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Ley Micaela Docentes Cuadernillo 2022 UNMDP
Ley Micaela Docentes Cuadernillo 2022 UNMDP
Coordinación docente
GABRIELA MAGISTRIS
LARA ARCE OWER
INTRODUCCIÓN 5
MÓDULO 1 7
MÓDULO 2 28
MÓDULO 3 52
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Módulo 1 / Marco conceptual sobre género y diversidad
Marco
MÓDULO 1
conceptual
sobre género
y diversidad
¡Buen recorrido!
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Capacitación en el marco de la Ley Micaela / Docentes de la UNMdP
Es un término que comienza a ser utilizado en la década del ‘60 en el mundo académico
como una categoría que permite dar cuenta de la desigualdad socialmente construida ba-
sada en el sexo.
Hacia los años 60’s y 70’s las académicas feministas encontraron que las justificaciones
con las que históricamente se había excluido a las mujeres de los derechos civiles, po-
líticos, sociales y sexuales se habían anclado en una supuesta diferencia, desigualdad e
inferioridad natural que se hallaba en el SEXO.
Por esa razón comenzaron a utilizar la palabra “Género” para dar cuenta de los procesos
sociales y culturales que funcionan en cada sociedad para construir esas diferencias an-
cladas en el “Sexo”.
La frase “No se nace mujer, se llega a serlo” de la filósofa francesa Simone de Beauvoir
desarrollada en “El segundo sexo” resume esta idea.
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Módulo 1 / Marco conceptual sobre género y diversidad
PATRIARCADO >>
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Capacitación en el marco de la Ley Micaela / Docentes de la UNMdP
ESTEREOTIPOS
CLÁSICOS y
BINARIOS
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Módulo 1 / Marco conceptual sobre género y diversidad
La cadena de supermercados Carrefour, en julio de 2018, realizó una campaña por el Día de
la Niñez: catalogó a los niños como constructores, campeones y corredores de carreras,
mientras que a las niñas las definió como cocineras, coquetas y cancheras.
El rechazo de la campaña fue muy fuerte y se viralizó en las redes sociales, provocando
que la cadena de supermercados tenga que dar de baja la cartelería.
¿Qué sería hacer algo ¨como una niña”? Te invitamos a ver la siguiente publicidad de Always.
En la misma, es posible ver cómo lo que hace una mujer es vivido generalmente como algo
negativo, naturalizándose como insulto. La publicidad trata de correrse de ese lugar y pen-
sarlo de una manera distinta.
Publicidad
completa
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Capacitación en el marco de la Ley Micaela / Docentes de la UNMdP
MASCULINIDADES >>
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Módulo 1 / Marco conceptual sobre género y diversidad
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Capacitación en el marco de la Ley Micaela / Docentes de la UNMdP
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Módulo 1 / Marco conceptual sobre género y diversidad
¿Qué dicen las científicas feministas sobre el género, el cuerpo sexuado y el comporta-
miento?
Las científicas feministas están estudiando la naturaleza del cuerpo alejándose de inter-
pretaciones deterministas y binarias de lo biológico y analizando los estereotipos de géne-
ro que incidieron en la producción de conocimiento sobre la naturaleza
“Sigo sosteniendo que no podemos separar naturaleza de crianza, así que no es una
dicotomía, es una unidad. Hay otra metáfora para pensar en esto que es como si fueran
dos caras de una misma moneda. Sigue siendo un centavo o un peso, pero de un lado es
naturaleza y del otro crianza. No puedes utilizar el lado de la naturaleza para comprar
algo y no utilizar el lado de la crianza, y viceversa. Son inseparables, no podemos ha-
blar sobre ellos como una dicotomía, debemos hablar sobre cómo ellos trabajan juntos
para formar ese peso.” Anne Fausto Sterling
Cf. Torricella, Andrea: “Tendiendo puentes entre la teoría feminista y la biología: sobre ma-
terialidad, sistemas dinámicos y plasticidad. Una entrevista a Anne Fausto-Sterling” en
Rustoyburu Cecilia y Eraso, Yolanda (2018) Cuerpos hor monales. Intersecciones entre la-
boratorio, clínica y sociedad. EUDEM.
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Capacitación en el marco de la Ley Micaela / Docentes de la UNMdP
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Módulo 1 / Marco conceptual sobre género y diversidad
DIVERSIDAD SEXOGENÉRICA
Nu estro recorrido hasta aquí supuso desplegar los núcleos conceptuales básicos para
pensar al sexo desde una dimensión compleja e integral, a la vez que diferenciar aquella
con el género, identificando los roles y estereotipos construidos socialmente.
Estas herramientas analíticas son centrales, aunque no son suficientes. Además de orien-
tarnos hacia una perspectiva que visibilice las desigualdades de género, debemos asumir
que incluso dentro de una lógica que explicita las dimensiones de género y sexualidad, se
siguen enmarcando en una matriz binaria y hegemónica.
Aquí resulta clave entonces dar cuenta de la noción de binarismo de género, la cual hace
referencia al modo en que solemos interpretar el mundo: blanco/negro, naturaleza/cultu-
ra, sujeto/objeto, varón/mujer… La diferencia es conceptualizada por medio de una lógica
binaria que implica la exclusión de términos: “uno o el otro” como excluyentes, o se es
mujer o se es varón, no se podría ser ambos.* Sin embargo las personas reinterpretan
estas opciones de maneras diversas y generan múltiples formas de vivir y expresarse. Y es
necesario remarcar que las categorías, nociones y valoraciones en torno a la sexualidad,
son un terreno de constante redefinición.
* Este binarismo se vincula con lo que se denomina “presunción de heterosexualidad”,
o “heterosexualidad obligatoria”, o sea, presuponer que todas las personas son o deberían
ser heterosexuales. Es decir, la heterosexualidad no se aborda como una orientación más,
sino que se configura como un régimen político, con fuertes mandatos normativos y natu-
ralizantes. Asimismo, la cultura patriarcal es también cisexista, lo que implica que quienes
permanezcan en el mismo género asignado (personas cis-género) gozarán de privilegios
respecto de las personas trans, que padecen múltiples formas de estigmatización y dis-
criminación.
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Capacitación en el marco de la Ley Micaela / Docentes de la UNMdP
Es por ello que es necesario asumir una postura que visibilice la Diversidad Sexual, esto
es, que reconozca la pluralidad de prácticas y manifestaciones emocionales, afectivas y
sexuales, como así también las distintas formas de expresar el afecto, el cariño y el deseo
sexual, ya sea a personas de distinto género, del mismo género o de ambos.
Al hablar de diversidad sexual, se reconoce que sexualidades, géneros y cuerpos, no son
realidades meramente biológicas y estáticas sino que varían en función de la historia y de
la sociedad. Desde esta perspectiva, se entiende la multiplicidad de la sexualidad humana
y la diversidad de formas que puede asumir.
Es por ello que incorporar y hacer efectivo el principio de respetar las diferencias en el
campo de las identidades sexo-genéricas, sigue siendo un desafío para la sociedad en su
conjunto.
Para hacer referencia a la diversidad de género es necesario aclarar algunos conceptos
que de manera frecuente se confunden entre sí:
Te invitamos a ver
el siguiente video,
sencillo, breve y muy
gráfico que ayuda a
comprender
todas estas
dimensiones
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Módulo 1 / Marco conceptual sobre género y diversidad
¿Diversidad o disidencia?
Cuando hablamos de diversidad, nos referimos a todas las posibilidades de la sexualidad
humana, incluyendo la heterosexualidad.
El problema al hablar de diversidad es que justamente al incluir todas las posibilidades, se
las ubica en un pié de igualdad, y por ende esta noción puede resultar insuficiente cuan-
do la usamos para referirnos a las demandas, grupos o movimientos no heterosexuales*.
Hacer foco en la diversdad nos puede conducir, en efecto, a invisibilizar la matriz hetero-
sexual, sin abolir la jerarquía sino sólo diversificarla. O como bien dice Byung-Chul Han,
existe un riesgo de hacer que la diversidad solo ingrese en tanto esté en conformidad con
el sistema, es decir, que se haga una diversidad consumible.
