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CASO EADA Ref.

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ShotSpotter: seguridad ciudadana, Internet de


las cosas y Big Data

"ShotSpotter es una de las aplicaciones del Big Data y de las tecnologías analíticas
más interesantes y positivas que he visto nunca."
Bernard Marr, Forbes Magazine

Este caso ha sido redactado por Donna Stoddard, profesora de Tecnología, Operaciones y Gestión de la Información en
Babson College, para que sea utilizado como base para la discusión en clase, no para ilustrar la eficacia o ineficacia en la
gestión de una determinada situación administrativa. El caso no pretende servir de patrocinio ni como fuente de datos
primarios.

Copyright © 2017 Babson College, publicado bajo licencia por Harvard Business Publishing. Todos los derechos
reservados. Quedan prohibidos el almacenamiento, la reproducción o la transmisión de cualquier parte de esta publicación,
de cualquier forma o por cualquier medio, sin el permiso previo por escrito de Babson College.

En agosto de 2016, Ralph Clark, director ejecutivo de SST Inc., una empresa que proporcionaba a
sus clientes un sistema escalable y fiable de detección de disparos de armas de fuego,
reflexionaba sobre el crecimiento del negocio. Clark se había incorporado a SST en 2010, había
supervisado una transformación en el modelo de negocio de la empresa y había fomentado el
establecimiento de asociaciones estratégicas en el mundo de las Smart Cities. Pensando en el
futuro, Clark se preguntaba qué medidas debía tomar para impulsar el crecimiento continuado de
la compañía.

DESCRIPCIÓN DE LA EMPRESA

En agosto de 2016, SST ofrecía dos productos: ShotSpotter Flex y SecureCampus. Ambos
estaban basados en tecnologías propias de vigilancia acústica que utilizaban sensores y software
para detectar disparos realizados con armas de fuego. SST poseía 33 patentes que eran el
resultado de casi dos décadas de innovación en tecnologías de sensores acústicos para la
detección y localización de disparos con armas de fuego.

Más de 90 departamentos policiales/ municipios eran clientes de ShotSpotter Flex. Cuando un


cliente se abonaba al servicio, SST instalaba los sensores para detectar disparos en postes de luz
o tejados. El software recurría a sofisticados algoritmos de clasificación para descartar los sonidos
que no eran disparos. Cuando el sistema triangulaba la localización de un posible disparo, en las
oficinas de SST un técnico especialmente formado escuchaba el clip de audio para confirmar que
efectivamente se trataba de un disparo; si lo confirmaba, el técnico pulsaba un botón que enviaba
una alerta al departamento de policía antes de que hubiera transcurrido un minuto desde el
disparo. SST garantizaba que los sensores podían localizar un disparo en un radio de 25 metros.

Traducido íntegramente por EADA, Barcelona, España, con el permiso del autor. El traductor es el único responsable de la
exactitud de la traducción. Copyright de esta traducción © 2019 Babson College.

Translated in full by EADA Business School, Barcelona, Spain, with permission of the author. The translator alone is
responsible for the accuracy of this translation. This translation, Copyright © 2019 Babson College.
ShotSpotter: seguridad ciudadana, Internet de las cosas y Big Data

Un jefe policial observaba que, en promedio, su departamento recibía las alertas de ShotSpotter
cinco minutos más rápido que las alertas procedentes de las llamadas al 911; además, muchas
veces nadie llamaba al 911.

Clark explicaba:

La alerta aparece en nuestro Centro de Respuesta a Incidencias (CRI) como un punto en un


mapa, junto con otros metadatos como número de rondas de disparos y tipo de arma
utilizada. Nuestros técnicos acústicos especialmente formados revisan el clip de audio y los
metadatos, y una vez están seguros de que el sonido corresponde a un disparo, pulsan un
botón y, a través de Internet, aparece una alerta en un centro de control policial o en un
coche patrulla. La información que se envía a la policía está organizada como una pantalla.
A la derecha hay un mapa con el punto de localización, y a la izquierda están todos los
metadatos. Cuando llega al lugar, la policía ya sabe lo que puede esperar: por ejemplo, el
tipo de arma utilizada, el número de disparos realizados, si hay uno o más tiradores, y si
éstos están huyendo, la dirección en la que se desplazan.

