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INTRODUCCION Orden sistematico de la obra. Autor. 2. 2 ee Finalidad de la obra. . Fecha de composicién. Manuscritos. . Ediciones Fuentes.. a Posibles afiadidos. . . Sinopsis de la obra. 11. Conclusiones . _ SL BARALWNE Descripcién general de la obra. . XLI XLII XLVUL INTRODUCCION I, DESCRIPCION GENERAL DE LA OBRA La Coll. es una coleccién de derecho romano y mosaico que se conserva fragmentariamente en los manuscritos de Berlin, Verceil y Viena. Cada uno de los manuscritos presenta el titulo Lex dei quam praecipit dominus ad Moysen, que Mommsen supone falso.' Después del siglo xvi, recibié el titu- lo Mosaicarum et Romanarum legum collatio. Se considera que la parte conservada, que abarca 16 titulos, pertenece al primer libro de la obra, aunque se desconoce cuantos titulos la precederian y cudntos la continuarian. Conviene hacer notar que trata sobre todo de derecho penal, a excepcién del titulo xvi que se refiere a derecho privado. Los dieciséis titulos se desarrollan en un orden sistemati- co, que, sin embargo, no coincide con el orden del Edicto del Pretor Urbano en su forma codificada por Salvio Juliano y reconstruida por Lenel,? sino con el Decdlogo, especialmente en la secuencia del Exodo 20: 13-17. A la cabeza de cada titulo se encuentra un pasaje de la ley mosaica y en seguida las citas de textos juridicos romanos, distribuidas de la si- guiente manera: en primer lugar, de grande y larga prepon- derancia, los iura, es decir, fragmentos de Paulo, Ulpiano, Papiniano, Gayo y Modestino;? en segundo, las leges, o sea, constituciones imperiales tomadas de los Cédigos Gregoriano ' Vid. Krueger en la Bibliograffa, p. 108. 2 Vid. Lenel en la Bibliograffa * Estos son los juristas que pertenccen a la “ley de cilas”. Esta ley fue promulgada cn 426 d.C. por Valentiniano III, y establecfa que las opiniones de estos juristas tenfan eficacia legal; es decir, se podfan citar ante los tribunales. Si se oponfan las opiniones, prevalectan las de 1a mayorfa; en caso de empate, la de Papiniano. xv y Hermogeniano, e, independiente, una constitucién aislada del afio 390. En la Coll. no se hace propiamente una comparacién en el sentido estricto de la palabra, pues inicamente se ponen frag- mentos de leyes mosaicas y romanas unos junto a otros sin emitir juicios, y sélo en contadas ocasiones hace comentarios. Independientemente del titulo original de esta obra, creo que su autor, quien haya sido, sf tuvo la intencién de compa- rar, de confrontar, de cotejar textos afines, pues el hecho de poner un texto mosaico junto a otros romanos que hablan del mismo asunto invita por si mismo a compararlos. 2. ORDEN. SISTEMATICO DE LA OBRA De todos los autores mencionados en este trabajo, inicamen- te Girard‘ sefiala que la Coll. se expone segun el orden del Decalogo, en lo que se refiere a los temas de derecho penal. Basdndome en esta observacién, cotejé los preceptos del Decdlogo con los titulos de la Coll. y me sorprendi de la gran semejanza que existe entre unos y otros. Como este orden en que se desarrollan los titulos es alta- mente significativo para los puntos que trataré a lo largo de esta introduccién, lo presento en forma sinéptica en la pagina siguiente. Importa destacar que en la sucesién de los titulos de la Coll. es posible descubrir un orden que agrupa por conjuntos las prescripciones que desglosarfan los mandamientos del De- cAlogo a partir del correspondiente a “no matards”. Sin em- bargo, y para adelantarnos a observaciones de lectores fami- liarizados con la divergencia entre el Decdlogo que puede leerse en Exodo 20: 17, y Deuteronomio 5: 21, por una parte, y el Decdlogo integrado en la tradicién del catolicismo, debe- mos aclarar que el conjunto de los titulos del X al XIV nos da la clave para sospechar que el modelo del Decdlogo que se sigue puede ser el cristiano y no el judio, “Girard, p. 545. XVI Croparin” ERE ESS | COLLATIO DECALOGO Exodo 20 | 1 Asesinos 13 No mataras {11 Injuria atrox | IL Derecho y erueldad de los duchos IV Adulterios 14 No cometerés adulterio V_ Estupradores 5 No robarés VILE Falso testimonio 16 No dards falso testimonio | IX Acerea de no admitir testimo- contra tu préjimo nio X Depésito (cosas) 17 No codiciaras XI Cuatreros (ganado) projimo... nis XII_ Incendiarios (casa y campo) sierva, ni su bucy, ni su asno, ni XU Remocién de ‘érminos (campo) nada que sea de 61. En