Centro Dos: asistencia y docencia en Psicoanálisis - Fundado en 1993
Las obligaciones jurídicas de los
psicoanalistas
Informes Judiciales. Historias Clínicas. Secreto Profesional
Marcelo Galati
Psicoanalista, Área Jurídico-Asistencial en Centro Dos
marce962@hotmail.com
Antes de comenzar a hablar sobre el título del presente
artículo, considero pertinente mencionar algunas mínimas
consideraciones que hacen a la esfera del desarrollo de
nuestro quehacer Profesional.
Quien ejerce la Psicología (en nuestro caso el
Psicoanálisis), está sujeto -como cualquier otro ciudadano- a
las normas jurídicas de donde reside.
Esto es así, en tanto es sujeto de derecho, estando su
cotidianeidad regulada por los códigos vigentes, donde
además se incluyen normas específicas de su actividad.
En el Psicoanálisis la interpretación supone la expectativa
que de lo aún no sabido por el analizante y el analista
advendrá un saber del sujeto.
En el Derecho, la interpretación tiene sustento en lo
concreto de la norma y de la jurisprudencia.
Para el psicoanálisis, la realidad es lo que aún no alcanza
a ser nombrado.
Para el Derecho, todo lo real debe poder ser nombrado
y regulado, pues la Ley no admite un vacío.
Actualmente, y de modo creciente, observamos cómo
llegan a nosotros “pedidos de informes”, provenientes de
distintos ámbitos.
Me refiero específicamente a los pedidos de informes,
ya sean estos de carácter Judicial, de las Defensorías o
Fiscalías, de Instituciones escolares, o bien del propio
paciente.
Este es un punto muy interesante y que requiere de
nuestro compromiso, en tanto somos – en calidad de
Profesionales – sujetos de derecho.
A fin de simplificar este desarrollo, intentaré ejemplificar
las requisitorias que más comúnmente nos llegan, y a las
cuales DEBEMOS responder:
1. Pedidos de informes judiciales (por cualquier tipo de
causa), que son ordenados por un Juez
En este caso, existen tres formas de efectuarse el pedido:
mediante cédula, mediante Oficio y mediante citación a
dar testimonio.
A este respecto, debemos estar muy advertidos de no
caer en las tramas que algunos Letrados intentan imponer,
Nudos en Psicoanálisis On Line | Año IX - Número 10
arrogándose el título de Letrado Patrocinante de una
determinada persona.
La cédula, es emitida directamente por el Juzgado, en
cambio, y aquí lo relevante, es la confección de los Oficios.
Un oficio puede enviarlo el mismo Juzgado, aunque en la
gran mayoría de las veces, el mismo debe ser confeccionado
por un Letrado. Pero, y aquí la “trampa”, en que muchas
veces podemos caer, es que un oficio debe contener si o
si, un sello “ovalado” (es el sello Oficial) que estampa el
juzgado actuante, y debe contener también la transcripción
literal de la orden del Juez que así lo decidió.
Dicho esto, es menester hacer referencia a que muchas
veces, como ya lo señalé, algunos Letrados omiten este
paso, argumentando diversas excusas, pudiendo nosotros
quedar expuestos a una falta grave, que es develar o no
proteger el derecho de confidencialidad (el llamado Secreto
Profesional).
Es alarmante, la creciente cantidad de juicios iniciados por
los motivos más diversos y disparatados (particularmente,
he tenido que prestar declaración testimonial en un juicio
donde un ex paciente, inició una demanda a un banco y
una empresa porque le hacían el débito de un servicio
erróneamente, y para ello me citaron para dar cuenta de los
padecimientos que sufrió -angustia concomitante- durante
ese tiempo).
En el Derecho existen, al iniciarse una demanda,
distintos tipos de pruebas a realizarse.
Entre todas ellas, a nosotros podrían incluirnos en
algunas:
Las pruebas informativas y las pruebas testimoniales.
Las pruebas informativas, como ya lo mencioné, es la
requisitoria de un informe, en tanto que - y se desprende
de su nombre – la testimonial es precisamente eso, es
presentarse el día citado, a dar “testimonio” en relación al
tratamiento de algún paciente o ex paciente.
¡¡¡No nos asustemos!!!!! Ir a dar testimonio está lejos
de ser sentado en un banquillo y que nos hagan preguntas
y cuestionamientos. Se trata solamente de unas preguntas
acerca de la veracidad del tratamiento (pasado o presente)
y quizás alguna cuestión relevante que pueda servirle al
Juez para dilucidar una causa.
Página 43
 Centro Dos: asistencia y docencia en Psicoanálisis - Fundado en 1993
Ahora bien, retomando el tema más frecuente (el pedido
de informes), hay varios aspectos a tener en cuenta:
Para confeccionar un informe, debemos ser cautos
en no incurrir en violar el secreto profesional, es decir, se
consignará el motivo de consulta, los temas trabajados en
las entrevistas, y se hará una apreciación de cómo se lo
observa (es decir, si se lo ve orientado en tiempo y espacio,
si se observan o no que tiene las facultades mentales
superiores alteradas o conservadas (atención, memoria
y pensamiento). También si presentó o no producción
delirante aguda manifiesta o ideación suicida.
