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Contaminación de los recursos hídricos del país.

La mayoría de las personas ebrias son conscientes de que beber alcohol pone en
peligro su salud, pero aun así se entregan a él.

De igual manera, la degradación del agua es un tema que todos los nicaragüenses
conocen, pero nadie ha hecho un esfuerzo encomiable por solucionarlo. Por lo tanto,
aumentar la conciencia pública por sí solo es insuficiente; se requiere una acción adicional que
vaya más allá del pensamiento y el comportamiento actuales.

Debido a la mayor densidad de población del Pacífico nicaragüense, que se traduce en


que se utiliza más agua y se dispone de menos, el daño es más notorio. Cabe señalar que el
Estado tiene la responsabilidad de prevenir y mitigar este caso, particularmente en lo que se
refiere a asegurar la preservación, el fomento y el uso sostenible del vital líquido.

Se han creado leyes en un esfuerzo por abordar este problema. Por ejemplo, en su
arto. 7 la Ley No. 559 (ley especial sobre delitos contra el medio ambiente y los recursos
naturales) declara que "es delito la contaminación de aguas o corrientes que puedan dañar la
salud de las personas, la calidad del agua o los ecosistemas". Asimismo, la Ley No.620 (Ley
General de Aguas Nacionales) arto.129 inciso e. destaca el hecho de que es ilegal arrojar
desechos o contaminantes en cursos de agua, aguas marinas u otros cuerpos de agua.
Ambas leyes tienen como objetivo principal el encarcelamiento y multas de quienes pongan
en peligro nuestros recursos hídricos. Sin embargo, ¿cómo han afectado estos a la
preservación de nuestras aguas?

No podemos decir que no ha habido mejoras, pero tampoco han sido especialmente
significativas. Podemos ver en un recorrido por nuestra ciudad que la gente no piensa mucho
en estas leyes. Los desechos como agua sucia, basura y otros materiales aún se vierten en los
canales que conducen a importantes acuíferos, como la laguna de Masaya.

Podemos concluir, entonces, que el problema no es la falta de conocimiento o la falta


de leyes; más bien, es que, a pesar de que somos conscientes de nuestras deficiencias, no
trabajamos juntos para garantizar que quienes dañan nuestras aguas sean llevados ante la
justicia, aunque es nuestro menester denunciar este tipo de comportamiento tan irreverente
que solo sirve para dañarnos. No podremos ver progreso hasta que hagamos valer la ley,
momento en el cual podremos ataviarnos con el orgullo de proteger las aguas de nuestro país,
demostrar amor y zapatear la "danza negra".

Bibliografía consultada

Material brindado acerca a “Situación problémica” por el MINED.

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