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De Arte, 7, 2008, pp.

7-50
ISSN: 1696-0319

Los expolios del paisaje monumental y la


arquitectura hispana de los siglos VII al XI.
Reflexiones sobre el proceso constructivo de
San Miguel de Escalada

Isidro BANGO TORVISO


Universidad Autónoma de Madrid

A la memoria de Fernando Galván. El medievalista que


tanto me ha enseñado. El amigo que nunca podré olvidar.

RESUMEN: El artículo ofrece una reinterpretación del epígrafe de 913, explicando que las obras realizadas son de
carácter ornamental según expresa de manera muy clara la citada inscripción. A partir de este dato se realiza una nueva
visión del proceso constructivo, señalando fases bien definidas que comienzan con el edificio de época visigoda. Se
pone un especial énfasis en el reaprovechamiento de los materiales como característica fundamental en la arquitectura
que define la repoblación del territorio durante los siglos IX al XI. Por último, se cuestiona el grupo de capiteles del
pórtico como creación del siglo X, siendo un material procedente del expolio de un edificio anterior.
Palabras clave: Arquitectura de repoblación, reaprovechamiento de materiales, capiteles, mozárabe.

ABSTRACT: The article offers a reinterpretation of the epigraph of 913, explaining that the executed works are of
ornamental character as it is expressed very clearly by the mentioned inscription. From this information a new vision of
the constructive process is made, indicating well defined phases that begin with the building of visigothic period. A
special emphasis is put in the materials reutilization as a fundamental characteristic in the architecture that defines the
repopulation of the territory during the IXth to XIth centuries. Finally, the group of capitals of the arcade as a creation of
the 10th century is questioned, being a material from a pillage of a previous building.
Key words: Architecture of repopulation, materials reutilization, capitals, Mozarab.

El grupo de iglesias situadas en el Para denominar esta arquitectura se


amplio marco geográfico denominado Valle ha discutido mucho sobre el calificativo o el
del Duero, cuya cronología, aunque no de determinante más conveniente. A este res-
manera unánime, suele situarse entre los pecto, se sigue manteniendo una ya vieja
siglos VII y XI, constituye uno de los con- polémica, “mozárabe” versus “de repobla-
juntos más interesantes de la historia de la ción”, que además de bizantina y esterili-
arquitectura prerrománica europea. zante, ha impedido desarrollar otras líneas
de investigación que en estos momentos

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podrían ser más esclarecedoras para el me- no son menos “indiciarios” estilísticos que
jor conocimiento de esta realidad arqui- los de los citados edificios. Recientemente
tectónica. Hace treinta años que señalé la José María Mínguez ha analizado la posible
importancia que tuvo para la arquitectura actividad constructora de los mozárabes,
la restauración de viejas ciudades romanas señalando que sería más acorde con la rea-
y de sus edificios, no sólo por la reutiliza- lidad de la población considerarla propia-
ción de determinadas construcciones, sino mente árabe o beréber 3 . A esta referencia
porque, durante la restauración, se produ- sobre el protagonismo de una población
cía el aprendizaje de algunas técnicas cons- local islámica habría que añadir siervos y
tructivas a veces olvidadas y, especialmen- esclavos procedentes del reparto del botín
te, por el aprovechamiento de materiales1. de guerra que son entregados a las iglesias
Es este último aspecto el que pretendo des- para trabajar. Pero si para el arte el concep-
arrollar en este trabajo a partir del ejemplo to del llamado arte mozárabe resulta dema-
que nos ofrece la construcción de San Mi- siado confuso y problemático, no lo es me-
guel de Escalada, sin embargo, aunque sea nos como denominador de una minoría
muy brevemente, creo que sería muy ins- religiosa. Ciertamente que la historiografía
tructivo replantearse algunos factores que medieval hispana emplea el término de
son determinantes en el análisis del tema. mozárabe con una gran soltura y prodigali-
dad, no lo es menos que este uso es extra-
La presencia de algunos elementos
ordinariamente arbitrario. La misma pala-
“árabes” en esta arquitectura llevó a Gómez
bra denomina a cualquiera de los cristianos
Moreno a considerar que estos se debían a
que conservan su religión bajo el dominio
la influencia de los mozárabes que habían
del Islam, sea cual fuere la realidad de sus
emigrado a esta región. He insistido en
tradiciones y cultura. Así, mozárabe es un
multitud de ocasiones sobre este tema, se-
cristiano del siglo VIII como otro del siglo
ñalando no sólo lo desacertado del término
XI. Los mozárabes de los siglos VIII y IX
mozárabe tanto para el arte como para de-
parecían apegados a sus usos y costumbres
signar al grupo etnico/religioso, sino en la
preislámicos, sin que musulmanes o cristia-
visión sesgada que da de la historia y cultu-
nos del Norte percibiesen nada que les
ra de esta época2. Es absolutamente inco-
permitiese calificarlos de arabizados. Ayam,
herente calificar de mozárabe obras como
nasara o dhimmíes son los nombres que em-
Peñalba o Escalada y no hacerlo con San
plean las fuentes islámicas para denominar-
Isidoro de León, dado que uno de los arcos
los. Cuando estos nasara se integran en te-
del muro occidental y los arcos del crucero
rritorio de hegemonía cristiana, lo hacen de
pleno derecho en la sociedad, en ningún
■ momento apreciamos algún elemento dife-
1 renciador. A partir del año mil, las fuentes
Isidro G. BANGO TORVISO, “El neovisigotismo
artístico de los siglos IX y X: La restauración de ciuda- cristianas utilizan un nuevo nombre para
des y templos”, Ideas Estéticas, nº 148, Madrid, 1979, denominarlos: mozárabes. Esta palabra
pp. 319 – 338. Volví a insistir sobre el tema en mi libro
Arte Prerrománico Hispano. El arte en la España cristiana
tiene su origen a partir de musta’rib, parti-
de los siglos VI al XI, Madrid, 2001, especialmente pp. cipio del verbo ista’riba, que significa “ara-
325 – 331. bizarse”. Justamente es en este momento
2
Simplemente reseño a continuación mi último
trabajo sobre el tema: “Un gravísimo error en la histo-
riografía española, el empleo equivocado del término ■
3
mozárabe”, Simposio Internacional. El Legado de Al – José M. MÍNGUEZ FERNÁNDEZ, “Colonización y
Andalus. El arte andalusí en los reinos de León y Castilla presencia mozárabe en el reino asturleonés. Un tema
durante la Edad Media, coordimador Manuel Valdés de debate”, Simposio Internacional. El Legado de Al –
Fernández, Valladolid, 2007, pp. 75 – 88. Andalus…, pp. 45 – 71.

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cuando esta minoría religiosa acusa una tiempo7. Por otro lado, la falta de capacidad
marcada caracterización árabe, no sólo en destructora de aquellas gentes, debida al
su aspecto y su cultura material laica, sino descenso progresivo de la población y a los
incluso en los objetos y formas que sirven limitados recursos técnicos que disponían,
de soporte a su liturgia 4 . Los grupos de sin olvidarnos del sentido práctico y utilita-
estos llamados mozárabes, generalmente rio que les movía a aprovechar todo lo exis-
bajo protección regia5, ya no se integran con tente, eran factores determinantes en la
el resto de los cristianos de su nueva patria, recuperación interesada de todo lo disponi-
sino que forman mozarabías con regimenes ble. Pero, para poder comprender mejor
muy particulares 6 . De todo esto resulta este fenómeno de mantenimiento o recupe-
evidente que, tanto desde planteamientos ración del pasado, es necesario aproximar-
políticos y culturales, es forzosamente nece- nos a la población de este territorio y su
sario no utilizar la misma palabra para de- cultura material durante los siglos VIII al
nominar dos grupos tan extraordinaria- XI, y con ello nos introducimos de pleno
mente diferenciados, máxime teniendo en con otro tema polémico: la despobla-
cuenta que dicha palabra solo caracterizaría ción/repoblación del Valle del Duero.
correctamente el segundo de los grupos.
Para el interés de la materia edilicia
Me parece que lo más significativo, que aquí nos interesa, la polémica se puede
para conocer la realidad de la arquitectura relativizar, pues los argumentos de unos y
edificada durante estos siglos VIII al XI, es otros, tal como comentaremos a continua-
la importancia que el paisaje monumental ción, explican perfectamente las circunstan-
existente entonces tuvo como modelo a cias en que surgieron los edificios más sig-
imitar y como fondo a expoliar para reutili- nificativos de aquel momento. Ha sido
zar en la nueva edilicia de la época. No Claudio Sánchez Albornoz, basándose en
debemos olvidar que la presencia de cons- una tradición historiográfica fundada en
trucciones del pasado en aquel momento noticias cronísticas y documentales, el que
era muy grande. Se trataba de obras muy mejor ha definido el tema de la despobla-
sólidas construidas con materiales y técni- ción para después explicar como se había
cas que les permitían resistir el paso del producido la repoblación. Después de seña-
lar que el descenso del número de habitan-
tes de la zona se venía gestando por diver-
sas razones desde los siglos finales de la
■ romanidad, acusándose en los últimos años
4 de la monarquía goda, la invasión musul-
Al estudiar las formas de la cultura de los cristia-
nos bajo el patrocinio musulmán, se puede apreciar mana terminó por precipitar este proceso.
claramente como éstas no se islamizarán plenamente A continuación, señala el texto de la Crónica
hasta el siglo XI (BANGO, Arte Prerrománico… , pp. 201
– 226).
albeldense en el que refiere como Alfonso I
5 contribuyó a esta despoblación con sus
Resulta muy curiosos que esta minoría religiosa
necesite de una protección especial del monarca al campañas de castigo tomando ciudades y
igual que la necesitaron los judíos (Isidro G. BANGO
TORVISO, Remembering Sepharad. Jewish Culture in Me‐
dieval Spain, Washington Nacional Cathedral, Madrid, ■
7
2003, 139 y ss). Sirva aquí de simple referencia las alusiones de
6
Centrándose en el área leonesa, Gregoria CAVE- las fuentes árabes la narrar las destrucciones de muros
RO DOMÍNGUEZ ha estudiado con un agudo sentido romanos como los de Mérida y León, que en realidad,
crítico este fenómeno (“Los mozárabes leoneses y los como es bien conocido, no se trataba de otra cosa que
espacio fronterizos”, en La Península Ibérica en torno al una destrucción muy superficial que fundamental-
año 1000. VII Congreso de Estudios Medievales, Funda- mente se centraba en quemar las estructuras leñosas
ción Sánchez Albornoz, 2001, p. 240 y ss). de las murallas. .

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conduciendo a los cristianos, como dice la estaba en marcha en época visigoda”; “des-
Crónica de Alfonso III, a su patria: “xristianos articulación del proceso productivo”; “des-
autem secum ad patriam ducens”. Todas estas articulación del sistema político administra-
circunstancias son las que propiciaron la tivo centralizado que se manifiesta en una
creación de un desierto estratégico en el creciente autonomía y en el reforzamiento
entorno del Duero que dio lugar a la exis- de los poderes locales”; “En el tejido social
tencia de “civitates eremas”, “desertas” o en del campesinado ha penetrado ya el cristia-
“solitudine relactas”. Esta tesis de Sánchez nismo lo suficiente como para que la reli-
Albornoz encontró cierta oposición, muy gión y las prácticas de la liturgia constitu-
matizada, en Ramón Menéndez Pidal 8 , lo yan elementos fundamentales de conviven-
que le llevó a precisar que su consideración cia y de articulación social”11. Si los siste-
de despoblación lógicamente comportaba la mas político y productivo están desarticu-
persistencia de una población residual9. lados, reduciéndose a un posible sistema
autónomo y autárquico, huelga decir que
En los últimos años, historiadores y
las posibilidades comerciales no existen o
arqueólogos han pretendido con sus estu-
están reducidas a su mínima expresión. En
dios acabar con la tesis despobladora y por
cuanto a que la práctica litúrgica del cris-
lo tanto relativizar la repobladora 10 .
tianismo constituye un sistema de vertebra-
Mínguez, de una manera muy clarificadora,
ción social en sí misma no hay duda, pero
ha señalado las características de esta po-
habría que demostrarlo con los argumentos
blación que subsiste: “es un proceso que ya
apropiados. Sin embargo esto no se confir-
ma en la documentación conocida hasta el

momento, todo lo contrario, los testimonios
8
“Dos problemas iniciales relativos a los romances
inmediatamente posteriores denuncian
hispánicos”, en Enciclopedia Lingüística Hispánica, I, pp. claramente este vacío de organización reli-
XXIX y ss. Repoblación y tradición en la cuenca del giosa. 12 Ni la autoridad eclesiástica de los
Duero.
9 núcleos cristianos del Norte, ni la de la igle-
El tema, que ha sido tratado en numerosos traba-
jos por Claudio SÁNCHEZ ALBORNOZ, tiene en su libro
sia bajo hegemonía musulmana confirman
Despoblación y Repoblación del Valle del Duero, Buenos
Aires, 1966, su obra de conjunto y síntesis más repre-
sentativa. ■
10 11
Los argumentos basados en razones económi- Idem, pp. 47 y 49.
12
cas, sociales, toponímicas y arqueológicas son esgri- Mari Carmen RODRÍGUEZ GONZÁLEZ, en su inte-
midos por los especialistas. Realizar aquí una síntesis resante síntesis sobre las restauraciones monásticas en
historiográfica supera con creces mi intención y las el Bierzo, señala muy bien las dos fases de ocupación
posibilidades materiales de espacio. Los títulos que del territorio berciano desde finales de los siglos IX y
siguen a continuación son muy ilustrativos de esta X. Sin embargo lo que ocurre desde el fin visigodo, la
postura: A. BARRIOS, “Toponomástica e historia. desaparición de la vida monástica, hasta estas fases es
Notas sobre la despoblación en la zona meridional del una nebulosa basada en la carencia absoluta de infor-
Duero”, España Medieval II. Estudios en memoria del mación documentada, la paralización religiosa y la
profesor D. Salvador de Moxó, I, Madrid, 1982; J. A. vuelta al paganismo por parte de una población míni-
GARCÍA DE CORTAZAR, “Del Cantábrico al Duero”, en ma. En todo caso, como no podía ser de otra manera,
J. A. GARCÍA DE CORTAZAR et alii, Organización social “a partir de las fundaciones y restauraciones monásti-
del espacio en la España Medieval. La Corona de Castilla en cas se intensifican las tareas colonizadoras que origi-
los siglos VIII al XV, Barcelona, 1985, pp.; J. Mª nan una trasformación del paisaje agrario primitivo”
MÍNGUEZ, “Innovación y pervivencia en la coloniza- (“El papel de la aristocracia en las fundaciones y las
ción del valle del Duero”, en Despoblación y colonización restauraciones monásticas en el Bierzo del siglo X”, en
del valle del Duero (siglos VIII – XX). IV Congreso de El legado del santo, Xunta de Galica, 2007, pp. 48 63,
Estudios Medievales, León, 1995. Este último historiador espec. p. 60). No serán menos evidentes los cambios
ha realizado una breve pero magnífica síntesis en el del paisaje agrario, que los que se produzcan en el
trabajo ya citado, MÍNGUEZ FERNÁNDEZ, “Colonización paisaje monumental, producidos por la restauración y
y presencia...” edificación ex novo

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su relación con posibles establecimientos Nada similar a los edificios de finales


eclesiásticos de la zona. Es imposible una del siglo IX o del X de esta zona se erige en
práctica ritual del cristianismo sin la inter- este período de vacio cultural, ni siquiera
vención episcopal. Podría pensarse en una los considerados más humildes. Para que
cura pastoral ejercida por monasterios co- exista una arquitectura con ciertas preten-
lonizadores, pero la existencia de éstos, siones monumentales se requiere una so-
como es bien conocido, corresponde ya a un ciedad articulada. Es la continuidad de este
período de repoblación del territorio. El tipo de sociedad la que permitido que en
mismo José Mª Mínguez haciéndose eco de Asturias las técnicas de la construcción no
la opinión generalizada sobre este “período se hayan olvidado y que en un momento
opaco a la escritura que se extiende desde determinado se puedan realizar unos edifi-
los inicios del siglo VIII hasta el comienzo cios de uso comunitario y de representa-
del siglo siguiente” nos dice que “la inexis- ción. Tal como he escrito en diversos traba-
tencia de fuentes escritas no es indicativa jos, el Gijón romano debió ser la cantera de
de vacío de realidades sociales; de lo que muchos materiales expoliados para edificar
estas lagunas documentales dan testimonio la nueva capital, Oviedo15. Se reutilizaba el
es de un vacío de instituciones capaces de material ornamental y de más especializada
generar documentación escrita”13. No creo elaboración, tal como era habitual en los
que haya muchas diferencias entre la po- últimos siglos de la romanizad, pero las
blación residual a la que se refería Claudio técnicas de construcción en general todavía
Sánchez Albornoz en su tesis corregida más se continuaban ejercitando. Será esta conti-
reciente y la población reducida y desarti- nuidad la que permitirá realizar los pro-
culada a la que se refieren los que la niegan. gramas ideológicos diseñados por Alfonso
Lo importante no es que no fuera capaz de II, el verdadero impulsor del neovisigotis-
crear una documentación escrita, que segu- mo legitimador de la incipiente monar-
ramente no lo era, sino que además, dada la quía16.
precariedad de su existencia, no lo necesi-
A lo largo del siglo IX, las tierras del
taba. De la cultura material de estas gentes
Duero, habitadas por una población resi-
durante este período algo más podemos
dual según Sánchez Albornoz o por una
decir, pero sin duda no deja de ser un pro-
ducto indicativo de la misma precariedad.
Al analizar los sistemas defensivos tampoco ■
se va más lejos, es necesario hablar de de señalar una población superior a la señalada por Min-
una verdadera organización del territorio guez y otros, sino absolutamente en precario y desarti-
culada.
que se caracteriza por el fenómeno políti- 15
Por no ampliar demasiado esta nota con los
co/social más característico del momento: la
numerosos trabajos que he dedicado a este tema vid.
repoblación14. una síntesis de los mismos en Isidro G. BANGO TORVI-
SO, Arte Prerrománico...: “Una vieja ciudad romana
como referente: Gijón, “ciudad marítima”, pp. 236 y ss.
■ 16
Parece increíble que todavía haya quien siga
13
Idem, p. 47. considerando que el principio de neovisigotización se
14
José Avelino GUTIÉRREZ GOZÁLEZ, en su análisis debe a Alfonso III, ignorando o minimizando el papel
de este tipo de arquitectura militar, no duda en utilizar de Alfonso II. Este es un tema fundamental para com-
el nombre de “repoblación” para enmarcar el período prender el origen de la monarquía astur y su desarro-
que analiza y se entienda en el título de su trabajo: llo ulterior. La historia del arte confirma absolutamen-
“Sistemas Defensivos y Repoblación en el Reino de te los planteamientos de las crónicas al referirse a este
León”, en III Congreso de Arqueología Medieval Española. monarca, siendo la actuación de Alfonso III a este
Actas, I. Ponencias, Oviedo, 1989, pp.169 – 191. Eso sí, le respecto una continuidad (Idem, “El neovisigotismo de
es necesario señalar que no se ha producido la despo- unas formas artísticas al servicio de una ideología”,
blación de Sánchez Albornoz, aunque no sea capaz de pp. 229 y ss.).

