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Filosofía del Lenguaje, guía 1-A

2° C. 2023 - Práctico miércoles 19-21hs.


Docente a cargo: Mauro Santelli
Alumnx: Sale Nicolás.
35803300.
nicolassale@live.com.ar

Instrucciones para la entrega: Por el espacio que se abrirá


en el campus a tal fin, en formato .docx preferentemente.
De no lograr enviar su respuesta por ese medio, puede
enviarla a mesantelli@uba.ar.
Instrucciones de la guía: La presente guía se puede hacer
en dos modalidades. Modalidad I: responder la guía 1-A con
fecha de entrega 19/9. Modalidad II: Responder tanto 1-A
como 1-B, fecha de entrega 29/9. Responder ambas cuenta
como dos guías (de las tres necesarias para aprobar el
práctico)
Guía 1-A:
Fecha de entrega: 19 de septiembre.
Responda la consigna A y elija una de las tres sub-
consignas B para responder. Recuerde que esta guía es un
ejercicio (no un examen) y será evaluada como tal. Se
espera que las respuestas sean puntuales y sólo repongan lo
que sea necesario para ello. Extensión sugerida: 1-3
carillas (máximo). En palabras: 600-2000 palabras.
Bibliografía obligatoria: Frege, G. (1973). “Sobre el
sentido y la denotación”. En Simpson, T. M. (ed.)
Semántica filosófica. Siglo XXI.

A. Teniendo en cuenta la siguiente reconstrucción del


argumento mediante el cual Frege demuestra que los
sentidos de las oraciones aseverativas son los
pensamientos, proponga una modificación de esta que
explicite el rol que juega el principio de
composicionalidad en el argumento. Justifique su
modificación.
(Bibliografía secundaria recomendada: Simpson, Formas
lógicas, realidad y significado, cap. 4., §26; García
Carpintero, Las palabras, las ideas y las cosas, cap.
VI, sec. 1. “Los principios del contexto y de
composicionalidad”.)
P1: Una oración contiene un pensamiento.

Que una oración aseverativa contenga un pensamiento implica


que la misma oración contiene un significado, entendiendo
por esto que la oración posee un objeto, el pensamiento,
que todo hablante competente es capaz de comprender de
forma universal, permitiendo así la comunicación.
Debemos considerar que la comprensión de la oración
aseverativa y el acceso a su respectivo pensamiento depende
de los términos que la componen y del modo en que se
componen en la oración, para explicitarlo: Si a la oración
1-“El autor del Aleph nació en Buenos Aires” se reemplaza
el término “El autor de el Aleph” por “El autor de Los
Siete Locos”, la oración sería otra puesto que denota a
Arlt y no a Borges, una sustitución reemplaza el
significado del todo, que pasaría a ser otra oración con
otro significado : 2-“El autor de los siete Locos nació en
Buenos Aires”. Si a la oración le alteramos el orden podría
leerse 3- “Buenos Aires nació en el autor de el Aleph” lo
que no solo es absurdo sino que altera también el
significado de la oración por lo que sería también otra
oración.
Este principio que establece el significado de la oración
por el significado de los términos componentes y su
composición en la oración llamase Principio de
Composicionalidad.

P2: Una oración expresa un sentido y denota una referencia.


P3: El pensamiento contenido en una oración o bien es su
sentido o bien es su referencia. -Por 1 y 2

Ahora bien, al cambiar el término “El autor de El Aleph”


en la oración 1 por “El autor de Los Siete Locos” en 2 se
forman dos oraciones distintas con dos significados
distintos para cualquier receptor, por lo que parece que el
objeto o pensamiento significado es el objeto o sujeto
referido por los términos que denotan en la oración, tanto
Borges como Arlt, y el significado de una oración se daría
por la referencia de sus términos.
Sin embargo la oración 4“El superhéroe vestido de
murciélago nació en Ciudad Gótica” posee significado en
tanto es comprendida para cualquier hablante competente que
comprenda sus términos y composición, a pesar de no denotar
a un sujeto o persona real al cual referir.

P4: La oración O1: “la estrella matutina es un cuerpo


iluminado por el sol” tiene denotación.
P5: Si reemplazamos una expresión designadora en O1 por
otra con la misma denotación, pero diferente sentido, esta
oración no puede cambiar de denotación.

Pero hagamos el ejercicio de a 1 reemplazarle el término


“El autor de El Aleph” por “El autor de Funes el Memorioso”
a la oración 1 de modo que se conserva el referente
Borges, que a su vez es verdadero. Si el objeto del
pensamiento comprendido en la oración 1 es Borges, el
reemplazo de-“El autor de El Aleph nació en Buenos Aires”
por “El autor de Funes el Memorioso” no alteraría el
pensamiento de 1 ya que el término reemplazado conserva el
referente en la oración.

