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Exégesis Orantes
1ª.Co 7,25-31
Lucas 6, 20-26
Padre Humberto Silva
Septiembre 10 de 2014

Estamos hoy meditando un texto que ha generado mucha controversia en la iglesia en mucho tiempo y que hoy
es un tema de actualidad, tema que no ha sido nunca entendido, pareciera que la gente de entonces como la de
hoy se pregunta: Casado o célibe? matrimonio o celibato. Es un dilema falso, porque el Señor dotó al hombre de
una sexualidad con fines muy claros, expresión del amor y la fecundidad.

Mal podría el Señor venir a decir ahora, que lo que instituyó desde el principio es malo, que hay que abolirlo, que
lo importante es salvar el alma, que el cuerpo no importa, que la sexualidad es mala, que el sexo es sucio, todo
eso es falso, yo no soy célibe porque rechace la sexualidad, ni soy célibe porque considere que el sexo es sucio;
tener un hogar, con una mujer y unos hijos.

Por el contrario, todos los días tengo que renunciar a esa ilusión, de algo tenía yo en la vida era de eso; me los
dio de otra manera, aunque me sobre la mitad de la cama. El sentido del celibato, no es rechazo de lo corpóreo,
no es rechazo de lo sexual, no es rechazo de la materia, nada de eso, entonces sería gnosticismo y el gnosticismo
sería una herejía . Esa espiritualidad, entre comillas, que se muestra como ascética; casados que dicen hemos
convenido ella y yo que no vamos a tener relaciones y vamos a vivir célibes, eso va contra el matrimonio, los
casados deben tener relaciones sexuales mientras tengan capacidad orgánica y sicológica, es la voluntad de Dios.

San pablo lo dice en otro texto, los casados si se abstienen de relaciones sexuales que no sea por mucho tiempo,
para dedicarse a la oración, pero luego vuelvan a juntarse. Entonces no hay nada en la Sagrada Escritura que
desapruebe el matrimonio, al contrario, Jesús lo afirmó, San Pablo lo está afirmando, si tienes mujer no te separes,
a veces detrás de todas esas posiciones hay verdaderos traumas sicológicos o morbosidades larvadas, o cosas
sucias que no se atreven a decir pero que uno como sicólogo las detecta.

No hay oposición entre celibato y matrimonio. Simplemente son dos estados de vida distintos, ambos constituyen
carismas, dones de Dios, el que no ha recibido el don del celibato para qué se mete en eso, la castidad no es fruto
del esfuerzo, yo no he tenido que hacer fuerza, no he tenido que sudar petróleo, quién me ha sostenido? Él. No
tengo nada contra el matrimonio de los sacerdotes, que la iglesia llame a casados para ordenarlos presbíteros no
tiene ninguna oposición entre los dos sacramentos.

El celibato en la iglesia latina es una ley puramente formal, en cualquier momento la pueden derogar, y no pasa
nada, San pablo dice, yo no tengo sobre eso ningún mandato del Señor, por eso a esto se les llama Consejos
Evangélicos y los consejos son consejos, no son mandatos.
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En la iglesia católica de rito oriental, los sacerdotes de toda la vida han sido casados, los únicos que no son
casados son los Obispos, que los sacan de los Monjes de los monasterios, por garantía de una vida espiritual más
intensa y eso es lo que debe transmitir a su iglesia, a sus rebaños.

Allá existe la vida religiosa con los votos común y corriente, como los tenemos nosotros, pero en los diocesanos
no existe el celibato, pueden ser casados, el que quiere ser célibe tiene que hacerse Monje; pero rueda suelta
por ahí para jugar a dos cartas; no.

Sin embargo, los sacerdotes de rito oriental que han vivido toda la vida con el matrimonio, llevando esas dos
espiritualidades; la espiritualidad del matrimonio y la espiritualidad del sacramento del orden, en este momento
dan alaridos pidiéndole al Papa que les ponga el celibato y los de acá, dando alaridos para que los dejen casar.

Es un problema serio en la iglesia que el Papa lo va a arreglar, pero situaciones irregulares no. El celibato tampoco
es un closet para tapar la homosexualidad o el lesbianismo, eso no es, curas homosexuales y monjas lesbianas se
tienen que ir, eso no es virtud, la virtud es la castidad. El dilema que se plantea es la castidad, es que no hay
coherencia, entonces no hay virtud, porque no hay moralidad.

