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Auto de Navidad

INTRODUCCIÓN:

Los ángeles de la montaña’, un precioso cuento de Navidad para niños

La pequeña Emilia había ayudado a su madre a llevar el pequeño abeto de Navidad hasta la
montaña. Y allí, junto al lago, olvidó sin querer el pequeño angelito que cada Navidad
colocaba en lo alto del árbol. Y así fue como empezó todo…

Angelito, que así se llamaba el muñeco de fieltro relleno de algodón, tenía unas alas
transparentes preciosas y unos tirabuzones del color del trigo que contrastaban con su cara
sonrosada y sus ojos azul celeste. Se quedó olvidado sobre una roca y la nieve lo cubrió
enseguida, congelando sus alas.

Sin embargo, la primavera, llena de vida, no solo derritió el hielo de sus alas, sino que además
le otorgó vida y Angelito pudo revolotear entre las mariposas y las flores. De pronto, se abrió
un maravilloso mundo nuevo para él:

– ¡Qué abetos tan grandes!- dijo maravillado antes los árboles que coronaban la montaña-
¡Aquí la Navidad sería fantástica!

A Angelito se le ocurrió que podría celebrar la Navidad que tanto echaba de menos en el
pueblo de Jauja.

– Esta Navidad, podemos llenar estos árboles de ángeles…

Los ángeles de la montaña: el plan de Angelito

Y así es cómo, unas semanas antes de la nueva Navidad, Angelito fue al pueblo a buscar a sus
amigos y compañeros, que dormían profundamente en el fondo de cajas de cartón.

– ¿Por qué nos despiertas? ¿Ya es la hora?

– No, no… es que se me ha ocurrido que podemos celebrar la Navidad en nuestro pueblo… ¡Os
encantará! Los abetos son grandiosos.

– Pero… luego debemos volver a nuestras casas. No queremos que los hombres se pongan
tristes…

– De acuerdo- dijo Angelito- Organizaremos una Navidad una semana antes del 25 de
diciembre.

Todos los angelitos estuvieron de acuerdo, y acompañaron a Angelito hasta la montaña.

– ¡Es precioso!- dijeron al ver los árboles cubiertos de nieve.

Y todos comenzaron a instalarse en las ramas más altas, hasta que escucharon los lamentos de
los olivos y los almendros, que veían con pena cómo los abetos se llenaban de alegres
angelitos y ellos no podían celebrar la Navidad de igual forma.

– Debemos hacer algo- dijo Angelito al resto de compañeros- No podemos permitir que los
olivos y los almendros estén tristes… ¿Qué tal si llamamos también a las estrellas?

– ¡Buena idea!- dijo otro de los ángeles- Para ellas será más fácil instalarse en las ramas de
todos los árboles.
Y fueron a buscar a las cajas de cartón a las estrellas, que despertaron de su letargo y
sonrieron al ver a los angelitos.

La organización de los ángeles de la montaña

Los olivos y los almendros se llenaron de esta forma de estrellas y por fin sintieron que la
Navidad también había llegado hasta ellos.

– Pero no tenemos música- dijo entonces Angelito.

Y el viento, que había estado escuchando, dijo:

– Yo puedo encargarme de traer la música del pueblo hacia aquí… y algún pájaro que aún no
haya emigrado, puede acompañarnos con su canto.

Enseguida algunos pájaros se ofrecieron voluntarios. Les encantaba cantar, más aún en
Navidad.

– ¡Eso es fantástico!- dijo entonces Angelito.

Y así, todos organizados, quedaron para el fin de semana anterior a la Navidad. Y el ansiado
día llegó: los angelitos volaron a sus abetos, las estrellas se acoplaron en los olivos y
almendros. El viento, por su parte, arrastró los villancicos que sonaban en el pueblo, y los
pájaros se animaron a cantar.

