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Universidad Nacional Experimental

De los Llanos Occidentales


“EZEQUIEL ZAMORA”

Vicerrectorado de Planificación y Desarrollo


Regional del Estado Apure
Municipalizada Elorza
Programa de Ciencias Jurídicas
Sub-programa Derecho
Sub-proyecto Derecho Penal

INTRODUCCIÓN A LA TEORÍA DEL DELITO

Facilitador:
Abg. Hermes Escobar
Autores:
Calderón Keiber C.I V-31.422.585
Coa Paola C.I V-32.419.383
Corona Wilmar C.I V-31.982.354
Jiménez Rosmira C.I V-23.705.511
Lara Karlyn C.I V-27.799.815
Piñero Flor C.I V-30.733.150
Ramírez María C.I V-31.982.331
Reyes Fanny C.I V-25.261.198
Rodríguez María C.I V-28.749.898

Elorza, julio de 2023


ÍNDICE

Introducción ................................................................................................ 5
Noción del delito: (Diferentes concepciones) ................................................ 6
Clasificación del delito o hecho punible .................................................... 6
Características del delito .......................................................................... 7
Elementos del delito................................................................................. 7
La acción .................................................................................................... 8
Terminología. .......................................................................................... 9
Concepto de acto ................................................................................... 10
El resultado ........................................................................................... 11
Relación de causalidad ........................................................................... 11
Principales teorías sobre la relación causal. ............................................. 11
La Ausencia de Acción y generalidades .................................................. 12
Estado de sueño ..................................................................................... 12
El estado de sueño natural ...................................................................... 12
El sonambulismo ................................................................................... 13
Ensueño y ebriedad del sueño................................................................. 13
Hipnosis ................................................................................................ 14
El acto violentado .................................................................................. 14
Actos reflejos, automáticos e inconscientes ............................................. 14
La tipicidad ............................................................................................... 15
La ausencia de tipicidad ......................................................................... 15
La antijuridicidad................................................................................... 15
Causas de la justificación ....................................................................... 15
Concepción y fundamentos generales ..................................................... 15
Diferentes causas de Justificación........................................................... 16
Legítima defensa ................................................................................... 16
Fundamento de la legítima defensa ......................................................... 17
La extensión .......................................................................................... 17
Requisitos necesarios para la legítima defensa ........................................ 17
Estado de necesidad ................................................................................... 18
Fundamento jurídico .............................................................................. 18
Naturaleza ............................................................................................. 19
Extensión .............................................................................................. 19
Requisitos ............................................................................................. 20
El estado de necesidad en la legislación venezolana ............................... 21
Consecuencias jurídicas ......................................................................... 22
La culpabilidad.......................................................................................... 23
Concepción psicológica ......................................................................... 24
Concepto normativo juicio de reproche................................................... 24
Especies de culpabilidad ........................................................................ 24
Imputabilidad ............................................................................................ 25
Posiciones de la imputabilidad ............................................................... 25
Momento de la imputabilidad ................................................................. 26
Concepto y especies de imputabilidad en la legislación venezolana.......... 26
El dolo ...................................................................................................... 28
Elementos del dolo ................................................................................ 28
Clases de dolo ....................................................................................... 29
Naturaleza preterintencional ................................................................... 30
Condiciones normales de la realización del acto volutivo ........................ 30
Causas de exclusión de la culpabilidad ....................................................... 31
El error: clases y efectos ........................................................................ 31
Defensa putativa .................................................................................... 33
La obediencia legítima y debida ............................................................. 34
La no exigibilidad de otra conducta ........................................................ 34
Condiciones objetivas de penalidad y punibilidad ................................... 35
La penalidad como carácter específico del delito ..................................... 35
Ausencia de penalidad ........................................................................... 36
Excusa absolutorias ............................................................................... 36
Conclusión ................................................................................................ 37
Bibliografía ............................................................................................... 38
Introducción

A través de la presente investigación se busca adquirir conocimientos referentes al


delito, el cual es una consecuencia de la convivencia social, que infringe normas legales,
en el afán de llegar a obtener la aprobación social.

El estudio de los elementos que conforman el delito es el punto medular del estudio
del derecho. Para poder desarrollar un estudio completo del mismo es esencial conocer y
saber el concepto de tipicidad, en virtud de que sin éste el delito no existiría y por ende no
sería posible el encuadramiento del mismo, ni saber que causa originó que el sujeto actuara
de forma antijurídica.

Según la legislación venezolana, en ocasiones se le permite a los sujetos que


ejecuten acciones que ponen en peligro la vida de otro individuo o un bien jurídico ajeno
ya sea de igual valor, mayor o menor valor pero siempre en intereses legítimos donde es
preciso sacrificar el bien de menor importancia. Al respecto se considera que
la persona que ha sacrificado un bien tutelado por el derecho penal obrando en estado de
necesidad se encuentra en una situación justificante y por tanto se exime de
responsabilidad penal al autor

Como también conocer el tema referente a la culpabilidad que como bien es sabido
conforma el quinto elemento del delito, e indica la exigencia de una relación psíquica entre
el sujeto y su hecho, siendo sus formas o especies el dolo y la culpa. Y por último el dolo,
el cual se debe entender como la voluntad consciente, encaminada u orientada a la
perpetración de un acto que la ley tipifica como delito.
Noción del delito: (Diferentes concepciones)
En sentido estricto, es definido como una conducta, acción u omisión típica
(tipificada por la ley), antijurídica (contraria a Derecho), culpable y punible. Supone una
conducta infraccionar del derecho penal, es decir, una acción u omisión tipificada y penada
por la ley. La palabra delito deriva del verbo latino delinquiré, que significa abandonar,
apartarse del buen camino, alejarse del sendero señalado por la ley.

La definición de delito ha diferido y difiere todavía hoy entre escuelas


criminológicas. Alguna vez, especialmente en la tradición, se intentó establecer a través del
concepto de derecho natural, creando por tanto el delito natural. Hoy esa acepción se ha
dejado de lado y se acepta más una reducción a ciertos tipos de comportamiento que una
sociedad en un determinado momento decide punir. Así se pretende liberar de paradojas y
diferencias culturales que dificultan una definición universal.

La teoría del delito estudia los presupuestos de hecho y jurídicos que deben
concurrir para establecer la existencia de un delito, es decir, permite resolver cuando un
hecho es calificable de delito. El término delito se define como una acción típica,
antijurídica, imputable, culpable, sometida a una sanción penal y a veces a condiciones
objetivas de punibilidad. Supone una infracción del derecho penal. Es decir, una acción u
omisión tipificada y penada por la ley.

Clasificación del delito o hecho punible

La clasificación encontrada en el derecho penal es basada en criterios importantes,


los cuales nos encargamos de resaltar. Con ello, las clases de delitos encontradas son las
siguientes:

1. Por la forma de culpabilidad:

1) Delitos dolosos
2) Delitos imprudentes
Cuando se da una culpabilidad dolosa, es porque el actor está consciente que está
cometiendo un daño y delito. Si es culpabilidad imprudente, quien comete el delito es su
actor, pero no tiene la voluntad de hacerlo realmente.

Finalmente, al ser preterintencional, es porque hay dolo de hacer el delito, pero se


tienen daños mayores a lo esperado. Esto puede generar penas aún más grandes al actor,
haciendo que su defensa sea más compleja.
2. Por la forma de acción:

1) Delitos de acción
2) Delitos de omisión

Si la persona considerada activa no hace posible que se dé el cumplimiento de la Ley,


hay una omisión. Esto involucra que se prohíban los ordenamientos y ahí nos involucramos
como profesionales para que esto no sea posible.

Cuando se da una comisión por acción, la persona es la que realiza el delito sin que
haya alguna duda. Esto casi siempre ocurre en casos de robo, violencia o intimidación,
necesitando una asistencia inmediata de nuestros especialistas.

Cuando se da una omisión propia, es porque la acción puede ser cometida por
cualquiera ya que es un acto ley. Si persona ve un delito que se está cometiendo o no
auxilia a personas en peligro, es dada esta situación. La omisión impropia es cometida solo
por quienes actúan de forma indebida con lo que dicta la Ley. Esto da una falta de deberes
y clasifica entre las más comunes clases de delitos, teniendo que recurrir a especialistas.

Características del delito


La característica esencial del delito es la asociación con el merecimiento de
una pena, establecida por el Estado en uso del ius puniendi o poder punitivo. El Diccionario
de la Lengua Española lo define como "acción u omisión voluntaria o imprudente penada
por la ley.

Lo esencial de esta figura jurídica es que está asociada con una pena, por su carácter
antijurídico, al estar prohibida por una Ley, y culpable, por ser reprochable a una o a más
personas. Para que una conducta sea calificada como delito, se requiere una cierta gravedad
en ella. En caso contrario se definirá como falta, o como delito leve.

Elementos del delito

En 1935, Mezger señaló que cuando se infringe el supuesto hipotético contenido en la


norma jurídica penal, esa infracción o acto debe encajar dentro de lo descrito por la Ley
como delito, es decir, la infracción debe encuadrarse al tipo penal. Es lo que denominó la
“teoría del tipo”. Plantea que la estructura del delito implica:

 Una conducta, que puede ser una acción o una omisión.


 Tener tipicidad, es decir, que incluya los elementos que fundamentan lo injusto
específico de una figura delictiva.
 El ser antijurídica, lo que implica ser ilícita, contraria al derecho.
 Un/a culpable, o sea, al menos un/a autor/a implicado/a.
 Ser punible, es decir, que no existan razones de conveniencia o político-criminales
que eximan de pena

Asimismo, complementa que, ante la inconcurrencia de uno o más elementos, no puede


hablarse de comisión de delito. Es a partir de esta concepción que surge el desarrollo
doctrinario correspondiente a determinar cuándo se configura cada elemento y qué
consecuencias jurídico-penales se suscitan ante la ausencia de alguno.

Los diversos elementos son:

1- la acción.
2- la tipicidad.
3- la antijurídica.
4- la imputabilidad.
5- la culpabilidad,
6- las condiciones objetivas de punibilidad.
7- la pena.

La acción
Considera que la acción, es todo comportamiento dependiente de la voluntad. La
voluntad implica siempre una finalidad. El contenido de la voluntad abarca aquellos
pensamientos o ideas sobre algo que se quieren alcanzar, es decir que persiguen un fin u
objetivo que marca el deseo inquebrantable por ejecutar una acción. Según lo concebido
por la doctrina del Finalismo, la acción puede definirse como la realización de una
actividad finalista, ya que el hombre, gracias a su saber causal, puede prever, con algunas
limitaciones, las potenciales consecuencias de su conducta, establecer distintos fines y
conducir su comportamiento a la consecución de dichos objetivos, todo de acuerdo con sus
planes, se evidencia así, que es de gran relevancia para el Finalismo el contenido de la
voluntad, que es el factor que determina, configura y dirige el resultado final de la acción.