El dilema que se plantea de matrimonio o celibato es falso, porque no se trata de escoger una cosa u otra. Los
apóstoles eran casados y hubo Papas casados hasta el siglo X, el último papa casado fue Adriano III, que tuvo
esposa y tuvo hijos. San Gregorio Magno que fue Papa era hijo de un sacerdote.

El celibato se impuso en la iglesia latina como ley a partir del siglo X, no en la iglesia oriental, allá nunca se
impuso, eso no fue necesario, porque los disolutos que jugaban a dos cartas eras los culi calientes de origen latino,
siempre ha sido así. No sé si es una cuestión genética o de mestizaje eso, hay que estudiarlo a fondo.

No es que haya oposición entre el ejercicio activo de la sexualidad erótica genital en el sacramento del matrimonio
y el ejercicio santo del ministerio presbiteral o sacerdotal en la iglesia, no hay oposición para nada, al contrario,
tiene apoyo en la Sagrada Escritura, de modo que es una cosa que en cualquier momento cambia y nosotros
debemos aceptar lo que el Santo Padre decida a eses respecto, en la coyuntura que se está viviendo hoy.

Qué era lo que pasaba en ese momento en la iglesia de Corinto? Que como Pablo nunca se casó, porque no tenía
tiempo de atender mujer e hijos; si Pablo hubiera tenido mujer e hijos no hubiera podido hacer lo que hizo,
cualquier mujer le tira la toalla, no habría pasado una noche con ella, porque se la pasaba de aquí para allá, de
allá para acá, pendiente del evangelio; haga aquí, haga allá, entonces el testimonio de Pablo, posiblemente el
testimonio de Bernabé, quien también fue célibe, posiblemente también, el testimonio de Marcos que era
joven y no se casó, posiblemente el testimonio del médico Lucas, que había enviudado y no se volvió a casar; se
dedico al evangelio.

Posiblemente esos testimonios apostólicos, estaban suscitando entre los jóvenes el deseo de una dedicación
radical a la causa del evangelio, decidiendo no casarse y le preguntan a Pablo qué hacemos, nos casamos o no
nos casamos y Pablo les dice, sobre eso no tengo ningún mandato del Señor, nada implícito, de modo que pienso,
que el que se casa no hace mal y el que no se casa tampoco hace mal y si la soltera se casa, no hace mal, yo lo
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que digo por experiencia es que si ustedes quieren dedicarse a las cosas del evangelio, pues sería mejor que no se
casaran, porque el que está libre de esposa, hijos, de casa y de todas esas cosas, entra de lleno a esto y el que
no, no.

Ese el sentido, dedicación absoluta a la causa del evangelio, si no es así, esto no tiene sentido, es una locura, si
no hay un bien mayor por el cual uno sacrificar la sexualidad la afectividad, pues no tiene sentido, sería uno
castrado, un eunuco pendejo que no tiene sentido de la vida.

El casado viva como si no estuviera casado… San Pablo está estableciendo una prioridad, la prioridad de las cosas
de Dios, o sea, nada debe anteponerse a Dios, nada, es nada. Si antepone su vida conyugal, o sus hijos, o su
mujer, o su esposo, a Dios, está mal. Lo que tiene que hacer es amarlos a ellos en Dios, con Dios y por Dios, si
no es así, no tiene sentido.

Que el matrimonio no sea una disculpa para no hacer nada, es que mijito no me deja…., es que ella se enoja si
yo hago esto…, los esposos deben tener libertad, el matrimonio no es una prisión, si amas a alguien déjalo libre
decía Santa Teresa que sabía de qué hablaba.

Los católicos mal informados dicen, que lo mejor es que los sacerdotes se casen, mejor dicho; acaben con el
celibato. No se trata de eso, es una falsa información, es un presupuesto falso, piensan que si se quita el celibato
de los sacerdotes, se acaban los curas pederastas; hay padres de familia que son pederastas. No solamente en
los curas se presenta ese fenómeno, desafortunadamente se dio eso, estos casos que se dieron, se aprovecharon
para desacreditar a la iglesia y montarle un boom publicitario que la desprestigiara, porque eso era lo que le
convenía a las multinacionales.