Pero después de un rato, todos sintieron que faltaba algo…

– No lo entiendo- dijo Angelito- Ya tenemos todo lo necesario para celebrar la Navidad y sin
embargo… no siento su espíritu…

Los ángeles de la montaña y el espíritu de la Navidad

Todos le dieron la razón, pero no sabían cómo solucionar el problema. Hasta que de
pronto, comenzaron a ver antorchas alineadas junto al lago, de personas que formaron un
grupo y empezaron a cantar. Compartieron comida y abrazos y de pronto los ángeles y las
estrellas entendieron qué faltaba.

Por su parte, la pequeña Emilia, que estaba en ese grupo de personas que celebraban la
Navidad, miró hacia la montaña y vio pequeños destellos entre los abetos.

– Mira, mamá… ¡los árboles tienen estrellas!

Y todos decidieron subir hasta la zona de los abetos para ver por qué brillaban. Entonces
descubrieron atónitos los ángeles y las estrellas y los pájaros que aún cantaban junto a los
troncos de los árboles. Todos se quedaron maravillados, pero más aún la pequeña Martina,
que de pronto descubrió entre las ramas de un abeto a su ‘angelito’.

– Mira, mamá… ¡es Angelito!

Y el muñeco entonces agitó las alas, y Martina entendió que él también estaba muy contento
por verla y que esa Navidad, seguro, volvería a casa.

Y así fue. Una semana después, los ángeles de la montaña y las estrellas regresaron a las
casas y el bosque, eso sí, se quedó de nuevo en silencio pero feliz, muy feliz, y seguro de que a
partir de entonces podrían celebrar la Navidad todos los años.
Escena de la anunciación de María

Escena: María está sola en la habitación, ocupada en sus tareas diarias. El Ángel Gabriel entra
con una luz celestial.

Diálogo: Ángel Gabriel: (con voz suave y amable) ¡Salve, María, llena de gracia! El Señor es
contigo.

María: (sorprendida y asustada, pero con calma) ¿Quién eres? ¿Por qué me saludas así?

Ángel Gabriel: No temas, María. Has hallado gracia delante de Dios. He venido a anunciarte
algo maravilloso. Serás la madre del Hijo de Dios.

María: (asombrada) ¿Cómo puede ser esto, ya que no conozco varón?

Ángel Gabriel: El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y el poder del Altísimo te cubrirá con su
sombra. Por eso, el Santo que nacerá de ti será llamado Hijo de Dios.

María: (con humildad) He aquí la sierva del Señor. Hágase conforme a tu palabra.

Cierre: El Ángel Gabriel sonríe, bendice a María y se retira con la misma luz celestial. María
queda en reverencia, asimilando el asombroso anuncio. La escena termina con una canción
navideña alegre y el mensaje de que la Navidad es el tiempo de celebrar el nacimiento del
Salvador.

Esta breve escena representa la Anunciación del Ángel Gabriel a María, un momento de
asombro y humildad. Puedes usar esta escena en una obra de teatro navideña para niños,
resaltando el mensaje de fe y aceptación que María demostró al recibir el mensaje del ángel.

Escena de Isabel y Maria

Narrador: María quien está embarazada de Jesús, llegando a la casa de su prima Isabel.
Completar

María: (entra en la escena, mirando a su alrededor) Isabel, ¿estás en casa?

Isabel: (sale de la casa, emocionada) ¡María! ¡Qué alegría verte! (se abrazan)

María: Isabel, el ángel Gabriel me visitó y me dijo que iba a dar a luz al Hijo de Dios.

Isabel: (asombrada) ¡Qué maravilloso, María! También tengo una gran noticia. Estoy
embarazada, y mi bebé saltó de alegría en mi vientre cuando te vio.

María: (emocionada) ¡Dios es realmente grande! ¿Puedo quedarme contigo por un tiempo?

Isabel: Claro, María, te quedas conmigo todo el tiempo que quieras. (Invita a María a entrar a
la casa)

Narrador: El encuentro de María y su prima Isabel, dos mujeres que comparten la alegría y la
bendición de la Navidad.
ESCENA DE LA ANUNCACIÓN A JOSÉ

Escena: José está en su casa, preocupado por el compromiso de matrimonio con María. El
ángel aparece para darle un mensaje importante.

