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BACTERIAS

Las bacterias son organismos unicelulares que obtienen sus nutrientes del ambiente en el que
viven. Pueden causar problemas, como las caries, las infecciones del tracto urinario, de oído o
la faringitis estreptocócica, por mencionar algunos ejemplos. Pero las bacterias no siempre
producen enfermedades: algunas de ellas poseen una acción beneficiosa y, por ejemplo,
contribuyen al buen funcionamiento del sistema digestivo, ayudando a procesar y obtener los
nutrientes de los alimentos e impidiendo que entren bacterias nocivas en su interior. Inclusive,
algunos tipos de bacterias son utilizados para fabricar medicamentos o vacunas que salvan
vidas.

VIRUS

Los virus son más pequeños que las bacterias. No son células completas: sólo son material
genético empaquetado dentro de una cubierta proteica. Necesitan otras estructuras celulares
para reproducirse, lo que significa que no pueden sobrevivir por sí solos salvo que vivan dentro
de otros organismos vivos como humanos, plantas o animales. Algunos virus pueden matar
bacterias o combatir virus más mortales. Son los llamados bacteriófagos o fagos (del griego
“devorar”): infectan y destruyen bacterias específicas que se encuentran en la membrana
mucosa que reviste los aparatos digestivos, respiratorios y reproductivos.

Los virus pueden vivir durante una cantidad reducida de tiempo fuera de las células vivas. No
obstante, una vez que se introducen en el cuerpo de una persona, proliferan rápidamente y
pueden enfermarla. Causan algunas enfermedades de poca importancia, como el resfriado
común, y otras graves, como la viruela o el SIDA, provocado por el virus de inmunodeficiencia
humana (VIH).

Tienen una gran capacidad de mutación y esto no significa que necesariamente se vuelva más
agresivo, sino que ha cambiado su material genético, es decir, la estructura de su genoma viral
ubicado en el interior de la partícula que puede ser ADN (ácido desoxirribonucleico) o ARN
(ácido ribonucleico).

Los virus también presentan un alto poder de contagio, llegando a provocar pandemias, cuando
una enfermedad epidémica se extiende a muchos países, tal como sucede con la enfermedad
COVID-19.

PRINCIPALES DIFERENCIAS

Tamaño: las bacterias son hasta 100 veces más grandes que los virus. Y eso teniendo en
cuenta que en ambos casos son imperceptibles al ojo humano y sólo se detectan a través de
un microscopio especial. Las bacterias pueden verse con un microscopio óptico, mientras que
los virus sólo pueden detectarse mediante un microscopio electrónico, empleando una lente
electromagnética.

Estructura: Los virus tienen una composición algo más simple formada por una partícula de
genoma de ARN o ADN encerrada en una cubierta de proteína. En cambio, las bacterias
presentan una estructura interior algo más compleja con una pared celular donde se localizan
el citoplasma, los ribosomas y el genoma bacteriano.

Reproducción: Es otra de las cuestiones que no comparten virus y bacterias. Las bacterias
tienen la capacidad de crecer y reproducirse por sí mismas. Y de esas células resultantes
pueden salir más divisiones. Los virus no tienen la capacidad de dividirse por sí mismo, se
replican sin parar y atacan a otras células para transmitir su información genética. Hacen
copias de sí mismo, pero en las células vivas de su huésped, al cual infectan y enferman.

Resistencia: Presentes en casi todos los hábitats del planeta, las bacterias cuentan con
mecanismos que las vuelven muy resistentes. Por este motivo, a diferencia de los virus, son
capaces de sobrevivir a temperaturas extremas y durante largos periodos de tiempo fuera de
otros organismos. También aumenta su capacidad de supervivencia el hecho de que puedan
obtener alimento de muchas fuentes diferentes, tanto orgánicas como inorgánicas.

En el caso de los virus, en general, pueden sobrevivir durante horas e incluso días, sobre todo
en superficies duras de acero inoxidable o plásticas, pero con el tiempo se vuelve menos
infeccioso porque, sin poder replicarse, el virus se descompone con el tiempo.

Existen unas 219 especies de virus capaces de infectar al ser humano, y cada año se
descubren 3-4 nuevas. A medida que nuevos agentes víricos se describen y otros mutan para
sortear las defensas del sistema inmunitario, nosotros nos adaptamos en una carrera
armamentística constante para combatirlos, ya sea a nivel de barreras biológicas o en el
terreno farmacológico.