Esta teoría también ha recibido críticas, entre otras cosas, por el hecho de que la
misma no se adapta correctamente a la estructura de los delitos de omisión propia, ya que
en los mismos no se puede controlar el curso de la acción final.
Los delitos de omisión pura o propia, pueden definirse como el comportamiento
pasivo, que se encuentra tipificado expresamente en la ley y que el Derecho sanciona con
una pena. Así, en esta clase de delitos hay que partir de la base de que existe un peligro
para el bien jurídico protegido, que se encuentra tipificado legalmente en la norma, por lo
que se espera que el sujeto realice una conducta (un deber estrictamente penal) que impida
la materialización de dicho peligro, este punto será ampliado más adelante.
En conclusión, el ser humano para actuar posee la capacidad de prever la posible y
dirección final de su acción, llegando a una determinación, que es una idea sembrada en la
conciencia del agente que le permite dar o no el paso final. Esta determinación pasa por dos
fases para materializar la acción:
1. Fase Interna: En la fase interna, la acción solo se desarrolla en la mente y pensamiento
del agente, si de alguna forma no la comunica al mundo exterior, no será posible conocerla.
2. Fase Externa: Momento en el que el sujeto de derecho llega a la determinación de
ejecutar la acción. Si no hay fase externa no hay delito.

Terminología.
La palabra acción tiene muy diversas acepciones dentro de la terminología jurídica:

A) Con alcance tradicional se suele hablar de acción como sinónimo del ejercicio de un
derecho. Así se emplean los conceptos de acción cambiaria, de jactancia, posesoria,
reivindicatoria, aquilina, efectiva. En sentido técnico procesal se puede afirmar que acción
es una facultad o poder constitucional de promover la protección jurisdiccional de un
derecho subjetivo. Es el derecho de instar (apertura de la instancia), es decir, de excitar
(estimular, provocar) la actividad jurisdiccional del Estado. En lenguaje jurídico corriente
se denomina acción civil, comercial, penal, etcétera, a la que, mediante la interposición o
radicación de una demanda, se inicia ante los tribunales de la competencia respectiva. Por
último, es el derecho e promover la actuación jurisdiccional, a efectos de que el juzgador se
pronuncie sobre un determinado asunto. Alsina la define como "la facultad que corresponde
a una persona para requerir la intervención del Estado, a efecto de tutelar una pretensión
jurídica material".

B) La teoría de la acción ha querido ser reivindicada por los civilistas y penalistas que no
ven ella sino una emanación o transformación del derecho subjetivo, pero se observa que se
trata de una cuestión terminológica derivada de la utilización de un mismo vocablo para
designar dos institutos diferentes: la acción-derecho de contenido material y la acción-tutela
jurídica (pretensión) de contenido procesal, eminentemente publicístico. Mayor entidad
tiene la tesis que sostiene que la teoría de la acción se ubica equidistantemente del derecho
material y del derecho procesal, constituyendo una tercera categoría; el derecho Justicial
material. Pero se observa que la ciencia procesal nada pierde en su unidad incorporándole
el capítulo correspondiente al derecho Justicial material, ya que la teoría de la acción
presenta estrechas vinculaciones con la jurisdicción en tanto constituye una presentación de
la tutela jurídica o, si se quiere, la pretensión de la prestación de la jurisdicción; y también
con el proceso, en cuanto la teoría de la acción se exterioriza y se manifiesta en aquel.

C) Las doctrinas elaboradas en torno a la naturaleza jurídica de la acción se dividen en dos


grandes grupos -el tradicional y el moderno que responden a puntos de vista
fundamentalmente distintos. Dentro de la concepción tradicional que predomina hasta
mediados del siglo XX, se advierten a su vez dos posiciones:

La que considera a la acción como el mismo derecho subjetivo material alegado


ante los tribunales de justicia, y la que le concibe como un elemento o una función del
derecho material. Ninguna de ellas, como se puede observar, reconoce la autonomía de la
acción. Para la concepción moderna, que surge a mediados del siglo pasado, en cambio, la
acción y el derecho subjetivo material constituyen dos entidades jurídicas independientes,
criterio que, para algunos autores implica un punto de partida de la autonomía de derecho
procesal como disciplina jurídica. Dentro de esta última orientación, un grupo de teorías
considera la acción como un derecho concreto dirigido a la obtención de una sentencia
favorable, y que sólo corresponde, por lo tanto, a quienes son efectivos titulares de un
derecho subjetivo substancial o de un interés jurídico tutelable. Esta línea conceptual se
escinde, a su vez, en dos tendencias: la que define las acciones como un derecho público
subjetivo a la tutela jurídica, deducido frente al Estado en la persona de sus órganos
jurisdiccionales, sobre los cuales pesa el deber de impartir la tutela jurídica reclamada por
el titular del derecho (muther, wach), y a la que atribuye el carácter de un derecho
potestativo que se ejerce frente al adversario, encaminado a que este soporte "el efecto
jurídico de la actuación de la ley" (Chiovenda). El segundo grupo de teorías, dentro de la
concepción moderna, concibe la acción como un derecho abstracto a la tutela jurídica.
Contrariamente a lo que sostiene el primer grupo, aquella constituiría un derecho público
subjetivo que corresponde a todos los ciudadanos por el solo hecho de serlo y cuyo objetivo
consistiría, simplemente, en la prestación de la actividad jurisdiccional, cualquiera sea el
contenido (favorable o desfavorable) del fallo en que esa prestación se concrete.

D) Respecto del término "acción" como título de crédito, es decir, aquel que confiere en
determinada proporción la calidad de socio en una sociedad por acciones, lo tratamos como
acepción independiente, denominándola título acción.

Concepto de acto
Es el hecho, humano, voluntario o consciente y lícito, que tiene por fin inmediato
establecer entre las personas relaciones jurídicas, crear, modificar o extinguir
derechos y obligaciones. El acto jurídico produce una modificación en las cosas o en el
mundo exterior porque así lo ha dispuesto el ordenamiento jurídico.

Para que se dé el acto jurídico no basta con que haya un sujeto y un objeto con
bastante capacidad, se necesita algo que los ponga en relación, estableciendo un lazo o un
vínculo que los una, haciendo pasar la relación jurídica del estado de posibilidad al estado
de existencia. Este tercer elemento es un hecho, que por ser productor de efectos jurídicos
se denomina Hecho jurídico, cuando tal hecho procede de la voluntad humana recibe el
nombre de acto jurídico.
El resultado

Es la consecuencia inmediata del comportamiento que se manifiesta objetivamente,


vale decir, modificando el mundo exterior. Comprende tanto el daño físico, consecuencia
del delito, como también el aspecto moral. Por ejemplo, en el caso de secuestro, el peligro
corrido por el sujeto, donde a pesar de no producirse otra consecuencia jurídica, se altera el
mundo exterior, lesionando la seguridad y tranquilidad de la víctima. En definitiva,
acogemos el criterio del maestro Luis Jiménez de Asua, quien señala que no hay delito sin
resultado, que es el efecto causal del comportamiento.
Para nosotros, el resultado es la mutación en el mundo exterior, producida por la
voluntad positiva o negativa de acción u omisión, que rompe no solo la armonía de ese
mundo exterior, sino que vulnera un bien tutelado o protegido por la ley

Relación de causalidad
Para el Derecho Penal, la causalidad se constituye como una relación que debe
existir entre una acción u omisión y un resultado delictivo, elaborándose distintas teorías
acerca de esta relación de causalidad, tales como la Teoría de la Equivalencia o de la
condictio sine qua non que exige una relación plena entre causas y resultado, la Teoría de la
condición más eficaz, o la denominada Teoría de la causalidad adecuada que considera
como causa de un resultado aquella actividad normalmente adecuada que para producirlo,
en este sentido se ha pronunciado el gran penalista Eugenio Cuello Calón.

No obstante, esta exigencia de relación entre causa y efecto, se complica, puesto que
pueden ser muy numerosos los factores que pueden influir de forma causal en la producción
de un determinado resultado, esta influencia puede ser tanto directa como indirecta,
existiendo igualmente factores intermedios que den lugar a una pluralidad de resultados.
Para la doctrina del derecho penal, la relación causal se ha considerado siempre como un
componente de la acción y el primer elemento del delito, si bien, la más moderna doctrina
que sostiene un concepto estricto de acción que considera la causalidad no como un
elemento del delito sino como un elemento exigido por el tipo en aquellos delitos
denominados de resultado

Principales teorías sobre la relación causal.


Teoría de equivalencia de condiciones: Considera la causa que impulsa la acción, estudia
las condiciones que motivan la acción y su resultado. Esta teoría, considera primordial
establecer los todos los antecedentes sin el cual el resultado no se habría producido. En
suma, permite establecer la relación de causalidad e imputabilidad entre el comportamiento
humano y el resultado, si existen los antecedentes suficientes sin el cual el resultado no se
habría producido. Sostiene, que todas las condiciones del resultado, serian la consecuencia
de su causa, que es equivalentes, al sentido práctico del conjunto de condiciones que
determinan como la causa sinecuanom de la acción, ya que sin ellas no se podría producir
el resultado.
Teoría de la causa eficiente o eficaz: Esta posición establece que todas las condiciones de
un resultado antijurídico son indispensables para que se produzca tal resultado, pero que
existe una causa más eficaz, más activa, que va a ser la determinante de la producción de
ese resultado antijurídico. A esta teoría se le objeta que es muy difícil determinar cuál es la
condición más eficaz y que no sirve para resolver el problema que represente el concurso
de delincuentes, es decir la participación de varias personas en la comisión del mismo
delito.
Teoría de la causalidad adecuada: Surge por las criticas dadas a la teoría de la
equivalencia de condiciones, contraria a la primera, sostiene que causa no es toda condición
de resultado, sino que aquella que es apropiada para producirlo, lo que debe determinar en
abstracto el juez según su experiencia, ya que parte de un juicio a priori. Esta teoría es
objetada por los problemas prácticos que suscitan la determinación de la idoneidad o
adecuación del facto causal. Es inaplicable a nuestra legislación en lo que representa a los
delitos calificados por el resultado como el homicidio.
Teoría de la última condición: Esta interpretación sostiene que se debe entender como
causa de un determinado resultado antijurídico, la condición inmediatamente anterior, en el
tiempo, del hecho antijurídico. Es responsable penalmente por este hecho, la persona que
haya realizado esa última condición

La ausencia de acción y generalidades


Como primer aspecto de la teoría del delito, la acción debe ser voluntaria y
consiente, producto de la libre elección del autor quien prevé un resultado que, de acuerdo a
la legislación penal, es punible. En principio, en la mente del autor se representa el
resultado de su acción, actúa con plena intención, conciencia de sus actos y realiza la
acción. Es entonces, la falta de representación del resultado, el factor que subsume la
acción en la culpabilidad y mitiga el dolo. Existen circunstancias que permiten mitigar o
evitar la persecución penal a causa del resultado producto de una acción, típica, anti jurídica
ya que, al entrar a analizar la voluntad consciente, se desprende la no culpabilidad por los
siguientes factores:

Estado de sueño

Puede ser natural, inducido o sonambulismo, el cual provoca el marchar dormido,


alucinaciones y pesadillas. No es nuevo en la doctrina penal el concepto de esta excepción
de responsabilidad, por actos ejecutados en estado de sueño profundo, porque desde el
derecho romano, viene estableciéndose que los actos del durmiente se equiparan a los del
loco, en el sentido de que faltaba en ellos la conciencia de lo actuado.

El estado de sueño natural

Es el resultado del cansancio mental y corporal de los quehaceres naturales de la


vida, formando parte de ella que permite que la persona descanse de las angustias, de la
zozobra, del agotamiento físico, para que una vez descansada, pueda recomenzar su labor.
Si una persona no duerme, indefectiblemente terminará sufriendo una grave perturbación de
la mente. Entonces tenemos que los actos realizados por una persona dormida, no son actos
en sentido penal, no son delitos; y por lo tanto, no engendran responsabilidad penal.