José: (preocupado, hablando consigo mismo) ¿Qué debo hacer? María está embarazada, pero
no es mío. No quiero hacerle daño, pero no entiendo qué está pasando.

(El Ángel aparece de repente con una luz brillante)

Ángel: (con voz suave y tranquilizadora) José, hijo de David, no temas tomar a María por
esposa, porque lo que en ella ha sido engendrado es del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo, y le
pondrás por nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados.

José: (asombrado) ¿Un hijo de Dios? No puedo creerlo.

Ángel: (sonríe) Sí, José, esta es una parte del plan divino. Debes cuidar y proteger a María y al
niño Jesús. Tendrás un papel importante en su vida.

José: (con humildad) Haré lo que sea necesario. Confío en el plan de Dios.

(María entra a la escena)

María: (alegre y emocionada) José, he tenido una visita del ángel también. ¿Te ha hablado?

José: (sonríe) Sí, María, el ángel me ha dado un mensaje importante. Estamos juntos en esto.

Cierre: La escena puede finalizar con José y María abrazándose y compartiendo su alegría y
compromiso el uno con el otro y con el plan divino

ESCENA DEL EMPADRONAMIENTO:

Centurión Romano: (en tono reflexivo) Saludos, ciudadanos y amigos. Vengo en nombre del
emperador romano César Augusto y sirvo al Imperio Romano. Hoy, me encuentro aquí para
llevar a cabo una tarea que me ha sido encomendada por las autoridades imperiales, un
empadronamiento. En esta época del año, todos los ciudadanos deben registrarse en sus
lugares de origen.

Veo a muchas caras preocupadas y fatigadas en esta fila. Comprendo que viajar largas
distancias para empadronarse no es sencillo, pero sepan que respeto su sacrificio.

(Con humildad) También he escuchado de rumores y relatos que circulan en el pueblo:


historias de profecías, de un niño especial y de algo trascendental que está por suceder.

Continuemos con el empadronamiento, siguiendo las reglas y regulaciones de nuestro tiempo.

Centurión Romano: (muestra un pergamino) ¡Siguiente! (José y María avanzan)

José: (nervioso) Venimos a empadronarnos, señor.

Centurión Romano: (revisa el pergamino) Bien, necesito su nombre y lugar de origen.

María: (con amabilidad) Soy María, y él es José. Venimos de Nazaret.

Centurión Romano: (anota los nombres) Muy bien, sigan adelante.


BUSCANDO POSADA

Descripción: La virgen María y San José se dirigen a Belén. La Virgen va en un burro porque
está muy cansada por el embarazo. El viaje se hace largo.

Virgen María: ¿Falta mucho, José? Ya no puedo más…

San José: Tranquila, María, ya queda muy poco. Son muchos kilómetros desde Nazaret, lo sé,
pero estamos a punto de llegar a Belén.

Virgen María: Lo sé… pero siento que está a punto de nacer…

San José: En cuanto lleguemos, buscaremos una posada. La mejor, la más cómoda, para que
nuestro hijo pueda nacer con las mayores comodidades.

Virgen María: Ay, José, Dios te oiga. Espero que no encontremos problemas al llegar…

San José: ¿Problemas? ¿Quién se va a negar a dejarte pasar a una posada estando tan
embarazada? Confiemos en la caridad de las personas.

María: José, estoy muy cansada.

José: No te preocupes, María, que ya queda muy poco. Mira, ya estamos llegando. Verás qué
pronto puedes descansar en una buena cama.

ESCENA DE LA POSADA

(La Virgen María y San José llegan a una fantástica posada y llaman a la puerta):

Posadero 1: ¿Quién llama?

José: Por caridad, pedimos alojamiento. Mi mujer está embarazada y a punto de tener a
nuestro hijo. Necesita descansar.

Posadero 1 (mirando con mala cara a María y José): Lo siento, pero no se aceptan extranjeros
como vosotros. ¡Iros de aquí ahora mismo!

