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Pedro y el Papado
Exégesis de Mateo 16:18.

Cortesía de Catholic Answers

Tradujo el Pbro. Ramón Pons, de la República Dominicana,


actualmente ejerciendo su apostolado en Fullerton, CA, USA

En el Nuevo Testamento podemos encontrar amplia evidencia de que


Pedro fue el primero en autoridad entre los apóstoles. Cada vez que los
apóstoles son nombrados, Pedro encabeza la lista (Mateo 10:1-4,
Marcos 3:16-19, Lucas 6:14-16, Hechos 1:13); algunas veces aparece
solamente "Pedro y aquellos que estaban con él" (Lucas 9:32). Pedro
era el primero que generalmente hablaba en nombre de los apóstoles
(Mateo 18:21, Marcos 8:29, Lucas 12:41, Juan 6:69), y aparece en
muchas escenas dramáticas (Mateo 14:28-32, Mateo 17:24, Marcos
10:28). En Pentecostés Pedro fue el primero que predicó a la multitud
(Hechos 2:14-40), y fue Pedro quien realizó la primera curación
milagrosa en la naciente Iglesia (Hechos 3:6-7). También fue a Pedro a
quien vino la revelación de que los Gentiles fueran bautizados y
aceptados como cristianos. (Hechos 10:46-48).

Su preeminente posición entre los apóstoles estaba simbolizada en el


mismo principio de su relación con Cristo. En su primer encuentro, Cristo
le dijo a Simón que su nombre sería cambiado a Pedro, que se traduce
como Roca (Juan 1:42).

El hecho es que –aparte de la única vez que Abraham es llamado "roca"


(Hebreo: sur; Arameo: Kefa) en Isaías 51:1-2– en el Antiguo
Testamento solamente a Dios se le llamaba roca. En la antigüedad la
palabra roca no era usada como nombre propio. Si usted se dirige a un
compañero y le dice, "Desde ahora tu nombre es Espárrago," la gente se
sorprenderá. ¿Por qué Espárrago? ¿Cuál es la intención de esto? ¿Qué es
lo que esto significa? Desde luego, ¿Por qué llamar "Roca" a Simón el
pescador? Cristo no estaba haciendo esto sin sentido, y tampoco los
judíos cuando daban un nombre. Dar un nuevo nombre es cambiar la
situación de la persona, como cuando el nombre de Abram fue cambiado
a Abraham (Gen. 17:5), el de Jacob a Israel (Gen. 32:28), el de Eliacim
a Joaquín (2 Reyes 23:34), o los nombres de los cuatro jóvenes hebreos
–Daniel, Ananías, Misael, y Azarías– a Baltazar, Shidrack, Misack, y
Abdenago (Dan. 1:6-8). Pero ningún judío había sido llamado Roca. Los
judíos daban otros nombres tomados de la naturaleza, como Barak
"relámpago," (Jueces 4:6), Deborah ("abeja," Gen. 35:8), y Raquel
("oveja," Gen. 29:16), pero no Roca. En el Nuevo Testamento Santiago
y Juan fueron llamados por Cristo con el sobrenombre de Boanerges,
que significa "Hijos del Trueno," pero este nombre nunca fue
regularmente usado en lugar de su nombre original y ciertamente no era
tomado como un nuevo nombre. Pero en el caso de Simon-bar-Jonas, su
nuevo nombre Kefas (en griego: Petrus) definitivamente reemplazó el
nombre viejo.

Miremos la escena

No solamente fue significante para Simón recibir un nuevo e inusual


nombre, sino que también fue importante el lugar donde Jesús
solemnemente cambió el nombre a Pedro. Esto sucedió cuando "Jesús
vino a la ciudad de Cesárea de Filipo" (Mateo 16:13), una ciudad que
Felipe el Tetrarca construyó en honor de Cesar Augustus, que había
muerto en el año 14 D.C.

