las Victorias, sino que las ocupándose en distribuir c:omida en fiestas y banque-
convierte en aliadas. tes, dilapidaba los recursos destinados a la guerra.
282. Los dichos de Démades también son enérgicos, 286. Basten estos ejemplos sobre el vigor de estilo
aunque parecen tener un carácter singular y extraño. en Démades, que, sin embargo, posee cierta peligrosi-
Su fuerza se debe al uso del énfasis, de los elementos dad y no es fácil de imitar. Hay en su forma algo poé-
alegóricos y, en tercer lugar, al empleo de la hipérbole. tico, si es que lo son la alegoría, la hipérbole y el énfa-
283. He aquí un ejemplo: «Alejandro no ha muerto, sis. Pero su poesía tiene una mezcla cómica.
atenienses. Pues si así fuera todo el mundo olería su 287. El llamado «estilo figuradon en el discurso es
cadáver»%. El empleo de «olería» en lugar de ase en- empleado por los oradores de hoy día de forma ridícu-
terarían es alegórico e hiperbólico a la vez, mientras la, uniéndolo a una insinuación baja y, por así decirlo,
que decir que todo el mundo se enteraría muestra el sugerente, pero el verdadero «estilo figuradou va acom-
poder de Alejandro. Al mismo tiempo la frase posee pañado de estas dos cosas: de buenas maneras y de
algo estremecedor, como resuItado de la combinación discreción.
de tres causas. Todo estremecimiento es enérgico, por- 288. Un ejemplo de buenas maneras lo tenemos cuan-
que es temible. do Platón 269, queriendo reprochar a Aristipo y Cleóm-
284. De la misma clase son las palabras: «Este de- broto porque estaban banqpeteándose en Egina, mien-
creto no lo escribí yo, sino la guerra, que lo escribió tras Sócrates estaba prisionero en Atenas durante mu-
con la lanza de Alejandro» 267, y «el poderío de Macedo- chos días, y ni cruzaron el mar para visitar a su amigo
nia, después d e la muerte de Alejandro, se parece al y maestro, a pesar de que estaban a menos de doscien-
Cíclope, después de perder su 0jor>26~. tos estadios de Atenas, no dijo todas estas cosas expre-
285. Y en otro sitio: uUna ciudad, que ya no es el samente, pues el discurso hubiera sido un reproche,
poder naval de la época de nuestros antepasados, sino sino con buenas maneras dLeeste modo. Se pregunta a
una vieja embutida en sus sandalias y comiendo sus Fedón quiénes estaban con Sócrates y, después de haber
gachas,=. La palabra aviejar>está usada alegóricamen- dicho los nombres de cada lino, se le interroga de nuevo
te por un Estado débil y que se extingue ya. A la vez si también estaban presentes Aristipo y Cleómbroto:
se da una descripción hiperbólica de su debilidad. La «No»,dijo, «pues estaban en Eginam. Todo lo que se ha
frase ecomiendo sus gachas» significa que la ciudad, dicho antes aclara el «esta.ban en Egina», La frase es
mucho más fuerte por ser el propio asunto el que mues-
tra energía y no el que hablar. Platón, aunque podía haber
esta frase, pues escribe: uEt qui Victorias aureas in usum belli censurado igualmente a Aristipo y a sus compañeros
conflan volebat, ita deolinavit, victoriis utendurn esse.. sin correr ningún riesgo, desaprobó su conducta disi-
266 DI~MADES, Fr. (Baiter-Sauppe, 11, p. 315). Político ateniense muladamente con una figura.
(s. rv a. de C.). Orador brillante, que siempre luchó por un en-
tendimiento entre Atenas y Macedonia. No queda nada de sus
289. Con frecuencia, al dirigimos a un tirano o a
discursos, excepto frases como las que cita Demetrio. alguna otra persona violenta e intentamos condenar su
247 Ibídem.
Ibídem. 269 Fedón 59 C .
15. - 8
114 SOBRE EL ESTILO

conducta, nos vemos obligados a hacerlo por medio de 292. Se podría emplear el estilo figurado de otra for-
un lenguaje figurado. Así, Demetrio de Falero, dirigién- ma, por ejemplo, así. Ya que los príncipes y las gran-
dose a Crátero el Macedonio que estaba sentado en lo des damas no oyen con gusto sus propias faltas, para
alto sobre un lecho de oro y con un manto de púrpura aconsejarles que no las cometan no les hablaremos de
y recibía con soberbia a las embajadas de los griegos, forma directa, sino m8s bien reprocharemos a otros
empleando una figura le dijo criticándolo: «Nosotros que hayan obrado de manera parecida. Por ejemplo, al
recibimos una vez a estos hombres como embajadores, dirigirnos a Dionisio el tirano, vituperaremos a Fálaris n3
incluyendo a ese Cráteron ". Con el uso del demostrati- y su crueldad; o alabaremos a los que obraron de forma
vo «ese» se muestra, condenándola, toda la soberbia de opuesta a Dionisio, como Gelón e Hierón n4,porque fue-
Crátero por medio de una figura. ron como los padres y los educadores de Sicilia. Pues
290. De la misma clase es la respuesta de Platón a el que escucha es a la veir amonestado, pero no censu-
Dionisio, que le había mentido y se había vuelto atrás rado, y quiere imitar a Grelón que es alabado y desea
en una promesa que le había dicho: «No soy yo, Platón, también él su propia alabanza.
el que hice la promesa, sino tú, por los dioses» nl. Así 293. Hay muchas de estas cosas en los tiranos. Así
queda demostrado que Dionisio mentía y la frase tiene Filipo, que tenía un solo ojo, montaba en cólera, si al-
a la vez dignidad y discreción. guien nombraba delante de el al Cíclope o s610 la pala-
291. Sin embargo, con frecuencia, las formas del es- bra «ojo». Hermias, el gobernador de Atarneo, aunque
tilo figurado son ambiguas. Si alguno quiere imitarlas, en todo lo demás era de natural afable, según se dice,
y usar reproches que no parezcan reproches C...], tome: no soportaba fácilmente, por ser un eunuco, que nadie
como ejemplo el pasaje de Esquines sobre Telaugesm. nombrara un cuchillo o un corte o una amputación. He
Casi toda la narración en torno a Telauges representa- traído estos ejemplos queriendo llamar la atención prin-
rá la dificultad de saber si se trata de un elogio o de: cipalmente sobre el carácter de los grandes príncipes y
una burla. Este tipo de lenguaje es ambiguo y, aunque: cómo, sobre todo, necesita de un lenguaje prudente, el
no es una ironía, da la impresión de ironía. que se llama «estilo figuriado)).
294. Sin embargo, los pueblos grandes y poderosos,
muchas veces, necesitan también como los tiranos de
Fr. 183 (Wehrli). Escritor ateniense y hombre de estado,
Demetno de Falero fue uno de los principales representantes de estas formas de lenguaje. Por ejemplo, el pueblo ate-
la escuela de Arist6teles, es decir, de los Penpatéticos, a los qut: niense, cuando mandaba sobre Grecia, alimentaba tam-
ayudó durante su gobierno de Atenas. Al tomar el mando Deme- bién aduladores, como Cleón y Cleofonte. El adular es
trio Poliorcetes, marchó a Beocia y luego lo encontramos como vergonzoso y el censurar es peligroso; lo mejor es el
bibliotecario en Alejandría. Es autor de tratados muy diversos término medio, esto es, ell «estilo figurado».
de moral, historia, crítica literaria, etc., y a él, desde Petru!;
Victorius, se le ha atribuido el tratado Sobre el estilo. Cf. Intro-
duccidn: El autor y la fecha de composición. m Cf. nota 228. Para Dionisio, tirano de Siracusa, véase la
Cf. Carta séptima 349 B. Carta séptima, atribuida a Plat6n.
272 El Telauges fue uno de los diálogos de Esquines el socrá-
274 Hermanos y tiranos de Siracusa. Bajo su gobierno Siracu-
tico. Cf. nota 203 y el párrafo 170. sa conoció años de esplendor cultural y político.
116 SOBRE EL ESTILO

295. Tambikn alguna vez tendremos que alabar al con naturalidad y buen gusto y no, como se dice, «con
que ha cometido una falta, no por aquella falta que la brusquedad del escita»..
cometió, sino por aquellas que no ha cometido. Por 298. Tales diálogos tuvieron éxito desde los días de
ejemplo, de una persona violenta recordaremos que su invención y, más aún, causaron la admiración por
ayer fue alabada por haberse mostrado indulgente con su mimetismo, su claridad y su carácter noble y didác-
las ofensas de cierta persona y que es tomada como tico. En relación con la forma del lenguaje y con las
modelo por sus conciudadanos. Todos nos complacemos figuras basten estas cons:ideraciones.
en tomarnos a nosotros mismos como modelos y de- 299. La suavidad en la1 composición, tal y como la
seamos añadir alabanza a la alabanza o, más aun, de usaron los seguidores de Isócrates, que evitaron el en-
conseguir un elogio continuo. cuentro de vocales, no es en modo alguno apropiada al
296. En resumen, el lenguaje es como una masa de lenguaje vigoroso. Pues rriuchas cosas [...] podrían re-
cera con la que uno modela un perro, otro un buey, sultar más vigorosas con el empleo del hiato. Por ejem-
aquél un caballo. Así uno puede tratar un mismo tema plo: «Cuando estalló la guerra focense, no por mi culpa,
a la manera de una opinión y una crítica diciendo que: ya que yo no participaba e:ntonces de la vida pública, 278.
«Los hombres dejan a sus hijos las riquezas, pero no les Si introduciendo cambios uno comvusiera la frase así:
dejan el conocimiento con el que usar lo que les han «Cuando sobrevino la guerra focense, no por mi culpa,
dejado»". Esta clase de lenguaje se llama «de Aristi- ya que no participaba yo por aquel entonces en la vida
pomn6. Otro lo representará a manera de sugerencia, pública,, la privaría de una gran parte de su fuerza, ya
como hace generalmente Jenofonte. Por ejemplo: «No que con frecuencia la sonoridad del hiato será proba-
se debe dejar sólo riquezas a los hijos, sino también blemente de mayor efecto.
el conocimiento para saberlas emplear». 300. También lo impensado y lo que surge de modo
297. La llamada particularmente «manera socrátican, espontáneo darán vigor all lenguaje, sobre todo, cuando
que parecen haber emulado, sobre todo, Esquinesm y hacemos ver nuestra irritación o que somos tratados
Platón, remodelaria el tema antes dicho en forma inte- injustamente. La preocup.ación por la suavidad o la ar-
rrogativa de la forma siguiente: ((Muchacho, jcuántas monía no es propia de una persona irritada, sino más
riquezas te dejó tu padre?, jfueron muchas y difícil de bien de una persona que bromea o que desea mostrar
valorar? Muchas, Sócrates. Bien, jte dejó también el sus conocimientos.
conocimiento para usar de ellas?» De esta forma, pues, 301. Así como la figura del asíndeton, como ya se ha
empujaba al muchacho, sin que se diera cuenta, a un dicho anteriormente, protduce un efecto vigoroso, del
callejón sin salida; le recordaba que es un ignorante mismo modo lo produciría en general una composición
y le exhortaba a recibir una instrucción. Todo esto asindética. Hiponacte 279 :nos proporciona un ejemplo.
DEM~STENES, Sobre la c'orona 18. En griego efectivamente
275 Autor desconocido. Posiblemente del mismo Aristipo. hay hiato: ou di'^emé,^ou gar ég6ge^epoliteuórndn. En castellano
Ciudadano de Cirene, amigo de Sócrates. Se le atribuye, hemos mantenido el hiato en ;la primera frase y lo hemos evitado
aunque es dudoso, la fundación de la escuela filosófica cirenaica. en la segunda.
* Cf. nota 203. *79 Cf. nota 133.
118 SOBRE EL ESTILO

Queriendo vituperar a sus enemigos, rompió el ritmo o del jabalí de Erimanto y no de una abeja. Por ello
y lo hizo caminar cojo en lugar de recto, y arrítmico, el pasaje es a la vez desagradable y frío. En cierto
esto es, lo hizo apropiado a la vehemencia y a la invec- modo ambos defectos se hallan uno junto al otro.
tiva. Un ritmo melodioso y suave al oído sería más apro-
piado al encomio que a la sátira. Todo esto es lo que
teníamos que decir sobre el encuentro de vocales.
302. Junto al estilo vigoroso se encuentra, como era
de esperar, un estilo defecuoso, el llamado estilo «desa-
gradable~.Se da este estilo en los temas, cuando un
orador dice públicamente cosas vergonzosas y que no
se debían pronunciar. Por ejemplo, el que acusaba a
Timandra de llevar una vida de prostitución, vomitó
sobre el tribunal una descripción de su escudilla, sus
óbolosm, SU estera y otros detalles tan desagradables
como éstos.
303. La composición es desagradable si aparece como
algo desordenado, como la frase que alguien dijo: «Sien-
do así esto y eso, mátalos~281. Y cuando los miembros
no tienen conexión alguna entre ellos, sino que parecen
piezas fragmentadas. También los períodos continuos y
largos que dejan al que habla sin aliento, no sólo son
fastidiosos, sino que desagradan.
Con frecuencia temas que son agradables por sí mis-
mos pierden todo su atractivo debido a la expresión,
como cuando Clitarco, al hablar de una avispa, un in-
secto parecido a la abeja, dice: ((Devora la colina de la
ciudad y se lanza volando en las cavidades de las enci-
nas» *", como si estuviera hablando de un buey salvaje

m Monedas de plata. Radermacher y otros prefieren olísbous,


ainstrumentosr, afalos de cuero,, en lugar de oboloús, aóbolos*.
281 Autor desconocido.
282 Fr. VI11 (cf. GEIER, Alexandri historiarum scriptores aetate
suppares, Leipzig, 1844). Clitarco fue un historiador novelesco
de Alejandro Magno. Su estilo fue criticado en toda la Antigüe-
dad y s610 fue leído en el Imperio Romano. El autor de Sobre
lo sublime lo critica en el capitulo 3.
SOBRE LA COM POSICION
LITERARIA.
SOBRE DINARCO

Dionisio de Halicarnaso

BIBLIOTECA CLÁSICA GREDOS


se 34
y 9

y
y

y
y y
BIBLIOTECA CLASICA GREDOS, 78 PLUTARCO

OBRAS MORALES
Y DE COSTUMBRES

SOBRE LA E D U C A C I ~ NDE LOS H I J O S - CQMO DEBE


EL JOVEN ESCUCHAR LA P O E S Í A - S O B R E C ~ M O
SE DEBE E S C U C H A R - C ~ M O DISTINGUIR A U N
A D U L A D O R DE U N A M I G O - c ~ M O PERCIBIR LOS
P R O P I O S P R O G R E S O S E N LA V I R T U D - C ~ M O
SACAR PROVECHO' DE LOS ENEMIOOS - SOBRE L A
ABUNDANCIA DE A M i G 0 9

INTRODUCCIONES.TRADUCCIONES Y MXAS POR


CONCEPCIÓN MORALES OTAL Y JOSÉ GARCfA LÓPEZ

EDITORIAL GREDOS
COMO DEBE EL jOVEN
ESCUCHAR LA POES~A
INTRODUCCIÓN

Recoge este erudito tratado el intento plutarqueo de


incorporar el gran acervo poético griego al campo de
la educación desde un punto de vista exclusivamente
moral. No es un tratado de crítica literaria, ni nunca
su autor se propuso tal meta.
Tras la formulación de que la filosofía es el fin prin-
cipal de toda formación del joven, piensa Plutarco que
las obras de los poetas pueden servir, por su atractivo
principalmente formal y también por su contenido míti-
co y de ficción, como una propedéutica al estudio más
serio y difícil de la filosofía. Pero, como alos poetas mien-
ten muchon, es necesario, dice a su amigo Marco Seda-
cio, a quien va dirigido el escrito, que el joven tenga
un guía experto en su acercamiento a los poetas. Ante
todo, debe saber el joven que la poesía es un arte que
intenta imitar la vida real y que, por tanto, como en
ella, encontraremos allí mezclados el bien y el mal. Los
personajes de las obras poéticas, en su comportamiento
ante los distintos aspectos de la vida, no serán siempre
por este motivo dignos de imitación ni podrán ser to-
mados como ejemplos de conducta por el joven. Pero,
si se sabe interpretar correctamente el texto poético y
buscar en él las enseñanzas morales que encierra, en-
tonces los poetas serán unos intermediarios ideales pa-
ra llevar preparado al joven al estudio de la filosofía.
La coincidencia entre lo que dicen los poetas y la doc- toa, preocupada desde siempre de los problemas
trina de los filósofos constituye la base y exigencia prin- filológi~~s.
cipales a la hora de aceptar este escalón literario en Por lo demás, diremos con von Reutern (cf. Biblio-
la formación de los jóvenes. grafía), para terminar, que el tratado de Plutarco es un
Las fuentes de este tratado han sido motivo de estu- libro que polemiza contra las interpretaciones aiegóri-
dio para numerosos autores (cf. Bibliografía). En gene- cas, contra las glosas filológicas, contra la hipótesis de
ral, se piensa en una acentuada influencia peripatética, los estoicos de que existe un abismo insalvable entre
así como en unas fuentes claramente cínico-estoicas, e el bien y el mal, contra la interpretación sutil de cosas
incluso se recuerda, como hace Ziegler (cf. Bibliogra- sin importancia, contra las etimologías caprichosas de
fía), la tradición en la Academia en esta clase de estu- los jefes de la Estoa y, en general, polemiza aquí Plutar-
dios. Los trabajos de Dyroff, Schlemm, Montesi, Ros- co contra todo aquello que se opone, según él, a una
tagni, Valgiglio y G. von Reutern (cf. Bibliografía), por enseñanza útil a través de la poesía.
nombrar sólo a los que nos parecen más destacados, El llamado .Catálogo de Lampriasu recoge este tra-
señalan con sus diferencias a esas fuentes antes cita- tado en el número 103.
das, tomando como base, en general, bien obras concre-
tas de autores de la Estoa, como hace Dyroff y, en par-
te, Schlemm, bien un trabajo como el perdido Sobre los
poetas de Aristóteles, defendido por Rostagni como fuen-
te principal de la obra de Plutarco que aquí tratamos.
D. Babut (cf. Bibliografía) ha vuelto a plantear en pro-
fundidad el problema de las influencias del estoicismo
en las obras de Plutarco, y, en págs. 87-93, estudia en
concreto las que cree encontrar en Cómo debe el joven
escuchar la poesía, que son sólo, según él. aparentes,
pero no reales.
De todas formas, no es fácil llegar a una precisión
concreta de las fuentes, ya que las obras postuladas co-
mo tal no nos las ha conservado la tradición. Así pues,
como hacen la mayoría de los autores, deberemos se-
guir pensando que en la composición de la obra de Plu-
tarco Cómo debe el joven escuchar la poesía, se unieron
influencias de las dos grandes escuelas filosóficas de
la Antigüedad con una tradición y preocupación por los
estudios y la crítica de los textos literarios, como fue-
ron la peripatética, que arranca de Aristóteles, y la Es-
COMO DEBE EL JOVEN ESCUCHAR LA POESfA

Querido Marco Sedacio, si como decía el poeta Filó- (14)D


xeno ', de las carnes las más sabrosas son las que no
son carnes, y de los peces los que no son peces, dejemos
que lo demuestren aquellos de los que Catón decía
que tenían el paladar más sensible que el corazón. Por-
Filóxeno de Citera (435134-380179 a. C.), esclavo en Esparta y
discípulo de Melanipides, pertenece al llarndo *Nuevo estilo. de la mú-
sica griega; autor de ditirarnbos. Cf. n. 58 de C6mo percibir los propios
progresos en la virtud.
Cf. también PLUTARCO, Vida de Catón el Viejo 9 (341-342). Dice
von Reutern (cf. Bibliografia) que Wyttenbach, en su comentario a este
tratado, propone la interpretación de Potter al dicho del poeta Filóxe-
no. Según este autor, en la expresibn *de las carnes las que no son
carnes., éstas serian las de volucres quaedam flumineae, y en la .de
los peces los que no son peces., estas serian los piscis, qui carnem
firrnitate et sapore maxime referunt, quales sunt sturiones. A su vez,
von Reutern piensa que en el caso primero se trata de hígado, rifiones,
tuétanos. etc., y en el caso de los peces se tratarta de especies como
los calamares, moluscos, pulpos, etc. Aplicado esto a los tratados de
filosofía. se referirla a aquellos en los que la filosofia lleva ropaje de
tratado no filosófico, como los ejemplos que pone a continuación de
Esopo, Heraclides y Aristón. Añadiremos aqui que los comentarios de
Wyttenbach en su edición de los Moralia, sus animadversiones expli-
candis rebus ac verbis, s610 llegan a >a 392D. ya que el gran conocedor
de Plutarco, que fue este suizeholandks. murió antes de poder finali-
zar su obra.
90 MORALIA

que de las cosas que se dicen en la filosofía está claro gilarlos muy bien, porque están más necesitados de di-
E para nosotros que, con las que no tienen aspecto filosó- rección en las lecturas que en las calles.
fico, los jóvenes precisamente se complacen más y se Así pues, lo que se me ocurrió hace poco al hablar
ofrecen a sí mismos obedientes y sumisos. En efecto, de la poesía, escrito ahora para enviártelo a ti, léelo
ellos no sólo se entusiasman con placer cuando leen las y, si te parece que en nada es inferior a las llamadas B
fábulas de Esopo y las sentencias poéticas y el Ábaris rametistas» ', que algunos se las cuelgan y cogen en
de Heraclides y el Licón de Aristón ', sino también 10s festines en los que se bebe mucho, entrégalo a Clean-
cuando leen las doctrinas sobre las almas, si están mez- dro e impide que su naturaleza, que no es en absoluto
cladas con mitología. Por ello, conviene vigilar cuidado- perezosa, sino impetuosa en todo e inteligente, se deje
samente que ellos sean comedidos no sólo en los place- llevar fácilmente por tales cosas.
res de la comida y de la bebida, sino, aún más, que se «En la cabeza de un pulpo hay algo malo y algo bue-
F acostumbren a serlo en las audiciones y lecturas, como no. n, porque es muy sabrosa de comer, pero produce
usan con moderación de un companage que agrada, y un sueño agitado y cargado de visiones perturbadoras
tomen de ellas lo útil y saludable, pues ni las puertas y extrañas, de la misma manera se dice también que
cerradas guardan a una ciudad de su conquista, si por en la poesía hay mucho agradable y que es alimento
una de ellas se deja entrar a los enemigos, ni la conti- del alma del joven, pero no en menor medida hay algo
nencia en los demás placeres salva al joven, si se entre- perturbador y vacilante, si su audición no tiene un buen
ga, sin darse cuenta, al que viene de la audición, entrenamiento. Pues, según parece, no sólo acerca del
Pero cuanto más se apegue este placer al hombre país de los egipcios, sino también sobre el arte poético c
~ S Aque es dado por naturaleza a sentir y razonar, tanto se puede decir que produce a los que lo cultivan:
más daña y destruye, si es descuidado, a aquel que lo
drogas, y muchas mezcladas son excelentes, y muchas
acepta. Por tanto, ya que no es, quizá, posible ni prove-
choso apartar de la poesía a un joven de la edad que [funestas9 .
tienen ahora mi Soclaro y tu Cleandro 6, debemos vi-
al parecer, el verbo akoú¿i que significa roir, escuchar. lo que se dice
o recita en alta voz. De todas formas, el traducir nosotros este térmi-
3 Heraclides Póntico (390-310a. C.). discípulo de Platón, compu- no, todavía por escuchar y no leer, como hacen otros traductores mo-
so una obra sobre Abaris el Hiperbóreo, sacerdote de Apolo dotado dernos. se debe a un intento de mantener con ello el carácter mixto
de poderes maravillosos. Cf. H ~ R ~ D OIV T O36.
, que debió de expresar todavía el vocablo griego. Aun cuando los jóve-
4 Filósofo pedpatético de Ceos, del siglo 111 a. C.; sucedió, proba- nes leyeran tambien a solas a los poetas. posiblemente lo seguirían
blemente, a Licón en la dirección de la Escuela. Cf. D16ce~esL~RCIO. haciendo en voz alta, como se hacía en época clásica.
IV 70, 74. ' O amatista, cuarzo transparente de color violeta, usado como
5 Uno de los hijos de Plutarco. piedra fina. Se colgaba al cuello en la idea de que libraba de la intoxi-
6 No se tienen otras noticias acerca de este hijo de Marco Seda- cación por la bebida. Cf. PLMIO,Historio natural XXXVII 9. 124. PLUT.,
cio. A lo largo de este tratado encontramos referencias a lecturas y Momlia 624C y 647B.y ATENEO, 24C. sobre piedras preciosas, hierbas,
audiciones de los poetas, debido a la misma naturaleza de la cultura semillas y nueces usadas con tal fin.
griega, que durante mucho tiempo conservó su carácter casi exclusiva- E. L. ieurscn y F. C. SCHNEIDEWW. Cotpus paroemiographomm
mente oral. En epoca de Plutarco se puede decir que existía ya la lec- Graecomm, Cotinga, 1839-51.1, pág. 299. PLUT.,Mor. 734E.
tura en silencio de los libros, pero para expresarlo se sigue utilizando, HOMERO. Odisea IV 230.
92 MORALIA c ~ M ODEBE EL JOVEN ESCUCHAR LA POES~A 93

En efecto, hay allí amor, deseo, tiernas conversaciones, dios aenloquecidos, como dice Platón 13, ufrenándolo
lenguaje seductor que frecuentemente hace perder el jui- con otro dios sabios. Pues la mezcla de vino suprime
[cio hasta Q los prudentes lo. sin destruir lo útil.
Asimismo, tampoco nosotros cortemos ni destruya-
Pues su elemento engañoso no ataca a los que son mos la vid poética de las Musas, sino que allí donde
completamente estúpidos y locos. Por ello también Si- por un excesivo placer por la fantasía se enardece y en-
D mónides contestó a uno que le preguntaba: jaPor qué loquece su parte mítica y dramática envalentonándose
sólo a los tesalios no engañas?» «Porque son demasiado atrevidamente, interrumpiéndola, reprimámosla y opri-
ignorantes para ser engañados por mín ". Y Gorgias mámosla fuertemente; pero allí donde con elegancia al-
llamaba a la tragedia un engaño en el que el que engaña canza un cierto arte y la dulzura y el atractivo de su F
es más honesto que el que no engaña y el que es enga- lengua no son algo estéril ni vacío, allí introduzcamos
ñado más sabio que el que no es engañado. En efecto, y mezclemos la filosofía. Pues igual que la mandrágora
tapando las orejas de los jóvenes. como las de los ita- al crecer con las vides y transmitiendo su fuerza al vino
censes con algo duro y con cera que no se derrite, jaca- hace más suave el letargo para los que lo beben, del
so vamos a obligarles a que, izando las velas de la nave mismo modo la poesía, al recibir de la filosofía sus ra-
de Epicuro, huyan y eviten el arte poético o, más bien, zonamientos y al presentarlos mezclados con fábulas,
disponiéndolos para un razonamiento correcto y atán- ofrece a los jóvenes una enseñanza ligera y amable. Por
doles el juicio, para que no sean llevados con el placer lo tanto, los que van a dedicarse a la filosofía no deben
hacia el mal, los guiaremos y vigilaremos? huir de la poesía, sino que deben empezar a filosofar
Pues no, ni siquiera el hijo de Driante, el fuerte Licur- en la poesía, acostumbrándose a buscar y amar lo útil
k o 12. en el placer, y si no lo consiguen, a combatirla y recha- 1 6 ~
zarla. Pues éste es el principio de la educación, según
estaba en su sano juicio, porque, estando muchos borra- Sófocles:
E chos y ebrios, recorriendo las vides, las cortó en lugar
de acercar las fuentes del agua y volver a la razón al Si uno comienza bien cualquier trabajo,
es natural también que consiga un final parecido ".

loHou., Ilfada XIV 216-217.


l1Una interpretación de este fragmento la ofrece PLUTARCO, en
Mor. 348C; cf. DIELS, Fragmente der Vorsokratiker, 82 B 23. En esta
misma 15D encoiitramos citados a los itacenses, habitantes de ltaca En primer lugar, pues, introduzcamos en la poesía
y compafleros de Odiseo, a quienes, en su vuelta de la guerra de Troya a los jóvenes, sin que tengan nada que tanto les preocu-
y al pasar por el paraje marino donde habitan las Sirenas, les ordenó
Odiseo que se pusieran pan de cera en los oidos para que no oyeran pe y esté a su alcance como aquello que .mucho mien-
los cantos seductores de aquCllas (cf. Od. XII 173 SS.).También halla-
mos a Epicuro, famoso filósofo griego (341-270a. C.). Fundador de una
escuela filosófica y muy admirado por el poeta romano Lucrecio. l3 Leyes 7731).
12 HoM., U. V I 130.
l4 NAUCK. Trag. Graec. Frag., Sófocles, núm. 747.
94 MORALIA cÓMO DEBE EL JOVEN ESCUCHAR LA POES~A 95

ten los poetas» 15, unas veces intencionadamente, otras un vehículo, la solemnidad y el metro, para huir del
sin quererlo. Intencionadamente, porque para procurar llano y vulgar la. Asimismo, cuando un hombre D
placer y gusto al oído, que es lo que la mayoría persi- elocuente y que tiene renombre dice en su poesía algo
guen, consideran la verdad más austera que la mentira. y desagradable acerca de los dioses o de los
Ya que la una, acaeciendo en la realidad, aunque tenga semidioses o de la virtud, el que acepta su palabra co-
B un fin desagradable, no cambia, mientras que lo que mo verdadera, dejándose llevar, está perdido y destru-
se forma con la palabra retrocede fácilmente y se apar- ye su propia opinión; en cambio, el que siempre recuer-
ta de lo triste hacia lo placentero. En efecto, ni el metro da y tiene presente con claridad el encantamiento del
ni la figura ni la majestad de estilo ni la oportunidad arte poético con la ficción y puede decirle en cada
de la metáfora ni la armonía y la composición poseen ocasión:
tanto atractivo y gracia como una disposición de la na-
Oh engaño, más astuto que el lince l9
rración mítica bien construida. Pero, igual que en las
pinturas es más emocionante el color que el dibujo a
causa de la semejanza de las figuras y de su engaño, «¿Por qué, mientras bromeas, frunces las cejas, y por
del mismo modo en la poesía la ficción combinada con qué mientras engañas, finges enseñar?* No sufrirá na-
lo verosímil asombra y atrae más que la obra compues- da terrible ni creerá en nada malo, sino que conseguirá
ta con metro y estilo, pero sin mito y ficción. De donde no tener miedo a Posidón y no espantarse porque abra la E
Sócrates, dedicándose al arte poético a causa de ciertos tierra y descubra el Hades 20, y detendrá su ira contra
c sueños 16, él, como había sido un luchador de la verdad Apolo a causa del príncipe de los aqueos, al cual:
durante toda su vida, no fue un creador verosímil ni El mismo que entonaba himnos, el mismo que estaba
bien dotado para la ficción y mezcló en versos las fábu- [presente en la fiesta,
las de Esopo, en la idea de que no existe poesía en la el mismo que decía estas cosas, él mismo es e2 que lo
que no haya ficción. En efecto, conocemos sacrificios [mato 21.
sin danzas y sin música, pero no conocemos poesía sin
mito y sin ficción. En el original griego se dice *de a pie., opuesto al vehículo^
Así, los poemas de EmpCdocles y de Parménides y de la comparación anterior. Cf. también PLUT..Mor. 406E. En este mis-
los Th~riacáde Nicandro '' y las Gnomologías de Teog- mo 16C, además del poeta Nicandro, de la nota anterior. se cita a Em-
nis son discursos que han tomado de la poesía, como pédocles, filósofo físico de Acragante (Agrigento), en Sicilia, del siglo
v a. C.; a Parménides de Elea. discipulo y sucesor de Jen6fanes en
la escuela eleática de filosofla. tambikn del siglo v a. C., y a Teognis
15 Proverbio. Cf. AIUST~TELES,Metafísica 983a4. Cf. Leu~scwSCWNEI- de Mégara, poeta elegiaco de los siglos vi-v a. C.
DEWIN, Par. Graec. 1, pig. 371. '' NAUCK, Trag. Graec. Frag., Adesp.. núm. 349.
16 Cf. P L A T ~ Fedón
N. 61b. HoM., 11. XX 61 SS. Hades es el dios del mundo inferior, her-
17 Poeta del siglo ui a. C., autor de varias obras didzicticas, como mano de Zeus y Posidón.
2l
ThEriacá. aquí citada, en 958 hexámetros, y Alexiphannaca, en 630. Tetis habla de la muerte de su hijo Aquiles. NAUCK, Trag. Gmec.
entre otras. La primera trata de las mordeduras de animales veneno- Frag., Esquilo, núm. 350, 7 . Según Schneider, serían versos de una tra-
sos y sus remedios. y la segunda de los venenos de animales, plantas gedia de Esquilo titulada El juicio de lac a m a s . Cf. tambikn PLAT..
y minerales y sus remedios. República 383b, donde se cita este pasaje.
96 MORALIA c ~ M ODEBE EL JOVEN ESCUCHAR LA POES~A 97

Dejará de llorar por Aquiles muerto y por Agamenón Esquilo compuso una tragedia entera con esta leyen-
que, en el Hades, incapaces y sin fuerza, por su deseo da, dándole el título de El peso de las almas, colocando,
de vivir, levantan sus manos 22. Y, si de alguna mane- junto a los platillos de la balanza de Zeus, a un lado
ra se turbase con los sufrimientos y fuese dominado por a Tetis y al otro a Eo, que pedían a porfía por sus hijos.
su embrujo, no vacilará en decirse a sí mismo: Pero es evidente a cualquiera que esto es una invención
fabulosa y una composición para placer y asombro
Mas lucha lo más pronto posible por la luz; conoce to- del oyente. Pero el verso:
[das estas cosas, B
para que luego se las refieras también a tu mujerz3. Zeus, que es el árbitro de la guerra de los hom-
y el otro: [bres 26,
Así pues, Homero dijo esto graciosamente en la Né-
kyia, queriendo significar que la acción de escucharla, dios crea la ocasión para los hombres,
a causa de sus narraciones fantásticas, es propia de la cuando quiere destruir completamente una casa 27,
F mujer 24. En efecto, tales son las cosas que los poetas
inventan intencionadamente, pero muchas más son las esto se dice ya según la opinión y creencia de los poe-
cosas que no inventan, pero, al pensarlas y creerlas ellos tas, que nos transmiten y comunican el error e ignoran-
mismos, nos afectan a nosotros con la ficción. Como cia que ellos tienen sobre los dioses. Pero, de nuevo,
cuando Homero dice de Zeus: hay muy pocas personas que no se dan cuenta de que
las narraciones fantásticas sobre el mundo subterráneo
17A Y colocaba en la balanza dos destinos de la dolorosa y las descripciones con nombres terribles, que crean fan-
[muerte,
tasmas e imágenes de ríos que queman y de lugares sal-
uno, el de Aquiles, el otro, el de Héctor, domador de vajes y de penas terribles, mezclan con ellas el mito y
[caballos, y la ficción, como los medicamentos con las comidas. Y c
la cogió por medio pesándolos. Y se inclinó de Héctor ni Homero ni Píndaro ni Sófocles escribieron convenci-
[el día fijado por el destino dos de que las cosas eran así:
y descendió hasta Hades y Febo Apolo lo abandonóz5.
Allí lentos ríos de negra noche
vomitan infinita obscuridad2'
Y
HoM., Od X I 470 y 390. Tanto Aquiles como Agamenón son dos
htroes de la Ilíada, que vuelven a aparecer en la Odisea pasaron junto a las corrientes del Océano y la roca de
23 Ibid., XI 223. [Léucade 29
" Cf. PLAT.,Rep. 377c. La Nékyia o aEvocación de los muertosm Y
se relata en Od. XI.
z5 Il. XXII 210. En la obra de Esquilo, que se cita a continuación, Z6 HoM.. Il. IV 84.
Zeus aparece acompañado de Tetis y de Eo, dos diosas griegas del De la Niobe de Esquilo; NAUCK.
Trag. Graec. Frag., Esquilo. núm.
156.
mar y de la aurora o amanecer respectivamente, madres de dos gran-
PINDARO, Fr. 131 (ed. de CHRIST), poeta lírico griego de Tebas
des héroes, cuyas almas esta pesando Zeus, es deccir, la de Aquiles,
(522 al 442 a. de C.), citado varias veces por Plutarco, y beocio como él.
hijo de Peleo y Tetis, y la de Memnón, hijo de Titono y de Eo.
HoM., Od. XXIV 1 1 .
78.- 7
98 MOXAUA ~6M0DEBE EL JOVEN ESCUCHAR LA POES~A 99

san ellos mismos. Y ten presente también estas pala-


paso estrecho del Hades y marea de las profundida- bras de Empédocles:
[des 'O.
Así los hombres no pueden ver, ni oír, E
Además, aunque se lamentaban y temían a la muerte
ni entender con el pensamiento estas cosasM.
como algo miserable y la falta de sepultura como algo
terrible, cuántas palabras como éstas han pronunciado:
y las de Jenófanes:
Alejándote, no me dejes atrás, sin llorarme ni sepul-
[ t a m e 31 Y , en efecto, no ha nacido hombre ni nacerá que sepa
[la verdad a acerca de los dioses
Y y lo que digo acerca de todas las cosas
el alma volando de sus miembros se marchó al Hades,
llorando su suerte, porque dejaba un cuerpo vigoroso y, por Zeus, las palabras de Sócrates cuando niega bajo
lj~en la flor de la edad 32 juramento, según Platbn %, el conocimiento sobre estas
cosas. Porque los jóvenes se acercarán menos a los poe-
tas que pretenden saber algo sobre esas cosas, en las
no me mates antes de tiempo, pues es grato contemplar que ven que los filósofos titubean.
[la luz;
no me obligues a ver lo que hay bajo tierra ";

éstas son palabras de personas que sufren y que están


poseídas por la fantasía y el engaño. Por ello, se adue- Y aún más nos cuidaremos del joven si, a la vez que F
ñan de nosotros y nos perturban, al llenamos del pade- lo introducimos en la poesía, añadimos que el arte poé-
cimiento y de la debilidad con los que son dichas. Con- tico es un arte mimético y una facultad análoga a la
tra esto, de nuevo, desde el principio debemos preparar pintura. También que no escuche sólo aquello que to-
al joven a tener siempre en la memoria que el- arte poé- dos repiten, que la poesía es una pintura hablada y la
tico no es, en absoluto, algo que se preocupa de la ver- pintura una poesía muda ", sino que, además de esto, 1 8 ~
dad, y que es sumamente difícil de comprender y difícil le enseñemos que al ver una lagartija, un mono o el ros-
de captar la verdad que hay en estas cosas, incluso pa- tro de Tersites pintados, sentimos placer y admiramos
ra aquellos que no se han preocupado de otra cosa que
del conocimiento y de la enseñanza del ser, como confie- U
Pasaje citado de forma mzís completa por Sexro Euirfwco, Con-
MCf. NAUCK, Trag. Craec. Frag., Sófocles, núm. 748. tra los matemáticos VI1 1224; cf. D i e u , Die Fragmente der Vonokrati-
HoM., Od. XI 72. Habla Elpenor, compañero de Odiseo, muer-
31 ker, 1. Empédocles 2. Cf. n. 18.
35
to y abandonado sin sepultura en las moradas de la maga Circe. bid, lenbfanes, núm. 34. Cf. SEXTOEYP., Contm los matemá-
32 HoM., Il. XVI 856 y XXII 362. Son versos formularios referi-
ticos VI1 49.
36 Fedón 69d.
dos tanto al alma de Patroclo como a la de Héctor. " Cf. PLUT.,Mor. 346F. donde se atribuye este dicho a Simóni-
33 EURLPIDES. Ifigenia en Aulide 1218. Palabras de lfigenia a su pa-
dre Agamenón. des. Cf. tambikn PSEUW-PLUTARCO, De la vida de Homem 216.
100 MORALIA
cÓMO DEBE EL JOVEN ESCUCHAR LA P O E S ~ A 101
no tanto la belleza cuanto su semejanza. Pues, por su
uno imita hábilmente estas cosas, como Parmenón 43 al
misma naturaleza lo feo no puede ser bello. Pero la imi-
puerco y Teodoro U las poleas, nos alegramos. También
tación, si alcanza la semejanza ya sea sobre algo feo
huimos de un hombre enfermo y lleno de llagas, como
ya sea sobre algo bello, es alabada. Y, al contrario, si
de un espectáculo desagradable, pero nos alegramos al
crea una bella imagen de un cuerpo feo, no ofrece lo
ver al Filoctetes de Aristofonte 45 y a la Yocasta de Si-
conveniente y lo verosímil. También algunos pintan ac-
lanión porque están representando convenientemen-
ciones anormales, como Timómaco '9 a Medea matan- te a personas que se consumen y mueren, y del mismo
do a sus hijos, y Teón * a Orestes matando a su ma- modo el joven que lee las cosas que hacen con palabras
B dre, y Parrasio 4' la locura simulada de Odiseo, y Que-
o acciones Tersites 47, el bufón, o Sísifo el corruptor,
réfanes 42 la unión licenciosa de mujeres con hombres,
o Bátraco 49, el libertino, debe aprender a elogiar el ar-
con los que, sobre todo, se debe acostumbrar al joven te y la facultad para imitar estas cosas, pero rechazar
a saber que no alabamos la acción de la que ha surgido y reprochar las situaciones y acciones que imitan.
la imitación sino el arte, si ha reproducido conveniente- En efecto, no es lo mismo imitar algo bello que imi- D
mente el objeto. Y, ya que también la poesía a menudo tar algo bellamente, pues .bellamente» significa ade for-
da a conocer por medio de la imitación acciones feas ma conveniente y apropiada., y apropiadas y convenien-
y malas pasiones y caracteres, conviene que el joven no
tes son las cosas feas para las cosas feas. Así el calzado
acepte lo que es digno de admiración en éstos y está del cojo Damónides 50, que habiéndolo perdido preten-
bien elaborado como verdadero, ni piense que es bello, día que se ajustase a los pies del ladrón, pero era malo
sino que conviene alabar sólo cómo se adapta y se co- para el ladrón y apropiado para él. También estos versos:
rresponde con la figura representada.
Así pues, igual que al escuchar el gruñido del puer- 43 Actor cómico, contemporáneo de Demóstenes, del siglo N a. C.
U Actor triígico, contemporáneo de Demóstenes.
c co, el chirrido de la polea, el silbido del viento y el es- 45 Pintor griego, hermano del pintor Polignoto, siglo v a. C.
truendo del mar, nos turbamos y molestamos, pero, si Famoso escultor griego del siglo iv a. C.
47 Guerrero aqueo, que participa en la guerra de Troya, rebelde,