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precaria y desarticulada población según fueron estas características del proceso edi-
sus críticos, empezará a conocer una doble licio de la época18.
colonización de tan vasto territorio infra-
En primer lugar nos llaman la aten-
habitado: una es de carácter muy limitado
ción las “ciudades desiertas” que citan las
llevada cabo por una familia o una pequeña
crónicas y documentos de la época. Es cier-
comunidad monástica; la otra, de mayor
to que estas ciudades durante el Bajo Impe-
entidad, pretende una reordenación del
rio habían visto disminuir su población por
territorio creando ya los hitos suficientes
cuestiones de precariedad económica, pro-
para una administración civil y eclesiástica.
ductiva e infecciosa (inguinalis plaga),
La primera corresponde a familias e indivi-
agravándose el fenómeno aún más por la
duos en busca de tierras sin dueño en las
acción de bandidos e invasores. Tras las
que puedan alcanzar una oportunidad. Los
invasiones bárbaras, hubo un sensible re-
monjes persiguen la soledad del idílico
punte del hábitat, sin embargo, ya desde los
desierto o yermo para la práctica de su vida
primeros tiempos de hegemonía islámica, la
cenobítica. Muchos de ellos consideraban
población iría en progresivo descenso. Los
que aquellas ruinas de los viejos templos
jefes cristianos de la resistencia norteña se
eran lugares de honda significación espiri-
ocuparon muy pronto de crear un espacio
tual, pues eran tenidos por obra de los ve-
de “tierra quemada” en esta zona. El Albel‐
nerados padres del monacato hispanogo-
dense (XV, 3) nos informa que Alfonso I (739
do17.
– 757) realizó algaradas quemando ciuda-
Desde el punto de vista arquitectóni- des en los llamados Campos Góticos y re-
co, que es lo que nos interesa en este traba- conduciendo a los cristianos que allí había
jo, ambas colonizaciones recurrieron a los hacia su pequeño reino:
mismos recursos técnicos e idéntico reem-
“Hurbes quoque Legionem atque Asturicam
pleo de materiales. Como he comentado ab inimicis possessas uictor inuasit. Campos
anteriormente, hace muchos años que ana- quem dicunt Gothicos usque ad flumen Do‐
lice este tema a la luz de los textos, de los rium eremauit et Xpianorum regnum exten‐
conocimientos histórico/artísticos, y ar- dit”19
queológicos. Es muy importante tener en La Crónica de Alfonso III (Rotensis, 13)
cuenta que las noticias cronísticas, que evi- es mucho más precisa al describir los deta-
dentemente pueden estar manipuladas en lles de esta campaña de Alfonso I. Nos
función de determinados intereses ideoló- habla de una campaña guerrera y nos ex-
gicos y políticos, están perfectamente ava- plicita el nombre de las ciudades yermadas:
ladas por la documentación civil, que a este
“Adefonsus… Qui cum fratre Froilane se‐
respecto no tiene sentido que responda a
pius exercitu mobens multas ciuitates be‐
una falsificación ideológica interesada, y llando cepit. Id est Lucum, Tudem, Portuga‐
por el análisis constructivo de los edificios
conservados. Veamos a continuación cuales ■
18
El resumen que ofrecemos a continuación tiene
un mayor desarrollo documental en las obras que
recojo en la nota nº 1. Las citas que se reproducen a
continuación, salvo indicación de lo contrario, pueden
completarse con su correspondiente aparato crítico en
■ estos trabajos.
17 19
He llamado la atención sobre la actividad res- Las citas a las crónicas asturianas, si no hay in-
tauradora de estos monjes, como en el caso de Gena- dicación de lo contrario, se harán por la edición de
dio, que tomaban las antiguas construcciones para Juan Gil (Juan GIL FERNÁNDEZ, José Luís MORALEJO y
restaurarlas e imitarlas pues para ellos eran el ideal Juan L. RUÍZ DE LA PEÑA, Crónicas asturianas, Oviedo,
creado por san Fructuoso. 1985), p. 173.

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lem, Anegiam, Bracaram metropolitanam, ma Uxama; y Nuño Nuñez repobló la anti-


Uiseo, Flavias, Letesma, Salamantica, Nu‐ gua Rauda23.
mantia qui nunc uocitatur Zamora, Abela,
Astorica, Legionem, Septenmanca, Saldania, ¿En qué consistió la restauración de
Amaia, Secobia, Oxoma, Septempuplica,
Arganza, Clunia, Mabe, Auca, Miranda, estas ciudades? La organización y limpieza
Reuendeca, Carbonarica, Abeica, Cinasaria, de la parte principal de la antigua red viaria
et Alesanzo seu castris cum uillis et uinculis era una de las tareas iniciales. La escasez de
suis, omnes quoque Arabe gladio interfi‐ población no permitía reaprovechar la tota-
ciens, Xpianos autem secum ad patriam du‐
cens”20 lidad del caserío que todavía permaneciese
en pie. Muchas áreas urbanas aparecían
A partir de este momento las referen- arruinadas y en muchos casos conocemos
cias cronísticas y documentales sobre estas como se convoca a las gentes que vivían en
ciudades insisten una y otra vez en califi- su entorno para que habiten en el interior,
carles con los siguientes términos: “urbes donde se establecen apriscos de ganado e
desertas”, “civitates eremas”, “civitate ex ruina incluso huertas. Pero la gran obra comuni-
desolata”, “in solitudine relacta”. Es sobre taria será el muro que protege la ciudad.
estas ciudades sobre las que tiene lugar la Aunque en muchas ocasiones las noticias
acción repobladora de los monarcas. La históricas nos informan de cómo el ejército
Crónica de Sampiro (14) refiere la actuación musulmán destruye sus muros, es evidente
de Alfonso III a este respecto en los siguien- que su acción destructora no pasó de des-
tes términos y en relación con las siguientes truir las puertas y las infraestructuras leño-
ciudades: sas de las partes superiores, tal como ya
“-Alfonso III- Ac trienio peracto, sub era hemos comentado anteriormente. Destruir
DCCCCXIII, urbes desertas ab antiquibus, unos muros romanos, con su enorme po-
populari rex iussit. Hec sunt Cemora, Sep‐ tencia constructiva, no era labor fácil y re-
timancas, et Donnas uel omnes Campi Goto‐ quería tantos hombres y tal cantidad de
rum; Taurum nanque ad populandum dedit
filio suo Garseano” 21 tiempo que no parece creíble que un ejérci-
to en marcha, que ocupaba unos pocos días
La misma crónica atribuye a Rami- una ciudad, lograse hacer grandes destro-
ro II la repoblación de “ciuitates desertas” de zos del encintado mural. Lo que sabemos
Ledesma, Ribas, Baños, Alfandega, Peña y de las murallas de Mérida y de León son
otros muchos castillos (plurima castella). 22 buena prueba de todo esto. Lo que parece
Hacia el occidente, la actuación repoblado- más lógico es que quemasen las puertas y
ra de los condes castellanos era muy simi- corredores, cadalsos y estructuras aéreas en
lar, según nos dicen los Anales Castellanos general. Es en este sentido como se entien-
con referencia al año 912: el conde Gozalo den las palabras del Albeldense cuando se
Fernández pobló Clunia, San Esteban de refiere a la actuación repobladora en estas
Gormaz, Aza; Gonzalo Tellez, la antiquísi- ciudades. “…portas in altitudinem posuit” o


23
La misma Crónica de Sampiro amplia la relación
de ciudades repobladas por los condes durante este
reinado:”Tunc temporis populauit Rodericus comes Amai‐

am, et predauit. Asturias in partes sancte Iuliane . Popu‐
20
Crónicas asturianas, p. 130 – 132. En los mismos lauit Didacus comes Burgis, et Ouirnam per iussionem
términos se expresa la edición Ad Sebastianum (Idem, p regis. Populauerunt autem comes Nunnius Monnioni
131 – 133). Raudam, et Gundisaluo Fernandiz Azcam, Cluniam et
21
Fray Justo PÉREZ DE URBEL, Sampiro. Su crónica y Sanctus Stephanum. Populauit Fernando Gunsaluit ciuita‐
la monarquía leonesa en el siglo X, Madrid, 1952, p. 305. tem que dicitur Septempublica cum Dei auxilio” (pp. 327 y
22
Crónica de Sampiro, 23, p. 327. 328).

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“circumquaque munientibus, altis circuire que es “de antiguo”: “de antiquo”; “multis
fecit”. temporibus maebat desertam”. Pero tampoco
faltan ciertas precisiones cronológicas. En el
Si abordamos el tema de los edificios,
año 906 el presbítero Gratón donó al diáco-
prácticamente el único con pretensiones
no Gonzalo, hijo de Alfonso III, una iglesia
monumentales es el templo y en algunos
en Monzón que había sido destruida por
casos ampliado al monasterio. De un paisa-
los musulmanes: “quod fuit dirupta a paga‐
je monumental en el que subsistían un
nis”. Incluso hay quien llega a precisar el
número considerable de iglesias abandona-
tiempo del abandono. En el año 872, el diá-
das, la documentación de los siglos IX al XI
cono Odoyno recibe dos iglesias que esta-
es un testimonio indiscutible. Después la
ban abandonadas desde hacia más de dos
referencia a este tipo de edificios abando-
siglos:
nados será insignificante, incluso absolu-
tamente negativo. Aunque, por las circuns- “…ex quibus unam villam dedit congerma‐
tancias de la documentación, sólo se suele no suo Odoyno diacono qui est in ripa Limie
cum ecclesis de antiquitis annis hedificatas
citar un solo edificio abandonado en un dictas et vocatas Sancte Marie semper Vir‐
diploma, no faltan las referencias a varios, ginia et martiris, que iacebant in exqualido
inclusive podemos ver que a veces se habla de ducentis annis aut plus”
de todo un territorio con sus iglesias aban-
No basta indicar aquí que las cifras
donadas: En este último sentido resulta
de edificios abandonados y reconstruidos
muy esclarecedor el diploma que recoge la
de esta época carecen de parangón en
donación al monasterio de San Martín de
ningún otro momento, tal como ya hemos
Flabio, por parte del abad Paulo, el presbí-
indicado, sino que además los grandes edi-
tero Juan y el clérigo Nuño, de las siguien-
ficios catedralicios o monasteriales, si cono-
tes iglesias que habían conseguido por pre-
cemos de manera indiscutible su origen, se
sura: Santa María de Govia, San Juan de
construyen sobre unas estructuras abando-
Quenquences, Santa María de Rusión, San
nadas.
Martín de Vuillalumnos, Santa Agatea de
Manata y San Román de Valcavata. El abad Hay tres factores determinantes para
Abito, al fundar el monasterio de Tobiellas aprovechar las viejas fábricas monumenta-
en el año 811, hizo donación de siete igle- les del pasado: el prestigio de lo hispano-
sias que había apresado: “Sancti Michael in godo como referente; la utilidad funcional
rivo Tiron,,prissi Sancte Marie in Lara… prissi de las estructuras templarias; y la economía
ibi media ecclesia Sanctorum Cosmas et Da‐ de medios dada la precariedad económica
mián… et prissi media ecclesia Sancti Mamitis del momento.
et media de Comunione”.
Bajo el reinado de Alfonso II (791 –
De estos numerosísimos templos 842) se había consolidado un fuerte senti-
abandonados se nos dan ciertos detalles miento de neovisigotismo, entendido éste
sobre estas circunstancias: que eran “anti‐ como un referente legitimador para la mo-
quas”; que estaban en un “locum antiquum”, narquía y sus instituciones24, mientras que
o eran “ex more antiquo”; “ex fundata ab anti‐
quis relictam”; “ecclesias antiquo fundamine

consitas”. Su situación en despoblado es 24
Desde la indicación del texto del Albeldense so-
muy evidente: “eclesia in solitudine”, “desca‐ bre el neovisigotismo de Alfonso II todos los monarcas
lido”, “ecclesiam desertam”, “monasterium siguientes defenderán durante un tiempo este princi-
desertum”… Generalmente la referencia al pio legitimador del pasado. Como he indicado en
numerosas ocasiones no se aprovechaban las viejas
tiempo de abandono se limita a decirnos
construcciones del Duero sólo por un sentido utilita-

14 De Arte, 7, 2008, 7-50, ISSN: 1696-0319


I. BANGO Los expolios del paisaje monumental y la arquitectura hispana de los …

en lo cultural en su sentido más amplio el los sureños practicaban la misma liturgia


referente sería lo que llama la historiografía para la que habían sido concebidos estos
actual cultura hispanovisigoda. Así estas viejos templos abandonados. A este respec-
imponentes fábricas monumentales, aun- to resulta muy curioso, por excepcional, el
que arruinadas, constituían en sí mismas caso de la nueva catedral leonesa. La ex-
todo un ideal a imitar. Para los monjes re- pansión del reino astur hacia el sur con
pobladores, fervientes seguidores de Fruc- Ordoño I (850 – 886) comportaba una orga-
tuoso y Valerio, la búsqueda y restauración nización del territorio tanto en lo civil como
de los monasterios fundados por estos san- en lo eclesiástico. Para este último fin lo
tos de la España visigodo se convirtió en su principal era fundar las sedes episcopales.
más profundo anhelo vital. Se buscan estos En la ciudad de León no se conservaba ni
monasterios y todas aquellas ruinas que se un solo templo que pudiese alojar la cate-
puedan relacionar con los padres del pasa- dral. Por esta razón se establecería en un
do para convertirlos en centro de su vene- monasterio en las afueras de León, el de
ración. Con este criterio debemos entender San Pedro y San Pablo25. Habrá que esperar
la actividad restauradora llevada a cabo por al siglo X para que Ordoño II (914 – 924)
san Genadio y sus monjes. De esta manera, disponga el traslado al interior de la ciu-
se podría decir, salvando las distancias, que dad. Por entonces la urbe se había reorga-
las viejas fundaciones hispanogodas se nizado en su tejido urbano y las viejas cons-
convertían en un clásico para los repobla- trucciones romanas subsistentes aprove-
dores. Así el viejo imaginario necesaria- chadas para las necesidades de los nuevos
mente tenía que seguir siendo el mismo y habitantes. El palacio real se había erigido
los antiguos edificios eran piedras venera- en las dependencias de un fanum de un
das como reliquias del pasado. conjunto termal, el monarca dispuso que
tres pabellones se utilizasen como catedral:
Desde el punto de vista funcional los
dos pabellones como templo propiamente
edificios conservados no ofrecían ninguna
dicho, mientras que el tercero, constituyen-
dificultad para su reutilización. La topo-
do un edificio independiente tal como indi-
grafía sagrada que presentaban era el mis-
caba la normativa canónica, era destinado a
mo escenario que se necesitaba para la
baptisterio 26 . Este edificio con diferentes
práctica del ritual, pues la liturgia no se
añadidos estaría en vigor hasta la gran re-
había modificado en absoluto. Tampoco
había necesidad de cambio alguno para las

dependencias monásticas, pues las reglas y 25
Durante estos siglos, la restauración de las sedes
usos monasteriales seguían siendo los mis- episcopales generalmente comportaba una primera
mos. Tanto los cristianos del Norte como fase en la que el obispo y su catedral eran alojados,
provisionalmente, en un monasterio. A veces la provi-
sionalidad duraba muchos años (Isidro G. BANGO
■ TORVISO, “Catedral de León. Desde la instauración de
rio, sino que en muchas ocasiones había toda una la diócesis hasta la magna obra de Manrique de Lara”,
carga de ideología legitimadora y de continuidad de la en La Catedral de León en la Edad Media, edit. Joaquín
dinastía. En este sentido los mármoles trasportados Yarza Luaces, Mª Victoria Herráez Ortega y Gerardo
por Alfonso III a Compostela han sido interpretados Boto, Universidad de León, 2004, pp. 45 – 57). En la
también por Fernando López Alsina (Isidro G. BANGO más antigua tradición eclesial ha existido la figura del
TORVISO, “El locus sanctus de Santiago de Compostela. abad/obispo. Para este período y área geográfica ha
Una nueva interpretación del escenario arquitectónico sido estudiada por Dolores MARIÑO VEIRAS (“Obispos
del santuario”, en El camí de Sant Jaume i Catalunya. en la Iglesia Regio-Aristocrática o del Regnum Leonés:
Actes del Congrés Internacional celebrat a Barcelona, Cer‐ Aproximación a alguna de sus figuras, funciones y a la
vera i Lleida, els dies 16, 17 i 18 d’octubre de 2003, Publi- transmisión de la dignidad episcopal (910 – 975), en La
cacions de l’Abadia de Montserrat, 2007, pp. 209 – Catedral de León en la Edad Media, pp. 459 – 470).
26
210). Idem, pp. 47 – 49.

