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ADVERTENCIA

Esta obra posee CONTENIDO HOMOERÓTICO, es decir tiene

escenas sexuales explícitas de M/M y por ello es solo apto para mayores

de 18 años.

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lucro y como un hobby. Un trabajo que consiste en traducir un libro del

inglés al español, corregirlo y editarlo; todo ello lo mejor que podemos.

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Serie
Una Historia De Hermanos Cob
Libro 01: Cisne De Ceniza
Libro 02: El Cisne Nadador
Libro 03: El Valioso Cisne
Una Historia De Hermanos Cob 3: El Valioso Cisne

Dedicatoria

A nuestros amorosos maridos Gracias por soportar


todos nuestros estados de ánimo, ataques y rabietas.
Amber Kell y Stephani Hecht
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Una Historia De Hermanos Cob 3: El Valioso Cisne

Resumen
Cuando el Príncipe Kedrik Cob ve al sexy hombre de cuero
decorando la vitrina de la tienda, sabe que tiene que volver a verlo.
Desafortunadamente, su cita de la noche no figura en sus planes, por lo
que continúa su camino. Su mente no le permite olvidarse del apuesto
extraño, así que unos días después, se encuentra regresando a la tienda.

Cadell Shumaker ha visto a Kedrik la mayor parte de su


vida. Después de seguir al hombre de Aria a la Tierra, coloca su tienda
justo en el camino de Kedrik. A pesar de su posicionamiento, lleva un
tiempo antes de que Kedrik lo note y caiga en sus brazos.
Desafortunadamente, cuando Kedrik descubre que Cade no es tan
inocente como parece y que un cierto hechizo de cambio de forma tiene
efecto, se necesita más que un poco de magia para que esta pareja
Amber Kell y Stephani Hecht

pueda llegar a felizmente para siempre.


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Una Historia De Hermanos Cob 3: El Valioso Cisne

Capítulo Uno
Kedrik estaba caminando por la acera con su ligue de la noche,
cuyo nombre ya había olvidado, cuando un hombre en un escaparate
atrapó la mirada de Kedrik. Notó como los largos dedos del desconocido
colocaban cuidadosamente un par de tacones de mujer en la ventana. El
desconocido robó el aliento de Kedrik, así como su atención, haciendo
vacilar sus pasos.

La lujuria lo golpeó tan fuerte que pensó que había sido cegado por
un tren o una semi o algo muy grande y rápido.

Todo se le puso duro cuando vio las botas de cuero que llevaba el
hombre. Eran negras, curvaban sus pantorrillas y tenían hebillas de
plata brillantes que Kedrik deseaba deshacer con los dientes.

―Oye, Kedrik. ―Un tirón en su brazo lo hizo girar con una mirada
molesta a su cita, Phil, o Peter o algo―. ¿Que?

―Pensé que íbamos a cenar, no a mirar fijamente al tipo de la


ventana.

Justo en ese momento, el hombre del que hablaban se volvió, y


Amber Kell y Stephani Hecht

Kedrik sintió un puñetazo en el estómago. Intensos ojos verdes, tan


vivos como cualquier bosque, trabados con los suyos le hicieron temblar
de necesidad.

La conexión se rasgó entre ellos. Kedrik se obligó a sacudir su


mirada del sexy hombre. ―Sí. Vámonos.
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Una Historia De Hermanos Cob 3: El Valioso Cisne
Cada paso que tomaba más lejos de la tienda se sentía mal. Sus
instintos le decían que corriera de regreso y rogara por la atención del
hombre, pero se resistió. Los príncipes no rogaban.

Enderezando su columna, dio a su cita una brillante sonrisa y se


alegró cuando los ojos de su acompañante brillaron con lujuria. Tal vez
llevando al tipo a casa y joder sus sesos fuera podría deshacerse de la
abrumadora necesidad que vibraba a través de su sistema.

Dos días después, se detuvo frente a la tienda. No podía sacar al


hombre de su mente a pesar de un par más de noches de sexo duro.
Anoche, él solamente se pudo venir cuando imagino tener aquellas
grandes manos a través de su piel.

Un examen más detenido de la tienda mostró que era una


zapatería de alta gama. El tipo de lugar donde la gente gastaba mucho
dinero para cuidar sus pies con zapatos que parecían ser cosidos a mano
y hechos de cuero de primera calidad.

La curiosidad le hizo abrir la puerta mientras la necesidad lo tenía


buscando en la tienda por el guapo hombre de unas pocas noches antes.

―¿Puedo ayudarle?
Amber Kell y Stephani Hecht

La voz femenina detrás de él agitó su estómago en desilusión. Una


mujer muy bonita con un impactante cabello rosa y un corsé negro de
cuero sobre una blusa blanca le sonrió. Cuando salió de detrás del
mostrador, Kedrik vio que llevaba una falda corta de cuero, medias
negras y botas de cuero hasta el tobillo. Ella se veía bien pero ni la
mitad de increíble como el dios del sexo de sus sueños.
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Una Historia De Hermanos Cob 3: El Valioso Cisne
―Vi este lugar cuando caminaba la otra noche. Así que pensé en
echarle un vistazo, ―confesó Kedrik. Preferiría examinar al hombre que
estaba en la ventana, de cerca y de manera personal, pero no parecía
que el dulce vestido de cuero estuviera en el menú de hoy.

Tenía que admitir, el nivel de desaliento que sentía por no llegar a


hablar con un completo desconocido era superior. Se volvió hacia el
primer estante y empezó a ver las mercancías, mirando con indiferencia
unos brillantes mocasines. Su interés por los bienes palideció a lado de
su interés por el hombre.

―Bueno, avísame si necesitas ayuda con cualquier cosa. ―Su tono


le invitaba a hacer lo que quisiera con ella, pero nunca había sido el tipo
que jugaba con bocados femeninos.

―Yo me encargo, Jane.

Una voz profunda y deliciosa provocó escalofríos por la columna de


Kedrik. Volviéndose, se encontró con un par de familiares ojos verdes y
una voz dentro de él susurró.

Estoy taaaan caliente.

―Soy Cadell Shumaker. El dueño de este lugar.


Amber Kell y Stephani Hecht

El magnífico hombre llevaba una estrecha camiseta con una correa


de cuero atada a su bícep derecho. Un par de pantalones vaqueros
negros cubrían su mitad inferior. Kedrik no podía decir por los jeans,
pero pensó que las botas eran las mismas que el hombre había usado la
otra noche.

Un atuendo extraño para una zapatería, pero el acelerado corazón


de Kedrik, no podía encontrar ningún defecto. La polla de Kedrik se
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Una Historia De Hermanos Cob 3: El Valioso Cisne
elevó ante la testosterona que emanaba del sexy hombre. Nunca se
negaría a sí mismo, Kedrik sabía que atacaría tan pronto como él tuviera
la oportunidad. El no mantuvo el título de puta de la familia por nada.

Aceptó la mano que le ofrecía. ―Soy Kedrik Cob.

Cadell había conocido a muchos, muchos chicos lindos en su vida.


Kedrik Cob los puso en vergüenza. Pero entonces había estado
enamorado del príncipe desde su infancia, así que conocía las
características de Kedrik mejor que nadie en su vida. El pelo rubio de
Kedrik insinuaba más el oro que el amarillo ordinario, su rostro tenía
pómulos altos, ojos marrones líquidos con manchas de oro y una
impecable piel amielada que suplicaba por la mano de Cade para
marcarla. Pero eso no era todo, su cuerpo era el trabajo de los sueños
dominantes de Cade.

Kedrik no era el típico twink flaco, aunque apenas llegaba al


hombro de Cade. El hombre más joven tenía una estructura firme y
musculosa que mostraba que sabía cuidar de sí mismo. Cade sabía que
Kedrik se había ganado su físico de montar a caballo y otras actividades
al aire libre. Ahora, por fin, tenía la oportunidad de conocerlo cara a
cara y quizás reclamar su premio.

Cuando Cade había visto al hombre la otra noche, había tomado


Amber Kell y Stephani Hecht

todo su autocontrol para no perseguir al hombre calle abajo y


físicamente apartarlo de su cita. Él podría decir que el hombre con
quien estaba Kedrik era indigno. Después de todo no era Cade.

Cade inclinó la cabeza hacia Jane, diciéndole que ayudara al cliente


que acababa de entrar. Nadie iba a ayudar a Kedrik, solo él.

―¿Hay algo que estés buscando?


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Una Historia De Hermanos Cob 3: El Valioso Cisne
Kedrik miró a Cade de arriba a abajo. Su mirada, más una caricia
visual que un mero vistazo, puso a Cade más duro que el infierno.
¿Cuándo un hombre lo había vuelto al revés solo con sus ojos? Nunca. Su
madre había hecho un maldito buen trabajo cuando había elegido a la
pareja de Cade.

―Creo que encontré lo que estaba buscando. Kedrik dio un paso


más cerca y por primera vez, Cade casi retrocede del desafío de otro
hombre.

―¿Eso crees? ―Cade se burló. Viendo a Jane ocupada con un


cliente, Cade tomo la muñeca de Kedrik y lo arrastró a la trastienda
detrás de la puerta que decía “Solo empleados”. Abriéndola de un tirón,
arrastro a Kedrik dentro y bloqueo la cerradura detrás de él―. ¿Crees
que puedes manejarme?

Bajo la mirada de Kedrik, se quitó el lazo alrededor de su brazo.


Con movimientos rápidos y practicos, tiró de los brazos de Kedrik
detrás de él y ató sus muñecas. El hombre más joven hizo un sonido
suave.

―Si voy demasiado lejos, demasiado rápido, tú dices detente y yo


me detendré. ―Si Kedrik decía que había tenido suficiente, Cade
terminaría todo.
Amber Kell y Stephani Hecht

Kedrik movió los brazos un poco. ―Estoy bien. ―La lujuria hizo que
sus pupilas se ampliaran mientras miraba a Cade, se lamió los labios. El
barrido de su lengua rosada dejó sus labios mojados y acogedores.

Incapaz de resistir el encanto, Cade hundió sus dedos en el sedoso


cabello de Kedrik y lo puso de puntillas para poder saquear la suave y
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tentadora boca. Dulce.


Una Historia De Hermanos Cob 3: El Valioso Cisne
El hermoso y caliente hombre sabía a azúcar bajo la lengua de
Cade, haciéndole preguntarse qué había comido Kedrik antes de que
viniera a cazar a Cade. Le gustaba un hombre que sabía lo que quería,
sobre todo este hombre que Cade había esperado tanto tiempo.

Tomando a Kedrik más alto en la punta de sus pies, lo hizo perder


el equilibrio hasta que Kedrik tuvo que dejarse sostener por Cade. Su
cuerpo musculoso y delgado se relajó contra Cade, sus erecciones se
rozaron mientras el deseo lo golpeaba con una fuerza parecida a un
tsunami. No le dio a Kedrik ninguna opción mientras empujaba al hombre
más pequeño contra la pared y lo levantaba por el culo. ―Envuelve tus
piernas alrededor de mí.

Ahuecando las nalgas de Kedrik, Cade lo mantuvo entre su cuerpo y


la pared. Sus pollas se apretaban juntas causando gemidos duales. Dejó
de preocuparse si el mundo entero los oía. No había nada más que calor,
necesidad y Kedrik.

Cade rompió el beso para bajar su cabeza y morder el cuello de


Kedrik.

Márcalo.

Este hombre necesitaba tener una señal de que pertenecía a Cade.


Amber Kell y Stephani Hecht

Nunca había sentido ese nivel de posesividad antes. Por supuesto, desde
su temprana infancia ninguno de sus otros amantes había sido marcado
como su pareja, pero Kedrik no lo sabía todavía.

Cade mordió de nuevo, complacido cuando las caderas de Kedrik


convulsionaron contra él.

―Mío, ―gruñó contra la piel de Kedrik―. No dejes que otros te


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toquen. ―Kedrik gimió, frotándose contra él.


Una Historia De Hermanos Cob 3: El Valioso Cisne
Cade sujetó las caderas de Kedrik. ―No. Repite después de mí.
Pertenezco a Cade.

El rubio sacudió su cabeza. ―No. Yo...

―¡Me perteneces! ―Cade insistió―. ¡Dilo!

―Yo te pertenezco. ―Kedrik suspiró como si un gran peso se


hubiera levantado de su pecho con esas palabras.

―Bien. Te voy a hacer venir y luego me vas a chupar. ¿Entendiste?

Kedrik asintió. ―Sí, por favor.

Normalmente, Cade prefería que sus amantes lo chuparan primero


para llevarlo al borde, pero tenía una profunda necesidad de oler el
semen del hombre, para pintar su estómago con la semilla de Kedrik. El
extraño pensamiento casi lo sacó de su deseo lleno de lujuria, pero se
inclinó y ofreció su boca, borrando los pensamientos de Cade. Cade
colocó una mano alrededor de la parte posterior de la cabeza de Kedrik
para estabilizar sus labios y movió la otra en los pantalones de Kedrik,
envolviéndola alrededor de su polla.

Cade rompió el beso, sobresaltado por lo que su mano encontró.


Mirando hacia abajo, un gruñido bajo de necesidad rodó de su garganta.
Amber Kell y Stephani Hecht

A su nuevo sub le colgaba como a un caballo, un caballo bien dotado.

―Es una buena cosa que seas pasivo. No creo que muchos desearan
que le escariasen el culo con ese monstruo.

Kedrik le dio una maliciosa sonrisa. ―Te sorprenderías.

La furia corrió a través de Cade, caliente y veloz. Quería


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destrozar a cualquiera que se hubiera atrevido a tocar a su hombre.


Una Historia De Hermanos Cob 3: El Valioso Cisne
Apretó el eje de Kedrik, lo suficientemente fuerte como para que el
otro hombre entendiera el mensaje, pero no como para causar un
verdadero dolor. ―Será mejor que no lo vuelvan a experimentar. ¡Esto
me pertenece ahora! ¿No es así?

Kedrik asintió con la cabeza, jadeando mientras Cade manejaba su


polla con un toque de experiencia.

―Di las palabras.

―Te pertenece a ti.

―Buen chico. ―Él bombeó a Kedrik arriba y abajo y pensó en todas


las maneras encantadoras para entrenar al hombre.

Los ojos de Kedrik se abrieron bruscamente, y Cade se vio siendo


el foco de una expresión feroz en esos ojos generalmente cálidos. ―!No
soy un niño!

El tono helado de Kedrik, a pesar de su íntima conexión, casi hizo


que Cade retrocediera. Suprimió ese instinto mientras su deseo
aumentaba la nota de mando en la voz de Kedrik. Estaba ofreciendo a
Cade un regalo precioso. Algo que sabía que Kedrik no tomaba a la ligera.
Kedrik cedió porque encontró a un hombre digno de su sumisión. Cade
tomaría todo lo que le diera y haría que Kedrik trabajara por más.
Amber Kell y Stephani Hecht

El orgullo pulsaba a través del cuerpo de Cade. ―Entendido.


Mientras recuerdes que eres mío.

La boca de Kedrik elevo una comisura hacia arriba. ―Me


pertenezco a mí mismo, pero yo podría dejarte pedirme prestado un
poco.
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Una Historia De Hermanos Cob 3: El Valioso Cisne
Cade rió. ―Bien. ―Capturó de nuevo sus labios, aumentando su
deseo hasta que Kedrik gimió de nuevo y se retorció contra él.
Envolviendo su mano alrededor de la larga erección de Kedrik, bombeó el
eje, sin molestarse en esconder su sonrisa ante los ruidos desesperados
del joven mientras se retorcía contra su toque. Cade detuvo su mano
para que Kedrik supiera quién estaba a cargo de la situación.

Un silencioso gemido de angustia se deslizó por los labios de


Kedrik.

Cade cedió y volvió a mover su mano. Le mostraría quién estaría a


cargo de su relación más tarde. Esta primera vez quiso que Kedrik no
experimentara nada más que placer.

Tomando otro beso sólo porque podía, él prodigó atención a la sexy


boca de su amante y absorbió los suaves sonidos directamente de los
labios de Kedrik. Bombeando y apretando la polla de Kedrik, persuadió a
Kedrik al borde del orgasmo. ―Vente, ―susurró contra los labios de
Kedrik.

Con un grito, llegó Kedrik. La caliente salpicadura de semen contra


el estómago de Cade casi lo hace explotar. El olor de la liberación de
Kedrik puso a Cade más duro que una piedra. Él nunca había tenido el
olor tan bueno de otro amante.
Amber Kell y Stephani Hecht

Kedrik jadeó cuando Cade lo dejó en el suelo. Se tambaleó un poco


en sus temblorosos pies.

―Chúpame. ―demando Cade.

Incapaz de esperar a que Kedrik recobrara la compostura, Cade


casi arrancó sus vaqueros y liberó su polla. No era tan grande como
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Kedrik, pero pensó que el culo de Kedrik estaría agradecido por esa
Una Historia De Hermanos Cob 3: El Valioso Cisne
pequeña misericordia cuando llegaran a joder. Ayudó a Kedrik a ponerse
de rodillas y justo cuando estaba a punto de sentir esa perfecta boca
alrededor de él, alguien toco en la puerta.

―Me voy a almorzar. ―gritó Jane.

―Cierra la puerta y pon el letrero de “Volver más tarde” cuando te


vayas. ―Cade no quería ser interrumpido por un cliente.

―¡Disfruta tu sexo! ―La risa en la voz de Jane le hizo sonreír. Ella


era una buena amiga.

La oyó alejarse y se sobresaltó cuando Kedrik se inclinó lejos de


él.

―¿A menudo arrastras a extraños a la habitación de atrás para


tener sexo? ―La mirada herida en los ojos de Kedrik lo apuñaló en el
corazón.

Acarició el suave pelo de Kedrik en un gesto calmante que nunca


había ofrecido a un amante antes. ―No, pero me vio que te traje aquí y
se dio cuenta exactamente de lo que estaba haciendo. Dos hombres no
suelen pasar mucho tiempo juntos en el cuarto de atrás discutiendo
sobre la medida de sus zapatos.
Amber Kell y Stephani Hecht

Los ojos de Kedrik se calentaron de nuevo, haciendo que Cade


sintiera como si se hubiera ganado la puta lotería. Tenía la sensación de
que el dulce hombre de rodillas ante él iba a ser de alto mantenimiento.
Lo bueno es que sabía cómo usar una mano firme.

―Basta de hablar. Chúpame.


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Una Historia De Hermanos Cob 3: El Valioso Cisne
Pensó que Kedrik discutiría, pero en su lugar, recibió una cálida
sonrisa y la boca más caliente que había sentido envuelta alrededor de
su polla. Casi se vino con la primera succión como un muchacho de
diecisiete años.

Cade gimió, dejando que Kedrik oyera su placer. No siempre sería


tan generoso con sus sonidos, pero maldita sea, esta primera vez que no
podía resistirse. Él hundió los dedos en el sedoso cabello de Kedrik. Él
podría fácilmente obsesionarse con las hebras de color del sol de
Kedrik.

Kedrik abrió más y chupó a Cade hasta la raíz, algo que ninguno de
sus anteriores amantes incluso los sumamente experimentados, habían
podido hacer.

―Oh, joder.

El hombre debía carecer completamente de reflejo nauseoso.

Tomó una cantidad vergonzosamente corta de tiempo antes de que


se viniera en la garganta de Kedrik. Demonios, ni siquiera tuvo la
decencia de preguntar si todo estaba bien, antes de que disparara más
semen de su cuerpo de lo que había pensado anteriormente posible.

Cuando finalmente se suavizó y se deslizó entre los labios de


Amber Kell y Stephani Hecht

Kedrik, tuvo que poner una mano en la pared opuesta para evitar caer de
cabeza sobre él.

Respirando hondo, se agachó y ayudó a Kedrik a ponerse de pie.


Con un movimiento rápido de su muñeca, quitó la atadura de cuero y la
dejó caer al suelo mientras besaba a Kedrik de nuevo.
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Una Historia De Hermanos Cob 3: El Valioso Cisne
Mierda, era adicto. La historia de la infancia de su madre
finalmente se había hecho realidad.

Pareja.

Las señales estaban allí. Lo había negado lo mejor que pudo, pero
Kedrik era la pareja de Cade. Su entrometida madre le había dicho a
Cade que había marcado al joven príncipe, pero Cade siempre lo
descartó, junto con las historias de su gran poder mágico, que nunca
había visto en evidencia. Su hermana tenía más habilidad en su dedo
meñique de lo que su madre había demostrado.

Sin embargo, tan pronto como volvió a ver al príncipe, el hombre


que Cade había seguido a través de los mundos, sabía que en este caso
su madre había conseguido hacerlo bien. Cade tenía suficiente sangre de
elfo en él para sentir el pulso de la naturaleza, para tejer su trabajo con
más artesanía que la mayoría y aparentemente, si las historias de su
madre eran ciertas, para encontrar a su única y verdadera pareja.

¿Qué diablos iba a hacer ahora?


Amber Kell y Stephani Hecht
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Una Historia De Hermanos Cob 3: El Valioso Cisne

Capítulo Dos
Cade no debió haber sido el único en sentir la conexión porque
Kedrik dejó escapar un jadeo suave, aquellos ojos magníficos se
abrieron en shock.

Su temerosa mirada se clavó en el rostro de Cade y una sola


palabra se deslizó de sus labios. ―Detente.

Aunque no era una palabra segura oficial, estaba lo


suficientemente cerca, y Cade sabía que tenía que retroceder, o correr
el riesgo de perder la confianza de Kedrik para siempre. Retrocedió un
par de pasos, pero no llegó a salir de la habitación.

Kedrik sacudió levemente la cabeza, su cara palidecía. ―Yo solo...


yo no estoy listo. Es demasiado...

En opinión de Cade, no era lo suficientemente pronto. Había


estado observando al príncipe desde hace mucho tiempo. Había visto
cómo Kedrik se había desviado, necesitaba un ancla. Cade también sabía
que era él, el que finalmente podía darle a Kedrik la base que él deseaba.

Ahora no era el momento de apuntar todo eso, sin embargo.


Amber Kell y Stephani Hecht

Maldito sea todo.

Acercándose, Cade frotó sus nudillos a lo largo de la mejilla de


Kedrik. ―Tienes dos días. Es el tiempo que voy a darte para
acostumbrarte a esto. Estaré aquí, esperando por ti.
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Una Historia De Hermanos Cob 3: El Valioso Cisne
Kedrik asintió, sus labios se separaron ligeramente en estado de
shock. Rápidamente ajustó su ropa y corrió hacia la puerta. Justo
cuando la estaba abriendo, Cade dio una orden final.

―Sólo recuerda esto. Me perteneces. Así que, es mejor que no me


enteré de que estabas jugando con otro de tus amigos para joder. Sera
mejor que no te vengas por tu propia mano, tampoco. Tu placer es sólo
mío para dar, y voy a ser muy egoísta con ese regalo.

Un ligero gemido vino de Kedrik, y Cade no necesitó de sus


sentidos elfos mejorados para saber que sus órdenes convirtieron al
príncipe en un asunto de nadie. Después de una pausa, Kedrik asintió
otra vez.

―No, quiero oírte decirlo. ―le ordenó Cade con brusquedad.

―Sí, señor.

No pasó desapercibido que la última palabra pareció ser forzada.


Como si Kedrik no estuviera acostumbrado a usar el honorífico. Le dio a
Cade un embriagador placer al saber que él y solo él había sido el único
en el extremo receptor del mismo.

Kedrik se apresuró a salir, el sonido de sus pasos pronto seguido


por el tintineo de la campana por encima de la puerta. Cade permaneció
Amber Kell y Stephani Hecht

en el fondo, su mente repitiendo el encuentro.

En general, no había ido demasiado mal, incluso con Kedrik tirando


el acto de conejo asustado en el final. Cade incluso se permitió sonreír
satisfecho.

Asegurándose de que todo lo importante estuviera metido, salió a


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la tienda. Durante el resto de la jornada de trabajo, todo en lo que Cade


Una Historia De Hermanos Cob 3: El Valioso Cisne
podía pensar era en Kedrik y su sexy pequeña sonrisa. Maldito sea ese
Príncipe iba a volver a Cade loco a este ritmo.

