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INTRO

Toda persona posee una voz interior que guía sus decisiones y su actuar hacia el bien,
hacia lo que es correcto; en el lenguaje coloquial se dice también que escuchamos la
voz del corazón; sin embargo, la condición humana del hombre lo hace un ser
imperfecto, ya que podemos decidir entre escuchar o no a esta voz.
Sabemos por experiencia que todos los hombres juzgan sus actos propios y de los
demás, valorando si su conducta es buena o mala “aquí y ahora”. Y, dentro del acto
humano, la conciencia moral tiene su importancia.
Desde una perspectiva filosófica-antropológica, en el presente trabajo
desarrollaremos el origen de la conciencia moral, la importancia de conocer qué es la
conciencia moral, cómo actúa; cómo y por qué debemos formarla y conocer los
límites del respeto de la conciencia de terceros.
ORIGEN DE LA CONCIENCIA MORAL
Hechas estas consideraciones de carácter general, nos preguntamos:
- ¿ cual es el origen de la conciencia moral?
- ¿de donde surge esa capacidad de la persona para juzgar, desaprobar o aprobar
los actos propios y de los demás?
Para responder estas interrogantes, se han dado diversas concepciones de la
conciencia moral, y mencionaremos las mas importantes
Concepción naturalista, que sostiene que la conciencia moral forma parte de la propia
naturaleza racional humana. Para otros pensadores, llamados convencionalistas, la
conciencia moral se va formando poco a poco a lo largo de la vida como resultado de
la influencia de factores sociales, como lo pueden ser la escuela, la familia, amigos,
etc.
Asimismo, entre otras concepciones que explican el origen de la conciencia moral,
encontramos a:
La empirista que considera a la conciencia moral como un resultado del contacto de
la vida con la experiencia.
La asociacionista, para la cual la conciencia moral se forma, se muestra y obedece a
la espontaneidad de la acción y la experiencia del sujeto, como pueden ser el agrado,
la pena, recompensa, castigo que ésta le produciría.
La racionalista, cuya perspectiva reduce la estructura y dinamismo de la conciencia
moral a un cuerpo de principios que se derivan de un primer principio o esencia.
Para los simpatizantes de esta concepción, basta determinar racionalmente la esencia
de un ser para deducir de ahí todo un sistema de deberes o condiciones de felicidad.
La criticista que se orienta hacia una consideración moral del deber.
También se puede mencionar a la concepción religiosa: que señala que el juicio de la
conciencia está siempre sometido al de Dios (Ser Trascendente). Por ejemplo, el
Salmo 111: 10) dice: “El principio de la sabiduría es el temor de Dios; tienen buen
juicio los que los practican”
CONCIENCIA MORAL
Podemos definir a la conciencia moral como la facultad que tiene el ser humano para
emitir juicios de valor y reflexionar sobre lo correcto e incorrecto del actuar. La
conciencia moral muestra la rectitud ética, señala el rumbo del bien o del mal. Ahora
bien, no se limita a evaluar lo moralmente correcto e incorrecto de las acciones sino
tambien de las intenciones.

FORMACION DE LA CONCIENCIA MORAL

Con respecto a la formación de la conciencia moral, consideramos que cada persona


nace con la capacidad de decidir que actos realizar o no realizar, es decir, tiene
autonomía para obrar. Sin embargo, esta autonomía debe ejercerse en base a la razon
propia, valores, normas y principios que cada persona tiene.

Se dice que se forma la conciencia moral a través de los valores éticos. Un ejemplo,
es el respeto por el cual reconocemos y aceptamos que todas las personas somos
igual de importantes e igual de valiosas, y que por ende merecemos el mismo trato.

No debemos dejar de mencionar que la formación de la conciencia moral es un


proceso continuo que ocurre a lo largo de la vida.
Se considera que la conciencia moral de una persona está bien formada cuando le
revela correctamente la moralidad de una acción.
En cambio, está deformada cuando no logra percibir lo bueno como bueno, o lo malo
como malo, debido a uno o más defectos en su formación.
CLASIFICACIÓN DE LA CONCIENCIA MORAL
Buscando la mejor comprensión de los estados de conciencia, se han establecido
algunas divisiones que se analizarán a continuación:
4.1. En razón de la valoración de la acción o conformidad con la ley moral natural
4.1.1. Conciencia verdadera
La cual está de acuerdo y en sintonía con la verdad objetiva, es decir, la persona
juzga conforme a los principios morales. Está en sintonía con el sentido común
asumido por el colectivo social, es que se adecue a los principios morales porque
puede que lo que alguien considere como verdadero, no lo sea realmente. Por
ejemplo, se sabe que robar esta mal.

Por ejemplo, cuando alguien dice: “ya que no vi el accidente, no debo comparecer
como testigo”; “Si mi padre está enfermo, debo cuidarlo de todas las maneras que me
sea posible”.

4.1.2 Conciencia errónea


Cuando una persona adolece de una conciencia errónea percibe algo que es malo como si
fuera bueno o viceversa. En otras palabras, juzga en desacuerdo con la ley moral.

