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ÍNDICE

SECCIÓN l. PRINCIPIOS Y CONCEPTOS

l. Medicina manipulativa 1
2. Diagnóstico estructural 13
3. Conceptos de barrera 41
4. Prescripción manipulativa 47
5. Movilidad vertebral normal 57
6. Disfunción de la movilidad vertebral 69
7. Técnicas de partes blandas y de movilización
sin impulso (Articulatorias) 79
8. Técnicas de energía muscular 97
9. Técnicas de movilización con impulso
(de Alta Velocidad y Baja Amplitud) 103
10. Técnica funcional (Indirecta) 109
11. Técnica de liberación miofascial 149
12. Técnica craneosacra 163

SECCIÓN 11. PROCEDIMIENTOS TÉCNICOS

13. Columna cervical 177


14. Columna dorsal 213
15. Jaula torácica 247
16. Columna lumbar 291
17. Disfunción de la cintura pélvica 319
18. Extremidad superior 387
19. Extremidad inferior 429

xi
xii índice

SECCIÓN III. INTEGRACIÓN Y CORRELACIÓN CLÍNICAS

20. Principios y prescripción del ejercicio 467


21. Métodos diagnósticos complementarios 545
22. Tratamientos coadyuvantes 557
23. Síndromes clínicos comunes 565

Lecturas recomendadas 575


Créditos de las figuras 579
Índice analítico 581
PRINCIPIOS
Sección Y CONCEPTOS
MEDICINA MANIPULATIVA

HISTORIA _yistas médkas tan prestigiosas como el British Medica/


Journal y The Lancet, que la ·comunidad médica debe-'
La medicina manual es tan antigua como el arte y la ría prestar atención a los éxitos de los poco ortodoxos
ciencia de la medicina en sí. Existen fuertes eviden- practicantes del curanderismo. En los Estados Uni-
cias del uso de maniobras de medicina manual en la dos, la famÍlia Sweet practicó cualificadas ensalmacio-
Tailandia ancestral, como se demuestra en esculturas nes en la región de Rhode Island de Nueva Inglaterra
de al menos 4.000 años de antigüedad. El uso de las y en Connecticut. Existen document01; de que algu-
manos en el tratamiento de la lesión y la enfermedad nos de~cendientes de la familia Sweet emigraron al
ya era practicado por los antiguos egipcios. Sabemos oeste a mediados del siglo. Sir Herbert Barker fue un
que incluso Hipócrates, el padre de la medicina mo- conocido algebrista británico que ejerció hasta bien
derna, usaba procedimientos ·de medicina manual, entrado el siglo XX, y alcanzó tal eminencia que la Co-
especialmente la tracción y técnicas de apalanca- rona le otorgó el título de Sir.
miento, en el tratamiento de la deformidad espinal.
Los escritos de figuras históricas de la medicina, tan La controversia del siglo XIX
notables como Galeno, Celso y Oribasios refieren el
uso de maniobras manipulativas. · El siglo XIX supuso una época de confusión y contro-
Existe un vacío documental del uso de procedi- versia en la práctica de la medicina. La historia de la
mientos de medicina manual que se corresponde medicina de aquellos tiempos está repleta de nume-
aproximadamente con la época en que se produjo la rosos sistemas de curación poco ortodoxos. Dos per-
división entre médicos y cirujanos-barberos. A me- sonas que influirían profundamente en el campo de
dida que los médicos se fueron implicando menos en la medicina manual fueron producto de este pe-
el contacto con los pacientes, y el cuidado manual de ríodo de confusión médica. El doctor en medicina
éstos se convirtió en responsabilidad de los barberos, Andrew Taylor Still, fue un médico formado de
parece que el papel de la medicina manual, dentro acuerdo con los preceptos de su época; D. D. Palmer
del arte de sanar, declinó. Este período también coin- fue un tendero que se convirtió en manipulador
cide con la época de las plagas, durante la cual, qui- autodidacta.
zás, los médicos se mostraban reticentes a entrar en
Medicina osfeopáfica
contacto personal con sus pacientes.
El siglo XIX supuso un renacimiento del interés en Andrew Taylor Still (1828-1917) presentó por pri-
este campo. A principios de ese siglo, el doctor Ed- mera vez su filosofía y práctica de la osteopatía en
ward Harrison, graduado por la Universidad de 1874. Su desencanto con la práctica médica de aque-
Edimburgo en 1784, se ganó una considerable repu- llos tiempos le condujo a formular una nueva filoso-
tación en Londres por el uso de procedimientos de fía médica a la que él denominó medicina osteopá-
medicina manual. Al igual que muchos otros de- tica. Realizó una gran síntesis del pensamiento mé-
fensores de esta disciplina, fue completamente mar- dico y edificó su nueva filosofía sobre las antiguas
ginado por sus colegas, por su uso continuado de es- verdades médicas y los éxitos médicos de su época, a
tos procedimientos. la vez que denunciaba abiertamente lo que para él
contituía una mala práctica de la medicina, en espe-
Los curanderos cial el uso inadecuado de los medicamentos.
El siglo XIX supuso un período de gran popularidad La enconada oposición de Still a los tratamientos
para los curanderos, tanto en Inglaterra como en los medicamentosos de su tiempo no fue bien recibida
Estados Unidos. El trabajo de Hutton, un famoso y por sus colegas y, desde luego, no es secundada por
hábil ensalmador, llevó a médicos tan eminentes los médicos osteópatas actuales. No obstante, no era
como James Paget y Wharton Hood a publicar, en re- el único que mostraba preocupación por el abuso de
3
4 Principios y práctico de lo medicino manual

los medicamentos. En 1861, Oliver Wendell Holmes A medida que triunfaba clínicamente y era bien
dijo: «Si la totalidad de la MATERIA MÉDICA se arro- conocido nacional e internacionalmente, muchas
jara al océano, sería lo mejor para el hombre y lo peor personas acudieron a estudiar con él y a aprender la
para los peces». Sir William Osler, contemporáneo de nueva ciencia de la osteopatía. Esto condujo al esta-
Still, afirmó: «Uno de los primeros deberes del mé- blecimiento, en 1892, de la primera escuela de medi-
dico es educar a las masas a no tomar medicinas. El cina osteopática en Kirksville (Missouri). En 1995
hombre posee un ansia innata de medicinas. La so- existían 17 escuelas de medicina osteopática en los
bredosificación durante varias generaciones ha crea- Estados Unidos, en las que se graduaban alrededor
do en sus tejidos una sed de drogas. El deseo de to- de 2.000 estudiantes al año. La osteopatía en otras
mar medicamentos es una característica que distin- partes del mundo, especialmente en el Reino Unido
gue al animal humano de las demás criaturas_)>. y en países de la Commonwealth como Australia y
La nueva filosofia médica de Still consistía, en Nueva Zelanda, es una escuela de práctica limitada al
esencia, en lo siguiente: diagnóstico estructural y a la terapia manipulativa,
aunque firme defensora de algunos de los conceptos
l. La unidad del cuerpo. fundamentales y principios de Still. La medicina os-
2. El poder curativo de la naturaleza. Sostenía teopátic.i en los Estados Unidos es, desde sus comien-
que el cuerpo dispone de todo lo necesario zos hasta nuestros días, una completa escuela de me-
para mantener la salud y recuperarse de la en- dicina y cirugía que conserva las bases de los princi-
fermedad. El papel del médico consistiría en pios y conceptos osteopáticos y mantiene el uso del
incrementar esa capacidad. diagnóstico estructural y la terapia manipulativa en el
3. El componente somático de la enfermedad. tratamiento global del paciente.
Creía que el sistema musculoesquelético era
una parte integrante del todo corporal y que Quiropraxia
las alteraciones en este sistema afectaban a la Daniel David Palmer (1845-1913) fue, al igual que
salud de todo el cuerpo y a la habilidad de éste Still, un producto del medio oeste de los Estados Uni-
para recuperarse de la lesión y la enfermedad. dos en el siglo XIX. Aunque no había estudiado me-
4. Interrelación estructura-función. La interre- dicina, se sabe que ejercía como sanador magnético y
lación estructura-función había sido defen- que se convirtió en un terapeuta manipulativo auto-
dida por Virchow a principios del siglo XIX y didacta. Se sigue discutiendo si Palmer fue alguna vez
Still aplicó este principio en su concepto de paciente o alumno de Still en Kirksville, pero sí se
integración total del cuerpo. Creía firmemen- sabe con certeza que Palmer y Still se reunieron en
te que la estructura gobernaba la función y Clinton, Iowa, a principios del siglo XX. D. D. Palmer
que la función influía en la estructura. se movió mucho por todo el país y fundó su primera
5. El uso de terapia manipulativa. Este aspecto escuela en 1896. Las primeras escuelas se instalaron
se convirtió en parte esencial de la filosofia de en Davenport (Iowa) y en Oklahoma City, (Okla-
Still, dado que estaba convencido de que la homa).
restauración de la capacidad funcional máxi- Aunque a D. D. Palmer se le atribuye el origen de
ma del cuerpo, aumentaría el nivel de bienes- la quiropraxia, fue su hijo, Bartlett Joshua Palmer
tar y ayudaría en la recuperación de la lesión (1881-1961) el que la impulsó. Los conceptos origina-
o la enfermedad. les de Palmer eran que la causa de la enfermedad era
una variación en la expresión de la función nerviosa
No está muy claro cuándo y cómo el doctor Still normal. Creía en la «inteligencia innata» del cerebro
añadió la manipulación a su filosofia de la osteopatía. y del sistema nervioso central y estaba convencido de
Hasta 1879, unos cinco años después del anuncio del que las alteraciones en la columna vertebral (subluxa-
desarrollo de la osteopatía, no se le empezó a cono- ciones) alteraban la función neurológica, causando la
cer como el «algebrista relámpago». No existe ningún enfermedad. El tratamiento consistía en la supresión
registro histórico de que conociera a algún miembro de la subluxación merced al ajuste quiropráctico. La
de la familia Sweet tras la migración de ésta al oeste. quiropraxia nunca ha pretendido ser una escuela de
Still jamás escribió un sólo libro sobre técnicas mani- medicina completa y en sus estudios no se imparte ci-
pulativas. Sus escritos fueron extensos, pero se cen- rugía, ni el uso de medicamentos más allá de vitami-
traron en la filosofia, los principios y el ejercicio de la nas o simples analgésicos. Sigue existiendo una divi-
osteopatía. sión dentro de la profesión quiropráctica entre los
El intento de Still de interesar a sus colegas médi- «ortodoxos», que continúan fieles a los conceptos ori-
cos en estos conceptos fue rechazado, especialmente ginales de Palmer, y los «heterodoxos», con una visión
cuando los llevó a la Universidad Baker de Kansas. más amplia de la quiropraxia, que incluye otras in ter-
Capítulo I Medicino manipulativo 5

venciones terapéuticas, como la dieta, las vitaminas o tesia general y, posteriormente, utilizó las mismas téc-
la fisioterapia, electroterapia incluida. nicas sin anestesia. Observó los buenos resultados de
A mediados de 1970 el Consejo de Educación los manipuladores sin cualificación médica y co-
Quiropráctica (CCE) solicitó al Departamento de menzó a estudiar sus técnicas. Estudiante de por vida
Educación de los Estados Unidos el reconocimiento y maestro en este campo, la quinta edición de «Spinal
como agencia de acreditación de la formación en q'ui- Manipulation» escrita en coautoría con E. A. Day y
ropraxia. El CCE fue fuertemente influenciado por M. A. Bookhout, fue publicada en 1992, muy poco an-
las escuelas con una orientación «heterodoxa», las tes de su muerte.
cuales habían promovido un aumento de los requisi- La NAAMM se fusionó con la Asociación Ameri-
tos en la formación tanto de pre-grado como de gra- cana de Medicina Ortopédica en 1992 y continúa.re-
do. La quiropraxia se prat:tica en todo el mundo, presentando a los Estados Unidos y Canadá en la Fe-
pero la mayor parte de la formación en esta disciplina deración Internacional de Medicina Manual.
·sigue ini¡:,artiéndnse·en los EstadosUnidos:Afinales·
de los 70 la quiropraxia consiguió un mayor recono- PRÁCTICA DE LA MEDICINA MANUAL
cimiento tanto en Australia como en Nueva Zelanda,:
La mediciria manual no debería ser contemplada ais-
y sus profesionales participan en los programas sani-
lada o separada de la «medicina convencional» y cla-
tarios _de estos países.
ramente no representa la panacea de todas las enfer-
medades de la humanidad. La medicina manual es-
MÉDICOS MANIPULADORES tudia la capacidad funcional del organismo humano
y los que la ejercen se encuentran tan interesados en
El siglo XX ha supuesto un renovado interés en la me-
los procesos dinámicos de la enfermedad como los
dkina manual por parte de la profesión médica tra-
que .observan los procesos patológicos desde la pers-
dicional. En la primera mitad de este siglo, James
pectiva estática de los datos de laboratorio, la anato-
Mennell y Edgar Cyriax consiguieron el reconoci-
mopatología y los resultados de las autopsias. La me-
miento de la manipulación articular por parte de la
dicina manual se centra en el sistema musculoesque-
comunidad médica londinense. John Mennell conti-
lético, el cual comprende alrededor del 60% del
nuó el trabajo de su padre y contribuyó extensiva-
organismo humano, y a través del cual se debe reali-
mente a la literatura sobre medicina manual y a su di-
zar la evaluación del resto de los sistemas orgánicos.
fusión por todo .el mundo. Como miembro fundador
El diagnóstico estructural no sólo evalúa las enfer-
de la Academia Norteamericana de Medicina Mani-
medades y disfunciones concretas del sistema muscu-
pulativa (NAAMM) contribuyó decisivamente a que
loesquelético, sino que también puede ser usado en
ésta se abriera a los médicos osteópatas en 1977. De-
la evaluación de las manifestaciones somáticas de la
fendió con firmeza la ampliación del papel de fisjoie-
enfermedad y el desarreglo de las vísceras. Los actos
rapeutas adecuadamente entrenados, para trabajar,
manipulativos se utilizan fundamentalmente para
junto con la profesión médica, en la aplicación de la
aumentar la movilidad en zonas de restricción de la
manipulación articular en el tratamiento de los. pa-
función musculoesquelética y para disminuir el
cientes.
dolor. Algunos de sus practicantes se centran en el
James Cyriax es bien conocido por sus libros de concepto del alivio del dolor, mientras que otros se
texto es este campo y también fomentó el aumento de interesan más por los efectos del incremento de mo-
la formación y del campo de acción de los fisiotera- vilidad en las zonas de restricción del sistema muscu-
peutas. Incorporó procedimientos de medicina ma- loesquelético. Cuando se usan adecuadamente, los
nual en la práctica de la «medicina ·9rtopédica» y procedimientos manipulativos han demostrado ser
fundó la Sociedad de Medicina Ortopédica. En.sus úl- clínicamente eficaces en la reducción del dolor en el
timos años James Cyriax se mostró convencido de que sistema musculoesquelético, en el aumento del nivel
la manipulación devolvía la función en los trastornos de bienestar del paciente y en la prestación de ayuda
de los discos intervertebrales y h_abló cada vez menos a los pacientes en una miríada de procesos patoló-
de efectos específicos sobre las artrodias. Despreció a gicos.
los osteópatas y a otros grupos de manipuladores y el
influjo de su dinámica personalidad dejó una impron- OBJETIVO DE LA MANIPULACIÓN
ta que se sentirá mucho después de su muerte,' acae-
cida en 1985. John Bourdillon, un cirujano ortopé- En 1983 se celebró en Fischingen, Suiza, un taller de
dico formado en Gran Bretaña, ya se sintió atraído trabajo de seis días que reunió a alrededor de 35 ex-
por la medicina manual cuando estudiaba en la Uni- pertos en medicina manual de todo el mundo. Éstos
versidad de Oxford. Durante su formación aprendió representaban a muchos países distintos y a diferentes
a realizar manipulaciones con los pacientes bajo anes- escuelas de medicina manual, con una considerable
6 Principios y práctica de la medicina manual

diversidad de experiencia clínica. Las actas de este ta- un problema musculoesquelético primario, como no
ller [DvorakJ., Dvorak V., Schneider W. (eds.): Ma- evaluar el sistema musculoesquelético en un paciente
nual Medicine 1984. Heidelberg, 1985, Springer-Ver- que presenta dolor torácico agudo que se sospecha
lag) representan la referencia de la medicina manual de origen cardiaco. El concepto es que un paciente
actual. El taller alcanzó un consenso sobre el objetivo enfermo necesita ser valorado. El sistema musculo-
de la manipulación: esquelético comprende la mayor parte del cuerpo
humano y sus alteraciones influyen en el resto del or-
El objetivo de la manipulación consiste en restau-
ganismo; enfermedades de los órganos internos se
rar el máximo movimiento indoloro del sistema
manifiestan como alteraciones del sistema musculo-
musculoesquelético en el equilibrio postura!.
esquelético, frecuentemente en forma de dolor.-. Es
La definición es amplia pero específica y merece ser una verdadera suerte que últimamente los conceptos
tomada en consideración por todos los que estudian holísticos hayan ganado popularidad en la comuni-
en este campo. dad médica, pero el concepto aquí expresado habla
de la integración global del organismo humano más
PAPEL DEL SISTEMA MUSCULOESQUELÉT/CO que de la suma de sus partes. Debemos recordar que
EN LA SALUD Y EN LA ENFERMEDAD nuestro papel como profesionales de la salud consiste
en tratar pacientes y no enfermedades.
Es realmente desafortunado que gran parte del pen-
samiento y las enseñanzas médicas contemplen el sis-
tema musculoesquelético sólo como la percha de la Concepto de control neurolQgico
que cuelgan el resto de los sistemas orgánicos, y no
como un sistema orgánico susceptible de padecer sus El concepto de control neurológico se basa en el he-
propias lesiones y procesos patológicos. El campo de cho de que los seres humanos disponemos del sis-
la medicina manual contempla el sistema musculoes- tema nervioso más desarrollado y sofisticado de todo
quelético en un contexto mucho más amplio, en par- el reino animal. Todas las funciones corporales se en-
ticular como una parte integrante e interrelacionada cuentran bajo algún tipo de control por parte de este
con todo el organismo humano. Aunque la mayoría sistema nervioso. El paciente se encuentra permanen-
de los médicos aceptarían el concepto de integración temente respondiendo a estímulos tanto del am-
global del cuerpo, incluyendo al sistema musculoes- biente externo como del interno, a través de comple-
quelético, los conceptos específicos y utilizables de jos mecanismos de los sistemas nerviosos central y
cómo se produce dicha integración y su relación con periférico. En el primer año de nuestra carrera estu-
el diagnóstico estructural y la terapia manipulativa pa- diamos la anatomía y fisiología del sistema nervioso.
recen ser limitados. Revisemos brevemente un segmento de la médula es-
Existen cinco conceptos básicos que este autor ha pinal (fig. 1.1). En el lado izquierdo de la figura se en-
hallado útiles. Dado que la mano es una parte esen- cuentran representadas las vías reflejas somato-somá-
cial en el ejercicio de la medicina manual e incluye ticas clásicas, con impulsos aferentes procedentes de
cinco dedos, resulta fácil asignar un concepto a cada piel, músculo, articulación y tendón. Los estímulos
dedo de la mano palpatoria. Estos conceptos son los aferentes de los nociceptores, mecanorreceptores y
siguientes: propioceptores entran a través de la raíz dorsal y fi-
nalmente sinaptizan, bien de forma directa o por me-
l. Holismo; dio de una serie de interneuronas, con una célula del
2. Control neurológico; cuerno anterior, desde la que parte una fibra eferente
3. Función circulatoria; hacia el músculo esquelético. Merced a múltiples per-
4. Gasto energético; y mutaciones del arco reflejo central respondemos a los
5. Autorregulación. estímulos externos, incluyendo la lesión; orientamos
nuestros cuerpos en el espacio; y llevamos a cabo mu-
Concepto de holismo
chas de las actividades físicas de la vida diaria. El lado
El concepto de holismo tiene distintos significados y derecho de la figura representa el arco reflejo víscero-
utilizaciones por parte de los diferentes profesiona- visceral clásico, en el que las aferencias procedentes
les. En la medicina manual, el concepto hace hinca- del sistema sensorial visceral sinaptizan en la columna
pié en que el sistema musculoesquelético se merece de células intermediolaterales, y de ahí a la cadena
una evaluación completa y concienzuda en cualquier ganglionar lateral simpática o a los ganglios colatera'
momento y lugar en que el paciente sea visto, inde- les, para hacer sinapsis con una fibra motora post-
pendientemente de la naturaleza de las quejas que ganglionar que llega hasta la víscera destino. Nótese
presente. Tan incorrecto es evitar la evaluación del que las estructuras cutáneas reciben estimulación efe-
sistema cardiovascular en un paciente que se queja de rente de la cadena ganglionar lateral.
Capítulo 7 Medicina manipulativa 7

Neurona
Ganglio de la raíz visceral
dorsal tnterneurona
sensitiva
De !a piel

Ramo
postenor o
Nervio
espinal •
5
I Rafz ventral Neurona motora 1_~ª-~°-!!1'~---
o anterior ºsomática _____ ,
.... , ' .I
Piel 'ft Ramo /
~ ¿:7 blanco f
usculatura k
Articulación • esquelética Cadena gangllona
simpática
j•1,,\),, Pilomotricidad
Tendón • .. .. . _. \ ~~ Artério~a
Ganglio colateral

FibrctTnotora
po~gaogUooac b I
Fibra visceral
sensitiva
1
\

A la piel
Gfándulas
sudoríparas

Figura 1.1.
Secci~n transversal de un segmento medular.

Estas vías reflejas simpáticas inervan la actividad Ramo meningeo


pilomotora de la piel, el tono vasomotor del árbol X Nerv!o craneal
vascular y la actividad secretora de las glándulas sudo- Ramo interno
ríparas. Las alteraciones en ·la actividad del sistema del XJ Nervio
Craneal
nervioso simpático hacia estas estructuras se traducen Ramo auricular
(N. Espinal)
en cambios palpatorios, identificables por medio del Ramo de! XI
-~---Nervio Craneal
diagnóstico estructural. Aunque la figura separa las (N. Hlpogloso)
dos vías, en realidad se encuentran int(:!rrelacionadas, A,ill-/l'---\-\1~\--Ramo
farlngeo
de manera que las aferencias somáticas influyen en
las eferencias viscerales y las aferencias viscerales pue-
den manifestarse en eferencias somáticas. Esta figura Cuerda vocal inferior
representa una sección horizontal de la médula espi-
nal y debe recordarse que también existen vías ascen-
dentes y descendentes entre los distintos segmentos
medulares, así como vías procedentes de los más altos
centros cerebrales.
Otro concepto neurológico que merece ser recor- Corazón
Pulmón
dado es el del sistema nervioso autónomo (SNA). El
Nervio
h-------Nervio vago
SNA consta de dos partes, la parasimpática y la sim- vago
izquierdo
pática. La parasimpática incluye los nervios craneales derecho

III, VII, VIII, IX y X y los niveles espinales S2, S3 y S4.


El mayor nervio de la división parasimpática es el
vago, el cual inerva todas las vísceras desde la raíz del
cuello hasta la porción media del colon descendente,
así como todas las glándulas y musculatura lisa de es-
tos órganos. El nervio vago (fig. 1.2) posee un·a distri-
bución amplia y constituye la principal fuerza con-
ductora de los sistemas cardiovascular, pulmonar y
gastrointestinal. Muchos agentes farmacéuticos alte-
ran la actividad nerviosa parasimpática y, en especial, Figura 1.2.
la actividad vaga!. Distribución del nervio vago.
8 Principios y práctico de la medicina manual

La división simpática del SNA (fig. 1.3) está repre- Recuérdese también que todos estos mecanismos
sentada por neuronas preganglionares originadas en reflejos· están permanentemente -~!-l-jetos a controles
los segmentos medulares de Dl a L3; la cadena gan- excitatorios o inhibitorios, centrales o locales. Meca-
glionar lateral, incluyendo los ganglios cervicales su- nismos de control conscientes y subconscientes, pro-
perior, medio e inferior; los ganglios tóraco-lumbares cedentes del cerebro, modifican constantemente la
de DI a L3, y los ganglios colaterales. Las fibras sim- actividad de todo el sistema nervioso en respuesta a
páticas inervan todas las vísceras, al igual que la divi- estímulos. El sistema nervioso se encuentra íntima-
sión parasimpática, pero se organizan de manera di- mente relacionado con otro sistema de control, el sis-
ferente. La división simpática se organiza de forma tema endocrino, tanto, que resulta útil pensar en tér-
segmentaría. Es interesante destacar que todas las vís- minos de control neuroendocrino. Los recientes
ceras por encima del diafragma reciben la inervación avances en el conocimiento de los neurotransmisores,
simpática de fibras preganglionares superiores a D4 y endorfinas, encefalinas y sustancias tales como la sus-
D5 y que todas las vísceras por debajo del diafragma tancia P, nos han dado información detallada de mu-
reciben su inervación simpática de fibras preganglio- chos mecanis1nos previamente incomprendidos, y
nares inferiores a D5. A través de esta organización también C!¡mienzan a dar respuesta a algunos de los
segmentaría se correlacionan ciertas partes del sis- mecanismos, a través de los cuales, las alteraciones
tema musculoesquelético con determinados órganos. biomecánicas del sistema musculoesquelético pueden
Recuérdese que el sistema musculoesquelético sólo alterar la función corporal.
recibe inervación simpática, en absoluto inervación Se ha puesto mucho énfasis en las actividades de
parasimpática. En consecuencia, el control de toda la transmisión neurológica del sistema nervioso, pero
actividad glandular y vascular del sistema musculoes- éste posee también una potente función trófica. Sus-
quelético es mediado por la división simpática del tancias lipídicas y proteicas sumamente complejas,
SNA. son transportadas a lo largo de las neuronas en los
dos sentidos y cruzan la sinapsis de la neurona con el
órgano destino. Las alteraciones de esta transmisión
neurotrófica pueden dañar la salud de dicho órgano.

Di encéfalo Función circulatoria


Médula
El tercer concepto es el de la función circulatoria.
Este concepto puede ser descrito de manera sencilla
, --~_Ganglio ót!co
como el manteriimiento de un medio ambiente celu-
··--..:::~~-2'' Glándula
~-,.., parótida lar adecuado en todas y cada una de las células del
,~ cuerpo (fig. 1.4). Imaginemos una célula, un grupo
de células formando un tejido, o un grupo de tejidos
formando un órgano, descansando en el «medio am-
biente celular». Esa célula depende para su función,
Ganglio estrellado sea cual sea, del suministro de oxígeno, de glucosa y
del resto de sustancias necesarias para su metabolis-
mo. Dicho suministro lo lleva a cabo la parte arterial
de la circulación. El sistema arterial dispone de una
poderosa bomba, el miocardio del corazón, para pro-
pulsar la sangre. La función cardiaca de bombeo se
encuentra estrechamente controlada por el sistema
Ganglio nervioso central, en especial por el SNA, a través del
mesentérico
superior plexo cardiaco. El control del tono vasomotor del ár-
bol vascular lo realiza la división simpática del SNA.
Ganglio
; ... Cualquier cosa que interfiera los mensajes del SNA
mesentérico simpático, mediado segmentariamente, puede influir
inferior en el tono vasomotor del órgano destino.
Las arterias también se encuentran inmersas en
los compartimentos fasciales del cuerpo y están suje-
... Neivio pé!vico tas a tensiones compresivas y de torsión que pueden
entorpecer el suministro de flujo sanguíneo arterial a
Figura 1.3. la célula del órgano destino. Una vez que la célula ha
Sistema nervioso autónomo. recibido sus nutrientes y ha realizado su metabolismo
Capítulo 7 Medicino monipúlotivo 9

Linfático

Vénula Válvula

Capilares
linfáticos

FiguraL4.
Medió ambiente celular.

normal, los. productos de desecho deben ser retira- Ofro concepto circulatorio relacionado con la
dos. Los sistemas circulatorios de baja presión, el ve- funcié>n del. sistema musculoesquelético se refiere al
noso y el linfático, son los responsables del transporte sistem·a linfático (fig. 1.6) y al lugar donde desemboca
de estos productos metabólicos de desecho. Tanto el en el sistema venoso. La linfa del lado derecho de la
sistema venoso como el linfático presentan unas pa- cabeza y el cuello y de la extremidad superior derecha
redes más delgadas que las arterias y carecen de la se vierte en la vena subclavia derecha a nivel de la en-
fuerza de empuje del bombeo cardiaco, dependien- trada torácica,justo detrás del extremo anterior de la
do, en cambio, .del sistema musculoesquelético para primera costilla y del extremo medial de la clavícula.
su acción propulsora. Los grandes músculos de las ex- La linfa del resto del cuerpo se vierte en la vena sub-
tremidades contribuyen enormemente a esta activi- clavia izquierda, a nivel de la entrada torácica, detrás
dad, pero la bomba principal de los sistemas de baja del extremo anterior de la primera costilla y del ex-
presión la constituye el diafragma (fig. 1.5). tremo medial de la clavícula izquierdas. Las alteració-
El diafragma dispone de unos amplios anclajes al nes de la biomecánica del desfiladero torácico, en
sistema musculoesquelético que incluyen las vértebras particular de su continuidad fascial, pueden afectar a
lumbares superiores, las seis últimas costillas, la apófi- los vasos linfáticos, con sus delgadas paredes, cuando
sis xifoides del esternón y, merced a conexiones mio- se vacían en el sistema venoso. La función plena del
fasciales, las extremidades inferiores, por medio de los sistema musculoesquelético supone un factor im-
músculos psoas y cuadrado lumbar. La actividad del portante en la eficacia del sistema circulatorio y en el
diafragma modula la presión intratorácica negativa mantenimiento de un medio ambiente celular nor-
que produce una acción de succión en los retornos ve- mal en todo el cuerpo.
noso y linfático a través de la vena cava y de la cisterna
quilosa. Debido a .las extensas relaciones anatómicas
Gasto energético
del diafragma con el sistema musculoesquelético y a su El cuarto concepto es el del gasto energético, funda-
inervación por el nervio frénico, procedente de la co- mentalmente a través del sistema musculoesquelé-
lumna cervical, las alteraciones del sistema musculo- tico. Éste no sólo comprende más del 60% del orga-
esquelético a diferentes niveles pueden afectar negati- nismo humano, sino que también es el principal con-
vamente a la función diafragmática y, en consecuen- sumidor de la energía corporal. Cualquier aumento
ci_a, a los retornos venoso y linfático. La acumulación en la actividad del sistema musculoesquelético exige
de productos de desecho metabólicos en el medio am- que las vísceras desarrollen energía y la repartan
biente celular interfiere con la salud de la célula y con para mantener esta actividad física. Cuanto mayor es
su capacidad de recuperación de una enfermedad o la actividad musculoesquelética mayor es la deman-
lesión. Hay que destacar que el foramen para lá vena da. Si la disfunción altera la eficacia del sistema
cava inferior se encuentra en el ápice de la cúpula dia- musculoesquelético se produce un aumento en la de-
fragmática. Existe alguna evidencia de que la excur- manda de energía, no sólo cuando se produce un au-
sión diafragmática ejerce una actividad directa de pre- mento de la actividad, sino también durante la acti-
sión y propulsión sobre la vena cava inferior. vidad normal. Si tenemos un paciente con compro-
1O Principios y práctico de lo medicino manual

Hiato
esolág'ico

Pilares -...__ -

Triángulos 8sternocosta1es

Hiato esofágico

Hiato para la vena


cava Inferior

~ •.. ,
Hiato aórtico

Trígono
1umbocosta1

Arco lumbocostal interno

Músculo
Arco lumbocostal externo ~,._-,<---- cuadrado lumbar

-> ·'\. Figura 1.5.


f. ,.
Pilares '.._ ) Músculo psoas mayor A, B. Diafragma toracoabdominaL
B

miso de sus sistemas cardiovascular y pulmonar, con tando atención al esguince de tobillo, que aumentar
insuficiencia cardiaca congestiva, cualquier aumento las dosis de los medicamentos que controlan la insu-
en la demanda de energía del sistema musculoes- ficiencia cardiaca congestiva. La restricción de una
quelético puede ser perjudicial. Por ejemplo, un pa- articulación importante de la extremidad inferior
ciente con insuficiencia cardiaca congestiva crónica puede aumentar el gasto energético de la marcha
compensada, que sufre un esguince de tobillo e in- normal en un 40%, y si son dos las articulaciones con
tenta seguir con una actividad normal, bien podría restricción en el mismo miembro el aumento puede
sufrir un rápido deterioro de su compensación car- alcanzar el 300%. Múltiples restricciones menores de
diaca, debido al aumento de la demanda energética movilidad en el sistema musculoesquelético, espe-
que le supone la alteración de la marcha por su le- cialmente en el mantenimiento de la marcha nor-
sión de tobillo. Obviamente, sería más sensato tratar mal, pueden tener un efecto perjudicial en la fun-
la alteración del sistema musculoesquelético, pres- ción corporal global.
Capítulo 7 Medicino monipulotivo 11

Gaegllos
submandibulares
n
~ 1
,/4 -
\) profundos
\
Gaegllos C,Nioales

Conducto linfático
derecho
l:""-...--"~:V " na yugular
· rda
/
· /,·_r,,.. ..,,· _ Conducto torácico
. ·¡/ ·, 1 •
. : 1.,?, - · .;. _'.. . . · ~en~ subclavia
Ganglio /, , ,. \ · ,. ~ 1zqu1erda
e:~:~:; /':' "-:. t , . ~\ ·\i ·
. ,r I ~\
¡,· Vasos linfaticos
. ·· Esófa · : toráciéo~ izq~ierdos · · ·

Conducto torácico

\-',,--""l~rJ-- Ganglios intestinales

l
I• '
v ¡'"[;-"----C::c:::;,i. Cisterna quilosa
· ~ Ganglios y troncos
Ganglios , , preaórt1cos
1hacos comunes
Ganglios \ '!:,,: ,,.11~--'~ , Ganglios aórhcos laterales
ilíacos externos _ - \ Ganglios ilíacos internos
Ganglios ,
inguinales
Figura 1.6. w Ganglios sacros
Sistema linfático. 1 , • ./.

Auforregulación de cada siete días de estancia hospitalaria se debe a


reacciones adversas a las intervenciones farmacoló-
El quinto concepto es el de la autorregulación. Exis- gicas.
ten literalmente miles de mecanismos de autorregu-
lación operativos en el cuerpo en todo momento. Es-
tos mecanismos homeostásicos son esenciales para el LA LESIÓN MANIPULABLE
mantenimiento de la salud. y, si se alteran por una le-
sión o enfermedad deben de ser restaurados. Todos La medicina manual consiste en la identificación de la
los médicos dependen de estos mecanismos autorre- lesión manipulable y en el uso apropiado de un pro-
guladores para tener éxito en el tratamiento de sus cedimiento de medicina manual para resolver el pro-
pacientes. De hecho, su objetivo debería ser mejorar blema. El campo de la medicina manual ha sufrido la
todos estos mecanismos para contribuir a la supera- existencia de múltiples, divergentes y, a veces, confusas
·ción de la enfermedad. Los médicos. no deberían es- definiciones de la entidad susceptible de ser manipu-
torbar los mecanismos de autorregulación más de lo lada. Se le ha denominado «lesión osteopática», «sub-
estrictamente imprescindible durante el proceso de luxación quiropráctica», «bloqueo articular», «pérdida
tratamiento. Todo lo que se hace o pone en el cuer- del juego articular», «disfunción articular», etc .. Ac-
po humano altera estos mecanismos en mayor o me- tualmente el término aceptable.para esta entidad es el
nor medida. Cuando a un paciente se le suministra de disfunción somática. Esta se define como función
una sustancia extraña, se deben ponderar los bene- alterada o deteriorada de los componentes relaciona-
ficios o perjuicios potenciales de esta sustancia. Dado dos con el sistema somático: estructuras esqueléticas,
que la farmacología moderna avanza a pasos agi- articulares y miofasciales, y sus correspondientes ele-
gantados, obteniéndose cada vez efectos farmacoló- mentos vasculares, linfáticos y nerviosos (Adaptadón
gicos más potentes, hemos de reconocer su potencial hospitalaria de la Clasificación Internacional de la Enfemtlf-
yatrogénico. Puesto que existen muchos pacientes dad, segunda edición, 1973). Nótese que se enfatiza el
que toman múltiples medicamentos, especialmente· hecho de que se trata de una alteración de la función
en el ambiente hospitalario, conviene conocer cla- del sistema musculoesquelético y no de un estado de
ramente las acciones e interacciones de cada uno de enfermedad o síndrome doloroso. Obviamente, si
ellos para evitar los problemas yatrogénicos. Sola- existe una disfunción somática que altera las funciones
mente los médicos ocasionan enfermedades yatrogé- vascular, linfática y neurológica, pueden aparecer una
nicas. Se ha publicado que, en Estados Unidos, uno miríada de síntomas, incluido el dolor o determinadas
-.,,¡:

J2 Principios y práctica de la medicina manual

enti<le.des patológicas. El diagnóstico de disfunción generalmente reconocidas por la inspección y la pal-


somática puede acompañar muchos otros diagnósti- pación. «R» de recorrido articular de una o varias ar-
cos o puede existir como entidad independiente. El ticulaciones o de una región determinada del siste-
arte del diagnóstico estructural consiste en definir la ma musculoesquelético. La amplitud del movimiento
existencia de disfunción/ es somática/ s y determinar puede ser anormal tanto por exceso (hipermovili-
su posible responsabilidad en las quejas del paciente dad) como por defecto (hipomovilidad). El hallazgo
o en la enfermedad en curso. Si se considera signifi- habitual en la disfunción somática es la restricción de
cativa debería ser tratada con procedimientos de me- movilidad, identificada por medio de la inspección y
dicina manual, de la rn,sma forma que otros hallazgos la palpación, con la colaboración activa y pasiva del
diagnósticos pueden también precisar el tratamiento paciente. «TE» de textura tisular anormal de las par-
adecuado. tes blandas del sistema musculoesquelético (piel, fas-
cia, músculo, ligamento, etc.). La textura tisular anor-
mal se aprecia por medio de la inspección y de dife-
TRÍADA DIAGNÓSTICA rentes exámenes palpatorios. Usando estos tres
PARA LA DISFUNCIÓN SOMÁTICA criterios se intenta determinar la existencia de dis-
funciones Sbmáticas, su localización, si son agudas o
Los criterios diagnósticos para la identificación de crónicas y, en especial, si guardan relación con el es-
una disfunción somática se pueden expresar mnemo- tado del paciente en ese momento. Además de su va-
técnicamente con la palabra ARTE. «A» de asimetría, lor diagnóstico, los cambios en estos criterios pueden
tanto estructural como funcional, de las distintas par- ofrecer valor pronóstico en la monitorización de la
tes del sistema musculoesquelético. Ejemplos pueden respuesta del paciente, no sólo al tratamiento mani-
ser la asimetría en la altura de los hombros o de las pulativo dirigido a la disfunción somática, sino a otras
crestas ilíacas, o en el contorno y función del tórax, intervenciones terapéuticas.
DIAGNÓSTICO ESTRUCTURAL

El diagnóstico estructural en medicina manual se di- del sistema musculoesquelético. Esta alteración
·rige· ·específkámente ·a la evaluación del sistema puede'manifestarse como restricción o como mo-·
musculoesquelético con el objetivo de descubrir la vilidad aumentada. La restricción de movilidad es
existencia e importancia de disfunción/ es soma- el componente más habitual de la disfunción so-
tica/s. Constituye una parte del examen físico glo- mática. Las anormalidades en la amplitud del mo-
bal dd paciente. La mayor parte de la evaluación de vimiento se determinan por medio de la inspec-
las víséeras se lleva a cabo a través del sistema mus- ción y la palpación, con la colaboración tanto ac-
culoesquelético. En consecuencia, resulta sencillo tiva como pasiva del paciente.
examinar este sistema mientras se evalúan las vísce- «TE» de textura tisular anormal. La alteración de
ras d_e cuello, tórax, abdomen y pelvis. El diagnóstico la~ características de las partes blandas del sistema
estructural utiliza los métodos diagnósticos físicos musculoesquelético (piel, fascia, músculo, liga-
tradicionales de la inspección, palpación, percusión mento) se aprecia por inspección y palpación.
y auscultación. _De entre ellos,_ los más útiles son _la También se utiliza la percusión para identificar
inspección y la palpación. El diagnóstico estructural zonas con una textura tisular alterada. En la. li-
del sistema musculoesquelético nunca se debería re- teratura se pueden encontrar multitud de adjeti-
alizar aisladamente, sino en el contexto .de una his- vos para expresar la calidad de la sensación anor-
toria y evaluación física globales del paciente. mal de los tejidos.
La entidad nosológica investigada por el diagnós-
tico estructural es la disfunción somática, definida de COORDINACIÓN ÓCULO•MANUAL
la siguiente manera:
En el diagnóstico estructural resulta importante para
Disfunción somática: función alterada o deterio- el médico potenciar el uso coordinado de las manos,
rada de los componentes relacionados con el sis- en la palpación, y de los ojos, en la inspección.
tema somático: estructuras esqueléticas, articula- Cuando se usa la visión es importante conocer cuál es
res y miofasciales, y sus correspondientes elemen- el ojo dominante, de forma que pueda ser correcta- ·
tos vasculares, linfáticos y nerviosos (Adaptación mente situado con respecto al paciente, para obtener
hospitalaria de la Clasificación Internacional de la En- una discriminación visual precisa. Dado que la mayor
fermedad, segunda edición, 1973). parte del diagnóstico estructural utiliza la coordina-
Los tres criterios diagnósticos clásicos para la dis- ción óculo-manual con los brazos extendidos, es pre-
función Somática se pueden asociar mnemotécnica- ferible identificar el ojo dominante a la distancia de la
mente con la palabra ARTE, de la forma siguiente: longitud de los brazos (fig. 2.1). El test se realiza de la
siguiente manera:
«A» de asimetría. Asimetría, estructural o funcio-
nal de las partes que componen el sistema muscu- l. Se extienden ambos brazos y se forma un pe-
loesquelético. Como ejemplos podemos citar la queño círculo con los dedos pulgar e índice
altura de ambos hombros a la inspección, la al- de ambas manos.
tura de las crestas ilíacas a la palpación y el con- 2. Con los dos ojos abiertos se mira, a través de
torno y función de la caja torácica a la inspección dicho círculo, un objeto situado al otro lado_
y a la palpación. La asimetría se descubre, por lo de la habitación. El círculo debe ser lo más
general, por medio de la inspección y la palpa- pequeño posible.
ción. 3. Se cierra el ojo izquierdo. Si el objeto se sigue
«R» de recorrido articular anormal. Se busca la al- viendo a través del círculo, el ojo dominante es
teración en la amplitud de movilidad de una o va- el derecho. Si, por el contrario, el objeto deja
_rias articulaciones, o de una determinada región de verse, el ojo dominante es el izquierdo.
13
14 Principios y práctica de la medicina manual

pulmones para detectar la existencia de frémito táctil,


o en los vasos sanguíneos periféricos para controlar
las pulsaciones. También se utiliza la palpación para
descubrir ganglios linfáticos normales o anormales,
así como otros tipos de cambios en los tejidos. En el
diagnóstico estructural la palpación exige una consi-
deración seria y mucha práctica, para desarrollar una
habilidad palpatoria de alto nivel. Habilidad palpato-
' ,j
ria se refiere a:
,,,., :··
l. La habilidad para detectar anormalidades en
ti t
:.. ; ~ 2.
la textura de los tejidos.
La habilidad para detectar asimetrías de posi-
ción, tanto visuales como táctiles.
. 3. La habilidad para detectar diferencias del mo-
vim;ento en toda la amplitud, la calidad del
movimiento durante el recorrido y la calidad
de la sensación al final del recorrido.
4. La habilidad para percibir la posición en el es-
pacio de paciente y examinador.
Figura 2.l.
Prueba para el ojo dominante. 5. La habilidad para detectar cambios en los ha-
llazgos palpatorios en el tiempo, tanto hacia
la mejoría como hacia el empeoramiento.
4. Se repite el proceso cerrando el ojo derecho
y se aprecia la diferencia. Es importante desarrollar un uso simétrico y co-
ordinado de las manos de forma que puedan ser vin-
Cuando se busca simetría -0 asimetría es impor- culadas con el sentido visual. Cuando se desarrolla la
tante que el ojo dominante se coloque en el eje de si- habilidad palpatoria se debe tener en cuenta que di-
metría de las dos partes anatómicas que se están ins- ferentes partes de las manos pueden ser más valiosas
peccionando y/ o palpando. Por ejemplo, cuando se para determinadas pruebas. Por ejemplo, las palmas
palpan las dos apófisis acromiales para averiguar el ni- de las manos se adaptan muy bien para apreciar con-
vel de los hombros, el ojo dominante se debería colo- tornos por medio de la estereognosia; el dorso de la
car en el plano sagital medio del paciente, equidis- mano es más sensible a las variaciones de tempera-
tante de ambas manos. Ea otras palabras, el ojo do- tura; las yemas de los dedos sirven mejor para la dis-
minante debería estar en la línea media entre las dos criminación fina de diferencias de textura, contorno
partes anatómicas que se están comparando. Cuando de la piel, etc., y la punta del pulgar es útil como
se explora a un pacient~ . .en decúbito supino sobre sonda de presión para la evaluación de diferencias en
una camilla, un examinador con dominancia ocular la profundidad.
derecha debería ponerse de pie a la derecha del pa- Se han descrito tres etapas en el desarrollo y per-
ciente, y uno con dominancia izquierda debería si- cepción del sentido palpatorio: recepciórr, transmi-
tuarse a la izquierda. Recuérdese que manos y ojos sión e interpretación. Los propioceptores y mecano-
deben encontrarse en el mismo plano de referencia rreceptores de la mano reciben ~stímulos de los te-
cuando se intenta deterniinar si partes anatómicas pa- jidos que se están palpando. Esta es la fase de
res se encuentran simétricamente situadas. Por ejem- recepción. Estos estímulos son transmitidos a través
plo, cuando se evalúa la altura de los hombros, de los sistemas nerviosos central y periférico hasta el
palpando las dos apófisis acromiales y visualizando un cerebro, donde son analizados e interpretados. Du-
nivel en el plano horizontal, los ojos deben encon- rante el proceso palpatorio se debe tener cuidado de
trarse en el mismo plano horizontal que las manos asegurar la eficacia de la recepción, de la transmisión
con las que se palpa. Siempre que sea posible, los ojos y de la interpretación. Las manos del examinador de-
deben situarse en el plano en el que las referencias ben cuidarse para proteger estos instrumentos diag-
anatómicas se están comparando a la búsqueda de si- nósticos tan sensibles. Es esencial evitar abusos que
metría o asimetría. produzcan lesiones; las manos deben estar limpias y
Todos los médicos utilizan la palpación en el exa- las uñas deben tener la longitud adecuada. Durante
men físico. En el abdomen para identificar masas, en el proceso de palpación el operador debe estar rela-
los órganos normales para valorar su tamaño y posi- jado y cómodo para evitar interferencias extrañas con
ción, en la localización del latido de la punta, en los la transmisión de los impulsos. Para evaluar e inter-
Capítulo 2 Diagnóstico estructuro/ 15

pretar con precisión los hallazgos palpatorios es esen- quelético. Dos sujetos se sientan de frente con los bra-
cial que el operador se concentre en el acto de palpar, zos apoyados sobre una mesa estrecha (fig. 2.2). La
en el tejido que está palpando y en la respuesta de sus mano derecha de cada uno de ellos es el instrumento
dedos y manos. Todos los estímulos sensoriales extra- con el que realizarán el examen y el antebrazo iz-
ños deberían reducirse al mínimo posible. Probable- quierdo constituye la parte que el compañero tendrá
mente el error más habitual en la palpación es la falta que examinar. Comenzando con la palma de la mano
de concentración del examinador. izquierda sobre la mesa, cada individuo coloca su
La palpación de los tejidos puede dividirse en mano derecha (palma y dedos) sobre el antebrazo,
contacto suave y contacto profundo. En el contacto justo por debajo del codo.
suave la cantidad de presión es muy ligera y el exami- l. La mano derecha toma contacto suavemente
nador intenta evaluar los cambios tisulares tanto ac- con la piel y no introduce ningún movimiento. El
tiva como pasivamente. Simplemente apoyando pasi- operador «se imagina» la piel, ¿qué grosor tiene?,
. · vamente lamam,·sobre el paciente; el examinador-es ¿está caliente:.o fría?,.¿es suave.o áspera?. A continua-
capaz de hacer observaciones táctiles de la calidad d_e ción se supina el antebrazo izquierdo y la mano dere-
los tejidos que se encuentran debajo. El movimiento cha del exa,minador se coloca en la superficie palmar
activo de esta mano, apoyada con suavidad, nos pue- del antebn/zo de la misma forma. Nuevamente se re-
de proporcionar información de múltiples zonas cor- aliza el análisis de la piel y se efectúa una compara-
porales, tanto normales como aparentemente anor- ción entre las caras dorsal y palmar (fig. 2.3). ¿Cuál es
males. El contact:D profundo consiste ·en el uso de pre- mas gruesa? ¿Cuál es más suave? ¿Cuál está más ca-
sión .idicional para palpar más profundamente en las
diferentes capas de tejido del sistema musculoesque-
léticci. La compresión es la palpación a través de múl-
. tiples capas de tejido y el cizallamiento es un movi-
miento de tejido entre diferentes capas. Las combi-
naciones de palpación activa y pasiva y contactos
suaves y profundos se utilizan durante todo el proceso
de diagnóstico palpatorio.
Resulta útil desarrollar una terminología ade-
cuada para describir los cambios en las zonas anató-
micas que se están palpando y evaluando. El uso de
parejas de adjetivos tales como superficial-profundo,
comprimible-rígido, húmedo-seco, caliente-frío, dolo-
roso-indoloro, circunscrito-difuso y áspero-suave, por
citar unas pocas, es de gran utilidad. Conviene definir
en términos anatómicos y fisiológicos los hallazgos
palpatorios tanto normales como anormales. Tam- Figura 2.2.
bién es útil definir áreas de percepción palpatoria al- Palpación por planos en la cara dorsal del antebrazo.
terada describiendo el estado de los cambios tisulares
en términos de agudo, subagudo o crónico. Por úl-
timo, también es conveniente desarrüllar una escala
para medir la severidad de las alteraciones en la tex-
tura tisular que se están palpando: ¿son los tejidos
normales o existen cambios que podrían identificarse
como suaves, moderados o seVeros? Una escala de O a
3 (O, +1, +2, +3) es útil para ciiagnosticar la severidad
del problema y para monitorizar, en el tiempo, la res-
puesta a.las intervenciones terapéuticas. Se ha de in-
tentar usar un lenguaje descriptivo que pueda ser
comprendido por nuestros colegas.

PALPACIÓN POR PLANOS

A continuación se describe una sesión práctica que ha


demostrado ser de ayuda en el aprendizaje de la pal- Figura·2.3.
pación de capas de los tejidos del sistema musculoes- Palpación por planos en la cara ventral del antebrazo.
16 Principios y práctico de lo medicino manual

liente? Es interesante ser conscientes de la capacidad


para distinguir diferencias significativas entre la piel
de una zona y otra, concentrándose solamente en la
piel.
2. Con la mano derecha en firme contacto con la
piel, se realiza un ligero movimiento de ésta, tanto
longitudinal como transversalmente, para evaluar la
fascia subcutánea. Nos concentramos ahora en este
segundo plano. ¿Qué grosor tien_e? ¿Se mueve con f~-
cilidad? Nótese que en el mov1m1ento.en un determi-
nado sentido los tejidos están más «sueltos» y que en
el otro sentido se encuentran más «apretados». Es en
esta capa en la que se ha11an gran parte de las anor-
malidades en la textura de los tejidos.
3. En la capa de la fascia subcutánea se encuen-
tran los vasos, arterias y venas. Las palpamos para su Figura 2.4.
identificación y descripción. Palpación de la unión miotendinosa.
4. Se aumenta la presión con suavidad hasta per-
cibir la capa fascial profunda que envuelve a las es- 7. Seguimos deslizando hacia abajo, en dirección
tructuras subyacentes. Nos imaginamos la fascia pro- a la muñeca, más allá de la unión miotendinosa y
funda. Se puede describir como suave, firme y co.nti- palpamos una estructura suave, redonda y firme lla-
nua. Palpando la fascia profunda y moviendo la mano mada tendón. Percíbase la transición de músculo a
transversalmente con suavidad, se pueden apreciar tendón a través de la unión miotendinosa.
las zonas de engrosamiento que forman los comparti- 8. Seguimos el tendón distalmente hasta palpar
mentos fasciales entre los haces musculares. La habi- una estructura que sujeta el tendón en la muñeca
lidad para definir estas capas de recubrimiento de la (fig. 2.5). Es el ligamento transverso del carpo. ¿Qué
fascia profunda ayuda, no sólo para distinguir un características tiene? ¿Qué dirección llevan sus fibras?
músculo de otro, sino como un medio de penetrar ¿Cuál es su grosor? ¿Es firme? Prácticamente todos los
más profundamente en las estructuras subyacentes ligamentos del cuerpo ofrecen unas características si-
que hay entre los músculos. milares a la palpación.
5. Palpando a través de la fascia profunda, nos 9. A continuación volvemos con la mano derecha
concentramos en el músculo y, merced a la concen- hacia el codo, colocando el dedo medio en el hoyuelo
tración, distinguimos las fibras musculares y su direc- existente en la cara dorsal y el pulgar en la cara ven-
ción. Movemos la mano transversal y longitudinal- tral, para palpar la cabeza del radio (fig. 2.6). Nos
mente intentando apreciar diferencias en tersura y quedamos en el hueso y nos lo imaginamos. ¿Es duro?
aspereza. Al palpar transversalmente a las fibras senti- ¿Tiene «vida»?
mos rugosidad, pero el movimiento en la misma di-
rección de las fibras se siente más suave. Mientras se
palpa el músculo, los dos individuos abren y cierran
lentamente sus manos izquierdas, con lo que se con-
traen los músculos del antebrazo. Ahora la mano de-
recha está palpando el músculo contrayéndose y rela-
jándose. A continuación se aprieta, lo más fuerte po-
sible, la mano izquierda y se palpa la musculatura
durante esta actividad. Estamos palpando una muscu-
latura «hipertónica». Ésta es la anormalidad en la tex-
tura de los tejidos que más habitualmente se encuen-
tra a nivel de los músculos en las zonas de disfunción
somática.
6. Mientras se palpa a nivel muscular, nos desliza-
mos lentamente hacia abajo por el antebrazo hasta
sentir un cambio en los tejidos y perdemos la sensa-
ción de distinguir fibras musculares. Hemos con-
tactado con la unión miotendinosa, una parte del Figura 2.5.
músculo muy vulnerable a las lesiones (fig. 2.4). Palpación del ligamento transverso del carpo.
Capítulo 2 Diagnóstico estructural 17

presente que a mayor movimiento de las manos, ma-


yor estimulación es transmitida por el sistema afe-
rente, que debe ser interpretada por el sistema ner-
vioso. En consecuencia, concentración, no demasiada
presión, no demasiado movimiento.

APRECIACIÓN DEL MOVIMIENTO

Para identificar zonas de disfunción somática eviden-


ciando alteraciones en la ya expuesta tríada diag-
nóstica se utiliza una combinación de iq.spección y
palpación. En la palpación están presentes tanto pa-
rámetros e.státicos .e.o.roo dinámicos. Es~áticaµiente
observamos los niveles de zonas anatómicas pares
para deterrµinar la existencia de asimetría. Por medio
de palpaciiln estática y dinámica buscamos alteracio-
Figura 2.6.
Palpación de la cabeza radial. nes en la textura de los tejidos. Al palpar sin movi-
miento, el examinador se centra en la temperatura
cutánea,· suavidad, grosor y demás características del
· 1_0. Desplazamos proximalmente pulgar e índice
estado .de los tejidos. En la palpación dinámica se eva-
hasta encontrar la línea articular. Debajo de nuestros
lúa, por medio de compresión y fricción, el grosor del
dedos se encuentra una estructura imposible de apre-
tejido; el grado de normalidad del tono tisular y la
ciar, a saber, la cápsula articular. Podemos encontrar
existencia de tejidos anormales. Pero es en la evalua-
cápsulas articulares palpables en articulaciones pato-
ción de la amplitud de movilidad donde el sentido
lógicas, pero, por lo general, no se encuentran en la
palpatorio se agudiza. Dado que la obtención de la
disfunción somátiCa. De hecho, ciertos autores consi-
máxima cantidad de movilidad normal posible en los
deran que el hallazgo de una cápsula articular palpa-
tejidos es el objetivo final deseado, resulta esencial
ble, con la única excepción de la articulación de la ro-
que seamos capaces de distinguir amplitudes de mo-
dilla, supone una contraindicación para un trata-
vilidad normales y anormales tanto en las partes blan-
miento manipulativo de acción directa.·
das como en las estructuras articulares.
Ya hemos palpado piel, fascia subcutánea, vasos La apreciación del movimiento es un cÜmpo-
sanguíneos, fascia profunda, músculo, unión mioten- nente esencial del arte palpatorio en el diagnóstico
dinosa, tendón, ligamento, hueso y espacio articular. estructural. El examinador intenta diferenciar si
Después de usar el antebrazo como modelo podemos existe movilidad normal, movilidad restringida (hipo-
palpar todas estas estructuras en cualquier parte del movilidad) o exceso de movilidad (hipermovilidad).
cuerpo. La práctica y la experiencia pueden mejorar En las pruebas de movilidad, el examinador puede
nuestra capacidad de realizar un diagnóstico estruc- poner una región o una parte del cuerpo en movi-
tural. · miento activo y pasivo para descubrir en qué medida
El desarrollo de una hábilidad palpatoria de alto esa parte del cuerpo acata las demandas de movi-
nivel requiere de una práctica considerable y se va ad- miento que se le están imponiendo. Se busca infor-
quiriendo con el tiempo, si se realiza ·un esfuer?º· mación sobre si la movilidad es anormal en un sen-
atento. Es importante evitar los tres errores que más tido regional o circunscrita a un determinado seg-
habitualmente se producen en la palpación, a saber, mento. Se puede emplear una amplia variedad de
falta de concentración, exceso de presió_n y exceso de técnic_as, tanto activas como pasivas, para examinar la
movimiento. Como ya se ha dicho, el más frecuente movilidad.
de todos es el primero. El principiante, a menudo, in- El examinador debe conocer la existencia de una
tenta obtener información con rapidez y presiona de- movilidad tisular inherente que es continua y, con
masiado. Se debe recordar que cuanto más se aprieta, práctica, palpable. Retornemos a las posiciones de
mayor es la estimulación de los mecanprreceptores mano y antebrazos de la figura 2.2 con contacto muy
del que explora, aumentándose la cantidad de impul- suave. Cerramos los ojos y nos concentramos en el
sos sensoriales transmitidos. El principiante también comportamiento de los tejidos que se encuentran
tiende a usar demasiado movimiento al buscar re- bajo nuestra mano palpatoria. Con suficiente práctica
ferencias anatómicas y en la identificación de los di- seremos capaces de percibir cómo el antebrazo no
ferentes planos tisulares. Es lo que se denomina «el permanece estático, sino que posee un movimiento
síndrome de las manos inquietas». Conviene tener dinámico inherente. Se piensa que este movimiento
18 Principios y práctica de lo medicina manual

inherente resulta de la conjunción de los movimien- Como tales reciben gran parte de la atención del exa-
tos procedentes de la transmisión del pulso arterial, el minador. Se debe tener especial cuidado en no apli-
efecto de la respiración, la contracción y la relajación car maniobras de medicina manual que aumenten la
de las fibras musculares en el mantenimiento del relativa hipermovilidad de estos segmentos, sino, más
tono muscular normal y el ritmo craneal. bien, llevar a cabo técnicas de movilización adecuadas
Es esencial que las manos del examinador esta- en los segmentos con restricción de movilidad. Se
blezcan un buen contacto con las zonas que se están puede llevar la hipermovilidad a un grado que mejor
palpando. Cuando la parte examinada se mueve, ac- podría ser definido como inestabilidad. Ésta se pro-
tiva o pasivamente, a lo largo de todo el recorrido, el duce cuando la integridad de los tejidos que sostie-
examinador debe centrar su atención en tres aspec- nen la estructura articular, no puede garantizar la co-
tos: amplitud de movilidad, calidad del movimiento rrecta yuxtaposición funcional de las partes que se
durante el recorrido y «sensación de tope». Cuando mueven, de manera que se pierde la relativa estabili-
determinamos la amplitud de movilidad nos interesa dad de la unidad móvil. La línea divisoria entre hi-
la cantidad de movimiento. Si es normal, o si presenta permovilidad e inestabilidad no siempre es clara y no
una amplitud limitada o aumentada. En segundo lu-. existen buenas mediciones objetivas para cuantificar
gar, nos interesa cómo se produce el movimiento en la inestabilidad. No obstante, el médico experimen-
toda la amplitud: si es suave, «viscoso», «espasmó- tado debe desarrollar un cierto sentido de lo que es
dico» o «demasiado suelto». Existen numerosas alte- la movilidad normal, la hipomovilidad, la hipermovi-
raciones en la apreciación del movimiento durante el lidad y la inestabilidad de las estructuras anatómicas
recorrido, que pueden ser de ayuda al examinador del sistema musculoesquelético. Por este motivo me-
para determinar qué factores pueden ser responsa- rece la pena el esfuerzo por desarrollar un sentido de
bles de la alteración de la amplitud de movilidad. En apreciación del movimiento.
tercer lugar, el interés se centra en la sensación También es necesario el desarrollo de este sentido
existente al final del recorrido, si la amplitud es simé- para reconocer los cambios en la amplitud de movili-
trica y si la sensación en los dos extremos del reco- dad, en la calidad del movimiento durante el reco-
rrido es semejante. Si existe alguna alteración en esta rrido y en la sensación de tope, después de una inter-
última característica nos interesa conocer la calidad vención de medicina manual. Resulta útil tanto en el
del tope: si es duro, blando, esponjoso, brusco ... pronóstico como en el diagnóstico. Ha de ser posible
Existe una gran variedad de topes característicos que apreciar cambios en la amplitud y en la calidad de la
la experiencia mostrará al examinador. La calidad del movilidad si la intervención de medicina manual ha
tope es extraordinariamente útil para determinar tenido éxito. Reexaminar la amplitud de movilidad
cuál puede ser la causa de la restricción y qué tipo de disponible es siempre el último paso de cualquier in-
terapia manipulativa puede ser la más eficaz. tervención terapéutica en medicina manual.

Hipermovilidad
El sentido de la apreciación del movimiento es un
componente esencial del arte palpatorio en el diag-
l
Las maniobras de medicina manual se utilizan para nóstico estructural. Como en cualquier otro arte, la 1
práctica es el principal requisito de la maestría.

l
superar restricciones de movilidad. Las técnicas que
aumentan la movilidad deberían evitarse en presen-
cia de hipermovilidad. Existe hipermovilidad cuando EXAMEN GENERAL
la amplitud de movilidad está aumentada, se aprecia
una sensación de soltura en el movimiento durante El examen general efectúa un cribado de todo el
todo el recorrido y no se percibe la normal resisten- sistema musculoesquelético y supone una parte del
cia tisular al final de éste. La hipermovilidád bien po- examen completo del paciente. Responde a la pre-
dría ser considerada normal en ciertos atletas muy en- gunta «¿Existe algún problema en el sistema muscu-
trenados, tales como gimnastas y acróbatas, pero en la loesquelético que merezca una evaluación adicio-
mayoría de las personas debe ser considerada anor- nal?». Hay numerosos formatos para realizar un exa-
mal. En el complejo vertebral no es inI.-ecuente hallar men general. El siguiente procedimiento en 12 pasos
hipermovilidad relativa en un segmento móvil adya- es exhaustivo y puede completarse con rapidez.
cente a otro segmento móvil con restricción. Este fe-
nómeno se ha descrito como «hipermovilidad com- Paso l. Análisis de la marcha en diferentes di-
recciones.
pensatoria» y se ha justificado como el intento del
cuerpo por mantener la movilidad total del sistema Paso 2. Observación de la postura estática y
cuando existe restricción de movilidad en alguna abordaje palpatorio de referencias ana-
parte del eje vertebral. No es raro descubrir que los tómicas pares.
segmentos hipermóviles son las zonas sintomáticas. Paso 3. Inclinación dinámica del tronco.
Capítulo 2 Diagnóstico estructuro/ 19

Paso 4. Test de flexión de tronco en bipedesta- Paso 1. Análisis de la marcha


ción. 1. Se observa la marcha con el paciente de frente
Paso 5. Test de la cigüeña. (fig. 2.7).
Paso 6. Test de flexión de tronco en sedesta-
2. Se observa la marcha del paciente a medida que se
ción.
aleja de nosotros (fig. 2.8).
Paso 7. Examen de las extremidades superiores.
Paso 8. Rotación del tronco. 3. Se observa cómo camina el paciente desde los
Paso 9. Inclinación del tronco. lados (figs. 2.9 y 2.10)
Paso 10. Movilidad de cabeza y cuello. 4. Se observa la longitud del paso, el balanceo de los
Paso ll. Respiración de la j'aula torácica. brazos, el golpe de talón, el despegue, la inclinación
Paso 12. Examen de la extremidad inferior. de la pelvis y la adaptación de los hombros.
5. Se valora la capacidad funcional de la marcha, no
. las-habituales situaciones patológicas .. Resulta es-
pecialmente importante el patrón de disociación de
cinturas y la simetría de la zancada.
'
1,1
¡1

20 Principios y práctico de lo medicina manual

Figura 2.7. Figura 2.9.

Figura 2.8. Figura 2.10.


Capítulo 2 Diagnóstico estructural 21

Paso 2A. Análisis postura! estático


1. Se observa de frente (fig."2.11 ), evaluando la distri-
bución del peso, !ll porte de la cabeza, el nivel de los
hombros y la colocación de los pies.
2. Observamos con el paciente de espa!Q¡¡s .(fig. -2.12),
evaluando· el porte de Ja cabeza, la altura de los
hombros, el nivel de la pelvis y la distribución del
peso en los pies.
3. Observamos al paciente de perfil (fig. 2.13), eva-
luando la postura con respecto a una línea de plo-
mada imaginaría que caiga desde el meato auditivo
externo .y la punta del acromion y que atraviese el
\rocáriter mayor del fémur hasta ligeramé"nte por
delante del maléolo interno.
4. Observamos desde el lado contrario (fig. 2.14) y
nuevamente valoramos la plomada y la compa-
ramos con el otro lado. Nótese el porte de la cabe-
za,Jas curvas raquídeas anteroposteriores y el gra-
do de extensión de las rodillas.

Figura 2.11. Figura 2.12.


22 Principios y práctica de la medicina manual

Figura 2.13. Figura 2.14.


Capítulo 2 Diagnóstico estructural 23

Paso 2B. Niveles anatómicos en la postura estática


1. Se realiza una combinación de palpación H ins-
pección a nivel de las apófisis acromiales (fig. 2.15).
2. La palpación de las crestas ilíacas (fig. 2.,6) se lle-
va a cabo apartando las partes blandas _desde aba-
jo y colocando las falanges proximales de ambos ín-
dices en la misma zona de los ilíacos derecho e iz-
quierdo.
3. La palpación y la inspección de la parte superior del
trocánter mayor precisa de una compresión, de fue-
ra a adentro, de las partes blandas que circundan la
ca~era (fig, 2.17). . ·
4. El desnivel de las crestas ilíacas y de los trocánte-
res mayores, en bipedestación, es el primer índice
de sospecha de la existencia de una pierna corta y
de un síndrome de inclinación pélvica.
5. Nótese que los ojos se encuentran en el mismo pla-
no horizontal que los dedos con los que se palpa
para obtener una mejor coordinación óculo-manual.

Figura 2.16.

Figura 2.15. Figura 2.17.


24 Principios y prácfica de la medicina manual

Paso 3. Inclinación del tronco


1. La inspección se lleva a cabo desde detrás del pa-
ciente.
2. Se pide al paciente que haga la mayor inclinación
izquierda posible (fig. 2.18), sin realizar flexión del
tronco.
3. El paciente realiza la inclinación a la derecila
(fig. 2.19), también sin flexión.
4. Se observa la simetría de ambas amplitudes, fiján-
donos en la altura que alcanzan las puntas de los
dedos a lo largo de la pierna del mismo lado.
5. Se inspecciona la curva espinal inducida, la cual de-
bería ser simétrica, suave, con forma de C y promi-
nente en la parte de la convexidad. La rectificación
de algún segmento de esta curva y prominencia en
el lado de la concavidad son altamente sugestivos
de disfunción segmentaria de la movilidad vertebral
a ese nivel.
6. Se observa la simetría del movimiento pélvico du-
rante la inclinación y si la carga en las extremidades
inferiores parece simétrica.

Figura 2.18. Figura 2.19.


Capítulo 2 Diagnóstico estructural 25

Paso 4. Test de flexión de tronco en bipedestación mentario y la posible aparición de curvas hacia ta
1 . Paciente en bipedestación, los pies separados apro- inclinación o la rotación.
ximadamente 1O cm y el peso bajo sus caderas (!ig. 6. El test es bastante sensible a las disfunciones de la
2.20). pelvis ósea y de las fascias del tronco y de la ex-
tremidad inferior. Su interés radica en que nos per-
2. El operador palpa con la-yema de los pulgares I¡:¡
mite localizar la disfunción en un lado u otro de la
vertiente inferior de la espina ilíaca posterosupe-
pelvis.
rior.
7. Si repetimos el test, pero comenzando con los bra-
3. Se pide al paciente que se doble hacia adelante con
zos extendidos por encima de la cabeza (fig. 2.22) y
la mayor suavidad posible, intentando tocar el .suelo
realizando la flexión del tronco con los brazos <:ln
(fig. 2.21). Los pulgares del operador siguen las
esa posición (!ig. 2.23), se altera el comportamiento
espinas ilíacas posterosuperiores para apreciar si
de la cintura pélvica debido a las cargas soportadas
una de ellas parece moverse más hacia arriba o
por las fascias costales y de las extremidades supe-
----hacia adelante que la otra:·· · .. riores. . .. . . . . - . .
4. El test se considera positivo si una de las espinas 8. La existencia de un comportamiento diferente de las
ilíacas posterosuperiores se mueve más que la espinas _11iacas posterosuperiores, en las dos va-
otra. riantes del test, proporciona al examinador infor-
5. También han de observarse la columna dorsal infe- mación acerca de si las principales restricciones se
rior y la columna lumbar, para apreciar el ritmo seg- encuentran por encima o por debajo de la pelvis.

Figura 2.20. Figura 2.21.


26 Principios y práctica de la medicino manual

Figura 2.22. Figura 2.23.


Capítulo 2 Diagnóstico estructural 27

Paso S. Test de la cigüeña 4. Se invierte la colocación de los pulgares y se pide al


1. Con el paciente de pie y el operador sentado paciente que levante la pierna derecha de la misma
detrás, el pulgar izquierdo del operador se coloca forma que antes levantó la izquierda (fig. 2.26).
en la parte más posterior de la espina ilíaca 5. El test es positivo cuando el pulgar situado sobre la
posterosuperior • izquierda, · y el pulgar derecho. espina ilíaca posterosuperior se mueve hacia arriba
sobre la línea media del sacro a la misma altura con respecto al pulgar del sacro.
(fig. 2.24). 6. Este test debe correlacionarse con el test de flexión
2. El operador pide al paciente que flexione la cadera del tronco en bipedestación. El test de la cigüeña es
y la rodilla izquierdas hasta, al menos, 90º de flexión . más específico para la restricción. de Ja articulación
de cadera (fig. 2.25). sacroiliaca.
3. El test es negativo cuando el pulgar izquierdo situa- 7. Si el paciente muestra dificultad para permanecer
do sobre _la espi_na_iliaca poste_rosuperior izquierda en apoyo monopodal durante la realización de_l test
se desplaza hacia abajo, en relación al pulgar situa- ··se ·detiería evaluar más en prcifurididad el défiéit en
do en el sacro. el equilibrio propioceptivo sensitivomotor.

Figura 2.24. Figura 2.26.

Figura 2.25.
28 Pnncipios y práctico de lo medicino manual

Paso 6. Test de flexión de tronco en sedestación


1. Paciente sentado en un taburete, con las rodillas
separadas y toda la planta de los pies apoyada en el
suelo.
2. Los dos pulgares del operador contactan con la ver-
tiente inferior de ambas espinas ilíacas pastero-
superiores (fig. 2.27).
3. Se pide al+iaciente que se doble hacia adelante tan-
to como pueda, pasando los brazos entre las rodi-
llas (fig. 2.28).
4. El operador monitoriza el movimiento de las dos
espinas ilíacas posterosuperiores (fig. 2.29).·La que
más se mueve en sentido cefálico o ventral es con-
siderada positiva, indicando restricción de movilidad
en ese lado de la pelvis. '
5. El operador observa el comportamiento de la colum-
na dorsal inferior y de la columna lumbar, intentan-
do apreciar posibles faltas de ritmo o la. aparición de
curvas de inclinación o de rotación.
6. La comparación de los hallazgos de este test con
los del test de flexión del tronco en bipedestación
permite evaluar el comportamiento de la cintura pél-
vica y del complejo vertebral sin la influencia de las
extremidades inferiores, dado que el paciente se
encuentra sentado sobre las tuberosidades isquiá-
ticas.
7. Una altura diferente de las crestas ilíacas, con el
paciente sentado para realizar este test, presupo-
ne la posible diferencia en el tamaño de ambos
coxales.

Figura 2.28.

Figura 2.27. Figura 2.29.


Cap¡1ulo 2 01ognóst1co estructural 29

Paso 7. Examen de las extremidades superiores


1. Paciente sentado sobre un taburete o camilla.
2. Se pide al paciente que realice una abducción com-
pleta de ambas extremidades superiores en el plano
coronal, que intente llegar a tocar el techo y que gire
los brazos de manera que los dorsos de ambas
manos estén en contacto (fig. 2.30).
3. Hacemos la inspección de frente al paciente.
4. Inspeccionamos también con el paciente de espal-
das (fig. 2.31 ).
.5. Esta maniobra exige movilidad de las arti_culacione_s
esternoclaviculares, acrornioclaviculares, glenohu-
merales, codos y muñecas.
6. La existencia de asimetría indica que resultan nece-
sarias exploraciones adicionales.

Figura .2.30- Figura 2, 31.


30 Principios y prácflco de lo medicino manual

Paso 8. Rotación del tronco


1. Paciente sentado sobre la mesa con el operador de
pie detrás de él.
2. El operador coge los hombros del paciente
(fig. 2.32).
3. El operador introduce rotación del tronco hacia la
derecha, a través del contacto en los hombros
(fig. 2.33), intentando apreciar la amplitud, la calidad
del movimiento y el tope al final del recorrido.
4. El operador gira el tronco del paciente a la izquierda
(fig. 2.34) y se compara la amplitud, la calidad del
movimiento y la sensación de tope con las de la
rotación derecha.
5. La asimetría en las rotaciones derecha e izquierda
exigiría el uso de procedimientos diagnósticos adi- .,
cionales para la columna vertebral y la caja torácica.

Figura 2.33.

Figura 2.32. Figura 2.34.


Capítulo 2 Diagnóstico estructuro! 31

Paso 9. Inclinación del tronco


1. Paciente sentado sobre la mesa con el operador de
pie detrás de él.
2. El operador coge los hombros del paciente
(lig:2.35).
3. El operador presiona hacia abajo sobre el hombro
derecho, con lo que introduce inclinación derecha
(lig. 2.36), intentando apreciar la amplitud, la calidad
del movimiento y el tope.
4. El operador empuja el hombro izquierdo hacia aba-
jo para introducir inclinación izquierda (lig. 2.37),
apreciando. la amplitud, la calidad de.l movimiento y
el tope.
5. Se comparan las inclinaciones derecha e izquierda
para determinar su simetría o asimetría. La asime-
tría implicaría evaluación diagnóstica adicional de la
columna vertebral y de la caja torácica.
''

Figura 2.36.

Figura 2.35. Figura 2.37.


32 Principios y práctico de fo medicino manual l
i

Paso 1 O. Movilidad de cabeza y cuello 6. El opt!rador introduce rotación izquierda (fig. 2.43) y
derecha (fig. 2.44). La amplitud normal es de 80-90º
l
1. Paciente sentado sobre la mesa con el operador de
a cada lado.
pie detrás de él.
2. El operador coge la cabeza del paciente entre las 7. El operador evalúa la ampntud, la calidad del movi-
dos manos (fig. 2.38). miento durante el recorrido y la sensación de tope,
apreciando la existencia de simetría o asimetría. Si
3. El operador introduce extensión (fig. 2.39). La ampli- existe asimetría se hace necesaria evaluación diag-
tud normal de la extensión es de 90º. nóstica adicional de la columna cervical, de la co-
4. El operador introduce flexión (fig. 2.40). El recorrido lumna dorsal superior y de la jaula costal.
normal es de 45º de flexión.
5. El operador introduce inclinación derecha (fig. 2.41)
e inclinación izquierda (fig. 2.42). La amplitud nor-
mal es cíe 45º a cada lado.

Figura 2.38. Figura 2.40.

Figura 2.39. Figura 2.41.


Capítulo 2 Diagnóstico estructural 33

Figurá 2.42. Figura 2.44.

Figura 2.43.
34 Principios y práctico de lo medicino manual

Paso 11. Movimiento respiratorio de la jaula torá- la jaula costal superior (fig. 2.46) para evaluar el
cica movimiento en asa de cubo de las costillas supe.
riores durante los movimientos respiratorios det
1. Paciente en decúbito supino sobre la camilla. Ope-
paciente.
rador de pie al lado con su ojo dominante sobre la
línea media del paciente. 5. Las manos del operador se colocan verticalmente
sobre la cara anterior de la jaula costal superior, con
2. El operador sitúa las manos simétricamente a am-
el dedo medio en contacto con el cartílago de la pri-
bos lados de la superficie anterolateral de la jaula
mera costilla, que se encuentra bajo el extremo
costal inferior (lig. 2.45).
medial de la clavícula (lig. 2.47), y valora el movi-
3. Se pide al paciente que inspire y espire profunda- miento en asa de bomba de la parrilla costal supe-
mente mientras el operador acompaña el movimien- rior durante la respiración.
to de la jaula torácica inferior durante la respiración,
6. La asimetría de los movimientos inspiratorios ..y
apreciando la simetría o la falta de ésta.
espiratorios exigiría pruebas diagnósticas más
4. El operador coloca sus manos en los espacios concluyentes para la columna dorsal y la jaula
intercostales de las superficies anterolaterales de costal..,

Figura 2.45.
Capítulo 2 Diagnóstico estructuro/ 35

Figura 2.46.

Figura 2.47.
36 Principios v práctica de la medicina manual
Paso 12. Examen de la extremidad inferior 3. El operador eleva la pierna izquierda del paciente
T1
1
hasta sentir que se inicia el movimiento en la espina t¡
1. Paciente en supino sobre la camilla con el operador
ilíaca anterosuperior derecha, lo cual indica tensión
de pie al lado.
en los músculos isquiotibiales (fig. 2.49). '1
2. El operador coge el tobillo izquierdo mientras con Ja
otra mano monitoriza la espina ilíaca anterosuperior 4. Se compara con el otro lado y se valora la existen-
1
derecha (fig. 2.48). cia de simetría o asimetría. 1
¡

t
¡
1
!

Figura 2.48.

Figura 2.49.
Capítula 2 Diagnóstica estructural 37

5. El operador realiza flexión, rotación externa y 6. Se pide al paciente que realice una flexión máxima
abducción de la cadera derecha del paciente de rodillas manteniendo los talones en el suelo
(fig. 2.50). Se comprueba si ~I movimiento es simé- (fig. 2.51). Este test de cuclillas solicita movilidad
trico con respecto al del otro lado. La restricción de bilateral en pies, tobillos, rodillas y caderas. La inca-
movilidad sugiere disfunción y patología de la arti- pacidad para ejecutar el test de cuclillas demanda
culación coxofemoral derecha. evaluación diagnóstica adicional de las extremida-
des inferiores.

Figura 2.50.

Figura 2.51.

1
i:
L
38 Principios y práctica de la medicina manual

EXAMEN DETALLADO sentir una laxitud indolora de la piel y de la fascia sub-


cutánea. El test se considera positivo cuando se pro-
Una vez se ha determinado que una. zona del sistema. voca molestia o dolor en determinados niveles der-
musculoesquelético presenta anormalidades sufi- matómices, con tensión y pérdida de elasticidad de la
cientes como para justificar una in_vestigación más
piel y de la fascia subcutánea. Es frecuente palpar nó•
precisa, se inicia un examen detallado de dicha zona. dulos sensibles cuando se realiza este test, que se in-
El examen detallado está diseñado para responder a .erpretan como reflejo de la alteración en la inerva-
la pregunta: ¿qué parte de esa zona y qué tejidos pre- ción dermatómica debida a disfunciones del eje ver-
sentan un grado significativo de disfunción? Ha• tebral. Se recomienda que, en el examen de las
ciendo una analogía con un microscopio hemos pa-
regiones dorsal y lumbar de la columna, se realice la
sado de la baja potencia (examen general) a la alta pinza rodada en la línea media, por encima de las
potencia (examen detallado). Se puede realizar una
apófisis espinosas y a ambos lados de éstas y en direc-
evaluación más definitiva de las partes blandas por ción cefálica, comparándose los hallazgos a un lado y
medio de los con tactos suave y profundo, activos y pa· otro. Aunque se define como una maniobra explora-
sivos. Los pulgares o el resto de los dedos pueden toria, 1a pinza rodada puede ser bastante específica
usarse como sonda de presión a la búsqueda de zonas para definir disfunciones segmentarías concretas, de-
de dolor o de signos más específicos de cambio en la bido a su relación dermatómica, observable clínica-
textura tisular. Se pueden introducir múltiples varia- mente, con la alteración de la movilidad segmentaría
ciones de pruebas de movilidad para buscar altera- vertebral.
ciones en la simetría de la amplitud, de la calidad del
movimie;,_to y de las sensaciones de tope al final del
recorrido. Se puede usar la respiración para evaluar DEFINICIÓN SEGMENTARIA
la respuesta de la zona a los movimientos de inspira-
El tercer elemento del proceso diagnóstico es la defi-
ción y espiración. Con frecuencia resulta útil, para de-
nición segmentaria, usada para identificar, de manera
finir mejor la región que precisa de una atención es-
específica, el segmento móvil vertebral o la articula-
pecial, evaluar la respuesta de esa región a las de-
ción periférica que presentan disfunción. También se
mandas que se le imponen desde zonas más remotas
usa para determinar la restricción de movilidad espe-
del sistema musculoesquelético.
cífica que existe. Además se debe intentar distinguir
el o los tejidos más involucrados en el segmento que
PINZA RODADA
presenta la disfunción.
La pinza rodada constituye un test diagnóstico Un método empleado para identificar la articula-
muy valioso en el examen detallado. Para realizarla se ción disfuncional específica y la movilidad perdida
coge un pliegue de piel entre los dedos pulgar e ín- consiste en examinar los movimientos del juego ar-
dice y se enrolla como si se estuviera liando un ciga- ticular. Este concepto ha sido defendido por Mennell
rrillo (fig. 2.52). La pinza rodada puede realizarse de durante muchos años. Los movimientos del juego ar-
forma simétrica a cada lado del cuerpo, intentando ticular se encuentran en las articulaciones sinoviales y
se caracterizan por -ser independientes de la acción
de la musculatuca voluntaria. La amplitud del juego
articular es muy pequeña pero muy precisa. La movi-
lidad normal del juego articular permite la ejecución
fácil e indolora del movimiento voluntario. La canti-
dad de juego a.-ticular es, por lo general, menor de
3 mm en un determinad<> plano de una articulación
sinovial. Mennell define la disfunción articular como
la pérdida de movimiento del juego articular que no
se puede recuperar por la acción de la musculatura
voluntaria. Una vez que se ha aprendido el método
preciso para reconocer el juego articular, se pueden
usar, con fines terapéuticos, maniobras muy similares
para devolver la anatomía y la fisiología normales a la
articulación, restaurando su juego articular.
Existen numerosos procedimientos diagnósticos
para definir, en un segmento móvil vertebral o en una
Figura 2.52. articulación sinovial periférica, la disfunción específi-
Pinza rodada .. ca existente. Capítulos siguientes exponen los méto-
Capítulo 2 Diagnóstico estructuro! 39

dos que este autor utiliza con más asiduidad. El prin- pérdida de movilidad y sus características constituyen
cipal objetivo es determinar qué segmento móvil ver- criterios diagnósticos más valiosos que la presencia de
tebral específico presenta disfunción, qué articula- dolor o que su inducción por medio del movimiento.
ción de ese segmento móvil vertebral es la afectada, la El dolor y su provocación pueden ayudar al diagnós-
dirección de la alteración de la movilidad y hacer al- tico, pero no son diagnósticos en sí mismos.
gún tipo de estimación dt:lJejido involucrado en la Estos_principios de diagnóstico estructural deben
restricción de movilidad. Se hace especial hincapié en ser estudiados y aplicados en profundidad por el mé-
la pérdida de movilidad y en sus características. Mu- dico que pretenda adquirir destreza en el cal!!Po de
chas maniobras diagnósticas dependen de la localiza- la medicina manual. Un diagnóstico preciso y especí-
ción de dolor y de la provocación de éste al introdu- fico es esencial para obtener buenos resultados con
cir ciertos movimientos. En opinión de este autor, la intervenciones terapéuticas de medicina manual.

t,
i'
CONCEPTOS DE BARRERA

De la tríada diagnóstica de asimetría, anormalidades arco de movilidad. Los movimientos del juego articu-
de la amplitud del movimiento y anormalidad en la lar descrit(?~ por Mennell son también movimientos
textura tisular, quizás el mas importante es la altera- involuntarios. No constituyen un componente del re-
ción del recorrido articular y del movimiento de los corrido articular normal, activo o pasivo, pero son
tejidos. La pérdida del movimiento normal dentro de esenciales para su realización.
los tejidos del sistema musculoesquelético o en una
En ·el diagnóstico estructural hablamos tanto de
de .sus partes, responde muy favorablemente a la in-
barrer~s normales como de barreras anormales al
tervención terapéutica adecuadá. de la medicina ma-
movimiento de una articulación y de los diferentes te-
nual. Para alcanzar el objetivo de restaurar el máximo
jidos. El examinador debe ser capaz de distinguir y ca-
movimiento indoloro en un sistema musculoesquelé-
racterizar los recorridos de movilidad normal y anor-
tico en equilibrio postura!, debemos ser capaces de
mal y las barreras al movimiento normales y anorma-
distinguir, tanto el movimiento normal como el anor-
les, para hacer un diagnóstico preciso. La mayoría de
mal. En presencia de movimiento alterado del tipo de
las articulaciones producen movimiento en múltiples
la hipomovilidad, una intervención de medicina ma-
planos, pero, por motivos descriptivos, nos referimos
nual apropiada puede ser el tratamiento de elección.
a las barreras al movimiento dentro de un plano de
Debemos esforzarnos por mejorar la movilidad de to-
movilidad de una determinada articulación. La am-
dos los tejidos del sistema musculoesquelético: hueso,
plitud de movilidad total (fig. 3.1), de un extremo a
articulación, músculo, ligamento, fascia y fluidos, con
otro, es limitada por la integridad anatómica de la
el mencionado objetivo de restaurar el movimiento fi-
articulación y de sus correspondientes ligamentos,
siológico normal así como la máxima funcionalidad.
músculos y fascias. Sobrepasar la barrera anatómica
En el sistema musculoesquelético hay movimien- ocasiona, fractura, luxación o agresión de los tejidos,
tos inherentes, movimientos voluntarios y movimien- tal como rotura ligamentosa o esguince. En algún
tos involuntarios. Algunos autores han descrito el mo- punto dentro del recorrido completo se encuentra el
vimiento inherente en relación con el enrollamiento que denominamos punto neutro medio.
y desenrollamiento constante del cerebro y con el Dentro de la amplitud de movilidad total existe
movimiento longitudinal de la médula espinal, unido una amplitud de movimiento pasivo que el examina-
a la fluctuación del líquido cefalorraquídeo. El movi- dor puede introducir (fig. 3.2). Los límites de esta
miento inherente es también el m<;>Vimiento del sis- amplitud de movilidad pasiva han sido descritos por
tema musculoesquelético en relaciQn con la respira- algunos como barrera elástica. En este punto se ha
ción. Se ha observado que durante la inspiración, las llevado toda la tensión a la articulación y a los tejidos
curvas de la columna vertebral se enderezan, mien-
que la rodean. Existe un pequeño espacio potencial
tras que en la inspiración aumentan .. Con la inspira- entre la barrera elástica y la barrera anatómica des-
ción, las extremidades hacen rotación. externa, y con crito por Sandoz como el espacio parafisiológico. Es
la espiración, rotación interna. Lós movimientos vo-
en este espacio en el que los impulsos manipulativos
luntarios del sistema musculoesquelético son movi- de alta velocidad y baja amplitud parecen generar el
mientos activos, debidos a la contracción del músculo chasquido que se produce durante estas maniobras.
por medio de un control voluntario consciente. Los
movimientos involuntarios se describen como movi- La amplitud activa de movimiento (fig. 3.3) es
mientos pasivos. El movimiento pasivo es inducido algo menor que la disponible con el movimiento pasi-
por una fuerza externa que mueve una parte del sis- vo y el punto final de aquélla se conoce como barrera
tema musculoesquelético a través de un determinado fisiológica. La sensación de tope normal se debe a la
41
42 Principios y práctica de la medicina manual

Figura 3.1.
Amplitud de movilidad total. Barrera Anatómica
Línea Media Neutra
Ba<rera Anatómica J

Línea Media neutra


Barrera Elástica Barrera Elástica

Espacio Parafisiológico Espacio Parafisio!ógico


Figura 3.2.
Amplitud de movilidad pasiva. Barrera Anatómica Barrera Anatómica

Línea MediaNeutra
Barrera Elástica
Figura 3.3.
Amplitud de movilidad activa. BarreraAnatom1ca Movilidad Normal

elasticidad y a la tensión del músculo y de los ele- Cuando se produce una pérdida de movilidad, se
mentos fasciales. puede describir como mayor (fig. 3.5) o mínima
Frecuentemente existe una reducción en los mo- (fig. 3.6). La barrera que impide el movimiento en la
vimientos activos disponibles debido fundamen- dirección en la que éste se ha perdido se define como
talmente al acortamiento miofascial (fig. 3.4). Esto se barrera de restricción. La cantidad de movilidad ac-
hace más evidente a medida que la edad avanza, pero tiva disponible está limitada, en un sentido, por la ba-
puede ser apreciado a cualquier edad. El estiramien- rrera fisiológica normal y, en el otro, por la barrera de
to de este acortamiento miofascial es lo que todos los restricción. El objetivo de una intervención de medi-
individuos, y en especial los atletas, deberían hacer cina manual debería ser desplazar la barrera de res-
como parte de su ejercicio fisico. El estiramiento de tricción tan lejos como sea posible en la dirección en
músculos y de fascias incrementa la amplitud de mo- la que se ha producido la pérdida de movimiento.
vilidad activa disponible y la eficacia de la función Otro fenómeno descrito en la clínica, asociado con la
miofascial. pérdida de movilidad, es el desplazamiento del punto
Capítulo 3 Conceptos de barrero 43

L ~ L_
Barrera Elástica
Pérdida de Mosilidad
debida a Acortamiento Miofascial

Barrera Fisiológica ·
___J
Figura 3.4.-
Recorrido disminuido por acortamiento
Barrera Anatómica ~miofascial.

Barrera de Restricción

Barrera Fisiológica

Barrera Elástica Pérdida de Movllldad Mayor Figura 3.5.


en la Disfunción Somática
Barrera Anatómica Pérdida de movilidad mayor.

r
'
1
1

Linea Neutra J f t
L
«Patológica» Línea Barrera de Restricción
Media Neutra
Ft~~~;~a

Barrera Elástica Pérdida de Movllldad Mínima Figura 3.6.


Barrera Anatómica en la Disfunción Somática Pérdida de movilidad mínima.

neutro medio desde la línea media al centro de la am- un movimiento pasivo, la barrera elástica producirá
plitud activa disponible. Esto se describe como el una sensación normal en el puntO último, como re-
punto neutro «patológico» y, por fo general, aunque sultado de la tensión inducida pasivamente dentro de
no siempre, se encuentra en la mitad del recorrido de la articulación y de las estructuras que la rodean. Al fi-
. movilidad activa disponible. nal de la amplitud de movilidad, la barrera fisiológica
Cada una de las barreras descritas presentan ha- produce una sensación característica, como resultado
llazgos palpables que pueden ser descritos como to- del aumento voluntario de la resistencia, debido a la
pes normales o anormales. En la amplitud normal de coaptación de las articulaciones y a la tensión miofas-
44 Principios y práctica de la medicino manual

cial desarrollada durante la actividad muscular volun- ria, procedentes de la articulación radiohHmeral ex-
taria. plorada, así como a través de la mano que pasiva-
Volvamos al ejercicio de palpación por planos mente introduce en el antebrazo del sujeto los movi-
(véase el Capítulo ,!) , y comencemos en el punto mientos de pronación y supinación (fig. 3.10). Nueva-
donde el examinador estaba evaluando el espacio ar- mente se aprecia la amplitud total de movilidad, la
ticular en la articulación radiohumeral proximal calidad del movimiento durante el recorrido y la sen-
(fig. 3.7). Mientras se palpa esta articulación, con el sación de tope. En cuanto a la supinación y a la pro-
pulgar colocado por delante y el índice por detrás, se nación, ¿cuál de ellas tiene mayor recorrido?, ¿cuál de
pide al sujeto que introduzca pronación y supinación ellas presenta un tope más duro o más blando?, ¿cuá-
de forma activa (fig. 3.8). Se percibirá que la amplitud les son las semejanzas y diferencias con respecto al mo-
no es simétrica en ambos movimientos y que la sensa- vimiento activo? Avanzamos un paso más. Cuando in-
ción de tope no es la misma al final de la pronación y troducimos pasivamente la pronación y la supinación,
de la supinación, ¿qué amplitud es mayor?, ¿cuál de deberíamos percibir que la tensión aumenta cuanto
las sensaciones de tope parece más dura? A continua- más nos acercamos a los grados finales del recorrido,
ción se cogen la mano y la muñeca del sujeto y, pasi- mientras .,que el movimiento en la dirección contraria
vamente, se introducen pronación y supinación, mien- parece más fácil y libre. Intentemos ahora, disminu-
tras se monitoriza la articulación radiohumeral proxi- yendo los incrementos de pronación y supinación, ha-
mal (fig. 3.9). Nótese que ahora se están recibiendo llar el punto entre los dos extremos de movimiento en
impulsos propioceptivos a través de la mano palpato- el que la sensación articular es más libre. A pesar de

Figura 3.7. Figura 3.9.


Palpación de la articulación radiohumeral superior. Prono-supinación pasiva.

Figura 3.8. Figura 3.1 O.


Prono-supinación activa. Mano sensitiva para la prono-supinación
Capítulo 3 Conceptos de barrera 45

.l uta
Media Neutra
Barrera de Restricción

Línea Neutra Patológica


Barrera Elástica Figura 3.11.
Barrera Anatómi_ca Punto neutro de tensión-di¡,tensión.

que los movimientos de pronac10n y S\lpinac10n no Las b.~ireras de restricción se pueden encontrar
tienen una amplitud de movilidad simétrica en esta ar- en uno o en varios de estos tejidos, y el número y el
tic\]lación, es posible hallar un punto dentro del reco- tipo de tejidos implicados contribuyen a las caracte-
rrido que aparezca con mayor libertad y que podría rísticas,palpables de la barrera de restricción. Los di-
sq d~scrito como el punto neutro fisiológico. ferentes cambios patológicos en estos tejidos pueden
· \Acabamos de introducir un nuevo concepto en proporcionar sensaciones de tope bastante distintas.
relación con la movilidad articular: el concepto de Por ejemplo, la congestión y el edema en los tejidos
«distensión» .y «tensión» (fig. 3.11). Cuanto más nos producirán una sensación difusa y pantanosa bastante
movemos en la dirección del punto neutro, tanto si parecida a una esponja llena de agua. La fibrosis cró-
nos hallamos en un punto neutro medio de una am- nica en estos tejidos dará una sensación de tope más
plitud articular normal como en un punto neutro pa- duro, más inflexible y que aumenta rápidamente
tológico, en algún punto de esta amplitud de movili- cuando se compara con la sensación edematosa, más
dad alterada el movimiento se hace más libre o existe esponjosa. Una barrera de restricción debida a una fi-
más distensi(?n . Por el contrario, a medida que nos siología muscular alterada, tanto si se trata de espas-
alejamos de este punto neutro empezamos a sentir mo, hipertono o contractura, producirá un tipo de
una cierta cantidad de tensión o aumento en la re- tope más tenso y brusco que el debido a edema o fi-
sistencia al mÜvimiento que eslamos induciendo. La brosis. No debemos olvidar que el dolor puede ser
comprensión del concepto de distensión y tensión y también una barrera de restricción. Si un movi-
la habilidad .para apreciar este fenómeno son esen- miento duele producirá una restricción, dado qué el
ciales para dominar las técnicas funcionales (indirec- cuerpo reduce el movimiento para intentar obtener
tas) (véase Ca.pítulo 10). En el ejercicio del codo que alivio. Cuando se examinan amplitudes de movilidad
acabamos de. realizar, la mano palpatoria, que se en- y, en particular cuando se buscan barreras al movi-
cuentra sobre la articulación radiohumeral proximal, míento normales y anormales, se debe permanente-
es la «mano sensitiva», y la otra: mano, la que intro- mente tener en cuenta la posibilidad de hipermovili-
duce la pronación y la supinación pasivas a través de dad. La sensación clásica de una amplitud de movili-
la ffiano del s~jeto, es la «manÜ ;motora». . dad hipermóvil es la de mayor soltura, en una gran
·extensión.del recorrido; de la que en principio se po-
BARRERAS DE RESTRICCIÓN dría anticipar, y con un tope duro, de instauración rá-
pida, al si.Icanzar las barreras elástica y anatómica.
Las barreras.de restricción limitan la movilidad de las
amplitudes articulares normales, y presentan unas ca-
racterísticas palpatorias distintas que las barrerasfisio- Las barreras de restricción también pueden ser
lógicas, elásticas y anatómicas normales, La barrera de largas ? cortas. Pueden involucrar a .una sola articula-
restricción puede encontrarse en los siguientes tejidos: ción o segmento espinal o atravesar mas de una
articulación o serie de segmentos espinales. Es im-
Piel. portante identificar el tejido o tejidos implicados en
Fascia. la barrera de restricción, su extensión y la patología
Musculatura, larga y corta. funcional hallada en ellos. Algunos tipos de manio-
Ligamentos. bras de medicina manual son más _apropiados que
Cápsula y superficies articulares. otros para ciertos tipos de barreras.
46 Principios y prócli= de la medicina manual

En el diagnóstico estructural, la alteración de la 4. Barrera elástica: resistencia que se siente al final


amplitud de movilidad es un criterio esencial para el de la amplitud de movilidad pasiva, cuando se ha
diagnóstico de disfunción somática. Es necesario eva- dado toda la tensión.
luar la amplitud de movilidad total, la calidad del mo- 5. Movilidad: movimiento, acto o proceso de cam-
vimiento disponible en esta amplitud y la sensación de biar de lugar.
tope al final del recorrido, para hacer un diagnóstico 6. Espacio parafisiológi.co: sensación súbita de ir
preciso de la barrera de restricción. La intervención más allá de la barrera de resistencia elástica, acompa-
terapéutica por medios manipulativos se puede des- ñada por lo general de un chasquido sonoro, con un
cribir como un abordaje de estas barreras patológicas. ligero aumento del movimiento mas allá de los limi-
Existen muchos métodos y se pueden usar fuerzas de tes fisiológicos habituales, pero dentro de la barrera
activación diferentes con el objetivo de restaurar la anatómica.
máxima movilidad fisiológica disponible dentro de la 7. Movilidad pasiva: movimiento inducido por el
anatomía de las diferentes articulaciones y tejidos. operador en una articulación, incluye tanto la ampli-
tud de movilidad activa, como el movimiento entre
DEFINICIONES las barreras fisiológica y anatómica, permitido por la
elasticidad de las partes blandas y que el paciente no
l. Movilidad activa: movimiento de una articula- puede realizar voluntariamente.
ción dentro de las barreras fisiológicas, limitado a la 8. Barrera fisiológi.ca: acumulación de tensión de las
amplitud obtenida voluntariamente por el paciente. partes blandas que limita la movilidad voluntaria de
2. Barrera anatómica: el contorno óseo y/o de las una articulación. Se puede inducir más movimiento
partes blandas, en especial los ligamentos, que sirven en dirección a la barrera anatómica de forma pasiva.
de límite final a la movilidad de una articulación, más 9. Barrera de restricción: impedimento u obstáculo
allá del cual se produce lesión en los tejidos. al movimiento, dentro de los límites fisiológicos de
3. Barrera: obstrucción; un factor que tiende a una articulación, que reduce la amplitud de movili-
restringir la Hbertad del movimiento. dad activa.
,
PRESCRIPCION MANIPULATIVA

En el ejercicio de la medicina es esencial realizar un Las técnicas terapéuticas manuales están indica-
diagnóstico preciso antes de instaurar una terapia pa- das en el traiamiento de la entidad diagnóstica deno-
liativa o curativa. Cuando se considera indicada una minada disfllnción somática o lesión manipulable.
intervención terapéutica, en especial cuando se usan
agentes· farmacológicos, es necesario escribir una LA DISFUNCIÓN SOMÁTICA
prescripción específica y precisa. Ningún médico que
Es la función alterada de los componentes del sistema
se tenga por tal haría un diagnóstico de infección de
somátiq): estructuras esqueléticas, articulares y rnio-
garganta y prescribiría un antibiótico.
fascialeS y sus correspondientes elementos vasculares,
Diagnóstico -> infección de garganta. linfáticos y nerviosos.
Tratamiento ➔ antibiótico.
El medico intentará_ identificar el agente infeccio- SINÓNIMOS DE LESIÓN MANIPULABLE
so, bacteriano o viral, responsable de la infección de Bloqueo articular.
garganta. Cuando se ha identificado un agente infec- Cierre articular.
cioso concreto, sensible a la terapia antibiótica, se rea-
Subluxación quiropráctica.
lizará una prescripción específica de un determinado
Lesión ósteopática.
agente antibiótico. La prescripción debe precisar el an-
Pérdida del juego articular.
tibiótico que se ha de usar, la cantidad en cada dosis, el
Desarreglo intervertebral menor.
número de dosis al día y la duración del tratamiento.
En la medicina manual, es muy habitual que los
que la ejercen sean laxos en cuanto a la especificidad TRÍADA DIAGNÓSTICA
del diagnóstico estructural y de la prescripción de la Para definir la disfunción somática se usan tres· ele-
intervención de medicina manual que ha_ de ser apli- mentos:
cada. Demasiado a menudo se realiza un diagnóstico
de disfunción somática e inmediatamente se prescri- A Asimetría morfológica y funcional de las dife-.
be medicina manual. rentes partes del sistema musculoesquelético.
R Recorrido articular, fundamentalmente- la alte-
Diagnóstico ➔ disfunción somática. ración de la movilidad en lo que se refiere a la
Tratamiento -► mediciria manual. amplitud, a la calidad y a la sensación de tope
En medicina manual es igual de importante co- al final del recorrido.
nocer la localización, naturaleza y tipo de la disfun- TE Textura tisular anormal, con alteración de las
ción somática, antes de prescribir cualquier inter- sensaciones palpatorias procedentes de las par-
vención terapéutica manual específica. Se necesitan tes blandas, fundamentalmente la hipertonía,
exactamente los mismos el~mentos para una prescrip- en el músculo y alteraciones descritas como ca-
ción de medicina manual que de un agente farmaco- liente-frío; blando-duro, esponjoso-empastado,
lógico. Se ha de ser éspedfico en cuanto al tipo de etc., en la piel y en los tejidos conjuntivos. La
medicina manual, la intensidad, la frecuencia y la du- mayoría de las irregularidades en la textura tisu-
ración total del plan de tratamiento. Por tanto, la lar se deben a una función alterada del sistema
prescripción manipulativa exige un diagnóstico pre- nervioso, con aumento de la actividad de la
ciso de la disfunción somática que ha de tratarse, una motoneurona a, lo ~ual mantiene la hipertonía
descripción específica del tipo de técnica de trata- muscular, y con disfunción del sistema nervioso
miento, su intensidad y su frecuencia. autónomo simpático, lo cual altera el funciona-
47
48 Principios y práctico de lo medicino manual

miento de las estructuras cutáneas en sus activi- tejidos que conectan la estructura ósea, y los múscu-
dades vasomotora, sudorípara y pilomotora. los son los principales movilizadores de los huesos del
esqueleto, cruzando, para desarrollar su trabajo, una
OBJETIVOS CLÍNICOS DEL TRATAMIENTO o varias estructuras articulares. La alteración del sis-
MANIPULATIVO tema musculoesquelético de un paciente se estudia
desde e1 punto de vista de la alineación de los huesos
Como ya se ha dicho, el objetivo de la manipulación y de las articulaciones, el equilibrio de los músculos
es, a través del uso de instrucciones y maniobras ma- como motores y estabilizadores del esqueleto, la si-
nuales en el proceso de tratamiento de un paciente, metría de la tensión ligamentosa y la integridad de las
conseguir un movimiento máximo e indoloro del sis- bandas continuas de fascia. Las alteraciones de la con-
tema musculoesquelético (motor) en el equilibrio gruencia articular y de la función muscular, sean de-
postura!. Para cumplir este objetivo se pueden buscar bidas a hipertonía o a debilidad, a exceso de tensión
en el paciente diferentes tipos de efectos terapéuti- o a laxitud de los ligamentos, a acortamiento o a alar-
cos, los cuales pueden clasificarse de la siguiente gamiento de las fascias, son lo que hay que tener en
forma: cuenta cuando se aborda a un paciente desde esta
1. Efectos circulatorios: perspectíVa. El tratamiento con medicina manual de-
a. Movimiento de los fluidos corporales. bería encaminarse a restaurar la máxima movilidad
b. Efecto tónico. en todas las articulaciones, la simetría de longitud y
fuerza en todos los músculos y ligamentos y la sime-
2. Efecto neurológico: modificación de los refle- tría tensional en los elementos fasciales de todo el
jos: cuerpo. El objetivo es restaurar la máxima función de
a. Somato-somático.
este sistema musculoesquelético en equilibrio postu-
ra!, para lo cual el paciente puede ser abordado desde
b. Somato-visceral.
los pies a la cabeza o viceversa.
c. Víscera-somático.
d. Víscera-visceral.
El elemento más importante del modelo estructu-
ral postura!, según la experiencia de este autor, es la
e. Víscero-somato-visceral.
restauración de una buena mecánica pélvica en el ci-
f. Somato-víscero-somático.
clo de la marcha. La pelvis se convierte en la pie-
3. Terapia de mantenimiento para patologías dra angular del modelo estructural postura!. Las in-
irreversibles. fluencias que vienen desde abajo o desde arriba de-
ben ser tomadas en consideración para obtener un
Dependiendo del resultado deseado, la aplicación
movimiento simétrico de la pelvis ósea durante la
terapéutica utilizará diferentes modelos de medicina
marcha.
manual.
Este modelo es especialmente útil para tratar pa-
cientes con dolor, tanto en situaciones de trauma
MODELOS Y MECANISMOS
único, como de microtraumas repetidos por el des-
DE LA INTERVENCIÓN DE MEDICINA MANUAL
equilibrio postura!, causado por entidades tales como
Se pueden utilizar varios modelos conceptuales di- el acortamiento anatómico de una pierna, un arco
ferentes para determinar el abordaje de un paciente plantar hundido unilateralmente, etc. Este modelo
por medio de la medicina manual. Se describen cinco conceptual incluye gran parte de la investigación de
de estos modelos, pero es evidente que cuando se ingenieria biomecánica actual en los campos de la
aplica un procedimiento cle medicina manual, éste mecánica articular, de las propiedades de los liga-
tiene múltiples efectos y actúa a través de diferentes mentos, tendones y fascias, y de la cinética y la cine-
mecanismos. mática.

Modelo postura/ estructural o biomecánico Modelo neurológico


El modelo postura! estructural es el que probable- El modelo neurológico toma en consideración la in-
mente resulta más familiar a los que emplean la medi- fluencia que la medicina manual ejerce en los meca-
cina .manual. En este modelo se aborda al paciente nismos neurales. Uno de los mecanismos de acción se
desde una concepción biomecánica del sistema produce a través del sistema nervioso autónomo.
musculoesquelético. Desde este punto de vista, el es- Existe un gran volumen de investigación básica sobre
queleto óseo se considera como una serie de bloques la influencia del sistema somático (motor) en la fun-
de construcción apilados uno encima de otro, comen- ción del sistema nervioso autónomo, fundamental-
zando por los huesos del pie y terminando en el crá- mente en su división simpática. Esta investigación bá-
neo. Las estructuras fasciales y ligamentosas son los sica es consistente con numerosas observaciones dí-
Capítulo 4 Prescripción monipulotivo 49

nicas, pero se necesita investigación clínica adicional prensión de esta anatomía ayuda a relacionar las dis-
sobre la influencia que la alteración de la función del funciones somáticas descubiertas con el problema del
sistema musculoesquelético ejerce en la función glo- paciente, y puede conducir al médico a aplicar el
bal del cuerpo, mediada a través de la división simpá- tratamiento de medicina manual adecuado en esas
tica del sistema..nervioso autónomo. zonas de disfunción somática que, se piensa, están
Módelo del ristema n&:,;;oso autónomo. Este c,;nc~p- · coritribtiyendó a llevar_ estímulos aferentes somáticos
to se basa en la organización del sistema nervioso sim- aumentados, a los niveles de la médula con manifes-
pático. Las fibras preganglionares se originan en la taciones de actividad elevada del sistema nervioso
médula espinal desde Dl a L3. La cadena ganglionar simpático.
··· lateral es par y se encuentra por encima de .la zona to- El sistema nervioso parasimpático se origina en. el
rácica posterior, y de la pared abdominal, donde se cerebro, tronco cerebral y en los segmentos sacros de
. producen las uniones sinápticas con las fibras post- la médula. Su organización no participa de las carac-
. ·· ganglionares. Los ganglios de la cadena ganglionar la- terísticas seginentarias· de la división simpática,.sino
teral en la región dorsal se encuentran íntimamente que su segmentación está relacionada con el origen
unidos, por medio de la fascia, a la parte posterior de de los nervios craneales en el tronco cerebral y con la
la pared torácica, superponiéndose a las cabezas segmentaciqn de la médula sacra. Los pares cranea-
de !_as costillas. Existe la hipótesis de que los trastor- les, incluyendo aquellos con actividad parasimpática,
nos mecánicos de las articulaciones costovertebrales abandonan el cerebro a través de numerosos foráme-
podrían afectar a la cadena ganglionar lateral. Exis- nes y penetran en la duramadre. Estos nervios corren
ten ·ganglios periféricos a través de los cuales el sis- el riesgo de sufrir atrapamientos debidos a alteracio-
tema nervioso simpático sinaptiza con fibras postgan- nes de_ la tensión dura! y de la mecánica craneal. Mu-
glionares que se encuentran relativamente cercanas a chas véces el objetivo clínico de la técnica craneosacra
los órganos que inervan. es mejorar la función de los nervios a su salida del crá-
El-sistema nervioso simpático es la única fuente neo y del sacro. El modelo neurológico del sistema
de actividad del sistema nervioso autónomo en el sis- nervioso autónomo dirige al terapeuta a un abordaje
tema musculoesquelético. No existe inervación para- del paciente basado en la anatomía y en la fisiología
simpátiéa en los. tejidos somáticos. El sistema nervioso de las dos divisiones del sistema nervioso autónomo y
simpático ejerce una notable influencia en la función en decidir cuál es la mejor forma de influir en éstas
visceral, en los órganos endocrinos, en el sistema re- por medio de la medicina manual.
ticuloendotelial, en el sistema circulatorio, en el siste- Modelo del dolar. Un segundo modelo neurológico
ma nervioso periférico, en el sistema nervioso central se centra más en las interrelaciones entre los sistemas
y en el músculo. Korr ha estudiado profusamente la nerviosos central y periférico, sus patrones reflejos y
función del sistema nervioso simpático y remarca sus múltiples vias. Este modelo es particularmente
la amplia diversidad de influencias que la hiperactivi- útil cuando se tratan pacientes con síndromes dolo-
dad simpática ejerce en los órganos destino. Los im- rosos, tales como el dolor de espalda. Aunque sigue
i
¡: pulsos aferentes procedentes de zonas somáticas con habiendo controversia en cuanto al origen del dolor
¡·' relación segmentaria constituyen uno de los.muchos de espalda, en la actualidad se sabe mucho sobre la
factores que .pueden afectar a la hiperactividad sim- localización y el tipo de los nociceptores y de los me-
.f pática. Por tanto, parecería razonable intentar redu- canorreceptores en el sistema musculoesquelético.
i cir los estímulos aferentes aberrantes que llegan a las Los estímulos dolorosos se pueden originar en un
secciones hiperirritables del sistema nervioso simpá- gran número de tejidos y pueden ser transmitidos por
tico, con Já intención de reducir la hiperactividad en neuronas aferentes periféricas a la médula espinal,
los órganos destino. para ser integrados y organizados. Las distintas neuro-
Dado que el sistema nervioso simpático está orga- nas terminan en diferentes láminas del cuerno dorsal
nizado segmentariamente, · puede ser usado a modo y hacen sinapsis con interneuronas que transmiten la
de mapa a la búsqueda tanto de alteraciones de los es- informacióri, en sentido ascendente y descendente, a
tímulos aferentes, como de las zonas que pueden ser lo largo de la médula espinal, influyendo <en otros sis,
influidas por medio· d_e una intervención de medicina temas neuronales por medio de vías .intersegmenta-
manual. Todas las vísceras y estructuras somáticas que rias. La transmisión ascendente en la médula hacia
se encuentran por encima del diafragma reciben las centros superiores puede producirse a través de las
fibras del siste_ma nervioso simpático preganglionar vías rápidas o de las vías lentas del dolor.. El dolor es
de niveles superiores a D5. Todas las vísceras y estruc- percibido por el cerebro y las actividades excitatorias
turas somáticas situadas por debajo del diafragma re- o inhibitorias pueden incrementar o reducir la per-
ciben fibras del sistema nervioso simpático pregan- cepción del dolor. Estos procesos se programan a tra-
glionar del nivel D5 o de niveles inferiores. La com- vés del tronco cerebral y descienden por la médula,
50 Principios y práctica de la medicino manual

para modular la actividad de un nivel segmentario de- cias de que la alteración en las actividades musculoes-
terminado. queléticas influye en su liberación y actividad. Se han
Resulta necesaria una comprensión de la anato- lanzado hipótesis de que algunos de los efectos bene-
mía y fisiología del sistema musculoesquelético y de ficiosos del tratamiento manipulativo podría ser re-
los sistemas neurológicos, en especial la columna y los sultado de la liberación de endorfinas y encefalinas,
tejidos paraespinales, para desarrollar el plan tera- con la consecuente reducción en la percepción del
péutico de un síndrome doloroso. Se debe hacer una dolor. Debido a la influencia de estas sustancias en
clara distinción entre dolor agudo y dolor crónico. El otras zonas, aparte del sistema nervioso central, se
dolor agudo es el que mejor conoce el médico. Nor- pueden obtener otros efectos sistémicos con los pro-
malmente es consecuencia de lesión en los tejidos, se cedimientos de medicina mantial. Este mecanismo
localiza nítidamente, muestra evidencias objetivas de neuroendocrino podría explicar algunos de sus efec-
lesión y se refiere como un pinchazo agudo. Pueden tos tónicos generales sobre el cuerpo.
existir un dolorimiento y una quemazón persistentes. Todos estos mecanismos neurológicos son alta-
El dolor agudo responde bien al tratamiento y desa- mente compltjos y sólo se han expuesto de forma su-
parece cuando la lesión tisular se ha resuelto. El do- perficial. No obstante pueden ser usados como mo-
lor crónico persiste a pesar de la ausencia de daño en delos conceptuales para abordar a un paciente que
el tejido, es de difícil localización, no existen eviden- presenta múltiples problemas.
cias objetivas y muestra una calidad de dolor queman-
te_ con un fuerte componente afectivo asociado. Se Modelo respiratorio-circulatorio
han producido cambios en las vías centrales y en el El modelo respiratorio-circulatorio contempla una di-
control central endógeno. No está claro cuándo co, mensión diferente de la actividad del sistema muscu-
mienza el dolor crónico, pero generalmente se acepta loesquelético. En este modelo se ve al paciente desde
que un dolor que persiste más allá de tres meses trae la perspectiva de los flujos sanguíneo y linfático. Los
como consecuencia cambios en las vías centrales. El músculos esqueléticos y el diafragma son las bombas
dolor crónico y el agudo responden de forma dife- de los sistemas venoso y linfático. El objetivo es res-
rente a las actuaciones terapéuticas. La medicina ma- taurar la capacidad funcional del sistema musculoes-
nual tiene un papel importante en el tratamiento de quelético para ayudar al retorno circulatorio y al tra-
los síndromes dolorosos musculoesqueléticos, tanto bajo respiratorio. Para que se lleve a cabo corree·
agudos como crónicos. En las patologías agudas, la tamente la función diafragmática de modificación de
medicina manual intenta reducir los estímulos afe- las presiones intratorácicas, negativas en términos re-
rentes persistentes del proceso nociceptivo. Si se de- lativos, durante la inspiración y la espiración, es ne-
termina que la contracción muscular y la hipertonía cesario que el torso, incluyendo la jaula torácica y el
son los factores principales, entonces las técnicas de abdomen, tenga la capacidad de responder a estos
energía muscular serán las más beneficiosas. Si se cambios en los gradientes de presión. Por tanto, la co-
cree que existe una alteración del comportamiento lumna dorsal y la jaula costal deben ser funcional-
mecanorreceptor en las estructuras articulares y pe- mente flexibles, en especial las seis costillas inferiores,
riarticulares de las articulaciones interapofisiarias, donde el diafragma se inserta. La columna lumbar
puede ser más adecuado utilizar una maniobra de debe ser lo suficientemente flexible como para cam-
movilización con o sin impulso. El objetivo de la me- biar su curvatura anterior en la respiración. La
dicina manual en el paciente crónico consiste en res- musculatura abdominal debería tener un tono y una
taurar la máxima capacidad funcional posible del sis- longitud simétricas y el diafragma pélvico debería en-
tema musculoesquelético, de manera que se pueda contrarse en equilibrio y sin restricciones.
conseguir un incremento de las actividades de la vida El modelo respiratorio..:irculatorio contempla la
diaria. Es difídl para un paciente con dolor crónico disfunción somática en base a su influencia en los mo-
llevar a cabo ejercicio terapéutico y procesos de rea- vimientos de fluidos y en la armonía de la respiración,
condicionamiento, en _presencia de restricciones de más que en lo que se refiere a atrapamientos nerviosos
movilidad en el sistema musculoesquelético. o a trastornos biomecánicos. Por tanto, algunas de las
Modelo neuroendocrino. El tercer concepto dentro técnicas aplicadas son menos específicas desde el
del modelo neurológico es el del control neuroendo- punto de vista segmentario y se centran más en la ten-
crino. Desde finales de los años 70 se ha producido sión tisular que pueda impedir el flujo de los fluidos.
un rápido avance en los conocimientos del papel de El principio por el que se guía este modelo es la pro-
las endorfinas, encefalinas y otros péptidos neuroló- gresión de central a distal. Habitualmente se comienza
gicos. Estas sustancias no solamente son activas en el en la caja torácica, fundamentalmente en su entrada,
sistema nervioso sino que también afectan profunda- de forma que sus tejidos sean capaces de responder a
mente al sistema inmunitario. Parecen existir eviden-. los esfuerzos respiratorios y a la acción de bombeo del
Capítulo 4 Prescripción manipulafiva 51

diafragma, y recibir los fluidos atrapados en los tejidos enfermedad, la lesión, la discapacidad y la muerte. La
periféricos. La atención prestada a la entrada torácica . capacidad o incapacidad del paciente para hacer
también ayuda al drenaje de los fluidos procedentes de frente a todas las tensiones de la vida puede muy bien
cabeza, cuello y extremidades superiores. Recuérdese manifestarse en una amplia variedad de síntomas o
que toda la linfa, al final, dren_a en el.sistema venoso a signos físicos. Elementos importantes de este modelo
nivel del desfiladero torácico, por detrás del extremo conceptual son la habilidad del médico para entender
anterior de la primera costilla y del tercio medial de la la respuesta del paciente al estrés y sus mecanismos de
clavícula. Cuando la caja torácica funciona a su defensa, así como los métodos para ayudar al paciente
. máxima capacidad se progresa hacia la columna lum- en este proceso. El «contacto terapéutico» constituye
bar, pelvis y extremidades inferiores, intentando elimi- .· una parte esencial de la interacción médico-paciente
nar cualquier posible obstrucción al flujo de fluidos en este modelo. La influencia de la medicina manual
que exista en estos tejidos. Los objetivos terapéuticos puede representar más una importante función de
del modelo ·respiratorio-circulatorio· son reducir el trae cuidado que un efecto biomecánico, neurológico o
bajo de la respiración e incrementar la acción de bom- circulatorio. El conocimiento de este modelo es tam-
beo del diafragma y de los músculos de las extremida- bién importante para comprender la dificultad de la
des para ayudar a los flujos linfático y venoso. investigaciQh clínica dentro de la medicina manual,
dado el efecto placebo de la «imposición de manos».
Modelo bioenergético Se encuentra fuera de los objetivos de este volu-
El modelo bioenergético es, de alguna manera, más men el hacer algo más que simplemente destacar los
etéreo que los anteriores y se centra en el flujo de diferentes modelos de los que se dispone cuando se
1 energía inherente dentro del cuerpo. Algunos médi- realiza una intervencióri de medicina manual. Debe-
)
¡, cos son muy hábiles tanto en _la observación como en ría ser ·obvio que en una misma intervención pueden
¡·
la percepción de las transmisiones de energía, o de su ser operativos más de uno de estos modelos. No obs-
l ausencia, en los pacientes. Todos estamos familiariza- tante, se recomienda encarecidamente que el médico
1
dos con los fenómenos de la fotografía Kirlian, la cual adopte algún modelo conceptual antes de una inter-
f nos permite visualizar energía radiante por fuera de vención de medicina manual. Apoyo el argumento de
¡
los límites anatómicos del cuerpo. Esto puede ser sólo F. L. Mitchell, Jr. (comunicación personal), de que el
1 un ejemplo de la energía perceptible que emana del tratamiento con medicina manual es algo más que
1
organismo humano. El modelo bioenergético se cen- «una misión de búsqueda y destrucción de la disfun-
. traen la potenciación del flujo energético normal del ción somática» .
cuerpo humano y de su respuesta al ambiente. Mu-
chos médicos han descrito sensaciones de liberación ARSENAL DE LA MEDICINA MANUAL
de energía, que parecen. emanar del paciente, duran-
te tratamientos de. medicina manual. A continuación se describen y clasifican las diferentes
También hay que considerar el elemento de la técnicas de la medicina manual.
transferencia de energía derivada del contacto tera-
péutico del medico. Muchos de los antiguos métodos Técnicas de partes blandas
orientales de turación se centraban en «la fuerza vi- Las técnicas de partes blandas son aquellas en las cua-
tal», «el campo energético», etc., y es en esta esfera en les la aplicación manual de fuerzas se dirige a influir
donde los que ejercen la medicina manual pueden sobre tejidos específicos del sistema musculoesquelé-
aplicar este modelo conceptual. Según el enfoque de tico o, por estimulación periférica, a mejorar algún
la medicina manual craneosacra, uno de los principa- tipo de mecanismo reflejo que esté alterando la fun-
les objetivos del tratamiento es restaurar la fuerza in- ción biológica. Los procedimientos directos incluyen
herente normal del sistema nervioso ce:q.tral, inclu- el .estiramiento, así como diferentes maniobras de ma-
yendo el cerebro, la médula espinal, las meninges y el saje, tales como amasamiento, golpeteo y fricción, por
líquido cefalorraquídeo, para conseguir un ritmo cra- citar algunas. Estos procedimientos pueden preparar
neal normal, suave y.simétrico: los tejidos para ulteriores movilizaciones articulares
específicas o pueden constituir un fin terapéu-
Modelo psicoconductista tico en sí mismos. Los objetivos terapéuticos son eli-
El modelo psicoconductista contempla al paciente minar la congestión, reducir el espasmo muscular,
desde la perspectiva de aumentar su capacidad para mejorar la movilidad tisular, incrementar la circu-
relacionarse tanto Con su ambiente interno como con lación y «tonificar» los tejidos. Estos procedimientos
el externo. Existen muchos factores raciales, sociales y son algunos de los primeros que aprenden y practican
económicos que influyen en la percepción, por parte los que estudian medicina manual y pueden ser usa-
del paciente, de cosas tales como el dolor, la salud, la dos con eficacia en una gran variedad de patologías.
52 Principios y práctica de la medicina manual

Se han descrito un gran número de mecanismos pulso de alta velocidad y baja amplitud que ha de-
reflejos para estimular los !ejidos periféricos del sis- mostrado ser bastante eficaz. Existen sistemas de me-
tema musculoesquelético. Estos incluyen la acupun- dicina manual que solamente ejercen fuerza terapéu-
tura, la reflexoterapia, los reflejos de Chapman, los tica en la dirección de los movimientos indoloros) lo
puntos gatillo de Travell, etc. La cuestión es aplicar al- cual implica el uso de un método de exageración
gún estímulo manual, mecánico o eléctrico a deter- para explicar su funcionamiento.
minadas áreas corporales con el propósito de obtener 3. Método indirecto. En estos procedimientos el
una respuesta terapéutica. Algunos de estos sistemas operador desplaza el segmento, alejándolo de la ba-
han sido postulados en base a modelos neurológicos, rrera de restricción, en la dirección en la que el movi-
modelos linfáticos o modelos neuroendocrinos, pero miento se siente más «libre», hasta alcanzar un punro
otros no ofrecen ninguna explicación de los fenóme- de tensión equilibrada. El segmento se mantiene en
nos clínicos observados. Tan sólo añadir que muchos esa posición entre 5 y 90 segundos para relajar la ten-
de estos puntos terapéuticos de estimulación perifé- sión de los tejidos que rodean la articulación, de for-
rica se encuentran de manera constante en distintos ma que se obtenga un incremento en la movilidad.
pacientes, son observables por múltiples examinado- Los procedimientos que usan este método se deno-
res y responden de una manera predecible. minan té'cnica funcional, técnica de equilibrio y sos-
tén y técnica de liberación por posicionamiento.
Técnicas articulatorias 4. Método combinado. A veces resulta útil usar
Las técnicas articulatorias (movilizaciones sin im- combinaciones de los métodos directo, de exagera-
pulso), son ampliamente utilizadas en fisioterapia. ción e indirecto en una secuencia que ayude a obtener
Consisten fundamentalmente en llevar los elementos el mejor resultado terapéutico. Con frecuencia ob-
del sistema musculoesquelético, en especial las articu- tenemos mayor eficacia combinando una serie de mé-
laciones, a través de diferentes ángulos de movilidad todos que haciendo múltiples aplicaciones del mismo.
de una forma graduada, con el objetivo de mejorar la 5. Método de respuesta fisiológica. Las técnicas
cantidad y la calidad del movimiento. Estas manio- que aplican este método utilizan la colocación del pa-
bras son ampliaciones terapéuticas del proceso diag- ciente en una determinada posición y el movimiento
nóstico de evaluación de la amplitud de movilidad. Si que se produce en respuesta a ella para obtener un
parece existir restricción de movilidad en una deter- resultado terapéutico. Se pueden usar una serie de
minada dirección, apreciándose alguna alteración en posiciones corporales en mecánica no-neutra para
la sensación de libertad de movimiento en esa direc- restaurar la mecánica neutra del sistema musculoes-
ción, puede resultar terapéuticamente efectiva la apli- quelético. Otro ejemplo de método fisiológico es el
cación de una serie de movilizaciones suaves y rítmi- uso del trabajo respiratorio para influir en la movili-
cas, dirigidas por el operador en la dirección de la res- dad de los segmentos vertebrales dentro de las cur-
tricción. Las técnicas articulatorias son especialmente vaturas de la columna. La inspiración facilita el ende-
útiles por sus efectos tónicos y/ o circulatorios. rezamiento de las curvas, o lo que es lo mismo, los
movimientos de extensión en la columna dorsal y de
Técnicas de movilización flexión en las columnas lumbar y cervical. La espira-
articular específica ción produce justo lo contrario.
Fuerzas de activación. Las fuerzas de activación se
Todas las técnicas de movilización articular específica
pueden clasificar como extrínsecas e intrinsecas. Las
tienen en común dos elementos: un método, es decir
fuerzas extrínsecas son aquellas que se aplican direc-
una forma definida de abordar la barrera de restric-
tamente al paciente desde el exterior de su cuerpo.
ción, y una fuerza de activación, es decir la fuerza in-
Pueden ser:
trínseca o extrínseca aplicada.
Métodos. Los métodos de movilización articular es- l. Acciones del operador, tales como dirigir el
pecífica son los siguientes: movimiento, presionar o ejecutar un impulso
manipulativo.
l. Método directo. Todos los procedimientos di-
2. Accesorios, tales como cinchas, almohadillas,
rectos alcanzan la barrera de restricción y, por medio
tracciones, etc.
de la aplicación de alguna fuerza, intentan desplazar
3. La gravedad, es decir el peso del segmento
la barrera de restricción, hasta acercarla a la barrera
corporal del paciente y su posición.
fisiológica normal del movimiento activo.
2. Método de exageración. Esta intervención te- El grupo intrínseco lo constituyen las fuerzas que
rapéutica aplica una fuerza contra la barrera fisioló- se generan desde el interior del cuerpo del paciente,
gica normal en la dirección opuesta a la pérdida de las cuales se usan por su eficacia terapéutica. Se clasi-
movilidad. La fuerza aplicada es por lo general un im- fican como:
Capítulo 4 Prescripción monipulotivo 53

l. Fuerza inherente o tendencia de la naturaleza Morey publicó que sólo un 3% de pacientes hospita-
al equilibrio y la homeostasis. lizados con trastornos musculoesqueléticos, en un pe-
2. Fuerza respiratoria: ríodo de tres años, necesitaron manipulación bajo
a. Inspiración, la cual endereza las curvas de la anestesia. Las complicaciones son raras, pero el trata-
columna vertebral y provoca rotación ex- miento-está .contraindicado en pacientes que no pue-
terna de las extremidades. den tolerar la anestesia y en aquéllos en los que la me-
b. Espiración, la cual incrementa las curvas de dicina manual no se considera apropiada.
la columna vertebral e induce rotación in- Es posible diseñar diferentes variantes de méto-
terna de las extremidades. dos y de.fuerzas de activación para obtener.los objeti-
3. Fuerza muscuiar del paciente: . vos clínicos deseados. Se puede decir que todos los
a. Cooperación muscular. procedimientos de la medicina manual comparten
.b. Energía muscular, especialmente. "isomé- un objetivo común, que consiste ~n reprogramar el
trica. · comportamiento del sistema nervioso central. Usan-
4. Actividad refleja: do la analogía del ordenador, la medicina manual
a. Movimientos oculares. trata el «harqware" del sistema musculoesquelético y
b. Activación muscular. modula el comportamiento del «software» del sistema
nervioso céntral. Cuanto mejor es el comportamiento
Técnicas de reducción aferente del sistema nervioso central, mejor es la función del
sistema musculoesquelético. La anatomía (hardware)
Las téc'nicas de reducción aferente parecen funcionar puede encontrarse alterada por anomalías del desa-
en bas~ a un modelo que intenta reducir la activid_ad rrollo; traumatismos, sean sencillos o repetitivos; o
aferente aberrante procedente de los distintos meca- por intervenciones quirúrgicas. A pesar de los posi-
norreceptores, distribuidos por los diferentes tejidos bles cambios anatómicos, el objetivo de la medicina
del sistema musculoesquelético. La hipótesis de tra- manual es restaurar la capacidad funcional máxima
bajo consiste en que el comportamiento incorrecto
que la anatomía permita. Cuanta mayor destreza ad-
de éste produce una estimulación aberrante del sis- quiramos en el uso de los diferentes métodos y fuer-
tema nervioso central que altera la programación de zas de activación, mayor éxito obtendremos como te-
la función musculoesquelética. La identificación de rapeutas de medicina manual.
diferentes posiciones y maniobras, que redujeran el
bombardeo aferente de los numerosos reflejos medu-
lares y superiores, podría dar la oportunidad de res- FACTORES QUE INFLUYEN EN LA MODALIDAD
taurar un comportamiento más normal. Se piensa DE INTERVENCIÓN MANIPULATIVA
que muchos de los abordajes indirectos, incluyendo · Además de la amplia variedad de tipos y modalidades
las técnicas funcionales dinámicas, las técnicas de
de técnicas de medicina manual disponibles y de un
equilibrio y sostén y las técnicas de liberación por po-
deterrriinado número de objetivos clínicos diferentes,
sicionamiento funcionan a través de este mecanismo.
existen otros factores que influyen en el tipo de pro-
cedimiento de-medicina manual que se instaura:
MANIPULACIÓN BAJO ANESTESIA
l. Edad del paciente.
La manipulación bajo anestesia tiene una larga his-
2. Agudeza o cronicidad del problema.
toria en la medicina m'anual. Se usa en disfunciones.
del complejo espinal, especialmente en las regio- 3. Estado fisico general del paciente.
nes lumbosacra y cervical, así como en las articula- 4. Habilidad y talla del operador.
ciones periféricas. Las maniobras que se emplean son 5. Lugar (consulta, casa, hospital).
las movilizaciones con impulso (técnicas de alta velo- 6. Eficacia de terapias previas y/ o actuales.
cidad y baja amplitud) con el paciente bajo anestesia ·
general. Su uso requiere una anestesia c.orrecta y un Si prescribimos un agente farmacológico, la dosis
alto nivel de competencia del manipulador. Las indi- se adecuará a la edad del paciente; exactamente lo
caciones son disfuriciones vertebrales agudas o cróni- - mismo ocurre en el uso de la medicina manual. Sin
cas que no pueden ser tratadas de forma conserva- lugar a dudas se trata a un niño de forma diferente
dora. El espasmo muscular y la irritabilidad pueden .que a un adulto joven. En un paciente anciano y debi-
impedir el éxito de una maniobra de medicina ma- litado, se ha de ser mucho mas cuidadoso y prudente
nual sin anestesia. En la miofibrositis crónica, la en el uso de algunas de las modalidades técnicas de
manipúlación bajo anestesia puede conseguir una acción directa más agresivas. La osteoporosis en la
respuesta que no se puede obtener con medidas más mujer. no supone necesariamente una contraindica-
conservadoras. Las indicaciones no son muchas. ción de la medicina manual, pero será más adecuado
54 Principios y práctica de la medicina manual

el uso de procedimientos indirectos con fuerzas de Los tratamientos previos que ha recibido el pa-
activación int,ínseca. ciente son también muy importantes a la. hora de de-
El tipo de procedimiento de medicina manual terminar el tipo de técnica que se ha de usar. Se debe
también se modifica por la agudeza o cronicidad del . saber si el paciente ha sufrido intervenciones quirúr-
problema. En las patologías agudas, es frecuente en- gicas previas, intervenciones de medicina manual 0
contrar edema inflamatorio y espasmo muscular in- tratamientos farmacológicos. Si la cirugía ha cambia-
tenso. El médico puede usar un modelo respiratorio- do la anatomía, podemos intentar modificar el proce-
circulatorio para aliviar la congestión inflamatoria y, dimiento terapéutico para adaptarnos a la alteración
quizás alguna técnica de partes blandas para reducir anatómica. La falta de respuesta a medicina manual
el espasmo muscular agudo. En estados más crónicos, previamente aplicada no es necesariamente u_na ra-
con fibrosis ligamentosa, muscular y fascial de larga zón para no usar otras formas distintas de tratamiento
evolución, puede ser más apropiado el uso de proce- manual. La medicación previa, en especial los rela-
dimientos con una acción de liberación miofascial jantes musculares, tranquilizantes y agentes antiinfla-
más directa o con una acción directa a base de im- matorios, pueden modificar el tipo de técnica que se
pulsos de alta velocidad. En el paciente con una en- ha de usar. Con terapia esteroidea de larga duración
fermedad aguda, con una capacidad disminuida para se ha de prever la posibilidad de que exista laxitud li-
soportar terapia intensiva y agresiva, se debe hacer un gamentosa y fragilidad ósea.
tratamiento más conservador, y el uso de procedi- Éstos, suponen tan sólo algunos de los factores
mientos tales como la técnica indirecta podría ser lo que afectan a la elección de un procedimiento de
más adecuado. También debe recordarse que las téc- medicina manual. Además existen tres reglas cardi-
nicas de medicina manual, y en especial aquéllas que nales en la ejecución de toda maniobra manual que
utilizan fuerzas de activación intrínsecas, ocasionan se pretenda efectiva: control, equilibrio y locali-
un gasto energético por parte del paciente. Hay que zación.
mantener la aplicación terapéutica dentro de los lími- El control se refiere al que el médico ha de tener
tes de la capacidad física del paciente que padece una de la posición de su cuerpo con respecto al paciente;
enfermedad aguda. En patologías crónicas no hay al control del paciente en una posición confortable;
que esperar resolver todos los problemas en la prime- al control de las fuerzas intrínsecas y extrínsecas; y al
ra sesión. control del tipo de intervención terapéutica que se
La talla del operador, su fuerza y su habilidad téc- está aplicando. El equilibrio, tanto del paciente como
nica también influyen en el tipo de procedimiento del terapeuta, asegura la relajación adecuada del pa-
seleccionado. Aunque la fuerza no es el principal fac- ciente y la capacidad del operador para alcanzar la ba-
tor determinante de que un tratamiento tenga éxito, rrera de restricción con comodidad. La localización
la correcta aplicación de las palancas sí que suele se refiere al hecho de alcanzar de forma adecuada
serlo. La comprensión de un gran número de técni- la barrera de restricción en una maniobra de acción
cas de medicina manual, junto con la habilidad para directa; a la localización del punto de máxima liber-
aplicarlas, hacen que el clínico sea más eficaz. tad en un procedimiento indirecto de equilibrio y sos-
Cuando sólo se dispone de un tipo de antibióticos, la tén; y a la localización de la posición más indolora en
capacidad para tratar enfermedades infecciosas es un procedimiento de liberación por posiciona-
claramente menor. Del mismo modo, cuando sólo se miento.
conoce una modalidad de tratamiento manual exis-
ten claros impedimentos para ser un terapeuta de CONTRAINDICACIONES
medicina manual eficaz. DE LOS PROCEDIMIENTOS
El médico debería poder aplicar un tratamiento DE MEDICINA MANUAL
de medicina manual efectivo, con independencia del
lugar en que se encuentre el paciente. Aunque hay al- • Se ha escrito mucho sobre las contraindicaciones ab-
gunas técnicas que son más eficaces en la consulta, solutas y relativas de los procedimientos de medicina
con mesas de tratamiento adaptadas, banquetas y . manual. Este autor mantiene la postura de que no
otro tipo de equipamientos, el profesional debería ser existe ninguna si (y éste es un SI mayúsculo) existe un
capaz de aplicar iln tratamiento eficaz en cualquier si- diagnóstico preciso de disfunción somática que re-
tio. En la cama de un hospital o en casa, sobre un col- quiere tratamiento en el contexto del manejo global
chón blando, el uso de un impulso de alta velocidad del paciente, y la técnica de medicina manual es ade-
y baja amplitud resulta bastante complicado. En estos cuada a ese diagnóstico y a la condición física del pa-
lugares resulta más satisfactoria la utilización de téc- ciente. No obstante existe un determinado número
nicas como la energía muscular u otras que empleen de cuestiones que exigen precauciones especiales. A
fuerzas de activación intrínsecas. continuación se enumeran algunas de ellas:
Capítulo 4 Prescripción manipulativa 55
l. La arteria vertebral en la columna cervical. La disfunción somática específica ha sido identifi-
2. La enfermedad articular primaria (por ejem- cada con su posición y su consiguiente restricción de
plo, artritis reumatoidea o artritis infecciosa). movilidad. Se ha elegido un procedimiento directo y
3. Enfermedad ósea metabólica (por ejemplo, os' una fuerza de activación intrínseca. Se ha anticipado
teoporosis) . . . ._ . . que la eficacia del procedimiento durará 48 horas y,
4. Procesos malignos óseos, prirllarios o "metastá- por tanto, se ·debe volver a examinar pasado ese
sicos. tiempo.
5. Trastornos genéticos (por ejemplo, síndrome
de Down), especialmente en la columna cervi-
cal. · ·· COMPLICACIONES
6. Hipermovilidad de los segmentos implicados, Es dificil hacer una estimación precisa de la inciden-
lo cual debe ser claramente evitado. Ante la cia de complicaciones de los procedimientos de me-
presencia de hipermovilidad,- se debe buscar la ·dicina · manual. Algunos autores han establecido la
restricción de movilidad en alguna otra locali- proporción de 1 ó 2 por millón de procedimientos.
zación.
Un estudio l;,ien controlado (Dvorak y Orelli, Manue-
Siguiendo estos principios, se puede prescribir un lle Medizine, 1982) descubrió la exacerbación de los
tratamiento específico y adecuado de medicina ma- síntomas en 1 de cada 40.000 y una complicación im-
nual para un determinado diagnóstico, igual que se portante en 1 de cada 400.000. La mayoría de las
hace ~on las 'intervenciones terapéuticas tradiciona- complicaciones afectan a las estructuras vasculares y
les. Vc,lviendo a nuestro ejemplo· originario, el médi- neurológicas. Las complicaciones obvias se producen
cojuicioso identifica el agente infeccioso responsable cuando una técnica está contraindicada. Muchas de
de·la infección de garganta antes de decidir una inter- las complicaciones se producen p_or manipulaciones
vención terapéutica. Si, por ejemplo, la infección de de la columna cervical, ocasionando una ofensa al sis-
garganta se debía a un estreptococo, el médico puede tema arterial vertebrobasilar. Se han descrito frac-
escoger ampicilina como antibiótico de elección. Con turas y luxaciones así como lesión medular. Las com-
el agente infeccioso específico identificado y la ade- plicaciones en cuanto al aumento de una hernia <lis-
cuada selección de un antibiótico, se debe prescribir . cal con radicu)opatía progresiva, después de una
una dosificación correcta de éste, durante un tiempo manipulación, son bastantes discutidas. Algunos au-
suficiente. tores consideran contraindicadas las manipulaciones
Diagnóstico -► infección de garganta (estrepto- con impulso en presencia de hernia discal, mientras
coco). que otros opinan que están indicadas en determina-
das condiciones, siempre que se apliquen correcta-
Tratamiento -► 250 mg de ampicilina cada seis
mente. La lesión postmanipulativa del sistema arterial
horas durante 10 días.
· vertebrobasilar_se produce en el grupo de edad de 30
Con un diagnóstico correcto de disfunción somá- a 45 años, con una ligera preponderancia de la po-
tica, se puede realizar una prescripción precisa· de blación femenina. La tasa de muerte se aproxima al
medicina manual basándonos en los principios que 22% y la discapaddad significativa alcanza el 75-80%.
acabamos de exponer. Se elige el tipo de técnica, se Tan sólo se consigue una recuperación completa en
especifica el método, la fuerza, de activación, la dosís, · un pequeño número. Para evitar estas complicacio-
la duración del tratamiento y la frecuencia de las se- .. nes, el terapeuta debe conocer muy bien el diagnós-
siones. ·tico, ser consciente de su propio nivel de destreza y
Diagnóstico ➔ Disfunción somática, D6, exten- experienciá y ser capaz de tratar las complicaciones
sión, rotación e-inclinación dere- caso de aparecer. Aunque la incidencia es baja, se de-
cha (ERSam,h,). ben intentar evitar en la medida de lo posible.
Tratamiento ➔ Medicina manual, técnica. de ·como profesionales de la medicina manual,- de-
energía muscular de acción di- beríamos prescribir nuestro tratamiento con la misma
recta hacia la flexión, rotación iz- precisión con que se prescribe cualquier agente tera-
quierda e inclinación izquierda. péutico. Es de esperar que estos principios contribu-
Valorar en 48 horas. yan al uso correcto de la medicina manual.
MOVILIDAD VERTEBRAL NORMAL

La columna vertebral consta de 26 segmentos. Por lo REGIÓN CERVICAL


general existen 7 segmentos cervicales, 12 dorsales y "
5 lumbares. A veces se observan anomalías de transi- Atlas
ción, especialmente en la región lumbar, donde a ve- En la región cervical encontramos las vértebras atípi-
. ces encontramos 4 ó 6 segmentos. La región lumbar cas atlas (Cl) y axis (C2). El atlas (fig. 5.2), no tiene
es también donde se produce el mayor número de al- cuerpo vertebral y consiste básicamente en un anillo
teraciones del desarrollo, particularmente en la óseo con dos masas laterales. En la parte posterior del
forma de las apófisis transversas y de las articulaciones arco anterior existe una pequeña estructura articular,
interapofisarias. Los segmentos cervicales primero y para la articulación con la parte anterior de la apófisis
segundo son absolutamente atípicos. El segmento odontoides del axis. Cada masa lateral consta funda-
móvil vertebral consiste en dos vértebras adyacentes mentalmente de los macizos articulares. La forma de
con sus correspondientes estructuras ligamentosas
la articulación interapofisaria superior es cóncava de
adelante a detrás -y transversalmente. El eje largo de
(fig. 5.1). La vértebra tipo consta de dos partes: el
cada articulación interapofisaria superior se proyecta
cuerpo y el arco posterior. El cuerpo vertebral se arti-
de afuera a adentro en la dirección anteroposterior, lo
cula con los discos intervertebrales que hay por en-
cual condiciona un acuñamiento anterior del eje largo
cima y por debajo, por medio de sus placas termina-- de estas articulaciones. Se articulan con los cóndilos
les. El arco posterior está formado por dos pedículos, del occipital y su forma constituye una de las determi-
dos apófisis articulares superiores y dos inferiores, dos nantes principales de la cantidad y el tipo de movilidad
láminas, dos apófisis transversas y una apófisis. espi- disponible entre el occipital yel atlas. Las articulacio-
nosa. Dos vértebras adyacentes se conectan, de· ven- nes interapofisarias inferiores son bastante planas,
tral a dorsal, por medio del ligamento vertebral co- pero cuando incluimos el cartílago articular se con-
mún anterior; el disco intervertebral, con el núcleo vierten en convexas, tanto de adelante a detrás como
pulposo central y el anillo fibroso alrededor; el liga- _transversalmente. Se articulan con las articulaciones
mento vertebral común posterior; las cápsulas articu- interapofisarias superiores del axis. Las apófisis trans-
lares de las articulaciones interapofisarias; el. liga- versas son bastante largas y se palpan fácilmente en el
mento amarillo; el ligamento interespinoso y el liga- espacio existente entre la punta de la apófisis mastoi-
mento supraespinoso. des del hueso temporal y el ángulo de la mandíbula.

Atlas Masa lateral

Figura 5.1. Figura 5.2.


Segmento móvil vertebral. Atlas (Cl).
57
58 Principios y práctica de la medicina manual

Axis
El axis (C2) (fig. 5.3), tiene características de vértebra
atípica en su parte superior y las características de una
vértebra tipo en su porción inferior. El cuerpo verte-
bral está coronado por la apófisis odontoides, vestigio
embriológico del cuerpo del atlas. En la parte ante-
rior de la apófisis odontoides existe una carilla articu-
lar para la cara posterior del arco anterior del atlas, la
cara posterior tiene una carilla articular para el liga-
mento transverso del atlas. Las articulaciones intera- Figura 5.3.
pofisarias superiores son convexas de adelante a de- Axis (C2).
trás y transversalmente. Son más altas en la parte in-
terna que en la externa y su contorno recuerda al de
unos hombros. La apófisis espinosa de C2 es bastante
larga y es una de las que más fácilmente se palpan en
la región cervical.

Vértebras cervicales tipo


Las vértebras cervicales tipo, que van desde la super-
ficie inferior de C2 hasta la charnela cervicodorsal,
presentan las características que a continuación se ex-
ponen (fig. 5.4). El cuerpo vertebral es relativamente
Figura 5.4.
pequeño en comparación con el arco posterior. Su su-
Vértebra cervical tipo.
perficie superior es convexa de adelante a detrás y
cóncava transversalmente, mientras que la superficie
inferior es cóncava de delante a detrás y convexa en bles a la palpación, lo cual hace que su uso en el diag-
el sentido transversal. Cuando dos cuerpos vertebra- nóstico estructural de la columna cervical sea muy li-
les tipo se unen con el disco intervertebral, la forma mitado. Los agujeros de conjunción son ovoideos en
resultante es similar a la de una articulación cor- su forma, y sus límites son, por arriba, el borde infe-
pocorpórea universal. En las esquinas posterolatera- rior del pedículo de la vértebra superior; por delante,
les de cada cuerpo vertebral se encuentran unas pe- la cara posterior del disco intervertebral y las articu-
queñas articulaciones sinoviales llamadas articulacio- laciones de Luschka; por debajo, la cara superior del
nes uncovertebrales de Luschka. Estas articulaciones pedículo de la vértebra inferior, y, por detrás, la cara
se encuentran sólo en la región cervical y están suje- anterior de la articulación interapofisaria. El agujero
tas a cambios degenerativos que ocasionalmente pue- vertebral es relativamente grande y dispone de espa-
den invadir el agujero de conjunción. Los pedículos cio suficiente para albergar la gran sección que la mé-
son bastante cortos y sirven de techo y suelo del suso- dula espinal tiene en la región cervical.
dicho agujero de conjunción. Los macizos articulares
son relativamente grandes y se palpan con facilidad Vértebras dorsales
en la parte posterolateral del cuello. Las articulacio-
nes interapofisarias son relativamente planas y se En la región dorsal (fig. 5.5), los cuerpos vertebrales
orientan hacia detrás y hacia arriba en un ángulo de van siendo más grandes a medida que descendemos y
aproximadamente 45º. La forma y dirección de las ar- presentan características especiales para permitir la
ticulaciones interapofisarias y las características de la articulación con las cabezas de las costillas. D 1 tiene
articulación entre los cuerpos vertebrales determi- una sola carilla articular en cada lado, situada poste-
nan, de manera importante, el tipo de movilidad dis- rolateralmente, para su articulación con la cabeza de
ponible en los segmentos cervicales tipo. Las láminas la primera costilla. Desde la superficie inferior de D 1
son planas y las apófisis espinosas son, por lo general hacia abajo encontramos liemicarillas, las cuales,
bituberosas, con la excepción de C7. Las apófisis junto con el disco intervertebra1, proporcionan la
transversas son especiales en esta región, ya que dis- fosa articular para la cabeza de cada costilla. Las arti-
ponen, en cada lado, de un agujero transverso para el culaciones interapofisarias se orientan verticalmente
paso de la arteria vertebral. Las puntas de las apófisis y las carillas superiores se proyectan hacia detrás y
transversas son bituberosas y sirven de inserción a la afuera. Teóricamente, esta disposición debería pro-
musculatura cervical profunda. Son bastante sensi- porcionar una gran libertad de movimientos en dife-
Capítulo 5 Movilidad vertebro/ normal 59

bra por debajo de aquella a la que pertenecen. Las


apófisis espinosas de D7-9 se localizan una vértebra
completa por debajo de la suya. Las apófisis espinosas
de D10-12 vuelven a ser palpables al mismo nivel del
c1,1erpo vertebral al cual pertenecen ..