38 CF. también PLUT.,Mor. 673C y 6 7 K , y ARIST.,Poética 1448b


blasfemo y fanfarrón, que se atreve a insultar a Agamenón, por lo que
Odiseo le golpea con su cetro. Hou., 11. 11 21 1 SS., dice de él, entre
5-18. y Retórica 1371b. Tersites es un guerrero aqueo, famoso por su
otras cosas, que .era el hombre más feo que llegara bajo los muros
fealdad. Cf. n. 47.
39 Timómaco de Bizancio, pintor del siglo I a. C.; cf. Pm., Hist. de Troya~.
Hijo de Eolo, fundador y rey de Corinto. La leyenda lo mues-
nat. VI1 38.
" Teón de Samos, pintor del siglo iv a. de C.; cf. Pm.. His nat. tra como un personaje astuto y seductor, a quien Zeus fulmina y preci-
pita a los Infiernos, condenándolo a empujar eternamente una enorme
XXXV 36, 40, y QUINTILIANO, Instituciones oratorias XII 10, 6.
41 Parrasio de Bfeso, pintor de los siglos v-N a. C.. que, junto con
roca hasta lo alto de una pendiente. Apenas la roca llegaba a la cum-
bre, volvía a caer impelida por su propio peso y Sísifo tenía que empe-
Zeuxis y Apeles, fue considerado el pintor más importante de la Anti-
zar de nuevo su trabajo.
güedad. Cf. QUINTILIANO, XII 10; 4, DIODOPO, XXVI 1. 49 Personaje de dificil identificaci6n. Cf. HERONDAS, Mimos 11, don-
42 Posiblemente a Plutarco le han bailado los nombres y se que-

ría referir aquí a Nicófanes, pintor del siglo iv a. C.. que es alabado de se habla de un tal Battaros.
50 Personaje, igualmente, de difícil identificación. En T e b ~ Pro-
,
por Polemón en AT~NEO, XIII 567B, como un buen pornográphos. Cf.
gymnásmata V 73, se habla de Damón, y en ATENEO, 338A. se aplica
también PLW.,Hist. nat. XXXV 111, 137.
esta anécdota a un tal Dorión.
102 MORALIA

una persona mala. Tal es la narración de la acción de


En verdad, si es necesario cometer injusticia, acostarse de Paris, después de huir de la batalla 5f En
lo más bello es cometer injusticia por el poder5', efecto, está claro que al no poner 57 a ningún otro hom-
bre que este disoluto y adúltero, acosthndose con su mu-
y éstos: jer durante el día, está representando tal incontinencia
Consigue fama de hombre justo, pero tus acciones que con vergüenza y reproche.
[sean
las del que hace de todo, entonces sacarás provecho 52

Y:
En estos pasajes se ha de atender muy bien si el poe- I ~ A
E Un talento es la dote. ¿No lo aceptaré? ta mismo da algunos indicios contra lo dicho, en el sen-
¿Puedo yo vivir si desprecio un talento? tido de que es rechazado por él. Como ha hecho Menan-
¿Podré dormir si lo rechazo? ¿No paguré la culpa en dro en el prólogo de su Tais:
[el Hades
por haber ultrajado un talento de plata? 53. Cántame, oh diosa, a aquella joven atrevida,
pero bella, y a la vez seductora,
Son discursos malos y falsos, pero apropiados a un injusta, intransigente, que pide a menudo, que
F Eteocles M , a un Ixión y a un viejo usurero. Así pues, sin amar a nadie siempre está f i n g i é n d ~ l o ~ ~ .
si les recordamos a nuestros hijos que los poetas escri-
ben estas cosas no porque las alaben y las aprecien, si- Pero Homero usa muy bien de este método. Pues de
no para atribuir cosas anormales y malas a caracteres las cosas dichas desacredita las malas y recomienda las
y personajes malos y anormales, no podrán ser dañados buenas. Así, por ejemplo, recomienda: B
por la opinión de los poetas. Al contrario, la descon- Entonces pronunció unas dulces y prudentes pala-
fianza hacia el personaje desacredita tanto su acción [bras 59
como su palabra, como algo malo, dicho y realizado por Y
a éste, parándose junto a él, detenía con amables pala-
S' E v a . , Fenicias 524.
52De unos versos en boca de Ixión, en una obra de autor desco- [brus
nocido; cf. NAUCK, Trag. Graec. Frag., Adesp., núm. 4 . s6 HoM.. II. 111 369 SS. y 441 SS. Se refiere aquí cómo Paris se
53 De un poeta desconocido de la Comedia Nueva. Cf. Kocr, Com.
acuesta con Helcna en Troya, mientras la lucha entre aqueos y troya-
Att. Frag. 111 430. nos continúa.
Hermano de Polinices e hijos ambos de Edipo, rey de Tebas. Homero.
Un tesalio que reinó sobre los lapitas. La leyenda dice que, ena- K o c ~ ,Com. Acr. Frag., Menandro, 217. Menandro es un poeta
morado de Hera. trató de violentarla. Zeus formó una nube semejante de la Comedia Nueva (342-291 a. C) del que nos quedan numerosos
a la diosa, e Ixi6n se unió a este fantasma y engendró con t l un hijo, frs. y, al menos, una obra completa, el Díscolo.
Centauro, el padre de los Centauros; fue castigado por Zeus, que lo 59 HoM., Od. VI 148.
at6 a una meda encendida que giraba sin cesar y lo lanzó por los aires. HoM., Il. 11 189.
104 MORALIA

pero con suscitar sospechas de antemano casi afirma No prosperan las malas obras; en verdad el lento al-
y declara que no debemos servirnos ni debemos prestar
[canza al rápido 65,
nuestra atención a cosas que son anormales y malas.
Como cuando va a describir que Agamenón trata cruel- y a propósito de la arrogancia y orgullo de Héctor:
mente al sacerdote y anticipa:
Así dijo, ufanándose, y la venerable Hera se indignó ,'
Pero no le agradó en su ánimo al Atrida Agamenón
sino que lo despedía de mala manera 6 ' y a propósito del arco de Pándaro:
c esto es, salvajemente, con arrogancia y contra lo que Así dijo Atenea y convenció en su corazón al insen-
convenía. Y a Aquiles le atribuye audaces palabras: [sato 67.
Borracho, que tienes ojos de perro, pero corazón de
[ciervo 62, Por tanto, que éstas son las afirmaciones y opiniones
de las palabras se puede reconocer por cualquiera que
habiendo dicho previamente su propio juicio, les preste atención. Pero proporcionan otras enseñan- E
zas a partir de sus acciones, como se cuenta que dijo
el Pelida de nuevo se dirigió al Atrida con duras pala-
[bras Eurípides a los que criticaban su Ixión, por impío y de-
y no cejaba en su cólera b'. salmado: #Sin embargo, no lo saqué de la escena antes
de ser clavado en la rueda. 68. En Homero tal clase de
Pues es natural que no se diga nada bello con ira y con enseñanza se silencia. pero tiene una consideración útil
dureza. Igualmente. en las acciones: a propósito de los mitos especialmente desacreditados,
a los que algunos fuerzan y retuercen con los llamados
Dijo entonces y maquinaba ignominiosas acciones con- antes significados profundos y ahora alegorías, dicien-
tra [el divino Héctor, do, por ejempo, que el Sol denuncia el adulterio de Afro.
tendidndole boca abajo junto al lecho del hijo de Me- dita con Ares 69, porque el astro de Ares al unirse con
[necio ". el de Afrodita lleva a término nacimientos adulterinos,
D Y también emplea bien sus reproches, cuando añade una que no pasan desapercibidos cuando el Sol retorna y F
especie de veredicto particular sobre los hechos o di- los sorprende. Y el atavío de Hera para Zeus y el encan-
chos, haciendo que los dioses digan en el adulterio de tamiento de su ceñidor O' quieren que sea una punfica-
Ares: 65
HoM.. Od. VI11 329. El adulterio del dios Ares e s con Afrodita,
esposa del dios Hefesto.
61 Ibid.. 1 24-25. Se refiere al sacerdote de Apolo. Crises, padre HoM., 11. VI11 198.
de la esclava de Agarnenón, Criseida.
67
Ibid.. IV 104. Pándaro e s un jefe licio de la guerra de Troya.
62 Ibid., 1 225. Son insultos dirigidos a Agarnenón, hijo de Atreo. famoso con el arco.
63 Ibid., 1 223-224. NAUCK.Trag. Graec. Frag., núm. 490. Cf. n. 55.
M Ibid., XXIII 24-25. El hijo de Menecio es Patroclo, amigo de 69 HoM., O d VI11 267 SS. Cf. n. 65.

Aquiles y muerto por HCctor. 70 HoM., Il. XIV 166 SS.


106 MORALIA

ción del aire al acercarse al elemento ardiente, como al que las escucha. Ciertamente, los filósofos usan ejem-
si el propio poeta no diera las soluciones. En efecto, plos, cuando quieren reprender y enseñar a partir de
en los versos sobre Afrodita enseña, a los que prestan hechos que están a la vista, en cambio, los poetas hacen c
atención, que una música mala, canciones perversas y estas cosas inventando ellos mismos los hechos y dán-
cuentos que relatan historias deprevadas crean constum- doles aspecto de mitos. Así Melantio, ya de broma ya
bres licenciosas, vidas cobardes y hombres amantes del de veras, decía que la ciudad de los atenienses debe su
ZOA lujo, la molicie y las intimidades con mujeres: salvación a la discordia y agitación de sus oradores. Por-
que no todos se inclinan hacia el mismo costado, sino
Ropas limpias, baños calientes y lechos 7 ' .
que con el desacuerdo de los políticos se crea un con-
trapeso al mal. Y las contrariedades de los poetas con-
Por ello, ha representado a Odiseo ordenando al citaredo:
sigo mismos. que les devuelven la confianza, no dejan
Mas, ea, pasa a otro asunto y canta el artificio del que se c,ree una fuerte inclinación hacia el mal.
[caballo 7 2 , Por tanto, cuando ellos, al colocar los pasajes unos
cerca de otros, forman las contraposiciones, conviene
indicando bellamente que los poetas y los músicos de- aprobar el mejor, como en estos casos:
ben tomar sus temas de personas prudentes y sensatas.
Hijo mío, con frecuencia los dioses engafian a los D
Y, en los versos sobre Hera, mostró muy bien que la
compañia y favor de los hombres, conseguidos con fil- con [hombres 7 4
tros, encantamientos y engaños, no sólo son algo efíme- lo más fácil, dijiste, acusar a los dioses.
ro que pronto se sacia e inseguro, sino que también se
cambian en enemistad e ira, cuando se marchita el pla- Y otra vez:
B cer. En efecto, Zeus lanza tales amenazas y le dice:
Es preciso que te alegres con la abundancia del oro,
Para que veas si te son provechosos el amor y el lecho [pero no con estas cosas
al cual te metiste, habiendo venido de la mansión de Y
[los dioses y habiéndote burlado de mí7'. el ignorante se enriquece y no sabe otra cosa 75

Por tanto, la descripción e imitación de las acciones Y


malas, si representan, además, la vergüenza y daño que ¿por qué es necesario pues, que tú, que te has de morir,
resultan para los que las realizan, son útiles y no dañan [hagas sacrificios?
con
71 HOM.Od. VI11 249. es mejor. Honrar a los dioses no es ningún trabajo 76.
72 Ibid., VI11 492.
7 3 HoM., 11. XV 32. En el párrafo siguiente, p. 20C. el nombre de 74
Del Arquelao de Euripides; NAUCK. Trag. Graec. Frag., Euripi-
Melantio se refiere, probablemente, a un poeta trágico ateniense del des, núm. 254. El segundo verso citado de nuevo en PLUT.,Mor. 1049F.
mismo nombre y que vivió en el siglo v a. C. Cf. n. 28 del tratado 75
NAUCK,Trag. Graec. Frag., Euripides, núm. 1069.
Sobre cómo se debe escuchar. 76 Ibid., Adesp., núm. 350.
108 MORALIA C ~ M ODEBE EL JOVEN ESCUCHAR LA POES~A 109

Pues tales pasajes ofrecen soluciones claras, si, como ra asombro de los hombres. De nuevo, cuando Eurípi-
se ha dicho, con nuestro juicio crítico dirigimos a los des dice:
jóvenes hacia los mejores. Pero cuantas cosas se dicen Con m u c h a f a m a s de artificio los dioses nos hacen caer;
de forma anormal y no encuentran una solución rápida, pues ellos son mucho más fuertes82 ZIA
estas cosas conviene que las refutemos con otros pasa-
jes con la opinión contraria, escritos por los mismos no está mal añadir este verso:
poetas en otros lugares, sin disgustarnos ni irritarnos
E con el poeta***77 sino con las cosas que se dicen de Si los dioses hacen algo malo, no son dioses ",
conformidad con el carácter de las personas y de bro-
ma. Así, al punto, si quieres, frente a las reyertas homé- dicho mejor por él. Y cuando Píndaro dice muy amarga
ricas de los dioses entre sí y las heridas causadas por y excitadamente:
los hombres, sus discusiones y sus hostilidades: El debe por todos los medios destruir al enemigo",
Seguramente tú sabes pensar otra palabra mejor que
[ ésa 78, pero, se le puede contestar, tú mismo dices que:
y, por Zeus, piensas y hablas mejor y más exactamente Lo agradable contra la justicia
en otros lugares cosas tales como: se enfrenta a u n fin muy amargo8',
los dioses que viven fácilmente 79
y cuando Sófocles dice:
La ganancia es agradable, incluso si procede de
[mentiras
allf se divierten los dioses bienaventurados todos los
[días y, en efecto, podríamos decirle, nosotros hemos escu-
Y chado de ti que:
en efecto, de este modo los dioses dispusieron para Las palabras falsas no producen fruto ''
[los desgraciados mortales
vivir afligidos; pero ellos desconocen las cuitas ". Y a las cosas que dice sobre las riquezas:
F Pero éstas son opiniones sanas y verdaderas a cerca de
los dioses, aquéllas, en cambio, han sido inventadas pa- s2
NAUCK,
Trag. Graec. Frag., Eurípides, núm. 972.
Del Belerofonre de Euripides. según E s ~ o s e o Anrologia
, 3; cf.
77 Laguna en el texto.
'6 HoM., 11. VI1 358 y XII 232. Verso formulario, en boca de Pa- NAUCK. Trag. Grnec. Frag., Euripides, núm. 292, 7.
84 fsrmicas VI1 48.
ris. a Anterior, y de Hector, a Polidamante.
79 Ibid., VI 138; Od. IV 805 y V 122.
Ibid.. VI1 47.
86 NAUCK, Trag. Graec. Frag., Sófocles, núm. 749.
80 HoM., Od. VI 46.
8' HoM.. II. XXiV 525, citado también por Plutarco en Mor. 22B. 87 Ibid., núm. 750.
110 MORALIA C ~ M ODEBE EL JOVEN ESCUCHAR LA P O E S ~ A 11 1

Pero en otra ocasión nos lleva en dirección contraria


Pues la riqueza es diestra para deslizarse por caminos y nos desvía hacia el bien y destruye la osadía del de-
[intransitables
senfreno, cuando dice:
y también por los transitables, en donde el hombre pobre,
aunque sea afortunado, no podría alcanzar las cosas que Una vida mala es una vergüenza, aunque sea agra-
[desea. [dable ''.
Y, en verdad, a u n hombre feo y odioso por su lengua
convierte en sabio y hermoso de aspectoBB, En efecto, estas palabras son contrarias a aquéllas,
mejores y más útiles. Así, una comparación y observa-
se opondrán muchos pasajes de Sófocles, entre los cua- ción de esta clase de pasajes contrarios conseguirán al-
les están éstos: guna de estas dos cosas: o conducirá al joven al bien, D
o alejará su confianza del mal.
Incluso sin riquezas u n hombre puede llegar a ser Y, si los autores mismos no dan las soluciones de
[estimado 89
las cosas expresadas de forma extraña, no es menos há-
Y bil inclinar al joven hacia la mejor, oponiendo, como
en nada es peor el pobre, si razona bien en una balanza, las declaraciones de otros hombres fa-
Y mosos. Por ejemplo, si Alexis perturba a algunos cuan-
do dice:
mas, ¿cuál es el placer de los bienes abundantes
c si sólo una necia preocupación Conviene que el hombre prudente reúna los placeres
produce la riqueza dichosa? ". y tres son los placeres que poseen el poder,
que, en verdad, contribuye a la vida:
beber, comer y conseguir a Afrodita.
Y Menandro exaltó, sin duda, el deseo de placer y lo
A todo lo demás conviene llamarlo accesorio w,
hinchó con aquellos versos eróticos y ardientes:
Todas las cosas que viven y ven el mismo sol que hay que recordar que Sócrates decía lo contrario:
[nosotros, «que los hombres malos viven para comer y beber, pero E
son esclavas del placer 9 2 . los buenos comen y beben para vivir,. Y contra el que
escribió:
Contra el malvado no es u n arma inútil la maldad",
" De los Aleadas de Sófocles. citado por ESTOB.,Antol. XC 127;
Cf. NAUCK,Trag. Craec. Frag., Sófocles. núm. 85. 6. 93 Ibid., núm. 756.
" NAUCK, Trag. Craec. Frag., Sófocles, núm. 751.
94
Ibid., Alexis, núm. 271. Alexis, autor de la Comedia Media y
l b i d , núm. 752. Nueva, que vivid entre los años 375 al 275 a. C.
9l Quizá del Tereo de Sófocles; cf. NAUCK. Trag. Craec. Frag., Só- 95 Cf. MUSONIO RUFO,102, 10 (ed. O. HENSE),ATENEO, IV 158F.
96 EPICARMO. 275; cf. PLUT.,Mor. 534A. F. C . Babbit, editor y tra-
focles, núm. 534.
92 KOCK, Com. Att. Frag., Menandro, núm. 611. ductor de la Loeb. habla aquí de autor desconocido.
112 MORALIA C ~ M ODEBE EL JOVEN ESCUCHAR LA P O E S ~ A 113

ordenándonos, de algún modo, que nos parezcamos a


los malvados, hay que oponer el dicho de Diógenes. En
efecto, habiendo sido preguntado cbmo uno se podría
defender del enemigo, contestó: usiendo él mismo bue- Conviene no dejar pasar las ocasiones para la correc-
no y honrado* ". ción a partir de los pasajes vecinos y que completan
También conviene usar a Diógenes contra Sófocles. el sentido, antes bien, al igual que los médicos, a pesar
En efecto, éste ha empujado al desánimo a miles de hom- de que el escarabajo es mortífero, creen, sin embargo,
bres al escribir estas cosas sobre los misterios: que sus patas y sus alas ayudan también a destruir
su veneno, del mismo modo, en la poesía, si un nom- B
Tres veces dichosos son aquellos de los hombres bre y un verbo unido a él hacen más fácil la dirección
F que, después de haber visto estos misterios, bajan al hacia el sentido peor, cojámoslos y ofrezcamos una acla-
pues sólo a éstos les es posible vivir alli, [Hades; ración, como hacen algunos con estos pasajes:
para los demás hay toda clase de males *.
En verdad, ésta es la recompensa para los míseros
Pero Diógenes, después de haber escuchado algo seme- [mortales,
jante decía: ajqué hablas?, jtendrá mejor destino que cortar su cabellera y derramar lágrimas de su meji-
Epaminondas Patecio, el ladrón, después de muerto, por [llas 'O2,
ZZA que estaba iniciado en los misterios?» Y, asimismo, Y
a Tirnoteo, que en el teatro decía cantando de Artemis: en efecto, de este modo los dioses dispusieron para los
aloca, posesa, fatídica, rabiosa. Iw, Cinesias, al punto,
[desgraciados mortales
le replicó: uojalá que tengas una hija así.. Y contra Teog- vivir afligidos lo'.
nis, que decía:
En verdad todo hombre dominado por la probreza Así pues, no dijo simplemente que para todos los hom-
[nada puede decir, bres había sido dispuesta por los dioses una vida triste,
nada puede hacer y su lengua está atada 'O1, sino para los insensatos y necios, a los cuales, al ser c
miserables y dignos de piedad, acostumbraba a llamar
el pasaje gracioso de Bión: u jcómo, entonces, tú, siendo ((desgraciados. y umíserosm.
pobre, dices tonterías y nos aburres con tu charlatane-
ría?~
Cf. PLUT.Mor. 88A.
q8 NAUCK,Trag. Graec. Frag., Sófocies, num. 753.
* Cf. D16c. LAER.,VI 39. Además, otro método es el que consiste en cambiar,
100 BERGK. Poet. Lyr. Gr.. 11, pág. 620; citado de nuevo en PLUT., a través del uso común de las palabras, los pasajes sos-
Mor. 170A. Timoteo es un poeta lírico de Mileto (447-357 a. C.). Cf.
pasaje de la n. 252.
lo1 TEOGNIS, 'O2 HoM., Od. IV 197.
177. Cf. n. 18. Sobre Bión, citado más abajo, cf. 36 lo'
HoM., II. XXIV 525. citado en Mor. 20F.
de Sobre la educación de los hijos.
114 MORALIA C ~ M ODEBE EL JOVEN ESCUCHAR LA POES~A 115

pechosos en la poesía de lo peor a lo mejor, y en el y algunas veces a «los bienes,, "': E


cual se debe ejercitar al joven más que en las llamadas
y otros me están devorando los bienes Il5,
«glosas, I M . Pues, en efecto, es propio de un erudito y
cosa no desagradable saber que rhigedan&'05quiere de-
cir kakothánatos ya que los macedonios llaman dá- y a veces usan *estar fuera de sí. I l 6 , en lugar de «es-
nos a la muerte; que los eolios llaman k a m r n ~ n í i ? a' ~ ~
tar ofendido, "' y de #estar en apuros* I l 8 :
la victoria conseguida con perseverancia y paciencia. Y Así dijo, y ella retrocedió fuera de sí1I9y sufría
los dríopes llaman pópoi a las divinidades. Pero es ne- [terriblemente I2O,
cesario y útil, si queremos obtener provecho y no daño
D de la poesía, conocer cómo usan los poetas los nombres otras veces en lugar de «ufanarse»12' y «alegrarse»I z 2 :
de los dioses y también los de las cosas malas y buenas,
y qué quieren decir cuando hablan de la Tiche I m y de (Acaso estás fuera de ti Iz3, porque venciste a Iro el
la Moira I m , y si éstas pertenecen a la clase de palabras [vagabundo? 12'.
que en ellos se usan en un solo sentido o en varios, co-
mo es el caso de otras muchas palabras. Pues, por ejem- Y con el verbo «moverse con rapidez» I z 5 , O indican
plo, ellos llaman algunas veces oikos a una casa habita- ((moverse con rapidez., como Eurípides:
da: «como a una casa de techo elevado,, "", y otras ve- Un mostruo que se mueve con rapidez ' 2 6 desde el
ces a los bienes: «mi casa está siendo devorada» " ' , y [mar Atlántico 12',
llaman bíotos I l 2 , algunas veces a ala vida»:
O « sentarse [y «estar sentado.] Iza, como Sófocles:
Pero Posidón, el de cerúlea cabaliera, hizo vano el
[golpe de su lanza,
Il4 En griego r~ chrimata.
no permitiendo que le quitara la vida "', HoM., Od. XIII 419. El término griego para -bien. e s de nue-
vo aqui bioros.
Il6 El término griego es aljein.
Il7 El término griego es ddknesthai.
'18
El término griego e s aporeisthai.
Palabras difíciles de entender por ser extranjeras o por haber Il9 En griego alyous'.
caído en desuso. I2O HoM.. 11. V 352.
12' El término griego es gaurián.
los H ~ M .Il., XIX 325. Rhigedané se aplica aqui a Helena y se suele
'22
traducir ?por a horrible*. El término griego es cháirein.
Io6 <Que muere miserablementen. "' En griego alyeis.
'O7 *Perseverancia en el combate., HoM., 11. XXII 257 y XXIIl 661. Iz4 HoM., Od. XVIII 333, 393.
Iz5
.Suerte.. El término griego es thoázein.
'O9 aDestinos. ' l b En griego ihoázon.

HoM., Od. V 42; VI1 77. Iz7 De la Andrómeda de Eurípides, NAUCK. Trag. Graec. Frag., Eun-
l l 1 Ibid., IV 318. pides, núm. 145.
IlZ .Vida-, existencia^. Iz8 LOS terminos griegos son kathézesthai y thaássein,
Il3 HoM.. 11. XIII 562. El término griego para .vida* aquí es biotos. respectivamente.
C ~ M ODEBE EL JOVEN ESCUCHAR LA POES~A 117

un aliado propicio, y concédeme las cosas que tú B


¿Por qué estáis sentados ante mí en estos asientos,
[concedes '35,
F coronados con guirnaldas suplicantes? '19.

Y es también agradable adaptar el uso de las palabras es evidente que llama al dios mismo. Pero, cuando, llo-
a los temas tratados, como enseñan los gramáticos, to- rando al marido de la hermana, desaparecido en el mar,
mando las palabras una vez en una acepción, otra vez sin haber recibido la sepultura acostumbrada, dice que
en otra, como por ejemplo: hubiera sufrido la desgracia con más moderación:
Si Hefesto hubiera envuelto su cabeza
Elogia el barco pequeño, pero pon tus mercancías
IJo

[en uno grande "l. y sus agraciados miembros en blancas vestiduras 136,

Pues se emplea uelogian 132 en lugar de urecomienda» '33 designa así al fuego, no al dios. Y, de nuevo, Eurípides,
y se usa ahora, en cambio, el mismo verbo arecomen- cuando dice en un juramento:
dar» en lugar de usuplicar» IW; así como en el habla c e ;Por Zeus que está entre los astros y por Ares ase-
rriente decimos a alguien «que esté bien», y le pedimos [sino! I j 7 ,
«que sea bienvenidon, cuando ni lo deseamos ni lo que-
2 3 remos.
~ Así también algunos llaman a ~Perséfonedigna nombraba a los dioses mismos. Pero, cuando Sófocles
de elogio= para decir que es rechazable con plegarias. dice:
Cuidando esta división y distinción de los nombres en
los asuntos más grandes y serios, a partir de los dioses iOh mujeres!, Ares, ciego, e insensible,
comencemos a enseñar a los jóvenes que los poetas usan con aspecto de cerdo, suscita todos los c
los nombres de los dioses refiriéndose en su pensamiento
unas veces a los mismos dioses, otras, sin embargo, a se debe entender la guerra; como, otra vez, se entiende
ciertas fuerzas de las que los dioses son los donantes el bronce, cuando Homero dice:
y guías, llamándolas con el mismo nombre. Así, por ejem- De éstos, en seguida, la negra sangre por la ribera
plo, Arquíloco, cuando al orar dice: [del Escartrandro
Escúchame, soberano Hefesto, y sé para mí, que te de hermosa corriente esparció el cruel Ares '39.
[lo suplico,
Iz9 S~FOCLES, Edipo Rey 2. El término griego usado para .estáis
Así pues, ya que se nombran así muchas cosas, convie-
sentados. es thoázete.
ne saber y recordar que, con el nombre de Zeus y
I3O En griego ainein.
13' Ij5 BERCK,Poet. Lyr. Gr., 11. pág. 703.
Hesiooo, Trabajos y Días 643.
El término griego es ainein. Ibid., phg. 687.
133 El término en griego es epainein. '37 Fenicias 1006.
"' En griego paraifeisthai. En el párrafo siguiente, 23A. se habla NAUCK,Trag. Graec. Frag., Sófocles, núm. 754, citado de nuevo
por PLUTARCO en Mor. 757B.
de Perséfone, hija de Deméter y esposa de Hades. dios de los Infier-
139 HoM., 11. VI1 329-330.
nos, que la raptó.
118 MORALIA C ~ M ODEBE EL JOVEN ESCUCHAR LA POESÍA 119

Zen 14", unas veces se llama a la divinidad, otras a la Nunca aceptes regalos de Zeus Olímpico,
suerte y muchas veces al destino. En efecto, cuando se sino devuélvelos "',
dice:
oh Padre Zeus, soberano del Ida 14', emplea el nombre de Zeus para indicar el poder de la
suerte. En efecto, él llama dones de Zeus a los bienes
de la suerte, a las riquezas, a los matrimonios, a los
cargos y, en general, a todas las demás cosas, cuya po-
oh Zeus, ¿quién afirma que es más sabio que tú?,'41 sesión es inútil a los que no saben usarlas bien. Por F
ello, también piensa que Epimeteo, por ser simple y ne-
se habla del dios mismo. Cuando a los motivos de todo cio, debe guardarse y temer la buena suerte porque se-
lo que sucede se aplica el nombre de Zeus y se dice: rá dañado y destruido por ella. Y otra vez cuando dice:
Muchas almas valerosas arrojó al Hades Nunca te atrevas a echar en cara a un hombre su
...y se cumplía la voluntad de Zeus ,'41 lpobreza funesta
y que consume el alma, don de los bienaventurados
se entiende al destino. En efecto, el poeta no piensa que [inmortales 147,
la divinidad maquina males para los hombres, sino que
señala muy bien la consecuencia necesaria de los he- ahora llama don divino a lo que da la suerte, pues no
chos, porque también para los estados, los ejércitos y es justo reprochar a los que son pobres por culpa de
los jefes, si son prudentes, está determinado por el des- la suerte, sino a la necesidad que va acompañada de
tino ser felices y vencer a los enemigos, pero si, cayen- la pereza, de la molicie, del lujo, porque es fea y des-
do en pasiones y errores como éstos ,"l discuten unos honrosa. En efecto, cuando no se conocía el nombre mis- 24A
E con otros y se pelean, su destino es obrar torpemente, mo de la suerte, al darse cuenta que la fuerza de esta
confundirse y terminar malamente: causa que circula sin orden y sin límites es fuerte e
Pues el destino de los malos consejos imprevisible para la razón humana, la describían con
es cosechar malas recompensas para los mortales ld5.
los nombres de los dioses; igual que nosotros estamos
acostumbrados a llamar a hechos, costumbres y, por
Y seguramente Hesíodo, cuando presenta a Prometeo, Zeus, a discursos y personas demoníacos y divinos. Así,
aconsejando a Epimeteo: muchas de las cosas, que parece que se dicen absurda-
mente sobre Zeus, se han de corregir, entre las cuales
la Nombre con que también se conoce a Zeus entre algunos pue- están también éstas:
blos dorios.
HoM., 11. 111 276, VI1 202 y XXIV 308. '41 HES., Trab. 86-87. Prometeo e s el dios benefactor de la Huma-
NAUCK,Trag. Craec. Frag., Adesp., núm. 351.
143 HoM., 11. 1 3 y 5. nidad y por ello es encadenado en el monte Chucaso por Zeus, y Epi-
Iu Los griegos ante la ciudad de Troya. meteo es su hermano, esposo de Pandora, regalo de Zeus.
Id5 HES., Trab. 717-18.
NAUCK, Trag. Gmec. Frag., Adesp., núm. 352.
120 MORALIA C6M0 DEBE EL JOVEN ESCUCHAR LA POES~A 121

Pues, efectivamente, dos toneles yacen en el umbral pues Zeus cuida de los grandes asuntos de los mortales,
[de los palacios de Zeus
pero los pequeños, abandonándolos, los deja a las otras
B llenos de suertes, el uno de buenas y el otro de malas
[divinidades Is2.

Y es necesario poner mucha atención en los otros


el Crónida, excelso timonel, no ratificó nuestros jura- nombres, que por varias circunstancias son cambiados
[mentos, y adaptados por los poetas. Por ejemplo, está la palabra
sino que, pensándolos, decide males para unos y avirtudn ls3 puesto que, en efecto, no sólo hace a los
[otros "', hombres justos y buenos en las obras y en las palabras,
Y sino también les otorga con bastante frecuencia gloria
y poder. Y a causa de esto los poetas tienen por virtud
en efecto, entonces comenzó a rodar la calamidad a la buena reputación y al poder, dándoles este nombre,
para troyanos y dánaos por voluntad del poderoso igual que llamamos aoliva. '" al fruto del olivo Is5 y
[Zeus ''O, *bellota. al de la encina Is7, con el mismo nombre
que a los árboles. Por consiguiente, cuando los poetas
como si se hablara de la suerte o del destino, en las dicen:
cuales está lo incalculable para nosotros de la causali- Los dioses pusieron ante la virtud el duro
dad y que, en una palabra, no está a nuestro alcance. [trabajo IsP
Pero, cuando es conveniente, razonable y verosímil, de- Y
bemos pensar entonces que se nombra propiamente a
la divinidad, como en estos versos: entonces con su bravura los dánaos rompieron las
[filas lb'
Pero él recorría las filas de los otros guerreros, Y
pero rehuía el combate con Ayante Telamonio, si es preciso morir, es bello morir así,
c pues Zeus se irritaba con él, cuando luchaba con u n poniendo fin a la vida con valor'62,
lguerrero mejor j5'

Is2
HoM., 11. XXIV 527-528,aunque Plutarco sigue la cita de este NAUCK, Trag. Craec. Frag., Adesp., núm. 353.
pasaje recogido en P u r . . Rep. 379D. sólo el primer verso es exacta- Is3 En griego arett.
mente común a ambos, mientras que en el segundo se separan. El ori- '" En griego e l a k
Iss En griego elaia
ginal lo cita PLUTARCO en Mor. 105C.
149 HoM., 11. VI1 69-70.
'" En griego phzgds.
HoM., Od. VI11 81-82. Is7 En griego ph¿gds.
15' HoM., 11. X I 340,542. El verso 3.O no se encuentra en los ma- Is8 en griego arett.
Is9 HES., Trab. 289.
nuscritos de Hornero, pero por la autoridad de este pasaje, Mor. 36A.
y ARIST.,Retórica 11 9,y la Vida de Hornero, atribuida a Plutarco, nor- 'm En griego are?$.
malmente se ha impreso como el verso 543 en las ediciones de Home- lb' HoM., 11. X I 90.

ro. El que rehuye el combate con Ayante es Héctor. En griego are&. NAUCK. Trag. Craec. Frag., Euripides, núm. 994.
Cf.PLUT.,Vida de Pelópidas 2 (317B).
122 MORALIA

nuestro joven debe pensar, al punto, que se dicen estas sofos llaman facultad o posesión completa de los bienes
cosas sobre la facultad mejor y más divina que hay en- y perfección de una vida próspera según la naturaleza,
tre nosotros, por la cual entendemos un juicio recto, ya que los poetas, usando mal el término, muchas veces
la parte más excelsa de una naturaleza lógica y la con- llaman al rico feliz Ib9 O bienaventurado y al poder, y a ~ S A
forme disposición del alma. Pero, cuando en otro mo- la gloria felicidad I7O. Homero, en efecto ha usado co-
mento lea el verso: rrectamente las palabras:
E Zeus aumenta y disminuye en los hombres la Porque, en verdad, sin alegría reino sobre estas
[virtud lb' [riquezas 17',
y el verso: y Menandro:
La virtud y la gloria acompañan a la riqueza IM, Poseo muchas riquezas y todos me llaman rico,
pero feliz ninguno '72,
no sentirá terror ni admiración ante los ricos, como si
pudieran comprar en un momento con dinero la virtud, y Eurípides produce mucha perturbación y confusión
ni creerá que reside en la suerte aumentar o disminuir cuando dice:
su propia inteligencia, sino que pensará que el poeta
emplea virtud en lugar de gloria, poder, buena suerte Ojalá no tenga yo una penosa vida feliz 17'
o algo parecido. Pues también con la palabra mal- Y
dad una vez indican los poetas propiamente la ma- (Por qué honras la tiranía, feliz injusticia?,'71 B
lignidad y la perversidad del alma, como Hesíodo:
En verdad, se puede conseguir la maldad también si, como se ha dicho, uno no sigue las metáforas y los
[en abundancia '" usos analógicos de las palabras. Así pues, esto es sufi-
ciente sobre este asunto.
F y otra vez algún otro mal o desgracia, como Homero:
Pues los mortales envejecen al punto en la
[desgracia '67.
Pero se ha de recordar aquello a los jóvenes, no una,
Puesto que también se engañaría uno que creyera que sino muchas veces, mostrándoles que, teniendo la poe-
los poetas llaman felicidad Ib8 a lo mismo que los 81ó-
169En griego eudaímtin.
'63 HoM., Il. XX 242. 170En griego eudaimonía.
'M HES., Trab. 313. I7lHoM.. Od. IV 93. En el texto hornérico se lee chairon en lugar
En griego kakótzs. de un esperado eudaím¿%, que quizás es lo que ley6 Plutarco.
Hes., Trab. 287. I7l KOCK, Com. Att. Frag., pág. 184.
'67 En griego kakótEs. HoM., Od. XIX 360. 173 EuR., Medea 598.
En griego eudaimonía. '74 EuR., Fenicias 549.
sía una base imitativa, emplea el adorno y el brillo en
las acciones y caracteres que trata, pero no descuida
la semejanza de la verdad, ya que la imitación tiene su Por tanto, siendo así las cosas, acerquemos al joven
c atractivo en la verosimilitud. Por ello, la imitación, que a la poesía, para que sobre aquellos grandes y famosos
no desdeña enteramente la verdad, presenta juntamen- personajes, no tenga la opinión de que eran, en efecto, E
te en las acciones señales mezcladas de maldad y de hombres sabios y justos, reyes perfectos y modelos de
virtud, como la poesía de Homero, que da a entender, toda virtud y rectitud. Puesto que saldrá muy perjudi-
sin duda, muchas veces que no le importan los estoicos cado al apreciar y admirar todas las cosas, al no recha-
que no creen que sea justo que algo vil se acerque a zar nada, sin escuchar y sin aceptar al que los critica,
la virtud, ni algo honroso a la maldad, sino que el igno- porque hacen y dicen cosas como éstas:
rante se equivoca absolutamente en todas las cosas,
;Ojalá!, Padre Zeus y Atenea y Apolo,
mientras que el culto hace bien todas las cosas. En efec-
que ninguno de los troyanos, cuantos son, escape a la
to, en las escuelas oímos estas cosas. Pero en las accio-
nes y en la vida de muchos hombres, según Eurípides: [muerte,
ninguno de los argivos, pero que nosotros dos escapemos
No se podría separar el bien y el mal, [de la ruina
sino que existe una mezcla,'71 para destruir solos las sagradas almenas de Troya 17b

y, prescindiendo de la verdad, el arte poético usa prin-


D cipalmente de la variedad y la diversidad. Pues el ele- oí la voz muy quejumbrosa de Casandra, una de las hijas
mento emocional, sorpresivo e inesperado, al que siguen [de Príamo,
un gran estupor y un gran placer, lo proporcionan a a la cual estaba matando la dolosa Clitemestra F
los mitos los cambios. Pero lo sencillo está falto de emo- junto a mí '77
ción y de leyenda. Por esta razón, los poetas no presen-
tan a los mismos personajes venciendo siempre en to-
das las cosas, teniendo éxito y obrando bien. Sino que que
. yo yaciera con la concubina, para que aborreciese
~~

ni siquiera a los dioses, cuando realizan acciones huma- [al anciano.


