ORIENTANDO A LA

INFANCIA HACIA EL
SENTIDO
Una mirada desde la logoterapia de
Viktor Frankl

Clara Martínez Sánchez

Editorial Faros de Sentido

 La psicoterapia infantil con enfoque
Humanista-Existencial:
Acompañar en la tarea existencial de
hacer algo de si mismo
El importante aporte de Sigmund Freud a la psicología infantil,
posibilitó la apertura del campo de la psicoterapia con niños, es
así que los posfreudianos abren el camino para la construcción de
un espacio terapéutico para que el niño resolviera sus conflictos
y problemas. A partir de allí comienzan a surgir las diversas pro-
puestas de intervención y contribuciones teóricas. Cada enfoque
psicológico hace su aporte desde sus postulados básicos, para
enriquecer las posibilidades de intervención clínica en la infancia.
Es así que el humanismo y el existencialismo, con el Enfoque
Centrado en la Persona, la Terapia Gestalt y la propuesta de la
logoterapia clínica de Viktor Frankl, brindan otro abanico de posi-
bilidades de acompañamiento al niño en su proceso de formación
y estructuración de persona que se expondrán en el presente ar-
tículo. Los principales ejes de estos enfoques enfatizan la impor-
tancia de asumir la libertad y la responsabilidad para realizar la
principal meta existencial: hacer algo de si mismo.
©Copyright 2014
Faros de Sentido
info@farosdesentido.org LOS PIONEROS HUMANISTAS-EXISTENCIALES
www.farosdesentodo.org Schaefer (2005) en su libro “Fundamentos de Terapia de Jue-
Bogotá, Colombia go” hace referencia que en los años 50s el pedagogo Holandés
Martinus Jan Langeveld, se destacó por el rigor en la aplicación
Se prohibe la reproducción total o parcial de este libro, ni su del método fenomenológico a la Pedagogía y realizó valiosos estu-
almacenamiento en un sistema informático, ni su transmisión dios sobre el niño. Entre sus más destacados tenemos: “Studien
en cualquier forma o por cualquier medio electrónico, mecánico, zur Antropologie des Kindes”, (Estudios sobre la antropología del
fotocopia u otros métodos, sin el permiso previo del editor. niño),1956; “Die Schule ais Weg des Kindes”, (La escuela como
4 Orientando a la infancia hacia el Sentido
el camino del niño), 1960; „Kind und Jugendlicher in Anthropo-
logischer Sicht“ (Niños y jóvenes bajo una mirada antropológica),
1965 y “Einführung in die Theoretische Padagogik”, (Introducción
a la pedagogía teórica), 1965.
Trabajó con un grupo de colaboradores en la Universidad de Utre-
cht, Holanda, desarrollando una aproximación fenomenológica a
la terapia de juego inspirada en la fenomenología existencial de
Heidegger y Merleau-Ponty, y en el trabajo de imaginería lúdica de
Frederic Jacobus Johannes Buytendijk,1 creando una modalidad
de intervención en niños llamada “comunicación por imágenes”.
Consideraban que este modelo se adecuaba a la forma de ser, de
pensar y sentir de los niños, animándolos a expresarse a sí mismos
y a su mundo vital problemático mediante el arte, el juego y otros
medios creativos; haciendo hincapié en el poder del juego como
la forma de expresión de significados personales de los niños y su
mundo vital. Langeveld, Vermeer y Lubbers con sus contribuciones,
posibilitaron que la terapia de juego basada en la fenomenología,
siga practicándose en la actualidad por muchos terapeutas.
En los años 60s Clark Moustakas2 desarrolla la terapia infantil
existencial. En este trabajo demuestra cómo la terapia de juego se
puede utilizar en los niños, para que puedan expresar libremente
sus tensiones, conflictos y frustraciones, especialmente el miedo
y la ira. Moustakas trabaja con niños con problemas de comporta-
miento, que poseen conflictos familiares y escolares. Los objetivos
de su terapéutica se centraron en que los niños lograran madurez
emocional, recuperaran la fe en sí mismos y adquirieran el respeto
por los demás.
1 Naturalista, antropólogo, fisiólogo y psicólogo Holandés. Uno de sus libros
destacados en la psicología comparada es: “El Juego y su Significado. El juego
en los hombres y en los animales como manifestación de impulsos vitales”,
1935. Sus postulados se fundamentan en la comprensión de los fenómenos de
la vida, en el que contrapone el método de la interpretación fenomenológica al
de la explicación causal de los hechos biológicos.
2 Psicólogo norteamericano. Ph.D, Ed.D., Presidente de “The Center for huma-
nistic” de Detroit. Su libro más reciente es “Loneliness, Creativity & Love” (2004),
que escribe junto con su hija Kerry A. Moustakas.
Una mirada desde la Logoterapia de Viktor Frankl 5
Moustakas (1997) enfatiza la importancia de creer en la capa-
cidad del niño para la libre determinación, la responsabilidad y
tener en cuenta las necesidades de desarrollo de los niños. Su
metodología y teoría estaban destinados a fomentar la respon-
sabilidad personal y la comprensión que va mucho más allá del
problema inmediato.
La Pionera rogeriana Virginia Axline (1947), centraba sus terapias
fundamentalmente en la relación terapéutica, en donde la tera-
pia se toma como un compromiso con el crecimiento personal
y con el desarrollo, siendo el vínculo y el reconocimiento de las
emociones y sentimientos del otro, lo que permite la resolución
del problema. Su estilo de escritura es muy sencillo, pero no por
ello poco profundo. Brinda al terapeuta infantil, los fundamen-
tos básicos para la psicoterapia, especialmente los basados en
la relación terapéutica. Dentro de sus numerosas publicaciones,
tenemos como las más importantes: “Children in Play Therapy a
Key To Unders”,1953; “Children in play therapy: A key to under-
standing normal and disturbed emotions”,1953; “Psychotherapy
with Children”, 1959; “Existential Child Therapy”,1966; “Childs
Discovery of Himself”, 1973; “Children in Play Therapy”,1977;
“Psychotherapy With Children: The Living Relationship”,1979; y
“Relationship Play Therapy”, 1997.
Las contribuciones de estos pioneros favorecieron de manera fun-
damental la formulación de los principios básicos del modelo de
psicoterapia infantil humanista existencial.3
APORTES DEL ENFOQUE CENTRADO EN LA PERSONA
Su principal representante es Virginia Axline, psicóloga suiza, que
siendo discípula de Carl Rogers, desarrolla su método elaborando
los principios teóricos, pero adaptándolos a la terapia de juego con
niños a la que denominó “terapia de juego no directiva”.
3 Schaefer, C. (2005). Fundamentos de Terapia de Juego. México: Manual
Moderno.
6 Orientando a la infancia hacia el Sentido
Sus principales obras son: Terapia de Juego, publicado por pri-
mera vez en 1974, traducido al español en 1975, ha tenido 19
reimpresiones (2003) y Dibs: en busca del Yo (1995)
.
LA TERAPIA DE JUEGO NO DIRECTIVA
La terapia no-directiva se basa en la suposición de que cada indi-
viduo lleva dentro de sí mismo, no sólo la habilidad para resolver
sus propios problemas de una manera efectiva, sino también el
impulso de crecimiento, que hace que la conducta madura llegue
a ser más satisfactoria que la conducta inmadura.
La terapia de juego no-directiva, puede describirse como la opor-
tunidad que se ofrece al niño para que experimente su creci-
miento, bajo las condiciones más favorables. Como el juego se
constituye en su medio natural de autoexpresión, el niño tiene
la oportunidad de actuar por este medio todos sus sentimientos
acumulados de tensión, frustración, inseguridad, agresión, temor,
perplejidad y confusión.
Axline, en su libro Terapia de Juego (1994), propone ocho princi-
pios básicos para guiar al terapeuta en todos sus contactos tera-
péuticos no-directivos, sugiriendo que sean ejecutados con since-
ridad, consistencia e inteligencia.
Los principios básicos son los siguientes:
“El terapeuta debe desarrollar una relación interna y amigable con
el niño, mediante la cual se establece una armonía lo antes posi-
ble”.
Axline, hace especial énfasis en el primer encuentro con el niño,
nos dice que es a partir de allí que inicia lo que ella llama “la
estructuración”, que es el proceso necesario para entablar las
condiciones de la relación terapéutica, ya que de ella depende el
éxito de la terapia.
“El terapeuta acepta al niño tal como es”.
Una mirada desde la Logoterapia de Viktor Frankl 7
La total aceptación del niño es de vital importancia y se demues-
tra con la actitud del terapeuta, conservando una relación tran-
quila, segura y amigable con el niño, evitando demostrar cualquier
señal de impaciencia o de rechazo. No lo critica, no lo juzga, no lo
cuestiona, no lo aconseja, no refuta sus ideas, deseos o expresio-
nes emocionales; no hace ninguna evaluación. Se evita el elogio
y otros reforzadores manifiestos, para evitar que el niño crea que
la aceptación está condicionada a ciertos comportamientos, debe
sentir aceptación de su persona. Permitir al niño ser tal cual, es
evitar sentimientos de culpa o represiones.
El terapeuta transmite su aceptación por medio de la empatía, el
reconocimiento, el respeto y otras expresiones de entendimiento.
La aceptación no implica una aprobación de lo que él está ha-
ciendo, ya que aprobar ciertos sentimientos negativos que el niño
puede expresar, sería más perjuicio que ayuda. Con esta actitud
del terapeuta, el niño se siente en libertad de explorar y expresar
todos los aspectos de su persona y de los otros. Al aceptar de esta
forma al niño, él se acepta a sí mismo en todas sus dimensiones,
derrumbando las defensas que constituían los comportamientos
inadaptados e impedían que el niño expresara todo su potencial.
“El terapeuta crea un sentimiento de actitud permisiva en la re-
lación, de tal forma que el niño se siente libre para expresar sus
sentimientos por completo”.
Se le da al niño la instrucción que la hora de terapia es de él y
que dispone de ella para hacer lo que quiera, puede emplear el
tiempo como desee, usar cualquiera de los juguetes o materiales
del consultorio, el niño investiga los materiales y se mantiene aler-
ta de la actitud del terapeuta. La permisividad es establecida por
la actitud del terapeuta hacia el niño, por medio de expresiones
faciales, tono de voz y acciones, éstas deben ser coherentes para
evitar trasmitir un doble mensaje, una con la voz y otro con la pos-
tura y la actitud. De esta consistencia depende la intensidad con
que el niño exteriorice sus sentimientos, durante ese tiempo en el
cuarto de juegos. La permisividad en la relación se extiende más
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allá del contacto inicial. Continúa a través de todas las entrevistas
con el niño.
De esta forma se prepara el terreno para un comportamiento más
constructivo, cuando el niño haya liberado los sentimientos que lo
oprimían, ya está preparado para experimentar otros nuevos. El
niño ve su propio comportamiento, se entiende mejor, confía en
sí mismo, sintiéndose en capacidad de resolver sus problemas y
valerse por sí mismo.
“El terapeuta está alerta a reconocer los sentimientos que el niño
está expresando y los refleja de nuevo hacia él de tal forma que
logra profundizar más en su comportamiento”.
El juego del niño es símbolo de sus sentimientos. El terapeuta
deberá estar alerta para captar lo que el niño está expresando
y lo reconoce, ya sea a través de su conversación directa o de
su juego. Reconocer e interpretar los sentimientos son dos cosas
diferentes. El terapeuta refleja los sentimientos del niño con clari-
dad, se abstiene de hacer interpretaciones, le da la posibilidad de
adquirir una visión completa de sí mismo y descubre lo que nece-
sita, no se anticipa. Si realiza interpretaciones, éstas deben estar
basadas en la obvia actividad del juego, incluyendo el símbolo que
el niño ha utilizado. Aunque la interpretación sea correcta, existe
el peligro de revelar algo al niño antes de que esté preparado para
afrontarlo.
“El terapeuta observa un gran respeto por la habilidad del niño
para solucionar sus problemas, si a éste se le ha brindado la opor-
tunidad para hacerlo. Es responsabilidad del niño decidir y realizar
cambios”.
Es parte de la estructura de la terapia que el terapeuta intente
ayudar a comprender al niño que es responsable de sí mismo
y de su cambio, el niño se enfrenta a ese reto. Los cambios de
comportamiento son resultado de la comprensión de sí mismo y
se dan, no como respuesta a una conformidad por la presión de
cambiar porque hay que adaptarse, sino como la elección que se
Una mirada desde la Logoterapia de Viktor Frankl 9
es responsable de sí; de esta forma el niño adquiere confianza y
autorrespeto edificando su propia estimación. El terapeuta no lo
dirige, se mantiene neutral, lo comprende, mostrándose tranquilo,
amigable e interesado. Cree que el niño puede valerse por sí mis-
mo, lo respeta. Cuando el terapeuta deja que el niño sea respon-
sable de hacer los cambios, está centrando la terapia en el niño.
“El terapeuta no intenta dirigir las acciones o conversación del niño
en forma alguna. El niño guía el camino; el terapeuta lo sigue”.
Este principio básico es primordial ya que caracteriza el tipo de
terapia no directiva y exige por parte del terapeuta, la convicción de
sus preceptos y especialmente el haberse desprendido de la inter-
vención psicológica tradicional que direcciona hacia la evaluación,
el psicodiagnóstico y la interpretación. Aquí el terapeuta invaria-
blemente debe apegarse a la política no directiva, esto significa
respecto a sus intervenciones e interacción con el niño: no realizar
preguntas inquisitorias, eliminar cualquier palabra de alabanza, no
criticar sus acciones, no realizar sugerencias, no tratar de dirigir sus
actividades. Omite y mantiene al margen sus opiniones, sentimien-
tos y deseos de guiar al niño en la hora de terapia; el terapeuta no
es un compañero de juego, tampoco un maestro y mucho menos
una madre sustituta. Es una persona muy especial ante los ojos
del niño: es el reflejo sonoro contra el cual prueba su personalidad;
es el que sostiene el espejo para que el pequeño pueda verse tal
como es, para identificarse consigo mismo. El niño guía el camino.
El terapeuta lo sigue, la terapia no debe ser apresurada.
“El terapeuta no pretende apresurar el curso de la terapia. Este
es un proceso gradual y, como tal, reconocido por el terapeuta”.
La ley de la disposición opera en la sesión de terapia. El tera-
peuta debe tener paciencia y ser comprensivo, le da libertad al
niño para que tome el tiempo que sea necesario sin apresurarlo,
ya que en su vida cotidiana está expuesto a presiones, tensiones
y exigencias, el niño necesita tiempo para la asimilación de sus
sentimientos y de lo que le ocurre. El terapeuta deberá intentar
10 Orientando a la infancia hacia el Sentido
ver las cosas a través de los ojos del niño, así como desarrollar un
sentimiento de empatía con él. El cambio de conducta y el creci-
miento personal son un proceso gradual que debe realizarse con
la participación de la persona, debe provenir de lo más profundo
del ser para que sea verdadero. El terapeuta debe comprender
que la terapia no siempre brinda los resultados esperados, no todo
lo cura, no siempre el niño se encuentra preparado para enfrentar
las causantes tanto internas como externas, de la desadaptación
que limitan su crecimiento psicológico.
“El terapeuta establece solo aquellas limitaciones que son ne-
cesarias para conservar la terapia en el mundo de la realidad y
hacerle patente al niño de su responsabilidad en la relación”.
Las limitaciones que son establecidas en la relación no-directiva
son naturalmente muy pocas, pero muy importantes, centradas la
mayor parte en cosas materiales, tales como la destrucción de los
materiales de juego, averiar la habitación y atacar al terapeuta. De
igual forma, limitaciones como la concertación de la cita, el de-
terminado tiempo de la sesión de juego en donde se respetada su
duración. El niño necesita un determinado control, ya que no es
lo bastante auto suficiente. El control es el resultado del respeto
mutuo. La relación terapéutica, para que sea de éxito, debe estar
basada en un respeto auténtico que ambos, el niño y el terapeuta
se demuestren uno al otro.
La autora opina que es mejor si las limitaciones son conservadas
a un mínimo y solamente expuestas cuando surja la necesidad, así
la terapia parece progresar más ágilmente. El terapeuta no-direc-
tivo nunca ejerce presión para lograr un cambio de conducta en el
niño. Cualquier cambio surge del propio niño, por mínimo que sea.
Por lo tanto, el terapeuta se abstiene de utilizar una limitación
para lograr enfocar un problema. En resumen, tal parece que las
limitaciones utilizadas con consistencia, honestidad e inteligencia
sirven para sujetar la sesión de terapia al mundo de la realidad,
así como también para salvaguardarla de posibles malentendidos,
confusión, sentimientos de culpa e inseguridad.
Una mirada desde la Logoterapia de Viktor Frankl 11
Es el principio que opera como un dispositivo por medio del cual
la participación, cooperación y responsabilidad del niño pueden
ser aquilatadas.
La autora propone también tener en cuenta todos los principios
básicos de forma integrada y simultánea, ya que de ello depende
la efectividad de la terapia.
A lo largo del planteamiento brinda amplios ejemplos en diferen-
tes casos de actuaciones y reacciones del terapeuta, en donde se
enfatiza alguno de los principios y se dejan de lado otros. Invita
al terapeuta a observarse constantemente, a ser auténtico, para
evitar la preferencia de algún principio y la exclusión de otros.
Si nos damos cuenta Axline, con sus principios básicos, nos brin-
da la base para entablar cualquier vínculo o relación humana de
forma saludable, profunda y duradera, no solo en la relación te-
rapéutica.
APORTES DE LA TERAPIA GESTALT
Para Oaklander (2007), la Terapia Gestalt aplicada al niño, tiene
más semejanzas que diferencias si se compara con la intervención
que se hace con los adultos utilizando el mismo sistema de psico-
terapia. Es así como todos los conceptos y principios teóricos de
la Terapia Gestalt, pueden adaptarse al crecimiento sano del niño
y también a su psicopatología.
Castanedo (1985), dice respecto a la Terapia Gestalt enfocada a
la infancia, que “el niño en sus años formativos requiere: adquirir
y mantener su equilibrio emocional; poder satisfacer sus necesida-
des; establecer y mantener contacto con los otros; y alcanzar una
adecuada auto-estima. Sin embargo las resistencias, que impiden
la toma de contacto, como son la introyección, la retroflexión, la
proyección, la deflexión y la confluencia, pueden bloquear el de-
sarrollo de su personalidad, limitándose así el crecimiento de su
potencial humano”.
12 Orientando a la infancia hacia el Sentido
Para la Gestalt el niño es asumido como un organismo, como una
totalidad, que deberá desarrollarse adecuadamente, con una per-
sonalidad sana que le permita establecer un contacto adecuado
consigo mismo, con su medio y con la gente que le rodea. Para
lograrlo, el niño a su nacimiento, deberá incorporar el mundo que le
rodea por medio de sus sentidos, tomando conciencia de su propio
cuerpo y expresando sus emociones y sentimientos. Que más tarde
en su desarrollo evolutivo se complementará con la aparición del
lenguaje, permitiéndole comunicar o expresar con más claridad sus
necesidades y deseos, sus emociones, sus pensamientos e ideas.4
El principio gestáltico de homeostasis o adaptación, es fundamen-
tal para mantener el equilibrio y satisfacer las necesidades que
van surgiendo. Para lograr esta integración de la personalidad,
el individuo requiere darse cuenta de qué es lo que necesita y
cómo puede conseguirlo. Así mismo el niño necesita establecer
contacto con los otros y tener una imagen apropiada de sí mismo
(Giardino, 2009).
El adecuado desarrollo del niño, puede verse bloqueado impidien-
do su propia integración y el logro de la identidad de su persona-
lidad. Surgen resistencias al contacto como lo son la introyección
y deflexión. El niño puede interiorizar introyecciones negativas de
su primera infancia, inhibiéndolo e impidiéndole ser él mismo, de-
flectando o desviando sus emociones. Si esta situación se presen-
ta, sus áreas de funcionamiento (sensorial, corporal, emocional e
intelectual), le impedirán llegar a la auto identificación y obtener
su propio auto-soporte, necesarios para afrontar el mundo y sus
dificultades. Una baja auto-estima es una de las características
del niño con trastornos, siendo esta auto-estima necesaria para
establecer un buen contacto con los otros y el medio ambiente
(Castanedo, 1985).
Otro de los bloqueos que presenta el niño es la retroflexión, es
decir, se hace a sí mismo lo que desearía hacer a los demás, las
4 Castanedo, C. (1985). Terapia Gestalt enfocada en el niño. Consultado en
Febrero 15, 2010 en www.binasss.sa.cr/revistas/rccm/v6n3/art9.pdf.
Una mirada desde la Logoterapia de Viktor Frankl 13
conductas características de afrontamiento que manifiesta son de
autoagresión (autocastigo o automutilación) y presentan trastor-
nos de tipo psicosomático; estas conductas son frecuentes en
deficientes y enfermos mentales.
El niño puede utilizar también el mecanismo de confluencia, ma-
nifestándose sumiso, adaptado y obediente, con las personas de
su entorno. Buscando aprobación y mostrándose como el otro
desea verlo. Esta situación le impide adquirir su propia identi-
dad, en este caso es necesaria cierta “rebeldía positiva”5, para
no quedarse únicamente en un opuesto de la polaridad sumisión-
dominancia.
Otra resistencia para afrontar el contacto con su identidad es la
proyección, aquí el niño le atribuye a los otros las emociones que
él mismo siente y que no es capaz de apropiar como suyas.
Cuando estas resistencias son identificadas en un niño, es con-
veniente un proceso de psicoterapia para facilitar el desbloqueo y
permitir que emerja su verdadera identidad, el encuentro con su sí
mismo físico-sensorial, su sí mismo emocional, su sí mismo cog-
nitivo y su sí mismo social. Donde su Self integrado pueda, desde
otro lugar, afrontar todas las dificultades de su medio de forma
diferente, pudiendo ser él mismo y siendo auténtico.
La psicoterapia le permite adquirir recursos y habilidades de
adaptación, el niño es un ser en constante cambio que necesita
la oportunidad de adquirir “su sentido de ser”, al lograr diferen-
ciarse de su entorno. El terapeuta promueve el darse cuenta y el
pensamiento reflexivo, en la búsqueda de soluciones adecuadas y
confía en el deseo innato del niño hacia su autorrealización (Fer-
nández, 2005).
Los Objetivos de la Terapia Gestalt centrada en el niño son:
Enfocar las necesidades y deseos que tiene el niño de manifestar
su sentir a nivel sensorial y emocional en el aquí y el ahora.
5 Castanedo, C. (1985). Terapia Gestalt enfocada en el niño. Consultado en
Febrero 15, 2010 en www.binasss.sa.cr/revistas/rccm/v6n3/art9.pdf.
14 Orientando a la infancia hacia el Sentido
Enseñarle a hacer frente a situaciones inconclusas y a duelos no
resueltos, haciendo un cierre adecuado de las mismas, que le
permitan enfrentar nuevas situaciones.
Vivir en el aquí y el ahora. No gastar excesiva energía en lo que
ya fue o lo que aún no ha sido, el pasado ya no tiene solución y
el futuro se resuelve por sí mismo, enfrentando el momento exis-
tencial.
Facilitar al niño la llegada de la Adolescencia, ayudándole a tras-
pasar ese umbral, teniendo en cuenta las premisas de: vivir en el
aquí y el ahora gestáltico, unido al darse cuenta y a la toma de
contacto consigo mismo, con los otros y con el ambiente que le
rodea.
Para Fernández (1995), el terapeuta es visto como un Yo auxiliar
que es modelo, acompaña, guía y organiza lo vivido en el proceso
terapéutico, llevando al niño a experimentar nuevas formas de
enfrentar los problemas, logrando un mayor grado de autoapoyo.
Pone en contacto al niño con sus emociones en conflicto y le pro-
vee los medios para que las resuelva, alcanzando un mayor grado
de fluidez emocional y garantía de salud psíquica. Promueve a
través de juegos y ejercicios terapéuticos, las relaciones interper-
sonales que ayuden a desarrollar las habilidades detenidas en el
proceso de desarrollo.
VIOLET OAKLANDER (SUIZA)
Así como para los psicoanalistas Melanie Klein es la Madre del
psicoanálisis infantil, para los Gestaltistas Violeta Oaklander es
la pionera de la Gestalt Infantil. Ella no solo abrió el camino sino
que ha continuado aportando conocimientos y experiencias a esta
nueva corriente psicológica (Amescua, 1996). Violeta es Docto-
ra en Psicología Clínica y Master en Terapia Familiar y Master
en Educación Especial en niños con trastornos emocionales. En
1973 se formó y certificó como terapeuta Gestalt en el Institu-
Una mirada desde la Logoterapia de Viktor Frankl 15
to de Terapia Gestalt de Los Ángeles, California. Es miembro de
la Asociación Estadounidense de Terapeutas Matrimoniales y de
Familia y de la Asociación de Terapeutas de Pareja y Familia de
California. Dedicó seis años a la educación de niños con serios
problemas emocionales en el distrito de Long Beach, CA y desde
el año de 1972 al de 1999 se mantuvo en práctica privada tiempo
completo en Santa Bárbara, CA.
La Dra. Oaklender desarrolló un modelo único de trabajo con ni-
ños en el que combina la teoría, filosofía y práctica de la Terapia
Gestalt con una variada mezcla de técnicas expresivas. Ha ganado
reconocimiento internacional y ha recibido varios premios por su
contribución al campo de la salud mental infantil.
Barry Stevens, refiriéndose al trabajo de Oaklander en el prefacio
que hace de “Ventanas a nuestros niños”, nos dice que ella no ori-
ginó ninguno de los métodos que utiliza, pero la forma en que los
usa es altamente original y creativa, una gestalt flexible y viviente,
en donde la intuición, la observación y la gama de sus sentidos
son claves en el proceso creativo, facilitando el redescubrimiento
de las vivencias de los niños. Resalta la sinceridad con que ella
menciona sus errores y los utiliza para aprender y retroalimentar
su experiencia y en la formación de terapeutas. Violet habla con
los niños en una forma simple, directa y sencilla, una forma en
que a la mayoría, dice Stevens, nos agradaría que nos hablaran
siempre.
Autora del libro: “Ventanas a nuestros niños” (1992), el cual ha
sido traducido a trece idiomas, además de varios videos y audio-
cassettes relacionados al trabajo terapéutico con niños. Después
de muchos años edita su nuevo libro, “El tesoro escondido: un
mapa al self profundo del niño” (2008), donde recopila sus ar-
tículos más importantes y profundiza en su modelo de trabajo
terapéutico con niños y adolecentes.6
Actualmente vive en Santa Bárbara donde ofrece formación, con-
sulta y supervisión a psicoterapeutas de niños y adolescentes.
6 Tomado de: http://www.terapiadejuego.es/webs/violet.htm.
16 Orientando a la infancia hacia el Sentido
Ha publicado numerosos artículos especializados y capítulos en
libros. Recientemente retirada del trabajo clínico, continúa dic-
tando charlas y cursos. Su vida y obra pueden conocerse en la
fundación formada por sus familiares y amigos denominada: Violet
Solomon Oaklander Foundation (www.vsof.org).7
Para Oaklader (2008), es importante tener en cuenta algunos as-
pectos en el trabajo terapéutico, mucho más significativos que
sólo la aplicación de técnicas, como la relación, el contacto, la
resistencia, los sentidos, el cuerpo, el fortalecer el Yo, la expresión
emocional y el autocuidado:
La Relación: es la base del proceso terapéutico, y puede, en sí
misma, ser poderosamente terapéutica. No se manipula, ni se juz-
ga. Es el encuentro de dos individuos separados, ninguno superior
al otro. Al relacionarse con el otro como un ser aparte, se le da al
niño la oportunidad que experimente su propio “Yo”, destacando
su sentido de sí mismo y fortaleciendo sus habilidades de con-
tacto. Si por alguna circunstancia, al niño se le dificulta entablar
la relación, por temores, miedos y resistencias, es tarea del tera-
peuta encontrar formas creativas y no hostiles para llegar al niño.
El Contacto: En cada sesión, el contacto es un asunto vital, exis-
tencial. El contacto implica poseer la habilidad de estar com-
pletamente presente en una situación específica con todos los
aspectos del organismo (sentidos, cuerpo, expresión emocional,
intelecto) prestos y disponibles para su uso. Las habilidades del
contacto tienen que ver en cómo el niño toca, mira, ve, escucha,
oye, huele, habla, saborea, expresa, se mueve. El espacio tera-
péutico permite contactar al niño con estas habilidades, si las ha
perdido al encerrarse en su interior, al inhibir su expresión sana,
manifestando su sentido del Yo débil y escindiendo partes de sí
mismo.
La Resistencia: Es la aliada del niño, su forma de protección, de
defensa ante algo que percibe como amenazante. También son
7 Tomado de la Revista da Abordagem Gestáltica – XIV(2): 267, jul-dez,
2008 en: http://pepsic.bvs-psi.org.br/pdf/rag/v14n2/v14n2a18.pdf
Una mirada desde la Logoterapia de Viktor Frankl 17
estrategias de adaptación, lo que ocurre es que no son funciona-
les. Las resistencias son comunes en los inicios del tratamiento
y se van desvaneciendo con el fortalecimiento de la relación te-
rapéutica. La resistencia es una energía y manifiesta el nivel de
contacto del niño.
Los sentidos: el contacto y la percepción de los sentidos es muy
importante para el desarrollo. Es cómo percibimos el mundo y
determina de alguna forma, cómo nos relacionamos con él, como
entablamos vínculos.
El cuerpo: Cada emoción tiene una conexión corporal. Es impor-
tante reconocerla e identificarla para reconocer nuestras reaccio-
nes particulares ante distintas circunstancias y situaciones de la
vida, saber qué nos afecta, cómo nos afecta y por qué nos afecta.
Tener la posibilidad de sentir la tensión pero también de descubrir
la distensión y la relajación.
Fortalecer el Yo: Ayudar al niño a desarrollar un fuerte sentido de
sí mismo es un requisito primordial para que exprese sus emo-
ciones ocultas. Reforzar al Yo implica, además de experiencias
sensoriales y corporales, definir el Yo, descubrir la posibilidad de
elegir, experimentar dominio, reconocer proyecciones, establecer
fronteras y límites, tener la habilidad de ser “juguetón” y usar la
imaginación, experimentar poder y control y contactar la propia
energía agresiva. Oaklader ahonda en cada uno de estos aspectos,
ya que son fundamentales en el proceso de fortalecimiento del
sentido del sí mismo en la psicoterapia.
Expresión emocional: todo lo que niño hace posee un contenido
emocional, en ocasiones reprimido y oculto con la inhibición y en
otros aflora espontáneamente sin límites ni reparos, con la impul-
sividad, la explosión y la agresión. Las diferentes técnicas tera-
péuticas permiten esta expresión emocional (rabia, pena, dolor,
alegría, miedo), facilitando al niño la conexión con ellas, primero
explorándolas cognitivamente y luego expresándolas, sin sentirse
culpable o sobreadaptado al aceptar todo.
18 Orientando a la infancia hacia el Sentido
Autocuidado: es un paso vital en el proceso terapéutico que los
niños sean receptivos, comprensivos y “activamente nutritivos”
consigo mismos. La aceptación de todas las partes de uno mis-
mo, aún las más odiosas, es un componente vital de un desarrollo
sano y no deteriorado. Es sentirse bien, tratarse bien, consentirse,
cuidarse, mimarse y tener respeto consigo mismo al considerar
sus limitaciones y reconocer sus alcances y potencialidades.
LORETTA ZAIRA CORNEJO PAROLINI (PERU)
Nacida en Iquitos, Perú. Licenciada en Psicología Clínica y Psico-
terapeuta reconocida por la Federación Española de Asociaciones
de Psicoterapeutas (FEAP) y por la Asociación de Gestalt de Es-
paña; por la Asociación Humanista Integradora y por la Sociedad
Psicoanalista de Perú y España.
Especialista en la formación de terapeutas de grupo y en el traba-
jo de desarrollo y acompañamiento emocional, como modo de dar
un espacio propio de crecimiento a niños y adolescentes. Directo-
ra de la colección AMAE de la editorial Desclée de Brouwer para
padres, terapeutas y profesores.
Cofundadora y codirectora de UmayQuipa8 (palabra quechua que
significa “soplando el amor”), Centro de Psicología Infantil que
con un equipo interdiciplinario de profesionales especializados
trabajan con niños, adolescentes y sus familias en Perú. Loretta
viaja a España hace más de 20 años, en donde reside actualmen-
te y dirige la sede en Madrid, donde continúa aportando y contri-
buyendo a la psicoterapia infanto-juvenil.
Emprende su trabajo con niños en 1975, iniciando su formación
fundamentada en las contribuciones de Violet Oaklander. Inicia
desde allí su amplia experiencia que la convierte en una de las
pioneras de la aplicación del enfoque humanista en la interven-
ción clínica de niños en Latinoamérica.
8 Puede entrar a su página: http://www.umayquipae.com/, allí encontrará su
forma de trabajo, su equipo interdisciplinario e interesantes enlaces.
Una mirada desde la Logoterapia de Viktor Frankl 19
Escribe su primer libro: “Manual de terapia infantil gestáltica”
en 1996, texto de rigor en la formación de terapeutas, que con
su lenguaje sencillo y profundo nos muestra el proceso de inter-
vención con niños. Incluye temas como el primer contacto con el
niño; el consultorio; la entrevista con los padres; la entrevista con
el niño; técnicas psicoterapéuticas aplicadas en la terapia infantil
gestáltica; presentación de casos y los cierres de la terapia. En
una ocasión uno de mis estudiantes de psicología, en una de las
asesorías de práctica profesional en último año me dijo: “si no
hubiera sido por este libro de Loretta, hubiera abandonado mi
