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Introducción

Particularmente tengo varios recuerdos de mi infancia hasta mi autoexilio a los bosques por
motivos de paz.
Entonces pasé gran parte de mis primeros años estudiando sobre secretos, códigos y otra
clase de información ocultista. Realmente el estudio de aquellos secretos es una actividad
interesante, me aseguré de tener una pequeña colección de tomos en diferentes idiomas para
poder seguir creciendo en mis conocimientos.
He tenido algunos problemas relacionados a mis investigaciones ya que parece que muchos
secretos prefieren quedarse guardados que conocidos por otros. Principalmente durante gran
parte de mi adolescencia no he podido pasar desapercibida por mi apariencia, es bastante
llamativa y en muchas ocasiones he recibido una cantidad inmensa de cortejos de diferentes
personas en general. Por supuesto no acepté a nadie, no me interesa nadie, tampoco el amor
o el enamoramiento, creo fielmente en que existe y se puede tener una relación casual con
alguien sin necesidad de sentimientos de por medio. Además es solo una necesidad
fisiológica, pero nunca dice que deba involucrar amor o similares. Así que me mantengo al
margen de los sentimientos ajenos.
En general he vivido en los bosques a las afueras de la ciudad élfica por cuestiones de
comodidad y un "autoexilio" de la cotidianidad mundana. Quizás es demasiado exagerado
llamarlo "autoexilio", fue una decisión personal y de comodidad. Me gusta más estar en una
casa cerca de un pequeño lago con tranquilidad y paz. Aparte la naturaleza y los bosques
tienen lo suyo, se vive bien y si necesitas algo, simplemente viajas a la ciudad y regresas.
Con el tiempo descubrí algo muy importante que llevaba ignorando durante unos años en mi
vida pseudo adulta, se me da bastante bien el fingir apariencias, convencer o manipular a las
personas y obtener beneficios. Gracias a tales habilidades en poco tiempo pude ampliar mi
colección de libros relacionado a mis saberes y nunca tuve que involucrarme
sentimentalmente, tan solo es un medio para obtener un fin predeterminado o simplemente
satisfacer mis deseos propios, caprichos como le dirán algunos. Por razones obvias, al poco
tiempo, en años humanos, me trajo unos cuantos inconvenientes por los que tuve que
cuidarme más, pero el problema era ese, siempre me he valido de mi astucia, inteligencia y
carisma para solucionar mis asuntos, nunca de lo físico en términos de fuerza bruta porque
ágil siempre fui. Pero nunca al punto de ser capaz de usar con cierto nivel de presteza al
igual que mis congéneres elfos con los arcos o las espadas, tan solo simples armas como
dagas o boleadoras.
Entonces al tiempo un problema serio tocó a mi puerta por mis acciones previas. Tengo que
ser sincera, pensé que mi vida de obtener cosas de tales maneras se había acabado, pero
unos aventureros, un humano y una semielfa con unas impresionantes capacidades
combativas y mágicas me rescataron. En agradecimiento les brindé asilo porque no tenían
donde quedarse y me comentaron que escucharon algunas cosas de mi y mis habilidades,
según entendí eran de una facción llamada Filo del León.
Me contaron lo que esa facción podía ofrecerme, tanto beneficios como algunas desventajas,
pero la verdad que eran más los pros que los contras en la oferta que ellos me estaban
ofreciendo. Así que sin pensarlo demasiado decidí acompañarlos durante un tiempo
trabajando para la facción y ellos como mis compañeros. Las misiones eran simples y fáciles
de seguir, aunque eran largas en tiempos humanos. Como grupo teníamos una organización
para ejecutar los planes de las misiones que se nos asignaba: conseguimos información del
objetivo o los objetivos, preparamos la estrategia, investigamos el lugar o la ciudad en donde
se encuentra el objetivo, nos hacemos de contactos o personas en los círculos sociales de la
persona, creamos una historia falsa, pero convincente y después “atacamos”. Dependiendo
del carácter de la misión, son los roles que cumplimos. En el caso de ejecutar a alguien,
Ramiel, el humano, es quien es especialista en esto de meterse entre las sombras,
desaparecer, venenos, atacar escondido y matar en segundos rápidamente. Cassidy, la
semielfa, la especialista en la magia, y yo, buena para manipular y distraer, hacemos la parte
más logística cuando Ramiel es el encargado del objetivo. Cuando debemos robar, recuperar
u obtener información, pergaminos, planes, sabotaje, espiar, hacer contrainteligencia y
demás, nos encargamos nosotras y Ramiel nos sirve de apoyo.
Quizás fue en una de las misiones en las que se nos encargó ingresar en la mansión de un
alquimista un tanto turbio según a quién le preguntes, pero obviamente a él no.
