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Tema 3:

EL ARTE PALEOCRISTIANO Y BIZANTINO.

ARTE PALEOCRISTIANO.
El cristianismo es una religión monoteísta que surgió en Judea, en el Próximo Oriente, hacia
el año 30 d.C., vinculado a la figura de un predicador judío, Jesucristo. Invadida la región por
los romanos y conquistada en el año 70, el cristianismo se expandió como nuevo culto en este
ámbito territorial y cultural, aunque en los primeros años apenas desarrolló imágenes, pues
estaba aún vinculado a la tradición judaica, que era anicónica, es decir, rechazaba la
representación de Dios y de la figura humana. Con el paso del tiempo, la nueva doctrina asimiló
la cultura clásica, gracias a la cual empezó a expresar y explicar sus contenidos, creando figuras
muy expresivas y serias, que serán al fin y al cabo representaciones simbólicas muy crípticas,
sólo comprensibles para los creyentes. Con la oficialización, el arte cristiano comenzará a
construir edificios específicos para sus ritos que beberán también de la tradición romana.
Dentro del arte paleocristiano se estudian 2 periodos, que marcaran su evolución:
1. El cristianismo perseguido:
Este periodo se alarga desde la muerte de Cristo (año 33) y las predicaciones y muerte de sus
apóstoles San Pedro y San Pablo en Roma (año 67) hasta la autorización de Constantino con el
Edicto de Milán (313).
Antes del Edicto de Milán, los cristianos se reunían en los TITULI, que eran casas de
patricios convertidos que se adaptaban a las necesidades de la nueva religión. Ya están presentes
varias de las partes que luego aparecerán en los templos posteriores: el patio, un área para los
catecúmenos, otra para los fíeles comunes, y otra para los presbíteros y diáconos
En esta periodo sus creaciones artísticas serán crípticas y secretas, realizadas en las
catacumbas, galerías de enterramientos de hasta 15 Km. de extensión. En estos cementerios
excavados bajo suelo romano, entre los que cabe destacar las catacumbas de los santos
Domitila, Priscila, Calixto y Sebastián, en Roma, los cristianos enterraban a sus difuntos, casi
siempre en modestos lóculos (concavidades horizontales en las paredes de las galerías que luego
se sellaban con tejas), o, si la familia era adinerada, en arcosolios, tumba con sarcófago
protegida con un arco estucado y pintado.
En las catatumbas, las pinturas murales, primero muy simbólicas por el aniconismo y luego
inspiradas en las realizadas en las casas romanas en técnica y trazo, se fijarán ya unos temas o
iconografías características cuya interpretación será sólo para iniciados. El surgimiento de estos
símbolos está relacionado con el carácter perseguido y oculto que tiene la religión en sus
primeros siglos de existencia, haciendo necesaria la aparición de elementos que permita a los
fieles identificarse entre sí pero que no tengan significado para los no cristianos.
- Temas relacionados con Cristo:
 Crismón: Anagrama con iniciales de Cristo en griego (XP) con la corona del
triunfo y las letras alfa y omega (Cristo como principio y fin del mundo)
 Cordero o Agnus Dei (Cordero de Dios) simboliza a Cristo que se entrega como
víctima para salvar la humanidad, al igual se sacrifica un cordero en la Pascua judía.
 Pez: su nombre en griego son las iniciales de: “Iesus Christus Theou Uios
Soter”=“Jesús Cristo Hijo de Dios Salvador”
 Panes: alegoría del milagro de los panes y los peces, y de la Eucaristía o comer
del cuerpo de Cristo.
 Palomas, preferentemente blancas: son el símbolo del Espíritu Santo, o lo que
es lo mismo, de la paz.
 Trigo y uvas, simbolizan la Eucaristía
 Ancla: representa la cruz de Cristo, crucificado para salvar a los hombres, idea
reforzada por los peces enganchados a ella. Además, el ancla por su función, simboliza la
salvación.
 El Buen Pastor Las primeras imágenes del cristianismo tienen referencias
clásicas (Moscóforo) y como protagonista a Jesucristo, representado crípticamente o
alegóricamente como pastor o conductor de un rebaño, es decir, de la iglesia y protector
de sus fieles (ovejas). Una de las representaciones más conocidas es la del Buen Pastor
de las Catacumbas de Priscila (III) en Roma, donde Cristo es un hombre joven, sin
barba, vestido a la romana y portando a sus hombros una oveja. Este prototipo está
plasmado de forma muy sencilla, evitando la excesiva ornamentación e ilusionismo, con
un estilo muy lineal que delimita las áreas de color.