Vértebras lumbares
En la región lumbar, los cuerpos vertebrales (fig. 5.7)
sé-hacen mucho más voluminosos a medida que se
desciende y aumenta 1a carga que tienen que sopor-
Figura 5.5. tar. Las apófisis espinosas son anchas, redondas y fá-
Vértebra dorsaL cgmente palpables, y se proyectan hacia detrás con
respecto al cuerpo vertebral· al que pertenecen. Las
rentes direcciones, pero el anclaje de las costillas en apófisis transversas se proyectan lateralroonte, siendo
las vértebras dorsales restringe de manera importante las apófisis transversas de L3 las más anchas. Las arti-
la movilidad disponible. Las apófisis transversas dispo- culaciones· interapofisarias mantienen una relación
nen de una carilla articular en su parte anterior, para cóncava-convexa entre la carilla articular superior de
la articulación con el tubérculo de la costilla, lo cual una vértebra y la inferior de la vértebra suprayacente,
constituye la articulación costotransversa. Las apófisis lo cual. restringe enormemente las posibilidades de
transVersas se hacen progresivamente más estrechas a inclinación y de rotación. Las articulaciones intera-
medida que descendemos, de manera que las apófisis pofisarias lumbares se encuentran, por lo general, en
transversas de D 1 poseen las puntas más anchas y las el plano sagital (yz), mientras que las lumbosacras se
de D 12 las más estrechas. Las láminas son oblicuas y encuentran más próximas al plano coronal (xy). No
se continúan con las apófisis espinosas, que también obstante, en la.zona lumbar la orientación ásimétrica
de las articulaciones interapofisarias es bastante fre-
son oblicuas de arriba a abajo. Las apófisis espinosas
cuente.
son bastante largas y se superponen unas a otras, en
especial en las zonas media e inferior. Hablamos de
Musculatura de la columna vertebral
«la regla del tres», para referirnos a la corresponden-
cia entre las puntas palpables de las apófisis espinosas Los músculos que cubren la columna vertebral son
con los cuerpos vertebrales dorsales (fig. 5.6). Las numerosos, yse distribuyen en capas o e:Stratos, de la
apófisis espinosas de D4-6 se proyectan media vérte- siguien.te forma:
Capa 1: trapecio, gran dorsal y fascia lumbo-
dorsal. ·
Capa 2: angular del omóplato y romboides mayor
y menor.
Capa 3: masa espinal erectora, que incluye al epi-
espinoso, semiespinoso, complejos, dorsal largo e
iliocostal. ·
Capa 4: multífido, rotatorios e intertransversos.

Figura 5.6. Figura 5.7.


Regla del 3 de la columna dorsal. Vértebra lumbar.
60 Princ,pios y práctica de la medicina manual

Las curvas anteroposteriores de la columna vertebral 2. Movemos la piel sobre la fascia subcutánea,
se van desarrollando con el tiempo. En el nacimiento, que cubre las estructuras profundas, de forma sincró-
la curva primaria es convexa hatia .detrás. La primera nica y alternando los movimientos en sentido antera.
curva secundaria que se desarrolla aparece en la re- posterior y en sentido mediolateral (fig. 5.10). Nótese
gión cervical, que se hace convexa hacia adelante que en una dirección el movimiento se siente más li-
cuando el niño comienza a levantar la cabeza. La se- bre y en la otra más tenso. La antinomia tenso-libre
gunda curva secundaria aparece en la región lumbar, constituye una característica de gran relevancia cuan-
cuando se adopta la bipedestación, y también es con- do se usa la técnica ·de liberación miofascial.
vexa hacia adelante. El alineamiento adecuado de es-
3. Usando el pulgar y el índice de cada mano to-
tas tres curvas en el eje vertebral es un componente
mamos un pliegue de piel y de fascia subcutánea y,
esencial de la buena postura (fig. 5.8).
con suavidad, lo hacemos rodar sobre nuestr06 pulga-
res al ir avanzando con los dedos índices hacia arriba
PALPACIÓN POR PLANOS (fig. 5.11). Repetimos la operación de medial a lateral.
La palpación dé las estructuras reseñadas es una par-
te esencial del diagnóstico estructural. El siguiente
ejercicio de palpación puede ser útil para familiari-
zarse con algunas de ellas y aplicarlo posteriormente,
con fines diagnósticos o terapéuticos.
l. Colocamos las palmas de las manos y las super-
ficies palmares de los dedos sobre los hombros, en la
zona de la charnela cervicodorsal (fig. 5.9). Palpamos
la piel apreciando su grosor, su tersura y su tempe-
ratura.

Figura 5.9.
Palpación por planos de la base del cuello.

Vista lateral

Figura 5.8. Figura 5.10.


Curvaturas vertebrales normales. Movilidad de la piel sobre la fascia subcutánea.
Capítulo 5 Movilidad vertebral normal 61

La maniobra se realiza simétricamente a ambos lados, del hueso. Seguidamente desplazamos la yema del
observando las diferencias en grosor y flexibilidad de decro_ ligeramente hacia abajo para palpar un tendón
la piel, y averiguando si le produce dolor al paciente. redondeado, liso y firme, que corresponde a la por-
La pinza rodada_ pone en evidencia la existencia de ción corta del bíceps braquial. Regresamos a la punta
t_ensión y dqlor y con~tituye una herramienta valiosa . de. la apófisis coracoides y avanzamos hacia adentro
para identificar niveles de disfunción somática. palpando un tendón más ancho, pero también liso y
firme que corresponde al músculo pectoral menor.
4. Colocamos las palmas de las manos sobre cada
5.·colocamos la cara palmar de los cuatro últi-
una de las apófisis acromiales, con el dedo medio ex-
mos de_dos de amb_as manos sobre l;t región dorsal su-
tendido hacia la cara anterior de la cintura escapular
perior, en el espacio interescapular (fig. 5.13), y
y pálpando eón la yenia del dedo la punta de la· apó-
palpamos el primer estrato muscular, la porción hori-
fisis coracoides (fig. 5.12). Se ha de tocar con suavi-
zontal del trapecio, a través de la piel, de la fascia sub-
dad_ en <:ste punto, Y'! que e_s l:Jastante sensible en to-
cutánea y de la fascia profunda. Movemos los dedos
das las personas. In tentamos apreciar la resistencia
horizontal y verticalmente, intentando apreciar la di-
rección de Jas fibras musculares, lo cual resulta algo
más fácil si se pide al paciente que retraiga las escá-
pulas activamente. Apreciaremos mayor lisura en el
sentido horizontal y mayor rugosidad en el sentido
vertical. Esta sensación de liso frente a rugoso es pro-
ducto de la dirección de las fibras musculares.
6. Colocamos la mano izquierda en el sitio en el
que estaba la mano derecha en el ejemplo anterior y
cogemos el codo con la mano derecha (fig. 5.14).
Palpamos a través de los tejidos, incluyendo la por-
ción horizontal del trapecio, y nos concentramos en
el siguiente estrato muscular. El romboides se puede
palpar más fácilmente si pedimos al paciente que
empuje con su codo hacia la mesa, contra nuestra re-
sistencia. Nótese que la orientación de las fibras del
romboides (oblicuas de dentro a afuera y de arriba a
abajo) es distinta de la de las fibras del trapecio a este
nivel. El borde inferior del romboides se palpa con
facilidad y nos permite confirmar la dirección de sus
Figura 5.11. fibras.
Pinza rodada.
7. Palpamos en la línea media, sobre las apófisis es-
pinosas (fig. 5.15). A medida que nos desplazamos de
arriba a abajo, percibimos que la.piel se encuentra fir-
memente sujeta a la línea media y apreciamos saltos ca-
racterísticos, en los que una protuberancia se sigue de
un hueco. Las protuberancias son las apófisis espinosas
y los huecos s_on los espacios interespinosos. Nótese la
tensión del espacio interespinoso, rellejo de la tensión
de los ligamentos supraespinoso e interespinoso.
8. Colocamos tres dedos en s_endos espacios inter-
espinosos de las columnas dorsales media y superior.
Introducimos flexión a través de la cabeza, perci-
bierido la apertura de los espacios interespinosos
(fig. 5.16). Invertimos el proceso llevando la cabeza y
el cuello hacia la extensión y apreciando cómo se e;-
trechan los espacios interespinosos (fig. 5.17). Repe-
timos varias veces este proceso, sintiendo cómo los es-
pacios interespinosos se abren y se cierran. Intenta-
mos flexionar cabeza y cuello de forma que podamos
Figura 5.12. sentir la apertura del espacio interespinoso que se en-
Palpación de la cintura escapular y de la apófisis coracoides. cuentra a nivel del dedo medio, pero no la del que se
62 Principios y práctico de lo medicino manual

Figura 5.13. Figura 5. 15.


Palpación por planos del músculo trapecio. Palpación por planos de las apófisis espinosas.

Figura 5.14. Figura 5.16.


Palpación por planos del músculo romboides. Palpación de los espacios interespinosos durante la
flexión.

encuentra por debajo. Repetimos el mismo proceso cara lateral de las apófisis espinosas, y el lado interno
hacia la extensión, llevando el cierre de los espacios del dorsal largo, la «cuerda» fácilmente palpable de la
interespinosos hasta el que se enc'!entra bajo el dedo masa espinal erectora. A medida que nos desplazamos
medio, pero no al nivel inferior. Este es un ejercicio en sentido caudal por este surco, deberíamos sentir si-
importante para adiestrar la capacidad de localizar metría, y no encontrar ninguna estructura palpable.
un segmento vertebral determinado. De no ser así, lo que estamos palpando en este surco
9. Colocamos el dedo índice a un lado de la apófi- medial es reflejo de la existencia de hipertonía en la
sis espinosa y el dedo medio al otro lado y palpamos el cuarta capa muscular, fundamentalmente a nivel del
surco fascial que se encuentra entre la apófisis espinosa multífido. La musculatura hipertónica de la cuarta
y la tercera capa de músculos, la masa espinal erectora capa tiene una forma redondeada, del tamaño de una
(fig. 5.18). En realidad, el plano fascial se encuentra aceituna, se palpa tensa, por lo general es bastante sen-
entre el músculo epiespinoso, íntimamente unido a la sible y suele encontrarse en un sólo lado. Ocasional-
Cap11ulo 5 Mov1//dad vertebral normal 63

Figura 5.17. Figura 5.19.


Palf)aci{m de los espacios interespinosos durante la ex- Palpación en el surco lateral de la musculatura erectora
tensión. espina!.'

Figura 5.18. Figura 5.20.


· Palpación en el surco medial de la musculatura erectora Palpación de las apófisis tr3.I1sversas.
espinal. ·

mente puede encontrarse bilateralmente, cuando locamos. los pulgares simétricamente a ambos lados
existe restricción bilateral a la flexión o a la extensión de la columna, en la cara externa del dorsal largo, so-
en un segmento vertebral determinado. La hipertonía bre el surco lateral (fig. 5.19). A continuación move-
palpable de la musculatura de la cuarta capa es uno de mos los pulgares en dirección anteromedial hasta sen-
los hallazgos diagnósticos cardinales de la disfunción tir una resistencia profunda (fig. 5.20). Nótese que se
somática segmentarla vertebral. ha producido .una elevación del vientre del dorsal lar-
10. Nos desplazamos lateralmente desde el surco go. Mientras mantenemos la palpación en este nivel
me.dial, sobre la masa redondeada del dorsal largo y de profundidad, movemos los pulgares en dirección
percibimos la existencia de un surco fascial lateral Úudal, apreciando contornos de protuberancia y
profundo, que separa la cara lateral del músculo dor- hueco similares a los vistos en las apófisis espinosas. A
sal largo de la cara medial del músculo iliocostal. Co- este nivel, las protuberancias son las apófisis transver-
64 Pnncipios y práctica de lo medicina manual

sas de la vértebra dorsal y los huecos son los espacios nuación, palpamos los márgenes superior e inferior
intertransversos. Intentamos palpar una pareja de de la costilla, apreciando los bordes costales. Por Jo
apófisis transversas de forma simétrica y pedimos al general el borde inferior se palpa con más facilidad
paciente que flexione y extienda el cuello activamen- que el superior. Es importante el contorno de la cos-
te, a la vez que tratamos de mantener el contacto con tilla, en comparación con los de lascosti!las superior
las apófisis transversas. Nótese que es más fácil sentir e· iitferior, así como con el de la costilla con tralateral.
la apófisis transversa durante el movimiento de exten- La prominencia del borde superior o del borde infe-
sión que durante el de flexión. La adquisición de la rior resulta significativa para el diagnóstico de disfun-
habilidad para seguir apófisis transversas en su des- ción somática costal. Palpamos los interespacios que
plazamiento por las tres dimensiones del espacio es se encuentran por encima y por debajo de la costilla
esencial para poder llegar al diagnóstico de disfun- y los comparamos con los del otro lado, intentando
ción somática. distinguir si uno es más estrecho o más ancho que el
11. Llevamos las manos hacia afuera, colocándo- otro. Palpamos el músculo intercostal y observamos si
las sobre la zona más posterior de la jaula torácica existe hipertonía o dolor. La existencia de espacios
(fig. 5.21). Así palpamos los ángulos costales y la in- anormales por encima y por debajo de una costilla y
serción del músculo iliocostal. Nos desplazamos en di- la hiper'tonía intercostal representan hallazgos signi-
rección caudal y notamos que los ángulos costales di- ficativos en ciertas disfunciones somáticas costales.
vergen de dentro a afuera. Todos los ángulos costales 13. Seguimos explorando el cuerpo costal, y desde
deberían participar en la convexidad posterior de la el ángulo nos desplazamos medialmente, con la cara
jaula torácica. El hecho de que un ángulo costal sea palmar del pulgar sobre el cuerpo de la costilla, hasta
más o menos prominente que los que se encuentran que la punta del dedo se tropieza con un obstáculo
por encima o por debajo, es un hallazgo significativo (fig. 5.23). La yema del pulgar se ha topado con la
en el diagnóstico de disfunción somática costal. Cual- cara externa de la apófisis transversa. La porción de
quier hipertonía muscular palpada en el ángulo cos- hueso que va desde el ángulo costal hasta la punta de
tal es indicativa de un músculo iliocostal hipertónico, la apófisis transversa es una parte importante de la
lo cual ocurre sólo en presencia de disfunción costal. costilla, que se usa en alguna de las técnicas que des-
Nuevamente, la hipertonía del músculo iliocostal, a la cribiremos más adelante, para la disfunción somática
altura del ángulo costal, resulta, por lo general, dolo- costal. Una vez más apreciamos cómo el músculo dor-
rosa para el paciente. sal largo se hace prominente al desplazarnos de late-
12. Colocamos el pulgar.sobre el ángulo costal ral a medial a lo largo del cuerpo costal.
más posterior de la jaula torácica, el cual suele coin- Este ejercicio de palpación por planos en la espal-
cidir con la séptima costilla (fig. 5.22). Desplazamos da nos dotará de habilidad para palpar las estructuras
el pulgar sobre el cuerpo de la costilla, en el ángulo anatómicas necesarias para establecer un diagnóstico
costal, percibiendó la convexidad posterior. A conti- preciso de disfunción somática en el eje vertebral y en

Figura 5.21. Figura 5.22.


Palpa~ión de los ángulos costales y del músculo iliocostal. Palpación del contorno del ángulo costal.
Capítulo 5 Movilidad vertebro/ normal 65

espacio, mientras que la literatura de investigación


biomecánica utiliza preferentemente el sistema de co-
ordenadas. La movilidad puede describirse como ro-
tación alrededor de un eje y como traslación a lo
largo de un .eje, produciéndose el movimiento. en el
seno de lino de los planos del espacio. Por definición,
el eje horizontal es el eje x, el eje vertical es el eje y, y
el eje anteroposterior es el eje z. El plano coronal es
el plano xy, e_l _plano s_agital es d plano yz, y el plano
horizontal es - el plano xz. La capacidad de girar
alrededor de un eje y de trasladarse a lo largo de un
eje da como resultado seis tipos de movimiento, o gra-
. · dos'dehbertád, en cada vértebra. La movilidad verte-
.bral puede entonces definirse .como movimiento de
giro (rotac¡ión alrededor de un eje) y como movi-
miento traslatorio (traslación a lo largo de un eje).

Figura 5,23. TERMINOLOGÍA


Palpación del cuerpo de la costilla hasta la punta de la
ap~fisis transversa. En la áctualidad, las convenciones en la práctica clí-
nica describen la movilidad vertebral con los siguien,
tes términos: .flexión; extensión; inclinación, derecha
la jaula costal. Revisten especial importancia la capaci- e izquierda; y rotación, derecha e izquierda.
dad de seguir una pareja de apófisis transversas a lo
largo de un cierto recorrido de movilidad y la habilidad Flexión
para distinguir musculatura tensa, hipertónica y dolo-
rosa en la cuarta capa. Conviene practicar este ejercicio La vértebra superior gira anteriormente alrededor
de forma regular hasta que se convierta en habitual. del eje _x y se traslada discretamente hacia adelante a
lo largo del eje z. En la flexión (fig. 5.24), el liga-
mento vertebral común anterior queda un tanto laxo,
MOVILIDAD VERTEBRAL se ejerce presión posterior sobre el disco interver-
tebral y el ligamento vertebral común posterior se
Se usan ciertas convenciones para describir la movili-
tensa, al igual que los ligamentos amarillos y los li-
dad vertebral. El segmento móvil vertebral consta de
gamentos interespinoso y supraespinoso. Las carillas
dos vértebras ádyacentes, una superior y otra inferior,
articúlares inte:fappfisarias inferior~s de la vértebra
el disco entre ambas y las estructuras ligamentosas.
superior se desplazan hacia arriba, con respecto a las
Por definición, cuando describimos un movimiento
carillas superiores de la vértebra inferior. Este despla-
nos referimos al de la vértebra superior con respecto
:zainiento se ha descrito como «apertura», «flexión» o .
a la inferior. También podemos definir la movilidad
«désimbricación» de las carillas.
como el movimiento de _las superficies superior O an-
terior del cuerpo vertebral. Para describir la rotación
Extensión
empleamos la superficie anterior y no el arco poste-
rior. Por ejemplo, en la rotación derecha de D3 con En la extensión, la vértebra gira hacia detrás alrede-
respecto a D4, la superficie-anterior de D3 gira a la dor del eje x y se desplaza posteriormente a lo largo
derecha, mientras que la apófisis espinosa se desvía del eje z (fig. 5.25). El ligamento vertebral común an-
hacia la izquierda. Por tanto se debe recordar que es- terior se tensa, pero la tensión disminuye en el liga-
tas Jescripcio_nes se refieren a las superfic:ies anterior mento vertebral común posterior, en los ligamentos
o superior del cuerpo vertebral. Además de describir amarillos y en los ligamentos interespinoso y supraes-
las caracteristicas de un segmento móvil vertebral, pinoso. Las carillas articulares interapofisarias inferio-
también hablamos del movimiento de grupos de vér- res del segmento superior se deslizan hacia abajo, con
tebras (tres o más) . respecto a las carillas superiores de la vértebra infe-
La movilidad vertebral también se describe con rior. Se habla entonces de «cierre», «extensión» O
respecto a la orientación anatómica de los planos cor- «imbricación» de las carillas. La flexión y la extensión
porales, usando el sistema ortogonal de coordenadas inducen un movimiento tipo acordeón en la apertura
apropiado. La mayor parte de la literatura clínica em- y cierre de las articulaciones interapofisarias. Si algo
plea la descripción anatómica de los ejes y planos del interfiere con la capacidad de apertura o cierre de
66 Principios y práctica de la medicina manual

que la izquierda se <<abre» o «desimbrica». Las inter-


ferencias en la capacidad de apertura o cierre de las
carillas pueden restringir la inclinación y el movi-
miento rotatorio asociado.

Rotación
La rotación de una vértebra se describe como el giro
alrededor del eje y, con un movimiento de traslación
que dependerá del segmento vertebral implicado. La
rotación siempre se acopla con la inclinación excepto
en la articulación atlantoaxoidea.

MOVIMIENTOS ACOPLADOS
La inclinación y la rotación son movimientos acopla-
dos y no se producen de forma independiente. En al-
gunos casos la rotación se acopla en la misma direc-
ción que la inclinación (por ejemplo, inclinación de-
recha, rotación derecha) y, en otras ocasiones, en la
dirección contraria (por ejemplo, inclinación dere-
Figura 5.24. cha, rotación izquienia). Los movimientos acoplados
Flexión vertebral. cambian en función de las curvaturas anteroposterio-
res del eje vertebral.

MECÁNICA NEUTRA
La mecánica neutra, o su sinónimo, la mecánica tipo
I, provoca un movimiento acoplado de inclinación y
rotación de sentidos opuestos. La mecánica neutra se
produce cuando el paciente se encuentra en posición
erecta con curvaturas anteroposteriores normales.
Por ejemplo, en la columna lumbar, en presencia de
una lordosis normal, la inclinación del tronco a la iz-
quierda condiciona una rotación derecha de las vér-
tebras lumbares (fig. 5.26). Este fenómeno lo pode-
mos cornprobar en nosotros mismos si, en posición
erecta, colocamos los dedos segundo al quinto de
cada mano sobre la cara posterior de las apófisis trans-
versas homolaterales de la columna lumbar. Al hacer
una inclinación izquierda sentiremos una prominen-
cia mayor de los tejidos que se encuentran bajo la
mano derecha. Esta prominencia se interpreta como
Figura 5.25. el desplazamiento posterior de las apófisis transversas
Extensión vertebral. derechas de las vértebras lumbares, al girar éstas a la
derecha, en respuesta a la inclinación izquierda.

una carilla articular, se producirá restricción de movi- MECÁNICA NO-NEUTRA


lidad a la flexión o a la extensión respectivameHte. Un acoplamiento mecánico no-neutro, o su s1non1-
mo, de tipo II, provoca la inclinación y la rotación de
Inclinación
una vértebra hacia el mismo lado. Esto se produce
En la inclinación se produce rotación alrededor del cuando existe una alteración de la curvatura antero-
eje anteroposterior z y traslación a lo largo del eje ho- posterior hacia la flexión o hacia la extensión. Para
rizontal x. Rara vez la inclinación es un movimiento demostrarlo, desde la posición de partida anterior
puro, ya que generalmente se acopla con la rotación. nos doblamos hacia adelante por la cintura. A conti-
En la inclinación a la derecha, la articulación intera- nuación, introducimos inclinación a la derecha y sen-
pofisaria derecha se «cierra» o «imbrica», mientras timos cómo la prominencia aparece bajo los dedos de
Capítulo 5 Movilidad vertebro/ normal 67

la mano derecha, lo cual se interpreta como el des-


plazamiento posterior de las apófisis transversas dere-
chas, durante una rotación derecha que aparece en
respuesta al movimiento acoplado de inclinación de-
recha (fig. 5.27). Volvem9s a la líne:¡_ media antes de
'"fecuperar la posiCión. ereCta.· La rriéC.inica no-neutra
se produce en la columna lumbar cuando se encuen-
tra en flexión, mientras que en la extensión se produ-
ce un acoplamiento neutro.
En la columna dorsah,xiste la" posibilidad de am' - · ·
bos acoplamientos, neutro y no-neutro. El tipo de
acoplamiento parece depender ele si nos encontra-
···· inos poi-.encim·a·o por debajo del ipex y de si se intro-·
duce primero la inclinación o la rotación. En general,
si se introduce primero la inclinación, la rotación será
de sentido contrario. Si se introduce primero la rota-
o i, o
ción; la inclinación se acopla hacia el mismo lado. o o
La mecánica no-neutra (tipo II) incluye el acopla-
o ºf..
, ,.
miento de los tres arcos de movilidad vertebral y de los
seis tipos de movimiento. El acoplamiento no-neutro
da como resultado una reducción significativa de la li- Figura 5.26.
bertad de movimiento. Por este motivo la columna ver- Movilidad vertebral neutra (tipo!).
tebral parece correr riesgo de disfunción cuando la
mecánica no-neutra. s"e encuentrá operativa. Especial-
mente en la columna lumbar, con el tronco flexionado
y con inclinación y rotación hacia el mismo lado, cual-
quier movimiento adicional supone riesgo de tensión
muscular, disfunción de las articulaciones interapofi-
sarias, rotura anular del disco intervertebral, o protru-
sión posterolateral de material del núcleo pulposo,
cuando el anillo fibroso ya se encontraba lesionado.

MECÁNICA TIPO 111

El tipo III se refiere a la observación de que cuando a


la columna vertebral se le introduce movimiento en
una dirección, se reduce la movilidad en el resto de
las direcciones. Para demostrar este fenómeno colo-
camos al paciente sentado erecto sobre una camilla, e
introducimos, pasivamente, rotaciones del tronco a
derecha e izquierda, valorando la amplitud y la .cali-
dad del movimiento. A continuación hacemos que el
paciente se enc_orve,' hasta obtener una convexidad
dorso-lumbar posterior, y nuevamente introducimos . Figura 5.27.
rotaciones del tronco a derecha e izquie_rda. Nótese la Movilidad vertebral no-neutra (tipo II).
reducción de la amplitud y la ·menor calidad del mo-
vimiento en esta posición. El fenómeno de la movili-
dad vertebral de tipo III se aplica terapéuticamente .TIPOS DE MOVILIDAD DISPONIBLES
en la localización de segmentos disfuncionales. La in-
tróducción de movilidad, por encima y por debajo de Los tipós de movimientos acoplados disponibles en la
un segmento vertebral en disfunción, se puede foca- columna vertebral varían de región a región y de pos-
lizar con precisión en un determinado segmento mó- tura a postura. En las zonas de la columna vertebral
vil vertebral, que será entonces tratado ejerciendo al- que disponen de movilidad neutra y no-neutra, los
gún tipo de fuerza de activación. segmentos vertebrales pueden sufrir disfunciones con
'./'
1

68 Principios y práctico de la medicino manual 1

las características de ambos tipos de movilidad (ta- Tabla 5.1 1


Movilidad vertebral
bla 5.1).
Segmento/s Tipo/s
El profundo conocimiento de la anatomía de la
columna vertebral, la habilidad para palpar sus teji- CO-Cl ( occipitoatloidea) I (neutro) (siempre)
dos y.la comprensión de los conceptos de movilidad .. Cl-C2 (atlantoaxoide_a) (rotación)
C2-C7 (cervicales tipo) JI (no-neutro)
vertebral, son esenciales para entender y diagnosticar
C7-L5 (dorsales y lumbares tipo) I (neutro) y II (no-neutro)
las disfunciones vertebrales.
r
í
I DISFUNCIÓN DE LA MOVILIDAD
VERTEBRAL

, f '1

Para aplicar procedimientos de medicina manual a la perficies ar_ticulares. Esta teoría postula una alteración
columna vertebral, es esencial hacer un diagnóstico del mecanfomo de deslizamiento entre las superficies
1 correcto y preciso de disfunción somática vertebral. articulares, y considera que el papel de la medicina
La disfunción somática se define como la función manual es devolver -la articulación al <<buen camino».
1] alterada o deteriorada de los componentes relaciona- Una tercera teoría defiende una alteración de las
1, dos con el sistema somático: estructuras esqueléticas, propiedades físicas y químicas del líquido sinovial y
articulares y miofasciales, y sus correspondientes ele- de las superficies sinoviales. En esencia, la capacidad
mentos vasculares, linfáticos y nerviosos (Adaptación de deslizarse-con suavidad se ha perdido, dado que
hospitalaria de la Clasificación Internacional dela Enfer- las superficies articulares se han vuelto «pegajosas».
medad, 2.' ed., 1973). Después de una maniobra de impulso de alta veloci-
El término es codificable en los sistemas actua- dad y baja amplitud (movilización con impulso), sea
les de . clasificación: Clasificación Internacional de en articulaciones vertebiales o en las extremidades,
Enfermedades, 9.' Revisión, Modificación Clínica en la. que se ha producido separación de las superfi-
(CIE-9-MC), códigos 739.0-739.9. Disfunción somática cies articulares, se ha demostrado el fenómeno de la
sustituye a tér~inos anticuados tales como: lesión «cavitación». Además del chasquido audible se ha ob-
osteopática, subluxaéión quiropráctica, bloqueo servado radiográficamente la existencia de una den-
articular, cierre articular, pérdida del juego articular sidad negativa en la articulación. Este <<fenómeno de
o desarreglo intervertebral menor. El interés por la vacío» parece tener la densidad del nitrógeno y la
función del sistema musculoesquelético precisa de un sombra gase;osa persiste durante uÍl tiempo variable,
método para evaluar la movilidad del complejo verte- hasta que deja _de observarse, lo cual sugiere un cam-
bral y determinar si es normal, excesiva o insufi- bio del estado líquido al gaseoso ocasionado por el
ciente. El espectro de la movilidad avanza desde la an- impulso mánipulativo.
quilosis a la inestabilidad, pasando por la hipomovili-
dad, la movilidad normal y la hipermovilidad. Los Una cuarta teoría considera que la restricción de
procedimientos de medicina manual son especial- movilidad se debe a alteraciones en la longitud y el
mente adecuados para segmentos con hipomovilidad, tono de los músculos. Unos músculos pueden acor-
que conservan la capacidad de moverse. tarse y hacerse hipertónicos, mientras que ·otros se
alargan y se debilitan. Es de capital importancia la pér-
dida del control muscular. El_ control fisiológico del
. TEORÍAS DE LA DISFUNCIÓN
músculo es extraordinariamerite complejo y depende
DE LA MOVILIDAD VERTEBRAL
del comportamiento de los mecanorreceptores de las
Se han propuesto múltiples teorías para explicar el fe- articulaciones y de sus correspondíentes partes blan-
nómeno clínico de la hipomovilidad. Una teoría pos- das; del huso muscular y del órgano tendinoso de
tula el atrapamiento d_e m·aterial sinovial o de un me- Golgí; del nivel medular y de las vías reflejas interseg-
niscoide sinovial entre las dós superficies articulares. mentarias;de las vías hasta la corteza motora; de las
Hay alguna evidencia anatómica de que estos menis- vías corticobulbares y corticoespinales, moduladas por
coides existen, pero el hecho de que realmente cau- · el cerebelo, y de la vía final común de la neurona mo-
sen restricción articular no ha sido demostrado. El tora a hasta la fibra muscular. Cualquier alteración de
meniscoide articular está inervado por fibras C, lo los estímulos aferentes de este complejo mecanismo, o
cual sugiere una función nociceptiva. de la función del sistema, puede ocasionar una dis-
función en la actividad muscular y afectar, en último
1

Una segunda teoría sugiere una falta de con-


gruencia en el contacto punto por punto de las su- término, a la mecánica articular. Cualquier alteración
69
70 Principios y práctico de lo medicino manual

del tono muscular limita la movilidad normal y actúa a un único segmento móvil, y como disfunciones de
como factor de perpetuación de este trastorno del mo- grupo, en las que se implican tres o más vértebras.
vimiento articular. Se desconoce si la actividad muscu- Tras completar los exámenes general y detallado, y
lar anormal es la causa primaria de la disfunción ver- afinar el proceso diagnóstico hasta la definición seg-
tebral, o si es secundaria a ésta. No obstante, el trata- mentarla, nos interesan especi_al_!flente las movilida-
miento '-aplicado a la disfunción vertébra1, nunca des perdidas por las vértebrasTmpliéadas. Existen mu~
debería olvidar el componente de alteración muscu- chas métodos para realizar este proceso. El más utili-
lar. Usando una analogía informática, se puede consi- zado consiste en palpar la misma prominencia ósea
derar al sistema nervioso como el software y al sistema en dos o más vértebras (por ejemplo, las apófisis espi-
musculoesquelético como el hardware. La alteración nosas o las transversas) y, activa o pasivamente, lle-
de la función del sistema nervioso (software), no per- var sucesivamente los distintos segmentos hacia la
mite que el sistema musculoesquelético (hardware) flexión, la extensión, la inclinación derecha, la· incli-
funcione correctamente. Ciertos profesionales de la nación izquierda, la rotación derecha y la rotación iz-
medicina manual consideran que la efectividad de su quierda, comparando la movilidad de dichos segmen-
tratamiento se debe a la reprogramación del software, tos. Estas maniobras se realizan habitualmente de
alterando el comportamiento de los mecanorrecep- forma pas'iva, mientras el operador intenta descubrir
tores a nivel de la articulación y de las partes blandas. la restricción y su calidad, en una o más direcciones.
Una quinta teoría incide en los cambios en las Aunque este método es por lo general efectivo, pre-
propiedades biomecánicas y bioquímicas de los ele- senta dos serios inconvenientes. En primer lugar,
mentos miofasciales del sistema musculoesquelético, cada vez que, con fines diagnósticos, se introduce mo-
la cápsula, las estructuras ligamentosas y la fascia. vilidad en diversos planos a un segmento disfuncio-
Cuando estas estructuras se alteran, por cambios trau- nal, se produce un efecto terapéutico, ya que se está
máticos, inflamatorios, degenerativos o de otra índo- realizando una maniobra articulatoria (movilización
le, se puede producir una disminución de la movili- sin impulso), lo cual provoca cambios constantes. La
dad vertebral normal. segunda desventaja consiste en la dificultad para ha-
cer una evaluación después del tratamiento, es decir,
Independientemente de la teoría que suscriba-
averiguar si la cantidad de movilidad que existía antes
mos, el fenómeno clínico de la restricción de movili-
del tratamiento se ha modificado. Resulta dificil re-
dad se contempla como una afección de la pareja de
cordar con exactitud todos los matices que la restric-
articli1aciones interapofisarias de un determinado
ción de movilidad presentaba antes de la interven-
segmento. Hablamos de la capacidad de las carillas
ción terapéutica.
para abrirs~ y cerrarse, y nos referimos fundamen-
talmente al movimiento ~~en acordeón» (imbricación- Este autor prefiere un segundo método, con-
deSimbricación) y no al movimiento en separación sistente en seguir a una pareja de apófisis transversas
( coaptación-decoaptación). En la flexión, las carillas a lo largo de un arco de flexión y extensión, e inter-
deberían abrirse cori. normalidad, y en la extensión pretar los hallazgos a la luz del fenómeno de apertura
deberían cerrarse. Si algo interfiere con la capacidad y cierre de las carillas. Independientemente del mé-
de apertura de ambas articulaciones, se producirá res- todo utilizado, la movilidad vertebral se puede descri-
tricción a la flexión. Inversamente, si algo interfiere bir desde distintas perspectivas: según la movilidad
con la capacidad de cierre de ambas articulaciones, disponible, según la posición del segmento con res-
aparecerá restricción a la extensión. También es posi- tricción de movilidad, y según el sentido en que se en-
ble que una de las articulaciones se mueva con nor- cuentra la restricción. En la tabla 6.1 se muestran es-
malidad y que la otra se encuentre limitada. Si, por tas tres formas de describir la restricción de la movili-
ejemplo, la articulación derecha no se abre, pero la iz- dad vertebral referidas a un nivel en concreto. Las
quierda funciona normalmente, será posible la incli- actuales convenciones en materia de descripción de
nación derecha, pero la inclinación izquierda estará la disfunción vertebral, permiten referirse a ésta tanto
restringida. Dado que la inclinación y la rotación son en función de la posición del segmento con restric-
movimientos acoplados en los segmentos vertebrales ción, como en función de la movilidad perdida por
tipo, también la rotación puede verse afectada por la dicho segmento. Por lo tanto, un segmento que se en-
alteración del movimiento de las carillas articulares. cuentra en extensión, rotación derecha e inclinación
derecha, presenta restricción a la flexión, inclinación
DIAGNÓSTICO DE LA DISFUNCIÓN izquierda y rotación izquierda. Se ruega encarecida-
DE LA MOVILIDAD VERTEBRAL mente el uso de la terminología adecuada, para des-
cribir tanto la posición, como la restricción de movili-
Las disfunciones en la columna vertebral pueden des- dad. Es necesario aprender a traducir ambos sistemas
cribirse como disfunciones segmentarlas, que afectan de terminología diagnóstica, pero resulta claramente
Capítulo 6 Disfunción de la movilidad vertebral 71

imprescindible precisar la terminología empleada, giones dorsal inferior y lumbar, se examina al pacien-
para asegurar la correcta comunicación entre distin- te en tres posiciones diferentes: decúbito prono neu-
tos examinadores. tro sobre la camilla, en extensión completa (posición
de prono apoyado o de esfinge), y en flexión máxima
Tabla 6.1
.- . ,,:,Factores que describ~n.la mowlidad vertebral - , -.,,. (fjgs,, §,i,ti,.4)., Supo\Jg;;trnos, con fines descriptivos,
que· algo dificulta la apertura de la articulación inte-
Restricción Movilidad rapofisaria derecha. En la posición neutra, la apófisis
Posición
de movilidad disponible
transversa derecha parece estar ligeramente más pos-
terior que su homóloga izquierda. A medida que el
En flexióh Extensióri · Flexión f)aCie:Cúe aum.enta la. flexión,..· 1a. apófisis transversa
En rotacióf! izquierda Roiació~ a·~recha Rotación izquiei-da
En iclinación izquierda
derecha se hace mucho más prominente que la
Inclinación derecha Inclinación izquierda
En extensión Flexión Extensión izquierda. La articulación interapofisaria derecha,
En rotación d~recha · Rotación izqni~rda Rotación• dérÚ-ha con- restricción, mantiene la mitad derecha del -arco
En inclinación derecha Inclinación .izquierda Inclinación derecha posterior de esa vértebra en posición posterior, mien-
tras que la 8lrticulación interapofisaria izquierda, con
DISFUNCIONES SEGMENTAR/AS libertad de movimiento, permite que la mitad izquier-
da del arco posterior se mueva hacia adelante y
La,s disfunciones de un segmento móvil aislado pue-
arriba, junto con la apófisis transversa izquierda, lo
den identificarse con facilidad por el hallazgo de hi-
cual le hace parecer menos prominente. En la exten-
pertonía de la cuarta capa de musculatura vertebral,
sión, a:inbas apófisis transversas parecen hacerse más
en, el surco medial adyacente a las apófisis espinosas,
simétricas, dado que la apófisis transversa derecha ya
ya que no existe hipertonía muscular palpable en el
se encuentra posterior, debido a la restricción de la
cuarto estrato de los segmentos móviles·vertebrales
articulación .interapofisaria derecha, mientras que
normales. Cuando aparece en un determinado nivel,
la articulación interapofisaria izquierda se imbrica en
el operador debería identificar las características de
la extensión, permitiendo que la apófisis transversa iz-
movilidad de esa vértebra en relación con las vérte-
quierda se mueva hacia detrás y abajo, lo cual da una
bras superior e inferior. Una segunda pista de la posi-
apariencia de mayor simetría.
ble existencia de disfunción segmentaría la constituye
Supongamos ahora que algo interfiere con la ca-
el hallazgo, por medio del examen detallado, de una
pacidad de cierre de la articulación interapofisaria iz-
prominencia a I;,. altura de una determinada apófisis
quierda. En esta situación es habitual encontrarse la
transversa, lo cual sugiere la posibilidad de que la vér-
apófisis transversa derecha un poco más prominente,
tebra correspondiente se encuentre rotada hacia ese
en la posición neutra. Al pedir al paciente que se
lado (fig. 6.1). El proceso diagnóstico de la definición
mueva-hacia la extensión, la apófisis transversa dere-
segmentaría se lleva a cabo. colocando los pulgares so-
cha .parece ha!=erse más prominente .. Esto ocurre
bré la cara posterior de las apófisis transversas del seg-
como resultado de la imbricación normal de la articu-
mentó que se sospecha afectado. A continuación se
lación interapofisaria derecha, que permite que la
lleva al paciente,_activa á··pasivamente, a través de un
apófisis transversa se desplace hacia detrás, mientras
arco de flexión a extensión: En la columna dorsal su-
que la articulación interapofisaria izquierda se en-
perior se utiliza habitualmente el movimiento activo
cuentra limitada en su capacidad de cierre, lo cual
de la cabeza sobre el tronco, mientras que en las re-
Ínantiene a la apófisis transversa izquierda en una po-
sición más anterior. En la flexión, ambas apófisis
transversas se hacen más simétricas. La apófisis trans-
versa izquierda ya se encuentra en posición anterior,
debido a la restricción de la articulación interapofisa-
ría izquierda, y el movimiento hacia la desimbricación
de la articuiación interapofisaria derecha, lleva a la
apófisis transversa derecha hacia adelante.
Estas .disfunciones de una unidad motora verte-·
bral aisladá también se describen corno disfunciones
no-neutras, ya que los movimientos acoplados restrin-
gidos son la inclinación y la rotación ha.cía el mismo
lado. Históricamente se han descrito corno disfuncio-
nes tipo II. Sus características son las siguientes:
Figura 6.1.
Apófisis transversa derecha prominente de ün segmento l. Sólo está implicada una unidad motora ver-
aislado. tebral.
72 Principios y práctica de la medicina manual

Figura 6.2.
Test de movilidad vertebral en de-
cúbito prono neutro.

Figura 6.3.
Test de movilidad vertebral en ex-
tensión.

Figura 6.4.
Test de movilidad vertebral en
flexión.
Capítulo 6 D1sfunc16n de lo movJ/1dod vertebro! 73

2. Incluye un componente de restricción a la (tipo II) de ese segmento móvil vertebral, dicha pro-
flexión o a la extensión. minencia cambiará a lo largo del arco de flexo-exten-
3. La restricción de movilidad de la inclinación y sión. En una de las posiciones aumentará y en la otra
de la rotación se produce hacia el mismo lado. se hará más simétrica. Si la apófisis transversa es pro-
<. _.minepJe del:,ido a un desanollo asimétricq, y el seg-
Hemos descri_to. el Jenóménci' que se produce si
mento es básicamente funcional, la apófisis transversa
una de las dos articulaciones interapofisarias pierde
mantendrá la misma prominencia en todo el reco-
la capacidad de abrirse o cerrarse. Si existe un seg-
rrido de flexo-extensión. Existe una tercera posi-
mento móvil vertebral aislado en el que ambas articu-
bilidad para justificar la existencia ck una apófisis
lacimjes · inter~pofisarias· presentan restricción, las
trclnsversa más prorri.inente: cuando una de las 'A,rtisu-
apófisis transversas se mantieneñ ell la mls~a pOS"i-.
laciones interapofisarias no se abre y la otra no se cie-
ción relativa durante todo el recorrido de flexión y de
rra. Esta restricción bilateral mantiene la misma pro-
extensión. Se. puede distinguir sj las dos .articulacio- .
minencia a ·lo largo·de todo el arco de movilidad. Se
nes interapofisarias se encuentran desimbricadas o
puede distinguir esta restricción bilateral de una asi-
iinbricadas, moüitorizando el espacio interespinoso
metría estructural evaluando la capacidad de flexión
durante los movimientos de flexión y de extensión. Si
y extensión'.\ al mismo tiempo que se monitoriza el es-
las ~_ticulaciones interapofisarias se pueden abrir, el
pacio interespinoso.
esP.~~_io interespinoso aumentará durante la flexión.
Si las articulaciones interapofisarias pueden cerrarse
La figura 6.5 muestra un ejemplo de los hallazgos
de f'orma simétrica, el espacio interespinoso se estre-
en presencia de disfunciones no-neutras en la colum-
chará durante la extensión.
na lumbar. Un principio fundamental en el uso del
'Existen varias razones por las que se recomienda
proceso diagnóstico. es la importancia de relacionar el
este tipo de test de movilidad vertebral. De entrada,
comportamiento de la vértebra superior con respecto
este método es consistente y reproducible en el tiem-
a la inferior. El segmento inferior es el plano de orien-
po. Al segmento móvil tan sólo se le pide movimiento
en un plano. Al contrario de lo que ocurría en el mé-
todo descrito previamente, no se introducen cambios
multiaxiales en las características del movimiento.
Con este método no se aplica ningún tipo de manio-
bra articulatoria y, por Jo tanto, no se produce ningún
cambio apreciable en la mecánica vertebral. Esto
0-GO
hace que el operador pueda tener más seguridad en
la evaluación posterior al tratamiento si, de hecho, se
ha producido algún cambio en la movilidad existente
antes y después del tratamiento.
0-0-0
En segundo lugar, este proceder facilita el ser apli-
cado por múltiples examinadores, debido a la ausen-
cia de acción terapéutica. Esto permite una docencia· 08-0
os-o
más consistente de los procedimientos diagnósticos
vertebrales. Si cinco examinadores distintos explora-
ran .consecutivamente un determinado segmento,
llevándolo a través de múltiples recorridos de movili-
dad, cuando el quinto describiera los hallazgos, el pri-
mero pensaría que se trataba de otro paciente.
Usando el test de movilidad en un sólo plano, los ha-
llazgos permanecen más constantes entre los diferen-
tes examinadores y a lo largo del tiempo.
0-G-EJ-
□ G □
Una tercera razón para recomendai este método
es la capacidad del operador para diferenciar entre la
asimetría estructural y la funcional de un determina-
do segmento vertebral. Las asimetrías estructurales
son bastante frecuentes, y la palpación de una apófisis F N E
transversa posteriorizada no permite distinguir un de-
sarrollo asimétrico de una auténtica disfunción de na- Figura 6.5.
turaleza rotacional. Si la apófisis transversa prominen- Ejemplo de disfunción vertebral no-neutra de un seg-
te, lo es por una disfunción segmentaría no-neutra mento aislado.
74 Principios y práctica de la medicina manual

tación con el que se compara el segmento superior. El mal, ya que siguen la rotación derecha de L4. Sus ar-
plano de referencia de base lo constituye el plano co- ticulaciones interapofisarias conservan la capacidad
ronal. Si el segmento inferior se encuentra girado ha- de cerrarse simétricamente y siguen la rotación dere-
cia la izquierda y el superior se encuentra nivelado con cha de L4.
respecto al plano coronal, entonces la vértebra supe-
rior, en relación al segmento inferior, s¿ encuentra·gt: · DISFUNCIONES NEUTRAS (DE GRUPO)
rada hacia la derecha. Recuérdese que siempre se ha
de relacionar el comportamiento del segmento supe- Las características de una disfunción grupal neutra
rior con respecto al infeiior. En este ejemplo el sacro son:
se encuentra nivelado, con respecto al plano coronal,
en las tres posiciones de flexión, neutra y extensión. l. Implican a un grupo de segmentos (tres o
En L5 la apófisis transversa izquierda se hace más pro- más).
minente durante la flexión, mientras que se mantiene 2. Mínimo componente de restricción a la
simétrica con respecto al plano coronal en la posición flexión o a la extensión.
neutra y en la extensión. Este hallazgo aparece porque 3. R,;,stricción del grupo a la inclinación en un
algo interfiere la capacidad de apertura de la articu- sentido y a la rotación en el sentido opuesto
lación interapofisaria izquierda durante la flexión. (fig. 6.6).
Tanto en la posición neutra como en la extensión, las
apófisis transversas son simétricas, lo cual indica la ca- Cuando hay tres o más segmentos vertebrales in-
pacidad de cierre simétrico de ambas articulaciones volucrados en la restricción de movilidad, se produce
interapofisarias durante la extensión. La restricción no una curvatura lateral. El lado de la convexidad se
es muy grande, dado que no existe rotación a la iz- muestra prominente, debido a la rotación de las vér-
quierda en la posición neutra. El diagnóstico seria: L5 tebras hacia ese lado. Cuando se hace el examen
se encuentra en extensión y en rotación e inclinación palpatorio, encontramos un abultamiento sobre las
izquierdas (ERSizguierda) 1, con restricción de movilidad apófisis transversas del grupo vertebral implicado.
hacia la flexión, inclinación derecha y rotación dere- Este hallazgo es a veces diagnosticado erróneamente
cha. Nótese también que, en la flexión, las apófisis de hipertonía o espasmo muscular, debido a que la
transversas izquierdas de Ll a L4 son también más pro- musculatura que cubre las apófisis transversas poste-
minentes en el lado izquierdo. Esto se debe al hecho riorizadas es más prominente y da la impresión de
de que L5 ha girado a la izquierda durante la flexión y que se encuentra hipertónico, espástico o tenso. Es
las otras cuatro vértebras lumbares han seguido de ma- cierto que la musculatura es más prominente, pero
nera normal, con una apertura simétrica de sus articu-
laciones interapofisarias durante la flexión.
En L4 realizamos una observación diferente. A
este nivel, en la extensión, la apófisis transversa dere-
cha se hace prominente con respecto a las apófisis
transversas simétricas de L5. Tanto en la posición
neutra como en la flexión, L4 sigue a L5, pero en la
extensión no. En la extensión, algo ha interferido la
capacidad de cierre de la articulación interapofisaria
izquierda. Durante la extensión, el cierre normal de
la articulación interapofisaria derecha lleva a la vérte-
bra hacia la rotación derecha, la inclinación derecha
y la extensión, en el lado derecho. El diagnóstico es:
L4 se encuentra flexionada y rotada e inclinada a la
derecha (FRSdecoch,) 1, con restricción de movilidad ha- o o
cia la extensióµ, inclinación izquierda y rotación iz-
quierda. Nótese cómo, de nuevo, las apófisis transver- o o
sas de Ll a L3 también se encuentran posteriorizadas
o o
a la derecha en la extensión. Éste es un hallazgo nor- o
1
N. del T.: Se respeta este tipo de notación dado su carácter
internacional y lo extendido de su uso. E, extensión; F, flexión; R,
rotación; S, inclinación" (del inglés Sidebending). En futuras oca-
siones, la palabra «izquierda» podrá sustituirse por la letra «i», y la Figura 6.6.
palabra «derecha» por la letra «d». Disfunción vertebral de grupo neutra.
Capítulo 6 Disfunción de la movilidad vertebro/ 75

como resultado de la rotación vertebr<tl, que empuja


la masa muscular hacia detrás.
En el proceso diagnóstico, este abultamiento pal-
pable se mantiene en las tres posiciones. La deformi-
..dsid.. ,t11ede.rnejorar .o trnp.\\\o.ra.rJigtxamente . ,i. l\i>Jar-.
go del arco de movimiento, pero en ninguna de las
tres posiciones se consigue una simetría entre las apó-
fisis transversas de ambos lados. La restricción de mo-
vilidad de este_ grnpo 1e segmentos será _mínima __en
los movimientos <le flexión y ext€nsión, pero mucho.
más llamativa en la inclinación hacia el lado de la con-
vexidad y en la rotación hacia el lado de la conca-
. viciad:---- ·'· ·· ··· · --····
A las disfunciones grupales neutras también se les
denomina restricciones de ·tipo I, y en ellas los movi-
mientos acoplados restringidos son la inclinación ha-
cia un lado y la rotación hacia el lado contrario. Este
tipo. de disfunciones aparecen en los mecanismos
compensatorios de las escoliosis y, con· frecuencia, se
encuentran por encima o por debajo de una disfun-
ción segmentaría, de tipo II. Muy habitualmente son
secundarias a.problemas que se encuentran en otras
localizaciones, pero debido a que interesan a un gran
número _de segmentos vertebrales, se les presta.mu-
cha atención desde el punto de vista diagnóstico.
Dado su carácter secundario, sólo deben tratarse des- F N E
pués de haber aplicado el tratamiento adecuado a la
causa de la disfunción: una disfunción no-neutra o un Figura 6.7.
desnivel de la base sacra. Ejemplo de disfunción grupal neutra.
La figura 6. 7 describe los hallazgos en una dis-
función de grupo. Nótese cómo L5 muestra, nueva-
turas articulares (hipomovilidad), pero si se usan en
mente, un~ disfunción segmentaria no-neutra de tipo
segmentos hipermóviles podrían resultar perjudicia-
ERS,,quiecd,, igual que en la figura 6.5. En este ejemplo,
las apófisis transversas izquierdas hacen prominencia
les, aumentando la hipermovilidad. En el diagnóstico
estructwal debemos interesarnos por tres tipos de hi-
en el grupo LIA, tanto enh flexión, como en la_ po-
sición neutra o en la extensión. No importa qué permovilidad: (a). la debida a enfermedades tales
posición adopte el paciente, siempre hay rotación como .el síndrome de Ehlers-Danlos; el síndrome de
Marfan, el síndrome de hipermovilidad marfanoide u
izquierda de dicho grupo. La disfunción es, por tan-
otros, aún más raros; (b) la hipermovilidad fisiológica,
to, una disfunción grupal neµtra de Ll-4. El diagnós-
· observada en ciertas tipologías (ectomórfica) y en
tico de·ia posición será flexo-extensión neutra, incli-
nación derecha y rotación izquierda. Otra forma de gimnastas, bailarinas de ballet y en otros tipos atléti-
cos; y (e) la hipermovilidad compensatoria, debida a
describir el diagnóstico'de esta disfunción de grupo
la existencia de hipomovilidad en otra zona del sis-
sería ENizquierda de Ll-42 .
tema musculoesquelético.
En el proceso terapéutico, en. primer lugar se
identifican y se tratan todás las disfunciones no-neu-
Las hipermovilidades patológicas constituyen un
tras, y si, después de esto, aún persisten disfunciones
tipo de trastornos en los que existen-alteraciones en la
~~ g~upo, -se tratan a continuación.
histología y en la bioquíi;íiica de los tejidos conectivos.
En el síndrome dé Ehlers-Danlos existe hipermovili-
HIPERMOVILIDÁD dad articular y laxitud y fragilidad cutáneas. Esta pa-
Los procedi_mientos de medicina manual están indi- tología se ha detectado en los artistas de circo conoci-
cados en el tratamiento de la restricdón de las estruc- dos como contorsionistas o personas <<de goma». En el
síndrome .de Marfan clásico, se aprecian miembros
2
N. del T.: EN, del inglés «easy.normal», indica que no hay
· largos y delgados (dolicostenomielia), ectopia del
restricción ni a la flexión ni a la extensión. El subíndice, izquierda cristalino, dilatación aórtica y prolapso de la válvula
o derecha, indica el lado de la convexidad. mitral. Aunque la severidad de cada uno de los signos
76 Principios y práctica de la medicina manual

del síndrome de Marfan varía de un paciente a otro, toria, el trastorno no precisa de tratamiento directo
todos muestran hipermovilidad articular. Después de sino que responde bien al tratamiento adecuado de¡;
una lesión articular, la hipermovilidad aumenta y re- hipomovilidad existente en otra zona de la columna
sulta sumamente dificil el manejo de pacientes con vertebral. Muchos profeeionales de la medicina del
e~ta ~!,lf'=:rffi:edad, qu~ ,ade.111:~syresen~an disfunciones sistema mu_s_culoesqueléti_co _u_tilizan infiltrac;ione_s_,,es-
somáticas superpuestas en su- anatomía rnusculoes- clerosantes én ios ligamentos de un segmentó hip~r-
quelética. En el síndrome de hipermovilidad marfa- móvil, como parte del tratamiento. Este método se ha
noide se aprecian las mismas alteraciones del sistenia usado empíricamente durante muchos aiios, pero re-
musculoesquelético, pero no parecen existir ni los cientemente se han publicado estudios, tanto clínicos
trastornos oculares, ni los vasculares. como en animales, que apoyan la observación de que
En el grupo de la hipermovilidad fisiológica exis- la terapia esclerosante aumenta la estabilidad articu-
te hipermovilidad de los dedos de las manos, de los lar y reduce la nocicepción. En la experiencia de este
codos, de las rodillas, así como hacia la flexión de autor, la mayoría de las zonas de hipermovilidad com-
tronco. Para saber hasta qué punto es hipermóvil un pensatoria secundaria se autocorrigen cuando las zo-
paciente, se ha ideado una escala de nueve puntos, nas de hipomovilidad son tratadas convenientemente,
que se reparten, de una manera previamente estable- y se devuelve' el equilibrio funcional a todo el sistema
cida3, entre las partes anatómicas mencionadas. musculoesquelético.
Resulta fácil para los pacientes que presentan este No se puede hablar de hipermovilidad sin hacer
rasgo, convertirse en gimnastas o bailarines, y la mo- referencia a la inestabilidad. La inestabilidad se pro-
vilidad puede verse aumentada por efecto del entre- duce cuando el daño articular alcanza el grado en el
namiento y del ejercicio. En los individuos normales, que las estructuras articulares pierden su integridad
la movilidad articular se reduce rápidamente durante anatómica. La línea divisoria entre una hipermovili-
la infancia, y más lentamente en la edad adulta. Los dad importante y la inestabilidad es dificil de definir.
pacientes con una hipermovilidad fisiológica aumen- En la auténtica inestabilidad el tratamiento apro-
tada están más expuestos a padecer síntomas y enfer- piado es la estabilización quirúrgica o una ortesis de
medades del sistema musculoesquelético, en especial contención.
la osteoartrosis.
Es en los estados de hipermovilidad secundaria El diagnóstico de hipermovilidad
donde los que ejercen la medicina manual actúan con Diagnosticar hipermovilidad en el síndrome de
más frecuencia. La hipermovilidad compensatoria pa- Ehlers-Danlos o en el de Marfan no es dificil siempre
rece desarrollarse en zonas de la columna vertebral, y cuando exista un índice de sospecha y se reconoz-
como reacción secundaria a la hipomcrvilidad can el resto de los signos físicos. La escala .de nueve
existente en alguna otra zona del complejo. Los seg- puntos, mencionada anteriormente, ayuda a realizar
mentos con hipermovilidad compensatoria pueden una valoración global de la hipermovilidad relativa.
encontrarse tanto adyacentes como a distancia de la La verdadera dificultad se encuentra cuando se in-
zona de hipomovilidad articular. Clínicamente, tam- tenta evaluar la hipermovilidad compensatoria local.
bién parece existir una hipermovilidad relativa en el Las maniobras diagnósticas son variaciones de tests
lado opuesto de un segmento con restricción. La prin- de movilidad segmentaría regional. En estas manio-
cipal dificultad de estas zonas con hipermovilidad bras se intenta ftjar un segmento y mover otro con res-
compensato_ria secundaria, radica en que, con fre- pecto a él, comparando con la movilidad considerada
cuencia, son las zonas sintomáticas. Dado que inten- normal dél segmento que se encuentra por encima o
tan compensar la restricción de movilidad existente por debajo del que se sospecha hipermóvil. Los tests
en alguna otra parte, reciben un exceso de estímulos, de movilidad traslatoria parecen ser los más eficaces.
por el aumento de la movilidad, y se hacen dolorosas En la columna lumbar, con el paciente en decúbito la-
y sensibles. Puesto que son las zonas de dolor, el pro- teral, el operador monitoriza cada segmento verte-
fesional de la medicina manual les presta una gran bral, cogiendo dos apófisis espinosas con el pulgar y
atención, pudiendo caer en la trampa de tratar el seg- el índice de cada mano, e introduderi.do un movi-
mento hipermóvil, ya que es el que duele, sin darse miento de traslación lateral al empujar ambas apófisis
cuenta de que el síntoma es secundario a una restric- hacia la camilla y hacia el techo, y comparando estos
ción de movilidad que se encuentra en otro sitio. En movimientos con los de los segmentos supra y subya-
la mayoría de los casos de hipermovilidad compensa- centes (fig. 6.8). Con el paciente en la misma posi-
3
ción de decúbito lateral, pero con caderas y rodillas
Los nueve puntos se reparten de la siguiente manera: uno
a cada pulgar; uno a cada grupo de dedos de la mano del 2. 2 en flexión de 90º, el operador puede monitorizar un
al 5. 2 ; uno a cada codo; uno a cada rodilla, y uno a la flexión del determinado segmento fijando la vértebra superior e
tronco. introduciendo un movimiento de traslación antera-
Capítulo 6 Disfunción de fo movilidad vertebro/ 77

posterior, al empujar con su muslo contra las rodillas finge) sobre la camilla (fig. 6.12), el operador coloca
del paciente (fig. 6.9). Se puede hacer una prueba de sus pulgares a cada lado de las apófisis espinosas, so-
inclinación y rotación combinadas si, con el paciente bre las apófisis transversas de la vértebra, y la desplaza
en la misma posición, el operador coge los pies y los de izquierda a derecha (fig. 6.13) y de derecha a iz-
tobillos de] pacient.e y los Sll_be en.dif<;~,<=i_ó,r,¿\t<:910 qufercla, La comparación de la movilidadtraslatoria
(fig: 6.lüj', o los baja eri dirección al suelo (fig, 6.11), de diferentes segmentos, le da al operador la capaci-
mientras se monitorizan- los elementos posteriores de dad de percibir si alguno de ellos es más móvil que el
la vértebra lumbar. Otro test de hipermovilidad se resto. Los tests de hipermovilidad requieren mucha
basa en el hecho de que en la extensión, al cerrarse práctica y el juicio es altamente subjetivo. Si se sospe-
de. mane~~.- s_imétríca las articulacione~, inter~pqfisa- .cha una hipermovilídad segment~ria. importante, .se·
rias, la posibilidad de conseguir un movimiento de pueden hacer radiografías dinámicas en flexión, en
traslación lateral disminuye. De esta forma, con el pa- extensión y en las dos inclinaciones, como ayuda para
. - - , ciente en posieión de-prono apoyado {posición-de-es- ··el ·diagnóstico .

Figura 6:8. Figura 6.rn.


Test de hipermovilidad en traslación lateral. Test de hipermovilidad en inclinación y rotación.

Figura 6.9. Figura 6.11.


Test de hipermovilidad en traslación anteroposterior. Test de hipermovilidad en inclinación y rotación.
78 Principios y práctico de la medicina manual

Figura 6.12. Figura 6.13.


Test de hipermovilidad en extensión, comenzando con Test de hipermovilidad en traslación de izquierda a de-
el contacto de los pulgares sobre las apófisis espinosa y recha, en extensión.
transversas.

CONCLUSIÓN manual, información diagnóstica precisa, con el fin de


ejecutar tratamientos, de llevar registros exactos y de
Aunque aún existe una gran necesidad de investiga-
ción sobre la biomecánica de la movilidad segmentaria poder comunicarse con otros colegas. La destreza en el
vertebral, los conceptos y métodos descritos aquí le diagnóstico estructural de la restricción de la movilidad
proporcionarán al profesional que ejerce la medicina vertebral se consigue a base de práctica y experiencia.
TÉCNICAS DE PARTES BLANDAS
y DE MOVILIZACIÓN SIN IMPULSO
(ARTICULATORIAS)

Existen un gran número de formas de abordar el cuer- partes bland,as pueden estirar mecánicamente la piel,
po sirviéndose de las manos. Todas ellas pueden defi- la fascia y el. músculo y mejorar su movilidad y flexibi-
nii:se como terapias de estimulación periférica. En el lidad. También se muestran útiles para incrementar la
Capítulo 4 se mencionaron las técnicas terapéuticas de circulación de los fluidos dentro y fuera de las partes
partes blandas, que incluían, entre otras, los puntos ga- blandas del sistema musculoesquelético, reforzando
tillo de Travell, los reflejos de Chapman y la acupun- · los retornos venoso y linfático y descongestionando zo-
turá. Este capítulo describe las técnicas de partes blan- nas del. cuerpo afectadas por una lesión o enferme-
das_ que gozan de un amplio margen de aceptación y dad. Tainbi_én pueden ejercer un efecto neurológico,
de utilización en el qmpo de la medicina manual. Mu- en especial modificando la fisiología muscular para
chas de las técnicas son semejantes, o muy parecidas, a vencer la hipertonía y el espasmo. Los efectos neuro-
las que encontramos en el masaje tradicional. lógicos pueden ser excitatorios o inhibitorios depen-
diendo de cómo se aplique la técnica. Otro efecto neu-
DEFINICIÓN rológico es el alivio del dolor musculoesquelético tras
el uso de una técnica de partes blandas, lo cual puede
Las técnicas de partes. blandas se definen como: «ma- producirse por la liberación de opioides endógenos y
niobras aplicadas a cualquier tejido, excepción hecha de otras sustancias neurohumorales. Otro posible me-
del esqueleto, al tiempo que se monitorizan la res- canismo es la modulación de vías espinales reflejas por
puesta y los cambios en la movilidad por medio de la medio de la estimulación de los mecanon:eceptores,
palpación diagnóstica. Habitualmente implican esti- propioceptores y nociceptores de los tejidos blandos.
ramientos trans:versales, estiramientos longitudinales,
presión profunda, tracción y/ o separación del origen Efecto tónico
y de la inserción de los músculos". (Glosario de Ter-
minología Osteopática. J Am Osteopath Assoc· 80:552- Las técnicas de partes blandas también son útiles por
567, 1981) . . sús efectos de «tonificación» generar del paciente, es-
pecialmente de aquéllos que han permanecido enca-
OBJETIVOS DE LAS TÉCNICAS DE PARTES mados durante un determinado periodo de tiempo a
BLANDAS causa de una enfermedad o lesión, en los que parecen
incrementar su tono físico ge_neral y su nivel de bie-
Las técnicas de partes blandas son ampliamente utili- nestar. Dado que muchas de estas técnicas parecen ge-
zadas combinando diagnóstico y tratamiento. Fre- nerales tanto en su aplicación como en sus resultados,
cuentemente preceden al uso de otras técnicas de el profesional de la medicina manual debe tener en
medicina manual que, aplicadas a las estructuras arti- mente algún objetivo terapéutico específico antes de
culares subyacentes, puedan ser más resolutivas. Di- aplicar cualquier técnica de partes blandas. U na vez
cho de otra forma, preparan las partes blandas para que el objetivo está claro, la técnica puede adaptarse
otro tipo de maniobras. Aunque también pueden para que se ajuste al estado del paciente y a su en-
usarse como trat~riliento manual-único para la conse- torno, así como a la fuerza y habilidad del operador.
cución de un determinado objetivo terapéutico.

Mecanismos TIPOS DE TÉCNICAS DE PARTES BLANDAS

Estas técnicas producen efectos mecánicos, circulato- Las técnicas de partes blandas se diferencian según la
rios y neurológicos y resultan útiles tanto en las pato- dirección de la fuerza aplicada a la musculatura sub-
logías agudas como en las crónicas. Las técnicas de yacente (fig. 7.1). Una fuerza perpendicular al eje
79
80 Principios y práctico de la medicino manual

largo de un músculo se denomina estiramiento trans- (fig. 7.2). La postura del operador debe ser relajada,
versal. La fuerza aplicada en la dirección del eje largo con un pie ligeramente adelantado con respecto al
del músculo se denomina estiramiento longitudinal. otro, de manera que sea el balanceo anteroposterior
La aplicación de una fuerza en ambos sentidos del eje de la masa corporal del operador quien ejerza la
largo del músculo consigue la separación de _origeri_'c_ fuerza y no su propia actividad mu_~_cular.
inserción. Si se aplica una presión firme al músculo, El paciente debe encontrarse en una posición có-
cerca de sus anclajes óseos, la técnica se denomina moda y relajada. Si se utiliza la posición de decúbito
presión (o compresión) profunda. Aunque las técni- prono, la cabeza deberia girarse hacia el operador
cas se describen con respecto al músculo y a la direc- para evitar que las fuerzas laterales no ejerzan tensio-
ción de sus fibras, debe recordarse que la aplicación nes indeseables en la charnela cervicodorsal. Si se uti-
de una fuerza externa al plano muscular también liza la posición de decúbito lateral, una almohada de
afecta a la piel, a la fascia subcutánea y a la fascia pro- altura adecuada deberia mantener la cabeza y el cuello
funda que envuelve al músculo. Las técnicas de partes en el aje largo del tronco. Resulta útil mantener juntos
blandas actúan sobre todos estos tejidos. los pies y las rodillas del paciente, con rodillas y cade-
ras ligerall!ente flexionadas, ya que así se le confiere es-
PRINCIPIOS TERAPÉUTICOS DE LAS TÉCNICAS tabilidad y confort al paciente. Es esencial que la rela-
DE PARTES BLANDAS ción entre paciente y terapeuta sea relajada y sinérgica.
Al igual que en todas las técnicas de medicina ma- La colocación y el uso de las manos revisten grao
nual, el cuerpo del operador debe mantenerse en importancia en las técnicas de partes blandas. Lo que
una posición cómoda y equilibrada para evitar tensio- más se usa son las yemas de los dedos, las eminencias
nes innecesarias y fatiga. La camilla o cama debe en- tenares y la cara palmar del pulgar. Cuando el opera-
contrarse a la altura correcta, de forma que el opera- dor utiliza las yemas de los dedos para llegar adecua-
dor no necesite inclinarse demasiado hacia adelante damente a los tejidos, la necesaria flexión de las in-

~
o

Estiramiento Transversal

o C???:±s
Estiramiento Longitudinal

Separación de Origen e Inserción

o <fC??5k
Presión Profunda

Figura 7.1. Figura 7.2.


Técnicas de partes blandas. Posición del operador.
Capítulo 7 Técnicas de partes blandas 81

terfalángicas distales se produce por la acción del fle- tora, existen dos errores habituales que deben evi-
xor común profundo de los dedos (fig. 7.3). Los que tarse. El primero es ejercer presión hacia las apófisis
se inician en la medicina manual deben fortalecer la espinosas, en lugar de hacerlo en sentido contrario,
acción de los tendones de este músculo para ejercer hacia el lado que se está tratando. Ello provoca una
. la foerza apropiada en las partes blandas. Las emi- compresión dolorosa de la masa espinal erectora con-
nencias ténares y la cara palmar de los pulgares pue- tra la cará fateral de las apófisis espinosas, que resulta
den apoyarse sobre el eje largo de un músculo y se contraproducente. El segundo error consiste en per-
pueden usar separadamente (fig. 7.4), simultánea- mitir que una zona de hipertonía muscular se «es-
mente con ambas manos (fig. 7.5), o con una mano cape» por debajo de la mano que la está tratando, lo
reforzando la otra' (fig. 7.{\). Es muy import;mte al- . cual supone una falta de_ control a nivel _del estrato
canzar correctamente y con precisión el tejido blando muscular. La colocación de las manos y su control son
del estrato adecuado. Al tratar la masa espinal erec- esenciales.

Figura 7.3. Figura 7.5.


Partes blandas, contacto con las yemas de los dedos_ Partes blandas, contacto con ambas eminencias tenares
flexionados. · y pulgares.

Figura 7.4. Figura 7.6.


Partes blandas, contacto con una sola eminencia te- Partes blandas, contacto con una mano reforzada con la
nar. otra.
82 Principios y práctica de la medicina manual

La dosificación de las técnicas de partes blandas blandas lentas__y firmes parecen tener un efecto inhi-
se puede modificar por medio de la frecuencia, el bidor sobre los tejidos. Aplicaciones más rápidas y vi-
ritmo y el tiempo de aplicación y, lo más importante, gorosas parecen tener un efecto estimulador. La
por el feedback permanente que nos ofrece la res- fuerza se modifica en función del objetivo y de la res-
puesta de los tejidos. La evaluación continua de la res- puesta de los tejidos. El operador también debe estar
puesta es la característic:,cprimordial de las técnicas alerta ante otras reacciones del paciente, aparte delás·
de partes blandas. El operador debe proceder hasta que se producen en los tejidos que se están tratando.
que se obtiene la respuesta deseada y detenerse tan Algunas veces los pacientes . .se agitan; otras veces se
pronto como se ha conseguido. Si la respuesta del te- muestran muy relajados y otras casi eufóricos. Se debe
jido no es la esperada, se debe interrumpir la manio- recordar que aunque estas técnicas son pasivas, pue-
bra y realizar una nueva valoración del diagnóstico y den producir fatiga, y la duración del tratamiento
del estado del paciente. Las maniobras para partes debe modificarse en base a la respuesta del paciente .

.,
Capítulo 7 Técnicas de partes blandas 83

Técnicas de partes blandas Técnicas de partes blandas


Columna cervical Columna cervical
Maniobra: Estiramiento transversal unilateral Maniobra: Estiramiento transversal bilateral
1. Paciente en decúbito supino, con :el ópercidor-•al · L · Paciente en decúbito supino sobre la camilla con el
lado de la camilla hacia el que mira el paciente operador de pie a la cabecera (fig. 7.8).
(lado izquierdo en el ejemplo) (fig. 7.7). 2. Las puntas de los dedos del operador contactan
2. La mano derecha del operador estabiliza la frente bilateralmente con el lado medial de la musculattt-
del paciente. ra paravertebral ·cervical.
3. 'La ma~~ izquierda del operador cóg"e ·la muscula- 3. El ·operador ·~jerce un estir~miento tra."nsversá.l
tura paravertebral cervical derecha del paciente, simultáneo en ambos lados de la musculatura cer-
con las yemas de los dedos mediales a la masa .vical,.desplazando las manos de arriba a .abajo, o
muscular y laterales a las apófisis espinosas. viceversa, y centrándose en el lado en el que exis-
4. La mano izquierda del operador aplica el estira- te mayor hipertonía muscular y donde se produce
miento transversal a la musculatura cervical, al tirar una mayor reacción de los tejidos.
de ella en dirección lateral y ligeramente hacia ade- 4. El operador puede aplicar también una ligera trac-
lanté, mientras que la mano derecha mantiene ción, en combinación con el estiramiento transver-
estable la cabeza del paciente. sal, simplemente dejando caer el peso del cuerpo
hacia detrás, al tiempo que mantiene los codos
5. El estiramiento transversal se aplica rítmicamente
a lo largo de toda la musculatura cervical, hacien- extendidos.
do especial hincapié en las zonas donde exista
hipertonía muscular y congestión de las partes
blandas.
6. La maniobra puede variarse permitiendo que la
cabeza del paciente gire hacia la izquierda durante
la aplicación de fuerza por parte de la mano
izquierda del operador, mientras que la mano dere-
cha aplica una contrapresión coordinada.
7. A continuación, la maniobra puede repetirse en el
otro lado, haciendo que el operador. se sitúe a la
derecha del paciente.

Figura 7.7. Figura 7.8.


84 Principios y práctica de la medicina manual

Técnicas de partes blandas Técnicas de partes blandas


Columna cervical Columna cervical
Maniobra: Tracción cervical (estiramiento longitudinal Maniobra: Presión profunda de la musculatura subocci-
del eje largo) pital
1. Paciente en decúbito supino, con el operador sen- 1. ·-¡:\icieni'it sÜpino, con el operador sentado a la
tado a la cabecera de la camilla. cabecera de la camilla.
2. Una de las manos del operador toma contacto en 2. Las puntas de los dedos de ambas manos del ope-
cuna con el cráneo del paciente, con los dedos rador contactan con las inserciones óseas de la
pulgar e índice apoyados sobre la inserción de musculatura cervical profunda en la región suboc-
la musculatura cervical en el occipital, mientras la cipital.
otra mano coge la barbilla (fig. 7.9). 3. Flexionando las articulaciones interfalángicas dis-
3. Usando el peso del cuerpo, el operador ejerce trac- tales, el operador aplica presión profunda manteni-
ción en dirección cefálica para, a continuación, da sobre la inserción muscular en el hueso occipi-
liberarla. tal (fig, 7.10).
4. El proceso se repite tantas veces como sea nece- 4. La presión se aplica a ambos lados para obtener
sario. equilibrio en la tensión y en el tono.
Precaución: A menudo demasiada tracción es contra- 5. Se libera la presión cuando la relajación se produ-
producente. ce bilateralmente.

Figura 7.9. Figura 7.10.


Capítulo 7 Técnicas de partes blandas 85

Técnicas de partes blandas 3. El operador tira rítmicamente de la musculatura


paravertebral dorsal lateralmente.
Columna cervical
4. La mano izquierda del operador puede ejercer una
Maniobra: Separación de origen e inserción (ejemplo:
contrapresión sobre el hombro izquierdo del
trap~Si() superjor derecho). . .. ,
paciente para aumentar la palanca.
1. Paciente en decúbito supino con el operador sen-
tado o de pie a la cabecera de la camilla. 5. Para estirar el romboides se emplean las mismas
posiciones de paciente y operador, pero contactan-
2. L;, mano izquierda del operador se coloca sobre el . do éste con las_ puntas de sus dedos-sobre el borde
occipital del paciente y controla la posición de_ la · espinal-de la escápula (fig.·7.13). A continuación, se
cabeza y el cuello .. -. . .. . .'
arrastra la escápula hacia adelante y afuera sobre
3. La mano derecha del operador se coloca sobre el la pared torácica, aplicando el estiramiento en la
aerornion derecho-del paciente (fig. 7.11)-" ... dirección· de las·fibras de1·músculo romboides:
4. La mano izquierda del operador inclina la cabeza y 6. Se repite. la maniobra tanto como sea necesario.
el cuello hacia la izquierda, con ligera rotación iz-
quierda, mientras la mano derecha ejerce contra-
'
presión sobre el acromion, separando origen e in-
serción de las libras superiores del trapecio.
5. Invirtiendo la posición de las manos se puede tra-
tar el otro lado, con el propósito de obtener una lon-
gitud y un tono simétricos de ambos trapecios."

Técnicas de partes blandas

Columna dorsal

Maniobra: Estiramiento transversal


1. El paciente se encuentra en decúbito lateral, con el
lado afecto·arriba (en el ejemplo, el lado. izquierdo).
El operador se coloca de pie frente al paciente.
2. Para la región dorsal superior, el brazo izquierdo
del paciente se cuelga sobre el brazo derecho del
operador, quien con las puntas de los dedos de su
mano d_erecha contacta con el lado medial de la
musculatura paravertebral (fig. 7.12). Figura 7.12. ·

Figura 7.11. Figura 7:13.


86 Principios y práctico de lo medicino manual

Técnicas de partes blandas se estabiliza la pelvis del paciente colocándole la


mano derecha sobre el ilíaco izquierdo (tig. 7.15).
Columna dorsolumbar
4. La mano del operador que se encuentra en con-
Maniobra: Estiramiento transversal tacto con la musculatura paravertebral estira hacia
1. Paciente en decúbito lateral con el lado afecto arri- aluera, mientras se hace contrapresión sobre la
ba (el izquierdo, en el ejemplo}. Operador frente a él. pelvis o sobre la cintura escapular.
2. La mano derecha del operador coge la masa 5. Se repite tantas veces como sea necesario a lo
muscular paravertebral dorsolumbar del lado afec- largo de toda la musculatura de la región toraco-
to, estabilizando el hombro izquierdo del paciente lumbar.
con su mano izquierda (fig. 7.14). 6. Una pequeña variación permite deslizar la mano
3. Una colocación alternativa de las manos del ope- izquierda del operador a través del brazo izquierdo
rador sería coger la masa muscular paravertebral flexionado del paciente antes de alcanzar la muscu-
dorsolumbar con la mano izquierda, al tiempo que latura paravertebral.

Figura 7.14. Figura 7.15.


Capítula 7 Técnicas de partes blandas 87

Técnicas de partes blandas 3. Los pulgares y las eminencias tenares del opera-
dor se colocan en el borde medial de la musculatu-
Columna dorsolumbar
ra paravertebral afectada. Se aplica estiramiento
Maniobra: Estiramiento transversal y longitudinal transversal rítmicamente a lo largo de todas las
1. Paciente en decúbito lateral con el lado afecto (el iz- zonas implicadas (fig. 7.5).
a
.. quierdo; en el ejemplo) ¡,rriba. Opérador frente él. 4. ·La· maniobra puede -l/ariarse aplicando· el estira-
2. El antebrazo izquierdo del operador se desliza a miento transversal con una sola mano, reforzada
través de la axila izquierda del paciente con la con la otra (fig. 7.6).
mano izquierda en contacto con la masa muscular 5. Otra variante consiste en coger la espina ilíaca
para\lertebral izquierda. anterosuperior del paciente con la mano derecha
3. El antebrazo derecho del operador se encuentra en del operador, mientras el pulgar y la eminencia
la cara superior del ilíaco izquierdo del paciente, tenar izquierdos aplican estiramiento transversal
can las punta:s ·de- los dedos en· contactó con la sobre · la musculatura paravertebral implicada
musculatura paravertebral izquierda. (fig. 7.18). La contrapresión se realiza levantando
el ilíaco derecho del paciente.
4. El contacto con las yemas de los dedos de ambas
manos permite estirar la musculatura paravertebral 6. '
Se repite cuanto sea necesario.
lateralmente (fig. 7.16).
5. A la vez que se realiza el estiramiento transversal,
se separan los brazos o antebrazos del operador,
empujando en dirección caudal con el brazo dere-
cho y en dirección craneal con el izquierdo, lo cual
condiciona un estiramiento longitudinal (fig. 7.17).
6. Se repite cuanto sea necesario a lo largo de toda la
musculatura paravertebral dorsal y lumbar.

Técnicas de partes blandas


Columna dorsolumbar
Maniobra: Estiramiento transversal en decúbito prono
1. El paciente yace en decúbito prono sobre la cami-
lla, con los brazos a los lados y la cabeza girada
hacia un lado.
2. El operador se encuentra ·de pie en el lado de la
. camilla hacia el que el paciente tiene girada la
· cabeza. Figura 7.17.

Figura 7.16. Figura 7.18.


88 Principios y práctico de la medicina manual

Técnicas de partes blandas 3. Se aplica una presión firme en dirección ventral


que se mantiene hasta que se siente la liberación
Columna dorsolumbar
de los tejidos.
Maniobra: Presión profunda 4. Una posible variante consiste en colocar el olécra-
1. Paciente en decúbito prono sobre la camilla. non del operador sobre la musculatura hipertónica.
2. El operador coloca los dos pulgares, o un pulgar Se puede usar el peso del cuerpo para aplicar la
reforzado con la otra mano, sobre la zona de hiper- fuerza de compresión ventral sobre la zona a tratar
tonía muscular (fig. 7.19). La maniobra es más efi- (fig. 7.20).
caz en el surco medial, entre la apófisis espinosa y 5. Se repite las veces que sea necesario.
el dorsal largo, sobre la musculatura vertebral
hipertónica de la cuarta capa.

.•

Figura 7.19. Figura 7.20.


Cop11u/o 7 Técrncos de portes blondos 89

Técnicas de partes blandas Técnicas de partes blandas


Región glútea Bombeo linfático
Maniobra: Presión profunda Las técnicas de tratamiento de bomb.eo linfático aplican
1. El paciente se encuentra en decúbito pmno, o en . el principio del modelo respiratorio-circulatorio de medi-
decúbito lateral con el lado afecto arooa. cina manual. .El objetivo terapéutico es.mejorar los flu-
jos venoso y linfático en todo el cuerpo así como el
2. El operador puede ponerse de pie a un lado o fren- intercambio respiratorio. Estas técnicas imprimen fuer-
te al paciente. za a las extremidades y a la jaula torácica a modo de
3. Se colocan los pulgares sobre las zonas de mus- «bombeo». Aunque el objetivo es mejorar el flujo de
culatura glútéa hipert6nica, cerca de su origen en fluidós y el intercambio ·respiratorio, las fuerzas aplica-
el ilíaco, en el vientre muscular, o en la inserción en das movilizan las estructuras articulares y las fascias,
el trocánter mayor (fig, 7.21 ). de superficiales a profundas. Estas técnicas son muy
· valios·as en pacientes con enfermedad pulmonar cróni-
4. Se mantiene la presión profunda hasta que se
ca o aguda, especialmente en la bronquitis y en la neu-
aprecia la relajación.
monía, y er¡ los componentes obstructivo y restrictivo
5. Se puede utilizar una variante en la que la presión de la enfermedad pulmonar obstructiva crónica. Tam-
se realiza usando el olécranon como punto de con- bién permiten movilizar muy eficazmente edemas peri-
tacto y aplicando el peso del cuerpo contra la mus- féricos. La dosificación ha de ser la apropiada, de for-
culatura hipertónica (fig. 7.22). ma que no se comprometa la función cardiaca. Estas
6. Se repite la maniobra hasta que deja de ser nece- técnicas se pueden aplicar en pacientes con lesiones
sario. musculoesqueléticas agudas con vistas a mejorar el
drenaje de la inflamación de las partes blandas asocia-
da con los traumatismos agudos de las articulaciones
periféricas. Se ha de tener siempre presente el princi-
pio de trabajar de central a distal cuando se aplica el
modelo respiratorio-circulatorio en el manejo de un
paciente.

Figura 7.21. Figura 7.22.


90 Principios y práctica de la medicina manual

Técnicas de partes blandas 5. En la fase espiratoria el operador libera la tracción


Bombeo linfático de la extremidad superior al tiempo que ap1ica una
fuerza oscilatoria contra el tórax del paciente.
Maniobra: Bombeo linfático torácico.
6. La mano derecha del operador mantiene la com-
1. Paciente en decúbito supino con el operador a la presión sobre la pared torácica durante la fase ini- .
cabecera de la camilla. cial de la inspiración, para liberarla rápidamente al
2. El operador coloca ambas manos en contacto con tiempo que tira de la extremidad superior derecha
la cara anterior da la caja torácica, con el talón de del paciente en dirección cefálica.
la mano justo debajo de la clavícula (fig. 7.23). 7. Se repiten varias veces los pasos del 2 al 6.
3. Se pide al paciente que inspire profundamente y 8. Se puede utilizar una variante en decúbito lateral,
que, a continuación, espire. con el lado que se va a tratar arriba. En esta varian-
4. Durante la fase espiratoria, el operador imprime una te la mano izquierda del operador coge la extremi-
compresión oscilatoria sobre el pecho del paciente. dad superior derecha del paciente, mientras que la
5. Al final de la espiración se pide al paciente que ins- mano derecha del operador se apoya en el hemi-
pire mientras el operador empuja contra la pared tórax d¡¡recho (fig. 7.25). Se repiten varias veces
torácica para mantenerla momentáneamente en la los pasos del 2 al 6.
posición de espiración.
6. El operador libera rápidamente la compresión del
pecho del paciente durante el resto de la fase ins-
piratoria.
7. Se repiten varias veces los pasos del 2 al 6.

Técnicas de partes blandas


Bombeo linfático
Maniobra: Bombeo linfático torácico unilateral
1. Paciente en decúbito supino con el operador a un
lado de la camilla.
2. La mano izquierda del operador coge la extremidad
superior derecha del paciente.
3. La mano derecha del operador contacta con el
hemitórax derecho del paciente (fig. 7.24).
4. Mientras el paciente inspira, el operador ejerce trac-
ción de la extremidad superior derecha del paciente. Figura 7.24.

Figura 7.23. Figura 7.25.


Capítulo 7 Técnicas de partes blandas 91

Técnicas de partes blandas 3. El operador aplica un movimiento oscilatorio en


dirección caudal, apreciando cómo la ondulación de
Bombeo linfático las extremidades inferiores se extiende al tronco.
Maniobra: Bombeo linfático de la extremidad inferior 4. El operador coge los dedos de los pies y las cabe-
1. Paci_ente _ 'en decúbito supino con el operador a los zas de los metatarsianos e introduce flexión dorsal
pies de la camilla. de los tobillos (fig. 7.27).

2. El operador coge en sus manos los dorsos de 5. En esta posición de flexión dorsal se aplica un
ambos pies_ del paciente e introduce flexión plantar_ movimiento oscilatorio en dirección cefálica.
de tobilló,\ (fig. 7.26). · 6. Se repite varias véces en arribas posiciones.

Figura 7.26. Figura 7.27.


92 Principios y práctico de la medicina manual

Técnicas de partes blandas Técnicas de partes blandas


Bombeo linfático Miscelánea de técnicas de partes blandas
Maniobra: Bombeo linfático de la extremidad superior Maniobra: Liberación de los pectorales
1. Paciente en decúbito supino con el op'ªg¡dor a la 1. Pªciente supino, con el operador a la cabecera de
cabecera de la camílla. la camilla.
2. El paciente levanta ambas manos por encima de 2. Las dos manos del operador, usando especialmen-
su cabeza y el operador le coge por las muñecas te los dedos medios, cogen ambos bordes inferio-
(fig. 7.28). res de los músculos pectorales del paciente (fig.
3. El operador aplica una tracción oscilatoria inter- 7.29).
mitente en dirección craneal sobre las extremida- 3. El operador aplica una tracción bilateral en sentido
des superiores del paciente, percibiendo la res- craneal sobre la cara inferior de los músculos pec-
puesta de la jaula torácica. torales.
4. Se repite si es necesario. 4. La respuesta que se produce es la liberación de la
tensión muscular.
5. Obsérvese el tórax y el abdomen para apreciar si
se produce cambio de respiración torácica a abdo-
minal.

Figura 7.28. Figura 7.29.


Cap11u/o 7 Técntcas de portes blondas 93

Técnicas de partes blandas 5, Se mantiene la compresión mientras el paciente


realiza la inspiración,
Miscelánea de técnicas de partes blandas
6, Pueden ser necesarias varias aplicaciones situan-
Maniobra: Liberación diafragmática en sedestación do los dedos del operador en diferentes zonas de
,f El paciente se sienta aJ'
borde ae la camilla y el . tensión diafragmática,
operador se sitúa detrás, 7, Se puede hacer una variante en la que el operador se
2, Las puntas de los dedos del operador contactan sienta delante del paciente, con los pulgares en con-
bilateralmente con la superficie inferior del diafrag- tacto con la superficie inferior del diafragma, por
ma, por debajo del arco.costal (fig, 7,30), depajo del arco costal (fig, 7,32), El paciente se deja
caer hacia delante sobre los pulgares del operador,
3, El paciente se deja caer sobre el operador flexio-
La espiración se sigue de una compresión ascenden-
nando el tronco (fig, 7,31 ),
te. realizada.por el_ op¡irador sqbre puntos concretos
4, El operador mantiene una compresión en dirección de tensión diafragmática, Se repite el proceso hasta
cefálica sobre la cara inferior del diafragma, obtenerse la relajación del diafragma (fig, 7,33),

Figura 7 .30. Figura 7.32.

Figura 7.31. Figura 7 .33.


94 Principios y práctico de lo medicino manual

Técnicas de partes blandas Técnicas de parle$ blandas


Miscelánea de técnicas de partes blandas Miscelánea de técnicas de partes blandas
Maniobra: Liberación diafragmática en decúbito supino Maniobra: Diafragma pélvico
1. Paciente en decúbito supino, con el operador de 1. Paciente en decúbito lateral, con la cadera.s y las
pie a un lado. rodillas flexionadas y con el lado a tratar arriba
2. Las puntas de los dedos del operador toman con- (izquierdo en el ejemplo).
tacto a lo largo de la superficie inferior del diafrag- 2. El operador se encuentra de pie frente al paciente,
ma, justo por debajo del arco costal (fig. 7.34). La con los dedos de la mano derecha en extensión
maniobra se realiza en ambos hemidiafragmas. colocados sobre la cara interna de la tuberosidad
3. El operador mantiene una compresión en dirección isquiática izquierda (fig. 7.35).
cefálica en la cara inferior del diafragma. El movi- 3. Los dedos se desplazan lentamente a lo largo del
miento espiratorio se incentiva verbalmente y se isquion hacia la cara externa de la fosa isquiorrec-
mantiene por medio de la compresión de los tal, hasta que las puntas de los dedos contactan
dedos, hasta que se obtiene la liberación diafrag- con el piafragma pélvico.
mática. 4. Durante la espiración, los dedos del operador se
desplazan cranealmente, mientras que aguantan
contra el diafragma pélvico cuando el paciente rea-
liza una inspiración profunda.
5. Con la liberación de la tensión diafragmática, los
dedos aprecian cómo el diafragma se mueve libre-
mente hacia ellos durante la inspiración y en senti-
do contrario durante la espiración.
6. Se repite cuanto sea necesario a ambos lados.

Figura 7.34. Figura 7 .35.


Capítulo 7 Técnicos de portes blondos 95

Técnicas de partes blandas Técnicas de partes blandas


Miscelánea de técnicas de partes blandas Miscelánea de técnicas de partes blandas
Maniobra: Liberación mesentérica en decúbito supino Maniobra: Liberación mesentérica en decúbito prono
1. Paciente en decúbito•-supino sobre la camilla; con ·1.- Paciente prono·sobre la camilla en posición genu-
el operador de pie a un lado. · pectoral.
2. El operador coloca sus dos manos ¿¡,.ambos lados 2. El operador se encuentra de pie a un lado de la
de la parte anterior del abdomen (fig. 7.36). camilla.
3. E_I operador aplica rotaciones. en los sentidos }lora- 3. . El_ operador coloca ambas. manos sobre el abdo-
rio y antihorario a la pared abdominal anterior, con men inferior, por encima del pubis (fig. 7.37).
una ligera compresión. 4. El operador levanta el paquete abdominal con un
4. Se finaliza la maniobra cuando se siente la libera- movimiento rotatorio oscilatorio hasta sentir la libe-
ción del paquete abdominal subyacente. ración.

Figura 7.36. Figura 7.37.


96 Principios y práctica de la medicina manual

MOVILIZACIÓN SIN IMPULSO El propósito de la movilización sin impulso es res-


Las movilizaciones sin impulso, o técnicas articulato- taurar la amplitud de movilidad y estirar los tejidos
rias son una extensión de los tests de movilidad. Al conjuntivos que rodean la articulación limitada. Es de
igual que las técnicas de partes blandas, se aplican de esperar una modulación de la actividad nerviosa para
-. manera repetitiva y se modifican en función .de la res- aliviar el dolor y rest~_urar una actividad refleja nor-
puesta de los tejidos. En la movilización sin impulso mal en los segmerifos espinales correspondÍentes. Las ..
nuestra meta consiste en aumentar la amplitud de mismas advertencias dictadas para las técnicas de par-
movilidad de una articulación hipomóvil. Se aplican tes blandas se aplican a las de movilización sin im-
movimientos oscilatorios repetitivos contra la barrera pulso, a saber la relajación del paciente, la relajación
de restricción en el arco o plano de movilidad articu- y el control. del operador, y la focalización de la téc-
lar limitada. Estas técnicas requieren que el operador nica a la zona correcta. Las técnicas de movilización
disponga de una buena capacidad de visualización de sin impulso son técnicas de acción directa (aplicación
la anatomía articular y del arco de limitación de la de fuerza contra la barrera de restricción) que em-
movilidad. El operador ha de monitorizar perma- plean una fuerza de activación extrínseca (la que
nentemente la sensación de tope al movimiento in- ejerce el operador de una forma oscilatoria y rít-
mica). .,
troducido, siendo el objetivo el restablecimiento de
un tope articular «normal». Puede efectuarse una se-
rie de movilizaciones, graduadas del 1 al 4 en función CONCLUSIÓN
de la cantidad de movimiento introducido (siendo el
1 poco y el 4 máximo), aumentando gradualmente el Las técnicas de partes blandas y de movilización sin
arco de movilidad. Durante la aplicación de estas téc- impulso (articulatorias) resultan útiles en una amplia
nicas nos interesa la amplitud articular, la calidad del variedad de patologías agudas o crónicas. Se pueden
movimiento en el recorrido existente y la sensación aplicar a todas las partes del cuerpo. Se pueden usar
de tope al final del movimiento. El objetivo es la ob- como técnicas independientes o en combinación con
tención de una amplitud de movilidad suave y simé- otras técnicas de medicina manual. Se precisa de ex-
trica en todos los planos de movimiento de que dis- periencia en la percepción palpatoria de la respuesta
pone esa articulación. Las técnicas articulatorias se de los tejidos, tanto a las técnicas de partes blandas
pueden aplicar regionalmente a un grupo de seg- como a las de movilización sin impulso, para que am-
mentos o individualmente a una articulación aislada. bas puedan ser utilizadas adecuadamente.
TÉCNICAS DE ENERGÍA MUSCULAR

En la evolución de la medicina manual, se ha puesto de intensidad variable, y contra una determinada re-
mucho énfasis en el esqueleto y en sus articulaciones. sistenda aplfcada por el operador. Las técnicas de
La herencia de los algebristas confirió a todos los que energía muscular tienen un gran campo de acción y
realizaban manipulaciones el aura de «volver a poner se clasifican como técnicas activas, en las que el pa-
los huesos en su sitio». El componente muscular del ciente contribuye a la fuerza correctiva. La fuerza de
sistema musculoesquelético no recibió -tanta atención activación se clasifica como intrínseca, siendo el pa-
por parte de los que ejercían la medicina manual. Téc- ciente responsable de la dosificación aplicada.
nicas antiguas hablan de la relajación rriuscular por Las técnicas de energía muscular tienen múltiples
medio de rrianio bras para las partes blandas, pero el usos clínicos. Se pueden utilizar para alargar un
abordaje manipulativo específico del músculo parece músculo acortado, contracturado o espástico; para re-
ser un fenómeno del siglo XX. En la medicina osteo- forzar un músculo o grupo muscular fisiológicamente
pática, el doctor T. J. Ruddy desarrolló técnicas que él debilitado; para reducir un edema localizado y aliviar
describió como ducción resistiva: el paciente realizaba la congestión pasiva (los músculos son las bombas de
una serie de contracciones contrarresistencia; con una los sistemas linfático y venoso); y para movilizar una
frecuencia que se aproximaba a la cardiaca. El doctor articulación limitada. Se puede influir con técnicas de
Ruddy aplicaba estas técnicas a la columna cervical y energía muscular en cualquier articulación del
alrededor de la órbita ocular en su ejercicio profesio- cuerpo que pueda ser movida por la acción muscular
nal como oftalmólogo-otorrinolaringólogo. voluntaria, directa o indirectamente. La cantidad de
El doctor Fred L. Mitchell, Sr., es reconocido co- fuerza que ha de hacer el paciente puede variar desde
mo el padre del sistema que en la actualidad conoce- una contracción muscular mínima a una máxima. La
mos como técnicas de energía muscular. Tomó mu- duración de la fuerza puede oscilar desde una frac-
chos de los principios del doctor Ruddy y los incorpo- ción de segun do a varios segun dos.
ró a un sistema de procedimientos de medicina
manual que podían ser aplicados a cualquier región TIPOS DE CONTRACCIÓN MUSCULAR
corporal o a cualquier articulación. El doctor Mit-
chell fue un gran estudioso de la anatomía y un mé- Existen cuatro tipos diferentes de contracción mus-
dico osteópata talentoso. Diestro profesional y exce- cular en las técnicas de energía muscular: isométrica,
lente profesor, dedicó mucho tiempo y esfuerzos a los isotónica concéntrica, isotónica excéntrica e «isolí-
programas docentes de la Academia Americana de tica». Con una contracción isométrica, la distancia en-
Osteopatía. En los comienzos de su carrera dio confe- tre origen e i_nserción se mantiene a una longitud
rencias y realizó demostraciones para grandes au- consta.nte. Se desarrolla una tensión fija en el mús-
diencias, pefo fue más tarde, en cursos destinados a culo cuando el paciente lo contrae contra una resis-
grupos pequeños, donde impartió sus enseñanzas tencia de igual intensidad aplicada por el operador,
más provechosas. impidiéndose su acortamiento. Se produce una con-
tracción· isotónica concéntrica cuando la tensión
¿QUÉ SON LAS TÉCNICAS DE ENERGÍA
muscular hace que origen e inserción se aproximen.
Una contracción isotónica excéntrica es aquélla en la
MUSCULAR?
que existe una tensión muscular que permite que ori-
Las técnicas de energía muscular son un método de gen e inserción se separen. De hecho, en realidad el
tratamiento de medicina manual que implica la con- músculo se alarga. Una contracción «isolítica» es un
tracción voluntaria de los músculos del paciente en fenómeno no fisiológico en el cual la contracción del
una dirección controlada con precisión, con un nivel paciente intenta ser concéntrica, con acercamiento
97
98 Principios y práctica de la medicina manual

de origen e inserción, pero una fuerza externa apli- monitorizar la longitud y el tono del músculo. El huso
cada por el operador se opone en sentido contrario. muscular está inervado por fibras Y, que ajustan· su
Veamos cómo funciona cada una de estas contrac- longitud y su tono. Cuando el huso es estimulado por
ciones usando el codo como ejemplo. Con el codo estiramiento o contracción muscular, fibras aferentes
del paciente flexionado, el operador sujs,tª.J,i partt, __ tipo II proy,;(érnn)a iI1f()rmación a la médula. El hgso
distal del antebrazo y el hombro. Se le pide al pacien- es sensible tanto al cambio de longitud como a· la ve-
te que traiga la muñeca hacia el hombro, mientras el locidad del cambio. A través de complejos sistemas
operador mantiene muñeca y hombro en la misma centrales de control, el huso se encuentra ajustado
posición relativa. La fuerza ejercida por la contrac- para una posible acción muscular. Si la acción del
ción del bíceps del paciente encuentra una contra- músculo y el estado del huso no fueran congruentes
fuerza igual aplicada por el operador. Ello tiene como 1?ien podría producirse un tono muscular anormal.
consecuencia una contracción isométrica del múscu- Esta ha sido una de las explicaciones hipotéticas de la
lo bíceps braquial. El tono muscular aumenta, pero disfunción somática, es decir el desequilibrio muscu-
origen e inserción no se aproximan. lar por un tono muscular aumentado. El órgano ten-
Se produce una contracción isotónica concén- dinoso de Golgi se dispone en serie con las fibras ex-
trica durante el proceso de sujetar an peso con la trafusales y' es sensible a la tensión muscular. Cuando
mano y traerlo hacia el hombro, aumentando la el músculo se c;ontrae o es estirado pasivamente, la
flexión del codo. La contracción isotónica concén- tensión aumenta en el órgano de Golgi y se transmite
trica del bíceps braquial aumenta el tono muscular y información a través de fibras IB, lo cual da como re-
se acercan el origen y la inserción. sultado una inhibición de la motoneurona a.
Se produce una contracción isotónica excéntrica El control del tono muscular es sumamente com-
cuando el peso que se había traído hasta el hombro se plejo e incluye información aferente procedente de
devuelve a la posición de partida, aumentando la ex- mecanorreceptores articulares, de estructuras periar-
tensión del codo. Existe un tono en el músculo bíceps ticulares, del huso muscular y del órgano tendinoso
braquial que permite que su origen y su inserción se de Golgi. La información es procesada a nivel medu-
separen de una forma suave y sencilla, a medida que lar, donde muchas de las funciones musculares se en-
el codo se extiende y el peso se aleja del hombro. cuentran preprogramadas a través de reflejos locales
Se produce una contracción «isolítica» cuando el y de fascículos intersegmentarios. La médula tiene la
codo se encuentra flexionado a 90º y el paciente in- capacidad de aprender tanto los programas muscula-
tenta doblarlo trayendo la mano hacia el hombro, res normales como los anormales. La estimulación
mientras el operador, sujetando hombro y muñeca, aferente anormal persistente, procedente de la peri-
extiende fuertemente el codo contra los esfuerzos del feria, puede cambiar la programación medular y dar
paciente por contraer concéntricamente el bíceps como resultado un comportamiento muscular abe-
braquial. Las maniobras «isolíticas» se deben usar con rrante. Existen complejas vías espinales ascendentes y
precaución para alargar un músculo hipertónico o se- descendentes para el control motor, que integran
veramente contracturado dado que puede producirse tanto el comportamiento motor consciente como el
rotura de la unión miotendinosa, rotura fibrilar o subconsciente. Estas vías pueden verse alteradas por
muscular y desinserción o arrancamiento del tendón. muchos procesos patológicos, pero lo más impor-
tante para el que ejerce la medicina manual es la al-
teración del comportamiento funcional.
PRINCIPIOS DE LA FISIOLOGÍA MUSCULAR
Las fibras musculares son de dos tipos: fibras de
Las técnicas de energía muscular usan los extraordi- contracción rápida, las cuales se contraen y se relajan
nariamente complejos principios de la fisiología mus- con rapidez, y fibras de contracción lenta, las cuales se
cular y del control motor. Se escapa de los objetivos relajan lentamente. Todos los músculos poseen combi-
de este volumen describir todos sus elementos, y se re- naciones de ambas y su composición es importante
mite al lector a consultar un texto de fisiología para para sus funciones postura! y fásica. Los músculos se
conocerlos en detalle. pueden dividir en músculos posturales o tónicos y en
Los músculos se componen de fibras intra- y ex- músculos que son fundamentalmente fásicos. Los pos-
trafusales. Las fibras extrafusales están inervadas por turales a menudo se hacen hipertónicos, cortos y ten-
las motoneuronas a. En el tono basal normal, algunas sos, mientras que los fásicos se debilitan e inhiben. Los
fibras extrafusales se están contrayendo mientras que músculos posturales más importantes en la disfunción
otras se encuentran en estado de relajación, de forma somática vertebral son los músculos cortos del cuarto
que no todas las fibras se están contrayendo a la vez. estrato: multífido, rotatorios e intertransversos, todos
Las fibras intrafusales, o husos, se disponen en para- los cuales poseen una gran densidad de husos muscu-
lelo con las fibras extrafusales y su trabajo consiste en lares y funcionan más como propioceptores que como
Capítulo 8 Técnicas de energía muscular 99

motores principales. Cuando se hacen disfuncionales de una serie de estas contracciones isométricas, el
mantienen alterada la mecánica articular por su efecto músculo rotador izquierdo hipertónico puede ser es-
local y alteran el comportamiento de músculos más tirado a una nueva longitud de reposo, mejorando la
grandes de la masa espinal erectora. capacidad del segmento para moverse hacia la rota-
ción derech.a. Un segundo planteamiento sería pedir
USOS DE LA CONTRACCIÓN MUSCULAR.. , al mú.sculü {otador derecho que realice una contrac-
EN LAS TÉCNICAS DE ENERGÍA MUSCULAR ción isotónica concéntrica, tirando de la articulación
a través de su recorrido de rotación derecha. Aunque
Las contracciones musculares más utilizadas en las esto puede resultar eficaz, habitualmente es dema-
técnicas de energía muscular són las isométricas y las siado doloroso como para que el paciente pueda rea-
isotónicas concéntricas. La téértica isbmétrica:"se usa lizarlo y ·e( operador pueda controlarlo. Una tercera
especialmente en el eje vertebral para vencer a una opción sería alcanzar la barrera de restricción a la ro-
musculatura acortada e hipertónica;. que fu.nciona _tación derecha y pedir al músculo rotador derecho
como una· traba bicimecánica que impide el movi- que se contraiga isométricamente. No se produce mo-
miento y que, a través de la inervación recíproca, vim_iento, pero una contracción isométrica mante-
inhibe a su antagonista. Por medio de mecanismos nida del musculo rotador derecho inhibirá al múscu-
neurológicos complejos, que incluyen al huso muscu- lo rotador izquierdo hipertónico y acortado, de for-
lar, al órgano de Golgi y a reflejos medulares y corti- ma que después de la contracción se pueda obtener
cales, se producen los siguientes fenómenos. Después algún alargamiento del músculo rotador izquierdo
de una contracción isométrica, un músculo hipertó- tenso,. mejorándose la rotación derecha (figs. 8.1
nico y acortado puede ser estirado hasta una nueva y 8.2).
longitud de reposo. Cuando este agonista hipertó-
Todas estas contracciones musculares influyen en
nico se relaja deja de contribuir a la inhibición de su
la fascia, en la sustancia fundamental del tejido co-
antagonista, lo cual trae como consecuencia un ma-
nectivo y en los líquidos intersticiales y modifican la
yor equilibrio del tono muscular. Las contracciones
fisiología muscular por mecanismos reflejos. Sobre la
isotónicas se usan preferentemente en las extremida-
fascia ejercen un efecto alterativo sobre su longitud y
des. En presencia de un grupo muscular inhibido y
su tono, lo cual afecta no sólo a su función biomecá-
debilitado, se puede realizar una serie de contraccio-
nica sino también a sus fundones bioquímicas e in-
nes isotónicas concéntricas contra una resistencia
munológicas,° Los esfuerzos musculares del paciente
progresivamente creciente, lo cual da como resultado
requieren energía y el proceso metabólico de la con-
un. aumento del tono y de la fuerza del músculo. Al
tracción muscular da como resultado dióxido de car-
mismo tiempo, el aumento de la fuerza muscular para
bono, ácido láctico y otros productos metabólicos de
acciones repetitivas concéntricas a lo largo de todo el
desecho que deben ser transportados y metaboliza-
arco de movilidad también inhibirá a su antagonista,
dos. Es por esta razón que el paciente experimentará
lo cual dará como resultado un tono muscular más si-
con frecuencia un aumento del dolorimiento muscu-
métrico. A veces se utiliza una contracción isotónica
lar en las primeras 12-36 horas después de un trata-
con.céntrica para movilizar una articulación directa-
miento con técnicas de energía muscular. Las manio-
mente contra su barrera de restricción. No obstante,
bras de energía muscular son seguras para el paciente
no es un método muy utilizado para tratar la restríc-
ya que la fuerza de activación es intrinseca y la dosifi-
ción de movilidad articular, dado que la contracción
cación puede ser fácilmente controlada por él mismo,
isotónica concéntrica contra la barrera de restricción
pero se debe recordar que este esfuerzo tiene un pre-
es habitualmente dolorosa para el paciente y no suele cio. Resulta fácil para el profesional inexperto exce-
proporcionar buenos resultados.
derse en e~tas maniobras y, en esencia, sobredosificar
al paciente.
TÉCNICAS DE MOVILIZACIÓN MUSCULAR
Las contracciones isométricas e isotónicas concéntri- ELEMENTOS DE LAS TÉCNICAS DE ENERGÍA
cas se pueden utilizar de tres formas diferentes para MUSCULAR
superar·. una restricción 'articular. Tomemos ··como
ejemplo una sencilla restricción de un segmento a la Los siguientes cinco elementos son esenciales pa-
rotación derecha. El músculo rotador izquierdo es- ra teiler é:Xito con cualquier. técnica de energía
tará hipertónico, acortado y tenso, mientras que el muscular:.
músculo rotador derecho estará debilitado. Un posi-
l. Contracción muscular activa por parte del pa-
ble planteamiento sería alcanzar. la barrera de restric-
ciente;
ción a la rotación derecha y pedir al músculo rotador
izquierdo que se contraiga isométricamente. Después 2. Posición articular controlada;
-· 100 Principios y práctica de la medicina manual

Nervio equivocada, mantener la contracción por un tiempo


Motor demasiado corto, o no relajarse adecuadamente des-
pués de la contracción muscular. Los errores más fre-
cuentes del operador son no controlar con precisión
la posición articular con respecto a la barrera de res-
triCción·~ nO ejercer la resistenciá-en la direééióii Co-
rrecta, no dar al paciente instrucciones precisas, y
cambiar a una nueva posición articular demasiado
pronto después de que el paciente ha cesado la con-
tracción. El operador debe esperar el período refrac-
Reflejo Mio/ático tario que sigue a una contracción isométrica, antes de
Figura 8.1. que el múscülo pueda ser estirado a una nueva posi-
Reflejos del huso musc~lar. ción de reposo.
La experiencia clínica ha demostrado que de tres
Excitado Excitado
a cinco contracciones, mantenidas cada una durante
3-7 segun'tlos, resultan eficaces para alcanzar el obje-
Inhibido lnh1b1do
tivo terapéutico. Su propia experiencia le dirá al ope-
rador cuándo son necesarias más contracciones o de
mayor duración. No es necesario que la contracción
isométrica sea muy potente (tabla 8.1). Es importante
que sea constante y que la longitud muscular se man-
tenga lo más isométrica posible. Después de la con-
tracción constante pero suave, se debe realizar una
Estímulo doloroso
procedente pausa momentánea antes de que el operador estire el
de la mano ~ ·· músculo acortado hacia una nueva longitud de re-
poso. Las maniobras isotónicas requieren contraccio-
nes potentes por parte del paciente, ya que el opera-
Reflejo Reflejo Extensor
dor pretende reclutar el mayor número de fibras mus-
Flexor Cruzado culares y hacerlas trabajar al máximo, para obtener la
Inhibición Recíproca
relajación del antagonista. El músculo debe contra-
erse a lo largo de toda su amplitud. Después de cual-
Figura 8.2. quier técnica de energía muscular, el paciente debe
Arco reflejo de la inhibición recíproca. relajarse antes de ser reposicionado contra una nueva
barrera restrictiva.
Tabla 8.1.
3. Contracción muscular en una dirección espe- Comparación de las técnicas isométrica e isotónica
cífica;
lsométrica Isotónica
4. Resistencia variable aplicada por el operador;
l. Posicionamiento cuidadoso. l. Poski-Onamiento cuidadoso.
5. Intensidad controlada de la contracción. 2. Contracción de suave 2. Contracción de fuerte
a moderada. a máxima.
Se pide al paciente que contraiga un músculo 3. Resistencia que impide 3. Resistencia que permite
mientras el operador sujeta una articulación o una el movimiento. un movimiento controlado.
parte del sistema musculoesquelético en una posición 4. Relajación después 4. Relajación después
específica. Se instruye al paciente para que contraiga de la contracción. de la contracción.
5. Reposicionamiento. 5. Reposicionamiento.
en una determinada dirección y con una cantidad de
fuerza precisa, medida en gramos o en lcilogramos. El
operador aplica una resistencia: que impida cualquier TÉCNICAS DE ENERGÍA MUSCULAR
aproximación de origen e inserción (haciendo que la En capítulos siguientes describirán maniobras de
maniobra sea isométrica); que permita este acerca- energía muscular para regiones específicas. Aquí usa-
miento (para una contracción isotónica concéntrica); remos el codo como ejemplo. Supongamos que existe
o que supere el esfuerzo muscular ( obteniéndose una una restricción que impide la extensión completa del
maniobra «isolítica»). codo, es decir el codo presenta un flexo. Una posible
Los errores que más habitualmente comete el pa- etiología de la restricción a la extensión del codo es la
ciente durante las técnicas de energía muscular son hipertonía y el acortamiento del músculo bíceps bra-
contraer demasiado fuerte, contraer en la dirección quial. El operador puede elegir una técnica de ener-
Capítulo 8 Técnicas de energía muscular 101

gía muscular isométrica para tratar este problema de podría impedir la extensión completa del codo. El
la siguiente manera: operador puede elegir una técnica de energía muscu-
lar isotónica para tratar este problema de la siguiente
l. El paciente se sienta cómodamente en la mesa
manera:
de tratamiento y el operador se coloca de pie
.· . " frente a él. l. Páciente senta.do erila camilla con el operador
2. El operador coge el codo del paciente con una enfrente.
mano y la parte distal del antebrazo con la otra 2. El operador coge el hombm y la parte distal
(fig. 8.3). del antebrazo y lleva el codo hasta la flexión
"
3. El ºlterador extiende. el codo hasta sentir la c9mpleta (fig. 8.5).
primera barrera a la extensión. ·
4. El operador instruye al paciente para que
intente llevar el antebrazo al hciinbrci, usando
unos.pocos gramos de fuerza, mantenidos de
form.:t constante.
5. El operador aplica una resistencia igual a la
fuerza del paciente.
6. Después de 3-7 segundos de contracción, se
pide al paciente que detenga la contracción y
se relaje.
:7_ El operador espera hasta que el paciente está
completamente relajado después de la con-
tracción y extiende el codo hasta una nueva ba·
rrera.motriz (fig. 8.4).
8. Se repiten de tres a cinco veces los pasos 2-7
hasta ·que se restablece la extensión completa
del codo.
La restricción a la extensión del codo también
puede ser consecuencia del desequilibrÍo en longitud Figura 8.4.
y fuerza entre el músculo bíceps como flexor del codo Nueva barrera motriz a la extensión alcanzada después
y el músculo .tríceps como extensor. Un tríceps débil de la relajación postisométrica.

Figura 8.3. Figura 8.5.


Restricción a 'la extensión del codo. Contracción isomé- Restricción a la extensión del codo. Contracción isotó-
trica del bíceps braquial. nica concéntrica del tríceps desde la flexión completa.
102 Principios y práctico de lo medicina manual

3. Se instruye al paciente para que extienda el una de las barreras de restricción de la misma forma.
codo con la mayor fuerza posible, quizá varios En la columna vertebral, con restricciones de movili-
kilogramos. dad alrededor y a lo largo de tres ejes distintos, la
4. El operador ejerce una resistencia que permi- precisión para alcanzar la barrera de restricción es
te que el cod.o, lenta pero ininterrumpida- esencial para obtener eficacia terapéutica. .
niente, se extienda hasta su máximo recorri- Se pue"d"é" ásegurar txito con las técnica; -d~ ~ner-
do (fig. 8.6). gía muscular si el operador tiene permanentemente
en cuenta las siguientes tres palabras: control, equili-
5. El operador devuelve el codo a la flexión com-
brio y focalización. Tanto el operador como el pa-
pleta y el paciente repite la contracción del trí-
ciente deben encontrarse en equilibrio, y el operador
ceps para extender el codo, pero esta vez el
debe mantener el control de la posición contra la ba-
operador ejerce una resistencia mayor.
rrera motriz. Debe existir un control permanente del
6. Se realizan varias contracciones repetidas, esfuerzo muscular del paciente y del tipo de resisten-
mientras el operador aumenta la resistencia a cia que ejerce el operador. Todos y cada uno de los
cada esfuerzo y el paciente intenta siempre lle- elementos son esenciales a cada esfuerzo durante
var el codo a la extensión máxima. todo el proceso.
7. Por lo general son necesarias de tres a cinco re-
peticiones para conseguir la extensión com- CONCLUSIÓN
pleta del codo.
En opinión de este autor, la energía muscular es uno
En todas estas técnicas de energía muscular, es im- de los métodos terapéuticos más valiosos de la medi-
portante apreciar con precisión la barrera motriz. cina manual, dado que se obtienen múltiples efectos
Con una técnica isométrica, la primera barrera perci- terapéuticos con una sola maniobra, y que las técnicas
bida es el punto donde la posición articular debe ser son fisiológica y anatómicamente bastante seguras. Es
cuidadosamente mantenida por el operador. Si el posible obtener un aumento de la movilidad articular,
operador rebasa la barrera motriz al colocar la articu- normalizar la fuerza y la longitud muscular, estirar
lación, se puede producir un aumento de la hiperto- una fascia acortada y eliminar una congestión pasiva,
nía. muscular, justa_mente lo contrario de lo que se todo ello con una sola maniobra. No se ha usado sim-
pretende. En segundo lugar, cuando se utilizan estas plemente el esfuerzo muscular para mover una arti-
técnicas en una articulación con múltiples planos de culación, sino que se le ha devuelto una fisiología más
movilidad posibles, se deben alcanzar todas y cada normal a la musculatura.

Figura 8.6.
El operador resiste la contracción del tríceps a lo largo
de todo el recorrido de extensión del codo.
TÉCNICAS DE MOVILIZACIÓN
CoiJ'¡Mf>tJLSC} (DE ALTA VELOCIDAD
Y BAJA AMPLITUD)

En los años 80, el comité científico consultivo de la ella. Estos movimientos son pequeños (de menos de
Federación de Medicina Manual recomendó el tér- 3 mm en cualquier plano), con una amplitud precisa,
mino «movilización con impulso)} para sustituir los la cual depende del contorno de las carillas articula-
términos «impulso de alta velocidad y baja amplitud» res. Los movimientos del juego articular se conside-
y «manipulación». Anteriormente el término mani- ran esenciales para que exista un movimiento nor-
pulación se usaba para designar técnicas de moviliza- mal, indoloro y sin restricciones en una articulación
ción con una fuerza impulsiva extrínseca aplicada por determinada. Ante su ausencia, los movimientos vo-
el operador. En la actualidad, el término manipula- luntarios- normales se encontrarán limitados y serán,
ción se .aplica mejor al «uso terapéutico de las ma- con frecuencia, dolorosos. Mennell define la disfun-
nos)>. Estas técnicas 'constituyen una de las formas de ción articular como la pérdida de movimiento del
medicina manual más antiguas y más ampliamente juego articular que no puede ser recuperada por la
utilizadas, ya que durante mucho tiempo han sido acción de la musculatura voluntaria, es decir la dis-
consideradas el tratamiento de elección de la «lesión función articular es la pérdida de juego articular. Es-
manipulable». Sus maniobras se centran en el tras- tos principios son aplicables a todas las articulaciones
torno de la función de la articulación y de las estruc- . sinoviales, tanto de la columna como de las extremi-
turas periarticulares. Algunos de los antiguos térmi- . dades. El sistema diagnóstico propuesto por Mennell
nos para referirse a la disfunción somática como «cie- comprueba los movimientos normales del juego arti-
rre articular», «bloqueo articular» o «subluxación cular en cada articulación y realiza una manipulación
quiropráctica», constituyen pruebas del énfasis pues- articular terapéutica para restaurar el movimiento y la
to en la articulación y su mecánica.· El uso de una función. Las 1O reglas que Mennell establece para la
fuerza impulsiva extrínseca se consideraba útil para manipulación terapéutica son las siguientes:
superar la restricción de movilidad articular.
l. El paciente debe estar relajado.
A pesar de los últimos avances en los procedimien-
tos de medicina manual, con la introducción de las téc- 2. El terapeuta debe estar relajado. La presa
nicas de energía .muscular, la técnica funcional indi- debe ser indolora, firme y protectora.
recta, la técnica de liberación miofascial y la técnica 3. Sólo se moviliza una articulación cada vez.
craneosacra, la movilización con impulso (de alta velo-
4. Se restaura tan sólo un movimiento articular
cidad y baja amplitud) sigue siendo uno de los méto- cada vez.
dos de medicina manual más utilizados. Su uso inco-
rrecto obtiene resultados terapéuticos pobres o nulos y 5. Al ejecutar la movilización se desplaza un seg-
aumenta el riesgo de complicaciones: Estas maniobras mento articular sobre el otro, el cual se man-
. deberían ser ejecut,adas de forma correcta y ser emple- tiene ftjo .
adas solamente_ tras llegar a un diagnóstico apropiado. 6. La am_plitud de movilidad no ha de ser mayor
que la que se obtiene en la misma articula-
JUEGO ARTICULAR .· ción del lado sano.
Mennell posee. el crédito de haber aportado a la me- 7. Jamás deben usarse movimientos anormales o
dicina manual el concepto de juego articular. Dicho forzados.
autor define el juego articular como aquellos movi- 8. El movimiento manipulativo es un impulso
mientos que tienen lugar en el seno de una articula- seco y repentino, con velocidad, que ocasione
ción sinovial, independientes de la contracción mus- una apertura de aproximadamente 3 mm en
cular voluntaria y que no pueden ser realizados por la articulación.
103
104 Principios y práctica de la medicina manual

9. La movilización terapéutica se realiza cuando el chasquido articular audible. En la radiografía apa-


se ha alcanzado la máxima tensión en la articulación. rece una sombra intraarticular con la densidad del ni-
1O. No se realiza ningún tipo de maniobra tera- trógeno. Esta densidad gaseosa permanece presente
péutica en presencia de inflamación o enfermedad durante un tiempo variable, por lo general menor de
articular.u .,Ósea ( calor, color, tumor, etc.). 20_minutos. El fenómeno decavita_ción sugiere que el
--· líquidétsinovial -cambia del estado líquido gaseoso.al
Estas diez reglas son aplicables a todas las manio- En la actualidad se desconoce el efecto que este cam-
bras descritas como técnicas de impulso de alta velo- bio produce en el líquido sinovial.
cidad y baja amplitud o de movilización con impulso. Otro hecho observado en una articulación intera-
pofisaria a la que se aplica una movilización con im-
TEORÍAS DE LA DISFUNCIÓN ARTICULAR pulso involucra a la musculatura relacionada segmen-
tariamente. Después del impulso existe un momentá-
Se han propuesto múltiples teorías para explicar la
neo silencio eléctrico de la musculatura segmentaria,
disfunción articular y el efecto terapéutico de la mo-
con un periodo refractario antes de que reaparezca la
vilización con impulso. Desde la alteración de las
actividad eitctrica normal. Se cree que la musculatu-
relaciones entre las carillas articulares, la cápsula arti-
ra segmentaria recupera una función más normal tras
cular y sus correspondientes meniscoides, hasta me-
la maniobra de impulso, lo cual contribuye a la favo-
canismos nerviosos originados en los mecanorrecep-
rable respuesta terapéutica. Se necesita mucha más
tores y nociceptores articulares, que afectan a la fun-
investigación, pero la experiencia clínica demuestra
ción de la musculatura con relación segmentaria. En
que la disfunción articular (disfunción somática) res-
el momento actual estas teorías deben tomarse como
ponde positivamente a la aplicación de técnicas de
hipótesis de trabajo, siendo evidente que se necesita
movilización con impulso.
mucha más investigación en este terreno. Las teorías
que implican a las superficies articulares incluyen la
«falta de deslizamiento» de las carillas y el «enganche INDICACIONES PARA EL USO
de la articulación». Se ha sugerido que un cambio en DE LAS MOVILIZACIONES CON IMPULSO
las propiedades tixotrópicas del líquido sinovial po-
dría hacerlo más «pegajoso». Se ha postulado que un Estas maniobras parecen ser más eficaces en la dis-
fleco de la membrana sinovial de la cápsula articular función somática cuando la causa de la restricción se
podría quedar aprisionado entre las dos carillas ar- encuentra en la articulación o muy cercana a ella, en
ticulares. Se ha demostrado la existencia de menis• los llamados «restringentes cortos». Por lo general se
coides en las articulaciones interapofisarias de la co- aplican con la mayor precisión posible a un solo nivel
lumna y el hecho de que poseen inervación de fibras articular y para una pérdida de movilidad específica.
C. Parece razonable pensar que el meniscoide podría -4\.unque Mennell establece que una maniobra tera-
quedar atrapado entre las dos carillas articulares y péutica-debe circunscribirse a un solo plano, es posi-
que la apertura de la articulación podría liberar el ble influir simultáneamente en los tres planos de mo-
atrapamiento, dando como resultado la mejora de la vilidad vertebral por medio de una focalización espe-
función. Esta teoría sigue siendo discutida y hasta la cífica y de la aplicación de palancas. Estas maniobras
fecha no ha sido demostrada por ningún trabajo de parecen ser mucho más eficaces en los estados suba-
investigación. Recientemente se ha postulado queJa gudos y crónicos que en la disfunción somática
tensión en la cápsula de la articulación implicada al- aguda. Aunque la mayoría han sido diseñadas para
tera el tráfico de aferencias nerviosas de los mecano- una determinada articulación y su correspondiente
rreceptores tipo I, de forma que el control central del pérdida de movilidad, algunas de las maniobras pue-
movimiento es incapaz de determinar las relaeiones den ser aplicadas regionalmente. Las maniobras pre-
espaciales de la articulación. Se füpone que esta alte- conizadas por Zink, para ser usadas dentro de su mo-
ración del control neurológico afecta a la longitud y delo respiratorio-circulatorio, fueron desarrolladas
al tono de la musculatura segmentaría, lo cual pro- para movilizar regiones corporales e incrementar así
voca una mayor restricción de la movilidad articular la circulación de los fluidos1 sin vencer una restric-
normal. ción articular concreta. La diferencia entre las movi-
lizaciones con impulso específicas y las no específicas
radica en los principios de focalización y bloqueo des-
FENÓMENO DE CAVITACIÓN
critos más adelante.
La investigación de los mecanismos de la moviliza- Las maniobras de impulso de alta velocidad y baja
ción con impulso (de alta velocidad y baja amplitud) amplitud se usan tanto con el método directo como
ha demostrado la existencia del fenómeno de cavita- con el de de exageración. El uso más habitual es el di-
ción. La cavitación se produce al mismo tiempo que recto, alcanzando la barrera de restricción y dando el
Capítulo 9 Técnicos de movilización con impulso 105

impulso a través de la barrera, para obtener un movi- una restricción a la flexión sobre L2, se efectúa fle-
miento articular más normal. Algunos autores de- xión de tronco de arriba abajo, a lo largo de la co-
fienden el método de exageración (también llamado lumna dorsal, hasta Ll. A continuación se introduce
«impulso de rebote»), en el cual el impulso se realiza flexión de las extremidades inferiores, pelvis y co-
con,tr"1 la ba.rrera fisiológica no.rmal, el)., _la dirección ]4mpa dqr.s.al, de abajo a arriba, hasta L2. De esta ..
contraria a la de la pérdida ·de· movilidad. Este autor forma,- el espacio entre Ll y L2 se convierte en el
utiliza solamente el método directo y en el caso de ápex de la curva de flexión inducida y se encuentra
que un impulso de acción directa no fuera posible, en la barrera de flexión. Esta focalización también
ensayaría cualquier otro método antes que aplicar un puede realizarse por medio de un movimiento trasla-
impulso de exageración. . torio de delan.te a detrás centrado en el nivel Ll-2. La
La fuerza de activación en la técnica de moviliza- segunda convexidad se induce en el arco de inclina'.
ción con impulso es extrínseca: un impulso aplicado ción, creándose una convexidad derecha o izquierda.
por el terapenta. Otras fuerzas anxiliares son la gra- Efectuar la inclinación- mientras se está en posición
vedad (con el paciente sentado o de pie en lugar de de flexión o de extensión, acopla la rotación hacia el
tnmbado) y el trabajo respiratorio del paciente, tanto mismo lado de la inclinación (mecánica vertebral no-
por la relajación como por sn influencia en la posi- neutra). Si er\ nuestro ejemplo de Ll-2, las restriccio-
ción articular deseada. nes a inclinación y rotación son a la derecha, la incli-
nación a la derecha implica una convexidad de la co-
PRINCIPIOS DE APLICACIÓN DE LA TÉCNICA lumna dorsolumbar a la izquierda, con el ápex en el
espacio entre Ll y L2. La convexidad izquierda puede
obtenerse por un movimiento de traslación de dere-
Apertura articular cha a izquierda, así como por una inclinación dere-
Todas las maniobras de impnlso·provocan una apertnra cha desde arriba y abajo. La inducción de dos conve-
de la articulación, siempre que el operador conozca la xidades, una de delante a detrás y otra por medio de
estrnctura anatómica y las posibilidades de movimiento la inclinación, de manera que el segmento que se va
de dicha articulación. La apertura articular pnede ocu- a tratar constituya el ápex de ambas, es el principio
rrir en el plano de la articulación, perpendicular a este usado para las disfunciones vertebrales no-neutras
plano, o con ·distracción articular. Toda maniobra de ( tipo II), en las cuales existe restricción a la flexión o
movilización co.n impulso bien resuelta, contiene ele- a la extensión,junto con restricción a la inclinación y
. mentas de distracción y de apertura articulares. El chas- a la rotación del mismo lado .
quido articular audible parece coincidir con el mo-
mento de la apertura articular. Debe recordarse que la En las disfunciones vertebrales de grupo (tipo I),
obtención de este chasquido no es el objetivo terapéu- neutras, la focalización se consigue realizando inclina-
tico. De hecho, Kimberly afirma que el objetivo de una ción y rotación de sentidos opuestos, de arriba a abajo
maniobra de impulso es la «restauración indolora e in- y de abajo a arriba, hasta el segmento que necesita tra-
sonora de la máxima función articular». tamiento. La flexión y la extensión se introducen sólo
para colocar la articulación que se va a tratar en su
Focalización punto de máxima distensión en el arco de flexo-exten-
sión, el cual es «neutro)) a ese nivel. La mejor manera
La focalización circunscribe la maniobra de impulso de demostrarlo es usando la técnica en decúbito late-
a la articulación que necesita tratamiento, aunque ral (posición de volteo lumbar'). Con el paciente en
también otras articulaciones reciban el empuje movi- decúbito lateral izquierdo, el ápex de la curva del
lizador. Esto se relaciona con el principio de Mennell grupo se coloca en posición neutra de flexo-extensión.
de ftjar uno de los huesos de la articulación y mover Siguiendo con el ejemplo de Ll-2, se introduce flexión
el otro con respecto a él. y extensión hasta que Ll-2 se encuentre en posición
Un principio de focalización extraordinariamente neutra con respecto a la curva anteroposterior. El ope-
útil consiste en la inducción de convexidades en dos rador tira del miembro superior izquierdo del paciente
diferentes planos del segmento en tr;atamiento. La anterior ·y. cauP:almente, induciendo inclinación iz-
primera convexidad se realiza: en el arco de movi- quierda y rotación derecha de la columna vertebral
miento de flexo-extensión. El objetivo. es alcanzar el hasta Ll. Con la otra mano, el operador voltea la pel-
componente de flexión o extensión de la disfunción vis del paciente hacia delante induciendo rotación iz-
somática vertebral no-neutra y colocar el segmerito quierda de abajo hacia arriba hasta alcanzar L2. Esto
que se está tratando en el ápice de la convexidad in- produce una focalización grupal neutra en Ll-2, de
ducida, sea a través de un movimiento de flexo-ex-
tensión o de un movimiento de traslación anteropos-
terior o posteroanterior. Por ejemplo, si Ll presenta 1
N. Del T.: Volteo lumbar, del inglés lumbar roll.
106 Principios y práctico de lo medicino manual

forma que cualquier impulso se dirigirá a ese nivel. La dorsal. Algunos terapeutas emplean bloques de goma
meta es hacer la focalización de manera que el seg- dura de diferentes formas y tamaños. Este autor pre-
mento en tratamiento se mantenga-en el plano coro- fiere el uso de distintas posiciones de mano y dedos
nal (xy). Cuanto más inferior es el segmento lumbar en para crear un· fulcro, lo cual tiene la ventaja de que
el que queremos hacer la focalización, n1ás canti?':d de _ permite sentir la focalización en el segmento que se
movimiento introducimos desde arriba y menos desde está tratando: En el raquis cervical, la presíón de la
abajo. Cuanto más arriba en la columna lumbar, in- punta de un dedo contra la línea de una articulación
cluida la columna dorsal inferior, menos movimiento interapofisaria sirve como fulcro sobre el cual se
se introduce desde arriba y más desde abajo. puede movilizar la vértebra, para vencer la restricción
de la articulación interapofisaria opuesta. En la co-
Palancas lumna dorsal se pueden usar diferentes posiciones de
Las palancas se dividen en cortas y largas. Una palanca la mano para bloquear la vértebra inferior del seg-
corta es aquélla en la que se sujeta firmemente una mento móvil vertebral que se está tratando, permi-
parte de una vértebra (apófisis espinosa), mientras se tiendo que el operador mueva el segmento superior
ejerce fuerza sobre una prominencia ósea de una vér- en la dirección necesaria para rebasar la barrera de
tebra adyacente (apófisis espinosa, apófisis transversa, restricción.'~En las disfunciones costales, la eminencia
apófisis mamilar), y la fuerza resultante aplicada re- tenar colocada por encima o por debajo de la costilla
sulta suficiente para movilizar un segmento sobre el disfuncional puede constituir un fulcro adecuado
otro. Las palancas largas se construyen usando una de contra el que focalizar una fuerza de activación.
las extremidades, o múltiples segmentos de la columna
vertebral, en una maniobra de «bloqueo». Las palancas Velocidad
largas tienen la ventaja de que reducen la fuerza nece-
Velocidad significa rapidez en la aplicación y no
saria y aumentan la distancia que la fuerza recorre. Las
fuerza. En la técnica de movilización con impulso, la
técnicas de palanca larga exigen una focalización pre-
velocidad con la que se ejecuta .la maniobra es alta.
cisa y una limitación de la fuerza. Una palanca larga en
Habitualmente se comete el error de entender que la
la columna vertebral participa del principio del blo-
maniobra es un «~mpujón» más que un «impulso rá-
queo ligamentoso u óseo. Se produce un bloqueo liga-
pido». El impulso sólo debería aplicarse cuando se ha
mentoso, cuando la columna está lo suficientemente
eliminado toda laxitud en la articulación. Se debe lle-
flexionada como para poner en máxima tensión las es-
gar a la barrera elástica de la restricción, de forma
tructuras ligamentosas posteriores que rodean a las ar-
que la maniobra de impulso restablezca el posible
ticulaciones interapofisarias. Se produce un bloqueo
juego articular residual antes de alcanzar la firme ba-
articular, cuando la columna está extendida, con las ar-
rrera anatómica. Debe recordarse que el uso de
ticulaciones interapofisarias completamente encaja-
fuerza adicional no compensa la mala focalización y
das. Las dos maniobras reducen la movilidad articular.
la falta de velocidad. El principiante, frecuentemente
Las palancas también pueden construirse de acuerdo
«da marcha atrás» desde la barrera, con la intención
con el tercer concepto de la movilidad vertebral, según
de «coger carrerilla» en dirección a la barrera. Esto se
el cual la realización de movimiento en una dirección
debe evitar haciendo una focalización cuidadosa so-
reduce la movilidad vertebral en las restantes. La in-
bre la barrera elástica de la restricción }' moviéndose
troducción de un movimiento vertebral neutro ( tipo I)
velozmente, desde ese punto en la dirección de la
(inclinación y rotación de sentidos opuestos) limita el
pérdida de movilidad.
movimiento de la vértebra implicada y puede incluir
tantos segmentos como se desee. Las palancas largas se
Amplitud
Útilizan para efectuar la focalización en un nivel verte-
bral específico. Los segmentos supra y subyacentes al La técnica de movilización con impulso intenta· crear
segmento vertebral disfuncional están «bloqueados» un movimiento de 3 mm en la articulación que se está
en una palanca larga, mientras que el segmento que se tratando. El impulso debe aplicarse rápidamente y en
ha de tratar está «libre» para recibir la fuerza de acti- una corta distancia. Con las técnicas de palanca c-0rta,
vación que se va a aplicar. No es raro que el neófito la amplitud del impulso para obtener una apertura de
aplique una fuerza excesiva a una articulación que se 3 mm en la articulación es considerablemente menor
ha bloqueado de forma incorrecta, debido a una mala que con una técnica de palanca larga. Cuando se uti-
focalización. lizan palancas largas el operador introduce en el pa-
ciente una gran cantidad de movimiento. Lo que se
Fulcro
debe recordar es que la suma de todo el movimiento
En muchas maniobras de movilización con impulso se debe dar como resultado una amplitud de impulso de
utiliza fulcro, especialmente en las regiones cervical y 3 mm en la articulación que se está tratando.
Capítulo 9 Técnicas de movi/izoción con impulso l 07

Equilibrio y control como objetivo una o más de estas metas terapéuti-


cas, aunque muchas de las otras podrán ser simultá-
Como en cualquier procedimiento de medicina ma- neamente operativas. Las técnicas de movilización con
nual que pretenda ser eficaz, el operador y el pa- impulso parecen más eficaces en disfunciones subagu-
ciente deben tener posiciones cómodas, de fácil con- das y crónicas que sean debidas a restringentes cortos..;...,_....--<'.
-· . . . ,, ·: ,. '•" ··, •. ., ,
trol y_ ~quilibradas. El paciente debe estar completa-
mente relajado, de forma que el operador pueda Contraindicaciones
aplicar el impulso con la máxima eficacia. La camilla
debe encontrarse a la altura apropiada para la talla Como en todos los métodos de medicina manual, el
del paciente y del operador. Si la camilla es dema- _diagnóstico riguroso es esencial y se requiere preci:
siado alta, la capacidad del operador para controlar al sión y agudeza en la intervención terapéutica.
paciente se verá comprometida. El paciente debe es- Cuando se reúnen estos criterios para la movilización
tar .. correctamente coloc_ado en la camilla, ni d~ma- con impulso, las contraindicaciones se hacen míni-
siado lejos ni demasiado cerca del operador, de ma- mas. No obstante, estas maniobras tienen más con-
nera que la focalización pueda ser precisa y el pa- traindicacion~es, tanto absolutas como relativas, que
ciente no tema caerse. El impulso se aplica mejor otras. Las codtraindicaciones absolutas para la movili-
valiéndose de una transferencia del peso corporal del zación con impulso son la hipermovilidad e inestabi-
operador, que de una acción muscular específica. lidad de una articulación y la presencia de patología
Para ejecutar maniobras de movilización con impulso articular inflamatoria.
lumbares y sacroiliacas en decúbito lateral, muchos
operadores intentan introducir el impulso por medio Existén muchas contraindicaciones relativas y los
de un movimiento de aducción del brazo colocado diferentes autores las clasifican de forma distinta. En
sobre la pelvis, en lugar de hacerlo a través de un mo- la columna c_ervical hay un aspecto esencial que se re-
vimiento global del cuerpo. Es dificil ajustar la veloci- fiere a la arteria vertebral. La arteria vertebral está
dad y la amplitud por medio de la contracción de un anatómicamente expuesta en la charnela craneocer-
músculo aductor de la extremidad superior del ope- vical. Los movimientos de extensión y rotación estre-
rador. Resulta más fácil aplicar el impulso adecuado chan las arterias vertebrales normales. Por lo tanto, las
dejando caer el peso del cuerpo del operador en la di- maniobras deberán evitar la extensión y la rotación
rección correcta. excesivas. Si existe patología de la arteria vertebral, es-
tos movimientos se hacen potencialmente más peli-
Objetivos terapéuticos de las técnicas grosos y la necesidad de precisión en el diagnóstico y
de movilización con impulso en la ejecución técnica resulta crucial. El raquis cervi-
cal es también asiento de anomalías congénitas y ad-
Estas maniobras son útiles para aumentar la amplitud quiridas que pueden contraindicar una maniobra de
de movilidad de una articulación que presenta disfun- impulso. Estas anomalías incluyen la agenesia de la
ción (pérdida del juego articular). Aunque la pérdida apófisis odontoides y el síndrome de Down. En toda la
de movilidad pareciera encontrarse sólo en una direc- columna vertebral es importante la existencia de en-
ción, una maniobra de impulso eficaz aumentará la fermedades óseas metabólicas y sistémicas, especial-
amplitud de movilidad en todas las direcciones posi- mente la osteoporosis y el carcinoma metastásico. Con
.bles. A la vez que se moviliza la articulación, se puede una focalización meticulosa y precisa y una cantidad
intentar realinear las partes del esqueleto en sus rela- de fuerza adecuada, la técnica de movilización con
ciones anatómicas normales, con la intención de res- impulso puede restaurar la pérdida del juego articular
taurar una actividad normal de los receptores articu- a pesar de la alteración en la arquitectura ósea. La en-
lares a ese nivel. Un beneficio adicional es la reduc- fermedad degenerativa de las articulaciones interapo-
ción de la hipeÚOf/.Ía y/ o el espasmo muscular en un fisarias y uncovertebrales de Luschka, es también una
intento de restaurar el equilibrio en la musculatura contraindicación relativa. La enfermedad degenera-
segmentaría. Otro logro terapéutico podría ser el esti- tiva articular altera la capacidad funcional de las arti-
ramiento de los tejidos conectivos acortados que ro- culaciones interapofisarias y una técnica de moviliza-
dean la articulación. Los tejidos conectivos fasciales ción" con impulso inapropiada podría dañarlas. No
pueden encontrarse acortados y tensos como conse- obstante, la disfunción somática de estas articulacio-
cuencia de la posición alterada de la articulación o de nes puede complicar el proceso degenerativo. La dis-
la resolución del proceso inflamatorio después de la función articular puede ser tratada con éxito por me-
lesión. Como ya se sugirió anteriormente, el objetivo dio de maniobras de movilización con impulso si se
terapéutico podría ser el movimiento de los fluidos, respetan los principios ya mencionados. El impulso
tanto intra como extravasculares, al «exprimirse» los manipulativo se ha de ejecutar correctamente contra
tejidos. U na determinada maniobra puede tener la barrera elástica de la disfunción articular, incluso
l 08 Principios y práctica de la medicina manual

ante la existencia de una barrera anatómica anormal cambios en la imagen del disco. Se ha publicado que
debida a la enfermedad degenerativa articular. tras el uso de técnicas de movilización con impulso en
presencia de patología discal se ha desencadenado un
Despierta especial preocupación él uso de manio- síndrome agudo de cola de caballo. Se debería tener
bras de movilización con impulso en presencia de pa- siempre pres_en_te este potencial peligro.
tología discal, especialmente en la fase aguda.-Algu•
nos autores consideran que son el tratamiento de CONCLUSIÓN
elección, mientras que otros creen que están con-
traindicadas. La importancia radica en la posibilidad Las técnicas de movilización con impulso ( técnicas de
de exacerbar la patología discal aumentando la her- impulso de alta velocidad y baja amplitud) poseen un
nia y el secuestro con atrapamiento de elementos ner- elevado valor dentro del arsenal del profesional de la
viosos. Este autor ha utilizado maniobras de moviliza- medicina manual. Requieren exactitud en el diagnós-
ción con impulso en presencia de hernias discales de- tico y precisión en la intervención terapéutica. La
mostradas con las técnicas de imagen adecuadas, con aplicación idónea de velocidad, más que de fuerza, es
excelentes resultados terapéuticos. Es interesante des- una habilidad que se debe dominar cuando se utili-
tacar que la maniobra no ha obrado prácticamente zan estas t€cnicas.
TÉCNICA FUNCIONAL (INDIRECTA)

La técnica funcional (indirecta) no es tan conocida de la column_a vertebral y con sus correspondientes
como muchas otras del campo de la medicina ma- partes bland¡tt Para ilustrarlo podemos usar la analo-
nual. Muchos la consideran un procedimiento muy gía con una fila de soldados marchando en un desfile.
complejo, aunque sus principios son relativamente Uno de los soldados de la fila lleva el paso cambiado.
simples y claros. Dentro de la interfaz estructura-fun- El soldado se encuentra perfectamente alineado en la
ción, sus rrianiobras se centran más en el aspecto fun- fila, no está fuera de su sitio, pero resulta muy llama-
cional que en el estructural. tivo dado que marcha a un paso distinto al de los de-
más. No funciona de manera coordinada con el restó
HISTORIA de sus compañeros. El oficial al mando no sacará al sol-
dado de la fila y lo pondrá en otro sitio, sino que le
Las técnicas funcionales (indirectas) se desarrollaron hará cambiar sus zancadas para que coincidan con las
dentro de la profesión osteopática americana entre del resto de los soldados de la fila. El terapeuta que uti-
los años 40 y 50. Varios grupos de médicos osteópatas liza la técnica funcional, se centra en restaurar la acti-
trabajaron simultáneamente .en diferentes partes del vidad coordinada en una disfunción vertebral, de la·
país en el desarrollo del sistema. Un grupo, en el misma manera que se cambia el comportamiento del
norte de la costa pacífica, trabajó con los dos doctores soldado que marcha descompasado.
Hoover, mientras que miembros de la Academia de
Osteopatía de Nueva Inglaterra, en la costa este, en CONCEPTOS DE BARRERA
especial los doctores Bowles y Johnston, crearon un
grupo de estudio. El doctor George Andrew Laugh- En el Capítulo 3 se describieron las barreras norma-
lin, de Kirksville (Missouri), desarrolló su propia va- les y las restrictivas. En ausencia de disfunción, existe
riante de la técnica, edificándola sobre los conceptos un punto neutro medio de máxima libertad dentro
de tensión membranosa equilibrada del doctor W. G. de la amplitud de movilidad total. En presencia de
Sutherland, fundador del concepto craneosacro. Es- disfunción somática, el punto neutro ya no se en-
tas. técnicas han crecido en popularidad y en la actua- cuentra en la línea media, sino que se enEuentra
lidad se incluyen en el arsenal de muchos profesiona- como punto de máxima libertad entre la barrera res-
les de la medicina manual. trictiva, por un lado, y las barreras fisiológica y anató-
mica normales, por el otro. Las técnicas de aplicación
directa tales como la energía muscular, la moviliza-
INTERFAZ ESTRUCTURA-FUNCIÓN
~ión sin impulso y la movilización con impulso, se in-
La· interrelación de estructur¡t y función en el cuerpo teresan por alcanzar la barrera restrictiva y aplicar
y la tendencia de éste a la autorregulación son princi- una fuerza de activación en la dirección de la pérdida
pios· básicos ampliamente reconocidos. Las técnicas de movilidad. La técnica funcional está más intere-
funcionales (indirectas) se basan en estos principios, sada en el comportamiento de la movilidad existente
especialmente desde la perspectiva de la función. que en su relación específica con la barrera; El tera-·
Cuando se observa un segmento vertebral disfuncio- peuta está más interesado en la calidad del movi-
nal, no se piensa que el hueso se encuentra fuera de su miento y en cómo se comporta el segmento disfun-
sitio, sino que presenta un comportamiento anormal cional cuando se introduce movimiento que en la
con respecto al resto del organismo. El abordaje es- cantidad de éste. El diagnóstico funcional busca la co-
tructural clásico intentaria «devolver el hueso a su si- ordinación normal y razonablemente prevista de los
tio», mientras que el abordaje_funcional trataria de res- movimientos y la calidad y facilidad de éstos en una
taurar una actividad coordinada con otros segmentos determinada zona o segmento.
109
11 o Principios y práctica de la medicina manual

HIPÓTESIS NEUROLÓGICA bre la posible disfunción segmentaria. A esta mano se


le denomina <<mano escucha». Se mantiene el contaü-
La hipótesis de trabajo de la técnica funcional parte to de manera reposada y no invasiva, concentrándose
de la premisa de que la disfunción trae como conse- en los cambios que puedan producirse en el segmento
cuencia una actividad nerviosa alterada. El trastorno disfuncional y en los tejidos anejos. La mano escucha
de la· función activa impulsos aferentes aberrantes· rara vez introduce movimiento o energía, es un «re-
procedentes de los mecanorreceptores y de los noci- ceptor" de información. La otra mano del operador
ceptores. Estos impulsos se transmiten a la médula toma contacto con alguna zona del sistema musculo-
para su procesamiento local, a nivel medular, y cen- esquelético, a distancia del segmento disfuncional y, o
tral, merced a vías nerviosas ascendentes y descen- bien introduce movimiento, o supervisa el movi-
dentes. Este tráfico nervioso anormal da como resul- miento que el paciente realiza siguiendo instrucciones
tado la transmisión de señales eferentes anormales a verbales. Esta mano se denomina «mano motriz». In-
la vía final común de la motoneurona a al músculo. duce el movimiento que la mano escucha monitoriza
Hipotéticamente, la restauración_ de unas señales afe- apreciando su carácter de distendido o tenso. El pro-
rentes al sistema nervioso central más normales, de- ceso conlleva una demanda de movimiento y una res-
vuelve el tráfico nervioso en la médula espinal a unos puesta. La m'ano motriz inicia la demanda y la mano
niveles también más normales, lo cual normalizaría la escucha percibe y evalúa la respuesta.
actividad nerviosa en relación con el músculo. Las La técnica funcional mantiene una permanente
técnicas funcionales pueden describirse como proce- interacción de diagnóstico y tratamiento. ~a mano
dimientos de reducción aferente. El proceso de diag- motriz induce movimientos diagnósticos y terapéuti~
nóstico funcional es amplio, dado que busca altera- cos y la mano escucha monitoriza la respuesta, dando
ciones del comportamiento en todos los segmentos el resultado de un feedback continuo. El diagnóstico-
del sistema musculoesquelético, intenta restaurar un tratamiento puede verse como un bucle cibernético
comportamiento más normal y exige que todos los de entrada y salida permanente, con una evaluación
segmentos disfuncionales reciban una atención ade- retroalimentada a lo largo de todo el proceso. Debido
cuada. al proceso dinámico que conlleva la técnicá 'funcio-
nal, da la impresión de que el terapeuta está hacien-
DIAGNÓSTICO FUNCIONAL do muchas cosas diferentes con muy poca sistemati-
zación. No obstante los procesos son bastante estáfl-
El diagnóstico funcional comienza con la identifica-
dar desde el punto de vista de que una mano
ción de las zonas de tensión tisular y/ o las zonas de
introduce un movimiento, que es constantemente
mayor restricción. Un método diagnóstico consiste en
monitorizado por la otra.
percutir con las puntas de los dedos sobre los dife-
rentes segmentos móviles vertebrales y sobre los teji-
UTILIZACIÓN TERAPÉUTICA
dos adyacentes. Se observa la pérdida de elasticidad
tisular en áreas de disfunción significativa. Otro méto- Patologías agudas
do consiste en que el operador introduce pasivamen-
te diferentes recorridos de movilidad simétricos a lo La técnica funcional resulta especialmente útil en los
largo de todo el eje vertebral, buscando zonas que estados agudos debido a su carácter atraumático y al
ofrecen resistencia a los movimientos inducidos. Un hecho de que puede ser aplicada repetida y fre-
tercer sistema diagnóstico intenta descubrir disfun- cuentemente. La técnica funcional no pretende un
ción somática vertebral con los métodos descritos en cambio estructural_ im_portante sino una respuesta de
el Capítulo 6 para, a continuación, evaluar la.s carac- los tejidos. La reprogramación de la estimulación afe-
terísticas funcionales de la disfunción. rente anormal es crucial en las fases agudas, tanto
como en las crónicas. Las patologías agudas parecen
responder favorable y rápidamente a la técnica fun-
CONCEPTO DISTENSIÓN-TENSIÓN
cional. No se necesita ningún equipamiento especial
En la técnica funcional, el terapeuta investiga la cali- y puede aplicarse en cualquier lug,u-, incluso en una
dad del movimiento más que su amplitud. ¿Es el mo- unidad de cuidados intensivos.
vimiento fácil y libre (distendido) o aparece restrin-
gido y difícil ( tenso)? El espectro abarca desde la máxi- Patologías crónicas
ma distensión a la máxima tensión, con muchas La técnica funcional también es efectiva en los esta-
graduaciones intermedias. El diagnóstico funcional dos crónicos, ya que elimina la anormal programa-
busca la interfaz distensión-tensión. ción de la respuesta nerviosa y no se limita simple-
El procedimiento para distinguir distensión de mente a modificar la posición. Hacer que ún segmen-
tensión es el siguiente: se coloca la mano palpatoria so- to vertebral disfuncional recupere su posición sirve
Cap,1ulo 70 Técnica func1onol (indirecto) 111

de poco si no se normalizan los mecanismos neuro- se siente más libre se mantiene todo el tiempo que se
musé:ulares que controlan su función. El componente pueda con comodidad, lo cual suele oscilar entre 5 y
diagnóstico de la técnica funcional es útil en las pato- 30 segundos. Al final de este sostén cómodo de la res-
logías crónicas, ya que monitoriza la respuesta y el piración, se pide al paciente que respire con norma-
· - - comportamient-0 de .Jos.tejidos con independencia.de.. .. lidad y nat.uralidad .. A contim.¡ación. se busca un
·Ja modalidad de intervención terapéutica. nuevo punto de equilibrio p¡u-a cada una de las di-
recciones de movilidad y se repite el trabajo respira-
Valor pronóstico torio. Todo el proceso se repite hasta que se siente la
La técnica funcional diagnóstica posee un gran valor , liberación de la restricción y se obtiene aumento de la
pronóstico. Evalúa la respuesta al tratamienlb de un movilidad.Lo que el operador suele percibir es que el
nivel disfuncional, independientemente del tipo de punto neutro se va acercando cada vez más a lo nor-
. intervención terapéutica. Por ejemplo, la colocación mal y que la amplitud del recorrido aumenta .
de un alza en una extremidad inferior anatómica-
Técnicas funcionales dinámicas
mente corta, con repercusión en la inclinación pél-
vica (una intervención estructural), cambiará la capa- La segunda categoría de técnica funcional se describe
cidad funcional de todo el sistema musculoesquelé- como funcional dinámica y se centra en normalizar el
tico. El diagnóstico funcional ayuda a determinar si la rumbo aparentemente anormal de la disfunción. El
intervención estructural ortopédica ha conseguido proceso sigue la movilidad inherente de los tejidos, la
mejorar la función musculoesquelética tanto a nivel cual depende de múltiples fenómenos fisiológicos, en
local• como a distancia. especial del impulso rítmico craneal, de la contrac-
ción y reh,jación del tono muscular, y de los efectos di-
TIPOS .DE TÉCNICA FUNCIONAL námicos de la respiración y la circulación. En la técc
nicafuncional dinámica, la mano escucha monitoriza
Todas las técnicas funcionales pueden ser clasifica- la respuesta al movimiento que introduce la mano
das como procedimientos de reducción aferente. La motriz y dirige las demandas de movilidad por el ca-
mayoría de las técnicas funcionales pueden agru- mino en el que la distensión aumenta. El objetivo es
parse en tres categorías: equilibrio y sostén, técnicas recuperar unos patrones de movimiento más norma-
funcionales dinámicas y liberación por posiciona- les, mientras el operador intenta «capear» la disfun-
miento. ción. Éste, continuamente busca la distensión y evita
la tensión. Estas técnicas parecen bastante variadas
Equilibrio y sostén debido a los patrones dinámicos de movilidad aplica-
Estas técnicas se llevan a cabo en cualquier posición: dos, los cuales pueden estandarizarse por medio de la
en bipedestación, en sedestación o en cualquiera de fórmula C-C-T-E-T:
los tres decúbitos. La mano escucha monitoriza el C (!)-contacto sobre los tejidos anejos al seg-
segmento disfuncional mientras la mano motriz efec- mento disfuncional;
túa movilidad pasiva o el paciente adquiere posicio-
C (2)-control de la movilidad inducida por la
nes siguiendo los comandos verbales del terapeuta. El
mano motriz;
movimiento se induce secuencialmente en seis direc-
T (1)-test de la respuesta de los tejidos adyacentes;
ciones diferentes, a la búsqueda del punto de equili-
brio con distensión máxima de cada uno de los réco- E -evaluación del comportamiento del seg-
rridos. Cuando se ha encontrado el punto de equili- mento que se califica como normal o
anormal;
brio en un recorrido, se mantiene y desde esa
posición se busca en otro recorrido, de forma que los T (2)-tratamiento con monitorización constante
diferentes puntos de distensión máxima se van .api- del punto tensión-distensión del seg-
lando uno encima de otro, sin importar el orde~ en mento disfuncional. ·
que se exploran los diferentes movimientos. Estos
Liberación por posicionamiento
son: flexión-extensión, inclinación derecha-inclina-
ción izquierda, rotación derecha-rotación izquierda, La tercera categoría de técnica funcional es la libera-
traslación anterior-posterior, traslación lateral dere- ción por posicionamiento. El sistema lo inició y lo de-
cha-izquierda y traslación craneal-caudal. sarrolló Lawrence Jones D. O., F.A.A.0., y se describe
El último movimiento que se introduce es la res- como contratensión. El sistema consta de dos ele-
piración. Una vez que todos los recorridos en el seg- mentos principales. El primero es la identificación y
mento disfuncioµal han sido «apilados» en su punto monitorización de puntos dolorosos palpables distri-
de máxima distensión, se efectúan movimientos ins- buidos por todo el sistema musculoesquelético. Mu-
piratorios y espiratorios. La fase respiratoria que chos de estos puntos dolorosos coinciden en su loca-
112 Principios y práctico de lo medicino manual

lización con puntos descritos por otros autores (pun- derecha y rotación a la izquierda de la cabeza y
tos gatillo miofasciales de Travell, puntos reflejos de el cuello sobre el tronco, lo cual induce movili-
Chapman, puntos de acupuntura). El método de li- dad vertebral neutra (tipo I). El operador mo-
beración por posicionamiento, utiliza los puntos do- nitoriza la amplitud de estos movimientos aco-
lorosos como medio diagnóstico y. <:.:orno rp._onitores _ p!aclos desde la perspectiva del. concepto dis-
de la intervención terapéutica. El segundo elemento tensión-tensión. El movimiento se invierte
es la colocación del paciente en una posición en la hacia la inclinación izquierda y rotación dere-
que se encuentre cómodo y en la que su dolor haya cha y se observa si la distensión y la tensión son
disminuido al máximo. Se utilizan numerosas posi- simétricas. Al modular la inclinación y la rota-
ciones diferentes que combinan los decúbitos y la se- ción, se aprecia si hay diferencias de distensión
destación. Cuando se descubre un punto doloroso se y tensión en cada componente del movimiento.
busca una posición en la que se reduzca tanto el do-
6. Volviendo a la posición de partida, el operador
lor del paciente como la tensión tisular que siente el
introduce una pequeña cantidad de flexión, in-
operador. Esta posición se mantiene durante 90 se-
clinación derecha y rotación derecha de la ca-
gundos, transcurridos los cuales se vuelve lenta-
beza y el cuello sobre el tronco, lo cual induce
mente a la posición normal y se vuelve a evaluar al
movimientos acoplados no-neutros (tipo II). La
paciente. Estas maniobras se complementan con
mano escucha monitoriza la distensión y la ten-
programas de ejercicios específicos. Es recomenda-
sión de este movimiento y se repite hacia el lado
ble estudiar el manual «Strain and Counterstrain»
izquierdo, apreciándose si los diferentes com-
(Jones L. H., Colorado Springs, 1981, American Aca-
ponentes del movimiento son simétricos en
demy of Osteopathy) antes de acometer el empleo de
cuanto a la calidad de distensión y de tensión.
esta técnica.
El ejercicio puede repetirse a lo largo de todo el
EJERCICIO DE PALPACIÓN FUNCIONAL eje vertebral, en diferentes posiciones. Desde el
punto de vista del diagnóstico, el operador intenta
El siguiente ejercicio es de utilidad en el aprendizaje clasificar cada segmento como normal, ligeramente
de los principios del diagnóstico y del tratamiento disfuncional o significativamente disfuncional. El seg-
funcionales. mento normal dispone de un recorrido amplio, con
l. El paciente se sienta recto sobre la camilla con nada que llame la atención a lo largo de todo el pro-
los brazos cruzados a través del pecho y cada ceso. Un segmento significativamente disfuncional
mano apoyada en el hombro contrario. presenta un recorrido pequeño, con rápidos cambios
en cuanto a la distensión y a la tensión percibidas. Es
2. El operador se sitúa de pie detrás y a un lado
bastante habitual encontrar un segmento ligera-
del paciente, colocando las puntas de los dedos
mente disfuncional, ante lo cual hay que decidir su
de la mano escucha en la región dorsal supe-
grado de significación en el conjunto del complejo
rior. Esta mano debería permanecer lo más in-
musculoesquelético. Esta decisión sólo puede to-
móvil posible.
marse en base a la experiencia, que es la única y la
3. La otra mano del operador actúa de mano mejor maestra.
motriz y se coloca encima de la cabeza del pa-
ciente. Esta mano dirige al paciente hacia di-
ferentes movimientos, de forma similar a TÉCNICAS FUNCIONALES
como se usan las riendas de un caballo. Lama-
Las siguientes maniobras muestran el sistema de téc-
no motriz efectúa movimientos pasivos 0- mo-
nica funcional atribuído a George Andrew Laughlin,
nitoriza la ejecución de los movimientos que
D. O., de Kirksville (Missouri) .. Las técnicas fueron pu-
el paciente realiza siguiendo órdenes verbales.
lidas y estandarizadas por Edward Stiles, D. O.,
4. El operador introduce flexión, lenta y suave- F.A.A.O., quien tuvo la oportunidad de estudiar am-
mente, intentando percibir cambios (con lama- pliamente con el doctor Laughlin. Éste, no es más que
no escucha) de distensión o de tensión, desde uno de los muchos sistemas de técnica funcional (in-
la máxima distensión a la máxima tensión. A directa), pero muestra ejemplos de las técnicas fun-
continuación el operador invierte el proceso y cional dinámica y de equilibrio y sostén. Los medios
va hacia la extensión. Se realizan varias repeti- diagnósticos de estos procedimientos siguen el mode-
ciones evaluando constantemente el nivel de lo postura! estructural desde el punto de vista termi-
distensión y de tensión en ambas direcciones. nológico, pero para tener éxito con ellos resulta im-
5. Con el paciente nuevamente en la posición de prescindible aplicar los principios que se han ex-
partida, el operador introduce inclinación a la puesto.
Capítulo 70 Técnico funciono/ (indirecta) 113

Técnica funcional tensión por medio de traslación anteroposterior


(fig. 10.3).
Raquis lumbar
6. El operador introduce inclinación y rotación con la
Sedestación
mano motriz y, merced a la traslación anteroposte-
Diagnóstico: Disfunciones no-neutras: extensión, rotación, ·-- rior, .induce flexión y.extensión hasta el punto de
·inciío?cióií (ERS) y flexión, rotacii'¡n; iíiciiiiacíón (F'RS) . equilibrio en cada uno de los seis grados de libertad
1. Paciente sentado sobre la camilla. (fig. 10.4).
2. Operador sentado detrás del paciente. 7. A continuación se realizan movimientos inspiratorios
y espiratorios hasta encontrar el punto de máxima
3. La: mano escucha se coloca sobre el segmento dis-
distensión. Una vez encontrado se aguanta la respI- •
furicional, con el dedo índice sobre la vértebra supe-
ración hasta que se obtiene la liberación (equilibrio
rior y el pulgar sobre la inferior (fig. 10.1 ).
y sostén).
4. la mano motriz del operador se coloca sobre el
8. Se puede llevar a cabo un abordaje funcional diná-
hombro del paciente, para controlar la inclinación y mico aplicando carga desde la mano motriz a la
la rotación desde arriba (fig. 10.2).
mano esc4cha, a partir del paso 6, y siguiendo el
5. El operador apoya su cabeza sobre la región dor- movimiento inherente de los tejidos en su búsqueda
sal del paciente para controlar la flexión y la ex- del equilibrio.