“La diversidad sólo permite diferencias que estén en conformidad con el sistema. Repre-
senta una alteridad que se ha hecho consumible. Al mismo tiempo, hace que prosiga lo
igual con más eficiencia que la uniformidad, pues, a causa de una pluralidad aparente y
superficial, no se advierte la violencia sistemática de lo igual. La pluralidad y la elección
fingen una alteridad que en realidad no existe.” Han Byung-Chul (2018). La expulsión de lo
distinto. Buenos Aires: Herder.
Esta forma de entender la diversidad combina perfectamente con la lógica neoliberal del
multiculturalismo y del mero reconocimiento e inclusión de las diferencias, sin cuestionar
sus orígenes.
En contraposición, el término disidencia implica una distinción de la heteronormatividad
impuesta, que además es una distinción reivindicativa y política.
Desde ya que aquí hablamos de conceptos y la realidad puede orientarnos a posicionarnos
tanto desde la diversidad (poniendo el acento en la multiplicidad y la heterogeneidad) como
desde la disidencia (haciendo foco en la ruptura con la matriz heterosexual impuesta). En
este sentido no estamos seleccionando uno solo de estos conceptos sino mostrando sus
alcances y límites.
* Esta expresión de Judith Butler retoma las ideas de heterosexualidad obligatoria de Adrienne Rich y de contrato het-
erosexual de Monique Wittig. La autora la utiliza para referirse a la lente mediante la cual se naturalizan, relaciones entre
sexo, género, práctica sexual y deseo, dando por resultado cuerpos producidos y normados en función de la coordenada
en la que se localizan dentro de esta matriz que se impone como obligatoria. Butler, Judith (2007). El género en disputa.
El feminismo y la subversión de la identidad. Barcelona: Paidós Ibérica.
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Capacitación en el marco de la Ley Micaela / Docentes de la UNMdP
Frente a los conceptos abordados hasta aquí, existen, de modo sintético, dos caminos:
1) realizar un abordaje que implique una “ceguera de género”, esto es que no se reconozca
las asimetrías, desigualdades y privilegios que implican a varones/mujeres, manteniendo
el status quo; y por el contrario.
2) asumir una perspectiva de género y diversidad para transformar de manera sustancial
esas relaciones.
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Módulo 1 / Marco conceptual sobre género y diversidad
Sobre perspectiva
de género Sobre diversidad ¿Qué consecuencias trae que agentes
estatales no tengan perspectiva
de género y basen su accionar
desde una ceguera de género?
¿Qué es la interseccionalidad?
Últimamente habrán escuchado mucho esta palabra, a veces sin tener tanta claridad sobre
su definición y alcances.
Nuestras vidas están estructuradas en base a múltiples categorías de opresión (clase,
raza, género, sexualidad, etc.) que se intersectan, se eslabonan de tal manera que configu-
ran una matriz de dominación. María Lugones (2008) indica que estas categorías son inse-
parables. Históricamente la ciencia ha realizado un análisis categorial que no nos permite
ver la violencia con claridad.
Por lo tanto, existen jerarquías múltiples y multideterminadas que debemos comprender
en su complejidad y contexto.
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Capacitación en el marco de la Ley Micaela / Docentes de la UNMdP
DECONSTRUCCIÓN
El uso de este término se ha generalizado a tal punto que muchas veces parece utilizarse
con sentidos muy diferentes. Sin entrar en un análisis de las controversias existentes en
torno a su utilización, consideramos oportuno esclarecer el sentido que se le otorga en
este curso, teniendo en cuenta que es utilizado en varias oportunidades.
«Deconstruir» implica desmontar, desarmar e identificar las características particulares
de los procesos involucrados en la construcción de nuestras subjetividades generizadas,
es una tarea que propone revisar los atravesamientos históricos, sociales y políticos pro-
pios de los «modos de subjetivación», concepto que refiere a la relación entre las formas
de representación que cada sociedad instituye para la conformación de sujetxs aptxs para
desplegarse en su interior y las maneras en las cuales cada sujetx constituye su singula-
ridad, conformando su identidad y su autoestima (Tajer, 2020).
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Módulo 1 / Marco conceptual sobre género y diversidad
Esta revisión posibilita identificar y desarmar aquellos sentidos y prácticas que se nos
presentan como naturales e incuestionables, tales como la idea de «una» masculinidad y
«una» femineidad con determinadas características inalterables. Cuestionar el modo en
que fuimos construyendo nuestras identificaciones y percepciones sobre el mundo y las
demás personas nos permite vislumbrar las interseccionalidades que condicionan nuestro
posicionamiento como sujetxs, reconocer nuestros privilegios, estar alertas a la repro-
ducción de estereotipos y desigualdades y poder alojar la diversidad. De este modo, nos
acercaremos a una concepción de lo identitario como construcción social en constante de-
venir y nos podremos alejar de connotaciones que sustancializan, naturalizan y paralizan
la subjetividad.
Se ha generalizado un uso de este concepto asociándolo a un proceso que sería individual
e incluso espontáneo en el cual la persona, por su propio interés, se encaminaría a revisar
su propia subjetividad para evitar reproducir estereotipos y ejercer la violencia. De este
modo, se le otorga una connotación individualista que oculta el carácter inherentemente
socio-político de todo proceso de deconstrucción, haciendo recaer toda la responsabilidad
para el cambio social sobre cada persona individualmente.
Si bien es condición necesaria que nos impliquemos subjetivamente, la deconstrucción
es, insistimos, de carácter social y político y, por lo tanto, debe contemplarse en toda su
complejidad. Requiere de la participación activa de las instituciones, requiere del diálogo y
de la interpelación individual y colectiva. Deconstruir no es destruir, deconstruirnos deriva
en alojar las contradicciones, deriva en construcciones colectivas de sentidos y acciones
que superen los reduccionismos, las dicotomías y el individualismo, deriva en lazo social.
FEMINISMO(S)
El feminismo es un movimiento global, social, político y teórico heterogéneo, que inició for-
malmente a finales del siglo XVIII y que supone la toma de conciencia de las mujeres como
grupo o colectivo humano, de la opresión, dominación, y explotación de que han sido y son
objeto por parte del colectivo de varones en el seno del patriarcado.
La agenda feminista ha confluido con la agenda de género, pero también tiene sus particu-
laridades. En este sentido, la agenda feminista se plantea deconstruir la dicotomía basada
en los cuerpos de las personas, visibiliza la asignación social diferenciada de roles, opor-
tunidades y bienes, pone en evidencia las relaciones de poder basadas en esas diferen-
cias, a la vez que se pregunta por el impacto diferenciado de las leyes y políticas públicas.
Siguiendo a Diana Maffía, la agenda de género se ocupará de incidir en relación con las
desigualdades entre varones y mujeres mientras que una agenda feminista se centrará
mayormente en el reconocimiento de la naturalización de otras formas de opresión que no
son solamente el género y que son múltiples y cruzadas.
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Capacitación en el marco de la Ley Micaela / Docentes de la UNMdP
Olas feministas
Se han denominado olas feministas a los procesos mediante los cuales se van construyen-
do genealogías a partir de las demandas y conquistas de las mujeres, en particular de las
feministas organizadas en movimientos*. Se trata de hitos históricos, con marcadores de
una periodización que señalan agendas específicas**.
* Para una periodización y problematización sobre los feminismos, pueden profundizar en: La-
mus Canavate, Doris. (2020). La irrupción de una nueva ola feminista: ¿La cuarta ola? La Manzana
de la Discordia, 15(2),1-29. doi: 10.25100/lamanzanadeladiscordia.v15i2.9808 y Angiletta, Florencia
(2017),”Feminismos: notas para su historia política”. Ediciones Le Monde Diplomatique. Serie La me-
dia distancia. Disponible aqui >>
** Cabe aclarar que no hay una definición unívoca ni universal respecto de estos períodos, ni sus agendas y alcances.
En efecto, lo que aquí se señala como primera ola en algunos análisis no es construida como tal sino que parte desde lo
que aquí se denomina segunda ola. También se ha cuestionado esta periodizacion por ser eminentemente europea y no
centrarse en los procesos situados en el territorio nuestroamericano. De todas maneras, quisimos enunciarla aquí porque
logra visualizar distintos momentos de la agenda feminista, aun cuando podemos disentir en tal alcance.
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Módulo 1 / Marco conceptual sobre género y diversidad
A MODO DE CIERRE
Durante este módulo, hemos hecho un recorrido por los ejes nodales que nos ayudarán a
entender al género como una construcción social, que nos condiciona, delimita y atraviesa
nuestras prácticas cotidianas.