José: Por favor, tened algo de piedad, mi mujer necesita una cama.

Posadero 1 (enfadado): ¡Te he dicho que no quiero veros más! ¡Largo de aquí!

El nacimiento del niño Jesús: Qué sucede en las siguientes posadas

Posadero 2: ¡Ya vaaaaa! ¿Quién es?

José: Por caridad, dejadnos pasar… Mi mujer está a punto de tener un niño. Venimos de muy
lejos y está muy cansada…

Posadero 2 (mirando con temor a María y José): Quita, quita, no tenemos habitaciones libres,
no podéis pasar.

José: Por favor, necesitamos una habitación limpia.

Posadero 2: No creo que tengáis dinero suficiente para pagarla. ¡Fuera de aquí ahora mismo!
(El posadero les amenaza con la mano para que se vayan. La Virgen y San José llegan a un
albergue muy humilde, con un pesebre al lado que tiene un buey durmiendo. San José llama a
la puerta del albergue).

José: ¡Por favor! ¿Hay alguien?

Posadero 3: ¡Sí! ¡Ya voy!

San José por fin encuentra posada

José: Por el amor de Dios, necesitamos alojamiento. Mi mujer va a tener un bebé y venimos de
muy lejos…

Posadero 3: ¡Qué lástima! ¡Tengo el albergue lleno! Pero… ¿quiénes sois? ¿Os conozco?

José: Mi mujer va a ser la madre de Jesús, el niño Dios. Ha sido escogida para dar a luz al hijo
de Dios.

Posadero 3 (asombrado): ¡Pero… qué dices! ¿En serio? ¿Cómo es eso? ¿Y si es verdad? Bueno,
sea o no cierto, no puedo dejaros en la calle, con el frío que hace. Esperad, tengo una idea:
prepararé el pesebre, con paja y un fuego. Estaréis calentitos y cómodos.

José: ¡Oh, gracias, buen hombre! ¡Dios pague tu enorme generosidad!

(El posadero prepara un poco el pesebre en unos segundos).

Posadero 3: Ya está listo. Llamadme si necesitáis algo. Yo estaré aquí toda la noche para
ayudar.

María: ¡Gracias! ¡Muchas gracias, buen hombre! Ay… esperad, que creo que ya viene el bebé.
¡José, ayuda!

(San José y el posadero llevan a María al pesebre, ella se tumba y nace el bebé).

ESCENA DEL NACIMIENTO DE JESÚS

Narrador: (con reverencia) Aquí, en un humilde establo, María y José dieron la bienvenida al
Hijo de Dios en un pesebre. El nacimiento de Jesús nos recuerda que las cosas más
importantes en la vida no siempre vienen en envoltorios relucientes, sino en gestos de amor y
humildad.

María: ¡José, ya ha nacido! ¡Ha nacido el Señor! ¡Y es tan hermoso!

Narrador: (con gratitud) En este humilde pesebre, nació Jesús, el Hijo de Dios, el regalo más
grande que la humanidad haya recibido. Su llegada nos trae amor, esperanza y la promesa de
un nuevo comienzo.

Narrador: (con emoción) Y allí, en las colinas cercanas, pastores cuidaban sus rebaños. Fueron
los primeros en recibir la noticia del nacimiento del Salvador. Esta historia nos enseña que el
amor de Dios es para todos, sin importar su estatus o posición.
ANUNCIACIÓN DEL ÁNGEL A LOS PASTORES

Descripción: Unos pastores descansan cuando ven brillar una estrella muy grande y reciben la
visita de los ángeles.

Personajes: Entre 3 y 5 pastores y uno o dos ángeles. Los pastores y los ángeles pueden ser,
evidentemente, pastoras y angelitas.

…………………

Pastor 1 (mirando al cielo): Eh, mira, Pablo, ¿no te parece que el cielo está hoy mucho más
hermoso?

Pastor 2: Sí, es verdad… Es como si tuviera más estrellas. Aunque menudo frío hace…

Pastor 3: ¡Mirad! ¡Esa estrella de allá está brillando cada vez más!

