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Lavado de Manos

Lavado
de Manos
Lavado de Manos

LAVADO DE MANOS

MEDIDAS DE PRECAUCIÓN

Las precauciones de transmisión están diseñadas para proteger a pacientes,


familiares y trabajadores de la salud de infecciones que pudieran adquirir a través
de las diferentes vías de entrada durante la ejecución de actividades y
procedimientos cotidianos en la atención de pacientes.
Las "precauciones estándares" se aplican a:
1) La sangre
2) Todos los fluidos corporales, excepto sudor, ya sea que contenga o no sangre
visible
3) La piel no intacta
4) Las membranas mucosas.

Este conjunto de medidas debe aplicarse a todos los pacientes sin distinción de
razón social o situación clínica, tenga o no diagnóstico de infección. Por lo tanto,
todo paciente debe ser considerado potencialmente capaz de transmitir una
patología infecciosa a través de la sangre o cualquier sustancia corporal hasta que
se demuestre lo contrario.

Lavado de manos Historia


En 1199, Musaiba Maimum, el médico judío mejor conocido como Maimonides,
expresó esta lección: Nunca olvide lavar sus manos después de tocar a una
persona enferma. De este modo fue uno de los primeros en reconocer el valor del
lavado y la limpieza de las manos para mantener una buena salud. De igual
manera, el concepto de higiene de las manos surgió en el siglo XIX. En 1843, el
médico Oliver Wendell Holmes llegó a la conclusión de que la fiebre puerperal se
transmitía de una paciente a otra por medio de los médicos y enfermeras que los
atendían. A partir de allí impuso la práctica sanitaria el lavado de manos antes y
después de la atención de las pacientes.
Lavado de Manos

En octubre de 1846, el doctor húngaro Ignaz PhilIip Semmelweis fue el primero en


comprobar científicamente la importancia del lavado de manos con antiséptico.
Semmelweis observó cómo fallecían aquellas mujeres en la maternidad después
de haber sido atendidas por doctores que antes de la atención habían estado en la
morgue. Luego de esta observación, el doctor Ignaz dispuso un lavatorio para el
aseo de manos del personal médico. A pesar de que, en la inmediatez, la medida
fue criticada y cuestionada, con los años se reconoció su importancia.

En octubre de 2002, fue publicada la Guía para la higiene de las manos en el medio
sanitario por los C.D.C. por sus siglas en inglés Centers for Diseases Control and
Prevention, es decir, Centros para el control de enfermedades y la prevención.
En 2005, la Organización Mundial de la Salud (OMS) lanzó, a través de la Alianza
mundial para la seguridad del paciente, el primer “Reto mundial en pro de la
seguridad del paciente”. El lema fue: Una atención limpia es una atención más
segura. Tenía como objetivo reducir las IRAS y entre las acciones que
implementaban, se promovía la higiene de manos.

En 2009, la O.M.S. encabezó la campaña mundial Salve vidas: límpiese sus manos.
Actualmente, cada quince de octubre se celebra “Día mundial del lavado de
manos”. En suma, se destaca que hay infecciones que se asocian directamente
con la atención de la salud y que afectan a cientos de millones de personas por año
en todo el mundo. Como consecuencia de las infecciones, se agravan las
enfermedades. Esto causa que se prolongue el tiempo de internación, por ende,
aumentan los costos para los pacientes y sus familias, a la vez que se incrementa
el gasto financiero en el sistema de salud. Con todo, la mayoría de las infecciones
se puede prevenir y, al respecto, la higiene de manos es la medida primaria para
reducirlas. En otras palabras, una simple acción, puede prevenir varias acciones
complejas.

Objetivos del lavado de manos


Eliminar la flora transitoria de las manos. Se trata de aquellos gérmenes que se
hallan en la superficie de la piel de forma temporal o transitoria. Estos se adhieren
a través del contacto con los pacientes o con el personal infectado o con superficies
contaminadas. Son de fácil remoción.
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Disminuir la flora residente en las manos. Se trata de aquellos gérmenes que se


hallan en capas profundas de la piel. Se consideran permanentes residentes y son
de difícil remoción.

Los cinco momentos del lavado de manos según la O.M.S.:


1) Antes del contacto con el paciente.
2) Antes de realizar una tarea limpia/aséptica.
3) Después del riesgo de exposición a líquidos corporales.
4) Después del contacto con el paciente.
5) Después del contacto con el entorno del paciente.

