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El porfiriato estuvo bajo el control del militar José de la Cruz Porfirio Díaz Mori.

Índice temáticoEl porfiriato estuvo bajo el control del militar José de la Cruz Porfirio Díaz Mori.

Índice temático

¿Qué es el Porfiriato?

Se conoce como el porfiriato o porfirismo a un período en la historia política de México durante el cual la
nación estuvo bajo el control férreo y autoritario del militar oaxaqueño José de la Cruz Porfirio Díaz Mori
(1830-1915). Dicho período fue clave en el devenir histórico mexicano, especialmente como preludio a la
célebre Revolución Mexicana, y duró entre el 28 de noviembre de 1876 y el 25 de mayo de 1911: fechas
en que el caudillo Porfirio Díaz inició su primer mandato presidencial y en que abandonó el poder
huyendo hacia Francia, respectivamente.

El porfiriato fue una etapa particularmente difícil en la vida política mexicana, dado que un único jefe
político gobernó con puño de hierro la nación. Incluso cuando la presidencia de la nación fue ocupada
durante cuatro años por otro militar, el general Manuel González, fue Porfirio Díaz quien tiró de los hilos
del poder, retomando abiertamente el mandato enseguida.

Ver además: Movimiento Estudiantil del 68

Historia del porfiriato

Porfiriato - José de la Cruz Porfirio Díaz Mori

La dictadura de Porfirio Díaz duró 31 años.

Porfirio Díaz había sido un destacado militar durante la Guerra de Reforma (1858-1861) y la Segunda
Intervención Francesa en México (1862-1867), especialmente en esta última, donde recibió honores
como héroe tras recuperar del dominio extranjero la Ciudad de México y Puebla. Gracias a ello tuvo
acceso a la política, compitiendo contra Benito Juárez en 1867 y 1871, derrotado en ambas ocasiones, y
posteriormente derrotado también por Sebastián Lerdo de Tejada, tras la muerte de Juárez, contra quien
se rebeló militarmente en un contexto de suma impopularidad. Gracias a este golpe de Estado alcanzó la
presidencia de la nación en 1876, y exceptuando los cinco años en que gobernó nominalmente Manuel
González, estuvo desde entonces a cargo del gobierno de México.

La dictadura de Díaz duró 31 años. En sus últimos tiempos reiteró que el país ya estaba listo para la
democracia, pero nunca hizo ningún intento real por abandonar el poder. Cuando en 1910, con 80 años
de edad, presentó nuevamente su candidatura a la presidencia, el descontento de dichas acciones
desató la rebelión de Francisco I. Madero del 20 de noviembre de ese año, encendiendo así la mecha de
la Revolución Mexicana venidera. Habiendo sido derrotado militarmente y en el terreno político, Porfirio
Díaz renunció a la presidencia al año siguiente y abandonó el país para siempre, poniendo así fin al
período del porfirato.

Características del porfiriato

El porfirato fue una dictadura, y como tal, centralizó el poder en la figura de Porfirio Díaz, cuya voluntad
suplantó las garantías establecidas en la Constitución de la época, convirtiéndose en el motor y el
volante del país entero. Esto fue posible porque era sumamente popular entre la clase militar, así que
reformó a su antojo al ejército y subordinó a ellos a la policía federal y a una policía rural con las cuales
mantuvo el orden en todo el país. Esto no impidió que hubiera rebeliones, levantamientos, protestas y
conflictos, pero ninguno logró hacer tambalear el gobierno.

La continuidad del porfiriato se tradujo en un auge material, fruto de avances considerables en el


terreno de lo económico, fruto de la apertura a la inversión extranjera y de la liquidación de los terrenos
ociosos, vendidos al mejor postor, generalmente a quien menos las necesitaba. Los cultivos (café, azúcar,
algodón) aumentaron considerablemente, aunque no tanto como la actividad minera (hierro, cobre,
plomo) y la explotación petrolera. Al mismo tiempo, el gobierno insistió en la modernización del país,
invirtiendo en obra pública y en la expansión de la red ferroviaria, por ejemplo, cuyas dimensiones
alcanzaron los 23.000 km (en comparación con los 617 km que había en 1876).

Causas del porfiriato

El régimen de Porfirio Díaz tuvo como principal causante la Rebelión de Tuxtepec de 1876, en la cual el
caudillo se opuso a la reelección de Sebastián Lerdo de Tejada, motivada en parte por las frustraciones
acumuladas por Díaz en sus sucesivas derrotas electorales, así como por la impopularidad reinante del
presidente Lerdo, derivada del acaparamiento del poder por parte de Juárez y sus seguidores durante la
reinstauración de la República.

Cultura durante el porfiriato

Educación - porfiriato

La literatura fue una de las artes privilegiadas durante el porfiriato.

