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¿Sabían que nosotros los cristianos formamos parte de la orden del Señor de los Milagros?
¿No sabían? Claro que sí. Ah, pero no se confundan. No es que seamos de una “hermandad
religiosa”, o cuadrilla, ni nada parecido. Es que somos precisamente nosotros, los que
estamos llenos del Espíritu Santo, los encargados de cumplir la orden que el mismo Jesús
dio antes de ascender al cielo.
¿Cuál es esa orden? Mateo 28:19-20 “Por tanto, id, y haced discípulos a todas las
naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu…”.
A esa orden, conocida como la gran comisión, obedecemos y por eso enseñamos a guardar
la Palabra de Dios, y por consiguiente disfrutamos siempre de la dulce compañía de Jesús.
Y esa es nada menos que la verdadera orden del Señor de los Milagros.
Todo lo que nos ha mandado hacer el Señor es milagroso. Basta creer, y en el Nombre de
Jesús imponer nuestras manos. Nada más que obedecer y las señales o milagros nos
seguirán. El resto es obra del Espíritu Santo. ¿No es maravilloso?
Pensar que tanta gente en estos días sigue penosa y sacrificadamente una escultura por
todas partes buscando un milagro y en cambio los milagros ¡Nos siguen a nosotros los
cristianos por la gracia de Dios!
1. ¿POR QUÉ HAY MUCHA GENTE ENGAÑADA? PORQUE LA GENTE NO LEE LA BIBLIA
De esta manera ignoran que Dios es Espíritu y como tal no está limitado ni a un
tamaño, ni a una forma. No en vano el Rey David dijo en 2 Crónicas 6:18b “...He aquí,
los cielos y los cielos de los cielos no te pueden contener...”.
Por lo tanto, intentar representar al Señor con forma alguna, limitándolo, es algo que ni
tiene sentido, ni nunca fue su voluntad. ¿Cómo lo sabemos? Porque Dios mismo lo dijo.
Ahora, si queremos saber por qué fue que lo prohibió sigamos leyendo:
Deuteronomio 4: 19-20 “No sea que alces tus ojos al cielo, y viendo el sol y la
luna y las estrellas, y todo el ejército del cielo, seas impulsado, y te inclines…”
Pero, ¿Estamos seguros que la idolatría se refiere también a las imágenes de Dios
mismo? Claro que sí.
Éxodo 20:22-23 “Y Jehová dijo a Moisés: Así dirás a los hijos de Israel: Vosotros
habéis visto que he hablado desde el cielo con vosotros. No hagáis conmigo…”.
Lamentable es así. Mucha gente sigue a una imagen sufriente haciéndole sus peticiones,
sin comprender que es inútil.
Isaías 44:9-10 “Los formadores de imágenes de talla, todos ellos son vanidad, y lo
más precioso de ellos para nada es útil; y ellos mismos son testigos para su…”.
Salmo 115:4-6 “Los ídolos de ellos son plata y oro, obra de manos de hombres.
Tienen boca, pero no hablan; tienen ojos, pero no ven; orejas tienen, pero no…”.
Una imagen carece de poder; sin embargo, un pueblo se vuelca a las calles para adorarla
en una procesión que es la más grande del mundo.
Jeremías 10:3-5 “Porque las costumbres de los pueblos son vanidad; porque leño
del bosque cortaron, obra de manos de artífice con buril. Con plata y oro lo…”.
Es por ello que de la infinidad de personas que asisten, apenas algunas creen obtener
alguna gracia; pero el resto, aunque no lo confiese, vuelve a casa sin su milagro,
sintiéndose rechazada, pensando que Dios no las ama, ni se compadece de ellas. Ahora
tendrán que esperar un año más, porque para muchos en Perú Dios solo tiene poder y
misericordia en octubre.
No nos resignemos, pues, a que nuestro país sufra por desconocer la Palabra de Dios.
Sembrémosla a tiempo y fuera de tiempo, cada uno en el lugar en que Dios nos ha
puesto.
Es a nosotros, como iglesia, que se nos ha encargado la Palabra de verdad que alumbre y
haga libre a nuestra nación. Empecemos con nuestros vecinos y conocidos, con la gente
que se cruza con nosotros en la calle. Amémosla lo suficiente para sentir su necesidad de
Dios y para pedirles que nos permitan orar por ellos, imponiendo nuestras manos en el
nombre de Jesús.
Cuando el amor y los dones del Espíritu fluyan libremente, la gente no acudirá a las
imágenes en busca de un milagro.
Dios es el creador del universo. Te creó. Nos hizo con amor y propósito. Pero hubo un
problema: el pecado. La desobediencia de Adán hizo que todos estemos separados de la Gloria
de Dios. Pero Dios en su gran amor envió a su Hijo Unigénito para que todos podamos tener
salvación. Romanos 10:8–10. Si deseas que Jesús perdone tus pecados y tener una relación
personal con él, haz la siguiente oración con fe: Señor Jesús, te pido perdón por mis pecados.
Me arrepiento. Sé mi Señor y Salvador. Te entrego mi vida. Gracias Señor Jesús por tu
perdón. Amén.
Alicia Estremadoyro A.
CURSOS BÍBLICOS MES DE OCTUBRE - VIA ZOOM
Verdades Básicas Fundamentos de la Fe I
Domingo 15 6.00 pm – 8.00 pm Miércoles 18 8.00 pm – 10.00 pm
Miércoles 25 8.00 pm – 10.00 pm
Fundamentos de la Fe II Fundamentos de la Fe III
Miércoles 18 8.00 pm – 10.00 pm Domingo 29 6.00 pm – 8.00 pm