carrera, nunca había visto a los niños de la forma que ella los
muestra, me hizo reconciliarme con mi niño interior”.
Es un libro que permite la apertura a la creatividad, al descubri-
miento de nuevas técnicas y con lo que la autora llama “serendipi-
ty”, que son hallazgos casuales que surgen sin haberlos buscado,
es decir, la técnica es la consecuencia del encuentro con el otro,
puede ser construida como resultado de la relación terapéutica.
Por esta razón nos invita a valorar la importancia de un encuentro
terapéutico cercano, expresivo y de crecimiento mutuo, como ele-
mentos fundamentales del proceso de psicoterapia infantil.
Nos hace un llamado a no usar la técnica por la técnica, para no
invadir el proceso de tecnicismos, sin tener en cuenta si es ade-
cuado su uso o no y sobretodo sino se ha tenido el debido entre-
namiento. Toda técnica debe ser tomada como agente movilizador
y de cambio, de allí la importancia de la responsabilidad para su
aplicación según el momento de desarrollo del niño.
Dentro de sus técnicas novedosas tenemos la inclusión en sus
sesiones de psicoterapia infantil de:
El uso del cuaderno de terapia: dentro del encuadre que le da al
niño al empezar las sesiones esta el uso del cuaderno, de la crea-
ción conjunta de un libro de su terapia. Cada folio con sus pági-
nas poseen enunciados con “significado”, son frases que coloca
el terapeuta en donde el niño debe escribir o dibujar, expresando
20 Orientando a la infancia hacia el Sentido
sus pensamientos, sentimientos y emociones respecto a una si-
tuación en particular relacionada con la problemática del niño o
circunstancias comunes a la infancia. El propósito es que el niño
se dé cuenta del proceso de crecimiento que ha tenido en las se-
siones y que identifique sus progresos y lo que ha logrado. Es una
excelente herramienta de autoconciencia de sí.
El uso de la silla vacía o del Oso Perls: el uso de un muñeco den-
tro de la sesión de terapia como complemento del ejercicio de silla
vacía del adulto. Loretta lo integra a la expresión de sentimientos,
al evidenciar que los niños no lograban conectarse sólo con la
silla, sino que necesitaban de un instrumento que facilitara la
movilización de sus emociones, de algo real y concreto. Allí nace
Perls, un oso grande de tela roja, con un moño al cuello. Ese mu-
ñeco receptivo que atendería todos los reclamos y que se prestaría
para facilitar al niño la expresión de todo tipo de catarsis y de
liberaciones: desde la manifestación mas profunda de cariño con
abrazos y mimos, hasta las emociones más oscuras, infringiendo
heridas, muerte violenta, patadas, puños, acompañado de burlas,
gritos y descalificaciones despiadadas sin consideración. Con el
tiempo, se fue transformando y ya no fue un oso sino un animal
indefinido que facilitaría aún más las proyecciones de los niños,
al que llamaría Segismundo. Ahora ya existen: Frommy, Bernie,
Fritz, bruno, Ani. El muñeco que yo uso en mis terapias se llama
“Aureliano Buendía”, un muñeco de la costa atlántica colombiana,
nacido en Macondo, en un mundo del realismo mágico, en donde
todo puede pasar.
El uso de Quincy, un animal doméstico dentro de la sesión tera-
péutica: la utilización de un animal domestico con fines terapéu-
ticos, es uno de los más valiosos aportes de Umayquipa Lima, al
incluir un perro dentro de las sesiones como una nueva propuesta
de relación y proceso de cura. Quincy, un perro doberman, con
el tiempo se convirtió en el coterapeuta perfecto, ya que no in-
terrumpe con sus interpretaciones ni con posturas de poder, al
contrario, es un personaje amoroso, Loretta nos dice que “Quincy
Una mirada desde la Logoterapia de Viktor Frankl 21
hace del afecto un hábito”, reveló lo que es la incondicionalidad
del querer, el perdón, la confianza, del arte de amar. Mostrando
con otro lenguaje, la posibilidad de la existencia de un vínculo, en
donde la presencia enseña la convivencia y la posibilidad de una
relación sana, sin temores, ataduras, resistencias, miedos. Quincy
sirvió para enseñar a los niños y adolescentes que el buen tra-
to genera buenas respuestas. Desde la logoterapia, es evidenciar
que a pesar de los determinismos biológicos, es posible trascen-
der y anteponerse a sus influjos. Quincy, a pesar de pertenecer
a una raza considerada asesina (doberman), logró lo mejor de sí,
trasformando su fuerza destructiva en eros. Si eso lo puede un
perro porque no un ser humano?
Ahora en Madrid Loretta trabaja con “Horatio”, un perro sabueso,
que fue adoptado recientemente y que ayuda a los niños a trabajar
esta situación particular y los sentimientos asociados a la adop-
ción, como el abandono y la culpa y que junto con “Pluto” que
junto contribuyen a trabajar los vínculos y las relaciones.
Sensibilizada por la necesidad de formas buenos y éticos tera-
peutas, surge su libro “Cartas a Pedro, Guía para un psicotera-
peuta que empieza” (2000), texto motivado por su sobrino Pedro
cuya inquietud por estudiar psicología, inspiro a la autora para a
través de sus líneas mostrarnos una ruta de camino práctico al
terapeuta novato que al iniciar se encuentra inseguro de cómo
aplicar toda la teoría aprendida y que no sabe cómo emplearla ya
en su consulta. Brinda alternativas y sugerencias para la práctica
psicoterapéutica. Tiene apartes como: La base para ser psicotera-
peuta; el espacio de terapia; el modo de hacer sentirse bienvenido
al paciente; el clima emocional; el terapeuta “tonto”: los miedos
del terapeuta; qué decir en las sesiones: sobre Señalamientos e
Interpretaciones; los casos en que deseé no ser psicoterapeuta;
¿Qué encuadre teórico escojo?; acerca del uso del diván y otras
técnicas; el uso del tiempo y sus secuencias; fechas especiales
que hay que trabajar; el préstamo de las palabras: los pacientes a
los que les es difícil hablar; cuando a veces conviene no escuchar;
22 Orientando a la infancia hacia el Sentido
y, Algunas Técnicas Gestálticas de ayuda. Como nos dice la auto-
ra, cada capítulo es como una charla “que llega de piel a piel –y
que va entrando en los poros más, que en la cabeza– sobre lo que
significa ser psicoterapeuta, sobre lo que significan los pacientes
para nosotros y lo que significamos nosotros para ellos”.
Brinda herramientas de intervención clínica y claves para un me-
jor desempeño. Abre las puertas para que el profesional de la psi-
cología que se decide por el área clínica se apasione y determine,
según su vocación, si es el camino a seguir y no lo abandone al
inicio por inseguridad e inexperiencia. Propicio para los terapeu-
tas que al recién iniciar clínica, deciden realizar su práctica con
niños.
Su libro “Manual de terapia Gestáltica aplicada a los adolescen-
tes” (2007), es un aporte al vacío existente dentro de la terapia
humanista, acerca de aquellos personajes que intentando dejar de
ser niños, se enredan en un mundo indeterminado de emociones
y situaciones en pro de ser adultos. Cornejo nos señala la impor-
tancia de una psicoterapia especializada a la adolescencia e invita
a tratar este tema con responsabilidad, ya que se requiere de una
psicoterapia orientada a la juventud y no adaptaciones y aplicacio-
nes de las psicoterapias infantiles o adultas, a una población que
requiere de especial atención.
Propuesta de psicoterapia infantil
desde la Logoterapia de Victor Frankl
Las contribuciones de los exponentes humanistas existenciales
favorecen de manera fundamental la formulación de los principios
básicos de la logoterapia clínica infantil desde la logoterapia de
Viktor Frankl.
Son pocos los aportes a la clínica logoterapéutica con niños, en-
contramos referencias particulares anexas a textos pero ninguna
propuesta concreta sobre la intervención clínica. El presente apar-
te muestra una propuesta de intervención clínica infantil como
parte de mi trabajo de tesis de Doctorado en Psicología en la
Universidad de Flores en Argentina.
Algunos no están de acuerdo con dichas propuestas, dicen que el
niño no está capacitado para encontrar sentido a temprana edad
y que la estructuración de su personalidad, le impide clarificación
respecto a su libertad y responsabilidad. La práctica clínica nos
indica lo contrario; es desde la infancia que el hombre orienta su
sentido y en compañía de los adultos, facilita o extravía la voz de
su conciencia. El espacio clínico desde la logoterapia se orienta
principalmente a facilitar ese proceso de autoconciencia reflexiva,
que permite la expresión de lo existencial en el niño, diluyendo las
expresiones sintomáticas del organismo psicofísico.
A pesar de que el niño, se encuentra determinado, más que el
adulto, por sus padres, familiares, cuidadores, profesores y la cul-
tura misma, tiene la capacidad de autodistanciarse y posibilitar
el fructífero germen de la autotrascendencia, transformándose en
un ser que asume la responsabilidad de realizar valores y ejercer
la libertad, para tomar posición ante todos los condicionamientos.
24 Orientando a la infancia hacia el Sentido
Como planteaba Frankl: “No solo la herencia y el medio hacen
al hombre, sino que el hombre también hace algo de sí mis-
mo”9.
En psicoterapia facilitamos la autoconciencia de lo bio-psi-
co-espiritual del niño: el bios, lo que le fue trasmitido con la
herencia; lo psíquico (temperamento y carácter) que es encau-
sado mediante la educación, principalmente dirigida por los
padres y la escuela; y de lo espiritual, que no le fue trasmitido
y que no puede educarse sino sólo existir “lo espiritual debe
realizarse; lo espiritual “existe” sólo en la autorrealización, en
la realización de la existencia”. Lo espiritual desde la Logote-
rapia es la dimensión específicamente humana, es potencia
pura, en ella se expresa lo existencial (libertad, responsabi-
lidad, conciencia, valores) y lo que Frankl enuncia como los
recursos noéticos o espirituales: el autodistanciamiento y la
autotrascendencia.10
Desde la logoterapia es importante el encuentro, “el encuentro
auténtico” que planteaba Frankl, aquel que está abierto al logos y
que permite a los participantes trascenderse a sí mismos hacia el
logos e incluso promocionar la trascendencia mutua.11
El modelo de intervención logoterapéutico infantil es semidi-
rectivo, es inevitable no participar y dejar que sólo el niño dirija
el tratamiento, respetamos los sentimientos, pensamientos y
comportamientos del menor, sin embargo, él también aprende
a hacer lo mismo con nosotros, es decir, es una construcción
conjunta del espacio terapéutico para que ambos se sientan a
gusto en el descubrimiento del camino hacia el sentido. Noso-
tros acompañamos y, a través del diálogo socrático incluido en
el juego, que llamo el juego socrático, facilitamos ese descu-
brimiento.
9 Frankl, V. (1965). La Idea Psicológica de Hombre. Madrid: Ed.Rialp.
10 Frankl, V. (1990). El Hombre Doliente. Barcelona: Herder.
11 Frankl, V. (1984). Psicoterapia y Humanismo. México: Fondo de Cultura
Económica.
Una mirada desde la Logoterapia de Viktor Frankl 25
OBJETIVOS GENERALES TRANSVERSALES DEL PROCESO
DE INTERVENCIÓN CLÍNICA INFANTIL LOGOTERAPEÚTICO
“El ser humano forma parte, con una limitación en el tiempo
y el espacio, de un todo que llamamos «universo». Piensa y
siente por sí mismo, como si estuviera separado del resto; es
como una ilusión óptica de la conciencia. Esa ilusión es una cár-
cel que nos circunscribe a las decisiones personales y al afecto
hacia las personas más cercanas. Hay que traspasar sus muros
y ampliar ese círculo para abrazar a todos los seres vivos y a la
naturaleza en todo su esplendor.”
Albert Einstein
La psicoterapia infantil orientada desde la logoterapia tiene obje-
tivos generales que atraviesan el proceso de intervención clínica
y que se desarrollan independientemente de los objetivos espe-
cíficos de cada caso particular. A continuación, profundizaremos
algunos de los objetivos más relevantes a desarrollar.
1. FACILITAR EL PROCESO DE AUTOCONCIENCIA EN EL NIÑO
Lo que nos hace humanos es la conciencia, pero la conciencia en
sí no es garante para su expresión; pero ¿cómo es esto? ¿somos
humanos pero a la vez no?. La ciencia y las teorías evolucionistas
nos muestran cómo a nivel filogenético el hombre es en alguna
medida también animal. En este sentido Viktor Frankl contribuye
con su ontología dimensional con la visión de hombre, en donde
lo que nos hace humanos es la posibilidad de distanciarse de los
instintos, de los determinismos y de los condicionamientos.
Lo que nos hace aún más humanos es la conciencia de la con-
ciencia, algo así como una “metaconciencia”, una conciencia ne-
cesaria para la existencia de la conciencia. Por esta razón en la
constitución del ser persona, el niño poco a poco va siendo cons-
ciente que tiene conciencia en la medida de su desarrollo psico-
26 Orientando a la infancia hacia el Sentido
físico. En su desarrollo evolutivo va surgiendo la conciencia de sí
o lo que Frankl llama la autoconciencia reflexiva, el darse cuenta
de la potencialidad que se tiene, es decir de la espiritualidad.
Aquí el terapeuta acompaña este proceso, le evidencia al niño
esa posibilidad, atrae la autoconciencia que le posibilitará una
posición responsable ante la situación que padece. Para Frankl la
conciencia es el “órgano del sentido” porque guía al hombre en
el descubrimiento del sentido único y particular que puede ser
encontrado detrás de cada situación.12 Por lo tanto el hombre se
encuentra en el deber de localizar ese sentido, aquí es donde sur-
ge la voluntad de sentido como la facultad de descubrir formas de
sentido no sólo en lo real, sino también en lo posible. El terapeuta
acompaña al niño en el proceso de afinar la conciencia, de forma
que tenga un oído lo suficientemente fino como para escuchar la
exigencia latente en cada situación, especialmente en la que le
acontece en ese momento en particular.
“No está dicho, pues, en modo alguno que lo espiritual no
sólo «sabe», sino que al mismo tiempo «sabe que sabe», como
suele afirmarse.Todo parece indicar que los actos espirituales
pueden apuntar también a un objeto sin aprehenderse a sí
mismos —convirtiendo al sujeto en objeto—; por tanto, sin re-
flexión. Debemos distinguir así entre un saber (primario) y una
conciencia (secundaria) de este saber. Lo que suele llamarse
conciencia es, sin embargo, idéntico a esta conciencia autorre-
lacionada, a esta conciencia autorreflexiva, la conciencia del
propio saber, del saber sobre sí mismo, a esta autoconcien-
cia.”13
La autoconciencia como propiedad mediata de la conciencia re-
flexiva,14 es un fenómeno primario esencialmente humano, no
deducible de otra instancia, no reductible, fundamentalmente in-
tuitivo y creativo. Dimensión donde el ser humano se encuentra
12 Frankl, V. (1977). La Presencia Ignorada de Dios. Barcelona: Herder.
13 Frankl, V. (2000). El Hombre doliente. Barcelona: Herder.
14 Guberman, M., Perez Soto, E. (2005). Diccionario de Logoterapia. Buenos
Aires: Grupo Editorial Lumen.
Una mirada desde la Logoterapia de Viktor Frankl 27
consigo mismo en su más profunda intimidad, y donde se mani-
fiesta la presencia dialogal con ella misma o con Dios. La concien-
cia es por lo tanto el órgano del sentido, guiándonos a la libertad y
a la responsabilidad, en la medida en que es ella la que descubre
intuitivamente las posibilidades y los valores, al percibir totalida-
des plenas de sentido. Este aspecto de la conciencia nos permite
ver que existe una teleología en el horizonte humano. La sede de
la conciencia es el inconsciente, ya que ella es básicamente no
racional y prelógica.15
La conciencia es la expresión, valga la redundancia, consciente
de lo espiritual, pues Frankl (1983) planteaba que lo espiritual
en esencia es inconsciente, por eso se relaciona íntimamente con
la intuición. En ese sentido la conciencia de la conciencia es
lo espiritual en acto. Es como cuando en un sueño nos damos
cuenta que estamos soñando y decimos ”es solo un sueño”, por
lo tanto al ser conscientes que soñamos empezamos a trasformar
el sueño y actuar de forma diferente, explorando más, buscan-
do más, preguntando más, descubriendo el sentido del sueño.
Así mismo cuando surge la “metaconciencia” (la conciencia de la
conciencia), empezamos a actuar de forma diferente, exploramos,
preguntamos sobre nosotros mismos y por distintos caminos en-
contramos el sentido.
El proceso de maduración noética16 o espiritual exige un proceso
de autoconciencia, que abra las posibilidades de elaboración de
la realidad de una forma diferente, en donde se crean, se cons-
truyen y se descubren los significantes de sentido, es decir todo
aquello que nos permite orientar los pensamientos, las creencias,
las emociones, los sentimientos y las acciones y por ende las
decisiones. El proceso de autoconciencia en el niño no tiene una
cronología evolutiva determinada, éste se encuentra establecido
15 Guberman, M., Perez Soto, E. (2005). Diccionario de Logoterapia. Buenos
Aires: Grupo Editorial Lumen.
16 El proceso de maduración noética como el movimiento dinámico desti-
nado a planificar la naturaleza del hombre y cuya naturaleza distintiva es su
espiritualidad o dimensión noética. “El que no descubre el sentido de cada
edad, está condenado a vivir lo peor de ella” (García Pintos, 2007).
28 Orientando a la infancia hacia el Sentido
por la integración con el organismo psicofísico, las relaciones in-
terpersonales y las circunstancias y experiencias de vida de cada
persona de una forma particular. Sin embargo, según las circuns-
tancias particulares de cada edad, es posible realizar autocon-
ciencia en lo que los analistas existenciales llamaron los tres tipos
de mundo, es decir, tres aspectos simultáneos del mundo que ca-
racterizan la existencia de cada ser-en-el-mundo:17 El “Umwelt”,
“el mundo alrededor”, es el mundo biológico, llamado ambiente;
el “Mitwelt”, “el co-mundo”, designa el mundo de los seres de
la misma especie, de nuestros semejantes y el “Eignwelt”, “el
mundo propio”, comprende las relaciones personales del individuo
consigo mismo. El terapeuta hace conciencia con el niño de cómo
estos tres mundos se manifiestan “en su mundo”, muchas veces
escuchamos expresiones como “no me había dado cuenta”, o “no
sabía”, o “hasta ahora me pongo a pensar en eso”; este tipo de
expresiones evidencian “que lo obvio no es tan obvio” y que es
necesaria la actualización de la conciencia.
Profundicemos entonces en lo que abarca hacer conciencia en
cada uno de estos mundos (May, 1982):
El Umwelt, “el mundo alrededor”, es el mundo biológico, lla-
mado ambiente. Corresponde al mundo de los objetos que nos
rodean, el mundo natural. Incluye las necesidades, impulsos
e instintos biológicos, el mundo de las leyes de la naturaleza,
y de sus ciclos: sueño y vigilia, nacer y morir, apetencias y
satisfacciones, es el mundo de lo finito y del determinismo
biológico, el mundo al que todos debemos ajustarnos de alguna
forma. El Umwelt no se encuentra aislado sino que esta entre-
lazado o ligado con el contexto de la autoconciencia humana
que permite los fenómenos del ajuste y la adaptación con este
mundo. El niño hace conciencia de sus determinismos biológi-
cos, el que se encuentre en proceso de desarrollo y de cambio
es ya uno de ellos. Algunos niños viven crisis respecto a la
evidencia biológica del “crecer”, desean seguir siendo bebes
17 May, R., Angel, E. y Ellenberger, H. (1982). Existencia. Nueva dimensión
en psiquiatría y psicología. Madrid: Gredos.
Una mirada desde la Logoterapia de Viktor Frankl 29
o niños pequeños y los aterra lo que significa ser adultos, al
contrario de la crisis del pre-adolescente, que desea abandonar
sus ropajes de infante para apresurarse a los del adulto.
Estas transiciones requieren de un proceso de adaptación y de
ajuste que demandan el acompañamiento del terapeuta cuando
se ven bloqueados en su expresión.
El Mitwelt, “el co-mundo”, designa el mundo de los seres de la
misma especie, de nuestros semejantes. Es el mundo de las inte-
rrelaciones. Los animales tienen un ambiente, los humanos tienen
un mundo, incluye relaciones mutuas, el sentido de grupo de-
pende de la actitud que tengo ante el. El amor no solo biológico
sino psicológico, decisión y entrega de los demás. Aquí no se
habla de adaptación o ajuste sino de relación, si veo al otro como
objeto lo dejo de considerar persona. La relación implica siempre
la conciencia de atención recíproca, incluye el proceso de sen-
tirse mutuamente afectado por el encuentro. El niño en algunos
momentos se encuentra en conflicto por sus relaciones, algunos
gozan de excesivo egocentrismo y se les dificulta autotrascender,
reconocer que hay un “otro” diferente a ellos que también tiene
necesidades; otros aunque no desean estar solos no saben cómo
relacionarse y son seres temerosos y aislados; otros con relaciones
familiares complicadas y complejas, son determinados en alguna
medida en su afectividad y emocionalidad. Muchos de los tras-
tornos y problemáticas de la infancia están relacionados con la
relación con este mundo, el terapeuta acompaña al niño en la
vivencia de un agradable encuentro con el otro y en la búsqueda
de nuevas formas de relación. En algunos casos, aparentes pro-
blemas de comportamiento son mera dificultad de relación, que a
veces se modifica radicalmente al cambiar el mundo de relaciones
interpersonales inmediato que se encuentra afectado, como por
ejemplo un cambio de curso, de colegio, de barrio o de ciudad.
El Eignwelt, “el mundo propio”, comprende las relaciones per-
sonales del individuo consigo mismo. Presupone autoconciencia
y autorrelación y únicamente se presenta en los seres humanos.
30 Orientando a la infancia hacia el Sentido
No constituye exclusivamente una experiencia interior y subjetiva,
sino el fondo que nos permite captar al mundo real en su verda-
dera perspectiva y el fundamento de nuestra relación. Es la cap-
tación de lo que significa para la persona, determinada cosa en
el mundo. Propiciar el encuentro con “la conciencia de sí” es uno
de los objetivos principales en psicoterapia, es el proceso de darse
cuenta de qué ha sido elegido, qué ha sido asignado (herencia y
genética) y qué ha sido aprendido (por motivación o por repeti-
ción). La conciencia de sí posibilita el recurso del autodistancia-
miento, la conciencia del otro posibilita la autotrascendencia.
El terapeuta acompaña al niño en el encuentro con la conciencia
de sí, del “mundo propio”, al posibilitar procesos de autoconcien-
cia biológica, psicológica, ética, estética y existencial (libertad,
responsabilidad, capacidad de elección), facilitando el descubri-
miento de sentidos personales.
La Autoconciencia biológica implica darse cuenta de los proce-
sos biológicos y especialmente de la integración con el organismo
psicofísico. La autoconciencia corporal en niños permite disminuir
las somatizaciones características de algunas etapas de vida, en
donde se utiliza la enfermedad como medio de expresión emocio-
nal y el cuerpo se convierte en el intermediario del conflicto exter-
no (situación familiar, relación parental, convivencia en el colegio)
o interno (sentimientos de soledad, rechazo, minusvalía).
En la estructuración de la personalidad es crucial el definirse como
ser único e irrepetible, es por eso que el niño debe poco a poco
desprenderse de su madre como ser independiente (aunque es ne-
cesaria para la supervivencia esta dependencia inicial), el niño inicia
su proceso de individuación. En esta etapa el niño comienza a con-
trolar esfínteres, reconoce su cuerpo como propio independiente del
de su madre, identifica sus sentires corporales, el placer y el dolor,
pudiendo expresarlos de mejor forma cuando surge la palabra.
El proceso de conciencia biológica va integrado a la conciencia
psicológica, pues no podría identificar mi cuerpo como mío sino
Una mirada desde la Logoterapia de Viktor Frankl 31
sé que yo, soy yo. Entonces se podría decir que la conciencia
biológica da cuenta de lo orgánico y la conciencia psicológica, en
referencia a lo orgánico, da cuenta de lo que llamamos “cuerpo”
que es su significación simbólica, psicológica y cultural.
La Autoconciencia psicológica (Gewusstsein), se refiere al estado
vigil y depende, por lo tanto, de la facticidad psicofísica”18. Se
refiere a la conciencia de emociones, sentimientos, pensamientos
y motivaciones.
La Autoconciencia Ontológica o Reflexiva (Bewusstsein), es la
conciencia que descubre el ser que se es, constituye una racio-
nalización secundaria, es decir, una reflexión. Está en mutua in-
terdependencia con la conciencia ética (Gewissen), sin la cual es
vana.
La Autoconciencia espiritual o ética (Gewissen) es una puesta
en escena del ser espiritual, del hecho en sí de ser autoconscien-
te como un fenómeno específicamente humano. Los procesos
de autoconciencia en las diferentes etapas de vida, nos permiten
dimensionar de mejor manera la libertad y la responsabilidad de
nuestras acciones, es decir, de la puesta en marcha de nuestros
valores intrínsecos en las decisiones de la vida diaria. Además se
refiere al ser que todavía no es, constituyendo así un deber ser.
La conciencia espiritual o ética no es, por lo tanto, nada real,
sino algo meramente posible, a la que se accede por medio de
la intuición. Está en mutua interdependencia con la conciencia
ontológica (Bewusstsein), sin la cual resulta ciega”19.
El ser humano vive simultáneamente en el Umwelt, el mitwelt
y el Eigenwelt, no son tres mundos diferentes, sino tres facetas
simultaneas de ser-en-el-mundo. Estas tres facetas del mundo
se interrelacionan, se interreflejan y condicionan mutuamente. Si
se acentúa alguna de ellas con exclusión de las otras, se pierde
18 Guberman, M., Perez Soto, E. (2005). Diccionario de Logoterapia. Buenos
Aires: Grupo Editorial Lumen.
19 Guberman, M., Pérez Soto, E. (2005). Diccionario de Logoterapia. Buenos
Aires: Grupo Editorial Lumen.
32 Orientando a la infancia hacia el Sentido
la realidad de ser en el mundo. El niño poco a poco va haciendo
conciencia de la presencia de estos tres mundos, haciéndolo ser
lo que es y lo que quiere llegar a ser.
2. HACER CONSCIENTE EL INCONSCIENTE ESPIRITUAL
A medida que el niño se desarrolla en las diferentes áreas de la
constitución de su personalidad, lo noético o espiritual aprove-
cha dichas áreas para expresarse, pues lo espiritual, sólo puede
pronunciarse a través del organismo psicofísico. En este sentido,
se podría decir, que el desarrollo psicofísico puede tener una li-
nealidad, una evolución esperada dentro de la cronología, de los
tiempos lógicos, es decir, sincrónico, mientras que la expresión de
lo espiritual no está supeditada a una edad determinada, a una
cronología o a un crecimiento del mismo, es diacrónico. Lo espiri-
tual simplemente es; se encuentra a la espera de ser escuchado,
de poder entrar en acción, dependiendo de las circunstancias psi-
cofísicas y de las vivencias y experiencias.
El terapeuta aprovecha esta diacronía de la expresión de lo es-
piritual para capturarlo, ya que ésta expresión puede surgir en
cualquier momento, en un destello, ya que lo espiritual siempre
está presto para su expresión.
Frankl (2000) refiriéndose a lo espiritual nos dice que “Calla y
aguarda a que pueda comunicarse, a que pueda romper su silen-
cio a través de los velos que le rodean, de los estratos envolven-
tes de lo psicofísico. Aguarda poder anunciarse, a poder darse a
conocer en el organismo psicofísico, como órgano de su informa-
ción. Aguarda hasta el día en que pueda hacer suyo el organismo,
hasta apoderarse de él como su campo expresivo”.
En ese sentido el terapeuta deberá tener, al menos por algunos
instantes, a flor de piel esta “escucha activa” de la expresión de
lo espiritual manifiesta en una acción, una frase, la expresión de
un sentimiento y nombrarla, hacerla existir, darle su importancia.
Una mirada desde la Logoterapia de Viktor Frankl 33
El niño seleccionará si dentro de su escala de valores y priorida-
des son las que necesita y hace suyas. El terapeuta de niños hace
consciente el inconsciente espiritual para que luego, de nuevo,
se vuelva inconsciente. En este camino de ser humano, el niño
va evidenciando su espiritualidad y lo inconsciente espiritual, se
hace consciente con la conciencia de sus rutas de realización del
sentido: son los valores de creación, experiencia y actitud.
Aquí el terapeuta acompaña este proceso, le evidencia al niño esa
posibilidad, es decir, el inconsciente espiritual del terapeuta, atrae
la conciencia del niño en consulta, que le posibilitará una posición
responsable ante la situación que padece. Facilita el encuentro
con su ser espiritual, o reencuentro o descubrimiento con la esen-
cia de su ser, el que está orientado hacia algo, alguien (una idea,
persona u obra). Solo en la medida en que somos intencionales
somos existenciales.
3. REVALUAR A LA PERSONA
Uno de los aspectos más importantes en psicoterapia que se si-
túa como eje transversal del encuentro terapéutico, es el primer
elemento del estilo de conversación propuesto por Lukas (2004):
revaluar a la persona. Este revaluar a la persona implica el que el
terapeuta se revalúe a sí mismo y revalúe el niño que admite en el
proceso de intervención clínica.
El terapeuta debe evaluarse a sí mismo, en la visión más positiva po-
sible respecto al caso a iniciar. Sentirse y tener la capacidad mental,
psicológica, afectiva y emocional para asumirlo. Realizar una reeva-
luación del ser como terapeuta, que incluye el no ser omnipotente,
aceptar sus propios límites, el valorar y reconocer su tarea en el
descubrimiento del sentido, en actualizarse en cada momento del
proceso terapéutico reconociendo sentimientos, emociones y cogni-
ciones respecto al encuentro con los otros (niño, padres, familiares,
profesionales de la salud, educadores, etc.), que de una u otra forma
se tiene contacto en el trascurso del proceso de intervención.
34 Orientando a la infancia hacia el Sentido
El terapeuta también deberá revaluar el concepto que tiene de
niño, no permitir dejarse predisponer por evaluaciones o diagnós-
ticos anteriores, que impidan o dificulten su percepción. Es impor-
tante identificar procesos iatrogénicos anteriores para desmontar
creencias o síntomas situados y concretados por otros profesio-
nales (médico, pediatra, nutricionista, psiquiatra, profesor, etc).
Algunos niños llegan remitidos por otros profesionales o por insti-
tuciones y llegan con un concepto o evaluación del niño, es perti-
nente leerlos y tenerlos en cuenta como parte de la percepción de
su contexto y para identificar antecedentes físicos o psicológicos.
Leerlos, pero no partir solo de ellos, algunos psicólogos u orienta-
dores no realizan una evaluación o una reevaluación de la perso-
na que llega, sino que toma el concepto del profesional anterior,
repitiendo en la historia clínica las palabras del profesional ante-
rior. En una ocasión trabajando en un hospital psiquiátrico hace
ya quince años, me delegaron varios adolescentes para hacerles
seguimiento, muchos de ellos, habían llegado como infantes al
hospital, tenían historias clínicas de cuatro o cinco años atrás, y
los diagnósticos en ese tiempo aún lo daban los psiquiatras de
la institución y era tristemente una cadena de repeticiones, sin
ningún tipo de reevaluación. La cadena de diagnóstico en muchos
casos se convertía en “condena” de diagnóstico.
La dinámica del eje trasversal “revaluar a la persona” se moviliza
todo el tiempo: las palabras, actitudes y tareas del terapeuta per-
miten que los actores del proceso terapéutico se revalúen cons-
tantemente a sí mismos y a los otros, facilitando la ampliación del
campo fenoménico, aumentando el camino de las oportunidades,
posibilitando una visión positiva y esperanzadora del proceso de
cambio.
El revaluar al niño y su familia implica (Lukas, 2004):
• Trato respetuoso a los niños con trastornos físicos y psicoló-
gicos. Todo niño es algo más que su trastorno, algo más que
su enfermedad.
Una mirada desde la Logoterapia de Viktor Frankl 35
• Entrega del terapeuta.
• No hacer valoraciones ni dar opiniones.
• Escuchar y pedir aclaraciones cuando sea necesario.
• Resaltar las capacidades intactas, el núcleo personal íntegro
y la belleza interna del paciente.
• Percibir dos aspectos positivos del paciente: los lados buenos
presentes y las buenas posibilidades de expansión futuras.
• Poner acentos en los recursos disponibles.
• Confrontarlo con sus posibilidades futuras, éstas son descu-
biertas por el terapeuta y son dictadas por su intuición, que
surge de un acompañamiento espiritual del paciente.
• Confianza incondicional en las aptitudes inquebrantables,
aunque ocultas del niño.
• Disfrutar de los valores de experiencia. Detener la exigencia
cultural de no esperar, del inmediatismo que impide disfrutar
de la experiencia que se hace vivencia.
4. FACILITAR EL “ENCUENTRO AUTÉNTICO” CON EL NIÑO Y
SUS PADRES
En las primeras entrevistas es importante facilitar el encuentro
auténtico con el niño, algunos llegan a su primera consulta pre-
venidos, distantes, temerosos, inseguros; otros obligados o desu-
bicados. El terapeuta facilita el reconocimiento del otro, como un
ser humano en la relación entre un yo y un tú.
El “Encuentro autentico” según Frankl (1984) es un modo de
coexistencia que está abierto al logos, permitiendo a los partici-
pantes una autotrascendencia mutua, ir más allá de sí mismos,
más allá de la mera autoexpresión. Solo en la medida que este-
mos junto al otro, intencionados (“junto a…”) nos encontraremos
a nosotros mismos.
36 Orientando a la infancia hacia el Sentido Una mirada desde la Logoterapia de Viktor Frankl 37

