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CUADERNOS DE LOGOSOFÍA
IV
(Buenos Aires 1982)
ANECDOTAS
Muchas otras palabras siguieron a éstas. Brotaban de sus labios con fluidez e
impregnadas de sublime belleza. Era la voz de la Sabiduría; una voz nueva, que
deleitaba.
Nadie anotó aquellas palabras. ¿Nadie? Su esencia la recogió sin duda el
espíritu de los presentes, pues aunque no pudieron ser recordadas perduró su
efecto. 1982 Cuad IV Pag 1
Por aquellos mismos días impartió una clase referida al caso de los
exdiscípulos nombrados, quienes erigidos en ídolos personales, habían pretendido
desplazar la figura del Maestro. En un pasaje señaló:
–Por la puerta de esta casa no ha pasado todavía ningún discípulo verdadero.
Tiempo después varios de los presentes le ofrecieron un obsequio con la
inscripción siguiente– "Los que anhelan ser vuestros discípulos verdaderos."
Emocionado, les respondió:
–Acaban de devolver mis palabras convertidas en comprensiones. 1982 Cuad
IV Pag 3
3 . ¿PERFECTO?
5 . LA INDOLENCIA
10 - EL ELOGIO
11 . LA BUSQUEDA
Este episodio ocurrió en uno de los tantos viajes que el Maestro hizo a Córdoba
y Mendoza.
Hallábanse tres niños entretenidos en esconder por turno, dentro del estrecho
compartimento de un tren, el palo de un balero, al que buscaban luego con el
interés que las criaturas ponen en las cosas de su invención.
El Maestro, que presenciaba la escena, tomó el objeto con rápido movimiento,
lo cual fue recibido con el consiguiente júbilo de los pequeños, que advirtieron en
esa actitud la intención de compartir el entretenimiento.
13 . EL CAMBIO
Si bien el siguiente relato remonta a los principios de la obra ilustra sobre una
circunstancia que, con ligeras variantes, se repite a menudo en el proceso de los
discípulos.
Se trataba de una discípula que hacía llegar al Maestro, median te bonitos
trabajos escritos, comprensiones que, de no existir
requisitos más exigentes, la habrían colocado entre las mejores
Mas ocurría que toda vez que el Maestro sometía a prueba las comprensiones
de esa discípula, esta rendía un pésimo examen.
Resuelto a sacarla de tal situación, le escribió estas líneas: "De nada habrá de
serviros lo que escribís, por hermosas que sean vuestras comprensiones, si no
dejáis constancia de ello en los hechos que marcan vuestra propia conducta."
La curación fue radical, pues su afición, mejor encauzada desde entonces,
redujo prudentemente sus expansiones, tornándolas en lo sucesivo más sencillas y
efectivas. 1982 Cuad IV Pag 7
14 . ABRAZO IMPREVISTO
El regreso del Maestro de la primera y única visita que hiciera a la filial Paraná,
en el año 1957, con motivo de su creación, fue causa de un episodio insólito.
Había llegado el momento de despedirse de los discípulos de Rosario. Sobre la
calzada, junto al auto en que viajaría a Buenos Aires, el Maestro los saludaba uno
a uno. La despedida era alegre, y los abrazos menudeaban acentuando la calidez
de la escena
En esos momentos pasó por el lugar un desconocido, que, atraído sin duda por
tan excelsas demostraciones de afecto, se sumó a los discípulos y tendió su mano
al Maestro, el cual debió de encontrar tan singular el gesto del desconocido, que lo
estrechó también con afecto. 1982 Cuad IV Pag 8
Cuadernos de Logosofía IV 7
17 . SORPRESA
Allá por el año 1960 el Maestro dijo a los discípulos que todos ellos habían
sido alguna vez sus enemigos.
Alguien intentó replicarle pero él respondió con firmeza: –Haced memoria.
Todo discípulo ha sido alguna vez enemigo del Maestro. 1982 Cuad IV Pag 9
20 . PRESENTE EN ESPÍRITU
22 . OPINION ANTICIPADA
Hallándose el Maestro con varios discípulos, uno de ellos expresó:
–Como bien dijo Fulano...
El Maestro, rápido en corregir, le cortó:
Cuadernos de Logosofía IV 9
–Nunca diga usted "como bien dijo Fulano", porque con eso anticipa su
opinión, su punto de vista. Se compromete usted dando por bueno lo que escuchó.
Piense que nunca puede saber si lo bueno antes del intercambio también lo será
después. Esto es muy importante y el discípulo debe tenerlo en cuenta en todas las
actuaciones de su vida. Cuando hable o dirija una reunión nunca comprometa su
opinión adhiriéndose por anticipado a la opinión ajena. 1982 Cuad IV Pag 10
23 . EN QUE PENSAR
24 . LA DROGA
Dos discípulas paseaban por una zona montañosa del Brasil. Una de ellas, que
no soportaba bien el clima de altura, se sintió de pronto afectada de mareos y,
como lo había hecho otras veces buscó alivio en un comprimido.