ENFERMEDADES CAUSADAS POR VIRUS

1. COVID-19

El COVID-19 es una enfermedad infecciosa causada por el virus SARS-CoV-2, que se puede
transmitir de una persona a otra a través de la inhalación de pequeñas gotas de secreciones
respiratorias que pueden quedar suspendidas en el aire cuando una persona infectada por este
virus tose o estornuda.

Dado que el COVID-19 es una enfermedad altamente infecciosa que puede provocar la muerte,
principalmente en personas mayores y con el sistema inmunitario comprometido y cuando las
medidas de soporte no se inician rápidamente, es importante que se adopten medidas para
ayudar a prevenir la infección y el desarrollo de formas graves de la enfermedad, como el uso
de mascarillas, distanciamiento social, uso de alcohol en gel, lavado de las manos constante y
vacunación.

Principales síntomas: los síntomas iniciales del COVID-19 son similares a los de una gripe,
en que la persona puede presentar estornudos, secreción nasal, tos, fiebre, malestar general,
diarrea y dolor de cabeza. En los casos más graves, también puede haber dificultad para
respirar, dolor en el pecho y confusión mental.

Cómo se realiza el tratamiento: el tratamiento para el COVID-19 se debe realizar según los
síntomas presentados por la persona, siendo indicado que, independientemente de la
intensidad de los síntomas, el individuo permanezca aislado. En los casos más leves, solo es
indicado guardar reposo y tener una alimentación ligera y de fácil digestión, además de
recomendarse el consumo de bastante líquido.

En los casos más graves, es importante que la persona sea trasladada al hospital para que se
puedan realizar pruebas que determinen la oxigenación y el grado de comprometimiento de los
pulmones, pudiendo estar indicada la realización de oxigenoterapia y el uso de medicamentos
específicos.
Cómo prevenir: para prevenir la infección por el SARS-CoV-2, es importante utilizar
mascarillas, lavar y desinfectar las manos regularmente, evitar permanecer demasiado tiempo
en lugares cerrados y evitar tener contacto con personas confirmadas o con sospecha de
COVID-19. Además, también es importante vacunarse contra el COVID-19, ya que aparte de
proteger contra casos graves de la enfermedad, puede reducir la tasa de transmisión de la
misma.

2. GRIPE

La gripe es el virus más común, siendo principalmente causado por el virus de la influenza. Es
más usual que la gripe surja durante el invierno, ya que en este período es frecuente que las
personas permanezcan más tiempo en un ambiente cerrado, con poca circulación de aire y con
gran cantidad de personas, por lo que existe mayor riesgo de transmisión de enfermedades
respiratorias, incluyendo la gripe.

Principales síntomas: los síntomas más frecuentes de la gripe son fiebre, escalofríos,
secreción nasal, estornudos, dolor de garganta, dolor muscular, cansancio excesivo y pérdida
de apetito. Los síntomas suelen aparecer de forma repentina y pueden durar hasta 7 días.

Cómo se realiza el tratamiento: el tratamiento para la gripe tiene como objetivo favorecer el
alivio de los síntomas, siendo indicado normalmente que la persona permanezca en reposo,
beba mucha agua y tenga una alimentación ligera, aparte de también poder ser indicado por el
médico el uso de medicamentos antiinflamatorios o analgésicos.

Cómo prevenir: en caso de gripe, es importante evitar permanecer en ambientes cerrados y


con poca circulación de aire durante mucho tiempo; además de esto, también se recomienda
evitar el contacto con personas que tengan gripe. Asimismo, es importante adoptar medidas
que ayuden a aumentar la inmunidad, como incrementar el consumo de alimentos ricos en
vitamina C y practicar actividad física regularmente, por ejemplo.

3. RESFRIADO

El resfriado es una enfermedad respiratoria causada por virus, principalmente rinovirus, que
puede transmitirse a través del contacto con secreciones respiratorias que quedan suspendidas
en el aire cuando una persona infectada habla, tose o estornuda, por ejemplo.

Principales síntomas: los principales síntomas de un resfriado son secreción nasal,


estornudos frecuentes, congestión nasal, dolor y picazón en la garganta, tos y náuseas, y
generalmente duran hasta 4 días.