Se invita al niño a observarse a sí mismo, a reconocerse en el • Trabajar con la familia, identificando pautas de crianza y de
espejo pero no para quedarse allí sino para que luego vuelque su interacción que impiden el despliegue de lo espiritual en el
vista al otro, para darse cuenta que existe, “para entregarse, sa- niño.
crificarse y abandonarse conociendo y amando.”20 Ya nos lo decía
• Dirigir la atención hacia ese espacio libre donde el niño dispo-
Yalom (1984): “lo que cura es el encuentro”.
ne de las posibilidades de elegir y las aprovecha y encuentra
Este objetivo debe mantenerse en el transcurso de toda la psico- sentido en ellas.
terapia. Sin embargo se hace especial énfasis al inicio porque en
• Guiar en el descubrimiento de huellas de sentido21 según la
muchas ocasiones determina que los consultantes vuelvan o no a
edad.
consulta.
• Aliarse con las capacidades espirituales intactas del niño y
utilizarlas para combatir las debilidades psíquicas.
OTROS OBJETIVOS
• Posibilitar la superación de sus dificultades, descubriendo
A continuación encontraremos otros objetivos que deben tenerse huellas de sentido que le permitan sobreponerse y ser PER-
en cuenta en el transcurso del proceso terapéutico y que según SONA, a pesar de las condiciones sociales, culturales y bio-
cada caso, se afianzan o enfatizan según la necesidad particular lógicas.
del niño y su familia:
• Facilitar recursos terapéuticos y personales que permitan la
Los objetivos generales transversales contribuirán a guiar el pro-
expresión de los recursos noéticos (autodistanciamiento y au-
ceso de intervención clínica, impidiendo se pierda el rumbo de las
totrascendencia).
sesiones, dándole una estructura y una base clínica logoterapéuti-
• Trabajar no solamente lo que el niño es, sino su potencialidad: ca a los objetivos específicos de cada caso en particular.
lo que puede llegar a ser.
• Construir metas personales, familiares y escolares.
• Identificar situaciones emocionales, cognitivas y físicas que
impiden el despliegue de lo noético en el niño.
• Potencializar sus facultades, resaltando los valores de crea-
ción, experiencia y actitud.
• Identificar la expresión de los recursos noéticos para enfrentar
las situaciones y circunstancias de la vida de forma diferente. 21 Término acuñado por Elizabeth Lukas (2004) para designar las razones
diarias para vivir, son aquellos pequeños o grandes momentos cotidianos que
• Trabajar conjuntamente con profesores, orientadores y tera- llenan la vida de sentido. También se refieren a la captación de valores en el
peutas construyendo nuevas formas de educar. pasado, en el presente y en las posibilidades futuras. El sentido como cual-
quier vivencia es atemporal, permitiendo que dichos significados personales
puedan ser hechos conscientes o actualizados al ver las captaciones que reali-
20 Frankl, V. (1990). Logoterapia y análisis existencial. Barcelona: Herder. zan otras personas.