Figúra 10.1. Figura 10.3.

Figura 10.2. Figura 10.4.


114 Pnncipios y práctica de la medicina manual

Técnica funcional 3. El operador introduce movilidad de craneal a caudal


Pubis hasta el punto de máxima distensión (fig,-4 0.6).

Decúbito supino 4. Con el método de equilibrio y sostén utilizamos la


asistencia de la respiración hasta que se consigue
Diagnóstico: Pubis superior o inferior
un equilibrio en la simetría de la posición.
1. -Paciente en decúbito supino. Las rodillas flexiona-
5. Con un abordaje dinámico introduciríamos movili-
das se dejan caer hacia fuera en abducción de
dad en dirección a la distensión y seguiríamos la
cadera, con las plantas de los pies enfrentadas.
movilidad inherente hasta obtener el equilibrio fun-
2. El operador de pie a un lado· de la camilla P?IP? cional.
ambos lados de la sínfisis púbica con los dedos md1-
ces por encima y los pulgares por debajo (fig. 10.5).

Figura 10.5. Figura 10.6.


Capítulo 70 Técnico funcional (indirecto) 115

Técnica funcional 5. La cabeza del operador introduce flexo-extensión


Disfunción sacroiliaca hasta que la mano escucha percibe la distensión.

Sedestación 6. La mano motriz (izquierda) del operador induce incli-


nación izquierda y rotación derecha del tronco del
Diagnóstico: Torsión izquierda sobre eje izquierdo
pacien\e, h.asta apreciar la distensión con la mano
1·: Padenté sen.tadó sobre Ja,:i::ámilla. escucha (fig. 10.1 O).
2. El operador se sienta detrás del paciente, con la 7. Con el método de equilibrio y sostén se «sintoniza»
mano derecha, como mano escucha, sobre la base la distensión en la mano escucha y entonces se
sacra derecha (fig. 10.7) y con la mano izquierda, in.troduce la acción respiratoria hasta que se consi-
como mano motriz, sob.re el hombro izquierdo gue la libe.ración de la tensión y se devuelve la fun-
(lig. 10.8). ción. Pueden ser necesarias varias repeticiones
3. La cabeza del operador se coloca en la región dor- ajustando la posición después .de cada asistencia
. sal del paciente, para controlar la flexo-extensión respiratoria .
por medio de movimientos de traslación anteropos- 8. Con el abordaje dinámico se inicia el movimiento
terior (fig. 10.9). en la direq::ión de la distensión y se sigue la res-
4. El pulgar derecho del operador se coloca sobre la puesta inherente de los tejidos a medida que éstos
base sacra, mientras que el índice derecho ejerce se «relajan». El pulgar de la mano derecha se pue-
distracción lateral sobre la cara interna de la espina de desplazar hasta el ángulo inferolateral izquierdo
ilíaca posterosuperior, intentando apreciar la disten- para iniciar y asistir el proceso.
sión en el polo superior de la articulación sacroiliaca
derecha.

Figura 10.7. . Figura 10.9.

Figura 10.8. Figura, 10.10.


116 Principios y práctico de lo medicino manual

Técnica funcional rior, hasta sentir distensión con la mano escucha


Disfunción sacroiliaca (lig. 10.13).

Sedestación 6. La mano motriz del operador introduce inclinación


Diagnóstico: Flexión sacra izquierda derecha y rotación izquierda hasta que se aprecia la
-distensión en la mano escucha (fig. 10.14).
1. Paciente sentado sobre la camille.
7. Con el método de equilibrio y sostén se mantiene el
2. El operador se sienta detrás del paciente y coloca la
punto de distensión y se usa la acción respiratoria
mano escucha (izquierda) sobre la base sacra
hasta conseguir la liberación de la restricción en los
izquierda, con el pulgar sobre el sacro y el índice
tejidos.
sobre la cara interna de la espina ilíaca posterosu-
perior izquierda (fig. 10.11 ). 8. Con el abordaje dinámico se inicia el movimiento en
3. La mano motriz (derecha) del operador se coloca dirección a la distensión con la mano motriz y se
sobre el hombro derecho del paciente (fig. 10.12). acompaña la movilidad inherente de los tejidos en
su búsqueda de distensión y de equilibrio. El pulgar
4. La cabeza del operador se coloca en la zona dorsal izquierdo del operador puede desplazarse al ángulo
media del paciente. inferolateral izquierdo para facilitar la liberación. La
5. El operador induce flexo-extensión solicitando con mano motriz controla el tronco buscando la disten-
su cabeza movimientos de traslación anteroposte- sión en todas las dimensiones del espacio.

Figura 10.11. Figura 10.13.

Figura 10.12. Figura 10.14.


Capítulo 7O Técnico funciona/ (indirecta) 117

Técnica funcional 4. La cabeza del operador se coloca en la región dor-


sal media.
Disfunción sacroiliaca
5. El operador introduce un poco de flexión, traslación
Sedestación posterior e inclinación-rotación derechas hasta que
Diagnostico: Extension·sacra_ derecha·· .,. se siente la distensión en la mano escucha. Se des-
. plaza el peso del paciente a la tuberosidad isquiáti-
1. Paciente sentado sobre la camilla. ca derecha (lig. 10.16).
2. El operador se sienta detrás del paciente, con la 6. Con el abordaje de equilibrio y sostén, se mantiene
mano escucha (derecha) sobre el polo superior de el punto de máxima distensión en la base sacra
·· la articulación sacroiliaca derecha. El pulgar se sitúa derecha haciéndo «sintonía fina» y usando, a conti- ·
sobre la base sacra derecha y el índice realiza dis- nuación, la acción respiratoria para conseguir equi-
tracción lateral sobre la espina ilíaca posferosupe- librio tensional en los tejidos.
- rior derecha. 7. Con el método funcional dinámico, se inicia la movi-
3. La mano izquierda del operador · actúa de mano - lidad en la base sacra con la mano motriz y se sigue
motriz y se coloca sobre el hombro izquierdo del el punto efe equilibrio, hasta que se produce la libe-
paciente (lig. 10.15). ración de los tejidos y se restaura la función.

Figura 10.15. Figura 10.16.


118 Principios Y,p¡;áctico de lo medicino manual

Técnica funcional 5. El operador induce flexión y traslación posterior has-


Disfunción sacroiliaca ta la mano escucha.

Sedestación 6. La mano motriz del operador introduce inclinación


y rotación a la izquierda hasta equilibrar la base
Diagnóstico: Torsión izquierda sobre eje derecho
·sacra. El "):)eso ·del paciente suele tener que car-
1. Paciente sentado sobre la camilla. garse sobre la tuberosidad isquiática izquierda
2. El operador se sienta detrás del paciente con la mano (fig. 1Q;:1.8).
escucha (izquierda) sobre el polo superior de la ar- 7. Con el método de equilibrio y sostén, se localiza la
ticulación sacroiliaca izquierda. El pulgar se coloca en distensión en la base sacra izquierda en todos los
la base sacra y el índice ejerce distracción lateral parámetros y se inicia la acción respiratoria para
sobre la espina ilíaca posterosuperior izquierda. conseguir el equilibrio tisular.
3. La mano derecha del operador actúa como mano 8. El método funcional dinámico inicia la movilidad con
motriz y se coloca sobre el hombro derecho del la mano motriz en dirección a la distensión, que se
paciente (fig. 10.17). ha de percibir con la mano escucha, y sigue la movi-
4. La cabeza del operador se coloca en la región dor- lidad inherente de los tejidos en dirección a la dis-
sal del paciente. tensión, hasta conseguir el equilibrio.

Figura 10.17. Figura 10.18.


·¡
1

Capítulo IO Técnico funciono/ (indirecto) 119

Técnica funcional 6. El operador introduce traslación anteroposterior


hasta que el ilíaco derecho comienza a moverse
Disfunción iliosacra
hacia delante, entonces introduce inclinación y rota-
Sed estación ción izquierdas hasta sentir distensión en el polo
Dia¡inóstico: Ilíaco anterior derecho- - superior de la articulación sacroiliaca derecha. El
· peso del paciente suele _tener que cargarse sobre la
1 1. Paciente sentado sobre la camilla, tuberosidad isquiática izquierda (fig. 10.20).
2. Operador sentado detrás del paciente, 7, Con el método de equilibrio y sostén, se busca la
distensión en todos los parámetros de movimiento,
3. La man.p derecha del operador actúa como mano
se añade el trabajo respiratorio y se hace_ «sintonía
· escuchá y se coloca sobre la cresta iiíaca derecha,
fina,, hasta que se produce el equilibrio tensional de
con el pulgar sobre el sacro a nivel del polo superior
los tejidos.
de la articulación sacroiliaca.
8, En el abordaje dinámico, se comienza poniendo car 0

4, La mano motriz (izquierda) se coloca sobre el hom-


ga con la mano motriz en dirección a la mano escu-
bro izquierdo del paciente (fig. 10.19).
cha, ¡;¡ara, a continuación, acompañar la movilidad
5. La cabeza del operador se apoya en la zona dor- inherente de los tejidos hasta que en éstos se alcan-
sal. za el equilibrio.

Figura 10.19. Figura 10.20.


120 Principios y práctico de lo medicino manual

Técnica funcional 5. La cabeza del operador se encuentra en la región


dorsal.
Disfunción iliosacra
Sedestación 6. El operador realiza traslación anteroposterior que se
ha de localizar en el polo inferior de la articulación
Diagnóstico: Ilíaco posterior izquierdo
sacroiliaca izquierda .(fig ..10.22) y, a continuación,
1. Paciente sentado sobre la camilla. introduce inclinación izquierda hasta que el ilíaco
2. Operador sentado detrás del paciente. izquierdo se desplaza hacia la distensión en la rota-
ción posterior (fig. 10.23).
3. La mano izquierda del operador funciona como
mano escucha y toma contacto a nivel de la cresta 7. El abordaje de equilibrio y sostén busca distensión
ilíaca izquierda, con el pulgar sobre el sacro a nivel en todos los parámetros y añade acción respiratoria
del polo inferior de la articulación sacroiliaca iz- para conseguir una tensión tisular equilibrada.
quierda. 8. El método dinámico introduce movilidad con la
4. La mano derecha del operador es la mano motriz y mano motriz hacia la articulación sacroiliaca izquier-
se coloca sobre el hombro derecho del paciente da y acompaña la movilidad inherente de los tejidos
(fig. 10.21 ). hasta co~seguir su equilibrio tensional.

Figura 10.21. Figura 10.23.

Figura 10.22.
Capítulo 10 Técnico funciono/ (indirecto) 121

Técnica funcional 5. El operador efectúa un movimiento traslatorio ante-


Pelvis roposterior, hasta sentir distensión en ambas articu-
laciones sacroiliacas (fig. 10.25).
Sedestación
6. Las dos manos del operador comprimen la pelvis e
Diagnóstico: Compresión pélvica
·~... . ',_ •· _.,
, ., .. . . . . . - ,. .
_ inducen rotación anterior y posterior en ambos lados
1. Paciente sentado sobre la camilla. hasta el punto de distensión (fig. 10.26).
2. Operador sentado detrás del paciente. 7. El método de equilibrio y sostén mantiene ambos
3. Las dos manos del operador abrazan ambos ilíacos ilíacos en el punto de máxima distensión ~-utilizan-
colocando los pulgares sobre la base sacra y el res- do el trabajo respiratorio busca la liberación y el
to de los dedos a lo· largo de -las crestas ilíacas equilibrio de la tensión tisular.
(fig. 10.24). 8. El método dinámico introduce movilidad con ambas
4. La cabeza del operador se apoya sobre la_ zo.na d_or- manos y sigue la movilidad inherente hasta que se .
sal media de.! paciente. alcanza el equilibrio tridimensional.

Figura 10.24. Figura 10.26.

Figura 10.25.
122 Principios y práctica de la medicina manual

Técnica funcional distracción en sentido craneal hasta el punto de dis-


Raquis dorsolumbar tensión.

Sed estación 6. · La mano motriz introduce inclinación y rotación del


Diagnóstico: Disfunción vertebral ERS o FAS tronco, y añade distracción craneal, hasta el punto
de máxima distensión (fig. 10.28):·
1. Paciente sentado sobre la camilla con los brazos
cruzados. 7. El abordaje de equilibrio y sostén introduce movi-
lidad hasta el punto de máxima distensión, en todos
2. Operador sentado detrás del paciente.
los parámetros, y añade el trabajo respiratorio, has-
3. La mano escucha (derecha) toma contacto con la ta que se alcanza el equilibrio tensional de los te-
columna dorsolumbar. jidos.
4. La mano motriz (izquierda) coge el codo izquierdo 8. El abordaje dinámico introduce movilidad con la
del paciente (fig. 10.27). mano motriz en dirección a la distensión y acompa-
5. La mano escucha introduce flexión y extensión indu- ña la movilidad inherente de los tejidos, hasta obte-
ciendo traslación anteroposterior y entonces añade ner su equilibrio
., de tensiones.

Figura 10.27. Figura 10.28.


Capítulo 70 Técnico funcional (indirecto) 123

Técnica funcional 5. El operador introduce flexión (fig. 10.30) y extensión


Raquis dorsal superior (fig. 10.31) por medio de traslación anteroposterior,
hasta que la mano escucha aprecia la máxima dis-
Sedestación tensión.
Diagnóstico: Disfunción vertebral ERS o FAS
. .·-~····
~ .. , ..... ---··· ....... '••-··
'•• 6. _La mano motriz introduce inclinación y rotación en el .
· 1.. Paciente sentado sobre la camilla·, -• segmentó disfuncional, percibiéndose la máxima
2. Operador de pie detrás del paciente, con el tronco distensión con la mano escucha (fig. 10.32).
del paciente apoyado sobre _el operador para facili- . 7. El método de equilibrio y sostén busca el equilibrio
tarle el control. en todos los parámetros y añade acción respiratoria
3. La mano izquierdá del operador, actuando como hasta ·que el equilibrio tensional de los tejidos se
mano escucha, toma contacto a nivel del segmento consigue.
disfuncional,
....
,
con los dedos en ambas vértebras.
,_ - · 8. El abordaje dinámico introduce movilidad con la
4. La mano derecha del operador trabaja como mano mano motriz en dirección a la mano escucha y sigue
·motriz y se coloca en lo alto de la cab-eza·def pacien- la movilidad inherente de los tejidos hasta que se
te (fig. 10.29). obtiené su equilibrio tensional.

Figura 10._29. Figura 10.31.

Figura 10.30. Figura 10.32.


124 Principios y práctica de la medicina manual

Técnica funcional 5. El operador induce flexión (fig. 10.34) o extensión


Raquis dorsal medio e inferior (fig. 10.35) por medio de _traslación anteroposterior,
hasta apreciar distensión en la mano escucha.
Sedestación
Diagnóstico: Disfunción vertebral ERS o FRS 6. La mano motriz introduce inclinación y rotación
hasta sentfr· distensión con la mano escucha
1. Paciente sentado en la camilla.
(fig. 10.36).
2. Operador de pie detrás, con el tronco del paciente
apoyado contra el torso del operador para facilitar el 7. La técnica de equilibrio y sostén busca la distensión
control. en todos los parámetros y añade el trabajo respira-
3. La mano escucha (izquierda) contacta con el seg- torio hasta conseguir el equilibrio en la tensión de
mento disfuncional colocando cada uno de los de- los tejidos.
dos 2.º y 3.º sobre una de las dos vértebras. 8. La técnica dinámica inicia la movilidad con la mano
4. El antebrazo derecho del operador se apoya sobre motriz, en la dirección en la que la mano escucha
el hombro derecho del paciente, situando la mano percibe la distensión y sigue la movilidad inherente
derecha, que hará la3 veces de mano motriz, detrás de los tejidos hasta que se alcanza el equilibrio en la
del cuello del paciente (fig. 10.33). tensión tisular.

Figura 10.33. Figura 10.35.

Figura 10.34. Figura 10.36.


Capítulo 70 Técnica funciono/ (indirecto) 125

Técnica funcional mano sobre la articulación costotransversa de la


costilla (fig. 10.38).
Raquis dorsal y costillas
4. El operador introduce flexión (fig. 10.39) y extensión
Sedestación (fig. 10.40), por traslación anteroposterior, hasta la
Diagnóstico: Disfunción vertebral.y .costal. comt,inad¡¡. disti,nsión en la mano escucha.
1. Paciente sentado sobre la camilla, con la mano 5. El operador introduce inclinación.. y rotación hasta
izquierda detrás del cuello. que se aprecia distensión en la mano escucha.
2. Operador de pie detrás del paciente, cogiéndole el 6. El método de equilibrio y sostén busca la distensión
codo izquierdo con la mano izquierda, la cual actúa en todos los parámetros de movimiento y añade el
como maria motriz (fig. 10.37). · ·· trabajo respiratorio hasta que se alcanza el equili-
brio en la tensión tisular.
3. La mano escucha (derecha) se coloca en el surco
medial, adyacente a las apófisis espinosas de los -7. El abordaje dinámico inicia la movilidad con.la mano.
segmentos restringidos, El _pulgar se coloca sobre motriz hasta que se siente distensión en la mano
las articulaciones interapofisarias y la palma de la escucha y acompaña la movilidad inherente de los
;

Figiira 10,37. Figiira 10.39.

Figiira 10.38. Figiira 10.40.


126 Principios y práctico de lo medicino manual

tejidos hasta que se alcanza su equilibrio tensional vértebras dorsales y las costillas, mientras que la
en las tres dimensiones. mano derecha actúa como mano motriz y agarra el
8. Se puede hacer una variante de la técnica en la que codo izquierdo del paciente (fig. 10.41 ). El resto se
el paciente pone la mano izquierda sobre su hombro realiza de la forma ya descrita. Esta variante permi-
.derecho y la mano izquierda del .operadoLse .con- te diferentes co.mbinaciones. de flexión-extensión y
vierte en la mano escucha, que se coloca sobre las de inclinación-rotación (fig. 10.42).

Figura 10.41. Figura 10.42.


Capítula 70 Técnicafunciana/ (indirecta) 127

Técnica funcional 5. Se realizan movimientos de traslación anteroposte-


Costillas medias e inferiores rior, que introducen flexión-extensión, hasta que la
mano escucha aprecia distensión.
Sedestación
6. La mano motriz introduce inclinación y rotación has-
Diagnóstico: Disfunción costal estructural o respiratoria
ta que la distensión es percibida por la mano escu-
.í. Pacieríté-séntado sóbre la camilla. cha (fig. 10.44);
2. Operador de pie detrás del paciente, con el tronco 7. La técnica de equilibrio y sostén localiza distensión
apoyado sobre el torso de éste. en todos los parámetros y utiliza el trabajo respira-
3. La mano escucha del operador es la derecha y se torio hasta que la mano escucha siente que se res-
• - coloca sobre el lado interno del ángulo costal, con tablece el equilibrio de tensiones en los tejidos.
los dedos a lo largo de los cuerpos de las costillas 8. La técnica dinámica introduce movimiento con la
que puedan estar implicadas (fig. 10.43). mano mot.riz.hasta que la man9 escuch.a percibe la
,Ct1 brazo izquierdo del operador cruza por delánte distensión y sigue la movilidad inherente de los teji-
· · del tronco del paciente hasta cogerle del ·hombro dos hasta alcanzar el equilibrio tensional. A veces,
derecho cori la mano izquierda, la cual actúa como resultá útil iniciar la movilidad inherente con com-
mano motriz. presión.

Figura 10.43. Figura 10.44.


128 Principios y práctica de la medicina manual

Técnica funcional 4. El operador realiza traslación anteroposterior del


Primera costilla tronco y rotación interna-externa del brazo derecho
del paciente, localizando la distensión con la mano
Sed estación . escucha (fig. 10.46).
Diagnóstico: Disfunción respiratoria de la primera cos-
tilla ··- ·· ·- .5 . .ELabordaje con equilibrio y sostén localiza la.Glis-
tensión en todas las direcciones y añade la acción
1. Paciente sentado sobre la camilla, cogiéndose la respiratoria hasta que se produce el equilibrio de
parte posterior del cuello con la mano derecha. tensiones en los tejidos.
2. Operador de pie detrás del paciente, palpando con 6. La técnica dinámica inicia una acción compresiva
la mano escucha (izquierda) la primera costilla dere- con la mano motriz en dirección a la distensión y
cha del paciente. El pulgar se coloca en la parte sigue la movilidad inherente de los tejidos; hasta
posterior y el resto de los dedos en la parte anterior que desaparece la tensión tisular y se restablece la
(fig. 10.45). movilidad.
3. La mano motriz (derecha) agarra el codo derecho
del paciente. .,

Figura 10.45. Figura 10.46.


Capítulo 70 Técnico funcional (indirecto) 129

Técnica funcional abducción en el brazo izquierdo del paciente, hasta


Costillas superiores sentirse la máxima distensión en la mano escucha
(fig. 10.48).
Sed estación
6. Se puede obtener cierta distensión adicional hacien-
DiaQnóslic?:, Disfun~!_ónrnspiratoria cost~I _
do que.el paciente incline y gire la cabeza a la de-
1: Paciente: sentado cogiéndose el hombro derecho recha.
con la mano izquierda.
7. La técnica de equilibrio y sostén mantiene la disten-
2. Operador de pie detrás del paciente, sujetándole el sión obtenida en todos los parámetros de movi-
torso con su tórax. miento y añade el trabajo respiratorio, hasta que se
3. La mano·escucha•1izquierda) toma contacto con las restaura el equilibrio tisular y la movilidad.--
costillas superiores izquierdas (fig. 10.47), con el
8. La técnica dinámica inicia el movimiento con la
pulgar d_etrás y el resto de los dedos sobre la cara
anterior: . -- man.o _motriz en dirección a la distensión.percibida
por la mano escucha y sigue la movilidad inherente
4. La manó motriz ·( derecha) controla la extremidad de lós tejidos, hasta que se alivia la tensión tisular y
superior izquierda del paciente a través del codo. se restaura la movilidad.
5. El cuerpo del operador induce traslación anteropos-
terior y la mano motriz introduce flexión, aducción y

Figura 10.47. Figura 10.48.


130 Principios y práctico de lo medicino manual

Técnica funcional dedos medios sujetando el cuerpo costal por delan,


Disfunción costal aislada (variante 1) te y por detrás (lig. 10.50).

Sedestación 4. Se pide al paciente que se deje caer hacia las ma-


nos del operador al tiempo que inclina y gira el tron-
Diagnóstico: Disfunción costal respiratoria o estru?tural
co hacia el lado contrari.o (fig . 10,51 k ..
1. Paciente senfado sobre la camilla.
5. El operador traslada al paciente hasta que la costi-
2. El operador, de pie o sentado al lado del paciente, lla parece «flotar» y entonces se inicia el trabajo res-
identifica la costilla disfuncional (fig. 10.49). piratorio hasta que se libera la tensión tisular y se
3. El operador coloca ambos pulgares en la línea axi- restaura la movilidad.
lar media a la altura de la costilla afectada, con los

Figura 10.49. Figura 10.51.

Figura 10.50.
Capítulo )O Técnico funciono/ (indirecto) 131

Técnica funcional 5. El operador induce traslación del cuerpo del pacien-


Disfunción costal aislada (variante 2) te y le mueve el muñón del hombro hacia arriba
abajo, adelante y atrás, hasta que se aprecia la dis'.
Sedestación tensión en la mano escucha (fig. 10.53).
Diagnóstico: Disfunción costal respiratoria o estructural
9•.L.a técr[ca de equilibrio y sostén busca la. distensión
· ·t. Pát:iérite sentadó scibre la cahiilía.' · ·· .en todas las direcciones y añade el trabajo respira-
2. Operador de pie detrás del paciente, sujetando con torio hasta la liberación de la tensión tisular y el res-
el tórax el torso del paciente ... tablecimiento de la movilidad.
3. La mano escucha se coloca. sobre la cara posterior 7. La técnic.a dinámica inicia la movilidad en dirección
de .la costma disfuncional, .con el pulgar-cerca de•lé\ • a la distensión y sigue. la movilidad inherente de los
articulación costotransversa y el resto de los dedos tejidos, hasta que la tensión se libera y la movilidad
a lo largo del cuerpo costal. se restaura.
4: La mano motriz cogé el fiombio del lado de la dis-
función, cruzando por delante de la parte superior
del tórax del paciente (fig. 10.52).

Figura 10.52. Figura 10.53.


132 Principios y práctica de la medicina manual

Técnica funcional tilla clisfuncional, mientras que la mano anterior con-


Disfunción de costilla tipo aislada tacta con la parte anterior del cuerpo de la misma
costilla {fig. 10.55).
Decúbito supino
4. El operador realiza compresión anteroposterior y
Diagnóstico: Disfunción costal respiratoria o estruc-
bySJ;A.e! puo.tP de máxima distemsi.ón. .. . .... .
. tural
5. Ef método de equilibrio y sostén añade la acción
1. Paciente en decúbito supino sobre la camilla. respiratoria para conseguir el equilibrio tensional y
2. Operador sentado del lado de la disfunción. {La restaurar la función.
Figura 10.54 muestra la posición de las manos del 6. La técnica dinámica inicia la movilidad con ambas
operador con el paciente sentado). manos en dirección a la distensión y sigue la movili-
3. La mano posterior se desliza bajo el paciente y toma dad inherente de los tejidos, hasta que se alivia su
contacto con la parte posterior del cuerpo de la cos- tensión y se restaura la movilidad.

Figura 10.54. Figura 10.55.


Capítulo 70 Técnico funciono/ (indirecta) 133

Técnica funcional se encuentran adyacentes al ángulo esternal de


Louis (fig. 10.58).
Esternón
Decúbito supino 4. El operador efectúa una ligera compresión segui-
Diagnóstico: Disfunción de la articulación esternal da de movimientos craneo-caudales, antihorarios
· s~perior . . (fig, 1Jl.59), horarios (fig. 10.60), de desplazamiento
·1ateral hacia ambos lados, y de balanceo antero_pos-
1. Paciente en decúbito supino sobre la camilla. terior, buscando el punto de máxima distensión.
2. Operador de pie a un lado.
5. Con la técnica de equilibrio y sostén, se busca el
3. El operador coloca uná mano sobre el esternón punto de máxima distensión y se introduce el traba-
.. (fig. 10:56). La otra mano se coloca en dirección :- . jo respirátorio;·hasta qúe se coñsigue una movilidad
opuesta superpóniéndose a ella (fig. 10.57). Existe equilibrada.
una variante para la colocación de las manos en la ·
..que uriá mano se colóéa-vifüiéál, éón·1os ..dedos 6:' Coñratécnicá dinámica, se inicia lá movilicl'ad con
. apuntando en dirección craneal, sobre el.cuerpo.del. .. compresión adicional y se sigue la movilidad inhe-
esternón. La otra mano se coloca perpendicular a la rente ~e los tejidos, hasta que se alivia su tensión y
primera sobre el manubrio esternal. Ambas manos se restaura la movilidad.

Figura 10.56. Figura 10.58.

Figura 10.57. Figura 10.59.


134 Principios y práctico de lo medicino manual

Técnica funcional 5. El operador ajusta la máxima distensión llevando la


Articulación occipitoatloidea (C0-1) cabeza hacia flexión-extensión, rotaciones e inclina-
ciones (fig. 10.62).
Sedestación
6. Con la técnica de equilibrio y sostén, se mantiene la
Diagnóstico: Disfunción en flexión-extensión de C0-1
distensión ob_tenida en todos los parámetros y se
1. Paciente sentado sobre la camilla. ejecuta el trabajo respiratorio, hasta que se libera la
2. Operador de pie detrás del paciente, con la pared tensión y se restaura la movilidad.
torácica y el abdomen sujetando la parte posterior 7. La técnica dinámica inicia la movilidad en dirección
del torso de éste. a la distensión y sigue la movilidad inherente de los
3. Las dos manos del operador cogen el cráneo, con tejidos, hasta que se aprecia la liberación y se res-
los pulgares a lo largo de la protuberancia occipital tablece la movilidad.
(fig. 10.61 ).
4. Los brazos del operador toman contacto con los
hombros del paciente y se aplica tracción desde la
cabeza hasta sentirse la distensión. ,,

Figura 10.60. Figura 10.62.

Figura 10.61.
Capítulo /O Técnico funcional (indirecta) 135

Técnica funcional 4. El operador realiza distracción en sentido craneal,


seguida de flexión-extensión e inclinación-rotación,
Raquis cervical superior (C1-2)
buscando el punto de máxima distensión.
Sedestación
5. Con la técnica de equilibrio y sostén, se mantendría
Diagnóstico: Disfunción de C1-2
e_l punto de máxima distensión y se realizaría la
1. Paciente seniado sobre fa camilla. acción respiratoria, hasta que la tensión tisular se
2. Operador de pie detrás del paciente, con tórax y liberara y se restaurara la movilidad.
abdomen sujetando la parte posterior de su torso. 6. El método dinámico inicia la movilidad en dirección
3. La mano izquierda del operador se coloca en la par- a la distensión por medio de movimientos combina-
te frontal del cráneo y la--derecha bajo-el 0ccipital, . dos de ambas manos y, ·a continu¡¡ción, acompaña
con el pulgar y el índice en contacto con la región la movilidad inherente de los tejidos, hasta que se
atlas-axis (fig. 10.63). libera su tensión y se restaura la movilidad.

Figura 10.63.
136 Principios y práctica de la medicina manual

Técnica funcional ta sentir que el atlas se encuentra en distensión


Articulación occipitoatloidea (C0-1) máxima.

Decúbito supino 6. El operador aplica compresión-distracción · a tra-


Diagnóstico: Disfunción en flexión-extensión vés del occipital y traslación derecha-izquierda en
el atlas, hasta el punto de máxima distensión
1. Paciente en decúbito supino sobre la camilla. (fig. 10.66).
2. Operador sentado a la cabecera.
7. La técnica de equilibrio y sostén mantiene el punto
3. La mano izquierda del operador toma contacto en de máxima distensión y solicita el trabajo respirato-
cuna en el occipital, con los dedos pulgar e índice rio, hasta que la tensión de los tejidos se libera y se
situados en el arco posterior del atlas (fig. 10.64). restablece la movilidad.
4. La mano derecha del operador toma contacto con la 8. El abordaje dinámico inicia la movilidad en dirección
zona frontal (fig. 10.65). a la distensión con ambas manos y sigue la movili-
5. El operador efectúa unos pequeños movimien- dad inherente de los tejidos, hasta liberar su tensión
tos de cabeceo anteroposterior del cráneo, has- y restaurar la movilidad.
'

Figura 10.64. Figura 10.66.

Figura 10.65.
Capítula 10 Técnica funcional (indirecta) 137

Técnica funcional 5. La mano motriz introduce flexión-extensión, inclina-


ciones y rotaciones hasta que la mano escucha
Raquis cervical tipo
aprecia la máxima distensión (fig. 10.68). También
Sed estación pueden realizarse movimientos de traslación antero-
1. Paciente sentado posterior, con el tronco del operador, y de traslación
. ' ..,,.. '· ..sobre
'' ..la.camilla.
':-" .

craneocáudal, por medio de movimientos combina-
2: Operador de pie detrás; sujetando con pecho y deis de ambas manos. ·
abdomen la parte posterior del torso del paciente.
6. El método de equilibrio y sostén mantiene el punto
3. La mano escucha (izquierda) se coloca sobre de máxima distensión y demanda la acción respira-
el segm·ento disluhcional del raquis cervical infe- toria, hasta que se libera la tensión de los 'tejidos y
rior. El""púlgar y el indicé se tienden sobré.las apó' ·· se·recupera-la movilidad (fig. 1Ó.69). . ...
lisis articulares o sobre las apófisis transversas
7. La técnica funcional dinámica introduce movilidad
·~~y .... (lig. 1~.67). _ .• _ con la-mano derecha (motriz)-en dirección a la·dis-
: 4. La mano derecha, mano motriz, se coloca en la fren- tensió~ y ac;ompaña la movilidad inhere_nte de los teji:_
!Éi° del-paciente. · · · · • · ... ··· ·· · · · · · · dos hasta que se relajan :,¡ se restaura la movilidad.
'

Figura 10.67. Figura 10.69,

Figura 10.68.
138 Principios y práctico de lo medicino monuo/

Técnica funcional dio de movimientos combinados de ambas manos


Raquis cervical tipo buscando el punto de máxima distensión bajo la~
puntas de sus dedos (fig. 10.71).
Decúbito supino
1. Paciente supino sobre la camilla. 5. La técnica de equilibrio y sostén mantiene el punto
2. Operador sentado a la cabecera. de máxima disiérisión y pide la acción· respiratoria
hasta que se elimina la tensión de los tejidos y se
3. Las manos del operador sujetan la cabeza y la restaura la movilidad (fig. 10.72).
columna cervical superior del paciente, con los
dedos índice y medio sobre las articulaciones inte- 6. La técnica dinámica inicia la movilidad en dirección
rapofisarias del segmento disfuncional (fig. 10.70). a la distensión y sigue la movilidad inherente de los
4. El o_perador efectúa flexión-extensión, traslación tejidos, hasta la liberación de su tensión y la restau-
anteroposterior, inclinaciones y rotaciones por me- ración de la movilidad.

.,

Figura 1O. 70. Figura 10. 72.

Figura 10.71.
Capítulo IO Técnica funcional (Indirecta) 139

Técnica funcional 5. La mano motriz induce aducción-abducción, rota-


Cintura escapular ción interna-externa y coaptación-decoaptación
desde el húmero, hasta que la mano escucha sien-
Paso 1 te la distensión.
1. Paciente en decúbito supino sobre la camilla.
6. La técnica de equilibrio y .sostén mantiene el punto
. 2. Op~;~dor ;~ntado al lado delhombro atr~t~r. de distensión y añade el trabajo respiratorio hasta
3. La mano escucha se coloca sobre la clavícula del que se produce la liberación de la tensión de los te-
paciente, coh el dedo meñique a lo largo del cuerpo jidos.
de ésta y las puntas de. los dedos 4.º·Y 5.º sobre la 7, La técnica funcional dinámica introduce movimiento
ai:ticulación.esternoclavicular...El.talón de la mano.se • en _dire.c-ción a la distensión y acompaña la- movi\i- .
encuentra sobre la articulación acromioclavlcular dad inherente de los tejidos hasta que se libera su
(fig. 10.73). tensión.
· 4. Lá'miino iñciiriz coge el brázó ·ael pacie'rité 'por e'nci'
ma o-por-debajo del codo y lo-abduce hasta unos...
90º (fig. 10,74).

Figura 10.73. Figura 10.74.


140 Principios y práctico de lo medicino rT)Onuo/

Técnica funcional abducción de 80-90º. A continuación «sintoniza» la


Cintura escapular distensión en la mano escucha realizando movi-
mientos de rotación inlerna-externa y coaptación-
Paso 2 decoaptación (fig. 10.76).
1 . Las mismas posiciones de operador y paciente que 4. La técnica de equilibrio y sostén mantiene la disten-
en el Paso 1. sión e inicia la acción respiratoria hasta que se con-
2. La mano escucha se coloca sobre la articulación sigue la liberación de la tensión en los tejidos.
glenohumeral, con el pulgar detrás y el resto de los 5. La técnica dinámica realiza la movilidad en dirección
dedos delante (fig. 10.75). a la distensión con la mano motriz y, a continuación
3. La mano motriz coge el brazo del paciente de 1.a mis- sigue la movilidad inherente de-los tejidos hasta qu~
ma forma descrita en el Paso 1 e introduce una se libera su tensión y se restaura la movilidad.

'

Figura 10.75. Figura 10.76.


Capítulo 70 Técnico funciono/ (indirecto) 141

Técnica funcional zona de las articulaciones acromioclavicular y gle-


Cintura escapular nohumeral del paciente (fig. 10.78).
4. La mano lateral del operador sujeta el codo del pa-
Paso 3
ciente.
1. Operador y paciente en las mismas posiciones que
5. El operador realiza traslaciones anteroposteriores y
·en los Pasos·1 y 2: . .. ·
mediolaterales, así como rotaciones, hasta conse-
2. El operador iníercambia las marias. y coloca la manci guir distensión tanto en el hombro como en el codo
escucha en la región pectoral, siguiendo la orienta- del paciente (lig. 10.79).
ción de las libras del pectoral menor. La mano mo-
6. Con la técnica de equilibrio y sostén se identifica y
triz controla el miembro superior e introduce abduc-
mantieno¡,.el punto d_e máxima distensión y se suma
.. ción" de .forma que e1 brazo siga ta-dirección de ·las
1a· acción-respiratoria, hasta aliviarse fa tensión tisu-
fibras del susodicho músculo (fig. 10.77).
lar y restablecerse la movilidad.
3. La mano motriz efectúa coaptación-decoaptación, . 7. La técnica funcional dinámica .introduce la movilidad
. rotaéion interna-externa y aducción-·abdúcción, has-
en dirección a la distensión, añadiendo frecuente-
ta que· se aprecia el punto de máxima distensión en ·mente uiia maniobra de compresión'descomptesióti
la mano escucha. a lo lari)o del eje largo dél brazo, y sigue la movili-
4, Los tejidos son equilibrados entre ambas manos. dad inherente de los tejidos hasta que se libera su
5. Con la técnica de equilibrio y sostén se mantiene el tensión y se restaura la.movilidad.
punto de máxima distensión y se ejecuta el trabajo
respiratorio, hasta que la tensión de los tejidos se
libera y se recobra la movilidad.
6. Con la técnica funcional dinámica se aplica la movi-
lidad en dirección a la distensión y se acompaña la
movilidad inherente de los tejidos hasta que se ali-
via su tensión y se recupera la moviiidad.
Técnica funcional
Articulaciones acromioclavicular y glenohumeral
Sedestación
1. Paciente sentado sobre la camilla.
2. Operador de pie detrás del paciente, apoyando el
tronco de éste contra su cuerpo.
3. El pie del operador que se encuentra en el lado a
tratar se sube a la camilla, y se deja que el brazo del
paciente cuelgue por encima de la rodilla del opera-
dor. La mano medial del operador se coloca sobre la
Figura 10.78.

Figura I0.77. Figura 10.79.


142 Principios y práctica de la medicina manual

Técnica funcional ción-supinación, aducción-abducción y coaptación-


Cabeza del radio decoaptación hasta el punto de máxima distensión
(fig. 10.81 ).
Sedestación
4. El método de equilibrio y sostén mantiene dicho
1. Paciente sentado. punto e introduce el trabajo respiratorio hasta que
2. Operador de pie frente al paciente, con la mano se alivia la-tensión en los tejidos y se restaura la
escucha sobre el codo afecto. El pulgar se coloca movilidad.
sobre la cara anterior de la cabeza radial y el índice 5. La técnica funcional dinámica realiza el movimiento
sobre la cara posterior (fig. 10.80). en dirección a la distensión y sigue la movilidad
3. La mano motriz coge la parte distal del antebrazo inherente de los tejidos hasta que se alivia su ten-
del paciente e introduce flexión-extensión, prona- sión y se restaura su movilidad.

Figura 10,80. Figura 10.81.


Cap,rulo lO Técnico func,onol (indirecto) 143

Técnica funcional 4. La mano distal del operador realiza flexión-exten-


sión, rotación interna-externa, aducción-abducción y
Muñeca y mano
coaptación-decoaptación hasta el punto de máxima
Sed estación distensión (fig. 10.85).
1. Paciente sentado sobre la camilla.
5, La _técnica de equilibrio y sostén mantiene es!,> pun-
. 2. Operador ·ge pie fr@te al .Í,.íWii:>nte,'. ~.siendo. ,la .... . .,.jo_.y ejecuta el trabajo respiratorio hasta que-se ali-
muñeca y la mano disfuncionales. La mano proximal via la tensión y se restaura la movilidad.
del operador se coloca en la parte distal del ante-
6. La técnica dinámica aplica el movimiento en direc-
brazo del paciente (fig. 10.82). ·
ción a la distensión y sigue la movilidad inherente de
. a. J,a maoo distal dfll. opfl[adpr CQ9.\l.)él rnancí_geJp,ici\J.b~ .... los. tejidos. hasta que se alivia.su tensión. y se res-
· te como si se estuviérari saludando (fig. 10.83.) o en-· taura la movílidad.
!relazando los dedos (fig. 10.84).

Figura 10.82. Figura 10.84.

Figura 10.83. Figura 10.85.


144 Principios y práctico de lo medicino manual

Técnica funcional 5. El operador efectúa compresión-descompresión a


través del muslo y/o pierna hasta que se siente la
Cadera y pierna distensión. El ajuste fino se hace con rotación inter-
Decúbito supino na-externa, aducción-abducción y flexión-extensión
1. Paciente en decúbito supino sobre la camilla. de cadera y rodilla (fig. 10.87).

2. Operador de pie en el lado donde se encuentra la


6-: La técnica de eqt.iilibrio y sostén m;¡intiene el punto
disfunción y con un pie sobre la camilla. de máxima distensión y añade el ejercicio respirato-
rio hasta que se alivia la tensión tisular y se restau-
3. El operador flexiona cadera y mdilla del paciente ra la movilidad.
hasta aproximadamente 90º, pasando la pierna del
7. La técnica dinámica inicia la movilidad en dirección
paciente sobre el muslo del operador.
a la distensión y sigue la movilidad inherente de los
4. La mano proximal del operador coge la rodilla del tejidos hasta que se alivia su tensión y se restaura
paciente y la distal sujeta el pie (fig. 10.86). la movilidad:

Figura 10.86. Figura 10.87.


Capítulo 70 Técnico funcional (indirecto) 145

Técnica funcional 5. El operador ajusta la distensión en la mano escucha


Rodilla y cabeza del peroné introduciendo aducción-abducción, rotación interna-
externa y flexión-extensión (fig. 10,89).
Sedestación
6. La técnica de equilibrio y sostén mantiene la disten-
1. Paciente sentado sobre la camilla, con las piernas
sión obtenida y suma el trabajo respiratorio hasta
·colgando.
· que se •alivia la tensión en los tejidos y se restaura
2. Operador sentado frente al paciente. la movilidad.
3. La mano escucha palpa la rodilla, con el pulgar 7. La técnica funcional dinámica inicia la movilidad en
sobre el menisco interno y el resto de los dedos dirección a la distensión y sigue la movilidad inhe-
s·obre la cabeza del peroné (fig.10,.88)..... . .rente deJos.tejidos hi3.sta que se elimina su tensión
4. La mano motriz sujeta el pie y el tobillo y aplica com- y se restablece la movilidad. - ·
presión-,:le~9ornpresión hasta sentir distensión en el
pulgar de la mano escucha: .. ·- ....... -.. . ·

Figura 10.88. Figura 10.89.


146 Principios y práctico de lo medicino manual

Técnica funcional 5. Con la técnica de equilibrio y sostén se mantiene el


Pie y tobillo punto de máxima distensión y se utiliza el ejercicio
respiratorio, tiasta que se alcanza la liberación de la
1. Pacienle sentado o en decúbito supino sobre la
tensión y se restaura la movilidad .
. .camilla.
2. La mano escucha coge el talón del paciente 6. La técnica funcional dinámica inicia la movilidad fun-
damentalmente-a base de compresión-distracción y
(fig. 10.90).
acompaña la movilidad inherente de los tejidos, has-
3. La mano motriz coge el antepié e inicia la movilidad ta el alivio de su tensión y la recuperación de la
aplicando compresión (fig. 10.91 ). movilidad.·
4. El operador «sintoniza» la máxima distensión reali-
zando flexión dorsal-plantar, inversión-eversión y
aducción-abducción (fig. 10.92).

Figura 10.90. Figura 10.92.

Figura 10.91.
Capítulo /O Técnico funciono/ (indirecto) 147

CONCLUSIÓN tope al final de éste. Son esencialmente atraumáticas


y de fácil aplicación en una gran variedad de estados
Las técnicas funcionales (indirectas) se basan en un
patológicos y de cuidados sanitarios, Exigen una prác-
modelo neurológico común, en el que la reducción
tica considerable para educar los sentidos en el fenó-
del flujo de impulsos aferentes anormales hacja e\ sis-
tema nervioso central ·reprograma-el «ordenador c,elli- meno de la distensión y la tensión y en la posición de
tral)), para que tenga un funcionamiento más normal. mínimo dol¿r de los tejidos del sistema· musculoes-
Sus maniobras se centran en la .calidad del movimien- quelético. El gran valor de estas técnicas en el cuidado
to y, en especial, en la calidad al inicio del mismo, más del paciente compensa del tiempo y el esfuerzo nece-
que en la canüdad de.,recorridp,.o en la ~.e11~acióg. de S,'lri.os para, que el estudiante adquiera pericia:
TÉCNICA DE LIBERACIÓN MIOFASCIAL

La téénica de liberación miófasóÍ<I esuná de las más ·1acrón arterial, el ritmo respiratorio y la fuerza·inhe-
recientes adquisiciones de la medicina manual. Ward rente dehmpulso rítmico craneal.
la describió como una técnica «puente», que cruza Las fuerzas de activación en la técnica de libera-
todo el espectro de procedimientos de la medicina ción miofascial pueden ser intrínsecas o extrínsecas.
manual. Combina muchos de los principios de las téc- Las intrínsecas incluyen la movilidad inherente de los
nicas de partes blandas, de. las técnicas de energía tejidos, los ritmos inherentes del cuerpo, la respira-
muscular, de las técnicas indirectas y de las técnicas ción, la contracción muscular y los movimientos ocu-
cianeosacras de fuerza inherente. Existen múltiples lares·~ Las fuerzas de act~vación extrínsecas, ejercidas
autores y escuelas de técnica de liberación miofascial, por el operador, son la aplicación de cargas, funda-
Con múltiples elementos comunes y distintivos. mentalmente de compresión, tracción y torsión, que
: La fascia ha recibido h atención de numerosas impriman en las partes blandas la tensión adecuada
personas, como por ejemplo el médico osteópata para inducir cambios biomecánicos y reflejos. La téc-
Neidner, el cual usaba fuerzas de torsión en las extre- nica se er,nplea en disfunciones tanto locales como re-
midades para restaurar el equilibrio y la simetría de . gionales y comparte el objetivo, común a todos los
las fascias. Ida Rolf se hizo famosa por la presión pro- procedimientos de medicina manual, de conseguir
funda y el estiramiento fascial desde lo más alto de la una movilidad simétrica e indolora del sistema mus-
cabeza hasta la punta de los dedos de los pies. El rol- culoesquelético en el equilibrio postura!.
Ji.ng exige una gran inversión de tiempo y de energía,
.tanto por parte del paciente como por parte del ope- LA FASCIA
r~dor, en un proceso que no siempre es cómodo.
Las técnicas de liberación miofascial que describi- El clínico que utilice la técnica de liberación miofas-
remos aquí se pueden clasificar como directas e indi- cial debe poseer un conocimiento exhaustivo de la
rectas, aunque frecuentemente se usan de forma continuidad e· integración de la fascia. Ésta •se conti-
Combinada. Se aplican los principios de la carga bio- núa de una zona a otra y recubre completamente a to-
mécánica de los tejidos blandos y de la modificación dos y cada uno de los elementos corporales. Determi-
de reflejos nerviosos por estimulación de los mecano- nadas partes de la fascia pueden recibir nombres in-
rreceptores fasciales. La barrera restrictiva se puede dividuales, pero toda la fascia es continua. ·
abordar directamente, con estiramiento de los teji- Se puede decir que la fascia consta de tres capas.
dos, o de forma indirecta, realizando la carga en di- La fascia superficial se encuentra unída a la cara infe-
rección contraria a la barrera de restricción. En este rior de la piel y es un tejido areolar, fibroelástico y de
contexto, a las barreras se las denomina frecuente- confección holgada. En ella encontramos grasa y es-
mente directas o indirectas, en función del tipo de tructuras vasculares (incluyendo redes capilares y ca-
abordaje, aunque es bastante habitual que éste se re- nales linfáticos) y nerviosas, en especial los corpúscu-
alice de manera combinada en ambas direcciones. los de Pacini a los que nos referimos como receptores
La técnica de liberación miofascial se basa en la cutáneos. La piel puede desplazarse en múltiples di-
lllovilidad inherente de los tejidos. Los tejidos vivos recciones sobre las estructuras más profundas debido
poseen una movilidad inherente que ocurre de ma- al holgado diseño de la fascia superficial. ·Existe en
nera persistente a diversos ritmos y amplitudes. La ella espacio potencial para la acumulación de fluidos
movilidad inherente de los tejidos del sistema muscu- y metabolitos. Muchas de las anormalidades palpato-
. loesquelético, se cree que es el resultado del cambio rias de la textura tisular. son el resultado .de cambios
rítmico del tono muscular, las pulsaciones de la circu- en la fascia superficial.
149
150 Principios y práctica de lo medicino manual

La fascia profunda es fuerte, prieta y compacta. tante, la fascia tiene la capacidad de «dar de sí». La
Compartimenta el cuerpo. Envuelve y separa los múscu- relajación del tejido que acompaña a esta adapta-
los, rodea y aísla a las vísceras y contribuye de manera ción permite una menor resistencia a una segunda
importante a la forma y función del cuerpo. El peri- aplicación de carga. Este fenómeno reviste impor-
toneo, el pericardio y la pleura son elementos espe- tancia clínica cuando el médico observa los efectos
cializados de la fascia profunda. Las características de que en los tejidos conectivos provocan las lesiones
fuerza, resistencia y estancación de la fascia profunda agudas, las lesiones por microtraumatismos repetiti-
pueden ser causa de problemas como los síndromes vos y la tensión prolongada. La fascia tiene la capa-
compartimentales. Un traumatismo con hemorragia cidad de cambiar y perder energía, cuando se le so-
en el compartimento anterior de la pierna puede pro- mete a tensión. Este fenómeno, llamado histéresis,
ducir una hinchazón perjudicial para las estructuras se utiliza terapéuticamente en la técnica de libera-
nerviosas sensitivas del compartimento. Con frecuen- ción miofascial.
cia resulta necesaria la fasciotomía para aliviar la com-
presión de los elementos nerviosos. Lesión fascial
La fascia subserosa es el tejido conjuntivo laxo La fascia responde de varias formas a la lesión aguda
que recubre las cavidades y órganos internos. El lí- o al microtrauma crónico repetido (como el desequi-
quido y los múltiples pequeños canales circulatorios librio postura! debido a una pierna corta anatómica).
que se encuentran en esta fascia lubrican las superfi- Lo primero es el proceso inflamatorio de la lesión,
cies de las vísceras. que abarca todo el espectro de cambios de agudo a
Función de ta Fascia crónico. El líquido inflamatorio puede ser contenido
y absorbido con facilidad en la fascia superficial, pero
La fascia da soporte a los vasos y nervios de todo el cuando se encuentra en los prietos corripartimentos
cuerpo. Posibilita que tejidos adyacentes se muevan de la fascia profunda, puede resultar bastante perni-
entre ellos, mientras les proporciona estabilidad y cioso. Estos cambios fasciales pueden ser palpados
contorno. Provee líquido lubricante entre las dife- por una mano entrenada y contribuyen a la textura ti-
rentes estructuras para permitir el movimiento y la sular anormal característica y diagnóstica de la dis-
nutrición. Los corpúsculos de Pacini de la fascia su- función somática.
perficial suministran información aferente a muchos La fascia responde biomecánicamente cuando se
reflejos complejos del sistema neuromuscular. La fas- encuentra bajo tensión. Dependiendo de la cantidad
cia descrita es continua, pero posee elementos espe- y del tipo de carga, la deformación puede ser tempo-
cializados tales como los ligamentos y los tendones. ral o permanente. El número y el tipo de fibras colá-
Estos tejidos presentan características distintivas, pero genas y elásticas del tejido conectivo y el tipo de carga
comparten con la fascia general la existencia de fibras aplicada determinan el cambio fascial que se produce
de colágeno, fibras elásticas, elementos celulares y bajo estrés biomecánico. El estrés biomecánico de la
sustancia fundamental. En estos componentes espe- lesión fascial hace que los receptores envíen informa-
cializados de la fascia también se encuentran meca- ción aferente al sistema nervioso central para su pro-
norreceptores y propioceptores, que envían informa- cesamiento. La capacidad, o incapacidad, de estos re-
ción a la médula espinal y al cerebro sobre las posi- ceptores para adaptarse y la facilidad de ajuste del sis-
ciones corporales y el movimiento,· tanto normales tema nervioso central determinan los efectos, a corto
como anormales. En la matriz de la fascia se hallan y largo plazo, de la lesión del tejido conjuntivo sobre
muchas de las sustancias que contribuyen a los meca- la integración nerviosa.
nismos inmunológicos del cuerpo humano. En la sustancia fundamental de la fascia se produ-
cen cambios bioquímicos e inmunológicos, con re-
Biomecánica de la Fascia
percusiones sistémicas que parecen bastante alejadas
La íntima conexión de la fascia con el músculo faci- de la lesión de partes blandas. La cicatrización, du-
lita la contracción y la relajación. La fascia posee una rante el proceso curativo, suele estorbar las funciones
elasticidad que le permite tanto mantener su forma de soporte, movimiento y lubricación. Pueden apare-
como responder a la deformación. La deformación cer múltiples síntomas negativos de dificil objetiva-
elástica es la capacidad de la fascia para recuperar su ción. Los cambios en las partes blandas conducen a la
forma original cuando ha desaparecido la carga. Si persistencia de los síntomas hasta mucho después de
la carga es grande y se aplica durante un periodo de la curación de la lesión aguda. Las víctimas de lesiones
tiempo prolongado, la fascia puede no ser capaz de cervicales de flexión-extensión (lesión de latigazo, o
recobrar su tamaño y forma originales, lo cual da lu- esguince, cervical), en accidentes de circulación o de
gar a una deformación plástica. Cuando se le somete otro tipo, frecuentemente presentan síntomas persis-
a una carga de estiramiento que se mantiene cons- tentes de dificil explicación. Investigaciones recientes
Capítulo l l Técnica de liberación m1ofascial 151

,han puesto de manifiesto la existencia de sustitucio- programación motora es modificada por los impulsos
nes grasas en la_ musculatura cervical profunda de al- aferentes procedentes de los rnecanorreceptores de
gunas de estas personas, lo cual puede ser indicativo las estructuras articulares y fasciales. Cuando este sis-
de los efectos de la «lesión de partes blandas" que tema de control central funciona correctamente, los
acompaña al traumatismo (véase el Capítulo 21). patrones de movimiento son simétricos, coordinados
y libres. Cuando es alterado, se produce un movi-
miento descoordinado e ineficaz. Basta con comparar
EL MÚSCULO
la ejecución motora de un atleta olímpico y la de un
El músculo constituye el segundo foco de atención de paciente con una enfermedad de Parkinson en es-
la-técnica de liberación miofascial. Los múscul_os se tado avanzado. Entre estos dos extremos existen gra-
pueden clasificar como aquellos que mantienen la daciones de hipertonía, hipotonía y coordinación al-
postura, llamados másculos estáticos, y aquellos que terada, espec~almente manifiesta en pacientes con
ejecutan movimientos, llamados músculosfásicos. To- disfunción .cerebral mínima.
dos )os músc_ulos pueden d_esarrollar ambas funcio- La les_ión del miísculo altera su anatomí_a y su fun- _
nes, pero siempre predominará una de ellas. Clínica- ción. El , traumatismo agudo provoca desgarros
mente, los músculos con función predominante- musculareS, trastornos en la unión miotendinosa y
mente postura] responden con facilitación, cambios en la inserción del tendón en el hueso. Estas
hipertonía y acortamiento. En la mitad inferior del lesiones experimentan fibrosis como parte del pro-
cuerpo s~ cuentan enrre éstos a los músculos psoas ceso de curación, lo mismo que otras lesiones de las
iliaco, recto anterior, tensor de la fascia lata, cuadra- partes blandas. Ello puede ocasionar una pérdida
do lumbar, aductores, piramidal, isquiotibiales y erec- funcional. La lesión no sólo altera la anatomía del
tores espinales lumbares. En la mitad superior del músculo, -sino que interfiere su respuesta neurorre-
cuerpo, los músculos postÜrales, que responden con fleja al control motor, lo cual contribuye a la perpe-
facilitación, hipertonía y acortamiento, son el angular tuación de los síntomas .
. de la escápula, el trapecio superior, el esternocleido-
mastoideo, los pectorales, los escalenos, el gran dor-
CONCEPTOS DE LA TÉCNICA DE LIBERACIÓN
sal, el subescapular y los flexores de la extremidad su-
MIOFASCIAL
perior. Los músculos fásicos o dinámicos, responden
con inhibición, hipotonía y debilidad. En la mitad in- El primer concepto es el de tenso-laxo. En el sistema
ferior del cuerpo éstos incluyen a los músculos glú- miofascial, la tensión crea la asimetría y la debilidad
teos mayor, mediano y menor, recto abdominal, obli- la permite. Este concepto engloba elementos biome-
cuos abdominales menor y mayor, peroneos, crural, cánicos y neurorreflejos. El aumento de la estimula-
vastos interno y externo y tibia! anterior. En la mitad ción hace qµe un IIlúsculo agonista se tense, y cuanto
superior se incluyen los músculos trapecios medio e más se tensa el agonista, más se laxa el antagonista,
inferior, gran serrato, romboides, supra e infraespi- debido a la inhibición recíproca. La fascia que en-
noso, deltoides, flexores profundos del cuello y ex- vuelve al músculo hipertónico y contracturado se
tensores de la extremidad superior. acorta y exige la laxación de la fascia en la dirección
Cada acción de un músculo tiene una reacción opuesta, para su acomodación. No se puede endere-
muscular equivalente y opuesta, es el principio ago- zar el mástil de un barco tirando del estay de proa, si
nista-antagonista. La ley de Sherrington de la inerva- el de popa no está lo suficientemente flojo como para
ción e inhibición recíprocas equilibra el tono y la fun- permitir el movimiento. En las patologías agudas, el
ción de los músculos agonistas y antagonistas, tanto ciclo se puede describir como un continuo espasmo-
ipsilateral como contralateralmente. Sofisticados re- dolor-espasmo. El resultado es la tensión que pro-
flejos neuromusculares mantienen constantemente la gresa de la fase aguda de la contracción muscular.a la
postura corporal y preparan, inician y continúan, los cronicidad. de la contractura muscular. En las patolo-
patrones de movimiento. gías crónicas, el ciclo se describe como dolor-laxitud-
La función muscular en el sistema musculoesque- dolor. Los profesionales de la medicina manual están
lético es un proceso integrado y extraordinariamente familiarizados con los síntomas dolorosos de la hiper-
complejo: control motor del sistema nervioso central movilidad. Los terapeutas que emplean maniobras de
desde la corteza premotora, a través de tronco cere- liberación miofascial aplican constantemente el con-
bral, cerebelo, médula espinal y la vía final común de cepto fundamental de tenso-laxo.
la motoneurona a, que llega al músculo esquelético. El segundo concepto es el uso de la palpación en
Este sistema de control de la función muscular es, los síndromes de dolor miofascial. Muchos sistemas
como ya se ha dicho, muy complejo y dispone de me- diagnósticos y terapéuticos se basan en la estimula- .
canismos voluntarios e involuntarios. La complicada ción periférica. Tal es el caso de la acupuntura, la acu-
152 Principios y práctica de la medicina manual

presión, los reflejos de Chapman, los puntos gatillo condicionada por muchos factores, como la raza, la
de Travell y los puntos dolorosos de Janes. La palpa- educación, la familia, la situación financiera y la reli-
ción cualificada de los elementos miofasciales a me- gión, entre otras. Pacientes diferentes responden de
nudo encuentra localizaciones de dolor miofascial forma distinta al estrés de sus lesiones, así como al
que pueden ser terapéuticamente abordadas con las proceso manual de interacción paciente-terapeuta.
manos. Es bastante frecuente descubrir dolor miofas- Los aspectos conductuales, especialmente en pacien-
cial en zonas de laxitud de los tejidos blandos. La sen- tes con dolor crónico, son determinantes en los re-
sibilidad de los elementos miofasciales, especial- sultados terapéuticos.
mente en los estados crónicos, suele describirse como S de situación endocrina. El sistema endocrino
quemante. Recuérdese que del sistema nervioso autó- afecta al resto de los sistemas del organismo humano,
nomo, la única división que inerva al sistema muscu- ejerce una influencia importante en el sistema
loesquelético es la simpática. Probablemente, muchos musculoesquelético y responde al estrés que éste
de los síntomas hallados en los síndromes de dolor pueda sufrir. Los trastornos de la función tiroidea, o
miofascial son mediados por reflejos simpáticos. los del metabolismo de los hidratos de carbono en la
El tercer concepto es el del cambio neurorrejlejo que diabetes, modifican
., la respuesta del sistema musculo-
se produce con la aplicación de fuerza manual al sis- esquelético al estrés y a la lesión y alteran su respuesta
tema musculoesquelético. La aplicación manual de a la intervención terapéutica. La evaluación palpato-
fuerza al sistema musculoesquelético provoca una es- ria del sistema musculoesquelético puede descubrir
timulación aferente procedente de los mecanorre- anormalidades en la textura de los tejidos que quizá
ceptores, que requiere de un procesamiento central estén asociadas con desarreglos del sistema endo-
en médula, tronco cerebral y en los niveles corticales. crino. La intervención terapéutica con la técnica de
La estimulación aferente produce a menudo una in- liberación miofascial podrá modificar la estimulación
hibicióu eferente. La respuesta neurorrefleja es muy del sistema endocrino y su estrecha conexión con el
variable y se ve modificada por la cantidad de dolor, sistema nervioso.
el comportamiento doloroso del paciente, su nivel de A de análisis mecánico del sistema musculoesque-
bienestar, su estado nutricional, su reacción ante el lético para descubrir simetría-asimetría, laxitud-ten-
estrés y el estilo de vida básico del individuo, inclu- sión y su respuesta al equilibrio-desequilibrio postu-
yendo el uso y abuso de alcohol, tabaco, drogas y fár- ra]. La carga mecánica es importante en el proceso le-
macos. siona] y también interviene en el proceso terapéutico.
El cuarto concepto es el fenómeno de la liberación. F de funcionalidad global y anatomía. La evalua-
La sensación de liberación se experimenta en otras ción se realiza en toda la anatomía corporal y en las
formas de medicina manual, en particular en la téc- tres dimensiones del espacio, haciendo especial hin-
nica craneosacra y en la distensión-tensión de la capié en la función muscular, la mecánica articular y
técnica funcional-indirecta. Cuando se usa la técnica el control neurológico. El médico debe poseer un co-
de liberación miofascial, la correcta aplicación de es- nocimiento práctico de la integración de todos los
trés a los tejidos condiciona una relajación tanto en la elementos del aparato locomotor, especialmente de
fascia como en el músculo. La tensión «cede» o «se la fascia y del control motor del sistema musculoes-
derrite» bajo la aplicación de la carga. Se busca la li- quelético. El examinador valora la simetría o la asi-
beración de la tensión para obtener mejoría en las si- metría, tanto de forma como de función, consciente
metrías morfológica y funcional. El fenómeno de la li- de que la asimetría es la regla, pero con el objetivo de
beración constituye tanto un medio como un fin la funcionalidad simétrica siempre presente.
cuando se emplea una maniobra de liberación mio- I de sistema inmunológico y respuesta del pa-
fascial y, cuando ocurre, puede producirse en varias ciente al estrés. El sistema inmunológico del paciente
direcciones y a través de diferentes niveles de tejido. es harto complejo y responde a múltiples factores, co-
El fenómeno de la liberación guía al terapeuta en el menzando por su estado general de salud y por su res-
proceso de tratamiento. puesta a las tensiones, tanto del medio externo como
del interno. La alteración de la función inmunitaria,
PRINCIPIOS DE LA EVALUACIÓN en especial cuando se asocia con patología reumato-
CON LA TÉCNICA DE LIBERACIÓN lógica;influye profundamente en el sistema musculo-
MIOFASCIAL esquelético y en su respuesta al estrés y al tratamiento.
NA de función neurológica alterada. El sistema
Ward ha ampliado su regla mnemotécnica de nervioso central es extraordinariamente complejo y
AFI(NA)4 a COSAFI(NA)4. CO de comportamiento, está sujeto a cambios tanto funcionales como estruc-
referido en especial a la reacción del paciente ante el turales. La evaluación de su función por los medios
estrés. La respuesta conductual al estrés puede verse tradicionales ayuda a diferenciar entre patología fun-
Capítulo 11 Técnico de liberación miofosciol 153

cional y orgánica, pero han de hacerse muchas otras Por ejemplo, cuando se coge el miembro inferior
consideraciones neurológicas, incluyendo la valora- cerca del tobillo, el operador, a través de esta extre-
ción de la función del sistema nervioso autónomo. Se midad, debe intentar sentir la rodilla, el muslo, la ca-
ha de averiguar si existen cambios a la palpación del dera, la articulación sacroiliaca y la columna verte-
sistema musculoesquelético que puedan ser reflejo de bral, intentando apreciar los cambios que se produz-
alteraciones del equilibrio y deI tono del sistema ner- can en cada uno de estos niveles. Todo ello ha de
vioso autónomo. Las respuestas del sistema nervioso percibirse a través del punto de contacto en el tobillo.
se ven influidas por el estilo de vida y el estado psico- Esta actividad exige concentración, práctica y una
lógico del paciente. El examinador debe interesarse buena apreciación de las características tridimensio-
por el comportamiento nociceptivo del paciente, nales. del. sistema :musculoesquesético.
dado que tanto éste como su estilo de vida pueden in- El proceso de tratamiento incluye la valoración de
fluir en la respuesta del paciente a un episodio álgico. tensión y laxitud a través de todo el sistema y la apli-
. La· ·síú.iadóii · niiifiéiünar tarribiétr ··arecta · enorme-· .. cación· de carga:S, tanto· a las barreras· directas como a
· ·mente al -sistema-nervioso .. La .mala. alimentación, en .las indirectas, a la. búsqµeda del fenómeno de la libe-
especial en lo que se refiere al complejo vitamínico B, ración. L¡i tensión y la laxitud pueden ser diferentes
provoca una función anormal del sistema nervioso. El entre las.capas superficiales y profundas del sistema
e.stado. nutricional, junto con el consumo abusivo de musculoesquelético. Frecuentemente, se encuentra
alcohol, tábaco, drogas o fármacos, influye notable- tensión en capas superficiales mientras que existe -la-
mente en. la respuesta del sistema nervioso del pa- xitud en estructuras más profundas, alrededor de los
ciente. elementos articulares. Esto puede tener una natura-
La evaluación del paciente usand~ el sistema de li- leza compensatoria, pero la· tensión superficial y la la-
beración -miofascial debe contemplarse desde una xitud a niveles rriás profundos deben ser abordadas
perspectiva de integración global. Todos estos facto- correctamente si se pretende que el resultado sea una
res conductuales, anatómicos y fisiológicos deben te- función más simétrica de todo el sistema.
nerse en cuenta cuando se valora al paciente y se le La actividad del paciente durante el proceso de
aplica un tratamiento. tratamiento puede ayudar a alcanzar la meta terapéu-
tica. Estas ayudas incluyen la contracción muscular, la
movilidad articular de las extremidades superiores e
PRINCIPIOS DEL TRATAMIENTO
inferiores, la respiración y los movimientos oculares.
CON LA TÉCNICA DE LIBERACIÓN
Cualquier actividad que intensifique el procesa-
MIOFASCIAL
miento del sistema nervioso central parece aumentar
Ward ha ácuñado otra regla nemotécnica para descri- la eficacia de las cargas que el terapeuta aplica. A lo
bir los principios del tratamiento con la técnica de li- largo del proceso de tratamiento pueden usarse una
beración miofascial: la palabra PUENTE formulada . o más de estas ayudas.
como PUEN (T)'. PUEN se refiere a Punto de Entrada Después del tratamiento con estas técnicas, al pa-
al sistema musculoesquelético. La entrada puede ciente se le prescriben ejercicios específicos e indivi-
efectuarse desde cualquier parte del sistema, inclu- dualizados para su problema. Los ejercicios de estira-
yendo las extremidades superiores· e inferiores, la miento mantienen el incremento en la longitud de
jaula torácica, el abdomen y el complejo vertebral -los tejidos tensos, mientras los ejercicios de fortaleci-
desde la charnela craneocervical a la pelvis. (T)' se re- miento restauran la capacidad funcional de los mús-
fiere a Tracción y Timión. La tracción y la torsión no culos debilitados e inhibidos. En el tratamiento del
son sino dos de las formas de aplicar carga que se uti- desequilibrio muscular, primero se estiran los grupos
lizan en los procesos diagnóstico y terapéutico. La musculares acortados y tensos y después se refuerzan
tracción produce estiramiento a lo largo del eje ma- los grupos musculares débiles y laxos. Los programas
yor de los elementos miofasciales acortados y tensos. de ejercicios también deben mejorar la función inte-
El estiramiento debe aplicarse siempre en el eje ma- gradora del equilibrio muscular. Para ello pueden
yor y no transversalmente. La fuerza de torsión per- usarse ejercicios como la marcha rápida en patrones
mite localizar la tracción, no sólo en el punto de con- cruzados, la natación, los bailes en grupo, los saltos,
. tacto con el paciente sino también en puntos a cierta etc. El objetivo es aumentar la movilidad y la fuerza a
distancia. También se utilizan fuerzas de compresión la vez que se incrementa la coordinación muscular.
y de cizallamiento para focalizar la carga en diferen- Estos procedimientos son algo más que técnicas
tes niveles del sistema miofascial y para poder modifi- biomecánicas y neurorreflejas. Abordan globalmente
. car la cantidad de ésta. El terapeuta debe desarrollar al paciente, aplicando el programa de tratamiento
la cap.ácidad de percibír los cambios tanto a nivel lo- con técnica de liberación miofascial, pero sin olvidar
cal, en el punto de contacto, como a cierta distancia. aspectos sanitarios generales como el estilo de vida,
154 Principios y práctica de la medicina manual

los mecanismos de defensa, el consumo responsable Trabajando con un compañero que hace las veces
de alcohol y fármacos, el abandono del tabaco, la co- de paciente, volvemos al ejercicio del antebrazo des-
rrecta nutrición y el control del peso. crito en el Capítulo 2. Esta vez comienza eón la mano
que palpa a una cierta distancia del antebrazo y mué-
EJERCICIOS DE PALPACIÓN vela lentamente hacia él, hasta que empieces a sentir
energía radiante procedente del paciente. Normal-
Las maniobras de liberación miofascial requieren ha- mente esta energía se percibe como calor. Repite el
bilidad para palpar el sistema musculoesque!ético proceso varias veces con los ojos cerrados, para com-
con alguna pretensión más que simplemente percibir probar si puedes detenerte repetidamente en el mis-
un hueso desplazándose sobre otro. Se debe apren- mo punto en el que tuviste la sensación la primera
der a «leer los tejidos» en lo que se refiere a su ten- vez, y si la distancia desde la mano al antebrazo mues-
sión-laxitud y a su movilidad inherente, además de a tra consistencia en los diferentes intentos. Sigue acer-
las habituales anormalidades de su textura como du- cándote al antebrazo hasta sentir el contacto con el
ro-blando, frío-caliente, liso-rugoso, etc., ya referidas pelo y a continuación mueve la mano arriba y abajo
en el Capítulo 2. Es necesario desarrollar una mayor sobre el., antebrazo, intentando sentir qué está ocu-
sensibilidad en la percepción de los tejidos del pa- rriendo bajo tu mano. Averigua si eres capaz de dis-
ciente, tanto en el punto de contacto como a cierta tinguir diferencias entre las partes proximales y dista-
distancia. Existen muchos ejercicios de palpación que les del antebrazo, la muñeca y la mano. Pon tu mano
pueden ser útiles, pero aquí se expondrán sólo unos en contacto con la piel y concéntrate. No apliques
pocos. ningún movimiento, pero intenta sentir el rnovi-
Coloca las puntas de los cinco dedos de una miento inherente de los tejidos del paciente bajo tu
mano en contacto con sus homólogas de la otra, sin mano. Normalmente lleva de varios segundos a varios
que el resto de la mano entre en contacto. Aplica minutos comenzar a sentir un movimiento oscilatorio
fuerza de una mano a la otra y luego a la inversa. inherente en el antebrazo.
Siente lo que pasa con la mano que genera la fuerza Cuando has dominado la habilidad de aplicar
y con la que la recibe. ¿Existen diferencias entre los presión sin movimiento y la de sentir el movimiento
dos lados? Ahora coge una mano y golpea con las inherente del paciente, coloca la palma de la mano
puntas de sus dedos en la superficie palmar de la otra en contacto con el sacro. Esto debe hacerse tanto en
mano (dedos incluidos). Al principio golpea suave- decúbito supino como en decúbito prono. La forma
mente y ve aumentando la presión. Repítelo usando del sacro se ajusta bastante bien a la forma de tu
la otra mano como mano motriz. Siente la diferencia mano. En la posición prona, a veces resulta necesario
en la sensibilidad de la mano que está siendo golpe- usar una ligera fuerza compresiva para comenzar a
ada, así como la sensación del impacto en las puntas sentir la movilidad inherente del sacro. En la posición
de los dedos de la mano motriz. Para sentir correcta- supina, el propio peso del paciente sobre la mano
mente lo que ocurre en un paciente, debes ser cons- basta para permitir la percepción del movimiento
ciente de tu propia habilidad palpatoria y de tu pro- inherente del sacro. Intenta seguir al sacro en las di-
pio cuerpo. recciones en las que desea moverse. No intentes diri-
Junta las manos entrelazando los dedos. Descubri- girlo. ¿Cuál es el ritmo, la amplitud y la dirección de
rás que b articulación metacarpofalángica del se- los movimientos del sacro en el.espacio?. Cuando eres
gundo dedo de una de las manos queda más alta que capaz de identificar el movimiento inherente de las
la otra. A continuación invierte la posición de manera partes blandas y de las partes óseas estás en el buen
que esta última quede más arriba. Siente la diferencia. camino para poder utilizar la técnica de liberación
U na de las posiciones parece más confortable que la miofascial.
otra y la posición menos cómoda se siente más prieta.
Estira los brazos hacia delante, cruzándolos a la al- EJEMPLOS DE LA TÉCNICA DE LIBERACIÓN
tura de las muñecas y pronando ambas manos, hasta MIOFASCIAL
que las superficies palmares quedan enfrentadas. En-
trelaza los dedos y levanta los brazos extendidos sobre Existe una amplia variedad de técnicas de liberación
tu cabeza. Empuja con las manos hacia el techo y miofascial utilizadas por diferentes profesionales. Están
siente la diferencia de tensión entre los lados derecho bastante individualizadas para adaptarse a las habilida-
e izquierdo de tu cuerpo. Vuelve a la posición de par- des del terapeuta y a las necesidades del paciente en la
tida, invierte la forma en que cruzaste las muñecas y sesión de tratamiento. Los siguientes ejemplos son los
repite el proceso. Nuevamente, siente la diferencia de que enseña Ward y han demostrado ser de gran efica-
tensión entre ambos lados y la diferencia con res- cia en las manos de este autor. Tan sólo suponen para
pecto a la anterior posición. el lector una pequeña muestra del sistema completo.
Cop11ulo 7 7 Técnico de l!beroc16n m1ofosc10/ 155

Téc_nica de liberación miofascial media sobre la charnela dorsolumbar, con los dedos
en dirección caudal (fig. 11.1 ).
Columna lumbosacra
4. El operador introduce compresión y separa ambas
Decúbito prono con tracción longitudinal manos en el sentido longitudinal intentando apreciar
1. Paciente en decúbito prono, con los braz?s. colgan- simetría o asimetría (fig. 11.2).
do a los lados de la camilla y los pies sobrepasando 5. Él operador sigue '1a movilidad inherente de los teji-
el borde inferior. La cabeza girada hacia el lado que dos, percibiendo las barreras directa e indirecta,
más cómodo le resulta. buscando constantemente el equilibrio de tensión y
2. Operador de pie al lado del paciente mirando hacia laxitud.
· · 1os..pies de la camilla. Si es diestro se Colocará al 6. El operador aplica las cargas de torsión necesarias
lado izquierdo del paciente, pero si es zurdo se pon- para conseguir el equilibrio, mientras el paciente uti-
drá en el lado derecho, . liza manio_bra_s de ayuda.
3. El operador coloca la. mano distal sobre. el sacro, 7. Tras obtenerse la/s liberación/es, se vuelve a eva-
con el ialon de la máno en l,i' charnelá lumbosacra .. luar para averiguar si han mejorado ia movilidad y el· ·
La mano proximal del operador se coloca en la línea equilibrio.

Figura 11.1. Figura 11.2.


156 Principios y práctica de la medicina manual

Técnica de liberación miofascial 3. El operador aplica compresión e introduce cizalla-


miento transversal en direcciones opuestas, apre-
Columna lumbosacra ciando tensión y laxitud (lig. 11.4).
Decúbito prono con tracción transversal
4. El operador puede aplicar una fuerza de torsión
1. Paciente en decúbito prono sobre la camilla, con los cuando se han alcanzado las barreras (fig. 11 .5).
brazos colgando a los lados, los pies por fuera del
borde inferior y la cabeza girada hacia el lado más 5. El operador sigue la movilidad inherente de los tejidos
confortable. intentando apreciar equilibrio de tensión y laxitud,
mientras el paciente ejecuta maniobras de ayuda.
2. Operador de pie al lado de la camilla, con la mano
cefálica transversal a la charnela dorsolumbar y la 6. Tras obtenerse la/s liberación/es, se vuelve a eva-
rnano caudal transversal a la charnela lurl1bosacra y luar para averiguar si han mejorado la movilidad y el
a la base sacra (lig. 11.3). equilibrio.

Figura 11.3. Figura 11.5.

Figura 11.4.
Capítula 11 Técnica de liberación miofascial 157

Técnica de liberación miofascial 4. Toda la mano del operador aplica .carga compre-
siva y la izquierda se mueve en sentido hora•
Charnela dorsolumbar. y diafragma posterior
rio, mientras que la . .derecha lo hace en senti·
Decúbito prono do antihorario, en dirección hacia arriba y afuera
{fig. 11.7).
1. Paciente en decúbito prono sobre la camilla, con los
brazos colgando a los lados, los pies por fuera del 5. El operador valora las barreras directa e indirecta,
borde inferior y la cabeza girada hacia el lado más de superficial a profundo, intentando apreciar eqüíli·
cómodo. brio tisular, mientras el paciente realiza maniobras
de ayuda.
2. Operador de pie al lado de la camilla, mirando hacia
la cabecera. . 6. Después de aplicar esta técnica es frecuente obser-
3. Las manos del operador se colocan a cada lado de · var enrojecimiento de la piel, hecho que se describe
como fenómeno «del rubor».
la charnela dorsolumbar, con los pulgares verticales
a lo largó de las apófisis espinosas y el' restó ·de la 7. Tras· obtenerse la/s liberación/es, se vuelve a eva'
mana.a lo largo.de las costillas in.feriares, supraya-. luar para .averiguar si han mejorado la movilidad y el
centes al diafragma posterior {fig. 11.6). equilibrio.

Figura 11.6. Figura ll. 7.


158 Principios y práctico de la medicina manual

Técnica de liberación miofascial 4. El operador ejerce presión anterior y caudal, con un


movimiento de balanceo lateral, anteroposterior y a
Liberación sacra través de los ejes oblicuos.
Decúbito prono
5. El operador acompaña la movilidad inherente de los
1. Paciente en decúbito prono sobre la camilla,,con los tejidos intentando apreciar las barreras indirectas
brazos colgando a los lados, los pies por fuera del (laxitud) y las barreras directas (tensión), hasta que
borde inferior y la cabeza girada hacia el lado más se produce la liberación.
confortable.
2. El operador coloca la mano sobre el sacro, con el 6. El paciente realiza maniobras de ayuda para facilitar
talón sobre la base y los dedos sobre el vértice, el tratamiento.
incluyendo los ángulos inferolaterales {fig. 11.8).
7. El objetivo del tratamiento es el equilibrio del sacro
3. La otra mario del operador se coloca encima (fig. 11.9). entre los ilíacos.

.,

Figura 11.8. Figura 11.9.


Cap11ulo 7 7 Técnica de liberac16n m1ofasc10/ 159

Técnica de liberación miofascial 3. Se comprueba la tensión de los ligamentos


para averiguar si se encuentran en equilibrio si-
Liberación del ligamento sacrociático mayor
métrico.
y del diafragma urogenital
Decúbito prono 4. Las manos del operador se giran en las direcciones
horaria y antihoraria intentando percibir ten!lión y
1. Paciente en decúbito prono sobre la camilla, con los laxitud (fi1,.11.11).
brazos colgando a los lados, los pies por fuera del
, --borde inferior y la cabeza gir_ada hacia el lado más 5. El operador aplica carga para equilibrar la ten-
confortable. sión de los ligamentos sacrociáticos mayores,
mientras el paciente lleva a cabo maniobras
2. · Operador a un lado de la camilla mirando a la cabe- de ayuda. ·
cera. Coloca sus manos sobre la zona glútea, con
los_ pulgares en .contacto con las inserciones de 6. El objetivo del tratamiento es el equilibrio de los liga-
ambos ligamentos sacrociáticos mayores én los . mentes sai::rociáticos mayores y del diafragma uro'
ángulos inferolaterales del sacro (fig. 11.10). genital.

Figura 11.10. Figura 11.11.


160 Principios y práctico de lo medicino manual

Técnica de liberación miofascial 5. Se utilizan diferentes posiciones de los brazos del


paciente para facilitar la aplicación de carga. El pa-
Técnica de la entrada torácica (del collar) ciente realiza maniobras de ayuda para aumentar
Decúbito supino o sedestación la/s liberación/es.

1. Paciente sentado sobre la camilla, con el operador


de pie detrás. El operador rodea con ambas manos
la entrada torácica (fig. 11.12) con los pulgares a
cada lado de la apófisis espinosa de D1 (fig. 11.13).
2. Paciente en decúbito supino sobre la camilla, con el
operador sentado a la cabecera y con las manos
colocadas en la entrada torácica, a la manera des-
crita en el punto anterior (fig. 11.14).
3. Las manos del operador, en contacto con la entrada
torácica, con las palmas sobre el trapecio y los
dedos en el extremo medial de la clavícula y en la
parte superior del esternón, aplican compresión
seguida de torsión y tracción, buscando las barreras
directas e indirectas (figs. 11.15 y 11.16).
4. El operador, usando las manos como si manejara un
volante, gira la entrada torácica hasta conseguir la
simetría en el equilibrio anteroposterior y rotatorio.
Figura 11.14.

Figura 1L12. Figura 11.15.

Figura 11.13. Figura 11. 16-


Capítulo 7 1 Técnico de liberación miofasciol 161

Técnica de liberación miofascial 5. La mano posterior se coloca transversalmente sobre


el raquis dorsal superior (fig. 11.20).
Columna dorsal
6. Las manos del operador aplican compresión, ciza-
Sedestación
llamiento craneocaudal, cizallamiento transversal .y
1. Paciente sentado sobre la camilla, con el operador. torsiones en sentidos horario y antihorario, buscan-
sentado a su lado, apoyando el tronco contra el do las barreras directas e indirectas.
paciente para conferirle estabilidad.
7. El paciente lleva a cabo maniobras de ayuda para
2. La mano anterior del operador se coloca vertical- intensificar la/s liberación/es.
mente s_obre el esternón, cubriendo_ con Las puntas
de los dedos la unión manubrioesternal. (fig. 11.17). Éstos son tan solo unos pocos ejemplos de la técni-
ca de liberación miolascial. Puede usarse como inter-
3. La mano posterior del operador se coloca vertical- vención _de medicina manual principal o como técnica
mente sobre las apófisis espinosas del raquis dorsal final para evaluar el éxito de otras actuaciones manua-
medio y del raquis dorsal inferior (fig. 11.18). les y-asegurarse de que se ha conseguido el equilibrio
4. Para el raquis dorsal superior, la mano izquierda del miofasci¡¡,I. Algunos terapeutas consideran que estas
operador se coloca transversalmente sobre el ester- técnicas son agotadoras y excesivamente prolonga-
r nón, costillas superiores y extremos mediales de las das, mientras que otros las encuentran sencillas y ase-
clavículas (fig. 11.19). quibles.

Figura 11.17. Figura 1l. 19.

Figura 11.18. Figura 11.20.


162 Principios y práctica de la medicina manual

CONCLUSIÓN Habitualmente consisten en una colocación simétrica


de las manos del operador, las cuales introducen
Las técnicas de liberación miofascial utilizan tanto la cierta fuer,a de torsión para acoplar los tejidos y se-
acción directa como la indirecta, con fuerzas de acti- guir directa o indirectamente a lo largo de los planos
vación que son tanto extrínsecas como intrínsecas. In- fasciales, con la intención de sentir zonas de-tensión
fluyen en la biomecánica del sistema musculoesque- ·o laxitud. Se aplica tracción en la zona tensa, mien-
Iético y en los reflejos que dirigen, integran y modifi-
tras se espera la sensación de liberación. Hipotética-
can el movimiento. El objetivo es restaurar el
equilibrio funcional en todos los tejidos que compo- mente, se supone que la liberación acompaña a la in-
nen el sistema musculoesquelético, usando manio- hibición eferente neurorrefleja y a la histéresis bio-
bras que son útiles en patologías agudas, subagudas y mecánica de los tejidos. Las técnicas suelen estar muy
crónicas, sean simples o complejas. Las maniobras individualizadas, conforme a las necesidades del pa-
pueden usarse en diferentes posiciones del paciente. ciente y al entrenamiento y experiencia del operador.

.,
TÉCNICA CRANEOSACRA

William G. SÜtherlanél D. O. expandió el concepto os- escamosf del hueso temporal, todos los cuales. son de
teopático y su tratamiento manipulativo por encima origen conjuntivo; (b) la base, de origen cartilagi-
de la unión craneocervical. Tras muchos años de es- noso, que consta del cuerpo del esfenoides, las por-
tudio, investigación y automanipulación, Sutherland ciones petrosa y mastoidea de los temporales y las
comenzó a enseñar los principios de la técnica crane- porciones basilar y laterales del occipital; y ( e) los
osacra a mediados de los años 40. Las maniobras de la huesos faciales. Los huesos del cráneo pueden tam-
técnica craneosacra no fueron aceptadas con facili-: bién. dividirse en pares e impares. Los huesos impa-
dad por la comunidad profesional, pero se han hecho res, que se encuentran en la línea media, son el occi-
cada vez más populares gracias al trabajo de Suther- pital, el esfenoides, el etmoides y el vómer. Los huesos
land y de sus muchos discípulos. pares incluyen a los parietales, temporales, maxilares
Sutherland extrapoló los principios de Andrew superiores, zigomáticos (llamados también malares o
Taylor Still a las articulaciones del cráneo. Estimó que pómulos), palatinos, nasales y frontal. El frontal se
las suturas fllncionaban como articulaciones entre los considera un huesO par debido a sus características
huesos del cráneo y que tenían esa intrincada forma funcionales y al hecho de que la sutura metópica fre-
precisamente para mantener el movimiento. Las sutu- cuentemente permanece abierta de por vida. La man-
ras están presentes durante toda la vida y mantienen díbula participa de características de hueso par y de
de forma consistente las mismas zonas de formación hueso impar. Se relaciona bilateralmente con los hue-
en bisel. Los cráneos pueden ser desarticulados por sos temporales, pero cuando hay dientes y se encuen-
«explosión": se llenan de habichuelas a través del agu- tran cerrados hacen la función de una larga sutura
jero occipital, se sumergen en agua y los huesos del entre la mandíbula y los dos maxilares superiores.
cráneo se separan justamente por las suturas. El hueso
no se fractura, sino que las suturas se separan. Suther- MOVILIDAD
land consideraba. que el cráneo dispondria de una mo-
vilidad normal durante la salud y mostrarla restriccio- La movilidad de los huesos que se encuentran en la lí-
nes en re.spuesta a los traumatismos o a las enferme- nea media es fundamentalmente la flexión y la exten-
dades sistémicas. Las .observaciones clínicas puQ.ieron sión, con un momento de giro alrededor de un eje
correlacionarse con su hipótesis. Desde los tiempos de· transversal (x). El movimiento de flexo-extensión se
Sutherland, un número creciente de evidencias clíni- describe como si tuviera lugar en la articulación esfe-
cas y de investigaciones apoyan algunas de las premi- nobasilar, una sincondrosis. En este movimiento, el es-
sas básicas de su concepto. La técnica craneosacra fenoides y el occipital giran en direcciones opuestas.
exige que el médico realice un intenso estudio del crá- En la flexión esfenobasilar, el esfenoides gira hacia de-
neo óseo, las suturas y las meninges y que afine el sen- lante, de manera que la parte del esfenoides que se ar-
tido palpatorio para poder percibir la movilidad inhe- ticula con la porción basilar del occipital (basiesfenoi-
rente dentro del mecanismo craneosacro, ya que la des) se eleva, y las apófisis pterigoides se desplazan ha-
aplicación de maniobras de medicina manual al crá- cia abajo. Al mismo tiempo, el occipital gira hacia
neo y al sacro requiere de iran precisión y de.streza. detrás, de forma que la porción basilar se eleva y la es-
cama y las porciones laterales descienden. Durante la
flexión· esfenóbasilar, el etmoides gira en dirección
ANATOMÍA
contraria al esfenoides y en la misma dirección que el
El cráneo puede dividirse en tres elementos: ( a) la occipital. En la flexión esfenobasilar el vómer es des-
bóveda, que consta de parte del hueso frontal, de los· . ¡,lazado· hacia abajó, dado que la parte anterior del es-
dos huesos parietales, la escama occipital y la porción fenoides se desplaza en esa dirección. Durante la ex-
163
164 Pnncipios y práctica de la medicina manual

tensión esfenobasilar todos los movimientos descritos sión son inversos a los que se usan en el modelo pos-
para la flexión se invierten. Los huesos pares se mue- tural-estructural para referirse a la mecánica sa!=ra. A
ven hacia las rotaciones interna y externa ya que pesar de esta confusión terminológica, el concepto
acompañan los movimientos de flexión.y extensión de que debe quedar claro es la relación entre el movi-
la articulación esfenobasilar. En la flexión esfenobasi- miento del occipital y el del sacro, que normalmente
lar se produce rotación externa de los huesos pares, y ocurre sincrónicamente y en la misma dirección.
durante la extensión se produce rotación int€i=na.
La combinación de flexión y extensión de los hue- SUTURAS
sos impares centrales y las rotaciones interna y externa
de los huesos pares provoca cambios observables en el Las suturas son las articulaciones que unen los huesos
contorno del cráneo. Con la flexión, el diárnetro del cráneo. Hay muchas clases diferentes de suturas
transversal del cráneo aumenta, el diámetro antero- que están diseñadas para permitir y dirigir tipos espe-
posterior disminuye y el vértex se aplana. Con la ex- cíficos de movimiento entre huesos craneales enfren-
tensión esfenobasilar, el diámetro transverso dismi- tados. Las suturas contienen expansiones de la dura-
nuye, el anteroposterior aumenta y el vértex se hace madre, así como otros tejidos conjuntivos, en especial
más prominente. Se puede considerar como si los hue- fibras de Sharpey. Los estudios anatómico e histoló-
sos faciales estuvieran suspendidos del hueso frontal. gico de las suturas muestran que la dirección de las fi-
Como ya se ha expuesto, los huesos pares son los bras no es arbitraria y aleatoria, sino específica a nivel
parietales, los temporales, el frontal, los malares, los de cada sutura. Las suturas contienen vasos sanguí-
maxilares superiores, los palatinos y los nasales. Su neos con sus correspondientes nerviüs para el control
movilidad se describe como rotación interna y exter- vasomotor. También se encuentran dentro de las su-
na y normalmente se produce sincrónicamente con turas terminaciones nerviosas libres con 'fibras amielí-
los movimientos de flexión y extensión esfenobasilar. nicas C, lo cual sugiere la posibilidad de percepción y
Durante la flexión esfenobasilar se produce rotación transmisión de dolor a ese nivel. Está más allá de las
externa de los huesos pares y durante la extensión, miras de este texto realizar una descripción detallada
rotación interna. El esfenoides determina las caracte- de las suturas craneales. Se recomienda encarecida-
rísticas de movilidad de los huesos faciales pares. La mente al lector estudiar no sólo los trabajos anatómi-
disfunción de la mitad frontal del cráneo, en especial cos clásicos, sino las suturas que se encuentran en
de los huesos faciales, está relacionada con la altera- cada uno de los huesos de un cráneo desarticulado.
ción de la función del esfenoides. La disfunción de la
mitad posterior del cráneo está relacionada con la dis- EJERCICIO DE PALPACIÓN DE LAS SUTURAS
función del hueso occipital.
El siguiente ejercicio de palpación permite identificar
MENINGES las suturas palpables en un sujeto vivo y localizar las
zonas anatómicas utilizadas en el diagnóstico y trata-
La duramadre se inserta en el agujero occipital y des- miento de las disfunciones craneales:
ciende por el canal medular, donde se une a las dos o
tres primeras vértebras cervicales, para continuar .li- l. Palpa la depresión existente en la base de la
bremente su descenso hasta insertarse en el segundo nariz y entre las órbitas (fig. 12.1). Corres-
segmento sacro. Esta inserción membranosa parece ponde a la unión de los dos huesos nasales
constituir el vínculo del componente sacro del meca- con el hueso frontal y se denomina nasión.
nismo craneosacro. Como uno más de sus muchos 2. Avanza lateralmente sobre el borde superior
movimientos, el sacro parece tener un movimiento in- de la órbita y síguelo hacia fuera y abajo, hasta
voluntario de nutación-contranutación, totalmente la porción superoexterna, y percibe la sutura
sincronizado con la flexión-extensión de la articula- zigomaticofrontal.
ción esfenobasilar. Durante la flexión esfenobasilar, el 3. Continúa hacia abajo a lo largo de la cara late-
agujero occipital se eleva y la tensión de la duramadre ral de la órbita y al comenzar a desplazarte ha-
hace que la base del sacro se desplace hacia detrás y cia dentro_, sentirás la sutura zigomaticomaxilar.
que el vértice lo haga hacia delante. Este movimiento 4. Sigue hacia dentro, a lo largo de la cara infe-
de contranutación se describe como flexión craneosa- rior de la órbita, y hacia arriba por su cara in-
cra. Durante la extensión esfenobasilar, el agujero oc- terna y palpa las suturas nasomaxilar y fron-
cipital se desplaza hacia abajo, reduciendo la tensión tomaxilar.
de la duramadre, lo cual provoca que la base sacra se 5. Vuelve al nasión, muévete hacia arriba entre las
desplace hacia delante y que el vértice se desplace ha- dos escotaduras supraorbitarias del hueso fron-
cia detrás. Este movimiento de nutación se denomina tal, cuya línea media es un punto denominado
extensión craneosacra. Los términos flexión y exten- glabela. Siguiendo hacia arriba desde ésta a lo
Capítulo 72 Técnico croneosoc/Q 165

:.;,
/ - - - - - - - - - ' : . ; . ._ _ _ _ _ _ _ Restos de la sutu'í·a

/ r metópica

.. ----',~-i::-;;:-.----Glabela
~ - .- - - -•.-_~";,-J~-,.,,.-
Fosa tempora.1 _ __

, - - - - Sutura internasal

4',,,..----Lámina vertical
del etmoides
Arco zigomático-

·•.,,.,,.,,.,:1·.,,.·_,'e,<·'i::,-:'\_'(°

. . . . h,, ,, ' y(,; ;


Y(.. / _f ·; .-:;, :.f _;:, ,· . : :_
_:: _\:
Borde postérior del ramo-·.
de 1a mandíbula
-;\;.,.:)·-\} ·-._}. ..
I ( ,,¡
•··_t,_\'·.'.J. 1.
,~i.~·•.p;:~.,
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\~_,Ji, J !i ·::' ·¡ ,'·j ;! i-
_,',h. 1.J, ,i\.¡~.,, /}~ ;I,;.. ;:-¡·.
. \ ·.• . r-J ..•• ·, '·

Ángulo de la mandíbula -
------"-':.;..:.;..:.;.._-"---Sínfisis ·mentonlana (linea
de unión de las dos mitades
mandlbl:llbres)
Borde inf8rior dé la mandíbula - - -

Tubérculo mentoniano /
Eminencia mentoniana

Figura 12;1.
Cráneo, vista frontal,
166 Principios y práctico de lo medicino manual

largo de la línea media, puedes palpar los res- tiendo la unión del frontal y del parietal en am-
tos de la sutura metópica, la cual puede apre- bos lados (fig. 12.2). En el extremo inferior.de
ciarse como una depresión o como una cresta. la sutura coronaria, el dedo que palpa entra un
6. Siguiendo hacia el vértex por la línea media poco más profundo y palpa la unión de esfe-
encontramos una depresión, que representa noides, frontal, parietal y temporal. Esta zona
la unión de las suturas coronarias y la sutura de unión se denomina pterión. La cara infe-
sagital y es el resto de la fontanela anterior o rior de esta unión es la punta palpable del ala
mayor, también llamada fontanela bregmá- mayor del esfenoides, ampliamente utilizada
tica o simplemente bregma. en el diagnóstico y tratamiento craneosacros.
7. Desplazándote hacia detrás desde la fontane- 9. Desde el pterión, sigue la línea de la sutur.a
la bregmática, a lo largo de la línea media, se hacia detrás, a lo largo de la unión del parie-
palpa la sutura sagital y, moviendo las yemas tal con la escama del temporal. Esta sutura
de los dedos de un lado a otro, se puede apre- discurre circularmente por encima del oído y
ciar el contorno dentado de la sutura. termina justo detrás de éste.
8. Comenzando en la bregma, palpa bilateral- 10. Des~lazándote recto hacia detrás, desde la
mente a lo largo de la sutura coronaria, sin- cara posteroinferior de la sutura que se en-

HÓti~~
~---.~-:·"''·'f"r_ _ _ Pterlón

tront.Jv;
-Glabela

Polo posterior - -

/, ·; ~--
·-~
~.•J.\
,..

lolonop,ot,be,anc,a .. _ 'c~.r;-
.lll~~o'\
occlpltal externa - - \

~/
Astenón

Conducto aud1tor10 externo

Apófisis mastoides

Apófisis estiloides Mandíbula

¡
, , . . , _ Eminencia
Borde posterior
.iv·' mentonlana
.<i,'
de la rama de la mandíbula

Ángulo de la mandíbula
r
Borde Jnfertor de la mandfbula

Figura 12.2.
Cráneo, vista lateral.
Capítulo 12 Técnico croneosocro 167

cuentra entre el parietal y la escama del tem- las partes blandas correspondientes a las inser-
poral, existe una pequeña sutura entre el pa- ciones de la musculatura cervical.
rietal y la porción mastoidea del temporal. 12. Desde el asterión, a cada lado, muévete hacia
En la cara posterior de esta sutura hay una Ji- dentro y hacia arriba, a lo largo de las suturas
¡ . gera depresión, que coincide con la unión lambdoideas, que separan ambos huesos pa-
del parietal, Ja· porción mastoidea del tem- rietales de la escama del occipital. En el sitio
poral y el occipital, y que se denomina as- donde estas dos suturas se encuentran con la
terión. sutura sagital aparece el punto llamado lamb-
, 11. Muévete hacia abajo desde el. asterión, a lo da (fig. 12.3). Las suturas lambdoideas son
largo de. la cara posterior de la apófisis mas- frecuentemente asimétricas y ocasionalmente
toides, siguiendo la .sutura occipitomastoidea. contienen estructuras óseas adicionales llama-
La parte inferior de esta sutura se pierde bajo das huesos wormianos.

Sutura sagital

:;.-,:: .......-,......--
Agujero parietal----'-:.,f,i,7,777::,--,--:/ó-:--"/---
. /._,..
' - / ~
~

rA~J
0:
/
,./

Lambda--ill~~c.._.:;~4~--------,,;;:-

·/,,,.
//
/,,.
,,,,·

..
Hueso Parieta'E:
' , ,--····~--·
Sutura lambdoidea
/ ~ Línea temporal inferior
,, ~ueso Occipital
P-oh? posterior del cráneo

/ ,,...---------"'',;:-''77-',f--Línea Nu.chalis
Sutura parieto-mastoidea supraterminalis
. 1/¡.
¡-/f;/:.:.._ ~-- ~ ~ --

Agujero mastoideo
~~\\·;c."~ ;; Porción mastoidea
del hueso temporal

en la sutura
occipitomastoidea
Hueso sutural
Ranura digástrica
de la apófisis mastoides

Apófisis mastoides·

SuÍco pará la arteria


- occipital

Línea curva occipital inferior Cóndilo occipital Cresta y protuberancia Línea curva
occipitales externas occipital superior
Fi:ghra 12.3.
Cráneo, vista posterior.
168 Principios y práctico de lo medicino manual

Este ejercicio debería repetirse sobre muchos pa- dos hemisferios cerebrales. La tienda del cerebelo se-
cientes, hasta que el examinador sienta seguridad en para cerebro y cerebelo y se inserta en esfenoides, oc-
su habilidad para palpar las suturas del cráneo, e cipital y en ambos parietales y temporales. También se
identificar las referencias usadas para controlar los inserta en el peñasco, en ambos temporales, y a lo
huesos del cráneo durante el examen y el trata- largo de la escama occipital, donde encierra al seno
miento. El pterión y el asterión son dos de las más transverso. En los huesos parietales se inserta en la es-
usadas en la técnica craneosacra. quina posteroinferior de cada uno de ellos, donde el
seno transverso cambia de dirección y pasa a denomi-
MENINGES CRANEALES narse seno sigmoideo. En la unión de la hoz del cere-
bro y la tienda del cerebelo se encuentra el seno
Las meninges se dividen en tres capas: piamadre, recto. Esta unión es significativa ya que representa la
aracnoides y duramadre (fig. 12.4). La cara externa localización de la membrana de tensión recíproca,
de la duramadre se continúa con el periostio y el crá- llamada el «fulcro de Sutherland». La hoz del cere-
neo. La capa interna presenta varios apéndices que belo separa los dos hemisferios cerebelares. La tienda
separan segmentos del cerebro y rodean los senos ve- de la hip9fisis cubre la silla turca del esfenoides y es
nosos. penetrada por el tallo de la pituitaria. Estas membra-
Hay tres apéndices de la duramadre, cuyas fibras nas durales se encuentran permanentemente bajo
presentan intrincadas direcciones, y que se denomi- tensión dinámica, de forma que el aumento ·en la ten-
nan la hoz del cerebro, la tienda del cerebelo y la hoz sión de una exige la relajación de otra y viceversa. Du-
del cerebelo. La hoz del cerebro se inserta anterior- rante la flexión esfenobasilar se produce un acorta-
mente en la apófisis crista galli del etmoides, en el miento de la hoz del cerebro de adelante a detrás, de-
hueso frontal, en ambos parietales y en la escama oc- bido al giro de esfenoides y occipital en direcciones
cipital. En su inserción ósea encierra al seno longitu- opuestas. Esto se acompaña de un aplanamiento de la
dinal superior. En su borde libre se encuentra el seno tienda del cerebelo, producido por la rotación exter-
longitudinal inferior. La hoz del cerebro separa los na de los dos huesos temporales. Durante la exten-

Seno longitudinal superior

Hoz del cerebro

Arteria vertebrales

Figura 12.4.
Meninges craneales.
Capítulo 72 Técnico croneosocro 169

sión esfenobasilar ocurre lo contrario con el alarga- cerebrales parecen oscilar hacia arriba, al tiempo que
miento del diámetro anteroposterior del cráneo, de- los huesos impares se mueven hacia la flexión y los pa-
bido éste a la rotación de esfenoides y occipital y a la res hacia la rotación externa. Durante el proceso de
elevación de la tienda del cerebelo, causada por la ro- enrollamiento, los hemisferios cerebrales descienden,
. tación in terna de los huesos temporales. La movilidad los huesos impares hacen extensión y los pares hacen
éraneosacra combina movilidad articular y cambio de rotación interna. La causa de esta rootilidad ósea inhe-
la tensión de las membranas. Las inserciones ffiem- rente es desconocida por el momento, pero constituye
branosas en el agujero occipital y en el nivel S2 del sa- uno de los ritmos biológicos que no pueden ser res-
cro determinan el movimiento sincrónico del cráneo taurados artificialmente cuando se pierden.
y del sacro. Estas inserciones durales permiten al exa-. 2: Fluctuación del líquido cefalorraquídeo
minador influir en el cráneo a través del sacro y en el (LCR). El LCR se forma en las vesículas de los ven-
sacro a través del cráneo. trículos laterales y fluye a través del tercer y del cuarto
ventrículos, hasta las cisternas del ctáneo y a lo largo
· RESPIRACIÓN Y LOS TRES DIAFRAGMAS - de todo el canal medular. La obstrucción del flujo del
LCR conquce a situaciones patológicas como la hi-
La flexión y la extensión esfenobasilares pueden verse drocefalia. No se conoce muy bien el lugar por el que
influidas por la actividad respiratoria voluntaria, con el LCR abandona el sistema, pero acompaña a los an-
la cual se encuentran directamente relacionadas. La clajes de la dura en los nervios espinales y a éstos mis-
inspiración aumenta la flexión esfenobasilar y la espi- mos. El enrollamiento del cerebro parece aumentar
ración la extensión. La tienda del cerebelo puede ser el volumen de los ventrículos cerebrales, mientras
considerada el diafragma del mecanismo craneosa: que el desenrollamiento parece comprimirlos. ,Esto
ero. Desciende y sce aplana durante la inspiración, lo permitiría explicar alguno de ]os mecanismos de la
mismo que el diafragma toracoabdominal. El dia- circulación del LCR.
fragma pélvico se encuentra íntimamente relacionado
3. Motilidad de las membranas intracraneales e in-
con el sacro en el interior de la pelvis ósea. El dia-
traespinales. La hoz del cerebro, la hoz del cerebelo y
fragma pélvico también desciende durante la inspira- la tienda del cerebelo son apéndices de la duramadre
ción. Podemos, entonces, contemplar el cuerpo desde
intracraneal. Las fibras de estas membranas presentan
la perspectiva de los tres diafragmas: la tienda del ce-
un patrón peculiar e intrincado, que sugiere bandas de
rebelo, el diafragma toracoabdominal y el diafragma tensión. Las membranas intracraneales se encuentran
pélvico. En la salud, estos tres diafragmas funcionan
permanentemente sometidas a tensiones dinámicas,
de forma sincrónica. Si la disfunción interfiere el tra-
de forma que el cambio en una de ellas exige algún
bajo de cualquiera de ellos, es bastante razonable asu-
tipo de adaptación en otra. Durante la flexión esfeno-
mir que los otros dos también se verán alterados, ob- basilar, la tienda del cerebelo desciende y se aplana y la
servación demostrable en la práctica clínica.
hoz del cerebro se acorta de delante a detrás. En la ex-
tensión esfenobasilar ocurre todo lo contrario. Las
MECANISMO./lESPIRATORIO PRIMARIO membranas intracraneales conectan con las membra-
nas intraespinales merced a su continuidad, desde la
Colocando ambas manos en las caras superior y late-
firme inserción en el agujero occipital hasta su anclaje
rale~ del cráneo, como si-16 envolviéramos con una to-
en_ el segundo segmento .sac.ro, con conexiones erí las
alla húmeda, y esperando ·un periodo de tiempo sufi-
dos o tres primeras vértebras cervicales. El movimiento
ciente, el examinador experimenta la sensación pal-
del agujero occipital altera la tensión en las superficies
patoria de expansión y estrechamiento dd cráneo.
anterior y posterior de la duramadre espinal, provo-
Esta sensación de movilidad se produce a una frecuen-
cando la movilidad del sacro entre los ilíacos.
cia normal de 10-14 veces por minuto y posee una am-
plitud relativamente baja. Esta sensación, llamada im- 4. Movilidad articular de los huesos craneales.
pulso craneal rítmico, se interpreta como el resultado Las suturas parecen estar diseñadas para permitir y
del mecanismo respiratorio primario. Sutherland pos- guiar ciertos tipos de movimiento entre los huesos
tuló la existencia del mecanismo respiratorio prima- craneales. Éstos y las suturas están íntimamente uni-
rio,_ formado p"of)os sigµientes cinco elementos: dos a la duramadre y contienen elementos vasculares
y nerviosos: Las fibras de Sharpey de las suturas pre-
l. Movilidad inherente del cerebro y de la médula sentan una disposición similar en diferentes especí-
espinal. El tejido vivo cerebral parece tener una movi- menes anatómicos. Estas fibras parecen permitir y
lidad inherente, observable durante una craneotomía. promover la movilidad en ciertas direcciones.,La obli-
Esta movilidad ha sido descrita como un enrollamiento teración de las suturas no parece producirse normal-
· y desenr'Óllamiénto de lós hemisferios· cerebrales. Du0 . mente con el envejecimiento. Se han identificado-su-
rante el proceso de desenrollamiento, los hemisferios turas patentes en humanos de más de 90 años. La am-
170 Principios y práctico de lo medicino manual

plitud de la movilidad de una sutura aislada es bas- lla húmeda» permite determinar la velocidad, la fre-
tante pequeña, pero cuando se suman las múltiples cuencia y la amplitud del ritmo craneal.
suturas de los numerosos huesos del cráneo, parece Otra prueba general útil para determinar si existe
haber suficiente movilidad como para ser clínica- una pérdida asimétrica de movilidad craneal es el le-
mente palpable con facilidad. vantamiento del temporal (fig. 12.5). El examinador
5. La movilidad involuntaria del sacro entre los coge bilateralmente los huesos temporales, poniendo
iliacos. El sacro se encuentra suspendido entre los dos el dedo medio en el meato auditorio externo. El pul-
iliacos por medio de los ligamentos de las articulacio- gar y el índice se sitúan en las caras superior e inferior
nes sacroiliacas. Los ligamentos sacroiliacos posterio- de la apófisis zigomática y la apófisis mastoides se deja
res son gruesos y fuertes y sus fibras se disponen en entre los dedos anular y meñique. Con el paciente en
múltiples direcciones. Podemos imaginarlos, bilate- decúbito supino sobre la camilla, el examinador tira
ralmente, como las cuerdas del columpio de un niño. de ambos temporales en dirección al vértex. A conti-
Los ligarnentos sacroiliacos anteriores son también in- nuación se deja que ambos huesos vuelvan a su posi-
feriores y parecen sujetar el sacro desde abajo, como ción neutra. El examinador valora la simetría o asi-
si fueran el asiento del columpio. El sacro puede aco- metría d"., la pequeña amplitud de movilidad de]
plarse en la mano ahuecada del operador tanto en juego articular existente en cada uno de los huesos
prono como en supino. Con una ligera compresión temporales. La porción horizontal de la sutura esfe-
palpatoria el examinador normalmente siente un mo- noescamosa y la porción horizontal de la sutura occi-
vimiento de vaivén oscilatorio de la base y el vértice pitomastoidea están biseladas, de manera que el
sacros, sincronizado con el movimiento de flexión y hueso temporal se asienta sobre esfenoides y occipi-
extensión percibido en el cráneo. tal. La maniobra de levantamiento del temporal eva-
El mecanismo respiratorio primario y su corres- lúa la presencia o ausencia de movilidad del hueso
pondiente impuso rítmico craneal responde a los temporal bilateralmente.
traumatismos, las enfermedades, el estrés psicológico, Se hace examen general para los movimientos de
el ejercicio y la respiración, y se puede influir en él nutación anterior y posterior del sacro entre los ilia-
con la aplicación cualificada de maniobras de medi- cos, en prono o en supino. El examinador toma con-
cina manual craneosacra. La frecuencia normal del tacto, con la palma de la mano ahuecada, sobre el sa-
ritmo craneal es de 10-14 por minuto, bastante pareci- cro y valora el movimiento del sacro y su relación con
da a la frecuencia respiratoria del paciente. Un pa- el ritmo craneal que se percibe en el cráneo. El ha-
ciente puede controlar voluntariamente la respira- llazgo de movimientos exagerados, disminuidos o
ción diafragmática, pero no puede modificar directa- irregulares, en lugar de los movimientos de cabeceo
mente el mecanismo respiratorio primario, aunque la anteroposterior normales reclama la evaluación diag-
inspiración y la espiración voluntarias pueden influir nóstica adicional. Si el examen general pone en evi-
en el ritmo craneal y en la movilidad inherente de los
cráneos óseo y membranoso.

DIAGNÓSTICO CRANEOSACRO

El proceso diagnóstico comienza con la inspección y


la palpación en un examen general. El examinador
estudia la simetría del cráneo en las vistas anterior,
posterior, superior y laterales. Se observa si existe si-
metría de las protuberancias frontales, órbitas, nariz,
pómulos, mandíbula, nivel de las orejas y, sobre todo,
del contorno craneal. El examen general continúa
con la palpación del contorno del cráneo en todas las
direcciones y, en particular, con la palpación de las su-
turas tal y como se ha descrito anteriormente, bus-
cando apertura, estrechamiento, tensión y/o dolor
en ellas. También con la palpación valoramos la elas-
ticidad del cráneo e intentamos averiguar si es más
duro y menos flexible de lo normal. El hueso normal
presenta una flexibilidad que se pierde en presencia
de restricción de la movilidad. La palpación de la Figura 12.5.
zona parietotemporal con la presa bimanual en «toa- Hueso temporal, vista lateral.
Capítulo 12 Técnica croneosocro 171

dencia la existencia de disfunción craneosacra, se ha- realiza «acunando» el occipital con -la palma de la
cen necesarios exámenes detallados y de definición mano ahuecada, sujetando por detrás de la sutura oc-
segmentaria adicionales. cipitomastoidea, mientras la otra mano cruza la
frente, contactando con el pulgar en una de las alas
mayores del esfenoides y con el dedo medio en la
EVALUACIÓN .QE LA MOWLIDAD
otra. Cada una de estas presas· tiene sus aplicaciones.
ESFENOBÁSILAR
Para empezar, los estudiantes deben· utilizar la pri-
La evaluacíón de la mecánica esfenobasilar se realiza mera de las presas descritas.
colocando las manos y los dedos sobre el cráneo en la En la flexión esfenobasilar, los dedos índi<:es y
posición denóminada «en· bóveda» (fig. 12.6). Exis- meñiques se separan, al desplazarse en dirección cau-
ten algunas variantes de esta presa, pero en todas se dal. En la extensión esfenobasilar, los dedos de cada
.ejerce control .sobre las .alas mayw.es d.el e.sfenoides, a lado se apr,_oximan, al. desplazarse las manos en sen-
. nivel del pterión, y del occipital, a nivel del asterión. tido craneal. En la inclinación-rotación esfenobasilar
Eri la presa·en bóveda clásiéa se coloca· el dedo· índice · a la 'derecha, lós dedos de la rriano derecha se sepa-
sobre él esfenoides a nivel del pterión y el dedo me- ran y se d~splazan en dirección caudal, mientras que
ñique sobre el asterión, dejando el oído entre los de- las yemas de los dedos de la mano izquierda se acer-
dos medio y anular. Este contacto en cuatro puntos le can, moviéndose hacia arriba, todo lo cual bace que
concede al examinador la oportunidad de valorar la el lado derecho del cráneo parezca más convexo. La
mecánica e·sfenobasilar. En otra de las presas en bó- inclinación_-rotación -izquierda provoca lo mismo
veda se colocan los pulgares sobre el pterión, los me- pero_ á la iI;iversa. Se puede introducir un mnvimiento
ñiques sobre el asterión y el .oído se deja entre los de- de to1;"sión esfenobasilar, gracias al contacto en cuatro
dos índice y medio. Una tercera presa en bóveda· se puntos, haciendo que, de forma alternada, una mano

Porción escamosa
del temporal

Agujero l
Occipital
)
l
/"

Figi;;;a if6.
Articulación esfenobasilar vista desde arriba.
172 Principios y práctico de lo medicino manual

gire hacia delante y que la otra gire hacia detrás. La traslatorio craneocaudal. Si percibimos asimetría, la.
mano que se mueve hacia delante se lleva el esfenoi- disfunción de tensión vertical se nombra en referen-
des hacia caudal y eleva el occipital en ese lado. La cia a la dirección en la que el basiesfenoides se mueve
mano que gira hacia detrás lleva el esfenoides hacia con mayor libertad: en dirección craneal ( tensión ver-
arriba y el occipital hacia abajo, de ese lado. Este mo- tical superior) o caudal (tensión vertical inferior). La
vimiento de torsión debería ser bilateralmente simé- compresión esfenobasilar se evidencia por la pfrdi-
trico, pero si hay restricción, la disfunción se nombra da de la movilidad craneal global, especialmente a ni-
refiriéndonos al lado en el que el esfenoides queda vel de la articulación esfenobasilar, y por la imposibi-
alto. lidad de separación del contacto en cuatro puntos de
Todos los movimientos de flexión-extensión, in- la presa en bóveda en la dirección anteroposterior.
clinación-rotación y torsión de la articulación esfe- Después de la evaluación de la mecánica esfeno-
nobasilar se encuentran fisiológicamente presentes. basilar, se puede realizar un test de movilidad especí-
Existen otros movimientos anormales de la unión es- fico para cada sutura. Los tests específicos de movili-
fenobasilar, producto normalmente de traumatis- dad de suturas se encuentran fuera del alcance de
mos, como la tensión lateral, la tensión vertical o la este volumen Y, se aconseja al lector consultar textos
compresión. Los episodios traumáticos pueden in- especializados en este campo. Existen tests de movili-
cluir traumatismos en el momento del parto, caídas dad específicos para los huesos de la bóveda y de la
en la infancia, lesiones deportivas, accidentes de cir- cara.
culación, accidentes laborales, desequilibrio muscu-
lar debido a déficit postura! crónico, masticación PRINCIPIOS DEL TRATAMIENTO
anormal debida a cuidados dentales deficientes, etc. CRANEOSACRO
Agresiones al cráneo de delante a detrás o en sentido
inverso pueden fácilmente provocar compresión en Los objetivos de la técnica craneosacra son mejorar
la articulación esfenobasilar que, de existir, genera- la movilidad en las restricciones articulares, reducir
ría restric"c::ión en los patrones centrales de movi- las restricciones debidas a la tensión membranosa,
miento esfenobasilar. Habitualmente, el cráneo com- mejorar la circulación (en especial del sistema ve-
pensa esta restricción aumentando las rotaciones in- noso), reducir posibles atrapamientos nerviosos en
terna y externa de los huesos pares laterales. La los agujeros de salida de la base del cráneo e inten-
compresión lateral puede producirse por trauma- sificar la vitalidad del impulso rítmico craneaL Las
tismo de derecha a izquierda, o de izquierda a dere- maniobras que emplea esta técnica tienen efectos lo-
cha, provocándose una impactación del hueso tem- cales en la cabeza y en la región cervical, efectos dis-
poral de ese lado. El traumatismo de derecha a iz- tales en todo el cuerpo y, en conjunto, todas están
quierda, o de izquierda a derecha, desde delante o dirigidas a elevar el nivel de bienestar del paciente.
desde detrás de la articulación esfenobasilar altera la Todos estos objetivos pueden lograrse restable-
relación entre esfenoides y occipital en el plano ho- ciendo el equilibrio tensional en las membranas. La
rizontal. El trauma de arriba abajo, o de abajo arriba, tensión dinámica recíproca normal de la hoz del ce-
en el esfenoides o en el occipital, puede alterar la re- rebro y de la tienda del cerebelo se altera en pre-
lación de la articulación esfenobasilar en el plano sa- sencia de restricción o de trastorno en la relación de
gital. Estos dos mecanismos de acción alteran el eje los huesos craneales y sus suturas. La alteración de la
central de la articulación esfenobasilar. Las tensiones tensión membranosa afecta a los senos venosos del
laterales y verticales y las compresiones, de origen cráneo, provocando la disminución del drenaje ve-
traumático, alteran de manera significativa el meca- noso y una congestión intracraneal general. La
nismo craneosacro. duramadre se encuentra íntimamente unida al pe-
Para comprobar la existencia de una tensión late- riostio de la superficie interna del cráneo y de cada
ral colocamos al paciente en decúbito supino y usa- foramen de salida. Una tensión anormal de la du-
mos la presa en bóveda. A continuación, una mano le- ramadre puede contribuir al atrapamiento nervioso
vanta un lado de la cabeza hacia el techo e inmedia- y provocar una alteración de la función neurológica.
tamente lo devuelve a su sitio. Con ello se induce un Devolver la máxima movilidad al cráneo óseo res-
movimiento de traslación lateral. Si el test de movili- taura el equilibrio de la tensión membranosa, me-
dad es asimétrico se describe como tensión lateral ha- jora el flujo venoso, reduce el atrapamiento nervioso
cia el lado en el que el basiesfenoides se mueve libre- y permite una velocidad, frecuencia y amplitud nor-
mente. Para comprobar una tensión vertical, con la mal del ritmo craneal.
presa en bóveda movemos ambas manos simétrica- El tratamiento del sistema craneosacro puede co-
mente en sentido rotatorio, primero hacia delante y menzar en el sacro o en: el c'ráneo, o aplicarse simul-
después hacia detrás, induciéndose un movimiento táneamente en ambas zonas. Una secuencia de trata-
Capítulo 72 Técnica craneosacra 173

miento que ha demostrado ser clínicamente eficaz co- FUERZAS DE ACTIVACIÓN


mienza haciendo un examen general del cráneo,
para averiguar si existe o no rigidez. Si existe, el pro- La principal fuerza de activación de la técnica crane-
cedimiento consiste en descongestionar la cabeza, li- osacra es el mecanismo respiratorio primario inhe-
berando los _senos ven_osos, y p_otenciar el ritmo. cra- rente. La fluctuación del LCR es una fuerza de acti-
neal, cciri lii. maniobra é_ónocídá ccimb CV4: Cuando ·vacióil intrínseca potente, que puede ser fácilmente
la rigidez del cráneo ba disminuido, se evalúa la me- dirigida desde el exterior del cráneo. La fluctuación
cánica esfenobasilar y se trata.adecuadamente. Si se normal del LCR se produce centralmente en direc-
encuentra compresión· esfenobasilar debe tratarse, ción anteroposterior, pero puede ser modifü;¡¡da con
para que el-resto de los movimientos de -la articula- __eJ propósito de usarla como fuerza. de activacióµ in-
ción esfenobasilar sean más eficaces. El tratamiento trínseca contactando con un dedo en la zona diame-
de los patrones lesionales de esta articulación puede tralmente opuesta a la de la restricción crarieal. Este
. ser abordado ·aesde los extremos cráheal o sacro del ··principio se usa ·frecuentemente en la técnica de la·
sistema, A continuación, -se valora la capacidad rota- .. V-extendida. Como ejemplo,_en presencia de restric-
toria del hueso temporal, y si resulta asimétrica las su- ción de la sutura occipitomastoidea izquierda, los de-
turas deben ser examinadas y tratadas correctamente dos índi2e y medio de la mano izquierda del opera-
para restaurar la simetría de las rotaciones interna y dor se colocan a cada lado de la sutura, en la cara pos-
externa de este hueso. Seguidamente se estudia el terior de la apófisis mastoides y sobre la porción
componente facial y se le aplica el tratamiento apro- anterior_ del occipital, por detrás_ de la sutura occipi-
piado. Cuando se tiene éxito en el trá.tamientO craneo- tomastoidea. El dedo índice de la mano derecha se
sacro, se restaura el equilibrio funcional de los ele- coloca sobre el hueso frontal derecho, directamente
m.entos craneal y sacro del. sistema, se. mejora la m.o- · opuesto_ a la sutura· ocl:ipitomastoidea izquierda. Des-
vilidad de los huesos del ·cráneo, se equilibra la pués de separar los dos dedos de la m.ano izquierdá,
tensión membranosa y se intensifica la vitalidad del se intenta dirigir el líquido desde la región frontal de-
impulso rítniico craneal. recha a la región occipitomastoidea izquierda. Una
compresión mínima de la primera produce una sen-
MÉTODOS DE LA TÉCNICA CRANEOSACRA sación de palpitación, como de olas que rompen con-
tra la articulación restringida, hasta que tiene lugar la
La técnica craneosacra comparte con otras formas de liberación.
medicina manual el abordaje de las barreras. Además
La ségunda fuerza de activación es la acción respi-
de los métodos habituales de acción directa, acción
ratoria. La inspiración voluntaria aumenta el movi-
indirecta y exageración, existen otros dos, a saber de-
~iento de flexión del mecanismo craneosacro y la es-
senganche y moldeamiento. En el método de acción
piración voluntaria aumenta la extensión. El uso de
directa, se alcanza la barrera y se aplica una fueüa de
inspiraciones y espiraciones profundas y su manteni-
activación en la dirección de la pérdida de movilidad.
miento pueden usarse como fuerza de activación, para
Con el método de exageración el _movimiento se rea-
mejorar la movilidad en una determinada dirección.
liza en la dirección contraria a la de la pérdida de mo-
vilidad, es dedr hacia la barrera fisiológica, y se aplica El aumento de la tensión de la duramadre, por
una fuerza de activación en esá. dirección. ·En el mé- medio de la aplicación de fuerza sobre el sacro, o
todo 1ndirecto ·se encuentra el punto neutro entre.la desde los pies, constituye la tercera fuerza de actiya- .
movilidad normal existente en un sentido y la .restric- ción. ·El increm.ento de los movimientos de flexión y
ción de movilidad que existe en el sentido contrario, de extensión puede hacerse directamente desde el sa-
y se ·mantiene esa posición mientras se aplican las cro, llevando la mano del operador en la dirección
fuerzas de activación. El método de desenganche que se desee. Las flexiones dorsal y plantar del tobi-
aplica una fuerza de activación .para separar las sutu- llo, ya sean activas o pasivas intensifican las fuerzas de
ras, especialm·ente en las zonas pivote. La técnica de activación intrínsecas. La dorsiflexión parece facilitar
.moldeam.iento modifica la flexibilidad y el contorno la flexión de la articulación esfenobasilar, mientras
del hueso por. medio de la aplicación de una fuerza que la flexión plantar hace lo propio con la exten-
externa, mientras se espera a qué laS fuerzas.-de ácti- · sión. Se utiliz<)- el principio de la diagonal mayor y,
vadón intrínsecas modifiquen el contorno y la flexi- para ello, se emplea el movimiento del tobillo dere-
Nlidad del hueso. Los métodos que se emplean inás cho cuando se trabaja en la parte izquierda del crá-
habitualmente· en la técnica craneosacra son los indi- neo y el tobillo izquierdo cuando se trabaja en el lado
rectos y los de exageración. La técnica de acción di- derecho.
. recta se utiliza preferentem.ente en jóvenes y niños, La cuarta fuerza de activación es la- maniobra co-
. árites. dél ·desarrollo éoinpféto dé- fas sufüras cra- nocid,tcomo CV4, la cual se lleva a-cabo tal y como se
neales. expone a continuación. Con el paciente en decúbito
T
i
174 Principios y práctico de lo medicino manual
'

supino, el operador acuna el cráneo entre sus dos comienzo de una sensación de movilidad más libre.
manos, con la eminencia tenar contra el occipital, Seguidamente, los dedos se desplazan secuencial-
justo por dentro de la sutura occipitomastoidea. Du- mente a lo largo de la línea media del occipital, en di•
rante la flexión craneosacra normal esta parte del rección al agujero occipital, y se aguarda la misma
hueso occipital parece llenarse y expandirse, mien- sensación de ablandamiento. El examinador regresa
tras que durante la extensión parece vaciarse y estre- a la protuberancia occipital externa y aplica una pre-
charse. Después de captar el ritmo craneal, el opera- sión firme, con las yemas de los dedos 2. º al 4. º, a lo
dor resiste contra el occipital d1,1rante la fase de fle- largo de la línea curva occipital superior, con un
xión, hasta que se alcanza un «punto inmóvil». La aumento de la presión de medial a lateral, hasta que
sensación que se experimenta es que no se aprecia se percibe el ablandamiento. Esta maniobra reduce la
ninguna movilidad. El operador mantiene el occipi- congestión en el seno transverso. Volviendo a la pro-
tal en esta posición durante varios ciclos, esperando tuberancia occipital externa, el examinador coloca
que vuelva la fluctuación del líquido, la cual se per- un pulgar en cada lado del occipital, dirigiéndose al
cibe como una fuerza inherente que empuja contra seno longitudinal superior mientras aplica una pre-
las manos. El operador entonces permite que se res- sión en fo1p1a de separación, con la superficie palmar
tablezca el movimiento de flexo-extensión normal en del pulgar. El operador continúa de atrás adelante, a
el hueso occipital. Los resultados parecen ser el au- todo lo largo del seno longitudinal superior, traba-
mento del movimiento del líquido, el cambio en el jando el través de un pulgar en cada aplicación, hasta
ritmo de los diafragmas y la elevación de la tempera- que se alcanza la bregma. A partir de ésta, el operador
tura en la región suboccipital. Un punto inmóvil coloca las puntas de los cuatro últimos dedos de las
puede· obtenerse, por medio de un proceso similar de dos manos a cada lado de la línea media del hueso
compresión, en otras zonas aparte del occipital, pro- frontal, y aplica compresión y distracción lateral,
duciéndose un transitorio periodo de reducción de la aguardando la sensación de ablandamiento y libera-
movilidad del impulso rítmico craneal. ción. La técnica del seno venoso se utiliza con fre-
cuencia antes de abordar las restricciones articulares
TÉCNICAS CRANEOSACRAS específicas.