Cómo se realiza el tratamiento: el tratamiento con frío se realiza para aliviar los síntomas y se
recomienda que la persona descanse, beba muchos líquidos y tenga una dieta ligera. Además,
también se puede recomendar el uso de medicamentos que ayuden a aliviar los síntomas más
rápidamente, como antiinflamatorios y analgésicos.

Cómo prevenir: para prevenir el resfriado es importante evitar el contacto cercano con
personas que tengan síntomas, así como permanecer en ambientes cerrados por mucho
tiempo y con gran cantidad de personas y lavarse bien las manos.
4. SARAMPION

El sarampión es una enfermedad causada por un virus de la familia Paramyxoviridae que


puede transmitirse cuando una persona infectada tose, habla o estornuda, liberando al
ambiente gotitas que contienen el virus, las cuales pueden ser inhaladas por otras personas. El
período de mayor riesgo de transmitir el virus a otras personas es aproximadamente 2 días
antes de que aparezcan las manchas rojas en la piel típicas del sarampión.

Principales síntomas: los síntomas del sarampión pueden aparecer entre 7 y 14 días después
del contacto con el virus, con aparición de manchas rojas en la piel, inicialmente en la cara,
pero que luego se extienden a todo el cuerpo, fiebre alta, tos con flemas, aumento de la
sensibilidad a la luz , secreción nasal, pérdida de apetito y aparición de una mancha blanca
redondeada en el interior de la mejilla.

Cómo se realiza el tratamiento: el tratamiento del sarampión sirve para aliviar los síntomas,
recomendándose el reposo, la hidratación y el uso de analgésicos. Además, en algunos casos,
se puede recomendar el uso de suplementos de vitamina A.

Cómo prevenir: la prevención del sarampión se realiza a través de la vacunación, durante la


infancia.

5. SIDA

El síndrome de inmunodeficiencia adquirida (SIDA) es una infección de transmisión sexual


causada por el virus de inmunodeficiencia humana (VIH), que puede transmitirse de una
persona a otra por medio de las relaciones sexuales sin protección.

Es posible que la persona sea portadora del VIH y no desarrolle la enfermedad; sin embargo,
en algunos casos, el virus logra multiplicarse en el cuerpo, interfiriendo directamente en el
funcionamiento del sistema inmunitario, favoreciendo el desarrollo del sida y de complicaciones
graves asociadas a la enfermedad.

Principales síntomas: los síntomas del sida pueden tardar hasta 10 años en aparecer
después de la infección por el VIH, pudiendo haber fiebre persistente, dolor en los músculos y
en las articulaciones, aparición de manchas y ampollas rojas en la piel, pérdida rápida de peso
e infecciones que no mejoran incluso realizando el tratamiento adecuado.

Cómo se realiza el tratamiento: el tratamiento para el sida se lleva a cabo con un cóctel de
medicamentos que tiene como objetivo disminuir la tasa de replicación viral y mejorar el
funcionamiento del sistema inmunitario, y se debe usar según la indicación médica.

Cómo prevenir: la prevención del sida se realiza mediante la utilización del condón en todas
las relaciones sexuales, además de evitar el intercambio de jeringas y agujas y el contacto
directo con sangre y secreciones de otras personas, siendo recomendado el uso de guantes en
estas situaciones.

6. POLIOMIELITIS
La poliomielitis, también conocida como parálisis infantil, es un enfermedad causada por el
poliovirus. Este virus está presente de manera natural en el intestino y, por tal razón, la
transmisión puede ocurrir por medio del contacto con objetos, heces, alimentos, agua
contaminada o secreciones de una persona infectada.

Sin embargo, el contacto con el virus no necesariamente lleva al desarrollo de la enfermedad,


principalmente en personas con el sistema inmunitario intacto y/o que hayan sido vacunadas
contra esta afección, cuya primera dosis está indicada a los 2 meses de edad.

Principales síntomas: los síntomas iniciales de la poliomielitis son similares a los de la gripe,
en que la persona puede sentir dolor de cabeza, fiebre y cansancio excesivo, que desaparecen
después de 5 días. No obstante, en algunos casos, principalmente en situaciones donde la
persona posee el sistema inmunitario más débil, el virus puede permanecer en el organismo y
provocar la aparición de síntomas más graves como parálisis de una o ambas piernas, atrofia
muscular, dificultad para hablar y/o tragar y espasmos musculares, por ejemplo.