A la mañana siguiente, Cade se despertó gruñón porque no había


dormido mucho. Lo único que había hecho era dar vueltas en la cama
mientras pensaba cuánto tiempo pasaría antes de volver a ver a Kedrik.
Mientras Cade se tambaleaba hacia la cocina, sólo tenía un pensamiento
en su mente: ¡café! Cuando vio a Zara esperando por él, su estado
anímico fue de malhumorado a molesto.

Maldita sea, ¿por qué su hermana tenía que elegir ahora de todos
los tiempos para entrar sin previo aviso? Ella se sentó con las piernas
cruzadas en la parte superior del mostrador con una expresión aburrida
en su rostro.

―Zara, es agradable ver que te disfrazaste solo para mí, ―dijo


Cade sarcásticamente. No es que se sorprenda. Zara siempre había
tenido su propia moda y nunca fue buena. Hoy, ella tenía su pelo largo,
castaño tan rastreado que una familia entera de ratones de campo
podría haber vivido inadvertida en ella. Sus labios estaban
embadurnados con una pesada capa de lápiz labial rojo y un delineado
oscuro rodeaba sus verdes ojos.
Amber Kell y Stephani Hecht

Su ropa de alguna manera logró ser peor. Todo negro, desde sus
medias de red rotas a su vestido rasgado de varias capas, ella parecía
una versión de la rechazada moza del pirata que conoce a la camarera de
turno del siglo.

Ella sonrió. ―Alguien está siendo difícil.


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Una Historia De Hermanos Cob 3: El Valioso Cisne
―¿Qué quieres decir con eso?

Nunca se podía estar seguro con Zara ya que le gustaba hablar en


acertijos y medias verdades.

―No le dijiste al príncipe que has estado caliente por él durante


años. ―Ella le sacudió un dedo.

―No es de tu incumbencia lo que pasa entre Kedrik y yo.

Ella soltó una risa estridente. ―¿Qué crees que tu pequeño


príncipe pensará cuando se entere de que eres un elfo y que sabes
desde el principio quién era?

―Le diré cuando llegue el momento. No tengo intención de


mantenerlo en la oscuridad para siempre.

―No, solo planeas joderlo hasta someterlo y luego esperar que


caiga tan enamorado de ti que no le importe que lo hayas acosado por
años.

―No lo he acosado. ―Cade gruñó.

Normalmente cuando usaba ese tono, la gente retrocedía. No con


Zara. Ya fuera porque tenía un gran par de tetas o el hecho que estaba
chiflada, no temía a Cade en lo más mínimo.
Amber Kell y Stephani Hecht

Saltó del mostrador y lentamente se dirigió hacia él.

―¿No lo has acosado? ¿En serio? ¿Entonces qué es lo has estado


haciendo exactamente? Porque si me preguntas, anhelar a alguien y
seguir cada uno de sus movimientos, parece la perfecta definición de
acoso. Demonios hermano, lo has seguido a la Tierra. Algo más acosador
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Una Historia De Hermanos Cob 3: El Valioso Cisne
y tendríamos que comprarte una furgoneta sin ventanas y una cámara de
alta potencia.

¡Ouch! Eso se acercó tanto a la verdad que dolió. No la parte de la


furgoneta y la cámara, sino todo lo demás. Cade había sentido la
atracción hacia Kedrik por años. Desde que su madre le dijo que el
príncipe seria su pareja.

Todavía recordaba la primera vez que había puesto los ojos en el


príncipe. Había sido hace cinco años, cuando un contingente de los elfos
había viajado a Aria para discutir las relaciones de los elfos y los
humanos con el rey y la reina.

Mientras Cade debería haber prestado toda su atención a la


pareja real, su mirada había sido continuamente atraída hacia su tercer
hijo mayor. Kedrik había sido joven en ese momento, pero Cade podía
ver claramente las señales del hombre en que se convertiría.

También había visto a un mocoso que necesitaba


desesperadamente ser refrenado. Incluso entonces, Kedrik tenía a
varios hombres jadeando tras él, y el príncipe los había examinado más
rápido que Zara su ropa interior.

Había matado a Cade estar a su lado y ver a todos esos bastardos


Amber Kell y Stephani Hecht

tocar lo que le pertenecía. Pero Cade se había forzado a controlarse


para no golpearlos a diestra y siniestra por dos razones. Primero, sabía
que Kedrik no estaba preparado para el tipo de relación que Cade
buscaba. En segundo lugar, la reina habría asesinado a su propio hijo
antes que verlo emparejado con un elfo.

Decir que la vieja reina era una perra intolerante habría sido una
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subestimación enorme. No había querido que ninguno de sus hijos


Una Historia De Hermanos Cob 3: El Valioso Cisne
estuviera con otro hombre, mucho menos uno que fuera una especie
diferente. Sólo las más finas mujeres nacidas en Aria serian para sus
príncipes.

Después de que la reina y el rey sucumbieran a la plaga, Cade se


contuvo de reclamar a su compañero para darle tiempo a Kedrik para
llorar. Cuando el príncipe abandonó el reino para vivir en la Tierra, Cade
supo que su tiempo de espera había llegado a su fin.

Había seguido a Kedrik entonces estableció su propio negocio. Una


vez que tenía todo establecido, había lanzado un hechizo sobre los
locales para atraer la atención de Kedrik.

Aunque, a decir verdad, Cade probablemente no había necesitado


el hechizo después de todo. No se le había escapado que Kedrik se
sintiera naturalmente atraído por el cuero. Es una de las razones por las
que fueran tan perfectos el uno para el otro.

―¿Cuál es la verdadera razón por la que estás aquí, Zara? Estoy


seguro como el infierno que no estás aquí porque me extrañabas y
querías ponerte al corriente.― Cade estallo.

Cuando Zara le dedicó una sonrisa satisfecha, como el gato que


había pisado el canario, Cade supo que no era bueno. Incluso inclinó la
Amber Kell y Stephani Hecht

cabeza de lado y dejo salir un sonido como un ronroneo satisfecho.

―Tengo noticias sobre tu pequeño chico príncipe.

No había nada pequeño sobre Kedrik, pero Cade guardó ese hecho
para sí mismo. Si Zara realmente tenía alguna información sobre Kedrik,
algo le dijo a Cade que necesitaba averiguar qué demonios era.
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―Bien, dímelo.
Una Historia De Hermanos Cob 3: El Valioso Cisne
Ella dejó escapar otra de esas risas estridentes, llegando incluso a
saltar unas cuantas veces en las puntas de sus pies. ―Tengo un secreto
y quieres saberlo.

Cade reprimió un escalofrío en respuesta a la locura que se


desprendía de ella. Aunque la amaba, a veces incluso le costaba entender
su comportamiento. Lamentablemente, ella no era la única
desequilibrada en la familia. Muchos elfos eran mentalmente inestables.
Era un rasgo que los había los había perseguido durante siglos y nadie
había sido capaz de averiguar por qué.

―Vamos, ambos sabemos que quieres contarme el secreto. De lo


contrario, nunca habrías venido aquí. ―Cade razono.

Ella se detuvo a media risa, sus labios apretados en un pensativo


O. ―¿Eso crees?

―Lo sé.

―¿En serio?

―En serio.

―Oh, está bien, supongo que puedo decírtelo. ―Sonrío―. Alguien


maligno está siendo difícil en Aria, y quiere matar a todos los príncipes,
Amber Kell y Stephani Hecht

incluyendo a tu hermoso.

El miedo corrió a través de Cade, seguido por la ira. La mera idea


de que Kedrik estuviera en peligro desencadenó todos los instintos
protectores de Cade. ―¿Quién está siendo difícil?

―Dicen que es la hermana. Que está corrompida por la oscuridad y


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busca matar a todos los demás herederos.


Una Historia De Hermanos Cob 3: El Valioso Cisne
Un gruñido bajo retumbó en su pecho. ―¿Me estás diciendo que
Kedrik está en peligro de ser atacado?

―No, ya ha ocurrido.

El pecho de Cade se tensó. ―Eso es imposible. Estaba conmigo


ayer y estaba bien.

―La magia funciona de maneras tan erráticas. Lo que afecta a


aquellos inmediatamente a veces golpea a otros más tarde.

―¡Maldición! ¿Y eso que quiere decir?

Sabía que la había empujado con demasiada fuerza cuando empezó


a tararear bajo su aliento mientras giraba un mechón de pelo enredado
alrededor de su dedo. Desesperado por respuestas, Cade se acercó y la
agarró con suavidad por los hombros.

―Por favor, Zara, dímelo. Sabes cuánto significa el para mí. Si


tienes algo amor por mí entonces me ayudaras.

Sus ojos se aclararon mientras ella se enfocaba en su cara.


―Kedrik está en grave peligro. La palabra es que su hermana ha enviado
cazadores para todos los hermanos y que tienen un alto precio en sus
cabezas.
Amber Kell y Stephani Hecht

Cade soltó una fuerte maldición y se dirigió hacia la puerta.

―¿A dónde vas? ―Zara preguntó.

―¿A dónde crees? Tengo que ir a avisarle. ―Más que eso, Cade
tenía que encontrar un lugar donde pudieran esconderse hasta que
encontrara una manera de mantener a Kedrik a salvo, si eso significaba
25

matar a la hermana del príncipe, que así fuera.


Una Historia De Hermanos Cob 3: El Valioso Cisne
―¡Oh no! ―Zara respiró.

Cade se congeló. Algo en la forma en que había hablado le dijo que


había más malas noticias. ―¿Qué?

Ella caminó lentamente hacia la ventana del frente y miró hacia


fuera. ―Ha salido el sol.

―¿Y eso que tiene que ver con algo?

―Esto significa que Kedrik ya ha huido.

¿Qué diablos significa eso? ―¿Él va a morir?

―Aún no. El hada se aseguró de eso.

―¿Quién?

―Su hada madrina, por supuesto. ―Zara apretó los labios―. Ella
es extraña ¿verdad?

Mira quien lo dice. ―Pero los cazadores siguen viniendo, ¿verdad?

―Sí, ni siquiera ella puede detenerlos. Así como no puede detener


completamente la maldición.

―¿Qué maldición?
Amber Kell y Stephani Hecht

―La que la hermana de Kedrik lanzo. ―Zara pisoteó el pie con


impaciencia―. ¿Acaso me estás escuchando?

―Estoy intentando, pero realmente lo estás haciendo difícil.

Ella hizo movimientos con las manos ahuyentándolo. ―Bien, ¿qué


estás esperando? Necesitas irte. Si los cazadores encuentran a Kedrik
26
Una Historia De Hermanos Cob 3: El Valioso Cisne
antes que tú, entonces tu príncipe no estará mejor que un animal muerto
en la carretera.

Sí, Zara realmente tenía facilidad de palabras. No queriendo oír


otra dosis de sus acertijos, Cade se precipitó a su auto compacto.
Mientras corría, el rezo a cada deidad que pudo pensar para llegar a
tiempo. El maldijo el hecho que él no podía transportarse de un lugar a
otro como lo hacían otros elfos. Cuando él había pedido ir a la Tierra, se
había visto obligado a renunciar a algunos de sus regalos a cambio y
condenado como si no fuera uno de ellos. Eso y controlar la naturaleza
fueron sus mayores pérdidas. Zara todavía podía lanzar bolas de fuego.
¿Cómo era justo eso?

Girando la esquina, encontró el camino completamente bloqueado


por el tráfico.

Las luces intermitentes parpadeaban delante, indicando un


accidente temprano en la mañana y por el aspecto del accidente, no se
iba a despejar pronto.

―¡Maldición! ―Cade grito, golpeando su palma contra el volante.

Debatió brevemente irse en reversa y encontrar otra ruta, pero


más coches se detuvieron detrás de él, encerrándolo ahí. El miedo se
Amber Kell y Stephani Hecht

clavó en el pecho de Cade. No se le escapaba que Kedrik pudiera estar


en ese momento bajo ataque.

Gruñendo otra maldición, apagó su coche y lo abandonó donde


estaba. Si lo remolcaban o robaban, que así fuera. El coche lo podría
reemplazar fácilmente. No se podía decir lo mismo de Kedrik.
27
Una Historia De Hermanos Cob 3: El Valioso Cisne
Corriendo lo más rápido que podía, Cade corrió por la acera hasta
el apartamento de Kedrik. Gracias a lo que Zara califico de acoso, Cade
sabía exactamente dónde vivía el príncipe.

Presionando su camino a través de la entrada principal del


complejo de apartamentos de lujo, Cade evitó el ascensor y se precipitó
por las escaleras de incendios al tercer piso. Una vez allí, sólo le llevó un
segundo localizar el departamento de Kedrik.

Golpeando en la puerta, Cade llamó, ―Kedrik, necesito que abras.


Es importante que hable contigo.

Mientras los minutos pasaban sin que Kedrik respondiera, El


estómago de Cade cayo. Cuando Kedrik no vino a la puerta, Cade decidió
que necesitaba tomar medidas drásticas. Levantando el pie, dio una
patada en la madera.

Normalmente, el pesado roble habría resistido un asalto, pero


como era elfo, era mucho más fuerte que cualquier humano. La puerta se
abrió de golpe y se resquebrajo en el centro, dejando atrás todo tipo de
interesante daño.

Incluso antes de que Cade entrara, sabía que las cosas no estaban
bien. Si bien él no veía a Kedrik siendo el mejor amo de casa, de alguna
Amber Kell y Stephani Hecht

manera dudaba de que fuera tan desordenado.

Los muebles estaban volcados y esparcidos, la mayoría de los


cojines del sofá estaban rasgados y el relleno regado en el suelo.
Papeles, vidrio y otros artículos rotos se unieron al desorden.

―¡Kedrik! ―Gritó Cade, aunque podía sentir que nadie más estaba
presente.
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Una Historia De Hermanos Cob 3: El Valioso Cisne
El palideció cuando noto manchas de sangre manchando una
ventana rota en la sala. Varias plumas blancas quedaron atrapadas en los
bordes afilados del cristal. Agarrando una, Cade se puso pálido cuando
las palabras de su hermana volvieron a él.

Kedrik ya había huido.

¡Mierda! Esto no era bueno. Ni por asomo. Porque si lo que Cade


sospechaba era cierto entonces su príncipe era ahora algo más y seguro
como el infierno no era humano.
Amber Kell y Stephani Hecht
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Una Historia De Hermanos Cob 3: El Valioso Cisne

Capítulo Tres
Cuando Kedrik volvió a sus sentidos, comenzó a temblar. El olor a
cloro llenaba el aire. ¿Dónde diablo estaba? Parpadeando, vio un círculo
de tumbonas alrededor del agua en la que se encontraba. Pataleando
para mantenerse a flote, la piel de Kedrik picaba y la carne de gallina se
deslizo por su cuerpo cuando se dio cuenta de que estaba solo en una
piscina extraña. ¿Por qué un pájaro se detendría en un área de agua
llena de cloro? Habría pensado que sus sentidos de pájaro habrían
encontrado un lago, un estanque o infiernos incluso una fuente.

Memorias de los cazadores asaltando su apartamento atravesaban


su mente como una mala película. Figuras idénticas en negro llevando
armas y tratando de matarlo o capturarlo. No se había quedado el
tiempo suficiente para intentar averiguar quién.

¿Qué estaba pasando? ¿Y cómo jodido se había convertido en un


cisne? Recordaba claramente volar, que fue bastante genial pero
agotador, y encontrar agua, que resultó oler mal a sus sentidos de
pájaro, pero había estado demasiado cansado para volar de nuevo. Volar
tomaba un montón de energía cuando no estaba acostumbrado a aletear
sus alas o incluso tener alas. No sabía cómo había ocurrido, pero en un
Amber Kell y Stephani Hecht

minuto estaba tratando de no ser asesinado, y al siguiente, él estaba


batiendo sus alas fuera del edificio.

Kedrik se frotó distraídamente el brazo. Su brazo izquierdo dolía.


En el agua, no podía ver lo que estaba mal con su brazo, pero ardió como
un corte con papel frotado con limón.
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Una Historia De Hermanos Cob 3: El Valioso Cisne
Mirando hacia abajo, pudo ver que estaba completamente desnudo
en la piscina, lo que tenía sentido porque estaba casi seguro de que los
cisnes no llevaban bañadores. Afortunadamente, estaba lo
suficientemente frío afuera para que alguien estuviera tumbado junto a
la piscina o él tendría que responder preguntas aún mayores.

¡Mierda!

¿Qué iba a hacer? La piscina estaba asentada en el centro de un


complejo de apartamentos con una cantidad aterradora de ventanas de
cara al agua. Mostrar sus desnudas partes masculinas a cualquiera
mirando por la ventana no le parecía una manera divertida de pasar la
noche.

Sus brazos temblaban como si hubiese levantado demasiado peso y


le dolía la columna por torcerla en formas no destinadas a un ser
humano. Imágenes de sus hermanos pasaron por su cabeza. Él tenía que
encontrarlos y asegurarse de que estaban a salvo. Si los cazadores lo
seguían, sus hermanos tendrían sin duda los mismos problemas. Su boca
se secó mientras pensaba en qué magia sucia debía haber sido levantada
para transformarlo en un cisne contra la naturaleza y la voluntad.

¿Todos sus hermanos se convirtieron en cisnes? ¿Qué podrían


hacer para detenerlo? Todos los hechizos tenían un plan de escape. Era
Amber Kell y Stephani Hecht

sólo cuestión de encontrarlo.

El estómago de Kedrik gruñó, recordándole que hacía mucho


tiempo que no comía. Su estómago humano definitivamente no apreciaba
la adición del agua clorada que se deslizaba por sus entrañas.

La brisa heló su piel ya fría, y deseó desesperadamente a Cade.


31

Pero ¿debería hacerlo? Kedrik no sabía si podía confiar en el hombre y


Una Historia De Hermanos Cob 3: El Valioso Cisne
ciertamente no sería la primera persona en la historia en ser traicionada
por un amante.

Desafortunadamente, Cade era el único hombre con el que Kedrik


alguna vez había sentido una conexión tan instantánea. Ahora, en este
estado vulnerable, anhelaba el hombre al que antes había empujado
lejos.

―Ahí estás, cariño.

Kedrik roto la cabeza alrededor del tono aliviado de Cade. ―¡Cade!


¿Qué estás haciendo aquí?

Finalmente, viendo una serie de escaleras, Kedrik nadó hacia ellas


hasta que pudo agarrar la mano tendida en la parte superior de la
piscina. Sin vacilar, se arrojó a los brazos de Cade. Simplemente ver a
alguien familiar calmo sus nervios.

―Aquí, bebé, ponte esto. ―Cade se quitó la chaqueta y se la


entregó.

Kedrik se ruborizó al recordar su desnudez. El entusiasmo por la


aparición de Cade había dispersado su mente. Con dedos temblorosos,
Kedrik intentó subir la cremallera. Después de un minuto de forcejeo,
sus manos fueron retiradas con suavidad.
Amber Kell y Stephani Hecht

―Hey, yo lo hago. ¿Estás bien? ―La voz serena y tranquilizadora


de Cade calmo sus nervios.

Él asintió. Le tomó un segundo ordenar sus pensamientos lo


suficiente como para responder.
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Una Historia De Hermanos Cob 3: El Valioso Cisne
―¿Cómo me encontraste? ¿Por qué me encontraste? ―El alivio
puro de ser encontrado desapareció cuando se preguntó cómo supo Cade
donde estaba.

―Estás en mi complejo de apartamentos. Fui a tu casa para hablar


contigo y encontré cristales rotos y sangre. Te he estado buscando todo
el día. Cuando no pude encontrarte, volví a casa para reunirme con mi
hermana y buscar los números de los hospitales locales. Estaba
preocupado de que te hubieras lesionado.

Kedrik miró alrededor del lugar con nuevos ojos. ―Este es un


bonito lugar.

Cade asintió. ―Me gusta. Por qué no vienes arriba antes de que
alguien mire afuera y se queje sobre un hombre semidesnudo―

Teniendo en cuenta que la chaqueta de Cade cubría la mayor parte


de su cuerpo, dudaba que alguien se quejara, pero había una brisa fría y
el agua le había helado la piel. Kedrik estaba demasiado congelado para
decir algo a través de sus dientes rechinando. Seguía sin saber si podía
confiar en Cade que convenientemente apareció cuando Kedrik lo había
necesitado, pero como carecía de ropa, no tenía muchas opciones. No
sabía cómo volver a casa.
Amber Kell y Stephani Hecht

Kedrik tropezó en la cubierta.

Antes de que pudiera decir 'ow', Cade lo levanto y se dirigió a la


puerta de cristal.

―Si pudieras agarrar esa manija por mí. Cade asintió hacia la
entrada.
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Una Historia De Hermanos Cob 3: El Valioso Cisne
―Oh, claro. ―Kedrik agarró el rectángulo de metal y lo tiró lo
suficientemente amplio como para deslizarse dentro.

Cade se acercó a un elevador. ―Presiona la flecha hacia arriba.

Obedientemente Kedrik presionó el botón. Brillo ante su toque.

Unos minutos más tarde, las puertas se abrieron. Una pareja de


ancianos los miró antes de bajarse.

Kedrik se preparó para un comentario mordaz. Él estaba más que


un poco sorprendido cuando pasaron sin decir una palabra.

―Ellos hacen un par tan lindo. ―La voz de la anciana se dirigió


hacia ellos cuando Cade llevó a Kedrik al ascensor.

Cade rió. ―Nunca se sabe con la gente.

Kedrik asintió con la cabeza. ―Ahora puedes ponerme abajo.


Prometo no tropezar en el elevador.

Por un segundo, no pensó que Cade lo iba a liberar, pero al final se


puso en pie. Observó a Cade presionar el botón P.

―¿Vives en el penthouse?

Cade se encogió de hombros. ―Tengo dinero familiar.


Amber Kell y Stephani Hecht

Kedrik aceptó su explicación. Interrogaría a Cade sobre su familia


más tarde. En este momento, quería una ducha caliente y algo de ropa.

El elevador timbro otra vez y las puertas se abrieron revelando


una entrada de mármol. Cade envolvió su mano en el brazo de Kedrik y lo
jalo adentro Cade envolvió una mano alrededor del brazo de Kedrik y lo
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Una Historia De Hermanos Cob 3: El Valioso Cisne
hizo avanzar. ―Puedes quedarte conmigo por un tiempo hasta que
arregles tus cosas.

Sus anteriores pensamientos volvieron a su mente. ―¿Tienes un


celular? Quiero llamar a mis hermanos.

―Por supuesto. ―Cade le entregó su teléfono. Con su atención en


la marcación, Kedrik siguió ciegamente a Cade mientras pulsaba las
teclas del teléfono y luego marcaba de nuevo cuando no recibió
respuesta la primera vez. Ninguno de sus hermanos respondía a sus
llamadas frenéticas.

―No puedo encontrar a ninguno. ―Kedrik soltó otra maldición


antes de entregar el teléfono de Cade―. Y ninguno de sus teléfonos
está incluso mandando a correo de voz.

Kedrik temía que cualquier magia que lo hubiera transformado en


un cisne probablemente no le permitiera simplemente coger un teléfono
y llamar a sus hermanos. Sólo la magia oscura podría obligar a alguien a
transformar su forma sin tener en cuenta la voluntad. Había habido
rumores mientras él había vivido en Aria que su madre había curioseado
en las artes más oscuras. Kedrik siempre había pensado que era gente
rencorosa que trataba de arruinar a una reina. Taylora siempre estaba
cerca de su madre. Si la reina trataba con poderes oscuros, no sería una
Amber Kell y Stephani Hecht

gran sorpresa que su hermana también lo hubiera hecho.

Cade apretó el hombro de Kedrik. ―Hey, va a estar bien.

Kedrik retrocedió un paso de Cade. Para un extraño, Cade estaba


tomando toda esta situación extremadamente bien. ―No me
preguntaste por mis hermanos. ―Entonces se dio cuenta que Cade no le
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Una Historia De Hermanos Cob 3: El Valioso Cisne
había preguntado nada―. Y no dijiste nada sobre encontrarme desnudo
en tu piscina. ¿Por qué no me estas preguntado nada de esto?