- Temas bíblicos:
 Adán y Eva: alegoría del pecado y del castigo divino
 Sacrificio de Isaac: alegoría de la obediencia ciega a Dios
 Daniel en el foso de los leones: alegoría de la efectividad de la súplica y de la
oración
 Noé y el diluvio: alegoría del castigo divino y la salvación de los fieles
 La adoración de los magos: alegoría de la fe y el culto al Hijo de Dios
 El tema de los Orantes: figuras con los brazos alzados en ademán de súplica u
oración. Son personajes confiados e inexpresivos, que sirven de símbolo o alegoría de la
confianza o fe ciega de los cristianos en Dios.
2.- El cristianismo permitido (313) y oficial (391).
Este periodo se inicia con el Edicto de Milán en el 313 cuando el emperador Constantino
estableció la libertad religiosa y acabó con las persecuciones. Además se convirtió en el primer
emperador cristiano de la Historia, anticipando lo que poco tiempo después, en el 391, pasaría
con Teodosio al convertir esta religión en la oficial del Imperio. Desde ese momento, los
cristianos y su arte se hacen más evidentes y comenzarán a realizar arquitectura, escultura,
mosaico y pintura de clara influencia romana, pero con una iconografía y función
característicamente cristianas, para sus ritos y sus cultos.
ARQUITECTURA
Cabe destacar estas tipologías arquitectónicas:
 Basílica. Es el recinto de culto comunitario que formalmente se inspira en las sedes
judiciales y comerciales romanas. Ahora, con función religiosa, se erigen edificios de amplias
dimensiones que permiten la reunión de los creyentes para realizar sus cultos y liturgias.
Formalmente y realizadas con piedra y ladrillo revocados, y madera, cuenta con:
 un exterior sobrio, con muros lisos y sin ornamentos, con apariencia de bloques
cúbicos unidos.
 una planta compartimentada en: atrio o patio porticado; nártex o vestíbulo
transversal abierto al edificio con columnas o puertas; naves longitudinales, 3 o 5, separadas
por columnas que se apoyan en arcos o dinteles, la central más alta y ancha: transepto o
nave transversal que marca los brazos cortos de la cruz latina; y presbiterio o lugar donde
está el altar, con forma de ábside o exedra, precedido de un arco de medio punto triunfal
alusivo al triunfo de la Iglesia cristiana.
 un alzado en el que se utiliza piedra y ladrillo revocados en el muro, mármol en
las columnas y en los suelos y madera en la cubierta plana o una agua o a dos aguas. Para
decorar se utilizan casetones de madera en el techo, frescos y mosaicos en las paredes y
cubiertas, cortinajes y altares de oro y plata.

Una de las primeras basílicas fue la antigua San Pedro del Vaticano (320) construida por el
emperador Constantino, situada donde se suponía que estaban los restos del apóstol. Convertida
en paradigmática, constaba de atrio para los no bautizados, nártex, cinco naves, la central más
ancha y alta, transepto que marcaba los brazos de la cruz, arco triunfal que indicaba el comienzo
del presbiterio y altar rodeado de ábside semicircular.
Otro ejemplo que sí se conserva es la Basílica de Santa Sabina de Roma (422) un poco más
sencilla, con tres naves muy alargadas, separadas por columnas corintias de mármol que
sostienen arcos de medio punto. La nave central está decorada con un techo de madera con
casetones y la única bóveda que se utiliza en el edificio se sitúa en el ábside de cabecera: una
bóveda de horno o de cuarto de esfera, decorada con mosaicos.
 Mausoleo. Es un recinto funerario para albergar los restos de un fallecido importante, y
responde a un modelo de edificio centralizado, con planta circular o poligonal.
El primer mausoleo paleocristiano lo erigió Constantino para albergar los restos de su hija:
es el Mausoleo de Santa Constanza en Roma (324), que se estructuraba en torno a tres
círculos concéntricos: una columnata exterior hoy desaparecida; un segundo circulo delimitado
por un macizo muro de piedra y ladrillo cuyo paramento se aligera por los nichos horadados en
él y que, cubierto por una bóveda de cañón anular, funciona como un deambulatorio; y un tercer
círculo marcado por una doble columnata corintia con entablamento que sostiene arcos de
medio punto y cuyo espacio resultante se cubre con una cúpula. Esta cúpula se erige sobre un
tambor aligerado con ventanales de medio punto que iluminan el interior. El sarcófago de
pórfido se situaba bajo este espacio central, muy decorado con mosaicos, que al exterior, muy
sobrio, no se aprecia porque queda cubierto por un tejado cónico.
Otro magnifico mausoleo, es el de Gala Placidia (425) erigido en Rávena, capital del
llamado Imperio Romano de Occidente, ya dividido el territorio romano en el 395 por Teodosio.