Pero, por qué no hacen el mismo escándalo, cuando se presenta ese tipo de cosas en el Senado, en la Cámara,
en el Gobierno, en otras Instituciones que están llenas de maricas pederastas y a ellos no les pasa nunca nada,
tienen el control de la prensa, entonces eso ha creado la mentalidad de que la causa de todas las aberraciones
sexuales que se dan en la iglesia es el celibato. Eso no es verdad, van a tener que revisar eso en los sacerdotes
diocesanos, de modo que el muchacho antes de ser ordenado diacono, decida si se casa o no si no se va a casar.
Si va a hacer voto de castidad, pasa a una comunidad religiosa, pero no es diocesano y si va a ser diocesano se
casa. Yo soy diocesano y tengo voto de castidad.

Los sacerdotes diocesanos todavía no se pueden casar, pero es una hipótesis perfectamente posible; el que
quiere vivir castamente tiene que ser religioso.

Por otras razones, el sisma ya existe, lo que yo no quiero es convivir con el sisma, quiero que los que son, son y
los que no son, se vayan, hagan su rancho a parte; se materialice, se haga operativo, para que los dejen trabajar.

Si al interior de la iglesia son un estorbo, no sabe quién es quién; porque lo que hay es una apariencia, eso no es
así. Primera aclaración, no hay oposición entre matrimonio y celibato, son dos estados de vida que ambos
provienen del carisma del Espíritu, el que se casa sin tener carisma de casado le va a ir mal, esos curas que tiraron
el sacramento a la basura, que se enamoraron de la sirvienta de la casa cural, que era lo que tenían a la mano,
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fracasaron en el matrimonio y están dando alaridos para que los vuelvan a admitir y los que han sido buenos
maridos que se retiraron de la iglesia para poderse casarse, pero siguen siendo sacerdotes, están pidiéndole al
Papa que les permita ejercer el ministerio casados. Se necesitan sacerdotes, por qué no los habilitan para que
funjan; esas son las incoherencias de la iglesia eso hay que arreglarlo.

El Tribunal Eclesiástico no arregla el problema, al que fracasó en el matrimonio y lo obliga a vivir en adulterio,
privado de los sacramentos. La culpable es la misma iglesia, porque no resuelve nada. Esas cosas tienen que
acabarse, los problemas son para resolverlos, el que se acostumbra a vivir con el problema; homeóstasis, termina
creyendo que lo anormal es lo normal. Yo creo que le llegó el momento a la iglesia de definir eso, pero quiero
aclarar no hay oposición.

¿Qué estaba pasando en la iglesia de Corinto? Estaba surgiendo entre los jóvenes una inquietud, nos dedicamos
de lleno al evangelio y entonces no nos casamos, pero al no casarnos hacemos bien? Posiblemente le preguntaron
a Pablo, sobre eso. Usted como justifica su vida, si usted no es casado, usted está totalmente dedicado a esto y
usted no es casado? Y Pablo con mucha honestidad le responde, si se casan no hacen mal, si no se casa,, tampoco
hace mal, no hay un mandamiento del Señor sobre eso.

Entonces, el que forma problema por el celibato, o el matrimonio de los curas, está erigiéndose en Dios y
convirtiendo en voluntad de Dios una ley positiva de la iglesia, que es disciplinaria y que puede cambiar en
cualquier momento, eso no es dogma de fe, el Papa lo dijo, el celibato no es dogma.de fe.

(Sobre el supuesto machismo de San Pablo). Es que ustedes leen la Escritura liloleando, el texto dice exactamente
así: las mujeres deben respetar a su marido como al Señor; así como los maridos amen a sus esposas, como Cristo
ama a su iglesia y se entrega por ella. ¿Por qué no le paran bolas carajo? ¿Cuál machismo, me da rabia que esa
mentalidad se está extendiendo en la iglesia y se está tomando como argumento para decir que la iglesia es
machista, pues no lo es.

Que la iglesia tiene discriminación hacia las mujeres? No la tiene. Hay o no, igualdad? El principio de igualdad
femenina contra el cual estoy enseñando yo, que no es posible en sexualidad, porque se anulan las diferencias y
anuladas las diferencias deja de haber complementariedad, se crea un desequilibrio. Si vamos a introducir a la
iglesia, al campo de lo teológico y de la revelación divina, los mismos criterios sociológicos que han fracasado en
el ámbito de lo político, vamos a someter el ministerio ordenado a otro fracaso.