La desesperación lo inundó al darse cuenta de que estaba solo en


un mundo extraño sin el apoyo de sus hermanos y en presencia de un
hombre que no parecía tener ninguna respuesta para sus preguntas.

El corazón de Cade dolía por el príncipe. Con un poco de suerte


ellos podrían resolver su problema. ―¿Por qué no subes a la ducha? Sé
que estás confundido ahora, pero podemos hablar después de que te
calientes. Trata de confiar en mí un poco más. Límpiate y voy a buscarte
algo de ropa

Kedrik miró a Cade de arriba a abajo. ―No creo que nada de lo que
tengas me vaya a quedar.

―Mi hermana me visita mucho. Pienso que ella dejó algún chándal
olvidado, y estoy seguro de que tengo una camisa de repuesto. No
importa si es grande.

―Mientras no sean rosa fuerte, estarán bien, ―dijo Kedrik.

―¿Qué tal púrpura? ―Cade le dio al príncipe una sonrisa perversa.

―Gracioso. Muy gracioso.


Amber Kell y Stephani Hecht

―Ya me lo imaginaba. ―Cade envolvió un brazo alrededor de la


cintura de Kedrik y lo condujo por el pasillo hacia el baño. Desde un
armario, sacó una toalla y una bata y se las entregó―. Hay jabón en la
ducha, y tengo un depósito de agua grande. Tárdate lo que quieras.

―Gracias. ―Kedrik se mostró agradecido. Pobre tipo.


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Una Historia De Hermanos Cob 3: El Valioso Cisne
Cade se resistió para ofrecerse a limpiar la espalda de Kedrik.
Acaricio el hombro del príncipe y obligó a sus pies a alejarse.

Se dirigió a la cocina para hacer algo de comer a Kedrik, tratando


de convencer a su erección de que realmente no quería unirse al mojado
y desnudo hombre en la ducha. Desafortunadamente, ninguna parte de
su cuerpo estuvo de acuerdo con esa evaluación.

Un golpe en la puerta le hizo dejar las guarniciones del sándwich


cuando fue a ver quién había llegado. Giró la perilla y la abrió, miró a su
visitante durante varios segundos antes de retroceder.

―Debería haber sabido que vendrías. Podrías haber llamado.

―Ahora, hermano, sabes que tenía que venir y asegurarme de que


no habías estropeado esto―. Zara batió sus ojos delineados de kohl.
Marchando a su lado, esperó que él cerrara la puerta detrás de ella.
Maldita sea, debe estar planeando quedarse un rato. Imágenes de unirse
a un mojado, sexy Kedrik las sacó de mala gana de su mente.

―Se está duchando. Creo que se transformó en un cisne.

―Bueno, por supuesto que lo hizo. De eso se trata la maldición. Esa


perra de su hermana se lo hizo. ―Sentándose en la barra de la cocina,
se dejó caer sobre un taburete y apoyó la barbilla en una mano,
Amber Kell y Stephani Hecht

exponiendo sus bien mordidas uñas.

―Maldita sea, pensé que podría ser ella. Es la única que tiene algo
que ganar con la muerte de los príncipes. ¿Sus hermanos también fueron
maldecidos?

―Sí. Ella los maldijo a todos. Ella quiere la corona para su propia
37

personita.
Una Historia De Hermanos Cob 3: El Valioso Cisne
―¿Cómo lo descubriste? ―Cade miró a su hermana, consternado
ante la noticia. Kedrik no iba a tomar bien esta traición.

Zara se encogió de hombros. ―Oí a algunas sirenas hablando


cuando fui a la playa hoy. Aparentemente, uno de los príncipes se enrollo
con un chico pez.

―¿Cuál? ―Cade no sabía mucho de los otros príncipes. Su fijación


siempre había sido Kedrik.

―Fisher.

Cade soltó un resoplido. ―Figúrate. Si alguien iba a enlazarse con


un tritón, sería el.

Zara rió entre dientes. ―¿Kedrik es consciente de que sabes quién


es él?

―No.

―¿Vas a decírselo?

―No tiene que hacerlo.

Cade se dio la vuelta para ver a Kedrik de pie en la puerta con el


chándal de Zara y una camiseta suelta. Su expresión no invitaba a
Amber Kell y Stephani Hecht

confidencias. ―¿Quién eres tú, en realidad, y no me mientas? Los


escuche hablando.

El corazón de Cade golpeó en su pecho. No podía perder a Kedrik


ahora. No después de que hubiera dejado todo para estar cerca de él.
―Soy Cadell Shumaker, un medio elfo de Aria.
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Una Historia De Hermanos Cob 3: El Valioso Cisne
Kedrik palideció y agarró la pared para estabilizarse. Tomó todo el
control de Cade, no caminar hacia el hombre.

―¿Estás trabajando con mi hermana? ¿Acerca de qué más me


mentiste?

―¡No! ¡No, bebé, no estoy trabajando con Taylora!

Avanzando, Cade cedió a su instinto de jalar a Kedrik cerca. ―Shh.


No te enojes.

―Deberías sentirte halagado ―murmuró Zara―. Abandonó todo


para seguirte a la Tierra.

Cade quiso pegarle cinta a la boca de Zara cuando Kedrik levantó


la cabeza para mirarlo a los ojos.

―¿De qué está hablando ella?

Gimiendo, Cade le dio un rápido beso en caso de que fuera la última


vez que tuviera a Kedrik en sus brazos. Dando un paso atrás, cruzó los
brazos sobre su pecho. Un gesto protector que no pudo detener. Kedrik
podría destruir a Cade si lo rechazaba. Nadie más tenía ese poder.

El recuerdo de su primer encuentro brilló en su cabeza. ―Te vi por


primera vez hace cinco años. Estabas en el baile del solsticio de pie con
Amber Kell y Stephani Hecht

tus hermanos. Dack estaba hablando y tú echaste la cabeza hacia atrás


riendo. Me enamoré en ese momento. Mi familia siempre se enamora a
primera vista, pero no siempre conseguimos al objeto de nuestros
afectos. Cuando me enteré de que te dirigías a la Tierra, yo también lo
hice. ―Cade dejó fuera un montón de la historia, pero no creía que
Kedrik estuviera preparado para escucharlo todo.
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Una Historia De Hermanos Cob 3: El Valioso Cisne
Kedrik frunció el ceño. ―¿Por qué esperaste tanto tiempo para
conocerme? Estaba planeando dejar la Tierra pronto.

Cade evitó la mirada del príncipe. ―Tenía miedo de acercarme a ti


y descubrir que no estabas interesado.

―Déjame entenderlo. ¿Me has seguido por casi cinco años y ahora
eres tímido?

―Es muy fácil admirar desde lejos. Es más difícil decirle a alguien
que lo amas cuando ni siquiera estás seguro de que le gusten los
hombres. ―Cade caminó mientras hablaba, incapaz de mirar al amor de
su vida mientras confesaba su obsesión.

Afortunadamente, su hermana interrumpió. ―No importa que mi


hermano sea un acosador. Tienes problemas más grandes.

―¿Más grande que descubrir que mi amante no es lo que parece?

Zara se echó a reír. ―Sí, emplumado, hay problemas más grandes


que tu pequeña aventura con mi hermano. Tus otros hermanos se
convirtieron en cisnes. Como ya has adivinado, tu hermana está
involucrada. Mis espías piensan que ella hizo un pacto con un hechicero
para ganar poder y matar a tus hermanos, pero tu hada madrina la
detuvo.
Amber Kell y Stephani Hecht

Kedrik se echó a reír. ―No tengo un hada madrina.

―Sí, la tienes. ―Zara sacudió la cabeza―. ¿Cómo puedes no saber


eso? Tu madre la desterró cuando eras joven.

―¿Por qué?
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Una Historia De Hermanos Cob 3: El Valioso Cisne
―La reina la consideró no apta, pero siempre hemos pensado que
era porque la reina no quería que controlaran sus acciones. Tú madre
estaba coronada en magia mala.

Kedrik se desplomó contra la pared. ―Siempre sospeché. Todos


pensábamos que ella estaba en algo malvado. ―Él agitó su mano de
manera ineficaz―. Pero ella era nuestra madre y no queríamos tener
razón. Quiero decir, es mejor pensar que ella podría haber incursionado
en algo equivocado que saberlo con seguridad.

Cade se rompió y se acercó a Kedrik. Envolvió al príncipe en sus


brazos. ―Tienes que creerme que no planeaba engañarte. Iba a decirte
quién era yo tan pronto como tuviéramos un momento tranquilo juntos.

Kedrik soltó un largo suspiro. ―Te creo. Ojalá te hubieras


presentado antes, pero te creo que eres sincero.

Cade no se relajó. Kedrik dijo todas las cosas correctas, pero la


tensión en su cuerpo no se relajó.

―¿Qué estás pensando?

―Que debo salir de aquí antes de que vengan los cazadores.


Podrían rastrearme hasta aquí. ―Le dio a Cade una sonrisa agridulce―.
No podía soportar la idea de perderte. ―Acuno la cara de Cade y le dio
Amber Kell y Stephani Hecht

un beso suave.

El pánico atravesó el cuerpo de Cade. ―¿Qué? ¡No, espera!

Mientras Kedrik se sacudió de los brazos de Cade, sintió que su


corazón se le rompía también.
41
Una Historia De Hermanos Cob 3: El Valioso Cisne
Sin embargo, antes de que Kedrik alcanzara la puerta, se abrió de
golpe y cuatro hombres vestidos de negro irrumpieron en la habitación.
Amber Kell y Stephani Hecht
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Una Historia De Hermanos Cob 3: El Valioso Cisne

Capítulo Cuatro
Dack saltó sobre una rama caída de un árbol, sus pies golpeando el
suelo con un ruido sordo. No se atrevía a tomar un descanso para
quitarse el dolor, no con los sonidos de los cascos de los caballos
acercándose a cada segundo que pasaba.

Se atrevió a mirar detrás de él, pero lo único que vio fue


oscuridad, mucha oscuridad. Por supuesto, no importaba qué hora era.
Una de las razones por las que había elegido este lugar para esconderse
era porque se llamaba Carpe Noctem, que significa Aprovecha la Noche.

Algunos decían que era la magia la que mantenía el bosque envuelto


en la oscuridad. Otros dijeron que era debido al denso follaje de los
árboles. Desde que Dack ya había cambiado a su forma de cisne y al
revés, ahora estaba inclinado a creer la primera.

La mayoría de los hombres cuerdos nunca traerían a sus caballos al


bosque por miedo a lastimarlos o algo peor. La oscuridad no hacia
precisamente que las condiciones para cazar fueran buenas
Desafortunadamente para Dack, los secuaces de Taylora estaban tan
locos como ella. Debía ser algo en el agua del castillo.
Amber Kell y Stephani Hecht

―¿Dónde está? ―Gritó una voz masculina.

―¡Por aquí! Puedo ver donde ha roto algunas ramas ―dijo otro. La
segunda voz era demasiado familiar. Mientras que Dack aún no había
aprendido el nombre del hombre, él sabía que él era el cazador principal
de Taylora. Con el pelo negro enmarañado, los penetrantes ojos azules y
43
Una Historia De Hermanos Cob 3: El Valioso Cisne
un cuerpo que parecía haber sido forjado en acero, el cazador gritó con
maldad y voz siniestra.

Mordiendo un grito de miedo, para no darles su ubicación, Dack


cambió de dirección y tropezó. Al igual que una de esas chicas en las
películas de terror de la Tierra que solía ver en el espejo mágico.

El barro salpicaba por todo su cuerpo, arruinando su ropa. No hace


tanto tiempo, algo así no lo habría molestado. En el castillo, tenía un
armario lleno de ropa. Ahora, sin embargo, todo lo que tenía eran
harapos que ni siquiera eran aptos para un campesino.

Los había robado del tendedero de ropa de una pobre familia, lo


que le había hecho sentirse peor por su robo. Pero no tenía otra opción,
ya que estaba seguro de que un hombre desnudo iba a atraer todo tipo
de atención y eso era lo último que necesitaba.

Cada vez antes de que supiera que su cambio vendría, tenía que
encontrar el cuerpo de agua más cercano, desnudarse y esperar. Aunque
no era la mejor opción, no quería perder la única vestimenta que tenía.

Desesperado, cerró los ojos y susurró: ―Petra, ¿dónde estás?

Era como si ahora alguna barrera los separara. Tal vez el mismo
que impidió que Dack pudiera encontrar su camino de regreso a la casa
Amber Kell y Stephani Hecht

de ella.

Desde que había salido como cisne volando de su ventana, no había


podido localizar a su hada madrina. Maldita sea, si no la necesitaba
también. El extrañaba su cama tibia y el dulce té que ella solía hacerle.
Incluso si su cocina apestaba, seguro como el infierno, era mejor que
tener que vivir hurgando en busca de plantas y bayas que pudiera
44

obtener.
Una Historia De Hermanos Cob 3: El Valioso Cisne
Como era de esperar, la cabeza hueca, pero bien intencionada hada
madrina no apareció.

Los sonidos de los caballos se acercaban, los aullidos de los perros


se unieron. Dack soltó un pequeño grito de angustia, pero rápidamente
se puso de pie de nuevo y corrió aún más fuerte. Sus mal ajustados y
baratos zapatos hacían poco para proteger sus pies ampollados.

Cayó otra vez, esta vez aterrizando en un montón de estiércol. No


sabía de qué tipo era, ni tenía tiempo para preocuparse. Los cazadores
estaban tan cerca ahora que su única opción era encontrar un lugar para
esconderse y esperar que sus malditos perros no lo rastrearan.

Dejó escapar un bufido mental de burla. Había poca probabilidad


de que eso sucedería. Se rumoreaba que los perros eran los mejores
rastreadores. Dack sabía que tenía pocas posibilidades de escapar de su
atención.

Él todavía tenía que tratar. El no defraudaría a sus hermanos


mayores convirtiéndose en un cobarde y solo rendirse sin pelear.
Observando un grupo de densos arbustos, se zambulló.

Las espinas se clavaron en su carne, causando un dolor ardiente


que se precipitó sobre su cara y sus brazos. Se obligó a ignorar el dolor
Amber Kell y Stephani Hecht

y se concentró en encontrar el mejor lugar para esconderse entre los


arbustos.

Acababa de instalarse cuando llegaron los cazadores. Esperaba


que siguieran adelante, pero el malvado de ojos azules levantó una mano
y los obligó a detenerse.

El corazón de Dack latía salvajemente en su pecho cuando se


45

encontró mirando las patas de los sementales. Mierda en una galleta. No


Una Historia De Hermanos Cob 3: El Valioso Cisne
podían estar a más de seis metros de él. A esa distancia, no había
manera en el infierno que esos feos perros de ellos no lo encontraran.

No se podía negar que los chuchos eran feos, también. Casi tan
grandes como ponis, las cosas estaban cubiertos de pelo negro grueso y
fibroso y tenían colas cortas que acababan en punta al final. Sus orejas
eran tan cortas, casi llegaban al cráneo, y los hocicos de las bestias
parecían deformados por sus grandes colmillos.

Como si fueran uno, los perros levantaron sus narices en el aire y


empezaron a olfatear. Dack se tensó, esperando los aullidos que
indicaban que habían encontrado su presa, pero extrañamente, los
animales permanecieron en silencio.

Entonces tomó un profundo olor, y tuvo su respuesta. ¡Por


supuesto! Su olor estaba cubierto por el olor a estiércol. Lo que le había
hecho maldecir en frustración momentos antes había terminado siendo
su salvación. Si pudiera, se habría reído de la ironía de la situación.

Con la misma rapidez, sacudió esa teoría. Incluso los perros de


caza normales serían capaces de detectar su olor, cubierto de estiércol
o no. Entonces, ¿qué le estaba salvando? Buscó las posibilidades, pero se
quedó en blanco.
Amber Kell y Stephani Hecht

Sin embargo, tenía que haber algo escondiéndolo, de lo contrario


los perros ya estarían sobre él. Dack frunció el ceño. Si no hubiera
sabido mejor, habría jurado que era magia lo que le estaba ayudando.
Pero, eso fue estúpido. Él no tenía ninguna habilidad mágica.

Cuando los cazadores continuaron rezagados, la inquietud de Dack


empezó a subir de nuevo.
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Una Historia De Hermanos Cob 3: El Valioso Cisne
¡Ve! ¡Lárgate ya! ¡Maldita sea, márchate y déjame con un infierno
solo!

Mierda, no fue hecho para toda esta jodida clase de correr y


esconderse. Como el más joven de la familia, siempre había sido adorado
y protegido -en algunos casos sobreprotegido- lo que podía haber sido
agradable, y sabía que los demás sólo tenían sus mejores intenciones en
el corazón, pero ahora lo dejo perdido acerca de cómo sobrevivir

¿Cómo pudo Taylora hacerle esto? Eso era lo que más dolía. El
hecho de que la hermana por la que siempre había visto pudiera volverse
contra el tan fácilmente. Se preguntaba si alguna vez ella se había
preocupado por el o solo había sido un acto.

Mira lo estúpido que es Dack. Es tan fácil de engañar. ¡Ha! Es


increíble que incluso pueda atarse sus propios zapatos por la mañana. Es
algo bueno que él fuera el menor porque no había manera que un tonto
como él pudiera dirigir una fiesta de cumpleaños, mucho menos un reino.

―¿Dónde crees que pudiera estar? ―Preguntó uno de los


cazadores.

La sangre de Dack se heló al mirar al de ojos azules. Por lo que


Dack podía decir, él era el líder.
Amber Kell y Stephani Hecht

―No puede estar lejos de aquí. Por lo que Taylora nos dijo, el único
ejercicio real que el mocoso alguna vez tuvo fue el ir de su cama al baño
y luego de regreso. ―Dijo el líder.

La boca de Dack se abrió en shock. ¡Eso no era cierto! Aunque pudo


no haber tenido la misma formación que Landon y los demás, Dack
todavía tomaba algunas lecciones de esgrima y equitación. Fisher incluso
47

había empezado a entrenar con Dack, así el sabría cómo usar sus puños,
Una Historia De Hermanos Cob 3: El Valioso Cisne
también. Dack lamentaba que sólo hubieran tenido tiempo para unas
cuantas sesiones, o de lo contrario mostraría a estos malditos
cazadores quien era el débil.

Sonaron disparos. Eran tan inesperados que Dack casi se entregó


gritando en reacción. En su lugar, puso una mano sobre su boca para
sofocar cualquier ruido que pudiera escaparse.

―¿Qué diablos estás haciendo? ―El líder le preguntó al cazador


que llevaba una pistola.

Desde el aspecto de la pistola, era un modelo de la Tierra, que fue


otra forma de ironía, ya que siempre profesaron estar por encima de
ese mundo.

―Vi algunos cisnes, así que les disparé.

―¿Por qué?

―Supuse que si uno de ellos fuera un príncipe, podríamos acabar


con él de esa manera. Dado que, parece que no podemos atrapar a
ninguno de ellos, pensé que tal vez una táctica diferente funcionaría.

Dack clavó los dedos en el barro fresco. ¡Sí! Por lo que oía, sus
hermanos estaban vivos y a la fuga como él. Aunque solamente se
Amber Kell y Stephani Hecht

preguntaba cuánto tiempo antes de que uno de ellos fuera capturado.

―Todo lo que necesitamos hacer es matar uno y luego todos


morirán. El hechizo de Taylora ha atado sus fuerzas vitales juntas.

Dack se alegró de que todavía tuviera su mano en su lugar o


hubiera gritado en voz alta, “Oh infiernos, no” a eso.
48

Mierda. Maldición. ¡Doble maldición!


Una Historia De Hermanos Cob 3: El Valioso Cisne
Ahora, si no sobrevivía, el estaría defraudándolos a sus hermanos
de la peor manera, porque morirían junto a él. El mero pensamiento de
Aria sin Landon, Fisher, Kedrik, Adar o Eaton era horrible. No había
manera de que el reino pudiera sobrevivir sin ellos.

Ya el reino estaba mostrando signos de problemas. Las tiendas


habían cerrado. Otras habían sido quemadas o saqueadas. Dack ni
siquiera quería imaginar cuán malas las cosas llegarían a ser si Taylora
continuaba gobernando.

―Entonces, ¿tu gran plan es ir por ahí y matar a todos los cisnes
en Aria, sólo con la esperanza de que uno de ellos sea un príncipe?
―Preguntó el líder con helado sarcasmo.

―Sí, señor.

―Eres tan idiota.

Dack se encontró dando un pequeño gesto de acuerdo. Al instante,


se arrepintió de moverse cuando el líder miró con brusquedad hacia los
arbustos.

Dack se congelo, su aliento atrapado en su garganta mientras el


terror le arañaba las entrañas.
Amber Kell y Stephani Hecht

Maldita sea, ¿se había entregado? Mientras que cada instinto le


gritaba corre, corre, corre, la parte cuerda de su cerebro le dijo que se
quedara quieto.

Por un segundo, Dack podría haber jurado que sintió esa pesada
mirada azul profundo en la suya. De repente, se alegró de haber tenido
problemas para encontrar agua potable los últimos días, porque
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seguramente se habría orinado los pantalones de miedo.


Una Historia De Hermanos Cob 3: El Valioso Cisne
Entonces, justo cuando se sentía seguro de que estaban a punto de
descender sobre él, el líder dio vuelta a su caballo y gritó: ―Vamos a
ver por aquí.

Dack permaneció inmóvil, temeroso de moverse. Incluso después


de que los sonidos de los caballos y de los perros disminuyeron a nada,
todavía no podía obligarse a irse. Su espalda empezó a doler al estar
fija en una tensa posición, y sus piernas gritaban por alivio.

Algo se acercó y agarró su pie y esta vez, Dack fue incapaz de


detener el grito que pasó sus labios resecos. Volviendo la cabeza, se
sorprendió al encontrarse examinando la mirada fija de un gnomo.

Independientemente de lo que pensaban los que estaban en la


Tierra, los gnomos no eran simpáticos pequeñines que salían en los
jardines y llevaban sombreros puntiagudos. Claro, eran pequeños, la
mayoría de ellos alcanzando sólo a un metro, pero en general, odiaban
estar al aire libre. De hecho, esta era la primera vez que había visto uno
fuera del castillo.

Incluso los que trabajaban en el castillo preferían estar en las


sombras y cocinas. Entonces, ¿por qué este estaba arriesgando su vida
para venir a Dack? era un misterio enorme.
Amber Kell y Stephani Hecht

―Sígueme, mi príncipe. Puedo ofrecerte seguridad ―dijo el gnomo


con voz grave.

Dack estudió detenidamente el rostro profundamente arrugado


del gnomo por cualquier signo de engaño, pero no vio ninguno. Así que
Dack asintió y salió de la cubierta de los arbustos.
50
Una Historia De Hermanos Cob 3: El Valioso Cisne
Una vez que ambos estaban de pie, Dack miró al gnomo con más
cuidado. La criatura tenía una nariz larga y grandes ojos marrones, pero
su más notable característica era el overol verde que llevaba.

―¡Oh, mi diosa! Eres Fudwick. Trabajabas en la cocina del castillo.

Los ojos del gnomo se abrieron en shock. ―¿Me recuerdas?

―Por supuesto que sí. ¡Tú y tu esposa, Merka, hacen los mejores
bollos de canela! Ellos prácticamente se derretían en mi boca.

Dack habría dado su huevo izquierdo por uno de esos rollos justo
en este momento. Su estómago parecía estar de acuerdo, porque soltó
un gruñido fuerte.

Fudwick miró a su alrededor. ―Date prisa, te llevaremos al refugio


antes de que regresen los cazadores. Taylora tiene aliados por todas
partes, y les encantaría recoger la recompensa por tu cabeza.

Dack tragó con dificultad. ―¿Cuánto es la recompensa?

―Un millón de gallie.

