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GALILEO

1564​-1642
Galileo Galilei fue un físico, matemático y astrónomo italiano que dedicó su
vida a la enseñanza y a la investigación acerca de las leyes del Universo,
asentando las bases de la astronomía y de la física moderna.
Es considerado, pues, uno de los padres de la ciencia moderna gracias a su
papel en el desarrollo de la revolución científica y en el de la implementación
del método científico.

Primeros años
Galileo Galilei nació el 15 de febrero de 1564 en Pisa, Italia, en el seno de una
familia de comerciantes. Sus primeros años de educación fueron en casa. Sus
padres se encargaron de que estudiara hasta los 10 años.
Llegado a esta edad, se mudó con sus padres a Florencia, pero, debido a la falta
de tiempo de estos, se quedó bajo el cuidado de un vecino, un hombre muy
religioso. Fue él quien hizo que Galileo ingresara en un convento para seguir
sus estudios.
Sin embargo, su padre, que no era religioso, no aprobó esto y lo sacó del
convento. Por ello, en 1581, Galileo fue inscrito en la Universidad de Pisa para
estudiar medicina.
Pero Galileo no encontró en la medicina su verdadera vocación, por lo que
acabó abandonando la universidad a los 21 años. De todos modos, lo que sí
que había cultivado en esos años fue un creciente interés por las matemáticas,
haciendo que se centrara en su verdadera vocación: la física.
Vida profesional
Ya a esa temprana edad, Galileo empezó a realizar experimentos en el campo
de la mecánica, algo que llamó la atención de diversos docentes. Esto hizo que,
a los 25 años, ganara una plaza de profesor de matemáticas en la propia
Universidad de Pisa.
Un tiempo después, en 1592, Galileo se mudó a Padua y empezó a trabajar
como profesor de astronomía, mecánica y geometría en la universidad de esa
misma ciudad. Permaneció en Padua durante 18 años, hasta 1610. Fue durante
este tiempo que realizó la mayoría de sus descubrimientos más importantes.
Sin embargo, la amenaza de la Santa Inquisición estaba presente en toda
Europa. Afortunadamente, la región de Padua estaba un tanto alejada de su
represión, por lo que, al menos durante un tiempo, Galileo fue libre de
investigar.
Estos años fueron muy prolíficos. Además de su labor como docente,
estableció una ley que explicaba el movimiento acelerado de los objetos,
observó estrellas del firmamento, comprobó el funcionamiento de la bomba
de agua, creó una herramienta para medir la temperatura, estudió el
magnetismo…
De todos modos, uno de los puntos cúspide de su carrera profesional llegó en
1609, año en el que inventó el telescopio. Partiendo de objetos similares,
Galileo los mejoró y empezó a estructurar lo que hoy conocemos como
telescopio.
Disponer de esta herramienta le permitió observar el cielo y los cuerpos
celestes como nadie lo había hecho hasta entonces. Gracias a ello, Galileo se
dio cuenta de algo que cambiaría para siempre nuestra concepción de nuestro
papel en el Universo: no somos el centro.
Galileo pudo confirmar la teoría que Nicolás Copérnico había formulado
años atrás, en la que decía que la Tierra no era el centro de todo. Sus
observaciones con el telescopio le permitieron demostrar que los cuerpos
celestes no giraban alrededor de la Tierra, sino que los planetas giraban
alrededor del Sol.
En 1611 fue a Roma a presentar sus hallazgos, en los que rechazaba la teoría
geocéntrica y comprobaba la heliocéntrica. Estos descubrimientos
despertaron el asombro de muchos científicos pero también la animadversión
por parte de, especialmente, el sector religioso. Galileo estaba atentando
contra uno de los pilares de la Iglesia.
Por ello, en 1616, llegó la censura. La Inquisición prohibió a Galileo defender,
divulgar, enseñar y sostener la teoría heliocéntrica. Pese a esta represión,
Galileo continuó sus investigaciones y siguió desarrollando estudios y
publicando obras, aunque lo hacía hablando de la teoría como si de una
hipótesis se tratara con la finalidad de burlar la censura.
Sin embargo, en 1632, publicó una obra en la que defendía abiertamente la
teoría heliocéntrica: “Diálogos sobre los dos máximos sistemas del mundo”.
La Inquisición se dio cuenta de ello rápidamente y empezó a investigar.
En 1633, a los 69 años, Galileo fue juzgado en Roma por incumplimiento de la
censura establecida en 1616. Fue obligado a confesar su “crimen” bajo
amenaza de tortura y, posteriormente, a negar la teoría heliocéntrica.
Después de rechazar sus ideas, la condena fue reducida a un arresto
domiciliario, el cual duró desde 1633 a 1638, año en el que se quedó ciego y le
fue permitido trasladarse a un domicilio que tenía cerca del mar.
Finalmente, en 1642, a los 77 años de edad, Galileo Galilei falleció dejando tras
Con sus descubrimientos, Galileo Galilei no solo tuvo relevancia en el mundo
de la física y de las matemáticas, sino que cambió por completo nuestra
concepción del Universo y nos dio herramientas imprescindibles para seguir
con su legado.