El sonambulismo

Entendido como un sueño anormal, en que el sujeto deambula, in somno ambulare,


pueden imaginarse muchos delitos de acción. Los casos de sonambulismo como dijimos
eliminan la acción, pues no hay voluntad en quien actúa, tornándose en actos inconscientes.
Se presenta como una anomalía que surge en el sueño natural y que según Bauzat conduce
a un segundo estado, determinándose espontáneamente por vuelta de sueño con confusión
mental o bajo la excitación que despierta al sujeto en estado en estado de sonambulismo.
Bajo este estado los actos son ejecutados de manera automática, son carentes de voluntad y
por tanto ausentes de acción y de responsabilidad.

Ensueño y Ebriedad del sueño

Los Ensueños son pesadillas, las pesadillas son sueños angustiosos, desagrádales y
violentos. Las personas en estos estados pueden realizar un acto adecuado a algún tipo
penal, pero estarán exentas de responsabilidad penal, pues ese acto no ha sido voluntario
sino maquinal.

Ebriedad del Sueño: Es la persistencia de la actividad del sueño al despertar, que


durara algún tiempo y que depende de varios factores; la persona no está totalmente
despierta ni totalmente dormida, es decir está en una especie de duermevela. (Entre
dormido y despierto). En este corto periodo la persona puede realizar actos adecuados a un
tipo penal, pero en estos casos tampoco es considerado delito y por tanto no acarrea,
responsabilidad penal.

Consiste en la estimulación del sueño del organismo humano. Es el resultado del


adormecimiento de la conciencia, así como de diversos procesos mentales y órganos que
componen el cuerpo humano, produciendo en su conjunto un adormecimiento parcial o
total de los procesos que dinamizan la conciencia, originando el entorpecimiento de la
voluntad, que progresivamente son reversible al despertar y en muchos casos, no recordar
lo actuado.
Responsabilidad penal en la ebriedad onírica: la legislación penal venezolana
despenaliza la responsabilidad de quien actúe bajo situación de embriaguez por sueño,
dicha excepción se encuentra señalada en el artículo 62 del Código Penal Venezolano. La
excepción cuando el que ejecuta el acto lo hace dormido. Cuando hay realmente
embriaguez del sueño, la memoria puede ser simplemente rudimentaria y no contener más
que el recuerdo subjetivo del delito y no las circunstancias objetivas, el juez obtendrá
indicaciones complementarias estudiando la vida anterior, la reputación, la naturaleza de
los motivos, que en la mayoría de los casos desvincula cualquier tipo de intención o motivo
que haya impulsado el acto criminal y la actitud del sujeto después del delito.
Hipnosis

Se caracteriza por alucinaciones físicas y por la pérdida completa de la memoria de


los ejecutados; las acciones que realiza el hipnotizado son inconscientes, fatales y
amnésicas. Conjunto de situaciones especiales del sistema nervioso, determinados por
maniobras de carácter artificial. La eficacia del proceso hipnótico consiste en fijar la
atención del sujeto y estancarla. La fijación en un objeto luminoso se emplea para producir
fatiga, que asegura su abandono. Fue considerado como una enfermedad mental.
El estado hipnótico se caracteriza por alucinaciones físicas, y por la pérdida
completa de la memoria de lo ejecutado; las acciones que realiza el hipnotizado son
inconscientes, fatales y amnésicas, y pueden serlo durante el sueño, y después de haber
despertado.

El acto violentado
Es el realizado por una persona bajo el influjo de una fuerza física irresistible. No
constituye una conducta voluntaria; y, si no es voluntaria, no será delito y, por consiguiere,
no ocasionará responsabilidad penal. Por ejemplo: si Oriana mata a Roxi porque José , que
es más fuerte, lo ha obligado, Oriana será inocente, no habrá cometido delito y no será
penalmente responsable, pues lo hizo bajo el influjo de una fuerza física irresistible. Hubo
un caso en que un borracho iba de acompañante en un carro y se quedó dormido; de repente
se despertó y le agarró las manos al conductor, el cual, al no poder controlar la dirección,
arrolló a una persona, ocasionándole la muerte. En este caso, el conductor no será
penalmente responsable, ya que él actúo bajo el influjo de una fuerza física irresistible, que
era la desarrollada por las manos del borracho sobre el volante; y, por lo tanto, el
responsable penalmente será el borracho.

Actos reflejos, automáticos e inconscientes


Son aquellos en los cuales, pese a la voluntad y la conciencia de la persona, sus
músculos presentan una situación de actuación irregular que escapa del control absoluto de
su voluntad, en tal sentido, los movimientos corporales que realice, derivan de reacciones
orgánicas directamente producida por sus músculos o por los nervios vegetativos que
integran el sistema simpático, evitando en el individuo, el funcionamiento del sistema
nervioso central y el control de sus actuaciones.
Por esta razón, no es punible el acto que cause algún daño en las cosas de otro,
cuando una persona sufra un ataque de epilepsia o cuando se halle imposibilitado, por un
desvanecimiento, por ello, queda exceptuado de cumplir un deber; o cuando obra
violentamente por fuerza irresistible.
La tipicidad

La tipicidad es la adecuación de la conducta al tipo penal. En este sentido diversos


autores han dado su definición de tipicidad; dentro de las más importantes tenemos la
expresada por Francisco Blasco y Fernández de Moreda, la cual dice: “la acción típica es
sólo aquella que se acomoda a la descripción objetiva, aunque saturada a veces de
referencia a elementos normativos y subjetivos del injusto de una conducta que
generalmente se reputa delictuosa, por violar, en la generalidad de los casos, un precepto,
una norma, penalmente protegida” Se debe tener cuidado de no confundir la tipicidad con
tipo, la primera se refiere a la conducta, y el segundo pertenece a la ley, a la descripción o
hipótesis plasmada por el legislador sobre un hecho ilícito, es la fórmula legal a la que se
debe adecuar la conducta para la existencia de un delito.

La ausencia de tipicidad
Se da cuando no exista un tipo en el que pueda subsumirse la conducta, bien porque
falte en absoluto la descripción de ésta en el repertorio de figuras delictivas de la ley penal,
bien porque encontrándose una descripción del supuesto en términos generales no sea
completa la subsunción de la conducta por faltar en los hechos alguno o algunos de los
elementos típicos. En ambos casos, aunque la conducta sea materialmente injusta, resultará
irrelevante para el Derecho penal. Se pone así de manifiesto la función limitadora del tipo
penal que permite eliminar del ordenamiento punitivo los hechos no tipificados con
anterioridad al momento de su realización.

La antijuridicidad
La antijuridicidad es un atributo de un determinado comportamiento humano y que
indica que esa conducta es contraria a las exigencias del ordenamiento jurídico. Para que la
conducta de un ser humano sea delictiva, se requiere que esta encuadre en el tipo penal y,
además, sea antijurídica.

Causas de la justificación
Las causas de justificación son aquellas circunstancias que concurren en un hecho
típico, que excluyen o minimizan la antijuridicidad penal de dicho hecho. Son situaciones
que impiden entender, en su consideración global, el hecho como penalmente antijurídico,
esto es, como contrario a Derecho Penal.

Concepción y fundamentos generales


La antijuridicidad es parte estructural del delito, y su relación con la tipicidad. Los
estudios sobre la estructura del tipo, observan la vinculación estrecha que existe entre la
tipicidad y la antijuridicidad; hasta tal punto que se hace imposible la existencia de la
primera sin la segunda. Varias teorías, en el ámbito del derecho penal, se han expuesto para
fundamentar el principio según el cual no hay antijuridicidad, sin tipicidad. Sin embargo,
según otros autores, como Beling hay acciones adecuadas al delito tipo que no son
antijurídicas, por ejemplo: la muerte de un hombre en legítima defensa, y acciones
antijurídicas que no se adecuan a un tipo, por ejemplo: en el actual derecho alemán el
furtum usus, o el incumplimiento.

Diferentes causas de Justificación

Las causas de justificación son situaciones reconocidas por el Derecho en las que la
ejecución de un acto típico se encuentra permitida, es decir, suponen normas permisivas
que autorizan, bajo ciertos requisitos, la realización de actos generalmente prohibidos. Son
normas específicas que excluyen la antijuridicidad de un determinado comportamiento
típico que, a priori, podría considerarse antijurídico.
La comprobación del carácter antijurídico de la conducta tiene un carácter negativo,
de manera que, una vez identificada la conducta típica, habrá de analizarse su eventual
inclusión dentro de las causas de justificación, excluyendo el delito si concurre una de ellas.
Las causas de justificación contempladas en el derecho penal son la legítima defensa, el
estado de necesidad (justificante), el cumplimiento de un deber y el ejercicio legítimo de un
derecho, oficio o cargo.

Legítima defensa

Tal y como señala el Diccionario Panhispánico del Español Jurídico, la legítima


defensa es una causa de justificación que ampara a quien actúa impidiendo o repeliendo una
agresión ilegítima y actual a sus bienes jurídicos o los de un tercero, es decir, en defensa de
los mismos, y con ello también del derecho atacado, de un modo racionalmente necesario.

Se repele una agresión real, actual o inminente, y sin derecho, en protección de


bienes jurídicos propios o ajenos, siempre que exista necesidad de la defensa y racionalidad
de los medios empleados y no medie provocación dolosa suficiente e inmediata por parte
del agredido o de la persona a quien se defiende.
Se presumirá como defensa legítima, salvo prueba en contrario, el hecho de causar
daño a quien por cualquier medio trate de penetrar, sin derecho, al hogar del agente, al de
su familia, a sus dependencias, o a los de cualquier persona que tenga la obligación de
defender, al sitio donde se encuentren bienes propios o ajenos respecto de los que exista la
misma obligación; o bien, lo encuentre en alguno de aquellos lugares en circunstancias tales
que revelen la probabilidad de una agresión.
Fundamento de la legítima defensa

Podría afirmarse que el fundamento de la legítima defensa se encuentra en


la protección de los bienes jurídicos del agredido y en la protección del derecho frente a
ataques injustos.

La extensión

La extensión de la legítima defensa se debe examinar desde dos puntos de vista


diferentes: en primer lugar, desde el punto de vista de los bienes jurídicos legítimamente
defendibles, y en segundo lugar, desde el punto de vista de las personas legítimamente
defendibles.

Requisitos necesarios para la legítima defensa

Los requisitos objetivos y subjetivos para considerar que un hecho haya de


concebirse como de legítima defensa son los siguientes:

1. Se tiene que haber producido una agresión ilegítima recientemente sobre bienes que fueran
protegibles. No cabe alegar legítima defensa ante un daño que hubiera sido provocado hace
años, al igual que tampoco se puede alegar esta causa de justificación ante el perjuicio
realizado sobre unos bienes que no se pudieran proteger.

2. La defensa ha de ser racional y proporcional a la agresión recibida. La explicación a este


punto se puede entender mejor con un simple ejemplo: no sería justificable que el tendero
de una tienda de chuches matara a un niño que hubiera robado un par de gominolas.

3. Tiene que haber falta de provocación suficiente. No se puede alegar como causa de
justificación la legítima defensa frente a un agresor, cuando a éste se le hubiera provocado
para actuar ilícitamente.

4. Elemento subjetivo de la actuación en defensa. Este requisito se identifica con la exigencia


de que el defensor sea consciente de que se dan los presupuestos objetivos de la legítima
defensa, sin que además sea necesario que su intención última sea defender. Si se actuara
contra el agresor, sin intención de defenderse y únicamente con ánimo lesivo, la defensa no
sería lícita. Sin embargo, al ser una cuestión subjetiva, es difícil de probar.