Resumidamente este hombre, llamado Signus, poseía fórmulas alquímicas peligrosas que
según los superiores, las intenciones que tenían presente a la sociedad en general de Taldor
eran malas y suponían un gran riesgo para la seguridad pública. Entonces se nos encomendó
robar dichas fórmulas, eliminar las copias y desaparecer. Por sugerencia mía, opté por
ingresar a la vida de Signus y ganarnos su confianza a partir de su mano derecha, un noble
guerrero llamado Notus Albian, que le suministraba los recursos, materiales y manos de obra
para que lleve a cabo sus planes. Así que diseñamos un plan a medio tiempo el cual consistía
que en mínimo 6 meses teníamos que tener a Notus en nuestras manos, enamorarlo, fingir un
matrimonio con él e ingresar al círculo social de Signus para que confíe en nosotros. Yo era
el cebo, mi rol se basaba en enamorar a Notus, manipularlo y pasar información a mis
compañeros, así es como en el tiempo estipulado logramos organizar un matrimonio (que no
se cumplió) con este noble y ya teníamos la confianza de Signus al menos para ingresar en su
vivienda, suficiente para que mis compañeros hagan lo suyo. Lo único que salió mal de todo
ese plan fue el tiempo que tuvimos el día del ataque. La idea era ingresar, robar todo,
quemar las copias y el laboratorio. Pero no tuvimos en cuenta que la fiesta que usamos como
tapadera, la celebración previa al casamiento con Notus, el alquimista regresaría al
laboratorio por una idea esporádica para una nueva fórmula y nos vio en el sitio. Ramiel no
alcanzó a eliminarlo, simplemente pudo noquearlo porque el tipo había llamado a los
guardias y tuvimos que escapar. Nos llevamos todo y quemamos el resto, lo dejamos sin
nada, sin investigación, sin nada. Tan solo con una venganza y el corazón roto de su
compañero manipulado. Así que de maneras inteligentes, convence al descorazonado del
noble que todo esto fue un plan ideado para dañarlo, para arruinar su reputación y quitarle
su honor como hombre y valía. Suficiente para convencer a un hombre con más orgullo que
cerebro para ir en búsqueda de mi y mis compañeros en venganza.
Reportamos todo esto y decidimos que tendríamos que tomarnos un tiempo de las misiones
para mantener un perfil bajo. Yo regresé a Kyonin a mi casa en el bosque. Una noche
después de ciertas experiencias íntimas que se habían hecho recurrentes por el hábito de
años de hacer lo mismo al llegar a mi hogar tuve una opresión casi mortal en el pecho que
me llevó a la inconsciencia. En dicha experiencia onírica me encontré en un jardín con
fuentes de agua cristalina adornadas completamente con oro y colores brillantes, flores y
muchas abejas. Al final estaba una mesa de piedra con dos asientos, en la izquierda una
mujer vestida sugerentemente con dos tragos en la mesa esperándome. Según comprendí de
la charla que tuve con ella, su nombre es Calistria, una diosa, dijo que halló algo único en
mi, que quería elegirme como su hija y a cambio heredaría varias habilidades especiales. Me
comentaba que siguió mi trayecto personal durante un buen tiempo y que finalmente por mis
actos terminé de agradarle y que por eso me visitó ofreciéndome esta vida. Aunque dijo que
iba a tener que empezar a experimentar más con lo que he estado haciendo, con mis placeres
y pasiones, que debería enfocarme en esos aspectos de la libertad de la vida que he estado
haciendo hasta ahora. Y que la próxima vez hablaremos nuevamente cuando vuelva a poner
mis pasiones sobre la mesa. Como signo de nuestro pacto, se materializó un gato blanco de
ojos rojos que bauticé como Kirara que funciona como mi vínculo directo con Calistria, la
magia y nuestro pacto. Al explorar un poco esto que se me fue otorgado me di cuenta que
eran habilidades de sanación y formas divinas, según alcancé a investigar en algunos libros.
Mientras tanto de seguir el camino que me dieron, de explorar mi futuro, encontrar y
expandir las pasiones, conectarme más con Calistria aceptando su misión, retomar mi
trabajo dentro de la facción del Filo del León, encuentro que las nuevas aventuras y
personas que me halle serán divertidas. Así que por el momento, será lo correcto volver a
fingir apariencias una joven y frágil doncella dispuesta a ser amada por cualquier persona
en necesidad de una compañera, una amante, un juguete, una confidente, una amiga quizás,
a cambio de todo lo que pueda obtener de esas personas. Al final el fin justifica el medio,
¿verdad?

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