Wow, eso equivalía a cinco millones de dólares en la Tierra. Dack


no sabía si sentirse halagado o aterrorizado.
Amber Kell y Stephani Hecht

El gnomo hizo un gesto con la mano, y Dack lo siguió. Realmente no


tenía más remedio que confiar en el gnomo. Además, Dack conocía a la
pareja desde el día en que nació, y siempre habían sido leales a él y a sus
hermanos.

―¿Por qué ya no estás viviendo en el castillo? ―Dack preguntó


mientras luchaba por mantener el paso. La falta de sueño y de comida lo
51

había dejado muy débil.


Una Historia De Hermanos Cob 3: El Valioso Cisne
―Una vez que su hermana se hizo cargo del reino, ella desterró o
mató a todos aquellos a quienes consideraba aliados de vosotros.
―explicó Fudwick, sin siquiera dar la vuelta.

El estómago de Dack se volvió. ―¿Cuántos murieron? Solo ha


pasado una semana desde que ella tomó el control. No pensé que ella
fuera capaz de hacer tanto daño.

―Nosotros no tenemos números exactos, pero creemos que está


en los cientos. Además, tiene innumerables cazadores y hechiceros
trabajando a su lado. Incluso creemos que los centauros y los demonios
podrían ser los siguientes en alinearse con ella.

―¿Quienes son 'nosotros'?

―Los rebeldes, por supuesto. ―Dack alargó la mano y tocó el


brazo del gnomo para que él se detuviera. Dack necesitaba un respiro, y
toda la nueva información estaba empezando a abrumarlo.

―¿De qué estás hablando? ―demando Dack.

―Hay quienes todavía son leales a ti ya tus hermanos, y estamos


decididos a ayudarte a recuperar el reino.

Esa fue la primera buena noticia que Dack había recibido en los
Amber Kell y Stephani Hecht

últimos días. Parecía que Taylora no era la única capaz de moverse con
rapidez.

―¿Así que has podido encontrar a alguno de mis otros hermanos?

La mirada de Fudwick se puso triste. ―Todavía no, pero tenemos a


nuestros propios aliados buscando en todas partes por ellos. Tan pronto
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como escuchemos algo, serás el primero en saberlo. Te lo juro.


Una Historia De Hermanos Cob 3: El Valioso Cisne
―Entonces, ¿qué hacemos ahora? ―preguntó Dack.

Esperaba que no esperaran que fuera un súper líder. Él era genial


siguiendo, pero apestaba gobernando. Luego miró hacia abajo y vio la
esperanza en los ojos de Fudwick y Dack sabía que no tenía elección. Por
el bien de Aria, tenía que encontrar el coraje para ponerse de pie y
asumir alguna responsabilidad.

―De acuerdo, pero antes de que hagamos cualquier cosa, necesito


un baño, algo de ropa fresca y comida. ―dijo Dack, señalando su cuerpo
sucio.

Fudwick soltó una carcajada. ―Oh, no te preocupes por eso. No


hay manera de que Merka te deje dar un paso en nuestra nueva casa
oliendo de esa manera.

Dack se encontró regresando la sonrisa y a pesar de que ahora


literalmente tenía todo el peso de Aria descansando sobre sus hombros,
sintió esperanza por primera vez.
Amber Kell y Stephani Hecht
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Una Historia De Hermanos Cob 3: El Valioso Cisne

Capítulo Cinco
Kedrik se congelo. Cade no tenía el mismo problema. Mientras
Kedrik observaba, su amante incapacitó a dos de los intrusos con nada
más que sus manos. Luz destello de los dedos de Cade. Los otros dos
hombres gritaron y cayeron inconscientes.

Con la boca abierta de sorpresa, Kedrik miró fijamente a los


cuatro hombres que yacían inmóviles en el suelo. ―¿Qué hiciste?

―Aturdirlos. Vamos. No los detendrá por mucho tiempo.

No sabía cómo reaccionar a este nuevo aspecto de su amante.


Sintiéndose un poco aturdido, se puso de pie y miró fijamente a Cade.

―Espabila, chico lindo, tenemos que salir de aquí. ―dijo Zara.

Kedrik se sacudió la sorpresa y observó cómo Cade sacaba dos


bolsas de lona del armario del pasillo y se las entregaba a su hermana.

―¿Qué estás haciendo? ―preguntó Kedrik.

―Saliendo. ―Cade agarró el brazo de Kedrik y lo jalo tras él.

―¿A dónde vamos? ―Él no discutía acerca de salir de allí, pero se


Amber Kell y Stephani Hecht

preguntaba a dónde irían ahora.

―Volver a Aria. Seguro que hay gente que no apoya el gobierno de


tu hermana. Sólo tenemos que encontrarlos.

―No podemos dejar la Tierra todavía. Tengo que encontrar a mis


hermanos. ―Kedrik clavó los talones. Podría gustarle que lo empujaran
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en el dormitorio, pero el resto de su vida, insistía en ser escuchado.


Una Historia De Hermanos Cob 3: El Valioso Cisne
Cade emitió un gruñido ante la resistencia de Kedrik. ―Tenemos
que llevarte a algún lugar seguro. Mientras uno de vosotros príncipes
esté vivo, su hermana no ha ganado.

―¡No! ―Kedrik se sacudió el agarre de Cade―. Necesito revisar a


mis hermanos. No voy a salir de la Tierra sin saber qué pasó con Landon
y Fisher.

Tenía un mal presentimiento de que si dejaba la Tierra sin sus


hermanos, nunca volvería a verlos. Cade frunció el ceño. ―Bien. ¿Quién
vive más cerca?

―Fisher. Sólo está a pocas horas en coche. Si quieres regresar a


Aria sin mí, no te detendré, pero tengo que ir a ver a Fisher. Si los
cazadores me encontraron aquí, podrían haber encontrado a mis
hermanos. No puedo dejarlos solos. Landon probablemente puede
manejarse, pero Fisher es un científico. Los cazadores harán picadillo
de él.

―Podemos tomar mi coche. ―Zara ofreció. Ella cargo la gran bolsa


de lona como si fuera extremadamente ligera―. Tengo más espacio en
mi Hummer que Cade en su auto compacto.

Se encogió de hombros cuando Cade frunció el ceño hacia ella.


Amber Kell y Stephani Hecht

―¿Qué? No me iría sin ti, aunque me molestes.

―Bien. ―Los hombros de Cade se hundieron cuando cedió a sus


demandas―. Podemos dejar atrás mi auto. Tal vez ellos están vigilándolo
y confundirá a los cazadores cuando nunca volvamos por él. Pero vamos a
ponernos en marcha antes de que se despierten. Esa distracción sólo nos
comprará un poco de tiempo. ―Agitó una mano para indicar a los
55

hombres en el piso.
Una Historia De Hermanos Cob 3: El Valioso Cisne
Sin más discusión, Kedrik siguió a Cade por la puerta. Kedrik tenía
la sensación de que Zara caminaba detrás de él para proteger su
espalda. Su intuición se confirmó cuando ella lo empujó hacia el Hummer.
Zara se instaló en el asiento trasero, tarareando alegremente como si
estuvieran de camino a un picnic en lugar de correr por sus vidas. No
sabía qué clase de habilidades tenía Zara, pero como Kedrik no tenía
ninguna propia, sus habilidades mágicas tenían que ser mejores que las
suyas.

Una vez que estuvieron a salvo dentro del vehículo, Kedrik apenas
consiguió su cinturón de seguridad abrochado antes de que Cade saliera
del estacionamiento.

―¡Cade! ―exclamó Zara―. Lo importante es sacar al príncipe a


salvo y no matarlo en un accidente automovilístico en el camino para ver
a su hermano.

―Cállate, ―gruñó Cade―. Hay un equipo de cazadores que nos


persiguen.

―Oh mierda. ―Kedrik miró por el espejo lateral y, por supuesto,


Cade tenía razón.

Un todoterreno negro se desplazaba por el camino detrás de ellos.


Amber Kell y Stephani Hecht

Cada película nocturna de acción y disparos tenía un coche exactamente


como el que los estaba siguiendo. ―Me pregunto cómo aprendieron a
manejar.

―Probablemente de la misma manera que yo. ―dijo Cade―. Viendo


películas.

El corazón de Kedrik se alojó en su garganta cuando Cade


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certeramente dio la vuelta en una esquina, evitando estrechamente un


Una Historia De Hermanos Cob 3: El Valioso Cisne
coche girando a la izquierda delante de ellos. Un gemido involuntario
salió de la boca de Kedrik.

―Tómalo con calma, conductor psicópata, ―gritó Zara desde el


asiento trasero―. Recuerda, vivir es la meta.

―No conduzcas en el asiento trasero, ―dijo Cade mientras


chirriaba a través de una acera.

El puño de Kedrik se volvió blanco en la empuñadura de la puerta.


Si sobrevivía a esto, juro viajar solamente a caballo o a pie. Ni siquiera
iba a volver a tomar un carruaje.

Con un ojo en el vehículo que los perseguía en el espejo, Kedrik


observó cómo los cazadores bajaban la ventanilla del pasajero. Un
cazador se inclinó con una ballesta en la mano.

―Oh, no, no lo harás. ―Zara abrió la ventana trasera. Volviéndose


hacia el cazador, levantó las manos.

―¿Qué está haciendo ella?

―Supongo que una bola de fuego ―dijo Cade, distraído.

Efectivamente, un suave zumbido llenó el aire. Con los ojos muy


abiertos, Kedrik observó cómo una gigantesca esfera roja salía de las
Amber Kell y Stephani Hecht

manos de Zara directamente al vehículo de los cazadores.

Un chirrido de neumáticos impidió que los cazadores fueran en


línea recta hacia las llamas. Kedrik soltó un suspiro de alivio. No quería
que los cazadores los atraparan, y él definitivamente no quería una
flecha en su culo, pero ellos sólo estaban haciendo su deber quien sabía
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qué clase de hechizo les había lanzado su hermana.


Una Historia De Hermanos Cob 3: El Valioso Cisne
―Sólo los perderemos por un rato. Necesitamos cambiar de
vehículo. ―Kedrik dijo. No sabía cuál era el plan maestro, pero
cambiando los coches constantemente podrían mantener a los cazadores
fuera de su cola por un poco. Siempre funcionaba en las películas.

―No servirá de nada, ―Cade denunció rotundamente. ―No están


siguiendo el coche. Están siguiendo tu firma mágica.

―¿Qué? No tengo nada de magia. ―El sabría si tenía magia.


Demonios, el habría lanzado sus propias bolas de fuego. Posiblemente.
Está bien, tal vez no.

―Por supuesto que sí. ¿Cómo crees que te estás convirtiendo en un


cisne?

―¡La maldición de la hermana malvada! Pensé que habíamos


cubierto eso. ―protestó Kedrik.

―Deja de traumatizar al tipo. ―Zara dio unas palmaditas en la


cabeza de Kedrik.

Suponía que eran de apoyo de una manera condescendiente.

―Él ni siquiera sabía que su hermana era malvada hasta hace unas
horas y nadie sabía exactamente lo mal que se pondrían las cosas.
Amber Kell y Stephani Hecht

―¿Cómo puedo tener magia? ―¿Cómo podía tener una habilidad de


la que no tenía idea?

Cade entró y salió del tráfico a un ritmo cardíaco. Kedrik se quedó


sin aliento.
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Una Historia De Hermanos Cob 3: El Valioso Cisne
―Todo el mundo en Aria tiene alguna habilidad mágica, ―explicó
Cade―. No necesariamente gigantes bolas de fuego mágicas pero si
algún tipo de magia.

―¿De qué me sirve? ―Kedrik sabía que sonaba amargo pero


maldición, no era justo que su hermana pudiera convertirlo en un cisne y
todo lo que él podía hacer era esperar que nadie le arrancara las plumas.

―Todavía no lo sé. ―Cade se desvió bruscamente, evitando por


poco a un hombre que tuvo el valor de cruzar la carretera con un bastón.
―Puede ser que tengas que estar con tus hermanos para activar tu
habilidad.

―¿Activarla? ―Kedrik dejo salir un bufido―. Qué soy yo, un Power


Ranger?

―Ooh, yo quiero ser el rosa. ―Zara levanto la voz en la parte


trasera.

―¿De qué están hablando vosotros dos? ―Si Cade seguía


frunciendo el ceño, su rostro iba a quedarse así.

Kedrik resistió el impulso de tocar a Cade y calmar su


temperamento. Apenas habían evitado un accidente de tráfico a estas
alturas. No quería ser la razón por la que el karma les alcanzara.
Amber Kell y Stephani Hecht

―No importa. ―Kedrik dejo la discusión del Power Ranger a un


lado. ―Supongo que tendré que esperar y ver lo que mis hermanos
tienen que decir. Por lo que sé, ninguno de mis hermanos ha demostrado
jamás la menor aptitud para la magia.

―¿Qué hay con Dack? ―preguntó Zara―. Todo el mundo sabe que
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es el favorito de Taylora.
Una Historia De Hermanos Cob 3: El Valioso Cisne
Kedrik se encogió de hombros. ―Lo dudo. No puede guardar un
secreto ni para salvar su vida. Dudo que Taylora le enseñara algo que la
expusiera a nosotros.

―Buen punto, ―dijo Zara.

Cade gruño su acuerdo.

Sin los cazadores siguiéndolos por ahora, Kedrik apoyó la cabeza


en el asiento y cerró los ojos. Esperaba descansar un poco y, por lo
tanto, no vería a Cade conducir. En este caso particular, el viejo dicho
resultó ser verdad. La ignorancia era una bendición.

Se despertó al sentir suaves labios rozando los suyos.

Parpadeando, tomo unos minutos antes de que enfocara el rostro


de Cade. ―Hey.

La brillante sonrisa de Cade despertó aún más a Kedrik. Él hombre


no había sonreído en todo el día.

Mirando a su alrededor, no reconoció nada. ―¿Dónde estamos?

―En un área de descanso. Pensé que podríamos tomar un descanso


antes de continuar nuestro viaje. No quería dejarte solo mientras
estábamos afuera.
Amber Kell y Stephani Hecht

Kedrik sonrió ante la consideración de Cade. ―Gracias.

―De nada. ―Otro beso. La sensación de los labios de Cade fluyó a


través de Kedrik como cálida miel derretida, dulce y tostada. Casi olvidó
dónde estaban cuando su polla empezó a responder al cuerpo caliente
presionado contra él.
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Una Historia De Hermanos Cob 3: El Valioso Cisne
―¡Caballeros! ―Zara protestó―. Por mucho que me alegre que mi
hermano tenga a su príncipe, realmente no quiero verlos a los dos
haciéndolo.

Cade levantó sus labios de los de Kedrik. ―Entonces no mires.

Volvió al beso después de hablar. Un plan que Kedrik podría


fácilmente respaldar.

―Eww. Voy al baño. Vosotros dos salgan y estiren sus piernas. Si


los encuentro haciendo el mambo horizontal cuando regrese, una bola de
fuego será el menor de sus problemas.

Ninguno de los dos indicó que la habían oído. Kedrik se concentró


en el calor y necesidad que vertía la boca de su amante. La idea de dejar
que Cade lo follara en el auto sonaba mejor y mejor cuanto más lo
pensaba. Cade palmeó el duro eje de Kedrik, sacando de él un gemido.

―Oh, sí, eso es tan caliente, ―Cade murmuró contra los labios de
Kedrik. Deslizó la boca por el cuello de Kedrik lamiendo y mordiendo su
camino.

―Mantén eso y Zara se quejará del olor a esperma en el coche


hasta llegar a casa de mi hermano.
Amber Kell y Stephani Hecht

―Puedo deshacerme del olor, ―prometió Cade―. Déjame sentirte.

Antes de que pudiera discutir o incluso formar un pensamiento, los


hábiles dedos de Cade desabrocharon sus pantalones y cerro el puño en
el duro eje de Kedrik.

―Oh, demonios, ―Kedrik gimió.


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Una Historia De Hermanos Cob 3: El Valioso Cisne
Cade sabía exactamente cómo frotarlo de la manera correcta. Un
apretado puño dando trazos lentos y parejos lo tenían malditamente
cerca, mendigando por más.

―Eso es, bebe, déjame cuidar de ti, ―Cade le susurró al oído.

Kedrik sabía que si alguien caminaba por la ventana, verían a dos


hombres en una posición comprometedora. Esperaba que nadie caminara
tan cerca. Sin embargo, no podía importarle demasiado. No cuando Cade
tenía las manos más perfectas en el universo. Kedrik había tenido a
suficientes hombres tocándolo a través de los años para saber que él
estaba siendo trabajado por un experto.

Cade definitivamente sabía moverse muy bien alrededor del


cuerpo de un hombre, y Kedrik estaba más que dispuesto a tomar
ventaja de toda esa práctica.

Cuando Cade presionó contra la ranura de Kedrik, perdió el


control.

―Oh sí, dámelo todo, ―Cade gemía. Presionó un duro beso contra
la boca de Kedrik, tragando su grito cuando se corrió.

Jadeando, Kedrik se derrumbó contra el asiento, sus músculos se


derritieron.
Amber Kell y Stephani Hecht

Los pantalones de Cade cubrían su entrepierna. Kedrik admiró la


erección cubierta incluso cuando Cade metió a Kedrik dentro de sus
pantalones y le cerró la cremallera.

Lamiendo sus labios, Kedrik alcanzo a Cade solamente para ser


alejado.
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Una Historia De Hermanos Cob 3: El Valioso Cisne
―Oh no, bebé. Si me tocas, nunca podré estar lo suficientemente
alerta como para continuar nuestro viaje. Necesitare una siesta. ―Cade
besó a Kedrik en silenciosa disculpa.

Antes de que Kedrik pudiera objetar, Cade agitó su mano y el


desorden y el olor desaparecieron.

―Wow! Practico.

Cade sonrió. ―Sí, lo es.

Mirando a su alrededor, Kedrik frunció el ceño. ―Ha pasado un


tiempo desde que Zara fue al baño.

La vista de un pequeño grupo de personas que huían llamó su


atención. ―No creo que me vaya a gustar esto, ―Cade murmuró.

Sentándose rectos, ambos alcanzaron las manijas de las puertas


mientras una explosión sacudía el suelo.

―Creo que eso respondió tu pregunta sobre dónde fue Zara, ―dijo
Cade. Al ver a Zara corriendo hacia el vehículo, Cade encendió el coche.
No fue necesario espiar a los tres cazadores de negro que la perseguían
para decirles que necesitaban salir de allí.

Zara corrió hacia el Hummer y cerró la puerta cuando Cade salió


Amber Kell y Stephani Hecht

rápidamente fuera del estacionamiento.

―Aquí vamos de nuevo. ―dijo Kedrik en voz baja cuando Cade piso
el acelerador. Si un policía no los detenía en el camino, sería un pequeño
milagro.
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Una Historia De Hermanos Cob 3: El Valioso Cisne

Capítulo Seis
Perdieron a este grupo de cazadores más fácil que al anterior,
aunque a Zara le tomo un poco más en elaborar una bola de fuego.
Kedrik se preguntó si su magia se estaba debilitando, o si estaba
agotada como él. Con todas las llamas que había creado, empezaba a
recordarle a la niña de Firestarter aunque Zara no era tan linda y
parecía mucho más loca que el personaje principal de esa historia. De
todos modos, hizo una nota mental para comprar un extintor la primera
vez que hicieron una parada en una tienda. También necesitaba recoger
algunos bocadillos, porque por lo que sabía de Cade, el tipo no había
empacado nada azucarado o salado, y eso solo no lo haría. Desde que
llegó a la Tierra, Kedrik se había vuelto seriamente adicto a esas cosas.
Tanto es así que a Taylora le gustaba enojarlo, diciéndole que si no se
cuidaba se pondría gordo. Un comentario que había picado más que los
demás, ya que en el fondo Kedrik a menudo se preguntaba si su buena
apariencia era lo único que tenía que ofrecer a la familia.

Soltó un ruidoso bostezo. Todo empezaba a alcanzarlo. Cuando la


adrenalina se estaba extinguiendo, se empezó derrumbar. No quería
dormirse en Cade y dejarlo solo, porque, por la falta de comentarios
Amber Kell y Stephani Hecht

arpios de la parte de atrás, Zara ya se habría quedado dormida. Gracias


a Dios por los pequeños favores.

Rodando la cabeza hacia un lado para poder mirar a Cade, Kedrik


dijo, ―Supongo que no podrías aparecer algo café o quizás una bebida
energética o dos.
64
Una Historia De Hermanos Cob 3: El Valioso Cisne
Cade le dio esa sonrisa, la perversa con un toque de salvajismo.
Siempre le producía la misma alucinante excitación. Le hizo preguntarse
cómo Cade era diferente de todos los otros con los que Kedrik había
estado. No se avergonzaba en admitir que siempre había sido la puta de
la familia y que nunca había querido otro hombre más de una vez... hasta
Cade vino a su vida. Ahora el hombre era en todo lo que podía pensar.

¡Genial! Justo lo que Kedrik necesitaba, más complicaciones en su


vida. Como si no fuera lo bastante malo que fue maldecido para ser un
cisne de todas las cosas, pero ahora él estaba colgado por un elfo con
una atracción que era a la vez innegable y atemorizante como el infierno
al mismo tiempo. Y de vuelta a la cosa del cisne. Si Taylora iba a ser una
gran perra y maldecirlos, ¿no podría haber tenido por lo menos la
decencia de convertirlos en algo más viril, como en tigres? Infiernos,
cachorros de perro casi hubiera sido mejor. Convertirlos en paliduchos
pájaros de plumas blancas era como el ultimo 'jodanse' cuando torció el
cuchillo para clavarlo en sus espaldas.

La conocía, lo había hecho para jugar con sus mentes aún más. No
había ocultado que detestaba el hecho de que todos sus hermanos
fueran gay.

Incluso llegó a sugerir que tal vez se había puesto una maldición
sobre la familia, un comentario por el que Landon la destrozo
Amber Kell y Stephani Hecht

rápidamente.

Kedrik resopló. Si hubiera alguna maldición en la familia todo el


tiempo habría sido ella. Todos y cada uno de los recuerdos que tenia de
ella cuando era joven eran de ella siendo mala y cruel. Su reputación era
tan mala que Landon no había podido encontrar a nadie dispuesto a
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Una Historia De Hermanos Cob 3: El Valioso Cisne
casarse con ella. Eso significaba que los príncipes iban a estar atrapados
con ella por siempre.

O mejor dicho, habían estado. Ahora que ella saco este truco,
Kedrik no sabía qué tipo de castigo recibiría ella. La traición exigía la
muerte y aunque era parte de la familia real eso podría no salvarla. Una
parte de él se sentía horrible y vil que no le importara lo que le
sucediera a ella, entonces pensó en Dack, lo asustado y solo que debía
sentirse ahora y toda la compasión de Kedrik por Taylora desapareció.
De todos ellos, su traición debió haber golpeado a Dack con más fuerza
y él era el menos preparado de los príncipes para sobrevivir a la batalla
que tenían por delante.

Por supuesto, tendrían que sobrevivir a esto para recuperar el


reino, así que quizás Kedrik se estaba dejando llevar por las emociones.

Zara estaba extendida en el asiento trasero, con la boca


ligeramente abierta mientras roncaba ruidosamente.

Kedrik soltó una muy necesaria risa. ―Fue bueno que no estuvieran
pensando en ella para el elenco de las elfas en las películas del Señor de
los Anillos.

De hecho, aparte de su magia, había muy pocas cualidades


Amber Kell y Stephani Hecht

de elfo en Zara. Parecía como si estuviera mejor en una película de Tim


Burton o algo así. Kedrik todavía estaba pensando en su aspecto inusual
mientras cerraba los ojos.

Estaba en el espacio a medio camino entre el sueño y la conciencia,


cuando la memoria volvió a él.

