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Primera etapa del proceso de investigación: Elegir el tema y plantear el problema

El punto de partida de cualquier investigación comienza con elección de un área o tema sobre
el que nos interesa trabajar y, a partir de ahí, comenzar a acotar ese tema para formular o
plantear un problema educativo sobre el que se desea intervenir para tratar de buscar una
solución con fines de mejora. Ese problema puede tener su origen en la teoría o en la
experiencia vital y/o profesional de cada uno, y lo habitual es partir de cuestionamientos
globales sobre la educación:

 ¿Qué área o aspecto de la educación me interesa?


 ¿En qué aspecto del proceso educativo me gustaría profundizar?
 ¿Cómo puedo resolver una determinada situación educativa problemática?
 ¿Cómo puedo mejorar los resultados educativos?
 ¿Cómo afecta al aprendizaje una metodología concreta de enseñanza?
 ¿Cuáles son los efectos de una innovación o política educativa?

Estas cuestiones son un primer paso, no es habitual partir de un problema abordable y acotado
desde el primer momento. Es común tener una primera idea sobre el problema o el área de
intervención. Esa idea se acota y define a partir de las lecturas, las experiencias y el
conocimiento que adquirimos; en definitiva, el problema se enfoca inicialmente desde el
bagaje personal, profesional e intelectual. Un problema también puede surgir desde la
consulta o el debate con compañeros o expertos en una temática.

Lo importante en este momento es aclarar y delimitar el problema de la investigación y para


ello tendremos que recurrir a lo que han aprendido sobre el mismo, o a lo que han avanzado
otros investigadores que nos han precedido en el estudio de este campo. Es decir, tendremos
que acercarnos a las fuentes de información que nos aporten luz acerca de aquello sobre lo
que queremos indagar y profundizar. Es el proceso de delimitación de las ideas iniciales es el
planteamiento del problema.

Tendremos que recurrir a la biblioteca, a las bases de datos, a los buscadores, a las redes y a
todo aquello que nos permita alcanzar un mayor conocimiento sobre lo que nos preocupa y
poder expresar el problema o los interrogantes de una forma clara, unívoca y limitada para
que podamos abordarlos y dar respuesta a los mismos.

Diferentes tipos de cuestiones provocarán diferentes tipos de proyecto. Esto que ya puede
parecer opción suele ser la fuente de error más común entre los que comienzan a adentrarse
en el campo de la investigación. Ya hemos comprobado que diferentes aproximaciones al
proceso de investigación que pueden ser más o menos adecuadas al problema que se
pretende resolver. Aplicar una innovación en el aula y el estudio de sus efectos demanda una
modalidad investigación aplicada centrada en la transformación de la realidad educativa desde
la acción práctica. En cambio, si lo que pretendemos es conocer cuáles son los factores
principales que determinan el abandono escolar en España, se optará por alguna de las
metodologías investigación básica.

No se debe confundir la pregunta de investigación con los objetivos. Los objetivos surgen del
problema y reflejan las acciones que se van a llevar a cabo en la investigación para resolver ese
problema planteado y lo habitual es diferenciar entre el objetivo general (qué se pretende
conseguir con la investigación) y los específicos (los pasos que deben darse para conseguir
alcanzar el objetivo general).
Tampoco debe confundirse el problema con la hipótesis de una investigación. Una hipótesis es
una suposición, un juicio, sobre los posibles resultados que el investigador espera encontrar,
es decir, es una posible respuesta al problema que el investigador fórmula y debe contrastar
de forma empírica. Los resultados de la investigación dirán si esa hipótesis se acepta o debe
rechazarse.

En esta etapa se justifique el problema al que se pretende dar solución, es un proceso de


reflexión sobre el tema de interés. Además de pulir el problema de definiéndolo de forma
precisa, utilizando para ello la lectura de trabajos de otros investigadores sobre la temática, es
necesario identificar las razones que han motivado la puesta en marcha del proceso de
investigación. Para la justificación del problema deben resolverse dos cuestiones básicas:

 ¿Cuáles son las razones o motivos que nos llevan a plantear la investigación?
 ¿Por qué es relevante la investigación para la educación?

En una fase más avanzada de esta etapa debemos elaborar el cuerpo teórico y conceptual que
sirve de base y fundamento de la investigación. El producto de esta etapa será el marco teórico
de la investigación, también conocido como estado del arte o estado de la cuestión del
problema que queremos abordar. Plantearse las siguientes preguntas puede ayudarte a
elaborarlo:

 ¿Qué se conoce de este problema? Deben describirse cuáles son sus antecedentes y el
estado actual
 ¿Qué respuestas se han ofrecido anteriormente y en qué contextos? Deben
identificarse autores que hayan trabajado el tema, tanto de forma teórica como
aplicada, identificar las soluciones principales.
 ¿Qué queda por abordar? Debe contextualizarse la investigación, es posible que ya
existen soluciones pero que no se hayan probado en todas las situaciones o con todos
los colectivos. por ejemplo, una metodología de enseñanza que se ha aplicado en
educación primaria, pero no se ha probado en secundaria. debemos dejar claro cuál
será el ámbito de actuación en el que se sitúa el trabajo.

