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Introducción.........................................................................................................5
Internet................................................................................................................ 5
La búsqueda en Internet..................................................................................9
Ruido documental..........................................................................................15
Silencio documental.......................................................................................15
Tipos de búsquedas.......................................................................................15
Interfaz gráfica............................................................................................16
Operadores booleanos 18
c) Operadores de comparación..................................................................20
Enmascaramiento y truncamiento...............................................................................................20
Motores de búsqueda....................................................................................27
Los metabuscadores......................................................................................28
Compiladores de buscadores........................................................................29
Referencias bibliográficas..................................................................................30
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Internet
Como recurso informativo, Internet es similar a una biblioteca sin libros que
recoge la má s variopinta informació n de todo el mundo. Es la nueva
biblioteca
de . Se está en el camino de coleccionar digitalmente todo el
Alejandriá
conocimiento humano y de hacerlo llegar a todo tipo de personas. En esta
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biblioteca universal, caben tambié n los documentos preexistentes. Para poder
usar esta mezcla de recursos, las bibliotecas deberá n olvidar la dependencia
de cualquier soporte, pues lo que les interesa es satisfacer las demandas, y
esto se logra con la selecció n y difusió n adecuadas de los recursos de
acuerdo con sus
contenidos. Se alcanza así la auté ntica cooperació n internacional al momento de
crear y de intercambiar tanto los registros bibliográ ficos como los
originales multimedia (Moreiro, 2006).
De esta forma, cada usuario navegará solo la parte de la Red que le interese,
sin acceder o evitando las informaciones poco serias o insustanciales, sin
perder el horizonte al que quiere llegar, teniendo muy claro lo que quiere
encontrar y para qué, y evitando perderse en los mares de datos que están
dispersos en Internet (Giménez, 2007).
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Una búsqueda sencilla en la Red puede dar como resultado miles y miles de
páginas que no podemos llegar a examinar y que, mayoritariamente, dejamos
de lado, accediendo solo a unas cuantas. Y normalmente accedemos solo a
aquellas que aparecen en la primera o en la segunda página de resultados de
un buscador (Cordó n & Aré valo, 2016).
Estos algoritmos tienen en cuenta, por ejemplo, si la palabra clave que hemos
indicado está incluida en lugares significativos del recurso digital (título o URL)
o si está incluida en la descripción de contenido que hacen los productores
del recurso digital; una vez tenidos en cuenta esos criterios, se calcula
también cuántas veces es citado un determinado recurso digital por otras
páginas web,
ya que un gran número de enlaces a ese recurso puede indicar relevancia del 10
mismo o preponderancia frente a otros (Giménez, 2007).
Para entender esta cuestión es preciso conocer los tres espacios básicos que
podemos distinguir en el universo Internet (Cordó n & Aré valo, 2016):
Internet global:
Internet oscuro:
Diseñar una estrategia de búsqueda adecuada pasa por conocer los distintos
tipos de búsquedas con los que podemos encontrarnos y las técnicas básicas
de recuperación de la información. Con ello, se conseguirá obtener
eficazmente información deseada y se evitarán –si no total, al menos,
parcialmente – dos fenómenos habituales y poco deseables entre los usuarios
menos habituados a diseñar estrategias válidas: el ruido y el silencio
documental (Cordó n & Aré valo,
2016).
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Originalmente, antes del desarrollo de los entornos gráficos tan cercanos y tan
fáciles de utilizar para el usuario, la consulta de bases de datos se hacía
mediante una búsqueda por comandos. A partir de una pantalla en blanco, el
usuario debía introducir una sentencia de búsqueda compuesta por comandos
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(órdenes que se le dan al ordenador), términos de búsqueda (palabras por las
que el usuario quiere buscar) y operadores que marcan las relaciones entre
distintos términos de búsqueda (Giménez, 2007).
Realizar una búsqueda de este tipo requiere un buen conocimiento del sistema
y de las técnicas de recuperación de información. Aunque este modelo de
búsqueda es utilizado solo por usuarios expertos y por los gestores de las
bases de datos, la mayor parte de estas ya disponen de formularios de
búsqueda, mucho más intuitivos para el usuario y accesibles incluso para
aquellos que nunca han interrogado una base de datos. No obstante,
internamente e independientemente de que cuenten con un formulario de
búsqueda, las bases de datos funcionan con este tipo de comandos (Moreiro,
2006).
En esta búsqueda, el usuario no ha de teclear los términos por los cuales quiere
buscar, sino que le pide al sistema que le muestre los índices, es decir, las
listas de autores, de materias o de títulos que componen el conjunto
documental de la base de datos.
De unión (O, OR, OU): permite recuperar documentos que tengan uno u otro
elemento de los que indica el usuario. Por ejemplo, para obtener documentos
que traten de literatura o de cine, es decir, de cualquiera de las dos materias,
utilizaríamos la siguiente estrategia de búsqueda: literatura OR cine.
Se puede decir que los recursos digitales son las unidades que conforman la
red, sus divisiones, y se pueden clasificar en dos grandes grupos: fuentes de
información (revistas, bases de datos, sedes web, etc.) y servicios (blogs,
motores de búsqueda, listas de discusión, etc.) (Cordó n & Aré valo, 2016).
En cierto sentido, se podría decir que tanto los directorios como los buscadores
y metabuscadores son grandes bases de datos, en el sentido de que los tres
recogen un conjunto «limitado» de recursos digitales de la Red. Sin embargo,
presentan algunas diferencias como las que se describen a continuación
(Moreiro, 2006).
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Argudo, S., & Pons, A. (2013). Mejorar las bú squedas de informació n.
Barcelona: Editorial UOC.
Cordó n, J., & Aré valo, J. (2016). Las nuevas fuentes de informació n: la bú
squeda informativa, documental y de investigació n en el á mbito digital.
Madrid: Difusora Larousse - Editorial Tecnos.