De planta centralizada, en este caso, en cruz griega, en origen se trata del sepulcro de la
hermana del emperador Honorio: Gala Placidia, aunque más tarde, se enterraron allí otro
hermano y su esposo (3 sarcófagos) Con el tiempo también se utilizó como Martyria, es decir,
como lugar para ubicar los restos de un mártir, San Lorenzo. En el exterior, clásico y sobrio, se
aprecia el revestimiento de ladrillo sobre piedra, y cada brazo de la cruz está articulado a modo
de fachada con frontón y tejado a dos aguas sobre pared con tres arquillos ciegos, salvo el de
acceso. Lo novedoso y espectacular está en su pequeño interior, con cada brazo cubierto con
bóveda de cañón muy corta y el espacio central con una bóveda vaída que al exterior se cierra
como torre. Todo ello cubierto con riquísimos mosaicos de obvia iconografía cristiana.
 Otros edificios paleocristianos que responden también al modelo centralizado son los
Martyria, para ubicar restos de mártires, y los Baptisterios, para realizar ceremonias colectivas
de bautismo. Entre los primeros podemos destacar el Martyria de San Stefano en Roma (320)
y entre los segundos el Baptisterio de San Juan de Letrán (432)
ARTES FIGURATIVAS.
Escultura
Las características técnicas son las mismas de la escultura romana del Bajo Imperio.
Apenas hay escultura de bulto redondo, dado que especialmente en los primeros siglos tiene
mucho peso la tradición hebrea. Pero posteriormente se siente la necesidad de tener imágenes
que ayuden a difundir la religión, y que sirvan de apoyo visual en los ritos y oraciones.
Lo más abundante son los relieves de los sarcófagos, que beben directamente de la tradición
romana de relieve funerario. Se hacen en piedra y mármol. Como soporte de la escultura, en el
sarcófago se dará más importancia al significado y su simbolismo religioso que a su belleza
aparente. De mármol o piedra (caliza, granito), en forma de paralelepípedo, con tapa a dos o
cuatro vertientes, plana, o redondeada lisa o con decoración de escamas. Lo más habitual es que
se decore sólo uno de los lados mayores con altorrelieves de temática cristiana o pagana pero
dándole un nuevo sentido cristianizante. Estos relieves presentan algunas características como
son el horror vacui, la isocefalia; la práctica ausencia de ambientación; la tendencia a la
simetría. Podemos observar tres tipologías:
- Sarcófagos con relieves de temas simbólicos a modo de relieve central (Siglos II
y III) crismón, ancla, orante o Buen Pastor o retrato del difunto, flanqueados por estrígiles o
sucesión de estrías en forma de S alargada.
- Sarcófagos con escenas encuadradas por columnas o árboles perfectamente
separados, entre las que suelen aparecen escenas del Antiguo y Nuevo Testamento
encuadradas en arcos o dinteles, como el Sarcófago de Junio Basso (359 ) de un solo
bloque de mármol en el que no falta detalle sobre el triunfo del cristianismo y prima el
horror vacui. En la misma línea está el Sarcófago de la Pasión (350) con el espacio central
con la Vera Cruz, el Crismón y las palomas simbólicas.
- Sarcófagos con escenas a modo de friso corrido con todos los espacios llenos de
figuras y motivos: horror vacui y sistema cristalino (se mezclan escenas del Antiguo y
Nuevo Testamento sin ninguna separación), como el Sarcófago de los dos hermanos, en el
que aparecen ambos en un círculo central rodeados de escenas bíblicas representadas con
continuidad. Hay variantes con los fallecidos en una concha o venera. Menos ordenado y
más caótico es el Sarcófago del Buen Pastor (390) encontrado en las Catacumbas de
Pretextatus (Museo Pío Cristiano), donde destacan las representaciones escultóricas de
Cristo como Buen Pastor, rodeado de una legión de ángeles recogiendo uvas en las parras.
Pinturas y Mosaicos
Las pinturas aparecen en las catacumbas, y se hacen al fresco siguiendo la técnica romana.
La falta de un estilo definido o de homogeneidad se debe a la falta de continuidad, a la falta de
conexión entre los distintos grupos de cristianos, a que los artistas serían del "gremio" de
pintores y trabajarían indistintamente para cristianos o no.
Pero tras la tolerancia, y el paulatino abandono de las catacumbas, las paredes de las
basílicas, mausoleos, baptisterios, martiria, se decorarán con MOSAICOS (técnica artística
romana: el opus tesellatum) en vez de con frescos. Estos mosaicos se ponen en las paredes, y se
hacen con teselas de barro, que se policroman y se les añade una capa de pan de oro. A partir del
siglo V se impone la ubicación de los temas: en los laterales de las naves el Antiguo y Nuevo
Testamento, en las interventanas los Apóstoles y los santos, en el ábside y arco de triunfo
Cristo.