Esta sección describe métodos para intensificar las Descompresión condílea


fuerzas de activación en las técnicas craneosacras. La El paciente yace en decúbito supino, con el opera-
principal fuerza de activación sigue siendo la movili- dor sentado a la cabecera de la camilla, acunando el
dad inherente del cerebro, las meninges y el LCR. La cráneo en las palmas de sus manos. Las puntas de los
técnica craneosacra podría denominarse la técnica de dedos medios se colocan a lo largo de la. cara infe-
la fuerza inherente. El aumento de la fluctuación del rior del occipital, comenzando en el inión y desli-
LCR por la acción respiratoria, por las aplicaciones zándose hacia delante tanto como sea posible. Fle-
de fuerza en el sacro o en las extremidades, o por la xionando la articulación interfalángica distal de los
maniobra CV4, depende en última instancia de la dedos medios, el operador aplica tracción posterior
fuerza inherente intrínseca que restablece la movili- y craneal sobre el occipital. Los codos del operador
dad normal. se juntan, lo cual provoca supinación de ambas ma-
nos y separación de los dedos medios. El vector de
Técnica del seno venoso fuerza resultan te tiene una dirección craneal y pos-
El objetivo de esta técnica es aumentar el flujo san- terolateral a cada lado del occipital, por detrás del
guíneo en los senos venosos, facilitando la salida del agujero occipital. Se mantiene la presión hasta que
cráneo a través del foramen Jl,lgular. Resulta de espe- se siente la liberación de la tensión, sobre todo
cial utilidad cuando el examen palpatorio inicial re- cuando se experimenta la sensación de un ablanda-
vela rigidez craneal con pérdida de la flexibilidad. Se miento de similares características a cada lado del
cree que la congestión venosa contribuye a esta sen- hueso occipital.
sación de rigidez dura, por lo que el operador intenta
incrementar el retorno hacia la circulación venosa CV4: Compresión bulbar
central. Esta técnica ya se ha descrito en el apartado de fuer-
El operador lleva a cabo esta maniobra contac- zas de activación. Se usa de forma aislada o en com-
tando inicialmente con las yemas de ambos dedos me- binación con otras maniobras, _para restaurar
dios en la protuberancia occipital externa del hueso la función del mecanismo craneosacro. La técni-
occipital. El peso de la cabeza se sostiene sobre las ca. CV4 es particularmente valiosa cuando se pre-
puntas de dichos dedos, mientras que el operador es- tende aumentar la amplitud del impulso rítmico
pera una sensación de ablandamiento del hueso y el craneal.
Capítulo 72 Técnica craneosocra 175

sínfisis esfenobasilar sirve a la función de la articulación temporomandibu-


Las disfunciones de la sínfisis esfenobasilar, tanto fi- lar, dado que el movimiento asimétrico de los tempo-
siológicas como traumáticas, se estudian con una de rales estorba la función simétrica de dicha articulación.
las presas en bóveda. El operador controla el ala ma-
V-extendida
yor del esfenoides a nivel del pterión y el occipital en
el asteiión', y détermína los pátrones de ·tensión"-é:~sfe- Esta maniobra es útil para separar suturas restringidas .Y -

nobasi!ar existentes. Habitualmente resulta acertado e impactadas, donde quiera que se encuentren. El
dirigirse primero. al patrón de tenMn esfenobasilar principio consiste en colocar un dedo a cada lado de -
que parece más restringido. El operador aborda la dis- la sutura restringida, aplicando una ligera fuerza de
función con un método directo, indirecto o de exage- distracción al separar ambos.dedos. La fuerza de acti-
ración. El que se usa más comúnmente es el método vación empleada es la fluctuación del LCR, la cual se
indirecto de tensión membranosa equilibrada. El ope- dirige ejerciendo presión con la otra mano en un
, ra.dor encuentra el purito de máxima distensión éri el punto en las antípodás ·de· la sutura ·que se está tra'
recorrido del patrón de -tensión y mantiene el meca- tando, La sutura occipitomastoidea es una de las_ que
nismo en este punto de equilibrio hasta que se consi- más frec:µentemente se tratan con esta técnica, pero
gue cierta liberación. A menudo se emplea al mismo la V-extendida se puede aplicar en cualquier sutura
tiempo la acción respiratoria y el incremento de la del cráneo o de la cara.
tensión membranosa desde el sacro y las extremidades
inferiores. La descompresión de la sínfisis esfenobasi- Técnicas de levantamiento
lar se consigue encontrando el punto de equilibrio de Las técnicas de levantamiento frontal y parietal son
cada uno de los patrones de tensión, apilando uno so- usadas habitualmente como_ ayuda_ para conseguir el
bre. otro, para a continuación 3.plicar üná fuerza de equilibrio de la tensión membranosa. Para realizar un
distracción, llevando el contacto digital·sobre esfénoi- levantamiento frontal el paciente se coloca_ en decú-
des y occipital en una dirección anteroposterior. bito supino sob~e la camilla, con el operador sentado
a la cabecera. Este coge la esquina inferolateral del
Balanceo del temporal hueso frontal en ambos lados, bien sea con una mano ·
Con el paciente en decúbito supino sobre la camilla y que cruza el hueso frontal, o con las dos manos entre-
el operador sentado a la cabecera, se sujeta el cráneo lazadas de manera que el contacto con el frontal se re-
en las palmas de las manos, con cada pulgar detrás del aliza con el pisiforme de cada mano. La/s mano/s
oído, delante de la apófisis mastoides. Esta colocación aplica/n una fuerza de compresión medial para _de-
de los pulgares permite el control de ambos huesos senganchar. el hueso frontal, que es entonces levan-
temporales. La presión ejercida por la falange distal tado hacia el techo, intentando apreciar una libera-
del pulgar sobre la cara inferior de la apófisis mastoi- -ción. El levantamiento del frontal ejerce tracción lon-
des, en· dirección posteromedial, induce rütacióri _ex- gitudinal sobre la hoz del cerebro, ya que levanta el
terna_. La compresión realizada en la misma dirección, frontal con respecto al esfenoides. Cuando el hueso
pero con la base del pulgar y sobre la porción mastoi- frontal parece encontrarse en la línea media y ha sido
.dea del temporal, aumenta la rotación interna. El mo- liberado hacia delante, se Je permite volver lentamente
vimiento de los pulgares puede conseguir que los hue- ·a su posición normal. No es raro durante este proceso,
sos temporales se balanceen hacia la rotación interna tener la sensación de que el hueso frontal se tambalea
O'hacia 1a externa, bien sea de forma sincrónica (am- de uri lado a otro mientras se mantiene la distracción.
bos ~emporales hacia rotación interna o hacia rotación El levantamiento parietal se lleva a cabo con un
externa), o asincrónica (un temporal hacia la rotación contacto de cuatro dedos sobre los rincones ante-
externa y el otro hacia la interna). El balanceo asín- roinferiores y posteroinferiores de ambos parietales.
crono de los temporales durante varios ciclos parece Se aplica compresión con las puntas de los cuatro de-
cambiar la fluctuación del LCR de un vaivén antero- dos y se levanta cada uno de los dos parietales hacia
posterior a un vaivén lateral. Una vez que este tipo de el vértex. La compresión en cuatro puntos desengan-
balanceo es simétrico en los dos lados se vuelve a in- cha el pari"etal, permitiendo el levantamiento que da
tr<?ducir un balanceo sincrónico para restaÚra_r el vai- como resultado una rotación externa de los dos pa-
vén anteroposterior normal de la fluctuación del lí- rietales. El levantamiento parietal ejerce una tensión
quido. El operador jamás debe dejar al paciente con transversal en la tienda del cerebelo, equilibrando su
uri movimiento asíncrono de los temporales, ya que tensión de derecha a izquierda. Al igual que con el le-
ello puede provocar reacciones adversas como mareo y -vantamiento frontal, cuando se consigue el equili-
náuseas, mientras que el aumento del balanceo sincró- brio, el operador reduce la fuerza de levantamiento y
. nico- de los temporales parece ejercer un efecto bene- -permite que los parietales vuelvan a su posición en el·
ficioso sobre el equilibrio membranoso, que también cráneo. Las técnicas de levantamiento separan un
176 Principios y práctica de la medicina manual

hueso de otro y aplican cargas a las meninges para campo de los síndromes cervicocraneales, con cefa-
conseguir el equilibrio membranoso. leas, mareos y acúfenos. El sistema vestibular es extra-
ordinariamente sensible al equilibrio o desequilibrio
SECUENCIA DE TRATAMIENTO de los huesos temporales. Un balanceo temporal ex-
cesivamente agresivo o la incorrecta aplicación de las
La secuencia de tratamiento varía de· profesional a formas sincrónicas y asincrónicas de balanceo, pue-
profesional, de paciente a paciente, y de una sesión a den exacerbar los síntomas de mareo, vértigo, náuseas
la siguiente. Hay varios principios generales que pue- y vómitos. Cuando se utiliza la técnica craneosacra en
den ser útiles y que se pueden adaptar individual- sujetos con problemas psicológicos o psiquiátricos, se
mente a las necesidades del paciente. Primero y prin- ha de ser especialmente cuidadoso, ya que estas técni-
cipal, el mecanismo craneosacro debe contemplarse cas pueden ocasionar cambios emocionales importan-
en el contexto del sistema musculoesquelético global. tes en relación al ambiente del paciente. Las compli-
La disfunción craneosacra puede ser primaria, secun- caciones neurológicas y la agravación de síntomas
daria, o de poca relevancia en el estado general del pa- pueden producirse en pacientes con estados convulsi-
ciente. Las disfunciones craneales secundarias, produ- vos o con distonía del sistema nervioso central. La le-
cidas por una alteración de la capacidad funcional en sión cerebral traumática es un problema habitual,
algún otro lugar del sistema, no responderán bien pero frecuentemente ignorado, del paciente. Se ha de
hasta que la disfunción primaria sea descubierta y con- extremar la vigilancia cuando se aplican técnicas cra-
venientemente tratada. Del mismo modo, el trata- neosacras a pacientes con lesión cerebral traumática,
miento confinuado de una disfunción del sistema ya que es bastante difícil predecir el resultado del tra-
musculoesquelético, sin abordar la disfunción craneo- tamient~ craneosacro en est~~ _pacientes. El médico
sacra primaria, conducirá a resultados poco alentado- debe estar alerta y preparado para tratar agravaciones
res. de síntomas, o la aparición de nuevos síntomas, mien-
El tratamiento del mecanismo craneosacro puede tras se está aplicando un tratamiento craneosacro.
seguir las reglas descritas en la anterior sección sobre Las contraindicaciones son pocas, pero incluyen
los principios del tratamiento craneosacro. De acuerdo la sospecha de hemorragia intracraneal aguda o de
con éstos, los objetivos secuenciales serían reducir la
aumento de la presión intracraneal. Cualquiera de es-
congestión venosa, movilizar las restricciones articula-
tas dos posibilidades debería ser descartada por me-
res, equilibrar la sínfisis esfenobasilar y aumentar la fre- dio de métodos diagnósticos adecuados, antes de so-
cuencia y amplitud del impulso rítmico craneal. meter al paciente a un tratamiento craneosacro. El
El tratamiento craneosacro, como cualquier trata- traumatismo craneal exige una investigación correcta
miento de medicina manual, necesita ser prescrito para descartar fracturas de la base del cráneo o de la
con la dosificación apropiada a las necesidades indi- bóveda, o hemorragia subaracnoidea. Los estados
viduales de cada paciente. Estas maniobras no pare- convulsivos no suponen una contraindicación abSo-
cen ser agresivas ni forzadas, pero son poderosas y si luta, pero sí relativa, en función de cómo se controle
se aplican incorrectamente pueden provocar malos dicho estado.
resultados.
Aunque las complicaciones y contraindicaciones
son pocas, cuando se emplea la técnica craneosacra
COMPLICACIONES Y CONTRAINDICACIONES
también debe aplicarse el principio de primum non no-
Las complicaciones de un tratamiento craneosacro cere.
son afortunadamente bastante raras, pero se produ-
cen. El tronco cerebral, con sus múltiples funciones CONCLU$IÓN
de control en todo el cuerpo, está íntimamente rela-
cionado con la 1H1ión esfenobasilar. El tratamiento La técnica craneosacra constituye una valiosa adquisi-
craneosacro, en especial el que aborda los patrones de ción para el profesional de la medicina manual, que
tensión esfenobasi!ar, puede provocar una alteración requiere de amplios estudios y de una continua prác-
del control neurológico de funciones sistémicas, obte- tica. Debería ser realizada en el contexto de una eva-
niéndose como resultado una exacerbación de los sín- luación global del paciente, debido a sus potentes
tomas, que pueden incluir modificaciones en la fre- efectos sistémicos y al hecho de que influye y es in-
cuencia cardiaca, en la tensión arterial y en la respira- fluida por el resto del sistema musculoesque!ético.
ción, así como irritabilidad gastrointestinal con Este capítulo incluye información básica y preliminar
náuseas, vómitos y diarrea. Estas agravaciones parecen sobre el sistema craneosacro. Se recomienda al estu-
tener su origen en la alteración del control del sistema diante que procure el estudio adicional de textos es-
nervioso autónomo. Otro terreno donde son posibles pecializados en este campo y la formación práctica en
las agravaciones y las complicaciones lo constituye el cursos estructurados.
'Sección · •: PROCEDIMIENTOS TÉCNICOS
COLUMNA CERVICAL

La columna cervical constituye una región impor- adelante trae como consecuencia un aumento de la
tante de la columna vertebral y recibe una gran aten- lordosis en el raquis cervical superior y su borra-
ción por parte de los que ejercen la medicina manual. miento en el inferior. El equilibrio de la cabeza sobre
Actúa como sopórte del cráneo y biomecánicamente el cuello se encuentra alterado, ocasionando desequi-
presta movilidad para un gran número de actividades librio muscular, con tensión en los músculos extenso-
de la vida diaria. Cuando la columna cervical no fun- res del cuello y debilidad en los flexores profundos.
ciona correctamente puede dar lugar a una miríada La columna cervical es la región del sistema .
de síntomas en cabeza, cuello y extremidad_ superior.. musculoesquelético en la que se han producido la
Las patologías sintomáticas en esta zona se pueden- mayoría de las complicaciones doé::umentadas, con
categorizar com'o síndrome cervicocefálico, síndrome tratamientos de medicina manual. La ofensa traumá-
cervical y síndrome cervicobraquial. El síndrome cer- tica al sistema arterial vertebrobasilar constituye un
vicocefálico incluye dolor y restricdón de movilidad suceso raro pero catastrófico. Las alteraciones congé-
de la columna cervical superior y se asocia con dolor nitas, inflamatorias y traumáticas del raquis cervical
superficial y profundo de la cabeza. Este síndrome superior suponen un importante riesgo para la mé-
presenta frecuentemente alteraciones funcionales de dula espinal cervical, cuando los métodos diagnósti-
la visión, vértigo, mareo y nistagmus. El síndrome cer- cos y terapéuticos de la medicina manual no se usan
vical se caracteriza por rigidez dolorosa del cuello, correctamente. El síndrome de Down, la artritis reu-
que puede variar en su severidad desde la rigidez leve matoidea, la agenesia de la apófisis odontoides, o su
hasta la tortícolis espástica aguda. El síndrome cervi- fractura, son sólo algunos ejemplos. Tanto el alumno
cobraquial asocia rigidez dolorosa de la columna cer- corno el profesional deben conocer a fondo la anato-
vical y síntomas en la cintura escapular y en la extre- mía, la fisiología y la biomecánica de esta región, para
midad superior. Los síntomas de la extremidad supe- entender el papel terapéutico de la medicina manual
rior se producen por la alteración de la capacidad y evitar las posibles complicaciones.
funcional del plexo braquial, o por trastornos de la
función cifculatoria en los sistemas arterial, venoso o
ANATOMÍA FUNCIONAL Y BIOMECÁNICA
linfático. Disfuncion:es .asociadas en la entrada torá-
cica, especialmente en la primera y en la segunda cos- La columna cervical puede dividirse en los segmentos
tillas, contribuyen al síndrome cervicobraquial. atípicos del complejo cervical superior y en las vérte-
bras cervicales tipo de C3 a C7. El complejo cervical
La columna cervical es objeto de lesiones agudas
superior, que incluye la unión occipitoatloidea ( C0-1),
tales como el esguince cervical (lesión de «latigazo»
la atlantoaxoidea (Cl-2) y la parte superior de C2, fun-
en flexión-extensión) y de lesiones repetitivas cróni-
ciona como una unidad integrada. La biomecánica de
cas debidas a una postura incorrecta y a posiciones
esta región es compleja y sigue siendo estudiada e in-
anormales de la cabeza y el cuello. El latigazo cervical
vestigada intensamente, pero a pesar de funcionar
rara vez· es una auténtica lesión de flexo-ex.tensión, ya
como una unidad, resulta útil abordar_ cada nivel de
que frecuentemente el traumatismo incluye un com-
manera individual, para identificar su contribución a
ponente rotatorio, que da lugar a múltiples posibili-
la función global del complejo.
dades de restricción de movilidad y a diferentes vec-
tores de lesión de las partes blandas. Son muy comu- Articulación occipifoaf/oidea
nes en nuestra sociedad los pacientes· que presentan .
la cabeza hacia adelanté tomo componente habitual· La unión occipitoatloidea (C0-1) consta, ·en realidad;
de la mala postura. La postura con la cabeza hacia de dos articulaciones, formadas por los cóndilos del
179
180 Principios y práctico de la medicina manual

occipital y las carillas articulares superiores del atlas. traslación caudal. Cuando se vuelve a la posición neu-
Los cóndilos occipitales son convexos de delante a de- tra, las carillas inferiores del atlas se suben a los hom-
trás y de lado a lado. Las carillas articulares superiores bros articulares de las carillas del axis, determinando
del atlas son cóncavas de delante a detrás y de lado a una traslación cefálica.
lado. Las dos articulaciones son divergentes de de- C2 funciona como un segmento de transición, ar-
lante a detrás. Los principales movimientos san la fle- ticulándose por medio de su atípica superficie supe-
xión y la extensión. Existe una pequeña cantidad de rior con el atlas, así como con el occipital a través de
rotación e inclinación, acopladas en sentidos opues- conexiones ligamentosas y musculares. La superficie
tos, que resulta de una gran significación clínica inferior es enteramente similar al resto de los seg-
cuando se pierde. Durante la inclinación, uno de los mentos cervicales tipo que se encuentran por debajo.
cóndilos occipitales se desliza hacia arriba sobre el
atlas y el otro hacia abajo. El componente de inclina- Articulaciones cervicales tipo
ción es de unos 5º hacia cada lado. La rotación se aco- Los segmentos cervicales tipo los constituyen las vér-
pla en el sentido contrario de la inclinación y también tebras de C3 a C7 y se articulan en los cuerpos verte-
tiene un recorrido de 5 º a cada lado. El acoplamiento brales por p:1edio de un disco intervertebral. La su-
de la rotación hacia el lado opuesto parece ser pro- perficie superior de los cuerpos vertebrales es c-on-
ducto de las conexiones ligamentosas entre occipital vexa de delante a detrás y cóncava en sentido
y atlas y axis, de la inclinación hacia los lados de las ca- transversal, mientras que la superficie inferior es con-
rillas articulares superiores del atlas y de su divergen- vexa transversalmente y cóncava de delante a detrás.
cia hacia detrás. Esta configuración articular, con el disco interverte-
bral interpuesto, permite el movimiento en todas las
Articulación atlantoaxoidea direcciones. Las articulaciones uncovertebrales de
En realidad existen cuatro articulaciones en la unión- Luschka se hallan en los rincones posterolaterales del
atlantoaxoidea (Cl-2). Las articulaciones interapofi- cuerpo vertebral y parecen intervenir en los movi-
sarias derecha e izquierda están formadas por las ca- mientos de deslizamiento que se producen durante la
rillas inferiores del atlas enfrentadas con las carillas flexión y la extensión. También parecen tener una
superiores convexas del axis. Las carillas inferiores función preventiva de herniaciones de las partes pos-
del atlas están recubiertas de un cartílago articular, terolaterales del disco intervertebral. Estas articula-
convexo en sentido anteroposterior y de lado a lado. ciones están sujetas a cambios degenerativos que
El resultado es las dos únicas articulaciones que pre- determinan osteofitos, los cuales pueden, ocasional-
sentan yuxtaposición de dos superficies convexas. Las mente, invadir la parte anterior del agujero de con-
carillas articulares superiores del axis son convexas en junción. Las articulaciones interapofisarias de la vér-
sentido anteroposterior y de un lado a otro y se orien- tebra cervical tipo se orientan hacia detrás y hacia
tan hacia arriba y afuera, semejando un _par de hom- arriba, formando un ángulo de aproximadamente
bros. Las otras dos articulaciones de la unión atlanto- 45º. Debido a su orientación y a las características de
axoidea se encuentran en la apófisis odontoides. La los cuerpos vertebrales y del disco intervertebral, los
superficie anterior de la odontoides se articula con movimientos disponibles son flexión; ~xtensión y ro-
una pequeña carilla que se encuentra en la cara pos- tación e inclinación acopladas hacia el mismo lado. El
terior del arco anterior del atlas. En la cara poste.ior resultado es que en los segmentos cervicales tipo sólo
de la apófisis odontoides existe una articulación con se .producen disfunciones somáticas no-neutras. No
el ligamento transverso del atlas. El trabajo integrado existen disfunciones de grupo en estos segmentos,
de estas cuatro articulaciones, modificado por las co- aunque sí es posible que varios segmentos adyacentes
nexiones ligamentosas y musculares, da como resul- presenten disfunciones.
tado una pequeña cantidad de flexión, extensión e
Arteria vertebral
inclinación, siendo los movimientos principales las
rotaciones a derecha e izquierda. Existe también un El trayecto de la arteria vertebral es de una importan-
pequeño movimiento de traslación en dirección cefa- cia capital para la medicina manual. La arteria verte-
Iocaudal que acompaña a la rotación, conse·cuencia bral comienza su relación con la columna cervical a
de la mencionada yuxtaposición convexa-convexa de nivel de C6-7, donde entra entre las apófisis transver-
las articulaciones interapofisarias. Cuando el atlas sas, inmediatamente gira hacia arriba, sigue su curso
gfra a la derecha sobre el axis, la carilla derecha del a través de ·1os agujeros transversos y sale por la cara
atlas se desliza hacia abajo sobre la parte posterior de superior de la apófisis transversa de Cl. En este lugar
la carilla derecha del axis y la carilla inferior izquierda . realiza un agudo giro hacia <letrás, sobre el arco pos-
del atlas se desliza hacia abajo sobre la parte anterior terior del atlas, y atraviesa la membrana occipitoatloi-
de la carilla izquierda del axis, lo cual determina -la dea posterior antes de entrar en el agujero occipital.
Capítulo 73 Columna cervical 181

Ya en el cráneo, se une a la arteria vertebral del otro das a cabo en esta región, con imágenes de resonancia
lado para formar la arteria basilar. La arteria vertebral magnética nuclear (RMN), han revelado sustituciones
resulta vulnerable en el ángulo agudo que forma a ni- grasas en los músculos rectos posteriores, mayor y me-
vel de C6-7; en su discurrir por los agujeros transver- nor, de la cabeza, en pacientes con síndromes craneo-
sos de C6 a Cl, por los habituales cambios degenera- cervicales postraumáticos. (véase el Capítulo 21).
tiv9s ~~ esta$ estructuras; y en la unión occipitof\tloj-.
dea. Las arterias vertebrales normales pueden Relaciones con el sistema nervioso
estrechar su luz hasta un 90% en el lado contrario al autónomo
de la rotación cervicat"Este fenómeno normal puede
El control ejercido por el sistema nervioso autó-
exacerbarse cúaildo a la rotación se le asocia exten-
nomo en el flujo sanguíneo cerebral emana del gan-
sión de la· cabeza sobre el cuello. Las asimetrías con-
glio cervical superior. Esta estructura está íntima-
génitas, o incluso la atresia, de las arterias vertebrales
mente relacionada con el músculo largo del cuello y
no es infrecuente, además de estar expuestas a pade-.
con la superficie anterior de C2, a través de fascia
cer e11fermedad vascular degenerativa.__ Habitual~.
conjuntiva profunda. Es frecuente encontrar disfun-
mente se emplea ei test de De Kleyn como maniobra
ción somática de C2 en síndromes cervicocefálicos y
provocativa diagnóstica de la integridad de la arteria
en pacientes con enfermedades de las vísceras inter-
vertebral. El examinador extiende cabeza y cuello del
nas. Una pequeña rama del segundo nervio cervical
paciente por encima del borde de la camilla e intro-
conecta con el vago en su descenso por el tronco.
duce· rotaciones a derecha e izquierda, manteniendo
Hipotéticamente, esta conexión neurológica puede
la cabeza en cada una de las rotaciones a la espera de
guardar relación con la observación clínica de dis-
que aparezca nistagmus. Este autor no es partid~rio
función somática de C2 en presencia de enfermedad
de esta prueba dado que hace correr un riesgo inne-
visceral.
c_ésarió a)as arterias vertebrales normales,"además de··
presentar una alta proporción de falsos positivos. Una
prueba menos agresiva, pero que proporciona infor- DIAGNÓSTICO ESTRUCTURAL
mación igualmente válida, consiste en hacer que el La anatomía y la biomecánica de la columna cervical
paciente, en posición de sedestación, mire hacia el te- determinan, básicamente, cinco disfunciones somáti-
cho y, a continuación, gire la cabeza a derecha e iz- cas. Los segmentos cervicales tipo, presentan disfun-
quierda, mientras el operador observa la aparición de ciones no-neutras con restricción a la flexión o a la ex-
nistagmus o de síntomas adversos tales como mareo. tensión, asociada con restricción a la inclinación y a la
En este test el operador no emplea sus manos, sino rotación del mismo lado. En la articulación atlantoa-
que se limita a pedir al paciente que realice movi- xoidea (Cl-2) la principal disfunción somática es la
mientos activos dentro de su amplitud de movilidad que produce restricción a la rotación de un lado u
normal. Probablemente el mejor signo de anoxia ce- otro. Aunque plleden existir componentes menores
rebral inminente es el síntoma de ansiedad y pánico de restricción a la flexión, extensión o inclinación,
agudos. Si esto ocurre durante cualquier proceso asociados con la restricción rotacional, el tratamiento
diagnóstico o terapéutico de medicina manual en la correcto de ésta, restaura simultáneamente la movili-
columna cervical, el operador debe detenerse e ins- dad de los componentes menores. En la articulación
taurar, inmediatamente, e:valuación y tratamiento de occipitoatloidea (C0-1) son posibles dos tipos de dis-
las_posibles complicaciones vasculares. . "función: restricción a la· fleX.ión o a la extensión asó-
ciada con restricción a la inclinación y a la rotación
Mecanorreceptores y nociceptores de sentidos opuestos.
Las estructuras articulares y peri.articulares de la co- El proceso de diagnóstico estructural comienza
lumna cervical, en especial del complejo cervical identificando los niveles en los que existe una hiper-
superior, están provistas de gran cantidad de mecano- tonía palpable de la musculatura profunda. De esta
rreceptores y nociceptores. La disfunción de la co- forma se identifican los segmentos que precisan de
lumna cervical puede determinar una alteración de la un examen de la movilidad. El proceso diagnóstico y
·estimulación afer~nte de estos mecanorreceptores y terapéutico parece ser más satisfactorio si se realiza de
nociceptores, afectando a la función global del sis- abajo a arriba.
tema musculoesquelético y contribuyendo a la apari- La referencia ósea más valiosa en los segmentos
ción de síntomas locales y regionales .. La musculatura cervicales tipo la constituye el pilar articular. Éste se
cervical suboccipital dispone de un gran número de palpa en el surco fascialprofundo que se encuentra
husos musculares por unidad de masa. La función entre" el inúsculo complejo mayor, por dentro, y el
propioceptiva de estos músculos debe, por tanto, ser. músculo complejo menor, por fuera. Los dedos del
altamente significativa. Investigaciones recientes lleva- examinador pueden situarse en las apófisis articulares
182 Principios y práctica de lo medicino manual

derecha e izquierda de un determinado segmento la que sigue siendo palpable durante la extensión del
cervical y ejecutar un testde movilidad. La apófisis ar- cuello. Las apófisis articulares de C2 y C7 se encuen-
ticular de un segmento cervical tipo es del mismo ta- tran a la misma altura que las apófisis espinosas. La
maño que la yema del dedo del examinador. La iden- colocación de los dedos del examinador entre las
tificación de las apófisis articulares comienza recono- apófisis articulares de C2 y C7 sitúa las yemas de los
ciendo en primer lugar las apófisis espinosas de C2 y dedos en contacto con C3, C4, C5 y C6, lo cual per-
C7. La apófisis espinosa de C2 es la primera promi- mite localizar específicamente cualquier segmento
nencia ósea que encontramos .en la línea media, por cervical. El proceso de diagnóstico estructural se
debajo de la protuberancia occipital externa (inión). puede realizar tanto con el paciente sentado como en
La apófisis espinosa de C7 (vértebra prominente) es decúbito supino.

.,
Capítulo 73 Columna cervical 183

Diagnóstico de la columna cervical 6. El operador introduce extensión, inclinación izquier-


da y rotación izquierda con la mano izquierda, mien-
Vértebra cervical tipo en sedestación
tras que con el pulgar derecho comprueba la capa-
1. Paciente sentado sobre la camilla o sobre un taburete. cidad de cierre de las articulaciones interapofisarias
2. El operador de pie, detrás del paciente, con los de- izquierdas (lig. 13.5).
do"s pulgar e indice derechos :contactando bilateral-
méríie con las· articulaciones interapolisarias y con
la _mano izquierda sobre el vértex,. para controlar el
movimientq (fig. 13.1),
3. La· mano izquierda del operado¡· introdw::e flexión,
inclinación derecha y rotación derecha, mientras se
monitoriza el movimiento de apertura de la articula-
éfón interapofisaría izquierda cbn Ell"pulgar derecho· ·
(fig.-13,2).
4. El operador introduce flexión, inclinación izquierda y
rotación izquierda, palpando la apertura de la articu-
lació_n interapofisaria derecha con el dedo indice.de
la mano derecha (fig. 13.3).
5. La mano izquierda del operador introduce exten-
sión, inclinación derecha y rotación derecha, moni-
torizando con el dedo indice derecho la capacidad
· de cierre d_e las articulaciones interapofisari\1-S dere-
chas (lig. 13.4). Figura 13.3.

Figura 13.1. Figura 13.4.

Figura 13.2. Figura 13.5.


184 Principios v práctica de la medicina manual
Diagnóstico de la columna cervical
Articulación atlantoaxoidea (C1-2) en sedestación
1. Paciente sentado sobre la camilla, con el operador
detrás.
2. Las dos manos del operador cogen la cabeza del
paciente y aplican flexión (fig. 13.6), para reducir la
rotación en las vértebras cervicales tipo inferiores.
3. El operador introduce rotación derecha, intentando
apreciar una posible resistencia al movimiento
(fig. 13.7).
4. El operador introduce rotación izquierda, intentando
apreciar una posible resistencia a la rotación en este
sentido (fig. 13.8).
.,

Figura f3.6. Figura 13.8.

Figura 13.7.
Capítulo l 3 Columna ceN/cal 185

Diagnóstico de la colurpna cervical posterior derecho del atlas bajo el índice derecho,
indicativa de la rotación derecha del atlas
Articulación occipitoatloidea (C0-1) en sedestación (fig. 13.10). .
1. Paciente sentado sobre la camilla. 5. El operador aplica flexión, inclinación derecha y
2 .. El operador de pie, detrás de él, cogiendo con los rotación izquierda con la mano izquierda, mientras
·(iedos puigar e índice de ief mano detecl7a el árco aprecia la prominencia del arco posterior derecho
· posterior del atlas, y con la mano izquierda sobre la del atlas bajo el dedo índice derecho, debida a la
cabeza del paciente para introducir el movimiento. rotación derecha del atlas (fig. 13.11 ).
3. La mano izquierda del operador aplica extensión, 6. El operador efectúa flexión, inclinación izquierda y
inclinación izquierda y rotación derecha a la cabeza rotación derecha de _la cabeza con la mano izquier-
del paciente, sintiendo una notable prominencia da, apreciando la prominencia del arco posterior
bajo el pulgar derecho, indicativa de la rotación del izquierdo del atlas bajo el pulgar derecho, indicativa
atlas hacia la izquierda (fíg. i 3.9f . de totación izquierda del atlas (fig. 13.12).
4. La mano izquierdá del dperadof realiza. extensión, - N6ta:'Los dedos pulgáfe índice derechos evalúan la ·
inclinación derecha y rotación izquierda de la cabe- rotacióp del atlas relativa a la rotación inducida al
za del paciente, percibiendo la prominencia del arco occipital y no en relación al plano coronal.

Figura 13;9. · Figura 13.U.

Figura 13.10. Figura 13.12.


186 Principios y práctico de lo medicino manual

Diagnóstico de la columna cervical sión (eleva los dedos en dirección al techo)


(fig. 13.15).
Segmentos cervicales tipo (C3-7) en supino
para la disfunción en flexión, rotación e inclinación (FAS) 5. El operador aplica traslación de derecha a izquier-
da, intentando apreciar la resistencia al movimiento
1. Paciente en decúbito supino, con el operador senta-
(fig. 13.16). Si se encuentra dicha resistencia, la
do a la cabecera de la camilla.
restricción de movilidad es hacia la extensión, incli-
2. Los dedos índice y medio de cada una de las manos nación derecha y rotación derecha (FRS,,,,,.,,.). Algo
del operador, toman contacto con las apófisis articu- estorba la capacidad de cierre de la articulación
lares de la vértebra superior del segmento móvil que derecha.
se vá a examinar (fig. 13.13).
6. El operador realiza un movimiento de traslación de
3. Las eminencias tenares y las palmas de las manos izquierda a derecha, intentando apreciar la resisten-
del operador controlan la cabeza y la columna cer- cia (fig. 13.17). Si ésta existe, la restricción de movi-
vical superior del paciente (fig. 13.14). lidad es hacia la extensión, inclinación izquierda y
4. Los contactos digitales del operador trasladan la rotación izquierda (FRS,.,oo,a). Algo interfiere con la
vértebra hacia adelante, hasta la barrera de exten- capacidad de cierre de la articulación izquierda.

Figura 13.13. Figura 13.15.

Figura 13.14. Figura 13.16.


Cap11ulo 13 Columna cervical 187

[)iagnóstico de la columna cervical 4. El operador flexiona cabeza y cuello hasta el seg-


mento que se está examinando (fig. 13.18).
Segmento cervical ti~~ (C3-7) ~~ su~in~ par_a_ 5. El operador introduce traslación de derecha a iz-
disfunción en extens1on, rotacmn e mcllnac1on (ERS)
quierda, intentando apreciar resistencia (fig. 13.19).
. 1. Pacien)e en decúbito supino, con el operador senta- Si dicha resistencia se encuentra, la restricción de
do a lá cabecera de la qamilla. · . ' ' ·· movilidad es hacia la. flexión, inclinación derecha y
rotación derecha (ERS,,,,1,,,a). Algo ha interferido con
2. Los dedos índice y medio de cada mano del opera- la capacidad de apertura de la articulación izquierda.
dor, contactan con las apófisis articulares· de la vér-
6. El operador introduce traslación de izquierda a dere-
. tebra superior del segmento móvil que se va á exa-
minar (fig. 13.13). · · · cha, intentando apreciar resistencia (f.ig. 13.20). Si
se percibe dicha resistencia la restricción de movili-
;,. Las eminencias tenares y las palmas de las manos dad es hacia la flexión, inclinación izquierda y rota-
dei' óp'eradoi controlan la cabeza-y la columna cer- ción izquierda (ER&,,,.,h,)-·Algo ha interferido.con la
. · · vical superior del pacientec(lig. 13.14}. capacidad. de. apertura de_ I¡¡ articulación derec_ha.

Figura 13.17. Figura 13.19.

Figura 13.18. Figura 13.20.


188 Principios ypróctica de la medicino manual

Diagnóstico de la columna cervical 3. Las manos del operador introducen rotación dere-
cha, intentando apreciar resistencia (fig. 13.22). Si
Articulación atlantoaxoidea (C1-2) en supino ésta existe, la restricción de movilidad es hacia la
1. Paciente en decúbito supino sobre la camilla, con el rotación derecha (atlas rotado a la izquierda)
operador de pie {o sentado) a la cabecera. 4. El operador gira la cabeza a la izquierda, inter¡tando
2. Las dos manos del operador sujetan cada lado apreciar resistencia (fig. 13.23). Si ésta se encuen-
de la cabeza del paciente, con los dedos índi- tra, la restricción de movilidad es hacia la rotación
ces monitorizando el arco posterior del atlas. El izquierda (atlas rotado a la derecha}.
operador flexiona la cabeza y el cuello del pacien- Nota: Se debe mantener la flexión de cuello durante
te para restringir la rotación de los segmentos todo el proceso. Se ha de impedir que la cabeza y el
cervicales. tipo, merced al bloqueo ligamentoso cuello vayan hacia la extensión durante el movi-
(fig. 13.21 ). miento de rotación.

Figura 13.2L Figura 13.23.

Figura 13.22.
Capítulo 73 Columna cervical 189

Diagnóstico de la columna cervical 4. El operador introduce traslación de la cabeza de


derecha a izquierda mientras mantiene los ojos pa-
Articulación occipitoatloidea (C0-1) en supino
ralelos a la camilla, intentando apreciar resistencia
para restricción a la extensión
(fig. 13.25). Si se siente dicha resistencia, la restric-
1. Paciente en supino sobre la camilla, con el operador ción de movilidad es hacia la extensión, inclinación
sentado a la cabecera .. derecha y rotación izquierda (FS,Ro). Algo estorb¡¡ el
2. Las dos manos del operador cogen ambos lados de deslizamiento anterior del cóndilo derecho.
la cabeza del paciente, con los dedos índices moni- 5, El operador introduce traslación de izquierda a dere-
torizando el arco posterior del atlas. cha, intentando apreciar resistencia (fig. 13.26). Si
3. El operador aplica extensión hasta la primera barre- ..¡e aprecia, la restricción de movilidad es hacia la
ra, haciendo rodar hacia detrás la cabeza alrededor extensión, inclinación izquierda y rotación derecha
de un eje de rotación que atraviesa el meato auditi- (FSoR,). Algo ha interferido con el deslizamiento
vo ·externo {fig. 13.24). anterior del cóndilo izquierdo .

.;

Figura 13.24. Figura 13.26.

Figura 13.25.
190 Princrpios y práctica de la medicino manual

Diagnóstico de la columna cervical 4. El operador introduce traslación de derecha a iz-


quierda, intentando apreciar resistencia (fig. 13.28).
Articulación occipitoatloidea (C0-1) en supino
Si ésta se siente, la restricción es hacia la flexión,
para restricción a la flexión
inclinación derecha y rotación izquierda (ES,R 0 ).
1. Paciente en supino sobre la camilla, con el operador Algo estorba el deslizamiento posterior del cóndilo
sentado a la cabecera. izquierdo.
2. Las dos manos del operador cogen ambos lados de 5. El operador introduce traslación de izquierda a de-
la cabeza del paciente, con los dedos índices moni- recha, intentando apreciar resistencia (fig. 13.29).
torizando el arco posterior del atlas. Si dicha resistencia se encuentra, la restric-
3. El operador flexiona la cabeza del paciente por ción de movilidad es hacia la flexión, inclina-
medio de una rotación en torno a un eje que atra- ción izquierda y rotación derecha (ESoR,). Al-
viesa el meato auditivo externo, hasta que se apre- go interfiere con el deslizamiento posterior del
cia movimiento en el atlas (fig. 13.27). cóndilo derecho.

.,

Figura 13.27. Figura 13.29.

Figura 13.28.
Capítulo 13 Columna ceNical 191

Diagnóstico de la columna cervical 5. El operador gira la cabeza 30º a la izquierda


(fig. 13.33).
Articulación occipitoalloidea (C0-1) en supino
para deslizamiento condíleo 6. El operador efectúa un movimiento de traslación
anterior de la cabeza, obligando a que el cóndilo
1. Paciente en decúbito supino, con el operador senta-
izquierdo se deslice hacia adelante (fig. 13.34).
do a la cabecera de la camilla.
7. El operador efectúa traslación posterior de la cabe-
2. El operador coge con sus· manos ambos lados de la
za, obligando al cóndilo izquierdo a deslizarse hacia
cabeza y la gira 30º a la derecha (fig. 13.30).
detrás, intentando apreciar resistencia al movimien-
3. El operador introduce traslación anterior, deslizando to (fig. 13.35).
hacia adelante el cóndilo derecho, intentando perci-
Nota, Así se examina la capacidad de flexión y
bir resistencia (fig. 13.31 ).
extensión de cada cóndilo. Si se encuentra resisten-
4. El operador realiza traslación posterior de la cabeza, cia, los movimientos de inclinación hacia un lado y
· · obligándo a que el cóndilo derecho se deslice hacia de rotación hacia el lado cóntiaiio esiarán limitados
detrás (figc 13.32), (movimientos menores). ·

'

Figura 13.30 . . Figura 13.32.

Figura 13. 31. Figura 13.33.


192 Principios y práctico de lo medicino manual

Figura 13.34. Figura 13.35.


Capítulo 13 Columna cervical 193

DIAGNÓSTICO DE LA COLUMNA CERVICAL de evaluar la movilidad segmentaría y su simetría. La


tecnología de imagen por resonancia magnética re-
Pruebas de estrés del complejo cervical sulta más valiosa para determinar el estado de los dis-
superior tintos ligamentos.

El"<ómplejo cervical superior está expuesto a frac-


tura< lllxaciones y lesiones ligaIIle'ritosas trallmáticas. PROCEDIMIENTOS TERAPÉUTICOS
La fractura y la luxación rara vez se encuentran en el DE .MEDICINA MANUAL
ámbito de acción de la medicina m,anual, mientras
que la lesión ligamentosa sí reviste interés para el que Las siguientes maniobras constituyen todas ac-
la ejerce. Las pruebas diagnósticas precedentes son ciones directas, dado que abordan de manera di-
sobre todo útiles para determinar la hipomovilidad recta la barrera de_ restricción. Las dos fuerzas acti-
resultante de una disfunción som,ática: La hipermovi- · . y;;i.~_or,ªs -~er.án la téC;nica de ~nergía muscular, intrín-
Jidad es mucho más difícil-de evaluar. Las pruebas.de._ .. seca, y la técnica de· movilización con imJ}ulso,
estrés de la charnela craneocervical son difíciles de eiti-inséca. Se aconseja utilizár iniciahnertte las téc-
interpretar. Si las pruebas diagnósticas vistas para las nicas de; energía muscular, dado que la mayoría de
articulaciones_ occipitoatloidea y atlantoaxoidea las disfunciones halladas en la columna cervical res-
muestrán una movilidad completa y un tope ·blando ponden bien. En aquellos pacientes en los que la
asimétrico se debería sospechar_ la existencia de hi- energía muscular no es efectiva para mejorar la mo-
permovilidad debida a laxitud ligamentosa. vilidad, se debería tomar en consideración el uso de
Este autor usa dos pruebas de estrés de las mu~has técnicas de movilización con. impulso. Cuando el
disponibles. La primera provoca una tensión antero- pro.ceso diagnóstico identifica Jo que parece ser una
posterior: al complejo cervical superior. Con el pa- restricción articular o periarticular profunda, las téc-
ciente en decúbito supino, el operador coge el occi- nicas de movilización con impulso 'parecen ser más
pital y desplaza atlas y axis hacia delante, apreciando eficaces.
la movilidad. A continuación, se colocan los pulgares · Se recomienda que la secuencia de tratamiento
sobre la cara anterior de las apófisis transversas de comience en la columna cervical inferior y prosiga
atlas y axis y se aplica una fuerza de traslación poste- hacia arriba hasta la unión craneocervical. Esto per-
rior. Un movimiento de traslación posterior anormal mite un diagnóstico más fácil y preciso del segmento
puede ser indicativo de cierta laxitud del ligamento superior con respecto al inferior a Jo largo del pr-0-
transverso del atlas. En la segunda prueba se monito- cesO diagnóstico. No es infrecuente que varios seg-
riza la apófisis espinosa de C2 y se introduce inclina- mentos cervicales tipo presenten múltiples disfuncio-
ción de la cabeza sobre el cuello. La inclinación de- nes no-neutras, que necesitan ser tratadas de manera
recha del occipital debería producir uila inmediata individual. El objetivo de cualquier intervención de
rotación derecha de C2. Si esta rotación fuese asimé- medicina manual es equilibrar el occipital sobre la co-
trica o s<; viese retardada se debería sospechar fa po- lumna .vertebral. Este uso del modelo biomecánico
sibilidad de lesión del ligamento alar. sugiere-que la unión craneocefvical sea la última en
Un problema fundamental de las pruebas de mo- ser tratada después de haber equilibrado el sistema
vilidad, para el diagnóstico de hipermovilidad en esta por debajo. La principal. excepción a esta regla es la
región, Jo constituye el hecho de que esta hipermovi- ·intención de abordar primero el segmento con mayor
lidad puede ser. compensatoria de restricción de mo- restricción para, de esta forma, ejercer una influencia
vilidad en otras zonas del complejo cervical superior. máxima sobre el sistema. No obstante, si la zona más
¿el lado de la restricción es hipomóvil o la hipermovi- restringida es también la más aguda, el terapeuta
lidad se debe realmente a lesión ligamentosa? puede preferir trabajar alrededor de la zona aguda
Si hay alguna duda sobre la .existencia de lesión Ji- para eliminar las restricciones que puedan estar rela-
. gamentosa significativa se puede realizar un examen cionadas, así como para descongestionar el proceso
('.n estrés_ rotacional del complejo cervical _superior inflamatorio agudo. En los estados agudos de la co-
· usando tanto tomografía computerizada como reso, lumna cervical la técnica funcional (indirecta) cons-
nancia magnétic'a. -Los.cortes axiales en las posiciones tituye el tratamiento de elección (véase el Capí-
de rotación derecha e izquierda dar¡ la oportunidad tulo 10). .
194 Principios y próct1co de lo medicino manual

Técnica de energía muscular 3. La mano izquierda del operador controla el lado


para la columna cervical izquierdo de la cabeza y el cuello del paciente
(fig. 13.37).
Vértebra cervical tipo. Ejemplo CS-6
Diagnóstico 4. Los dedos derechos del operador desplazan el seg-
mento hacia adelante, realizando movimiento hasta
Posición: Flexión, rotación izquierda, inclinación iz-
la barrera de extensión (fig. 13.38).
quierda (FRS,,q,ie,da)
Restricción de movilidad: Extensión, rotación dere- 5. La mano izquierda del operador introduce inclina-
cha, inclinació~ derecha. ción y rotación de cabeza y cuello hacia la derecha,
1. Paciente supino sobre la camilla, con el operador alcanzando la barrera a la rotación y a la inclinación
sentado a la cabecera. derechas (fig. 13.39).
2. Las puntas de los dedos índice y medio del opera- 6. El paciente realiza un pequeño esfuerzo isométrico
dor se sitúan sobre la apófisis articular derecha de contra la resistencia ejercida por la mano izquierda
C6, para sujetar el segmento de forma que C5 se del operador hacia la flexión, la inclinación izquierda
pueda mover sobre él (fig. 13.36). o la rqtación izquierda.

Figura 13.36. Figura 13.38.

Figura 13.37. Figura 13.39.


Capítulo 73 Columna ceNical 195

7. Tras una contracción de 3 a 5 .segundos, el pacien-


te se relaja y el operador aumenta el movimiento de
traslación anterior y de derecha a izquierda, alcan-
zando la barrera de extensión, inclinación derecha y
rotación derecha (lig. 13.40). El proceso se repite de
tres a cinco veces.
8. Se vuelve a examfnar.
Nota: Los movimientos oculares constituyen una
fuerza de activación alternativa. En este ejemplo de
r1estricción a la exteQsión, inclipación derecha y r_ota-
ción derecha, la fuerza de activación del paciente
consiste en mirar, contra resistencia, hacia la iz-
quierda o .hacia los pies. Se alGanza la nueva barre-
ra durante la relajación y se r~pite eJ_movimi<;into de
los ojos.

Figura 13.40.
196 Principios y práctico de lo medicina manual

Tratamiento con energía muscular izquierdo bloqueando la articulación interapofisaria


de la columna cervical C2·3 derecha (tig. 13.41 ).
3. La mano derecha del operador se sitúa sobre la
Vértebra cervical tipo. Ejemplo C2·3
región frontoparietal derecha del,paciente, para con-
Diagnóstico trolar el movimiento de la cabeza (fig. 13.42).
Posición: Extensión, inclinación izquierda, rotación 4. Las dos manos del operador hacen rodar la cabeza
izquierda (E RS,,q""'') y el raquis cervical superior hacia la flexión, hasta
Restricción de movilidad: Flexión, rotación derecha, que ésta alcanza el espacio entre C2 y C3
inclinación derecha (fig. 13.43).

1. Paciente en decúbito supino sobre la camilla, con el 5. El operador induce inclinación -derecha y rotación
operador sentado a la cabecera. derecha por medio de una traslación de derecha a
izquierda, usando el contacto del dedo índice
2. La mano izquierda del operador mantiene el occipi· izquierdo sobre la articulación interapotisaria dere-
tal, con el pulgar izquierdo colocado sobre la articu- cha de C2·3, alcanzando la restricción a la flexión,
lación interapofisaria C2·3 izquierda y con el índice inclin,ición derecha y rotación derecha (fig. 13.44).

Figura 13.41. Figura 13.43.

Figura 13.42. Figura 13.44.


Capítulo 73 Columna ceNical 197

6. El paciente efectúa una contracción isométrica, de 3 7. Se reexamina.


·a 5 segundos de duración, hacia la extensión, la incli-
nación izquierda o la rotación izquierda. Después de Nota: La fuerza de activación puede sustituirse por
la relajación, el operador alcanza la nueva barrera de los movimientos oculares haciendo que el paciente
flexión e inclinación y rotación derechas, repitiéndose mire hacia sus cejas o hacia la izquierda después de
la contracción isométri.ca de tres a cinco veces. cada nueva posiciQJ1.
198 Principios y práctico de la medicina manual

Técnica de energía muscular 4. Se pide al paciente que gire la cabeza hacia la dere-
para la columna cervical cha, contra la resistencia ofrecida por la mano dere-
cha del operador, usando una contracción isométri-
Articulación atlantoaxoidea (C1-2)
ca suave.
Diagnóstico 5. Después de una contracción de 3 a 5 segundos y la
Posición: Atlas rotado hacia la derecha subsiguiente relajación, el operador aumenta la
Restricción de movilidad: El atlas rehusa la rotación rotación izquierda hasta la nueva barrera.
izquierda sobre el axis.
6. El paciente repite el esfuerzo de rotación a la dere-
1. Paciente supino sobre la camilla, con el operador cha contrarresistencia de tres a cinco veces.
sentado o de pie a la cabecera.
7. Reexaminar.
2. El operador coge la cabeza con las palmas de
las manos y la llexiona 30º, aproximadamente Nota: La fuerza de activación usando los movimien-
(fig. 13.45). tos oculares consiste en mirar a la derecha.
3. El operador introduce rotación izquierda hasta
alcanzar la barrera (fig. 13.46).

Figura 13.45. Figura 13.46.


Capítulo 73 Columna cervical 199

Técnica de energía muscular para la columna 3. La mano derecha del operador sujeta la barbilla del
cervical paciente, con el dedo índice delante y el dedo medio
por debajo, y con.el antebrazo derecho en contacto
Articulación occipitoatloidea (C0-1)
con el lado derecho de la cabeza del paciente
Diagnóstico (fig. 13.48).
PoSiGión: flexión, inclinación derecha, rotación iz- 4. Se alcanza labarrera de extensión haciendo_ que las
quierda (FS0R1) dos manos del operador giren la cabeza hacia
Restricción de movilidad: .Extensión, inclinación detrás, alrededor de un eje que atraviesa el. meato
izquierda, rotación derecha auditivo externo (fig. 13.49).
1. Paciente en decúbito supino sobre la camilla, con el 5. · El antebrazo derecho del operador induce inclina-
operador sentado o de pie a la cabecera. · ción izquierda realizando una ligera traslación de
izquierda a derecha (lig. 13.50). Nota: No se intro-
. 2. Larnano izquierda.del operador controla el occipital.
. ducii rotación def forma activa .
. del paciente, con la membra_na del pulgar y el dedo
·índice situados a lo largo de las partes blandas de la 6. ·si3pide al paciente que mire hacia sus pies o que
unión craneocervical (fig. 13.47). lleve I¡¡¡ barbilla hacia el pecho, contra la resistencia

Figura 13.47. Figura 13.49.

Figura 13.48. Figura 13.50.


200 Principios v práctico de lo medicino manual
ofrecida por la mano derecha del operador, de ma- 9. Se vuelve a examinar.
nera que la ligera contracción isométrica se man- Nota: El movimiento de los ojos hacia los pies cons-
tenga durante 3-5 segundos. tituye, por lo general, una fuerza suficiente para la
7. Después de la relajación se alcanza la nueva barre- corrección de esta disfunción.
ra a la extensión, inclinación izquierda y rotación de-
recha.
8. La contracción muscular del paciente se repite de
tres a cinco veces y el operador alcanza nuevas
barreras motrices después de cada esfuerzo.

,,
Capítulo 13 Columna ceNica/ 201

Técnica de energía muscular para la columna 7. Después de la relajación, el operador alcanza las
cervical nuevas barreras a la flexión, inclinación izquierda y
rotación derecha.
Articulación occipitoatloidea (C0-1)
Diagnóstico 8. El paciente repite la contracción isométrica de tres a
cinco veces.
Posición: Extensión, inclinación derecha, rotación
· izquierda (ESoR,) 9. Reexaminar.
Restricción de movilidad: Flexión, inclinación iz- Nota: La fuerza de activación usando los movimientos
quierda; rotación derecha · oculares consiste en mirar arriba, hacia el operador o
1. Paciente supino sobre la camilla, con el operador hacia las cejas.
sentado o de ·pie a la cabecera.
2. La mano· izquierda del operador controla el occipital,
. con la ryie_mbrana ciel pulgar y~el dedo índice. situ.a-
dos. a lo lárgo de las partes blandas de la zona
suboccipita.l (lig. 13A7). · ·
3. La mano derecha del operador sujeta la barbilla del
paciente con el dedo índice delante y el dedo medio
·por debajo. El antebrazo derecho del operador se
coloca a lo largo del lateral derecho de la cabeza del
paciente (lig. 13.51).
4. El operador introduce flexión haciendo girar la cabe-
za hacia adelante, con ambas manos, alrededor de
un eje transverso que atraviesa el meato auditivo
externo (lig. 13.52).
5. El antebrazo derecho del operador induce inclina-
ción izquierda y rotación derecha con una ligera
traslación de izquierda a derecha de la cabeza del
paciente, hasta la barrera motriz (fig. 13.53). Nota:
ta rotación derecha no se introduce activamente.
6. Se dan instrucciones al paciente para que empuje la
cabeza hacia detrás, en dirección a la camilla, con-
tra la resistencia ofrecida por la mano del operador,
con una contracción isométrica suave de 3-5 se-
. gundos.

Figura 13.52.

Figura 13.5 l. Figura 13.53.


202 Principios y práctica de la medicina manual

Técnica de energía muscular para la columna 5. El operador resiste con ambas manos una contrae.
cervical ción isométrica suave, de 3 a 5 segundos, de la ca.
beza del paciente empujando hacia la extensión 0
Articulación occipitoatloidea (C0·1) hacia la rotación derecha.
1. Paciente supino sobre la camilla, con el operador 6. Después de la relajación se alcanzan las nuevas
sentado a la cabecera. barreras y el paciente repite la contracción isomé-
2. Los dedos pulgar e índice izquierdos del operador trica de tres a cinco veces.
agarran el arco posterior del atlas, mientras el occi· 7. Se vuelve a explorar.
pital yace sobre la palma de la mano izquierda del
operador (fig. 13.54). 8. Para una disfunción con restricción hacia la exten-
sión, inclinación derecha y rotación izquierda, el
3. La mano derecha del operador abarca la región operador introduce estos parámetros con la mano
frontal de la cabeza del paciente. derecha (fig. 13.56).
4. Para una disfunción que rechace flexión, inclina- 9. El paciente realiza una contracción isométrica sua-
ción izquierda y rotación derecha (ESoR,) el opera- ve hacia la flexión o hacia la inclinación izquierda,
dor lleva la cabeza a flexión, y con la mano dere· contra 1/i resistencia ofrecida por la mano derecha
cha introduce inclinación izquierda y rotación de- del operador y contra el atlas, estabilizado por su
recha, en contra de la resistencia del atlas, sujeto mano izquierda.
por la mano izquierda del operador (fig. 13.55).
10. Tras la relajación se alcanza la nueva barrera de
extensión, inclinación derecha y rotación izquierda
y el paciente repite la contracción isométrica de
tres a cinco veces.
11. Se vuelve a examinar.

Figura 13.54.

Figura 13.55. Figura 13.56.


Capf/ulo l 3 Columna cerv,cal 203

Técnica de movilización con impulso de C5 (la vértebra superior del segmento móvil dis-
de la columna cervical luncional) (fig. 13.57).
Vértebra cervical tipo. Ejemplo CS-6 4. Se introduce extensión e inclinación derecha hasta
la barrera motriz (fig. 13.58).
Diagnóstico
· Pos,ición: Flexión; rotación izquieri;la; inclinación iz- . Nota: Aunque la cabeza está inclinada a la derecha
quieida (FRS,,q,i"da) ' ' y girada a la izquierda a través del complejo cervical
superior, C5 está girando a la derecha en respuesta
Re.st.ricción de movilidad: Extensión, rotación dere-
a la inclinación derecha de C5 sobre C6.
cha, inclinación derecha
1,. .Paciente supino sobre la camilla, con el operador 5. Se aplica un impulso de alta velocidad y baja ampli-.
sentado o de pie a la cabecera. tud en una dirección caudal, hacia la apófisis espi-
nosa de D1 (lig. 13.59).
2 ...L€1.fl1ªílº izquierda del operadpr ,controla. yl lfldo
izquierdo de la cabeza y la parte alta del cuello del 6. Se reexamina.
paciente. Nota: Independientemente de qué segmento cervi-
3. La segunda articulación metacarpolalángica dere- cal sea•disfuncional, el impulso siempre se realiza
cha del operador contacta con la apófisis articular en dirección a la espinosa de D1.

Figura 13.57.

'j

Figura 13.58. Figura 13.59.


204 Principios y práctico de lo medicino manual

Técnica de movilización con impulso 2. La segunda articulación metacarpofalángica dere-


de la columna cervical cha del operador contacta con la articulación intera-
pofisaria derecha de C2-3. La mano izquierda del
Ejemplo C2-3 operador controla la cabeza y el cuello del paciente
Diagnóstico {fig. 13.60).
Posición: Extensión, rotación izquierda, inclinación 3. Se hace flexión e inclinación derecha de la cabeza
izquierda (ERS;,q,;,cda) hasta C2-3 {fig. 13.61 ).
Restricción de movilidad: Flexión, rotación derecha, 4. Se aplica un impulso de alta velocidad y baja ampli-
inclinación derecha tud horizontalmente, en el plano de la articulación
Impulso para apertura de carillas articulares, va- C2-3 implicada, lo cual trae como consecuencia una
riante 1 apertura en desimbricación de la articulación intera-
1. Paciente supino, con el operador de pie a la cabe- pofisaria izquierda {fig. 13.62).
cera. 5. Se vuelve a examinar.

Figura 13.60.

Figura 13.61. Figura 13.62.


Capítulo 73 Columna cervical 205

. .Técnica de movilización con impulso ria derecha de C2-3 y actuarán como pivote de blo-
·c1e la columna cervical queo (lig. 13.64).
, $~gmentos cervicales tipo. Ejemplo C2-3 3. Usando ambas manos, el operador flexiona la cabe-
za hasta la barrera de flexión de C2-3 (fig, 13.65).
'•·_.,.. piagnóstico
posición: Extensión, rotación izquierda, inclinación 4, El operador gira e inclina a la derecha la cabeza del
' izquierda (ERS,,,,,,,,,) paciente. hasta lá barrera, sobre el fulcro que repre-
sentan los dedos segundo y tercero de la mano
Restricción de movilidad: Flexión, rotación derecha,
derecha del operador (fig. 13.66).
,., inclinación derecha
«:· l_mpulso para apertura de carillas articulares, va-. Nota: Hay que asegurarse de que se mantiene el
compónénte de inclinación derecha" mientras la
'', riante 2 mano izquierda introduce la rotación derecha
·;,:, P,aciente en decúbito supino, con el operador senta-
(fig, ~ ~.67),
i/do o de pie a la cabecera de la camiHa,
5, Se aplica, un impulso en rotación, de alta velocidad
f El operador controla la: cabéza con ambas manos, la
Ybaja amplitud, con la mano izquierda del operador,
... segunda articulación metacarpolalángica izquierda
· · , sobre la apófisis articular de C2 (lig, 13.63). Los por mei!J10 de una elevación del codo izquierdo hacia
el techó (fig, 13.68).
dedos segundo y tercero de la mano derec.ha del
operador contactan con la articulación interapolisa- 6. Se vuelve a examinar.

/
,.-~•,... ./' ,.,··'
'
,.•"

.-,
'
' ·:

Figura 1_3.63. Figura 13.65.

Figura 13.64. Figura 13.66.


. 206 Principios y práctica de la medicina manual

Figura 13.67. Figura 13.68.


Capítulo 13 Columna cervical 207
Técnica de movilización con impulso 3. La cabeza es flexionada aproximadamente 30-45º
de la columna cervical para suprimir la movilidad de flexión de los segmen-
tos cervicales tipo (fig. 13.69).
Articulación atlantoaxoidea (C1-2)
4. Las dos manos del operador giran el atlas a la iz-
Diagnóstico quierda hasta su barrera motriz y ajustan cuidado-
Posición: Atlas girado a la derecha . Kc1mente la posición de máxima d.istensión de los
Restricción dé moviiidad: El atlas rechaza la rota- p·arámétros de flexo-extensión y de inclinación dere-
ción izquierda sobre .el .axis cha e izquierda (fig. 13. 70).
1. Paciente supino, con el operador sentado o de pie a 5. Se aplica un impulso rotatorio izquierdo con ambas
la .cc1becera. · manos·(fig. 13.71).
2. La segunda articulación metacarpofalángica dere 6. Reexaminar.
cha del operador contacta con el arco· posterior
dNecho ael atlas. La mano· izquierda del 6péraé:f6r ·
controla el-lado izquierdo de cabeza y cuello. . · · ·
.,

Figura 13.69. Figura 13.71.

Figura 13. 70.


208 Principios y práctico de lo medicino manual T
Técnica de movilización con impulso 3. La mano derecha del operador abraza la barbilla
de la columna cervical del paciente, con el antebrazo derecho a lo largo
de las regiones mandibular y temporal derechas
Articulación occipitoatloidea (C0-1)
{fig. 13. 73). Se induce extensión con ambas
Diagnóstico manos, por medio de rotación potterior alrededor
Posición: flexión, inclinación derecha, rotación iz- de un eje que atraviesa el meato auditivo externo.
quierda (FSoR,) La inclinación izquierda y la rotación derecha las
Restricción de movilidad: Extensión, inclinación introduce el antebrazo derecho del operador con
izquierda, rotación derecha. un ligero movimiento de traslación de izquierda a
deretha (fig. 13.74). Nota: La rotación no se intro-
1. Paciente supino, con el operador sentado a la cabe-
duce activamente. sino que acompaña a la inclina-
cera de la camilla.
ción.
2. La mano izquierda del operador acuna el occipital
entre la membrana del pulgar y el dedo índice, ha- 4. Cuando se han alcanzado las tres barreras, se aplica
ciendo que los contactos óseos se produzcan en la un impulso de alta velocidad y baja amplitud, realiza-
zona suboccipital, sin comprimir la membrana occi- do con las dos manos del operador en dirección cefá-
pitoatloidea posterior {fig. 13.72). lica (fig.''13.75).

Figura 13. 72. Figura 13.74.

Figura 13.73. Figura 13. 75.


r Nota: El antebrazo izquierdo se encuentra en posi-
Cop,tulo 73 Columna cerv,col 209

5. La inclinación izquierda y la rotación derecha son


ción caudal con respecto al contacto de la mano introducidas por el antebrazo derecho del operador,
izquierda sobre el occipital para un mejor control del por medio de un ligero movimiento de traslación de
impulso en tracción del eje largo. izquierda a derecha (fig. 13.77). Nota: La rotación
5. Se vuelve a examinar. derecha no se introduce de forma activa.
6.· Cuando.se alcanzan las barreras de flexión, inclina-
Técnica de movilizació·n con impulso ción izquierda y rotación derechá se aplica, simultá-
de la columna cervical neamente con ambas manos, un impulso de alta
velocidad y baja amplitud en una dirección cefálica
Articulación occipitoatloidea (C0-1) de extensi_ón del eje largo (fig. 13._78).
Diagnóstico Nota: El antebrazo y codo izquierdos del paciente sé
Posición: Extensión, inclinación derecha, rotación encuentran por debajo del contacto occipital, pro-
... izquierda · . ·porcionando· un mejór-control del impulso de trac-
Restricción de movilidad:- Flexión,. inclinación iz- ción del eje largo.
quierda, rotación derecha 7. Se vuelve a examinar.
1.. Paciente supino, con el operador sentado o de pie a
la cabecera de la camilla
2. La mano izquierda del operador acuna el occipital,
con la membrana del pulgar y el. dedo índice sobre
él ·hueso para monitorizar la tensión de los tejidos
suboccipitales, sin comprimir la membrana occipito-
atloidea posterior (fig. 13.72).
3. La mano derecha del operador abraza la barbilla del
paciente, con el antebrazo derecho a lo largo del
lado derecho de la cara y el cuello del .paciente
(fig. 13.76).
4. El operador induce flexión por medio de una rota-
ción anterior de la cabeza alrededor de un eje que
atraviesa el meato auditivo externo.

Figura 13.77.

1
ii

Figura 13.76. Figura 13.78.


21 O Principios y práctico de lo medicino manual

Combinación de inhibición de partes blandas 5. Con los antebrazos sobre la camilla, el operador
y de descompresión condilar craneosacra desplaza anteriormente sus dedos medios a lo largo
para la columna cervical del hueso, tan adelante como sea posible, sin per-
der el contacto con la porción condilar del hueso
Unión craneocervical
occipital (fig. 13 .80).
1. Paciente en decúbito supino; con el operador senta- 6. Mientras.se aplica compresión en la porción condi-
do a la cabecera de la camilla. lar del occipital, por medio de la flexión de las articu-
2. El operador sostiene la cabeza en ambas manos, laciones interfalángicas distales de los dedos me-
con las puntas de los dedos colocadas a lo largo de dios, se juntan los codos, lo cual provoca una dis-
la inserción en el occipital de la musculatura cervical tracción posterolateral de cada porción condilar del
extensora. hueso (fig. 13.81).
3. La flexión de las articulaciones interfalángicas dista- 7. El operador aumenta la cantidad de fuerza compre-
les del operador ejerce una presión inhibitoria sobre siva en la porción condilar del occipital con menor
las inserciones musculares en el occipital (fig. flexibilidad, hasta que se aprecia un reblandeci-
13.79). miento.

4. Cuando la hipertonía muscular disminuye, el opera- 8. El objetivo del tratamiento es la relajación de la mus-
dor coloca sus dos dedos medios a cada lado de la culatura suboccipital y la consecución de una flexi-
protuberancia occipital externa (inión), con los talo- bilidad simétrica en las porciones condilares del
nes de las manos juntos. hueso occipital.

Figura 13.79. Figura 13.80.

Figura 13.81.
Capítulo 73 Columna ceNical 211

CONCLUSIÓN cipitoatloidea, atlantoaxoidea y de C2 sobre C3 son


muy frecuentes. Las técnicas de energía muscular y
Existen toda una serie de procedimientos de diagnós-
de movilizaci6n con impulso descritas en este capí-
tico estructural y de intervenciones terapéuticas para
tulo han sido sumamente efectivas y seguras en las
la columna cervical. Sólo se producen cinco tipos de
disfunción somátic~, a saber, restricción·ª· la_ flexión o
manos del autor. El dominio de los procedimientos
... ··a ·iáiex~t)sión con iitdinaciób y r:ota:ti:6n:haci~ el .diagnósticos y .terapéuticos de. la medicina manual
. mismo Ja:d.o en los segmentos cervicales tipo; restric- para la región cervical resulta útifen el manejo de los·
ción rotacional del- atlas sobre el axis y flexión o ex- miles de problemas de cabeza, cueÜo y extremidad su-
tensión con inclinación y rotación hacia lados opues- perior que se le presentan al profesional de la medi-
tos en la: articulación occipitoatloidea. Hay muchas cina- manual. Una comprensión ·profunda· de la ana-
combinaciones de estas disfunciones. Se debe recor- tomía funcional y de la biomecánica de la columna
.. dar 9ue__~l_complejo cervic.il s~periorfüncio~¡, rnmo _ éer.vi~al es_ ese_ncial para la ejec11ción eficaz y segura
una unidad y las disfunciones de las articulaciones oc- .de estas técnicas.
COLUMNA DORSAL

La columna dorsal está formada por 12 vértebras y se mente iguales. Los cuerpos ve;t~brales disponen de
caracteriza por su cifosis. Guarda una relación tan es- hemicarillls articulares, localizadas posterolateral-
trecha _co11 la jaula costal que ambas constituyen una mente en los bordes superior e inferior del cuerpo
unidad· funcioriaL La alteración en· la füricion de una · vertebral, las cuales se articulan-con las cabezas de las.
influye en la otra y vi~eversa. Por lo tanto, de acuerdo costillas,.creando verdaderas diartrosis, con.su cáps~
con el modelo respiratorio-circulatorio de la medicina la y su-cartilago articular. El arco posterior dé la vérte-
manual, la columna dorsal asume. un papel importan- brn dorsal posee articulaciones interapofisarias en las
tísimo_para proporcionar una capacidad funcional óp- apófisis articulares superior e inferior. Las articula-
tima a la caja torácica en la respiración y la circulación. - dones interapofisarias superiores ·se orientan hacia
La columna dorsal cobra una importancia adicional atrás, hacia afuera y ligeramente hacia arriba, y las in-
desde el punto de vista neurológico, debido a su rela- feriOres todo lo· contrario. Teóricamente, esta orienta-
ción con la división simpática del sistema nervioso au- ción de las carillas conferiría una gran capacidad de
tónomo. Cada uno de los 12 segmentos de la médula rotación a las vértebras dorsales, pero sin embargo la
espinal torácica da lugar a fibras nerviosas simpáticas rotación se encuentra muy restringida debido a la exis-
preganglionares, las cuales salen a través del agujero tencia de las costillas. Las apófisis transversas son sin-
de conjunción y, o bien atraviesan la cadena ganglio- gulares, ya que en su superficie anterior disponen de
nar simpática, situada en la parte anterior de la articu- una pequeña carilla articular para la articulación con
lación costovertebral, o sinaptizan en ella. Recuérdese la carilla que el tubérculo de la costilla posee en su
que la inervación de las fibras simpáticas preganglio- cara posterior. La relación existente entre las articu-
nares al soma o a las vísceras por encima del dia- laciones costovertebral y costotransversa influye enor-
fragma, se origina en los primeros cuatro o cinco seg- memente en el tipo y en la amplitud de movilidad de
~m('.ntos de la médula torácica, mientras que todas las la costilla. Las caras posteriores de. las apófisis trans-
vísceras y s<>ma por debajo del diafragma reciben fibras· -versas constituyen valiosas· refe'ren~ias anató_micas pa~
nerviosas simpáticas preganglionares de los segmentos ra el diagnóstico estructural de las disfunciones del
medulares inferiores a D5. Muchas de las anormalida- raquis dorsal. Las apófisis espinosas se proyectan ha-
des en la textura de los tejidos usadas en el diagnóstico · cia detrás y abajo y, en el raquis dorsal medio, se en- -
de -la disfunción somática parecen ser manifestaciones cuentran fuertemente su¡ierpuestas unas sobre otras
de .alteraciones en las funciones secretora, pilomotora (véase la regla del 3 en el Capítulo 5).
y vasomotora de las estructuras cutái:).eas. Debido a la
organización segmentaría del sistema nervioso simpá- Vértebras dorsales atípicas
ticQ, l~s"estructuras cutáneas y ·los órganos internos
comparten muchos reflejos simpáticos. Se ha obser- Las vértebras dorsales atípicas son las de transición
vado clínkamente que las vís_ceras que comparten un entre los raquis cervical y dorsal y los raquis dorsal y·
mismo origen medular _de su inervación simpática pre- lumbar._ Dl tiene las apófisis transversas más anchas'·
ganglíonar,_ con segmentos somáticos con muestras de de tocia la columna dorsal. La parte externa de su
anormalidad el) la textura de los tejidos, pueden verse cuerpo vertebral dispone de una carilla articular para
implicadas. en estados de disfunción o enfermedad. la articulación con la cabeza de la primera costilla.
Aunque la orientación de la articulación inter~poiisa-
ANATOMÍA FUNCIONAL ria_ inferior es típicamente dorsal, l¡i. orientación de la
superior es de transición con la columna cervical y
La vértebra dorsal tipo, presenta un cuerpo con los puede tener características típicamente cervicales. D 1
diámetros transversal y anteroposterior aproximada- también representa el cambio en el sentido de la
213
214 Principios y práctica de la medicina manual

curva anteroposterior entre el raquis cervical y el dor- neutra (tipo I). Si primero se realiza la rotación, en
sal. La disfunción de Dl afecta profundamente a la presencia de una cifosis dorsal normal, la inclinación
capacidad funcional de la entrada torácica y de sus y la rotación se producen hacia el mismo lado, de
correspondientes estructuras. acuerdo con la mecánica vertebral no-neutra (tipo
En Dl2 se localiza la transición a la columna lum- II). Dl-D3 siguen fundamentalmente la mecánica ver-
bar. La orientación de las articulaciones interapofisa- tebral.Jl.Q-_neutra, por prqximidad y «simpatía» con el
rias superiores es, por lo general, típicamente dorsal, raquis cervical inferior.
mientras que la de las articulaciones interapofisarias A pesar de lo complejo de su movilidad, la evalua-
inferiores tiende a las características lumbares. Existe ción clínica evidencia que el raquis dorsal puede su-
una única carilla en cada uno de los lados externos frir disfunciones no-neutras ( tipo II) de un segmento
del cuerpo vertebral, para la articulación con la 12.' aislado, así como disfunciones neutras de grupo
costilla. Las apófisis transversas.son bastante cortas y (tipo I). Los exámenes general y detallado pueden
rudimentarias y son difíciles de palpar con claridad. conducir al examinador a un diagnóstico segmenta-
Es en este nivel donde se produce el cambio de la rio preciso en el raquis dorsal. La identificación del
curva an teroposterior, de la cifosis dorsal a la lordosis segmento disfuncional se inicia palpando cambios
lumbar. Constituye un lugar de cambio en la movili- en las partes blandas, como hipertonía en la masa
dad de dos zonas de la columna y un punto de dis- muscular erectora espinal del cuarto estrato, la cual
función habitual. se descubre palpando en el surco medial existente en-
tre las apófisis espinosas y el músculo dorsal largo. La
Cifosis dorsal hipertonía muscular palpable de las capas musculares
más profundas, como el multífido o los transverso-
Normalmente, la cifosis dorsal es una suave curva de costales, es patognomónica de disfunción segmenta-
convexidad posterior, sin zonas llamativas de au- ria de .la movilidad vertebral a ese nivel (fig. 14.1).
mento de la convexidad o de «aplanamiento». La ob-
servación de «zonas planas» en la cifosis dorsal debe-
PRUEBAS DE MOVILIDAD
ría alertar al examinador, para evaluar cuidadosa-
mente esta zona a la búsqueda de disfunción somática Las pruebas de movilidad vertebral y el diagnóstico de
vertebral no-neutra, tipo II. La cifosis dorsal cambia restricción de la movilidad vertebral se describen en
en sus extremos superior e inferior (en las zonas de el Capítulo 6. El test más útil es monitorizar el cambio
transición), para transformarse en las lordosis cervi- en la relación de una pareja de apófisis transversas a
cal y lumbar. Por esta razón, es frecuente que los seg- lo largo del arco de flexo-extensión. Para el raquis
mentos superiores del raquis dorsal se consideren co- dorsal superior, de D 1 a D5, se introduce flexión y ex-
mo parte del raquis cervical, mientras que los seg-
mentos inferiores se contemplan como una extensión
del raquis lumbar. Muchas técnicas para la disfunción
cervical son perfectamente aplicables y efectivas en el
raquis dorsal superior y muchas técnicas lumbares
son eficaces en el I'aquis dorsal inferior.

MOVILIDAD DEL RAQUIS DORSAL

La unión de las costillas a través de las articulaciones


costovertebrales y costotransversas reduce la amplitud
de movilidad de la columna dorsal. Los segmentos
dorsales disponen de movimientos de flexión y ex-
tensión, así como movimientos acoplados de inclina-
ción y rotación hacia el mismo lado, o hacia lados
opuestos. El acoplamiento de la inclinación y la rotas
ción en el raquis dorsal es complejo, ya que depende
de muchos factores, incluyendo el hecho de .si los seg-
mentos implicados se encuentran por encima o por
debajo del ápex de la cifosis dorsal, o de si primero se
realiza la inclinación o la rotación. La norma general
es que si se efectúa la inclinación con la columna dor-
sal en posición neutra, la rotación se produce hacia el Figura 14. l.
lado contrario, siguiendo una movilidad vertebral Palpación de musculatura hipertónica del cuarto estrato.
Capítulo 14 Columna dorsal 215

tensión activa del cuello, mientras el operador moni- El diagnóstico estructural se ve notablemente di-
toriza el comportamiento de la pareja de apófisis ficultado cuando existe una escoliosis estructural pri-
transversas. Con una restricción no-neutra (tipo II) maria en la columna dorsal. Los segmentos implica-
en extensión, rotación e inclinación (ERS), la apófisis dos en una escoliosis primaria se comportan como
transversa de un lado será más prominente durante la una disfunción grupal neutra (tipo I). Normalmente
:flexion; rh\énfras que ambas seráíi-,simétricas durante. ·--.Jos pacientes en este estado no se quajan de mucho
ia extensión. En una restricción no neutra (tipo· U) en
0
dolor de espalda, basta que sufren un episodio tra~-
flexión, rotación e inclinación (FRS), una de las apó- máticorelativamente poco importante. A partir de es-
fisis transversas se hace prominente durante la,exten- te momento el dolor y la restricción de movilidad se
sión, mi~ntras que se hace· simétri<;:a con su compa-. hacen. bastante. evidentes. En est~ situa~~óp, lo q1:,1e
riera duraríte la flexión. En presencia de uná disfun- sllele encontrarse es una disfunción no-neutra (ti-
ción grupal neutra (tipo I), las apófisis transversas de po JI) dentro de la curva escoliótica. El diagnóstico
"'fres-o rilas·vértebras ñaceñ· prófuiñBH:1:,:ei!-Ul1·lada:-· · de estas·disf1mciones no·neutras·-(tipo II) es bastante ........ ,, .
En todo el arco de flexo-extensión es posible que las- · dificil,,pero si el examinador se-toma la.molestia de
apófisis transversas cambien un poco, pero nunca lle- buscar segmento por segmento, es muy probable que
gan a estar simétricas. encuentre ufia disfunción somáti.ca vertebral no-neu-
. En el raquis dorsal medio e inferior, la explora- tra en un segmento de la curva .. Lo que habitual-
dó~ se lleva a cabo, o bien en 'sedestad.ón, haciendo merite suele· observarSe ·es un segmento móvil que
que el paciente asuma las tres posiciones, de flexión, presenta rotación hacia la concavidad. Para estable-
neutra y de extensión, o bien combinando la sedesta- cer el diagnóstico de la existencia y localización de
ción y el decúbito prono, usando las tres posiciones una disfunción no-neutra en la curva principal re-
de flexión máxima en sedestación, prono· neutro y sulta_ valioso el hallazgo de hipertonía en la muscula-
prono apoyado (esfinge). tura del cuarto estrato a ese nivel.
-77í,",'
i•,;
1

216 Principios y práctico de lo medicino manual

Columna dorsal 4. El operador sigue las apófisis transversas a través


del arco de flexión mientras pide al paciente que
Columna dorsal superior (D1-5)
mire al suelo (fig. 14.4).
Diagnóstico Nota: Es más sencillo seguir las apófisis transversas
1. Paciente sentado en la camilla. El operador de pie durante la extensión que durante la flexión.
detrás de él.
· 5. Se·realiza el diagnóstico- apropiado de aisfüñcKin-·
2. Los pulgares del operador palpan la parte posterior somática de un determinado segmento vertebral
de las apófisis transversas del segmento que se ex- basado en el comportamiento de las apófisis trans'.
plora (fig. 14.2). versas en la extensión, posición neutra y flexión.
3. El operador sigue las dos apófisis transversas en el
recorrido de extensión, tras pedir al paciente que mi-
re hacia el techo (fig. 14.3).

,,

Figura 14.2. Figura 14.4.

Figura 14.3.
Capítulo )4 Columna dorsal 217

Diagnóstico de la columna dorsal adelante, mientras el operador sigue las apófisis


transversas en el movimiento de extensión
Columna dorsal media e inferior
(fig. 14.6).
Proceso dinámico
4. Se pide al paciente que deje caer la espalda y fle-
1. Paciente sentado en la camilla, con el operador de xione el tronco mientras el operador acompaña las
pi!':_detrásde él. apófisis _tr§lnsversas haciala flexión (fig .. 14.7).
2. El operador palpa 1~ parte posterior de liÍ paréja de 5. El· operador evalúa el comportamiento de las apófi-
apófisis transversas del segmento que se pretende sis transversas en el arco completo de flexo-exten-
diagnosticar (fig. 14.5), sión, estableciendo el diagnóstico de disfunción
3. Se pide al•·paciente que mire hacia el-techo .y. que .. somática de tipo ERS o .FRS de un determinado .
arquee la ·espalda empujando el abdomen hacia segmento vertebral.

Figura 14.!í. Figura 14.7.

Figura 14.6.
--7'"-
l
i
'
218 Principios y práctico de lo medicino manual

Diagnóstico de la columna dorsal TÉCNICA DE MEDICINA MANUAL


PARA LA DISFUNCIÓN
Las Tres posiciones estáticas para columna dorsal
media e inferior DE LA COLUMNA DORSAL
1. Paciente en decúbito prono sobre la camilla. El ope- En la secuencia de tratamiento de un paciente con
rador de pie. a un Jada, palpando con sus pulgares múltiples zonas de disfu11cióg__somática se del:,e_tratar
unápareja de apófisis fransversas (fig. 14.8). la columna:· dorsái a;,tes que las costillas. Esta
2. El operador monitoriza la cara posterior de las dos regla fundamental solamente se incumple cuando la
apófisis transversas en la posición de extensión resolución de las disfunciones de la jaula costal ayu-
(prono apoyado) (fig. 14.9). de al proceso de tratamiento de las disfunciones de la
columna dorsal. La mayoría de las maniobras de ener-
3. El operador evalúa la pareja de apófisis transversas
gía muscular para disfunciones somáticas de la
en1a posición estática de flexión (fig. 14.7).
columna dorsal, se realizan con el paciente en sedes-
4. Se comprueba la posible existencia de una disfun- tación, pero pueden ser adaptadas a la posición hori-
ción vertebral no-neutra en un determinado seg- zontal, en los diferentes decúbitos. Igual que en la
mento, comparando el comportamiento de la pareja columna cetvical, las técnicas de energía muscular se
de apófisis transversas en las tres posiciones está- realizan por lo general como intervención inicial. Si
ticas: neutra, extensión y flexión. la maniobra de energía muscular resulta ineficaz y el
proceso de diagnóstico estructural nos muestra la exis-
tencia de restricciones crónicas profundas de la movi-
lidad, debidas a las estructuras articulares y periar-
ticulares, entonces estaría indicada una técnica de
movilización con impulso.

Figura 14.8.
Capítulo 74 Columna dorsal 219

Columna dorsal 2. La mano izquierda del operador monitoriza el seg-


Téc.nica de energía muscular mento D4-5, con el dedo índice izquierdo en el es-
pacio interespinoso y el dedo medio izquierdo sobre
·u1-5
la parte posterior de la apófisis transversa izquierda
Sedestación (Ejemplo: D4-5) de D4 (fig. 14.1 O).
Diagnóstico ... . . 3. -La man·o derecha del operador se coloca sot>re la ,,
. Posición: Extensión, rotación izqúierda, inclina- cabeza del paciente y el tronco se apoya contra la
ción izquierda (ERS;) · ¡:Jarte posterior del cuerpo del paciente.
Restricción de movilidad: Flexión, rotación de- 4. · El operador introduce flexión en el segmento
recha, inclinación derecha • D4-5 haciendo uria traslación hacia detrás· del
1. Paciente sentado en la camilla, con el operador cuerpo del paciente, localizada en el nivel D4-5
detrás. (fig:_14.11). _

Figura 14.10. Figura 14.11.


220 Principios y práctica de la medicino manual

5. Se alcanza la barrera a la inclinación derecha y a la 7. Después de la relajación, el operador busca la nue-


rotación derecha del segmento 04-5 realizando una va barrera a la flexión, inclinación derecha y rotación
traslación del tronco, de derecha a izquierda, focali- derecha y el paciente ejecuta de tres a cinco repeti-
zada en.el nivel 04-5 (fig. 14.12). ciones de la contracción isométrica (fig. 14.14).
6. El operador resiste la extensión, la inclinación izquier- 8. Se vuelve a examinar.
da, o la rotación izquierda de la cabeza del paciente
con la mano derecha (fig. 14.13), manteniendo la
contracción isométrica durante 3-5 segundos.

Figura 14.12.

Figura 14.13. Figura 14.14.


Capítulo 14 Columna dorsal 221

Columna dorsal 3. La mano y antebrazo izquierdos del operador con-


trolan la cabeza y el cuello del paciente, con el tron-
Técnica de energía muscular
co del operador apoyado contra la parte poste-
D1-5 rior del lado izquierdo del tronco del paciente
Sedestación (Ejemplo: D2-3) (fig. 14.16). La mano izquierda del operador introdu-
ºi1:1gnósU9() . ce una ligera rotación derncha para abrir la_ articu-
-.... '• ., . lación interapofisaria derechádel nivel D2-i ·
·· Posición: Flexión, inclinación i:,;quierda, rota-
ción izquierda (FRS,)
Restricción de movilidad: extensión, inclinación 4. El operador traslada el tronco hacia delante. colo- ..
derecha y rotación derecha cando el pulgar sobre la zona ínter.escapular media
o inferior. Se pide al paciente que meta la barbilla
1. Paciente sentado y operador de pie detrás de él.
y que lleve la cabeza en traslación posterior, lo-
............. 2.. Eldedo.índice de.la.manodernGl:la de,operadorpal• · .calizando -la extensión en el Aivel 02-3 (fig. 14.17),
pa el espacio entr~ _D2 y D3, mientras. el dedo medio La traslación de derecha a izquierda permite alcan-
derecho palpa la apófisis transversa derecha de D2 zar las barreras de inclinación y de rotación a la
(fig. 14.15). derecha.

Figura 14.15. Figura 14.17.

Figura 14.16.
7

222 Principios y práctica de la medicina manual

5. Se dan instrucciones al paciente para que realice


una contracción isomét.rica suave, durante 3-5 se-
gundos, hacia la flexión, la inclinación izquierda, o la
rotación izquierda de cabeza y .cuello, contra la re-
sistencia que el operador ejerce con su mano y su
antebrazo izquierdos.
6. Tra.s la relajación, se busca una nueva barrera a la
extensión, inclinación derecha y rotación derecha y
se pide al paciente que repita la contracción isomé-
trica entre tres y cinco veces {fig. 14.18).
7. Se reexamina.

Figura 14.18.
Capítulo 74 Columna dorsal 223

Columna dorsal 3. La mano derecha del operador controla la cabeza


del paciente y estabiliza el mquis cervical (fig. 14.20).
Técnica de energía muscular
4. Se efectúan inclinación izquierda y rotación derecha
D1-5 por medio de una traslación de izquierda a derecha
Sed estación inducida por el pulgar izquierdo del operador
(fig. 14,21).
Diagnóstico
5.. Se solicita al paciente que incline la cabeza hacia la ...
Posición: FlexD-extensión neutra, inclinación • derecha contra la resistencia ofrecida por la mano y
derecha, rotación izquierda el antebrazo derechos del operador (fig. 14.22), du-
(NS,R;) o (EN;). rante 3-5 segundos.
Restricción de movilic;lad: Inclinación izquierda, 6. Después de la relajación, se buscan de nuevo las
rotación derecha .. barreras a inclinación izquierda y rotación derecha y
·· el paciente repite la contracción isométrica hada la
1. Paciente sentado recto, con el operador de pie inclinación derecha.
detrás de él. 7. Se realizan de tres a cinco repeticiones de las con-
2. El pulgar izquierdo del operador se coloca en el tracciones isométricas.
ápex de la convexidad izquierda (fig. 14.. 19). · 8 .. Se vuelve a examinar.

Figura 14.19. Figura 14.21.

Figura 14.20. Figura 14.22.


224 Principios y práctico de lo medicino manual

Columna dorsal cho con la mano izquierda y manteniendo el hombro


izquierdo del paciente bajo la axila izquierda del
Técnica de energía muscular
operador (fig. 14.23).
D5-12
Sedestación (Ejemplo D8-9) 3. El índice derecho del operador monitoriza el espa-
cio interespinoso de D8-9, y el dedo medio dere-
Diagnóstico
cho monitoriza la apófisis transversa derecha de D8
Posición: Extensión, rotación derecha, inclinación (fig. 14.24).
derecha (ERS,)
4. Se aborda la barrera de flexión por medio de una
Restricción de movilidad: Flexión, inclinación traslación de adelante a detrás del tronco del pa-
izquierda, rotación izquierda ciente, localizándola en el nivel D8-9 (fig. 14.25).
1. Paciente sentado con el operador detrás
5. Las barreras a la inclinación izquierda y a la rotación
2. El paciente se coge el hombro derecho con la mano izquierda se alcanzan por traslación del tronco del
izquierda. El brazo izquierdo del operador controla paciente de izquierda a derecha, localizada en el
el tronco del paciente, cogiéndole del hombro dere- nivel qs-9 (tig. 14.26).

Figura 14.23. Figura 14.25.

Figura 14.24. Figura 14.26.


Capítulo l 4 Columna dorso/ 225

6. Se pide al paciente que realice una contracción iso-


métrica hacia la inclinación derecha, contra la resis-
tencia ofrecida por la mano y el brazo izquierdos del
operador, durante 3-5 segundos {fig. 14.27).
7. Tras la relajación, se busca la nueva barrera motriz
en las tres direccione&y el paciente realiza dí3 trf!s.a.·.
cinco repetíciones de las contracciones is9métricas.
8. Se vuelve a explorar.
Nota: Esta misma técnica puede adaptarse para el
raquis lumbar superior. . . . ..

Figura 14.27.
226 Principios y práctico de la medicina manual

Columna dorsal monitoriza el espacio interespinoso de 08-9, mien-


tras que el dedo medio hace lo propio con la apófi-
Técnica de energía muscular
sis transversa derecha de 08 (fig. 14.28).
05-12 (Ejemplo: 08-9)
3. Con la espalda recta y en posición neutra se efec-
Diagnóstico
túa rotación izquierda de 08-9 por medio de una
Posición: flexión, rotación derecha inclinación traslación de derecha a izquierda. de 08-9; dejando
derecha (FRSd) el paciente caer su hombro derecho y cambiando
Restricción de movilidad: Extensión, inclinación el peso del cuerpo a la zona glútea izquierda
(fig. 14.29).
izquierda, rotación izquierda
4. Se pide al paciente que haga una contracción iso-
1. Paciente sentado con el operador detrás.
métrica hacia la inclinación izquierda, contra la re-
2. La mano izquierda del operador controla el tronco sistencia ofrecida por la mano izquierda del opera-
del paciente a través de un contacto sobre el hom- dor. Esta operación se repite dos o tres veces con la
bro izquierdo. El dedo índice derecho del operador intención de aumentar la rotación izquierda de 08.

Figura 14.28. Figura 14.29.


Capítulo 14 Columna dorsal 227

5. A continuación se buscan las barreras a la in- 7. Después de cada contracción se vuelven a buscar
clinación izquierda y a la extensión, haciendo las barreras de extensión, inclinación izquierda y
descender el hombro izquierdo del paciente y pi- rotación izquierda, proyectando para ello el abdo-
diéndole que desplace el peso de su cuerpo men hacia la rodilla derecha y trasladando el tron-
hacia la zona glútea derecha, siguiendo para co de izquierda a derecha hasta el nivel D8-9.
ello l_as. irn,t,rucciones del• operad.or de proyectar .
8. ·Seguid_amenté se devuelve el tronco del paciente a
el abdomen en dirección a la rodilla derecha
la línea media, bloqueando el segmento D9 con la
(fig. 14.30).
mano derecha del operador (fig. 14.31).
6. Se pide al paciente que empuje con el hombro
9. El operador resiste la flexión del tronco del pacien-
izquierdo hacia arriba (intento de inclinación- de-
. ie con su brazo· izquierdo por delante de los hom- ·
. recha) o hacia delante (intento de rotación dere-
bros de éste (fig. 14.32).
cha) de tres a cinco veces, de 3 a 5 segundos
cada vez: .. 1O. Se vuelve a examinar.

Figura 14.30.

Figura 14.31. Figura 14.32.


228 Principios y práctico de lo medicino manual

Columna dorsal debajo de la axila izquierda del paciente, hasta el


Técnica de energía muscular hombro derecho de éste (fig. 14.34).
05-12 4. Con el raquis en posición neutra se alcanzan las
Disfunción grupal barreras a la inclinación derecha y a la rotación iz-
Diagnóstico quierda, por medio de un movimiento de traslación
de derecha a izquierda ·a la altura del ápex de la
Posición: Flexión-extensión neutra, inclinación convexidad (fig. 14.35).
izquierda, rotación derecha (NS;R,) o (EN,).
5. El brazo izquierdo del operador resiste una contrac-
Restricción de movilidad: Inclinación derecha, ción isométrica, de 3 a 5 segundos de duración, rea-
rotación izquierda. lizada por el paciente en el sentido de la inclinación
1. Paciente sentado con el operador detrás. izquierda (fig. 14.36).
2. El pulgar derecho del operador se sitúa en el ápex 6. Después de cada contracción isométrica se busca una
de la convexidad derecha ejerciendo un vector de nueva barrera a la inclinación derecha y a la rotación
fuerza anteromedial (fig. 14.33). izquierda, y el paciente repite de tres a cinco veces la
3. El paciente se coge el hombro derecho con la mano contracción isométrica hacia la inclinación izquierda.
izquierda, y el operador lleva el brazo izquierdo por 7. Reexaminar.

Figura 14.33. Figura 14.35.

Figura 14.34. Figura 14.36.


Capítulo /4 Columna dorsal 229

Columna dorsal contacto con el lado derecho de la apófisis espiflosa


Técnica de movilización con impulso de 03 (el segmento superior de la unidad móvil ver-
tebral disfuncional) (fig. 14.37).
01-5
Sedestación (Ejemplo: 03-4) 3. La mano izquierda del operador efectúa flexión,
Diagnóstico inclinación derecha y rotación derecha de la cabeza
y el cuello_ del paciente, por medio de una traslaciórf
Posición: Extensión, rotación izquié"rda, inclinación
de delante a detrás y de derecha a izquierda locali-
izquierda (ERS,)
zadas en el nivel 03-4 (fig. 14.38).
Restricción de movilidad: Flexión; rotación derecha,
inclinación derecha 4. Cuando se han alcanzado todas las barreras, se
··1 . Paciente sentado, con el operador de pie detrás de el. aplica un impulso de alta velocidad y baja amplitud,
empujando con el pulgar derecho del operador con-
2. La mano y el antebrazo izquierdos del operador Ita la ¡,pófisis espinosa, en un. movimiento de trasla-
controlan la cabeza y el lado izquierdo del cuello del ción de derecha a izquierda (fig. 14.39).
paciente. La mano derecha del operador se coloca
sobre la base del cuello derecha, con el pulgar en 5. Se vuelv¡, a examinar.

Figura 14.37. Figura 14.39.

Figura 14.38.
230 Principios y práctica de la medicina manual

Columna dorsal del paciente. La mano derecha del operador se po-


ne en el lado derecho de la base del cuello, con el
Técnica de movilización con impulso
pulgar en contacto con el borde derecho de la apó-
D1-5 fisis espinosa de D3 (la vértebra superior del seg-
Sedestación mento móvil vertebral disfuncional) (fig. 14.40).
Diagnóstico (Ejemplo D3-4) 3. La mano y el antebrazo izquierdos del operador rea-
Posición: Flexión, inclinación izquierda, rota- lizan extensión, inclinación derecha y rotación dere-
ción izquierda (FRS;) cha de la cabeza y el cuello del paciente hasta D3-
Restricción de movilidad: Extensión, inclinación 4, por medio de una traslación de atrás a delante y
derecha, rotación derecha. de derecha a izquierda (fig. 14.41 ).
1. Paciente sentado y operador de pie detrás de él. El 4. Una vez alcanzadas las barreras a la extensión,
operador puede poner su pie izquierdo sobre la inclinación derecha y rotación derecha, se aplica un
camilla, dejando que el brazo izquierdo del paciente impulso de alta velocidad y baja amplitud de dere-
cuelgue por encima del muslo del operador. cha a izquierda, a través del contacto del pulgar
2. La mano y el antebrazo izquierdos del operador sobre la apófisis espinosa de D3 (fig. 14.42).
controlan el lado izquierdo de la cabeza·y el cuello 5. Reexaminar.

Figura 14.40. Figura 14.42.

Figura 14.41.
Capítulo l 4 Columna dorsal 231

Columna dorsal sobre la base izquierda del cuello del paciente, con
Técnica de movilización con impulso
el pulgar izquierdo en el espacio inlertransverso
entre D2 y D3 (fig. 14.43).
D1-5
3. La mano y el antebrazo derechos del operador efec-
Sedestación (Ejemplo D1-4)
túan inclinación izquierda y rotación derecha, focali-
Diagnóstico: Disfunción _de Gru_po (tipo 1) zacias en. eJ ápex de la convexidad izquierda a tra-
Posición: Flexo-extensión neutra, inclinación . · vés del pulgar izquierdo, que aplica un vector de
derecha, rotación izquierda (NS,R,) o (EN.;) · fuerza anteromedial (fig. 14.44).
Restricción de movilidad: Inclinación izquierda, 4. Se buscan las barreras a la inclinación izquierda y a
rotación derecha .. la rotación derecha, por medio _de un movimiento de
f. Paciente sentado y operádor detrás de él. El ·opera' traslación de izquierda a derecha de la mano y el
dar sube el pie derecho a la camilla y cuelga el bra- antebrazo izquierdos del operador (fig. 14.45).
zo derecho del paciente por encima de su muslo. 5. La mano y el pulgar izquierdos del operador aplican
2. La mano y el antebrazo·derechos del operador con- un impulso de alta velocidad y baja amplitud en direc-
trolan.la cabeza y el lado derecho del cuello del pa- ción anteromedial,
., de izquierda a derecha (lig. 14.46).
ciente. La mano izquierda del operador se coloca 6. Se vuelve a explorar.

Figura 14.43. Figma 14.45.

Figura 14.44. Figura 14.46.


-r
232 Principios y práctico de lo medicino manual

Columna dorsal 3. Se coloca el pisiforme derecho del operador sobre


Técnica de movilización con impulso la apófisis transversa derecha de D4 (vértebra infe-
rior del segmento móvil disfuncional) (fig. 14.49).
D1-5
Decúbito prono (Ejemplo D3-4) A. La mano derecha del operador, a través de su con-
Diagnóstico tacto con el pisiforme, aplica un impulso de alta
velocidad y-baja amplitud, mientras la: mano izquier-
Posición: Flexión, rotación izquierda, inclina- da del operador estabiliza la cabeza y el cuello del
ción izquierda (FRS;) paciente en inclinación derecha y rotación derecha.
Restricción de movilidad: Extensión, rotación La dirección del impulso es ventral, haciendo que
derecha, inclinación derecha. D4 gire a la izquierda con extensión, lo cual provo-
1. Paciente en decúbito prono, con el operador de pie ca el cierre de la articulación interapofisaria derecha
a la cabecera (fig. 14.47). en el nivel D3-4.
2. Las manos del operador desplazan la barbilla del 5. Se reexamina.
paciente a la derecha (induciendo inclinación dere-
cha) y giran la cara hacia la derecha (fig. 14.48). .,

Figura 14.47. Figura 14.49.

Figura 14.48.
Capítulo 14 Columna dorsal 233

Columna dorsal 3. Con el pulgar derecho en el espacio intertransverso de


Técnica de movilización con impulso D2-3 se lleva a cabo un impulso de alta velocidad y
D1-5 baja amplitud, bien por medio de un impulso antera-
medial del pulgar, mientras la mano izquierda mantie-
Decúbito prono (Ejemplo: Disfunción grupal D1-4)
ne estables el cuello y la cabeza del paciente, o bien
Diagnóstico
por medio de una exageración de la inolinación izquier-
· Posición: ·.Flexo-extensión. neutra, inclinación da y la;rotación derecha .de la cabeza y el cuell0 del
der?cha, rotación izquierda (NS,R;) o (EN;). paciente, realizada por la mano izquierda del operador
Restricción de movilidad: inclinación izquierda, . contra el fulcro representado por su pulgar derecho.
rotacion derecha. 4. Alternativamente,· el contacto en el espacio inter-
1. Paciente en decúbitO prono y operador_ de pie, con: transve_rso izquierdo de D2-3 puede realizarse con
trolando la cabeza del paciente (fig. 14.50) . y:
· el pisifórme derecho del operador o bien aplicar el
. .2. Manteniendo la barbilla en la línea me<;lia,. la iji_ano impulso a través de este contacto, o utilizarlo como
. izquierda del operador introduce inclinación izquier- · fulcro, fa\ y como se describe en el apartado anterior
da y rotación derecha hasta él ápex de Ta disfünéión · para el-contacto con el pulgar (fig. 14.52).
de grupo (fig. 14.51). 5. Se vuelve a examinar.

Figura 14.50. Figura 14.52.

Figura 14.51.
234 Principios y práctico de lo medicina manual

Columna dorsal 3. El pisiforme derecho del operador contacta con la


Técnica de movilización con impulso apófisis transversa derecha de D6, ejerciendo una
compresión en dirección anterior que induce rota-
D5-10
ción izquierda en dicho nivel (fig. 14.54).
Decúbito prono (Ejemplo 06,,7)
Diagnóstico 4. La barrera restrictiva se alcanza por medio de un
movimi.ento caudal del. pisiforme izquierdo y un mo-
Posición: Flexión, rotación derecha, inclinación vimiento anterior del derecho.
derecha (FRS,)
5. Se ejecuta el impulso de alta velocidad y baja ampli-
Restricción de movilidad:· Extensión, rotación
tud empujando con ambas manos en dirección ven-
izquierda, inclinación izquierda.
tral, lo cual introduce extensión, inclinación izquier-
1. Paciente en decúbito prono y operador de pie al la- da y rotación izquierda de D6 (fig. 14.55).
do izquierdo del paciente. 6. Reexaminar.
2. El pisiforme izquierdo del operador contacta con la
cara superior de la apófisis transversa izquierda de
D6 en dirección caudal (fig. 14.53).

Figura 14.53. Figura 14.55.

Figura 14.54.
Capítulo 74 Columna dorsal 235

Columna dorsal 3. Una colocación alternativa de los brazos consiste en


Técnica de movilización con impulso hacer que el paciente entrelace ambas manos por
detrás del raquis cervical (no de la cabeza). Esta po-
D3-12
sición es especialmente útil en la región dorsal infe-
Decúbito supino rior (fig. 14.57).
Principios de la técnica_
4. Una tercera alternativa consiste en cruzar hasta el
Principio t ..-Construcción det br~zo de paÍanca hombro contrario tan sólo el blazo opuesto ál lado
1. Paciente en decúbito supino y operador de pie a un del operador (fig. 14.58).
lado. 5. Erl-la cuarta alternativa el paciente se coge el hom-
2. El pacie·nte cruza los bratbs sobre erpecho cogien- bro derecho con la rnano izquierda y el codo. iz-
do con cada mano el hombro contrario. El brazo que quierdo con la mano derecha (fig. 14.59).
queda por encima es el del lado opuesto al que se
encuentra el operador (fig. 14.56). ·

Figura 14,56. Figura 14.58.

Figura 14.57. Figura 14.59.


236 Principios y práctica de ta medicina manual

Principio 2. Establecer el fulcro tenar (fig. 14.61 ). Esta posición de la mano suele
ser incómoda tanto para el paciente como para el
1. La mano se coloca con la intención de controlar la operador.
vértebra inferior del segmento móvil vertebral dis-
funcional. Las apófisis espinosas se sitúan en la pal- 3. En la tercera opción se coloca el dedo índice, con
ma de la mano y el .pulgar se pone al lado de las las articulaciones interfalángicas flexionadas, en la
apófisis espinosas en paralelo a la columna apófisis transvers·a:ae la vértebra inferior y la articu-
(fig. 14.60). lación metacarpofalángica del pulgar en la apófisis
transversa del otro lado {fig. 14.62). Se recomienda
2. Una segunda alternativa consiste en colocar a un esta posición ya que permite el contacto de la emi-
lado de las apófisis espinosas los dedos del 2.s al nencia tenar contra el cuerpo de una costilla que
5_s flexionados, y en el otro lado de las apófisis pueda presentar una disfunción, asociada con dis-
espinosas se colocan las eminencias tenar e hipo- funciones no-neutras (ERS) del raquis dorsal.

Figura 14.60. Figura 14.62.

Figura 14.61.
Capítulo 14 Columna dorso/ 237

Principio 3. Localización del brazo de palanca 3. El operador coloca la mano-fulcro bajo el tronco del
en el fulcro paciente, situándola en la vértebra inferior del seg-
1 . El operador hace rodar al paciente hacia él para mento móvil disfuncional.
colocar el fulcro en la vértebra inferior del segmento 4, Se devuelve al paciente a la posición neutra en la
móvil disfuncional. línea media, localizando la tensión en el fulcro a tra-
2. Sl:l devuelve al paci¡mte a .1:cr.posición .neutra. y e1 · · vés. del brazo de palanca. La mano cefálica del ope-
operador toma.contácto con sii cuerpo sobre el b.ra- · rador controla la ·cabeza y el cuello del pacienie para
zo ..de palanca, es decír sobré .los brazos cruzados . introducir flexión (fig. 14.64).
del paciente. La mejor zona de. contacto es. el epi- 5. El operador flexiona la columna dorsal hasta la vér-
gastrio. SeLha de teper cuida_g9 de no comprimí[ la ,·tebra superior de la unidad motora vertebraLdisfun-
jaula torácica·del operador o, ·en el caso de que,el cional (fig.· 14.65):
operador .sea mujer, las. mamas. _Se puede utilizar
una. toalla. plegada o una almohada .pequeña para 6. Se ejecuta un impulso de alta velocidad y baja
acolchar los codos del paciente cuando contactan . amplitud dejando caer el peso del operador, a través
contra el tronco del operador .(fig. 14.63). --del brazo:de palanca, sobre·e1 fulcro, con una ligera
· exagerac¡ióri de la posición de flexión del paciente.
Principio 4. Focalización del impulso
7. Se vuelve a explorar.
1. El fulcro sujeta el segmento inferior, de manera que
el segmentó superior se pueda mover en la direc-
ción que interese para-alcanzar la barrera.·
2. La iuerza impulsiva se dirige Jiacia la cara superior
del-fulcro. ·
ColÚltina dorsal
Técnica de movfü~ación con impulso
D3º12
Decúbito süpino
Díi:fgnósticó"
Posición: Extensión bilateral (las dos articula-
ciones-imbricadas)
-Restricción de movilidad: Flexión en el plano
sagital
1. Paciente en decúbito supino y operador de pie en un
lado.
2. Se construye el brazo de. palanca cruzando .ambos.
brazos sobre el pecho (o con.cualquiera de las alter-·
nativas previamente descritas).
Figura 14.64.

Figura 14.63. Figura 14.65.


238 Principios y práctico de lo medicino manual

Columna dorsal 4. Se vuelve a poner al paciente en la línea media y


Técnica de movilización con impulso el operador controla la parte superior dél tronco el
cuello y la cabeza del paciente. '
D3-12
Decúbito supino 5. El_paciente flexiona la parte superior del tronco has-
... Diagnóstico ta recién sobrepasado el fulcro (fig. 14.66) .

Posición: Flexión bilateral (las dos articulacio- 6. ·E¡ operador deja caerTá cabeza, ei cuelloylá parte
nes desimbricadas) superior del tronco hada la extensión justamente
hasta sobrepasar el fulcro.
Restricción de movilidad: Extensión en el plano
sagital 7. Un impulso de alta velocidad y baja amplitud, apli-
cado por el cuerpo del operador contra el brazo de
1. Paciente en decúbito supino y operador de pie a un
palanca, lleva el segmento superior hacia la exten-
lado.
sión sobre el fulcro (fig. 14.67).
2. Se construye el brazo de palanca cruzando los bra-
8. Reexaminar.
zos a través del pecho del paciente, cogiendo cada
uno de los hombros con la mano contraria. .,
3. La mano del operador se coloca como fulcro bajo el
segmento inferior de la unidad motriz vertebral dis-
funciona\.

Figura 14. 66. Figura 14.67.


Capítulo J4 Columna dorsal 239

Columna dorsal 4. El paciente es devuelto a la posición neutra y se


Técnica de movilización con impulso localiza la tensión sobre el fulcro a través del brazo
de palanca
D3-12
Decúbito supino 5. La mano izquierda del operador realiza flexión, incli-
Diagnóstico (Ejemplo: D4-5) nación derecha y rotación derecha del cuello
' ··,~ .. . . y _de \¡,._ pa,_rte superior del raquis dorsal hasta D4
Po.sición: Extensión;- rotát:íón:itquierda;inclina- (lig. 14.68). .
ción izquierda (ERSI) · '' ·
6. El peso del,.,werpo del operador aplica un impulso
Restricción de movilidad:· Flexión, rotación de- de -alta velocidad y baja amplitud sobre el brazo de
recha, inclinación derecha ·· · ·
palanca en dirección a_\ fulcro, produciendo flexión,
1. Pacie~te én dec6bito supihó, eón at operador<le pie · inclinación derecha y · rotación derecha de D4 y
al lado derecho del paciente. apertura de la articulación interapolisaria izquierda
2. El paciente éoristruye· er brazo· de :palanca cruzando (lig.14.69).
· sus brazos sobre el _pecho. 7. Reexaminar._
3. La mano derecha del operador construye el fulcro
bajo las dos apófisis transversas de D5.

Figura 14.68. Figura 14.69.


240 Principios y práctica de lo medicino manual

Columna dorsal pulgar en el espacio intertransverso de 04-5, utili-


zando la posición de manos de la figura 14.60.
Técnica de movilización con impulso
03-12 4. El operador lleva tensión al fulcro a través del bra-
Decúbito supino zo de palanca y con la mano izquierda flexiona
y extiende la cabeza y la parte superior del tron-
Diagnóstico. (Ejemplo: Disfunción de .gcupo03-6)
co, para cerciorarse de que existe frexo-exten-
Posición: Flexo-extensión neutra, inclinación sión neutra en los segmentos disfuncionales
derecha, rotación izquierda (NS,R,) o (EN,) (fig. 14.70).
Restricción de movilidad: Inclinación izquierda, 5. La mano izquierda del operador introduce inclina-
rotación derecha ción izquierda y rotación derecha hasta los segmen-
1. Paciente en decúbito supino sobre la camilla, con el tos disfuncionales (fig. 14.71).
operador de pie al lado derecho. 6. El torso del operador aplica un impulso a través del
2. El paciente construye el brazo de palanca cruzando brazo de palanca en dirección al fulcro, produciendo
los brazos por delante del pecho. inclinación izquierda y rotación derecha de los seg-
mentos,disfuncionales.
3. La mano derecha del operador construye el fulcro
colocando la articulación metacarpofalángica del 7. Se reexamina.

Figura 14. 70. Figura 14. 71.


Capítulo 74 Columna dorsal 241

Columna dorsal Nota: para alguna de las variantes de esta técnica


Técnica de movilización con impulso conviene disponer de un taburete de tratamiento
con travesaños entre las patas, a modo de esca-
D5-12
lera.
Sedestación
Principio 2. Construcción del fulcro
Principio-,1. Construc~ión ~.el_ brazo d<;:Palaaca
1, El pa&Íerite sentado sobre un tabÜ;ete de tratamien' 1, El ,operador coloca la rodilla so_bre la vértebra in-
- to coloca sus -dos marias entrelázadas por detrás - ferior de la unidad motriz disjuncional, apoyándola
del raquis cervical (no del occipital) (fig, 14,72), en la apófisis espinosa o en la apófisis transversa
(lig, 14,74).
'_2:. Las ~anos del,operadgfse pasari;p9r debajo de las
axilas, del paciente y sé agarran de los antebrazos 2. E( operador coloca _el pie sóbre el tra\tesañ6° del
de éste, posición que permite el control del tronco taburete que le permita poner iensión.con la rodilla
'.del pacienté (fig, 14,73).' - · sobre la -unidad motora disfuncionaL

Figura 14.72.

Figura 14.73. Figura 14.'74.


242 Principios y práctica de to medicino manual

3. Una alternativa a la rodilla es el uso, corno fulcro, de 2. El impulso se realiza mientras los dos brazos del
una toalla enrollada, la cual se coloca .con el borde operador controlan el tronco del paciente, merced a
a la altura de la vértebra inferior de la unidad motriz la presa de las manos del operador en los antebra-
disfuncional (fig. 14.75). zos del paciente.
4. El tronco del operador se apoya contra la toalla-ful-
cro:pata. ·controlar la: Vértebra inferior (fig; 14-:76J·· · · Columna dorsal
Técnica de movilización con impulsó
Principio 3. Impulso sobre el fulcro a través del brazo
de palanca 05-12
Sedestación
1. Los dos brazos del operador tiran del tronco del
Diagnóstico
paciente hacia el fulcro o levantan el tronco sobre el
fulcro, dependiendo de si se necesita un impulso en Posición: Extensión bilateral
flexión o en extensión. Restricción de movilidad: Flexión bilateral
1. Paciente sentado sobre el taburete, con las manos
cogidas detrás
., del cuello .
2. El operador coloca la rodilla o la toalla-fulcro sobre
la apófisis espinosa de la vértebra inferior de la uni-
dad motriz disfuncional.
3. El operador desliza ambas manos por debajo de las
axilas del paciente y le coge de los antebrazos.
4. Se introduce flexión hasta el segmento disfuncional
(fig. 14. 77).
5. El operador ejecuta un impulso de alta velocidad y
baja amplitud tirando directamente hacia detrás, en
dirección al fulcro, aumentando la flexión desde arri-
ba, contra la vértebra inferior fijada.
6. Se vuelve a examinar

Figura 14.75.

Figura 14.76. Figura 14.77.


Coprtulo 74 Columna dorso/ 243

Columna dorsal Columna dorsal


Técnica de movilización con impulso Técnica de movilización con impulso
D5-1,2 D5·1"2
Sedestación Sedestación
Diagnóstico Diagnóstico (Ejemplo: DB-9)
.• ; Posic\ón::Fl~xión lÍilaÍe.ra't' •
. .' .
?'..:.
. ':·
:;i:.
',.:'
-_ -•·- :
..
«• - PÓSJCÍón: Extensión, inclinación izquierda, rota-
Restricción_ de moyilidad: Extérisíón•bi{ateral ción izquierda (ERS,)
I' Restricción de movilidad: Flexión, inclinación
1-- _.1. F'aciente &entsipo con la,s mano&_cqgi(la¡;'.B,itrá,s deL. _-
,.
1

cuello. derecha, rotación derecha.


-'2. ·. Ei cipera.dor de piÍi detril:s _étel pa.ciehfo, ciffi
·1a rcidf~\ - 1 - Pa.i: iente sÍintado, eón lás manós cogid~s detrás.del
Ha o -el ródill0 (toallai -sobre- la -apófisis--espinosa --- - cue IIo.
de! ta·vértebra-inferior"de ·la anidad ·motriz·disfun·-··- - 2. El operador, de pie detrás del paciente, construye
cional - - ·· · · · · - ·· · · un .fulcro contra la ·apófisis transversa .derecha.de
, 3: El operador pasa las manos por debajo de.las axilas _ D9 (la v~rte_bra inferi_or). /
del paciente.y le agarra de los antebrazos, $. El op<arádorpasa los brazos por debajo de las axilas
4. Se localiza· 1a tensión én- el· segmerito disluncional· _.de:! p<;tciente Y le coge de los antebrazos. __
. extendienpo- el tronco_ del -Raciente sobre el -fulcro. _, 4. El operador lleva la parte superiordel tronco del pa-
0(fig_' 14-:78F''. ::.: . ·: : . ·_ •-· . :· ' : -· ·,·. ' ,'.~'. •. •· :· :: :, : : 'cfeñíe'ha.cia Ia· barre_ia. de- flexión, '.iridi□-~cíén deré-.
/t. E) op~adÓr li~i9a un i_Í]Ípl!ISO de, alta _vi;iji,cida.d i) _ cha Y rotación derecha (fig, 14:79),· .- ', · -_- _ - :._ __
;Í:;:-,bája:áiii]11ituo.'exteridiendo liíparfu'á~¡i(!riw.'.i'lelfiror,íit;:-,s. 6lop~radóUea\izá-''\)fl írñpul§P dé'"áJ!a." vel·ocidi:(cl Y> - ·'
--,: .ép-.déL¡.íaqier-ité-sobre er fulcro, mercad a,Mn r¡\ov¡o· :- : ·i . b.iis1 ar'Aplitud, en flexión, ti rango de !aparte superior -
mientó de levantamiento. · del tronco del paciente eri dirección al fulcro.·
-.,6. Reexa,¡ni~r.:,u ,,, , , ,,., 6. Se re,ixam111a
. r,.-. •.

. .

Figura 14. 78, FigÚra 14.79.


244 Principios y próct1ca de la medicina manual

Columna dorsal Columna dorsal


Técnica de movilización con impulso Técnica de movilización con impulso
D5-12 05-12
Sedestación Sedestación
Diagnóstico . (Ejemplo: .08-9) . _Dia~~5.tico{Ejemplo: Disfunción grupaIQ7:10)
Posición: Flexión, rotación izquierda, inclina- ·· Posición: Flexo-extensión neutra, inclinación iz-
ción izquierda (FRS;) quierda, rotación derecha (NS;R,) o (EN").
Restricción de movilidad: Extensión rotación Restricción de movilidad: Inclinación derecha,
derecha, inclinación derecha. rotación izquierda.
1. Paciente sentado, con las manos cogidas detrás del 1. Paciente sentado, con las manos cogidas detrás del
cuello. cuello.
2. El operador construye el fulcro contra la apófisis 2. El operador construye el fulcro sobre el espacio m-
transversa derecha de D9 (el segmento inferior). tertransverso derecho de 08-9.
3. El operador pasa los brazos por debajo de las axilas 3. El operaclor desliza los brazos por debajo de las axi-
del paciente y le coge de los antebrazos. las del paciente y le coge de los antebrazos.
4. El operador alcanza las barreras a Ja extensión, incli- 4. El operador extiende y flexiona hasta asegurar la
nación derecha y rotación derecha a nivel del seg- posición neutra de flexo-extensión y, seguidamente,
mento disfuncional (fig. 14.80). introduce inclinación derecha y rotación izquierda
5. El operador aplic;a un impulso de alta velocidad y para fo_caliz¡¡r I¡¡ tensión en el ápex de los segmen-
tos dislunciónales (fig. 14.81). ···
baja amplitud, levantando y trasladando hacia de-
trás, sobre el fulcro, el tronco del paciente. 5. El operador lleva a cabo un impulso 1'.le alta velo-
6. Reexaminar. cidad y baja amplitud tirando de la parte superior del
tronco del paciente ·en dirección al fulcro, lo cual
aumenta la inclinación derecha y la rotación izquier-
da de las vértebras disfuncionales.
6. Se vuelve a explorar.

Figura 14.80. Figura 14.8 l.


Capítulo 14 Columna dorso! 245

CONCLUSIÓN Conviene precisar que la técnica de movilización


con impulso en decúbito prono para D5-12, sólo
En la secuencia de tratamiento, se debe evaluar y tra-
puede usarse en disfunciones de tipo FRS, estando
tar el raquis dorsal antes de la evaluación y trata-
contraindicada en las disfunciones ERS. Aunque re-
miento de las costillas. Ocasionalmente, puede ser útil
sulta posible adaptar las técnicas de movilización con
tratar una_ disfunción costal_rpays,r ele en1:ada para,'.':
continuación,.-podet évaluar y tratar mejor las posibles· i.l)']puho pil-ryt J35-12 en decúbito supino, para disfun--
disfunciones de, la columna dorsal. - , , -_ - . ci◊nes FRS; fti:m muy difíciles de ejecutar. Por lo tanto,
En· las técnicas de movilizaóón con impulso en se- en_. esta zpq~, -~e recomienda- utilizar· la .técnica en
deStaci_On, del ráquis· dorsal medio e inferior,· ·este autor prnno para-las.disfunciones FRS. Es importante. hacer. ·-
prefieré ütilizat.J,r:rodilla, o: la' tg.alla enrol_lacla como una focalizaci<"m precisa sobre.las apófisis_ transv¡,rsas _
fulcro sobre la·vértebrn inferior de lá unidad motriz - . cU:álldá' se ";riabza:ri té~ni_Cas. de. rtiovíli:iaéi_óll c9n irri-
:<;;1Jsfun5'.ional. ·E_Il 'oé_?IBiories, .·.?.f:tO·s·· t~~~,Pé:u't~S y__a~tofe~ -pulso en sede&tación o en decúbito prono, y asegu- ...
prefieren colocar el fulcro contra Ja apófisis transversa rarse d:e que e1·contacto no se efectúa ~obre él cuerpo
dé la vertebra superior ae fa unidad motriz disfund0c : de· la: cpstilla·adyacente, ya que los impulsos manipú- -
na! y efectuar d impulso con hrodilla ·( o el tronco so- laüvos rep.eticlos sobr_e el cuerpo de uµa costilla pue- __
bre la toalla) hacia delante, para desrntar la vértebra de_n generar hipermovilidad de las articulaciones cos-
disfuncioiiaL Encua)quiera delos-c_ascis resulta impera-. tovertebrales _y costotransversas, dando lugar a una ·
ti~?_focaliz.ar l'erfertaqie,nte eHill.,PJI_~~ so?re el_ful_c~º: disfunción_ costal estructural crónica.
1 .. -,. < .,º· .,. " . ~
.. _,,
..
-4~--r~;~\c·.,- ..t.,. . ,,"•;¡·
·_J •
··-····~·.,, ...~--
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JAULA COSTAL

Lájaúlá torácica consta de las' 12 vértebras dorsales; los · ANATOMÍA FUNCIONAL ·


12.pares dé costillas, el esternón y los ligamer¡tos y .;
m{1sculos correspondientes. Lascostillas mantieneúlá Entrada torácica
forma y el 'corttornt) tilíndrico, de lajáulá tora'cica; al En el extremo craneal de la jaula torácica se,,c,nclientra
:·, ••tiem¡,ó que-albe,gaa'la& ws.ciráú<>rá<>icas';fun<lamen- , .. la a.herturatorácica superior, más comúnmenti, dtnQ- ..
. . tálmerj.ti d córaio.n y)qs grandes vasos, lospulmónes, .. _minada entradá tórácica (tig.15.2), o también corto-.·
., la;l[~q';\eª. Y;el·es~f~!!~ ~l_<jjaf!JÍg"]!-"_tcfry.c,.o;,a.bd$ffi1i:J,a1 .· ©i<)a como· .désfilader,o torácico, Este .espacip :anató- . ,
·.. (fig,'15,1} éjérce ·ae pistórl del ci:Jítidro ,epiesent.tdo : dn:itÓ '.;,st:i. !irnitai:lo por .el cÚer'¡:io de-'la ver:te'tihi- DI, e.1"'.- ..
. pdt la- jaula iorá:trca; tantbíando la •presión ·1ntrátorá- , •borde interno de la primera ·costilla; tanto, decech:,.; ·
cica, negativa en términos relativos, durante la respi~ como izquierda, la cara posterior del manubrio ester-
. · . ración. Apa,te de se;; ,el principal.múséµIQ de la re~pi: · ._na! ,JI ,::1 e~tremo rr,ediaj de ambas clavícula~. A ti:avés
ración, el diafragma·<lS la· «bomba» primordial !le los · · .:. sµyo pasan.el esófago, la tráquea. y los·vaso.s pfincipales.,
sistemas de baja presión venoso y linfático_ del cuello y de los miembros superiores.

Pleura_parietal posterior

ntro frénico

--.~-:
;
' - ______ ._

--.......,,"';-

;:·,
º'" Hiato esofágico

1 ' .

· Hiato ·aórtico · Arcos lumbocostales


'
- Pil.arés- /
Figura 15.C
Diafragma.
247
248 Principios y práctica de la medicina manual

Canal vertebral para los músculos


largos de la columna

,/,f,
./
. t,, . '
&P"----1 '\a,¡¡ --' Espi_na
---' ", ,~e=.___ f 1{ de la e$ápula

}'
\/¡
·,,
~
=-,..~':,"--Acromion
""i)~
~• z pófisis coracoides

Clavícula

Esternón

Figura 15.2.
Entrada tofácica.

Drenaje linfático se denomina neuralgia intercostal. Estas disfunciones


se describen como disfunciones costales estructura-
El desfiladero torácico reviste una gran importancia en
les. También contribuyen a la restricción de la activi-
el drenaje linfático, dado que todo el sistema linfático
dad respiratoria de la jaula costal, pero fundamen-
drena en el sistema venoso, inmediatamente por de-
talmente se las identifica como las disfunciones aso-
trás del extremo medial de la clavícula y de la primera
ciadas con dolor de la pared torácica. La existencia de
costilla (fig. 15.3), La alteración de la función de la
síntomas neurálgicos intercostales, en ausencia de
jaula .costal afecta a la actividad respiratoria, a la acti-
disfunción costal estructural, debería alertar al mé-
vidad circulatoria (arterial, venosa y linfática) y a la ac-
dico y hacerle investigar la posible existencia de cau-
tividad nerviosa (en especial de los nervios intercosta-
s~s orgánicas de neuralgia intercostal, como por
les y del plexo braquial superior a la primera costilla).
eJemplo herpes zoster, tumor del canal espinal o pa-
Tronco simpático tología inflamatoria o neoplásica, primaria o secun-
daria, de las vísceras toráCicas.
La cadena ganglionar lateral dorsal,· -de la división
simpática del sistema nervioso autónomo, descansa
por delante de la cápsula de las articulaciones costo- ANATOMÍA DE LAS COSTILLAS
vertebrales y se encuentra estrechamente unida a la
pared torácica posterior, por medio de fascia densa. Las costillas se .dividen en costillas tipo y costillas atípi-
Las disfunciones de la jaula costal son con Tre- cas. Las atípicas son aquellas con los números 1 y 2, es
cuencia uno de los principales componentes de la dis- decir las costillas 1, 2, 11 y 12. La primera costilla es an-
función del sistema musculoesqué!etico, aunque muy cha, plana yse articula con Dl por medio de una única
a menudo resultan indoloras. Habitualmente se des- carilla articular. Constituye el límite lateral del desfila-
cri~e -~ estas disfunciones como restricciones respira- dero torácico y presenta múltiples tipos de disfunción.
tonas, las cuales contribuyen _a la persistencia ya !are-· La segunda costilla se articula por medio de dos cari-
currencia de la disfunción en la jaula torácica o en llas articulares con D 1 y D2. Por delante se articula,
cualquier otra zona del sistema musculoesquelético. por medio de una poderosa unión cartilaginosa, en la
sínfisis esternal superior, justo a nivel del ángulo de
Louis. Los trastornos de la función de esta costilla al-
NEURALGIA INTERCOSTAL
teran_ profundamente la función del esternón y contri-
Existen disfunciones costales que se asocian con do- buyen con frecuencia a la aparición de síndromes do-
lor en el espacio intercostal y a las que normalmente lorosos en el miembro superior (fig. 15.4). Las costillas
Capítulo l 5 Jauto costal 249

carilla superior de D4, mientras que la articulación


costotransversa se produce a nivel de D4. La articula-
ción anterior es la costocondral. Todas las costillas
que se unen al esternón lo hacen directamente o a
través del arco costal. La movilidad costal normal pre-
.·cisa .de la ·movilidad de las vértébras dorsales y de la
nio:01id'&ll'de las ·articulaciones cosí.-;vertebrale~, cos-
iotransv!'rsas y costocondrales. l':l ár1gulo costal de las
.costillas .tipo es la.parte más posterior del cµerpo de
.,__..,.c,--'.,.~r.,Drena~é l~tercostal
Ja costi)J;¡ y constituye el pun.to doride se inserta el .
·'iriúsfül é:iiliocos taL
lrenaje interc'Ostal
._-+----+Pr~naJe.,
medlaslínlco
· DIAFRAGMA·
•.,~'--+G.~nQlfo! ~xl1ares ·
De hlgadiY
y-d!alrag~a
ÍÜ diafragma (fig. Í5:l) es el múscui-o principal·de lá ·
'respirad&. Cuarido se contrae, desciende jr_·á.um~ntá
la_presió!} nefsativa-illtratorácica, lo Cual incrementa la
'\,-~~--/-\-'~: De hlgildo, diafragma :· ihspiraGión. Cuando se relaja, ·efrepliegue pasivo de la
, _.. ,.. ~ v!aln€1 c_ava inJerlo~ ,.
~~'
'W:>\t =-.. . ' ' .... ;.¡.:(•.;.o.:,; ., .• ~ . . . . . : ..~ j.'\µ\a[<;¡¡Jckapr;qdu~~ Ja;e_wir;¡óqn,_.Otr.oi giúscylo~
' inspitat:oiios son lbs ·intercostales externos·y. Ios··mús-
.. ,.c.i;il9s ac~ióorios,_q" la insf?ira~ión 50~0 éf ~s¡.,~nQ;.. ,..
I~t
¿P: ·' ·' Ze1<Jldoih~ti;iideo;Jo(e'séalenos; lbs pectGralªmiyor f 0". . ·
:.. · ''·º... . .· ~ étll1 ) ,meno,zy; <:¡casional_trtente,'d gi.an serrato, el ,gr.aµ .d9r,
.,," sal, el s~rrato ·posterior superior.y las fibras superiores
gangll · del _'ilíqcostal. Los prirtcipales músculos espiratorios
..
~'º"'
e-.,.'(\~~
lnalés
·-son 10s lritéfcOstal_es internos y iOs in~s_C:Ülos acceSé>rioir
\,,,~ #
.~• ·c1e la espiración ~orno fos abdominales, las fibras infe-.
j ""º•'% riores del iliocostal, el serrato posterior inferior y el
./ ,,.►
,<(
,o'=> ~<fo g>
••s. cuadrado lu¡nbar. Los músculos intercostales externos
¡ ,•·~Q~•''º'
-~... º•
\
Gangllos e internos son considerados habitualmente músculos
'"""'"''" respiratorios; pero su función consiste, en gran medi-
da, en mantener la integridad del contorno cilíndrico
del tórax y evitar la invaginación cuando la presión ne-
Fig\U"a 15.3.
gativa intratoráci_ca a~rríenta.
Drenaje Íinfático.
MOVIMIENTOS COSTALES
11 y 12 se articulan por medio de carillas únicas con bs Los ·principales movimientos de las costillas son los
. vértebrás Dll y Dl2 respectivamente. No disponen de corr.espondientes a la inspiración y a la espiración. Es-
las típicas articulaciones_costotransversas nis~ unen al
tos mb.vimieritos también se describen como movi-
afeo c'o~tal, sino. cíue se asocian con la musc;lJlá.tura de· mientós en asa de bomba y en asa de cubo (fig. 15.5).
la parea abdominal posterior. El músculo -.cuadrado Durante la inspiración, el ex.tremo anterior de la cos-
lumbar .se inserta en el borde inferior de la 12.ª costi- tilla se-ffiueve hacia arriba corho el asa de una bomba,
lla, la cual
~-
es habituahnente ' '
asimétrica en su longitud.
. mientras que la parte lateral de la costilla se desplaza
·. Las}ostillas tipo, de-l_a 3.ª a·la 1_0.ª, disponen de· · hacia arriba-como el asa de un cubo. En-la espiración
tres artí~u!ácioñes.J;,as artiGiJ!ación~s posteriores son . ·. amj:,os.:t.omponentes se prod4i:rn' en dirt;fdó~:.c¡,~,- ·
i la costJvertebral, en la-q'iie -ia cabezá de la costilla se·. dal:.Todas lás. costillas disponen de los .. doi tipos ~
1 . . ., .
articula"cotl hemic:i.rillas de las vértebras dorsales su- · movimiento/Las costillas más superiores .tienen uri
,,,,. ' , : ,

1
.. .,.,,- ' -~. •; ;;. p,;_rior_.~;iriferic[t. y c9ri ,:)~trl,l~§brosq.dd :dis~o int_érº · . pre:doml11io ,de moviHdad en <1sa de bombá y l<J;&!'Jnás .. · .:
; >J.. ~, '"
' vettebi'al, por lnedr6- de'üi!"f:>1:ítente ai!claje ligamer1° .'. inf~riores poseén'máyór rnoviÍidad-en'asá de é:úfro:"EJ;:. ,,
__ . to_so. 1.',~'otra a,rticulaci~J:?':f?osteriQ,r __es la .costotran_s-· principal responsable de estos·movimientos es el.eje
·... versa, árticulación sinovial que· une la•. superficie . de mov:ilicfo.d entre lás articulaciones c·ostovertebral y
anterior de la apófisis transversa con la superficie ar: costotransversa. En las costillas superiore_s este eje es
· . iicular,,de la cara pp_sterjQ¡ <;l!'J~ c_qstilla. ~.modo de .más ti:ansversal, lo cual condiciona una mayor activ.i- .
.. . ejempYo, la artitúlación costóvértebfil 'de lá 4,ª costi \tad en;:i~a de bomba, 'ínientras que en las Gostillas in;..". ;~. ~-
0
,

lla se une a la hemicarilla inferior de D3 y a la hemi- feriores el eje es más anteroposterior, lo cual facilita
250 Principios y práctico de lo medicino manual

Tubérculo Cuello Cabeza (dos carillas)

Cabeza (una carilla)

Surcq_para
la arteria subclavia

Tuberosidad
para el escaleno ·
anterior
Surco para
"'ªvena subclavia·
Tuberosidad
para ef gran
serrato

Figura 15.4.
Costillas l.' y 2.'.

el movimiento en asa de cHbo. En un movimiento en


asa de cubo verdadero los extremos anterior y poste-
rior de las costillas deberían permanecer ftjos, lo cual
no ocurre en el tórax normal, dado que el extremo
anterior de la costilla se desplaza ligeramente hacia
afuera y arriba durante la inspiración y hacia adentro
y abajo durante la espiración. No obstante, las expre-
siones «en asa de bomba» y_~en asa de cubo» son muy
adecuadas para describir las características de la mo-
vilidad de la pared torácica...
En las costillas 11. • y Í 2. • se produce un terce; ti-
po de movimiento. Dado que no poseen ningún tipo
de relación articular anterior, ni presentan articula-
ciones costotransversas su movilidad es fundamen•
1

talmente hacia detrás y afuera durante la inspiración


Figura 15.5. y hacia adelante y adentro durante· la espiración. Este
Movimientos en asa de bomba y en asa de cubo. tipo de movimiento se ha descrito como movimiento
Capítulo 75 Jaula costal 251

de compás calibrador y asemeja la acción de unas pin- Otra posible subluxación es el desplazamiento cra-
zas para cubitos de hielo. neal de la l.ª costilla a nivel de su articulación en el
Un cuarto tipo de movimiento costal es el que lado externo de Dl. Este desplazamiento hace que el
acompaña a la rotación de la columna dorsal. Se pro- cuerpo de la costilla se asiente en lo alto de la apófi-
duooe. un movimiento de torsión costal cuando dos sis transversa.
cosi;il_las tipo:es,án articulad~s _c'?:\dºs :ytn~~:ª~ d?r- ·. , Los cuerpos costal,esposeen una .itrlln flei,ibilidad
. .· saJejf-Imphc~as en un moVJm1ento. de,,totanon, l'or .· } están di~eñados parasopdl-tar cargas de compresión
'ejernplo, cuap:do D5 gira hac\a la de(échá .con re,s- anteropotteifor y )atéral, manteniendo la integridad .
. . p".áp al.)6,]i,l.Cªra posterior de.) 4 .f?.~ S<?~iill~,der!'ch;i .d.el cilindro .torácico. A veces, después de un trauma-
..gira,txterna!J}!-'nte y la 6,\costi\\¡,, izquier<l'!,gira in,ter- _t_i:smo en,.dir.eccióll. aµtero.p.osterior,pJateral, una o
··.··namente. -La':('lostilla parece retorcerse ~o-bre·sí m;isma · más ·costilta:s puedeh perdér'su plastitidad y sufrirres- . ·
. en_S\l _ejt largo_. E~t~ ¡npviÍpien(o de tqr§i(>n, se cpnti-. tricción en un. estado de deformidad .
.núa .alrededor de la jaula. costal. hasta. el ,esternón,
doride el extremoaµterior de l"°.6.' costilla derecha. S". ... DIAGNÓSTICO ESTRUCTURAL .
h~ a¡:ilarfadó; petó presentá el ~órde.ilffetibt afihid_o~ .•. DE i.Ji JAúµ COSTAL ··. . . /
m1ehtras que el extremo antenor de la 6.ª costJ.lla 1z- . ~. _
quierda preseiita el borde superior más'acentuado. A - El diagnósücb estructural de la jaula costal valofa la
inedfüa que fa colU'riúia dorsal 'iruelvei ada ,posición · · tilíada diagnóstica ·de asimetría, amplitud articular al-
,ll'eutrá, .e~e;.·&iovimi¡,,i:\.to de .to'rsiéir¡,;,;i,itaJ:r~,PP!"ta 1::.. ,. ;, .terada y.~extur;,: tisular .artormaL_ EL examiµador ..éva,· ·
... ·· silriettía: bilateral: . . ··· tua 'la simetifa. o asimetría de la paréd torácica, pal- .
.;; •' ,:,/,, ;y~~jldoj~ jaula tc,st~t, suf~e :~•';~j,~~fTTl<>- si,:·: ;p\i'ndo a11te~r, ¡,5istesiQr y. lat~rafr¡iente. AJ •mismo.. .
1 :puedep cproilucii movim1entps.:co~t.alt.:&c'anorma1es. · - .,tJempo;.c rl exammadur:,pu.ede ·vafora:r las•· posibles·:.:

. &spués ,de ..;n episodio traumático,aislado' Já ,de-,fu,i_C,., ·-,normalidades en la textura ·áe,'io, tejidos, -espeéial 0 •. ·

crotraumatisfllOS múltiples pueden aparecer subluxa: mente la hipertonía en la inserción del músculo Hio-
' cioµes ant~~iores o posteriores de ima 9 !U~' co~ti)l;is. . c.ostalen d áügulo de la cc,stilla y en los músculos. in- ·º ..
Esta( :SubltiÍ<¡¾Í;\one,s repre$entaii.. cQ.s.tiHts. anwnja!es (ercostal~s, Las car;icterístic;Ís· de l~;inovilidad se .de-
hipermóviles; que se desplazan hacia delante o hacia terminan palpando simétricamente fas costillas, tanto
detrás, a lo largo del eje de movilidad existente entre en grupos como indiv\dualrnente; y siguiendo la acti-
las articulaciones costovertebrales y costotransversas. . vidad respiratoria de la inspiración y la espiración.

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252 Pnncipios y práctica de la medicina manual

Jaula costal 4. Se valora la posible hipertonía y dolor del músculo


Diagnóstico iliocostal a nivel del ángulo costal.
Sedestación 5. Se aprecia el contorno posterior del cuerpo costal.
Palpación posterior Lo normal es que exista una convexidad posterior y
1. Paciente sentado_ y _operador de pie detrás de él. que el borde inferior de la costilla se p<1lpe con más
facilidaªg~~il~uperkir. . . ..
. 2. El operador palpa la convexidad posterior áel tórax
en las regiones superior (fig. 15.6), media (fig. 15.7) 6. Se evalúa la anchura del espacio intercostal y la
e inferior (fig. 15.8). posible--hipertonía y dolor de la musculatura inter- ·
3. Se evalúa la participación de cada ángulo costal en costal. Cada espacio debe ser simétrico con respec-
la convexidad posterior. Se determina si alguno de to al del otro lado""y a los de los niveles superior e in-
ellos es más o menos prominente que los demás. ferior.

Figura 15.6. Figura 15.8.

Figura 15. 7.
Capítulo 75 Jaula costal 253

Jaula costal debajo del extremo medial de la clavícula. También


Diagnóstico se palpan las costillas medias (fig. 15.1 O) y las infe-
riores (fig. 15.11 ).
Sedestación
Palpación anterior 3. Se evalúa la participación de la cara anterior de ca-
da costilla en la convexidad normal.
1. Paciente sentado sobre la camilla, con el operador
de pié frente a. él. . . -~" , ,. A . .Se .valoran los espacios intercostáles y la posible
· · · ·,., '-·· .. · ,.,··. · · •. · · · · ' •.-, ... ·. -·· t_ens_íó(iy·. sensibilidad _ae la musculé\Íura interc'8f;-tal.
2. ·E;I opérádor;;pálpa el ie;bntorno anterior de_ la pa/er:r
. torácicé\ y su convexiciaa anterior, cóme·nzandéi ·por 5. Se valora la urnon costocondral (fig. 15.12) a.pre-
.. la Z:ona superior'(fig. 1'5:9); en la cual el dedó !'riE:fdfo · · é:iándosé la existericiá de prbmínencias y/o hu'ééos y
palpa. el ca.[lí_lggo coSl-ªI de Ja 1.ª c,ostilljtj(isto p,or :·_· liÍ.,,ap~rl¡;jqn de re¡¡.l)ción tisúlar o,:JoJ<:>(. .· .

Figura 15.9. Figura 15.11.

1
¡

:........

Figura 15.10. Figura 15.12.


;154 Principios y práctica de la medicina manual

Jaula costal dalmente sobre el cuerpo posterior de la primera


Diagnóstico costilla.
Sedestación 4. Un desnivel de una costilla con respecto a la otra de
Subluxación superior de la primera costilla aproximadamente 5 mm constituye un hallazgo
1. Paciente sentado sobre la camilla, con el operador positivo (fig. 15.14).
de· pie detrás. . .)?, . L.é! costilla disfuncional es notablemente sensible en
2. El operador coge la cara anterior del trapecio su cara superior.
superior de cada lado y tira de él hacia detrás 6. La costilla disfuncional muestra una restricción espi-
(fig. 15.13). ratoria manifiesta.
3. Manteniendo esta retracción posterior del trape' 7. Habitualmente existe hipertonía en los músculos
cío superior, ambos dedos medios se dirigen cau- escalenos ipsilaterales.

Figura 15.13. Figura 15.14.


Capítulo 15 Jaula costo/ 255

Jaula costal 3. El operador acompaña la inspiración y la espiración


Diagnóstico intentando apreciar la simetría de la excursión res-
piratoria completa.
Decúbito supino
Restricción de la movilidad respiratoria 4. Se palpa el extremo anterior de las costillas inferio-
1. Paciente en decúbito supino y operador de pie a un ~:s ~~~b~~-16), apreciándose el movimiento en asa
_lado .qé I¡;,,éarnílla,. ÓGJ:Í el Qjo dominante llQQJl),.}aclí·
nea·!ñtJc!r~i ·.-•· · · · f• se
· ••. · .·. ·. "- ;/ <'· 0~- 0 • · · i ·s:-:Tambié11 aprécian los.movjtnien\9s en as¡¡¡\:le cu-
. ·. · · • · · · ·· · bq (fig. 1q: 17) y "<,n asa de bomba (fig. 15.18) de las
2. El ·ope"rador coloca s1métricamente' las'manos sobre costill~s. medias. ·
· lós ládos·Élxternos dé la jauIa·costal inferior, cornos·
d¡;;dos.
. ,
érttqs: espaC[J:i,.S.
'' '.
int<,rcps\at~s
. . ' '
(iJg:
. . .i
j5_.15);.: .· ·

Figura 15 .. 15. Figura 15.17.

Figura 15.16. Figura 15.18.


256 Principios y práctica de la medicina manual

6. Se aprecian igualmente los movimientos en asa de Jaula costal


cubo (fig. 15.19) y en asa de bomba (fig. 15.20) Diagnóstico
de las cosffllas superiores. Nótese que el dedo me-
Decúbito supino
dio se encuentra en contacto con el extremo anterior
Identificación de la «Costilla Clave»
de la primera costilla.
1. Paciente en decúbito supino y operador de pie al la-
... - , do, i:qn e)cojo dominante sobre la línea media.
e:· ·c:·r••~,t:c:.,·. _,,_, ":.' "-~-;'" --- ·::_:-~···-·. ...... ,.,:.·•;~';. ,, . -~-..~,--,•: .... .... .
2. El operador coloca simétricamente un dedo sobre la
cara superior de una pareja de costillas y acompaña
· la inspiración y la espiración (fig. 15.21 ).
3: L-a costilla que primero ·se detiene·darante la inspi-
ración presenta una restricción inspiratoria.
4. La costilla que primero se detiene durante la espira-
ción presenta una restricción espiratoria.

Figura 15.19. Figura 15.21.

Figura 15.20.
Capítulo 75 Jaula costal 257

Jaula costal
Diagnóstico
Decúbito prono
Movimiento respiratorio de las costillas 11.ª y 12.ª.
1. Pacien.te en decúbito prono sobre la camilla, el ope-
.•.. '. Jádor ~!l pi(')~il t~J,i9i \':Ori :.f!l'¿,~j9:1prri)n?rt!l S()f[~•la• ':-::e·
:(ínea n;edia.'. :. . ( . •.·. ·: ····•· r
,• · 2,. Eloperador e,nc.uer]lra_la gurit<1.Jíe· la:11/costilla, la
.. cual se suele encontrar en la líneá a><ilar nied\"á, jus-
, •• ,, .. · :~o-por e~~ima d~ia érest&:\Íiacá, .. ·.. , . :. .· :· : :
3: El- operador sigue-el contorno -ele \a. 11.ª costilla me-
dialmente y coloca- los pulgares y las eminencias
tenares sobre el: cuerpo posterior de fas costillas
.. 1t:•·y ·12.• (fig. 1$.~~).. . . : . · · .· ..
. . . 4. El operadoracompaña, los,mavi.mieritos inspiratorios .
.,.,. . .;...'.... , .... •·· .y.. espiratorios.dátp.acientsl- .....•. , .... ·. • .. ·. ·. . . - ... '••.

:;,;{cJ)'_.~:.;.J i s¡':1gun~-éJe"i~J\-s"01iirDit':~~~f~1,'s,(án;éxríi_qrai1é _,'' rt~'tti~=;; f~," ~•. i ,. .,·,~:.·~

¡·""• ., ··~- no se· desplaza fiac1a,deíras .dur,arite. lé\ msp1ra~1on, ·· · 0 •.•••. • .. : · : : '.... • ·: •

f _x:.~+J- :· , ·"'· se <ctlce..que .pres¡,r¡.tá; una;J;.~tri~GÍQíl insP,ir,atoria. . . . ,., . . ,. ., , . ,,:,c;. ··--.,.,._,_,.:.:


r·:·:-'J'.1",~\·•···· r .,.:,.,, :.~ ' . ..,. . . ,-s...,!••,., ,.
)7:!í.'..,1. : ;._._ .. :. ,, , . • ,~, • li'~{ ;"'!':, • : ,.,,,,,. ~ • •.~"::-. ·.--.L.:_,-. -::,.::.:;, .. , .. :.
,, ·.--.j,,: . 6. S1 alguna de las costilla~ gue se,.esfan exploranl'.IQ', · :' '" '':';,,,; '· ':"· ·
f •·•·• ,.. no·se desplaza anteriorrT\ente.9-want(') la;espir<1ción',.. ·.·.;". .' · '. , ·
· se dice que presenta una restricción espiratoria. · ·,, •· ,.·,u'"''.. ,.',. ·
/
· 7;.. La cosiina 12.ª es notatilernente 'asim.étrica, pero
,¡{' °t\'. : 7
,.,, ,.~iéi1ipte.sigué ajiít f•·ci¡llílla/,1 \.' ·.L.. · >.......;::," ·"• ~tt

··:~ .,. •!'! .'-.::." ,~ ~·•,..,:,


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" ·-~····• .,,.,_ ,~ ,,_,,..,,-,.,.i. ,.... ""-~•/>
- . t••.
···_. ,. •·- ,.;.. ~•.;;·._ ~- -~- · ., ..,~,-~.,..., ;,;,v_,,,.;_~ :-~t,:•"'- ,1,,;;.
-
258 Principios y práctico de lo medicino manual

DISFUNCIÓN SOMÁTICA b. Ángulo costal sensible y tensión en el


DE LA JAULA COSTAL músculo iliocostal.
c. Extremo anterior de la costílla menos pro-
Las disfunciones costales se clasifican como estructu-
minente en el contorno anterior de la jaula
rales y respiratorias. Las disfunciones costales estruc-
costal.
turales incluyen la subluxación anterior y posterior y,
d. Notable. restricción. de la movílidatl costal -
en el caso de laV costilla, la s1;,1211.1?E.\'HRP:::~¡:,er,i91:; - . en'1Yr'fflipitá~iónyerr1a espiración. .. .,,.,,,,,,,.,.,
Otra disfunción costal, estructural es la forsíón costal;
que generalmente acompaña a una disfunción no- e. Frecuente queja de neuralgia intercostal en
neutra del raquis dorsal, sobre todo d1sfunc10nes deI el espacio adyacente.
tipo extensión, rotación, inclinación (ERS). Las.dís, 3-.- Subluxación ·superior de la primera costilla
funciones de torsión costal habitualmente se resuel- a. La palpación de la cara superior de la pri-
ven cuando la disfunción no-neutra del raquis dorsal mera costilla, por delante del músculo tra-
es tratada con éxito. En ocasiones la disfunción de tor- pecio superior, muestra que la costilla dis-
sión costal persiste y entonces precisa--de-un trata- funcional se encuentra 5-6 mm más alta que
miento apropiado para prevenir la recíifrencia de la 'la del otro lado.
disfunción vertebral. Otra disfunción costal estructu- b. Sensibilidad notoria de la cara superior de
ral es la compresión costal. Ésta_ p1.l.$:<it.,pr9_gu~,ir~e <;..11 la primera costiU~- ·- ,~.--" ·•
la dirección anteroposterior o en sentido .. lateral y
c. Restricción de la movilidad respiratoria, en___ .
siempre es traumática, aunqu-€ por fer·tuna son bas-
especial de la espiradón. ,_ ...
tante raras y suelen estar asociadas con ~.wcideútes··de
circulación o con traumatismos dép·órtiVóK"Si.=: p:reseh: d. Hip~rtonía.-:de los músculos escalenos- del
tan de forma bastante similar a la fractura costal, con mismo lado.
la diferencia de que el diagnóstico por imagen no per- 4. Torsión costal externa
mite demostrar la existencia de fractura. Una disfun- a. El borde superior de la costilla disfuncional
ción estructural que frecuentelllen.te··se·:()bs~.rv~ e:1)~. más P-f.Oll)ÍQente._ ,_,,_ __
2.' costilla se describe como si la éosiílla estuviera en b. El borde inferior de la-costilla dísfuncional
«flexión lateral». En esta disfunción la 2.' costiHa se menos prominente.
comporta como si sus extremos anterior y posterior es- c. Tensión y dolor de la inserción del músculo
tuvieran ftjados, como en el asa de un cubo auténtico. iliocostal en el ángulo costal.
El episodio traumático hace que la costílla se encuen-
d. Espacio intercostal más ancho por encima y
tre flexionada lateralmente, lo cual suele producirse
más estrecho por debajo de la costílla dis-
en dirección hacia arriba. Algunos autores describen
funcional, con tensión de la musculatura in-
esta lesión como una restricción espiratoria mayor en
tercosta1 del espacio inferior.
asa de cubo, pero no responden a las habituales téc-
e. Restricción de la movilidad respiratoria, en
nicas costales respiratorias. Suelen producirse por me-
especial de la espiración.
canismos de inclinación aguda de la charnela cervico-
dorsal. El acortamiento y la hipertonía de los escale- f. Estas disfunciones suelen ser la costílla clave
nos posteriores es un importante hallazgo asociado. en las restricciones espiratorias de grupo.
Los criterios diagnósticos para una disfunción Nota: Las disfunciones de torsión externa ha-
costal estructural son los siguientes: bitualmente se asocian con disfunción ERS del
l. Subluxación anterior mismo lado. Las disfunciones de torsión inter-
a. Ángulo costal menos prominente en el per- na muestran los hallazgos inversos y suelen en-
fil posterior de la jaula costal. contrarse en el otro lado. Las disfunciones de
b. Ángulo costal sensible, con tensión en el torsión costal rara vez se asocian con disfuncio-
músculo iliocostal. nes de flexión, rotación e inclinación (FRS).
c. Prominencia del extremo anterior de la cos- 5. Compresión costal anteroposterior
tilla en el contorno anteriorddajauJ.a_costal. a. Menor-prominencia del _cuerpo de la costí:
d. Marcada restricción de movilidad taQto a la lla en las convexidades anterior y posterior
inspiración como a la espiración. de la jaula torácica.
e. Queja frecuente de «neuralgia intercostal» b. Prominencia del cuerpo costal en la línea
en un espacio adyacente.
axilar medía.
2. Subluxación posterior c. Sensibilidad y tensión del espacio intercos-
a. Ángulo costal más pti:irnifiehte~eff-él ·corF · tal·¡,or·eñéifua ypor debajo de la costilla dis- --·
torno posterior de la jaula costal. funcional.
Capítulo 15 Jaula costal 259

d. Frecuente queja de dolor de la pared torá- debe ser tratada antes de abordar el tratamiento de las
cica del tipo de la neuralgia intercostal. disfunciones costales respiratorias. Al tratar restriccio-
e. Restricción de movilidad de la actividad res- nes costales re.spiratorias de grupo de tipo inspiratorio
piratoria. o espiratorio, la costilla clave debe ser incluída en el
proceso de tratamiento. Se ha de advertir al princi•
6. Compresión costal lateral piante que debe tener cuidado cuando evalúa las res-
"•'..I\omineµcia. c:lel :c. ue~pocostal.en.Ja,s conve- . 1., ·e . . ..... , t • L. •, · d' ... • ·
c;,.?'id¡idés'í/íi:Ü,ri◊1'·y· .'p· ost~rior'tlé lajaala-c_óstaJ.. , .ns,_19nes n;sp1ra onas. . o~,. cn,enos 1agnost1cos se.
basan en el grupb costal' qtie se detiene antes durante
. b:. Cuerpo ,cóstal disfuncional menos·. promi- · - · ·· ...
..., . .• , . edia ', laiii~pirac_ióü o la espiración Y. no en e_l_ gmpó que
nent:•en la !mea ax'.lar m · . . tiene una.alteración en la amplitud de la excursión res-
C.'ªSensibili-dad··y·tenswn del··espac10-mtercos-:- .. ""''. - ,. · . ·• ., . . •· .
..".. .......... ,.· ... · ,. •· . -..... · ¡ .... "ll d' .,. p1rat<ma. Por-•eJemplo, -un grupo de cosallas con res-
. tal por encuna Ypor debaJO de ª co ti ª is- s _tr_icdón espiratbria es el qµe primero se detiene en la ..
funcional. . , ,. . , d fase espiratoria de la respiración. Dado que las costillas

- · · · gi : : ; ·· • · · ·. · · - ._,. · :·
1 1 1
, · , · . ·, · ·
:n
.d'._ ~~~J: i!:e~:~::a~~~acico s1m1 ar a -e a neu- _Y':'- ~~~~!1~_1.:':e~~-3:n. u:1~ po~ici~n ~ns~iratori~1 p~é;Se_n- , .
•tan-·_µna a:rnphtuc\·mspiratona restnng1da. Estas d1sfun° ·
d.:·Restnct10n de la-movilidad respm;tona, · · ·•doii.es:cbstales·son con frecuencía dÍagnosticadas erró,.
· · ·.. - : ,, · · · · · · · · - rte~;ente- como ·restricciones irispiratoriaS ·debido- a
........ !'!9~a: Las,,comp_resiQn.~s. cbsta\es an_ter_oposte, ,
'·.. ·. ri0,re~.
. .
:r1m. .•· :.
Y.•.'/a;te_r,afus_,.,
,. ::_sirrru.·
. ,
·una_fra.!'t_.,ª.r_,a'c_º~.·.-.L : :: ; ~mrn:1¡¡;,¡,¡n:plit4d de movilidad;etiésé. Sentido.está Ji.rQi- .·
- ,.tl!d:.rN,:; Qbstante,.,;e trata·de restricciones espifatoriás ·•
7: ·Cos.tilla en flexión·-lateral . . dado·que .presentan- una amplitud espiratoria limitada
a,'>l'rnínin'imtia~cl,:,;uerpb· bostal ,eu, la :1íneá.., -ttfa.\Mó se:corripara eón bt del <>tro ladó. -Lp i:oíitrafüi ·
-, .·. · -~~lfar•ffi·láJá;" · ~-- ! .. >·:· _.· ~::· . -~ : ··2s;c~J~}1c/P~a
~·f., . . ;: _ lás restricCio~és"in:s·pl_r9"tDriá.S:"Iiado. que··
· · . b._:Marcad;i: _restricc;ión respiratoria de la. rnsti- · ya.ae:encuentran en posición de espiración, tienen una
. lla, habitualmente espiratoria. ¡;mplitud espiratoria disminuída, pero su principal res-
c. Asimetría de lós espacios intercostales s>ipra · triéción se e_ricuentra en la dirección de 1a inspiración.
· .: Y, $Uj'iy~tp1e~!l}_l,v.)=)?s)'i~a disfUr:.ci9,)_1,~1, si~n\,:< '. ';\~1l.f¿S_i:;tft~"iici~ diagnóstíco~ papl.la dísfgÍJ.cié¡n'c◊gt:a)
do el espácio superior más estrecho y el m- ·respiratoria son los siguientes: ·
ferior más ancho.
d. Dolor, normalmente del espacio superior. l. Restricción espiratoria
e. Es más habitual encbntrar esta lesión en la a. U na costilla o grupo de costillas que detiene.
2. • costilla, que se encuentra disfuncional en su movimiento en primer lugar durante la
posición superior (flexión lateral superior). espiración.
f. Sensibilidad notoria .del espacio intercostal b. La costilla clave se encuentra la última del
superior a la 2.' co.stilla en su cara lateral, grupo.
justo por debajo del extremo lateral de la c. Se intenta averiguar cuál de los componen'.
clavícula. tes (en asa de bomba o en asa de c.ubo) es el
g~ :Frecuentemente se-aSocia con síntoma$ ~ipo más limitado:
braquialgia. 2. Restricción irispiratoria
a, Una costílla o grupo de costillas que se_dé-
. DISFtlNCIONES COSTALES· RESPIRATORIAS .· tie.ne ante~· dl..ltallte .la "inspfraci6I1. ·
Una costilla aislada o· un gr-upo de costillas pueden b. La costilla. dave es la primera del grupo.
mostrar restri.Céión a la inspiración o a la espiración. c.· Se averigua cuál de los dos componentes
Cuando un grupo de costillas presenta restricción de (en asa de bomba o de cubo) es el que se
.la función inspiratoria..o espi~atoria se ha de buscar la . . ~ncuentra:n:i,ás res-~ngi.do. ;
. costilla ·clave.:-La costilla clave' ~nstituye el restringente· E.h bi.1; restricciones respiratorias. costales' de gru-
pri~cip;;i deJ~_~ap,;ddad ·J;;¡.' gr;_.po para realiti ,et:. .. :po puéde haber más ·de una. c'ostilla clave. Cada costi-·
· movimiento de inspiración b de espiración, La costilla Ha del grupo debe ser examinada para comprobar su
claye .Se -encti@ntm en1el e:xtr:emo superior O' en ~~".,r. ··grado de participación en los esfuerz6s inspirátoriosy
t-

trenio inferior d@i grupo. En las -disfunciones costales :;. ,, espira:rtorios giobales. . . . .
de grupo espiratorias, la cüstilla clave se encuentr4.en
el extremo inferi'or del grupo disfuncional. En la dis- .TRATAMIENTO DE LA DISFUNCIÓN
. función costal de grupo inspirátoria, la costilla clave se · DE LA JAULA COSTAL
· en~uentra en el extremo superior del grupo. La cbsti~ . . . . .. _
.: lla clave:·sue!e préseritar--uHa:-disfunción costal. est:Fue-,~:..;E"'""';,,prin.cipios.que.deben seguirse en ·lá secuencia
tura!. Si se encuentra una disfunción costal estructural terapéutica, si se quiere tener éxito en el manejo de
260 Principios y práctico de lo medicino manual

la disfunción costal. Como regla general el trata- les respiratorias. La costilla clave de una disfunción
miento de la columna dorsal debe preceder al de las respiratoria grupal suele encontrarse la primera o la
costillas, tanto individualmente como en grupos. Las última del grupo y presentar una disfunción estructu-
disfunciones de torsión costal responden frecuente- ral. Habitualmente basta con el tratamiento correcto
mente al tratamiento de la disfunción dorsal no-neu- de ésta para restaurar el movimiento normal y la ca-
tra asociada. La particular estructura anatómica del pacidad respiratoria al grupo de costillas implicadas.
d,;sf¡Jad,;ro torácico, y en especial a nivel bl, e:>iige;¡;¡;; -:nespués;del tratamiertto- de,Iacdisfunción -estructural ·
evaluar y tratar este nivel correctamente antes ·de" se abordan las disfunciones costales respiratorias con
aboniar la disfunción de las costillas l.' y 2.'. La c¡¡.ri- _el pn:,pósito .de. restaurar el.máximo _movimiento si-
lla articular para la primera costilla existente a cada métrico tanto en la inspiración como en la espiración.
lado de D 1, le permite una gran cantidad de movili 0 · Las técnicas utilizadas para la disfunción de la
dades distintas. jaula costal normalmente emplean la acción directa,
El segundo principio en el tratamiento de las dis- combinando fuerzas de activación de energía muscu-
funciones costales consiste en tratar las disfunciones lar, el trabajo respiratorio del paciente, así como la_
costales estructurales antes que las restricciones costa- _: ayuda del operador.
,
Capítulo 15 Jaula costo/ 261

Jaula costal 4. El pulgar izquierdo del operador contacta con el


cuerpo posterior de-la 1.ª costilla a través del mús-
Disfunción costal estructural culo trapecio (fig. 15.24).
Diagnóstico
5. La mano derecha del operador realiza inclinación y
Subluxación superior de la primera costilla (Ejemplo: rotación izquierdas del cuello del paciente, para des-
lado izquierdo) cargar los músculos escalenos izquierdos, y las
•U>-

.
, .•

:. ;:,·";" ~)-'.- .1f,:i\Pacienhiisénladoyop1Jradorde· ptÉ¡~etras. deél;•"···•·. ·:. pLJ6fa1, d1, los oedps d.ii la maniizquierda, •que si,
guari m'anteniéndó désplazado, posteriormente el>
2. ·El brazo'derecho tlel paciente cuelga por encima del trapécio superior, ejercen una fuerza eri dirección
· · , hiúslo d€1echo· del operadó'r, cüyo pié derecho des'·· . cáudal_ sÓbre el cu~rpÓ de Ía CO§ÍÍlla (fig. i.5.25),
· ··cansa sobre ·Ia- camilla.
. ·." ..... • · · . . ·· · · · ·• '6. •simuttárr¡¡amente, el pulgar izquiérdo del ·operador'
. 3.»La mano y el antebrazo derechos de.l op.erador con.-. ejerce. una .fuerza hacia adelante sobre la parte pos- ·
trolan la .cabeza y el cuello del paciente. Los. dedos terior del cuerpo de la costilla para deslizarlo hacia
_de la mano .izquieroa desplazan hacia atrái, l¡¡,s _adelánte con respecto.a la apófisis transversa iz, ·
·.....
···fibras del
--·" ... ,.
trapecicr·superiorizquierdo·(.fig.15.23):.·
.,, ..... - . . . . .... .• . .... •- .
·quierda•·cteD1
. '.,.' -ta·· ·: .
(!ig. 15.26).
. :·
•·

Figura 15.23. Figura 15.25.

Figura 15.24. Figura 15.26.


262 Principios y práctica de la medicina manual

7. El paciente empuja hacia la inclinación derecha de Jaula costal


cabeza y cuello contra la resistencia que el _operador Disfunción costal estructural
ofrece con su mano derecha, activando los múscu-
Diagnóstico
los escalenos derechos y, consecuentemente, inhi-
biendo los escalenos izquierdos. Subluxación anterior (Ejemplo: 5. • costilla derecha)
1. Paciente sentado sobre la camilla, cogiéndose el
8. Puede ser necesario repeUr dos o_tres veces antes ..•. )iombro izquierdo con la mano derecha. .,
•c- ·de-apreciarse la liberación-de la-stíbluxación supe•-,.,. ,..,... ·· -
0 ·· ···· •.. ······•····· · ···•
rior, con lo que se restaura la simetría con respecto ..• 2. Operad;r de pié detrás del paciente, con el p~~;;· .,
al lado opuesto. derecho sobre el cuerpo de la 5. • costilla, en situación
medial con respecto al ángulo costal (fig. 15.27), y
9. Se reexamina. controlando con la mano izquierda el codo derecho
del paciente (fig. 15.28).
8. El operador aplica y mantiene un «tirón» posterola-
teral sobre el cuerpo costal (fig. 15.29).
4: Se. pide al _paciente que «tire» ·ae1 codo derecho en
sentido lateral o caudal (fig. 15.30). El paciente rea-

Figura 15.27. Figura 15.29.

Figura 15.28. Figura 15.30.


