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El bullying, acoso o matoneo escolar, constituye una forma de agresión

verbal, física o escrita que genera un daño en otro individuo. Estos


ataques suelen estar fundados en temas de género, orientación sexual,
apariencia, discapacidad, etnia o religión. Te contamos 5 estrategias
para prevenir el bullying en el salón de clases para que puedas ayudar
tanto a las víctimas como a los victimarios. Asimismo, damos algunas
pautas sobre cómo detectar un caso de bullying y analizamos los
principales datos de acoso en el país.
El bullying, que está presente tanto en el aula y el patio de recreo como en las redes
sociales y otros ámbitos externos a las instituciones, se trata de una situación que puede
traer graves consecuencias psicológicas y físicas, tanto en las víctimas como en los que
incurren en este tipo de abusos.
Puede provocar la exclusión social de la víctima, baja autoestima, desconfianza,
depresión, sentimientos de soledad, problemas para relacionarse con otras personas, e
incluso el abandono de sus prácticas habituales y aquellos entornos en los que es víctima
de acoso.
Esta es una problemática que sin duda supone un desafío para padres, docentes y
educadores, ya que a menudo puede escaparse de los ojos, de incluso el más observador,
y parecer una lucha imposible de ganar.
Becki Cohn-Vargas, directora de la campaña Not In Our School (“No en nuestra
escuela”), una iniciativa que busca generar conciencia y evitar el maltrato en las escuelas
de Estados Unidos, considera que el primer paso para lidiar con el bullying es reconocer
e iniciar un diálogo sobre el problema.
Conoce las 5 estrategias para prevenir el bullying según
Cohn-Vargas
1. Reconocer el problema
De acuerdo con la experta, los docentes deben educar a los estudiantes, padres,
colegas y a la comunidad en general sobre la importancia de tomar en serio esta
problemática y cómo reconocerla.

Además, debe establecer un plan de acción para responder a los maltratos que ve cada
día, por más insignificantes que parezcan. Bajo ningún concepto debes recomendarles a
las víctimas de los agravios que sean “menos sensibles” o que hagan un mayor esfuerzo
por hacer amigos: esto no hace más que estigmatizar y culpabilizar al niño por lo que le
está sucediendo.

2. Involucrar a los estudiantes


Una estrategia que recomienda Cohn-Vargas es fomentar un diálogo abierto con los
estudiantes acerca del acoso y la intolerancia, mediante asambleas o foros “anti-
bullying” y así dejar que ellos propongan ideas y discutan soluciones a los problemas.
De esta manera, ningún alumno se sentirá ajeno a la problemática.
3. Convertir a los estudiantes pasivos en activos
Al participar en una discusión abierta sobre el tema, los estudiantes que no son
víctimas ni victimarios directos del bullying, los “observadores”, tendrán más
herramientas para sentirse involucrados y convertirse en agentes activos en contra de
los maltratos.

Realiza juegos de roles explicándole a los alumnos cómo ponerse en el lugar del otro y
ayudarse mutuamente a alzar la voz en contra del abuso de sus compañeros.

4. Promover la tolerancia y la inclusión


Generar un ambiente inclusivo, seguro y tolerante en la clase es esencial para que los
alumnos sientan que su identidad es respetada y valorada. Como docente, debes mostrar
una actitud abierta a los estudiantes, de manera que ellos entiendan que pueden confiar
en ti si están sufriendo situaciones de hostigamiento o violencia.
5. Prestar atención a los agresores
De la misma manera que las víctimas, los niños responsables del bullying deben
recibir atención y ayuda para disminuir su conducta agresiva. A menudo el atacar y
sentir la necesidad de dominar a los compañeros responde a inseguridades propias e
incluso a situaciones de violencia experimentadas en el hogar. Ignorar al agresor y solo
enfocarse en la víctima es incompatible con una verdadera resolución del problema
a largo plazo.