LA INTERVENCIÓN CLÍNICA
Y EDUCATIVA DESDE LA
LOGOTERAPIA DE VIKTOR FRANKL
Es importante para el terapeuta que va a trabajar con niños o que
ya lo está haciendo, tener en cuenta aspectos como:
REVISIÓN DE SU CONCEPTO DE NIÑO
Antes de iniciar el trabajo con niños es importante que escriba
cuál es su concepto de niño; una vez lo haya hecho, mire si ha
integrado alguna de estas visiones:
La propia vivencia de la infancia.
El resultado de la formación académica y profesional.
Las representaciones sociales y culturales.
La propia vivencia de la infancia: Es inevitable cuando se trabaja
con niños no rememorar las propias vivencias infantiles y las ex-
periencias familiares asociadas a esos momentos, por eso resulta
indispensable hacer un recorrido e identificar qué situaciones se
encuentran abiertas y que necesitan ser elaboradas o cerrarse.
En muchas ocasiones estos asuntos inconclusos impiden el
buen desarrollo de un proceso terapéutico. Si es necesario
inicie o retome psicoterapia.
Es importante tener un par, un colega, con el que usted se re-
úna cuando sea necesario para conversar sobre algunas situacio-
nes, sentimientos y emociones relacionados con sus casos, espe-
cialmente si maneja un número alto de consultantes. Además la
vinculación con el propio “niño interior”, permite una conexión
con los niños al permitir ver el mundo de forma diferente, al
Una mirada desde la Logoterapia de Viktor Frankl 39
menos por unos instantes, del mundo adulto; facilita también
el no pre-juzgar y la comprensión de la situación del infante.
El resultado de la formación académica y profesional: Según el
nivel de experiencia profesional donde usted se encuentre, será
más o menos consciente de las implicaciones que ha tenido su
formación académica en la visión antropológica que tiene. Mu-
chas de estas visiones han sido construidas como consecuencia
del sesgo u orientación de su universidad o centro de estudio,
de sus profesores o de la tendencia actual. Generalmente en los
programas académicos priman enfoques conductistas y psicoa-
nalíticos, con tendencia a la cuantificación y cientificidad del
comportamiento humano, en donde se enfatiza lo psicofísico.
Hoy en día se está integrando en la formación de profesionales de
la salud, orientaciones humanistas y existenciales, que permiten
que el estudiante obtenga una visión más amplia de la persona. En
ocasiones al principio usted tendrá la tendencia y casi el impulso
a la psicopatologización, observando sólo lo sintomático y la falta,
después de hacer consciente esta tendencia usted podrá no sólo
ver eso sino identificar en el niño un amplio panorama de posibili-
dades y alternativas. Este aspecto es muy importante ya que de su
propia visión de niño se orientará la del mismo paciente niño, el de
los padres y el del colegio o institución.
Las representaciones sociales y culturales: Cada época y tiempo
según su momento histórico-político-cultural-social, construye
su concepto de infancia. Los avances científicos y tecnoló-
gicos hacen que los adultos vayan cambiando la relación con
los niños y los conciban de forma diferente. Las situaciones de
riesgo, la vulnerabilidad, los conflictos armados, las tendencias
educativas, los medios de comunicación, hacen de las represen-
taciones sociales y culturales toda una construcción cambiante.
Identifique la suya según su contexto particular.
El ejercicio anterior también le permite identificar su reacción y
postura ante un niño que necesita o demanda algo, es impor-
40 Orientando a la infancia hacia el Sentido
tante saber cuál es la forma en que usted responde a esa
necesidad. Al respecto deMause (1974) propone tres reacciones
o lugares posibles en el que el adulto se ubica y responde a las
necesidades de los niños:
Reacción proyectiva: También llamada por el psicoanálisis “pro-
yección” o “identificación proyectiva”. Aquí el adulto puede uti-
lizar al niño como vehículo para la proyección de los contenidos
de su propio inconsciente, como una forma más concreta e incisi-
va de descargar sentimientos en los otros. Desde esta visión, el
terapeuta no espera escuchar lo que el niño necesita sino que
presupone lo que le está ocurriendo, realiza el diagnóstico y el
plan de tratamiento fundamentado en los vacios afectivos y
emocionales de su propia historia y vivencia de la infancia. Se
ubica como “terapeuta infante”, un adulto en miniatura.
Reacción de inversión: en este tipo de reacción el adulto puede
utilizar al niño como sustituto de una figura adulta importante en
su propia infancia. Es bien conocida por quienes han estudiado
a los padres maltratadores que pegan a sus hijos. Los hijos exis-
ten únicamente para satisfacer las necesidades de los padres.
Encontramos aquí los hijos que sustituyen el lugar de la pareja,
en estos casos aparece el abuso sexual, la sobreprotección de
los hijos ante la ausencia del padre o la madre; la explotación
laboral al delegar al niño la responsabilidad de sostener el hogar
y la manutención del mismo.
El terapeuta que se ubica en este tipo de reacción, se ubica en el
rol de madre o padre, ve al niño como un hijo y lo trata como tal.
Al involucrarse en este rol, a menudo toma partido por uno de los
padres, creando alianzas que tergiversan el proceso terapéutico,
al responder a la conveniencia de las necesidades del terapeuta.
El tratamiento se direcciona según las emociones y sentimientos
del terapeuta.
Reacción empática: El adulto puede experimentar empatía res-
pecto a las necesidades del niño y actuar para satisfacerlas. Es
Una mirada desde la Logoterapia de Viktor Frankl 41
la capacidad del adulto para situarse en el nivel de la necesidad
de un niño e identificarla correctamente sin mezclar sus proyec-
ciones. Este ha de ser capaz de mantenerse a distancia suficiente
de la necesidad para poder satisfacerla. Es una capacidad idén-
tica al uso del inconsciente del psicoanalista llamado “atención
flotante” o, como lo llama Theodor Reik, “el tercer oído”.
Aquí el terapeuta no niega lo que pueda sentir respecto a un caso
o a un niño en particular, se autodistancia e identifica su posición.
Su sentimiento de cercanía y calidez es genuino, con la expresión
del verdadero encuentro permite la manifestación de su interés
por acompañar a los consultantes (padres e hijo), en el proceso
de cambio y de resolución de la problemática.
Las reacciones proyectiva y de inversión se dan a veces simul-
táneamente en los padres, produciendo el efecto que deMause
denominó: “doble imagen”, en donde se ve al niño como un
ser lleno de deseos, hostilidades y pensamientos sexuales pro-
yectados del adulto y al mismo tiempo como figura del padre
o de la madre, con sentimientos ambivalentes de amor - odio.
Cuanto más se retrocede en la historia, más “concreción” se
halla en estas reacciones proyectivas y de inversión, lo que
explica las actitudes de los padres actuales ante la indecisión y
desubicación respecto al trato y pautas de crianza de sus hijos,
pasando de la sobreprotección al abandono y la negligencia;
del autoritarismo a la total permisividad; de ser padres a ser
los mejores amigos.
Los anteriores planteamientos nos reiteran la importancia fun-
damental que el terapeuta de niños haya pasado por su pro-
pio proceso de crecimiento personal y de terapia psicológica. Este
ejercicio le permite más fácilmente autodistanciarse e identificar
a tiempo como se ubica respecto a un niño y el caso. No es tan
terrible darse cuenta que uno se ubica en alguna de estas reac-
ciones, lo complicado es no darse cuenta o lo peor, darse cuenta
e incurrir en el error.
42 Orientando a la infancia hacia el Sentido
En los casos que uno identifica que uno se ubica en los pri-
meros tipos de reacción es decir la proyectiva y la de inversión,
puede uno apoyarse en un colega o en un coterapeuta para el
cambio de posición y por ende la recuperación de la reacción em-
pática que es la que debemos mantener.
LOS NIÑOS QUE LLEGAN A CONSULTA
“Un niño no llega a terapia por su propia decisión. Lo que es más,
tal vez ni siquiera sabe que existe este servicio, e incluso podemos
decir, en la mayoría de las ocasiones, que ni siquiera se da cuenta de
que tiene un problema”.
Guadalupe Amescua. El Milagro de los niños
Como hemos visto en capítulos anteriores, trabajar con niños es
también trabajar con sus familias. “Todas las psicoterapias con
niños tienen una dimensión personal y al mismo tiempo familiar”.
En esas circunstancias hay ocasiones en que el niño asiste por-
que le ocurre algo a nivel individual y debe resolverlo; en otras
ocasiones es posible que un niño sea llevado a consulta porque
a través de sus expresiones emocionales, afectivas y sintomáti-
cas (somáticas o psicológicas), manifieste que está ocurriendo
alguna situación irregular o conflictiva en la familia y en muchas
ocasiones, como reflejo de circunstancias parentales y de pareja.
Ya lo decía Lacan: “Cuando la distancia entre la identificación con
el ideal del yo y la parte tomada del deseo de la madre no tiene
mediación (la que asegura normalmente la función del padre), el
niño queda expuesto a todas las capturas fantasmáticas. Se
convierte en el “objeto” de la madre y su única función es
entonces revelar la verdad de este objeto.”
22
Las edades propicias para realizar una psicoterapia con niños
es desde los 6 años hasta los 12. Aunque es posible trabajar
22 Lacan, J. (1969). Dos notas sobre el niño. Buenos Aires: Manantial.
Una mirada desde la Logoterapia de Viktor Frankl 43
con niños más pequeños (de 2 a 6 años), en esta modalidad se
realiza especial énfasis en el trabajo con los padres, entre más
pequeños sean los niños, más intensificado es el trabajo con los
padres, generalmente por deficientes pautas de crianza, por pro-
blemas de pareja o conflictos familiares.
Cada edad tiene su propio sentido, cada edad tiene sus propias
cuestiones existenciales y asuntos por resolver, en cada una de
ellas la vida plantea preguntas diferentes que el niño debe respon-
der según sus circunstancias particulares.
Aunque desde la visión logoterapéutica no rotulamos ni estigma-
tizamos al infante con diagnósticos o nombres de trastornos,
el terapeuta debe saber sobre psicopatología de la infancia y
la adolescencia, es decir, debe conocer las restricciones del or-
ganismo psicofísico y sus expresiones. Es por esta razón que
encontrará algunos términos asociados al DSM IV, así mismo
también encontrará otros términos usados en el ámbito clínico
y educativo como formas de referencia de algunas dificultades
de la infancia y que no poseen categoría diagnóstica, como por
ejemplo: el niño problema o el niño que se porta mal o el niño
con problemas de comportamiento y conductas disruptivas.
En general las situaciones más comunes por las que llegan a con-
sulta los niños y sus familias son las siguientes:
• Niños con problemas de adaptación.
• Crisis existenciales según la edad (cambios físicos y psicoló-
gicos especialmente los del paso de la infancia a la ado-
lescencia, nacimiento de un hermano, separación de los
padres, cambios imprevistos de hogar o de colegio).
• Elaboración de duelo (por muerte o separación)
• Conflictos familiares y de pareja.
• Situaciones de maltrato físico y psicológico por parte de fami-
liares.
44 Orientando a la infancia hacia el Sentido
• Hostigamiento, acoso o matoneo en la escuela (Bullying).
• Abuso sexual.
• Trastornos de sueño.
• Trastornos de alimentación.
• Temores nocturnos y pesadillas.
• Enuresis, encopresis.
• Trastornos de ansiedad.
• Depresión.
• Niños que padecen alguna enfermedad grave, degenerativa y
terminal.
• Niños institucionalizados (hogares de protección y adopción).
• Problemas de comportamiento.
• Déficit de atención e hiperactividad.
• Trastornos oposicionistas y desafiantes.
• Padres con problemas de adicción.
Aún hay un campo muy amplio por explorar y trabajar y es cómo
la logoterapia puede intervenir en niños que padecen de enferme-
dades mentales y discapacidad mental.
Muchos padres llegan a consulta demandando que sus hijos
“se porten bien”. El “portarse bien” implica en su expresión,
la integración y en ocasiones el conflicto entre “el ser” del niño
y el “deber ser” de los padres. Muchas de las problemáticas
y expresiones sintomáticas de la infancia se evidencian como
formas de comunicar el rechazo, el conflicto o la amenaza de
la “imposición” de proyectos de vida que no corresponden a
las metas y motivaciones del infante. Para algunos padres que
su hijo se porte bien, quiere decir que haga todo lo que él
diga, en silencio, rápido, sin refunfuñar, sin cuestionar. Cuando
un niño expresa su inconformidad con alguna directriz adulta, se
Una mirada desde la Logoterapia de Viktor Frankl 45
está “portando mal”. También en los ámbitos educativos cuando
los niños no cumplen con normas de convivencia o no se com-
portan como el común de los niños y sus comportamientos no
están dentro de la “normalidad”, son catalogados como “niños
problema”.
Todo niño desea en el fondo de su corazón “portarse bien”, es
decir cumplir con unas normas de comportamiento y de con-
vivencia básicas para su adaptación y sobre todo, que en ese
camino de construcción de su identidad y de sus relaciones y
del encuentro con sí mismo, pueda encontrar sentido.
CAMPOS DE APLICACIÓN
“Hay niños desesperados, hambrientos y necesitados en todo el
mundo, en todos los continentes, en todos los países, en todas las
ciudades. El aborto impide el nacimiento de cientos de miles de
bebés, pero no soluciona los problemas. Mientras nuestra actitud
hacia la vida no cambie y no seamos capaces de comprometernos
seriamente con la calidad de vida; mientras no pasemos del dicho
al hecho en muchas cosas que predicamos; mientras no cam-
biemos nuestros conceptos de vida y amor, no se resolverán los
problemas de la sociedad.”
Elisabeth Kübler-Ross.
NIÑOS EN SITUACIONES LÍMITE
Las situaciones límite propuestas por Viktor Frankl, retomadas de
Karl Jaspers, sufrimiento, culpa y muerte, se refieren a situacio-
nes ineludibles e inevitables que nos enfrentan a encontrar el
sentido del sufrimiento y superar la adversidad.
Encontramos niños que están pasando por situaciones de su-
frimiento ineludible e inevitable como una enfermedad gra-
ve, una enfermedad degenerativa o una enfermedad terminal.
46 Orientando a la infancia hacia el Sentido Una mirada desde la Logoterapia de Viktor Frankl 47