Su acompañante, que parecía confiar poco en la droga, le preguntó extrañada:
–¿Usted toma píldoras? ¿Acaso el mareo no se vence con un simple esfuerzo
mental?
La aquejada respondió que desconocía la existencia de alguna técnica capaz de
dominar esa clase de malestares. Finalmente acordaron en que la primera que
descubriese la técnica la transmitiera a la otra.
Pronto se le ofreció a la discípula que se había mareado la oportunidad de
consultar el caso con el Maestro, quien le brindó esta inesperada respuesta:
–El esfuerzo mental ya está hecho. En el comprimido que usted toma está
representado el esfuerzo de los científicos por dominar el mal. Al tomarla esta
usted disfrutando y aprovechando el esfuerzo mental que ellos hicieron. 1982
Cuad IV Pag 11
Nota : Esto fue relatado por Alcira López Ibarburu.
Tambien lo menciona en su libro “Imágenes
aleccionadoras “ en la página 60
25 . EL CAZADOR
Una discípula, teniendo que variar sus actuaciones a causa de los choques
mentales que provocaba, optó por adoptar una actitud pasiva. No ofrecería
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27 . LA ULTIMA CARTA
28 . LA MENTIRA
–Recurrí a una mentira piadosa. Dije a mi esposa que esta noche debía
concurrir a la oficina porque tenía que trabajar hasta muy tarde.
El Maestro lo miró seriamente y le advirtió con energía:
–Discípulo, la mentira es siempre mentira.
Impresionado por estas palabras comprendió que, cuando se abraza un ideal, no
es con temores ni evasivas como se resuelven las dificultades que se interponen
para realizarlo. 1982 Cuad IV Pag 13
29 . LA COMPRENSIÓN REAL
30 . EL VOCABLO JUSTO
31 . EL JARDIN DE ACADEMUS
Una plácida tarde de verano dos discípulos paseaban en compañía del Maestro
por el jardín de la filial Montevideo. De pronto, uno de ellos le dijo:
–Este lugar parecería evocar el jardín de Academus.
–Con la diferencia de que éste es el jardín de "Acá damus” –corrigió él. 1982
Cuad IV Pag 14
32 . EL PROBLEMA
33 . PARA RECORDAR
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Los discípulos de Buenos Aires solían recibir la visita del Maestro los días
sábados por la noche. Era también frecuente que les encomendara algún trabajo en
forma individual, que muchas veces los discípulos dejaban de cumplir por olvido
o porque la voluntad no los acompañaba en lo que habían prometido.
Ante la reiteración del episodio, el Maestro dijo que daría una enseñanza para
fortificar la memoria. Se puso a sí mismo como ejemplo, ya que tenía gran
cantidad de asuntos que atender y no olvidaba ninguno, manifestando que trataba
de recordar las cosas pendientes, poniendo énfasis en las más importantes, que así
se fijaban en la memoria. La enseñanza podría reconstruirse así: 1982 Cuad IV
Pag 14
–Una o varias veces al día hay que detener la actividad mental y pasar revista a
todo lo que debe formar parte de la responsabilidad propia. El Maestro recuerda
con frecuencia cada una de sus filiales, a sus discípulos, sus procesos, y de
inmediato recuerda tambien todos los aspectos que requieren su atención.
Procediendo de esta manera es muy difícil olvidar. 1982 Cuad IV Pag 15
34 . TEMOR INFUNDADO
Poco a poco fueron llegando las respuestas, y por fin, la tan esperada:
–Todas las ciencias investigan la sabiduría de la Creación y esa sabiduría es la
de Dios. De donde resulta que la idea de ciencia y la idea de Dios son
inseparables. 1982 Cuad IV Pag 16
36 . LAS DIFICULTADES DEL DISCÍPULO
37 . PREJUICIO
38 . LA OCTAVA
39 . DESACIERTO
La visita del Maestro a Belo Horizonte en el año 1959 dejó en uno de los
integrantes de la División Menores el siguiente recuerdo:
Habían sido muchos los momentos felices que una discípula afirmaba haber
vivido al lado del Maestro. No faltaron ocasiones de realizar paseos con él, de los
que participaron otros discípulos. Como es natural, pudo recoger muchas
enseñanzas. Una de ellas, la que más llegó a su corazón fue la de las
oportunidades
Cada vez que viajaba a Buenos Aires y hablaba con el Maestro por teléfono,
tenía él la gentileza de decirle:
–La espero por la tarde a tomar el té con nosotros.
Unas veces ella le contestaba: –"Cómo no, Maestro" –y otras: –"Hoy no puedo.