1. Teoría heliocéntrica
Galileo Galilei fue uno de los principales responsables del divorcio entre
Iglesia y Ciencia. Con sus observaciones, demostró que la teoría de Copérnico
que defendía que la Tierra giraba alrededor del Sol era cierta.
La teoría heliocéntrica fue una de las mayores revoluciones científicas de la
historia, pues supuso un inmenso cambio de paradigma. El hombre no era el
centro del Universo, pues la Tierra era un cuerpo celeste más que giraba
alrededor de una estrella.

2. Invención del telescopio


Si bien es cierto que técnicamente no lo inventó él, sí que lo mejoró
enormemente. Suficiente como para permitir las observaciones del
firmamento que le darían la posibilidad de realizar sus mayores hallazgos.
Si los telescopios anteriores al suyo permitían ver objetos tres veces más
grandes de lo normal, con el telescopio de Galileo se llegaba a los 30
aumentos.
3. Metodología científica
Que Galileo Galilei sea considerado uno de los padres de la ciencia moderna y
una de las mayores figuras científicas de la historia es, en parte, gracias que
desarrolló el método científico. Sus investigaciones debían estar basadas en el
planteamiento de una hipótesis que iba a ser rechazada o aceptada en función
de las observaciones empíricas.
Cualquier experimento científico de la actualidad está basado en esta
metodología, la cual fue introducida por Galileo.

4. Leyes del movimiento


Galileo fue el precursor de las leyes del movimiento postuladas años después
por Isaac Newton. Galileo observó que todos los objetos aceleraban al mismo
ritmo independientemente de su masa, algo que lo llevó a constatar que las
fuerzas eran las causantes del movimiento, por lo que si a un objeto no se le
aplicaba fuerza, no se movía.

5. Observaciones de cuerpos celestes


Gracias a su telescopio, Galileo fue el primero en observar los cráteres de la
luna, las manchas solares, los cuatro satélites más grandes de Júpiter, las fases
de Venus… También fue el primero en revelar que en el Universo había
muchas estrellas que, pese a no poder verlas en el firmamento, estaban ahí.
6. Desarrollo de las matemáticas
Galileo Galilei fue uno de los primeros científicos que fundamentó sus
investigaciones científicas en las matemáticas, utilizando los números como
herramientas para analizar y comprender los sucesos que ocurren en la
naturaleza.

7. Invención del termoscopio


Una de las invenciones más importantes de Galileo fue el termoscopio, una
herramienta capaz de medir la temperatura. Fue el precursor de lo que
actualmente conocemos como termómetro.
En 1609, Galileo utilizó un telescopio casero de 8 aumentos para demostrar a
las autoridades de Venecia el potencial de tal instrumento para el estudio del
cosmos. Utilizando telescopios progresivamente más potentes, Galileo realizó
muchos descubrimientos de gran importancia.
El Sol, considerado hasta entonces símbolo de perfección, tenía manchas. La
Luna tenía una superficie irregular con valles y montañas. Saturno tenía unos
apéndices extraños, etc. Pero sus observaciones más trascendentales fueron
las que realizó de Júpiter. Demostró que este planeta estaba rodeado de lunas
y era similar a un mini-sistema solar, lo que constituyó un poderoso
argumento en favor del universo copernicano.