También niños en situaciones de duelo por muerte o separa- necesidades emocionales del niño gravemente enfermo y de las
ción de sus padres o algún ser querido. Niños en situación familias que han perdido un hijo de forma repentina.
de desplazamiento forzado, hijos de padres reinsertados por
También para trabajar temas de cómo enfrentar las situaciones
situaciones de conflicto armado. Niños institucionalizados en
difíciles, ineludibles y inevitables, el cómo encontrar el sentido
que se encuentren en medida de protección, por abandono,
al sufrimiento, podemos retomar los libros de resiliencia de Boris
abuso sexual o maltrato por parte de padres o cuidadores. El
Cyrulnik, un neurólogo, psiquiatra y psicoanalista Francés, investi-
niño tiene que enfrentar el sufrimiento en diferentes situacio-
gador y experto en el tema, que nos muestra las características de
nes y circunstancias, familiares, sociales, políticas, económi-
niños resilientes, que tienen que ver con las capacidades espiritua-
cas y culturales.
les y el poder de ejercerlas.
En el trabajo de situaciones límite en la infancia encontramos
En su Libro: “Los patitos feos. La resiliencia: una infancia infe-
textos que nos pueden aportar, que aunque no son escritos des-
liz no determina la vida”, nos evidencia casos de resiliencia de
de la logoterapia, comparten la visión integral de niño, es decir
niños que fueron capaces de volver a empezar después de haber
contemplan la dimensión espiritual, es decir la capacidad de ser
sufrido una experiencia traumática durante la infancia. De tener
personas libres, responsables y conscientes, con capacidad de
la capacidad de sobreponerse a los traumatismos psicológicos y
elección y con la posibilidad de anteponerse a la adversidad y la
las heridas emocionales más graves.
dificultad y seguir adelante.
El concepto de resiliencia se entiende como la capacidad del
Para abordar el tema de la muerte tenemos a Elisabeth Kü-
ser humano para hacer frente a las adversidades de la vida,
bler-Ross con un hermoso libro ilustrado llamado “Carta a un niño
superarlas y ser transformado positivamente por ellas (Grotberg,
con cáncer”, en donde la autora le escribe una carta a Dougy,
1998). La resiliencia es un llamado a centrarse en cada individuo
un niño de nueve años, enfermo de cáncer, en respuesta a tres
como alguien único, es enfatizar las potencialidades y los re-
preguntas existenciales que le planteó: ¿Qué es la vida?, ¿Qué es
cursos personales que permiten enfrentar situaciones adversas y
la muerte?, ¿Por qué tienen que morir los niños? Elisabeth explica 23
salir fortalecido, a pesar de estar expuesto a factores de riesgo .
de una manera sencilla y profunda que es la vida, la muerte y su
El concepto de resiliencia se equipara al concepto del poder de
relación con la esperanza.
resistencia del espíritu planteado por Viktor Frankl.
De la misma autora tenemos el libro “Los niños y la Muerte”,
Desde este punto de vista el logoterapeuta de niños durante el
basado en el trabajo que realizó exclusivamente con niños con
proceso terapéutico debe facilitar el convertirse en “tutor de re-
una enfermedad terminal y sus familias, sus miedos, conflictos
siliencia” o facilitar el encuentro de ellos. “Un tutor de resilien-
y angustias. Brinda y ofrece a las familias de niños enfermos o
cia es alguien, una persona, un lugar, un acontecimiento, una
ya fallecidos la ayuda y la esperanza necesarias para sobrevi-
obra de arte que provoca un renacer del desarrollo psicológico
vir. En un lenguaje comprensible a cualquier lector la doctora
tras el trauma. Casi siempre se trata de un adulto que encuentra
Kubler-Ross, nos habla de los miedos, dudas, confusión y an-
gustia de aquellos padres confrontados con una enfermedad 23 Tomado de: http://resilnet.uiuc.edu/library/resilman/resilman.pdf. Manual de
identificación y promoción de la resiliencia en niños y adolescentes. Organiza-
terminal o con la muerte súbita de un hijo. En esta obra nos ción Panamericana de la salud y Organización mundial de la Salud. Septiembre
ofrece su visión y experiencia de cómo aportar consuelo a las de 2008. (Varios autores).
48 Orientando a la infancia hacia el Sentido
al niño y que asume para él, el significado de un modelo de
identidad, el viraje de su existencia. No se trata necesariamente
de un profesional. Un encuentro significativo puede ser suficien-
24
te”.
Si desean profundizar sobre el tema, sugiero los siguientes libros:
• Resiliencia. Descubriendo las propias fortalezas, Aldo Me-
lillo y Néstor Suarez Ojeda (comps.), Buenos Aires, Paidós,
2001.
• La maravilla del dolor. El sentido de la resiliencia, Boris
Cyrulnik, Barcelona, Granica, 2001.
• La felicidad es posible, Stefan Vanistendael y Jacques Lecom-
te, Barcelona, Gedisa, 2002.
• La resiliencia: resistir y rehacerse, Michel Manciaux (comp.),
Barcelona, Gedisa, 2003 .
• Los patitos feos. La resiliencia: una infancia infeliz no deter-
mina la vida, Boris Cyrulnik, Barcelona, Gedisa, 2002.
• El encantamiento del mundo, Boris Cyrulnik, Barcelona, Gedi-
sa, 2002.
• Resiliencia en la escuela, Nan Henderson y Mike Milstein, Bue-
nos Aires, Paidós, 2003.
EL LOGOTERAPEUTA DE NIÑOS
El profesional que se decide por el área clínica debe saber las
razones conscientes y no conscientes de su elección, esto le
facilitará su labor, ya que le permitirá disminuir proyecciones y
trasferencias de sentimientos y emociones no identificadas que
pueden interferir en el desarrollo de la psicoterapia. Especial-
mente el terapeuta de niños en donde se amplía su inter-
vención, ya que depende del caso no solo atiende al niño,
sino también a su familia (padres, hermanos, familia extensa), a
24 Tomado de : http://www.resiliencia.cl/opinexp/
Una mirada desde la Logoterapia de Viktor Frankl 49
veces a la pareja y en otros casos, interviene al personal educativo
que tiene relación con él: profesores, directivas, compañeros de
clase y de juegos.
Es por esta razón que sugerimos el haber tenido un trabajo clíni-
co personal, además de una supervisión de casos especialmente
en los primeros años. Recuerdo cuando recién inicié mi práctica
con niños, ellos expresaban sus vidas de manera espontánea,
abierta y cariñosa, los recibía atentamente y me sentía satis-
fecha y feliz de la labor que realizaba, pero en ocasiones no
podía evitar escuchar algunos ecos de mi propia historia, estaba
de acuerdo con ellos en algunos aspectos y de pronto me veía ju-
gando con ellos y con una conexión inexplicable. Luego compren-
dí que lo que me unía y me facilitaba la labor con ellos eran los
sentimientos, las emociones y las vivencias del mundo interior
infantil que podía, a pesar de mi edad adulta, ofrecer al niño
para el trabajo terapéutico. Pero también comprendí que era
mi deber atender mis propias vivencias infantiles no resueltas,
aquellas que estaban impregnadas de tristeza, soledad y rencor.
De esta forma, los ecos no serían desagradables de escuchar
sino por el contrario facilitarían la conexión y comunicación
terapéutica necesaria para el trabajo con los niños. Es poder re-
cordar los momentos y vivencias de la infancia de forma diferente,
resignificando lo doloroso y sobresaltando y activando lo agradable.
En este sentido les compartiré uno de esos ecos descubiertos en
una psicoterapia con un niño de 11 años que llamaré Sebastián,
quien estaba pasando por la separación de sus padres y debía
decidir con cuál de los dos irse a vivir, sus padres le habían dele-
gado esa posibilidad, no querían que fuera un proceso legal sino
que respetarían su decisión y vaya que elección. En el transcurso
del trabajo terapéutico que llevó varias sesiones tanto con el niño
como con los padres, irrumpía el eco de mi elección, yo ya ha-
bía elegido con cuál de los padres sería más conveniente que se
fuera Sebastián. Era inevitable escuchar mi propia voz y me pre-
ocupaba influir la decisión de Sebastián. Luego me di cuenta que
50 Orientando a la infancia hacia el Sentido
era inevitable que yo también eligiera, a la larga ¿cómo exigir
una decisión en tu paciente si tú mismo eres supuestamente
neutro y eres incapaz de elegir? Nunca le expresé a Sebastián
mi elección, fui prudente y respete su decisión, lo acompañé en el
camino.
Sebastián se fue a vivir con su padre. Logró hacerlo sin sentirse
culpable y expresándole a su madre que elegía con quien vivir, no
era una elección de a quien amaba más. El trabajo terapéutico fa-
cilitó que el niño lo hiciera sin ser odiado o juzgado por su madre
por ello. Pero allí no termina la historia, aún terminado el caso
seguía escuchando ecos de esa psicoterapia, fue cuando decidí
retomar algunas sesiones de terapia personal para resolverlo,
allí descubrí el porqué de mi inquietud. Yo había elegido que
Sebastián se fuera con su padre. Soy hija de padres separados,
tenía 18 años cuando ocurrió, aun siendo mayor de edad en esa
época no pude decidir con cual de mis padres irme, las deci-
siones fueron forzadas e influenciadas por intereses familiares y
antiguos resentimientos.
Mis hermanos y yo estuvimos por un tiempo de aquí para
allá, hasta que después de un tiempo logramos tomar nuestras
propias decisiones. Concluí que a pesar que las circunstancias
iniciales de la separación hicieron que me quedara a vivir con
mi padre y mi madre se fuera de la casa, yo hubiera preferido
que ella se hubiese quedado y haber vivido con ella y mi hermana
mayor aquellos años que nos restaban de juventud y con mis her-
manos menores, seguir compartiendo su infancia y no separados
en momentos en donde necesitábamos estar juntos. Gracias a
Sebastián logré realmente cerrar algo que estaba supuestamente
elaborado, él con su situación me permitió también un crecimien-
to personal.
Vemos entonces cómo el encuentro real con el otro permite que
nos acompañemos como seres humanos, en el sentir responsa-
blemente. No es dejar de ser adulto y convertirse en niño, es
la posibilitad de permitir expresar esa dimensión desplazada,
Una mirada desde la Logoterapia de Viktor Frankl 51
necesariamente oculta, en ocasiones reprimida, de lo que se
25
llama el “niño interior” .
Pero ese “niño interior” debe estar en paz con sí mismo, sin
temores, miedos, rencores o frustraciones. Con él nos comunica-
mos y si hay algo pendiente debemos resolverlo, de lo contrario
cada vez que pueda saldrá gritando y llorando en algunas de las
sesiones de psicoterapia, irrumpiendo nuestra labor y empañando
nuestra escucha y el curso verdadero de la terapia. Pero no es
suficiente hacer un trabajo personal y dejarlo allí, es impor-
tante cuando cada uno lo siente necesario hacer seguimiento
ya que hay casos que nos hacen aflorar contenidos no resueltos.
En ocasiones cuando el terapeuta está restringido, cerrado en
esta conexión, por algún tipo de circunstancia o por el modo
de ser del niño que no le facilita su expresión de lo espiritual,
el consultante, el mismo niño se encarga de facilitarle el cami-
no y esa reconexión con su “niño interior”, ello si el terapeuta
está dispuesto, ya que no se valen imposturas o frases huecas
y vacías que se dicen sin contenido emocional real. El niño las
capta y te lo hace ver, él necesita de ti. Si por el contrario el
terapeuta no está dispuesto y está clausurado, obturado en su
disposición, lo más seguro es que ni los padres ni el niño vuelvan.
En logoterapia tomamos este concepto para recuperar las hue-
llas de sentido, las vivencias y los valores vividos en la infancia y
que fueron olvidados y que están no conscientes, apelamos tam-
bién a aquellas huellas de sentido no conscientes de nuestros
familiares y antepasados que nos fueron trasmitidas a través de
las pautas de crianza, de frases, gestos, expresiones de cariño
y de amor. No importa que tan dura y difícil, o que tan tierna e
inocente viviste tu infancia, siempre podrás rescatar lo mejor de
25 El “niño interior” es un concepto acuñado por Carl Gustav Jung, en sus
textos habla del “motivo del niño” o del “arquetipo infantil”, primero en 1914
en su obra fundamental: “Los arquetipos y el Inconsciente colectivo” y luego
en 1940 con el artículo: “Psicología del arquetipo infantil”, al referirse al
motivo del niño como “una representación de ciertos aspectos “olvidados” de
nuestra infancia”.
52 Orientando a la infancia hacia el Sentido
ella, sus significantes primordiales y precisamente con estos es
que nos conectamos con nuestros niños.
Cada caso debe sacar lo mejor de nosotros, lo mejor de cada
niño interior, ese niño que anda de la mano de lo espiritual y que
nunca lo abandona, esa dupla inseparable permite que tanto el te-
rapeuta como el niño y su familia reencuentren el sentido perdido.
Hay que desmitificar frases como: “es más fácil trabajar con adul-
tos”, “yo no soy capaz de trabajar con niños”, este tipo de posturas
enmascaran las resistencias del terapeuta respecto a enfrentar o
elaborar aspectos infantiles de su propia historia. Al respecto Lo-
retta Cornejo (1997) nos dice: “La teoría infantil es la base para
entender posteriormente al ser humano en todas las etapas de su
desarrollo. Pienso que sin un buen conocimiento de las bases de
este empezar a ser, es imposible trabajar con lo que ya “es”.
Para concluir es importante como proceso autorreferencial tener
presente el siguiente decálogo del logoterapeuta de niños:
• Se contacta y entabla constante comunicación con su “niño
interior”.
• Posee una máxima expresión de los valores de creación.
• Es un ser Auténtico.
• Posee capacidad de autodistanciamiento y autotrascendencia.
• Elabora su historia familiar y personal con un par académico,
terapéutico o espiritual según sus preferencias.
• Constituye la relación terapéutica como un “encuentro huma-
no”.
• Es fundamentalmente optimista con respecto a las posibilida-
des del niño y su familia.
• Permite la expresión libre del sentido del humor y la creatividad.
• Toma al niño como una “personita”, como algo serio.
• No estigmatiza, no enferma, no genera iatrogenia.
Una mirada desde la Logoterapia de Viktor Frankl 53
EL CONSULTORIO
El espacio donde sucederán los encuentros con los niños y sus
padres debe ser un lugar agradable, acogedor, que invite a la
reflexión y a la creatividad, con colores suaves. Haga del consul-
torio la expresión de su infancia, de su concepto de niño. Los
mismos niños pueden ayudarlo con ideas y con la decoración,
así como con los objetos y juguetes necesarios para la consulta.
Es importante tener elementos en el consultorio que faciliten el
trabajo de los niños y que los invite a la expresión de los sentires
relacionados con la situación por la que están pasando. Sugiero
dentro de lo básico, juguetes de toda clase (animales y huma-
nos), superhéroes, muñecas. Implementos para la construcción:
lego, plastilina, arcilla, palos de madera; instrumentos musicales,
lápices de colores, crayones, pegamento (no tóxico), hojas de
papel de diferentes tamaños y texturas. Los muebles: un sillón
cómodo, cojines y alfombra, por lo general a los niños les gusta
trabajar en el piso.
Axline (1994), hace algunas sugerencias respecto a los mate-
riales que deben permanecer en el cuarto de juego:
• Botellas para alimento infantil;
• Una familia de muñecos;
• Una casa de muñecas amueblada;
• Soldados de juguete;
• Materiales domésticos de juego, incluyendo mesa, sillas, ca-
tre, cama de muñecas, estufa, vasijas de hojalata, sartenes,
cucharas, vestidos de muñecas, cordel de tender, pinzas para
la ropa y cesto para la misma;
• Una muñeca grande de trapo;
• Títeres; un escenario para títeres;
• Tizas de colores; Arcilla, pinturas;
• Arena; Agua;
54 Orientando a la infancia hacia el Sentido
26
• Pistolas de juguete;
• Juego de palas;
• Mazo de madera;
• Muñecas de papel;
• Autos pequeños; Aeroplanos;
• Una mesa;
• Un caballete de pintor;
• Una mesa recubierta de esmalte para dibujar y hacer trabajos
con arcilla;
• Un teléfono de juguete;
• Estantes;
• Una palangana;
• Una pequeña escoba; Un trapeador; Trapos;
• Papel para dibujar; papel para pintar;
• Periódicos viejos; papel barato para cortar;
• Fotografías de personas, casa, animales y otros objetos;
Los juegos de damas han sido utilizados con cierto éxito, pero
no es el mejor tipo de material para el juego expresivo. De igual
forma, los juegos mecánicos no son recomendados porque lo
mecánico con frecuencia interfiere con el juego creativo.
Si no es posible adquirir todos los materiales sugeridos, se puede
iniciar empleando:
26 Con el debido respeto por las opiniones de la autora, en este punto (pisto-
las de juguete) no coincidimos, pues dada nuestra “cultura de la violencia”,
es importante no seguir fomentando tal fenómeno, sino mas bien, valerse
de otros medios para generar precisamente el fenómeno contrario, es decir, la
generación de valores que conlleven a la conciliación, al diálogo productivo,
a la concertación y a todos los medios y mecanismos posibles, que desde
los primeros años se constituyan en semillas de “sentido” para el entendimiento
con nosotros y con los otros.
Una mirada desde la Logoterapia de Viktor Frankl 55
Un grupo de muñecas y unas cuantas piezas de mobiliario en
la debida escala, incluyendo camas, mesas y sillas; mamilas;
arcilla; cajas de pinturas; papel para dibujar; tizas de colores;
pistolas de juguete; soldados de juguete; un auto de juguete; títe-
res; una muñeca de trapo, y un teléfono. Estos materiales pueden
colocarse en una maleta y ser transportados por el terapeuta.
Estos materiales son sugeridos por Axline, en la terapia de
juego no directiva, a pesar que ella misma hace especial énfasis
en no dirigir al niño, los juguetes que se dejan en la sala son una
forma muy sutil de dirigir la terapia pues están asociados a
contenidos y acciones o sentimientos que el terapeuta indirecta-
mente espera del niño. Desde la logoterapia, el terapeuta dirige la
terapia para que el niño exprese su ser libremente, le brinda el
espacio para eso. Es imposible que el espacio terapéutico este
totalmente libre de direccionamientos u orientaciones. Lo que se
puede hacer es disminuirla para que el niño pueda expresarse tal
como es, conocerlo tal cual es.
Cada juguete está asociado con algún contenido u acción per-
sonal y particular. Es inevitable la simbolización pero sí es re-
comendable la no interpretación. Al niño se le brindan posibi-
lidades, por ejemplo, el niño puede también traer sus propios
juguetes y volvérselos a llevar a casa. El terapeuta por más que
quiera tener lo necesario no tendrá todo lo necesario. El niño
participa y sugiere materiales que serian convenientes tener, de
lo contrario terminan por construirse en el transcurso de las se-
siones.
ETAPAS DEL PROCESO LOGOTERAPÉUTICO
El proceso logoterapéutico se compone de cuatro etapas: En-
cuentros iniciales, desarrollo, cierre y seguimiento, que aunque
independientes en objetivos concretos, se entrelazan y unen en
los objetivos generales trasversales, lo que da unidad, integralidad
y coherencia a las intervenciones.
56 Orientando a la infancia hacia el Sentido
Etapa I: Encuentros Iniciales
“No toda solicitud de ayuda requiere psicoterapia” (Cornejo, 1997)
Es clave en las primeras entrevistas determinar el tipo de ayuda
que necesitan las personas que acuden a nuestra consulta, a
partir de esa determinación facilitamos el buen desarrollo de las
mismas y la optimización del espacio terapéutico. En ocasiones
aunque determinemos tempranamente que son los padres los
que necesitan de la psicoterapia, o sea necesaria una terapia de
pareja, el niño es el nexo, es el vínculo inicial para desarrollar el
proceso terapéutico, pues los padres han orientado la problemá-
tica hacia él, si lo expresamos prematuramente cuando los padres
no están preparados para asumirlo, seguramente abandonen el
proceso, empiecen a inventar excusas o simplemente se resistan
directamente y no vuelvan. En algunas circunstancias el niño
es el síntoma familiar, es decir, es la expresión que algo no
está funcionando como debiera en la dinámica familiar. Por lo
tanto, en estos casos, trabajemos con el niño y poco a poco vamos
involucrando y responsabilizando a los padres y convirtiéndolos
en actores activos del proceso de cambio. En los casos en que
los padres no van a consulta pero llevan al niño cumplidamente,
trabajamos con el niño brindándole herramientas que le per-
mitan afrontar de una forma diferente su situación personal y
familiar. De todos modos cuando un miembro de la familia cam-
bia, aunque su familia no asista a terapia, ella resulta también
transformándose, he tenido casos de niños que han propiciado
muy sabiamente un cambio familiar a partir de la convicción de
su propio cambio y mejoramiento personal.
También encontramos casos en donde no se necesita realizar un
proceso terapéutico como tal, sino que la familia y el niño ne-
cesitan resolver dudas o simplemente una orientación profesional
respecto a ciertas situaciones o circunstancias familiares, del
niño o de la escuela. Forzar procesos de psicoterapia en casos
Una mirada desde la Logoterapia de Viktor Frankl 57
que no amerita realizarla, mina una posibilidad futura en donde
realmente se necesite. Es buscar problemas en donde realmente
no los hay, es generar iatrogenia. No siempre, como nos dice
Cornejo (1997), toda solicitud de ayuda requiere psicoterapia.
La Primera Sesión
La primera sesión es crucial para el ulterior desarrollo de las sesio-
nes. Es donde se construye el clima y el encuentro auténtico. Es
importante reconocer que siempre que se asiste a una situación
nueva hay cierta “angustia de expectación”, es decir, hay nervio-
sismo y temor de con quién nos vamos a encontrar, especialmente
el niño, sobre todo si lo han llevado con engaños o lo peor no le
han dicho a dónde va a ir. Por lo tanto debemos facilitar al niño
este primer encuentro, permitir que el niño explore el lugar. Algu-
nos, en la primera sesión quieren de una vez pintar, otros jugar;
a veces los padres piensan que el niño haciendo esto no está
poniendo atención, yo les digo que permitan que mire y explore
el consultorio, que escuche lo que estamos hablando y le digo
al niño que por favor intervenga cuando lo estime necesario. En
otras ocasiones, el niño se sienta con sus padres, especialmente
cuando siente temor porque es su primera consulta y no sabe qué
va a ocurrir. Llegan con prejuicios, algunos culturales, como que
al psicólogo van los locos, lo que querría decir que él está loco;
o alguna creencias prestadas de sus propios compañeros como,
por ejemplo, que sólo van al psicólogo los niños problemáticos. De
todos modos, el niño escucha e interviene. A veces contradice el
motivo de consulta, a veces lo complementa. Luego comprende
cuál es el objetivo de su presencia en ese espacio, incluso los que
vienen de intervenciones iatrogénicas y de otros modelos de inter-
vención clínica, se toman su tiempo para comprenderlo y asumir
el espacio terapéutico de forma responsable y comprometida.
No hay una regla general para esa primera sesión. Cuando los
padres piden por primera vez un espacio para la consulta casi
58 Orientando a la infancia hacia el Sentido
siempre, telefónicamente, preguntan si hay que ir con el niño.
Yo les digo que sí, a menos que ellos prefieran ir solos. Los que
desean hacerlo solos es porque tienen una gran angustia, están
deprimidos, muy rabiosos o tienen un secreto familiar. General-
mente prefiero que el niño esté en la primera sesión, estamos
dándole un nuevo lugar. Algunos dicen “los niños no entienden”,
“eso no es conveniente que lo escuche”, “no quiero que sepa
esto o aquello”; a veces esto no dicho, no expresado, es lo que
contribuye con las restricciones psicofísicas del niño. Estos con-
tenidos surgen en consulta y el niño los asume, incluso el niño
también sabe cosas que los padres desconocen y los sorprendi-
dos son otros.
Entonces ¿en qué casos sería recomendable recibir a los padres
solos en la primera entrevista? Cuando son padres separados,
ellos vienen en entrevista individual y el padre que vive con el
niño lo acompaña en la primera sesión. En los casos de maltrato
físico y psicológico o abuso sexual prefiero tener cita a solas
con los padres. Es importante que, aunque tengamos la primera
sesión con los padres, no es conveniente que el niño asista solo
a su primer encuentro con nosotros, ya que ese encuentro en-
marca el motivo de consulta en donde el niño reconoce el para
qué de los encuentros y el sentido de las sesiones de psicotera-
pia. Los padres son un puente importante que dan la confianza
inicial y permiten que todos comprendamos la meta del proceso
terapéutico. El final de ese primer encuentro lo comparto a so-
las con el niño para escuchar sus inquietudes y sentimientos
y, especialmente, iniciar el vínculo particular que facilitará los
sentidos de los encuentros.
Generalmente, si los padres insisten en asistir solos a la pri-
mera consulta, lo respeto, ya que desconozco las verdaderas
razones y apelo a su bienestar para que ese primer encuentro
sea cómodo. Esta actitud permite comprender las pautas de
crianza y los manejos familiares en asuntos complejos o de
crisis.
Una mirada desde la Logoterapia de Viktor Frankl 59
El encuadre
Cuando recibimos al niño por primera vez, es importante expli-
car de manera sencilla y clara lo que hacemos en el proceso
terapéutico, incluso si el niño ya ha asistido antes a procesos de
psicología, es un proceso y terapeuta nuevo, con enfoque, visión,
objetivos y metodologías diferentes. A veces lo que parece obvio
no es tan obvio. Decir y expresar las condiciones que enmarcan
las sesiones, las normas y acuerdos mínimos permiten el buen
desarrollo del mismo.
Se escuchan expectativas mutuas, se acuerdan los posibles tiem-
pos de trabajo, la duración de cada una de las sesiones general-
mente entre 45 minutos y una hora, los costos del tratamiento,
se dan a conocer las etapas del proceso terapéutico, la meto-
dología de trabajo y la orientación logoterapéutica. El conoci-
miento de todos estos aspectos tanto por parte de los padres
como del niño, promueven el buen desarrollo de la psicotera-
pia, su desconocimiento facilita el abandono temprano de los
procesos de intervención. Respecto a la duración del tratamiento,
dadas las circunstancias actuales, éstos exigen procesos cortos,
frente a lo cual nos encontramos con que los padres o familias
tienen dificultades económicas y no pueden pagar un tratamiento
extenso. Varía según sea el caso.
El espacio de la consulta es un tiempo extra que el niño integra
a su vida cotidiana, deja de hacer otras actividades, se le atrasa
el tiempo para hacer las tareas escolares, algunos llegan del
colegio directamente a consulta y no han comido nada, algunos
están cansados por largas jornadas escolares, tienen compro-
misos con sus amigos para salir a jugar y divertirse y tiene que
abandonar todo esto y venir a nuestra consulta. En este sentido,
para responder de alguna forma a estas necesidades, le digo al
niño que se sienta cómodo, algunos se quitan los zapatos, otros
prefieren trabajar en la alfombra. También acostumbro a tener al-
gunos dulces y alimentos, igual, algunas personas ni hacen nada
de esto ni se detienen en ninguna de estas recomendaciones
60 Orientando a la infancia hacia el Sentido
y los niños también trabajan, pero si estamos humanizando la
psicoterapia, a ella no solo entra lo espiritual y lo psicológico, lo
biológico también asiste y también es escuchado.
Al igual que los niños, los padres también hacen grandes es-
fuerzos por venir: piden permisos en el trabajo, dejan de comer
por llegar puntuales, recorren largos trayectos, lidian con días
lluviosos. Es posible que algunos piensen que es lo mínimo que
pueden hacer y que es su deber y que hace parte de la vida, pero
créanme que algunos padres no hacen el esfuerzo y por algunos
de estos motivos deciden no volver a consulta, sumado al te-
mor de enfrentar su responsabilidad en el proceso terapéutico.
Por todas estas razones es importante un encuentro cálido, afa-
ble. Al finalizar la consulta siempre les digo: “gracias por venir,
gracias por el encuentro”.
El encuentro con el niño
Los espacios de intervención individual con el niño están en-
marcados dentro de los encuentros existenciales, aquí es im-
portante ser uno mismo y aunque suene a cliché este factor es
determinante porque el terapeuta se convierte en lo que llamo
“Imán de sentido”, es decir que lo espiritual que hay en él atrae
lo espiritual que hay en el niño. Esa atracción permite que el niño
descubra en sí mismo toda la gama de posibilidades y valores
que orientan su acción y haga conciencia de ellos. Por ese mo-
tivo aunque el terapeuta haga consciente las técnicas y haga
uso de ellas para alcanzar los objetivos, el encuentro de por sí
es terapéutico, el espacio en sí mismo es trasformador.
Yalom lo describe mejor cuando dice: “Lo que cura es el vín-
27
culo” , este aporte cuestiona todo el énfasis que ha hecho la
psicología clínica en las técnicas y métodos de intervención en
psicoterapia. La visión existencial revoluciona toda esa tendencia
a “tecnificar” el ejercicio de la psicoterapia. En donde no es que
27 Yalom, I. (1984). Psicoterapia Existencial. Barcelona: Herder.
Una mirada desde la Logoterapia de Viktor Frankl 61
la técnica no sea importante sino que antes de ello está el énfasis
en la persona del terapeuta, ya que sin técnica el terapeuta se
libera de máscaras y se descubre tal cual es, es más auténti-
co y espontáneo, la técnica surge libremente como facilitadora
del encuentro, no surge de forma forzada, ficticia e impuesta,
por procedimiento o programación, sino como resultado del
encuentro.
El ser espontáneo, auténtico, sincero y honesto facilita el tra-
bajo con los niños pues se sienten incómodos con terapeutas
rígidos, cerrados, temerosos, demasiado serios y fríos, es decir, es
recomendable preferiblemente expresar un poco de nuestra propia
niñez. Por eso, como decíamos al principio, es importante ela-
borar la propia historia, pues la infancia del terapeuta puede
estar compuesta por vivencias dolorosas y desagradables que
le impiden conectarse con lo bello y positivo de su infancia,
incluso en como en ella vivenció los valores de actitud ante esos
sufrimientos.
El diagnóstico logoterapéutico en niños
El diagnóstico es una de las fases más importantes del proceso
terapéutico, es relevante para el logoterapeuta de niños conocer
e integrar las herramientas diagnósticas que hay y orientarlas con
la visión antropológica frankliana.
Actualmente encontramos principalmente dos manuales diagnósti-
cos de uso clínico:
• El Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos menta-
les, DSM-IV, de la American Psychiatric Association.
• La Clasificación estadística internacional de enfermedades y
problemas de salud (CIE-10) de la Organización Mundial de
la salud (OMS).
En el DSM-IV encontramos más o menos entre 32 trastornos de
la personalidad en niños o adolescentes y en el CIE-10 entre
62 Orientando a la infancia hacia el Sentido Una mirada desde la Logoterapia de Viktor Frankl 63