Yo la obedecí y lo hice
nas, los presentan faltos de emociones y de errores, pa-
ra que, en ningún momento, el elemento perturbador
y el elemento sorpresivo de la poesía queden inactivos,
Padre Zeus, ningún otro de los dioses es más funesto
al realizarse sin peligros y sin rivales. [que tf.i '79.
176 HoM., I!. XVI 97-100.
'77 HoM., Od. XI 421423. Se refiere el poeta a Clitemestra, espo-
sa de Agamenón, jefe de los griegos ante Troya.
'71 Del zolo de Eurípides; cf. NAUCK,
Trag. Graec. Frag., EurÍpi- 178 HoM., 11. IX 452453.

des, núm. 21. Citado tambih en PLUT.,Mor. 369B y 471A. 179 Ibid., 111 365.
Z ~ AYque el joven no se acostumbre a alabar cosas como Pero, cuando el adivino dice que teme la ira del más
ésta, ni sea persuasivo y hábil para encontrar pretextos poderoso de los griegos, él, sin sensatez ni moderación,
ni para imaginar engaños apropiados en las malas ac- jurando que nadie le pondrá las manos encima, mien-
ciones, sino que crea más aquello: que la poesía es imi- tras él viva, añade: ani aunque nombres a Agame-
tación de caracteres y formas de vida de hombres no nón I8l, mostrando indiferéncia y menosprecio del jefe.
perfectos, ni puros, ni intachables en todo, sino someti- Y, después de esto, más fuera de sí, se precipita sobre su D
dos a pasiones y opiniones falsas e ignorantes, pero que espada con la intención de matarlo, de forma insensata
por buena disposición natural se cambian a sí mismos e inconveniente. Pero, en seguida, cambiando de opinión,
hacia lo mejor. Pues una preparación y una opinión así
envainó de nuevo la enorme espada
del joven, excitado y entusiasmado con las cosas bien
y no desobedeció la orden de Atenea ln2,
B dichas y bien hechas, y sin admitir las malas y recha-
zándolas, hará inofensiva la acción de escuchar. En cam-
bio, el que admire todas las cosas y las asimile y sea esta vez sensata y hermosamente, porque él, al no po-
esclavizado en su opinión por la manera de ser de los der desahogar completamente su ira, sin embargo, an-
personajes heroicos, como los que imitan la giba de Pla- tes de hacer algo irreparable, desvió y detuvo dócilmen-
te el acontecimiento con la razón. De nuevo Agamenón E
tón y el tartamudeo de Aristóteles, sin darse cuenta, se
dejarán llevar hacia muchos males. Por tanto, conviene hace el ridículo con las cosas que dice y hace en la asam-
no temblar cobardemente ni postrarse de rodillas ante blea, pero en lo que se refiere a Criseida es más digno
y regio. Pues Aquiles, después que se llevaron a Briseida,
todo, como se hace por la superstición, en un templo,
sino acostumbrarse a proclamar valientemente que al- rompiendo a llorar, aparte de sus compaiieros se sentó
go ano es justo. y ano es convenientes, no menos que [lejos, re tirado 'O3,
c aes justo. y «conveniente».Por ejemplo, Aquiles convo-
ca una asamblea de los soldados que estaban enfermos, y éste ,"l haciéndola subir él mismo en la nave, y en-
porque sufría más que todos con la demora de la gue- tregando y enviando a la mujer de la que poco antes
rra a causa de su fama y su opinión en el ejército; pero había dicho que le era más cara que su propia esposa,
debido a sus conocimientos médicos y dándose cuenta, no hizo ningún acto deshonroso ni amoroso. Y también
después del noveno día, en que estas cosas tienen su Fénix, maldecido por su padre, a causa de la concubina:
crisis, que no era una enfermedad normal no debida
a causas ordinarias, levantándose no dirige la palabra Yo planeé, dice, matar a éste con el agudo bronce, F

a la multitud, sino que aconseja al rey estas cosas muy pero detuvo mi cólera uno de los inmortales, el cual
bien, moderada y convenientemente: [me hizo pensar

Hijo de Atreo, creo que nosotros, yendo errantes 18' Ibid.. 1 90. Son palabras de Aquiles al divino Calcante.
[de nuevo, Ie2 Ibid., 1 220-221.
tendremos que volver atrás ''O. la3 Ibid., 1 349. Briseida era esclava de Aquiles, y Criseida de
Agamenón.
1" Ibid., 1 59-60. Ie4 Agamenón.
128 MORALIA

en la opinión del pueblo y en los muchos reproches de bras y admirando su conversación, llena de buen senti-
[los hombres, do, pide casarse con tal varón más que con alguno de
para que yo no fuera llamado parricida entre los sus ciudadanos marinero o bailarín, es justo que sea
[aqueos las. alabada. De nuevo, cuando Penélope habla amablemen-
te con los pretendientes, mientras aquéllos le otorgan
Ahora bien, Aristarco, temeroso, quitó estos versos. Pe- graciosamente vestidos y objetos de oro y otros ador-
ro están muy a propósito, ya que Fénix está enseñando nos, Odiseo estaba complacido,
27A a Aquiles qué es la ira y a qué cosa se atreven los hom-
porque les sacaba regalos y cautivaba su ánimo lea, c
bres encolerizados, cuando no usan la razón ni obede-
cen a quienes los exhortan. Así, también presenta a Me-
pero si él se alegra por la corrupción y la ganancia, so-
leagro '" encolerizado con sus ciudadanos y después
brepasa en alcahuetería a Poliagro, ridiculizado en las
apaciguado, criticando justamente las pasiones. pero ala- comedias:
bando el no seguirlas, el oponerse a ellas y dominarlas
y cambiar de opinión, como algo bello y provechoso. Feliz Poliagro, que alimentaba a una cabra celeste,
Aquí, en efecto, la diferencia es evidente; pero, cuando que le traía riquezas lag.
no está clara la opinión del poeta, se ha de explicar en-
tonces, poniéndoselo de algún modo como ejercicio al Pero si lo hace porque piensa que los tendrá con ello
joven. Así, si Nausícaa, al ver a Odiseo, a un hombre más confiados y sin preocuparse del futuro, su conten-
extranjero, y sintiendo la misma pasión hacia él que to y confianza tienen una explicación. Del mismo modo,
B Calipso, porque es altiva y está en edad de casarse, dice en el recuento de las riquezas que los feacios le coloca-
neciamente a las criadas cosas como éstas: ron en la costa antes de marcharse, si, al encontrarse
realmente en tal soledad, ignorancia e incertidumbre de
Ojála un varón tal fuera llamado mi esposo,
lo que le puede pasar, teme por las riquezas:
viviendo aquí, y le agradara quedarse aquír8',
no se hayan ido llevándose algo de la cóncava nave Ig0, D
se ha de reprochar su atrevimiento y su intemperancia.
Pero si, al conocer el carácter del hombre por sus pala- es justo que se lamente y desprecie, jpor Zeus!, su ava-
ricia. Pero si, como dicen algunos, dudando si estaba
lS5 HoM., 11. IX 458-461. Estos versos faltan en los manuscritos en Ítaca, cree que la salvación de sus riquezas es una
de Homero, pero son aceptados en todas las ediciones. Otras citas de demostración de la honradez de los feacios (pues, en
PLUTARCO de estos versos las tenenlos en Vida de Coriolano 32 (229B).
y el último verso en Mor. 72B. Fénix es un jefe griego ante Troya y verdad, despuks de llevarlo, no lo hubieran arrojado y
Aristarco, mencionado a continuación, e s el gran filólogo alejandrino abandonado sin ganancia alguna en una tierra extraña,
del siglo 11 a. C.. gran conocedor de Hornero.
Homero. Meleagro, hijo de Eneo y Altea de Etolia, hCroe que Ibid., XVIII 282.
colaboró en la caza del jabalí de Calidón. lE9 KOCK,Com. Arr. Frag., 111 399. Se refiere probablemente a la
HoM., Od. VI 244-245. Son palabras de Nausicaa. hija del rey cabra Amaltea, la fabulosa nodriza de Zeus niño.
de los feacios. Iq0 HoM., Od. V 216.
dejándole las riquezas), no se sirve de una mala señal cree que aquélla debe ser castigada porque dio a luz
y es justo alabar su previsión. También algunos criti- al causante de su adulterio. En efecto, que el joven no
can el desembarco mismo, si en realidad sucedió mien- se acostumbre a pensar que alguna de estas cosas es
tras estaba dormido (también se dice que los tirrenos ingeniosa y hábil y que no. se sonría con tales destrezas
E conservan una historia según la cual Odiseo era dormilón para hallar argumentos, sino que aborrezca más las pa-
por naturaleza y que, por eso, muchas veces era muy labras que los hechos del libertinaje.
desagradable en su trato), pero lo aceptan, si el sueño
no era verdadero, sino que él, avergonzándose por te-
ner que despedir a los feacios sin los dones de la hospi-
talidad y sin muestras de amistad, no pudiendo escon- Por tanto, en todas las cosas es útil también buscar
derse de sus enemigos, estando aquellos presentes, sa- la causa de lo que se dice. Así, Catón ,"l cuando era to-
lió de la situación apurada con un pretexto, haciéndose davía un niño, hacía lo que le mandaba el pedagogo,
el dormido. Así pues, mostrándoles estas cosas a los jó- pero preguntaba la causa y la razón del mandato. Pero B
venes, no permitiremos que surja en ellos una inclina- a los poetas no hay que obedecerles como a pedagogos
ción hacia las malas costumbres, sino una emulación o legisladores, a no ser que su asunto sea razonable.
y preferencia por las mejores, añadiendo enseguida la Y lo será, si es bueno; pero, si es malo, parecerá a los
censura para unas y el elogio para otras. Conviene ha- ojos vacío y vano. Mas la mayoría, pide con precisión
cer esto sobre todo en las tragedias, las cuales introdu- las causas de tales cosas y se informa de cómo han sido
cen palabras persuasivas y hábiles en acciones indignas dichas:
F y perversas. En realidad, no es completamente verdade-
ro lo que dice Sófocles: No colocar nunca la jarra de escanciar vino
sobre la crátera, mientras alguien bebe '95
No nacen palabras bellas de acciones no bellas Iql,
Y
pues también éste está acostumbrado a emplear pala- el hombre, que desde su carro alcance el carro de otro,
bras agradables y motivos humanitarios para costum- que tienda contra é l su lanza IW,
bres malas y acciones insensatas. Y ves, otra vez, que
su compañero de escena ha hecho que Fedra culpe a pero aceptan con confianza y sin examen previo cosas c
28A Teseo, porque fue por sus violencias por lo que ella se mayores, tales como éstas:
enamoró de Hipólito '92. La misma libertad de palabras Y esclaviza a un hombre, aunque sea un osado,
emplea contra Hécuba, en las Troyanas, Helena ,'91 que cuando conoce las desgracias de su padre o de su ma.
191 NAUCK, Trag. Craec. Frag., Sófocles, núm. 7 5 5 . [dre, ' 9 1
192 Posiblemente, en el Hipólito velado. tragedia de Eurípides, que
no nos ha sido transmitida; c f . N A U C K , Trag. Graec. Frag., Eun'pides, PLUT.,Vida de Catón el Joven 1 (760A).
núm. 491. 195 HES., Trab. 744-745.
'9j
EuRIP., Troyanas 919. Helena se refiere a Paris, hijo de Hécu- HoM., I!. IV 306-307.
'91
ba y Priamo. reyes de Troya. EuR~P.,Hipólito 424-425. Citado también en PLUT..Mor. 1C
MORALIA

mar el carácter. No es una mala cosa tratar también


es necesario que sea humilde el que es un desgracia de esto con brevedad tocando el contenido de los he-
[do IV8. chos, dejando las grandes construcciones, las figuras y
la multitud de los ejemplos para los que escriben en
Sin embargo, estas cosas afectan a nuestros caracteres forma más ostentosa. En primer lugar, pues, que el jo- F
y perturban nuestras vidas, creando en nosotros juicios ven, tras conocer los caracteres buenos y malos y los
vanos y opiniones viles, si no nos acostumbramos a con- personajes, aplique su atención a las palabras y accio-
testar a cada una de ellas; ¿por qué es necesario que nes que el poeta ha asignado convenientemente a cada
el que es un desgraciado sea humilde y no, más bien, uno. Por ejemplo, Aquiles le dice a Agamenón, aunque
que se oponga a su suerte y se haga a sí mismo altivo habla con ira:
y no humilde? Y, ¿por qué causa, si yo soy bueno e inte- Nunca obtengo yo un botin igual al tuyo,
ligente, porque haya nacido de un padre malo y necio, siempre que los aqueos destruyen alguna populosa ciu-
D no me conviene enorgullecerme por mi virtud, sino más [dad de los Troyanos 'O",
bien estar acobardado y ser humilde a causa de la igne
rancia de mi padre? Por tanto, el que responde así y Tersites, en cambio, injuriándole dice:
pregunta, a su vez, y no se deja llevar por cualquier
palabra, como por el viento, sino que piensa que es jus- tus tiendas están llenas de bronce, en tus tiendas
to el dicho: aun hombre necio suele asustarse por cual- hay muchas mujeres escogidas, que los aqueos te damos
quier palabra» '*,rechazara muchas de las cosas di- e l primero, cuando tomamos una ciudad 201, 2 9 ~
chas sin verdad e inútilmente. Así pues, estas cosas ha-
rán inocua la acción de escuchar la poesía. y de nuevo Aquiles:
Tan pronto como Zeus
nos conceda saquear la bienamurallada ciudad de Tro-
[ya 202,
Porque, así como bajo las hojas y los frondosos sar- y Tersites:
mientos de una vid muchas veces se esconde el fruto
E y pasa desapercibido en la sombra, de la misma mane- al que yo u otro de los aqueos, habiéndolo atado, con-
ra en la dicción poética y,,en los cuentos extensos se [duzca prisionero 'O'.
le escapan al joven muchaS cosas útiles y aprovecha-
bles, pero no conviene que esto suceda y que se extra- De nuevo, cuando Agamenón insulta a Diomedes en
víe de los hechos, sino que se agarre fuertemente, sobre la revista del ejército, éste no le contesta nada:
todo, a los que llevan a la virtud y son capaces de for-
HoM., 11. 1 163-164.
Iv8 NAUCK, Trag. Graec. Frag., Euripides, núm. 957. 201 Ibid., 11 226-228.
Ivv Un dicho de Heráclito. Se cita también en PLUT..Mor. 41A. Cf. 202 Ibid., 1 128-129.
DIELS, Fragmente der Vorsokratiker, 1, pág. 95. z03 Ibid., 1 231.
rey, por haberles traído la peste 'OB. Néstor, en cambio,
escuchando con respeto la reprimenda del venerable cperiendo decir un discurso sobre la reconciliación con
[rey m, Aquiles, para no parecer que atacaba a Agamenón ante
pero Esténelo, cuya fama es nula, dice: la multitud, porque se había equivocado y se había de-
jado dominar por la ira, dice:
Hijo de Atreo, no mientas, si sabes decir la verdad.
Nosotros nos gloriamos de ser mucho mejores que nues- ofrece un banquete a los ancianos; a ti te corresponde,
[tros padres 205. no es ofensivo para ti. Y, cuando estemos muchos reuni- D
[dos,
B En efecto, tal diferencia, bien observada, enseñará obedecerás a aquel que dé el mejor consejo2w,
al joven a considerar como un rasgo de cultura la mo-
destia y la moderación, y evitar la soberbia y la jactan- y después de la comida él envía "% los mensajeros l".
cia como algo vulgar. También es útil considerar lo que En efecto, ésta era la manera de corregir el error, aque-
hizo Agamenón entonces. Pues, pasando por alto a Esté- lla acusación y ultraje.
nelo, se ocupó de Odiseo que estaba ofendido, le contes- Y, además, hay que considerar también las diferen-
tó y se dirigió a él, cias entre las estirpes, cuya forma de ser es como si-
gue: los troyanos atacan con griterío y temeridad, los
cuando comprendió que estaba irritado; e intentó re- aqueos en cambio:
[tractar su palabra '?
En silencio, temiendo a sus jefes ?12.
ya que responder a todos es rasgo de servilismo y falta
de dignidad; pero despreciar a todos es cosa arrogante En efecto, el temor a los jefes, cuando se va a venir
y necia. Diomedes guardó silencio muy bien en la bata- a las manos con los enemigos, es serial, a la vez, de va-
lla, a pesar de haber sido reprendido por el rey, lor y de obediencia. Por esta razón, Platón intenta acos-
c pero después de la batalla usa de la libertad de palabra tumbrarnos a temer los reproches y los males más que
y le dice: los trabajos y los peligros l", y Catón 41' decía que pre- E
fería los que se ruborizan a los que palidecen. También
Primero menospreciaste mi valor ante los dánaos 'O7. existe un carácter propio de las promesas. Y Dolón
promete:
Y está bien no pasar por alto la diferencia entre un hom-
bre prudente y un adivino venerable. Pues Calcante no
tuvo en cuenta la oportunidad, sino que no se preocupó 208 Ibid., IX 69 SS. y 94 SS.
en absoluto, al acusar en presencia de la multitud al 2w IX 70 y 74-75.
210 Agamenón.
Ibid., IV 402. A Aquiles.
Ibid., IV 404-405. 212 HoM.,Il. IV 431.
2" Ibid.. IV 357. 213 Cf. PLAT.,Apología de Sócrates 28d-e.
207 Ibid., IX 34. Cf. PLUT., Vida de Catón e / Viejo 9 (528F).
mientras que Ayante siempre fue muy amigo de Aquiles B
Así pues, atravesaré de parte a parte el ejército y le dice a Héctor acerca de él:
hasta que llegue a la nave de Agamenón 2'5,
Ahora sabrás claramente, sólo de un hombre solo,
Diomedes, en cambio, no promete nada, pero dice que qué clase de adalides tienert entre ellos los dánaos, aún
tendrá menos miedo si es enviado con otro. En efecto, [sin contar con Aquiles,
la prudencia también es un rasgo griego e inteligente. matador de hombres, de corazón de león 220.
La temeridad un rasgo bárbaro y vulgar. Y conviene imi-
tar lo uno y evitar lo otro 216. Y tampoco es inútil el Y esto es una alabanza de Aquiles; pero, a continua-
observar el estado del alma de los troyanos y de Héc- ción, se habla muy ventajosamente de todos:
tor, cuando Ayante está a punto de entablar un singular Pero tales somos nosotros, los que podríamos oponemos
F combate con aquél. En efecto, Esquilo en Istmo, al ser
golpeado un púgil en la cara y alzarse un griterío dijo: [a ti,
aún muchos 221,
.Lo que hace el entrenamiento. Los espectadores gritan
y el golpeado callan 217. Y cuando el poeta dice que los no mostrándose a él como único y el mejor, sino como
~ O Agriegos se alegraban al ver a Ayante, avanzando resplan-
uno que, entre muchos semejantes, puede combatir. En
deciente con sus armas: realidad, esto es suficiente en torno a la diferencia, a c
Un terrible temblor paralizó a los troyanos, cada uno no ser que quisiéramos agregar también aquello de que
[en sus miembros entre los troyanos han sido cogidos también muchos vi-
y al mismo Héctor le palpitó el corazón en el pecho 218, vos, pero entre los aqueos ninguno, y de aquéllos, algu-
nos se arrojaron a los pies de los enemigos, como Adras-
¿quién no admiraría la diferencia? Por un lado, el cora- to 222, los hijos de Antimaco Licaón =', el mismo Héc-
zón del que está en peligro salta solamente, ipor Zeus! tor suplicando a Aquiles por su sepultura; de éstos,
como el que está a punto de luchar o correr en un esta- en cambio, ninguno, como si fuera una costumbre bár-
dio; por otro, el cuerpo de los espectadores tiembla y bara el suplicar y el arrojarse a los pies en los comba-
se agita a causa del afecto y el temor por su rey. Tam- tes, y una costumbre griega el vencer luchando o morir.
bién en otro lugar se ha de considerar la diferencia en-
tre un hombre valeroso y un cobarde. Pues Tersites:
- -

era odioso sobre todo para. Aquiles y para Odiseo 2'9,


220 Ibid., VI1 226-228.
- -
221 Ibid., VI1 231.
222 Ibid., V I 37. Adrasto, guerrero troyano, muerto por Agamenbn.
2'5 HoM., 11. X 325. Dolón es un guerrero troyano, enviado a es-
223 Ibid., XI 122. Pisandro e Hipóloco, guerreros troyanos, muer-
piar el campamento 'griego y muerto por Diomedes, héroe griego.
tos por Agamenón.
216 Ibid., X 220 SS.
''2 Cf. PLUT.,Mor. 79D-E.
224
Ibid., XXI 35. Licaón, guerrero troyano, muerto por Aquiles.
225 Ibid., XXII 337. Héctor, hijo de Príamo, rey de los troyanos.
2'8 HoM., 11. VI1 215-216.
219 Ibid., 11 220.
muerto por Aquiles.
C ~ M ODEBE EL JOVEN ESCUCHAR LA POES~A 139

todos, teme la vergüenza y la censura, pero no la muer-


te, hará al joven emocionarse ante la virtud. Y con el
verso:
Porque, asi como en los pastos la abeja persigue la
flor, la cabra el tallo nuevo, el cerdo la raíz y los otros Y Atenea se alegró por el hombre inteligente y justo '18,

animales la semilla y el fruto, del mismo modo, en las


lecturas de la poesía, el uno selecciona las flores de la el poeta ofrece la misma reflexión, al hacer que la diosa
D historia, el otro se coge a la belleza y a la construcción no se alegre por causa de un hombre rico o con uno
de las palabras, como dice Aristófanes acerca de que es bello de cuerpo, o fuerte, sino prudente y justo,
Euripides: y, además, cuando dice que no mira con indiferencia F
ni abandona a Odiseo:
Pues yo me sirvo de la redondez de su boca 226,
porque es sensato, sagaz y discreto "9,
y aquellos que se ocupan de las cosas que se han dicho
acerca del carácter, pues hacia éstos se dirige ahora muestra que de nuestras cosas sólo la virtud es algo
nuestro discurso, debemos recordarles cuán extraño es apreciado por los dioses y es algo divino, si es cierto
que el amante de los mitos se entere de las cosas que que por naturaleza lo semejante se alegra con lo seme-
se cuentan de forma nueva y extraordinaria, que al filó- jante. Puesto que, si parece que es una cosa grande, y ~ I A
logo no se le escapan las cosas que se dicen de forma lo es el dominar la cólera, más grande es la vigilancia
pura y retórica; en cambio, el amante de lo bello y el y la prudencia de no caer y ser arrastrado por la cólera,
amante de la honra y que se dedica a la poesía no por- conviene también demostrar estas cosas, no de pasada,
E diversión sino por educación, escuche ociosa y descui- a los que leen: que Aquiles, que no era un hombre pa-
dadamente las cosas que se muestran acerca del valor, ciente y afable, ordena a Príamo que conserve la calma
la prudencia o la justicia, como, por ejemplo, son: y que no lo irrite de este modo:
f

Tidida, ¿sufriendo nosotros dos qué cosa, nos hemos ol- no me irrites más ahora, anciano; también yo mismo pien-
[vidado de nuestro impetuoso valor?
Mas ea, ven aquí, amigo mío, colócate junto a mí, pues [so
entregarte en rescate a Héctor, pues me vino un mensaje-
[ciertamente será una vergüenza,
[ro de Zeus,
si Héctor, el de tremolante casco, se apodera de las na- no sea que, oh anciano, ni a ti mismo te deje en mi tienda,
[ves "'.
aunque eres un suplicante, y viole las órdenes de
En efecto, el observar que el hombre más prudente, [Zeus 2w.
cuando está en peligro de ser destruido o de morir con
226 KOCK,Com. Att. Frag., 1, phg. 513. Aristófanes. el poeta cómi-
co, habla así de Euripides, el poeta trágico. 228 HoM.. Od. 111 52.
227 HoM., 11. XI 313-316. El primer verso citado también en PLUT.,
229 Ibid.. XIII 332.
2M HoM., 11. 560-561 y 569-570.
Mor. 71F.
140 MORALIA C ~ M ODEBE EL JOVEN ESCUCHAR LA POES~A 141

B Así pues, después de haber lavado y envuelto él mis- por los pies a través del palacio hasta la puerta,
mo a Héctor, lo coloca sobre el carro antes de que el o me hieran con flechas. Tú, observando, sopórtalo 13'.
padre lo vea ultrajado,
En efecto, igual que a los caballos no se les pone freno
no fuera que no pudiese contener la cólera en su cora- en las carreras, sino antes de las carreras, del mismo
[zón afligido, modo los propensos a la violencia y los iracundos se
al ver a su hijo y Aquiles se irritara en su corazón deben encaminar hacia las dificultades controlándose
y lo matase, violando así las órdenes de Zeus 2". antes con-un razonamiento y disponiéndose a ellas de
antemano.
En verdad, es una previsión admirable que un hom- Conviene que no escuchen con negligencia las pala-
bre que es propenso a la cólera y que es cruel e iracun- bras, sino que rechacen las bromas de Cleantes, pues
do por naturaleza no se desconozca a sí mismo, sino hay veces en las que habla con ironía, cuando, preten-
que evite y vigile las causas y las prevenga de lejos con diendo explicar la expresión «Padre Zeus, que reinas
razonamiento para no caer involuntariamente en la pa- desde el Ida, con eidgsei medéon 2M, y aZeus, Sobe- E
c sión. Del mismo modo es preciso que se comporte el rano Dodoneo, 237, aconseja leer como una las dos ú1-
aficionado al vino con la bebida y el inclinado al amor timas palabras, como si por asimilación, al aire que ema-
con el amor. Así, AgesilaoU2no permitió ser besado na de la tierra lo llamara anadodúnaion 239.
por el hermoso joven que se le acercaba, y Ciro "' no También Crisipo con frecuencia es mezquino, cuan-
se atrevió a ver a Pantea; por el contrario, los ignoran- do sin jugar, pero buscando con ingenio las palabras
tes reúnen dos cosas, incitan a las pasiones y se aban- de forma poco convincente, dice, forzando el sentido,
donan a aquellas que son, sobre todo, malas y resbala- que ~Crónidalongividente~ es el uhábil en el hablar,
dizas. Y Odiseo no sólo se contiene a sí mismo, cuando y uel que aventaja a todos en la fuerza de la palabra,.
está irritado, sino también desanima a Telémaco, al dar- Es mejor, dejando estas cosas a los gramáticos, insistir
se cuenta por su palabras que está molesto y lleno de más en aquellas en las que hay a la vez utilidad y agrado:
odio y procura con antelación que mantenga la tranqui-
lidad y se contenga, ordenándole: 2" HoM., Od. XVI 274-277. En el texto de Plutarco hay una pe-
Si éstos me ultrajan en el palacio, que tu corazón queña variante al principio del verso 272, oi por ei, que se lee en nues-
tra edición de la Odisea
[soporte 235 HoM., II. 111 320, VI1 202, XXIV 308. Cleantes e s un filósofo
D en tu pecho el que sufra malos tratos, aunque me estoico del siglo III a. C., autor de un himno a Zeus, que se nos ha
[arrastren conservado.
236 *Que reinas con el conocimiento^.
237 HoN., 11. XVI 323.
23' Ibid., XXIV 584-586. En griego ána DGdfinaie, tomando la palabras h a , vocativo de
JENOFONTE, Agesilao V 4. Cf. PLUT..Vida de Agesilao 1 1 (602A). ánax .señor*, por la preposición aná .hacia arriban.
239 AnadGdGnaíon. Algo así como #donativo hacia arribas.
Se trata de Agesilao. rey de Esparta (398-360 a. C.).
240 HoN., Il. 1 498. Crisipo es un filósofo estoico nacido en Solos
JEN..Ciropedia V 1, 8. Cf. PLUT.,Mor. 521F. Se trata de Ciro,
rey de los persas y fundador de este gran imperio en el siglo vi a. C. de Cilicia (280-207 a. C.).
Oh amigo mío, es verdad, yo pensaba que tú aventajabas B
Ni mi corazón me impulsa a ello, pues aprendí a [a los demás en tus mientes 246,
[ser valiente 24'
Y
pues los hombres sensatos no engañan ni se portan des-
pues sabía ser amable con todos 242. lealmente en las batallas, ni acusa1 injustamente a los
otros. También, cuando dice que Pándaro 247 se dejó
F En efecto, el poeta, mostrando. que el valor es algo que persuadir por insensatez a violar los juramentos, está
se puede aprender y pensando que el conducirse a la claro que piensa que el hombre sensato no comete in-
vez amistosa y amablemente con los hombres surge del justicia. También sobre la prudencia es posible mostrar
conocimiento y según la razón, exhorta a no despreocu- cosas semejantes que se colocan junto a cosas dichas
parse de sí mismo, sino a aprender el bien y prestar de este modo:
atención a los que enseñan, como si la grosería y la co-
bardía fueran ignorancia y necedad. Con esto está muy Con éste deseó locamente la mujer de Preto, la divina
acorde aquello que dice el poeta sobre Zeus y Posidón: [Antea,
unirse en amor clandestino; pero no convenció a éste,
3 2 ~ Ciertamente, para ambos el linaje era el mismo y de que pensaba cosas honestas, al prudente Belerofonte
[ u n padre,
pero Zeus nació primero y sabía muchas más cosas 243.
Pues declara que el conocimiento es lo más divino y y ésta, al principio, rechazaba el hecho infame, c
más regio, en el que descansa la máxima superioridad la divina Clitemestra, pues tenía buenos sentimientos 249.

de Zeus, porque cree que las otras virtudes siguen a


Por tanto, en estos casos el poeta atribuye al conoci-
ésta. También se ha de acostumbrar, al mismo tiempo,
al joven a escuchar con atención estas cosas: miento la causa de la moderación, y en sus exhortacio-
nes a la batalla, diciendo en varias ocasiones:
No dirá una mentira, pues es muy sensato
Qué vergüenza, oh licios, ¿hacia dónde huis? Sed
Y
[ahora impetuosos
oh Antíloco, tú que antes eras sensato, ¿qué has hecho? Y
Has afrentado m i valor, dañando a mis caballos 245.
Pero poned cada uno en vuestro pecho
vergüenza e indignación. Pues ya ha surgido una gran
oh Glauco, (por qué tú, siendo cual eres, hablaste con [contienda 25',
[insolencia? 246 Ibid., XVII 170-171.
247 Ibid., IV 104. CF. n. 67.
241 Ibid.. VI 444. 248 Ibid., VI 160-161.
242 Ibid., XVII 671. 249 HoM., Od. 111 265-266.
243 Ibid.. XIII 354-355. 250 HoM.. 11. XVI 422.
HoM., Od. 111 20 y 328. 25' Ibid., XIII 121.
245 HoM., 11. XXIII 570-571.
144 MORALIA C ~ M ODEBE EL JOVEN ESCUCHAR LA POES~A 145

parece que hace valientes a los moderados que por ver- que es sospechosa de ser mala y absurda. Así, en efecto,
güenza son capaces de sobreponerse a las bajas accio- Agamenón es sospechoso, por venalidad, de haber libra-
nes y a los placeres y de enfrentarse a los peligros. Tam- do del servicio militar a aquel rico que le había regala-
bién Timoteo, empujado por estas cosas, ordena muy do graciosamente la yegua Ete:
bien a los griegos en Los Persas: como regalo, para no seguirle hasta la airosa Ilión, F
honrad al pudor que colabora con la virtud del comba- sino para, quedándose allí, regocijarse. Pues Zeus
[tiente f5f. te concedió grandes riquezas 254

Y Esquilo, igualmente, sitúa en la moderación el no enor- Pero hizo muy bien, según dice Aristóteles 255, prefirien-
gullecerse frente a la fama, el no ser insolente, el no do una yegua buena a un hombre tal, pues un hombre
excitarse con los elogios de la multitud, cuando escribe cobarde y débil, ¡por Zeus!, debilitado por la riqueza
sobre Anfiarao: y la molicie, no es equivalente ni a un perro ni a un asno.
Otra vez parece muy vergonzoso que Tetis "2 invite a 3 3 ~
Él no quiere parecer el mejor, sino serlo, su hijo a los placeres y le recuerde las pasiones amoro-
cosechando un profundo surco en su mente, sas. Pero en este caso es preciso considerar la continen-
de la cual brotan prudentes consejos 253. cia de Aquiles, quien, a pesar de amar a Briseida, cuan-
do ella vuelve a él, conociendo que el fin de su vida
Pues es propio de un hombre sensato estar orgulloso está cerca, no se apresura al disfrute de los placeres
de sí mismo y de la disposición de su ánimo, cuando ni, como la mayoría, llora al amigo con inercia y deja-
E es la mejor. Por lo tanto, si son conducidas todas estas dez de sus deberes, sino que, a causa de la tristeza se
cosas al conocimiento, se demuestra que toda forma de aleja de los placeres y es eficaz e n las acciones y en
virtud nace de la razón y de la enseñanza. el mando del ejército. A su vez, Arquíloco no es alaba-
do, cuando, afligido por la muerte en el mar del marido
de su hermana, piensa luchar contra la tristeza con
el vino y la diversión. Sin embargo, ha expuesto una cau- B
sa razonable:
En efecto, la abeja, por naturaleza, halla en las flo- Pues ni llorando remediaré nada y nada pondré
res más punzantes y en los espinos más agudos la miel peor, dándome a los placeres y a las fiestas 257.
más suave y más útil; los jóvenes, por su parte, al ser
educados rectamente en la 'poesía, aprenderán a extraer Pues bien, si aquél pensaba que no iba a poner nada
de una forma o de otra lo bueno y lo útil, aún de la peor, dándose a placeres y fiestas, jcómo la condición
252 BERCK. Poet. ¿y.Gr., 111 622; Timoteo, fr. 14 (ed. WIUMOWITZ). 254 HoM., Iliada XXIII 297-299.
Cf. n. 100. 255
Posiblemente en sus Cuestiones homkricas, fr. 165.
253 ESQUILO, Siete contra Tebas 592-594. Citados también en PLUT., 256 HoM.. II. XXIV 130. La diosa marina Tetis, madre de Aquiles.
Mor. 88B y 186B, y Vida de Arístides 3 (320B). Son virtudes del héroe Cf. n. 26.
argivo Anfiarao, uno de los Siete contra Tebas. 257 BERGK, Poet. Lyr. Gr., 11, pág. 687.
146 MORALIA c ~ M ODEBE EL JOVEN ESCUCHAR LA POES~A 147

presente se volverá peor para nosotros, si estudiamos indicando ahora con la palabra #libre»al osado, al mag-
filosofía, participamos en la política, subimos al foro, nánimo y al que no es humilde. Así pues, ¿qué nos impi-
frecuentamos la Academia y nos ocupamos de la agri- de llamar a los jóvenes hacia lo mejor con tales correc-
cultura? Por lo cual no son malas las correcciones margi- ciones y sirviéndonos, de alguna manera, de dichos
c nales que hacían Cleantes y Antístenes 258; e1 uno, al ver como:
que los atenienses hacían mucho ruido en el teatro, cam- ~ s t oes objeto de envidia para los hombres,
biando al punto el verso: la suerte de aquel a quien cae la flecha de su deseo en
¿por qué es vergonzoso, si no lo parece a los que lo [lo que quiere 263?,
[emplean? 15', no diciéndolo así, sino:
por este otro: cae la flecha de su deseo en lo que conviene,
lo vergonzoso es vergonzoso, si lo parece y aunque no
[lo parezca, En efecto, es algo lamentable y no envidiable coger
y Cleantes, aquél sobre la riqueza: y conseguir, porque uno quiere, las cosas que no debe. Y

Ser generoso con los amigos, y al cuerpo Agamenón, no te engendró Atreo E


que ha caído en la enfermedad salvarlo con gastos 260,
para toda clase de bienes, sin excepción,
sino que es preciso que tú te alegres y te entristezcas 2u.
cambiándolo así:
No diremos esto, ¡por Zeus!, sino: .es preciso que
Ser generoso con las prostitutas, y al cuerpo tú te alegres, que no te entristezcas, si consigues cosas
que ha caído en la enfermedad consumirlo con gastos. moderadas,,
D Y Zenón 16', corrigiendo el verso de Sófocles: pues, Agamenón, no te engendró Atreo
para toda clase de bienes, sin excepción...
Quien se acerca a u n tirano, es esclavo de éste,
aunque haya venido libre 262, jAy de mi!, para los hombres este mal efectivamente
[procede de los dioses,
lo alteró: cuando uno conoce el bien, pero no lo hace 265.
no es esclavo, si ha venido libre,
-- En efecto, es propio de un animal irracional y digno
lSe Filósofos griegos. Cleantes, estoico del siglo iu a. C., y Antís- de lástima que uno que conozca lo mejor se deje llevar
tenes, socrático de los siglos v-iv a. C.
2s9 Del Éolo de Eurípides, NAUCK, Trag. Graec. Frag., Euripides, por lo peor a causa de su incontinencia y su molicie:
núm. 17.
NAUCK,Trag. Graec. Frag., Adesp., núm. 354.
EuR~P., Electm 428.
EuR~P.,Ifigcnia en Aulide 29.
Filósofo estoico de Citio (Chipre) del siglo iv a. C. (Fr. 219).
262 NAUCK, Trag. Graec. Frag., Sófocles, núm. 789. Citado también
Del C k i p o de Eurípides; NAUCK,Trag. Graec. Frag.. Eunbides,
núm. 841. Citado tambiCn en PLUT.,Mor. 446A.
en PLUT.,Mor. 204D, y Vida de Pompeyo 78 (661A).
148 MORALIA C 6 ~ 0DEBE EL JOVEN ESCUCHAR LA POESfA 149

El modo de obrar del orador, no su palabra, es lo


[que convence 2W
En lo que se refiere a la aplicación de las cosas di-
F En verdad, los dos, el modo de obrar y la palabra chas a más casos, Crisipo indicó muy bien que lo que
o el modo de obrar por medio de la palabra, como el es útil se debe trasladar y transportar a situaciones si-
jinete domina por medio del freno y el piloto por medio milares. Pues, cuando Hesíodo dice:
del timón, ya que la virtud no tiene ningún instrumento
tan humano y natural como la palabra. No perecería un buey, si el vecino no fuera malo 2",
34A ¿Se inclina más hacia lo femenino que hacia lo mas- lo mismo dice también sobre el perro y sobre el asno
[culino?,
y sobre todas las cosas, que pueden perecer de forma
en dónde se halle la belleza, le es indiferente 267. semejante, y, de nuevo, cuando Eurípides dice:
Era mejor decir: aen dónde se halle la sensatez, le es ¿Qué hombre, que está libre del miedo a la muerte es
indiferente,,, pues, en realidad, también es equilibrado, [esclavo? "O.
ya que el.hombre que cambia el curso de su vida, yendo
por aquí y por allí por el placer y por la belleza, es se debe entender que han dicho las mismas cosas sobre
torpe e inseguro. el trabajo y la enfermedad. En efecto, así como los mé- c
dicos, después de aprender la eficacia de un remedio,
Los asuntos divinos dan miedo a los hombres mode- que se adapta a una sola enfermedad, lo trasladan y
[rados 268, usan para toda enfermedad semejante, asf también una
expresión, que puede comunicar y generalizar su efica-
tampoco de este modo, sino: alas cosas divinas dan con- cia, no se debe permitir que esté enlazada a un solo
fianza a los hombres moderados,,, pero miedo a los in- asunto, sino que se la debe desplazar a todos los asun-
B sensatos, necios y desagradecidos, porque miran con des- tos semejantes y acostumbrar a los jóvenes a reconocer
confianza y temen como dañino al poder, y al principio su valor general y a trasladar rápidamente lo que es
y causa de todo bien. Ciertamente, tal es el género de particular haciendo práctica y ejercicio de percepción
la corrección. en muchos ejemplos, para que, cuando Menandro dice:
Bienaventurado el que posee riqueza y entendimien-
[to 271,

KOCK,Com. Att. Frag., 111, pág. 135. Citado también en PLUT.,


Mor. 801C. Trab. 348. Cf. n. 240.
270
267 NAUCK, Trag. Graec. Fmg., Adesp., núm. 155. Citado también NAUCK, Trag. Graec. Fmg., Eurípides, núm. 958. Citado también
en PLUT.,Mor. 766F. en PLUT.,Mor. 106D. y C I C E R ~Cartas
N, a Atico i X 2a2.
27'
NAUCK, Trag. Graec. Frag., Adesp., núm. 356. KOCK,Com. Att. Frag., 111. Menandro, 114.
piensen que esto ha sido dicho también sobre la fama, lente en su figura. 2n. pues indica que es digno de cen-
sobre el gobierno y sobre la elocuencia, y para que la im- sura y de vituperio aquel que no posee ninguna cuali- F
D precación hecha por Odiseo contra Aquiles, que está sen- dad más hermosa que la belleza del cuerpo, esto se de-
tado en Esciro entre las doncellas: be de aplicar también a casos semejantes, reprimiendo
a los que se enorgullecen con cosas de ningún valor y
Y tú, nacido del padre más noble entre los griegos, enseñando a los jóvenes a considerar como un reproche
[iay!, ¿estás hilando, y una injuria las expresiones: crexcelente en riquezas*,
apagando la resplandeciente luz de tu linaje? 272, «excelente en banquetes. y .excelente en hijos y reba-
ños» y, Zeus!, uexcelente en hablar seguidamente..
piensen que se dice también del corrompido, del avaro, Por tanto, es preciso perseguir, de entre las cosas be- 3 5 ~
del negligente y del ignorante; así: *¿bebes tú, que has llas, la que es mejor y ser el primero entre los primeros
nacido del padre más noble entre los griegos, o juegas y el grande entre los más grandes. Porque la fama que
a los dados o a golpear a la codorniz 273, O, ¡por Zeus!, procede de cosas pequeñas y malas es despreciable e
traficas en pequeña escala o practicas la usura, sin pen- indiferente. Este ejemplo nos sugiere, en seguida, la con-
sar en algo grande o digno de tu nobleza de linaje?. sideración de los reproches y los elogios, sobre todo en
No hables de riqueza. Yo no admiro a un dios, los poemas de Hornero. En efecto, se hace gran hinca-
E al que incluso el peor hombre consigue fácilmente 274. pié en que no se consideren las cosas del cuerpo y de
la suerte dignas de gran cuidado. hies, en primer lu-
Por tanto, no hables de la fama ni de la hermosura gar, en las presentaciones y en los saludos no se llaman
del cuerpo ni de la clámide del general ni de la corona los héroes unos a otros bellos, ni ricos, ni fuertes, sino
sacerdotal, las cuales vemos que incluso los peores las que emplean nombres honorables como:
consiguen: Laertíada del linaje de Zeus, Odiseo, fecundo en recur-
Pues son vergonzosos los hijos de la cobardía 275; Y
[sos 27'
B

Si, jpor Zeus!, lo mismo puede decirse también del Héctor, hijo de Príamo, igual a Zeus en sabiduría 279

libertinaje, de la superstición, de la envidia y de todos Y


los demás vicios. Cuando Homero dice muy bien: uParis
malhadado, excelente en tu figurau y ~ H é c t o rexce- Oh Aquiles, hijo de Peleo, gran honra de los aqueos

272 NAUCK.Trag. Graec. Frag.. Adesp., núm. 9. Citado tambih en


Y
PLUT.,Mor. 72E con alguna variante. Divino Menecíada, carísimo a mi corazón "l.
17' Otro juego griego, parecido al de la pelea de gallos. Cf. P6- -

LUX, IX 102 y 107.