Los restos de mosaico más extraordinarios que perviven son los del Mausoleo de Santa
Constanza (320): en uno de los ábsides cubiertos con horno tenemos una representación
prototípica del Buen Pastor (“el Señor trae la paz”) con (probablemente) San Pedro y San Pablo.
Esta representación se denomina Pastoral Celeste y se trata de un Cristo alejandrino, un joven
con melena y sin barba, rodeado de ovejas en un paisaje natural. Y aún más extraordinarios aún
son los mosaicos del Mausoleo de Gala Placidia (425) que tiene decorados profusamente las
lunetas de cada brazo, las paredes bajo la bóveda vaída y la cúpula misma. En la luneta encima
de la puerta se representa la Pastoral Celeste, esto es, Jesucristo como Buen Pastor, joven, sin
barba, con cabello ondulante y rodeado de ovejas. Frente a él, se representa el Martirio de San
Lorenzo, debido a que el mausoleo se usó también como Martyria. Las bóvedas de cañón se
decoran con decoración vegetal alusiva al paraíso, geométrica y figurativa, con símbolos
paleocristianos: crismón, palomas…. En el muro sobre el cañón y bajo la bóveda central se
sitúan los apóstoles de Cristo de dos en dos, vestidos de blanco. Y en la bóveda hay una
representación de la Vera Cruz, esto es, la Cruz de Cristo en el centro, rodeada de estrellas y de
los cuatro evangelistas como seres celestiales y con su representación simbólica o
tetramorfos: San Mateo, San Marcos, San Juan y San Lucas.

ARTE BIZANTINO.
En el año 330, el emperador Constantino trasladó la capital del imperio romano desde Roma
hasta la ciudad griega de Bizancio, a la que rebautizó como Constantinopla, muy bien situada y
comunicada entre Europa, Asia y África. Se convirtió desde entonces en la capital cristiana del
Imperio, frente a una Roma decadente y pagana. Las diferencias entre la zona oriental cristiana
y la zona occidental escéptica se fueron acentuando, hasta que en el año 395 Teodosio dividió el
imperio entre sus dos hijos, dejando a Arcadio Oriente, con capital en Constantinopla, y a
Honorio, Occidente, con capital en Rávena.
Mientras el Imperio Romano de Occidente seguirá su decadencia y acabará por disolverse
en el 476 dando paso a una etapa medieval disgregadora llena de invasiones, sobresaltos y
reinos independientes, en el Imperio Romano de Oriente pervivirá una cultura mezcla de la
clásica y la cristiana que, buscando ser la nueva Roma, se mantendrá unida en el espacio durante
más de 1000 años, hasta que los turcos tomen la capital en 1453. El momento más brillante de
este nuevo imperio coincidirá con el reinado de Justiniano (527-565) que junto con su esposa
Teodora, intentará revivir la antigua Roma y reconquistará parte de Italia, el sureste hispano y
el norte de África. En este ámbito geográfico se pondrá en marcha una cultura muy potente,
que estuvo profundamente marcada por la concepción política del Estado, de carácter
teocrático, con un emperador que tenía asumido el poder político y el poder religioso
(cesaropapismo). Este carácter sacro del emperador marcará una cultura que seguirá siendo
romana en cuanto a la administración territorial, griega en cultura y lengua, y cristiana en
costumbres y creencias. En el arte se observará una fusión entre la pompa cortesana, solemne y
lujosa, y la liturgia religiosa, rígida y abrumadora, dando lugar a un arte trascendente y lleno de
simbolismo, destinado a celebrar y manifestar esa profunda alianza entre el trono y la Iglesia, el
emperador y Dios. De hecho se crearán toda una serie de códigos iconográficos que traspasarán
la cultura bizantina y cuajarán en el Occidente medieval. Con estos acontecimientos nos
adentramos en una nueva etapa histórica: la Edad Media que, para los occidentales, abarca
desde el 476 hasta 1492.
Etapas del Arte Bizantino
El arte bizantino se desarrolla en varias etapas o periodos artísticos conocidos como Edades
de Oro, en alusión a la riqueza de sus materiales, la calidad técnica y las abundantes y originales
creaciones:
- La Primera Edad de Oro se desarrolló en los siglos V al VII y tuvo su máximo esplendor a
lo largo del VI, coincidiendo con el reinado de Justiniano y Teodora (527-565). Este periodo
terminó con el estallido de la revolución iconoclasta del siglo VIII
- La Segunda Edad de Oro tuvo lugar durante los siglos IX al XII, tras superar la revolución
contra los iconos. En esta etapa Bizancio se distanció de Europa y se produjo el Cisma de
Occidente y Oriente entre la iglesia católica de Roma y la ortodoxa de Constantinopla. Las
iglesias se volvieron recintos más recogidos y oscuros y se fijaron los principales códigos
iconográficos del Imperio, que pervivirán en el Occidente Cristiano y en el mundo ortodoxo.