70 trastornos, perturbaciones y síndromes emocionales y del Hay que hacer entonces, si es el caso, un uso cuidadoso de estos
comportamiento que aparecen habitualmente en la niñez y en la manuales ya que, así como pueden orientar el proceso terapéuti-
adolescencia. co, puede también obstaculizarlo.
El resultado de estos manuales en los profesionales de la salud Elizabeth Lukas en su libro: “Logoterapia. La Búsqueda del Senti-
29
y en los educadores, es que para algunos, la clasificación de las do”, propone una alternativa para remplazar los términos del CIE-
enfermedades mentales también clasifica a las personas, cayendo 10 por otros menos estigmatizantes y esperanzadores. El problema
en lo que llamo el “síndrome de clasificación diagnóstica” cuyas no solo es el diagnóstico sino los términos que se utilizan y las posi-
consecuencias principales en el niño son: bilidades de cambio que se abren o se cierran al hacerlo. El cuadro
a continuación condensa la correspondencia de algunos términos:
• Lo divide y segmenta.
• Lo reduce a su síntoma.
Términos Logoterapeuticos
• Lo excluye de su ser en sí mismo.
• Lo incluye al mundo de los “diferentes o enfermos”. TÉRMINOS DEL CIE 10 TÉRMINOS LOGOTERAPÉUTICOS
Trastornos hipercinéticos, tras- Obstáculos en el desarrollo y de-
• Genera en el niño el rechazo y la estigmatización social. tornos disociales (por ejemplo, sarrollos fallidos debidos a disfun-
• Castra sus posibilidades y potencialidades. dificultades de vinculación, tras- ciones y/o influencias dañinas del
tornos emocionales, trastornos entorno.
No hay que caer en esas tendencias que limitan desde el principio
de tics, otros trastornos (por
las posibilidades y la amplitud de la dimensión noética. Hay que
ejemplo: enuresis, tartamudeo.)
identificar las restricciones psicofísicas en el niño, tenemos la
CORRESPONDENCIAS LOGOTERAPÉUTICAS ESPECÍFICAS
posibilidad de modificar aún algunas de ellas, dependiendo del
TÉRMINOS DEL CIE 10 TÉRMINOS LOGOTERAPÉUTICOS
caso. En ocasiones, un mal diagnóstico puede marcar negativa-
• F91 Trastornos disociales. • Modelos de comportamiento psi-
mente la vida del niño. Muchos profesionales de la salud generan
copático, agresivo y de delincuencia.
iatrogenia temprana y hay casos en donde la familia y el niño
• F91.1 Trastorno disocial en ni- • Falta total de relaciones
han integrado el diagnóstico como parte de la personalidad sin
ños no socializados.
serlo, por ejemplo: “David es hiperactivo” y no “David tiene
• F91.3 Trastorno disocial desa- • Hostilidad y crueldad
comportamientos asociados a la hiperactividad”. Esta confusión
fiante y oposicionista.
entre ser y tener impide una constitución adecuada de la per-
• F94 Trastorno del comporta- • Síndromes de abandono y daños
sonalidad, ya que limita las posibilidades de “ser”. A veces, con-
miento social con inicio en la manifiestos del medio.
virtiéndose como excusa o justificación personal y en otros casos
infancia y la adolescencia.
como una ganancia secundaria a nivel familiar o escolar. Como
• F92 Trastornos disociales y de • Trastornos de relación de tipo an-
pensaba un paciente que no era de Frankl en una carta dirigida a
las emociones mixtos sioso-depresivo.
él referida en Psicoanálisis y Humanismo: “He sufrido más por
28
pensar que tenia complejos que por tenerlos realmente”.
29 Lukas, E. (2004). Logoterapia. La Búsqueda del Sentido. Argentina. Ed. Pai-
28 Frankl, V. (2003). Psicoterapia y Humanismo. México: Fondo de Cultura Económica. dós.
64 Orientando a la infancia hacia el Sentido
Semáforos de Vida
El proceso psicodiagnóstico tiene como objetivo identificar las
restricciones psicofísicas, las expresiones de los recursos noéti-
cos (autodistanciamiento y autotrascendencia) y la capacidad de
resistencia del espíritu. Estas acciones se realizan con entrevistas
individuales al niño, a la familia y, si fuera necesario, a algunos
docentes del colegio.
Es importante acompañar el proceso con algunas pruebas o test
psicológicos. Una alternativa para no caer en el “síndrome de
clasificación diagnóstica” es utilizar los test de personalidad cen-
trados en algunas categorías de comportamiento, test como el
BASC (Sistema de evaluación de la conducta de niños y adoles-
centes) de C.R. Reinolds y R.W. Kamphaus y el BFQ-NA (Cues-
tionario “Big Five” de personalidad para niños y adolescentes)
de C. Barbaranelli, G.V. Caprara y A. Rabasca, brindan elementos
importantes según el caso.
El BASC posee escalas clínicas (actitud negativa hacia el colegio,
actitud negativa hacia los profesores, atipicidad, locus de control,
estrés social, ansiedad, depresión y sentido de incapacidad); es-
calas adaptativas (relaciones interpersonales, relaciones con los
padres, autoestima, confianza en sí mismo y dimensiones globa-
les (desajuste clínico, desajuste escolar, ajuste personal e índice
de síntomas emocionales: ISE).
El BFQ-NA representa la adaptación del modelo de los Cinco Gran-
des de la personalidad para niños y adolescentes. Estas cinco dimen-
siones son: Conciencia (evalúa autonomía, orden, precisión y el cum-
plimiento de normas y compromisos), Apertura (incluye elementos
de aspectos intelectuales, creatividad, intereses culturales), Extraver-
sión (actividad, entusiasmo, asertividad y autoconfianza), Amabilidad
(preocupación y sensibilidad hacia los otros y sus necesidades) e
Inestabilidad emocional (ansiedad, depresión, descontento o ira).
El resultado de la aplicación de estas pruebas puede hacerse en
forma de lo que llamo “Semáforos de Vida”. La devolución se hace
Una mirada desde la Logoterapia de Viktor Frankl 65
en compañía del niño y sus padres, se toman los resultados y se
va explicando cada categoría, qué significa y si se encuentran al-
tos, medios o bajos utilizando la comparación con el símbolo de
un semáforo, los indicadores que se encuentran dentro del rango
de riesgo los catalogamos con luz roja, es decir, que tenemos que
detenernos en esa expresión de comportamiento para comprender
qué ocurre y qué podemos hacer, de lo contrario, si continuamos
así podemos estrellarnos y hacernos daño o hacerle daño a otros.
Si el rango es medio, la luz está amarilla, significa que aunque en
este momento no tenemos dificultades con ese indicador vale la
pena estar alerta ya que puede disminuir o aumentar según las
decisiones que tomemos y las circunstancias a las que nos tenga-
mos que enfrentar y vivenciar. Y si el rango se encuentra dentro de
lo esperado, la luz está en verde, es decir, que podemos continuar
como venimos, que podemos seguir así y que no tenemos ningún
riesgo además de la posibilidad de fortalecer ese recurso por ser
una capacidad, habilidad o competencia personal.
Hay varias formas de trabajarlo: mientras se hace la devolu-
ción, el niño va pintando su propio semáforo (ver grafico#1)
y escribiendo lo que comprenda de esa descripción, o en la
hoja de resultados el niño va resaltando con los colores del
semáforo lo que se va diciendo, este procedimiento permite:
• Orientar las áreas en las que hay que trabajar, para forta-
lecerlas, afianzarlas, reducirlas, o ampliar sus expresiones.
• Posibilitar autodistanciamiento, verse a si mismo en situación,
un darse cuenta de acciones, emociones, pensamientos, re-
laciones y valores.
• Identificar las situaciones emocionales, cognitivas, físicas, so-
ciales y familiares que impiden el despliegue de lo espiritual
en el niño (restricciones psicofísicas).
• Facilitar la identificación de recursos personales para
enfrentar las situaciones y circunstancias de la vida en
forma diferente (resiliencia=poder de resistencia del espíritu).
66 Orientando a la infancia hacia el Sentido
GRAFICO#1
Objetivos terapéuticos específicos: Faros de Sentido.
Los objetivos terapéuticos específicos se construyen conjunta-
mente con los padres y el niño en las entrevistas, con apoyo
de los semáforos de vida. La concreción de los objetivos tera-
péuticos se plasman en lo que llamo “Los Faros de Sentido”, es
una representación gráfica de la percepción del sentido del niño,
que representa la perspectiva de su cambio personal, el faro se
constituye en el principio o meta que guiará la acción en los as-
pectos que sean necesarios orientar su vida en el transcurso del
proceso terapéutico. El faro de sentido lo realiza principalmente
el niño, plasma el para qué de los encuentros terapéuticos, la
orientación de los mismos, hacia dónde quiere dirigirse. El faro y
Una mirada desde la Logoterapia de Viktor Frankl 67
su representación simbólica permiten una perspectiva, una inten-
ción y una dirección del sentido del cambio, en el faro se plasma
una palabra que representa un valor personal.
El faro de sentido se realiza en la segunda sesión, en un espa-
cio individual sin los padres. La consigna es preguntarle al niño
qué es un faro, el niño debe describir qué es y para qué sirve,
enseguida se le dice que imagine uno, el suyo, y que lo pinte.
Mientras lo pinta, le explicamos que los encuentros terapéuticos
tienen un fin, una meta. Que el faro simboliza hacia donde nos
queremos dirigir, es decir, que desea, que aspira él de sí mismo
al final del proceso, cómo quisiera verse. Esos propósitos el niño
los escribe por detrás de su dibujo. Se le dice que elija una pala-
bra que represente las palabras que ha escrito, su sentir. Esa
palabra guiará el proceso terapéutico y se escribe en el faro,
es la luz que guía el camino. Es un valor personal. Si por alguna
razón el niño desconoce que es un faro, se le indica que dibuje
una estrella, este símbolo cumple la misma función del faro, el
valor, la palabra representativa sería el nombre de la estrella.
En el trascurso del proceso terapéutico se rememora constan-
temente el faro y su palabra representativa, cómo símbolo, guía
el proceso y permite que no se pierda el rumbo. Es una visión
esperanzadora de sí mismo, es una actualización personal que per-
mite verse mejor de lo que se és.
El faro se presenta como una meta, es una concreción de a
donde quiero llegar en el proceso de intervención clínico que se
inicia, es decir, qué me propongo conmigo mismo, que pretendo
hacer de mí en ese tiempo. El dibujo del faro posibilita con-
tener en una representación gráfica una representación perso-
nal. El faro es una invitación al niño a colocarse una meta, se
le “educa en el sentido”, todo ser humano tiende hacia algo
o hacia alguien, autotrasciende, por lo tanto el faro moviliza
recursos de autotrascendencia y de autodistanciamiento ya que lo
lleva a darse cuenta hacia dónde quiere llegar, se autoproyecta,
se ve en situación.
68 Orientando a la infancia hacia el Sentido Una mirada desde la Logoterapia de Viktor Frankl 69