Deut. 5: XIV. Plagiarios (esclavos 21... no codiciards sv casa, su campo, su sicrvo 0 su sicrva, su bucy 0 su asno. la casa de tu iervo, ni su XV_ Astrélogos, hechiceros y 3-11 No tendras dioses ajenos maniqueos XVI La sucesién legitima 12 Honra a tu padre y a tu madre. En efecto, a partir de la reformulacién que san Agustin hace de las observaciones de Origenes a propésito de la inte- gracion del Decalogo, los escritores catélicos posteriores si- guieron la tradicién de reunir en uno solo los que, en la interpretacion judia (y de algunas sectas protestantes con- tempordneas) se siguen distinguiendo como dos y que son “no tendras dioses ajenos delante de mi” (Exod. 20: 3) y el de “no te hards imagen ni ninguna semejanza...” (Exod. 20: 4-6), y el de distinguir por separado lo que en la tradicién judia sigue siendo un solo mandamiento: “no desearas la mujer de tu projimo” y “no codiciaras la casa de tu projimo” (Deut. 5: 21). Es decir, el décimo mandamiento del Decalogo es en el cato co el noveno y el décimo; y el primero y segundo mandamien- XVII to del Decdlogo judio es el primero del catdlico.® Es posible notar que dicha 4rea, titulos X al XIV, coincide con la lectura catélica del décimo mandamiento, y por lo tanto podemos conjeturar la hipétesis de que una distribucién asi no pudo haberse hecho al menos antes de la reformulacién que san Agustin establecié conforme al Deuteronomio 5: 21. 3. AUTOR El autor sigue siendo desconocido, a pesar de que se ha discu- tido mucho sobre su posible origen. Para Kunkel lo que queria el autor era “o bien contribuir a la propagacion de las creencias cristianas (casi seguro que no a las hebraicas); 0 quizd también justificar el derecho de los juristas y emperadores paganos ante la nueva religién cris- tiana del estado”.° Sin embargo, Volterra cree que “la Collatio nacié en un ambiente hebraico”.” La obra se ha atribuido a varios posibles autores. En el siglo xvi, Pierre Pithou, en la edicién que hizo de la obra basada en el manuscrito de Berlin, refiere que Thilius (obispo muerto en 1570) atribuia la obra a Licinio Rufino, porque éste era el destinatario de una epistola del jurista Paulo, quien es el autor mds reconocido en la Coll. Este Licinio Rufino no era un jurisconsulto, sino un cristiano, a quien se le quiso identificar con Rufino de Aquilea muerto en 397. Pero esa atribucidn es poco creible, pues su nombre casi no se encuentra en el tiempo de Teodosio. Max Conrat (Hermes, 35, 1899, pp. 344-347),* y Scherillo® mencionan como otro posible autor a san Jerénimo, pues en una biografia de éste se dice que habia dirigido a los juris- * Para la argumentacién que ataie a estas diferencias y la tradicién catélica véase, entre otros autores, Tomas de Aquino, Summa Theologica, Quacstio 100, a.4-6; y Martino Wouters, Dilucidationes Selectarum S. Scrip- turae Quaestionum, 1887, Quacstio I a Exodo XX. ® Kunkel, p. 155. 7 Citado por Scherillo, p. 448. * Mencionado por Girard, p. 543 *Schorillo, p. 447. XVII consultos un liber singularis sonansque; sin embargo, la ver- sién de los textos biblicos reproducida en la Coll. no pertene- ce ala Vulgata y esto hace insostenible esa hipétesis. Scheril- lo también conjetura que el autor fue un tal Ambrosiaster, un hebreo convertido al cristianismo y autor de un comentario sobre las trece epfstolas de san Pablo aparecido en Roma bajo el papa Damaso (366-384). Quizds no sea el autor, pero, como dice Scherillo,"° hay indicios de que conocié la obra y la tuvo en sus manos. Es posible, incluso, que algunos afiadidos y revisiones fueran obra suya. En todo caso, gracias a él la Coll. entré posiblemente en ambiente cristiano, de donde se explica la supervivencia en el medioevo y su uso en ese am- biente. En el afio de 1868, Rudorff propuso como autor a san Ambrosio, obispo de Milan. Hohenlohe" apoya esta conjetura refiriendo que la obra contiene una constitucién del afio 390 de un César cristiano, Teodosio, acerca de los estupradores, que provocé un desacuerdo entre Teodosio y san Ambrosio, porque para éste la ley contradecia el espiritu cristiano; san Ambrosio, pues, excomulgé a Teodosio de la Iglesia, y le im- puso penitencia publica. Posteriormente, el emperador Va- lentiniano II llegé a un acuerdo con san Ambrosio y se cris- tianizé tal constitucién.” Hohenlohe"™ dice, ademas, que hay una relacion entre la Coll. y los escritos de san Ambrosio: el tinico contrato obligatorio del que habla la Coll. es el Depésito (tit. X), que es el tinico contrato de qué habla ampliamente san Ambrosio en su obra De officiis ministrorum. Sin embar- go, se ha desechado a san Ambrosio como autor de la obra, porque este hecho se habria conocido en los circulos.cristia- nos y su recuerdo se habria conservado al menos‘en alguna tradicién oral. Pero Hohenlohe considera como indiscutible que Ambrosio tuvo la Coll. en sus manos y la utilizé como auxiliar en sus trabajos juridicos y que es probable.que haya hecho alguna nota personal o algiin afiadido. " fdem. 1 Hohenlohe, pp. 486 y 487. 