El solo tenía diez años y se había escapado del castillo. Sus dos
66

hermanos mayores iban a cazar con algunos de los caballeros, y Kedrik


Una Historia De Hermanos Cob 3: El Valioso Cisne
estaba molesto por quedarse atrás. No era un bebé como los otros. Era
tan fuerte como Landon y Fisher. Seguro, él podía ser más joven y un
poco más pequeño, pero sabía que cabalgaba a caballo mejor que Landon,
y podía disparar una flecha mucho mejor que Fisher. Por lo tanto, Kedrik
sentía que tenía todo el derecho de estar ahí afuera, también. Era uno
de los tres mayores, y ya era hora de que comenzaran a tratarlo como el
hombre que era. Además él se los iba a demostrar, alcanzándolos y a
demostrarlo también, poniéndose al día y cazando la primera presa. Tal
vez entonces dejarían de actuar como si fuera un lindo pegote todo el
tiempo.

Pero mientras navegaba por el espeso bosque que rodeaba el


castillo, rápidamente comenzó a repensar su plan. Especialmente cuando
se oscureció y se perdió. El horror le arañó el delgado pecho mientras
empezaba a correr, desesperado por algún signo de vida, ya fueran los
cazadores o el castillo, siempre y cuando fueran amistosos. Pero todo lo
que encontró fueron más árboles y denso follaje y ahora estaba tan
oscuro que apenas podía ver.

Entonces, justo cuando pensaba que las cosas no podían empeorar,


vio unos ojos brillantes a un lado de él. Rojo y siniestro, la visión hizo al
corazón de Kedrik congelarse de terror y mientras él quería correr,
encontró que sus piernas se rehusaban a moverse. Lo que sólo le hacía
Amber Kell y Stephani Hecht

sentirse más asustado y amargamente decepcionado de sí mismo. Los


demás habían tenido razón al dejarlo atrás si ni siquiera era lo
suficientemente valiente para enfrentar y luchar contra un animal.

Los ojos se acercaron, revelando que la criatura era un bjomolf.


Medio lobo, medio oso, se rumoreaba que era una criatura que venía
directamente del infierno. Algo que Kedrik plenamente creyó mientras
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miraba a la enorme bestia.


Una Historia De Hermanos Cob 3: El Valioso Cisne
Incluso a cuatro patas era tan grande como un caballo, pero dos
veces más grueso. Tenía grandes colmillos amarillos que estaban
cubiertos de saliva y sangre que podría haber sido los restos de su
última comida, pero todavía parecía hambrienta por más mientras
miraba a Kedrik como si fuera un cordero. La bestia se lamió los labios
con anticipación.

Las piernas de Kedrik finalmente funcionaron, pero sólo consiguió


dar dos pasos antes de tropezar de nuevo sobre su cadera, todo el aire
que salía de sus pulmones de manera precipitada cuando se dio cuenta
de que iba a morir solo en el bosque. Maldita sea, ¿cómo podría haber
sido tan estúpido? Él era un cabeza de chorlito como había dicho
Taylora.

Estaba a punto de cerrar los ojos para que no tuviera que verlo
venir, cuando una brillante luz blanca brilló frente a él. Antes de que
pudiera parpadear, una mujer alta estaba entre el bjomolf y él.

Ella levantó una mano y le dijo en voz baja, ―Sal de aquí ahora. No
eres bienvenido en estos bosques.

Mientras la mujer parecía tan amable y serena con su largo y


flotante cabello oscuro, su rostro pálido y bello y su brillante vestido
blanco, la bestia todavía dejo escapar un aullido de miedo antes de que
Amber Kell y Stephani Hecht

se volviera la cola y corriera en dirección contraria. Kedrik permaneció


inmóvil, preguntándose si ella iba a gritarle o peor.

En vez de eso, se dio la vuelta y le regaló las más dulces sonrisas.


―No deberían dejarte venir aquí, príncipe. Aquí hay cosas acechando
que son mucho más peligrosas que un bjomolf.
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―¿Quién eres tú? ―preguntó Kedrik.


Una Historia De Hermanos Cob 3: El Valioso Cisne
Ella extendió la mano y le acarició suavemente la cara, dándole una
tierna caricia que debía haber venido de su propia madre, pero nunca lo
había hecho. ―Soy Ovlia, Reina de los Elfos.

―¿Vives aquí?

―No. Sentí que estabas en problemas, y vine a rescatarte.

―¿Por qué? ―No es que no estuviera agradecido, pero no veía


ninguna razón por la que se saliera de su camino para salvar a un extraño
de un animal peligroso.

―Porque algún día nuestras familias van a necesitarse la una a la


otra. ―Se inclinó y tocó el brazo de Kedrik―. Eres muy importante para
nosotros, pequeño príncipe. Más que cualquiera de tus hermanos.

Dejó escapar un siseo de dolor mientras jalaba su brazo para ver


una pequeña marca de nacimiento en forma de estrella que ahora
estropeaba su piel. ―¿Qué acabas de hacer?

―Te di lo mejor que he hecho. Podría decirse que es una parte de


mi corazón. Te di a mi hijo, Cade.

Confuso, Kedrik miro arriba hacia los ojos de ella...ojos que eran
idénticos a los de...
Amber Kell y Stephani Hecht

―¡Cade! ―Kedrik gritó mientras se sacudía despierto.

Cade le dirigió una mirada confundida. ―¿Sí?

―Fue tu madre. Me salvó esa noche. Y ella nos unió, ¿no? Desde
entonces, hemos estado prometidos.
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Una Historia De Hermanos Cob 3: El Valioso Cisne
―Me estaba preguntando cuándo finalmente lo recordarías. ―dijo
Cade, sus labios formando una severa línea.

Kedrik se rascó la cabeza mientras las piezas de repente


encajaban en su lugar. Por eso nunca había querido estar con alguien dos
veces y por qué ningún otro hombre había podido satisfacer sus deseos.
Todo este tiempo, Kedrik había estado buscando a Cade y nunca se dio
cuenta. El vacío, la soledad y la ansiedad por la que había sufrido eran
porque, en el fondo, Kedrik sabía que su otra mitad estaba allí afuera, y
había estado tratando de encontrarlo.

―Tu madre me convirtió en una puta. ―soltó.

Cade arqueó una ceja, mostrando cuánto le había disgustado ese


comentario.

―Mi madre no te obligó a dormir con la mitad del reino de Aria y


la Tierra.

―¡Eso es mierda! Lo estaba haciendo porque te buscaba, pero


nunca lo supe.

―¿Por qué no viniste a buscarme antes? ¿Por qué me dejaste


correr así? Podrías haberme salvado de un montón de auto-odio y
sufrimiento.
Amber Kell y Stephani Hecht

Con un gruñido bajo, Cade tiró del coche hacia el lado de la


carretera y freno. Volviéndose, agarró a Kedrik por los brazos y lo
sacudió. ―¿Crees que fue fácil para mí? Ver cómo te tocaban todos esos
hombres. Sabiendo que te estaban follando cuando yo ya sabía que te
amaba. Vi todas las veces que te fuiste con alguien, y se sentía como una
daga en mi corazón cada vez. Pero, lo permití porque necesitabas crecer
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y convertirte en el hombre que eres ahora.


Una Historia De Hermanos Cob 3: El Valioso Cisne
Kedrik se congeló, su corazón se fragmentó en un millón de piezas
mientras veía la herida cruda en los ojos de Cade. La culpa golpeó a
Kedrik cuando se dio cuenta de cuánto dolor inadvertidamente le había
hecho pasar a ese hombre.

―Lo si... siento... ¿por qué no me lo dijiste antes? Yo nunca


habría...―Kedrik balbuceó.

Sintió que las lágrimas se acumulaban, pero las alejo parpadeando.


Después de todo lo que le había hecho a Cade, Kedrik no se merecía ser
el que se pusiera todo sentimental. Sin embargo, fue Cade quien envolvió
a Kedrik en un abrazo reconfortante.

Kedrik se quitó el cinturón de seguridad para acercarse más.


Enterrando la nariz en el cuello de Cade, respiró el olor del otro hombre
y descubrió que finalmente había encontrado su lugar en el mundo.

―¿Por qué no me lo dijiste antes? ―Kedrik repitió.

―No estabas listo hasta ahora. Quería darte tiempo para vivir tu
vida antes de que tuvieras que asentarte. Quería asegurarme de que no
te arrepintieras o que te sintieras obligado a entrar en esta unión.
―contestó Cade, mientras frotaba la espalda de Kedrik.

Así que, a cambio, Cade había permanecido cerca y observado


Amber Kell y Stephani Hecht

mientras Kedrik había puteado alrededor. Kedrik no podía haberse


odiado más a sí mismo.

Como si sintiera ese pensamiento, Cade susurro. ―No es tu culpa.


No te culpo.
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Una Historia De Hermanos Cob 3: El Valioso Cisne
―Nunca más. Lo prometo. Yo sólo te pertenezco a ti a partir de
ahora, ―dijo Kedrik, consciente de que todavía estaba balbuceando,
pero incapaz de detenerse.

Una cálida risa llenó el carro. ―Planeo mostrarte eso, también. Tan
pronto como todo este lío termine, voy a encadenarte y marcarte hasta
que no haya error de a quien perteneces.

Un escalofrío de excitación recorrió a Kedrik con ese


pensamiento. Incluso extendió la mano y tocó su cuello desnudo,
preguntándose qué tan lejos llegaría Cade reclamándolo.

―Sí, eventualmente estarás usando mi collar, ―prometió Cade.

Maldición si esas palabras casi no hicieron a Kedrik venirse en sus


pantalones. Se mordió el labio inferior para mantener un poco de
control, todo el tiempo tratando de evitar una imagen erótica tras otra.
Visiones de arrodillarse a los pies de Cade, de Cade azotándolo y
después besando cada verdugón lentamente después de que él hubiera
terminado llenaron su cabeza.

―Si no nos detenemos, vamos a darle a mi hermana un espectáculo.


―advirtió Cade.

Eso fue suficiente para hacer que Kedrik se alejara, pero sólo lo
Amber Kell y Stephani Hecht

suficiente para poner su cinturón de seguridad. El todavía mantenía su


cabeza cerca del borde de su asiento queriendo respirar la esencia del
otro hombre. Puede haber sido un poco incómodo dado el tamaño del
vehículo pero bien valía la pena la incomodidad.

Debió haberse ido a la deriva en algún momento, porque despertó


al sonido de Cade maldiciendo. Sentado, Kedrik jadeó al ver los restos
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quemados de lo que había sido la casa de Fisher.


Una Historia De Hermanos Cob 3: El Valioso Cisne
―No. Por favor ―Kedrik jadeó mientras agarraba el cinturón de
seguridad. De alguna manera, logró quitárselo. El arranco del coche y
corrió hacia la matanza.

―¡Regresa aquí! No sabemos si es seguro, ―gritó Cade. Todo lo que


Kedrik podía pensar era en Fisher y si estaba muerto o no. Entonces
Kedrik vio un montón de plumas blancas cubiertas de sangre y su
corazón golpeó contra su pecho. Cayendo de rodillas, las recogió
repitiendo―. No. Por favor. No, por favor.

Cade se arrodilló junto a él y puso un fuerte brazo alrededor del


hombro de Kedrik. ―No está muerto. Lo sabríamos si lo estuviera.

―Sí, porque tú también estarías muerto y enterrado, ya que el


hechizo ató tus fuerzas vitales, ―dijo Zara.

Cade le lanzó una mirada molesta. ―Podrías haber encontrado una


manera más delicada de decir eso.

Ella hizo un gran espectáculo de rodar sus ojos. ―Bien, pobre


principito, no llores. Tus hermanos todavía están vivos y haciendo mi
vida molesta. ¿Así está mejor?

―Mucho. ―dijo Kedrik rechinando los dientes.


Amber Kell y Stephani Hecht

Habría dado su semental favorito para poder dispararle algo de


fuego, no por otra razón que callarla por cinco minutos.

Ella miró al suelo, con los labios apretados. ―Eso es extraño.

―¿Qué? ―preguntó Kedrik, sin estar seguro de cuanto de lo


extraño podría manejar.
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Ella cogió una pluma y la levantó. ―Esta es de un pato.


Una Historia De Hermanos Cob 3: El Valioso Cisne
―¿Qué demonios hace un pato en la casa de Fisher? ―Kedrik
exclamó, antes de sacudir ligeramente su cabeza―. No importa.
Conociendo a mi hermano, se lo quedo como una mascota o algo así.―

―Tu familia es rara. ―observó Zara.

Desde que había elegido ese momento para usar la pluma del ave
para para limpiar sus dientes, Kedrik quería señalar que ella tenía el
premio de Rara del Año, pero antes de que pudiera sacar el comentario,
se encontró convirtiéndose en un cisne.

¡Bueno, mierda!
Amber Kell y Stephani Hecht
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Una Historia De Hermanos Cob 3: El Valioso Cisne

Capítulo Siete
Kedrik dio un graznido de protesta mientras sus manos se
fusionaban en emplumadas alas y sus zapatos se hicieron demasiado
grandes para sus pies palmeados. La ropa alrededor de él le hizo entrar
en pánico. Aleteando y graznando, trató de escapar de su prisión
material.

―¡Oye! Espera, cariño. ―Suaves manos le liberaron de su ropa.

Haciendo ese ruido indignante de cisne de nuevo, miró arriba al


hablante. Su cuello se tambaleó extrañamente mientras saltaba de un
pie a otro. No le gustaba esto. Ni un poco. El necesitaba romper la
maldición de Taylora sin importar lo que tuviera que hacer.

Trató de transmitir su frustración al bello hombre que lo


observaba, pero sólo extraños ruidos de pájaro emergían de su
garganta.

―Si te hace sentir mejor, eres un pájaro bonito, ―dijo Zara.

Kedrik chasqueo su pico hacia ella.

―Hey, yo estaba tratando de ser amable. Cuidado, o te


Amber Kell y Stephani Hecht

chamuscare las plumas de la cola.

―Zara, ¿por qué no vas a ver si puedes encontrar alguna pista de


donde su hermano podría haber ido? Creo que vamos a tener que tratar
de encontrar a Landon. Fisher está obviamente vivo, pero no sabemos en
qué condiciones se encuentra. Estoy pensando que pudo dirigirse a su
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hermano mayor si estaba en problemas.


Una Historia De Hermanos Cob 3: El Valioso Cisne
Zara asintió. ―Revisare si hay firmas mágicas.

―Hazlo.

En cuanto desapareció en la esquina de la casa carbonizada, Cade


se arrodillo junto a Kedrik. ―No me malentiendas, amor, pero realmente
te prefiero como un hombre.

Kedrik le dio un malhumorado graznido. También se prefería el


mismo como hombre. Eso no cambiaba el hecho de que la perra de su
hermana lo había maldecido.

―Te sacaremos de esto, ―Cade juró. ―Solo no te vayas o busques


agua o algo. No sé si sea capaz de encontrarte otra vez.

Kedrik quería decirle a Cade que no soñaría con dejarlo, pero la


idea del agua resultaba atractiva. Movió sus patas palmeadas y sus alas
se movieron con el impulso de aletear.

―Oh, no, no lo harás. ―Como si pudiera leer su mente, Cade agitó


sus manos y una cuerda de plata apareció en su mano.

Antes de que Kedrik pudiera averiguar que era la cosa, Cade la


lazó sobre la cabeza de Kedrik y la apretó.

No le dolió, pero la sensación de necesidad de volar desapareció.


Amber Kell y Stephani Hecht

El grazno interrogando a su amante.

―Es una cuerda encantada. Te hace querer quedarte con la


persona que sostiene el otro extremo. Nunca la usaría en ti si fueras
humanos, pero no quiero perderte. No tengo ni idea adónde iría un cisne
en esta área.
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Una Historia De Hermanos Cob 3: El Valioso Cisne
Cade miró a su amante emplumado y respiró hondo. Tenía que ser
fuerte para su príncipe. No podía permitir que Taylora ganara. Incluso si
nunca rompían la maldición, se quedaría al lado de Kedrik, aunque sólo
pudiera verlo en forma humana durante la mitad del tiempo. Había
esperado años para que Kedrik le perteneciera. Podría esperar por
siempre si era necesario. Los fae vivían mucho tiempo.

Él no le había comunicado la noticia a Kedrik todavía, pero cuando


su madre combinó sus fuerzas vitales, había alargado la vida de Kedrik
también.

Cade no sabía cómo iba a salvar a Kedrik de la maldición, pero tal


vez una vez que hallaran a los otros príncipes, encontrarían una manera.
Si un príncipe encontraba el secreto para romper el hechizo, entonces
tal vez todos pudieran. El único problema era que no sabía si alguien lo
había conseguido.

Zara volvió de su investigación antes de que pudiera encontrar


algo más que decirle a su perturbado príncipe. ―Encontré unos pocos
cadáveres de los cazadores. Espero que Fisher escapara sin demasiadas
lesiones. Nuestra mejor apuesta ahora sería dirigirnos hacia Landon.

Cade asintió. Afortunadamente, Kedrik le había dicho a Cade antes


donde vivía su hermano mayor. Si alguno de ellos ya hubiera roto la
Amber Kell y Stephani Hecht

maldición, sería el mayor de los príncipes. Landon sería un buen rey.


Todo lo que tenían que hacer era recoger a todos los príncipes, romper
la maldición de Taylora, derrocarla del poder y tomar control del trono.
Seguramente no podría ser tan difícil.

―Vámonos.
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Una Historia De Hermanos Cob 3: El Valioso Cisne
Introducir a un cisne en un Hummer no era lo más fácil que alguna
vez hubiera hecho. Con la cuerda de plata alrededor del cisne,
subyugando su necesidad de volar, Cade tuvo que levantar al pájaro que
aleteaba y trataba de no tener su cara picoteada cuando el cisne entró
en pánico.

Casi podía sentir a Kedrik desvaneciéndose cuando su animal se


tragó la mitad de su humanidad. ―Quédate conmigo, cariño, ―murmuró.

Zara se subió a la parte de atrás y partieron hacia el lugar de


Landon. A pocos kilómetros de la carretera, Cade vio un par de jeeps en
su espejo retrovisor. Trató de decirse que era su imaginación; después
de todo, había muchas cosas sucediendo. Seguramente los cazadores no
estarían sobre ellos otra vez.

Cuando los vehículos aceleraron, él supo que estaba equivocado.

―Mierda, ¿cómo nos encontraron tan rápido? ―preguntó Cade.

―¿Quién? ―Zara se volvió para mirar por la ventana trasera―.


Podrían estar rastreando el hechizo de Kedrik. Si Taylora lanza una
maldición, podría tener una manera de seguirla. Si ella mostro a los
cazadores cómo detectarlo, tal vez no seamos capaces de perderlos tan
fácilmente.
Amber Kell y Stephani Hecht

―Supongo que tendremos que matarlos entonces. ―Cade era


usualmente la última persona en ofrecer violencia, pero estos cazadores
estaban botando hasta su último jodido nervio.

―No tengo la energía.

Cade recibió una sonrisa de disculpa cuando miró por el espejo


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retrovisor.
Una Historia De Hermanos Cob 3: El Valioso Cisne
―¿Para nada?

Zara se encogió de hombros. ―Desde luego no bolas de fuego.

Antes de que pudiera pensar en qué más podía ella conjurar para
él, las primeras descargas de los cazadores los alcanzaron. Las flechas
hicieron ping en contra los lados duros del Hummer.

―Mierda, tienen ballestas.

―¿Crees que dañará al Hummer? ―preguntó Zara.

―No tengo idea. ―De alguna manera, dudaba de que los


diseñadores de automóviles estuvieran pensando acerca de que el carro
fuera a prueba de flechas cuando decidieron de qué material hacerlo. Y
ciertamente nunca probaron un coche contra una flecha en Aria.

―Acelera, ―exigió Zara cuando una flecha golpeó contra la


ventana trasera, causando una grieta.

―Lo estoy haciendo. ―Cade piso el acelerador―. No quiero ser


detenido por los policías.

―Puedo ocultarnos, ―dijo Zara―. Es toda la magia que tengo, pero


bastará para que la policía no pueda vernos.
Amber Kell y Stephani Hecht

―Hazlo.

Cade golpeó el acelerador con más fuerza. Si las autoridades no


los veían, entonces no necesitaba ningún otro incentivo para ir más
rápido. El cisne le grazno. ―Quédate tranquilo. Voy a asegurarte. ―le
dijo Cade al ave.
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Una Historia De Hermanos Cob 3: El Valioso Cisne
Cade agitó una mano y la correa plateada se convirtió en una amplia
malla de sujeción. La envolvió alrededor del pájaro y la fijo al asiento.

Kedrik se quejó sorprendido.

―Shh, te mantendrá a salvo. ―Si se estrellaban, no quería que su


pareja atravesara el parabrisas.

Los cazadores aceleraron, cerrando la brecha entre ellos cuando


Cade entró y salió del tráfico. El corazón le latía en el pecho cuando viro
alrededor del otro vehículo mientras trataba de recordar la mejor
manera de llegar a la casa de Landon. El sonido de las sirenas atravesó
el aire, pero no antes de que golpearan fuertemente el Hummer, y el
coche se desviara fuera de control. Zara gritó cuando el vehículo se
deslizó fuera de la carretera y cayó abajo del terraplén.

Dando volteretas una y otra vez, Cade golpeó su cabeza en la


ventana lateral y todo se volvió negro.

―¡Mierda! ―Cade pateó el Hummer.

Su cabeza dolía y su cuerpo sufría y no conocía un jodido hechizo


de curación. Una de las flechas del cazador había perforado un
Amber Kell y Stephani Hecht

neumático lo suficiente como para hacer que Cade perdiera el control


del vehículo. El Hummer estaba más allá de la reparación y estaban
atrapados en medio de la nada sin encontrar ningún modo de encontrar a
los príncipes, por no mencionar que su amante era un cisne y su hermana
no dejaba de joder por el golpe en su cabeza.
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Una Historia De Hermanos Cob 3: El Valioso Cisne
Estaban de pie al lado de la autopista pero por extraño que
parezca, nadie quería parar por una mujer y un hombre con un ave en
una correa. Miró furioso mientras otro coche pasaba.

―¿Quieres que les prenda fuego? ―preguntó Zara, con la mirada


fija en el último coche.

Cade suspiró. ―No. Alguien está obligado a reportarnos, o grabarlo


en su teléfono―. El inicio de la tecnología en la Tierra restringió
severamente la capacidad de usar la magia sin revelarse. Ahora todo el
mundo caminaba con una grabadora de bolsillo. La cabeza de Cade dolía
demasiado para hacer sus acciones invisibles, así que tenían que
comportarse como los seres humanos normales, no era una hazaña fácil
de lograr con un cisne parado al lado tuyo.

Una larga limusina negra se detuvo junto a ellos. Cade se mantuvo


de forma protectora frente a Kedrik, ignorando los pellizcos en sus
pantorrillas. El maldito pájaro trataba de llamar su atención, pero Cade
se mantuvo firme. No iba a dejar a su hombre desprotegido, aunque no
fuera un hombre precisamente en ese momento.

La ventana de atrás bajo, revelando unos preocupados ojos


marrones del Príncipe Heredero. ―¿Quién eres tú y por qué tienes a mi
hermano?
Amber Kell y Stephani Hecht

―Soy Cade Shumaker y esta es mi hermana Zara. Soy la pareja de


Kedrik. De ninguna manera iba a entregar a Kedrik a nadie, aunque fuera
su hermano.

―Tú sabes quién soy. ―No era una pregunta.

―Sí.
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Una Historia De Hermanos Cob 3: El Valioso Cisne
―¿Qué eres?

Zara se empujó delante de su hermano. ―Escucha, Su Alteza,


hemos tenido un día de mierda. ¿Ahora nos vas a dejar entrar en tu
lujosa limusina o nos vas a dejar al lado de la carretera como si
fuéramos basura? Puedo decirte ahora que Cade no va a dejar que tu
hermano vaya a ninguna parte sin nosotros.

Cade no habló. Demonios, apenas respiró cuando Landon los


contemplo como si sopesara sus almas. ―Bien, entren.

La puerta se abrió y para su sorpresa, sólo había dos personas en


la limusina, Landon y un hombre delgado que se acurrucaba junto a él.

Cade esperó hasta que todos estuvieran asentados antes de


comenzar su interrogatorio.

―¿Por qué no eres un cisne?