277 Ibid. XVII 142.
17' Del Eolo de Euripides. NAUCK.Trag. Graec. Frag., Euripides.
27a Ibid., 11 173.
núm. 20. Cf. Cic., Tusculanac 16. 279 Ibid.. VI1 47.
275 NAUCK.Trag. Graec. Frag., Adesp., núm. 357.
2~ Ibid., XIX 216.
276 HoM.,11. IV 39. Ibid.. XI 608.
152 MORALU C ~ M ODEBE EL JOVEN ESCUCHAR LA PO ES^ 153

En efecto, se insultan, no refiriéndose a las cualida- ción, a no injuriar odiosa y neciamente a nadie por su
des del cuerpo, sino aplicando los reproches a los vicios: suerte, la otra a la magnanimidad, para que los que su-
fren reveses de la fortuna no se sientan humillados y
Borracho, que tienes ojos de perro confundidos, sino que soporten tranquilamente las bur- D
las, los insultos y las risas, sobre todo teniendo presen-
Y te la frase de Filemón: ,
Ayante, excelente en la disputa, necio 283 Nada hay más agradable y más hermoso
que poder soportar s / r injuriado 2".
Y
Idomeneo, ¿por qué hablas con descaro antes de tiempo? Pero, si parece claro que uno necesita del reproche,
Es preciso que tú no seas un charlatán desvergonza- hay que atacar sus pecados y pasiones, como Adrasto,
[do el trágico, que, cuando le dijo Alcmeón:
Tú eres de la misma estirpe de la mujer que mató
Y [a su marido 289,
Ayante, el de palabras embusteras, fanfarrón
le respondió:
c Y, por último, Tersites 286 es insultado por Odiseo no Y tú eres el asesino de la madre que te engendró 290.
por cojo, ni por calvo, ni por jorobado, sino por charla-
tán; por el contrario, la madre llama a Hefesto, aludien- Pues, igual que los que azotan las vestiduras no to- E
do afectuosamente a su cojera: can el cuerpo 19', del mismo modo los que reprochan a
Levántate, patizambo, hijo mío algunqs por su mala suerte o por su bajo linaje se po-
nen en tensión vacía y neciamente por cosas externas,
De esta manera, Homero se ríe de los que se aver- sin tocar el alma, ni aquellas cosas que necesitan real-
güenzan de su cojera o ceguera, porque no cree despre- mente de corrección y censura.
ciable lo que no es vergonzoso, ni vergonzoso lo que
no depende de nosotros sino de la suerte. Dos grandes 288 Del Epidicazomenus de Filemón; KOCK, Com. Att. Frag., 11, pág.

ventajas poseen los que están acostumbrados a escu- 484. Filemón, poeta cómico de la Comedia Nueva, de los siglos N-ui a. C.
289 NAUCK, Trag. Gmec. Frag., Adesp., núm. 358. Citado también
char con atención a los poetas: la una lleva a la modera- en PLUT., Mor. 88F. Adrasto, hijo del rey de Argos. y hermano de Erifi-
le, esposa de Anfiarao; Alcmeh, hijo de Anfiarao y Erifile, que por
282 Ibid., 1 225. mandato de su padre Anfiarao mató a su madre.
28' Ibid., XXllI 483. 2" Ibidem.
2" Ibid., XXIII 474, 478. 291 PLUTARCO cuenta, en Mor. 173D. que Artajerjes ordenaba que
285 Ibid.. XJII 824. los nobles que hablan faltado en alguna cosa se quitaran las ropas
286 Ibid., 11 246. y que eran éstas las que eran azotadas en lugar de sus cuerpos. Sobre
287 Ibid., XXI 331. Son palabras de Hera a su hijo Hefesto. esta cita, cf. lo que dice Wyttenbach en su nota a Mor. 565C.
C ~ M ODEBE EL JOVEN ESCUCHAR LA POESfA 155

en nada se diferencian de uconócete a ti mismo», sino


que tienen el mismo sentido que esta sentencia. Y el
Y, en efecto, así como parecía más arriba que nos alejá- verso:
bamos y parábamos en seco nuestra confianza en la poe-
Necios, no saben cuánto más vale la mitad que el
sía mala y nociva, oponiéndoles discursos y pensamien-
tos de hombres famosos y de gobierno, del mismo mo- [todo 195,
do, si encontramos en ellos algo agradable y provecho- y aquel otro:
so, debemos alimentarlo y aumentarlo con demostracio-
nes y testimonios de los filósofos, atribuyéndoles a és- El consejo malo es especialmente malo para el que da
F tos el invento. Pues es justo y útil y nuestra confianza [el consejo z%,
aumenta su fuerza y dignidad, cuando con las cosas di-
chas en la escena y cantadas con la lira o estudiadas
en la escuela, concuerdan las doctrinas de Pitágoras y son lo mismo que las doctrinas de Platón en Gorgias m
Platón, y cuando los preceptos de Quilón y los de y en la República zw, sobre que el cometer injusticia es
Bías z9z llevan a las mismas opiniones que aquellas lec- peor que sufrirla, y hacer el mal es más perjudicial que
turas de la niñez. Por lo cual se ha de indicar, no de sufrirlo. Y también se debe decir en relación con la R
3 6 pasada,
~ que los versos: frase de Esquilo:
Hija mía, no te han sido otorgadas las obras de la
[guerra; Ánimo: ya que la intensidad del padecimiento no dura
sino que tú dedícate a las amables obras del matri- [mucho tiempo l W ,
[monio l g 3 ,
pues esto es lo que se repite a menudo y se admira en
y el verso: Epicuro, que alos grandes padecimientos pasan breve-
mente y los que duran carecen de fuerza, 'O". De estas
Pues Zeus se irritaba contigo, siempre que luchabas con
[un hombre mucho mejorz9',
e
dos ideas, la una la ha expuesto claramente Esquilo y
la otra está en relación con el verso citado. Pues, si el
Bías, hijo de Teutames, descendiente de uno de los linajes prin-
cipales de Priene y conocido como uno de los Siete sabios de Grecia.
Quilón es el nombre de varios jefes y hombres de Estado en Esparta. 295 Hes., Trab. 40.
Posiblemente se refiere aquí Plutarco al Quilón'de descendencia real, Ibid., 266.
que, en los años 219-218 a. C.. intentó una revolución social en Espar- P u r . , Gorgiac 473a.
ta. Cf. POLIBIO, IV 81. 29a PLAT..Rep., final del libro 1 y libro IV.
293 HoM., 11. V 428. NAUCK. Trag. Graec. Frag., Esquilo, núm. 352.
Ibid., X I 543. Este verso no esth recogido en los manuscritos m Uno de los principales principios de la doctrina de Epicuro.
de Hornero, pero e s editado con frecuencia como IlIada XI 543. Cf. Cf. D16c. LAER.,X 140, y supra, n. 1 1 .
n. 151.
156 MORALIA

padecimiento grande e intenso no permanece, el que per- ¿Acaso no son una demostración de las cosas que dicen D
manece no es grande ni insoportable. Toma estos ver- 10s filósofos acerca de la riqueza y de los bienes exter-
sos de Tespis: nos, de que sin virtud son inútiles y vanos para los que
los tienen? Así pues, el unir y conciliar así tales histo-
Tú ves que, por esto, Zeus es el primero entre los dioses, rias con las doctrinas de los filósofos saca a la poesía
porque no practica la mentira, la jactancia ni la risa lejos de la esfera del mito y de la máscara y pone su
[necia.
cuidado en lo que se dice con utilidad. Además abre
c Y sólo él no conoce el placer ) O 1 , y hace avanzar el alma del joven en los razonamientos
filosóficos. En efecto, no llega a ellos sin haberlos expe-
jen qué se diferencian de: ala divinidad habita lejos del rimentado en absoluto e ignorándolos, ni está lleno, in-
placer y la tristeza*, como decía Platónw2?Y: discriminadamente, de las cosas que escuchaba siem-
diré que la virtud consigue la fama más grande; pre a su madre, a su nodriza, y, jpor Zeus!, a su padre
pero la riqueza acompaña y a su pedagogo, ya que éstos consideran felices y hon-
también a los hombres cobardesw3, ran a los ricos, tiemblan ante la muerte y la fatiga, pero E
consideran la virtud como algo despreciable y la tienen
dicho por Baquílides y dicho de nuevo de forma seme- en nada si carece de riquezas y fama. Pero cuando escu-
jante por Eurípides: chan a los filósofos cosas contrarias a éstas, se apodera
de ellos, al principio, cierta admiración, confusión y es-
Nada estimo yo tupor, pues no las aceptan ni las toleran, al menos que,
más digno de respeto que la prudencia, como los que van a ver el sol, saliendo de una obscuri-
pues siempre está dad profunda, se acostumbren a no huir de tales doctri-
junto a los buenos m, nas y a mirarlas sin dolor como en una luz reflejada,
en la que hay un rayo suave de verdad mezclada con
y aquello otro: mitos M6 En efecto, los que han escuchado y han leído
¿Por qué tenéis posesiones en vano? Parece que conse-
previamente en la poesía:
[guís la virtud con la riqueza ... Llorar al que nace por los males a los cuales llega,
pero entre vuestras posesiones os sentaréis sin ser fe- pero, al contrario, al que ha muerto y ha cesado en
[lices )O5.
[sus padecimientos,
N i Poco se ha conservado de Tespis, sólo unos pocos versos; cf. sacarlo de la casa con alegría y en triunfom F
NAUCK,Trag. Graec. Frag., pág. 833.
PwT., C a r t a 111 315c.
BERGK, Poet. Lyr. Gr., pág. 237, Baquílides, num 30. Baquílides
de Ceos, poeta lirico del siglo v a. C. y sobrino de otro poeta, Simóni-
des, también citado varias veces por Plutarco. Recuerdo del mito de la caverna de PLAT..Rep. 515e.
NAUCK, Trag. Graec. Frag., Eurípides, núm. 959. Del Cresfonte de Eurípides. NAUCK, Trag. Graec. Frag., Eurípi-
MI Cita muy condensada por parte de Plutarco. Cf. NAUCK, Trag. des, núm. 449. Cf. Cic.. Tusc. 1 48, 115.
Graec. Frag., Eunpides, núm. 960.
porque, ¿qué necesitan los mortales, excepto sólo dos
[cosas:
el trigo de Deméter y la bebida de agua pura?m

Y
iOh tiranía!, amiga de los hombres bárbaros m

la buena fortuna de los mortales


3 7 ~ la ganan los que están menos tristes "O,

se confunden y se enfadan menos con los filósofos, cuan-


do escuchan que ala muerte no es nada para noso-
t r o s ~ y ala riqueza de la naturaleza es limitada. SOBRE CÓMO SE DEBE
y ala felicidad y la dicha no las poseen la abundancia
de riquezas, ni el esplendor de las acciones, ni algunos ESCUCHAR
oficios y autoridades, sino la ausencia de pena y la tran-
quilidad impasible y la disposición del alma, que pone
sus limites en aquello que es natural. l I 3 . Por ello, tan-
to por estas cosas, como por todas las cosas que hemos
dicho anteriormente, necesita el joven un buen guía en
la lectura, para que no con prejuicios, sino más bien
educado de antemano, sea conducido con un ánimo bien
B dispuesto, amistoso y familiar por la poesía hacia la
filosofía.

NAUCK, Trag. Craec. Frag., Eunpides, núm. 8921 Cf. PLUT.,


Mor.
1043E. 1044B y F.
m NAUCK. Trag. Craec. Frag., ~ d e s p núm.
, 359.
Ibid.. 360.
3H Uno de los principales principios de la doctrina de Epicuro.
Cf. DI&. L e n . , X 139.
"' Otro principio importante de la doctrina de Epicuro. Cf. DI&.
hx.X 144.
'l3 Posiblemente, también es de Epicuro, cf. DI&. b u . , X 139,
141 y 144.
B. 2: REFLEXIONES Y DISCUSIONES POST-ARISTOTÉLICAS EN LENGUA LATINA

Textos:

Cicerón, El orador (75-121).


Horacio, Epistola a los Pisones (= Arte poética).
Quintiliano, Sobre la enseñanza de la oratoria (libro II.4.2 y X.1-2).
10
60
75

80
200
205

210
26

270
280
325
370

375
355
395
450
INSTITUTIONIS ORATORIAE

Pars prior
Libros I-III continens
Tomus I

* * *

SOBRE LA FORMACIÓN DEL ORADOR

Parte primera
Libros I-III
Tomo I

X X X

Traducción y comentarios:
A lfo n so O r te g a C a r m o n a

En el XIX centenario de la muerte de Quintiliano


(años 96 - 1996)

PUBLICACIONES UNIVERSIDAD PONTIFICIA Ç q Îq 5alQ m Q fÎC Q U SO flO


SALAMANCA J Ξ __________
C a p í t u lo

PRIMEROS EJERCICIOS
CON EL PROFESOR DE RETÓRICA

1 A partir de aquí comenzaré ya a referir lo que, a mi pare-


1 Hinc iam, quas primas in docendo partis rhetorum putem, cer, constituye las partes primeras en la enseñanza de los maes-
tradere incipiam dilata parumper illa, quae sola vulgo vocatur, tros de Retórica, dejando para un poco más tarde la que, en si
arte rhetorica: ac mihi opportunus maxime videtur ingressus ab sola considerada, comunmente se llama a r t e r e t ó r i c a —el arte
eo, cuius aliquid simile apud grammaticos puer didicerit.
de la elocuencia. Y oportuno sobre todo me parece el punto de
entrada por algo, cuya similar materia haya aprendido ya el
muchacho con los profesores de gramática.
2 Y puesto que recibimos tres clases de narración, prescin-
2 Et quia narrationum, excepta qua in causis utimur, tris
diendo de la que empleamos en las causas procesales, a saber, el
accipimus species fabulam, quae versatur in tragoediis atque car-
mito, que aparece en la Tragedia y en los Poemas, alejado de la
minibus non a veritate modo, sed etiam a forma veritatis remo-
realidad no sólo en el contenido, sino también en la forma de
ta, argumentum, quod falsum, sed vero simile comoediae fingunt,
la verdad histórica; el argumento de la acción, que es inventado,
historiam, in qua est gestae rei expositio, grammaticis autem poe-
pero que las comedias construyen como verosímil; la narración
ticas dedimus: apud rhetorem initium sit historia, tanto robus-
histórica —en la que se expone el hecho ocurrido—, y nosotros
tior, quanto verior. 3 sed narrandi quidem quae nobis optima
hemos dado las narraciones poéticas a la enseñanza de los pro-
ratio videatur, tum demonstrabimus, cum de iudiciali parte dice-
fesores de gramática (libro Î, 9), es con el profesor de Retórica
mus: interim admonere illud sat est, ut sit ea neque arida pror-
con quien debe comenzar la narración histórica, de tanto más
sus atque ieiuna (nam quid opus erat tantum studiis laboris
fuerza cuanto más fiel a la verdad. 3 Ahora bien, cuál sea por
inpendere, si res nudas atque inornatas indicare satis videre-
cierto el que a nosotros nos parece el mejor método en la narra-
tur?), neque. rursus sinuosa [et] arcessitis descriptionibus, in quas
ción, lo expondremos en el momento en que vayamos a hablar
plerique imitatione poeticae licentiae ducuntur, lasciviat. 4 vitium
sobre la narración ante tribunales (cf. Libro 4, 2). Entre tanto
utrumque, peius tamen illud, quod ex inopia quam quod ex
basta advertir que no sea enteramente seca y escuálida —pues
¿para qué había necesidad de emplear tanto trabajo en el estu-
dio, si bastara el indicar los hechos desnudos y sin ornato?—, ni
por otra parte redunde en vueltas y revueltas de descripciones
rebuscadas, a las que se dejan llevar muchos por imitar la liber-
tad poética. 4 Vicio es lo uno y lo otro, pero peor es el defecto
que viene de la pobreza que el que de la riqueza proviene. Porque
M. FABII QUINTILIANI

INSTITUTIONIS ORATORIAE
LIBRI XII
Pars quarta
Libros X-XII continens
Tomus IV

M ARCO FABIO QUINTILIANO

SOBRE LA FORMACIÓN DEL ORADOR


DOCE LIBROS
Parte cuarta
Libros X-XII
Tomo IV
LIBRO DÉCIMO

Traducción y com entarios:


Alfonso Ortega Carmona

En el XIX centenario de la muerte de Q uintiliano


(años 96 - 1996)

PUBLICACIONES UNIVERSIDAD PONTIFICIA


SALAMANCA
I Ca pít u l o Pr im e r o

LA AFLUENCIA DE PALABRAS

Necesidad de una habitual facilidad de palabra.— Con-


diciones para ella: la escritura, la lectura y la prácti-
ca oral.—Ninguna de ellas basta separada de las
otras.— La imitación de los buenos modelos.— No todo
es digno de imitación, ni siquiera en ellos.— La utili-
dad de la lectura de poetas, de historiadores y de filó-
sofos, según Teofrasto.— O bservación sobre autores
modernos.— Discusión acerca de antiguos y modernos,
o su preferencia.— Virtudes literarias de los escritores
griegos: a) los poetas de la epopeya heroica; b) elegia-
cos; c) yám bicos; d) lírico s; e) trágicos y cóm icos.—
H istoriad ores.— Oradores y filóso fo s.— Perspectivas
de iguales escritores latinos.

1 Sed haec eloquendi praecepta, sicut cogitationi sunt neces- 1 Pero estas normas de la expresión (libro 9), si bien son nece-
saria, ita non satis ad vim dicendi valent, nisi illis firma quaedam sarias para la comprensión, no por ello tienen suficiente vigor
facilitas, quae apud Graecos <?£ς nominatur, acceserit: ad quam para la eficacia del discurso, si no se les allega una constante faci-
scribendo plus an legendo an dicendo conferatur, solere quaeri lidad, que entre los griegos se denomina héxis (hábito, cf. n.° 59).
scio, quod esset diligentius nobis examinandum [citra], si quali- Si para adquirirla contribuye más la escritura, la lectura o el pro-
bet earum rerum possemus una esse contenti. 2 verum ita sunt nunciar discursos, es una cuestión que, según mi conocimiento,
inter se conexa et indiscreta omnia, ut, si quid ex his defuerit, se suele plantear generalmente. Obligación nuestra sería exami-
frustra sit in ceteris laboratum, nam neque solida atque robusta nar con mayor atención si podríamos darnos por satisfechos con
fuerit unquam eloquentia, nisi multo stilo vires acceperit, et cifra una sola cualquiera de estas prácticas. 2 Pero de tal manera están
lectionis exemplum labor ille carens rectore fluitabit, et qui sciet, entre sí unidas y todas tan inseparables, que si alguna de ellas
quae quoque sint modo dicenda, nisi tamen in procinctu para- faltare, vano sería el esfuerzo hecho en las demás. Porque jamás
habría existido una elocuencia sólida y vigorosa, si no hubiese
recibido fuerzas de un intenso ejercicio de escribir; y sin el mode-
lo, que suministra la lectura, aquel esfuerzo quedará vago sin
consistencia, por carecer de guía, y quien supiere qué decir y de
12 X, Cap. I, 3-7 La afluencia de palabras, 3-7 13

tamque ad omnis casus habuerit eloquentiam, velut clausis the- qué modo se ha de decir cada cosa, si no tuviere, al cabo, una
sauris incubabit. 3 non autem ut quidquid praecipue necessa- elocuencia pronta a la réplica y dispuesta para toda suerte de
rium est, sic ad efficiendum oratorem maximi protinus erit eventualidades, será como alguien que está montando guardia
momenti, nam certe, cum sit in eloquendo positum oratoris offi- sobre tesoros para él cerrados. 3 Pero no todo aquello, que es
cium, dicere ante omnia est, atque hinc initium eius artis fuisse especialmente necesario, será por eso de suma importancia para
manifestum est, proximam deinde imitationem, novissimam scri- formar un orador. Porque, como la tarea del orador consiste en
bendi quoque diligentiam. 4 sed ut perveniri ad summa nisi ex la capacidad de expresarse en un hablar fluido, en todo caso este
principiis non potest, ita procedente iam opere minima incipiunt hablar precede a todo lo demás, y es cosa manifiesta que de aquí
esse quae prima sunt, verum nos non, quomodo sit instituendus ha surgido el principio de esta arte; después, como algo inme-
orator, hoc loco dicimus (nam id quidem aut satis aut certe uti diato, la imitación de modelos, por último también el cuidado
potuimus dictum est), sed athleta, qui omnis iam perdidicerit de la elaboración escrita. 4 Pero como no se puede llegar a la
a praeceptore numeros, quo genere exercitationis ad certamina cumbre de la perfección sino a través de los principios, así
praeparandus sit. igitur eum, qui res invenire et disponere sciet, mismo, al avanzar ya nuestra obra, comienza a ser de poquísi-
verba quoque et eligendi et conlocandi rationem perceperit, ins- ma importancia lo que estaba en primer lugar. Realmente no tra-
truamus, qua in ratione quod didicerit facere quam optime, tamos en este lugar de qué modo haya de formarse el orador
quam facillime possit. (pues sobre ésto se ha hablado, o suficientemente, o al menos
según he podido), sino como el atleta, que ya aprendió perfecta-
mente de su maestro todo el catálogo de llaves, con qué género
de entrenamiento se ha de preparar para las competiciones. Así
pues, al joven orador, que supiere ya encontrar y disponer la
materia del discurso, haber comprendido también la doctrina
sobre la selección y colocación de las palabras, instruyámosle
con qué procedimiento pueda, de la mejor y más fácil manera
imaginable, desarrollar lo que hubiere aprendido.
5 Num ergo dubium est, quin ei velut opes sint quaedam 5 ¿Cabe, por tanto, duda alguna de que él ha de proveerse
parandae, quibus uti, ubique cumque desideratum erit, possit? de ciertos recursos, de los que pueda servirse, doquiera y siem-
hae constant ex copia rerum ac verborum. 6 sed sed res propiae pre que se presente necesario? Estos recursos consisten en la ple-
sunt cuiusque causae aut paucis communes, verba in universas nitud de conocimientos objetivos y en la afluencia de palabras.
paranda: quae si [in] rebus singulis essent singula, minorem 6 Pero los datos objetivos son propios de cada caso individual o
curam postularent: nan cuncta sese cum ipsis protinus rebus comunes a unos pocos, las palabras hay que procurárselas al ser-
offerrent, sed cum sint aliis alia aut magis propria aut magis vicio de todos ellos. Si para cada uno de los datos objetivos exis-
ornata aut plus efficientia aut melius sonantia, debent esse non tieren respectivamente palabras singulares, exigirían éstas menor
solum nota omnia, sed in promptu atque, ut ita dicam, in cons- cuidado. Pues todas ellas se ofrecerían de inmediato al par de
pectu, ut cum se iudicio dicentis ostenderint, facilis ex his opti- los mismos hechos. Pero al ser unas, o más propias o de más
morum sit electio. 7 et quae idem significarent video solitos adorno, o más eficaces o con mucho más melodiosas que otras,
ediscere, quo facilius et occurreret unum ex pluribus, et, cum no sólo deben ser conocidas todas ellas, sino estar a pronta dis-
essent usi aliquo, si breve intra spatium rursus desideraretur, posición y, por así decirlo, ante los ojos para que, cuando se pre-
effugiendae repetitionis gratia sumerent aliud, quod idem inte- senten al discernimiento de quien está pronunciando el discurso,
llegi posset, quod cum est puerile et cuiusdam infelicis operae, sea fácil la elección de las mejores entre ellas. 7 También veo
tum etiam utile parum: turbam enim tantum modo congregat, que hay quienes se han acostumbrado a aprender de memoria
ex qua sine discrimine occupet proximum quodque. palabras, que tienen un mismo significado, para que con más
La afluencia de palabras, 8-11 15
14 X, Cap. I, 8-11

facilidad les venga al pensamiento tanto esa única entre muchas,


como cuando al haber hecho uso de una, si de nuevo fuese nece-
saria dentro de un breve espacio de tiempo, para evitar su repe-
tición emplear otra, con la que pueda darse a entender el mismo
sentido. Cosa es ésta tan pueril y propia de un esfuerzo infruc-
tuoso como también de utilidad escasa; pues solamente se amon-
tona una confusa mezcla de palabras, de la cual se toma sin
selección cualquiera que inmediatamente acuda.
8 Nobis autem copia cum iudicio paranda est, vim orandi, 8 Mas nosotros, que atentamente consideramos la fuerza
non circulatoriam volubilitatem spectantibus, id autem conse- expresiva del discurso, no la versátil facilidad de los charlata-
quimur optima legendo atque audiendo: non enim solum nomi- nes, hemos de procurarnos abundancia de palabras con discer-
na ipsa rerum cognoscemus hac cura, sed quod quoque loci sit nimiento. Y lo conseguimos leyendo y escuchando los textos
aptissimum. 9 omnibus enim fere verbis praeter pauca, quae mejores; pues con este esfuerzo no sólo aprendemos las desig-
sunt parum verecunda, in oratione locus est. nam scriptores qui- naciones en sí objetivas de las cosas, sino también cuál es el
dem iamborum veterisque comoediae etiam in illis saepe lau- lugar más apropiado para ellas. 9 Porque para casi todas las
dantur, sed nobis nostrum opus intueri sat est. omnia verba, palabras, a excepción de unas cuantas, que son poco decorosas,
exceptis de quibus dixi, sunt alicubi optima: nam et humilibus hay un lugar en el discurso. Porque ciertamente los escritores
interim et vulgaribus est opus, et quae nitidiore in parte viden- de la Poesía Yámbica y los autores de la Antigua Comedia
tur sordida, ubi res poscit, proprie dicuntur. 10 haec ut sciamus (cf. n.° 59) hasta cosechan muchas veces alabanza en tales pala-
atque eorum non sinificationem modo, sed formas etiam men- bras; pero a nosotros nos basta poner ante nuestros ojos lo que
surasque norimus, ut, ubicumque erunt posita, conveniant, nisi es nuestra tarea. Todas las palabras, con excepción de las que he
multa lectione atque auditione adsequi nullo modo possumus, dicho, son en algún lugar las mejores; porque también es preci-
cum omnem sermonem auribus primum accipiamus, propter so a veces hacer uso de las bajas y vulgares, y las que en un
quod infantes a mutis nutricibus iussu regum in silitudine edu- pasaje de más brillantez parecen de baja extracción, se tienen
cati, etiam si verba quaedam emisisse traduntur, tamen loquen- como expresiones propias, cuando la realidad lo exige. 10 Que
di facultate caruerunt. 11 sunt autem alia huius naturae, ut idem las sepamos y no sólo conozcamos su significado, sino también
pluribus vocibus declarent, ita ut nihil significationis, quo potius sus formas y medición de sílabas, para que sean convenientes
utaris, intersit, ut 'ensis' et 'gladius', alia quae, etiam si propria en cualquier parte que se las ponga, no podemos conseguirlo de
rerum aliquarum sint nomina, τροπικώς a sua re tamen ad eun- ningún modo si no es por medio de la intensa lectura y de la
audición, ya que aprendemos toda la lengua primeramente a tra-
vés de los oídos. Por esta razón los niños, que por mandato de
los reyes fueron criados en el desierto por nodrizas mudas, aun-
que, según se cuenta (cf. Herodoto, 2, 2), pudieron pronunciar
algunas palabras, carecieron, sin embargo, de la capacidad de
hablar. 11 Pero hay también otras palabras cuya propia natura-
leza consiste en decir de tal manera una misma cosa con expre-
siones diversas, que no hay diferencia alguna en su significado,
por lo que puedas preferir una de ellas, por ejemplo, ensis y gla-
dius (espada); hay otras que, aunque sean denominaciones pro-
pias de algunas cosas, no obstante, por su empleo en forma de
tropo (cf. Libro 8, cap. 6) se pueden llevar de su propia designa-
La afluencia de palabras, 12-17 17
16 X, Cap. I, 12-17

dem intellectum ferentur, ut 'ferrum' et 'mucro'. 12 nam per ción objetiva a un sentido que significa lo mismo, como ferrum
abusionem sicarios etiam omnis vocamus, qui caedem telo quo- (hierro) y muero (punta). 12 Porque por abuso (catacresis) llama-
cumque commiserunt, alia circuitu verborum plurium ostendi- mos también sicarios —asesinos de puñal— a todos los que han
mus, quale est 'et pressi copia lactis', plurima vero mutatione cometido un asesinato con cualquier clase de arma. Otras las mos-
figurarum: scio 'non ignoro' et 'non me fugit' et 'non me praete- tramos con toda claridad por medio de un rodeo de muchas pala-
rit' et 'quis nescit?' et 'nemini dubium est'. 13 sed etiam ex pro- bras, cual es et pressi copia lactis (y abundancia de leche prensada,
ximo mutuari libet, nam et 'intellego' et 'sentio' et 'video' saepe abundancia de queso, Virgilio, Egl. 1, 81). Y otras muchísimas obte-
idem valent quod 'scio', quorum nobis ubertatem ac divitias nemos cuando intercambiamos las figuras del lenguaje, como yo
dabit lectio, ut non solum quo modo occurrent, sed etiam quo sé por no ignoro, y no se me escapa por no se me pasa, y quién no sabe
modo oportet utamur. 14 non semper enim haec inter se idem por nadie tiene duda (cf. Libro 9, 1, 11). 13 Pero también cabe
faciunt, nec sicut de intellectu animi recte dixerim 'video', ita de tomar en préstamo de un significado cercanísimo. Porque entien-
visu oculorum 'intellego', nec ut 'mucro' gladium, sic mucro- do, siento y veo tienen muchas veces la misma significación que
nem 'gladius' ostendit. 15 sed ut copia verborum sic paratur/ decir yo sé. Cuya fecunda afluencia y riquezas nos regalará la lec-
ita non verborum tantum gratia legendum vel audiendum est. tura, de tal suerte que no sólo las usemos cuando se nos ocurrie-
nam omnium, quaecumque docemus, hoc sunt exempla poten- ren, sino también cuando debe ser. 14 Pues no siempre se com-
tiora etiam ipsis quae traduntur artibus (cum eo qui discit per- portan entre sí de la misma manera estas expresiones, ni como
ductus est, ut intellegere ea sine demonstrante et sequi iam suis he dicho correctamente 'video' yo veo, al hablar del entendimien-
viribus possit), quia, quae doctor praecepit, orator ostendit. to, se podrá igualmente decir entiendo —intellego— al referirme al
órgano visual de los ojos; ni porque muero (punta) da a entender
gladius (espada), significa así también gladius una punta (muero).
15 Pero por el hecho de que de esta manera se obtiene la abun-
dancia de palabras, no por eso se ha de cultivar así la lectura y la
escucha solamente por amor al atesoramiento de palabras. Pues
de todas las materias, cualesquiera sea la cosa que enseñamos,
hay por esto ejemplos con más fuerza expresiva que hasta las
mismas cosas, que se nos trasmiten en los libros manuales (cuan-
do el alumno que aprende es conducido hasta el punto en que
puede entender estas cosas sin alguien que se las explique y con-
tinuar ya por sus propias fuerzas); porque lo que el maestro ha
dado como reglas, lo hace ver el orador.
16 Alia vero audientis, alia legentis magis adiuvant. excitat 16 Pero unas cosas prestan más ayuda a los que escuchan
qui dicit spiritu ipso, nec imagine ambigua rerum, sed rebus un discurso, otras a los que hacen su propia lectura. Impresiona
incendit, vivunt omnia enim et moventur, excipimusque nova por el mismo aliento de su espíritu quien pronuncia un discur-
illa velut nascentia cum favore ac sollicitudine, nec fortuna so, y no por medio de la grabación de las cosas (en un escrito),
modo iudicii, sed etiam ipsorum qui orant periculo adficimur. sino por medio de las cosas (de las que directamente habla).
17 praeter haec vox, actio decora, commodata, ut quisque locus Pues todas las cosas tienen su vida y se mueven, y recibimos
como nuevo aquellas cosas —que el orador presenta— con gozo
y tenso cuidado, como si estuvieran naciendo. Y no sólo nos sen-
timos afectados por la incertidumbre propia de un juicio proce-
sal, sino también por el riesgo de los mismos que pronuncian el
discurso (de acusación o defensa). 17 Además de esto, el timbre
18 X, Cap. I, 18-22 La afluencia de palabras, 18-22 19

postulabit, pronuntiandi vel potentissima in dicendo ratio et, ut de voz, la actitud bella, acomodada a la expresión, como cada
semel dicam, pariter omnia docent, in lectione certius iudicium, lugar exigiere, el género de ademanes y gestos, que es lo de más
quod audienti frequenter aut suus cuique favor aut ille laudan- poderosa eficacia en el discurso público y, para decirlo de una
tium clamor extorquet. 18 pudet enim dissentire, et velut tacita vez, todo esto es igualmente instructivo. En la lectura es más
quadam verecundia inhibemur plus nobis credere, cum interim seguro el juicio, que al oyente frecuentemente le arranca o la
et vitiosa pluribus placent, et a conrogatis laudantur etiam quae personal preferencia, que cada uno tiene, o aquel clamoroso
non placent. 19 sed e contrario quoque accidit, ut optime dictis aplauso de los elogiadores. 18 Pues se avergüenza uno de mos-
gratiam prava iudicia non referant, lectio libera est nec actionis trar su contrario sentir, y como por una cierta callada timidez
impetu transcurrit, sed repetere saepius licet, sive dubites sive nos vemos impedidos a confiar más en nuestro propio juicio,
memoriae penitus adfigere velis, repetamus autem et tractemus cuando a veces hasta las cosas defectuosas son del gusto de la
et, ut cibos mansos ac prope liquefactos demittimus, quo faci- mayoría, y los oyentes, que para ello han sido pagados, alaban
lius digerantur, ita lectio non cruda, sed multa iteratione mollita también cosas que son desagradables. 19 Pero al contrario suce-
et velut confecta memoriae imitationique tradatur. de también, que los gustos depravados no dispensan reconoci-
miento a pensamientos muy bien expresados. La lectura es inde-
pendiente y no transcurre con la fogosidad del discurso vivo,
sino que se puede repetir muchas veces, o bien sea que se te pre-
senten dudas o bien quieras grabar profundamente en la memo-
ria. Pero volvamos a lo leído y experimentémoslo de nuevo, y
así como masticamos los alimentos y los tragamos casi reduci-
dos a líquido, para que con mayor facilidad sean digeridos, así
pase la lectura a la memoria y a nuestra reserva de modelos imi-
tables, no cruda, sino ablandada en la repetición insistente y
como triturada.
20 Ac diu non nisi optimus quisque et qui credentem sibi 20 Y por largo tiempo no se ha de leer sino la obra más
minime fallat legendus est, sed diligenter ac paene ad scribendi excelente y a quien de ninguna manera conduzca a error a la
sollicitudinem nec per partes modo scrutanda omnia, sed perlec- persona, que a él se haya confiado; pero con todo cuidado y
tus liber utique ex integro resumendus, praecipueque oratio, cuius casi a modo de la escrupulosidad que se pone para escribir,
virtutes frequenter ex industria quoque occultantur. 21 saepe y no sólo se ha de investigar todo parte por parte, sino que, una
enim praeparat, dissimulat, insidiatur orator, eaque in prima parte vez leído el libro, sin excepción alguna hay que volver a ocu-
actionis dicit, quae sunt in summa profutura, itaque suo loco parse en ello por entero, y sobre todo cuando se trata de un dis-
minus placent, adhuc nobis quare dicta sint ignorantibus, ideo- curso, cuyas excelencias con frecuencia se ocultan intencionada-
que erunt cognitis omnibus repetenda. 22 illud vero utilissimum, mente. 21 Porque muchas veces el orador las dispone de
nosse eas causas, quarum orationes in manus sumpserimus, et antemano, las disimula, pone una trampa, y dice en la primera
parte del discurso lo que mostrará toda su utilidad en la últi-
ma. Así pues, gustan menos esas cosas, puestas en su lugar pro-
pio, ya que ignoramos todavía por qué se han dicho, y por eso,
después de haber conocido todos sus pormenores, hay que vol-
ver a una nueva lectura. 22 Pero lo que procura la mayor utili-
dad es el tener conocimiento de esos casos procesales, cuyos
discursos hemos tomado en nuestras manos, y cuantas veces
tuviéremos esta suerte, leer los discursos pronunciados de una
20 X, Cap. 1, 23-27 La afluencia de palabras, 23-27 21

quotiens continget, utrimque habitas legere actiones: ut Demos- y otra parte, por ejemplo: los discursos de Demóstenes y de
thenis et Aeschinis inter se contrarias, et Servi Sulpici atque Mes- Esquines y sus réplicas contrarias (sólo se conoce el de Demós-
salae, quorum alter pro Aufidia, contra dixit alter, et Pollionis et tenes, «Sobre la corona»), los de Servio Sulpicio (Cónsul con
Cassi reo Asprenate aliasque plurimas. 23 quin etiam si minus Marco Marcelo) y los de Mésala (orador y cónsul, contemporá-
pares videbuntur aliquae, tamen ad cognoscendam litium quaes- neo de Cicerón), uno de los cuales habló en defensa de Aufidia
tionem recte requirentur, ut contra Ciceronis orationes Tuberonis (del tiempo de Augusto y Tiberio, Plinio el Joven, Ep. III, 5) y el
in Ligarium et Hortensi pro Verre, quid? etiam easdem causas ut segundo en su contra, y los de Polión y de Casio, siendo el acu-
quisque egerit utile erit scire, nam de domo Ciceronis dixit Cali- sado Asprenates (amigo de Augusto, cf. Suetonio, Aug. 43 y 56),
dius et pro Milone orationem Brutus exercitationis gratia scripsit, y otros numerosísimos ejemplos. 23 Y hasta si algunos de ellos
etiam si egisse eum Cornelius Celsus falso existimat. 24 et Pollio no parecieren de igual rango, se los investigará, sin embargo,
et Messala defenderunt eosdem, et nobis pueris insignes pro Volu- con utilidad para conocer el punto cuestionable de los pleitos,
seno Catulo Domiti Afri, Crispi Passieni, Decimi Laeli orationes como contra los de Cicerón los discursos de Tuberón en su acu-
ferebantur, neque id statim legenti persuasum sit, omnia, quae sación a Ligario y los de Hortensio en defensa de Verres. ¿Qué
auctores dixerint, utique esse perfecta, nam et labuntur aliquando más cabe decir? Que también será útil saber cómo cada uno de
et oneri cedunt et indulgent ingeniorum suorum voluptati, nec los oradores haya enfocado las mismas causas procesales. Pues
semper intendunt animum, nonnumquam fatigantur, cum Cicero- sobre la casa de Cicerón habló también Calidio, y en defensa de
ni dormitare interim Demosthenes, Horatio vero etiam Homerus Milón escribió Bruto un discurso con el fin de ejercitarse, aun-
ipse videatur. 25 summi enim sunt, homines tamen, acciditque que Cornelio Celso opina falsamente que también lo pronunció
his, qui, quidquid apud illos reppererunt, dicendi legem putant, (cf. Fragm. Rhet. 21, ed. Marx). 24 También Polión y Mésala
ut deteriora imitentur (id enim est facilius) ac se abunde similes defendieron a las mismas personas, y cuando yo era un adoles-
putent, si vitia magnorum consequantur. 26 modesto tamen et cente se tenían por discursos insignes los de Domicio Afro, Cris-
circumspecto iudicio de tantis viris pronuntiandum est, ne, quod po Pasieno y Décimo Lelio en defensa de Voluseno Cátulo. Y un
plerisque accidit, damnent quae non intellegunt, ac si necesse est lector no debe al punto persuadirse de que todo lo que hayan
in alteram errare partem, omnia eorum legentibus placere quam dicho los autores es absolutamente perfecto. Porque alguna vez
multa displicere maluerim. cometen deslices, se retiran ante una pesada tarea, y se entregan
al gusto de sus propios talentos, ni siempre concentran su aten-
ción, a veces se sienten sin aliento, cuando al parecer de Cicerón
dormita a veces Demóstenes y, según Horacio, hasta el mismo
Homero (Fragm. Ep. IX A 4; Horacio, A.p. 359). 25 Son éstos real-
mente los mejores, pero son hombres; y a los lectores, que tie-
nen como ley del hablar todo cuanto encontraron en ellos, les
sucede que imitan lo peor (porque esto es más fácil) y se consi-
deran muy semejantes, si adquieren los defectos de los grandes
autores. 26 Sin embargo, con juicio moderado y prudente hemos
de pronunciarnos sobre hombres tan importantes, para no con-
denar, como ocurre a la mayoría, lo que no entienden. Y si es
inevitable equivocarse en uno de los dos sentidos, yo prefiero
que gusten a los lectores todas las obras de estos autores a que
les desagraden muchos de sus pasajes.
27 Plurimum dicit oratori conferre Theophrastus lectionem 27 El mayor beneficio para el orador, asevera Teofrasto
poetarum multique eius iudicium sequuntur, neque inmérito. (Fragm. 20, ed. Schmidt), lo proporciona la lectura de los poetas, y
La afluencia de palabras, 28-32 23
22 X, Cap. I, 28-32