Cómo se realiza el tratamiento: no existe tratamiento específico para la poliomielitis; no


obstante, la fisioterapia por lo general está indicada para estimular y favorecer el desarrollo de
los músculos atrofiados, además de mejorar la postura.

Cómo prevenir: la prevención de la poliomielitis se realiza mediante la vacunación, que es


recomendada a partir de los 2 meses de edad, realizándose en 3 dosis y 2 dosis de refuerzo.

7. DENGUE, zika y chikungunya

El dengue, el zika y el chikungunya son enfermedades transmitidas por el mismo vector, el


mosquito Aedes aegypti, pero causadas por virus diferentes, pudiendo llevar al desarrollo de
distintos síntomas.

Principales síntomas: los síntomas de dengue, zika y chikungunya pueden ser semejantes.
En el caso de dengue, los síntomas pueden durar entre 2 y 7 días y puede haber fiebre, dolor
en el cuerpo, dolor de cabeza, manchas rojas en la piel y un leve picor. Por otro lado, en el
caso de zika, aparte de los síntomas del dengue, también se presenta enrojecimiento y dolor
alrededor de los ojos, y el dolor en las articulaciones es más intenso.

En el caso de chikungunya, los síntomas son más prolongados y pueden durar 15 días,
pudiendo haber, aparte de los síntomas del dengue y zika, malestar general, pérdida de apetito
y, en algunas situaciones, trastornos neurológicos.

Cómo se realiza el tratamiento: el tratamiento para el dengue, zika y chikungunya debe ser
indicado por el médico y, por lo general, tiene como objetivo aliviar los síntomas de la
enfermedad, pudiendo estar recomendado el uso de algunos medicamentos. Aparte de esto, se
sugiere que la persona permanezca en reposo, beba abundante líquidos y tenga una
alimentación ligera.

Cómo prevenir: la prevención del dengue, zika y chikungunya involucra medidas que ayudan a
controlar el desarrollo del mosquito Aedes aegypti, lo que implica eliminar las fuentes de agua
estancada, utilizar larvicida en lugares donde haya mayor probabilidad de que existan
mosquitos y agua estancada y aplicarse repelente.

8. HEPATITIS

La hepatitis es una enfermedad causada por el virus de la hepatitis, caracterizada por la


inflamación del hígado. Hay diferentes tipos de hepatitis que varían según el agente
responsable y, en algunos casos, el modo de transmisión. Los principales tipos de hepatitis son
A, B, y C.

Principales síntomas: los síntomas de hepatitis pueden surgir pocos días después del
contacto con el virus, pudiendo presentarse dolor de cabeza, sensación de malestar general,
hinchazón abdominal, náuseas, vómitos, piel y ojos amarillentos, heces claras y orina oscura.
Es importante señalar que la aparición de los síntomas, la duración y la intensidad pueden
variar de acuerdo con el virus responsable de la inflamación del hígado.

Cómo se realiza el tratamiento: el tratamiento para la hepatitis debe ser orientado por el
infectólogo o hepatólogo según los signos y síntomas presentados por la persona y el virus
implicado. Por lo general, se indica que el individuo permanezca en reposo y tenga una
alimentación ligera, pudiendo recomendarse en algunos casos el uso de medicamentos como
interferón, lamivudina y adefovir, por ejemplo.

Cómo prevenir: la manera de prevención de la hepatitis puede variar según el virus


relacionado y la forma de transmisión. De forma general, está indicado utilizar el condón en
todas las relaciones sexuales, evitar compartir jeringas y agujas, evitar intercambiar objetos de
uso personal, como corta cutículas, por ejemplo, y lavar bien las manos y los alimentos antes
de consumirlos.

9. MONONUCLEOSIS

La mononucleosis es una infección causada por el virus de Epstein-Barr (EBV), conocida como
enfermedad del beso, ya que la principal forma de transmisión es a través de la saliva, siendo
los besos la forma de transmisión más común. Sin embargo, también puede transmitirse por
gotitas de saliva cuando la persona infectada tose o estornuda.

Tras la exposición al virus de Epstein-Barr se produce la infección de las glándulas salivales y


orofaringe, siendo más frecuente en adolescentes y adultos jóvenes, aunque también puede
afectar a adultos y niños.