Ahora bien, el personal de salud debe lavarse las manos con agua y jabón
antibacterial en las siguientes ocasiones:
• Al iniciar y al terminar la jornada laboral
• Cuando las manos estén visiblemente sucias o contaminadas con sangre u otros
líquidos corporales.
• Cuando exista sospecha o prueba de exposición organismos infectocontagiosos.
• Inmediatamente después de una exposición accidental con objetos afilados.
• Antes de ingerir alimentos.
• Antes y después de ir al baño.

Condiciones generales del lavado de manos


• Mantener las uñas cortas y limpias sin esmaltes ni postizos. Ya que las uñas
largas aumentan el riesgo de rotura de guantes.
• Evitar el uso de anillos, relojes y pulseras. Estos elementos actúan como
reservorio de gérmenes y dificultan la limpieza de manos y antebrazos.
• Utilizar cremas hidratantes después de la actividad laboral porque aumenta la
resistencia de la piel y, al mantenerse íntegra, disminuye la contaminación por
gérmenes.
• Usar preferiblemente los jabones con dosificador.
• No reutilizar los envases de jabón, pues se contaminan fácilmente.
• Emplear toallas de papel, porque las de tela tienden a contaminarse.
• Es preciso recordar que el uso de guantes no reemplaza el lavado de manos.
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Diferentes tipos de lavado de manos


• Lavado social: Se realiza sólo con agua y jabón común. Por ende, no contiene
ningún antiséptico.

Lavado clínico: Se utiliza agua, jabón líquido (mejor con dosificador o


dispensador) y toalla de papel desechable.

Técnica del lavado clínico: Duración del procedimiento: entre 40 y 60 segundos


Lavado de Manos

Esta técnica se utiliza principalmente en los centros sanitarios, a la vez que se


consideran los cinco momentos para la higiene de manos.

Lavado en seco: Se necesita una solución alcoholada. Tiene una duración


de entre 20 y 30 segundos

1. Deposite en la palma de la
mano una dosis de producto
suficiente para cubrir toda la
superficie a tratar.
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2. Frótese las palmas de las


manos entre sí.

3. Frótese la palma de la mano derecha contra el dorso


de la mano izquierda entrelazando los dedos y
viceversa

4. Frótese las palmas de las manos entre sí, con los


dedos entrelazados.

5. Frótese el dorso de los dedos de una mano con la


palma de la mano opuesta, agarrándose los dedos.

6. Frótese con un movimiento de rotación el pulgar


izquierdo atrapándolo con la palma de la mano
derecha y viceversa.

7. Frótese la punta de los dedos de la mano derecha


contra la palma de la mano izquierda, haciendo un
movimiento de rotación y viceversa.

8. Una vez secas, sus manos son seguras.


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Lavado quirúrgico
Este lavado corresponde a las maniobras de cepillado y fricción practicadas en
manos, brazos y antebrazos antes de cualquier cirugía y forma parte de las metas
internacionales para la seguridad del paciente. Su objetivo es eliminar la flora
bacteriana transitoria y el máximo posible de la flora bacteriana residente de las
superficies, además de disminuir el riesgo de contaminación en la herida quirúrgica,
así como del instrumental y del equipo. Para este procedimiento se utiliza: lavabo
quirúrgico, jabonera automática con jabón de protección a largo plazo, cepillos
estériles que cuenten con una esponja de poliuretano y un limpiador de uñas.
Técnica del lavado de manos quirúrgico: la duración es entre 3 y 5 minutos.

1) Mojar bien las manos y las muñecas


2) Aplicar cinco mililitros (5 ml) aproximadamente de jabón antiséptico
3) Frotar ambas manos y muñecas para eliminar la suciedad, luego, escobillar uñas
4) Enjuagar con abundante agua
5) Aplicar nuevamente jabón antiséptico
6) Frotar las manos, las muñecas y los antebrazos durante dos minutos
7) Enjuagar una vez más con abundante agua
8) Secar con compresas estériles. Primero las manos y después los antebrazos
9) Por último, descartar la compresa.

En resumen, el lavado de manos quirúrgico debe durar cinco minutos: dos minutos
corresponden al lavado, uno al escobillado de uñas y otros dos al segundo lavado.

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