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ESCUELA NACIONAL DE ANTROPOLOGÍA E HISTORIA

INAH SEP

ESTAMPAS DE LA COLONIA SAN RAFAEL


Diálogos entre la antropología y
la crónica de la Ciudad de México

TESIS
QUE PARA OPTAR POR EL TÍTULO DE
LICENCIADA EN ANTROPOLOGÍA SOCIAL

PRESENTA

MÓNICA DEL ARENAL MARTÍNEZ DEL CAMPO

DIRECTOR: MTRO. LUIS NORBERTO CACHO PÉREZ


ASESORA: DRA. MARÍA ELENA PADRÓN HERRERA
REVISORA: DRA. KARYN GALLAND

MEXICO, D.F. 2014


ÍNDICE

INTRODUCCIÓN…………………………………………………………………………6

AGRADECIMIENTOS……………………………………………………………………8

CAPÍTUO PRIMERO. MARCO TEÓRICO…………………………………….............9

I.1 La Memoria Colectiva………………………………………………………………10

I.1.1 La memoria colectiva de Maurice Halbwachs………………………………….10

I.1.2 La memoria colectiva después de Maurice Halbwachs……………………….21

I.1.3 Los lugares de la memoria de Pierre Nora……………………………………...29

I.2 La Historia Oral……………………………………………………………………...31

I.2.1 La historia oral en el ámbito internacional………………………………..........32

I.2.2 La historia oral en México………………………………………………………...40

I.2.3 El concepto de historia oral………………………………………………............44

I.2.4 La metodología de la historia oral……………………………………………….45

I.3 La metodología antropológica…………………………………………………...49

I.3.1 La etnografía: la observación participante y el trabajo de campo…………...49

I.3.2 Describir, traducir, explicar e interpretar………………………………………..55

I.3.3 La crónica en los estudios de las ciudades……………………………………61

I.3.4 La etnografía y la crónica de la ciudad…………………………………………63

2
I.4 Conceptos operativos…………………………………………………………….64

I.4.1 Espacio…………………………………………………………………………….64

I.4.2 Frontera………………………………………………………………………........64

I.4.3 Identidad…………………………………………………………………………...65

I.4.4 Lugar…………………………………………………………………………..........67

I.4.5 Relato de Vida………………………………………………………………..........70

I.4.6 Ritual………………………………………………………………………………..70

I.4.7 Rutina…………………………………………………………………………….....72

I.4.8 Símbolo……………………………………………………………………………..72

I.4.9 Territorio…………………………………………………………………………….73

I.4.10 Tiempo barrial…………………………………………………………………….73

I.5 El contexto de la investigadora……………………………………………….....74

I.5.1 Intereses personales e intelectuales…………………………………………....74

CAPÍTULO SEGUNDO. LA COLONIA SAN RAFAEL……………………………..76

II.1 Semblanza histórica de la colonia……………………………………………...76

II.2 Recopilación de la historia oral de la colonia………………………………..84

II.3 La arquitectura de la colonia………………………………………………........94

II.4 Descripción actual………………………………………………………………...97

Análisis antropológico………………………………………………………............110

3
CAPÍTULO TERCERO. EL CINE ÓPERA………………………………………….115

III.1 Historia escrita y oral del cine…………………………………………………115

III.2 Recorridos por los alrededores del cine…………………………………….127

Análisis antropológico……………………………………………………………….128

CAPÍTULO CUARTO. LAS PRIVADAS…………………………………………….131

IV.1 Historia escrita de las privadas……………………………………………….131

IV.2 La Privada Blanca……………………………………………………………….134

IV.2.1 Historia oral de la privada……………………………………………………...134

IV.2.2 Interior de los departamentos…………………………………………………140

IV.2.3 Recorridos por la privada………………………………………………...........142

IV.3 La Privada Roja…………………………………………………………………..144

IV.3.1 Historia oral de la privada……………………………………………………...144

IV.3.2 Interior de los departamentos…………………………………………………146

IV.3.3 Recorridos por la privada………………………………………………………147

Análisis antropológico……………………………………………………………….150

CAPÍTULO QUINTO. LA PARROQUIA DE LOS SANTOS COSME Y


DAMIÁN…………………………………………………………………………………152

V.1 Historia escrita y oral de la parroquia………………………………………..152

V.2 Recorridos por la parroquia……………………………………………………159

Análisis antropológico……………………………………………………………….161
4
CAPÍTULO SEXTO. LA RIBERA DE SAN COSME……………………………….163

VI.1 Historia escrita y oral de la calle……………………………………………...164

VI.2 Recorridos por la calle………………………………………………………….178

Análisis antropológico……………………………………………………………….182

CONCLUSIONES………………………………………………………………………184

BIBLIOGRAFÍA………………………………………………………………………...188

5
INTRODUCCIÓN

La presente investigación aborda el estudio de la memoria colectiva y la


historia oral de la colonia San Rafael. La investigadora tiene un particular interés en
el pasado y conservación del pasado material e inmaterial de la Ciudad de México.
Por delimitar el campo de estudio, se determinó que la propuesta para recopilar y
así rescatar la memoria e historia oral de la ciudad, sería la de la primera colonia
extramuros de la Ciudad de México, es decir, la colonia San Rafael. Empero, por
ser una colonia tan antigua y tan rica en cultura, se eligieron únicamente cinco
lugares representativos de esta. Los lugares fueron: la colonia San Rafael, el cine
Ópera, las privadas de la calle Serapio Rendón, la parroquia de los Santos Cosme
y Damián, y la Ribera de San Cosme; a cada uno de ellos se les dedicará un ensayo
compuesto por la historia escrita y oral, y las impresiones y recorridos de la
investigadora.

En el Capítulo Primero, se establecen las pautas del Marco Teórico. Se


estudia el tema memoria colectiva, desde Maurice Halbwachs hasta las
investigaciones actuales sobre el tema. En seguida se analiza el tema de la historia
ora, lo que se ha escrito a nivel internacional y en México, su concepto y
metodología. La metodología antropológica constituye el siguiente apartado, en el
que se realiza una aproximación a la etnografía, la observación participante y el
trabajo de campo. En el mismo apartado se explica la relación entre etnografía y
crónica de la ciudad. En adelante se establecen ciertos conceptos antropológicos
que servirán para realizar un análisis más completo a lo largo de la investigación.
Finalmente, se expondrán las razones personales e intelectuales de la investigadora
para elaborar este estudio.

El Capítulo Segundo denominado La colonia San Rafael, se constituye por la


historia escrita y oral proporcionada por las fuentes bibliográficas y los informantes;
por el retrato de su arquitectura, por la descripción actual de la colonia, para concluir
con un análisis antropológico.

6
El Capítulo Tercero nombrado El cine Ópera, manifiesta su historia escrita y
oral, los recorridos por los alrededores del cine y se finaliza con un análisis
antropológico sobre el cine.

El Capítulo Cuarto denominado Las privadas, estudia la historia escrita y oral


de las privadas de la calle Serapio Rendón, el interior de sus departamentos,
recorridos por estos espacios arquitectónicos, para terminar con un análisis
antropológico.

El Capítulo Quinto titulado La parroquia de los Santos Cosme y Damián,


aborda su historia escrita y oral, recorridos por la parroquia y termina con un análisis
antropológico sobre ésta.

El Capítulo Sexto denominado La Ribera de San Cosme, se adentra en la


historia escrita y oral de la calle, manifiesta recorridos por esta para finalizar con un
análisis antropológico.

El último apartado se dedica a las conclusiones producto de la presente


investigación.

7
AGRADECIMIENTOS

En primer término quiero agradecer a la Escuela Nacional de Antropología e


Historia por haberme permitido encausar mis intereses sobre los estudios de los
individuos y las colectividades.

Quiero agradecer a mí director de tesis, el Mtro. Luis Norberto Cacho Pérez;


a mí asesora de tesis, la Dra. María Elena Padrón; y a mí revisora de tesis, la Dra.
Karyn Galland.

Un agradecimiento especial a los entrevistados, pues sin ellos no hubiera


sido posible este conjunto de ensayos: a la señora Gabriela García Ruiz, a la señora
Luz María Ortiz, a don Beto, a doña Carmen Poumian, a mi tío Jorge del Arenal, a
mi padre Jaime del Arenal, a los dueños del café Córdoba, a mi tía abuela María
Luisa Rangel, a los señores Rafael y Teresa Mateos, a Enrique García, a Brett W.
Schultz, a las hermanas del Instituto Anglo Español y a la señora Magda; a la
cocinera del restaurante la Tonina, a las meseras del restaurante Boca del Río, a
los encargados de la oficina de la parroquia de los Santos Cosme y Damián, al señor
Eduardo García, al señor Méndez y la Dra. Fernández.

Finalmente, gracias a mi hermano Andrés del Arenal, que revisó mis textos
con esmerada dedicación; a mi hermana Mariana del Arenal que en varias
ocasiones me acompañó en mis recorridos por la colonia San Rafael, y a mi madre
Silvia Martínez del Campo por el apoyo incondicional en mi investigación.

CAPÍTULO PRIMERO. MARCO TEÓRICO

8
Una investigación sobre la vida cotidiana es
– como dice Luisa Passerini – la
recuperación de una documentación
reprimida, desaparecida, devaluada. Pero el
análisis de la vida cotidiana permite
encontrar un orden distinto de lo que ha sido
y se ha considerado importante: las raíces
de los comportamientos individuales y
colectivos que por lo general en la historia y
en particular en la historia de exilio español,
nunca se han explicado.1

Concepción Ruiz-Funes

Este primer capítulo busca dejar asentadas las bases teóricas para el estudio de
la colonia San Rafael desde una perspectiva antropológica e histórica. Los
conceptos fundamentales de la investigación son: memoria colectiva e historia
oral. La colonia San Rafael al ser una comunidad delimitada o colectividad, guarda
un pasado (historia) no escrito, que no se encuentra ni en libros ni en registros
públicos, pero que si está en los recuerdos de sus miembros y que el investigador
al buscar rescatar ese pasado, recurre a su oralidad para registrarlo e interpretarlo.
Como ya se mencionó anteriormente, la presente tesis busca rescatar el pasado no
escrito de la colonia San Rafael, en una periodicidad aproximada de cincuenta años,
es por ello que dichos conceptos resultan esenciales, retomando a aquellos teóricos
sociales que han dedicado esfuerzos para desarrollarlos y comprenderlos mejor
según los intereses particulares, y los cambios históricos y sociales generales.
Aunque la historia oral tiene sus técnicas particulares, de las que se hablará más
adelante, es importante mencionar que en el presente Capítulo le dedicará un

1
RUIZ-FUNES, Concepción, Señas de identidad de las mujeres españolas exiliadas en México en
ACEVES Lozano, Jorge, Historia Oral. Ensayos y Aportes de Investigación, Tercera Edición,
CIESAS, México, 2012, p. 200.

9
apartado a la metodología antropológica, es decir a la etnografía, exponiendo
técnicas como la observación participante o el trabajo de campo. En el mismo
apartado también se estudiará la relación entre la etnografía y la crónica como
medio para describir y estudiar los espacios de una Ciudad, esto con el afán de
encontrar una relación armónica entre las técnicas antropológicas y las experiencias
de vida, investigaciones históricas y el conocimiento de la prosa que requieren la
labor del cronista. Se retomarán ciertos conceptos que no se estudiarán muy
afondo, pero que se utilizarán con fines operativos para solidificar la investigación.
Finalmente, la autora expondrá el lugar desde donde habla, tanto sus intereses
personales, como sus inquietudes intelectuales, esto para poner en contexto al
lector: ya sea investigador social o cualquier aficionado por el tema, siempre es
bueno comprender algunas razones del autor para saber porque construyó su
discurso como lo hizo.

I.1 La Memoria Colectiva

El concepto de memoria colectiva fue asentado por uno de los discípulos de


Emile Durkheim, Maurice Halbwachs; es por ello que a continuación se estudiarán
las contribuciones teóricas del sociólogo francés sobre la memoria colectiva. En
seguida se retomarán algunas investigaciones de teóricos contemporáneos que han
emprendido el estudio de la memoria colectiva, muchos de ellos retomando
continuamente las aportaciones de Halbwachs. Finalmente, se le dicarán unas
líneas al concepto de lugares de la memoria de Pierre Nora, que también ha sido
fundamental para entender la memoria colectiva.

I.1.1 La memoria colectiva de Maurice Halbwachs

Para comprender la teoría sobre la memoria colectiva del francés Maurice


Halbwachs (1877-1945), vale la pena citar a los autores Jean-Christophe Marcel y

10
Lawrent Mucchielli, cuando explican la relación que entiende el sociólogo francés
entre el individuo y sociedad:

Los hombres actúan con conciencia y, en primer lugar, en función de la


significación que dan a sus comportamientos y a los de los demás. Ahora
bien, el contenido de esas significaciones, ese sentido, es provisto por las
convenciones sociales, las costumbres y los valores de la colectividad de
la que el individuo es miembro. La memoria, la inteligencia y la identidad
individuales son construidas, moldeadas, condicionadas por el
aprendizaje realizado en un grupo en el seno del cual la comunicación
está asegurada principalmente por el lenguaje. 2

Se retoma esta cita para contextualizar el pensamiento de Maurice


Halbwachs, su idea social sobre las conciencias individuales, para entender que hay
que comprender al grupo para así adentrarse a descubrir su memoria. Dicho lo
anterior, se estudiará su teoría sobre la memoria colectiva. De acuerdo con Gérard
Namer, Maurice Halbwachs creó en 1925 el término memoria colectiva; Narmer
refiere que:

…el recuerdo que ha guardado de la memoria de un grupo, es decir, la


descripción de lo que ha vivido – probablemente como los otros discípulos
de Durkheim – como constituyente de lo esencial de un grupo: su forma
de compartir la comprensión y evaluación del mundo social. El grupo no
se define por la observación exterior de sus reuniones sino por su visión
del mundo, por su pensamiento que es, como dice Halbwachs en Les
cadres, una razón y una memoria a la vez; una memoria de los hechos,
de las personas; una memoria de valor que se impone a aquel que
participa en ella.3

2
MARCEL, Jean-Christophe y Lawrent Mucchielli, En el fundamento del lazo social: la memoria
colectiva según Maurice Halbwachs en Halbwachs, Maurice, La memoria colectiva, Buenos Aires,
Miño y Dávila, 2011, pp. 38-39.
3
NAMER, Gérard, Antifascismo y “la memoria de los músicos” de Halbwachs (1938) en CUESTA
Bustillo, Josefina, Memoria e historia, Madrid, Marcial Pons, 1998, p. 40.

11
Además, el mismo autor refiere la relación entre memoria colectiva y memoria
individual de acuerdo con Halbwachs:

…en primer lugar, la opción de Halbwachs de llamar memoria colectiva


tanto a la memoria de un grupo real con el que yo entablo el diálogo, el
cara a cara de la memoria – grupo en medio del cual he constituido mis
recuerdos, grupo gracias al cual puedo apoyarme para retroalimentarme
-, como este grupo vago que yo imagino cuando, para acordarme, para
localiza, me pongo en el punto de vista de su visión del mundo, de sus
intereses, de su forma de sentir. La otra idea es la afirmación de la
interacción y del diálogo entre la memoria individual y la memoria
colectiva, es una idea atrevida y la tesis se apoya en una reciprocidad
total: “se puede decir al mismo tiempo que el individuo se acuerda al
situarse en el punto de vista del grupo y que la memoria del grupo […] se
manifiesta en las memorias individuales.”4

Establecido lo anterior, se procederá a estudiar, primeramente, a filósofos y


sociólogos de la época que abordaron el tema de la memoria colectiva y que
tuvieron influencia sobre el pensamiento de Halbwachs. Tal es el caso del filósofo
francés Henri Bergson, quien realizó, entre otros, estudios sobre la memoria; éste
refiere, citado por Jean-Christophe Marcel y Lawrent Mucchielli, al proceso para
localizar el recuerdo en el pasado como el: “… el trabajo de localización consiste en
un esfuerzo creciente de expansión por el cual la memoria, siempre presente en sí
misma, despliega sus recuerdos sobre una superficie cada vez más extensa y
termina por distinguir así, en un cúmulo hasta allí confuso, el recuerdo que no
hallaba su sitio.”5 La memoria que siempre está presente realiza un esfuerzo para
localizar en toda su extensión los recuerdos que no lograba encontrar. En relación
con esto, Halbwachs se sirve del concepto de “puntos de referencia” de Théodule-
Armand Ribot, que formula a partir de considerar lo imposible que sería localizar un

4
Ibídem, p. 44.
5
BERGSON, Henri, Materia y memoria, Paris, Alcan, 1896 citado por Jean-Christophe Marcel y
Lawrent Mucchielli, En el fundamento del lazo social: la memoria colectiva según Maurice Halbwachs
en Halbwachs, Maurice, La memoria colectiva, Buenos Aires, Miño y Dávila, 2011, p. 30.

12
recuerdo lejano si tuviéramos que seguir todos los términos que nos separan de él.6
Entonces, el concepto de “punto de referencia” se entiende como un evento o
estado de conciencia que tenemos perfectamente localizado y que gracias al cual
permite medir otras distancias. Estos eventos o estados de conciencia se
caracterizan por imponerse a nosotros, por ser muy intensos siendo así más difícil
olvidarlos; además, crean muchas relaciones y tienen mayores posibilidades de
revivir. Por lo general los “puntos de referencia” son individuales, pero también
pueden ser comunes a una familia, una sociedad o una nación. 7 Halbwachs
aumenta lo anterior indicando que al ser parte de un grupo nos representamos a
nosotros mismos; que los “puntos de referencia”, que son los acontecimientos más
grandes de nuestras vidas, sitúan nuestra situación y la de los otros. 8 En el mismo
sentido, Jean-Christophe Marcel y Lawrent Mucchielli, refieren que localizamos un
recuerdo a partir de un “punto de referencia” gracias a que somos seres sociales.
Pero además, esas referencias se leen o dejan ver, por lo que está sucediendo en
la conciencia presente. Por lo tanto, cuando se utilizan los “puntos de referencia” no
solo conducen al pasado, sino que reaparecen los recuerdos que tienen relación
con nuestro presente. Esos recuerdos aparecen justamente por las preocupaciones,
necesidades, ideas y percepciones del presente. Afirman los autores que nuestros
recuerdos vienen necesariamente a partir de nuestra realidad presente. 9

Ya en los Marcos sociales de la memoria, Halbwachs asienta que únicamente


recordamos porque el entorno social nos conduce a ello, dicho en sus palabras: “…
sólo recordamos porque nuestro entorno nos incita y nos ayuda a hacerlo; sin la
memoria colectiva, seríamos incapaces de recordar.”10 No recordamos por una
incitación individual, sino porque nos encontramos dentro de un grupo social. Para

6
RIBOT, Théodule-Armand, Las enfermedades de la memoria, Paris, Alcan, 1881, citado por Jean-
Christophe Marcel y Lawrent Mucchielli, En el fundamento del lazo social: la memoria colectiva según
Maurice Halbwachs en Halbwachs, Maurice, La memoria colectiva, Buenos Aires, Miño y Dávila,
2011, p. 30.
7
Ibídem, pp. 30-31.
8
HALBWACHS, Maurice, Los marcos sociales de la memoria, Paris, Albin Michel, 1994, citado por
Jean-Christophe Marcel y Lawrent Mucchielli, En el fundamento del lazo social: la memoria colectiva
según Maurice Halbwachs en Halbwachs, Maurice, La memoria colectiva, Buenos Aires, Miño y
Dávila, 2011, p. 31.
9
MARCEL, J. Op. Cit., p. 31.
10
Idem.

13
comprobar esto, el sociólogo francés coloca al individuo a un ámbito en el que se
encuentre aislado, “encerrado en su mundo interior”, y ese ámbito son los sueños.
Maurice Halbwachs experimentó consigo mismo, buscando encontrar sus
recuerdos en sus propios sueños y, registró también las experiencias de la memoria
en sueños de sus colegas. El discípulo de Durkheim, señala que en sus
experiencias de sueño, como en las de sus colegas, encontró pensamientos,
sentimientos o acontecimientos, pero nunca recuerdos “integrales y precisos”. 11 El
autor concluye, con base en Sigmund Freud, que en los sueños se reproducen
fragmentos o reminiscencias del pasado, más no recuerdos del pasado, ya que
estos deben ser precisos. En el mismo sentido, con base en el psicólogo Alfred
Biret, sostiene que la memoria constituye imágenes de la infancia que son el
material de nuestros sueños y que no tienen precisión ni en el tiempo ni en el
espacio. Además, los sueños se deforman por la realidad, situación, contexto que
vivimos en el presente, nunca se representarán imágenes “puras del pasado”. Por
lo tanto, los sueños son una combinación del pasado y el presente de un individuo.12

Con todo lo anterior, Halbwachs concluye que la memoria es un esfuerzo de


pensamiento social, más no se conserva en la memoria individual, pues está sólo
contiene “fragmentos”, “estampas”, imágenes”, nunca un recuerdo completo. Si
llegara a suceder que un individuo no comunica un evento, sentimiento o
pensamiento a otro, y lo recuerda, es porque está inmerso en un contexto, siendo
el contexto lo que provoca el recuerdo. 13 Afirma que no hay una vía directa para
llegar a un dolor o alegría extinguida; que si localizamos los recuerdos es en: “… la
medida en que han estado ligados a imágenes de significación social, y que nos
representamos ordinariamente por el hecho de ser miembros de la sociedad […]
que conservamos cierto control sobre nuestras antiguas disposiciones internas, y
podemos reconstruirlas al menos en parte.14 Dicho esto, los “marcos sociales de la
memoria” serán los instrumentos que utilizará el individuo consciente para

11
Ibídem, pp. 31-32.
12
Ibídem, p. 32.
13
Ibídem, pp. 32-33.
14
HALBWACHS, Maurice, Los marcos sociales de la memoria, Op. Cit., p. 33.

14
reinterpretar una imagen o fragmento del pasado en relación con su presente, con
su realidad vigente social y personal.15 Si esa imagen del pasado o recuerdo no
aparece en la memoria es porque el contexto en que se hallaba es imposible de
localizar, dicho en palabras de Halbwachs: “… si ciertos recuerdos no aparecen no
es porque sean demasiando antiguos y se hayan desvanecido lentamente; es
porque, en otros tiempos, estaban enmarcados en un sistema de nociones que hoy
ya no pueden hallar.” 16

Lo dicho anteriormente, es en relación con el objetivo de estudio de


Halbwachs sobre la construcción social de la memoria individual. Namer ofrece un
concepto de memoria colectiva con base en Halbwach, que divide en sentido
estricto y sentido amplio: “…en sentido estricto, la memoria de un grupo o de una
sociedad y, en sentido amplio, la memoria de la sociedad nacional que implica todas
las sociedades particulares.”17 Dicho esto, se estudiará la memoria en los grupos
intermedios (familia, clases sociales y grupos) y por la memoria en sociedades
globales y civilizaciones, que interesó al discípulo de Durkheim. En adelante se
analizará primero a los grupos intermedios y en seguida a las sociedades globales,
dividiéndolo en sentido estricto y amplio:

Memoria en los grupos intermedios

La memoria colectiva familiar

Sobre la familia refiere Halbwachs, que: “De cualquier manera que se entre en
una familia […], uno se encuentra formando parte de un grupo en el que no son
nuestros sentimientos personales, sino reglas y costumbres que no dependen de
nosotros, y que existían antes que nosotros, los que definen nuestro lugar.”18 Una
vez más, Halbwachs despoja al individuo de sus características y particularidades
personales para determinarlo por un colectivo social, en este caso, la familia.
Además, sostiene que independiente de los sentimientos que cada uno de los

15
MARCEL, J. Op. Cit., pp. 33-34.
16
HALBWACHS, Maurice, Los marcos sociales de la memoria, Op. Cit., pp. 37-38.
17
NAMER, G. Op. Cit., p. 43.
18
HALBWACHS, Maurice, Los marcos sociales de la memoria, Op. Cit., pp. 39-40.

15
miembros sienta entre sí, sino corresponden a lo socialmente establecido, no se
confesarán porque mantener los socialmente aprobados permitirá que el grupo
familiar se conserve con base en principios de autoridad y cohesión. 19

La memoria colectiva de las clases sociales

Marcel y Mucchielli señalan que Halbwachs, cuando estudia la psicología de


las clases sociales, no solamente describe las tradiciones profesionales, sino que
se cuestiona sobre las representaciones que construyen una agrupación de
hombres, las cualidades y posición que se atribuyen y que les son atribuidas. 20 En
cuanto a la memoria de las clases sociales, Halbwachs refiere en Esbozo de una
psicología de las clases trabajadoras, que no se nace ni campesino, ni granjero, ni
propietario, ni burgués, ni empresario, ni magistrado, empero:

…esas categorías sociales existen. La mayoría de las veces están bien


demarcadas […] En todo caso, cada una de ellas determina la conducta
de los miembros que abarca, les impone motivos de acción bien definidos;
les imprime su marca, una marca propia y bien distinta para cada grupo,
con tal fuerza que los hombres que forman parte de clases sociales
separadas, aunque vivan en un mismo medio y en una misma época, nos
dan a veces la impresión de pertenecer a especies diferentes. Así los
motivos de los hombres y sus tendencias nos parecen ser, en la mayor
parte de los casos, enteramente relativos a las condiciones que ocupan
en la sociedad.21

Marcel y Mucchielli señalan con base en la teoría del discípulo de Durkheim


que, un grupo se constituye por un interés, orden de ideas y preocupaciones
comunes, que se reflejan en sus personalidades pero que son generales y que
tienen alcance para todos. 22Halbwachs pone el ejemplo de la memoria colectiva del

19
Ibídem, p. 40.
20
MARCEL, J. Op. Cit., p. 42.
21
HALBWACHS, Maurice, Esbozo de una psicología de las clases sociales, Paris, Riviére, 1955,
citado por Jean-Christophe Marcel y Lawrent Mucchielli, En el fundamento del lazo social: la memoria
colectiva según Maurice Halbwachs en Halbwachs, Maurice, La memoria colectiva, Buenos Aires,
Miño y Dávila, 2011, pp. 42-43.
22
MARCEL, J. Op. Cit., p. 43.

16
grupo de los obreros: "Apiñados en las minas, reunidos en equipos alrededor de las
máquinas, los obreros se presentan como grupos sometidos a una disciplina.
Ejecutan, dirigen. Todas las decisiones relativas al desarrollo técnico de la
producción, más aun a la fijación de los precios y a la marcha económica de la
empresa, son tomadas por otros.”23 Sobre lo mismo refiere Halbwachs: “[las
generaciones que continúan conservan el recuerdo] de los alimentos que uno no
come porque son considerados como inferiores, y otros que uno busca no
solamente porque aportan una satisfacción al organismo, sino también porque dan
honor.”24

En el origen de la memoria colectiva de los grupos

Marcel y Mucchielli señalan sobre la memoria de los grupos que:

… Halbwachs está persuadido de que para que un grupo pueda hacerse


una idea de lo que necesita para perpetuarse, debe comenzar por
formarse la más clara representación de sí mismo que le sea posible. De
donde resulta la relación privilegiada que guarda con las formas
materiales en las que se encarna: su relativa fijeza le provee, además de
una prueba tangible de su existencia, un principio original de estabilidad.25

Con lo anterior, los integrantes del grupo pueden sentir con mayor fuerza su
pertenencia y representarse en el grupo. Cuando se ha constituido la representación
grupal, esta pertenece independientemente de que los hombres cambien o mueran,
y continúa condicionando espíritus. Aunque las generaciones cambien, los lugares
como calles o edificios permanecen. 26 Así como el pensamiento percibe su cuerpo,
la clase social visita ciertos espacios, así: “… el barrio de una ciudad organiza el
modo de agrupamiento de sus habitantes, su extensión, su concentración o su

23
HALBWACHS, Maurice, Esbozo de una psicología de las clases sociales, Op. Cit., p. 43.
24
Ibídem, p. 44.
25
MARCEL, J. Op. Cit., pp. 46-47.
26
Ídem.

17
dispersión, sus desplazamientos en el espacio, lo que tiene a su vez consecuencias
sobre sus gustos, sus necesidades, sus costumbres.”27

A cerca de la importancia de las imágenes espaciales para las


representaciones de la sociedad, refieren los autores:

De hecho, por una especie de ida y vuelta, la sociedad nace gracias a las
imágenes espaciales estables que la representan, y que son el producto
de las preocupaciones de los hombres, pero como contrapartida los
espíritus de los miembros del grupo adoptan esas imágenes que se
imponen a ellos. De modo que puede considerarse que las formas
materiales no solamente reflejan sino que también modelan las
preocupaciones de cada uno, desde el momento en que actúan y piensa
como miembro del grupo.28

En otras palabras, serán las imágenes espaciales las que originen los
estados psicológicos colectivos que a su vez motivarán a los individuos; porque las
imágenes están en las representaciones más originales del grupo y esas
representaciones asociadas a los recuerdos contenidos en la memoria de la
colectividad. 29

En La morfología social Halbwachs explica la relación entre las formas


materias y la forma en que actúan sobre ellas los grupos:

Comprendamos bien […] que las formas materiales de la sociedad actual


actúan sobre ella, no en virtud de una coerción física, como un cuerpo
actuaría sobre otro cuerpo, sino por la consciencia que de ellas tenemos,
en tanto miembros de un grupo que perciben su volumen, su estructura
física, sus movimientos en el espacio. He aquí un tipo de pensamiento o

27
Ídem.
28
Ibídem, p. 47.
29
Ídem.

18
de percepción colectiva, que podríamos llamar un dato inmediato de la
conciencia social, que decide sobre todos los demás.”30

Memoria en sociedades globales y civilizaciones

De acuerdo con Marcel y Mucchielli, Halbwachs aplica el mismo razonamiento


para las sociedades globales que para los grupos intermedios. Los autores refieren
que el dominio que tiene la sociedad sobre el espacio no puede ser modificado por
acciones particulares porque las leyes de la sociedad no cambian; entonces,
cualquier grupo social se ve arrastrado por una corriente general que determina las
formas de la población. 31 En palabras de Halbwachs: “…existe, junto con los
diversos estudios morfológicos que tratan acerca de los órganos correspondientes
a las grandes funciones del cuerpo social, una morfología de la población en
general, considerada en sí misma” (ibid, p. 52)”.32 En las sociedades urbanas la
memoria colectiva está ligada a las representaciones espaciales, que manifiestan
como trata de conservarse y piensa la sociedad. 33 Para los recuerdos de un grupo
se requieren marcos de referencia precisos, ya espaciales, ya temporales. Las
imágenes de la memoria colectiva son las que expresan mejor, a los ojos de los
vivos, el grupo al que pertenecen.34

Según Marcel y Mucchielli, Halbwachs entiende la memoria colectiva como una


reconstrucción o reinterpretación del pasado, que el francés estudia a partir de la
memoria de los cristianos y sus transformaciones:

… desde el momento en que sus miembros cambian, mueren o


desaparecen, en que los marcos espaciales se transforman, en que las
preocupaciones del momento reemplazan a las pasadas, la memoria
colectiva está sometida a una continua reinterpretación que se adecua a
las nuevas condiciones: la memoria colectiva “es esencialmente una

30
HALBWACHS, Maurice, La morfología social, Paris, A. Colin, citado por Jean-Christophe Marcel y
Lawrent Mucchielli, En el fundamento del lazo social: la memoria colectiva según Maurice Halbwachs
en Halbwachs, Maurice, La memoria colectiva, Buenos Aires, Miño y Dávila, 2011, p. 47.
31
MARCEL, J. Op. Cit., pp. 49-50.
32
HALBWACHS, Maurice, La morfología social, Op. Cit., pp. 49-50.
33
MARCEL, J. Op. Cit., p. 53.
34
Ibídem, pp. 54-55.

19
reconstrucción del pasado” que “adapta la imagen de los hechos antiguos
a las creencias y necesidades espirituales del momento”. De allí que “el
conocimiento de los hechos tal como fueron en el origen es secundario, si
no completamente inútil, dado que la realidad del pasado ya no está allí,
como un modelo inmutable al que habría que conformase” (ibid., p. 9)35

La memoria colectiva no permanecerá estática, pasará por diversos procesos


según las etapas del grupo social: recuerdos serán desechados con un nuevo
periodo de vida, o se llenarán de nuevos ante una nueva realidad para enfrentarse
a la realidad del momento.36

Finalmente, vale la pena citar las dos leyes de evolución de la memoria colectiva
que establece Halbwachs:

 Una ley de parcelación. A veces, varios hechos son localizados en el mismo lugar.
Una localización puede desdoblarse, fraccionarse, dispersarse, de modo que el
recuerdo se vea reforzado. Al mismo tiempo, es el modo de rejuvenecer una imagen
antigua (por ejemplo, en Belén, dos lugares distintos corresponden al nacimiento y
al pesebre). En este caso, es como si la fuerza de la devoción tuviese necesidad de
varios recipientes para verterse sin desparramarse.
 Una ley (inversa) de concentración. Se localiza en el mismo sitio, o en lugares muy
próximos, hechos que no necesariamente tienen relaciones entre ellos. En
Jerusalén, las localizaciones del Cenáculo, de la tumba de David, de la casa de
Caifás, y de otros recuerdos, se agrupan en la colina de Sion. Aquí, la concentración
de las localizaciones permite que, en ciertos lugares, los fieles tengan grandes
recuerdos. Organizar reuniones religiosas en esos lugares tenía por resultado
“seguro y deliberadamente perseguido, asociar en la memoria esas localización
bastante próximas para que, sin trasladar la asamblea de fieles, fuese posible

35
HALBWACHS, Maurice, Topografía legendaria de los evangelios en tierra santa. Estudio de la
memoria colectiva, Paris, Alcan, 1941 citado por Jean-Christophe Marcel y Lawrent Mucchielli, En el
fundamento del lazo social: la memoria colectiva según Maurice Halbwachs en Halbwachs, Maurice,
La memoria colectiva, Buenos Aires, Miño y Dávila, 2011, p. 55.
36
MARCEL, J. Op. Cit., p. 55.

20
evocarlos simultáneamente, abarcarlos en un mismo acto de adoración.”37 (ibid., p.
189).38

Halbwachs señala que la nueva memoria transforma los recuerdos, “los


desfigura, cambiando su ubicación en el tiempo y en el espacio. Los renueva
también por aproximaciones inhabituales, por oposiciones inesperadas, por las
combinaciones y alianzas en las que los hace participar.”39

I.1.2 La memoria colectiva después de Maurice Halbwachs

Diferentes teóricos han abordado el tema de la memoria colectiva después


de Maurice Halbwachs. Entre ellos encontramos a Lucette Valensi, Jocelyne
Dakhlia, Karel Bartosek, Jeffrey K. Olick, Diane F. Brillon y Jesús J. Alonso Carballés
y Josefina Cuesta Bustillo. En seguida se estudiará lo que han aportado para el
tema de la memoria colectiva.

Lucette Valensi, siguiendo los pasos de Halbwachs, señala la importancia de


la transmisión de recuerdos para la conformación de la memoria colectiva de un
acontecimiento. Valensi se pregunta: “… ¿cuáles son los medios de producción y
transformación de los recuerdos, los mecanismos y soportes que permiten que un
saber sea compartido y transmitido?”40 La autora refiere que algunos de los
mecanismos para que el evento no sea olvidado son: que reciba un nombre
(reconocible y memorizable), que cuente con protagonistas, que se construyan
relatos; y que se empleen canales de transmisión como cartas, relatos u obras
literarias. Si el evento llegara a ser olvidado es porque ha dejado de ser parte de un

37
HALBWACHS, Maurice, Topografía legendaria de los evangelios en tierra santa. Estudio de la
memoria colectiva, Op. Cit., p. 56.
38
MARCEL, J. Op. Cit., p. 56.
39
HALBWACHS, Maurice, La memoria colectiva, Paris, PUF, 1950 citado por Jean-Christophe
Marcel y Lawrent Mucchielli, En el fundamento del lazo social: la memoria colectiva según Maurice
Halbwachs en Halbwachs, Maurice, La memoria colectiva, Buenos Aires, Miño y Dávila, 2011, pp.
56-57.
40
VALENSI, Lucette, Autores de la memoria, guardianes del recuerdo, medio nemotécnicos. Cómo
perdura el recuerdo de los grandes acontecimientos en CUESTA Bustillo, Josefina, Memoria e
historia, Madrid, Marcial Pons, 1998, p. 58.

21
pasado compartido, y entonces, pasa al ámbito de la historia, al contexto restringido
de los historiadores y lectores.41

La autora señala varias formas para transmitir la memoria: memoria metálica


(acuñar mensajes en monedas), memoria monumental (edificación de monumentos
en relación con el acontecimiento), memoria oficial (historiografía y poesía de la
corte). Así mismo, es importante para la trasmisión de un acontecimiento la vía oral,
los relatos contados inmediatamente por quienes vivieron el evento.42

En conclusión, Lucette Valensi indica que el recuerdo de un acontecimiento


pasado no tiene el mismo punto interpretativo para todos aquellos que lo
recuerdan.43

Jocelyne Dakhlia refiere que la historiografía francesa de la memoria se ha


construido con un tono político bajo la influencia de Maurice Halbwachs:

El objeto de esta historiografía, en efecto, se ha definido rápidamente


como la producción de “contra-historia”, según la expresión corriente
entonces. La historia oral se convertía en el punto de vista de los que no
accedían a la historia dominante; la memoria de los obreros de Creusot,
por ejemplo, no tenía sentido más que en relación a una historia de los
patronos o de los sindicatos. La intención no era solamente sacar a la luz
“memorias plurales”, sino dar la palabra a los “excluidos de la historia”, a
los dominados, en reacción ante una versión dominante y oficial de la
historia. Esta pareja dominado-dominante se expresa de hecho
frecuentemente en el punto de vista de un grupo social o políticamente
vencido por la historia nacional, en el campo de la preservación de su
propia historia: la memoria de los obreros agrícolas de Vexin francés
(Bozan et Thiesse), de los Descamisados (Joutard), precisamente por su
distancia de la tradición histórica de los manuales escolares.44

41
Ibídem, p. 59.
42
VALENSI, L. Op. Cit., p. 61.
43
Ibídem, p. 63.
44
DAKHLIA, Jocelyne, De África a Francia, ida y vuelta: ¿una especificidad francesa de la memoria?
en CUESTA Bustillo, Josefina, Memoria e historia, Madrid, Marcial Pons, 1998, p. 73.

22
Se lee en lo anterior la relación entre memoria colectiva, historia oral e
“historia de los sin historia” en los estudios franceses. La recopilación de la memoria
colectiva se convierte en una estrategia para rescatar el pasado de los dominados
o de aquellos que no han tenido protagonismo en la historia oficial. Es curioso lo
que señala Dakhlia acerca del sentido que se le da a la memoria colectiva en Francia
y en África. Para los primeros es darle palabra a los que no la tienen; mientras que
para los segundos, la historia oral se vincula con el poder, ejemplifica con los cantos
de griots, las epopeyas y las genealogías. 45.

Karel Bartosek señala que un evento pasado traumático, desgraciado o


criminal no puede ser olvidado, borrado, que dicho paréntesis de la memoria no
existe. Esto por la cantidad de gente y lugares que se vieron afectados por el evento.
Esa necesidad por crear ese paréntesis en la memoria puede ser por: “… la
ausencia (o la debilidad) de una “autocrítica histórica” en los individuos, grupos y
pueblos, el deseo de evitar toda reflexión sobre la “culpabilidad colectiva”, la
presencia del “sentimiento del pueblo mártir” y la necesidad de declararle inocente,
acompañada del “complejo de inocencia” que proyecta la responsabilidad sobre el
otro.”46 Bartosek también comenta la importancia de la memoria colectiva como
componente de la identidad.

Jeffrey K. Olick se basa en Matt Matsuda para exponer que no existe una
memoria, sino muchas, evitando así las consideraciones de nuestro enfoque como
el universal o el natural.47 Además refiere que el concepto memoria ha tenido un
significado diferente según la época: antigua, medieval o contemporánea. Sobre el
estudio de la memoria desde el siglo XIX, Olick recuerda la diferencia que hace Ian
Hacking entre ars memoriae y las “ciencias de la memoria”, siendo que la primera
se interesa del cómo, mientras que la segunda estudia el qué. Así mismo, Hacking
confiesa por primera vez que hay hechos que la memoria debe conocer. Por otra

45
Ibídem, p. 74.
46 BARTOSEK, Karel, Los regímenes poscomunistas y la memoria del tiempo presente en CUESTA
Bustillo, Josefina, Memoria e historia, Madrid, Marcial Pons, 1998, p.108.
47
OLICK, Jeffrey K. Memoria colectiva y diferenciación cronológica: historicidad y ámbito público en
CUESTA Bustillo, Josefina, Memoria e historia, Madrid, Marcial Pons, 1998, p.122.