¿No podría ser otro día?"
–a las que él respondía, siempre amablemente: –"Cómo no, venga mañana?
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41 . CONDICION
42 . DESATINO
43 . CONMOVIDA
44 . EL ARBOL INMORTAL
45 . ¡QUE CORAJE!
46 . PADRES E HIJOS
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48 . ENMIENDA
49 . HACER COLA
50 . LA CARTA
52 . EL RETRATO
53 . LA MEJOR PROFESIÓN
Alguien le preguntó cierta vez cuál era la mejor profesión para la mujer, a lo
que respondió el Maestro:
–La del hogar.
Desde luego, con eso no debe de haber querido demoler los avances logrados
por ella en los diversos campos de la vida moderna, sino más bien reivindicar el
cuestionado reino en el que la mujer debería ser siempre soberana. 1982 Cuad IV
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54 . DIALOGO
56 . PARA PENSARLO
Al que vivió esta experiencia se le había encomendado sacar copia de una clase
magistral para que un discípulo uruguayo, proximo a partir, la llevase a
Montevideo.
Esa noche el Maestro iba a hablar, de manera que hasta donde aquel
mecanografiaba orase la animación de los preparativos y el rumor de los que
llegaban.
No obstante, el discípulo seguía firme en su tarea, consciente de su remota
posibilidad de escuchar al Maestro por lo extenso del trabajo. Para consolarse,
pensaba que era el mediador de la felicidad que sentirían los discípulos uruguayos
cuando recibieran aquel presente.
De pronto lo sorprendió la presencia del Maestro, que lo instaba a continuar su
trabajo sin agitación pues esperaría hasta que lo concluyese.
Sus manos, jubilosas igual que su espíritu, se deslizaron como nunca sobre el
teclado de la máquina.
Tan bondadosa actitud fue para él como el emblema del respeto y la
importancia que el Maestro solía conferir a la colaboración de sus discípulos.
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57 . ETICA LOGOSÓFICA
más amor, pues había falta de comunión entre ambos, ya que uno comprendida y
el otro no.
–Usted tiene la razón le dijo, –pero no se enorgullezca. Descienda de su
posición; colóquese por debajo de él y, en silencio, ayúdelo. Para usted ha de ser
suficiente saber que está en lo cierto. Deje al Maestro que, en paciente labor,
ilumine al que no comprende y lo ayude a reconocer sus errores. 1982 Cuad IV
Pag 26
Pasado un tiempo y superado el episodio, el Maestro reveló al discípulo que
había estado en falta, la parte ignorada de lo que había vivido.
–Cuando llegue la oportunidad –le aconsejó– haga usted igual con aquél que
necesite de lo mismo que usted ha recibido. 1982 Cuad IV Pag 27
58 . EL CREDITO
Hallándose el Maestro con sus discípulos, uno de ellos pidió la palabra y dijo:
–No hay duda de que el saldo de mi trabajo en la obra durante este año ha sido
positivo. En cierto modo estimo necesario compararlo con el amplio crédito
obtenido por un comerciante, pagadero en muchos años. Esa sensación
experimento, y la experimento unida a una gratitud muy grande hacia el Maestro
por el crédito que me ha concedido al permitirme un acercamiento a él sin haber
hecho merecimientos efectivos. Tengo la sensación de haber recibido un crédito
que deberé manejar rápido y hábilmente para poder saldarlo en breve tiempo. Así
lo siento y me es grato expresarle. Trataré de saldarlo en el año que se inicia.
–¡Qué optimista!... –respondió el Maestro.
–Bueno, trataré de saldar la cuota correspondiente a este año, aclaro el
discípulo. Y agregó: –No cabe duda de que las deficiencias hacen que los planteos
más o menos concretos que nos formulamos se desvíen de la realidad, se esfumen
y se pierdan en los caminos materiales por causa de la inercia característica del ser
humano. Pero los elementos que la obra nos ofrece constantemente, el verla más
de cerca y entenderla mejor, y aparte de esto, los progresos que nos muestran
otros condiscípulos, son medios estimables que confío aprovechar
capitalizándolos.
–Muchas veces he oído decir a los discípulos que tienen una gran deuda con el
Maestro y que van a saldarla. Son muy optimistas ... Debo decirles, discípulos,
que esa deuda no podrán saldarla nunca, porque cuando están a punto de hacerlo
necesitan de un nuevo crédito, y así hasta el infinito. Pero estén tranquilos, yo
nunca apremio. Por el contrario, les abro camino para que no solamente puedan
cobrar el nuevo crédito, sino también contribuir al ahorro de los valores
acumulados, administrándolos con inteligencia, atentos a las perspectivas que
ofrece la abra. Esa deuda, más que deuda es un vínculo que los une al Maestro, un
vínculo de afecto que aumenta con relación a los progresos, formando un crédito
que han de recibir con la absoluta convicción de que jamás los apremiaré para
saldarlo.
