Está en la página 1de 4

ECO-REGIONES DE ARGENTINA

ALTOS ANDES

Se extiende desde la frontera con Bolivia hasta el norte de Neuquén a lo largo de las cumbres cordilleranas. El
clima es extremadamente árido, frío y con fuertes vientos. Las comunidades botánicas más características
son las estepas de iros y coirones (pastos de hoja dura y punzante) que cubren los faldeos de la pendiente
suave. Montaña arriba la vegetación se empobrece hasta desaparecer en la roca. Como contracara, en
vallecitos y hondonadas (donde se junta agua de deshielo) presentan asombrosos verdores. Entre los
animales, el chinchillón, el zorro colorado y el cóndor.

PUNA

Es la segunda altiplanicie de la Tierra después del Tibet. Abarca 8640000 has desde Jujuy hasta el norte de
San Juan. Presenta salinas y lagunas salobres de escasa profundidad en las que se congrega una
muchedumbre de aves acuáticas entre las que se destacan tres especies de flamencos. A su alrededor se
extiende la vegetación típica de la ecorregión: una estepa de arbustos bajos-dominada por tolas y tolillas-, que
recorren tropillas de vicuñas y suris. La queñoa, único árbol puneño, prospera al abrigo de laderas y
quebradas, donde se encuentra algo más de humedad.

MONTE DE SIERRAS Y BOLSONES

A pesar del nombre no se trata de un territorio boscoso sino de una estepa arbustiva alta –caracterizada por la
predominancia de jarillas- que se extiende en los valles intermontanos, bolsones y laderas serranas. Se
extiende paralelo a la Cordillera de los Andes, desde Jujuy hasta el norte de Mendoza. Las escasas
precipitaciones que recibe (entre 80 y 200 mm) condicionan el desarrollo biológico. Sin embargo donde se
encuentran aguas subterráneas prosperan algunas especies arbóreas (sobre todo, algarrobos). La fauna de
esta región, exclusiva de Argentina, incluye el guanaco, la tortuga terrestre, el puma, la vizcacha, el pichiciego
menor, la boa de las vizcacheras y el águila coronada.

SELVA DE LAS YUNGAS

Constituye el apéndice austral de la lonja selvática que baja desde Venezuela por las laderas orientales de
los Andes. Sus 4661000 has separan la Puna de los bosques chaqueños apoyadas en diversos
encadenamientos serranos sobre los cuales se descargan copiosas precipitaciones. Las laderas serranas han
ganado así el intrincado ecosistema que compite con la Selva Paranaense en materia de biodiversidad y
cumple un papel irremplazable en la regulación hídrica de nuestro Noroeste. La ecorregión cuenta con
especies faunísticas exclusivas, como el loro alisero y la ardilla roja.

1
CHACO SECO

Ocupa la mayor parte de la llanura chaqueña y los faldeos serranos que la bordean por el sur y el oeste.
Constituye una interminable sucesión de bosques xerófilos, apenas interrumpidos por pastizales, peladares
(suelo desnudo) erizados de cardones y, en el extremo suroriental, alguna que otra salina. El árbol
emblemático es el quebracho colorado santiagueño, de altura imponente y gran dureza. Convive con el
amenazado yaguareté y con dos fósiles vivientes: el tatú carreta y el chancho quimilero

CAMPOS Y MALEZALES

Se trata de una ancha faja de pastizales y pajonales. Ocupa 2768000 has en el sur de Misiones y este de
Corrientes, vinculando la Selva Paranaense con el Espinal. Tiene un monótono discurrir interrumpido por
isletas de monte –conocidos localmente como “mogotes”- y la selva en galería que acompaña los cursos
fluviales. Favorecida por el clima subtropical, húmedo, se desarrolla una rica variedad de plantas herbáceas.

Predominan la flechilla, el espartillo amargo, la paja colorada y el pasto jesuita. La fauna regional está
integrada por especies paranaenses y chaqueñas, por ejemplo: la chuña de patas rojas y el amenazado
venado campero.

PAMPA

Con casi 40 millones de has. Su vasta horizontalidad solo se ve interrumpida, al sur, por las serranías de
Tandil y Ventania. La recorre apenas un puñado de ríos lentos y meandrosos pero presenta numerosísimas
lagunas. Tiene temperatura benigna y lluvias bastante bien repartidas a lo largo del año y un suelo rico en
nutrientes y profundo, todo muy favorable para la actividad agropecuaria lo que generó que ya casi nada
quede del pastizal original.

MONTE DE LLANURAS Y MESETAS

A partir de Mendoza el Monte se dirige hacia el Atlántico, interponiéndose entre los caldenales del Espinal y la
Estepa Patagónica. Y no para hasta los barrancos costeros del extremo sur bonaerense, Río Negro y el
noreste de Chubut. Sigue siendo la franja más árida de la Argentina. Pero su paisaje pierde los relieves
abruptos, prevaleciendo llanos y mesetas escalonadas. También deja en el camino algunas comunidades
botánicas, como los cardonales o los algarrobales. Suficiente, según los ecólogos, para establecer una eco
región diferente. Predominan los jarillales, que hospedan maras, cuises, pumas, guanacos, zorros grises y
choiques.

