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Santiago de Chile es una experiencia que vale la pena renovar cada cierto tiempo. Es una ciudad que muta y que además
siempre tiene algo nuevo para mostrar. Sin descuidar lo tradicional o clásico que posee, da paso a algo diferente que se
convierte en un must.
Al ser una ciudad grande, se recomienda visitarla por partes y así poder disfrutarla en forma pausada y sin prisas.
1. Centro histórico
La cuna de la ciudad. Donde se encuentran los edificios tradicionales e históricos
y la Plaza de Armas, que datan desde el siglo XVIII al XIX. Perdiéndose en sus
calles es posible conocer construcciones como la Municipalidad de Santiago, la
Catedral o el Palacio de los Tribunales de Justicia.
Algunas de sus arterias son peatonales, lo que las hace agradables para pasear
mientras se pueden observar las distintas tiendas que están emplazadas.
Su oferta gastronómica es muy amplia y variada. Hay restaurantes más elegantes y otros más de comida al paso. También se pueden
visitar las “picadas”, que por un precio muy conveniente ofrecen abundante y sabrosa comida.
A sólo unas cuadras de la Plaza de Armas, podremos llegar al cerro Santa Lucía, Monumento Nacional y pieza angular en la fundación de
la capital.
Este sector está muy bien conectado por el transporte público tanto de superficie como el subterráneo, aunque se recomienda tener
paciencia en sus horas punta, en donde la afluencia de público es alta.
A pocos kilómetros, en Barrio Yungay, encontraremos lo que antes era un tradicional sector de casas y que ahora se ha convertido en un
polo cultural y gastronómico. De fácil acceso, gracias a la estación de Metro Quinta Normal (línea 5), promete ser un excelente destino
turístico. En el recorrido se podrá conocer variados cités, museos -como el de la Memoria- la biblioteca de Santiago, restaurantes nuevos e
históricos además de la tradicional plaza Yungay.
3. Parques Urbanos
¿Alguna vez han observado el amanecer en Santiago? Si no lo han hecho, esta es
una excelente oportunidad. El Parque Metropolitano del cerro San Cristóbal abre
sus puertas a peatones y ciclistas a las 6 AM, lo que permite entrar antes de
Este pulmón verde ostenta el título de ser el parque urbano más grande de Latinoamérica, por lo que para recorrer sus cerca de 700
hectáreas hay que tener tiempo y ganas. Entre sus atractivos están el teleférico y el zoológico. Al llegar a la cumbre, donde se encuentra la
Virgen del cerro, es tradicional tomar un refrescante trago de mote con huesillos.
En la tarde, y si queda tiempo, el destino puede ser el Parque Bicentenario. También se pueden recorrer sus 27 hectáreas, que se extienden
a lo largo de la ribera del río Mapocho, caminando o en bicicleta. A la altura de la calle Isabel Montt se encuentra uno de los grandes
atractivos de este parque: la laguna norte. En ella conviven cisnes de cuello negro, flamencos, taguas, garzas y triles.
Los Andes.
En esta zona se encuentran a lo largo del camino restaurantes, cabañas y lugares para hacer deportes como pesca deportiva o trekking.
Los valientes también pueden hacer rafting en el río y si se cuenta con tiempo, se puede ir a conocer el Embalse El Yeso y el Glaciar de San
Muy cerca del centro de la ciudad se encuentran algunas viñas que, además de
En Alto Jahuel encontramos Viña Santa Rita, donde se realizan tours -incluso hay uno en carruaje por los jardines históricos- y que incluye
cata de vinos. Además, si se quiere continuar la estancia en el lugar, cuentan con un restaurante. Y para seguir conociendo, un museo.
Y si no quieren alejarse mucho de Santiago, existe una viña que se encuentra dentro de la ciudad y a la que se puede llegar incluso en
transporte público. Nos referimos a Cousiño Macul, ubicada en Peñalolén. Aquí, además de producir vinos, realizan distintos tours -
Descubre los principales atractivos de esta región y déjate impresionar por la naturaleza
sudamericana
Rodeada de un ambiente prácticamente virgen, la Patagonia chilena atrae a cientos de turistas en busca de
belleza, naturaleza preservada y gusto por la aventura cada año. Los enormes glaciares se sumergen en lagos
color esmeralda, mientras que los fiordos zigzaguean a través de bosques escarpados y las cumbres
cinematográficas de los Andes se desvanecen entre las nubes y la niebla.
Hay mucho que ver y hacer en la Patagonia chilena y, por ello, es fundamental que tu itinerario esté bien
preparado antes de ir. Esto se debe a que las grandes proporciones del territorio, que se extienden por el tercio
inferior de Chile, y los muchos paisajes interesantes para admirar, obligan al visitante a ser selectivo durante su
exploración. Tres regiones: Aysén, Magallanes y Antár tica Chilena y Los Lagos, conforman la Patagonia chilena,
que atrae a los visitantes por sus actividades al aire libre y la observación de vida silvestre estacional.
Este archipiélago del Pacífico es uno de los más pintorescos de toda Sudamérica, tanto por sus estructuras naturales como
por su arquitectura ar tificial.
