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La Crisis de La Mediana Edad-Maldavsky de Burin-Prof. Hassan
La Crisis de La Mediana Edad-Maldavsky de Burin-Prof. Hassan
Maldavsky de Burin.
Esta se inicia entre los 35 – 40 años y se extiende hasta los 50 – 55. Neugarten lo
caracteriza como un periodo de elevada sensibilidad hacia la posición que una
persona ocupa en un medio social complejo. La principal tarea en la crisis de la
mediana edad en las mujeres es una redefinición de si mismas, en lo que se
refiere a su noción como sujetos, en esta tarea de redefinición es que hemos
descripto la crisis en una doble aceptación: como sujeto padeciente y/o como
sujeto criticante.
Que es lo que entra en crisis? La noción que tienen de si mismas ligadas a las
multideterminaciones de las cuales, habían organizado su noción de identidad.
Hay dos preguntas claves que se hacen las mujeres cuando inician la crisis de la
mediana edad: 1) ¿y ahora que? 2) ¿y esto es todo? Estas dos preguntas
están íntimamente relacionadas con un desarrollo de afectos iniciado en la
temprana infancia.
Injusticia sobre lo que ellas sienten que han hecho consigo mismas a lo largo de
su vida, como de lo que les han hecho.
Esta concepción de la perdida para las mujeres de medicina edad, de que lo mejor
de la vida ya ha trascurrido aun prevalece.
La mediana edad puede ser el comienzo de una época en la vida en que las
mujeres están mas libres de lo que estuvieron anteriormente, mas libres de
exigencias de ciertos roles, a los que caracterizamos como roles de genero
femenino y que ahora tienen disponible el tiempo y la oportunidad para plantearse
la reorientaron en sus condiciones de vida. En este cambio de posición ya no es
predominante la necesidad de ubicarse como objeto para satisfacer las
necesidades de otros, sino que pasa a ser prioritario ubicarse como sujeto de
deseos propios, interrogándose sobre cuales son los deseos posibles sobre los
cuales orientaran su vida de allí en mas.
Nuestra cultura esta caracterizada por una firme división entre el llamado ámbito
público y el ámbito privado. También existe una marcada diferencia de roles de
genero entre los hombres y las mujeres de nuestra cultura, según la cual los
hombres estarían asignados al ámbito publico y las mujeres al privado. Los
espacios privilegiados de acción y de realización de las mujeres dentro de la
privacidad del hogar. Esta división entre lo privado y lo público supone una
particular distribución del poder entre hombres y mujeres: para ellos, el poder
racional y el económico, para las mujeres, el poder de los afectos. Estas dos
formas de distribución tienen efectos singulares sobre sus modos de constituirse
como sujetos en nuestra cultura, así como también sus modos de enfermar.
Al llegar a la mediana edad las mujeres sientes que sus áreas de poder van
declinando, ya que sus roles de genero femenino predominantes, como madres -
esposas – amas de casa, en el ámbito privado del hogar, dejan de tener el sentido
que tenían anteriormente.
No siempre es fácil ni posible que las mujeres puedan generar otros deseo,
porque nuestra cultura no ofrece representaciones variadas acerca de las mujeres
como sujetos, mas allá de las clásicas representaciones madres – esposas – ama
de casa. De modo que para aquellas mujeres que ponen en crisis este modelo
tradicional les resulta difícil encontrar hacia que otras representaciones dirigirse,
con que otras imágenes sociales identificarse al llegar a la mediana edad. Este
vacío de representaciones esta siendo cubierto, por diversas formas de
agrupamiento de mujeres. Se trata de grupos de mujeres que funcionan como
grupos de reflexión, grupos terapéuticos, de autoayuda, etc., en los cuales las
mujeres mismas se ofrecen como modelos entre sus pares para construir otra
forma posible de subjetividad. Observamos que hay una falta de instituciones que
garanticen un espacio social a las mujeres de mediana edad en tanto sujetos.
✓ Condiciones de maternidad.
✓ Condiciones de sexualidad.