Principales síntomas: los síntomas de la mononucleosis pueden aparecer de 4 a 6 semanas


después del contacto con el virus, siendo los principales fiebre alta, dolor y dolor de garganta,
placas blanquecinas en la boca, lengua y/o garganta y bultos en el cuello.

Cómo se realiza el tratamiento: el tratamiento de la mononucleosis debe realizarse con


reposo, manteniendo una alimentación saludable y aumentando la ingesta de líquidos, como
agua o té, ya que no existe un tratamiento específico para esta enfermedad. Estas medidas
permiten acelerar su recuperación y prevenir la aparición de complicaciones como inflamación
del hígado o agrandamiento del bazo. Sin embargo, el médico general puede recomendar el
uso de analgésicos o antiinflamatorios para aliviar el malestar, disminuir la inflamación y la
fiebre.

Cómo prevenirla: no existe una vacuna para la mononucleosis y la mejor manera de prevenir
la infección es evitar el contacto o besar a las personas infectadas con el virus de Epstein-Barr,
además de evitar compartir bebidas, alimentos, cigarrillos u objetos como cubiertos, vasos o
productos de higiene personal, como un cepillo de dientes, por ejemplo. Además, es importante
lavar los juguetes de los niños con frecuencia para evitar que el niño se lo lleve a la boca y
pueda estar contaminado con el virus.

10. HERPES

El herpes es una enfermedad causada por el virus del herpes simple, que dependiendo de la
vía de trasmisión, puede llevar a la aparición de síntomas en la boca, ojos o región genital,
siendo clasificado en este último caso como infección de transmisión sexual.

Principales síntomas: el principal síntoma de herpes es la aparición de ampollas o llagas con


borde rojizo que aparecen en la región genital o en los labios, por ejemplo. En el caso de
herpes ocular, los síntomas pueden ser similares a los de una conjuntivitis, pudiendo haber
mayor sensibilidad a la luz, enrojecimiento e irritación en el ojo, ampollas o llagas cercanas al
ojo y visión borrosa, por ejemplo.Cómo se realiza el tratamiento: el tratamiento para el herpes
debe ser orientado por el médico, pudiendo estar indicado el uso de pomadas o comprimidos
antivirales, como aciclovir y el valaciclovir, con el objetivo de disminuir la tasa de replicación
viral y aliviar y prevenir la aparición de los síntomas.

Cómo prevenir: para prevenir la infección por el virus del herpes, es importante evitar tener
relaciones sexuales sin condón y evitar compartir artículos de uso personal y objetos que
puedan haber estado en contacto con las llagas del herpes.

ENFERMEDADES CAUSADAS POR BACTERIAS

1. INFECCION URINARIA

La infección urinaria es una de las enfermedades más comunes causadas por bacterias,
pudiendo ocurrir gracias a un desequilibrio de la microbiota de la región genital o debido al
hecho de aguantar las ganas de orinar, no tener una correcta higiene íntima, beber poca agua
durante el día o poseer piedras en los riñones, por ejemplo.

Varias son las bacterias que pueden causar infección urinaria, siendo las principales
Escherichia coli, Proteus sp., Providencia sp. y Morganella spp..

Principales síntomas: dolor y ardor al orinar, orina turbia o con presencia de sangre, fiebre
baja y persistente, ganas frecuentes de orinar y sensación de no vaciar la vejiga
completamente.

Cómo tratar: el tratamiento debe ser indicado por el médico cuando existen síntomas y es
identificado el microorganismo, siendo recomendado normalmente el uso de antimicrobianos,
como el ciprofloxacino, por ejemplo. Sin embargo, cuando no existen síntomas, el médico
puede optar por no realizar tratamiento con antibióticos para evitar el surgimiento de bacterias
resistentes.

Cómo prevenir: la prevención de las infecciones urinarias es llevada a cabo mediante el


control de las causas. De esta forma, es importante tener una higiene íntima adecuada, evitar
aguantar las ganas de orinar por mucho tiempo y beber al menos 2 litros de agua al día.

2. TOS FERINA

La tos ferina, también conocida como tos convulsiva o coqueluche, es una infección respiratoria
ocasionada por la bacteria Bordetella pertussis, que entra en el organismo a través de las vías
respiratorias, se aloja en los pulmones y ocasiona el desarrollo de los síntomas respiratorios,
siendo más común que ocurra en los niños, pudiendo ser fácilmente prevenida mediante la
vacunación.