Como los hombres se ordenan, las mujeres también. Por razones sociológicas? No. Ese principio no es aplicable
porque es un principio sociológico y acá tienen que operar principios de revelación y teológicos, no sociológicos.
Ahora, el principio sociológico de la igualdad de los sexos, ha producido desastres, eso no es así. Yo estoy de
acuerdo en que primero definamos cuál es la misión de la mujer en la iglesia.

Definida la misión, entonces sabremos si para cumplir esa misión es necesario que ella acceda a los ministerios
ordenados, pues que lo haga y si no para qué? Ya tenemos suficientes problemas con los varones.
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La lectura Mariana del Ministerio de la iglesia ha sido ella; la Virgen María, los paradigmas han sido, la Santísima
Virgen y en la iglesia apostólica, María Magdalena. Definamos la misión de la mujer en la iglesia, yo creo que
mujeres destacadas en la iglesia como Teresa de Ávila, como, Santa Gema Galgani, Luisa de Marillac, como Rita
de Casia, como Santa Mónica, Santa Gertrudis, Santa Genoveva de Brabante; fueron verracas, cumplieron una
misión muy grande en la iglesia y no fueron célibes; fueron casadas.

Que vivan como si no la tuviera…. Cuando el reino de Dios es lo fundamental en la vida de una persona, todo lo
demás se relativiza; el matrimonio es precioso, es querido por Dios, pero no es la realidad definitiva, la realidad
definitiva es el reino de Dios y en el reino de Dios, dice Jesús, ni se casan, ni tendrán hijos, entonces el matrimonio
es una realidad hermosa, pero es provisional, transitoria, mientras estamos aquí, por eso el vinculo matrimonial
se disuelve cuando uno de los dos cónyuges muere.

No podemos absolutizar el matrimonio, ni podemos absolutizar a los hijos, ni podemos absolutizar ninguna otra
realidad creada, porque lo definitivo y eterno es otro, es Él y ya; ese es el sentido. El matrimonio no se puede
vivir como apego del uno al otro, el apego no es amor, el apego genera cadenas; el amor suscita libertad, hay que
aprender a amar y si no, no se entiende nada. Eso es difícil, porque la gente de hoy no quiere entender.

Estamos tocando un tema que es neurálgico, miren las discusiones y las peloteras que se suscitan entre ustedes
no más, por eso, miren los equívocos, eso hay que aclararlo, porque ustedes tienen que formarse. Pablo está
diciendo claramente lo que es el celibato; …” los que viven en el mundo como si no disfrutaran…” porque este
mundo pasa, si usted absolutiza cualquier cosa de aquí, está fuera de la realidad y eso se acaba, nada de aquí es
permanente, todo lo de aquí es transitorio y por lo tanto, pongamos una escala de valores y establezcamos una
prioridades, eso es lo que está diciendo Pablo.

En síntesis está diciendo a los que le preguntan, cuáles son sus prioridades, actúe de acuerdo a sus prioridades.
Las prioridades las fija usted , usted es el que decide qué va a ser con su vida, actúe en coherencia con eso, eso
es lo que está diciendo Pablo y por eso, en el santo evangelio de San Lucas, no es el Sermón del Monte, si no,
el Sermón de la Llanura. San Lucas, no pone al Señor en el Monte, si no, en la Llanura, es el mismo texto, lo que
pasa es que eso no fue dicho por Jesús así como dice Mateo, … que se sentó y empezó a hablarle a la gente…., a
Mateo le interesa mostrar que Jesús es Maestro y la teología de Lucas, es teología de la Misión.

Todas estas enseñanzas las fue diciendo el Señor a lo largo de su vida, en distintos momentos. Lo que han hecho
los evangelistas, es recoger todo eso y ponerlo en un discurso coherente, como cuerpo doctrinal, entonces el
sentido es el mismo de las bienaventuranzas de Mateo.