23
parte, Freud entiende a la memoria como el manantial del alma; mientas que la
escuela durkhemiana ve a la memoria colectiva como un hecho social que le da
identidad a personas y grupos. A partir de finales del siglo XIX tanto la psicología
(memoria individual) como la sociología (memoria colectiva) han estudiado a la
memoria como una entidad sujeta a experimentación y teorización. Esta forma de
materializar la memoria en el siglo XIX ha continuado influyendo a posteriores
investigadores. 48

Ya en el siglo XIX, autores como André Leroi-Gourhan y Jacques Le Goff,


han distinguido cinco periodos históricos de la memoria según sus capacidades
tecnológicas, las cuales son: “…trasmisión oral, la transmisión escrita mediante
tablas o índices, o simples tarjeas clasificatorias, la mecanografía (imprenta) y la
transmisión electrónica en serie.”49

Olick habla de la memoria en los ámbitos locales y de breves ciclos: “En los
casos en los que variedad de experiencias en los ámbitos locales y a lo largo de
breves ciclos vitales era más limitada y uniforme, los fundamentos de la cohesión
no eran hipotéticos sino que estaban asumidos…”50; de la memoria de las personas
con experiencias idénticas y que pasa de generación en generación: “…mientras
que cuando las experiencias son en gran parte idénticas entre las personas en un
momento y lugar concretos y a lo largo de varias generaciones, la identidad se
manifiesta en los ritmos de la vida cotidiana y en los rituales cíclicos de comunión51;
y de la memoria en personas de diferente origen rural que dejan atrás su identidad
y que se organizan en zonas urbanas: “… se forman clases sociales, gremios y
grupos de interés, las bases para el acuerdo, los vínculos que se establecen en la
memoria comunal, son mucho menos obvios y requieren la realización de enormes
esfuerzos renovados y el establecimiento de otros marcos conceptuales. 52 Se
observa cómo según se va diluyendo la identidad social, el tiempo generacional y el

48 Ídem.
49
Ibídem, p.124.
50
Ibídem, pp.138-139.
51
Ídem.
52
Ídem.

24
espacio, así se van modificando los fundamentos de la cohesión social: en el primer
contexto de asumen, en el segundo se constituyen en rituales cíclicos y en el tercero
se requieren grandes esfuerzos para renovarlos.

El autor afirma que la memoria es colectiva en función de la interacción entre


los diversos intereses y las concepciones del mundo; que se conforma cuando se
integran varias memorias. Únicamente existe la memoria colectiva (en ese sentido)
relacionada con la problemática de la identidad colectiva en las sociedades
complejas; más no en las sociedades tradicionales en donde, según el autor, la
memoria colectiva nunca se ha modificado y es igual para todos. 53

Diane F. Brillon afirma que el pasado conservado en la memoria está en


función la percepción que tiene de sí la sociedad. Las imágenes que conserva del
pasado colectivo se reflejan en la vida cotidiana social reforzando así el sentido de
conciencia histórica compartida. La autora realiza una analogía con la vida personal,
al referir que lo que recordamos como individuos es lo que nos define en el presente.
Ejemplos de características presentes, individuales y sociales, en función de
54
recuerdos del pasado son: heroísmo, supervivencia, compasión o progreso.
También refiere que la memoria se ha entendido como un acto en construcción a
partir de la identidad.55

De acuerdo con Jesús J. Alonso Carballés, el pueblo judío ha sido el que más
ha estudiado, reflexionado y escrito sobre su memoria, sobre todo desde el
genocidio de los nazis. Añade que: “…todos estos estudios coinciden en señalar
cómo la memoria colectiva de los judíos tiende a reafirmar su historia como pueblo
y a recuperar un pasado no contado, o a veces contado pero no escuchado.”56

Según Josefina Cuesta, los historiadores se empezaron a interesar por


distinguir memoria e historia desde finales de los años setenta: “… entre el saber

53
Ídem.
54
BRILLON, Diane F., Historia pública y memoria pública en CUESTA Bustillo, Josefina, Memoria e
historia, Madrid, Marcial Pons, 1998, pp.156-157.
55
Ibídem, p.158.
56
CARBALLÉS, Jesús J. Alonso, La construcción de una memoria colectiva del éxodo infantil vasco
en CUESTA Bustillo, Josefina, Memoria e historia, Madrid, Marcial Pons, 1998, p.165.

25
científico de los hechos pasados, la historia entendida como un saber acumulativo
con sus improntas de exhaustividad, de rigor, de control de los testimonios, de una
parte; y por otra parte, la memoria de estos hechos pasados cultivada por los
contemporáneos y sus descendientes.”57 De acuerdo con el historiador Hobsbawn,
los historiadores al querer estudiar un periodo que todavía conserva testigos,
complementan dos conceptos de la historia: el erudito/de archivo y el existencial/de
memoria personal. 58

La autora señala que conceptos como recuerdo, silencio, olvido, mitificación,


nostalgia y cambio, están ampliamente relacionados con la memoria. El
silencio/olvido o recuerdo, como opuestos, pueden ser generados por vivencias
traumáticas colectivas. Sobre el pasado y la nostalgia señala: “Junto con el olvido,
la selección o el silencio, la nostalgia es un exponente del juego de los tiempos en
el recuerdo y expresión del privilegio que este concede al pasado. El pasado se
ofrece como refugio, no sólo ante la edad (J. Coenen-Huther) sino ante la situación
social (Le Vita) o ante un presente percibido como desgraciado (A. Wieviorka).”59 La
mitificación se puede materializar con los términos empleados o con la valoración
de las experiencias de un pueblo60, en palabras de la autora:

La memoria es capaz también de producir, al margen o a partir de la


realidad que remodela, la emergencia de un mito – un personaje ideal -,
de un héroe (J. Campbell), o de un contra-mito, que reúne los elementos
de lo rechazable o de la exclusión. La historia contemporánea está
plagada de estos – el extranjero, el emigrante o el diferente- o algunos
notables trabajos dan fe de esta construcción.61

57
CUESTA Bustillo, Josefina, Memoria e historia. Un estado de la cuestión en CUESTA Bustillo,
Josefina, Memoria e historia, Madrid, Marcial Pons, 1998, p.204.
58
Ibídem, p. 205.
59
Ibídem, p. 208.
60
Ibídem, p. 207.
61
Ibídem, p. 208.

26
La autora profundiza más en la teoría de la memoria colectiva utilizando
conceptos como “geografía del recuerdo”, refiriendo la necesidad y el deber de la
memoria, y el papel de los gobiernos en la memoria.

El concepto de geografía del recuerdo lo entiende como: “…la rememoración


no se limita sólo a los personajes, a una biografía o prosopografía del recuerdo, se
extiende a los paisajes y da lugar a una verdadera geografía del recuerdo.”62 Cuesta
quiere hacer ver que los recuerdos no se limitan a personas o historias de vida, sino
que trascienden espacial y físicamente, con paisajes y lugares relacionados con el
recuerdo.

Por otra parte, la autora habla de la necesidad y del deber de la memoria,


que han aparecido a la par, debido a las experiencias de aquellos que vivieron en
los campos de concentración en la Segunda Guerra Mundial. 63

Resulta muy interesante el papel de los gobiernos en la memoria de un


pueblo, el poder público se convierte, a través de ciertas estrategias, en quien
institucionaliza el recuerdo o el olvido:

Los gobiernos y los poderes públicos no dejan de ser imponentes


máquinas de memoria o de olvido institucionalizado, decretando el
recuerdo, el olvido, la amnistía (P. Aguilar, N. Loraux), la amnesia, la
condena o el perdón (Esprit, 1993), desde los nombres de las calles, el
calendario, los homenajes o las honras fúnebres a personajes, o los
preámbulos de las leyes, hasta la legislación sobre las víctimas o los
juicios a verdugos de genocidios o de crímenes contra el Estado y contra
la humanidad y hasta las leyes de “punto final”, exponente máximo del
olvido institucionalizado (E. Sábato).64

Estrategias como el nombre de las calles, los homenajes, las leyes, los
festejos por aniversarios se convierten en mecanismos del poder para conducir a la

62
CUESTA Bustillo, Josefina, La memoria del horror, después de la II guerra mundial en CUESTA
Bustillo, Josefina, Memoria e historia, Madrid, Marcial Pons, 1998, p. 85
63
Ibídem, p. 86
64
CUESTA Bustillo, Josefina, Memoria e historia. Un estado de la cuestión, Op. Cit., p. 209.

27
preservación de la memoria de un pueblo. Sin embargo, el poder público no es el
único que tiene las posibilidades para fortalecer la memoria, también lo hacen las
organizaciones no gubernamentales, recurriendo a mecanismos como las
conmemoraciones, las instituciones del recuerdo o los museos.65

Por otra parte, Cuesta señala que la historiografía ha dedicado esfuerzos al


estudio de la memoria de la clase, el pueblo y la nación. Refiere los estudios que se
han realizado sobre la memoria familiar, memoria popular, memoria obrera, la
memoria burguesa, memoria comunista, memoria judía, memoria árabe, memoria
de la población de color, memoria local, memoria nacional, memoria de género,
memoria infantil.66 Por ejemplo, la memoria popular la entiende como: “…la memoria
propuesta a amplias capas de la sociedad y aceptada por ellas”67, aunque la autora
refiere que es complicado hablar de una memoria popular. Mientras que la memoria
obrera se caracteriza porque: “…junto al gozne del presente, el trabajo y los
trabajadores están en el centro de la historia y son pilares esenciales de ésta, su
propia conciencia y la organización sindical “debe estar en el corazón de la
memoria.”68

Para finalizar con las aportaciones teóricas de Josefina Cuesta se referirá lo


que la autora se cuestiona sobre la conservación del pasado en la memoria:

¿Por qué esta voluntad de conservar el pasado en la memoria, de arraigar


el presente (conciencia, acción, estrategia política) y de anclarlo en una
tradición? No cabe duda que su significación y modalidad difiere en
función del sujeto y de su situación. La historia oficial se inserta
habitualmente en una continuidad, la recuerda, celebra fiestas y
conmemoraciones, pero también silencia, oculta y usurpa, arrebata y
desposee: los “salvajes”, los colonizados, las minorías étnicas y
nacionales se han visto privadas de su historia. Sin embargo también
luchan por recuperarla y por reapropiársela y recurren a su memoria

65
Ídem.
66
Ibídem, p. 210–215.
67
Ibídem, p. 211.
68
Ídem.

28
colectiva, a su herencia, a su cultura. Si la violencia está en la historia,
tampoco puede hacernos olvidar la violencia de la historia. Pero en la
memoria colectiva como en la memoria individual, la relación con el
pasado – bien sea de conservación o de ocultación – es siempre una
relación vital.69

Entonces, la historia oficial se interesa por la conservación y reiteración de la


memoria como parte de su herencia y para mantener su continuidad. Los pueblos
“sin historia” también han hecho esfuerzos para rescatar su pasado y preservar su
herencia.

Finalmente se referirá lo que menciona la investigadora María Ana Portal,


entendiendo al espacio y el espacio son materia prima de la memoria:

Espacios y tiempos – pasados y presentes – se tejen en un complejo


entramado que articula lo individual con lo colectivo, la experiencia con la
vivencia, la historia con la imaginación. Este entramado es lo que
considero como la memoria, sustancia sin la cual no hay identidad.

A través del espacio significativo y a los diversos planos temporales, se


evocan los recuerdos, anclados a la vez a la experiencia individual y a la
colectiva construyéndose la memoria.70

I.1.3 Los lugares de la memoria de Pierre Nora

El historiador francés Pierre Nora (1931- ) ha sido uno de los grandes teóricos
de la memoria colectiva. Entre 1984 y 1992 dirigió la obra Les Lieux de Mémoire, en
tres tomos, sobre la historia de la memoria nacional francesa. Para los estudiosos
de la memoria colectiva, el concepto de Les Lieux de Mémoire, que podría ser
traducido como lugares de la memoria, ha sido fundamental.

69
Ibídem, p. 215.
70
PORTAL, María Ana, Espacio, tiempo y memoria. Identidad barrial en la ciudad de México: el caso
del barrio de La Fama, Tlalpan en Patricia Ramírez Kuri y Miguel A. Aguilar Díaz (Coord.), Pensar y
habilitar la Ciudad, México, ANTHROPOS-UAM, 2006, p. 80

29
Para Pierre Nora la memoria es una bodega asombrosa y gigante del material
valioso de lo que sería imposible de recordar, un repertorio ilimitado que deberíamos
renombrar. Aunque la memoria tradicional desaparezca, nos sentimos obligados a
recolectar recuerdos, testimonios, documentos, imágenes, discursos, cualquier
signo visible de lo que ha sido. 71

Por otra parte, el autor analiza la relación entre memoria e historia, refiriendo
que son opuestas. Mientras que la memoria es vida, se encuentra en constante
evolución, está abierta a la dialéctica de recordar y olvidar, es vulnerable a la
manipulación y apropiación, inconsciente de sus sucesivas deformaciones; la
historia es reconstrucción, siempre problemática e incompleta de lo que ya no es.
La memoria es un fenómeno actual, la historia es la representación del pasado.72
En esta línea, el paso de la memoria a la historia ha requerido que cada grupo social
redefina su identidad mediante la revitalización de su propia historia. Esos que han
sido marginalizados de la historia tradicional no son los únicos encantados por
recuperar su pasado aburrido. Siguiendo el ejemplo de grupos étnicos y minorías
sociales, cada grupo establecido, intelectual o no, conocedor o no, ha sentido la
necesidad de ir a buscar sus orígenes e identidad.73 Además, la memoria se ve
constantemente amenazada por el olvido, la violencia, el exilio o colonización que
sólo permite la construcción de una historia oficial, y que no tiene la capacidad para
adentrarse en los “no lugares” de la memoria.74

Ya sobre el concepto de lugares de la memoria, refiere Cuesta que Nora lo


definió en 1982 como: “…la memoria que se ha encarnado selectivamente, y que
por la voluntad de los hombres o el trabajo del tiempo han permanecido como los
símbolos más luminosos de aquéllas: fiestas, emblemas, monumentos y
conmemoraciones, pero también elogios, diccionarios y museos.”75 Los lugares de
la memoria es la memoria arraigada por la voluntad humana o por el paso del tiempo

71
NORA, Pierre, Between Memory and History: les lieux de mémoire, Representations, No. 26,
Special Issue: Memory and Counter- Memory. (Spring, 1989), p. 13.
72
Ibídem, p. 8.
73 Ibídem, p. 15.
74
CUESTA Bustillo, Josefina, Memoria e historia. Un estado de la cuestión, Op. Cit., p. 221.
75
Ibídem, pp. 216-217.

30
y que se ha mantenido en símbolos como fiestas, monumentos o museos. Aunque
Nora aclara que los lugares de la memoria no se reducen a monumentos,
acontecimientos u objetos materiales, a lo que tienden los poderes públicos. Para
el historiador francés los lugares de la memoria es una noción abstracta, que busca
desentrañar los alcances del recuerdo de los objetos, tanto materiales como
inmateriales. Esta noción tampoco está encaminada a crear un inventario ni a una
catalogación, sino a explorar un:

…sistema simbólico y de la construcción de un modelo de


representaciones. Se trata, de comprender la administración general del
pasado en el presente, mediante la disección de sus polos de fijación más
significativos. Se trata pues, e insisto en ello, de una historia crítica de la
memoria a través de sus principales puntos de cristalización o, dicho de
otro modo, de la construcción de un modelo de relación entre la historia y
la memoria.76

Dicho esto, Nora reitera que construir objetos en lugares de la memoria es


un trabajo de interpretación, es ir más allá de su realidad histórica para descubrir su
verdad simbólica.77 En relación con esto, Lequin señala que el interés de los lugares
de la memoria, es el efecto o la huella que dejan, la construcción que crean en el
tiempo o la forma en que se transmiten; no tanto los hechos ni los acontecimientos
en sí, tampoco los determinantes ni el desarrollo de su pasado.78

Aunque los lugares de la memoria van más allá de los objetos materiales y
acontecimientos, Cuesta señala con base en Nora, que en los últimos años el
monopolio para la conservación y transmisión de la memoria por parte de las
instituciones familia, iglesia y Estado se ha descentralizado y democratizado 79; esto
a partir de estrategias como la conservación de bienes culturales, la creación de
museos, el rescate de lenguas, artes y formas de vida populares. Según Nora,

76
NORA, Pierre, La aventura de Les lieux de mémoire en CUESTA Bustillo, Josefina, Memoria e
historia, Madrid, Marcial Pons, 1998, pp. 32-33.
77 Ibídem, p. 19.
78
CUESTA Bustillo, Josefina, Memoria e historia. Un estado de la cuestión, Op. Cit., p. 221.
79
NORA, Pierre, Between Memory and History: les lieux de mémoire, Op. Cit., p. 14.

31
Europa del Este ha sido un gran exponente de esta fiebre, poniéndolo a sus países
como pueblos que han vivido experiencias históricas traumáticas. 80.

I.2 La Historia Oral

En el siguiente apartado se analizará lo que se ha dicho sobre la historia oral,


tanto a nivel internacional como en México. Varios autores serán referidos para
entender el concepto, las técnicas, fuentes, materiales, objetivos y finalidades de la
historia oral. Al concluir este estudio se verá la clara relación que existe entre la
memoria colectiva y la historia oral.

I.2.1 La historia oral en el ámbito internacional

La nueva historia, de acuerdo con el historiador británico Peter Burke (1937),


quien editó Formas de hacer Historia en 1991, se ha interesado por cualquier
actividad humana. En los últimos treinta años se ha escrito sobre asuntos que
anteriormente eran considerados carentes de historia, como: “…la niñez, la muerte,
la locura, el clima, los gustos, la suciedad y la limpieza…”81 Esta nueva historia se
interesa por la historia desde abajo, “…por la gente corriente y su experiencia de
cambio social.”82 Además, sus únicas fuentes no son las escritas, sino también las
visuales, orales o la prueba estadística.83

Para la presente investigación resulta importante citar lo que Burke señala


como una de las características de la nueva historia: la subjetividad del historiador:

Por más decididamente que luchemos por evitar los prejuicios asociados
al color, el credo, la clase social o el sexo, no podemos evitar mirar al
pasado desde una perspectiva particular. El relativismo cultural se aplica,

80
CUESTA Bustillo, Josefina, Memoria e historia. Un estado de la cuestión, Op. Cit., p. 222.
81
BURKE, Peter, Obertura: la Nueva Historia, su pasado y su futuro en BURKE, Peter (ed.), Formas
de hacer Historia, Alianza Editorial, Madrid, 1991, p. 14.
82
Ibídem, p. 16.
83
ibídem, pp. 16-17.

32
como es obvio, tanto a la historiografía misma como a lo que se
denominan sus objetivos. Nuestras mentes no reflejan la realidad de
manera directa. Percibimos el mundo sólo a través de una red de
convenciones, esquemas y estereotipos, red que varía de una cultura a
otra.84

A la nueva historia no se le escapa la realidad subjetiva de la que parte una


investigación, la perspectiva particular de quien aborda un cierto campo del
conocimiento. Además, el relativismo cultural ha impactado fuertemente a los
historiadores que estudian las experiencias, comportamientos y problemáticas
ordinarias, así como las reglas de la vida cotidiana, entendiendo que cada sociedad
se rige por reglas y valores particulares. 85

Jim Sharpe refiere que la nueva historia se ha interesado, desde 1966, por la
historia de los de abajo, de la “gente corriente”, de los que no tienen historia,86 o
como dice Edward Thompson, por la “…calcetera pobre, al campesino ludita, al
tejedor “anticuado” que trabaja con un telar manual, al artesano “utópico…” 87. El
estudio de la gente corriente se debe, según Sharpe, en gran medida a los
historiadores marxistas, que de acuerdo con Hobsbawm citado por Sharpe,
comenzó a ser estudiado por los socialistas con el crecimiento de los movimientos
de trabajadores.88 Sharpe vincula el estudio de la gente común con la historia oral,
refiriendo que los historiadores se han servido de ella para estudiar a la gente sin
historia, mencionando que no por ello no se puede estudiar a millonarios o duques
desde su oralidad. Uno de los problemas a los que se enfrenta el historiador oral es
la temporalidad del registro de datos, pensando en fuentes de personas que han
muerto y con ellas sus experiencias, o de personas que no transmitieron sus
recuerdos a sus sucesores. Empero, el autor menciona fuentes alternativas para

84
ibídem, p. 18.
85
ibídem, p. 25
86
SHARPE, Jim, Historia desde abajo en BURKE, Peter (ed.), Formas de hacer Historia, Alianza
Editorial, Madrid, 1991, pp. 38-40.
87
THOMPSON, E.P, The Marketing of the English Working Class citado por SHARPE, Jim en
BURKE, Peter (ed.), Formas de hacer Historia, Alianza Editorial, Madrid, 1991, p. 40.
88
HOBSBAWM, E.J., History from Below-Some Reflexions citado por SHARPE, Jim Historia desde
abajo en BURKE, Peter (ed.), Formas de hacer Historia, Alianza Editorial, Madrid, 1991, p. 43.

33
recuperar los testimonios de las clases inferiores, como las actas inquisitoriales. 89
En relación a esto, la “historia desde abajo” aporta la posibilidad de recuperar la
historia de grupos sociales que la hubieran podido perder. 90

La “historia desde abajo” contribuye a la historia para hacerla más rica,


combinando la vida cotidiana de un pueblo con la historia tradicional,91 además,
tiene importancia en relación con su contexto, estructura y poder social. 92

Para Sharpe, la historia y la identidad están estrechamente vinculadas,


siendo el primer elemento para generar una identidad o sentido de pertenencia de
una comunidad.93 También señala que: “…la historia desde abajo nos ayuda a
quienes no hemos nacido con una cuchara de plata en la boca a convencernos de
que tenemos un pasado, de que venimos de alguna parte.”94

Gwyn Prins habla del prejuicio que suelen tener los historiadores sobre la
historia oral, prejuicio que a quien escribe le resulta desconocido por su formación
como antropóloga. Para Prins, el recuerdo es la materia prima de los historiadores
dedicados al rescate oral del pasado:

Se trata de una evidencia oral específica basada en las experiencias


propias del informante, y no suele pasar de generación en generación
excepto en formas muy abreviadas, como, por ejemplo, en el caso de las
anécdotas privadas de una familia… Los recuerdos personales directos
forman la inmensa mayoría de la evidencia utilizada por Paul Thompson
y el movimiento de historia oral.95

89
SHARPE, J. Op. Cit., pp. 46-47.
90
Ibídem, pp. 55-56.
91
Ibídem, p. 51.
92
Ídem.
93
Ibídem, p. 56.
94
Ibídem, p. 58.
95
PRINS, Gwyn, Historia oral en BURKE, Peter (ed.), Formas de hacer Historia, Alianza Editorial,
Madrid, 1991, p. 153.

34
Con base en lo anterior, el autor refiere la diferencia que ven teóricos como
Durkheim, entre la tradición oral y los recuerdos, entendiendo la creación y
trasmisión de la historia oral en función de la reproducción de la estructura social.96

Prins clasifica cuatro tipos de tradición oral. La primera puede ser definida
como “materiales aprendidos de memoria y que se hallan congelados”,
ejemplificando con poemas de alabanza: “Palabras, forma y entonación se hallan
estrictamente definidos. Con frecuencia, los poemas de alabanza describen la
relación entre gobernantes y gobernados: sirven de enlace en una relación que no
podría llevarse a cabo en el lenguaje coloquial. Por lo tanto, su estructura refleja su
propósito.”97

El segundo tipo de tradición oral lo denomina como “fórmula”, mencionando


que es el mejor método cuando se quiere entender una cultura popular. Refiere que
los refranes son ideales para entender tanto el pasado como el presente de una
cultura oral o mixta.98

Estos dos tipos de tradición oral no representan mayor problema de


comprobación para los historiadores. En cuanto a los otros dos tipos de tradición
oral, denominados por Prins como, “épica” y “narrativa”, son más riesgosos para los
historiadores por no llevar un proceso de memorización. El autor entiende por épica:
“… la homérica: poesía heroica compuesta oralmente, de acuerdo a ciertas reglas.
Desde luego, los poemas fueron escritos posteriormente, y no podemos saber hasta
qué punto se vieron alterados, ni si eso ocurrió en el momento de su escritura o
después, pero la estructura es lo bastante fuerte para sobrevivir a este proceso…”99
Este tipo de tradición no suele ser muy precisa, además de encontrarse limitada por
las capacidades de la memoria y por el carácter no permanente de la palabra
hablada. 100

96
Ídem.
97
Ibídem, p. 154.
98
Ibídem, pp. 156-157.
99
Ídem.
100
Ídem.

35
Prins retoma a Vansina en Oral Tradition as History quien discute con Godoy
al afirmar que las culturas de tradición oral olvidan lo que no es conveniente o no
tiene significado funcional, sufriendo de amnesia estructural. Además, por los límites
de la memoria estas culturas tienden a ser selectivas en sus recuerdos, no pudiendo
así proporcionar información histórica consistente. 101 Al respecto, Prins señala con
base en los estudios de Vansina que esta amnesia estructural es en muy pocos
casos total, y que ejemplo de ello es el estudio que el propio Vansina realizó en el
África Ecuatorial Central desenredando y decodificando “… los diversos hilos de la
madeja de la tradición, presentes en el último eslabón de la cadena transmisora.
Hay que comparar diversas variantes y contrastar las fuentes orales con toras de
diversa procedencia.”102

De importancia particular para la presente investigación es el tipo de


tradición oral narrativa, que se interesa por el individuo aislado y sus experiencias.
El autor expone que los recuerdos personales son la fuente principal de aquellos
investigadores que se dedican a estudiar sociedades con el dominio de la palabra
escrita, teniendo un alcance de estudio hasta de ochenta años (edad aproximada
de quienes habitan estas sociedades); aunque también el recuerdo es fuente
importante para el estudio de las sociedades ágrafas. Prins se pregunta si:
“¿Consisten los recuerdos personales en mera cháchara de viejos sobre los buenos
tiempos pasados? Sí y no.” 103

Muchas de las críticas de los historiadores obsesionados por la


documentación escrita dicen que los recuerdos personales son muy
dados, en el caso de las personas famosas, a autojustificaciones muy
útiles a posteriori y, entre la gente poco importante, a lapsus de memoria.
En ambos casos, se acusa a la memoria de poca fiabilidad, de ser un
archivo que no admite comparación con los montones de documentos
escritos, inmutables al paso de los años. El primer argumento es muy
convincente, como podemos ver en las estanterías llenas de

101
Ibídem, p. 158.
102
Ídem.
103
Ibídem, p. 166.

36
autobiografías políticas; el segundo no lo es tanto, porque las fuentes
documentales escritas no se nos han legado de manera tan inocente
cómo podríamos pensar.104

Prins indica como, por la gran cantidad de papeles, se ha tenido la


necesidad de destruir para hacer una selección de conservación. Esta destrucción
ha sido muchas veces con toda intención o por error; en cualquier caso, muchas de
las fuentes escritas que perduran revelan situaciones parciales de la historia. 105
Continua:

Vemos así como el argumento sobre la fiabilidad se puede convertir en un


arma arrojadiza. Se podría alegar que, de hecho, el testimonio oral, ya
sea recogido en magnetofón (sin lagunas nixonianas) o mediante un
trabajo de campo entre tribus de almirantes y secretarios de Estado, se
halla más cercano al manantial. Evidentemente es susceptible de
presentar problemas graves como los que afectan las fuentes
documentales modernas, pero éstos son diferentes. Ambos tienen en
común que pueden verse afectados por la invención de la tradición (como
lo demostró la retirada del informe sobre las Malvinas del Public Record
Office), pero posiblemente los problemas que conlleva la mala utilización
de la información oral son más fáciles de localizar y resolver.106

Pero la historia oral conlleva más problemas: “El primero es la influencia


inconsciente de lo escrito en las culturas de tipo mixto, donde se puede producir la
reinserción hermenéutica de una opinión escrita en el testimonio oral de una
persona analfabeta. Este fenómeno suele ocurrir con mayor frecuencia en contextos
con una gran carga emotiva, como en un encuentro colonial.”107 El otro es cuando
lo escrito se erosiona eliminando las formas orales de recuerdo, un ejemplo son las
transformaciones en las canciones que están a punto de perecer, pero que alcanzan
a ser modificadas por nuevos autores; difícil será distinguir entre las nuevas y
tradicionales canciones. Ante estas problemáticas, Prins señala que con una técnica

104
Ídem.
105
Ibídem, p. 167.
106
Ibídem, pp. 168-169.
107
Ibídem, p. 169.

37
crítica se pueden resolver ,108 añadiendo que: “El recuerdo general de la vida de un
informante, estructurado por lo que él mismo considera de importancia, constituye
quizás el tipo de documentación más puro que podemos encontrar.” 109 Dicho esto,
el autor analiza la relación entre memoria individual y reproducción de ésta a través
de la narrativa:

…Los estudios sobre sus diferentes tipos [de la memoria] tienden a


coincidir en que la memoria a largo plazo, especialmente en individuos
que han entrado en la fase llamada por los sicólogos de “revisión de vida”,
puede ser increíblemente precisa. Las personas adquieren un “depósito
de información” que rellenan con las relaciones personales. Se halla
suscrito por el contexto social, forma obviamente la identidad personal y
posee una notable estabilidad. Según observa David Lowenthal, esto es
especialmente cierto en los recuerdos intensos e involuntarios de la niñez,
cuando vemos y recordamos lo que tenemos delante de nuestros ojos, y
no, como en el caso de los adultos, lo que esperamos ver. La revisión de
vida es el producto terminal de toda la vida de recuerdos. Una narrativa
estable de revisión de vida en el depósito de información es el comienzo
de la tradición oral a largo plazo…110

Este tipo de recuerdo ha sido utilizado por los historiadores como Paul
Thompson para darle voz a los sin voz, a la gente común, siendo éste el propósito
social de la historia oral.111 Los recuerdos personales aportan una frescura y riqueza
únicas, permitiendo las historias en pequeña escala, de barrio o locales. Además,
pone en manos de los historiadores los medios para realizar lo que Clifford Geertz
ha llamado “descripción sustanciosa”: relatos con la profundidad y los matices
necesarios para permitir un análisis antropológico serio.112

El autor habla sobre las reivindicaciones exageradas y el uso de una


metodología seria: “Igual que en el caso de la tradición oral, las reivindicaciones

108
Ídem.
109
Ídem.
110
Ibídem, p. 170.
111
Ídem.
112
Ibídem, pp. 170-171.

38
exageradas se derrumban. La fuerza de la historia oral es la de cualquier historia
que tenga una seriedad metodológica. Esa fuerza procede de la diversidad de las
fuentes consultadas y de la inteligencia con que se han utilizado.”113 Siendo también
importante la interpretación de las fuentes orales en relación con las escritas. Sobre
la importancia del recuerdo personal en la historia oral, continúa Prins, permite al
investigador convertirse en un historiador completo, que sea capaz de utilizar las
fuentes ante diferentes problemáticas:

Ningún historiador de la política moderna, sumergido en la documentación


oficial, puede esperar la fiabilidad si no emplea las fuentes orales (e
incluso podríamos añadir fuentes fotográficas y cinematográficas), al igual
que le podría ocurrir a un historiador social interesado en el mundo gitano.
Como ha señalado Vansina, la información oral sirve para comprobar la
fiabilidad de otras fuentes, de la misma forma que éstas son su garantía.
También nos puede proporcionar detalles minuciosos que de otro modo
serían inaccesibles, pudiendo así servir de estímulo e inducir al historiador
a analizar otras informaciones bajo una nueva luz.114

El historiador señala que con la historia oral, cualquier persona se puede


convertir en historiador, pone como ejemplo la experiencia de un ferrocarrilero o la
de un inglés que padeció las transformaciones laborales de su tiempo, quienes
primero recurrieron a sus recuerdos, pero que con el tiempo se sirvieron de las
técnicas del historiador para mejorar y profundizar en sus análisis. 115

Para concluir con este apartado, se citará a Prins cuando refiere de una
forma muy particular la importancia de la historia oral para el historiador:

La historia oral, con su riqueza de detalles, su humanidad, su emoción


frecuente, y siempre con su escepticismo sobre el quehacer histórico, se
encuentra mejor preparada para estos componentes vitales de la tarea del
historiador: la tradición y el recuerdo, el pasado y el presente. Sin acceso
a estos recursos, los historiadores en las modernas sociedades

113
Ibídem, p. 172.
114
Ídem.
115
Ibídem, p. 174.

39
industriales de alfabetización masiva, es decir, la mayoría de los
historiadores profesionales, languidecerán encerrados en su propia
cultura, como amantes abandonados, de pie bajo la parpadeante luz de
un farol, en una oscura calle barrida por el viento.116

I.2.2 La historia oral en México

De acuerdo con Jorge Aceves Lozano, la historia oral se lleva trabajando en


México desde hace tres décadas. El interés por ella surgió cuando los historiadores
detectaron “nuevos sujetos sociales” para estudiarlos en diferentes escalas y
niveles, locales y regionales, con el afán de obtener nuevas fuentes de información.
El antecedente de la historia oral es la “historia popular” y la “historia local”.117 De
acuerdo con Chanfrault-Duchet (1991), citada por Ramos y Romero, dos
características de la historia oral son:

1. Su naturaleza “literaria” y específicamente narrativa del objeto producido en un


diálogo y,
2. La naturaleza social de self dramatizado en la narrativa. De ahí señala que si uno
no quiere perder la riqueza del material recolectado, deben construirse modelos
interpretativos específicos capaces de tomar en cuenta la dimensión narrativa y
textual, el contexto social, las representaciones sociales que se ponen en juego y,
finalmente, las relaciones entre estos elementos. 118

Entonces, la historia oral como literaria desde el diálogo e interpretativa a partir


del trabajo de investigación. Ya que se ha recolectado la información se pueden

116
Ibídem, p. 176.
117
ACEVES Lozano, Jorge, Historia Oral. Ensayos y Aportes de Investigación, Tercera Edición,
CIESAS, México, 2012, pp. 23-25.
118
RAMOS Lira, Luciana, Martha Romero Mendoza, Historia oral y psicología en ACEVES Lozano,
Jorge, Historia Oral. Ensayos y Aportes de Investigación, Tercera Edición, CIESAS, México, 2012,
pp. 45-46.

40
considerar una sólida narrativa, correspondiendo al género discursivo particular y
literario de la historia oral. 119

La historia oral también se caracteriza, además de ser un instrumento


recopilador, por forjar y reconstruir identidades: entender a partir de las vidas
personales, el sentido y dirección de su vida. Así mismo, observa y atiende a las
particularidades, a las perspectivas personales, no únicamente a las expresiones
colectivas. 120

Otra de las características de la historia oral es ser interdisciplinaria, como el caso


del estudio que aportan desde la psicología Luciana Ramos Lira y Martha Romero
Mendoza, ellas refieren que algunas de las expectativas de la historia oral son:

1. Indagar en la subjetividad de los individuos objeto de estudio, siendo este un


objeto mientras la historia oral se interese por las memorias y olvidos de las
personas.
2. Permitir acceder al punto de vista del actor social, entendiendo toda la
simbología del testimonio bibliográfico a partir de la entrevista. Buscar,
escuchar, registrar y sistematizar el testimonio de los individuos tiene como
objetivo ampliar el conocimiento de la historia en el mundo contemporáneo.
3. Aportar nuevas fuentes para documentar e interpretar la historia
contemporánea, el conocimiento social, histórico y político, no
conformándose con las fuentes tradicionales.121

También mencionan lo ideal que resulta la historia oral para dicho campo del
conocimiento humano:

1. El origen: la historia oral proporciona información sobre personas


analfabetas o cuyo testimonio es susceptible de perderse;

119
Ídem.
120
ACEVES, Jorge E., Del ecologismo e historias personales en ACEVES Lozano, Jorge, Historia
Oral. Ensayos y Aportes de Investigación, Tercera Edición, CIESAS, México, 2012, p. 143.
121
ACEVES Lozano, Jorge, Historia Oral. Ensayos y Aportes de Investigación, Op. Cit., p. 11.

41
2. El contenido: la vida cotidiana y cultura de dichas personas y grupos
sociales; y
3. La forma: el lenguaje oral aporta elementos como el tono, el ritmo o
volumen del testimonio, que revelan las emociones susceptibles de ser
interpretadas.122 Con base en Strickland: “…las narraciones permiten
vislumbrar la construcción de una “verdad narrativa” coherente, continua
y entendible y conocer el contenido y la forma de la experiencia de las
personas.”123

Además, la historia oral aporta para la psicología (que bien pueden ser aplicados
a la antropología e historia):

1. La opción de conocer los cambios de la memoria, el sentido que los


sujetos le dan al pasado y a sus vidas, colocando la entrevista en un
contexto histórico.
2. La posibilidad de darle voz a los grupos silenciados, marginados,
comunes, rechazados por la historia tradicional, generando con esto la
construcción de un pasado más completo. La historia oral toma en cuenta
la individualidad, la historia de cada persona. 124

En oposición con lo anterior, las autoras Eugenia Meyer y Alicia de Bonfil,


afirman que el historiador oral se encarga de recopilar a través de entrevistas los
testimonios de personas destacadas o que fueron testigos de eventos históricos.125
Ante las visiones de Ramos y Romero, y la de Meyer y Bonfil, sobre los objetivos de
la historia oral, se puede concluir que esta puede servir tanto para recuperar e
interpretar el pasado de quienes han sido excluidos de la historia, como de aquellos
que han tenido un papel fundamental en los acontecimientos humanos.

122
RAMOS Lira, L. Op. Cit., p. 37.
123
Ibídem, p. 41.
124
Ibídem, pp. 40-41.
125 MEYER, Eugenia y Alicia Olivera de Bonfil, La historia oral. Origen, metodología, desarrollo y

perspectivas en Historia mexicana, El Colegio de México, México, 1971, pp. 372-387.

42
La historia oral se convierte en una herramienta útil tanto para la psicología
como para otras disciplinas, al remover sentimientos (dolor, miedo, vergüenza) o
eventos dolosos del pasado (como las experiencias en los campos de
concentración), y para las que se requiere una habilidad específica de escucha, una
especie de actividad terapéutica. Asimismo, al “…hacer una historia oral se ponen
de manifiesto dos historias: la que se cuenta (narrativa del sujeto) y la que ocurre
(la interacción que se da en el momento de la entrevista), sucediendo en estos dos
niveles procesos psicológicos complejos.”126 El caso del segundo nivel permite la
empatía entrevistado/entrevistador, llevando al primero a una situación de alivio que
expresa de forma impulsiva;127 aunque muchas veces quien habla puede
encontrarse ante temas que le apenan o le resultan muy dolorosos, como la
sexualidad y agresión, o la muerte y enfermedades.128

La investigadora María de Lourdes Roca y Ortiz analiza el proceso para la


realización de la historia videoral¸ que puede aportar diferentes reflexiones para la
presente investigación. En su texto Un pueblo en la memoria¸ señala que una de las
reacciones de la gente a la que entrevistó fue el gusto por recordar, además de
convertirlos: “…en sujetos de la historia; su espacio es su pasado, y su pasado su
memoria, el recuerdo de aquel espacio.”129 Mientras que en la historia urbana hay
un proceso de significación constante del espacio de ayer en función del de hoy. 130

Para Patricia Sada y Patricia Ramírez, uno de los retos de la historia oral es
la construcción de identidades y la organización de la diversidad. 131

126
RAMOS Lira, L. Op. Cit., p. 42.
127
Ídem.
128
Ídem.
129
ROCA Y ORTIZ, María de Lourdes, “Historia videoral”: un campo interdisciplinar a desarrollar en
ACEVES Lozano, Jorge, Historia Oral. Ensayos y Aportes de Investigación, Tercera Edición,
CIESAS, México, 2012, p. 72.
130
Ídem.
131
SAFA, Patricia y Patricia Ramírez, Identidades locales como construcción del sujeto, símbolos
colectivos y arena pública: una propuesta metodológica en ACEVES Lozano, Jorge, Historia Oral.
Ensayos y Aportes de Investigación, Tercera Edición, CIESAS, México, 2012, p. 125.

43
A modo de conclusión sobre lo aportado en México en el campo de la historia
oral, se cita lo que a Karyn Galland, retomando a Gwyn Prins, refiere sobre la
importancia de la historia oral:

1. Tiene importancia en sí misma y no solamente por ausencia de


documentos escritos; 2. Permite contrastar el discurso hegemónico,
de la palabra escrita como agente del poder, que anula la pequeña
escala, escribe desde la política institucional e identifica a lo étnico
según criterios preestablecidos; 3. Es posible hacer una extrapolación
a lo macro pero en otros términos que son los documentos escritos.132

I.2.3 El concepto de historia oral

Antes de analizar el concepto de historia oral, vale la pena retomar la


definición que da Vansina, citado por Prins, sobre tradición oral como: “…el
testimonio oral transmitido verbalmente de una generación a la siguiente, o a más
de una generación” (las cursivas son mías)”.133Para el autor, el testimonio oral es la
fuente fundamental para reconstruir el pasado de las sociedades con cultura oral,
sociedades cuya evolución de alfabetización masiva no es pronunciada.134

De acuerdo con Gwyn Prins la historia oral es: “…la historia a partir de la
evidencia recogida de una persona viva, en vez de a partir de documentos
escritos.”135 Para él la escritura simbólica se creó para que el hombre trascendiera
la impermanencia del habla.136

132
GALLAND, Karyn, Historia social de la lengua O´otham en Sonora (1950-2010), II Coloquio lengua
y sociedad: lenguas indígenas en riesgo.
133
PRINS, G. Op. Cit., p. 153.
134
Ídem.
135
Ibídem, p. 144.
136
Ibídem, p. 149.

