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Ailan y Ares son dos niñas que esperan con ilusión la Navidad para recibir regalos. Su madre les explica que lo más importante de la Navidad es pasar tiempo con la familia y ser agradecidos. Por la noche, un ángel les lleva a un viaje mágico para mostrarles la importancia de la reunificación familiar y la bondad durante la Navidad. Ailan y Ares comprenden que la magia de la Navidad va más allá de los regalos.
Ailan y Ares son dos niñas que esperan con ilusión la Navidad para recibir regalos. Su madre les explica que lo más importante de la Navidad es pasar tiempo con la familia y ser agradecidos. Por la noche, un ángel les lleva a un viaje mágico para mostrarles la importancia de la reunificación familiar y la bondad durante la Navidad. Ailan y Ares comprenden que la magia de la Navidad va más allá de los regalos.
Ailan y Ares son dos niñas que esperan con ilusión la Navidad para recibir regalos. Su madre les explica que lo más importante de la Navidad es pasar tiempo con la familia y ser agradecidos. Por la noche, un ángel les lleva a un viaje mágico para mostrarles la importancia de la reunificación familiar y la bondad durante la Navidad. Ailan y Ares comprenden que la magia de la Navidad va más allá de los regalos.
Faltaba poco para que llegase Navidad y las calles
de Benassal ya estaban iluminadas con preciosas luces.
-¿Cuándo vamos a poner el árbol y los adornos
de Navidad en casa?- le dijeron Ailan y Ares a su madre
Ailan y Ares vivían en una bonita casa con sus
padres.
Ese año, estaban deseando que llegase la Navidad
y ya habían preparado una enorme lista de regalos que querían pedir a Papá Noel.
-¿Qué os parece si ponemos los adornos de
Navidad esta tarde?- les dijo su madre.
-¡Genial!- Respondieron las niñas
Poco a poco fueron sacando todos los adornos
Navideños que tenían guardados y empezaron a colocar el árbol.
Mientras iban colgando cada uno de los adornos
en el precioso pino que habían colocado, Ailan y Ares le iban contando a su madre todos los juguetes y regalos que querían pedir ese año por Navidad.
-¿Qué es lo que más os gusta de la Navidad?- les
preguntó su madre
-Los regalos, claro- contestaron.
Su madre les miró triste y les explicó que la Navidad es mucho más importante que recibir regalos. Les contó que en Navidad lo más importante es reunirse con la familia, pasar tiempo con las personas que más queremos y agradecer todo lo que tenemos.
Esa noche en la cama, Ailan y Ares pensaban en
lo que les había dicho su madre.
¿Realmente había algo más importante en Navidad
que los regalos?
Y pensando en eso se durmieron.
A media noche, mientras dormían, algo les hizo
despertar. Una luz brillante entraba por la ventana.
Era tan brillante que apenas podían abrir los ojos.
De pronto, la ventana se abrió.
Ailan y Ares se asustaron muchísimo y se taparon
la cara con la manta.
-No os preocupéis, no os voy a hacer daño- dijo
una voz suave.
Había alguien dentro de la habitación.
Poco a poco las niñas, temblando de miedo, fueron retirando la manta de su cara y se sorprendieron muchísimo al ver un bonito ángel sentado a su lado.
-Debemos estar soñando -dijeron frotándose los ojos
y mirando las preciosas alas blancas del ángel…
-No, no estáis soñando. Soy vuestro ángel de la
Navidad y he venido a visitaros. Ailan y Ares se habían quedado sin habla. No podían creerse lo que estaban viendo.
El ángel, al ver su sorpresa, sonrió y les explicó
que había ido a visitarles porque quería enseñarles algo muy importante: La magia de la Navidad
-¿La magia de la Navidad?-, preguntaron las
niñas sorprendidos, -¿Qué es eso?
Como os han contado esta tarde, les dijo el ángel,
la Navidad tiene cosas mucho más importantes que los regalos, y esta noche vais a hacer un increíble viaje conmigo donde os lo voy a mostrar.
-¿Un viaje?, ¿Esta noche? Pero tenemos que
preparar la maleta, avisar a nuestra familia…
-No os preocupéis- dijo el ángel -Es un viaje
diferente. No necesitáis nada, sólo dadme la mano.
Y las niñas, todavía con un poco de miedo, le
dieron la mano al ángel.
De pronto, la ventana se abrió por completo y sus
pies se despegaron del suelo. El ángel y las niñas empezaron a elevarse poco a poco.