Miren ustedes, las diferencias son importantes; aquí está diciendo que se detuvo en la llanura y empezó a decirles,
felices los pobres, felices los que pasan hambre, felices los que ahora lloran, felices los que son odiados; alégrense
y llénense de gozo cuando los persigan, eso está ahí en Lucas y en Mateo. ¿Qué está diciendo aquí? Establezcan
para sus vidas unas prioridades; pobreza es el no apego a nada.
Dentro de ese orden de ideas, el celibato también es pobreza; el matrimonio debe ser así. Cuando el uno absorbe
al otro, es posesivo y no hay amor, hay que dejar que el otro siga siendo el otro, usted se lo come, el otro
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desaparece, usted no está amando al otro si no que se está amando a sí misma, no ama sino que lo manipula y
eso no es lo que el Señor quiere.

Las bienaventuranzas nos marcan el derrotero para establecer unas prioridades en nuestra vida, porque no
debemos estar apegados a nada, porque todo lo demás es transitorio, está diciendo exactamente lo mismo que
San Pablo, en la primera lectura, las que tienen marido vivan como si no lo tuvieran… ¿Qué es eso? Pues apego.
¿Pero entonces cómo amo? Ámelo, pero no se apegue, el apego es malo, si amas a alguien déjalo libre.

Pablo habla de desapego en la primera lectura, el Señor está hablando de pobreza en el evangelio, que es
desapego, está diciendo, aquí van a tener problemas, es posible que puedan padecer hambre, que puedan
padecer persecución, que tengan ocasiones para llorar, pero no se atortolen por eso, eso es transitorio, todo eso
es pasajero, todo eso es caduco, eso no es definitivo, entonces por qué se preocupan? Más bien siéntanse
felices cuando padecen y el Señor dice, el premio es Él, o sea, las realidades permanentes, eternas, son las que
le dan sentido a todo lo demás, si usted invierte la pirámide y pone el sentido total en lo que solamente tiene
sentido parcial, se va a frustrar, así no es. Hacemos eso con frecuencia.

Les está diciendo a los ricos, que son los que absolutizan las cosas, ¡Ay de ustedes! Claro, porque han puesto su
corazón, su confianza, sus prioridades, en cosas que se acaban, entonces el día que se les acabe, en qué van a
poner su seguridad? Van a aquedar sin piso; nos marca una filosofía de la vida.

Pablo está mostrando el matrimonio y el celibato como dos estados de vida y sin absolutizar ninguno de los dos;
al contrario, los relativiza, el que tiene mujer como si no la tuviera…. Sin apegos, porque el apego no es amor, es
inseguridad; el amor es libertad, el Señor nos pide que vivamos así, porque es que nuestro paso por este mundo
es provisional, nosotros no nos vamos a quedar aquí, tarde o temprano nos vamos y no nos llevamos nada.

La lectura de hoy apunta pues, a que cualquiera que sea el estado de vida que usted asuma, la profesión u oficio
que usted escoja, en la vivencia concreta de su vida, usted debe tener una escala de valores que determinan
unas prioridades y las prioridades según el evangelio se establecen de acuerdo a los valores eternos, no a los
valores transitorios ,caducos, pasajeros, efímeros, sobre eso no se puede construir nada estable y si usted no
ama a su marido, si no que está pegada a él, la muerte le rompe el apego, porque la muerte lo desapega, pero si
usted lo ama lo va a seguir amando y lo terminará amando para la eternidad.

Allá apegos no hay, o sea, es una instrucción, una preparación para vivir aquí sabiamente, orientados hacia lo
definitivo, es una instrucción para que usted no se deje desorientar, para que no pierda el sentido de lo
fundamental. (San Francisco de Borja: “No volveré a atarme a nada que se pueda morir”) No es desprecio de lo
humano, usted había convertido en absoluto lo que era relativo. Es comprensión de que los valores relativos son
relativos, que no se pueden absolutizar, los valores relativos no me dan el sentido total, ese es el problema y eso
es lo que hoy, tanto San Pablo como el evangelio, nos están invitando a examinar.
Examine entonces sobre qué valores, sobre qué prioridades vive usted su vida como casado, soltero o sobre qué
prioridades usted realiza su formación personal, qué lugar ocupa su relación con Dios, qué lugar ocupa Dios en
su vida? Todo lo demás está articulado a partir de Él? Su hogar, su profesión su actividad, o no? Cuáles son sus
apegos, en qué ha puesto usted realmente su seguridad? ¿Cuál es el sentido de su vida?

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