Cómo prevenir el acoso escolar: indicadores de alerta


Existen algunas señales de alarma que nos avisan de una posible situación de bullying:
¿Cómo identificar a una víctima de bullying?
Según el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar, estas son características de una
víctima de bullying:

 Tristeza
 Irritable
 Ansiedad
 Dificultad para hacer amigos o hablar en público
 Aislamiento
 Falta de sueño
 Malas calificaciones
 Excusas para no a ir al colegio
 Cambio en el apetito y baja de peso
 Hematomas o heridas en el cuerpo
 Alteración del rendimiento escolar
 Aumento de tensiones en el entorno personal de la víctima (es un hecho colateral
de lo que la persona vive en el contexto donde se produce maltrato)
Es importante recordar que los tipos de maltrato son diversos. Puede darse maltrato
físico, por el que la víctima poseerá marcas en su cuerpo, o puede tratarse de acoso
verbal, que reduce el autoestima de la persona agredida y causa retracción.
¿Cómo reaccionar ante un caso de bullying?
Una de las características del bullying es la situación desigual entre víctima y agresor/es.
La víctima está indefensa mientras sufre vejaciones, insultos, amenazas, difamaciones, e
incluso maltrato físico. Por ello es importante actuar, siguiendo estas pautas:
Mantener la calma y comunicar la agresión
La comunicación es una de las mejores herramientas para llegar a la raíz del problema.
Es necesario crear espacios en los que la persona que sufre puede transmitir lo que siente
y lo que le ocurre.
Entender a la víctima
La víctima acostumbra a creer que está sola y que no va a saber resolver esa situación
nunca. Puedes mostrarle comprensión contándole situaciones y problemas con los que te
tienes que enfrentar tu mismo/a.
Fomentar la autoestima
El autoconocimiento es el camino hacia la propia valoración. Es importante enseñar a
los jóvenes cómo aprender de los propios defectos, y también cómo potenciar las
habilidades individuales y únicas que cada persona posee.
Comunicación centro educativo-familia
Como decíamos, la comunicación es imprescindible. En el centro educativo existen
protocolos sobre cómo actuar en estos casos, y se debe promover la exposición de
estos temas, para que el alumnado pueda identificarlo. Lo que no se nombra no existe,
por tanto, hay que hablar de ello para que todos puedan detectarlo.
La propuesta que une escolares de cursos inferiores con alumnado de cursos superiores,
a modo de mentores y mentoras, fomenta lazos de confianza en este sentido.
Resolver conflictos en el aula
Son muy importantes las actividades prácticas o dinámicas de grupo sobre cómo
resolver conflictos. Vivimos en comunidad y todos debemos conocer tanto nuestros
límites como nuestros derechos y estrategias para convivir.
Tolerancia cero a respuestas violentas
En los casos en los que se detecten conductas violentas e impositivas en el alumnado, no
tenemos que mostrarnos tolerantes, pero sí comprensivos como manera de
comunicarnos con esa persona. Es fundamental aprender y practicar el valor del respeto.
Bullying en la universidad
Cuando se habla de bullying habitualmente se piensa en el ámbito escolar hasta la
secundaria. Pero hay que tener en cuenta que esta no es una práctica exclusiva de
una determinada etapa, sino que puede suceder en diferentes momentos, incluso en
la universidad.
Dado que en este período de vida los estudiantes ingresan a su etapa adulta, esta práctica
resulta todavía más peligrosa, pues puede conllevar más agresividad.
Es importante que tanto estudiantes como universidades se comprometan a terminar con
esta práctica, con acciones concretas que eviten el acoso en los campus universitarios.
Las universidades pueden:
 Disponer espacios de contingencia para víctimas.
 Formar a la plantilla de empleados respecto a la temática.
 Contar con expertos capaces de manejar estas situaciones de forma óptima.
Los estudiantes pueden:
 Interesarse por lo que ocurre a su alrededor.
 Ofrecer apoyo a compañeros en problemas.
 No usar apodos y términos que puedan implicar discriminación.
Los profesores pueden:
 Charlar con sus estudiantes sobre esta problemática.
 Promover el diálogo sincero en clase.
 Identificar y corregir comportamientos abusivos.
Es esencial ofrecer contención a la víctima, y remarcar qué actitudes no se tolerarán
dentro de las aulas. Hay que transmitir a los estudiantes la importancia de la empatía y
el ponerse en lugar del otro, como manera de detener el crecimiento de situaciones de
acoso.
¿Cómo prevenir el bullying? El acoso provoca frustración, depresión y baja autoestima,
además de un bloqueo académico, se estanca la asimilación de contenidos, y un bloqueo
social: la víctima se aísla. Lo que resulta clave en estos casos es no centrarse solo en
encontrar causas y culpables, sino también en tratar y en potenciar la energía hacia el
desarrollo positivo de los estudiantes.

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