44
Para Eugenia Meyer y Alicia Olivera de Bonfil, la historia oral es: “… la
conversación entre dos o más personas, con una finalidad concreta, que por otra
parte está encaminada a obtener cierta información.”137

Con base en lo anterior, y con lo dicho en los apartados previos, se entiende


como historia oral la historia recogida o recopilada a partir de técnicas particulares
y de materiales concretos, de personas vivas que trasmiten su testimonio o el que
han recibido de generaciones anteriores. Su finalidad es recoger, registrar y analizar
dicha información con base en el contexto social de los sujetos investigados, para
generar una historia más completa e inclusiva, que contemple las vidas, testimonios
y experiencias de quienes son protagonistas y no de la historia.

I.2.4 La metodología de la historia oral

Para comprender la metodología de la historia oral es necesario entender


primero cuál es su materia prima, Jorge Aceves menciona algunas:

 El desarrollo de procesos de identidad,


 La transmisión de conocimientos,
 Las experiencias personales,
 La memoria colectiva e individual,
 La evocación de recuerdos,
 La memorata de sucesos,
 Los testimonios personales,
 Las anécdotas de los abuelos y,
 Los rituales y ceremonias en relación con el pasado.138

137
MEYER, E. Op. Cit., p. 375.
138
ACEVES Lozano, J. Op. Cit., p. 31.

45
Para Roca y Ortiz los archivos personales como las fotografías, las
filmaciones, los diarios, los poemas, los escritos, las pinturas y las artesanías,
son fundamentales para la construcción de la historia oral.139

Algunas de las técnicas de la historia oral son:

 Las biografías,
 Los relatos autobiográficos,
 Los relatos de vida,
 Las historias de vida y
 Los testimonios orales.140

Eugenia Meyer y Alicia Olivera de Bonfil ponen especial énfasis en la entrevista


como técnica para la recuperación de la historia oral. Clasifican las entrevistas en
dirigidas y no dirigidas:

a) Dirigida: mediante cuestionario previamente elaborado, y


b) No dirigida: permitiendo que la espontaneidad del sujeto entrevistado se
manifieste con toda libertad. Aclarando que la experiencia ha venido a
demostrar que no hay normas categóricas para realizar una entrevista, todo
depende del sujeto entrevistado. Es decir: el método está condicionado por
el problema o problemas concretos que se puedan presentar.141

El investigador para elaborar su entrevista debe, antes que otra cosa,


ordenar sus temas de generales a particulares. Para que las preguntas sean
acertadas, el entrevistador debe conocer bien a su informante antes de entrevistarlo
y saber claramente la información que requiere. Será mejor si el entrevistador
inspira confianza al entrevistado, para que éste sienta la confianza de transmitir sus
experiencias y conocimientos, que quien lo escucha tiene interés en lo que cuenta.
Para esto se recomienda que la entrevista se realice en un medio familiar. Si el
entrevistado quiere prolongarse hablando hay que permitir que lo haga, pero si se

139
ROCA Y ORTIZ, M. Op. Cit., p. 73.
140
ACEVES Lozano, J. Op. Cit., p. 28.
141
MEYER, E. Op. Cit., pp. 375-376.

46
fatiga, hay que evitar que la entrevista sea muy larga. Es importante que el
investigador no exprese opiniones personales, para evitar que influyan en el punto
de vista del informante.142

A pesar de todos los cuidados y precisiones anteriores, la entrevista conlleva


riesgos, tales como: “…mentira voluntaria, la distorsión de los hechos, o incluso la
edad avanzada del sujeto entrevistado cuya memoria puede fallar, llevándole por
consecuencia a un proceso selectivo, equivocado o deformado de los hechos que
relata.”143 Para llegar a una verdad histórica se recomienda entonces, las
depuraciones y selecciones.144

Como ya se refirió en las técnicas que aporta Aceves para el estudio de la


historia oral, las autoras también mencionan, además de la entrevista, los
monólogos espontáneos.145

Refieren que el investigador juega un papel importante en la realización de


la entrevista, dependiendo como la conduzca le dará un toque particular,146
transformando la historia oral “en bruto”, por ello es importante conservar integro el
material recopilado, evitando que se pierda su originalidad.147

La grabadora y el video son buenos elementos para el registro de las


entrevistas. Sin embargo, en ocasiones el entrevistado quiere conservar su
identidad, por lo que no es posible introducir cualquiera de los dos aparatos. Este
es uno de los problemas a que se enfrenta el historiador que pretende enriquecer
un acervo de historia oral: lograr que la gente, además de proporcionar información,
acepte “dejarse grabar”, puesto que los apuntes, aunque casi sean textuales, nunca
podrán resultar tan fieles como una grabación o video íntegros de una

142
Ibídem, p. 377.
143
Ídem.
144
Ídem.
145
Ibídem, pp. 377-378.
146
Ibídem, pp. 375-376.
147
Ibídem, p. 380.

47
conservación.148 Por ello es acertado registrar la información inmediatamente
después de que ocurran los eventos, para evitar distorsiones o cambios.

Además del problema de la distorsión de los hechos o del rechazo del


informante para ser grabado, la recuperación de la historia oral se enfrenta a otros
problemas, como los cronológicos y legales.

La precisión cronológica es uno de los problemas con los que se enfrentan


quienes hacen historia oral. Prins refiere que muchas veces la información
proporcionada puede venir toda revuelta,149 a lo que agrega alternativas para
mantener un orden cronológico, esto es, comparándolo con fuentes externas:

En cuanto a la cronología es posible extraer, mediante el análisis interno,


una secuencia histórica (lo que no implica necesariamente una historia
con fechas muy precisas) a partir de las tradiciones orales formales. Para
mayor precisión, resulta necesario buscar la correlación con fuentes
externas. Los restos arqueológicos, los eclipses de sol o de luna, las
calamidades naturales, etc., pueden servir como puntos comunes de
referencia. Los mitos del origen, las historias dinásticas, las historias de
familia de la gente corriente, los refranes, la poesía laudatoria, la épica y
la narrativa nos pueden proporcionar acceso al interior de un tiempo y
cultura determinados. Si utilizamos las fuentes externas para contrastar,
nos podremos defender de la tradición inventada, obtener fechas del
tiempo cronológico, y de este modo, podremos reconstruir este tipo de
pasado.150

En cuanto a los problemas legales, los investigadores se enfrentan a:

1. La difamación,
2. La violación de la vida privada del individuo entrevistado,
3. Los derechos de autor al publicarse la entrevista. Por lo tanto, es
importante que “… el entrevistado [tenga] definitivamente el derecho
de decidir si acepta que su entrevista se publiqué o no; si la

148
Ídem.
149
PRINS, G. Op. Cit., pp. 158-159.
150
Ibídem, pp. 164-165.

48
información que proporciona está abierta a un público en general, o si
se destinará únicamente para uso de los investigadores.151

Ahora, independientemente de los problemas legales sobre la difusión de la


información, el investigador también se puede enfrentar a la prohibición del
entrevistado para dar a conocer el material; ante esto, se tendrá que clausurar
temporalmente la información, para que el material rescatado no se pierda y
conserve.152

Finalmente, las autoras indican el compromiso que tiene la historia oral:


“…rescatar el mayor número de material verbal, que no se ha escrito, que no se
escribirá, ya sea por circunstancias de educación, de tiempo, por escasez de
posibilidades, por cuestiones de orden público, etc.”153

I.3 La metodología antropológica

En el presente apartado se estudiarán tanto la metodología antropológica,


refiriendo especialmente el trabajo de campo y la observación participante como
parte de la etnografía; como las características de quienes se han dedicado a la
crónica de la Ciudad. Para terminar, se analizará la conexión que puede existir entre
la etnografía y las técnicas del cronista.

I.3.1. La etnografía: observación participante y el trabajo de campo

De acuerdo con Pelto y Pelto, citado por Honorio Velasco y Ángel Díaz de Rada,
la metodología se define como: “…la escritura de procedimientos y reglas

151
MEYER, E. Op. Cit., p. 380.
152
Ídem.
153
Ibídem, pp. 377-378.

49
transformacionales por las que el científico extrae información y la moviliza a
distintos niveles de abstracción con objeto de producir y organizar conocimiento
acumulado.”154 Es necesario diferenciar entre el método y las técnicas, sin embargo
tanto el método como las técnicas de observación o alguna otra, requiere de
planteamientos teóricos previos como una terminología, el diseño de la
investigación, ideas directrices, etc.155

La etnografía, según Velasco y Díaz de Rada, es un proceso global que


caracteriza a la antropología social, pero se ha extendido a las ciencias sociales. La
fase primordial de la etnografía es el trabajo de campo, el cual suele ser el:
“…periodo y el modo de la investigación dedicado a la recopilación y registro de
datos,”156 en el que se crea el cuerpo primario de los datos empíricos.

Para el antropólogo Abilio Vergara Figueroa, los componentes de la


etnografía son:

En primer lugar presupone que es posible conocer al otro, lograr una cierta
empatía y comunicarse con él a través de su cultura, con lo que nos remite
tanto a una perspectiva intelectual y filosófica, como a una tradición
antropológica; b) en segundo lugar, implica que este conocimiento requiere
la co-presencia en un amplio trabajo de campo, la ubicación y uso de
múltiples fuentes de información y su “triangulación”; y c) que el texto que
denominamos etnografía trasciende la apariencia de la denotación y de los
significantes (sean personas, objetos, gestos, edificios, sonidos, olores,
etcétera), a través de la imaginación creativa y el método que proviene del
uso sistemático de un cuadro conceptual provisto por la Disciplina – reitero,
de otras más -, mediante el cual se entrelazan tiempo, espacios, actores,
planos de significaciones, prácticas, etcétera.157

154
PELTO, P., Pelto, G. Anthropological Research, Cambridge: Cambridge University Press, 1978
citado por VELASCO, Honorio y Ángel Díaz de Rada, La lógica de la investigación etnográfica. Un
modelo de trabajo para etnógrafos de escuela, Madrid, Trotta, Sexta Edición, 2006, p. 17.
155
VELASCO, Honorio, Ángel Díaz de Rada, La lógica de la investigación etnográfica. Un modelo de
trabajo para etnógrafos de escuela, Madrid, Trotta, Sexta Edición, 2006, p. 18.
156
Ídem.
157
VERGARA Figueroa, Abilio, Etnografía de los lugares. Una guía antropológica para estudiar su
concreta complejidad, ENAH- INAH- Ediciones Navarra, México, 2013, p. 25.

50
El trabajo de campo es una técnica, no debe ser confundida con la metodología
global; es un proceso, una situación metodológica, una secuencia de acciones, que
no siempre son controladas por el investigador.

El trabajo de campo se institucionalizó con la obra Los argonautas del Pacífico


Occidental del antropólogo Bronislaw Malinowski (1884-1942), quien integró los dos
ámbitos del estudio antropológico: el registro de información y la elaboración
teórica.158 Consecuencia de los estudios de Malinowski son los siguientes tres
principios sobre el trabajo de campo, enunciados por Edgerton y Lagness:

1) Que los mejores instrumentos para conocer y comprender una cultura,


como realización humana, son la mente y la emoción de otro ser
humano;
2) Que una cultura debe ser vista a través de quien la vive, además de a
través del observador científico, y
3) Que una cultura debe ser tomada como un todo (holismo), de forma
que las conductas culturales no pueden ser aisladas del contexto en
el que ocurren.159

En el trabajo de campo el investigador se involucra, afectándole tanto física


como emocionalmente, y establece relaciones sociales. Velasco y Díaz de Rada
citan a Griaule, que a su vez cita a Clifford, para referir lo que ha escrito sobre las
múltiples facetas del investigador en el trabajo de campo:

Volverse un afable camarada de la persona estudiada, un amigo distante,


un extranjero circunspecto, un padre compasivo, un patrón interesado, un
comerciante que paga por revelaciones, un oyente un tanto distraído ante
las puertas abiertas del más peligroso de los misterios, un amigo exigente
que muestra un vivo interés por las más insípidas historias familiares, así
el etnógrafo hace pasar por su cara una preciosa colección de máscaras
como no tiene ningún museo (citado por Clifford, 1983, 139).160

158
VELASCO, H. Op. Cit., pp. 18-21.
159
Ibídem, p. 23.
160
CLIFFORD, J. Power and dialogue in ethnography: Marcel Griaule´s Initiation, en G.W. Stocking
(ed.), Observers Observed. Essays on Ethnography Fieldwork, Madison: The University of Wisconsin

51
En otras palabras, los autores señalan que la mejor estrategia para el estudio de
grupos humanos es a través de las relaciones sociales, instrumentalizarlas con un
objetivo determinado: “La situación se configura como una tensión de proximidad y
distancia, de empatía y extrañamiento, que se mueve de la observación a la
participación, del cuestionario a la charla íntima, de la pregunta a la respuesta. En
esa tensión, y como modo básico de aproximación al campo, se encuentra la
observación participante.161

Velasco y Díaz de Rada definen observación participante como: “… forma


condensada, capaz de lograr la objetividad por medio de una observación próxima
y sensible, y de captar a la vez los significados que dan los sujetos de estudio a su
comportamiento.”162

La observación participante y el trabajo de campo tienen una relación recíproca:


mientras que la primera es necesaria para el segundo, el segundo es el único medio
para la primera.

La observación participante requiere la presencia del investigador en la escena


de interés, pero de tal modo que no interfiera su presencia en el desarrollo natural
de los acontecimientos; sin embargo: “…no es posible el teatro de la acción social
de los grupos humanos con observadores estrictamente externos a la escena,
porque la presencia de observadores, de cualquier modo que se produzca amplía
la escena y les involucra. Su presencia es ya, de algún modo, acción social."163 El
investigador nunca trabaja únicamente como tal, sino que también juega otros roles,
como el de amigo, trabajador, mano de obra, enfermero, desconocido, invitado, o
cualquier papel que le convenga para realizar su estudio.164

Press, pp. 121-156, citado por Honorio Velasco y Ángel Díaz de Rada, La lógica de la investigación
etnográfica. Un modelo de trabajo para etnógrafos de escuela, Madrid, Trotta, Sexta Edición, 2006,
p. 24.
161
VELASCO, H. Op. Cit., p. 24.
162
Ibídem, p. 34.
163
Ibídem, p. 24.
164
Ídem.

52
La antropología americana contribuyó a los estudios etnográficos sosteniendo
que con la observación participante se podría contemplar la cultura desde el punto
de vista del otro, convirtiendo a la observación participante en un proceso de
socialización: el investigador debe jugar diversos papeles para aprenderse la cultura
de quien estudia.165 En la observación participante las relaciones se pueden
desarrollar de forma igualitaria o jerárquica. La primera implica empatía, confianza,
conocer las reglas de comunicación; mientras que la segunda se desarrolla por los
principios de autoridad y obligación. Junto con estos modelos existen otros, como:
“…el de compra-venta, que entiende la transmisión de información como una
transacción y exige fidelidad a cambio del precio justo…”166 Pero sean como sean
las relaciones que se entablan con el grupo social estudiado, el objetivo ideal de
cualquier investigador es llegar a integrarse plenamente a dicho grupo.167

Volviendo al trabajo de campo, este comienza con el desplazamiento, tanto físico


como cultural/moral/emocional: “Este desplazamiento implica cruzar la diferencia
cultural, las fronteras que se suponen existentes entre la sociedad de procedencia
y la sociedad objeto de estudio.”168 El sentido de diferencia o extrañamiento,
originado por la diferenciación cultural (o no), se da de forma natural o se debe
adoptar para estudiar el grupo seleccionado. Además se deben neutralizar de los
prejuicios etnocéntricos para poder abordar una cultura primitiva.169 En los estudios
realizados “en casa” o en la cultura a la que pertenece el observador debe haber un
proceso de neutralización del socio-centrismo, donde también puede haber una
destrucción de prejuicios. Tanto el etnocentrismo como el socio-centrismo muestran
las limitaciones de la investigación etnográfica: “… por un lado, el que impide
percibir la distancia como próxima y, por el otro, el que impide percibir la inmediatez
como distante. El desplazamiento lleva a entender que toda investigación
etnográfica es un movimiento hacia algún lugar más allá de ese doble horizonte.170

165
Ibídem, p. 25.
166
Ibídem, pp. 24-25.
167
Ibídem, p. 25.
168
Ibídem, p. 28.
169
Ídem.
170
Ibídem, p. 29.

53
Continuando con estas diferencias entre el trabajo de campo realizado en
sociedades extrañas y sociedades a las que pertenece el investigador, Velasco y
Díaz de Rada refieren el shock cultural que sufre el investigador cuando se enfrenta
a una sociedad muy ajena a la suya, mientras que en los estudios sobre la misma
cultura el shock cultural nunca ocurre, en dichos casos lo que se busca es encontrar
diferencias, hacer énfasis en ellas, en descubrir el sentido de diferencia. En el primer
supuesto el investigador debe asimilar las diferencias culturales, en el segundo debe
“despojarse de ellas.”171

Ante la necesidad, anhelo o utopía del investigador por comprenderlo “todo”, por
conseguir una aprehensión total de la realidad; casi todo el trabajo de campo debe
ser un ir y venir de observación y entrevistas, y técnicas que se comprenden como
complementarias.172 La objetividad de la investigación en el trabajo de campo se
alcanza gracias a la buena e intensa comunicación entre el investigador y el grupo
social.173 Entendiendo el trabajo de campo como una interacción social entre el
investigador y los sujetos de estudio, pareciera que la observación deriva de las
habilidades y percepciones del investigador para entender al otro, y la entrevista se
conforma por la cantidad y precisión de información que proporcionan los
informantes. Sin embargo, el investigador es el primer informante, es quien debe
proporcionar la información desde su experiencia, aunque el concepto de
informante ha sido utilizado comúnmente para aquellos portadores de la cultura y
por lo tanto información que requiere el investigador:

No obstante, la categoría ha sido específicamente reservada para el


informante bien informado, el informante cualificado, es decir, aquel sujeto
a quien su papel social, o sus capacidades personales (memoria,
sagacidad, habilidad verbal… y tal vez buen entendimiento con el
investigador) lo convierte en “autoridad” inmediata sobre un campo de
saber (y su propia cultura lo es al ser propuesta como campo de

171
Ibídem, p. 30.
172
Ibídem, p. 33.
173
Ibídem, p. 31.

54
investigación). Esa “autoridad” es la que se transfiere al investigador, cuyo
trabajo consiste en absorberla. O más bien, en elevarse a su altura.174

La información del trabajo de campo se puede obtener a través de técnicas


como: la estadística, los mapas, las fotografías, los filmes, las grabaciones sonoras,
etc.; empero, siempre será indispensable la interacción que implican la observación
y la entrevista como técnicas para construir la información. Estas dos técnicas
corresponden a lo que se conoce como etic y emic: “etic, discurso que basa su
racionalidad fuera de un sistema (…), y emic, discurso que basa su racionalidad
dentro de un sistema particular (…).”175

Resulta particularmente interesante lo que señalan los autores sobre el tipo


de información que proporcionan la observación y la entrevista:

a) La observación y la observación participante proporcionan


descripciones, es decir, discurso propio, del investigador;
b) La entrevista, tejida sobre el diálogo, proporciona discurso ajeno, de
los sujetos de estudio.176

I.3.2 Describir, traducir, explicar e interpretar

Velasco y Díaz de Rada señalan que los procesos para generar un discurso
significativo son: describir (observación participante, descripción densa), traducir
(encontrar conceptos similares entre la cultura estudiada y la del investigador),
explicar e interpretar,177 sobre los que se hablará en seguida.

Describir

Cuando en el trabajo de campo se consiguen los datos, estos se plasman


de forma descriptiva, realizándose una descripción densa. Pero no sólo se queda

174
Ibídem, p. 34.
175
Ibídem, p. 35.
176
Ibídem, p. 34.
177
Ibídem, p. 42.

55
ahí, también hay interpretación, ya que el investigador conoce la relación entre las
acciones y el estado de ánimo de quien describe. En la descripción el investigador
se debe definir como un tipo de observador (desde donde habla): como participante,
integrante del grupo, extraño o visitante espontáneo. También hay que determinar
qué objetivos se desean alcanzar con la descripción, a qué significado o
interpretación conducen, qué reglas se descubrirán.178 Clifford Geertz entiende la
descripción densa como: “… microscópica y también interpretativa, en tanto que
intenta rescatar lo “dicho” de sus ocasiones perecederas para fijarlo en términos
duraderos.”179 Con microscópica se refiere a: “… prestar atención a la fina red de
relaciones que los contextos revelan si se dirige una atenta y aguda mirada a
ellos.”180 Y para ser interpretativa se debe tener una concepción de la cultura,
citando para ello la definición que ofrece Geertz: “La cultura consiste en estructuras
socialmente establecidas de significación en términos de las cuales la gente hace
tales como guiños de conspiración…”181

Dicho lo anterior, la descripción no se queda únicamente en el registro


narrativo de datos, sino que requiere de la interpretación para comprender
estructuras de significación y variedad de significados desde el punto de vista de los
actores y que no están explícitos al investigador. Ante el ideal del investigador de
“adoptar el punto de vista del actor”, la descripción densa se convierte desde ese
momento en interpretación: “La interpretación es resultado del trabajo de campo
como interacción social del investigador con los sujetos de estudio, y es reflejo de
esa interacción.”182

Para llevar a cabo la descripción densa el investigador debe: “…describir el


discurso social, en grabarlo, en registrarlo.”183 La descripción además de ser

178
Ibídem, pp. 43-47.
179
Ibídem, p. 48.
180
Ídem.
181
GEERTZ, Clifford, “Thick Description: Toward an Interpretive Theory of Culture”, en The
interpretation of cultures, New York: Basic Books, 1973, citado por Honorio Velasco y Ángel Díaz de
Rada, La lógica de la investigación etnográfica. Un modelo de trabajo para etnógrafos de escuela,
Madrid, Trotta, Sexta Edición, 2006, p. 49.
182
VELASCO, H. Op. Cit., p. 49.
183
Ibídem, pp. 49-50.

56
interpretativa es una habilidad literaria, es la construcción de un texto. Al principio
puede ser únicamente el registro exagerado de datos, pero con el proceso la
información comienza a adquirir sentido, se rellenan las lagunas y se recrean los
acontecimientos. El diario de campo es el mejor instrumento para materializar la
descripción, en el que se anotan tanto información sistemática, como pensamientos
o frases espontáneas.184

Traducir

Los autores señalan que después de la descripción densa y de revivir las


experiencias vividas, el investigador transcribe esas experiencias en función de su
cultura, valores y conocimientos. La traducción se puede hacer tanto con
información de sociedades primitivas como en sociedades modernas, dentro de las
que se encuentran subculturas diferenciadas.185 Refieren que traducir: “… es
también ordenar en secuencia un conjunto de comportamientos tras haberlos
situado en tiempo y lugar, y presentar a los personajes. Un “orden lógico” que en
realidad sigue un canon asentado por la literatura realista del siglo XIX y que
contribuye a hacer el relato inteligible para el lector.”186 En la traducción también se
transmiten estados de ánimo o del ambiente; así mismo, se realiza cuando el
investigador utiliza términos propios de su ciencia, como: valor, cultura, ritual,
símbolo, etc. La traducción ha sido objeto de discusiones entre los antropólogos,
entendiéndola a veces como la fórmula para encontrar equivalentes entre una
cultura y otra, aceptando una racionalidad común entre todos, o como medio para
cuestionar la imagen de la cultura del investigador ante los estudios de otras
sociedades.187

Explicar

La fase de la explicación ha sido objeto de diversas interpretaciones por parte


de los investigadores. Los autores señalan las aportaciones de Beattie, Jarvie y

184
Ibídem, p. 50.
185
Ibídem, pp. 51-52.
186
Ibídem, p. 52.
187
Ibídem, p. 54.

57
Hempel. La de Beattie refiere que explicar es: “…relacionar lo que hay que explicar
con otra cosa o con un sistema de cosas y de acontecimientos.”188 Además indica
que la explicación viene cuando se sitúa al fenómeno como parte de un todo, de un
contexto. Por otra parte, Jarvie refiere que la explicación: “…consiste en deducir un
enunciado a partir de otros de acuerdo con algunos requisitos tanto formales como
materiales.”189 En cuanto a Hempel, para explicar las causas de un fenómeno hay
que: “…dar las causas de él, ya se trate de hechos, tendencias o regularidades.”190
Para Hempel la explicación se compone de explanandum y de explanans. La
primera es cuando se describe el fenómeno a partir de los datos observados;
mientras que la segunda son las proposiciones que dan cuenta del fenómeno,
explicando las causas y consecuencias del fenómeno.191 Otra clasificación de las
explicaciones son causales, genéticas y composicionales. Las primeras expresan la
existencia de un fenómeno; las segundas explican cómo se ha desarrollado o ha
evolucionado un fenómeno; mientras que las terceras generan relaciones entre sus
partes.192 Los autores regresan a Beattie para referir su clasificación de las
explicaciones funcionales, que divide en: históricas, basadas en factores
mediadores, teleológicas y leyes o principios generales. En las históricas intervienen
las causas eficientes; en las basadas en factores mediadores se busca demostrar
la relación entre las cosas (los hechos sociales de Durkheim); las teleológicas, que
buscan demostrar las consecuencias determinadas del hecho explicado; y las leyes
o principios generales que ofrecen referencias clasificatorias.193 Dicho lo anterior, el
esquema de Beattie sobre la explicación funcional se integra por las causas y

188
BEATTIE, J., “Comprensión y explicación en Antropología Social”, en J.R. Llobera (ed.), La
Antropología como ciencia, Barcelona: Anagrama, 1975 citado por Honorio Velasco y Ángel Díaz de
Rada, La lógica de la investigación etnográfica. Un modelo de trabajo para etnógrafos de escuela,
Madrid, Trotta, Sexta Edición, 2006, p. 56.
189
JARVIE, I. C., “Comprensión y explicación en antropología social”, en VV.AA., La explicación en
las ciencias de la conducta, Madrid: Alianza, 1982, citado por Honorio Velasco y Ángel Díaz de Rada,
La lógica de la investigación etnográfica. Un modelo de trabajo para etnógrafos de escuela, Madrid,
Trotta, Sexta Edición, 2006, p. 56.
190
HEMPEL, C.G. Filosofía de la ciencia natural, Madrid, Alianza, 1979 citado por Honorio Velasco y
Ángel Díaz de Rada, La lógica de la investigación etnográfica. Un modelo de trabajo para etnógrafos
de escuela, Madrid, Trotta, Sexta Edición, 2006, p. 56.
191
VELASCO, H. Op. Cit., p. 56.
192
Ibídem, pp. 56-57.
193
Ibídem, p. 57.

58
consecuencias que genera la institución estudiada, entendiéndola como parte de un
sistema complejo, que también tiene como fines la interacción social o la
perpetuación de la estructura social.194

Todo lo concluido anteriormente por Beattie fue criticado por Runder y Nadel por
no cumplir realmente los objetivos de la explicación funcionalista, la crítica consiste
en que:

… no establecen definiciones apropiadas y generales para el concepto de


sistema social ni describen los estados de los sistemas sociales
concretos; no identifican las variables de tales estados ni las relaciones
entre ellas, y frecuentemente confunden variable y funciones; además,
formulaciones como la “unidad funcional” del sistema social son
imposibles de contrastar…195

Por su parte, Stephen Turner elaboró una tesis sobre la explicación con base
en la teoría del lenguaje, concluyendo que la explicación se puede considerar como
una forma de traducción:

Partiendo de la base de que los hechos sociales, como los juegos del
lenguaje, son comportamientos y sistemas de creencias convencionales
sometidos a reglas. Turner señala que la explicación en ciencias sociales
debe cumplir la norma de prestar “condiciones de verdad objetivamente
especificables”, de tal manera que se suministren las bases para una
fundamentación de los controles que convaliden las traducciones. Los
enunciados p en el lenguaje L son verdaderos bajo condiciones X, y p
puede ser traducido como el enunciado q del lenguaje M, si q es
verdadero bajo las condiciones X.196

Velasco y Díaz de Rada señalan que de acuerdo a lo anterior, Turner intentó


integrar la sociología interpretativa con las explicaciones referidas a leyes.197

194
Ibídem, pp. 57-58.
195
Ibídem, p. 58.
196
Ibídem, p. 59.
197
Ídem.

59
Interpretar

Velasco y Díaz de Rada para explicar la fase de la interpretación retoman


primeramente a Evans-Pritchard, cuando señalan que el antropólogo inglés
determinó que después del trabajo de campo y de la traducción se busca: “…
descubrir el orden estructural de la sociedad de modo que sea comprensible no sólo
en el nivel de la conciencia y de la acción, como en el caso de uno de sus miembros
o de un extranjero que aprende sus costumbres, sino también en el nivel del análisis
sociológico…”198 Evans-Pritchard, después de establecer las pautas, considera una
unidad formada por varias abstracciones relacionadas. Un ejemplo de este proceso
lo demuestra en Brujería, magia y oráculos entre los azande:

La brujería, los oráculos y la magia constituyen un sistema


intelectualmente coherente. Cada una de ellas explica y demuestra a las
otras. La muerte es una prueba de brujería. Es vengada por la magia. La
consecuencia de la venganza mágica se confirma mediante los oráculos
del veneno. La exactitud del oráculo del veneno se determina por el
oráculo del rey, que esta fuera de toda sospecha.199

Después de lo anterior, se comparan los esquemas de varias comunidades,


y la fase interpretativa viene justamente después de conocer el orden estructural de
la sociedad. A partir de la primera interpretación pueden venir muchas más.200

Para Abilio Vergara la etnografía implica necesariamente la interpretación:

…Permite (requiere) trascender la superficie – visible (significantes,


denotación) de dichos espacios, actores, demarcaciones, objetos y hechos
que allí existen y/o se realizan, para encontrar la densidad significativa que
proviene de la historia y las relaciones sociales a partir de auscultar y

198
EVANS-Pritchard, E.E., Antropología Social, Buenos Aires: Nueva Visión, 1973 citado por Honorio
Velasco y Ángel Díaz de Rada La lógica de la investigación etnográfica. Un modelo de trabajo para
etnógrafos de escuela, Madrid, Trotta, Sexta Edición, 2006, p. 60.
199
EVANS-Pritchard, E.E., Brujería, magia y oráculos entre los azande, Barcelona: Anagrama, 1976
citado por Honorio Velasco y Ángel Díaz de Rada, La lógica de la investigación etnográfica. Un
modelo de trabajo para etnógrafos de escuela, Madrid, Trotta, Sexta Edición, 2006, p. 61.
200
VELASCO, H. Op. Cit., p. 57.

60
articular diversas situaciones, personajes y lugares relacionándolos en sus
diferentes temporalidades.201

Velasco y Díaz de Rada retoman a Clifford Geertz en su estudio sobre las


peleas de gallos balineses. Después de un estudio sobre éstos los autores refieren
la interpretación: “La pelea de gallos aparece así como la representación de campo
en tensión creada por la interacción ceremonial controlada, la simulación de la
matriz social, del sistema de grupos cohesionados. De esta forma la fuerza que
anima la pelea de gallos es la voluntad de afirmar, de defender el prestigio.”202

Para interpretar es necesario situar un fenómeno concreto en una


organización social y en relación con sus alianzas.203 Geertz señala que analizar las
formas culturales desde una perspectiva interpretativa es como si se penetrara en
un texto literario; sobre el enfoque que le da el autor a la interpretación:

El “juego en serio” se articula sobre temas esenciales, la muerte, la


masculinidad, la violencia… y lo reordena en una estructura integral para
presentarlos con un relieve tal que acaban resultando significativos,
reales. La forma dramática, el contenido metafórico y el contexto social
dan cuerpo a la interpretación. Examinando estos tres aspectos
percibimos en ella las dimensiones fundamentales de la experiencia
balinesa.204

Para concluir, los autores determinan, basándose en Geertz, lo que significa


interpretar: “Identificar temas, mostrar su vinculación, exponer el conjunto de reglas
en las que quedan encuadrados, construir la estructura simbólica subyacente, etc.,
es el programa para elaborar una interpretación. La recompensa está en el
procedimiento mismo: comprender, tornar inteligible la acción humana.”205

201
VERGARA Figueroa, A. Op. Cit., p. 26.
202
VELASCO, H. Op. Cit., pp. 67-68.
203
Ibídem, p. 68.
204
Ibídem, p. 71.
205
Ibídem, p. 72.

61
I.3.3 La crónica en los estudios de las ciudades

En las crónicas de la Ciudad de México, desde Bernal Díaz del Castillo hasta
Guillermo Tovar de Teresa, se han manifestado conocimientos históricos de los
lugares referidos e impresiones de los escritores sobre estos. Madame Calderón de
la Barca, Luis González Obregón, Artemio de Valle Arizpe y Salvador Novo, son
unos de ellos. Luis Rubio refiere las características del cronista de la Ciudad:

… Para considerar a los Cronistas dentro de su labor, precisa tener en


cuenta el mensaje de la Crónica, en sus diferentes oficios, según las
acepciones del vocablo: es relación histórica, para dar cuenta de una
evolución, paso a paso en el transcurrir de los años; pero al mismo tiempo
es dejar constancia contractual, de las observaciones personales, las más
íntimas y las más agudas. En esto creo sinceramente, Novo fue el
Cronista más efectivo de la Ciudad de México, porque fue historiador muy
cumplido y serio; a la vez, un lúcido testigo de su tiempo, quien dejó
constancias finas, mordaces, agudas, certeras, en el periodismo
cotidiano.206

De acuerdo con lo anterior, la crónica es producto de estudios de la historia


escrita-para comprender los procesos de transformación - de un lugar determinado,
junto con las emociones de quien elabora dicho estudio. Vale la pena citar un
ejemplo de crónica para entender mejor esta relación. El siguiente es un fragmento
de El paseo de la Viga de Salvador Novo:

La Ciudad ha crecido y se ha desecado en fuerza de aprisionar los ríos,


acequias y canales que antaño la surcaron. Sobre sus lápidas de asfalto,
convertidas en calzadas y avenidas, ruedan autobuses y coches allí
donde otrora (bonita palabra) remaron casas de agua – acalli -, canoas y
trajineras. Allí donde (como en las calles mitad agua, mitad tierra, de la
gran Tenochtitlan), la gente pudo discurrir a pie o a caballo a las márgenes
del río o del canal o acequia.

206
RUBIO, Luis, Cronistas de la Ciudad de México, Departamento del Distrito Federal, México, 1975,
pp. 8-9.

62
Un extinto paseo–el de La Viga–sobrevive en las narraciones que lo
describen, y en las novelas y relatos costumbristas de que fue escenario.
Si a Bucareli el que adoptó merecidamente su nombre, al virrey
Revillagigedo debió la ciudad la institución en 1790 del Paseo de la Viga,
así llamado porque a lo largo del canal: a partir de la margen derecha de
la Acequia Real (hoy pavimentada calle de la Corregidora); cerca de la
parroquia de San Pablo, recorría 1848 metros hasta llegar a la garita de
la Viga.207

Se considera que la crónica de la ciudad, de acuerdo con los relatos de los


cronistas, que tiene un dejo de nostalgia. Es muy común encontrar en los relatos las
comparaciones entre el pasado y presente, idealizando muchas veces lo que fue y
se ha perdido con las transformaciones sociales, políticas y demográficas, entre
otras.

I.3.4 La etnografía y la crónica de la ciudad

En los apartados anteriores se ha señalado en qué consisten tanto las técnicas


etnográficas, como la labor del cronista de la ciudad. Como se estudió, las técnicas
antropologías van desde un proceso de descripción hasta uno de interpretación. En
cuanto a los estudios de los cronistas, éstos se basan fundamentalmente en
estudios históricos impregnados de las emociones de quienes escriben las
transformaciones de un lugar determinado.

Abilio Vergara diferencia entre crónica y etnografía, mientras que la primera se


dedica únicamente a describir, la segunda interpreta a partir de cruzar
informaciones. Con base en lo dicho en los párrafos anteriores, se considera que
efectivamente la crónica describe, pero no se queda ahí. Debe realizar estudios
históricos para comprender las transformaciones del sitio descrito. Se concluye que

207
NOVO, Salvador, Los paseos de la Ciudad de México, Segunda Edición, Fondo de Cultura
Económica, México, 2005, pp. 50-51.

63
la crónica se inclina más hacia la historia, mientras que la etnografía,
evidentemente, más hacia la antropología.

Empero, no por ello son incompatibles. Perfectamente se puede realizar un


estudio teniendo como base las herramientas del cronista, así como las del
antropólogo. Como se observará, los presentes ensayos tienen ese objetivo:
delimitar un lugar, realizar estudios históricos sobre él, describir y manifestar las
impresiones personales de la investigadora, para finalmente realizar un análisis
interpretativo sobre éste.

I.4 Conceptos operativos

En la presente investigación se utilizarán ciertos conceptos para


complementarlos con el estudio de la memoria colectiva y la historia oral de la
colonia San Rafael, y con ellos poder realizar una interpretación más sólida. Los
conceptos son: espacio, frontera, género de vida, identidad, local, lugar/lugar de
culto, microhistoria, relato de Vida, ritual, rutina, símbolo, territorio y tiempo barrial;
los cuales se analizarán brevemente con base en los estudios de diferentes teóricos.

I.4.1 Espacio

Desde la antropología, el espacio se puede entender desde el contenido


simbólico que le dan los grupos sociales, así como las prácticas que desarrollan en
él y sobre él. El espacio se ve desde las perspectivas físicas y simbólicas, las cuales
se complementan. 208

1.4.2 Frontera

208
PORTAL, M. Op. Cit., p. 72.

64
A partir de la teoría de Abilio Vergara sobre los lugares, las fronteras o límites
que demarcan los lugares pueden ser físicos y/o simbólicos. Estas fronteras más
que delimitar, contienen y posibilitan. Desde ahí los lugareños desarrollan su papel
social generando determinadas relaciones sociales.209 El autor añade sobre las
fronteras simbólicas que: “… tenemos un tipo de frontera cuya delimitación es
encargada a la lectura de códigos manejados por comunidades circunscritas, de
difícil lectura para quienes no participan de las relaciones que el lugar contiene y
posibilita.”210

I.4.3 Identidad

Los individuos tanto construyen una concepción del mundo personal, como
una identidad cultural de grupo. El significado de una actividad está estrechamente
ligado con el contexto cultural, económico y social de una época determinada. La
identidad varía con el paso del tiempo, ya que no es estática.211

Como se ha visto en los apartados anteriores, el concepto de identidad está


íntimamente ligado con el de memoria colectiva y por supuesto con el de historia, y
en este caso, historia oral. Vale la pena volver a Josefina Cuesta, quien refiere que:
“…la historia de la memoria se ha condensado en algunos grupos, que han
reforzado sus propios lazos a través del ejercicio del recuerdo y la memorización,
que en ocasiones suele compensar la ausencia de otros elementos aglutinadores,
como el suelo – la patria -, o la dispersión.”212 En el mismo sentido, María Ana Portal
entiende que los tres ejes para la construcción de referentes identitarios son: el
espacio, el tiempo y la memoria, haciendo hincapié en que sin memoria no hay

209
VERGARA Figueroa, A. Op. Cit., p. 124.
210
Ibídem., p. 132.
211
CAMARENA Ocampo, Mario, Los tejedores construyendo la artesanía. Cambios y continuidades
en la identidad de los artesanos. Generación e identidad en ACEVES Lozano, Jorge, Historia Oral.
Ensayos y Aportes de Investigación, Tercera Edición, CIESAS, México, 2012, pp. 98-99
212
CUESTA, Josefina, Memoria e historia. Un estado de la cuestión, Op. Cit., p. 212.

65
identidad.213 Con esto se observa la relación entre memoria e identidad, siendo uno
de los objetivos de la memoria reforzar la identidad de un grupo.