Jamás debemos consignar frases textuales (“sic”) de los
pacientes, como así tampoco extendernos en explicaciones
de orden clínico ni en detalles que presupongan violar su
confidencialidad.
A nivel de lo que podemos llamar “jurídico”, el analista
- en tanto Psicólogo – tiene la obligación de proceder a
elaborar los informes que le sean solicitados, siempre y
cuando su informe no exceda lo que hace a la esfera del
resguardo del secreto profesional.
2. De Instituciones escolares
A nivel de las instituciones escolares y/o interconsultas
con psicopedagogos y/o gabinetes escolares, consideremos
que los informes (y siempre teniendo en cuenta la salud del
consultante) podrían llevar un sesgo de sugerencia o de
indicaciones a seguir, a modo de preservar su desarrollo.
3. Del propio paciente
Amparados en la Ley de Salud Mental 26657 y su
Decreto reglamentario, el propio paciente tiene derecho a
solicitar un informe sobre su tratamiento.
Así, es que la mencionada Ley, reza que la Historia
Clínica, es propiedad del paciente, teniendo también la
facultad de solicitar una copia certificada de la misma.
Enumerados estos tres tipos de procedencia de
solicitudes de informes, pasemos a mencionar algunas de
las características más comunes:
Muchas veces, nos encontramos con pedidos de
tratamiento en los que solemos escuchar “vengo porque
me mandan del Juzgado”, o vengo porque me lo sugirió
mi abogado”.
Desde luego que aquí no hay “demanda” en el sentido
estricto, sino una conveniencia. Desde ya que nos resultará
más difícil trabajar, aunque existe la posibilidad de que ese
espacio se convierta en “su” espacio y pueda desplegarse
(al menos en parte) un sujeto del inconciente.
Algunas consideraciones a tener en cuenta, respecto a
nuestra labor:
Responsabilidad Profesional: la normativa legal vigente,
hace mención al "Deber de Confidencialidad”, sentado
Nudos en Psicoanálisis On Line | Año IX - Número 10
sobre la base, el cual tiene sustento en el compromiso
de no revelar datos relativos al estado del paciente, o las
confidencias que éste le hiciera en ocasión de la consulta
y/o tratamiento llevado a cabo, quedando pues preservada
toda la información que el analista reciba. En este sentido,
se constituye en un elemento fundamental de resguardo
del espacio terapéutico y la posibilidad de que se torne
viable un tratamiento.
La responsabilidad civil de los Psicoanalistas: en atención a
que el Profesional no es un garante de la salud del paciente,
digamos para comenzar, que la obligación que asumen los
Psicoanalistas es de medios y no de resultado. Así, es que
en la letra de la Ley puede leerse la prohibición de anunciar
o prometer la curación o la conservación de la salud.
La Historia Clínica: estas no podrán ser consideradas con
los mismos parámetros que las realizadas por médicos.
A los analistas no nos correrá esa suerte de objetivación
del enfermo como suele suceder en la práctica médica. El
terapeuta habrá de reemplazar la mirada tradicional por la
escucha, con lo que se pasará del objeto al sujeto.
La HC que lleve un psicoanalista será básicamente la
inserción de lo relevante del discurso del analizante y el
trabajo interpretativo realizado, vale decir, la historia real
acontecida en el despliegue de la relación; sin perjuicio
de documentar otras situaciones importantes, como
ser derivaciones psiquiátricas, psicofármacos ingeridos,
enfermedades físicas destacables, resultados neurológicos,
supervisión (análisis de control), etc.
No nos olvidemos que la escucha analítica es subjetiva,
con lo cual no nos será posible disociar una presunta verdad
formal y otra material, una la que se vuelca en el papel, y
la otra, lo que efectivamente ocurre en sesión.
*Aclaración: Muchas veces, en la requisitoria de
informes, solemos encontrarnos con frases pre armadas,
donde se nos solicita:”evolución, diagnóstico y pronóstico”.
Estemos advertidos que jamás podríamos hacer
futurología respecto al estado de un paciente, como así
tampoco establecer diagnósticos que estén por fuera de
la nosografía psicoanalítica. En tanto Psicoanalistas, no
trabajamos con baremos estandarizados, ni porcentajes
como así tampoco con el DSM.
Nosotros, reitero, podríamos diagnosticar -y siempre
presuntivamente- en base a estructuras (por ejemplo: se
infiere una estructura de rasgos obsesivos, globalmente
adaptada a la realidad).
Nosotros somos Psicoanalistas, y cualquier otro tipo
de requerimiento, estaría por fuera de nuestro alcance,
no hacemos psicodiagnósticos, ni re vinculaciones, ni
prometemos o adelantamos resultados.
Página 44