Estado de necesidad
Dentro del Derecho penal, las posiciones doctrinales en la teoría del delito no son
unánimes, si bien coinciden en la necesidad de eximir de pena a quien actúa amparado por
un estado de necesidad. Para un sector doctrinal el estado de necesidad es una causa de
justificación que excluye la antijuridicidad del comportamiento típico teoría unitaria. En
cambio, los partidarios de la teoría de la diferenciación consideran que, según los bienes
jurídicos en juego, en unos supuestos el estado de necesidad actuará como causa de
justificación y en otros como causa de exclusión de la culpabilidad. Finalmente hay quien
considera, según las redacciones de los concretos códigos penales, que en algunos
ordenamientos jurídicos el estado de necesidad en el ámbito penal solo excluiría
la culpabilidad.
El estado de necesidad es aquella situación en la que se vulnera un bien
jurídico protegido, incurriendo en un tipo penal, pero descartando la antijuridicidad de la
acción debido precisamente a la presencia de la figura justificante. Partiendo de las
consecuencias del estado de necesidad, cabe añadir que su fundamentación gira en torno a
la posibilidad que el Derecho otorga al particular de dañar o poner en peligro un bien
jurídico determinado con el objetivo de salvar otro bien jurídico de igual o mayor
trascendencia jurídica. Cuando el sujeto que actúa en estado de necesidad lo hace
lesionando intereses del sujeto de cuya esfera emana el peligro, siendo éste al menos
reconducible en términos de imputación objetiva al comportamiento organizador del titular
de la esfera, hablamos de estado de necesidad defensivo, en cambio, cuando la acción
defensiva se dirige contra un agente absolutamente ajeno al peligro, esto es, con estatus de
tercero, hablamos de estado de necesidad agresivo. Esta distinción es relevante en la
medida en que el baremo de justificación, esto es, el límite de la injerencia tolerable en
estado de necesidad varía. Cuando se actúa en estado de necesidad agresivo, solo se pueden
salvaguardar intereses que preponderen esencialmente sobre los lesionados. Por el
contrario, en supuestos de estado de necesidad defensivo cabe lesionar intereses incluso
más allá de los que salvaguardan.

Fundamento jurídico

El fundamento del estado de necesidad justificante se encuentra en la ponderación


de intereses o de bienes, de modo que la justificación está dada por el salvataje del bien o
del interés de mayor valor jurídico, aunque ello exige hacer una aclaración a los efectos de
encuadrar los fundamentos de la institución dentro del Estado de Derecho.

Partiendo de las consecuencias del Estado de Necesidad, su fundamentación gira


en torno a la posibilidad que el Derecho otorga al particular, de dañar o poner en peligro
un bien jurídico determinado con el objetivo de salva otro bien jurídico de igual o mayor
trascendencia jurídica, tal como lo indica la Legislación Venezolana en su Código Penal.
La mejor doctrina penal consiste en que la persona que actúa en Estado de Necesidad
no se le puede imputar, pues debe estar exenta de responsabilidad penal, pero difiere
sustancialmente en cuanto al fundamento de tal exención penal, según lo indican las
siguientes teorías:

 Teoría de la ajurídica: Propulsada por Grocio y Fichte entre otros, quienes sostienen
que la conducta observada bajo un Estado de Necesidad es un acto jurídico, en el
sentido que no es un acto jurídico pero tampoco que es un antijurídico. Estos
autores sostienen la detención, la obligación o suspensión de la ley positiva ante una
circunstancia constitutiva de un peligro actual e inminente, el cual hace reobrar
vigencia de la ley natural.

 Teoría del acto antijurídico: Esta otra teoría defendida y propulsada por Manuel
Kant, quien estima que en el acto realizado en Estado de Necesidad es un acto
antijurídico y fundamentalmente injusto pero que este debe quedar impune
en función de la utilidad práctica de la pena por la persona que se encuentra en un
grave peligro actual o inminente se defiende de este, olvidando la pena posible que
le puede imponer. Olvida el aspecto disuasivo de la pena.

 Teoría de la Perturbación anímica: También denominada teoría de la coacción


psicológica. Esta tesis es defendida por Pufendort, quien sostiene que el instinto de
conservación es tan fuerte que actúa casi automáticamente ante la presencia de un
peligro grave actual o inminente contra la persona o integridad física, pues este
peligro crea en el individuo una profunda perturbación anímica. Como puede
observarse para Pufendort el Estado de Necesidad no es una causa de justificación
sino una causa de imputabilidad.

 Teoría del acto adecuado a Derecho: Es la teoría que sostiene que le Estado de
Necesidad es un acto de estado a derecho e intrínsecamente justificado. Al respecto
Hernando Grisanti Aveledo explica que "en la actualidad la mayota de los penalistas
estiman que el acto ejecutado en Estado de Necesidad es, en todo caso, adecuado a
derecho, es absoluta e intrínsecamente justificado; dicho de otro modo, considera
que el Estado de Necesidad es siempre una causa de justificaron

Naturaleza

El estado de necesidad se da cuando los intereses legítimos de un sujeto se


encuentran en un estado de peligro, y solo pueden ser salvados mediante la lesión de los
intereses legítimos de otra persona. El sujeto activo se encuentra frente a un estado de
necesidad: es una acción, diferente a la reacción que se da en la legítima defensa.

Extensión

 Extensión del Estado de Necesidad desde el punto de vista de los bienes


jurídicamente Salva guardable: Según los mejores códigos penales, todos los bienes
jurídicos pueden ser salva guardados en Estado de Necesidad. No obstante nuestro
Código Penal, nos dice que solamente pueden salvaguardarse en Estado de
Necesidad los siguientes bienes jurídicos: la vida y la integridad personal.

 Extensión del Estado se Necesidad desde el punto de vista de las personas salva
guardables: Nuestro Código Penal establece que salvaguardemos en Estado de
Necesidad nuestra persona o la de otros. A tal efecto consagra al lado del Estado
Necesario "propio", el auxilio necesario a terceros.

Requisitos

El ordinal cuarto del art. 65 del código penal venezolano vigente establece lo
siguiente: “No es punible el que obra constreñido por la necesidad de salvar su persona, o la
de otro, de un peligro grave e inminente, al cual no haya dado voluntariamente causa y que
no pueda evitar de otro modo". Según esta disposición los requisitos de estado de necesidad
son tres:

a.) Un peligro grave, actual o inminente: Se entiende por peligro grave el que amenace la
vida de la persona o su integridad física. El peligro actual es el que existe aquí y ahora, y al
peligro inminente es que ya se va a dar. Es importante señalar que las personas que ejerzan
"profesiones peligrosas" no están, necesariamente, fuera del estado necesario, pero la
eximente tiene para ellos un ámbito más reducido ya que están obligadas por su profesión a
enfrentarse con determinadas clases de riesgo. Ejemplo: El bombero está obligado a
sacrificarse para evitar que otra persona perezca en el incendio, pero si este bombero no
está en el ejercicio de su cargo, por estar de permiso, se haya exento al deber de sacrificio.
No obstante el bombero que para salvarse del fuego, abandona a la persona que llevara en
sus brazos, la cual muere en el incendio, este no estará amparado por el estado de
necesidad. Asimismo no estará amparado por el estado de necesidad el medico que, ante el
riesgo de contagio, deja de atender a sus pacientes. NOTA: Un bombero está en el deber de
sacrificarse para salvar a una persona que se encuentre en un incendio, pero no tiene el
deber de sacrificar su vida para salvar del fuego ejemplo una pintura de un famoso pintor.

b.) Que el agente no haya provocado dolosamente el peligro: Para que proceda el estado de
necesidad es necesario que el agente (la persona que invoca a su favor esta causa de
justificación eximente de responsabilidad penal) no haya dado voluntariamente causa al
peligro. Es importante señalar que si el agente ha provocado dolosamente la situación de
peligro no estará amparado por la eximente; pero esta si lo protegerá cuando sólo
culposamente ha causado el peligro. Ejemplo una persona provoca el incendio de su casa
para cobrar el seguro y luego, acorralada entre las llamas, sacrifica la vida de otra persona
para salvar la propia; en este caso, el agente no podrá invocar con éxito el estado de
necesidad, porque ha obrado con dolo (mentira, engaño o simulación).

c.) Imposibilidad de evitar el mal (peligro) por un medio que no sea el sacrificio de un bien
jurídico ajeno: si podemos evitar el mal que nos amenaza( o amenaza a otra persona) sin
apelar al sacrificio de un bien jurídico (la vida y la integridad personal) ajeno y sin
embargo, atacamos los intereses del prójimo, jurídicamente protegidos, no nos amparará el
estado de necesidad. Ejemplo: una persona se pierde en el bosque y, para no morir de
hambre, se ve obligada a consumir alimentos ajenos que se encuentran en una cabaña; en
este caso procede la eximente porque el agente solo podía evitar el mal mediante el empleo
de esas provisiones. No obstante, el estado de necesidad no cubre a quien, en situación de
miseria, roba los alimentos que hubiere podido obtener en un instituto benéfico, ya que el
agente pudo salvarse sin lesionar los intereses del otro.

El estado de necesidad en la legislación venezolana


Algunos comentarios de la doctrina sobre estado de necesidad se encuentra
establecida en el ordinal 4° del artículo 65 del Código Penal Venezolano, el cual establece
que no es punible el que obrando constreñido por la necesidad de salvar su persona, o la de
otro, de un peligro grave o inminente, al cual no haya dado voluntariamente causa, y que no
pueda evitar de otro modo. El estado de necesidad es una causa de justificación
absolutamente eximente de responsabilidad penal y suele definirse como una actual o
inminente situación de extremo peligro de vida para las personas en un sitio determinado,
donde se puede vulnerar los intereses jurídicamente protegidos de las vidas de las personas
allí comprometidas por dicho acontecimiento extraordinario en la cual no queda más
remedio y no es causada o al menos no causada dolosamente por el agente, para la
protección o mejor dicho, la salvación de un bien jurídico ajeno, que casi siempre es la
vida.

Este autor venezolano Bello Rengifo nos habla sobre las tesis de valoración que
debe tener el juez o intérprete para aplicarla al caso concreto lo cual debe ser a través de un
juicio de sensibilidad moral y jurídica de su entorno y nos menciona también que la
normatividad jurídica debe corresponder aquellas pautas que la comunidad estima
necesarias para su existencia y desarrollo, y a título de ejemplo nos pone el caso de la vida
que es un bien preponderante frente al de una propiedad. Esa colisión de intereses "bienes"
jurídicos vida vs. propiedad, la expresión sociocultural del tiempo y lugar, se reconoce a la
vida, mayor valor que la propiedad, de allí que hayamos concluido en su análisis que se
trata de una causa de justificación y no de inculpabilidad. Menciona también los elementos
que integran el estado de necesidad, que son que haya un peligro inminente o grave para la
persona o la de otro y el segundo requisito es el peligro no se ha causado voluntariamente.