La ciudad estaba situada cerca de las cascadas en el río Jordán y cerca


de un gigantesco muro de roca de unos 200 pies de alto y 500 pies de
largo, que es parte de la falda sur del Monte Hermón. La ciudad no
existe actualmente, pero sus ruinas están cerca de Banias, una pequeña
ciudad árabe, y en la base del muro de roca puede encontrarse a su
izquierda uno de los afluentes que alimentan el Jordán. Fue aquí donde
Jesús se dirigió a Simón y le dijo: "Tú eres Pedro" (Mateo 16:18).

La significación de este hecho quedó bien clara a los otros apóstoles.


Como judíos devotos ellos conocían que el lugar era verdaderamente
importante para aquello que se estaba haciendo –cambiar el nombre a
Simón– . Nadie acusó a Simón por haber recibido solamente él este
honor, y en el resto del Nuevo Testamento es llamado por su nuevo
nombre, mientras que Santiago y Juan siguieron llamándose Santiago y
Juan, no Boanerges.

Promesas a Pedro

Cuando Él encontró por primera vez a Simón, "Jesús le miró, y dijo, «¿tú
eres Simón el hijo de Juan? Te llamarás Kefas (que significa Pedro)»"
(Juan 1:42). La palabra "Kefas" en griego es meramente la traducción
literal de la palabra "Kefas" en arameo. Luego, después que Pedro y los
otros discípulos estaban con Cristo ellos regresaron otra vez a Cesarea
de Filipo, donde Pedro hizo su profesión de fe: "Tú eres el Cristo, el Hijo
del Dios Vivo" (Mateo. 16:16). Jesús le dijo que aquello era una verdad
especialmente revelada a él y luego, solemnemente reiteró: "Y yo te
digo a ti, tú eres Pedro " (Mateo 16:18). Y a esto añadió la promesa de
fundar la Iglesia, de algún modo, fundada sobre Pedro. (Mateo 16:18).

Entonces dos cosas muy importantes les fueron dada a los apóstoles:
"Todo lo que ates en la tierra, será atado en el cielo, y todo lo que
desates en la tierra será desatado en los cielos" (Mateo 16:19). Aquí
Pedro fue distinguido con la autoridad de perdonar los pecados y
elaborar las reglas disciplinarias. Luego los apóstoles recibieron similar
poder pero en este caso particularmente aquí lo recibe Pedro de modo
singular. También fue solamente a Pedro que se le prometió: "Te daré las
llaves del Reino de los Cielos" (Mateo 16:19). En aquellos tiempos la
llave era signo de autoridad. Una ciudad amurallada tenía una gran
puerta, y esa puerta tenía una gran cerradura que funcionaba con una
gran llave. Dar la llave de la ciudad (un honor que todavía existe hoy
día, a pesar de que no hay puertas) es también dar libre acceso y
autoridad sobre la ciudad. La cuidad de la que Pedro estaba recibiendo
la llave era nada más y nada menos que la misma Ciudad Celestial. Este
mismo simbolismo para la autoridad es usado en otra parte de la Biblia
(Is. 22:22, Apocalipsis 1:18).

Finalmente, después de la Resurrección, Jesús se apareció a sus


discípulos y le preguntó por tres veces a Pedro: "¿Me amas? (Juan
21:15-17). En arrepentimiento por sus tres negaciones, Pedro hizo una
triple afirmación de amor. Entonces Cristo, el Buen Pastor (Juan 10:11,
14), dio a Pedro la autoridad que él había prometido: "Apacienta mis
ovejas" (Juan 21:17). Esto específicamente incluía a los otros apóstoles,
desde que Jesús le preguntó a Pedro, "¿Me amas más que éstos?" (Juan
21:15) –la palabra "éstos" se refiere a los otros apóstoles que estaban
presentes (Juan 21:2)–. Esto sucedió para que se cumpliera la profecía
hecha antes de que Jesús y sus discípulos estuvieran por última vez en
el Monte de los Olivos.