Principales síntomas: los síntomas iniciales de la tos ferina son semejantes a los de una
gripe, siendo observada fiebre baja, rinorrea (goteo nasal) y tos seca, por ejemplo. Sin
embargo, a medida que la infección evoluciona, es posible que haya crisis de tos súbita donde
la persona siente dificultad para respirar y que acaban con una inhalación profunda.

Cómo tratar: el tratamiento para la tos convulsa incluye el uso de antibióticos, como
azitromicina, claritromicina o eritromicina, por ejemplo, los cuales deben ser empleados bajo las
indicaciones del médico.

Cómo prevenir: para prevenir la tos ferina, se recomienda evitar estar en sitios cerrados por
mucho tiempo y lavarse las manos con agua y jabón de forma frecuente, además de ser
recomendado tomar la vacuna DPaT.

3. CLAMIDIA

La clamidia es una infección de transmisión sexual causada por la bacteria Chlamydia


trachomatis, la cual puede ser transmitida mediante las relaciones sexuales orales, vaginales o
anales sin preservativo. Asimismo, también puede ser transmitida de madre a hijo durante el
parto natural, cuando el tratamiento no fue realizado de la manera correcta.

Principales síntomas: dolor y ardor al orinar, secreción amarillenta y semejante al pus que es
expulsada por el pene o la vagina, dolor pélvico o hinchazón de los testículos, por ejemplo.
Estos síntomas pueden surgir hasta 3 semanas luego del contacto con la bacteria.

Cómo tratar: el tratamiento para la clamidia debe ser llevado a cabo bajo orientación del
ginecólogo o del urólogo, siendo indicado el uso de antibióticos como azitromicina o doxiciclina,
para promover la eliminación de la bacteria y el alivio de los síntomas. Es importante que el
tratamiento sea realizado por la persona infectada y por la pareja, incluso si esta no posee
síntomas aparentes, pues así es posible prevenir la reinfección.

Cómo prevenir: para prevenir la infección por la Chlamydia trachomatis, es importante utilizar
preservativo en todas las relaciones sexuales y hacer el tratamiento de acuerdo con las
indicaciones del médico, incluso si no existen signos o síntomas aparentes.
4. GONORREA

La gonorrea es una infección de transmisión sexual causada por la bacteria Neisseria


gonorrhoeae, la cual es transmitida a través de las relaciones sexuales vaginales, anales u
orales desprotegidas.

Principales síntomas: en la mayor parte de los casos, la gonorrea es asintomática; sin


embargo, algunos síntomas pueden surgir hasta 10 días luego del contacto con la bacteria,
pudiendo ser notado dolor y ardor al orinar, secreción blanco-amarillenta, inflamación de la
uretra, incontinencia urinaria o inflamación del ano, cuando la infección ocurrió por medio de
relaciones sexuales anales.

Cómo tratar: el tratamiento para la gonorrea debe ser llevado a cabo de acuerdo con las
indicaciones del médico, el cual normalmente recomienda el uso de antibióticos como
azitromicina o ceftriaxona, y la abstinencia sexual durante el período de tratamiento.

Es importante que el tratamiento sea llevado a cabo hasta el final, incluso si no existen signos
ni síntomas aparentes, pues así es posible garantizar la eliminación de la bacteria y prevenir el
desarrollo de complicaciones como enfermedad inflamatoria pélvica e infertilidad.

Cómo prevenir: para prevenir la transmisión y el contagio de la gonorrea, es importante utilizar


condón en todas las relaciones sexuales.

5. SIFILIS

Así como la clamidia y la gonorrea, la sífilis también es una infección de transmisión sexual, la
cual es causada por la bacteria Treponema pallidum, cuyo contagio puede ocurrir mediante
relaciones sexuales desprotegidas o por el contacto directo con las lesiones de la sífilis, ya que
son ricas en bacterias. Asimismo, esta enfermedad puede ser transmitida de madre a hijo
durante la gestación o al momento del parto, en aquellas situaciones donde la infección no es
identificada y/o tratada correctamente.