Las autoras Patricia Safa y Patricia Ramírez, realizan un análisis específico


sobre la identidad de lo local. Sobre esta refieren que no es homogénea,
dividiéndola en tres dimensiones: “a) el nivel de la experiencia del sujeto, lo local
como el lugar donde se nació o vive; b) como construcción de identidades
colectivas, y c) lo local de los actores sociales que luchan y se organizan por la
apropiación del territorio.”214 Sobre cada una señalan:

1) La experiencia del sujeto: esta primera etapa de la identidad local se


construye con la socialización temprana, está relacionada con la vida
personal de cada sujeto, con el espacio donde nace y crece. Tiene cargas
afectivas y emocionales muy fuertes. Se modifica con el paso de la vida de
las personas. Se conforma según cada sujeto, sus historias, experiencias y
biografía. Es una construcción de las formas de vivir en el mundo.215 Las
historias personales y las decisiones que se toman son importantes para
entender como las personas construyen y reconstruyen su identidad en
relación con el territorio.216 Las autoras refieren que: “…las identidades
locales se forman con los recuerdos que seleccionan partes de la vida que
trascurrieron en determinado espacio y con las expectativas y deseos con los
que se construyen los desarraigos y los nuevos arraigos.”217
2) La construcción de identidades colectivas: el segundo nivel de identidad local
lo relacionan con el concepto de lugar. Esta identidad del lugar se define por
la gente que lo habita, diferenciándose de otros, creando lazos de
pertenencia. El sentido de identidad que cada uno le da a un lugar puede ser
diferente, ocasionando tensiones, conflictos y desacuerdos. Estas relaciones
internas locales logran mantener pocos o múltiples vínculos con el exterior;

213
PORTAL, M. Op. Cit., pp. 70-80.
214
SAFA, P. Op. Cit., p. 118.
215
Ibídem, p. 119.
216
Ídem.
217
Ídem.

66
estar muy consolidadas en el interior, o ser difusas y tener mucha movilidad;
sentir pertenecer a una colectividad mayor o no; que algunos encuentren las
formas para pertenecer y hacerse fundamentales en la vida social, o que
busquen la forma de desvincularse del grupo. Ante eso, las autoras señalan
que: “La particularidad de lo local en la actualidad reside precisamente en la
complejidad de los procesos sociales donde se construye.”218
3) La identidad desde lo político: el tercer nivel de identidad es el político. La
capacidad que tiene la comunidad para tomar las decisiones políticas de su
competencia. Las autoras refieren la centralización del poder y la falta de
autonomías regionales y locales, ante esto han surgido movilizaciones
ciudadanas por fortalecer y defender autonomías locales.

Para completar las aportaciones de las autoras sobre lo local, se refiere que: “Lo
local también sirve para la construcción de referentes de identidad, personales y
colectivos, de un nivel mayor de abstracción, ya que son mediaciones que funcionan
para concretar identidades nacionales o regionales.219

I.4.4 Lugar

El concepto de lugar se analizará fundamentalmente desde la teoría de los


lugares de Abilio Vergara Figueroa. El autor define lugar como el espacio delimitado
que guarda características emosignificativas,220 cuyas prácticas humanas forman
un lazo social, en el que se resignifica la memoria. El lugar sitúa y proyecta;
intercambia códigos y posibilidades, cambio y permanencia. Sus límites son físicos
y simbólicos; tiene un lenguaje particular; contiene actores estructurantes y
estructurados con jerarquías; genera rutinas y rituales que transforman identidades.
Aunque en el lugar hay conflictos y contradicciones, se forman lugareños. 221

218
Ibídem, pp. 120-121.
219
Ibídem, pp. 117-118.
220
Para Vergara Figueroa el término emosignificativa es la “fusión” de significación y emoción.
221
VERGARA Figueroa, A. Op. Cit., p. 35.

67
Por su parte, Irwin Altman señala que el espacio se convierte en lugar cuando
adquiere significado. Mientras que Sada y Ramírez, refieren sobre el concepto de
lugar que se desarrolla en torno al comportamiento cotidiano particular, que marca
diferencias entre unos y otros. Las personas se sienten parte de un lugar por la
construcción de lazos y sentimientos de pertenencia a partir de procesos simbólicos
y efectivos.222

En los lugares los individuos intercambian, se informan, reafirman sus


sentimientos, se identifican, significan y transforman esas significaciones, articulan
redes, socializan y pasan mucho tiempo en este. El lugar debe durar para ser, se
caracteriza por la permanencia y su actividad recurrente.

Vergara Figueroa señala que las características del lugar son:

a) Un lenguaje particular, tanto corporal, como sonoro, gráfico, verbal, etc.


b) Rutinas y ritos, que marcan la diferencia entre la cotidiano y
extracotidiano.
c) Un orden jerárquico que demuestra tanto la división del trabajo como el
ejercicio del poder.
d) Fronteras y delimitaciones físicas y simbólicas que marcan identidades y
alteridades.
e) Biografías de los lugareños en relación con el espacio.
f) Pertenece a territorios y redes.223

El lenguaje corporal, la sonoridad y el espacio arquitectónico son


características básicas del lugar. El lenguaje corporal es: “…la forma en que el actor,
sujeto o lugareño define y expresa su ser, en consonancia con su fachada personal
y el medio que él mismo y el lugar producen – proveen.”224 El sonido de un lugar lo
define y le da personalidad. 225 Y el espacio arquitectónico, tanto interior como

222
SAFA, P. Op. Cit., p. 120.
223
VERGARA Figueroa, A. Op. Cit., p. 15.
224
Ibídem, p. 51.
225
Ibídem, p. 55.

68
exterior (imágenes, colorido, cuidado, etc.), tiene un lenguaje particular,
condicionando las actividades del lugar y el posicionamiento de los lugareños.226

Los lugares también se caracterizan por mantener rutinas o llevar a cabo


rituales, conceptos que se estudiarán más adelante.

La soltura de los lugareños se da con una socialización temprana y


continuada, por las relaciones emosignificativas periódicas de las prácticas
cotidianas que posicionan a los individuos respecto de los otros: mostrando lo que
son, como deben comportarse, lo que de ellos se espera y su pertenencia al lugar.227
En muchas ocasiones el lugar se define más por lo que piensan y hacen sus
poseedores, que por las características físicas y arquitectónicas, sobre esto señala
Vergara:

… El ritmo, la parsimonia o la velocidad, las sonoridades y silencios – sus


secuencias y alternancias -, expresan un tipo de actuación que está
determinada por la naturaleza de las interacciones que el lugar impele,
estimula, condiciona o determina. Son estos intercambios regulares los
que verifican la función y la expresividad de cada comportamiento del
lugar: mayor o menor decorado, limpieza o suciedad, orden y desorden,
usos de las distancias, fronteras y demarcaciones, intervalos; usos del
tiempo (sucesión y coordinación), sus mutaciones, los posicionamientos
de los actores, la forma y los mecanismos de concentración y dispersión,
etcétera, regularmente desplegados y/o contenidos.228

Los recortes espaciales al interior de un lugar juegan funciones diferentes,


que al complementarse conforman la integridad del lugar. Los recortes espaciales,
al tener funciones diferenciadas, implican un tipo de relación social y actor
específico. Aunque hay que entender al lugar como un todo, también es necesario

226
Ibídem, pp. 61-63.
227
Ibídem, p. 85.
228
Ídem.

69
entender, explorar y etnografiar los recortes espaciales, haciendo hincapié en que
las divisiones no son siempre físicas.229

La historia de los lugares está estrechamente ligada a la biografía de sus


poseedores, individual y colectivamente, por ser ellos quienes se asientan física y
emocionalmente en el lugar.230 Además, los lugares tienen un carácter procesual a
partir de la historia y biografías de los individuos:

… y se remarca la función de las prácticas fundadoras y cotidianas de los


lugareños. La permanencia y singularidad de las relaciones entre sus
usuarios y/o poseedores adquiere densidad que viene del conocimiento
amplio del pasado personal – y, a veces, familiar o comunitario – e
inclusive de los proyectos; y esas historias de vida también caracterizan y
dan sentido al lugar. Las historias de vida realizadas en el lugar lo
impregna, allí cada persona o grupo elabora su historia singular, articulada
a las historias de otros que encuentran en esa trama el sentido y la
modulación de sus emociones y sentimiento que, a su vez, impregnan el
lugar, generando expectativas mutuas.231

Para finalizar con este concepto, se refiere que el lugar de culto es delimitado
por la iglesia o templo, contraponiéndolo con la casa por su carácter privado,
separando el tiempo sagrado del tiempo cotidiano.232

I.4.5 Relato de Vida

El relato de vida es la fuente que permite conocer otras dimensiones y ritmos


de los acontecimientos en las vidas de las personas. Proporciona la visión y versión
de los individuos dentro del mundo cotidiano.233

229
Ibídem, pp. 88-92.
230
Ibídem, p. 141.
231
Ibídem, p. 142.
232
Ibídem, p. 67.
233
ACEVES Lozano, J. Op. Cit., p. 30.

70
I.4.6 Ritual

El antropólogo inglés Alfred Reginald Radcliffe–Brown (1881-1955) puntea


sobre los rituales que: “… existe una situación ritual siempre que una sociedad
impone a sus miembros cierta actitud hacia un objeto, actitud que implica
determinada medida de respeto expresado en el modo tradicional de conducta con
referencia a dicho objeto.”234 Mientras que el también antropólogo inglés Edmund
Leach (1910-1986) señala sobre la división de lo profano y sagrado en relación con
lo cotidiano y lo ritual:

En un extremo tenemos las acciones que son completamente profanas,


completamente funcionales, pura y simplemente técnicas; en el otro
extremo tenemos las acciones completamente sagradas, estrictamente
estéticas, técnicamente no funcionales. Entre estos dos extremos
tenemos la mayor parte de las acciones sociales que participan en parte
de una esfera y en parte de la otra.235

Peter Burke señala que lo cotidiano puede considerarse dentro del ámbito de
la rutina y de los hábitos mentales, y que sí puede incluir a lo ritual. Lo ritual: “… un
hito de las ocasiones especiales en la vida de los individuos y comunidades, se
define a menudo por oposición a lo cotidiano. Por otra parte, los visitantes forasteros
advierten en la vida de toda sociedad ritos cotidianos – formas de comer, de
saludarse, etc. – que los habitantes locales no logran percibir en absoluto como
rituales.236

234
RADCLIFFE-Brown en Goffman, Erving, El ritual de la interacción, Tiempo Contemporáneo,
Buenos Aires, 1970 citado en VERGARA Figueroa, Abilio, Etnografía de los lugares. Una guía
antropológica para estudiar su concreta complejidad, ENAH-INAH-Ediciones Navarra, México, 2013,
p. 77
235
LEACH, Edmund, Cultura y comunicación. Lógica de la conexión de los símbolos, Siglo XXI,
Madrid, 1976 citado en VERGARA Figueroa, Abilio, Etnografía de los lugares. Una guía
antropológica para estudiar su concreta complejidad, ENAH- INAH- Ediciones Navarra, México,
2013, p. 77.
236
BURKE, Peter, Obertura: la Nueva Historia, su pasado y su futuro en BURKE, Peter (ed.), Formas
de hacer Historia, Alianza Editorial, Madrid, 1991, p. 26.

71
Abilio Vergara entiende los rituales en relación con el valor que el grupo les
otorga.

Con base en lo anterior, se concibe al ritual como un evento o acción al que


el individuo y el grupo social le confieren una actitud especial, tal como respeto;
colocándolo en el ámbito de lo sagrado, en oposición con lo cotidiano y rutinario,
por contener un valor extraordinario. Resulta interesante lo que expone Burke sobre
los ritos cotidianos, los que efectivamente no suelen ser percibidos por quienes los
practican día con día.

I.4.7 Rutina

De acuerdo con Abilio Vergara, las rutinas son las formas frecuentes y
reiterativas de relacionarse de los lugareños. No hay una diferenciación tan tajante
entre rutina y ritual, en ocasiones el primero, cuando se les agrega un tanto de valor
y expresividad, puede llegar a convertirse en ritual y esto demuestra los valores
reconocidos por el grupo.237

I.4.8 Símbolo

Roberto Varela señala que los símbolos y signos transmiten conocimiento,


contienen valoraciones, deseos, anhelos, y contienen cierta normatividad que indica
lo que es correcto, debido y lo que no lo es. En la transmisión de los símbolos puede
haber reemplazo de valores. Varela faculta al símbolo para ser el representante de
valores, de deseos y de normas. 238

Por su parte, Lluís Duch refiere la conexión entre símbolos y relaciones


sociales:

237
VERGARA Figueroa, A. Op. Cit., pp. 72-80.
238
VALERA, Roberto, Naturaleza/Cultura, Poder/Política, Autoridad/Legalidad/Legitimidad en
Antropología jurídica: perspectivas socioculturales en el estudio del derecho, ANTHROPOS, UAM,
España, 2002, pp. 76-78

72
… El símbolo, sea cual sea la interpretación que se haga de él, tiene como
objetivo primordial establecer vinculaciones, relaciones, comunicación,
crear comunidad. De hecho, el símbolo, como una de las formas
expresivas más decisivas de la humanidad de todos los tiempos,
manifiesta con total nitidez que el ser humano, fundamentalmente, es
relación.239

El símbolo, con base en lo anterior, es conocimiento que se transmite y que


guarda valores, deseos, ideales y normas. La finalidad mayor del símbolo es
comunicar, crear y mantener relaciones.

I.4.9 Territorio

Para Gilberto Giménez el territorio es:

…El espacio apropiado y valorizado – simbólica e instrumentalmente –


por los grupos humanos […] El espacio entendido aquí como una
combinación de dimensiones […] incluidos los contenidos que las generan
y organizan a partir de un punto imaginario… Es el resultado de la
apropiación y valorización del espacio mediante la representación y el
trabajo, una “producción” a partir del espacio inscrita en el campo del
poder por las relaciones que pone en juego; y en cuanto tal se
caracterizaría por su “valor de cambio”.240

El espacio es la materia prima del territorio, el cual debe ser valorado


y apropiado por los grupos sociales que lo habitan.

239 DUCH, Lluís, Antropología de la vida cotidiana. Simbolismo y salud, Ed. Trotta, Madrid, 2002, pp.
245–246
240
GIMÉNEZ, Gilberto, Territorio, cultura e identidades, en Rocío Rosales (coord.), Globalización y
regiones en México, México, Programa Universitario de Estudios sobre la ciudad, UNAM/Grupo
Editorial Porrúa, 2000, citado por María Ana Portal, Espacio, tiempo y memoria. Identidad barrial en
la ciudad de México: el caso del barrio de La Fama, Tlalpan en Patricia Ramírez Kuri y Miguel A.
Aguilar Díaz (Coord.), Pensar y habilitar la Ciudad, México, ANTHROPOS-UAM, 2006, p. 72.

73
I.4.10 Tiempo barrial

Con base en María Ana Portal el tiempo barrial:

…Puede comprenderse a partir de tres movimientos: el ritmo de la vida


cotidiana, el tiempo cronológico marcado por eventos significativos que se
guardan en la memoria colectiva y el tiempo cíclico ritual; ritmos que
ordenan tanto la vida individual de los sujetos como la de la colectividad
a la que pertenecen. Éstos son tiempos “arbitrarios” en el sentido de que
cada grupo social, a partir de sus circunstancias, los determina.241

Entonces, para ser considerado tiempo barrial debe encerrar los ritmos de la
vida cotidiana, los eventos significativos y el tiempo cíclico ritual.

I.5 El contexto de la investigadora

Para concluir con el Capítulo destinado al Marco Teórico y Metodológico, vale


la pena dedicarle unos párrafos a los intereses de quien elabora la presente
investigación, con el afán de contextualizar al lector, no sólo desde las presunciones
antropológicas y de la historiografía, sino desde la mirada subjetiva de quien
conforma un cuerpo teórico interpretativo.

I.5.1 Intereses personales e intelectuales

Entre 2005 y 2012, estudié Antropología Social en la Escuela Nacional de


Antropología e Historia y Derecho en la Universidad Nacional Autónoma de México.
En 2010, realicé un intercambio por la carrera de Derecho en la Universidad
Autónoma de Madrid. A mi regreso tuve la fortuna de leer La emperatriz de Lavapiés
de Jorge F. Hernández y Los detectives salvajes de Roberto Bolaño. Ambas novelas
se centran en dos capitales del mundo, Madrid y la Ciudad de México,
respectivamente. Las dos hablan de los recorridos que los protagonistas realizan

241
PORTAL, M. Op. Cit., p. 77.

74
por las calles de esas hermosas ciudades. Fue entonces cuando me di a la tarea,
influida por esos dos autores, de descubrir los rincones de mi ciudad. Y así comencé
a hacer crónicas, estampas o relatos de la Ciudad de México.

Cuando terminé ambas licenciaturas tocaba el turno de realizar las tesis. En


la búsqueda de un tema me encontré con el Derecho del Patrimonio Cultural y
entendí que ese campo del Derecho englobaba mis tres pasiones: el derecho, la
antropología y la crónica. Con el Derecho del Patrimonio Cultural protegería lo que
me he dado a la tarea de registrar en mis estampas. De este modo determiné que
mi tesis de derecho versaría sobre la protección del patrimonio cultural de la colonia
San Rafael, ya que desde el principio me atrajeron las primeras colonias, y para
concretar mi campo de estudio elegí la más antigua. La tesis de antropología
resultaba entonces evidente: cinco estampas que rescatarán la memoria colectiva
e historia oral de la colonia San Rafael, siguiendo mis pasos por la crónica. Tengo
la fortuna de trabajar en el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, localizado
en la colonia Cuauhtémoc, a unas cuadras de la San Rafael. Han sido muchos los
días en los que me he desplazado a la colonia generando mi familiaridad y
cotidianeidad con ella.

La colonia San Rafael además de ser la más antigua de la Ciudad de México,


contiene múltiples obras arquitectónicas, pertenecientes al estilo ecléctico, art decó,
art nouveau y funcionalista

Así pues, la presente tesis consiste en un conjunto de cinco ensayos sobre


lugares representativos de la colonia San Rafael. En ellos se plasmarán: su historia
escrita y oral, algunas impresiones de la investigadora seguidas de descripciones
sobre sus condiciones actuales, para terminar con un análisis antropológico desde
la memoria colectiva e historia oral, y de los conceptos delimitados anteriormente,
como: identidad, ritual y territorio, entre otros.

Para terminar resulta importante decir que la investigadora habla desde la


añoranza de un tiempo que fue, que actualmente no existe y que hasta cierto punto
idealiza. Es por ello que las entrevistas, conversaciones, impresiones y

75
descripciones estarán encaminadas hacia la nostalgia de un pasado que se intenta
recuperar a través de la historia oral y del registro de la memoria colectiva.

CAPÍTULO SEGUNDO. LA COLONIA SAN RAFAEL

La colonia San Rafael fue antecedida por la colonia de los Arquitectos, primera
colonia extramuros del centro de la Ciudad de México. Fue fraccionada hacia 1857
por el ingeniero Francisco Somera quien tuvo la visión de habitarla con los
arquitectos de la Academia de San Carlos. Entre 1884 y 1910 se le unieron los
terrenos de los ranchos San Rafael, el Cebollón y Casa Blanca para dar lugar a la
colonia San Rafael. Poseedora de una rica arquitectura – ecléctica, art decó, art
nouveau y funcionalista – y habitada por instituciones escolares, culturales y
artísticas de importancia para el país, la colonia San Rafael tiene un dejo de viejo
encanto que no puede escaparse a los ojos del observador inquieto.

1. Semblanza histórica de la colonia

El viejo barrio de San Cosme

Antes de relatar la historia de la colonia de los Arquitectos, más tarde la colonia


San Rafael, se referirán una serie de hechos importantes para entender el RUBIO,

76
Luis, Cronistas de la Ciudad de México, Departamento del Distrito Federal, México, 1975,
contexto del viejo barrio de San Cosme.

En el siglo XVII se construyó la Garita de San Cosme, ubicada en la Ribera de


San Cosme, edificación militar que funcionaba como base aduanal y sitio de
descanso entre la capital y los poblados de Tacuba y Popotla.

242

Hacia 1824 los ingleses pidieron al gobierno mexicano que les concediera un
terreno para enterrar a sus conciudadanos, esto por las disposiciones canónicas
que establecían la prohibición de enterrar a protestantes en conventos, iglesias y
atrios. Lucas Alamán, como ministro de estado, donó un terreno localizado en la
Tlaxpana. El campo santo abrió sus puertas en 1825 expidiéndose un decreto donde
se declaraba territorio británico. Años más tarde, tras la guerra de 1847, los
norteamericanos, siguiendo el ejemplo de los ingleses, solicitaron al gobierno
mexicano un terreno para enterrar a sus muertos. En 1951 Jorge G. Gofs,
representante de Estados Unidos de Norteamérica, compró la franja de tierra
cercana a la Tlaxpana, colindante al norte con el panteón protestante, al poniente
con el río Consulado, al sur con un terreno y al oriente con la calzada de la Verónica.

242
Garita de San Cosme [en línea] disponible en
http://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/0/0a/Mexico_City_from_San_Cosme.jpg. Fecha de
consulta enero de 2014.

77
Los norteamericanos, como los ingleses, lograron que el cementerio fuera
declarado territorio de su país.243

Manuel Rivera Cambas hacia la segunda mitad del siglo XIX y principios del
XX, define el barrio de San Cosme como “la parte poética de la capital” por sus
bellas casas, jardines y tranquilidad:

Éste comenzaba desde la garita y fuente de la Tlaxpana y terminaba en


la calle de Buenavista, constituyendo la parte más amena, salubre y
agradable de la ciudad, allí se encontraban casas de bella arquitectura
muy notables por la calidad del labrado de sus adornos en piedra, las
calles del barrio están pobladas de fresnos y chopos y a los lados se miran
jardines cultivados con mucho gusto, circundados por rejas de fierro en el
tramo que está cercano a la antigua garita; por uno y otro lados de la
calzada hay elegantes y grandiosos edificios, con ventanas a poca altura,
corredores y patios coronados por macetas con flores, jardines que
parecen ramilletes coronados de mil colores, y en las habitaciones hay
elegantes muebles, aseo, abundante luz, aire purísimo, contento y
bienestar, cuyas circunstancias hacen de aquel barrio el más agradable
rumbo para vivir en la capital, allí recobra el espíritu su vigor, se olvidan
las amarguras provenidas de los negocios, extendiéndose la vista por
anchurosas avenidas y por horizontes que tiene su único límite en las
azules cordilleras y la bóveda del cielo; el barrio de San Cosme es la parte
poética de la capital; allí no hay costosas galas de afectados atavíos, sino
que todo es de gusto y exquisita sencillez. En las casas de un solo piso
que forman casi todo el barrio, se nota una tranquilidad que no se halla en
los demás de la capital; en casi todas aquellas mansiones venturosas hay
piano; las noches de luna son encantadores pasando la luz a través de la
multitud de árboles que bordan calles del poético barrio, cuya sociedad es
de lo más selecta de la capital.244

243
REYNA, María del Carmen, Casas y huertas en la Ribera de San Cosme, siglos XVI-XIX, México,
INAH, 2009, p. 121.
244
RIVERA Cambas, Manuel, México pintoresco, artístico y monumental en MARTÍNEZ Domínguez,
Margarita, La colonia de los Arquitectos a través del tiempo, San Rafael, México, Secretaría de
Cultura del D.F. – Juan Pablos Editor, 2011, p. 14.

78
Describe Rivera Cambas la entrada verduras y carneros por el arrabal de San
Cosme, los indígenas que cargan huacales con pollos, huevos y mantequilla; los
que venden quesos frescos y conducen madera. Hace notar que por allí no se ven
billares, ni cantinas, ni mendigos; que la gente se dirige a San Cosme para disfrutar
de su belleza y serenidad:

México entero se dirige hacia San Cosme buscando mejor sitio, gozar un
aire puro y asentarse en un terreno menos expuesto a inundaciones: por
allí prepararon los conquistadores una salida segura hasta tierra firme,
poblando ambos lados de la calzada que ensancharon, concediendo los
solares a los principales sujetos avecinados en la capital, a condición de
que habían de edificar casa sin interrupción. Estando la calzada bañada
con aguas del lago, se dijo propiamente, que las casas tenían abundancia
de agua, pues además de las del lago contó con las que provenían de
Santa Fe, por el acueducto conocido como La Verónica.245

La colonia de los Arquitectos

El origen de la colonia de los Arquitectos se remonta a 1852, cuando el


ingeniero Francisco Somera compró los potreros de la Horca. Anteriormente esos
potreros pertenecieron al ejido de Chapultepec y fueron llamados de la Horca
porque allí estuvo el quemadero de la Santa Inquisición.246

Francisco Somera se tituló como ingeniero civil en España; ya en México


obtuvo el grado de arquitecto por la Academia de San Carlos alrededor de 1864. Él
fue quien fraccionó el poniente de los potreros de la Horca para dar origen a la
colonia de los Arquitectos en 1857,247 proyectándola para los profesionales
arquitectos. El arquitecto Emilio Dondé y el ingeniero Eleuterio Méndez secundaron
la proyección de Somera. Al respecto relata el arquitecto Jorge del Arenal:

245
Ídem.
246
MARTÍNEZ Domínguez, Margarita, La colonia de los Arquitectos a través del tiempo, San Rafael,
México, Secretaría de Cultura del D.F. – Juan Pablos Editor, 2011, p. 25
247
Las primeras colonias fueron los Arquitectos en 1857, los Azulejos en 1858, el Carmen de San
Ángel y Santa María la Ribera en 1859.

79
La colonia San Rafael, antiguamente colonia de los arquitectos, fue
urbanizada en una primera etapa en los ejidos de la Horca, en 1780, hasta
la época de la independencia, en 1827. A partir de 1858 fue legalizada la
propiedad por Francisco Somera pasando a ser la colonia de los
arquitectos, fraccionada en sesenta lotes para ser vendidos a los
profesionales y alumnos de la Academia de San Carlos. En 1882 ya
habitaban ochocientas veinticuatro familias.248

Los límites de la colonia fueron: al norte, la calzada San Rafael (hoy Guillermo
Prieto) y camino al Calvario (hoy Gómez Farías); al oriente, Ramón Guzmán (hoy
Avenida de los Insurgentes); al sur, Ferrocarril de Toluca (hoy James Sullivan); y al
poniente, Casa Blanca (hoy Rosas Moreno).249

250

A pesar de la idea inicial de Somera, de que la colonia fuera habitada por


arquitectos, está fue fundada por militares, profesionistas, obreros y artesanos; para
los primeros se hicieron las casonas, para los segundas las privadas. Fue una de
las primeras colonias consideradas modernas, con traza cuadrícula y con el pan
coupé – corte a 45º en las esquinas. No se diseñaron avenidas con camellones

248
DEL ARENAL, Jorge, Ideología y estilo en la arquitectura de finales del siglo XX, Diego Fernández,
Rafael, Herencia Española. En la cultura material de las regiones de México, El Colegio de
Michoacán, México, 1993, p. 469.
249
MARTÍNEZ Domínguez, M., Op. Cit., p. 30.
250
Plano de la colonia de los arquitectos. Mapa realizado por Mónica del Arenal. Noviembre de 2013.

80
arbolados, glorietas o parques. Las calles de la colonia eran empedradas y se
abastecía de agua potable. Hacia 1882 ya circulaba el tranvía por la colonia.251

Los primeros habitantes obtuvieron los víveres en los puentes de las


acequias que corrían por la Ribera de San Cosme. Los pregoneros eran quienes
cargaban la mercancía sobre la cabeza y la iban vendiendo por las calles. Fue hasta
1887 que se edificó un mercado en las calles de Ciprés y San Cosme.252

253

La colonia San Rafael

La colonia San Rafael surgió como tal cuando se fraccionaron los ranchos de
San Rafael, Cebollón y Casablanca, entre 1884 y 1910. La arquitecta Martínez
Domínguez explica el proceso de expansión:

De 1858 a 1883, se estableció la colonia de los Arquitectos, de 1884 a


1899 se fraccionó el rancho de San Rafael y de 1900 a 1910 se anexó el
rancho Casa Blanca. Todo este territorio formó la colonia San Rafael…

Cuando la ciudad creció nuevamente, esta vez hacia el poniente, nació la


colonia San Rafael, en los terrenos de los ranchos San Rafael y Cebollón.
Los dueños eran Josefa Terreros viuda de Algara e hijos, quienes
vendieron su propiedad por medio de la escritura del 15 de abril de 1890
en un monto de 330 mil pesos a Eduardo García, Enrique Tron y León

251
MARTÍNEZ Domínguez, M., Op. Cit., p. 35.
252
MARTÍNEZ Domínguez, M. Op. Cit., p. 82
253
La colonia de los Arquitectos hacia 1880 en TELLO Peón, Bertha, Santa María la Ribera, Clío,
México, 1998.

81
Signoret, que constituyeron una sociedad el 14 de mayo de 1890 con el
objeto de establecer una colonia, para lo cual solicitaron permiso al
ayuntamiento el 19 de julio de 1891. 254

Originalmente la colonia se formó por 35 manzanas pertenecientes al rancho


de San Rafael, ocho manzanas de la colonia de los Arquitectos y nueve del rancho
del Cebollón. 255

Coinciden con la arquitecta los investigadores María del Carmen Reyna y


Jean-Paul Krammer, quienes añaden a los orígenes de la colonia San Rafael, que
fue cuando los ingenieros Ismael Rego y Luis G. Ansorena llegaron a la conclusión
de que la superficie del rancho de San Rafael era errónea; la superficie aumentó de
381 715.259 a 387 589 metros cuadrados. Se corrigieron los límites quedando: al
norte con las calzadas de San Cosme y San Rafael; al oriente con la calzada del
Cebollón, San Rafael y colonia de los Arquitectos; al sur con terrenos y estación del
Ferrocarril Marítimo; y al poniente con la hacienda Casa Blanca, acueducto de la
calzada de La Verónica y casas de Sixto López. El permiso para vender se dio en
1890 y ese mismo año se presentó Ignacio Algara y Josefa Romero de Terreros
para vender el rancho de San Rafael a León Honnorat, Juan María Plaisant, Damián
Proal, Juan Bautista, Eduardo García, Antonio Signoret, Enrique Tron, León Faudón
y Julio Tron. Después de esto “José Julio y Enrique Tron, Eduardo García, Marcus
Plaisant, León Honnorat, León y Antonio Signoret, Damián Proal y León Faudon se
reunieron para formar la sociedad que llamaron colonia de San Rafael. Tendría una
duración de doce años y se dividió en acciones y ganancias que se repartirían
proporcionalmente.”256 Además, “… los compradores firmarían contratos con el
Ayuntamiento para la alienación de las fincas, la instalación del alumbrado en las
calles, la introducción de agua, la construcción de fincas y la compra de
materiales.”257 Más adelante, por disposición de los socios, se fraccionó el rancho
de San Rafael.

254
MARTÍNEZ Domínguez, M., Op. Cit., pp. 65-66.
255
Ídem.
256
REYNA, M. Op. Cit., p. 121.
257
Ídem.

82
Ya en el siglo XX, la colonia San Rafael empezó a habitarse por familias
adineradas. Los terrenos median en promedio 500 metros cuadrados donde se
edificaron casas porfirianas de muy buen gusto.258

259

A principios del siglo XX, la colonia San Rafael presumió de lo mejor de la


imagen urbana: banquetas con guarnición y tierra apisonada, calles empedradas o
con adoquines, además de su nutritivo catálogo arquitectónico.260

Sobre las rutas de los camiones que recorrían la colonia San Rafael en la
primera mitad del siglo XX, Martínez Domínguez señala:

La Nueva Santa María – San Rafael – Roma, que provenía de la colonia


Nueva Santa María e ingresaba a la San Rafael por la calle de Manuel
María Contreras, de la Ribera de San Cosme a James Sullivan, cruzando
la colonia Cuauhtémoc para ingresar a la colonia Roma por la calle de
Orizaba. Al regreso ingresaba a San Rafael por la calle de José Rosas
Moreno, desde James Sullivan hasta San Cosme. Esta ruta tenía una
variación que consistía en ingresar por la calle de Gabino Barreda.261

En los años sesenta los tranvías “Rosa” y “Primavera” recorrían la San


Rafael. “Rosa” llegaba desde la Santa María la Ribera y transitaba la calle de Gabino

258
Ídem.
259
La colonia San Rafael hacia 1891 en TELLO Peón, Bertha, Santa María la Ribera, Clío, México,
1998.
260
MARTÍNEZ Domínguez, M. Op. Cit. p. 34.
261
Ibídem, pp. 76–77.

83
Barreda; mientras que “Primavera” pasaba por la Ribera de San Cosme para entrar
a la Santa María.262

En 1970 la línea dos del metro llegó a San Rafael con la estación de San
Cosme. Este hecho, junto con el comercio informal, los antros, hoteles de paso y
falta de regulación en la construcción, fue una de las causas que originó la
degradación de la colonia. La especulación inmobiliaria ha transformado la colonia,
prueba de ello son los edificios que han sido sustituidos o modificados, las casonas
que han sido derribadas para dejar la fachada y construir edificios, y los lotes que
han sido fraccionados.263

Tras ser exhumados los restos de los ingleses, el panteón inglés desapareció
en 1980 para ser transformado en el Centro Cultural Juan Ruiz de Alarcón. Junto
esta la capilla neocolonial de 1909, obra del inglés Charles S. Hall. Por su parte, el
panteón norteamericano todavía existe, rodeado por Virginia Fábregas y Melchor
Ocampo.264

En el año 2000 tuvo lugar el trágico incendio en el antro Lobohombo,


ubicado en Avenida Insurgentes, dejando más de veinte muertos y treinta heridos.
En el lugar ocurrido actualmente se encuentra la estación de bomberos Ave Fénix.
En la misma década llegó el metrobús Insurgentes a la colonia y años más tarde,
varias estaciones de Ecobici.265

2. Recopilación de historia oral de la colonia

La historia oral de la colonia San Rafael se escribirá a partir de la memoria de


los lugareños y asiduos visitantes.

262
Ídem.
263 MARTÍNEZ Domínguez, M. Op. Cit. p.77.
264 Capilla Británica [en línea] disponible en http://transeunte.org/2009/09/04/parque-virginia-

fabregas-de-panteon-a-lugar-de-esparcimiento/. Fecha de consulta junio de 2014.


265 Bar Lobohombo [en línea] disponible http://www.eluniversaldf.mx/benitojuarez/nota17856.html.

Fecha de consulta junio de 2014.

84
Mi tía abuela María Luisa Rangel, que nació en los años veinte, contó en su
casa que recién casados sus papás, llegaron a la Ciudad de México y visitaron una
casona de la colonia San Rafael:

Mi mamá vino a acompañar a la tía, la tía vivía en San Luis de la Paz y se


iba a casar en una iglesia, entonces vino a probarse el vestido de novia
aquí en México. Se lo estaba haciendo un modisto famoso de esa época
Combe, y se vino a probar el vestido, y venía la tía rica a acompañarla y
vino mi mamá también.

“Mi mamá se acordaba rete bien” dijo con nostalgia. Después se encaminó a
buscar el álbum familiar para mostrarme la foto en la que se aprecia el balcón de
una casa porfiriana de la que se asoman varias señoras muy bien vestidas, entre
ellas mi bisabuela, que está en el costado izquierdo. Mi tía decidió, a modo de
broma, que la casa de la foto era en Gabino Barreda número 25.

Además refirió que: “las amigas de Blanca (mi abuela) vivían en la San Rafael,
la Güera Elia vivía en Sadi Carnot… La estación Colonia la usábamos mucho, ahí
llegaban todos los trenes”.

266

266
Estación Colonia. Catálogo de la exposición la arquitectura en México. Porfiriato y movimiento
moderno, INBA-SEP, México, 1983.

85
267

Enrique García, vecino de la Santa María la Ribera y Director de la Casa de la


Cultura de San Rafael, refirió en una plática espontánea varias cosas sobre la
colonia. Entre ellas que cuando la colonia San Rafael cumplió 122 años, ellos
participaron con una exposición de fotografías. Además, la colonia tiene trescientas
fachadas catalogadas, con un estilo arquitectónico afrancesado. La “casa de
mosaicos” de Gómez Farías y Miguel Shultz es de la antigua hacienda de El
Cebollón. Le comenté que había dos galerías de arte contemporáneo, a lo que
contestó no saber nada al respecto. Dijo que los colonos son poco participativos,
que a él le ha costado trabajo que vayan a la Casa de la Cultura. Comentó que el
cine Ópera está abandonado, que fue de otra época. Finalmente, que en la escuela
primaria Margarita Maza, en Alfonso Herrera, vivió Benito Juárez; y que los vecinos
cuentan que el propio Thomas Alva Edison vivió en la colonia, que su padre era
norteamericano y su madre mexicana.

267
Casona de la colonia San Rafael en los años veinte. Fotografía del álbum familiar Rangel Larios.
Febrero de 2014.

86
Mi padre Jaime del Arenal, que nació en los años cincuenta, estudió la primaria
y secundaria en el colegio Cristóbal Colón, cuando le conté que mi tesis sería sobre
dicha colonia, dejó escapar algo así como: “la colonia San Rafael es mi colonia más
querida, después de la Roma,” donde nació. Me propuso que hiciera uno de los
relatos sobre la calle de Sadi Carnot, “la calle de los colegios”, le dije que ya llevaba
todos avanzados pero que de todos modos me contará sus recuerdos sobre la
calle. Aquí transcribo lo que me dijo:

En la colonia San Rafael, un sitio muy destacado, de mucha prosapia y


personalidad es sin duda la calle de Sadi Carnot, que va precisamente
desde la Ribera de San Cosme hasta la calle de Sullivan. Allí durante los
años cuarenta, cincuenta, sesenta, setenta y todavía hasta la fecha, ha
sido un centro educativo de primera importancia. La calle Sadi Carnot fue
sede del colegio Cristóbal Colón que hoy está en Lomas Verdes pero que
durante mucho tiempo estuvieron allí la primaria, secundaria y lo que era
la preparatoria, antes de que se fundara La Salle. Pero no sólo estaban
los lasallistas ahí, sino que también estaban las madres o hermanas del
Verbo Encarnado con el Instituto Anglo-Español que todavía se mantiene
en dos edificaciones en la calle de Sadi Carnot. Y luego, años después,
llegó la Universidad del Valle de México que todavía está ahí; y el colegio
Magallanes que se quedó con uno de los predios donde estaba la primaria
del Cristóbal Colón. Y bueno, es una calle no muy larga, pero donde
también encontramos, por ejemplo: dos instituciones muy interesantes
para la vida de México, la sede de la Gran Logia del Valle de México y
enfrente el Pentatlón Universitario ocupando una de las casas más
antiguas y señoriales de la calle. La calle también tiene la presencia del
colegio Williams, otro colegio ya de mucha antigüedad y que ha egresado
a una gran cantidad de estudiantes. Y lo bonito de la calle es que ha
sabido mantener, en la medida de lo posible, la existencia de las viejas
casonas, muchas de ellas sedes de las instituciones que me he referido;
efectivamente, también han sufrido los embates de la modernidad con
edificios poco bonitos; pero sigue siendo, yo creo, una de las calles más,
más icónicas y más representativas de la colonia San Rafael. Pensemos
que en el Cristóbal Colón, por ejemplo, se formaron gente como Jorge

87
Carpizo, como el ex presidente Miguel de la Madrid y todos ellos fueron
visitantes asiduos como estudiantes de la colonia San Rafael y de la calle
Sadi Carnot. Entonces, yo diría que un bonito ensayo sobre Sadi Carnot
vale la pena realizar.

Mi tío Jorge del Arenal, que nació en los años cincuenta, estudió la primaria
y secundaria en el colegio Cristóbal Colón. Viendo las imágenes y mapas del libro
Catálogo de la exposición. La arquitectura en México, porfiriato y movimiento
moderno, narró sus recuerdos y experiencias de cuando estudió, allá por los años
cincuenta y sesenta:

Te voy a platicar desde mi punto de vista. La colonia San Rafael nosotros


la percibimos como niños y adolescentes porque, Jaime y yo, estudiamos
desde la preprimaria en Sadi Carnot. Yo en lo personal, pasé la
preprimaria, que era de un año, y los seis años de primaria en Sadi Carnot,
en el número cincuenta y seis, creo. Después la secundaria, nos fuimos a
Sadi Carnot sesenta y tantos o setenta y tanto, que era dos cuadras más
adelante. La calle Sadi Carnot empieza en Sullivan y termina en San
Cosme, eran cuatro o cinco cuadras que a veces caminábamos para
llegar a la escuela. En primaria llegábamos a la escuela en transporte del
colegio; pasaba por nosotros el camión y nos regresaba a la casa; y
después, regresábamos en la tarde, porque eran dos turnos, no era el
horario de ahorita. El camión pasaba por nosotros muy temprano, nos
llevaban a la escuela, nos regresaban al medio día, comíamos en la casa,
y en la tarde volvía a pasar el camión por nosotros para regresarnos en
la tarde. Era otra forma de llevar la escuela. Ya en la secundaria, en el
otro plantel, no nos llevaba tanto el transporte y a veces nos recogía
Antonieta. Ella se venía en tren desde Miravalle, mi mamá la mandaba
por nosotros, nos esperaba afuera de la escuela, nos recogía y después
nos íbamos caminando hasta Artes y ahí tomábamos un camión que
costaba cuarenta centavos y que nos llevaba a la casa. (…) En frente del
Cristóbal Colón secundaria, (…) estaba la casa de los lasallistas, que era
una casa porfiriana de varios pisos, con un patio muy grande y en el cual,
en una parte, vivían los hermanos lasallistas. Ahí también estaban los

88
laboratorios de la escuela; nosotros cruzábamos del edificio moderno al
de época.