Inmediatamente antes de su negación Jesús le dijo a Pedro: "Simón,


Simón, he aquí que Satanás ha pedido tenerte para cribarte como a
trigo, pero yo he orado por ti para que tu fe no se apague; y cuando te
recobres de nuevo, [después de su negación] da firmeza a tus
hermanos" (Lucas 22:31-32). Fue por Pedro por quien Cristo rezó para
que su fe no fallara y para que fuera el guía de los demás, y su oración,
siendo perfectamente eficaz, sería cumplida por seguro.

¿Quién es la roca?

Fijémonos en el verso clave: "Tú eres Pedro, y sobre esta piedra


edificaré mi iglesia" (Mateo 16:18). La discusión sobre este verso
siempre ha versado sobre el significado de la palabra "piedra" o "roca".
¿A quién se refiere Jesús? Desde que el nuevo nombre de Simón, Pedro,
por sí sólo significa "roca", la frase puede ser re-escrita como "Tú eres
Roca y sobre esta roca yo construiré mi iglesia". El juego de palabras es
obvio, pero muchos comentadores, deseando evitar lo que sigue
después de esto –el establecimiento del papado– han sugerido que la
palabra roca no puede referirse a Pedro, debe referirse a su profesión de
fe o a Cristo mismo.

Desde el punto de vista gramatical, la frase "esta roca" debe referirse al


nombre sustantivo más cercano. La profesión de fe de Pedro (Tú eres el
Cristo, el Hijo del Dios Vivo") es dos versículos antes, mientras que su
nombre, un nombre propio, está precediendo inmediatamente la
cláusula. Consideremos como una analogía esta paráfrasis: "Yo tengo un
carro y un camión, y éste es azul" ¿Cuál es azul? El camión, porque es el
sustantivo más cercano al pronombre "éste" . Todo esto es más claro si
la referencia al carro ha sido dos frases antes, como la referencia a la
profesión de fe de Pedro son dos frases antes que el término roca.

Otra alternativa

El mismo tipo de argumentación considera que la palabra roca puede


hacer referencia a Cristo mismo ya que él está mencionado en la
profesión de fe. El hecho de que en otra parte de la Escritura, en una
metáfora diferente, Cristo es llamado "piedra angular" (Efesios 2:20, 1
Pedro 2:4-8) no desaprueba que aquí la fundación es Pedro.
Naturalmente Cristo es lo principal y, ya que él está regresando a los
cielos, la invisible fundación de la iglesia que él establecerá, pero Pedro
es nombrado por él como el secundario y, porque él y sus sucesores
permanecerán sobre la tierra, la visible fundación. Pedro puede ser la
fundación solamente porque Cristo es el Primero.

Consideremos otra analogía: A veces les pedimos a nuestros amigos que


recen por nosotros y oramos por ellos. Nuestras oraciones le piden a
Dios especial ayuda para el uno y para el otro. ¿Qué estamos haciendo
cuando rezamos? Estamos actuando como mediadores, como
intercesores. Estamos suplicando a Dios en favor de otro. ¿Es esto
contra la declaración de Pablo que Cristo es el único mediador (1 Tim.
2:5)? No, porque nuestra mediación es enteramente secundaria y
depende de la mediación de Cristo. Él es el único Dios-Hombre, la única
persona que es puente entre Dios y el hombre, pero nuestra intercesión
por otra persona no interfiere con la mediación de Cristo. En realidad, en
los cuatro versos anteriores de 1 de Timoteo 2:5, Pablo manda a los
cristianos orar los unos por los otros. Cristo pudo haber establecido su
mediación de cualquier modo que hubiera querido, pero él escogió que
nosotros también participáramos cuando él mismo nos manda a rezar
los unos por los otros (Mateo 5:44, 1 Tim. 2:14, Rom. 15:30, Hechos
12:5). Así, como puede haber intercesores secundarios y un principal,
también puede haber una fundación secundaria y una principal.