muchos siguen su criterio, y no sin razón. Porque de éstos se


namque ab his in rebus spiritus et in verbis sublimitas et in
saca el aliento del espíritu en expresar la realidad y la sublimi-
adfectibus motus omnis et in personis decor petitur, praecipue-
dad en las palabras, toda suerte de emociones en los sentimien-
que velut attrita cotidiano actu forensi ingenia optime rerum
tos y la dignidad en la presentación de las personas, y sobre todo
talium blanditia reparantur, ideoque in hac lectione Cicero
las fuerzas de la mente, a fuer de machacadas por la diaria acti-
requiescendum putat. 28 meminerimus tamen, non per omnia vidad forense, se refrescan extraordinariamente con el encanto
poetas esse oratori sequendos nec libertate verborum nec licen-
de tales obras poéticas. Y por eso piensa Cicerón que se debe
tia figurarum: genus ostentationi comparatum et praeter id,
encontrar sosiego en esta lectura (cf. Pro Archia poeta, 6, 12).
quod solam petit voluptatem eamque fingendo non falsa modo, 28 Debemos, sin embargo, tener presente que no en todas las
sed etiam quaedam incredibilia sectatur, patrocinio quoque ali-
cosas ha de seguir el orador a los poetas, ni en la libertad del
quo iuvari: 29 quod alligata ad certam pedum necessitatem non uso de palabras ni en la osadía del empleo de figuras (de expre-
semper uti propriis possit, sed depulsa recta via necessario ad
sión y pensamiento); que en cuanto tal género la poesía se ha
eloquendi quaedam deverticula confugiat, nec mutare quaedam
creado para la representación intensa, y prescindiendo de que
modo verba, sed extendere, corripere, convertere, dividere coga- su finalidad es sólo el contento, y al reproducirlo no sólo inven-
tur: nos vero armatos stare in acie et summis de rebus decernere
ta cosas irreales, sino hasta algunas increíbles, también es favo-
et ad victoriam niti. 30 neque ego arma squalere situ ac rubigi-
recida por un especial amparo, a saber: 29 porque, vinculada a
ne velim, sed fulgorem in iis esse qui terreat, qualis est ferri, quo
la estricta obligación de los pies métricos, no siempre puede utili-
mens simul visusque praestringitur, non qualis auri argentique,
zar las expresiones propias de las cosas, sino que, alejada del
inbellis et potius habenti periculosus.
camino recto, por necesidad busca refugio en ciertos apartados
senderos del lenguaje, y se ve forzada no sólo a cambiar algu-
nas palabras, sino también alargarlas, abreviarlas, desplazarlas
de su lugar, dividirlas. Pero nosotros hemos de estar armados,
de pie en el frente de batalla, tomar decisiones en los más arduos
asuntos y esforzarnos en lograr la victoria. 30 Ni quisiera yo
que nuestras armas se cubran de moho y herrumbre, sino que
haya en ellas un fulgor que espante, como el brillo de una espa-
da, por el cual queda ofuscado el espíritu y la vista, no como el
resplandor del oro y de la plata, sin fuerzas para la pelea y más
bien peligroso a quien los tiene.
31 También la Historia puede nutrir al orador con un cierto
31 Historia quoque alere oratorem quodam uberi iocundoque
jugo denso y delicioso. Pero también hay que hacer su lectura de
suco potest, verum et ipsa sic est legenda, ut sciamus, plerasque
modo que seamos conscientes que el orador debe evitar la mayor
eius virtutes oratori esse vitandas, est enim proxima poetis et quo-
parte de sus más nobles particularidades. Pues es la más cercana
dam modo carmen solutum est et scribitur ad narrandum, non
a los poetas, y en cierta manera es un poema sin la forma vincu-
ad probandum, totumque opus non ad actum rei pugnamque prae-
lante del verso; y es escrita para narrar, no para demostrar, y obra
sentem, sed ad memoriam posteritatis et ingenii famam com-
es por entero compuesta no para impulso de una acción y para
ponitur: ideoque et verbis remotioribus et liberioribus figuris
un actual acontecimiento de lucha, sino para la memoria de la
narrandi taedium evitat. 32 itaque, ut dixi, neque illa Sallustiana
posteridad y para la fama del narrador con talento. Y por eso evita
el hastío de la narración por medio de expresiones más alejadas
—del lenguaje corriente— y por medio de las más libres figuras
de la elocución. 32 Así pues, como dije (cf. Libro 4, 2, 45), ante
24 X, Cap. I, 33-37 La afluencia de palabras, 33-37 25

brevitas, qua nihil apud aures vacuas atque eruditas potest esse un juez atareado con tal cúmulo de pensamientos diversos y con
perfectius, apud occupatum variis cogitationibus iudicem et sae- harta frecuencia sin cultura, ni debemos procurarnos la famosa
pius ineruditum captanda nobis est, neque illa Livi lactea ubertas brevedad de Salustio, a la que nada puede superar en perfección
satis docebit eum, qui non speciem expositionis, sed fidem quae- para oídos desocupados y eruditos, ni aquel torrente como de
rit. 33 adde quod M. Tullius ne Thucydiden quidem aut Xeno- leche en la narración de Livio instruirá suficientemente a un hom-
phontem utiles oratori putat, quamquam illum 'bellicum canere', bre, que no busca la brillantez de la exposición, sino la credibili-
huius ore 'Musas esse locutas' existimet, licet tamen nobis in dad. 33 Añádase a esto que, según piensa Marco Tulio, ni siquie-
digressionibus uti vel historico nonnumquam nitore, dum in his, ra Tucídides o Jenofonte son útiles al orador, aunque del primero
de quibus erit quaestio, meminerimus, non athletarum toris, sed valore que suena a clarín de guerra, y que por boca de este otro
militum lacertis <opus> esse, nec versicolorem illam, qua Deme- hablaron las Musas. Con todo, nos está permitido aplicar alguna
trius Phalereus dicebatur uti, vestem bene ad forensem pulverem vez en las digresiones la espléndida magnificencia del historia-
facere. 34 est et alius ex historiis usus et is quidem maximus, sed dor, con tal que tengamos en mientes que en esos lugares, sobre
non ad praesentem pertinens locum, ex cognitione rerum exem- los que versará nuestra investigación, no necesitamos abultados
plorumque, quibus in primis instructus esse debet orator, nec músculos de atletas, sino de robustos brazos de soldados, y que
omnia testimonia expectet a litigatore, sed pleraque ex vetustate el famoso vestido irisado de colores, del que se decía revestirse
diligenter sibi cognita sumat, hoc potentiora, quod ea sola crimi- Demetrio de Fálero (puerto de Atenas), no iba bien para el polvo
nibus odii et gratia vacant. del foro. 34 Hay también otro aspecto útil sacado de las obras
históricas y éste es ciertamente el mayor, pero que no pertenece a
este presente lugar: la utilidad proveniente del conocimiento de
hechos reales y de los ejemplos, de los que debe especialmente
pertrecharse el orador; y no esté a la expectativa de todos los tes-
timonios, que le presente quien pone el pleito, sino que los asuma
en su mayor parte de su exacto conocimiento del tiempo pasado,
ya que por esto son los más eficaces, porque sólo éstos están libres
de las imputaciones de odiosidad y agradecido favoritismo.
35 A philosophorum vero lectione ut essent multa nobis 35 Pero a que hayamos de obtener mucho de la lectura de
petenda, vitio factum est oratorum, qui quidem illis optima sui los filósofos, se ha venido a parar por culpa de los oradores, que
operis parte cessere, nam et de iustis, honestis, utilibus iisque les dejaron por cierto campo libre en la parte más noble de la
quae sint istis contraria, et de rebus divinis maxime dicunt et propia tarea. Porque tanto acerca de lo justo, de lo honroso, de
argumentantur acriter, et altercationibus atque interrogationibus lo útil, como de sus conceptos contrarios, y de las ideas sobre lo
oratorem futurum optime Socratici praeparant. 36 sed his quo- divino, hablan especialmente los filósofos y ofrecen argumentos
que adhibendum est simile iudicium, ut etiam cum in rebus ver- profundos, y por medio de debates y preguntas preparan eficací-
semur isdem, non tamen eandem esse condicionem sciamus simamente los discípulos de Sócrates al orador futuro. 36 Pero
litium ac disputationum, fori et auditori, praeceptorum et peri- aun en esto se ha de aplicar parecido juicio crítico, de suerte que,
culorum. cuando nos ejercitemos en unos mismos temas, seamos conscien-
tes, sin embargo, que no es igual la naturaleza de los procesos
judiciales y la de las controversias filosóficas, del Foro y del Aula,
de las normas para la vida y de sus peligros.
37 Credo exacturos plerosque, cum tantum esse utilitatis in 37 Puesto que reconocemos existir tamaña utilidád en la lec-
legendo iudicemus, ut id quoque adiungamus operi, qui sint tura, creo que la mayoría de los lectores sentirá la apremiante exi-
<legendi>, quae in auctore quoque praecipua virtus, sed perse- gencia de que añadamos también a nuestra obra qué autores
La afluencia de palabras, 38-44 27
26 X, Cap. I, 38-44
deben ser leídos y cuál es en cada uno de ellos su principal exce-
qui singulos infiniti fuerit operis. 38 quippe cum in Bruto M. lencia. Pero el recorrerlos uno por uno me habría sido una obra
Tullius tot milibus versuum de Romanis tantum oratoribus interminable. 38 Porque si Marco Tulio, en tantos miles de líne-
loquatur et tamen de omnibus aetatis suae, qui quidem tum as de su Brutus, habla solamente de los oradores romanos, y pasó,
vivebant, exceptis Caesare atque Marcello, silentium egerit: quis sin embargo, en silencio a todos los oradores de su tiempo, a los
erit modus, si et illos et qui postea fuerunt et Graecos omnis et que entonces precisamente vivían, a excepción de César y Marce-
philosophos? 39 fuit igitur brevitas illa tutissima, quae est apud lo, ¿cuál será el límite, si hay que incorporar también a aquéllos y
Livium in epistula ad filium scripta, 'legendos Demosthenen a los que después existieron, y a todos los autores griegos, inclui-
atque Ciceronem, tum ita, ut quisque esset Demostheni et Cice- dos los filósofos? 39 Por tanto, la norma breve más segura ha
roni simillimus'. 40 non est dissimulanda nostri quoque iudicii sido aquella que Livio dejó escrita en una carta a su hijo: Los auto-
summa, paucos enim vel potius vix ullum ex his, qui vetustatem res que se deben leer son Demóstenes y Cicerón (texto perdido), aña-
pertulerunt, existimo posse reperiri, quin iudicium adhibentibus damos después todo aquel que más se parezca a Demóstenes y
adlaturus sit utilitatis aliquid, cum se Cicero ab illis quoque Cicerón. 40 Tampoco debo ocultar aquí qué es lo decisivo para
vetustissimis auctoribus, ingeniosis quidem, sed arte carentibus, mi modo de juzgar. Pues, según mi estimación, cabe encontrar
plurimum fateatur adiutum. 41 nec multo aliud de novis sentio: pocos, o mejor apenas alguno, de los que han sobrevivido a la
quotus enim quisque inveniri tam demens potest, qui ne minima antigüedad, que no ofrezcan alguna utilidad a quienes los lean
quidem alicuius certe fiducia partis memoriam posteritatis spera- juiciosamente, puesto que el mismo Cicerón confiesa haber recibi-
verit? qui si quis est, intra primos statim versus deprehendetur do también importantísima ayuda de aquellos antiquísimos auto-
et citius nos dimittet, quam ut eius nobis magno temporis detri- res, de talento por cierto, pero carentes del arte de escribir
mento constet experimentum. 42 sed non quidquid ad aliquam (cf. Diálogo Brutus). 41 Y no es muy diferente mi modo de sentir
partem scientiae pertinet, protinus ad faciendam etiam phrasin, acerca de los modernos. Porque ¿cuántas veces podrá hallarse esa
de qua loquimur, accommodatum. persona tan mentecata, que ni siquiera con la más leve confianza,
al menos de alguna parte de su obra, haya dejado de esperar a
ser recordado en la posteridad? Pero, si hay alguna, pronto se le
descubrirá en las primeras líneas, y permitirá alejarnos de él
mucho antes de que se nos haga patente una muestra suya con
gran pérdida de tiempo. 42 Pero no todo lo que pertenece a algu-
na parcela de la ciencia es inmediatamente adecuado para formar
también el modo de expresión de la que estamos hablando.
Mas antes de hablar de cada uno de los autores en particular,
Verum antequam de singulis loquar, pauca in universum de debemos hacer en general unas pocas observaciones sobre la varie-
varietate opinionum dicenda sunt. 43 nam quidam solos veteres dad de opiniones que hay sobre ellos. 43 Pues piensan algunos
legendos putant neque in ullis aliis esse naturalem eloquentiam tratadistas que sólo se debe leer a los antiguos, y juzgan que en
et robur viris dignum arbitrantur, alios recens haec lascivia deli- ninguno de los otros autores se halla el don natural de la elocuen-
ciaeque et omnia ad voluptatem multitudinis imperitae composi- cia y la original energía digna de los hombres; a otros proporciona
ta delectant. 44 ipsorum etiam, qui rectum dicendi genus sequi placer esta falta de mesura, ahora de moda y la abundancia de
volunt, alii pressa demum et tenuia et quae minimum ab usu afectados melindres, y todo cuanto se compone para dar gusto a
una multitud ignorante. 44 También entre aquellos, que quieren
seguir el modo y estilo correcto de hablar, unos tienen por autén-
tico y verdaderamente ático sólo la expresión concisa y sencilla y
que se aparta lo menos posible del lenguaje corriente, mientras a
La afluencia de palabras, 45-48 29
28 X, Cap. I, 45-48

cotidiano recedant, sana et vere Attica putant, quosdam elatior otros cautiva una connatural potencia de lenguaje más elevado, y
ingenii vis et magis concitata et plena spiritus capit, sunt etiam con más viveza y entusiasmo. También hay no pocos amantes del
levis et nitidi et compositi generis non pauci amatores, de qua estilo terso, brillante y equilibrado. Sobre esta diferencia trataré
differentia disseram diligentius, cum de genere dicendi quaeren- más detenidamente cuando haya de plantearnos la cuestión sobre
dum erit: interim summatim, quid et a qua lectione petere pos- las clases de estilo (cf. Libro 12, 10, 63...). Entretanto tocaré a gran-
sint, qui confirmare facultatem dicendi volent, attingam: 45 pau- des rasgos qué pueden conseguir, y de qué lectura, los que quie-
cos (sunt enim eminentissimi) excerpere in animo est. facile est ran fortalecer su capacidad expresiva. 45 En mi ánimo está pre-
autem studiosis, qui sint his simillimi, iudicare, ne quisquam que- sentar la selección de unos pocos autores —y son precisamente los
ratur, omissos forte aliquos <quos>, ipse valde probet: fateor más sobresalientes—. Fácil cosa es, por otra parte, a quienes están
enim pluris legendos esse quam qui a me nominabuntur, sed dedicados a esta tarea, el discernir qué escritores son los más seme-
nunc genera ipsa lectionum, quae praecipue convenire intenden- jantes a éstos, para que nadie se queje de que no se haga precisa-
tibus, ut oratores fiant, existimem, persequor. mente mención de algunos que él considere muy buenos. Pues
confieso que se han de leer muchos más de los que indicaré con
sus nombres. Mas ahora quiero yo señalar, considerados en sí mis-
mos, los géneros de lectura que, según mi valoración, son princi-
palmente convenientes a quienes pretenden hacerse oradores.
46 Igitur, ut Aratus ab love incipiendum putat, ita nos rite 46 Por consiguiente, igual que Arato piensa que se ha de
coepturi ab Homero videmur, hic enim, quem ad modum ex comenzar por Júpiter (Arato de Soloi, 315-239 a. d. C., cf. Phainó-
Oceano dicit ipse amnium fontiumque cursus initium capere, mena, v. 1; de ahí Virgilio, Egl. 3, 59; San Pablo cita el verso 5 de
omnibus eloquentiae partibus exemplum et ortum dedit, hunc Phainómena en Hech. de Apóst. 17, 28), así nos parece justo que
nemo in magnis rebus sublimitate, in parvis proprietate supera- debamos comenzar por Homero. Este, efectivamente —así como
verit. idem laetus ac pressus, iucundus et gravis, tum copia tum según sus propias palabras el curso de los ríos y de las fuentes
brevitate mirabilis, nec poetica modo, sed oratoria virtute emi- tiene su principio en el Océano (Ufada 21, 196 ss.)— nos ofreció el
nentissimus. 47 nam ut de laudibus, exhortationibus, consola- modelo y el origen para todas las partes de la elocuencia. Nadie
tionibus taceam, nonne vel nonus liber, quo missa ad Achillem podría superarle en la sublimidad con que trata las cosas gran-
legatio continetur, vel in primo inter duces illa contentio vel dic- des, ni en la certera exactitud al describir las pequeñas. Exube-
tae in secundo sententiae omnis litium ac consiliorum explicant rante y sencillo, jocundo y serio, digno de admiración, tanto por
artes? 48 adfectus quidem vel illos mites vel hos concitatos su afluencia como por su brevedad, es a su vez el más eminente
nemo erit tam indoctus, qui non in sua potestate hunc auctorem no sólo por su potencia poética, sino también en la que es propia
habuisse fateatur, age vero, non utriusque operis sui ingressu in de la oratoria. 47 Pues, aunque yo pase en silencio sus discursos
paucissimis versibus legem prooemiorum non dico servavit, sed de alabanza, los exhortativos y los que procuran consuelo, ¿no
muestran todos los recursos retóricos para los pleitos ante tribu-
nales y en el Consejo, ya sea el Canto IX en que se contiene la
embajada ante Aquiles, o bien en el Canto I el famoso altercado
entre los reyes (Agamenón y Aquiles), o las sentencias pronuncia-
das en el Canto II? (v. 50 ss.). 48 En lo que atañe a la provoca-
ción de sentimientos, sean en un caso los afectos sosegados, sean
en distinta ocasión estos otros llenos de excitación, nadie habrá
tan ignorante que no confiese que este autor los ha tenido en su
poder. Observa precisamente: ¿acaso al principio de una y otra
de sus epopeyas, en unos poquísimos versos, no voy a decir que
30 X, Cap. 1, 49-53 La afluencia de palabras, 49-53 31

constituit? nam et benevolum auditorem invocatione dearum, cumplió la norma de los Proemios, sino que la dejó establecida?
quas praesidere vatibus creditum est, et intentum proposita Porque tanto hace benévolo al oyente con la invocación de las dio-
rerum magnitudine et docilem summa celeriter comprensa facit. sas que, según se creía, protegían a los poetas, como atento por la
anunciada grandeza de los acontecimientos y dócil —preparado a
la recepción— por el resumen total del contenido rápidamente
esbozado.
49 narrare vero quis brevius quam qui mortem nuntiat Patro- 49 ¿Quién realmente puede narrar con mayor brevedad que
cli, quis significantius potest quam qui Curetum Aetolorumque quien anuncia la muerte de Patroclo? (Antíloco, en litada, 18, 20
proelium exponit? iam similitudines, amplificationes, exempla, ss.). ¿Quién con mayor viveza que el que describe la batalla de
digressus, signa rerum et argumenta cetera quaeque probandi ac Curetes y Etolios? (Fénix, en Ilíada, 9, 529 ss.). Además, las compa-
refutandi sunt ita multa, ut etiam qui de artibus scripserunt plu- raciones, las amplificaciones, los ejemplos, las digresiones, los indi-
rima earum rerum testimonia ab hoc poeta petant. 50 nam epi- cios objetivos, y los otros razonamientos, para probar y refutar res-
logus quidem quis umquam poterit illis rogantis Achillen Priami pectivamente, son tan abundantes, que hasta quienes han escrito
precibus aequari? quid? in verbis, sententiis, figuris, dispositione manuales acerca de las artes retóricas toman de este poeta la mayo-
totius operis nonne humani ingenii modum excedit? ut magni sit ría de los testimonios que a estas materias atañen. 50 Porque ¿qué
virtutes eius non aemulatione, quod fieri non potest, sed intellec- final de discurso —Epílogo—podrá jamás compararse a las súpli-
tu sequi. 51 verum hic omnis sine dubio et in omni genere elo- cas aquellas con las que Príamo se dirige a Aquiles? ¿Qué más?
quentiae procul a se reliquit, epicos tamen praecipue, videlicet (litada 24, 486 ss.). En la elección de palabras, en sus pensamien-
quia durissima in materia simili comparatio est. 52 raro assurgit tos, en las figuras del lenguaje y en la disposición de toda la
Hesiodus magnaque pars eius in nominibus est occupata, tamen obra, ¿no sobrepasa él la medida del ingenio humano? 51 Real-
utiles circa praecepta sententiae levitasque verborum et composi- mente este poeta dejó tras sí alejados, sin duda alguna y en
tionis probabilis, daturque ei palma in illo mediocri genere dicen- todo género de elocuencia, a todos los demás, pero especial-
di. 53 contra in Antimacho vis et gravitas et minime volgare elo- mente a los autores de poesía épica, pues en una materia seme-
quendi genus habet laudem, sed quamvis ei secundas fere jante se hace durísima la comparación (a sus imitadores,
cf. sobre Retórica homérica L. Radermacher, en Artium scripto-
res, Abhandlungen Akademie Wien, 1951). Por eso significa ya
gran cosa el seguir sus excelencias literarias, no con la inten-
ción de emularlas, algo imposible de alcanzar, sino para com-
prenderlas. 52 Rara vez levanta su ímpetu Hesíodo, y gran
parte de su obra está ocupada por nombres (sobre todo la Teo-
gonia); sin embargo, son útiles sus sentencias acerca de normas
para la vida, y la tersura de palabras y su estructuración mere-
ce toda aprobación, y a él se otorga la palma en el conocido
estilo medio. 53 Por el contrario, encuentra alabanza en Antíoco
su energía, su gravedad y un modo de expresión alejado de
todo lo corriente (nacido en Colofón, en pleno florecimiento
hacia el 400 a. d. C., muy estimado por Platón, cf. B. Wyss,
Antimachi Colophonii reliquiae, Berlín 1936, con óptima introduc-
ción). Pero aunque generalmente le conceda un segundo lugar
el juicio unánime de los críticos, faltan en él los sentimientos, el
encanto, la disposición de materiales y, en suma, el arte, de
32 X, Cap. I, 54-58 La afluencia de palabras, 54-58 33

grammaticorum consensus deferat, et adfectibus et iocunditate et modo que aparece sencillamente palpable cuán diferente cosa
dispositione et omnino arte deficitur, ut plane manifesto appareat, es el estar cerca y otra distinta ser el segundo. 54 Paniasis (de
quanto sit aliud proximum esse, aliud secundum. 54 Panyasin, ex Halicarnaso, con su epopeya Heracleia, en 14 libros, una mezcla
utroque mixtum, putant in eloquendo neutrius aequare virtutes, de Hesíodo y Antíoco; cf. McLeod Wallace, Studies on Panyasis,
alterum tamen ab eo materia, alterum disponendi ratione supera- an heroic poet of the fifth century, Phoenix 20 [1966] 95), no
ri. Apollonius in ordinem a grammaticis datum non venit, quia consigue igualar, según los críticos, los primores de expresión
Aristarchus atque Aristophanes poetarum iudices neminem sui del uno ni del otro, pero supera al uno por la materia escogida
temporis in numerum redegerunt, non tamen contemnendum red- (los Trabajos de Hércules); al otro, por el método racional de orde-
didit opus aequali quadam mediocritate. 55 Arati materia motu narla. Apolonio (de Rodas, nacido en Alejandría, 295-215 a. d. C.,
caret, ut in qua nulla varietas, nullus adfectus, nulla persona, nulla con sus Argonautas en cuatro cantos) no entra en el canon de
cuiusquam sit oratio, sufficit tamen operi, cui se aequalem credi- autores hecho por los filólogos, porque Aristarco (de Samotra-
dit. admirabilis in suo genere Theocritus, sed musa illa rustica et cia, 217-145 a. d. C.) y Aristófanes (de Bizancio, 257-180 a. d. C.,
pastoralis non forum modo, verum ipsam etiam urbem reformi- maestro de Aristarco en Alejandría), críticos de poetas, no pusie-
dat. 56 audire videor undique congerentis nomina plurimorum ron en sus listas a ningún autor contemporáneo; sin embargo
poetarum, quid? Herculis acta non bene Pisandros? quid? Nican- —Apolonio—, hizo una obra nada despreciable por una cierta
drum frustra secuti Macer atque Vergilius? quid? Euphorionem igualdad dentro del estilo medio. 55 La temática de Arato carece
transibimus? quem nisi probasset Vergilius idem, numquam de emoción, de modo que en ella no hay variedad alguna, nin-
certe 'conditorum Chalcidico versu carminum' fecisset in Buco- gún sentimiento, ninguna persona, nadie que pronuncie una sola
licis mentionem, quid? Horatius frustra Tyrtaeum Homero palabra; con todo, cumple satisfactoriamente la tarea para la cual
subiungit? 57 nec sane quisquam est tam procul a cognitione se sintió capacitado. Digno de admiración en su género es Teó-
eorum remotus, ut non indicem certe ex bibliotheca sumptum crito (nacido en Siracusa, quizás el 305 a. d. C.), pero su musa
transferre in libros suos possit, nec ignoro igitur quos transeo campesina y pastoril siente pavor no sólo del foro sino también
nec utique damno, ut qui dixerim esse in omnibus utilitatis ali- de la ciudad en sí misma (aunque algunos idilios tienen ambien-
quid. 58 sed ad illos iam perfectis constitutisque viribus rever- te ciudadano). 56 Paréceme estar oyendo de todos lados a quie-
nes me amontonan los nombres de otros numerosos poetas.
¿Pues qué? —se me dice— . ¿No compuso bien Pisandros (de
Rodas) su poema sobre las hazañas de Hércules? ¿Pues qué?
¿Acaso Mácer y Virgilio siguieron en vano a Nicandro? (de Colo-
fón, de la primera mitad del siglo m a. d. C.; Emilio Mácer, poeta
épico, amigo de Virgilio y de Horacio, cf. Ovidio, Trist. 4,10, 44).
¿Qué más? ¿Pasaremos de largo a Euforión? (de Cálcide, nacido
el 276 a. d. C., brillante recreador del Epilio). Si Virgilio no lo
hubiese también honrado y reconocido, jamás habría hecho men-
ción, en sus Bucólicas, de las canciones compuestas en verso calcidico
(Egl. 10, 50). Y de nuevo pregunto. ¿Puso en vano Horacio a Tirteo
después de Homero? (Ars poet. 402). 57 Ni hay alguien tan lejana-
mente apartado del conocimiento de estos poetas, que no pueda
en todo caso trasladar el catálogo de una biblioteca a sus propios
libros. Ni desconozco, por tanto, a los autores que paso por alto,
ni en absoluto los menosprecio, como que soy yo quien he dicho
que en todos ellos se encuentra alguna utilidad (cf. n.° 45). 58 Mas
34 X, Cap. I, 59-62 La afluencia de palabras, 59-62 35

temur, quod in cenis grandibus saepe facimus, ut, cum optimis volveremos a ellos después que hayamos repuesto ya y asegurado
satiati sumus, varietas tamen nobis ex vilioribus grata sit. tunc nuestras fuerzas, como hacemos muchas veces tras opulentas
et elegiam vacabit in manus sumere, cuius princeps habetur comidas de modo que, cuando estamos ahitos de manjares exqui-
Callimachus, secundas confessione plurimorum Philetas occupa- sitos, nos es grata, sin embargo, la variedad de alimentos más sen-
vit. 59 sed dum adsequimur illam firmam, ut dixi, facilitatem, cillos. Entonces tendremos tiempo de tomar también en nuestras
optimis adsuescendum est et multa magis quam multorum lec- manos la poesía elegiaca, de la que es considerado como príncipe
tione formanda mens et ducendus color, itaque ex tribus recep- Calimaco (de Cirene, nacido en Cirene el 240 a. d. C., defensor del
tis Aristarchi iudicio scriptoribus iamborum ad 'έξιν maxime per- poema corto y Bibliotecario de Alejandría), mientras Filetas (de
tinebit unus Archilochus. 60 summa in hoc vis elocutionis, cum Cos, hacia el 320 a. d. C., maestro del rey Ptolomeo Filadelfo II)
validae tum breves vibrantesque sententiae, plurimum sangui- ocupó el segundo lugar, según confesión de muchísimos críticos.
nis atque nervorum, adeo ut videatur quibusdam, quod quo- 59 Pero hasta que consigamos aquella robusta soltura, como dije
quam minor est, materiae esse, non ingenii vitium. 61 novem (cf. n.° 1), debemos conocer a fondo a los mejores autores, y con
vero lyricorum longe Pindarus princeps spiritus magnificentia, una lectura intensa, más que con la de muchos escritores, se ha de
sententiis, figuris, beatissima rerum verborumque copia et velut formar el espíritu y captar el pertinente colorido. Así pues, de los
quodam eloquentiae flumine: propter quae Horatius eum merito tres escritores de poesía yámbica (Semónides de Amorgos, hacia el
credidit nemini imitabilem. 62 Stesichorum, quam sit ingenio 600 a. d. C., Hiponacte de Éfeso, hacia el 540) admitidos en este
validus, materiae quoque ostendunt, maxima bella et clarissi- rango según el juicio crítico de Aristarco, uno solo, Arquíloco, con-
mos canentem duces et epici carminis onera lyra sustinentem, tribuirá extraordinariamente a la llamada éxis (a la condición de
reddit enim personis in agendo simul loquendoque debitam dig- este género poético). 60 Altísima es en éste la fuerza de expresión,
nitatem, ac si tenuisset modum, videtur aemulari proximus sus sentencias tan valientes como concisas y vehementes, hay en
Homerum potuisse, sed redundat atque effunditur, quod ut est él sobreabundancia de sangre y de vigor muscular, hasta el punto
de que, al parecer de algunos, el hecho de que, en algún detalle,
sea inferior a otro cualquier poeta yámbico, es defecto de la mate-
ria que trata, no de su talento poético. 61 Mas entre los nueve líri-
cos (del canon alejandrino: Alemán de Sardes, Safo de Ereso-Les-
bos, Alceo de Mitilene, Ibico de Rhegion, Anacreonte de Teos,
Estesícoro de Matauro-Sicilia, Pindaro de Tebas, Simónides y
Baquílides de Ceos) está Píndaro con mucho en el primer lugar,
por la grandiosidad de su entusiasmo, por sus sentencias, sus figu-
ras, su felicísima abundancia de pensamientos y palabras, y como
por un torrente de elocuencia; por estas cualidades creyó con razón
Horacio que nadie puede imitarlo (cf. Carm. 4, 2). 62 Cuán pode-
roso en ingenio sea Estesícoro, lo muestran también las materias
que elige, cuando canta impresionantes batallas y a muy esclareci-
dos generales, y cuando sostiene sobre su lira la carga pesada del
canto épico (célebre por su Ilioupérsis, Nóstoi, Helena, Palinodia,
Orestía, Erphyla, etc.). Pues dispensa a las personas su dignidad
debida, tanto en palabras como en hechos, y si hubiese guardado
mesura, pudo haber sido, al parecer, el poeta más cercano a Home-
ro, pero se desborda y despilfarra su potencia, cosa que, aunque
merecedora de censura, es con todo un defecto de su rica geniali-
36 X, Cap. I, 63-68 La afluencia de palabras, 63-68 37

reprehendendum, ita copiae vitium est. 63 Alcaeus in parte ope- dad. 63 Merecidamente se otorga a Alceo (hacia el 600 a. d. C.) 'el
ris 'aureo plectro' merito donatur, qua tyrannos insectatus mul- plectro de oro' (Horacio, Carm. 2, 13, 26 s.) en la parte de su obra
tum etiam moribus confert, in eloquendo quoque brevis et mag- en la que, con sus invectivas contra los tiranos, aporta mucho tam-
nificus et diligens et plerumque oratori similis, sed et lusit et in bién con sus principios éticos, conciso también en la expresión,
amores descendit, maioribus tamen aptior. 64 Simonides, tenuis magnífico, cuidadoso y con frecuencia parecido a un orador, pero
alioqui, sermone proprio et iocunditate quadam commendari también fue burlesco y se rebajó a materias eróticas, más capacita-
potest, praecipua tamen eius in commovenda miseratione vir- do, sin embargo, para temas más importantes. 64 Simónides (556-
tus, ut quidam in hac ,eum parte omnibus eiusdem operis aucto- 468 a. d. C.), por lo demás sencillo en la expresión, puede ser reco-
ribus praeferant. mendable por la propiedad de lenguaje y por una cierta dulzura;
sin embargo, su principal fuerza consiste en excitar la compasión,
de modo que algunos lo prefieren en este punto a todos los poe-
tas que han cultivado este género.
65 Antiqua comoedia cum sinceram illam sermonis Attici 65 La antigua Comedia conserva, casi ella sola, tanto aquella
gratiam prope sola retinet, tum facundissimae libertatis, et si est gracia incontaminada del lenguaje ático como la de una libertad
in sectandis vitiis praecipua, plurimum tamen virium etiam in en sumo grado desbordante de palabras, y si bien es singular prin-
ceteris partibus habet, nam et grandis et elegans et venusta, et cipalmente en fustigar los vicios, posee también, sin embargo,
nescio an ulla, post Homerum tamen, quem ut Achillem semper muchísima fuerza en las demás partes (del drama, sobre todo en
excipi par est, aut similior sit oratoribus aut ad oratores facien- las parábasis, dirigidas al público). Porque es elevada, elegante, y
dos aptior. 66 plures eius auctores. Aristophanes tamen et Eupo- encantadora, y no sé si hay alguna otra poesía —al menos des-
lis Cratinusque praecipui, tragoedias primus in lucem Aeschy- pués de Homero, a quien siempre hay que exceptuar, igual que a
lus protulit, sublimis et gravis et grandiloquus saepe usque ad Aquiles— (cf. Iliada 2, 673 ss.) que pueda ser más parecida al len-
vitium, sed rudis in plerisque et incompositus: propter quod guaje de los oradores o más adecuada para formar a dichos ora-
correctas eius fabulas in certamen deferre posterioribus poetis dores. 66 Son numerosos sus autores. No obstante, son principa-
Athenienses permisere, suntque eo modo multi coronati. 67 sed les entre ellos Aristófanes, Eupolis y Cratino. El primero en dar
longe clarius inlustraverunt hoc opus Sophocles atque Euripi- esplendor a las Tragedias fue Esquilo, sublime, serio y muchas
des, quorum in dispari dicendi via uter sit poeta melior, inter veces grande en su lenguaje hasta la exageración defectuosa, pero
plurimos quaeritur, idque ego sane, quoniam ad praesentem desaliñado en muchos pasajes y carente de orden; por cuya razón
materiam nihil pertinet, iniudicatum relinquo, illud quidem permitieron los atenienses a poetas posteriores la presentación a
nemo non fateatur necesse est, his, qui se ad agendum compa- concurso de sus piezas de teatro, en forma corregida. Y de este
rant, utiliorem longe fore Euripiden. 68 namque is et sermone modo consiguieron muchos la corona victoriosa. 67 Pero con
(quod ipsum reprehendunt quibus gravitas et cothurnus et mucho más esplendor dieron celebridad a esta obra Sófocles y Eurí-
pides, sobre los que se sigue discutiendo entre muchísimos críticos
cuál sea el mejor poeta dentro del diferente giro de sus modos de
expresión. Y a la verdad dejo yo esta cuestión por no resuelta, ya
que nada importa a nuestra actual consideración. Nadie por cierto
habrá que no reconozca necesariamente cómo Eurípides será
mucho más útil a quienes se pertrechan para intervenir ante los
tribunales. 68 Pues éste se acerca tanto más en su lenguaje al esti-
lo del orador —cosa que en sí misma censuran aquellos a quienes
parece ser más elevada la solemne seriedad, el alto calzado [esti-
lo] y el acento dramático de Sófocles—, como pletórico de senten-
38 X, Cap. I, 69-73 La afluencia de palabras, 69-73 39

sonus Sophocli videtur esse sublimior) magis accedit oratorio cías y casi igual a las mismas cosas, que enseñan los filósofos, y
generi et sententiis densus et illis, quae a sapientibus tradita en el decir y responder debe compararse a cualquiera de los que
sunt, paene ipsis par, et dicendo ac respondendo cuilibet eorum, han pasado por elocuentes en el foro; mas en cuanto a los senti-
qui fuerunt in foro diserti, comparandus, in adfectibus vero cum mientos es tan maravilloso en todos ellos, como fácilmente el pri-
omnibus mirus, tum in his, qui in miseratione constant, facile mero en aquellos que se basan en la compasión. 69 Lo admiró
praecipuus. 69 hunc et admiratus maxime est, ut saepe testatur, sobremanera y siguió sus huellas Menandro, como él mismo con-
et secutus, quamquam in opere diverso, Menander, qui vel unus fiesa, aunque en una diferente tarea poética; el cual, y solamente
meo quidem iudicio diligenter lectus ad cuncta, quae praecipi- él, a mi parecer, bastaría ser leído con cuidado para la formación
mus, effingenda sufficiat: ita omnem vitae imaginem expressit, de todo cuanto nosotros enseñamos: hasta tal punto esculpió la
tanta in eo inveniendi copia et eloquendi facultas, ita est omni- imagen de toda la vida humana, tan grande es en él la plenitud
bus rebus, personis, adfectibus accommodatus. 70 nec nihil pro- de inventiva y la facilidad de lenguaje, y en tal grado se adapta a
fecto viderunt, qui orationes, quae Charisi nomine eduntur, a todas las circunstancias, a las personas, a los sentimientos. 70 Y
Menandro scriptas putant, sed mihi longe magis orator probari no estuvieron realmente ciegos los que piensan que fue Menan-
in opere suo videtur, nisi forte aut illa [mala] iudicia, quae Epi- dro quien escribió los discursos que se publican bajo el nombre
trepontes, Epicleros, Locroe habent, aut meditationes in Psopho- de Carisio (orador ateniense hacia el 300 a. d. C.). Pero mucho
dee, Nomothete, Hypobolimaeo non omnibus oratoriis numeris más me parece a mí que se acredita Menandro como verdadero
sunt absolutae. 71 ego tamen plus adhuc quiddam conlaturum orador en su propia obra, a no ser que demuestre alguien que
eum declamatoribus puto, quoniam his necesse est secundum aquellas (malas) escenas judiciales, que contienen los Epitrepontes
condicionem controversiarum plures subire personas, patrum (tribunales de arbitraje), la Epícleros (la Heredera) y los Lócrios
filiorum, <caelibum> maritorum, militum rusticorum, divitum (pueblo de Beocia), o que los monólogos recitados en el Psophódes
pauperum, irascentium deprecantium, mitium asperorum, in (El pusilánime), en el Nomothétes (El legislador) y en el Hypoboíi-
quibus omnibus mire custoditur ab hoc poeta decor. 72 atque maios (El hijo imputado), no estén compuestos de modo perfecto
ille quidem omnibus eiusdem operis auctoribus abstulit nomen de acuerdo con todas las normas del arte de hablar. 71 Sin embar-
et fulgore quodam suae claritatis tenebras obduxit, habent tamen go, yo pienso que éste podrá prestar aún más algún provecho a
alii quoque comici, si cum venia legantur, quaedam quae possis los que se ejercitan en la declamación, porque éstos, según la natu-
decerpere, et praecipue Philemon, qui ut prave sui temporis raleza de las controversias, tienen necesariamente que asumir el
iudiciis Menandro saepe praelatus est, ita consensu tamen papel de muchas personas, de padres y de hijos, de solteros y de
omnium meruit credi secundus. casados, de soldados y de agricultores, de ricos y de pobres,
de coléricos y de suplicantes, de apacibles y de desabridos. En
todos estos tipos guarda maravillosamente este poeta su conve-
niente belleza. 72 Y ciertamente arrebató nombre y fama a todos
los autores de este mismo género de poesía, y de alguna manera
con el esplendor de su propia brillantez los redujo a la oscuridad.
Con todo, también otros comediógrafos, si se leen siendo indul-
gentes, tienen ciertos recursos, que puedes entresacar, y especial-
mente Filemón (contemporáneo de Menandro), quien, así como
según los enjuiciamientos de su tiempo fue falsamente antepuesto
a Menandro, mereció igualmente, sin embargo, con el asentimien-
to de todos, ser tenido como el segundo comed iógrafp.
73 Historiam multi scripsere praeclare, sed nemo dubitat 73 Muchos han escrito brillantemente Historia, pero nadie
longe duos ceteris praeferendos, quorum diversa virtus laudem duda que hemos de dar preferencia especial a dos autores sobre
40 X, Cap. I, 74-77 La afluencia de palabras, 74-77 41

paene est parem consecuta, densus et brevis et semper instans todos los demás, cuya cualidad de estilo enteramente contrapues-
sibi Thucydides, dulcis et candidus et fusus Herodotus: ille con- ta ha cosechado casi igual alabanza. Denso y breve y siempre en
citatis, hic remissis adfectibus melior, ille contionibus, hic ser- tensión consigo es Tucídides (de Atenas, 455-399-396? a. d. C.); dulce
monibus, ille vi, hic voluptate. 74 Theopompus his proximus ut y sin doblez y detallista Herodoto (de Halicarnaso, 484-425 a. d. C.);
in historia praedictis minor, ita oratori magis similis, ut qui, ante- el primero mejor en la descripción de apasionados sentimientos, el
quam est ad hoc opus sollicitatus, diu fuerit orator. Philistus segundo en la de los apacibles; aquél en los discursos al pueblo,
quoque meretur qui turbae quamvis bonorum post eos aucto- éste en las conversaciones; aquél por la energía, éste por el gozo
rum eximatur, imitator Thucydidi et ut multo infirmior, ita ali- que procura. 74 Teopompo (de Quíos, 376 a. d. C., continuador, en
quatenus lucidior. Ephorus, ut Isocrati visum, calcaribus eget. su Helleniká [410-394], de Tucídides), inmediatamente después de
Clitarchi probatur ingenium, fides infamatur. 75 longo post los dos anteriores, así como en la historia es inferior a los antes
intervallo temporis natus Timagenes vel hoc est ipso probabilis, citados, también es más parecido a un orador, como quien fue por
quod intermissam historias scribendi industriam nova laude largo tiempo orador, antes de sentirse impulsado a esta tarea
reparavit. Xenophon non excidit mihi, sed inter philosophos red- histórica. También Filisto (de Siracusa, contemporáneo de los dos
dendus est. Dionisios, entre el siglo v y iv [cf. Cicerón, Brutus 17]) es mere-
cedor de que se le destaque de la multitud de los que le siguen,
aunque sean buenos escritores, imitador de Tucídides y, así como
es mucho más flojo, así hasta cierto punto más claro. Eforo (de
Cuma, Asia Menor, hacia el 400, autor de la primera Historia Uni-
versal de Grecia), según el parecer de Isócrates, necesita espuelas
(cf. Cic., De orat. 3, 10, 36). Clitarco (acompañante de Alejandro
Magno entre el 334-323) es alabado por su talento, su credibili-
dad tiene fama dudosa. 75 Timágenes (de Alejandría, escritor del
tiempo de Augusto), nacido largo espacio de tiempo después, es
digno de estimación hasta por el mismo solo hecho de haber res-
tablecido con nueva alabanza la interrumpida tradición de escri-
bir historia. No se me ha pasado la mención de Jenofonte, sino
que debe ser considerado entre los filósofos.
76 Sequitur oratorum ingens manus, ut cum decem simul 76 A ellos sigue la inmensa multitud de oradores, de suerte
Athenis aetas una tulerit, quorum longe princeps Demosthenes ac que una sola época llegó a producir diez en Atenas (según el
paene lex orandi fuit: tanta vis in eo, tam densa omnia, ita qui- canon fijado por Cecilio de Escaleacte, Sicilia, del tiempo de
busdam nervis intenta sunt, tam nihil otiosum, is dicendi modus, Augusto, o por gramáticos de Pérgamo hacia el 125, son Anti-
ut nec quod desit in eo nec quod redundet invenias. 77 plenior fonte, siglo V; Andócides, siglo v; Iseo, final del v y principio del
Aeschines et magis fusus et grandiori similis, quo minus strictus iv; Licurgo, nacido el 390; Dinarco, 360-290 a. d. C. y los que
est, carnis tamen plus habet, minus lacertorum, dulcis in primis siguen). Entre ellos fue Demóstenes el más importante y casi la
et acutus Hyperides, sed minoribus causis, ut non dixerim viliori- norma del arte de perorar: tan grande fuerza hay en él, tan denso
todo cuanto dice, de tal modo tenso como las cuerdas de un arco,
tan nada fuera de lugar, y tal su modo de decir, que no encon-
trarías en él palabra que falte ni palabra que sobre. 77 Más ple-
tórico es Esquines, más prolijo y tanto más próximo al estilo subli-
me, cuanto menos ceñido; tiene, sin embargo, más carne y menos
músculo. Dulce sobre todo y agudo es Hiperides (partidario de
La afluencia de palabras, 78-83 43
42 X, Cap. I, 78-83