Pastor 1 y 2: ¿Dónde? ¿Cuál?

Pastor 3: Ahí, ahí, está encima del pueblo, ¿no la veis?

Pastor 1: ¡Sí, sí! Ahora le veo. ¿Por qué brilla tanto?

(Aparecen los ángeles)

Ángel 1: ¡Pastores! ¡Acaba de nacer el niño Dios! ¡Venid a adorarle!

Pastor 2: ¿Quiénes sois? ¿De qué niño nos hablas?

Ángel 2: El hijo de Dios acaba de nacer. Seguid el brillo de la estrella. Le encontraréis en un


pesebre de Belén.

Pastor 3: ¿En el pesebre de Belén dices? ¿El del albergue? ¿Y cómo es que ha nacido el niño
Dios en un sitio así?

Ángel 3: El hijo de Dios no ha nacido entre los ricos, sino entre los pobres. Él será pobre en
dinero y rico en espíritu.

Pastor 1: No entiendo muy bien, ángeles, pero debemos ir. Creo que esa estrella, chicos
(dirigiéndose a los otros pastores) es una señal para que vayamos.

Pastores restantes: ¡Sí! ¡Vayamos a adorar al niño!

Escena de los Reyes Magos

1. Primer acto: Los Reyes Magos de Oriente se comunican desde sus países

Personajes: los Reyes Magos de Oriente, que son Melchor, Gaspar y Baltasar, y dos mensajeros
(un solo niño puede hacer el papel de los dos mensajeros).

Descripción: Los Tres Reyes Magos se comunican mediante un mensajero. Cada uno se
encuentra en su hogar.
…………………………………

Melchor: (Observando el cielo con un telescopio o catalejo) ¡Ahí está! ¡Ya lo tengo!
Coordenadas 120 de latitud y 340 … con el meridiano… ¡Se ha movido! No puede ser. Pero está
ahí, la he visto. ¡Es la estrella más hermosa que haya existido jamás! Esto lo tiene que saber mi
buen amigo Gaspar. ¡Mensajero!

Mensajero 1: (acude a la llamada de Melchor) ¡Aquí estoy! ¿Qué desea?

Melchor: Necesito que le lleves este mensaje a mi amigo Gaspar. Vive a bastantes kilómetros
de aquí, pero está esperando estas coordenadas. Necesito saber si coinciden con las suyas y si
piensa que es por el inminente nacimiento del hijo de Dios… Y si es así, acudirá a la cita, al
lugar donde le propongo en el mensaje.

Mensajero 1: ¡Le llevaré el mensaje lo más rápido que pueda!

Llega el mensaje de Baltasar

(Sale el mensajero 1 y entra el mensajero 2)

Mensajero 2: ¡Saludos! Mi señor, el gran sabio Baltasar, le envía este mensaje desde su país.
Dijo que era urgente.

Melchor: ¿Baltasar? ¡Ah, ya recuerdo! ¡Le conocí en una reunión de eruditos en Etiopía! Gran
hombre… ¡y muy sabio! A ver qué es lo que me manda…

(Melchor se hace con el mensaje, lo abre y lee en voz alta):

Melchor: Querido Melchor, necesito comunicarme contigo ante el gran descubrimiento que
acabo de hacer. He descubierto una estrella nueva en el cielo. Brilla mucho más que las demás
y se encuentra situada en un punto concreto. Creo que indica el punto exacto en donde nacerá
el niño Dios. Incluyo al final del mensaje las coordenadas exactas para que tú también puedas
comprobarlo por tus propios ojos. Coordenadas… ¡Las mismas! ¡Son las mismas que las mías!
¡No estoy loco!

Mensajero 2: ¿Quiere que le lleve alguna contestación a Baltasar?

Melchor: ¡Claro que sí! Lleva este mensaje. Los tres debemos citarnos en este punto, situado
en Mesopotamia. Corre, Baltasar debe recibir el mensaje a tiempo.

