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En la actualidad, se están llevando a cabo numerosos estudios a nivel global para investigar la

frecuencia y niveles de procrastinación entre los estudiantes. Por ejemplo, un estudio


realizado en China por Zhang et al. (2018) indicó que aproximadamente el 74,1% de los
estudiantes universitarios han pospuesto al menos una tarea académica.

Además, otro estudio llevado a cabo en Turquía por Balkis y Duru (2009) encontró que la
procrastinación entre estudiantes universitarios varía entre el 10,2% y el 75%. Además, se
observó que no existen diferencias significativas de género u origen en países como Estados
Unidos, Australia, España, Inglaterra y Japón.

Aunque no se disponga de cifras precisas sobre la cantidad de personas que experimentan


dificultades para postergar tareas, se estima que aproximadamente el 95% de la población
muestra inclinaciones hacia la procrastinación, y dentro de este grupo, alrededor del 20%
podría ser considerado como procrastinadores habituales. Además, se observa un nivel más
pronunciado de procrastinación en el género masculino en comparación con el género
femenino. Ferrari et al. (2007) señalaron que alrededor del 13,5% de las personas retrasan sus
tareas debido a la motivación, mientras que el 14,6% lo hace para evitar realizarlas.

La procrastinación académica es un fenómeno común entre los estudiantes, afectando a


aproximadamente del 80% al 95% de ellos en algún momento. Esto significa que un gran
número de estudiantes tienden a procrastinar en sus estudios, lo que puede tener
consecuencias negativas, como un bajo rendimiento académico, malestar emocional, ansiedad
y sentimientos de fracaso.

Según el Instituto Nacional de Estadística e Informática (2016), en Perú, la población de


adolescentes de 15 años o más ha aumentado a 8,412,000 y se espera que alcance los
8,513,000 para el bicentenario en 2021, dividida casi equitativamente en un 50.7% de hombres
y un 49.3% de mujeres. La adolescencia es una etapa crítica que requiere atención especial, ya
que los adolescentes enfrentan desafíos educativos que demandan esfuerzo y responsabilidad.
La procrastinación académica, caracterizada por retrasar las tareas, es un problema recurrente
entre los estudiantes, a menudo causando estrés y ansiedad debido a la mala gestión del
tiempo

Por otro lado, Estrada (2021) encontró que el 65.3% de todos los escolares retrasan sus
actividades en gran medida, mientras que el 21.3% lo hace de manera moderada. Solo un 5%
muestra un retraso muy bajo y un 4.2% un retraso bajo. Además, Álvarez (2010) determinó
que la tendencia a procrastinar es similar entre los estudiantes de 4° y 5° grado de secundaria,
sin diferencias estadísticamente significativas basadas en el grado académico. De manera
similar, se observó que la procrastinación académica es similar en ambos sexos.

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