DELTA E ISLAS DEL PARANÁ

Este vasto mosaico de humedales no solo abarca el laberinto deltaico y las islas del Paraná y el Paraguay,
también incluye los valles de inundación de esos ríos y parte del estuario del Plata. Constituye un fabuloso

2
corredor biológico, favorecido por las aguas que prodigan humedad, atemperan los picos termométricos y
sirven de transporte para especies del norte hacia latitudes mayores.

ESPINAL

Es la “herradura arbórea” que rodea por el norte, oeste y sur al pastizal pampeano. Está formado por bosques
armados de espinas -típicos de ambientes secos- que alternan con sabanas, estepas gramíneas y palmares.
Se lo considera un Chaco empobrecido en especies y de montes más bajos. Sin embargo, el predominio de
algarrobos y sus congéneres alcanza a darle personalidad propia. Comparte fauna con sus aledaños.

ESTEPA PATAGÓNICA

Corre desde los campos volcánicos del sur de Mendoza (Payunia) hasta los pastizales del norte de Tierra del
Fuego. La mayor parte está cubierta por arbustos achaparrados y pastos ralos, que se adaptaron a las duras
condiciones reinantes: suelos pobres, precipitaciones escasas, bajas temperaturas, heladas durante casi todo
el año y vientos que superan los cien kilómetros por hora. La eco-región comparte especies y géneros con la
Puna y los Altos Andes.

BOSQUE PATAGÓNICO

Delgada franja boscosa que acompaña a los Andes Patagóncios desde el norte de Neuquén hasta Tierra del
Fuego. No alcanza la biodiversidad de los bosques tropicales pero abundan especies exclusivas, por ejemplo
el ciervo más pequeño del mundo (pudú).

ISLAS DEL ATLÁNTICO SUR

Comprende los archipiélagos de Malvinas, Georgias del Sur y Sandwich del Sur. El clima dominante es
oceánico, frío y húmedo. Sus terrenos rocosos están alfombrados de pastizales, estepas achaparradas y, en
áreas saturadas de agua, turberas. Y su fauna comparte numerosas especies con el bosque patagónico.
Pero lo más notable es el papel que cumplen las islas subantárticas como centro de cría de aves y mamíferos
marinos. Las Georgias, por ejemplo, hospedan en la época reproductiva multitudinarias colonias de elefantes
marinos, osos marinos antárticos, pingüinos rey y pingüinos de frente dorada.

MAR ARGENTINO

Incluye tanto las aguas que cubren la plataforma como la franja litoraleña o costera. Su importancia biológica
corre paralela a la económica. Sobre la costa patagónica se establecen colonias de varias aves y mamíferos
marinos (entre ellos, el pingüino de Magallanes y el lobo de un pelo). A su vera prosperan bosques de
cachiyuyo (alga de gigantescas dimensiones) y la ballena franca austral encuentra áreas reparadas para
reproducirse. Mar adentro, la alta concentración de fito y zoo plancton congrega alrededor de trescientas
especies ícticas, que generan una gran riqueza pesquera.

3
ANTÁRTIDA

Debido a los rigores ambientales la flora se reduce a líquenes, algas. Otro tanto ocurre con la fauna terrestre,
limitada a un puñado de invertebrados. La fauna marina, en cambio, hace honor a la desmesura de la
Antártida. La ballena azul, el animal más grande de todos los tiempos, es el ejemplo más contundente.
También cabe mencionar al elefante marino, la orca y el pingüino emperador.

CHACO HÚMEDO

Se recuesta sobre los ríos Paraná y Paraguay. Es la franja de más biodiversidad de la planicie chaqueña.
Conviven bosques cerrados, sabanas salpicadas de palmares, cañadas, esteros y lagunas. Habitan yacarés,
monos, corzuelas, carpinchos, pecaríes y una infinidad de aves acuáticas.

SELVA PARANAENSE

Es la región natural de mayor biodiversidad y complejidad ecológica. Se le adjudican más de dos mil especies
botánicas superiores y un millar de animales vertebrados. Esta exuberancia no obedece a un suelo rico sin a
la influencia de la gran humedad y la alta temperatura. Se destaca el yaguareté, la harpía, el zorro pitoco y la
corzuela enana. Está altamente degradada por la explotación forestal

ESTEROS DEL IBERÁ

Se los consideran uno de los mayores reservorios de agua del planeta. La gran humedad y la temperatura
propician una flora abigarrada. No menos rica, la fauna incluye especies en peligro como el ciervo de los
pantanos.

Adaptado de: CINTI R. y otros. “PARQUES NACIONALES Y OTRAS ÁREAS PROTEGIDAS DE LA


ARGENTINA” La Nación. Buenos Aires. Aguilar, Altea, Taurus, Alfaguara, 2008

También podría gustarte