Para ello, comenzamos dando una definición de género, en tanto categoría conceptual que
analiza las desigualdades históricas que se han construido en base de la diferencia sexual
(varones/mujeres), a través de estereotipos, roles y mandatos binarios y jerárquicos. Lue-
go vimos cómo esta categoría se encabalga en un sistema de exclusiones, como es el pa-
triarcado, que subordina a las mujeres y niños/as/es. Asimismo, hemos abordado algunas
nociones sobre diversidad sexual que también implican y enriquecen ambos conceptos.
Todo ello con el fin de posicionarnos en una perspectiva que visibilice, denuncie, interpele
y transforme estas desigualdades en los distintos ámbitos que intersectan nuestra vida
cotidiana, atendiendo a la multiplicidad de opresiones, en la medida que el género no actúa
solo sino en estrecho vínculo con la clase, la etnia, entre otras. Luego identificamos los
nudos para pensar la agenda feminista y sus alcances, debates y desafíos.
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Capacitación en el marco de la Ley Micaela / Docentes de la UNMdP
En los próximos módulos vamos a profundizar acerca de cómo estos conceptos y perspec-
tivas desarrolladas se entrecruzan en las prácticas e institucionalidad universitaria.
REFERENCIAS
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Módulo 1 / Marco conceptual sobre género y diversidad
• Rubin, Gayle (1989) “Reflexionando sobre el sexo: notas para una teoría radical de la se-
xualidad” en Vance, Carol S. (Comp.), Placer y Peligro. Explorando la sexualidad femenina,
Madrid, Ed. Revolución.
• Santoro, Estefanía (2020). Ser intersex en Argentina.
• Tajer, Débora (2020), Psicoanálisis para todxs: por una clínica pospatriarcal, poshetero-
normativa y poscolonial. Ciudad Autónoma de Buenos Aires: Topía Editorial, 2020.
• Torricella, Andrea (2018) Tendiendo puentes entre la teoría feminista y la biología: sobre
materialidad, sistemas dinámicos y plasticidad. Una entrevista a Anne Fausto-Sterling. En
Rustoyburu Cecilia y Eraso, Yolanda (2018) Cuerpos hormonales. Intersecciones entre la-
boratorio, clínica y sociedad. EUDEM.
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Capacitación en el marco de la Ley Micaela / Docentes de la UNMdP
La violencia de
MÓDULO 2
género:
CONCEPTUALIZACIÓN, MARCO
NORMATIVO Y ESTRATEGIAS PARA
SU IDENTIFICACIÓN Y ABORDAJE
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Módulo 2 / La violencia de género
Como hemos visto en el módulo 1, la construcción diferencial de los sexos, que luego se
transforman en desigualdades, promueve la subordinación de las mujeres (y también de
las sexualidades disidentes) y su actuación en el mundo público-privado. Hay entonces
una estructura de desigualdad que cuenta con distintos mecanismos que se relacionan
pero no son equivalentes.
Así las desigualdades de género pueden basarse en distintos condicionamientos sociocul-
turales, basados en estereotipos y roles esperados respecto de “lo femenino” y “lo mas-
culino” que no necesariamente impliquen violencia de género. Luego, cuando hablamos de
violencia de género de manera específica, nos referimos al ejercicio de poder diferencial
que tiene por objetivo producir un daño e imponer la propia voluntad (y anulando la otra)
contra las personas en función de su identidad de género.
El término violencia de género emerge con la segunda ola del feminismo (’60-’75), donde
se empiezan a politizar las cuestiones que se limitaban a la esfera privada, embanderadas
tras el eslogan: lo personal es político. Presupone un abuso de poder, y ahí encontramos
la afinidad con la “desigualdad de género”, en tanto es una parte necesaria para configurar
una situación de violencia de género.
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Capacitación en el marco de la Ley Micaela / Docentes de la UNMdP
La imagen -muy conocida- del iceberg como sostén y reproducción de la violencia de gé-
nero, demuestra de qué manera ésta puede asumir distintos grados, niveles y formas (más
menos sutiles o más o menos visibles).
En la punta del iceberg, por su gravedad, encontramos la violencia física que asumen los
asesinatos de mujeres y/u otras identidades sexuales disidentes*. El femicidio es siempre
un homicidio, porque implica la muerte de una persona en manos de otra. Pero para ser ti-
pificado como femicidio es necesario que medie un tipo de violencia específica: la violencia
de género. También se ha comenzado a visibilizar la problemática de la violencia de gé-
nero específicamente al interior del colectivo travesti y trans. En este orden, los términos
“travesticidio” y “transfemicidio” son expresiones que buscan dar cuenta de dicha visibili-
zación. En el año 2018, por primera vez se utilizó el término “travesticidio” en el juicio por
el asesinato de la activista trans Diana Sacayán**.
* El término femicidio proviene de su forma original en inglés femicide, y fue utilizado públicamente por primera vez
por Diane Russell, refiriéndose a todas las formas de asesinato sexista, es decir, “los asesinatos realizados por varones
motivados por un sentido de tener derecho a ello o superioridad sobre las mujeres, por placer o deseos sádicos hacia ellas,
o por la suposición de propiedad sobre las mujeres” (p. 76). En Russell, D. (2006) Definición de feminicidio y conceptos
relacionados. En Feminicidio: una perspectiva global, editado por ídem., y Roberta Harmes, 73-96. México: UNAM, CIICH.
** En el marco de este proceso, fue encontrado coautor de este delito Gabriel David Marino, sentenciado a prisión per-
petua por “homicidio calificado por odio de género y por haber mediado violencia de género” (según Art. 80, Incs. 4 y 11,
del CPA).
*** Cf. Bonino, L. (1998). Micromachismos: la violencia invisible en la pareja. Madrid: Cecom.
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Módulo 2 / La violencia de género
El plexo normativo nacional e internacional que aquí introduciremos se relaciona con las
conquistas y luchas de las organizaciones de mujeres, feministas y de la diversidad que
conforman el núcleo duro de derechos humanos. En este sentido, entendemos que la pers-
pectiva de género debe ser acompañada por un enfoque de derechos, entendiendo por éste
la disputa y conquista de derechos mínimos para atender a la relación de poder entre los
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Capacitación en el marco de la Ley Micaela / Docentes de la UNMdP
géneros. Superando así una lógica vinculada a las mujeres como sujetos para ir hacia la
búsqueda de relaciones más igualitarias y libres de violencia de género.
Cronología interactiva
* Croce, Jesica (2019). Clase sobre marcos normativos y abordajes de la violencia de género en el marco del Curso:
Violencia de género – Diplomatura Género y Movimientos Feministas, Sholem-UBA.
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Módulo 2 / La violencia de género
Más adelante se destacan, la III Conferencia de las Naciones Unidas sobre la Mujer (Nai-
robi, 1985)**, la Recomendación No. 19 de la CEDAW (1992)***, la Declaración sobre la elimi-
nación de la violencia contra la mujer (Viena, 1993)****, la Convención Interamericana para
Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra la Mujer (Belem do Pará, 1994)*****, la IV
Conferencia de las Naciones Unidas sobre la Mujer (Beijing, 1995)******, y el Protocolo Fa-
cultativo de la CEDAW (1999)*******. En 2019 se destaca la aprobación del convenio nro. 190 de
la OIT sobre violencia y acoso laboral, ratificado por nuestro país el 23 de febrero de 2021.
* En Argentina, la CEDAW fue ratificada en el año 1985 mediante la Ley No. 23.179, y la reforma de la Constitución Na-
cional de 1994 le otorgó rango constitucional (Art. 75, Inc. 22).
** La III Conferencia sobre la Mujer menciona que los tres objetivos pactados en el Plan de Acción Mundial para el Desar-
rollo del Decenio (Igualdad, Desarrollo y Paz) se denuncian obstaculizados por el ejercicio de la violencia contra las mujeres.
Esto llevó a la elaboración del documento Estrategias de Nairobi en el cual se esbozaron medidas para lograr la igualdad
y promover la participación de las mujeres en las iniciativas de paz y desarrollo.
*** Esta recomendación fue importante al resaltar la idea de que “La violencia contra la mujer es una forma de dis-
criminación que inhibe gravemente la capacidad de la mujer de gozar de derechos y libertades en pie de igualdad con el
hombre”.