Este periodo concluyó a causa de la Cuarta Cruzada con los caballeros francos tomando la
ciudad.
- La Tercera Edad de Oro tuvo lugar en los siglos XIV al XV, hasta que en 1453
Constantinopla fue conquistada por los turcos y desaparecieron definitivamente el imperio y el
arte bizantinos. Durante esta última fase, sus creaciones se orientalizaron aún más y se
expandieron por territorios nuevos como Rusia, Bulgaria, Grecia… donde las creaciones
iconográficas se asumieron como propias y se fijaron como ortodoxas, dando lugar a un arte
nuevo.
ARQUITECTURA
Características generales.
- Arquitectura fundamentalmente religiosa.
- Plantas:- se prefiere la centralizada (poligonal, circular, de cruz griega) pero también se
utiliza la basilical. Se mantiene el nártex paleocristiano, así como el ábside al que acompañan
dos habitaciones laterales (prótesis y diaconicón). Entre la nave longitudinal y el ábside aparece
una separación llamada iconostasis (muro con cortinas o cancel) en la que se colocarán, con el
tiempo, iconos.
- Los materiales son pobres en los exteriores (ladrillo), y ricos en los interiores (mármol,
mosaicos).
- Elementos sustentantes: muros y columnas clásicas. Los capitales suelen ser corintios o
troncocónicos, estos últimos tallados con trépano y con cimacio sobre el capitel.
- Elementos sustentados: el arco típico es el de medio punto; las bóvedas, de arista y de
cañón. Pero el principal elemento, el más representativo del estilo, es la cúpula. Se le otorga
un carácter simbólico (representación de la cúpula celeste), y se pueden levantar de gran
tamaño gracias al poco peso del ladrillo que se emplea para ello. En el exterior, las grandes
cúpulas son contrarrestadas por exedras y contrafuertes. Proporcionan una gran diafanidad al
espacio interior. Pero los edificios basilicales de herencia paleocristiana usó tanto la cubierta
plana como de las bóvedas de arista.
-. El estudio de la arquitectura se divide en tres periodos, con obras muy significativas en
cada uno de ellos.
Primera Edad de Oro. La más importante de estas etapas es la Primera Edad de Oro y en
concreto el momento que coincide con el Reinado de Justiniano y Teodora (527-565), quienes
llevaron a cabo una política expansiva y conquistaron, efímeramente, amplias zonas del
Mediterráneo. Este momento de gloria se tradujo en una gran política arquitectónica en la que
destacaron las grandes iglesias de la Rávena reconquistada para la cristiandad y, sobre todo, de
Constantinopla.
 El modelo basilical, de influencia paleocristiana: San Apolinar en Classe y San Apolinar
el Nuevo en Rávena
 El modelo centralizado, de influencia oriental: San Vital de Rávena y Santa Sofía de
Constantinopla.
San Apolinar in Classe (Rávena): De influencia paleocristiana, comenzada en el 530. Tras
el atrio, se sitúa un nártex; 3 naves longitudinales, separadas por columnas que se apoyan en
arcos, la central más alta y ancha; y presbiterio con forma de ábside o exedra, precedido de un
arco de medio punto triunfal alusivo al triunfo de la cristiandad. No tiene transepto, por lo que el
eje longitudinal está aún más acentuado y la mirada se dirige, casi obligatoriamente al lugar más
sagrado: el altar de la liturgia. Destaca la nave central larga, ancha y alta, flanqueada por hileras
de columnas de mármol que sustentan arcos de medio punto, sobre los que se sitúa un muro con
una banda pintada de medallones con retratos y un cuerpo de ventanas que ilumina el recinto.
Esta nave central se cierra con una cubierta plana, con entramado de madera, a diferencia de las
dos laterales, más bajas y estrechas, que se cubren con bóveda de arista.
San Apolinar el Nuevo en Rávena, construido en el 505 en honor a San Martín de Tours,
pero consagrado desde el siglo VIII al santo local, Apolinar, cuando sus reliquias cambiaron de
iglesia por razones de seguridad. Se trata de una iglesia con nártex, tres naves separadas con
arquerías de medio punto, la central el doble de ancha que las laterales, que termina en un
presbiterio dominado por un ábside semicircular cubierto por bóveda de horno.