Gary Lauder, un inversor en SST, explicaba: "ShotSpotter es un magnífico ejemplo de


implementación del Internet de las cosas (IoT, por Internet of Things). Sin embargo, SST ya existía
antes de que se hablara del IoT."

SST también ofrecía SecureCampus, un sistema diseñado para detectar disparos de armas de
fuego dentro de edificios. Según el sitio web de la empresa:

SecureCampus es como una alarma contraincendios para situaciones de tiroteos: las


alarmas contraincendios no evitan los fuegos, pero pueden ofrecer un ahorro de tiempo vital
en el caso poco probable de que se produzca un incendio. Este ahorro de tiempo puede
mitigar los daños y salvar vidas. La tecnología de SecureCampus alerta inmediatamente a la
policía, proporcionándole información crítica en tiempo real, como un plano del interior del
edificio, el número de disparos y el lugar donde se realizaron.

A Robert Showen se le ocurrió la idea de ShotSpotter mientras trabajaba como investigador en


tecnologías acústicas y de radio en el Stanford Research Institute, a principios de la década de
1990:

Yo estaba trabajando en el Stanford Research Institute, que estaba ubicado en el este de


Palo Alto, una ciudad con muchos problemas de tráfico de drogas. Estaba convencido de
que las tecnologías acústicas y de radio podían utilizarse para ayudar a los departamentos
de policía a identificar en tiempo real la localización desde la que se hacían disparos. Creé
un prototipo y puse a prueba el concepto en 1994.

Ya en 2016, Showen había registrado nueve patentes relacionadas con la innovadora tecnología
ShotSpotter de SST. En total, las soluciones de SST estaban protegidas por 33 patentes, con
otras patentes estadounidenses y extranjeras en trámite. En 2014 la Silicon Valley Intellectual
Property Law Association (SVIPLA) reconoció a Showen con el galardón de "Innovador del año"
por haber inventado la tecnología de detección y localización de disparos.

En agosto de 2016 SST era una empresa que no cotizaba en bolsa y que estaba financiada por
inversores como City Light Capital, Claremont Creek Ventures, Labrador Ventures, Lauder
Partners, Levensohn Venture Partners, Motorola Solutions o Norwest Venture Partners. Según
Black Enterprise, la empresa contaba con una financiación en capital de 67,9 millones de dólares.
El Anexo 1 muestra la composición del equipo directivo y del consejo de administración. SST

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había realizado instalaciones en Norteamérica, Centroamérica y Sudamérica, y cubría más de 770


kilómetros cuadrados en más de 90 áreas urbanas y suburbanas de Estados Unidos. El Anexo 2
muestra las ciudades que contaban con instalaciones de ShotSpotter en agosto de 2016.

EL PROBLEMA DE LA VIOLENCIA CON ARMAS DE FUEGO

La violencia con armas de fuego es un problema importante en muchas grandes ciudades. Por
ejemplo, el Día del Trabajo de 2016 ya se habían registrado más de 500 homicidios en Chicago
(Illinois), más que en Nueva York y Los Ángeles juntas. El Departamento de Policía de Chicago
tenía previsto ampliar su uso de la tecnología ShotSpotter. Según el Chicago Sun Times:

En 2016 se instalaron sensores ShotSpotter Flex en 8 kilómetros cuadrados de la ciudad, en


los distritos Englewood (South Side) y Harrison (West Side). La ciudad tiene previsto
aumentar la cobertura a más de 35 kilómetros cuadrados, con un coste el primer año de
unos 940.000 dólares. "Esos dos distritos quedarán totalmente cubiertos", explica el vice
comisario jefe de la policía de Chicago, Jonathan Lewin. "Creemos que esto permitirá
mejorar la velocidad de reacción y la seguridad." Por otro lado, el portavoz de la policía
municipal, Anthony Guglielmi, ha declarado que la nueva tecnología es un "multiplicador de
fuerzas" que permitirá al departamento asignar mejor a los agentes allí donde se necesiten
en cada momento. Ha afirmado que el departamento espera que los nuevos sensores
también ayuden a mejorar las relaciones comunitarias en ambos distritos, porque los
agentes responderán con mayor rapidez a los incidentes que se produzcan.

Según SST, menos del 80% de los disparos llegan a oídos de la policía. El Departamento de
Policía de Nueva York, que realizó una prueba piloto del sistema en 2015, concluyó que del 75%
al 80% de los incidentes con armas de fuego que tuvieron lugar en la ciudad no se reportaron al
911. Sin los datos que SST recoge y analiza, las ciudades recurren a las tasas de homicidios y
heridos para estimar el número de disparos; sin embargo, estos indicadores subestiman
enormemente el nivel real de violencia con armas de fuego. Por ejemplo, el Washington Post
publicó el siguiente caso:

En Canton (Ohio), una de las quejas más habituales que recibe el comisario jefe Bruce
Lawver tiene que ver con la violencia con armas de fuego. Se oyen disparos... ese
inquietante estallido de un arma al dispararse.

El año pasado hubo al menos 772 disparos de bala en una pequeña zona de Canton, una
ciudad de 73.000 habitantes. Eso supone más de dos disparos al día. En toda la ciudad, los
disparos de armas de fuego causaron ocho homicidios, once suicidios y 25 heridos en 2015,
según las estadísticas policiales. Así es como suele medirse el nivel de violencia con armas
de fuego: con fríos recuentos de muertos y heridos. Pero esta vara de medir no es en
absoluto precisa: no tiene en cuenta todas las veces en que un arma se dispara por ira,
miedo, a modo de celebración o por accidente, y la bala simplemente no alcanza a las
personas. Sin embargo, el hecho de que una bala acabe matando o hiriendo a alguien es un
resultado casi aleatorio de un acto violento, y depende de los objetivos del tirador, de si la
bala alcanza órganos vitales, e incluso de la distancia que debe recorrer la víctima hasta
llegar a un hospital.

"Con la tasa de homicidios no abarcas todo lo que ocurre", explica Jennifer Doleac,
profesora ayudante de Orden Público en la Universidad de Virginia, y que investiga la
conexión entre criminalidad y uso de armas de fuego. "Hay mucha más violencia con armas
de fuego de la que reflejan las tasas de homicidios". El indicador más preciso de este tipo

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de violencia podría ser "el número de disparos". Y ahora, gracias a la creciente adopción de
nuevas tecnologías, resulta más fácil demostrar lo extendida que está la violencia con
armas de fuego en Estados Unidos.

EVOLUCIÓN DEL MODELO DE NEGOCIO DE SHOTSPOTTER

Al fundarse a finales de la década de 1990, SST vendía sistemas a departamentos de policía; los
clientes tenían que pagar por el hardware, el software y el mantenimiento. Cuando Clark llegó a la
empresa, que llevaba funcionando más de diez años, SST sólo tenía 30 clientes. La instalación de
los sistemas costaba unos 96.000 dólares por kilómetro cuadrado; los costes operativos y de
mantenimiento, también a cargo de las ciudades, podían ascender a 40.000 dólares al año. Clark
explicaba: "Desde el punto de vista de un departamento de policía, ShotSpotter era un proyecto de
TI importante y arriesgado."