Durante el porfiriato en México rigió una filosofía positivista, que estimuló el estudio de la historia, en
parte como un discurso que permitiera la unión nacional. Díaz y González invirtieron enormemente en la
educación nacional, en términos muy modernos: laica, gratuita y obligatoria, tal y como la establecía la
Ley Reglamentaria de Educación promulgada en 1891. También se presentó la ley para crear la
Universidad Nacional de México, alejándose de la influencia de la Iglesia Católica y de la Real y Pontificia
Universidad de México, considerada símbolo virreinal. Muchos de estos cambios fueron en realidad
profundizaciones de la gestión previa de Benito Juárez.

La literatura fue una de las artes privilegiadas durante el porfiriato. La fundación del Liceo Miguel
Hidalgo fue, en ese sentido, determinante para la formación de autores jóvenes, influenciados por el
Romanticismo. Además, en 1867 se habían empezado a instaurar las “Veladas literarias” que eran grupos
de escritores con un proyecto estético común, tales como Guillermo Prieto, Manuel Payno, Ignacio
Ramírez, Vicente Riva Palacio, Luis G. Urbina, Justo Sierra y Juan de Dios Peza.

Por otro lado, apareció el Teatro Chico Mexicano, una forma de teatro popular que, junto al muralismo,
jugaría un papel importante en los tiempos de la Revolución Mexicana.

Política durante el porfiriato

Como hemos dicho, la política durante el porfiriato fue un tema complicado, centralizado en la voluntad
del dictador y en su alianza con los militares. A pesar de que su llegada al poder se había dado en el
marco de un alzamiento contra la reelección de Lerdo, en 1890 el gobierno de Díaz suprimió toda
limitación a la reelección indefinida, lo cual no fue bien recibido por los sectores que lo adversaban.

La represión fue un arma común del Estado en esos días, especialmente en el período que va de 1890 a
1908, en el que se acentuaron su centralismo, su paternalismo y su autoritarismo, todo en pro de la
pacificación forzosa del país.

La política exterior del porfiriato buscó siempre el reconocimiento de las instancias foráneas, siendo la
última en admitir su mandato Gran Bretaña (1884), ya que México había roto relaciones diplomáticas
con muchas de ellas durante la firma de la Convención de Londres, causante de la guerra de
intervención. Curiosamente, los capitales británicos y estadounidenses fueron los más abundantes de la
inversión extranjera durante el porfiriato.

¿Cuánto duró el porfiriato?

El régimen de Porfirio Díaz inició en 1876 y culminó formalmente con su renuncia en 1911. En total, el
caudillo duró 31 años formalmente en el poder y 35 dirigiendo el destino de México, 5 de los cuales
correspondieron al gobierno títere de Manuel González.

¿Qué es el Porfiriato?
Se conoce como el porfiriato o porfirismo a un período en la historia política de México durante el cual la
nación estuvo bajo el control férreo y autoritario del militar oaxaqueño José de la Cruz Porfirio Díaz Mori
(1830-1915). Dicho período fue clave en el devenir histórico mexicano, especialmente como preludio a la
célebre Revolución Mexicana, y duró entre el 28 de noviembre de 1876 y el 25 de mayo de 1911: fechas
en que el caudillo Porfirio Díaz inició su primer mandato presidencial y en que abandonó el poder
huyendo hacia Francia, respectivamente.

El porfiriato fue una etapa particularmente difícil en la vida política mexicana, dado que un único jefe
político gobernó con puño de hierro la nación. Incluso cuando la presidencia de la nación fue ocupada
durante cuatro años por otro militar, el general Manuel González, fue Porfirio Díaz quien tiró de los hilos
del poder, retomando abiertamente el mandato enseguida.

Ver además: Movimiento Estudiantil del 68

Historia del porfiriato

Porfiriato - José de la Cruz Porfirio Díaz Mori

La dictadura de Porfirio Díaz duró 31 años.

Porfirio Díaz había sido un destacado militar durante la Guerra de Reforma (1858-1861) y la Segunda
Intervención Francesa en México (1862-1867), especialmente en esta última, donde recibió honores
como héroe tras recuperar del dominio extranjero la Ciudad de México y Puebla. Gracias a ello tuvo
acceso a la política, compitiendo contra Benito Juárez en 1867 y 1871, derrotado en ambas ocasiones, y
posteriormente derrotado también por Sebastián Lerdo de Tejada, tras la muerte de Juárez, contra quien
se rebeló militarmente en un contexto de suma impopularidad. Gracias a este golpe de Estado alcanzó la
presidencia de la nación en 1876, y exceptuando los cinco años en que gobernó nominalmente Manuel
González, estuvo desde entonces a cargo del gobierno de México.