**** Esta declaración se elaboró luego del impulso de ONGs y movimientos de mujeres convocados alrededor de la Confer-
encia Mundial, acompañado por medio millón de firmas, con el objetivo de exigir que se adoptaran resoluciones específicas
sobre los derechos humanos de las mujeres y se reconociera la violencia de género contra éstas, como una violación a los
mismos. La Declaración tipificó formas de violencia (física, sexual y psicológica) reconociendo ámbitos de despliegue en la
familia, dentro de la comunidad, o tolerada por el Estado.
***** En esta Convención se reconoce que la violencia contra las mujeres es además, una violación a sus libertades fun-
damentales que “limita total o parcialmente a la mujer el reconocimiento, goce y ejercicio de tales derechos y libertades”.
Este instrumento regional fue ratificado por Argentina en el año 1996, mediante la Ley No. 24.632. En el año 2004 se crea
además el Mecanismo de Seguimiento de la Convención de Belém do Pará (MESECVI) cuyo trabajo basado en los informes
nacionales registra los avances locales para la implementación de la Convención.
****** En esta Conferencia se introdujo la perspectiva de género, delineando asimismo una Plataforma de Acción con
objetivos estratégicos y medidas, en la que se reconocen 12 ámbitos que constituyen obstáculos para el desarrollo de las
mujeres y el ejercicio de sus derechos, entre los que se incluye la violencia contra la mujer (Objetivo D).
******* Este protocolo fue ratificado por Argentina en el año 2007. Establece un mecanismo por el cual el Comité de la
CEDAW tiene competencia para recibir denuncias de individuos o asociaciones sobre violaciones de cualquiera de los dere-
chos enunciados en la Convención, luego de agotar todos los recursos de la jurisdicción interna. El Protocolo también insta
a los Estados parte a presentar informes sistemáticos sobre las medidas adoptadas para hacer efectiva las disposiciones
de la Convención y los progresos realizados.
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Capacitación en el marco de la Ley Micaela / Docentes de la UNMdP
Cronología Nacional
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Módulo 2 / La violencia de género
En los últimos años cabe resaltar, en 2020 el Decreto Nº 721 de Cupo Laboral Travesti Trans
para el sector público nacional y la Ley Nº 27.610 de Interrupción Voluntaria del embarazo;
y en 2021, la Ley Nº 27.636 de Promoción del acceso al empleo formal para personas tra-
vestis, transexuales y transgénero y el Decreto Nº 476 registro de personas no binarias.
En base a la ley Ley No. 26.485 de “Protección integral para prevenir, sancionar y erradicar
la violencia contra las mujeres en los ámbitos en que desarrollen sus relaciones interper-
sonales” (modificada por ley 27.501 y 27.533).
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Capacitación en el marco de la Ley Micaela / Docentes de la UNMdP
TIPOS >>
Física (Art. 5 inc. 1) Es aquella que se realiza contra el cuerpo de una mujer produ-
ciendo un menoscabo a su integridad física.
Simbólica (Art. 5, inc. 5), Es aquella que a través de estereotipos, mensajes, valores,
naturaliza la subordinación de las mujeres en la sociedad.
Psicológica (art. 5, inc. 2), se refiere a aquella que causa daño emocional y disminu-
ción de la autoestima, mediante amenaza, manipulación, humillación, aislamiento.
Sexual (art. 5 inc. 3). Se refiere a toda acción que implique la vulneración del derecho
a decidir de la mujer voluntariamente acerca de su vida sexual o reproductiva, a tra-
vés de amenazas, coerción, uso de la fuerza o intimidación, con o sin acceso genital.
Económica y patrimonial (art. 5 inc 4), Se refiere a aquella dirigida a menoscabar los
recursos patrimoniales de una mujer mediante la pérdida, modificación o sustrac-
ción de bienes.
Política (art. 5 inc. 6, cf. modificación ley 27.533) se orienta a menoscabar, anular,
impedir, la participación política de la mujer.
MODALIDADES >>
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Módulo 2 / La violencia de género
En espacios públicos (art. 6 inc. g, agregado por ley 27.501), aquella realizada con-
tras las mujeres en lugares públicos o de acceso público a través de conductas que
afecten su dignidad. Por ejemplo, el acoso callejero.
Laboral (art. 6 inc. c), se refiere a aquella que discrimina a las mujeres en ámbitos
de desempeño laboral, públicos o privados, limitando u obstaculizando el empleo.
Contra la libertad reproductiva (art. 6 inc. d), se trata de aquella que vulnera el de-
recho de las mujeres a decidir libre y responsablemente el número de embarazos o
el intervalo entre ellos, cf. a la ley 25.673 (creación del Programa Nacional de Salud
Sexual y Procreación Responsable).
Obstétrica (art. 6 inc. e), la ejerce el personal de salud sobre el cuerpo de las muje-
res y derivada de un trato deshumanizado, un abuso de medicación y patologización
de los procesos fisiológicos (cf. ley 25.929)
Mediática (art. 6 inc. f), refiere a la transmisión de mensajes e imágenes estereoti-
pados a través de cualquier medio masivo de comunicación que directa o indirec-
tamente promueva la explotación de las mujeres o sus imágenes, atentando contra
su dignidad.
Pública-política (art. 6 inc. h, agregada por ley 27.533), refiere a la violencia que,
a través de intimidación, hostigamiento, deshonra, descrédito, persecución, acoso
y/o amenazas, impida o limite el desarrollo propio de la vida política o el acceso a
derechos y deberes políticos, atentando, desalentando o menoscabando el ejercicio
político o la actividad política de las mujeres.
La violencia psicológica es el tipo de violencia de género más ejercido hacia las mujeres e
identidades feminizadas. El informe del año 2018 de la Línea 144, arrojaba que del total de
casos registrados por primera vez un 94% correspondía a situaciones de violencia psico-
lógica. En términos teóricos, es posible considerar que tanto la violencia psicológica como
la violencia simbólica, subyacen a todas las demás formas de maltrato.
El segundo tipo de violencia más registrado es la violencia física (70%). Ese informe arroja
también que en 8 de cada 10 casos, el agresor ha sido identificado como pareja o ex pareja
de la persona en situación de violencia. Por otro lado, el rango etario correspondiente a
personas de 19 a 30 años es en el que más casos de violencia se registran (36.9% del total).
Según este informe los tipos de violencia referidos (variable de opción múltiple) en los
casos atendidos son: violencia psicológica (94%), física (70%), simbólica (41%), económica
(29%) y sexual (11%).
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Capacitación en el marco de la Ley Micaela / Docentes de la UNMdP
Violencia en el lenguaje
El lenguaje es un instrumento de expresión y transmisión de nuestro pensamiento y cul-
tura y es por esto que refleja las características de la sociedad de cada época histórica.
Es una construcción social y por lo tanto no es estático ni su uso neutral. Si partimos de la
afirmación de que vivimos en una sociedad androcéntrica, es decir que privilegia el género
masculino y todas las características que a él se le atribuyen culturalmente, debemos decir
también que esta preeminencia se manifiesta en el uso del lenguaje, donde generalmente
no se nombra ni visibiliza a las mujeres ni a otras identidades sexuales o de género y don-
de nos encontramos con una práctica concreta de la violencia simbólica.
Es importante así hablar de lenguaje inclusivo en tanto un aspecto más de la violencia
de género, en tanto configuración discursiva de varias luchas que pretende denunciar la
desigualdad entre varones, mujeres y otras identidades sexogenéricas, con el objetivo de
lograr un cambio cultural que tenga un impacto social. Se trata entonces de un fenómeno
retórico y político antes que lingüístico, como afirma Santiago Kalinowski.
“No se trata de los hablantes en general adoptando una palabra o una construcción, sino
de ciertos grupos de vanguardia especialmente activos en la lucha por la igualdad de de-
rechos en la sociedad interviniendo la lengua de manera muy precisa, para denunciar la
persistencia de una situación de injusticia y crear consensos que puedan llegar a tener
impacto en lo real, no porque la lengua lo configure mágicamente, sino a través del ca-
mino largo, sinuoso y difícil de los mecanismos democráticos.” (Cf. Kalinowsky, Santiago:
Lenguaje inclusivo: configuración discursiva de varias luchas. En: Kalinowsky, S. (et al).
