DESARROLLO DE PRODUCTOS

7. PROPIEDAD INTELECTUAL

7.1 LA PROPIEDAD INTELECTUAL

Llegados a este punto, toca hablar sobre la propiedad intelectual, algo que debemos
tener en cuenta si lanzamos al mercado una nueva marca o un nuevo producto o
servicio.

A modo de definición, podemos decir que la propiedad intelectual está relacionada

con las creaciones de la mente tales como invenciones, obras literarias y artísticas, así
como con símbolos, nombres e imágenes utilizados en el comercio. En ella debemos
diferenciar dos categorías; la propiedad industrial, que se refiere a las patentes de
invención, las marcas, los diseños industriales y las indicaciones geográficas, y el
derecho de autor, que abarca obras literarias, como novelas y obras de teatro, las
películas, la música, las obras artísticas, como pinturas y esculturas, y los diseños
arquitectónicos. Los derechos conexos al derecho de autor son los derechos de los
artistas intérpretes y ejecutantes sobre sus interpretaciones o ejecuciones, los de los
productores de fonogramas sobre sus grabaciones y los de los organismos de
radiodifusión respecto de sus programas de radio y televisión.

Los derechos de la propiedad intelectual se asemejan a cualquier otro derecho relativo

a la propiedad, esto es, permiten al creador o titular de una patente, marca o derecho
de autor, gozar de los beneficios que se derivan de su obra o de la inversión realizada
en relación con una creación. Estos derechos se recogen en el Artículo 27 de la
Declaración Universal de Derechos Humanos, que contempla el derecho a beneficiarse
de la protección de los intereses morales y materiales resultantes de la autoría de las
producciones científicas, literarias o artísticas.

A nivel histórico, resulta interesante comentar que se reconoció, por primera vez, la
importancia de la propiedad intelectual en el Convenio de París para la Protección de
la Propiedad Industrial en 1883 y en el Convenio de Berna para la Protección de Obras

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Literarias y Artísticas en 1886. Ambos convenios son administrados por la Organización

Mundial de la Propiedad Intelectual, que estudiaremos en el siguiente apartado.

La propiedad intelectual no solo es buena para proteger los intereses de los titulares o
creadores de las obras, sino que otros de los motivos por los que esta debe
promoverse y protegerse son:

- El progreso y el bienestar de la humanidad dependen de su capacidad para

crear e inventar nuevas obras en las esferas de la tecnología y la cultura.
- La protección jurídica de las nuevas creaciones anima a destinar recursos
adicionales a la innovación.
- La promoción y protección de la propiedad intelectual estimulan el
crecimiento económico, generan nuevos empleos e industrias, enriqueciendo
y mejorando la calidad de vida.
- La promoción de un sistema eficaz y equitativo de propiedad intelectual
ayuda a contribuir a que todos los países exploten el potencial de dicha
propiedad como catalizador de desarrollo económico y de bienestar social y
cultural.
- Ayuda a establecer un equilibrio entre los intereses de los innovadores y el
interés público, creando un entorno en el que la creatividad y la invención
puedan florecer en beneficio de todos.

Hechas estas consideraciones previas, pasemos ahora a tratar los siguientes conceptos
relacionados con la propiedad intelectual:

- Patente.
- Marca.
- Diseño industrial.
- Indicación geográfica.
- Derechos de autor y derechos conexos.

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7.1.1 La patente

Las patentes son un derecho exclusivo que se concede sobre una invención, entendida
esta como el producto, proceso o servicio que constituye una nueva manera de hacer
algo o que propone una nueva solución a un problema. El titular de estas goza de
protección para su invención durante un período limitado, que acostumbra a ser de 20
años. Una vez haya expirado el período establecido, la invención pasa a ser de dominio
público, de modo que, al no estar protegida debido a que su titular deja de tener
derechos exclusivos sobre ella, está disponible para la explotación comercial por parte
de terceros.