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I. BANGO Los expolios del paisaje monumental y la arquitectura hispana de los …

novación, que ya incluiría seguramente ¿En qué consiste la restauración de


obra románica, llevada a cabo por el obispo un templo del pasado? En l mayoría de los
Pelayo en 106327. casos no se hace mención de ello, dada la
solidez de estas construcciones es muy
Por último, la tercera razón para la
posible que una limpieza y la reposición de
reutilización de todos estos antiguos edifi-
la carpintería de puertas y ventanas así
cios radicaba en la realidad de la economía
como el mobiliario ritual fueran suficientes.
y de los recursos de mano de obra. Si no se
En algunos edificios se nos informa que los
podía aprovechar un viejo edificio o había
techos se habían hundido, tal como consta
que ampliarlo, las ruinas conservadas te-
en la donación de Alfonso V a Sarracino
nían una riqueza tal de materiales que no
Arias:“iacebat erema sine tectos”. El obispo
había más que tomarlos. Incluso habría
Diego de Valpuesta, en el 940, al referirse a
dificultades para realizar fustes o capiteles
la actuación restauradora en las iglesias de
de la calidad material y factura de los exis-
Merosa, nos indica que consistió en “cubrir
tentes.
las iglesias”. Aunque no contásemos con
Por último analicemos brevemente este tipo de referencia, es bien sabido que la
en que consistía la actuación de los repo- causa de ruina de estas construcciones es el
bladores en la reutilización de estos edifi- fallo del tejado con su correspondiente
cios. El proceso lo marca de una manera hundimiento. Otras veces se alude al de-
muy precisa Alfonso III al conceder una rrumbe de las paredes, tal como cita Alfon-
serie de privilegios al abad Recesvinto de so III al referirse a las casas e iglesias de la
Sahagún con el fin de que proceda a “res- villa de Alesce, cuyas paredes estaban des-
taurar, ampliar y dotar” su destruida basíli- truidas: “cum parietibus destructis”29.
ca por los ismaelitas:
Sobre los materiales reaprovechados
“Ego Adefonsus gratia Dei rex cum cónyuge contamos con dos tipos de información:
Scemena qui studuimus hanc baselicam documentales y arqueológicos. La repara-
restaurare, ampliare et ditare quam a ción llevada a cabo por el obispo Diego de
hismaelita oste dinoscitur fuise diruta”28.
Valpuesta en sus fundaciones de Merosa
Aquí quedan perfectamente claros nos aclara como el expolio de viejas iglesias
los pasos a seguir: Primero se restaura (res‐ arruinadas servía para tal fin:
taure). Segundo, cuando fuere necesario, se
“…Llevamos madera de cuatro casas y una
amplia (ampliare), pues lógicamente la fun- troje y las tejas de tres iglesias de Valpuesta,
dación se hará cada vez más grande. Terce- componiendo con la dicha madera las casas y
ro se dota (ditare). Este término “ditare” las iglesias de Villa Merosa”
tiene un sentido amplio que denomina la
De la precariedad de medios de la
dotación general de un templo, tanto de
época, incluso para algo tan simple como
bienes muebles como inmuebles; sin em-
las cubiertas, nos suministra un ejemplo
bargo, en muchas ocasiones significa con
excepcional lo sucedido en el poblado de
absoluta precisión los ornamentos litúrgi-
Diego Alvaro, siglos IX o X, donde se utili-
cos que constituyen el tesoro sagrado.
zaron pizarras epigrafiadas visigodas para


27 ■
Idem pp. 51 – 53.
28 29
30 de noviembre de 905 (José María MÍNGUEZ Antonio LÓPEZ FERREIRO, Historia de la Santa A.
FERNÁNDEZ, Colección Diplomática del Monasterio de M. Iglesia de Santiago de Compostela, t. II, Santiago, 1899,
Sahagún –Siglos IX y X-, 1977, doc. nº 8, p. 30). apéndice nº XI, p. 23.

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I. BANGO Los expolios del paisaje monumental y la arquitectura hispana de los …

la cubrición30. Pero lo que el estudio de los aprovechadas de una obra anterior (Lám.
edificios conservados pone mejor de relieve 1). Los constructores hispanos de la primera
y la documentación atestigua de manera fase de la mezquita de Córdoba reaprove-
paradigmática es el empleo de viejas co- charon fustes y capiteles de todo tipo sin
lumnas y relieves. Alfonso III para la nueva consideración alguna por mantener una
construcción del santuario compostelano mínima regularidad aunque sólo fuera en
hizo traer columnas, columnillas, capiteles, tamaño (Lám. 2). El tercer ejemplo es de
basas y cimacios desde Eabeca, en territorio cronología más problemática, pero en todo
“portu-calense”31. caso, y teniendo en cuenta la datación más
lata que se le pueda dar, resulta mucho más
El reaprovechamiento de materiales
significativo para el argumento que aquí
de edificios antiguos siempre ha sido una
nos interesa. Me refiero a la antigua mez-
constante en el arte romano, especialmente
quita toledana convertida después en igle-
desde el siglo IV. El arte hispanovisigodo
sia del Salvador. Su arquerío (Lám. 3), de
cuenta con ejemplos muy elocuentes. Po-
columnas reaprovechadas con capiteles
demos observar en los intercolumnios que
tardorromanos32, no difiere de la tradición
conforman las tres naves de San Juan de
de Baños o Córdoba y del que veremos a
Baños, posiblemente erigida por Recesvinto
continuación de las iglesias de San Cebrián
en 652 ó 661, sus columnas han sido re-
de Mazote o de San Miguel de Escalada.
Recientemente se han realizado importan-
■ tes actividades arqueológicas en este mo-
30
A. GUTIERREZ PALACIOS, Miscelánea arqueológica numento toledano, pero, aunque no conoz-
de Diego Alvaro, Avila, 1966, p. 81 – 92. co el informe de las mismas por escrito, no
31
“Nos quidem inspiratione diuina adiuti cum subddi‐
parece que modifique sustancialmente su
tis familia nostra adduximus in sanctus locum ex Hispania
inter agmina maurorum, quae eiecimus de ciyuitate Eabecae interpretación y cronología: de este edificio
patras marmoreas quas aui nostri tribus per ponyum trans‐ consta la reedificación de una nave en el
vexerunt , et ex eis pulcras domos aedificaerunt, quae ab siglo XI, aunque el conjunto de la mezquita
inimicis destructae manebant… Columnas sex cum basibus
debe ser obra de los siglos IX y X33. La in-
totidem posuimus, ubi abbobuta tribunales est constructa.
Vel alias columnas sculptas , supra quas porticus inminet. terpretación que realizó Gómez Moreno
De oppido portucalense ratibus deportatas adduximus sobre la iglesia de Mazote sigue siendo
cuadros et calcem unde sunt aedificatae columnae decem et válida para la mayoría de los estudiosos de
VIII, cum aliis columnellis marmoreis simili modo nauigio”.
Sobre la edición de este documento y la utilización de
estos materiales expoliados en la construcción del
templo compostelano de Alfonso III véase mi ponen-
cia, I. G. BANGO TORVISO “El locus sanctus….”, pp. 191
– 220. Es excelente el estudio del texto, desde el punto ■
32
de vista de la edición crítica, el trabajo de J. M. DÍAZ La utilización del término tardorromano aquí
DE BUSTAMANTE y J. E. LÓPEZ PEREIRA, “El acta de pretende ser conscientemente ambiguo: sin duda hay
consagración de la catedral de Santiago: Edición y restos que podrían ser calificados de hispanogodos, sin
estudio crítico”, en Compostellanum, 35 (1990), pp. 377 – embargo prefiero llamarlos tardorromanos pues en
340. Sobre este tema ha tratado Claudio SÁNCHEZ realidad se trata de unas formas y unas técnicas que
ALBORNOZ, “Mármoles romanos en la iglesia Alfonsí convienen mejor con tardorromano incluyendo bajo
de Compostela” en Cuadernos de Historia de España, 63 – esta nomenclatura, aunque sea de forma epigonal, la
64 (1980), pp. 347 – 351. Se ha querido identificar la correspondiente a los siglos VI y VII.
33
ciudad de Eabeca citada en el documento con Coria, Clara DELGADO VALERO, Toledo Islámico: ciudad,
siendo los materiales reaprovechados con motivo de la arte e historia, Toledo, 1987, pp. 274 – 283. Para Basilio
repoblación llevada a cabo en este lugar por Alfonso PAVÓN MALDONADO, siguiendo a Gómez Moreno, se
III (J. E. LÓPEZ PEREIRA, “Mármoles romanos de la trata de columnas romanas y visigodas aprovechadas,
iglesia de Santiago de Alfonso III: determinación de su aparte de interesantes pilastras ricamente labradas de
procedencia”, en Madrider Mitteilungen , 34 ( 1993), pp. este último estilo” (Arte toledano: islámico y mudéjar,
275 – 281). Madrid, 1973, p. 55).

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I. BANGO Los expolios del paisaje monumental y la arquitectura hispana de los …

este monumento 34 . El insigne historiador siglo X pertenecían a una construcción o


granadino nos informa con gran admira- construcciones que entonces estaban arrui-
ción: “Los capiteles forman colección nota- nadas. A esto deberíamos añadir que un
bilísima en esta iglesia; llegaría su número a edificio del siglo VII o del VIII, y segura-
cuarenta de los que permanecen cuaren- mente incluso de siglos anteriores, también
ta…. Dominando gran variedad, aunque podía haber sido construido con material
dentro del tipo corintio siempre” (Lám. 4). de acarreo tal como ya hemos podido com-
Impresionado por su hermosura y calidad probar. Todavía hay otro problema más
no duda en proponer una clasificación añadido, carecemos de seriaciones sistemá-
cuando menos extrañísima: “Su belleza, ticas, fidedignas y completas de capiteles de
perfección técnica y refinamientos ponen la edilicia hispana de los siglos IV al VII36.
estos capiteles a la cabeza de todos sus si-
Pero, si el soporte nada nos ayuda
milares, españoles y franceses, correspon-
para el conocimiento de la cronología, me-
dientes a la Edad Media remota, pudiéndo-
nos nos aporta el análisis de los arcos de
se asegurar de ellos una cosa, y es su abo-
herradura, pese a que a este respecto algu-
lengo oriental, siriaco acaso, más bien que
nos tratadistas han abusado demasiado de
bizantino, y con tal pureza de estilo y tal
lo que consideran unas reglas normativas
variedad que han de creerse obra de artistas
del arco de herradura. Este tipo de arco sólo
asiáticos”35. No quiero entrar en la discu-
tiene una característica constante e indiscu-
sión de los términos de esta definición,
tible: el peralte del arco está en función del
fruto de un concepto historiográfico muy
sentido tectónico o estético que tenga. En
característico de finales del siglo XIX, sin
un mismo edificio, como es lógico por lo
embargo si creo pertinente afirmar algo que
que acabamos de decir, podemos encon-
me parece fuera de toda discusión: De to-
trarnos diferentes tipos de peralte y de ca-
dos estos capiteles tan sólo dos parejas, y
racterización de organización de la rosca y
sinceramente no lo creo, han sido realiza-
el dovelaje. Sólo en obras de gran calidad
dos para el edificio; todos han sido reapro-
del ámbito andalusí se terminará por codi-
vechados de obras anteriores, expolios de
ficar un cierto modulo y código formal. En
edificios arruinados. Ni igualdad de tama-
todo caso en la segunda parte de este artí-
ños, ni similitudes tipológicas, ni adecua-
culo volveremos a este tema.
ción con fustes y cimacios, ni siquiera de
cantera para los materiales. El problema no En el marco de todos estos plantea-
está en reconocer que son reaprovechados mientos generales me propongo realizar
que, desde mi punto de vista es algo indis- una relectura de un edificio como San Mi-
cutible, sino en fijar su cronología. Si esta- guel de Escalada tan importante para esta
mos ante un material reaprovechado, lógi- área geográfica y la cronología que aquí nos
camente deberemos deducir que para el interesa. Desde mi punto de vista, la docu-
mentación histórica indica aspectos y cir-
■ cunstancias diferentes a los que habitual-
34
Se suele datar este templo a partir de la docu-
mentación de San Martín de Castañeda, donde consta ■
36
que su abad Martín con sus monjes habitaron Mazote Sería injusto negar el enorme esfuerzo por reali-
en el año 916 (M. GÓMEZ MORENO, Iglesias Mozárabes, zar este estudio que, desde los pioneros trabajos de
Madrid, 1919, pp. 172 185). Para su contextualización Schlunk, se ha venido haciendo hasta nuestros días. La
en un prototipo templario bipolarizado de origen visión más reciente que conozco a este respecto es la
hispanogodo véase I. G. BANGO TORVISO, Arte Pre‐ de Javier Ángel DOMINGO MANGAÑA, Capiteles Tardo‐
rrománico..., pp. 347 – 348). rromanos y Altomedievalesde Hispania (ss. IV – VIII d C),
35
M. GÓMEZ MORENO, Iglesias mozárabes.., pp.182 – Tesis doctoral leída en a Universitat Rovira y Virgili,
183. 2006.

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I. BANGO Los expolios del paisaje monumental y la arquitectura hispana de los …

mente se han argumentado. Por otra parte, 1.1. La información del epígrafe del abad Alfon‐
estos datos documentados obligan a una so
reinterpretación del proceso constructivo y
La célebre inscripción de Escalada en
de la verdadera cronología del material
la que se fundamenta la historia inicial del
reaprovechado. Todo ello creo que debería
monasterio, hoy en paradero desconocido,
reconducir a un replanteamiento general de
se encontraba sobre una puerta situada en
la arquitectura de esta época.

1. EL PROCESO CONSTRUCTIVO DE ■
SAN MIGUEL SEGÚN LOS DATOS del monumento. Con las excavaciones llevadas a cabo
por Hortensia LARRÉN IZQUIERDO conocimos el sub-
DOCUMENTADOS
suelo de la iglesia clarificando algunos aspectos de la
construcción, pero en general no aparecieron testimo-
De todos los templos conservados de
nios que fueran definitivos para la historia del monu-
esta época, el de San Miguel de Escalada mento. En todo caso, el trabajo de Larrén ha puesto de
reúne una serie de testimonios históricos y manifiesto, a mi parecer, que carecemos de testimonios
un conjunto arquitectónico que nos permi- de estadios intermedios entre lo que se consideraría
una obra tardorromana de uso civil y el edificio que
ten realizar una aproximación al proceso
podemos contemplar en la actualidad. Los resultados
constructivo del mismo. Cierto que todo de la excavación han sido publicados en tres artículos:
ello es de problemática interpretación y a “Excavaciones arqueológicas de San Miguel de Esca-
veces de información escasa y demasiado lada (León)”, en Actas del I Congreso Nacional de Arqueo‐
logía Medieval Española, t. II (Visigodo), Zaragoza, 1986,
confusa; sin embargo ningún otro edificio
pp. 103 – 123; “Aspectos visigodos de San Miguel de
coetáneo dispone de tal nivel de informa- Escalada (León)”, en Los Visigodos. Historia y Civiliza‐
ción. Considero que es, a partir de un edifi- ción. Actas de la Semana Internacional de Estudios Visigó‐
cio como éste, como se puede iniciar un ticos (Madrid –Toledo ‐ Alcalá de Henares) publicadas en
Antigüedad y Cristianismo, III, Murcia, 1985, pp. 501 –
replanteamiento de la historia de la arqui-
513; “San Miguel de Escalada: Trabajos arqueológicos
tectura del período que va desde el tar- (1983 – 1987)”, en Numantia nº 3, 1990, pp. 217 – 238.
dohispanogodo hasta las primeras manifes- En los últimos años se han realizado nuevas prospec-
taciones del estilo románico. Aunque no ciones arqueológicas cuyos resultados desconozco. La
tesis doctoral de Domínguez Perela sobre los capiteles
hemos avanzado mucho desde el estudio
hispanos altomedievales, durísimamente criticada por
de Gómez Moreno, no sería justo no reco- los defensores de arqueología más ultraconservadora,
nocer las meritorias aportaciones realizadas fue una llamada de atención sobre los grandes defec-
desde entonces37. tos de los métodos de estudio de estas obras. La parte
publicada en lo que se refiere a nuestro templo es
paradigmática sobre este tema (Enrique DOMÍNGUEZ
PERELA, “Los capiteles del pórtico de Escalada, entre la
■ tradición clásica y la bizantina, lo islámico y la crea-
37
El primer estudio “moderno” del edificio y su ción local”, en V Congrés Espanyol d’Historia de l’Art,
historia se debe a GÓMEZ MORENO cuando en 1906 se Vol. I. Barcelona; 29 d’octubre al 3 de novembre de 1984,
encargó de realizar la catalogación de la provincia de Barcelona, 1986, pp. 65 -75). Artemio MARTÍNEZ TEJERA
León., aunque no se publicaría hasta casi veinte años ha realizado un estudio sistemático del edificio y de la
después: Catálogo Monumental de la Provincia de León, 2 historiografía que el mismo ha generado (El templo del
vols., Madrid, 1925, pp. 100 – 109. Poco después de su monasterium de San Miguel de Escalada, Madrid, 2005,
viaje por tierras leonesas editaría una escueta visión de pp. 61) es un buen trabajo que ha aclarado aspectos
la arquitectura mozárabe: “De arqueología mozárabe”, importantes del monumento y que serán de gran
en Boletín de la Sociedad Española de Excursiones, T. 21, utilidad para todos aquellos que continúen en su
1913, pp. 89 y ss. Pero su obra definitiva aparecerá en estudio. El aparato crítico utilizado es tan completo
libro publicado en 1919, M. GÓMEZ MORENO, Iglesias que lo recomiendo para todos aquellos estudios que
Mozárabes, p. 141 – 162. La riquísima información para mi trabajo no he considerado oportuno relacionar
epigráfica de Escalada será estudiada por V. GARCÍA en las páginas siguientes. Muy meritorio es el esfuerzo
LOBO (Las inscripciones de San Miguel de Escalada. Estu‐ realizado por Javier Ángel DOMINGO MANGAÑA para
dio crítico, Barcelona, 1982) corrigiendo malas lecturas sistematizar los capiteles de Escalada (Capiteles Tardo‐
y precisando algunos hitos importantes de la historia rromanos y Altomedievalesde…, pp. 333 – 340.