Principales síntomas: los síntomas iniciales de la sífilis son heridas que no duelen ni causan
molestias, las cuales pueden aparecer en el pene, el ano o la región genital femenina y
desaparecer espontáneamente. Sin embargo, el desaparecimiento de estas lesiones no es
indicativo de que la enfermedad está curada, pero sí de que la bacteria se está diseminando
por el organismo a través del torrente sanguíneo, pudiendo dar origen a la sífilis secundaria y,
posteriormente, a la terciaria.

Cómo tratar: el tratamiento de la sífilis debe ser recomendado por el urólogo o ginecólogo de
acuerdo con el estadio de la enfermedad en que la persona se encuentra y la gravedad de los
síntomas. De manera general, el tratamiento es realizado por medio de inyecciones de
penicilina benzatínica, que es capaz de promover la eliminación de la bacteria.

Cómo prevenir: la prevención de la sífilis es llevada a cabo mediante el uso de preservativo en


todas las relaciones sexuales, pues así es posible evitar entrar en contacto con las lesiones.
Asimismo, en los casos de mujeres embarazadas y con sífilis, para prevenir la infección del
bebé, es importante que el tratamiento sea realizado según las indicaciones del médico, pues
así es posible reducir la cantidad de bacterias circulantes y disminuir el riesgo de transmisión.

6. LEPRA

La lepra, también conocida como hanseniasis, es una enfermedad causada por la bacteria
Mycobacterium leprae, la cual puede ser transmitida, principalmente, mediante el contacto con
secreciones nasales de personas con esta infección.

Principales síntomas: esta bacteria posee predilección por el sistema nervioso, pudiendo
causar parálisis muscular, por ejemplo; sin embargo, los síntomas más característicos de la
hanseniasis son las lesiones formadas en la piel, que ocurren debido a la presencia de la
bacteria en la sangre y en la piel. De esta forma, los síntomas típicos de la lepra son
resequedad de la piel, pérdida de sensibilidad y presencia de lesiones en los pies, nariz y ojos,
lo que puede dar ceguera como resultado.

Cómo tratar: el tratamiento para la lepra debe ser indicado por el infectólogo cuando el
diagnóstico sea realizado para que haya posibilidades de cura. Así, el tratamiento
generalmente es llevado a cabo con varios medicamentos, con el objetivo de eliminar la
bacteria y evitar el progreso de la enfermedad y el surgimiento de complicaciones. Los
medicamentos más indicados son dapsona, rifampicina y clofazimina, los cuales debe ser
utilizados según la indicación del médico.

Además, debido a las deformidades que pueden surgir, puede ser necesaria la realización de
procedimientos para la corrección de las mismas, e incluso el tratamiento psicológico, pues las
personas con lepra pueden sufrir discriminación debido a su apariencia.

Cómo prevenir: la forma de prevención más eficaz contra la lepra es la detección de la


enfermedad en fases iniciales y el inicio de la terapia inmediatamente después de que sea
establecido el diagnóstico. De esta manera, es posible prevenir el surgimiento de los síntomas
y complicaciones y el contagio de otras personas.

7. MENINGITIS

La meningitis corresponde a la inflamación del tejido que envuelve el cerebro y la médula


espinal, conocido como meninges, y puede ser causada por diversas bacterias, siendo las
principales Streptococcus pneumoniae, Mycobacterium tuberculosis, Haemophilus influenzae y
Neisseria meningitidis, las cuales pueden ser adquiridas por medio de secreciones de personas
diagnosticadas con la enfermedad.

Principales síntomas: los síntomas de meningitis pueden surgir alrededor de 4 días luego de
que las bacterias alcancen las meninges, e incluyen fiebre, dolor de cabeza y al mover el
cuello, surgimiento de manchas rojas en la piel, confusión, cansancio excesivo y rigidez
muscular en el cuello.
Cómo tratar: el tratamiento de la meningitis normalmente es llevado a cabo en el hospital, con
el fin de que el médico pueda evaluar la evolución de la persona y prevenir complicaciones. De
esta forma, es necesario el uso de antibióticos de acuerdo con la bacteria responsable,
pudiendo ser indicado el uso de penicilina, ampicilina, cloranfenicol o ceftriaxona, por ejemplo,
los cuales deben ser empleados bajo orientación del médico.