(El mensajero sale corriendo)

Melchor: (De nuevo mira por el telescopio) ¿Será cierto lo que anuncias, estrella? ¡Debemos
darnos prisa! Buscaré un regalo para llevar. Lo mejor que tenga… Ya lo tengo… ¡oro!

(Melchor sale a buscar el regalo)

2. Segundo acto: Gaspar recibe el mensaje y los Reyes Magos de Oriente se encuentran

Personajes: Los Reyes Magos de Oriente (Melchor, Gaspar y Baltasar) junto con tres pajes y un
mensajero.

Descripción: Gaspar se encuentra en su casa leyendo y llega el mensajero con el recado de


Melchor. Todos se ponen de camino hacia el punto de encuentro.

…………………………………
Gaspar: (Leyendo un libro. Ve entrar como un torbellino a un mensajero) ¡Cáscaras! ¿Por qué
llevas tanta prisa? ¿Quién te envía?

Mensajero: Lo siento, señor, Melchor me dijo que me diera prisa. Le envía este mensaje (le da
un trozo de papel a Gaspar).

Gaspar: A ver… dice así. ‘Querido Gaspar, necesito confirmar contigo estas coordenadas. Es
acerca de la estrella de la que hablamos, la que anuncia el nacimiento del niño Jesús. Si
coinciden con tus mediciones, nos vemos en 15 días en el punto que indico abajo. ¡Hasta
pronto, amigo!’. Las coordenadas… ¡¡sí!! ¡Son las mismas que las mías! ¡Está justo sobre la
localidad de Belén! Tengo que darme prisa. Y buscar un regalo… ¿Qué podría llevarle?

Mensajero: A mi me han contado que su tierra lo más valioso es el incienso…

Gaspar: Incienso… sí, claro… ¡Buscaré por todas partes el mejor incienso! Muchas gracias, lleva
de vuelta a mi amigo este mensaje confirmando que iré al encuentro. (Gaspar hace como que
escribe algo en un papel y se lo da al mensajero, quien sale sale corriendo). Ahora sí, voy a
buscar el incienso y me pongo de camino hacia el punto de encuentro.

(Gaspar sale del escenario y entra Melchor (a ser posible, en una imagen que haga de
dromedario) acompañado por un paje.

De cómo los Reyes Magos de Oriente se encuentran

Melchor: Ya estoy cerca… ¡Qué ganas tengo de ver a mis amigos! No nos queda mucho
para llegar a Belén. ¿Vendrán? ¡Qué nervios!

Paje 1: Seguro que vienen. Recibimos el mensaje de Gaspar diciendo que se ponía en marcha
en seguida.

Melchor: Sí, sí, pero puede haberle surgido algún imprevisto… Aquí es, este es el punto donde
hemos quedado.

Paje 1: A ver… ¡¡veo a alguien a lo lejos!!

Melchor: Sí, sí, yo también lo veo…

(Gaspar llega hasta donde está Melchor, acompañado por un paje).

Gaspar: ¡Mi buen amigo Melchor! ¡Qué ganas tenía de verte! Estamos cerca, amigo, ya punto
de conocer y dar la gran noticia…

Melchor: ¡Sí! ¡Qué ganas tengo ya de llegar! ¿Seguiste bien las coordenadas de la estrella?

Gaspar: Sí, continúa donde estaba, no se ha movido. ¿Nos ponemos ya en marcha?

Melchor: No, no, espera, que aún nos falta un compañero más.

Gaspar: ¿Otro compañero? ¿Quién?

Melchor: ¿Te acuerdas del bueno de Baltasar?

Gaspar: ¡Sí! ¡Le conocimos en Etiopía! ¡Fantástico! ¿También ha visto la estrella?

Melchor: Claro que sí, y me mandó un mensaje para decírmelo.

Paje 2: Pues creo que ya viene, porque se acerca alguien…


Los Reyes Magos de Oriente: llega Baltasar al encuentro

(Aparece Baltasar con un paje).

Baltasar: ¡Qué sorpresa! ¡También Gaspar!

