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La Flor Mágica

Mas allá del centro, cerca de la cordillera, donde el frío se siente en el aire, donde los animales corren en
libertad, donde los cultivos nacen, donde la gente de Santa Cruz respira aire puro, donde los vecinos entre si
se ayudan y entre todos cuidan las tierras donde desde pequeños juegan.
Reciben y despiden a sus compañeros que en busca de una oportunidad para soñar despidiéndose del campo
que tanto tiempo habían admirado, las flores de verano, las aves volando y su gente que por tanto tiempo les
concedió un abrazo cuando lo habían necesitado, pero siempre que se fueran sabían que siempre en el campo
tendrían un hogar.

La gente de las grandes ciudades viene a la comuna de Colchagua a buscarle un nuevo aire a sus vidas,
Sebastián quería empezar una vez más en una comuna donde el aire no fuese sucio como en su antiguo hogar,
quería encontrar la pureza en el aire pero tenía que acostumbrarse a dos cosas; la primera era su nueva vida que
quería formar y la segunda eran sus compañeros de cuarto los cuales casi no conocía, solo a Luisa que era 2
años menor que él y a Bonnie que fue su compañera de cuarto medio y a los demás nunca los había visto pero
parecían de su edad. Uno de ellos se llamaba Gabriel y el otro se llamaba Marco y ambos tenían 19 años. Tan
solo eran un año mayor más que Sebastián y aunque muy cómodo no estuviese tendría que acostumbrarse para
poder empezar su nueva vida.

Era el primer día para empezar su nueva vida, pero primero quería conocer el centro de Santa Cruz, donde
vivía para conocer su nuevo hogar y aprenderse la zona para no perderse, aunque fuese un lugar pequeño,
Sebastián se perdía fácilmente. Se disponía a salir temprano pero antes de salir escucho la voz de Bonnie que
lo llamaba y le dijo: – te acompaño a dar un paseo?, por si te pierdes te ayudo a volver –, le molesto un poco el
comentario de Bonnie, pero después de pensarlo un poco acepto, para cuando Bonnie terminara su taza de té
salieron a dar un paseo para explorar la zona.

Mientras paseaban, con el viento invernal de la mañana, el cielo nublado con las nubes blancas como la nieve
de la cordillera. la cara congelada, viendo las calles vacías por el frio y el trabajo, ambos caminaban por las
calles congeladas y silenciosas a excepción del tarareo de Bonnie hasta que esta rompió en silencio;
- ¿Porque estás aquí?, porque viniste a una pequeña comuna que algunos días parece que Dios la ha
abandonado y que solo los más viejos se acuerdan de ella? Preguntó Bonnie.
-
… Sebastián lo pensó un rato

- Porque la ciudad siempre tiene desgracias, tragedias, criminales y pérdidas… Muchas pérdidas
...

- ¿A qué te refieres con “pérdidas”?


- Pérdidas de la gente que quieres, que amas. Gente que siempre te apoyo y te aprecio tal cual fuiste y
también en una comuna “abandonada por Dios”, es mejor para vivir y por fin respirar la libertad de
verdad.

- Vaya…, pensé que era la única que pensó que en el campo no se respira aire puro. Se respira libertad.

Los dos caminaron hasta que la tarde llego y el hambre del almuerzo se sintió en ambos, fueron a un restaurante
a buscar algo para llevar para ellos y sus compañeros. Al llegar a la casa almorzaron y después de descansar un
rato Sebastián y Bonnie volvieron a salir para respirar un rato, pero mientras se preparaban para salir
escucharon un ruido muy fuerte que vino del costado del edificio. Cuando salieron a ver vieron unas huellas en
la pared con un brillo morado muy fuerte y decidieron ver que o quien subió hasta lo más alto, y al llegar vieron
una flor morada con el mismo brillo de las huellas. A Bonnie le pareció extraña la flor y quería bajar de una vez
para volver a su destino, pero cuando le hablo, Sebastián no respondió, aunque le grito que fuese con ella no la
escucho. Más y Más se acercó a la flor y la toco por curiosidad.
La flor hizo que se rodeara por su brillo y que su cuerpo cambiara. Tenía grietas por todo el cuerpo, tenía un ojo
verde y el otro morado como la flor, y parecía como si tuviese interferencia por todo el cuerpo. Cuando reacciono
se asustó y Bonnie intento calmarlo, pero en un momento escucharon una voz que decía:
- Acostúmbrate hombre, tu interferencia con la magia más fuerte y antigua resguardada en una flor
como nuestra alma, serás castigado por la magia más difícil de controlar. Tú te lo has ganado
pequeño ingenuo. –

- ¿Quién eres?