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I. BANGO Los expolios del paisaje monumental y la arquitectura hispana de los …

el exterior de la iglesia, en una de las de- Lógicamente una lectura como esta
pendencias monasteriales de San Miguel38. contiene todos los problemas inherentes a
Reproducimos aquí la trascripción y lectura su época, deudora de las reglas histórico
que ha trasmitido a la comunidad científica documentales del siglo XVIII. Los expertos
posterior M. Risco: discuten sobre letras concretas o plantea-
mientos de morfosintáxis, todo ello propio
Hic locus antiquitus Michaelis archangeli
honore dicatus, brevi opere instructus, post de un “criterio normativista y normativiza-
ruinis abolitus, diu mansit dirutus, donec dor” de la lengua latina40. Pese a todos estos
Adefonsus abba cum sociis adveniens ad problemas, la mayoría de los especialistas
Corduvensi patria edis ruinam erexit sub parecen estar de acuerdo que ningún error
valente sereno Adefonso Principe. Monacho‐
rum numero crescente, demum hoc templum de fondo se puede atribuir al contenido
decorum miro opere a fundamine exundique mismo.
amplificatum erigitur. Non jussu imperial,i
vel oppresione vulgo,, sed Abbatís Adefonsi, Este epígrafe forma parte del grupo
& fratrum instante vigilantia duodenis que los estudiosos suelen denominar Mo‐
mensibus peracta sunt haec opera, Garsea numenta aedificationis41. Con motivo de un
sceptra Regni peragens Mumadomna cum
Regina. acto solemne (dedicación, consagración,
restauración, etc) se recogen una serie de
ERA DCCCCC LI hitos en la historia del edificio o la institu-
Sacratumque templum ab Episcopum ción a la que éste pertenece. No es, como
Jennadium XII. Kal. Decembrium39 alguna vez se ha dicho, un acta de consa-
gración monumentalizada, aunque su reali-
zación si se haya debido a la celebración de
■ la consagración que se cita en la inscripción.
38
Aunque DOMINGO MANGAÑA (Capiteles…p. 333)
siguiendo (D. ANEDDA, “La desaparecida inscripción En los apartados siguientes haremos
de consagración de la iglesia de San Miguel de Escala- un breve análisis crítico de los hitos históri-
da: un acercamiento prudente” en Sacralidad y Arqueo‐
cos que recoge la inscripción, intentando
logía. Homenaje al Prof. Thilo Ulbert al cumplir 65 años.
Antigüedad y Cristianismo, XXI, 2004, pp. 375-385) aclarar algunos aspectos del exacto signifi-
afirme que “no podemos tener la certeza absoluta de la cado de algunos términos, así como aclarar,
existencia de esta inscripción pues son numerosos los en la medida de lo posible, ciertas fases
textos y documentos que no hacen ninguna mención a
constructivas del edificio.
ella y quizás Risco nunca la vio directamente sino que
simplemente recogió una tradición local”, no parece
que se pueda tener grandes dudas sobre ella dado su
seguimiento hasta fechas relativamente recientes.
Según el prior Menéndez Valdés “este rótulo se encon-
traba en una piedra de mármol de jaspe que cubre el ■
arco y la puerta que lleva a Trianos en la segunda (1897), 468; E. HÜBNER, Scriptionum Hispaniae christia‐
puerta como si entra en dicho claustro” (MARTÍNEZ narum supplementum, Berlín, 1900, p. 107; M. GÓMEZ
TEJERA El templo…, p. 19. En Martínez Tejera pode- MORENO, Iglesias Mozárabes, p. 141; V. GACÍA LOBO,
mos seguir las peripecias de esta inscripción hasta Las inscripciones…, pp. 64-65; A. MARTÍNEZ TEJERA, El
1855, año que la volvió a publicar José María Quadra- templo…, pp. 61 y ss. En los últimos años Maurilio
do, el último de sus publicistas que la pudo ver. PÉREZ GONZÁLEZ ha realizado un estudio de la misma
39 buscando una nueva dimensión literario/ lingüística al
M. RISCO, España Sagrada, XXV, Madrid, 1786,
p. 311. A partir del texto de Risco se han sucedido texto y su relación con otros tres epígrafes estrecha-
lecturas e interpretaciones que superan la veintena. mente relacionados con ella (“El latín del siglo X le-
Por su carácter muy reiterativo o demasiado incon- onés a la luz de las inscripciones”, en Actas del II
gruentes prescindimos de la mayoría, señalando a Congreso Hispánico de Latín Medieval. León, 11 – 14
continuación aquellas que considero importantes: R. de noviembre de 1997, Vol. I, Coord. Maurilio Pérez
ALVAREZ DE LA BRAÑA, “San Miguel de Escalada”, en González, León, 1998, pp 157 – 174).
40
RABM 4(1874), P. 377, N. 4; F. FITA, “San Miguel de Maurilio PÉREZ GONZÁLEZ, “El latín…”, p. 160.
41
Escalada. Inscripciones y documentos”, en BRAH 31 V. GACÍA LOBO, Las inscripciones..., pp. 33 - 34.

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I. BANGO Los expolios del paisaje monumental y la arquitectura hispana de los …

1. 1. 1. El primer edificio de San Miguel y su nuación ilustran bastante bien las coorde-
ruina nadas del tema. El pequeño oratorio de San
Miguel de Celanova tenía, entre otras fun-
La primera información que nos
ciones y significados, una finalidad funera-
ofrece el epígrafe se refiere al nombre del
ria45. Iglesias estrictamente monásticas, sin
edificio:
otra funcionalidad específica, eran muy
Hic locus antiquitus Michaelis archangeli habituales en la época, para ello basta con
honore dicatus comprobar los cartularios de monasterios
leoneses46. Tampoco faltan en tierras leone-
Se trata de un templo dedicado a San
sas otras iglesias dedicadas a San Miguel
Miguel. Aunque no se exprese nada más
que por entonces estaban abandonadas
que como lugar (locus), creo que en el con-
desde antiguo, tal como sucede con el tem-
texto del epígrafe, y en la expresión “dedi-
plo de San Miguel en el valle de Fontecha
cado” (dicatus), resulta obvio que no es otra
que Pedro Fernández restauró 47 . Como
cosa que un viejo templo que será recons-
conclusión, diría sobre la función de este
truido42. Cuando llegó aquí el abad Alfon-
templo de San Miguel en su origen que
so, no hay duda de que existía una memo-
todo es posible, dado que nuestro conoci-
ria histórica que recordaba su advocación.
miento del mismo se reduce a la noticia que
No tenemos argumentos para saber cual era
el epígrafe nos trasmite. A partir de aquí,
la causa del recuerdo: ¿por un epígrafe que
todo lo que se ha dicho a este respecto no
así lo conmemorase o porque la tradición
deja de ser una especulación absolutamente
oral conservase su nombre? 43 A partir de
gratuita.
esta advocación, se ha querido especular
sobre el carácter de este edificio; un estudio
exhaustivo de este tema superaría con mu-
cho la extensión disponible para este traba- ■
jo, y no creo que diese resultados satisfacto- 45
Función y significado de este pequeño oratorio
rios, al menos con el material actual. No es orensano fundado por san Rosendo ha sido minucio-
necesario indicar, por obvio y conocido, la samente estudiado por Manuel NÚÑEZ RODRÍGUEZ,
existencia de su advocación en el período San Miguel de Celanova, Xunta de Galicia, 1988. Am-
pliando la idea del trabajo de Nuñez, con nuievos
hispanovisigodo y su continuidad en tem- datos del entorno del edificio, véase el trabajo de
plos de la monarquía astur44. Para la crono- Francisco SINGUL, “Simbología del espacio. San Miguel
logía que aquí nos interesa, siglos X y XI, de Celanova y su entorno”, en El legado del santo,
pienso que los ejemplos que recojo a conti- pp.146 – 155. Como es bien sabido, la advocación al
arcángel Miguel de altares en las torres es una constan-
te en la tradición cristiana que llegaría a tener un
enorme desarrollo a partir de la arquitectura templaria
■ carolingia.
42 46
Llamado primero locus para recurrir a una cierta Simplemente por poner un ejemplo en un terri-
riqueza léxica, pues mas adelante, tal como veremos, torio extremo, permítaseme citar aquí el de San Miguel
se le califica de templo/santuario (edis). Como han de Silos en tierras burgalesas (I.G. BANGO TORVISO,
señalado la mayoría de los especialistas que se han “La iglesia antigua de Silos: del prerrománico al
dedicado al tema, se trata de una expresión con inten- románico pleno”, en Románico en Silos. IX Centenario de
ción literaria que aparece también en la inscripción de la consagración de la iglesia y claustro, Abadía de Silos,
San Martín de Castañeda: “Hic locus antiquitus – Marti‐ 1990, pp. 317 – 376, esp. P. 323).
nus sanctus honore dicatus” (GÓMEZ MORENO, Iglesias 47
El presbítero Fernández, en el año 1069, hace
Mozárabes, p. 169.) donación a Santa María de León “de ecclesia uel cimite‐
43
Más adelante indicaré la posibilidad que todavía rio Sancti Micaelis Arcangeli quos manibus meis restauraui
se conservase el ara antigua. siue edificaui de stirpe antiqua desertum” (José Manuel
44
Dentro de la precariedad de las fuentes a este RUÍZ ASENCIO, Colección documental del Archivo de la
respecto, por lo menos se puede constatar su culto Catedral de León. IV (1032 – 1109), León, 1990, doc. nº
desde el siglo VII como mínimo. 11163, p. 400.

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De su forma nada se nos dice, pero sí con el adverbio diu, tan sólo deberíamos
se pone un especial énfasis en informarnos contentarnos con decir “mucho tiempo”48.
que se trataba de una obra pequeña:
1.1.2. Del abad Alfonso, su origen y su regla
brevi opere instructus
Permaneció en esta situación hasta
No deberíamos hacer mucho caso al que (donec) llegó el abad Alfonso con sus
hecho de calificar la obra de pequeña (brevi compañeros procedente de Córdoba:
opere). Es una expresión común en los textos
que constatan una restauración o renova- donec Adefonsus abba cum sociis adveniens
ción de un viejo edificio, pues es la forma ad Corduvensi patria
de sobrevalorar la obra reciente que se aca-
Nada sabemos en concreto de este
ba de hacer. Los textos y la epigrafía de la
abad cordobés. El y sus compañeros consti-
época son muy ricos en ejemplos de este
tuyeron una de tantas comunidades de
tipo.
monjes cordobeses llegados a tierras leone-
La frase siguiente nos explica que es- sas durante el reinado de Alfonso III49. Al
te edificio, como tantos otros que hemos mismo tiempo, o poco antes, un abad Al-
comentado en la introducción de este artí- fonso “cum sociis de Spania” se había esta-
culo, había caído en ruinas: blecido en Sahagún50. San Martín de Casta-
ñeda era renovado en el año 921 por un
post ruinis abolitus abad llamado Juan procedente de Córdo-
ba51. Las migraciones de simples cristianos,
Es evidente que nada se nos informa
no ya solo de monjes, procedentes de
sobre la causa de su ruina. Es probable que
Córdoba está atestiguada por nombres de
debamos atribuirla, como otros casos de su
topónimos del tipo Villa de Cordobeses52.
entorno, a su abandono por la invasión
islámica, aunque en este no se explicite Se ha querido dar una gran impor-
como en otros ejemplos bien conocidos. tancia a la expresión “cum sociis”, que tan
Hay dos circunstancias más que podrían
justificar su ruina, el abandono por el des-
censo demográfico que en el territorio se ■
48
venía produciendo desde tiempos romanos Recuérdese a este respecto que hemos podido
encontrar referencias a “destrucción por los paganos”
o el provocado por la invasión que muy
o “doscientos años o más”.
pronto se convirtió en tan crítico que tras- 49
Un planteamiento general sobre la presencia de
formó el territorio en un espacio desarticu- monjes cordobeses en tierras del reino leonés, con los
lado administrativamente. datos conocidos, ha sido realizado, sin grandes modi-
ficaciones hasta ahora , por GÓMEZ MORENO, Iglesias
Desde que se arruinó permaneció Mozárabes, p. 106 – 107. Datos que fueron reasumidos
en su momento por E. LEVI PROVENÇAL desde la óptica
mucho tiempo derruido:
islámica (Historia de España IV. España Musulmana, 711
– 1031. Instituciones y Arte, Madrid, 1973, pp. 118 y ss.
diu mansit dirutus 50
En estos términos se refieren a este Abad dos
Habiendo especulado previamente diplomas manipulados de Ramiro II (José María
MÍNGUEZ FERNÁNDEZ, Colección diplomática del monaste‐
sobre las causas de la ruina, es lógico que, rio de Sahagún, León, 1976, nº 97 y 98). Algunos estu-
sin otro tipo de información, no nos atre- diosos llegaron a identificar, sin el más mínimo apoyo
vamos a precisar la cronología expresada documental, este abad con el Alfonso de Escalada.
51
GÓMEZ MORENO, Iglesias Mozárabes,, pp. 168-169.
52
La colección diplomática de Sahagún recoge es-
ta villa en cuatro documentos del siglo X (MÍNGUEZ
FERNÁNDEZ, Colección diplomática…, nº 80, 87, 247 y
248).

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sólo hemos querido traducir con su signifi- del mismo monasterio de Escalada. El epí-
cado más genérico: compañeros. A partir de grafe funerario del abad Domingo Martín,
una interpretación más o menos literaria se del año 1014, y el llamado epígrafe del
ha propuesto una versión del término ade- “honor de San Miguel”, del año 1050, son
cuada al traslado mismo de los monjes ex- un perfecto paradigma a este respecto. En
patriados: comitiva, compañeros de viaje, el primero se nos dice que el citado abad
familias enteras que acompañando a los quiso ser enterrado por sus hermanos:
monjes repoblaban el territorio del entorno “…Domenicus Martini, presbiter, abba, qui
56
de la nueva fundación monasterial. Incluso fratres velit sepultare” . Salta a la vista que
no falta quien, a partir de él, pretende iden- el abad desea ser enterrado por sus iguales,
tificar la regla monástica que practicaban sus hermanos. El siguiente epígrafe es mu-
Alfonso y sus acompañantes. Obsérvese cho más explicito, pues recoge los dos
que la expresión es la misma que se da a los términos: “Sabaricus aba cum ómnibus fratri‐
57
compañeros del abad Alfonso de Sahagún. bus et sociis suis… sectantes” . Es decir los
La palabra socius significa compañero y que siguen la disciplina del abad Sabarico
puede utilizarse como adjetivo o sustantivo. en San Miguel son los frades y los socii.
De esta manera suele figurar en los docu-
mentos una institución que se conoce como Realmente los socios (socii), en el caso
“colegio”, “congregación”, “toga”, “collatio” concreto de una comunidad monástica, no
de fratres o de sorores, es decir hermanos o son otra cosa que la heterogénea población
hermanas. Sin duda estos son, de todo el del monasterio. En ella se incluyen herma-
colectivo de gentes que viven en un monas- nos (frades), presbíteros, religiosos, conver-
terio bajo el régimen o gobierno del abad, sos/novicios, criados, siervos, etc. Habi-
los únicos que pueden considerarse monjes tualmente la documentación monasterial
53 tan sólo suele separar, de manera casi insti-
propiamente dichos . Luego la palabra
socius puede adjetivar a cualquier miembro tucional, a los frades del resto de este com-
de la comunidad que se considere camara- plejo grupo.
da o compañero. Así se habla de “compañe- Nada hay en la inscripción que esta-
54
ros frailes” . En otras ocasiones la comu- mos analizando y en la documentación del
nidad existente se subdivide en: “clérigos, monasterio de Escalada correspondiente al
55
frailes –hermanos- y sacerdotes .Sin em- siglo X que nos permita afirmar que tipo de
bargo el significado genérico que hemos regla practicaban. El considerarles benedic-
señalado al principio se puede constatar tinos por parte de Yepes no es otra cosa que
perfectamente en la continuidad monástica su deseo de magnificar la orden que el es-
tudia 58 . Como monasterio del monacato
hispano, la regla en sí misma ocupa un

53
segundo lugar frente al régimen que les
Durante el siglo X, las comunidades dúplices se
impone el abad en el momento del pacto59.
suelen denominar colegio de fratres et sorores. En aque-
llos momentos a las mujeres no se las suele denominar
monjas: la abadesa de Piasca gobierna un “collegio
sororum et monachorum qui ibidem peragentibus vitam ■
56
monasticam” (Idem, , doc. nº 96). V. GARCÍA LOBO, Las inscripciones…, nº 10, p. 67.
54 57
Año 943: “Gomessani abati cum sociis fratribus te‐ Idem, nº 11, pp. 68-69.
58
cum”; año 946, idem; año, 950 (Antonio UBIETO ARTETA, Fray Antonio YEPES, Crónica General de la Orden
Cartulario de San Millán de la Cogolla (959 1076), Valen- de San Benito. II, edic. Fray Justo Pérez de Urbel, Ma-
cia, 1976, documento nº 30, p 45; doc. 41, p. 57; doc. 57, drid, 1960, p. 102.
59
p. 71). Como ya he tenido ocasión de explicar en otros
55
“Gomessano abbati omnisque clericis, fratribus et trabajos, para la organización concreta de la topografía
sacerdotibus”, año 957, (Idem doc. nº 73, p. 86). monasterial será decisivo el régimen que imponga el

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1.1.3. Primera restauración del edificio exacta interpretación de la expresión “sub


valente”. Para Gómez Moreno significa
Al llegar el abad Alfonso con sus so-
“poderoso” 61 . Y de la misma opinión es
cios se encontraron el edificio caído, proce-
Armando Cotarelo, quien traduce la totali-
diendo entonces a levantar la ruina del
dad de las palabras así: “en tiempo del po-
templo:
deroso y serenísimo príncipe Alfonso” 62 .
edis ruinam erexit Aunque la traducción de García Lobo es
libre y literaria, “bajo el eficaz patrocinio
Aunque no se explican los detalles de del rey Alfonso”, es muy posible que sea la
la expresión “levantó la ruina”, es evidente más acorde con la verdadera intención del
que no consistió en una gran obra, pues escriba. De esta manera el patrocinio que se
más tarde se sienten muy orgullosos de las podía deducir del participio presente de
obras que realizarán no dudando en fijar valeo (valente), vendría de la idea de “siendo
para “tan importante trabajo” una duración valedor”63. Así esta obra se realizó con el
de doce meses. Como he explicado en la respaldo del monarca, mientras que las
parte introductoria de este artículo, refi- otras posteriores, tal como tendremos oca-
riéndome a estas y otras obras de restaura- sión de comentar, no contaron con más
ción de edificios antiguos en esta época, el ayuda que las propias de la comunidad.
trabajo debió limitarse a levantar los teja-
dos, quitar los escombros de su hundimien- 1.1.5. Aumento del número de los monjes
to y asegurar ciertas partes de la infraes-
El epígrafe continúa su historia in-
tructura de soporte60.
formándonos de nuevas obras en San Mi-
1.1.4. Bajo la protección regia guel. Se nos dice que había aumentado el
número de los monjes:
La cronología de estos sucesos tuvo
lugar bajo el reinado del monarca Alfonso Monachorum numero crescente
III (866 – 911) según nos explica el mismo
En sentido estricto, solo se refiere el
epígrafe:
aumento de los monjes, no del resto de la
sub valente sereno Adefonso principe comunidad de “socios”. Nada se nos dice
del número de personas que constituían
El texto no deja lugar a dudas sobre esta comunidad 64 . Habitualmente se ha
la cronología del suceso: durante el reinado
de este monarca. Es imposible fijar más la

datación. Sí puede dar lugar a discusión la 61
GÓMEZ MORENO, Iglesias mozárabes, p. 141.
62
Armando COTARELO VALLEDOR, Historia crítica y
■ documentada de la vida y acciones de Alfonso III el Magno,
abad que en todo caso tendrá en la regla un referente último rey de Asturias, Madrid, 1933, p. 509.
63
de práctica espiritual y de lo que podría ser considera- Es un participio del mismo tipo que acompaña
da una especie de scala claustralium (Isidro G. BANGO al nombre del monarca en los documentos más carac-
TORVISO, “La imagen del monasterio hispano. Algunas terísticos de esta época (regnante, concurrente, etc).
64
reflexiones sobre su estructura y significado”, en El Aunque se han citado cifras como 204 monjes
Monacatp en los Reinos de León y Castilla (Siglos VII – para el monasterio de Cardeña del año 921, o ciento
XIII) X Congreso de Estudios Medievales, 2005, León, cincuenta para el monasterio de San Pedro de Arlanza
2007, pp. 173 – 212, espec. pp. 175 – 184). del 969, José Ángel GARCÍA DE CORTAZAR considera
60
Parece lógico minimizar esta restauración, pues que los más numerosos deberían contar con un núme-
los monjes de Castañeda no dudaron en expresar de ro de monjes que no alcanzaría la cifra de cincuenta
manera categórica que su restauración de la ruina de (“La colonización monástica en los reinos de León y
su templo se realizó desde los cimientos:”edis ruginam Castilla (siglos VIII a XIII): dominio de tierras, señorío
a fundamine erexit” (GÓMEZ MORENO, Iglesias Mozárabes, de hombres, control de almas”, en El Monacato…., pp.
p. 169) 19 -20). En todo caso, sobre todas estas cifras y las que