El telescopio desveló, por primera vez desde la Antigüedad, muchísimas


estrellas y fenómenos que eran demasiado débiles para el ojo humano,
iniciándose así la Astronomía moderna.
Galileo Galilei nació en Pisa el 15 de febrero de 1564. Era hijo de un músico y
aunque comenzó estudiando medicina en Pisa, pronto se pasó a las
Matemáticas. Fue profesor primero en Pisa y luego en Padua desde 1592 hasta
1610. En 1609, mientras se encontraba en Venecia, se enteró de un
descubrimiento realizado en Holanda que consistía en un tubo con dos lentes
y que permitía que los objetos lejanos apareciesen mucho más cercanos.
Galileo era un hábil artesano y construyó casi inmediatamente (se dice a veces
que el primer tubo utilizado fue uno de órgano) ese telescopio de 8 aumentos
con el que realizó la primera demostración en Venecia.
Tal demostración le supuso a Galileo un aumento de su salario en Padua y,
sobre todo, propició que, Cosme II de Medici, Gran Duque de Toscana, le
ofreciese un puesto de matemático y filósofo en Florencia, puesto que
mantuvo desde 1610 hasta su muerte en 1642.
Los descubrimientos realizados con sus telescopios hicieron de Galileo un
copernicano convencido. Sus mayores argumentos a favor del sistema
heliocéntrico provenían de la observación de que las lunas de Júpiter
constituían un sistema parecido a lo que debía ser el sistema solar, y de la
constatación de que Venus pasaba por fases similares a las de nuestra Luna. Y
fue su militancia por el sistema copernicano lo que propició que sus enemigos
le atacasen, fomentando un escándalo religioso ya en 1616, cuando el Santo
Oficio condenó la teoría copernicana.
En 1632 Galileo publicó el “Diálogo sobre los dos grandes sistemas del
mundo”, que contenía una discusión sobre los méritos relativos de los
sistemas ptolemaico y copernicano. El libro ofrecía todas las pruebas que las
observaciones con telescopio habían proporcionado a favor del sistema
copernicano y concluía abiertamente con las grandes ventajas ofrecidas por
este último.
La Iglesia le sometió a un proceso en el que Galileo se vio obligado a abjurar
públicamente de la teoría copernicana, lo que le permitió ser condenado
únicamente a un “arresto domiciliario” y a recitar unos salmos semanalmente
como penitencia. También se le prohibió, por el resto de su vida, el publicar
nuevos trabajos o el reeditar los anteriores.

La Historia nos muestra que más que menoscabar la reputación de Galileo, su


proceso acabó haciendo un daño enorme a la reputación de la Iglesia católica.
Aún en nuestros días “el caso Galileo” suscita discusiones encendidas en la
Iglesia y en la sociedad en general.

Por ejemplo, en fecha tan reciente como enero de 2008 ha habido


manifestaciones multitudinarias en Roma defendiendo o rechazando la
actitud de la Iglesia ante este caso. Y, sin embargo, como señala Ortega y
Gasset, aquella deplorable escena fue originada “más que en reservas
dogmáticas de la Iglesia, en menudas intrigas de grupos particulares”.

Sea como fuere, el proceso de Galileo constituye aún hoy en día un símbolo
del poder de la racionalidad y el valor de la Ciencia. Como símbolo de la
racionalidad, Galileo ha sido bautizado como “padre de la Ciencia”. Desde un
punto de vista meramente astronómico, hay que subrayar que Galileo nos
abrió, por primera vez desde la Antigüedad, un universo nuevo, pletórico de
fenómenos que esperaban nuestros descubrimientos y estudios, por ello tiene
bien merecido el título de “padre de la Astronomía moderna”.

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