Importante citar también los casos en su obra Lecciones de Derecho Penal,


Vigésima Segunda Edición, el autor patrio, profesor Hernando Grisanti establece distintos y
nutridos ejemplos a los efectos de comparar cuando tengamos un caso parecido e
intentemos aplicar lo que nos establece el legislador en el ordinal cuarto del artículo 65 de
nuestra principal ley sustantiva. Allí este autor en su obra nos habla de los casos variados
que pueden darse, y nos dice como referencia el de una señora en la Iglesia Santa Teresa en
una misa con muchísima gente, en el momento del Nazareno, donde el traje morado del
niño que ella tenía a su cuido, se incendió, y esta mujer alarmada por el hecho empieza a
gritar "¡incendio!". Esto logró una reacción en cadena a los muchísimos fieles estaban en la
Iglesia, los cuales salieron en estampida y hubo más de 50 muertos. También, recomiendo
leer este autor por las diferencias que asume versus la legítima defensa, los límites al estado
de necesidad y otros comentarios sumamente acertados.

Siguiendo con la doctrina venezolana, el maestro José Rafael Mendoza en su obra


Curso de Derecho Penal Venezolano, Parte General, Tomo II, p. 62, entiende por peligro
grave: “El que amenace la vida de la persona o su integridad física”. Además
restrictivamente, solo pueden salvaguardarse en Estado de Necesidad: la vida y la
integridad personal de nuestra persona y la de otros. Siendo siempre los límites, dados por
la proporcionalidad que deba existir entre el bien jurídico sacrificado y el bien jurídico
protegido, o en términos más exactos: entre el mal causado y el mal evitado, tal y como lo
ha señalado Jorge Rogers Longa Sosa, en su obra antes citada p. 93. Este autor dice que el
Estado de Necesidad es: “una situación de peligro actual para los intereses jurídicos
protegidos, en la cual no queda más remedio que el sacrifico de intereses jurídicos
pertenecientes a otra persona. Esta situación no es causada dolosamente por el agente,
quien solo puede salvarse mediante el sacrificio de un bien jurídico ajeno.”

La Doctrina del Ministerio Público más reciente sobre el tema “Estado de


Necesidad” publicada en su sitio en Internet (1), cuya fecha de elaboración es el 17 de
enero de 2011, por la Dirección de Revisión y Doctrina, en la materia Sustantiva Penal.
Esta nos ilustra, entre otras cosas, que: “Para configurar ese denominado Estado de
Necesidad, es preciso que el peligro sea grave, es decir, significativo; requiriéndose además
que el interés salvado sea objetivamente valioso. Cuando el bien jurídico protegido es
mayor al lesionado, se entiende que el Estado de Necesidad es Justificante; mientras que, si
el interés afectado guarda un valor igual o similar al protegido, estaremos en presencia de
una causa de Exculpación, también conocida como Estado de Necesidad Disculpante.
Puede ocurrir que el peligro de daño evitado sea mayor a la lesión ocurrida; o -en
otro supuesto- que el riesgo sea de igual o similar entidad al daño ocasionado. Basado en
ello, la doctrina dominante, siguiendo las premisas de la llamada Teoría de la
Diferenciación, ha distinguido entre el Estado de Necesidad Justificante y el Exculpante.

En cualquiera de los casos, el peligro de daño debe ser inminente o actual, con lo
cual se resalta el carácter de inmediatez que debe tener el riesgo. Un peligro es inminente
cuando están por ocurrir actos materiales que generan daño; y se entiende actual cuando
éstos se están concretando. En ese sentido, debe aclararse que -para la afirmación del
Estado de Necesidad-, se excluyen aquéllos peligros pasados o futuros, por contrariar la
obligada proximidad del riesgo.”

Consecuencias jurídicas

A) Un peligro grave, actual o inminente: Se entiende por peligro grave el que amenace la
vida de la persona o su integridad física. El peligro actual es el que existe aquí y ahora, y al
peligro inminente es que ya se va a dar. Es importante señalar que las personas que ejerzan
"profesiones peligrosas" no están, necesariamente, fuera del estado necesario, pero la
eximente tiene para ellos un ámbito más reducido ya que están obligadas por su profesión a
enfrentarse con determinadas clases de riesgo. Ejemplo:
 El bombero está obligado a sacrificarse para evitar que otra persona perezca en el
incendio, pero si este bombero no está en el ejercicio de su cargo, por estar de
permiso, se haya exento al deber de sacrificio. No obstante el bombero que para
salvarse del fuego, abandona a la persona que llevara en sus brazos, la cual muere
en el incendio, este no estará amparado por el Estado de Necesidad. Asimismo no
estará amparado por el Estado de Necesidad el medico que, ante el riesgo de
contagio, deja de atender a sus pacientes. (Un bombero está en el deber de
sacrificarse para salvar a una persona que se encuentre en un incendio, pero no tiene
el deber de sacrificar su vida para salvar del fuego ejemplo una pintura de un
famoso pintor)

B) Que el agente no haya provocado dolosamente el peligro: Para que proceda el Estado de
Necesidad es necesario que el agente (la persona que invoca a su favor esta causa de
justificación eximente de responsabilidad penal) no haya dado voluntariamente causa al
peligro. Es importante señalar que si el agente ha provocado dolosamente la situación de
peligro no estará amparado por la eximente; pero esta si lo protegerá cuando sólo
culposamente ha causado el peligro. Ejemplo:

 Una persona provoca el incendio de su casa para cobrar el seguro y luego,


acorralada entre las llamas, sacrifica la vida de otra persona para salvar la propia; en
este caso, el agente no podrá invocar con éxito el Estado de Necesidad, porque ha
obrado con dolo (mentira, engaño o simulación).

C) Imposibilidad de evitar el mal (peligro) por un medio que no sea el sacrificio de un bien
jurídico ajeno: si podemos evitar el mal que nos amenaza( o amenaza a otra persona) sin
apelar al sacrificio de un bien jurídico (la vida y la integridad personal) ajeno y sin
embargo, atacamos los intereses del prójimo, jurídicamente protegidos, no nos amparará el
Estado de Necesidad. Ejemplo:

 Una persona se pierde en el bosque y, para no morir de hambre, se ve obligada a


consumir alimentos ajenos que se encuentran en una cabaña; en este caso procede
la eximente porque el agente solo podía evitar el mal mediante el empleo de esas
provisiones. No obstante, el Estado de Necesidad no cubre a quien, en situación de
miseria, roba los alimentos que hubiere podido obtener en un instituto benéfico, ya
que el agente pudo salvarse sin lesionar los intereses del otro.

La culpabilidad
La culpabilidad se refiere a la posibilidad de reprochar penalmente al autor de un
acto u omisión típico y antijurídico su comisión, teniendo en cuenta las circunstancias o
condiciones en que éste se ha desarrollado y las personales del autor. La culpabilidad exige
una valoración del comportamiento humano.
Concepción psicológica

Es la teoría más antigua, y concibe a la culpabilidad como: un nexo de carácter


psicológico entre el autor y su acto. En consecuencia, habrá culpabilidad cuando se
compruebe que la voluntad del autor es causal del hecho ilícito.

Concepto normativo juicio de reproche

Esta teoría intermedia se encargó de reemplazar a la concepción psicológica de la


culpabilidad tras el fracaso de sus postulados, procurando enmendar sus puntos más
débiles. Así, la culpabilidad deja de ser considerada como un hecho psíquico, para ser
interpretada como una conducta reprochable o voluntad defectuosa, cuando le era exigible a
su autor obrar conforme a derecho. Lo que ocurre cuando el autor:

1) no es inimputable

2) ha obrado con dolo o culpa

3) no resulta amparado en su obrar por una causa de inculpabilidad

La culpabilidad no pertenece directamente al autor, sino que es un juicio de valor


que se le formula al autor reprochándole que pudiendo conducirse de una manera adecuada
a la norma, no lo hizo. Si bien esta concepción reinterpretó el concepto de “culpabilidad”,
mantuvo el contenido sistemático propio del causalismo.

La culpabilidad exige una valoración del comportamiento humano. El llamado


'juicio de reproche' consiste en la valoración que se hace cuando el individuo ha cometido
un hecho ilícito. En el proceso de exigencia de responsabilidad, la pena se individualiza y
se vincula al hecho injusto con el autor.

Especies de culpabilidad
Para que haya culpabilidad tiene que presentarse los siguientes presupuestos o
especies de la culpabilidad:

a) Imputabilidad,

b) Dolo o culpa (formas de culpabilidad) y,

c) La exigibilidad de una conducta adecuada a la prohibición o imperatividad de la norma.

Y por faltarle alguno de estos presupuestos, no actúa culpablemente el autor, en


consecuencia está exento de responsabilidad criminal.
Imputabilidad

La imputabilidad es un término jurídico, el cual se define como la capacidad de una


persona de comprender las consecuencias que traerá la realización voluntaria de un acto
ilícito, y como tal debe ser responsable y responder por el hecho cometido.

Posiciones de la imputabilidad
Autores clásicos como Gisbert Calabuig, 2004 y José Ángel Patitó, 2000;
conceptualizan la imputabilidad como aquel acto humano (acción u omisión) atribuido a
una persona; la obligación de sufrir las consecuencias penales, por la realización de un
hecho delictivo. Etimológicamente el término proviene de la raíz latina “imputare” que
significa atribuir, asignar o poner en la cuenta o a cargo de alguien. Se destaca la
comprensión, o sea comprender y entender el deber y la autodeterminación de la voluntad.

Podemos definir la imputabilidad como aquella acción u omisión que se genera a


libre elección atribuida a un sujeto, la cual produce consecuencias por las que se debe
cumplir y afrontar una determinada sanción.

Es una condición jurídica poseída por todo aquel que tenga madurez mínima
fisiológica y psíquica, salud mental y conocimiento de los actos que se realizan. (Patitó,
2000).

De acuerdo a Zazzali, 2007, imputabilidad significa capacidad para delinquir. Es el


legislador quien fija las condiciones que debe reunir un sujeto para ser considerado
inimputable y es el juez quien establece la imputabilidad o no del autor de un delito.

Así mismo, existe una condición en aquellas personas con defectos mentales de
inteligencia y de voluntad, por lo que no están conscientes de sus actos que se conoce
como inimputabilidad. Sin independencia de la voluntad o sin capacidad de entendimiento
el sujeto es inimputable. (Zazzali, 2007)

Según Patitó, 2000, todo trastorno o alteración psíquica que perturben


profundamente la inteligencia y/o la voluntad puede ser causa de inimputabilidad, por lo
que, es inimputable aquel sujeto que no es responsable penalmente de un delito cometido,
ya que no comprende las consecuencias que esto puede ocasionar.

Una condición entre las dos anteriores supracitadas, se le conoce como


imputabilidad disminuida, ya que implica una disminución en la capacidad mental del
sujeto para entender las consecuencias jurídicas de sus acciones. Maurach (1902-1976)
indica que en este caso el autor es imputable pero para alcanzar el grado de conocimiento y
dirección de un sujeto anímicamente normal, debe esforzar más su voluntad.

Este término ha generado controversia ya que para algunos autores la imputabilidad


no puede ser medible, mientras que para otros si puede determinar un cierto grado que
pueda clasificar esta condición en las personas de acuerdo a sus características o patologías
asociadas, es por esto que estos términos se consideran conceptos jurídicos que presentan
una base psicológica.

Momento de la imputabilidad
La imputabilidad se presenta cuando concurre la capacidad de obrar en el Derecho
Penal.