✓ Condiciones del trabajo femenino.
En cuanto a las condiciones del trabajo femenino, el trabajo de las mujeres amas
de casa, al interior de la vida domestica, constituye una condición enfermante si
esta se realiza en situación de exclusividad y aislamiento.
Otras condiciones de trabajo femenino que inciden sobre la salud mental son la
doble jornada de trabajo (domestico y extradoméstico) percibidas como vivencia
de “tironeo” que producen condiciones de estrés.
Otro grupo de mujeres, las no tradicionales, son mujeres que tienen una propuesta
de transformación para sus vidas cotidianas, no han adherido con tanta firmeza al
modelo cultural, en tanto madres – esposas – amas de casa, sino que se han
propuesto innovaciones a lo largo de sus vidas. Algunas han renunciado a la
maternidad, y no se proponen un rol de género tal como el de esposa, otras
trabajan no solo como amas de casa, sino que también tienen algún trabajo
extradoméstico. Estas mujeres han construido un concepto acerca de su salud
mental en términos de conflicto y crisis. Han puesto en crisis los ideales culturales
que se les ofrecía en tanto mujeres y aceptan los estados de tensión y de conflicto
resultantes de su cuestionamiento.
Una forma frecuente es que al salir afuera, se siguen desempeñando del mismo
modo que como cuando están al interior de la vida domestica.
O sea, que cuando salen al espacio publico siguen usando las mismas leyes del
ámbito privado, como se subjetiva el espacio público o extradoméstico al estilo del
espacio privado o domestico?
Los siguientes procesos de duelo para las mujeres de mediana edad son:
1. duelo por el cuerpo juvenil: las mujeres se enfrentan ante el conflicto de cambio
en su imagen corporal como uno de los determinantes claves del sentimiento de
pérdida. Las arrugas, la flacidez, la perdida del tono muscular, son
transformaciones que son interpretadas subjetivamente como de perdida de un
estado corporal anterior. A estas primeras percepciones las mujeres suelen
agregar el registro de los cambios hormonales, asociados con la perdida de la
capacidad de procreación. Esta representación cultural de las mujeres, asociada
al cuerpo es puesta en cuestión en las mujeres que ponen en crisis su identidad al
llegar a la mediana edad
2. duelo por los padres juveniles: las mujeres se enfrentan con la realidad del
envejecimiento y la muerte de uno o ambos padres. Parte del duelo por los padres
juveniles en las mujeres de mediana edad consiste en resignificar los vínculos
conflictivos padecidos con esos padres juveniles. Un elemento clave para la
elaboración de este duelo esta en otorgar nuevos sentidos al deseo hostil en el
vinculo con su madre. La frase clave que suelen enunciar es: yo no quiero ser
como mi madre. Sin embargo. Lo dificultoso en la elaboración del deseo hostil
diferenciador de su madre, reside en que , para las mujeres de nuestra cultura,
existe un vacío representacional sobre como ser mujer mas allá de las
representaciones que identifican a las mujeres con las madres. La pregunta que
se hacen es “si yo no soy ella, mi madre, quien soy? Hemos hallado diferencias
entre varones y mujeres en relación al duelo por los padres juveniles, para los
varones se trataría de elaborar los deseos amorosos hacia su padre, poder amar a
otro hombre y poder ser amado por el. En tanto que para las mujeres se trataría
de elaborar tales deseos hostiles hacia la madre.
3. duelo por los deseos juveniles: son muchas las mujeres que han gestado
ideales orientados hacia la construcción de una pareja y una familia. Por otra parte
han gestado ideales relativos a su desarrollo personal que transcienden los limites
del ámbito privado de la familia y de la pareja, ideales intelectuales, económicos,
artísticos para ser desarrollados en el ámbito publico. También los deseos se
resignifican. Los deseos de saber, el deseo hostil, el deseo del poder, son deseos
que han quedado postergados y a veces sepultados en la juventud o
adolescencia, y vuelven a adquirir mayor sentimiento al llegar a la mediana edad.