Demóstenes, ajusticiado el 322; cf. Cic., Orat. 3 ,7 y 31), pero más


bus, magis par. 78 his aetate Lysias maior, subtilis atque elegans
apto para pequeños procesos judiciales, por no decir de menor
et quo nihil, si oratori satis sit docere, quaeras perfectius: nihil
importancia. 78 Anterior a éstos es Lisias (nacido hacia el 445),
enim est inane, nihil arcessitum, puro tamen fonti quam magno
sutil y elegante y, si a un orador le basta el enseñar, no busques
flumini propior. 79 Isocrates in diverso genere dicendi nitidus et
algo más perfecto que Lisias, porque nada vacío tiene, nada for-
comptus et palaestrae quam pugnae magis accommodatus omnis
zado; sin embargo, está más cerca de una pura fuente que de un
dicendi veneres sectatus est, nec immerito: auditoriis enim se, non
caudaloso torrente. 79 Isócrates (436-338 a. d. C.) en su distinto
iudiciis compararat: in inventione facilis, honesti studiosus, in com-
género de estilo, brillante y lleno de galanura, y más adecuado
positione adeo diligens, ut cura eius reprehendatur. 80 neque ego
para la escuela de elocuencia (para entrenamiento, como en una
in his, de quibus sum locutus, has solas virtutes, sed has praeci-
palestra [cf. Cic., De orat. 1, 81]) que para lucha (del foro), recorrió
puas puto, nec ceteros parum fuisse magnos, quin etiam Phalerea
todos los encantos del bien decir, y no sin razón, porque se per-
illum Demetrium, quamquam is primus inclinasse eloquentiam
trecha para los auditorios, no para los tribunales: hábil en la
dicitur, multum ingenii habuisse et facundiae fateor, vel ob hoc
invención, amante de la ética, tan esmerado en la construcción de
memoria dignum, quod ultimus est fere ex Atticis, qui dici possit
la frase, que se le censura su meticulosidad. 80 Y yo no pienso
orator, quem tamen in illo mediocri genere dicendi praefert omni-
que los méritos en estos oradores, de los que he hablado, son los
bus Cicero.
únicos, sino los principales, ni creo que los restantes oradores
hayan sido poco importantes. Antes bien, hasta opino que Deme-
trio de Fálep (nacido hacia el 350), aunque de él se dice que fue el
primero en llevar la oratoria a su decadencia (cf. Cic., en Brutus
38), tuvo mucho talento y facundia, aun por esto digno de recuer-
do, porque fue, generalmente hablando, el último de los de Ática,
que puede llamarse orador, a quien en todo caso prefiere Cicerón
a todos en el estilo medio (cf. Orat. TI, 92 y 95).
81 Entre los filósofos, de los que M. Tulio Cicerón confiesa haber
81 Philosophorum, ex quibus plurimum se traxisse eloquen-
obtenido muchísima utilidad para su elocuencia (cf. Orat. 3, 11),
tiae M. Tullius confitetur, quis dubitet Platonem esse praecipuum
¿quién podría dudar de que Platón es el principal, ya sea por la
sive acumine disserendi sive eloquendi facultate divina quadam
agudeza de sus discusiones filosóficas, ya por una divina y homé-
et Homerica? multum enim supra prorsam orationem et quam
rica capacidad de lenguaje? Porque se eleva mucho sobre el tono
pedestrem Graeci vocant surgit, ut mihi non hominis ingenio,
de la prosa, y a la que los griegos llaman pedestre (vereda del dis-
sed quodam Delphico videatur oraculo dei instinctus. 82 quid
curso, que camina a pie, pegada al suelo), de manera que no me
ego commemorem Xenophontis illam iocunditatem inadfecta-
parece alentado por un espíritu humano, sino por un oráculo dél-
tam, sed quam nulla consequi adfectatio possit? ut ipsae sermo-
fico del dios Apolo. 82 ¿Para qué necesito yo rememorar aquella
nem finxisse Gratiae videantur et, quod de Pericle veteris co-
dulzura sin afectación de Jenofonte, pero que ningún esfuerzo artís-
moediae testimonium est, in hunc transferri iustissime possit, in
tico podría conseguir? Hasta el punto de que las Gracias en perso-
labris eius sedisse quandam persuadendi deam. 83 quid reli-
na parecen haber formado su lenguaje, y que a este autor pueda
quorum Socraticorum elegantiam? Quid Aristotelen? quem dubi-
muy justamente aplicarse lo que la Antigua Comedia atestigua
sobre Pericles: que en sus labios tuvo precisamente propia morada
alguna diosa de la persuasión (cf. la cita del comediógrafo Eupolis
en Fragm. 2, 458, y en Plinio, Nat. hist. 1, 20, 17). 83 ¿Para qué voy
a mencionar la elegancia de los restantes filósofos socráticos? ¿Para
qué recordar a Aristóteles? De quien dudo si debería considerarlo
La afluencia de palabras, 84-87 45
44 X, Cap. 1, 84-87

más ilustre por su conocimiento de la realidad, o por la riqueza


to scientia rerum an scriptorum copia an eloquendi [usu] suavi-
de sus escritos, o por la suavidad de su expresión, o por la pro-
tate an inventionum acumine an varietate operum clariorem
fundidad de sus hallazgos, o por la diversidad de sus obras. 84 Y
putem. 84 nam in Theophrasto tam est loquendi nitor ille divi-
en Teofrasto hay tal divina brillantez de lenguaje, que por éste se
nus, ut ex eo nomen quoque traxisse dicatur, minus indulsere
dice haber obtenido también este nombre ('divino hablador', así le
eloquentiae Stoici veteres, sed cum honesta suaserunt, tum in
apodó Tírtamo, sucesor de Aristóteles en la dirección del Perípato
conligendo probandoque quae instituerant plurimum valuerunt,
[cf. Cic., Orat. 19, 62]). Menos atención prestaron a la elocuencia
rebus tamen acuti magis quam, id quod sane non adfectaverunt,
los antiguos filósofos estoicos, pero por una parte exhortaron per-
oratione magnifici.
suasivamente a la moralidad y, por otra, ejercieron muchísima
fuerza en la técnica silogística y en la de la demostración, en las
que habían ofrecido su doctrina, pero fueron más profundos en
sus pensamientos, que magníficos en la expresión de su discurso,
cosa que ciertamente no pretendieron (cf. Cic., Brutus 31, 119).
85 El mismo orden î i o s debe conducir también a través de
85 Idem nobis per Romanos quoque auctores ordo ducendus
los autores romanos. Por tanto, igual que Homero entre los grie-
est. itaque ut apud illos Homerus, sic apud nos Vergilius auspi-
gos, así entre nosotros nos habrá procurado Virgilio favorabilí-
catissimum dederit exordium, omnium eius generis poetarum
simo comienzo, ya que de todos los poetas griegos y los nues-
Graecorum nostrorumque haut dubie <ei> proximus. 86 utar
tros de su clase ocupa indudablemente el lugar más próximo a
enim verbis isdem, quae ex Afro Domitio iuvenis excepi, qui mihi
Homero. 86 Pues voy a servirme de las mismas palabras que,
interroganti, quem Homero crederet maxime accedere: secundus,
siendo yo joven, escuché de Domicio Afro, cuando al pregun-
inquit, est Vergilius, propior tamen primo quam tertio, et hercule
tarle yo a quién tenía él por muy cercano a Homero, replicó: el
ut illi naturae caelesti atque inmortali cesserimus, ita curae et dili-
segundo es Virgilio, pero se acerca más al primero que al tercero.
gentiae vel ideo in hoc plus est, quod ei fuit magis laborandum,
Y sí, ¡por Hércules!, que por más que le declaremos inferior a
et quantum eminentibus vincimur, fortasse aequalitate pensamus,
aquel natural genio celestial e inmortal —de Homero—, así hay
ceteri omnes longe sequentur. 87 nam Macer et Lucretius legen-
en este nuestro Virgilio más cuidado y solicitud aun por el
di quidem, sed non ut phrasin, id est corpus eloquentiae faciant,
hecho mismo de que hubo de trabajar más (cf., sobre este
elegantes in sua quisque materia, sed alter humilis, alter difficilis.
punto, Aulo Gelio, Noches Aticas, 17, 10 — «como la osa que
Atacinus Varro in his, per quae nomen est adsecutus, interpres
lame a sus crías, hasta darles la forma debida»—), y quizás,
operis alieni, non spernendus quidem, verum ad augendam facul-
en todo cuanto nos damos por superados —con Virgilio— en
pasajes culminantes, quedamos equilibrados por la simétrica
regularidad de toda su obra. Todos los demás le siguen a larga
distancia. 87 Porque Mácer (cf. n.° 56) y Lucrecio (98-55 a. d. C.,
Sobre el ser del Universo, editado por Cicerón) se deben leer,
pero no porque ofrezcan algo al poder de la expresión, es decir,
al cuerpo de la elocuencia, por más que cada uno de ellos sea
selecto en el tema escogido, pero el primero (Mácer) es bajo en
la expresión, el segundo (Lucrecio) difícil. Varrón de Atace
(Aude, río y ciudad en la provincia de Narbona, 116-27 a. d. C.),
en lo que se labró su fama como traductor de una, obra extran-
jera (Los Argonautas de Apolonio de Rodas), no debe ser preci-
samente menospreciado, pero de poco contenido literario para
46 X, Cap. I, 88-91 La afluencia de palabras, 88-91 47

tatem dicendi parum locuples. 88 Ennium sicut sacros vetustate acrecentar la facilidad de expresión. 88 Veneremos a Ennio
lucos adoremus, in quibus grandia et antiqua robora iam non tan- como a los bosques sagrados por su antigüedad, en los que
tam habent speciem quantam religionem, propiores alii atque ad grandes y viejos robles no tienen ya tan im ponente belleza
hanc, de qua loquimur, magis utiles, lascivos quidem in herois como religiosidad inspiran. Otros autores hay más cerca y más
quoque Ovidius et nimium amator ingenii sui, laudandus tamen útiles para el cultivo de la expresión de la que estamos tratan-
partibus. 89 Cornelius autem Severus, etiam <si> sit versificator do. En verdad Ovidio (de Sulmona, 43 a. d. C.-18 d. d. C.) ador-
quam poeta melior, si tamen ut est dictum ad exemplar primi libri nado en demasía, también en sus versos heroicos (hexámetros
bellum Siculum perscripsisset, vindicaret sibi iure secundum de Metamorfosis), y en exceso amante de su propia genialidad,
locum. Serranum consummari mors immatura non passa est, pue- merece, sin embargo, alabanza en partes de su obra. 89 Pero
rilia tamen eius opera et maximam indolem ostendunt et admira- Cornelio Severo (contemporáneo de Ovidio), aunque sea mejor
bilem praecipue in aetate illa recti generis voluntatem. 90 mul- versificador que poeta, si a pesar de esto hubiese escrito hasta
tum in Valerio Flacco nuper amisimus, vehemens et poeticum el final La guerra de Sicilia, según el modelo del Libro primero,
ingenium Salei Bassi fuit, nec ipsum senectute maturuit. Rabirius como se dice, con todo derecho podría haber reclamado para
ac Pedo non indigni cognitione, si vacet. Lucanus ardens et conci- sí el puesto segundo (después de Virgilio). La muerte prema-
tatus et sententiis clarissimus et, ut dicam quod sentio, magis ora- tura no permitió a Serrano llegar a su plena realización; pero
toribus quam poetis imitandus. 91 hos nominamus, quia Ger- las obras que escribió de jovencito muestran a las claras tanto
manicum Augustum ab institutis studiis deflexit cura terrarum, su altísimo talento, como principalmente, en aquella edad suya,
parumque dis visum est esse eum maximum poetarum, quid una sorprendente aspiración por todo lo que exige el estilo del
tamen his ipsis eius operibus, in quae donato imperio iuvenis auténtico género épico. 90 Mucho hemos perdido hace poco
secesserat, sublimius, doctius, omnibus denique numeris praes- en Valerio Flaco (muerte hacia el año 90 d. d. C., autor de una
Argonáutica). Vehemente y de'gran talento poético para la poe-
sía fue Saleyo Baso (poeta lírico y satírico, contemporáneo de
Ovidio), y tampoco llegó a una madura ancianidad. Rabirio y
Pedón (contemporáneos de Ovidio, cf. ex Pont. 4, 10 y 16, 5)
merecen ser conocidos, si hubiere tiempo. Lucano (Marco
Anneo, 39-65 d. d. C., sobrino de Lucio Anneo Séneca), fogoso
y apasionado y brillantísimo en sus pensamientos éticos y, para
decir lo que siento, un modelo para oradores más que para
poetas. 91 Hemos recordado estos nombres solamente, porque
a Germánico Augusto —Domiciano— lo apartó de su comenza-
da actividad poética la preocupación por el gobierno de las tie-
rras (imperiales, durante la ausencia de su padre Vespasiano,
como 'pretor' de Roma con poder consular, año 69 al 70 d. d. C.,
y emperador del 81 al 96 (cf. Suetonio, Domit. 13, 1), y a los
dioses les pareció poca cosa que llegara él a ser el más grande
de todos los poetas (cf. elogio en el Libro 4, 3; pero Suetonio,
Dom. 2, escribe: «de modo sorprendente simuló también mode-
ración y sobre todo el estudio de la poesía»). Sin embargo, ¿qué
hay más sublime, más culto, y al cabo más extraordinario en
todas sus partes, que estas sus mismas obras, a las que siendo
joven se dedicó retirado, tras entregar el mando del imperio?
48 X , Cap. I, 92-95 La afluencia de palabras, 92-95 49

tantius? quis enim caneret bella melius quam qui sic gerit? quem (a su hermano Tito el año 70). Porque ¿quién cantaría mejor las
praesidentes studiis deae propius audirent? cui magis suas artes guerras que el que así —victoriosamente— las hace? ¿A quién
aperiret familiare numen Minerva? 92 dicent haec plenius futura escucharían de más cerca las diosas —Musas— que protegen
saecula, nunc enim ceterarum fulgore virtutum laus ista praes- las artes? ¿A quién revelaría más sus artes la divinidad de
tringitur. nos tamen sacra litterarum colentis feres, Caesar, si non Minerva, a él familiar? 92 Pregonarán esto con mayor reso-
tacitum hoc praeterimus et Vergiliano certe versu testamur: nancia los siglos venideros, pues ahora esa su gloria poética
inter victrices hederam tibi serpere laurus. queda ofuscada por el esplendor de sus demás merecimientos.
Pero a nosotros, a los que miramos con respeto los sagrados
tesoros de la Literatura, no nos llevarás a mal, César, si no
pasamos esto en silencio, y en todo caso lo testimoniamos con
el verso de Virgilio:
¡trepe a tus sienes la hiedra entre laureles triunfales! (Egl. 8, 13)
(alusión a sus victorias en Germania y a sus dotes literarias.
No se conserva de ninguna obra ni fragmento).
93 Elegia quoque Graecos provocamus, cuius mihi tersus 93 En la Elegía desafiamos también a los griegos, un géne-
atque elegans maxime videtur auctor Tibullus, sunt qui Proper- ro en el que me parece el autor más terso y elegante Tibulo (54-
tium malint. Ovidius utroque lascivior, sicut durior Gallus, satu- 19 a. d. C.). Hay quienes prefieren a Propercio (nacido en Asís,
ra quidem tota nostra est, in qua primus insignem laudem adep- 40-15 a. d. C.). A los dos supera Ovidio en su desatada ampli-
tus Lucilius quosdam ita deditos sibi adhuc habet amatores, ut tud, como Galo en dureza expresiva (creador de la Elegía roma-
eum non eiusdem modo operis auctoribus, sed omnibus poetis na, 69-26 a. d. C.). Ciertamente la Sátira es enteramente nues-
praeferre non dubitent. 94 ego quantum ab illis, tantum ab tra, en la cual fue Lucilio (180-102 a. d. C.) el primero en
Horatio dissentio, qui Lucilium 'fluere lutulentum' et 'esse ali- alcanzar insigne alabanza, quien de tal suerte tiene todavía
quid, quod tollere possis', putat, nam eruditio in eo mira et liber- unos amadores tan entregados a él, que no sólo no dudan en
tas atque inde acerbitas et abunde salis, multum [et] est tersior preferirlo a todos los autores de su mismo género literario,
ac purus magis Horatius et, nisi labor eius amore, praecipuus, sino a todos los poetas. 94 Yo, cuanto disiento de ellos, tanto
multum et verae gloriae quamvis uno libro Persius meruit, sunt disiento de Horacio, a cuyo parecer Lucilio fluye lodoso y en él
clari hodieque et qui olim nominabuntur. 95 alterum illud etiam hay algo que podrías quitar (Sát. 1, 4, 11 y cf. 1, 10, 9-10 y 58-
prius saturae genus, sed non sola carminum varietate mixtum 59). Porque en él hay una erudición maravillosa y libertad de
condidit Terentius Varro, vir Romanorum eruditissimus, pluri- donde brota su mordacidad y la sal —el chiste— en abundan-
cia. Mucho más fino y más puro en la expresión es Horacio
(65-8 a. d. C.) y, si no caigo en error por amor a él, es extraor-
dinario. Mucha y verdadera gloria tiene merecida Persio (34-62
d. d. C.), aunque por un solo libro (con cinco Sátiras). Y hoy
día viven también ilustres poetas satíricos, que más tarde se
mencionarán con sus nombres. 95 También aquella otra
segunda, anterior forma de Sátira (antes de Lucilio), pero que
es un género mixto no por la sola diversidad de clases de
verso (¡y prosa!), la compuso Terencio Varrón (116-27 a. d. C.),
el hombre más culto entre los romanos (Quintiliano silencia
aquí a Menipo de Gádara [Palestina], siglo ni a. d. C., verda-
dero creador de la sátira con mezcla de prosa y verso). Escri-
X, Cap. I, 96-99 La afluencia de palabras, 96-99 51
50

mos hic libros et doctissimos conposuit, peritissimus linguae bió éste muchísimos libros y ciertamente cultísimos, profundí-
Latinae et omnis antiquitatis et rerum Graecarum nostrarumque, simo conocedor de la lengua latina y de toda la antigüedad,
plus tamen scientiae collaturus quam eloquentiae. 96 iambus tanto de la historia griega como de la nuestra, pero que con-
non sane a Romanis celebratus est ut proprium opus, <sed> aliis tribuirá más a la ciencia que a la elocuencia. 96 El Yambo
quibusdam interpositus: cuius acerbitas in Catullo, Bibaculo, (ritmo zaheriente) no ha sido en verdad cultivado por los
Horatio, quamquam illi epodos intervenit, reperiatur. at lyrico- romanos como obra poética propia, sino incluido en otros cier-
rum idem Horatius fere solus legi dignus: nam et insurgit ali- tos ritmos: su mordacidad penetrante se puede encontrar en
quando et plenus est iucunditatis et gratiae et varius figuris et Catulo (nacido en Verona, 87 al 54 a. d. C.), en Bibáculo (de Cre-
verbis felicissime audax, si quem adicere velis, is erit Caesius mona, contemporáneo de Catulo), en Horacio, si bien entre-
Bassus, quem nuper vidimus, sed eum longe praecedunt inge- mezclado con aquél aparece sucesivamente el epodo (verso
nia viventium. yámbico más corto, añadido). Pero de los líricos es asimismo
Horacio casi el solo digno de ser leído, pues toma a veces un
impulso más alto, y está pletórico de alegría y de encanto, y
es variado en el uso de figuras y felicísimamente audaz en sus
palabras. Si quieres añadir algún otro, éste deberá ser Cesio
Baso (amigo de Persio, quizá muerto en la erupción del Vesu-
vio, 79 d. d. C.), a quien vimos hace poco (probablemente
quiere indicar su muerte), pero le superan con mucho talentos
poéticos hoy en vida (a ninguno de éstos menciona, excepto a
Domiciano).
97 Tragoediae scriptores veterum Accius atque Pacuvius cla- 97 Como autores de la Tragedia son los más ilustres entre los
rissimi gravitate sententiarum, verborum pondere, auctoritate antiguos Accio (Lucio, 170-85 a. d. C.) y Pacuvio (Marco, hijo de
personarum, ceterum nitor et summa in excolendis operibus una hermana de Ennio, 221-132 a. d. C.; cf. Horacio, Ep. 2, 1, 56)
manus magis videri potest temporibus quam ipsis defuisse: por la seriedad de sus pensamientos, la ponderación de sus pala-
virium tamen Accio plus tribuitur, Pacuvium videri doctiorem, bras y la dignidad de sus personajes. Por lo demás, puede pare-
qui esse docti adfectant, volunt. 98 iam Vari Thyestes cuilibet cer que les falta la tersura de expresión y la última mano en el
Graecarum comparari potest. Ovidi Medea videtur mihi osten- pulimento de sus obras, más por los tiempos, en que vivieron,
dere, quantum ille vir praestare potuerit, si ingenio suo impera- que por impericia de sí mismos; sin embargo, se atribuye a Accio
re quam indulgere maluisset, eorum, quos viderim, longe prin- mayor fuerza de expresión, mientras quienes presumen de ser
ceps Pomponius Secundus, quem senes [quem] parum tragicum entendidos en la materia, quieren que Pacuvio parezca más
putabant, eruditione ac nitore praestare confitebantur. 99 In culto. 98 La tragedia Tiestes de Varío (amigo de Horacio y de
comoedia maxime claudicamus, licet Varro 'Musas', Aeli Stilonis Virgilio, cf. Carm. 1, 6, 1; Egl. 8, 35; con Tuca editor de la Eneida)
puede ya igualarse a cualquiera de las griegas. La Medea de Ovi-
dio me parece manifestar ostensiblemente cuánto habría podido
rendir este hombre si hubiera preferido dominar su talento a
dejarse llevar por él (obra perdida). Entre los poetas trágicos,
que yo he visto en vida, es con mucho el principal Pomponio
Segundo (vivió en tiempos de Caligula y Claudio, cf. Quint.,
Libro 8, 3, 31), a quien los mayores —durante mi juventud—
consideraban de escaso ímpetu trágico, mientras reconocían que
era superior por su cultura y brillantez. 99 En la Comedia 'cojea-
La afluencia de palabras, 100-102 53
52 X, Cap. I, 100-102

sententia, 'Plautino' dicat 'sermone locuturas fuisse, si Latine mos' muchísimo respecto a la griega. Aunque Varrón diga,
loqui vellent', licet Caecilium veteres laudibus ferant, licet Teren- según el juicio de Elio Estilón (maestro suyo y de Cicerón), que
ti scripta ad Scipionem Africanum referantur (quae tamen sunt si las Musas quisieran hablar latín, tendrían de hablar el lenguaje de
in hoc genere elegantissima et plus adhuc habitura gratiae, si Plauto (primer comediógrafo latino, de quien conservamos 21
intra versus trimetros stetissent): 100 vix levem consequimur comedias, 254-184 a. d. C.); aunque los antiguos colmen de elo-
umbram, adeo ut mihi sermo ipse Romanus non recipere videa- gios a Cecilio (Estacio, norteafricano, 220-168, contemporáneo de
tur illam solis concessam Atticis venerem, quom eam ne Graeci Ennio), aunque las obras de Terencio (Afro, también norteafrica-
quidem in alio genere linguae suae obtinuerint, togatis excellit no, 190-159 a. d. C., quedan seis comedias) se relacionen en su
Afranius: utinam non inquinasset argumenta puerorum foedis autoría con la colaboración de Escipión el Africano (Publio Cor-
nelio, llamado el Menor, 185; 129, conquistador de Numancia,
amoribus mores suos fassus.
133, cf. Suetonio, vida de Terencio) —estas obras son, sin embar-
go, las más elegantes en su género y tendrían todavía más gra-
cia si se hubiesen mantenido constantes dentro del ritmo de los
trímetros yámbicos—; 100 apenas alcanzamos una fugitiva som-
bra de la comedia, hasta el punto de que, a mi parecer, el len-
guaje romano no tiene en sí aquel encanto dispensado a sólo los
atenienses, ya que ni siquiera los griegos lo consiguieron en nin-
gún otro género dialectal de su lengua. En la comedia llamada
togada —representada con vestidura romana, costumbrista—
sobresale Afranio (nacido hacia el 150 a. d. C.; cf. Cic., Brutus 45;
De fin. 1, 3; Horacio, Ep. 2, 1, 57). ¡Ojalá no hubiese mancillado
sus argumentos con desvergonzados amores de pederastas, dela-
tando sus personales costumbres!
101 At non historia cesserit Graecis, nec opponere Thucydi- 101 Por el contrario, nuestra Historiografía no podrá ser infe-
di Sallustium verear, nec indignetur sibi Herodotus aequari rior a la de los escritores griegos. Ni yo me avergonzaría de con-
Titum Livium, cum in narrando mirae iocunditatis clarissimique traponer Salustio a Tucídides, ni se moleste Herodoto porque se le
candoris, tum in contionibus supra quam enarrari potest elo- iguale Tito Livio (Padua 59 a. d. C.-17 d. d. C.), tanto en su modo
quentem: ita quae dicuntur omnia cum rebus, tum personis de narrar lleno de maravillosa amenidad y de la más luminosa
accommodata sunt: adfectus quidem praecipueque eos, qui sunt franqueza, como en los discursos al pueblo, dotado de una elo-
dulciores, ut parcissime dicam, nemo historicorum commodavit cuencia más allá de lo que puede decirse: así que todo, lo que
magis. 102 ideoque illam inmortalem Sallusti velocitatem diver- se habla, está ajustado a las situaciones igual que a los respecti-
sis virtutibus consecutus est. nam mihi egregie dixisse videtur vos personajes; en lo que atañe a los sentimientos, principalmen-
Servilius Nonianus, pares eos magis quam similes: qui et ipse a te a los que manifiestan más ternura, para decirlo con la mayor
nobis auditus est, clari vir ingenii et sententiis creber, sed minus cautela, ninguno de los historiadores ha conseguido más acierto.
102 Y por eso, con diferentes cualidades de estilo, logró aquella
inmortal concisión de Tucídides —en su modo de narrar— . En
efecto, me parece a mí haber dicho magníficamente Servilio Nonia-
no (fallecido el 60 d. d. C., historiador; cf. Tácito, Anuales 14, 19)
que Tucídides y Livio son más iguales que semejantes. También
yo escuché personalmente a este Servilio, hombre de lúcido talen-
to y gran formulador de sentencias, pero menos conciso de lo que
54 X, Cap. I, 103-107 La afluencia de palabras, 103-107 55

pressus quam historiae auctoritas postulat. 103 quam paulum requiere la dignidad de la Historia. 103 Aufidio Baso (del tiempo
aetate praecedens eum Bassus Aufidius egregie, utique in libris de Augusto y Tiberio; cf. Plinio el Joven, Epist. 3, 5), un poco ante-
belli Germanici, praestitit genere ipso, probabilis in omnibus, rior en edad a Servilio, logró egregiamente esta concisión dentro
sed in quibusdam suis ipse viribus minor. 104 superest adhuc de este género histórico, en todo caso en los libros de su Historia
et exornat aetatis nostrae gloriam vir saeculorum memoria dig- de la Guerra Germánica, merecedor de reconocimiento en todo, pero
nus, qui olim nominabitur, nunc intellegitur, habet amatores nec en ciertos pormenores no está él mismo a la altura de sus propias
inmérito Cremuti libertas, quamquam circumcisis quae dixisse fuerzas. 104 Vive todavía, y realza la gloria de nuestra época, un
ei nocuerat: sed elatum abunde spiritum et audaces sententias varón digno de la recordación de los siglos, que en tiempo veni-
deprehendas etiam in his, quae manent, sunt et alii scriptores dero tendrá renombre, ahora se entiende a quién me refiero (quizá
boni, sed nos genera degustamus, non bibliothecas excutimus. se trata de Fabio Rústico, durante el mandato de Claudio, elogia-
do por Tácito en sus Annales). Tiene, y no sin razón, amadores la
libertad de narrar de Cremucio (Cordo, muerto por la libertad
republicana el año 25 d. d. C.; cf. Tác., Ann. 4, 35), aunque, des-
pués de haber sido eliminadas, las afirmaciones le habían sido
nocivas. Pero su espíritu altamente elevado y audaces pensamien-
tos puedes encontrarlos en las partes conservadas. Hay también
otros buenos historiadores, pero nosotros solamente ofrecemos
muestras de géneros de estilo, no revolvemos bibliotecas.
105 Oratores vero vel praecipue Latinam eloquentiam parem 105 Ahora bien, los oradores, muy principalmente, pueden
facere Graecae possunt: nam Ciceronem cuicumque eorum forti- igualar la elocuencia latina con la griega; porque yo enfrentaría
ter opposuerim, nec ignoro, quantam mihi concitem pugnam, sólidamente a Cicerón con cualquiera de ellos. Y no ignoro cuán
cum praesertim non id sit propositi, ut eum Demostheni compa- grande es la batalla que contra mí levanto (cf. Tácito, Dial, de
rem hoc tempore: neque enim attinet, cum Demosthenen in pri- oratoribus 18), sobre todo cuando no es mi intención compararlo
mis legendum vel ediscendum potius putem. 106 quorum ego con Demóstenes en este momento (cf. Libro 12, 1, 14 ss.); pues
virtutes plerasque arbitror similes, consilium, ordinem, dividen- no importa ahora que yo piense se debe leer en primer lugar, o
di, praeparandi, probandi rationem, omnia denique quae sunt por mejor decir, aprender de memoria a Demóstenes. 106 Los
inventionis, in eloquendo est aliqua diversitas: densior ille, hic méritos literarios de ambos, en su gran mayoría, creo yo que
copiosior, ille concludit adstrictius, hic latius, pugnat ille acumi- son semejantes: la planificación de ideas, la ordenación, el méto-
ne semper, hic frequenter et pondere, illic nihil detrahi potest, do de estructurar partes, de establecer divisiones, de preparar y
hic nihil adici, curae plus in illo, in hoc naturae. 107 salibus certe de demostrar, todo aquello, en suma, que es propio de la bús-
et commiseratione, quae duo plurimum in adfectibus valent, vin- queda de materiales —invención— . En la expresión —elocución—
cimus. et fortasse epílogos illi mos civitatis abstulerit, sed et nobis existe alguna diferencia: aquél (Demóstenes) es más denso, éste
(Cicerón) más detallista, aquél más ceñido en las terminaciones
de frase, éste desarrollándolas con más amplitud, aquél pelea
siempre con la agudeza de su ingenio, éste también frecuente-
mente con la carga de sus palabras, allí nada se puede quitar,
aquí nada se puede añadir, en aquél hay más entrenamiento,
en éste más capacidad natural (cf. De orat. 1, 260 s.). 107 Cier-
tamente vencemos nosotros en el chiste y en mover la compa-
sión, dos aspectos de muchísima fuerza entre los afectos. Y qui-
zás una disposición de la ciudad de Atenas le haya quitado a
La afluencia de palabras, 108-113 57
56 X, Cap. 1, 108-113
Demóstenes la posibilidad de epílogos —eficaces— (cf. Libros 2,
illa, quae Attici mirantur, diversa Latini sermonis ratio minus 16, 4 y 6, 1, 7), pero hay otras cosas que los habitantes de Ática
permiserit, in epistulis quidem, quamquam sunt utriusque, dia- admiran (Libro 10, 1, 65 y 100), y a nosotros podrá permitir
logisve, quibus nihil ille, nulla contentio est. 108 cedendum vero menos la distinta estructura del lenguaje latino. Por cierto, en
in hoc, quod et prior fuit et ex magna parte Ciceronem, quantus el arte de escribir cartas, aunque se conservan de uno y de otro,
est, fecit, nam mihi videtur M. Tullius, cum se totum ad imitatio- o en los diálogos, en los que Demóstenes no se cultivó, no hay
nem Graecorum contulisset, effinxisse vim Demosthenis, copiam disputa alguna. 108 Pero en esto siguiente debemos conceder el
Platonis, iucunditatem Isocratis. 109 nec vero quod in quoque primer rango a Demóstenes, ya que él vivió antes y en gran parte
optimum fuit, studio consecutus est tantum, sed plurimas vel hizo de Cicerón lo que constituye toda su grandeza. Porque
potius omnis ex se ipsa virtutes extulit immortalis ingenii bea- Marco Tulio, a mi parecer, después de haberse entregado por
tissima ubertas, non enim 'pluvias', ut ait Pindarus, 'aquas colli- entero a la imitación de los griegos, se labró la fuerza de lengua-
git, sed vivo gurgite exundat', dono quodam providentiae geni- je de Demóstenes, la plenitud de Platón, el encanto de Isócrates.
tus, in quo totas vires suas eloquentia experiretur. 110 nam quis 109 Pero y no sólo consiguió con su estudio lo que fue mejor en
docere diligentius, movere vehementius potest? cui tanta cada uno de estos tres, sino que la mayor parte o, por mejor decir,
umquam iucunditas adfuit? ut ipsa illa, quae extorquet, impetra- todas las excelencias de su estilo las creó de sí misma la felicísi-
re eum credas, et cum transversum vi sua iudicem ferat, tamen ma abundancia de su inmortal talento. Pues, como dice Píndaro
ille non rapi videatur, sed sequi. I l l iam in omnibus, quae dicit, (Fragm. 274, ed. Br. Snell), no recoge las aguas de la lluvia, sino que
tanta auctoritas inest, ut dissentire pudeat, nec advocati studium, brota en torrente de una fuente viva, generado por una dádiva de la
sed testis aut iudicis adferat fidem, cum interim haec omnia, Providencia, para que por entero ensayara la elocuencia sus vir-
quae vix singula quisquam intentissima cura consequi posset, tudes. 110 Porque ¿quién puede enseñar con mayor exactitud,
fluunt inlaborata et illa, qua nihil pulchrius auditum est, oratio mover con más vehemencia? ¿Quién tuvo jamás encanto tan
prae se fert tamen felicissimam facilitatem. 112 quare non inmé- grande? (cf. Libro 3, 5, 2). De suerte que pudiera creerse que todo
rito ab hominibus aetatis suae regnare in iudiciis dictus est, apud aquello, que arranca por fuerza, lo está suplicando, y que cuan-
posteros vero id consecutus, ut Cicero iam non hominis nomen, do con el poder de su elocuencia aparta al juez de su personal
sed eloquentiae habeatur, hunc igitur spectemus, hoc proposi- criterio, no parece, sin embargo, que sea éste arrastrado, sino que
tum nobis sit exemplum, ille se profecisse sciat, cui Cicero valde de buen grado le sigue. 111 En este momento posee tan gran
placebit. 113 multa in Asinio Pollione inventio, summa diligen- autoridad en todo cuanto dice, que uno se avergonzaría de tener
opinión contraria, y no parece aplicar el esfuerzo de un abogado,
sino estar ofreciendo la credibilidad de un testigo o de un juez,
mientras a veces todas estas cualidades suyas, de las que apenas
una particular de ellas podría alcanzar con empeñadísimo afán
otra persona, brotan sin asomo de esfuerzo alguno, y aquel su
arte de hablar, en cuya comparación nada más bello se ha escu-
chado, manifiesta, sin embargo, externamente la más fecunda
facilidad. 112 Por lo cual no sin razón dijeron los hombres de su
tiempo que Cicerón domina como un rey en los tribunales, y entre
la posteridad ha logrado esto otro: Cicerón no es ya el nombre de
un hombre, sino el de la elocuencia. A éste, por tanto, dirijamos nues-
tra mirada, sea para nosotros el modelo establecido, y ,sepa haber
hecho progresos aquél a quien Cicerón especialmente agradare.
113 Rica es en Asinio Polión (general y cónsul romano, amigo de
La afluencia de palabras, 114-116 59
58 X, Cap. I, 114-116

tia, adeo ut quibusdam etiam nimia videatur, et consilii et animi Augusto y de Virgilio y de Horacio; cf. Virg., Egl. 3, 86, 8, 6; Hor.,
satis: a nitore et iucunditate Ciceronis ita longe abest, ut videri Sát. 1, 10, 85, y Carm. 2, 1) la invención, altísimo su esmero, hasta
possit saeculo prior, at Messala nitidus et candidus et quodam el extremo de que para algunos parece aún excesivo, suficiente
modo praeferens in dicendo nobilitatem suam, viribus minor. también su reflexión y sentimiento del alma: en brillantez y
114 C. vero Caesar si foro tantum vacasset, non alius ex nostris encanto está tan alejado de Cicerón, que podría parecer de un
contra Ciceronem nominaretur, tanta in eo vis est, id acumen, ea siglo anterior. Por el contrario, Mésala (M. Valerio Mes. Corvino,
concitatio, ut illum eodem animo dixisse, quo bellavit, appareat: 64 a. d. C.-13 d. d. C., general y político en tiempo de Augusto,
exornat tamen haec omnia mira sermonis, cuius proprie studio- orador y escritor, promotor del Círculo literario al que pertene-
sus fuit, elegantia. 115 multum ingenii in Caelio et praecipue in cieron Tibulo y Ovidio) es claro y sin afectación, y en cierto modo
accusando multa urbanitas, dignusque vir, cui et mens melior et descubre en el estilo de su discurso la nobleza de su familia, pero
vita longior contigisset, inveni qui Calvum praeferrent omnibus, posee menos fuerza persuasiva. 114 Empero, si Cayo César (Julio,
inveni qui [Ciceronem] crederent, eum nimia contra se calumnia 100-15 de marzo del 44 a. d. C.) se hubiese dedicado sólo a la
verum sanguinem perdidisse, sed est et sancta et gravis oratio actividad del Foro, ningún otro nombre de nuestros oradores
et castigata et frequenter vehemens quoque, imitator autem est podría contraponerse a Cicerón. Tan grande energía hay en él,
Atticorum, fecitque illi properata mors iniuriam, si quid adiec- tal esa agudeza, tal aquel apasionamiento, que claramente se
turus sibi, non si quid detracturus fuit. 116 et Servius Sulpicius manifiesta haber pronunciado sus discursos con el mismo brío
insignem non inmérito famam tribus orationibus meruit, multa, con que hizo las guerras. Y, no obstante, embellece todas estas
si cum iudicio legatur, dabit imitatione digna Cassius Severus, cualidades una maravillosa elegancia de expresión, de la que fue
peculiarmente cuidadoso (probable alusión a su obra De analogia,
perdida —sobre la corrección gramatical— escrita durante un
paso de los Alpes, dedicada a Cicerón). 115 Notable talento se
revela en Celio (C. Celio Caldo, cuestor, amigo y discípulo de
Cicerón, muerto el 48 a. d. C. en Turios, sur de Italia, en una
intentona de rebelión), y, especialmente, cuando actúa de aboga-
do de la acusación, mucha su chispeante gracia, propia de la ciu-
dad, y un hombre digno de que le hubiera cabido en suerte una
mentalidad mejor y una vida más larga. He hallado a algunos
que prefieren a Calvo sobre todos (Cayo Licinio, orador y poeta,
amigo de Cicerón y de Catulo, hijo del historiador C. Licinio
Mácer; cf. Cic., Brutus 81; De fin. 1, 2; Cat. 14, 2 y Suetonio, Vita
Caes. 49); he hallado a otros que creyeron, como Cicerón, que por
su autocrítica en demasía rigurosa había perdido la sangre fresca
de su estilo (cf. Brutus 82, 283), pero su discurso es solemne, pon-
derado y ceñido, y con frecuencia lleno también de vehemencia.
Por otra parte, es imitador de los oradores áticos, y la muerte
apresurada le ha cometido injusticia, si algo más tenía que añadir
a su obra, no si él hubiese querido quitar algo de ella. 116 Tam-
bién Servio Sulpicio (Rufo, el más famoso jurista en tiempos de
Cicerón, cónsul con Marco Marcelo, muerto exiliado éli la isla de
Sérifo; cf. Cic., Pro Murena) mereció no sin razón insigne renom-
bre por tres discursos. Casio Severo (célebre orador en tiempos de
60 X , Cap. I, 117-121 La afluencia de palabras, 117-121 61