Cuadernos feministas para la transversalización. Cuaderno nro. 3. Rosario: Editorial de la
Universidad Nacional de Rosario, pp 19-20).
El lenguaje inclusivo implica un uso no excluyente del lenguaje que pretende fomentar una
imagen y trato equitativo y no estereotipado de las personas a las que se dirige o refiere
sobre todo vinculado a la diversidad de género y las mujeres. Decimos entonces inclusivo
en un sentido específico, esto es, no (hetero)sexista. Algunos también prefieren hablar de
lenguaje no binario, por las críticas a la noción de “inclusión” (¿que incluimos, como inclui-
mos, qué dejamos fuera?).
“Es posible, por lo tanto, plantear la afirmación del lenguaje inclusivo en nombre de una
apuesta política contra el falogocentrismo. Esto es, como sabemos, la representación del
falo, en tanto ordenamiento simbólico, como centro del logos. Y además, es preciso en-
tender su plano de acción afectando la función referencial del lenguaje respecto de cuer-
pos vivientes sexualmente generizados”. (Cf. Gasparri Javier Acerca del lenguaje inclusi-
vo: cuestiones teóricas, razones políticas. Apuntes sobre Lenguaje no Sexista e Inclusivo.
Cuadernos feministas para la transversalización. Cuaderno nro. 3, pp. 31-67.
Recientemente, varias universidades y otros espacios institucionales público-estatales y
privados, han aprobado resoluciones y ordenanzas que reconocen y habilitan el uso del
lenguaje inclusivo y no sexista en las producciones académicas. Cabe destacar en este
sentido los “Lineamientos para la incorporación de la perspectiva de género y diversidad
en los sistemas de información universitarios”, y la “Guía para un lenguaje no sexista en el
Consejo Interuniversitario Nacional”.
En la Universidad Nacional de Mar del Plata, la OCS 1245/19, aprueba el uso de lenguaje
inclusivo en la institución. Esta ordenanza tiene como objetivo central promover el uso de
un lenguaje no excluyente y no discriminatorio por razones de género en las comunica-
38
Módulo 2 / La violencia de género
ciones que se realicen en el marco de la Universidad Nacional de Mar del Plata, en pos de
garantizar a la comunidad universitaria un ámbito de respeto de los derechos humanos,
en este caso de las mujeres y la comunidad LGTTTBIQNB+, aspirando entre otras accio-
nes a la adecuación de las disposiciones y comunicaciones universitarias a las conven-
ciones internacionales y leyes nacionales que rigen sobre la materia.
Asimismo, en 2020 se elaboró desde el Programa Integral de
Políticas de Género, una guía para el uso de lenguaje inclusivo
dentro de la Universidad Nacional de Mar del Plata.
La Guía se descarga desde aquí >>
Cuando pensamos en la relación del género y las políticas públicas, debemos dar cuenta
que los tres poderes del Estado, sean del ámbito nacional o provincial, se encuentran obli-
gados a adoptar las medidas necesarias para el respeto irrestricto del derecho a la igual-
dad entre mujeres y varones, así como a una vida libre de violencias. Deberán garantizar
entonces los siguientes preceptos rectores;
a) La eliminación de la discriminación y las desiguales relaciones de poder sobre las mu-
jeres;
b) La adopción de medidas tendientes a sensibilizar a la sociedad, promoviendo valores de
igualdad y deslegitimación de la violencia contra las mujeres;
c) La asistencia en forma integral y oportuna de las mujeres que padecen cualquier tipo
de violencia, asegurándoles el acceso gratuito, rápido, transparente y eficaz en servicios
creados a tal fin, así como promover la sanción y reeducación de quienes ejercen violencia;
d) La adopción del principio de transversalidad estará presente en todas las medidas así
como en la ejecución de las disposiciones normativas, articulando interinstitucionalmente
y coordinando recursos presupuestarios;
e) El incentivo a la cooperación y participación de la sociedad civil, comprometiendo a en-
tidades privadas y actores públicos no estatales;
f) El respeto del derecho a la confidencialidad y a la intimidad, prohibiéndose la reproduc-
ción para uso particular o difusión pública de la información relacionada con situaciones
de violencia contra la mujer, sin autorización de quien la padece;
g) La garantía de la existencia y disponibilidad de recursos económicos que permitan el
cumplimiento de los objetivos de la presente ley
h) Todas las acciones conducentes a efectivizar los principios y derechos reconocidos por
la Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra las
Mujeres.
No podemos cerrar este apartado sin mencionar la jerarquización que implicó para las po-
líticas públicas contar con la creación de instituciones gubernamentales con jerarquía de
Ministerio, por primera vez en la historia, que ponen al género y a la diversidad en primer
39
Capacitación en el marco de la Ley Micaela / Docentes de la UNMdP
plano. A nivel nacional, nos referimos a la creación del Ministerio de las Mujeres, Género y
Diversidad, creado el 10 de diciembre de 2019, a través del Decreto 7/2019 que modificó la
Ley de Ministerios, transfiriéndose las competencias del ex Instituto Nacional de las Muje-
res (que dependía del Ministerio de Desarrollo Social).
La Ley de Ministerios indica que:
“Compete al MINISTERIO DE LAS MUJERES, GÉNEROS Y DIVERSIDAD asistir al Presidente
de la Nación, y al Jefe de Gabinete de Ministros en orden a sus competencias, en todo lo
inherente a las relaciones humanas respecto del diseño, ejecución y evaluación de las
políticas públicas nacionales en materia de políticas de género, igualdad y diversidad (....)”
A nivel provincial, también se otorgó jerarquía ministerial al organismo especializado en
género, mediante la creación del Ministerio de las Mujeres, Políticas de Género y Diversi-
dad Sexual. Esto se hizo por ley 15164, de modificación de la ley de ministerios, en diciem-
bre de 2019.
“ARTÍCULO 28: Le corresponde al Ministerio de las Mujeres, Políticas de Géneros y Diver-
sidad Sexual, que tendrá el carácter de continuador institucional del Instituto Provincial
de Género y Diversidad Sexual instituido por el Decreto 165/2018, asistir al Gobernador en
todo lo inherente a las materias de su competencia (...)
Durante el 2020 y 2021 ambos Ministerios han presentado diversas políticas e iniciativas
entre las que se destacan: Plan Nacional de acción contra las violencias por motivos de gé-
nero, Plan Nacional de Igualdad en la Diversidad (2021-2023); Mapa federal de los cuidados,
Programa Acompañar; Línea “Hablemos” de primera escucha y derivación para varones
que ejercen violencia (provincial), Programa de acompañantes en red para el abordaje de
las violencias por razones de género (provincial), entre otros.
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Módulo 2 / La violencia de género
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Capacitación en el marco de la Ley Micaela / Docentes de la UNMdP
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Módulo 2 / La violencia de género
* Teniendo en cuenta que el derecho a la lactancia es considerado un Derecho Humano fundamental ya que incluye el
Derecho a la Alimentación y el Derecho a la Salud, resulta pertinente avanzar en políticas universitarias que contemplen
esta realidad promoviendo la corresponsabilidad en los cuidados, favoreciendo la extracción y conservación de la leche así
como la posibilidad de amamantar. Las salas de lactancia contribuyen a sostener la lactancia sin necesidad de abandonar
el trabajo y/o la carrera universitaria.
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Capacitación en el marco de la Ley Micaela / Docentes de la UNMdP
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Módulo 2 / La violencia de género
* Actualmente, desde fines de 2021, la dependencia del programa se ubica en el marco de la Secretaría de Asuntos
Laborales Universitarios. Subsecretaría de Asuntos Laborales e Innovación Institucional.
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Capacitación en el marco de la Ley Micaela / Docentes de la UNMdP
desde el Programa en este sentido, iniciando un diagnóstico base para luego generar las
articulaciones con el fin de caminar hacia la transversalización.