El internado estaba de ese lado de Sadi Carnot, inclusive nos decían los
hermanos que en época de los cristeros había un túnel que comunicaba
la casa de los lasallistas y el internado con el plantel. Lo usaran como
protección los cristeros, era una forma de escape. Y parece que esos
túneles si existen, bueno ahorita ya quien sabe, pero existieron en su
época, porque nos hablaban mucho de ellos. Yo a veces cursaba medio
internado, nos daban de comer del otro lado de la calle en esa casa que
era con una apariencia grande y hecha de ladrillo aparente, muy
anaranjada, con un estilo, no podemos decir que porfiriano, pero si con un
estilo… como un castillo. Estoy tratando de recordar, de hecho veo unas
ventanas muy grandes, unas salas con unos terrazos dibujados, con
dibujo en el piso, unos encortinados. En esos salones era donde ponían
las mesas para que los alumnos comiéramos. En la parte de arriba
estaban los dormitorios de los profesores y algunos laboratorios de física
y de química donde a veces nos daban las prácticas.

268

La primaria era una escuela vieja, por ahí tengo una foto. Era una entrada
que tenía unas escaleras que bajaba hacia los dos lados y al fondo estaba
el patio y como en forma de herradura estaban las aulas, ¡cómo me
acuerdo! En el patio había los tubos para el espiro, Jaime y yo teníamos

268
Antigua casa de los Azurmendi y de los hermanos lasallistas, hoy colegio Anglo-Español.
Fotografía de Mónica del Arenal. Enero de 2014.

89
nuestro espiro, yo al menos tenía mi espiro; en recreo nos apropiábamos
de los tubos y jugábamos. Ahí eran los festivales deportivos y muchas
cosas. Teníamos el auditorio en la parte de arriba, donde nos entregaban
las calificaciones y las medallas de honor y de asistencia, siempre Jaime
salía en todas, después nos tomaban la foto del grupo. En esta esquina
estaba la UVM enfrente de la primaria, y al lado de la UVM, había un
edificio de los masones, que es de concreto gris, con unas escaleras en
la fachada y con un símbolo de los masones. El primer plantel de la UVM
era una casona también media porfiriana con unas escalinatas, unos
barandales y unas almenas, muy imperial la casa. Ahí se daban nada más
carreras de comercio, para secretarias, ejecutivas, bilingües, contaduría;
tenía muy pocas carreras.

Cuando salíamos de la escuela, sobre todo de la secundaria, nos


regresábamos a la esquina de Gómez Farías porque estaba el colegio
Miguel Ángel, para niñas. La escuela Miguel Ángel era más moderna, era
un edificio de dos pisos, con una fachada muy sencilla y el edificio se iba
hacia adentro donde estaban todas las aulas y el patio. Enfrente había
una paletería, donde, los amigos y yo, comiendo paletas, esperábamos a
que abrieran el portón del Miguel Ángel, por donde salían todas las niñas
con sus uniformes y nosotros empezábamos a buscarlas o a platicar con
ellas. Me acuerdo que yo me clave una vez con una niña y la estuve
siguiendo por Rosas Moreno porque vivía allí en una vecindad muy vieja;
yo no me atrevía a entrar porque me gustaba mucho la niña; yo la seguí
por esta calle muchos días hasta que después ya me cansé. Pero lo
recuerdo porque todo esto yo lo caminaba siguiéndola hasta su casa, ella
se metía; y al día siguiente la volvía a esperar y la volvía a seguir. Yo tenía
como trece o catorce años.

Mi hermana Antonieta se venía de la colonia Roma por el tren que pasaba


por avenida Insurgentes, se bajaba en Gómez Farías y caminaba a Sadi
Carnot, donde nos recogía para regresar aquí (la plaza Renato Leduc).
Allí había antes unos restaurantes que vendían comida corrida y afuera
hacían unos sopes que mi hermana nos compraba con cuarenta centavos,

90
a Jaime y a mí, para mitigar un poco el hambre, porque nos regresábamos
con ella en tren hasta Miravalle.

Hace mucho pasé por Sadi Carnot y las cosas las sentí diferentes, como
una percepción diferente del contexto. En esa época éramos niños y
entonces todo lo veíamos grandote. Sadi Carnot no tenía árboles, era muy
pelona, y hace un par de años que fui ya está muy arbolada, muy
cambiada en su imagen urbana. Se pierde un poco la proporción por los
árboles de la altura de las casas y los edificios. Desconozco ahorita si ya
han hecho edificios altos en Sadi Carnot, por ejemplo. Me acuerdo que
sobre Gómez Farías había una papelería aquí en la esquina, pasando el
Anglo, donde a veces íbamos comprar útiles.

Fueron dos escuelas que en Sadi Carnot crearon mucho renombre de


jóvenes que estudiamos en esa época. Sadi Carnot es parte de mi vida,
como de Jaime, por el desarrollo educativo que nos dio el colegio Cristóbal
Colón, que nos pagó mi papá y que nos dio la oportunidad de estar en esa
institución que después nos hizo ser como somos. Yo creo que la decisión
que tomaron mis papás sobre meternos en esos planteles, fue para
nosotros muy significativa, porque se desprendió una forma de ser, de
amigos, de recuerdos, como ese de la novia que te platiqué, bueno, ni
siquiera fue la novia; de mi hermana que iba por nosotros, que nos
compraba nuestras memelas y que luego tomábamos el camión que
costaba 35 centavos; de las fiestas deportivas, de los eventos que
organizaban para el día de las madres, y a los que mi mamá acudía. Sadi
Carnot es una calle muy significativa para Jaime y para mí.

La colonia San Rafael actualmente continua sufriendo transformaciones,


tales como la destrucción de casonas en ruinas y la construcción de condominios.
Uno de los cambios significativos es la apertura de espacios para la expresión del
arte contemporáneo. Hoy en día en la colonia se encuentra el Museo Experimental
El Eco (UNAM), la galería Hilario Galguera, la Galería Yautepec, Casa Maauad,
entre otros. Para conocer el interés de este gremio por habitar la San Rafael, se
realizó una entrevista a Brett W. Schultz, fundador de la Galería Yautepec, la cual
se transcribe en seguida:

91
Ya llevamos un poco más de cuatro años aquí. La primera expo que
hicimos en este espacio fue en octubre de 2009. En ese tiempo estuvieron
nada más representantes de la galería Hilario Galguera y del Museo El
Eco; pero ahora, obviamente hay muchos más espacios aquí dirigidos por
artistas como Lodos, Casa Maauad, (…), Preteen, Diagrama. Y ha sido
emocionante ver el crecimiento de la colonia como un nuevo centro para
el arte contemporáneo joven, y Yautepec siempre ha sido un apoyador de
artistas emergentes y seguimos en esa línea. Nos sentimos súper
cómodos en la San Rafael.

¿Por qué escogieron esta colonia?

Porque es céntrico pero también por la renta barata. Estuvimos buscando


un espacio específico: un local abierto a la calle y con techos altos; pero no
encontramos casi nada en Roma, en la San Miguel Chapultepec, ni en las
otras zonas de galerías; las rentas ahí costaban no menos de veinte mil,
treinta mil pesos. Entonces, encontramos este lugar, que de hecho fue una
tienda de autoestéreos, pero que arreglamos (…). Es un poco raro estar
aquí al lado de la carretera, pero ni modo.
Siempre se llenan las inauguraciones, también tenemos a mucha gente
visitando la galería. Y ahora, como ves, estamos invirtiendo de nuevo en el
espacio, remodelando el piso, pusimos nuevas paredes y entonces, aquí
nos vamos a quedar.

¿El edificio es de alguna época representativa?

Creo que fue construido en los treinta o cuarenta. Leí en algún lado que
Octavio Paz tuvo un departamento aquí, pero realmente no sé. Rentamos
aquí porque el espacio es perfecto para nosotros y por el precio súper
accesible.

¿Qué dinámica tienen con las colonias vecinas?

92
Yo sino estoy comiendo aquí en la San Rafael, siempre voy a la
Cuauhtémoc, porque está cruzando. También vivo en la Juárez, entonces
todos los días camino de mi casa a la galería y de regreso.

¿Te gusta la colonia?

¡Si me encanta! Está cambiando, no tan rápido como Roma o la Juárez


ahora, pero si hay muchos más artistas viviendo aquí, más espacios de
proyectos y más espacios alternativos como (…) Casa Maauad, Lodos
Contemporáneo, que están sobre Icazbalceta; Diagrama, que está en
Edison; Preteen, que está en Contreras; y creo que son todos.

¿La gente de la colonia viene a la galería?

En las inauguraciones ves un poco de todo: de chile, mole y pozole. A veces


la gente de la colonia pasa y entra, pero igual muchos piensan que tienen
que pagar para entrar, pero siempre está abierto al público. Mucha gente
pasa y se detiene para ver a través del vidrio, pero siempre están
bienvenidos.

269

269 Exterior de la Galería Yautepec. Fotografía de Mónica del Arenal. Enero de 2014.

93
3. La arquitectura de la colonia

En la colonia de los Arquitectos (de 1857 a principios del siglo XX) dominó el
eclecticismo integrado, que consiste en crear diseños propios sin recurrir a algún
estilo del pasado, a diferencia de estilos como el neoclásico, neogótico, etc.
Martínez Domínguez señala que: “… se adoptó todo lo proveniente de Paris, dentro
de un criterio ecléctico que admitía todas las formas clásicas del academicismo
como las aportaciones del barroco.”270 La arquitectura afrancesada que siguió la
colonia se ejemplifica en el edificio que todavía se puede observar en Antonio Caso
y Rosas Moreno, obra de Antonio Rivas Mercado, y que muestra guirnaldas,
angelitos, cariátides, atlantes y altos relieves.271

De acuerdo con la investigación sobre la arquitectura del siglo XIX realizada


por Israel Katzman, las tendencias que se observan en las casonas de la colonia de
los Arquitectos son: ecléctica integrada, ecléctica francesa, ecléctica semiclásica,
utilitarista y neomorisca.272 La arquitecta Martínez indica el tipo de arquitectura que
dominó en la colonia San Rafael según sus calles:

Así como en la parte perteneciente a la colonia de los Arquitectos proliferó


la arquitectura ecléctica y los estilos neos, en la parte que corresponde al
poniente, que colinda con el Circuito Interior y que se encuentra formada
por las calles de Manuel María Contreras, Velásquez de León y sus
perpendiculares Francisco Pimentel, Alfonso Herrera, Icazbalceta y
Ribera de San Cosme, y hacia el oriente de la calle de Bernal Díaz del
Castillo, se encuentran ejemplos de la arquitectura art decó simplificada
…273

270
MARTÍNEZ Domínguez, M. Op. Cit., p. 47.
271
ídem.
272
Ídem.
273
Ibídem, p. 101.

94
274

Complementando lo anterior, Kathya Millares señala en Las casonas extintas


publicado en El Milenio:

En la colonia habitaban diferentes corrientes arquitectónicas.


Encontramos la arquitectura ecléctica del porfiriato en la casa estilo árabe
en la calle de Gabino Barreda número 71, con ventanas de arcos árabes
y emplomados, torreón – minarete y almenas. También vecindades con
ecos neoclásicos, con patios cerrados por arcos de ladrillo en la calle de
Serapio Rendón número 59 y en la misma calle pero en los números 42 y
44 con un gran arco en la fachada. Casas de buena calidad en Serapio
Rendón número 43. Casas de los años veinte con decoración geométrica
en Francisco Pimentel esquina con Gabino Barreda. Casa art decó [estilo
que implica relieves adosados, marquesinas y ménsulas] de la década de
los treinta y cuarenta en la calle de Antonio Castillo y casas modernistas
de los años cuarenta y cincuenta.”275

El arquitecto Jorge del Arenal señaló sobre la arquitectura de la colonia San


Rafael:

Es una arquitectura ecléctica con una combinación de medio plateresco


con estilo neoclásico. Eran casas más bien hechas por ingenieros o

274
Plano de una privada de la colonia San Rafael. Catálogo de la exposición la arquitectura en
México. Porfiriato y movimiento moderno, INBA-SEP, México, 1983.
275
MILLARES, Kathya, Las casonas extintas, periódico El Milenio 10.08.2011.

95
arquitectos de la época que copiaban mucho el estilo. Tenían un sótano,
todas tenían unos respiraderos (…)

En la calle de la Ribera de San Cosme y en la colonia San Rafael las


casas eran con estilos europeizados: con estos balcones, elevadas, con
un sótano, que se ventilaba y una azotea plana; se hizo mucho en México
de esta arquitectura.

276

Ya sobre estilos específicos, como el clasismo y el neomorisco, que tienen


varias representaciones en la colonia San Rafael, la arquitecta Martínez refiere:

El clasicismo francés usa una ornamentación exagerada: entre columnas


clásicas, sobrepuso a las fachadas cariátides que sobresalen de los
muros y las estatuas en pares sobre los frontones y arcos en forma
yacente. Las columnas agrupadas en forma irregular para imprimirle
movimiento a la fachada son de origen francés. En México, este estilo se
llama clasicista.

Ejemplos de esta arquitectura son el edificio donde se localiza


actualmente la Universidad del Valle de México, en Gómez Farías y Sadi
Carnot; el que construyó el arquitecto Luis Bacmeister, que hoy ocupa el
Colegio Williams, en el número 33 de Sadi Carnot; la casa que edificó el
arquitecto Manuel Cortina García en el número 65 de Valentín Gómez
Farías; la del arquitecto Felipe Spota en Guillermo Prieto, número 99; la

276
Fachada de una casona de la colonia San Rafael. Catálogo de la exposición la arquitectura en
México. Porfiriato y movimiento moderno, INBA-SEP, México, 1983.

96
del arquitecto Rafael García y Sánchez Facio en Valentín Gómez Farías
y Sadi Carnot, que durante años fue ocupada por la Escuela de
Homeopatía del Instituto Politécnico Nacional y que fue demolida en los
años ochenta para darle paso a la arquitectura del siglo XX
(posteriormente se construyó en ese sitio la Federación de Trabajadores
al Servicio del Estado).277

Mientras que la arquitectura neomorisca en la colonia se manifiesta en lo que


queda del Rancho del Cebollón. Sobre este describe la arquitecta Martínez
Domínguez:

… está representada por un edificio que actualmente se usa como


vivienda comunitaria y que se encuentra recluido en un estacionamiento,
ubicado en Guillermo Prieto casi esquina con Rosas Moreno. Consta de
una hermosa galería de arcos lobulados, sostenidos por esbeltas
columnas. Penetra este espacio una escalera metálica que rompe con la
armonía de la arquería, pero que logra la funcionalidad del actual uso del
inmueble.278

4. Descripción actual

Entre el 2013 y 2014 recorrí la colonia San Rafael, conociendo y disfrutando sus
calles amplias, a veces arboladas, muchas veces sucias. No tiene ninguna plaza
central o punto neurálgico. Las casonas que quedan son impresionantes, a veces
abandonadas, otras muy bien conservadas. La colonia ha sido duramente golpeada,
quedan pocas edificaciones originarias; en cambio, hay muchas construcciones
modernas que nada tienen que ver con las porfirianas o de principios del siglo XX.

En uno de mis primeros recorridos, en el que huía del torbellino de la colonia


Cuauhtémoc (repleta de oficinistas), para refugiarme en la tranquilidad de la San
Rafael, descubrí: el café El gran premio, ubicado en la esquina de Sadi Carnot y

277
MARTÍNEZ Domínguez, M. Op. Cit., pp. 48-49.
278
Ídem.

97
Antonio Caso, está ahí desde 1962; la privada 116 de la calle Sadi Carnot, y el
Edificio de las Artes sobre Antonio Caso, que en el interior de sus locales recoge la
fonda Gourmet México, D.F.

En otra de mis andanzas confirme lo sucia que es la colonia; sin embargo,


caminar las calles arboladas que van de poniente a oriente es deleitable. Los cruces
de Altamirano y Covarrubias, y la de Altamirano y Guillermo Prieto, son agradables.
Sigue habiendo casonas, aunque de muchas de ellas sólo se conserva la fachada
con edificios nuevos de fondo. En aquella ocasión oí varias voces de la San Rafael:
el gassssssss, el chiflido prolongado de los camotes y “…se compran refrigeradores,
estufas, lavadoras, microondas o algo de fierro viejo que vendannn.”

Las calles de la colonia San Rafael

Cada calle tiene sus particularidades, sobre algunas de ellas se contarán dichos,
impresiones y datos, con la finalidad de proporcionar una imagen general de la
colonia a los lectores. Las calles serán nombradas primero, de oriente a poniente, y
luego, de sur a norte.

Los límites actuales de la colonia San Rafael son: al norte, la Ribera de San
Cosme; al oriente, Avenida Insurgentes; al poniente, Avenida Melchor Ocampo y la
calle Virginia Fábregas; y al sur, las calles James Sullivan y Parque Vía.

Sadi Carnot. En la calle Sadi Carnot se encuentra, en el número 110, la primera


privada de la colonia y la privada del número 116, que merecen un relato aparte.
Sobre esta calle, casi llegando a Gómez Farías, está la Universidad del Valle de
México, antigua casa de los Escandón.

En uno de los paseos por Sadi Carnot, mi madre y yo, tuvimos la fortuna de
encontrar abierto el Pentatholón Deportivo Militar Universitario. Este se creó en
1938 por doce estudiantes de la Facultad de Medicina de la UNAM que tenían como
finalidad juntar a las mejores voluntades para crear una patria fuerte. El edificio tiene
un portón grande, de techos altos; de lado derecho hay una tienda y de frente se

98
entra a un amplio salón que tiene un gran mural y donde los niños de taekwondo se
preparaban para comenzar su clase. Frente al Pentatholón se encuentra la Muy
Respetable Gran Logia Valle de México, cuyo símbolo y nombre se encuentran en
su fachada. Favorablemente también estaba abierta, encaminamos nuestros pasos
a la entrada y alcanzamos a ver una serie de bustos como el de Benito Juárez y una
pequeña estatua de “Cantinflas”. El hombre de la entrada nos dijo que sólo lo socios
podían entrar, y que para ser socio, entre otras cosas, había que ser hombre. Le
dimos a conocer nuestro punto de vista al respecto, consideramos que actúan
discriminatoriamente, tratamos de convencerlo para entrar, pero no accedió.
Mientras, llegaban hombres que saludaban al señor de la recepción y que pasaban
al salón del fondo.

Como ya se mencionó, en entrevistas separadas, platiqué con mi padre Jaime


del Arenal y mi tío Jorge del Arenal, que estudiaron en el colegio Cristóbal Colón en
los años cincuenta y sesenta. Después de hablar con ellos llegué a lo que fuera la
casa de los lasallistas en Sadi Carnot y que actualmente pertenece al Instituto Anglo
Español. Una hermana del Instituto me dejó pasar cuando le comenté que mi padre
había estudiado ahí cuando era el Cristóbal Colón. Magda, una señora que estaba
en la recepción, me acompañó en toda la visita. Nos dirigimos a la casa de ladrillo,
de la que ya me había hablado mi tío Jorge, ahí la madre se acercó y comentó que
antes de ser de los lasallistas fue la casa de los Azurmendi, me alegré de encontrar
la casa que descubrí en el archivo de la Fototeca Nacional. Le pregunté a la
hermana de cuando era la casa y las tres salimos a ver una fecha grabada en la
pared que lee “1897”. La madre nos dejó y continué el recorrido con Magda. Vimos
la torre de mosaico “traído desde Francia”, mosaicos que se están cayendo y que
cuando los alumnos los ven flojos se los dan a alguna autoridad para que los guarde.
Sobre esto han buscado apoyo con el INAH, pero hacen caso omiso. Mostró la zona
de la biblioteca que fue construida por las hermanas y donde según dicen, con los
lasallistas, había un frontón. Subimos al edificio de las aulas para que tomara las
fotos y de regreso pasamos a la casa de ladrillo rojo: amplia, iluminada, fresca y con
una escalera que sube hacia la izquierda y derecha que se viste con la herrería de
la época. Los techos altos, blancos como las paredes y las puertas de madera.

99
Magda tocó el timbre de la casa de las hermanas, una de ellas abrió y pasamos a
la capilla, que según cuenta, sigue siendo la misma desde hace años. Tomé un par
de fotos más de la herrería ¡que fascinó!, alguna de la puerta principal original y
eché un último vistazo al que fuera uno de los edificios donde estudiaron mi padre
y mi tío.

280
279

279 Interior de la casa actual casa de las hermanas del colegio Anglo- Español, antigua casa de los
Azurmendi Fotografía tomada de la Fototeca Nacional [en línea] disponible en
http://fototeca.inah.gob.mx/fototeca/
280 Interior de la casa actual casa de las hermanas del colegio Anglo- Español, antigua casa de los

Azurmendi Fotografía de Mónica del Arenal. Enero de 2014.

100
281

Antonio del Castillo. La calle Antonio del Castillo inicia en la Ribera de San Cosme
y termina en Thomas Alva Edison, junto con la calle Lorenzana, es la más corta. De
la calle sale un pequeño callejón que se llama Privada Antonio del Castillo y sobre
el que recordó mi tío Jorge:

… a veces nosotros, ya en la secundaria, en ese callejón (Privada Antonio


del Castillo) era donde nos íbamos a pelear a trompadas. Los alumnos
que estaban de pleito que se veían a la salida, de ahí nos íbamos todos a
verlos tranquearse y después ya los separaban. A veces llegaban los
profesores que nos sancionaban, hacían internado, regresaban a la
escuela y ya no nos dejaban salir. Este callejón también es un callejón
interesante…

281
Escalera de la actual casa de las hermanas del colegio Anglo-Español. Fotografía de Mónica del
Arenal. Enero de 2014.

101
282

Con la señora Gabriela García, que nació en los años sesenta en la privada
Blanca de Serapio Rendón, caminé por la calle de Antonio del Castillo. Al recorrerla
le comenté lo bonita que es, y contestó que también es peligrosa, que muchas veces
ahí asaltan porque la gente que vive en la calle ya es de edad y se encierra
temprano.

Serapio Rendón. En la calle Serapio Rendón, que merece varios ensayos aparte,
se encuentran: la parroquia de los Santos Cosme y Damián, el cine Ópera, el café
de chinos Córdoba, el restaurante de comida norteña La Tonina, el teatro Manolo
Fábregas, las privadas Blanca y Roja, y el INJUVE, entre otras cosas.

Miguel E. Schultz. Sobre la calle Miguel E. Schultz, recuerda la arquitecta Margarita


Martínez Domínguez, que vivió durante su infancia en la colonia San Rafael:

En Miguel E. Schultz y Alfonso Herrera la dulcería Larín de caramelos y


ricos chocolates, enfrente el restaurante Kilos era sitio de reunión de los
jóvenes de entonces. Sobre esa misma calle junto al cine Lux, existió un

282
Privada Antonio del Castillo. Fotografía de Mónica del Arenal. Enero de 2014.

102
changarrito donde vendían tacos de cabeza, los cuales eran la delicia del
mediodía cuando regresaba del Colegio Hispano Americano.283

El dueño del café de chinos Córdoba, que se encuentra frente a la parroquia


de los Santos Cosme y Damián, también recordó el cine Lux, dijo que ahí pasaban
películas mexicanas, como las de Pedro Infante y Jorge Negrete. Así mismo, la
señora García recordó el cine Lux que luego se llamó Fernando Soler. De este cine
señala Martínez Domínguez:

En 1947 se inauguró el cine Lux en el número 9 de Miguel E. Schultz, con


un cupo para 2306. Por los años sesenta, tuvo un periodo de decadencia,
se convirtió en el cine de barrio que ofrecía tres películas por el precio de
una. En los ochenta, cambio su nombre como homenaje a don Fernando
Soler y desde los noventa, una asociación religiosa lo recuperó para
adoctrinar a sus seguidores.284

Mi hermana y yo, en otra ocasión, recorrimos la San Rafael de noche. De


pronto, sobre Gómez Farías, vimos una procesión. Le dimos la vuelta en auto y en
Miguel E. Schultz notamos que se detenían frente a una iglesia. Estacionamos el
coche y nos integramos con los vecinos que, en compañía del padre, cantaban la
posada. Todas las mujeres, viejas y jóvenes, llevaban una mantilla en la cabeza.
Cuando terminó la posada, nos dejaron entrar a la iglesia: austera, grande, con una
nave, pocas imágenes y en un costado el nacimiento.

Ignacio M. Altamirano. En la calle Ignacio M. Altamirano se localizan, entre otras


cosas: el teatro Jorge Negrete, otra privada y una clínica del ISSSTE. Además, está
la Asociación Nacional de Actores (A.N.D.A) que se creó en 1934, y que entre otros
secretarios generales ha tenido a Fernando y Julián Soler, Mario Moreno Cantinflas
y Jorge Negrete.

En los años sesenta en el número 50 de Altamirano vivieron familias


procedentes del interior de la república

283
MARTÍNEZ Domínguez, M. Op. Cit., p. 105.
284
Ibídem, pp. 84-85.

103
Esta privada correspondía a lo que hoy se conoce como condominio
horizontal, pues a cada departamento correspondía una vivienda
individual de dos niveles: en la planta baja se localizaba la cocina con
acceso independiente; el comedor y la sala, que separaba un vestíbulo
del que partía la escalera; en el segundo nivel, había tres recámaras, un
vestíbulo con un baño y el acceso a la azotea y al cuarto de servicio, que
también contaba con baño. La escalera desde la planta baja hasta la
azotea era de granito, los pisos de duela y los vestíbulos de mosaico de
pasta. Las dimensiones de los espacios eran generosas y había alrededor
de los techos al igual que en los zoclos unas molduras de yeso.285

De esta calle recuerda Martínez Domínguez los negocios de comida que


frecuentaba: “… en Altamirano y Alfonso Herrera, estaban las tortas del Güero y
los domingos, las enchiladas de mole de Oaxaca de doña Cholita; siguiendo la calle
de Altamirano hasta llegar a Pimentel, los sopes de doña Carmelita.”286

Gabino Barreda. La calle Gabino Barreda es tranquila y arbolada, pasan poco los
coches. Se conservan varias fachadas con edificios detrás. En la esquina con
Francisco Pimentel se ven cuatro casonas de diferentes colores que me llevan a
otra época, vieja y olvidada. En la cuadra que va de Covarrubias a Antonio Caso la
calle se deteriora, quedan pocas casonas, más bien son edificios modernos, alguna
pensión de autos y un edificio en construcción.

Virginia Fábregas. La calle Virginia Fábregas comienza sobre calzada Melchor


Ocampo pasando la calle Guillermo Prieto y termina en Ribera de San Cosme. En
la esquina está el famoso restaurante de birria La Polar. La calle, aunque está a una
cuadra del Circuito Interior, es tranquila, arbolada y con casas que la visten bien.
Además del teatro San Rafael está la Capilla Británica, el Centro Cultural Juan Ruiz
de Alarcón y el Mexico City National Cementery. Este cementerio es un oasis entre
el caótico Circuito y la pacífica Virginia, los nichos están en perfectas condiciones y
la tranquilidad es tal que invita a sentarse en las bancas del jardín. El jardín está

285
MARTÍNEZ Domínguez, M. Op Cit., p. 110.
286
Ibídem, p. 105.

104
muy bien cuidado, con su pasto al centro, sus árboles altos, y flores y plantas que
lo adornan lindamente.

Las calles de la colonia San Rafael de sur a norte.

James Sullivan. En la calle James Sullivan está el restaurante El Triunfo cuya


especialidad son los chiles en nogada, es una fonda muy sabrosa con un menú
económico. Sobre la calle se encuentra el Museo Experimental El Eco y la funeraria
Gayosso, que se inauguró en 1957. Entre está calle y Villalongín está la plaza del
Monumento a la Madre y el Jardín del Arte, que recibe ese nombre por reunir a
artistas, proveedores de materiales y compradores cada domingo. Sobre este
espacio recuerda Martínez Domínguez:

Comparte con la colonia Cuauhtémoc el Jardín del Arte, frente a la plaza


de la Mariscal Santa Cruz, localizada en los que fueron los terrenos de la
estación Colonia del Ferrocarril Central. El Jardín del Arte fue fundado el
23 de enero de 1950 por el arquitecto Jorge Contreras y el licenciado
David Marín Foucher, junto con un grupo de entusiastas pintores aunados
al Instituto Nacional de la Juventud, y con anuencia de la Asociación de
Vecinos de la Colonia Cuauhtémoc, con el fin de exponer su trabajo
pictórico.287

Don Beto, que lleva sesenta años viviendo en la privada Blanca de Serapio
Rendón, y la señora García, que nació en la misma privada, comentaron que todavía
hay mucha prostitución sobre Sullivan, desde Rosas Moreno hasta el Circuito
Interior. Don Beto dijo que por ahí hay muchos hoteles; que llevan parándose allí
desde hace años y que, aunque los vecinos se quejen, las autoridades no hacen
nada para erradicar el problema. Sobre la prostitución comentó mi tío Jorge del
Arenal:

De hecho esto era una zona de mucha prostitución (Sullivan esquina con
Serapio Rendón y Sadi Carnot), ahorita ya no; pero hubo una época en
que todas las prostitutas se paraban en esta esquina o en esta y aquí

287
MARTÍNEZ Domínguez, M. Op. Cit., p. 98.

105
enfrente. Fue en la época de los setenta y ochenta; era muy sabido el
grado de prostitutas que había en estas calles. Se volvió muy oscuro, muy
peligroso caminar por esta banqueta, de todas maneras hoy se siente
todavía medio peligroso, no es muy seguro.

Guillermo Prieto. La calle Guillermo Prieto se convierte en Gómez Farías pasando


Serapio Rendón. En la esquina con Virginia Fábregas está el conocido restaurante
de birria La Polar; la gente se detiene a media mañana para comer un taco de birria.
En esta calle vivió la familia del poeta Manuel Acuña. Sobre la calle comenta
Martínez Domínguez:

En la calle de Guillermo Prieto y Altamirano, comprábamos en los


ultramarinos Las Cibeles de jamón serrano de mi preferencia, las latas de
callo de hacha y los camarones Excélsior. Enfrente estaba la birriería El
Borreguito, donde, además del rico pozole y la birria, sazonaban los
taquitos de lomo adobado. De este lugar, hoy sólo queda el nombre, bajo
el cochambre del smog.288

… en Guillermo Prieto se localizaba la panificadora La Primavera, y


aunque hoy está desaparecida, el edificio aún conserva el nombre; dos
locales adelante, estaba una lechería donde se compraba la leche de
rancho, y ahí veíamos los cántaros de lámina en los cuales la
transportaban.289

En la calle Guillermo Prieto, entre Rosas Moreno y Miguel Schultz, se


encuentran las ruinas de lo que fuera el Rancho del Cebollón. Entré un par de veces,
en una ocasión uno de los inquilinos me comentó que son tres dueños y me dijo que
ya más para adentro (donde están los arcos) no me iban a dejar pasar. Adentro,
como se puede observar, hay varios coches chatarra, y al parecer afuera hay un
servicio mecánico. Los mosaicos de la construcción se están cayendo, y lo que se
alcanza a ver a través de esos hermosos arcos, son ruinas y maleza, ¡es una tristeza
ver así esta edificación!

288
Ibídem, p. 105.
289
Ibídem, p. 106.

106
290

Francisco Pimentel. Francisco Pimentel, que va de Rosas Moreno a Virginia


Fábregas, es una calle encantadora, arbolada y por la que pasan poco los autos.
En la cuadra que va de Rosas Moreno a Altamirano se conservan muchas casonas
y cruzando Altamirano esta la iglesia de San Rafael Arcángel. De esta calle comenta
la arquitecta Martínez Domínguez:

En Pimentel, junto a la iglesia de San Rafael, la pastelería Dalvis, que


ahora con nuevo nombre, pero con los mismos pasteles, donde todavía
se pueden saborear los palitos de queso y los panqués de nuez, aunque
ya no elaboran los cuernos rellenos de queso, que quedaron en la
nostalgia.291

Por su tranquilidad, cantidad de árboles y casonas que se conservan,


Francisco Pimentel y Díaz Covarrubias me resultan muy encantadoras para
recorrer.

En la esquina de Rosas Moreno se encuentra, en una casona porfiriana, la


galería de arte contemporáneo Hilario Galguera. Para entrar a la galería hay que
tocar el timbre, ya que nunca está abierta; además, no tiene ningún letrero que la
anuncié. La galería se fundó en el 2006 por Hilario Galguera, amigo y representante
del polémico artista británico Damien Hirst. Desde la creación la finalidad fue
generar un espacio de producción, registro y discusión del arte contemporáneo

290
Fachada del que fuera el Rancho del Cebollón. Fotografía de Mónica del Arenal. Enero de 2014.
291
MARTÍNEZ Domínguez, M. Op. Cit., p. 105.

107
internacional. La mayoría de los artistas que representa son internacionales. De
2008 a 2011 la galería abrió un segundo espacio en Leipzig, Alemania, en una
antigua fábrica de hilo del siglo XIX. Desde el 2012 tiene una oficina en Berlín, donde
participa del arte contemporáneo.292

293

Thomas Alva Edison. En la calle Thomas Alva Edison y Antonio del Castillo me
encontré un viejo edificio porfiriano. Largas tiras con rectángulos blancos y azules
anunciaban que edificios se estaban construyendo o se construirán, pero que ya
estaban vendiendo. Me acerqué al vendedor que campechanamente estaba
sentado debajo de una sombrilla. Le hice varias preguntas para saber el futuro del
edificio: ¿Para cuándo estarán los nuevos edificios? ¿De cuándo es la casa?
¿Conservarán la casa o la destruirán? Las preguntas se terminaron: - “destruiré la
casa” - me contestó desde su silla de plástico, ¡sólo conservará la fachada! La casa
existía y solo conservaría la fachada para construir departamentos de 50 y 60
metros cuadrados. No me permitió entrar, destruirán la casa dentro de un mes.
Tomé un folleto y observé la fachada desde el otro lado de la calle, sin poder creer
lo que acababa de escuchar. Era la primera vez que me encontraba con un edificio
que existe y que destruirán para construir un montón de departamentos de 50
metros cuadrados. ¡Una casa porfiriana que se pierde porque Edison Urban
Residencial propone reinventar mi forma de vivir en una joya de la San Rafael!

292
Galería Hilario Galguera [en línea] disponible en http://www.galeriahilariogalguera.com/nueva/
293
Exterior de la Galería Hilario Galguera. Fotografía de Mónica del Arenal. Enero de 2014.

108
Un mes después volví a pasar por Thomas Alva Edison,
desafortunadamente, a pesar de haber comunicado a especialistas en patrimonio
cultural, estaban destruyendo la casa. Fue triste verlo, las paredes golpeadas, las
puertas graffiteadas y camiones de carga entrando y saliendo a través de una
ventana derruida. ¿Cómo detener esto? ¿Cuántas casas que se han tirado y de las
que no me he enterado? Me resulta muy penoso.

294

295

La calle Thomas Alva Edison cambia de nombre pasando Serapio Rendón a


Alfonso Herrera.

294
Casona Porfiriana en Thomas Alva Edison destruida por Edison Urban Residencial. Fotografía de
Mónica del Arenal. Febrero de 2014.
295
Casona Porfiriana en Thomas Alva Edison destruida por Edison Urban Residencial Fotografía de
Mónica del Arenal. Febrero de 2014.

109
García Icazbalceta. En la calle García Icazbalceta, que va de Rosas Moreno a
Virginia Fábregas, está el Mercado de San Cosme, Casa Maauad, el hostal El Patio
77 y una iglesia que casi da con Virginia Fábregas.

Finalmente, resulta penoso ver como las casonas que otrora existieron en la
colonia San Rafael han sido destruidas para dejar únicamente la fachada y construir
un montón de departamentos. A pesar de esto, todavía encontramos considerables
edificios completos que podrían protegerse como patrimonio artístico.

ANÁLISIS ANTROPOLÓGICO

El trabajo de campo en la colonia San Rafael se realizó de la siguiente forma:

¿Qué se estudió sobre la La memoria colectiva e historia oral.


colonia San Rafael?

¿Cuál fue el espacio La colonia San Rafael. Sus límites: Ribera de San Cosme,
estudiado? Avenida de los Insurgentes, James Sullivan y Melchor
Ocampo/Virginia Fábregas.

¿Cuánto tiempo duró la De agosto del año 2013 a agosto del año 2014.
investigación de campo y
bibliográfica?

¿Cuáles fueron las En el trabajo de campo se realizaron: entrevistas abiertas,


técnicas de investigación? pláticas espontáneas (con o sin grabadora), recorridos por
la colonia y observación participante. Apoyo en fotografías
de los informantes, antiguas de la colonia y de la
investigadora. Investigación bibliográfica básica para el
apoyo a las fuentes orales.

¿Las entrevistas y pláticas La investigación desde un inicio tuvo por principios: la


se elaboraron a partir de la recuperación de la memoria e historia oral de los
subjetividad? poseedores de la colonia San Rafael. La nostalgia de la

110
investigadora por el tiempo que no le toco vivir. La estética
y orden de las casonas porfirianas.

¿Cuántos fueron los Fueron veintidós los informantes, entre pláticas


entrevistados? espontáneas y entrevistas abiertas.

¿Cuál fue el universo Los informantes fueron: hombres y mujeres, de edades


social? entre cuarenta y noventa años, que realizaron la educación
básica en escuelas públicas y privadas, que tienen una
profesión, un negocio o son dependientes de otro.

¿Desde qué año están La temporalidad va del año 1920 al año 2014.
narrando los
entrevistados?

Lo anterior, para contextualizar la investigación y dar pie al análisis de la


memoria colectiva e historia oral, en correlación con otros conceptos, de la colonia
San Rafael, así como de los lugares que se estudiaran más adelante.

Jim Sharpe refiere en su artículo Historia desde abajo que la “nueva historia”, se
ha interesado sobre todo, desde 1966, por la historia de los “de abajo” o “de los que
no tienen historia”,296 o dicho por Edward Thompson de la historia de la: “…calcetera
pobre, al campesino ludita, al tejedor “anticuado” que trabaja con un telar manual,
al artesano “utópico…”297 Pero también se ha dedicado a abordar la historia de la
“gente corriente”. 298 Como se observó a lo largo del ensayo titulado “La colonia San
Rafael”, la investigación no se centró precisamente en “los de abajo” entendiéndolos
como los marginados o excluidos, pero sí tuvo como objetivo rescatar la memoria
de gente común que ha vivido, experimentado, sentido y, por lo tanto, coleccionado
recuerdos. Esta gente común manifestó recuerdos de experiencias cotidianas

296
SHARPE, J. Op. Cit., pp. 38-40.
297
THOMPSON, E.P. Op. Cit., p. 40.
298
SHARPE, J. Op. Cit., p. 40.

111
dentro y en los alrededores de la colonia, su memoria fue recogida por la
investigadora, considerándola valiosa y susceptible de perderse por el paso del
tiempo y por el poco interés de investigadores y habitantes de la ciudad por valorar
su historia cotidiana.

La historia oral de la colonia San Rafael fue compilada a partir de realizar


entrevistas abiertas y conversaciones espontaneas con viejos y nuevos habitantes,
trabajadores, vecinos o asiduos visitantes. Para todos ellos tiene un significado
particular la colonia, a partir de sus recuerdos se desprenden expresiones o gestos
que manifiestan el valor que le conceden, refiriendo en todos estos recuerdos redes
de relaciones familiares, laborales, escolares, de amistad que le dan cuerpo al
referente colonia San Rafael.

De acuerdo con Velasco y Díaz de Rada, la objetividad de la investigación en


el trabajo de campo se alcanza gracias a la buena e intensa comunicación entre el
investigador y el grupo social.299 Resulta importante mencionar que la presente
investigación desde un principio parte de la subjetividad, de las inquietudes de la
investigadora y de categorías como: nostalgia, pasado, recuperación, conservación.
El grupo social delimitado, los lugares escogidos, las preguntas y conversaciones
con los informantes, buscan encausar a los entrevistados para que revelen
recuerdos, experiencias y sentimientos de un tiempo pasado. Para dar pie a esta
buena e intensa comunicación se recurrieron a los recuerdos de los informantes en
ambientes familiares o cotidianos para ellos, tales como: la casa, el trabajo o
restaurantes de la colonia San Rafael.