-Vamos- dijo el ángel, que les sujetaba de las
manos mientras salían volando por la ventana.
Ailan y Ares no podían creer lo que estaba
sucediendo. Estaban volando por encima de las bonitas calles iluminadas de Benassal.
De pronto entraron en una bruma muy espesa y
ya no podían ver nada.
Ahora os voy a enseñar qué es la magia de la
Navidad.
El ángel agarró fuerte las manos de las niñas y
empezaron a descender hasta llegar al suelo.
-¿Donde estamos?- dijeron
Hemos venido a las navidades pasadas. Gracias a
mi magia podré enseñaros algunas cosas que suceden en Navidad para que veáis por qué es tan importante.
El ángel señaló la ventana de una casa. Se
acercaron un poco más y en el interior descubrieron una gran familia cenando alrededor de una larga mesa. Todos reían y parecían felices. -Lo veis- dijo el ángel, -La Navidad hace que las familias estén juntas. Venid, os enseñaré más cosas.
Se dirigieron a un jardín cercano y vieron como
un montón de niños jugaban juntos.
-Son primos- dijo el ángel -y hacía muchos meses
que no se veían porque viven en ciudades diferentes. Ahora, en Navidad, pueden estar juntos y se lo pasan genial jugando. No necesitan ni juguetes, ni regalos para pasárselo en grande. Ailan y Ares les miraban con entusiasmo.
-La Navidad hace que muchas personas se
reencuentren con sus seres queridos. ¡Venid!, os llevaré a otro sitio.
El ángel volvió a cogerles la mano y de nuevo
empezaron a volar. En pocos segundos llegaron a una bonita estación de tren.
-¿Vamos a viajar en tren?- Preguntaron las
niñas.
-No- dijo el ángel, -sólo quiero que veáis una cosa.
De pronto un enorme tren entró en la estación y
se detuvo justo enfrente de donde estaban.
Mucha gente empezó a bajar de los vagones y
sonrientes se reencontraban con sus seres queridos que les esperaban en el andén. Abrazos, besos, lágrimas y mucha emoción… -Veis- dijo el ángel. -Miles de personas vuelven a casa por Navidad para estar con sus familias.
Ailan y Ares no podían dejar de mirar como
todas esas personas se abrazaban y se alegraban tanto de verse.
-¿Empezáis a entender ahora en qué consiste la
magia de la Navidad?- les preguntó el ángel.
Ailan y Ares asintieron con la cabeza
-Pero además la Navidad también saca lo mejor
del corazón de las personas. Acompañadme- les dijo el ángel mientras volvía a coger su mano.
Una vez más se elevaron en el aire y volando
llegaron a la puerta de un hospital.
Desde la ventana pudieron ver como un coro de
niños cantaba villancicos frente a un grupo de ancianos ingresados en el hospital. Los pacientes sonreían de emoción viendo y escuchando las bonitas canciones que cantaban los niños.
-La Navidad saca lo mejor de las personas y hace
que quieran hacer más cosas buenas por los demás.
Escuchando las niñas asentían mientras miraban
el coro con atención. -Bueno, se ha hecho tarde. Volvamos a casa- dijo el ángel.
Después de unos minutos volando entre la niebla
espesa, aparecieron frente a la ventana de su habitación. Una vez dentro, las niñas le dieron las gracias al ángel por un viaje tan increíble y se metieron en la cama.
-Buenas noches Ailan y Ares, espero que a partir
de ahora sepáis siempre encontrar la magia de la Navidad.
Al día siguiente, las niñas le dijeron a su madre
que querían escribir su carta a Papá Noel. Mientras les daba papel y boli, su madre les dijo: - Sé que queréis muchos regalos, pero no deberíais enviar una lista demasiado grande.
-No te preocupes- dijeron Ailan y Ares sonriendo.
-Este año lo único que queremos pedir a Papá Noel es mucha magia.
Su madre les sonrió y les besó en la mejilla. Por
fin las niñas se habían dado cuenta de que la magia de la Navidad es mucho más valiosa que los regalos.
A pesar de ello, cuando llegó el día de la llegada
de Papá Noel, Ailan y Ares se sorprendieron mucho al comprobar que había varios regalos bajo su árbol de Navidad.
De pronto, una luz les iluminó el rostro, y al
mirar, vieron que al otro lado de la ventana estaba el ángel. Al verles, les guiño el ojo y se fue volando.
Su misión había terminado. Ailan y Ares eran
felices y habían descubierto la magia de la Navidad. Este libro es para Ailan y Ares