Habitada originalmente por los pueblos indígenas Huilliches y Chonos, el principal atractivo de la isla de Chiloé son los
palafitos, casas con llamativas fachadas en colores primarios sobre pilotes en el agua, en la capital de Chiloé, Castro.
Además, tiene 150 iglesias y capillas de madera construidas por los jesuitas en los siglos XVIII y XIX, siendo 16 de ellas
sitios del Patrimonio Mundial de la UNESCO. También vale la pena visitar el Museo Regional, en Castro, para ver ar tefactos y
herramientas agrícolas de Huilliche.
Los visitantes pueden caminar a través del bosque virgen, siempre verde y montañoso del Parque Nacional Chiloé, donde la
flora y fauna nativa como pingüinos, nutrias marinas y lobos marinos conviven en armonía. Hay varios senderos para
caminar, como La Playa, que se extiende a lo largo de la costa rocosa del Pacífico, y Chanquín, un sendero de 20 kilómetros
que mezcla costa y bosque.
Ubicada en el Estrecho de Magallanes, esta ciudad cobró vida en 18 43 gracias al auge de la cría de ovejas en la región y a
menudo se la considera un punto de partida para expediciones de cuatro noches en pequeños barcos al Cabo de Hornos,
misiones en la Antártida y el camino al puerto Stanley, en las I slas Malvinas.
Vale la pena pasar un tiempo en este rico pueblo, gracias a su cercanía al santuario de ping ü inos en la I sla Magdalena y la
Reserva Forestal de Magallanes. En la Reserva encontramos especies de plantas nativas como el coig ü e y la lenga, y es el
lugar ideal para realizar caminatas y observar la vida silvestre, como el puma y el zorro gris. Por otro lado, se puede llegar a
la I sla Magdalena en un viaje de 2 horas en bote para admirar los más de 120.000 ping ü inos de Magallanes que acuden en
masa cada octubre para encontrarse con su alma gemela, antes de emprender el regreso al mar en marzo.
Carretera Austral
No pierdas la oportunidad de conducir por la carretera más hermosa del país mientras estás en la Patagonia. La carretera
atraviesa el norte de la Patagonia chilena por 1.240 km, conectando Puerto Montt, en la región de Lagos, con Villa
O'Higgings. Algunos tramos de la carretera están pavimentados, mientras que la mayor parte son caminos de ripio. En esta
ruta, el visitante se encuentra con glaciares, volcanes, parques nacionales, lagos y ríos. Como hay muchos puntos de interés
en la región, se recomienda reservar al menos dos semanas para recorrer, con calidad y sin prisas, toda la Carretera Austral.
Con senderos de nivel fácil e intermedio, el parque cuenta con el increíble glaciar Ventisquero Colgante, que se puede ver
desde la Carretera Austral. Muy húmedo y frío todo el año, el Parque Nacional Queulat tiene una naturaleza exuberante,
formada por verdes bosques, ríos, cascadas y fiordos.
Con una naturaleza deslumbrante y una excelente infraestructura, la Patagonia chilena es un gran destino turístico tanto en
verano, cuando las noches son más largas, como en invierno, cuando los glaciares se vuelven aún más extraordinarios. ¿Y tú?
¿Ya has planeado tu viaje?
Desierto de Atacama: sin intermediarios entre la tierra y el cielo
La región desértica de Chile ofrece aventura y mucha magia
Experiencias inolvidables, aventura entre las dunas, compartir con un pueblo que siempre tiene un
cálido trato con sus visitantes, conocer una cultura milenaria y enriquecer el espíritu; así podría
resumirse la experiencia vivida al visitar Atacama.
Aventura en el desierto
Y al hablar de dunas no podemos dejar de mencionar el Valle de la Muerte (llamado por algunos como el Valle de Marte, por
su similitud al planeta rojo). Con sus características dunas con
puntas a fi ladas y angostas, este valle se encuentra a 2
kilómetros del pueblo de San Pedro de Atacama y data de una historia de millones de a ñ os. Es un lugar ideal para deslizarte
y practicar sandboarding en dunas de más de 150 metros de alto. Dice la leyenda que en este valle se han encontrado
huesos de humanos y animales de quienes hacían el intento de cruzarlo, de allí surge su particular nombre.
Oasis en el desierto
Te recomendamos visitar durante la tarde la Laguna Cejar y terminar con la puesta de sol en la Laguna Tebinquinche, ya que los
colores del sol sobre el salar brindan uno de los mejores paisajes de San Pedro de Atacama.
Conociendo el universo
Por su inmensidad, el desier to de Atacama es el lugar ideal para las actividades astronómicas, ya que la contaminación lumínica
es mínima, por lo que podrás ver las estrellas con mucha claridad. Son las condiciones perfectas para explorar y observar en
detalle los elementos existentes en el universo.
Si tienes interés por explorar la Vía Láctea y conocer más sobre el universo, puedes acceder a los tours astronómicos, donde
podrás utilizar telescopios de alta calidad para poder observar la luna, estrellas, nebulosas, galaxias y más con más detalle y
definición.
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