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interpretado este aumento de la población mentan los diccionarios más usuales: embe-
monacal como la causa para una amplia- llecer, ensalzar, realzar, etc.
ción de la superficie de la topografía mo-
Por lo que yo conozco, esta interpre-
nasterial (tanto de la iglesia como de las
tación no ha sido tenida en cuenta por los
dependencias de los monjes). Aunque se
que se han ocupado del edificio. Para
pueda deducir esto, me parece evidente,
Gómez Moreno, su traducción se-
por lo que comentaré a continuación, que
ría:”erigióse de nuevo este hermoso templo
aquí se está aludiendo a la consolidación de
con admirable obra por todas partes desde
una comunidad más importante por el
sus cimientos”65. No parece tener lógica la
número de sus monjes que le permitirá
libertad que Gómez se ha tomado aquí,
realizar, con sus propios medios y sin el
repite dos veces a fundamine: por un lado, se
apoyo regio que anteriormente se había
interpreta como “de nuevo” y, a su vez, se
expresado explícitamente, obras de embe-
vuelve a utilizar para decir “desde los ci-
llecimiento ornamental.
mientos”.
1.1.6. El templo enriquecido con una bellísima
Como conclusión diría que la obra
decoración
llevada a cabo, una vez que la comunidad
A continuación se nos habla de nue- se ha consolidado e incluso ha crecido, fue
vas obras realizadas en el templo: enriquecer el edificio con obras ornamenta-
les realizadas de nuevo. La idea de ampliar
demum hoc templum decorum miro opere a
fundamine exundique amplificatum erigitur en superficie viene inducida por haber di-
cho previamente “Monachorum numero cres‐
Desde mi punto de vista, estas pala- cente”, circunstancia que obliga a repetir
bras encierran el verdadero significado del términos que no se dice y olvidarse de la
trabajo realizado, sin embargo la traducción correlación del verbo con los sustantivos
que se ha venido haciendo hasta ahora no sobre los que recae su acción.
me parece que haya sido correcta. Veamos
a continuación si podemos poner un punto 1.1.6.1. Obra realizada bajo el patrocinio y con‐
de luz en su traducción. Finalmente (de‐ trol de los monjes durante doce meses de trabajo.
mum) se erige este templo decorado (deco‐
Estas obras han sido hechas total-
rum amplificatum) por todas partes con obra
mente (peracta sunt) en doce meses, no por
admirable hecha de nuevo. Aunque se pu-
mandato real, ni por opresión del pueblo,
diera traducir amplificatum de forma literal,
sino por la constante supervisión del abad
ampliado, es indiscutible que el énfasis del
Alfonso y de los hermanos:
texto se pone en la decoración y que esta ha
sido hecha de nuevo (decorum miro opere a non iussu imperiali vel oppresione vulgo,
fundamine). Contextualizando el verbo am‐ sed abatís Adefonsi et fratrum instante
vigilantia duodenis mensibus peracta sunt
plifico con decorum me parece indiscutible hec opera
que su más exacta traducción es la que co-
Es muy posible que estas expresiones
estén marcando una clara diferencia con la
primera parte. Si el establecimiento de la

han dado García Villada, Pérez de Urbel, Mattoso,
Sánchez Albornoz, etc, debemos ser muy cautos pues ■
65
en general responden a datos en los que no se especifi- GÓMEZ MORENO, Iglesias Mozárabes, p. 141.En los
ca el tipo de miembros de la comunidad en el sentido mismos términos se expresa J. FONTAINE (L’Art préro‐
que hemos tratado en el apartado anterior (1.1.2.): man hispanique II. L’Art mozarabe, La Pierre qui vire,
fratres, presbiteri, clerici, socii, etc 1977, p. 83).

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comunidad y las obras de habitabilidad se habitual en la diplomática de la época para


habían producido teniendo como valedor al fijar la cronología de los hechos que se re-
monarca, ahora no se trataba de órdenes cogen en el texto o, al menos el de la reali-
regias, ni de oprimir al pueblo, sino que zación del testimonio escrito. Las obras se
todo se había hecho a costa de los propios realizaron totalmente en doce meses (duo‐
monjes. A este respecto, la mayor impor- denis mensibus peracta sunt hec opera): la ex-
tancia de la comunidad hace sentir su po- presión verbal en perfecto indica con preci-
der para emprender obras de mayor empe- sión que la acción se ha acabado; el mismo
ño. Sin embargo no conviene olvidar que verbo perago significa cumplir, realizar por
esta expresión, “de realizar una obra con entero. Así pues, y dada la estructura
sus propios medios sin ayuda regia ni sintáctica de ambas frases, no veo posibili-
oprimiendo al pueblo”, es un lugar común dad de cuestionar que los doce meses no se
en la epigrafía y diplomática de la época. cumplieran en su totalidad bajo el reinado
de García y Mumadonna.
1.1.6.2. Datación
Algunos epigrafistas no entienden
La información siguiente se refiere a
que la expresión de la era figure en renglón
la datación de la obra. Durante mucho
aparte según el texto de Risco:
tiempo su interpretación no ha tenido pro-
blemas, existía unanimidad. García Lobo Era DCCCCC LI (año 913)
piensa que el año 913 es el del comienzo de
Al no conocer el original y no poder
las obras, dado que la consagración, según
precisar si el tipo de letra era diferente,
este investigador, habría tenido lugar en
circunstancia que podría indicar un añadi-
noviembre del 914 66 . Hay un argumento
do en época posterior, cualquier tipo de
muy importante a favor de esta propuesta,
explicación no pasa de ser una mera espe-
el 20 de noviembre es domingo, día de la
culación más o menos brillante. Volveré al
semana recomendado para la consagración,
tema en el apartado siguiente.
en el 914. Sin embargo el contenido del
texto no se expresa en este sentido, es meri- 1.1.6.3. Referencia a la consagración
dianamente preciso en señalar el año 913.
Analicemos el tema por partes. Desde mi punto de vista, el texto que
viene a continuación es inseparable de la
Una vez que se nos ha informado referencia cronológica que acabamos de
que las obras se han realizado en doce me- ver, pues la datación de una consagración
ses etc, se dice textualmente: no puede carecer de la expresión de la era.
Garsea sceptra regni peragens Mumadonna El texto dice así:
cum regina
Sacratumque templum ab episcopum Jena‐
Todo esto había ocurrido teniendo dium XII Kalendas Decembrium
García (910 – 914), con la reina Mumadon-
Lo que viene a ser: “y el templo fue
na, los símbolos del reino (literalmente sería
consagrado el 20 de noviembre por el obis-
los cetros –sceptra-67). Es una fórmula muy
po Genadio”. Es decir esta consagración
tuvo lugar en 913. Si tenemos en cuenta que

66 las obras se prolongaron durante doce me-
V. GARCÍA LOBO, Las inscripciones…, p. 36.
67
Se podría entender que los sceptra se refiere co- ses, y que la consagración, como es lo más
mo plural pues se trata del cetro del rey y de la reina.
Lógicamente para esta interpretación, que en lo que yo ■
conozco sería excepcional, lo correcto sería que el las crónicas asturianas sceptra se refiere a símbolos del
participio se expresara también en plural peragentes. En poder del rey.

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lógico se produciría a continuación, el 20 de ción70. La que pertenece al ábside septen-


noviembre, estas debieron comenzar en trional (Láms.5 y 6) según la inscripción
diciembre del año anterior, todo más en los contaba con las siguientes reliquias: + Hic
primeros días de enero del 913. svnt reliqvie recondite / sancte marine / et sanc‐
te cecilie / et san(c)ti aciscli / et sancti cristofori
La ceremonia fue oficiada por Gena-
/ et sancte columbe. El texto del ara meridio-
dio, obispo de Astorga (909 – 920), el 20 de
nal (Láms. 7 y 8) enumera las siguientes
noviembre de 913. Los estudiosos han ma-
reliquias: + Hoc in altare svnt reliqvie / sancti
nifestados sus dudas sobre el hecho que
emiliani pr(es)b(ite)ri / sancti bartolomei
fuese Genadio su consagrante, pues, al ser
ap(o)s(to)li / sancti stefani levite / sancti marti‐
pontífice astorgano, Escalada no estaba bajo
ni episcopi. La que ocupaba el ábside central
su jurisdicción. Se podría pensar en una
contiene una relación más amplia (Lám. 9 y
invitación extraordinaria por parte del pre-
10), lo que obliga, por motivo de espacio, a
lado leonés, cosa que no era habitual, pero
aumentar el número de las abreviaturas: +
que tampoco es extraña. Hay también la
Hic sunt reliqviae recondite / id s(vn)t de cruore
posibilidad de una sede vacante entre la
d(omi)ni de ligno domini / de sepulcro d(omi)ni
prelatura de Scemeno y Cixila II que la
s(an)c(t)e marie s(an)c(t)or(um) petri et pauli /
documentación no nos aclara satisfactoria-
s(an)c(t)i andre ap(o)st(o)li s(an)c(t)i tome
mente entre el final del 913 y el principio
ap(o)st(o)li s(an)c(t)i adriani / s(an)c(t)i ivliani
del 91468. Se ha señalado la presencia real
s(an)c(t)or(um) cosme et damiani.
en esta consagración sin otro fundamento
que la cita de la pareja real en este epígra- 1.2. El arco del abad Sabarico
fe 69 , que, como se aprecia claramente, no
La siguiente constatación documen-
tiene otra misión que servir de referente
tada de una obra en San Miguel nos la ofre-
político/cronológico del mismo tipo que
ce la puerta situada en el muro meridional
figura en el aparato notario/protocolario de
del templo, también conocida como “arco
los documentos.
de Sabarico” (Lám. 11). Se trata de un arco
Aunque este epígrafe no se puede de herradura achaparrado, algo deforme y
considerar propiamente el de consagración, factura bastante grosera que constituye la
sí nos suministra la noticia del acto in- única puerta medieval existente en la actua-
formándonos del ministro celebrante. Se lidad71. Cada una de las dovelas tiene tra-
conservan tres aras, correspondientes a zadas con bermellón, sobre sus dovelas,
cada uno de los ábsides, que la mayoría de letras en orden alfabético, idénticas a las de
los especialistas consideran que han sido otra inscripción existente en Escalada y que
realizadas al mismo tiempo y que debieron corresponde al año 1040. Por esta razón,
corresponder a esta fecha de consagra- Gómez Moreno piensa que se procedió a
escribir estas letras en los sillares para no
equivocar el orden de piezas al trasladar el
arco de otro sitio, razón por la que el erudi-
■ to historiador granadino deducía “que este
68
A todo esto había que añadir la complejidad de arco es de los más viejos de Escalada, que
la actividad de los obispos en este período, tal como ha
estudiado Dolores MARIÑO VEIRAS “Obispos en la
Iglesia Regio-Aristocrática…”. ■
69 70
Justiniano RODRÍGUEZ FERNÁNDEZ, Reyes de GÓMEZ MORENO, Iglesias mozárabes, p. 159; V.
León, Burgos, 1997, pp. 27 y ss. Podría haber estado GARCÍA LOBO, Las inscripciones…, nº 5, 6 y 7.
71
presente el monarca, pero para ello necesitaríamos Sobra las puertas originales y sus trasformacio-
algún tipo de noticia documentada, la presente, por sí nes vid mas adelante el apartado 2 de este mismo
mismo, no es ni indicativa siquiera. articulo.

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I. BANGO Los expolios del paisaje monumental y la arquitectura hispana de los …

Sabarico lo repuso, llevándolo quizá de otro con no muy buena letra en el espacio dis-
lugar, y así se explica que veinte años des- ponible entre la cenefa y el borde del table-
pués, al escribir el epitafio, lo reputasen ro (Láms. 12). El texto dice así: + s(an)c(t)i
obra suya”72. La relación de este arco con el iacobi ap(o)st(o)li fr(a)t(e)r ioannis. La enorme
citado abad consta en su epitafio, que está popularidad que el culto jacobeo alcanza a
situado en el salmer izquierdo del mismo. partir de la segunda mitad del siglo X hace
En el epígrafe se nos informa de los si- que desde entonces muchos templos quie-
guientes hechos: ran prestigiarse con reliquias de Santiago74.
Para Gómez Moreno el tipo de letra es simi-
Ob(it) Sabaricus abba / die IIª f(eria) VIII
k(a)l(en)d(a)s / n(ovem)br(i)s era LXL cu(m) lar al de la inscripción de Boñar del año
/ VIIª p(ost) m(i)l(lesima) / ipse f(e)c(i)t iste 980, sin embargo, pese a esta información
arcu(m) / a suo cabo iace / nom abea p(a)rte tan categórica no tiene inconveniente en
cum / Xr(ist)o om(o) q(u)i d(e) isto / loco atribuirle la cronología del epígrafe de los
sakare amen
cantos del ara75.
El abad Sabarico murió el lunes 25 de
Ocupando los cuatro cantos de la
octubre del año 1059. También se nos dice
inscripción se dispone el siguiente letrero
que el mismo construyó este arco, a cuyo
en un solo renglón (Lám. 13):
pie está enterrado. Termina la inscripción
en estos términos: quien se atreva a sacarlo + svb xp(ist)i / n(o)m(in)e pet(r)vs et
de este lugar no tenga parte con Cristo. Este ep(iscopv)s de s(an)c(t)e Marie feci /
mismo abad figura en el llamado epígrafe restavracione(m) in sancti mikaeli die V
f(eria) XVII k(a)l(en)d(a)s / (i)vli / era
del “honor de San Miguel”, datado en el m(i)l(lessim)a (et) CXXVI rex / adefonso
año 1050, que se encuentra sobre una placa svero alvaric abas
situada sobre el arco. Para Martínez Tejera
La trascripción, salvo en algunos de-
el arco sería trasladado aquí entre 1047 y
talles, ha sido bastante bien interpretada76.
1059, años que enmarcan la cronología que
tradicionalmente se atribuye al abadiato de
Sabarico 73 . Como tendremos oportunidad ■
de comentar más adelante, creo que este 74
La presencia de una reliquia de Santiago o una
arco/puerta fue realizado en el momento imagen suya no debe llevarnos al error de interpretar-
que constata el epígrafe y si esto es así, lo lo en función de las rutas jacobeas. Culto y camino de
peregrinación son dos efectos consecuentes con la
más probable es que el arco estuviera desde popularidad del santo, pero entre sí mismo no tienen
su origen aquí mismo. porque relacionarse directamente. Esta confusión
produce graves distorsiones en la interpretación de la
1.3. La supuesta restauración del año 1088 historia y de la cultura. Lo más grave a este respecto,
es cuando ciertas autoridades de “política culturalista”
En altar principal se introdujo una utilizan de manera torticera este tipo de argumentos
nueva reliquia, la del apóstol Santiago. con fines de prestigio y promoción turística.
75
Como el ara había sido diseñada para el GÓMEZ MORENO (1919), p. 160, notas 3 y 4. La
diferencia de letra debe ser la causa que García Lobo
título de las reliquias originales, la nueva
reproduzca el texto de Santiago en la lectura del epí-
hubo de consignarse de manera arbitraria y grafe del ara del año 913 (nº 7), mientras que las del
canto las estudie por separado con su cronología
correspondiente (nº 13).
■ 76
Dejado a un lado los problemas de las interpre-
72
GÓMEZ MORENO, Iglesias mozárabes, p. 153. taciones de Fita y de Hübner, sin más trascendencia en
73
Para este autor el arco correspondería a una los trabajos más recientes, será Gómez Moreno el que
puerta situada en el centro del hastial occidental y introduzca un error que ha sido tema de discusión en
Sabarico lo único que hizo fue trasladarla a este nuevo estudios más modernos. En la referencia de la era
emplazamiento en la fachada meridional del templo introduce un X más (“CXXXVI -1098-), afirmando que
(MARTÍNEZ TEJERA, El templo…, pp. 125 – 126). con ello se corrige la fecha de diez años antes que