Landon examinó la correa que Cade tenía alrededor de la garganta


de Kedrik. ―¿Por qué tienes a mi hermano atado?

―Porque si lo dejo ir, no sabía dónde acabaría. No quiero perderlo.

―Si él fuera realmente tu pareja, él no sería un cisne ahora.


Amber Kell y Stephani Hecht

La ira crepitó a través de Cade. ―Yo soy su pareja como él es la


mía. Mi madre nos unió hace muchos años.

Landon examinó a Cade. ―Elfos. Debería haberlo sabido. Ustedes


son una raza entrometida.

Cade resopló. ―Tu hermana los maldijo a todos ustedes, y yo soy


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el que se entromete.
Una Historia De Hermanos Cob 3: El Valioso Cisne
El hombre a lado de Landon soltó una carcajada. ―Él tiene un buen
punto.

―Silencio. ―El tono de Landon carecía completamente de


cualquier señal de reproche mientras abrazaba al hombre más cerca.

―Soy Brian. ―Les dio a todos, una amplia sonrisa―. Humano. Es


raro en este grupo.

Cade encontró que le gustaba el hombre con la amplia sonrisa y al


futuro rey de Aria envuelto en el dedo meñique del humano. ―Encantado
de conocerte, Brian―. No ofreció un apretón de manos a la manera
humana. No pensaba que Landon tomara bien que tuviera contacto con su
otra mitad.

―¿Dónde está Fisher? ―le interrumpió Zara―. Su casa es como la


zona cero.

―Hubo un ataque de los cazadores. Él y su pareja están bien.


Petra me envió aquí a buscarlos. Fisher y su compañero necesitaban más
descanso.

―¿Cómo está Petra? ―preguntó Zara, inclinándose hacia


adelante―. Siempre me ha gustado.
Amber Kell y Stephani Hecht

Cade entró en la conversación. ―¿Por qué no ha detenido a


Taylora? Si es verdaderamente tu hada madrina, ¿por qué no puede
protegerte?

―Ella tiene poderes limitados, ―dijo Landon―. Ella no debe de


interferir directamente en nuestras vidas, sólo guiarnos. Mi
entendimiento es que ella está rompiendo todo tipo de reglas para
83

ayudarnos en todo esto. No la he visto desde que fue a ver a Dack.


Una Historia De Hermanos Cob 3: El Valioso Cisne
―¿Dack está bien? ―El alivio corrió a través de Cade. Sabía que
Kedrik estaba preocupado por su hermano menor.

―Petra lo salvo de Taylora. Él estaba herido, pero está sanando


bien.

―Bien. ―Cade se relajó contra los asientos―. Kedrik se sentirá


aliviado al oír eso.

El cisne grazno como si estuviera de acuerdo con Cade.

―Sé que pregunté esto, pero ¿por qué no has roto la maldición?
―Landon cruzó los brazos sobre su pecho.

Cade apretó los dientes y resistió el impulso de estrangular a su


futuro cuñado. ―Lo haría si supiera cómo hacerlo.

―Tienen que admitir que se aman y luego tienen sexo.

―Ya le dije que lo amaba. ―protestó Cade.

―Pero ¿tuviste sexo después? ―preguntó Brian.

Pensando en su confesión luego de la última vez que hicieron el


amor, tenía que admitir que no lo habían hecho.
Amber Kell y Stephani Hecht

―Entonces ahí lo tienes. ―Landon agitó la mano para abarcar a los


dos.

―Cuando vuelva a ser humano, tienes que decirle que lo amas de


nuevo y luego tener relaciones sexuales.
84
Una Historia De Hermanos Cob 3: El Valioso Cisne
Cade se apoyó en el asiento de cuero y cerró los ojos. ―Realmente
estoy empezando a odiar a tu hermana, ―murmuró.

―Únete al club, Cade. Únete al club. ―dijo Landon.

Un suave graznido de acuerdo resonó en la limusina.


Amber Kell y Stephani Hecht
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Una Historia De Hermanos Cob 3: El Valioso Cisne

Capítulo Ocho
Fueron conducidos a una antigua granja en medio de la nada. Era lo
suficientemente extraño comparándola con la fortuna de la limusina que
Cade no pudo evitar levantar una ceja cuestionando a Landon.

El príncipe se encogió de hombros. ―Necesitábamos un lugar


donde esconderse de los cazadores. Dado que esta casa solía
pertenecer a la hermana de Xanthi, está encubierta para enmascarar
cualquier marcador mágico. Además, si los cazadores llegaran a
encontrarnos, estamos lo suficientemente lejos para que no haya
inocentes lastimados.

Los ojos de Zara se abrieron de par en par. ―¿Xanthi? ¿Está aquí?


¡Sí!

Antes de que la limusina hubiera frenado por completo, ella ya


estaba fuera y corriendo por los escalones de madera. Apretando su
agarre en su cisne, Cade sólo la observó, preguntándose qué demonios
estaba haciendo ahora. La última vez que la había visto moverse tan
rápido, sin contar a los cazadores, había sido cuando la película The
Hunger Games había salido y ella quería ser la primera en la fila para
Amber Kell y Stephani Hecht

conseguir boletos. Ella había golpeado a dos pequeños grupos de chicas


adolescentes en ese incidente.

Las cosas se pusieron más interesantes cuando la pareja de Landon


dejó escapar un grito de risa y saltó también. ―Esto lo tengo que ver.

Al salir mucho más despacio, con Kedrik cuidadosamente acunado


86

en sus brazos, Cade preguntó, ―¿Quiero saber quién es Xanthi?


Una Historia De Hermanos Cob 3: El Valioso Cisne
―Él es un hada exiliado que ha sido despojado de la mayoría de sus
poderes. ―respondió Landon casualmente.

Le tomó todo lo que Cade tenía para no poner los ojos en blanco.
¿Podría esta situación ser más extraña? Entonces el sonido de gritos
vino desde adentro, y se dio cuenta de que no debía haberse hecho a sí
mismo una pregunta tan estúpida.

Entró en la casa para encontrar el pandemonio. Zara tenía a un


pequeño y delgado rubio clavado en la pared, el príncipe Fisher estaba
en el sofá, sin hacer nada para ayudar, a menos que reírse del culo de
alguien contara como ayuda, mientras que un pelirrojo estaba haciendo
todo lo posible por separar a Zara.

Entonces Kedrik eligió ese momento para soltar un fuerte


graznido, y la habitación se congeló por un breve segundo, antes de que
lograra hacerse aún más fuerte. Fisher echó un vistazo al cisne y
empezó a reírse más fuerte, el rubio empezó a maldecir a Zara, ella
seguía murmurando y el pelirrojo finalmente alzo sus manos al aire.

―Oh, me rindo, ―Reef declaro.

Zara pasó un dedo por un lado de la mejilla del rubio, recibiendo un


estremecimiento en respuesta. ―No seas tan tímido, Xanthi. Hace siglos
Amber Kell y Stephani Hecht

que no nos vemos. ¿No me extrañaste?

―En lo más mínimo. ¿Qué parte de 'soy gay' no entiendes?


―Xanthi exploto.

―Un buen polvo conmigo hará que nunca mires atrás, ―insistió
Zara.
87

Bien, ahora su hermana sólo estaba siendo grosera.


Una Historia De Hermanos Cob 3: El Valioso Cisne
Entregándole a Kedrik a Landon, Cade se acercó y la apartó del
pobre tipo. ―Déjalo solo.

Ella entrecerró sus ojos a Cade. ―Sólo porque eres demasiado


gallina para follar al tipo que amas no significa que yo sea igual.

―No tengo miedo de hacer nada con Kedrik, y no importa lo que


digas o hagas. Xanthi nunca va a estar interesado en ti porque eres una
mujer.

Fisher dejó de reír el tiempo suficiente para echar su cabeza


atrás en confusión. ―Espera. ¿Vosotros todavía no lo han hecho? Eso no
suena como Kedrik en absoluto. Por lo general, él folla primero y luego
pide nombres.

Una oleada de celos atravesó Cade. Los forzó a retroceder,


recordando la expresión de autodesprecio en la cara de Kedrik cuando
habían tenido su anterior discusión sobre sus viejas maneras
promiscuas. ―Ya nos hemos acercado bastante, muchas gracias. Solo no
lo hemos hecho desde que nos dimos cuenta de que...

Él no termino, no queriendo parecer demasiado sentimental


delante de una casa llena de locos. El pelirrojo dio un pequeño suspiro de
felicidad. ―¿Quieres decir que no han sellado el vínculo haciendo el
Amber Kell y Stephani Hecht

amor desde que ambos se dieron cuenta de que son almas gemelas?

―No, Reef, no lo han hecho. De ahí la razón por la que nuestro


hermano este luciendo plumas. ―dijo Landon.

Fisher se acercó y se agachó para poder ver el rostro del cisne.

―Oye, Keddy. ¿Cómo se está ahí? ¿Recuerdas cómo solías burlarte


88

de mí todo el tiempo acerca de cómo tuve que pasar la mitad de mi vida


Una Historia De Hermanos Cob 3: El Valioso Cisne
en el agua y eso me hizo ser un perdedor? Bueno, parece que tú también
eres uno, porque apuesto a que no querrías nada más que estar ahora en
un caliente y pegajoso pantano.

Kedrik soltó un graznido y trató de morder a Fisher, que


fácilmente lo esquivó. Dejando escapar un suspiro, Cade fue a buscar a
su pareja. Aquí pensó todo este tiempo que su familia era disfuncional.
En su opinión, el grupo de Kedrik era mucho peor.

Zara dejo salir un fuerte aullido antes de saltar hacia atrás.


Frotando su estómago justo encima del nuevo agujero quemado en su
vestido, miró a Xanthi. ―¿Pensé que te habían quitado tus poderes?

―La mayoría de ellos. Todavía tengo algunos ases bajo la manga, y


no tengo miedo de usarlos ―anunció Xanthi mientras se alejaba de la
pared y se ponía de pie junto a Fisher.

―Entonces, ¿cuál es exactamente nuestro plan? ―preguntó Cade.

Él no quería tener que pasar un minuto más encerrado en este


manicomio de lo necesario. Sólo quería curar a Kedrik y llevarlo a algún
lugar seguro hasta que pudieran hacerse cargo de Taylora y dejarla
permanentemente fuera del negocio.

―Ahora que tenemos a Kedrik, necesitamos regresar a Aria y


Amber Kell y Stephani Hecht

encontrar a nuestros otros hermanos. Una vez que los tengamos curados
y seguros, podemos ir tras Taylora. No nos atrevemos a atacar hasta
que sepamos con certeza que todos nosotros nos hemos sacudido este
maldito hechizo de muerte. ―dijo Landon.

―Así que necesitas trabajar para des-cisne-ar a Kedrik.


―arrastro las palabras Xanthi.
89
Una Historia De Hermanos Cob 3: El Valioso Cisne
Cade le dio al cisne una mirada aguda. ―No puedo hacer nada al
respecto ahora mismo. No sé en qué tipo de perversión estás, pero
prefiero que mis compañeros sean humanos.

―Joder, los elfos son tan aburridos y un gran dolor en mi culo. Y


no en el buen sentido. ―Xanthi puso los ojos en blanco cuando empezó a
marcharse de la habitación―. Voy a dormir una siesta. Una vez que esos
dos finalmente jodan y se curen me despiertan.

―¿Él es siempre así? ―preguntó Cade una vez que Xanthi se había
ido.

―No. ―Reef sacudió lentamente la cabeza. ―Por lo general, es


diez veces más sarcástico. Debe estar cansado.

Landon se pasó una mano por el pelo. ―Todos estamos cansados.


Por qué no tomamos una siesta y espero que podamos irnos después de
que la maldición de Kedrik esté rota.

Cuando Cade se dio cuenta de que toda la habitación le estaba


dando una mirada punzante, soltó un gruñido agravado. ―Se los dije, no
voy a hacerle el amor a un cisne.

―No estábamos sugiriendo que ahora. Estábamos pensando que tal


vez podrías una vez que tú y Kedrik se despertaran y el volviera a su
Amber Kell y Stephani Hecht

forma habitual. ―explicó Fisher, con las comisuras tirando de su boca.

Así que no solo estaba Cade esperando para hacerle el amor a su


pareja y curarlo sino también tenía que hacerlo en una casa llena de
gente que estarán probablemente escuchándolos. Genial, sin presión.

―¿Al menos tenemos una habitación privada o vas a vender


90

entradas para el evento y hacerlo público? ―Cade mordió.


Una Historia De Hermanos Cob 3: El Valioso Cisne
Landon sonrió. ―Tenemos un dormitorio en el piso de arriba que
puedes usar. No es costumbre en Aria que los príncipes tengan
relaciones sexuales frente a una audiencia hasta después del segundo
aniversario de la pareja.

Cade tardó un segundo en darse cuenta de que Landon le estaba


tomando el pelo. Dejando salir un suspiro, el reajusto a Kedrik en sus
manos y pregunto, ―¿Puedes solo decirme por favor dónde podemos
dormir?

―Arriba, la segunda habitación a la izquierda.

No queriendo estar en el caos por un segundo más, Cade subió las


escaleras y encontró la habitación. En cuanto cerró la puerta dejo
escapar una respiración profunda.

Maldición, ¿cómo nadie sabía lo loca que estaba la familia real de


Aria? Pero de nuevo, antes de ahora, siempre habían estado protegidos
y alejados de otros.

Cade sentó al cisne en la cama. Kedrik debía estar tan cansado


como Cade porque alboroto sus plumas justo antes de acomodarse y
quedarse dormido. Después de desnudarse, Cade se metió en la cama.

Gimió mientras miraba al pájaro. No era exactamente como había


Amber Kell y Stephani Hecht

imaginado pasar la primera noche con su pareja, pero al menos estaban


vivos y seguros... por ahora.

Aún tenían un camino difícil por delante. Tenían que curar a


Kedrik, encontrar una manera de entrar a hurtadillas a Aria, localizar a
los otros príncipes y derrotar a Taylora.
91
Una Historia De Hermanos Cob 3: El Valioso Cisne
Mientras tanto, ellos tenían que asegurarse de estar un paso
adelante de los cazadores.

Era tan abrumador que le causo a Cade un poco más que ansiedad.
Ahora que finalmente tenía a Kedrik a su lado, estaba más que decidido
a no dejar que nada se interpusiera entre ellos de nuevo.

Cade se despertó más tarde con la sensación de unos labios


deslizándose lentamente hacia abajo de su cuerpo, dejando una estela
caliente en su camino. Incluso sin abrir los ojos, Cade habría reconocido
el olor y el tacto de su pareja. Lanzó un fuerte gemido y siguió
disfrutando de la atención de su pareja.

―Shh... los otros te van a oír, ―Kedrik susurró.

―Déjalos. No es como si no supieran lo que vamos a hacer aquí.

Kedrik giró la lengua alrededor del ombligo de Cade. ―Sigue


siendo mejor que hacerlo con un cisne y en público.

―¿Has oído todo eso?

Levantando la vista de debajo de sus pestañas, Kedrik lanzó una


Amber Kell y Stephani Hecht

perversa sonrisa, y eso hizo todo tipo de cosas asombrosas al cuerpo de


Cade.

―Algunas partes son un poco difusas, pero sí, oí la mayor parte de


la conversación. Suficiente para saber que voy a patear el culo de Fisher
en cuanto terminemos aquí.
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Una Historia De Hermanos Cob 3: El Valioso Cisne
Si Cade lograba hacer todas las cosas que planeaba hacerle al
príncipe, Kedrik estaría demasiado cansado para patear cosas por un
rato.

Dejando salir un gruñido, Cade se sentó, sus brazos rodeando la


cintura de Kedrik para asegurarse de que el otro hombre no se cayera
de la cama.

La nueva posición lo hizo así que Kedrik estaba sentado


básicamente en el regazo de Cade, pero eso pronto fue remediado
cuando Cade dio vuelta a sus cuerpos y atrapó a Kedrik debajo de él.
Kedrik luchó, pero al final, ambos sabían que era todo solo para mostrar.
No sólo Cade era más grande y más fuerte, sino que Kedrik también
quería someterse. Una mirada a la necesidad cruda en los ojos del
hombre gritó ese hecho.

―Hay algo que debo decirte sobre mi especie.

Mientras hablaba, Cade usó una mano para sujetar las manos de
Kedrik para que estuvieran por encima de su cabeza. La nueva posición
estiró su cuerpo perfectamente, haciendo que los músculos duros
ondularan bajo su piel bronceada. Lucia tan sabroso que Cade no pudo
resistirse a tomar un bocado. Bajando los dientes, mordisqueó uno de
los pezones de Kedrik, deteniéndose después para lamer la picadura.
Amber Kell y Stephani Hecht

―¡Joder! ―Kedrik gritó. No había duda de que toda la casa lo


escuchó.

Cade sonrió contra la carne de su pareja, disfrutando del hecho de


que Kedrik fuera tan vocal. A Cade le gustaba que nunca se quedara sin
saber cuándo y cuánto complacía a su amante.
93
Una Historia De Hermanos Cob 3: El Valioso Cisne
―Pareja fae de por vida. Una vez que hagamos esto, no habrá
vuelta atrás. ―advirtió Cade.

Hizo una pausa lo suficiente larga para mirar a Kedrik. Mientras


que la polla de Cade le gritaba para seguir con el show, él tenía que
estar seguro de que Kedrik supiera todo antes de que aceptara la unión.

Los ojos de Kedrik se abrieron de par en par cuando su lengua salió


para lamer su labio inferior. ―Pero pensé que vosotros eran inmortales.

―Lo somos.

―Entonces, ¿cómo puedes emparejarte conmigo cuando yo no lo


soy?

―Esa es la cuestión. Una vez que hagamos esto, vivirás el mismo


tiempo que yo.

Cade hizo una pausa, de alguna manera sabiendo que esas palabras
tendrían el mayor impacto en la decisión de Kedrik.

Efectivamente, Kedrik tomó una respiración temblorosa.


―¿Entonces eso significaría que nunca envejecería, pero tendría que ver
a todos mis amigos y mi familia envejecer y morir?

―No a todos. Todavía estaría allí para ti.


Amber Kell y Stephani Hecht

Kedrik hizo una pausa y por un breve espantoso momento, Cade


estaba seguro de que estaba a punto de ser rechazado.

Entonces Kedrik le dirigió una sonrisa torcida. ―Puedo pensar en


cosas mucho peores de las que preocuparme que tener que despertar
para siempre en los brazos del hombre más guapo de toda Aria.
94
Una Historia De Hermanos Cob 3: El Valioso Cisne
La euforia lleno a Cade. ―¿Eso significa sí?

―Claro que lo hace.

Después de presionar un beso a los labios de Kedrik, Cade se


levantó lo suficiente para quitarse los calzoncillos y agarrar la botella
de lubricante que alguien había dejado no tan sutilmente en la mesilla de
noche. Cuando notó que Kedrik había bajado los brazos, Cade murmuró
un hechizo. Las cuerdas de plata aparecieron, deslizándose alrededor de
las muñecas de Kedrik y atándolo a la cabecera.

Kedrik no luchó contra las restricciones. En todo caso, más deseo


ardía en sus ojos mientras soltaba un fuerte jadeo de placer. Fue una
emoción que resonó dentro de Cade mientras miraba hacia abajo a su
pareja, todo sonrojado por la necesidad, su polla dura, y el cuerpo
simplemente suplicando que lo follaran.

Corriendo un dedo a lo largo del pecho de Kedrik, Cade elogió:


―¿Sabes lo perfecto que eres?

Kedrik sacudió la cabeza. ―Sólo soy una cara bonita. Eso es lo que
Taylora siempre me dijo. Ella también tiene razón. No soy fuerte como
Landon o inteligente como Fisher. Demonios, incluso Dack es mejor que
yo, y él es el bebé en la familia.
Amber Kell y Stephani Hecht

Cade se agachó y envolvió su mano alrededor de la polla de Kedrik.


―Bebe, eres maravillosa tal como eres. El hecho de que la perra de tu
hermana o madre nunca pudieran verlo no lo hace menos cierto.

Kedrik era grandioso, también. En todos los años que Cade se había
quedado atrás, admirando al hombre desde lejos, había notado muchas
cosas. Como cuando los temperamentos estallaban entre los nobles, era
95

Kedrik quien usaba su encanto y calmaba a todos. Cómo siempre tenía


Una Historia De Hermanos Cob 3: El Valioso Cisne
tiempo para cualquier tema, ya sea con un caballero o un paje. Él trataba
a todos como iguales y nunca tuvo miedo de saltar y ensuciarse las
manos para hacer un trabajo.

Cade quería decir todas esas cosas, pero se dio cuenta de que
Kedrik tendría que ver eso por sí mismo. En lugar de eso, Cade se
conformó con darle besos a todo el cuerpo de su pareja.

Usando una mano, se las arregló para abrir la botella del lubricante
y verter algo sobre su mano. Luego continuó besando cada centímetro
del cuerpo de Kedrik... bueno, casi cada centímetro. Cade evito
deliberadamente la polla de su amante. Una situación que pronto resultó
frustrante para Kedrik, a juzgar por el número de gemidos y maldiciones
que se deslizaban por los labios del hombre.

Todavía no era suficiente. Sonriendo a sí mismo, Cade metió un


dedo dentro del apretado agujero de Kedrik. La polla de Cade se sacudió
impaciente cuando sintió lo apretado que estaba Kedrik. Añadió un
segundo dedo, separándolos para que Kedrik estuviera estirado y listo
para tomarlo.

Finalmente, cuando Cade supo que su príncipe no podía detener su


orgasmo por más tiempo, Cade deslizó sus dedos fuera. Agarrando a
Kedrik por la cadera, Cade ordenó: ―Mírame.
Amber Kell y Stephani Hecht

Kedrik obedeció de inmediato, con su mirada llena de lujuria fija


en Cade. Sólo entonces Cade presionó lentamente su polla dentro de
Kedrik.

Ambos gimieron mientras Cade se deslizaba en casa. Sólo se


detuvo un momento antes de que fuera demasiado. El conocimiento de
96
Una Historia De Hermanos Cob 3: El Valioso Cisne
que tenía a Kedrik en sus brazos, a su merced y por siempre suyo,
rompió el control de Cade y comenzó a martillear a su pareja.

Kedrik debió de sentir la misma ansiedad porque dejó escapar un


grito de placer, estimulando a Cade. Incluso arqueó su cuerpo para
encontrar a Cade a medio camino.

Mierda, Cade sabía que no iba a durar mucho. Ya podía sentir el


hormigueo en su espina dorsal que le hizo saber que su orgasmo se
acercaba. No quería encontrar su liberación hasta que Kedrik lo hiciera,
así que bajo la mano y comenzó a acariciar la erección de Kedrik.

―Te amo. ¡Jodidamente mucho! ―Kedrik gritó.

Luego se arqueó una vez más antes de que él se viniera, su polla


disparando calientes cuerdas de semen por toda la mano de Cade. La
sensación del cuerpo de su pareja temblando debajo de él, empujó a
Cade al borde. Gimiendo el nombre de Kedrik, permitió que su orgasmo
le golpeara.

Una brillante luz dorada viajó sobre sus cuerpos como proceso de
la vinculación que era tan antiguo como la familia de Cade se estableció.
Soltó un ligero silbido cuando apareció un tatuaje de estrella en su
brazo, la marca de los elfos. Una estrella igual brillaba en el brazo de
Amber Kell y Stephani Hecht

Kedrik. Cualquiera que los viera juntos sabría que eran un par acoplado.

Una vez que la luz se desvaneció, Cade murmuró el hechizo para


deshacer las muñecas de Kedrik. Igual de rápido, él dijo otro. Esta vez
apareció una cadena de plata alrededor del cuello de Kedrik. Mientras
que lucía como otra pieza de joyería, el broche en forma de hoja que lo
mantenía cerrado la marcaba como algo más. En la antigua escritura
97

elfica era el nombre de Cade.