Concepto y especies de imputabilidad en la legislación venezolana


Para (Soria y otros, 2002), la imputabilidad es uno de los temas que plantea mayor
dificultad en la relación que se establece entre la psicopatología y el derecho penal. Se
intenta saber, entender y explicar las razones de por qué una persona infringe los más
sagrados principios que rigen para la convivencia con otras personas. Dado que la
imputabilidad, tiene una base psicológica, que está vinculada con el conjunto de facultades
psíquicas mínimas que debe poseer una persona autora de un delito para ser declarado
culpable del mismo.
Es decir, la imputabilidad es la capacidad que posee el hombre en virtud de la cual
los actos que realice y la conciencia de dicha acción le sean atribuibles como hecho
punible. En consecuencia, cuando una persona realiza una acción que constituye una
violación a la ley, se está cometiendo un delito – base jurídica- y cuando ésta es realizada
con absoluta conciencia, voluntariedad y lucidez mental – base psicológica- es imputable.
No obstante, la norma sustantiva penal no utiliza el término imputabilidad, por
cuanto sólo analiza las causas que excluyen o atenúan la responsabilidad penal, abocándose
a su definición negativa; es decir, limitan a analizar las causas de inimputabilidad y de
atenuación de la misma.
Si se parte de la premisa que la imputabilidad es un concepto que tiene una base
biológica y psicológica, como se ha planteado hasta ahora, la participación del psicólogo
forense en el proceso -administración de justicia-, queda clara. No obstante, aun cuando es
indispensable que el psicólogo forense, posea conocimiento jurídico acerca de la
imputabilidad, es aún más necesario que al momento de determinarla, lo haga desde una
perspectiva psicológica.
En consecuencia, lo importante entonces sería que durante la evaluación
psicológica-forense, se diera respuesta a la pregunta de si el imputado al momento de
cometer el hecho delictivo cumplía o no los requisitos psicológicos para poder aplicársele
la pena. Es decir, si en el momento de cometer el hecho delictivo el sujeto poseía la
inteligencia y la compresión de sus actos y si el sujeto poseía la libertad de su voluntad.
Para que se halle ausente la imputabilidad, se suele exigir que el sujeto que ha
realizado tal comportamiento antijurídico -con conciencia y voluntad-, no tenga la
capacidad de comprender su significado antijurídico y en consecuencia no pueda dirigir su
actuación conforme a esa compresión. Es decir, cuando el sujeto que ha cometido el acto
antijurídico se halla en una situación mental que le impide entender que tal hecho está
prohibido por el derecho, y cuando el sujeto además es incapaz de auto determinarse, de
auto controlarse con arreglo a la comprensión de lo injusto o ilícito del hecho, faltando los
elementos de la imputabilidad. No obstante, puede ocurrir que exista la suficiente capacidad
de comprensión -inteligencia- y hallarse ausente el elemento de autocontrol según dicho
entendimiento voluntad.
De lo anterior, se puede concluir que la inimputabilidad requiere que al momento de
cometerse el hecho delictivo, las personas además de presentar una enfermedad mental y
estar relacionada con los hechos, tenga afectadas algunas de las condiciones precitadas:
conciencia, inteligencia y voluntad.
En cuanto a las causas o especie de inimputabilidad, son aquellas que excluyen la
responsabilidad penal o que impiden que se atribuya, a una persona, el acto típicamente
antijurídico que ha realizado. De acuerdo al Código Penal venezolano, las causas son:
minoría de edad, y la enfermedad mental (Figura 2). En lo que refiere a la minoría de edad,
y según el sistema penal venezolano, aquellos que no hayan alcanzado la edad 12 años, se
consideran inimputables. Por lo tanto, el adolescente que cometa un hecho delictivo,
podrán ser responsable, de acuerdo con lo dispuesto en la Ley Orgánica para la Protección
del Niño y del Adolescente.
Ahora bien, interesa en esta ocasión, analizar de forma más precisa la causa de
exclusión de la imputabilidad, referida a la enfermedad mental, señalada en el Código Penal
vigente, en su artículo 62: “No es punible el que ejecuta la acción hallándose dormido o en
estado de enfermedad mental suficiente para privarlo de la conciencia o de la libertad de
sus actos.
Sin embargo, cuando el loco o demente hubiere ejecutado un hecho que equivalga
en un cuerdo a delito grave, el tribunal decretará la reclusión en uno de los hospitales o
establecimientos destinados a esta clase de enfermos, del cual no podrán salir sin previa
autorización del mismo tribunal. Si el delito no fuere grave o si no es el establecimiento
adecuado, será entregado a su familia, bajo fianza de custodia, a menos que ella no quiera
recibirlo”.
En relación con ello (Arteaga Sánchez, 1997), comenta que queda señalada la
enfermedad mental como la única causa que expresa la ley como excluyente de las
facultades cognitiva y volitiva, por cuanto priva al individuo de la capacidad para entender
o querer.
En este mismo orden de ideas, es importante analizar qué quiso decir el legislador
con “enfermedad mental”. Es indudable que se refiere a un concepto y a una realidad que
corresponde al campo de la psicología y la psiquiatría. En consecuencia, los especialistas de
estas disciplinas serán los idóneos para determinar la existencia, los síntomas, los efectos de
dicha enfermedad, y su influencia en el hecho cometido, a través de sus métodos y técnicas
de evaluación, que como se ha dicho son diferentes en cada caso. De esta forma, el
profesional de la psicología forense podrá responder al juez todas sus preguntas, pudiendo
éste valorar la conducta de la persona a la luz de los dispositivos legales.
Se considera que el término enfermedad mental, mencionado en el artículo
transcrito, es bastante amplio, debido a que hace alusión a cualquier perturbación de la
actividad mental, es decir, dicho término incluye tanto la definición de anomalía, referida a
defectos o disfunciones congénitas o precozmente adquiridas, ejemplo: retraso mental,
trastornos de la personalidad, entre otros; y alteración o trastorno mental de nueva aparición
en una mente previamente sana y bien desarrollada, como la: esquizofrenia, demencia,
trastorno Bipolar I, entre otros. (Zanardelli citado por Arteaga Sánchez, 1997), aclara que la
enfermedad mental, debe entenderse como cualquier perturbación morbosa, permanente o
accidental general o parcial, innata o adquirida, de las facultades psíquicas del hombre
referidas a la memoria, la conciencia, la inteligencia, la voluntad o el raciocinio.
Entendida como una enfermedad que llega a comprometer la libertad del ser
humano haciéndole perder la perspectiva del medio que le rodea y encerrarse en sí mismo.
Cabe además señalar que cuando se dice “enfermedad mental” no sólo se hace referencia a
las categorías ya definidas, incluyendo las psicosis, demencias, esquizofrenias, sino
también a aquellas características o rasgos de la persona que sin llegar a encuadrarse
perfectamente en un cuadro clínico específico, llegan a afectar las facultades cognitivas y
volitivas de la persona. Por ello, son y deben ser objeto de estudio e interés por parte de los
profesionales de la psicología y psiquiatría, pues sin duda pueden llegar a ejercer influencia
en la imputabilidad, o lo que es lo mismo, llegar a afectar las facultades cognitivas y
volitivas de la persona. Los mismos pueden ser, trastornos afectivos, inmadurez afectiva,
trastornos de la personalidad, entre otras.
En relación con lo anterior (Grisanti Aveledo, 2005), lo explica a través del
siguiente ejemplo: a un enfermo de manía persecutoria, se le considerará inimputable e
irresponsable penalmente, si da muerte a un presunto perseguidor; mientras que si comete
un delito contra el pudor -violar a una mujer- entonces, si será imputable y penalmente
responsable, pues nada tiene que ver la violación, con la manía persecutoria, de la que
padecía el sujeto, en cuestión.

El dolo
El dolo es la conducta (antijurídica, culpable y punible) de realizar u omitir una
acción con conocimiento y plena voluntad de realizarlo u omitirlo, aunque sepamos que al
realizar ese hecho estamos infringiendo la ley penal.

El dolo se define como la intención positiva de causar un daño a otro, sin embargo,
en materia penal esta definición resulta muy general, debido a que existen tres categorías de
dolo. En ese sentido, el dolo directo se refiere a la plena coincidencia entre la voluntad del
sujeto activo del delito y el resultado. Luego, el dolo indirecto se caracteriza por un
resultado necesario previsible por el autor, que no corresponde con la finalidad que se ha
propuesto. Seguidamente, en el dolo eventual se relaciona con el sujeto agente, quien sabe
que puede causar el resultado y sin importar lo sigue haciendo. En un sentido estricto, el
dolo es la intención de ejecutar una conducta contraria a la ley, que se encuentra tipificada
y tiene una sanción estipulada.

Elementos del dolo

El concepto de dolo integra dos elementos: uno intelectual, la conciencia o


conocimiento de los elementos que configuran el tipo o delito; y uno volitivo, la voluntad
de realizar esos elementos. Para que exista dolo, por tanto, es necesario que concurran la
conciencia y la voluntad.

Clases de dolo

Existen tres tipos principales de dolo:

1. Directo o de primer grado


2. Directo de segundo grado
3. Eventual
Dolo directo o dolo de primer grado

Quien actúa con dolo directo en su acción (u omisión) conoce perfectamente que
está realizando un hecho prohibido y, además, tiene voluntad de cometerlo. Existe una
intencionalidad clara de cometer un hecho delictivo. Pongamos un ejemplo: Un terrorista
tiene intención de matar a un político por temas ideológicos, por lo tanto, se acerca a él con
una pistola y le dispara en la cabeza.

Dolo directo de segundo grado

Este tipo de dolo se da cuando la voluntad del sujeto no es realizar el hecho


prohibido, pero sabe que éste se producirá necesariamente como consecuencia de su acción.
El hecho de que el autor no quiera el resultado, pero acepte sin reservas realizar una acción
que lo lleva aparejado, hace que se le pueda imputar de manera plena. Siguiendo con el
ejemplo anterior: El terrorista tiene intención de matar a un político por temas ideológicos y
pone una bomba en su coche, sabe perfectamente que el político lleva un chófer. El coche
bomba explota y mata a las dos personas. La muerte del chófer sería por una conducta
dolosa de segundo grado.

Dolo eventual

Este tipo de dolo es el más debatido por la delgada línea que divide el dolo eventual
con el dolo de segundo grado o incluso de la imprudencia consciente. El dolo eventual se
comete cuando el sujeto sabe que va a cometer un hecho prohibido, eso está claro, pero hay
menos probabilidad de dañar a la posible víctima, aunque es consciente del daño que puede
ocasionar. Pongamos un ejemplo: El mismo terrorista de los ejemplos anteriores, quiere
matar al político con una pistola, aunque sabe que éste lleva escolta. El terrorista sabe que
si abre fuego contra el político, lo más probable, es que el escolta reciba un disparo aunque
éste no sea el objetivo principal del terrorista.
Naturaleza preterintencional

El delito preterintencional tiene una naturaleza mixta, es decir, comprende


circunstancias donde se ejecuta la conducta de manera dolosa y circunstancias donde se
ejecuta una conducta imprudente o negligente. El delito preterintencional se considera en sí
mismo un tipo doloso independiente y es un delito de lesión; también es un delito culposo,
por cuanto, la imprudencia consiste aquí únicamente en la previsibilidad de la consecuencia
más grave. En países como España o Alemania no existe esta figura, por lo tanto, los casos
se resuelven por medio del concurso de tipos penales.

En esta categoría del tipo subjetivo, el autor desea realizar una conducta que,
considerada como una infracción penal, pero el resultado, siendo previsible, se produce de
manera diferente al querido. Así las cosas, esta figura tiene una amplia variedad de
requisitos paras que pueda ser reconocida judicialmente en un proceso penal. De esta
forma, se puede mencionar los siguientes:

 El tipo preterintencional tiene que estar consagrado en la parte especial del Código
Penal.