Capítulo 15 Jaula costal 263

liza de tres a cinco repeticiones de estas contrac-


ciones musculares (de 3 a 5 segundos de duración
cada una), mientras el operador monitoriza la movi-
lidad de la costilla.
5. El puño izquierdo del paciente se puede colocar
'
sobre el extremo
.~i .. ,• ' ' .. ' .,.....
anterior
. .
de
.
la costilla disfuncional,
, ,qe. t,q,¡r:n¡¡. ·quii,~yaJl_dp _se_:realii:ii:_ r¡¡:_<;o8lr¡¡cci(m· en
--senlído cauda1'existaJambién una'·faerza anteropos-
teriót:.dÍrigida\i la costjlla tlisfuridonal (lig. 15.31).
•6. Se vuelve a examinar.
264 Principios y práctico de fo medicino manual

Jaula costal 3. El operador ejerce y mantiene un «empuje» antero-


medial sobre el cuerpo de la costilla, al tiempo que
Disfunción costal estructural solicita y resiste un «empuje» del codo derecho del
Diagnóstico paciente hacia la izquierda (fig. 15.34) o hacia el
Subluxación posterior (Ejemplo: 5.ª costilla derecha) techo (fig. 15.35).
1 . Paciente sentado sobre la camilla, cogiéndose el 4. Suelen ser necesarias de tres a cinco contracciones de
hombro izquiérdil"con la mano derecha. ·· 3-5 segundos de .duración. para restaurar l,Fsimetría.
5. Reexaminar.
2. Operador de pie detrás del paciente, con el pulgar
colocado en el cuerpo de la 5.ª costilla derecha, en Nota: Las subluxaciones costales son frecuentemen-
situación lateral con respecto al ángulo costal (fig. te hipermóviles y después del tratamiento resulta útil
15.32), y sujetando el codo derecho del paciente la estabilización de la jaula costal por medio de un
con la mano izquierda (fig. 15.33). vendaje adhesivo o de una ortesis costal apropiada.

Figura 15.32. Figura 15.34.

Figura 15.33. Figura 15.35.


Capítulo l 5 Jaula costal 265

Jaula costal 5, Se pide al paciente que tire del codo hacia su ab-
Disfunción costal estructural domen (fig. 15.37) o que empuje con el codo hacia
el techo (fig. 15.38),' mientras el operador mantiene
Diagnóstico
la fuerza compresiva que corresponda, en el borde
Torsión costal (Ejemplo: 5.ª costilla derecha) superior o en el borde inferior del cuerpo de la cos-
1. Paciente sentado sobre la camilla, con la mano de- tilla.
·., _re2h~ ~~19~él~~ sob;.~ .~.( ~or.n~r,?,h~:1~9~.·;, , ; .,_ ,.. 6,, Titélf'ha9j<1.él abdomen induce un movimiento deJor-
··2:. ·operádor'de pie detras,'fornándoftiY\!/l0i'íliiétó'.i7t¡:. sión externa, _míe_ntras que empujar hacia el techo
· cal con el pulgar en ·el ángulo de iá 6:ª costilla'de- · inducé ·an movimiento de torsión ·interna. Eropera' ·
. recha (lig. 15.36). dor resiste la movilidad de la costilla dÚrante el
1 . ·... 3. PátaJá restricción ·d¡,·torsión:éxíéina:iíJ pülgai::¡jpii- . v
.' e$lµerz6·rnuscular. apropiado a la.. si/uación, se lle- ;,
· va la costilla hacia una nueva barrera motriz duran- ·
ca una fÚérza en dirección anterior sóbre el borde
súpeiiór 'de la cóstilla disfündoiial. . ., - - ..... · té fa fase dé relájación. · · •
4. Para _la restricc_ió_n d_e torsión_ interna:el pulgatdel 7 . Se realizan de tres a cinco.contracciones de.3-5 se-
·operadDf,ttplic'1'. una,Juena en·elirecdón·atiterior .so•'· ... gllildos,cada.una. ~
b'ré él bordé inferior de lá éÓstlllá disftfr1ciónál. ' .. . . a: Se vuei~~ a explorar.

Figura 15,36, Figura 15,38,

Figura 15,37.
266 Principios y práctico de lo medicino manual

Jaula costal el cuerpo de la costilla disfuncional (fig. 15.39).


Disfunción costal estructural 3. El operador aplica una pequeña amplitud de flexión,
Diagnóstico inclinación izquierda y rotación izquierda del tronco,
Torsión externa (Ejemplo: 5.ª costilla derecha) mientras acompaña el desplazamiento anterior de la
1. Paciente sentado sobre la camilla, con la mano de- 5.ª costilla derecha (fig. 15.40).
recha coJCJCé!d~. sobre_ el hombro izquierdo. .. _ .· _• +. _ El pu_lgar y la erninenci_a _tenar del . ~perador . se __ .
2. Operador de pie d~Írás c~n'ír~Ta°ndo t6~ ~;ª~º
e.l iz- o, ""':"'éñcú&ñífan"sóbre el cuerpoáritériórciEHa" !r.ª costill1r·~' •
quierdo el tronco del p~ciente, para lo cual pasa el de recha, ejerciendo una fu_erza rotatoria interna so-
brazo por delante del paciente hasta cogerle del hom- ·bre el prominente margen 1nfenor del cuerpo costal
bro derecho, de forma que el hombro izquierdo del (ftg. 15.4 1).
paciente queda bajo la axila izquierda del operador. 5. El operador aumenta la flexión, inclinación izquierda
La mano derecha del operador encuentra el ángulo y y rotación izquierda del tronco (fig. 15.42).

,,

Figura 15.39. Figura 15.41.

Figura 15.40. Figura 15.42.


Capítulo 15 Jaula costal 267

6. El operador resiste la contracción del paciente hacia


la rotación derecha, inclinación derecha y extensión,
mientras mantiene una fuerza compresiva en el bor-
de inferior de la parte anterior del cuerpo de la 5.•
costilla (lig. 15.43).
7,. ,SeJm<¡¡WJ.qe• trsis ;a cinqo,.contracciones, cada una ....
· ·dé'·1á's c(áieirde 3:5 sé'garídostle é!Ür.ac;¡on'.f~p~, '¡¡i,
· :.rador aléanza. una nueva barrera mótriz despúés .de '
·cada contracción.
8. ~-$e. reexámina.
268 Principios y práctico de lo medicino manual

Jaula costal 3. El operador inclina al paciente hacia la derecha


Disfunción costal estructural mientras aplica una fuerza compresiva medial sobre
Diagnóstico el cuerpo de la costilla disfuncional (fig. 15.46).
Compresión anteroposterior (Ejemplo: 6.ª costilla 4. Se pide al paciente que inspire profundamente
derecha) aguante la respir-ación y empuje hacia la inclinació~
. 1. Paciente sentado e[l .un .Elxtremo de la camHla. Ope-. . . izquierd~..del t.ronco,~ontra la resistencia del opera-
rador ae pie eri':¡iHadéi opuesto al de la disiurición,==:é:c:~dOfj,:tJl[entras•~éste.'.maotiene., la {ueri9,•tt).Q1:0léltesiva~
con el brazo del paciente colgando por encima del medial sobre la costilla disfuncional (fig.15.47).
hombro (fig. 15.44). 5. Se efectúan de tres a cinco repeticiones.
2. Los dedos medios de ambas manos del operador 6. Reexaminar.
contactan con el cuerpo costal prominente en la .lí-
nea axilar media (fig. 15.45).

Figura 15.44. Figura 15.46.

Figura 15.45. Figura 15.47.


Capítulo 75 Jaula costal 269

Jaula costal 3. El operador inclina al paciente hacia la derecha


mientras mantiene la compresión anteroposterior
Disfunción costal estructural sobre la costilla disfuncional (fig. 15.50).
Diagnóstico 4. El paciente realiza _un inspiración profunda, aguanta
Compresión lateral (Ejemplo: 5.ª costilla izquierda) la respiración y empuja hacia la inclinación izquier-
1. Paciente sentado en un extremo de la.camilla. Ope- da contra la resistencia del hombro del operador
píe'
' rádQr ~IÍ en' $(iado de. ¡¡¡:dís'/LÍ<Jtiqn, cqn'el bra- ,;;~iigt,'.¡j..51}. " . . · . .-· . ·. ..· . _· .
: ·._ zo izquiérdo de.1 paci.ente colgando:por .encimll-de _su .. 5." Se éféctúan de tres a cinco repeticiones, de 3-5 se-
hombro dere_cho (fig. 15.48). gundos eje duración cada una, mientras el· operador
· alcanza una nueva barrera motfi~ después de cada:
2. El operador coloca lás eminenciás"1enares sobre los .. esfú~rzo. . ...
cuerpos anterior y posterior de la !3'ª costilla distan- _._
cioñal (fig. 15.49f . .. . .. ... ... . - . 6. Se vuélve a examinar.

Figura 15.48. . Figura 15.50.

Figura 15.49. Figura 15.51.


270 Principios y práctico de la medicino manual

Jaula costal 3. La mano izquierda del operador realiza inclinación iz-


quierda de cabeza y cuello del paciente, al que se le
Disfunción costal estructural dan instrucciones para que espire profundamente, al
.. ,Diagnóstico tiempo que intenta alcanzar la rodilla izquierda con la
Flexión lateral superior (Ejemplo: 2.ª costilla izquier- mano izquierda, para aumentar así la inclinación
da) izquierda (fig. 15.54).
-· 1. Paciente en decúbito supino sobre I_~ c~m!u~•.: Ü~ll=, · ,·,¡:- Déspués• .de .. Vát1ail'-accioiíes respiratorias, eón ·
- rador de pie en el lado de la d1sfunc1on, mirando en · ·· aumento gradual de la inclinación izquierda, la mano
dirección craneal y con la mano ?erecha apoyada derecha del operador coge la cara superior del cuer-
sobre la línea axilar media del torax del paciente pode la 2.• costilla y la mano izquierda se cambia al
(fig. 15.52). . lado contrario de la cabeza del paciente (fig. 15.55).
2. El operador desliza la mano derecha hacia arriba a
lo largo del cuerpo lateral de la costilla, mientras con
la mano izquierda sujeta el brazo izquierdo del pa-
ciente a la altura de la muñeca (fig. 15.53).
.,

Figura 15.52. Figura 15.54.

Figura 15.53. Figura 15.55.


Capítulo 75 Jaula costal 271

5. Mientras el operador sujeta la cara superior de la RESTRICCIONES RESPIRATORIAS


costilla disfuncional, su mano izquierda efectúa una DE LAS COSTILLAS
fuerte inclinación derecha de la cabeza y el cuello
del paciente, lo cual estira los músculos escalenos Después de tratar las disfunciones costales estructura-
izquierdos (lig. 15.56). les se abordan las restricciones respiratorias. El profe-
sional debe ser capaz de tratar tanto las restricciones
6. Se vuelve
"........... a evaluar.
, ..' ,-:inSpif~.torias como las espiratorias.
, Nota: Está: disfuncióri provoca uri dolor exquisito y el
e tratarrilénio · es bastante·· doloroso: "Es aconsejable· PRINCIPIOS PARA EL TRATAMIENTO
_ advertírseio previamente al paciente. DE LA. RESTRICCIQN IJ,ISPIRATORIA
l. El ope;ador tíra del ángulo costal.latera!" y. caudal-
mehte, para desenganchar la cabeza de la costilla a
nivel de Ja articulaéión costovertebral.
· 2. Esfue.rzos inspiratorios por parte del paciente.··
.. 3. Contra<¡ción de .diferentes grupos musculares: ccis-
tillas J ;• y 2.', escalenos; .costillas 3.ª-tí:', pectoral
meÚor; costill~s ÍLª-9.ª, gran s~rrato. ·-- · ··

PRINCIPIOS PARA EL TRATAMIENTO


DE LA RESTRICSIÓN ESPIRATORIA
l. Enlaposición del paciente se combinan la flexión
· y la inclinación hacia el lado de la disfunción.
2. Esfuerzos espiratorios por parte del paciente.
3. El operador contacta con el cuerpo superior y la ar-
ticulación costocondral dé'la costilla disfunciorial y
la mantiene en posición espiratoria.
4. Se devuelve al paciente a la posición neutra mien-
tras se mantiene la costilla en posición de espira-
Figura 15.56. ción.

i •
272 Principios y práctico de lo medicino manual

Jaula costal ciente, poniendo de esta forma en tensión sus esca-


lenos derechos (fig. 15.58).
Restricción respiratoria
5. Se pide al paciente que inspire profundamente, al
Costillas 1 .• y 2. •
tiempo que empuja con la cabeza hacia el techo
Diagnóstico para una restricción del movimiento en asa de bom'.
Restricción inspiratoria (Ejemplo: lado derecho} ba, o hacia la derecha, para una restricción del mo-
1. Paciente en decúbito .supino y operador de pie·ana':- - vimiento en asa de ¡;ubo, contra- la resist_<J.QGta ejer,
do izquierdo de la camilla. cida por la mano derecha del operador {fig. 15.59).
2. Los dedos de la mano izquierda del operador toman 6. Se hacen de tres a cinco repeticiones de, como
contacto con la parte medial de las costillas 1.• y 2.•, siempre, 3-5 segundos de duración cada uqa.__ _
lo más cerca posible de las apófisis transversas 7. Asi es tal y como se puede aplicar la técnica cuan-
(fig. 15.57). do existe patología en el hombro derecho del pa-
3. Se devuelve el tronco del-paciente a la camilla, so- ciente, pero si éste es normal se puede dejar que el
bre la que el operador descansa su codo, al tiempo antebrazo del paciente descanse sobre su cabeza
que ejerce una tracción, hacia afuera y abajo, de las {fig. 15.60), lo cual reduce la tracción caudal que so-
costillas 1.• y 2.•. bre las•costillas 1.• y 2.• ejerce la fascia de la extrsl-
4. La mano derecha del operador realiza inclinación y midad superior derecha. -·-
rotación _i_zquierdas de la cabeza y el_ cuello del_ pa- 8. Se reexamina.

Figura 15.57. Figura 15.59.

Figura 15.58. Figura 15.60.


Capítulo 15 Jaula costal 273

Jaula costal 4. Se pide al paciente que tome aire profundamente y


que aguante la respiración.
Restricción respiratoria
Costillas 3. ª-5.ª
5. El paciente empuja con su brazo hacia la aducción,
para una restricción del movimiento en asa de cubo
Diagnóstico (fig. 15.62), o hacia la extensión, para una restric-
Restricción inspiratoria (Ejemplo: lado derecho) ción del movimiento en asa de bomba (fig. 15.63),
': ' ;X.,;f;'}¡acitt~ 'eh a~;llÚbi\ó iüpiiipj 6Pir~iré,itrf'r1e~al 1a:· <,-; Cll.rifr~ lar,ti_sistenciá ofrecida por el operador•.
, . . tfo Jzq,ui.erdo•d¡¡.I.?- camilla, cg_gienqo con: l!l,lt\ano iz; . 6. Se .ele~tú¡m de tr~s _adnco· contracciones de 3-5,
quiercia los cué¡:pos de.las costillás.3. ~, 4.ª. y. 5.ª, me-. s,egundos, de duración cada una.
'. _ dial~te al á~~~lq (fig, ~ 5.f!}J-::'::::: · ·:· ··_ _ __:·. J._ l;''(f(>resen2ia de pafolbgía O\cl_l hombrO_\ierecho, se·
·•2: El- opera€16r devuelve al paciente.a ,la posicióíl neU:- - _ púede-usar una variante alternativa en .la que el pul-
. ' ·· lrá ·sobre la carnma y·con -e1· antebrazo·Jzqúierdo · · ' ·gal defechó del ope(ádór se coloca pór délitro de la··
.......apoyado .. en ésta, .a.plica W)<l, .distracción. lateral y_. apófisis.c.oracoides de.recha, para resistir un movi-.
· · ·· caudaJ sobre las costillas dfsfun~iohalés._ · · · .:. ·rtiient_o· d,1, prbtracción de _la cintura eséap□-lar dere- •
· ·•- · ·. éli_-_._a__ (fi_n: 15_-_.6
____ 4)._ ·___ .
'3. El brazo derecho. del paciente sé eleva j';áoduce;,- · "'
' \ . con Jd"tu~l se:iistifa el friüseúlo psctoral menor, y ª;'. $f vÚsiÍvé a'examinar..

!
:1

i
Figura 15:61. Figura 15.63.

Figura 15.62. Figura 15.64.


274 Principios y práctica de la medicina manual

Jaula costal 4. La mano derecha del operador controla el miembr0


Restricción respiratoria superior derecho del paciente.
Costillas 6.ª-9.ª 5. Se pide al paciente que inspire profundamente y
Diagnóstico que: para una re_stricción en asa de bomba, empuje
Restricción inspiratoria (Ejemplo: lado derecho) hacia la extens1on del hombro contra la resistencia
del operador (fig. 15.66), o hacia la aduc¡:ión ens>_I
1. Paciente. en de.c~l,/tQ sup.inoy operador de pje_ªIJa-.
· ··caso•·dll··qrn¡;restricción en asa de cubo (ftg·: i"5":67r'
do izquierdo de la camilla · ·
6. Se ejecutan de tres a cinco repeticiones de, como
2. Los dedos de la mano izquierda ·del Óperaclor, con
siempre, 3-5 segundos de duración cada una.
excepción del pulgar, contactan con las costillas 6.ª,
7.ª, 8.ª y 9.ª en la zona medial al ángulo (fig. 15.65). 7. Si existe disfunción en el hombro, el operador resis-
3. El operador devuelve al paciente a la posición neu- te el intento de protracción de la escápula derecha
tra y, con el codo izquierdo apoyado en la camilla, del paciente por medio de un contacto en el ángulo
eierce una fuerza de distracción lateral y caudal so- inferior de la escápula (fig. 15.68).
bre las cuatro costillas. 8. Reexaminar.
.,

Figura 15.65. Figura 15.67.

Figura 15.66. Figura 15.68.


Capítulo 15 Jaula costal 275

Jaula costal 5. Se pide al paciente que inspire y espire completa-


mente.
Restricción respiratoria
Costillas inferiores 6. El operador acompaña el movimiento espiratorio
Diagnóstico de la costilla y la mantiene en esa posición.
Restricción espiratoria (Ejemplo: lado izquierdo) 7. El operador resiste el esfuerzo inspiratorio del pa-
1·;: Paciente-::en:cQ.eeQQJ!.9 supjJJ,1:,sobre. la g,nnillsh::QOD:: :e:.:•. cient¡¡,ydurante la espiración bµsca .una nueva ba·..: ;,
·, ,el ope(ador c:le pie:.al lado Izquierdo de la cabecera. · rrera, por medio de la flexión e inclinación del tron:·
i El pUlgarY ti!emi~encia teh~r izquierdos del bpe- co (fig, 15 -72), . .
rador contac.tan con el borde superiof de _la costilla 8.. Después de 3,5 repeticiones y tras obtenerse el .
.,
1
.clai.lé. dis1uncionáJ, incluyéod:O: én el. cori.lacti:(a 1<3- .· ·. máxio:io movimiento espiratorio, ia cabezá,' el cue-.'. ·. •

. . . l.
· ~nió,h _co~ocondral (lig. 15'.6~): ·.. . .. _ • __ ilo y el tronco·del paciente se devuelven a la posi-'
ción néutra; miéntras el operador nianiiene ia cos- .
1
3. La mano derecha del operador sujeta la cabeza, el
j~ueTTo:y· 1:á parte'·superior:del~. tó,ax'áel~,páci!iiíte , tilla cl"l':'8 en pqsición espiratoria.-
'
_,: 1 . para controlar su po_sición.corpi;:¡ral.(lig.1,5.70).:. .• 9. fil operador. suelta-la costilla clave, que mantenía
!: .· i,,~- ·, ,
4.~1. opera<i)€J.I'. aplicá iricJinaciqn ,i~qüiérda y fla~ón ,.;., sujeta;'c¡?n ;el P,titg·ar izq¡¡)ierdó, trl~y lentamepte:
. . ctéi tronco hasta la costilla davé (iig: 15.71). . 1O, _Se vuelve.a Eixplorar,


.·:
..
,.-,:.,,,., :-:-·:t.

Figura 15.69.. Figura 15.71.

Figura 15. 70. Figura 15.72.


276 Principios y práctica de la medicina manual

Jaula costal 3. La mano derecha del operador controla la cabeza,


el cuello y la parte superior del tórax del paciente y
Restricción respiratoria efectúa flexión e inclinación hacia el lado de la dis-
Costillas superiores función (lig. 15.74).
Diagnóstico . . 4. El operador introduce más flexión para el compo-
Restricción espiratoria (Ejemplo: lado izquierdo) . nente en asa de bomba y más inclinación para el
L Raciente,eAc:decúbito.supino, con el operador de.µie,c.:s:.;:º7 'frcimponente enása cle-cubu (fíg.::15':ié{)'' .. ·-.::-:.. · ·
al lado izquierdo de la cabecera de la camilla. 5. Se solicita al paciente que inspire y espire comple-
2. La eminencia tenar y el pulgar izquierdos del ope- lamente, mientras el operador acompaña a la costi-
rador toman contacto con el borde superior del cuer- Jla hacia la espiración aumentando la flexión y la
pode la costilla disfuncional, abarcando también la inclinación (lig. 15.76).
unión costocondral (lig. 15. 73 ). Nótese que cuanto 6 Sei realizan de tres a cinco repeticiones y cuando se
más superior es la costilla más medial se encuentra . ha conseguido el máximo movimiento espiratorio, se
la articulación costocondral.

.,

Figura 15. 73. Figura 15.75.

Figura 15.74. Figura 15.76.


Capítulo l 5 Jaula costal 277

devuelven la cabeza, el cuello y el tórax del pacien- 5. Después de varios ciclos respiratorios durante los
te a la posición neutra, mientras que el operador cuales se aumenta la flexión y la inclinación, el ope-
mantiene la costilla disfuncional en posición espira- rador devuelve la cabeza del paciente a la posición
toria (fig. 15.77). neutra y libera lentamente la compresión sobre la
costilla disfuncional.
7. El operador libera la .compresión de su pulgar muy
lentem¡¡nte, 6. Reexaminar.
,. ~ .··- ~. -·- -"~- :,~~.;;.;_:·;_;:;~.•:r::-···
8. R,mxeminar, · ... ~:, ·· : ·?i'4fita:~· eiifo posición álternativa evita aplicar compre- ··
;:Sión· en" él pecho, especialmente eh "rl"lujeres. Tám- .
pién es especialmente valiosa para tratar el cómpo-
J¡¡ul€!,pOstal . nente de restricción del movimiento en asa de bom-
.• '.:\;;a.de las costillas superiores. . . . . .
Riiistricción:'fi;,spJratoda. ,. . ,
·c:ostillas süperi6rés -
Pll:ígnóstico~ .· _ _
· · ·, R~triéción--esp'lratoria (Ejerr\plo: .lado .izquierdo) .•
.1_:• ~ci~flte e~ -deéútiito_supino;.con el pper.a,dor._/il.la-, ..
éabecera de·1a camilla. · ·· · · · · ·· · ·

·2: Litmani'l"izquiilrda'del óperádor ebntrola la cabeza· --


Y el cuello del pacient_e, mientras que el pulgar dere-
cho y su cqrrespónc(iente eminencia tenar contactan o.
con ·el cuerpo y la ar-iicµlación costocondral de la
costilla en disfunción.{fig .. 15.78).
3. El operador aplica flexión e inclinación hacia el lado
de la disfunción.
4. Se pide ai paciente que súene tod6 Éll aire des'pués
de una inspiración corta y el operador acompaña a
la costilla disfuncional hasta su posición espiratoria
y la mantiene ahí (fig. 15.79).

Figura 15.78.

Figura 15.77. Figura 15.79.


278 Principios y práctico de lo medicino manual

Jaula costal 3. El operador aplica flexión con algo de inclinación


Restricción respiratoria izquierda (fig. 15.81).
Primera costilla 4. Se pide al paciente que realice una espiración for-
Diagnóstico zada mientras el operador aumenta la flexión y la in-
Restricción espiratoria: componente en asa de bom- clinación izquierda y acompaña a la 1.ª costilla
. ba (Ejemplo: lado izquierdo) izquierda hac,ia lª.<,SPiración (fig. 15.82)..
- ...,_,. . ···-·······-··- --- =- ~- ---- . '. - ----, ' -··
1. · Paciente en decúbito supino sobre la camilla., con el 5. El operador resiste el movimiento inspiratorio de la
operador sentado a la cabecera. 1. • costilla y durante la espiración la sigue hacia su
posición espiratoria.
2. La mano derecha del operador controla la cabeza
del paciente, mientras que el pulgar izquierdo 6. Se efectúan de tres a cinco repeticiones y cuando
contacta con la cara superior del extremo _anterior se ha conseguido la espiración máxima, el operador
de la 1.ª costilla, bien por fuera del músculo ester- devuelve la cabeza a la posición neutra y libera len-
nocleidomastoideo o entremedias de sus dos divi- tamente el contacto sobre la 1.ª costilla.
siones (fig. 15.80). 7. Se reexamina .
.,

Figura 15.80. Figura 15.82.

Figura 15.81.
Capítulo 75 Jaula costal 279

Jaula costal zada, mientras el operador le inclina la cabeza hacia


la ,zqwerda con una ligera flexión y acompaña la
Restricción respiratoria
parte externa del cuerpo de la costilla hacia la espi-
Primera costilla ración (fig. 15.84).
Diagnóstico
4. El operador continúa manteniendo la 1.ª costilla en
Restricción espiratória: componente en asa de cubo
es_piración y el paciente repite Jas inspiraciones
, (Ejemplo: l¡idb izqüle_rdof
mm1mas y la$ espiraciones máximas,,mient¡:as ·que
1. Pacie~ie en decúl'Jito supino sobre la camilla, con el .
la mano de_recha del operadQr aumenta gradual-
operador sentado a la cabecera. ·
mente la inclinación izquierda de cabeza y cuéJlo
2; La mano derecha.del operador coge la cabeza_y el durante las fases espiratorias (fig. 15.85),
,,: cuello,·p~r_,p¡¡.ci¡:mte, mientras el pulgar izquierdo
· 5. Cu_andó se ha conseguido el mái<1rii0 esfuiirzo espira-
contacta con la cara superior de la' parte externa del ·
.. ton~ el·operadormantiene la 1.• costilla eA la posición ·
cuerpo de la 1.ª costilla, justo por delante del trapecio •
espiratoria y devuelv(! l_a cabeza si la posición neutra.
y ·por detráiide la clavíé:úlá (fig. 15,83). • . ·• • • • • • ·, 1 • '/

Se
',::í. dán)nstruí::ciones al_paciente para que realice-· 6 - ElpuJg¡,rizquiergo qeJope_radorsesuelta lentamente.
<-
· ---,,.,,,.-,_una•ifJSpiración·.cortaseguida.de una,espiración tor- 7._ sevuflve a explorax..• · · · · ·

Figura 15.84.
1
1
1
'

Figura 15.83. Figura 15.85.


280 Principios y práctico de lo medicino manual

Jaula costal 4. La mano derecha del operador coge la espina ilíaca


Restricción respiratoria anterosuperior derecha del paciente (fig. 15.87).
Costillas 11.ª y 12.ª 5. Se pide al paciente que inspire ligeramente y que
Diagnóstico espire al máximo.
Restricción espiratoria (Ejemplo: lado derecho) 6. La mano izquierda del operador empuja las 11. • y
1. Paciente en decubifo prono sobre la camilla, con el 12.ª costTilas en dirección lat_eral '{Caudal.
operador de pie a su lado izquierdo. 7. Al final de la espiración completa, el paciente tira de
2. El talón de la mano izquierda del operador contacta su espina ilíaca anterosuperior derecha hacia la
con la zona medial de los cuerpos de las 11.ª y 12.ª camilla durante 3-5 segundos (fig. 15.88).
costillas (fig. 15.86). 8. Después de cada esfuerzo el operador alcanza una
::i. El paciente coloca el brazo derecho sobre la camilla nueva barrera. Se realizan de tres a ·cinco repeti-
y alarga la mano hacia los pies con inclinación del ciones.
tronco hacia la derecha. 9. Reexaminar.

Figura 15.86. Figura 15.88.

Figura 15.87.
Capítulo 75 Jaula costal 281

Jaula costal za los pies hacia la izquierda, todo lo cual produce


Restricción respiratoria inclinación izquierda (fig. 15.90).
Costillas 11 .• y 12. • 4. La mano derecha del operador coge la espina ilíaca
Diagnóstico anterosuperior derecha del paciente (fig. 15.90).
[ie,stric.ción i_n_s?i(8:t?r.i~ (EjerT1pl~: la_do derecho) . . . 5. S~ solicita al paciente que tome una inspiración
f Pac[Eiriife·. eYi decúbitb pro!io. ·$obre I,(cijmifla;:gon'el ce Y
•"' · •. wax¡rua que .la mantenga.. - .. . . .
,pper'.1dor de pi'e, en. el ladó izcjuí{(do. • ., • '' · :','"s. El operador levanta el lado derecho de la pelvis del ·
2. El talón de la mano izquierda del operador contacta · paciente Y resiste los esfuerzos de éste por llevai la
. ·con la :zona medial oo las· costillas. 1if..• y 12A. . espinfl ilíaca anterosuperior derecha hacia la cami-
..,(fig. J:5:89). · · ··«, ··· • lla (fig. 15.91 ). . . . .
3. 'í..a -manó izqÜiercla del-ópéracior" ejerce üna fuerza· · '· · se'-repite .de
ires a cinco veces,. alcanzándosé una,
sfateral·_y• craneal, .al tien,po qwe.,.,l.pacierite se lleva. ~~e~a- barrera tras cada esfuerzo .
• }¡1 m.efno der,i9ña P.ºr ,eric1_m,~.oe;J.~ c~~e_z~:,Y:?e~pJa'. 8. ,Se vuelv~ aexamÍ~~r.

Figura 15.89. Figura 15.91.

Figura 15.90.
282 Principios y práctico de la medicina manual

TÉCNICAS DIE MOVILIZACIÓN so de una disfunción ERS; a nivel D4-5 (véanse las
CON IMPULSO (/DE ALTA VELOCIDAD figuras 14.68 y 14.69).
Y BAJA AMPLITUD) pE ACCIÓN DIRECTA
2. El operador construye el brazo de palanca.
!PARA LA DISFIINCION COSTAL
3. La mano derecha del operador establece un fulcro
Los restringentes mayores en las disfunciones de la para lijar ambas apófisis transversas .de D5 y col.oc¡¡
. jaula_costal .son fundamentalment.e miofasciales:,Ocaa. · '"-''·1a·e.miríéncra:1.
-·-'éiiaí--érrel
. borde . inferióri:Jé Ítr5·--.,.:.,
. cos ..·_ .. -·
sionalmente una costilla puede sufrir una disfunción tilla izquierda.-
con características palpables de implicación de los teji-
dos articulares y periarticulares profundos. Las técni- 4. Después de devolver al paciente a la posición neu-
cas de movilización con impulso serán entonces de tra y de consolidar el brazo de palanca sobre el tu[:
ayuda en el tratamiento de la jaula costal y podrán ser ero, la mano izquierda del operador realiza flexión,
usadas para tratar disfunciones costales aisladas o de inclinación derecha y rotación derecha del cuello y
grupo, de tipo estructural o respiratorio. Las técnicas de la colur11r¡_a __dorsal _superior hasta la 5.ª_ costilla
izquierda.
de movilización con impulso están contraindicadas en
presencia de subluxaciones costales. La secuencia de 5. Lª f~<'JEZsl -ªPli9.ª-c!?~-sll..ti,ilcro. a ¡rav_és d<'JL brnfQ d.e ..
-· trátam-iento-eS--enterarriéfit'e Simiiir aIél-ya déScñta. páfañ-cá seaíríge hacia la izquierda más' que; éomo
La disfunción costal estructural que más fre- se haría en una disfunción vertebral dorsal, hacia la
cuentemente se trata con técnica de movilización con línea media. El impulso de alta velocidad y baja am-
impulso es la disfunción de torsión costal externa, plitud se ejecuta dejando caer el peso del cuerpo del
asociada con una disfunción no-neutra ERS de la operador sobre el brazo de palanca en dirección al
columna dorsal. fulcro, lo cual da como resultado flexión, inclinación
derecha y rotación derecha de D4 sobre D5, con
Jaula costal apertura de la articulación interapolisaria izquierda y
movilización de la 5.ª costHla izquierda. La eminen-
Restricción respiratoria
cia tenar de la mano derecha del operador mantie-
Técnica de .movilización con impulso ne una presión en dirección craneal sobre la parte
Decúbito supino inferior de la 5.ª costilla en el momento del impulso.
Diagnóstico
Disfunción de torsión externa (Ejemplo: 5.ª costilla 6. Habitualmente se escuchan dos chasquidos articu-
izquierda) lares en una rápida secuencia cuando se aplica el
impulso.
1 . Las posiciones de paciente y operador son las mis-
mas que para la técnica de movilización con impul- 7. Se vuelve a explorar.
Capítulo 15 Jaula costal 283

Jaula costal ción inspiratoria el operador hunde la parte posterior


de la'!.• costilla.
Restricción respiratoria
Técnica de movilización con impulso 3. La mano izquierda del operador inclina la cabeza y
Primera costilla el cuello del paciente hacia la izquierda y los gira
hacia la derecha, hasta D1 (lig. 15.93).
Diagnóstico
.Restricción inspiratoria ..Q. ¡¡spirilto,ria (Ej¡¡mpl_o.:. V . . . 4... ELope~&dor efectúa. una movilización con impulso,
.,,:,,•. · costi11a:izquierd¡1) . , ·, ·: •. •. biElo pof/nedio di;, una rápida exageración de la po-
. 1: Pacien'te en décúbito:sÚpiño sobrÉll.fu tamilla. El ope, .. sició.n de cuello y cabeza hacia la inclinación izquier-
radar, de pie al lado dereého, desliza su b.razo dere- da, o fijando la cabeza y el cuello con la mano
.. :c cho bajo· el· paciente y Gege ·con los .dedos -la cara,...,. -izqtlierda y realizando.. un rápido impulso en -direc,
:;;,· súperiQ(cléJa 1:•·9ó~tjlla t~quierda:,(ligi 15-9~)'. ''" · ·; dó,~::c_¡iyd¡1I c.on _la: m1),n0. derecha, siguiend<J el e¡e
..del.áritebrazo derecho.·_ :· •. . . ·. · .. ..:
. 2. Para iá resfricc16n espiratoria el operador húnde·1a· ..
: ,.. ~arte an¡erior del cu,¡¡rpo.cle1 la castina. En la.Festtic·,, 017 .5-,SeJ7Elxamina.
- • , •;· •·• -· • - ., ~•. .-_,,_ • ,.". • • C. , --~-C •• .-,·•.••• ,.;.',' • • • • ••

-:;·
. .f{· -. ·: \:,.~- f·~i:::,.~-~-~ . ~--~-;-~;;;~t-;":7:·:

Figura 15.92. Figura 15.93.


284 Principios y práctico de la medicina manual

Jaula costal tras que la mano izquierda toma contacto sobre los
Restricción respiratoria extremos anterior y posterior de la 1.• costilla
izquierda. (fig. 15.94).
Técnica de movilización con impulso
Primera costilla 4. El antebrazo izquierdo del operador se coloca angu-
Diagnóstico lado de arriba a abajo con respecto al contacto ma-
Restricción espiratoria (Ejemplo: 1.• c_ostiUa izquier- ..... nual sobrela_1 .• cost_illa (fig: 15.9?5).
da) ·· 5: El operador reaiizá inclinac.ión izquierda y rotación
1. Paciente sentado en la camilla y operador de pie de- derecha de la cabeza y el cuello del paciente hasta
trás de él. D1 (fig. 15.96).
2.. El pie derecho del operador se coloca sobre la mésa· .... 6. A través del antebrazo izquierdo del operador se
y se cuelga el brazo derecho del paciente sobre el efectúa un impulso en dirección caudal y medial
muslo derecho del operador. (fig. 15.97).
3. La mano derecha del operador contacta con el lado · 7. Reexaminar.
derecho de la cabeza y el cuello del paciente, mien-
.,

Figura 15.94. Figura 15.96.

Figura 15.95. Figura 15.97.


Capíiulo / 5 Jaula costal 285

Jaula costal 3. El pulgar izquierdo del operador se coloca en la


Restricción respiratoria parte posterior del cuerpo de la 2.ª costilla
(fig. 15:99).
Técnica de movilización con impulso
Segunda costilla 4. El operador realiza inclinación izquierda y rotación
Diagnóstico derecha de la cabeza y el cuello y, por medio de una
. Restricción .espiratoria (Ejemplo: 2.ª .costilla •.iz, traslación del tronco de izquierda a derecha, focali-
quierda} .. · · , · · ·· . 'zá f1;t té:6sión en él nivel D1°2 y en la 2.• comflla
·, ízt¡úi'erdá {fig. 15.1 oo). · _:
1: Páciente sentado sobre la camÍlla y operador de pie
detrás, con el pie derecho sobre la camilla y el bra- 5. ·Cuando se alcanza la barrera, a través del antebra-
. "·'· · · zo derecho -del pacierite,•colgando sobre su muslo ·ZO izquierdo se ejecuta una técnica Ele movilización,
. derircho. · .. · ·- · e.on un impulso eri :dirEicción anteromedial, aplicado
2: Lá mano derecha del operador Ci:mirola ·,;¡¡ lado dere~ .. . -contra la resistencia de la mano derecha del -opera-
dor, que fija el cuello y la cabeza del paciente (fig .
Ja
. . - -, cho de cabeza y el cuello del,paciente,, y i<!. mano ... • f5,1Ó1 ): .· . · . .
izquierda se ·encuenira sobre ·e1 hombro izquierdo ·
l. ..
· dél paciente (fig, 15.98). · ·· · · ··· · Éi. Sé vuehie a éxplorar. ·
·• '· ' •:,•·~·.·, •• ~:.•. _;•v,. •' ;•

Figura 15.98. Figura 15.100..

Figura 15.99. Figura 15.101.


286 Principios y práctica de la medicina manual

Jaula costal 2. En la restricción espiratoria el pulgar se coloca por


Restricción respiratoria debaJo del cuerpo de la costilla y ejerce un fuerza en
sentido craneal (fig. 15.103).
Técnica de movilización con impulso
Costillas tipo (3.ª-1 O.ª) 3. Para la restricción inspiratoria el pulgar y la eminen-
Diagnóstico .cia tenar contactan con el borde superior del cuerpo
de_l¡¡ costillé\_y)a fuerza la e,j¡,rcen sobre ésta en di-
Restriéción inspiratoria o espiratoria (Ejemplo: costi- ·
recció.n caudal (fig. 15.104). · ··
llas izquierdas)
1. El pulgar y la eminencia tenar del operador funcio- 4. La mano izquierda del paciente coge su hombro
nan como fulcro .. El pulgar puede contactar tanto derecho, con lo que se construye el brazo de palan-
con el borde superior como con el inferior de la cos- ca (fig. 15.105),
tilla disfuncional (fig. 15.102).

,,

Figura 15.102. Figura 15.104.

Figura 15.103. Figura 15.105.


Capítulo /5 Jaula costal 287

5. El operador coloca el fulcro en la costilla disfuncio- zo de palanca en dirección al fulcro, al mismo tiempo
nal de la manera que corresponda al tipo de restric- que el pulgar y la eminencia tenar ejercen una fuerza
ción respiratoria (fig. 15.106). en dirección craneal en una restricción espiratoria, o
6. El tronco del paciente se devuelve a la línea media, en dirección caudal en una restricción inspiratoria.
y el cuerpo del operador (la pared torácica o el 8. Se pueden solicitar asistencias respiratorias del pa-
._,.- __ abdomeD). as1,gyg1 !é(I brazg_f!_\l pªlª~c¡i .~_obre fl ,tu.1:. ciente en inspiración o espiración, pero por lo gene-
, • . ;é;ro'(ffg.15.107) .. " . . • ·•• .r,.,. :: \' . ral' s:Ú"éle S:ér.más útil la éspiración por la relajación
y
7. EÍ1mpulso de alta velocidad baia amplitud ·se eféc-
qué genera et
en pacienté. ·.. . ...·.··
tü'a dejando caer el,cuerpo del operador sobre el bra- 9. Se reexamina.

-~S-:.~:~
,., , ..... .;,··-
~

' 1
1 1

Figura 15.106. Figura 15.107.

l
288 Principios y práctico de lo medicina manual

Jaula costal 4. Para la restricción espiratoria, el contacto del pisi-


Restricción respiratoria forme se establece en el borde inferior del cuerpo de
la costilla, y el antebrazo derecho del operador diri-
Técnica de movilización con impulso ge la costilla en una dirección anterior y superior
Costillas tipo inferiores y costillas 11.ª y 12.ª (fig, 15.109).
Diagnóstico 5. En la restricción inspiratoria el contacto del pisiforme
Restricdón inspira.toria oespiratoria-·(Ejemplo: lado ·- se reál1za en el"tforae supenordel cuerpo tle la cos- ··· ·
izquierdo) tilla, y el brazo dere"i:ho del operador la' arrastra en
1. Paciente en decúbito lateral, con el lado de la dirección caudal (fig. 15.11 O).
disfunción arriba. .6 ... S.e apli.ca la movUización.con impulso, .. dejarído caer __
2. Operador de pie de frente al paciente, con el pisifor- el peso del cuerpo del operador y dirigiendo la fuer-
me de su mano derecha en contacto con la cara za a través del antebrazo derecho en la dirección
posterior de la costilla disfuncional (fig. 15.108). que corresponda para una restricción inspiratoria 0
3. La mano izquierda del operador torria contacto con espiratoria;
la parte anterior del hombro izquierdo del paciente. 7. Reexaminar
., .

Figura 15.108. Figura 15.ll0.

Figura 15.109.
Capítulo 15 Jaula costo/ 289
Jaula costal CONCLUSIÓN
Restricción respiratoria Las disfunciones de la jaula costal revisten gran im-
Técnica de movilización con impulso portancia en muchos problemas del sistema musculo-
Diagnóstico esquelético. Las disfunciones costales estructurales
Costillas 11.ª y 12.ª (Ejemplo: lado derecho) pueden ser una gran fuente- de dolor. Las restriccio-
' . •·: · 1: Pabienf,f erí deéú15ifo pró"rio sobrélifcámilla?O"pélrá' . riéscósta!es" respiratorias COillprometen la Capacidad ·
: ·.· ·_.· ·.e-". -'acif di/pie al lado :izquiexdo, _cóh lájnano .iz,c;¡ui!;irda .·· resp)r,a.to~ia del paciente y la cir<é'4lación efüaz de lós
. mediida los cuerp6s de la 11."'y 12/ costilla~ Ycon . sistemas de baja presión venoso y linfátiéo: Existen
.,•... , _ _ la -~,8:n?Aer,ech~,fi?9i,e_nd? Ja, .er P[~~,[l_i_ó'\~fél a~t"'.ros~- ., ni.iq¡.e.r.was inserciones muscµlarl's, en la jaula costal .
p_enoJ derecha deL.pac1eílt,e, _ __ . _ -'. :que-pm,den acttiar coq10·-restring"ntes del raquis cer-
·se
2.- Para tá."resÍriccióí\ espiratoria .de
inclina al paciénte ....vical, las exti:erriidades superiores, del raquis.lum-
hacia la derecha pidiéndole que alargue el brazo bar e incluso de la pelvis y de las extremidades infe-
•:' .:. , <deteeh<'fhácia 1a,t0d11Ja oelmiSi:i:io [&d<i'(fig. 'J'.5.111) ... '.dioiés.ILla'festauraci"ón del funcionamientosiinétrico
En 3: la restricción imlpiratoria sé inclina,a:I paciente -· .de laj_~ula c?:'tal es ta_n,importante para la respiración
i:•, .·'. ·_ · ,;.hacia 11'}':izquierdá·i;or¡;sú mano:derE,¡;;ha· sobl'!')'la'¡;il- -, ,~y-l~~~/T$l¡l)'á.<;1on cpmo I? _"s, Pª:ª ~! qclD de la, ~arch<>,
beza (fig. 15: 112). eLrestableeer unamov,hdad _s1metr1ca del raqms h:1m•
4. ·se alcanza la barrera despegando de 1a camillá la bar, la pelvi~ Ylas extremidades inferiores.
\'ispina ilíaca anterosuperior.
.5. La mano izquierda del'operador aplica un impulso
de alta velocidad y ba)a amplitud en dire_cción lateral
e inferiorpara una restricción espiraioria, y en direc-
ción lateral y superior para una restricción inspira-
toria
6. Se vuelve a examinar.·.

Figura 15.111. Figura 15,112.


COLUMNA LUMBAR

-'·;, ::.. ·_r:::.·.·;:.:. ·: .·, .-':.,, ·.:., ._,'· ';_ :.-'.·· ·.. ·.· " __.)'. ·o, . .·-:::.:<<":i .. -: .:." :·..-. _,./: :- >.
·i. :.:LJJ. ¡;qlµror;iilumbar y la. cir¡tura p_é)vicaJ".~,aSJ -~_! ¡:;¡i- ser las más vohirriinos<1s. La lordosis lumbar presenta
,:pítulp J7). c.ontie~en mu(híJ.S ,de ~s,J;~t'.:»<:•~P~- JI)VO·.,
; > . ;;, upa .it:mi,ii<l~4 ;nt~r:iqi;; sierido habitualrneI\teLl\ el
:· "'?h'lcrada)ién fa háb1tual queJa de «d<;>lor lumbar,>! EJ,ya ·• \lértité, L4y L!Ydisp?gtn: df un,i movi\i\lad )imitada a-·
..... clásico ·informe de Mixter y Barr en 1934, atrajo la causa de las fuertes inserciones de los ligamentos ilio-
·atención de médicos de muy diferentes especialida- lumbares a: la pelvis ósea. En consecuencia, L3 ,resulta
des sobre el disco intervertebral lumbar. El diagnós- ser e,l primer segmento lumbar con libertad de movi-
tico diferencial del dolor . lumbar sigue siendo un mientos.
. enigma para el médieo, ha,,sta el punto de que entre I..a apófisis articular presenta una arti~ulaóón in- .
· el 60% y d 80% de los casos son aún clasificados co- ierapofisaria superior que se orienta hacia detrás y
mo idiopáticos. Después de haber excluido causas or- adentro y una articulación interapofisaria inferior que
gánicas o estructurales por medio de pruebas ortopé- se orienta hacia delante y afuera. La carilla articular
dicas y. _neurológicas ortod?xas, el ex:am1nad_or se en- superior es ligeramente cóncava y la inferior ligera-
. frenta a1 reto de determinar cualquier otra fuente de mente convexa. La orientación de las articulaciones
dolor lumbar que pueda ser tratada. Es en estos pa- interapofisarias lumbares suele variar, siendo bastante
cientes en los que la capacidad para diagnosticar y tra- frecuente su asimetría. Debido a la forma de las arti-
tar anormalidades funcionales del sistema musculoes- culaciones interapofisarias, la rotación axial se en-
quelético ha demostrado ser clínicamente efectiva_- Se cuentra bastante limitada. Cuanto más sagital es el
recomienda encarecidamente que los proced1m1en- plano de las articulaciones interapofisarias más estable
tos de diagnóstico estructural, que se exponen aquí y parece ser el raquis lumbar. Por el contrario, cuanto
en el Capítulo 17, sean utilizados conjuntamente con más coronal, mayor movilidad parece existir y mayor
pruebas complementarias de valoración ortopédica y riesgo de hipermovilidad. Si existe asimetría en la
neurológica para la parte inferior- del tronco y las ex- orientación, con una articula<;:_ión interapofisaria sagi-
tremidades inferiores. La indusión del diagnóstico tal y la otra coronal, parece aumentar el riesgo de de-
funciorial en la exploración de estos pacientes reduce generación del disco y de hernia discaL En este sen-
significativamente el número de casos que ~an de ser tido, parece existir una clara tendenci9- a que la her-
clasificados como idiopáticos. Es ·necesana mucha niación se produzca hacia el lado en el que se
más investigación clínica sobre el origen del dolor en encuentra la articulación coronal. Las articulaciones
las disfunciones del raquis lumbar y de la pelvis, y so- interapofisarias asimétricas también parecen influir
bre la eficacia y los mecanismos de acción de las apli- en las características de movilidad del segmento y, con
caciones terapéuticas de la medicina manual. · frecuencia, se encuentran en pacientes con problemas
de disfunción recurrente y refractaria de la columna
ANATOMÍA FUNCIONAL lumb'ar. Entre las .articulaciones interapofisarias supe-
Las ci~co vértebras lumbares son las más grandes de rior e inferior se halla la estructura denominada
la columna vertebral_: Sus cuerpos vertebrales tienen istmo. Su rotura sin desplazamiento se llama espondi-
forma a~riñonada y son de construcción sólida, para lolisis. En el caso de existir separación, el cuerpo, el
así poder soportar el peso de la columna vertebral su- pedículo y la apófisis articular superior se deslizan ha-
. prayacente. Los arcos vertebrales se encuentran fuer- cia delante, mientras que la apófisis espinosa, la lá-
temente desarrollados, con grandes apófisis espinosas mina y la apófisis articular inferior se quedan atrás,
que ~e proyectan directamente hacia detrás con res- apareciendo lo que se conoce conio espondilolistesis.
pecto al cuerpo vertebral. Las apófisis transversas son La región lumbar inferior es asiento frecuente de
bastante amplias y las que corresponden a L3 suelen alteraciones del desarrollo. Aparte del desarrollo asi-
291
292 Principios y práctica de la medicina manual

métrico de las articulaciones interapofisarias, pueden DIAGNÓSTICO ESTRUCTURAL


aparecer otros trastornos en el arco vertebral quepo- DE LAS DISFUNCIONES DEL RAQUIS LUMBAR
drán dar lugar a cambios uni o bilaterales en el ta-
maño y la forma de las apófisis transversas, o a las El raquis lumbar puede sufrir disfunciones no-neu-
anomalías de transición conocidas como lumbariza- tras (tipo II), ya sean en extensión, rotación e incli-
ción y sacralización. Tampoco es rara la falta de cie- nación (ERS) o en flexión, rotación e inclinación
. rre del arco vertebral y éñ ocasioñeii""se "óbserva"·agé- .•.. (FR.$). Tá.mfofn pueden exisiír disfunciones neµt¡:a~
nesia de la apófisis espinosa de L5": La aúsenda o al. · .·(de grupo), en especial en los segmentos lumbares
teración de estas estructuras provocará variacion.es en superiores, abarcando los segmentos inferiores de la
las normales inserciones .muscu)ares__ y:Jigam<'.n\os.;13 ___ .,,columna .dor.sal. Cuando,.se encuentra rectificación o ..
de la zona. · ··aplanamiento de la lordosis lumbar, las posibilidades
de que exista una disfunción FRS, con restricción a la
MOVILIDAD LUMBAR extensión, son altas. Si por el contrario se observa un
-aumento de la lordosis lumbar, crecen las posibílidá-
Los principales movimientos disponibles en el raquis -·- des de encontrar disfunción ERS, con restricción a la
lumbar son la flexión y la extensión._Existe una pe-._ ::.·flexión. El diagnóstico de la disfunción luml,ar seg 0 --.

queña amplitud de inclinación a derecha _e izquierda- . mentaría combina el hallazgo de cambios en la tex 0

y una rotación mínima. El acoplamiento de los movi- tura de las capas más profundas de la musculatura pa-
mientos de inclinación y rotación en la columna lum- ravertebral, en particular la hipertonía del multífido,
bar puede producirse tanto en mecánica neutra ( ti- los rotatorios y los intertransversos, y la alteración de
po I) como en no-neutra ( tipo II), En ausencia de las características de movilidad. La evaluación de la
disfunción, desde la posición neutra o desde la exten- movilidad lumbar segmentaría puede hacerse de di-
sión, la inclinación y la rotación se acoplan hacia la- ferentes maneras, pero por las razones descritas en el
dos opuestos. Desde la posición de flexión, la inclina- Capítulo 6, el procedimiento recomendado consiste
ción y la rotación se acoplan hacia el mismo lado. Las en valorar la situación de las caras posteriores de la
firmes inserciones de los ligamentos iliolurobares de apófisis transversas en tres posiciones. Este proceso
L4 y L5 a la pelvis ósea condicionan una movilidad exige que el segmento superior se valore con respecto
menor en estos dos segmentos que en los tres supe- al inferior. En la columna lumbar esto significa que
nares. L5 ha de ser valorada con respecto al sacro. En conse-
cuencia, la evaluación de la columna lumbar comien-
MOVILIDAD EN LA CHARNELA LUMBOSACRA za identificando la base sacra y la cara posterior de las
apófisis transversas de Sl. Debido a la anatomía de la
En la mecánica vertebral neutra y en ausencia de dis-
charnela lumbosacra no resulta. posible palpar las
función, L5 y el sacro se mueven en direc~iones
apófisis transversas de L5. En su lugar, el examinador
opuestas. Con la inclinación derecha y la rotación iz-
identifica las partes simétricas del arco vertebral de
quierda del sacro entre los ilíacos, L5 se adapta in-
L5, lo más lateralmente posible, para poder valorar la
clinándose a la izquierda y girando a la derecha.
rotación de L5 con respecto a Sl.
Cuando el sacro realiza nutación (flexión del sacro
entre los ilíacos), L5 hace extensión ccm respecto al El proceso diagnóstico requiere la valoración de
sacro. A la c.ontranutación ( extensión del sacro en- las parejas de apófisis transversas en posición neutra,
tre los iliacos) le acompaña la flexión de L5 conres- en flexión y en extensión. La secuencia más sencilla
pecto ál sacro·. Si no existe disfunción, todos los seg"· para el p_rincipiante consiste en evaluar primero en1a
mentos lumbares siguen al segmento subyacente en posición de decúbito prono neutro sobre la camilla
el recorrido de flexo-extensión. Las apófisis trans- (fig. 16.1). Comenzando por la base sacra, se valora
vers.as de cc.i.da segmento permanecen e11 el mismo cada vértebra lumbar con respecto a la vértebra sub-
plaI\o que l~s· del segmento infe~ior. La pérdida de la yacente, hasta llegar a la charnda dorsolumbar. A
relación neutra normal entre L5 y el sacro reviste continuación se hace la exploración en la posición
una gran importancia clínica y se califica como «res- de extensión, en decúbito prono apoyado (posición
puesta lumbar no adaptada» a la función sacra. El de esfinge) (fig. 16.2). A pesar del volumen de -ia
restablecimiento de esta ·relación normal entre L5 y musculatura lumbar, las apófisis transversas se palpan
SI es una de las principales razones para diagnosti- con gran facilidad en esta posición. Seguidamente el
car y tra,tar _las _disfunc.iones de.·la columna lumbar é1<amen se realiza en la posición de flexión completa,
antes de abordar las articulaciones sacroiliacas. Mu" c_ort el paciente ert sedestación y los pies apoyados en
chas de las técnicas·descritas _en el_Capítulo 17 re- el suelo o en un taburete. La exploración también se
quieren la relación neutrá normal entre L5 y el llevá a cabo en sentido ascendente, aunque en esta
sacro. posición resulta más dificil palpar las apófisis trans-
Capítulo 16 Columna lumbar 293
versas, debido a la tensión de la musculatura y de la parte inferior no son tratados con éxito. Las disfun-
fascia lumbodorsal (fig. 16.3). Si una apófisis trans- ciones no-neutras son habituales en L4 y L5, así como
versa aparece más posterior en la posición de flexión en la charnela dorsolumbar. Las disfunciones no-
completa y se hace simétrica en la posición de es- neutras en L4 y L5 aparecen frecuentemente asocia-
finge, se puede afirmar que existe una disfunción no- das con disfunción de las articulaciones sacroiliacas.
neutra ( tipo II) ERS a ese nivel. Si hay una apófisis En pre.sencia de desnivel sacro y en ausencia de

;_r;
en
·. tran'sve')'.s,i"'más prnmineñte lá pósíci6ñ 'de "prono
se:lia<ce
apó_yafff.i,-{fiüsi.cióJi. deesf\ng1o), qi,¡¡
disfunc~n .de la colurnµa lurnh,r se producirán incli-
fiin.éti;i,i::a .. nación 'j"'rotación de las vértebras lumbares en s.¡;,ti-
. ::, ~n la íit&sisión' de flexión, exist'; JJP.~ disfunción no, dos opuestos; para compensar mantener el tronco y
.,,..,..P.!¡µtr~!,IJl" JJ)J'~~,, Si t¡;es,9_mai.l\PPfiS1sJr,¡1ns11i;r,W4 , ·erect6: fata f'sspliestá}fe adap~il:ción sól_o se enéuen:
. '..'.'.' _p~rm':'.';"~~n P~'.':m,,:ient.,,s-. duran,'.,"·Ia~~-t1'.".z•P:'s,e~ · tra eñ la
posición de -flexo-extensión neutra-. Cuanto
· ........ .n.es,. e,nton¡,:_e_s.ex1ste una. disfu~c1on. neutra. .. (upo1). ·· rnás"tieñ'ipo esté.preséiüe el prübléma, rnayóres son
Resulta d1f¡cd evaluar la capaod~d fü1_1c10~al d~ l~s- )as p()sibilid~des de qu_e_ se des,,rr?lle una disfuncipn
·,,i,,segme;¡j:gJJ;Jumbares .. supenores, ,;hasta; que.JoLqii"' · '"úeuifa'&,upal). · · ··· · · · · ·.· ·· · ·
. .han .. &ido.,ideutificados.como -disfunei01:¡.<tles-é'fi••·!a•--· ,,... y-·-·;;;-· · ' · ··
... ·~- ~;--, ..::;-;:·;:.;;..: .---0·.,,1;"'¡:.)'~ ,s;:, :;. .. _¡,,,"",,_ ,;; :. ·:'

.. '} ' :,, :, ··~tÉCÑii:!AS ÓE MEDÍCINÁ MÁNUAL


. l'ARA lAS DISFUNCIONES
DE LA COLUMNA LUMBAR

El clínico que pretenda aplicar un tratamiento ha de


ser capaz de tratar-al paciente ,tanto en sedestación.
· é:onío -en ·1os diferentes decúbitos, y necesita disponer
de técnicas para tratar disfunciones grupales ( tipo I) y
disfunciones ERS y FRS no-neutras ( tipo II). En la se-
.Cuencia de· tratamiento se recomienda tratar priméro
las disfunciones no-neutras y al final las disfunciones
de grupo. Habitualmente se comienza tratando los
segmentos inferiore~ y se va ascendiendo S½CUencial-
mente. Las excepciones a esta regla de ascenso las
constituyen aquellos casos en que los principales res-
tringentes se encuentran en los segmentos sup~riores
de la columna lumbar, o aquellos casos en !_os que los
segmentos inferiores se encuentran en una fase <lema- ·
Figura 16.l. siado aguda como para abordarlos de manera directa.

Figura 16,2. Figura 16.3.


294 Pnnciptos y práctica de la medicina manual

Columna lumbar controlando el hombro izquierdo con la axila izquier-


Técnica de energía muscular da (fig. 16.4). El dedo medio de la mano derecha del
operador monitoriza el espacio interespinoso L4-5 y
Sedestación
el dedo índice derecho hace lo propio con la apófi-
Disfunción no-neutra (Ejemplo: L4 en ERS;) sis transversa izquierda de L4.
Posición: Extensión, inclinación izquierda, rota-
ción izquierda (ERS;) 3. Se ¡¡Jci!n?a la barrera de flexión per i:ne<iic> <1El__ una
. tra¡;lación de .. dEllante a detrá_s dEll nivel L4-5
Restricción de movilidad: Flexión, inclinación .. (fi.g. 16,5).
derecha, rotación derecha
1. Paciente sentado en un taburete, cogiéndose el 4. El brazo izquierdo del operador induce inclinación
hombro derecho con la mano izqÜierda y dejando y rora:ció'n derechas de L4-5, pidiendo·a1 paciente··
caer el brazo derecho. qué aTargue su mano derecha hacia el suelo (fig.
16.6).
2. Operador de pie al lado izquierdo del paciente, con
la rodilla izquierda de éste entre sus piernas, co- 5. Se pide al paciente que, durante 3-5 segundos, em-
giéndole el hombro derecho con la mano izquierda y puje hacia la inclinación izquierda contra una resis-

Figura 16.4. Figura 16.6.

Figura 16.5.
Capítulo 16 Columna lumbar 295

tencia equivalente del operador. Después de la rela- el operador flexiona al paciente manteniendo la rota-
jación se alcanza la nueva barrera de flexión, iric:li- ción derecha (fig. 16.7).
nación derecha y rotación derecha y se efectúan de
7. La mano izquierda del operador resiste el esfuerzo
tres a cinco repeticiones del esfuerzo de inclinación
extensor del paciente, flexionando por completo el
izquierda.
segmento y abriendo las dos articulaciones intera-
6. Cuando se ha eliminado completamente la restric- .pofisarias de L4-5 (fig. 16.8).
.. • ción a la. rotación• derécha·
• ... - . . ,,.,.
~ . e,'
y a ' la :·inclin:.ció<Klerecha,
. .' . . . : ,• • •

,·•-"·

Figura 16.7. Figura 16.8.


296 Principios y práctico de lo medicino manual

Columna lumbar 3. Tres o cuatro contracciones del paciente hacia la


Técnica de energía muscular inclinación derecha, empujando con el hombro dere-
cho contra la mano derecha del operador, inducen
Sed estación
rotación derecha de L3 sobre L4 (fig. 16.9).
Disfunción no-neutra (Ejemplo: L3 en FRS,)
Posición: Flexión, rotación izquierda, inclina- 4. En esta situación de rotación derecha, el operador
ción izquierda, (FRS,). induce extensión e inclinación derecha presionando
. hacia_ abajo sobre el hombro derecho, mientras el
Restricción de movilidad: Extensión;¡nclinación---·
paciénté ·cambia el peso. de su cuerpo al glúteo
derecha, rotación derecha.
• izquierdo y proyecta el abdomen hacia la rodilla
t. Paciente sentado sobre un .taburete y operador sen- izquierda (fig. 16.1 O).
tado detrás, controlando con su mano. derechá ·él
tronco del paciente y monitorizando el espacio inte- 5. El operador resiste una serie de tres a cinco con-
respinoso de L3-4 con el dedo índice izquierdo y la tracciones isométricas, de 3-5 segundos, en las que
apófisis transversa izquierda de L3 con el dedo el paciente, o bien empuja el hombro derecho hacia
medio izquierdo. adelante, o lo intenta elevar hacia el techo
(fig. 16.¡1). Después de cada repetición se busca
2. El operador induce inclinación izquierda y rotación
una nueva barrera.
derecha en ·mecánica neutra, dejando ·caer el hom-
bro izquierdo del paciente y desplazando el peso al 6. Cuando se ha eliminado toda la restricción hacia la
glúteo derecho. inclinación derecha y hacia la rotación derecha, el

Figura 16.9. Figura 16.ll.

Figura 16.10.
Capítulo 76 Columna lumbar 297

operador mantiene la extensión y endereza los hom-


bros del paciente, al tiempo que bloquea bilateral-
mente el segmento L4 con la mano izquierda
(fig. 16.12). La mano derecha del operador resiste la
flexión que el paciente intenta llevar a cabo hasta
extender por completo L3 sobre L4, cerrándose am-
. bás'arliéülaciones interapbflS'arias-:
-•·:,y•, •. ·7.• ~~vJ~1vé8.-~x~(l11fliii:·'.{: :i\>•
-~~ ..

.,,--.,,.. "", '"··(


,...,_,>''"'-'·;..,, :, • .

..... ,......... ..
•.·
·:,¡:.•;- :.,:::,,·: ·- ·y;.i:· ;·,-,.;¡;,··;,,:,; . -~-.:_,:<j..:,:. ::··;~;, fig,i'rfJt¡]f.
. . -~-'.!'-·'--...: '.:-:.: ?'i!.' .ri:=. '.f/;~· ~ ,-r,· :·.
. -,: -~- ,. ,.:._·
•.. •·<''<J'
-, ...... · ..
~
i,;:;·:o:,:'•;'·~~ ~)•..,.,...,. ·.:•..
298 Principios y práctico de lo medicino manual

Columna lumbar izquierdo para controlar la parte superior del tronco


(lig. 16.13).
Técnica de energía muscular
Sedestación 2. ~I pulgar izquierdo del operador se coloca en el
Disfunción neutra ( de grupo) apex de la convexidad lumbar izquierda con el pro-
pósito de localizar la tensión a ese nivel (lig. 16.14).
Variante 1
Posición: Flexo'extensión neutra; inclinación 3, El operadoi:.. introduce .inclinación izquierda.,y rotación-
derecha, rotación" lzquierda (NS,R,) o (EN,). - :- -derecha/qc~li?ad<'!S- E,r1 su. pulgarizquierdo (l)g,.16.15), _
Restricción de movilidad: Inclinación izquierda, 4. E[ opérado_r_ resisÍe c9nsu brazo derecho uria serie
rotación derecna. de contracciones, de 3-5 segundos, hacia la inclina-
-ciórí oerec:b_a_(ljg. _1 §Jp). _
Mien_tras -tanrn~ _ét'pülgar ~
1: Paciente sentado sobre··1a camilla, cogiéndose el
ejerce y mantiene una fuerza en dirección antera-
hombro izquierdo con la mano derecha. El operador,
medial contra la convexidad lumbar izquierda.
de pie detrás, pasa el brazo derecho por debajo de
la axila derecha del paciente y le coge del hombro ;i, Se re.examina.

Figura 16.13. Figura 16.15.

Figura 16.14. Figura 16.16.


Capítulo 76 Columna lumbar 299

Columna lumbar de la convexidad lumbar izquierda, presionando en


Técnica de energía muscular dirección anteromedial (fig. 16.17).
Sedestación 2. El brazo izquierdo del operador induce inclinación
Disfunción neutra (de grupo) izquierda Y rotación derecha con una traslación de
variante 2 izquierda a derecha del ápex de la curva, monitori-
• Posic_ión: Flexo-extensión neutra, inclinación zada por el pulgar derecho (fig. 16.18).
0
o
!::é'.·. 9;~r~gh¡¡,,J9Iación ifqÍ]i~r~¡¡ (~~~¡), !Ef'J,). _ 3. El operador resiste los esfuerzos 'del paciente por
-'.· ':'·ffestrioció~."~e mevilidaii;Tnéliba'cl.ór:t::tiqqierda, , -··· ·i¡r;i~linarse hacia.ta dereeha dt1rante una:serie de tres
r6taeión derecha. · · · .,.. · · : a:cínco repeticiones; dé 3-5 :segundos::;de duración•_:,,
•· 1 ·. ·Paci-etite, sel'ltado --sobre lanc-camilli:!,• cogi~f.ldos.e ,et . · ·· · cada. una (fig. 16.19). · · ·· · ·
: ~.liorñofó'(iérec[1q-cqn la-mano izqwercla. El---0peFad0f--- .ii: ñaspÜ.és d~ Gada cqmr¡¡ccfpjl,· e:1 op"erador busca·
sit8a de
· ·- ·.'.· se y.coiie
pie-detrás º!'!.ª.
conli.'manc:i'Jzquierda · . : _ nueva_ barrera a la inc¡¡nación izqÜie'rda y rotas· ·
el hombro derecho del paciente, pasándole la axila ción derecha, fóCalizarido en el.ápex 1a·traslación de·
o:;,"·,;;,;,c,;; :::··,ti :ciz,e¡Ui.íri:lá'poc.mcima. ootH:Qmt:wo:!i;ZilYier,lq, .El, PUL": izquierc;la,á _derecha. .,
gar <;lerecho del operador SE, encuimtra i,n, el ápex s:"·t'~ ~Q~híe a ~;j:il6;a/ . /'.

Figura 16.17. Figura 16.19.

Figura 16.18.
300 Principios y práctica de la medicina manual

Columna lumbar 3. El operador alcanw la barrera de extensión, exten-


diendo el tronco del paciente, al tiempo que con la
Técnica de energía muscular
mano derecha efectúa una traslación de atrás a de-
Sedestación lante (lig. 16.22). Nótese cómo el codo derecho del
Restricción bilateral a la extensión (Ejemplo: L1-2) operador queda fijado por su propio tronco.
Posición: Flexión bilateral.
4. El brazo j:,:quierdo del operador resis_te el intento de
Restricción de movilidad: Extensión bilateral.
flexión dilJconco delpa<;:iente, repetiqo_d<e.W,!l a cjn,
1. Paciente sehta.d6·sobré la camilla; tógiéndos_e con·: º'"'"fo:.veeés; éon:·coñtracciories dé __ 3.:5 seí'güriaós de .
cada mano del hombro contrario. El Operaaor, dé . duración (lig. 16.23).
pie detrás, coge ámbos codos del paciente con la
mano i,:quierda para controlar el tronco. (lig,J9.2Q):··~~: 5. D_espués depada contracción_~e bLJsca~tma nueva
barrera de extensión.
2. La mano derecha del operador bloquea el segmen-
to L2 en la línea media (lig. 16.21 ). 6. Se reexamina .

.,

Figura 16.20. Figura 16.22.

Figura 16.21. Figura 16.23.


Capítulo 76 Columna lumbar 301

Columna lumbar 2. El dedo medio izquierdo del operador palpa el espa-


cio entre L4 y L5 y el dedo índice se coloca sobre la
Técnica de energía muscular .
apofisis transversa de L4._ La mano derecha del ope-
Decúbito lateral (Posición de Sims) (Ejemplo: L4 en rador efectúa rotación izquierda del tronco hasta L4.
ERS,,) El paciente ayuda alargando la mano derecha hacia
Posición: Extensión, rotación derecha, inclina- el suelo (fig. 16.25).
. ción derechá (ERS,). · · ·•· 3. El operador _cambia las manos y con la derecha
: :·,;;r.· : . ,f¡;¡e~tric!Bii-rF~ #;~"t'1fyd1.iiijTuí¡¡lóri)r6taol6rí :¡g; . . ·..rmo.nitoriza .el nivell4-5,. mieií.trq_S qué éori el br~zo y
• qulerda.-~rÍclinacióil: izquierd1l. · .. . .·· •. ., iiL mu si.o izquierd6s flexiona las ca de.ras y la¡l,rodi,
· ·-·" 1. Paciente en decúbito'pfbrio so!Jf"e:·1a camlllá, cóh'él' . Uas_del paciente hasta L5, alcanzando-la barrera de
;:::::; '. opeij.{lor de .ple. á. si:triiao d¡¡¡:-eéh6. EJ or(eradfu___ l)e.xión (fig: 16:2 6): · _ _ __
··· -- '* ·flexlolialas rm:Hllas·del·pa·ctente·•y voltealosmiem' · · 4. Mientras sigue.monitorizando el·nivel·L:4•5, el·ope•-
bro~ inferiores sobre l_a cadera izquierda hasta colo- rador deja caer los pies del paciente hacia el suelo,
:$,¡;;;.:iifi.- :i:far:~v·paeierilé''én·i-í:rp&.iícfón ~Slif-fs {fij'j: ·16,Q4)-, r,,. ·· : . coo lo. que intrbdü&e inéliná'éióh l,zqüiér<ia -en~laitia'.
·._ .., ,•,.
Y; ; : . r:-:;.: :,:::;•~-iv~., ~1\ -.•., ~ ··,.-:-:-..V,:.:~·« ..,Z;.•.' -~- •
•,i-

Figura 16.24. Figura 16.26.

Figura 16.25. Figura 16.27.


302 Principios y práctica de la medicina manual

rrera (fig. 16.27). Nótese que las rodillas del pacien- 7. Reexaminar.
te descansan sobre el muslo izquierdo del operador. Nota: Se ha de intentar proteger la cara externa del
5. El operador resiste los esfuerzos del paciente por muslo izquierdo de_l paciente de la compresión con-
intentar levantar ambos pies en dirección al techo, tra el borde de la camilla. Si el operador es incapaz
con lo que en realidad el paciente intenta realizar de estabilizar las piernas del paciente sobre su mus-
inclinación derecha (fig. 16.28). La mano derecha lo izquierdo puede colocar una toalla enrollada 0
_del operador r11on_itoriza el niv§IJ-4_-5, asegurám;lose una pequeña almob.ad.a..entre el muslo.del paciente
-'· "'de que la cohtraccióh'muséülar-se· esfá,focalizando · • . y el borde .diflafamill1í:Ufiá-ópcTór'ies"qüe ·ei ópi!rá::'c:2-i'.~c '":':.
en esa zona. dor se siente al final de -la camilla, monitorizando-el -
6. El paciente realiza de tres a cinco contracciones, de nivel L4-5 con la mano izquierda, controlando las
3-5 segundos de duración cada una, mientras el piernas de· paciente con la mano derecha y apoyan= -
operador busca, después de cada contracción, una do la rodilla izquierda de éste sobre el muslo izquier-
nueva barrera de flexión, rotación izquierda e incli- do del operador.
-.-.--•_• ... , .
nación-izquierda.
.,

Figura 16.28.
Capítulo 76 Columna lumbar 303

Columna lumbar 3. El operador aplica rotación derecha, empujando el


Técnica de energía muscular hombro derecho del paciente hacia atrás con el
antebrazo derecho, sin dejar de monitorizar el nivel
Decúbito lateral
L4-5 con la mano derecha (fig. 16.31 ).
Disfunción no-neutra (Ejemplo: L4 en ERS,)
Posición: Extensión, rotación izquierda, inclina- 4. El operador_ introduce inclinación derecha levantan-
ción izquierda (ERS,). do i¡iml,os pies hacia el_ )echo y alcanzando la barre-
' •.,He.stri¡;ción .de moyilidad: Flel<i:úJei,,J.Golatlkín:;de;;¿~:,;:; . r¡¡_Qfipl? Io~_da de rotac1on derecha e inclinación de-,, J,

·. ·rééha; Inclinación aerecha. ·A' ·.. •· -•· ". ·,·. "' ,•., ' ' . reól'ra.,a ' ·· · .· • . - . ·
i.. Pacieñte Íumbadp én d~c;úbito latiraC izqUi~rdo con'' . 5: . El ;trpllrador resiste lós esfuerzos del paciente. por
.. las rodillas: y los. pies juntos y lostJorn8-ros. y la~ ca:_~-- ·-• llev~r_lo_~ pies hacia lá camilla (co;1traccion hacia la
>•··deras completamente perpendicutai'eS"aJa·cahiilla:EI~·• ,,. inc;\1nac1on .1zqu1erda),-m1entras monitoriza la eon- .
. . . operador, de piei frente 'itf°padente;1é flexiona él frori.:-·· · . ·· traccióff de la musculatura espinal erectora.a hi\lel
_,, • . ~-__cg de~ci-~ arriba_ haslc; ,1,-4.&\lll-.@. [!l/¡ll\\l};l~re.r;;~ m¡¡n,,_ . L4;~;-, • . _
... ' ténie_nao_ los' hombrosperpéiididúlares'ifla ~amina: ro-•''." a
6. 'Elpác1énte lleva cabo de tres a cinco repeidon~s
'··., c:y~I implica _una c1erta_1nJ¡J11Japion_d_er~~~ec(f1\{,, 1P,?9)," ... . de._;l;éi Slil9~ndo_s, En cada fase dére!ajación <,I 9pe- ·
·... ,,. -·· · .2:" El ·operador flexioni!· lós"-rtii-éhi15r'&s"~llf<Y"riore::f•hásta"" • ,. •" rad.or,b-usca .la nue_va barrera motriz hacia la llexipn ,..
,·:·'·:-cf) }'ílféñtr~iS ITlóiiitÓ-riZ"á'~ér fl¡J6(L4-5',"'COír ia:'rríá'l7~6:"' ~- .: :.· ·rctacióri. détechfi· e lriciinacióñderecha:·, - · . -.~;; '
derecha (fig. 16.30). 7. Se vuelve a examinar.

Figura 16.29. Figura 16.31.

Figura 16.30.
304 Principios y práctico de la medicino manual

Columna lumbar 3. El operador busca la primera barrera de exten-


sión trasladando el nivel L4-5 de atrás a delante
Técnica de energía muscular
(fig. 16.33). Nota: Conviene que el paciente se tum-
Decúbito lateral (Ejemplo: L4 en FRS,) be sobre una sábana o toalla, de manera que se
Posición: Flexión, rotación izquierda, inclina- faciliten los deslizamientos sobre la camilla.
ción izquierda (ERS,).
Restricción de movilidad: Extensión, rotación 4. El operador ajusta la barrera de extensión desde
. _.. derecha, Inclinación derecha. .... • ¡¡rrib?-,,-tr-a_sl.a,dando . el hombro izquierdo haci 9
1. Paciente tumbado en decúbito lateral izquie"rdo, ·. aírffs;' ma'nteriiendo arribos nombres perpendicu-.
con las rodil_las y los pies juntos y los hombros y las lares a la camilla y· monitorizando con la mano
caderas completamente perpendiculares a la cami- izquierda la movilidad que llega a L4 (fig. 16.34).
lla (lo cual supone un inicio de inclinación derecha). 5. El operador ajusta la barrera de extensión desde
2. El operador se coloca de. pie frente al paciente y abajo, extendiendo los miembros inferiores y moni-
toma contacto con ambas manos en el nivel L.4-5 to.riza_ndo_.•con...l.? mano derecha el movimiento que
(fig. 16.32). llega a L5 (fig. 16.35).

Figura 16.32. Figura 16.34.

Figura 16.33. Figura 16.35.


Capítulo 76 Columna lumbar 305

6. El operador busca la barrera de rotación derecha 8. El paciente tira de su pierna derecha hacia abajo,
empujando el hombro derecho hacia atrás con la en dirección a la rodilla izquierda, de tres a cinco
rnano derecha, mientras se comprueba la rotación veces, con contracciones de 3-5 segundos de du-
de L4 con la mano izquierda (fig. 16.36). El pacien- ración, contra la resistencia ofrecida por la mano
te agarra el borde de la camilla para mantener la izquierda del operador. Después de cada contrae-
rotación derecha e introducir más extensión. ción se buscan nuevas barreras, hacia la inclina-
. . . . . ción. c;lerecha levantando más la pierna y hacia la
::§l;;~¡:~~.;lp~~~:ri:zi:iaii:~:d;}~8;~~\1~:~t¿,:;c;;,;_,,e_xteÍ]~1,por q¡edic(cie¡raslación~ntérior de L4-5,;··
. .,. ,.· ... , "' · · · .· . ·: · · · . · . · · ·· · ·.· ·· con la•:mano derecha. .•. . ·
-recha, mientras-se morntonza el rnvec L4-5 c0n.. Ja-
..,11ano derecha (fig. 16.37).- c•. .. ,9. El oper.ador devuelve la rodilla derecha del pacien-• ..
.., . le a l_a -~amilla y coloca el antebrazo derecho con- v •. .
/i.'-''t", ·::
_ . Ira elbombro derecho del paciente, manteniendo la •
rotación derecha. La mano derecha monitoriza el
?;-~.;.~,~:~;:f.:.;~~· .::t;;;,\:::::~t~;;;.!:'~.!.';/_~ ::--_;:·:;:-~- fJ.i.V!3~:-:.!:4-P·,·. L~ ·.~a~o, izquJerqa_ d~l-,pper?dor.,_ soP.rª·~.::'·· ..
el glúteo derecho del paciente, busca la barrnra de .
. ., ~-- .,incliriac.ión .derecha merced a una traslación en. ,...
;"'' '~_ntiáe'qr¡¡neal {fig, ·1. 6,38). ·A continuación; elpa-,, , · '
•· · ..,. · cieníé..ci bien ·empujá'con sú 11omhro derech·o hacia"·· ·
· delante, intentando realizar una rotación izquierda
contra la resistencia ofrecida por el antebrazo del
operador, o bien empuja caudalmente con la zona
.glútea derecha, intentando efectuar una inclinación.
izquierda contra la resistencia ofrecida por la .mano
izquierda del operador. Como siempre se comple-
tan de tres a cinco repeticiones.
1O. Reexaminar.

Figura 16.36.

Figura 16.37. Figura 16.38.


306 Principios y práctico de lo medicino manual

Columna lumbar extensión de la curva neutra L1-4. Mientras, el ope-


Técnica de energía muscular rador monitoriza con la mano izquierda (lig. 16.39).
Decúbito lateral 3. El operador levanta los dos pies del paciente hacia
Disfunción neutra (grupal)(Ejemplo: convexidad iz- el techo, induciendo un movimiento de inclinación iz-
quierda L 1-4) quierda y rotación derecha en la columna lumbar
Posición: Flexo-extensión neutra, inclinación (lig. 16.40).
derecha; rotapión izqu_ierda . {N.$.R;);,o. {EN,),'--c•'•·siiat:;!;ª-mAAO&f_er-ªi:;Jm;tle.!:oparªdor resiste-los esfllBIZél:F•..0 -_.:;;;_~c
Restricción de movilidad: lnclinacié,n izquierda, - - □9,_IP,ácíéii!eJfo(lÍ~IÍar,}os pies a la cáínill~(contra~- ··_· ..
rotación derecha. c1on hacia la mcl1nac1on derecha). Como siempre,
1. Paciente en decúbito lateral derecho, con los hom- de tres a cinco repeticiones de una duración de 3-5
bros y las caderas perpendiculares a la c.amilla y las segundos.
rodillas y los pies juntos. El operador se sitúa de pie 5. La mano izquierda del operador monitoriza la
frente al paciente. .,.coAtrac.ción-mu,;9,lJlar isométrica y_el estiramiento :
2. El operador flexiona y extiende las extremidades que se obtiene después de cada contracción de la
inferiores del paciente hasta encontrar el ·punto de musculatura paravertebral derecha (concavidad).
máxima distensión en los mqvimi@tos ae flexión _y ~ 6. · $e Yé:exárí:iina. -

Figura 16.39. Figura 16.40.


Capítulo 76 Columna lumbar 307

Columna lumbar 2. Se flexionan y extienden los miembros inferiores del


Técnic.a de movilización con impulso paciente hasta el punto de máxima distensión en el
recorrido de flexo-extensión de la lordosis lumbar.
Decúbito lateral
Disfunción neutra (de grupo) (Ejemplo: convexidad 3. El operador monitoriza los segmentos lumbares
izquierda L1-4) disfuncionales con la mano izquierda y coge con· la
Posición: Flexo-extensión neutra, inclinación mano derecha el codo izquierdo del paciente
·;.i'.:' :;,,:c;~fi"~§,E!C~~''.rojacié!D;i,?c¡uierdª(N*il:F§l (E.Niff::•:. 'i.d~i~. 1.§:,ff}l• . ••··.·• . . .. __ . : .• .• .
.)'.éé' ·:. · ·:. He:striGfió_n de IJl.oviH_dad• lncJin,a9ión izquier,da, 4:· El óper~dor tira d;e! codo izqüierdo dél paciente en
; .rotación .derecha. · · direc::cioh anterior y· caudal (lig. 16'42), induciendo
· 1. Paciente eA · decúbito lateral ael lado.. en que. .. se- .. descje §lrriba incli'nación izquierda y rotación dere-
:•c·' __ érfoüeiitran;Rójtericj[iza¡JasJj:¡s ~póJ~\s tfaris_y'llr': · ::ch~ (li~16:43). ·
sas (en este caso del izquierdo) y operador de pie 5. El antebrazo derecho del operador, en contacto con
;,,,,,,;;,,r·ªf½tt\lQ!e... , · :"'" .,, :.,~;.,-,:;.s:.~ .,·.\ ,-·.· ,,:·:;·, .,Ja ill<il.é:-)1 la región ,pec;to.r,al.derechcls del p¡¡.9iente, .

!•.

Figura 16.41. Figura 16.43.

Figura 16.42.
308 Principios y práctico de lo medicino manual

mantiene la rotación derecha desde arriba, mien- emplea ambas manos para monitorizarJos segmen-
tras el antebrazo izquierdo del operador tira de la tos lumbares disfuncionales. Nuevamente se aplica
pelvis del paciente hacia la rotación izquierda un impulso en rotación anterior con el antebrazo
(fig. 16.44). Las apófisis transversas' del ápex del izquierdo, merced a una carga corporal del operador
grupo disluncional se encuentran perpendiculares a (fig. 16.45).
la camilla.
8. Otra opción consiste en fijar la cara anterior del
6. El operador deja caer _Ell peso _del_ cuer¡:>Q -~o_gre_ su _ ~2_r11_tiro del_¡:i?ciente con la mano d<3rElc;_t,a, g.§l_gp_<a_, _
··antebrazo izqUiiífdi:i;'Jo•:cuaf·_ provoca·Ufm•·moviliza'' - ··2,:rl'fdar;:. rniet1rr:as que el antebrazoizquier®'.s.il:'.e:tféat;:: ·
ción con impulso .hacia la rotación izquierda de la ...... ga dé administrar el impulso en rotación anterior que
pelvis al desplazar el lado derecho hacia adelante. el cuerpo del operador aplica. Nótese que la mano
7. Una posición de brazos alternativa consiste en fijar izquierda del operador monitoriza los segmentos
disfuncionales (fig. 16.46).
el hombro y el área pectoral derechos del paciente
con el antebrazo derecho del operador, el cual 9. Reexafii1nar.

.,

Figura 16.44. Figura 16.46.

Figura 16.45.
Capítulo 16 Columna lumbar 309

Columna lumbar dor permanece de pie frente al paciente monitorizan-


do el nivel L4-5 con la mano izquierda (fig. 16.47).
Técnica de movilización con impulso
Decúbito lateral 2. Manteniendo la perpendicularidad de los hombros
Disfunción no-neutra (Ejemplo: L4 en ERS,) con respecto a la camilla, el operador introduce fle-
xión desde arriba hasta L4 deslizando el tronco del
Posición: Extensión, rotación izquiefda, inclina- paciente hacia delante (fig. 16.48).
ción izquierda (ERS,). . •.. . .
r:,c;+' :--/'' . . ;~;-Hestriibló~ c:Íe'.?ictíiÍ~flffiaÍJi¡::1e)don;"ro1~cióri de: ..::t A cori~jit1}.ciór1 eJ op·eradGf rnonitor[;1:a el segm~:iito ·· ..
:.i · recha-~f.161irÍacÍó~ derecha: · · · - ·· :. : L4:5 con: la mano de/echif y Jlexio6á•lós rriiembrós
' jnferiore.s del paciente. hasta L5 (fig:_.16.49).
1. · Paciente en decúbito Taterál deJ:lado en el que la apó-
fisis tr.ánsv~rsa' se <en<;'uenlra. postériorizada (izquier-... .4,. Lá .mariPJzquierda del operador coloca el pie dere-
dti· en·este caso¡;- corrlas-rodiHas y los·pies jurítos y· .. ·-· ·-cho·del"paciente ·en el hll1'lco·poplíteo izquierdo.'EI
con los hombros y la pelvis perpendiculare.s a la ca- antebrazo derecho del operador introduce rotación
c•r":' ·- ,. · - fñlTiá (fo cilal'iniilia l1f.Tnéfll'iáció'r-i'aere/Jl'la). El -op'éra- ·· --"'<'iéré'cl't¡f.'f¡ás!a L4"(fíg: 16.50f · · - · · ·<: · ' , ·•

Figura 16.47. Figura 16.49.

Figura 16.48. Figura 16.50.


31 O Principios y práctico de la medicino manual 1
5. El antebrazo izquierdo del operador toma contacto
con la región glútea derecha del paciente y gira la
pelvis hacia adelante y arriba (fig. 16.51 ).
6. El operador ajusta los parámetros de flexión, rota-
ción derecha e inclinación derecha hasta la barrera
elástica y aplica un impulso anterior y craneal, por
medio de una carga corporal sobre el antebrazo
· ,-::::-"l:i'éiqi_,;irdo, La puestá en. tensión im!inta:rirantener la
apófisis transversa de L4 perpendicular a la camilla.
7. Se vuelve a examinar.
1
••• 1

Figura 16.51.
Capítulo 76 Columna lumbar 311

Columna lumbar 2. El operador se coloca de pie frente al paciente y


Técnica de movilización con impulso localiza el segmento L4·5 entre las dos manos
(fig. 16.52).
Decúbito lateral
Disfunción no-neutra (Ejemplo: L4 en FRS;) 3. Las manos del operador buscan la primera barrera
Posición: Flexión, rotación izquierda, inclina- de extensión trasladando el tronco del operador de
ción izquierda (FRS,). atrás a delante (fig. 16.53).
·.F.!estriccióñ dÉi° inovilídad: Extensión, ·rotación 4::;B ·,-og,E¡lrador aju_sta la barrera de .exten¡;i.ón desde
aerecha: ínclinaéión der¡¡cha..:;: · . . .. . ' ·· · ;,'arr1q~ :tt¡jsladcihdo al paciente.,hacia atrás, valiéodo-
1.· Paciente tumbaeo en decúbito .lateral izquierdo (la . · se del brazo derecho ·(fig. 16.54), mientfas la mano
• apófisis transvefsa más posterior hacia la camilla), izqüieraá monitoriza el nivel L4-5 (fig. 16,55) .
. · cól'l taS:iodlilas ji ioscpies:ju.rifos yfos.hom_bro~. Y,. l.:, :. S.:.'.EI iíp°eiádor .ajustá l¡i .barrera' qe extehs_i_ón desde -·
pelvis perpendiculares a la camilla. abajo extendiendo las extremidades inieriores con

.. • _1/. J , ••

Figura 16.52. Figura 16.54.

-t;:,~:
Figura 16.53. Figura 16.55.
1
312 Principios y práctico de lo medicino manual
!

el brazo izquierdo, mientras la mano derecha moni- 7. El antebrazo izquierdo del operador contacta con
toriza el movimiento que alcanza hasta L5 la zona glútea derecha del paciente y efectúa
(fig. 16.56). una rotación pélvica en los sentidos anterior y cra-
6. La mano izquierda del t>perador coloca el pie dere- neal hasta alcanzar la barrera en el nivel L4-5
cho del paciente en el hueco poplíteo izquierdo, (fig. 16.5~)-
mientras el antebrazo derecho toma contacto con la 8. El operador efectúa el impulso manipulativo con una
región pectoral derecha del paciente e intro,c;lu.fe ro- carga corgoral $O_l:Jre ,¡w •antebrazo izquierdo en
·__ tación derecha desde arriba, aUiempó.qITe:..eéih.los dirección anterior y Cráneat.
dedos de la mano derecha monitoriza el nivel L4-5
(fig. 16.57). 9. se·vuelve a explorar.

Figura 16.56. Figura 16.58.

Figura 16.57.
Capítulo 16 Columna lumbar 313

Columna lumbar 3. El operador aplica un impulso en extensión levan-


tando el tronco del paciente al empujar sobre el ful-
Técnica de movilización con impulso
cro (la mano derecha del operador situada en L2) a
Sedestación través de los codos (fig. 16.61 ).
Restricción en el plano sagital (Ejemplo: L1 en fle-
4. Otra forma de aplicar el impulso consiste en una
xión bilateral)
carga del cuerpo del operador hacia delante, a tra-
. Posición: Flexión bilateraL . . . . . . .. . vés del brazo de palc1nca representado por su ante-
. ::;;~;,,;:~- ;J3~jJiiGdí&i'~:móidllí:i~¡j; üfoíii~_ñiilliaiériL~~;\,> -br.az¡i i1eí.echo,. conira el co~tacto-de:!~. rnano}i~{'i':. · .✓
1\ Paciéhté'1enfátlo:sobre·~·~illa;:cóiilos bl'azok cri:/J. . ·. cha sobre L2 (fig. 16.62). - ,,
-- · -zados scbre el:¡:>echo deiorma que.cada mano·coge et · 5. Con cúálqüiera · de· las dos opciones··el óperá'dor
__ . . . • . ..... ,JNmJ?Jo..c_qntraJio,. Operador de pi¡i,d¡3\rás, C9Qi."1ndo los in_íen\c1 aplicar el impulso sólq·,con· unamano, mi.en: .
.. ~, ..... : '.::'. . :,.God©Sidel:paeiente (ilara::e'ciÁÍF0lar el trORoo f/i§-. 16.59), tras tá"titra -~e eílcargá de fijar': l\lo obsfañie, ambas"'"'
alternativas exigen una gran coordinación de las dos
•• •s -~,•.!:! \~19.!!..Qe. l.ª,rr.1,ªD.9 deJl,9.ti~.¡je!~O.P..fütld)lf,s\3.<;,.QIOC?, . rilánós/"o'. . . ,,.. . ·; · "' . . . . • .. ' . ·. ' ~--
• · · · ·éli la línea media, sobre 1á apófisis espinosa de L2·
---···(tiw 1.?.!~ºl- ~-- ...... ~---··••·· ·•-•··• . .:_ _ -··

Figura 16;59. Figura 16.61.

Figura 16.60. Figura 16.62.


314 Principios y práctico de lo medicino manual

Columna lumbar cho del paciente. El pulgar izquierdo toma contacto


Técnica de movilización con impulso con el lado derecho de la apófisis espinosa de L3
(fig. 16.63).
Sed estación
Disfunción no-neutra (Ejemplo: L3 ERS,) 3. El operador busca la barrera hacia la flexión, incli-
Posición: Extensión, rotación izquierda, inclina- nación derecha y rotación derecha sirviéndose de
ción izquierda (ERS;). los-movimientos que imprime con su brazo derecho
Resiricción• dEI:movilidad: .Flexión, .rotación •de- . -,sobre .el tr~t19R.,s!el pa,eietJ't~ yde,)s¡:presi2J't/,le:der-e., .,, ...
rechii, inciinaci6ñc1erecha: ·· cha-a•iztjüil'iidaque•eji,fc-e ·e1· putgar·siJb'rtt·ta apófi,. ·-·
sis espinosa de L3 (fig. 16.64).
1 . Paciente sentado a horcajadas sobre la camilla, con·
los brazos cruzados cogiéndose los hombros. 4. El impulso manipulativo se aplica exagerando la
2. Operador de pie a1· 1ado derecho del paciente, co- posición en la quffse-encuentra el paciente·al dejar
giendo con la mano derecha el hombro izquierdo del caer el peso del cuerpo del operador hacia el suelo,
paciente y coh la axila derecha sobre el hómfüo dere- al tíémpb q'ffi'rélpulgar izqüierdo del or,eraaor éfec-

Figura 16.63. Figura 16.64.


Capítulo 76 Columna lumbar 315

túa un impulso de derecha a izquierda sobre la apó-


fisis espinosa de L3.
5. Se puede sustituir el contacto con el pulgar iz-
quierdo por un contacto con el pisiforme izquier-
do (fig. 16.65). Nótese el bloqueo del antebrazo
izquierdo del operador contra su cadera izquierda.

Figura 16.65.
316 Principios y práctico de lo medicino manual

Columna lumbar 3. El operador aplica extensión, inclinación derecha y


rotación derecha merced al contacto de su brazo
Técnica de movilización con impulso
derecho con el tronco del paciente, al tiempo que
Sedestación ejerce presión de derecha a izquierda sobre la apó-
Disfunción no-neutra (Ejemplo: L3 en FRS,) fisis espinosa de L3 (fig. 16.67).
Posición: Flexión, rotación izquierda, inclina- 4. El impulso movilizador se aplica por medio de una
ción izquierda (FRS,). carga del cuerpo del operador sobre el hombro dere-
.Restrici;:km éle moviikláéi: . Exfonslón •..rota9ión '~' . -~~b&Lª~f"P.~g[E!\n.L(fg5::e.[l1J2!!1§}'1e dei%fíi! a izquieroª: ·
derecha, inclinación derecha. · . con eJ pulgªr izquierdo; _· ~
1. Paciente sentado a horcajadas en la camilla, con la 5. Al igual que en el ejemplo anterior, el contacto con
mano de_recha sobre el hombro izquierdo. el pulgar puede ser sustituido por un contacto con el
pisiforme de la misma mano (fig. 16,68). Nótese que
2. Operador de pie al lado derecho cogiendo el hom-
el codo izquierdo del operador se encuentra en con-
bro izquierdo del paciente con la mano derecha y el
-- tacto con la cadera izquierda, lo cual le proporciona
hombro derecho con la axila derecha. El pulgar
un brazo de palanca al contacto sobre L3.
izquierdo del operador se encuentra en el lado _de_-
.. ·· recho de la apófísis espinosa de L3 (fig. 16.66). 6. Sé Vüélve ·1texplórar:·

Figura 16.66. Figura 16.68.

Figura 16.67.
Capítulo 76 Columna lumbar 317

Columna lumbar 3. El operador busca la barrera a la inclinación izquier-


Técnica de movilización con impulso da y a la rotación derecha valiéndose del control que
ejerce con su brazo izquierdo sobre el tronco· del
Sedestación
paciente, mientras mantiene un fulcro con el pulgar
Disfunción neutra (de grupo) (Ejemplo: convexidad derecho que ayuda, merced a una presión antero-
izquierda L1-4) medial, a la localización de la barrera (fig. 16.70).
Posición: Flexo-extensión neutra, inclinación
.. ..
.... ,
. ..
.· :a ' •-. ;· .· ··Resfriéción· de- 'niovilidad:-lncfinae®n.·rz:qu1ei:iila, ·
1, (el ,impuls~ manipulador consiste e~ una carga del . .
·•~- ._dereclla, rotac'.ón i~"9Ui~~ª,:í.:f'l.8,:l,jl\EN;)_¡~·;-- .. _·_ . · cuar¡:io. del operador haciael suelo, aumentá,ndose_ ·
ii, . , •· ._ . .e :. , •. , . . . , ' .• ,~.,,. ". .. 1,..... ~ , . . Ía friclini/cióri izquierda y la rotación derecha.' mien- · ·
· . rotac;i9_n derecha,. . . . . . . .. . . ,·-· . . • - tras el pulgar derecho localiza la tensión en el ápex
1. Paciente ~entado a horcajadas en la c;amilla, con la dl;l l_a curva.
· i:ne:.no:J¡a:qy(~rd<1 sobr_E¡ ,;,!};iorn~19 pere,91'19.i_.: • ·
2. Operador de pie al lado izquierdo del paciente 1 suje-
s:· Una col6cación manual aliernati~a consiste e~ em- .
ple<1r el pisiforme derecho y la Elminencia hipotenar
,· tándole -ef·hombro derecho con lacmario ·izquierda y
· derecha para el contacto en el ápex de la curva lum-
el hombro izquierdo con la axila izquierda. El pulgar
• derecho se-<:oloea-en el -espacio-inteRrnnsverso-{Je- ·· ···· .. barJfig. 16.71 )..
L2-3 (fig,...,._..16.69).
.., .. : .. : _ . 6. Se-vuelve a examinar.

Figura 16.69. Figura 16.71.

Figura 16.70.
318 Principio~ y práctico de la medicina manual

Columna lumbar Columna lumbar


Técnica de movilización sin impulso (articulatoria) Fuerza de activación de energía muscular
Variaciones de las fuerzas de activación 1. Cualquiera de las técnica de mpvilización con impul-
1. Todas las anteriores técnicas de movilización con so expuestas pueden ser modific;adas para usar una
impulso pueden modificarse utilizando una moviliza- · fuerza de activación muscular intrínseca.
ción sin impulso como fuerza de activación. 2. La fuerza de activación que ejerce el paciente se
. . • • . · •· . · ·· ····· ·· • _ · · -•··•ding,ren-la·dire-cción ·contraria a la posición:cde pues-
2. Las posIcIones de paciente y operador se mantie...• ·-··· -·--·--··¡··-·-·····-· . 'd .· •·-•a····· •·· -· • •·
nen igual. · · · · .... ·• ·ta en·· e_nston promovI a por e1opera or.
" 3. Se utilizan de tres a cinco repeticiones con contrac-
3. Se siguen los principios expuestos en el Capítulo 7.
ciones de 3-5 segundos de duración, después de
4. El operador utiliza fuerzas oscilatorias repetitivas e11 cada una de las cuales el operador busca una nue-
dirección a la barrera restrictiva, aumentando gra- va barrera motriz.
dualmente la amplitud del movimiento.
4. Es frecuente efectuar dos o tres repeticiones de la
5. Es frecuente emplear esta técnica antes de aplicar técnica de energía muscular antes de emplear la
un impulso manipulativo. movilización con impulso como fuerza de activación.
6. Se vuelve a examinar. 5. Se reexamina.
DISFUNCIÓN DE LA CINTURA PÉLVICA

'>,¡ .
.·-•,· .·.

Las artic~lacione~ sacroiliacas continúan ge~t;:rando mecanismo de la deampulación. El tratamiento ma-


:con.trnversia• en ·&anru a su participación. en.1,r. aparV ·_ nual de-ti cintura pélvica restablece la simetría dé sus
dón de. sín.drom.~&. de. do!of niuscµ\oesqueléti~o .. L~.. tres. l}uesos y artic.ulaciones en. el ciclo d_e la marcha.
literatura médica. viene informando de ·su movilidad La superficie superior del cuerpo del sacro sostiene a
. desde mediados del siglo XIX. No obstante, durante la columna vertebral y sus alteraciones ejercen un
muchos años, las autoridades científicas consideraron efect9 significativo en la función de la columna verte-
que en las articulaciones sacroiliacas no se producía bral suprayacente.
movimiento y, por tanto, no tenían ninguna relevan- La cintura pelviana es importante en el modelo
da- ciínk·a. ReCieilt"es apoftaciÜ.nes: Ünió. de las· cien--. ie"Spir:ltOI'io drculátorlo, aebido· a sú.reli_ciOn con el
cías básicas como de la clínica, han provocado un diafragma pélvico. La disfunción de la pelvis ósea al-
cambio en la percepción del papel de estas articula- tera la capacidad funcional de los músrnlos del dia-
ciones en los síndromes clínicos de dolor. Actual- fragma pélvico, de la misma forma que las disfuncio-
mente existe un reconocimiento generalizado de la nes costales y de la columna dorsal hacen con el dia-
existencia de movimiento de pequeña amplitud en fragma toracoabdominal.
las articulaciones sacroiliacas, aunque persiste la con- El componente sacro de la pelvis es importante en
troversia en cuanto al tipo de movilidad disponible y el sistema craneosacro. El sacro dispone de una movi-
a los ejes de movilidad. La artrografia ha demostrado lidad inherente entre ambos coxales como parte del
que algunas articulaciones sacroiliacas duelen cuan- ritmo craneosacro. La alteración mecánica de la cin-
do se les inyecta, desapareciendo el dolor cuando se tura pélvica puede influir negativamente en el meca-
introduce anestésico local, mientras que las sacroilia- nismo craneosacro y, a la inversa, la mecánica craneo-
cas normales n.o. parecen responder con dolor ante sacra alterada puede afectar a la función biomecánica
una inyección. Se sigue discutiendo la capacidad del de la pelvis ósea. Ésta contribuye de manera significa-
clínico para identificar una disfunción sacroiliaca sig- tiva a la capacidad funcional del sistema musculoes-
nificativa. Obviamente resulta necesaria inllcha más quelético· y merece una evaluación y un tratamiento
investigación tanto básica como clínica. correctos en todos los pacientes.
Se escapa a las pretensiones de este volumen revi-
sar todo lo relativo a la movilidad sacroiliaca. El sistema ANATOMÍA FUNCIONAL
diagnóstico y terapéutico que se describirá permitirá al
clínico diagnosticar y tratar todos los hallazgos fisicos La cintura pélvica consta de tres huesos y tres articu-
posibles en las disfunciones de la del cintura pélvica. El laciones (fig. 17.1). El sacro está formado por la fu-
sistema se basa en los conocimientos actuales sobre su sión de las vértebras sacras y se articula por arriba con
movimiento y añ~de una explicación teórica, así como la última vértebra. lumbar y por abajo con el coxis. Se
la terminología para describir los diferentes hallazgos debe considerar al sacro como una parte más del eje
fisicos encon.trados durante la exploración. vertebral. En muchas ocasiones el sacro funciona
como una vértebra lumbar atípica entre los dos coxa-
les, con las dos articulaciones sacroiliacas actuando .
MODELOS DE DISFUNCIÓN
DE LA CINTURA PÉLVICA como articulaciones interapofisarias atípicas. Cada
hueso coxal procede de la fusión de íleon, isquion y
El diagnóstico estructural y el manejo de la cintura pubis. Ambos coxales se articulan entre sí anterior-
pélvica son importantes para el modelo postura! es, mente por medio de la sínfisis púbica y cada uno de ·
tructural. La pelvis conecta las altamente móviles ex- ellos se articula por arriba con el sacro, a través de la
tremidades con el tronco, en el sumamente complejo articulación sacroiliaca ipsilateral, y por abajo con el
319
320 Principios y práctico de lo medicino manual

Ugamento vertebral
común anterior
Ligamento sacrolllaco anterior

ó
,..,,¡~- Ligamento
inguinal

Cápsula articular
de la cadera

Trocánter Ligamento
lllofemoral

Figura 17.1.
Cintura pélvica.

fémur, a nivel de la articulación de la cadera. Desde el lado sacro, aproximadamente a nivel de S2, y una pro-
punto de vista funcional, el coxal debería conside- minencia a la misma altura en el lado iliaco. La forma
rarse un hueso de la e:X.tremidad inferior, constitu- de la articulación sacroiliaca varía considerablemente
yendo ambas articulaciones sacroiliacas la unión del de un individuo a otro y de un lado a otro dentro del
eje vertebral con los miembros inferiores. mismo individuo. Con el paso de los años, se produce
Las articulaciones que mantienen unido el anillo un aumento de los surcos de las superficies articula-
pélvico son la sínfisis del pubis y las dos articulaciones res del sacro y del iliaco que parece disminuir la mo-
sacroiliacas. La sínfisis púbica es una anfiartrosis que vilidad disponible. Resulta interesante destacar que el
posee unos ligamentos superior e inferior muy fuer- rango de edad con mayor incidencia de discapacidad
tes y un ligamento posterior más delgado. Las dos su- debida a dolor de espalda (25-45 años) coincide con
perficies articulares pueden variar desde simétrica- el periodo en el que existe mayor movilidad en las ar-
mente planas hasta bastante asimétricas y dentadas. ticula,ciones sacroiliacas. La disfunción asimétrica de
La mínima cantidad de movilidad disponible en esta este movimientó bien podría contribuir a dicho do-
articulación está fuertemente condicionada por su lor. La articulación sacroiliaca suele presentar el cam-
forma, por su integridad ligamentosa ( en especial bio en el biselado anteroposterior aproximadamente
bajo la influencia de cambios hormonales) y por la ac- a nivel de la unión entre el brazo superior y el infe-
ción de los músculos abdominales por arriba. y de los rior. El plano de la porción superior es convergente
aductores por abajo. · de atrás a delante,'mientras que la porción inferior es
Las articulaciones sa'croiliacas ·son auténticas ar- divergente en ese mismo sentido, dando como resul-
trodias,_ con su espacio articular, su cápsula y su ~artí- tado un mecanismo de,, engranaje centrado aproxi-
. lago. Son peculiares por el hecho de que el cartílago . madamente a nivel de S.2. En ocasiones, las superfi-
del lado sacro es cartílago hialino y el del lado iliaco cies.articulares son muy planas y no presentan el cam-
es fibrocartílago. Siendo, además, el del lado sacro bio del biseJ con engnmaje articular a nivel ae S2, o
/mu~ho;rµa.i gru¡e~o,.que el del Jaqci,.ili-ªco·. !,a,; a#icµ- · la p¡-omineri~ia iliaca· dentro de Ta depresión sacra.
laciones· ·sacroiliaCas tienen forma de L, cOn un brazo Este tipo de articulación sacroíliaca es mucho menos
superior corto y un brazo inferior largo. El contorno ·estable y hace que .la posibilidad de movimientos de
de la arüculación suele presentar una depresión en el traslación superior e inferior y de cizallamiento au-
Capítulo l 7 Disfunción de lo cintura pefvico 321

menten. En algunos casos la concavidad sacra es sus- encima de la cara posterior de la articulación sacroi~
tituida por una convexidad, apareciendo más cón- haca. El ligamento sacroiliaco posterior largo se
cavo el lado ilia<:o. Este tipo de estructura articular suelda con el anterior y discurre verticalmente desde
proporciona un incremento de la movilidad, funda- la cresta sacra hasta el ilíaco. Por su parte inferior, los
mentalmente en las rotaciones interna y externa alre- ligamentos sacroiliacos posteriores se conexionan ín-
dedor de un eje vertical. timamente con los ligamentos sacroiliacos accesorios:
el ligamento sacrociático mayor y el ligamento sacro-
La illtegridad de la articulación sacroifü1ca de- ciático menor. El mayor s@ extiende desde el ángulo
pe;r-,.de ~Il gran· medida de la~ estructµras ligam_en_to-
inf"!:olateral _<l.el sacro hasta la tµb_erosic;la1 isquiática.
sas. Los" ligameñtós ilfolumbal'e:s' se insertan en las y su borde rriedial presenta forma de rriedia luna. El
apófisis ·transversas de L4 y L5 y en la superficie ante- ligamento sacrociático menor yace bajo el mayor y
rior de..la: cresta· iliaca. Las fibras -inferiores se .extien- .
discurr.e desde el ángttlo inferolateral del sacro hasta
d~n hada abajo y se entrémezc:Úiri con los Íigamentós. ·.
la espina ciática. Estos dos ligamentos accesorios eón'
sacroiliacos anteriores. Los ligamentos sacroiliacos tribuyen a la formación de los agujeros ciáticos mayor
aníeriores son dos bandas relativamente planas y del- y menor, los cuales se encuent7an separados por el li-
ga.das, que pue den considerarse como eslingas de las
0
g~I?ento sacrociático men_9r.
que cuelga la superficie· anterío1' del saáo desde am:
.bos· coxales (fig. 17.1). -Los ligamentos sacroiliacós La·s_ inserciones mu§culares el; la. cint~ra pélvica son
posteriores presentan tres capas (fig. 17.2). La capa numerosas, pero los músculos que influyen directa-
más profunda consiste en cortos ligamentos interó- mente en la movilidad sacroiliaca son difíciles de
seos que discurren desde el sacro al iliaco. La capa in- identificar. El movimiento del mecanismo sacroiliaco
termedia la constituye el ligamento sacroiliaco poste- parece ser fundamentalmente pasivo en respuesta a la
rior corto,.el cual se extiende de.sde Jos arros_poste, acción muscular en las zonas vecinas. Los músculos
riores del sacro hasta el ládo interno del ilíaco, abdomin.ales, a saber los dos oblícuos; el rectó y el
ocupando casi todo el espacio que se encuentra por transverso, se insertan en la cara superior de la cintura

w.,.-•1G "'
Ligamento sacrolllaco posterior Tt·
Ligamento lliolumbar .
o s_acrolllaco posterior

Ligamento
sacroillaco posterior
Ligamento
sacroclátlco menor
Cápsula
de la artlculaclón

mayor
men pu e
sacroccígeo
falciforme sacrocc[geo dorsal Ligamento arqueado
. dorsal superflclal del pubis
profundo

Figura 17.2.
Articulación sacroiliaca.
322 Principios y práctica de la medicina manual

pelviana y a ellos se les unen por detrás el cuadrado más investigación biomecánica para precisar los mo-
lumbar, la fascia lumbodorsal y la masa espinal erecto- vimientos específicos disponibles y para determinar
ra. Seis grupos de músculos de la cadera y el muslo se sus ejes. Las descripciones que siguen a continuación
unen a la cintura pélvica y a las extremidades inferio- se basan en los conocimientos biomecánicos actuales
res. Estos músculos de la cadera influyen fuertemente y en observaciones clínicas. Muchas de estas observa-
en el movimiento de los dos coxales dentro de la cin- ciones clínicas no pueden explicarse adecuadamente
tura pelviana. Anteriores a las articulacio_nes sacroilia- por medio de la información biomecánica de la que
cas se encuentran dos músculos sumamente significa- disponemos en la actualidad. Se ofrecerá umt__ expli- .,_
tivos: el psoas y el piramidal. Elpsoascruza por delan- cación teórica- para explicar algunas de estas observa, ...
te de la articulación sacroiliaca en· su descenso desde cio.nes clínicas y para establecer un vocabulario que
la región lumbar para insertarse en el trocánter me- permita describir tanto los movimientos normales dis-
nor del fémur. El músculo piramidal se origina en la ponibles como las disfunciones.
cara anterior del sacro, cruza a través dél agujero ciáti-
co mayor y se inserta en el trocánter mayor del fémur. MOVIMIENTO EN LA SÍNFISIS PÚBICA
El desequilibrio muscular en cualquiera de estos
grupos afecta a la función de la cintura pélvica. El de- El movimiehto en la sínfisis del pubis es bastante pe-
sequilibrio entre la longitud y la fuerza del piramidal queño. Se produce durante el apoyo monopodal y en
afecta decisivamente al movimiento del sacro entre el ciclo de la marcha. La integridad normal de la ar-
los coxales. El desequilibrio del diafragma pélvico re- ticulación se mantiene merced a fuertes ligamentos,
sulta significativo en aquellos pacientes con proble- fundamentalmente por en las zonas superior e infe-
mas rectales, ginecológicos y urológicos. Se anima al rior. Los ligamentos se hacen más laxos debido a
lector a revisar la anatomía de todos estos músculos cambios hormonales en las mujeres, en especial du-
en un texto anatómico estándar. rante el embarazo y el parto, y se produce separación
para ampliar el diámetro interno de la pelvis en el
MOVILIDAD DE LA CINTURA PÉLVICA momento del alumbramiento. Existe un movimiento
normal de cizallamiento superior si el apoyo mono-
La cintura pélvica funciona como una unidad con los podal se mantiene durante varios minutos. Tras reali-
tres huesos moviéndose eri. las tres articulaciones y re- zar apoyo monopodal sobre la otra pierna o un apoyo
cibiendo influencias de las extremidades inferiores por bipodal prolongado el movimiento de cizallamiento
debajo y de la columna vertebral y el tronco por arriba. vuelve a la normalidad. En la marcha normal, la sín-
Esta integración provoca un movimiento de torsión, fisis del pubis ejerce de eje anterior para la rotación
tanto izquierdo como derecho, alrededor del eje verti- de los coxales. La disfunción de la sínfisis púbica al-
cal (y). En el movimiento de torsión a la izquierda la tera la rotación anterior y posterior de éstos durante
sínfisis gira hacia la izquierda de la línea media, el co- la marcha.
xal derecho va hacia delante, el izquierdo se desplaza
hacia detrás y el sacro se orienta ligeramente hacia la MOVILIDAD SACROILIACA
izquierda (rotación pélvica antihoraria). La torsión ha-
cia la derecha (rotación horaria) es justamente Jo con- La movilidad sacroiliaca es el movimiento del sacro
trario. Un sencillo test para valorar este movimiento entre los coxales y requiere la participación de ambas
global de torsión cosiste en colocar al paciente en de- articulaciones sacroiliacas. La nutación y la.contranu-
cúbito supino, seguidamente el operador coloca las tación (también denominadas, respectivamente, nuta-
palmas de las manos sobre cada una de las_ espirias·ilia- ción anterior y nutación posterior) son los movimien-
cas anterosuperiores e imprime un balanceo de la pe!- tos sacros sobre los que más se conoce, a causa de la
vis ósea, al empujar hacia detrás, alternativamente, so- investigación biomecánica y radiográfica. La nutación
bre cada una de las espinas ilíacas anterosuperiores, lo es un movimiento de cabeceo del sacro entre los coxa-
cual Je prod,ucirá una s_ensación de simetria .o de asi- les, en el .cual la base sacra se desplaza hacia adelante
metría. Si ·el_ movimiento parece· más restringido y abajo y el vértice hacia atrás y arriba. La contranuta-
cuando se empuja hacia detrás sobre la espina iliaca ción se produce cuando la base sacra se desplaza ha-
anterosuperior derecha que cuando se empuja sobre cia detrás y arriba y el vértice hacia delante y abajo.
la izquierda, se puede presuponer que existe una tor- · Éste es el movimiento sacroiliaco que se produce du-
sión de la cintura pélvica hacia la izquierda y que existe rante la flexión y la extensión del tronco en posición
algún .elemento restringente en e.ste mecanisJJJO que. __ . de .apoyo .bipodal. Hay muchas otras estructuras que
.,F,e'x,r:, ,pr~cisa d~;.uria'mayór-atend6iie~'totatot¾.. Octf • · ,->'~ pai'tid¡:,an'fü-los'rnbviriúentos d_e flexión y ·extensióif'0•• ·$ - ·
· La cantidad de movimiento existente en la ·sínfisis · del tronco, pero a nivel sacroiliaco esta movilidad se
del pi:tbis y en las dos articulacion~s sacroiliacas cier- describe como nutación y contranutación. En el ám-
tamente no es muy grande. Resulta necesaria mucha bito del diagnóstico estructural, la nutación se des-
Capítulo 77 Disfunción de lo cintura pelvico 323

cribe como nutación anterior o hacia adelante y la croiliaca izquierda hasta el extremo inferior de la ar-
contranutación se describe como nutación posterior ticulación sacroiliaca derecha. El eje oblicuo derecho
0 hacia detrás. El eje alrededor del cual se produce se extiende desde el extremo superior de la articula-
esta nutación anterior-posterior ha sido definido de ción sacroiliaca derecha al extremo inferior de la ar-
forma diferente por diversos investigadores, pero pa- ticulación sacroiliaca izquierda. Aunque la biomecá-
.rece estar en relación con los Íniembros superior e in- nica exacta de los movimientos de torsión del sacro se

a~
ferior de la articulación sacroiliaca y su llnión ubicada .. desconoce, los hipotéticos ejes oblicuos izquierdo y
wtg~ip~~~r_Ít~'. ª~-~w,! Sf ,lfo ~Óyimi¡énto. dé '. .·· d~rechoson _útiles por motivos didácticos.
·'iraslacióncde"arr~·~-.,,ooJ&"'ih,ompáñ,a,li'.1~fu:\f:áéioi>fU.' ·.. Éri '~l ¿;tfó normal de la marcha; el sll.áo par.ei:e ·.
.·nes ~ntenor YposknoL En_ la_ nutacwn.ante1;1;'r _(nu- · moverse en torsión izquierda sobre el eje oblicuo--iz-
-~~19,11),. si: prJ>du~~ ,ll[i ,m?z:1?.1.e,nto ~; t;'aslaoon -infe-. quierdo, .regresar. a· la posic;ión neuµ-a, girar en t_or-
ii~rael·saero, En'la 1111taclon:·l30Ster·1-0F-••kconttanu'.ac_ · sión cl.ére'cti,fsóbre' el 'éJé•dblicüd derecho-'y volver:.:
,?º1:i-.:. ~.e ~r?du~:' u:1 movi_miento de. traslacion. nuevamente a la posición neutra. Con la torsión iz-
·s~penot. La_s1metr1a bilateral de la~·?utac10nes ante- quierda sobre el ejé oblicuo izquierdo, e!'sacro gira a
nor7. postenor d:pen~e de lasimetn~ de ª;llbas_art,- la izquierq,a y se inclina a la derecha, mientras el lado
, ,cul_a(10n:~s satrolhaca;,pado que la as,me~ia de e stas_ derecho de·fa base sacra se desplaza en nutación· an·
. :ar.t1«µlap<J(l<;S es_¡;i,n __ lí;,J:,1t1,,al ~;1.)os _¡,,ipen_te~, _tam~. .terior,.En 'el movimiento de torsión derecha sobre el
bién es ba~tante común la asimetría de las_ rmtadOnes: ~je ¿blicuo·d~rech~, el ;a~r¿ gi;a ; la de.re~ha y sé ;;,_
La nutac10n _anten~r _es denomma~a flexmn sacra en dina a la izquierda, mientras.que el lado izquierdo de
el modelo b1omecan1co Y exten sion sacra en el mo- la base sacra realiza un movimiento de nutación an-
delo .c~~neosacro. La nutación P?steri~r se denomi~a terior. Debid,:i a que el componente d_e nutación de
: exteIJswn _sacra eI! el _mod_elo _b10mecar1,co Y flexwn e_ste IIl()vimiento de mar5Cha normal se produce hacia
sacra en -el modelo craneosacro. delante, la torsión izquierda sobre el ejé obli'éuo ·íi-
El movimiento del sacro entre los coxales durante quierdo (I sobre I) y la torsión derecha sobre el eje
la marcha es más complejo y peor comprendido. Si se oblicuo derecho (D sobre D) se describen corrio mo-
palpa el lado derecho de la base sacra con el pulgar vimientos de torsión anterior. El movimiento de nu-
derecho, el ángulo inferolateral derecho con el ín- tación en la marcha normal se produce hacia delante
dice derecho y la base sacr¡¡ izquierda y el ángulo in- en un lado, vuelve a la posición neutra, va hacia de-
ferolateral izquierdo con los dedos pulgar e índice iz- !ante del otro lado y regresa a la posición neutra. El
quierdos y se sigue el movimiento del sacro durante la movimiento de nutación posterior no parece rebasar
marcha, el sacro parece tener un movimiento oscila- la posición neutra en el ciclo normal de la marcha.
torio, primero a la izquierda y después a la derecha. Debido a que gran parte de las actividades del sis-
La base derecha parece desplazarse hacia delante, tema musculoesquelético precisan de Ja marcha, el
mientras que· el ángulo inferolateral izquierdo se mantenimiento de los movimientos sacros normales,
mueve hacia detrás y, a continuación ocurre lo con- de I sobre I y de D sobre D, constituye un objetivo te-
trario: la base sacra izquierda se desplaza hacia ade- rapéutico importante. Dado que la marcha se pro-
lante yel ángulo inferolateral derecho se mueve hacia cjuce con la columria vertebral en posición neutra (ni
detrás. Esta movilidad sacra ha sido definida como en flexión ni en extensión), los movimientos de tor-
torsfün para describir el acoplamiento de· la inclina- sión sacra anterior se denütninan mecánica neutra.
ción y la rotación hacia lados opuestos. En cada ¡,aso de la marcha normal, el raquis dorso-
En un estudio sobre cadáveres, el acoplamiento lumbar. se inclina a 1a izquierda y gira a la derecha
de la inclinación y la rotación del sacro parecía de- para, a continuación, inclinarse a la derecha y rotar .a
pender de cuál de ellas se realízaba primero. La ob- la izquierda. Este movimiento neutro de la columna
servación realizada durante la marcha demuestra que vertebral precisa de una movilidad segmentaría nor-
ia inclinación y la rotación s_e acoplan hacia lados mal y comienza con la respuesta de L5 en la charnela
opuestos. En el movimiento de torsión izquierda, la lumbosacra. Cuando el sacro se inclina _ala derecha y
superficie anterior del sacro gira para orientarse ha- gira a la izquierda, L5 se inclina a la izquierda y gira a
cia la izquierda (rotación izquierda), mientras que la _la derecha. Cada vértebra por encima de L5 debería
superficie superior de Sl ( el plano de la base sacra) responder adecuadamente como parte .de la curva de
declina a la derecha (inclinación derecha). En la tor- adaptación neutra. Una vértebra, en especial de la co-
sión-.izquierda ocurre t.odo lo.contrario. Por razones lumna lumbar inferior, con una disfunción no-neu-
descriptivas, este movimiento de torsión, complejo y trá, provoca una respuesta vertebral «inadaptada» al
poliaxial se considera que ocurre alrededor de un eje sacr.o. El tratamiento de la disfunción de la columna
oblicuo. Por convención, el eje oblicuo izquierdo dis- lumbar debe siempre preceder al tratamiento de la
curre desde el extremo superior de la articulación sa- disfunción sacroiliaca, debido a que muchos de los
324 Principios y práctica de la medicina manual

tratamientos sacroiliacos requieren el uso de la co- quiática se desplace hacia detrás y arriba. En la rota-
lumna lumbar como palanca. ción posterior del coxal 1a espina iliaca anterosupe-
Existe un tercer tipo de movimiento sacro que se rior se desplaza hacia arriba y atrás, la espina iliaca
produce cuando se flexiona el tronco y se inclina o se posterosuperior se desplaza hacia detrás y abajo y la
gira hacia un lado. Esta maniobra produce el com- tuberosidad isquiática hacia delante y arriba. Se pro-
portamiento no-neutro de la columna lumbar con in- duce rotación anterior y posterior de los coxales
clinación y rotación acopladas hacia el mismo lado. El cuando existe UI} contorn_<:> articular sacroiliaco nor-.
sacro entre los coxales participa en esta maniobra con mal. Si las supe~ficies arti.cularesde sacro e ilia,co en
· · ':tp:1 mqviq¡iemo de. .torsión posterior. ELi:novirfüento · la .. articu1ad0íi,-saéro1lia0á-. ,es~;¡:;,_::alteradas,··· ·clínicac
de torsión posterior se produce en el eje oblicuo iz- mente aparecen movimientos atípicos. Se produce un
quierdo o en el derecho y el acoplamiento de la in- movimiento de cizallamiento traslatorio superoinfe~
clinación y de la rotación se produce hacia .lados rior cuando las superficies articulares son más pla:nas
opuestos. En el movimiento de torsión posterior, un y paralelas. Si el lado sacro es convexo y el ilíaco cón-
lado de la base sacra sobrepasa la posición neutra ha- cavo, parecen posibilitarse las rotaciones interna y ex-
cia la nutación posterior. En la torsión posterior a la terna sobre un eje vertical. Estos movimientos se de-
derecha sobre el eje oblicuo izquierdo, el sacro gira a nominan ''inflare y outflare, y describen las rotaciones
la derecha, se inclina a la izquierda y la base derecha interna y externa observadas clínicamente.
se desplaza hacia la nutación posterior. En la torsión La disfunción somática puede producirse en cual-
posterior izql,lierda sobre el eje oblicuo derecho, el sa- quiera de estos movimientos de la cintura pélvica. To-
cro gira a la izquierda, se inclina a la derecha y la base dos y cada uno de estos movimientos son bastante re-
izquierda va hacia la nutación posterior. Estos movi- ducidos, pero cuando se pierden producen un efecto
mientos de :torsión posterior se pueden describir clínico significativo. En las disfunciones de la cintura
como mecánica sacroiliaca no-neutra y no forman pélvica no es raro encontrar restricciones de varios
parte del ciclo nonnal de la marcha. movimientos de este mecanismo.
La articulación sacroiliaca corre el riesgo de le-
sionarse, al igual que la columna lumbar, cuando el DIAGNÓSTICO ESTRUCTURAL
tronco se encuentra en flexión y se introducen incli- DE LA DISFUNCIÓN SOMÁTICA PÉLVICA
nación y rotación. En esta posición el raquis'1umbar
corre el peligro de sufrir un desgarro anular del En el diagnóstico estructural de la cintura pélvica el
disco, una sobrecarga de la musculatura lumbar pro- examinador busca la tríada diagnóstica de asimetría,
funda o un esguince de las articulaciones interapofi- recorrido articular alterado y textura tisular anormal.
sarias. El movimiento de torsión posterior del sacro Se evalúa la asimetría de las referencias anatómicas
parece provocar una torcedura de los ligamentos sa- pares de la cintura pelviana y de la extremidad infe-
croiliacos posteriores. La disfunción no-neutra de la rior. También se evalúa la alteración del recorrido ar-
columna lumbar inferior y la disfunción de torsión ticular (por medio de las pruebas de flexión de
posterior de l_a articulación sacroiliaca las solemos en- tronco en bipedestación o en sedestación, el test de la
contrar en e) famoso síndrome de «el sano se dobló y cigüeña y diferentes tests de rebote de las articulacio-
el lisiado se incorporó». nes sacroiliacas), y también se valoran las anormali-
dades de la textura tisular de la fascia profunda, de
los ligamentos de las articulaciones sacróiliacas, in-
MOVIMIENTO ILIOSACRO
cluyendo al ligamento sacrociático mayor, y de los
El mecanismo sacroiliato puede contemplarse desde músculos glúteos y del periné. La combinación de ha-
la perspectiva de que cada coxal se articula con el sa- llazgos en la tríada diagnóstica de asimetría, reco-
cro. La movilidad puede describirse como la de un rrido articular alterado y textura tisular anormal
coxal que se ,mueve en un lado del sacro (movimiento ·(ARTE), conduc_e al diagnóstico de disfunción _pél-
iliosacro). (;¡ida coxal, en el ciclo de la marcha, gira vica ...El proceso diagnóstico descub,:e la disfunción en
hacia adelanfe y hacia detrás alrededor del eje ante- !¡¡_sínfisis púbica (disfunción entre los dos lruesos pú-
rior, situado en la sínfisis del pubis, y hacia adelante y bicos), las articulaciones sacroiliacas (del sacro entre
hacia detrás;junto con cada lado del sacro, sobre un los dos coxales) y las articulaciones iliosacras (de cada
eje posterioriEn una rotación anterior del coxal, éste coxal en su correspondiente articulación con el sa-
gira hacia delante con respecto al sacro, lo cual hace cro). La secuencia diagnóstica es bipedestación, se'
que la espir¡2..úliaca anter.osuperior se .desplace hacia destación con los pies sobre. el. suelo, o. apoyados so-,
adelante y-it~}i,l(lll espina iLi~dt posthps\,ipetifr- sé· · •bté otra superficie, decúbiro slipiri'ó'fdecúbito prono'
desplace ha9a delante y arriba y la túberosidad. _is- Y, -P.:uev~ente, decúbito supino. ·
Capítulo 17 Disfunción de lo cintura pelvica 325

Cintura pélvica 5. La existencia de una cresta y un trocánter mayor


Diagnóstico: Bipedestación más altos que los otros constituye una presumible
evidencia de acortamiento anatómico de la extre-
1 . Paciente de pie con el peso bien repartido en am-
midad inferior.
bos pies, los cuales se mantienen separados con
la misma distancia existente entre los acetábulos. 6. Si la altura de las crestas está nivelada, pero los
trocá,nteres están desnivelados, o a la inversa, las
2. Operador de pie o sentado detrás del paciente.
crestas _desniveladas y los trocánteres nivelados,
3. El operador palpa la cara superior de' cada c;resia sé co·hsidera una presumible evidencia de asime-
: ' ,·. ·· <:'iliaca;:eíial1Jando, i;ut1liwra:,i'ela!wat{s!ig-:;'1:7:3):¡¡¡ilt,, • '··••··. .•,füa:osea·de la cintura pelviánm:· ,.. .,:
4. El operador palpa la cara superior del trocánter
mayor de cada fémur, evaluando su altura relativa
'(fi'¡:¡,'· 1f'irj. . .. ;:·,; :. ,. :..;;;;_. . . e:.:;. :.. :. ;,:;:.e:..::,:•... ..,Ci ..

Figura 17.3. Figura 17.4.


'326 Princ1p1os y práctico de lo med1c1no manual

Cintura pélvica 5. El examinador sigue la excursión de cada espina ilía-


ca posterosuperior. El test es positivo en el lado en el
Diagnóstico: Test de flexión en bipedestación
que la espina ilíaca posterosuperior parece despla-
1. Paciente de pie con el peso repartido por igual zarse más que la otra en sentido craneal y/o ventral.
en ambos pies, separados a la distancia aceta-
bular. 6. El test es sensible pero no espedfico para la restric-
ción de movilidad de la articulación sacroiliaca en el
2. Operador de pie o sentado detrás del paciente. lado positivo. Se encuentran falsos positivos cuan-
3. El operador palpa la vertiente inferior de cada una do existe una tensión asimétrica de los isquiotibia-
de las espinas i_Jiat:as posterosuperióres.ffig::t7~5)... , -- , .L~ie-s::coñtralaterales.o.del.cuadrado lumbaripsilateral: ·,:_'
4. · El paciente se dobla suave y lentamente hacia de- 7. El operador observa la respuesta de la columna
lante, tanto como le sea posible sin doblar las rodi- vertebral intentando descubrir falta de ritmo y la
llas (fig. 17.6). presencia de curvaturas laterales anormales .

.,

Figura 17.5. Figura 17.6.


Capítulo 17 Disfunción de la cintura pelvica 327
Cintura pélvica hacia abajo con respecto al pulgar colocado en el
Diagnóstico: Test de la cigüeña monopodal (Test sacro (fig. 17.8).
de Gillet) 5. El test es positivo cuando el pulgar colocado
1. Operador de pie o sentado detrás del paciente, el sobre la espina ilíaca posterosuperior se desplaza
cual mantiene la bipedestación. en dirección cefálica (lig. 17.9).
·2. El pulgar derecho del operador se coloca sobre 6. Se compara con el otro lado invirtiendo el proce-
' . la cara posterior de la espina ilíaca· postérosu- · dimiénto.
-;"fi.c''-~,:•:;,,t'Q/:':l_¡¡J.eri(.!J;-tj!é)_rech?:)' ,el ;pulgar izi;Jyi<,r{:10;~9J?~)?re,; .,f: · :6Wi'{e\~fmiehto':'iJel pól0'inlerior se examina coto 0
i cresta sacra, a la misma altura que el derecho cando el pulgar izquierdo sobre el hiato sacro y el
(fig. 17 .7). derecho al mismo nivel, pero sobre la cara poste-
Y:..
-• e · - ..,., . . .,3,., -,El pacier,ite eleva la-roo-ITa i:lerecf.lá haeia'éf:!echo>"
0
róil'ífefior-dél- hueso:il1aco (lig. -17.1 O). ·- - -.o:·
4. La respuesta normal es que el pulgar colocado 8. El paciente levanta la rodilla derecha hacia el
sobre la espina ilíaca posterósuperior se desplace techo:'

Figura 17.7. Figura 17.9.

Figura 17 .8. Figura 17.10.


328 Principios y práctica de la medicina manual

9. En la respuesta normal el pulgar derecho se des- 12. El test de flexión en bipedestación se utiliza para
plaza lateral, caudal y ventralmente (fig. 17.11 ). identificar el lado de la disfunción para la sínfisis
1O. El resultado positivo significa que el pulgar dere- pubica y para la movilidad iliosacra.
cho se desplaza cefálicamente con respecto al Nota: El test monopodal de la cigüeña es más
pulgar izquierdo situado en el sacro. específico para la restricción de la articulación
11. Si el paciente es incapaz de realizar el apoyo mo- sacroiliaca que el test de flexión en bipedesta-
nopodal, necesario para este test, se ha de sospe- ción. Es útil para diferenciar un test de flexión en
cha( algún d_éficit del '?qUi1ibriosensitiyomotor. y
valorarlo conse'c'úentlÍm'EiÍíí1í'(vease élC1fjttÚÍo 20) ..
--··-,,,,.
gairvo .
.. .....
. qipedestación positivo .bilateralmerJte,. dl't.LJ1Jo,,n9c,.,;c;,••' •· .
.· . ·. . ........... -·-•---'-•·
·-·····•·

.,

Figura 17.11. Figura 17.12.


Capítulo 77 Disfunción de lo cintura pelvica 329

Cintura pélvica 4. El paciente inclina el tronco hacia la derecha


(fig. 17.15).
Diagnóstico: Bipedestación
Inclinación del tronco 5. El operador observa simétricamente la curva de
inclinación inducida. La respuesta normal es una
1. Operador de pie o sentado detrás del paciente, el
curva suave en forma de C, con prominencia en el
cual se encuentra en bipedestación con los pies
lado de la convexidad. Un resultado positivo seria
separados con la distancia existente entre los ace-
el enderezamiento de la curva lumbar con promi-
tábulos.
nencia en el lado de la concavidad.
·¿: H·opérador pil.lpli- cá~á é!lpinli'~liáca pdlifürosúpe- :,.~, ;.!1 ¿~;r~ci1r ~bserva el comportamie;to de la belvit
rior con los ·pulgares (fig. 17.13).
durante la inclinación del tronco. La respuesta nor-
3., : E) _paciente J'lc~'lª ~,_t¡onc~,-~a~ia 1~)1,9,~.iEl~d¡¡_ . .· mal .es la rntaciónpélvica hacia el ladocontrario de
(fig. 17.14), mientras el operador observa el com- Tá"rolación lumbar-inducida por encima. Él tesi es
portamiento de la curva lumbar inducida y de la positivo cuando aparece cualquier otra movilidad
movilidad péivica. pélvica.

Figura 17.13. Figura 17.15.

Figura 17.14.
330 Principios y práctica de la medicina manual

Cintura pélvica 7. Con el paciente en la posición de flexión completa,


Diagnóstico: Sedestación el operador palpa la cara posterior de ángulo infe-
rolateral del sacro para averiguar si son simétricos
Test de flexión en sedestación
en el plano coronal o si hay uno más posterior que
1. Paciente sentado sobre un taburete con los pies en el otro (fig. 17.18). Este hallazgo se utilizará en el
el suelo, o sobre una camilla c'on los pies apo- diagnóstico sacroiliaco.
yados.
Nota: Si la alteración de la mecánica vertebral es
2. El operador se sienta o se pone de rodillas detrás
más severa en el test de flexión en bipedestación
del paciente, con los pulgares sobreJªc9,arg, iq/e,¡Jg[;. ·''-~"'qi:le ·en sedestációA se sospecha: una 'máyor rés- ·
de las espinas ilíacas posterosuperiores y los índi-
tricción en las extremidades inferiores. Si los de-
ces sobre las crestas ilíacas (fig. 17.16).
fectos del ritmo son mayores en sedestación se
3. El desnivel de la cresta en la posición de sentado sospecha una mayor restricción por encima de la
constituye una fuerte evidencia de asimetría ósea cintura pélvica.
de la pelvis.
4. Se pide al paciente que suavemente flexione el .,
tronco cuanto pueda, dejando caer los brazos entre
sus rodillas (fig. 17.17).
5. El test es positivo cuando la espina ilíaca poste-
rosuperior de un lado se desplaza más en direc-
ción cefálica y/o ventral. Se obtienen falsos positi-
vos en presencia de tensión ipsilateral del cuadra-
do lumbar.
6. El operador observa el comportamiento del raquis
lumbar y del raquis dorsal inferior, intentando apre-
ciar carencias en el ritmo y curvas laterales anor-
males. Se compara el resultado de este test con el
observado en bipedestación.

Figura 17.17.

Figura 17.16. Figura 17.18.


Capítulo 77 Disfunción de lo cintura pelvico 331

Cintura pélvica 5. El operador mueve las yemas de los dedos índices


Diagnóstico: Decúbito supino lateralmente, aproximadamente 2 cm, palpando la
cara superior de los ángulos del pubis (fig. 17.21 ).
Altura de la sínfisis del pubis
1. Paciente en decúbito supino sobre la camilla. 6. Se consideran hallazgos positivos si uno de los
ángulos del pubis es más superior o inferior que el
2. Operador de pie a un lado de la camilla con el ojo otro y existe tensión y dolor de la inserción medial
dominante sobre la línea media. del ligamento inguinal.
_3. El operador, ~oloc¡¡ la_palmél d!l.l~mano_~}?.bWel_ . _. N.9)¡¡,; Si se. evidencia_ la ex(s\!3ncia de disf~nción de
. ábdomen y ·1a -desplaza éaudal/heiite · ~sta qüé. lá 'sínfisis del pubis, debe ser tratada apropiada-·
el talón de lá mano tropieza con la cara superior de mente antes de continuar con el proceso diagnós-
la sí~fisis púbica (fig. 17.rn). tic_p.
4. El ;ii~racÍÓr c~Ío~a- las "yemas de lo; dedo~ )~dices''
sobre la cara superior de la sínfisis del pubis
(fig. 17.20).

Figura 17.19. Figura 17.21.

• f .. . ~"''.
, 1 ~'

,, -· '
i'.:,. 1\º( \

Figura 17.20.
332 Principios y práctico de lo medicino manual

Cintura pélvica 3. El paciente en decúbito prono sobre la camilla, con


el operador de pie a un lado con el ojo dominante
Diagnóstico: Decúbito supino y decúbito prono sobre la línea media.
Altura de las crestas ilíacas
4. El operador palpa con los dedos índices la cara
1. Paciente en decúbito supino sobre la camilla, con superior de cada cresta ilíaca, en relación con el
el operador de pie a un lado, con el ojo dominante plano horizontal (fig. 17.23).
sobre la línea media.
5. Si una cresta es más alta que la otra, el operador
2. El operador palpa la cara superig_r_,de .cac:la cresta . _ l?_ndrá un alto Jn.dice de sospecha de la exi~tenci<! de
ilíaca con respecto· al planóhorízórital, merced a . ··una "disfunción de cizallamiento del coxal. Si poste-
una colocación simétrica de los dedos índices riormente se verifica, debería tratarse antes de se-
(fig. 17.22). guir con el resto del examen de la cintura pelviana .

.,

Figura 17 .22. Figura 17.23.


Capítulo 17 Disfunción de fo cintura pe/vico 333

Cintura pélvica 3. Los pulgares del operador se desplazan hacia arri-


Diagnóstico: Decúbito prono ba hasta que el pulpejo tropieza con la cara inferior
Lo ngI-1ud de 1as piernas

en el maleolo interno d.e la tuberosidad isquiática (fig. 17.26).
1 . Paciente en decúbito prono sobre la camilla, con el 4. Se evalúa el nivel de las tuberosidades isquiáticas
tercio distal de tibia y peroné en el borde y el dor- con respecto al plano horizontal.
so del pie libre por fuera de la camilla. 5. Se considera positivo un desnivel de las tuberosi-
2 O d d · 1 · d dades isquiáticas del ancho del pulgar (6 mm).
" P;'.~,,2:.
. . él e _Pl~-~?-~P;,;:,.~- ed la_~T.i!Jª.Y oaclp~i:i- ., ..•. . •.,, , - ' ·•··· ' ' 1 1 . ' .. •-·'. '
-· , ••.. , .,.:·:,;;s,.·· o ·,a,t,aÍ'a mas•mn,nor•cre·ca a: Uf!O;'lfe''fos'maleb' '"".'"· ' . Néita:·"Hay que asegurarse de pá par a cara-mas liF '
los internos, intentando determinar si uno llega feriar de la tuberosidad isquiática dado que esta es-
. más a,bajo que el.otro (fig. 17.24). tructura presenta una_ forma bastante re,dondeada ..
::,. oa .•,~;-sié~iie'c\'ohfirl1\'iié1~·n·¿tri~rs1e·e¡.;d~~tfféxina'r""e1 --~ - . -··· ;.. , . • -,~. '·•·· ,•' .,, ; ';." ........ , , L
tobillo y mirar hacia el suelo, perpendicularmente a
los talones para determinar cuál de las piernas es
más larga o más corta.
4. La diferencia puede deberse a una longitud asimé-
trica de .las piernas. ·
5. · En pr_esencia de una longitud simétrica, la diferen-
cia qile se pueda encontrar en los maleolos inter-
nos es, por lo general, debida a la adaptación de la
· columna lumbar _al . desnivel de la base sacra
existente en una disfunción sacroitiaca. ·

Cintura pélvica
Diagnóstico: Decúbito prono
Nivel de la tuberosidad isquiática
1. Paciente en decúbito prono sobre la camilla, con el
operador de pie al lado con el ojo dominante sobre
la línea media.
2. El operador coloca el lado radial de los pulgares
sobre ambos pliegues subglúteos y presiona ven-
tralmente sobre la cara posterior de la fascia de los
isquiot1biales (fig. 17.25). · · 11..
Figura 17 .25.

Figura 17.24. Figura 17.26.


334 Principios y práctico de lo medicino manual

Cintura pélvica
Diagnóstico: Decúbito ¡;rano
Tensión del ligamento sacrociático mayor
1. Paciente en decúbito prono con el operador de pie
a un lado, manteniendo el ojo dominante sobre la
ttnea meoia.
2. Los pulgares del operador se colocan sobre la
_, _ superficie inferior de 11,s tul;JerqsJdadEJ§ __i§q~iáti,qas ".
(fig. 17.26). .
3: Los pulgares del operador permanecen sobre el
hueso y se desplazan medialmente, se enroscan
hacia arriba y se enganchan posteromedialmente a
cada lado, bajo cada uno de los ligamentos sacro-
ciáticos mayores (fig. 17.27).
4. El operador evalúa la simetría del tono del liga-
mento sacrociático mayor. La laxitud o la tensión
aumentada, asociadas con dolor a la palpación se
interprélan como hallazgos positivos. Figura 17 .27.

5. El desnivel de la tuberosidad isquiática y la tensión


asimétrica de los ligamentos sacrociáticos mayo-
res son c_riterios diagnósticos positivos de disfun-
ción por cizallamiento de los coxales.

,_:.::
',.
Capítulo 77 Disfunción de la cintura pelvica 335

Cintura pélvica 5. Sin despegar los pulgares, se giran bajo la ca-


Diagnóstico: Decúbito prono ra inferior del ángulo inferolateral para eva-
luar su nivel con respecto al plano horizontal
Ángulo inferolateral
{fig. 17.31).
1. Paciente en decúbito prono sobre la camilla con el
operador a un lado, manteniendo su ojo dominan- 6. En presencia de un sacro con forma simétrica, un
te sobre la línea media. ángulo inferolateral posterior es siempre inferior y
. un ángulo inferolateral inferior es siempre posterior.
2. H operador palpa el h1aw sacro, en. el extremo A veces lo encontramos más posterior que inferior
."'"•"~aup.al,d.e,Ja a>:r!i)st¡¡¡ sacr.¡¡,{IJ.g.,1 i;;:G.), •" .,, .,,,,,, ••, ,·, "·""' · ·0 más· tri'ferior que posterior. , · .·. •· ,. ·
3. A 1,5-2 cm por fuera del hiato sacro se encuentra la 7. Mientras se palpa la cara inferior del ángulo infe-
cara posterior del ángulo inferolatEcral (fjg. 17-29)- __ , . rolat!)r_al, se valoran la tensión y la sensibilidai:l. ,
Er dperiiáá l:olóis'a las Veffiái 'dé b"a'iiii"Gñctáe'iús ._,.,_ ....diilohisá .de lá iiiseicióri superior' dei ligarnen:·
pulgares sobre la cara posterior del ángulo ínfero- to sacrociático mayor. Generalmente este liga-
lateral, evaluando su nivel con respecto al plano mento se encuentra tenso y doloroso a la palpa-
coronal. Una pequeña depresión ósea facilita la ción en presencia de diferentes disfunciones sa-
palpación de esta referencia ósea (fig. 17:30). croiliacás.

Figura 17.28. Figura 17.30.

Figura 17.29. Figura 17.31.


336 Principios y práctico de la medicina manual

Cintura pélvica del dedo encuentra la base sacra. Se valora el


nivel con respecto al plano coronal (fig. 17 .33).
Diagnóstico: Decúbito prono
Espina ilíaca posterosuperior, base sacra y L5 4. Los pulgares del operador comienzan en la cara
más posterior de las espinas ilíacas posterosupe-
1 . Paciente en decúbito prono sobre la camilla, con el
riores y se encorvan 30º: medial y cefálicamente,
operador de pie al lado con el ojo dominante sobre
hasta encontrar el arco posterior de L5 (fig. 17.34).
la línea media.
Se valora el nivel con respecto al plano coronal.
2. El operador coloca las yemas de los dedos de_ los . __ . ._ . b· . . -•d . .. . . . . . · . . .
0
pulgares sobfé-lá vertiente inferior d~ la esplrÍa ¡¡¡"[:-" fücc,!~~~~1~-i~~sª~::;~~fu~~id:~ :;~~;~:~~:~~~~e~i
ca posterosupeno_r para v_alorar el nivel con res- un lado de la base sacra es más anterior que el otro
pecto al plano horizontal (f,g. 17-32 )- ..se dice que el canal sacro es profuAdo de ese lado.
·3. El operador coloca los pulpejos de los pulgares El término «profundidad del canal sacro» debería
sobre la cara más posterior de las espinas ilíacas reservarse para un hallazgo de diferencia en la pro-
posterosuperiores y los encorva medial y caudal- fundidad de la espina ilíaca posterosuperior, con res-
mente, aproximadamente 30º hasta que la punta pecto a una base sacra nivelada en €1 plano coronal.

Figura 17.32. Figura 17.34.

Figura l 7.33.
Capítulo 77 Disfunción de lo cintura pelvica 337

Cintura pélvica Cintura pélvica


Diagnóstico: Decúbito prono Diagnóstico: Decúbito prono
Movilidad sacra en cuatro puntos Test del rebote
1. Paciente en decúbito prono sobre la camilla, con el 1. Paciente en decúbito prono sobre la camilla, con el
operador de pie al lado, manteniendo el ojo domi- operador de pie a un lado con el ojo dominante so-
nante en la línea media. bre la línea media.
2. Los pulgares del operador se colocan en la cara 2. El operador coloca la palma de la mano sobre la lí-
posterior El.e- cada ángulo ictf.ernlateral 1y los deqos.
índices se colocan sobre cada lado de la base sa-
.. ·--; .,nea- me\jia
. de la región lumbar, con el talón de la
mano sobre la charnela lumbosacra y el dedo me-
cra (lig. 17.35). Se valora el nivel del ángulo ínfero- dio sobre las apófisis espinosas lumbares.
. .... la!tl,al y .deJa base sacra.con-i.esR,ectoaill'Pls1no .RO· . .,.. 3, ,-,a ope-rooor- evalúa la •lordosis lumbar y determina. :
ronal. si es normal, exagerada o rectificada.
3. El operador monitoriza el movimiento de su contac- 4. El operador ejecuta un empujón rápido y corto con
to en cuatro puntos sobre el sacro mientras el pa- el talón. de la mano hacia la camilla, valorando en
ciente inspira y espira profundamente varias veces. qué m¡j'dida cede la columna lumbar.
Lo normal sería que la base sacra se desplazara
hacia atrá,;, y el ángulo interolateral- ·sacro hacia 5. Si la lordosis lumbar no ofrece.resistencia el resul,
delante, durante la inspiración profunda. Durante la lado es negativo.
espiración ocurriría justamente lo contrario. 6. Si la columna lumbar resiste esta maniobra el re-
· 4. Se pide al paciente que adopte la posición de sultado se considera positivo
extensión colocándose en posición de esfinge 7. El ,estado de la lordosis lumbar. y la existencia de
1
(pron-o apoyado), con la barbilla en 1as·manos un· test·de ·rebote negativo o· positivo son indica-
(lig. 17.36). Se evalúa el nivel de los ángulos infe- dores útiles en el diagnóstico de disfunción sacroi-
rolaterales y de la base sacra con respecto al pla- liaca.
no coronal en comparación . con la posición de
decúbito prono neutro. ·
5. El nivel del ángulo inferolateral durante .la flexión se
ha evaltIBdo previamente (Véase lig. 17.18).
6. El comportamiento del ángulo inferolateral y de la
base sacra en las tres posiciones de extensión (po-
sición de prono apoyado), neutra y flexión (durante
I.a flexión en sedestación), es el signo más fiable de
disfunción sacroiliaca.

Figura 17 .35. Figura 17 .36.


338 Principios y práctica de la medicina manual

Cintura pélvica movimientos de nutación anterior y posterior, a tra-


Diagnóstico: Decúbito prono vés del eje transverso.
Test de balanceo sacroiliaco 5. El pulgar derecho del operador se coloca sobre la
1. Paciente en decúbito prono sobre la camilla, con el cara posterior del ángulo inferolateral izquierdo y el
operador de pie al lado. pulgar izquierdo sobre la base sacra derecha
2. El operador coloca el pulgar derecho sobre el án- (fig. 17.39).
gulo inferolateral izquierdo y el pulgar izquierdo so- 6. Se efectúa una presión ventral alternada con los
bre la base sacra izquierda (fig. 17.37). Q!J_lgares, .R.ara. examinar la capacidad del movi-
3. Se efectúa .una presión ventral alte'rnada con los miento de tórsTón del sacro sobre el eje oblicuo iz-
dos pulgares con el fin de valorar la capacidad de ' quierdo. ·
la articulación sacroiliaca izquierda para realizar 7. El pulgar derecho del operador se coloca sobre el
las nutaciones anterior y posterior. ángulo inferolateral derecho y el pulgar izquierdo
4. Los pulgares del operador se colocan sobre el ángu- sobre la base sacra izquierda (fig. 17.40). Un movi-
lo inferolateral derecho y la base sacra derecha miento de presión ventral similar al ya descrito ex-
(fig. 17.38) y se examina de Ja misma 11'.Jrma la ar- plorq la capacidad del sacro para moverse alrede-
ticulación sacroiliaca derecha con respecto a los dor del eje oblicuo derecho.

Figura 17.37. Figura 17.39.

Figura 17 .38. Figura 17.40.


Capítulo 77 Disfunción de lo cintura pe/vico 339

Cintura pélvica 7. La eminencia tenar derecha del operador se colo-


Diagnóstico: Decúbito prono ca sobre el ángulo inferolateral derecho y los de-
dos izquierdos monitorizan la base sacra izquierda
Test del rebote para la movilidad sacroiliaca
(fig. 17.43). La presión ventral que ejerce la mano
1. Paciente en decúbito prono sobre la camilla, con el
derecha del operador, monitorizada en la base iz-
operador de pie a un lado.
quierda, provoca un movimiento de torsión alrede-
2. La eminencia tenar derecha del operador se colo- dor del eje oblicuo derecho.
ca sobre el ángulo inferolateral izquierdo y los de-
dos ·índ1éé y medid de .la mano izqoierda•• se colo• ·
can sobre la base sacra izquierda (fig. 17.41).
3. La mano derecha ejerce una presión ventral, mien-
tras que'·e1 R1ovimiento· és monitoii'zadc'J' paf lói('· .
dedos de la mano izquierda para determinar la ca-
pacidad de nutación posterior de la articulación sa-
croiliaca izquierda.
4. La articulación sacroiliaca derecha puede ser exa-
minada de la misma forma, colocandoJa.eminencia
tenar sobre el ángulo inferolateral derecho y los
dedos de la mano izquierda sobre la base sacra
derecha.
5. La eminencia tenar derecha del operador se sitúa
..... en el ángulo inferolateral izquierdo y los dedos - .
izquierdos sobre la base sacra derecha (fig. 17.42).
6. La presión ventral ejercida por lá eminencia tenar
derecha, mientras se monitoriza la movilidad de _la
base sácra, permite corhprob.ar el acoplamiento de
los movimientos de torsión e inclinación sobré el
eje oblicuo izquierdo.

Figura 17 .42.

Figura 17.41. Figura 17 .43.