San Vital de Rávena (547), mandada construir por el emperador Justiniano como símbolo
de su poder y del Imperio Bizantino en su segunda capital. Es la más rica e importante de las
iglesias bizantinas de Rávena y cabe resaltar estas dos importantes cuestiones:
- Su planta octogonal, anticipada por un nártex con dos puertas que dan acceso a una
nave circular o deambulatorio, invadido por siete exedras de dos pisos de dobles
columnas y un ábside, separadas por esbeltos pilares que soportan una ligera cúpula
sobre tambor con ventanales. Al exterior, se pueden observar un alzado en tres niveles
muy cúbicos y el material, ladrillo, sin revestir. Esta planta centralizada tiene un fuerte
valor simbólico: se trata de una alegoría del cielo, y el hecho de que los pilares sean
altos y estrechos, haya hasta tres niveles y una calculada iluminación en el espacio
cupulado, acentúa este valor espiritual y alegórico.
Basílica de Santa Sofía (532-537) construida por Antemio de Tralles e Isidoro de Mileto,
unos expertos en matemáticas, geometría, física e ingeniería. Fue Justiniano quien, para dar
muestra de su inmenso poder, decidió erigir un templo sin paragón y para ello buscó a los
mejores arquitectos del momento y no escatimó dinero ni recursos humanos. La obra se levantó
en tan sólo cinco años, constituyéndose en el orgullo de la ciudad, del imperio y del emperador
La planta logra sintetizar magistralmente la planta basilical de tres naves de
tradición occidental, y la planta centralizada de tradición oriental. Esto lo consiguen
configurando una planta de tres naves aunque inscritas en una planta de cruz griega, y
centralizando la concepción espacial del edificio por medio de una cúpula (continuando la
tradición iniciada por Roma con la cúpula del Panteón). Las naves laterales, muy estrechas,
se cubren con bóveda de arista y el ábside con una bóveda de cuarto de esfera. A
los pies de la iglesia se encuentran el nártex y el atrio. Pero, sin duda, lo más destacado de
esta obra es la gigantesca cúpula (de 31 metros de diámetro y 54 metros de alto) que
cubre el espacio central de la planta por el sistema de contrarrestos que diseñan sus
arquitectos. Se trata de una cúpula gallonada sobre pechinas en cuya base s e a b r e n
cuarenta vanos que sirven para aligerar su peso. La cúpula descansa
s o b r e d o s grandes exedras o medias cúpulas, una en la parte de la cabecera y la otra
a los pies, y estas d o s a s u v e z d e s c a n s a n s o b r e o t r a s d o s p e q u e ñ a s
e x e d r a s c a d a u n a , a b i e r t a s e n l o s ángulos. Con ello se consigue que e l
p e s o d e l a c ú p u l a se reparta, a f i a n z á n d o s e a d e m á s p o r m e d i o d e l o s
cuatro grandes pilares centrales y que a su vez, transmiten el peso de la cubierta
por medio de arcos transversales hacia otros tantos
c o n t r a f u e r t e s e x t e r i o r e s . Además s e c o n s i g u e reforzar e l s e n t i d o d e
c e n t r a l i z a c i ó n , d a d a s l a s dimensiones de la cúpula y el efecto que crea su
concentración de la luz.
SEGUNDA EDAD DE ORO (IX-XII), un periodo en el que Bizancio se distanció de
Europa y se produjo el Cisma de Occidente y Oriente entre la iglesia católica de Roma y la
ortodoxa de Constantinopla (1054). Este periodo concluyó a causa de la Cuarta Cruzada con los
caballeros francos tomando la ciudad.
Se desarrollan las plantas de cruz griega, muchas veces inscrita en cuadrados, cubiertas con
varias cúpulas que adoptan un perfil de base ligeramente ondulada sobre tambor taladrado por
ventanas. Con nártex envolvente y varios ábsides. Mayor sensación de ligereza y verticalidad,
con pilares y columnas más estilizados. Ejemplos importantes son Santa Sofía de Kiev, que
servirá de modelo a los siguientes templos rusos, y San Marcos de Venecia, de cruz griega, con
cinco grandes cúpulas y gran desarrollo del ábside.
Tercera Edad de Oro.- Se desarrolla entre los siglos XIV y XV, es decir, incluso después
de desaparecer el Imperio, en Rusia, cuando se produce la cristianización de este país por parte
de la Iglesia Bizantina. Las Iglesias rusas presentan las siguientes características comunes:
- Exteriores a menudo blancos.
- Interiores muy decorados, especialmente con pinturas al fresco.
- Plantas muy complejas.
- Cúpulas bulbosas recubiertas de metal o muy coloreadas.
Los mejores ejemplos están en los grandes conjuntos monásticos del monte Athos (Beocia),
Mistra (Peloponeso) y Salónica (Tracia) así como en las catedrales del Kremlin y San Basilio
(Moscú)
ARTES FIGURATIVAS
El arte figurativo bizantino será una continuación del Paleocristiano, en cuanto a la temática
religiosa, y del mundo romano Bajo Imperio, en cuanto a las formas.