Cómo prevenir: la prevención de la meningitis debe ser llevada a cabo principalmente por
medio de la vacunación contra esta enfermedad, que debe ser tomada incluso en niños.
Asimismo, es importante que las personas con meningitis usen mascarilla y eviten toser, hablar
o estornudar cerca de personas saludables, para evitar el contagio.

8. TUBERCULOSIS

La tuberculosis es una infección respiratoria causada por la bacteria Mycobacterium


tuberculosis, popularmente conocida como bacilo de Koch, que entra en organismo por medio
de las vías aéreas y se aloja en los pulmones, ocasionando el desarrollo de signos y síntomas
respiratorios, además de también poder diseminarse por el organismo y dar como resultado
tuberculosis extrapulmonar.

Principales síntomas: los principales síntomas de la tuberculosis pulmonar son tos por más
de tres semanas, que puede estar acompañada de sangre, dolor al respirar o toser, sudoración
nocturna y fiebre baja y constante.

Cómo tratar: el tratamiento para la tuberculosis es llevado a cabo de manera continua, es


decir, el neumólogo o infectólogo indica la combinación de rifampicina, isoniazida, pirazinamida
y etambutol durante unos 6 meses o hasta que se cure la enfermedad. Asimismo, se
recomienda que la persona bajo tratamiento para la tuberculosis permanezca aislada durante
los primeros 15 días de tratamiento, puesto que en ese período aún es capaz de transmitir la
bacteria a otras personas.

Cómo prevenir: la prevención de la tuberculosis es realizada mediante medidas simples como


evitar estar en lugares públicos y cerrados, cubrirse la boca al toser y lavarse regularmente las
manos. Asimismo, esta enfermedad puede prevenirse por medio de la vacuna BCG, que debe
ser colocada justo después del nacimiento.

9. NEUMONIA

La neumonía bacteriana normalmente es causada por la bacteria Streptococcus pneumoniae,


que puede ocasionar la enfermedad principalmente en niños y adultos mayores. Esta infección
suele darse a través de la entrada accidental de la bacteria proveniente de la boca en los
pulmones o como consecuencia de infección en otra parte del cuerpo.

Principales síntomas: los principales síntomas de la neumonía bacteriana por S. pneumoniae


son tos con flema, fiebre alta, dificultad para respirar y dolor en el pecho.

Cómo tratar: el tratamiento para la neumonía por S. pneumoniae es llevado a cabo con reposo
y antibióticos, como amoxicilina o azitromicina, durante hasta 14 días, de acuerdo con el
medicamento indicado. Asimismo, en ciertos casos, el médico puede recomendar la realización
de fisioterapia respiratoria para que el proceso de respiración pueda ser más fácil.
Cómo prevenir: para prevenir la neumonía bacteriana, se recomienda evitar permanecer
mucho tiempo en sitios cerrados y con poca ventilación y lavarse bien las manos.

10. SALMONELOSIS

La salmonelosis es una enfermedad causada por la Salmonella sp., que puede ser adquirida
mediante el consumo de alimentos y agua contaminados, además del contacto con animales
infectados por la bacteria. La principal fuente de Salmonella sp. son los animales criados en
haciendas, como vacas, cerdos y gallinas, principalmente. De esta forma, los alimentos que
pueden ser obtenidos de esos animales, como carne, huevos y leche, corresponden a la
principal fuente de infección de salmonelosis.

Principales síntomas: los síntomas de la infección por Salmonella sp. pueden surgir de 8 a 48
horas luego del contacto con la bacteria, pudiendo observarse vómitos, náuseas, dolor
abdominal, fiebre, dolor de cabeza, malestar y escalofríos. En ciertos casos, también puede
haber diarrea y presencia de sangre en las heces.

Cómo tratar: el tratamiento de la salmonelosis normalmente no es llevado a cabo con el uso


de antibióticos, siendo indicado por el médico la reposición de fluidos para evitar la
deshidratación, que es muy común en adultos mayores y en niños, y el control de las náuseas,
los vómitos y el dolor.

Cómo prevenir: la prevención del contagio por Salmonella sp. es realizada principalmente por
medio de medidas de higiene personal y de los alimentos. Por esta razón, es importante
lavarse bien las manos luego del contacto con animales y antes y después de preparar los
alimentos, en especial cuando estos están crudos.
MICROBIOLOGIA:

VIRUS
Y
BACTERIAS

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