En palabras de Showen:

Cuando se incorporó a la empresa, Ralph lideró la transformación de vender ordenadores y


sensores a vender un servicio. En la actualidad, somos un negocio de servicios. Somos
propietarios del hardware y contamos con un Centro de Respuesta a Incidentes (CRI) en
nuestra sede corporativa en Newark (California), que funciona 24 horas al día y siete días a
la semana. Nuestra tecnología es muy buena detectando disparos; pero unos seres
humanos bien formados lo hacen aun mejor.

Clark transformó el modelo de negocio a un modelo basado en suscripciones que requería un área
mínima de cobertura de 8 kilómetros cuadrados. SST instala los sensores, gestiona el sistema y
cobra una cuota anual mínima de 25.000 dólares por kilómetro cuadrado del servicio (más una
cuota de instalación de 10.000 dólares). Según Clark: "El área mínima de cobertura de 8
kilómetros es importante porque una mayor cobertura da pie a mejores resultados, aumentando la
probabilidad de que una ciudad renueve su suscripción." En 2016, el 97% de los clientes habían
venido renovando la suscripción cada año.

El CRI se parece a un centro de control de tráfico aéreo de alta tecnología. Los técnicos que
monitorizan el sistema cuentan con múltiples pantallas que muestran mapas, ondas acústicas,
clips de audio de los disparos y otros metadatos sobre cada incidente, y que pueden reenviar al
departamento de policía una vez han confirmado que efectivamente se trataba de un disparo. El
Anexo 3 muestra una fotografía de un CRI.

En 2016, la solución ShotSpotter incluía sensores (básicamente, pequeños ordenadores que


incorporan un micrófono y un GPS con un reloj sincronizado) que funcionaban con Linux y el
software desarrollado por la propia SST. La solución Flex aprovecha las redes móviles para
transmitir los datos de los sensores a uno de los dos centros de datos con que cuenta la empresa.
Scott Beisner explicaba: "Cada sensor incorpora software, hardware, un módem y GPS. Los
sensores están programados para 'oír' sonidos impulsivos. Los disparos de armas de fuego son
muy ruidosos, de 150 a 170 decibelios, de modo que nuestros sensores pueden detectarlos
fácilmente."

Y continuaba:

ShotSpotter es un magnífico ejemplo de cómo el uso del Big Data puede cambiar las
prácticas policiales. Con el paso del tiempo, los departamentos de policía pueden ver la
localización de los puntos problemáticos y tomar decisiones basadas en datos sobre dónde

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desplegar a los agentes. Por ejemplo, si el departamento observa que frecuentemente se


producen disparos en una determinada dirección, pueden investigarlo. Incluso los disparos
al aire de celebración pueden ser peligrosos: las balas y los casquetes acaban cayendo y
pueden provocar daños personales.

Uno de los retos que afrontaba SST estaba relacionado con el ciclo de ventas. La persona que
tomaba la decisión de compra podía ser el alcalde, el comisario jefe y/o el consejo municipal.
Sonya Strickler, directora de Finanzas de la compañía, observaba: "Nuestra solución es única, de
modo que ShotSpotter Flex no tiene competidores directos. Pero hay una fuerte competencia por
los presupuestos de las ciudades, y nadie quiere un proyecto de TI fallido en su mochila."

Cuando una ciudad o municipio se suscribe al servicio ShotSpotter, SST instala los sensores en
postes de luz o en tejados de edificios (ver el Anexo 4). Según Paul Ames, director de Productos y
Tecnología de SST: "Instalamos los sensores a la mayor altura posible para minimizar los falsos
positivos. Los disparos de armas de fuego producen mucho ruido y tienen unas características
acústicas muy concretas." Ames explicaba:

Al instalar el sistema, diseñamos una red de sensores, de modo que habrá unos 6 u 8
sensores por kilómetro cuadrado, aunque en el caso de una ciudad como Nueva York, el
número de sensores por kilómetro cuadrado puede estar entre 8 y 10 en función de la
localización. Intentamos espaciar los sensores de modo que al menos tres de ellos puedan
detectar los disparos que se produzcan. Los sensores están diseñados para ignorar todo lo
demás.