340 Principios y próc/Jco de lo medicino manual

Cintura pélvica 3. El operador mira hacia abajo en perpendicular a


Diagnóstico: Decúbito prono los pulgares, para comprobar cuál de ellas parece
más larga o más corta.
Test de movilidad de apertura de la articulación
sacroiliaca 4. De no existir diferencias anatómicas en la longitud
1. Paciente en decúbito prono sobre la camilla, con el de las piernas, la dismetría observada en la posi-
·operador de pie al lado. ción supina corresponde q .una rotación del coxal
debida a una disfunción iliosacra.
2. Los dedos de la mano izquierda del operador se
colocan sobre la cara posterior de la articulación
sacroiliaca izquierdadel paciente, mientras lama-
no derecha controla la extremidad inferior izquier-
da haciendo presa en el tobillo (fig. 17.44).
3. Con una flexión de rodilla de menos de 90º el ope-
rador introduce rotación interna de la extremidad
inferior a través del fémur, la articulación de la ca-
dera y el coxal, a la vez que se monitoriza el movi-
.,
miento de la articulación sacroiliaca izquierda.
4. La movilidad normal es una apertura de la parte
posterior de la articulación.
5. La rotación interna de la pierna con una flexión de
rodilla inferior a 90º examina fundamentalmente el
polo inferior de la articulación sacroiliaca izquierda.
6. El operador repite la maniobra con la rodilla flexio-
nada a más de 90º (fig. 17.45), Jo cual explora fun-
damentalmente el movimiento de el polo superior.

Cintura pélvica
Diagnóstico: Decúbito supino
Longitud de las extremidades inferiores
1. Paciente en decúbito supino, con el operador de
pie a los pies de la c.amilla.
2. El operador coge los pies y tobillos del paciente
colocando los pulgares por debajo de la cara infe-
rior de cada maleolo interno (fig. 17.46). Figura 17.45.

Figura 17 .44. Figura 17.46.


Capítula 77 Disfunción de la cintura pelvica 341

Cintura pélvica 4. El operador coloca cada uno de sus pulgares sobre


Diagnóstico: Decúbito supino la cara anterior de las espinas ilíacas anterosupe-
. · riores y determina si alguno de los ilíacos es más
Espina iliaca anterosuperior
anterior o posterior que el otro con respecto al pla-
1. Paciente en decúbito supino y operador de pie al no horizontal (lig. 17.49).
lado, con el ojo dominante sobre la línea media.
5. Los pulgares del operador se colocan sobre el lado
2. El operador coloca las palmas de las manos sobre interno de las espinas ilíacas anterosuperiores,
cada espina ilíaca anterosuperior para conseguir intentando apreciar si alguno de ellos se encuentra
, uns1 localización f)recisa (fig.. 17.47). más medial o lateral en relación ·con el· plano sagi-
3. El operador coloca ambos pulgares sobre la parte tal medio (fig. 17.50).
inferior de las espinas ilíacas anterosuperiores,
''éxaminando'la rotación de los coxales con resj:iec'•· ··
to al plano horizontal (fig. 17.48).

Figura 17 ..p. Figura 17.49.

Figura 17.48. Figura 17.50.


342 Principios y práctica de la medicina manual

DISFUNCIONES PÉLVICAS Tabla 17.1


Disfunciones de la cintura pelviana
Existen 14 posibles disfunciones diferentes en la cin-
Pubis
tura pélvica (tabla 17.1). Rara vez encontramos una l. Superior
sola disfunción aislada en la pelvis. Es más común en- 2. Inferior
contrar combinaciones de disfunciones de los meca- Sacroilíaca
nismos púbico, sacroiliaco e iliosacro. 1. Nutación anterior bilateral
2. Nutación posterior bilateral
El diagnóstico de estas disfunciones se realiza por
3. Nutación anterior unilateral (flexión sacra)"
medio de una combinación de los hallazgos fisicos de 4. Nutación posterior unilateral (extensión sacra)
asimetría de las partes óseas, asimetría del recorrido 5. Torsión anterior (izquierda sobre izquierdo o derecha
articular entre los lados derecho e izquierdo de la pel- sobre derecho)
vis y las anormalidades en la textura de los tejidos, 6. Torsión posterior (izquierda sobre derecho o derecha
sobre izquierdo)
fundamentalmente en lo que se refiere a la tensión y
Iliosacra
al dolor de los ligamentos. l. Rotación anterior
2. Rqtación posterior
Disfum:;ión de la sínfisis púbica 3. Cizallamiento superior (cefálico)
· 4. Cizallamiento inferior (caudal)
La disfunción de la sínfisis del pubis es muy común 5. Rotación interna (inflare)
y con frecuencia olvidada. El desequilibrio muscular en- 6. Rotación externa (outflare)
tre los abdominales por arriba y los aductores por abajo
contribuye notablemente a la persistencia de esta dis-
función. Las disfunciones púbicas proceden a menudo ción posterior ( extensión) en el lado contrario. Un sa-··
del mantenimiento crónico de la postura erecta, efec- ero en nutación anterior o posterior bilateral es muy
tuando más carga sobre una pierna que sobre la otra raro. La movilidad del ángulo inferolateral es un test
(apoyo monopodal). La disfunción púbica restringe si- diagnóstico valioso para determinar la disfunción sa-
métricamente la movilidad de los huesos coxales en el croiliaca. En una torsión anterior el hallazgo habitual
ciclo de la marcha. Los criterios diagnósticos para la dis- es el ángulo inferolateral posterior de un lado (junto
función púbica se encuentran en la tabla 17.2.
con la base posterior en el mismo lado) en posición
neutra. Si la asimetría del ángulo inferolateral se hace
Disfunciones sacroiliacas
mayor en el movimiento de flexión y se nivela en la ex-
Las disfunciones sacroiliacas se asocian frecuente- tensión podemos estar seguros de una restricción de
mente con desequilibrio muscular de los músculos pi- torsión anterior hacia el lado del ángulo inferolateral
ramidal y psoas (tabla 17 .3). El sacro entra en disfun- posterior. De la misma forma, en las torsiones poste-
ción entre los dos huesos ilíacos debido a la alteración riores, un ángulo inferolateral será• posterior en posi-
de la movilidad a través del eje transverso, a restric- ción neutra (junto con la base sacra de ese lado} y será
ciones unilaterales o bilaterales de la nutación, o a más asimétrico durante la extensión del tronco, pero
torsiones anteriores o posteriores sobre el eje oblicuo. más simétrico cuando se realiza la flexión completa
Ocasionalmente se puede descubrir más de una Éste es el hallazgo diagnóstico más valioso para identi-
disfunción sacroiliaca. Existe un hallazgo diagnóstico ficar ·1as torsiones. En los sacros en nutación anterior
de utilidad para diferenciar .las torsiones sacras de los o posterior unilateral, un ángulo inferolateral será
sacros en nutación, y es él hecho de que la base sacra rr:iás posterior en -la posición neutra, pero Su base será
y el ángulo iriferolateral siempre serán posteriores en anterior en el mismo lado. En un sacro en nutación
el mismo .lado en las torsiones, sean anteriores o pos- anterior (flexión) unilateral, el ángulo inferolatecal
teriores. Si un ángulo inferolateral es posterior pero la parece ser algo más posterior durante la flexión pero
base es anterior en el mismo lado estamos ante una no se iguala en la extensión. En el sacro en nutación
nutación anterior (flexión) en ese_ lado: o una nuta- posterior (extensión) unilateral, el ánguio inferolate-

Tabla 17.2
Disfunciones de la sínfisis púbica

Test de flexión de tronco Altura de los ángulos Tensión y dolor


Qi.~gnósti~_o . -en bipedestación positivo . del pubis - • de~; ligamento inguinal

:-n~r~cb~ ·::(:·_. ·' f-:~. ·. De;·éa./-·'( Dér6~ho. túperi~r · Derecho


Superior Izquierdo . Izquierdó Izquierdo superior Izquierdo
Derecho Derecho Derecho inferior Derecho
Inferior Izquierdo Izquierdo Izquierdo inferior Izquierdo
Capítulo 77 Disfunción de lo cintura pelvico 343

Tabla.17.3
Disfunciones sacroiliacas

Test de flexión Posición Movilidad Maleolos


en sedestación Base del ángulo del ángulo Escoliosis Lordosis internos
Diagnóstico positivo del sacro inferolateral inferolateral lumbar lumbar* en decúbito prono

Nutación anterior
unilateral (flexión)
Der~cha Derecha . i\Jl~\t:ri~:>r Inferior Convexidad De normal Largo derecho
a la· dei-echa "·a ia derecha . dérecha: a aumentada
Izquierda Izquierda Anterior Inferior Convexidad De normal Largo izquierdo
a la izqu~erda a la izquierda izquierda a aumentada
, . .,,,.
Núi:adóri ·posteriOf
. •, -,· ·•·.·.. · ...
:~ '

unilateral ( extensión)
Derecha Derecha Posterior Superior Convexidad Disminuida Corto derecho
a la derecha a la derecha izquierda
Izquierda Izquierda Posterior Superior ,,. Convexidad Disminuida Corto izquierdo
a la izquierda a la izquieida , derecha
· Torsión anterior
· I sobre I :Qerecha Anterior Posterior Flexión- Convexidad Aumentada Corto izquierdo
a la derecha a la izquierda aumentada d'erecha
· lado izqu,ierdo
D sobre D Izquierda Anterior Posterior . Flexión Convexidad Aumentada Corto derecho
, a -la izquierda a la derecha aumentada izquierda
.ladq 9-e~ec_h_q
Torsión posterior
D sobre I Derecha Posterior Extensión
Posterior Convexidad Disminuida Corto derecho
a la dere!=ha a la derecha
aumentada izquierda
a la derecha
I sobre D Izquierda Posterior Posterior Extensión Convexidad Disminuida Corto izquierdo
·ala izquierda a la izquierda aumentada derecha
a la izquierda
Nutación anterior
bilateral (flexión) Bilateral Anterior Posterior Aumentada Nivelados
Nutación posterior
b_ilatenl (extensión) Bilateral Posterior Anterior Disminuida Nivelados
-''!' Disminuida representa también Un test de rebote positivo.

Úl parece. ser más posterior en: la posición neutra y se sa en los tests de movilidad, fundamentalmente en el
hace más prominente durante la movilidad de exten- test de flexión en bipedestación. Las disfunciones ilio-
sión del tronco que durante la flexión del tronco. No sacras de tipo rotatorio son muy comunes y parecen
obstante, nunca se hace completamént"e simétrico.· estar producidas por desequilibrios musculares en la
marcha. Las disfunciones de cizallamiento se produ~
Disfunciones iliosacras cen sólo· en aquellos individuos cuyas articulaciones
El examinador no puede hacer un diagnóstico pre- sacroiliacas presentan cambios en el biselado y en .las
ciso de disfunción iliosacra.hasta que las disfunciones características de convexidad-concavidad de la zona
.sacroiliacas son tratadas, dado que l.a disfunción ilio- de unión entre los polos superior e inferior. Las dis-
sacra es el resultado de un· problema unilaterala un funciones de cizallamiento suelen ser traumáticas y
lado del sacro, el cual debe estar bien centrado para, son responsables de síndromes dolorosos de la co-
. de .esta forma, poder valorar la relación que el i!iaco lumna lµmbar y de la extremidad inferior. Las dis-
correspondiente establece con él (tabla 17.4). Los funciones iliosacras de rotación interna y externa son
principales signos fisicos son la relación de ambas es- bastante raras y sólo pueden diagnosticarse después
pinas iliacas anterosuperiores y la longitud de los ma- de haber devuelto la simetría a los parámetros de ro-
teolos internos en decúbito supino. El hallazgo de tación anterior y posterior del mecanismo iliosacro.
que la espina iliaca anterosuperior derecha se en- Las rotaciones interna y externa de los coxales suelen
cuentra más caudal que la izquierda podría deberse a ser diagnosticadas errón.eamente debido a que existe
una rotación anterior del coxal derecho o a una rota- un pequeño componente rotacional interno y ex-
ción posterior del izquierdo. La diferenciación se ba- terno en los movimientos de rotación anterior y pos-
344 Principios y práctico de lo medicina manual

Tabla 17.4
Disfunciones lliosacras

Test Espina iliaca Maleolos Espina iliaca Canal Tuberosidad Ligamento


de flexión anterosuperior internos posterosuperior sacro isquiática sacrociático mayor
en bipedestación en decúbito en decúbito en decúbito en decú.bito en decúbito en decúbito
Diagnóstico positivo supino supino prono prono prono prono

Rotación anterior
Derecho Derecho Inferior Largo Superior Superficial
derecha derecho derecha derecho
lzqúlerdo Izquierdo Inferior Largo Superior Superficial
izquierda izquierdo izquierda izquierdo
Rotación posterior
Derecho Derecho Superior Corto Inferior Profundo
derecha derecho derecha derecho
Izquierdo Izquierdo Superior Corto Inferior Profundo
izquierda izquierdo izquierda izquierdo
Rotación
externa ( outflare)
,
Derecho Derecho Lateral Medial Estrecho
derecha derecho dérecho
Izquierdo Izquierdo Lateral Medial Estrecho
izquierda izquierdo izquierdo
Rotación
interna (infla~)
Derecho Derecho Medial Lateral Amplio
derecha derecha derecho
Izquierdo Izquierdo Medial Lateral Amplio
izquierda izquierda izquierdo
Cizallamiento
superior ( upslip)
Derecho Derecho Superior Corto Superior Superior Laxo
derecha derecho derecha derecha derecho
Izquierdo Izquierdo Superior Corto Superior Superior Laxo
izquierda izquierdo izquierda izquierda izquierdo
Cizallamiento
inferior (downslip)
Derecho Derecho Inferior Largo Inferior Inferior Tenso
derecha derecho derecha derecha derecho
~~guierdo Izquierdo Inferior Largo Inferior Inferior Tenso
izquierda izquierdo izquierda izquierda izquierdo

terior de los coxales. Cuando un coxal gira hacia de- tan usar el raquis lumbar como brazo de palanca. La
lante en la marcha, o presenta una disfunción en ro- pelvis constituye la inserción ósea de numerosos mús-
tación anterior, tam.bién gira ligeramente hacia culos del tronco y de las extremidades inferiores. El
afuera ( outjlare). Por el contrario, un coxal rotadó tratamiento de la cintura pélvica debe acompañarse
posteriormente, sea en el ciclo de la marcha o por ser sistemáticamente del diagnóstico y el tratamiento de
disfuncional, también gira medialmente. Este compo- los desequilibrios musculares existentes por encima y
nente de rotación interna y externa de un coxal an- por debajo de la pelvis para prevenir las recidivas de
terior o posterior es lo que a menudo se diagnostica la disfunción y mejorar los resultados terapéuticos.
como disfunción de rotación interna (inflare) o ex-
terna ( outjlare). Secuencia de tratamiento
La secuencia de tratamiento recomendada es: sínfisis
MANEJO DE LA DISFUNCIÓN púbica, disfunción de cizallamiento del coxal, disfun-
DE LA CINTURA PEtVfANA ción sacroiliaca y disfunción iliosacra. En los comien-
zos del proceso diagnóstico se investigan las disfun-
El objetivo del tra.\a.1.:nientQ manual en.la disfunción ciones púbicas y, caso de existir, se tratan antes de pro- ..
pélvica consisl:!' en. restabl~cefla mecánica del.ciclo seguir h secuencia diagnóstica.· Reéuérdese que'los·
normal de la marcha. En el tratamiento global del pa- principales signos de disfunción sacroiliaca se descu-
·aente, se debe tratar la columna lumbar antes que la bren en la posición de decúbito prono. Si queda al-
pelvis dado que muchas técnicas sacroiliacas necesi- guna disfunción púbica, el paciente no es simétrico en
Capítulo 77 Disfunción de lo cintura pelvico 345

decúbito prono sobre el trípode formado por las dos prestarle una atención precoz en los procesos diag-
espinas ilíacas anterosuperiores y la sínfisis del pubis. nóstico y terapéutico, aparte de la necesidad de dis-
Después de diagnosticar y tratar las disfunciones poner de unos coxales simétricos para poder estudiar
púbicas se investiga la presencia de disfunción de ci- la posición del sacro. A continuación se valoran las
zallamiento de los coxales. El principal índice de sos- disfunciones sacroiliacas, para restaurar su simetría
pecha lo constituye el desnivel de las crestas ilíacas en . con respecto al plano coronal en la posición supina
situación de descarga. Una disfunción de cizalla- sobre la camilla y, de esta forma, permitir la evalua-
.m,ient~ parece restririgir el resto de los movimientos ción de cada coxal con respecto al sacro ftjado contra
de la articulación sacroiliaca, por lo cual conviene la camilla. ' ·
346 Principios y práctico de lo medicino manual

Cintura pélvica 3. El operador resiste 2 ó 3 e_sfuerzos, de 3-5 segun-


dos, en los que el paciente intenta separar sus
Sínfisis púbica rodillas (fig. 17.51).
Técnica de energía muscular 4. El operador coloca el antebrazo entre las rodillas
Decúbito supino del paciente (fig. 17.52).
Diagnóstico 5. Una serie de contracciones hacia la aducción de
Posición: Sínfisis superior o inferior («técnica caderas ejerce una fuerza de distracción sobre la
de la escopeta») sínfisis del pubis.
1. Paciente en decúbito supino con las caderas y las
6. Reexaminación.
rodillas flexion¡¡das y los pies juntos.
2. Operador de pie al lado, apretando las rodillas del
paciente.

.,

Figura 17 .51. Figura 17.52.


Capítulo 77 Disfunción de lo cintura pelvico 347

Cintura pélvica 3. Las piernas del operador sostienen la pierna


izquierda del paciente, que cuelga por fuera de la
Sínfisis púbica
camilla.
Técnica de energía muscular 4. La mano izquierda del operador estabiliza el lado
Decúbito supino derecho de la pelvis del paciente, y la mano dere-
Diagnóstico cha se coloca por encima de la rótula, sobre el ter-
Posición: Sínfisis superior a la izquierda cio distal dsl fémur izquierdo del paciente.
. 1. Paciente en decúbito. supino sobre la camilla, con 5. El paciente realiza una serie de tres a cinco con-
el operador de pie al lado izquierdo (fig. 17.53)., tracciones, de 3-5 segundos, hacia la flexión de
2. El operador desliza la pelvis del paciente hacia la cadera, contra la mano derecha del operador
izquierda de la camilla, manteniendo el coxal iz- (fig. 17.55).
quierdo" sobre el borde. El braztiizquii'lrdo"del pa- . 6: . Después de cada cóntracción,' el operador aborda ·.
ciente sujeta su propio hombro derecho para au- una nueva barrera añadiéndole extensión a la ca-
mentar la estabilidad del tronco (fig. 17.54). dera izquierda.
7. Reexaq¡inar.
Nota: Con la pierna del paciente en abducción y
·· extensión, la flexión de cadera activa al grupo mus-
. cular aductor izquierdo, tirando de la sínfisis púbi-
ca hacia abajo, merced a la contracción muscular
isotónica concéntrica.

Figura 17 .53.

Figura 17.54. Figura 17.55.


348 Principios y práctico de lo medicino manual

Cintura 1?élvica 3. El operador coloca la espina ilíaca posterosuperior


derecha del paciente entre los dedos medio y anu-
Sínfisis púbica lar, con el talón de la mano en contacto con la tube-
Técnica de energía muscular · rosidad isquiática (fig. 17.57).
Decúbito supino 4. El operador devuelve la pelvis del paciente a la ca-
Diagnóstico milla, con el coxal derecho en contacto con la ma-
Posición: Sínfisis inferior a la derecha no izquierda, y aplica una compresión, con el ta1ón
1. Paciente en decúbito supino sobre la camilla, con de la mano sobre la tuberosidad isquiática, en di-
la rodilla derecha flexionada y la cadera derecha rección superior y medial (fig. 17.58).
en flexión, aducción y ligera rotación interna. 5. El operador resiste de tres a cinco contracciones,
2. El operador, de pie al lado izquierdo, voltea la pel- de 3-5 segundos de duración, en las que el pacien-
vis del paciente hacia la izquierda para colocar la te empuja para estirar la pierna derecha en direc-
mano izquierda bajo la hemipelvis derecha y con- ción caudal.
trolar así el coxal derecho del paciente (fig. 17.56).

Figura 17.56. Figura 17.58.

Figura 17.57.
Capítulo ) 7 Disfunción de la cintura pelv1co 349

6. Después de cada contracción el operador alcanza


nuevas barreras añadiendo flexión de cadera y ma-
yor fuerza compresiva contra la tuberosidad isquiá-
tica.
?. Una posición alternativa del operador consiste en
situar la rodilla derecha del paciente en la ol4Ja de-
reeha del operador, asiendo el borde de la camilla
con la r:iano derecha (fig. 17.59).
8. Se reexamina.
· Nota: La flexión, la rotación interna y la aducción
•.-de-la cadera derecha bloquean la articulación sa--
croiliaca derecha, de manera que los esfuerzos de
extensión de cadera transmiten la fuerza del ope-
rador contra la tuberosidad isquiática, en una di-
rección cefálica y medial hacia la sínfisis del pubis.

Figura 17 .59.
350 Principios y práctico de lo medicino manual

Cintura pélvica 3. El operador abduce 10-15º la pierna izquierda para


laxar la articulación sacroiliaca izquierda (fig. 17.61).
Disfunción iliosacra
4. El operador rota internamente la pierna izquierda
Técnica de energía muscular
del paciente para bloquear su cadera izquierda
Decúbito supino · (fig. 17.62).
Diagnóstico
5. El operador tracciona de la pierna izquierda en la
Posición: Disfunción de cizallamiento .superior
del coxal izquierdo dirección de. su eje largo, mientras el paciente rea-
liza una serie de inspiraciones y espiraciones
1. Paciente en decúbito supino, con los pies por fue-
(fig. 17.63).
ra del final de la camilla.
2. Operador de pie a los pies de la camilla con 6. Se efectúa~ de tres a c~~tro ciclos respiratorios y
durante la ultima esp1rac1on se pide al paciente que
el muslo izquierdo apoyado contra el pie de~echo
tosa, al tiempo que el operador da un tirón de la
del pacienie y cogiéndole con ambas manos de la
pierna izquierda del paciente en dirección caudal.
pierna izquierda, justo por encima del tobillo
(fig. 17.60). 7. Se v4,elve a examinar.

Figura 17.60. Figura 17 .62.

Figura I 7.61. Figura 17.62.


Capítulo 77 Disfunción de la cintura pelvica 351

Cintura pélvica quiática hasta la espina ilíaca posterosuperior


(fig. 17.64).
Disfunción iliosaéra
4. La mano derecha del operador coge el coxal dere-
Técnica de energía muscular cho desde la tuberosidad isquiática hasta la rama
Decúbito lateral descendente del pubis (fig. 17.65).
Diagnóstico: Cizallamiento inferior del coxal 5. Las dos manos del operador distraen el coxal
derecho derecho lateralmente (hacia el techo) al tiempo
1. Paciente en decúbito lateral izquierdo, que ejercen sobre él una fuerza en dirección cefá-
lica. ·
2. Operador de pie en frente (o detrás) del paciente,
con el brazo y el hombro derechos aguantando el 6. El paciente realiza una serie de inspiraciones y
, ,peso de la extremidad inferior dereaha (un ayudan- espiraciones profundas crriientras el operador man-
te puede asistir en esta tarea). tiene la distracción lateral y el empuje craneal del
coxal derecho.
3. La mano izquierda del operador coge la cara pos-
terior del coxal derecho, desde la tuberosidad is- 7. Se vuelve a examinar.
,;

Figura 17.64. Figura 17.65.


--¡-

352 Principios y práctico de lo medicina manual

Cintura pélvica
Disfunción iliosacra
Técnica de energía muscular
Decúbito prono
Diagnóstico
Posición: Cizallamiento inferior del coxal derecho
1. Paciente en decúbito prono sobre la camilla, con el
operador de pie al lado derecho.
2. El operador coloca el pie derecho del paciente
entre sus dos rodillas, controlando la rodilla dere-
cha del paciente con su mano derecha, para laxar
la articulación sacroiliaca derecha (fig. 17.66).
3. La mano izquierda del operador toma contacto con
la tuberosidad isquiática derecha, ejerciendo fuer-
za en sentido cefálico.
4. El paciente realiza una serie de inspiraciones y
espiraciones profundas. Figura 17.66.
5. El paciente intenta estirar su brazo derecho empu-
jando contra la pata de la camilla, lo cual genera
una fuerza caudal a través del tronco.
6. La combinación de la fuerza del operador contra la
tuberosidad isquiática, el esfuerzo muscular del
brazo derecho del paciente contra el tronco y el tra-
bajo respiratorio proporciona el movimiento de ci-
zallamiento supérior del coxal derecho con respec-
to al sacro.
7. Reexaminar.
Capítulo 77 Disfunción de la cintura pelvica 353

Cintura pélvica 2. La mano izquierda del operador monitoriza la base


sacra izquierda, mientras el brazo derecho realiza
Disfunción sacroiliaca
una abducción de aproximadamente 15º de la pier-
Técnica de energía muscular na izquierda del paciente (fig. 17.67).
Decúbito prono 3. El operador rota internamente la pierna izquierda
Diagnóstico del paciente, abriendo la cara posterior de la arti-
Posición: Nutación anterior unilateral izquierda culación sacroiliaca izquierda. El paciente mantie-
del sacro (flexión izquierda del sacro) ne la pierna en esa. posición. (fig. 17.68).
Restricción de movilidad: Nutación posterior 4. Con el brazo derecho recto, el operador coloca el
unilateral izquierda talón de la mano sobre el ángulo inferolatéral
, , · 1. , Packmte.en decúbito prono, coA ·el operador ·de pie izquierdo y empuja rítmicamente-sobre el sacro de
al lado izquierdo. arriba a abajo y de un lado a otro, hasta encontrar
el punto de máxima movilidad de la base sacra
izquierda (fig. 17.69).
5. El paciente realiza una inspiración máxirna y aguan-
ta la respiración, al tiempo· que el operador man-
tiene una fuerzá compresiva sóbre el ángulo infero-
lateral izquierdo en dirección ventral y cefálica.
6. Cuando el paciente espira el operador mantiene la
presión .
. 7. El paciente. reáliza una serie. de..inspiraciones for-.
zadas mientras el operador mantiene la fuerza
sobre el ángulo inferolateral.
8. Se reexamina.

Figura 17.67.

Figura 17.68. Figura 17.69.


354 Principios y práctica de lo medicino manual

Cintura pélvica da abduce la pierna derecha del paciente hasta


aproximadamente 15º, laxando la articulación sa-
Disfunción sacroiliaca croiliaca derecha (fig. 17.70).
Técnica de energía muscular
3. El operador rota externamente la pierna derecha
Decúbito prono abducida, abriendo la parte anterior de la articula-
Diagnóstico ción sacroiliaca derecha. Al paciente se le pide que
Posición: Nutación posterior derecha (sacro mantenga la pierna derecha en esa posición
extendido a la derecha) (fig. 17.71).
Restricción de movilidad: Nutación anterior del
sacro a la derecha 4. Se extiende el tronco del paciente pidiéndole
que adopte la posición de prono apoyado, mien-
1. Paciente en decúbito prono sobre la camilla, con el
tras que el pisiforme derecho del operador, en
operador de pie al lado derecho. contacto con la base sacra derecha, ejerce y
2. La mano derecha del operador monitoriza la articu- mantiene una fuerza en dirección ventral y cau-
lación sacroiliaca derecha cuando la mano izquier- dal (fig. 17.72).
.,

Figura 17.70. Figura 17.72.

Figura 17. 71.


Capítulo 17 Disfunción de la cintura pelvica 355

5. La mano izquierda del operador, colocada sobre la 7. Al final de cada espiración se le pide al paciente que
espina ilíaca anterosuperior derecha, ejerce una empuje con la espina ilíaca anterosuperior derecha
fuerza contra la compresión aplicada por la mano hacia la camilla, como fuerza de activación muscular.
derecha (fig. 17.73). 8. Después de tres a cinco repeticiones, el operador
6. El paciente realiza una serie de espiraciones forza- mantiene la compresión sacra contra la fuerza ejerci-
das, mientras el operador mantiene la fuerza de da en la espina ilíaca anterosuperior y se pide al pa-
compresión ventral y caudal contra la base sacra ciente que regrese a la posición neutra (fig. 17.74).
derecha. 9. Reexaminar.

Figura 17.73. Figura 17.74.


356 Principios y práctico de lo medicino manual

Cintura pélvica 2. El operador, de pie al lado derecho, flexiona las


rodillas del paciente a 90º (fig. 17.75).
DisfÚi1ción sacroiliaca
3. El operador voltea al paciente sobre su cadera
Técnica de energía muscular izquierda, colocándole en la posición de Sims
Posición de Sims (fig. 17.76).
Diagnóstico: Torsión sacra izquierda sobre eje obli- 4. El operador controla las rodillas del paciente con
cuo izquierdo su muslo izquierdo, monitoriza la charnela lumbo-
Posición: Sacro en rotación izquierda e inclina- sacra con la mano izquierda y aplica rotación
ción derecha, con nutación anterior derecha de izquierda del tronco con la mano derecha, hasta
la base sacra que L5 comienza a girar a la izquierda (fig. 17.77).
Restricción de movilidad: Rotación derecha, 5. A continuación, la mano derecha del operador
inclinación izquierda y nutación posterior dere- monitoriza la charnela lumbosacra y la base sacra
cha de la base sacra derecha, mientras la mano izquierda introduce
1. Paciente en decúbito prono sobre la camilla. inclinación izquierda (fig. 17.78).
.,

Figura 17.75. Figura 17.77.

Figura 17.76. Figura 17.78.


Capítulo 77 Disfunción de la cintura pelvica 357

6. El operador flexi_ona sus extremidades inferiores


hasta que la base sacra derecha del paciente
comienza a moverse hacia detrás y, seguidamente,
resiste con la mano izquierda los esfuerzos del
paciente por levantar ambos pies hacia el techo
(fig. 17,79).
7. El paciente realiza de tres a cinco contracciones
musculares, de 3-5 segundos cada una, i.nttmtando
llevar los pies al techo; contra la resistencia ofreci-
da por el operador, el cual alcanzará nuevas barre-
ras a la flexión e inclinación tras cada contracción .
. 8. Se reEJÍ<amina ..

Figura 17.79.
358 Principios y práctica de la medicina manual

Cintura pélvica 1. Paciente en decúbito lateral derecho, con el opera-


dor de pie en frente monitorizando la charnela lum-
Disfunción sacroiliaca
bosacra (fig. 17.80).
Técnica de energía muscular
2. El operador mantiene flexo-extensión neutra y rea-
Decúbito lateral
liza inclinación derecha y rotación izquierda de la
Diagnóstico: Torsión izquierda sobre eje oblicuo columna lumbar, hasta que L5 comienza a girar a
izquierdo la izquierda (fig. 17.81 ).
Posición: Rotación izquierda, inclinación dere-
cha y nutación anterior de la base sacra de- 3. El operador induce flexión a través de los muslos y
recha la pelvis hasta que se aprecia movimiento e!l la
Restricción de movilidad: Rotación derecha, in- base sacra derecha.
clinación izquierda y nutación posterior de la 4. El operador induce inclinación izquierda levantan-
base sacra derecha do los pies del paciente hacia el techo (fig. 17.82).
5. El paciente efectúa de tres a cinco contracciones,
de 3-,fi segundos, intentando llevar los pies hacia la
camilla.
6. El operador alcanza una nueva barrera aumentan-
do la flexión de cadera y la inclinación de la colum-
na lumbar, levantando los pies hacia el techo entre
las contracciones.
7. Se vuelve a examinar.

Figura 17.80.

Figura 17.81. Figura 17.82.


Capítulo 77 Disfunción de lo cintura pelvica 359

Cintura pélvica 2. El operador tira del brazo izquierdo del pacien-


te en dirección anterior y caudal, manteniendo
Disfunción sacroiliaca
flexo-extensión neutra e induciendo inclinación
Técnica de energía muscular izquierda y rotación derecha de la columna lum-
Decúbito lateral bar, hasta que L5 empieza a girar a la derecha
Diagnóstico: Torsión sacra derecha sobre eje obli- (fig. 17.84).
cuo izquierdo 3. El operador efectúa extensión de ambas caderas
Posición: Rotación derecha, inclinación izquier- con la mano izquierda hasta que la ba-
da y nutación posterior de la base sacra derecha se sacra derecha, controlada por la mano de-
. Restricción de movilidad: Rotación izquierda, recha, comienza a desplazarse hacia adelante
inclinac_ión derec~a. y nutación anterior de I¡¡ (fig. 17.85).
base s"ácra derecha . . . . . . . . . . . -· ,_
4. El operador deja caer la pierna derecha del pacien-
1. Paciente en decúbito lateral izquierdo, con el ope- te por delante de la rodilla izquierda y sitúa la mano
rador de pie enfrente, monitorizando la charnela izquierda en la parte distal del fémur del paciente
lumbosacra con la mano izquierda (fig. 17.83). (fig. 1¼-86).

Figura 17.83. Figura 17.85.

Figura 17 .84. Figura 17.86.


360 Principios y pr6ctico de lo medicino manual

5. El antebrazo derecho del operador mantiene la


rotación derecha de L5, mientras la mano izquier-
da resiste los esfuerzos del paciente por levantar la
rodilla derecha hacia el techo (fig. 17.87).
6. El paciente realiza de tres a cinco contracciones,
de 3-5 segundos, mientras el operador aborda nue-
vas barreras después de cada contracción, aumen-
tando la extensión de l.i pierna inferior (izquierda) y
dejando que la derecha caiga un poco más hacia el
suelo ..
7. Reexaminar.

Figura 17.87.
Capítulo 77 Disfunción de lo cintura pelvico 361

Cintura pélvica 2. El paciente flexiona el tronco.


Disfunción sacroiliaca 3. El operador coloca el talón de la mano derecha
sobre el vértice sacro y la mano izquierda sobre la
Técnica de energía muscular
columna dorsal del paciente (fig. 17.89).
Sed estación
Diagnóstico: Flexión bilateral del sacro 4. El operador mantiene una presión ventral sobre eJ
vértice sacro y resiste los esfuerzos del paciente
Posición: Nutación anterior bilateral
para extender el tronco.
Restricción de movilidad: Nutación posterior
bilateral 5. De tres a cinco esfuerzos de 3-5 segundos resta-
1. Paciente sentado en un taburete, con los pies blecen el movimiento de nutación posterior de la
separados y las caderas en rotación interna base sacra.
·- ·" {fig. 17.88). ·6. · Se vuelve a explorár: ·

. [: ..._,.., , --~_;.,_.:· .. ~ --
i

Figura 17.88. Figura 17.89.


362 Pnncipios y práctica de la medicina manual

Cintura pélvica 3. Se pide al paciente que arquee la columna empu-


jando con el abdomen hacia las rodillas, mientras
Disfunción sacroiliaca
el operador mantiene una fuerza de compresión
Técnica de energía muscular ventral con la mano derecha sobre la base sacra
Sedestación (fig. 17.91 ).
Diagnóstico: Extensión bilateral del sacro 4. La mano izquierda del operador resiste de tres a
Posición: Nutación posterior bilateral cinco contracciones hacia la flexión de tronco, de
Restricción de movilidad: Nutación anterior bilateral una duración de 3-5 segundos cada una.
1. Paciente sentado en un taburete, con los pies jun- 5. La espiración ayuda a desplazat ·la base sacra
tos y las rodillas, separadas merced a una ligera hacia adelante.
rotación externa de caderas. Los brazos cruzados.
6. La inspiración ayuda al desplazamiento posterior
2. Operador de pie al lado, con la mano derecha so-
de la base sacra.
bre la base sacra y controlando con la mano Iz-
quierda el tronco del paciente (fig. 17.90). 7. Se vuelve a examinar.

Figura 17.90. Figura 17.91.


Capítulo 17 Disfunción de la cintura pelvico 363

Cintura pélvica 5. La mano derecha del operador contacta con la par-


te distal del fémur, por encima de la rótula.
Disfunción iliosacra
6. El operador resiste isométricamente la contracción
Técnica de energía muscular
hacia la flexión de cadera realizada por el paciente
Decúbito supino durante 3-5 segundos.
Diagnóstico: Coxal posterior izquierdo
7. El operador alcanza una nueva barrera dejando
Posición: Coxal izquierdo girado hacia detrás
caer la pierna izquierda del paciente hacia el suelo
Restricción de movilidad:. Rotación anterior del y se repiten las contracciones isométricas .de la fle-
coxal izquierdo xión de cadera de tres a cinco veces.
1. Paciente en decúbito supino sobre la camilla, con
8. Reexaminar.
.. ....,_
el operador de pie al lado izquierdo.
0

2. - El Óp~rador d~;li~a la peh,.is del paci~ntehasta que Nma: ·Esta maniobra es prácticamente igual a la .
el sacro se encuentra en el borde de la camilla descrita para una disfunción superior de la sínfisis
(fig. 17.92). púbica, con la diferencia de que en ésta es el
sacro, y no la parte posterior del coxal, el punto
3. El operador controla la extremidad inferior izquier- que sfi fija en el borde de la camilla.
da entre sus rodillas.
4:· 'ºEi'o"pe,iíidor estábITfiá'.laherhi¡ielvis· éfefécliá mér"- - -
ced a un contacto con la mano izquierda sobre la ·
espina iliaca anterosuperior derecha (fig. 17.93).

Figura 17.92. Figura 17.93.


364 Principios y práctico de lo medicino manual

Cintura pélvica 3. La mano derecha del operador se encuentra sobre


la cresta ilíaca izquierda, 5-6 cm por delante de la
Disfun~ión iliosacra
espina ilíaca posterosuperior (fig. 17.94).
Técnica de energía muscular
4. El operador extiende la cadera del paciente hasta
Decúbito prono
la barrera, mientras ejerce presión con la mano
Diagnóstico: Coxal posterior izquierdo derecha en la dirección de la cresta ilíaca
Posición: Coxal izquierdo girado hacia detrás (fig. 17.95).
Restricción de movilidad: Rotación anterior del
coxal izquierdo 5. El trabajo del paciente consiste en realizar de tres
1. Paciente en decúbito prono sobre la camilla, con el. a cinco contracciones, de 3-5 segundos de dura-
operador de pie al lado derecho. ción cada una, hacia la flexión de cadera (hacia la
camilla), contra la resistencia ofrecida por el ope-
2. El operador controla la pierna izquierda del pacien- rador.
te cogiendo la rodilla doblada con la mano izquier-
da. Se abduce la pierna izquierda para laxar la ar- 6. Después de cada contracción el operador alcanza
ticulación sacroiliaca izquierda. una nueva
,, barrera hacia la extensión.

Figura 17. 94. Figura 17.95.


Capítulo 77 Disfunción de lo cintura pe/vico 365
7. Se vuelve a examinar.
Nota: Esta disfunción acompaña con frecuencia a
un sacro izquierdo en flexión (en nutación ante-
rior). Como último paso de esta maniobra de ener-
gía muscular se puede realizar una técnica combi-
nada para tratar la flexión izquierda del sacro, con-
sistente en que mientras que con la mano derecha
s¡, mantiene el sacro en la posición de nutación
posterior, con ·la izquierda se extiende Ja cadera
izquierda, rotando el coxal izquierdo hacia del~,
y se resiste el esfuerzo muscular del paciente por
, .., llevar la rodiHahacia la camilla-{fig.. 17.96),

l'igl-lr.a l'Z.96," .
7

366 Principios y práctico de lo medicino manual

Cintura pélvica 3. El operador coge la rodilla izquierda flexionada del


paciente con la mano izquierda y, sujetando la extre-
Disfunción iliosacra midad inferior izquierda, laxa la articulación sacro-
Técnica de energía muscular iliaca izquierda (fig. 17.98).
Decúbito lateral 4. El operador extiende la cadera del paciente hasta la
Diagnóstico: Coxal posterior izquierdo barrera, mientras ejerce una presión anterior a lo lar-
Posición: Coxal izquierdo en rotación posterior go de la cresta ilíaca con la mano derecha (fig. 17.99).
Restricción de movilidad: Rotación anterior del S. El paciente realiza una contracción muscular de 3-
coxal izquierdo 5 segundos para llevar la pierna hacia adelante
1. Pacíente en decúbito lateral derecho, con el opera- contra la resistencia del operador.
dor de pie detrás. 6. Se realizan de tres a cinco repeticiones y el opera-
2. La mano derecha del operador se coloca sobre la dor alcanza una nueva barrera hacia la extensión
de cadera después de cada contracción muscular.
cresta ilíaca, 5-6 cm por delante de la espina ilíaca
posterosuperior (fig. 17.97). 7. Se vuelve a examinar.

Figura 17.97. Figura 17.99.

Figura 17.98.
Capítulo 77 Disfunción de lo cintura pelvico 367

Cintura pélvica 5. El operador controla la pierna derecha del pacien-


te, con abducción, rotación externa y flexión de la
Disfunción iliosacra
cadera, hasta alcanzar la barrera del movimiento
Técnica de energía muscular de rotación posterior (fig. 17.102).
Decúbito prono 6. El paciente realiza contracciones de 3-5 segundos,
Diagnóstico: Coxal anterior derecho de tres a cinco veces, para extender la pierna dere-
Posición: Coxal derecho en rotación anterior cha empujando con el pie derecho contra el muslo
Restricción de movilidad: Rotación posterior del del operador.
coxal derecho 7. El operador alcanza una nueva barrera de rotación
1 . Paciente en decúbito prono, con el operador de pie posterior entre contracción y contracción.
al lado derecho. ·
..8... Reexaminar..
2. El operador coge la pelvis del paciente y desliza la
. parte inferior del tronco hasta el borde derecho de
la camilla (fig. 17.100).
3. El operador controla la pierna derecha del pacien-
te colocando el pie entre sus rodillas y cogiéndole
· ·· ..... la rodilla derecha con ta mano derecha.-··•·
4. ··· La mano izquierda del operador estabiliza el sacro
. en la línea media, monitorizando la articulación
· sacroiliaca derecha con el dedo índice izquierdo
(fig. 17.101).

Figura 17.101.

Figura 17.100. Figura 17.102.


¡ ··
¡
368 Principios v práctico de la medicina manual
Cintura pélvica 4. El operador ejerce una tuerza en dirección cefálica
y lateral contra la tuberosidad isquiática derecha.
Disfunción iliosacra
5. El paciente realiza de tres a cinco contracciones
Técnica de energía muscular musculares, de 3-5 segundos, intentando exten-
Decúbito supino der la pierna derecha contra la resistencia ofrecida
Diagnóstico: Coxal anterior derecho por la mano derecha y el tronco del operador
Posición: Coxal derecho en rotación anterior (fig. 17.104).
Restricción de movilidad: Rotación posterior del 6. Entre las contracciones, el operador aumenta la
coxal izquierdo rotación posterior del coxal derecho, mientras
1. Paciente én decúbito supino con la cadera y la monitoriza la posición laxa de la articulación sacro-
rodilla derechas flexionadas. ilíaca derecha con la mano izquierda.
2. El operador se encuentra de pie al lado izquierdo 7. Se vuelve a examinar.
del paciente, contactando con el talón de la mano Nota: Esta maniobra es similar a la empleada para
izquierda en la tuberosidad isquiática derecha una disfunción inferior de la sínfisis púbica. Las
y con los dedos de la mano izquierda monitori- diferenéias se basan en la laxación de la articula-
zando la movilidad de la articulación sacroiliaca ción sacroiliaca derecha y en la tuerza cefálica y
(fig. 17.103). lateral ejercida con la mano izquierda sobre la
3. El operador hace flexi6n, rotación externa y abduc- tuberosidad isquiática, que se dirige a la rott;i¡;ión
ción de la cadera derecha del paciente. del coxal, más que a la sínfisis del pubis.

Figura 17 .103. Figura 17.104.


Capítulo 71 Disfunción de lo cintura pelvico 369

Cintura pélvica vimiento en la articulación sacroiliaca derecha y


con el talón de la mano presionando contra la tube-
Disfunción iliosacra rosidad isquiática (fig. 17.105).
Técnica de energía muscular 4. El operador alcanza la barrera introduciendo ab-
Decúbito lateral ducción, rotación externa y flexión de la cadera de-
Diagnóstico: Coxal anterior derecho recha (fig. 17.106).
Posición: Coxal derecho en rotación anterior 5. El paciente realiza de tres a cinco contracciones
Restricción de movilidad: Rotación posterior del mu_sculares de 3-5 segundos intentando estirar la
coxal derecho pierna derecha contra la resistencia del operador.
1. Paciente en decúbito lateral izquierdo, con el ope- 6. El operador alcanza nuevas barreras en la fase de
---,. rador.dafrente a él. • . · ·relaj'ación entre cóntracción y doniracción. " ·• ··
2. La pierna derecha del paciente se coloca con la 7. Se reexamina.
cadera y la rodilla flexionadas y con el pie apoyado Nota: Aparte de la extensión de cadera se pueden
en la cadera derecha del operador. usar c9ntracciones hacia la abducción o la aduc-
3. La mano izquierda del operador se coloca en el ción, empujando con la rodilla contra la resistencia
.cox1;1I ¡jerecho, con Jas.dedos monitorizando el mo--, · - - del -operador.

Figura 17.105. Figura 17.106.


370 Principios y práctico de lo medicino manual

Cintura pélvica 3. La mano izquierda del operador estabiliza la hemi-


pelvis izquierda a nivel de la espina ilíaca antera-
Disfunción iliosacra superior izquierda.
Técnica de energía muscular
4. La mano derecha del operador, colocada sobre la
Decúbito supino cara medial de la rodilla derecha del paciente, rea-
Diagnóstico: Rotación interna del coxal derecho liza rotación externa de cadera hasta que se alcan-
(inflare) za la barrera (fig. 17.108).
Posición: Coxal derecho en rotación interna
5. El paciente realiza de tres a cinco contracciones
Restricción de movilidad: Rotación externa del
musculares de 3-5 segundos, intentando hacer
coxal derecho
rotación interna de la cadera derecha contra la re-
1. Paciente en decúbito supino sobre la camilla, con . sistencia del operador.
el operador de pie al lado derecho. ·
6. El operador alcanza una nueva barrera a la rota-
2. El operador flexiona la cadera y la rodilla del pa-
ción externa después de cada contracción.
ciente, colocando el pie derecho sobre la rodilla iz-
quierda (fig. 17.107). 7. Reex¡¡minar.

. .r.

Figura 17.107. Figura 17.108.


Capítulo 77 Disfunción de lo cintura pelvica 371

cintura pélvica 4. La mano izquierda del operador realiza aducción


del fémur izquierdo hasta la barrera a la rotación
Disfunción iliosacra
interna del coxal izquierdo, mientras mantiene una
Técnica de energía muscular tracción lateral sobre la espina ilíaca posterosupe-
Decúbito supino rior izquierda con la mano derecha.
Diagnóstico: Rotación externa ( outf/are) del coxal 5. El paciente realiza de tres a cinco contracciones
izquierdo musculares de 3-5 segundos intentando hacer
Posición: Coxal izquierdo en rotación externa abducción y rotación externa de la cadera izquier-
Restricción de movilidad: ·rotación interna del da contra la resistencia de la mano izquierda del
coxal izquierdo operador (lig. 17.110).
1, Paciente en decúbito supino sobre la camjlla, con 6._ El.ppe_r;;iqor _alcanza .una .nuev;:¡.1:Jarrers1 a la rQtst: .
.ef
iíperadOr de pie al iadoízquiercfo. ' .' , .. ción interna después de cada relajación.
2. El operador flexiona cadera y rodilla izquierdas del 7. Se reexamina.
paciente volteando su pelvis hacia la derecha. Los
Nota. La mano izquierda del operador también
dedos de la mano derecha del operador cogen el
ejercépresión sobre el muslo izquierdo en direc-
lado medial de la espina ilíaca posterosuperior
ción a la camilla, para impedir que la pelvis gire
._ izquierda (lig .. 1_7.109).
hácia la derecha durarite la contracción ·muscular.
3. La pelvis del paciente se devuelve a la_ posición
neutra, con _el coxal izquierdo descansando sobre
la mano del operador.

Figura 17.109. Figura 17.110.


372 Pnnc,pios y práctico de lo medicino manual

Cintura pélvica 3. Las dos manos del operador colocadas entre las
rodillas del paciente (lig. 17.111).
Sínfisis púbica
4. Se pide al paciente que mantenga las dos rodillas
Técnica de movilización con impulso juntas.
Decúbito supino
5. El operador realiza una movilización con impulso
Diagnóstico: Disfunción púbica superior o inferior
separando ambas rodillas con las dos manos, en
(«Técnica de la escopeta»)
contra de la resistencia ofrecida por el paciente
1. Paciente en decúbito supino sobre la camilla con el (fig. 17.112).
operador de pie al lado.
6. Se vuelve a examinar.
2.. Las rodillas y las caderas del paciente se encuen•
tran flexionadas, con los pies sobre la camilla.

Figura 17.111. Figura 17.112.


·r·
'~

Capítulo l 7 Disfunción de la cintura pelvica . ...373

Cintura pélvica 5. La mano y el antebrazo derechos del operador es-


tabilizan el tronco y monitorizan la charnela lumbo-
Disfunción sacroiliaca
sacra.
Técnica de movilización con impulso 6. El brazo izquierdo del operador aplica un impulso
Decúbito lateral manipulativo en dirección cefálica, en paralelo a la
Diagnóstico: Flexión izquierda del sacro camilla.
Posición: Nutación anterior del sacro a la iz- 7. Una posición alternativa de la mano derecha con-
quierda siste en estabilizar el hombro derecho durante el
Restricción de movilidad: nutación posterior iz- impulso aplicado por el antebrazo izquierdo
quierda de la base sacra (fig. 17.115). Esta posición puede ofrecer una me-
1. Paciente en decúbito lateral izquierdo con las rodi- jor palanca al impulso cefáljco aplicado por el br~-
. -· - llasy los'piesjúhfos. · ' ••V• io izquierdo. . . .
2. El operador de pie frente a él, monitorizando la 8. Se vuelve a examinar.
charnela lumbosacra con la mano izquierda
(fig. 17.113).
3. La mano derecha del operador tira del hombro iz-
quierdo del paciente en dirección-anterior y catJdal,
induciendo inclinación izquierda y rotación derecha
de la columna lumbar, hasta. que L5 comienza a
girar a la derecha, y manteniendo la flexo-exten-
sión neutra.
· 4, La mano izquierda del operador contacta con el
sacro, colocando el pisiforme sobre el ángulo infe-
rolateral izquierdo y manteniendo el antebrazo iz-
quierdo paralelo a la camilla (fig. 17.114).

Figura 17.114.

Figura l 7.113. Figura 17.115.


374 Principios y práctico de lo medicino manual

Cintura pélvica derecha abduce la cadera izquierda hasta la posi-


ción de laxitud (aproximadamente 15-20º). La ca-
Disfunción sacroiliaca
dera izquierda se coloca en rotación interna y se le
Técnica de movilización con impulso pide al paciente que la mantenga en esa posición
Decúbito prono (fig. 17.116).
Diagnóstico: Flexión sacra izquierda 3. La eminencia tenar derecha del operador contacta
Posición: Lado izquierdo del sacro en nutación con el ángulo inferolateral izquiel'ao.
anterior
4. El operador alcanza la barrera a la nutación poste-
Restricción de movilidad: Nutación posterior de
rior rebotando sobre el sacro.
1a base sacra-izquierda
1. Paciente en decúbito prono sobre la camilla, con el 5. El paciente inspira profundamente y el operador
operador de pie al lado izquierdo. aplica un impulso movilizador en dirección anterior
y superior con la mano derecha (fig. 17.117).
2. La mano izquierda del operador monitoriza la arti-
culación sacroiliaca izquierda, mientras la mano 6. Reexaminar.

·.

Figura 17 .116. Figura 17.117.


Capítulo 17 Disfunción de lo cintura pelvico 375

Cintura pélvica primera barrera sacra hacia la nutación posterior


(lig, 17.118).
Disfunción sacroiliaca
3. La mano derecha del operador sobre el hombro
Técnica de movilización con impulso derecho del paciente induce inclinación derecha y
Decúbito lateral izquierdo rotación izquierda de la columna lumbar hasta que
Diagnóstico: Torsión sacra izquierda sobre izquierdo L5 gira a la izquierda.
Posición: Sacro en rotación izquierda, inclina-
4. La mano izquierda del operador contacta con el sa-
ción derecha y con nutación anterior de la base
cro apoyando el pisiforme izquierdo sobre el ángu-
sacra derecha
lo inferolateral izquierdo (fig: 17.119).
Restricción de movilidad: Rotación derecha e
inclinación izquierda del sacro y nutación poste- 5. Se alcanza la barrera empujando con el pisiforme
.. .rior. de la base· derecha. · . izquierdo sobre el sacro en dirección al hombro de-
recho.
1. Paciente en decúbito lateral izquierdo, con las rodi-
llas y los pies juntos y los hombros perpendiculares 6. La mano izquierda del operador efectúa un impul-
a la camilla. so «a cuchara», en dirección a la mano derecha
2. El operador de pie frente a él flexiona y extiende del opé'rador, la cual aplica resistencia sobre el
las el\tremidades inferiores manteniendo la .mecá- hombrÓ derecho del paciente.
. nica ñeutra en la éolumna lumbar y a'icanzando la 7. Reexaminar.

Figura 17.118. Figura 17.119.


376 Principios y práctico de la medicina manual T
Cintura pélvica 2. El operador traslada la pelvis de derecha a izquier-
da, induciendo inclinación derecha en el tronco del
Disfunción sacroiliaca paciente (fig. 17.120). El paciente entrelaza sus
Técnica de movilización con impulso manos por detrás del cuello.
Decúbito supino 3. El operador inclina el tronco del paciente a la dere-
Diagnóstico: Torsión sacra derecha sobre izquierdo cha a lo largo de toda la columna lumbar, sacro in-
Posición: Sacro en rotación derecha, inclinación cluido (fig. 17.121 ).
izquierda y con la base sacra en nutación pos- 4. El operador pasa el antebrazo derecho a través del
terior brazo derecho del paciente. El dorso de la mano,
Restricción de movilidad: Rotación izquierda, derecha del operador se apoya en el esternón (lig.
inclinación derecha y nutación anterior ·de la 17.122).
base sacra derecha 5. El operador fija el coxal derecho valiéndose de un
1. Paciente en decúbito supino, con el operador de contacto de la mano izquierda sobre la espina ilía-
pie al lado izquierdo de la camilla. ca anterosuperior derecha.
.,

Figura 17.120. Figura 17.121.

Figura 17.122.
Capítulo 17 Disfunción de lo cintura pelvico 377

6. El operador alcanza la barrera imprimiendo rota-


ción izquierda al tronco, pero sin perder la inclina-
ción derecha (fig. 17.123).
7. El operador realiza una movilización con impulso
aumentando la rotación izquierda del tronco en
contra de la estabilización del coxal derecho, lo
tual da como resultado rotación izquierda, inclina-
ción derecha y nutación anterior de la base sacra
derecha.
8. Se vuelve a examinar.
.... Nota. Esta técnica .es .eleGtlva en-,una,.extensión
sacra unilateral derecha.

Figura 17.123.
378 Principios y práctico de lo medicino manual T
Cintura pélvica 2. Operador de pie al lado derecho, cogiendo con la
mano derecha el hombro izquierdo del paciente y
Disfunción sacroiliaca
controlando con la axila derecha el hombro dere-
Técnica de movilización con impulso cho del paciente.
Sedestación 3. El pisiforme izquierdo del operador toma contacto
Diagnóstico: Torsión sacra izquierda sobre izquierdo sobre la base sacra izquierda (fig. 17.124).
Posición: Sacro en rotación izquierda, inclina-
ción derecha y nutación anterior de la base 4. El brazo derecho del operador aplica flexión lum-
sacra derecha bar, iriclinación a la derecha y rotación derecha,
Restricc;ión de movllicia'1: Rotación deréclía; • . mientras la mano izquierda impide la rotación iz-
quierdá de la base sacra izquierda (fig. 17 .125).
inclinación izquierda y nutación posterior de la
base sacra derecha 5. El brazo derecho del operador mantiene la inclina-
1. Paciente sentado a horcajadas sobre ·la camilla, ción derecha del tronco a medida que en la colum-
cogiéndose con la mano izquierda del hombro na lumbar se abandona la mecánica no-neutra en
derecho. favor de la neutra (fig. 17.126).

Figura 17.124. Figura 17.126.

. í. ~ . ~ .. -:,·.-
• ,..,.1, ' .. ·- ,;,.1,,..,
....,.~;. '

Figura 17 .125.
Capítulo 77 Disfunción de lo cintura pelvico 379

6. Se introduce rotación izquierda a través del tronco,


mientras se mantiene la inclinación derecha y el
antebrazo izquierdo aplica un impulso valiéndose
del contacto del pisiforme sobre la base sacra iz-
quierda (fig. 17.127).
7. Se reexamina.
Nota: Inicialmente se emplea la mecánica lumbar
no-neutra y después se abandona, utilizándose la
mecánica neutra, de fÓrma que L5 gire hacia la iz-
quierda y el sacro hacia la derecha, trayendo la
_base.sai;ra,1:IE:¡rech¡¡ hacia .d.eJrás, .. ,:_ .

Figura 17.127.

1
rr'
''
380 Principios y práctico de la medicina manual

Cintura pélvica 1. Paciente sentado a horcajadas sobre la camilla,


cogiéndose con la mano izquierda el hombro de-
Disfunción sacroiliaca
recho.
Técnica de movilización con impulso 2. Operador de pie al lado izquierdo, con la mano iz-
Sedestación quierda cogiendo el hombro derecho del paciente y
Diagnóstico: Torsión sacra derecha sobre izquierdo controlando el hombro izquierdo con su axila iz-
Posición: Sacro en rotación derecha e inclina- quierda. El pisiforme derecho del operador contac-
ción izquierda y base sacra derecha en nuta- ta con la base sacra derecha (fig. 17.128).
ción posterior 3. El operador introduce inclinación izquierda y rota-
Restricción de movilidad: Rotación izquierda, ción derecha del tronco hasta L5, girando el sacro
inclinación derecha y nutación anterior de la ba- a la izquierda. El operador ejerce una compresión
se sacra derecha · · anterior sobre la base sacra derecha (fig. 17.129).

Figura 17.128. Figura 17.129.


Capítulo 77 Disfunción de la cintura pelv,ca 381

4. El operador invierte la mecánica del tronco reali-


zando inclinación derecha V rotación izquierda de
la región lumbar, sacro incluido (fig. 17.130).
5. El operador realiza un impulso manipulativo con el
antebrazo derecho en dirección al contacto del pisi-
forme sobre la base sacra derecha, al tiempo que
exagera la extensión del tronco, manteniendo la po-
sición de inclinación derecha. y rotación izquierda.
6. Se reexamina .

. í'

f Figura 17.130.
382 Principios y práctica de la medicino manual

Cintura pélvica 3. El paciente flexiona rodilla y cadera con una ligera


abducción de cadera, pero sin rotación (tig. 17.132).
Disfunción iliosacra
4. Cuando la pierna izquierda está controlada, con el
Técnica de movilización con impulso plano de la articulación sacroiliaca izquierda laxo,
Decúbito supino el operador aplica una movilización con impulso
Diagnóstico: Cizallamiento superior del coxal de- efectuando una tracción del eje largo, transmitien-
recho do la extensión de rodilla y cadera a la articulación
1. Paciente en decúbito supino, con el operador de sacroiliaca izquierda (fig. 17.133).
pie a los pies de la camilla. 5. Reexaminar.
2. El operador coge la parte distal de tibia y peroné Nota: Esta maniobra está contraindicada en pre-
por encima del tobillo (fig. 17.131). sencia de J}atología en la rodilla o en la cadera.

Figura 17.131. Figura 17.133.

Figura 17.132.
Capítulo l 7 Disfunción de la cintura pelvica 383

Cintura pélvica 4. El operador fija el tronco con el antebrazo derecho,


mientras la mano derecha monitoriza la articula-
Disfunción iliosacra
ción sacroiliaca dererna.
Técnica de movilización con impulso 5. El antebrazo izquierdo del operador contacta con la
Decúbito lateral cara inferior de la tuberosidad isquiática derecha
Diagnóstico: Disfunción de cizallamiento inferior del paciente (fig. 17.137).
del coxal derecho
6. El operador aplica una movilización con impulso en
1. Paciente en decúbito lateral izquierdo, con el ope- dirección cefálica sobre la tuberosidad isquiática
rador de pie trente a él, monitorizando la charnela derecha, manteniendo el plano de la articulación
lumbosacra con la mano izquierda (fig. 17.134). sacroiliaca derecha paralelo a la camilla, lo cual-da
. • . 4, ___ i;:J__O,[!!a.!i/go5~r:n.;m,liElQEl___lé1, Jle.is.q,¡¡~J§!l§l'W. Q,~W!!.ii.Y . __ con:ip_ rn~ultado up moviml!?nt¡u;!Ei tiesJac;ióG.SUP~-- .••.
realiza inclinación izquierda y rotación derecha de rior del coxal derecho.
la columna lumbar hasta la charnela lumbosacra
7. Se reexamina.
(fig. 17.135).
3. El operador coloca el pie derecho del paciente en
el hueco poplíteo izquierdo (fig. 17.136).

Figura 17.134. Figura 17.136.

Figura 17.135. Figura 17.137.


384 Principios y práctico de lo medicino manual

Cintura pélvica 6. Manteniendo el plano de la articulación sacroiliaca


derecha paralelo a la camilla, el operador efectúa
Disfunción iliosacra
rotación posterior del coxal hasta la barrera y apli-
Técnica de movilización con impulso ca un impulso de movilización con ambas manos
Decúbito lateral en sentido antihorario (fig. 17.138).
Diagnóstico: Coxal derecho anterior 7. Una posición alternativa de las manos consiste
Posición: Coxal derecho en rotación anterior en que el antebrazo izquierdo del operador se
Restricción de movilidad: Rotación posterior del coloca sobre la tuberosidad isquiática derecha.
coxal derecho La mano·derecha fija el tronco y mantiene el pla-
1-4. Estos pasos son idénticos a los descritos para la no de la articulación sacroiliaca derecha paralelo
maniobra de disfunción de cizallamiento inferior a la camilla. El antebrazo izquierdo imprime un
· del coxal derecho (figs 17.134-17.136). iínpulsó-frianipulativo eh
direcéión anterior y su-
perior, girando el coxal izquierdo hacia detrás
5. La mano derecha del operador coge la espina ilía-
(fig. 17.139).
ca anterosuperior derecha, mientras que la mano
izquierda coge la tuberosidad isquiática derecha. 8. Se v11elve a examinar.

Figura 17.138. Figura 17.139.


Capítulo / 7 Disfunción de la cintura pelvica 385

Cintura pélvica 4. Estabilizando el tronco con el brazo izquierdo y


manteniendo el plano de la articulación sacroiliaca
Disfunción iliosacra
izquierda paralelo a la camilla, el pisiforme derecho
Técnica de movilización con impulso del operador contacta con la espina ilíaca postero-
Decúbito lateral superior izquierda (fig. 17.142).
Diagnóstico: Coxal izquierdo posterior 5. El cuerpo del operador aplica una técnica de movili-
Posición: Coxal izquierdo en rotación posterior zación con impulso valiéndose del antebrazo dere-
Restricción de movilidad: Rotación anterior del cho y empujando el iliaco izquierdo hacia adelante.
coxal izquierdo. 6. Un contacto manual alternativo consiste en colocar
1. Paciente en decúbito lateral derecho, con el opera- el antebrazo derecho del operador a lo largo de la
dor de pie frente a él, monitorizando la charnela cara posterior de la cresta ilíaca izquierda del pa-
... i ... . --lHmt>osaora {fi¡;¡. 1-7, 14D-),..,"- •·· ,.. ,. ... ·· .. ·· •.,... _• • - ·cienW(ftg:· 17:143). ·•
1
2. El operador mantiene la flexo-extensión neutra y rea- 7. El cuerpo del operador aplica una movilización con
¡ liza inclinación derecha y rotación izquierda de la co-
lumna lumbar, hasta incluir a la charnela lumbosacra.
impulso, sirviéndose del contacto con el antebrazo
izquierdo para hacer girar el coxal izquierdo hacia
r 3. El operador extiende las extremidades inferiores delante~
r hasta que la base sacra comienza a desplazarse 8. Reexaminar.
1 hacia delante (fig. 17.141). El pie izquierdo del pa-
ciente se coloca en el hueco poplíteo derecha.

f
1
¡;

1
1
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l.
l,.

Figura 17.140. Figura 17.142.

Figura 17.141. Figura 17.143.


386 Principios y práctica de la medicina manual

DISFUNCIONES MUSCULARES CONCLUSIÓN


DE LA CINTURA PÉLVICA
La disfunción de la cintura pélvica es compleja y
Las disfunciones de la cintura pélvica siempre impli- no fácilmente comprensible. Es común encontrar va-
can a los múltiples músculos con los que se relacio- rias disfunciones en la misma cintura pélvica. Cada
nan. Es bastante habitual encontrar alteración del dia- una de ellas necesita ser diagnosticada individual-
fragma pélvico, lo cual es particularmente común en mente y tratada adecuadamente. El sistema diagnós-
las disfunciones de la sínfisis púbica y en las disfuncio- tico y terapéutico descrito permite al operador man.,_
nes de cizallamiento de los coxales. Es habitual encon- jar cualquier combinación de .signos físicos hallados
trar síntomas extendidos del tracto urinario inferior, en la cintura pélvica. La restauración de la función
genitales y recto. El restablecimiento de la función del pélvica en el ciclo de la marcha es un objetivo tera-
diafragma pélvico se describió en el Capítulo '7. La dis- péutico primordial,· particularmente· desde la pers-
función de los músculos de la extremidad inferior y pectiva del modelo biomecánico postural-estructural.
del tronco necesitan ser valorados y tratados apropia-
damente, lo cual se describe en el Capítulo 20.
EXTilliMIDAD SUPERIOR

El alto desarrollo de la destreza manual es una de las tico estruc~ural, un paciente con dolor en la extremi-
características distintivas de los seres humanos. La dad suped'or bajo la etiqueta general de braquialgia
función de la extremidad superior coloca la mano en ti.ene cinco zonas posibles de atrapamiento de los ele-
posiciones que le permiten desarrollar sus extraordi- mentos del plexo braquial:
nariamente intrincados movimientos. La extremidad l. Las raíces cervicales corren el riesgo de verse
superior se. une al tronco fundamentalmente a través atrapadas en el agujero de conjunción, cuando aban-
de conexiones musculares. La única articulación de la donan el canal medular. Los cambios degenerativos
extremidad superior con el tronco es la esternocla- en las· articulaciones uncovertebr.ales de Luschka o la
vicular. La disposición de las inserciones musculares protrusión posterolateral de material discal pueden
permiten a la extremidad un amplio recorrido de mo- estrechar la parte anterior del agujero de conjunción,
vilidad en relación con el tronco. Las múltiples rela- reduciendo el espacio disponible para las raíces. Del
ciones musculares de la extremidad superiorjustifi- mismo modo, la disfunción o la patología estructural
can sus fuertes interrelaciones con el raquis cervical, de las articulaciones interapofisarias pueden afectar
el raquis dorsal y la jaula torácica. negativamente al tamaño y la forma del agujero de
Para abordar las disfunciones de la extremidad su- conjunción por la parte posterior, disminuyéndose el
perior, el operador debe primero examinar y tratar espacio para las raíces nerviosas. Además de los cam-
las disfunciones existentes en la columna cervical, en bios óseos significativos, el edema y la congestión. tí-
la columna dorsal y en la jaula costal. La charnela cer- picos de la inflamación aguda o crónica pueden tam-
vicodorsal es una de las principales zonas de transi- bién provocar atrapamiento.
ción del cuerpo y la relación de D 1 con la primera 2. Las raíces discurren a través de los músculos ir,--
costilla y con la articulación esternoclavicular posee tertransversos, situados entre las apófisis transversas
una significación primordial en los problemas de la de las vértebras cervicales. La hiperronía de estos
extremidad superior. Las disfunciones de D 1 influyen músculos cortos del cuarto estrato espinal, junto con
en la primera costilla y traen consigo disfunciones en la congestión pasiva crónica de la que se acompaña,
ésta. Las disfunciones de la primera costilla influyen puede constituir también una posible zona de atrapa-
en el manubrio esternal y en la articulación esterno- miento.
clavicular. La evaluación de los síntomas de la extre-
3. Las raíces que forman el plexo braquial pasan
midad superior debe realizarse de proximal a distal,
a través de los músculos escalenos. La hipertonía y la
debido a la influencia de la columna cervical y del
congestión pasiva de estos músculos, hallazgos habi-
desfiladero torácico en las funciones nerviosa y circu-
tuales en la disfunción cervical y de la jaula costal su-
latoria. Tanto si el médico está utilizando un modelo
perior, influyen negativamente en el plexo braquial.
circulatorio, como si emplea un modelo neurológico,
la evaluación de los raquis cervical y dorsal debe ha- 4. A medida que el plexo discurre lateralmente
cerse antes de avanzar distalmente hacia la extremi- pasa a través del canal costoclavicular. Esta región
dad superior. triangular está limitada por la porción lateral de la se-
gunda costilla y ia cara posterior de la clavícula. Las
disfunciones de la segunda costilla, particularmente
BRAQUIALGIA
cuando se encuentra bloqueada en posició11 inspira-
Un error habitual del operador en los problemas de toria del movimiento lateral en asa de cubo, y la dis-
la extremidad superior consiste en evaluar sólo la ar- función de las articulaciones esternoclavicular y acro-
ticulación donde se presentan los síntomas y proxi- mioclavicular pueden promover un posible atrapa-
malmente a ella. Desde el punto de vista del diagnós- miento en el canal costoclavicular. Esta región está
387
388 Principios y práctico de fo medicino manual

ocupada en gran medida por partes blandas que, de El hombro, el codo y la muñeca no son articula-
congestionarse, podrían estrechar dkho canal. ciones sencillas; cada una de ellas contiene varias ar-
5. Más lateralmente, el paquete vasculonervioso ticulaciones. Por esta razón se abordará la extremidad
atraviesa bajo la inserción del tendón del músculo superior desde un punto de vista regional y se evalua-
pectoral menor en la apófisis coracoides de la escá- rán las articulaciones específicas individualmente.
pula. La hipertonía, el acortamiento y el engrosa-
miento del músculo pectoral menor y de su tendón REGIÓN DEL HOMBRO
pueden comprimir los nervios a su paso por esa zona.
Además de las estructuras nerviosas, los vasos lin- La región del hombro consta de las articulaciones es-
fáticos y sanguíneos también se hallan expuestos en ternoclavicular, acromioclavicular y glenohumeral.
las ya mencionadas zonas de los escalenos, primera La unión escapulocostal no es una articulación ver-
costilla, canal costodavicular y por debajo del tendón dadera. La capacidad de la superficie costal cóncava
del pectoral menor. El examinador debe evaluar mi- de la escápula para desplazarse con suavidad sobre la
nuciosamente el raquis cervical, el raquis dorsal su- jaula torácica es de una importancia crucial para la
perior y la jaula costal superior antes de proseguir función de la extremidad superior, especialmente de
con la evaluación y el tratamiento de las zonas más la región dd hombro. Los restringentes directos de la
distales de la extremidad superior. movilidad escapulotorácica son los músculos y la fas-
El examen general (véase Capítulo 2) para las ex- cia, los cuales mantienen la escápula sujeta al tronco.
tremidades superiores solicita que el paciente abduzca Es preferible tratar estos elementos miofasciales por
activamente las extremidades superiores con los codos medio de técnicas de partes blandas y de liberación
extendidos e intentando juntar los dorsos de las manos miofascial. Se debe prestar especial atención a los
por encima de la cabeza. La incapacidad para realizar músculos trapecio, esternocleidomastoideo, angular
esta maniobra de forma simétrica exige una evalua- de la escápula, romboides y gran dorsal, así como a
ción diagnóstica más amplia. Las extremidades supe- sus correspondientes aponeurosis. La evaluación y el
riores deben ser evaluadas con las pruebas ortopédicas tratamiento de estos músculos debería preceder al de
y neurológicas tradicionales. Una reciente ampliación las articulaciones de esta región.
de la exploración de las estructuras nerviosas la consti-
Articulación esternoclavicular
tuye el examen dinámico del sistema nervioso, emple-
ado para valorar la restricción nerviosa y dura!. El exa- El extremo medial de la clavícula se articula con el
men dinámico neurológico de la extremidad superior manubrio del esternón. En esta articulación existe un
(Test de Tensión del Miembro Superior) suele ser útil menisco. El extremo medial de la clavícula se en-
en la evaluación de las extremidades superiores. cuentra íntimamente relacionado con la cara anterior
Existen múltiples sistemas de diagnóstico estruc- de la primera costilla. La articulación posee una mo-
tural y de tratamiento con medicina manual de las ex- vilidad poliaxial, siendo sus principales movimientos
tremidades. Este autor considera que muchas de las la abducción, la flexión horizontal y la rotación.
maniobras descritas por Mennell en su libro jmnt Pain Cuando se abduce la clavícula, gira externamente
poseen un considerable valor terapéutico. Tan sólo se (posteriormente), y cuando regresa a la posición neu-
reproducen aquí algunas de estas maniobras y, por lo tra, gira internamente (anteriormente). Conse-
tanto, se ruega encarecidamente al lector que estudie cuentemente, la rotación se convierte en un movi-
la referida obra de Mennell. miento acoplado con la abducción.
Capítulo 78 Extremidad superior 389

Extremidad superior 4. Los dedos índices del operador siguen el movi-


miento que se produce en los extremos mediales
Articulación esternoclavicular
de las clavículas.
· Diagnóstico
5. Lo normal es apreciar un movimiento en dirección
Test para la abducción restringida caudal idéntico en ambas clavículas.
1. Paciente en decúbito supino sobre la camina, con
6. El test es positivo cuando una de las dos clavícu-
los brazos descansando con comodidad a los lados.
las no desciende igual que la otra, dando la impre-
2. Operador de pie al lado o a la cabecera de la cami- sión de quedar sujeta en la posición de partida.
lla, con los dedos índices sobre la cara superior de
Nota: Este test también puede realizarse con el pa-
cada uno de los extremos mediales de las clavícu-
ciente en sedestación.
las (fig. 18.1) .
. ,. _.
·•---.~ .... ·, '.
3. Se pide al paciente que activamente «se encoja de
hombros», llevando bilateralmente el muñón del
hombro en dirección a la oreja (fig. 18.2).

Figura 18.1. Figura 18.2.


390 Principios y práctico de lo medicino manual

Extremidad superior 3. El operador abduce el hombro con el codo en


extensión hasta la barrera donde se aprecia resis-
Articulación esternoclavicular
tencia (fig. 18.4) y a continuación lo arrastra a tra-
Técnica de movilización sin impulso (articulatoria) vés del torso del paciente en dirección a la rodilla
Diagnóstico: Abducción restringida del lado contrario, mientras ejerce y mantiene una
1. Paciente sentado sobre una camilla o un tabu- presión constante sobre el extremo medial de la
rete. clavícula con la eminencia tenar (fig. 18.5).
2. Operador de pie detrás del paciente, con la emi- 4. Se efectúan varias repeticiones, aumentando el
nencia tenar de una mano sobre la cara superior movimiento de abducción del hombro del paciente.
del extremo medial· de la clavícula disfuncional; (También puede aplicarse 1.m impulso de alta veh:,-
la otra mano coge el antebrazo del paciente cidad con la eminencia tenar).
(fig. 18.3). 5. Reexaminar.

Figura 18.3. Figura 18.5.

Figura 18.'l.
Capítulo 18 Extremidad superior 391

Extremidad superior 4. El operador realiza rotación interna del hombro dis-


funcional y se lo lleva en extensión por fuera del
Articulación esternoclavicular
borde de la camilla, hasta la barrera de resistencia,
Técnica de energía muscular mientras que monitoriza la región esternoclavicular
Decúbito supino con la otra mano (fig. 18.7).
Diagnóstico: Abducción restringida 5. El paciente realiza de tres a cinco contracciones de
1. Paciente en decúbito supino, con la extremidad su- 3-5 segundos, intentando flexionar el hombro en di-
perior disfuncional al borde de la camilla. rección al techo, contra la resistencia del operador.

2. Operador de pie en el lado de la disfunción, miran- 6. Tras cada contracción, el operador aumenta la ex-
do hacia la cabeza del paciente. tensión del hombro hasta una nueva barrera.
· -7-__..•·Se reexamina .
3. . El opera'dcir.coioca uná'maiio sobre él éxtremó· me-
dial de la clavícula disfuncional, mientras que con Nota: Esta maniobra también aumenta la rotación
la otra mano coge el antebrazo del paciente justo interna (anterior) de la articulación esternocla-
por encima de la muñeca (fig. 18.6). vicular.

Figura 18.6. Figura 18.7.


392 Principios y práctico de lo medicino manual

Extremidad superior damente 90º. Se aumenta la abducción hasta que


Articulación esternoclavicular se alcanza la barrera (fig. 18.9).

Técnica de energía muscular 4. El paciente realiza una contracción en el sentido de


Sedestación la aducción del hombro de 3-5 segundos de dura-
ción, contra la resistencia ofreclda por el operador
Diagnóstico: Abducción restringida
a nivel del codo.
1. Paciente sentado sobre una camilla o taburete.
5. Las contracciones se repiten de tres a cinco veces
2. Operador de pie detrás del paciente, con la emi- y en las fases de relajación el operador alcanza
nencia tenar de una mano en contacto con la cara nuevas barreras.
superior del extremo medial de la clavícula disfun-
cional y con la otra mano controlando desde el 6. Se vuelve a examinar.
codo la extremidad superior disfuncional (fig. 18.8). Nota: Esta maniobra también sirve para aumentar
3. Con el codo flexionado 90º, se efectúan rotación la rotación externa (posterior) de la articulación
externa y abducción del hombro hasta aproxima- esternoclavicular.

Figura 18.8. Figura 18.9.


Capítulo 18 Extremidad superior 393

Extremidad superior 4. El operador evalúa el movimiento del extremo


Articulación esternoclavicular medial de cada clavícula (fjg. 18.11 ).

Diagnóstico 5. Lo normal es que ambos extremos mediales se


Test para la restricción a la flexión horizontal. desplacen simétricamente en dirección posterior,
mientras que los extremos laterales se desplazan
1. Paciente en decúbito supino sobre la camilla.
hacia delante.
2. Operador de pie al lado o a la cabecera de la cami-
lla, con los dedos índices simétricamente coloca- 6. El test es positivo si el extremo medial de una de
dos sobre la cara anterior de ambos extremos las clavículas no se ·desplaza hacia detrás cuando
mediales de las clavículas (fig. 18.1 O). se efectúa el gesto de alcanzar el techo con las
manos.
. .. . .3 . . J;I pa9ien\_e .IJ<:J)(ionsi <l-(Tlbos hombros a 90º, mante-
niendo los codos en exteri'sTó'n eintentando á1éan'. . ·Nota: Este ·test· también' püéde realizarse con el · ·
zar el techo con las manos. paciente en sedestación.

Figura 18.10. Figura 18.11.


394 Principios y práctica de la medicina manual

Extremidad superior 3. El operador se lleva la extremidad superior ha .


1a . . honzonta
ex tens1on . 1 (f"
19. 18.13) y seguidamec1a_
Articulación esternoctavicular
te la arrastra anteriormente, hacia la flexión ho~-
Técnica de movilización sin impulso (articulatoria) zontal (lig. 18.14}, aumentando los arcos de mov·-
Sedestación lidad al tief:1Pº que la eminencia tenar de la otr~
Diagnóstico: Restricción a la flexión horizontal mano mantiene una fuerza de compresión poste-
1 . Paciente sentado sobre la camilla. rior sobre el extremo medial de la clavícula dis-
funcional. (También puede aplicarse un impulso
2. Operador de pie detrás de él, con una mano sobre
de alta velocidad por medio de la eminencia
la cara anterior del extremo medial de la clavícula
tenar).
disfuncional y cogiendo con la otra mano el ante-
brazo del paciente (lig. 18.12). 4. Reexaminar.

Figura 18.12. Figura 18.14.

Figura 18.13.
Capítulo l 8 Extremidad superior 395

Extremidad superior 1. Paciente en decúbito supino y operador de pie al


lado opuesto al de la disfunción.
Articulación esternoclavicular
2. El operador coloca la mano caudal sobre la cami-
Técnica de energía muscular lla, colocando el antebrazo correspondiente entre
Decúbito supino el pecho y el húmero del paciente.
Diagnóstico: Restricción a la flexión horizontal
3. El paciente se coge de la muñeca de la extremidad
1. Paciente en decúbito supino sobre la camilla. disfuncional con la mano opuesta. El hecho de tirar de
2. Operador de pie al lado contrario al de la articula- la muñeca efectuará una tracción sobre la clavícula.
ción esternoclavicular disfuncional. 4. La mano cefálica del operador aplica presión sobre
3. El operador coloca la mano cefálica sobre el extre- el extremo medial de la clavícula disfuncíonal
mo medial de la clavícula disfuncional, mientras (fig. 18.17).
que con la mano caudal coge la cintura escapular 5. El paciente tira de su muñeca, distrayendo la cla-
del paciente por la cara posterior de la escápula vícula, mientras el operador presiona rítmicamente
(fig. 18.15). hacía detrás sobre el extremo medial de la clavícula .
4. La mano del paciente se coge del cuello del opera- •
6. Reexaminar.
.. dor, con el brazo extendido.
5. El operador alcanza la barrera de flexión horizontal
enderezando el tronco y elevando la escápula dis-
funcional (fig. 18.16).
6. El paciente tira del cuello del operador hacia abajo
valiéndose de una contracción muscular de 3-5
segundos de duración, que repetirá de tres a cinco
veces, mientras el operador mantiene la compre-
sión posterior sobre la cara anterior del extremo
medial de la clavícula disfuncional.
7. El operador llega a una nueva barrera después de
cada contracción del paciente.
8. Se reexamina.

Extremidad superior
Articulación esternoclavicular
Técnica de movilización sin impulso (articulatoria)
Diagnóstico: Flexión horizontal restringida
Figura 18.16.

Figura 18.15. Figura 18.17.


396 Principios y próclico de lo medicino manual

ARTICULACIÓN ACROMIOCLAVICULAR 4. La ausencia de esta apertura constituye una evi-


La articulación acromioclavicular presta una pequeña dencia de restricción del movimiento de aducción.
amplitud de movilidad a la región del hombro. La in- 5. Se compara con el otro lado.
tegridad de esta articulación depende fundamen- 6. El operador realiza abducción del hombro mientras
talmente de los ligamentos y es frecuente su separa- monitoriza el movimiento en la articulación acro-
ción traumática. También son habituales los cambios mioclavicular (fig. 18.20).
degenerativos. La experiencia clínica muestra que la 7. Se compara con el otro lado.
pérdida de la función de la arti.culación acromioclavi-
cular resulta sumamente significativa, especialmente
la pérdida de la abducción. Sus principales movi-
mientos son la abducción y las rotaciones .interna y
externa. La articulación acromioclavicular presenta
una angulación lateral de aproximadamente 30º de
adelante a detrás, hecho que conviene tener presente
durante la exploración de la movilidad de la cintura .,
escapular. Es bastante habitual pasar por alto las dis-
funciones de esta articulación.

Extremidad superior
Articulación acromioclavicular
Diagnóstico
Test para la restricción a la abducción y a la
aducción
1. Paciente sentado, con el operador de ¡,ie detrás
de él.
2. La mano medial del operador palpa la cara supe-
rior de la articulación acromioclavicular y la mano
lateral controla el tercio proximal del antebrazo del
paciente (fig. 18.18).
3. El operador realiza aducción y rotación externa del
hombro, monitorizando el movimiento de apertura
que se produce en la articulación acromioclavicular
(fig. 18.19).
Figura 18.19.

Figura 18.18. Figura 18.20.


Copítu/o 78 Extremidod superior 397

Extremidad superior
Articulación acrorrtroclavicular

Técnica de energía muscular


Sedestación
Diagnóstico: Restricción a la abducción
1. Paciente sentadD s¡¡!¡re la camilla o sobre un tabu-
rete, con el operador de p~'tfetrás de él.
2. El operador ejerce una fuerza compresiva sobre el
extremo lateral de la clavícula, medial a la articula-
ción acromioclavicular.
3. La mano lateraLdel operador lleva la extremidad
superior del paciente a una flexión horizontal de
30º y realiza abducción hasta la barrera (fig. 18.21 ).
4. El paciente tira del codo hacia el costado contra la
resistencia ofrecida por el operador, durante 3-5
segundos.
Figura 18.21.
5: Se efectúan de tres a cinco repeticiones y el ope-
rador alcanza una nueva barrera a la abducción
después de cada contracción.
6. Se reexamina.
1
398 Principios y práctico de lo medbno manual

Extremidad superior 3. La mano lateral del operador desplaza la extremi-


dad superior del paciente hasta una flexión hori-
Articulación acromioclavicular zontal de 30º y la abduce hasta la primera barrera
Diagnóstico: Test para la restricción a las rotacio- (fig. 18.22).
nes interna o externa 4. El operador realiza rotación interna (fig. 18.23)
1. Paciente sentado sobre la camilla o sobre un tabu- y rotación externa (fig. 18.24), mientras monito-
rete, con el operador de pie detrás. riza la movilidad de la articulación acromiocla-
vicular.
2. La mano medial del operador palpa la cara supe-
rior de la articulación acromioclavicular. 5. Se establece comparación con el otro lado.

Figura 18.22. Figura 18.24.

Figura 18.23.
Capítulo l 8 Extremidad superior 399

Extremidad superior 4. Se alcanza la barrera a la rotación externa cogien-


do la muñeca del paciente con la mano lateral del
Articulación acromioclavicular
operador, de manera que contaétan los antebrazos
Técnica de energía muscular de paciente y operador (fig. 18.25).
Diagnóstico: Restricción a las rotaciones inter- 5. El operador alcanza la barrera de rotación interna
na o externa pasando el antebrazo bajo el codo del paciente y
1. Paciente sentado sobre una camilla o un taburete, cogiéndole del tercio distal del antebrazo (fig. 18.26).
con el operador de pie detrás. 6. El paciente realiza una contracción muscular de 3-
2. La mano medial del operador estabiliza la cara 5 segundos contra la resistencia que el operador
lateral de la clavícula y monitoriza la articulación ofrece a la rotación interna o a la externa.
acromioclavicular. · · 7 _. Se realizan de tres a cinco repeticiones de la co-
3. El operador lleva la extremidad superior del pacien- rrespondiente contracción y se alcanza una nueva
te a 30º de flexión horizontal y a una abducción de barrera después de cada una.
90º. 8. Reexaminar.

Figura 18.25. Figura 18.26.


400 Principios y práctico de lo medicino manual

ARTICULACIÓN GLENOHUMERAL para que el codo llegue a entrar en contacto con la


oreja. Todos estos movimientos deben ser examina-
La articulación glenohumeral presenta una de las ma- dos y comparados con los del otro lado. La principal
yores amplitudes de movilidad del cuerpo. La pro- pérdida de movilidad de la articulación glenohume-
fundidad de la glenoides se ve aumentada merced al ral afecta a la función de la rotación externa y de la
rodete glenoideo cartilaginoso. La cápsula articular abducción. La cabeza humeral debe desplazarse de
suele ser bastante laxa, especialmente en su parte in- arriba a abajo sobre la glenoides durante la abduc-
ferior, permitiendo una gran amplitud de movi- ción. La pérdida de esta capacidad de deslizamiento
miento. La integridad de la articulación la mantienen superoinferior durante la abducción provoca una im-
las estrechas uniones de los músculos del manguito portante restricción en la articulación glenohumeral.
de los rotadores (supraespinoso, infraespinoso, Debido a que la gran mayoría de las.disfunciones
redondo menor y subescapular) a la cápsula articular. en la articulación glenohumeral son de origen mus-
Los amplios movimientos de esta articulación se cular, las técnicas diagnósticas y terapéuticas de ener-
describen en relación a los planos vertical y horizon- gía muscular son las más eficaces. Los principios del
tal. En el plano vertical o neutro el húmero se en- diagnóstico y el tratamiento son: a) evaluar la ampli-
cuentra al lado del cuerpo. Entonces el movimiento tud de movilidad en todas las direcciones de movi-
se produce hacia la flexión, extensión, rotación in- miento descritas anteriormente, b) evaluar la fuerza de
terna y rotación externa. En el plano horizontal, con cada uno de los grupos musculares e) tratar la restric-
el húmero a 90º del tronco también es posible reali- ción de la amplitud de movilidad por medio de la téc-
zar flexión, extensión, rotación interna y rotación ex- nica isométrica aplicada en la barrera y d) si se descu-
terna. La aducción desplaza el húmero hacia el bre debilidad, tratarla por medio de una serie de con-
cuerpo y por delante del pecho y la abducción aleja el tracciones isotónicas concéntriccJ.S. Cada movilidad
brazo del cuerpo con un recorrido suficiente como debe ser comparada con la existente en el otro lado.
Capítulo 78 Extremidod_superior 401

Articulación glenohumeral 5. La mano medial del operador estabiliza la cintura


Técnica de energía muscular escapular colocando todos los dedos de la mano,
excepto el pulgar, sobre la apófisis coracoides; el
1. Paciente sentado sobre una camilla o un taburete,
primer espacio interdigital de la mano sobre la arti-
con el operador de pie detrás.
culación acromioclavicular; y el pulgar posterior e
2. Se examina la amplitud de movilidad en todas las inferior sobre la espina de la escápula.
direcciones, alcanzando las barreras restrictivas
6. La mano lateral del operador controla el codo y el
correspondientes. Se compara con el otro lado.
antebrazo del paciente.
3. Si la movilidad está limitada, el operador alcanza la
barrera de restricción y el paciente realiza de tres a 7. El operador introduce los siguientes movimientos y
cinco contracciones isométricas, de 3-7 segundos aplica el tratamiento que corresponda:
de . .duración,. contra. la resistencia .. del.. oper.ador. • Flexión neutra .(fig. 18.27).
4. Se examina la fuerza muscular haciendo que el pa- • Extensión neutra (fig. 18.28).
ciente contraiga en la dirección de la resistencia • Rotación externa neutra (fig. 18.29).
ofrecida por el operador y se compara con la del
lado contrario. Si se dictamina la existencia de de-
bili_dad en un determinado grupo muscular, se le
solicita la realización de un ciclo de tres a cinco
contracciones isotónicas concéntricas, a lo largo
de todo el. recorrido de movimiento, contra una re-
sistencia progresivamente creciente aplicada por el
operador.

Figura 18.28.

Figura 18.27. Figura 18.29.


402 Principios y práctico de lo medicino manual

• Rotación interna neutra, etapa 1 (fig. 18.30).


• Rotación interna neutra, etapa 2 (fig. 18.31 ).
• Aducción (fig. 18.32).
• Abducción (fig. 18.33).

Figura 18.30. Figura 18.32.

Figura 18.31. Figura 18.33.


Capítulo 18 Extremidad superior 403

• Flexión horizontal {lig. 18.34).


• Extensión horizontal {lig. 18,3,5).
• Rotación interna horizontal {lig. 18.36).
• Rotación externa horizontal {lig. 18.37).
8. Se reexamina.

Figura 18,34. Figura 18.36.

Figura 18.35. Figura 18.37.


404 Principios vpráctico de lo medicina manual
Articulación glenohumeral. Técnica del rodete dedos índice y medio sobre la inserción del manguito
glenoideo (de Green) de los retadores y los dedos anular y meñique alrede-
Esta técnica aumenta la movilidad de la cabeza hume- dor de la parte proximal de la diáfisis humeral, la C1.lal
ral en el seno de la glenoides y del rodete glenoideo. es controlada por las eminencias tenares (fig. 18.40).

1. Paciente en decúbito prono, con el brazo afecto 4. El operador aplica movimientos, a través de la
por fuera del borde de la camilla y con el operador cabeza humeral, en las direcciones anterior-poste-
sentado al lado, de cara al hombro disfuncional rior, cefálica-caudal y de tracción medial y lateral.
(fig. 18.38). 5. El operador induce movimientos circulares y «en
2. El operador coge la parte distal del húmero con ocho», aumentando el recorrido en todas las direc-
ambas manos y ejerce una tracción caudal y ante- ciones.
rior con rotaciones interna y externa dos o tres 6. El operador insiste en aumentar el movimiento de
veces seguidas (fig. 18.39). deslizamiento caudal de la cabeza humeral sobre
3. A continuación el operador coge el cuello del húmero la glenoides.
del paciente con los pulgares sobre el troquiter, los 7. Se vuelve a examinar.

Figura 18.38. Figura 18.40.

Figura 18.39.
Capítulo 78 Exlremidad superior 405

Técnica de los Siete Pasos de Spencer para la arti- sagital, con el codo en flexión. Se realizan varias
culación glenohurneral repeticiones dentro de los límites del dolor.
l La técnica se basa en una maniobra de movilización 5. (Paso 2) El operador flexiona el hombro del
sin impulso (articulatoria), secuencial y de acción direc- paciente en el plano sagital, con el codo exten-
1 ta contra la resistencia al movimiento. dido, por medio de un movimiento de balanceo

l¡ 1. Paciente en decúbito lateral, con el hombro afec- rítmico, aumentando el recorrido con la intención
to arriba, la cabeza apoyada sobre una almohada de que el brazo del paciente cubra ~· oído
y las rodillas flexionadas. (fig. 18.43).
2. El operador de pie, de cara al paciente. 6. (Paso 3) El operador realiza circunducción del

.l'
l. hombro abducido del paciente, manteniendo el
3. L¡¡ m~~o proximal d.el operador e§J¡¡bili;¡:,a la .<::iot4- · · codo en flexión: Se realizan círculos concéntricos
ra escapular inclwendo la clavícula y la escápula. en sentido horario y en sentido antihorario, con
¡ 4. (Paso 1) El operador flexiona {lig. 18.41) y extien- aumentos graduales del recorrido dentro de los lí-
de (fig. 18.42) suavemente el hombro en el plano mites del dolor (fig. 18.44).

Figura 18.4L Figura 18.43.

Figura 18.42. Figura 18.44.


406 Principios y prócflco de lo medicino manual

7. (Paso 4) El operador realiza circunducción del 9. (Paso 6). El operador coloca la mano del paciente
hombro del paciente con el codo en extensión, detrás de la jaula costal y suave y rítmicamente
con círculos en los sentidos horario y antihorario, empuja el codo nacia adelante y abajo, aumen-
aumentando la amplitud en la medida que el dolor tando la rotación interna del hombro (fig. 18.47).
lo permita (fig. 18.45).
10. (Paso 7) El operador coge la parte proximal del
8. (Paso 5) El operador abduce el hombro del húmero del paciente con ambas manos y aplica
una tracción lateral y caudal a modo de bombeo
paciente con el codo flexionado, aumentan-
(fig. 18.48).
do gradualmente el recorrido de abducción
(fig. 18.46). 11. Reexaminar.

Figura 18.45. Figura 18.47.

Figura 18.46. Figura 18.48.


Capítulo 78 Extremidadsuperior 407

REGIÓN DEL CODO 4. Las manos del operador introducen un movimiento


Existen tres articulaciones en la región del codo. La de traslación medial (fig. 18.49) y lateral (fig. 18.50)
a lo largo del arco de flexión a extensión, aprecian-
humerocubital, la radiohumeral y la radiocubital pro-
do la resistencia.
ximal. Los principales movimientos son flexión, exten-
sión, pronación, supinación y una pequeña cantidad 5. Se compara con el lado contrario.
de abducción y aducción. Todas las articulaciones par- 6. El operador aborda la barrera de aducción o de
ticipan en la función del codo. La flexión-extensión es abducción, con el codo extendido (fig. 18.51 ), por
el movimiento principal de la articulación humerocu- medio de varias movilizaciones sin impulso de ac-
bital y la pronación-supinación es un movimiento com- ción directa contra la barrera, realizando finalmen-
binado de las articulaciones radiohumer.al y radiocubi- te una movilización con impulso.
•tal proximal. El movimiento .de abducción'aducción es ... 7: ·Se-reexamina.
fundamentalmente un movimiento de juego articular
Nota: La restricción a la aducción es más habitual
de la articulación humerocubital y, cuando se encuen-
que a la abducción.

¡ tra disfuncional reduce el recorrido de flexo-exten-


sión. La región del codo presenta un síndrome dolo-
roso, descrito habitualmente como «codo de tenis».
L?s pacientes que lo padecen presentan dolor en la
t cara. externa del codo, que se irradia al antebrazo y que
t se ve agravado por la actividad. La disfunción de la ca-
¡ beza radial, la cual involucra a las articulaciones radio-
cubital proximal y a la radiohunieral constituye un ha-
1
¡ llazgo frecuente. La disfunción de la cabeza radial es la

¡ disfunción somática más común de la región del codo.


Región del codo
Diagnóstico: Restricción a la abducción-aducción
(articulación humerocubital)
1. Paciente sentado sobre la camilla, con el operador
de pie frente a él.
2. Las dos manos del operador cogen la región de la
articulación radiocubital proximal formando una cir-
cunferencia.
3. El operador sujeta la mano y la muñeca del pacien-
te entre el codo y el costado. Figura 18.50.

Figura 18.49. Figura 18.51.


408 Principios y práctica de la medicina manual

Región del codo 5. El operador gana progresivamente recorrido de


Téenica de energía muscular extensión de codo después de cada contracción
Diagnóstico: ,Sestricción a la extensión (fig. 18.53).
1. Paciente sentado sobre la camilla con el operador 6. Reexaminar.
de pie frente a él.
7. Una técnica alternativa consiste en solicitar al pa-
2. La mano medial del operador coge la parte distal ciente la realización de una serie de contraccio-
del antebrazo supinado del paciente, mientras la nes isotónicas del músculo tríceps a lo largo de
mano lateral estabiliza el codo. todo el recorrido de extensión.
3. Se llega a la barrera de extensión del codo 8. El operador flexiona completamente el codo del
(fig. 18.52). paciente, estabilizándolo con la mano lateral y co-
4. El paciente efectúa una serie de tres a cinco con- giendo de la parte distal del antebrazo con la ma-
tracciones, de 3-5 segundos cada una, contra la no medial, para ejercer la resistencia a la con-
oposición del operad-Or. tracción isotónica (fig. 18.54).
.,

Figura 18.52.

Figura 18.53. Figura 18.54.


Capítulo / 8 Extremidad superior 409

9. El paciente realiza de tres a cinco contracciones


del tríceps en todo el recorrido de extensió,n, mien-
tras el operador aumenta progresivamente la re-
sistencia que aplica con la mano medial, hasta que
se consigue la extensión completa (fig. 18.55).
1O, Se vuelve a examinar.

Figura 18.55.
7
1
41 O Principios y práctica de la medicina manual i'
Región del codo 4. Se compara con el lado contrario.
Técnica de energía muscular 5. Para tratar una restricción a la supinación, la ma-
Diagnóstico: Restricción a la pronación y a la no lateral del operador fija el codo del paciente en
supinación flexión y monitoriza la cabeza radial, mientras la
1. Paciente sentado sobre la camilla, con el opera- mano medial supina el antebrazo hasta la barrera
dor de pie frente a él. (lig. 18.59).
2. La mano medial del operador fija el codo del 6. El paciente realiza de tres a cinco contracciones
paciente en posición de flexión de 90º. La mano de 3-5 segundos, contra la resistencia ofrecid~
lateral coge la parte distal del antebrazo, la muñe- por la mano medial del operador.
ca y la mano, con el pulgar del paciente apuntan- 7. El operador alcanza una nueva barrera a la supi-
do verticalmente hacia el techo (fig. 18.56). nación tras cada contracción.
3. El operador realiza supinación (fig. 18.57) y pro-
nación (fig. 18.58), valorando la existencia de res-
tricción.

Figura 18.56. Figura 18.58.

Figura 18.57. Figura 18.59.


Capítulo 78 Extremidad superior 411

8. Para el tratamiento de la restricción a la pronación Región del codo


.,.el operador coloca las manos de la misma forma, Diagnóstico de disfunción de la cabeza radial
pero abClrdándose la barrera a la pronación Test 1 : Palpación de asimetría
(lig. 18.60).
1. Paciente sentado sobre la camilla, con los codos
9. El paciente realiza de tres a cinco contracciones flexionados a 90º y los antebrazos en supinación
de 3-5 segundos contra la resistencia del ope- apoyados sobre los muslos. El operador de pie
rador. frente a él.
1O. El operador alcanza una nueva barrera a la pro- 2. El operador palpa la cara posterior de ambas cabe-
nación después de cada contracción. zas radiales con los dedos índices y las partes blan-
11. Reexaminar. das de la parte anterior con los pulgares (fig. 18.61 ).

Nota: Las restricciones á fa pronación y a_ la supi- - 3. . El. operador .valora la. relación d_e la cabeza radial_
nación combinan movilidad en las articulaciones con el cóndilo humeral, simétricamente.
humerorradial, radiocubital proximal y radiocubital 4. Además de la asimetría, el lado disfuncional suele
distal. La restricción a la supinación es la más ser doloroso y presentar tensión en los tejidos pe-
habitual. riarticl.llares

Figura 18.60. Figura 18.61.


412 Principios y prácl!ca de la med!Cina manual

Región del codo tuada sobre la articulación humerorradial, con el


dedo índice por detrás y el pulgar por delante.
Diagnóstico de disfunción de la cabeza radial
3. La mano medial del operador coge la parte distal
Test 2: Movilidad de la cabeza radial
de cúbito y radio e introduce supinación (fig. 18.62)
1. Paciente sentado sobre la camilla, con el codo fle- y pronación (lig. 18.63).
xionado a 90º.
4. Se compara con el lado contrario. Cuando existe
2. El ¡;¡perador se encuentra de pie frente al paciente, disfunción, la asimetría se aprecia entre la cabeza
palpando la cabeza radial con la mano lateral si- del radio y el cóndilo humeral.

Figura 18.62. Figura 18.63.


r Región del codo 3.
Capítulo 78 Extremidad superior 413

La mano medial del oper.ador coge la parte distal


Diagnóstico de disfunción de la cabeza radial del antebrazo e introduce supinación hasta la ba-
Test 3: Test de movilidad rrera (fig. 18.66).
1. Paciente sentado en la camilla con los antebrazos 4. El paciente prona el antebrazo contra la resistencia
en supinación. del operador durante 3-5 segundos. Se repite de
tres a cinco veces.
2. El paciente flexiona los codos y los trae delante del
pecho manteniendo juntos los bordes mediale 9 de 5. El operador alcanza una nueva barrera a la supi-
los antebrazos y las manos (fig. 18.64). • nación después de cada contracción del paciente.
3. El paciente intenta extender los codos mantenien- 6. Con la última contracción, se intenta, además de la
. do los antebra!os jun!os (fig. 18.65). pronación, la flexión del codo .
4. Se descubre la disfunción si se produce pronación . 7. R·eexamirrár.
del antebrazo durante la extensión dfr<:odo.

Región del codo


Técnica de energía muscular
Diagnóstico
Posición: Cabeza radial posterior
Restricción de movilidad: Supinación
1. Paciente senta(]o sobre la camilla con el codo a
90º de flexión.
2. El operador se encuentra de pie frente a él y con la
mano lateral sujeta la parte proximal del antebrazo,
con el dedo índice sobre la cara posterior de la ca-
beza radial.

Figura 18.65.

Figura 18.64. Figura 18.66.


T

414 Principios y práctica de la medicina manual

Región del codo 3. El operador sujeta la parte distal del antebrazo, la


Técnica de movilización con impulso muñeca y la mano del paciente entre el codo y el
costado.
Diagnóstico
Posición: Posterioridad de la cabeza radial. 4. El operador alcanza la barrera a la extensión, supi-
Restricción de movilidad: Supinación nación y ligera aducción (fig. 18.68).
1. Paciente sentado sobre la camilla. 5. El operador realiza-una movilización con impulso
en dirección lateral y anterior.
2. Operador de pie frente al paciente, cogiendo la
parte proximal del antebrazo con el dedo índice de 6. Se reexamina.
la mano lateral sobre la cara posterior de la cabe-
za radial (fig. 18.67).

Figura 18.67. Figura 18.68.


Capítulo 18 Extremidad superior 415

Región del codo REGIÓN DE MUÑECA Y MANO


Té.cnica de movilización con impulso Al igual que el codo, la muñeca no es una articulación
Diagnóstico sencilla, sino la combinación de muchas, como son la
Posición: Cabeza radial anterior articulación radiocarpiana, en la que la parte distal
Restricción de movilidad: Pronación del radio se articula con el escafoides y el semilunar,
1. Paciente sentado sobre la camilla o de pie. la articulación radiocubital dis\al, la articulación entre
el hueso piramidal y e1 ligamento triangular (articu-
2. Operador de pie de cara a él, cogiendo con-la ma-
no medial la parte distal del antebrazo, y con el pul- lación cubitomeniscopiramidal), la articulación me-
gar de la mano lateral colocado sobre la cara ante- diocarpiana y las articulaciones carpometacarpianas.
rior de la cabeza radial_ (fig. _18.69). Los movimientos de la región de la muñeca son la fle-
xión dorsal (extensión), la flexión palmar (flexión),
3. El operador prona y flexiona el antebrazo del pa- la aducción (desviación o inclinación cubital), la ab-
ciente, mientras el pulgar mantiene la cabeza radial
ducción (desviación o inclinación radial), la prona-
posteriormente (lig. 18.70).
ción y.Ja supinación. Estos últimos movimientos se
4. Cuando se alcanza la barrera, se realiza una movi- producen fundamentalmente en la articulación ra-
lización con impulso aumentando la flexión del diocubital distal y están relacionados con los corres-
codo. pondientes movimientos de prono-supinación de la
5. Se vuelve a examinar. región del -codo.

Figura 18.69. Figura 18. 70.


416 Principios ypráctico de lo medicino manual

Muñeca y mano 3. El operador realiza flexión palmar (lig. 18.71), fle-


Diagnóstico xión dorsal (lig. 18. 72), desviación cubital en pro-
nación (fig. 18.73), desviación radial en pronación
1. Paciente sentado sobre la camilla, con el operador
de pie en frente. (fig. 18.74), inclinación radial en supinación

2. El paciente tiene los brazos pegados a los costa-


dos, con los codos en flexión de 90º.

Figura 18.71. Figura 18. 73.

Figura 18.72. Figura 18. 74.


Capítulo 18 Extremidad superior 417

(lig. 18.75) e inclinación cubital en supinación


(lig. 18.76), examinando las posibles restricciones
de movilidad.
4. La fuerza muscular se puede poner a prueba en las
mismas direcciones.

Figura 18. 75. Figura 18.76.

J
.A18 Principios y práctico de fa medicina manual

Muñeca y mano busca las barreras motrices de la muñeca y


Técnica de energía muscular la mano.
1. Paciente sentado sobre la camilla, con el operador 3. El operador alcanza las barreras a los movimientos
de pie frente a él. de flexión (lig. 18.77), extensión (lig. 18.78), incli-
2. La mano proximal del operador lija la parte nación radial en pronación (lig. 18.79), inclinación
distal del antebrazo, mientras la mano distal cubital en pronación (lig. 18.80), inclinación radial

Figura 18.77. Figura 18. 79.

Figura 18. 78. Figura 18.80.


Capítulo l 8 Extremidad superior 419

en supinación (fig. 18.81) e inclinación cubital en


supinación (fig. 18.82).
4. El paciente efectúa de tres a cinco contracciones
de 3-5 segundos cada una, contra la resistencia
del operador.
· 5. El operador busca nuevas barreras después de
cada contracción.
6. Reexaminar.

1
1
1,
t,

¡
1
¡'
1
¡t
t
t
¡
1

Figura 18.81. Figura 18.82.


420 Principios y práctica de la medicina manual

Muñeca y mano 3. El operador aborda la barrera a la extensión y


aplica una movilización con impulso llevando ta.
Técnica de movilización con impulso
muñeca del paciente hacia el suelo (fig. 18.85).
1. Paciente sentado sobre la camilla, con el operador
de pie frente a él. 4. El operador alcanza la barrera a la flexión y aplica
un impulso manipulativo llevando la muñeca hacia
2. Las dos manos del operador cogen la mano y la el techo (fig. 18.86).
muñeca del paciente, tomando contacto con los
pulgares en la cara dorsal de los huesos escafoi-
des y semilunar (fig. 18.83) y con los dedos índices
en la cara ventral de dichos huesos (fig. 18.84).

Figura 18.83. Figura 18.85.

Figura 18.84. Figura 18.86.


Capítulo 78 Extremidad superior 421

5. El operador llega a la barrera a la inclinación radial 2. La mano proximal del operador estabiliza el codo
y efectúa una movilización ·con impulso desplazan- del paciente en flexión de 90º.
do la muñeca lateralmente (fig. 18.87). 3. La mano distal del operador coge la articulación
6. El operador alcanza la barrera a la desviación cubi- radiocarpiana justo por debajo de las apófisis esti-
tal y realiza una movilización con impulso llevando loides de cúbito y radio (fig. 18.89).
la muñeca medialmerite (fig. 18.88). 4. El operador ejerce tracción sobre el eje largo del
7. Reexaminar. antebrazo hasta la barrera.·
5. La mano distal efectúa un impulso de tracción so-
Muñeca y mano bre el eje.
Juego articular 6. Se reexamina.
Articulación radiocarpiana Nota: Esta maniobra también aplica movilización
1. Paciente de pie o sentado sobre la camilla, con el del juego articular en las articulaciones radiocubital
operador de pie frente a él. proximal y radiohumera1.

Figura 18.87. Figura 18.89.

Figura 18.88.
422 Pnn_c;,p10s y práctica de la medicina manual

Muñeca y mano 3. El operador coge la parte distal del cúbito entre el


Juego articular pulgar y las yemas de los demás dedos de la otra
Articulaciones radiocubital distal y cubitomenisco- mano (fig. 18..92).
piramida! 4. El operador efectúa deslizamiento anteroposterior
1 . Paciente de pie o sentado sobre la camilla, con el y movimientos de juego articular hacia las rotacio-
operador de pie frente a él. nes interna y externa de la parte distal del cúbito
(fig. 18.93).
2. El operador estabiliza la mano del paciente y la
región radiocarpiana colocando el dedo índice en 5. Con la presa descrita en el Paso 2 (fig. 18.90), para
el primer espacio interdigital de la mano del pacien- estabilizar la porción distal del radio y el carpo, el
te (fig. 18.90), mientras coge la parte distal del operador coloca el pulgar de la otra mano sobre la
radio y la parte proximal del carpo con la eminen- superficie dorsal del extremo distal del cúbtto y la
cia tenar y con los dedos medio anular y meñique articulación interfalángica proximal del dedo índice
(fig. 18.91 ). sobre el hueso pisiforme (fig. 18.94).

Figura 18.90. Figura 18.92.

Figura 18.91. Figura 18.93.


Capítulo 78 Extremidad superior 423

6. El operador aprieta los dedos pulgar e índice, efec- Muñeca y mano


tuando un juego articular de deslizamiento antero-
Juego articular
posterior en la articulación entre el ligamento trian-
Articulación medíocarpiana
gular y el hueso piramidal (fig. 18.95).
1. Paciente de pie o sentado sobre la camilla, con el
7. La maniobra consiste en un proceso de compre- operador de pie a su lado.
sión y liberación aplicado por la mano derecha del
operador. 2. La mano proximal del operador coge la porción dis-
tal de radio y cúbito, con los dedos en contacto con
8. Reexaminar. la fila proximal de los huesos del carpo.
3. ·· La mano distal del operador coge la mano y la hile-
ra distal de huesos carpianos del paciente.
4. Los nudillos· de los dedos índices y pulgares del
operador se encuentran juntos.
5. El operador efectúa una flexión de aproximada-
mente 15º para laxar la articulación mediocarpiana
(fig. 18.96).
6. Mientras se fija con la mano proximal, la mano dis-
tal se desplaza hacia el techo y hacia el suelo, apti-
cando un deslizamiento anteroposterior a la articu-
lación mediocarpiana.
7. Se. vuelve a examinar.

Figura 18.94.

Figura 18.95. Figura 18.96.


424 Principios y práctico de lo medicino manual

Muñeca y mano en dirección proximal entre los cuerpos del segun-


Juego articular do y del tercer metacarpianos del paciente
(fig. 18.98).
Inclinación dorsal de la articulación mediocarpiana
1. Paciente de pie o sentado sobre la camilla, con el 4. El operador coloca el pisiforme izquierdo sobre la
operador de pie frente a él. cabeza del hueso grande del paciente y con el res-
to de la mano fija la mano del paciente (fig. 18.99).
2. La eminencia tenar derecha del operador se colo-
ca transversalmente a través del pliegue proximal 5. Los dos brazos del operador mantienen direccio-
de la muñeca del paciente, estabilizando las partes nes paralelas, de manera que el desplazamiento
distales de cúbito y radio y la hilera proximal de los medial de ambos codos ocasiona un juego articu-
huesos del carpo (fig. 18.97). lar de inclinación dorsal de la cabeza del hueso
grande.
3. El operador localiza la cara dorsal de la cabeza del
hueso grande deslizando el dedo índice izquierdo 6. Reexaminar.

Figura 18.97. Figura 18.99.

Figura 18.98.
Capítulo l 8 Extremidad superior 425
Muñeca y mano
Juego articular
Articulación carpometacarpiana del pulgar
1. La mano izquierda del operador estabiliza la muñe-
ca y la mano del paciente (fig. 18.100).
2. El operador coge el pulgar y el primer metacarpia-
no del paciente, haciendo que los primeros meta-
carpianos de paciente y operador entren en con-
tacto (fig. 18.101).
3. El operador aplica un impulso movilizador del jue-
go articular efectuando una inclinación de la mano
derecha en dirección al paciente, lo cual produce
una inclinación anteroposterior de la primera articu-
lación carpometacarpiana.
4. Se reexamina.

Figura 18.100. Figura 18.101.


426 Pnncipios y práctica de lo medicina manual

Muñeca y mano 4. El operador localiza sobre un hueso carpiano de-


Liberación miofascial terminado contactando con la punta del pulgar en
su superficie dorsal y con las puntas de los demás
1. Paciente.sentado sobre la camilla, con el operador
dedos en su superficie palmar (ftg. 18.104).
de pie frente a él.
5. Se vuelve a examinar.
2. Las dos manos del operador cogen la mano del
paciente, sujetando el pulgar con una mano
(fig. 18.102) y el lado cubital de la mano del pacien-
te con la otra (fig. 18.103).
3. Una de las manos del operador aplica carga de ab-
ducción y extensión al pulgar, mientras la otra ma-
no introduce cargas de inclinación radial-cubital y
de flexión palmar-dorsal de manera circular, bus-
cando las barreras directas e indirectas.

Figura 18.102. Figura 18.104.

Figura 18.103.
Capítulo l 8 Extremidad superior 427

Muñeca y mano laterales del ligamento anular anterior del carpo


Liberación miofascial (lig. 18.105). Los demás dedos del operador se co-
locan sobre la cara dorsal de la muñeca del pa-
Retináculo tendinoso de la muñeca (ligamento
ciente.
anular anterior del carpo)
1. Paciente sentado sobre la camilla, con el operador 3. Las manos del operador efectúan dorsiflexión de la
de pie frente a él. muñeca del paciente (lig. 18.106).
2. Las dos manos del operador cogen la mano del 4. El operador aplica caiga de distracción lateral has-
paciente, con los pulgares sobre las inserciones ta que se consigue la liberación (lig. 18.107).

Figura 18.105. Figura 18.107.

Figura 18.106.
428 Principios y práctico de lo medicino manual

Muñeca y mano RESUMEN


Retiriáculo tendinoso de la muñeca y tendones fle- Problemas como bursitis, tendinitis, epicondilitis (co-
xores do de tenis), epitrocleitis (codo de golf), síndrome
1. Paciente sentado sobre la camilla, con el operador del túne_l carpiano y muchas otras constituyen quejas
de pie frente a él. frecuentes en la extremidad superior. Es habitual en-
2. El operador entrelaza los dedos de las manos y contrar disfunción en las regiones articulares sinto-
toma contacto con una de sus eminencias tenares máticas, así como disfunciones proximales y distal~s.
sobre la cara dorsal de cúbito y radio, y con la otra La identificación y el tratamiento apropiado de las
sobre el retináculo de la muñeca, en el lado ventral disfunciones en toda la extremidad superior suelen
(fig. 18.108). ser útiles en el manejo de estos pacientes.
3. El operador ejerce y mantiene una compresión
anteroposterior sobre la muñeca, mientras el pa-
ciente flexiona y extiende los dedos activamente
(fig. 18.109).
4. El paciente repite varias veces el ejercicio de fle-
xión y extensión de los dedos, movilizando los ten-
_dones flexores bajo el retináculo, mientras las dos
manos del operador mantienen la compresión, la
cual da como resultado una distracción.
5. Reexaminar.

Figura 18.108. Figura 18.109.


EXTREMIDAD INFERIOR

La principal función de la extremidad inferior es la alguna de las recientes pruebas de tensión neuroló-
deambulación. Las complejas interacciones de pie, gica y dura! del método de movilización del sistema
tobillo, rodilla y cadera proporcionan una base esta- nervioso. El objetivo último de la evaluación y el tra-
ble para el tronco en la bipedestación y una base mó- tamiento de las extremidades inferiores es restablecer
vil en la marcha y la carrera. La disfunción de las ex- la mayor simetría posible en la marcha normal. Las
tremidades inferiores altera la capacidad funcional anomalías anatómicas óseas de la extremidad inferior
del resto del cuerpo, especialmente de la cintura pél- pueden producir un síndrome de inclinación pélvica
vica. El examen general (véase el Capítulo 2) eva- y de «pierna corta», el cual tiene una significación clí-
luaba las extremidades inferiores en bipedestación, nica en la disfunción somática de la columna verte-
durante la marcha y mientras realizaban el test de cu- bral y de la cintura pelviana. La alteración de las me-
clillas, la prueba de elevación de la pierna extendida cánicas del pie, con aplanamiento de los arcos in-
(para valorar la longitud de los isquiotibiales), el test terno, transverso o externo; de la rodilla, incluyendo
de flexión de tronco en bipedestación y el test de la a las articulaciones tibiofemoral y tibioperonea proxi-
cigüeña. Un resultado positivo en cualquiera de estas mal, y de la cadera, pueden alterar la función del eje
pruebas globales exige que el examinador explore vertebral y de la cintura pélvica.
más en detalle la cadera, la rodilla, el pie y el tobillo. Como ya se hizo en la extremidad superior, se
Este capítulo aborda la extremidad inferior desde la presentan varias de las técnicas diagnósticas y tera-
cadera hasta la región más distal. Desde una perspec- péuticas del juego articular de Mennell, pero se
tiva funcional, la extremidad inferior empieza en la puede realizar un estudio más profundo de este tema
articulación sacroiliaca más que en la articulación en los textos jaint Pain y Foot Pain escritos por el pro-
coxofemoral. El coxal funciona como un hueso cté la pio Mennell.
extremidad inferior durante la marcha y, por lo tanto,
la evaluación funcional de la extremidad inferior ARTICULACIÓN COXOFEMORAL
debe siempre incluir a la cintura pélvica.
Al igual que en las extremidades superiores, la La articulación de la cadera es una enartrosis que dis-
evaluación debe proceder de proximal a distal por di- pone de movimientos poliaxiales. Existe un labio car-
versas razones. En primer· lugar, de acuerdo con el tilaginoso que rodea al acetábulo. La cápsula articular
modelo respiratorio-circulatorio, resulta apropiado se encuentra ,Íntimamente relacionada con la gran
avanzar de proximal a distal para facilitar los retornos musculatura que rodea a la articulación. Los movi-
venoso y linfático. Si el edema o la inflamación cons- mientos de la cadera son la flexión-extensión, la ab-
tituyen una parte del proceso restrictivo, esta secuen- ducción-aducción y las rotaciones interna-externa. La
cia ayuda a la movilización de los fluidos. En segundo musculatura que rodea a la cadera puede dividirse en
lugar, avanzar de proximal a distal le proporciona al seis grupos, cada uno de los cuales es responsable de
examinador un punto de referencia para evaluar un una de las direccione.s de movimiento. Además de las
hueso con respecto a otro en una determinada arti- disfunciones musculares existen disfunciones del ·
culación. El examen estructural de las extremidades juego articular y restricciones capsulares que necesi-
inferiores debe complementarse con las pruebas or- tan ser evaluadas y tratadas para conseguir el equili-
topédicas y neurológicas estándar y, en especial, con brio muscular de la articulación.
430 Principios y práctica de lo medicina manual

Articulación coxofemoral 3. El operador introduce circunducción en el sentido ho-


rario (fig. 19.1) y en el sentido antihorario (fig. 19.2).
Decúbito supino
4. El operador amplía el arco de circunducción para
Valoración del patrón capsular de la cadera comprobar si el patrón capsular es suave en todas
1. Paciente en decúbito supino, con el operador de las direcciones.
pie al lado de la camilla.
5. La prueba se considera positiva si el movimiento
2. La mano distal del operador coge la región del tobi- de circunducción sufre una interrupción o un reira-
llo, mientras la mano prox.imal controla la cadera y so, que el paciente habitualmente describe como
la rodilla flexionadas del paciente. un pellizco doloroso.

Figura 19.1. Figura 19.2.


Capítulo 79 Extremidad inferior 431

Articulación coxofemoral 5.· El operador cuelga la rodilla sobre el cuello y coge


la cara medial de la parte proximal del muslo con
Decúbito supino las manos entrelazadas.
Juego articular 6. Cuando se alcanza la máxima tensión en el senti-
1. Paciente en decúbito supino, con el operador de do mediolateral, ambas manos del operador apli-
pie a un lado de la camilla. can un impulso en el sentido de decoaptación late-
2. El operador flexiona la cadera y la rodilla del. pa- ral (fig. 19.4).
ciente a 90º. 7. Reexaminar.
3. El operador .cuelga la rodilla flexionada sobre su
hombro y coge la cara anterior de la porción proxi-
mal del fémur con las manos entrelazadas.
4. Cuando la articulación de la cadera se encuentra en
tensión máxima, ambas manos del operador apli-
can un impulso de movilización en decoaptación del
juego articular en dirección caudal (fig. 19.3).

Figura 19.4.
Figura 19.3.
432 Principios y práctica de la medicina manual

Articulación coxofemoral Articulación coxofemoral


Decúbito supino Decúbito prono
Técnica de estiramiento del rodete c.otiloideo y de Movilización de la cápsula anterior (Ejemplo: Ca-
la cápsula posterior (Ejemplo: Cadera izquierda) .dera derecha)
1. Paciente en decúbito supino, con el operador de 1. Paciente en decúbito prono, con el operador de pie
pie al lado izquierdo de la camilla. a un lado.
2. El operador flexiona la rodilla y la cadera izquier- 2. El operador flexiona la rodilla derecha del paciente
das del paciente y se sirve del tronco y del brazo y y coge la cara anterior de la parte distal del fémur
la axila izquierdos para controlar la extremidad derecho con la mano derecha.
inferior izquierda del paciente.
3. La mano izquierda del operador se apoya sobre la
3. El talón de la mano derecha se coloca sobre la cara posterior de la porción proximal del fémur
cara externa del trocánter mayor izquierdo derecho, con el brazo izquierdo completamente
(fig. 19.5). extendido (fig. 19.6).
4. El operador aplica con el brazo derecho una serie 4. El operador levanta suavemente la rodilla derecha
de fuerzas compresivas de choque en la dirección y aplica con el brazo izquierdo una serie de movili-
de Ja cabeza femoral y de la articulación de la ca- zaciones sin impulso, en dirección anterior, sobre
dera, mientras que con la presa del brazo izquier- la parte proximal del fémur.
do efectúa una fuerza de compresión anteroposte- 5. El operador ajusta la barrera de resistencia indu-
rior intermitente, ejerciendo también una cierta dis- ciendo rotación interna o externa de la cadera
tracción en dirección caudal. derecha y aplicando fuerzas en los sentidos medial
5. Se emplean algunos grados de aducción-abduc- y lateral con la mano izquierda.
ción y de rotación interna-externa para regular 6. Se vuelve a examinar.
con precisión la barrera donde se siente la resis-
tencia. Las principales disfunciones de la articulacign
coxofemoral son las debidas al desequilibrio de longi-
6. La maniobra presta especial atención a la cápsu- tud y fuerza de los seis grupos musculares. El diag-
la posterior si el brazo izquierdo del operador nóstico estructural y las técnicas de energía muscular
efectúa una carga de compresión anteroposterior, para estos desequilibrios son los siguientes:
con la cadera en posición de rotación interna y
aducción. 1. El operador lleva pasivamente la cadera a tra-
vés de un determinado recorrido de movilidad,
7. Las fuerzas de activación son movilizaciones sin evaluando la amplitud, la calidad del movi-
impulso. miento durante el recorrido y la calidad del
8. Se reexamina. tope al final del recorrido.

Figura 19.5. Figura 19.6.


Capítulo 79 Extremidad inferior 433

2. Se efectúa la comparación con el otro lado. contracción, el operador aborda la siguiente


3. La asimetría puede deberse a acortamiento barrera motriz, obteniéndose un alargamiento
del grupo muscular del lado donde el recorrido gradual de los músculos acortados en base al
es menor, o a debilidad del grupo muscular principio de la relajación postisométrica.
contralateral, con la amplitud aumentada. 6. El tratamiento de la debilidad funcional de un
4. Las pruebas de fuerza se efectúan solicitando grupo muscular se realiza pidiéndole al pacien-
al paciente que realice una contracción muscu- te que efectúe uná $erie de tres a cinco con-
lar máxima contra una resistencia igual pero tracciones isotónicas concéntricas a lo largo
de sentido contrario, comparándose ambos de todo el recorrido de movilidad, contra una
lados. resistencia aplicada por el operador, que
5. El tratamiento de los músculos acortad.os y ten- comienza siendo débil, pero que va aumentan-
sos se realiza a base de contracciones isomé- do progresivamente a cada contracción.
tricas de 3-5 segundos de duración, contra una 7. Se reexaminan la longitud y la fuerza de gru-
resistencia igual y opuesta. Después de cada pos musculares homólogos.
434 Principios y práctico de lo medicino monuol

Articulación coxofernoral movilidad, el operador impide que la cadera realice


~ción extema.
Técnica de energía muscular
3. El operador examina la fuerza de los aductores
Movilidad explorada: abducción
ofreciendo resistencia contra la pierna del pacien-
Músculos examinados: aductores (aductor mayor, te, la cual mantiene la rodilla completamente exten-
aductor menor, aductor mediano) dida. La resistencia del operador se aplica por
1. Paciente en decúbito supino, con el operador de encima de la rodilla para proteger al ligamento late-
pie al final de la camilla, asiendo la extremidad infe- ral intemo (fig. 19.8). .
rior a nivel del tobillo.
4. El acortamiento o la debilidad se tratan como
2. El operador abduce la cadera completamente, eva-
corresponda.
luando la amplitud y la calidad del movimiento a lo
largo del recorrido (fig. 19.7). Durante el test de 5. Se reexamina.

Figura 19.7. Figura 19.8.


Capítulo 79 Extremidad inferior 435

Articulación coxofemoral 4. Se compara con la pierna contraria.


Técnica de energía muscular 5. Se tratan apropiadamente el acortamiento o la
debilidad.
Movilidad explorada: aducción
Músculos examinados: abductores (glúteo media- 6. Reexaminar.
no, .glúteo menor) Nota: Un método alternativo consiste en levantar la
1. Paciente en decúbito supino sobre la camilla, con pierna que no se va a explorar y pasar la otra por
el operador a los pies. debajo. De esta manera también se evalúa el
músculo tensor de la fascia lata.
2. El operador aduce la cadera pasando esa pierna
por encima de la otra, evaluando la amplitud y la
. c¡tlj<;l~d del moví.miento (fig. 19.9). _,
3. La prueba de fuerza se realiza pidiendo al pacien-
te que realice una contracción máxima hacia la ab-
ducción, contra la resistencia ofrecida por el opera-
dor, quien mantiene la pierna en la posición de
aducción (fig. 19.1 O).

Figura 19.9. Figura 19.10.


436 Principios y práctica de la medicina manual

Articulación coxofemoral 3. El operador realiza rotación externa de la cadera


llevando el pie y el tobillo hacia adentro, evaluando
Técnica de energía muscular
la amplitud y la calidad del movimiento (fig. 19.12).
Movilidad explorada: rotación externa con la cade- 4. El test de tuerza se realiza pidiendo al paciente una
ra flexionada a 90º contracción hacia la rotación interna contta ..1.ma
Músculos examinados: retadores internos {glúteo resistencia de igual intensidad ofrecida por el ope-
mediano, glúteo menor) rador (fig. 19.13).
1. Paciente en decúbito supino sobre la camilla, con
5. Se compara con el otro lado.
el operador del lado de la extremidad inferior que
se va a examinar. 6. El acortamiento o la debilidad se tratan adecuada-
mente.
2. El operador sostiene la extremidad interior con 90º
de flexión de cadera y rodilla (tig. 19.11). 7. Se vuelve a examinar.

Figura 19.11. Figura 19.13.

Figura 19.12.
Capítulo l 9 Extremidad inferior 437

Articulación coxofemoral 3. El operador introduce rotación interna, exami-


nando la amplitud y la calidad del movimiento
Técnica de energía muscular
(lig. 19.14).
Movilidad explorada: rotación interna con la cade-
4. La prueba de fuerza se realiza pidiendo al pacien-
ra flexionada a 90º
te que realice una rotación externa contra la oposi-
Músculos examinados: rotadores externos (funda- ción del operador (lig. 19.15).
mentalmente el piramidal)
1. Paciente en decúbito supino sobre la camilla, con 5. Se compara con el lado contrario.
el operador de pie del lado a tratar. 6. El acortamiento o la debilidad se tratan apropiada-
2. El operador sujeta la extremidad inferior con 90º de mente.
: fl<a«ión ge cadera y rqdilla (lig, ) 9.11.), . 7. _Reexamio.ar.

Figura 19.14. Figura 19.15.


438 Principios y práctica de la medicina manual

Articulación coxofemoral 3. El operador levanta la pierna extendida, inducien-


do flexión de cadera, y evalúa la amplitud y la cali-
Técnica de energía muscular dad del movimiento. La elevación se interrumpe
Movilidad explorada: flexión parcial de cadera {ele- cuando la espina ilíaca anterosuperior del otro lado
vación de la pierna extendida} comienza a moverse (fig. 19.16).
Músculos examinados: extensores de cadera, tuda- 4. El acortamiento y la tensión se tratan por medio de
mentalmente los músculos isquiotibiales (semitendi- una serie de contracciones isométricas contrarre-
noso, semimembranoso, biceps femoral) sistencia, intentando llevar el talón hacia la nalga
(fig. 19.17).
Nota: El glúteo mayor y el aductor mayor actúan como
extensores de cadera cuando ésta está flexionada. Nota: Una posición alternativa consiste en que el
paciente sujeta la parte posterior y distal de su pro-
1. Paciente en decúbito supino sobre la camilla, con
pio muslo, mientras el operador extiende la rodilla
el operador de pie al lado.
y resiste una contracción del paciente hacia la
2. El operador monitoriza la espina ilíaca anterosupe- flexión de rodilla (fig. 19.18).
rior del lado contrario al que se está explorando. 5. La ¡;,rueba de fuerza muscular se realiza con el
paciente en decúbito prono sobre la camilla .. En
esta posición el operador resiste los intentos del
paciente por flexionar ambas rodillas.
6. La debilidad se trata por medio de una serie de
contracciones isotónicas concéntricas a lo largo del
recorrido completo de flexión de rodilla, en contra
de la resistencia progresivamente creciente del
operador.
7. Reexaminar.

Figura 19.16.

Figura 19.17. Figura 19.18.


Capítulo 19 Extremidad inferior 439

Articulación coxofemoral 1O. Se vuelve a examinar.


Técnica de en8rgía muscular Nota: Antes de explorar la longitud y la fuerza del
psoas iliaco debe evaluarse y tratarse adecuada-
Movilidad explorada: extensión de cadera
mente la columna lumbar, ya que el examen del
Músculo examinado: iliopsoas músculo iliopsoas ejerce tensión en el raquis lum-
1. Paciente en decúbito supino, con la pelvis cercana bar, en especial en la charnela lumbosacra.
al final de la camilla, de manera que la parte de
extremidad inferior por debajo de la rodilla cuelgue
libremente por fuera de la camilla.
2. Operador de pie al final de la camilla mirando al
pacie(lte.
3. Ambas caderas y rodillas del paciente se encuen-
tran flexionadas.
4. El paciente sujeta la pierna contraria a la que se va
a explorar en posición de flexión, mientras el ope-
rador extiende pasivamente la pierna a explorar
(fig. 19.19).
5. La amplitud normal permite que la parte posterior
del muslo contacte con la camilla con la rodilla
flexionada (fig. 19.20).
6. La prueba de fuerza se realiza pidiendo al pacien-
. te que intente levantar la rodilla hacia el techo con-
tra la resistencia del operador.
7. Se compara con el otro lado.
8. El acortamiento se trata con contracciones isorné-
tricas contra la oposición del operador. Se pide al
paciente que realice flexión de cadera. El operador
también resiste los intentos de rotación externa de
la cadera, ofreciendo resistencia con la pierna con-
tra la cara interna del pie y el tobillo del paciente
(fig. 19.21).
9. La debilidad se trata valiéndose de una serie de
contracciones isotónicas concéntricas hacia la
flexión y la rotación externa de la cadera. Figura 19.20.

Figura 19.19. Figura 19.21.


440 Principios y práctica de la medicina manual

Articulación coxofemoral 4. La prueba de fuerza se efectúa pidiendo al pacien-


te que extienda las rodillas contrarresistencia, con-
Técniéa de energía muscular
trayendo ambos lados simultáneamente.
Movilidad explorada: flexión de rodilla 5. El acortamiento se trata con una serie de contrac-
Músculos examinados: cuádriceps (recto anterior, ciones isométricas contrarresistencia (fig. 19.23).
vasto externo, crural, vasto interno)
6. La debilidad se trata con una serie de contraccio-
1 . Paciente en decúbito prono, con el operador de pie
nes isotónicas concéntricas, contra la resistencia
al final de la camilla, mirando al paciente.
progresivamente creciente del operador.
2. El operador flexiona ambas rodillas del paciente,
7. Se reexamina.
sujetándole de los tobillos (fig. 19.22).
3. Se evalúan la amplitud y la calidad del movimiento.

Figura 19.22. Figura 19.23.


Capítulo 79 Extremidad inferior 441

Articulación coxofemoral 4. La prueba de fuerza se realiza pidiendo al pacien-


te que intente juntar ambos pies contrarresistencia.
Técnica de energía muscular
5. El acortamiento se trata haciendo que el opera-
Movilidad explorada: rotación interna con las cade- dor sujete la pierna contraria con la rodilla flexiona-
ras en flexo-extensión neutra
da y con la cadera en rotación interna, mientras el
Músculos examinados: retadores externos (obtura- paciente, manteniendo la rodilla en flexión de 90º,
dor interno, obturador externo, géminos superior e realiza un empuje hacia la rotación externa de ca-
inferior, cuadrado femoral y piramidal) dera contra la resistencia del operador (fig. 19.26).
1. Paciente en decúbito prono, con el operador de pie
6. El tratamiento de la debilidad consiste en una serie
al final de la camilla, mirando al paciente.
de contracciones isotónicas concéntricas a lo largo
2 .. El operador flexiona-.las rodillas del- paciente hasta de un recorrido de rotación externa con la rodilla a
90° (fig. 19.24). 90°.
3. El operador examina la amplitud y la calidad de la 7. Reexaminar.
rotación interna, dejando que los pies caigan hacia
afuera (fig. 19.25).

Figura 19.24.

Figura 19.25. Figura 19.26.


442 Principios y práctico de lo medicino manual

Articulación coxofemoral caz tratar el acortamiento y la tensión antes de tratar


la debilidad. La observación clínica muestra que el
Técnica de energía muscular
grupo de músculos acortados y tensos inhibe de
Movilidad explorada: rotación externa con las ca- forma refleja al grupo antagonista, provocando una
deras en flexo-extensión neutra aparente debilidad de esta musculatura. Una vez que
Músculos examinados: retadores internos (glúteo se eliminan el acortamiento y la tensión del grupo
mediano, glúteo menor, tensor de la fascia lata) agonista, la debilidad del antagonista desaparece. Si
1. Paciente en decúbito prono, con el operador de pie algún músculo todavía parece funcionalmente débil
a los pies de la camilla, de cara al paciente. después de tratar a su antagonista acortado y tenso,
2. El operador fija la pierna que no se va a explorar entonces debe tratarse la debilidad usando las técni-
con una ligera flexión de rodilla y con la cadera en cas descritas. Frecuentemente aparecen patrones de
rotación externa. desequilibrio muscular en los seis grupos musculares.
Por ejemplo, resulta habitual encontrar los aductores
3. La pierna que se va a examinar se coloca en
derechos tensos con aparente debilidad de los aduc-
flexión de 90º de rodilla y, a continuación, se efec-
tores izquierdos y de los abductores derechos. El
túa rotación exterrra de la cadera, valorándose la
psoas y el fecto anterior se encuentran habitualmente
amplitud y la calidad del movimiento (fig. 19.27).
4. El lado opuesto se examina de la misma forma
(fig. 19.28).
5. La fuerza se examina pidiendo al paciente que rea-
lice rotación interna contrarresistencia.
6. El acortamiento y la tensión se tratan por medio de
una serie de contracciones isométricas contrarre-
sistencia hacia la rotación interna (fig. 19.29).
7. La debilidad se trata por medio de una serie de
contracciones isotónicas concéntricas en contra de
la resistencia creciente del operador.
8. Se vuelve a examinar.
El equilibrado de la musculatura de la cadera es
una parte importante del tratamiento del sistema
musculoesquelético del paciente, especialmente en
aquellos pacientes con síndromes dolorosos lumbares
y de la extremidad inferior. Los diferentes autores no
alcanzan un acuerdo sobre la secuencia exacta de tra-
tamiento, pero a este autor le parece que es más efi- Figura 19.28.

Figura 19.27. Figura 19.29.


Capítulo 79 Extremidad inferior 443

tensos y necesitan ser estirados de forma que se Rodllla


pueda obtener la adecuada extensión de cadera du-
Decúbito supino
rante la marcha. El desequilibrio de tensión y debili-
dad entre agonista y antagonista es consistente con el Técnica para el menisco interno
concepto de tensión-laxitud manifestado cuando se Movilización sin impulso
emplea el método diagnóstico y terapéutico de la li- 1. Paciente en decúbito supino sobre la camilla, con
beración miofascial. el operador de pie al lado de la rodilla afecta.
2. El operador sujeta la parte distal de la pierna del
ARTICULACIÓN DE LA RODILLA paciente entre el brazo y el costado, rodeando con
ambas manos el tercio proximal de la tibia.
El. movimiento principal de la rodilla es la flexo-ex-
temión d.e. la tibia bajo el fémur. _La .longitud de los 3. Los pulgareq del operador se colocan sobre la
cóndilos interno y externo es diferente, dando lugar línea artfcular inierna, con la rodilla en flexión
a un componente rotatorio interno-externo en el (lig. 19.30).
arco de flexo-extensión. Durante la extensión la tibia 4. La mano lateral del operador ejerce una compre-
gira hacia afuera y durante la flexión la tibia rota sión medial sobre el tercio distal del lémur, mien-
internamente. La disfunción de la rotación interna- tras los pulgares del operador mantienen una fuer-
externa interfiere con la flexo-extensión normal. Los za de compresión en dirección posteroexterna
movimientos de flexo-extensión y de rotación in- sobre el menisco interno, a medida que se extien-
terna-externa dependen de un pequeño des!iza- de la rodilla (lig. 19.31 ).
miei;ito anteroposterior y de una apertura mediolate- 5. Pueden ser necesarias varias repeticiones de esta
ralde las superficies articulares. E.stos parámetros me- maniobra para liberar la restricción del menisco
nores del juego articular se producen dentro de los interno.
confines de la estabilidad ligamen tosa normal. Los 6. Reexaminar.
movimientos se ven aumentados cuando existe lesión
ligamentosa o cartilaginosa en la rodilla. Las disfun-
ciones somáticas principales de la articulación de la
rodilla se producen en el menisco interno y en la ro-
tación interna-externa de la tibia sobre el fémur.

Figura 19.30. Figura 19.31.


444 Principios y práctico de lo medicino manual

Rodilla 4. Para la disfunción del menisco interno se inician


unos movimientos de circunducción en flexión de
Decúbito supino rodilla, ql<€ incluyen traslación interna con compre-
Técnica para los meniscos interno y externo sión de los pulgares sobre el menisco interno,
mientras se lleva la rodilla hacia la extensión com-
Técnica de movilización sin impulso
pleta (fig. 19.33).
1. Paciente en decúbito supino sobre la camilla, con
el operador a los pies del paciente y de cara a él. 5. Para la restricción del menisco externo los pulgares
se ponen por encima de la cara anterolateral de la
2. El operador sujeta la pierna disfuncional del pa- rodilla y al movimiento de círcunducción comienza
ciente entre sus muslos por fuera del borde de la en flexión de rodilla e incluye una traslación lateral
camilla. a medida que se lleva la pierna hacia la extensión.
3. Las dos manos del operador cogen la parte proxi- 6. Pueden ser necesarias varias repeticiones.
mal de la tibia, con los pulgares sobre el espacio
7. Reexaminar.
articular anteromedial o anterolateral, según que la
restricción sea, respectivamente, del menisco in- Nota: La restricción del menisco interno es mucho
terno o del menisco externo (fig. 19.32). más ~omún que la del menisco externo.

Figura 19.32. Figura 19.33.


Capítulo 79 Extremidad inferior 445

Rodilla dorsiflexión, mientras la mano proximal controla ta


porción distal del fémur, colocando el pulgar sobre
Decúbito supino el menisco externo y los dedos índice y medio
sobre el menisco interno (fig. 19.34).
Deslizamiento meniscal (de ambos meniscos)
Juego articular 3. El operador introduce rotaciones interna y externa
de la tibia, desde el tobillo, al tiempo que extiende
1. Paciente en decúbito supino sobre la camilla, con
progresivamente la cadera y la rodilla (fig. 19.35).
el operador de pie en el lado de la rodilla disfun-
cional. 4. Se necesitan varias repeticiones. La qmplitud de \as
rotaciones interna y externa de la tibia disminuye
2. La mano distal del operador sujeta la pierna dis- gradualmente a medida que la rodilla__ se extiende.
funcional en fa posición de flexión de 90º de cade-
·,a y rodilla, tnanteniendo el tobillo bloq~eadG en 5. Se reexamina.

Figura 19.34. Figura 19.35.


446 Principios y práctica de la medicina manual

Rodilla 3. El operador introduce rotación externa (fig. 19.37)


y rotación interna (fig. 19.38), examinando la ampli-
Decúbito supino
tud, la calidad del movimiento durante el recorrido
Test de compresión en extensión y la sensación de tope final.
1. Paciente en decúbito supino sobre la camilla, con 4. La prueba de fuerza se realiza pidiendo a1 pacien-
el operador de pie al lado de la pierna disfuncional. te que efectúe rotación interna y externa de la tibia
2. La mano proximal del operador fija la epífisis distal contrarresistencia.
del fémur.
3. La mano distal del operador coge el talón del pa-
ciente (fig. 19.36).
4. El operador lleva la parte distal de la pierna hacia
la hiperextensión de rodilla, mientras la mano proxi-
mal estabiliza el muslo e impide que se despegue
de la camilla.
5. Se compara con el otro lado.
6. El test es positivo cuando existe restricción doloro-
sa de la extensión e indica restricción de la rotación
externa y de la extensión de la rodilla o lesión me-
niscal.

Rodilla
Sedestación
Diagnóstico: restricción de las rotaciones interna-
externa
1. Paciente sentado al borde de la camilla, con las pier-
nas colgando y con el operador sentado frente a él.
2. El operador coge los pies del paciente y hace dor-
siflexión de los tobillos hasta bloquearlos.

Figura 19.37.

Figura 19.36. Figura 19.38.


Capítulo 19 Extremidad inferior 447

Rodilla Rodilla
Sedestación Sedestación
Técnica de energía muscular Técnica de energía muscular
Diagnóstico Diagnóstico
Posición: tibia en rotación interna Posición: tibia en rotación externa
Restricción de movilidad: rotación externa de la Restricción de movilidad: rotación interna de la .
tibia tibia
1. Paciente sentado sobre ·el borde de la camilla, con ' 1'. Paciente sentado sobre el bo'rde de la camilla con
las piernas colgando y con el operador sentado las piernas colgando y con el operador sentado
frente a él. frente a él.
2. El opeiii.dor cog,/el talón del pie dei'paciente' Con • 2. El operador coge el talón con Úna mano y el ante-
una mano y el antepié con la otra. pié con la otra.
3. El operador efectúa flexión dorsal del tobillo y aña- 3. El operador dorsiflexiona el tobillo e introduce rota-
de rotación externa hasta la barrera (fig. 19.39). ción interna hasta la barrera (fig. 19.40).
4. El paciente realiza una rotación interna empujando 4. El paciente intenta realizar rotación externa empu-
con el antepié hacia adentro, contra la resistencia jando con el antepié hacia afuera, contra la resis-
del operador, durante 3-5 segundos. tencia del operador, durante 3-5 segundos.
5. Se realizan de tres a cinco repeticiones y después 5. Se realizan de tres a cinco repeticiones y después
de cada contracción del paciente, el operador de cada contracción del paciente, el operador
incrementa la rotación externa de la tibia hasta la aumenta la rotación interna de la tibia hasta una
nueva barrera. nueva barrera.
6. Se vuelve a examinar.. 6. Reexaminar.

Figura 19.39. Figura 19.40.


448 Pnncipios y práctico de la medicina manual

Rodilla Rodilla
Decúbito prono Decúbito prono

Técnica de energía muscular Técnica de energía muscular


Diagnóstico de rotación interna-externa Diagnóstico
1. Paciente en decúbito prono sobre la camilla con las Posición: tibia en rotación interna
rodillas flexionadas a 90°. El operador de pie al Restricción de movilidad: rotación externa de la
final de la camilla cogiendo cada uno de los pies tibia
del paciente con una mano. 1. Paciente en decúbito prono sobre la camilla, con el
2. El operador introduce dorsiflexión de tobillo y efec- operador de pie del lado de la extremidad disfun-
túa rotación externa (fig. 19.41) y rotación interna cional.
de la tibia (fig. 19.42), evaluando la amplitud, la 2. El operador flexiona la rodilla a 90º y coge el talón
calidad del movimiento y la sensación de tope. con una mano y el antepié con la otra.
3. La fuerza se examina pidiendo al paciente que rea- 3. El operador dorsiflexiona el tobillo y efectúa rota-
lice rotación interna o externa contra la resistencia ción el<terna de la tibia hasta la barrera (fig. 19.43).
ofrecida por el operador.
4. El paciente intenta realizar rotación interna de la
tibia, empujando con el antepié contra la resisten-
cia del operador uurante 3-5 segundos.
5. Se realizan de tres a cinco repeticiones y después
de cada contracción el operador aumenta la rota-
ción externa hasta una nueva barrera.
6. Reexaminar.

Figura 19.41.

Figura 19.42. Figura 19 .43-

'
Capítulo 79 Extremidad inferior 449

Rodilla ARTICULACIÓN TIBIOPERONEA PROXIMAL


Decúbito prono
Esta articulación se encuentra íntimamente relacio-
Técnica de energía muscular nada con la rodilla, aunque también es muy impor-
Diagnóstico tante en relación con el tobillo. Dispone de una mo-
Posición: tibia en rotación externa vilidad en deslizamiento anteroposterior que es in-
Restricción de movilidad: rotación interna de la fluida por la acción del músculo bíceps femoral, el
tibia cual se inserta en la cabeza del peroné. La articula-
1. Paciente en decúbito prono sobre la camilla, con.el ción tibioperonea proximal puede sufrir restricciones
operador de pie del lado de la extremidad disfun- anteriores o posteriores. El restablecimiento del des-

2.
.El operador flexiona la rodilla a 90º y coge el talón
cional. lizamiento anteroposterior del peroné sobre la tibia y
de la relación normal de ambos huesos son los obje-
y el antepié del paciente. tivos del tratamiento.
3. El operador efectúa flexión dorsal del tobillo y rota- La restauración del movimiento de rotación inter-
ción interna de la tibia hasta la barrera (fig. 19.44). na-externa"ttormal de la tibia sobre el fémur se realiza
4. El paciente intenta realizar. rotación externa de la antes de tfatar la articulación tibioperonea proximal.
tibia, empujando hacia afuera con el antepié contra
El plano de la articulación es de aproximada-
la resistencia del operador, durante 3-5 segundos.
mente 30º de fuera a adentro y de delante a detrás. El
5. Se realizan de tres a cinco repeticiones y después examen del movimiento anteroposterior de la articu-
de cada repetición el operador aumenta la rotación lación tibioperonea proximal debe realizarse en el
interna hasta una nueva barrera. plano articular y puede efectuarse con el paciente en
6. Se vuelve a examinar. decúbito supino o en sedestación.

Figura 19.44.
450 Princ,p,os y práctica de la medicina manual

Articulación tibioperonea proximal en frente, cogiendo con la mano medial el antepié


Exploración del deslizamiento anteroposterior del paciente.
1. El paciente se tumba en decúbito supino sobre la 2. El operador realiza inversión del tobillo y rotación
camilla, con las rodillas y las caderas flexionadas interna de la tibia del paciente, mientras la mano
hasta plantar los pies juntos sobre la camilla, de lateral ejerce una fuerza en dirección anteroexter-
manera que queden fijados (fig. 19.45); o bien se na sobre la cara posterior de la cabeza del peroné
sienta en el borde de la camilla y el operador se (fig. 19.47).
sienta en frente, sujetando entre sus piernas las 3. Se pide al paciente que realice eversión y flexión
piernas del paciente, de forma que las caras inter- dorsal del tobillo, contra la resistencia ofrecida por la
nas de ambos pies queden juntas (fig. 19.46). mano medial del operador, durante 3-5 segundos.
2. El operador, bilateralmente, coge la parte proximal
4. Se realizan de tres a cinco repeticiones y el opera-
del peroné entre el pulgar o la eminencia tenar y el
dor aborda una nueva barrera después de cada
resto de los dedos, con cuidado de no comprimir el
contracción.
nervio ciático poplíteo externo contra la cabeza del
peroné. 5. Se vuelve a examinar.
3. El operador realiza traslación anterior y posterior

de la cabeza del peroné en el plano de la articula-
ción, valorando si la amplitud, la calidad del movi-
,'
miento y la sensación del tope son comparables en
:¡ ambos lados.
,1
'i 4. Una cabeza del peroné que rechaza el movimiento
de traslación anterior es, posicionalmente, una ca-
beza del peroné posterior, y una cabeza del pero-
né que rehusa la traslación posterior es, posicio-
nalmente, una cabeza del peroné anterior.
Articulación tibioperonea proximal
Sedestación
Técnica de energía muscular
Diagnóstico
Posición: cabeza del peroné posterior
Restricción de movilidad: deslizamiento ante-
rior de la cabeza del peroné
1. Paciente sentado en el borde de la camilla, con la
pierna disfuncional colgando y el operador sentado Figura 19.46.

Figura 19.45. Figura 19.47.


Capítula l 9 Extremidad inferior 451

Articulación tibioperonea proximal 2. La rnano cefálica del operador sujeta la rodilla


flexionada del paciente, situando la articulación
Sedestación
metacarpofalángica del dedo índice por detrás de
Técnica de energía muscular la cabeza del peroné (lig. 19.49).
Diagnóstico 3. El operador alcanza la barrera realizando rotación
Posición: cabeza del peroné anterior externa de la tibia y pillando la articulación meta-
Restricción de movilidad: deslizamiento poste- carpofalángica de su dedo índice entre la epífisis
rior de la cabeza del peroné distal del fémur y la cabeza del peroné.
1: · Paciente sentado sobre el borde de la camilla, corí 4. Se aplica una movilización con impulso exageran-
la pierna disfuncional colgando y con el operador do la flexión de rodilla, lo cual empuja la cabeza del
. sentado frente a él, cogiendo con .la mano medial el • peroné hacia delante (fig. 19.50).
' ·antépié del paclehte. 1 · r ' .·
5. Se reexamina.
2. El operador realiza eversión del tobillo y rotación
externa de la tibia, mientras el pulgar de la mano
lateral ejerce una fuerza en dirección posterome-
dial contra la cara anterior de la cabeza del peroné
(lig. 19.48).
3. ·· El paciente intenta realizar inversión y flexión plan-
tar .del tobillo, contra la resistencia del operador,
durante 3-5 segundos.
4. Se realizan de tres a cinco repeticiones y el opera-
dor alcanza una nueva barrera después de cada
contracción del paciente.
5. Reexaminar.

Articulación tibioperonea proximal


Decúbito supino
Técnica de movilización con impulso
Diagnóstico
Posición: cabeza del peroné posterior
Restricción de movilidad: deslizamiento ante-
rior de la cabeza del peroné
1. Paciente en decúbito supino sobre la camilla, con el
operador de pie al lado de la disfunción, cogiendo Figura 19.49.
con la mano caudal el pie y el tobillo del paciente.

Figura 19.48. Figura 19.50.


