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EL SUELO Y LA METEORIZACIÓN
Los Suelos:
Son muchos los procesos que pueden contribuir a crear un suelo particular, algunos
de estos son: la deposición eólica, sedimentación en cursos de agua, meteorización,
y deposición de material orgánico.
El suelo tiene gran importancia porque interviene en el ciclo del agua y los ciclos
de los elementos y en él tienen lugar gran parte de las transformaciones de la
energía y de la materia de todos los ecosistemas.
Tipos de Suelos:
Existen dos clasificaciones para los tipos de suelo, una según su funcionalidad y
otra de acuerdo a sus características físicas.
Por funcionalidad:
Suelos arenosos: No retienen el agua, tienen muy poca materia orgánica y no son
aptos para la agricultura, ya que por eso son tan coherentes.
Suelos calizos: Tienen abundancia de sales calcáreas, son de color blancos, secos
y áridos, y no son buenos para la agricultura.
Suelos humíferos (tierra negra): Tienen abundante materia orgánica en
descomposición, de color oscuro, retienen bien el agua y son excelentes para el
cultivo.
Suelos arcillosos: Están formados por granos finos de color amarillento y retienen
el agua formando charcos. Si se mezclan con humus pueden ser buenos para
cultivar.
Suelos pedregosos: Formados por rocas de todos los tamaños, no retienen el agua
y no son buenos para el cultivo.
Suelos mixtos: Tiene características intermedias entre los suelos arenosos y los
suelos arcillosos, es decir, de los dos tipos.
Fluvisoles: Son suelos jóvenes formados por depósitos fluviales, la mayoría son
ricos en calcio.
Suelos intrazonales: Son suelos de origen residual, formados por restos de rocas
que, debido al mal drenaje, permanecen en el mismo lugar donde se inició la
meteorización. Por su propensión a la erosión, son poco aptos para la agricultura y
necesitan sistemas de protección para su uso agrícola. En Venezuela, los suelos
intrazonales se ubican en las zonas montañosas de los
Andes y Falcón.
c. Por el oxigeno atmosférico que hay en el agua y que actúa sobre la capa superior
externa del suelo. Algunos minerales, al contacto con el agua que se infiltra, se
oxidan y se transforman en otros: (Meteorización por oxidación).
El viento (erosión eólica), las aguas superficiales (erosiones pluvial y fluvial), aguas
subterráneas, los glaciares, el mar y los organismos litófagos.
Erosión Fluvial: La erosión fluvial es la que llevan a cabo los cursos de agua
continentales (ríos y torrentes), la energía cinética del agua determina la intensidad
de la erosión y depende de la energía potencial, que se debe a la diferencia de
altura entre la zona donde discurre y el nivel del mar.
Entre los tipos de erosión fluvial se reconocen: Erosión provocada por los ríos: La
erosión debida a las aguas corrientes, sigue las mismas etapas en que se divide de
forma natural el curso de un río. Hay una primera etapa en que la erosión mecánica
provocada por el agua y los materiales que arrastra es muy intensa en el curso alto
del río. En la segunda etapa, de transporte, la erosión mecánica sigue activa pero
empieza a actuar la erosión química.
Erosión Glaciar: La erosión glaciar se debe a la acción de los glaciares sobre las
rocas de la superficie, la erosión es mucho más intensa en el fondo de la masa de
hielo que en los costados, lo que determina el modelado de los valles glaciares en
forma de U. Este tipo de erosión se debe a dos mecanismos: la abrasión producida
en la roca del fondo por los fragmentos que engloba el hielo, y el mecanismo
mediante el cual el hielo pegado a la roca, sin agua fundida que los separe, arranca
fragmentos de la misma. Las estructuras características que resultan de la erosión
glaciar son los circos glaciares, los valles colgados y los lagos de origen glaciar.
Erosión Eólica: La erosión eólica es llevada a cabo por el viento. Este tipo de erosión
está condicionada por la ausencia de vegetación y la presencia de partículas sueltas
en la superficie. El viento transporta las partículas de los suelos de tres maneras:
La deflación (derivado del latín soplar): Se produce cuando el viento levanta los
fragmentos sueltos del suelo. Este proceso actúa donde la superficie del terreno
está completamente seca y recubierta de pequeños granos de arena sueltos
procedentes de la meteorización de la roca o previamente depositadas por el agua
en movimiento, el hielo o las olas. Es así como los cursos de los ríos secos, las
playas y las áreas recientemente cubiertas por depósitos glaciares son muy
susceptibles a la deflación.
Las partículas más finas, las que constituyen el barro, la arcilla y los limos, son
levantadas muy fácilmente y transportadas en suspensión. Los granos de arena se
mueven, únicamente si el viento es fuerte, y tienden a desplazarse a poca altura del
suelo. La grava y los cantos de 5 a 8 mm de diámetro suelen rodar por el suelo llano
cuando el viento es muy intenso, pero no recorren grandes distancias ya que es
muy fácil que queden retenidos en agujeros.
La Sedimentación Fluvial: se produce por la acción de las aguas de los ríos que
transportan diversos materiales y los depositan, formando llanuras aluviales,
terrazas y deltas.