 La posibilidad de imputar de manera objetiva el resultado que excedió la intención.

 La existencia de la identidad del objeto material, respecto al que se orientó la


conducta y el objeto sobre el cual recayó el resultado. excesivo., por ejemplo,
existiría esa identidad entre las lesiones personales y el homicidio, dado que, el
objeto material es la vida e integridad personal.

 La presencia de la intención positiva de realizar una conducta que, con probabilidad,


constituye infracción penal, es decir, debe predicarse la existencia del dolo.

 El resultado debe ser excesivo, respecto al que se perseguía con la conducta dolosa.

 El resultado debe ser previsible, conforme con los criterios señalados para la
conducta imprudente.

Condiciones normales de la realización del acto volutivo

La normalidad del acto volitivo, la persona actúa en circunstancias normales que


llevan a actuar de forma determinada. Los actos volitivos implican una resistencia
externa (las necesidades no son suplidas de forma inmediata; por eso existe el deseo). Lo
volitivo es aquel acto que se encara para superar la resistencia y alcanzar lo deseado. El
estudio, por ejemplo, representa uno de los actos volitivos más productivos y a su vez
más didácticos, si se quiere, para comprender las bases de los conceptos tratados en esta
definición.

Causas de exclusión de la culpabilidad

El error: clases y efectos

Hablando de lo que sería el error en materia penal, muchos pueden confundir lo que
sería el error con la ignorancia, obsérvese que el art. 60 C. P. «La ignorancia de la ley no
excusa ningún delito ni falta». Este artículo, es lo que se conoce con el nombre de error de
Derecho, es decir, que ese error, lo que significa es que la ignorancia de la ley no excusa de
su cumplimiento.
Partiendo de esto, podemos preguntarnos: ¿Quién es el ignorante?- aquel que no
sabe nada de nada; es decir, el que desconoce todo. Por esos el error no se puede confundir
con la ignorancia, porque el error a diferencia de la ignorancia es una falsa apreciación de
la realidad, lo que implica que la persona no es ignorante sino que puede llegar a confundir
una cosa con la otra. El error de Derecho que aparece en el art. 60 C.P. en Venezuela no es
eximente de responsabilidad penal:
¿Por qué no es eximente de responsabilidad penal? Porque el que desconociera la
ley no tendría ninguna responsabilidad penal, los delincuentes alegarían su
desconocimiento de las leyes y sólo se les aplicaría la ley a los Abogados; por eso para
evitar problemas de inestabilidad y de inseguridad Jurídica, este error no se tomó en cuenta
en Venezuela; Nadie puede alegar el desconocimiento de la ley.
En obligaciones aprenderán que «nadie puede alegar su propia torpeza».
Se supone que todo conocemos la ley, por lo que estaríamos hablando de una
presunción «iuris tantum»; porque la persona sin conocer tiene que saber que el hecho que
va a cometer es antijurídico
La otra clase de error es el error de hecho que aparece referido en el art. 61 C.P.:
«Nadie puede ser castigado como reo de delito no habiendo tenido la intención de realizar
el hecho que lo constituye, excepto cuando la Ley se lo atribuya como consecuencia de una
acción u omisión.
Lo que quiere decir que para cometer el hecho la persona debe tener la intención (el
dolo) y el dolo debe tener unos requisitos como serían: La intelectualidad, la voluntariedad
y la representación de ese hecho; es decir, que además de pensarlo la persona debe ejecutar
el acto para que pueda dar un resultado dañoso; considerando así que el dolo se mide por el
resultado. Si la persona comete el acto directamente, estaríamos en presencia de un delito
consumado, si no lo llega a cometer, sino que logró frustrarlo, se estaría frente a un delito
en grado de frustración y si sólo queda en tentativa estaríamos en presencia de un delito de
tentativa.
El art. 61 C.P. nos da a entender que existe un error de hecho, lo cual puede ser: un
error de hecho esencial, lo cual quiere decir, que ese error para que pueda ser eximente de
responsabilidad penal debe tener una esencia, es decir, que debe ser un error Principal, un
error necesario e indispensable para que se pueda tomar como una eximente de
responsabilidad penal.
En este error la esencia que es lo primordial, lo fundamental, lo necesario se puede
presentar de diferentes formas:
Hay un error que puede versar sobre el objeto material que es aquel sobre el cual el
delincuente pone su mano; es decir que en un hurto, por ejemplo: la cosa sobre la que el
delincuente pone la mano es el objeto material. Si es un cadáver, un homicidio; el objeto
material será la víctima, el muerto. Es decir, es la parte hacia donde está dirigida la acción
del delincuente.
Ejemplo: art. 451 C.P. «todo el que se apodere de algún objeto mueble perteneciente
a otro para aprovecharse de él, quitándolo sin el consentimiento de su dueño, del lugar
donde se hallaba, será penado con prisión de un año a cinco años.
En este caso hablamos del hurto, ese hurto tiene un objeto material, ¿Cuál es el
objeto material del hurto? El objeto material del hurto es el objeto mueble, por ejemplo: si
una persona se lleva un teléfono celular creyendo que es ajeno, y al cabo de las
investigaciones resulta que se lo llevó por equivocación pero que dicho teléfono le
pertenecía a dicha persona, ¿habrá objeto material? No, porque el objeto no es ajeno. Es por
ello que nadie puede señalar que fue objeto de un auto hurto; porque para que se dé el
hurto, el objeto material mueble tiene que ser ajeno.
Ejemplo: Cuando nos venden un objeto, supongamos que es un reloj, y nos los
venden como si fuera de oro, ¿Qué hay allí? Hay un error sobre el objeto material; es decir,
que hay un error esencial sobre el objeto material del delito.
También se puede presentar un error de hecho esencial sobre la cualidad de las
personas: el ejemplo más común y corriente es que pensando que una persona es soltera,
venga otra y tenga relaciones con ella, pero resulta que la persona es casada, por lo que
estaría cometiendo tanto la persona casada como su cómplice un adulterio, tipificado en el
art. 394 y 395 C.P. ¿Dónde está el error sobre la cualidad de otra persona? Estará en que la
otra persona no sepa que la mujer era casada; ese es el error que le puede eximir de
responsabilidad penal, porque la Ley lo protege a él.
En cuanto a la cualidad, está referida a la persona.
Existe otro error que es sobre el acto antijurídico: Es cuando la persona está
amparado por una causa de justificación como la legítima defensa o el estado de necesidad
y en base a eso mata a otra persona; pero resulta que no se está amparado sino por una
defensa putativa lo cual es una causa de inculpabilidad.
También existe el error accidental: lo encontramos en el art. 68 C.P. ordinal
primero: «Cuando alguno por error o por algún otro accidente, comete un delito en
perjuicio de persona distinta de aquella contra quien había dirigido su acción no se le
imputarán las circunstancias agravantes que dimanen de la categoría del ofendido o
lesionado o de sus nexos con éste, pero sí las que habrían disminuido la pena del hecho si lo
hubiera cometido en perjuicio de la persona contra quien se dirigió su acción».
Hay un error de hecho en la persona, cuando expresa; «el que por error» o cuando
dice: «por algún otro accidente o sea un error en el golpe o aberratio ictus; el primero es un
error esencial, pero el segundo es un error accidental. En el primero el error recae en el
objeto material del delito. Cuando este es una persona, se habla de error in persona. Es el
caso típico de quien quiere dar muerte a Juan y mata a Pedro en la creencia de que es el
primero. En la hipótesis de la Aberratio Ictus se da una desviación o extravío del golpe, lo
que trae como consecuencia la ofensa a persona distinta a aquella contra quien se quiso
dirigir la acción. Es el caso del sujeto que apunta a Pedro para matarlo, pero al desviarse el
disparo mata a Juan.
Por ejemplo: A quiere matar a B, pero mata a C, quien es su padre o su hermano:
aquí habrá error en la persona. En este caso existe el delito, lo que no hay son las
agravantes.
La aberratio ictus se da por ejemplo: Cuando A conoce y sabe quién es B y cuando
lo encuentra le dispara a B con tan mala puntería que la trayectoria del proyectil se desvía y
le da a C que es su padre, por eso se llama error en el golpe, que es totalmente diferente al
error en la persona.
Hay otro error que es el error invencible, que se da cuando la persona no toma
ningún tipo de precaución para cometer el hecho. Por ejemplo: en un área de cazadores, un
cazador dispara y mata a una persona que se encontraba en cuclillas en un matorral y fue
confundida con un animal. ¿Por qué no hay delito? Porque es un error invencible. Otro
ejemplo: Si estamos en un polígono de tiro y se mete alguien a la zona de tiro cuando haya
una persona disparando; el error es invencible ya que en estos casos la persona no toma
previsión de ningún tipo ya que está segura de que no va a pasar nada.
El error vencible, es cuando la persona no toma las previsiones necesarias, en este
caso es cuando no se es previsible y se lleva a cabo un acto. Por ejemplo: Las enfermeras
que por no encender la luz de la lámpara confunden un frasco con otro y administran en vez
del medicamento un veneno al paciente, ¿Qué exime este error? El dolo, pero el error se
transformaría en una culpa. Este tipo de error evita el dolo pero deja presente la culpa.
El error al revés, como su nombre lo indica se puede presentar por ejemplo en el
caso del que cree que está protegido por una norma y resulta que no es por la que él cree
sino por cualquier otra.

Defensa putativa

Dentro de las eximentes de responsabilidad penal encontraremos la defensa putativa


la cual se encuentra referida en el art. 65 C.P. última parte ordinal 3ero. «Se equiparará la
legítima defensa el hecho en el cual el agente, en el estado de incertidumbre, temor o terror
traspasa los límites de la defensa.»
En éste caso, no se dan los tres requisitos de la legítima defensa pero si se van a dar
las condiciones en las cuales la persona en un momento de incertidumbre, que será el
momento en que se puede encontrar la persona, que viene dada por una etapa donde la
persona está indecisa de tomar una decisión y la toma en el momento; la incertidumbre
debe estar acompañada por otras condiciones que son el temor y el terror. Lo que quiere
decir que primero la persona está en una etapa de incertidumbre y luego entra a la fase del
terror. Ejemplo: recordemos el caso del Abogado que venía en un taxi en Lechería (Playa
Lido), estaba lloviendo y venían corriendo hacia el vehículo dos personas (que resultaron
ser pescadores) lo cual hizo que el pasajero, al ver a las personas corriendo hacia el
taxi entrará en esas tres etapas: incertidumbre, temor y terror que lo hizo reaccionar
accionado el arma, disparar y matar una de las personas; en el curso de las investigaciones
se demuestra que los señores no estaban armados, pero si pero si venían en actitud que hizo
confundir al Abogado pensando que lo venían a atracar u otra cosa, por lo que disparó y
mató. En ésta fase nos podemos encontrar en muchas oportunidades; no es lo mismo que la
persona sea atacada directamente y que ese ataque la persona lo repela para defenderse.

La defensa putativa es parecida a la legítima defensa pero no cumple con los tres
requisitos que establece la legitima defensa (Agresión legítima por parte del que resulta
ofendido por el hecho, necesidad del medio empleado para impedirla o repelerla y falta de
provocación suficiente de parte del que pretenda haber obrado en defensa propia) por ello
se habla de defensa putativa.

