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NO ERES UNA PERSONA MÁS

Deja que tu mente cree la visualización de una escalera que te permite subir hasta lo más alto del
cielo. Imagínate subiendo por cada peldaño, más arriba y más arriba.
Poco a poco ves que estás llegando muy alto. Desde esta escalera, puedes ver las nubes, pero no te
da miedo, estás en un lugar seguro.
Ves los árboles, ves tu casa desde el cielo, te ves a ti mismo tumbado, relajado y tranquilo, en esta
habitación en compañía de mamá o papá.
Sigues subiendo y, mientras tanto, tu cuerpo se relaja y tu mente se despeja, más y más con cada
peldaño que subes. Haz una inhalación profunda y respira el aire fresco que viene de las nubes…
siente como llena tus pulmones completamente. Ahora exhala. Exhala y deja salir todo el aire. Disfruta
la placentera sensación tan refrescante.
Toma otra respiración profunda, siente el aire dentro de ti... y exhala por completo, dejando que tu
cuerpo se relaje aún más. Continúa respirando lenta y profundamente mientras dejas la escalera y
caminas por las nubes… te das cuenta de que el cielo y las nubes son un lugar completamente seguro
y agradable por el que puedes caminar e incluso volar.
Hay una brisa fresca que sopla ligeramente.
El sonido del aire se filtra entre las nubes, formando un sonido y un movimiento muy relajantes.
Desde ahí arriba puedes escuchar los sonidos del bosque y el de los pájaros cantando...
Puedes contemplar como las hojas de los árboles se mecen suavemente con el viento... Tu cuerpo se
relaja más y más a medida que camina. Cuenta tus respiraciones mientras sientes como tu cuerpo se
relaja.
Continúa respirando de esta manera, lenta y profundamente mientras sientes tus músculos relajarse
y aflojarse.
Percibe como la tensión abandona tu cuerpo mientras contemplas el paisaje que te rodea. Tus piernas
y la parte inferior del cuerpo y se relajan, al sentirte libre y relajado... el aire que te rodea está en calma.
Ahora, desde las nubes te fijas en el mar, puedes escuchar desde la distancia el sonido de las olas. A
medida que te desplazas entre las nubes, Continúa disfrutando del paisaje desde el cielo mientras
sientes una sensación de paz. Disfruta del paseo por las nubes...
En medio de los dolores y las dificultades de la vida, muchas veces somos tentados a pensar: Nadie
se preocupa por mí. Recuerda que no eres una persona más, sino eres alguien especial y de gran
valor.

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EL REY NO ME VIO

Una joven estudiante asistió a una ceremonia en honor del Rey Eduardo VII de Inglaterra. En dicha
ocasión miles de escolares estaban presentes para cantar para él. Al finalizar, el rey pasó junto a las
filas de los entusiasmados jóvenes.
Después de que el rey se fue, una maestra vio a una de sus estudiantes sollozando y le preguntó:
• ¿Por qué lloras? ¿No pudiste ver al rey?
• Sí – dijo la niña suspirando- pero el rey no me vio a mí.
El rey Eduardo no podía fijase individualmente en todos los jóvenes en aquella gran multitud; en
cambio Dios, puede prestarnos atención de forma individual y personalizada porque nos conoce desde
el vientre de nuestra madre.
Existen profesores que tienen tantos alumnos que muchas veces no recuerdan sus nombres, o quizás
sólo el apellido. Los gerentes o dueños de grandes empresas pueden no conocer a todos sus
empleados, pero para Dios no eres una persona más, Él te conoce tan bien que sabe tu nombre e
incluso cuántos cabellos tienes, así de valioso eres.
No importa lo que digan los demás de ti o el valor que tú te des, lo importante es lo que Dios piensa
de ti.
Muchas veces nos menospreciamos o permitimos que las críticas destructivas de la gente nos afecten
y nuestra percepción de nosotros mismos queda dañada.
Para Dios no tienes que ser perfecto, Él te conoce muy bien y aún así te ama. La clave del amor radica
en que Él nos amó primero y no necesitamos cumplir con los estándares de la gente porque con
nuestras defectos y virtudes su amor hacia nosotros no cambia.

¿Te ha pasado alguna vez que parece que nada tiene sentido? Aunque nos cueste creer, todo tiene
un propósito y muchas veces lo que vemos no es realmente lo que está sucediendo, hay mucho más.
Por tanto, no desmayamos; antes, aunque nuestro hombre exterior se va desgastando, el
interior no obstante se renueva de día en día. Porque esta leve tribulación momentánea produce
en nosotros un cada vez más excelente y eterno peso de gloria; no mirando nosotros las cosas
que se ven, sino las que no se ven; pues las cosas que se ven son temporales, pero las que no
se ven son eternas.
Es seguro que en más de una oportunidad has pensado que nada tiene sentido. Es probable que
muchas veces te hayas preguntado por qué te está pasando alguna circunstancia que no entiendes.

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Sin embargo, si te mantienes fiel a Dios y eres obediente a Él, a través de ti otros verán la belleza de
Dios y escucharán aquella melodía especial, al igual que ese viajero que a lo lejos podía escuchar esa
hermosa melodía que de cerca carecía de sentido. Recuerda que lo que ves, no es realmente lo que
está sucediendo, hay mucho más.
Cuántas veces hemos querido resolver nuestros conflictos a nuestra manera y nos hemos encontrado
más enredados. Pues hoy quiero decirte: aguarda, deja que Dios actúe.

Aunque no sea fácil, aguarda, deja que Dios actúe

¡Dios es nuestro mejor defensor! porque actúa según sus intenciones santas y divinas; no es como
nosotros que respondemos ante una situación adversa con enojo, ira, temor, ansiedad, resentimiento
o celos. Así que, antes de reaccionar, aguarda, deja que Dios actúe.

Esperar no significa quedarse de brazos cruzados sin hacer nada, sino que te mueve a actuar con fe,
a orar más y depender del poder de Dios. Así podremos ser testigos de cómo el Señor responde a la
confianza que depositamos en Él.

CANCIÓN: Siempre estaré ahí para ti. (Diego Torres, Rachel Platten)

Cuando estés listo para salir de este lugar tranquilo, poco a poco comienza a despertar de nuevo tu
cuerpo. Toma conciencia de tu cuerpo donde te encuentras... Inhala… y mueve los dedos de las
manos. Exhala… Inhala… y mueve los pies para despertar tus músculos. Exhala... Inhala… mueve
los hombros. Estírate todo tu cuerpo mientras exhalas... Mueve tu cabeza un lado y al otro. Toma
conciencia plena de tu cuerpo. Cuando estés listo, abre los ojos y muévete lentamente… Te sientes,
tranquilo, sereno y en paz.

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