Una mirada al Arameo

Los que se oponen a la interpretación católica de Mateo 16:18 algunas


veces argumentan que en el texto griego el nombre del apóstol es
"Petros", mientras que "roca" es traducido como "piedra" (petra). Ellos
dicen que la primera palabra (petros) significa una pequeña piedra y que
la segunda (petra) es una gran masa de roca, entonces, si Pedro fue
pensado para ser una gran roca ¿por qué su nombre no es "Petra"?
Ahora bien, observe que Cristo no habló a sus discípulos en griego. Él
habló en arameo, el lenguaje popular en la Palestina de entonces. En
ese lenguaje la palabra para "roca" es "Kefa", que es la que Jesús usaba
en su lenguaje común (fíjese que en Juan 1:42 él dijo: "Te llamarás
Kefas"). Lo que Jesús dijo en Mateo 16:18 fue esto: "Tú eres Kefa, y
sobre esta kefa estableceré mi Iglesia."

Cuando el evangelio de San Mateo fue traducido del arameo original al


griego resultó un problema que no confrontó el evangelista cuando él
compuso este compendio de la vida de Cristo. En arameo la palabra kefa
tenía el mismo sentido final para referirse a una gran roca o a un
nombre personal masculino. En griego, la palabra para traducir roca,
petra, es del género femenino. El traductor pudo usarlo en la segunda
vez que aparece la palabra en la oración, pero no para la primera porque
sería inapropiado dar a un hombre un nombre femenino. Por eso el
traductor puso un final masculino en esto, y éste fue Petros.

Además, la premisa del argumento contra Pedro como roca es


simplemente equivocada. En el siglo primero las palabras griegas
"petros" y "petra" eran sinónimos. Previamente habían poseído el
significado de "pequeña piedra" y "roca grande" en la temprana poesía
griega pero para el siglo primero esta distinción se perdió, así lo admiten
algunos protestantes estudiosos de la Biblia (Véanse los comentarios de
D. A. Carson en "Expositor's Bible Commentary" [Grand Rapids:
Zondervan Books]).

Algunos de los efectos del juego de palabras de Cristo se perdieron


cuando esto se tradujo del arameo al griego, pero eso fue lo mejor que
pudo hacerse en griego. En inglés, como en arameo, no hay problemas
con las finales, porque en la traducción al inglés podría leerse: "Tú eres
Roca, y sobre esta roca edificaré mi iglesia". [Lo mismo puede decirse
en español, así como en arameo, la frase no se presta a ninguna
confusión, tal como se lee la traducción hoy día: "Tú eres Pedro (nombre
propio masculino que significa piedra), y sobre esta piedra (sustantivo
común que hace referencia al sustantivo propio anterior) edificaré mi
iglesia". Nota del Traductor.]

Considerando otro punto de vista: si la palabra roca se refiriera


directamente a Cristo (como dicen algunos anticatólicos, basándose en 2
Corintios 10:4, "y la Roca era Cristo" –aunque la roca era literalmente
una roca física que viajaba con los israelitas en el desierto durante el
éxodo; cf. Ex. 17:6, Núm. 20:8), ¿por qué Mateo dejó el pasaje como
estaba? En el arameo original, y en el inglés que es más parecido al
arameo que al griego, el pasaje es claro. Mateo pudo darse cuenta que
sus lectores entenderían el obvio sentido de "Pedro… piedra"

Si Mateo se refirió a Cristo como la roca, ¿por qué no lo dijo claramente?


¿Por qué dio la oportunidad y dejó a Pablo escribir clarificando el texto
(presumiendo, desde luego, que 1 Corintios fue escrito después del
evangelio de Mateo, y si fue primero, ¿por qué no escribió para clarificar
este asunto?

La razón, desde luego, es que Mateo conocía muy bien que la frase
quería decir lo que realmente está diciendo. Y fue Simón, débil como
era, quien fue elegido para ser la roca el primer eslabón en la cadena del
papado.

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