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Sin embargo creo que no se acierta en la del nombre Mikael, lógicamente sería mika‐
exacta traducción de esta parte: feci / restav‐ el/mikaelis, pero suele ser normal que este
racione(m) in sancti mikaeli die. Gómez Mo- tipo de nombres se contamine del sustanti-
reno considera que debe referirse a la res- vo que le acompaña (sanctus mikaelus). Los
tauración del altar con motivo de haberse ejemplos que se podían aportar son nume-
agregado entonces, o poco antes, la reliquia rosísimos, pero en este caso nos bastaría,
de Santiago 77 . García Lobo habla de una por su proximidad en el tiempo y en el
restauración, pienso que en el sentido de espacio, la ya citada inscripción del llamado
una obra, en la iglesia: “hice una restaura- “honor de San Miguel”, donde se escribe
ción en San Miguel…”78. Martínez Tejera no HONOREM SCI MICAELI ARCANGELI 80 .
sólo insiste en el planteamiento de Gómez Si creo que no hay duda en esta interpreta-
Moreno sino que considera que comportó el ción, también es cierto que la identificación
cambio de soporte del altar, la presencia de de la festividad del santo con el 15 de junio
dos sepulchra para las reliquias (antiguas y no coincide con la fecha más difundida por
nueva) y sobre todo el cambio de rito, la los calendarios romanos e hispanos: 29 de
vieja liturgia hispana daría paso a la roma- septiembre81. No parece que se haya produ-
na 79 .Dejando a un lado errores mínimos cido un error de interpretación del lapicida,
sobre la exacta trascripción léxica (persona pues no se trata de un solo numeral sino
verbal, los casos, etc), lo más importante incluso del mes. Me inclino a pensar que
para mi se refiere a dos aspectos del conte- hay alguna circunstancia que llevaba a ce-
nido. El día de la ceremonia y la correcta lebrar solemnemente esta festividad en
interpretación del término restauracione. Escalada un día especial82. Como el 15 de
junio de 1088 caía en jueves, algunos espe-
El día de la restauración fue elegido
cialistas, considerando que la tradición
especialmente, pues se trata del mismo día
litúrgica hispana remitía a los domingos la
que, según el autor de epígrafe, se celebra-
ceremonia de la consagración, han manifes-
ba la festividad de san Miguel: “en el día de
tado sus dudas. La celebración de San Mi-
san Miguel”. Es evidente que la preposición
guel en esta fecha podría justificar la excep-
in puede regir ablativo o acusativo, pero
ción, sin embargo es evidente que en la
nunca genitivo (sancti mikaeli). Esta preposi-
diócesis leonesa ya se practicaba en este
ción se refiere a die, es decir “en el día”,
momento los usos de la nueva liturgia que
teniendo entre la preposición y el sustanti-
no requería la obligación de su celebración
vo en ablativo el correspondiente genitivo
en domingo. El mismo obispo Pedro de
según fórmula muy habitual. Se podría
León consagra la iglesia del monasterio de
argumentar con el error en la declinación
San Juan de Valdemora el 14 de mayo de
1090, día que tampoco coincidía en domin-
■ go83.
erróneamente se difundía por entonces (Catalogo Mo‐
numenta…. p. 109). El mismo autor enmienda su error,
suprimiendo el numeral X en su célebre obra sobre
arquitectura mozárabe (GÓMEZ MORENO, Iglesias ■
80
mozárabes, p. 160). V. GARCÍA LOBO, Las inscripciones…, nº 11, p. 68.
77 81
Algunos historiadores afirman que Gómez Mo- Angel FÁBREGA GRAU, Pasionario Hispánico (Si‐
reno atribuye esta restauración para conmemorar la glos VII – XI), T. I, Madrid/Barcelona, 1953, p. 219.
82
construcción de la torre y la capilla románica. No es Estas celebraciones concretas y distintas a la más
cierto que diga exactamente esto, sino que estas obras generalizada eran relativamente frecuentes en diferen-
románticas deben coincidir con la cronología expresa- tes santuarios dedicados al arcángel tanto en Oriente
da en el ara. como en Occidente.
78 83
V. GARCÍA LOBO, Las inscripciones…, p. 70. José Manuel RUÍZ ASENCIO, Colección documen‐
79
MARTÍNEZ TEJERA, El templo…, pp. 96 – 97. tal… (1990), doc. nº 1248, pp. 535 – 536.

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1.4. Etapas constructivas a partir de la informa‐ Lo primero que apreciamos en el edi-


ción documental ficio es una diferenciación manifiesta de la
concepción paramental de los muros que
A partir de lo que venimos comen-
definen sus distintos volúmenes: los muros
tando hasta aquí, podemos deducir que al
perimetrales del ábside septentrional, los de
menos se pueden documentar las siguientes
las naves colaterales y todo el cierre occi-
fases constructivas:
dental son de mampostería; el ábside cen-
1ª. Existe un viejo edificio de culto tral, lo que se ve del colateral meridional y
abandonado, que permite, sin que se hagan las arquerías de los dos intercolumnios así
obras reseñables, utilizarlo por la comuni- como los muros de cierre de las naves con
dad recién llegada. el crucero, incluida la “puerta del coro” o
mal llamado iconostásis o cancel alto (Lám.
2ª. Cuando el monasterio se ha con- 14) , también son de de buena cantería;
solidado con un aumento de la población sobre los intercolumnios los muros se con-
de los monjes, se realiza una obra que dura tinúan en ladrillo. Acerca del ábside colate-
apenas doce meses (913). Sobre su conteni- ral meridional resulta difícil definirse, pues
do y originalidad, la información es muy en lo que se aprecia parece como si hubiera
precisa: se embellece el edificio con elemen- sido rechapado con cantería al realizarse la
tos decorativos realizados de nuevos. obra románica, aunque no me atrevería a
afirmarlo rotundamente, pues la trabazón
3ª. El abad Sabarico realiza el arco
que sirve de puerta en la fachada meridio- de algunas hiladas da la sensación de origi-
nal84. El pórtico lateral que corre a lo largo
nal del templo (1047 – 1059).
de la fachada meridional, realizado en pie-
4ª. La restauración del año 1088, da- dra, muestra claramente dos fases muy
da la grosería de su epigrafía no debe co- diferenciadas, que incluso a su vez fueron
rresponder con una obra de cantería impor- remodeladas más tarde: 1ª) la constituida
tante. También es muy posible que se deba por los siete arcos occidentales (Lám. 15);
más a una imposición de reliquias o sim- 2ª) el resto de la arcada hasta integrarse en
plemente a una reconciliación ritual. la construcción románica oriental (Lám. 16).

1.4.1. La actual fábrica prerrománica de San En el contexto de esta fábrica arqui-


Miguel y sus fases de construcción tectónica conservada es necesario situar lo
que podría haber sido el templo de San
Mientras que el material documental
Miguel original. La excavación arqueológi-
analizado en el apartado anterior es bási-
ca no ha constatado una subestructura con
camente la totalidad del que conocemos en
la que se pueda identificar. La lógica parece
la actualidad, lo que vamos a realizar a
inducirnos a considerar que este edificio se
continuación no son más que unos breves
encuentra en gran parte asumido en lo ac-
comentarios sobre lo que apreciamos a
tualmente conservado. Se podría atribuir a
primera vista, contrastado con lo que la
esta parte todos los muros perimétricos de
historiografía arqueológico-artística del
mampostería, aunque dado lo torturado de
edificio nos ha enseñado. Para futuros es-
sus paramentos tanto de épocas que po-
tudios serán imprescindibles una buena
fotogrametría del monumento, análisis de
los materiales y unas meticulosas prospec- ■
84
ciones paramentales en aquellos lugares en Este es uno de los lugares donde se pueden rea-
los que han tenido lugar añadidos o trans- lizar con cuidado prospecciones murarias y otros
métodos de análisis sin que sufra la integridad del
formaciones de la fábrica original.
monumento.

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I. BANGO Los expolios del paisaje monumental y la arquitectura hispana de los …

dríamos considerar históricas, como las dera que este muro de ladrillo es la misma
intervenciones “restauradoras” del último época que el resto del edificio87. Los ocho
siglo, no nos permiten, por ahora, ser del ángulos que forman las cornisas del cuerpo
todo contundentes en mayores precisiones. de la nave central y de las colaterales cuen-
tan con un elemento común que da gran
Dejando a un lado la problemática de
unidad a estas partes altas: el tipo de mo-
estos muros perimetrales, serán los capite-
dillón (Láms. 20 y 21). Aunque están muy
les de los dos intercolumnios que forman
rotos, todavía se puede reconstruir perfec-
las tres naves hacia el occidente del pórtico
tamente su perfil, forma y decoración. Seis
del coro (1 – 10), todos ellos reaprovecha-
o siete baquetones, de tamaño decreciente,
dos y sin ningún criterio de similitud, los
y dispuestos en diagonal recta. La decora-
que constituyan el bloque del edificio anti-
ción de los extremos es muy convencional
guo. El reaprovechamiento de este material
desde la protohistoria hasta la plenitud del
es muy heterogéneo y de difícil clasifica-
románico: espirales, rosetas, etc. El perfil
ción: un tablero con una inscripción funera-
recto y su factura podrían considerarse
ria, obra de los siglos IV o V 85 , capiteles
arcaizantes, pero tampoco sería extraño que
claramente tardorromanos y otros que po-
fueran muy antiguos88. No tenemos en toda
siblemente sean de igual clasificación pero
la línea de aleros ningún testimonio de
para los que carecemos de paralelos preci-
modillones a lo largo del mismo, tanto en
sos (Láms. 17 y 18). De material induda-
las naves colaterales como de la nave cen-
blemente romano reaprovechado en la
tral. La norma en los edificios de esta época
construcción de Escalada son también tes-
es que todo el alero tuviera modillones, tal
timonios algunos ladrillos encontrados en
como podemos apreciar en el ábside central
los muros que en la actualidad se descono-
de este mismo monumento o en cualquier
ce su paradero86.
otro edificio bien conservado de esta época.
De manera muy general, tendríamos Estos modillones de esquina conservados
un gran bloque que obligatoriamente adop- ocupan el lugar lógico que debiera ocupar
taría una solución arquitectónica determi- el friso de esquinillas, lo que me induce a
nada. Tal como podríamos deducir hoy, creer que son anteriores a este friso y al
dado lo conservado, habría un edificio de mismo muro de ladrillo. Aunque sin de-
tres naves con muros perimetrales en terminadas prospecciones murarias, lo que
mampostería y con los intercolumnios se- digo a continuación no es más que una
paradores de las naves en arcos de herradu- hipótesis: existió un muro previo que con-
ra de cantería y columnas reaprovechadas. taría con modillones como los conservados
La solución no es extraña al menos desde la en las esquinas con los que formaría la línea
arquitectura tardorromana. Para elevar la del alero, y sin tener friso de esquinillas. El
nave central sobre las colaterales se erigie- muro de ladrillo actual correspondería a
ron unos muros, que hoy son de ladrillo una reforma de la cubierta imitando ciertas
rojo (Lám. 15 y 19). Gómez Moreno consi- partes del cornisamiento de la cabecera,
realizado tardíamente a causa de un hun-


85
Dedicada a Valería, esposa de Montano (V. ■
87
GARCÍA LOBO, Las inscripciones…, nº 2, p. 60). GÓMEZ MORENO, Iglesias mozárabes, p. 151.
86 88
Son ladrillos estampillados (Legio VII Gemina Recuerdan por su rudo esquematismo y el perfil
Philippiana) “que fueron encontrados y sacados del casi recto de los baquetones a los del templo cántabro
muro del templo mozárabe de San Miguel de Escalada de San Román de Moroso, construcción de buena
por el arquitecto J. B. Lázaro cuando hacia 1897 se hizo cantería pero de factura muy ruralizada (I. G. BANGO
cargo de las obras de conservación” (Idem, n º 1, p. 59). TORVISO, El prerrománico…., p. 365).

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dimiento de la cubierta. Gómez Moreno prevista esta solución de cornisamiento. De


piensa que los modillones no faltan sino lo que no hay duda es que el alero de este
que sobresalían las vigas de madera de la ábside y el de las naves, aunque pretenden
armadura describiendo como es lógico la mantener el mismo esquema (friso de es-
forma baquetoneada correspondiente. Con- quinillas sirviendo de base a los modillo-
sideraba que los modillones que faltan nes) responden a dos criterios distintos y a
“constituían los extremos de las alas del dos tipos de constructores muy diferentes.
tejado, cuyos demás elementos eran de Mientras que en las naves las esquinillas
madera según dos ejemplares de modillo- son de ladrillos entre listeles del mismo
nes descubiertos por el señor Lázaro”)89. En material, en el ábside central ambas partes
la actualidad sólo se conserva uno en el son de piedra Frente a los modillones anti-
Museo de León. Pudiera ser esta la inter- guos, o al menos muy arcaizantes con su
pretación, pero desde mi punto de vista, prolongado perfil recto, de las naves, los
dado su grosor, es muy difícil que se refiera del ábside central (Lám. 23) responden a
vigas correspondientes a la longitud que se otro criterio: modillones en curva de nacela
requiere para esta nave central, me inclino muy alta, formando lóbulos convexos.
más que sirvieran para las vigas que forma- Gómez Moreno está en lo cierto cuando
ran la cubierta y el correspondiente alero propone para este tipo de modillón una
del pórtico cronología muy lata: desde la época más
primitiva de la mezquita de Córdoba hasta
Hay una segunda parte del edificio
las más modernas creaciones moriscas92.
que, al menos por el exterior, muestra una
gran unidad: el ábside central. Como puede Otro aspecto que me gustaría comen-
apreciarse (Lám. 22), ha sido realizado con tar es el de las puertas del edificio original,
un paramento exterior de sillería de arenis- entendiendo por original el estado que
ca, limitado por dos estribos. Para Gómez tendría hasta que comenzaron a realizarse
Moreno se trata de una obra del siglo XII, obras románicas. Tomando como referencia
que sin embargo respetó el alero de una el plano de las excavaciones de Larrén
obra anterior90. Sobre esta afirmación tengo (Lám. 24), constatamos la existencia de
serias dudas, que no despejaré definitiva- cinco puertas: Puerta A abierta en el muro
mente hasta un análisis en profundidad de septentrional, comunicando el exterior con
todo el paramento de este ábside central y el espacio del coro; puerta B en el muro
su continuidad sobre el colateral hasta la meridional, prácticamente en correspon-
misma torre 91 . Resulta difícil creer que el dencia con la anterior; puerta C, en el muro
alero fue mantenido procedente de una meridional, situada en el centro del espacio
obra anterior. El friso de esquinillas y la que forman la tres naves desde el muro
organización de metopas y modillones en- occidental y la línea de la porta chori; puerta
cajan tan exactamente sobre el actual volu- D, en el muro occidental, abierta a la nave
men que resulta casi imposible que sean colateral meridional; puerta E, también en
readaptados en una obra ampliada a partir el muro occidental, comunicando con la
de otra preexistente para la que había sido nave central. Seguramente estas puertas no
eran las únicas, pero, como ya hemos co-
mentado, el tipo de muro y sus rehacimien-
■ tos no nos permiten ningún tipo de afirma-
89
GÓMEZ MORENO, Iglesias mozárabes, p. 152. ción.
90
Idem, p. 149.
91
Existen tales desajustes que sin una limpieza
general y un minucioso estudio fotogramétrico cual- ■
92
quier tipo de afirmación resulta bastante gratuita. Idem, p. 150.

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De la puerta A, lo primero que tene- La puerta C corresponde al arco rea-


mos que decir es que la forma de jambas lizado por el abad Sábarico según explica
rectas que se proyecta en la planimetría se su epígrafe funerario, del que ya hemos
debe a una trasformación moderna, pues en tratado en el apartado 1.2. Su forma tosca
el periodo que aquí nos interesa se habría ha confundido a los especialistas que se han
tenido que construir con un talón a cada ocupado de él, llegando a considerarlo co-
lado. Sólo en algunas puertas de época mo el más antiguo del edificio. Si analiza-
hispanogoda se solucionarían los jambajes mos su módulo y la organización de su
rectos tal como vemos aquí. El único testi- dovelaje, nos daremos cuenta que se trata
monio real de esta puerta conservado en la de una obra tosca mas que antigua, fruto de
actualidad dos largueros de madera que unos constructores muy rudimentarios. Si
permitían abrir una puerta adintelada bajo observamos el trazado del arco en relación
ellos. Para Gómez Moreno se trataba de una con el despiezo de las dovelas, comproba-
entrada a una sacristía93. mos que es un arco de medio punto cuya
herradura se forma con un peralte consti-
Para Gómez Moreno, la puerta B se-
tuida con dovelas horizontales que recortan
ría un postigo moderno, sin embargo su
la curva de la herradura por el intradós,
dibujo en planta reproduce un esquema
llegando en algún caso a constituir el peral-
medieval 94 . No corresponde discutir aquí
te un salmer de una sola pieza. En realidad
sobre la cronología de esta puerta, pues es
no es más que un simple arco de medio
evidente que está abierta en un muro que
punto. Estamos ante una fórmula de arco
no pertenece a la fábrica original, sus silla-
tardorromana que se seguirá utilizando
res son de una reedificación del muro posi-
durante toda la alta edad media hispana.
blemente románica como muy temprana.
Solución similar aparece en la mayoría de
Por esta razón no podemos constatar de
los arcos de Santiago de Peñalba (Lám. 25)
manera indiscutible la posibilidad de una
o en la de San Román de Moroso (Lám. 26),
puerta en este lugar que se pudiera corres-
obras del siglo X, pero todavía seguía es-
ponder con la del muro septentrional. Si así
tando en vigor en tierras leonesas en el
fuera, estaríamos con las puertas A y B (esta
siglo XI tal como podemos constatar en la
última debería estar en el muro original y
puerta que daba acceso al cementerio real
del mismo tipo que vislumbramos en el
de San Isidoro de León (Lám. 27). Por otro
muro septentrional –A-) que darían acceso
lado las letras pintadas de las dovelas no
a las características sacristías de la liturgia
sólo sirven para el traslado de un sitio de la
hispana que definí hace unos años. Como
fábrica a otro, sino de la lonja donde se
tendré oportunidad de comentar más ade-
trabaja hasta el lugar en el que se colocan; y
lante, el pórtico de siete arcos sería una
esta es la función primordial de estas letras
consecuencia del espacio que ocuparía esta
en las canterías medievales. Que Sabarico
sacristía meridional.
se quisiera enterrar ante la puerta de entra-
da a la iglesia es algo tradicional en las
prácticas funerarias tradicionales para
■ aquellos tiempos95. Aunque no cuento con
93
Idem, p. 152.
94
Idem, fig. 57. Al tener sobre la puerta un epígrafe
funerario del siglo XVI (V. GARCÍA LOBO, Las inscrip‐ ■
95
ciones…, pp. 58 y 86-87), se ha atribuido esta datación, El abad Domingo Manso (1000 – 1073) fue ente-
aunque existen otras propuestas debidas a las restaua- rrado ante la puerta de los monjes en Santo Domingo
ciones de los siglos XIX y XX (Sobre la problemática de Silos por la misma época que Sabarico, con una
cronológica de esta puerta vid. MARTÍNEZ TEJERA, El clara intención de que los monjes lo tuvieran presente
templo…, pp. 163 – 164). al entrar en el templo (Isidro G. BANGO TORVISO, “La