–El Maestro nos concede el crédito para que podamos forjar una industria
propia intervino otro de los presentes. 1982 Cuad IV Pag 27
–No, discípulo; no se trata de una industria propia, sino de una obra que es una
creación de la cual todos participan, ya que es otorgada generosamente. Los
discípulos deben, pues, prodigarse también generosamente ofreciendo a otros lo
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que reciben, tal como la obra misma lo enseña. Corrijo por lo tanto su
pensamiento. 1982 Cuad IV Pag 28
59 . LA IGUALDAD
60 . INTERROGANTES
61 . RIDICULEZ
62 . DECISIÓN
63 . SEÑORIO
64 . PARA PENSARLO
65 . LA CONCIENCIA
algunas cosas que habían sido apreciadas por su ser común, pensamiento que
pareció ser captado por el Maestro, quien le dijo:
–Quiere decir que con la conciencia en marcha el discípulo no puede vivir
como antes lo hacía.
–SÍ, Maestro –respondió aquél, y agregó, traicionado mas por su pensamiento:
–¡No se puede más vivir!
–Lo que ocurre, discípulo, es que cuando la conciencia está en marcha recién
comienza uno realmente a vivir. 1982 Cuad IV Pag 30
66 . INTERCORRECCIÓN
67 . EL TERCER OJO
Este episodio tuvo por escenario Brasil, pues ocurrió durante la visita que el
Maestro hizo a ese país en el año 1959.
Hallábase un día el Maestro en el aeropuerto de Río de Janeiro en compañía de
varios discípulos de su comitiva, cuando uno de ellos sintió de pronto que una
fuerte ráfaga introdujo en uno de sus ojos un cuerpo extraño. Afectado por la
molestia tuvo
que consultar a un médico, y cuando horas más tarde regreso a la sede, llevaba
vendado uno de los ojos.
El Maestro se interesó por su dolencia y, después de escucharlo, le preguntó:
–¿Qué haría usted si le golpearan el otro ojo y tuviera que an dar con los dos
ojos cerrados? ¿No buscaría la influencia del Maestro para poder mirar con un
tercer ojo, como el cíclope?
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68 . ¿CASUALIDAD? ¿CAUSALIDAD?
69 . LAS FOTOS
72 . DE PIEDRA NEGRA
73 . AMONESTACIÓN
del Maestro una severa amonestación, la misma que su propia con ciencia le
hubiera hecho de ser menor su incipiencia.
La turbación le impidió tener las palabras del Maestro, pero guardó dentro de sí
una lección bien aprendida: una madre debe saber encontrar, en los
renunciamientos impuestos por la atención a sus hijos, el estímulo y la fuerza
provenientes de las revelaciones que la comprensión promueve como virtud y
compensación de tales renunciamientos.
Las obras del Maestro no se pierden. Sus frutos, retenidos aun por una sola
mente, pueden dar perdurabilidad a sus invalorables lecciones, tal como lo
demuestra el hecho consignado. --/--/31; 1982 Cuad IV Pag 34
74 . YO ME PREGUNTO
76 . CRONOMETRÍA
78 . COLABORACIÓN
79 . ESTRATEGIA
80 . LA BOLSA
81 . MOMENTO RISUEÑO
85 . EL TELEGRAMA
Hace muchos años, cuando la entonces filial de Buenos Aires tenía su sede en
la calle Pueyrredón, el Maestro había reunido a un conjunto de discípulos para
dirigirles la palabra. Entre los asistentes se hallaba un neodiscípulo de
Montevideo, persona de reconocido nivel intelectual.
Mientras el Maestro hablaba, insistiendo una y otra vez en la originalidad de su
enseñanza, el neodiscípulo, presa de fuerte reacción, rechazaba mentalmente las
reiteradas afirmaciones atribuyendo, mentalmente también, a ciertos clásicos, los
conceptos que escuchaba.
En medio de aquella explosión mental, el Maestro se detuvo y, con voz firme y
severa, exclamó:
–¡Silencio! –
La palabra hizo impacto en la mente del aludido; pero tan pronto reanudó el
Maestro su exposición, arreciaron las protestas.
En determinado momento, con más severidad aún y dando con el puño un recio
golpe sobre la mesa, el Maestro dijo:
–¡Silencio! ¡Silencio en las mentes!
Poco después terminó su exposición.
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88 . LA TOLERANCIA
89 . LA CARRERA LOGOSÓFICA
En el curso de una clase dada por el Maestro en Córdoba, refirió que una vez
había tenido que ampliar la comprensión de un neodiscípulo, quien, pese a su
vasta ilustración común, no entendía ciertas cosas.
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