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Había Una Vez Un País Llamado Chile
Había Una Vez Un País Llamado Chile
Había una vez un país llamado Chile, donde vivían muchas personas de diferentes edades,
géneros, etnias y culturas. A pesar de su diversidad, todos ellos compartían un deseo común: vivir
en un país justo, igualitario y próspero.
Un día, un grupo de estudiantes de sexto básico decidió investigar qué era lo que hacía posible
que Chile fuera un país tan especial. Después de preguntar a sus padres, profesores y vecinos,
descubrieron que todo se debía a una cosa: la Constitución.
Pero ¿qué era la Constitución? Los estudiantes no lo tenían muy claro, así que decidieron ir a la
biblioteca para buscar información. Allí encontraron un libro que les explicaba que la Constitución
era un conjunto de reglas y leyes que establecían cómo debía ser organizado el país, cómo debían
ser elegidos los gobernantes, cómo debían ser protegidos los derechos de las personas y cómo
debía ser gestionado el dinero público.
Los estudiantes se dieron cuenta de que, sin una Constitución, sería muy difícil que Chile fuera un
país justo y equitativo. Por eso, decidieron que era importante que todos los ciudadanos
conocieran la Constitución y se comprometieran a respetarla.
Así que los estudiantes organizaron una campaña para difundir la importancia de la Constitución
en Chile. Hablaron con sus amigos, familiares y vecinos, explicándoles lo que habían aprendido en
la biblioteca y animándolos a participar activamente en la vida democrática del país.
Gracias a la iniciativa de los estudiantes, cada vez más personas se interesaron por la Constitución
y empezaron a involucrarse en los asuntos públicos. Y poco a poco, Chile se convirtió en un país
aún más justo, igualitario y próspero, gracias a la participación ciudadana y al respeto por la ley
fundamental de la nación: la Constitución.