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I. BANGO Los expolios del paisaje monumental y la arquitectura hispana de los …

datos suficientes, es un indicio muy claro dos laterales constituirían dependencias


que estamos ante la puerta de los monjes, penitenciales99. Para constatar una estructu-
con todo lo que esto significa para la orga- ra de este tipo deberemos tener en cuenta la
nización topográfica de las dependencias puerta E que analizamos a continuación.
monasteriales. Lo que Sabarico dispuso fue
La puerta E se abre también en el
hacer un arco que trasformase en más “mo-
hastial de poniente, daba acceso a la nave
numental” el vano de una puerta previa.
meridional y en la actualidad está cegada.
No hay un solo dato que nos permita cues-
No está a eje de la nave, sino que se ubica
tionar la exactitud de la información histó-
claramente desplazada hacia el sur. Se tra-
rica que nos suministra el epígrafe.
taba de una puerta que tenía las jambas
La puerta D sólo conserva grandes talonadas 100 . En los templos organizados
bloques de piedra que constituían sus jam- topográficamente para la liturgia hispana
bas y sobre ellas un larguero de madera solo conozco accesos en esta parte del edifi-
similar a los que vimos en la puerta A. En cio en San Miguel de Lillo, accediendo a las
los dibujos que representan el vano en escaleras que ascienden a la tribuna, y en
planta no se especifica si las jambas están Santa María de Lebeña correspondiendo a
talonadas, pues el arco está totalmente ce- sacristías101. En ambos casos se trata de dos
gado. Gómez Moreno supuso que ante esta
puerta se dispondría “según costumbre un

zaguán”96. Tal como he estudiado en nume- 99
Estas estructuras tripartitas a los pies del templo
rosas ocasiones las puertas de más uso so- son muy características de los edificios asturianos, tal
lían estar protegidas por pórticos, muy como se aprecia claramente en Valdedios. El espacio
simples de madera o de piedra con preten- central esta destinado a paso, mientras que las cámaras
siones monumentales. En la zona leonesa se laterales son estancias penitenciales. En la iglesia
monasterial que Ludovico Pío realizó en Inden para
conocían estos pórticos como cabildos (capi‐ Benito Aniano se daba una estructura muy similar,
tuli) desde el siglo X. Solían desarrollarse aunque en realizdad desconocemos su exacta funcio-
por una, dos y hasta las tres fachadas de un nalidad (BANGO TORVISO, “La vieja liturgia hispana y
templo97. En Escalada, aunque se han hecho la interpretación funcional del templo prerrománico”,
en VII Semana de Estudios Medievales , Nájera, 1997, pp.
propuestas interpretativas de este za- 61 – 120; El Prerrománico…., pp. 459 y ss.).
guán/vestíbulo98, es evidente que, si existió, 100
En el primer plano publicado de este monu-
no se articulaba con el pórtico meridional mento, realizado por VELÁZQUEZ BOSCO en 1870 (Mo‐
que todavía subsiste. Creo haber demostra- numentos Arquitectónicos de España. Provincia de León
(San Miguel de Escalada), la puerta se representa con
do que desde época hispanogoda algunas
unas jambas abiertas en esviaje. Esta circunstancia nos
partes occidentales de iglesias están forma- obligaría a interpretarla como una obra moderna o
das por una estructura tripartita, siendo la simplemente con un criterio de representación gráfica
central un lugar de paso, mientras que las decimonónica. Esto último es lo que se ha producido
aquí, pues la puerta C también se representa de la
misma forma y es evidente que no es así. A partir de
entonces, o no se representa como en el caso de Gómez
■ Moreno, o se reproduce atalonada y con las jambas
antigua iglesia de Silos…”, B,1,2 y p. 349 con notas 180 rectas y paralelas como corresponde a una obra alto-
– 182). medieval. El primer plano que la representa así es el
96
GÓMEZ MORENO, Iglesias Mozárabes, p. 152. de Francisco Valdurieco (Archivo General de la Ad-
97
He estudiado el “cabildo” ante la puerta de la ministración del Estado, Alcalá de Henares), realizado
catedral de León en esta época (Isidro G. BANGO TOR- antes de 1884 y reproducido en MARTÍNEZ TEJERA, El
VISO, “Catedral de León. Desde la instauración de la templo…, pp. 27 y ss y fig. 8.
101
diócesis hasta…”, p. 51). A este respecto es muy interesante comparar
98
Martínez ha realizado diversas hipótesis inter- con la disposición occidental de Santa María de Lebe-
pretativas de este posible zaguán (MARTÍNEZ TEJERA, ña, donde puertas de igual ubicación daban acceso a
El templo…, pp.112 y ss.). sacristías (BANGO TORVISO, El Prerrománico…, p. 351).

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I. BANGO Los expolios del paisaje monumental y la arquitectura hispana de los …

accesos simétricos, uno en cada nave colate- unitario y el cambio de formas sólo se debe
ral, y situados a eje con sus naves respecti- a un condicionamiento del material reapro-
vas. En Escalada carecemos de información vechado, correspondiendo su cronología
sobre una posible puerta simétrica a ésta, con la fecha del traslado del arco de Sábari-
en la colateral septentrional. El desplaza- co (puerta C)103.
miento de la puerta me inclina a creer que
Sin duda el pórtico en su estado ac-
no fue pensada para una construcción occi-
tual ha pasado por diversos estadios cons-
dental tripartita que tuviese, en la parte
tructivos ex novo y otros reconstructivos.
septentrional, un acceso y dependencia
Basta observar la inclinación del tejado
similar. La disposición de esta puerta nos
único de la nave colateral y el pórtico para
indica que no se abre desde la iglesia, sino
darse cuenta que en un primer momento
desde el interior de la dependencia. Todo
tuvo una menor pendiente104. La colocación
parece indicar que no corresponde a una de
del pórtico se llevó por delante el alero con
las dos sacristías típicas de la liturgia his-
modillones que hemos citado anteriormen-
pana, ni tampoco una de las dos dependen-
te. Pero no voy a entrar en estas diversas
cias penitenciales. Teniendo en cuenta esto,
trasformaciones, me limitaré a las dos fases
habrá que pensar que se trata de un ámbito
que constituyen su longitud.
espacial concebido de manera espontánea
para un uso indefinido en este momento, Las diferencias que se producen en
cuya exacta cronología desconocemos, pero los dos sectores del pórtico son muy acusa-
que en sentido estricto solo podemos califi- dos, no creo que se puedan explicar por un
car de medieval sin más precisión. simple cambio de materiales reaprovecha-
dos. El primer tramo estaba constituido por
Por último nos ocuparemos del
siete arcos apeados en columnas reaprove-
pórtico que corre a lo largo del muro meri-
chadas que presentan ciertas diferencias en
dional del edificio. Un intercolumnio de
modulo y altura. Los arcos iban trasdosa-
doce arcos de herradura soporta un tejado a
dos por una moldura que a su vez formaba
una sola vertiente. Se cierra por la parte
un alfiz enmarcándolos todos. Como el
occidental con un muro de sillares que for-
muro sobre los arcos ha tenido que ser re-
ma un ángulo recto, mientras que por
bajado a la altura actual, adaptándose así a
oriente la torre ha destruido el muro de
la nueva inclinación, ha sido necesario su-
cierre, en claro indicio de que esta se ha
primir parte del mismo afectando al alfiz.
construido después del pórtico. Gómez
En el segundo sector no hay ningún indicio
Moreno señaló que, aunque el pórtico pare-
de que existiese esta moldura. Los capiteles
ce muy unitario, se realizó en dos fases
responden a otras proporciones. Pero la
distintas: “los siete arcos occidentales, lin-
diferencia fundamental no reside tanto en
dantes con el cuerpo de la iglesia, son lo
que no se realice el alfiz, con ser esto fun-
más antiguo; los cinco restantes fueron
damental, sino en que el dovelaje de la par-
añadidos, seguramente, después de hecha
la torre, y, aunque imitan a los primeros, la

diferencia entre ambos grupos es harto 103
MARTÍNEZ TEJERA, El templo…, p. 140.
sensible” 102 . Para el primer tramo señala 104
Menor era la pendiente primera de la nave
una cronología en paralelo con Santiago de pues debía de adaptarse a la longitud y altura de los
Peñalba, es decir realizada en el decenio modillones. La altura del intercolumnio del pórtico fue
930/940. Para Martínez Tejera el proyecto es pensada para recibir esta continuidad de pendiente.
En un momento determinado, pero mucho después de
acabado el pórtico, se aumento el ángulo de la pen-
■ diente obligando a rebajar la altura del intercolumnio
102
GÓMEZ MORENO, Iglesias Mozárabes, , p. 154. del pórtico.

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te central (entre hombros) de los arcos del intercolumnio que se construyó después
primer sector es totalmente diferente. Es sobre él. Por último quisiera hacer dos re-
evidente que este segundo sector ha sido flexiones sobre el pórtico: el material re-
realizado por un equipo de recursos rudos aprovechado y la cronología.
y sin ningún tipo de sentimiento estético. A
Todas las columnas han sido reapro-
todos estos nuevos recursos hay que añadir,
vechadas105. Los capiteles, con la excepción
al menos por lo que podemos apreciar en la
del nº 8, pertenecen, aunque con distintos
excavación, un tipo de cimiento corrido que
tamaños, a un mismo tipo y una misma
no podemos constatar en la otra parte.
época. El hecho de que los capiteles del
Salta a la vista que el primer sector segundo sector sean más grandes y aparez-
estaba formado por siete arcos, aunque el can cortados por su cara interna ha servido
último hubo que rehacerlo al añadirle el para que todos los estudiosos coincidan en
segundo sector. Si rehacemos de forma señalar que han sido reaprovechados de
simétrica la terminación de este pórtico de otro lugar106. De esta manera lo lógico es
siete arcos podemos comprobar que este se pensar que, realizados en el siglo X, los del
cerraba casi sobre la misma línea de la porta primer sector fueron colocados en su sitio,
chori (Lám. 28). Aunque carecemos de in- mientras que los del segundo se situaron en
formación suficiente para poder afirmar otra parte del edificio que actualmente no
que este tipo de pórtico con siete arcos es el conocemos. Sin embargo tengo la impresión
modelo que se seguirá en las primeras ga- que incluso los capiteles que se colocaron
lerías porticadas del románico castellanole- en el primer sector son también reaprove-
onés, es evidente que coinciden en esta chados. Esta afirmación se podría justificar
disposición simbólica o no. Pero dejando de por la diferencia de módulo y proporción
lado esta mera especulación, es necesario existente entre ellos, sin embargo esto no
que nos preguntemos ¿por qué el pórtico me parece definitivo, mucho más significa-
no alcanzó desde el primer momento todo tivo es como se adaptan las cestas a los
el lateral del templo? La única galería late- muros. En el primer capitel (Lám. 29), apre-
ral coetánea a esta, o poco anterior, que ciamos como la cesta ha sido esculpida
conocemos, es la de San Salvador de Val- totalmente y luego se ha amputado para
dediós. Aquí la galería no alcanza todo el adaptarla al muro al que se adosa. Esta
frente meridional del templo porque se lo solución es muy habitual en algunos edifi-
impide la sacristía. En las iglesias románi- cios del siglo X, pero no sigue ninguna de
cas, que carecen de las sacristías canónicas las normas de la tradición romana perfec-
de la liturgia hispana, solo la presencia de tamente documentadas todavía en la arqui-
un brazo del crucero puede impedir que la tectura asturiana. Primera fórmula: la cesta
galería porticada se desarrolle a todo lo se esculpe totalmente y luego se adosa sin
largo de las naves. En Escalada es evidente
que no existió crucero, sin embargo es pro- ■
105
bable que existiera una sacristía o una cons- Es posible que el capitel de la columna nº 8
trucción previa. Curiosamente la parte del empezando por la parte occidental. Tampoco son
reaprovechados los cimacios que no son de nacelas
muro de la iglesia que se corresponde con
escalonadas.
la ampliación del segundo sector ha sido 106
La forma de estar cortados indica que se debe a
rehecho totalmente, impidiendo así com- que ya habían sido reaprovechados anteriormente. La
probar si aquí había una puerta que comu- zafiedad del taller, la escasa sensibilidad estética del
los patrocinadores o su penuria económica, tal vez
nicase con una sacristía. En paralelo con el
todo ello, hizo que no tuvieran inconveniente alguno
muro rehecho corre un cimiento de una en colocarlos de manera tan zafia mostrando la rotura
gran potencia que no se explica solo por el de la cesta.

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romperla al muro. En la iglesia de San Juan (Lám. 34).107 Lo que no tenemos resuelto es
de Baños podemos ver como el material es la datación que podemos dar a este material
reaprovechado manteniendo la forma de reaprovechado108.
aparejar la columna al muro (Lám. 30). Para
Dejando a un lado el problema que
que este sistema funcione es necesario que
hemos planteado de la escultura monumen-
el cimacio sea una pieza enteriza y con una
tal, lo constructivo del pórtico nos permite
parte entrega en el muro. Tal como es el
hacer una propuesta cronológica. La forma
cimacio reaprovechado de Escalada, donde
de aparejar los arcos con un determinado
se aprecia perfectamente que no se adapata
tipo de dovelaje y el tratamiento con la
correctamente por una cuestión de tamaño
moldura de alfiz, tanto en el paramento
del cimacio y el modo de “entregarlo” en el
interno como el externo, señalan un espacio
muro. La segunda fórmula nos muestra la
arquitectónico bien definido que pudiera
cesta con una parte lisa que se entrega al
corresponder al siglo X, posterior a la con-
muro, tal como podemos contemplar en
sagración del año 913, aunque posiblemen-
estos capiteles asturianos de San Tirso de
te en su inmediata continuidaad. Al des-
Oviedo, Naranco y Gobiendes (Lám. 31, 32
aparecer la construcción que impedía la
y 33). No se entiende bien que los construc-
mayor longitud del pórtico, se produjo la
tores del siglo X realizasen unos capiteles
ampliación de éste. Si, tal como pienso, se
completos excelentes para luego cortarlos
trataba de una sacristía al uso de la vieja
tan burdamente. Por un lado, se trabajaba
liturgia hispana, esto se pudo producir en
más de la cuenta, se aprovechaba mal el
el tercio final del siglo XI. La forma descui-
material disponible; y lo que es peor, se
dada y chapucera de su construcción po-
corría el riesgo de que al cortarlo se rom-
dría coincidir con esta misma cronología,
piese la cesta completa. Desde mi punto de
que tal vez se pudiera concretar con el epí-
vista, este modo de proceder sólo admite
grafe de restauración del ara (1088). Esta
dos explicaciones: 1ª) los capiteles se labran
misma falta de calidad se empieza a detec-
en serie en un determinado taller y se ven-
tar en el arco de Sábarico.
den, adaptándolos los compradores a las
fábricas que están realizando; 2ª) se trata de 2.1. Fases fundamentales de la construcción
material reaprovechado. No creo en la pri-
mera explicación, pues basta ver el cimacio En la fábrica actual detectamos fases
entrego de Escalada y el capitel que se le constructivas y trasformaciones de las
adapta para darse cuenta que no estaban
pensados para combinarse. Pero además de ■
107
todo esto, con la simple contemplación del GÓMEZ MORENO, Iglesias mozárabes, p. 161. El
tipo del ave reproducido en el remiendo recuerda el
deterioro de los capiteles se percibe que han
arte de los escultores que realizaron las obras decora-
sufrido múltiples roturas, aunque alguna tivas del 913.
108
pudiera tratarse de una “gamberrada pue- De las dudas que surgieron en el debate sobre
ril”, la mayoría son fruto de derrumbes y la comunicación de Domínguez Perela, según la cual
se podría pensar en una fecha muy alta para estos
ruina del edificio del que procedían. Gómez
capiteles, deberíamos replantearnos un nuevo sistema
Moreno ha detectado como alguna de estas de estudio de estas piezas. Para este investigador las
roturas fue rehecha colocando un añadido características de estos capiteles, aunque con grandes
en el momento de su reempleo, tal como se dudas, podrían corresponder a una plástica deudora
de la cultura clásica, en un momento próximo a la
aprecia en uno de los capiteles del pórtico
segunda mitad del siglo VI” (DOMÍNGUEZ PERELA,
“Los capiteles…”, p. 71). Lo que si parecían tener claro
todos los participantes en la cuestión (Palol, Yarza,
Moralejo Ainaud, siguiendo trabajos de Schlunc, era
que no tenían origen árabe) (Idem, pp. 77 – 85).