2 En Coll. 5,3,1 parece ya estar cristianizada tal constitucién. " Hohenlohe, op. cit. p. 489. XIX La mayoria de los estudiosos mencionados hasta aqui coin- cide en que el autor no era jurista, porque su conocimiento de obras juridicas parece muy modesto y se limité a reproducir textualmente las fuentes. Para ellos fortalece esta hipstesis el hecho de que el autor se refiera a los juristas en segunda persona,‘ argumento que me parece poco sélido, puesto que cualquier profesional puede dirigirse a un publico compuesto de homélogos suyos. Finalmente, considero importante mencionar la tesis de Schulz,” quien asegura que los pasajes biblicos no forman parte de la obra original, sino que fueron afadidos posterior- mente por algun tedlogo de manera irreflexiva y superficial; y que por tanto no hay senal de ninguna tendencia religiosa, semitica 0 antisemitica, cristiana 0 anticristiana, y que el problema de la paternidad y de la fecha deben dejarsc a un lado, pues no es posible decidirse por un solo autor ni por una sola fecha. Su tesis le permite, en cambio, distinguir varios posibles estratos del texto, lo que le Neva a proponer varias hipstesis sobre diversos autores y diversas fechas de composi- cién para cada uno de esos estratos, segun veremos mds adelante. Concuerdo con Schulz unicamente cuando dice que no es posible decidirse por un solo autor; es decir, que no se puede identificar su nombre. En efecto, seria muy dificil demostrar la paternidad unica de la-obra, ya que no existen de ella senales ni indicios en los manuscritos. Sin embargo, no estoy de acuerdo con Schulz en lo que respecta a los pasajes bibli- cos, pues creo que si forman parte de la obra original, ya que el orden de los titulos y sus semejanzas con el orden del Decalogo obedecen a una sola persona. Por otro lado, me parece que el autor es un cristiano por- que, como se sabe, la Coll. se usé en circulos cristianos; porque ademas el autor utilizé fuentes cristianas, como se vera en el capitulo octavo; y porque el orden de los titulos de la Coll. se asemeja al Decalogo cristiano, como se explica en el capitulo dos de esta introduccion. “Coll. 7,11 *settote, iuris consulli” Schulz, Storia della... p. 560 XX 4, FINALIDAD DE LA OBRA En cuanto al objetivo de la Coll. no podemos saberlo con certeza, ya que, como se mencioné antes, la obra nos ha llegado incompleta. No tenemos ni el principio, donde posi- blemente se explicaba, ni tampoco el final. Pero de igual modo que con respecto a la paternidad de la obra, se pueden hacer aqui algunas conjeturas, como la de que tenfa un obje- tivo apologético cristiano: mostrar la correspondencia entre la ley divina y la humana y que derivaba la segunda de la primera. U optar, como dice Kriiger, que el “unico fin que puede tener el libro es la indicacidn de las analogias existen- tes entre el derecho mosaico y el romano, hasta en materia penal”."® Hohenlohe" le da una gran importancia a la obra al opinar que es decisiva para el derecho canénico, pues éste se desa- rrolla a partir de su relacién con el derecho romano tardio y tal relacién se documenta precisamente en la Coll. Si observamos que la obra tiene mas fragmentos juridicos que biblicos, podria decirse que no hace propiamente una comparacion entre ambos, y éste seria el unico argumento en contra de tratar a la obra como una comparacién de textos; pero, ciertamente, es muy débil, pues un texto mosaico siem- pre es confrontable con dos 0 mas romanos. Su edicién, sin duda, pudo tener como objetivo difundir los escritos juridicos romanos para que sirvieran en la practica ante los tribuna- les. Sin embargo, creo que por el orden de los titulos, sefiala- do en el anterior cuadro sinéptico, y por las intervenciones del autor,’* la Coll. también tiene un objetivo apologético. 