La iconografía trata de plasmar los dogmas religiosos fijados por los concilios que imponen
unas normas definitivas (Concilio de Nicea, 787) que marcan la representación de las imágenes.
Se desarrollan lo mismo que en la arquitectura tres edades.
Primera Edad de Oro (V-VII):
Características de las artes figurativas:
- Pintura y mosaico, que tienen como tema principal el religioso: Cristo, Santos,
Apóstoles, Evangelistas, Obispos, Antiguo Testamento, Nuevo Testamento, símbolos… y
el cortesano: emperadores y corte real.
- Se trata de representaciones en la que prima la frontalidad, el hieratismo de las figuras,
la falta de volumen y corporeidad, dando lugar a figuras planas y alargadas (telas lujosas
con cabeza). Es una representación antinatural, llena de estereotipos como los ojos
almendrados, mirada fija, nariz alargada y labios muy finos y juntos, lo que no impide que
presenten cierta individualización y personalidad en los rostros. Las figuran se sitúan en
fondos carentes de perspectiva y profundidad, frecuentemente dorados, con elementos
vegetales estilizados o con elementos arquitectónicos sin relevancia. Presenta una clara
isocefalia.
- En el caso del mosaico, se trata de una técnica que consiste en colocar en una superficie
de cemento y siguiendo un dibujo previo, pequeñas teselas o piezas de vidrio, mármol,
piedra,… coloreadas con óxidos metálicos y, a veces, con oro y plata. Con su elección para
cubrir los lugares más importantes de las iglesias, principalmente cúpulas, bóvedas y ábsides,
se lograban unos efectos cromáticos superiores a la pintura y una sensación de lugar
sobrenatural, de espacio sagrado y especial significación religiosa.
San Apolinar in Classe: se conserva la decoración del ábside, con la escena de la
Transfiguración (Cristo representado como cruz, rodeado de ovejas que representan a los
fieles). Resulta especialmente llamativa la muy detallada representación del paisaje sobre el que
se encuentran los animales. San Apolinar aparece representado, en actitud orante, en la parte
inferior. Otros mosaicos repartidos a lo largo de la iglesia representan a Pedro y a Pablo con los
arcángeles Miguel y Gabriel y a los cuatro primeros obispos de Classe.
San Apolinar el Nuevo en Rávena: En ella destacan dos procesiones:
- La procesión de santos mártires, que parte del palacio de Teodorico (que construyó la
iglesia con culto arriano) y concluye ante una imagen de Cristo entronizado entre ángeles.
- La procesión de santas vírgenes, que parte del puerto de Rávena y concluye, encabezada
por los Reyes Magos, ante la imagen de la Virgen y el Niño.
Además sobre las procesiones y entre las ventanas aparecen figuras aisladas de profetas y
patriarcas de la Iglesia y, arriba del todo, sobre las ventanas, escenas de la Vida y Pasión de
Cristo, en la que se presentan milagros.
Todas las figuras evidencian rasgos propios del arte Bizantino mencionado anteriormente
De las figuras principales, Cristo y la Virgen, caben destacar estos aspectos:
- Ambos se presentan entronizados en lujosas sillas y rodeados de cuatro ángeles como
Corte celestial. Prima la frontalidad, el hieratismo y la espiritualidad.
- Se van fijando dos prototipos: el del Cristo siriaco (Pantocrator): adulto, barbado, con
larga melena y muy serio, y el de la Virgen como trono del Niño (Kiriotissa), que tomarán
forma definitiva a partir del siglo X, en la Segunda Edad de Oro.
San Vital de Rávena: Su magnífica decoración, con todas las superficies repletas de
incrustaciones de mármoles, relieves, filigranas, pinturas y mosaicos acentúa, sin embargo, su
valor propagandístico y áulico.
En el ábside, se sitúa un imagen de Cristo triunfante, en este caso de una Cristo alejandrino:
joven, imberbe…, sentado sobre el globo terrestre que ofrece la corona del martirio a San Vital
y recibe la maqueta del templo del arzobispo Ecclesio. Situados en lados opuestos del
presbiterio se encuentran los mosaicos de emperador Justiniano y a su esposa Teodora con
sus respectivos séquitos, asistiendo de manera simbólica en primera fila a la liturgia cristiana y
realizando una ofrenda. Dan así cuenta de su poder terrenal y de su condición de personajes casi
sagrados.