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mismas. No entraremos en el detalle de del siglo X, que progresivamente va adqui-


estas últimas y tan sólo nos limitaremos a riendo importancia“. Prueba de esta impor-
identificar las fases más significativas, po- tancia progresiva es la ampliación románica
niéndolas en relación con las referencias de fines del siglo XI110.
documentadas que tenemos. Lo más signi-
Veamos cual es mi interpretación de
ficativo es el aprovechamiento continuado
la información arqueológica y la suminis-
de materiales expoliados para más del no-
trada por la historia. Una de las pocas cosas
venta por ciento del material decorativo
indiscutibles del epígrafe es que el viejo
monumental.
edificio está incluido en el templo consa-
Salvo que el epígrafe que hemos es- grado en el 913, que por entonces sólo su-
tudiado detenidamente no se refiera el mo- frió una renovación que afectó a lo decora-
nasterio de San Miguel que conocemos en tivo. Los indicios arquitectónicos encontra-
la actualidad, cosa que no ha sido cuestio- dos por Larren por la orientación de sus
nada por nadie, el antiguo templo anterior muros y la organización de sus espacios no
a la llegada de los monjes cordobeses tiene responden a ningún templo; sin duda, co-
que encontrarse bajo la superficie del ac- mo ella indica, son romanos. Los elementos
tual. 109 . Sin embargo, desde mi punto de visigodos se reducen a tres tipos: restos de
vista, las excavaciones de Larren han deja- un cimiento, muy indefinidos que parecen
do muy claro que bajo esta iglesia no hay una reforma de una de las habitaciones
huellas de ningún otro templo cristiano, romanas; fragmentos de cerámica y varios
aunque para ella sí (Lám. 35). Coincido con sepulcros 111 . Lo más significativo son los
su opinión de que se ha encontrado un sepulcros denominados por ella visigodos.
nivel conformado por “un conjunto de Aparecen perfectamente orientados y ali-
habitaciones, de planta rectangular, que neados con la misma dirección canónica del
conservan en pie el arranque de sus muros, templo, se diría que han sido dispuestos de
desde los niveles del suelo de opus signinum acuerdo con un hipotético templo coetáneo
(siglos IV – V)”. Después se producirá una cuya superficie respondiese a la misma
reutilización de este asentamiento en un orientación que el denominado mozárabe
momento posterior que debe situarse entre por Larren. Dos restos metálicos parecen el
los siglos VI y IX, justificado por pequeñas material arqueológico más representativo:
reformas y los enterramientos de época un “broche de cinturón” de lengüeta trian-
visigoda, aunque no define ningún tipo de gular, datado a fines del siglo VI112; en el
templo ni nada que se le parezca. Concluye enterramiento del ábside meridional apare-
diciendo que “ es la tradición de un lugar ció como ajuar “una pequeña jarrita, de
sacralizado lo que lleva a ubicar el monas- cuerpo globular y fondo plano, con huella
terio mozárabe en el actual San Miguel de de un asa lateral, rota en el inicio del cuello,
Escalada, construido en la primera mitad

■ ■
109 110
Documentalmente no consta ningún traslado. LARREN, “Excavaciones arqueológicas..”, p.
La continuidad en uso de la iglesia monasterial está 121.
111
perfectamente acreditada por los testimonios epigráfi- Ídem, p. 115. LARREN, “San Miguel de Escala-
cos y por la práctica cultual hasta la exclaustración. La da…·,. El material cerámico es muy pobre y casi incla-
ampliación con una capilla románica en su costado sificable por sus características inercia-
meridional corresponde a una práctica habitual para les:”Cuantitativamente es el grupo me-
capillas de patronato o, muy especialmente, de carác- nor….estampada de imitación paleocristiana, con
ter funerario. En todo caso esta parte del edificio no va decoración a peine y comunes” (Ídem, p. 229).
112
a ser estudiada aquí. Ídem p. 234.

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de pasta gris, factura tosca y fuego reduc- la sobreestructura mural que ya hemos
tor”113. venido comentando anteriormente.115

¿Dónde está el templo visigodo de Cuando llegó el abad Alfonso, se


San Miguel, grande o pequeño? En ninguna conservaba el bloque del templo, casi con
parte. En la superficie interna no hay un toda seguridad de tres naves. Los dos inter-
solo rastro de muro o de cimiento que se le columnios con los capiteles que hemos se-
pueda atribuir. Larren ha seguido todas las ñalado son indiscutiblemente de esta pri-
líneas de cimiento del edifico, tanto de mu- mera parte 116 . Los muros de cierre y sus
ros como de soportes. Solo los muros sur, puertas presentan las remodelaciones y
con un una zapata corrida de hormigón, y trasformaciones que hemos apuntado. So-
el occidental con la aplicación de micropilo- bre el actual sobrealzado en ladrillo como
tes no han permitido el estudio de sus ci- una obra que sustituye a otra anterior ya
mientos 114 . Las columnas tienen zapatas hemos hablado anteriormente
cuadradas como cimiento siguiendo una de
Las obras anunciadas en el epígrafe
las tradiciones tardorromanas hispanas que
se refieren a una remodelación de la cabe-
tuvieron su continuidad en la primera fase
cera, especialmente la zona del coro de los
constructiva de la mezquita de Córdoba y
monjes y la puerta del coro (iconostásis,
en otras muchas obras cristianas “pre-
Lám. 37). La ampliación del número de los
rrománicas”. Solo aparecerá un cimiento
monjes, así explicitado en el epígrafe, re-
corrido en la última ampliación del pórtico
quería un mayor espacio para su ubicación
lateral según una fórmula más difundida a
en el lugar reservado para ellos en el tem-
partir del siglo XI, y de la que ya nos hemos
plo (coro). Como también indica el epígrafe,
ocupado.
de manera indiscutible, se trata de una obra
Al no reconocerse en las excavacio- especialmente dedicada a lo ornamental:
nes arqueológicas restos de otro templo, lo Capiteles nuevos de esta parte y relie-
lógico es pensar que no se manifiestan por- ves/cancel117. De la remodelación sufrida en
que están asumidas en la fábrica que con- la parte tripartita del coro existen indicios
templamos en la actualidad. Es incontesta- arqueológicos bien documentados. El pilar
ble que, según demuestra la arqueología, septentrional de la puerta del coro contaba
no hay posibilidad de un templo de una con un codillo que no tuvo correspondencia
nave que se pudiera ampliar a tres, o de con su parejo meridional, ni con el oriental,
uno más corto que se prolongase hacia el indicio claro de un proyecto en altura del
este o el oeste según los usos utilizados que se desistió en pleno proceso de remo-
para este tipo de ampliación en la arquitec-
tura templaria medieval. De esta manera, ■
115
sólo conozco una posibilidad lógica: a ex- Para Ramón CORZO es evidente que el períme-
cepción del pórtico lateral, el edificio debe- tro del actual edificio y sus proporciones se corres-
ponden con el mismo edificio visigodo restaurado por
ría responder en esencia al mismo tipo pla- los mozárabes (Visigótico y prerrománico, Madrid, 1989,
nimétrico que todavía pervive, con intro- p. 91).
116
ducción de ciertos replanteos en la zona de Conviene no olvidar que se podía sustituir en
crucero y ábsides, y, con toda seguridad, en cualquier momento un capitel por otro. A este respec-
to, téngase en cuenta que, con cimbrear las arcadas y
apuntalar el dovelaje, esta operación era posible.
■ 117
Pese a que se ha querido señalar como modelo
113
LARREN, “Excavaciones arqueológicas..”, p. unos aspectos icónicos vegetales muy estilizados en el
115. mundo andalusí, salta ala vista que lo más próximo
114
Ídem, p. 120 y LARREN, “San Miguel de Escala- son obras leonesas datadas en el siglo X que siguen
da…, pp. 221 y 222. exactamente modelos romanos de la misma zona.

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delación (Láms. 37 y 38)118. Para los cance- plástica tardorromana que tuvo en tierras
les recién hechos, según comentamos, se leonesas muestras tan expresivas que no
dispone una estructura que le servirá de dejan lugar a la duda del modelo. Como lo
soporte constituida por una base de ladri- icónico y lo técnico resultan prácticamente
llos unidos con cal119. Embellecido y refor- indatables, basta una simple comparación
mado así el coro, se procedió también a con piezas de los yacimientos leoneses,
arreglar el ábside central, dotándolo del algunas de ellas conservadas en los alma-
friso relicario similar a la puerta del coro, cenes del Museo de León, lo procedente de
posiblemente sustituyendo las pilastras del Escalada podría ofrecernos dudas. Sin em-
arco triunfal con columnas reaprovecha- bargo la comparación con a decoración de
das120, cambiando el suelo y sustituyendo el las aras y otras piezas leonesas perfecta-
altar primitivo donde se dispondría el ara mente datadas, nos permiten fijar con abso-
con características plásticas similares a las luta precisión su cronología en las obras del
de los canceles121. El tratamiento de sillares 913. En la línea de cierre de las naves con el
de la cabecera, con el característico tipo de coro, los del pórtico del mismo podrían
modillón alto y el mantenimiento del friso haber sido hechos entonces, mientras que
de esquinillas que reaparecerá en la fábrica los restantes de esta línea son también re-
de ladrillo, será la fase siguiente, anterior a aprovechados. Los frisos corridos sobre el
las obras de la segunda mitad del siglo XI pórtico y sobre el arco triunfal (yeso) tam-
que son de una gran pobreza que no se bién corresponden a esta fase de embelle-
puede corresponder con el coste de esta cimiento.
sillería.
Del pórtico, lo más importante, no
La labor de embellecimiento que tan- son las fases del proceso arquitectónico, que
to alaba la inscripción se debe a las hermo- creo que están perfectamente definidas,
sas placas de cancel (Lám. 39, 40 y 41) que sino el origen de los capiteles y la cronolo-
delimitaban el espacio del coro. Motivos gía de las diferentes reutilizaciones de los
icónicos y factura corresponden a la vieja mismos hasta que se colocaron definitiva-
mente en Escalada.

118 Sobre los capiteles haré un último
¿Buscando el apoyo para una arista o arco cru-
cero de un posible cimborrio? Las fotografías del siglo comentario, incidiendo en alguno de los
XIX nos muestran como el frente del pilar había llega- aspectos ya comentados. No quisiera que
do mutilado (Fig. 39) ( José Ramón SORALUCE BLOND, mis palabras parezcan una crítica despre-
Historia de la arquitectura restaurada de la Antigüedad al
ciativa hacia quienes los han estudiado,
Renacimiento, A Coruña, 2008, pp. 250 – 252 y fig. 217)).
119
Para Larren se trataría de una obra realizada
pues en realidad sus esfuerzos son muy
sobre la iglesia mozárabe ya construida (LARREN, meritorios. Sinceramente, son muy pocos
“Excavaciones arqueológicas..”, p. 117), según estoy los capiteles de los siglos IV al XI que po-
explicando en realidad es una obra sobre la iglesia damos catalogar con precisión. Muy a me-
visigoda.
120 nudo se olvida que a lo largo de todo el
Gómez Moreno ha señalado como la solución
dada a las jambas y columnas del arco del ábside período continuamente se reaprovechan las
central es una remodelación del proyecto original columnas completas o parte de ellas. A
(GÓMEZ MORENO, Iglesias Mozárabes, p. 146). veces en este lapso de tiempo se reaprove-
121
Aunque Larren señala como mozárabe el pri-
chan una y otra vez. Basta leer los comenta-
mer altar (LARREN, “Excavaciones arqueológicas..”, p.
p. 117), es evidente que por su colocación directamente rios que se hacen al analizarlos para darse
sobre las obra romana tiene que corresponder al edifi- cuenta que no hay argumentos sólidos, sólo
cio hispanogodo, o a una restauración de acondicio- coincidencias icónicas o estilísticas, que
namiento del primer momento del asentamiento de los
tiene su origen en el arte tardorromano y su
monjes.

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“epigonísmo”, que siguió produciendo 3. CONCLUSIÓN


formas similares a todo lo largo de la vieja
Como hemos comentado reiterada-
geografía romana y su secuencia cultural.
mente a lo largo del trabajo, estas páginas
Esto supone que capiteles a miles de kiló-
sólo pretenden plantear una serie de con-
metros de distancia se parezcan, sin que
clusiones a partir de lo que conocemos has-
para ello tenga que existir una relación
ta la actualidad. Deberán ser tenidas como
directa. Son frutos de una misma cultura,
provisionales hasta que se puedan realizar
que desaparecida la estructura de poder
estudios y catas del edificio que permitan
que la unifica, pueden seguir teniendo un
verificar cuestiones decisivas para su com-
desarrollo más o menos paralelo. Dicho
prensión. Los aspectos más significativos
esto no se entiende comentarios tan vacíos
los podríamos resumir en los siguientes
de significado como bizantinos, bizantini-
puntos:
zantes, sirios, armenios, etc 122 . Creo que
todos estamos de acuerdo que debemos 1º El viejo edificio de San Miguel que
distinguir dos grandes grupos de capiteles. encontró el abad Alfonso era un templo de
Los del interior y los del pórtico. Los del planimetría similar al que contemplamos en
interior son todos reaprovechados de edifi- la actualidad. Realizado sobre una obra
cios diferentes, muy pocos son los que se romana y con material de acarreo, espe-
pueden agrupar en series. Parece que los cialmente las columnas.
que hemos señalado para la zona del pórti-
co del coro son los únicos que correspon- 2º El abad Alfonso limpió el edificio
derían a la obra de 913. Todos los dispues- y debió acomodar la zona del ábside central
tos en el pórtico meridional responden a con un altar para celebrar. Posiblemente la
una misma tipología y a pesar de su distin- pervivencia del primer altar, le permitiese
to tamaño son de un mismo monumento y reconocer la advocación primitiva (San
época, aunque en Escalada no hay ninguna Miguel).
duda que han sido reaprovechados. 3º La supuesta ampliación de 913, no
fue en superficie edificada, sino claramente
en los elementos ornamentales y de ade-
cuación del coro al aumento del número de
los monjes, así como los altares. En la ma-
■ yor parte de los capiteles que cierran el
122
Lo último que se ha dicho sobre los capiteles de coro, los canceles y las aras denuncian un
Escalada me parece que no ha progresado sobre lo que
mismo taller y realización nueva.
acabo de comentar:, salvo que el autor considere que
los de la obra leonesa y los modelos propuestos no
4º Se remodeló la cabecera con la ex-
tienen ninguna relación directa, ni de subordinación
reproductiva, sino simplemente herederos de viejos celente sillería y el alero.
prototipos más antiguos y universales que si pudieron
inspirar a unos y otros : ” Consecuentemente, pode- 5º Al mismo tiempo que la remodela-
mos dividir los capiteles de la iglesia de San Miguel de ción del 913 o en su secuencia se realizó el
Escalada en dos grupos, aquéllos situados en el inter- primer pórtico meridional, el de los siete
ior que se relacionan claramente con producciones
arcos.
italianas del s. VIII-IX dC y aquéllos situados en el
pórtico que, y a pesar de presentar algunas similitudes
6º Todas estas obras, a pesar del re-
con capiteles coptos de Egipto, podemos vincular con
las producciones lombardas del s. VIII-IX dC. De aprovechamiento de la mayor parte de la
hecho, es este segundo modelo de capitel el que va a escultura monumental, denuncian un cierto
ser reproducido, con pequeñas variantes, en la mayor- poder económico en progresión. Sin em-
ía de edificios mozárabes de esta zona” (DOMINGO
bargo lo que se realiza después, hasta la
MANGAÑA, Capiteles Tardorromanos… p. 340).

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aparición de las obras románicas propia- te tardorromanos. Los que son similares a
mente dichas, el monasterio debió pasar los de Lebeña o Peñalba necesitan un estu-
por un periodo de crisis. Las características dio, pues lo que se ha afirmado de ellos
de sus obras así como la grosera chapucería hasta ahora carece de coherencia. Sincera-
de los reaprovechamientos así parecen con- mente podrían ser realizados en un mismo
firmarlo. taller en serie y después colocados bárba-
ramente cortados en donde se encuentran
7º Salvo los capiteles del iconostasio
en la actualidad. Tampoco me extrañaría,
y alguno suelto, todos, incluidos los del
incluso me parece lo más probable, que
pórtico, corresponden a material reaprove-
perteneciesen a un expolio de un gran con-
chado de obras anteriores. Claramen-
junto monumental hoy desconocido.

■ Lám. 1. San Juan de Baños. Intercolumnio de


la nave central.

■ Lám. 2. Capiteles reaprovechados de la pri-


mera fase de la Mezquita de Córdoba.

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■ Lám. 4. San Cebrián de Mazote. Detalle de


uno de los intercolumnios.

■ Lám. 3. San Salvador de Toledo. Intercolum-


nio de la antigua mezquita. ■ Lám. 5. San Miguel de Escalada. Croquis del
ara del ábside septentrional (Gómez More-
no).

■ Lám. 6. San Miguel de Escalada. Detalle del


ara del ábside septentrional.

■ Lám. 7. San Miguel de Escalada. Croquis del


ara del ábside meridional (Gómez Moreno).

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■ Lám. 8. San Miguel de Escalada. Detalle del


■ Lám. 9. San Miguel de Escalada. Ara del
ara del ábside meridional.
ábside central desde ka cabecera.

■ Lám. 10. San Miguel de Escalada. Detalle del


ara del ábside central.

■ Lám. 12. San Miguel de Escalada. Detalle del


ara del ábside central con el epígrafe de San- ■ Lám. 11. San Miguel de Escalada. Puerta
tiago. meridional, conocida como arco de Sabarico.

■ Lám. 13. San Miguel de Escalada. Ara del


■ Lám. 14. San Miguel de Escalada. Nave
ábside central con el desarrollo de las ins-
cripciones (Monumentos Arquitectónicos central con el pórtico del coro al fondo.
Españoles)

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■ Lám. 16. San Miguel de Escalada. Amplia-


ción del pórtico meridional.

■ Lám. 15. San Miguel de Escalada. 7 Arcos


occidentales del pórtico meridional.

■ Lám. 18. San Miguel de Escalada. Detalle del


intercolumnio meridional.

■ Lám. 17. San Miguel de Escalada. Detalle del


intercolumnio septentrional.

■ Lám. 19. San Miguel de Escalada. Muro de


ladrillo meridional de la nave central.
■ Lám. 20. San Miguel de Escalada. Angulo
sureste de la nave central..

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■ Lám. 22. San Miguel de Escalada. Cabecera


■ Lám. 21. San Miguel de Escalada. Modillóm del templo.
del extremo occidental de la nave central.

■ Lám. 23. San Miguel de Escalada. Detalle del


■ Lám. 24. San Miguel de Escalada. Plano de
alero del ábside central
las excavaciones (Larrén). Indicación de las
puertas

■ Lám. 26. San Román de Moroso. Puerta late-


■ Lám. 25. Santiago de Peñalba. Puerta
ral
lateral.

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■ Lám. 27. San Isidoro de León. Puerta occi-


dental

■ Lám. 28. San Miguel de Escalada. Planta


según Gómez Moreno, con indicación de la
primera fase del pórtico (Bango).

■ Lám. 29. San Miguel de Escalada. Primer


capitel del pórtico meridonal).

■ Lám. 30. San Juan de Baños. Detalle del in-


tercolumnio septentrional.

■ Lám. 31. San Tirso de Oviedo. Detalle de


la ventana).

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■ Lám. 33. Santiago de Gobiendes. Capitel.

■ Lám. 32. Santa María de Naranco. Detalle del


gran ventanal.

■ Lám. 35. Plano de las excavaciones de San


Miguel de Escalada (Larrén).

■ Lám. 36. Plano de San Miguel de Escalada


con el detalle del codillo del pórtico del coro
■ Lám. 34. Remiendo de un capitel del pórtico (Gómez Moreno).
meridional según Gómez Moreno.

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■ Lám. 38. Interior de San Miguel de Escalada


en 1887 (foto F.R. Sumner).

■ Lám. 39. San Miguel de Escalada. Cancel.

■ Lám. 37. Fotografía de detalle de la figura


anterior

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■ Lám. 40. San Miguel de Escalada. Cancel.

■ Lám. 41. San Miguel de Escalada. Cancel.

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