También se resalta la creación del Dispositivo institucional “Interpelando masculinidades”,
que conforma un espacio grupal de acompañamiento y abordaje para varones/masculini-
dades de la Universidad Nacional de Mar del Plata que ejercen violencia de género”. Los
objetivos del dispositivo se enmarcan en habilitar espacios de sensibilización e interpela-
ción de los lazos de complicidad machista y los privilegios en el ámbito laboral y estudian-
til; promover el involucramiento de varones en el cambio social y la equidad de género; y,
promover la reflexión crítica de los varones cis-género acerca de sus prácticas y su propia
construcción de masculinidad*. Este dispositivo fue creado por la RR 4780/2021
Ese mismo año fue creada la Consejería en Cuidados y Salud Sexual en la Universidad Na-
cional de Mar del Plata (CCySS) por Resolución de Rectorado n°5184/21, la cual se propone
la conformación de un espacio para la promoción de normativas vigentes en relación a
políticas de cuidado y a salud sexual reproductiva y no reproductiva, así como de escucha
y acompañamiento a estudiantes e integrantes de la comunidad de la UNMdP.
Mail: consejeriaunmdp@gmail.com.
* Cabe destacarse asimismo el “Grupo de reflexión para varones y masculinidades cis/trans de la UNMdP”, orientado a
sensibilizar y desnaturalizar el modo de socialización de género imperante en la sociedad actual, así como a contribuir
al involucramiento de los varones y masculinidades en la construcción del cambio social. Con una prueba piloto en 2020,
durante 2021 se conformaron dos grupos integrados por a) estudiantes, b) personal docente y no docente. Los encuentros
de cada grupo tuvieron una duración de 1 hora y media y se realizaron quincenalmente, de forma telemática mediante
la plataforma Zoom durante la primera parte del año 2021. El segundo cuatrimestre se dio continuidad a esos grupos
de reflexión, ahora de manera presencial. La metodología del espacio grupal se basó en el modelo multidimensional con
perspectiva de género, basado en una experiencia grupal ‘‘vivencial’’.
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Módulo 2 / La violencia de género
Las denuncias o consultas se reciben a través del correo electrónico exclusivo protoco-
logenerounmdp@mdp.edu.ar. Además, se encuentra disponible una nueva línea telefónica
(223) 6987603, exclusiva para recibir denuncias y/o consultas los días lunes y jueves de 14
a 18hs.; y martes de 9 a 13 hs.
El equipo técnico en conjunto con la coordinación***, evaluarán la denuncia y se contactarán
y/o entrevistarán con les denunciantes para analizar el procedimiento adecuado a seguir.
** La ordenanza establece además que en el caso en que las situaciones denunciadas se encuentren vinculados niños
y/o adolescentes se deberá actuar conforme las convenciones y leyes en la materia.
*** La ordenanza 1555, diseñó una nueva estructura para el Protocolo en base al aprendizaje desde la práctica desde los
inicios del mismo. La misma, dotada ahora de mayor autonomía, consta de 4 áreas, la cual depende funcionalmente de la
Secretaría de Bienestar de la Comunidad Universitaria: 1) Coordinación General; 2) Coordinación Técnica; 3) Equipo Técnico
(interdisciplinario, formado por 3 profesionales); 4) Comisión del protocolo.
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Capacitación en el marco de la Ley Micaela / Docentes de la UNMdP
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Módulo 2 / La violencia de género
A MODO DE CIERRE
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Capacitación en el marco de la Ley Micaela / Docentes de la UNMdP
cia la Mujer, sugieren desde hace tiempo la creación y proyección de espacios académicos
que problematicen la realidad de las mujeres, promoviendo también la formalización de
los estudios de género en la educación superior. Al mismo tiempo se vuelve indispensable
una lectura e intervención sobre la discriminación y problemáticas que atraviesan perso-
nas trans, no binarias y disidencias.
En nuestro país la Secretaría de Políticas Universitarias (SPU) del Ministerio de Educación,
Cultura, Ciencia y Tecnología de la Nación informa que para 2017, de la totalidad de estu-
diantes en las Universidades, el 58% eran mujeres y que éstas superan en matriculación
16 puntos a los varones y egresan un 22% más. Este aparente avance en la participación
femenina, contrasta de manera concreta con las dificultades en el acceso a los cargos
jerárquicos, los salarios desiguales con respecto a los de los varones, el impacto de las
tareas de cuidado sobre la profesión y la falta de políticas públicas en este aspecto, entre
otras. Da cuenta de este contexto que en el año 2019 sólo 7 mujeres son Rectoras en el
total de 57 Universidades Nacionales. Además las estadísticas no aportan aún datos sobre
la representatividad del colectivo LGTTTBIQNB+ en estos ámbitos.
Las experiencias de otras Universidades confirman que la introducción de la perspectiva
de género en la Educación Superior ha contribuido de manera fundamental en la reducción
de desigualdades en el ámbito universitario permitiendo avanzar en el reconocimiento del
derecho a la educación de mujeres, personas trans y no binaries, así como en la formación
de profesionales sensibles a la problemática de la violencia de género y la que es ejercida
hacia el colectivo de la diversidad.
De todos modos y a pesar de los avances, en las universidades aún persisten prácticas
que sostienen las desigualdades de género como la ausencia de la perspectiva de gé-
nero en políticas universitarias, contenidos y planes de estudio, falta de paridad en los
cogobiernos, lenguaje y comunicaciones excluyentes, entre otras, haciendo necesaria la
incorporación de esta perspectiva en tanto categoría social, cultural, política y económi-
ca. Es por esto que insistimos en la importancia de institucionalizar y transversalizar la
perspectiva de género a las políticas universitarias.
Estas cuestiones serán abordadas en el último módulo.
REFERENCIAS
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Módulo 3 / El impacto del género en la cultura universitaria
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Capacitación en el marco de la Ley Micaela / Docentes de la UNMdP
El impacto
MÓDULO 3
del género
en la cultura
universitaria:
TRANSVERSALIDAD, CURRÍCULUM
Y PEDAGOGÍA FEMINISTA
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Módulo 3 / El impacto del género en la cultura universitaria
Dentro de las instituciones de Educación Superior existen diversas maneras en las que se
hace presente (o no) la perspectiva de género y diversidad. Ya mencionamos cómo durante
mucho tiempo estuvo ausente este enfoque en relación a pensar las violencias de género
al interior de las instituciones, debido a descansar en lo que algunos/as/es llaman el “mito
ilustrado sobre las violencias”. De acuerdo a este mito, se torna imposible percibir y com-
prender las violencias machistas en espacios como las universidades, porque subyace el
supuesto que allí concurren personas que se asumen con trayectorias importantes en la
educación formal que impedirían la producción y/o padecimiento de las violencias. Este
mito ha operado fuertemente, reforzando estereotipos discriminatorios e invisibilizando
las violencias machistas en estos ámbitos. De ahí la importancia de derribar este mito, a
partir de visibilizar, nombrar y combatir las violencias en sus múltiples manifestaciones y
modalidades*.
En las instituciones universitarias existen marcadas brechas de género que siguen ope-
rando de manera estructural. Estas brechas se reflejan en desigualdades que muestran
cierta equidad en la base de la pirámide y la ausencia de las mujeres en la parte superior.
Esto implica tanto una segregación vertical (para los puestos que implican tomas de deci-
siones) como horizontal (en función del acceso a ciertas carreras, según se asocien más
o menos a lo femenino / masculino).
En efecto, las mujeres son el 58,1% de las estudiantes y el 61,2% de las egresadas en el sis-
tema universitario nacional, lo que en una primera aproximación nos convocaría a pensar
en una cierta igualdad (y hasta de mayoría) en relación a los varones. Sin embargo, esta
realidad no se replica en los puestos de envergadura, mejor remunerados y con capacidad
de decisión.
Así, existen informes que muestran que la composición de los cargos docentes entre hom-
bres y mujeres es muy pareja, pero al detenerse en el tipo de cargo que ocupan los/as
docentes, puede observarse una mayor presencia de hombres en los cargos más impor-
tantes y menor en los cargos de menor jerarquía. Hay en efecto una desigualdad entre
varones y mujeres producida por construcciones culturales y sociales que se reflejan en
los roles que socialmente se asignan a cada uno/a.
De acuerdo a datos de la Secretaría de Políticas Universitaria del año 2011, del total de do-
centes universitarios, el 48,27% son mujeres, pero sólo el 38% de ellas ocupan el cargo de
titular, el 45% el de adjunta, el 52% el de jefa de trabajos prácticos y el 54% el de ayudante
de primera. Según el último informe SPU, de 2020, esta distribución tuvo leves variaciones
para el año 2018. A su vez, es necesario detenernos en la dedicación horaria, que impacta
fuertemente en la remuneración de los/las/les docentes. Así, los varones poseen el 55,1%
de los cargos titulares con dedicación exclusiva, el 55,4% con dedicación parcial o semiex-
clusiva y el 61,7% de los cargos titulares. (Cf. Rovetto et al, 2020, siguiendo datos del SPU,
2020).