El eje fundamental de los faros de sentido es la intencionalidad,

ella se encarna en el faro como un símbolo que representa una
huella de sentido que orienta otros sentidos, una huella que so-
bresale y que en un momento dado guía la acción y moviliza el
inconsciente espiritual. La palabra ubicada en lo alto del faro
es un valor, que orienta acciones y propósitos. Al faro se asocian
otros símbolos que enriquecen esa huella de sentido principal, lo
que es valioso para la persona y representa su situación actual
A continuación encontrará una serie de ejemplos de faros de senti-
do realizado por niños de distintas edades. Está la representación
gráfica del faro y, por escrito, los propósitos y las intenciones en
el proceso psicoterapéutico:
70 Orientando a la infancia hacia el Sentido Una mirada desde la Logoterapia de Viktor Frankl 71
72 Orientando a la infancia hacia el Sentido Una mirada desde la Logoterapia de Viktor Frankl 73
74 Orientando a la infancia hacia el Sentido
Etapa II: El Desarrollo
Esta etapa tiene como propósito desarrollar los objetivos tera-
péuticos identificados en la etapa anterior. Aquí se ponen en
juego todos los valores de creación y vivenciales del terapeuta
para proponer distintas tareas y trabajos que permitan alcanzar
los objetivos propuestos, integrando las técnicas y métodos de
intervención propuestas por la logoterapia y modificando o inte-
grando otras técnicas de otros enfoques pero siempre orientadas
con la antropología y filosofía franklianas.
En esta etapa acordamos un tiempo aproximado en la duración
del tratamiento según lo encontrado en la etapa de evaluación.
Los resultados se van evaluando y los tiempos pueden extenderse
o reducirse según lo ocurrido en el trascurso de las sesiones.
Métodos y técnicas de intervención
Terapia de juego logoterapéutica o ludologoterapia
En la terapia de juego desde la logoterapia, es importante to-
mar como referencia a dos autores: Huizinga30 que nos trae al
31
“Homo Ludens” y a Schiller , con su concepto de juego como
máxima expresión de libertad. Estas dos visiones nos brindan
elementos para decir que es a través del juego y en el juego, en
donde el niño pone en escena la libertad y por ser ésta una activi-
dad intuitiva por excelencia, permite más fácilmente la expresión
de la espiritualidad.
La terapia de juego apela al “Homo Ludens”, al hombre que jue-
ga. “Todo juego es, antes que nada, una actividad libre”32. Con
esta frase Johan Huizinga define el primer rasgo esencial del jue-
go. Para él, el juego es más que un fenómeno meramente fi-
30 Johan Huizinga (*Groninga, 7 de diciembre 1872 - De Steeg, †1 de febrero
de 1945) fue un historiador holandés.
31 Johann Christoph Friedrich Schiller (1759-1805), nació en Marbach
(Württenburg) y murió en Weimar. Poeta, dramaturgo, historiador y primer
filósofo del arte alemán.
32 Huizinga, J. (2002). Homo Ludens. Madrid: Alianza Editorial.
Una mirada desde la Logoterapia de Viktor Frankl 75
siológico o una reacción psíquica condicionada; “es una función
llena de sentido”:
“[…] el juego, en su aspecto formal, es una acción libre ejecutada
“como si” y sentida como situada fuera de la vida corriente, pero
que, a pesar de todo, puede absorber por completo al jugador,
sin que haya en ella ningún interés material ni se obtenga en
ella provecho alguno, que se ejecuta dentro de un determinado
tiempo y un determinado espacio, que se desarrolla en un orden
sometido a reglas y que da origen a asociaciones que propenden
a rodearse de misterio o a disfrazase para destacarse del mundo
habitual”.33
Schiller formula el concepto de juego -desde la concepción
«antropológica» de la idea de humanidad-, como mediación
entre lo absoluto y lo finito, la libertad y el tiempo. El juego es
la puesta en práctica de la libertad, para él: “el hombre sólo
juega cuando es hombre en el pleno sentido de la palabra, y
sólo es enteramente hombre cuando juega”.34
El juego se relaciona con otros campos de la actividad humana
como el trabajo, el arte, la literatura.
El juego, por lo tanto, en términos franklianos es por excelencia
un valor de creación, que si es realizado en grupo o en conjunto
puede convertirse en un valor de experiencia o vivencial.
La terapia de juego en logoterapia puede ser directiva, es
decir, el terapeuta asume la responsabilidad de proponer un
juego, dirigirlo, guiarlo y hacer comentarios e interpretaciones, o
bien, puede ser no-directiva, el terapeuta deja que sea el niño el
responsable e indique el camino a seguir, él simplemente juega
con el niño de forma espontánea, sincera y libre de expresión de
lo que siente y piensa, evitando interpretaciones innecesarias que
obstaculicen el “encuentro existencial”.
33 Tomado de: Http://www.javeriana.edu.co/Facultades/C_Sociales/Facultad/so-
ciales_virtual/publicaciones/arena/huizinga.htm
34 Tomado de: http://www.javeriana.edu.co/Facultades/C_Sociales/Facultad/
sociales_virtual/publicaciones/arena/schiller.htm
76 Orientando a la infancia hacia el Sentido
Lo que sucede en la terapia de juego no es solo resultado de
una relación unidireccional sino bidireccional. Como dice Jacob
Moreno (Población, 1997), el terapeuta no es solo un co- experi-
mentador, sino también un co-creador del proceso terapéutico.
En el juego se crea algo diferente, en donde todos cambian,
aprenden y se replantean. La terapia de juego se convierte
entonces en un acto de creación de vida compartido y no de una
búsqueda pasiva de curación. En la terapia de juego desde la
logoterapia los niños han dejado de ser pacientes, casi objetos,
para acceder a su categoría humana de actores y creadores de
su propia existencia. Para Moreno, como
para Winnicott posteriormente, el juego es la vía regia de creación
35
de la propia vida.
El juego y los juguetes son para el niño el mejor medio de expre-
sión y dominio de las manifestaciones psíquicas y de la actividad
lúdica (Aberastury, 1994). Un mismo juego y un mismo juguete
pueden adquirir significados diferentes, de acuerdo con la situa-
ción global de la personalidad del niño y el medio familiar que lo
rodea. El juego cumple una importante función en el proceso de
separación-individuación del niño. En este sentido, la emergencia
de un juego en particular en el repertorio lúdico de un niño signifi-
ca un logro en su desarrollo, mientras que la exploración a través
del juego, de las soluciones a sus problemas y una multitud de po-
sibles gratificaciones contribuye en una forma única al desarrollo
interno de las representaciones del niño. El juego es una creación
y una trasformación de las experiencias vividas (Padilla, 2004).
Depende de cada caso y del plan de tratamiento, el terapeuta
organizará el desarrollo de la sesión, generalmente depende de
la edad los juegos cambian, a medida que los niños crecen van
abandonando la expresión a través del juego, esto se ve reflejado
en las sesiones. Los niños a partir de los 11 o 12 años prefieren
hablar, pintar o modelar con plastilina.
35 Población Knappe, P. (1997). Teoría y práctica del juego en psicoterapia.
Madrid: Fundamentos.
Una mirada desde la Logoterapia de Viktor Frankl 77
El juego Socrático
Dentro de las distintas modalidades de juego, he integrado el
diálogo socrático para denominarlo el “juego socrático”. En él,
el terapeuta interviene con dialogo socrático mientras juega con
el niño; esto permite la participación activa del terapeuta y el
encuentro de sentidos y valores personales que orientan las deci-
siones y acciones del niño tomadas en el juego y que pueden ser
extrapoladas luego a su realidad. A partir del mismo, el niño hace
consciencia cognitiva, psicológica y existencial.
El “juego socrático” no es conveniente utilizarlo en las primeras
sesiones, solo después de que el terapeuta se haya integrado
al estilo particular del niño y comprenda hacia dónde orienta su
juego. El juego de los primeros momentos del proceso terapéu-
tico le permitirá crear una atmósfera de encuentro. El “juego
socrático” se utiliza especialmente en los casos de juegos repeti-
tivos en donde el niño necesita ampliar el panorama existencial.
El juego como posibilitador de autodistanciamiento
La terapia de juego se basa en el hecho de que el juego es el
medio natural de autoexpresión que utiliza el niño. Es una opor-
tunidad que se le da para que exprese sentimientos y proble-
mas, de la misma manera que un adulto puede verbalizar sus
dificultades (Axline, 1994). El juego es un espacio en donde
prima el autodistanciamiento, el niño toma distancia de sí, al ver-
se a sí mismo en situación puede darse cuenta de sentimientos,
emociones, cogniciones y relaciones. Pone en escena situaciones
en donde hay que elegir y decidir, facilitando la percepción de
opciones, ampliando su campo fenoménico, al dialogar consigo
mismo y sus circunstancias.
La terapia de juego es una oportunidad que se ofrece al niño para
experimentar crecimiento, ya que el juego constituye su medio
natural de autoexpresión. Para la logoterapia, el juego terapéutico
78 Orientando a la infancia hacia el Sentido Una mirada desde la Logoterapia de Viktor Frankl 79

es un espacio libre de expresión de emociones y sentimientos,

PSICOANALISIS LOGOTERAPIA
no solo de sentimientos de tensión, frustración, agresión o in-
seguridad, sino también de alegría, fe, esperanza, satisfacción, El terapeuta es activo, se
El terapeuta es pasivo, observa el
logro. Aquí el niño monitorea y regula sus propios procesos involucra en el juego, juega con
juego del niño.
emotivos y cognitivos. La logoterapia coloca especial énfasis en el niño.
el sentido del humor, en la puesta en escena de los valores de
El juego como expresión
creación y en la postura existencial de libertad. El juego es, como El juego como máxima expresión
sintomática, significa un
expresaba Huizinga (2002), la posibilidad de ser humano en su de libertad, como manifestación
abreacción simbólica, muy similar
máxima expresión de libertad. de lo espiritual.
a los síntomas neuróticos.