Sobre la técnica de la investigación etnográfica, Velasco y Díaz de Rada refieren


que la meta más utópica del investigador es llegar a pertenecer al grupo que estudia.
La presente investigación no tuvo tal objetivo (aunque quizá la investigadora si lo
deseaba), pero uno de ellos sí fue llegar a comprender o crear una imagen amplia
de lo que fue la colonia San Rafael hace aproximadamente sesenta años.

299
VELASCO, H. Op. Cit., p. 31.

112
De acuerdo con la teoría sobre los lugares de Abilio Vergara señalada
anteriormente, la colonia San Rafael puede considerarse un lugar por tener un
lenguaje particular, arquitectónico, sonoro y visual; rutinas que caen en el plano de
lo extracotidiano, rituales particulares, identidades delimitadas; y por supuesto,
historia y pertenencia de sus lugareños y acérrimos visitantes. Algunas de las
características de los lugares, como identidad de lo local, ritual, relato de vida y
frontera se analizarán con base en un ejemplo dentro de la colonia.

Identidad de lo local: como lo señalan las autoras Safa y Ramírez, la identidad


de un lugar está constituida desde la experiencia del sujeto, de la construcción de
identidades colectivas y como actores políticos. 300 Los informantes manifestaron
sus experiencias y recuerdos personales de la colonia, vinculando en todas a ellas
relaciones sociales que conforman identidades colectivas. Sobre la acción política,
los informantes no refirieron algo, sin embargo existe en la colonia una organización
que se dedica a ver por los intereses de los colonos.

Relato de vida. Las pláticas con Jaime y Jorge del Arenal son un buen
ejemplo de lo que significa un relato de vida. Durante las conversaciones expresaron
su visión y versión del mundo en los años que estudiaron en el colegio Cristóbal
Colón, haciendo notar las dimensiones y ritmos de los acontecimientos de su vida,
ya fuera dentro del colegio, en la calle de Sadi Carnot o en los alrededores.

Ritual: Las inauguraciones de las galerías se consideran como un ritual porque


el grupo del medio artístico le da un valor específico a dicha acción llevando un
proceso de mucho tiempo: se montan y desmontan muestras continuamente para
presentar diversos artistas, y los artistas que exponen en las galerías demuestran
la línea artística que llevan éstas. Para montar una exposición intervienen muchos
actores, entre ellos los propios artistas, los medios de comunicación, dueños de la
galería, museógrafos, etc.

Frontera: La galería de arte tiene fronteras tanto físicas como simbólicas bien
delimitadas. Física, por ejemplo, en el caso de la casona del Porfiriato de la galería

300
SAFA, P. Op. Cit., p. 118.

113
Hilario Galguera, y simbólica, por ser parte de un gremio hermético, por ser un medio
al que tiene acceso únicamente el gremio o los interesados, como lo confesó el
director de la Casa del Cultura San Rafael al desconocer que en la colonia existieran
galerías de arte contemporáneo.

Con la finalidad de realizar la vinculación entre antropología y crónica de la


ciudad mencionada en el Marco Teórico, se tomaron en cuenta las impresiones y
experiencias de la investigadora en los recorridos por la calles de la colonia San
Rafael. Esta fue la finalidad de mantener el apartado sobre Recorridos, ofrecer una
estampa de los lugares a partir de la historia escrita, oral y la subjetividad de la
investigadora.

114
CAPÍTULO TERCERO. EL CINE ÓPERA

El antiguo cine Ópera, fundado el 11 de marzo de 1949, se encuentra en el número


9 de la calle Serapio Rendón, a unos pasos de la Ribera de San Cosme, adosado
al claustro de la parroquia de los Santos Cosme y Damián. Operó como cine y teatro
durante cuarenta y cuatro años, los últimos en franca decadencia. En 1993, empezó
a utilizarse como sala de conciertos de rock. En 1998, fue oficialmente clausurado.
Desde entonces es una mole en ruinas destinada a evocar recuerdos entre sus
antiguos visitantes.

301

1. Historia escrita y oral del cine

Tradicionalmente, la colonia San Rafael fue un centro de reunión por la


cantidad de teatros y cines que albergó. Entre los cines más importantes destacan
los siguientes: el Encanto, inaugurado en 1937 en la calle de Serapio Rendón y que

301 Estatuas de la fachada del cine Ópera. Fotografía de Mónica del Arenal. Agosto de 2013.

115
se cayó con el temblor de 1957; el Lux, inaugurado en 1947 en Miguel Schultz; el
San Rafael, en Guillermo Prieto y el Ópera en Serapio Rendón. Cuando, entre mis
entrevistados, vecinos, visitantes, viejos y nuevos habitantes o trabajadores de la
colonia, pedí que me contaran sobre lo que fue el cine Ópera –que, de todos los
anteriores, es el único que queda en pie–, inevitablemente empezaba un retahíla de
recuerdos sobre los cines de ésta y otras colonias. Mi padre Jaime del Arenal, que
estudió primaria y secundaria en el Colegio Cristóbal Colón ubicado en la calle de
Sadi Carnot, refirió que: “ese teatro Ópera, junto con el cine Roble y el teatro
Variedades, conformaban los tres grandes cines de México en la década de los
cincuenta, sesenta y setenta”. Por su parte, el dueño del café chino Córdoba –que
está frente a la parroquia de los Santos Cosme y Damián y que lleva allí alrededor
de sesenta años– comentó que él conoce mucho de cines porque tenía un amigo
que trabajaba en el medio. Con los pases que le regalaba iba al Palacio Chino, al
Variedades, al Olimpia… Recordó que en el Lux se veían las películas de Pedro
Infante y Jorge Negrete, y enumeró otros cines en los alrededores de la San Rafael:
el Magestic, el Roxy y el Rivoli, que se destruyeron para construir condominios, y el
Cosmos, que lleva años clausurado y que opina se podría salvar. Los que más le
gustaban, por ser los más vistosos, eran el Florida, el Palacio Chino y el Variedades.
Pero el más glamoroso de todos era el Encanto “porque tenía dos gladiolas y
elevadores”. Confesó que él era cinero porque lo invitaban y puntualizó que ahora
ya no existen “cines sino salas”.

El cine Ópera ocupó el espacio del antiguo huerto de la parroquia de San


Cosme y Damián. Tanto el diseño de la arquitectura (Félix Nuncio) como la
decoración (Manuel Fontanals) responden al estilo art decó, que había tenido su
apogeo en México treinta años atrás.302 La fachada presenta dos estatuas
femeninas, ataviadas con túnicas griegas, perfectamente paradas de frente que
muestran las máscaras de la tragedia y comedia; de frente, en letras anaranjadas,
se anuncia el cine y bajo el letrero, la marquesina, que ahora se encuentra en
verdadero estado de abandono. Las grandes paredes son de piedra rojiza y se

302
MARTÍNEZ DOMÍNGUEZ, M. Op. Cit., p. 84

116
observa que en algún momento fueron pintadas de rosa; al costado derecho, casi a
la altura de las caras de las estatuas, un rostro en alto relieve se muestra hierático.
En la parte superior de la fachada se anuncia entre pequeñas plantas silvestres,
una vez más, el cine en grandes letras grisáceas. En el interior la candelaria fue de
bronce y cristal, los sillones de terciopelo rojo y los muros acristalados. Sobre el
estilo del cine Ópera, menciona Margarita Martínez Domínguez:

[Félix Nuncio] desarrolló la fachada en un estilo racional, con un pórtico


enmarcado por una marquesina volada semicircular a la que coronan dos
grandes esculturas art decó, y cuatro intercolumnios, sobre los cuales
descansa el nombre del cine. En el vestíbulo principal, concebido con
doble altura para lograr un efecto de magnificencia, se localizan dos
escaleras laterales que convergen en el vestíbulo del anfiteatro, en forma
de un gran balcón. La sala de proyección se divide en dos niveles: la
planta baja corresponde a la luneta, que se encuentra cubierta por el
anfiteatro en su tercera parte, ambos divididos por pasillos transversales.
El interior es obra de Manuel Fontanals, que decoró los barandales de las
escaleras y el balcón del anfiteatro, los marcos de las puertas, así como
los candiles, lámparas y sillones en la sala de espera, todo estilo art
decó.303

Algunos de los entrevistados hablaron sobre la arquitectura, el interior y las


dimensiones del cine. Jaime del Arenal observó que: “era realmente un teatro con
unas características arquitectónicas muy sobresalientes: la característica
fundamental era una fachada muy clásica, muy estilo grecolatino, grecorromano y
su interior también. Era una sala de unas dimensiones espectaculares”.

303
Ibídem, p. 85.

117
304

Jorge del Arenal, que estudió en el Colegio Cristóbal Colón, recordó sobre el
cine Ópera que: “era un cine grande, con un entarimado y un escenario grandes; un
cine con una capacidad importante, aunque no te puedo decir cuántas butacas, y
con un estilo como art decó. Recuerdo que las marquesinas estaban muy
iluminadas y su taquilla también tenía influencia art decó de los veinte”. El dueño
del café Córdoba, comentó al respecto, mostrándome unas fotografías del interior
del inmueble: “es un cine grande; tiene una gladiola hasta arriba y cámaras que
antes estaban arriba y ahorita están abajo; una dulcería; y unos candiles en donde
estaban los baños…”. Añadió que sobre la sala del cine había un candil que ahora
está tirado sobre las pocas butacas que quedan. Desconozco, ya que no pude entrar
al cine, si aún se encuentran las butacas como lo muestra la imagen.

305

304
Fachada del cine Ópera. Fotografía de Mónica del Arenal. Agosto de 2013.
305
El cine Ópera [en línea] disponible en http://thecitylovesyou.com/urban/cine-opera-%C2%BFque-
hay-dentro-de-las-ruinas/. Fecha de consulta Febrero de 2014.

118
306

La señora Luz María Ortiz, que nació en la calle de Naranjo en la colonia


Santa María la Ribera, comentó sobre el interior del cine mientras lo observábamos:

Tiene una construcción maravillosa, la sala del cine de dos pisos, la planta
baja y las plateas. Ahí caben más de dos mil personas; tiene una escalera
monumental impresionante. Esas son las taquillas y la parte donde se
vendía la dulcería que también era muy grande; una escalera hermosa
está flanqueada por unas estatuas tipo griego, muy bonitas… Los asientos
eran muy cómodos, las butacas tipo teatro. Los baños eran gigantescos,
me acuerdo que eran muy grandes. En fin, cosas así que recuerdo de mi
niñez, por supuesto es este cine y los de Santa María que tiraron, el
Magestic y el Rivoli. ¡Y realmente es un edificio impresionante!, pero está
totalmente abandonado.

Cuando caminamos para ver la fachada dejó escapar: “¡Ojalá a alguien se le


ocurriera arreglarlo! ¡Ve qué tamaño! Y siempre la marquesina te anunciaba la
película que estuviera proyectando. Las estatuas con los mascarones del teatro…”.

306
Lobby del cine Ópera. Fotografía de Mónica del Arenal. Agosto de 2013.

119
307

La señora Gabriela García, que nació en la privada Blanca de Serapio


Rendón, ilustró del interior del teatro: “…la pantalla tenía un telón que se corría al
iniciar la función y en el intermedio se cerraba, era de terciopelo de color rojo y
arrastraba el piso. Las butacas estaban forradas en terciopelo rojo y sus candiles
eran de cristal cortado, decía mi abuela…”

Hoy en día, tal como puede apreciarse en las fotografías, todo ese glamour
ha desaparecido. Las hermosas taquillas que recuerda el dueño del café Córdoba
se han visto reducidas a dos paneles de vidrio a los costados de la entrada, la
marquesina no anuncia más las películas de moda y las salidas de emergencia
están completamente graffiteadas.

El cine se inauguró el 11 de marzo de 1949 con la exhibición de la película


Una familia de tantas de Alejandro Galindo. La película, protagonizada por Fernando
Soler, Martha Roth y David Silva, muestra cómo los valores de la sociedad moderna
se introducen en una familia tradicional mexicana a través de un producto
electrodoméstico.

307
El cine Ópera [en línea] disponible en http://fototeca.inah.gob.mx/fototeca/. Fecha de consulta
Febrero de 2014.

120
308

En las pláticas sobre el cine Ópera inevitablemente salían a cuento las


películas que se exhibían: las de Disney y las de Cantinflas. El señor Eduardo
García fue uno de ellos, quien visitó frecuentemente el Ópera con su familia en la
década de los setenta. El señor Méndez fue un par de veces al cine Ópera, recordó
haber visto La noche de las narices frías. Blanca Nieves y las de Mickey Mouse
fueron las películas que vio la hija del dueño del café Córdoba. Según el dueño del
café pasaban películas de niños como La Cenicienta, Pinocho y Alicia en el País de
las Maravillas. La señora Luz María respondió cuando le pregunté qué películas vio
en el cine: “Sobre todo las de Disney, me acuerdo que los estrenos de las películas
de Disney, cuando yo era niña, mi papá corriendo nos traía aquí a mis hermanos y
a mí a ver: Cenicienta, La Bella Durmiente, Mary Poppins, Peter Pan. Todos esos
estrenos de Disney los vimos aquí en el cine Ópera.” La señora García aclaró que:
“El cine Ópera en mi época ya era de puras películas infantiles, los estrenos de Walt
Disney se presentaban ahí, yo ahí vi La Bella Durmiente y las de Cantinflas, como
El bombero atómico.” Mi tío Jorge también vio allí películas de Cantinflas.

Entre los recuerdos de la gente está que el Ópera era de permanencia


voluntaria y que las películas se exhibían en matiné. La señora Ortiz recordó que:
“…tú comprabas el boleto y te podías quedar adentro del cine todo el tiempo que
quisieras, ver la misma película, una, dos o tres veces y nadie te sacaba. Y la gente

308
Una familia de tantas [en línea] disponible en http://articulo.mercadolibre.com.mx/MLM-
440752894-fernando-soler-una-familia-de-tantas-cartel-lobby-card-_JM. Fecha de consulta Febrero
de 2014.

121
podía entrar a la mitad de la película, salirse; o sea tu comprabas un boleto, estabas
adentro del cine y ya no te tenías que salir en un horario definido…” La hija del
dueño del café de chinos platicó que ella iba muy seguido al cine porque su abuelo
conocía al dueño y los dejaban entrar gratis; iban a la matiné y se quedaban a ver
varias películas. El dueño del café refirió que el cine se llenaba, que lo usaban
mucho para matinés, y que el domingo exhibían tres funciones. Respecto a las
matinés, la señora Ortiz discrepó con los dueños del café Córdoba, pues dijo que:
“Pasabas la tarde completa en el cine, no había en la mañana, todas las funciones
eran en la tarde.”

Las señoras Ortiz y García recordaron lo que comían durante la función. La


señora Luz María refirió que: “A veces pasaban dos películas, me acuerdo muy bien,
cuando eran películas mexicanas y entonces te pasabas la tarde en el cine, te traías
tus sándwiches y comprabas tus palomas…” Mientras que la señora Gabriela relató
“[Había una dulcería] pero no era muy usual... lo usual en mi familia era que mi
mamá llevaba tortas para la película y un refresco familiar, las botellas eran de vidrio
y sus vasos de plásticos para repartir ahí, y lo que más compraba era palomitas...”

La señora Ortiz contó que: “A veces había cola, bueno la cola para comprar
los boletos era obligatoria, siempre tenías que hacer cola para comprar los boletos…
Pero siempre había lugar, ¡porque era una sala inmensa!…”. Dijo que la sala se
llenaba las tres cuartas partes y que ella llegaba con su familia caminando. Además
que: “Era muy común ver llegar familias grandes, de cuatro en adelante, cinco, seis,
nosotros éramos ocho. Además, era prácticamente obligatorio que llegaban mamá,
papá e hijos, toda la familia completa.” Agregó que sus hijos, que nacieron en 1984
y 1986, recuerdan haber ido al Ópera con los abuelos.

Los informantes también hablaron sobre lo que había y todavía existe en los
alrededores del teatro Ópera. Mi padre refirió sobre la parroquia de los Santos
Cosme y Damián:

En la calle de Serapio Rendón, es otra de las calles más características y


emblemáticas de la colonia San Rafael, particularmente el tramo que va

122
de Edison a la Ribera de San Cosme. Allí encontramos tres elementos
muy importantes de reflexión. Primero, desde luego, el convento de San
Cosme y Damián, que es una de las edificaciones señeras de la
arquitectura colonial mexicana, ya extramuros un poco de la ciudad, con
la huerta de San Cosme de los frailes franciscanos. Se conserva parte de
claustro, la iglesia y el atrio.

Sobre el teatro Manolo Fábregas, que se encuentra a pocos pasos del cine,
mi padre comentó:

Por desgracia está abandonado [el cine] desde hace algunos años, y el
latir un poco de la vida nocturna, de la vida artística de esa calle de
Serapio Rendón se trasladó al teatro Manolo Fábregas que está
prácticamente a un lado. Un teatro fundado precisamente por este gran
actor mexicano, ha sido la sede de grandísimas representaciones como
El violinista en el tejado, y muchísimas obras traídas de Broadway o de
Londres y que se han exhibido para el público de la ciudad durante
muchas, muchas décadas, y que sigue siendo un centro de referencia
fundamental.

Por su parte, la señora Ortiz fue por primera vez al teatro en 1974, al Manolo
Fábregas donde vio la obra Gigi con Angélica María.

Los entrevistados recordaron restaurantes de la zona como Los Cocoteros,


y la Tonina y el café de chinos que todavía existen. La arquitecta Margarita Martínez
Domínguez relata en su libro La Colonia de los arquitectos a través del tiempo, San
Rafael sobre las flautas Los Cocoteros:

Inolvidables también las flautas de Los Cocoteros, junto al cine Ópera en


Serapio Rendón, rellenas de pollo o de barbacoa, cubiertas
generosamente con salsa verde o roja, crema y queso. En ese mismo
lugar, vendían unos pequeños sopes de rajas con crema, chorizo,
chicharrón y papa, y para acompañar tan suculentos antojos, había aguas

123
de horchata o Jamaica. Junto estaba Las Mulas de Siempre, nombre con
el que se distinguía la pulquería de Serapio Rendón y San Cosme.309

Mi padre recordó con gusto las flautas:

No hay que olvidar algo, que uno como chico recuerda, que saliendo del
teatro Manolo Fábregas o del cine Ópera estaba allí a lado la sede o la
sucursal de una taquería riquísima que eran Los Cocoteros, donde uno
podía disfrutar de unas flautas deliciosas de salsa roja y salsa verde con
crema y queso, que todavía se ha mantenido en alguna otra taquería
mexicana. Siempre uno recuerda la infancia con Los Cocoteros como uno
de los momentos agradables donde iba con sus papás después del cine.

El restaurante la Tonina se encuentra aún a pocos pasos del cine. Una de las
señoras que trabaja allí contó que los dueños originarios eran de Monterrey, desde
entonces ha tenido siete dueños. Ella lleva laborando ahí casi desde que comenzó
a operar el restaurante, su hija y otra señora llevan trabajando en la Tonina cuarenta
años.

Al caminar por Serapio Rendón y pasar frente a la Tonina la señora Luz María
comentó: “[La Tonina] sesenta y seis años, es muy conocido. Hacen tortillas de
harina estilo norteño, y venden gorditas dulces, machaca, costilla tipo Sonora,
arrachera, tortilla de harina y comida norteña. En fin, es un lugar muy antiguo y muy
conocido.”

La autora de La colonia de los arquitectos a través del tiempo cuenta sobre


los restaurantes de la calle de Serapio Rendón:

También sobre Serapio Rendón, enfrente de Las Mulas de Siempre,


existe hasta estos tiempos un café de chinos que, igual que el que se
encontraba junto al teatro Ideal, era famoso por su café y pan. En la misma
calle, había una accesoria en la que vendían dulces típicos de Celaya y
las famosas tortillas de harina Toninas. No olvidemos la pastelería Ideal,

309
MARTÍNEZ Domínguez, M. Op. Cit., p.105.

124
que en los años setenta amplió sus instalaciones en Serapio Rendón y
Guillermo Prieto, hoy lejos de San Rafael.310

Eduardo García, que tenía un tío que vivía en la Nueva Santa María, visitaba
la colonia San Rafael con su familia. Al llegar estacionaban el carro, comían algo en
el restaurante La Tonina y entraban al cine.

Mi padre también platicó que frente al cine estaba la sede del Partido Acción
Nacional:

Y no hay que olvidar que enfrente del teatro Ópera, durante mucho tiempo
estuvo la sede del Partido Acción Nacional; todavía el edificio se conserva,
allí también era el centro de la política y hay que imaginarse a Manuel
Gómez Morín, a Manuel Herrera y Lasso, (…), a Luis Calderón Vega, a
todos los grandes fundadores del PAN asistiendo, (…), a los debates y a
las asambleas y a la vida partidista de este partido que llevó a México al
poder en el año 2000, y que ha dado a México dos presidentes de la
república. Como ven, esté tramo de la calle de Serapio Rendón es
fundamental.

Y al terminar recordó algo:

En alguno de los edificios antiguos había un señor que vendía las postales
viejas, de estas postales del México del siglo, bueno reproducciones del
México del siglo XVIII; pero las primeras fotografías de México, de la
Ciudad de México, canal de Mixcalco, de la Merced, de Xochimilco y de
las viejas calles de México ahí se vendían, y yo me acuerdo de chamaco
que me encantaba ir a esa tiendita, que más que tiendita casi, casi una
especie de estanquillo, a comprar mis postales mexicanas antiguas en
blanco y negro. Son los recuerdos que uno tiene de la calle.

Sobre la decadencia del cine Ópera la señora Ortiz refirió: “¡Ahí está el
magnífico cine Ópera!, que desgraciadamente se cerró por ser impráctico ya para

310
Ídem.

125
la modernidad del cine.” Mientras que la hija del dueño del café de chinos comentó
que el cine se vino abajo con el temblor del 1985 porque se rompió la pantalla.

En septiembre de 1993 fue adquirido por el gobierno federal y comenzó a


utilizarse para conciertos de rock. Confirman lo anterior la hija del dueño del café y
la señora Ortiz. La primera comentó, además, que fue en el concierto del Tri que se
acabó por destruirse el cine. Mientras que la señora Ortiz dijo que: “… se abandonó
en lugar de haber ocupado el inmueble. Lo abandonaron, hubo un intento de
recuperarlo, se hicieron algunos conciertos de rock, me acuerdo muy bien. Vinieron
algunos grupos de rock como Botellita de Jerez…”

Fue el 12 de octubre 1998 cuando el Ópera cerró sus puertas tras un


incidente en el concierto de la banda de rock británica Bauhaus.311

El 3 de junio de 2011 el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBAL)


adquirió la propiedad, que fuera la compañía Operadora de Teatros S.A. de C.V.312
Ese mismo año, el grupo Maná grabó en el cine el video de su canción Amor
Clandestino; y el músico Michael Nyman expuso, en el Museo Universitario del
Chopo, la muestra Cine Ópera. Obras visuales de Michael Nyman.313

En general la gente no sabe decir quién es el dueño actual del Ópera y cuál
será su destino. La hija del dueño del café refirió que hace como dos años lo
limpiaron, pero desconoce quién es el dueño y cuál es el futuro del cine. Mientras
que el dueño café comentó que hace poco tiempo el banco Santander hizo un
comercial, arreglaron la fachada para la filmación y cuando terminaron lo
desmantelaron todo. Mencionó que para que el cine vuelva a funcionar sólo es
cuestión de que quieran (los dueños) pues la estructura se encuentra bien,
únicamente hay que ponerle butacas, no se le tiene que meter mucho porque la
fachada ya está hecha. Mientras que Don Beto, que lleva viviendo sesenta años en

311 El cine Ópera [en línea] disponible en http://www.eluniversal.com.mx/cultura/66163.html. Fecha


de consulta marzo de 2014.
312
ídem.
313
ídem.

126
la privada Blanca de Serapio Rendón, comentó que el cine lo iban a tirar pero que
ya está protegido y que el techo se lo pusieron nuevo.

Y la estampa que se crea en mi mente al escuchar toda esta sarta de


recuerdos es un cine con un montón de chiquillos viendo las películas de Disney
con su familia, llevando comida casera o comiendo palomitas. Todos admirando una
inmensa pantalla que cerraba sus cortinas en el medio tiempo y al final de la
película. El imaginar a niños y adultos que pasaban todo un día disfrutando de
películas infantiles en un gran salón con butacas de terciopelo y candiles de cristal.
Familias que llegaban en coche o caminando, bien vestidos para la ocasión,
haciendo la cola en la calle para ocupar uno de los dos mil asientos del cine. Una
calle activa: con restaurantes, teatros, la iglesia y el imponente cine Ópera.

2. Recorridos por los alrededores del cine

El cine Ópera por afuera se ve desolado, la reja que impide su acceso está
graffiteada y el techo que cubre la calle se ha derruido por completo. El techo del
hall se está cayendo (según el policía que custodia han dejado un trozo como
modelo para la remodelación), el piso de las escaleras está partido y dos especies
de taquillas a los costados en lastimosas condiciones. Hacia adentro se alcanzan a
ver escaleras que suben por los dos costados, las paredes viejas que alguna vez
fueron pintadas de rosa y las puertas principales que se están cayendo, aunque
algunas todavía conservan su vidrio.

Después de observar el teatro busqué al señor chaparrito que cuida los coches
por ahí, le pregunté si llevaba mucho tiempo trabajando allí y contestó que sí, pedí
que me contará algo sobre el cine y me dijo que no, que fuera con la señora de gris
del edificio de enfrente (número 10), ella lleva muchos años viviendo allí. Fui con la
señora de gris del edificio de enfrente y comentó que ella sólo lleva siete años

127
viviendo allí, que desde que llegó ha visto el cine igual, pero que a veces vienen a
tomar fotos, filmar películas o grabar comerciales, dijo que quien me podía ayudar
era el señor chaparrito que cuida los coches por ahí, le dije que él me había
mandado con ella, así que ella me llevó con la señora de la óptica de junto. Le
preguntamos si me podía dar información sobre el cine y dijo que no, sólo dijo que
Los Cocoteros estaban del lado derecho del cine, que en una de sus puertas
cerradas estaba la dulcería y que sobre la calle, pasando el puesto de lotería, había
un puesto de dulces típicos; no sabía que el Partido de Acción Nacional hubiera
estado allí. La señora de la óptica de junto me mandó con los dueños del café de
chinos que está frente al cine y como ya me tenía que ir, dejé las averiguaciones
para otro momento.

Casi en la última visita a la San Rafael, para efectos de esta investigación,


mi madre y yo nos detuvimos frente al cine Ópera, justo cuando estábamos
dialogando con el guardia del INBA (el cual informó que se está remodelando el
Ópera) pasaron un viejito y un joven comiendo helado, el señor le comentó, al que
supongo, su nieto “yo venía mucho a este cine.” Mi madre y yo los vimos perderse
entre la gente de la Ribera de San Cosme.

Para terminar, quiero hacer hincapié en el sentir colectivo por el estado actual
del cine Ópera. La gente refiere su pasado glorioso y lamenta su estado de
abandono actual. Escuché frases como “¡Ojalá a alguien se le ocurriera arreglarlo!”
o “Por desgracia está abandonado (el cine) desde hace algunos años.” Según el
dato que obtuve del policía vigilante parece que efectivamente están restaurando el
cine, esperemos que no sea un rumor y que el Ópera vuelva a ser “…uno de los
centros de congregación de los habitantes de la colonia y de la ciudad…” para que
las generaciones actuales disfrutemos de su magnificencia.

Análisis antropológico

El recuerdo como fuente de la memoria se “liberó” en las conversaciones con


los informantes. La investigadora se sirvió de los recorridos por la colonia para que
128
los entrevistados “desataran” sus recuerdos sobre el cine y sus alrededores,
viéndolos. Además, permitió la “asociación de recuerdos”, es decir, no condicionó a
los informantes para que se enfocaran únicamente en el lugar sobre el que se pedía
hablaran, sino que se permitió que hablaran de los recuerdos relacionados con el
cine. Por ejemplo, fue inevitable que al hablar del cine hablaran también de la
parroquia. Ésto se permitió, tanto para comprender sus recuerdos en un contexto
más general, y para utilizar los “recuerdos asociados” en los demás ensayos o
futuras investigaciones.

A lo largo del trabajo de campo la investigadora mantuvo relaciones con los


informantes de: parentesco, amistad, compra-venta e investigador-informante.

A lo largo del registro y análisis de la información obtenida sobre el cine se


concluyó que este es un lugar de acuerdo con la teoría de Abilio Vergara. Esto por
conformase como tal gracias a los pensamientos y acciones de los lugareños
(pasadas y presentes). Esto es interesante: aunque el lugar existe físicamente
actualmente como una gran mole, ya no fungiendo como cine, el lugar existe en los
recuerdos de los informantes, recuerdos que se conforman por pensamientos,
acciones, relaciones emosignificativas y rutinas de otra época.

En uno de los recorridos se observaron a varios señores sentados en la escalera


del cine Ópera que da a la calle. No parecía que tomaran alcohol, pero no invitaban
a acercarse a esa zona de la calle. Ésto viene a cuento por lo que menciona Vergara
sobre el espacio arquitectónico como factor para condicionar las prácticas de un
lugar. El cine al encontrarse abandonado, con los techos caídos, las paredes
despintadas y las rejas graffiteadas trasmite a los lugareños un lenguaje
determinado. ¿Quiénes son las gentes que se detienen frente al viejo cine Ópera?
¿Quiénes se sientan en las escaleras con las rejas graffiteadas como respaldo?
¿Quiénes observan desde ese espacio simbólicamente delimitado trasmitiéndote
que es su territorio?

129
314

En relación con lo anterior, el cine considerado como un espacio, se


constituye como tal por el contenido simbólico que le dan los grupos sociales, así
como las prácticas que desarrollan en él y sobre él. El espacio complementan las
perspectivas físicas y simbólicas de los lugareños. Lo anterior resulta importante, ya
que contrasta la significación que le dan los informantes al cine “de sus recuerdos”,
del pasado, en el que se manifiestan relaciones emosignificativas e identitarias; con
la imagen actual del cine, que atrae otro tipo de relaciones y significados (en
ocasiones conocimiento y significado nulo: el caso de los vecinos del cine), para los
nuevos poseedores del exterior de Ópera.

Los recuerdos de los informantes expresaron las visitas al cine como un


evento “especial” dentro de su vida cotidiana. Este evento se puede interpretar como
un ritual desde la perspectiva de Burke y Vergara, que le confieren características
especiales y de valor en contraste con eventos cotidianos. Aunque la acción de ir al
cine en familia cada determinado tiempo puede ser considerado como un ritual, todo
el proceso para llevar a cabo dicha acción se puede ver como rutinaria por ser
reiterativa. El proceso se ve como lo mencionaron los informantes: hacer las tortas
y comprar los refrescos, ir en coche o a pie al cine, estacionar el coche, hacer la fila
para comprar los boletos, buscar las butacas para toda la familia y sentarse a
disfrutar de la película mientras comen las golosinas o tortas.

314
Exterior del cine Ópera. Fotografía de Mónica del Arenal. Noviembre de 2013.

130
Como el ensayo sobre la colonia San Rafael, el presente buscó intercalar la
historia escrita y oral del cine, con las descripciones, impresiones e interpretaciones
de la investigadora. El texto partió desde la nostalgia de un tiempo pasado que
vivieron abuelos y padres de la generación de la investigadora, tiempo que tiene
como uno de sus referentes las particularidades y originalidades de los cines como
el Encanto, el Lux, el Magestic y, por supuesto, el Ópera.

CAPÍTULO CUARTO. LAS PRIVADAS

Las privadas de la colonia San Rafael son conjuntos habitacionales muy originales.
Datan de principios del siglo XX. Consisten en una calle cerrada con departamentos
a los dos costados, y son especialmente valiosos por su arquitectura porfiriana, art
decó o con elementos moriscos. Se desconoce bien a bien su origen; hay quien
refiere que, por ejemplo, la privada Blanca de Serapio Rendón la construyó José
Cuervo para sus empleados; mientras que, la arquitecta Margarita Martínez
Domínguez discurre que se crearon para proveer eficientemente los servicios
básicos en los nuevos fraccionamientos. Sea cual fuere su origen, las privadas han
soportado los embates de la transformación urbana por más de un siglo y aún se
mantienen en pie: habitadas, vivas y llenas de viejos recuerdos.

131
315

Historia escrita de las privadas

Sobre los orígenes de las privadas la arquitecta Margarita Martínez


Domínguez cuenta que los arquitectos Emilio Dondé y Eleuterio Méndez compraron
terrenos para construir viviendas para la clase media. Los empleados, comerciantes
y militares habitaron las viviendas comunitarias “bajo el innovador concepto de la
privada”, mientras que para los artesanos y obreros se construyeron las
vecindades.316 La arquitecta hace notar que las causas para la creación de las
privadas no son claras:

… pareciera que fue el incumplimiento del ayuntamiento para abastecer


los servicios de agua, luz y drenaje en determinados sectores de los
nuevos fraccionamientos lo que obligó al fraccionador a construir
pequeñas calles secundarias con el abastecimiento de estos servicios
para hacer efectiva la venta o renta de las casas. Como la dotación de
servicios la hizo el propietario y no el ayuntamiento, se evadía la parte de
impuestos correspondiente a estos rubros y los servicios fueron
comunitarios.317

315
Corredor de la Privada Blanca. Fotografía de Mónica del Arenal. Enero de 2014.
316
MARTÍNEZ Domínguez, M. Op. Cit., pp. 52-53.
317
Ídem.

132
Se puede pensar que fueron creadas para que los dueños pudieran vender y
rentar las viviendas con todos los servicios básicos incluidos, además de evadir
impuestos por ser el propietario quien dotaba de los servicios.

La primera privada se creó en 1906 por el arquitecto Juan Segura Gutiérrez,


en el número 110 de Sadi Carnot. Posteriormente las privadas proliferaron dentro
de la colonia:

…esté género arquitectónico se expandió por toda la colonia,


principalmente en el 40, 42 y 44 de Serapio Rendón, el 10 de Rosas
Moreno y la Privada Montbuy en el número 123; los números 50 y 99 de
Ignacio M. Altamirano; el 116 de Sadi Carnot, el 123 de Antonio Caso; el
número 13 de Miguel M. Schultz (Circuito Interior esquina con Guillermo
Prieto) con la obra del arquitecto Porfirio Alcántara, que trabajara por
1936; y el 116 de Velásquez de León.318

319

Respecto de la vida cotidiana al interior de las viviendas cuenta la arquitecta:

Su uso era muy similar al del patio común que, a diferencia del de las
vecindades, no era tan intensivo y determinante para el desarrollo de la
vida colectiva; su empleo se restringía a servir de acceso a las viviendas

318
Ibídem, p. 90.
319
Mapa de la Privada de Sadi Carnot 116. Catálogo de la exposición la arquitectura en México.
Porfiriato y movimiento moderno, INBA-SEP, México, 1983.

133
y, ocasionalmente, a los juegos infantiles; en ella no podían circular
carruajes o coches, por lo que su tránsito era únicamente peatonal. 320

El tipo de la vivienda era unifamiliar, con dos pisos, uniformes pero a veces
con la forma y material de la fachada diferentes. 321

Lo anterior lo confirmó don Beto, que lleva sesenta años viviendo en la


privada Blanca, al recordar que antes de que los vecinos pusieran una reja en la
entrada de la privada, había unos tubos que servían para prohibir la entrada de los
carros. Además, cuando me mostró las fotografías de la privada observé a niños
jugando y andando en patines. Otro de los vecinos de la privada comentó que
actualmente es tranquilo el corredor, que como a las seis de la tarde salen a jugar
los niños sin gran escándalo y que pocas son las veces que los habitantes hacen
fiesta.

Aunque todavía siguen en pie varias privadas de las antes mencionadas, el


presente ensayo se centra únicamente en las privadas Blanca y Roja de la calle de
Serapio Rendón.

La Privada Blanca

1. Historia oral de la privada

La privada Blanca está ubicada en la calle de Serapio Rendón número 70, entre
Antonio Caso y Gómez Farías.

Es esencial para comprender lo que fueron y son las privadas los recuerdos de
la gente, por ello se entrevistó a modo de plática espontanea, a la señora Gabriela

320
MARTÍNEZ Domínguez, M. Op. Cit., p. 53.
321
Ídem.

134
García, que nació en la privada Blanca, y a don Beto, que lleva viviendo allí sesenta
años.

El miércoles 18 de diciembre del 2013 la investigadora conoció a la señora


Gabriela García, justo afuera de la privada Blanca, cuando entraba para visitar a su
madre que vive en el departamento 34. En una plática improvisada y rápida contó
que la primera la primera privada que se construyó fue la Blanca, luego la Roja y al
final la Negra. Que fue José Cuervo quien construyó la privada Blanca para sus
empleados; más adelante la propiedad la tuvieron la familia Gallardo. Mucha gente
importante vivió allí, como los hermanos Rodríguez que corrían sus autos en el
terreno de enfrente.

La historia de la señora García en la privada comenzó desde que sus abuelos


paternos trabajaban para la familia Gallardo. Aquellos vivían en el número 8 de la
privada Roja, “la de los pobres”, con sus hijos. Su abuela, Doña Natalia García, que
nació en 1905, comenzó a trabajar a los quince años lavando la ropa de “la gente
rica” de la privada Blanca. Por otro lado, su madre vivía en el número 5, siendo
vecinos fue como se conocieron sus padres. La señora Gallardo, que quería mucho
a su abuela, le ofreció ayudarle a pagar la renta en un departamento de la privada
Blanca. Y fue así como se mudaron, en el año de 1956, los abuelos y padres–ya
casados-de la señora García al departamento 34 de la privada de enfrente. La
señora García y sus hermanos nacieron en la privada. Desde que llegaron
comenzaron a rentar cuartos a estudiantes para ayudarse a pagar, la señora
Gabriela recuerda siempre haber convivido con inquilinos en su casa, de hecho, aún
su madre sigue rentando.

Los abuelos de la señora García dejaron la privada cuando uno de sus hijos
les ofreció comprarles una casa del INFONAVIT. El abuelo murió, el tío no pudo
terminar de pagar la casa y la abuela comenzó a pasar temporadas con sus hijos.

Un día el gobierno anunció que ese tipo de viviendas serían expropiadas, por
lo que las hijas de los señores Gallardo ofrecieron a los inquilinos venderles los
departamentos a precios moderados. Su padre aceptó, dio un anticipo de tres mil

135
quinientos pesos y en total pagó catorce mil pesos por el departamento. En la
actualidad viven en el departamento 34 la madre y hermana de la señora García.

Actualmente, entre otras cosas, contó que son pocos los vecinos viejos que
quedan, que la posada de diciembre es la única tradición que festejan y que la
privada la suelen usar para comerciales. Que el departamento más pequeño es el
que está junto al local y el más grande el de enfrente, cuyos dueños tienen una
agencia de viajes.

Sobre los años transcurridos en su historia y la de su familia en la privada, relató


un poco acerca de la vida cotidiana y algunas historias anecdóticas, sin faltar, por
supuesto, la de espantos.

La abuela de la señora García le contó que antes en el camellón de la privada


había pasto. Cuando la señora Gallardo se fue a vivir a las Lomas, dejó a dos viejitos
hermanos conocidos por todos como los señoritos, que tenían la función de informar
a la dueña sobre lo que hacían sus inquilinos. Estos señoritos se turnaban en el
balcón para anotar todo: quien pasaba, como iba vestido, cuantas veces salía. Al
llegar la señora Gallardo, después de cobrar la renta, se pasaba al departamento
de los viejitos para obtener todos los pormenores de la actividad diaria de sus
arrendatarios. Anteriormente, los vecinos solían conocerse por el número de
departamento: “el del 3, 16 o 37”. Habló de una señora que todavía vive en la
privada, que al parecer fue muy guapa, amante de un militar, con mucho dinero, que
decidió no tener hijos y que después de vender su departamento se fue a vivir con
la madre de la señora Gabriela. Hubo una vez que varias señoras de la privada se
pusieron borrachas, en un festejo comenzaron a tomar acabándose muchas
botellas. Comentó que en el exterior de la privada hay un local que actualmente es
de todos los habitantes, pero en otro tiempo fue una boutique atendida por señoras
muy bien vestidas, con vestidos negros, broches al pecho y delantales almidonados.
Ese local perteneció al departamento de al lado, el señor que lo compró no lo pudo
pagar todo así que se dividió quitándole el local. La señora García, que estudiaba
en San Cosme, a veces se iba caminando a la escuela con otros jóvenes de la
privada o una maestra pasaba por ellos en su jeep.

136
Sobre su departamento platicó que hay un niño que espanta, ella y su hija lo
han sentido. Antes de que llegara su familia a vivir allí un matrimonio con su hijo lo
habitó. Un día los niños de la privada jugaban en el corredor cuando se les voló la
pelota a la azotea del departamento 34. Arriba comenzaron a jugar a cachar
cacahuates con la boca, el hijo de matrimonio lo intentó y al hacerlo se fue para
abajo, cayendo en el patio de su propia casa. Otra versión dice que al niño lo
aventaron, acordando que dirían que se había caído. El niño murió y fue velado en
su habitación, es ahí donde el niño se sigue apareciendo.