Los componentes más importantes de un sensor son el micrófono y el GPS. Con el clip de
audio podemos determinar el tipo de arma y el número de tiradores. El GPS nos
proporciona la localización y la hora, detallada a nivel de milisegundos.

Los datos sobre un ruido de alto volumen susceptible de corresponder a un disparo se envían a
uno de los centros de datos de SST. El software analiza la onda sónica recogida por múltiples
sensores para determinar si es probable que se trate de un disparo; también triangula los datos en
función de la hora y el ángulo de recepción del sonido, para determinar la ubicación y la dirección
en que se mueve el tirador, si se está desplazando. Según Ames, SST almacena
aproximadamente 1MB de datos por evento, incluyendo datos relacionales, datos no estructurados
y fragmentos de audio. Por cada evento clasificado como disparo (tanto automáticamente como
por un humano), aproximadamente tres eventos se clasifican como "otros" (no son disparos).
Todos los eventos se guardan y se utilizan para formar a los técnicos clasificadores.

Si el sistema llega a la conclusión de que el ruido procede del disparo de un arma, un técnico del
CRI especialmente formado escucha el clip de audio y analiza la curva de la onda sónica. Si el
técnico coincide en que se trata de un disparo, se envía un mensaje a la policía antes de que
hayan transcurrido 45 segundos desde el incidente, informando de la hora y la localización del
mismo, así como del tipo de arma utilizada.

En las zonas donde ShotSpotter está instalado, la policía tiene conocimiento del 100% de los
disparos producidos. Una investigación analizó los disparos detectados en barrios de Washington
equipados con ShotSpotter. La investigación concluyó que, entre 2003 y 2013, antes de la
instalación del sistema, sólo uno de cada ocho incidentes con disparos dio pie a una llamada al
911 en las áreas con cobertura. Cuando la policía reacciona a un aviso de disparo, su llegada
temprana puede salvar vidas incluso si el tirador ya ha abandonado el lugar. Además, la policía
puede recoger los casquetes de las balas y usar esas pruebas para hacer seguimiento e
identificación de armas.

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Además de contribuir a que la policía llegue con prontitud al lugar donde se ha producido un
disparo, lo que puede salvar vidas y ayudar a la detención de su autor, otra ventaja de ShotSpotter
Flex es la mejora en las relaciones entre la policía y los residentes de las zonas con elevados
índices de violencia por armas de fuego. Cuando la policía responde con rapidez, los residentes
sienten que la policía se preocupa y pueden estar más dispuestos a cooperar con ella.

"El patrullado comunitario difiere del patrullado policial tradicional en cómo se percibe a la
comunidad y en sus objetivos últimos. El control y la prevención del delito siguen siendo las
grandes prioridades, pero las estrategias de patrullado comunitario utilizan una amplia
variedad de métodos para conseguir esos objetivos. Policía y comunidad colaboran para
abordar los problemas derivados del desorden y la desatención (por ejemplo, actividad de
bandas juveniles, vehículos abandonados o ventanas rotas) que, pese a no tener
necesariamente índole criminal, pueden dar pie en última instancia a delitos graves. Los
vínculos entre la policía y la comunidad se refuerzan con el paso del tiempo, y las
consiguientes colaboraciones lograrán identificar y mitigar mejor las causas subyacentes de
la criminalidad."

EL ÍNDICE SHOTSPOTTER DE DISPAROS DE ARMAS DE FUEGO

SST publica desde 2013 un índice nacional de disparos de armas de fuego, según el cual las 62
ciudades que en 2015 tenían instalado su sistema vieron descender en un 34,7% el número de
incidentes con armas de fuego durante sus dos primeros años de uso de ShotSpotter.