La dictadura de Díaz duró 31 años. En sus últimos tiempos reiteró que el país ya estaba listo para la
democracia, pero nunca hizo ningún intento real por abandonar el poder. Cuando en 1910, con 80 años
de edad, presentó nuevamente su candidatura a la presidencia, el descontento de dichas acciones
desató la rebelión de Francisco I. Madero del 20 de noviembre de ese año, encendiendo así la mecha de
la Revolución Mexicana venidera. Habiendo sido derrotado militarmente y en el terreno político, Porfirio
Díaz renunció a la presidencia al año siguiente y abandonó el país para siempre, poniendo así fin al
período del porfirato.
Características del porfiriato

El porfirato fue una dictadura, y como tal, centralizó el poder en la figura de Porfirio Díaz, cuya voluntad
suplantó las garantías establecidas en la Constitución de la época, convirtiéndose en el motor y el
volante del país entero. Esto fue posible porque era sumamente popular entre la clase militar, así que
reformó a su antojo al ejército y subordinó a ellos a la policía federal y a una policía rural con las cuales
mantuvo el orden en todo el país. Esto no impidió que hubiera rebeliones, levantamientos, protestas y
conflictos, pero ninguno logró hacer tambalear el gobierno.

La continuidad del porfiriato se tradujo en un auge material, fruto de avances considerables en el


terreno de lo económico, fruto de la apertura a la inversión extranjera y de la liquidación de los terrenos
ociosos, vendidos al mejor postor, generalmente a quien menos las necesitaba. Los cultivos (café, azúcar,
algodón) aumentaron considerablemente, aunque no tanto como la actividad minera (hierro, cobre,
plomo) y la explotación petrolera. Al mismo tiempo, el gobierno insistió en la modernización del país,
invirtiendo en obra pública y en la expansión de la red ferroviaria, por ejemplo, cuyas dimensiones
alcanzaron los 23.000 km (en comparación con los 617 km que había en 1876).

Causas del porfiriato

El régimen de Porfirio Díaz tuvo como principal causante la Rebelión de Tuxtepec de 1876, en la cual el
caudillo se opuso a la reelección de Sebastián Lerdo de Tejada, motivada en parte por las frustraciones
acumuladas por Díaz en sus sucesivas derrotas electorales, así como por la impopularidad reinante del
presidente Lerdo, derivada del acaparamiento del poder por parte de Juárez y sus seguidores durante la
reinstauración de la República.

Cultura durante el porfiriato

Educación - porfiriato

La literatura fue una de las artes privilegiadas durante el porfiriato.

Durante el porfiriato en México rigió una filosofía positivista, que estimuló el estudio de la historia, en
parte como un discurso que permitiera la unión nacional. Díaz y González invirtieron enormemente en la
educación nacional, en términos muy modernos: laica, gratuita y obligatoria, tal y como la establecía la
Ley Reglamentaria de Educación promulgada en 1891. También se presentó la ley para crear la
Universidad Nacional de México, alejándose de la influencia de la Iglesia Católica y de la Real y Pontificia
Universidad de México, considerada símbolo virreinal. Muchos de estos cambios fueron en realidad
profundizaciones de la gestión previa de Benito Juárez.
La literatura fue una de las artes privilegiadas durante el porfiriato. La fundación del Liceo Miguel
Hidalgo fue, en ese sentido, determinante para la formación de autores jóvenes, influenciados por el
Romanticismo. Además, en 1867 se habían empezado a instaurar las “Veladas literarias” que eran grupos
de escritores con un proyecto estético común, tales como Guillermo Prieto, Manuel Payno, Ignacio
Ramírez, Vicente Riva Palacio, Luis G. Urbina, Justo Sierra y Juan de Dios Peza.

Por otro lado, apareció el Teatro Chico Mexicano, una forma de teatro popular que, junto al muralismo,
jugaría un papel importante en los tiempos de la Revolución Mexicana.

Política durante el porfiriato

Como hemos dicho, la política durante el porfiriato fue un tema complicado, centralizado en la voluntad
del dictador y en su alianza con los militares. A pesar de que su llegada al poder se había dado en el
marco de un alzamiento contra la reelección de Lerdo, en 1890 el gobierno de Díaz suprimió toda
limitación a la reelección indefinida, lo cual no fue bien recibido por los sectores que lo adversaban.

La represión fue un arma común del Estado en esos días, especialmente en el período que va de 1890 a
1908, en el que se acentuaron su centralismo, su paternalismo y su autoritarismo, todo en pro de la
pacificación forzosa del país.

La política exterior del porfiriato buscó siempre el reconocimiento de las instancias foráneas, siendo la
última en admitir su mandato Gran Bretaña (1884), ya que México había roto relaciones diplomáticas
con muchas de ellas durante la firma de la Convención de Londres, causante de la guerra de
intervención. Curiosamente, los capitales británicos y estadounidenses fueron los más abundantes de la
inversión extranjera durante el porfiriato.

¿Cuánto duró el porfiriato?

El régimen de Porfirio Díaz inició en 1876 y culminó formalmente con su renuncia en 1911. En total, el
caudillo duró 31 años formalmente en el poder y 35 dirigiendo el destino de México, 5 de los cuales
correspondieron al gobierno títere de Manuel González.

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