Gaspar: Sí, amigo, somos tres. Los tres hemos visto la misma estrella.

Baltasar: ¡Fascinante! Es una noticia tan importante… ¡Saludos a ti también, Melchor!

Melchor: ¡Qué bueno que hayas podido venir! El viaje se hace mucho mejor acompañado.
¿Partimos?

Baltasar: ¡Claro! ¡En marcha!

Paje 3: ¿Guardo yo la mirra, señor?

Baltasar: No, deja, ya la llevo yo, no te preocupes. ¡Vamos allá! ¡A Belén!

(Salen todos los personajes).

3. Tercer acto: los Reyes Magos de Oriente llegan a Belén

Personajes: Algunos pastores (pueden ser tres o más), los Reyes Magos de Oriente y los pajes.

Descripción: Los Reyes Magos llegan a Belén y después de hablar con unos pastores, se
acercan al portal de Belén. Aparecen en escena los Reyes Magos y unos pastores al otro lado
del escenario.

………………………………..

Baltasar: ¡Pastores! Debemos de estar muy cerca de Belén. ¿Les preguntamos?

Melchor: ¡Sí! preguntémosles se vamos por buen camino.

(Los Reyes Magos se acercan al grupo de pastores, que están hablando entre ellos)

Melchor: ¡Eh!, pastorcillos, vamos hacia Belén. ¿Es por aquí? ¿Vamos bien?

Pastor 1: Sí señor, vais por buen camino. Todo recto y al bajar la colina ya veréis el pueblo de
Belén. Además, nosotros también vamos hacia allí, a conocer al niño Jesús.

Gaspar: ¿Al niño Jesús? ¿Ha nacido ya?

Pastor 2: Sí, acaba de nacer. Se nos han aparecido unos ángeles para darnos la noticia…

Baltasar: ¡Bravo! ¡Ha nacido ya! Amigos, estamos muy cerca. ¡Al fin vamos a conocerle!

Pastor 3: Está en el pesebre que hay junto al albergue. Por lo visto no encontraron posada.

Melchor: Un rey naciendo en el lugar más humilde… Es sin duda una señal. Vayamos todos a
conocerle.

(Reyes y pastores salen del escenario).

4. Último acto: Los Reyes Magos de Oriente conocen al niño Jesús

Personajes: Los Reyes Magos de Oriente con los tres pajes, la Virgen María, José y los pastores.
Descripción: El niño Jesús acaba de nacer. Está en el portal de Belén acompañado por la virgen
María, San José y algunos pastores. Los Reyes Magos de Oriente llegan hasta el pesebre.

……………………..

Baltasar: ¡Por fin le conocemos! ¡Es el hijo de Dios!

Pastor 1: ¡Qué pequeño es!

Pastor 2: Claro… si es un recién nacido…

Virgen María: Ja,ja,ja… es pequeño, sí, pero estoy segura de que hará grandes cosas cuando
crezca.

San José: Sin duda, tenemos mucha fe en él. Y vosotros (a los reyes Magos), parece como si
vinierais de muy lejos… ¿quiénes sois?

(Los Reyes Magos de Oriente se arrodillan)

Los Reyes Magos de Oriente se presentan

Melchor: Señor, yo soy Melchor, y vengo desde el este de Europa. Traigo oro como ofrenda
(saca el oro que había guardado).

Gaspar: Y yo me llamo Gaspar, soy rey de una lejana zona de Asia. Traigo el mejor incienso que
encontré en mi país (le muestra su regalo).

Baltasar: Y yo me llamo Baltasar, y procedo de Etiopía. He traído como ofrenda mirra, muy
valiosa en mi tierra (y le enseña la mirra que trajo de su país).

Virgen María: Muchísimas gracias por haber hecho un viaje tan largo. Mi hijo estará muy
agradecido.

Melchor: Es un privilegio para nosotros estar aquí en este momento. No importa los
kilómetros que hayamos hecho.

Los Reyes Magos de Oriente: ¡Salve Jesús, nuestro rey!

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