Se podría decir que las patentes suponen un incentivo, ya que son percibidas como un
reconocimiento a la creatividad, dando la posibilidad a su titular de obtener una
recompensa material por las invenciones comercializables. Además, estos incentivos
favorecen a la innovación que, al mismo tiempo, mejora la calidad de vida.

En lo que se refiere a la protección que ofrece una patente a su titular, una invención
patentada implica que no puede ser fabricada, utilizada, distribuida ni vendida con
fines comerciales sin el previo consentimiento de su titular.

Así, los derechos que la patente otorga a su titular son:

- Tiene derecho a decidir quién puede o no utilizar la invención patentada.

- Puede conceder a terceros una autorización o licencia para utilizar la invención
con sujeción a las condiciones establecidas de común acuerdo.
- Puede vender el derecho sobre la invención a un tercero, que se convertirá en
el nuevo titular de la patente.

En el caso que aquí nos ocupa, que es el desarrollo de nuevos productos o servicios,
nos interesa conocer cómo podemos obtener una patente con el fin de proteger
nuestro producto o servicio y que este no sea comercializado por parte de terceros.

Así, lo primero que deberemos hacer es presentar una solicitud a la oficina de patentes
y marcas. En ella deberemos incluir el título de la invención y su ámbito técnico, así

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como los antecedentes y una descripción de la misma. Toda esta información debe
estar acompañada por material ilustrativo que describa con mayor detalle la invención.

A la hora de empezar el proceso para patentar un producto, servicio, marca, proceso,

etc., es importante que nos aseguremos que la invención que queremos patentar
cumple con las siguientes condiciones, ya que de lo contrario, no podremos seguir con
el proceso:

- Tener un uso práctico.

- Presentar un elemento de novedad o una característica nueva de algo ya
existente
- La materia de la invención debe considerarse patentable. Sobre esto, es
importante comentar que en muchos países no son patentables las teorías
científicas, los métodos matemáticos, las variedades vegetales o los animales,
los descubrimientos de sustancias naturales, los métodos comerciales o los
métodos de tratamientos médicos, por lo que deberemos asegurarnos que lo
que queremos patentar no se encuentra en la lista de elementos no
patentables del país en el que queramos hacer el registro.

Las patentes son concebidas por las oficinas nacionales de patentes o por las oficinas
regionales que realizan actividades de examen para grupos de países, como la Oficina
Europea de Patentes. Conforme estos sistemas regionales, el solicitante pide
protección para su invención en uno o más países, y cada uno de los países a los que
solicita protección, decide si se la ofrece o no. Sobre esto, es interesante comentar que
en el Tratado de Cooperación en materia de Patentes, administrado por la
Organización Mundial de la Propiedad Intelectual, se prevé la presentación de una
única solicitud internacional de patente, de modo que con una sola solicitud, el
solicitante podrá pedir patentar su invención en tantos países como desee.

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7.1.2 La marca

La marca es un signo distintivo que nos indica la persona o empresa que ha elaborado
unos determinados productos o servicios. Su origen se remonta a la edad antigua,
cuando los artesanos reproducían sus firmas en sus obras o productos, con el fin de
dejar constancia de su autoría.

Con el paso de los años, las marcas han ido evolucionando hasta configurar el actual
sistema de registro y protección de marcas, con el que los consumidores pueden
identificar y comprar un producto o servicio que, por sus características y calidad, se
adecua a sus necesidades.

En términos de protección, la marca garantiza a su titular el derecho exclusivo a utilizar

dicha marca para identificar sus productos o servicios, o para autorizar su utilización a
terceros a cambio del pago de una cantidad acordada.

A diferencia de la patente, el período de protección de los derechos de marca es

variable, pudiéndose renovar de manera indefinida previo pago de las tasas
correspondientes.

Las marcas:

- Promueven la iniciativa y el espíritu empresarial en todo el mundo,

recompensando a sus titulares con reconocimiento y beneficios financieros.
- Su protección impide que los competidores desleales y los falsificadores utilicen
signos distintivos similares para elaborar o desarrollar productos o servicios de
calidad inferior o distintos.
- Posibilitan producir y comercializar productos y servicios en las condiciones
más justas posibles, facilitando así el comercio internacional.