53
Capacitación en el marco de la Ley Micaela / Docentes de la UNMdP
Esta disparidad de género también se observa, con más fuerza aún, en los cargos de ges-
tión. Tal es así que en el período 2019-2020, los rectorados están ocupados en un 87% por
varones, cifra que se ha mantenido con relativa estabilidad a lo largo de los últimos años.
“Si bien esta diferencia disminuye levemente en los cargos de vicerrectorado (31% muje-
res), secretarías de universidad (35% mujeres), decanato (34% mujeres), y casi va camino
a equipararse en los cargos de vicedecanato (47% mujeres), el acceso de las mujeres a
la cúspide de la pirámide organizacional de los cargos de gestión política está muy lejos
de alcanzar niveles aceptables de equidad” (Rovetto et al, 2020, siguiendo datos del SPU,
2020)*.
INFORME:
La Educación Superior en Argentina (2017)
Esta relación inequitativa de género también se observa en el sistema científico. En esta lí-
nea, la Red Argentina de Género, Ciencia y Tecnología muestra datos contundentes de 2013
sobre la participación de las mujeres científicas: el 57% de la categoría asistente en inves-
tigación son mujeres, pero en la categoría superior, la más alta, sólo el 37%**. Respecto de
esto último, cabe resaltar una iniciativa reciente que es la creación del Programa Nacional
para la Igualdad de Géneros en junio de 2020, dentro del Ministerio de Ciencia, Tecnología
e Innovación. Sus objetivos principales garantizar la participación igualitaria de las muje-
res y de la población LGBTTTIQNB+ en todos los niveles y ámbitos del sistema científico
tecnológico y promover la incorporación de la perspectiva de género en los procesos de
investigación, desarrollo e innovación desde su diseño***.
Una de las cuestiones que se vinculan con estas inequidades estructurales de género
previamente esbozadas se relacionan con el llamado “Techo de Cristal”. Se trata de un
concepto acuñado por el feminismo que supone un mecanismo que opera a través de
* Secretaría de Políticas Universitarias (SPU) (2021) Mujeres en el Sistema Universitario Argentino 2019-2020.
** Para más información, consultar el informe elaborado por la Dirección Nacional de Infor-
mación Científica dependiente de la Secretaría de Planeamiento y Políticas del Ministerio de
Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva de la República Argentina del año 2014
*** Para más información escanera QR >>
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Módulo 3 / El impacto del género en la cultura universitaria
SEXISMO EN EL CURRICULUM
* Se dice que es “invisible” porque no existen leyes o dispositivos oficiales que impongan esa limitación de manera
explícita, aunque de todas maneras sucede, se naturaliza y se reproduce. (Cf. RUGE, 2021).
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Capacitación en el marco de la Ley Micaela / Docentes de la UNMdP
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Módulo 3 / El impacto del género en la cultura universitaria
Desde este planteo, invitamos a pensar cómo opera el sexismo, estructurando decisiones
en el currículum universitario. Algunos ejemplos:
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Capacitación en el marco de la Ley Micaela / Docentes de la UNMdP
Plantea Ahmed (2017) que el sexismo se convierte en sabiduría recibida puesto que al ser
aceptado como parte del canon o las tradiciones, se lo acepta como inevitable. El sexismo
impregna aún hoy la educación formal y discrimina a mujeres dentro del sistema y disi-
dencias sexuales, está presente en la docencia y estudiantado, así como en la selección
y transmisión de contenidos, en la metodología, en la organización institucional, en los
materiales didácticos y textos seleccionados, en el uso del lenguaje, en la invisibilización
de la mujer en la historia y en la producción del conocimiento, en la transmisión de un co-
nocimiento androcéntrico*. Todo esto trae como consecuencia la legitimación de la univer-
salización del modelo masculino y la desvalorización del modelo cultural femenino. Y con
esto, nos vamos al siguiente subtítulo: el androcentrismo.
*
Para dar cuenta de esta reproducción de las desigualdades que produce el lenguaje en tanto práctica social performa-
tiva de realidades, desde hace unas décadas se comenzó a visibilizar los efectos del androcentrismo en la comunicación.
Así nace el lenguaje inclusivo como nueva forma de diálogo que se asume para desnaturalizar el masculino genérico que
asumía nuestro idioma, como si tal modo de expresarse incluyera tanto a los varones como a las mujeres e identidades
disidentes. El lenguaje inclusivo viene entonces a proponer transformaciones en la comunicación para visibilizar a todes
los sujetos involucrades. Esto ha sido aprobado por varias instituciones, como las Universidades, promoviendo el uso del
lenguaje inclusivo / no excluyente en sus comunicaciones, áreas, eventos y producciones académicas. La UNMdP tiene en
efecto, una normativa al respecto, que hemos desarrollado en el módulo 2.
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Módulo 3 / El impacto del género en la cultura universitaria
“Quise lo que hice” que no es lo mismo que “Hice lo que quise”, dice la científica a la que
homenajea su nieta en este unipersonal.
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Capacitación en el marco de la Ley Micaela / Docentes de la UNMdP
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Módulo 3 / El impacto del género en la cultura universitaria
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Capacitación en el marco de la Ley Micaela / Docentes de la UNMdP
Poner en reflexividad la sexualidad, los cuerpos, las regulaciones que operan sobre los
mismos en la vida universitaria, implica abordar núcleos duros de la cultura, es un convite
para revisar los mandatos fundacionales del patriarcado y hacer una genealogía de la di-
visión sexual como estructurante del sexismo en todas las esferas del mundo económico,
social, político, cultural. En síntesis, leer el mundo en clave de la sexuación de los cuerpos
es invitar a la revolución a sabiendas que nunca es lineal, causalística ni progresiva, que el
libreto se construye desde la convicción y la amorosidad, desde lo posible en relación a lo
deseable. Plantea Britzman (1998:72): “Cuando hay cuerpos que se mueven no sólo cambia
el escenario: hay algo más que se modifica (…) dicen algo sobre la polivalencia del cuerpo
que viaja y algo sobre la polivalencia de los significados culturales”.
La relación educación y sexualidad se caracteriza por ser inestable (Britzman, 2018) e in-
terpela todo el tiempo el qué, cómo y cuándo de la didáctica dejando al descubierto que hay
puntos de fuga en la propia praxis que requieren ser puestos en palabra (como se pueda) y
aceptar que las contradicciones son parte de las deconstrucciones. El desafío cotidiano de
cada clase es “encontrar un equilibrio inestable que posibilite recuperar las experiencias
vitales y promover la apropiación de herramientas conceptuales a sabiendas que nunca
será definitivo y, sobre todo, no siempre se logra” (Pagura et al, 2019, p.142).
Es urgente trabajar colectivamente entre los distintos sectores de la universidad para evi-
tar que se consolide una narrativa normalizadora y que la incorporación de los estudios de
género y disidencias no pierda la capacidad de producir ciertas incomodidades.
Tal como fue planteado, otro de los desafíos que marca agenda es la necesaria transver-
salidad de la perspectiva de género para no caer en sumatoria de “temas” o “cambiar” un
contenido por otro en determinadas materias. La transversalidad curricular en las univer-
sidades se asienta en la deconstrucción del sexismo y androcentrismo en las ciencias, las
producciones artísticas, deportivas y literarias heredadas de la modernidad. Pero también
requiere analizar las prácticas cotidianas que forman parte de la vida universitaria, en los
distintos roles y relaciones, en la resolución de conflictos, en la normativa vigente, en la
arquitectura, uso y distribución de espacios físicos.
Cuando cruzamos educación y estudios de género, es necesario pensar el modo en que
el capitalismo globalizado patriarcal cisheteronormativo racializado moldea los cuerpos
(nuestros cuerpos), las formas de habitarlos, las habilitaciones y prohibiciones y, agrega
Hooks “el modo en que intenta separar la mente del cuerpo” (2018). Visibilizar esos man-
datos es una tarea ineludible para poder construir justicia de género y sexual*.