qui si ceteris virtutibus colorem et gravitatem orationis adiecis- Augusto y Tiberio), si se lee con mirada crítica, ofrecerá mucho
set, ponendus inter praecipuos foret. 117 nam et ingenii pluri- digno de ser imitado, el cual si hubiese añadido a los demás pri-
mum est in eo et acerbitas mira et urbanitas et sermo, sed plus mores de su estilo el colorido y la ponderación del discurso,
stomacho quam consilio dedit, praeterea ut amari sales, ita fre- habría que colocarlo entre los oradores principales. 117 Porque
quenter amaritudo ipsa ridicula est. 118 sunt alii multi diserti, también hay en él muchísimo ingenio, sorprendente mordacidad,
quos persequi longum est. eorum quos viderim Domitius Afer la gracia ocurrente de la ciudad y su lenguaje, pero hizo más con-
et Iulius Africanus longe praestantissimi. verborum arte ille et cesiones a su propio capricho que a la reflexión. Además, como
toto genere dicendi praeferendus et quem in numero veterum amarga es la sal de sus chistes, así es con frecuencia ridículo en sí
habere non timeas: hic concitatior, sed in cura verborum nimius mismo su propio amargor. 118 Hay también otros muchos elo-
et compositione nonnumquam longior et translationibus parum cuentes oradores, que es prolijo el recorrerlos. De aquellos, que
modicus, erant clara et nuper ingenia. 119 nam et Trachalus ple- yo haya visto, son los más sobresalientes con mucho Domicio Afro
rumque sublimis et satis apertus fuit et quem velle optima cre- (maestro de Quintiliano) y Julio Africano. Por su arte en la selec-
deres, auditus tamen maior: nam et vocis, quantam in nullo cog- ción de palabras y en toda su forma de hablar debe tener prefe-
novi, felicitas et pronuntiatio vel scaenis suffectura et decor, rencia Afro, y a él puedes colocar sin reparo en el número de los
omnia denique ei, quae sunt extra, superfuerunt: et Vibius Cris- antiguos maestros del lenguaje. Africano es más apasionado, pero
pus compositus et iocundus et delectationi natus, privatis tamen en la selección de palabras es exagerado y a veces más prolijo en
causis quam publicis melior. 120 Iulio Secundo si longior conti- la construcción del período oratorio y poco moderado en el uso
gisset aetas, clarissimum profecto nomen oratoris apud posteros de las metáforas (cf. Libro 8, 6, 4). Hace poco había todavía escla-
foret: adiecisset enim atque adiciebat ceteris virtutibus suis quod recidos talentos. 119 Porque también Trúcalo (P. Galerio, cónsul
desiderari potest, id est autem, ut esset multo magis pugnax et del año 68 d. d. C.; cf. Libros 6, 3, 78 y 12, 5, 5) fue por lo general
saepius ad curam rerum ab elocutione respiceret. 121 ceterum elevado y asaz fácil de entender, y un orador de quien podías
interceptus quoque magnum sibi vindicat locum: ea est facundia, creer que quería lo más perfecto, pero de mayor efecto cuando se
le escuchaba. Pues también la riqueza de matices de su voz,
tan plena como no la he conocido en ningún otro orador, y su
modo de recitar, que hasta habría cumplido con las exigencias
del teatro, y su presencia externa —en suma todo lo que se
revela externamente—, lo poseía sobradamente. También Vibio
Crispo (cf. Libro 5, 13, 48; 8, 5, 15 y 12, 10, 11, temible delator
en tiempos de Nerón; véase Tácito, Historias, 2, 10 y Suetonio,
Vita Domit. 2) fue equilibrado en su discurso, agradable y como
nacido para deleitar, pero mejor para los procesos privados
(civiles) que para los públicos (penales). 120 Si a Julio Segundo
(maestro de Tácito y de Quintiliano; cf. cap. 3, 12-13 de este
mismo Libro) se le hubiese dado una vida más larga, tendría
seguramente brillantísimo nombre de orador para la posteri-
dad; pues habría añadido —y ya añadía— a sus demás exce-
lencias literarias cuanto de él podía echarse de menos, y es
esto: que fuese mucho más combativo y que hubiese mirado
con más frecuencia al cuidado del contenido que al'de la forma
de expresión. 121 Por lo demás, ya fallecido, puede reclamar
para sí un lugar importante: así es su soltura de lenguaje, tan
La afluencia de palabras, 122-125 63
62 X, Cap. 1, 122-125
grande su encanto en desarrollar cualquier tema que quisiera,
tanta in explicando quod velit gratia, tam candidum et leve et tan transparente, ágil y hermoso su estilo de hablar, tan gran-
speciosum dicendi genus, tanta verborum etiam quae adsumpta de la propiedad de las palabras que elige, aun las que toma
sunt proprietas, tanta in quibusdam ex periculo petitis significan- como imágenes, tan trascendentales las que dan a entender una
tia. 122 habebunt qui post nos de oratoribus scribent, magnam significación en ciertas cosas expresadas con osadía. 122 Los
eos, qui nunc vigent, materiam vere laudandi: sunt enim summa que después de nosotros escribieren acerca de los oradores, ten-
hodie, quibus inlustratur forum, ingenia, namque et consummati drán gran materia para alabar con toda verdad a los que ahora
iam patroni veteribus aemulantur et eos iuvenum ad optima ten- florecen. Pues hay hoy día altísimos talentos, que dan esplen-
dentium imitatur ac sequitur industria. dor al Foro (cabe pensar en Plinio el Joven, 61-113, autor del
Panegírico a Trajano, el mejor de la literatura latina; en Tácito
55-120, Julio Segundo, y en Curiacio Materno, poeta y orador,
citado por Tácito en Diálogo sobre oradores, 2 y 12). Porque los
abogados, que están ya en su plena madurez, pueden hasta
competir con los antiguos, y a ellos imita, y sigue como mode-
los, el aplicado esfuerzo de los jóvenes que aspiran a alcanzar
los resultados mejores.
123 Restan todavía los que escribieron de Filosofía, en cuya
123 Supersunt qui de philosophia scripserunt, quo in genere materia ha dado hasta ahora la literatura latina muy pocos escrito-
paucissimos adhuc eloquentes litterae Romanae tulerunt, idem res con lenguaje elocuente. Así pues, es asimismo Marco Tulio
igitur M. Tullius, qui ubique, etiam in hoc opere Platonis aemu- Cicerón, quien, como en todo lo demás, fue también rival de Pla-
lus extitit. egregius vero multoque quam in orationibus praes- tón en esta tarea. Pero sobresaliente, y mucho más relevante que
tantior Brutus suffecit ponderi rerum: scias eum sentire quae en sus propios discursos, Bruto (Marco Junio, 85-42 a. d. C., uno
dicit. 124 scripsit non parum multa Cornelius Celsus, Sextios de los asesinos de Julio César, adicto a la filosofía de la Academia,
secutus, non sine cultu ac nitore. Plautus in Stoicis rerum cogni- como Varrón y Cicerón) estuvo a la altura de la importancia que
tioni utilis: in Epicureis levis quidem, sed non iniocundus tamen piden las materias filosóficas. Se percibe exactamente que piensa
auctor est Catius. 125 ex industria Senecam in omni genere elo- lo que dice. 124 Una cantidad no poco considerable de obras
quentiae distuli propter vulgatam falso de me opinionem, qua escribió Cornelio Celso (autor de una Enciclopedia en tiempos de
damnare eum et invisum quoque habere sum creditus, quod Tiberio), siguiendo la corriente de los Sextios (Quinto Sextio y su
accidit mihi, dum corruptum et omnibus vitiis fractum dicendi hijo, filósofos pragmáticos), no sin finura y pulimento. Plauto (Papi-
rio Fabiano, primera mitad de la era imperial; cf. Séneca, Cartas a
Lucilio 100, 1 ss., y Libro 2, 14, 2 de Quint.) es entre los estoicos útil
para el objetivo conocimiento de las cosas. Entre los epicúreos es
Catio superficial, sin duda, pero con todo no es un autor desagra-
dable (Cicerón, en Epist. ad familiares 15, 16, tiene de él mejor opi-
nión). 125 Con toda intención he dejado hasta este momento lo
que significa Séneca (Lucio Marco Anneo, nacido como su padre
en Córdoba, 4 a. d. C. al 65 d. d. C.) en todo género del arte de
hablar, a causa de la opinión, sobre mí falsamente propalada, por
la que yo lo condenaría y hasta sería tenido como .aborrecedor
suyo. Me ocurre esto en ese momento en que yo lucho por devol-
ver a criterios más estrictos el estilo de hablar, corrompido y que-
64 X, Cap. I, 126-131
La afluencia de palabras, 126-131 65

genus revocare ad severiora iudicia contendo: tum autem solus


brantado por toda clase de vicios (alusión a su obra, perdida, sobre
hic fere in manibus adulescentium fuit. 126 quem non equidem
las causas de la corrupción de la elocuencia); y entonces casi él
omnino conabar excutere, sed potioribus praeferri non sinebam,
solo estuvo en las manos de los jóvenes. 126 Ciertamente no esta-
quos ille non destiterat incessere, cum diversi sibi conscius gene-
ba yo de ninguna manera empeñado en hacerlo caer de ellas, mas
ris placere se in dicendo posse, in quibus illi placerent, diffide-
no podía permitir que fuese preferido a los mejores, que él no
ret. amabant autem eum magis quam imitabantur tantumque ab
había cesado de criticar, ya que, consciente de su propia clase de
illo defluebant, quantum ille ab antiquis descenderat. 127 foret
estilo, desconfiaba de poder agradar con su lenguaje en los temas
enim optandum, pares ac saltem proximos illi viro fieri, sed pla-
en que aquellos autores agradaban. Y los partidarios suyos lo ama-
cebat propter sola vitia et ad ea se quisque dirigebat effingenda,
ban más que lo imitaban, y se le iban retirando tanto como él se
quae poterat: deinde cum se iactaret eodem modo dicere, Sene-
había alejado de los antiguos. 127 Pues habría sido de desear que
cam infamabat. 128 cuius et multae alioqui et magnae virtutes
ellos llegaran a ser iguales o al menos acercarse a aquel varón.
fuerunt, ingenium facile et copiosum, plurimum studii, multa
Pero agradaba solamente por sus vicios y cada uno se dirigía a
rerum cognitio, in qua tamen aliquando ab his, quibus inquiren-
reproducir los que podía; después, cuando se jactaba de hablar en
da quaedam mandabat, deceptus est. tractavit etiam omnem fere
studiorum materiam: 129 nam et orationes eius et poemata et el mismo estilo, desacreditaba a Séneca. 128 Por otra parte, fue-
epistulae et dialogi feruntur, in philosophia parum diligens, ron sus cualidades tan numerosas como grandes: su ingenio ágil e
egregius tamen vitiorum insectator fuit, multae in eo claraeque inagotable, intensísima su dedicación, grande su conocimiento de
sententiae, multa etiam morum gratia legenda, sed in eloquendo las cosas, en el que a veces, sin embargo, fue engañado por esos a
corrupta pleraque atque eo perniciosissima, quod abundant dul- quienes había confiado la averiguación de ciertos problemas. Trató
cibus vitiis. 130 velles eum cum suo ingenio dixisse, alieno iudi- también casi toda materia de saberes (alusión al contenido de sus
cio: nam si aliqua contempsisset, si parum non concupisset, si obras, aunque Quintiliano sólo tiene presente los literarios).
non omnia sua amasset, si rerum pondera minutissimis senten- 129 Pues hay en circulación Discursos y Obras Poéticas, Cartas y
tiis non fregisset, consensu potius eruditorum quam puerorum Diálogos. Poco profundo en la Filosofía, fue, no obstante, egregio
amore comprobaretur. 131 verum sic quoque iam robustis et fustigador de los vicios. Hay en él numerosas y brillantes senten-
cias, muchas obras también dignas de ser leídas por sus valores
éticos, pero en la expresión está la mayor parte desfigurada, y
tanto más perjudicial cuanto abundante es en seductores defectos.
130 Uno querría que hubiese hablado con su propio talento, pero
con ajeno sentir del estilo; porque si hubiera menospreciado algu-
nos afectados giros, si hubiera sido un poco menos apasionado
por asperezas de estilo (texto original corrupto, lo entendemos en
la línea estilística, que interesa y analiza en este contexto Quintilia-
no), si no hubiera amado todas sus propias ocurrencias, si no
hubiera fragmentado la importancia de los temas tratados en
menudísimas frases, habría encontrado más bien la aprobación
en el unánime juicio de los hombres cultos que el amor de los
muchachos. 131 Pero también así debe ser leído por personas ya
fortalecidas y suficientemente seguras en la más estricta configu-
ración del estilo, hasta en razón a que puede en todo caso servir
de entrenamiento a la formación del buen criterio. Pues hay en él,
como he dicho, muchas cosas dignas de alabanza, muchas hasta
de admiración, con tal de que haya cautela en elegir lo que ojalá
66 X, Cap. I, 131-131 La afluencia de palabras, 131-131 67

severiore genere satis firmatis legendus vel ideo, quod exercere hubiera hecho él mismo. Pues digno fue aquel talento natural de
potest utcumque iudicium. multa enim, ut dixi, probanda in eo, querer cosas mejores. Lo que quiso, lo consiguió (Quintiliano,
multa etiam admiranda sunt, eligere modo curae sit, quod uti- adicto total a Cicerón, no pudo encontrar satisfacción en el estilo
nam ipse fecisset: digna enim fuit illa natura, quae meliora de Séneca, maestro de una nueva forma epigramática de estilo,
vellet: quod voluit effecit. con frases breves, tajantes, efectistas, proverbiales, llenas de efica-
ces antítesis. Fue admirado y criticado. Según Suetonio, Vida de
Caligula 53, 2, Séneca fue 'arena sin cal', muerta).
II Ca pít u l o II
LA IMITACIÓN

Necesidad y utilidad de la imitación.— No hay que con-


tentarse con lo hecho por otros, sino intentar la propia
originalidad.—No se debe aspirar solamente a igualar a
los buenos modelos, sino intentar superarlos.— Cautela
en los autores que imitamos, y qué es lo que nos propo-
nemos imitar.—La imitación debe contar con las propias
fuerzas y capacidad de quien imita.— Exigencia de la
materia imitable e interés de los varios estilos y autores
imitables.— Las ideas como meta de la imitación en con-
sonancia con las palabras.

1 Ex his ceterisque lectione dignis auctoribus et verborum 1 De éstos y de los demás autores, dignos de ser leídos, se
sumenda copia est et varietas figurarum et componendi ratio, ha de tomar tanto la riqueza de palabras como la variedad de
tum ad exemplum virtutum omnium mens derigenda. neque figuras y el método de construir las frases; después hay que diri-
enim dubitari potest, quin artis pars magna contineatur imita- gir la atención al modelo de todas las excelencias literarias. Pues
tione. nam ut invenire primum fuit estque praecipuum, sic ea, no puede dudarse de que una gran parte del arte se fundamen-
quae bene inventa sunt, utile sequi. 2 atque omnis vitae ratio ta en la imitación. Porque así como fue la invención lo primero y
sic constat, ut quae probamus in aliis, facere ipsi velimus, sic lit- lo más importante, así es útil seguir lo que está bien inventado.
terarum ductus, ut scribendi fiat usus, pueri sequuntur, sic musi- 2 Y así está constituido todo el modo de ser de la vida, de suer-
ci vocem docentium, pictores opera priorum, rustici probatam te que deseemos hacer lo que en otros consideramos loable. Así
experimento culturam in exemplum intuentur, omnis denique imitan los niños los rasgos de las letras (ya escritas en las tabli-
disciplinae initia ad propositum sibi praescriptum formari vide- llas de cera; cf. Libro 1,1, 27), para que se forme el hábito de la
mus. 3 et hercule necesse est aut similes aut dissimiles bonis escritura, así los músicos la voz de sus maestros, los pintores las
simus, similem raro natura praestat, frequenter imitatio, sed hoc obras de sus predecesores, los labradores tienen ante sus ojos
como modelo el cultivo acreditado por la experiencia; vemos, en
suma, que los comienzos de toda ciencia se configuran según
un proyecto a ella inherente. 3 Y ¡por Hércules! que necesaria-
mente debemos ser o semejantes o desemejantes a los buenos.
Rara vez dispensa semejanza la naturaleza, la imitación lo hace
La imitación, 4-7 71
70 X Cap. 11, 4-7

con frecuencia. Pero este mismo hecho de que la imitación nos


ipsum, quod tanto faciliorem nobis rationem rerum omnium haga la realización de toda clase de tareas tanto más fácil de lo
facit quam fuit iis, qui nihil quod sequerentur habuerunt, nisi que fue a los que no tuvieron nada que imitar, es perjudicial si
caute et cum iudicio adprehenditur, nocet. no se aplica prudentemente y con sentido crítico.
4 Ante todas cosas, pues, la imitación en cuanto tal no es por
4 Ante omnia igitur imitatio per se ipsa non sufficit, vel quia sí misma suficiente, ya porque es propio de un espíritu perezoso
pigri est ingenii contentum esse iis, quae sint ab aliis inventa, darse por satisfecho con lo que otros han inventado. Porque ¿qué
quid enim futurum erat temporibus illis, quae sine exemplo fue- podría haber ocurrido en aquellos tiempos, que carecieron de
runt, si homines nihil, nisi quod iam cognovissent, faciendum modelo alguno, si los hombres hubieran opinado que no debían
sibi aut cogitandum putassent? 5 nempe nihil fuisset inventum, hacer o pensar nada, sino lo que tenían ya conocido? 5 Sin duda
cur igitur nefas est reperiri aliquid a nobis, quod ante non fue- nada se hubiera inventado. En consecuencia, ¿por qué va a ser
rit? an illi rudes sola mentis natura ducti sunt in hoc, ut tam una maldad que inventemos nosotros algo que antes no existió?
multa generarent, nos ad quaerendum non eo ipso concitemur, ¿Acaso aquellos hombres rudos pudieron dejarse guiar por la
quod certe scimus invenisse eos, qui quaesierunt? 6 et cum illi, sola naturaleza de su espíritu, para crear tantas cosas, y noso-
qui nullum cuiusquam rei habuerunt magistrum, plurima in tros por la misma razón no vamos a ser espoleados a la búsque-
posteros tradiderint, nobis usus aliarum rerum ad eruendas alias da, cuando sabemos con seguridad que los que buscaron, tam-
non proderit, sed nihil habebimus nisi beneficii alieni? quem ad bién encontraron? 6 Y siendo así que ellos, que de ninguna cosa
modum quidam pictores in id solum student, ut describere tabu- tuvieron maestro alguno, legaron muchísimas a la posteridad,
las mensuris ac lineis sciant. 7 turpe etiam illud est, contentum ¿no va a ser provechosa a nosotros la experiencia de unas cosas,
esse id consequi, quod imiteris, nam rursus quid erat futurum, si que ya tenemos, para descubrir otras, sino que nada tendremos,
nemo plus effecisset eo, quem sequebatur? nihil in poetis supra a no ser lo que nos llegue de la buena acción ajena? Lo mismo
Livium Andronicum, nihil in historiis supra pontificum annales que ciertos pintores tienen la única deseada meta de saber copiar
haberemus, ratibus adhuc navigaremus: non esset pictura, nisi exactamente cuadros con medidas y líneas (no es conocida la
quae lineas modo extremas umbrae, quam corpora in sole fecis- verdadera técnica de hacer copias). 7 Vergonzoso es también
contentarse en conseguir solamente lo que se imita. Porque,
para decirlo de nuevo, ¿qué habría sucedido, si ninguno hubie-
se hecho más que aquél a quien imitaba? Nada tendríamos
entre los poetas por encima de Livio Andronico (griego de Taren-
to, llegado como esclavo a Roma, donde fundó el 240 a. d. C.
el arte de la literatura latina con su traducción de la Odisea para
la escuela, en verso saturnio —tetrapodia yámbica cataléctica y
tripodia trocaica— . ¡Con esta traducción se inaugura la gran
Literatura de Roma!), nada entre las Historias más allá de los
Anales de los Pontífices (delante de la sede oficial del Pontifex
maximus se colocaban al principio tablas con los nombres de
los magistrados y principales sucesos. Esta Crónica se publicó
en 80 libros, con influjo en los posteriores analistas; cf. Cic., De
orat. 2, 12, 52), todavía estaríamos navegando en balsas flotan-
tes; no habría más pintura sino la que sólo trazara los extre-
mos perfiles de la sombra, que hiciesen los cuerpos a la luz del
sol (este estadio previo de la pintura registra Plinio el Viejo en
72 X, Cap. II, 8-13 La imitación, 8-13 73

sent, circumscriberet. 8 ac si omnia percenseas, nulla mansit ars, su Hist. Nat. 35, 5). 8 Y si consideras todas las cosas, ningún
qualis inventa est, nec intra initium stetit: nisi forte nostra potis- arte permaneció como fue cuando fue inventada ni quedó dete-
simum tempora damnamus huius infelicitatis, ut nunc demum nida en sus orígenes: a no ser que nosotros precisamente cul-
nihil crescat: nihil autem crescit sola imitatione. 9 quod si priori- pemos en especial de esta infructuosidad a nuestros tiempos,
bus adicere fas non est, quo modo sperare possumus illum ora- de modo que nada crezca hoy día (lamento de Quintiliano por
torem perfectum? quom in his, quos maximos adhuc novimus, la esterilidad intelectual, provocada por la imitación exagera-
nemo sit inventus, in quo nihil aut desideretur aut reprehenda- da); pero nada crece cabalmente con sola la imitación. 9 Y si
tur. sed etiam qui summa non adpetent, contendere potius quam no es lícito añadir algo nuevo a los primeros, ¿cómo podemos
sequi debent. 10 nam qui hoc agit, ut prior sit, forsitan, etiam si esperar que llegue aquel orador perfecto? Pues entre éstos, que
non transierit, aequabit, eum vero nemo potest aequare, cuius hasta ahora hemos conocido como los mejores, ninguno se ha
vestigiis sibi utique insistendum putat: necesse est enim semper encontrado en el que o nada se eche de menos o deba ser corre-
sit posterior qui sequitur, adde quod plerumque facilius est plus gido. Sin embargo, aun aquellos que no aspiran a la más
facere quam idem: tantam enim difficultatem habet similitudo, encumbrada perfección, deben más bien rivalizar que imitar.
ut ne ipsa quidem natura in hoc ita evaluerit, ut non res, quae 10 Porque quien esto emprende, para ser el primero, quizá que-
simillimae quaeque pares maxime videantur, utique discrimine dará a una misma altura, aunque no la sobrepase. Pero ningu-
aliquo discernantur. 11 adde quod, quidquid alteri simile est, no puede igualar a aquel en cuyas huellas cree que ha de seguir
necesse est minus sit eo, quod imitatur, ut umbra corpore et siempre caminando; pues siempre es necesariamente inferior el
imago facie et actus histrionum veris adfectibus. quod in oratio- que a otro sigue. Añádase a esto que por lo general es más fácil
nibus quoque evenit, namque iis, quae in exemplum adsumi- hacer más que lo mismo; pues la semejanza tiene en sí tanta
mus, subest natura et vera vis, contra omnis imitatio facta est et dificultad de realización, que ni siquiera la naturaleza por sí
ad alienum propositum commodatur. 12 quo fit ut minus san- misma podrá tener tan gran fuerza en este propósito, que las
guinis ac virium declamationes habeant quam orationes, quod cosas, que parecen muy semejantes y especialmente iguales,
in illis vera, in his adsimilata materia est. adde quod ea, quae in no se puedan en todo caso distinguir por alguna diferencia.
oratore maxima sunt, imitabilia non sunt, ingenium, inventio, 11 Añade a esto que todo lo que es semejante a otra cosa, es
vis, facilitas et quidquid arte non traditur. 13 ideoque plerique, preciso que sea inferior al objeto que imita, como inferior es la
cum verba quaedam ex orationibus excerpserunt aut aliquos sombra respecto del cuerpo, el retrato respecto del rostro, y los
gestos y ademanes de los actores cómicos respecto de los afec-
tos verdaderos. Lo cual ocurre también en los discursos. Por-
que en esas cosas, que tomamos como modelo, se oculta su
naturaleza y verdadera energía; por el contrario toda imitación
es cosa artificial y se acomoda a una intención ajena. 12 De lo
cual resulta que las declamaciones (ejercicios en las escuelas de
Retórica) tienen menos sangre y fuerza que los discursos, por-
que en éstos la materia es verdadera, en aquellas otras la mate-
ria solamente se asemeja a la realidad. A esto se suma el que
no es imitable lo que es más importante en el orador: el talen-
to, la capacidad de invención, la eficacia, la soltura y lo que
puede trasmitir la teoría artística. 13 Y por eso casi todos
—después de haber espigado ciertas palabras de unos discur-
sos o algunos ritmos determinados (pies métricos) para la con-
figuración de las frases— juzgan que reproducen asombrosa-
La imitación, 14-17 75
74 X, Cap. II, 14-17

mente lo que leyeron, siendo así que también las palabras caen
compositionis certos pedes, mire a se quae legerunt effingi arbi- en desuso o se robustecen con el paso del tiempo, de modo que
trantur, cum et verba intercidant invalescantque temporibus, ut la norma más segura de ellas está en la costumbre, y no son
quorum certissima sit regula in consuetudine, eaque non sua ellas buenas o malas por su naturaleza (ya que por sí mismas
natura sint bona aut mala (nam per se soni tantum sunt), sed solamente son sonidos), sino según se las combine oportuna-
prout opportune proprieque aut secus conlocata sunt, et compo- mente y con propiedad o de modo contrario, y cuando la unión
sitio cum rebus accommodata sit, tum ipsa varietate gratissima. de palabras esté en consonancia con los contenidos, entonces
por la misma variedad de todas ellas resulta agradabilísima.
14 Por tales razones en esta parte de nuestros estudios debe
14 Quapropter exactissimo iudicio circa hanc partem studio- examinarse todo con el más cuidado discernimiento: primera-
rum examinanda sunt omnia, primum, quos imitemur: nam sunt mente a quiénes debemos imitar; porque hay muchísimos que
plurimi, qui similitudinem pessimi cuiusque et corruptissimi pusieron toda su pasión en imitar la semejanza de cualquier
concupierint: tum in ipsis, quos elegerimus, quid sit < ad>, quod autor pésimo y más defectuoso. En segundo lugar, en esos mis-
nos efficiendum comparemus. 15 nam in magnis quoque aucto- mos autores, que hemos elegido, qué ha de ser lo que nos apres-
ribus incidunt aliqua vitiosa et a doctis inter ipsos etiam mutuo
tamos a hacer nuestro. 15 Porque también en los grandes auto-
reprehensa: atque utinam tam bona imitantes dicerent melius res ocurren algunos defectos y cosas que los entendidos, aun los
quam mala peius dicunt, nec vero saltem his, quibus ad evitan-
mismos autores, unos contra otros han censurado. ¡Y ojalá que
da vitia iudicii satis fuit, sufficiat imaginem virtutis effingere et los que imitan cosas tan excelentes hablaran mucho mejor, como
solam, ut <ita> dixerim, cutem vel potius illas Epicuri figuras, los que imitan lo malo llegan a hablar peor —que su modelo!
quas e summis corporibus dicit effluere. 16 hoc autem his acci-
Pero ni a éstos al menos, que tuvieron suficiente criterio para
dit, qui non introspectis penitus virtutibus ad primum se velut evitar defectos, les baste con reproducir una imagen del decha-
aspectum orationis aptarunt; et cum iis felicissime cessit imitatio, do propuesto y, por así decirlo, sola la epidermis o, mejor dicho,
verbis atque numeris sunt non multum differentes, vim dicendi aquellas figuras de Epicuro que dice que fluyen de la superficie
atque inventionis non adsequuntur, sed plerumque declinant in
de los cuerpos (según su doctrina, las percepciones nacen a tra-
peius et proxima virtutibus vitia comprehendunt fiuntque pro
vés de las imágenes que llegan a nosotros de la superficie de los
grandibus tumidi, pressis exiles, fortibus temerarii, laetis corrup- objetos; cf. Ueberweg-Prachter, Grundr. der Gesch. der Philosophie I,
ti, compositis exultantes, simplicibus neglegentes. 17 ideoque
p. 447, ed. 1953; cf. Lucrecio, De rer. nat. 4, 448). 16 Y así ocurre
qui horride atque incomposite quidlibet illud frigidum et inane
a esos que, sin haber examinado profundamente las cualidades
extulerunt, antiquis se pares credunt, qui carent cultu atque sen-
del estilo, se entregaron, como si dijéramos, a la primera apa-
tentiis, Atticis [scilicet], qui praecisis conclusionibus obscuri
riencia externa de un discurso; y cuando la imitación les salió
felicísimamente, no se diferencian mucho en palabras y ritmos,
no consiguen la fuerza de la expresión ni de la invendón, sino
que por lo general caen en lo peor y toman los defectos que
están más cerca de las virtudes del lenguaje, y en lugar de ele-
vados se hacen hinchados; en lugar de concisos, poco sustancio-
sos; en lugar de fuertes, atrevidos; en lugar de exuberant«, unos
desmedidos; en lugar de equilibrados, petulantes; en lugar de
sencillos, descuidados. 17 Y de ahí que esos, que en su estilo
tosco y desordenado han producido 'ese algo frío y'falto de con-
tenido', se tienen por iguales a los antiguos; esos, que carecien-
do de cultivado ornato y expresiones ingeniosas, sin duda se
La imitación, 18-22 77
76 X, Cap. II, 18-22

Sallustium atque Thucydidem superant, tristes ac ieiuni Pollio- comparan con los 'aticistas' (representantes de un estilo equili-
nem aemulantur, otiosi et supini, si quid modo longius circum- brado según antiguos modelos, en oposición a los 'asianistas';
duxerunt, iurant ita Ciceronem locuturum fuisse. 18 noveram cf. antes cap. 1, 44); esos que con cercenadas cláusulas de frases
quosdam, qui se pulchre expressisse genus illud caelestis huius (período rítmico) superan en su oscuridad a Salustio y Tucídi-
in dicendo viri sibi viderentur, si in clausula posuissent 'esse des; lóbregos y secos rivalizan con Polión; holgazanes y descui-
videatur', ergo primum est, ut quod imitaturus est quisque inte- dados, si no obstante llegaron a expresar algo en un 'periodo'
llegat et, quare bonum sit, sciat. más extenso, juran que Cicerón habría hablado de esta manera.
18 Conocí algunos oradores que se creían haber reproducido her-
mosamente en su modo de decir aquel estilo de este divino hom-
bre, si habían puesto al final de frase (cláusula) esse videatur 'ser
pareciere' (peón primero más troqiyeo, del gusto de Cicerón). Por
tanto, lo primero es que cada uno entienda lo que quiere imitar
y sepa por qué razón es bueno.
19 Tum in suscipiendo onere consulat suas vires, nam quae- 19 En segundo lugar, en la carga que quiere tomar consulte
dam sunt imitabilia, quibus aut infirmitas naturae non sufficiat con sus propias fuerzas. Pues hay algunas cosas, merecedoras
aut diversitas repugnet, ne, cui tenue ingenium erit, sola velit de ser imitadas, para las que o no es suficiente la debilidad de
fortia et abrupta, cui forte quidem, sed indomitum, amore subti- la naturaleza o con las que es incompatible su diversidad. Uno
litatis et vim suam perdat et elegantiam quam cupit non perse- que tuviere talento para el estilo sencillo, que no quiera imitar
quatur: nihil est enim tam indecens, quam cum mollia dure fiunt. solamente giros osados y abruptos; quien por el contrario lo
20 atque ego illi praeceptori, quem institueram in libro secundo, tiene osado, pero irrefrenable, que no pierda su fuerza por amor
credidi non ea sola docenda esse, ad quae quemque discipulo- al estilo sencillo, y no persiga la elegancia expresiva que apasio-
rum natura compositum videret: nam is et adiuvare debet quae nadamente desea. Pues nada hay tan fuera de propósito como
in quoque eorum invenit bona, et, quantum fieri potest, adicere cuando algo, que es suave, resulta áspero en su forma. 20 Y he
quae desunt et emendare quaedam et mutare: rector enim est aquí que yo trasmití al maestro, que he descrito en el Libro
alienorum ingeniorum atque formator. 21 difficilius est naturam segundo (cap. 8, 13), que no era obligación suya el enseñar solas
suam fingere, sed ne ille quidem doctor, quamquam omnia quae aquellas cosas, para las que viese dispuesto a cada uno de sus
recta sunt velit esse in suis auditoribus quam plenissima, in eo alumnos por su modo natural de ser. Porque este maestro debe
tamen, cui naturam obstare viderit, laborabit. promover, por una parte, las buenas aptitudes que encuentra en
cada uno de ellos y, por otra, cuanto puede ser realizable, aña-
dir las que faltan, corregir algunas y transformarlas: pues él es
guía y formador de talentos ajenos. 21 Más ardua tarea es mol-
dear su natural capacidad. Pero ni siquiera aquel maestro (del
que antes hablé)-—ya que por más que quiera que se hallen en
sus oyentes todas las buenas aptitudes del modo más perfecto—
perderá vanamente su trabajo en quien viere que tiene contra sí
la naturaleza.
Id quoque vitandum, in quo magna pars errat, ne in oratio- También hay que evitar ese error, en el que cae una gran
ne poetas nobis et historicos, in illis operibus oratores aut decla- parte, cuando pensamos que en el discurso debemos imitar a
matores imitandos putemus. 22 sua cuique proposito lex, suus poetas e historiadores, pero en estos géneros —poesía e histo-
decor est: nec comoedia in cothurnos adsurgit, nec contra tra- ria— a oradores y declamadores. 22 Cada género tiene su ley,
su adorno conveniente: ni la comedia se eleva calzando coturno
78 X, Cap. 11, 23-27 La imitación, 23-27 79

goedia socco ingreditur, habet tamen omnis eloquentia aliquid —zapato de alta suela, propio del actor trágico—, ni la tragedia,
commune: id imitemur quod commune est. por el contrario, camina con zuecos —propios del actor cómi-
co— . Sin embargo, todo el arte de la expresión hablada tiene
algo común a todos los géneros: imitemos eso que es común.
23 Etiam hoc solet incommodi accidere iis, qui se uni alicui 23 También lo siguiente suele tener un aspecto perjudicial
generi dediderunt, ut, si asperitas iis placuit alicuius, hanc etiam en aquellos que se han dedicado a un solo estilo, cualquiera que
in leni ac remisso causarum genere non exuant: si tenuitas aut sea, de modo que, si les han tomado gusto al tono duro de un
iucunditas, in asperis gravibusque causis ponderi rerum parum orador, no se despojan de él aun en una clase de procesos judi-
respondeant: cum sit diversa non causarum modo inter ipsas ciales suave y que pide tratamiento sereno; si les ha gustado el
condicio, sed in singulis etiam causis partium, sintque alia leni- estilo sencillo y amable, éstos corresponden poco a la importan-
ter alia aspere, alia concitate alia remisse, alia docendi alia cia de los contenidos en procesos llenos de aspereza y seriedad;
movendi gratia dicenda, quorum omnium dissimilis atque diver- y siendo diversas entre sí mismas no sólo las circunstancias de
sa inter se ratio est. 24 itaque ne hoc quidem suaserim, uni se los discursos ante tribunales, sino también en cada una de las
alicui proprie, quem per omnia sequatur, addicere, longe perfec- partes de los discursos, unas cosas deben decirse con suavidad,
tissimus Graecorum Demosthenes, aliquid tamen aliquo in loco otras con aspereza, unas con vehemencia, otras con serenidad,
melius alii (plurima ille), sed non qui maxime imitandus, et unas para enseñar e informar, otras para mover los afectos, de
solus imitandus est. 25 quid ergo? non est satis omnia sic dice- todas las cuales exigencias es diferente y entre sí mismo diverso
re, quo modo M. Tullius dixit? mihi quidem satis esset, si omnia el orden y modo de procedimiento. 24 Así pues, yo no aconse-
consequi possem. quid tamen noceret vim Caesaris, asperitatem jaría que alguien se entregase tan exclusivamente a un solo
Caelii, diligentiam Pollionis, iudicium Calvi quibusdam in locis modelo, al que deba seguir en todo. El más perfecto orador entre
adsumere? 26 nam praeter id quod prudentis est, quod in quo- los griegos es Demóstenes, sin embargo tienen otros, mejor que
que optimum est, si possit, suum facere, tum in tanta rei diffi- él, alguna cosa en algún pasaje determinado, él a su vez muchí-
cultate unum intuentes vix aliqua pars sequitur ideoque cum simas más que ellos. Pero no quien debe ser especialmente imi-
totum exprimere quem elegeris paene sit homini inconcessum, tado, debe ser solamente imitado. 25 ¿Pues qué? —dirá algu-
plurium bona ponamus ante oculos, ut aliud ex alio haereat, et no: «¿No es suficiente decirlo así todo como Marco Tulio lo
quo quidque loco conveniat aptemus. dijo?» - «A mí seguramente me bastaría, si pudiera conseguirlo
enteramente.» Pero ¿qué daño haría el introducir en algunos
pasajes el ímpetu de César, la aspereza de Celio, la exactitud de
Polión, el espíritu crítico de Calvo? 26 Porque prescindiendo
de que es propio de un orador prudente hacer suyo, si puede,
lo que es óptimo en cada uno de los modelos, cuando en medio
de la gran dificultad de esta tarea ponemos nuestra mirada en
uno solo, apenas se obtiene como resultado alguna parte suya.
Y por eso, puesto que a casi ningún hombre se le ha concedido
reproducir enteramente el modelo, que se ha escogido, ponga-
mos ante nuestros ojos lo bueno de muchos, para que quede
fijada una cualidad de uno y otra de otro, y apliquémoslas en
el lugar que convenga.
27 Imitatio autem (nam saepius idem dicam) non sit tantum 27 Pero la imitación (y muchas veces repetiré lo mismo) no
in verbis, illuc intendenda mens, quantum fuerit illis viris deco- esté solamente en las palabras. La atención debe dirigirse a com-
ris in rebus atque personis, quod consilium, quae dispositio, probar con cuánta belleza y conveniencia trataron aquellos hom-
80 X, Cap. Il, 28-28 La imitación, 28-28 81

quam omnia, etiam quae delectationi videantur data, ad victo- bres (modelos nuestros) los temas y los caracteres, cuál fue su
riam spectent: quid agatur prooemio, quae ratio et quam varia modo de deliberar, cuál la estructuración, cómo todo, hasta lo
narrandi, quae vis probandi ac refellendi, quanta in adfectibus que parece ser aducido para el deleite (estético), tiene por meta
omnis generis movendis scientia, quamque laus ipsa popularis la victoria; qué se debe tratar en el proemio, qué orden y qué
utilitatis gratia adsumpta, quae tum est pulcherrima, cum sequi- variedad en la narración, qué fuerza tienen la demostración y la
tur, non cum arcessitur. 28 haec si perviderimus, tum vere imi- refutación, cuán grande es el conocimiento exigido para mover
tabimur. qui vero etiam propria his bona adiecerit, ut suppleat los afectos de todo género (en la conclusión), de qué modo se
quae derant, circumcidat si quid redundabit, is erit, quem quae- obtiene provecho del aplauso y alabanza popular, la cual es her-
rimus, perfectus orator: quem nunc consummari potissimum mosísima cuando —naturalmente— nos sigue, no cuando se la
oporteat, cum tanto plura exempla bene dicendi supersunt, busca. 28 Si previéremos estas exigencias, haremos entonces imi-
quam illis, qui adhuc summi sunt, contigerunt, nam erit haec taciones verdaderas. Pero quien a estas observaciones añadiere
quoque laus eorum, ut priores superasse, posteros docuisse también sus propias aptitudes buenas, de modo que comple-
dicantur. mente lo que faltaba y cercene lo superfluo, éste será el orador
perfecto, que estamos buscando. Y éste debería llegar muy espe-
cialmente a su plenitud en nuestros días, cuando de sobra hay
maestros en el arte del bien decir, muchos más que tuvieron los
que todavía hoy son los más eminentes. Pues ésta será también
la gloria de ellos: el que se diga que superaron a sus predeceso-
res y haber enseñado a los sucesores.
B. 3: EDAD MEDIA:
LA ÉPOCA DEL CRISTIANISMO Y EL SURGIMIENTO DE LAS IDEAS NACIONALES

Textos:

Agustín, Sobre la musica, libro I.


Dante, De vulgari eloquentia, libro II.
EDITORIAL GREDOS
A la m usica
en ju stic ia
se le atribuyen M.
los «números»
de los sonidos

M.
acumen, to oxy,
to bary
(graue, grauitas: Harmonia

(póne poné),
(círcum circúm Váleri Valéri

Acta Societatis Philologae Lipsiensis


Váleri Valéri»,
Helmántica Handbuch der lateinischen
Laut- und Formenlehze,
Ars, téchnë,
ars grammatica, ars rhetorica, ars musica.
certae dimensiones, certus

certus fin is

rhythmós
arithmós/numerus mé-
tron/metrum), logos/ratio (harmonía),
«Numerus: Actas del X Congreso Español
de Estudios Clásicos,
rhythmós arithmós

numerus: Numerus uocatur qui Graece dicitur


«Numerus carmen
Rivista «Numerus
rhytmós Emérita
numerus
notnáo o némó,

Rhetorica ad Herennium
rhythmus, numerus
moderor modifico
modificatio, moderatio, modestus modi-
cus.