En lo que se refiere a su forma, las marcas pueden consistir en una palabra o en una
combinación de palaras, letras y cifras, en un dibujo, símbolo o signo tridimensional,
como la forma y el embalaje de productos.

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En algunos países está permitido el registro de marcas no tradicionales con

características distintivas, como hologramas, marcas animadas, marcas de color y
signos no visibles, como marcas sonoras, olfativas o gustativas.

Además de las marcas identificativas del origen comercial de los productos y servicios,
debemos considerar dos categorías; las marcas colectivas y las parcas de certificación.

Las marcas colectivas son propiedad de una asociación cuyos miembros las utilizan
con el fin de identificar productos que tienen un determinado nivel de calidad,
satisfaciendo así los requisitos establecidos por la asociación. Un ejemplo de marca
colectiva sería un bufete de abogados. Las marcas de certificación son aquellas que se
conceden a un producto que satisface unas determinadas normas establecidas. Estas
marcas pueden ser concedidas a cualquiera que pueda certificar que sus productos o
servicios satisfacen una serie de normas en relación a algún tema en concreto, como
pueden ser las marcas de calidad ISO 9001 o las ecoetiquetas.

Para poder registrar nuestra marca, deberemos acudir a la oficina de marcas nacional
o regional correspondiente y presentar la solicitud de registro, que deberá contener:

- Una reproducción clara del signo que se quiere registrar, incluidos los colores,
formas o características tridimensionales.
- Una lista de los productos o servicios a los que se desea aplicar el signo.

Sobre el signo, este debe satisfacer toda una serie de condiciones para poder ser
registrado y protegido como marca. Así, este debe tener un carácter distintivo, de
modo que los consumidores puedan identificarlo y relacionarlo con un producto en
concreto, no debe inducir a engaño o a defraudar a los consumidores, ni debe infringir
la moralidad o el orden público.

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7.1.3 El diseño industrial

Con diseño industrial nos referimos a aquellos aspectos de carácter ornamental o

estético de un objeto. Así, un diseño industrial puede consistir en características
tridimensionales, como puede ser la forma o la superficie, o en características
bidimensionales, como la configuración, las líneas o el color.

Los diseños industriales pueden aplicarse a una amplia variedad de productos

relacionados con la industria y la artesanía, tales como instrumentos técnicos y
médicos, relojes, joyas y artículos de lujo, electrodomésticos, aparatos eléctricos,
vehículos, estructuras arquitectónicas, estampados textiles y bienes recreativos, entre
otros. No obstante, no todos los productos de estas tipologías pueden registrarse
como diseños industriales, y es que en la mayoría de legislaciones se establece que,
para gozar de la protección, dicho diseño deberá ser nuevo u original y no deberá ser
funcional, implicando esto último que un diseño industrial es esencialmente estético,
de modo que la protección no abarca las características técnicas del producto, que son
protegidas por la patente.

Debido a que el diseño industrial se refiere solo a la parte estética de un producto u

objeto, registrándolo gozaremos del derecho exclusivo sobre dicho diseño, de modo
que estará protegido frente a infracciones tales como la copia no autorizada o la
imitación. Al mismo tiempo, un sistema eficaz de protección beneficia al mercado, a
los consumidores y al público en general, ya que fomenta la competencia leal y las
prácticas comerciales honestas, alentando la creatividad y promoviendo el sentido
estético en la creación de productos.

Además, ello contribuye a fomentar el desarrollo económico, alentando la creatividad

en los sectores industriales y manufactureros, así como en las artes y la artesanía, y a
expandir y fomentar la actividad comercial y la exportación de productos nacionales.

Como ya hemos comentado, uno de los requisitos que debe cumplir un diseño para
poder registrarse como diseño industrial es que sea nuevo u original. Una vez realizado
el registro en la oficina de registro de patentes y marcas que corresponda, se emite un

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certificado, y se concede la protección, que suele ser por un período de tiempo

limitado de cinco años, pudiéndose renovar, por norma general, por un período
máximo de 15 años.