- La madre de la noche -

Y vieron una sombra de un ojo blanco y el otro rasguñado totalmente rojo como la sangre
desvanecerse.

Un silencio incomodo entre los que se miraron, pero el miedo les gano y un grito de miedo exagerado salió de
ambos para luego tirarse al piso y mirar el cielo para poder procesar todo lo que había pasado y sin darse
cuenta se quedaron dormidos en la azotea

Al despertar era tarde, muy tarde. La luna era gigante y brillante esa noche. Cuando reaccionaron vieron que la
flor ya no estaba y en su lugar solo había una rosa de color sangre y ese color le hizo recordar a los dos lo que
había pasado, pero estaban confundidos. La magia ya no existía hace más de un siglo y lo único que quedaba
como prueba eran las bibliotecas, llenas de libros antiguos con la información de todo lo que hizo la magia.
Bonnie pensó que quizás en alguna biblioteca podrían encontrar alguna manera de que Sebastián fuese normal
otra vez.
Después de bajar de la azotea, Bonnie vio la hora y vio que no era tan tarde y pensó que si corrían a la
biblioteca más cercana podrían encontrar alguna solución. Cuando llegaron de suerte lograron
entrar y mientras buscaban algún libro, Sebastián ve una caja con una nota que decía “futuro 45”, y con
curiosidad abrió la caja para ver y de bajo de una montaña de polvo estaba lo que estaban buscando. Mientras
veían los libros se dieron cuenta que estos estaban llenos de notas y apuntes que complementaban la
información. Después de indagar un rato encontraron que la flor estaba maldecida por un espíritu muy
antiguo, pero en todas las partes que se mencionaba su nombre estaban tachadas por algún tipo de tinta negra
que no les dejaba ver.

Cuando encontraron la página que contenía la solución, la esquina que tenía la cura estaba rasgada y con
rastros de la tinta negra.

- Ya no está la solución -, dijo Sebastián apenado


- No seas negativo, deben tener otra copia en algún lado -, dijo Bonnie con fe de que tal vez si tendría
solución.
Bonnie busco toda la noche con esperanza de que, tal vez, existiese una copia de ese libro, pero no encontró
nada. En la mañana le preguntaron a la encargada si había visto algún libro parecido, pero ella les dijo que casi
no existen copias de ese libro por que hace muchos años todos fueron quemados sin razón conocida.

Se fueron de la biblioteca sin nada más que poder hacer. El único libro con la solución estaba roto, Bonnie
quería encontrar la solución de alguna manera, pero por dentro sabía que no había posibilidad de que hubiese
otra copia del libro, pero Sebastián le dijo que el vino para una nueva vida, pero no esperaba que esto pasara y
aunque le costara acostumbrarse a estar encantado, con ella podría ser todo más fácil y podrían ir viendo todo
lo que puede hacer el ahora.

- Nunca pensé que esto sería mi nueva vida, pero podrías ayudarme a entender todo lo que puedo
hacer y, además, en ese libro podríamos saber qué más puedo hacer, ¿no? -, dijo Sebastián animado.
- Supongo que si – dijo Bonnie riendo.

Y se fueron a la casa para ver todo lo que Sebastián ahora podía hacer, pero mientras corrían de regreso
Sebastián vio por detrás de su hombro una silueta alta, femenina y encapuchada por una capa con gorro que le
tapaba la cara a excepción de un ojo rasguñado brillante color sangre que susurro.
- Rézale a la luna con tal de salir vivo de esto, porque nadie se salva la magia que tengo… -

Y vio desvanecerse la sombra en un portal que iba a dios sabe dónde para ver una nota que decía “yo pienso
en volver…”

COMUNA: Chépica

ESTABLECIMIENTO: Escuela Luis Arturo Zúñiga Fuentes.

CURSO: 8° Año Básico.

AUTOR: Vania Estefanía Mateluna Didier.

Profesor Asignatura: Viviana Vilaza Moreno

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