322

Días después, gracias a la amabilidad de la señora García, la investigadora


conoció a don Beto, cuyo departamento está del lado derecho de la privada, casi en
medio. En la sala de su casa Don Beto comenzó a platicar recuerdos e historias de
la colonia, de la calle Serapio Rendón y de la privada.

Don Beto coincidió con la señora Gabriela al decir que la privada la construyó
José Cuervo para sus empleados. Los suegros de don Beto llegaron a vivir a la
privada en el año de 1936 y en los cincuentas llegó él (con veinte años) a vivir allí
con su esposa y los padres de ella. En la plática comentaron que los vecinos que
llevan más tiempo viviendo en la privada son la mamá de la señora Gabriela con
cincuenta y ocho años, y don Beto con sesenta años.

322
Interior de la Privada Blanca. Fotografía de Mónica del Arenal. Enero de 2014.

137
En torno a la colonia dejó escapar un par de comentarios que ilustran el
transcurrir de los años:

“En escuelas, burdeles, teatros y cines, esta colonia, ¡olvídate!”

“¡Cómo han modificado la colonia!”

Además, señaló que antes por la colonia pasaba el tren y las calles eran
empedradas. Sobre la calle recordó que junto a la privada Blanca estaba el Casino
del Colegio Militar que tenía boliche, frontón y alberca; que en el INJUVE estaba el
colegio privado Groso y que dónde está la escuela Elizabeth Brock, vivía el corredor
de autor Moisés Solana, cuyo terreno era casi del tamaño de la cuadra. También
que frente a la privada estuvo el cine Encanto, en el número 87, que fue inaugurado
en 1937 y que tenía 3175 butacas.323 Contó que tenía luneta, anfiteatro y gayola; y
que él solía llevar a la abuelita de su esposa, con sus tortas, pagando una película
y para ver tres. Añadió que el cine se cayó con el temblor, a lo que la señora García
alegó que su derrumbe había sido mucho ante: resulta que el cine si se cayó en el
temblor, pero en el de 1857. Sobre el cine también contaron que la farmacia de la
señora Juanita se llama Encanto por el cine.

323
MARTÍNEZ Domínguez, M. Op. Cit., p. 84.

138
324

Acerca de la privada recordó varias cosas que se han transformando con el


tiempo: que cuando él llegó no habían esos magníficos faroles que iluminan la
privada, sino unos focos sencillos. Que en el corredor no había reja, sino unos tubos
que impedían el paso de los automóviles, después pusieron una reja – de la que se
acuerda la señora Gabriela – y tiempo después la reja actual – que viste
considerablemente la privada –, para lo que tuvieron que pedir permiso al INAH. Al
fondo de la privada vivía la portera Aurora, lugar en el que ahora se encuentran las
bombas y los tinacos; sus nietos viven actualmente en el número 37. Hace años los
inquilinos pagaban cincuenta pesos de mantenimiento, ahora son doscientos.

Don Beto sacó sus fotos familiares en el comedor de su casa, mientras las
sacaba exclamaba:

“¡Muchos años de recuerdos! Ya me hiciste escarbar.”

Encontró un par de fotos donde aparece una de sus hijas y muchos niños
jugando en el corredor de la privada, don Beto permitió tomarles fotos y publicarlas
en la tesis. La señora Gabriela era amiga de Pamela, una de las hijas de don Beto,

324
El cine Encanto [en línea] disponible en http://www.eluniversaldf.mx/home/nota21022.html.
Fecha de consulta Marzo de 2014.

139
iban juntas a la escuela, ella recuerda cuando jugaban en el cuarto de Pamela en
casa de don Beto. Mientras seguía sacando las fotos comentó:

“¡Me haces recordar muchas cosas con esto chaparrita! Tenía muchos años
que no sacaba yo estas fotos.”

325

326

2. Interior de los departamentos

Se tuvo acceso al departamento de la madre de la señora García, al de don


Beto y a uno que sirve como oficina que se encontraba en venta.

325
Hija de don Beto al interior de la Privada Blanca en los años sesenta. Fotografía del álbum familiar
de don Beto. Febrero de 2014.
326
Niños jugando al interior de la Privada Blanca en los años sesenta. Fotografía del álbum familiar
de don Beto. Febrero de 2014.

140
El departamento 34, según dice la señora García, sigue prácticamente igual
desde su origen. El departamento tiene un pequeño hall en la entrada, a lo que le
sigue un largo pasillo que lleva a todos los cuartos de la casa. De lado derecho hay
un par de cuartos cerrados y del izquierdo dos habitaciones a las que se entra por
un sólo acceso, una de ellas es la pieza de la madre de la señora García, y la otra
un cuarto que rentan a una inquilina y que originalmente fue la sala. Sobre el pasillo,
del lado izquierdo, hay un patio que tiene entrada de luz natural y desde el que se
ven las ventanas del departamento “alto”; frente a este está el baño, que han
modificado poniéndole una regadera al centro. Continuando por el pasillo, de lado
izquierdo hay otro cuarto donde está el comedor y donde originalmente, la madre
de la señora García, tuvo el comedor de los señores Gallardo; del lado derecho, hay
otro cuarto pequeño, que fuera el cuarto de servicio. Al final del pasillo está la cocina,
grande y con una ventana abierta que da al comedor; del lado derecho está el patio
de servicio, también modificado, pues tenía un tragaluz que taparon los del
departamento “alto”. La foto que se muestra está tomada desde la cocina.

141
327

Después de haber visto el departamento 34, se observó que el departamento


de don Beto, ha sido levemente modificado. Igualmente cuenta con un pequeño hall;
la primera pieza a la izquierda si funge como sala; la recámara que está al lado es
su habitación; el patio ha sido cerrado con una pared de aluminio blanco y unas
ventanas que permiten observar al exterior; uno de los cuartos es habitación, el otro
cuarto de tele; finalmente, el comedor y la cocina tienen la misma distribución que
los de la casa de la madre de la señora García. En gran parte del departamento se
conserva el mosaico original y las puertas de madera. Tiene los techos altos, así
como las ventanas, lo que permite la entrada de la luz. Es un departamento limpio
y ordenado.

El último departamento que se conoció fue el que se encontraba a la venta,


el cual estaba totalmente remolado, esto después de haber visto los otros. Todo el
departamento tiene piso de madera; el patio ha sido cerrado con unos cristales para

327
Interior de un departamento de la Privada Blanca. Fotografía de Mónica del Arenal. Diciembre de
2013.

142
ser utilizado como comedor; la cocina está en el espacio que sirve para el comedor
en los otros departamentos y al fondo está el baño con un jacuzzi.

3. Recorridos por la privada

Serapio Rendón, calle en la que se encuentra la privada Blanca, es una calle


amplia, quizá junto con Antonio Caso, la más ancha de la colonia; con pocos árboles
y sucia. Yendo de sur a norte se observan diferentes edificios. De Sullivan a Antonio
Caso la calle es sucia, haciéndola desagradable para caminar; tiene, entre otras
cosas, un hotel, una bodega Aurrera y un edificio antiguo que parece ocupado.
Cruzando la calle, casi esquina con Antonio Caso, hay una casa verde totalmente
descuidada que anuncia que se vende. Más adelante, se ven como cuatro
vecindades, todas con negocios en la planta baja. Junto está el INJUVE, contigua
la privada Blanca, y colindante la Universidad del Valle de México. Enfrente está la
privada Roja. En la esquina de Guillermo Prieto y Serapio Rendón está el horroroso
edificio del periódico El Sol de México. Al cruzar Alfonso Herrera se ven, entre otras
cosas, el teatro Manolo Fábregas, el restaurante La Tonina, el cine Ópera y la
parroquia de los Santos Cosme y Damián.

La privada Blanca tiene un corredor principal que permite el acceso a alrededor


de treinta y ocho departamentos, altos y bajos. El corredor siempre está limpio,
decorado con hermosos faroles y pequeños árboles. Además, tiene cuatro entradas
en cada costado; de lado izquierdo hay una tiendita que vende ropa y cosas de
navidad; del lado derecho hay otra tiendita donde venden golosinas.

143
328

El 18 de diciembre, como ya se mencionó, la investigadora conoció a la señora


Gabriela García; después de platicar sobre la privada, la invitó, como amiga suya,
a la tradicional posada de la privada Blanca.

El 21 de diciembre, la investigadora en compañía de su hermana, llegaron a la


posada de la privada Blanca. A las nueve de la noche los vecinos ya estaban en el
corredor. La privada estaba iluminada, al centro había un arbolito de navidad, un
nacimiento de luz en la reja y faroles navideños a los costados. Las familias estaban
en grupos al centro de la privada. La señora García, junto con su marido e hijas, se
encontraba cerca del departamento 34. En los costados había mesas con botanas,
frutas y refrescos. Algunas vecinas repartían velas y libritos de la posada. Inició el
canto, se hizo el recorrido por el corredor y llegando a la reja se cantó la posada,
unos dentro y otros fuera. Había viejos, adultos, jóvenes y niños; según dijo la
señora García, los hijos y nietos de los dueños. Al terminar, los vecinos empezaron
a colgar las piñatas en los balcones de los departamentos altos, entre niños y
adultos partieron como cuatro piñatas con dulces, frutas y harina, a lo que algunos
vecinos se inconformaron. La señora Gabriela comentó que antes todo se hacía en
un orden muy estricto: se cantaba la posada, se partían las piñatas, se barría, se
colocaban las mesas al centro y se sacaban los guisados. Algunas señoras tomaban
tequila, platicaban y fumaban; y algunos jóvenes tomaban cerveza. Después vino la
cena y el poche, en una mesa al centro se colocaron ollas con guisados de:
romeritos, chicharrón en salsa, picadillo, frijoles, tortillas, pasta y el ponche. Todos

328
Interior de la Privada Blanca. Fotografía de Mónica del Arenal. Enero de 2014.

144
los vecinos se aglomeraron alrededor de la mesa para servirse algún taco.
Terminada la cena unos vecinos se empezaron a meter a sus casas, otros se
unieron al festejo. Los grupos se formaban con sillas y mesas a fuera de los
departamentos, algunos con ventanas y puertas abiertas. Se oía la música en
general. La mamá de la señora García servía el ponche, tomaba su trago y platicaba
con todos. Después de un rato las cazuelas quedaron vacías, el chicharrón voló
¡estaba delicioso! La posada continúo pasadas las doce de la noche.

329

La Privada Roja

1. Historia oral de la privada

La privada Roja está ubicada en la calle de Serapio Rendón número 61, entre
Antonio Caso y Gómez Farías. Se le dio ese nombre por el color de sus ladrillos, y
es particularmente atractiva por los arcos de la entrada que tienen toques moriscos.

La señora Gabriela García platicó que la privada Roja fue la segunda en


construirse después de la Blanca y que fue la “privada de los pobres”. En el número
8 vivió la familia de su padre, sus abuelos trabajaban en la privada Blanca, su abuela
le lavaba la ropa a la “gente rica” de la privada de enfrente. Su madre vivía en el

329
Posada en la Privada Blanca. Fotografía de Mónica del Arenal. Enero de 2014.

145
número 5, así fue cómo se conocieron sus padres. Los departamentos estaban en
el sótano, con dos habitaciones y un baño. Cuando se casaron en 1956 se mudaron
a la privada Blanca junto con los abuelos paternos de la señora García.

Don Beto recordó sobre la privada Blanca que ahí vivían las brujas que leían las
cartas. En uno de los recorridos la señora García mostró a la última señora que vivió
en la privada Roja y que ahora vive en la Blanca.

330

La señora Gabriela dijo que, hasta donde ella se quedó, los dueños de la privada
Roja son dos hermanos, cada uno vive de un lado de la parte frontal de la privada y
que uno de los dueños renta bien caros los cuartos.

Actualmente la privada Roja es una residencia de estudiantes, que aloja en gran


medida, alumnos de la Universidad del Valle de México (UVM) que está en la calle
de Sadi Carnot y que ocupa el inmueble de lo que fuera la casa de los Escandón.

2. Interior de los departamentos

Numerosos departamentos de la privada Roja han sido modificados para


adecuarlos como residencia de estudiantes. Como los de la privada Blanca, también
se estructuran a partir de un pasillo alargado. Al entrar por la puerta principal se ve

330
Fachada de la Privada Roja. Fotografía de Mónica del Arenal. Agosto de 2013.

146
un cuarto amplio, con techos altos y con una ventana que da al patio interior;
enfrente hay otra habitación con un balcón que da al corredor principal de la privada,
en algunos casos los pisos son de madera y en otros hay alfombra; frente a este
cuarto está el baño, a veces con regadera y otras con tina; al fondo hay un espacio
que sirve de comedor, de lado izquierdo, otra habitación con ventana al corredor
principal y del derecho la cocina con una ventana y balcón al patio interior.

Con la señora Luz María Ortiz, que nació en la colonia Santa María la Ribera,
se visitó un departamento del primer piso por una de las puertas rojas, conociendo
cómo eran los departamentos sin remodelar: los pisos y techos destrozados, lleno
de muebles y con balcones que dan al piso de abajo adaptado para los estudiantes.
Las escaleras que dan al siguiente piso se veían muy sólidas, como si en cualquier
momento se pudieran venir abajo.

331

331
Interior de un departamento de la Privada Roja. Fotografía de Mónica del Arenal. Enero de 2014.

147
3. Recorridos por la privada

Frente a la privada Roja se ve la parte trasera de la Universidad del Valle de


México, y contigua la privada Blanca.

En uno de mis primeros recorridos por la colonia visité la cafetería de la privada


Roja. Al interior de un cuarto pequeño, con las ventanas abiertas, el techo chaparro,
mesas y un piano, y una cocina contigua vi a varias mujeres encargadas de la
cafetería. Ofrecen desayunos por treinta y cinco pesos y comidas por cincuenta
pesos todos los días. Los jóvenes de la residencia entraban a la cafetería
preguntando por el menú del día. Una de las meseras platicó que dentro de poco
saldrán de vacaciones dos semanas por las fiestas decembrinas, al día siguiente
habrá una posada en la privada para los empleados organizada por el ingeniero.
Poca gente pasa por el corredor de la privada, entre ellos vi a un hombre con canas
y a una chava con su perro. El corredor estaba decorado con bancas, macetas y
faroles de navidad, en la entrada se veía un árbol de navidad y un reno. Al fondo
hay una fuente, la privada está perfectamente pintada de rojo. En la planta baja
había un cuarto con las ventanas abiertas, en el interior se veía una cama, un par
de buros y un ropero. Fue muy agradable sentarse en las mesas del corredor a
tomar un café y escribir.

El 23 de diciembre del 2013 llegamos mi hermana y yo por la tarde a la privada


Roja. El portero nos dijo que no había habitaciones, pero llamó a la administradora,
Vanessa, para que nos informara. En la privada hay departamentos en el sótano,
primero y segundo piso que han habilitado como residencia de estudiantes. Los
departamentos tienen cuatro habitaciones, tres exteriores y una interior, que rentan
cada una en tres mil quinientos pesos al mes, lo que incluye: agua, gas, luz, internet,
seguridad las veinticuatro horas y limpieza. El contrato es por seis meses. Si se
quiere compartir pieza con alguien son mil pesos más; se debe dar un depósito de
tres mil quinientos pesos; y se tiene permiso para invitar a alguien a dormir dos
veces al mes, en adelante son doscientos pesos por visita. En el departamento se
comparte con los otros inquilinos el baño, el comedor y la cocina. Las escaleras y
los barandales son de madera; uno de los departamentos tiene el piso de madera,

148
mientras que el otro está alfombrado, y en lugar de regadera, tiene tina. En ese
momento todo estaba lleno, en dos semanas comenzaban las clases.

332

Pasaron varios días y volví a la privada Roja, esa vez, a desayunar con la
señora Luz María Ortiz. A las diez de la mañana fue imposible encontrar un lugar
sobre Serapio Rendón, dejamos el auto en un estacionamiento público y llegamos
a la cafetería de la privada Roja. El corredor se sentía muy tranquilo, con música de
fondo y con el caer de las gotas de la fuente. Desayunamos chilaquiles y café que
estuvieron deliciosos. Las cuatro entradas de cada costado de la privada estaban
abiertas con sus puertas muy bien pintadas de rojo.

El recorrer las privadas, entrar en sus departamentos y platicar con sus


gentes fue introducirme en otra época de la Ciudad de México; en cierta forma, fue
recorrer todo el siglo XX. Es maravilloso que construcciones así continúen en pie,
que su bella arquitectura adorne las calles de la colonia San Rafael que ha sido
duramente golpeada por los desarrollos inmobiliarios. La colonia San Rafael tiene

332
Corredor de la Privada Roja. Fotografía de Mónica del Arenal. Agosto de 2013.

149
un no sé qué de olvido, quizá son sus vecinos, sus casonas de pronto abandonadas
o sus negocios, lo que generan esa impresión. En el tiempo que corre se están
dejando venir los grandes corporativos al Paseo de la Reforma, ocasionando la
recuperación de las primeras colonias, esperemos que esto no origine la perdida de
ese sabor a viejo en la comunidad sanrafaelina.

Análisis antropológico

Para la elaboración del ensayo sobre las privadas la fuente principal fueron
entrevistas espontáneas con los informantes. Aunque ellos desde un inicio
estuvieron enterados de la inquietud de la investigadora por conocer la historia de
las privadas, “se soltaron” recordando “su historia” dentro de la privada Blanca,
principalmente, y anécdotas sobre la Roja. Estas entrevistas abiertas se realizaron
en la privada Blanca, un lugar cotidiano y acogedor para los informantes,
permitiendo además la posibilidad de recorrer espacios físicos y recurrir a materiales
como fotografías.

El relato de la señora García, particularmente, muestra la trasmisión


generacional de su historia familiar dentro de la privada: su abuela se la platicó a
ella, ella la vivió con sus padres y quizá ella, que ya no vive en la privada pero que
la frecuenta cada semana, se la platique a sus hijas. Mientras de que vivió en la
privada, la señora García generó amistades y relaciones entrañables, el tiempo que
habitó el departamento 34, jugó los roles que le correspondieron: como hija y nieta
de los dueños del departamento, como vecina, amiga de las hijas de los vecinos o
compañera de la escuela.

Gracias al relato de la señora García, se refleja en el texto la vida cotidiana


dentro de la privada, lo que se complementó con la plática con don Beto y las
fotografías que mostró. La historia oral de la privada Blanca se fue configurando
gracias a las coincidencias entre los informantes.

150
Como se ha visto en los ensayos previos, las privadas de la calle Serapio
Rendón pueden ser consideradas como lugares por: tener un lenguaje particular,
rutinas y ritos, cortes espaciales, fronteras, pertenencia y biografías. De igual forma
las privadas son un espacio por el contenido simbólico que le otorgan sus
habitantes.

En los relatos de la señora García y de don Beto, cuya identidad y pertenencia


a la privada Blanca son fortísimas, se ve esa soltura de la que habla Vergara en los
lugareños, soltura ocasionada gracias a su socialización temprana y continuada
dentro de la privada, a sus relaciones emosignificativas recurrentes y a su posición
dentro del grupo social, generando diversas expectativas según su rol: hija, padre,
vecina, esposo, etc.

Las privadas, consideradas como un lugar, tienen recortes espaciales claros: el


corredor principal y los departamentos. Estos departamentos a su vez tienen
unidades recortadas y diferenciadas, por muros, cortinas o vidrios que determinan
el significado de cada espacio y que se complementan entre sí para darle un sentido
integral al lugar. Cada uno de estos espacios: las recámaras, el pasillo, el patio o la
cocina implican un tipo de relación social determinada con sujetos específicos. Por
ejemplo: la sala será el espacio para recibir invitados (el caso de don Beto), las
recámaras estarán disponibles para los familiares más cercanos o inquilinos (en
caso de la señora García), el restaurante para inquilinos o cualquier visitante (el
caso de la privada Roja) o el departamento sin remodelar que propicia las no
relaciones (el caso de la privada Roja).

Las historias que relataron los informantes se enmarcan dentro de lo que María
Ana Portal denomina “tiempo barrial”, es decir: un ritmo cotidiano, un tiempo con
eventos significativos para la colectividad y un tiempo que ordena tanto a individuos
como a la colectividad. El ritmo cotidiano sería la vida misma de cada individuo
dentro de las privadas: como inquilinos de la Roja o habitantes de la Blanca; los
eventos significativos para la colectividad serían, por ejemplo: los temblores del 57
y 85, cuando se cambió la reja de la privada Blanca o la posada; mientras que el
ritmo que ordena a individuos y al grupo sería la interacción entre los

151
acontecimientos cotidianos de los individuos dentro de las privadas en relación con
los acontecimientos colectivos.

CAPÍTULO QUINTO. LA PARROQUIA DE LOS SANTOS COSME Y DAMIÁN

La parroquia de los Santos Cosme y Damián se fundó en el siglo XVI por Fray Juan
de Zumárraga como ermita, convento y hospital para indios. En el siglo XVII la
construcción original fue sustituida por la que actualmente existe, ubicada en la calle
de Serapio Rendón, casi esquina con Ribera de San Cosme. En su día, al parecer,
el convento ocupaba toda la cuadra de Serapio Rendón y Miguel Schultz;
desgraciadamente hoy sólo el templo y el pequeño claustro quedan en pie. A pesar
de esto, y gracias a los esfuerzos del padre José de Jesús Aguilar, la parroquia
empieza a recobrar la asiduidad de los fieles y la buena estampa del tiempo colonial.

333

1. Historia escrita y oral de la parroquia

De acuerdo con el cronista Betancourt, el convento de San Cosme y Damián


(santos médicos) fue en un principio una ermita y un hospital fundados por Fray

333
Fachada de la parroquia de los Santos Cosme y Damián. Fotografía de Mónica del Arenal. Agosto
de 2013.

152
Juan de Zumárraga en el siglo XIV para atender a los indios.334 Confirman lo anterior
los investigadores María del Carme Reyna y Jean-Paul Krammer:

En 1535 fray Juan de Zumárraga fundó un hospital y refugio para los


indios vagabundos; con el fin de asistirlo, en uno de sus costados
construyó una ermita dedicada a los santos médicos Cosme y Damián, la
cual se utilizó durante trece años hasta que el religioso falleció. Desde ese
tiempo, por ser un nombre demasiado largo, la referirse al lugar la
población lo llamó simplemente San Cosme, omitiendo el nombre de
Damián. En los años siguientes el lugar fue ocupado por los franciscanos
y, tras abandonarlo, por los dieguinos.

Por falta de recursos económicos, la construcción de la iglesia y convento


tardó varios años hasta que el capitán Domingo de Cantabrana aportó lo
necesario para concluirlos. El 13 de enero de 1675 la obra se inauguró y
se dedicó a Nuestra Señora de la Consolación cuya imagen ocupó el lugar
principal del retablo mayor; sin embargo, la costumbre y la tradición
impidieron borrar el nombre de San Cosme que ha conservado hasta
nuestros días.335

Sin embargo, la arquitecta Margarita Martínez Domínguez señala que Manuel


Ramírez Aparicio disiente del supuesto anterior:

Otros escritores, como Manuel Ramírez Aparicio (…), opinan que lo


fundaron los franciscanos en terrenos de don Agustín Guerrero para
adoctrinar a los naturales. Como quiera que haya sido, es indudable que
allí se alojaron, antes de partir a las Filipinas, en 1581, los primeros
franciscanos descalzos, con el nombre de Nuestra Señora de la
Consolación, aunque el viejo vulgo siguió llamándolos de San Cosme o
Descalzos Viejos.336

334
MARTÍNEZ Domínguez, M. Op. Cit., pp. 14-15.
335
REYNA, M. Op. Cit. p. 12.
336
MARTÍNEZ Domínguez, M. Op. Cit., p.15.

153
Mi padre Jaime del Arenal también refirió a los frailes franciscanos como
habitantes de la parroquia:

…el convento de San Cosme y Damián, que es una de las edificaciones


señeras de la arquitectura colonial mexicana, ya extramuros un poco de
la ciudad, con la huerta de San Cosme de los frailes franciscanos. Se
conserva parte de claustro, la iglesia y el atrio…

Aunque los investigadores discrepan en quiénes y cuándo fundaron el


convento de San Cosme337, coinciden en decir que los franciscanos tuvieron en
algún momento la propiedad del templo, que se lo dedicaron a Santa María de la
Consolación y que el pueblo, a pesar de ello, le siguió llamando de San Cosme,
omitiendo a su vez, San Damián.

En 1672 el convento fue sustituido por la construcción que actualmente


existe. Se formó un pequeño atrio y el templo con una fachada estilo barroco sobrio
que expone las imágenes de cantera de Santa Ana y San Joaquín en dos
medallones, la Sagrada Familia al centro, y la Virgen de la Consolación en lo más
alto.338 Hacia la izquierda de la fachada está la “torre de un cuerpo con campanario
y linternilla”339. El interior del templo es una “nave de planta rectangular con cinco
tramos formados por majestuosos arcos torales.” La cúpula octagonal con “pechinas
de los cuatro evangelistas y decoración barroca del siglo XVIII.” 340 Los
confesionarios son de madera estilo churrigueresco. Finalmente, el presbiterio esta
“cubierto por bóveda de arista, con altar exento, ambón y sede de madera labrada
con motivos vegetales.” 341

337
Ángeles González Gamio refiere que en 1581 Fray Juan de Zumárraga fundó el hospital y la ermita
para los indios forasteros. Y que en 1669 los franciscanos le añadieron el nombre de Santa María
de la Consolación por un milagro que realizó la virgen.
338
GONZÁLEZ Gamio, Ángeles, San Cosme y San Damián, periódico La Jornada, domingo 5 de
febrero de 2006 [en línea] disponible en
http://www.jornada.unam.mx/2006/02/05/index.php?section=opinion&article=038a1cap. Fecha de
consulta Abril de 2014.
339
Ficha con la historia, inventario y arquitectura de la parroquia de San Cosme y San Damián.
340
Ídem.
341
Ídem.

154
342

Al parecer hacía el siglo XVIII el convento llegó a tener hasta treinta frailes,
pero en 1854 contaba únicamente con tres. Tras el decreto de exclaustración de
frailes, promulgado en el gobierno de Benito Juárez, el edificio se destinó a hospital
militar.343

Con el tiempo la parroquia dejó de ser llevada por los franciscanos para ser
parte del clero diocesano, dependiendo directamente del arzobispado de México.344

En 1937 se cambió el retablo original para ostentar uno churrigueresco traído


del convento de San Joaquín. El retablo se compone: “…de tres calles limitadas por
estípites, zócalo, predela y dos soberbios cuerpos rematados por un Cristo
Crucificado barroco. La calle central ostenta nichos con las esculturas de Santa

342
Fachada de la parroquia de los Santos Cosme y Damián. Fotografía de Mónica del Arenal. Enero
de 2014.
343
GONZÁLEZ Gamio, Ángeles, San Cosme y San Damián, periódico La Jornada, domingo 5 de
febrero de 2006 [en línea] disponible en
http://www.jornada.unam.mx/2006/02/05/index.php?section=opinion&article=038a1cap. Fecha de
consulta Abril de 2014.
344
ídem.

155
Teresa de Ávila.” Además, en la nave “San José con el Niño, la Inmaculada y
esculturas policromadas.”345

346

Como dato interesante hay que decir que en la capilla lateral se encuentran
los restos del cronista Joaquín García Icazbalceta.347

Mi tía abuela, María Luisa Rangel, platicó que iba a ejercicios espirituales en
Semana Santa con mi abuela Blanca, en los años cuarenta, a la parroquia de San
Cosme.

Varios de los entrevistados, viejos habitantes, vecinos y trabajadores de la


colonia, fueron bautizados o se casaron en la parroquia porque, como platicó la
señora Gabriela García, que nació en la privada Blanca de Serapio Rendón, la ley

345
Ficha con la historia, inventario y arquitectura de la Parroquia de San Cosme y San Damián
exhibida en la Parroquia.
346
Interior de la parroquia de los Santos Cosme y Damián. Fotografía de Mónica del Arenal. Enero
de 2014.
347
GONZÁLEZ Gamio, Ángeles, San Cosme y San Damián, periódico La Jornada, domingo 5 de
febrero de 2006 [en línea] disponible en
http://www.jornada.unam.mx/2006/02/05/index.php?section=opinion&article=038a1cap. Fecha de
consulta Abril de 2014.

156
parroquial ordenaba que la mujer debiera salir de la parroquia de su casa para
casarse. Sobre esto platicó la señora Gabriela:

Ahí me bautizaron hace cuarenta y cinco años, y a mis hermanos también.


Ahí también se casaron mis papás hace cincuenta y siete años. En ese
tiempo era la iglesia de los más pobres, de los más sencillos de la colonia;
para la gente de dinero era la iglesia de San Rafael donde se casó don
Beto. Hace muchos años era más cara la San Rafael y ahora a la
inversa…

El dueño del café de chinos Córdoba también se casó en la parroquia de San


Cosme, al igual que todos sus hijos, y la hija con quien trabaja igualmente fue
bautizada allí.

Los de la colonia San Rafael y Santa María la Ribera caminaban al templo a


oír misa; tal es el caso de la señora Luz María Ortiz, que nació en la calle de Naranjo
en la Santa María la Ribera, y que platicó:

…yo venía con mi abuelita a oír misa, tres veces por semana, si no íbamos
a Josefinos veníamos a oír misa aquí a San Cosme. Está iglesia siempre
ha estado encargada a la diócesis, o sea que los padres que aquí ofician
son de la diócesis. Es una iglesia muy hermosa que la han sabido
conservar, fue parte del convento de San Cosme y San Damián, de
principios de la Colonia.

La gente habló del templo a partir del nuevo párroco José de Jesús Aguilar.
La señora Gabriela contó que:

Antes de él [José de Jesús Aguilar] había un padre que se llamaba José


Luis al que le gustaba mucho el cotorreo y que metía señoras, amigas de
la vida galante, para emborracharlas, pegarles y luego sacarlas desnudas
a media noche. Esto me lo contaba el matrimonio del puesto de enfrente
de tacos que desde ahí veían todo y que les regalaban a las señoras
trapos de cocina y manteles para que se cubrieran.

157
Por su parte, la hija del dueño del café Córdoba que se encuentra frente a la
parroquia, platicó que antes la iglesia estaba muy abandonada y casi nadie la
visitaba. Que después llegaron unos padres extranjeros, uno muy guapo, que
atrajeron un poco más de gente.

Los entrevistados comentaron la dedicación del actual párroco José de Jesús


Aguilar para rescatar, conservar y atraer feligreses a la parroquia. La hija del dueño
del café Córdoba refirió que desde hace como dos años, con el padre José de Jesús
Aguilar, “el de las telenovelas”, la parroquia tiene muchos visitantes. Los domingos
la misa se llena, la gente le pide las sillas de su negocio para sentarse en las
banquetas a oír al padre. En ocasiones contrata mariachis y marimba para que le
canten a la virgen. Además de atraer a la gente al templo, da cursos de autoestima
y tanatología, e invita a doctores o personas extranjeras para que den pláticas.
Finalmente señaló, que la iglesia está así de bien pintada desde que llegó el padre
Aguilar.

La señora Luz María Ortiz, fiel seguidora del padre José de Jesús, mencionó
delante del atrio:

Esta es la famosa parroquia de San Cosme y Damián… En los últimos


años el padre José de Jesús Aguilar se encargó de dar un nuevo realce a
la parroquial, le ha dado publicidad y la gente viene de lejos para oír sus
misas y homilías. Él está designado por la oficina diocesana para dar
misas aquí, sus homilías son muy bonitas. Una misa de los domingos se
trasmite por radio…

Sin embargo, la actividad del padre José de Jesús Aguilar también ha


generado que aumenten los costos de los servicios parroquiales. Sobre lo anterior
la señora Gabriela dijo que “el padre de las novelas de TVAZTECA”, por un bautizo
o boda cobra más de tres mil pesos y añadió:

“El padre de las estrellas” [José de Jesús Aguilar], ahora cobran muy caro
en San Cosme porque ya vendió la exclusividad a TVAZTECA. Él era el
padre oficial de aquí de San Cosme, pero ahora solo oficia los domingos
a las 12 de día, ya tiene otros asistentes…

158
Dos señores de la oficina parroquial dijeron que están reparando el atrio porque
sus techos se están cayendo. El tiempo que dure la remodelación depende de la
buena voluntad de la gente y de las donaciones que le hacen al padre José de Jesús
quien, según dicen, ha metido mucho dinero de su bolsillo. Revelaron que además
de repararse el claustro se quiere restaurar la iglesia. Sobre los terrenos de la
parroquia contaron que hace mucho tiempo los terrenos llegaban hasta el final de
la cuadra en Alfonso Herrera y, obviamente, hasta la Ribera de San Cosme.
También que los terrenos donde está Bansefi no son de ellos y que lo único que les
queda es lo que se ve pintado de anaranjado. Añadieron que han tenido problemas
con los negocios de la Ribera porque sus construcciones han generado humedad y
eso ha deteriorado a la parroquia.

2. Recorridos por la parroquia

La calle de Serapio Rendón comienza en James Sullivan y termina en la


Ribera de San Cosme. Junto a la parroquia hay unos pollos rostizados, el banco
Bansefi y el cine Ópera; en frente unas zapaterías, el café de chinos Córdoba, el
billar Ópera, edificios, una peluquería y más negocios. Desde la Ribera de San
Cosme se ve el costado de la parroquia; en primer plano las tiendas: Capa de
Ozono, Sport, Carlo, restaurantes y sus respectivos espectaculares; después el
tezontle de la parroquia, los árboles del atrio, y al final el costado inmenso del cine
Ópera. Si uno continua por Serapio Rendón hacía el sur, encuentra entre otras
cosas, el restaurante de comida norteña La Tonina, el teatro Manolo Fábregas, la
placa que indica dónde vivió Margarita Maza de Juárez, las privadas Roja y Blanca,
y el INJUVE.

En uno de mis recorridos pasé por la parroquia de San Cosme un día entre
semana a las dos de la tarde; la iglesia estaba cerrada, pero el atrio abierto, que
resultó un oasis de tranquilidad en la caótica Ribera de San Cosme. Grandes
árboles, unas jardineras, algún rosal y unos cuantos faroles decoran el atrio. La gran
pared del cine Ópera se cae sobre la pequeña parroquia, dando la impresión de que

159
el cine y la parroquia son la misma construcción. La gente pasaba y se detenía para
persignarse. Afuera observé un puesto de jugos y una señora de edad vendiendo
objetos religiosos.

348

En otro de los recorridos, entré al café de chinos Córdoba, que como ya se


dijo, está frente a la parroquia de San Cosme. En alguna ocasión me habían dicho
que los dueños me podían dar información sobre el cine Ópera y la parroquia. En el
café, desde el que se alcanza a ver la parroquia, pedí un menú, la hija del dueño
me trajo la comida y platicamos sobre el cine y la parroquia. Además, platicó que su
abuelo fue el dueño del café, que ellos llevan ahí como sesenta años.

Un martes a las seis y media de la tarde volví, la parroquia de San Cosme


estaba abierta. Ya había oscurecido y al bajarme del auto un borracho que
merodeaba por ahí me intimidó. El atrio me invitó entrar y ya en la iglesia pude ver
a cuatro o cinco señoras rezando en voz alta. El retablo churrigueresco lucía
esplendido. La gente entraba y se santiguaba.

El día que visité la parroquia con la señora Luz María, un jueves como a las
doce del día, nos tocó oír parte de la misa, que también escuchaba mucha gente de
edad. El padre daba su sermón y cuando tocaba se oían los cantos. En la entrada
de la iglesia una señora mayor en silla de ruedas esperaba vendiendo dulces.

348
Atrio de la parroquia de los Santos Cosme y Damián. Fotografía de Mónica del Arenal. Agosto de
2013.

160
La parroquia de San Cosme y Damián es un pequeño y gran tesoro que
conservan la colonia San Rafael y la Ciudad de México entera. No la conocía hasta
ahora que la han remodelado; y así: de color anaranjada, con el atrio limpio y
arbolado, y con ese interior barroco, imprimo la imagen de una pequeña ermita entre
huertos y casas de campo. Da un gusto enorme saber que las gentes vuelven a
visitar Serapio Rendón para postrarse ante la parroquia de los santos médicos.

Análisis antropológico

De acuerdo con la teoría de los lugares de Vergara Figueroa, la parroquia de los


Santos Cosme y Damián se considera un lugar por: tener un lenguaje particular
(arquitectónico, sonoro, lingüístico, etc.), rutinas que caen en el plano de lo extra
cotidiano, identidades delimitadas, y por supuesto, historia y pertenencia. Además
de ser un lugar en términos generales, la parroquia también se considera lugar de
culto por la importancia que le da la comunidad católica a las iglesias, separando el
tiempo/lugar cotidiano del tiempo/lugar sagrado349. El tiempo sagrado es el tiempo
de la misa o de cualquier festividad de la iglesia católica, el tiempo cotidiano también
se puede vivir dentro de la parroquia, con los cursos sobre autoestima o tanatología
que refirieron los informantes. Así mismo, la misa se considera como un ritual por el
valor y significado especial que le dan los feligreses al evento, concediéndole
acciones específicas tales como: un tiempo determinado, un comportamiento de
respeto o un vestuario particular.

Siguiendo a Gilberto Giménez, la parroquia puede ser considerada como


territorio por ser un espacio valorado y apropiado física y simbólicamente por una
colectividad.350 Esta apropiación puede ser entendida como identidad hacia la
iglesia por una comunidad delimitada (los habitantes de las colonias Santa María la
Ribera y San Rafael) o no (aquellos que conocen el valor histórico de la parroquia
de los santos Cosme y Damián frecuentándola independientemente de su

349
VERGARA Figueroa, A. Op. Cit., p.67.
350
GIMÉNEZ, G. Op. Cit., p. 72.

161
cercanía), que se construye a partir del espacio, tiempo y memoria: 351 el espacio
delimitado de la iglesia, el atrio y la casa parroquial; el tiempo en que se permite el
acceso al templo para sus actividades; y la memoria de los poseedores del lugar.

La parroquia conforma un lugar de culto con fronteras físicas claramente


delimitadas: la calle de Serapio Rendón, los puestos de la Ribera de San Cosme,
los edificios de calle de Miguel Schultz y la construcción del cine Ópera. Estas
fronteras, como lo afirma Vergara, delimitan, contienen y posibilitan,352 permitiendo
o no ciertos tipos de relaciones sociales y comportamientos individuales y
colectivos. Es tajante la diferencia de orden, limpieza, silencio y estética que
caracteriza a la parroquia, con lo que se vive día con día en el cruce caótico, sucio
e irregular de las calles Serapio Rendón y Ribera de San Cosme. Sin embargo,
estas fronteras son susceptibles de “romperse” o “moldearse”, ejemplo de ello es
cuando sobre la calle de Serapio Rendón pasan los fieles católicos persignándose
frente a la iglesia, ocasionando que el espacio delimitado se expanda
simbólicamente. Con el acto de persignarse la frontera se estira, generando una
especie de ir y venir entre la frontera física y simbólica.

CAPÍTULO SEXTO. LA RIBERA DE SAN COSME

351
PORTAL, M. Op. Cit., pp. 70-80.
352
VERGARA Figueroa, A. Op. Cit., p. 124.

162
Destruidos casi por completo los dos acueductos,
el de San Cosme y el de Belén, que surtían de
agua potable a la ciudad de México, antes que
desaparezcan para siempre, bueno será hacer
aquí su historia, pues esas dos famosas arquerías
bien lo merecen, por ser dos monumentos muy
antiguos, monumentos levantados durante la
época colonial, y por consiguiente propios de
incluirse en esta obra.353

Luis González Obregón

La Ribera de San Cosme corre de Insurgentes a Melchor Ocampo y es simplemente


un tramo de lo que fue la calzada de Tacuba. Otrora fue una de las tres calzadas
que comunicaba a México – Tenochtitlan con tierra firme y que llevaba al pueblo de
Tacuba. Después de la Conquista, los alrededores de la calzada comenzaron a
poblarse con huertos y casas de campo, las crónicas refieren uno de los sectores
más hermosos para descansar de la ciudad de México. Por lo visto los años no
pasaron en vano, al caminar por la Ribera de San Cosme encuentro muy poco de
aquellos apacibles días.

354

353
GONZÁLEZ Obregón, Luis, México Viejo, Patria, México, 1966, p. 59.
354
La Ribera de San Cosme y la fuente de la Tlaxpana [en línea] disponible en
http://fototeca.inah.gob.mx/fototeca/. Fecha de consulta mayo de 2014.

