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Resumen El árbol de la ciencia

Contexto e intención:
La acción se desarrolla desde 1887 hasta poco más de 1898. La época histórica en España
coincide con la Restauración Borbónica, tras la Primera República, con Alfonso XII como rey y
la Regencia de Mª Cristina a su muerte en 1885, hasta 1902 cuando Alfonso XIII alcanza la
mayoría de edad. En 1898 se produce la pérdida de las últimas colonias en Cuba y Filipinas
además de diferentes sucesos como la Semana Trágica de Barcelona (1909), la Guerra de
Marruecos o el Desastre de Annual. En la quinta parte de la novela se reflejan la alternancia en
el poder de los partidos liberal y conservador y el sometimiento de los núcleos rurales al
control de los caciques.

La novela refleja el auge de la burguesía de la época frente a la miseria en que viven las clases
bajas. La injusticia social se muestra en la obra a través del entorno de Lulú, la vida en Alcolea y
la experiencia de Andrés como médico de prostitutas, aunque la visión que se da de los pobres
no es tampoco positiva: se destacan su pasividad y su falta de conciencia de clase. La visión de
estos y otros problemas que ofrece Baroja en la novela tiene mucho que ver con las ideas
“regeneracionistas” de numerosos escritores e intelectuales de la época.

Andrés Hurtado hace alusión en varios momentos de la novela a los progresos técnicos y
científicos que se están realizando en Europa y que le hacen concebir la esperanza de que en el
futuro la ciencia pueda contestar a las grandes preguntas de la vida. En contraste con estos
avances, se destaca en la obra el atraso cultural y científico del país, puesto de manifiesto en
los estudios de Andrés y a través de los problemas de su amigo Fermín Ibarra para patentar sus
inventos en España.

Título:
El simbolismo del título puede interpretarse del siguiente modo: Andrés Hurtado creía que
mediante la ciencia y el conocimiento se podría llegar a un mundo mejor; pero no encuentra
las respuestas a sus grandes interrogantes sobre el sentido de la vida y del mundo. Al
contrario, la inteligencia y la ciencia no hacen sino agudizar el dolor de vivir. Eso, unido a la
ruindad humana ya los reveses sufridos en su vida personal, lo llevan al escepticismo puro y,
después, a la destrucción. Así surge la idea que da título a la novela. “…En el centro del Paraíso
había dos árboles: el árbol de la vida y el árbol de la ciencia del bien y del mal. El árbol de la
vida era inmenso, frondoso y, según algunos santos padres, daba inmortalidad. El árbol de la
ciencia no se dice cómo era: probablemente mezquino, sería mezquino y triste”. (Parte IV,
capítulo 2)

Estructura:
Personajes:
Andrés Hurtado: Toda la novela es una progresiva caracterización de este joven introvertido e
hipersensible, cuya personalidad se va formando a lo largo de la obra, hasta que, una vez
definida, muere trágicamente.

El carácter de Andrés y su trayectoria vital reflejan el fracaso de una experiencia vital en la


España del 98. Este personaje, que antepone su independencia como norma ética, no
encuentra, ni en su familia, ni en el mundo intelectual, ni en la sociedad, un sistema de ideas
en el que basar su vida.

Andrés sustituye la fe irracional en la religión por una fe ciega en la ciencia como vía para
solucionar las lacras sociales y mejorar la vida. Pero este proyecto choca de frente con una
realidad en la que domina la injusticia y la bajeza moral, lo que lleva al personaje a buscar el
aislamiento y la inacción como fórmula de vida. Andrés solo consigue superar la infelicidad en
el diálogo intelectual con Iturrioz o en su relación con Lulú, única persona que podría salvarlo,
pero que también es víctima de la crueldad de la existencia.

Lulú: es un personaje de gran afinidad con Andrés: también hipersensible y de psicología


compleja. La diferencia, que es también el gran apoyo de Andrés, reside en que ella no ha
llegado a plantearse el conflicto entre ciencia y vida, tal vez por no haber tenido acceso a los
estudios de Andrés. Este sentido práctico le hace afrontar los problemas de modo resuelto y
contundente, a pesar de los sacrificios silenciosos que debe realizar a diario.

Lulú representa en la novela la sinceridad frente a la hipocresía social, la naturalidad y el


desinterés, también la independencia (frente a la sumisión del resto de figuras femeninas de la
novela). La relación con Andrés se basa en una amistad sincera que poco a poco se va
convirtiendo en un amor sencillo basado en la ternura y en la afinidad espiritual, no en el
erotismo o la pasión.

Iturrioz interviene en la novela como mentor intelectual de Andrés Hurtado, consejero y apoyo
casi paternal (frente a la figura del padre despótico que sufre Andrés); sabio desengañado que
desconfía de cualquier teoría científica, representa la mentalidad práctica y racionalista,
contraria al pesimismo científico de su sobrino.
Luisito. Niño alegre, cariñoso e imaginativo, aunque hipersensible, introvertido y enfermizo;
que muere en la infancia “por no estar hecho para este mundo”

Margarita, hermana de Andrés, sensible y cercana a su hermano en momentos difíciles.

Dorotea. víctima de un marido inculto y brutal

Don Pedro es autoritario, egocéntrico, prepotente y ultraconservador

Julio Aracil es materialista, vanidoso, cínico y vividor sin escrúpulos

Juan Sánchez, médico de Alcolea, antepone su interés personal al ejercicio honesto de su


profesión y considera a la población de Alcolea de su propiedad; ejerce, en otras palabras, una
especie de caciquismo en el terreno de la medicina.

Rasgos del escritor:


a) Incorrecciones gramaticales: él las atribuía a que su español era el de un vasco y no de un
castellano casticista.

b) Tendencia antirretórica propia de los noventayochistas llevada al extremo. Su estilo claro,


preciso y rápido son coherentes con su ideal de espontaneidad narrativa.

c) Prosa rápida, nerviosa, viva.

d) Tono agrio, consecuencia de su temperamento amargado, y, como contrapunto, la


inesperada aparición de una pudorosa ternura.

e) Preferencia por la frase corta y el párrafo breve. De esta manera consigue una visión directa
e impresionista.

f) Relieve de sus descripciones: son pinturas rápidas, hechas de pinceladas escuetas que, con
detalles significativos, producen intensa impresión de la realidad.

g) Autenticidad conversacional en los diálogos, en los que Baroja se muestra como maestro
insuperable.

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