Clark observaba en el Informe del Índice Nacional de Disparos:

2015 ha sido un año extraordinario atendiendo a la reducción de la violencia por armas de


fuego en Estados Unidos. Muchas ciudades registraron un alza en el número de homicidios,
pero los resultados de nuestro índice de disparos indican que muchas ciudades y regiones
han experimentado una reducción significativa en el número de disparos. Estas ciudades
están mostrando disminuciones objetivas en el número de incidentes con disparos, gracias
a unos elementos disuasorios específicos basados en personas, procesos y tecnologías.
Estamos muy orgullosos de haber contribuido a estas tendencias positivas alterando las
pautas de violencia con armas de fuego que se venían registrando hasta ahora.

El Índice Nacional de Disparos de SST también recogía que SST analizó y confirmó 54.700
incidentes con armas de fuego en 2015, que se tradujeron en un total de 165.500 disparos. La
Nochevieja, el 1 de enero y el 4 de julio son los días con más "disparos de celebración";
excluyendo estos días, el día con más incidentes fue el 25 de diciembre, con 256 incidentes, 39 de
ellos en una ciudad. El Anexo 5 resume el análisis de los datos sobre incidentes con armas de
fuego en 2015.

LOS SIGUIENTES PASOS

En agosto de 2016, ShotSpotter Flex estaba instalado en más de 750 kilómetros cuadrados de 90
ciudades repartidas por Estados Unidos. Clark observaba: "Probablemente unas mil ciudades de
Estados Unidos y de todo el mundo tienen necesidad de sistemas como los nuestros." Y
continuaba:

Tenemos la oportunidad de aumentar el número de ciudades en las que estamos presentes,


trabajando con más agencias policiales y ayudándolas a desarrollar efectivas más efectivas

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de lucha contra la violencia con armas de fuego. La tecnología ya está inventada... de modo
que ahora podemos dedicar mucho más tiempo a los resultados: cómo respondes, cómo
investigas... Estamos subiendo por la cadena y ya hemos llegado a este nivel. Francamente,
nos consideramos consultores en neutralización de la violencia por armas de fuego.

A principios de 2016, SST anunció una colaboración estratégica con GE, en el marco de la cual los
sensores ShotSpotter se integrarían en todos los postes lumínicos LED "inteligentes" que GE
instalara alrededor del mundo. De este modo, SST ya no incurriría en costes de instalación: una
ciudad en la que se hubieran instalado postes de GE sólo tendría que suscribirse a ShotSpotter
Flex. Clark explicaba: "Sólo tendríamos que darle a un interruptor." Randy Hawks, inversor en la
compañía y miembro del consejo de administración, continuaba:

Estoy muy ilusionado con nuestra colaboración con GE. ShotSpotter está bien posicionado
para formar parte de la espina dorsal del movimiento Smart Cities. Y eso puede dar pie a
otro cambio importante en el modelo de negocio de ShotSpotter.

Mientras pensaba en el futuro, Clark se preguntaba qué pasos adicionales debía dar para seguir
ampliando el alcance de ShotSpotter.

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Anexo 1

Equipo directivo

Ralph Clark: Presidente y Director Ejecutivo


Paul Ames: Director de Productos y Tecnología
Joe Hawkins: Director de Operaciones
Damaune Journey: Director de Soluciones de Seguridad
Douglas A. McFarlin: Director de Ingeniería
David P. Rodgers: Director de Ingeniería Operativa
Sonya L. Stricker: Directora de Finanzas y Controller

Consejo de Administración

Ralph Clark: Presidente y Director ejecutivo, ShotSpotter


Tom Groos: Partner, City Light Capital
Randy Hawks: Director general, Claremont Creek Ventures
Gary Lauder: Director general, Lauder Partners
Marc Morial: Presidente y Director ejecutivo, National Urban League
Pascal Levensohn: Managing partner, Levensohn Venture Partners

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Anexo 2
Clientes en 2016

Fuente: SST.

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Anexo 3

Fuente: SST.

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Anexo 4

DISPARO

Fuente: http://www.shotspotter.com.

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Anexo 5

Fuente: SST.

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