 Justiniano y su séquito. El emperador, vestido de oscuro y con corona y nimbo, lleva
como ofrenda una gran patena de oro (pan). A su izquierda, le acompañan dos altos cargos
eclesiásticos que portan un misal y un incensario, y el arzobispo Maximiano, que lleva una
cruz gemada. Entre el arzobispo y el emperador, en segundo plano, asoma la cabeza el
banquero Juliano Argentario que financió la iglesia. A la derecha se sitúan dos altos cargos
civiles, vestidos con toga, el más cercano el General Belisario, conquistador de Rávena.
Cierra el cortejo la guardia personal de Justiniano que portan lanzas y un escudo con el
Crismón.
 Teodora y su corte. La emperatriz, vestida de oscuro y con corona y nimbo, lleva
como ofrenda un cáliz de oro (vino). A su izquierda, un séquito de damas como la esposa e
hija de Belisario (Antonia y Juana) vestidas con bellas túnicas y lujosos anillos y brazaletes.
A la derecha, los eunucos vestidos con toga, uno de ellos levantando una simbólica cortina
que deja ver la fuente de la fe.
La escultura de bulto redondo entra en decadencia. Más abundantes son los relieves en
sarcófagos y placas de marfil, destacando los de la Cátedra del obispo Maximiano, el díptico
Barberini y los dípticos consulares.
Segunda Edad de Oro (IX-XII): Se fijaron los principales códigos iconográficos del
Imperio, que pervivirán en el Occidente Cristiano y en el mundo ortodoxo. Se trata de imágenes
con un marcado carácter dogmático y con fines religiosos, que toman ahora todo su valor
figurativo, simbólico y conceptual. Estos códigos son:
- Pantocrátor: Cristo “todopoderoso”. Se trata de Jesucristo siriaco, sedente, bendiciendo
y portando el Libro de la Vida donde se indicaba qué almas se salvaban y cuáles no. La figura se
ubicaba dentro mandorla o almendra mística, rodeado los tetramorfos o símbolos de los
evangelistas.
- Virgen. Se estableció toda una tipología que ha pervivido hasta hoy, con modelos con
sus correspondientes simbolismos: Virgen trono del niño o Kiriotisa; Virgen salvadora en pie,
con el niño en brazos señalándolo como camino de salvación o Teotokos; Virgen dando de
mamar al Niño o Galaktotrophusa; y Virgen maternal y tierna o Glycofilousa.
- Escenas del Antiguo y Nuevo Testamento: Se fijó la iconografía de muchas escenas
bíblicas, pero principalmente tres: la Deésis o representación de Cristo entre la Virgen y San
Juan; la Anastasis o bajada de Cristo a los infiernos para rescatar a los justos, y la Dormición y
Tránsito de la Virgen al cielo.
Así, en esta línea vemos las pinturas y mosaicos de Santa Sofía:
- Cristo con Constantino IX y Zoe (1054)
- Deésis
- Virgen Kiriotisa con Juan II
- Pantocrátor (XII)
Pero la producción más característica fue la de los iconos, pinturas religiosas sobre tabla,
pequeñas, manejables y portátiles, que, tras la masiva destrucción de iconos en el siglo IX, se
hacen ahora con profusión. La técnica utilizada exigía una tabla de madera sin resina para evitar
agrietamientos, sobre la que se pegaban láminas de pan de oro y se pintaba al temple, es decir,
disolviendo colores en clara de huevo, lecho y polvo de yeso. Una vez seco, se aplicaba un
barniz transparente para dar brillo de cristal y protección.
La escultura de bulto redondo se reduce muchísimo y se limita a repetir modelos anteriores.
Más importantes son los relieves, casi todos en marfil.
Tercera Edad de Oro (XIV y XV): los centros artísticos se trasladan a los Balcanes y a
Rusia. Se enriquece la iconografía de la Virgen y se introducen nuevos ciclos con más santos.
Aparece una mayor libertad interpretativa en los temas así como un cierto alargamiento del
canon (manierismo). La pintura sustituye prácticamente al mosaico, recubriendo paredes y
techos. El icono se expande por Rusia (Novgorod, Moscú), Grecia, la antigua Yugoslavia,
Rumania y Bulgaria.
Destacaron dos focos:
- La Escuela de Creta, cuya obra más representativa es el Icono de la Natividad
(XV) se muestra la Virgen y el Niño en el pesebre, el anuncio a los pastores o el viaje
de los Reyes Magos, simultáneamente.
- El Principado ruso de Novgorod, donde destacó su Icono de la Trinidad (1411),
dando origen a la escuela nacional rusa, donde como en Bulgaria, Grecia y otros
territorios de religión cristiana ortodoxa estas creaciones se asumieron como propias.
En 1453 Constantinopla fue conquistada por los turcos y desaparecieron definitivamente el
imperio y el arte bizantinos.

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