El juego como espacio de El juego como espacio

El juego como posibilitador de autotrascendencia expresión de ansiedades, existencial, “puesta en juego” de
inseguridades y aspectos valores de creación, experiencia y
Por medio de las experiencias en la terapia de juego, se da al niño
patológicos. actitud, se elige, se decide.
la oportunidad de conocerse a sí mismo a través de su relación
con el terapeuta. Éste adopta actitudes que transmiten sentimien- El yo del niño, aun no El juego pone de manifiesto
tos de seguridad al niño, dándole la posibilidad de explorarse a sí desarrollado del todo, hace del los recursos noéticos de
mismo en esta relación y experiencia. El niño tendrá el privilegio juego un compromiso entre autodistanciamiento y
de compararse consigo mismo. Como resultado de esta autoexplo- las exigencias del yo y las del autotrascendencia, consolidando
ración, de experimentarse en relación a otros, de autoexpansión, instinto. la autoconciencia reflexiva.
aprende a aceptar y respetarse no sólo a sí mismo sino también El juego es interpretado, sirve
El Juego socrático, propicia el
a los demás, utilizando la libertad con un sentido de responsabi- para revelar y elaborar la
encuentro y el descubrimiento
lidad (Axline, 1994). inseguridad, la ansiedad o la
de sentidos personales.
Con la terapia de juego desde la logoterapia, el niño adquiere una hostilidad del niño.
mejor comprensión de sí mismo y de los demás para poder
llegar a relacionarse emocionalmente con más generosidad con
otras personas. Un ejemplo de juego semi-directivo: “encuentros con la concien-
cia”
La terapia de juego desde la logoterapia o como yo la llamo:
“ludologoterapia” se diferencia de la terapia de juego tradicional, Este juego es la puesta en escena de la creatividad, la sabiduría
36
planteada por el psicoanálisis , en los siguientes aspectos: y espíritu espontaneo de la niñez, surge en un compartir familiar,
es la propuesta de mi sobrino de 9 años de pasar un momento
diferente con sus tías. Una noche de sábado por la noche, de
reunión familiar, estábamos los tres reunidos, mi hermana mayor
36 Zullinger, H. (1981). Fundamentos de psicoterapia infantil. Un enfoque prác-
Teresita, David (mi sobrino) y yo. Y espontáneamente sin ninguna
tico. Madrid: Morata. preparación previa David nos dice: “Vamos a jugar el juego de la
80 Orientando a la infancia hacia el Sentido
conciencia”, ingenuamente le preguntamos donde se lo habían
enseñado, si había sido en el colegio y nos dice: “No, se me acaba
de ocurrir”. Es así que se comienza a desarrollar este juego que
nos confronta amorosamente con nosotras mismas, abriéndonos
el camino de sabiduría personal al facilitar el encuentro con nues-
tra voz interior que en ocasiones la acallamos; además de afianzar
el vínculo como tía y el reconocer y escuchar el llamado de un
niño que expresaba su necesidad de ser acompañado a través de
lo lúdico a contactarse con la propia conciencia a través del otro.
Este juego fue jugado durante varias semanas, programábamos los
encuentros y se convirtieron en momentos agradables que cada
vez aumentaban en profundidad y exigencia. Un día cualquiera
así como surgió lo dejamos de jugar. Pero el legado quedó. A con-
tinuación la metodología que comparto, es una formalización de
aquel juego espontaneo creado por un niño, para niños y adultos.
Este juego puede ser jugado tanto en casa con los padres, herma-
nos o familiares, en la escuela o en un proceso de intervención
clínica, como un juego propuesto por el terapeuta. Puede ser
jugado entre dos o más personas, preferiblemente entre dos.
En el juego hay dos roles: el de la conciencia y el de la persona
que convoca a su conciencia que vamos a llamar “el autocons-
ciente”; luego estos roles se invierten y el que hizo de conciencia
ahora hace de “autoconsciente”. Si es jugado por más perso-
nas, sólo hay una conciencia, puede haber varios “autoconscien-
tes”, una sola conciencia.
La dinámica del juego consiste en que el “autoconsciente” llama
a su conciencia, que se encuentra en el “mundo de las concien-
cias”, la convoca y le hace alguna pregunta, esta pregunta esta
relacionada con alguna situación particular que afecta en ese mo-
mento al autoconsciente y de la cual necesita orientación y guía,
no es nada pensado o planeado, responde al sentir del momen-
to. La conciencia es cercana, cariñosa, su voz es pausada pero
firme y segura. Esta responde sin titubear, lo que proceda del
corazón, no necesita grandes reflexiones o elucubraciones, solo
Una mirada desde la Logoterapia de Viktor Frankl 81
palabras sentidas y sinceras. La conciencia puede preguntar as-
pectos al respecto de la situación que le ocurre al “autocons-
ciente”, no con el objetivo de saber más de la situación sino con el
fin de aclarar sentires, pensamientos y posiciones existenciales.
Esta conversación no tiene un tiempo límite, los participantes
definen según su necesidad la extensión del encuentro. No debe
ser forzado o interrumpido. Es un tiempo exclusivo para el juego.
Después de responder las preguntas, la conciencia se despide del
“autoconsciente”, no sin antes dejarle una tarea relacionada con
lo conversado, esa tarea puede ser una reflexión mental o escrita,
37
una lectura, un dibujo, depende de la creatividad de la conciencia.
Tarea que se compartirá en el próximo encuentro. Antes de que la
conciencia se vaya al mundo de las conciencias, ésta le recuerda
al “autoconsciente” que la puede llamar cuando quiera, que siem-
pre está allí con él, que solo basta con citarla. Los encuentros no
tienen fechas definidas, es decir, no se hacen con una periodicidad
determinada. Queda a decisión de los jugadores, según el momento
y las circunstancias, pero es conveniente jugarlo más de una vez.
En este juego prima la importancia del encuentro, del tiempo
que se comparte juntos, de escuchar al otro, de acompañarlo, de
preocuparse por lo que le ocurre y sobre todo por dar una parte
de nosotros en las palabras que generosamente le brindamos
al otro. Nos sorprenderemos de toda la sabiduría intuitiva que
tenemos como seres humanos, especialmente la de la infancia,
que en ocasiones como adultos acallamos con racionalizaciones y
explicaciones lógicas.
El juego de la Conciencia facilita la expresión del inconsciente
espiritual, deja fluir intuitivamente los recursos espirituales, el
37 Algunos ejemplos de tareas que me dejó David fueron: dibujar mi con-
ciencia e imaginar su mundo; hacerle una carta a mi conciencia; llamar a mi
conciencia a conversar al menos una vez en la semana. Algunas tareas que yo
le deje a David fueron: preguntarle a alguna persona como está, como se siente;
darle un abrazo a alguien; sentarse a ver un paisaje o contemplar un amanecer
o un atardecer; escuchar sus propias palabras; encontrar por qué medios o por
qué personas la conciencia le habla.
82 Orientando a la infancia hacia el Sentido
preguntarle a la conciencia exige un proceso de autodistancia-
miento para darse cuenta de sentires, pensamientos y acciones
personales que la conciencia nos guía. Exige un proceso de auto-
trascendencia pues nos conecta con la necesidad del otro, apela
a la resonancia afectiva permitiéndonos ir más allá de nosotros
mismos, percibiendo valores y sentidos.
Diálogo Socrático
Le ayuda al niño a encontrar significados facilitando el autodescu-
brimiento. Permitiéndole revisar su experiencia presente, prever el
futuro encontrando opciones de sentido y trascender.
Preguntas Ingenuas
Se utiliza la ironía y el sarcasmo para disminuir o contrarrestar la
defensividad del niño o la oposición al cambio para generar insi-
ght. Especialmente utilizado en niños con dificultad para cambiar.
No es recomendable usarla con niños pequeños, preferiblemente
desde los diez años.
Modulación o cambio de actitudes
Intenta ampliar el horizonte de valores y significados, otorgando
nuevas perspectivas sobre el niño y su circunstancia de vida ac-
tual (Logo-actitud). Especialmente utilizado en niños que viven un
sufrimiento ineludible e inevitable.
Intención Paradójica
Moviliza la capacidad del humor, amplía el margen de libertad
posibilitando el autodistanciamiento, rompe el mecanismo de an-
gustia de expectación. Se invita al niño a desear lo que teme. Se
utiliza especialmente para fobias, miedos y temores.
Recomiendo leer la ejemplificación de un caso en donde se utiliza
esta técnica en un artículo del Dr. Ricardo Sardi: Intención para-
38
dójica y derreflexión.
38 García Pintos, C. et al. (2007). Frankl por definición: consultor temático de
Logoterapia y Análisis Existencial. Buenos Aires: San Pablo.
Una mirada desde la Logoterapia de Viktor Frankl 83
Derreflexión
Se basa en la capacidad de autotrascendencia. Su objetivo es
disminuir la auto-observación y auto- reflexión excesivas (hiperre-
flexión e hiperintención). Especialmente utilizada en niños estig-
matizados y rotulados.
Biblioterapia
La utilización de cuentos, libros y frases movilizan la expresión de
recursos noéticos. Se recomienda leer “Logoterapia en Cuentos”
39
del Dr. Claudio García Pintos, allí el autor nos expresa no solo la
pertinencia sino la necesidad de implementar esta técnica en el
trabajo con niños.
Como recurso utilizo los cuentos infantiles de un escritor Colombi-
40
ano llamado Jairo Aníbal Niño , de él uso principalmente el Pre-
guntario y La Alegría de Querer. También utilizo los tres volúmenes
del libro llamado: Cuentos Rápidos para trabajar
con Valores de María Inés Casalá y Juan Carlos Pisano de
Editorial San Pablo.
El Preguntario es un libro con secciones que trae diferentes pre-
guntas, como las que hacen los niños pequeños al querer cono-
cer el mundo y que a veces los adultos no saben que responder,
este libro lo utilizo cuando al niño se le dificulta expresar lo
que siente o necesita apoyo para describir sus pensamientos,
sentimientos y emociones, el texto ayuda a encontrar formas de
expresión lingüística que permiten comprenderse a si mismo y a
los otros.
A continuación encontrará: ¿Qué es la tristeza? del Preguntario,
este texto particularmente lo uso con niños que están pasando
por momentos difíciles que les causan tristeza profunda. Del
texto surgen otras comparaciones, otros símbolos, contribuyen-
39 García Pintos, C. (2003).La Logoterapia en Cuentos. El libro como recurso
terapéutico. Buenos Aires: San Pablo.
40 Jairo Anibal Niño nació en Moniquirá (Boyacá) en 1941, actualmente es uno
de los escritores colombianos más reconocidos y respetados del ámbito lati-
noamericano.
84 Orientando a la infancia hacia el Sentido
do con el autodistanciamiento, evitando posturas victimistas y
posibilitando el surgimiento del sentido del humor. Se fortalecen
también los valores de actitud.
“¿QUÉ ES LA TRISTEZA?
La tristeza es un ajedrecista que siempre juega con las piezas
grises.”41
El siguiente texto, también de Jairo Anibal Niño del Preguntario, lo
utilizo con los padres que son demasiado rígidos, que siempre andan
de mal humor, que no comparten tiempo con sus hijos, o que no
juegan con ellos porque se sienten ridículos por temor al “qué dirán”.
“USTED
Usted que es una persona adulta - y por lo tanto- sensata, ma-
dura, razonable, con una gran experiencia y que sabe muchas
42
cosas, ¿qué quiere ser cuando sea niño?”
El libro La Alegría de Querer de Jairo Anibal Niño, lo utilizo para
trabajar el sentido del amor, contribuye a encontrar distintas
formas de vincularse, recuperando el romanticismo y la poesía
para la expresión de los sentimientos. Uno de los que más eligen
los niños es el siguiente:
“ES TAN AZUL TU SOMBRA
Es tan azul tu sombra que te sigo paso a paso sin ninguna otra
intención que la de poner a navegar sobre tu sombra azul a mis
43
barquitos de papel.”
Del trabajo con cuentos también surgen nuevas versiones de cuen-
tos clásicos, especialmente cuando se buscan opciones y alterna-
41 Tomado de: www.inci.gov.co/ftp/Preguntario.pdf
42 Idem
43 Tomado de: www.inci.gov.co/ftp/La%20Alegr%EDa%20de%20Querer.pdf
Una mirada desde la Logoterapia de Viktor Frankl 85
tivas ante las situaciones que les ocurren a los niños. Con esto se
amplía el panorama de valores y, por tanto, se clarifica la toma
de decisiones del pasado y las que se tomarán en el presente.
Cuentería
44
Este método propuesto por el Dr. Efrén Martínez es un ex-
celente recurso para no sólo el trabajo grupal sino también el
individual. Esclarece el panorama existencial del niño y facilita
la expresión de lo noético a través del autodescubrimiento y
desbloqueo de dicha dimensión. Facilitando la expresión del
contenido espiritual inconsciente y de esta forma su actualización.
Esta técnica consiste en la construcción conjunta de un cuento.
Esta construcción puede realizarse sólo con el terapeuta, con el
grupo familiar o con un grupo de niños en psicoterapia de grupo.
El terapeuta pregunta: Si tuviesen que contar un cuento de su vida
¿Como se titularía? Después de la respuesta de los asistentes, se
le pregunta a algunos de ellos sobre ¿Qué titulo debería llevar el
cuento de otro de los participantes? Luego se selecciona el partic-
ipante que narrará su cuento (lo elige el terapeuta, el grupo famil-
iar o el grupo de niños según las necesidades de los integrantes),
así como el título del cuento a narrar. En medio de la narración, el
terapeuta y los compañeros del grupo interrumpen al cuentista
(con consentimiento del terapeuta) y retoman la versión del
cuento, abriendo los cuestionamientos que se consideran perti-
nentes para los objetivos del grupo. Al transcurrir el grupo o el
espacio terapéutico, se va tejiendo una historia, siempre siendo el
cuentista el protagonista, se va develando poco a poco una histo-
ria en donde el cuentista siempre participa, retomando su cuento
una vez que haya participado alguno de los integrantes. El prota-
gonista siempre inicia y cierra la historia. Esta construcción, por
ser espontánea, facilita tanto la expresión de recursos noéticos
44 Martínez Ortiz, E. (2002). Acción y Elección: Logoterapia, Logoterapia de
grupo y una visión de las drogodependencias. Bogotá: Ediciones Colectivo Aquí
y Ahora.
86 Orientando a la infancia hacia el Sentido
como de las restricciones psicofísicas. El terapeuta debe siempre
estar atento a potenciar la expresión de lo noético. La posibilidad
de que sea una construcción conjunta permite la ampliación del
campo fenoménico del cuentista. Al final, el terapeuta solicita la
evaluación del grupo por parte del cuentista. Se cierra el grupo
con las conclusiones de algunos de sus miembros.
Tareas Existenciales
Las tareas existenciales surgen como una forma de integrarse a
la vida cotidiana del niño, en el colegio dejan tareas semanales
que debe cumplir y que son su responsabilidad, en ese sentido
llamo “tareas existenciales” a los trabajos, reflexiones o vivencias
que el niño libremente realiza para facilitar la consecución del
“faro de sentido”. Las tareas existenciales permiten que el niño
continúe trabajando y profundizando lo encontrado en las sesio-
nes terapéuticas. Estas tareas pueden ser plasmadas en un es-
crito, un grafico, un dibujo, en plastilina (hacer algo); pueden ser
vivenciales (experienciar algo) o ser reflexivas (pensar y reflexionar
sobre alguna situación en particular).
Los objetivos de las tareas existenciales son:
• Puesta en marcha de las metas y objetivos conjuntos en torno
al ser persona.
• Propiciar valores de experiencia, de creación y de actitud.
• Favorecer el autoconocimiento bio-psico-espiritual.
• Promover la toma de decisiones (libertad y responsabilidad).
Logocanciones y canciones terapéuticas
Las logocanciones son letras con acompañamiento musical cons-
truidas a partir de la Logoterapia y destinadas al cumplimiento
de diferentes objetivos, así como al enriquecimiento de la cultura
del sentido. Las canciones terapéuticas son letras y acompa-
Una mirada desde la Logoterapia de Viktor Frankl 87
ñamiento musical destinado de manera especifica al trabajo de
diferentes problemáticas.45
Al respecto, el Dr. Claudio García Pintos y Luiz Falcao de Brasil,
presentaron un excelente trabajo sobre el tema en el segundo
Congreso Latinoamericano de Logoterapia y Análisis Existencial
en Buenos Aires en el año 2007: “La logoterapia en canciones.
Aportes para un programa de educación en valores para niños”.
Para trabajar las canciones terapéuticas con niños no es necesario que
sean canciones infantiles. Encontramos en las canciones comerciales
contenidos llamativos e interesantes que hacen del trabajo terapéutico
un espacio grato, que invita a la expresión de sentimientos y emocio-
nes relacionadas con la situación actual del niño o de la problemática
a trabajar. Pueden ser de cualquier género musical, preferiblemente el
que le guste al niño, ya que tendremos la oportunidad de que, cuando
esté fuera de la sesión, la continúe escuchando, encontrando nuevos
sentidos y resignificaciones con el tema trabajado en sesión.
Respecto a la metodología de trabajo hay varias formas de incluir-
las en la psicoterapia: como tarea existencial: al decirle al niño
que, en el transcurso de la semana, busque una canción que le
guste y que represente lo que está sintiendo, pensando, o que
ilustre su situación actual; y que la traiga el día de la consulta para
ser escuchada y entablar un diálogo respecto a sus contenidos.
También podemos llevar varias canciones a la consulta pertinen-
tes a la problemática o situación que vivencia el niño, escuchar-
las y hablar sobre lo que el niño siente y piensa sobre ellas. En
ocasiones, a partir de una canción terapéutica, algunos niños han
compuesto sus propias canciones personales.
Esta técnica es utilizada especialmente en niños tímidos, que hablan
poco, que no saben cómo expresar lo que sienten, o que tienen ver-
güenza de expresar sus emociones pues sus padres son muy rígidos;
esto no quiere decir que no pueda ser utilizado con otros modos de ser.
45 Martínez Ortiz, E. (2002). Acción y Elección: Logoterapia, Logoterapia de
grupo y una visión de las drogodependencias. Bogotá: Ediciones Colectivo Aquí
y Ahora.
88 Orientando a la infancia hacia el Sentido Una mirada desde la Logoterapia de Viktor Frankl 89

Por ejemplo la canción de Diego Torres Color Esperanza, Carnaval Encuentro con el faro de sentido
de Celia Cruz, y Hoy toca ser feliz de El mago de Oz, son un ex-
celente material de trabajo para los valores de actitud.

Etapa III. Cierre. El Encuentro con el Faro de Sentido.

Después de que se alcanzan los objetivos terapéuticos propues-
tos, el niño, para finalizar el proceso terapéutico, realiza de forma
gráfica el encuentro con su faro de sentido. El faro de sentido de
la primera etapa era esencialmente proyectivo, se visualizaba la
meta, la intención o el propósito. En esta etapa el niño pinta o
representa la llegada a su faro, es decir, lo que encontró después
del camino recorrido en los encuentros terapéuticos. A continua-
ción presentamos el faro de sentido de un niño de 10 años reali-
zado en la etapa inicial y el encuentro con su faro en la etapa de
cierre. Este método nos permite identificar de forma concreta los
sentidos y valores alcanzados en el proceso terapéutico.
Faro de Sentido Inicial.
Yo vi todo lo que necesitaba: Respetarme y también a que
me respeten. Fortaleza y no decir “soy malo”.
Diciembre de 2008

J.S. Niño 10años.

Que notenga miedo y
esté fortalecido. Hacer
más grande la letra. Que
no me rompanla nariz.
Agosto de 2008
En esta etapa también acostumbro a volver a aplicar la prueba o
test de la etapa inicial, este ejercicio permite no solo identificar el
cambio en el niño sino principalmente darnos cuenta de la trasfor-
mación de la percepción del niño respecto de si mismo y el mundo.

J.S. Niño 10años.

Etapa IV. Seguimiento
Según el caso, se puede hacer seguimiento después de uno o
dos meses de terminado el proceso terapéutico, con el fin de
monitorear la continuidad de los cambios y el alcance de la psico-
terapia.
90 Orientando a la infancia hacia el Sentido
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Una mirada desde la Logoterapia de Viktor Frankl 93
INDICE
La psicoterapia infantil con enfoque Humanista-Existencial:
acompañar en la tarea existencial de hacer algo de si mismo.....3
Los pioneros Humanistas-Existenciales..................................3
Aportes del enfoque centrado en la persona...........................5
La terapia de juego no directiva............................................6
Aportes de la terapia gestalt............................................... 11
Violet Oaklander (suiza)...................................................... 14
Loretta Zaira Cornejo Parolini (peru).................................... 18
Propuesta de psicoterapia infantil desde la Logoterapia de
Victor Frankl..................................................................... 23
Objetivos generales transversales del proceso de
intervención clínica infantil logoterapeútico........................... 25
1. Facilitar el proceso de autoconciencia en el niño................. 25
2. Hacer consciente el inconsciente espiritual......................... 32
3. Revaluar a la persona....................................................... 33
4. Facilitar el “encuentro auténtico” con el niño y sus padres... 35
Otros objetivos..................................................................... 36
La intervención clínica y educativa desde la logoterapia de
Viktor Frankl...................................................................... 38
Revisión de su concepto de niño........................................... 38
Los niños que llegan a consulta........................................... 42
Campos de aplicación......................................................... 45
Niños en situaciones límite.................................................. 45
El logoterapeuta de niños.................................................... 48
El consultorio..................................................................... 53
Etapas del proceso logoterapéutico....................................... 55
Etapa I: Encuentros Iniciales............................................. 56
La Primera Sesión........................................................... 57
El encuadre.................................................................... 59
94 Orientando a la infancia hacia el Sentido
El encuentro con el niño.................................................. 60
El diagnóstico logoterapéutico en niños.............................. 61
Semáforos de Vida..........................................................64
Objetivos terapéuticos específicos: Faros de Sentido............. 66
SOBRE LA AUTORA
Etapa II: El Desarrollo...................................................... 74
Métodos y técnicas de intervención.................................... 74 CLARA MARTÍNEZ SÁNCHEZ, Psicóloga Clí-
Un ejemplo de juego semi-directivo: “encuentros con la nica de la Universidad Nacional de Colombia.
conciencia”..................................................................... 79 Doctoranda en Psicología Cognitiva-Existen-
Etapa III. Cierre. El Encuentro con el Faro de Sentido..........88 cial en la línea de Logoterapia e Infancia de
Etapa IV. Seguimiento......................................................89 la Universidad de Flores, Argentina. Postgrado
Referencias bibliográficas.................................................... 90 en Logoterapia y Análisis Existencial (Universi-
dad de Flores, Argentina y Fundación Colectivo
Aquí y Ahora, Colombia). Diplomada en Logoterapia y Análisis Exis-
tencial (Fundación Colectivo Aquí y Ahora, Colombia). Especialista en
Docencia Universitaria (Universidad del Rosario, Colombia). Logote-
rapéuta de niños, adolescentes y adultos.
Directora de la Red de Logoterapia e Infancia: “Fundación Faros de
Sentido”. Docente e Investigadora de pregrado y postgrado en el área
clínica Humanista- Existencial en varias Universidades Colombianas
(Universidad Javeriana, Universidad Los Libertadores, Universidad
del Norte y Universidad San Martín).
Docente de la Sociedad para el Avance de la Psicoterapia Centrada
en el Sentido (SAPS). Bogotá, Colombia. Docente y Miembro Hono-
rario de la Asociación Peruana de Análisis Existencial y Logoterapia
del Perú (APAEL). Docente y Miembro Honorario del Instituto de Lo-
goterapia de Puebla. Puebla, México.
Conferencista y docente internacional con temas de Logoterapia,
énfasis en Logoterapia e infancia (Colombia, México, Chile, Perú,
Argentina, Nicaragua, Guatemala, Uruguay y Austria).
Coautora del libro: “Logoterapia en Acción” de la Editorial San Pablo
y Coautora del Libro: “Psicoterapia Infantil Centrada en el Sentido,
un aporte desde la Logoterapia de Viktor Frankl”. Editorial San Pablo.

PARA MÁS INFORMACIÓN: klaramartin@farosdesentido.org

www.farosdesentido.org