LAS PROMESAS DE DIOS EN TIEMPOS DIFÍCILES.
Marcos 9:23
Jesús le dijo: Si puedes creer, al que cree todo le es posible.
Introducción:
Los seres humanos estamos acostumbrados a creer
promesas de los hombres:.
1. La familia: Cuando nos prometían premios por las
notas, etc.
2. Los Jefes: Por el cumplimiento de Metas.
3. Los Amigos: creer a su palabra cuando te van apoyar
en momentos de crisis.
Y la mayoría de todas estas promesas no se cumplen o se
paga mal, pero aun así las creemos y nos aferramos a ellas.
¿ Pero porque con Dios somos diferentes? ¿Actuamos
diferentes? ¿porque no creemos a las promesas de Dios?
Números 23:19-20: Dios no es hombre, para que mienta, Ni
hijo de hombre para que se arrepienta. Él dijo, ¿y no hará?
Habló, ¿y no lo ejecutará? He aquí, he recibido orden de
bendecir; Él dio bendición, y no podré revocarla.
I. Cuáles son las promesas.
A. Su presencia. Mateo 28:20. enseñándoles que
guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí
yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del
mundo. Amén.
B. Ayuda y fortaleza. Isaías 41:10,13.10 No temas, porque yo
estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios que te
esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra
de mi justicia. 13 Porque yo Jehová soy tu Dios, quien te sostiene
de tu mano derecha, y te dice: No temas, yo te ayudo.
C. Provisión. Filipenses 4:19 19 Mi Dios, pues, suplirá todo lo
que os falta conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús.
D. Protección Salmos 121:1-5
E. Vida Eternas apocalipsis 7: 16,17;22:5.
II.Cómo alcanzar las promesas de Dios.
A. Viviendo en la justicia de Dios. El Justo por la fe vivirá.
Hebreos 10:38-39 Mas el justo vivirá por fe; Y si retrocediere, no
agradará a mi alma. Pero nosotros no somos de los que
retroceden para perdición, sino de los que tienen fe para
preservación del alma.
B. Viviendo por fe. Marcos 9: 17-24.
C. Cuándo buscamos primeramente los negocios Espirituales
se Dios. Mateo 6:33.
Conclusión:
Romanos 8:18 Pues tengo por cierto que las aflicciones del tiempo
presente no son comparables con la gloria venidera que en
nosotros ha de manifestarse.