7.1.4 La indicación geográfica

La indicación geográfica se utiliza para determinar aquellos productos que tienen un

origen geográfico determinado y que poseen cualidades o una reputación derivadas de
dicho lugar de origen.

Los tipos de productos que más suelen ir acompañados por la indicación geográfica
son los productos agrícolas cultivados o elaborados en zonas concretas que otorgan al
producto unas características o unos sabores propios de la región, o que han sido
elaborados mediante técnicas o métodos tradicionales.

El lugar de origen de un producto puede ser un pueblo o ciudad, una región o un país.
Por ejemplo, si un producto se elabora solamente en un pueblo o ciudad de un país
concreto, la indicación geográfica será ese pueblo o ciudad. No obstante, si se elabora
en varias zonas de un mismo país, la indicación geográfica se referirá a todo el país. Un
ejemplo de ello serían los relojes o el chocolate Suizo, o el plátano de Canarias.

En relación a la indicación geográfica, debemos considerar la denominación de origen;

un tipo especial de indicación geográfica que se aplica a aquellos productos que
poseen una calidad específica derivada exclusiva o esencialmente del medio geográfico
en el que se elaboran.

La importancia de proteger las indicaciones geográficas se debe a que estas son

percibidas por los consumidores como un indicador de calidad del producto.

Las indicaciones geográficas se protegen en virtud de la legislación de cada país,

fundándose en diferentes conceptos como las leyes contra la competencia desleal, las
leyes de protección del consumidor y de protección de las marcas de certificación y las
leyes especiales de protección de las indicaciones geográficas o de las denominaciones
de origen. De este modo, las partes no autorizadas no deberán utilizar las indicaciones

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geográficas si dicha utilización puede incitar a error en relación con el verdadero

origen del producto.

7.1.5 Los derechos de autor y los derechos conexos

La legislación referida a los derechos de autor es aquella que se refiere a la protección

de los autores, artistas y creadores, otorgándoles la autoría de sus obras.

Las obras que pueden protegerse mediante el derecho de autor son:

- Novelas.
- Poemas.
- Obras de teatro.
- Documentos de referencia.
- Periódicos.
- Publicaciones.
- Programas informáticos.
- Bases de datos.
- Películas.
- Composiciones musicales.
- Coreografías.
- Pinturas.
- Dibujos.
- Fotografías.
- Obras escultóricas.
- Obras arquitectónicas.
- Mapas.
- Dibujos técnicos.

Por su parte, los derechos conexos están íntimamente relacionados con los derechos
de autor, ya que abarcan derechos similares, incluso idénticos a los derechos de autor,
aunque más limitados y de duración más corta. Los que pueden beneficiarse de estos
derechos son:

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- Los artistas, intérpretes y ejecutantes que tienen derechos sobre sus

interpretaciones o ejecuciones.
- Los productores de fonogramas, que tienen derechos sobre sus grabaciones
sonoras.
- Los organismos de radiodifusión, que tienen derecho sobre sus programas de
radio y televisión.

Los creadores de obras protegidas por los derechos de autor, así como sus herederos y
derechohabientes, que son los titulares de los derechos, gozan de ciertos derechos
básicos en virtud del derecho de autor, como es el derecho exclusivo a utilizar la obra o
a autorizar a terceros su utilización, según las condiciones acordadas. El titular o
titulares de una obra pueden autorizar o prohibir su reproducción bajo todas las
formas, su interpretación o ejecución pública, así como su comunicación al público, su
radiodifusión, su traducción a otros idiomas y su adaptación.

En virtud de los derechos conexos, se conceden derechos similares, entre otros, de

grabación y de reproducción.