P6: La oración O2: “la estrella vespertina es un cuerpo


iluminado por el sol” reemplaza en O1 la expresión
designadora “la estrella matutina” por su co-referente “la
estrella vespertina”.
P7: O2 expresa un pensamiento diferente que O1. -Queremos
decir cosas distintas con ellas, quien no sepa que “la
estrella matutina = la estrella vespertina” podría
asignarles diferente valor de verdad.
P8: El pensamiento no es la denotación de una oración. -Por
P4, P5, P6 y P7

Sin embargo, el mismo receptor que conoce a Borges como el


autor de El Aleph y por ende entiende el significado de la
oración 1, puede pensar que el Autor de Funes el memorioso
es William Faulkner y comprender por 5 que William Faulkner
nació en Buenos Aires, los términos difieren de significado
aunque el referente sea él mismo. Que el autor de El Aleph
nació en Buenos Aires tiene un significado diferente a que
el autor de Funes el memorioso nació en Buenos Aires, los
términos “El autor de El Aleph” y “El autor de Funes el
Memorioso” seleccionan al mismo referente pero lo presentan
bajo modos distintos, en un caso como habiendo escrito El
Aleph y en el otro como habiendo escrito Funes el
Memorioso.
Un caso similar puede verse en las oraciones 5-“Borges es
Borges” y 6-“Borges es el autor de El Aleph”, la primera
oración es trivial ya que no informa nada sobre Borges,
mientras que la segunda brinda información sobre Borges,
hay dos significados distintos en cada oración, sin
embargo, si el significado fuera el referente el
significado debería ser el mismo.
Queda establecido entonces que el pensamiento de una
oración aseverativa, su significado, no puede ser la
referencia de sus términos.

C: El pensamiento es el sentido de una oración. -Por


silogismo disyuntivo en P3 y P8.

B.
1. Al finalizar el primer párrafo de “Sobre el sentido y
la denotación” (p. 4), Frege probó que la igualdad no
es una relación ni entre objetos ni entre signos si
por signos entendemos signos considerados de manera
puramente formal o material (la diferencia entre ‘a’ y
‘b’ redundando puramente en su diferente grafía), pero
deja entreabierta la posibilidad de que la igualdad
entre signos exprese conocimiento genuino. ¿Cómo
debemos entender, finalmente, las oraciones de
identidad según Frege? ¿qué relacionan? ¿considera
satisfactoria esta solución?
2. En el último párrafo de “Sobre el sentido y la
denotación” (1973), Frege resume su posición con
respecto a la identidad, aclarando que—en tanto una
oración no sólo tiene denotación sino sentido—una
oración de identidad “a = b” y una “a = a” pueden ser
ambas verdaderas, pero teniendo diferente valor
cognoscitivo. Finaliza diciendo que “si entendemos por
‘juicio’ un movimiento de avance desde el pensamiento
a su valor veritativo, …, podemos decir que también
los juicios difieren entre sí.” (p. 27). Teniendo en
cuenta lo precedente, explique brevemente qué
diferencia existe, a su criterio, entre comprender una
oración aseverativa y juzgarla verdadera o falsa.
Puede encontrar alusiones a la concepción fregeana de
los juicios en la p. 12 (edición de Simpson) y la nota
7.
Frege habla brevemente del significado de oraciones no
aseverativas en tanto aparecen como cláusulas
subordinadas dentro de oraciones aseverativas de la
forma “Te ordeno que”. La cláusula subordinada, en
este caso, no sería un pensamiento sino “una orden”.
Lo mismo sucede con oraciones que incluyen “preguntas”
y “pedidos” en vez de pensamientos como componentes.
Previamente, se afirma lo siguiente:

“La pretensión de verdad se desprende en ambos casos


de la forma de la oración aseverativa, y cuando esta
última carece de su fuerza habitual, por ejemplo, en
labios de un actor en escena, aun la oración “el
pensamiento de que 5 es un número primo, es verdadero”
contiene solamente un pensamiento, a saber, el mismo
pensamiento que la oración simple “5 es un número
primo”. (Frege, 1973, p. 12)
Luego de haber afirmado que la oración “el pensamiento
de que 5 es un número primo, es verdadero” no suma
nada a lo dicho por la oración “5 es un número primo”
para sostener que “la Verdad” no forma parte del
pensamiento.
¿Se le ocurre alguna posible relación entre la mención
de la carencia por parte de una oración aseverativa de
su “fuerza habitual” en la boca de un actor en escena
y el hecho de que otras oraciones (no aseverativas)
carezcan de un pensamiento como su sentido?

[Esta es una pregunta algo difícil, está pensada como


un disparador, no se espera una única respuesta como
aceptable]

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