163
355

1. Historia escrita y escrita de la calle

La calzada de Tacuba fue una de las tres calzadas que conducía al señorío
de México-Tenochtitlan hacia tierra firme. Las otras dos calzadas fueron: la de
Iztapalapa que llevaba al sur y la del Tepeyac que conducía al norte, hasta el cerro
del Tepeyac; hacia el oriente no había calzada por estar la albarrada. Bernardo
García Martínez señala que al igual que México, sus dos aliados para el manejo del
imperio, Texcoco y Tlacopan, también fueron señoríos; y que a este conjunto de
pueblos se le conoció como la Triple Alianza.356

355
Fotografía de Mónica del Arenal. Febrero de 2014.
356
GARCIA Martínez, Bernardo, La conquista española en VÁZQUEZ, Josefina Zoraida (coord.),
Gran Historia de México Ilustrada, PLANETA-CONACULTA-INAH, México, 2002, Tomo II., p. 15.

164
357

Con la llegada de los españoles y el sometimiento de estos sobre el imperio


azteca, la historia de México cambio indiscutiblemente. La calzada de Tacuba se
recuerda durante la Conquista por la retirada de los españoles conocida como la
Noche Triste. Sobre aquellos días relata García Martínez:

De julio de 1520 a agosto de 1521 la guerra de la conquista de México


consistió básicamente en el sitio de la ciudad hasta que, materialmente
destruida, se rindió por hambre y enfermedades (especialmente la viruela,
llevada por los conquistadores)… Finalmente [Hernán Cortés] tuvo que
construir pequeños bergantines para imponer su dominio sobre el entorno
lacustre de la ciudad. Fue precisamente en una canoa, el 13 de agosto de
1521, que se hizo la captura de Cuauhtémoc, jefe de la resistencia y último
hueytlahtoani.358

De acuerdo con el cronista Joaquín García Icazbalceta los españoles, ya


habiendo conquistado la ciudad conquistadora, a partir del evento desdichado de la
Noche Triste y sintiéndose inseguros en una ciudad rodeada de agua, decidieron
resguardar una de las calzadas y eligieron la de Tacuba por ser la más corta.
Entonces:

… se acordó “que para fortificación de esta ciudad se den solares para


hacer casas que vayan a casamuro por delante e por las espalda, para

357
México – Tenochtitlan [en línea] disponible en
http://www.sheppardsoftware.com/images/Mexico/factfile/Tenoch2A.jpg. Fecha de consulta mayo de
2014.
358
GARCIA Martínez, B. Op. Cit. p. 17.

165
así poder salir de esta ciudad hasta la tierra firme, e que sea una acera
de casas de una parte y de otra de la calzada, hasta la alcantarilla que
llega a la dicha tierra firme.”359

Fue así como Hernán Cortés destinó a los conquistadores españoles las
tierras aledañas a la calzada de Tacuba:

…los nuevos pobladores destinaron las tierras mercedadas al


establecimiento de huertas con plantas y árboles americanos y europeos.
Diferentes especies traídas desde el Mediterráneo se aclimataron
fácilmente en el valle del Anáhuac conformado, junto con los autóctonos,
hermosas y tupidas arboledas. Los resultados fueron más que
satisfactorios.360

Más adelante el rancho de Santa María y el de San Rafael compartirían: “…


el camino que iba de la Plaza Mayor a Tacuba, que en este lugar recibía el nombre
de Ribera de San Cosme, por encontrarse en las inmediaciones del convento de
San Cosme, que dio origen al barrio homónimo.”361 Las propiedades que se
construyeron en el barrio de la Ribera de San Cosme fueron para descanso.

Durante la época colonial se construyeron acueductos para distribuir el agua


de forma equitativa, el de La Verónica fue uno de ellos. Este comenzaba en Santa
Fe, pasaba por Chapultepec, por la fuente de la Tlaxpana y terminaba en la caja de
la Mariscala. El acueducto comenzó a construirse en 1603 y se concluyó en 1620.
Su arquería era doble, por la parte superior circulaba el agua que venía de Santa
Fe, y por la que provenía de las fuentes de Chapultepec; tenía alrededor de mil
arcos.362

Se observa en la imagen que la fuente de la Tlaxpana – llamada así por el


barrio en que se encontraba - fue muy hermosa, de estilo churrigueresco.
Construida en 1737, siendo virrey don Juan de Bizarrón y Eguiarreta, la fuente

359
ICAZBALCETA García, Joaquín, La vieja ciudad de México en La Ciudad de México antes y
después de la Conquista, Departamento del Distrito Federal, México, 1983, pp. 154-155.
360
REYNA, M. Op. Cit. p. 10.
361
MARTÍNEZ Domínguez, M. Op. Cit. p.14.
362
Ibídem, p. 19.

166
distribuía el agua que venía de Santa Fe y que de la Tlaxpana partía a la caja de la
Mariscala. En la fuente solían reunirse los aguadores, personas que llevaban el
agua en cantaros de casa en casa.363

364

En el barrio de San Cosme se construyeron casas magníficas, tal es el caso


de La Casa de El Elefante, que se localizaba en el número 16 de la Ribera de San
Cosme y que era una de las más cercanas a la fuente de la Tlaxpana; se piensa
que tenía ese nombre por la figura de un paquidermo que se exhibía en la fachada
o en alguno de sus muros. Fue destruida a principios del siglo XX. Otra casa
significativa fue La Casa del Pino que también estuvo situada en la Ribera de San
Cosme. Una de las casas que aún se conserva es la de Los Mascarones, también
de estilo churrigueresco y sobre la que cuenta la cronista Ángeles González Gamio:

En 1766 los condes del Valle de Orizaba adquirieron un huerto y


mandaron construir su residencia campestre. La notable construcción
destaca por su fachada churrigueresca, compuesta por almohadillas de
cantera y columna estípites que rematan con figuras de atlantes, lo que
llevó a que se le conociera como Casa de Mascarones.

Durante su larga vida esta casona de estilo barroco ha albergado varias


instituciones educativas, como el Instituto Científico, la Escuela de Altos
Estudios, el Colegio de San Luis y la Escuela Nacional de Maestros. En

363
Ibídem, pp. 19-20.
364
Fuente de la Tlaxpana [en línea] disponible en http://fototeca.inah.gob.mx/fototeca/. Fecha de
consulta mayo de 2014.

167
el siglo XX pasó a formar parte del patrimonio de la Universidad Nacional
Autónoma de México (UNAM)…365

366

Hacia el año de 1788 se señala en un informe las condiciones deplorables en


que se encontraba el camino que desembocaba en la Ribera de San Cosme:

La calzada de San Cosme en la Tlaxpana y que conduce a Tacuba por


San Antonio de las Huertas se halla tan llena de hoyancos, batideros y
desigualdades que hacen sumamente molesto el tránsito y con un mínimo
de lluvia se hace un lodo excesivo, la calzada se anegaba desde el barrio
de San Fernando en que principia lo que llaman la Ribera hasta la fuente
de la Tlaxpana y para pasar de un lado a otro se utilizan canoas.367

Sin embargo, la gente seguía disfrutando del barrio de San Cosme:

Durante la época colonial, las travesías de La Alameda a la Tlaxpana y a


San Cosme, así como de la garita de este nombre a la del Calvario se

365
GONZÁLEZ Gamio, Ángeles, La casa de Mascarones, La Jornada, 2 de septiembre de 2012 [en
línea] disponible en http://www.jornada.unam.mx/2012/09/02/opinion/036a1cap. Fecha de consulta
mayo de 2014.
366
Casa de los Mascarones [en línea] disponible en http://fototeca.inah.gob.mx/fototeca/. Fecha de
consulta mayo de 2014.
367
GONZÁLEZ Polo, Ignacio, Reflexiones y apuntes sobre la ciudad de México en REYNA, María del
Carmen, Casas y huertas en la Ribera de San Cosme, siglos XVI-XIX, México, INAH, 2009, pp.17-
18.

168
convirtieron en atractivos paseos. Se comentaba que, como era molesto
llevar el sol de frente, los paseantes salían desde temprano hora para
llegar a la fuente de la Tlaxpana y dar la espalda al poniente.368

El barrio era frecuentado por gente de buena posición social, diplomáticos y


aristócratas establecieron allí sus residencias o fincas de descanso. En aquellos
años residieron personajes notables como el cónsul suizo M. Mairet o el historiador
Lucas Alamán. Sobre este último, refieren María del Carmen Reyna y Jean-Paul
Krammer, que su huerta tenía 365 árboles; y que el político dio asilo a Guillermo
Prieto y su familia en la guerra de 1847.

A principios del siglo XIX comenzaron a establecerse diversas fábricas en la


Ribera de San Cosme ocasionando los albores a su decadencia. Ejemplo de ello
son la fábrica de aguardiente El País cuyo dueño fue José Miranda o la fábrica de
aguardiente de caña que tuvo por dueño a Agustín de la Peña y Santiago. Se dio
prioridad al suministro de agua en estas fábricas, sacrificándose el de casas y
huertos, originando la baja en producción de frutas y verduras.369

Para entonces el servicio de trasporte se trasformó, esto por haber mucha


demanda para trasladarse desde el centro de la ciudad hacia el barrio de San
Cosme. Se estableció la línea de ómnibuses cuyo recorrido: “…iniciaba en la Plaza
de Palacio Nacional y concluía en Azcapotzalco, pasando por la Ribera de San
Cosme, San Juanico y Tacuba. Para su movilización se empleaban 50 caballo y
cuatro ómnibuses llamados Mariano y Apache con 12 asientos cada uno; Ribera,
14 y Rosa, 22.”370

Hacia 1840 Madame Calderón de la Barca le otorga unos párrafos a la


calzada en su libro La vida en México:

La calle en que vivimos forma parte de la calle de Tacuba, la antigua


Tlacopan, una de las grandes calzadas por medio de las cuales el México
antiguo se comunicaba con el continente. Las otras dos eran la del

368
REYNA, M. Op. Cit., p. 18.
369
ídem.
370
Ibídem, p. 24.

169
Tepeyac (ahora de Guadalupe) y la de Iztapalapa, y fue por esta última
por la que el emperador mexicano y sus nobles salieron a recibir a Cortés
en su entrada en Tenochtitlan… La misma calle [Tacuba] cambia con
frecuencia de nombre en cada manzana, y esta parte de la calle de
Tacuba se llama, a veces, “Plazuela del Zopilote”, “San Fernando” y
“Puente de Alvarado”, nombre que es el más clásico de los tres, por
conmemorar el valor de un héroe, mientras que una zanja, cruzada por un
pequeño puente, cerca de dicha calle, conserva el nombre de “el Salto de
Alvarado”, en recuerdo del famoso salto que dio el valiente español Pedro
de Alvarado en la memorable noche llamada de la “noche triste”, el
primero de julio de 1520, cuando los españoles se vieron forzados a
retirarse de México a las montañas del Tepeyac.371

En 1847, con la invasión norteamericana, los extranjeros se apoderaron de


San Cosme hasta la plazuela de San Fernando, allí colocaron un mortero, lanzando
bombas y generando grandes destrozos. Cuando terminó el cerco, los invasores
escogieron por al albergue el convento, conteniendo hasta quinientos hombres.

Entre 1851 y 1852, siguiendo a Luis González Obregón, se destruyó la


arquería de la Mariscala a San Fernando, y la de San Fernando a San Cosme en
1871. En su libro México Viejo comenta que la demolición del resto del acueducto
se estaba haciendo en esos días (hacia 1900).372 Al respecto, dice Martínez
Domínguez:

En 1852, con el fin de ampliar la avenida de los Hombres Ilustres, hoy


avenida Hidalgo, se comenzaron a demoler los arcos del acueducto de la
Verónica desde la Mariscala, Eje Central y Puente de Alvarado, al cruce
con el Paseo de la Reforma. En 1879, se continuó la demolición del
acueducto de la Verónica hasta el frente de la iglesia de San Cosme. Se
pretendía desaparecer los acueductos y sustituirlos por cañerías
subterráneas para embellecer la ciudad.373

371
CALDERÓN De la Barca, Madame La vida en México, Tercera Edición, México, Porrúa, 1970, p.
76.
372
GONZÁLEZ Obregón, L. Op. Cit., p. 64.
373
MARTÍNEZ Domínguez, M. Op. Cit., pp. 36-37.

170
Como lo vio González Obregón, los acueductos ya no existen; no queda más
que volver a la historia, las fotografías y las crónicas de aquellos que supieron ver
el valor de sus monumentos cotidianos.

Resulta penoso que terminando el siglo XIX la Ribera de San Cosme fue
perdiendo su belleza por la destrucción de sus casonas y huertos coloniales:

En los últimos años del siglo XIX, los diferentes propietarios también
contribuyeron a la destrucción de casas y huertas que todavía
conservaban su belleza, ya que no se les dio el real valor arquitectónico.
Los motivos o adornos que caracterizaban a cada propiedad habían
prevalecido desde la época colonial; algunas de ellas habían conservado
un sello distintivo destacando a animales, árboles que se caracterizaban
por su belleza, o bien simples objetos que dieron su nombre a las casas.
Todo estorbaba, nada servía y su destrucción era el camino a seguir para
desaparecer cualquier vestigio. Lo importante era fraccionar estas
propiedades y obtener el mayor provecho. Su lugar fue ocupado por casas
sin relevancia y con pobre arquitectura.374

Empero, en algunas casas y huertos se establecieron tívolis, que eran


jardines dentro de las casas con esculturas y fuentes. Ahí los paseantes hacían sus
días de campo, jugaban bolos y celebraban algún festejo.375

En una temporalidad de sesenta años aproximadamente, desde 1950 hasta


la actualidad, algunos de los viejos y nuevos habitantes, visitantes asiduos o
trabajadores de la colonia recordaron el mercado de San Cosme, el restaurante
Boca del Río, las zapaterías, el palacio de los Mascarones y la Escuela Secundaria
Anexa a la Normal Superior de México, ubicados todos ellos en la Ribera de San
Cosme.

El mercado de San Cosme se edificó en principio en la esquina de Ciprés y


San Cosme en los años de 1887 y 1888. Ya a mediados del siglo XX el

374 REYNA, M. Op. Cit., p. 33.


375
MARTÍNEZ Domínguez, M. Op. Cit., pp. 17-18.

171
Departamento del Distrito Federal construyó ciento sesenta mercados, entre ellos
el nuevo mercado de San Cosme:

…ubicado en las calles de San Cosme y Gabino Barreda, contó con 550
puestos, obra de José Villagrán García, quien lo construyó en 1954. En
los años sesenta, sufrió un incendio y fueron traspasados los locatarios a
un galerón de techumbre de lámina localizado en San Cosme y Fresno.
Removidos los escombros, se construyó el actual mercado, y se
resolvieron los problemas de higiene, tránsito y urbanismo, además de
integrarle una estancia infantil para los hijos de los comerciantes.376

Jorge del Arenal, que estudió en el colegio Cristóbal Colón en los años
cincuenta y sesenta, recordó que con sus colegas se iban al mercado de San
Cosme y que este era: “…un mercado popular de barrio, como el de
Azcapotzalco…”

La arquitecta Margarita Martínez Domínguez, que vivió en los años sesenta


en la colonia San Rafael, relata sobre el mercado de San Cosme en un su libro La
colonia de los Arquitectos:

El mercado de San Cosme se encargaba de surtirnos de frutas y


legumbres de primera calidad, ahí además comprábamos los abarrotes
en el puesto de Mari, los lácteos con Manuel y los mariscos con Yolanda.
El pan lo comprábamos en la panificadora San Rafael más conocida como
de San Cosme por encontrarse cerca de la Ribera. Y la carne con don
Hilario y algunas veces en La Española, que se encontraba en Guillermo
Prieto.377

376
Ibídem, p.83.
377
Ibídem, p.106.

172
378

La señora Luz María Ortiz, que nació en la calle de Naranjo en la colonia


Santa María la Ribera alrededor de los años sesenta, platicó varias cosas sobre el
Mercado mientras recorría la Ribera de San Cosme. Algunas de ellas fueron: que
detrás del Jardín de Santa María estuvo originalmente el mercado y que luego lo
pasaron a la colonia San Rafael; actualmente el espacio del mercado original lo
ocupa otro más chico que la gente conoce como “El mercado del pasaje”. Éste se
llama así porque son dos pasajes de comercios, tiene su entrada principal por la
calle de Santa María. Arriba del mercado hay departamentos y la entrada a estos
es por los pasajes. La señora Luz María contó que antes casi todos los negocios
eran de fruta y verdura, cremerías, carnicerías y que, con el tiempo, fueron
cambiando a fondas, papelerías, reparación de calzado, telas. Luz María platicó que
la mercería La Providencia, que se encontraba cerrada, era famosa porque una
señora vestía Niños Dios cada año y todo el mundo en la colonia llevaba sus Niños
con ella.

Como estudiante de la Escuela Secundaria Anexa a la Normal Superior,


recordó que iba muy seguido con sus compañeros al mercado. Salían a la una de
la secundaria y se cruzaban al mercado a comer flautas de barbacoa, fresas con
crema, fruta y tortas. Ya en el mercado me contó una anécdota que recordó a la de
Jorge del Arenal:

378
Exterior del Mercado de San Cosme. Fotografía de Mónica del Arenal. Enero de 2014.

173
Yo tenía un enamorado en la secundaria que tiro por viaje se cruzaba y
me compraba una flor. Se iba atrás de mi por todo Naranjo, él vivía en
Naranjo pero hasta (…) y se iba atrás pero no me hablaba. Cuando
llegábamos a la puerta de mi casa me daba la flor y se seguía.

Comentó que es un mercado bonito, limpio y tradicional. Venden flores,


dulces, hay puestos de mascotas, de carne, pescado, todavía de artículos
navideños y muchos puestos de comida.

Jorge del Arenal tenía un amigo en Popotla, así que del colegio Cristóbal
Colón en Sadi Carnot se iba con sus compañeros por la Ribera de San Cosme hasta
casa de su amigo:

…la caminábamos [la Ribera de San Cosme], no era la avenida que había
ahorita. Era una avenida que tenía un camellón en dos sentidos y en en
la calle había muchos estudiantes porque estaba la Normal para Maestros
y el Colegio Militar.

… yo tenía un amigo, se llama Miguel, hasta la fecha nos vamos a


desayunar, que vivía enfrente de lo que es el Colegio Militar, en la colonia
Popotla. Éramos tres los que nos llevábamos mucho, y a veces, sobre
todo en secundaria, su papá nos invitaban a comer, y entonces todo esto
lo caminábamos [Ribera de San Cosme] pero no te puedo decir que veía,
fuera del restaurante Boca del Río, que no era un restaurante todavía, era
como una fonda.

La señora Luz María Ortiz platicó que por la Ribera de San Cosme pasaba el
tranvía. También que en la esquina del parque Jaime Torres Bodet, donde ahora
hay una farmacia San Pablo, estaba La Violeta, que era una tienda de ropa, sobre
todo de lencería, corsetería, ropa interior y pijamas, a ella y a sus hermanos les
compraron muchas cosas allí. Que en la esquina de la calle de Santa María, donde
ahora hay un edificio, originalmente hubo una sucursal del Banco Nacional de
México que era preciosa, con los pisos de mármol y las rejillas como si fuera un
banco antiguo. Sobre las zapaterías refirió que al menos tienen cincuenta años y
era muy tradicional ir a comprar zapatos con el inicio de clases.

174
El restaurante Boca del Río fue comentado por varios de los entrevistados.
Jorge del Arenal relató:

Cuando Jaime estaba en primero de secundaria yo estaba en tercero,


hubo una época en que yo estuve en secundaria y Jaime seguía en
primaria (…) Entonces, Antonieta tenía que pasar por Jaime y después
pasaba por mí para regresarnos los tres. Pero a veces con amigos nos
íbamos a San Cosme, porque más o menos por la calle de Rosas Moreno
existía o existe el restaurante de mariscos Boca de Rio, pero Boca de Río
en esa época no existía, era un local chiquito donde el dueño tenía un
tambo de ostras que abría para hacer unos cocteles. Entonces uno iba y
por menos de 50 centavos nos abría conchas y nos ponía limón para
comérnoslas. Y después empezó a crecer, a crecer hasta lo que es ahorita
Boca del Río.

379

La arquitecta Martínez Domínguez escribió en su libro sobre el restaurante


Boca del Río:

En la Ribera de San Cosme y Bernal Díaz del Castillo se encuentra hasta


la fecha Boca del Río, una marisquería famosa por sus cocteles, sobre
todo el famoso Vuelve a la vida. Recuerdo que en este lugar se vendía
cerveza Corona, refresco Sidral, Orange y Pepsi. El prestigio bien ganado
lo obtuvo por la frescura de los mariscos que, como se contaba en esa
época, eran traídos diariamente desde el puerto de Veracruz en el avión

379
Restaurante Boca del Río. Fotografía de Mónica del Arenal. Febrero de 2014.

175
particular de los dueños, que además tenían un puesto de los mismos
productos en el mercado de San Cosme.380

La señora Luz María Ortiz comentó que el camellón lo pusieron cuando


construyeron el metro en los años setenta, antes únicamente había una banqueta
divisoria sin árboles. De hecho, los árboles los comenzaron a poner de treinta y
cinco años para acá.

381

Con el sismo de 1985, contó Jorge del Arenal, varios edificios sobre la Ribera
de San Cosme, casi llegado a Insurgentes, se cayeron.

La Secundaria Cuatro y la Escuela Secundaria Anexa a la Normal han sido


centros referenciales para los vecinos al viejo barrio de San Cosme.

La señora Luz María Ortiz comentó que la Secundaria Cuatro antes


perteneció a los jesuitas. También dijo que siempre hubo pleito entre los de la

380
MARTÍNEZ Domínguez, M. Op. Cit., p.104.
381
Camellón de la Ribera de San Cosme. Fotografía de Mónica del Arenal. Febrero de 2014.

176
Secundaria Cuatro (que era de puros hombres) y los de la Anexa. Actualmente, la
hija de la señora Gabriela García estudia en la Secundaria Cuatro.

En la Escuela Secundaria Anexa a la Normal Superior (ESANS), donde


estudió la señora Luz María Ortiz, recordó sobre la escuela:

Es una secundaria muy reconocida, pública y muy reconocida porque es


una secundaria piloto, osea que en esta secundaria se ponen en práctica
todos los nuevos métodos para enseñanza de la secundaria, y los
maestros son egresados de la Escuela Normal Superior… Por adentro se
comunican la Escuela Normal Superior y la Anexa... Realmente es una
escuela de buen nivel, (…) es muy difícil entrar, tienes que traer un
promedio de ocho cinco para que te permitan hacer el examen y
solamente los mejores promedios del examen de admisión se pueden
quedar…

Un día entre semana por la mañana la Anexa se encontraba llena de alumnos


de secundaria uniformados, entrando y saliendo. La señora Ortiz comentó que ha
reencontrado a varios de sus compañeros de aquellos años a través de Facebook.
Frente al patio comentó que de estudiante lo veía bien grande, que al fondo había
una alberca y mostró el lugar por el que la Anexa se conecta con la Normal. Cinco
o seis de sus hermanos estudiaron en la Anexa, a su mamá la conocían bien y le
prestaban el auditorio para los festivales de su propia escuela. Ella tomaba en la
mañana a las clases de ocho de la mañana a una de la tarde, se iba a comer y
regresaba en la tarde a taller de seis a ocho; los vespertinos venían al taller de ocho
a diez de la mañana y regresaban para tomar las clases de dos a ocho. Ahora tienen
una hora de comida, entran a la ocho de la mañana y salen a las ocho de la noche.

La señora Gabriela García también estudio en la Escuela Secundaria Anexa


a la Normal Superior:

Estudié en la Anexa, que es la escuela de tradición que cuesta más


trabajo entrar, creo del Distrito Federal (…) Casi todos los profesores son
directores de otras escuelas y actualmente hay mucho ex alumno dando

177
clases nada más por amor a la escuela. Tiene muy buenos maestros, sale
uno con muy buen nivel y es muy difícil entrar.

Los hijos de don Beto, que lleva sesenta años viviendo en la privada Blanca
de Serapio Rendón, también estudiaron en la Escuela Secundaria Anexa a la
Normal Superior. Como la señora Ortiz y García, también comentó lo difícil que es
entrar.

Finalmente, la señora Luz María Ortiz, refirió sobre la calle que a partir de
que les pusieron los andamios permanentes a los vendedores ambulantes se
deterioró la calle.

2. Recorridos por la calle

La Ribera de San Cosme va desde Melchor Ocampo hasta Insurgentes,


dividiendo las colonias San Rafael y Santa María la Ribera. La Ribera de San
Cosme sólo es una parte de una gran avenida que va desde Eje Central hasta el
metro Cuatro Caminos.

En varias ocasiones recorrí la caótica Ribera de San Cosme, conocí la capilla


inglesa, el salón de baile Caribe, el mercado de San Cosme, el palacio de los
Mascarones y más lugares. En todos mis paseos vi una calle amplia y desolada
repleta de zapaterías y lonas azules.

En uno de mis primeros viajes por la colonia San Rafael llegué al salón
Caribe. Buscaba adentrarme en el mundo de los salones de baile, como el Ángeles,
el California Dancing Club o el Candela. El salón Caribe también es conocido como
“El Gigante de San Cosme”, está sobre Ribera de San Cosme y Velásquez de León,
a pocas cuadras del metro Normal. La entrada al salón me costó cuarenta pesos un
viernes a las cinco de la tarde. En las mesas había grupos de mujeres bien vestidas
y muy maquilladas, algunas con bebidas que variaban en precios de treinta y
cuarenta pesos. Sonaba la música, salsa; algunas parejas bailaban; había poca
gente. Poco a poco se empezó a llenar, llegaban parejas o grupos mixtos, jóvenes

178
y viejos. Una pareja de señores mayores entraron saludando a meseros y demás
visitantes frecuentes; llegaron con helados del Oxxo y pidieron un par de cocas; se
sentaron, observaron un poco, comentaron otro tanto y se pararon a bailar con
mucho ánimo. Como a las seis de la tarde llegó el grupo de música en vivo,
acomodaron los instrumentos y comenzaron a tocar. El salón estaba cada vez más
lleno. Quienes no llevaban pareja sacaban a bailar a las mujeres que habían ido en
grupo; algunos sólo bailaban, otros se murmuraban cosas al oído. Al terminar la
pieza regresaban a sus mesas, alguno del grupo aprovechaba para decir algo por
el micrófono y volvían a tocar. Ellos sacaban a bailar a la misma chica o buscaban
a otra. En el baño de mujeres estaba la clásica señora que vende dulces y demás
suvenir. Después de un rato salí y caminé la Ribera de San Cosme hasta
Insurgentes. Al pasar el metro Revolución la calle se volvió más desolada, no había
más vendedores ambulantes. Pegadas a la pared vi un par de prostitutas operadas,
con minifalda y tacones altos. Un poco más adelante, un par de hombres dialogaban
sobre quién se quedaba con cuál de las tres mujeres que, cerca del salón de baile
Candela, esperaban en silencio.

En otra ocasión volví a caminar por la Ribera de San Cosme, después de


haber descubierto que en Thomas Alva Edison destruirán un edificio porfiriano para
construir varios edificios. El hombre me dijo que destruirá el interior y que sólo
conservará la fachada. El cinismo con que me contestó aunado a la tristeza por ver
el futuro del edificio trastornó el resto de mi recorrido. Ya sobre Ribera de San
Cosme tuve que caminar del lado de Santa María la Ribera, por la acera de San
Rafael es imposible: todo estaba cubierto de puestos y de lonas azules. Por la orilla
de Santa María observé varios edificios históricos y artísticos; también algunos
vendedores “chaparros” con su lona en el piso. La calle se percibía sucia, amplia y
soleada. Del lado de San Rafael vi anuncio tras anuncio de zapaterías. Pasando la
calle de Naranjo está la entrada del metro. Desde Santa María distinguí la pequeña
parroquia de los Santos Cosme y Damián, ¡pensar qué por ella se llama así la calle!
Junto, la inmensidad del cine Ópera. Más adelante, afuera del mercado de San
Cosme, estaban los puestos navideños: arbolitos, adornos y piezas para los
nacimientos. Ya para volver, me sumergí en la colonia San Rafael por Altamirano.

179
382

Después de varios días regresé a la Ribera de San Cosme. Volví a ver una
calle desolada, nublada, con pocos árboles, con un montón de negocios y con un
camellón que más bien es un desnivel que divide el ir y venir de los autos. Llegué al
restuarante Boca del Río, un par de meseras me presentaron con el dueño que me
dio la carta para que leyera lo que viene de su historia, añadiendo que si necesitaba
más información le preguntará. La carta relata básicamente que el negocio lo
iniciaron el Sr. Castillo y su esposa la Sra. Carmen Contreras hacia 1941 en Tepito,
junto a la iglesia de Santa Ana. Cuando el negocio creció se fueron a la Calzada de
Guadalupe en un local cerca de la Glorieta de Guadalupe. Después se mudaron a
Peralvillo número 7 y al poco tiempo a la Ribera de San Cosme. Actualmente
también tienen una sucursal en Presidente Masarik 275, Polanco. Cuando terminé
de leer me dispuse a hojear la carta para pedir algo de comer, el mesero de la barra,
que lleva allí treinta y seis años trabajando, me recomendó la quesadilla de cazón y
además me pedí una de jaiba junto con una cerveza Montejo. Observé el lugar:
amplio, con muchas mesas bien ordenadas, con cinco o seis pantallas prendidas a
volumen moderado, con un mural de la familia casi a la entrada y una barra grande
con un espejo de fondo. El par de meseras me comentaron que las paredes y las
columnas son de mármol; una de ellas lleva ahí trabajando treinta años; la otra, la
que más me platicaba, apenas quince. Se veía que el dueño cuida bien de su
negocio, estaba al pendiente de sus clientes y cuando llegaba alguno lo saludaba
con cortesía. Mientras comía mis quesadillas miré la Ribera, en primer plano, sobre

382
Edificios de la Ribera de San Cosme. Fotografía de Mónica del Arenal. Febrero de 2014.

180
la banqueta, un puesto de tenis, y ya en la cuadra de la Santa María la Ribera: un
Banorte, un Montepio, un Juguetrón y un Famsa. Cuando le comenté a la mesera
de quince años que los ambulantes no resultaban agradables para la calle, contestó
que ella ya se había acostumbrado, que los extraña cuando no vienen y que ya son
como parte de su familia. Los meseros llevaban un gafete con su nombre, ellas
vestían con delantal y pantalón lila, y suéter blanco; ellos con camisa blanca y
pantalón negro; el dueño iba todo de negro. Cuando los clientes llegaban saludaban
a los meseros, poco a poco se fue llenando: hombres solos, colegas, grupos o
parejas. La mesera de quince años me dijo que ahora había poca gente, que a ella
le tocaba atender diez mesas y los fines de semana, como hay más meseros, sólo
cuatro. El restaurante estaba adornado con corazones y angelitos porque ya venía
el catorce de febrero. Cuando terminé de escribir y comer, pagué la cuenta y
continúe con mi paseo.

En uno de los recorridos observé los andamios para que los puesteros
informales pusieran sus lonas y ofrecieran sus productos a los transeúntes; estos
andamios estaban llenos de focos y de cables.

Finalmente, visité la casa de los Marcarones, que está del lado de la Santa
María la Ribera, en la calle de Naranjo. En la entrada una vigilante no me permitió
el paso, indicó que para conocer el palacio necesitaba un permiso de Patrimonio de
la UNAM. Entonces me dirigí a la oficina de información del CELE donde la señorita
me informó que cualquiera puede estudiar en esta sede del Cele, que todos hacen
examen y deben pagar; añadió que allí son más exigentes que en el CELE de
Ciudad Universitaria. Afuera vi una placa que dice “Escuela Nacional de Música” y
otra en la que se lee “Casa de Campo del Conde de Valle de Orizaba edificada en
1766”. De la herrería de las ventanas de la casa colgaban lonas con propaganda
del CELE fastidiando la fachada de los Mascarones. La gente transitaba por afuera
del palacio, la calle estaba sucia, las micros se paraban y el palacio se perdía en un
caos cotidiano y soleado.

¡Qué fea es la Ribera de San Cosme! Sin árboles, sin un camellón real, sucia,
llena de puestos y con nula representación arquitectónica. El único edificio que se

181
rescata a simple vista es el de los Mascarones, y con tantas mantas del CELE, ni
siquiera se aprecia en todo su esplendor. Pero quizá, la esquina de Insurgentes y
San Cosme, con un par de casonas que se conservan (junto a la capilla de María
Reparadora), puede ser lo más cercano para recrear lo que fuera la hermosa y
visitada Ribera de San Cosme.

383

Análisis antropológico

La Ribera de San Cosme constituye en primer término la frontera física entre


la colonia San Rafael y la colonia Santa María la Ribera desde que éstas se crearon
en el siglo XIX. Aunque la historia e identidad de cada colonia es particular, eso no
ha impedido que tanto los habitantes de una como de la otra colonia hayan
visitado/visiten y hayan frecuentado/frecuenten los lugares característicos de cada
una. De acuerdo con los relatos de los informantes tales lugares fueron/son: el
Mercado de San Cosme, la parroquia de los Santos Cosme y Damián, los cines
Ópera, Lux o Magestic, la Escuela Secundaria Anexa a la Normal Superior el
restaurante Boca del Río. Estos lugares han permitido que se creen identidades

383
Casonas de la Ribera de San Cosme. Fotografía de Mónica del Arenal. Febrero de 2014.

182
compartidas entre los habitantes de una y otra colonia, teniendo como uno de sus
grandes referentes la Ribera de San Cosme.

Como los lugares antes estudiados, la Ribera de San Cosme se define como
lugar, entre otras cosas, por tener un lenguaje particular: arquitectónico (edificios de
concreto que albergan negocios) y sonoro (el producido por el ir y venir de los autos);
rutinas (la señora García recogiendo a su hija todas las tardes de la Secundaria
Cuatro); rituales (la entrada el primer día de clases a la Escuela Secundaria Anexa
a la Normal Superior); y una historia e identidad (la referida en los relatos de los
informantes).

Este lugar se instituye como tal gracias a las actividades que


realizaron/realizan y lo que pensaron/piensan sus poseedores, entendiendo
poseedores como aquellos que consideran consciente o inconscientemente, actual
o antiguamente, a la Ribera de San Cosme como un referente. Este referente
pudo/puede ser tanta para actividades cotidianas y rutinarias (comprar zapatos o
útiles escolares para el inicio de clases, el día a día de los meseros en el restaurante
Boca del Río), como para actividades especiales o extracotidianas (el bautizo o la
boda en la parroquia). Los informantes hablaron con soltura sobre la Ribera
expresando su familiaridad, socialización temprana y vínculos emocionales creados
en torno a la calle.384

CONCLUSIONES

1. A lo largo de la investigación surgieron preguntas como: ¿contra qué pelea


la memoria? Los autores respondieron que contra el olvido. Ese olvido puede

384
VERGARA Figueroa, A. Op. Cit., p. 85.

183
ser producto de traumas individuales o colectivos, pero no siempre. El olvido
también se puede producir por la falta de interés o valor que le otorgue un
individuo o una sociedad a determinados experiencias o eventos. Ahí
aparece el papel del investigador, para confrontar individuos y grupos
haciéndoles ver que su historia, pasado y recuerdos pueden ser parte del
presente a partir del rescate de la memoria.

2. Otra de las preguntas fue: ¿El rescate de la memoria colectiva con qué fin?
¿Para qué los Estados Nacionales creen una “historia” de unidad
compartida? Desde la historia oficial esa puede ser una de las respuestas.
Pero desde la visión de individuos integrantes de una colectividad, la
memoria colectiva se debe conservar para ser interpretada por las
generaciones venideras, para que quienes no vivieron ciertos eventos o
fueron parte de alguna conciencia colectiva, entiendan dónde están y por qué
razones.

3. Con base en la investigación realizada sobre la memoria colectiva y la historia


oral, y a lo largo de la elaboración de los cinco ensayos sobre la colonia San
Rafael, se manifestó la estrecha relación entre memoria colectiva e historia
oral. Tanto una como la otra tienen entre uno de sus principales objetivos
rescatar la memoria e historia de los marginados, de aquellos que no han
sido “participes” ni protagonistas de la historia oficial (la mayoría de los seres
humanos). La recopilación de la historia oral y sus técnicas han funcionado
para recuperar la memoria colectiva que no está escrita y que todavía se
encuentra en los recuerdos de los que viven.

4. En relación con lo anterior y como se mencionó en el Capítulo Primero,


Ramos y Romero apuestan por la recuperación de la historia oral de los
excluidos y marginados, mientras que Meyer y Bonfil sostienen que la
oralidad debe ser para complementar la versión de los “portadores de la

184
historia”. A partir de lo anterior, se concluye que ésta puede servir tanto para
recuperar e interpretar el pasado de quienes han sido excluidos de la historia,
como de aquellos que han tenido un papel fundamental en los
acontecimientos humanos. Como se pudo observar a lo largo de la presente
investigación se rescataron los testimonios de aquellos que no han sido
escuchados, los habitantes de un territorio muy delimitado de la Ciudad de
México, no precisamente por marginados o excluidos, simplemente porque
ni la “historia oficial”, ni los investigadores sociales ni los mismos portadores
de la memoria han comprendido la importancia de esos recuerdos, de esa
historia.

5. Para el investigador es importante comprender el ir y venir de las historias


personales con la historia de la comunidad. Ambas se complementan, las
historias de vida para comprender generalidades o excepciones de la historia
compartida de un grupo, y la historia colectiva para entender cómo y por qué
se han constituido las historias de un individuo como lo han hecho.

6. También resulta fundamental para el investigador que realiza historia oral,


como ya se estudió, apoyarse en otras fuentes, siendo una de las más
importantes la historia escrita. Una de las razones, y como se vio a lo largo
de los ensayos, es que la historia oral es incapaz de abarcar un tiempo mayor
a cien años (aproximadamente), así que ahí es cuando debe entrar la historia
escrita para comprender eventos y sucedidos previos a dicha temporalidad.

7. Durante la investigación sobre la historia oral surgieron temas como el de la


recopilación de ésta a partir del video (de acuerdo con Roca y Ortiz). En la
presente tesis como se pudo observar no se utilizó dicha técnica. Vale la
pena explicar por qué. Para la investigadora resulta el primer esfuerzo en la
recopilación de la historia oral y la memoria colectiva, este esfuerzo fue a

185
partir de pláticas espontáneas, de entrevistas elaboradas con anticipación,
de la utilización de la grabadora, del apoyo de fotografías de los informantes,
tomadas por la investigadora o de imágenes de libros. Después de haber
utilizado y “experimentado” con las técnicas “básicas” de la historia oral, se
constata que en futuras investigaciones el video será una herramienta útil
(expresividad de los informantes, contexto socio-económico, apreciación del
sonido y las imágenes, e inmediatez de la información) y veraz para la
recuperación de la oralidad.

8. Se comprendieron las identidades compartidas que se pueden desarrollar


sobre un mismo lugar a partir de vivencia cotidianas, independientemente de
las fronteras y de las delimitaciones de los territorios. Esto se observó en el
caso del significado e identidad que refirieron los informantes de las colonias
San Rafael y Santa María la Ribera sobre lugares como: los cines, la
Parroquia de los Santos Cosme y Damián, el Mercado de San Cosme, las
zapaterías o la Escuela Secundaria Anexa a la Normal Superior

9. Como se expresó en el Capítulo Primero, el presente trabajo fue un esfuerzo


para hacer compatibles los estudios de la antropología con los de la crónica
de la ciudad. Se considera que se lograron empatar los objetivos descriptivos
e interpretativos del trabajo antropológico, con las investigaciones históricas
y referencias personales de la crónica de la ciudad respecto de un lugar
determinado. De acuerdo con esto y como se observó, algunos de los
ensayos se basaron mayormente en la observación y manifestaciones de
impresiones, mientras que en otros la entrevista abierta y las pláticas
espontáneas fueron la fuente principal. A pesar de lo anterior, este esfuerzo
requiere más práctica, realizar más trabajos de este tipo para que todo el
cuerpo teórico-emotivo quede bien configurado: investigaciones históricas,
descripciones presentes, interpretaciones sobre éstas y manifestaciones
subjetivas.

186
10. Para finalizar, y para hacer hincapié en la importancia de la subjetividad en
la presente tesis, se refiere la implicación emosignificativa (la “fusión” de
significación y emoción) de la investigadora respecto de la colonia San
Rafael. Como ya se había comentado anteriormente, es de nostalgia por un
pasado con casonas porfirianas, estéticas, hasta cierto punto uniforme, como
la casa de la galería Hilario Galguera; con calles para caminar, como las
calles de Francisco Pimentel o Díaz Covarrubias; con avenidas, como la
Ribera de San Comes, verdes y apacibles; con referentes cotidianos
familiares y grupales, como el cine Ópera o la parroquia de los Santos Cosme
y Damián. De una ciudad que se ve constantemente modificada y
amenazada por intereses económicos, y no por principios que permitan tener
al ciudadano una mejor calidad de vida.

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