La divulgación de muchos tipos de obras protegidas por el derecho de autor y los

derechos conexos exige grandes esfuerzos de distribución, comunicación e inversión
financiera, de modo que los creadores suelen ceder los derechos sobre sus obras a
empresas que están en mejores condiciones de desarrollar y comercializar sus obras,
recibiendo como contrapartida una compensación en forma de pagos o regalías
basada en un porcentaje de los ingresos generados por la obra.

Sobre estos elementos que hemos presentado aquí en relación a la propiedad

intelectual, es importante comentar que cada país tiene su propia legislación, de modo
que, cuando debamos registrar un producto o servicio con el fin de obtener
protección, será necesario consultar y estudiar la legislación del país en el que
queremos hacer el registro.

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7.2 ORGANIZACIÓN MUNDIAL DE LA PROPIEDAD INTELECTUAL

Finalmente, y para complementar el tema sobre la propiedad intelectual, en este

último apartado vamos a presentar la Organización Mundial de la Propiedad
Intelectual (OMPI).

La OMPI fue creada en 1967 en la Convención de Estocolmo y es un organismo de las

Naciones Unidas cuyo objetivo es velar por la protección de los derechos de los
creadores y los titulares de propiedad intelectual a nivel mundial y, por consiguiente,
contribuir a que se reconozca y se recompense el ingenio de los inventores, autores y
artistas. En la actualidad, la conforman un total de 191 estados, que se reúnen en
asambleas, comités y otros órganos decisorios y determinan la orientación estratégica
de las actividades de la Organización.

La OMPI celebra toda una serie de asambleas generales en las que se tratan diferentes
temas referentes a la propiedad intelectual. No obstante, y de manera más concreta,
la Organización se estructura a través de diferentes Comités y Programas. Estos son:

- Comité de Patentes.
- Comité de Derechos de Autor y Derechos Conexos.
- Comité de Marcas y Diseños Industriales.
- Comité de Desarrollo y Propiedad Intelectual.
- Comité de Recursos Genéticos.
- Conocimientos Tradicionales y Folclore.
- Comité Presupuestario.
- Programa sobre asuntos presupuestarios y de organización.

La OMPI constituye un foro para que los estados miembros elaboren y armonicen
normas y prácticas destinadas a proteger los derechos de propiedad intelectual.
También presta servicios mundiales de registro de marcas, diseños industriales y
denominaciones de origen, además de administrar un sistema mundial de prestación
de solicitudes de patente.

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Es importante comentar que estos sistemas son objeto de revisión periódica por parte
de los estados miembros y toda una serie de sectores interesados, con el fin de
encontrar la manera en que mejor pueden responder a las necesidades reales de los
usuarios, actuales y futuros.

Hoy en día, muchas naciones industrializadas cuentan con sus propios sistemas de
protección de la propiedad intelectual que tienen varios signos de antigüedad. Por
contra, los países más jóvenes y en vías de desarrollo que no cuentan con una tradición
industrial, están creando marcos jurídicos para las patentes, marcas y derechos de
autor, así como sistemas de propiedad intelectual.

No obstante, ello no es suficiente, y es que con la mundialización cada vez mayor del
comercio y los cambios tan rápidos en la innovación tecnológica, se requiere de un
organismo de carácter mundial que regule todo lo relacionado con la propiedad
intelectual. Así, la OMPI ha pasado a desempeñar un papel primordial en el
perfeccionamiento de estos sistemas con la negociación de tratados, la puesta en
marcha de un sistema de asistencia jurídica y técnica, y la formación en diferentes
esferas, incluida la esfera de la observancia.

Con la colaboración de los estados miembros, la OMPI difunde información y material

de divulgación sobre la propiedad intelectual, poniéndolo a disposición del público en
general, del sector comercial y de aquellos sectores destinados a la formulación de
políticas, con el fin de asegurar que sus beneficios sean reconocidos, debidamente
comprendidos y accesibles para todos.

Con el fin de completar la información sobre la OMPI, adjuntamos el siguiente enlace

en el que se ofrece información sobre las diferentes políticas, asambleas, comités y
actividades que se realizan: https://www.wipo.int/portal/es/

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