Siempre actúa de buena fe. Es sincero en su deseo de saber lo que debería hacer. Se esfuerza al
máximo de su capacidad por saber lo que es correcto.

La persona no forma su verdad personal o su convicción de acuerdo a la verdad


objetiva.
La persona debe mantenerse abierta a la consideración de nueva información que
pudiera cambiar su parecer en el futuro. Si no se mantiene abierta a esta posibilidad,
no es sincero en su búsqueda de la verdad. Por lo tanto, no tiene una conciencia
verdaderamente errónea.
4.2. En razon de la firmeza del juicio o tipo de asentimiento
4.2.1 Conciencia cierta
Es la que juzga con firmeza y sin temor a equivocarse sobre la moralidad de una
acción, en otras palabras, da su dictamen con seguridad y sin miedo a equivocarse.
No es lo mismo estar seguro de algo que dar en el clavo. La primera es la conciencia
cierta, la segunda es la conciencia verdadera. Una es la seguridad subjetiva y la otra
la objetiva.
Pues bien, no basta con «estar seguro» (conciencia cierta), además hay que actuar
con la ley (conciencia verdadera)

4.2.2. Conciencia dudosa


La conciencia será dudosa cuando no logra percibir con claridad la moralidad de una
acción o ni siquiera se atreve a juzgar. Dictamina con temor a errar.

A veces se da frente a un conflicto entre dos derechos. Por ejemplo, frente a una
recesión económica, un gerente se puede ver conflictuado en cuanto despedir a sus
trabajadores o no.

4.3. En razón del momento en que ocurre puede dividirse en dos.

4.3.1. Conciencia antecedente o concomitante

Hace considerar a la persona, la relación que su acción tiene con la ley moral; por lo
que, puede prohibir u ordenar su realización. Es la que acompaña nuestros actos
presentes, se manifiesta como testigo.

4.3.2. Conciencia consiguiente

Aquella que juzga nuestras acciones pasadas, aprobando o rechazando el acto lo cual
generando satisfacción después de la acción buena o bien remordimiento después de
una acción mala
Se diferencia de la “conciencia errónea”, en que ésta emite un juicio falso, pero
firme. Mientras que la escrupulosa, fluctúa continuamente sin llegar a un juicio
estable.
4.4. En razón del modo de juzgar se puede dividir en dos tipos
4.4.1 La Conciencia recta: se encuentra en sintonía con la rectitud personal, donde la
persona juzga de acuerdo a sus criterios éticos
4.4.2. La Conciencia falsa: se da cuando se ha evaluado un acto con superficialidad y
carece de razonamiento bien fundamentado.
LA SANA O RECTA CONCIENCIA
La conciencia será recta cuando juzga el acto en cuanto a la bondad o malicia del
mismo con fundamento y prudencia. Si la persona ha seguido las reglas de la
prudencia, tiene una conciencia recta, pues “sabe” (o cree saber) que su acción es
lícita y quiere hacer una buena acción.
Por otro lado, la conciencia admite grados diversos de sensibilidad, pudiendo
perfeccionarse o deteriorarse. El exceso es la escrupulosidad y el defecto es la
laxitud, ambas expresiones de una insana conciencia.
OBEDECER LA CONCIENCIA MORAL
La conciencia no siempre tiene la razón, pero manda y prohíbe. Uno de sus rasgos es
su carácter de obligación, es como los cinco sentidos, no siempre nos guían
correctamente, pero tiene la intención de preservarnos de todos los errores.
El concepto de deber contiene al de buena voluntad, pero le añade la idea de ciertas
restricciones que provienen del hecho de que en el hombre la razón cohabita con la
sensibilidad y que la voluntad no obedece necesariamente a la primera, sino que
puede dejarse arrastrar por los móviles de la segunda.
si analizamos esta noción de deber, nos damos cuenta de que podemos obrar
conforme al deber, sin que por ello obremos por deber. EJ. el filántropo que obra por
simpatía natural
Para acertar al obedecer nuestra conciencia moral hay que poner todo el empeño en
asegurar su correcta formación
CONCLUSIONES
 Es fundamental la formación de la conciencia moral y formar ideas que le
permitan a la persona realizar un juicio práctico sobre la moralidad de un
determinado hecho o acción.
 Toda persona debe asumir la responsabilidad de sus actos. Cuando somos
responsables y actuamos con responsabilidad estamos expresando el sentido de
compromiso que hemos asumido con los demás.
 Para tomar una decisión correcta y acertada sobre nuestro actuar; es necesario,
de una u otra manera, razonar y distinguir los problemas, así como distinguir el
bien del mal.
Por si pregunta opinión
La conciencia moral no es un aspecto innato de los seres humanos, sino un proceso que
se da de manera simultánea con el desarrollo de los individuos dentro de un
determinado ambiente cultural, la cual, tendrá una variación, según el tipo de sociedad
donde se expanda la idea del desarrollo, no se puede caer en generalidades, a sabiendas
que la situación, o hablar de conciencia moral, recae en un impacto basada en la
relación, hombre - sociedad

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