452 Principios y práctica de la medicina manual

Articulación tibioperonea proximal 3. Se flexiona la rodilla del paciente, pillando la arti-


culación metacarpofalángica del índice del opera-
Decúbito prono
dor entre la cabeza del peroné y el fémur.
Técnica de movilización con impulso 4. Se alcanza la barrera por medio de una ligera rota-
Diagnóstico ción externa de la tibia y flexión de la rodilla y,
Posición: cabeza del peroné posterior seguidamente, se aplica un impulso manipulativo
Restricción de movilidad: deslizamiento ante- aumentando la flexión de rodilla (fig. 19.52).
rior de la cabeza del peroné 5. Reexaminar.
1. Paciente en decúbito prono sobre la camilla, con el
operador de pie al lado de la disfunción, controlan- Articulación tibioperonea proximal
do con la mano distal el pie y el tobillo del paciente.
Decúbito supino
2. La mano proximal del operador se apoya sobre el
Técnica de movilización con impulso
hueco poplíteo, con la articulación metacarpofalán-
gica del dedo índice por detrás de la cabeza del Diagnóstico
peroné (fig. 19.51). Posición: cabeza del peroné anterior
Ré'stricción de movilidad: deslizamiento poste-
rior de la cabeza del peroné
1. Paciente en decúbito supino sobre la camilla, con
el operador de pie del lado de la disfunción.
2. La mano distal del operador controla la pierna en
extensión completa de rodilla y en una rotación in-
terna de tibia de aproximadamente 30º.
3. La eminencia tenar de la mano proximal del opera-
dor se coloca sobre la cara anterior de la cabeza
del peroné (fig. 19.53).
4. El operador alcanza la barrera de la movilidad
anteroposterior de la cabeza del peroné efectuan-
do una compresión hacia abajo, a través del brazo
extendido.
5. Cuando se alcanza la barrera se aplica un impulso
manipulativo, dejando caer el peso del cuerpo del
operador a través de su brazo extendido soore la
cara anterior de la cabeza del peroné.
Figura 19.51. 6. Se vuelve a examinar.

Figura 19.52. Figura 19.53.


Capítulo l 9 Extremidad inferior 453

REGIÓN DEL TOBILLO Tobillo: Articulación tibioperonea distal

La región del tobillo consta de la articulación tibio- Decúbito supino


peronea distal, la articulación de la cara superior del Diagnóstico
astrágalo con la mortaja articular tibioperonea y la ar- 1. Paciente en decúbito supino, con el operador a los
ticulación astragalocalcánea (subastragalina). Aun- pies de la camilla, cogiendo con la mano medial las
que la articulación astragalocalcánea se clasifica habi- caras posterior e interna del tobillo y el talón del
tualmente Como perteneciente al pie-, realmente paciente.
constituye la clave del movimiento funcional del as-
2. La mano lateral del operador coge el maleolo
trágalo. La restricción del astrágalo por arriba o por externo entre los dedos pulgar e índice (fig. 19.54).
abajo restringe significativamente.la moviltdad_ del to-
billo. El astrágalo ·tiene un gran.interés debido a que 3. La mano izquierda del operador desliza el maleolo
no posee inserciones musculares directas. Su movi- externo hacia delante y atrás con respecto al pie y
miento lo determinan la acción muscular sobre los tobillo fijados por la otra mano.
huesos subyacentes y suprayacentes. La disfunción 4. La restricción del movimiento hacia adelante repre-
del astrágalo en la mortaja·tibioperonea es una de las senta urí'a articul.ación tibioperonea distal posterior,
disfunciones más .comunes de la extremidad inferior. y la restricción del movimiento hacia detrás, una
Otra importante característica anatómica del astrá- articulaci6n tibioperonea distal anterior.
galo es que su superficie superior presenta forma de 5. Se compara con el otro lado.
cuña, con la parte posterior más estrecha que la ante-
rior, cuando se articula con la mortaja. El tobillo es
más estable cuando se encuentra en flexión dorsal
que cuando se encuentra en flexión plantar. La dis-
función más habitual de esta articulación es la res-
tricción a la dorsiflexión. La articulación tibiopero-
nea distal es bastante estable, trabaja en asociación
con la articulación tibioperonea proximal y rara vez
es disfuncional, aunque cuando sufre disfunción, el
tratamiento apropiado de la articulación tibiopero-
nea proximal con frecuencia restaura la función en la
articulación tibioperonea distal. La evaluación y el
tratamiento adecuados de las articulaciones tibiope-
ronea proximal y distal debe realizarse antes de tratar
la mortaja tibioperoneoastragalina.

Figura 19.54.
454 Principios vpráctico de lo medicino manual
Tobillo: Articulación tibioperonea distal 3. La eminencia tenar de la mano lateral del operador
se superpone al pulgar, con el resto de los dedos
Decúbito supino .
rodeando la cara posterior del tobillo (fig. 19.56).
Técnica de movilización con impulso 4. Cuando se alcanza la barrera, se aplica una movi-
Diagnóstico lización con impulso en dirección posterior, contra
Posición: articulación tibioperonea distal an- la cara anterior del maleolo externo en una acción
terior combinada de la eminencia tenar de la mano late-
Restricción de movilidad: movimiento posterior ral y el pulgar de la mano medial.
del maleolo externo 5. Reexaminar.
1. Paciente en decúbito supino, con el operador a los
pies de la camilla.
2. La mano medial del operador coge el talón del
paciente y mantiene el tobillo a 90º. El pulgar se
sitúa sobre la cara anterior del maleolo externo
(fig. 19.55).

i!

1:

Figura 19.55. Figura 19.56.


Capítulo 19 Extremidad inferior 455

Tobillo: Articulación tibioperonea distal 3. El operador coloca cada pulgar sobre la cara ante-
rior del cuello del astrágalo, con el resto de los
Decúbito prono
dedos bajo el antepié, y balancea pasivamente el
Técnica de movilización con impulso pie hacia la camilla, lo cual provoca dorsiflexión de
Diagnóstico la articulación tibioperoneoastragalina (fig. 19.59).
Posición: articulación tibioperonea distal poste- La restricción de la dorsiflexión se compara con la
rior del otro lado. Con frecuencia, el cuello del astrága-
lo del lado disfuncional es doloroso.
Restricción de movilidad: movimiento anterior
del maleolo externo · 4. El acortamiento de los músculos gemelos y soleo
1. Paciente en decúbito prono, con los pies por fuera constituye una causa habitual de restricción a la
del borde de. la camiHa. El ·operador se, encuen- dorsiflexión de la articulación tibioperoneoastraga-
tra de pie, a los pies de la camilla, mirando al pa- lína. ·
ciente.
2. La mano medial del operador coge el pie y el tobi-
llo manteniendo este último en dorsiflexión. Se co-
loca el pulgar sobre la cara posterior del maleolo
externo (fig. 19.57).
3. La mano lateral del operador coloca la eminencia
tenar sobre el pulgar de la otra mano (fig. 19.58).
4. Se alcanza la barrera en dirección anterior y se
aplica un impulso manipulador que empuja al male-
olo externo en dirección al suelo, por una acción
combinada de la eminencia tenar de la mano late-
ral y del pulgar de la mano medial.
5. Se reexamina.

Tobillo: Articulación tibioperoneoastragalina


Diagnóstico
1. Paciente sentado sobre la camilla con las piernas
colgando. Operador sentado frente al paciente.
2. El operador coge el aRtepié y realiza flexión plantar
hasta la barrera, evaluando la posibilidad de res-
tricción en ambos lados. Figura 19.58.

Figura 19.57. Figura 19.59.


456 Principios y práctico de lo medicino manual

Tobillo: Articulación tibioperoneoastragalina 3. Se alcanza la barrera a la dorsiflexión por medio de


un movimiento combinado de dorsiflexión del tobi-
Sedestactlln llo y una fuerza en dirección posterior sobre el cue-
llo del astrágalo.
Técnica de energía muscular
Diagnóstico 4. El paciente realiza una contracción hacia la flexión
plantar en contra de una resistencia igual y de sen-
Posición: astrágalo en flexión plantar tido contrario, durante 3-5 segundos (lig. 19.61 ).
Restricción de movilidad: dorsiflexión del astrágalo 5. Se realizan de tres a cinco repeticiones y después
1. Paciente sentado sobre el borde de la camilla, con de cada repetición se aumenta la flexión dorsal
el operador sentado frente al astrágalo afecto. hasta alcanzar una nueva barrera motriz.
2. El operador coloca la mano medial bajo la superfi- 6. Reexaminar.
cie plantar del antepié, con el primer espacio ínter- Nota: resulta útil hacer que el operador cruce las
digital de la mano lateral por encima del cuello del piernas por debajo del antepié del paciente, para
astrágalo (lig. 19.60). ayudarse a realizar la resistencia a la flexión plantar.
'
Tobillo: Articulación libioperoneoastragalina
Decúbito supino
Técnica de movilización con impulso
Diagnóstico
Posición: astrágalo en flexión plantar
Restricción de movilidad: dorsiflexión del astrágalo
1. Paciente en decúbito supino, con el operador de
pie al final de la camilla.
2. Las manos entrelazadas del operador rodean el pie
del paciente, con los dedos por encima de la cara
superior del cuello del astrágalo y los pulgares en
la planta del pie (lig. 19.62).
3. El operador alcanza la barrera realizando flexión
dorsal y tracción a lo largo del eje mayor de la tibia.
4. Se realiza una movilización con impulso, aumentando
la tracción sobre el eje de la tibia con ambas manos.
Figura 19.60. 5. Se reexamina.

il
:il

11

!1-
1
' Figura 19.61. Figura 19.62.
i

1
Capítulo 79 Extremidad inferior · 457

Tobillo: Articulación tibioperoneoastragalina Tobillo: Articulación astragalocalcánea


(subastragalina)
Decúbito supino
Examen del deslizamiento anteromedial y postero-
Técnica de movilización con impulso lateral.
Diagnóstico 1. Paciente en decúbito supino, con el operador de
Posición: astrágalo en flexión dorsal o en pie al final de la camilla, mirando al tobillo disfun-
flexión plantar cional.
Restricción de movilidad: flexión plantar o
2. La mano proximal del operador coge la región del
flexión dorsal del astrágalo
tobillo, colocando el primer espacio interdigital so-
1. Paciente en decúbito supino, con el operador sen- bre el cuello del astrágalo, el cual queda fijado po-
tado sobre el borde de la camilla, del lado disfun- .. niendo el pulgar sobre" el maleolo externo y el res-
cional y mirando en dirección caudal. "' · · · to de los dedos sobre el maleolo interno.
2. Se realiza flexión de 90º, rotación externa y abduc- 3. La mano distal del operador coge el calcáneo,
ción de la cadera del paciente. Se flexiona la rodi- mantiene el tobillo a 90º y efectúa una traslación
lla del paciente a 90º, poniendo el muslo contra la anteromedial y posterolateral del calcáneo por de-
cara posterior del tronco del operador. bajo del astrágalo, intentando apreciar restricción
3. El primer espacio interdigital de una mano se colo- de movilidad (fig. 19.64).
ca anteriormente, sobre el cuello del astrágalo, y el 4. Se compara con el lado contrario.
de la otra mano se coloca por detrás, sobre el
tubérculo del astrágalo, a través del tendón de
aquiles (fig. 19.63).
4. Se realiza flexión dorsal o flexión plantar del astrá-
galo en dirección a la barrera.
5. Cuando se alcanza la barrera se efectúa una movi-
lización con impulso de acción directa traccionan-
do del eje mayor de la tibia.
6. Se vuelve a examinar.

Figura 19.63. Figura 19.64.


458 Principios y práctica de la medicina manual

Tobillo: Articulación astragalocalcánea (subastra- PIE


galina)
El pie es una estructura compleja que incluye el tarso,
Decúbito supino el metatarso y las falanges. En el pie existen cuatro ar-
Técnica de movilización con impulso cos. El arco de carga externo, que discurre desde el
Diagnóstico calcáneo, a través del cuboides, hasta los metatarsia-
nos 4.2 y 5.2 y los dedos correspondientes. La clave de
Posición: astrágalo anteromedial o posterola-
teral este arco es el cuboides, el cual realiza rotación in-
terna y externa sobre la articulación anterior del cal-
Restricción de movilidad: deslizamiento poste-
cáneo. El arco interno es elástico y está formado por
rolateral o anteromedial del astrágalo
el astrágalo, el escafoides, el cuneiforme interno, el
1. Paciente en decúbito supino, con el operador sen-
primer rrietatarsiano y el primer dedo. Las rotaciones
tado sobre la camilla, mirando en dirección caudal.
interna y externa del escafoides sobre la cabeza del as-
2. Se realiza flexión de 90º, rotación externa y abduc- trágalo determinan la función del arco interno. El
ción de la cadera del paciente, junto con flexión de arco transverso consta del cuboides por fuera y el es-
rodilla de 90º, de forma que la cara posterior del cafoides y las cuñas por dentro.
muslo se coloca contra el tronco del operador. Las principales restricciones del arco transverso
3. El primer espacio interdigital de la mano medial del son la disfunción del cuboides lateralmente y del es-
operador contacta con la cara superior del calcáneo. cafoides medialmente. La disfunción más común del
4. El primer espacio interdigital de la mano lateral del arco transverso es la rotación interna y pronación del
operador coge la cara anterior y lateral del calcá- cuboides.
neo, abarcando al cuboides. El pulgar se encuen- El arco ·metatarsiano no es Uff verdadero arco,
tra sobre el escafoides tarsiano. pero representa la relación de las cabezas de los cinco
metatarsianos. Las restricciones de las cabezas de los
5. Si existe un astrágalo anteromedial (calcáneo
posterolateral) se realiza rotación interna del calcá- metatarsianos en su arco, son por lo general secunda-
neo (inversión hasta la barrera) (lig. 19.65). rias a la disfunción de los otros arcos del pie y se
acompañan de restricción de las partes blandas del
6. Si existe un astrágalo posterolateral (calcáneo pie, fundamentalmente de la fascia plantar.
anteromedial), se realiza rotación externa del cal-
La disfunción del escafoides puede provocar res-
cáneo (eversión) (lig. 19.66).
tricción a las rotaciones interna o externa. Esta dis-
7. Cuando se alcanza la barrera, las dos manos del función normalmente acompaña a la del cuboides y
operador aplican una movilización con impulso, lo más habitual es que el escafoides haga rotación ex-
efectuando una maniobra de distracción en el eje terna con elevación de su tubérculo medial. Una dis-
largo de la tibia. función mucho menos común es la rotación interna
8. Reexaminar. con hundimiento del tubérculo medial del escafoides.

\
·\

Figura 19.65. Figura 19.66.


Capítulo 19 Extremidad inferior 459

Los cuneiformes responden a la movilidad nor- Articulación calcaneocuboidea


mal o a la disfunción del escafoides o del cuboides. La
Decúbito supino
primera cuña hace rotación interna y externa sobre el
escafoides. El resto de los cuneiformes se deslizan en- Diagnóstico
tre ellos, y cuando son disfuncionales normalmente 1. Paciente en decúbito supino, con el operador de
se hunden, produciendo aplanamiento del arco pie al final de la camilla.
transverso. 2. El operador palpa la superficie plantar de cada
La primera articulación tarsometatarsiana tiene cuboides, buscando la prominencia de la tuberosi-
un movimiento semejante al del escafoides sobre el dad en el lado disfuncional.
astrágalo y al de la primera cuña sobre el escafoides.
3. El operador palpa la cara plantar de cada cuboides
El resto de las articulaciones tarsometatarsianas pre-
a la búsqueda de dolor y tensión.
sentan un juego articular de deslizamiento dorso-
plantar y de rotaciones interna y externa con respecto 4. El operador examina la movilidad del cuboides en
al arco transverso del tarso. cada lado, haciendo que la mano medial coja el cal-
Las cabezas de los metas forman el arco pseudo- cáneo y sujete el pie en posición de 90º de flexión
metatarsiano. El segundo metatarsiano parece ser el de tobmo. La mano lateral coge el borde lateral del
antepié, rodeando al cuboides. Se efectúan rota-
eje del antepié de forma que el primer metatarsiano
ciones interna y externa del antepié mientras se
se desplaza sobre el segundo, el tercero sobre el se-
monitoriza el movimiento en la articulación calca-
gundo, el cuarto sobre el tercero y el quinto sobre el neocuboidea (fig. 19.67).
cuarto. Los movimientos del juego articular existen-
tes son el deslizamiento dorsoplantar así como las ro-
taciones. La zona de restricción más habitual se en-
cuentra entre las cabezas del segundo y del tercer me-
tatarsianos. Cuando las cabezas de los metatarsianos
presentan restricción, es frecuente la existencia de
tensión y dolor en los músculos interóseos.
Las articulaciones ·metatarsofalángicas y las inter-
falángicas principalmente disponen de movimientos
de flexión dorsal (extensión) y flexión plantar
(flexión), aunque también presentan movimientos
menores de juego articular, como rotaciones e incli-
naciones internas y externas. El restablecimiento de
los movimientos del juego articular frecuentemente
elimina el dolor durante los movimientos de flexión y
extensión de las articulaciones metatarsofalángicas e
interfalángicas.
El principal objetivo del tratamiento manual del
pie consiste en restaurar la capacidad funcional de
todo el mecanismo, particularmente del cuboides, el
escafoides, las arsticulaciones tarsometatarsianas, las
cabezas de los metatarsianos y las articulaciones in-
terfalángicas. El diagnóstico y tratamiento apropiados
de las disfunciones del pie frecuentemente restablece
el movimiento indoloro. El tratamiento de estas dis-
funciones influye profundamente en el resto de las ar-
ticulaciones de la extremidad inferior y del tronco,
durante al marcha.

Figura 19.67.
460 Principios v pr6ctica de la medicina manual
Articulación calcaneocuboidea 2. Las dos manos del operador cogen el antepié.
Decúbito prono 3. El pulgar de la mano lateral se coloca sobre la
superficie plantar del cuboides y es reforzado por
Técnica de movilización con impulso el pulgar de la mano medial (fig. 19.68).
Diagnóstico
4. El operador balancea el pie en una serie de movi-
Posición: cuboides en pronación (en rotación
mientos oscilatorios, realizando flexión plantar del
interna)
antepié.
Restricción de movilidad: supinación del cuboi-
des (rotación externa) 5. C_uando se alcanza la barrera, el pie es «lanzado»
hacia el suelo, con una brusca plantiflexión del ante-
1. Paciente en decúbito prono, con la pierna a tratar
pié, al tiempo que los pulgares empujan al cuboides
por fuera del lateral de la camilla y con el operador
de pie del lado del pie disfuncional, mirando en dorsalmente hacia la rotación externa (fig. 19.69).
dirección cefálica. 6. Reexaminar.

Figura 19.68. Figura 19.69.


Capítulo 79 Extremidad inferior 461

Articulación calcaneocuboidea sobre la cara dorsal de los cuerpos del 4.º y el 5.º
metatarsianos (fig. 19.70).
Decúbito supino
4. Se alcanza la barrera de restricción levantando los
Técnicas de energía muscular y de movilización dedos medio y anular y hundiendo los metatarsia-
con impulso nos al presionar con la eminencia hipotenar hacia
Diagnóstico abajo.
Posición: cuboides en pronación (en rotación 5. Se pide al paciente que realice extensión del 5?
interna) dedo, contrarresistencia durante tres o cinco repe-
Restricción de movilidad.: supinación (rotación ticiones de 3-5 segundos.
externa) del cuboides 6. El operador alcanza una nueva barrera después de
1. Paciente ·en decúbito supino, con el operador de cada contracción.
pie al final de la camilla y de cara al pie afecto.
7. Con la misma presa y posición se puede aplicar
2. La mano medial coge el calcáneo y mantiene el una movilización con impulso por medio de una
tobillo formando un ángulo recto. súbita maniobra de elevación de los dedos medio y
3. La mano lateral del operador coge la cara lateral anular }"de hundimiento de los metatarsianos 4.º y
del pie con los dedos medio y anular sobre la cara 5.º (fig. 19.71).
plantar del cuboides y con la eminencia hipotenar 8. Se vuelve a examinar.

Figura 19.70. Figura 19.7L


462 Principios y práctica de la medicina manual

Articulación astragaloescafoidea Articulación astragaloescafoidea


Decúbito supino Decúbito supino
Diagnóstico: rotación interna o externa del escafoi- Técnicas de energía muscular y de movilización
des con impulso
1. Paciente en decúbito supino, con el operador de DiagnósticQ
pie al final de la camilla y mirando en direc"ión ce- Posición: escafoides en rotación interna o en
fálica. rotación externa
2. El operador palpa el tubérculo medial de cada es- Restricción de movilidad: Rotación externa 0
cafoides intentando apreciar la simetría, y la-posi- rotación interna del escafoides
ble existencia de tensión y dolor en las superficies 1. Las posiciones de paciente y operador son las mis-
medial y plantar. mas que las descritas para el proceso diagnóstico.
3. El primer espácio interdigital de la mano proximal 2. Si el escafoides se encuentra en rotación externa, la
del operador coge el cuello del astrágalo. El primer mano distal del operador realiza rotación interna del
. espacio interdigital de la mano distal rodea el esca- escafoides hasta la barrera de restricción (fig. 19 .72).
foides. El operador fija con la mano proximal y rea- SegJidamente se pide al paciente que realice inver-
liza rotación interna y externa con la mano distal, sión del tobillo contrarresistencia, durante 3-5 segun-
como si «escurriera ropa», evaluando la capacidad dos, realizándose de tres a cinco repeticiones.
de rotación interna (fig. 19.72) y externa
3. Después de cada contracción se aborda una nue-
(fig. 19.73). va barrera.
4. Se compara con el otro lado. 4. Cuando el escafoides se encuentra en rotación
interna, la mano distal efectúa rotación externa del
escafoides hasta la barrera restrictiva. Seguida-
mente se pide al paciente que realice eversión del
tobillo contrarresistencia, durante 3-5 segundos
(fig. 19.73).
5. Se realizan de tres a cinco repeticiones y el opera-
dor busca una nueva barrera después de cada
contracción del paciente.
6. En lugar de la acción de energía muscular se pue-
de emplear como fuerza de activación un impulso
rnanipulativo, movilizando la mano distal contra la
proximal.
7. Se vuelve a examinar.

Figura 19.72. Figura 19.73.


Capítulo 79 Extremidad inferior 463

Cuneiformes (articulaciones intertarsianas) 4. Se alcanza la barrera realizando flexión plantar del


antepié (fig. 19.75).
Decúbito supino
5. Se pide al paciente que intente levantar los dedos
Diagnóstico en dirección cefálica contrarresistencia, durante
1. Paciente en decúbito supino sobre la camilla, con 3-5 segundos (fig. 19.76).
el operador de pie, de cara a los pies del paciente.
6. Se realizan de tres a cinco repeticiones·y se busca
2. Los cuneiformes se cogen entre los dedos pulgares una nueva barrera después de cada intento del pa-
e índices, de forma que mientras se fija uno de ellos ciente.
se examinan los movimientos de deslizamiento dor- 7. Reexaminar.
soplantar del juego articular del otro (fig. 19.74).
Nota: Si existe disfunción del primer cuneiforme
3. Con los pulgares sobre el dorso de los cuneiformes con respecto al escafoides, se pueden modificar
y los demás dedos de ambas manos en la planta las maniobras de energía muscular y de moviliza-
del pie, los pulgares ejercen una fuerza en direc- ción con impulso del escafoides sobre el astrágalo,
ción plantar, determinando la presencia o ausencia cogiendo con la mano proximal el escafoides y con
de movimiento de rebote. la mano.distal el primer cuneiforme.
4. Se examinan ambos lados para compararlos.
5. ,Be puede aplicar una maniobra terapéutica de jue-
go articular fijando un cuneiforme y desplazando el
adyacente en dirección dorsoplantar.

Cuneiformes (articulaciones intertarsianas)


Decúbito supino
Técnica de energía muscular
Diagnóstico
Posición: hundimiento del cuneiforme
Restricción de movilidad: arqueo dorsal de los
cuneiformes
1. Paciente en decúbito supino sobre la camilla, con
el operador de pie, de cara a los pies del paciente.
2. La mano proximal del operador estabiliza el pie y
con el pulgar sobre la cara plantar del cuneiforme
disfuncional, ejerce una fuerza en dirección dorsal.
3. La mano distal del operador fija el antepié con la
eminencia hipotenar sobre la cara dorsal de los
cuerpos de los metatarsianos. Figura 19.75.

Figura 19. 74. Figura 19.76.


464 Principios y práctico de lo medicino monuol

Articulaciones tarsometatarsianas 4. Si se aprecia restricción se realiza una maniobra


de movilización sin impulso del juego articular
Decúbito supino
incrementando el movimiento de deslizamient~
Juego articular entre las bases de los metatarsianos a nivel de las
Diagnóstico: pérdida del deslizamiento dorso- articulaciones tarsometatarsianas.
plantar 5. Se evalúan y tratan secuencialmente todas las
1. Paciente en decúbito supino con el operador de pie bases y los cuerpos de los metatarsianos.
a los pies de la camilla. 6. Se compara con el otro lado.
2. Los dos pulgares cjel operapor se encuentran en la
cara plantar de las bases de los metatarsianos, con Articulaciones tarsometatarsianas
el resto de los dedos en la cara dorsal de la parte Decúbito supino
proximal de los cuerpos de los metatarsiai:ios.
Juego articular
3. Se fija un metatarsiano mientras el otro se desliza
Diagnóstico: evaluación y tratamiento de las rota-
en sentido dorsoplantar (fig. 19.77).
ciones interna y externa
1. Paciente en decúbito supino, con el operador de
pie al final de la camilla.
2. La mano proximal del operador fija los cuneiformes
con el primer espacio interdigital.
3. La mano distal del operador realiza flexión dorsal
del antepié y eversión (fig. 19.78) e inversión
(fig. 19.79).
4. Se comparan la eversión y la inversión de ambos
pies.
5. De existir restricción en cualquiera de las direccio-
nes, se aplica una maniobra de movilización con
impulso del juego articular en contra de la barrera
de restricción.
6. Se reexamina.

Figura 19.77.

Figura 19.78. Figura 19.79.


Capítulo 79 Extremidad inferior 465

Cabezas de los metatarsianos 2. El operador fija el hueso proximal (pr1mer metatar-


siano) con el pulgar y los demás dedos.
Decúbito supino
3. El operador coge el hueso distal (falange proximal
Juego articular del primer dedo).
Diagnóstico: restricción del juego articular en las
cabezas de los metatarsianos 4. Se realizan flexión y extensión, deslizamientos
anterior y posterior, rotaciones interna y externa e
1. Paciente en decúbito supino, con et ·operador de
inclinaciones interna y externa, evaluándose la
pie al final de la camilla.
resistencia al movimiento (fig. 19.81).
2. La mano medial del operador coge el cuerpo del
5. Se compara con el otro lado.
segundo metatarsiano, mientras la mar,o lateral
coge el cuerpo del tercero (fig. 19.80). 6. Se aplican movilizaciones del juego articular
secuenciales, para restaurar todos los movimien-
3. Mientras se mantiene fijo el segundo metatarsiano,
tos del juego articular.
la mano lateral del operador desplaza la cabeza
del tercer metatarsiano en la dirección dorsoplan- 7. El resto de las articulaciones interfalángicas se
tar, a la búsqueda de resistencia al movimiento. Se pueden tratar de la misma forma, fijando el hueso
efectúa comparación con el lado contrario. proximal'y moviendo el distal sobre él.
4. La mano medial del operador sujeta el cuerpo del
segundo metatarsiano y la mano lateral el cuerpo CONCLUSIÓN
del tercero. La mano lateral realiza rotacionesinter-
na y externa, evaluando la capacidad rotatoria de El pie es el bloque final del modelo postura! estruc-
la cabeza del metatarsiano. Se compara con el otro tural. Las disfunciones intrínsecas del pie o las secun-
lado. darias a otras disfunciones de la extremídad inferior
pueden afectar a la función biomecánica de todo el
5. Secuencialmente, se mueve el cuarto metatarsiano
aparato locomotor. La función articular de la. extre-
sobre el tercero, el quinto sobre el cuarto y el pri-
midad inferior es esencial para una marcha simétrica.
mero sobre el segundo, de manera similar a la des-
La planta del pie es un órgano sensitivo para el equi-
crita.z
librio sensitivomotor. La evaluación y el restableci-
miento de la función del pie y de la extremidad infe-
Articulaciones metatarsofalángicas e interfalángicas
rior es una parte fundamental del manejo de pacien-
Decúbito supino tes con problemas musculoesqueléticos.
Examen de la movilidad y juego articular
Ejemplo: primera articulación metatarsofalángica
1. Paciente en decúbito supino, con el operador de
pie a los pies de la camilla.

Figura 19.80. Figura 19.81.


Sección INTEGRACIÓN
Y CORRELACIÓN CLÍNICAS
PRINCIPIOS Y PRESCRIPCIÓN
DEL EJERCICIO

El ejercicio tiene una larga historia en las artes cura- mientras que otros equipos han sido diseñados para
tivas y ha sido utilizado para el mantenimiento de la el mantenirtliento de la capacidad aeróbica y la res-
salud y la prevención de la enfermedad, tanto por la tauración de la forma fisica, después de periodos de
cultura oriental como por la cultura occidental. La lesión o enfermedad.
antigua Grecia inició las Olimpiadas para honrar a A pesar de todas las actividades descritas, este au-
aquéllos con capacidades atléticas excepcionales. Los tor ha observado que muchos profesionales sanitarios
atletas olímpicos de la actualidad continúan esa tradi- de disciplinas diversas, tienen unos conocimientos y
ción, dedicando ingentes cantidades de tiempo y una comprensión limitados de sobre cómo prescribir
energía para elevar su nivel de pericia y aumentar al los ejercicios apropiados para sus pacientes. Aunque
máximo sus capacidades de acción. existen numerosos programas con un valor genérico,
En la actualidad existe un interés creciente por el cada paciente es individual y requiere un programa
ejercicio y las actividades deportivas. Sigue aumentan- de ejercicios específico para su problema. El médico
do el número de balnearios y centros deportivos con- precisa de la capacidad para identificar problemas del
sagrados al principio de que el ejercicio es un bien sistema neuromusculoesquelético del paciente y pres-
primordial, esencial para la propia salud amén de cribir los ejercicios adecuados, igual que prescribe
agradable pasatiempo para el ocio. medicación, medicina man u.al o. cirugía. Los siguien-
El ejercicio es cada vez más utilizado por los pro- tes principios y procedimientos son los que este autor
fesionales sanitarios de diferentes disciplinas, particu- ha encontrado efectivos y son el resultado de la con-
larmente por los fisioterapeutas. En el campo del do- tribución de numerosos autores y colegas.
lor lumbar, los ejercicios de flexión de Williams y el
programa de extensión de Mackenzie han sido y son
PRINCIPIOS DEL DESEQUILIBRIO MUSCULAR
ampliamente utilizados. En el programa de Williams
hay algo más que flexión y en el de Mackenzie algo Como se estableció en el Capítulo 1, el objetivo de la
más que extensión, pero ambos sistemas y muchos manipulación consiste en réstaurar el máximo movi-
otros programas similares, han sido diseñados para miento indoloro del sistema musculoesquelético en
aumentar la fuerza y la flexibilidad del paciente que el equilibrio_postural. Cuando la intervención mani-
sufre dolor lumbar por diferentes causas. _pulativa ha conseguido la máxima movilidad, se plan-
Existen numerosos textos sobre nianiobras ma- tea la pregunta de cómo se mantiene. La respuesta
nuales para pruebas musculares, estiramientos y for- obvia es: por medio de un programa de ejercicios ade-
talecimiento. Más recientemente se han editado se- cuado, que el paciente pueda llevar a cabo y que man-
ries de videos, tanto para profesionales sanitarios tenga la capacidad funcional de su sistema musculo-
como para el público en general, como ayuda para el esqueiético, con los condicionantes anatómicos espe-
mantenimiento de la salud y la instauración de un cíficos. El profesional de la. medicina manual se
plan terapéutico. encuentra condicionado por la anatomía existente, la
Se han desarrollado numerosos aparatos de ejer- cual puede encontrarse alterada por una anomalía
cicios diagnósticos y terapéuticos, que se encuentran congénita, un traumatismo aislado o repetitivo, o rma
en la actualidad en el mercado. Estos equipos miden intervención quirúrgica. A pesar de la alteración ana-
objetivamente 1a amplitud de movilidad y la fuerza tómica y patológica existentes, es extraordinaria-
del músculo en diferentes actividades fisicas. Algunas mente sorprendente y gratificante, tanto para el tera-
máquinas están pensadas para ejercitar diversas zonas peuta como para el paciente, comprobar la gran ca-
del cuerpo y sus correspondientes grupos musculares, pacidad funcional que puede ser recuperada y
469
470 Principios y próc/Jca de la medicina manual

mantenida por medio de un programa de ejercicios Figura 20. l.


adecuado. Tipos de receptores articulares
La prescripción correcta de ejercicios le transmite Forma Nervio Características
al paciente la capacidad y la responsabilidad de man-
tener un alto nivel de salud neuromusculoesquelé- l. Globular Poco mielinizado Mecanorreceptores estáticos
y dinámicos
tica. Es importante que el paciente comprenda y se 2. Cónico Muy mielinizado Mecanoíreceptor dinámico
comprometa a llevar a cabo el programa de ejercicios 3. Fusiforme De mielinización Mecanorreceptor
que se precise. Siendo todo lo extenso que sea nece- media
sario, debería ser simple y poder ser realizado sin de- 4. Plexiforme Amielínico Nociceptor

pender de equipos o instalaciones especializadós. Ob-


viamente, si se dispone de equipos apropiados, su uso
puede ser beneficioso. Resulta esencial la compren- puestas a los cambios estáticos y dinámicos, de um-
sión, por parte del paciente, de que después de una brales bajos o altos, y con rangos que oscilan desde la
patología musculoesquelética discapacitante, es im- adaptación rápida a la adaptación lenta o a la no
perativo continuar con un programa de ejercicios ac- adaptaci¡in. En términos simplistas, este sistema su-
tivos durante el resto de su vida. ministra información al sistema nervioso central
acerca de la posición tridimensional de las articula-
PRINCIPIOS DEL CONTROL MOTOR ciones y de la velocidad del cambio en sus relaciones.
Esta información articular, que combina impulsos
Patología muscular
procedentes del huso muscular y de los órganos ten-
La patología funcional del músculo se produce como dinosos de Golgi, los cuales informan de la longitud y
resultado de la perturbación del extraordinariamente la tensión muscular, se transmite a la médula espinal
complejo sistema de control neurológico. Un trastor- para su procesamiento central. Las fibras aferentes
no de la función musculoesquelética inicia una serie procedentes de los nociceptores y de los mecanorre-
de sucesos, comenzando con la estimulación de los ceptores entran en el cuerno posterior donde se ini-
mecanorreceptores y de los nociceptores, la cual da cian y son mediados numerosos reflejos neurológicos.
como resultado una actividad nerviosa aferente que
inicia una variedad de reflejos tanto en médula y tron- Neuronas
co cerebral como a nivel cortical. La vía final común Existen numerosas combinaciones de conexiones
es la motoneurona a, la cual estimula la contracción neuronales que actúan sobre la vía final común de la
de la fibra muscular y, por medio del sistema y, la neurona motora. El fenómeno de la divergencia des-
adaptación del huso, produciendo la modificación cribe el proceso por el que una neurona aislada hace
del tono muscular. La disfunción articular o muscular sinapsis en varios órganos_ destino, ya sea directa-
crónica retroalimenta el bucle aferente con más noci- mente o a través de interneuronas. El fenómeno de la
cepción e información mecanorreceptora anormal, convergencia describe el proceso según el cual una
perpetuando el tono muscular aberrante. Cuanto me- neurona motora recibe información de diferentes fi-
jor se pueda interrumpir y reprogramar este círculo bras, tales como fibras aferentes, interneuronas, y fi-
vicioso, mejor se mantendrá el tono y el equilibrio bras descendentes procedentes de otras regiones es-
global de la musculatura. pinales y supra:espinales. El proceso de control de la
compuerta. consiste en alterar la salida de la moto-
Morfología
neurona, víi neuronás o interneurorias inhibitOrias
La morfología y las características funcionales de los procedentes de señales de control descendentes. En
sistemas receptores articulares han sido bien estudia- ocasiones, el control de la cómpuerta puede iniciarse
das a partir de los trabajos de Wyke y sus colega.$. por inhibición presináptica, como por ejemplo, una
señal de control inhibitorio descendente que actúa
Receptores sobre los terminales presinápticos de las fibras afe-
Existen básicamente cuatro tipós diferentes de recep- rentes.
tores (fig. 20,1). Estos receptores se encuentran en las
cápsulas articulares, en los ligamentos y en las almo- , . Componentes del sistema motor
hadillas grasas de las articulaciones. Presentan dife~ · El sistema motor está· formado por cuatro compo-
r.eµf!."~ t:¡t¡náños, formas, man_e~s de,ag¡;upars_e: y fi,,-... nentes qrganiza,dos júárq1,1icamente. De arriba a_aba- .
. ,bras,•nerviosas, las cuales pi,iede¡¡ v¡µiir,cies4é fibras • jo son· las regiones corticales ¡,remotoras, la corteza •·
amielínicas de pequeño calibre a fibras mie)ínkas de.· motora, .el tronco cerebral y la médula espinal. Mu-
muy pequeña, pequeña, mediana y gran mieliniza- chas de las actividades del sistema motor se inician y
ción. Sus diferentes comportamientos incluyen res- se mantienen en la médula espinal, la cual está pro-
Capítulo 20 Principios y prescripción del ejercicio 471

gramada para responder tanto a estímulos centrales parte del control central sobre la médula procede de
como periféricos, además de poseer la capacidad de información de estas vías descendentes del tronco ce-
aprender. El comportamiento normal preprogra- rebral.
mado puede ser sustituido por una respuesta anormal
si la médula recibe estimulaciones aberrantes repeti- Vías corticales
das. Este proceso puede ser considerado bueno o Las vías corticales descendentes constan de haces cru-
malo, dado que la médula que aprende a perpetuar zados y directos. El fascículo piramidal lateral cruza
un comportamiento mecánico anormal, por la persis- en la decusación piramidal y termina en la cara late-
tencia de patología estructural o funcional, puede ser ral de la médula. Este sistema tiene abundantes cone-
reprogramada a una actividad más normal merced a xiones con el fascículo rubroespinal del tronco cere-
apropiados procedimientos de medicina manual y bral. El fascículo piramidal ventral es directo y finaliza
ejercicio. más centralmente, en la parte ventral de la médula.
Los cuatro componentes del sistema motor se en- La información procedente de este fascículo se trans-
cuentran funcionalmente interrelacionados. Un estí- mite a través de las vías ventrales internas del tronco
mulo periférico inicia una señal aferente a los reflejos cerebral. J,.a mayor parte de la influencia cortical en
espinales segmentarios y transporta la información la actividad medular se produce a través de las vías del
centralmente al tronco cerebral y a las áreas cortica- tronco cerebral más que directamente sobre la mé-
les. La información a nivel medular llega a los grupos dula. La información descendente procedente de la
musculares a través de vías espinales, generándose la corteza y del tronco cerebral está diseñada para ini-
fuerza necesaria para desplazar una carga. Las res- ciar la acción muscular y modularla en función de la
puestas a esta actividad vuelven por bucles aferentes, respuesta. Gran parte de la información descendente
uniéndose a la estimulación aferente original, para es inhibitoria de las respuestas medulares programa-
continuar el procesamiento de información en el ni- das, de forma que la acción resultante esté controlada
vel medular. La entrada aferente inicial estimula los y sea suave y acorde con el resultado deseado.
niveles corticales y del tronco cerebral iniciando vías
descendentes, tanto desde el tronco cerebral como Motoneurona a
desde la corteza motora. Estas complejas vías descen-
La estimulación de la motoneurona a, la vía final co-
dentes son moduladas por el ganglio basal y por los
mún, produce la actividad muscular. La información
sistemas cerebelares, modificándose la actividad del
sobre la acción resultante se trasmite a través de un
tronco cerebral, que desciende a través de la médula,
complejo sistema servorregulador para determinar
modulalos reflejos medulares y termina influyendo
la longitud y la tensión del músculo. El control de la
en la actividad muscular.
longitud muscular se efectúa fundamentalmente por
Médula espinal la respuesta del huso muscular. Cuando el músculo
se estira, el aumento de la descarga del huso muscu-
La médula espinal posee intrincadas interconexiones lar informa a la médula de que el músculo se está
neuronales, a través de vías intersegmentarias largas y alargando. Cuando el músculo se contrae, y se pro-
cortas, que influyen en los grupos de neuronas moto- duce acortamiento de las fibras extrafusales, inicial-
ras de los músculos del esqueleto axial y de las extre- mente se produce un silencio eléctrico del huso mus-
midades. Los circuitos neuronales para los músculos cular, seguido de su rápida estimulación para acor-
axiales se orientan medialmente, mientras que los de tarse en respuesta al acortamiento de las fibras
la$ extremidades se orientan más lateralmente, sien- extrafusales. El huso dispone de fibras con saco nu-
do los miembros proximales centrales y los distales clear y de fibras con cadena nuclear, disponiendo
más laterales. Estas vías neuronales aparecen tanto cada uno de los tipos de fibras de su propio control
ipsi como contralateralmente y discurren arriba y aferente. El huso responde al cambio estático de lon-
abajo a lo largo de varios niveles medulares. gitud, así como, de forma dinámica, a la velocidad
con que se produce dicho cambio. El control de la
Vías del tronco cerebral
tensión muscular es regulado fundamentalmente
Existen dos grupos de vías que descienden del tronco por el órgano tendinoso de Golgi. Los husos muscu-
cerebral. El primero es el grupo ventral interno, el lares se disponen en paralelo a las fibras extrafusales,
cual incluye los haces reticuloespinal, vestibuloespi- pero los órganos tendinosos de Golgi se disponen en
nal y tectoespinal. El segundo lo constituyen las vías serie y responden al estiramiento y a la contracción
dorsolaterales, las cuales son, fundamentalmente, las del músculo, descargando más activamente durante
relacionadas con los núcleos rojos. El fascículo ru- la contracción muscular e iniciando un arco reflejo
broespinal cruza centralmente y desciende por el cor- inhibitorio que impide la sobrecarga del músculo y
dón dorsolateral contralateral de la médula. Gran de la unión miotendinosa.
472 Principios y práctico de lo medicino manual

La motoneurona a se encuentra controlada por la Todos los músculos poseen una mezcla de fibras
demanda central y a través de bucles retroinformati- len tas y rápidas, pero algunos tienen un predominio
vos. El control central de la motoneurona y establece de fibras lentas, mientras que otro tienen un mayor
la longitud del huso muscular y la ajusta a la actividad número de fibras rápidas. Los músculos con función
prevista de la estimulación positiva de la motoneu- fundamentalmente postura! en la región de la pelvis
rona a. Después de la estimulación de ésta se produ- y de la cadera son los isquiotibiales, el iliopsoas, el
cen cambios en la longitud y en la tensión del múscu- rec!O anterior, el tensor de la fascia lata, los aductores
lo. El huso compara entonces la actividad prevista con de la cadera y el piramidal. Los músculos fásicos de es-
la respuesta real. Las diferencias entre los cambios tas zonas son los vastos interno y externo del cuádri-
previstos y los reales producen una longitud y una ten- céps y lós glúteos mayor, mediano y menor. En el
sión apropiadas a lo largo de toda la actividad. Los bu- tronco, la musculatura tónica postura! la constituyen
cles procedentes del huso informan de las diferencias los grupos erectores espinales, especialmente de las
en la longitud, mientras que el órgano tendinoso de regiones lumbar y cervical, el cuadrado lumbar y los
Golgi informa de las diferencias en la fuerza. Los bu- escalenos. Los músculos fásicos del tronco son los que
cles de retroalimentación pueden ser tanto excitado- forman ·la musculatura espinal erectora de la región
res como inhibidores de la motoneurona a, de forma dorsal ciedia. En la extremidad inferior, los músculos
que la actividad final del músculo sea la apropiada. gemelos y soleo son tónicos, mientras que el tibia! an-
terior y los peroneos son fásicos. En la cintura esca-
Otra vía refleja pular, los músculos tónicos posturales son el pectoral
Otra vía refleja básica gobierna la inervación y la in- mayor, el angular de la escápula, el trapecio superior
hibición recíprocas. La estimulación simultánea de y el bíceps braquial, mientras que los fásicos son el
los músculos flexores y de los extensores se denomiria romboides, el trapecio inferior y el tríceps braquial.
cocontracción, la cual estabiliza la articulación y li- El buen conocimiento de la función muscular, sea fá-
mita su movilidad. Durante la flexión, los flexores se sica o tónica, es esencial para la prescripción de un
contraen y, por medio de la inhibición recíproca, el programa apropiado de ejercicios.
grupo muscu1ar extensor se relaja, permitiendo una
actividad flexora controlada. En la extensión ocurre CAUSAS TEÓRICAS DEL DESEQUILIBRIO
justo lo contrario: los extensores se contraen y los fle- MUSCULAR
xores se inhiben y se relajan. Esta inhibición recí-
proca se produce tanto contralateral como ipsilate- Mala regulación del sistema nervioso
ralmente. Cuando un flexor se contrae, se produce central
una relajación refleja del flexor contralateral. Cuanto El desequilibrio muscular consiste en el acorta-
más fuertemente se contrae un músculo, más se in- miento y la tensión de ciertos grupos musculares (ge-
hibe su antagonista. Este fenómeno también se pro- neralmente los músculos tónicos), la debilidad de
duce ipsi-y contralateralmente. A través de esta vía re- otros grupos musculares (habitualmente los múscu-
fleja, el músculo facilitado se contrae y se mantiene los fásicos) y la pérdida de control de la función mus-
en posición acortada, provocando la inhibición del cular global. Las alteraciones de la longitud, la fuerza
antagonista, el cual se debilita. y el control motor pueden producirse por una gran
variedad de causas. El equilibrio muscular adapta
Tipos de fibras musculares
permanentemente la postura corporal a la gravedad.
El músculo se caracteriza por el tipo de sus 6bras, de La mala postura provoca una modificación _del cen-
contracción lenta o rápida. Los músculos lentos utili' tro -de gravedad, lo cual inicia respuestas mecánicas
zan metabolismo oxidativo y disponen de una alta que exigen la adaptación muscular. El cambio del
densidad capilar, lo cual les confiere su color rojo ca- comportamiento mecánico de una articulación oca-
racterístico. Su vdocidad de contracción es lenta y su siona alteraciones neur.orreflejas de la ~unción mus-
función es la que ·se describe como tónica o postura!. cular, debidas a la estimulación aferente aberrante
Los músculos que poseen una alta concentración de de los mecanorreceptores sobre los reflejos articula-
unidades lentas reaccionan a los trastornos funciona- .res. La activación prolongada de los reflejos articula-
les sufriendo acortamiento y aumento de la tensión. res anormales hace que la memoria medular cambie
· Las fibras de contracción rápida utilizan una vía me- su programa normal por un programa anormal de
_tabólica gljcolítica,. s~.Jatigansim. facjlidalfy tienen adaptación, dando como resultado el desequilibrio .
una baja densidad capilar, lo cuá.Lles condiciona un· muscul~r. Por tanto,· puede decirse que el desequili-
color más blanqUecino. Los miísculos de este tipo· se brio muscular se produce por la mala regulación del
describen como funcionalmente fásicos, y se debilitan sistema nervioso central, ya sea del nivel medular o
en respuesta a los posibles trastornos de su función. de centros superiores, por reacciones y respuestas al-
Capítulo 20 Principios y prescripción del ejercicio 473

teradas de agonistas y antagonistas a la disfunción delmúsculos débiles son los glúteos mayor y mediano,
sistema límbico. mientras que los músculos facilitados y tensos son él
El equilibrio muscular se ve alterado en respuesta iliopsoas, el piramidal, los aductores y el tensor de la
fascia lata. En la disfunción de hombro, 1os músculos
a estímulos nocivos de las vías centrales y de los refle-
débiles son el supraespinoso, el deltoides, el infraes-
jos segmentarios. La mediación central, a través del sis-
pinoso, el romboides, el trapecio inferior y el gran se-
tema reticular lateral, modifica la actividad de las mo-
toneuronas y, produciendo hiperreflexia y alteración rrato, mientras que los músculos facilitados y tensos
de las secuencias de activación temporal de la acción son el angular de la escápula, el trapecio superior y
muscular. A nivel segmentarlo, la· nocicepción facilita los pectorales.
las motoneuronas a de los flexores en los miembros y Patranes de descarga de los músculos. La disfunción
muscular no sólo se caracteriza por la facilitación y la
de los extensores en el cuello y el tronco. El equilibrio
muscular responde a las demandas físicas que se le rea- inhibición, sino también por las secuencias de des-
lizan. Dependiendo de su vía metabólica, el músculo carga de los músculos. Los patrones de descarga mus-
responde a la fatiga de diferentes maneras. Los múscu- cular alterados muestran retrasos en la activación y en
los tónicos se fatigan más lentamente que los fásicos. la amplitud de la actividad electromiográfica de los
En presencia de patrones de movimiento alterados de- músculos Jinámicos/fásicos. El ejercicio continuo,
bido al sobreesfuerzo crónico, algunos músculos se cuando existen secuencias de descarga muscular
pondrán tensos y aparecerán hábitos musculares anor- anormales, perpetúa la hipertonía, la tensión y el
males. Por este motivo la programación motora por acortamiento de los músculos tónicos y la inhibición
medio de ejercicios apropiados es tan importante. progresiva de los músculos fásicos.
Los factores psicológicos también pueden afectar El trabajo investigador de Janda descubrió las se-
al equilibrio muscular y al tono. Todo el mundo co- cuencias de descarga mus,ular normales y anormales
noce la tensión y la fatiga que se produce cuando es- en los patrones de movimiento de la extensión de ca-
tamos nerviosos por algo. dera, la abducción de cadera y la abducción de hom-
El desequilibrio muscular es claramente un pro- bro. La secuencia de descarga normal de la extensión
blema multifactorial que puede ser extraordinaria- de cadera en decúbito prono es isquiotibiales, glúteo
mente complejo. En términos simplistas, el resultado mayor, musculatura erectora espinal lumbar inferior
del desequilibrio muscular es que los músculos tensos contralateral y musculatura erectora espinal lumbar
se hacen más tensos, los músculos débiles se debilitan inferior ipsilateral. La alteración más habitual de este
aún más y el control motor se hace cada vez más asi- patrón normal es el fracaso de la activación y la debi-
métrico. Cada uno de estos factores debe ser tenido lidad del glúteo mayor, sustituido por los isquiotibia-
en cuenta en un programa de ejercicios. les y por la musculatura espinal erectora de, especial-
mente, las regiones lumbar superior y dorsal inferior
(fig. 20.2, a y b).
Teoría científico-clínica de Janda
La secuencia de descarga muscular para la abduc-
La mayor parte del siguiente material está basado en ción de cadera en decúbito lateral es glúteo mediano,
el trabajo de Janda, especialista en rehabilitación de tensor de la fascia lata, cuadrado lumbar ipsilateral y
la Universidad de Charles, Praga (República Checa),. erectores espinales. El patrón vicaria! más común se
quien ha estudiado la función muscular normal y debe a la debilidad del glúteo mediano y consiste en
ailormal, tanto a través de la investigación básica co- una descarga precoz del tensor de la fascia lata o del
mo de la investigación aplicada a la clínica. J anda ha cuadrado lumbar. La descarga precoz del tensor de la
determinado que la disfunción muscular no es un su- fascia lata produce rotación interna y flexión de la ca-
ceso aleatorio, sino que los músculos reaccionan en dera durante la abducción de ésta. Aunque el peor
patrones característicos. pronóstico es cuando el movimiento lo inicia la des-
. Pseudoparesia. Los músculos posturales/ tónicos carga del cu¡,drado lumbar (fig. 20.3, a y b) .
responden a la disfunción con facilitación, hipertonía La secuencia de descarga ·de la abducción de
y acortamiento. Los músculos dinámicos/fásicos res- hombro en sedestación es supraespinoso, deltoides,
ponden a la disfunción con inhibición, hipotonía y . infraespinoso, trapecio medio e inferior y cuadrado
debilidad. Janda ha descrito esta debilidad como lumbar· contralateral. El patrón de sustitución más
pseudoparesia. La debilidad del músculo se debe más habitual consiste en la elevación del hombro por me-
a la inhibición que al hecho de ser intrínsecamente dio del angular de la escápula y el trapecio superior y
débil. Existen múltiples patrones de respuesta muscu- en la descarga precoz del cuadrado lumbar, inclÚso
lar a la disfunción, en las que ciertos músculos se in- del homolateral. (fig. 20.4;a y b).
hiben y se debilitan, mientras que otros se ven facili- Sírulmmes de desequililnio muscular. Janda también
tados y se tensan. En la región de la cadera, los ha descrito tres síndromes debidos al desequilibrio
474 Principios y práctica de la medicino manual

Figura 20.2.
(a) Posición de partida del patrón de descarga en la extensión de la cadera. (b) Patrón de descarga de la extensión
de la cadera durante la contracción muscular del paciente.

Figura 20 .3.
(a) Posición de partida del patrón de descarga de la abducción de la cadera. (b) Patrón _de descarga de la abducción
de cadefa durante la contracción muscular del paciente.

muscular, a saber el síndrome cruzado inferior, el sín- la región lumbar inferior, tensión en la musculatura
.· dróme cruzado superior y el síndrome· de est~~tifica- erectora espinal dorsal inferior y lumbar superior, de-
ción ascendente. ·Los síndromes cruzados superior e bilidad en los romboides y en el trapecio inferior y
inferior se describirán más adelante. El síndrome de · tensión en el trapecio superior y en el angula, de la es-
estra:tific_ación se carac.teri~a por franjas 1.e tensió!1 cápula. Otra característica de .este síndrome son· las
'mÜsculá.r y de debilidad, alternada_s en la superficie bandas existentes en la mu_scula:t~ra ere_ctora e~pi,~al.
-; do~!ikdcekcuerpó, .comerizándo desde ab~á y·en di; . ·.· ·Con:Uná. obser_Vación ::rn_inticibsá/ el ~xa:i~iiriador es· Cá-'
. red:ión Úfálica- (fig. 20.5, á--cl). Se suele presentar ten:· paz de descubrír zonas de hipertonía e inhibición, al-
sión en los músculos gemelos, soleo e isquiotibiales, ternadas en diferentes grupos de la masa muscular
debilidad en los glúteos y en los erectores espinales de erectora espinal, especialmente en el dorsal largo, las
Capítulo 20 Principios y prescripción del ejercicio 475

Figura 20.4.
(a) Posición de partida del patrón de descarga de la abducción del hombro. (b) Patrón de descarga de la abducción
de hombro durante la contracción muscular del paciente.

cuales se reflejan como capas prominentes y con pe- cremento de la capacidad funcional del sistema
queños bultos, cuando se observa tangencialmente a musculoesquelético, obtenido con la apropiada inter-
lo largo de la masa erectora espinal (fig. 20.6). vención manual. Los ejercicios correctos ayudan al
paciente a asumir el control de su sistema musculoes-
PRINCIPIOS DEL TRATAMIENTO quelético y de su patología dolorosa asociada. La me-
DE LOS DESEQUILIBRIOS MUSCULARES joría del equilibrio muscular protege al sistema osteo-
articular y reduce la tensión sobre la articulación, su
Cuando se tratan los desequilibrios musculares, los cápsula y sus ligamentos. El adecuado equilibrio mus-
principios fundamentales consisten en restablecer la cular entre agonistas y antagonistas facilita la absor-
longitud, la fuerza y el control de la función muscu- ción de fuerzas de choque y evita las cargas de im-
lar. Muchos sistemas de ejercicios se preocupan de la pacto sobre las superficies articulares. Lewit destacó
longitud y la fuerza, pero muy pocos se cuidan de los que la disfunción del sistema musculoesquelético pre-
aspectos relativos al control motor. Un programa de cede a los cambios degenerativos morfológicos. In-
ejercicios que pretenda ser eficaz ha de restaurar el cluso se ha propuesto la hipótesis de que la consecu-
control neurológico de la función muscular al tná- ción y el mantenimiento de una longitud y una fuerza
ximo posible. Se ha de prestar especial atención a la apropiadas de los flexores y los extensores de cadera
secuencia de descarga muscular. Para conseguir estos podría preve_nir la osteoartrosis de és_ta.
resultados, la secuencia que ha demostrado ser más
útil es la siguiente:
ENTRENAMIENTO DEL EQUILIBRIO
l. Entrenamiento del equilibrio sensitivomotor; SENSITIVOMOTOR
2. Estiramiento de los músculos acortados, tensos
e hipertónicos hasta conseguir la simetría; El entrenamiento del equilibrio sensitivomotor resta-
3. Fortalecimiento de los músculos débiles e inhi- blece la simetría de los patrones de descarga muscu-
bidos hasta obtener el equilibrio; lar, para el control de la función motora. La restaura-
4. Recuperación de la simetría en los patrones de ción de las secuencias de descarga muscular normales
movimiento; y concede la oportunidad de estirar con éxito los mús-
culos hipertónicos acortados, y de reforzar los mús-
5. Acondicionamiento aeróbico.
culos inhibidos.
OBJETIVOS DEL TRATAMIENTO El equilibrio corporal es una función compleja, re-
DE LOS DESEQUILIBRIOS MUSCULARES sultado de tres sistemas aferentes fundamentales.
Nuestra orientación en las tres dimensiones del espa-
En el ejercicio de la medicina manual, el objetivo de cio se consigue a través del sistema visual, del sistema
un programa de ejercicios consiste en mantener el in- vestibular y de las informaciones propioceptivas pro-
476 Principios y práctico de lo medicino manual

!!.,..
'
.

Figura 20.5.
(a) Síndrome de estratificación, isquiotibiales. (b) Síndrome.de estratificación, raquis lumbar. (e) Síndrome
de estratificación, raquis dorsolumbar. (d) Síndrome de estratificación, raquis dorsal superior.
:1~--
1-
Capítulo 20 Principios y prescripción del e¡ercicio 477

Figura 20.6.
Bandas musculares.

cedentes de la planta de los pies. El cuerpo se adapta


a la pérdida de la visión intensificando la propiocep-
ción de las extremidades y generando una mayor de-
pendencia del mecanismo vestibular. Del mismo
modo, el sistema visual suple la posible reducción de la
eficiencia de la información propioceptiva procedente
del contacto de las plantas de los pies con el suelo.

Indicaciones del entrenamiento


El primer indicio de que un paciente puede precisar Figura 20.7.
de entrenamiento del equilibrio sensitivomotor apa- Evaluación del equilibrio, nivel uno.
rece durante los exámenes general y detallado, espe-
cialmente de la función de la cintura pelviana. Du-
rante el test de la cigüeña el paciente permanece en
30 segundos en la posición del nivel tres, es decir, en
apoyo monopodal. Si el paciente se muestra tan ines-
apoyo monopodal, con los brazos cruzados y con los
table que resulta imposible realizar el test de una ma-
ojos cerrados.
nera suave, existe un alto índice de sospecha de que
el paciente presenta un déficit de sensibilidad pro- Reeducación
pioceptiva en la planta del pie. En la prueba diagnós-
tica inicial se pide al paciente que permanezca de pie La reeducación sensitivomotora debería realizarse
sobre los pies descalzos, primero sobre un pie y des- con los pies descalzos, sobre una superficie alfom-
pués sobre el otro, para comprobar si existe el mismo brada o enmoquetada. U no de los principales objeti-
equilibrio en el lado derecho que en el izquierdo vos es la estimulación de los propioceptores de la
(fig. 20.7). El segundo nivel de dificultad de este test planta del pie. Se comienza practicando el acorta-
consiste en pedir al paciente que permanezca apo- miento del pie. El «pie corto» se obtiene intentando
yado sobre un solo pie, con los brazos cruzados coger el suelo con la planta del pie, pero sin realizar
(fig. 20.8). Así se elimina la asistencia al equilibrio una flexión excesiva de los dedos. El pie acortado
que ejercen la parte superior del tronco y las extre- eleva el arco longitudinal interno e intensifica la sen-
midades superiores. En el tercer nivel de dificultad se sibilidad de la planta del pie. Todos los ejercicios de-
solicita al paciente que, en apoyo monopodal y con berían ser realizados con el pie acortado. En la fi-
los brazos cruzados, cierre los ojos (fig. 20.9). La su- gura 20.10 se muestra un programa sencillo de ejer-
presión de la percepción visual aumenta enor- cicios domiciliarios.
memente la dificultad. Idealmente, el paciente debe- La meta del entrenamiento del equilibrio sensiti-
ría ser capaz de mantenerse simétricamente durante vomotor es conseguir permanecer simétricamente en
7
478 Principios y práctico de lo medicina manual

Figura 20.8. Figura 20.9.


Evaluación del equilibrio, nivel dos. Evaluación del equilibrio, nivel tres.

apoyo monopodal, con los brazos cruzados y con los tamiento de iliopsoas, recto anterior, tensor de la fas-
ojos cerrados, durante 30 segundos. Cuanto más se- cia lata, cuadrado lumbar, aductores de la cadera, pi-
vero sea el déficit, más difícil será conseguir el. obje- ramidal, isquiotibiales y erectores espinales lumba-
tivo. El primer objetivo es la simetría entre los lados res. Mientras que los músculos dinámicos, afectos de
derecho e izquierdo y la meta última: es. la consecu- inhibición, hipotonía y debilidad, son los glúteos ma-
ción del más alto nivel de dificultad, con los brazos yor, mediano y menor, el recto abdominal, los obli-
cruzados, los ojos cerrados ·y el tiempo máximo. La · cuos mayor y nienor del abdomen, los pei-oneos, los
existencia de un déficit neurológico en la extremidad · vastos externo e interno y el tibial anterior:
inferior, lo cual ocurre con frecuencia tras uná radi-
culopatía lumbar, puede hacer que la realización de El síndrome cruzado inferior de Janda incluye de-
este ejercicio sea dificil. No obstante,. incluso en pre- bilidad del glúteo mayor y tensión de los flexores de
sencia de un déficit neurológico, resufoi aconsejable cadera; debilidad de los abdominales y acortamiento
·Gonseguir la máxima capacidad funcional posible, de los erectores espinales; debilidad de los glúteos
como ayuda para el restablecimiento de secuencias mediano y menor con acortamiento del tensor de .la
de descarga muscular más normales .. fascia lata y del cuadrado lumbar; aumento·de !,\lor-
dosis lumbar y anteversión pélvica, con hipermovili-
,-,.,1-:,;,,~VALUACIÓN Y TRATAMIENTO-DELA-PARTE.< , dad de los. niveles .lumb.¡tres inferiores y alte;ración ele
.... · ÍÍVFER/OR DEL CÚf_RPO . . . .. . .. las actividades funcionales que impliquen incorpo'.
rarse o ergÍ.ürse desde, respectivamente, una posición
Los desequilibrios musculares de la porción inferior ele decúbito supino o ele seclestación con el tronco en
del cuerpo suelen ser facilitación, hipertonía y acor- flexión.
Capítulo 20 Principios y prescripción del ejercicio 479

Figura 20.!0 versión. Si existe un buen control pélvico, las espinas


Programa de evaluación y reeducación sensitivomotoras iliacas anterosuperiores permanecen simétricas tanto
REALIZAR TODAS LAS ACTMDADES en la posición neutra como en las 12 o en las 6. Si el
CON LOS PIES DESCALZOS control pélvico es malo, las espinas iliacas anterosu-
l. Sentado. Practicar el acortamiento de ambos pies. periores se hacen más asimétricas a las 12 o a las 6. Un
2. De pie. Con los pies alineados con las caderas, la pelvis en posible patrón disfuncional consiste en encontrar
posición neutra, el tronco erecto y las rodillas ligeramente fle- que la espina iliaca anterosuperior derecha no as-
xionadas, practicar el acortamiento de ambos pies.
ciende tan arriba como la izquierda a las 12 en punto,
REALIZAR LAS SIGUIENTES ACTMDADES CON LA PELVIS mientras que la espina iliaca anterosuperior izquierda
EN POSICIÓN NEUTRA, EL TRONCO ERECTO no desciende tanto como la derecha a las 6 en punto.
YLOS PIES ACORTADOS
A continuación se valoran las espinas iliacas ante-
l. Apoyo monopodal rosuperiores durante el movimiento de las.3 a las 9 en
A. Ojos abiertos, brazos abajo.
punto. Esta maniobra frecuentemente reproduce el
B. Ojos abiertos, brazos cruzados.
C. Ojos cerrados, brazos abajo. dolor lumbar que pueda existir. Si el paciente posee
D. Ojos cerrados; brazos cruzados. un buen control de la pelvis, ésta rueda simétrica-
2. Bipedestación. Con los pies alineados con las caderas, ponerse mente a tiavés del plano horizontal desde las 3 en
ligeramente en cuclillas; manteniendo los talones sobre el sue- punto a las 9 en punto y de las 9 en punto a las 3 en
lo, aumentar gradualmente las cuclillas (hasta 90º de flexión
de rodillas).
punto. Se considera un mal control pélvico cuando se
produce elevación de una espina iliaca anterosuperior
3; Apoyo monopodal. ·Ponerse en cuclillas.
A Ojos abiertos, brazos abajo .
debida a ascensión de la cadera con extensión lumbar.
. . B.. Ojos abiertos, brazos cruzados.
· C.. Ojos cerrados, brazos abajo. Test2
D. Ojos cerrados, brazos cruzados.
El segundo test consiste en evaluar la abducción y la
4. Bipedestación sobre una tabla de propiocepción (balancín).
rotación externa pasivas de la cadera en decúbito su-
A. Pies paralelos, separados unos 30 cm; se desplaza el peso
de un lado a otro, llevando el tronco sobre cada pie.
pino (fig. 20.12). El examinador coloca los pulgares
B. Se coloca un pie por delante del otro; desplazar el peso bajo las espinas iliacas anterosuperiores y le pide al
adelante y atrás, alternando los pies. paciente que efectúe una retroversión pélvica, con la
C. Los ejercicios 4. Ay 4. B se realizan con los brazos cruzados. maniobra de las 12 en punto. Mientras mantiene la
D. Se realizan 4. A y 4. B con los ojos cerrados y los brazos cru-
zados.
retroversión, se le pide al paciente que deje caer am-
bas rodillas hacia afuera, separándolas. La pérdida
5. Apoyo monopodal sobre la tabla balancín. Repetir con los bra-
zos cruzados y después. con los ojos cerrados. del control de la retroversión sería indicativa de dese-
6. Caminar sobre el suelo/barra de equilibrio. Colocar un pie di- quilibrio muscular, especialmente de tensión en los
rectamente frente al otro (tocando con el talón de un pie en aductores cortos de la cadera. Uno de los patrones
la punta del otro), primero con los ojos abiertos y después con más comunes consiste en que la espina ilíaca antero-
los ojos cerrados. superior derecha no se mantiene en posición cefálica
7. Caminar sobre el suelo/barra de equilibrio. Colocar un pie di- durante la abducción y la rotación externa de cadera,
rectamente detrás del otro (tocando con la punta de un pie en
desplazándose en dirección caudal durante la manio-
el talón del otro), primero con los ojos abiertos y después con
los ojos cerrados bra. Este desequilibrio muscular se observa habitual-
mente en las disfunciones púbicas.

Tesf 3
PRUEBAS DIAGNÓSTICAS
En el tercer test se realiza una basculación pélvica
Para el diagnóstico del desequilibrio muscular y del junto con un deslizamiento del talón en decúbito su-
control postural defectuoso se emplean seis pruebas pino (fig. 20.13, a y b). Se pide al paciente que seco-
diferentes. loque en decúbito supino con caderas y rodillas fle-
xionadas, que efectúe y mantenga una retroversión
Test 1
pélvica al tiempo que, lentamente, extiende primero
La evaluación comienza con una valoración tridi- uno de los miembros inferiores y después el otro. El
mensional del control pélvico, empleando para ello examinador averigua si el paciente puede mantener
las maniobras del reloj pélvico en decúbito supino la retroversión pélvica durante el alargamiento ex-
(fig. 20.11, a-f). El examinador. monitoriza con los céntrico del iliopsoas. Cuando éste se encuentra
pulgares las espinas iliacas anterosuperiores del pa- tenso, el paciente es incapaz de mantener la columna
ciente, mientras el paciente desplaza la pelvis de las lumbar plana sobre la camilla. Este test también eva-
12 en punto a las 6 en punto, a lo largo de un reco- lúa la fuerza de la musculatura abdominal en situa-
rrido de anteversión pélvica, desde la máxima retro- ción de alargamiento.
480 Principios y práctica de la medicino manual
Capítulo 20 Principios y prescripción del ejercicio 481

Figura 20.11. (página anterior)


(a) Reloj pélvico. posición de partida. (b) Reloj
pélvico, retroversión hasta las 12 en punto. (c) Reloj
pélvico, anteversión hasta las 6 en punto. (d) Reloj
pélvico, rotación izquierda hasta las 3 en punto.
(e) Reloj pélvico, rotación derecha hasta las 9
en punto. (f) Reloj pélvico, orientación corporal.

Figura 20.12.
Abducción y rotación externa de cadera, manteniendo
la posición de las 12 en punto.

Figura 20.13.
(a) Basculación pélvica y deslizamiento del talón, posición de partida. (b) El paciente desliza el talón manteniendo
la posición de las 12 en punto.
482 Principios y práctico de lo medicino manual

Test4 y lumbar. Este test evatúa el trabajo de los oblicuos del


abdomen y de la musculatura lumbar profunda. La pér-
El cuarto test es la rotación activa del tronco en decú- dida de este control segmentarlo de la có1umna lumbar
bito supino (fig. 20.14, a y b). Con las rodillas y las ca-
se encuentra frecuentemente asociada con disfuncio-
deras flexionadas, se le pide al paciente que mantenga
nes no-neutras de la columna lumbar y puede ocasio-
juntos los pies y las rodillas y que deje caer estas últimas, nar exacerbación del dolor lumbar bajo.
primero hacia un lado y después hacia el otro. Con el
tronco en rotación completa, se le pide al paciente que Tests 5y6
devuelva las rodillas a la línea media usando la actividad
de los ab.domina!J,s, sin realizar rotación. de caderas. Se Los tests quinto y sexto son las secuencias de descarga
le solicita al paciente que lleve la espalda a la camilla de muscular_ de los patrones de extensión y abducción
arriba a abajo, sin arquear las columna.r..dorsal inferior de cadera ya descritos.

Figura 20.14.
(a) Rotación activa del tronco a la derecha. (b) Rotación activa del tronco a la izquierda.
Capítulo 20 Principios y prescripción del ejercicio 483

VALORACIÓN MUSCULAR manual se muestran en las figuras 20.15-20.22. Los au-


toestiramientos mantenidos durante 20-30 segundos y
Se ha de valorar la longitud muscular. El acortamien- repetidos dos o tres veces se encuentran en las figu-
to y la tensión se tratan por medi<a de estiramientos ras 20.23-20.33.
manuales, seguidos· de autoestiramientos domicilia- Después de que los músculos acortados y tensos
rios. i..os músculos habitualmente tensos pueden tra- son estirados, los músculos inhibidos pueden ser re-
tarse por medio de un estiramiento realizado en la forzados y reeducados .. Los ejercicios de fortaleci-
posición de examen durante 20-30 segundos, con dos miento y reeducación para la parte inferior del cuer-
o tres repeticiones. Otro método puede ser la relaja- po aparecen en las figurns 20.34-20.44. Al ig_ual que
ción postisométrica: una contracción muscular con- en las maniobras de med1cma manual, despues de va-
trarresistencia de 5-7 segundos se sigue de un estira- loración, estiramiento y reforzamiento, se realiza una
miento mantenido para alcanzar una nueva barrera nueva evaluación de los patrones de movimiento de-
motriz. Las posiciones de examen y el estiramiento fectuosos de la porción inferior.

Psoa
Hues
iliac

endón del
. psoas menor

,---..::::..___ Ligamento
inguinal

Figura 20.15a.
Músculo psoas. Trocánter menor
Posición supina para el test de alargamiento
y el estiramiento manual.
l. Paciente en decúbito supino, con la pelvis a la altura
del final de la camilla y con el operador de pie.
2. El paciente se sujeta con las dos manos el miembro b
inferior que no se va a explorar en posición
de flexión. Figura 20.15b.
3. El operador extiende la rodilla del miembro . Inserciones de los músculos pso?-5 mayor, psoas menor
a examinar. La parte posterior del muslo debería e iliaco derechos. El psoas mayor atraviesa numerosas
tocar con la camilla. Si no, se considera que existe articulaciones, incluyendo las de la co~'?mna lumbar,
acortamiento del psoas. las lumbos~cras, la Sacroiliaca y la coxofemoral. El psoas
4. De existir acortamiento y tensión el operador resiste menor hace lo mismo, con la diferencia de que no cruza
de cinco a siete contracciones, de 5-7 segundos, la articulación coxofemoral. Al contrario que el músculo
hacia la flexión de cadera, mientras el operador iliaco, que solamente atraviesa la articulación
aumenta la extensión después de cada contracción. de la cadera.
484 Principios y práctica de la medicina manual

Espina
i/iaca

Figura 20.16a. Vasto


Músculo recto anterior. externo
Posición de decúbito supino para el te_st
de alargamiento y el estiramiento manual.
l. Paciente en decúbito supin?, con la pelvis a la altura
del borde inferior de la camilla y con el operador
de pie. Alerón
2. El paciente se sujeta coñ ambas manos
la extremidad que-río va a ser examinada
en posición de flexión, dejando que el muslo
del miembro que va a ser explorado repose interno
sobre la camílla.
3. El operador valora la flexión de rodilla. Si es menor Tuberosidad
de 90º se co:r;isidera que existe acortamiento anterior de la tibia
del recto anterior.
4. Si se determina la existencia de tensión
b ---Tibia
y a,éortamiento).·.el operador re•siste ,de·dnco a siete
contracciories, de 5-7 segundos dé duración, Figura 2ó.16b.
hacia la extensión de rodilla, mientras el operador Inserciones (vista anterior) del músculo recto anterior
aumenta la flexión de rodilla después derecho, en relación con los músculos vasto externo
de cada contracción. y vasto interno.
Capítulo 20 Principios v prescripción del ejercicio 485

l. Paciente en decúbito supino, con la pelvis


en el borde inferior de la camilla y con el operador
de pie, a los pies de la camilla.
2. El paciente se sujeta la extremidad inferior
que no va a ser examinada en posición de flexión,
manteniendo el muslo del miembro a explorar
sobre la camilla.
3. El operador realiza rotación interna de la cadera
y rotación externa de la tibia del paciente,
intentando percibir resistencia y monitorizando
el contorno de la cara externa del muslo. Si se
siente resistencia y la cara externa del muslo
muestra un surco, se considera que existe tensión
en el músculo tensor
de la fascia lata.
4. Si existea acortamiento y tensión, el operador
mantiene la rotación interna de la cadera,
la rotación externa de la tibia y añade aducción
de cadera, para a continuación resistir una serie
Figura 20.l 7a.
de cinco a siete contracciones, de 5-7 segundos,
Músculo tensor de la fascia lata. en las que el paciente intenta efectuar flexión
Posición de decúbito supino para el test de cadera. Después de cada contracción
de alargamiento y el estiramiento manual. el operador busca una nueva barrera.

Borde superior del Espina ilíaca


músculo glúteo mayor anterosuperior

Trocánter mayor

Figura 20.l'Th.
Vista lateral de las inserciones
del músculo tensor de la fascia
Jata derecho. El músculo
se inserta a lo largo
Cihtilla iliotibial
y por debajo de la cresta iliaca,
justo por detrás de la espina
iliaca anterosuperior.
Las fibras tendinosas
anterointernas se insertan
Rótula en la fascia a nivel
de la rodilla, mientras
Alerón rotuliano que las fibras tendinosas
externo posterolaterales se anclan
en la cintilla iliotibial,
Tubérculo lateral
la cual desciende
de la tibia hasta el tubérculo lateral
b
de la tibia.
486 Pnnc,pios y práctica de la medicina manual

Figura 20.18.
Músculo recto anterior.
Posición de decúbito prono para el test de alargamiento y el estiramiento manual.
l. Paciente en decúbito prono, con la extremidad inferior que no se va a examinar en flexión de cadera y el pie
apoyado en el suelo (fig. 20.!Sa):
2. El operador, de pie al lado de la camilla, flexiona la rodilla del paciente hasta sentir resistencia. En condiciones
normales, el talón llega a tocar la nalga. Si no ocurre así, existe tensión del músculo recto anterior (fig. 20.18b).
3. Si existen acortamiento y tensión, el operador mantiene la rodilla en la barrera de flexión y resiste
isométricamente de cinco a siete contracciones, de 5-7 segundos, en las que el paciente intenta extender
la rodilla. Después de cada contracción el operador busca una nueva barrera.
4. El trabajo de contracción y relajación del paciente puede ser sustituido por una maniobra pasiva de bombeo
intermitente realizada por el operador hacia la flexión de rodilla.
5. Se ha de tener cuidado al efectuar la flexión de rodilla, de no realizar un estiramiento anormal del nervio
crural. Si la maniobra ocasiona dolor severo con Una sensación de tope hueco, se ha de sospechar la existencia
de un problema en el nervio crural y no de tensión en el músculo recto anterior.

Figura 20.19.
Músculo psoas.
Posición de decúbito prono para el test
de alargamiento y el estiramiento manual.
'i .. Las posiciones de paciente y operador son
las mismas que las que se acaban de describir
para el músculo recto anterior.
2. El operador levanta el muslo del paciente
hasta alcanzar la barrera de extensión de cadera,
manteniendo la rodilla en .flexión y bloqueando
la movilidad de la pdvis con la otra mano
sobre la tuberosidad isquiática. Lo normal es poder
levantar la rodilla aproximadamente 15 cm. Si no se
consigúe, :se considéra que eXiste tensión
y acori.iIIliento del psoas: ·
·._3,. •En pre_s~•n.Gi-a de acortamien_tGi-y tensión, el operador
a
.. resiste una serie d"e Cinco siete contraccioii.es,
· · de· 5-7 s~gundÓs, hacia la .flexión de ~adera (rodilla
hacia la camilla), alcanzando una nueva barrera
después de cada contracción.
Capítulo 20 Principios y prescripción del ejercicio 487

Glúteo mayor (seccionado)

Glúteo mediano
(seccionado)

Agujer
sacrociá
mayor interno
Agujero '
Gémino
sacrociático inferior
menor Obturador
externo
Obturador interno Cuadrado
Tuberosidad isquiática femoral
a
Nervio ciático

Figura 20.20a.
488 Principios y práctica de la medicina manual

Fig. 20.20b.
Músrnlo_ piramidal.
Posición de decúbito supino para el test de alargamiento
y el estiramiento manual por debajo de 90º.
l. Paciente en decúbito supino sobre la camilla,
con el operador de pie, al lado contrario
al de la extremidad inferior que se va a examinar.
2. El operador flexiona cadera y rod.illa:clfl'miembro
a explorar, colocando el pie por fuera de la rodilla
· 9onti:_a;ria;. Con la otra mano fija la espina iliaca
anterosuperior del lado a examinar.
3. El operador realiza rotación interna y aducción
de la cadera hasta la barrera y compara con el otro
lado. Una amplitud limitada y una sensación
de tope tenso indican acortamiento y tensión
del m&culo piramidal que se está explorando.
4. Si se encuentra corto y tenso, el operador resiste
de cinco a siete contracciones~ de 5-7 segundos,
en las que el paciente intenta llevar la cadera
hacia la abducción y la rotación externa, mientras
el operador alcanza una nueva barrera después
de cada contracción isométrica del paciente.
5. El operador ejerce una fuerza de compresión en
dirección a la arti.culación de la cadera, al tiempo
que estabiliza la espina iliaca anterosuperior,
6. Esta maniobra también es útil para estirar la parte
posterior de la cápsula articular de la cadera.

Figura 20.20c.
Músculo piramidal.
Posición de decúbito supino para el test de alarga-
miento y el estiramiento manual por encima de 90º.
l. Paciente en decúbito supino, con el operador de pie
del lado a explorar.
2. El operador coge la rodilla y el tobillo del miembro
a explorar y realiza flexión y rotación externa
de cadera.
3. Si hubiera mayor resistencia a estos movimientos
que en el otro lado, significaría que existe
acortamiento y tensión del músculo pira•midal.
En condiciones normales la ro.dilla debería tocar
el pecho.
4. En presellcia de acortamiento y de _tensión,
él operador resistiría isomé.tricamente de cinco
a siete contracciones, de 5-7 segundos de duración,
-~º las_ que el p~ciente empvjaría hacia la. exten~ión
de caderi. Como siempre, después de cada
contracción se alcanza una nueva barrera.
Capítulo 20 Principios y prescripción del ejercicio 489

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b·s,
Figura 20.21 a y b.
Músculo cuadrado lumbar.
Decúbito lateral para el test de alargamiento y el estiramiento manual.
l. Paciente en decúbito lateral del lado que no se va a examinar, con la extremidad inferior que está en contacto
con la camilla en flexión, y la del lado que se va a explorar estirada y con extensión de cadera, de forma que cuelga
por encima del borde de la camilla y cae hacia la aducción.
2. Operador de pie frente al paciente, monitorizando el músculo cuadrado lumbar y la cresta iliaca. Si la aducción
de la cadera examinada es menor que en el otro lado, se palpa tensión en el músculo y la moviUdad en dirección
caudal de la cresta ilíaca está limitada, se puede decir que existe tensión en el músculo cuadrado lumbar.
3. Si existen acortamiento y tensión, el operador ejerce una resistencia isornétrica, sobre la parte distal del fémur,
contra la serie de cinco a siete contracciones, de 5-7 segundos, que realiza el paciente en dirección a la abducción
de cadera. El operador busca una nueva barrera después de cada contracción.
490 Principios y práctico de lo medicina manual

Figura 20.22 a y h.
Músculos isquiotibiales.
Posición supina para el test de alargamiento
y el estiramiento manual.
l. Paciente en decúbito supino sobre la camilla,
con el operador de pie del lado de la extremidad
inferior que se va a explorar.
2. El operador monitoriza la espina iliaca
anterosuperior del lado contrario, al tiempo
---que levanta la pierna que se está examinando
hasta sentir la barrera de flexión de cadera.
Se compara con el lado contrario. Si se detecta
asimetría, existe acortamiento de los isquiotibiales
implicados
3. El operador repite el test con la cadera en aducción
y abducción, para apreciar la diferencia
entre los isquiotibiales exterllos y los internos.
4. Si existen acortamiento y tensión, el operador
resiste de cinco a siete contracciones,
de 5-7 segundos cada una, en las que el paciente
empuja hacia la extensión de cadera, mientras
el operador alcanza una nueva barrera
después de cada contracción.

Tuberosidad
isquiática
~--.:
Bíceps femoral,
Semitendinoso porción larga
Intersección tendinosa
Semi membranoso
Bíceps femoral,
porción corta

Cóndilo interno
Cóndilo externo
del fémur --irk:
del fémur

b
Capítulo 20 Principios y prescripción del ejercicio 491

Figura 20.23.
Músculo psoas.
Autoestiramiento en genuflexión.
l. El operador apoya en el suelo la rodilla del lado
a estirar, con la cadera en rotación interna, mientras
que la cadera y la rodilla contrarias se encuentran
a 90º de flexión, con el pie apoyado en el suelo.
2. El paciente coloca la mano sobre la nalga, aplana
el vientre y mantiene una retroversión pélvica
rriáxima (12 en punto).
3. El paciente mantiene el tronco erecto y se vale
de la extremidad inferior no implicada para llevar Figura 20.24.
el cuerpo hacia delante, desplazando la cadera Músculo recto anterior.
en esta dirección y manteniendo la contracción Autoestiramiento en bipedestación.
de los glúteos a lo largo de toda la maniobra . l. Paciente de pie, con el pie de la extremidad inferior
de estiramiento, el cual se siente en la cara antenor que se va a tratar sobre una cam_illa o silla, situada
de la cadera y el muslo. detrás del paciente, y con la rodilla en flexión.
4. Se efectúa una serie de contracciones y relajaciones 2. El paciente contrae los abdominales y glúteos y lleva
realizadas durante 1-2 minutos, o un estiramiento la pelvis a las 12 en punto (retroversión). Cuando
mantenido durante 30 segundos y repetido dos se siente el estiramiento en la cara frontal
o tres veces. El lado opuesto debería estirarse del muslo, se mantiene durante 10-15 segundos
de la misma forma para conseguir el equilibrio. y se repite tres veces.
5. Esta posición puede modificarse para estirar 3. A medida que aumenta la longitud, se puede
el tensor de la fascia lata, realizando rotación obtener estiramiento adicional flexionando
externa de la .cadera e inclinación del tronco la rodilla contraria. El estiramiento se percibe
hacia el lado contrario al del que se pretende esti- en la cara anterior del muslo.
rar, antes de efectuar el desplazamiento anterior de 4. Se repite el mismo ejercicio en el lado contrario
la cadera. para mantener el equilibrio muscular.
5. Se obtiene el doble efecto de estirar un lado,
mientras se refuerza el otro lado por medio
de la flexión activa de la rodilla.
492 Principios y práctico de lo medicino manual

Figura 20.25 a y h.
Músculos aductores de la cadera.
Autoestiramiento en sedestación.
l. Paciente sentado, con las nalgas
lo más cerca posible de la pared
y con la columna lumbar
en flexo-extensión neutra. Se
puede colocar una toalla
o una almohada bajo
las tuberoSidadeS istjüiática~ ·
para inducir una cierta báscula
pélvica anterior, o iniciar
el ejercicio sentado
en un escalón bajo.
2. El paciente junta las plantas
de los pies, trae los pies
hacia el cuerpo y realiza
rotación externa y abducción
activas de ambas caderas.
3. El paciente coloca ambas manos
detrás de las caderas
para ayudar a la anteversión
pélvica.
4. El estiramiento se mantiene
'J"S'--- Aductor mayor durante 10-15 segundos
(porción superior) y se repite tres o cuatro veces,
Pectíneo aumentándose la rotación
Agujero obturador externa y la abducción a cada
(extremos
Pubis nuevo esfuerzo.
seccionados)
Aductor mayor Aductor menor
(inserción posterior)
Aductor mediano
Aductor menor
(inserción posterior)
Aductor mediano
(inserción posterior) Aductor mayor
(porción isquiocondílea)
Aductor mayor
(inserción posterior) Anillo del aductor
mayor
Fémur

·b
Capítulo 20 Principios y prescripción del ejercicio 493

Figura 20.26.
Músculo cuadrado lumbar.
Autoestiramiento en decúbito lateral.
l. Paciente en decúbito lateral, con el lado implicado
arriba.
2. El miembro inferior en contacto con la camilla
se flexiona a 90º, mientras que el miembro a tratar
se deja caer estirado, hacia la aducción de cadera
por fuera del borde la camílla o cama.
3. El brazo del lado afecto se alarga por encima
de la cabeza, lo cual aplica un cier.to estiramiento·
que se suma al que realiza el peso de la extremidad
inferior.
4. Se mantiene el estiramiento durante 10-15 segundos
y se repite tres veces, o se realiza una vez
y se man:tiene durante 30 segundos.
5. El lado contrario se estira para· equilibrar.
494 Pnncip10s y práctica de la medicina manual

Redondo
mayor

Figura 20.27 a y b.
Músculos cuadrado lumbar y gran
dorsal.
Autoestiramiento en posición
de rodillas.
l. El paciente apoyado con las manos
y las rodillas en el suelo, alarga
la mano del lado a tratar y coge
una silla o un taburete.
2. El paciente desplaza lateralmente
la pelvis e intenta sentarse
sobre sus pies, elongando el lado
implicado a cada repetición,
al aumentar la caída en diagonal
de la pelvis.
3. La rotación externa del hombro
añade estiramiento al gran dorsal.
4. El estiramiento se mantiene durante
10-15 segundos y se repite tres
o cuatro veces.
5. Se estira el otro lado para equilibrar.

b
Capítulo 20 Principios y prescripción del ejerc1c10 495

Figura 20.28. Figura 20.29.


Músculo piramidal por debajo de 90º. Músculo piramidal por encima de 90º.
Autoestiramiento en decúbito supino. Autoestiramiento en decúbito supino.
l. Paciente en decúbito supino, con la extremidad l. El paciente en decúbito supino se coge
afecta en flexión de cadera y rodilla, pasando el pie con las manos el tobillo y la rodilla del miembro
al lado externo de la rodilla contraria. inferior implicado.
2. El paciente coge la parte distal del muslo y aplica 2. Se lleva la rodilla en dirección al hombro contrario
y mantiene aducción y rotación interna de cadera, hasta sentirse estiramiento en la nalga.
mientras con la otra mano ftja la pelvis a nivel 3. El estiramiento se mantiene 30 segundos y se repite
de la espina iliaca anterosuperior. Si no se alcanza dos veces, o se realiza una serie de cinco a siete
con la mano, se puede enrollar una toalla ejercicios de contracción y relajación,
o un cinturón alrededor de la parte distal del muslo de 5-7 segundos de duración.
para poder efectuar el ejercicio. 4. El estiramiento se realiza también en el otro lado
3. El paciente empuja hacia afuera con la rodilla, para equilibrar.
contrarresistencia y sin girar la pelvis.
4. Se realizan de cinco a siete repeticiones de ejercicios
de contracción y relajación, de 5-7 segundos.
5. Esta maniobra también estira la cápsula posterior
de la cadera, efecto que puede aumentarse si se
comprime sobre el fémur al tiempo que se estira
el piramidal.
496 Principios y práctica de la medicina manual

Figura 20.30. Figura 20.31.


Músculo piramidal. Músculos isquiotibiales.
Autoestiramiento en decúbito prono. Autoestiramiento en supino.
l. Inicialmente el paciente se encuentra apoyado l. Paciente en decúbito supino con la columna
sobre las manos y las rodillas, para seguidamente lumbar en flexo-extensión neutra. Para lo cual
poner el pie del lado a tratar delante de la rodilla puede ser necesario el uso cle·una toalla
contraria, con el pie apuntando al techo o ele una pequeña almohada.
y con la rodilla por fuera del tronco. La cadera 2. El paciente coge la parte posterior del muslo
implicada se encuentra en flexión, rotación externa con ambas manos, manteniendo la cadera a 9W'
y abducción. de flexión.
2. A continuación el miembro inferior opuesto es 3. El paciente extiende activamente la rodilla,
estirado distalmente, manteniendo la pelvis intentando llegar al techo con el pie.
nivelada, hasta que se siente el estiramiento 4. La clorsiflexíón del tobillo incrementa
en la nalga. el estiramiento.
3. El estiramiento se mantiene durante 30 segundos 5. Se realiza una serie de cinco a siete ejercicios
y se repite dos veces. de contracción y relajación, de 5-7 segundos
4. Se invierte la posición para estirar el otro lado de duración cada uno.
y equilibrar. 6. Esta maniobra también puede usarse para movilizar
el nervio ciático .

.......
Capítulo 20 Pnnc1p1os y prescripción del ejerc1c10 497

Figura 20.32.
Músculos isquiotibiales.
Autoestiramiento en bipedestación.
l. Paciente en bipedestación, con los pies separados aproximadamente 15 cm, con las manos apoyadas en la pared
(fig. 20.32a) o sobre una mesa (fig. 20.32b).
2. El paciente flexiona las caderas a 90º y dobla las rodillas lo que sea necesario para que el tronco pueda
permanecer recto y para que los brazos estén completamente estirados.
3. El paciente extiende las rodillas intentando levantar las nalgas hacia el techo y elongar la columna.
4. Se efectúa una serie de cinco a siete ejercicios de contracción y relajación hacia la extensión de rodillas, de 5-7
segundos de duración cada uno.
5. El paciente empuja contra la pared o contra la mesa durante las contracciones de extensión de rodillas,
manteniendo la columna en mecánica neutra y sin dejar caer la cabeza.
6. Es posible que al principio, para mantener la mecánica neutra, el paciente tenga que apoyar más altas
las manos en la pared y, a medida que se progresa, ir bajándolas hasta que el tronco se encuentre paralelo
al suelo.

Figura 20.33.
Músculos isquiotibiales.
Autoestiramiento en sedestación.
1. El paciente se sienta sobre una almohada o toalla
enrollada, para ayudar a mantener la pelvis
en anteversión (a las 6 en punto).
2. Se pasa una toalla o un cinturón por debajo
del antepié.
3. Comenzando con las rodillas flexionadas,
el paciente las extiende activamente, sintiendo
el estiramiento en la cara posterior de ambas
extremidades inferiores. Es esencial mantener
la mecánica neutra en la columna lumbar durante
el estiramiento.
4. Se realiza una serie de cinco a siete contracciones
y relajaciones, de 5-7 segundos, hacia la extensión
de rodillas.
5. Es posible que para mantener la columna lumbar
el flexo-extensión neutra, el paciente tenga
que iniciar el ejercicio sentado sobre un escalón.
498 Principios y práctico de lo medicino manual

Glúteo

Glúteo
mayor
Figura 20.3_4.
Músculo glúteo mayor.
Fortalecimiento.
d
l. Paciente en decúbito prono, con los dedos del pie apoyados en la camilla. (fig. 20.34a).
2. El paciente éontrae activamente 'el glúteo para enderezar la rodilla (fig. 20.34b).
3. El paciente levanta el miembro de la camilla, extiende el tobillo, mantiene la posición durante 5-7 segundos
y lent¡<mente devuelve.la pierna _ah•_earniHa (fig· ..20.34c):,
4. ~~.i::~pite.t:;l ejercicio.~~ cin.c,9_a stete yec~, . . . ., _
5. El paciente no puede realizar el paso 3_ hasta que no es capaz de efectuar y mantener una contracción
voluntaria del músculo glúteo mayor (fig. 20.34d). No debe producirse rotación del tronco o de la pelvis
por sustitución de otro músculo o grupo muscular.
Capítulo 20 Principios y prescripción del e¡ercicio 499

Figura 20.35.
Músculo glúteo mayor.
Fortalecimiento.
l. Paciente en decúbito supino, con las rodillas flexionadas y los pies apoyados planos sobre la camilla.
2. El paciente realiza retroversión pélvica máxima (hasta las 12 en punto) y a continuación despega el trasero
de la camilla, apretando fuertemente las nalgas (fig. 20.35a). La pelvis debe permanecer nivelada y no se debe
producir hiperextensión de la columna lumbar.
3. El paciente mantiene la posición durante 5-7 segundos, vuelve lentamente a la posición de partida y repite
el ejercicio de cinco a siete veces.
4. Cuando este ejercicio se puede ejecutar con facilidad, se progresa extendiendo una de las rodillas mientras
se mantiene la posición de elevación del trasero (fig. 20.35b), postura que, como siempre, se mantiene
por 5-7 segundos y se repite de cinco a siete veces con cada lado.
500 Principios y práctica de la medicina manual

Glúteo
mediano

mayor
(seccionado)
menor

Figura 20.36 a y b.
Músculo glúteo mediano.
Fortalecimiento.
l. Paciente en decúbito lateral, con la pelvis y los hombros perpendiculares a la camilla y con las rodillas
en extensión.
2. La mano del miembro superior que queda por encima, se pasa por delante del tronco y empuja hacia la mesa,
al tiempo que se realiza flexión dorsal del tobillo del mismo lado.
3. El paciente levanta lentamente _el miembro inferior hasta la altura de la cadera, lo mantiene 5-7 segundos
en elevación y seguidamente lo desciende Con lentitud. El ejercicio se repite de cinco a siete veces.
4. La rotación externa de la cadera reduce la influencia del músculo tensor de la fascia lata y centra la acción
en el glúteo mediano.
5. Se repite en el lado opuesto para equilibrar.
6. A medida que el paciente progresa, el ejercicio pue.de realizarse con las rodillas a 90º. Otra dificultad añadida
consiste en levantar ambas piernas hacia 'el techo.
Capítulo 20 Principios y prescripción del ejercicio 501

Figura 20.37.
Músculo glúteo mediano.
Fortalecimiento.
l. Paciente en decúbito lateral, con las rodillas en flexión de 45-60º y con la mano superior sobre el músculo
glúteo mediano homolateral (fig. 20.37a).
2. Manteniendo los pies juntos, el paciente levanta la rodilla superior hacia el techo, mantiene durante
5-7 segundos, la desciende lentamente y repite de cinco a siete veces (fig. 20.37b).
3. El músculo puede fatigarse rápidamente con este ejercicio, por lo cual el paciente ha de ser prudente
en cuanto al número de repeticiones.
4. Se repite en el otro lado para equilibrar.

Figura 20.38.
Músculo glúteo mediano.
Fortalecimiento.
l. El paciente se encuentra sobre la camilla, apoyado
sobre las manos y las rodillas, para a continuación
trasladar la pelvis lateralmente, con la intención
de sentarse en diagonal, sin perder el contacto
de las manos con la camilla. La columna debe
elongarse del lado que está siendo estirada.
2. El paciente mantiene esta posición durante
5-7 segundos, vuelve a la posición de partida, realiza
el mismo desplazamiento hacia el lado contr.ario
y repite el ciclo completo de cinco a siete veces.
3. A medida que se recupera la fuerza, el paciente
puede retrasar más la posición de las nalgas,
procurando que la dirección y la distancia sean
simétricas a los dos lados cuando se ejecuta
el ejercicio.
4. Los miembros superiores se emplean
como elementos pasivos del ejercicio, de manera
que la fuerza y el control proceden de la pelvis.
502 Principios y práctico de lo medicino manual

Figura 20.39 a, b y c.
Músculos abdominales.
Fortalecimiento.
l. Paciente en decúbito supino, con caderas y rodillas
flexionadas.
2. El paciente alarga los brazos hacia adelante
y lentamente comienza a hacerse un ovillo,
comenzando por el raquis cervical y la parte superior Ligamento'··
de la columna, intentando alcanzar las rodillas.
inguinal
Se mantiene la posición durante 5-7 segundos
y a continuación e
la espalda
es devuelta lenta
y secuencialmente
a la posición
de partida.
7
Se repite de cinco
8
a siete veces.
3. Para aumentar 9 9
la dificultad,
las manos pueden 10 10
colocarse
detrás del cuello.

Oblicuo mayor Oblicuo mayor del


b del abdomen abdomen (seccionado)
Capítulo 20 Principios y prescripción del e;ercic10 503

Figura 20.40.
Músculos abdominales.
Fortalecimiento.
l. El paciente se sienta, con los talones «clavados» en la camilla y los dedós de los pies en flexión.
2. Con las rodillas flexionadas y la columna en flexo-extensión neutra, se alargan los brazos sobre las rodillas
(fig. 20.40a).
3. Desde esta posición el paciente se deja caer hacia detrás, tanto como le sea posible sin despegar los talones
de la camilla y sin perder la mecánica neutra de la columna (fig. 20.40b). Se mantiene la posición durante
5-7 segundos y se vuelve a la posición de partida. Se repite de cinco a siete veces (paso 1).
4. Para incrementar la dificultad se pueden colocar las manos detrás del cuello (fig. 20.40c). Por lo demás
el ejercicio se realiza exactamente igual en cuanto a tiempos y repeticiones (paso 2).
5. Cuando se domina el paso 2, el paciente se deja caer hacia detrás, pero partiendo de una posición
en la que el codo derecho se encuentra sobre la rodilla izquierda (fig. 20.40d) y volviendo a subir llevando
el codo izquierdo a la rodilla derecha. Al igual que en los pasos anteriores la columna debe mantenerse
en mecánica neutra. Como siempre, se realizan de cinco a siete repeticiones hacia cada lado, con un sostén
de 5-7 segundos (paso 3).
6. Este ejercicio trabaja los abdominales, incluyendo a los oblicuos, en excéntrica y con la columna en posición
neutra.
504 Pnnc1pios y práctico de lo medicino manual

Figura 20.41.
Múscttlos abdominales.
Fortalecimiento. Deslizamientos de talón y extensión
noruega.
l. Paciente en decúbito supino, con las rodillas
y las caderas flexionadas y los pies apoyados
sobre la camilla.
2. El paciente aplana la columna por medio
de una contracción abdominal, adoptando
la posición pélvica de las 12 en punto.
3. El paciente desliza lentamente hacia abajo uno
de los talones, impidiendo la extensión
de la columna lumbar. Se realizan de 6 a 10
repeticiones, extendiendo ambas extremidades
inferiores ele manera alternada (fig. 20.41a).
4. Comenzando en la misma posición de partida,
se flexionan ambas caderas y rodillas y,
desde esta nueva posición, se deja ·que un talón
togue la camilla, alternando los dos miembros
inferiores (fig. 20.41b).
5. Para elevar. el nivel de ejecución se puede hacer
que los talones tomen contacto con la camilla
en una posición de 1nayor extensión de caderas
y rodillas (fig. 20.41c).
6. La espalda debe mantenerse plana a lo largo
de toda 1a realización del ejercicio. En este sentido
suele ser-útil colocar una mano bajo la zona lumbar
Y' hacer que•ésta p.reSione contra' aquélla.· · ·
7. El .objetivo es realizar la extensión noruega
ele la extremidad inferior (figs. 20.41 by e)
dtÍrante 2 minutos, ½Ontan9"0 en voz alta para evitar
~a ap~1ea.
Capítulo 20 Principios y prescripción del e1ercicio 505

Figura 20.42.
Balancín pélvico (Lewit).
Ejercicio de control de tronco.
1:· Paciente en decúbito supino, con las rodillas flexionadas y la planta de los pies apoyada en la camilla.
2. El paciente contrae la musculatura erectora de la columna, aumentando la lordosis lumbar (fig. 20.42a).
3. El paciente contrae los abdominales y los glúteos, rectificando la lordosis lumbar de forma secuencial,
aplanando primero los segmentos más caudales y después los más superiores, hasta que la pelvis llega
a despegarse de la camilla (fig. 20.42b).
4. Tras mantener la posición durante 5-7 segundos, se invierte el proceso, dejando caer cada segmento vertebral
sobre la camilla, desde arriba hacia abajo, hasta de nuevo inducir la lordosis lumbar merced a la contracción
de la musculatura erectora espinal.
5. El proceso se repite de cinco a siete veces con la intención de mejorar el control de la flexo~extensión del tronco.
506 Principios y práctica de la medicina manual

Figura 20.43.
De sentado a arrodillado (Lewit)
Ejercicio de control de tronco.
1. Paciente sentado sobre los talones, con el tronco recto. Realiza flexión y extensión ligeras, hasta asegurarse
de que la columna se encuentra en posición neutra (fig. 20.43a).
2. Manteniendo esta posición de flexo-extensión neutra de la columna, el paciente levanta el cuerpo sirviéndose
de los músculos glúteos y del muslo, hasta quedar arrodillado con la caderas en extensión (fig. 20.43b).
3. El paciente regresa lentamente a la posición de partida y repite el ejercicio de cinco a siete veces.
4. Este ejercicio fortalece los abdominales y los glúteos y confiere estabilidad y control motor del tronco.

,· l .,,
Capítulo 20 Principios y prescripción del e1ercicio 507

Figura 20.44.
~jercicio de elevación del tronco.
l. Para mantener una buena postura corporal y un buen control del tronco durante un trabajo de levantamiento,
el paciente comienza el ejercicio apoyando una rodilla y el pie contrario sobre el.suelo. Del lado en que apoya
la rodilla, los dedos del pie también se plantan en el suelo. Del lado en que apoya el pie, la cadera y la rodilla se
encuentran en flexión de 900 (fig. 20.44a).
2. La columna se ha de mantener en mecánica neutra, con los brazos por delante del cuerpo.
3. El paciente levanta el cuerpo de forma que la rodilla se despegue del suelo, conservando la postura corporal
en mecánica neutra y manteniendo la posición durante 5-7 segundos (fig. 20.44b).
4. Se realizan de cinco a siete repeticiones cuando al paciente le resulta posible.
5. La habilidad del paciente para ejecutar este ejercicio tiene un gran valor en la recuperación de una capacidad
de levantamiento que no afecte negativamente a la columna.
508 Principios y práctica de la medicina manual

EVALUACIÓN Y TRATAMIENTO DE LA PARTE Test 1


SUPERIOR DEL CUERPO
Es el test de flexión cervical en decúbito supino
En la parte superior, los músculos posturales que se (fig. 20.45, a-c). El paciente yace en decúbito supino
encuentran facilitados, hipertónicos y acortados son y se le pide que se mire a los pies. Si los flexores pro-
angular de la escápula, trapecio superior, esternoclei- fundos del cuello están fuertes, apárece doble papada
domastoideo, escalenos, pectorales y flexores de la ex- bajo la barbilla, mientras que si están débiles son sus-
tremidad superior. Los músculos dinámicos que se tituidos por los esternocleidomastoideos y los escale,
encuentran inhibidos, hipotónicos y débiles son tra- nos, con lo que la cabeza es desplazada hacia adelante
p~~~~s n:1_~9io e i~f!r!o~, gr~~ ~~.rr:~;Q.,_ J;'9~bgi9"½s, su- .... ~~t~.~,E_e .mirar hacia los. pi.es.
pmespin"<'>so e infra:espino·sb, ·delto1ttesiflexores ·pro'.... ·
fundos del cuello y extensores de la extremidad su-
perior.
En el síndrome cruzado superior de Janda encon-
tramos trapecio superior, angular de· la escápula y es-
calenos acortados e hipertónicos, con debilidad e in-
hibición del trapecio inferior y del gran serrato. Los
pectorales se encuentran acortados y tensos y los mús.:.
culos interescapulares, el gran serrato y los romboides,
débiles e inhibidos. El patrón del síndrome cruzado
superior afecta a la capacidad funcional del raquis cer-
vical y de las extremidades superiores y provoca una
postura de adelantamiento de la cabeza, rectificación
de la lordosis cervical inferior, extensión del raquis
cervical superior, aumento de la cifosis de la charnela
cervicodorsal y rotación interna de los hombros. Esta
alteración de la mecánica escapulohumeral puede
provocar tensiones en las articulaciones del hombro.

IDENTIFICACIÓN DE LOS PATRONES


DE MOVIMIENTO DEFECTUOSOS
DE LA PARTE SUPERIOR
Se emplean cuatro pruebas para d_escubrir los patro-
nes defectuosos de movimiento en la porción supe-
rior del cuerpo.

Figura 20.45.
, (a) Test de flexión cervi_cal en-d_ecúbito supino,
posíción de partida. (b) _Test de __flexión_ cervical
norinal, con arrollamiénto del cuello en flexión.
(e) Test de flexión cervical que muestra flexores
débiles, con postura de cabeza hacia adelante.
r Tesf 2
Capítulo 20 Principios

Test 3
vprescripción del e1ercicio 509

El segundo test es la maniobra de abducción bilateral El tercer test evalúa la estabilización de la escápula en
de hombros (fig. 20.46). Se evalúa el patrón de des- posición de cuad'rupedia sobre manos y rodillas. La
carga de la extremidad superior (fig. 20.4). La debili- debilidad y la falta de ftjación de trapecio inferior,
dad del supraespinoso y del deltoides condiciona una gran serrato y romboides condicionan la existencia
acción vicariante del angular de la escápula y del tra- de escápula alada (fig. 20.47).
pecio superior, lo cual eleva excesivamente el hombro
Tesf 4
y se asocia con la pérdida de la estabilización que so-
bre la escápula ejercen el trapecio inferior y el gran El cuarto test valora la depresión de la escápula
serrato. Esta situación bien puede determinar la apa- (fig. 20.48). En decúbito prono, se pide al paciente que
rición de un síndrome de compresión subacromial y empuje el ángulo inferior de la escápula en dirección me-
mayor tensión del raquis cervical. dial y caudal, en contra de la resistencia del examinador.

Figura 20.47.
(a) Test de estabilización escapular, posición
Figura 20.46. cuadrúpeda sobre manos y rodillas. (b) Test
Test de abducción de hombros. de estabilización escapular, elevación de una mano.
51 O Principios y práctica de la medicina manual

VALORACIÓN DEL ACORTAMIENTO


MUSCULAR Y TRATAMIENTO POR MEDIO
DEL ESTIRAMIENTO MANUAL
Los grupos musculares tensos de la parte superior del
cuerpo pueden tratarse de la misma forma que los de
la mitad inferior, es decir con dos o tres repeticiones
de estiramientos estáticos de 20-30 segundos, o por
medio de la relajación postisométrica que sigue a una
contr~cción d"· 5 s_egun_dos. L9s_¡µ((s~ul9$ .que se ha.n .
:de valorar son 'el angular de la esdí.pula fel ésplénio ...
de la cabeza, el trapecio superior y el esternocleido-
mastoideo, los escalenos, los pectorales mayor y me-
nor y el gran dorsal (de la figura 20.49 a la 20.55).
Los ejercicios de autoestiramiento para estos
músculos aparecen desde la figura 20.56 a la 20.60.
La reeducación y el fortalecimiento son similares
a los descritos para la parte inferior y constan de mo-
dificaciones de los procedimientos de examen y de
acciones repetitivas de los grupos musculares inhibi-
dos. Estos procedimientos se muestran desde la fi-
gura 20.61 a la 20.69.

Figura 20.49 a y h.
Músculo gran dorsal.
Test de al_argamiento y estiramiento manual.
l. Paciente en decúbito supino, con las rodillas
y las caderas flexionadas. El opt::rador se sÍtúa
i a la cabecera de la camilla.
2. El operador coge las muñecas del paciente y realiza
1
flexión de ambos hombros (fig. 20.49a).
3. La asimetría en la elevación de los brazos indica
tensión en el músculo gran dorsal..
4. El operador resiste isométricamente de cinco a siete
contracciones, de 5-7 segundos cada una,
en las que el p·aciente intenta extender el h9mbro.
Se alcanza una nµ~va b_arrera después
de cadá contracción hasta que la flexión
de hombros se iguala (fig. 20.49b),
,5. El estiramiento del gran dorsal puede incrementarse,~
si se puede contar con otro operador que realice
Figura 20.48. una maniobra rítmica de flexión de caderas y pelvis,
Test de depresión escapular. mientras se mantiene la posición de los brazos.
Capítulo 20 Principios y prescripción del ejercicio 511

mayor

Figura 20.49c.
Músculo gran dorsal.
512 Principios y práctico de lo medicino manual

Porción clavicular

Figura 20.50 a y b.
Músculos pectorales.
Test de alargamiento en decúbito supino.
l. Paciente en decúbito su.pino, con el operador·sentado a la cabecera de la camilla.
2. El operador estima si ambos hombros son simétricos.
3. Si uno d~ los hombros se encuentra anterior, con respecto a)ajaula torácica, existe acortamie.nto y tensión
de·los. músculos pectorales. ·

.....
Capítulo 20 Principios y prescripción del e¡ercicio 513

Figura 20.51.
Músculo angular de la escápula.
Posición para el test de alargamiento y el estiramiento manual.
l. Paciente en decúhito supino, con el operador sentado a la cabecera de la camilla.
2. La mano lateral del operador estabiliza el hombro, con el pulgar en el ángulo superior de la escápula.
3. La mano medial del operador sujeta el occipital y efectúa flexión junto con rotación e inclinación hacia el lado
contrario, hasta la barrera (fig. 20.51a).
4. Una posición alternativa consiste en elevar el brazo del paciente por encima de su cabeza y ejercer una presión
en dirección caudal sobre el codo, a la vez que se flexiona el cuello y se realizan la rotación e inclinación
hacia el lado opuesto (fig. 20.51b).
5. Existen acortamiento y tensión si la amplitud de movilidad es asimétrica.
6. El acortamien_to y la tensión se tratan realizando una serie de cinco a siete contracciones, de 5-7 segundos
cada, hacia la elevación de la escápula, contra la resistencia del operador.
7. Se estira también el otro lado para equilibrar.
514 Principios y práctica de la medicina manl,Ja!

Figura 20.52 a y b.
Músculo trapecio superior.
Test de alargamiento y estiramiento
manual.
1. Paciente en decúbito supino,
con el operador sentado
a la cabecera de la camilla.
2. La mano lateral del operador fija
la escápula y la clavícula
del paciente, del lado que se va
í a explorar.
3. La mano medial del operador
1' hace presa en el occipital y realiza
[I flexión, rotación hacia el lado
que se explora e inclinación
hacia el lado contrario.
4. Si la amplitud en ambos lados·
es asimétrica, existen tensión
y acortamiento.
5. Para eliminar la tensión
ii y el acortamiento, el paciente
1
1 realiza una serie de cinco o siete
intentos de elevar
1
el hombro hacia la oreja,
contra la resistencia del operador,
¡i con contracciones de 5-7 segundos
I'
de duración. El operador aumenta
1_:
los parámetros de.flexión
i¡ e inclinación del cuello'
después de cada contracción.

i
Capílu/o 20 Principios y prescripción del ejercicio 515

Figura 20.53 a y b.
Músculo esternocleidomastoideo.
Test.'de alargamiento y estiramiento manual.
l. Los músculos esternocleidomastoideo y trapecio
superior son sinergistas y pueden ser examinados
y tratados simultáneamente.
2. Paciente en decúbito supino, con el operador
sentado a la cabecera de la camilla.
3. La mano lateral del operador ftja la escápula
y la clavícula.
4. La mano medial del operador hace presa b
en el occipital y realiza flexión, inclinación
hacia el lado contrario al que se examina y rotación
hacia el mismo lado.
5. Se compara con el lado opuesto. Si son asimétricos,
existen acortamiento y tensión.
6. El estiramiento de los músculos acortados se efectúa
pidiendo al paciente que realice flexión
hasta que aparezca doble papada y que eleve
el hombro contra la resistencia del operador,
en una serie de cinco a siete contracciones
de 5-7 segundos.
516 Princ,pios y práctico de lo medicino manual

Figura 20.54. Figura 20.55.


Músculos pectorales. Músculos pectorales.
Posición de decúbito supino para el test Posición de decúbito prono para el test
de alargamieÍlto y el estiramiento manual. de alargamiento y el estiramiento manual.
l. Paciente en decúbito supino, con el operador de pie l. Paciente en decúbito prono, con 'el operador de pie
al lado. a un lado de la camilla.
2. El operador controla el miembro superior 2. El operador coge la muñeca) extiende el codo
del paciente desde la muñéca, manteniendo el codo y efectúa extensión horizontal del hombro)
en extensión. mientras ftja la escápula con la otra mano.
3. El operador monitoriza la tensión en la región 3. Se compara con el otro lado. La amplitud normal es
pectoral, a medida que abduce el brazo del paciente de 90º de extensión horizontal.
y lo lleva en extensión horizontal hasta que se 4. El estiramiento puede realizarse manteniendo
alcanza la barrera. el estiramiento que efectúa el operador) el cual
4. Se compara con el lado opuesto puede suplementarse con una serie
5. Para estirar, el paciente realiza una serie de cinco de contracciones, de 5-7 segundos de duración,
a siete contracciones, de 5-7 segundos de duración realizadas por el paciente.
cada una, empujando hacia la flexión horizontal 5. Esta maniobra también estira la cápsula anterior
contra la resistencia del operador,·e1 cual alcanza del hombro y puede usarse con ese propósito,
una nu~va barrera después de cada contracción. extremando las precauciones caso de existir
antecedentes de luxación anterior.
Capítulo 20 Principios y prescripción del ejercicio 517

Figura 20.56a.
Músculos escalenos.
Autoestiramiento en sedestaciór..
l. Paciente sentado, con la mano del lado a tratar
agarrada de la silla.
2. La otra mano del paciente se coloca
sobre la clavícula y las costillas superiores,
para ftjar las costillas primera y segunda.
3. El paciente realiza traslación posterior de la cabeza,
metiendo la barbilla, junto con inclinación
y rotación del cuello hacia el lado contrario
al que se está estirando, hasta sentir la tensión.
4. Se mantiene la posición durante 10-15 segundos
y se repite de tres a cinco veces, ajustando
la rotación y añadiendo inclinación despu~s
de cag¡t. estiramiento.
518 Principios y práctica de la medicino manual

b
Figura 20.56b.
Músculos escalenos.
Capítulo 20 Principios y prescripción del e1ercicio 519

Figura 20.57b.
Músculo angular de la escápula.
Autoestiramiento en decúbito lateral.
l. Paciente en decúbito lateral, sin almohada, del lado
contrario al que se va a tratar.
2. El paciente flexiona el cuello y lo gira en dirección
a la camilla. La inclinación es inducida por la
gravedad en base a la posición del cuerpo.
Figura 20.57a. 3. La posición de estiramiento se mantiene durante 30
Músculo angular de la escápula. segundos y se repite dos veces.
4. Se puede aumentar el estiramiento por medio
Autoestiramiento en sedestación.
de una contracción del trapecio inferior del mismo
l. Paciente sentado, con la mano del lado a tratar lado.
agarrada de la silla. Nota: Con el paciente en la misma posición,
2. El paciente flexiona el cuello y añade rotación el operador puede realizar un estiramiento manual
e inclinación hacia el lado contrario al que se está de la siguiente manera. Se fijan cabeza y cuello
tratando. La otra mano mantiene esta posición con una mano mientras con la otra se resiste, a nivel
tomando contacto con la cabeza. del ángulo superior de la escápula, los intentos
3. El paciente inclina el tronco hacia el mismo lado de elevarla que el paciente realiza durante cinco o siete
que el cuello. La mano que contacta en la cabeza no repeticiones.
tira de ella.
4. Se puede intensificar el estiramiento contrayendo
el trapecio inferior del mismo lado.
5. La posición de estiramiento se mantiene durante
10-15 segundos y se repite de tres a cinco veces,
con progresivos aumentos de la inclinación.
520 Principios y práctico de lo medicina manual

Figura 20.58. Figura 20.59.


Músculos trapecio superior y esternocleidomastoideo. Músculos pectorales.
Autoestiramiento en sedestación. Posición de autoestiramiento.
l. Paciente sentado, con la mano del lado a tratar 1. El paciente de pie, de cara a la pared, coloca ambas
agarrada de la silla. manos sobre ella a la altura de los hombros.
2. El paciente flexiona el cuello, al tiempo 2. El paciente gira el cuerpo hacia el lado contrario
que lo inclina hacia el lado contrario al que se ha al afectado, evitando que el hombro se eleve,
de tratar y lo gira en sentido contrario hasta sentirse estiramiento en la zona pectoral.
a la inclinación·, es decir hacia el mismo lado que se 3. Usando la otra mano, el paciente deja caer
·va a tratar. La otra mano contacta en la cabeza el cuerpo hacia la pared, aumentando
y la mantiene en esta posición, pero sin tirar de ella. · el -estiramiento del pectoral.
3. El paciente inclina el tronco hacia el lado contrario 4. El paciente ha de mantener la columna neutra
al. que se está tratando hasta sentir el estiramiento. durante todo el ejercicio.
La flexión hasta la doble papada aumenta 5. Se mantiene el estiramiento durante 10-15 segundos
el estiramiento del esternocleidomastoideo. y se .repite d~ tres a ci.nco veces. Lo normal
4. Se mantiene la posición de estiramiento durante es que los hombros queden completamente
10-15 segundos· y se repite de tres a Cinco veces·. perpendiculares a la pared.
5. El lado contrario también debe tratarse, 6. El otro lado también debe estirarse, para mantener
pará equilibrar. el equilibrio.
Capítulo 20 Principios y prescripción del ejercicio 521

Figura 20 .. 60.
Músculo gran dorsal.
Auto.e.stii:'amiento en posición de elongación
de la .columna dorsal.
l. El paciente se pone de rodillas,juntando los codos
sobre el asiento de una silla o un taburete.
2. El paciente separa las escápulas realizando rotación
externa de hombros, manteniendo los codos juntos. Figura 20.61.
3. El paciente deja caer el pecho hacia el suelo Músculos flexores cervicales
y desplaza las nalgas hacia detrás, en dirección Reeducación en sedestación.
a los talones. l. El paciente se sienta y palpa la musculatura
4. Cuando se aprecia la tensión puede intensificarse superficial anterior del cuello.
el estiramiento aumentando la lordosis lumbar. 2. El paciente flexiona el raquis cervical
5. Se mantiene el estiramiento durante 30 segundos hasta conseguir doble papada, usando los flexores
y se repite dos veces. profundos del cuello y sin contraer la muscul;itura
6. Es recomendable realizar este ejercicio después superficial.
de cualquier ejercicio que implique rotación 3. Se mantiene durante 5-7 segundos y se repite
del tronco, para restablecer la longitud de éste. de cinco a siete veces.
4. El paciente debería ser capaz de realizar
este ejercicio antes de pasar a efectuarlo
en decúbito supino.
522 Principios y práctico de lo medicino manual

Figura 20.62.
Músculos flexores cervicales.
Fortalecimiento excéntrico autoasistido en decúbito supino.
l. El paciente, en decúbito supino y con las manos situadas detrás de la cabeza, flexiona pasivamente el cuello,
llevando la barbilla hacia el pecho hasta obtener la doble papada, estirando de esta manera la musculatura
cervical posterior (fig. 20.62a).
2. Después de mantener la posición durante 10 segundos, se baja lentamente la cabeza, pero manteniendo
la doble papada hasta que la cabeza toca la camilla (fig. 20.62b).
3. A medida que los flexores se van fortaleciendo, se va reduciendo la autoasistencia manual.
4. Se repite de cinco a siete veces.
5. El paciente debe poder realizar este ejercicio antes de intentar el fortalecimiento sin autoasistencia.
Capítulo 20 Principios y prescripción del e1ercicio 523

Figura 20.63.
Músculos flexores cervicales.
Fortalecimiento excéntrico en decúbito supino,
sin asistencia
l. El paciente se sitúa en decúbito supino (fig. 20.63a)
y flexiona el cuello, hasta que aparece doble
papada, levantando la cabeza de la camilla
para mirarse los pies (fig. 20.63b).
2. La posición se mantiene durante 5-7 segundos
y a continuación la cabeza se devuelve lentamente
a la camilla, intentando que en el descenso
el contacto con la camilla se haga vértebra
a vértebra (fig. 20.63c).
3. Se repite de cinco a siete veces.
524 Pnncipios y práctica de la medicina manual

Figura 20;64 a y b.
Músculó trapecio inferior.
Fortalecimiento en posición genucubital.
l. El paciente, colocado en posición
genucubital, con las manos y la cabeza
descansando sobre la camilla,
se desplaza hacia detrás hasta sentarse
sobre los talones.
2. El paciente tira de las escápulas
en dirección medial y caudal
sin que lleguen ajuntarse.
3. Se rna.ntiene la posición durante 5-7
segundos y se repite de cinco a siete
veces.
4. El paciente debe ser capaz de realizar
este ejercicio, antes de pasar a efectuarlo
en posición prona.
Capítulo 20 Principios y prescripción del ejercicio 525

Figura 20.65.
Mús~ulo trapecio inferior.
Fortalecimiento en decúbito prono.
l. Paciente en decúbito prono, con los brazos extendidos por encima de la cabeza (fig. 20.65a).
2. El paciente despega un brazo de la camilla y tira del borde espinal de la escápula en dirección caudal.
La posición se mantiene durante 5-7 segundos (fig. 20.65b).
3. Se repite de cinco a siete veces.

Figura 20.66 a, b y c.
Músculo gran serrato.
Fortalecimiento apoyado sobre manos y rodillas.
1. Paciente apoyado sobre las manos y las rodillas, con los codos flexionados, de manera que la columna
se encuentre paralela a la camilla y en posición neutra (fig. 20.66a).
2. El paciente despega una mano de la camilla unos 3-5 cm, mientras mantiene la posición del tronco (fig. 20.66b).
3. Se mantiene la posición durante 5-7 segundos y se efectúan de cinco a siete repeticiones.
4. Se refuerzan ambos lados para equilibrar.
Nota: Si se produce una escápula alada llamativa, es posible que este ejercicio sea demasiado agresivo y deba
precederse del mismo ejercicio realizado en bipedestación y de cara a la pared.
526 Pnnc1p10s y práctico de lo medicino manual

e
Figura 20.66c.
Capítulo 20 Principios y prescripción del ejercicio 527

Figura 20.67.
Músculo gran serrato.
Fortalecimiento en bipedestación.
l. Paciente de pie, con las manos apoyadas en la pared
a la altura de los hombros, los codos extendidos
y con la Columna en posición neutra (fig. 20.67a).
2. El paciente toca con la nariz en la pared, mientras
mantiene las escápulas deprimidas (fig. 20.67b),
durante 5-7 segundos.
3. El paciente realiza una flexión dejando caer
la cabeza hacia el suelo, con flexión cervical
y empujando con la columna dorsal superior
hacia atrás y arriba (fig. 20.67c) y manteniendo
la posición durante 5-7 segundos.
4. Se repite el ejercicio de cinco a siete veces.
Nota: Cuando este ejercicio puede ejecutarse
sin dificultad, el reforzamiento del gran serrato puede
realizarse de igual forma, pero en decúbito prono.
528 Principios y práclica de la medicina manual

Figura 20. 68 a, b y c..


Músculos romboides y trapecio inferior.
Fortá.leéimlen-tó-~ométrico ·en sedestación.
-1. Paciente sentado y con los pies en el Suelo.
2. El paciente enisancha los dedos de ambas manos, las cuales se encuentran delante de la parte súprri_or
del esternóri;p-rahteniendo los brazos paralelos alsuelo (fig. 20.68a). ·
3. El paciente·ti~?l_de los codos hacia detrás, con una· contracción isOmé'tiica· de 5-7 segundos, repetida de cinco
a siete veces_1 c9.n la intención de fortalecer.bilateralmente-ambos romboides. ·
4. El pacienté· engancha los dedoS de ambas ~anos, -laS cuales se c9loca,p por_ encima de la cabeza,
pero sin establecer contacto con ella (fig. 20.68b).
5. El paciente tira de los ·codos hacia ei ·suelo con uná ·~oritracción ·isométrica de 5-7 segundos de duiación,
repetida de cinco a siete veces, con lo que se fortalecen ambos trapecios inferiores.
Capítulo 20 Principios v prescripción del ejercicio 529

Figura 20.69.
Abducción de hombros.
Reéducación en decúbito supino.
l. El paciente, en decúbito supino con las manos a los lados del cuerpo y con las palmas hacia arriba, abduce
lentamente los hombros, manteniendo los brazos sobre el suelo.
2. Si uno de los hombros se levanta más que el otro (fig..20.69a), el paciente ha ido demasiado lejos y debe
devolver los brazos a los lados del cuerpo.
3. El ejercicio se repite tan solo hasta el punto del recorrido en que la abducción puede efectuarse sin elevar
los hombros (fig. 20.69b).
4. El paciente repite el ejercicio de cinco a siete veces, cuidándose de que la abducción sea simétrica en ambos
lados.
530 Principios y práctica de la medicina manual

EJERCICIOS DE AUTOMOVILIZACIÓN Las disfunciones sacroiliacas se asocian frecuente-


PARA DISFUNCIONES ARTICULARES mente con la existencia de un tono asimétrico en am-
ESPECÍFICAS bos piramidales. El ejercicio de autocorrección de
una torsión sacra anterior es exactamente el mismo
El paciente puede utilizar él ejercicio para mantener que el que se emplea como autoestiramiento de un
la corrección de una disfunción articular o como auto-
piramidal tenso (fig. 20.29). Ante la existencia de una
tratamiento cuando se produce una recidiva, lo cual , . d
torsion sacra postenor o e un sacro en nutación pos~
ayuda al paciente a controlar su propio sistema muscu- •, ) -1
terior (extens1on um atera1, se uti1iza el ejercicio
loesquelético. En la pelvis, la sínfisis púbica puede ser descrito en la figura 20.71. Con frecuencia se hace ne-
automovilizada _mer~ed .al trabaj_o is,;>métrico, _de la ..._ceI~riaJa adecuada movilización previa de esta <lis--
musculatura aductora de la ·eadera ·-(fig:·20.70): 'Des-·
fun_ ción para que el paciente pueda realizar el eier-
pués de lo cual debe restablecerse un buen equilibrio "
cicio. Dado que, en presencia de una base sacra en
entre los músculos abdominales, por encima de la sin- d f
nutación posterior y e una dis unción en flexión, ro-
fisis del pubis, y los aductores de la cadera, por debajo tación e inclinación (FRS) de la columna lumbar, la
(figs. 20.25 y 20.39). · - d e 1 tronco acos t umb ra a ser d o 1orosa, este
extens10n
procedifniento ha de ejecutarse con sumo cuidado y
bajo una estricta vigilancia.

Figura 20.70. Figura 20.71.


Sínfisis púbica. Sacro en nutación posterior (en extensión).
Autocorrección en decúbito supino. Autocorrección en decúbito prono.
l. Paciente en decúbito supino, con lqs pies juntos l. Paciente en decúbito prono, con la extre.lllidad
y apoyados en la camilla a expensas de flexión inferior del lado a tratar sobre la camilla, en ligera
de caderas y rodillas. abducción y rotación externa, mientras que la Otra
2. El paciente separa ligeramente las rodillas, extremidad cae por fuera de la camilla, hasta apoyar
para.colocar entre aml?a.5 un objeto·irJ.COll}.presible. el pie en el suelo.
3. El paciente r:ealiza una contracción isométrica 2. E-l paciente se yergue sobre sus manos, extendi~ndo
simétrica, de 5~7 segun.dos d,.e duración,.inteptando l_a colum_na y manteni~ndo el a,bdomen caído
juntar las rodillas. · · a;l tiempo que realizá· Una espiración forzada.
4. Se repite de cinco a siete veces. 3. Se realizan de cinco a siete ciclos respiratorios,
intentando aumentar la elevación del tronco
durante las fases espiratorias.
Capítulo 20 Principios v prescripción del ejercicio 531

Para la corrección de una disfunción rotatoria maniobras de Mackenzie para reducir el desplazamien-
iliosacra, las maniobras de autotratamiento se expo- to lateral, e incorporar la extensión a continuación.
nen a continuación. Para una disfunción de rotación Las maniobras que demuestran utilidad son los deslj.
anterior del coxa1, el paciente efectúa una rotación zamíentos laterales (fig. 20.74) y frontales (fig. 20.75, a
posterior del coxal correspondiente (fig. 20.72). Para y b)--contra la pared, en bipedestacíón, las cuales per-
un ilíaco posterior, el paciente en decúbito supino miten el ajuste preciso de la amplitud de desplaza-
deja caer la extremidad inferior del lado disfuncional miento lateral y de extensión. Estos procedimientos
por encima del borde de la camilla y utiliza la con- pueden seguirse de los ejercicios de extensión en decú-
tracción muscular para extender la cadera de ese lado bito prono (fig. 20.76) y en bipedestación (fig. 20.77).
(fig. 20.73). El fortalecimiento y el control rotatorios de la columna
Las maniobras de autocorrección para las disfun- lumbar pueden realizarse por medio de ejercicios de
ciones lumbares del tipo FRS son modificaciones de las reeducación rotatoria del tronco (fig. 20. 78, a y b).

Figura 20. 72. Figura 20. 73.


Iliaco en rotación anterior. Iliaco en rotación posterior.
Autocorrección en decúbito supino. Autocofrección en decúbito supino.
l. Paciente en decúbito supino sobre la camilla, l. Paciente en decúbito supino, con la extremidad
con la cadera y la rodilla del lado afecto flexionadas. inferior del lado a tratar colgando por fuera
2. Manteniendo recto el miembro inferior opuesto, de la camilla.
el paciente coge la pierna del lado a tratar, 2. El paciente flexiona la cadera y la rodilla opuestas,
por debajo de la rodilla, con ambas manos y empuja trayendo muslo y pierna hacia el pecho.
hacia la extensión de cadera con una contracción 3. Durante la espiración, el paciente contrae
isométrica de 5-7 segundos. los glúteos del miembro inferior afecto
3. Después de cada relajación el paciente incrementa para aumentar la extensión de la cadera,
la flexión de cadera y lo repite de cinco a siete manteniendo la contracción durante 5-7 segundos.
veces. 4. Se realizan de cinco a siete repeticiones,
aumentándose la extensión de cadera
a cada contracción.
532 Pnncip10s y práctico de lo mediCJno manual

Figura 20. 74.


Desplazamiento· de caderas.
Autocorrección en bipedestación.
l. Paciente de lado con respecto a la pared,
en bipedestación. Los pies juntos, a unos 50 cm
de la pared y con el hombro, el brazo y el codo
apoyados en ella.
2. El paciente efectúa una traslación de la pelvis
hacia la pared, evitando la iridinación
de la .columna. ·
3. La otra mano del paciente puede ayudar
empujando la pelvis hacia la pared.
4. Se mantiene la posición durante 5-7 segundos
y se repite de cinco a siete veces.
5. Este ejercicio trata el componente de inclinación
de una disfunción lumbar FRS.
Cop11ulo 20 Pnnciplos y prescripc,ón del e1erc1óo 533

Figura 20. 75.


Disfunción FRS de la columna lumbar.
Autocorrección en bipedestación.
l. El paciente se encuentra de pie de cara a la pared, con los pies separados a la distancia acetabular
y con las manos apoyadas en la pared a la altura de los hombros.
2. El paciente desplaza lateralmente las caderas, de un lado a otro, hacia la restricción, cuatro o cinco veces,
ganándole terreno a la barrera de restricción en cada desplazamiento (fig. 20.75a).
3. A continuación el paciente induce extensión al dejar caer el tronco hacia adelante, mientras mantiene
los brazos completamente estirados (fig. 20.75b).
4. Los componentes de desplazamiento lateral y de extensión se van incrementando gradualmente a lo largo
de las de cinco o siete repeticiones que se realizan.
.534 Principios y próc/Jco de lo medicino manual

Figura 20. 76.


Restricción a la extensión de la columna lumbar.
Autocorrección en decúbito prono.
1. Paciente en decúbito prono, con las manos
sobre la camilla o sobre el suelo.
2. El paciente estira los codos y extiende el tronco
de abajo a arriba.
3. Los músculos espinales se encuentran relajados
y el estiramiento debe sentirse en la parte anterior
de pecho y abdomen.
4. Se mantiene la posición durante 3-5 segundos
Figura 20.77.
y se repite de cinco a siete veces.
Restricción a la extensión de la columna lumbar.
Autocorrección en bipedestación.
l. Paciente de pie, con los brazos en jarras
y con las manos apoyadas en las caras
posterolaterales de las nalgas. Los pies
se encuentran separados a la distancia acetabular
y las cad_erás en ligera rotación externa.
2. El paciente extiende el tronco desde la cabeza
y el cuello hacia abajo, mientras desplaza las caderas
hacia delante.
3. Se repite de cinco a siete veces, realizando aumentos
graduales de la extensión del tronco
a·-cada repetición.
4. Este ejercicio puede añadirse al de desplazamiento
de caderas (fig. 20.74), para corregir el componente
de extensión de uria disfunción lumbar FRS.
Capítulo 20 Principios y prescripción del ejercicio 535

Figura 20. 78.


Rotación del tronco.
ReeducaClóh en decúbito supino.
l. El paciente yace en decúbito supino, con las caderas y las rodillas flexionadas y los pies juntos y apoyados
sobre la camilla. Los brazos se encuentran extendidos a los lados del cuerpo, con las palmas de las manos
hacia abajo.
2. Las rodillas del paciente se dejan caer lentamente hacia un lado y se mantiene la posición de estiramiento
durante 5-7 segundos (fig. 20. 78a).
3. Las rodillas se devuelven lentamente a la línea media, haciendo que los diferentes segmentos vertebrales
contacten secuencialmente de arriba a abajo con la camilla. Los músculos de la cadera y el muslo
no deben trabajar, ya que el movimiento debe producirse a expensas de la contracción de la musculatura
del tronco (fig. 20. 78b).
4. El otro lado se ejercita de la misma forma y se repite de cinco a siete veces a cada lado.
5. Este ejercicio está indicado para tratar el componente rotatorio de las disfunciones lumbares no-neutras.

La autocorrección de las disfunciones en exten- oon circular completa tanto en el sentido horario
sión, rotación e inclinación (ERS) exigen que pri- como en el contrario.
mero se restaure la flexión, lo cual puede conseguirse En la columna dorsal no es raro encontrar apila-
con ejercicios bilaterales de triple flexión de los das varias disfunciones ERS o FRS, las cuales deben
miembros inferiores, llevando las rodillas hacia el pe- tratarse correctamente de manera que el paciente
cho, alternadas o al mismo tiempo, en posición de de- pueda mantener la corrección en su domicilio. En la
cúbito supino. Otro ejercicio sumamente eficaz es el región dorsal, los ejercicios de elongación de la co-
estiramiento del rezo mahometano, en posición ge- lumna son siempre beneficiosos. Uno de los más úti-
nucubital (fig. 20.79). Para tratar simultáneamente la les es el estiramiento contra la pared (fig. 20.32). Otro
flexión, la rotación y la inclinación suele ser útil el ejercicio de elongación que resulta de ayuda es el es-
ejercicio de caída diagonal de caderas, en posición de tiramiento del gran dorsal, en posición de rezo en ge-
cuadrupedia sobre manos y rodillas (fig. 20.80). Este nuflexión (fig. 20.82). Para la corrección de restric-
ejercicio también resulta útil para estirar el cuadrado ciones a la extensión, resultan eficaces los ejercicios
lumbar y fortalecer los glúteos mediano y menor. El de balanceo en posición cuadrúpeda sobre manos y
ejercicio de flexión sobre un peldaño, en bipedesta- rodillas (fig. 20.83,a y b) y los de extensión con apoyo,
ción (fig. 20.81) también es eficaz para la autocorrec- en genuflexión (fig. 20.84). Para la corrección de res-
ción de disfunciones lumbares ERS. tricciones a la flexión, se utiliza una variante del clá-
El reloj pélvico (fig. 20.11) puede usarse como sico ejercicio del lomo de gato (fig. 20.85). Se puede
una maniobra de autocorrección para disfunciones focalizar la necesidad específica de flexión para incre-
tanto ERS como FRS. El paciente realiza un ejercicio mentar la movilidad en este sentido. Un ejercicio de
en sentido horario y en sentido antihorario, tocando flexiones contra la pared promueve la flexión de la co-
cada vez un número del reloj y graduando una rota- lumna dorsal superior, así como la reeducación neu-
536 Principios y práctico de lo medicino manual

romuscular del control escapular, en especial de la de- las disfunciones FRS (fig. 20.88) y ERS (fig. 20.89).
bilidad del gran serrato y del trapecio inferior Los restringentes largos de la columna cervical debe-
(fig. 20.86, a-c). Para restaurar la rotación, es útil el rían ser estirados antes de intentar una automoviliza~
procedimiento descrito para la columna lumbar ción. En la zona Cl-2, el principal movimiento que ha
(fig. 20.75), especialmeQU: en la región dorsal infe- de ser restaurado es la rotación, lo cual se consigue en
rior. Un ejercicio de rotación de tronco en sedesta- posición de sedestación, con el cuello en flexión má-
ción utiliza el trabajo respiratorio como parte de la xima y en rotación hacia el lado de la restricción
maniobra rotatoria, comenzando de arriba a abajo, o (fig. 20.90). En la unión occipitoatloidea, el movi-
viceversa, para focalizar la región con mayor restric- miento principal de flexo-extensión se puede incre-
::. "-ción a 1á rotadión (fig. -20.8'7). Eñ el"r-áqüt:S:,:-érvirnl,-Jas- · .miti-t:fr espedficaniér-ite en uria de las articulá.ciolles.
disfunciones FRS y ERS, que se encuentran en los seg- occipitoatloideas, haciendo una rotación de 30º e in-
mentos-cervicales tipo, pueden ser traiadas como ·seg- troduciendo flexión y extensié.n en el lado que se va a
mentos individuales. Resultan útiles los ejercicios para movilizar (fig. 20.91, a y b).

Figura 20.79. Figura 20.80.


<iEstiramien to del rezo mahometano» para la columna Disfunciones ERS de la columna lumbar.
lumbar. Autocorrección en posición de ~icaída diagonal de caderas}>·.
Autocorrección en posición prona. l. El paciente comienza en cuadrup.edia sobre manos
l. El paciente comienza en la posición de cuadrupedia y rodillas.
· sobre manos y rodillas, con los pies y las rodillas 2. El paciente se deja cae·r hacia_ detrás en diagonal,
separados a la distancia de las cad.eras. realizando flexión, inclinación y rotacióv hacia
2. El paciente se desplaza hac_ia cletrás, intentando la carilla disfuií.cional.
sentarse sóbre sus talones. 3. Se mantiene la posición durante 5-7 segundos
3. La cabeza y el cuello _del paciente se .deján caer y se repite de cinco a siete veces. . ·
hacia la flexión, permitiendo que. la columna 4. Con cada repetición se aumenta 1a caída de caderas,
se flexione y que el pecho caiga hacia el suelo. aumentando la movilidad en la carilla disfuncional.
4. Las manos permanecen en contactó con el s'uelo. 5. Este.ejercicio también fortalece la musculatura
5. El estiramiento se mantiene durante 10-15 segundos glútea. El operador puede ofrecer resistencia
y se repite de tres a cuatro véces. · alternadamente sobre la nalga y el hombro opuesto,·
6. Este estiramiento trata el componente de fleXión mientras se solicita a los músculos glúteos
. de )9-s ·disfunciones lumb,;1.res no-neutras. · que·trabajen concéntrica y excéntricamente.
6. ESte· ejercicio es útil para la autocorrección
de.üri sacro en nutación anterio:Í, IÜ cual'se
encuentra frecuentemente a~ociado
con_ una disfunción ERS de L5. Se puede emplear
una fuerza de activación respiratoria, combinando
la inspiración profunda cort la posición
de estiramiento.
Capítulo 20 Principios y prescnpción del ejercicio 537

Figur¡, 20.81. Figura 20.82.


Disfunción ERS de la columna lumbar. Columnas dorsolumbar y lumbar.
Auto~orrección en bipedestación. Autocorrección en genuflexión.
l. El paciente se encuentra en bipedestación y coloca l. El paciente se arrodilla, apoyando los codos juntos
uno de los pies sobre una silla o taburete, mante- sobre una silla o taburete.
niendo la otra extremidad inferior completamente 2. Con el raquis lumbar en posición neutra,
estirada. el paciente retrocede hasta sentarse
2. El paciente coloca ambas manos a los lados de la sobre los talones.
rodilla flexionada y se dobla hacia adelante. lle- 3. Se mantiene la posición durante 30 segundos
vando el pecho hacia la rodilla, a medida que las y se repite dos veces.
manos se deslizan hacia abajo a lo largo de la 4. El paciente realiza una serie de ciclos respiratorios
pierna, en dirección al tobillo. profundos, para movilizar los segmentos vertebrales
3. Se mantiene la posición durante 5-7 segundos y se en la posición de elongación.
repite de cinco a siete veces, aumentando la flexión 5. El ejercicio es similar al estiramiento del gran dorsal
del tronco a cada repetición. (fig. 20.60), pero aquí se incluye
como autoestiramiento para ser empleado
después de cualquier maniobra de autocorrección
de disfunciones lumbares FRS o ERS.
538 Principios y práctico de lo medicino manual

Figura 20.83.
Columnas dorsolumbar y lumbar.
Posición de autocorrección para restricción a la extensión.
l. El paciente, en posición cuadrúpeda sobre manos y rodillas, desplaza el peso sobre las manos, mientras deja
caer el abdomen extendiendo la columna lumbar (fig. 20.83a).
2. Manteniendo la extensión, se transfiere el peso a las rodillas, aumentando la extensión de la columna dorsal.
3. Cada uno de los extremos del ejercicio se mantiene durante 5-7 segundos y se repite de cinco a siete veces.
4. Esta maniobra de «balanceo_ genumanual» se utiliza después del tratamiento de las disfunciones FRS,
para incrementar el movimiento de extensión.

Figura 20.84.
Columnas lumbar y dorsolumbar.
Posición de autocorrección para restricción Figura 20.85.
a la extensión. Columna dorsolumbar.
1. El paciente se arrodilla de espaldas a un taburete Posición de autocorrección (lomo de gato).
l. Paciente sobre las manos y las rodillas.
y coloca las manos sobre él.
2. El paciente extiende las caderas con· una fuerte 2. El paciente arquea la espalda focalizando
contracción de los glúteos. en el segmento restringido y se balancea adelante
3. El paciente empuja hacia abajo con las manos y atrás, aumentando el movimiento de flexión.
y eleva el esternón llevando las escápulas hacia abajo 3. El paciente eleva el segmento en dirección
y atrás (las manos pueden apuntar hacia delante hacia el techo, mantiene durante 5-7 segundos
· o hacia detrás). y rep~~e de cinco a sie_te veces.
4. La extensión de la columna se aumenta a expensas
de traslación anterior y elevación del tronco.
5. Se mantiene la posición durante 5-7 segundos
y se repite de cinco a siete veces.
Capítulo 20 Principios y prescripción del e)ercÍC!o 539

Figura 20.86.
Columna dorsal superior.
Posición de autocorrección (flexión contra la pared)
l. Paciente en bipedestación de cara a la pared,
con las manos apoyadas en ésta a la altura
de los hombros y manteniendo la lordosis lumbar
rectificada (fig. 20.86a).
2. El paciente retrae y deprime las escápulas
y, flexionando los codos, llega a tocar con las narices
en la pared (fig. 20.86b).
3. El paciente mantiene la posición
durante 5-10 segundos y a continuación vuelve
a la vertical empujando lentamente contra la pared.
Deja caer la cabeza y el cuello hacia la flexión,
realiza antepulsión de hombros y eleva la columna
dorsal superior en dirección al techo (fig. 20.86c).
4. El paciente mantiene la posición durante 5-10
segundos y repite la maniobra de cinco a siete veces.
540 Principios y práctico de lo medicino manual

Figura 20.87. Figura 20.88.


Columna dorsal. Disfunción FRS de la columna cervical.
Posición de autocorrección para restricción Autocorrección en sedestación.
a la rotación. (Ejemplo: FRS¡zquierda)
l. El paciente se sienta de lado en una silla, cogiendo l. El paciente se sienta y coge la apófisis articular
el respaldo con ambas manos. de la vértebra inferior del segmento móvil
2. El paciente inspira profundamente, enderezando disfuncional.
la columna• y, durante la subsecuente espiración 2. Fijando dicha apófisis, el paciente extiende
profunda, realiza rotación, de arriba a abajo, en tres la columna cervical, añade rotación e inclinación
o cuatro segmentos. La posición se mantiene a la derecha y dirige la mirada hacia arriba.
durante 5-7 segundos y se repite aumentando 3. Se mantiene la posición durante 5-7 segundos
la rotación.a cada repetición. y se repite de cinco a siete veces.
3. Los brazos pueden ayudar en la acción rotatoria.
4. A medida que la rotación desciende a lo largo
de la columna dorsal, se desplaza el peso del cuerpo
a la nalga opuesta a la rotación. ·
5. Se repite de tres a cinco veces ·a cada lado
para obtener un equilibrio siniétrico.
Capítulo 20 Principios y prescripción del ejercicio 541

Figura 20.89. Figura 20.90.


Disfunción ERS de la columna cervical. Columna cervical· ( articulación atlantoaxoidea).
Autocorrección en sedestación. Autocorrección en sedestación.
(Ejemplo: ERS¡zquierda) l. El paciente se sienta y agarra el asiento de la silla
l. El paciente se sienta y coge la apófisis articular o el taburete con ambas manos.
de la vértebra superior del segmento móvil 2. El paciente flexiona el cuello a 45º y efectúa
disfuncional. rotación en la dirección de la pérdida de movilidad.
2. El paciente flexiona la columna cervical, añade 3. Se mantiene la posición durante 5-7 segundos
inclinación y rotación a la derecha y dirige la mirada y se repite de cinco a siete veces aumentando
hacia abajo. la rotación a cada repetición.
3. Se mantiene la posición durante 5-7 segundos 4. El trabajo respiratorio (inspiración/ espiración),
y se repite de cinco a siete veces. realizado en la barrera, ayuda a la corrección.
542 Pnncipios y práctico de lo medicino monuo/

Figura 20.91.
Columna cervical (articulación occipitoatloidea).
Autocorrección en sedestación.
l. Paciente sentado, cogiendo con ambas manos el asiento de la silla o taburete.
2. El paciente gira la cabeza 30º.
3. El paciente deja caer la cabeza al tiempo que la traslada hacia atrás, lo cual induce un movimiento de flexión
en el cóndilo (fig. 20.91a).
4. El paciente traslada la cabeza hacia delante, dirigiendo el movimiento con la barbilla, lo cual induce
un movimiento de extensión en el cóndilo (fig. 20.91b).
5. La posición que alcanza la restricción se mantiene durante 5-7 segundos y se repite de cinco a siete veces.
Capítulo 20 Principios y prescripción del ejercicio 543

El entusiasmo de este autor por el ejercicio pro-


cede de la propia experiencia. Con una historia de al-
rededor de 40 años de dolor lumbar y de la extremi-
dad inferior derecha, y con patología ósea significa-
tiva, visible en los estudios radiológicos, el mejor
control de los síntomas se obtuvo siguiendo los prin-
cipios para el ejercicio descritos en este capítulo. La
figura 20.92 muestra radiología simple que evidencia
espondilosis significativa, patología discal degenera-
tiva, estenosis de los recesos laterales y una espondi-
lolistesis de grado II, con defecto isquémico bilateral
en L5. A pesar de esta patología ósea, el autor ha ejer-
cido de modelo en la mayoría de los ejercicios pro-
puestos en este capítulo, poniendo de relieve la capa-
cidad funcional posible en presencia de patología
ósea significativa del raquis lumbar. En la clínica, este
autor reta a los pacientes a realizar los ejercicios tal y
como se les muestran, lo cual resulta ser un poderoso
incentivo.
544 Princ,pios y práctica de la medicina manual

Figura 20.92.
(a) AP en carga de la columna lumbar. (b) Proyección lateral de la columna lumbar. (c) Placa lateral de la charnela
lumbosacra. (d) Oblicua izquierda de la columna lumbar. (e) Oblicua derecha de la columna lumbar.

RESUMEN y, posteriormente· del fortalecimiento, han demos-


trado ser altamente eficaces. Cada programa de ejer-
El ejercicio es una poderosa herramienta para el ma- cicios debe ser individualizado para cada paciente y su
nejo de pacientes con desarreglos musculoesqueléti- cumplimiento es de vital importancia si--se pretende
cos crónicos, que aumenta la eficacia de las interven- que sea efectivo .. Un programa de ejercicios bien dise-
ciones. de la medicina manual. Los principios aquí ñado y ejecutado, le confiere al paciente el control de
enumerados, centrados en el equilibrio motor, de su propio .nivel de salud musculoesquelética y resulta
control y mediación central, seguido del estiramiento · sumamente eficaz en términos económicos.
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i PRUEBAS DIAGNÓSTICAS
COMPLEMENTARIAS

El profesional de la medicina manual utiliza funda- cluir como m1n1mo una proyección anteroposterior
mentalmente el proceso de diagnóstico estructural, (AP) (fig. 2°1.1) y una proyección lateral (fig. 21.2).
para determinar la: presencia o ausencia de disfun- Los estudios oblicuos derecho (fig. 21.3) e izquierdo
ción somática y su significación clínica, antes de ins- (fig. 21.4), aunque no se realizan de forma rutinaria,
taurar un tratamiento manual, Las pruebas diagnósti- permiten una buena visualización de las articulaciones
cas complementarias, frecuentemente ayudan a de- interapofisarias y del istmo. Estas proyecciones mues-
terminar la presencia o ausencia de patología tran la apariencia de «perrito» de los elementos pos-
orgánica en el sistema musculoesquelético añadida a teriores de la columna lumbar_ El ojo del perrito es el
la disfunción. Es preciso conocer si la aparición de los pedículo, la correspondiente apófisis transversa es la
síntomas es debida a patología orgánica, a disfunción nariz, la apófisis articular superior es la oreja, la infe-
o a una combinación de ambas_ En la mayoría de los rior es la pata delantera y el cuello es el istmo. El de-
casos se trata de una combinación de ambas y el pro-
fesional necesita tratar todos los componentes de la si-
tuación del paciente_ La medicina manual debe ejer-
cerse en el contexto del cuidado global del paciente_

TÉCNICAS DE DIAGNÓSTICO POR IMAGEN


El uso adecuado y el abuso indebido de las técnicas
de imagen sigue siendo motivo de debate dentro del
sistema sanitario. Las técnicas de imagen pueden ser
caras, conllevar algún riesgo, mostrar tanto falsos po-
sitivos como falsos negativos y suministrar informa-
ción que puede ser de poca ayuda en el manejo del
paciente. A todos los profesionales médicos se les ex-
. horta a que traten pacientes y no imágenes. Las si-
guientes secciones no pretenden ser exhaustivas, sino
que pretenden compartir con el lector las opiniones
de este autor con respecto a la ayuda que las técnicas
de imagen pueden prestar en el ejercicio de la medi-
cina manual.