* Varias universidades han avanzado en esta línea de transversalizar la cuestión del género al interior de sus in-
stituciones. En este sentido destacamos y celebramos En 2021 destacamos las Ordenanzas de Consejo Superior n° 1700/21
y anexo n°1796/21 sobre “Transversalización de la Perspectiva de Género en las curriculas de la UNMdP”, cuyo objetivo
central reside en la promoción e inclusión de la perspectiva de género en las curriculas de las carreras de todas las Uni-
dades Académicas, Escuela Superior de Medicina y del Colegio Nacional Dr. Arturo Illia de la Universidad Nacional de Mar
del Plata.
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Módulo 3 / El impacto del género en la cultura universitaria
Docentes trans en
el sistema educativo
argentino…
Fundamentar desde qué lugar de sujeto se habla, posiciona lo que se dice, reconoce que
no es la única mirada posible en el mismo tiempo ni a lo largo del tiempo, suelta la palabra
para que sea un convite en el cruce con otras y discuta la multifocalidad desde una pers-
pectiva crítica. Bidaseca refiere a la “inevitabilidad de la posicionalidad” (2018, p.62). En sí
mismo, este reconocimiento no invalida las lecturas que se hagan sobre el mundo, por el
contrario, es una forma de construir validez científica.
En este momento histórico, asistimos a cambios de mucha intensidad en las universida-
des, desde las cuales se están generando eventos académicos que están instalando la
agenda de género y de la disidencia sexual. Si bien es para celebrar, no deja de ser una
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Capacitación en el marco de la Ley Micaela / Docentes de la UNMdP
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Módulo 3 / El impacto del género en la cultura universitaria
Partir de una praxis feminista requiere reconocernos como sujetos sexuados, con un poder
acumulado por el rol ocupado, e invita a no reproducir situaciones de subordinación (Korol,
2007). Atendiendo a este recaudo, se pone especial cuidado en el diseño de cada clase para
convocar la horizontalidad, el trabajo colectivo y la participación con la libertad necesaria
para discutir con lo abordado y manifestar otras posturas. Sostiene Morgade (2016) que
es necesario construir una pedagogía para la justicia que habilite una pluriglosía en la
que tengan lugar diferentes voces, como condición para la construcción de la autoridad,
y de la equifonía en las relaciones sociales. Muchas veces, la monoglosía de la pedagogía
moderna, de clase, de etnia y también patriarcal, regulan las relaciones entre docentes y
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Capacitación en el marco de la Ley Micaela / Docentes de la UNMdP
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Módulo 3 / El impacto del género en la cultura universitaria
En este sentido, las estrategias utilizadas podrían orientarse a desarmar cierta “solem-
nidad ritualizada” que suele caracterizar a la universidad para proponer planteamientos
metodológicos que sostengan la horizontalidad, la creatividad, el trabajo colectivo y múl-
tiples técnicas dialógicas y participativas. Construir congruencia entre el contenido que
forma parte del programa de cátedra y lo que allí sucede a nivel relacional: jugar, pregun-
tar, reírse, modificar el modo de ubicarse en un aula, retomar casos de la vida cotidiana,
imaginar modos de intervención en situaciones de vulneración de derechos, analizar con
lentes feministas una película, debatir sobre materiales didácticos sexistas y revisar una
y otra vez, aún sin que lo propongamos de modo directo, la propia historia como sujetos
sexuados hablados por los campos disciplinares de formación.
En esta línea, Maceira (2008) afirma que la pedagogía feminista logra resolver la tensión
entre lo individual y la dimensión social, es decir, retomar el proceso formativo y la propia
existencia individual, pero también abordar el sistema sociopolítico y las instituciones de
referencia, recuperando la centralidad e interacción entre estas dimensiones.
Se necesita abrir el juego a la palabra, desfondar los sentidos e instalar la sospecha so-
bre qué, para qué y cómo damos entrada a las perspectivas de género y diversidad en la
universidad.
Para ello, es una condición necesaria visibilizar los posicionamientos de estudiantes y do-
centes, reconocer sentidos y significados cristalizados durante la trayectoria educativa. No
significa partir del “qué saben” y “qué temas enseñar”, sino en qué tramas de inteligibilidad
están insertos unos y otros actores. No es sólo un ejercicio epistemológico y didáctico pe-
dagógico, es la condición de posibilidad para la deconstrucción.
En docencia, cuando se rutinizan las praxis, el mayor riesgo es dejar de preguntarse sobre
lo obvio, dar por sentado saberes o hacer asociaciones causales asentadas en el conoci-
miento cotidiano que, muchas veces, se transforman en prejuicios sexistas androcéntri-
cos. Para la construcción de justicia sexual, hay que discutir las afirmaciones universales,
las respuestas únicas y estáticas y los pre-supuestos que se ponen a jugar en cada escena
pedagógica.
Necesitamos construir Contrapedagogías de la crueldad, dice Rita Segato (2018), que sean
capaces de rescatar la sensibilidad y la vincularidad, que puedan visibilizar y oponerse a
las formas de sometimiento y dominación de quienes tienen menos poder acumulado. Para
ello, necesitamos diseñar una contrapedagogía del patriarcado, como “primera pedagogía
de poder y lección de jerarquía” (Segato, 2018:15). Una pedagogía que se construya en la
conciencia histórica de los procesos colectivos más que en los productos, que estimule a
que el colectivo de varones cis heterosexuales generen sus propios caminos de decons-
trucción, que discutan el mandato de la masculinidad hegemónica y rompan el pacto cor-
porativo de la violencia como trazo identitario.
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Capacitación en el marco de la Ley Micaela / Docentes de la UNMdP
El Programa Nacional de Educación Sexual Integral (ESI) fue creado por la Ley 26.150, san-
cionada en 2006. Desde este nuevo marco normativo, la sexualidad es comprendida como
un entramado complejo multidimensional que implica lo corporal, lo afectivo, lo vincular,
etc. y abordada desde una perspectiva integral y no ya desde la perspectiva biomédica ex-
clusivamente (restringida a la genitalidad).
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Módulo 3 / El impacto del género en la cultura universitaria
A MODO DE CIERRE
Las reflexiones vertidas en este módulo permiten hipotetizar sobre las formas que se ma-
terializan el sexismo y el androcentrismo en algunas dimensiones curriculares e institu-
cionales en la vida universitaria reproduciendo una “pedagogía de la crueldad” en términos
de Segato (2018).
Para abrir la discusión, dejamos a modo de hipótesis que aún no está garantizada la ne-
cesaria discusión epistemológica y política en los núcleos disciplinares. Mientras esto no
ocurra, la transversalización de los estudios de género no podrá materializarse en prácti-
cas curriculares que construyan justicia de género y sexual.
La enseñanza y el aprendizaje son prácticas humanas privilegiadas para repensar-nos en
clave de derechos sexuales, reconceptualizando las miradas sexistas binarias lesbotrans-
fobicas sobre los cuerpos, el placer y el deseo, y desde ese ejercicio, revisitar los campos
disciplinares, las formaciones y prácticas profesionales. La inclusión de las perspectivas
de género y disidencias sexuales en la universidad abre el juego a estos procesos perso-
nales que son políticos, reconciliarse con quien cada uno/una/une es y lo que desea como
humano/a/e. Plantea Britzman que este ejercicio «implica un viaje de vuelta al cuerpo: no
tenemos que ir muy lejos para imaginar algo que sea diferente de eso. En verdad, todo lo
que tenemos que hacer es imaginar» (2001, p.72) y motorizar la curiosidad para que se
pueda aprender.
En la universidad se necesita de la imaginación y la curiosidad. Y a su vez, necesita de
espacios que promuevan nuevas prácticas y modos de habitar la propia universidad para
comenzar a caminar hacia una universidad más democrática e igualitaria, con justicia de
género y justicia sexual.
REFERENCIAS
• Ahmed, S. (2017) Vivir una vida feminista. Sara Ahmed, Edicions Bellaterra, Barcelona.
• Bidaseca, K. (2018) La revolución será feminista o no será. La piel de arte feminista des-
colonial. Prometeo. Bs. As.
• Britzman, D. (2018). “Curiosidad, sexualidad y currículum”, en Deborah Britzman, Val Flo-
res y Bell Hooks Pedagogías transgresoras I. Bocavulvarias ediciones. Santa Fe.
• Da Silva, T. (2000). Identidade e diferença. Petrópolis, Editora Vozes.
• Fricker M. (2017) Injusticia epistémica. Barcelona, CT: Herder.
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