Modus,
Epístolas musica, id est scientia sensusve modulandi,
De die natali
Inst, E ti-
mologías Modus Disc. Tuse. Ley.
(De mus, modulus Epist.
mélos mélos»),
De die natali,
Archiv für Musikwissenschaft op. cit.,
modus,
modulari, modulator modulatio,

(modus

modulari musicus, cantor,


modulatio

Or. De or.
Buc. Epist. Carm. Histrio,
Modulator Sat.
Modulari modulatio, modulus,
Aristoxène de Tarente, disciple d ’Aristote, et la
HmT, s.v.), musique de l ’Antiquité, Unfreie Menschen als Musiker und
Schauspieler in der römischen Welt, Musiciens ro -
modulamen modulamentum, mains de l ’Antiquité,
modulus modus; modus
3.4
P o r qué figu ra

Allgemeine und Fachbildung in der


Antike Musica Romana. D ie Bedeutung der Musik im
Leben der Römer,

cantores histriones.

Mus
Augustine on Music. An
Interdisciplinary Collection of Essays,
tibia,
tibicen
Neivus
A l liso
y a la imitación
sin reservas
se atribuye
la pe ricia del
tocador de tibia

Conf.
Atque ipsae memores redeunt in tecta capellae
Geórgicas atque ipsae memores redeunt in texta suosque.

Od.
E l sentido
de la música
lo tiene el hombre
metido dentro

sedula
(meditatio) (imitatio).
chirurgia, cheirourgía,
cheír érgon
medeor, (med-/mod-: modus) me-
dicus, medicina
species,

forma.

di-
mensio vocum: De ord.
...quam Graeci harmoniam vocant... per
hanc quippe voces acutiores gravioresque concordant..., Trin.
et de melo scribere alios forsi-
QE

".i
:l

- t?ILOEÁrftá
i :r:::'¡:.:¿t4 (f .üEti¡*. #,fi
r', r.;ir i,i ,r.,:.i ,nllAr.

Cbo dd Mutrdo
XIX. Y este vulgar al quo llanr4riros ilustre, cardinal,y áulico,
afirmamos.que es el que,se,denornina vulgar italiano. Porque .:
así corno podernos encontrar un vulgar propio de.Cremona,
.": ,,
asl podernos hall,ar otro que es propÍo de Lornbardía. así
l

,LIBRO SECUNDO *,0';


podotnos,descubrirotro que p€rtenece arl¡t patte izquierda de ,
Italia; y' se encuentra también una lengua
: it';,'ir
vulgar"q oda'Italia. Y co"mo aquél se llama
,' ; . '1r
I. Necesitando otra vez'larapidez de nusstro,ingenio y dolre-
cr€moné o y aquel otró semiitaliaho, asl el
sando a lá, obra frlrctuosa, digamos ante todo que'el vulg&r
vu.l$ar qüe pbttenese.a,toda Italia se llama italiano: De esta
lCñgua se sirvieron los llustres poetas que en Italia compusie- italiano ilüstre'puede usarse thnto en'pro$&,celrho en v€r$o.
ton éanelones en'lengtra vulgar, como los sicilianos, los de
Apüliir; los toscanos,,los'rbmañoles, los lombardos y los de las
dÓsMhrca3. Y como nueska intención, como lo prornetimos al
pr:tñei'piordé esta obra, .leS exponer,la doctrina acerca de la
iengua vulgar, comenz&renos porésta, por ser la más insigne, y
expbndremos en los libros sigr.lierttes qué"temas'oon los qüe
ccinsideramos'dignos'pafarernplear en ellos el vulgar, por qué ra-
zóú,,én qrré man
. dirigirlo. Una vbz
nei el vulgar infér
o aquel que.pertene:: sola familia,
1 :n" ',

I Elfraiado sobre crafse


como un verdadero tr mani-
fiesla preferencia por tudio'
nuestro aut'or habrla e Prosa

r03
t02

I'
lü,it
\

y ciencia, y desprecia a los que no lo son. En efecto, todo lo que inféiicires favorecen a éstas, es verdadera si los elementos
nos conviene, nos conviene o por razón del género, o por razón mezclados no quedan separados unos de otros cor,no, potr
de la especie, o por razón del individuo, como sentir, reír o ejemplo, cuando funditnos el oro con la plata; pefo;, si sb
ejercer el arte militar. Pero esta lengua no nos conviene en m-antiene la separación, las cosas inférlores se retlájang,corrto
razón del género, porque podría convenir también a los anima- cüando se mezclan mujeres hermosas con las fdas. Por eonsi-
les; no por razén de la especie, porque sería conveniente a guiente, iorno el significado de los poctas siempre queda's€pa-
todos los hombrgs, sobre lo cual no hay ni siquiera que discu- rado de las palabras; si no es excelente, al ufiirse'ál vulgar
tir. De hecho,,nadie puede decir que dicho vulgar convenga a iluStre no mejoraría sino que empeofaría, como una mujér fea
los campesinos que tratan cosas:rústicas (puesto que los con- qúe se cubrá de oro y se vista de seda:
gcpto: mejores no se pueden hallar, sino en donde hay ciEnpia e
ingenio, por eso no'les conviene {a lengga más ilustre); se II. Después de haber demostrado que no todcis los poetás, s'i'Ío
predica por tanto por:razón puramente individual. Pero nada tan sólo los mejores, deben emplear el vulgar ilustre; ahdra
convienc al individuo sino por su propia dignidad; por eiemplo debemos démostrar en consecuencia si todos los asuntos deben
el corne¡cio, la guerra y:el gobierno. Por la cual si una convq- o no tiatarse en lengua vulgai; y, si no pueden sef tratbdds
niencia exige una dign[dad correspondiente, eS decir, personas todos, convendrá señalar uno poruno los temas que debett's€r
dignas (y algunos pueden ser dignos, otros más dignos y otros ekpueétos en el vulgar referido. Ló que hay que dreterrninar.'en
más, dignísimos), es claro que lo bueno corresponde a los piimer
dignos, lo mejor a los máE dignos y lo óptimo a los dignísimos. digno.
Y cqmo el lenguaje no es otra,cosa sine, el instrurnentp de noble I
nuostra propia concep-ción, asi como lo eS el caball'o para el uná co
soldado, á los soldados mejores corresponderán los mejores a{uél: la posee, condcida la dignidad,"conocemos también
caballos y a las concepciones mejores el lenguaje más adecua- qüién es digno: ' 'i
do, Fero ,las concepciones mejores no pueden darse sino en De hecho ta dignidad es efecto o térmiño de los méritos;:de
donde hay cieneia e ingenio; por lo tanto, la lengua ilustre no manera que si alguien ha bien merecido, decirnos que;lia
puede ser empleada más gue por aquellos en los cuales hay logrado la dignidad de bueno; pero si ha mal merecido, deci-
oiencia e ingenio,.2 Así que dicho lenguaje no conviene a todos m lo;como,porejemplo,
los poetas, puesto que muchos versifican sin ciencia ni ingenio el ctoria; el que gobierna
j; por consiguiente, tanpoco les conviene el vulgar: más ilustre. bi el mentiroso cargdeóh
Por lo tanto, si no conviene a todos, no todos deben emple4rlo, su Vergüenza y el ladrón con la müerte. Pero; siendo posiblet
ya que nadie debe aqtuar de manera inconveniente. Y, cuando hacercorhparaciones al mérito y en cualquier otró campo;'dó'
afirmamos que,cada, uno debe adornar lo mejor posible sus tal modó'que algunos'merécen bien, btros mejor y otros ópti-
versos, €st4mos en lo cierto; pero no por eso diremos que el mamente; algunós mal, otros pebr y otros'pésirhamentei' y
buey enjaezado está adornado, ni que el,puerco limpio estrá tomando en cuenta que dichas
ataviado, antes bisn ,,roirernos al verlos afeadgs, ya,que el con respecto al criterio meritorio
adoqno consiste en añadir algo convenient€ al sujeto. En cuan= lo hemos dicho, resulta manifie
to a la afirmación de que las cosas superiores mezcladas a las paren entre sí según lo más y lo menos por lo cual algüñá$
cosas son grandes, otras mayores y otras rháximas, consta por
2 Intcrpolación cr¡ el teito original de "...Sed optimae conceptiones non possunt consiguiente que hay algo digno, algo más digno y algo dignísi-
cssc, nisi ubi scicntia et ingcnium est; ergo optima loquela non convenit..," mo. Y como la comparación entre dignidades no se hace en
104 t05

üir
\

relación con el mismo objeto, sino acerca de objetos diferentes, Arnaldo:3


L'auro amoru fal bruol brune'uz c'lairir.
(El aire amargo hace esclarecer a las.florestas.)

Gerar{o:
Per solctz reveillar
c:he s'es trop endormilz.
(Para despertar el, polaz
. que se ha largo tiempo adorm-ecid.o.)

Cino:
Digno sono co cle morte.
(Digno soy de rnuerte,)

Su amigo:
Doglia mi rec'a nello c'ore qrclire,
(Dolor me causa en el qorazón
, ardor,) , ,

Pero no encuentro a
I

servido dél
genero épico. Con uedan bien
claros los temas que más ilustrP-
': tt 'i

vates o la épi . Ql
! Se ve con lrecuencia en las citas poéticas de,Dante una estrecha rglación e¡t¡g,la
l; la rect
poesla italiáña y la poesfa provenzal. Dgntro de la ejemplificación de lhs dos escuelas,
?nol lq;
enila cual nuestro poeta se incfuye a sl inismó. el florentino muesua una pafticular
elram toyayl él' predilección pata la canción, genero en el cual sobresaliójunto con Francescq Pe¡rar-
Dicq, en efecto, Bertrán: ca. Dante y Pet¡arca son,en efecto, los máximos representantes ¡ta¡i¡nosde la cención,
del siglo Íli.En cuarito a Arnaldo Daniel, bs Daniel Arnaut, poeta frovenzal de ta
stgunrla mitad dcl siglo xr. Eñ la C'omullu lFurgatorio.'xxvr) salü<.la a Dantc cn llu
Non posc' mudar dun canlar non expariq, prop.ió idioma:, Ie u suiArnqut,,que plor e vau ¿'anton: / t'onilror vei Iq papsatlqtlor, /'g vei
jusen lo jorn qu'ciper, clenan (Yo soy Arnaldo, que lloro y voy cantando, / pe-nsativo
(No puedo dejar de componer un canto.) /
vcó la pasada locu¡a, y veo con alegrla aquel día que espero, cercano).

r06 t07
las canciones es la más excelente de todas estas formas; nes. Por lo tanto, queda demostrado que los temas que'convie-
por lo tanto, si la más grande excelencia corresponde a nen al más alto vulgar deben expresarse a través de las
la más alta dignidad, como lo probamos anteriormente, lo canciones.
más digno del vulgar excelente requiere también la forma más ,:,
digna y, por consiguiente, se debe tratar en forma de can- IV. Después de haber contestado a la ,cuestión propuesta
ción. Y se puede demostrar con varias razones que la forma haciendo resaltar quiénes son dignos de emplear el vulgar áuli-
de la canción tiene la dignidad requerida. co, los temas y las formas que consideramos dignas del blto
Primeramente porque siendo cánción todo lo que se pro- honor de la lengua vulgar, nos parece oportuno, antes de pásar
duce en verso, solamente las canciones" merecen este nom- a otro asunto, poner bien en claro la forrna de las cancioñes,
bré, lo que nunca se consigue sih uña larga experiencia. que algunos emplean más bien al azat que de acuerdo con las
Además, todo lo que consigue por sí mismo, el fin por el cual reglas del arte, y reseñar el magisterio de aquel arte que se hla
ha sido hecho es más noble que el que necesita ayuda venido ejerciendo por pura casualidad, omitiendo de momen-
exterior; y como las canciones realizan por sí solas lo que to,la forma de las baladas y de los sonetos, pues nos propor,re"
deben, lo cual no consiguen las baladas (pues necesitan de mos explicarlas'en el cuarto libro de esta obra,a al hablar dt¿le
la música para la oual han sido compuestas), entonces lengua vulgar media. Al rovisar lo que ya dijimos, recordamóg
resulta que las canciones son mejores que laq baladas Y, Por que; g€neralrnente, llamarnos poetas a los que cornpusieron
consiguiente, su forrna poética es fnás noble que todas las versos'en vulgar, lo qué presumimos setr razonable sin duda
demái, pero nadie debe dudar de que las baladas superán alguna, porque de veras son poetas, si consideramos rectameR-
pn la foima a los sonetos. Por otra parte, son más nobles las
te lo que es poesla, es decir, una ficción retórica adornada con'
cdsaS que proporciorlán más honor'a su autór, y las cártcio- música, Difieren sin embargo de los grandes poetas, es decir;
nes lo-hacen con sus'autores más que las baladas, por lo los que'se someten a reglas; en'cuanto éstos versifican coti.
tártto sorr más nobles y; en consebuencia, su forma es Ia estilo elegante y arte,.refinado; en cambio aquéllos lo haceñ,
mejor de todas. como ya lo dijimos, de una'manera casual. ::
Además, lo que es más noble se conserva con mayor Poi lo tanto, cuanto más de cerca imitemos a los grandes
cuidado y, entre las bontilosiciones cantadas, las cánciories poetas, tanto mejores versos haremos. Por estó, es necesa,Fio
sofl las qúe se conservan con mayor esmero, lo que pueden (üe nosotros, que buscamos el contenido doctrlna, sigamos las
comprobar los que tienen familiaridad con los libros; enton- doctrinas poéticas de los grandes autores; Decimos entonCés,
ces, las canciones son más nobles y por consiguiente su for- ante todo, que es necesario que cada uno adapte el peso d€ la
ma es la mejor. Finalmente, decimos que en lá pioducción labor a sus propios hombros, ho sea que al cargarlos denrasih-.
ártistica lormás noble és lo que puede abarcar én sí todo do, se vea arrastrado en el lado. Esto es lo que enseña nuestro
ei arte; y coino los versos cantados son óbra artística y todo el maestro Horacio, cuando al principio su Poética dice: "Elegid
arte queda comprendido en las canciones, éstas son las más un argumento."5 Además debemos emplear la discreción en lo
nobles y su forma es la más elegante. Ya que todo el arte de que queremos'decir: si hay que ernplea'r el género trágico;-
las, composiciones poéticas qt eda co,mprendído en las can- cómico o elegiaco.6 Usamos en la tragedia el estilo superior,el
ciones, resulta evidente que todo el arte que se halla en las inferior en la comedia y en la elegía el que corresponde a los
demás formas poética se encuentra también en las cancio- que están sumidos en la desdicha. Por tanto, si hemos de
nes, pero no viceversa, Una señal clara de lo didho la tene-
a Dafite indica el plan general de la obra que no pudo realizar.
mos a la vista, pues todo lo que bajó de las ilustres cabezas a 5 38 y siguientes.
los labios de los poetas, se encqentra tan sólo en las cancio- 6 Horacio, Poético,86 y sigu¡entes.

108 109
poetizaf en el géncro trágico, tendremos que emplear el vulgar V. Creemos haber dicho lo suficiente sobre la importancia de
il¡rstre y, por cónsigtriente,rservirnos de la forma de la canción' lgs temas, o por lo menos todo lo que exige nuestra obra. Por lo
Si tenemós que emplear el cómico, entonces habrá que servirse tanto, apresurémonos a hablar de la excelencia de los versos.
Acerca de ello hay que saber que nuestros predecesores usaron
métricas distintas en sus poesías, lo que hacen también los
modernos. Pero todavía no encontramos a nadie que haya
empleado en sus canciones versos de más de once sílabasg de
menos de tres. Y, aunque los poetas de Italia han empleado el
verso trisílabo, el endecasílabo y todosl los iritermedios,'sin
embargo se han servido más del pentasílaÜo, del heptasllaboy
excelencia.de los vocablos' Si bien recordamos, ya se probó del endecasílabo, siguiéndoles a ellos el trisílabo. De todos
que las cosas sumas han de tratarse con estilo sumo' y ésteque ellos el endecasílabo parece ser el más excelente, tanto polfa
notottot llamamos estilo trágico, es el más alto de todos los medida del tiempo, como por su capacidad témática, consfft¡c-
tiva y lexico gráfica. Én este verso pareie multiplicarse el mode.
lo de todas estas ventajas, pues en donde se multiplican las
cosas pesadas, ahí también aumenta el peso. Y,parece q.ue
todos los grandes poetas han estado de acuerdo en esto, puesto
que empiezan sus canciones con el endecasllabo, como lo hace
Gerardó de Bornello: Ara ausirez enl.cábalitz contars (Ahona
oiréis cantos perfectos). , :-
Este verso, a pesar de parecer decasílabo, de hecho es,ün
endecasílabo; en efecto, las dos últimas consonantes no pe&ttÍr
necen a la sílaba anterior y, aunque no tienen vocal pro.pia¡rdim
embargo no pierden el valor de sílaba, lo cual es señal de qudoü
ritmo ahí se completa con una vocal,lo cual,no podrla ser si,,tub
se aceptara ls realidad de otra sobreentendida. ' .i'¡'ll¡r'r't?

El rey de Navarra:
De.fin Amor si vie¡tt ie:n et bonté.
(Del amor refinado proceden la"
gracia y la bondad.)

En donde, si consideramos el acento y la l,azbn clel rnig¡¡,rttir


estrellas. verer4os,que es endecasílabo. , ,:..ii i
' l ':
'. GuidoGuinizelli: i : I ii1/il::r

7 [ametriforaqueemple,aaquí Dantequiereindicarlonesarioyloimpnscindibleque
Al cor gentil repora sempre Amore.
(El amor defiende siempre el
es la inqpiración Para la Poesía'
* l2ó y sigtricntcs. I corazón gentil.) ,,üjr

lt0 t:! I
tii
I

iüit tl
mente, después de haber preparado la leña y .las cuerdas,
' El juez de Colonna de Messana: mostraremos cómo deba hacerse elhazprometido, es decir, la
: ' '
Amo,r, che lungiamente m'di menqto. canción.
(Amor que largamente me has llevado.)
VI. Y como nuestra intención se concentra en el vulgarilustre,
Rinaldo d.e Aquino:e
Per Jino Amore vo sí leraménie.
' ,(Por un puro amor ando tan alegre.)
.
' Cino de Pistoya: I la construcción. Debe saberse que lo que llamamos construc-
Non spero che giammai per mia salute. ción es un conjunto ordenado de pálabras, como, por ejemplo:
(Ya no espero que por mi salvaci6n.) Aristoteles philosophatus est tentpore Alexandri (Aristóteles
filosofó en tiempo de Alejandro). Aquí hay cineo.palabras orde-
nadas en un conjunto, que forman una proposición. Hablando
Sü amigo: :

de ella debemos considerar antes que hay construcciones pro-


Amqr, che muovi tua virtú dal cielo. pias y construcciones impropias; y como (si recordamos bién el
- (Amor que desde el cielo mueves inicio de nuestra exposición) vamos cazdndo tan sólo las for-
tu virtud.) mas mejores, no habrá ningún'lügar en.nuestra casa para las
construcciones impropias, porqüe ño tienen ni siqulera un
grado bajo de bondad. ¡Avergüéncense por lo tanto, avergüén-
Y si, de acuerdo con lo ,que se acaba de decir,este verso es el
cense los ignorantes que pretenden incluso componer cancio-
más digno de todos, cuando se une en cierto modo al heptasíla-
bo, con'tal que conserve laprimacía,alcanza mayores alturas
deesplendor poético, pero esto lo explicaremos más adelante.
Y decimos queel heptasílabo le sigue al que es más grande que
todos. Después de éste tenemos al pentasílabo y luego al
trisílabo. El eneasílabo, porque se parece a un trisílabo tripli-
cado, o nunca fue muy estimado, o se abandonó por su pesadez.
Los versos parisílabos, por su dureza se usan raramente; con-
servan, en efecto, la naturaleza de su métrica, la cual está Bertam (Pedro ama mucho a doña Berta). Hay también otra
meramente cultan que eq propia de los e$,tudiantes y maetros
sübordinada al dístico como la materia a la forma. Y así pobres d
resumiendo lo que acabarnos de decir, nos parece que el ende-
pieute maíorem quicumque
casílabo es el verso más excelso, y esto es precisamente lo que
in exilio um somniando revisunt (NIe
producen gran dolor los que en el exilio ven, tristes, a su patria
buscábamos. Ahora nos queda por investigar acerca de las
tan sélo en sueños). Hay también la que es culta y elegante,
construcciones sublimes y de los vocablos elegantes y, final-
propia de aquellos que se sirven de la retórica con cierta
superficialidad: Lau qbilis discretio marchionis Estensis et sua
e Rinaldo d'Aquino es un poeta de la escuela siciliana, quien se aparta del estilo m a gnifi c ent ia pra epara t ai, c un c tis i llum fa ct t, e s s e' dí I e c turn (La
áulico para poetizar con naturalidad y sencillez en el decir.

tt2 r13

ir

ilt
5

El rey de Navarra:
Ire d'Amor qui en mon cor repaire.
(El desprecio amoroso quc mi
corazón padece.)

Guido Guinizelli:
Tegno de folle 'mpreso a lo ver dlre.
(Tengo una loc¿ empresa a decir
verdad.)
ejemplo: r-

Gerardo: Guido Cavalcanti:


' Si per mon-Sobrelots non fios. Poi che de doglia cuor conven ch'io porti.
(Si por el Unico mlo no fuese.) (h¡es he de llevar dolor cn mi
corazón.)

Folchetto de Marsella:
El juez de Messana:
Ton m'abellis I'amoros PPnsamen.
Anchor che I'oiguo per lo locho lassi.
(Tanto me agradó el pensamiento amoroso')
(Aunque el agua pase por el fuego.)

Arnaldo Daniel: Cino de Pistoya:


lo nbraffon, chem sorz'
.Sols s¿i che sai Avegna ch'io aggia piú per tempo.
(Yo soy el l¡nico que cohozco el (Aunque tenga todavla por más
gave afán que me atormenta.) tiempo.)

Su amigo:
Américo de Belnui: Amor, che nella mente mi ragiona.
Nuls hom non pot compllr adrechamen. (El amor que razona en mi mente:)
(Nadie puede dar justo cumplimiento.)

No te asombrcs, lector, de tantos autores quc recordamos:


no pdrlamos señalar aquella excelsa construcción si no cítá-
Américo de Peculiano: ramos estos ejcmplos. Y tal vez serla muy útil para conseguirla
Di eom l'albres, per sobre carcar'
che leer a tan eficaces poetas como Virgilio, Ovidio en sus Meto
(Como el árbol que por su excesir¡a carga') morfosis, Estacio y Lucano, como ttmbién a otros quc emPlca-

u4 ll5

l- ül
\
il

ron prosa muy alta, es decir, Tito Livio, Plinio, Frontino, virtute (virtud), donare
Paulo Orosio y muchos otros que nuestra amiga soledad nos securitate (seguridad),
invita a visitar. Dejen, pues, los ignorantes de ensalzar a Gui- hirsutos todos aquellos
tón de Arezzog a otros que no han sabido desprenderse de que son necesarios o sirven de adorno al vulgar ilustre.
vocablos y construcciones plebeyos. Designamos como necesarios aquellos que no podemos
evitar, como ciertos monosílabos, tales como sÍ, ,to, me, te, se, a,
VII. La realiztción de nuestro propósito exige ahora que e, i, o, z, las interjecciones y otros muchos. Las que sirven de
adorno son todas las palabras polisilábicas que,'mezcladas cort,
los vocablos refinados, producen una bella armonía de conjun.
to, a pesar de la aspere za de la aspiración, del acento y de las
duplicaciones, de las líquidas y de cierta prolijidad, como:
terra (tierra), honore (honor), speranza (esperanza), gravitate
otras varoniles; y de éstas algunas son rústicas y otras urbanas; (gravedad), al levia to (ligereza), impossibilitrí (imposibilidad),
y de las que llamamos urbanas, algunas son refinadas y suaves' benoven tur a I i s si mo (bienaventuradísimo), inani ma tissimame n.
otras duras e hirsutas; entre las refinadas e hirsutas encontra- te (inanimadlsimamsnte), disaventuratissimamenta (desdicha:
mos a las que llamamos altisonantes; y entre las suaves y duras dísimament e), s ourama gnicent is simomezle (sobremagnif,rcen.
están aquellas que tienen un sonido exagerado. De la misma tísimamente), que es un endecasílabo. :Se podría todavía
manera que en las grandes obras las hay que son en realidad encontrar una palabra o un verbo de más sílabas, pero corno
grandes y otras de puro excede la capacidad de todos nuestros v€rsos¡ no cae dentro de
puede advertir un cierto nuestro discurso, tal es el caso de aquelhonorificabilitudinitaté
quean la limitada línea que,en vulgar consta de doce sílabas y en gramática de tre.cet
aparecen más bien ruin con,dos acentos oblicuos. Más adelante hablaremos de cónro
atentamente, lector, cuán grande es el cuidado que debes tener se deben armoniz¿r las palabras refinadas con las hirsutas en
para seleccionar las palabras mejores; en efecto, si tomas en los versos. Y sea así suficiente lo que dijimos acerca de la
cuenta el vulgar ilustre, del cual deben se(virse los poetas que excelencia de los vocablos para una acertada selección. ,',
usan el estilo trágico en italiano, bomo antes se dijo, y a los que
,

ahora querefnos formar, procurarás retener en tu cedazo tan VIII. Preparada ya la leña y dispuestas las cuerdas para el haz,
solo las palabras más nobles. No podrás emplear de ninguna ha llegado ahora el tiempo de hacerlo. Pero Como en toda
manera las palabras pueriles, por susimplicidad, como mamá obra, el conocimiento debe preceder a la acción, de la misma.
y papá; ui las mujeriles, por su molicie, como dulzura y placen- manera que el blanco debe preceder al disparo de la flecha o del
tero; ni las rústicas, por su aspeteza, como rebaño; ni las venablo, veamos primero en qué consiste elhazque pretende.
urbanas, fáciles y complicadas, como hembra y cuerpo. V_erás mos hacer. Y si comprendimos bien todo,lo que se diJo, este hae
entonce.s que te quedan solamente las urbanaó, qu€ son refina- es la canción. Por lo tanto, veamos lo que es canción y qué en-
das e hirsutas; ellas son las más nobles y parte del vulgar tendemos cuando decimos canción. Hay, en efecto, la canción
ilustre, Llamamos refinadas aqpellas palabras que loq trisíla- según el verdadero significado del nombre, o sea el acto o el
bas o casi., sin aspiración, sin acento agudo ocircunflejor.sifi la efecto del cantar, como la lectura es el acto o el efecto del leer,
duplicación de z o de r, ni de las dos líquidas, o posición Pero tratemos de explicar lo que se ha dicho, es decir, si la
in¡nediata tras una muda, oasi lisas y que dan al hablante cierta canción es en cuanto acto o en cuanto efecto. Con respecto de.
suavidad como Amore (amor), donna (mujer),,ddsio (deseo), esto debemos considerar que el término canción tipne un doble

lló t17
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significado; en su sentido es lo que el autor ha producido y, en


este caso, es agción. Conforme a esta manera, dice Virgilio en
el primer libro de La Eneida:
Arma virumque cano.
(Canto lhs armas Y el héroe.)ro

En otro sentido es cuando la canción se expresa externa-


mente, ya sea por el autor, ya sea por otra persona cualquiera, Y.decim.os conjunto en estilo trógicoporque si fuera en estilo
va o no acornpañada de música; y conforme a esta manera la .
cómico lo llamaríamos tonadilla, de la cual hablaremos en el
canción es un efecto. En el primer sentido la canción es produ.
cida; en el segundo seritido parece actuar sobre otro; y si alll es
acción de alguien, aquí se nos ptes€nta,,como efecto de alguien.
Y como ésta, antes de actuar es actuada, parece que debe
denominarse'con preferencia por la acción de alguien, antes
que por,el efecto que produce en otros. Y prueba de esto es que
nunca decimos "esta es la canción de Pedro?', por el hecho de
que;éste la recite, sino porque la ha compuesto. Además hay que
discutir si la canción es verdaderamente una producción
de palabras armonizadas o t¡na modulación musical: y al
respecto decimos que la ryrodulación nunca se llama canción,
sino más bien sonido, tonó¡ nota o melodía. En efecto, ningún
flautista, organista o citarista llama canción a su melodía, a no
ser que esté acompañada por alguna canción, pero los que esto que dicho vocablo se formó solamente en relación con e[
armonizan las palabras llaman canciones a sus obras. Y así arte, es
también llamamos canciones a estas composiciones incluso esto se I
cuando están escritas en los lib¡os sin que nadie las recite; por de todo
lo cual la canción no parece ser otra cosa que la acción comple-
ta de quien dicta palabras armonizadas con el canto. For lo
tanto, diremos que son canciones tanto,las que ahora.trata-
mos, como las baladas, los sonetos y cualquier otro tipo de
palabras armonizadas en vulga.r y sujetas a reglas. Pero como
nos ocupamos tan sólode las cuestiones del vulgar, dejando a
un lado las que están sujetas a regla, afirmamos que solamente
es una la suprema de las composiciones poéticas en vulgar, la
que llamamos canción por antonomasia, y que ésta es algo
supremo en su género lo demostrar¡rosen el capítulo tercero de rr
este libro. Pero como lo definido parece a algunos atributo ..- .Con'respe
"Igualmente se
ntoen su carta a Can Grandc dclla Scdl¡
esülo: elevado y sublime." Lo dícc cn
cuanto dicho est ta solemnidad dé ta forma yla altur¿ dCl
re El primcr vc¡:o dc la Eneida. terna.
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y {e las sí.fabas. No hacemos mención del ritmo, porque no es


propio del arte de la canción. En efecto, es llcito cambiai según
el gusto_ el ritmo y repetir el usado; libertad qué no estarla
permitida si el ritmo perteneciera al arte de la canción, como ya
se há dicho. Si algo interesa al arté bonservar el ritmo, lo in-
cluiríamos en el concepto de proporción de las partes. Por lo
tanto, podemos inferir de lo que hemos dicho y definir así la
estancia: es una estructura limitada de versos y de sílabas,
unida a un determinado canto y dentro de una cierta propor-
ción de partes.

X. Sabiendo que el hombre es un animal racional y que un


animal es un compuesto de alma sensible y de cuerpo, no
podemos tener, sin embargo, un perfecto conocimiento del
hombre al ignorar qué sea el alma y qué sea el cuerpo, porque la división del canto en el arte de la canción; pasemós, por lo
el perfecto conocimiento de cualquier cosa se iemonta a sus tanto, ahora; a la proporción de las partes.
últimos elementos, como lo dice el maestro de los sabios al
principio de su Físrc¿.r2 Por lo tanto, para poseer el conoci- XI. Nos parece que la que llamamos proporción de partes es el
micnto de canción queperseguimos, habrá ahora que conside- aspecto más importante del arte; en efecto, ella se relacioná
rar brgvernente aquello que defina lgs elementos de su
definición: primero el canto, luego la proporción de partes y,
por último, los versos y las sílabas" Aftrmamos entonees que
toda estancia estii armonizada para recibir una rnelodía, pero
se diversifica de muchas maneras, porque algunas estancias se
adaptan,a una melodía continua hasta el fin, es decir, sin
cambio alguno en la modulación y sin diesis; y llamamos diesis
al paso de melodía a otra que denominamos vuelta cuando
usarnos la expresión vulgar. Arnaldo Daniel usó este tipo de
estancia en casi todas sus canciones y nosotros lo imitamos
cuando dijimos: Al poco giorno e al gran cerchio d'ombra.\A
la poca luz y en el gran círculo de sombra).
superan a la frente en sílabas y versos, como aquélla en donde
r2 El "maestro dc los sabios" es Aristótcles,del cual_Dante es reverente discipulo y
prgfundo conoccdor. En la Comedio (Infierno, ¡y, 13l) lo llama "maestro de los que
decimos: Traggemi della mente Amor la stiva 1Él amor gula la
sabcn". El filósofo asl dicc al piincipio de su Ffsic¿: |'Puesto que en toda clase de esteva de mi mente)..
invcstigrdioncs cn quc hay principiós, causas o elemchtos, el conocimiénto y la ciencia En este caso la frente está compuesta con cuatro versos: tres
sc consiguen prccisamentc caando !¡no ha penetlhdo o comprendido estos principios,
causas o elcmcntos va quc no crcrmos una cosa sino cuando

:iT:r$itir#ocido
ntb dice en relación con los p
dc F¡ancisco dc P. Samaranch).
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versos Donna me prega, perch'io voglio dire'
oor eiemDlo. si las estrofas fuesen dos y cada una de tres (Dispensadme, señora: os quiero hablar')
cinco versos, dos
á;;tilffi"r, viu irinte, en cambio,luviese los pies superan la
endecasllabos y tres hepiásílabos' A veces Y nosotros también decimos:
canción nuesta" Amor
.ói*n *ttosy sílabas como en aquella tu vrrtuo qer Donne, ch' avete intelletto d' amore.
che muovi tua-viruú dal cielo (Amor, que mueves
(Señoras, que comPrendéis el amor')
en todo Por la sirma, como en
onna Pietosa e di novella etate Así lo han hecho los españoles y llamo españoles a los que
poetizaron en el vulgar de oc.tt
bs dicho que la frente Puede
Américo de Belnui:
superar en
afirmamos Nuls hom non pol complir adrechamen.
supe¡ar en (Ningún hombre puede cumplir rectamente.)
hecho en u
tres estrofas Y dos Pies: no qued Hay otra estancia en la cual sólo se puede intróducir el
porque podemos hacer varias heptasílabo, y esto no se da sino en el caso en que la frente o la
iictrb dé h excedencia de los cola abra la composición, porque (como lo hemos dicho) en lor
a los P: pies y en las vueltas se respeta la igualdad de los versos y de las
osdel sílabas. Por lo tanto, no puede haber un número impar de
sotros aquí considerarnos los pies versos cuando no hay ni frente ni cola; pero donde las hay
hicierón los Poetas académicos' ambas, o al menos una, es lícito usar número par o irnpar en los
sos se forman de los Pies, Y versos, según el criterio de cada quien. Así como hay una
estancia que está formada por un solo heptasílabo, asl también
es posible que quede formada con dos, tres, cuatro o cinco,
siempre y cuando en el género trágico se comience con un
endecasílabo y este tipo de verso lo dominc. Sin embargo, hay
estrofas haY que observar esta algunas composiciones trágicas que empiezan con el hoptaslla-
exigencia. bo como en (Guido Guinizelli), Guido de Chisléri y Fabricio
hemos dicho anteriormente' de Boloña:
s considerar al comPoner los
ue rePetir lo que más arriba De fermo sofferire.
(Por el duro sufrimiento.)
rsos. Entre nosotros haY tres
el Privilegio de ser usados Y
asílabo, el hePtasílabo Y el
el trisílabo, como Ya fo hemos Donna, lo fermo core.
omponer en estilo trágico'.se (Señora, el ñrme corazón.)
En efecto, haY una estancla'
s que con endecasílabos' como rr Dante llama "españoles" A los trou"ior". catalanes de los siglos xlt-xlv.
a:
123
122

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Y también de las esfrofas; en efecto,los pies y las estrofas difieren
tan sólo en el lpgar, pues se denominan estancias los pies
Lo meo lonlano gire anteriores a la diesis y las estrofas posteriores a ésta. Y lo que
(Mi lejano andar.)

Y algunos otros. Pero si queremos analizar sutilmente su


sentido, veremos que este estilo de tragedia se parece más bien
a la elegía. Sin embargo, no podemos conceder lo mismo al
verso pentasílabo, porque en un largo conjunto de versos es
suficiente un solo pentasílabo en toda la estancia, o a lo más versos.
dos [en los pies]; y digo en los pies por la necesidad de que se
cante en pies y vueltas. Pero de ninguna manera se debe usar el XIII. Dediquémonos también a la relación de las rimas, sin
trisílabo en el género trágico, de manera que sea por sí subsis- toc4r lo que se refiere a la rima en sl misma, que trataremos
tente, y digo por sí subsislenteporque porcierta repercusión de más adelante cuando nos refiramos a la poesía mediá. Enton-
las rimas con frocue,ncia parece quedar incluido, como se ces al principio de este capítulo hay que eliminár algunas cosas:
puede hallar en la composición aquella de Guido.Florentino: lo primero es la estancia sin rima, en la cual no se atiende
ninguna ordena¿ión de rimas. De este tipo de estancias se
Danna me pregq. sirvió mucho Arnaldo Daniel, como por ejemplo en ésta:
(Perdonadme, señora.)
Sem fos Amor, de ioi donar.
Y en aquella nuestra en que decimos: ,
(Si el Amor me diera gran alegría,)

Poscia ch'Amor del tutto m'ha lascialo. Y nosotros decimos:


(Después de que el ,Amor me ha
del todo abandonado.) Al poco giorno.
, (Al escaso día.)
No hay en este caso un verso, completo, sinotan sólo una
parte del endecasílabo, que responde como eco al ritmo del
verso anterior. Lo que principalmente hay que atender acerca
de la proporción de los versos es que, si el heptasílabo está
inserto en el primer pie, es necesario que ocupe el mismo lugar
en el siguiente: por ejemplo, si un pie de tres metros tiene el
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j primero y el último verso endecasílabos, y el de en medio, es campo una grandísima libettad, y lo que se busca qon esto es la
I
I decir el segundo, es heptasílabo, es necesario que también el mayor dulzura etr la armonía. H4y., en efecto, algunos poetas
,ir siguiente tenga versos endecasílabos al principio y al final y el que a veces no riman todas las desinencias de los versos en la
ril heptaúlabo en el medio. En efecto, no hay otra fo¡ma de misma estancia, sino que las repiten o las riman en otras
conseguir la repetición del canto, para la cual, como se ha
i
.t estancias; como
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dicho, están ordenados los pies y, por consiguiente, no podría ha dejado much
:i haber pies. Y lo que decimos de los pies hay que repetirlo irre un verso en
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lícito para un verso, lo es también para dos y tal vez para más. desinencias, este orden que se ha dicho puede quedar cambia-
Hay otros poetas, casi todos compositores de canciones, do. Nos parece conveniente además añadir a este capítulo
que nunca dejan en la estancia un verso que no esté acomiraña- algunas cosas que deben evitarse en materia de rimas, desde el
do de su rima correspondiente, ya sea de uno, ya sea de momento que no pensamos ya tocar nada más acerca de éstas
muchos. Y algunos poetas haqen diferencia'entre las¡imas que en el presente libro. Hay, pues, tres cosas que son inconvenien-
preceden la diesis y las rimas que la siguen; y otros'obran de tes para quien desea poetizar enforma cortesana, con respecto
distinta manera, mezclando las desinencias de la estancia ante- de la ordenación de las rimas: la demasiada repetición de la
rior con los versos de la que sigue. Lo cual se hace, sin embar- misma rima, a no ser que así lo exijan alguna novedad y el
go, con mucha frecuencia en la desinencia del primer verso de la intento artístico, como "el día de la milicia naciente", la cual
estancia posterior, que la mayorla rima con la desinencia no puede pasar sin mostrar alguna prerrogativa;así lo intenta-
última de la estrofa anteriol; y esta técnica noresulta en otra mos hacer nosotros en aquella canción que dice: "Amor, tú
cosa sino en una elegante concatenación de la misma estancia. bien ves que esta dama." La segunda cosa es la misma equivoca-
Por lo qüe se refiere a I ción innecesaria, que siempre merma en algo el contenido de la
frente como en la cola, obra; y la tercera es la aspereza de las rimas, a no ser que se
clase de licencia deseab mezcle con cierta suavidad: en efecto, la misma tragedia ad-
desinencias de los últim quiere cierta brillantez con esta mezcla de rimas ásperas y
que evitarlo en los pies, y sin embargo encontramos que se ob- suaves. Y esto nos parece suficiente en cuanto respecta a la
servó cierta ordenación. Y, haciendo una distinción,'decimos que ordenación artística.
el pie llega a su plenitud tanto con metro par como con el
impar, y en ambos casos la desinencia del verso puede quedar XIV. Habiendo tratado con suficiente amplitud los dos asun-
acompañada de rima o no. Nadie lo duda en lo que se refiere al tos relativos al arte de la canción, ahora se hace necesario tocar
metro par, y si alguien tuviera duda en cianto al otro metro, el tercero, es decir, el número de los versos y de las sílabas. En
recuerde lo que hemos dicho en el capítulo precedente acerca primer lugar habrá que ver algo relativo a toda la estancia, y
del verso trisílabo, cuando, al ser parte de un endecasílabo, después consideraremos sus partes. Entonces, en primer lugar,
responde como un eco de éste. Y si en alguno de los pies nos importa hacer una distinción entre las cosas que pueden
encontramos una desinencia carente de rima, es necesario de cantarse, puesto que ciertas estancias requieren cierta proliji-
todos modos que se repita en el otro. Pero si en cualquiera de dad y otras no. En efecto, todo lo que podemos decir con rima
los pies la desinencia tiene acompañamiento de rimas, es lícito lo cantamos ya sea en sentido favorable, ya sea en sentido
en el otro repetir o renovar las desinencias, ya sea en Parte o en desfavorable, ya que a veces nos toca componer para persuadir,
su totalidad, con tal de que se conserve enteramente la ordena: otras para disuadir, a veces para felicitar, otras para ironizar , a
ción de las rimas precedentes; por ejemplo, si las extremas veces para alabar, otras para despreciar. Las palabras que se
desinencias del trímetro, esto es, la primera y la última, se usan en sentido desfavorable se apresuran siempre hacia un
corresponden en el primer r de fin; y las demás, con decorosa amplitud, se van también poco a
la misma manera las desin si la poco hacia el extremo...ra
desinencia intermedia del que

1' Aqui se queda interrumpido el Trotado sobre la lenguo vulgar.


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t26 t27

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