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Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación

Licenciatura en Filosofía
Asignatura: Currículo
Docente: Alexander Aponte
Estudiante: Cristian Javier Alonso

19/05/2020

ENSAYO FINAL
Dado que el currículo determina el objeto de la escuela, como un proyecto en el que
interfieren diferentes concepciones como las ideológicas, pedagógicas,
epistemológicas, antropológicas y demás. Todas estas dentro de una institución que
se enfrenta a contextos sociales, políticos, económicos, concretos. Podemos
preguntarnos entonces de qué manera se escoge el currículo apropiado, capaz de
desenvolverse en la institución de manera tal que responda a las necesidades del
contexto en el que se encuentra la escuela.
La forma en cómo se escoge uno u otro currículo que responda a las necesidades
concretas de la institución se da según la selección y organización de los contenidos
del currículo mismo. De esta manera, para dar respuesta a este ensayo debemos
atender de qué manera es que se estructura.
Según la mirada de Díaz Barriga, interpretado a mi parecer, para poder dar cuenta de
un currículo que pretenda desenvolverse dentro de un contexto con ciertas
problemáticas concretas de los programas escolares, se encuentran otras cuestiones
como la tensión entre las diferentes perspectivas de la institución y la didáctica, la
visión uniforme o plural de la escuela y, por supuesto, la selección y la organización
de los contenidos. Pues, “la selección de los temas de un curso se convierte en
motivo de presiones para muchos docentes. Subyace en ella un terreno de debate
entre posiciones epistemológicas, teóricas, políticas y pedagógicas vinculadas con la
tarea educativa (…) las tensiones aparecen a la hora de discutir lo que se suele
considerar básico, indispensable, e incluso lo que debe ser enseñado inicialmente”
(2005, p. 64). También se encuentran problemas en cuanto a cómo los profesores
ordenan los contenidos, ya que unos preferirán un formato tradicional como la
lógica formal-deductiva, mientras que otros elegirán un formato en el que se aplique
la construcción-deconstrucción.
A pesar de esto, es bien sabido por los docentes concienzudos que al interior de las
clases se puede aplicar uno u otro tipo de organización, pero sobre todo habrá que
apelar también a las dinámicas contingentes, cambiantes, que se dan. Por ello, se ha
de escoger que dentro de un currículo quede establecido un formato que responda a
estas dinámicas de un modo más simple, sin embargo, el docente también puede ser
lo suficientemente creativo, pero no por ello más sencillo, a la hora de aplicar un
formato tradicional e intentar flexibilizarlo para que atienda esas dinámicas que son
problemáticas del aula de clases para el docente.
Claro que una parte de la elección del tipo de organización también depende de qué
pretensiones educativas tenga el docente, o al menos de qué visión tenga el docente
sobre la educación. Si nos encontramos con un docente que tenga una visión
uniforme o singular, veremos que se encuentra atrapado según los “grilletes” del
currículo institucional, de esta manera, “tiene como repercusión una concepción en
la que se niega al docente la función intelectual como núcleo de trabajo, es decir, la
interpretación de contenidos y la elaboración de una propuesta metodológica” (Díaz,
2005, p. 46). Pero si nos encontramos con un docente que tenga una visión plural,
veremos que tiene la posibilidad de establecer una discusión coherente entre los
asuntos problema del contexto de la institución y el aula de clase con sus alumnos.
Por otra parte, la elección del tipo de la organización está determinada según la
administración, quien debe ajustarse al documento nacional oficial (programa) que
indican ciertos contenidos a desarrollar y la formas en cómo se deben desarrollar
(programación) al interior del aula. Tal documento tiene la función de ser un
ordenador institucional. De esta manera es claro qué maestros se requieren en una
institución que tiene la pretensión de tener un currículo que se desenvuelva dentro
de la escuela y que responda a necesidades de su contexto.
En discusión a lo dicho anteriormente, referente a la perspectiva institucional-
administrativa y la perspectiva didáctica-docente, hay una tensión en la que la
dimensión académica de la actividad educativa y el análisis del rol que pueden
desarrollar maestros y estudiantes frente al programa pasa a ser de segunda mano en
el ámbito de los hechos, ya que “desde la perspectiva institucional, más que todo la
parte administrativa, el programa representa el conjunto de contenidos que deben ser
abordados en un curso escolar y que los docentes deben mostrar como materia de
aprendizaje” (2005, p, 45). De esta manera la práctica del docente, que requiere una
reflexión al interior de la clase sobre las herramientas didácticas, se encuentra
ofuscada. Es menester entonces, que la programación se incline en su mayoría hacia
el docente, que es quien se enfrenta a las concreciones a las que la institución
pretende atender según su currículo.
Por todo lo anteriormente dicho, la discusión sobre la manera en la que se escoge un
currículo apropiado que responda al contexto, depende de tareas tanto
administrativas como docentes, que repercuten en sumo grado en el currículo de la
institución, que repercuten en el proyecto educativo que se intenta llevar a cabo. Por
ello, es necesario que se creen herramientas o los medios para el desarrollo de
problemáticas entre la administración de la institución y los docentes respecto a las
necesidades de los educandos que atiendan a su contexto. Si esta tarea, o más bien
reto educativo se lleva a cabo con suficiencia, el ambiente que va a determinar tal
currículo dentro de la escuela podrá satisfacer en gran medida a las necesidades del
contexto en el que se encuentra.
A manera de conclusión, esta reflexión que va de la mano con Díaz Barriga, ayuda a
responder a las preguntas fundamentales de Posner. J. (2001) referentes al currículo
apropiado. Pues, las propuestas, la formación y la organización del currículo se
encuentran en discusión en la institución entre la administración y los docentes.
Hallamos un ámbito flexible por parte de los maestros que atienden a las
necesidades de los educandos y un ámbito que atiende el contexto social, político y
económico en el que la institución se encuentra.

Bibliografía

 Díaz Barriga, A. (2005). El docente y los programas escolares. Funciones,


estructuras y elaboración de programas. Barcelona: Palmarés.
 Posner, George J. (2001). Análisis de currículo. Bogotá: McGrawHill.

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