Está en la página 1de 1

Al frotar la aguja con el imán conseguimos que el clavo se magnetizara temporalmente.

Una vez
imantado, el clavo consiguió un polo norte y un polo sur, al igual que tienen todos los imanes.

Esto permitió que al poner el trozo de corcho con el clavo en el agua el corcho flotara en la
superficie. El clavo imantado puede girar libremente hasta que los polos norte y sur de la aguja
estén alineados con el magnetismo de la Tierra, definido por el Polo Norte y el Polo Sur.

Estos instrumentos tan útiles para la navegación y la orientación, se basan en la propiedad física del
magnetismo, que hemos podido ver en este experimento. Gracias a que la Tierra tiene un campo
magnético delimitado por los polos, las brújulas nos ayudan a saber dónde está el norte o el sur.

Las brújulas se basan en el magnetismo de los imanes para funcionar. Una de las primeras cosas
que notamos sobre los imanes es que los polos opuestos se atraen y los polos iguales se repelen.

También podría gustarte