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Lejanos e insólitos, cubiertos de nubes y sembrados de flores, árboles, pájaros y mamíferos, los

bosques montanos occidentales crecen en un lugar imposible: el flanco estéril de los Andes, la
espina dorsal de Sudamérica que justo aquí, en el Perú, en sus laderas al oeste, tiene sus vértebras
rocosas y grises, polvorientas y sin agua. Es justo lo contrario de lo que ocurre en sus laderas al
este, donde llueve tanto y las pendientes reverdecen

desde las cumbres hasta las extensas planicies de la Amazonía. ¿Cómo pueden ser tan distintos los
flancos de una misma cadena montañosa? Es culpa del océano Pacífico, juez inconmovible a causa
de la corriente helada peruana, o de la corriente de Humboldt, que impone como sentencia que
los Andes sean desérticos al occidente mientras son fecundos al oriente.

Los bosques montanos occidentales se ubican en los flancos andinos de los departamentos de
Piura y Cajamarca, al norte del país, con pequeñas extensiones en los departamentos de
Lambayeque y La Libertad.

Tiene un área de 21 576 km2 con un rango de elevación de 1300 a 3400 m (1000 a 3000 m en el
sur de Ecuador) y un clima temperado. El dosel generalmente tiene menos de 25 m y hay una alta
abundancia de plantas epífitas (especialmente musgos, helechos, orquídeas y bromelias). A
elevaciones intermedias, especialmente durante las tardes, los bosques se cubren de niebla y
reciben precipitación horizontal desde nubes bajas. El Bosque Montano Occidental está
restringido a zonas angostas entre la hoya del Río Mira (cerca al borde con Colombia) y las hoyas
de los ríos Chanchán y Chimbo (2 grados de latitud S). Esta región natural es reemplazada por
hábitats más secos (especialmente Matorral Interandino) al sur de 4 grados de latitud S, cerca a la
frontera con el Perú. Casi la mitad de su área ha sido deforestada (Fig. 1). Galería de fotos.

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