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A muchas personas les parece que la fina línea que separa la verdad de la mentira es cada vez más
borrosa. ¿Tiene usted la misma impresión? Muchos se dejan llevar por sus emociones y sus opiniones, y
no por la verdad y los hechos. Es más, para describir esto se creó la palabra posverdad, a y se ha usado
mucho últimamente porque define muy bien algo que está pasando en todo el mundo: que la gente
ni siquiera cree que la verdad existe.
Esta forma de pensar no es nueva. Hace unos 2.000 años, el gobernador romano Poncio Pilato le
preguntó a Jesús con escepticismo: “¿Qué es la verdad?” (Juan 18:38). Aunque Pilato no esperó una
respuesta, su pregunta era muy importante. La Biblia la contesta, y puede que la respuesta le sorprenda y
le ayude en un mundo de posverdad.
“¿QUÉ es la verdad?” (Juan 18:38.) Esta pregunta, que Poncio Pilato formuló con tono escéptico hace casi
dos mil años, da a entender que es imposible conocer la verdad. En la actualidad hay muchas personas
que piensan así, y otras cuestionan su misma esencia. Quizás hayamos oído decir que cada cual tiene
su propia verdad o que esta es relativa o que cambia constantemente. Tales argumentos son erróneos.
El objetivo de la investigación científica y la educación es conocer los hechos, la verdad, sobre el mundo
en que vivimos. La verdad no es asunto de opinión personal. Por ejemplo, o el alma humana es inmortal,
o no lo es. O Satanás existe, o no existe. O la vida tiene un propósito, o no lo tiene. En todos estos
casos, solo una de las dos posibilidades es correcta. Una es cierta y la otra falsa; las dos no pueden ser
ciertas.
Poco antes de morir, Jesús declaró a Poncio Pilato que había venido al mundo “para dar testimonio acerca de la
verdad” [lea Juan 18:37]
Pilato no mostró ningún interés en escuchar lo que Jesús pudiera decirle en cuanto a la verdad del Reino (Jn
18:38; w07 1/10 32)
A diferencia de Pilato, Jesús se refirió específicamente a “la verdad”, no a alguna verdad general, sino a la
verdad divina, a la verdad sobre Jehová Dios y sus propósitos [lea Juan 17:17] (w02 1/3 13)
La verdad divina se halla en la Palabra inspirada de Dios, las Santas Escrituras (2Ti 3:16, 17)
El conocimiento exacto de las Escrituras no solo nos permite determinar cuál es la verdad, sino que
también nos libera de la esclavitud (Jn 17:3) [lea Juan 8:31, 32]
En Juan 8:32, Jesús se estaba refiriendo principalmente a la libertad del pecado (Ro 8:1, 2)
La verdad también nos libera de determinadas consecuencias del pecado