Radiología simple
La radiología simple de la columna lumbar y de la pel-
vis no son necesarias antes de llevar a cabo una inter-
vención manual. Si la historia y el examen físico, llevan
al médico a un alto índice de sospecha de enfermedad
orgánica articular u ósea, las radiografías simples sí es-
tarán indicadas, dado que son relativamente baratas,
muestran la anatomía ósea y articular y pueden ser de
ayuda para descartar patología traumática, neoplásica Figura 21. l.
e inflamatoria. Las radiografías simples deberían in- AP de columna lumbar (en decúbito supino).
545
546 Principios y práctica de lo medicino manual

fecto en el istmo se denomina espondilolisis y cuando


existe una separación a ese nivel se la califica de es-
pondilolistesis. Otra proyección empleada habitual-
mente es la lateral de la charnela lumbosacra, en es-
pecial para observar el espacio discal L5-Sl. Lo mejor
en este sentido es realizar un estudio AP, con una an-
gulación cefálica de 30º (fig. 21.5), dado que propor-
ciona una excelente visualización del espacio ~iscal
lumbosacro y de ambas articulaciones sacroiliacas, y es
·:;;J;.: .. de -g'tan.ayucl,il:-en la- evaluación Ae-tallad"a de"Ia,Fverté-
bras. ]umbosacras de transición. Nótese lá apófisis
transversa, con forma de ala de.murciélago, que pre-
senta pseudoartrosis con el sacro y con el iliaco, en la
figura 21 .5. Esta anomalía estructural es.1.mo de los po-
cos factores predictivos de futura patología y discapa-
cidad de la columna lumbar. El disco suprayacente de
la vértebra _de tr<:1nsición prese_nta un mayor riesgo ·e~-
tadístico de sufrir herniación y de desarrollar radicu-
lopatía discogénica.
Estudio postura/ mediante radiología simple. Si el
médico tiene la sospecha de un síndrome de inclina-
ción pélvica, por un miembro inferior corto, basada
en el hallazgo clínico de un desnivel de las crestas ilia-

Figura 21.3.
Oblicua derecha de columna lumbar.

cas y de los trocánteres mayores en bipedestación, es


útil realizar un estudio postura! con radiología sim- .
ple, para confirmar el diagnóstico y determinar la
cantidad exacta de la dismetría y del desnivel de la
base sacra. El estudio postura] incluye una proyección
AP de la columna lumbar y la pelvis, con el paciente
en bipede"stación (fig. 21.6), así como una proyección
lateral. (fig. 21.2). Es preciso un gran- cuidado por
. parte del técnico para obtener unas imágenes de cali-
dad, que sirvari para el análisis postura]. Los factores
·.té<;::nicos·-importantes son l~~ siguie:')tes:
l. El bucky debe estar vertical y formar un án-
gulo recto con el suelo o con el apoyo para los
pies de la mesa.
2. La placa de 35 x 43 bien centrada en el chasis.
3. Chasis_ cargado, bien centra.do y nivelado en
el bucky.
4. P;;1c.iente de pie, recto, con. una distribución
equilibrada del peso en ambos pies y con 15 cm ·
de separación entre ·1os dos maleolos internós: .
5. Un.a ·distancia foco,película de 1 m.
6. El eje vertical de la placa centrado entre las
crestas iliacas.
Figura 21.2. 7. El rayo central proyectado al centro de la
Lateral de columna lumbar (en bipedestación). placa.
Capítulo 21 Pruebas diagnósticas corhplementorios 547

Las placas AP en carga se miden de la siguiente


manera:
l. Proyección AP
a. Se traza una línea horizontal a través de la
parte superior de cada cabeza femoral.
b. Se dibuja una línea horizontal a través de
la base sacra. Existen tres variantes que se
exponen por orden de fiabilidad:
l. A través de la cara más posterior del
borde posterior del cuerpo de Sl.
2. Cara inferior del surco sacro (apófisis
transversa de S 1) .
3. Esquinas internas de las apófisis articu-
lares de Sl a nivel de su unión con el
,_; cuerpo del sacro.
c. Se trazan dos líneas verticales desde la
parte inferior de la placa y atravesando el
punto más alto de la cabeza femoral, hasta
la línea dibujada a través de la base sacra.
d. La diferencia de la distancia desde la ca-
beza del fémur hasta la parte inferior de la
placa, representa el déficit de la longitud
de la pierna.

Figura 21.4.
Oblicua izquierda de la columna lumbar.

Figura 21.5. Figura 21.6.


Proyección AP, 30º en dirección craneal, para visualiza- AP de la columna lumbar en carga para el análisis
ción de las articulaciones sacroiliacas y lumbosacras. postura!.
548 Principios y práctico de lo medicino manual

e. La diferencia en la distancia entre la línea


de la base sacra y la parte inferior de la
placa a cada lado, constituye la medida del
desnivel de la base sacra.
2. Proyección lateral.
a. Se traza una línea a través de la cara supe-
rior del cuerpo de Sl, hasta que se cruza
con una línea horizontal dibujada paralela
al borde inferior de la placa, pero a nivel
de faF-cara an-terior ·de'i·Sl, El ángulo agudó
resultante se denomina «ángulo de. la base
sacra». En bipedestación erecta, el ángulo
de la base sacra normal es de 40 ± 2º.
b. Se localiza la parte central del cuerpo ver-
tebral de la terc:era lumbar y se lanza hacia
abajo una línea verticaL· En condiciones
normales esta línea debería caer sobre la
cara superior de Sl.
3. Escoliosis lumbar.
a. Se evalúa la existencia de escoliosis lumbar
en la proyección AP. El proceso de adapta-
ción normal, debería mostrar una c9nvexi-
dad lumbar hacia el lado de la declinación
de la base sacra.
Figura 21.7.
La experiencia ha demostrado que la fiabilidad AP en bipedestación, placa dinámica en inclinación
entre-examinadores e intra-examinadores, utilizando derecha.
esta metodología, es de 1 mm de diferencia. A menos
que la historia y el examen fisico aconsejen un estu- cavidad, concordante con una mecan1ca vertebral
dio con radiología simple antes de iniciar el trata- no-neutra de la columna lumbar. La figura 21.8
miento, es preferible tratar la columna lumbar y la muestra una inclinación a la izquierda con rotación
pelvis hasta conseguir el máximo equilibrio biomecá-
de las vértebras lumbares a la derecha, coherente
nico, antes de llevar a cabo el estudio radiográfico
con un movimiento vertebral neutro de la columna
postura!. En ocasiones, las disfunciones lumbares y
lumbar. Poniendo una placa encima de la otra, habi-
pélvicas, especialmente cuando se asocian con un de-
sequilibrio muscular_ important,;, hacen el estudio tualmente es posible identificar qué segmer,to,. den-
técnicamente dificil y condiciomin unas mediciones tro de la columna lumbar, ofrece resistencia a la in-
muy poco fiables. Por ello, es preferible llevar a cabo clinación derecha o izquierda. En la flexión y en la
el estudio cuando se ha. conseguido la función bio- extensión en las proyécciones laterales realizamos un
mecánica máxima de la columna lumbar, la pelvis y análisis de la movilidad intersegmentaria. Nueva-
las extremidades inferiores del paciente. mente, superponiendo una placa sobre !a otra, to- .-
mando como referencia la proyección lateral neutra,
Estudios dinámicos se puede identificar el segmento que rechaza la fle-
xión o la extensión. El acoplamiento del comporta-
La radiología simple frecuentemente puede suple-
mentarse con estudi6s dinámicos en posición erecta, miento neutro o no-neutro de la columna lumbar en
realizados en inclinación derecha (fig. 21. 7) e iz- la inclinación, con restricción intersegmentaria a la
quierda (fig. 21.8) en proyección AP, y en extensión flexión o a la extensión, puede ayudar en la evalua-
(fig. 21.9) y flexión en proyección lateral(fig. 21.10). ción de disfunciones vertebrales no-neutras en el ra-
Se evalúan los cambios .dinámicos tanto en las pro- quis lumbar. EI°papel de los estudios dinámicos sigue
yecciones AP como en las laterales y se comparan con siendo controvertido, dada la dificultad en la investi-
las proyecciones AP y lateral neutras. En las placas di- gación biomecáni_ca de la_ metodología. A pe_sar de
námicas de illclinadón se valora la· presencia o au- este inconveniente, la experiencia clínica ha demos-
. sencia de un acoplamiento vertebral lumbar neutro trado que pueden ser de ayuda en determinados ca-
o no-neutro. La figura 21.7 muestra la inclinación a sos, como colaboración en la búsqueda de los signos
la derecha con rotación de la vértebra hacia la con- diagnósticos estructurales.
Capítulo 27 Pruebas diagnósticas complementarias 549

Estudios de imagen especiales

Existe un cierto número de estudios de imagen espe-


ciales que tienen aplicación en los problemas muscu-
loesqueléticos, en especial en los síndromes doloro-
sos lumbares y de la extremidad inferior. Antes de
solicitar un estudio especial, el médico debería ase-
gurarse de que la prueba seleccionada proporcionará
la información deseada, ya que los diferentes estudios
suministran distinta información. Los estudios de
imagen especiales deberían hacerse para confirmar
impresiones obtenidas en el examen clínico. Técnicas
como la resonancia magnética nuclear (RMN) no se
deberían utilizar como una herramienta indiscrimi-
nada para buscar patología en un paciente que pre-
senta dolor lumbar. La RMN tiene muchas ventajas en
el proceso diagnóstico y proporciona la mejor infor-
mación posible sobre las partes blandas del sistema
musculoesquelético. Se ha convertido en la técnica de
elec_ción para el diagnóstico de la hernia discal, lesio-
nes medulares, lesiones cerebrales y muchas de esas
anomalías del desarrollo tan poco comunes como la
siringomielia o la médula anclada (fig. 21.11). La
RMN puede suministrar imágenes que muestren el

Figura 21.9.
Placa dinámica lateral en extensión.

Figura 21.8.
AP en bipedestación, placa dinámica en inclinación Figura 2Ll0.
izquierda. Placa dinámica lateral en flexión.
550 Pnncipios y práctica de la medicina manual

tudios dinámicos, debido a las dimensiones de la ca-


bina y al hecho de que el paciente se encuentra en
posición de descarga. Con un esfuerzo técnico espe-
cial, es posible obtener algunos estudios dinámicos en
flexión y extensión del raquis cervical. Los estudios
dinámicos de la columna lumbar son mucho más di-
fíciles.

Tomografía axial computarizada


ta tomografíá axial i:ompÜtarizada (TAC) es máian-
tigua ·que la RMN. La TAC es el método de elección
cuarido se quiere observar la morfología del sistema
óseo. También es útil para descubrir enfermedad dis-
cal, incluyendo la hernia con extrusión de material
nuclear én las partes centrales y latera.les del canal
vertebral, así cÜmo hernias laterales e internas
(fig. 21.12). Esta tecnología es especialmente útil en
la valoración de la estenosis central y de los recesos la-
terales, tal y como se aprecia en la figura 21.12. La
TAC puede combinarse con la discografía y con la
Figura 21.11. mielografía para obtener información diagnóstica
RMN, columna lumbar, corte sagital. adicional (fig. 21.13). La TAC simple no es invasiva,
pero exige que el paciente sea expuesto a radiaciones
ionizantes. Los implantes metálicos no suponen una
núcleo pulposo del disco. de forma semejante a una contraindicación, pero las imágenes fr:ecuentemente
discografía y perfila el canal raquídeo y sus conteni- aparecen distorsionadas y con artefactos. La discogra-
dos de manera semejante a una mielografía. El pro- fía TAC y la mielografía TAC requieren. un procedi-
cedimiento no implica radiaciones ionizantes, no es miento invasivo adicional.
invasivo y tiene pocas contraindicaciones, como por
ejemplo los implantes metálicos y los marcapasos. Las Mielografía
cabinas de RMN van siendo más espaciosas, con la i.n- La mielografía es una de las técnicas de imagen espe-
tención de que el paciente sienta menos claustrofobia cial más antiguas para el diagnóstico de la patología es-
dentro_ de la máquina. Uno de los inconvenientes de pinal. Históricamente se ha utilizado para la localiza-
los estudios con RMN, es la dificultad para obtener es- ción de patología discal, de compresión neurológica,

Figura 21.12. Figura 21.13.


TAC de columna lumbar. Ventana ósea. Columna lumbar, discografía con TAC.
Capítulo 27 Pruebas diagnósticos complementarios 551

de bloqueo del líquido cefalorraquídeo y de patología ciona la oportunidad de valorar si un determinado


intraespinal, como tumores medulares. Es un procedi- disco es causante de dolor. Las inyecciones en un
miento invasivo y algunos de los antiguos materiales de disco normal son por lo general indoloras. La infil-
contraste eran tóxicos y producían complicaciones. tración de un disco patológico suele producir dolor
Existe un aumento, con significación estadística, de y, caso de reproducir la queja del paciente, confir-
aracnoiditis en mielografias realizadas con pantopa- man que el disco es el lugar donde se genera el do-
que. En la actualidad, los materiales de contraste solu- lor. Comúnmente, en presencia de hernia discal se
bles en agua son mucho menos tóxicos, pero en rmos produce una exacerbación de la tadiculopatía aso-
pocos individuos sensibles al yodo están contraindica- ciada. Al igual que la mielografia, la técnica es inva-
dos. Son frecuentes los falsos negativos mielográficos siva y requiere la introducción de una sustancia ex-
para la patología discal en el nivel L5-Sl. En ocasiones traña, lo cual acarrea algún riesgo alérgico. U na de
la mielografia se convierte en el procedimiento de las ventajas de la discografia es que ofrece la posibi-
elección, especialmente en asociación con la tecnolo- lidad de realizar el estudio en carga o en descarga.
gía de TAC, en determinados retos diagnósticos. En la posición erecta en carga, la flexión y la exten-
sión se pueden realizar como ayuda en el proceso
Discografía diagnóstico (fig. 21.15.). Nótese en la figura 21.15
La discografia sigue teniendo sus defensores y sus cómo se producía una mayor extrusión del material
detractores. Es un procedimiento invasivo, con una nuclear opaco en dirección posterior durante la ex-
dificultad técnica considerable. El material radioo- tensión del tronco. Al igual que la discografia, la
paco es inyectado en el núcleo pulposo del disco y se mielografia puede realizarse en bipedestación, y
toman imágenes para averiguar la patología intra- puede ser objeto de estudios dinámicos en flexión,
discal (fig. 21.14). La discografia también propor- extensión e inclinaciones derecha e izquierda.

Figura 21.14. Figura 21.15.


Discografia. Proyecciones AP y lateral. Discografia lumbar L4-5. Flexión y extensión
en bipedestación.
552 Pnncipios v práctico de lo medicino manual

Bloqueos diagnósticos e infiltraciones 21.18-21.20 muestran el ejemplo de un divertículo cap-


sular, existente en una articulación positiva a la infil-
A veces, determinados estudios especiales adicionales, tración provocativa y que experimentó una desapari-
pueden ayudar a determinar la localización de la causa ción completa del correspondiente dolor tras la insti-
del dolor y la significación de las alteraciones anatómi- lación del anestésico local. Ello confirmó que la
cas. Estas técnicas incluyen las infiltraciones de las arti- articulación sacroiliaca izquierda era responsable del
q,iJ.acione~ interapofisarias y de las articulaciones sa- dolor, contribuyendo al cuadro del paciente. La figura
crpi!iacas,)os bloqueos nerviosos selectivos y la ya ex- 21.21 es una visión de TAC de las articulaciones sacroi-
puesta discografia. Estos procedimientos requiereri liacas del mismo caso representado en la figuras 21.18-
cónirol flt/'oroscópfro, ·él uso de foafohal de é"ontr-aste . 21.20 ..·,Nótese la,relación .asimét_rjp de las_ caras ante- .
y la instil«9ión de agentes anestésicos -para comprobar . riores del sacro con las caras post~riores del iliaco) ma-
si la estniiltura es dolorosa y responde al bloqueo local nifestada por las líneas horizontafés. Este hallazgo, füe
(figs. 21.16y 21.17). Las figuras 21.16y 21.17 muestran la confirmación visual de la impresión palpatoria de
el uso de tna infiltración en la articulación interapofi- una torsión sacra en este paciente. A veces puede ob-
sar-ia, pata~deterrilinar si la espondilolistesis existente a . tenerse información sobre la caµacidad funcional de
ese nivel ,;f sintomática. Nótese la aguj,i colocada en la . las estructuras anatómicas mostradas por estas técniéaS
articulaci, L4-5, pero con \a_instila_c_ión del material de imagen. Los bloqueos nervio1os selectivos_ requie-
de contra¡_te se produce una perfecta delineación del ren control fluoroscópico y pretenden averiguar si una
defecto eti el istmo y en la articulación L5-Sl. El pro- raíz nerviosa específica y su vaina:•están contribuyendo
cedimien\p resultó totalmente indoloro para_ el pa- a la génesis del dolor. Esta técnica tiene mayor valor en
ciente y la,;conclusión que se obtuvo fue que el defecto el diagnóstico de la radiculopatí,a discogénica aguda,
no era r~sponsable del dolor. La articulación sacro- que en la patología disfuncional que trata la medicina
iliaca pueile ser puesta a prueba y vis~alizada por me- manual.
dio de artrografia (figs. 21.18-21.20). Con control fluo-
roscópico, se puede infiltrar material de contraste en- Estudios de RMN especiales
trando enlla articulación a través del borde inferior de
la porciórt sinovial. Igual que en la infiltración de la ar- La RMN es una técnica excelente para distinguir dife-
ticulación interapofisaria, si la articulación sacroiliaca rencias en las partes blandas. Durante los últimos dos
está contribuyendo a la génesis del dolor, la inyección años, un protocolo especial de RMN, para la columna
producirá dolor en el paciente. La instilación de anes- cervical, ha identificado sustituciones grasas selectivas
tésico local y el subsiguiente alivio del dolor identifica en los músculos recto mayor posterior de la cabeza y
la estructura como responsable del dolor. Las figuras recto menor posterior de la cabeza. _Estas sustituciones
í

Figura 21.16. Figura 21.17.


Bloqueo de la articulación L4-5. Proyección AP. Bolqueo articulación interapofisiaria L4--5. Proyección
oblicua.
Capítulo 2) Pruebas diagnósticas complementarias 553

Figura 21.18. Figura 21.19.


Artrografía sacroiliaca izquierda. Visión AP. Artrografia sacro ilíaca izquierda. Oblicua anterior derecha.

grasas se observaron en el 87% de los pacientes que vamente podríamos asumir que el hecho de que el
presentaban síndromes de dolor craneocervical pos- músculo haya sido sustituido por grasa y haya perdido
traumático, mientras que no aparecían en el 100% de sus propiedades contráctiles, puede contribuir a la per-
la población normal (figs. 21.22 y 21.23). La figura sistencia de los síntomas y a la falta de respuesta a la
21.22 muestra una buena definición tanto del recto medicina manual que utiliza las técnicas de energía
mayor como del recto menor, con densidad músculo muscular como fuerza de activación.
en las flechas, en un paciente sin historia previa de
traumatismo y asintomático. La figura 21.23 muestra Estudios electrodiagnósficos
las sustituciones grasas de los músculos rectos mayor y
menor posteriores de la cabeza en los puntos marcados El uso de los estudios electromiográficos y de conduc-
por las flechas, en un paciente dos años después de un ción nerviosa, pueden ser de ayuda en el diagnóstico
accidente de tráfico, con un mecanismo de latigazo diferencial de los síndromes de dolor cervicobraquia-
cervical y con el resultado de dolor en la región cervi- les y de la extremidad inferior, para confirmar o des-
cal superior, con dolor de cabeza irradiado hacia ade- cartar la presencia de radiculopatía significativa, pro-
lante desde la base del cráneo. La causa exacta de las ducida por patología discal o por otras causas. Los es-
sustituciones grasas sigue siendo investigada y su signi- tudios de conducción nerviosa son particularmente
ficación global aún no ha sido determinada. Intuiti valiosos para documentar la presencia del síndrome
554 Principios y práctica de la medicina manual

Figura 21.20. Figura 21.2L


Artrografía sacroiliaca izquierda. Oblicua anterior TAC de las articulaciones sacroiliacas.
izquierda.

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.'' -,,.,~~?1}'.t ~
',

Figura 21.22. Figura 21.23.


RMN de columna cervical en un paciente atraumático RMN d_e columna cervical en un paciente postraumático
y asintomático. sintomático.

del túnel carpiano o del túnel tarsiano. Existen nu- diagnóstico durante el periodo inicial de tres sema-
merosas pruebas neurofisiológicas sofisticadas dispo- nas. Un estudio negativo en un·cuadro precoz no des-
nibles, pefo rara vez son necesarias en el ejercicio de carta la existencia de radiculopatía. U na dectromio-
la medicina manual. El estudio electromiográfico, en grafia (EMG) positiva, con cambios agudos, puede
presencia de radiculopatía aguda, no sirve para el ayudar a confirmar el diagnóstico de radiculopatía
Capítulo 27 Pruebas diagnósticas complementarias 555

discogénica en un paciente que presenta signos clíni- lógica, en especial el examen neuropsicológico, po-
cos clásicos y estudios de imagen positivos coherentes. see un valor considerable para identificar la existen-
Este autor utiliza los estudios EMG de confirmación cia y severidad de lesión cerebral traumática. La le-
antes de someter a los pacientes a una intervención sión cerebral traumática es un hallazgo frecuente en
quirúrgica por patología discal. pacientes con síndromes de dolor crónico y proba-
La EMG de superficie es de ayuda diagnóstica blemente debería ser diagnosticada más a menudo.
en la determinación de los patrones de descarga La confección de una historia minuciosa descubrirá
muscular normales o anormales. Janda ha descrito frecuentemente un traumatísmo que dio lugar a una
las secuencias de descarga muscular normales para pérdida de conciencia transitoria con desorientación.
la extensión de cadera, la abducción de cadera y la
abducción de hombro (véase el Capítulo 20). VALORACIÓN DE TERAPIA OCUPACIONAL
Las _desviaciones pueden ser documentadas con es-
tudios de EMG de superficie y la tecnología puede La evaluación motora cognitivo-perceptiva, realizada
ser de ayuda para documentar la respuesta a los tra- por un terapeuta ocupacional experto, constituye
tamientos. otra prueba útil en el diagnóstico de lesión cerebral
traumátic.i. La valoración del lugar de trabajo, en es-
PRU,EBAS DE.LABORATORIO pecial en aquellos pacientes que presentan lesiones
de tensión repetitiva, puede ser extraordinariamente
El::tjlédico dispone de una gran variedad de pruebas útil en el manejo g1obal del paciente. Las modifica-
diagnósticas de laboratorio. En la medicina del apa- ciones en el lugar de trabajo suelen ser de ayuda en la
rato· locomotor existen algunas que son de utilidad, rehabilitación de pacientes con discapacidad, así
especialmente para descartar patología reumática, o como·en la prevención de futuras lesiones.
para identificar una enfermedad sistémica generali-
zada. Se ha dicho que la velocidad de sedimentación VALORAÓIÓN NUTRICIONAl
le toma la temperatura al sistema musculoesquelético.
Es un test inespecífico valioso, que requiere pruebas Puede resultar de gran ayuda contar con los servicios
de laboratorio adicionales cuando ofrece un resul- de un experto en nutrición. Muchos pacientes con
tado positivo. Las pruebas reumáticas básicas identifi- signos de dolor musculoesquelético tienen una mala
can el perfil artrítico y, dependiendo de los hallazgos, nutrición, con un consumo desmesurado de cafeína,
dirigen al clínico hacia unos estudios más extensos de alcohol y comidas rápidas. Una mala dieta, contribu-
anticuerpos antinucleares y de ADN. La valoración de ye a un sistema musculoesquelético poco saludable e
la función tiroidea suele ser de ayuda en los pacientes interfiere con el control neurológico normal de la
crónicos. El hipotiroidismo en el límite de la norma- función motora. La obesidad sigue siendo un pro-
lidad se observa frecuentemente en pacientes con fi- blema social, en especial en aquellos pacientes con
bromialgia primaria o secundaria. No siempre son las problemas musculoesqueléticos crónicos que redu-
disfunciones biomecánicas las responsables principa- cen el nivel de actividad del paciente. El tabaco con-
les de los síndromes de dolor musculoesquelético. El tribuye a la mala respuesta a los tratamientos, tanto
médico precavido emplea todas las herramientas dis- conservadores como quirúrgicos, de los problemas de
ponibles, incluidas las pruebas de laboratorio para va- columna. La reducción del consumo de tabaco, alco-
lorar al paciente de forma global. hol y drogas, junto con una dieta equilibrada que
conduzca a una carga ponderal adecuada, pueden te-
EVALUACIÓN PSICOLÓGICA ner una significación primordial en la recuperación
de los pacientes con problemas musculoesqueléticos.
La valoración psicológica de pacientes con síndromes
de dolor musculoesquelético, particularmente de na- CONCLUSIÓN
turaleza crónica, es frecuentemente útil en el manejo
del paciente. Los factores psicosociales juegan un im- El profesional de la medicina manual debería cono-
portante papel en la discapacidad debida a dolor de cer el papel de las pruebas diagnósticas complemen-
espalda. Existen una serie de tests estandarizados,. ta- tarias en la valoración del paciente. El conocimiento
les como el Inventario de Personalidad Multifásica de de las ventajas e inconvenientes de los métodos diag-
Minnesota, que tienen una amplia utilización para va- nósti.cos expuestos es imprescindible para su uso co-
lorar el estado psiquiátrico y psicológico del paciente. rrecto. El profesional debe familiarizarse con los dic-
Una evaluación psicológica personalizada, realizada támenes de otras disciplinas, que puedan estar inclui-
por un psicólogo clínico bien entrenado y con expe- das en el proceso de tratamiento del paciente. Este
riencia en los síndromes dolorosos del aparato loco- conocimiento conducirá al uso adecuado y no al in-
motor puede ser de gran ayuda. La evaluación psico- debido abuso de la tecnología médica.
TRATAMIENTOS COADYUVANTES

La medicina manual constituye una poderosa herra- AnalgésifOS y narcóticos


mienta para el tratamiento de numerosos problemas
Los analgésicos y los narcóticos resultan sumamente
de salud, en especial de aquéllos en los que está invo-
lucrado el sistema musculoesquelético. Puede muy útiles en los estados dolorosos agudos. En estos casos
es aconsejable asegurarse de que la dosis es la ade-
bien ser la intervención terapéutica principal, pero
cuada,. tanto en potencia como en disponibilidad,
también pueden utilizarse otras terapias conjunta-
mente con ella. Cuando se utilizan técnicas de medi- para conseguir un verdadero control de la sensación
dolorosa. La persistencia de la estimulación de las vías
cina manual es esencial hacerlo en el contexto del
nociceptivas es negativa para el sistema nervioso del
cuidado global del paciente y el médico debe asegu-
rarse de que las intervenciones manuales son las que
paciente y puede conducir a la cronicidad. Debe ajus-
se adecuan a la situación del paciente. tarse la dosis de forma que se eviten picos y valles en
la percepción y el alivio del dolor.
A continuación se expondrán una serie de moda-
lidades terapéuticas que el autor a encontrado útiles En general se desconoce cuándo el dolor agudo se
a lo largo de su ejercicio profesional. convierte en crónico. Algunos autores consideran que
la cronicidad está relacionada con el tiempo, conside-
rando que el momento del cambio se sitúa entre los
TRATAMIENTO MÉDICO
tres y los seis meses. Otros creen que basta con 30 días
El médico debe conocer todas las posibles acciones, de estimulación de las vías nociceptivas para modifi-
reacciones y efectos yatrogénicos de las sustancias uti- car las vías de proceso central del dolor. En el dolor
lizadas, sea por vía oral o por vía parenteral. Cuanto crónico, el paciente continúa percibiendo dolor a pe-
más sencillo sea el protocolo medicamentoso, muchí- sar de no existir lesión tisular, lo cual es habitual-
simo mejor. Una consideración habitual es que mente frustrante tanto para el médico como para el
cuanto más potente es la medicación, en términos de paciente, debido a la ausencia de una causa que justi-
eficacia, mayores son los efectos secundarios y las re- fique su persistencia. No obstante, para el paciente el
acciones adversas. dolor es una realidad y necesita que se le preste la
La medicación para el control del dolor es atención apropiada, igual que si se tratara de un dolor
de gran importancia en el manejo de las patolo- severo, asociado a una lesión aguda de los tejidos. El
gías musculoesqueléticas. Cuan to más tiempo lle- dolor crónico, sin lesión tisular etiquetable, se maneja
ve instaurado el proceso nociceptivo, mayores posi- de forma bastante distinta al dolor crónico asociado a
bilidades hay de que se produzca sensibilización enfermedades tales como tumores malignos, enfer-
de las vías del dolor y desprogramación del con- medad articular inflamatoria u otra patología reuma-
trol motor . El manejo del dolor asociado a una le- tológica asociada. En estos casos está claramente indi-
sión tisular aguda es bastante diferente del manejo cada la asociación medicamentosa apropiada para
del dolor que lleva meses o años presente. El dolor controlar el dolor. En el paciente con dolor crónico
agudo se caracteriza por su localización específi- sin lesión tisular o enfermedad reconocidas, las medi-
ca, por su calidad lancinante y por la existencia de caciones están en su mayoría contraindicadas. Los
lesión tisular asociada en una determinada estruc- analgésicos y los narcóticos parecen facilitar, más que
tura del aparato locomotor. El dolor musculoesque- inhibir, el sistema de perpetuación del dolor crónico.
lético crónico es bastante diferente y se caracteriza Estos pacientes necesitan ser deshabituados del uso
por estar peor localizado y ser de naturaleza más di- de medicamentos potentes lo antes posible. Durante
fusa, presentando frecuentemente una calidad que- su proceso de rehabilitación, particularmente con el
mante. aumento de actividad que lleva consigo un programa
557
558 Principios y práctico de lo medicino manual

de ejercicios, puede haber una exacerbación de la re- agudas. Los esteroides epidurales, tanto en infiltración
acción tisular, desencadenándose cortos estallidos de caudal como espinal, se han utilizado durante mucho
dolor agudo. En estos momentos, una medicación tiempo en el tratamiento de las radiculopatías agudas.
apropiada para el dolor agudo es claramente benefi- Ambas modalidades de infiltración tienen sus defen-
ciosa, pero debe ser interrumpida tan rápidamente sores y sus detractores. El problema de la infiltración
como sea posible. El paracetamol, en dosis adecuadas, caudal es la dificultad de alcanzar niveles lo suficien-
parece funcionar bastante bien en estos casos. El ma- temente altos como para tratar radiculopatías por en-
nejo de los síndromes de dolor crónico exige la parti- cima de SI, mientras que las infiltraciones epidura.les
cipación de un equipo interdisciplinar, pero un único espinales pueden ser más precisas en la. localización
medi~o ha_ de. resp<Jnsabilizar,;;e de las pr~scripciones . del efecto esteroideo. No obstante, ambas..técnicas de
fa~macológicas. · ·· · · - · · ·infÜtradón co:r.istituyen Procedimientos illvási\r-os, ·que
deberían ser realizados bajo control fluoroscópico,
Agentes anfiinflamaforios para asegurar la correcta colocación de la aguja y la
instilación adecuada del material terapéutico.
Otro grupo de medicamentos de gran ayuda en el ma-
nejo de la patología musculoesquelética es el de los Esferoides orales
agentes a'ntiinflamatorios. Los antiinflamatorios no es-
teroideos (AINES) son bastante conocidos y pueden El uso de esteroides orales en las radiculopatías ha de-
ser adquiridos sin receta medica. Las diferentes clases mostrado su eficacia durante muchos años. Una pres-
de AINES difieren fundamentalmente en el equilibrio cripción inicial de 60-80 mg/ día de prednisona, repar-
entre sus efectos analgésico y antiinflamatorio y en la tida en 2 dosis, y disminuyendo 10 mg cada día, ha
duración de su acción. Casi todos ellos son agresivos demostrado ser bastante eficaz y económica. Nueva-
para el tracto gastrointestinal y deben pautarse con mente, se ha de ser cuidadoso con la tolerancia del pa-
precaución en pacientes con úlcera péptica, gastritis o ciente a los esteroides, en especial en lo tocante a su
síndrome de colon irritable. La aspirina es el más an- tracto gastrointestinal. Las posibles alteraciones. car-
tiguo y el más barato de este grupo y cuando es bien -diovasculares y psíquicas, derivadas del uso prolon-
tolerada es tan buena como cualquier otro. En gene- gado de los esteroides, han de suponer siempre una
ral, resulta más eficaz utilizar AINES de corta dura- precaución, así como el peligro de necrosis aséptica,
ción, a dosis antiinflamatorias apropiadas, para segui- tanto en el codo como en la cadera. Se puede seguir el
damente ir deshabituando al paciente lo más rápido _principio de que los esteroides son útiles en las aplica-
posible. A este autor le ha resultado de gran utilidad ciones a corto plazo, para los estados agudos, pero lo
la prescripción de 2.400-3.200 mg/ día de ibuprofeno son mucho menos en las patologías crónicas. Aquellos
divididos en varias dosis, durante 7-10 días, para tratar pacientes que requieren de uso de esteroides a largo
patologías agudas, así como las reagudizaciones de un plazo, para el tratamiento de enfermedades sistémicas,
paciente crónico que está recibiendo un tratamiento deben ser estrechamente controlados por la posibili-
de medicina manual, o que ha iniciado un programa dad de aparición de efectos secundarios perjudiciales.
de ejercicios. Debe tenerse cuidado con los AINES de
acción prolongada, ya que algunos pacientes metabo- Antidepresivos
lizan estos fármacos de forma diferente a la esperada Otra clase de fármacos, de aplicación en las patolo-
y se pu,:den alcanzar niveles tóxicos con relativa facili- gías musculoesqueléticas, son aquéllos que actúan so-
. dad. El Ketorolaco Trometamol (Toradol) inyectable bre la depresión que se asocia al dolor crónico y que
resulta sumamente valioso para el control del dolor pretenden el restablecimiento de los ciclos del sueño.
agudo, en especial de aquél que se asocia con lesión ti- En estos pacientes, los antidepresivos tricíclicos sue-
sular aguda, o en las exacerbaciones tras la aplicación len ser beneficiosos. Existe un gran número de anti-
de medicina manual. En tratamientos de larga dura- depresivos tricíclicos, pero este_ autor.ha encontrado
ción con AINES es aconsejable llevar un cuidadoso especialmente útil la amitriptilina (Tryptizol), siem-
control de las funciones gastrointestinal, hepática, re- pre que el paciente pueda tolerarla. Pueden ser ne-
nal y hematológica. cesarias dosis de 1Oa 150 mg para restablecer un ciclo
del sueño normal. Existe alguna evidencia de que los
Corficosteroides tricídicos ejercen un efecto positivo sobre las vías del
dolor crónico.
Los corticosteroides ocupan un lugar destacado en el
tratamiento de las patologías muscliloesqueléticas, en Relajantes musculares
especial durante la fase aguda. Pueden ser usados
tanto por vía oral como por vía parenteral y tienen un El uso de los miorrelajantes se encuentra muy exten-
valor especial en el tratamiento de las radiculopatías dido en el tratamiento de las patologías musculoes-
Capítulo 22 Trotomientos coadyuvantes 559

queléticas, tanto agudas como crónicas. No obstante, nica de spray y estiramiento, sin embargo, a este autor
para este autor, su prescripción ha resultado bastante le parece bastante más eficaz la técnica de infiltración
decepcionante. Muchos de ellos actúan como depre- de los puntos gatillo clásicos de Travell. Se ha obser-
sores de la acción central, más que como relajantes vado una clara relación entre la existencia de disfun-
·musculares locales. El diacepam (Valium), por vía ción somática y de puntos gatillo miofasciales. El tra-
oral o inyectable, es bastante útil en el tratamiento tamiento adecuado de la disfunción somática a me-
del espasmo muscular agudo y, si se considera nece- nudo inactiva los puntos gatillo, aunque en otras
sario un relajante muscular, probablemente es el fár- ocasiones persisten, en cuyo caso parece indicado su
IIlaco de elección. abordaje específico. A la inversa también ocurre: el
El uso de medicación requiere que el paciente en- tratamiento primario de los puntos gatillo reduce la
tienda los efectos beneficiosos, los efectos secundarios, disfunción somática observable en la zonas corres-
la duración de la acción y el potencial alérgico de los pondientes del sistema muscnloesquelético, no obs-
medicamentos prescritos. Cuanto más sencillo sea el tante, ésta no es una regla absoluta. Este autor pre-
plan de tratamiento medicamentoso, mejor. El médico fiere tratarlos de forma integrada y utilizar la punción
debe conocer qué medicamentos está tomando el pa- seca, o la infiltración con lidocaína, si los puntos gati-
ciente, tanto los prescritos por otros médicos para llo siguen'presentes después del tratamiento correcto
otros problemas de salud, como los que el propio pa- de la disfunción somática, o si se los considera prota-
ciente adquiere sin receta. Las interacciones yatrogé- gonistas principales de la situación del paciente. El
nicas de fármacos tienen una gran repercusión en el tratamiento de los punto gatillo requiere de un se-
gasto sanitario y el médico debería tenerlas en cuenta guimiento con ejercicios adecuados .Y correctamente
cada vez que coge el bolígrafo y el talonario de recetas. realizados, tanto si se han utilizado las técnicas de
spray y estiramiento como las de infiltración.
INFILTRACIONES
Infiltraciones sacroiliacas
Diversas técnicas de infiltración y punción han de-
El uso de infiltraciones en el síndrome sacroiliaco re-
mostrado su utilidad en las patologías del aparato lo-
sulta útil desde las perspectivas tanto diagnóstica
comotor. Todas ellas tienen sus indicaciones y sus
como terapéutica. La infiltración dentro de la por-
contraindicaciones y exigen gran pericia en el profe-
ción capsular de la articulación precisa de control
sional que las aplica. Las diferentes técnicas de infil-
fluoroscópico y se realiza mejor desde la cara inferior
tración tienen indicaciones tanto diagnósticas como
de la. articulación. Tanto la provocación del dolor,
terapéuticas. Ya nos hemos referido con anterioridad
como el aspecto artrográfico observado, pueden
al uso de esteroides epidurales en las radiculopatías.
usarse para diagnosticar una sacroiliaca dolorosa. A
Los bloqueos nerviosos selectivos son también de
veces, la infiltración de la porción capsular de la ar-
ayuda para identificar la raíz nerviosa responsable,
ticulación muestra una extravasación del material de
aunque sólo sea parcialmente, de la génesis del dolor.
contraste en dirección anterior, perfilando las raíces
Ambos procedimientos exigen control fluoroscópico,
nerviosas L5 y Sl. Este mecanismo puede justificar el
hallarse en posesión de una formación adecuada y
dolor de la extremidad inFéñor que se observa en el
disponer del suficiente volumen de pacientes como
síndrome sacroiliaco.
para mantener la destreza técnica.
Desde una perspectiva terapéutica la infiltración
Acupuntura en la porción ligamentosa posterior de la articulación
sacroiliaca puede ser útil. Si la infiltración con anal-
Uno de los métodos de punción más antiguos es la gésico local de la zona posterior de la articulación
acupuntura clásica. Existe un gran número de escue- produce una reducción o alivio del dolor del pa-
las diferentes, aunque todas ellas pueden definirse ciente, es bastante probable que dicha articulación
como tratamientos de estimulación periférica. En de- sea la causante del dolor. La infiltración de esteroides
terminados casos, la acupuntura ha demostrado ser en los ligamentos sacY-oiliacos posteriores, por su
bastante útil para el control del dolor, aunque no to- efecto antiinflamatorio, ha demostrado ser útil en el
dos los pacientes responden al tratamiento, por lo tratamiento del síndrome sacroiliaco, unida a los pro-
cual, la selección del paciente y del profesional resul- gramas de ejercicio y de tratamiento manual adecua-
tan esenciales para el éxito. dos. Este tipo de infiltración puede ser ejecutada sin
control fluoroscópico, siempre que el que la aplique
Puntos gatillo
esté familiarizado con la anatomía y posea experien-
El tratamiento de los puntos gatillo primarios y se- cia en el proceder técnico. La infiltración de esteroi-
cundarios ha sido largo tiempo defendido por Travell des en los ligamentos sacroiliacos posteriores no suele
y Simons. Algunos terapeutas encuentran útil la téc- efectuarse más de dos veces.
560 Principios y práctica de la medicina manual

Un método similar, pero menos utilizado, es la in~ bast:;i.nte desagradable p:;i.ra el paciente y resulta útil
filtración de anestésico local y esteroides en la cara prescribir algún tipo de medicación previo a la infil-
posterior de las articulaciones interapofisarias de la co- tración. Igual que muchas otras técnicas, la_ prolote-
lumna lurribar inferior. No se trata de una infiltración rapia puede ser sobreutilizada si cae en manos de un
articular clásica, que exigiría control fluoroscópico pa- médico entusiasta. Para el paciente indicado, con los
ra asegurarse de que la infiltración se efectúa en el si- criterios diagnósticos correctos, constituye clara-
tio apropiado, esto es, dentro de la articulación. Sin ra- mente una tecnología que puede ser útil.
dioscopia es posible inscr,ar la aguja espinal a lo largo
del hueso h.asta la base de la apófisis transversa y, una ORTESIS
,.11~z allí, .drsplazarl':'- ligera°""ente arriqa y abajp instí;:0 , -~-
' : ' ' ' -:" .
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!ando el anestésico local y los esteroides en la cara pos- Existeh rúunerosos dispositivos Órtopédii:os disponi-
teriór de la cápsula articular. Esto puede ser útil en el · bles para -el pr;ofesional de la medicina manual. Los
tratamiento de un síndrome de dolor articular intera- que este autor ha encontrado más útiles se relacionan
pofisario agudo. Nuevamente, resulta, esencifll un en- a continuación.
trenamiento y una práctica adecuados p:;i.ra ejecutar
este procedimiento. Las complicaciones son extraordi-
Corsés wmbares
nariamente raras pero siempre deben ser tenidas en Existe un gran numero de corsés lumbares y el.e cin-
cuenta. turones de sujección. La confección individualizada,
con material termoplástico, de un lumbostato puede
Proloterapia ser útil en los estados agudos. Sirve para estabilizar el
tronco del paciente durante la fase aguda, pero debe
Un determinado número de profesionales de la me-
ser sustituido, tan rápidamente como sea posible, por
dicina musculoesquelética propugnan la infiltración
un programa de ejercicios de estabilización y control
de soluciones esclerosantes dentro de los ligamentos.
del tronco. Dado que es muy sencillo crear depen-
Este procedimiento fue popularizado por Gedney en
dencia, se debe advertir al paciente de que el corsé
la profesión osteopática y por l-Iackett en la profesión
solo habrá de usarse de manera transitoria y de que la
medica. El concepto principal consiste en inyectar
parte final de su plan de tratamiento, será la realiza-
agentes que estimulen la proliferación de colágeno
ción de un programa de ejercicios correcto.
en el ligamento, para reforzarlo y reducir el dolor li-
gamentoso correspondiente. Históricamente se han Cinturón sacroiliaco
propuesto diferentes soluciones. La solución más co-
nocida es la propuesta por Ongley, consistente en glu- El dispositivo ortésico más útil es el cinturón sacroilia-
cosa hipertónica, glicerina y fenol, diluidos en agua y co Hackett, fabricado por la Brooks Company (Mar-
a continuación combinados con lidocaína para infil- shall, MI). Estos cinturones, de diferentes tallas y sin
tración. Se remite al lector al texto Diagnosis and In- almohadillado sacro, proporcionan una tensión diná-
jection Techniques in. Orthopaedic Medicine escrito por mica alrededor de la pelvis y ayudan a la estabilidad
Dorman .y Ravin, para una información más especí- durante el proceso de rehabilitación (fig. 22.1). To-
fica y definitiva sobre este método. La proloterapia, dos los pacientes con disfunción de cizallamiento del
como se la denomina habitualmente, ha sido sorne-· coxal los utilizan mientas efectúan la carga durante
tida a estudios de investigación básica y clínica y pa- un mínimo de seis semanas. Si la disfunción ilíaca no
rece mo.sirar validez en ciertás situaciones, muy deter- reaparece en un periodo de seis ·semanas, el cinturón
minadas. Como ocurre con todas las técnicas de infil- se-_i:mspende, excepto durante l_os ejercicios vigorosos,
tración, son esenciales la formación y la práctica o durante los viajes largos en automóvil. En ocasio-
adecuadas. Este autor considera que la proloterapia nes, puede utilizarse el mismo dispositivo para el sín-
es útil en casos muy concretos de pacientes con sín- drome de dolor lumbar recurrente crónico, asociado
drome sacroiliaco recidivante, especialmente en con sacro en nutación anterior, coxal en rotación pos-
aquéllos con hipermovilidad asociada a una disfun- terior y pubis en desplaz.arniento superior. El disposi-
ción d_e .c.izallamiento del coxal, o a una disfuncióll sa- tivo permite la libre movilidad.de la pelvis durante el
croiliaca ~n nutación anterior y con un componente ciclo de la marcha. Otros artículos, que limitan el sa-
.de tra.slación inferior significativo. El contról fiu.oros- cro mediante una almohadilla compresiva, tienen un
cópico no es necesario pero sí recomendable si se dis- uso muy limitado según la experiencia de este .autor.
pone de él. Recientemente algunos investigadores
Alza
han inyectado material proliferante dentro del disco
intervertébral para el tratamiento de los desgarros Los dispositivos ortésicos más utilizados son las alzas,
anulares, lo cual precisa de un gran nivel de entrena- para el tratamiento a largo plaio del síndrome de la
miento y de control fluoroscópico. La proloterapia es pierna corta/inclinación pélvica. La magnitud de
Capítulo 22 Tratamientos coodvuvantes 561

funcional de la pelvis y de la columna lumbar. Resulta


fáci!obtener alzas de 3 mm, 6 mm, 1 cm y 1,3 cm en
cualquier ortopedia. Cuando el tratamiento manual
adecuado ha restablecido la movilidad en la columna
lumbar y en la pelvis, se evalúa al paciente en posición
erecta, utilizando secuencialmente alzas que permi-
tan nivelar la altura de los trocánteres mayores y de
las crestas ilíacas y que posibiliten un comporta-
miento simétrico de las inclinaciones de la columna
lumbar (fig. 22.2a-c). Cuando se ha establecido la
medida de alza necesaria, bien por estudio radiográ-
fico, bien por valoración clínica tal y como se acaba
de describir, se pueden colocar taloneras temporales
dentro del zapato, que posteriormente serán sustitui-
das por s'¼Plementos permanentes en el tacón y en la
suela, para equilibrar la mecánica lumbopélvica. En
la mayoría de los casos cualquier zapatero puede aña-
dir la medida adecuada de alza al tacón y a la suela,
aunque en algunas ocasiones la adaptación debe ser
realizada por un técnico ortopédico o por un podó-
logo. Idealmente, debe usarse alza tanto en el tacón
como en la suela, de forma que el dispositivo no al-
tere la mecánica del pie y del tobillo. No obstante, se
ha demostrado de forma empírica que la mayoría de
las personas pueden tolerar una alza de 1 cm en el ta-
cón, sin necesidad de ponerla en la suela, a pesar de
lo cual este punto debe ser individualizado para cada
paciente.
A continuación se sugiere una posible secuencia
de prescripción para un tratamiento con alzas. Si la
medida total que se ha de añadir no supera 1 cm,
basta con colocar una sencilla alza en el talón en el
lado de la pierna corta/inclinación pélvica. A pesar
Figura 22.l.
de las anticuadas recomendaciones de que las alzas
Cinturón sacroiliaco.
deben adaptarse a base de incrementos de 3 mm, la
mayoría de los pacientes toleran la aplicación de 1 cm
de una vez. Si el ángulo de la base sacra es superior a
la dismetría de los miembros inferiores, o de la incli-
42º, o la evaluación clínica muestra un aumento de la
nación pélvica, considerada clínicamente significativa
lordosis lumbar, resulta preferible reducir la medida
difiere de un autor a otro. Este autor juzga que un
adecuada en el tacón de la extremidad inferior larga,
desnivel de base sacra de más de 5 mm es clínica- que aumentarla en el de la corta, ya que no se debe
mente significativo en pacientes con síndromes de aumentar la basculación anterior de la pelvis más de
dolor lumbar o con síndromes de dolor del miembro lo necesario. Si la alza necesaria es superior a 1 cm,
inferior, especialmente aquéllos de naturaleza recu- pero inferior a 2 cm, debería aplicarse en dos fases.
rrente. La metodología para el diagnóstico de la Primero se pone la mitad de la medida necesaria, en
pierna corta y del síndrome de inclinación pélvica ya el tacón de la extremidad corta y a continuación, tres
se ha descrito en el Capítulo 21. Hay ocasiones en las o seis semanas después, la otra mitad se reduce del ta-
que no deseamos exponer al paciente a exploracio- cón de la larga. Si la cantidad de alza necesaria supera
nes radiográficas adicionales, en estos casos la valora- los 2 cm, se debería aplicar en diferentes fases, con in-
ción de la pierna corta y de la inclinación pélvica crementos máximos de 1 cm, hasta alcanzarse la me-
puede realizarse con bastante precisión si se dispone dida de alza precisa, tanto en el tacón como en la
de placas simples, que muestren la forma y la simetría suela. Es raro que un paciente no tolere una terapia a
de ambos coxales y del sacro. El profesional puede base de alzas si el problema se diagnostica y se trata
utilizar una serie de alzas, colocadas bajo la supuesta correctamente. Se debe tener cuidado con la existen-
extremidad inferior corta, para restaurar el equilibrio cia de enfermedad articular degenerativa importante,
562 Principios y práctica de la medicina manual

Figura 22.2.
(a) Altura de las crestas ilíacas. (b) Inclinación izquierda
de tronco. (e) Inclinación dérecha de tronco.

especialmente en la cadera. También ·hay que ser cui- cual puede prevenirse poniendo suplementos en la
dadoso·cua.ndo, en presencia de asimetría ósea de la suela además de ponerlos en el tacón. La segunda
cintura pélvica, se utiliza. un alza ·en la pierna larga _complicación implica a la fascia plantar, provocando
para nivelar la caída de la base sacra. Esto ocasiona lin dolor en el talón debido al estrés en la cara plantar
mayor estrés en la articulación de la cadera y en sus del calcáneo. Esto se alivia poniendo alza tanto en el
estabilizadores laterales, especialmente en los glúteos tacón como en la suela, o usando la alza en conjun-
mediano y- menor. La columna lumbar por lo general ción con una plantilla ortopédica. Habitualmente son
se adapta al síndrome de la pierna corta/inclinación necesarias entre seis y ocho semanas para que el pa-
pélvicá por medio de una escoliosis convexa hacia el ciente se adapte al tratamiento c<Jn alza. Deben pres-
lado de la declinación sacra y del miembro inferior cribirse ejercicios de estiramiento adecuados para
corto. La apropiada terapia con alzas reduce la seve- ayudar al paciente a conseguir un correcto equilibrio
ridad de la escoliosis de adaptación y ayuda a norma- miofasciaL El paciente debe ser advertido de que él
lizar la mecánica lumbar neutra. Las complicaciones tratamiento con alza ha de ser permanente y que
del tratarriiento con alzas son bastante raras, pero oca- - debe incorporarse a todos los .zapatos. La medida. de
sionalmente pueden producirse. Por lo general se re- alza no se modifica a menos que se produzca una frac-
lacionan con el pie y el tobillo. El hecho de elevar el tura, o que exista una enfermedad articular degene-
talón cambia la mecánica talocrural y puede aumen- rativa de progresión rápida en una de las extremida-
tar la inestabilidad de la articulación del tobillo, lo des inferiores.
Cap,1ulo 22 Tratam1entos coadyuvantes 563

Plantillas ortopédicas 15 minutos, no más a menudo de cada 2 horas y con


un máximo de seis aplicaciones diarias.
Las plantillas ortopédicas pueden usarse para ayudar
al paciente a restaurar su equilibrio musculoesque- Ultrasonido
lético. El podólogo puede confeccionar plantillas or-
topédicas adaptadas a la mecánica podálica de cada El ultrasonido se utiliza para conseguir una penetra-
paciente. Las plantillas nunca deben prescribirse hasta ción más profunda del calor en los tejidos. Se utiliza
que las articulaciones y las fascias del pie y del tobillo fundamentalmente en la región del hombro, como
han sido corregidas al máximo con un tratamiento preparación para la realización de ejercicios de esti-
manual adecuado. Debe prestarse atención cuando se ramiento y de reeducación más agresivos.
utiliza alza en conjunción con plantilla ortopédica, ya
Tracción
que normalmente basta con la incorporación de la
medida adecuada de alza en la misma plantilla, aun- La aplicación de tracción externa, sea con dispositi-
que a veces resulta inevitable actuar en el calzado pa- vos estáticos o con tractores eléctricos, es amplia-
ra atender los requerimientos de la pierna corta/in- mente utilizada en la medicina musculoesquelética.
clinación pélvica e introducir en los zapatos la co- Las evidenci,is científicas sobre la eficacia de la trac-
rrección ortésica que la mecánica del pie precise. ción, halladas en la literatura, son escasas, pero su uso
empírico se considera válido ante determinadas situa-
FISIOTERAPIA ciones. La tracción pélvica, con caderas y rodillas a
90º, puede ser útil en la patología discogénica lumbar
Ciertas técnicas fisioterápicas son ampliamente utilizadas aguda. En estos casos, el peso corporal del paciente
en ·e1 sistema sanitario a pesar de la escasez de evidencias proporciona la cantidad adecuada de tracción y, en
científicas de su eficacia. Las opiniones que se expresan consecuencia de distracción, de la columna lumbar
aquí se basan en la experiencia clínica del autor. en posición de flexión.
Crioferapia El sistema Natchez Mobil-Trac es una mesa mecá-
nica que le permite al paciente su autocolocación y la
Las bolsas de hielo se utilizan con frecuencia en las aplicación de contracciones musculares, que efectúan
lesiones agudas de las partes blandas. El clásico prin- distracción y movilización de la columna, y que se em-
cipio de la medicina deportiva de reposo, hielo, com- plea cuando existe patología discal. Si se dispone del
presión y elevación, es aplicable en múltiples situacio- equipo, y experiencia en su manejo, merece la pena rea-
nes. Las bolsas de hielo se utilizan después del trata- lizar un ensayo, a corto plazo, del aparato. La tracción
miento, para reducir la posible respuesta inflamatoria se utiliza con mucha mayor frecuencia en la columna
que pueda producirse tras la estimulación de los teji- cervical, particularmente en tratamientos domiciliarios.
dos musculoesqueléticos con disfunción crónica. Lo La tracción cervical con barboquejo es un trata-
más eficaz es realizar aplicaciones cortas y frecuentes, miento coadyuvante eficaz. El paciente necesita ins-
cuidándose de evitar la congelación de la piel. trucciones precisas sobre cómo colocar el barbo-
quejo, para evitar la compresión de la mandíbula y la
Termoferapia irritación de la articulación temporomandibular. El
La aplicación externa de calor goza de una amplia peso que se recomienda habitualmente varia entre
aceptación por parte de la mayoría de los pacientes y, 2 kg y 3,5 kg y debería aplicarse en dos sesiones dia-
aunque suele producir algún alivio, normalmente se rias, de unos 20 minutos cada una. La realización de
abusa de ella. Es habitual la historia de un paciente, ejercicios de pequeña amplitud de flexo-extensión y
con una lesión lumbar aguda, que aplica calor de de rotaciones a derecha e izquierda, mientras se
forma continuada durante toda la noche, mientras aplica la tracción, parece ayúdar en el tratamiento,
duerme, y al que le resulta imposible salir de la cama tanto de las patologías agudas como de las crónicas
al día siguiente. Las aplicaciones cortas de calor au- en el raquis cervical.
mentan la circulación de la parte del cuerpo en la También se puede sacar partido de la tracción por
que se aplica, y puede ser efectiva para disminuir la medio del sistema de Tracción Lumbar Gravitacional,
inflamación. No obstante, demasiado calor, aplicado tanto para su uso hospitalario como domiciliario. Se
durante un tiempo demasiado prolongado, puede aplica una chaqueta corporal y el peso del paciente se
contribuir a congestionar la zona e influir negativa- convierte en la fuerza de activación a diferentes nive-
mente en el proceso inflamatorio. Las aplicaciones lo- les de inclinación, desde la horizontal hasta la semi-
cales de calor, en especial de calor húmedo, resultan vertical. Una variación de este tema consiste en utilizar
útiles antes de un estiramiento manual. Para el uso la misma chaqueta corporal, para descargar una de-
domiciliario, al paciente se le aconseja aplicar calor, terminada cantidad del peso del paciente y entonces
sea seco o húmedo, durante periodos no superiores a realizar ejercicios, especialmente caminar sobre un ta-
564 Principios y práctico de lo medicino manual

piz rodante. Este sistema parece ser útil en el trata- preqmrurg1co como postquirúrgico. El tratamiento
miento de la radiculopatía discogénica lumbar aguda. conservador adecuado previo a la cirugía, debería
preparar el sistema musculoesquelético del paciente
TENS para la intervención quirúrgica. La rehabilitación
postquirúrgica debe realizarse tan pronto como sea
Las unidades de estimulación nerviosa eléctrica trans- posible. Incluso en presencia de algún medio de fija-
cutánea (TENS) son bastante conocidas tanto por los ción, se pueden realizar precozmente ejercicios de es-
profesionales sanitarios como por los profanos. Este tabilización isométrica antes de la deambulación. La
autor ha sidq personalmente decepcionado por .su es- --restauración de la movilidad, del control muscular y
. '.',SC'\Sa efi~;ada. Algllnos m~dicos co~iqeran, útil~sowi,s dek·.equilibrip son l_os-objetivos 1'.'!e .la •rehabilitación
· · teiapias con estimulacióri-·eléctrica·, pero para eSte au- postquirúrgica. Parte del buen resultado quirúrgico
tor los resultados han sidó en generll tan descoraz6-· se basa en la preparación del paciente para el resul-
nadares como con la TENS. tado esperado. Muchos pacientes esperan el alivio to-
tal del dolor y la recuperación de una espalda absolu-
CIRUGÍA tamente normal, después de una intervención qui-
rúrgica. Deh.ería advertírseles de que esto no es así, ya
La cirugía de columna tiene dos objetivos fundamen-
que la patología para la que se lleva a cabala cirugía,
tales. El primero es descomprimir las estructuras.ner-
junto con el procedimiento quirúrgico en sí, produ-
viosas comprometidas por el traumatismo o por la en-
cen una alteración de la anatomía que nunca puede
fermedad degenerativa. El segundo es estabilizar los
ser devuelta a la «normalidad». Este üpo de expecta-
segmentos vertebrales hipermóviles e inestables. Exis-
tivas injustificadas del paciente deberían evitarse.
ten numerosas opciones disponibles, tanto para la
La intervención quirúrgica debe ser lo menos
descompresión como para la estabilización. Un buen
invasiva posible, es decir, ·se deben hacer todos los in-
resultado quirúrgico· depende de la elección del pro-
·tentos posibles para mantener la integridad anató-
cedimiento correcto, para el paciente adecuado, en
rnica. Los estudios postquirúrgicos con resonancia
el nivel preciso, en el momento oportuno y realizado
magnética nuclear, muestran infiltraciones y sustitu-
por el cirujano apropiado. El objetivo de cualquier in-
ciones grasas en la musculatura profunda del cuarto
tervención quirúrgica es contribuir al restableci-
estrato del complejo espinal. Después de la sustitu-
miento de la máxima capacidad funcional del sistema
ción grasa, los músculos dejan de suministrar la in-
musculoesquelético en el equilibrio postura!. Antes
formación propioceptiva esencial para el c?ntrol
de llevar acabo cualquier tipo de intervención qui-
muscular y para un buen resultado funcional. Esta es
rúrgica, el paciente debe haber sido correctamente
la razón por la que el paciente postquirúrgico debe
diagnosticado y haber recibido tratamiento conserva-
llevar a cabo un programa intensivo de ejercicios.
dor. Los estudios diagnósticos deben demostrar la
existencia de patología quirúrgica que cause las ·que-
jas dolorosas del paciente o que contribuya a ellas. El EJERCICIOS
tratamiento conservador debería sef agresivo y ·ex- De todos los tratamientos coadyuvantes, el que este
haustivo y _no_consistir solanient~ en reposo ·en cama, autor considera más valioso es el ejercicio. El eje~cicio
modalidades de fisioterapia caseta y analgésicos. es fundamental para mantener la efectividad terapéu-
La mayoría de las radiculopatías discogénicas .res- tica de un tratamiento manual. Los principios ex-
ponderán bi½n al tratamiento.collservadoragresivo, el puestos en el Capítulo 20 son aplicables a todos los
cual podrá incluir_ medicina irianual, ·agentes antiin- pacientes y compensan de los esfuerzos que el profe-
flamatorios, analgésicos, reposo de corta duraci_ón ·y sional debe hacer para dominarlos. ·••.
ejercicio terapéutico. Si el paciente no responde a los
cuidados conservadores y muestra evidencia de déficit RESUMEN
neurológico progresivo, la valoración quirúrgica y la
intervención deberían realizarse lo antes posible. Los Los profesionales de la medicina manual deberían
déficits neurológicos de mayor importancia son el. sín- aprovecharse de cualquier procedimiento terapéu-
drome de la cola de caballo, la debilidad muscular tico coadyuvante que ayude al manejo del paciente.
progresiva.o los signos de .aumento de la te.nsión du- Cuanto mayor es el ársenal del médico, más posibili-
ra!, a pesar de 1os cuidados conservadores adecuados. dades de éxito existen. Cada paciente debe ser eva-
El diagnóstico deberia identificar: patología quirúr- luado individualmen.te y el plan de tratamiento apli-
gica coherente con los síntomas del paciente que de- cado debe ser específico para ese individuo. Los tra-
bería ser confirmada por estudios electrodiagnósticos. tamientos coadyuvantes, al igual que la medicina
Para que el resultado quirúrgico sea bueno, el pa- manual, no deben ser prescritos como un recetario
ciente debe recibir tratamiento rehabilitador tanto de cocina.
SÍNDROMES CLÍNICOS COMUNES

Los profesionales de la medicina musculoesquelética deriva del h¡:cho de que la gente diestra representa
tratan pacientes con cuadros clínicos bastante simila- un porcentaje muy alto de la población, esta teoría
res. Aquéllos que utilicen el diagnóstico estructural y puede tener cierta credibilidad. Nuestra sociedad está
el tratamiento manipulativo de la medicina manual dominada por herramientas y equipos fabricados
observarán que muchos de estos pacientes presentan para personas diestras, no para zurdos, de forma que
hallazgos diagnósticos parecidos. El tratamiento ade- incluso los individuos zurdos deben vivir en un mun-
cuado de las zonas de disfunción somática, en algu- do diestro. Quizá los movimientos repetitivos en este
nos casos consigue una resolución total de los sínto- ambiente diestro contribuyen al patrón universal.
maS, mientras que en otros pacientes los síntomas Este autor se ha preguntado a menudo, si el hecho de
persisten o recurren. En este capítulo se incluyen al- que la mayoría de los niños vengan al mundo en pre-
gunos de los cuadros vistos habitualmente en el ejer- sentación cefálica, con la parte izquierda del occipital
cicio de la medicina manual. por delante, pueda ser un factor contribuyente al de-
sarrollo de esta asimetría funcional del sistema
PATRÓN COMPENSATORIO COMÚN musculoesquelético. En cualquier caso, el asunto de-
(UNIVERSAL) bería ser objeto de futuras investigaciones. Puesto que
el patrón es frecuente encontrarlo tanto en personas
Numerosos autores se refieren a un patrón «univer- asintomáticas como en pacientes sintomáticos, la
sal» común. Generalmente se aprecia que los pacien- cuestión es cuál es su significación clínica. La inspec-
tes son notablemente asimétricos en cuanto al com- ción muestra que, si las disfunciones del paciente se
portamiento funcional de sus sistemas músculoesque- encuentran fuera del patrón, manifiestan una mayor
léticos. La función simétrica es lo ideal pero rara vez expresión clínica. Un hallazgo diagnóstico estructural
se encuentra. El patrón universal consiste en un que no encaja en el patrón debería alertar al clínico
grupo de hallazgos, a saber pronación del pie dere- sobre lo inusual del cuadro.
cho, rotación anterior del coxal derecho, rotación
posterior del coxal izquierdo, pubis inferior a la dere- Además de las restricciones articulares observadas
cha, pubis superior a la izquierda, torsión sacra ante- en el patrón universal, existen patrones coherentes
rior izquierda sobre el eje izquierdo, escoliosis dorsal de función muscular asimétrica, de acuerdo con los
baja con convexidad derecha, escoliosis lumbar iz- cuales algunos músculos se hacen más tensos y otros
quierda, cintura escapular anterior e inferior en el se inhiben y se debilitan. Estos patrones han sido des-
lado derecho y escoliosis cervical izquierda. Se han critos en el Capítulo 20 y deberían ser aprendidos. Es
propuesto varias teorias para explicar este patrón, in- asombroso cómo el patrón muscular también se
cluyendo la aplicación del teorema de Coriolis a la ajusta a la disfunción articular, lo cual despierta la
fuerza de la gravedad. Originalmente se propuso que eterna cuestión de cuál fue primero y cuál contribuye
este patrón era común en el hemisferio norte y que a la persistencia del otro. ¿Es la articulación o el
podriamos encontrar el inverso en el hemisferio sur, músculo? Casi con toda probabilidad se trata de una
al igual que la diferencia observada entre ambos he- combinación de ambos.
misferios en el sentido en que gira el agua cuando sale La existencia del patrón universal común puede
por un desagüe. Este autor ha gozado del privilegio dar lugar a que los profesionales traten pacientes a
de evaluar pacientes en el hemisferio sur, en Nueva modo de receta de cocina, para restaurar la movilidad
Zelanda y Australia, y se ha encontrado el mismo pa- a los segmentos de acuerdo con este patrón universal,
trón universal hallado en el hemisferio norte: obvia- lo cual supondría una mala praxis. En ca¡:la paciente
mente el efecto Coriolis no es la causa. Otra teoría se se debe contemplar su patrón individual y analizarse
565
566 Principios y práctico de lo medicino manual

en qué medida se desvía del habitual. Como ya se ha restante sufría una discapacidad absoluta y necesitaba
dicho, se ha observado que las disfunciones que se sa- ayuda para las actividades de la vida diaria. Tan sólo el
len del patrón suelen tener una mayor repercusión 18% había sido sometido a tratamiento quirúrgico
clínica. previo, lo cual sugiere que la mayoría de los casos de
síndrome de insuficiencia lumbar representan el fra-
SÍNDROME DE INSUFICIENCIA LUMBAR caso del tratamiento conservador practicado hasta
ese momento. La tasa de fracaso quirúrgico del 18%
La discapacidad producida por el dolor lumbar con- se acerca a la media nacional del 15% de fracasos qui-
tinúa siendo un problema social de primer orden. E] rúrgicos. El cuadro principal era dolor lumbar, con
,.costQ:d€ los.cuidados .del trabajador co.n dolo.r !mri, •"fügó de frhdiación a la nálga·y al nfuslo, aunque un·
bar sigue aumentando y frustrando al sistema sanita- 38.% refería irradiación por debajo de la rodilla. Nin-
a
rio, la industria aseguradora (tanto pública coinó guno de los pacientes presentaba dolor sólo en la
privada) y a los empresarios. Para el propio paciente pierna y, como se acaba de mencionar, la clínica más
puede ser catastrófico, con disminución de sus ingre- frecuente era dolor de espalda, de nalga y de muslo.
sos, reducción de las actividades de su vida diaria, caí-· Los resultados de las pruebas neurológicas y ortopé-
da de la autoestima y pérdida de la independencia. La dicas está~dar fueron poco llamativos. El 10% mostró
prevención del síndrome.de insuficiencia lumbar Yla alguna alteración en los reflejos rotuliano o aquíleo.
rehabilitación de las personas que lo sufren repre- Menos del 5 % mostró evidencia de debilidad muscu-
senta un auténtico reto. lar significativa. El 7% mostró cierta pérdida sensitiva.
El diagnóstico estructural y el ejercicio de la me- La clásica prueba de Lasegue, (prueba de elevación
dicina manual han demostrado un conjunto de ha- de la pierna extendida) provocó una respuesta dura!
llazgos que comparten aquellos pacientes que acuden positiva, en tan sólo el 2% de los pacientes, mientras
con un síndrome de dolor e insuficiencia lumbar. que ninguno exhibió resultado positivo en la prueba
Este conjunto de síntomas ha sido designado como de elevación de la pierna sana extendida, patogno-
«los seis del patíbulo»1, los cuales suelen englobar loni- mónica de la radiculopatía discogénica. La evalua-
guientes trastornos de la columna lumbar, la pelvis Y ción de los seis del patíbulo mostró que el 84% presen-
las extremidades inferiores: taba disfunciones FRS en la columna lumbar, que
1 . D1s . funoon·, no neutra en 1a co¡umna ¡um b ar, afectaban sobre todo a los niveles L4 y L5; el 75% su-
fundamentalmente disfunciones en flexión, fría desequilibrio de la sínfisis del pubis; un 48,6%
rotación e inclinación (FRS) de los segmentos mostraba restricción a la nutación anterior de la base
de la columna lumbar inferior y d e Ia ch arne- sacra posterior; el 24% mostraba la existencia de ciza-
la dorso lumbar. llamiento de los coxales, con una relación 2:1 entre
2. Disfunción de la sínfisis púbica. mujeres y hombres; el síndrome de pierna corta/in-
01
3. Restricción del movimiento de nutación ante- clinación pélvica se encontró en el 63,o, lo cual con-
. sacra, ya sea por disfunción del
rior de la base cuerda bastante con numerosos estudios previos, que
sacro en torsión posterior, o por disfullcion , muestran que dos de cada tres personas con discapa-
en nutación posterior (extensión). cidad de columna y de extremidad inferior presentan
4. Disfunción de cizallamiento del coxal. .dismetría de miembros·inferiores, mientras que tan
5. Síndrome de la pierna corta/inclinación ·pél- solo el.8-20% de la población asintomática
¡
tiene ,esta
alteración; el desequ_ilibrio muscu ar se ~ncontro en
vica. .. prácticamente todos los pacientes.
6. Desequilibrio muscular del tronco y de las ex-
tremidades inferiores. Solo en 5 pacientes (3,7%) no se encontró nin-
guno de los signos de los seis del patíbulo, mientras que
Este autor estudió a 183 pacientes, con una media el 55% de la población mostró tres o más de ellos. A
de edad de 40,8 años, que mostraron diferentes gra- pesar de Ja media de 2,5 años de discapacidad, el 75%
dos de discapacidad, durante una media de 30,7 me- de esta población volvió a su empleo completo y a sus
· ses, y de los cuales 79 eran varones y 104 mujeres. To- actividades de la vida diada, después de un plan de
dos los pacientes sufrían discapacidad: un 53% no tratamiento dirigido a los hallazgos descritos.
cubría la jornada completa y manifestaba discapaci- ·
dad para realizar algunas actividades de la vida diaria;
un 42% no trabajaba y mostraba discapacidad para la SÍNDROME DE DOLOR LUMBAR
mayoría de las actividades de la vida diaria; y el 5% . CRÓNICAMENTE RECURRENTE
(SÍNDROME DEL CÓCTEL)

1
(N. del T.) En alusión a la película de RobertAldrich <iDoce Las víctimas de este problema sufren frecuentes reci-
del Patíbulo». divas de un dolor lumbar, que les genera gran disca-
Capítulo 23 Síndromes clínicos comunes 567

pacidad y que presenta una mínima irradiación a la pasiva perinerviosa y endonerviosa, más que a com-
extremidad inferior más allá de la nalga. A estos pa- presión. Un plan de--rratamiento manual, que mejore
cientes les resulta difícil permanecer de pie durante al máximo la mecánica lumbopélvica, especialmente
un tiempo determinado, ya que el dolor de espalda la movilidad intersegmentaria, puede reducir la reac-
aumenta progresivamente mientras se mantienen de ción inflamatoria ante la congestión pasiva y propor-
pie sin moverse, de ahí la denominación de síndrome cionar algún alivio al paciente, pero no cambiará la
del cóctel. Es de gran importancia en aquellos pa- patología ósea de la estenosis del canal.
cientes que de ben permanecer. de pie en una zona
restringida durante largos periodos de tiempo como, CASO CLÍNICO
por ejemplo, trabajadores de líneas de montaje o ca-
jeras. El dolor disminuye al caminar, o con la sedesta- -Una mujer de 64 años se presentó en octubre de 1988
ción. Los que sufren este problema, son frecuente- con dolor discapacitante en la región lumbar y en am-
mente personas que permanecen de pie, apoyados so- bos miembros inferiores, que empeoraba al caminar
bre una pierna y que no cargan el peso de forma y se aliviaba al sentarse. No podía caminar desde su
simétrica en las dos extremidades inferiores, condi- casa a la d~I vecino, sin sentir un dolor discapacitante
cionando un desequilibrio postura! crónico. en la extremidad inferior. El examen físico no evi-
Los hallazgos del diagnóstico estructural en esta denció ningún déficit vascular en las extremidades in-
población se encuentran, por lo general, en el lado iz- feriores. Los trocánteres mayores estaban nivelados,
quierdo del cuerpo: pubis izquierdo superior, sacro pero la cresta iliaca izquierda aparecía caída y existía
en nutación anterior (flexión) izquierda, coxal izquier- una larga curva en «C», de convexidad izquierda, en
do en rotación posterior, L5 en extensión, con rota- las columnas dorsal y lumbar. También podía apre-
ción e inclinación izquierdas (ERS;), con la muscula- ciarse.una restricción global a la extensión del tronco.
tura espinal erectora tensa y los abdominales débiles. El examen neurológico se encontraba dentro de los
El tratamiento de estos pacientes es difícil y a menudo límites normales. La radiología sirriple de la columna
frustrante, ya que las exacerbaciones son frecuentes. lumbar (fig. 23.1-23.6), incluyendo placas en bipe-
Requieren un tratamiento manual adecuado para las destación para el estudio postura! y estudios dinámi-
disfunciones descritas y un programa de ejercicios vi- cos en flexión y en extensión, revelaron desnivel del
talicio, para mantener el tronco y los músculos abdo- plano de la base sacra, el cual aparecía 1,9 cm más
minales controlados. El paciente debe aprender a bajo en el lado izquierdo. Los estudios oblicuos
mantener una posición erecta equilibrada y pueden (figs. 23.2 y 23.3) mostraron patología degenerativa
ser necesarios los cambios de actividad laboral, para evidente en las articulaciones interapofisarias de L4-5.
proporcionar al paciente la oportunidad de poder La proyección lateral en bipedestación reveló un án-
moverse con frecuencia y no verse obligado a perma- gulo de la base sacra de 36º, un ligero adelantamiento
necer durante periodos largos de tiempo en una po- de la perpendicular dibujada desde el centro de la
sición de bipedestación estática. tercera vértebra lumbar y una espondilolistesis dege-
nerativa, grado I, de L4 sobre L5 (véase la figu-
ra 23.4). Los estudios dinámicos (figs. 23.5 y 23.6)
ESTENOSIS DEL CANAL ESPINAL
mostraron algún aumento en el componente trasla-
La estenosis del canal espinal se está convirtiendo en torio de L3 sobre L4 durante el proceso de flexo-ex-
un gran problema a medida que nuestra sociedad en- tensión. El estudio con resonancia magnética (RMN)
vejece. La estenosis del canal centrat y de los recesos (figs. 23.7 y 23.8) mostró una estenosis significativa
laterales, debida a espondilosis y a espondiloartrosis, del canal espinal en el nivel L4-5 y otros cambios com-
puede observarse en todos los niveles vertebrales, patibles con patología disca1 degenerativa.
pero especialmente en la columna lumbar. El cuadro La paciente inició un plan de tratamiento, a base
típico es un paciente en posición de flexión, con difi- de maniobras de energía muscular y de movilización
cultad para extender la columna y al que le resulta di- sin impulso, dirigido a incrementar la movilidad in-
ficil caminar en posición erecta, durante una deter- tersegmentaria de todos los elementos. de la columna
minada distancia o periodo de tiempo. Frecuente- lumbar en mecánica neutra. Al mismo tiempo se ins-
mente el paciente referirá que le es más cómodo tauró un tratamiento progresivo con alza en el zapato
caminar detrás de un carrito de la compra. El mante- izquierdo, comenzando con 6 mm para alcanzar el
nimiento de la posición de flexión de tronco, porra- objetivo final de 12 mm, lo cual se consiguió sin nin-
zones de comodidad, conduce a múltiples disfuncio- guna dificultad. Se inició también un programa in-
nes secundarias y a desequilibrios musculares. La tensivo de ejercicios, que incluían reeducación del
claudicación neurogénica, experimentada por estos equilibrio sensitivomotor y estiramientos simétricos,
pacientes, puede muy bien ser debida a congestión combinado con un programa de ejercicios domicilia-
568 Principios y práctico de lo medicina manual

--
Figura 23.1.
Proyección AP de columna lumbar en bipedestación.
Figura 23.2.
Proyección oblicua izquierda de la columna lumbar.

ríos que la paciente realizaba diariamente. El plan de con lo que se reduce la claudicación neurogen1Ca.
tratamiento agudo se completó en tres meses. Al cabo Tanto si éste· es el inecanismo, como si no, este- plan
de ese tiempo h paciente era capaz de caminar dere- de tratamiento ha tenido éxito en muchos pacientes
cha 1,800 km en 20 minutos. A medida que su capa- con estenosis del canal espinal. Este abordaje debería
cidad funcional fue gradualmente mejorando pudo ser empleado de forma intensiva antes de someter al
caminar ·3,5 km .en-40 minútos-sin sínt_omas. Durante paciente. a una intervención quirúrgica .descompte-
los tres años siguientes .se la revisó dos veces al año y, siva que pueda ocasionar una inestabilidad espinal.
a partir de entonces, se le _·han, efectuado. revisiones
anuales. En. la actualidad han pasado 6 años desde NEURAL'GIAS INTERCOSTALES
que finalizó el tratamiento inicial y se encuentra asin-
tomática, pero ·continúa utilizando el· alza y reali- El dolor en la pared torácica agravado por la respira-
zando su programa de ejercicios. ción no es un cuadro infrecuente. A estos pacientes se
les diagnostica de «neuralgia intercostal» o .de «pleu-
Esta paciente constituye u.n ejemplo de la posibi- resía». El dolor de la pared torácica puede ser pri~
lidad de aumentar la capacidad funcional a pesar de maria o encontrarse asociado a otros problemas del .
la patología ósea existente. El objetivo de la medicina sistema musculoesquelético.
manual de proporcionar el máximo movimiento in- El hallazgo diagnóstico estructural más habitual
doloro en el equilibrio postura!, se consiguió en esta en estos paClentes es una disfunción costal estructural,
paciente, así como en muchos -otros con cuadros de frecuentemente asociada con una disfunción no neu-
características similares .. El empleo de la movilización tra del tipo ERS de l.a columna dorsal. Lo más fre-
sin impulso en los segmentos lumbares, para restau- cuente es encontrar una disfunción- costá.I en torsión
rar una movilidad simétrica de las articulaciones inte• externa, asociada con una disfunción ERS de la co-
rapofisarias, en mecánica neutra, se piensa que faci- lumna dorsal y con restricción espiratoria de las costi-
lita el proceso descongestivo del canal espinal lateral, llas suprayacentes a la que presenta la torsión. Las sub-
Capítulo 23 Síndromes clínicos comunes 569

debería realizar la siguiente secuencia exploratoria,


para identificar aquellas disfunciones que precisen de
una intervención manual y que pudieran justificar el
conjunto de los síntomas. Obviamente, también de-
ben realizarse las pruebas neurológicas y ortopédicas
estándar.
El proceso comienza en el raquis cervical para va-
lorar las características de movilidad de las articula-
ciones interapofisarias, por su posible implicación en
un atrapamiento inflamatorio o compresivo de una
raíz nerviosa cervical. La disfunción interapofisaria
de la columna cervical involucra sistemáticamente a
los músculos intertransversos, a través de los cuales
pasa la raíz nerviosa cuando abandona el canal verte-
bral. Las qíces cervicales que forman el plexo bra-
quial pasan a través y entremedias de los músculos es-
calenos. El desequilibrio en su longitud y en su tono
es bastante frecuente. La hipertonía de los músculos
escalenos puede atrapar e irritar al plexo contribu-
yendo a los síntomas del brazo y el hombro. Se ha de
evaluar la primera costilla, por la posible existencia
de una subluxación superior, que podría afectar al

Figura 23.3.
Proyección oblicua derecha de la columna lumbar.

luxaciones anteriores y posteriores, y las compresiones


anteroposteriores o laterales pueden igualmente pro-
ducir síntomas que simulan una neuralgia intercostal.
Est;:is disfunciones costales estructurales se caracteri-
zan, además, por dolor exquisito y reactividad tisular
en la unión costocondral; se trata del denominado sín-
drome de Tietze. Si el profesional no es capaz de des-
cubrir una patología costal estructural en un paciente
con este cuadro, hay que sospechar una enfermedaq
neurológica. Los tumores de la médula torácica, la in-
fección por herpes zoster y la neuropatía diabética
constituyen solo algunas de las entidades que han de
tenerse en cuenta en el diagnóstico diferencial. Lama-
yoría de las «neuralgias intercostales» son causadas
por disfunciones costales estructurales. Si éstas no apa-
recen, es preciso consultar a un neurólogo.

CERVICOBRAQUIALGIAS

La rigidez dolorosa de la columna cervical, asociada


con dolor, acorchamiento y hormigueos en la extre-
midad superior, constituye un cuadro clínico bastante
común. Existen numerosas estructuras que pueden
estar implicadas, con patología estructural o funcio-
nal, o con una combinación de ambas, que han de ser Figura 23.4.
evaluadas. En el proceso de diagnóstico estructural se Proyección lateral de columna lumbar en bipedestación.
570 Principios y práctico de lo medicino manual

tronco inferior del plexo, ocasionando síntomas que


desaparecen al restablecer la función. La siguiente
disfunción costal que debe evaluarse es la posible
existencia de una segunda costilla en flexión lateral,
que estrecharía mecánicamente el canal costoclavicu-
lar y provocaría un atrapamiento del paquete vascu-
lonervioso. Esta disfunción produce una restricción
espiratoria mayor y presenta un dolor exquisito en la
. cara .m.ás. exter\la dela segunda costilla, cuandct se .
desplaza bajocril htrerh:ó la:terafde ia clii'.vkula. Si'd.
exaII)il!lador descubre una subluxación superior de la
primera costilla, el siguiénte paso ha de ser la valora-
ción de la segunda costilla, por la posibilidad de que
sufra una disfunción en flexión lateral. Esto es par-
ticularmente cierto en una subluxación superior de la
primera costilla que no responde al tratamiento habi-.
tual. Otra posible zona. de atrapamiento vasculoner-.
vioso se encuentra debajo del tendón del músculo
pectoral menor. Los músculos pectorales son notoria-
mente cortos y tensos y alteran la relación de la cin-
tura escapular con la jaula torácica. El abordaje y el
tratamiento correcto de estas posibles zonas de dis-

Figura 23.6.
Proyección dinámica lateral en flexión de la columna
lumbar en bipedestación.

función, trabajando desde medial a lateral, ha demos-


trado ser bastante eficaz en los sindroines cérvicobra-
quiales.
· Utia forma de abordaje similar, en cuanto a la
progresión centrífuga del trabajo, también resulta útil
en pacientes con síntomas alrededor del codo y en la
muñeca. El cuadro clásico de üna epicondilitis o de
una epitrocleitis, estará frecuentemente· as.óciado con
restricción de la pronosupinación de la cabeza radial,
en las articulaciones radiocubital proximal y radiohu-
meral. El restablecimiento de la función de la cabeza
radial es con frecuencia suficieÓte para tratar el
«codo de tenis)).
Los síntomas relacionados con el túnel del carpo
han aumentado en los últimos· años, y parecen estar.
relacionados con lesiones de tensión repetitiva, fre-
. cuentemente asociadas con la actividad manual sobre
el teclado de un ordenador. Cuaiquier. movimiento
Figura 23.5. repetitivo de las manos y las muñecas puede conducir
Proyección dinámica lateral de columna lumbar a dolor en las muñecas y a parestesias asociadas en los
en bipedestación. dedos. Aunque muchos de estos pacientes mostrarán
Capítulo 23 Síndromes clínicos comunes 571

ca, descritas en el Capítulo 18, pueden ser de ayuda


en el tratamiento de estos pacientes.

SÍNDROME CRANEOCERVICAL

De todas las zonas del sistema musculoesquelético y


de la columna vertebral, este autor considera que la
charnela craneocervical es la zona más dificil de valo-
rar adecuadamente y de manejar con éxito. Los pa-
cientes que se presentan con dolor en la columna cer-
vical, acompañado de rigidez y dolor de cabeza, ge-
neralmente como hemicefalalgia que discurre desde
el occipital a la zona retroorbitaria, son bastante ha-
bituales en la practica clínica. Un traumatismo suele
ser el desencadenante habitual pero puede ocurrir
sin nece~idad de un trauma aislado, tal como un acci-
dente de coche, sino por un desequilibrio postura!
crónico que afecte a la musculatura cervical superior.
El diagnóstico estructural del complejo cervical supe-
rior es dificil, debido a la peculiar anatomía de la
Figura 23.7. zona (véase el Capítulo 13). El diagnóstico de la res-
Visión sagital de RMN de la columna lumbar. tricción de movilidad, en el complejo cervical supe-
rior, se realiza con mayor facilidad que la valoración
de la hipermovilidad. La hipermovilidad relativa del
lado opuesto al de la movilidad restringida es bas-
tante habitual y confunde al examinador. Si existe
una alto grado de sospecha y los hallazgos físicos son
compatibles con la existencia de hipermovilidad, de-
ben solicitarse estudios especiales de imagen, que de-
berían incluir radiología simple para proyefciones la-
terales dinámicas en flexión y extensión, así como
placas de estrés rotatorio usando cortes axiales de las
regiones craneocervical y cervical superior, bien sea
por medio de TAC o por medio de RMN.
Los hallazgos diagnósticos estructurales habitua-
les en estos pacientes son una disfunción ERS iz-
quierda en C2-C3, el atlas en rotación derecha, y el
occipital en flexión, inclinación derecha y rotación-iz-
quierda. Existe con frecuencia una disfunción aso-
ciada de la sutura occipitomastoidea izquierda
(figs. 23.9 y 23.10).
Las figuras 23. 9 y 23.1 O muestran los hallazgos de
la RMN en una paciente, que se presentó con una his-
Figura 23.8. toria de seis años de evoluc1ón de un síndrome de tlo-
Corte axial a nivel L4-5 de RMN. lor craneocervical, después de un accidente de auto-
móvil importante. Sus lesiones incluyeron fractura de
una conducción del nervio mediano con un retraso la pelvis y una lesión cerebral traumática. Fue tratada
en el límite de la normalidad, muy pocos revelarán con éxito y rehabilitada, volviendo a su trabajo a jor-
potenciales de denervación en los músculos de la nada completa, aunque la rigidez dolorosa de la co-
mano, particularmente de los de la eminencia tenar. lumna cervical superior persistía de manera recu-
El diagnóstico estructural y el tratamiento manual de rrente y asociada con una hemicefalalgia. Los hallaz-
las articulaciones de la muñeca debe seguir el ya des- gos del diagnostico estructural fueron los descritos
crito orden de abordaje, que comienza en la columna anteriormente, pero se mostraron muy difíciles de
cervical y progresa distalmente. Las maniobras para el tratar y de mantener en una capacidad funcional má-
juego articular y para otras disfunciones de la muñe- xima. Los cortes sagitales de la médula y la columna
572 Principios y práctico de la medicina manual

cervicales (fig. 23.9) se encontraban básicamente


dentro de los limites normales. Los .cortes axiales de
la RMN (fig. 23.10) mostraban una pérdida impar,
tante de la densidad muscular en la zona de los
músculos recto menor posterior de la cabeza y recto
mayor posterior de la cabeza. Este hallazgo podría jus-
tificar la dificultad para responder a las técnicas de
medicina manual de cualquier tipo .

. CffA!.,ALGIA,ASOCIAl)A CONo;LESIÓN. ·' ·


CEREEtRAL TRAUMÁTICA . .
...
Muchos pacientes que han sufrido un traumatismo
craneal cerrado, que ha dado como consecuencia
uria disfunción cerebral de mínima a moderada, pre-
seritan un dolor de cabeza asociado, extraordinaria-
ménte resistente al tratamiento. En estos pacientes
.encontramos haUazgos de disfunciones mayores en el
mecanismo craneosacro, además de disfunciones en
cualquier otra parte del sistema. Los hallazgos crane-
osacros son notablemente consistentes en esta pobla-
ción. Todos parecen presentar una reducción de la Figura 23. 10.
velocidad y de la amplitud del impulso rítmico cra- RMN de la columna cervical, cortes axiales.
neal, con una frecuencia media de 6-7 por minuto.
Todos parecen tener un cierto grado de compresión
esfenobasilar, especialmente de tipo anteroposterior. to en la velocidad y en la amplitud del impulso rít-
Los patrones de tensión esfenobasilar que más fre- mico craneal y con una movilidad equilibrada y au-
cuentemente se encuentran, son las restricciones de mentada de la articulación esfenobasilar, se suele ob-
tensión lateral y de torsión hacia el mismo lado. La tener un buen resultado en el proceso de rehabilita-
manipulación craneosacra apropiada puede ser útil ción. Por el contrario, si el paciente no responde a la
en la rehabilitación de estos pacientes..Si el sistema manipulación craneosacra con un aumento del im-
craneosacro responde al tratamiento con un aumen- pulso rítmico craneal, en frecuencia y amplítud, el re-
sultado del proceso rehabilitador es menos satisfacto-
rio. Se aconseja precaución en el uso de la manipula-
ción craneosacra en estos pacientes, debido a que
conlleva aproximadamente una tasa del 5% de com-
plicaciones yatrogénicas.

ESGUINCE RECIDIVANTE DE TOBILLO


Los esguinces recidivantes de tobillo son igual de co-
munes en los deportistas domingueros que en los
atletas de alto nivel. No suponen un retodiagnóstico
difícil, pero sí se muestran difíciles de tratar. El diag-
nóstico estructural, en esta población, demuestra
habitualmente la existencia de disfunciones de la ar-
ticulación tibioperonea proximal y restricción a la
dorsiflexión del astrágalo, en la articulación tibiope-
roneoastragalina. La alteración del movimiento de
deslizamiento de la articulación subastragalina es ha-
bitual en estos pacientes, junto con la pronación del
cuboides del mismo lado. La valoración muscular fre-
cuentemente revela debilidad del tibia! anterior y de
los músculos peroneos. El tratamiento adecuado de
Figura 23.9. este patrón disfuncional habitualmente previene las
RMN de la columna cervical, cortes sagitales. recidivas del esguince de tobillo. Otro resultado bas-
Capítulo 23 Síndromes clínicos comunes 573

tante problemático del esguince de tobillo es la difi- fesional debería valorar cada paciente de forma indi-
cultad del equilibrio propioceptivo, en especial cuan- vidllal y de una manera sistematizada, para detenrii-
do se efectúa apoyo monopodal, ya que esto parece nar el patrón disfuncional exacto que existe y desa-
provocar una secuencia alterada del patrón de des- rrollar un plan de tratamiento apropiado. Cuanto ma-
carga muscular y contribuir al desequilibrio muscular yor es el nivel de destreza en el diagnóstico estructural
de todo el sistema musculoesquelético. y mayor es el dominio de múltiples tipos de interven-
ciones manuales, mejor será el resultado. El arsenal de
CONCLUSIÓN la medicina manual es bastante amplio, y el médico
Se han revisado muchos de los hallazgos encontrados debe estar familiarizado con tantas técnicas como sea
por medio del diagnóstico estructural, desde el punto posible. Recuérdese la advertencia de que si lo único
de vista de la medicina manual, en los síndromes clí- que hay en la caja de herramientas es un martillo, casi
nicos comunes. Aunque se ven con frecuencia, el pro- todas las cosas empiezan a parecer clavos.
ÍNDICE

Los números de página en cursiva indican figuras; los seguidos de "t" indican tablas.

A mo~lidad, 29
Abertura torácica superior, 247, 248 restricción a la abducción
Acromion, 21 técnica de energía muscular para la, 397
Acupuntura, 52, 559 test para la, 396, 396
Agujero occipital, movimiento del, 169 restricción a la aducción
Alzas, 560-562 test para la, 396, 396
tratamiento con, 561-562 restricción a la rotación externa
complicaciones del, 561-562 técnica de energía muscular para la, 399, 399
dolor de talón en el, 562 test para la, 398, 398
secuencia para el, 561 restricción a la rotación interna
Amitriptilina, 558 téCnica de energía muscular para la, 399, 399
Amplitud test para la, 398, 398
."'1.e movilidad, 41, 42 técnica funcional, 141, 141
alteración de la, 13, 47 astragalocalcánea, 457-458
reducción de la, 42, 43 técnica de movilización con impulso para la, 458, 458
técnica de movilización con impulso y, 106 astragaloescafoidea, 462, 462
Analgésicos, 557 atlantoaxoidea, 180,184,184,188,189
Análisis postural estático, 21, 21, 22 técnica de energía muscular, 198, 198
Anclada, médula, 549
técnica de movilización con impulso, 200, 200
Anestésicos locales, 559
cadera ( véase Articulación coxofemoral)
Ángulo
calcaneocuboidea, 459-461
de la base sacra, 548
diagnóstico estructural, 459, 459
inferolateral del sacro, 321, 321, 342, 343t
disfunción, 460, 460-461, 461
Antebrazo, dorso, 15
técnica de energía muscular, 461, 461
Antidepresivos, 558
técnica de movilización con impulso, 460, 460
Antiinflamatorios, 558
carpometacarpiana, 415
no esteroideos, 558
del pulgar, 425, 425
efectos secundarios, 558
Apertura articular, 105 coxofemoral, 429-443
Apófisis coracoides, 61, 61 abducción de la, 434, 434
Apófisis espinosas, 58, 59 patrones de descarga de la, 473, 474
palpación, 61, 62 aducción de la, 435, 435
Apófisis odontoides, 58 diagnóstico estructural de la, 432-433
agenesia, 179 disfunción de la, 432, 432-433
Apófisis transversas, 63, 64, 65, 71, 73--74 juego articular de la, 431, 431
palpación músculos aductores de la, 492, 492
en extensión, 292, 293 técnica de estiramiento del rodete cotiloideo y de la cápsula
en flexión, 292-293, 293 posterior de la, 432, 432
en posición neutra, 292, 293 técnicas de energía muscular para la, 434-443 ( véase tamlnén
Apreciación del movimiento, 17-18 Técnica de energía muscular, articulación de la ca-
Aracnoiditis, mielografia y, 551 dera)
Arco reflejo valoración del patrón capsular de la, 430, 430
de la inhibición recíproca, 109 cubitomeniscopiramidal, 415, 422, 422-423, 423
víscero-visceral, 6 esfenobasilar, 163, 171
Arteria vertebI."<J.l, 180-181 compresión, 172
Arterias, 8, 9 evaluación de la movilidad, 171-172
Articulación/ es extensión, 172
acromioclavicular, 396-399 flexión, 163-164

581
582 Principios y práctico de lo medicino monipulotivo
actividad respiratoria y, 169 técnica de movilización con impulso, 420, 420-421, 421
hoz del cerebro durante la, 168 técnica funcional, 143, 143
tienda del cerebelo durante la, 168-169 tendones flexores, 428, 428
movimientos radiocubital dista1;415
anormales, 172 radiohumeral, 44, 407
de torsión, 171 rodilla, 443-449
traumatismos de la, 172 disfunción, 443
esternoclavicular, 388 restricción de las rotaciones interna-externa, 446, 446
abducción restringida técnicas de energía muscular, 447, 447-449, 448, 449
movilización sin impulso para la, 390, 390 test d~ compresión en extensión., 446, 446
técniqa.de energ_i.a ~vscular.,p,ara la, 39I,.391. térn.ica funci_om1.l, ._145, 145_ ,,,,-
test para la, 389, 389 . sacroiliaca, 319-321,321
..C''..ffiOVilidad, 29-.•. -~ -:-~;, ~e-- at'trElgi:afia; 5~ 553,554'
· restricción a la flexión horizontaÍ . bloqueo, 552, 552
movilización sin impulso para la, 394, 394, 395, 395 disfunción, 324, 342-343, 343t
técnica de energía muscular para la, 395, 395 signo más fiable de, 337,342
test para la, 393, 393 técnica de energía muscular, 353, 353-362, 354, 355, 356,
glenohumeral, 400-406 357, 358, 359, 360,361,362
carpometacarpiana,- 415 técnicas de movilización con impulso, 373, 373-381, 374,
movilidad de la, 29, 29 375, 376, 377, 378, 379, 380, 381
principios para el diagnóstico, 400 dolor, 559-560
técnica de los siete pasos de Spencer, 405, 405H406, 406 proloterapia, 560 ~
técnica funcional para la, 141, 14 J estructuras ligamentosas, 320,320,321, 321
técnica para el rodete glenoideo, 404, 404 lesión de la, 324
técnicas de energía muscular para la,. 401, 401-403, 402, 403 movilidad, 322, 323
humerocubital, 407 TAC, .552, 554
restricción a la abducción-aducción, 407, 407
técnica funcional, 115, 115
técnica de movilización con impulso, 407, 407
torsión izquierda sobre derecho, 343t
restricción a la extensión, 408, 408
en cuatro puntOs, 337,337
técnica de energía muscular para la, 408, 408
torsión izquierda sobre izquierdo, 343t
iliosacra
subastragalina, 457-458 ( véase Articulación astragalocalcánea)
disfunción, 343, 344t
tarsometatarsiana, 464, 464
iliaco anterior derecho, 119, 119
tibioastragalina, 455- 456
iliaco posterior izquierdo, 120, 120
diagnóstico estructural, 455, 455
movilización con impulso en la, 382, 382-385, 383, 384,
disfunción, 456-457
385
técnica de energía muscular para la, 456, 456
rotatoria, ejercicio de automovilización, 531,531
técnicas de energía muscular en la, 350, 350_-352, 351, técnica de movilización con impulso para la, 456, 456-
352, 363, 363-371, 364, 365, 366, 367, 368, 369, 370, 457,. 457
371 tibioperonea.distal, 453-455
interapofisarias, 59, 291-292 diagnóstico estructural,_ 453, 453
asimétricas, 291-292 disfunción, 454-455
bloqueo, (>52,}52 técnica de movilización con impulso para la, 454, 454-
disfundóri, 569 455,455
enfermedad degenerativa, 567 tibiopero:hea proximal, 449-453
inferior,_ 291 disfunción, 450, 450
superior, 291 técnica cte energía muscular, 450, 45-0-451, 451
interfalángica, 465, 46!5 ·técnica de movilizáción con impulso, 451, 451-452, 452
intertarsianas, 463, 463 test para el deslizamiento anteroposterior, 450, 450
mediocarpiana, 415, 423, 423-424, 424 Artritis reumatoidea, 179
inclinación dorsal, 424, 424 Artrografía, articulación sacroiliaca, 552, 552-554
metatarsofalángica, 465, 465 Asimetría, 13-14
muñeca, 29 ( véase también Articulación radiocarpiana) diagnóstico· de, 14
occipitoatloidea,179-180 Aspirina, 558
disfunción Astrágalo, restricción a la dorsiflexión, ·572
técnica de energía muscular, 199, 19~-202, 200, 201, 202 Autoestiramiento, ( véanse Ejercicio/s y Músculo/s)
téóüca de movilización con imptilsO, 208,· 20~209, 209 Autorregulación, 11
técnica funcional en la, 134, 134, 136, 136
radiocarpiana, 415 B
diagnóstico, 416, 416417, 417 Balanceo del temporal, 175
juego articular, 421, 421 complicaciones, 176
técnica de energía muscular, 418, ·418-419, 419 Balánceo sacroiliaco, test de, 338, 338
técnica de liberación miofascial, 426, 426-427, 427 Balancín pélvico, 505, 505
Índice 583
Barboquejo, tracción cervical con, 563 test de flexión en sedestación, 330, 330
Barrera/s, 41 test de la cigüeña monopodal, 327, 327-328, 328
anatómica, 41, 42 disfunción, 342t, 342-344
conceptos, 41-46 desequilibrio muscular y, 548
de restricción o restrictiva, 42, 43, 45, 46 diagnóstico, 342
definición, 46 manejo, 344-385
elástica, 41, 42, 46 secuencia de tratamiento, 344-345
fisiológica, 42-43, 43, 46 modelos, 319
normal y anormal, 41-42 muscular, 3'86
Base del cuello; 60, 60 me.delo, respiratorio-circulatorio y, 319
Bloqueo articular diagnóstico, 552,552 movilidad, 321-324 ·
Bloqueos nerviosos, 552, 559 s.índrome cruzado, 474
controHluoroscópiEo, 552 , ..CLi:iiut§n sacr~i4.~co, 560,. 561
Bolsas de hielo, 563 Cirugía espinal, 564
Bombeo linfático Codo, 29, 407-415
extremidad inferior, 91, 91 de tenis, 407,570
extremidad superior,_92, 92 restringido, técnica de energía muscular, 100-102, 101, 408, 408-
torácico, 90, 90 • 411, 409, 410, 411
torácico unilateFal, 90, 90 Columna
1 Braquialgia, 387-388 cervical,179-211
Braquialgia cervical, 569-5 70 anatomía funcional y biomecánica,-17g..181
articulaciones, 179-180
e atlantoaxoidea, 180
Cabeza, movilidad de la, 32, 32, 33 diagnóstico estructural de, 184, 184, 188, 188
'' Cabeza del peroné ejercicio de automovilización, 541,541
técnica funcional, 145, 145 técnica de energía muscular,198, 198
Cabeza radial, J 7 técnica de movilización con impulso, 207, 207
disfunción, 407 occipitoatloidea, 179-180
diagnóstico de, 411, 411-413, 412, 413, deslizamiento condilar, 191, 191, 192
técnica de energía muscular, 413,413 diagnóstico estructural de, 185, 185, 189, 189
técnica de movilización con impulso, 414, 414-415, 415 ejercicio de automovilización, 542, 542
técnica funcional, 142, 142 restricción a la extensión, 189, 189
Calor, 563 restricción a la flexión, 190, 190
Canal sacro, profundidad del, 336 técnica de energía muscular para la, 199, 199-202, 200,
Capilares, 9 201, 202
Cavitación, 69, 104 técnica de movilización con impulso, 208, 208, 209,209
Cerebro, movilidad del, 169 diagnóstico estructural, 181•190
Cervicobraquialgia, 569-570 disfunción de la articulación interapofisaria, 569
Cierre articular ( véase Lesión manipulable) disfunción ERS
Cifosis dorsal, 214 diagnóstico estructural de, 187, 187
Cintura escapular, 61, 61, 388-395 ejercicio de automovilización, 541,541
síndrome cruzado superior, 474 disfunción FRS
técnica funcional, 139, 139, 140, 140, 141, 141 diagnóstico estructural de, 186, 186-187, 187
Cintura pélvica ejercicio de automovilización,' 540, 540
anatomía funcional, 319-322, 320,321 disfunción somática,181
articulaciones, 319-321 estiramiento lateral unilateral, 83, 83
diagnóstico estructural, 324-385 mecanorre·ceptores y, 181
en bipedestación, 325, 325 nociceptores y, 181
inclinación del tronco, 329, 329 RMN, 554
test de flexión, 326, 326 sistema nervioso autónomo y, 181
en prono superior, 193, 211
ángulo inferolateral, 335, 335 disfunción, 135
base sacra, 336, 336 técnica funcional en la, 135, 135
longitud de la pierna en el maleolo interno, 333, 333 técnica de energía muscular, 194, 194-197, 195, 196, 197
movilidad sacra en cuatro puntos, 337, 337 técnica funcional, 135, 135, 137, 137-138, 138
nivel de la tuberosidad. isquiática, determinación del, 333, técnicas de partes blandas, 83, 83-85, 84, 85
333 tracción longitudinal del eje largo, 84, 84
test de balanceo sacroiliaco, ·338, 338 vértebras tipo,
test de movilidad de apertura de la articulación diagnóstico estructural de, 183, 183
sacroiliaca, 340, 340 dorsal
test del rebote, 337,337 anatomía funcional, 247-248
test de rebote para la movilidad sacroiliaca, 339, 339 diagnóstico, 213
en supino disfunción, 213
espinas iliacas anterosuperiores, 341, 341 técnica funcional, 122, 122-126, 123, 124, 125, 126
584 Principios y práctico de lo medicino monipulotivo
técnicas de medicina manual, 218-244 restricción en el plano sagital
escoliosis, 215 técnica de movilización con impulso en el, 313
estiramiento transversal, 85, 85 RMN, 549,550, 571
jaula costal y, 213 síndrome de estratificación, 474, 476
media e inferior TAC, 550, 550
palpación, 217, 217 técnica de energía muscular
técnica funcional, 124, 124 en posición de Sims, 301, 301·302, 302
tres posiciones estáticas, 218, 218 técnica funcional, 113, 113
movilidad, 214---215 lumbosacra
. ,. p_rue}:>as de, 21'!-?!5 técnica de liberación miofascial, 155, 155·156, 156
palpaci4Il, 214 ·· -VeiÍ:efüal,.57 ~
r~S.tricdir.ó; Í-~ rot~Cló~, ejercicíÜ de ituto'movilizacicfln, 540-, ·. ad'a:s:) 5-7, 57
'.,.•.•.:,' :J.4{Jvl.-i,fJ.'- •·~~"'l"• ..... : .•. 1·. <•·.••,.,;x.~-iy.;- axis, 58, 58
-~.;-,.• :
síndrome de estr.aüficación, 474,476 -· ... ~~ ·• '~:-.."';·:;;. ·.,,,'?'~-"•"•··~"~ ~--c~fatJ'i:~~
nitffi~tes; oo···
superior musculatura, 59·60
ejercicio de automovilización, 539, 539 palpación, 60.65
palpación, 216, 216 región
técnica funcio~al, 123., 123 ~ cerviq), 57-58
técnica funcional, 122, 122-126, 123, 124, 125, 126 dorsal, 58-59,
dorsolumbar · lumbar, 59
ejercició de autocorrección, 537; 537 segni.ento móvil vertebral, 57
estiramiento transversal Complejo cervical superior, 193, 211
en decúbito lateral, 86, 86 pruebas de estrés, 193
en decúbito prono, 87, 87 Compresión esfenobasilar, 172
y longitudinal, 87, 87 Compresión pélvica, 121, 121
presión profuilda, 88, 88_ ConCeptoS de barrera, 41·46
restricción a la extensión, ejercicio de automovilización, 538, técnica funcional y, 109
538 Concepto tensión•distensión, 45, 45, 110
síndrome de estratificación, 474, 476 Concepto tenso-laxo, 151
técnica funcional, 122, 122, 123, 123, 124, 124 Conducción nerviosa, 553.555
lumbar, 291-318 Contracción
anatomía funcional, 291 •292 en la técnica de energía muscular, 99
apófisis espinosas, 291, 292 muscular isolítica, 97-98
articulaciones interapofisarias, 59,291,292 muscular isométrica, 97
discografía TAC, 550, 550 muscular isotónica concéntrica, 97.99
disfunción muscular isotónica excéntrica, 97-98
desequilibrio muscular y, 548 tipos de, 97-99
diagnóstico estructural de, 292•293 Control del dolor, 557
palpación de las apófisis transversas , 292·293 . Control motor, princ_ipios tj.el, 470•472
ERS, 292, 293 Coofdinación óculo-manual, 13-15
ejercicio de automovilización, 532, 532, 533, 533 test para el ojo dominante, 13-14, 14
técnica de energía muscular para fa, 296, 29fi-.297, 297, Corsés lumbart;s, 560
304, 304-305, 305 . .. Corticosteroides, 558
té<mica de Il)ovilización-c?n imp~lso p~ra ~a, 309, 309•. . Costill_a/s
310,310, 314-315,314, 315 anatomía, 248-249, 248,.250
neutra, 298, 298-299, 299, 305, 305 columna dorsal y, 213·214
· técnica de énergía muscular para la, 298... 298--299, 2~9 diagnóstico estructural, 251-257, 252, 253, 254, 255, 25_6, 257
técnica de movilización con impulso pata la, 307, 307. disfunción, 2_58•260
308,308,317,317 . disfunción vertebral y, -125·1~6
no-neutra, 294 estructural, 258-259
técnica de energía muscular para, 294, 294-297, 295, técnica funcional, 123, 123, 126, 126
296, 297, 303, 303-305, 304, 305 tratamiento, 259-271, 260, 261, 262, 2.63, 264, 265, 266,
técnica de movilización con impulso para la, 309, 309. 267, 268, 269, 270, 271
312,310, 311,312,314, 314-316, 315,316 resf>iratoria, 259
técnica Q.e energía muscular para la, 294, 294-295, 295 restricción espiratoria, 275, 275•280, 276, 277, 278, 279,
técnicas de medicina manual para la, 293•318 280
ejercido de automoviliza_ción,:;535, 537. restric~ión inspiratoria, 271,271, 272-274, 273, 274,.281,.
eScoHoSis, 5'48 · 281 .
síndrome de inclinación pélvica y, 562 técnica de movilización con imf)ulso, 283, 283-289; 284,
estiramiento del rezo mahometano, 536, 536 285, 286, 287, 288, 289
lordosis, 561 técniól funcional, 127, 127, 128, 128, 129, 129
movilidad, 292 tratamiento, 271-281, 272, 273, 274, 275, 276, 277, 271!,
radiología simple, 545·546, 546 279, 280, 281
restricción bilatei-al a la extensión, 300, 300 tratamiento, 259-271
l Índice 585
movilidad de las, 249-251, 250 test 3, 509, 509
evaluación del movimiento en asa de cubo, 34, 34, 35 test 4,509,510
neuralgia intercostal, 568 entrenamiento del equilibrio sensitivomotor, 475-478
técnica de movilización con impulso, 282-289 patrones de descarga muscular y, 473
técnica funcional, 125, 125-132, 126, 127, 128, 129, 130, 131, principios, 469-470
132 pseudoparesia y, 4 73
para disfunción de costilla/ s síndrome de insuficiencia lumbar y, 566
aislada (variante 1), 130, 130 síndromes, 473-475
aislada (variante 2), 131, 131 SNCy, 472-473
medias e inferiores, 127, 127 tratamiento, 475
primera, 128, 128 objetivos, 475
superiores, 129, 129 principios, 475
tipo aislada, 132, 132 Desfiladero -~orácico,. 247
Coxal Desgarro anular, 560
en rotación anterior, 531 Deslizamiento anterior, test, 450
en rotación posterior, 531 Deslizamiento condíleo, 191, 191, 192
Cráneo Deslizamiento meniscal, 445, 445
anatomía, 163, 165, 166, 167 Desplazartliento de caderas, 532, _532
expansión y estrechamiento, 169 Diacepam, 559
huesos, 163, 165, 166, 167 Diafragma
impares, 163 pélvico, 94, 94, 319,
movilidad, 163-164, 169-170 desequilibrio, 322
pares, 163 y sacro, 169
suturas, 164 posterior, 157, 157
vista frontal, 165 toracoabdominal, 9, 10,169,247,247,249
vista lateral, 166 urogenital, 155, 155
vista posterior, 167 Diagnóstico estructural, 13-39
Cresta/s iliaca/s, 23, 23, 483 coordinación óculo-manual, 13-14
altura, determinación de la, 332, 332 definición segmen taria, 38-39
desnivel de las, 28, 28 examen detallado, 38
Crioterapia, 563 examen general ( véase Examen g~neral)
Cuneiformes, 463, 463 pinza rodada, 38
Curanderos, 3
Discografía, 551, 551
dinámica, 551, 551
CH
TAC y, 550, 550
Charnela
tomografía computarizada y, 550, 550
craneocervical, 210
Disfunción ·
dorso lumbar
articular ( véanse también las articulaciones específicas)
técnica de liberación miofascial, 157, 157
ejercicios de automovilización, 530-542
lumbosacra
teorías, 104
movilidad, 292
de cizallamiento del coxal, 560
D de la articulación de la cadera, 37
Definición segmentaría, 38 de la articulación esternal superior, 133
Desarreglo intervertebral menor, 47 (véase también Lesión en extensión, rotación, inclinación, 187, 187
manipulable) reloj pélvico, 535
Descompresión condílea, 174 en flexión, rotación, inclinación, 186, 186-187, 187
Inhibición de partes blandas y, 210,210 reloj pélvico, 535
Desequilibrio m_µscular, ERS ( véase Disfunción en extensión, rotación, inclinación)
causas teóricas, 472-475 FRS ( véase Disfunción en flexión, rotación, inclinación)
disfunción de la columna lumbar y, 548 grupal neutra, 74, 74-75, 75
disfunción pélvica y, 548 iliosacra, 343-344, 344t
en la extremidad inferior, 4 78-507 iliaco anterior derecho, 119, 119
diagnóstico, 478-483, 508-510 iliaco posterior izquierdo, 120, 120
test!, 479, 480 movilización con impulso en la, 382, 382-385,- 383, 384, 385
test 2,479, 481 rotatoria, ejercicio de automovilización, 531, 531
test 3, 479, 481 técnicas de energía muscular en la, 350, 350-352, 351,352,
test 4, 482, 482 363, 363-371, 364, 365, 366, 367, 368, 369, 370, 371
test 5, 482 no-neutra, 71, 71-74, 72, 73
test 6, 482 de la columna lumbar, 293
en la extremidad superior, 508-529 segmentada, 71, 72, 73-74
diagnóstico ejemplo, 73-74
test 1, 508, 5 08 identificación, 71-73
test 2,509, 509 lumbar, 74
586 Principios y práctico de lo medicino monipu/otivo
somática, 12 Estenosis del canal espinal, 567
definición, 13, 47 RMN,568
examen general, 18~37 ( véase tamáién Examen general) TAC, 550
tríada diagnóstica, 12, 13, 47-48 Esternón
vertebral, ( véase Movilidad vertebral, disfunción) articulación esternal superior, 133, 248
Dolor, 39 técnica funcional, 133,133-134, 134
agudo, 557-558 Esteroides orales, 558
crónico, 557-558 efectos cardiovasculares, 558
de columna efectos psíguicos, 558
~ _.., ..· •evaluarj.Qn psicosocial en .el,._55$., E~timu!?-cjó~ _eléctrica! 564
.-. . . lumbar, _cr~nicamente recurr:c::::nt~. 566-5.67 Estimul_~ción, nenjosa eléctrica transcutánea (TENS) ! 564
. 'de la artkÚlación saáoiliaca, 559 Estiramlént0 lateral bila:tera1 del raquis ceivical, 83; 83 ·
,•.....:_~, -~de;t:ilón_'fa,·:al~s,.56.2...-· . . ::-:-· ... ·~•#_,,.:_ ,·J!I,>-•'· ~r<}..Illi¡sP..iB.,..tr•:HiWfet:Sal_,y loo.g_i tp.d,ip.al d~ J~ ~,olm;nn~, do~~9lumba;r1
-lumbar, 291 87, 87. ·
crónicamente recurrente, 566-567 Estiramiento transversal, columna dorsal, 85, 85
cinturón sacroiliaco para el, 560,561 Estiramiento transversal, Columna dorsolumbar, 86, 86
desnivel de base sacra y, 561 Estudios de conducción nerviosa, 553-555
modelo neurológico, 49-50 EvaluadÚ1 psicqiÓgica:, 555
y evaluación psicosocial, 555 Examen ·
y rigide.z, ?69 detallado, 38
general, 18-37 ·
E ~náli~ de la marcha, 19, 20
Efecto Coriolis, 565 ~náli.sis postural estático, 21, 21, 22
Ejercicio/s, 449, 564 extremidad inferior, 36, 36-37, 37
de automovilización extremidad superior, 29, 29
para la disfunción articular, 530--542 incli~a,dón del tronco, 24, 24
de control del tronco, 505, 505-506, 506 en sedestación, 31, 31
de elevación del tronco, 507, 507 movilidad de cabeza y cuello, 32, 32, 33
de palpación, 154 movimiento respiratorio de la jaula torácica, 34, 34, 35
de palpación funcional,112 niveles anatómicos en la postura estática, 23, 23
de suturas, 164, 166-168 rotación del tronco, 30, 30
para el músculo cuadrado lumbar, 493, 493, 494, 494 test de flexión en bipedestación, 25, 25, 26
para el músculo gran dorsal, 494, 494 test de flexión en sedestación, 28, 28
para el músculo piramidal, 495, 495, 496,496 test de la cigüeña, 27, 27
para el músculo psoas, 491, 491 Extensión esfenobasilar, 172
para el músculo recto anterior, 491, 491 Extremidad/ es
para los músculos aductares de la cadera, 492, 492 inferior/ es, 429-465
para los músculos isquiotibiales, 496, 496-497, 497 articulación tibioperonea proximal, 449-453
programa de, 544 . bombe9 li[lfático, ~1, 91
Electrodiagnóstico, 553-555 cadera, 429-443 ( véase tamfnén Articulación de la cadera)
Electromi~grafía, 553-555 desequilibrio muscular, 475-5_07
en la radiculopatía aguda, 554 examen .geneI"al para las~ 36, 36-37, 37
Eiectroterapia, 5 pie, 458-465 ( véase también Pie)
·Enfermedad de Parkinson,-1-51 región del tobillo, 453~458.
Entrada torácica, 247, 248 rodilla~ 443-449 (véase también Articulación de la rodilla)
Entrenamiento del equilibrio sensitivomotor, 475-478, 479t síndromes dolorosos, 553
indicaciones, 476 . ,s1.:1perior/ es, -3~7-428 .
reeducación,· 4 77-4 78 articulación acromio'Clavicular, 396-399 ( véase también Arti-
Epicon'dilitis, 570 culación acromioclavicular)
ESclerosante, solución, 560 articulación glenohumeral, 400-406 ( véase también Articula-
Escoliosis ción glenohµw.eral)
columna dorsal, 215 bombeo linfático, 92, 92
columna lumbar, 548 examen general para la,s, 29., 29
Esfenoides, 163 inspecció.n de, 29, 29
rotación, 169 región del codo, 407-415
Esguince región del hombro, 388-395 (véase tambi"énCintura escapular)
cervical, 179 técnica _de partes 91andas. para, 92, .92, 89
recidivante de tobillo, 5'7~-573. región de múñeca y mano, 415-428
Espacio interespinoso, 61-62, 62, 63
Espadq parafisiológico, 41, 42, 46 F
Espiración, 34, 34, 35,, 38 - Fascia, 149-150
Espondilolisis, 291, 546 biomecánica de la, 150
Espondilolistesis, 291,546 furición de, 150
degenerativa, 567 lesión de, 150-151
.t
-T•·.·•··.··
¡ Índice 587
lumbodorsal, 322 I
profunda, 150 Ibuprofeno, 558
subserosa, 150 Ilíaco, 483
Fémur, 483 en rotación anterior, 53-1
Fenómeno de cavitación, 69, 104 en rotación posterior, 531
Fenómeno del rubor, 157 técnica funcional para el, 119, 119, 120, 120
Fibras de Sharpey, 164, 169 Iliosacro, movimiento, 324
Fibras musculares, 98 Impulso
tipos de, 472 de rebote, 105
Fisioterapia, 5, 5-63._ rítmico craneal, 169
Fisioterapeutas, 5 frecuencia, 170
Flexión esfenobasilar, 163-164 mecanismo respiratorio primario e, 170
ªctividad respiratori.ª_y,_ 169 . Inclinación del tronco, 24, 24~ 31, Jl
hoz del cerebro durante la, 168 ....,,·-..."1Ilfiltraciones, 559-560 ·
tienda del cerebelo durante la, 168-169 epidurales, 559
Fluoroscopia,552 de soluciones esclerosantes, 560
bloqueo nervioso y, 552 sacroiliaós, 559-560
proloterapia y, 560 Inspiraci~n, 34, 34, 35, 38
Fulcro, 196 Interacciones medicamentosas, yatrogenia, 559
de Sutherland, 168 Inventario de Personalidad Multifásica de Minnesota, 555
Función circulatoria, 8-9 Istmo, defecto, 545-546

G J
Gasto energético, 9-10 Janda, teoría científico-clínica de, 473-475
Jaula costal ( véase Costilla/s)
H Jauia torácica, 247
Hernia de disco, 551 movimiento respiratorio de la, 34, 34, 35
diagnóstico, 549 Juego articular, 41, 103-104
Hielo, 563 de la articulación carpometacarpiana del pulgar, 425, 425
Hipermovilidad, 18, 75 de la articulación cubitomeniscopiramidal, 422, 422-423, 423
compensatoria, 75-76 de la articulación mediocarpiana, 423, 423-424, 424
diagnóstico de, 76-77, 77 de la articulación radiocarpiana, 421, 421
disfunción de la movilidad vertebral y, 76 de la articulación radiocubital distal, 422, 422-423, 423
en el síndrome de Ehlers-Danlos, 75-76 de la cadera.. 431, 431
en el síndrome de Marfan, 75-76 de la rodilla, 445, 445
inestabilidad e, 76 de las articulaciones tarsometatarsianas, 464, 464
pruebas, 76-77 de las cabezas de los metatarsianos, 465, 465
de inclinación y rotación, 77 normal, 38
de traslacióri anteroposterior, 76-77, 77 pérdida del ( véase Lesión manipulable)
de traslación lateral, 77
en extensión, 78 K
Hipomovilidad, 18, 69 Ketorolaco trom.etamol, 558
Hipotiroidismo, 555
Homeostasia, 11 L
Hoz del cerebelo,168, 168 Latigazo cervical, 179, 553
motilidad, 169 Lesión cerebral, cefalea asociada, 572
Hoz del cerebro, 168, 168 Lesión de columna, termoterapia para la, 563
motilidad, 169 Lesión manipulable, 47
Hueso/s identificación, 11
esfenoides, 163 sinónimos, 4'.7
etmoides, 163 Lesión osteopática, 47 (véase Lesión manipulable)
frontal, 163 Ley de Sherrington, 151
malares, 163 Liberación diafragmática, 93, 93-94, 94
nasales, 163 paciente en decúbito supino, 94, 94
occipital, 163 Liberación mesentérica, 95, 95
rotación, 168 Liberación por posicionamiento, 111~112
palatinos, 163 Lidocaína, 559, 560
parietales, 163, 166, 167 Ligamento/s
pómulos, 163 anular anterior del carpo, 427, 427
temporales, 163, 166, 170 iholumbares, 321,320, 321
rotación, 168 inguinal, 483
vómer. 163, 165 sacrociático
wormianos, 167 mayor, 159, 159,321, 321
zigomáticos, 163 tensión, 333, 334, 334
588 Principios y práctico de lo medicino monipulotivo
menor, 321,321 postural estructural, 48
sacroiliacos, 320, 320-321, 321 psicoconductista, 5l
transverso del carpo, 16. 16 respiratorio circulatorio, 50-51
Líquido cefalorraquídeo, fluctuación del, 169 Motoneurona a, 471, 47J
Lordosis, 214,291,561 Movilidad
lumbar, 214,291,561 activa, 41, 42, 43, 46
definición, 46
M acortamiento miofascial y, 41, 43
Mal-eolo interno, 21 reducción de la, 41, 43
1'.J;;¡.¡iipula.b!e,Jeaj.ón,,(véaseJ.e.sión ma_W,pulab!e. ,·,... . ,_ .....1 ~--~· , .. . -~· , •. ªII!Plitµ~ .• ( véase AmpJ.itud de movilidad)
Mantp.1,1la.dón •.,..tra,tamiento manipulatív:o ·,..(,v_éase Té~p..ic;as b~_~r,er~~,~e restriccif.>n ~ ia, 45-46 ,'._:,
· · --.. máritPuiátivas). -. · ·· · · ..- - · ·.,.,. · ,.> · ·• cól1cepto tensión-distensión, 45, 45, 110·
:.,.~,...t--r,~ ..:M:.al).0 ,. ;;.v,:¡ ·•• -~ •.'!J>l4-:"<,[-", --,;.,. .••.·•; ·, ~-. - ;;.:.~·., ... ,'./ii,,"-'-;.~ .. ,~~,:- ,,· - ~ ~ -...., . ,.r.-1';.,, ..-c;l~~~~p,y _cµell~,-S~; :!2, 3}. · 1 .,.,, .• .,.-..;,;,

diagnóstico, ~16, 416-417, 417 ' · ·inherente, 41


técnica funcional para la, 143, 143 involuntaria, 41
técnicas de energía muscular, 418, 418-419, 419 pasiva, 41, 4 2, 46
técnica_s ,de liberación miofas1;~al, 426, 4.26- 427, 4~?, vei:iebral, 65-68, 71 t
tendones flexóres, 428, 428 · · disfuta.ción de la, 69-78
Marcha, análisis de, 19, 20 aislada, 71, 73-74
Maxilares, 163 columna dorsal
Meato auditivo externo, 21 fenómeno ·de vacío, 69
Mecánica técnica funcional, 122, 122-124, 123, 124
neutra, 66, 67, 68t componente muscular de la, 69-70
no-neutra, 66-67, 67, 68t cori disfunción costal, 125-126
tipo III, 67 diagnóstico, 70-71, 122-125
Mecanismo respiratorio primario, 169-170 fenómeno de cavitación, 69, 104
componentes, 169-170 · grupal neutra, 74, 74-75, 75
impulso rítmico craneal y, 170 hipermovilidad, 75-76
Mecanismos homeostásicos, 11 teorías, 69-70
Medicación, 557-559 extensión, 65-66
Medicina manual, 5 (véase también Técnicas manipulativas) flexión, 65, 66
arsenal, 51-53 (véase también Tratamiento manipulativo) inclinación, 66
craneosacra, 51 mecánica neutra, 66, 67, 68t
diagnóstico ( véase Diagnóstico estructural) mecánica no-neutra, 66-67, 67, 68t
historia, 3-5 movimientos acoplados en la, 66, 70
identificación de la lesión manipulable, 11 rotación, 66
objetivos, 5-6 terminología, 65
práctica, 5 test
Medicina os~eopática, 3-4 ep. extensión, 72
Medicina quiropráctica, 4-5 en flexión, 72
Medio ambiente celular, 9 en prono neutro, 72
Médula anclada, diagnóstico, 549· tipo I, 66, 67, 68t
Médula espinal, 471 tipo 11, 66-67, 67, 68t
moyi.lidad inJ:ierente, 169 tipo III, 67
sección transversal, 7 . voluntaria, 41
· torácica, 213 Movilización sin impulso, 96,"318
Meninges, 164 disfunción de la··articulación esternoclavicular, 390, 390, .394,
· áaneales, 168-169, 168 394, 395, 395
aracno"ides, 168 Mov.imient-o ( vé~e-Movilidad)
duramadre, 168 Movimien.to respiratorio de la jaula torácica, 34, 34, 35
apéndices de la, 168 Movimientos acoplados,66, 70
piamadre, 168 1
Tipos, 67-68
Mennell, reglas para las técnicas manipulativas., 103--104 Musculatura espinal erectora, 6), 63-64, 64, 151
Mielografia; 550-551 lumbar, 151
dinámica, 551 ·Musculatura sub.occipital, presión profunda, 84, 84
Mio:frelajantes, 558-559 Músculo/s
·Mo_delo/s aductores, 151
bioenergétko, 51 aducto·res de cadera, 43.4, 492, 492.
del dolor, 49°50 aductor mayor, 434
neuroendocrino, 50 aductor nje_diano, 434
:p.eurológicos, 48-50 aductor menor, 434
del dolor, 49-50 angular de la escápula, 151,473, 509
del sistema nervioso autónomo, 49 auto"estiramiento, 519,519
neuroendocrino, 50 test y estiramiento manual, 513, 513
Índice 589
bíceps femoral, 438 rectos posteriores de la cabeza
crural, 440 en el síndrome craneocervical, 552-553, 554
cuadr,ado crural, 487 romboides, 61, 62
cuadrado lumbar, 151,322,493, 493, 494, 494 fortalecimiento, 528, 528
autoestiramiento, 493, 493, 49¾, 494 semimembranoso, 438
test de alargamiento y estiramiento manual,1 489, 489 semitendinoso, 438
cuádriceps, 440, 440 subescapular, 151
deltoides, 473, 509 supraespinoso, 473, 509
escalenos, 151 tensor de la fascia lata, 151, 442
autoestiramiento, 517, 518 te?,t.de _al~rgamiento y estiramiento manual,_485,_ 485
hipertonía, 569 tibial a~letior, 151,572 ·· · .. - ·
esternocleidomastoideo, 151,515,515 transverso abdominal, 151
autoestiramiento,-520, 520 t,apec.io, 61.,. 62,151,473, 509
test de alargamiento y estiramiento manual, 515,515 fortalecimiento isométrico, 528, 528'
flexores cervicales inferior, 524, 524, 525., 525
fortalecimiento, 522, 522, 523, 523 superior, 514, 514
reeducación, 521, 521 autoestiramiento, 520, 520
función del, 151 te'St de alargamiento y estiramiento manual, 514, 514
gémino inferior, 487 vasto externo, 440, 484
glúteo mayor, 151, 485, 487 vasto interno, 440, 484
fortalecimiento, 498, 498-499, 499 vastos, 1.51
glúteo mediano, 435, 436, 442, 487
fortalecimiento, 500, 500-501, 501 N
glúteo menor, 435, 436, 442, 487 Narcóticos, 557
gran dorsal, 151,511 Nervio vago, distribución, 7, 7
autoestiramient6, 494, 494,521, 521 Neuralgia intercostal, 248, 568-569
test de alargamiento y estiramiento manual, 510,510 Neuronas, 4 70
gran serrato, 526 Niveles anatómicos en la postura e~tática, 23, 23
fortalecimiento, 525, 525, 527, 527 Nutrición, 555 · ·
iliocostal, 64, 64
iliopsoas, 151,439,483,483,486, 486, 491, o
intertransversos, 569 Obesidad, 555
isquiotibiales, 151,438 Ortesis, 560-563
autoestiramiento, 496, 496-497, 497
longitud, 36, 36 p
síndrome de estratificación, 474, 476 Palancas, 106
test de alargamiento y estiramiento manual,490, 490 Palpación
test de desequilibrio, 469, 469 ángulo costal, 64, 64
lesión del, 151 apófisis espinosa, 61-62, 62
oblicuos abdominales, 151 apófisis transversas, 63-64, 63, 65
fortalecimiento, 502, 502-504 de la columna lumbar, 292-293, 293
obturador interno, 487 articulación radiohumeral, 44
pectorales, 151, 512 base del cuello, 60, 60
autoestiramiento, 520, 520 cabeza radial, 17
estiramiento manual, 516,516 cara dorsal del antebrazo, 16
liberación, 92, 92 cara palmar del antebrazo, 15
test de alargamiento, 512,512,516,516 cara ventral del antebrazo, 15
peroneos, 151,572 cintura escapular y apófisis coracoides, 61, 61
piramidal, 151,322,437, 437, 487 columna vertebral, 60-65
autoestiramiento, 495, 495-496, 496 crestas iliacas, 23, 23
test de alargamiento y estiramiento manual, 488, 488 en el examen fisico, 14-15
psoas, 322 en la técnica de liberaci(?n miofascial, 151-152
autoestiramiento, 491, 491 ejercicios de, 154
mayor, 483 de suturas, 164, 166-168
menor, 483 en la técnica funcional, 112
test de alargamiento y estiramiento manual, . 483, 483, 486, espacio interespinoso, 61-62, 63
486 ligamento transverso del carpo, 17
recto abdominal, 151, 321 movilidad de la piel sobre la fascia subcutánea, 60,.61
fortalecimiento, 502, 502-504, 503, 504 musculatura erectora espinal, 63,62-63, 63
recto anterior, 151,440, 440 músculo romboides, 61, 62
autoestiramiento, 491, 491 músculo trapecio, 61, 62
test de alargamiento y estiramiento manual, 484, 484, 486, pinza rodada, 38, 38, 61, 61
486 por planos, 15-17, 60-65

J
590 Principios y práctico de la medicina manipulativa
suturas, 164, 166-168 inclinación derecha, 548, 548
tejidos, 15 inclinación izquierda, 548, 549
contactos suave y profundo, 15 Rebote
trocánter mayor, 23, 23 impulso de, 105
unión miotendinosa, 16 test del, 337, 337
Parafisiológico, espacio, 41, 42, 46 test del, para la movilidad sacroiliaca, 339, 339
Parasimpático, 7 (Véase también Sistema nervioso autónomo) Receptores articulares, 470, 470
funciones, 49 , Recorrido articular anormal, 13
.. ~ ~~rki~~?El- enft:::,rp_!~-1ª~ . d~,.'. ~51._ -4 ,. •• : . . ..a. ·"' . 1 ..... ·> \.., •• ~,.t~du~~-ión~~~~ente, 53 .
: Patología musc1+lar, 470 · : .· __Kefl"éjoS d~ ~h'ápmá.n, 52
·:PatrÓÍ{ ~-éirilpens~tritio é:o~ú~,- 565 _:;·;· · -•~·Íleflejos de"f-hus·o muscúla'r, 100·:
,:.J?,ar¡-~_9,0,des,~¡¡a¡l.~-.Ia aJ?,<juo:i_iír,E,<¡,)>p~)><?-,4;;fi•·•4ff...,,.,,.,:., ,, .,,Jlc~!J¡,¡¡ote,5a¡¡t~,,52 . . . .,
Patrones ·de descarga muscular, desequilibrio muscultr y, 473· ·. · · Región del codo, 407-415
Pérdida del juego articular ( véase Lesión manipulable) articulaciones, 407
Perrito, 545 Rehabilitación postquirúrgica, 564
Pie, 4q8-465 _ Relajantes musculares, 558-559
arco transverso, 45·g Reloj pélvico, 479, 480
arcos, 458 disfunciones ERS y FRS, 535
articulación calcaneocuboidea, 459-461_ Resonancia magnética nuclear, 549-550
técnica funcional, 146, 146 contraindicaciones, 550
Pierna, técnica functonal, 144, 144 inconvenientes, 550
Pinza rodada, 38, 38, 61, 61 indicaciones, 549
Plantillas ortopédicas; 563 Retináculo tendinoso de la muñeca, 427,427,428, 428
Pleuresía, 568 · Rigidez dolorosa, 569
. Posición de Siros, 301,.301-302, 302 RMN ( véase Resonancia m.i,gnética nlJ,clear)
Prednisona, 558 Rotación del trOnco, 30, 30
Presión profunda, columna dorsolumbar, 88, 88 ejercicio de reeducación, 535
Prolot.erapia, 560 .,
y fluoroscopia, 560 s
Prono-supinación, 44 Sacro, 319-320 ( véase también Articulación sacroiliaca)
activa, 44 diafragma pélvico y, 169
mano sensitiva para la, 44 ejercicio de automovilización, 530, 530
pasiva, 44 movimiento, 169-170, 319-320
Pruebas involuntario de nutación-contranutación, 164
de estrés del complejo cervical superior, 193 técnica de liberación miofascial, 158, 158
de laboratorio, 555 técnica funcional, 115, 115, 119, 119, 120, 120
reumáticas, 555 torsión, 342, 343t, 552
P.seudoparesia, deseEJuilibrío musCular y, 473 . Segme_nto móvil vertebral, 71
. Psicológica, evaluación,-555 disfunciol).es segmentarías, 71, 72, 73-74
Pubis, 319, 320, 321 ejemplo, 73-74
técnica funcional, 114, 114 identificación, 71-73
Punción, ,Q59 lumbar, 74
Puntos g:Ítillo, 52, 559 Sha:rpey; fibras de, 164;. 169
Sherrington,-ley de 151
Q Siros, posición, 301, 301-302, 302
Quiropra:Xia, 4-5 Síndrórrie ·
· ci;rvíi::al, 179
R Ceivícobraquial, 179
Radiculopatía discogénica, 552 cervicocefálico, 179
aguda, 552 compartimental, 150
corticoides en la; ·5-ss craneocervical, 571-572
tracción pélvica ~n 1,a, 563 . Disfunción ERS, 571
tratamiento, 558 músculos rectos de la cabeza en el, 552-553, 572
quirúrgico, 564 'Radiología simple, 571
Radiología simple,_5_45-q4S RMN, 571
columna lumbar:; ·:: · -:Sí~úomas,' 571-572
anteroposterio_r; 545, 546; 546-548 cruzado inferior dejanda, 474,478
oblicua derec~!i, 545, 546 cruza.do superiqr .deJanP,a, 474, 508
oblicua izquierda, 545; 547 de compresióri subacromial, 509
proyección lateral, 545,546, 547-548 de Down, 179
estudio postural;-546-548, 547 de Ehlers-Danlos, 75
extensión, 548, 549 de estratificación, 474-475, 476
flexión, 548, 549 de inclinación pélvica, 23, 560-561
í
Índice 591
determinación de la alza, 561, 562 T
escoliosis lumbar, 562 Tabaco,consumo, 153,154,555
de insuficiencia lumbar, 566 TAC (véase Tomografía computarizada)
desequilibrio muscular y, 566 Talonera, 561 ( véase también Alzas)
disfunción de cizallamiento del coxal y, 566 Técnica/s
disfunción de la sínfisis púbica y, 566 articulatorias, 52, 65 (véase también Técnicas de movilización
disfunción no-neutra y, 566 sin impulso)
restricción del sacro y, 566 craneosacra, 163-176
de la cola de caballo, 564 balanceo del temporal y, 175
. .......Q.e..las manos inquietas, 17 .._complicaciones,17.6 .
de Marfan, 75-76 contraindicaciones, 176
de Tietze, 569 descompresión condílea y, 174
del cocktail, 566-.567 en las lesiones cerebrales, 176
del túnel carpiano,553 examen general en la, 170
del túnel tarsiano, 553 fuerzas de activación en la, 173-174
Sínfisis púbica, 320, 320, 321 refuerzo de las, 174-176
altura, determinación de, 331, 331 maniobra de la V extendida y, 175
disfunción, 324, 342, 342t, mecan'ismo respiratorio primario y, 169-170
ejercicio de automovilización, 530, 530 meninges y, 164
síndrome de insuficiencia lumbar y, 566 métodos, 173
técnica de energía muscular, 346, 346-349, 347, 348, 349 movilidad de los huesos del cráneo y, 163-164
técnica de la escopeta, 346, 346 objetivos, 172
técnica de movilizáción con impulso, 372, 372 principios, 172-173
técnica de la escopeta, 372, 372 proceso diagnóstico en la, 170-171
movimiento en la, 322 secuencia de tratamiento en la, 176
Siringomielia, 549 síndrome cervicocraneal y, 176
Sistema sínfisis esfenobasilar y, 175
arterial vertebrobasilar, 179 técnica CV4y, 173-174
linfático; 9, 11 técnica del seno venoso y, 174
motor, componentes del, 470-471 técnicas de levantamiento y, 175-176
musculoesquelético, CV4, 173-174
evaluación del, 18-37, (véase también Examen general) de diagnóstico por imagen, 545, 555
gasto energético a través del, 9-10 discografía, 551
inserciones diafragmáticas al, 9, 10 estudios dinámicos, 548
movilidad inherente, 41 fluoroscopia, 552
movilidad involuntaria, 41 mielografía, 550-551
movilidad voluntaria, 41 radiología simple, 545-548
papel, 6-11 RMN, 549-550
autorregulación, 11 TAC, 550
conceptos básicos, 6-11 de energía muscular, 97-102
control neurológico, 6-8 articulación tibioperonea proximal, 450, 450-451, 451
función circulatoria, 8-9 cadera,
gasto energético, 9-10 abducción, 434, 434
holismo, 6 aducción, 435, 435
Natchez Mobil-Trac, 563 con la rodilla flexionada, 440, 440
nervioso autónomo, 7, 8 en flexión parcial, 438, 438
columna cervical y, 181 extensión, 439, 439
control vasomotor y, 8 rotación externa en flexión, 437, 437
división parasimpática, 7, 49 rotación externa neutra, 442, 442
división simpática, 8 rotación interna con flexión, 437, 437
modelo, 49 rotación interna neutra, 441, 441
nervioso central, desequilibrio muscular, 472 codo, restricción, 100-101, J{Jl, 102
nervioso simpático, 7-8 columna cervical, 194, 194-195, 195
funciones, 49 articulación atlantoaxoidea, 198, 198
1
organización segmentada, 49, 213 articulación occipitoatloidea, 199, 199-202, 200,201, 202
venoso, 9 columna dorsal, 219-228
Soluciones esclerosantes, 560 Dl-5, 219, 219-223, 220, 221, 222, 223
Spencer, técnica de los siete pasos de, 405, 405- 406, 406 D5-12, 224, 224-228, 225, 226, 227, 228 .
Subluxación quiropráctica ( véase Lesión manipulable) comparación técnicas isométrica e isotónica, l00t
Sutherland, fulcro, 168 contracción muscular y, 97-98
Suturas, 164 cuneiformes, 463, 463
fibras de Sharpey, 169 descripción, 97
palpación, 164, 166-168 dirección de la contracción muscular y, 100

1
592 Principios y práctico de lo medicino monipulotivo
disfunción en la columna cervical, 204, 204-205, 205, 206
articulación acromioclavicular, 397,. 397, 399, 399 articulación atlantoaxoidea, 207, 207
articulación esternoclavicular, 395, 395 articulación occipitoatloidea, 208, 208-209, 209
en sedestación, 392, 392 en la columna dorsal, 229-244
en supino, 391, 391 D1-5, 229, 229-233, 230, 231, 232, 233
articulación humerocubital, D3-12, 235, 235-240, 236, 237, 238, 239, 240
restricción a la abducción-aducción, 408, 408-409, 409 D5-10, 234, 234
articulación-sacroiliaca, 353~ 353-362, 354, 355, 356, 357, D5-12, 240, 241, 241-244, 242, 243, 244
358, 359, 360, 361, 362 en la columna lumbar
ritltU.fadóh•·tibio"aStiag.Miil:it;-456., .111156~ ~ ., ··~ t4','.v.,. - • ~;i,,,- -, • ·,. BRS, 309, 309-310, 310, 314, 314-315, 31:,
cabeza.r'.i.di;tl.~413, 413.'t; .;·\,~ · :L. FRS, 311;.3ll-312,.JJ2, 316,316
columna lumbar, 294, 294-295, 295 neutra,307, 307-308, 308, 317; 317
,.: .:.~.:mJ.lS"!29.-#.'~94,!--~95 ,\!9.5.t=36-3':'5,Q3(·, ,,:,,· ':. --~-·,, ·.¡ ~-, · .:n-1.1.c:,.•~ nt>'neutta, 309, 309-31:2, 3.1 O, 3.J 1, 312, ilH, 31+,31-!i;,.i!J~;, . ,·,.,~, ..
316 . . ·
FRS: 29t296, 304, 304-305: 305' '''.
neutra, 298, 298-299, 299 en la disfunción de la articulación astragalocalcánea
·no-neutra, 294, 294-29.7, 295,296,297,303, 303-305, (subastragalina), 458, 458
304, 305_.· ert la. disfunción de la articulación iliosacra, 382, 382-385,
ro!,l.illa, . _.- _ . 383, 384, 385
· restricción de las rotaciones interna-externa, 447, 447- en la disfurición de la.3.rticulación sacroiliaca, 373, 373-381,
449, 418, 449 ' .' .. · 374, 375; 376, 377, 378, 379,380,381
sínfisis púbica, 346, 346-349, 347, 348, 349 en la disfunción de la articulación tibioastr~galina, 456, 45&.
elementos esenciales, 99-100 457, 457
en las disfunciones iliosacras, 350, 350-352, 351, 352, 363, eri la disfunción de la articulación tibioperonea distal, 454,
363-371, 364, 365,366, 367, J68, 369, 370, 371 454-455, 455
errOres del pic~ente, 100 ·en la disfunción de la articulación tibiop_eronea proximal,
intensidad de la contracción y, -100 451, 451-452, 452 .
mano, 418, 418-419, 419 eh la disfunción de la cabeza radial, 414, 414-415, 415
muñeca, 418, 418-419, 419 en la disfunción de la sínfisis del pubis, 3·72, 372
posición articular controlada y, 99 en la jaula costal, 282-289, 283, 284, 285, 286, 287, 288, 289
resistencia, 100 en la· muñeca, 420, 420-421, 421
restricción a la extensión bilateral de la columna lumbar, e.quilibrio y control, 107
300,300 focalización, 105
técnica de movilización con impulso y, 461, 461-462, 462 columna lumbar
de equilibrio y sostén, 111 restricción en el plano sagital, 313,313
de levantamiento, 175 fulcro, 106
de liberación miofascial, 149-162 indicaciones, 104-105
columna lum?osacra, 155, 155-156, 156 objetivos terapéuticos, 107
conceptos, 151-152 palancas, 106
·cambios Íl.eurorreflejos, 152 t~cnica de energía muscular y, 461, 461"4_62, 462
de tratamiento, 153-154 velocidad, 106
tenso-laxo, 151 de moviliz:a,ción muscular, 99
charnela dorsolumbar, 157, 157 . de partes blandas, 51-52, 79-96, 80
diafragma poster_ior, 157,·15? bombeo linfático, 89-92
diafragma ·UrOgenital; ·159, ·159 e:X:tremidad inferior, 91, 91
el músculo en la, 151-152 · extremidad superior, 92, 92
t':Il decúbito_prono, lJ.8, 158-159; 159. to,rácico, 90, 90
en.decúbitO supino; 1'60, 160 . · · unilateral, 90, 90
en_sedestación,-160, 160-161, 161 coloc.ación y uso de las manos, 80-81, 81
fenómeno de liberación en la, 152 columna cervical, 78, 78-80, 79, · 80
fuerzas de activación, 149 estiramiento transversal bilateral, 83, 83
la ~ascia en la, 149-151 estiramiento transversal unilateral, 83, 83
liberación sacra y, 158, 158, presión profunda de la musculatura sµboccipital, ?4, 84
lig_~mento sacrociático rriayor, 159, 159 separación de origen e inserción, 85, 85
palpación en la, 151-152 · · tracción cervical (estíramientO longitudinal del eje lar~
pfincipiós de la evaluación, 152-153 go),84, 84
r~gióÍl de lá mano, 426, -42&.427, ·427 columna dorsal, 85, 85
,:·.rt;gtít>ndé-la.Afllñeca, 426, 426-427~..427 estirar:o.iento trap.svei,.-s;il.1 8~,:85
rolfing y, 149 columna dorsolumbar, 86-8~
. tj._e lps siete pa~os ·de Spencer, 405, 405~ 406, 406 estiramiento transversal
de inOvilizac;::ióh articular, 52-53 en decúbito lateral; 86, ·86
de movilización con impulso, 103-108 en decúbito prono, 87, 87
•mplitud y, 106 y longitudinal, 87, 87
ape~lura articular, 105 presión profunda, 89, 89
contraindicaciones, 107-108 definición, 79
Índice 593.
diafragma pélvico, 94, 94 para la pierna, 144, 144
efecto tónico, ·79 para la rodilla, 145, 145
liberación de los pectorales, 92, 92 técnicas de equilibrio y sostén en la, 111
liberación diafragmática técnicas funcionales dinámicas en la 111
en sedestación, 93, 93 tiposde,111-112 '
en supino, 94, 94 utilización terapéutica de la, 110-112
liberación mesentérica valor pronóstico de la, 111
en decúbito prono, 95, 95 funcionales dinámicas, 111
en decúbito supino, 95, 95 indirecta ( véase Técnica funcional)
mecanismos, 79 manip:i;llatlv.as_{tr.ata,mien.tq_ manipulativo), 52~"53
miscelánea, 92-95 bajo anestesia, 53
diafragma pélvico, 94, 94 co!Ilpl~caciones, 55
liberación de los pectorales, 92, 92 contraindicaciones, 54-55
liberación diafragmática en sedestación, 93, 93 factores que influyen en el tipo de, 53-54
liberación diafragmática en supino, 93, 93 reglas de Mennell, 103-104
liberación mesentérica en prono, 95, 95 V-extendida, 175
liberación mesentérica en supino, 95, 95 Temporal, 163, 166, 170
objetivos, 79 balanceo d~l, 175
posición del operador, 80, 80 complicaciones, 176
principios terapéuticos, 80-82 Tendones flexores, 428, 428
región glútéa, 89, 89 TENS, 564
de reducción aferente, _53 Tensión-distensión, concepto, 45, 45, 110
del menisco interno, 443, 443-444, 444 Tenso-laxo, concepto, 151
del rodete glenoideo, 404, 404 Termoterapia, 563
del seno venoso, 174 Test
funcional, 109-147 de abducción de hombros, 509, 509
concepto tensión-distensión y, 110 de balanceo sacroiliaco, 338, 339
conceptos de barrera }',109 de compresión en extensión, 446, 446
diagnóstico, 110 de De Kleyn, 181
en la compresión pélvica, 121, 121 de depresión escapular, 509, 510
en patologías agudas, 110 de estabilización escapular, 509, 509
en patologías crónicas, 110-111 de flexión
hipótesis neurológica de la, 110 en bipedestación, 25, 25, 26, 326, 326
historia de la, 109 en sedestación, 28, 28, 330, 330
interfaz estructura-función y, 109 de flexión cervical en supino, 508, 508
liberación por posicionamiento en la, 111-112 de la cigüeña (monopodal),.19, 27, 27, 327, 327-328, 328
para disfunción iliosacra de la pinza rodada, 38, 38, 61, 61
de iliaco anterior derecho, 119, 119 del rebote, 337, 337
de iliaco posterior izquierdo, 120, 120 para la movilidad sacroiliaca, 339, 339
para disfunción sacroiliaca de movilidad de apertura de la articulación sacroiliaca, 340, 340
de extensión sacra derecha, 117, 117 para el ojo dominante, 13-14, 14
de flexión sacra izquierda, 116, 116 Textura tisular anormal, 12, 13, 47
de torsión izquierda sobre derecho, 118,118 Tienda.del cerebelo, 168, 168, 169
de torsión izquierda sobre izquierdo, 115, 115 movilidad, 169
para el esternón, 133, 133, 134 Tobillo
para el pie, 142, 142 esguinces recidivantes del, 572-573
para el pubis, 114, 114 región del, 453-458
para el raquis cervical, 135, 135, 137, 137-138, 138 articulación tibioperonea distal; 453-455
_para el tobillo, 146, 146 técnica funcional, 146
¡' para la articulación acromiodavicular, 141, 141 Tomografía computarizada, 550
para la articulación glenohumeral, 141, 141 discografía y, 550,550
1 para la articulación occipitoatloidea, 134, 134, 136, 136 Tracción
para la cabeza del peroné, 145,.145 cervical (estiramiento longitudinal del eje largo), 84, 84
para la cabeza radial, 142, 142 lumbar gravitacional, 563-564
para la cadera, 144, 144 pélvica, en la radiculopatía discogénica, 563
para la cintura·esc-ápular, 13.91 139, 140,. 140: Tratamiento~manipulativo (vé~e, también Té~_niGa~)
para la columna dorsal, 122, 122 modelos, 48-51
para la columna dorsal y las costillas, 125, 125-12.6, 126 bfoeriel"gétí.co, 51
para la column·a'dorsolumbar, 122, 122 biomecánico, 48 ,
para la columna lumbar, 113, 113 neurológico, 48-50 ( véase también Modelos neurológicos)
en sedestación, 113, 113 postura! estructural, 48
para la mano,143, 143 psicoconductista, 51
para la muñeca, 143, 143 respiratorio-circulatorio, 50-51

l
594 Principios y práctica de la medicina manipulativa
objetivos, 5-6, 48-51,}5S V
técnicas articulatori'as, 52 Vagü, distribución, 7, 7
técnicas de movilización articular espe_cífica,, 52-53 Valoración de terapia ocupacional, 555
técnicas de partes blandas, 51-52 Valoración riutricional, 555
técnicas de reducción aferente, 53 Velocidad, en ia técnica de movilización con impulso, 106
Travell y Simons, puntos gatillo, 559 ( v'éase también Puntos gatillo) Velocidad de sedimentación, 555
Tricíclicos, antidepresivos, 558 Venas, 9
Trocánter Vénulas, 9
__ may(?r•delfé~ur, ~1,.23, 23 . _ . .
..• Y.fnebr~s·,.q7 _
meiior; 48J ,.. ·· · ·•·.•·'4'••-~.,i,i_ ,..._.~_,_ .; .• ~' ·:!Pi>•••_ ... ~--
1

-'Itonco - · · --~~ · ·· ::~· .... cervj_C~_l~s, 57, 58,_ .. ~8


dorsales, 58-59, 59
incli.naci.ón,,_24, 24., 3.1~ JJ. apófisis .tspinosas,. 59., .~#, 21 $
.....-~foiad6n·\fó:·'JO .. -,<,·:._·; . '·.
afticlllaciones interapofisarias de 1as, 213
ejercicio de reeducación, 535
atípicas, 213-214
Tronco simpático, 248
lumbares, 59, 59
Túnel carpiano,553
Vertebrobasilar, sistema arterial, 179
'Túnel·tarsiano~ 553
V-extendida, maniobra, 175
Vía refleja, 472
.u
Ultrasonido, 563 Vías•corticalts, 471
Unidad motora vertebral aislada, 71 Vías del tron_co cerebral, 471
disfunciones, 71, 72, 73-74' Vómer. 163, 165
ejemplo, 73-74
identificación, 71-73 w
lumbar, 74 WOrmianos, huesos, 167
Unión atlantoaxoidea, 180 ,.
Unión miotendinosa, 16, 16 z
Unión occipitoatloidea, 179-180 Zigomáticos, huesos 163

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