Una Historia De Hermanos Cob 3: El Valioso Cisne
Era el único que podría quitárselo y Kedrik lo usaría para siempre.
Rodando hacia un lado, Cade tiró a Kedrik en sus brazos. Una sensación
de calma se apoderó de él ahora que sabía que el príncipe estaba
finalmente donde pertenecía.
Amber Kell y Stephani Hecht
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Una Historia De Hermanos Cob 3: El Valioso Cisne

Capítulo Nueve
Kedrik suspiró mientras movía sus brazos y sus dedos. Se sentía
tan bien ser humano, y si sus hermanos tenían razón, se quedaría de esa
manera.

Todos estaban sentados alrededor de la sala de estar acurrucados


con sus respectivas parejas. Zara se sentó frente a Xanthi, dándole
ocasionalmente una mirada de resentimiento. Kedrik se mordió una
sonrisa mientras observaba al par interactuar. Zara era obviamente una
de esas mujeres que pensaban que podían volver hetero a un hombre
gay. ¿Por qué pensaba eso cuando su propio hermano era gay?, él no lo
sabía, sin embargo, había algunas personas que no tenían sentido.

El ex-cazador presentado como Hagen seguía sacudiendo su gran


cuchillo de caza de un lado a otro, pareciendo un hombre que iba a matar
algo pronto si no conseguía algo de acción. De acuerdo con Landon, el
hombre pensaba que podría ayudar a encontrar a los príncipes
desaparecidos.

Kedrik suspiró cuando Landon entro en otro discurso sobre cómo


necesitaban derrocar a su hermana.
Amber Kell y Stephani Hecht

―Lo entendemos, Lan. Lo sabemos. Taylora es una perra malvada y


tenemos que patearle el culo. ¿Podemos pasar a cómo vamos a encontrar
a Adar y Eaton?

―Vamos a preguntarle a Petra cuando regrese. ―Landon miró


furioso a su hermano por interrumpirlo―. Se supone que ella está
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revisando a Dack.
Una Historia De Hermanos Cob 3: El Valioso Cisne
―No crees que ella lo traiga aquí, ¿verdad? Necesitamos volver a
Aria. ―Kedrik se inquietó mientras esperaba la respuesta de su
hermano. Toda esta situación lo tenía al borde. ¿Cómo podía su hermana
hacerles esto?

Landon se encogió de hombros. ―Espero que ella tenga más


sentido que eso.

El silencio recayó sobre el grupo, pero Kedrik no sabía lo que eso


significaba ya que no conocía a Petra.

―Nosotros encontraremos a tus hermanos. ―Cade susurro en el


oído de Kedrik.

―Eso espero.

Antes de que pudiera preguntarse cuánto tiempo tendrían que


esperar, un destello en la habitación lo cegó. Kedrik parpadeó para
aclarar su visión y parpadeó de nuevo cuando se aclaró. Quienquiera que
hubiera convencido a la mujer de que la moda de los años ochenta de
Madonna volvía, debía ser fusilado. Un corsé de encaje negro, mini falda
negra de cuero y mallas de color rosa fuerte asaltaban los ojos de
Kedrik, pero fueron las botas de tobillo de cuero, es lo que la acabo. Su
cabello, afortunadamente, fue una pequeña mejoría, pero la banda en la
Amber Kell y Stephani Hecht

cabeza no hizo nada por su bonita cara.

―Petra, ahí estás, ―exclamó Landon―. ¿Dónde está Dack?

―Tenemos un problema, ―dijo la visión.

―¿Qué está mal? ―Landon se puso en pie de un salto, elevándose


100

sobre la diminuta mujer.


Una Historia De Hermanos Cob 3: El Valioso Cisne
Hagen se levantó, también, discretamente colocando su cuerpo
entre el hada madrina y el príncipe.

―Dack está desaparecido. Quiero decir, podría haber salido por su


cuenta. ¿Por qué lo haría?, no lo sé, pero él no estaba allí, y no pude
encontrar ningún rastro de él. Estoy pensando que su cisne se hizo cargo
y se fue.

Kedrik se puso de pie de un salto, listo para estrangular a la mujer.


―¡Tu perdiste a mi hermano menor! ―La tentación de ahorcarla era
enorme.

―¡No lo perdí! Él se marchó a explorar su lado de cisne.

―Voy a explorar mi lado asesino. ―gruñó Kedrik.

―Tranquilízate. ―advirtió Hagen.

―Cálmate, cariño. ―Cade envolvió un brazo alrededor de Kedrik,


sosteniéndolo cerca―. Cuando volvamos a Aria, encontraremos a Dack.
Vamos a concentrarnos en cómo llegar ahí.

El silencio llenó la sala de estar mientras se intercambiaban


miradas sin respuestas claras.

Petra golpeaba con su pie. ―Es fácil para mí transportarme, pero


Amber Kell y Stephani Hecht

necesito abrir una puerta entre los mundos para que todos vosotros
pasen al otro lado.

―¿Por qué no podemos ir por el camino que hemos venido aquí?


―preguntó Kedrik.
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Una Historia De Hermanos Cob 3: El Valioso Cisne
Petra sacudió la cabeza. ―Tu hermana sabrá si has venido por ahí
y te matará antes de que siquiera tengas oportunidad de verla. ―Petra
enrollo su pelo alrededor de su dedo mientras pensaba.

Ella chasqueó los dedos. ―Cade. ¿Tu madre te dio algo con un
símbolo ario en él?

―No, ella me lo dio a mí, ―Zara habló―. Le preocupaba que Cade


lo perdiera.

Cade frunció el ceño a su hermana.

―¿Qué? Tú sabes que pierdes la mierda todo el tiempo.

Zara sacó un brazalete de oro de su muñeca y se lo entregó a


Petra. ―Ella sabía que Cade eventualmente lo necesitaría.

Petra dio un pequeño chillido. ―Brian, dame tu broche y, Fisher,


dame tu anillo. ―Volteando el brazalete, sacudió el broche en la curva
hasta que un chasquido audible llenó la habitación. El anillo de Fisher fue
seguido, presionado en la parte posterior del broche. Mordiéndose el
labio, examinó la nueva forma―. Creo que esto lo hará.

―¿Hacer qué? ¿Hacer de la horrible joyería un arte? ―preguntó


Zara.
Amber Kell y Stephani Hecht

Petra miró fijamente a Zara. ―Si no tienes nada útil que decir
intenta quedarte callada, o me aseguraré de que te quedes así.

Aunque Petra parecía tan espantosa como una mosca de la fruta,


Zara palideció y retrocedió. Sirve para demostrar que no siempre se
sabe por las apariencias.
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Una Historia De Hermanos Cob 3: El Valioso Cisne
El hada madrina puso las joyas combinadas en el suelo y sacó una
varita de su manga. Girando la brillante varita alrededor de la pila hizo
aparecer un pequeño torbellino. El torbellino se volvió de un
resplandeciente dorado hasta que abarco todo el centro de la sala de
estar.

Sonó una fuerte campana, dejando tras de sí un zumbido en los


oídos de Kedrik y un dolor de cabeza penetrante. Una puerta alta y
dorada estaba ahora donde había estado la joyería.

―Ahí. Eso debería ser suficiente. ―Petra se metió la varita en la


manga y examinó su trabajo con expresión de orgullo. Sin preámbulos,
abrió la puerta. Un fuerte gruñido llenó la habitación. Petra cerró la
puerta―. Umm, no era eso.

Landon se acercó al hada madrina. ―Petra. ¿Qué hiciste?

Petra sacó su varita de nuevo. ―Creo que quizá quieras ser el que
abra el portal, Landon. Más o menos me olvidé de esa parte.

Ella mordió su labio inferior cuando Landon se acercó a la luminosa


entrada.

―¿Qué parte? ―preguntó Kedrik.


Amber Kell y Stephani Hecht

―Tiene que ser un miembro de la familia real para romper la


barrera.

―Ah. ―Landon agarró la empuñadura y tiró. Echó un vistazo


cauteloso a través de la abertura antes de volverse hacia los demás.
―¿Que están esperando?
103
Una Historia De Hermanos Cob 3: El Valioso Cisne
Kedrik miró asombrado cuando su hermano mayor desapareció por
la puerta.

―Carajo. ―Se liberó de Cade y corrió tras Landon.

No había manera de que perdiera a su hermano. Tuvo que esperar


mientras Brian avanzaba para interceptarlo antes que él. Kedrik no le
gritó. Estaría molesto si Cade se fuera sin él. Un duro agarre sujeto su
brazo. Se volvió para ver a su pareja fulminándolo con la mirada.

―Si crees que voy a dejarte pasar por alguna puerta mágica solo,
entonces has perdido tu mente real.

Kedrik puso los ojos en blanco. ―No tenía ninguna duda de que ibas
a venir, pero tampoco puedo dejar a mi hermano para luchar contra
Taylora.

Por el rabillo del ojo, vio a Fisher, su pareja y Xanthi deslizarse


por la puerta. ―¿Podemos irnos ahora? No sé cuánto durará esta
apertura.

Cade se encontró con su mirada durante tanto tiempo que Kedrik


se preguntó qué es lo que estaba buscando.

―Voy primero. Si hay algo por ahí, no quiero que te lastimes.


Amber Kell y Stephani Hecht

―Yo iré tras él, ―dijo Zara.

―Yo iré al último y cerraré el portal. ―anunció Petra.

―Bien Entonces ve, oh gran protectora. ―murmuró Kedrik.

Cade pellizcó el culo de Kedrik mientras pasaba junto a él. ―Es mi


104

trabajo cuidarte, recuerda eso.


Una Historia De Hermanos Cob 3: El Valioso Cisne
Kedrik no tenía ninguna duda en su mente de que Cade le
recordaría si alguna vez se atrevía a olvidarlo.

Después de que Cade desapareciera por la puerta, Kedrik siguió


justo detrás de Cade.

El chisporroteo de la electricidad le pico a través de la piel,


haciendo que los finos pelos de su cuello y sus brazos hormiguearan y se
pusieran de punta. El olor de las flores empapadas en la luz del sol
llenaba el aire, y el suelo debajo de sus pies tenía una sensación
esponjosa en vez de la sensación de la roca sólida de la Tierra. Plantas
tan grandes como rascacielos se elevaban sobre él, y un aullido bajo
llenó el aire.

―Los cazadores están cerca, ―Landon dijo.

Las palabras apenas salieron de su boca antes de que una flecha


zumbara por el aire y se incrustara en un árbol junto a Kedrik. Los
caballos surgieron del bosque, sus cascos resonaban como truenos
mientras se acercaban al grupo.

Cade agarró el brazo de Kedrik, empujándolo detrás de él.

―Quédate ahí. ―susurró Cade.


Amber Kell y Stephani Hecht

Kedrik se habría opuesto, pero ¿qué iba a hacer? No tenía un


arma, ni ninguna habilidad mágica.

Cade levantó las manos en el aire y murmuró una serie de palabras


en algún lenguaje lírico extranjero. Las vides se deslizaban por el suelo
como serpientes, enredando los cascos de los caballos.
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Una Historia De Hermanos Cob 3: El Valioso Cisne
Gritando en protesta, los caballos arrojaron a sus jinetes.
Mientras los cazadores acuchillaban y luchaban contra la naturaleza, el
grupo corría.

―¡Por aquí! ―Gritó Hagen.

Nada parecía familiar a Kedrik mientras seguía al ex-cazador a un


paso impresionante. Finalmente, se detuvieron en una sombría copa.

Kedrik se arrojó al suelo, jadeando. Desde que los sonidos de la


persecución habían desaparecido hacía un rato, necesitaba tomar un
respiro mientras pudiera.

―¿Cómo sabían que estaríamos allí?― preguntó.

―Dudo que lo hicieran, ―dijo Petra―. Apuesto a que estaban en el


área y percibieron mi firma mágica.

―¿Cómo vamos a encontrar a mis hermanos si ni siquiera podemos


escapar de los cazadores? ―La frustración trajo lágrimas a los ojos de
Kedrik. Ya era bastante malo que su hermana los hubiera maldecido,
pero ahora eran proscritos en su propio reino.

―Necesitamos separarnos y buscar a Dack, Adar y Eaton en


pequeños grupos. De lo contrario, vamos a terminar capturados o
Amber Kell y Stephani Hecht

asesinados. Es mucho más fácil escondernos cuando solo somos dos o


tres. ―Landon se encontró con los ojos de Kedrik, luego con los de
Fisher, pidiendo silenciosamente un acuerdo a su propuesta.

Kedrik asintió con la cabeza. ―Creo que tienes un buen punto. No


queremos que nos capturen a todos a la vez. Pero si Hagen es el único
106

que puede encontrar a nuestros hermanos, ¿cómo vamos a encontrarlos


sin él?
Una Historia De Hermanos Cob 3: El Valioso Cisne
Hagen se adelantó desde donde se había quedado mientras los
príncipes estaban discutiendo. Kedrik no sabía si lo hacía por cortesía o
porque esperaba que se dieran cuenta de que eran inútiles sin él.

―Puedo ocuparme de ese problema, pero tienes que prometer no


decirle a nadie que soy yo quien te lo dijo. En este momento, soy un
desertor y podría ser lanzado a la cárcel. Si ellos se enteran de que
rebele sus secretos, podría ser asesinado.

―Estoy seguro de que puedo hablar por todos nosotros cuando


digo que tus secretos están a salvo con nosotros. ―juró Landon.

Kedrik y Fisher asintieron al unísono.

―Dinos, Hagen. ―insistió Kedrik.

―Todos los cazadores de Aria pueden manipular un poco de la


naturaleza. Es parte de la razón por la que somos elegidos como
cazadores. ―Hagen se agachó y recogió tres piedras redondas. Tomando
las tres en la mano, las cubrió con la otra.

Murmuró algo demasiado bajo para que Kedrik pudiera oírlo, pero
debió de haber funcionado porque fuego azul se disparó de sus manos en
todas direcciones. Después de un minuto, la luz se apagó y Hagen abrió
sus manos.
Amber Kell y Stephani Hecht

Las tres rocas brillaban con un tenue azul.

―Príncipes, cada uno agarre una roca.

Cuando Cade fue a agarrar por Kedrik, Hagen lo sacó fuera de su


alcance.
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Una Historia De Hermanos Cob 3: El Valioso Cisne
―Kedrik tiene que tomarlo. Prometo que no le hará daño. ―juró
Hagen.

Kedrik observó el choque de los alfas con diversión. Finalmente,


Cade cabeceo en acuerdo y dio un paso atrás.

Kedrik arrebató la piedra antes de que su pareja pudiera cambiar


de opinión.

La roca emitió un suave zumbido, y la luz azul se disparó en la mano


de Kedrik. Soltó un siseo ante la inesperada sensación de su mano
doliendo de frío.

Alzando la roca, vio un extraño símbolo que estaba ahora en su


palma y en la roca.

―Dijiste que no le haría daño. ―Cade dio un paso hacia Hagen,


pero Kedrik le tendió el brazo para mantenerlo atrás.

―Sólo me picó. Estoy bien. ―Le dedicó toda su atención a Hagen―.


¿Ahora qué?

―Ahora tienes una piedra guía con tu ADN. Cualquiera en tu


familia puede ser encontrado con esa piedra. Escoge a alguien.

Con la piedra lisa en la palma, Kedrik habló. ―¿Dónde está Eaton?


Amber Kell y Stephani Hecht

La piedra se alzó de la mano de Kedrik, deteniéndose unos dos


centímetros por encima de su palma. La luz crujió sobre la piedra hasta
que apareció una brújula en la superficie. La palabra Eaton brillaba en la
parte superior con una flecha apuntando hacia el norte.
108

―Puedes cambiarlo en cualquier momento diciendo a quién estás


buscando. ―dijo Hagen.
Una Historia De Hermanos Cob 3: El Valioso Cisne
―Bueno. Toma a Eaton. Fisher, encuentra a Adar y yo buscaré a
Dack. Petra, ¿te vas a quedar?

Petra sacudió la cabeza a regañadientes. ―Si interfiero más, me


van a arrancar mis alas.

Landon asintió con la cabeza. ―Gracias por tu ayuda. Zara, tú ve


con tu hermano y Kedrik. Fisher, ¿quieres a Xanthi o a Hagen?

―Xanthi. ―Le lanzó al ex-cazador una sonrisa tímida―. Sin ánimo


de ofender.

―No me ofendes. ―le aseguró Hagen―. Tú no me conoces.

―¡Exactamente! ―Fisher le dio al ex-cazador una aliviada sonrisa.

Kedrik tampoco habría querido ofender al hombre de rostro de


granito.

―Yo tomare a Hagen entonces. ―dijo Landon―. Una vez que


recojamos a nuestros hermanos, nos encontraremos en los bosques del
norte del castillo por Emerald Lake. ¿Alguna objeción?

―No. ―dijeron todos al unísono.

―Bien. ―Landon unió sus manos con Fisher y luego con Kedrik.
Amber Kell y Stephani Hecht

―Cuídense, mis hermanos. El reino depende de vosotros.

Kedrik asintió con la cabeza. Por primera vez, tenía un papel


importante que desempeñar en el reino, y haría cualquier cosa si eso
pudiera hacer que todo regresara a ser como era antes.

Fisher y Landon activaron sus piedras guía y se dirigieron en


109

direcciones opuestas mientras Kedrik luchaba con las lágrimas mientras


Una Historia De Hermanos Cob 3: El Valioso Cisne
recordaba jugar al escondite con sus hermanos en el pasado. Esta vez un
mundo entero dependía de que pudieran encontrar a aquellos que
estaban perdidos.

―Todo va a estar bien. ―Cade envolvió a Kedrik en sus brazos.

―No, no lo hará, ―dijo Kedrik―. Nunca volverá a estar bien otra


vez. ―No importaba lo que sucediera al final, había cambiado demasiado
para que Kedrik volviera a vivir la existencia protegida que tenía antes.

Un suave silbido llenó el aire. No le prestó atención hasta que Zara


gritó. Kedrik giró alrededor. Zara yacía en el suelo, con una flecha
atravesada por el pecho.

Cade lanzó a Kedrik de él. ―No te quedes ahí, Kedrik. ¡Corre!


Amber Kell y Stephani Hecht
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Una Historia De Hermanos Cob 3: El Valioso Cisne

Capítulo Diez
―¿A dónde vamos? ―Dack susurró mientras lanzaba una mirada
nerviosa por el bosque.

Fudwick sólo se detuvo el tiempo suficiente para lanzar unas


palabras sobre su hombro. ―Paciencia, príncipe.

Dack resistió el impulso de rodar los ojos. Después de haber


pasado otro día como cisne, paciencia era lo último que sentía. Lo único
que quería era encontrar a sus hermanos mayores. Entonces podrían
recuperar el castillo y aplastar a Taylora y a su espeluznante amigo.

Instintivamente su mano fue a su estómago directamente donde


Nico le había disparado un enorme agujero, para que Taylora pudiera
tener la sangre necesaria para la maldición que había arrojado sobre
ellos. Dack no estaba seguro de lo que había lastimado más, si la herida
en si o el hecho de que ella los traicionara.

Después de un debate interno, decidió que era su traición.


Mientras la herida había sanado hacía mucho tiempo, el dolor en su
corazón todavía se sentía crudo y fresco.
Amber Kell y Stephani Hecht

Toda su vida, él había visto por Taylora y la había idolatrado. Muy


en el fondo él sabía que ella era mala y odiosa, la mayoría de las veces
ella lo había tratado por lo menos con amabilidad. Eso fue hasta que ella
lo trato de matar literalmente.

Si no hubiera sido por Petra, Dack habría sangrado hasta morir o


111

sucumbido a la maldición. Aunque él sabía que debía sentirse optimista


de que al menos hubiera podido suavizar la maldición, todavía era difícil
Una Historia De Hermanos Cob 3: El Valioso Cisne
ser feliz con la perspectiva de tener que pasar la mitad del resto de su
vida atrapado como un cisne.

Llegaron a un árbol y el gnomo se detuvo delante de él, su pequeña


y sucia mano yendo a su corazón casi como en adoración. Dack miró
fijamente el árbol, tratando de averiguar qué era tan especial. Aparte
del hecho de que parecía bastante antiguo y más grande que el infierno,
no vio cómo era de diferente al resto de los bosques.

―Lo que voy a mostrarte ha sido un secreto muy guardado por los
gnomos desde el principio de los tiempos, ―dijo Fudwick.

Dack casi bromeó ¿Qué? ¿Han sido los gnomos los que han estado
viviendo en los árboles y haciendo galletas, no elfos? Decidió que era
una de esas veces que Landon le habría aconsejado que no soltara su
lengua, así que Dack simplemente asintió en respuesta.

Hablando en un lenguaje gutural y casi animalista, Fudwick empezó


a cantar. Una extraña luz verde brilló en la parte superior del árbol
antes de brillar lentamente por el tronco. Una vez que llegó al suelo, una
pequeña puerta apareció en la base del árbol. Dack había crecido en
torno a la magia, pero todavía se encontraba impresionado. Durante
décadas, todo el mundo pensaba que los gnomos estaban por debajo de
ellos, ya que eran más pequeños y no poseían poderes, pero parecería
Amber Kell y Stephani Hecht

que la raza había sido subestimada.

―¿Estás listo? ―preguntó Fudwick. Dack sacudió la cabeza.


―Honestamente, no creo que haya algo que me haya preparado para
todo lo que sucedió la semana pasada.
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Una Historia De Hermanos Cob 3: El Valioso Cisne
El rostro de Fudwick se ensombreció de preocupación. ―Tienes
que estar preparado para defender Aria, o de lo contrario toda la
esperanza se perderá.

Mientras Dack dudaba seriamente de que alguien alguna vez lo


mirara, el más joven de todos los príncipes, para cualquier fuente de
liderazgo, él asintió con la cabeza. Sólo entonces Fudwick le dio una
débil sonrisa antes de abrir la puerta.

Dack entró y encontró que el árbol era realmente la entrada a una


cueva. Entonces, mientras miraba mejor, inmediatamente quiso dar la
vuelta y huir. Ante él había una enorme caverna, y estaba llena de
refugiados del castillo y de las campiñas en los alrededores. Viejos,
jóvenes, ricos, pobres...todos estaban presentes. Peor aún, algunos
estaban heridos y moribundos.

―¿Qué es este lugar? ―Dack pregunto.

Mirando hacia arriba, vio que el techo era bajo. Pasajes


redondeados fueron hechos en la roca y llevaban a lo que él asumía eran
otras habitaciones. Todo el interior estaba iluminado por antorchas que
se unían a las paredes de piedra, y el aire olía húmedo.

―Es la morada secreta de los gnomos. Hasta que los cazadores de


Amber Kell y Stephani Hecht

Taylora comenzaron a atacar, éramos la única raza que habíamos visto el


interior de estas paredes, ―respondió Fudwick.

Dack pasó una mano por la pared, maravillado por lo suave que se
sentía. ―Les ha de haber tomado una eternidad cavar esta cueva.

―Hemos estado trabajando en ello desde el principio de los


113

tiempos, y seguimos trabajando.


Una Historia De Hermanos Cob 3: El Valioso Cisne
Asombrado, Dack se quedó boquiabierto ante el gnomo. ―¿Qué tan
grande es este lugar?

―Corre bajo el reino entero de Aria.

―¿Cómo es eso posible? Alguien tendría que haber notado que


todos trabajaban.

Fudwick gruñó. ―¿Sabes cuántos individuos saben mi nombre?

―No.

―Sólo tú, príncipe. La mayoría ven a los gnomos como criaturas


estúpidas e ignorantes que no son dignas de nada solo para el trabajo
manual.

Dack quería negarlo, pero sabía que era cierto. Ni siquiera podía
comenzar a contar el número de veces que había visto a caballeros u
otros nobles dando patadas y maldiciones a los gnomos mientras corrían
por el castillo. Mientras Landon siempre había sido justo y había exigido
que todos en su castillo fueran tratados con respeto, el no siempre
estaba allí. Además, él era uno de los pocos miembros de la realeza que
tenían compasión por las pequeñas criaturas.

―Sin embargo, cuando estábamos en necesidad, tu todavía abriste


Amber Kell y Stephani Hecht

tu vivienda y recursos para nosotros, ―dijo Dack.