Problemas cuantitativos y cualitativos

El problema es un interrogante o cuestión que se plantea el investigador de forma


independiente o consensuado y qué sirve de guía para la investigación. Distintos tipos de
pregunta pueden conducir a metodologías de investigación y resultados también distintos. Es
posible diferenciar distintos tipos de cuestiones de investigación en función del tipo de
conocimiento que producen:

 Preguntas de descripción: tratan de conocer qué características o atributos tienen


determinados sujetos u objetos. Por ejemplo, las características que tienen las
escuelas con mejores resultados en PISA
 Preguntas de comparación: buscan conocer las diferencias y semejanzas entre dos o
más grupos de sujetos. Por ejemplo, si son distintos los niveles de motricidad de los
estudiantes que aprueban y suspenden matemáticas o la diferencia de las políticas
educativas sobre el abandono escolar de las distintas Comunidades Autónomas
 Preguntas de relación: buscan averiguar si dos atributos están relacionados y también
pueden preguntarse por cómo es esa relación. Por ejemplo, la relación entre
motricidad y los resultados de las matemáticas
 Preguntas de explicación: buscan averiguar la incidencia de un atributo sobre otro o si
una variable provoca o influye en la aparición de otra, es decir si es su causa. Por
ejemplo, sí la mejoría de la motricidad produce una mejora en los resultados de las
matemáticas
 Preguntas de comprensión: busca en la comprensión en profundidad de algún
fenómeno educativo. Por ejemplo, la forma de resolver conflictos en el aula de 5º de
Primaria del centro...

Otras posibilidades son las preguntas de diagnóstico para conocer los orígenes de, por
ejemplo, un problema de aprendizaje, las preguntas de evaluación que buscan conocer los
resultados de un determinado programa:

 Preguntas de diagnóstico: ¿Se producen conflictos en el aula? ¿De qué tipo? ¿Que los
causa?
 Preguntas de evaluación: ¿Renovación ha producido los resultados esperados?

Estas cuestiones están directamente relacionadas con las investigaciones que se dirigen a
solucionar problemas prácticos de la realidad educativa; por ejemplo, ¿qué elementos de un
programa de enseñanza online aplicado a los estudiantes de mi aula resultan más eficaces?

Hay preguntas que reclaman un enfoque de investigación cuantitativo, principalmente las de


explicación de los fenómenos educativos que pretenden establecer relaciones causa-efecto
para formular leyes generales. También las preguntas de relación entre variables se suelen
resolver desde una aproximación cuantitativa calculando que eficientes de correlación. Otras
preguntas pueden abordarse desde enfoques distintos, como las de descripción o comparación
y también las de diagnóstico o evaluación. Las preguntas de comprensión se resuelven desde
aproximaciones cualitativas, de la misma forma que las cuestiones ligadas a problemas
aplicados que, como ya hemos comentado, suelen emplear la metodología de investigación-
acción.

El planteamiento del problema y su justificación es la primera fase de cualquier tipo de


investigación y es el que determinará el enfoque y la metodología concreta que utilizaremos. El
estudio en profundidad de ese problema necesario para elaborar el marco teórico es otro
aspecto que ayuda a los investigadores a concretar las metodologías más adecuadas para
resolverlo.

Esta etapa finaliza con la redacción de los objetivos a alcanzar, qué son acciones que se
pretenden llevar a cabo con la puesta en marcha de la investigación, son sus metas o
propósitos y se suelen formular con verbos en infinitivo. Por ejemplo, si planteamos un
problema de relación como el siguiente:

 ¿Está relacionado el nivel de estudios de la madre con los resultados académicos en


matemáticas de sus hijos?

El objetivo general de la investigación será:

 Estudiar la relación entre nivel de estudios de la madre y el rendimiento académico en


matemáticas

Y, en consecuencia, tendremos más objetivos:

 Medir el rendimiento académico de los estudiantes


 Conocer el nivel de estudios de la madre de los estudiantes de la muestra.
Si nuestro problema está relacionado con la innovación educativa y la metodología de
investigación-acción en el aula:

 ¿Cómo incorporar una metodología de enseñanza basada en proyectos en el aula de


6º de Educación Primaria?

Y, en consecuencia, el objetivo general será:

 Incorporar una metodología de enseñanza basada en proyectos en el aula de 6º de


Educación Primaria

También tendremos objetivos más concretos:

 Consensuar con los participantes la puesta en marcha del proceso


 Diseñar los contenidos y actividades

Estos objetivos son pasos que debemos dar para alcanzar el objetivo general y se denominan
objetivos específicos. Deben formularse de forma clara y precisa y, una vez finalizada la
investigación, debemos identificar si se han conseguido, es decir, deben ser objetivos
alcanzados y medibles

En resumen, la definición del problema pasa por su descripción y justificación y la formulación


de objetivos concretos que representan los propósitos alcanzar una vez desarrollado el
proceso.

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