5. FECHA DE COMPOSICION Como en los tres manuscritos la Coll. se encuentra incomple- ta, y ademas se cree que sufrié modificaciones y anadidos © Kruger, p " Hohenloh "Vid. infra, “Posibles afiadidos”, XXI posteriores, es dificil precisar la fecha de su composicion. A continuacién expondré las diferentes tesis acerca del tema. La mayoria de los autores, como Girard y Krier, conside- ra que fue compuesta al final del siglo tv o principios del v, especiticamente a partir de dos fechas que podemos conside- rar como limites post quem y ante quem, y que son los afios 390 y 438. En efecto, en la Coll. 5,3, se registra la constitu- cién del 390 de Teodosio dirigida al wicarius urbis Romae, en su redaccién original, y no en la reformulacién con que apa- rece en el Cédigo Teodosiano, compuesto en el ano 438, que no fue usado en la Coll. Otra posible fecha post quem es el afio 426, cuando fue promulgada la “ley de citas”."’ Sin embargo, Kriiger sefiala que el hecho de que la obra recopile textos de los juristas que pertenecen a dicha ley no implica que la coleccién se haya hecho después de ésta, porque es probable que el autor se redujera a consagrar el estado de cosas ya existente y era natural limitarse a los cuatro juristas de la época de Severo y afadir a Gayo como autor escolastico favorito.” Por su parte, Scherillo”! plantea su propia teoria argumen- tando que el fragmento 5, 3 es un afadido posterior y que no hay razén, por tanto, para anotar el 390 como término post quem. Sefiala que si el autor no menciona ninguna constitu- cién de Constantino ni de sus sucesores, es porque no conocia Ja legislacién constantiniana y asi el término ante quem seria el advenimiento de Constantino. En cuanto al término post quem, el autor propone que sea la fecha de composicién de las obras que mds cita la Coll., esto es, las Sentencias de Paulo y los Cédigos Gregoriang y Hermogeniano, compuestos en épo- ca de Diocleciano. Asi pues, siguiendo a Scherillo, la fecha de composicién de la Coll. se colocaria entre los ultimos afios de Diocleciano y el advenimiento de Constantino, 0 sea, aproxi- madamente entre los afios 284 y 307 d.C. Como observaré més adelante, al comentar la importancia del orden de agru- pacion de los titulos de la Coll., que adelanté ya en el cuadro "Vid. n. 2 de la “Introduceién”. » Kruger, p. 283. ™ Scherillo, p. 447 XXII sindptico del apartado dos, los términos que propone Scherillo son inaceptables. Por otro lado, Cervenca” analiza cuatro pasajes para con- cluir que es imposible fijar una fecha, aunque sf puede obser- varse que en la Coll. se encuentran pasajes que hacen refe- rencia a constituciones del siglo 1v. E] primero que analiza es el 14,3,6, que menciona que “ex nouellis constitutionibus” los plagiarios deben ser castigados con la pena capital por la atrocidad del hecho. El cree que estas “nuevas constitucio- nes” se refieren a una de Constantino del 315.” Después analiza los pasajes 7,2,1 y 7,3,3, referentes tam- bién al derecho de asesinar o no a un ladrén, y que reflejan también una constitucién de Graciano, Valentiniano y Teodosio, del 383,% que, de acuerdo con la época posclasica, plantea como preferible el denunciar al ladrén ante la justicia del estado que el asesinarlo personalmente. EI siguiente pasaje que analiza, el 4,12,8, que trata sobre el derecho de someter a interrogatorio y tortura a los esclavos cuando sus duefios cometian adulterio, le parece que refleja también una constitucién de Graciano, Valentiniano y Teodosio del 385,” porque el pasaje afirma, como esa consti- tucién, que ninguno de los dos cényuges podrd manumitir a sus esclavos con el propésito de eludir su sometimiento a la Quaestio. El ultimo pasaje que analiza es el 3,2,1, que establece que no podra considerarse “homicidii reus” al dominus que mate a golpes a su esclavo, a menos que lo haya hecho con dolo; este pasaje le parece posterior a Constantino porque refleja un derecho mas riguroso. Si bien Cervenca no propone una fecha definida para la composicién de la obra, sus minuciosos e inteligentes argumentos apoyan, finalmente, la datacién en el siglo tv, lo cual es ya de suyo un aporte valioso Las ideas de Schulz® que habiamos esbozado en el aparta- do acerca del autor son interesantes. Para é] hay cuatro % Cervenca, pp. 253 ss. “Cod. Theod. 9,18)1. 4 Cod. Theod. 9,29,2. * Cod. Theod. 97,4. Schulz, Storia della..., pp. 560 88 XXII

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