Ambos lo humillaron y lo asombraron de que los gnomos pudieran


ser tan misericordiosos y comprensivos después de todo el odio que
habían enfrentado a lo largo de los años. También esperaba nunca
defraudar a Fudwick, pero al mismo tiempo, no pudo evitar sentir una
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sensación de pánico.
Una Historia De Hermanos Cob 3: El Valioso Cisne
En el pasado, cada vez que se enfrentaba a un desafío, Dack había
podido recurrir a sus hermanos. Ahora estaba solo, cazado y perdido en
cuanto a qué dirección tomar.

Girando hacia Fudwick, Dack pregunto, ―¿Que es lo que quieres


que haga?

―Eres el príncipe. Lidéralos.

El horror agarro el pecho de Dack mientras sentía el peso de cada


mirada en sus hombros. ¿Estaban locos? ¿Cómo diablos esperaban que él
dirigiera?

Nunca había estado ni siquiera a cargo de un grupo de caballeros


entrenados, ¿aun así ellos creían que era capaz de convertirse en la
cabeza de su resistencia? ¿Habían estado comiendo tarta loca y habían
olvidado darle a Dack su rebanada?

―Necesitas a Landon o a Fisher. Yo sólo soy Dack. ―balbuceo.

―Ahora eres todo lo que tenemos. ―Fudwick levantó la mano y la


puso en el brazo de Dack. ―A menos que hagas algo, todas estas
personas van a morir. Eres un príncipe, ahora empieza a actuar como tal.

Dack miro hacia abajo viéndose a sí mismo. Con su ropa sucia y


Amber Kell y Stephani Hecht

desgarrada y sus zapatos maltrechos, no parecía una realeza. ―No


tengo entrenamiento, ni habilidades de batalla y estoy escuálido. ¿Qué
puedo hacer?

Fudwick hizo un gesto hacia la caverna. ―Somos pequeños, aun así


conseguimos hacer esto.
115

―Pero tú tenías ayuda. Yo estoy solo. ―dijo Dack.


Una Historia De Hermanos Cob 3: El Valioso Cisne
Era cierto, también. Ya ni siquiera tenía a Petra. Fudwick le dio un
suave apretón al brazo de Dack. ―No estás solo. Nos tienes a nosotros.

Fudwick entonces inclinó su cabeza hacia uno de los túneles. ―Ven,


algunos de los caballeros lograron escapar y querrán hablar contigo.

Dack lo dudaba seriamente. Las únicas veces que los caballeros le


habían hablado alguna vez, fue para decir cosas como: ¿Dónde está el
príncipe Landon? O, deja de alimentar a mi caballo con terrones de
azúcar y manzanas porque se está poniendo gordo.

Sin embargo, Dack lo siguió. Él esperaba hacer viaje rápido a


través de la caverna principal, pero cuando empezó a entrar en el
aglomerado, la multitud comenzó a zumbar con excitación.

―Es el príncipe Dack.

―¡Él vive!

―Hay esperanza.

Pronto se encontró deteniéndose en el camino para estrechar las


manos y consolar a los heridos. Demonios, incluso le dio a una pequeña
niña un abrazo. Cuando llegaron al pasillo, estaba sin aliento por la
conmoción.
Amber Kell y Stephani Hecht

Los ojos de Fudwick brillaban con orgullo. ―Te dije que no estabas
solo.

―Yo solo asumí que todos me veían como a un niño enfadoso.

―Eso es porque escuchaste demasiado a tu hermana. Ella siempre


116

te subestimó, y ahora eso puede que sea su ruina.


Una Historia De Hermanos Cob 3: El Valioso Cisne
Dack echó una ojeada al mar de rostros esperanzados y por
primera vez sintió mucha rabia...no por su dolor, ni por su traición
personal, sino una verdadera y genuina ira hacia Taylora por lo que le
había hecho a esta gente.

No sólo se había vuelto hacia sus hermanos, sino que también había
desatado la maldad en su reino, y no parecía importarle a quien
lastimara en el proceso. Todo lo que quería era riqueza y poder, y
parecía dispuesta a dejar que el resto de la gente muriera de hambre o
algo peor.

Incluso con ese fuego ardiendo dentro de él cuando se acercaban


al pequeño grupo de caballeros, Dack todavía esperaba que se rieran en
su cara. Cuando todos se dieron vuelta y de inmediato cayeron sobre una
rodilla, Dack estaba tan sorprendido que casi tropezó con sus pies.

Esperanza surgió a través de él cuando se dio cuenta de que uno


de los hombres era Cecil. Era uno de los mejores caballeros y había
servido lealmente a Landon durante años.

También había sido el caballero al que Dack le había jugado algunas


bromas. Dack sólo rezo para que el tipo no le guardara rencor.

―Cecil, estás vivo, ―dijo Dack.


Amber Kell y Stephani Hecht

El caballero le dirigió una cálida sonrisa. ―Sí, y nos alegramos de


que hayas sobrevivido también.

―¿Has oído algo sobre mis hermanos?

―No, tenemos hombres buscando en todos los rincones del reino.


117

No es fácil, sin embargo, debido a que el área está llena de cazadores y


tienen órdenes de matar a cualquier hombre que use el escudo real.
Una Historia De Hermanos Cob 3: El Valioso Cisne
Pese a sus palabras, Dack noto que todos y cada uno de los
caballeros todavía llevaban orgullosos sus túnicas con el escudo en ellas.
El pensamiento de su lealtad alivió el dolor por la falta de noticias sobre
sus hermanos.

―¿Cuántos refugiados hay aquí? ―preguntó Dack.

―La última cuenta, trescientos, pero cada día hay más.

―¿Tenemos suficiente comida y provisiones para apoyar a tantos?

Cecil asintió. ―Gracias a los gnomos, tenemos suficiente para


mantenernos durante varios meses.

Gracias a la diosa. Cuando ganaran esta guerra, Dack iba a


asegurarse de que hubiera un nuevo día festivo oficial para celebrar a
esta especie. Pues todo Aria seguramente vería lo dignos que eran para
entonces.

―Entonces, príncipe. ¿Cómo deberíamos proceder? ―Preguntó


Cecil.

Dack titubeo. Mierda, ¿qué diría Landon? Entonces, antes de darse


cuenta, las órdenes comenzaron a caer de sus labios. ―Fudwick,
necesito que seas nuestro embajador oficial con los gnomos.
Amber Kell y Stephani Hecht

Necesitamos trabajar con los sanadores para que podamos establecer


un hospital para los heridos. Después tenemos que encontrar una manera
respetuosa para tratar con los cadáveres. No podemos usar una pira ya
que eso alertará a los cazadores de nuestra ubicación, así que
necesitamos pensar en una alternativa. Entonces tenemos que asignar
trabajadores a la cocina y lavandería. Puesto que los gnomos nos están
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acogiendo en su santuario, lo menos que podemos hacer es cargar


Una Historia De Hermanos Cob 3: El Valioso Cisne
nuestro propio peso. Vosotros son nuestros honorables anfitriones, no
nuestros sirvientes.

Cecil sonrió su aprobación. ―Si puedo hacer una sugerencia, creo


que también deberíamos entrenar a algunos de los campesinos para
luchar. Perdimos muchos de nuestros hombres por los cazadores, y
tenemos que reemplazarlos.

Dack asintió. ―Estoy de acuerdo, y quiero que empieces conmigo.


He estado careciendo de mis habilidades de espada, y necesito ponerlas
al mismo nivel.

―Yo seré feliz de hacerlo, príncipe. Incluso tenemos una armadura


aquí que te quedara.

Le dio a Dack una sensación de alivio al saber que no tendría que


salir con la ropa raída que llevaba. Uno de los caballeros estaba incluso
trayéndole un nuevo conjunto de prendas y zapatos.

Tomándolos, él asintió con la cabeza a los hombres. ―Muy bien,


manos a la obra. Mientras tanto, tenemos que seguir buscando a mis
hermanos y traerlos de vuelta aquí. También, corran la voz. Hasta que yo
diga lo contrario, la caza de cualquier cisne es ilegal.

Lo último que quería era que uno de sus hermanos fuera asesinado
Amber Kell y Stephani Hecht

y servido para la cena.

Cecil levantó una ceja. ―¿Hay alguna razón específica?

―Te la diré después.

Dack decidió que cuanta menos gente supiera de la maldición del


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cisne, sería lo mejor por el momento. Se dio cuenta de que tendría que
Una Historia De Hermanos Cob 3: El Valioso Cisne
confiar por lo menos en Cecil con las noticias. De esa manera podía
mantener a Dack bajo llave cuando su pájaro interior decidiera salir.

―Entonces, Cecil, ¿estás listo para empezar a entrenarme para


ser un buen caballero?

Mientras Dack decía eso, pensó de nuevo en el cazador, el de los


intensos ojos azules. Dack juró que la próxima vez que cruzaran sus
caminos se pondría de pie y pelearía. Seguro como el infierno que no se
acobardaría y temblaría en el barro nunca más. Él era un príncipe
heredero de Aria, y él iba a mostrarles a esos cazadores lo que pasaba
cuando alguien jodia con su reino.
Amber Kell y Stephani Hecht
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Una Historia De Hermanos Cob 3: El Valioso Cisne

Capítulo Once
Cade corrió al lado de su hermana. ―No, Zara.

Kedrik jadeó ante la sangre que brotaba de la herida. Ella se quedó


quieta, los labios volviéndose más pálidos con el tiempo.

Cade se volvió hacia el sonido. ―¡Corre, Kedrik!

―¡No te voy a dejar! ―El corazón de Kedrik palpitaba como un


conejo asustado en su pecho, pero se mantuvo firme.

―Yo la llevare. ―Petra apareció ante ellos―. Como ella tiene


sangre elfica, su magia podría ayudarla a sanar. Si la llevo a casa, podría
sobrevivir. ―La brillante hada madrina tenía ahora una expresión seria
al ver la apariencia de Zara.

Cade se inclinó y besó a su hermana en la frente. El sonido de los


caballos acercándose lo hizo espabilarse de su miedo. Ellos tendrían que
haber lanzado la flecha mágicamente para que golpeara a Zara desde
tan lejos de su presencia.

―Corran. Yo los cubriré. ―gritó Petra.


Amber Kell y Stephani Hecht

Cade agarró el brazo de Kedrik y corrió. Tropezando con el paso


más largo de Cade, Kedrik se movió más rápido que nunca antes. Este no
era un caso de un combate de cosquillas con Landon, o una pelea de lucha
con Fisher si era capturado. Si los atrapaban, morirían o serían
entregados a Taylora donde ellos desearan estar muertos.
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Una Historia De Hermanos Cob 3: El Valioso Cisne
Una explosión sacudió la tierra, lanzando a Cade y Kedrik en el
aire.

Kedrik cayó al suelo, torciéndose el tobillo. Cientos de minúsculas


rocas raspaban su piel, arrancando una capa. Mareado, parpadeó al cielo
tratando de dar sentido al mundo.

―¡Kedrik! ―Cade corrió a su lado, arrojándose al lado de Kedrik―.


¿Estás bien?

Kedrik parpadeó hacia su pareja. ―Creo que sí. ¿Qué demonios fue
eso?

―Supongo que fue Petra. Ella está encargándose de los cazadores.


Tenemos que salir de aquí. ―Deslizando un brazo alrededor de Kedrik,
Cade lo ayudó a levantarse. El dolor se disparó en la pierna de Kedrik, y
comenzó a caer.

―Te tengo. ―dijo Cade.

Antes de que Kedrik pudiera discutir, Cade lo levantó en sus


brazos y siguió por el camino.

―No puedes cargarme por millas, ―protesto Kedrik.

―Bueno, no puedo curarte. No tengo ese tipo de energía, y no voy


Amber Kell y Stephani Hecht

a dejar que sufras.

Kedrik suspiró. ―Veamos si podemos encontrar algo que usar como


férula.

Cade salió del sendero y se adentró en el bosque.


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Una Historia De Hermanos Cob 3: El Valioso Cisne
―Ahí ―Kedrik señaló un área oscura de bosque―. Ponme abajo, y
podemos encontrar un poco de madera y vides para apuntalar mi tobillo.
Creo que solo se torció un poco. Solo necesito algo de apoyo, y podre
cojear.

Cade no regreso la sonrisa que le dio Kedrik. ―Puede que haya


perdido a mi hermana. No te voy a perder a ti.

Kedrik tomó el rostro de Cade con sus manos. ―No me perderás.


No te voy a dejar. Ahora ve y se un hombre de supervivencia y hazme
una férula.

Finalmente, él sonrió.

―Puedo hacer eso. ―Cade se alejó y en poco tiempo, desapareció


en la maleza del frondoso bosque.

Un suave crujido junto a él puso a Kedrik en alerta. El miedo lanzó


adrenalina a través de su sistema. ¿Los cazadores habían escapado de
Petra y los habían encontrado? Kedrik dudaba de que tuviera tiempo de
escapar antes de que lo mataran, pero no podía dejarse morir. Cade no
lo soportaría si Kedrik no sobrevivía.

Mirando sobre su culo, Kedrik trató de girarse hacia el intruso.


Amber Kell y Stephani Hecht

Para su sorpresa, un pequeño topo salió del suelo. El ruido que


había oído era el sonido de la pequeña criatura cavando.

―¡Príncipe Kedrik! ―exclamó la criatura con voz aguda.

―Um, hola, ―Kedrik respondió vacilante. Tenía que admitir que


nunca le había hablado a un topo antes. De hecho, podría haber jurado
123

que no hablaban.
Una Historia De Hermanos Cob 3: El Valioso Cisne
―¡Tú puedes entenderme! ―gritó el topo, emocionado.

―Sí. Lo hago. ―Y si eso no le asustaba como el infierno.

―Debe ser el hechizo del pájaro. Mi nombre es Possly, ―dijo


sabiamente el animal.

―Encantado de conocerte ―Para ser un topo, la criatura tenía


buenos sentidos. Kedrik no había pensado en que el hechizo de pájaro
tuviera otros efectos.

―Tu hermano habla bien animal también.

―¿Qué? ¿Cuál hermano?

El topo inclinó la cabeza como si no entendiera la pregunta. ―El


hermano Dack, nuestro líder.

Kedrik se rió hasta que le dolió el estómago. ¿Dack, un líder? No


pensó que se hubiera golpeado la cabeza, por lo que tal vez estaba
soñando. Lo único que podía guiar su hermano era un pony
extremadamente doméstico al final de una cuerda. Pobre criatura
delirante.

―¿Has visto a Eaton?


Amber Kell y Stephani Hecht

El topo sacudió la cabeza con tristeza. ―Eaton está perdido.

―¿Qué quieres decir con perdido? ―El miedo sacó el aire de su


pecho.

―Ha entrado en los campos de los gigantes donde los frijoles


crecen tan altos como las montañas.
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Una Historia De Hermanos Cob 3: El Valioso Cisne
―¡Mierda! ―Kedrik suspiró, golpeando la parte posterior de su
cabeza contra el árbol.

―No, gracias. No necesito defecar ahora mismo. Sólo he venido a


verlo. Nosotros los necesitamos a vosotros príncipes. Sin vosotrs,
Taylora ganará y todo estará perdido.

El topo miraba ciegamente alrededor. ―¿Dónde está tu pareja?

―¿Cómo sabes que tengo pareja? ―preguntó Kedrik con recelo.

El animal había salido de la tierra. ¿Cómo sabía que no era un espía


de su hermana?

―La profecía dice que los tres no regresarán hasta que hayan
encontrado a sus otras mitades. Si tu estas aquí, debes estar
emparejado.

―¿Qué profecía? ―¿Cómo podría haber una profecía de la que


ninguno de ellos sabía?

―La profecía del nacimiento de Dack. La reina la había sellado,


pero el hada Petra se la robó. Nos hemos estado preparando durante
muchos años. Los tres de la Tierra deben salvar a los tres de Aria o el
reino caerá. ¿Dónde está tu pareja, príncipe?
Amber Kell y Stephani Hecht

―Está buscando una férula para mi pie.

―Oh, no debes demorarte. Los caballeros malos vendrán.

Hablar con el topo era como intentar poner las piezas de un


rompecabezas al revés y de cabeza.
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Kedrik soltó un suspiro frustrado. ―¿Qué caballeros malos?


Una Historia De Hermanos Cob 3: El Valioso Cisne
―Las almas robadas del hechicero. Tu hermana no está sola en
esto. Ha conspirado con un hombre de maldad para hacerse cargo del
reino. Ella no puede tener éxito o el reino va a morir. Ya una nube
perpetua oscurece los cielos del castillo.

―Tengo que esperar a Cade para envolver mi tobillo.

Kedrik levantó la pierna para revelar su extremidad hinchada.

El topo se acercó más, inclinando la cabeza de un lado a otro y


examinando la herida de Kedrik. ―Voy a volver.

Antes de que pudiera decir algo más, el animal desapareció por el


agujero. Cade volvió de su búsqueda con una vid larga y algunos pedazos
de corteza en sus manos. La ansiedad de Kedrik la cual no se había dado
cuenta que sentía desapareció.

―Oye, cariño. Un topo estaba justo aquí. Dijo que Eaton estaba en
las tierras de los gigantes.

Cade se detuvo a medio paso. ―¿Puedes hablar con topos?

―Estoy seguro de que está relacionado con mi anterior cisnesca


existencia. ―Kedrik apartó el asunto como si estuviera golpeando una
mosca―. ¿Realmente importa? ¿No me escuchaste? Eaton está cerca de
Amber Kell y Stephani Hecht

los gigantes.

Cade frunció el ceño como si estuviera considerando la situación.

―Él dijo que volvería. ―insistió Kedrik.

―¿El topo lo hizo?


126

Kedrik asintió.
Una Historia De Hermanos Cob 3: El Valioso Cisne
―¿Por qué?

Kedrik se encogió de hombros. ―No lo sé.

Antes de que Cade pudiera hacer más preguntas, Possly regresó


con una diminuta criatura verde que parecía un cruce entre un gnomo y
un duende. Llevaba un vestido verde y no era más grande que la mano de
Kedrik.

―Ella es Tleen. Ella te curará. ―dijo Possly.

―Um, gracias, Tleen. ―Kedrik no sabía si quería que la extraña


criatura lo tocara, pero entonces qué opción tenían.

La pequeña niña o niño o la cosa se acercó al tobillo de Kedrik y


presionó sus manos a cada lado de la sección hinchada. Sus brazos casi
no eran lo suficientemente anchos para el trabajo. Kedrik oyó un bla bla
bla de voz aguda en un lenguaje que no podía entender. El calor se
derramó de las manos de Tleen en la piel de Kedrik.

La herida palpitaba y empezaba a arder. Kedrik aspiró el aliento


ante el repentino dolor.

―Detente, los estas lastimando, ―gritó Cade.

―A veces hay que empujar hacia adelante para llegar al otro


Amber Kell y Stephani Hecht

extremo, ―dijo Possly, o al menos eso era lo que Kedrik pensaba que
había dicho porque su mundo estaba apagado. El grito mientras el mundo
se desvanecía alrededor de él.

Cade acarició la frente sudorosa de Kedrik mientras su pareja


yacía allí tan inmóvil como un muerto. Las criaturas habían corrido
127
Una Historia De Hermanos Cob 3: El Valioso Cisne
después de que Cade hubiera amenazado con lastimarlas, ya que habían
herido a su amado.

No entendía su insensible bla bla bla, y el no apreciaba el dolor que


habían puesto en su pareja. La hinchazón se había desvanecido y Kedrik
dormía pacíficamente, pero eso no significaba que no le hubieran hecho
un daño permanente.

El aleteo de sus pestañas llamo su atención. ―Cariño, ¿estás bien?

Kedrik parpadeó, tratando de enfocar su brillante mirada. ―E…


eso creo. ¿Qué pasó?

―La pequeña cosa verde trató de freírte.

Cade ayudó a Kedrik a sentarse. Se había caído cuando se había


desmayado por el dolor.

Kedrik giró el tobillo y una sonrisa se extendió por su cara.


―Estoy mejor. Tleen me sano.

―Tleen trató de matarte. ―objeto Cade.

Kedrik sacudió la cabeza. ―No, estoy curado. ―Mirando a su


alrededor, entrecerró los ojos cuando se volvió hacia Cade―. No les
hiciste daño, ¿verdad?
Amber Kell y Stephani Hecht

Cade sacudió la cabeza también. No necesitaba confesar que era


sólo porque habían huido antes de que pudiera hacerlos explotar con su
magia. Podría guardar esa información para sí mismo.

Inclinándose, besó a Kedrik. Nunca se cansaría del sabor de los


128

labios de su amante.
Una Historia De Hermanos Cob 3: El Valioso Cisne
Cuando se separaron, Kedrik frunció el ceño a Cade. ―No pienses
que puedes distraerme con un beso. No soy tan fácil.

―Sí, lo eres. ―Cade lo besó de nuevo para demostrar su punto.

―Maldita sea, supongo que tienes razón. ―Kedrik se puso de pie.


―Vamos, no tenemos tiempo que perder. Tenemos que encontrar a mi
hermano antes de que sea comido por los gigantes.

Cade suprimió su decepción. El destino de Aria era más importante


que él tratando de follar...tal vez...probablemente.

―Más tarde, eres todo mío, ―Cade gruñó a su pareja.

Kedrik le lanzó una mirada de sorpresa. ―Cade, soy siempre tuyo.

En total acuerdo, los dos hombres fueron a buscar a Eaton.

Eaton corrió y corrió al oír a los perros de los cazadores


acercarse; sus ropas eran arrancadas por las espinosas vides, sus
rodillas estaban en carne viva por las muchas veces que había tropezado
y el corte en su mejilla no dejaba de sangrar. Y el golpe final era la señal
de advertencia de que él estaba entrando en territorio gigante.
Amber Kell y Stephani Hecht

Por lo menos el olor de los tallos de frijol podridos y el hedor de


los gigantes podrían confundir a los perros. Apenas podía retener el
impulso de vomitar por el olor. Un aullido particularmente cerca
sorprendió a Eaton. Girando alrededor, se estrelló contra un tallo de
frijol bastante alto.
129

―¡Ouch, joder!
Una Historia De Hermanos Cob 3: El Valioso Cisne
Las groserías de sus hermanos se le estaban pegando. Durante sus
charlas por el espejo, habían explicado que ciertas palabras de la Tierra
eran peores que otras. Esa palabra se sentía muy bien pasando sus
labios.

Otro aullido hizo que Eaton se agarrara a la vid fibrosa.


Apretando los dientes mientras las espinas le mordían la palma de la
mano, Eaton subió el tallo afilado, murmurando entre dientes con cada
pequeño paso. Se levantó hasta que no pudo oír a las criaturas ladrando
o a los cuernos de los cazadores. Tan concentrado estaba en su
caminata y sus sangrantes manos, que Eaton no se había dado cuenta de
que había pasado las nubes hacía un rato hasta que levantó la vista y vio
un castillo a lo lejos, junto con un sendero dorado de piedra tallada a
mano.

―¿En qué me he metido?― Eaton se preguntó.

Fin.
Amber Kell y Stephani Hecht
130
Una Historia De Hermanos Cob 3: El Valioso Cisne

Sobre Las Autoras


Amber es una de esas personas tranquilas que siempre están
cuidando de los demás. Vive en Dallas con su marido, dos hijos, dos
gatos y un perro sumamente estúpido.

A Amber le gusta hablar con sus lectores y puede ser encontrada


en amberkell.wordpress.com.

Stephani Hecht es una madre felizmente casada con dos hijos.


Nacida y criada en Michigan, ama todas las cosas acerca de ese estado,
desde los inviernos muy fríos hasta el equipo de hockey Detroit Red
Wings. ¡El Empuje Se Desliza sobre Alas! Usted usualmente la puede
encontrar acurrucada junto a su computadora portátil, creando su
siguiente libro o tomando glotonamente café en su cafetería favorita.

A Stephani le gusta hablar con sus lectores y puede ser


encontrada en

www.stephanihecht.com
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