La obediencia legítima y debida


La obediencia legítima, la encontramos referida en el art. 65 ordinal 2 C.P. La
obediencia legitima y debida se da cuando se presenta una orden y al apersona no puede
cumplir ciegamente con dicha orden si es una orden ilegal; como por ejemplo que manden
a unos funcionarios a practicar un allanamiento sin la respectiva orden emitida por el
Tribunal como lo estable en art. 210 C.O.P.P. si los funcionarios cumplen con la orden a
sabiendas de que es una orden ilegal, no podrán alegar una obediencia legítima, porque la
misma norma en el ordinal 2do. Dice: «siempre y cuando no traspase los límites de la
legalidad», porque si se traspasan los límites legales de que la orden deba emitirla un Juez,
estaríamos hablando de una orden ilegal.

La no exigibilidad de otra conducta

La no exigibilidad de otra conducta: Es cuando no se puede exigir otra conducta a


una persona sino la que tiene; Por ejemplo: la madre que encubre al hijo que cometió un
homicidio y lo esconde en su casa, encubrimiento de pariente cercano (art. 258 C.P.). A esa
persona (la madre), no se le puede exigir otra conducta, de tal manera que en este caso la
persona está protegida por una eximente putativa y por ello no tiene ninguna
responsabilidad penal; el amparo y asistencia a los agavillados cuando se trata de parientes
cercanos, amigos íntimos o bienhechor (art. 291 C.P.); en causas de omisión cuando el
sujeto se halla impedido por una causa insuperable (art. 73 C.P.); las injurias inferidas
cuando el sujeto ha sido impulsado a ello por violencias ejecutadas contra su persona (art.
448 C.P. último aparte)Este caso es diferente a lo que sería las excusas absolutorias
(consisten en situaciones en las cuales la ley, por razones de utilidad pública o de interés
social, considera que no debe imponerse una pena al autor del hecho ilícito y culpable: un
ejemplo de excusas absolutoria sería el supuesto de exclusión de responsabilidad penal en
lo que concierne a los delitos contra la propiedad (hurto, estafa y fraudes, apropiación
indebida, aprovechamiento de las cosas provenientes del delito y otros, cometidos en
perjuicio del cónyuge no separado legalmente o de otros parientes (art. 483 C.P.).
El caso típico de la no exigibilidad de otra conducta, por lo tanto causa de
inculpabilidad, lo constituye el llamado estado de necesidad, que dijimos está regulado por
el C.P. en el art. 65, Ord. 4º, al establecer que no es punible: «el que obra constreñido por la
necesidad de salvar su persona o la de otro de un peligro grave, actual e inminente, al cual
no haya dado voluntariamente causa y que no pueda evitar de otro modo». Se trata de una
situación de constreñimiento del sujeto por la presión de las circunstancias de peligro para
su persona o la de otro, y que impiden el reproche culpabilista por el hecho causado lesivo a
bienes jurídicos protegidos, al no serle razonable exigirle otra conducta.

Condiciones objetivas de penalidad y punibilidad

Son ciertas condiciones que exige la norma para que se pueda aplicar una sanción;
en términos generales son condiciones que se necesitan que se cumplan para que en un
momento determinado se pueda aplicar una sanción. Hay quienes consideran que estas
condiciones no son elementos del delito porque están referidas a unas condiciones y no
pueden ser consideradas como un verdadero elemento del delito cómo será el caso de la
acción, la atipicidad, etc.; que son elementos que deben cumplirse, pero aquí también
entran dentro de los elementos del delito, porque se considera que si se exige esa condición,
se debe cumplir, entonces, como un elemento indispensable para que pueda darse el delito.
Ejemplo: tomaremos como ejemplo los casos de quiebra. Art. 341 C.P. «Los que en
los casos previstos por el Código de Comercio u otras leyes especiales, sean declarados
culpables de quiebra, serán castigados conforme a las reglas siguientes:
1. Los quebrados culpables serán penados con arresto de seis meses a tres años.
2. Los quebrados fraudulentos serán penados con prisión de tres años a cinco años.
Estas penas se impondrán según la gravedad de las circunstancias que se han dado
lugar a la quiebra, aumentándose o disminuyéndose dentro de mínimum y máximum a
Juicio del Tribunal. Las personas indicadas en el art. 922 Código de Comercio, serán
castigadas como reos de hurto por los hechos a que se contrae el mismo artículo.
El artículo no hace mención al Código Penal sino al Código de Comercio, lo que
quiere decir que primero hay que llegar al Código de Comercio, ir a un Tribunal mercantil,
ya que es el que declara o no la quiebra y con la sentencia definitivamente firme de
Tribunal Mercantil vamos a accionar contra la persona bien sea que haya quiebra
fraudulenta; o una quiebra por impericia o negligencia, imprudencia.

La penalidad como carácter específico del delito

Penalidad como caracteres específicos del delito. El elemento circunstancial es la


penalidad que es el resultado del acto jurídico. No cambia la naturaleza del delito, pero
influye en la sanción. “Para apreciar la gravedad del hecho se tendrá en cuenta: la
naturaleza de la acción, los medios empleados, la extensión del daño causado y del peligro
corrido.” (CP, 38, inciso 2). La causa de la pena es el delito cometido. La esencia es la
privación de un bien jurídico. El fin es evitar el delito a través de la prevención general o
especial.

Hay discusión si la penalidad es elemento del delito o solamente su consecuencia.


Si falta cualquiera de los elementos positivos, el delito desaparece. Si existe cualquiera de
los elementos negativos, el delito, también, desaparece. Zaffaroni, emplea una terminología
apropiada para afirmar el carácter de la punibilidad (pena) como consecuencia del delito, al
sostener que la palabra “punibilidad” tiene dos sentidos: el de la posibilidad de aplicar la
pena y el de merecimiento de la pena, anotando que todo delito implica aquella posibilidad,
pero no a todo delito, se le puede dar lo que tiene merecido. Nuñez, sostiene que el delito es
el hecho típicamente antijurídico y culpable, pero además expresa que no es el único
presupuesto de punibilidad. Beling sostiene que es una consecuencia y no un requisito del
delito, pues un hecho típicamente antijurídico y culpable ya es delito aun cuando no se ve
acompañado de punibilidad. Otros sostienen que la punibilidad (pena) es el carácter
específico del delito. Un hecho es un acto típicamente antijurídico y culpable pero no es
delito si no se adjunta punibilidad.

Ausencia de penalidad
Se dice que existe ausencia del tipo penal cuando en la ley no se encuentra plasmada
o regulada alguna prohibición de alguna conducta, acorde al principio de legalidad penal.
Por ejemplo, la blasfemia no está tipificada como delito en la mayoría de los países. La
ausencia de Penalidad son aquellas circunstancias que no estando relacionadas
directamente con la conducta del autor descripto en el tipo penal.

Excusa absolutorias
Es una condición personal del sujeto que hace desaparecer ex lege la necesidad de
sancionar. Al ser una condición personal, ésta no puede extenderse a los intervinientes en
quienes no concurra y no tiene que ser abarcada por el dolo.

Pertenece al ámbito de la punibilidad y la consecuencia de su estimación es que se


deja de castigar una conducta a pesar de que ésta se haya calificado como típicamente
antijurídica, y se haya imputado a un sujeto concreto. Son casos en los que el legislador,
por razones distintas a la antijuridicidad y la culpabilidad, decide no imponer la
consecuencia lógica que sería la pena. Un ejemplo de excusa absolutoria es la relación de
parentesco en los delitos patrimoniales no violentos (art. 268) y en el encubrimiento (art.
454), por flagrantes consideraciones de conveniencia a tenor de las cuales el legislador
decide no castigar. Dicha medida responde a cuestiones de utilidad por cuanto persigue la
evitación de nuevos delitos.
Conclusión
Como ya se apuntó el delito es toda acción u omisión punible, objetivizada en la
manifestación de un hecho previsto en la ley penal, al cual le recae una sanción, también
prevista en la misma ley penal, a fin de que inhibir al individuo a la comisión de esas
conductas consideradas como delitos. En cuanto a las formas de comisión de los delitos, ya
se trate de acción o de omisión, éste siempre será una conducta, es decir un hacer o un no
hacer, cuyos resultados prevé la ley penal, los que tienen trascendencia en el mundo físico y
en el del derecho. Es de hacer notar que la clasificación de los delitos no es únicamente
para fines didácticos o teóricos, sino de índole práctica, ya que con éstas es posible ubicar a
los delitos dentro los parámetros que ordenan la persecución de los mismos, la gravedad
que les asigna la ley, en cuanto a las consecuencias que tienen dentro de la sociedad, por
afectar determinado bien jurídico protegido por la ley penal; la tipificación de los delitos en
cuanto a su comisión, así como la punibilidad de los mismos tratándose de la tentativa.

Por otra parte, si bien es cierto que solamente las conductas que prevé la ley penal
pueden ser consideradas como delitos, la preparación de esas conductas, no obstante que no
constituyan propiamente un delito, sí son la tentativa del mismo, la que será penada cuando
se pretenda afectar un bien jurídico que trascienda a la seguridad de la sociedad, además del
individuo que sufre la lesión causada por el delito. Por último, el delito como figura
principal en el Derecho Penal, es la que le da contenido a éste, pues el objeto principal de
su materia a estudio, con todas las características que el mismo envuelve. Seguridad
ciudadana. Se refiere al mantenimiento del orden público, protección de los ciudadanos y
sus hogares, apoyado en la organización de las comunidades, asegurando el pacífico
disfrute de las garantías y derechos por parte de los venezolanos. Artículo 29 CRBV: El
Estado estará obligado a investigar y sancionar legalmente los delitos contra los derechos
humanos cometidos por sus autoridades. Las acciones para sancionar los delitos de lesa
humanidad, violaciones graves de los derechos humanos y los crímenes de guerra son
imprescriptibles. Las violaciones de derechos humanos y los delitos de lesa humanidad
serán investigados y juzgados por los tribunales ordinarios. Dichos delitos quedan
excluidos de los beneficios que puedan conllevar su impunidad, incluidos el indulto y la
amnistía. No existe delito sin tipicidad y tipo, ya que necesariamente tendrán que estar
presente ambas para configuración y calificación de un delito

En nuestra opinión es que el Estado de Necesidad es, siempre, una causa de


justificación, y fundamentos tal afirmación partiendo del criterio, generalmente aceptado,
de que, ante el conflicto de dos bienes jurídicos, es lícito sacrificar el bien menos valioso
para salvar el bien más importante. El dolo, la culpa y la preterintencional, son unos de los
elementos en que se fundamentan el juicio de culpabilidad, es decir, los que hacen posible
la formulación del juicio de reproche en el que radica la esencia de la culpabilidad. El dolo
representa la expresión más típica, más completa y más acabada de las formas en que puede
presentarse el nexo psicológico entre el autor y su hecho.
Bibliografía

 Www.taverayasociados.net/tipicidad.htm
 Www.elprisma.com
 https://www.conceptosjuridicos.com/
 https://derechovenezolano.wordpress.com/
 https://www.dexiaabogados.com/
 Https://www.asesoriapenal247.com/
 Caballero, Jorge Frias. "Teoría del Delito". Caracas-Venezuela. Editorial. Livrosca
 http://www.ministeriopublico.gob.ve
 Lecciones de derecho penal, Hernando Grisanti Aveledo, decimoquinta edición,
pág. 93
 Introducción al derecho penal, Alejandro Arzola, pág. 133
 Diccionario de ciencias jurídicas, Manuel Ossorio, editorial Heliasta

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